ALFONSINA STORMI

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ALFONSINA STORMIAlfonsina Storni (1892-1938), considerada una de las poetas argentinas ms importantes y una de las ms destacadas "poetisas" del postmodernismo hispanoamericano, naci en Sala Capriasca, cantn ticino de la Suiza italiana, el 29 de mayo. A los 4 aos comienza a vivir en Argentina, pas al que emigran sus padres. Su infancia transcurre entre las ciudades argentinas de San Juan y Rosario. Alfonsina trabaja desde los doce aos para ayudar a sostener su casa, en trabajos de bordado y costura. En 1907 se incorpora a la compaa teatral de Jos Tallav y realiza una gira de un ao por todo el pas. En 1909 se matricula en la Escuela de Maestros Rurales, cuyo ttulo recibe en 1910. En 1911 comienza su carrera docente en la Escuela Elemental N 65 de Rosario y publica tambin sus primeras colaboraciones en varias revistas rosarinas. Al terminar el ao escolar, renuncia a su empleo y se traslada a Buenos Aires. En 1912, sin haberse casado, nace su hijo Alejandro Alfonso. En 1916 aparece su primer libro de poemas, "La inquietud del rosal", libro an adolescente, de escaso valor literario, y se incorpora al grupo "Nosotros". En 1918 publica su segundo poemario, "El dulce dao", que incluye uno de sus mejores y ms clebres y representativos poemas, "T me quieres blanca", y en 1919 se edita su tercer libro de versos, "Irremediablemente". Al ao siguiente aparece "Languidez", libro que recibe el Primer Premio Muncipal y el Segundo Premio Nacional de Literatura. Alfonsina comienza a colaborar en esta fecha en el peridico "La Nacin" de Buenos Aires, donde firma en ocasiones con el seudnimo Tao-Lao. Adquiere tambin la ciudadana argentina. En 1923 Alfonsina es nombrada profesora de Lectura y Declamacin. En 1925 publica "Ocre", su quinto poemario y en 1926 el libro de poemas en prosa "Poemas de amor".

En 1927 se estrena su obra de teatro "El amo de mundo". Alfonsina intervino en la creacin de la Sociedad Argentina de Escritores y su participacin en el gremialismo literario fue intensa. En 1928 viaj a Espaa en compaa de la actriz Blanca de la Vega, y repiti su viaje en 1931, en compaa de su hijo. All conoci a otras mujeres escritoras, y la poeta Concha Mndez le dedica algunos poemas. En 1932, public sus Dos farsas pirotcnicas: Cimbelina y Polixene y la cocinerita. Est tranquila, colabora en el diario Crtica y en La Nacin; sus clases de teatro son la rutina diaria, y su rostro empieza a cambiar. Las canas cubren su cabeza y le dan un aire diferente. En 1931, el Intendente Municipal nombr a Alfonsina jurado y es la primera vez que ese nombramiento recae en una mujer. Alfonsina se alegra de que comiencen a ser reconocidas las virtudes que la mujer, esforzadamente, demuestra. La civilizacin borra cada vez ms las diferencias de sexo, porque levanta a hombre y mujer a seres pensantes y mezcla en aquel pice lo que parecieran caractersticas propias de cada sexo y que no eran ms que estados de insuficiencia mental. Como afirmacin de esta limpia verdad, la Intendencia de Buenos Aires declara, en su ciudad, noble la condicin femenina, afirma Alfonsina en un diario al referirse a su designacin. En 1930 dicta conferencias en Espaa con gran xito. En 1932 publica "Dos farsas pirotcnicas", que contiene las obras teatrales "Cimbelina en 1900 y pico" y "Polixena y la cocinerita". En la Pea del caf Tortoni conoci a Federico Garca Lorca, durante la permanencia del poeta en Buenos Aires entre octubre de 1933 y febrero de 1934. Le dedic un poema, Retrato de Garca Lorca, publicado luego en Mundo de siete pozos (1934). All dice: Irrumpe un griego /por sus ojos distantes (). Salta su garganta /hacia afuera /pidiendo /la navaja lunada /aguas filosas (). Dejad volar la cabeza, /la cabeza sola /herida de hondas marinas /negras. En 1934 publica el que ser su ltimo libro de poemas, "Mundo de siete

pozos", donde se aprecia una influencia de la esttica de las vanaguardias. En el ao 1935, Alfonsina descubre que tiene un tumor en el pecho izquierdo y es operada de "cncer de pecho con ramificaciones". En enero de 1938 Alfonsina participa junto a Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou en unas charlas organizadas por la Universidad de Montevideo, que renen a las tres figuras ms representativas de la poesa femenina hispanoamericana de la poca. La intervencin de Alfonsina se titula "Entre un par de maletas a medio abrir y las manecillas del reloj". Alfonsina le escribi dos cartas de contenido ambiguo a su hijo, el 19 y 22 de octubre, en las que pareca que luchaba contra la decisin de terminar con su vida. El jueves 20 escribi todo el da en el hotel abrigada con un poncho catamarqueo, aunque era primavera. Al da siguiente un dolor en el brazo le impidi continuar con su tarea. Sin embargo, se esforz y el sbado despach una carta en el buzn. Contena su poema Voy a dormir, el ltimo que escribi. El domingo tuvo que concurrir el doctor Serebrinsky porque ya no soportaba el dolor. El lunes le solicit a la mucama que escribiese por ella una carta para Alejandro y a las once y media se acost a dormir. Desde all, envi tres cartas: una a su hijo, Alejandro; otra a Glvez, para que procurase que a su hijo no le faltase nada, y un poema de despedida al diario La Nacin: Dientes de flores, cofia de roco, manos de hierbas, t, nodriza fina, tenme puestas las sbanas terrosas y el edredn de musgos escardados. Voy a dormir, nodriza ma, acustame. Ponme una lmpara a la cabecera,

una constelacin, la que te guste, todas son buenas; bjala un poquito. Djame sola: oyes romper los brotes, te acuna un pie celeste desde arriba y un pjaro te traza unos compases para que olvides. Gracias... Ah, un encargo, si l llama nuevamente por telfono le dices que no insista, que he salido... Durante ese mismo ao, el 25 de octubre, Alfonsina se suicida arrojndose al mar en una playa de Mar del Plata. Das antes escribe su ltimo poema "Voy a dormir", que sirve de inspiracin para la famosa cancin "Alfonsina y el mar". Una frase de Federico de Ons, escrita en 1934, resume la importancia de Alfonsina Storni dentro de la poesa escrita por mujeres: "Es la ms feminista de las poetisas mayores de esta poca: todas ellas, como mujeres, expresan inevitablemente, cada una a su modo, sentimientos femeninos; pero Storni ve adems su feminidad como problema no slo individual, sino social". La personalidad literaria de Alfonsina Storni tiene, todava, algunos aspectos que no han sido investigados. Sus trabajos periodsticos, si bien carecen del valor literario que ella misma, sagazmente, adjudic a los que incluy en su Antologa, sirven para seguir el rastro de un pensamiento que fue, para su poca, de avanzada. Y lo fue por el hecho de que, por un lado, en la poesa escrita por mujeres, nadie tom con su claridad de juicio la defensa de un orden ms justo y menos ambiguo para la mujer. En su poesa, esta defensa se lleva a cabo a travs del despliegue de los sentimientos; en cambio, en sus colaboraciones periodsticas

-cuentos y notas-, y pese a las limitaciones con las que seguramente contara, se permite desarrollar algunas ideas. En ellas no es complaciente con la mujer, sino que le exige ponerse a la altura de sus posibilidades y entregarse de lleno al cultivo de una personalidad que desdee los rasgos de infantilismo e indefensin que la han consagrado como vctima perpetua del hombre. Obras Poesa: La inquietud del rosal (1916) El dulce dao (1918) Irremediablemente (1919) Languidez (1920) El dulce dao (1920) Ocre (1925) Poemas de amor (1926) Dos farsas pirotcnicas (1932) Mundo de siete pozos (1934) Mascarilla y trbol (1938) Antologa potica (1938) Poesas completas (1968) Nosotras y la piel: seleccin de ensayos (1998)

Su obra Los primeros poemas de Alfonsina tienen una lejana resonancia de los espaoles Campoamor, Nuez de Arce o Marquina. Su primer libro, La inquietud del rosal, de 1916, comienza a delinear los contornos de un rol de mujer al que ella contribuir a esclarecer como pocas mujeres de su poca supieron hacerlo. Su primer libro, La inquietud del rosal, publicado con grandes dificultades econmicas, apareci en 1916. En un homenaje al novelista Manuel Glvez, por

primera vez en Buenos Aires, en esta clase de reuniones, aparece Alfonsina recitando con aplomo sus propios versos. En junio de 1916, aparece en Mundo Argentino un poema titulado Versos otoales. Aunque los versos son apenas aceptables, sorprende su capacidad de mirarse por dentro, que por entonces no era comn en los poetas de su generacin. Al mirar mis mejillas, que ayer estaban rojas He sentido el otoo; sus achaques de viejo Me han llenado de miedo; me ha contado el espejo Que nieva en mis cabellos mientras caen las hojas. Por aquel entonces, uno de los poemas de Alfonsina que empez a correr de boca en boca, difundido por las recitadoras, fue el que le garantiz la adhesin de las mujeres. Algo as como el Hombres necios, que acusis, de la mexicana Sor Juana Ins de la Cruz, al que recuerda por la invectiva contra las desmedidas e injustas pretensiones de virginidad. Se trata de T me quieres alba, me quieres de espumas, me quieres de ncar, en el que no slo reconviene a los hombres por la desigual exigencia que plantea, sino que les seala su propia libertad como algo que de lo que hay que volver luego de una etapa de purificacin en que las carnes les sean tornadas y luego de recuperar el alma que por las alcobas se qued enredada. Slo as, dice Alfonsina, se podr pretender una virginidad primigenia. Ocre, uno de sus libros principales, se publica en 1925. Con este ttulo Alfonsina abandona la retrica rubendariana y en l hay verdaderos hallazgos. Como otras veces, vuelve a identificarse con la muerte: Yo soy la mujer triste /a quien Caronte ya mostr su remo, y no puede evitar la voluptuosa soberbia de afirmar, en el mismo poema, Me sal de mi carne, goc el goce ms alto /oponer una frase de basalto /al genio oscuro que nos desintegra (La palabra). En relacin con su tema de siempre, la lucha con el sexo masculino, hay algo nuevo: el reconocimiento de que contra el hombre no vale la pena luchar, porque la

naturaleza ha repartido arbitrariamente los emblemas, la cota y el sexo, la guerra y la maternidad. No est aqu, sin embargo, el reconocimiento de que cota y guerra, y aun el emblema del sexo, son productos culturales. Con mayscula escribo tu nombre y te saludo, Hombre. Pero esta aceptacin tiene su contradiccin en los poemas Epitafio para mi tumba y Dolor. En ellos desea ver que se adelanta, la garganta al aire /el hombre ms bello; no desear amar, pero tambin advierte que la mujer, que en el suelo dormida, /y en su epitafio re de la vida /como es mujer, grab en su sepultura /una mentira an: la de su hartura. En 1938, cuando ella misma selecciona los poemas para su antologa, declara sentir alguna preferencia con el sector de su obra que empieza con Ocre, y su bsqueda esttica all iniciada la llevara a la libertad expresiva de Mundo de siete pozos, de 1934. Al concluir su vida, un nuevo libro, Mascarilla y trbol, inicia una nueva manera de concebir la poesa. Los poemas dedicados a la naturaleza son all sobrios y descarnados, con imgenes ms bien identificadas con una retrica descarnada y rotunda.

Pudiera ser Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido no fuera ms que aquello que nunca pudo ser, no fuera ms que algo vedado y reprimido de familia en familia, de mujer en mujer. Dicen que en los solares de mi gente, medido estaba todo aquello que se deba hacer... Dicen que silenciosas las mujeres han sido de mi casa materna... Ah, bien pudiera ser... A veces en mi madre apuntaron antojos de liberarse, pero, se le subi a los ojos una honda amargura, y en la sombra llor.

Y todo esto mordiente, vencido, mutilado, todo esto que se hallaba en su alma encerrado, pienso que sin quererlo lo he libertado yo.

Poesa en prosa En 1926 escribi Poemas de amor y ocho aos despus public Mundo de siete pozos. En este lapso de tiempo se orient hacia otro gnero, los relatos en primera persona, a veces con rasgos autobiogrficos donde las ideas no pertenecen ni al espacio ni a la poesa ni tampoco a la nota periodstica informativa. El diario Crtica public en ocasiones estos relatos y uno titulado Psicologa de a dos centavos donde una mujer, Juliana, le cuenta por carta a su amiga Amelia los pormenores de su reciente divorcio. Este relato narra la historia de una mujer recin divorciada que se aloja en una casa de campo y se enamora de un muchacho veinteaero. La idea del texto es definir a la mujer decente; segn la autora, para una mujer normal y decente, tres hombres es el nmero exacto: uno es el pecadillo prematrimonial, el otro es el esposo y el ltimo el nuevo esposo por divorcio. El relato revel adems el placer que provoca la belleza de un hombre joven. Bibliografa: Prez Blanco, Lucrecio, La poesa de Alfonsina Storni, Madrid, edic. del autor, 402 pg., 1975 Salomone, Alicia, "Voces femeninas / feministas en el discurso intectual: Alfonsina Storni y Victoria Ocampo", en Meeting of the Latin American Studies Association, 1998. http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/Alfonsina/obra.shtml http://www.escritoras.com

GABRIELA MISTRAL(Vicua 1889 - Nueva York 1957) Lucila Godoy, llamada Gabriela Mistral (conocida mejor como Gabriela Mistral), escritora chilena. Hija de un maestro rural, que abandon el hogar a los tres aos del nacimiento de Gabriela, la muchacha tuvo una niez difcil en uno de los parajes ms desolados de Chile. A los 15 aos public sus primeros versos en la prensa local, y empez a estudiar para maestra. En 1906 se enamor de un modesto empleado de ferrocarriles, Romelio Ureta, que, por causas desconocidas, se suicid al poco tiempo; de la enorme impresin que le caus aquella prdida surgieron sus primeros versos importantes. En 1910 obtuvo el ttulo de maestra en Santiago, y cuatro aos despus se produjo su consagracin potica en los juegos florales de la capital de Chile; los versos ganadores- Los sonetos de la muertepertenecen a su libro Desolacin (1922), que publicara el instituto de las Espaas de Nueva York.

En 1912, Un nuevo traslado lleva a Lucila cerca de la capital, para desempear su cargo de inspectora y profesora de geografa y castellano en el Liceo de Los Andes. Comienza para ella una etapa feliz y tranquila, en la que se dedica plenamente a su labor creadora. Publica algunos poemas en la revista Sucesos y contacta con Rubn Daro, quien en ese momento se encuentra en Pars y dirige la revista Elegancias. En 1913, Lucila recibe de Rubn Daro una clida respuesta que la llena de alegra: en la revista que dirige el gran poeta saldrn publicados su poema El ngel guardin y su cuento La defensa de la belleza. Comienza a emplear su seudnimo definitivo, Gabriela Mistral, que alterna con su nombre verdadero, en publicaciones como la Revista de Educacin Nacional y Norte y Sur. En 1914, Bajo el nombre de Gabriela Mistral, que ya nunca abandonar, enva una coleccin de poemas titulada Los sonetos de la muerte a los Juegos Florales de Santiago, concurso organizado por la Sociedad de Artistas y Escritores de Chile. Gabriela obtiene el primer premio consistente en una orqudea de oro, un diploma y una corona de laurel, pero no lo recoge por recato, a pesar de asistir a la ceremonia de entrega, en la que se mantiene alejada como un espectador ms. A partir de este certamen adopta definitivamente el seudnimo de Gabriela Mistral, proveniente quizs de su admiracin por los escritores Gabriel DAnnunzio y Federico Mistral.

En 1920, La importante labor educativa de Gabriela la lleva hasta Temuco, donde es requerida para mejorar el liceo de la regin. All se encuentra con el joven Neftal Ricardo Reyes Basoalto, conocido ms tarde en las letras universales como Pablo Neruda. El gran poeta chileno siempre reconocer la importancia del magisterio recibido de Gabriela, a la que dedica unas clidas palabras en su libro de memorias Confieso que he vivido: Por ese tiempo lleg a Temuco una seora alta, con vestidos muy largos y zapatos de taco bajo. Era la nueva directora del liceo de nias. Vena de nuestra ciudad austral, de las nieves de Magallanes. Se llamaba Gabriela Mistral []. La vi muy pocas veces. Lo bastante para que cada vez saliera con algunos libros que me regalaba. Eran siempre novelas rusas que ella consideraba como lo ms extraordinario de la literatura mundial. Puedo decir que Gabriela me embarc en esa seria y terrible visin de los novelistas rusos y que Tolstoi, Dostoievski, Chejov entraron en mi ms profunda predileccin. Siguen acompandome. Durante estos aos de constante errancia dicta conferencias en diferentes universidades y se relaciona con algunos de los intelectuales ms sobresalientes de su tiempo: Giovanni Papini, Henri Bergson, Paul Rivet y Miguel de Unamuno, entre otros. Ocupa cargos importantes en representacin de su pas en Espaa, Portugal y Francia, y mientras recorre esos pases cargados de tradicin y de historia siente que las races que la ligan a su tierra crecen con la distancia como un rbol frondoso que se niega a desarraigarse fcilmente del lugar donde ha crecido: En el campo de Mitla, un da de cigarras, de sol, de marcha, me dobl a un pozo y vino un indio a sostenerme sobre el agua, y mi cabeza, como un fruto, estaba dentro de sus palmas. Beba yo lo que beba, que era su cara con mi cara, y en un relmpago yo supe

carne de Mitla ser mi casta.

En 1925 dej la enseanza, y, tras actuar como representante de Chile en el Instituto de cooperacin intelectual de la S.D.N., fue cnsul en Npoles y en Lisboa. Vuelta a su patria colabor decisivamente en la campaa electoral del Frente popular (1938), que llev a la presidencia de la repblica a su amigo de juventud P. Aguirre Cerda. En 1945 recibi el premio Nobel de literatura; viaj por todo el mundo, y en 1951 recogi en su pas el premio nacional. El encuentro con la vieja Europa slo sirvi para azuzar su nostalgia y permitirle recuperar la imagen de Amrica Latina en Tala y Lagar, dos libros que se nutren de sus paisajes y su esencia, y que sirven de antesala a su gran Poema de Chile, en el que trabaja intensamente durante los aos postreros de su vida y que slo aparece publicado de manera pstuma en 1967, una dcada despus de su muerte. En 1953 se le nombra Cnsul de Chile en Nueva York. Participa en la Asamblea de Las Naciones Unidas representando a Chile. En 1954 viene a Chile y se le tributa un homenaje oficial. Regresa a los Estados Unidos. El Gobierno de Chile le acuerda en 1956 una pensin especial por la Ley que se promulga en el mes de noviembre. En1957, despus de una larga enfermedad, muere el 10 de enero, en el Hospital General de Hempstead, en Nueva York. Sus restos reciben el homenaje del pueblo chileno, declarndose tres das de duelo oficial. Los funerales constituyen una apoteosis. Se le rinden homenajes en todo el Continente y en la mayora de los pases del mundo.

Su obra: Sonetos de la muerte (1914) Desolacin (1922)

Ternura (1924) Tala (1938) Poemas de las madres (1950) Lagar (1954) Pstumamente se recogieron poesas:

Epistolario (1957) y sus Recados contando a Chile (1957), Antologa (1957), Los Motivos de San Francisco (1965), Poema de Chile (1967), Cartas de Amor de Gabriela Mistral (1978) y Gabriela Mistral en el Repertorio Americano (1978), entre otros muchos. Obra potica: La obra potica de Gabriela Mistral surge del modernismo, ms concretamente de Amado Nervo, aunque tambin se aprecia la influencia de Frdric Mistral (de quin tom el seudnimo) y el recuerdo del estilo de la Biblia. De algunos momentos de Rubn Daro tom, sin duda, la principal de sus caractersticas: la ausencia de retrica y el gusto por el lenguaje coloquial. A pesar de sus imgenes violentas y su gusto por los smbolos, fue, sin embargo, absolutamente refractaria a la "poesa pura", y, ya en 1945, rechaz un prlogo de P. Valry a la versin francesa de sus versos. Sus temas predilectos fueron: la maternidad, el amor, la comunin con la naturaleza americana, la muerte como destino, y, por encima de todos, un extrao pantesmo religioso, que, no obstante, persiste en la utilizacin de las referencias concretas al cristianismo. Al citado Desolacin sigui los libros Lecturas para mujeres destinadas a la enseanza del lenguaje (1924); Ternura (1924), canciones para nios; Tala (1938); Poemas de las madres (1950), y Lagar (1954). Pstumamente se recogieron su Epistolario (1957) y sus Recados contando a Chile (1957), originales prosas periodsticas, dispersas en publicaciones desde 1925. La poesa de Gabriela Mistral: De tendencia modernista en sus inicios, su poesa deriv hacia un estilo personal, con un lenguaje coloquial y simple, de gran musicalidad, y un

simbolismo que conecta con una imaginera de tradicin folclrica. En sus obras expres temas como el sufrimiento o la maternidad frustrada, as como inquietudes religiosas y sociales que responden a su ideologa cristiana y socialista. La obra de Mistral, en efecto, pas por distintas etapas relacionadas con la temtica y el estilo literario. En un primer momento, con la publicacin de Desolacin, existe un fuerte predomino del sentimiento sobre el pensamiento a la vez que una cercana muy estrecha con lo religioso. En este libro aborda el tema del amor desde su propia experiencia trgica: la muerte de su amante. En otra de sus producciones, Ternura (1924), la poetisa realiza una fusin de cuerpo y alma a travs de la maternidad. Existe una prdida real en el adulto: la infancia, que es restituida, en parte, a travs del lenguaje. Este libro, dedicado a su madre y hermana, est dividido en siete secciones: Canciones de Cuna, Rondas, La Desviadora, Jugarretas, Cuenta-Mundo, Casi Escolares y Cuento. Muchos de sus poemas -relacionados con nios- quedaron recogidos en sus poemarios Desolacin y Lectura para Mujeres. En 1938 apareci Tala, en la que est presente la cosmovisin dolorosa de Desolacin. En 1954 apareci en Chile su siguiente coleccin de poemas, Lagar. Con anterioridad, haban aparecido dos antologas suyas, una en 1941 y otra en 1950, titulada Pequea Antologa. En esta obra estaran presentes todas las muertes, las tristezas, las prdidas y el sentimiento de su propio fin. ste fue el ltimo texto que public en vida. De aqu en adelante se publicaran muchos ms textos recopilatorios de las poesas de la Mistral. Algunos de ellos son: Antologa (1957), Recados: contando a Chile (1957), Los Motivos de San Francisco (1965), Poema de Chile (1967), Cartas de Amor de Gabriela Mistral (1978) y Gabriela Mistral en el Repertorio Americano (1978), entre otros muchos.

Soneto de la muerte I

Del nicho helado en que los hombres te pusieron, te bajar a la tierra humilde y desolada. Que he de dormirme en ella los hombres no supieron, y que hemos de soar sobre la misma almohada. Te acostar en la tierra soleada como una dulcedumbre de madre para el hijo dormido, y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna al recibir tu cuerpo de nio dolorido. luego ir espolvoreando tierra y polvo de rosas, y en la azulada y leve polvareda de luna, los despojos livianos irn quedando presos. Me alejar cantando mis venganzas hermosas, porque a ese hondar recndito la mano de ninguna bajar a disputarse tu puado de huesos!

La poesa de Gabriela Mistral es, como seala scar Galindo, ms de la tierra que del aire, y a ella le cabe un papel fundamental en esa amorosa relacin entre las personas, la naturaleza y la cultura que desde Vallejo a Neruda han transitado como senda tantos de nuestros poetas.

Bibliografa: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mistral.htm http://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/mistral/biografia.htm http://www.gabrielamistral.uchile.cl/cartasframe.html

JUANA DE IBARBOUROUMelo, Uruguay, 1895 - Montevideo, 1979) Poetisa uruguaya, considerada una de las voces ms personales de la lrica hispanoamericana de principios del

siglo XX. Llamada originalmente Juana Fernndez Morales, a los veinte aos se cas con el capitn Lucas Ibarbourou, del cual adopt el apellido con el que firmara su obra. Tres aos despus se traslad a Montevideo, donde vivi desde entonces. Sus primeros poemas aparecieron en peridicos, principalmente en La Razn, de la capital uruguaya. Comenz su larga travesa lrica con los poemarios Lenguas de diamante (1919), El cntaro fresco (1920) y Raz salvaje (1922), todos ellos muy marcados por el modernismo, que expres con abundancia de imgenes sensoriales y cromticas, alusiones bblicas y mticas, aunque siempre con un acento singular. Su temtica tiende a la exaltacin sentimental de la entrega amorosa, de la maternidad, de la belleza fsica y de la naturaleza. Imprimi a sus poemas un erotismo que constituye una de las vertientes capitales de su produccin. En 1929 fue proclamada "Juana de Amrica" en el Palacio Legislativo del Uruguay, ceremonia que presidi el poeta "oficial" uruguayo, J. Zorrilla de San Martn, y que cont con la participacin del ensayista mexicano Alfonso Reyes. Poco a poco su poesa se fue despojando del ropaje modernista para ganar en efusin y sinceridad. En La rosa de los vientos (1930) se adentr en el vanguardismo, rozando incluso las imgenes surrealistas. Con Estampas de la Biblia, Loores de Nuestra Seora e Invocacin a san Isidro, todos de 1934, iniciar en cambio un camino hacia la poesa mstica. Un hecho importante es que en 1932 fue la promotora para que se realizara un concurso internacional para dotar de una bandera a la Hispanidad. Surgi as la Bandera de la Hispanidad, o Bandera de la Raza Hispnica, que es una creacin del capitn del Ejrcito Nacional de Uruguay, ngel Camblor, y fue izada por primera vez el jueves 12 de octubre de 1932, en la Plaza de la Independencia de Montevideo. En 1947 fue elegida miembro de la Academia uruguaya. La carrera de Juana de Ibarbourou tuvo mucho vrtigo desde el comienzo. Sus tres primeras obras gozaron de una gran repercusin internacional y se tradujeron a varias

lenguas. En la dcada de 1950 se publicaron sus libros Perdida (1950), Azor (1953) y Romance del destino (1955). En esta misma poca, en Madrid, salieron a la luz sus Obras completas (1953), donde se incluyeron dos libros inditos: Dualismo y Mensaje del escriba. Ocup la presidencia de la Sociedad Uruguaya de Escritores en 1950. Cinco aos ms tarde su obra fue premiada en el Instituto de Cultura Hispnica de Madrid, y en 1959 se le concedi el Gran Premio Nacional de Literatura, otorgado ese ao por primera vez. Su obra en prosa estuvo enfocada fundamentalmente hacia el pblico infantil; en ella destacan Epistolario (1927) y Chico Carlo (1944). Obras de Juana de Ibarbourou La obra potica de Juana de Ibarbourou lleg para afirmar un movimiento de aproximacin a la realidad que tmidamente quera mostrarse en Uruguay. Paralelamente ese movimiento se estaba expresando en toda Latinoamrica, pero en Juana de Ibarbourou podemos apreciar la riqueza de cromatismo expresada con imgenes modernistas. Se destaca notoriamente en su obra el optimismo por la vida, los contrastes entre alegras y tristezas, el amor por la naturaleza, la humanidad, la libertad, el sacrificio del amor y la belleza. Tambin se puede denotar el tema del transcurso del tiempo y los arrebatos de belleza, juventud y frescura que este realiza. Pero no solo alegras y placeres emanaba su arte, tambin se puede encontrar alusiones a la astringente vida ciudadana, las ansias, la vida cotidiana, la fugacidad de la vida, la muerte, el destino y muchos temas ms. Lo que siempre se podr apreciar en la obra de Juana de Ibarbourou es la sencillez, frescura, humanidad y espontaneidad con que se expresaba. De Ibarbourou se distingue por su expresin sencilla, pero de profundo sentimientos y significado. Por un lenguaje y una forma capaz de ser interpretada

por el pblico en general. Para poder leer e interpretar algunas poetisas hay que ser poeta, pero no en el caso de esta uruguaya. Especialmente en sus tres primeros poemarios donde la alegra de vivir se entrelaza con la melancola, la naturaleza de los campos con las travesuras de la impaciente juventud. Ya en los otros poemarios que siguen se pone ms seria, ms literaria, pero sigue siendo Juana de Amrica. Obras en poesa: Las lenguas de diamante (1919) Raz salvaje (1922) La rosa de los vientos (1930) Perdida (1950) Azor (1953) Mensaje del escriba (1953) Romances del Destino (1955) Angor Dei (1967) Elega (1968) Obra completa (1992, cinco volmenes al cuidado de Jorge Arbeleche) Obras en prosa: Cntaro fresco (1920) Ejemplario (1928) Loores de Nuestra Seora (1934) Estampas de la Biblia (1934) Chico Carlo (1944) Los sueos de Natacha (1945) Canto Rodado (1958) Juan Soldado (1971) PRESENTIMIENTOS Siempre suspiro por ti, oh bosque!, y por ti, oh campo!, y por ti, oh agua! Estoy convencida de que en una vida ancestral, hace ya miles de aos, yo tuve races y

gajos, di flores, sent pendientes de mis ramas, que eran como brazos jugosos y verdes, frutas tersas, pesadas de zumo dulce; yo estoy convencida de que hace un gran puado de siglos, fui un arbusto humilde y alegre, enraizado a la orilla montuosa de un ro. Por eso siempre suspiro por ti, oh bosque!, por ti, oh campo!, y por ti, oh agua!. [De El cntaro fresco] EL ALMA DEL HUERTO Nuestro huerto es nuevo y pequeito. Los arboles recin empiezan a dar frutos. El ultimo invierno un naranjito ostent ocho esferas de oro vivo entre sus ramas tiernas. Esta primavera en el manzano cuajaron hasta dos docenas de flores. Y con amor hemos vigilado el desarrollo de las frutas, primero pequeitas como avellanas, luego esponjadas y tersas como senos de muchachas. Pintaban ya cuando los gorriones descubrieron tal tesoro. Y hemos tenido que arrancarlas a medio madurar, para evitar que esos golosos con alas malogren nuestra dulce cosecha. Y ah estn, ocultas en mi viejo aparador de cedro. Cuando abro el antiguo armario, un olor delicioso y suave llena el comedor. Es como si el alma del huerto estuviera escondida en el vetusto mueble y se esparciera de pronto por la habitacin. Si el viento, extraado de no encontrar ahora aromas frutales en mi quinta, preguntara un da: -Dnde est el alma del huerto? Mi viejo armario podra decir abriendo un poquito su puerta maciza por la que escapara el olor a las manzanas: -Aqu! [De El cntaro fresco]

SELVA Selva; he aqu una palabra hmeda, verde, fresca, rumorosa, profunda. Cuando uno la dice, tiene en seguida la sensacin del bosque todo afelpado de musgos,

runruneante de pos y de roces, lleno de los quitasoles apretados y movibles de las copas de los arboles, bajo las cuales las siestas ardientes son tan dulces y donde es tan grato, tan grato, tenderse a soar. Selva! Oh, Dios mo, qu palabra tan alegre y tan fresca! Qu palabra para m tan llena de reminiscencias! Huele a eucaliptos, a lamos, a sauces, a grama; suena a viento, a agua que corre, a pjaros que cantan y pan, a roce de insectos y croar de sapitos verdes; evoca redondeles de sol sobre la tierra, frutas silvestres de una dulzura spera, caravanas de hormigas rojas cargadas de hojitas tiernas, penumbra verdosa y fresca, soledad. Oh Dios mo, evoca mis quince aos y toda mi alegra sana inconsciente y salvaje! [De El cntaro fresco] EL TRIGO Por frente a la ventana, donde me he sentado a coser, acaba de pasar, lento y pesado, un carro lleno de trigo. En la calle ha quedado un reguero de pajuelas y espigas amarillas y brillantes. Y todo mi corazn se va tras ellas y mis ojos no se cansan de contemplarlas y mis dedos tamborilean en los vidrios de la ventana, con ansias de traspasarlos y alargarse hasta palpar ese rastro dorado. Cuando era nia, cunto me gustaba jugar en las parvas de trigo! Mi cabello rebelde y negro tomaba reflejos dorados bajo las pajitas brillantes que se prendan a l. Era en la poca en que el aire es tibio y el viento tiene olor a margaritas. Yo era una chicuela salvaje y alegre y mis ojos no tenan entonces esta expresin vida y triste que tienen ahora. [De El cntaro fresco] VESTIDOS NUEVOS Creo a veces que las plantas son como las mujeres: les gusta cambiar de traje. Por eso en Otoo arrojan al suelo todas sus hojas amarillas y en Primavera se cubren de brotes brillantes. Es que, de veras, es tan lindo ponerse un vestido nuevo! Y las acacias se adornan de moos blancos, los aromas de lunares de oro, los pltanos de borlitas verdes y los miosotis, como "Piel de Asno", le piden a l hada de las flores un vestido hecho de cielo. Hasta los cardos, tan speros,

sienten despertar su coquetera y se prenden entre las duras greas un penacho azul! Me ro yo de los botnicos que quieren explicar gravemente los fenmenos de la florescencia y de la vegetacin! Si al brotar y al florecer las plantas no obedecen a otro impulso ms que al deseo de ponerse un bonito vestido nuevo! Por eso, tambin, crecen con preferencia en torno de las acequias, de los estanques, de los arroyuelos: para tener un espejo en que mirarse. [De El cntaro fresco] PUADOS DE POLVO Por la persiana entornada entra al comedor en penumbra, un rayo de sol matinal. Y por la misma rendija sale a la calle, oblicua hacia arriba, una banda ancha y dorada de molculas. Parece una legin de bailarines, pues, mirando atentamente, veo que cada uno de los puntitos rubios gira de una manera vertiginosa sobre s mismo. Si yo supiera fsica, cuntas observaciones podra hacer ahora! Pero no s nada ms que imaginar y soar. Y miro con envidia a esa banda de tomos que se va a correr el mundo, llevndose quizs el secreto de todas mis intimidades. Oh granitos de polvo que vais a ver lo que yo no he de mirar jams: bosques, mares, ciudades, templos, auroras boreales, maravillas! De soplo en soplo, de rfaga en rfaga, recorris la tierra, sorprenderis el secreto de mil mujeres, y cuando el viento os vuelva a traer otra vez a este lugar, quizs haya transcurrido un gran montn de siglos. Yo no ser ya ms que un puadito de polvo amarillo. Y entonces me ir a danzar y a correr por el mundo con vosotros. [De El cntaro fresco]

LA ORACION DE LOS GRILLOS Quizs ni sabios ni poetas sepan explicar nunca esa especie de tristeza o de uncin que el atardecer anuda en nuestra alma. Tal vez, nicamente, el hombre que implant el rito de la oracin de la tarde lo supiera. Y quizs lo sepan tambin los grillos, que de da trabajan o duermen y en las nochecitas de Enero elevan su canto, que puede ser muy bien un Padrenuestro o una Salve. Desde que he pensado esto, cuando oigo sus notas agudas entre la hierba de los caminos, al

atardecer, ya no le digo a mi alma: - Los grillos cantan. Sino: - Los grillos rezan. [De El cntaro fresco]

"La Higuera" Porque es spera y fea, porque todas sus ramas son grises, yo le tengo piedad a la higuera. En mi quinta hay cien rboles bellos: ciruelos redondos, limoneros rectos y naranjos de brotes lustrosos. En las primaveras, todos ellos se cubren de flores en torno a la higuera. Y la pobre parece tan triste con sus gajos torcidos que nunca de apretados capullos se visten... Por eso, cada vez que yo paso a su lado, digo, procurando hacer dulce y alegre mi acento: -Es la higuera el ms bello de los rboles en el huerto. Si ella escucha, si comprende el idioma en que hablo, qu dulzura tan honda har nido en su alma sensible de rbol! Y tal vez a la noche, cuando el viento abanique su copa, embriagada de gozo, le cuente: -Hoy a mi me dijeron hermosa.

"La Hora" Tmame ahora que an es temprano y que llevo dalias nuevas en la mano. Tmame ahora que aun es sombra esta taciturna cabellera ma. Ahora que tengo la carne olorosa y los ojos limpios y la piel de rosa. Ahora que calza mi planta ligera la sandalia viva de la primavera. Ahora que mis labios repica la risa como una campana sacudida a prisa. Despus..., ah, yo s que ya nada de eso ms tarde tendr! Que entonces intil ser tu deseo, como ofrenda puesta sobre un mausoleo. Tmame ahora que an es temprano y que tengo rica de nardos la mano! Hoy, y no ms tarde. Antes que anochezca y se vuelva mustia la corola fresca. Hoy, y no maana. Oh amante! no ves que la enredadera crecer ciprs?

Bibliografa:http://www.biografiasyvidas.com/biografia/i/ibarbourou.htm