América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas...

31
América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la hipótesis que la crisis cíclica que empieza en el 2007 y se extiende hasta el 2009 o más, es también una crisis de orden estructural, donde no hay una única ruta de salida, pero tampoco existe multiplicidad de alternativas. Para el caso de las relaciones centro-periferia, el carácter de la crisis y de los reordenamientos que plantea, abre por lo menos la posibilidad de obtener, por parte de América Latina, una «dependencia negociada», que mejore los términos de la relación. En lo que respecta al funcionamiento interno de las economías de América Latina, el autor argumenta que la crisis mundial debe expresarse como crisis terminal de la dimensión económica del modelo neoliberal, una vez que dicho modelo cumplió sus funciones de incrementar la tasa de explotación y de empujar a una mayor sujeción hacia el capital financiero internacional, ante lo cual identifica cuatro posibles rutas de salida, centrando la atención en tres de ellas, para las cuales identifica sus principales contenidos y los problemas que enfrenta su posible concreción: «La ruta de una industrialización autoritaria y de posible corte fascistoide», la ruta de «Una industrialización democrático-burguesa» y «La ruta demo-socialista», ésta última como la única que busca ir más allá del capitalismo. Palabras clave: Crisis mundial, América Latina, Alternativas de Desarrollo. Latin America: alternatives to the crisis. The article is based on the hypothesis that the cyclical crisis started in 2007 and extended through 2009 or more, is also a structural crisis, where there is no a single exit route, but there is no multiplicity of alternatives. For the case of center-periphery relations, the nature of the crisis and the rearrangements that raises open at least the possibility of obtaining, by Latin America, a «negotiated dependence», which improves the terms of the relationship. In regards to the internal functioning of the economies of Latin America, the author argues that the global crisis must be expressed as terminal crisis of the economic dimension of the neoliberal model, once the model fulfilled its duties of increasing the rate of exploitation and pushing a greater grip towards the international financial capital, to which identifies four possible routes of exit, focusing on three of them, for which identifies its main contents and the problems facing its possible realization: «Route of an authoritarian industrialization and possible court fascistoid», the route of «A democratic industrialization» and «Demo- socialist path», the latter as the only one that seeks to go beyond capitalism. Keywords: Global Crisis, Latin America, development alternatives. Aportes, Revista de la Facultad de Economía, BUAP, Año XVIII, Número 47, Enero - Abril de 2013 * Doctor en Economía por la Universidad Estatal de Moscú, M. Lomonosov. Profesor–Investigador Titular «C», del Departamento de Economía, en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. Sus principales líneas de investigación son: Economía en América del Norte, Teorías y Estrategias de Desarrollo y Transforma- ción de la Economía Mundial e Integración

Transcript of América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas...

Page 1: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

América Latina: alternativasfrente a la crisis

José C. Valenzuela Feijóo*

[ 5 ]

El artículo parte de la hipótesis que la crisis cíclica que empieza en el 2007 y se extiende hasta el2009 o más, es también una crisis de orden estructural, donde no hay una única ruta de salida, perotampoco existe multiplicidad de alternativas. Para el caso de las relaciones centro-periferia, elcarácter de la crisis y de los reordenamientos que plantea, abre por lo menos la posibilidad deobtener, por parte de América Latina, una «dependencia negociada», que mejore los términos dela relación. En lo que respecta al funcionamiento interno de las economías de América Latina, elautor argumenta que la crisis mundial debe expresarse como crisis terminal de la dimensióneconómica del modelo neoliberal, una vez que dicho modelo cumplió sus funciones de incrementarla tasa de explotación y de empujar a una mayor sujeción hacia el capital financiero internacional,ante lo cual identifica cuatro posibles rutas de salida, centrando la atención en tres de ellas, paralas cuales identifica sus principales contenidos y los problemas que enfrenta su posible concreción:«La ruta de una industrialización autoritaria y de posible corte fascistoide», la ruta de «Unaindustrialización democrático-burguesa» y «La ruta demo-socialista», ésta última como la única quebusca ir más allá del capitalismo.

Palabras clave: Crisis mundial, América Latina, Alternativas de Desarrollo.

Latin America: alternatives to the crisis.The article is based on the hypothesis that the cyclical crisis started in 2007 and extended through 2009 or more,is also a structural crisis, where there is no a single exit route, but there is no multiplicity of alternatives. For thecase of center-periphery relations, the nature of the crisis and the rearrangements that raises open at least thepossibility of obtaining, by Latin America, a «negotiated dependence», which improves the terms of therelationship. In regards to the internal functioning of the economies of Latin America, the author argues thatthe global crisis must be expressed as terminal crisis of the economic dimension of the neoliberal model, once themodel fulfilled its duties of increasing the rate of exploitation and pushing a greater grip towards theinternational financial capital, to which identifies four possible routes of exit, focusing on three of them, for whichidentifies its main contents and the problems facing its possible realization: «Route of an authoritarianindustrialization and possible court fascistoid», the route of «A democratic industrialization» and «Demo-socialist path», the latter as the only one that seeks to go beyond capitalism.

Keywords: Global Crisis, Latin America, development alternatives.

Aportes, Revista de la Facultad de Economía, BUAP, Año XVIII, Número 47, Enero - Abril de 2013

* Doctor en Economía por la Universidad Estatal de Moscú, M. Lomonosov. Profesor–Investigador Titular«C», del Departamento de Economía, en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. Sus principaleslíneas de investigación son: Economía en América del Norte, Teorías y Estrategias de Desarrollo y Transforma-ción de la Economía Mundial e Integración

Page 2: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

6 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

IEl capitalismo, a lo largo de su desarrollohistórico, junto a un crecimiento significa-tivo (del PIB por habitante y de la produc-tividad del trabajo), nos muestra una tra-yectoria de oscilaciones en el PIB que serepiten una y otra vez. Es el denominadocurso cíclico del sistema: a períodos de expan-sión le suceden fases de recesión económi-ca. Este comportamiento cíclico es inhe-rente y específico del régimen capitalista:no ha existido antes y se puede pronosticarque después tampoco tendrá lugar. Ensuma, se trata de un fenómeno históricamente

delimitado. Luego, si es algo propio delrégimen capitalista, debemos también su-poner que se trata de un fenómeno endógena-

mente determinado.En el curso cíclico, en términos gruesos

se pueden distinguir dos fases y dos mo-mentos. La primera fase es la del auge

cíclico, en que los niveles de actividad eco-nómica (Inversión, PIB, ocupación, etc.) seexpanden. La fase desemboca en el punto de

crisis en el cual cesa el crecimiento y se abreun período de recesión. Esta fase de recesión

(o contracción) implica descensos en los

niveles de inversión, del PIB, de la ocupa-ción, etc. Desemboca en un punto en que eldescenso se detiene y se arriba al punto de

recuperación. Tenemos entonces dos pun-tos o momentos: el que marca el punto másalto o crisis y el que marca el punto más bajo(o recuperación). Y dos fases, la de auge yla de recesión. La longitud del ciclo se mideen términos del tiempo que transcurreentre el punto más bajo inicial y el puntomás bajo final. La profundidad según losniveles de ascenso o descenso de la activi-dad económica.

El ciclo y las crisis que le acompañancomo parte esencial, no son una desgracia.Cumplen una función vital en el desarrollodel sistema: al capitalismo le son funcionales.¿En qué radica la funcionalidad de lascrisis?

Para bien entender este fenómeno con-viene recordar dos aspectos elementales:en el capitalismo, la producción se subordi-na a la lógica del capital y ésta es una lógicade valorización: el famosos D-M-D’ de Marx.En otras palabras, se produce para obtenerganancias, para valorizar el capital (maxi-mizar (D’-D)/D). Si esto no tiene lugar, la

“Men at some time are masters of their fates”.W. Shakespeare, Julius Caesar

Page 3: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

7AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

producción simplemente se paraliza, asíhaya ingentes masas de desocupados y tre-mendos déficit en el plano del bienestarmaterial. En segundo lugar tenemos quedurante la fase de auge, se van dandociertos procesos que desembocan en undescenso de la tasa de ganancia. Con locual, la inversión se desploma y empiezana descender los niveles de la actividadeconómica. Conviene recalcarlo: el des-censo de la tasa de ganancia y la crisis quele sigue no caen desde los santos cielos, sonengendrados por el mismo proceso de augey desarrollo previos. En corto: es el auge el

que engendra la crisis. Tercero, la crisis abreel período de recesión y en esta fase sedespliegan procesos económicos que, alcabo de cierto tiempo, recomponen lascondiciones de valorización del capital. Ycuando esto tiene lugar, se arriba al puntode recuperación, el cual abre una nuevafase de auge económico: los capitalistasencuentran de nuevo motivos para invertiry con ello se vuelve a expandir la actividadeconómica. En que el punto a subrayarsería: es la recesión la que engendra el punto de

recuperación y, por lo mismo, un nuevo auge.Tal es la lógica interna del sistema: un augeque provoca la recesión y una recesión queprovoca un nuevo auge y así sucesivamen-te. En términos metafóricos, podríamos decirque la crisis es la manifestación o señal que seha acumulado demasiada basura en los duc-tos del sistema. Y que la recesión es la encar-gada de limpiar esos ductos y, por lo mis-mo, de poner al sistema en nuevas condi-ciones de funcionar dinámicamente. Poreso se habla de funcionalidad.

Cuando la recesión cumple esas funcio-nes de limpieza de los ductos, cuando re-compone la tasa de ganancia y por endevuelve a dinamizar la acumulación y elcrecimiento, se habla de un “ciclo bien com-

portado”. En la mayoría de los casos conoci-dos, tal ha sido la situación. Pero de vez envez, en el lapso de unos 40-50 años, talesfunciones no se cumplen bien. La recesiónse alarga, la recuperación se tarda más delo usual, y cuando tiene lugar es débil yanémica. Por ejemplo, como hoy (media-dos del 2012) vemos en EEUU y Europa,dura poco tiempo, genera un crecimientoque es bajo e irregular, que mantiene altastasas de desocupación y que amenaza conuna nueva recesión en un plazo anormal-mente corto. En este caso, se puede hablarde un “ciclo perverso o mal comportado”.

Detrás de un “ciclo perverso” o “malcomportado” suelen esconderse proble-mas de orden mayor. Estos tienen que vercon una estructura —“patrón de acumula-ción”, “estructura social de la acumula-ción” o algo semejante— que ya no funcio-na, que ha periclitado como ordenamientosocio-económico favorable a la acumula-ción capitalista. La enfermedad es másgrave y no puede ser curada con el purorecurso de una recesión clásica. Se necesitade una cirugía mayor, que permita el as-censo a un nuevo patrón de acumulación.De momento, no pensamos en un salto auna sociedad pos-capitalista. El punto esotro: es el mismo capitalismo, respetandosus rasgos más esenciales, el que exige uncambio de orden estructural. Si así se danlas cosas, tenemos que una crisis cíclica

Page 4: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

8 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

también aparece como expresión de unacrisis estructural (i.e. de un determinadopatrón de acumulación) del sistema.

Nuestra hipótesis es que la crisis cíclicaque empieza en el 2007 y se extiende hastael 2009 o un poco más (desde cierta pers-pectiva, incluso hasta hoy), es también unacrisis de orden estructural. De dónde la pre-gunta: ¿cuáles son las estructuras que de-ben eliminarse? ¿Cuáles son las de reem-plazo?

Valga advertir: una crisis de orden es-tructural abre algunos grados de libertad,pero —en términos generales— estos sonpocos. Es decir, por lo común no hay unaúnica ruta de salida, pero tampoco existemultiplicidad de alternativas. Para el casopodemos hablar de “coerción estructural del

cambio histórico”. En otras palabras: dímequé es lo que entra en crisis y te diré cuálesson las salidas posibles: las salidas no sonindependientes de lo que ha entrado encrisis. Por ejemplo, si uno de los problemascentrales ha sido una pésima distribucióndel ingreso que provoca una demanda efec-tiva insuficiente, superar la crisis con cargoa la represión salarial (receta neoclásicausual), sólo exacerba la crisis.1 Este mismoproblema, visto desde un ángulo más gene-ral, nos pone frente a una noción o hipóte-sis más abstracta: el cambio social también está

sujeto a leyes objetivas. Que si esto no se

cumpliera, no se podría construir ningunateoría del cambio social. Lo cual, entreotras cosas, también significa que las es-tructuras existentes, incluyendo las quedeben fenecer, abren ciertas posibilidadesal cambio a la vez que niegan otras.

IIUna crisis de orden estructural exige cam-bios de orden mayor que no sólo afectan ala potencia mundial dominante donde sedespliega esta crisis. Los cambios suelenabarcar al conjunto de la economía mun-dial.

Si recogemos la experiencia históricaconocida y apuntando sólo a lo medularpodemos señalar las siguientes mutacio-nes:

1) Cambios en patrón de acumulación vi-

gente en la potencia mundial dominante.

2) Cambios en la correlación de fuerzas

existente entre las grandes potencias imperiales.3) Cambios en el tipo de nexos que se

establecen entre el centro y la periferia del

sistema. Si se quiere, se suele asistir a unaredefinición de los términos de domina-ción y dependencia que tipifican a la eco-nomía mundial.

4) Cambios en el patrón de acumula-ción (o en los patrones) vigentes en lospaíses periféricos. En nuestro caso, impor-tando la situación de América Latina.

En estas notas, nos interesa examinar elpunto 4. Pero antes, y para mejor entendereste mismo aspecto, necesitamos hacer unabreve mención a las otras dimensiones delcambio.

Tomemos el caso de EEUU, la gran

1 Sobre las causas de la crisis, tema que aquí noabordamos, ver José Valenzuela Feijóo (2009). En estetexto se rechaza la idea de una crisis puramentefinanciera y se argumenta que hay un fondo real yestructural que está a la base de los mismos problemasfinancieros.

Page 5: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

9AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

potencia imperial y dominante. El reorde-namiento estructural que se le abre comodesafío le exige: a) reducir significativa-mente su actual tasa de plusvalía y, porende, mejorar drásticamente la distribu-ción del ingreso a favor de los asalariados.Lo cual, de paso, también facilita reducir ladeuda de las familias sin comprimir susniveles de vida; b) dinamizar fuertementela inversión privada: si en la actualidadabsorbe apenas un 7% del excedente total,debería pasar a un 25% o más. Se trata deinversión productiva, lo que supone que enesta esfera, la productiva, se eleva la renta-bilidad. Asimismo, que en otras, como laesfera financiera e improductiva, la renta-bilidad se castiga. O sea, tiene que darse unfuerte traslado de la plusvalía apropiada afavor del capital productivo y en contra delfinanciero-especulativo; c) tal dinamiza-ción de la acumulación exige una ofertatecnológica, de innovaciones de ordenmayor con gran capacidad de arrastre (lastecnologías “limpias” y ahorradoras deenergía, son un claro y prometedor blan-co). Lo cual, es difícil de lograr sin un fuerteapoyo y gasto estatal (directo o indirecto,vía subsidios) a favor de la educación, laciencia y la tecnología (I&D); d) se debemejorar drásticamente la cuenta externadel país. Más precisamente, se deben dina-mizar fuertemente las exportaciones y re-gular el crecimiento de las importaciones.La meta mínima debería ser la de unabalanza comercial equilibrada. O bien,como es lo propio de toda potencia impe-rial exportadora neta de capitales, que talbalanza volviera a ser superavitaria. Por

ende, jugar un papel importante comofactor de realización de la plusvalía produ-cida (en el sentido de Kalecki); e) en gene-ral, tales orientaciones exigen una activa

intervención estatal a favor de la acumulación y

el crecimiento. Lo cual, por cierto, obliga adesechar las concepciones neoliberales (R.Lucas et al) del tipo “toda política económi-ca es no sólo ineficiente; también es impo-tente”; f) como factor clave del cambio, seexige una sustancial alteración del bloquede poder. En éste, las posiciones de mandoy hegemónicas, deben pasar desde la oli-garquía financiero-especulativa al gran ca-pital industrial productivo.

Sobre la segunda dimensión, tenemosun dato obvio: con la crisis, el mundounipolar de Bush se acaba. Muy probable-mente, EEUU conserve su papel de poten-cia mayor, pero ahora como “primus interpares” o, por lo menos, aceptando un fuer-te regateo con China, Japón, Europa (don-de se observa ya un fuerte reacomodo in-terno a favor de Alemania) y algunas po-tencias emergentes diferentes de China(India y algunas otras). Este reordenamien-to, económico y político, en el marco de lacrisis, debería provocar conflictos inter-imperiales agudos y mayores. Se trata deredistribuir esferas de influencia y comoapuntaba Lenin (en un reciente libro sobreChina, también Kissinger), estos desplaza-mientos suelen exigir una coacción de tipomilitar (guerras).

En cuanto a las relaciones centro-peri-feria bástenos decir que el carácter de lacrisis y de los reordenamientos que plan-tea, abre por lo menos la posibilidad de

Page 6: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

10 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

obtener, por parte de América Latina (vis avis los Estados Unidos, que para nuestrohemisferio funciona como centro impe-rial), una “dependencia negociada”, quemejore —para la región— los términos dela relación. Por supuesto, que esta posibili-dad se aproveche o no y en qué grado,depende de la situación interna de cadapaís y/o bloque regional, de las fuerzassociales que asuman el poder del Estado.

IIIRetomemos ahora la cuarta dimensión delcambio estructural, concentrando nuestraatención en América Latina. Lo primero es

identificar lo que aquí, en la región, entraen crisis. La respuesta es clara: la crisismundial en la región debe expresarse comocrisis terminal del patrón neoliberal. Precise-mos lo que esto significa y lo que no signi-fica.

Lo de crisis terminal se refiere a ladimensión económica del modelo neolibe-ral y la entendemos como incapacidad delmodelo para generar acumulación y creci-miento (ver cuadros 1 y 2). Asimismo, quelas posibles funciones históricas que cum-plió —que básicamente giran en torno alaumento de la tasa de explotación y lamayor sujeción al capital internacional fi-

CUADRO 1MÉXICO, RITMOS DE CRECIMIENTO DEL PIB.

FASE DE “INDUSTRIALIZACIÓN SUSTITUTIVA” Y FASE NEOLIBERAL

Fase PIB PIB Crecimiento Años paraglobal (*) habitante (*) población (*) duplicar

PIB por habitante

A.- Fase neoliberal 2.06 0.41 1.65 170B.-Industrialización sustitutiva 6.7 3.9 2.8 18C = B / A 3.25 9.51 1.70 0.106

(*) Tasa media anual de crecimiento. En porcientos.Período neoliberal = 1981-2010. Industrialización sustitutiva = 1940-81.Fuente: Estimaciones del autor a partir de CEPAL.

CUADRO 2MÉXICO, PLUSVALÍA, ACUMULACIÓN Y CRECIMIENTO

Fases Tasa de Potencial de Tasa de Eficacia de Tasa deplusvalía reproducción acumulación acumulación crecimientO

ampliada

Industrialización sustitutiva 3.0 0.75 0.25 0.357 0.0697Neoliberal 6.0 0.86 0.14 0.154 0.02

Fuente: estimaciones del autor, a partir de INEGI, SCN., y Cepal.

Page 7: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

11AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

nanciero— ya han sido satisfechas. Másaún, que insistir en ellas resulta dañinopara el mismo sistema: hoy, la dinámica delcapital, no puede asentarse en el idearioneoliberal.

Lo señalado no significa, necesariamen-te, que tenga lugar un reemplazo más omenos inmediato del orden neoliberal. Parael caso recordemos el abecé: la economíapuede presionar por el cambio pero no lodecide. Éste, dada la presión de la econo-mía, pasa a ser resorte de las variablesideológica y política. Si éstas no ayudan aimpulsar el cambio, éste no tendrá lugar.

Sentado lo de la crisis terminal delmodelo neoliberal, debemos pasar al exa-men de las posibles rutas de salida, de sucontenido y de sus posibilidades históricas.Empezamos enumerando: 1) la que pre-serva el modelo económico neoliberal oruta del pantano; 2) la ruta industrializantede corte autoritario-dictatorial, con un pro-bable contenido fascistoide; 3) la ruta deuna industrialización de corte nacionalistay democrático burgués; 4) la industrializa-ción de corte democrático popular y socia-lista. La ruta (1) supone que prosigue elmodelo neoliberal. Las rutas (2) y (3) pre-servan la matriz capitalista pero implicanmodalidades distintas del capitalismo (en-tre sí y respecto a la modalidad neoliberal).En ambas cesa el papel hegemónico delcapital financiero-especulativo. La vía (2)posiblemente no altera sustantivamente larelación excedente a producto del modeloneoliberal (aunque cabe esperar algunadisminución) pero eleva fuertemente laacumulación. La (3) reduce la tasa de plus-

valía e intenta elevar (con resultados incier-tos), la tasa de acumulación. La ruta (4)apunta a ir más allá del capitalismo, debe-ría mejorar fuertemente la distribución delingreso y también los ritmos de crecimien-to.2

A título previo, daremos una indicaciónsobre dos “herencias” que deja el patrónneoliberal. Ello, pues estas herencias en-marcarán buena parte de las posible rutasalternativas.

IVDos herencias neoliberales a resaltar.

El estilo neoliberal, ciertamente deja unaherencia muy vasta. Aquí, nos limitaremosa llamar la atención sobre dos aspectos queresultan especialmente importantes: a) loque podemos denominar el parasitismo ydescomposición moral que provoca el neo-liberalismo; b) la muy alta tasa de plusvalía.

a) Parasitismo y descomposición.En la fase neoliberal, el capital financie-

ro especulativo opera como fuerza hege-mónica. Por lo mismo, la política económi-ca se orienta en función de esos intereses.En este marco, el sector improductivo —elfinanciero especulativo en especial— setorna un espacio de inversión privilegiada.En suma, interesa más la apropiación de la

plusvalía que su producción. Esta lógica se

2 Valga una precaución elemental: nuestra discu-sión se mantendrá en un plano bastante general. Porlo mismo, si se pasa al análisis de tal o cual realidadconcreta (país o grupo de países) siempre se encontra-rán matices, rasgos singulares, etc. Es decir, se nece-sitará ajustar y modificar en tales o cuales puntos elanálisis del caso.

Page 8: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

12 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

(1) rg = (PE/PA) (∆K/PE) (∆PA /∆K) = (pra) (ak) (α´)

PE/PA = pra = potencial de reproducción ampliada;PE = Producto Excedente; PA = Producto Agregado (Ingreso nacional).∆K /PE = ak : tasa de acumulación; «K = incremento activos fijos (inversión neta).∆PA /∆K = α’ = relación producto-capital incremental.

suele extender al conjunto de la sociedad yprovoca un estilo parasitario en que ladeslealtad, las trampas y una extendidadescomposición moral se tornan la norma.

Cambiar esto es difícil. Los empresa-rios, por ejemplo, se han desentendido delas actividades productivas, de la ciencia yla tecnología. En vez de físicos, químicos,biólogos e ingenieros industriales, han pri-vilegiado a staffs de dirección donde domi-nan los manipuladores financieros. En bre-ve, han perdido sus capacidades empresa-riales como productores. Corregir esta si-tuación exige cambiar drásticamente nosolamente la estructura de las rentabilida-des relativas a favor del capital productivo.También, un gran apoyo estatal (en tecno-logía, capacitación, etc.) e, inclusive, medi-

das coactivas a favor del nuevo estilo.b) Alta tasa de plusvalía.Una muy alta tasa de plusvalía es un

rasgo medular del neoliberalismo. En Méxi-co, vg., ha llegado a un nivel de 6.0 o más(Isaac y Valenzuela, 1999). Es tan alto queprovoca muy serios problemas de realiza-ción y, al final de cuentas, resulta disfuncio-nal para el mismo sistema.

A primera vista, una menor tasa de plus-valía se pudiera pensar que perjudica alcapital y, por ende, a la inversión y al creci-miento. El punto, nos lleva a discutir dosrelaciones: i) entre tasa de plusvalía y creci-miento; ii) entre tasa de plusvalía y tasa deganancia. Y entre ésta y tasa de inversión.

Recordemos lo que hemos denomina-do “ecuación clásica del crecimiento”:

También tenemos que entre la tasa deplusvalía y el potencial de reproducciónampliada se da la siguiente relación defini-cional:

(2) pra = p/(1+p)p = tasa de plusvalía.

Por consiguiente, si cae la tasa de plus-valía se reduce el potencial de reproduc-ción ampliada. Luego, haciendo caeterisparibus y de acuerdo a (1), la tasa de creci-miento debería descender. El error, en este

caso, es justamente suponer que no semodifican la tasa de acumulación y el in-verso de la intensidad de capital o coefi-ciente alfa marginal. Supongamos que eldescenso de la tasa de plusvalía se debe alaumento de los salarios. Para el capitalista,le suben costos, pero como los salarios nosólo juegan como factor de costos sinotambién de la demanda, la expansión delas ventas puede compensar sobradamenteal efecto negativo. Si la tasa de plusvalíadesciende desde 6.0 a 4.0 (descenso de un33%), el potencial de reproducción am-

Page 9: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

13AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

pliada cae desde 0.857 a 0.80 (cae un9.3%).3 En las nuevas condiciones de segu-ro el producto de la tasa de acumulaciónpor el alfa marginal, sube sobradamentepor encima del 10%. Supongamos que latasa de acumulación sube desde 0.14 a0.30 y que el alfa marginal se eleva a 0.30(cifra eventualmente baja). En este casoel coeficiente de inversión neta (inver-sión neta sobre Ingreso Nacional) llega a

un 25.8% y la relación inversión brutasobre PIB a un 31.8% (cifra alta). Bajo estossupuestos, la tasa de crecimiento llegaría aun 7.2%.

¿Qué pasa con la tasa de ganancia? Endirecto, la tasa de plusvalía la perjudicapero hay otros factores que juegan y no lospodemos suponer constantes. Si nos limi-tamos a lo que más nos interesa, para la tasade ganancia, podemos escribir:

( 3 ) g = [ (p) (nv) / (1 + Ov ) ] [ to ] + EA

(p) (nv) / (1 + ov ) = tasa de ganancia a la Marx;p = tasa de plusvalíanv = velocidad de rotación del capital circulanteOv = composición de valor del capital.to = tasa de operación (producción efectiva sobre producción potencial).EA = efecto de apalancaje = d ( g2 - i );d = coeficiente de endeudamiento (capital prestado sobre capital propio)i = tasa de interésg2 = [ to ] [ (p) (nv) / (1 + ov ) ]

3 Para altas tasas de plusvalía, la elasticidad derespuesta del potencial de reproducción ampliada aaumentos en la tasa de plusvalía, es muy baja.

Permítasenos algunos ejercicios numé-ricos para mejor dimensionar el problema.Supongamos que en cierto periodo los sa-larios se elevan en un 40%, una cifra bas-tante respetable. A igualdad de otras cir-cunstancias la tasa de plusvalía baja desde6.0 a casi 4.0: cae un 33%. En el mismoperíodo —digamos un quinquenio— laproductividad se eleva en un 20% (3.7%promedio anual). Si esto fuera así, tendría-mos que la tasa de plusvalía se elevaríadesde 4.0 a casi 5.0 (más precisamentellega a un 4.95); este nivel —podemossuponer— seguirá siendo demasiado alto

para el desarrollo del capital. Es decir, elsistema puede y debe elevar aún más lossalarios. Supongamos ahora —siguiendouna ruta diferente— que se busca estabili-zar la tasa de plusvalía en 4.0, que la jorna-da de trabajo no se mueve y que la produc-tividad sigue creciendo en un 20%. Dadoesto, despejamos el crecimiento posible delsalario real: éste, resultaría igual a un muyalto 59.5% en el quinquenio (equivalente aun 9.8% promedio anual).4

4 Estamos manejando la siguiente expresión parala tasa de plusvalía (p ):

1 + p = ( JTa) ( Fbs) / SraSra= salario real anual; JTa = jornada de trabajo

anual; Fbs = productividad del trabajo en bienessalarios.

Page 10: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

14 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

¿Este movimiento acaso no afecta a latasa de ganancia y a la inversión? Sí, siem-pre y cuando no consideremos el problemaen su conjunto (algo que no es lícito). Elcrecimiento salarial dispara la demandainterna y, por ello, mejora sustancialmenteel aprovechamiento de las capacidades ins-taladas productivas. El mayor gasto públi-co y la indispensable regulación de lasimportaciones, deben operar en el mismosentido. Luego, podemos suponer que enlas nuevas condiciones la tasa de operaciónmarginal sube desde un 50-60% a un 85-90%.5 Si pasa desde un 60% a un 90%, latasa de operación crece un 50% lo cual,desde ya contrarresta el impacto negativode los mayores salarios. También debemosconsiderar el impacto del sistema financie-ro. Para el caso, podemos suponer tasas deinterés reguladas y más bajas. Por ello, eslícito suponer un efecto de apalancaje po-sitivo. En suma, una rentabilidad mayor,una consiguiente mayor inversión y unsalto en la tasa de crecimiento.

En resumen, la altísima tasa de plusva-lía heredada del neoliberalismo: a) puedey debe ser reducida; b) tal reducción permi-te un fuerte aumento salarial, lo que expan-de el mercado interno y ayuda a legitimaral nuevo patrón; c) no afecta a la tasa deganancia y a la inversión; por el contrario,la estimula.

Aceptado lo anterior surge una pregun-ta: ¿por qué tal incremento de seguro no

tendrá lugar en una magnitud como laindicada en el último ejercicio numérico?La respuesta nos parece muy clara: no espor alguna posible avaricia del capital sinopor un factor de orden estructural: el im-pacto de tal expansión salarial en el balan-ce de pagos. La oferta interna es imposibleque responda a tal velocidad y, por lomismo, la presión recaería en el balance depagos, generándose muy rápidamente undéficit insostenible. Adelantando vísperas,el modelo autoritario sí sería capaz de lacontención salarial. El democrático, muyprobablemente no. Por lo mismo, es muyposible que su debacle pueda emerger poreste sendero.

VLa ruta del pantano

Se trata de una “ruta” que implica la preser-vación del modelo neoliberal. Por lo mis-mo, de fondo no se trata de una ruta puesno abre ninguna salida a la crisis. Unasituación de este tipo, no es una novedadhistórica, y tiene lugar cuando “los de arri-ba ya no pueden” (condición de todo cam-bio mayor) y además “los de abajo tampocopueden” (con lo cual, el cambio no emer-ge). En este caso, la sociedad cae en unaespecie de pantano histórico, de ciénagaputrefacta en que el orden institucional ymoral se va descomponiendo más y más yno aparecen actores sociales (i.e., clases y/o fracciones de clase) con la capacidad devisión y de organización para impulsar elproceso de cambio necesario. Por lo mis-mo, no existe un proyecto de país, nacio-nal, capaz de movilizar a la sociedad. De

5 Por tasa de operación marginal entendemos elcambio que provoca en la tasa de operación media lanueva inversión.

Page 11: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

15AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

hecho, la visión de ésta, como totalidadorgánica, desaparece de la conciencia so-cial y política y pareciera que sólo existe loindividual, lo particular, lo parcial, cotidia-no y de corto plazo: opera el viejo lema de“yo me preocupo de mí y de los demás queDios se haga cargo”. Además, lo hago conreglas de conducta ad-hoc en que todo estápermitido: la falta de lealtad, la mentira, elrobo, el crimen.6 A la larga-larga, una situa-ción de este tipo no se mantiene, pero en elínterin, se puede llevar décadas de historiaperdida. En la región, muy probablementeen México, sobremanera con cargo a losgobiernos panistas de Fox y Calderón, seestá asistiendo a una situación más o menosparecida.

VILa ruta de una industrialización

autoritaria y de posible corte fascistoide

El punto ameritaría un examen muy deta-llado. Pero, por razones de espacio, noslimitaremos a un muy taquigráfico esbozo.En el punto de partida y como marcogeneral de referencia, suponemos un pro-ceso de estancamiento económico, de pa-rasitismo (sólo se premia al capital especu-lativo), de miseria, desocupación y margi-nalización crecientes Es decir, lo que típi-camente resulta del modelo neoliberal.

También suponemos: 1) Un despresti-gio creciente de los partidos políticos tradi-

cionales y de sus dirigentes. En general,gran descrédito de la política: “la políticaes sucia, propia de deshonestos, de menti-rosos y ladrones, huya de ella”. Algo que losmedios televisivos, se encargan de difundiry propagandizar ampliamente. 2) Despres-tigio y descomposición de partidos de iz-quierda. Estos olvidan sus ideales anti-capitalistas, se subordinan al sistema y ope-ran como verdaderos criados del gran ca-pital. 3) La burguesía, la grande en espe-cial, se muestra como políticamente débil,incapaz e impotente para impulsar un pro-yecto de renovación nacional. 4) La depen-dencia y consiguiente penetración impe-rial alcanza niveles extremos en lo econó-mico e ideológico. 5) Se extiende más y másun descontento generalizado. Pero comoeste malestar y rabia no se procesan entérminos de conciencia de clase (la con-ciencia política de los segmentos medios ypopulares es prácticamente nula), el des-contento sólo atina a buscar un nuevo per-sonaje, necesariamente providencial.

a) Agentes impulsores.En un contexto como el indicado, se dancondiciones para la emergencia de líderes“providenciales”, “milagrosos”, con un altopoder carismático. Estos, pueden lograr unapoyo masivo de buena parte de las capasurbanas marginadas por el sistema, los“ambulantes”, el lumpen, los pequeñoscomerciantes, buena parte de las nuevascapas medias, etc. Más que hablar contra elcapitalismo, en América Latina tales líde-res dirigirían sus ataques “en contra de losricos y a favor de los pobres”. De seguro

6 “He de llevarte por lugar eterno,/ donde oirás elaullar desesperado,/ verás, dolientes, las antiguas som-bras,/ gritando todas la segunda muerte.” (Dante,Divina Comedia).

Page 12: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

16 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

enfatizarían al “patriotismo y a la defensade los intereses nacionales”. También, lanecesidad de una autoridad firme y repre-siva. Este lenguaje es más entendible porlas capas atrasadas y despolitizadas de laciudad y el campo, amén de que evita eleventual peligro de un discurso que hablede clases sociales, del capitalismo explota-dor y hasta de un socialismo nacionalista, alestilo de lo que predicaban Mussolini yHitler.

Si a lo anotado agregamos que a partirde su impotencia política la burguesía pue-de decidir “abdicar” a favor de tales líderesprovidenciales, tenemos ya todos los ingre-dientes para la ruta autoritaria. La cual,operaría con algunos elementos del “bona-partismo” descrito por Marx y, sobrema-nera, con los rasgos que tipificaron a lasexperiencias de corte fascista (en Europa y,parcialmente, en la Argentina de Perón).7

El proceso también podría operar bajodirección militar sin mayor apoyo popular.Es decir, se trataría de militares que im-plantarían una dictadura desarrollista. Ensuma, como agentes políticos de este pa-trón de acumulación muy probablementetendríamos a grupos militares (más bien, elejército como tal, como cuerpo institucio-nal que desata y dirige el proceso) asociadoquizá a alguna posible figura carismática,

que pudiera provenir del mismo ejército.En términos clasistas, sería la gran burgue-sía industrial, con intereses (actuales o fu-turos) en la industria pesada, la fracciónclasista que se beneficiaría del proceso. Eneste caso se daría una situación un tantopeculiar: serían los agentes políticos per-selos que definirían la ruta y, al hacerlo,terminarían por incorporar al proceso a laclase (o más bien, fracción clasista) que conél se vería especialmente beneficiada.8

b) Excedente, tasa de plusvalía y participación

salarial.

El modelo que nos preocupa hereda unaelevadísima tasa de plusvalía (en México,superior a seis), la que de hecho ha llegadoa ser disfuncional al sistema. Por lo mismo,se podría esperar incluso que opere algúndescenso en la tasa de plusvalía. Con locual, se abre la posibilidad de algún incre-mento salarial.9 El salario medio deberíasubir, más por el efecto del desplazamientoocupacional a favor de la industria pesada,que por un aumento sustancial del salario-hora. El fuerte incremento de la ocupacióndebería, a su vez, provocar un incrementosignificativo de la masa salarial. Curiosa-mente, es muy probable que la participa-ción salarial no se mueva o descienda. Ello,por el impacto que en tal participaciónprovoca el menor peso de los segmentos

7 Sobre el tema, un texto muy interesante esAugust Thalheimer (2010). Thalheimer, fue un grandirigente de la socialdemocracia alemana (comunistade izquierda). También, con otra perspectiva, el clási-co El miedo a la libertad de Erich Fromm. En Argentina,también hay una vasta literatura sobre el tema. Con laventaja de ser más criolla.

8 En este caso, tal burguesía se incorporaría alproceso, incluso “agarrándola a palos”. Cuando laclase opera con miopía política, este procedimientoresulta necesario.

9 Ver el examen que del punto se hizo en elnumeral IV.

Page 13: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

17AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

improductivos. Valga explicar este punto.Para la participación salarial (salarios

totales sobre Ingreso nacional), podemosescribir:

(1) w = 1/(1+p) (1-si)

(1a) w = f ( p , si )(-) (+)

w= participación salarial; p = tasa deplusvalía; si = salarios pagados a impro-ductivos sobre salarios totales.

En la ecuación, podemos ver que siaumenta el peso de los salarios a improduc-tivos, la participación salarial sube. Y vice-versa. Si la tasa de plusvalía cae, la partici-pación salarial sube. En el modelo, se pue-de esperar un importante descenso en elcoeficiente (si) y, muy probablemente, undescenso leve en (p). Por consiguiente sepuede esperar un descenso en la participa-ción salarial. Lo cual, si bien se analiza, nosería tan grave como, a primera vista, sepodría pensar.

Supongamos que p= 6.0 y que si = 0.50.En este caso, la participación salarial seacerca a un 29%. Una segunda situación sedaría con una menor tasa de plusvalía, p =5.0; asimismo, suponemos que el coefi-ciente (si) cae hasta un 0.35. Por consi-guiente, obtenemos una participación sa-larial cercana al 26%. Conviene subrayar:el descenso de la tasa de plusvalía, desde6.0 o más hasta un 5.0, da lugar a undescenso bastante pequeño en el potencialde reproducción ampliada del sistema (ex-

cedente sobre Ingreso Nacional), el quepasa desde un 86% a un 83%. Y si cae (p)hasta un 3.5, el potencial de reproducciónampliada llega a un 78%. En una economíacapitalista de corte no neoliberal, lo que lahistoria ha mostrado como una tasa deplusvalía más o menos normal (en el senti-do estadístico, no como meta moral) debegirar en torno a 2.0-2.4. Bajo estos valores,la relación Producto Excedente a IngresoNacional giraría en torno a un 0.67-0.71.En suma, no es el excedente lo que escaseasino, más bien, como muchos autores lohan subrayado, lo que falta son oportuni-dades de inversión que ofrezcan una buenarentabilidad para el capital.

c) Usos del excedente, inversión y crecimiento

Como usos o formas de utilización delexcedente, podemos distinguir tres gran-des modalidades.

1) Acumulación. O sea, se usan los bie-nes que integran el excedente en ampliarlas capacidades productivas (acervos decapital fijo) del país. Por cierto, ésta es la víaque provoca el crecimiento económico.

2) Gastos improductivos. En este caso,la parte correspondiente de los bienes queintegran el producto excedente., se aplicaa la mantención de actividades improduc-tivas. Por ejemplo, en actividades banca-rias, comerciales, militares, etc.

3) Remesas al exterior. Es la parte quefluye al exterior, por medios como utilida-des de empresas extranjeras, intereses pa-gados por deuda externa, intercambio des-igual, etc.

En términos formales podemos escribir:

Page 14: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

18 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

(2) PE = Ak + GI + Rx

(3) 1 = ak + gi + rx

ak = Ak / PE ; gi = GI / PE ; rx = Rx / PE.

En el caso de la industrialización auto-ritaria, en relación al estilo neoliberal po-demos esperar los siguientes movimientos:a) leve descenso de rx; b) importante caídadel coeficiente (gi), de gastos improducti-vos; c) fuerte aumento en la tasa de acumu-lación, ak.

En México, durante la fase neoliberal,en el entorno del 2000-2005, recordemosque nuestra estimación indica los siguien-tes valores: ak= 0.14; gi= 0.82; rx = 0.04.

Si partimos de tales datos, podríamosesperar una duplicación o más de la tasa deacumulación y el consiguiente descenso enel coeficiente de gastos improductivos. Porejemplo, lograr un (ak) igual a 0.30 y un (gi)igual a 0.66. Lo demás, va a (rx). Si la tasade plusvalía cae a 5.0, el coeficiente deinversión neta (Inversión fija neta sobreIngreso Nacional) se acercaría a un 25%. Sila tasa de plusvalía cayera a 4.0, entonces el“potencial de reproducción ampliada” se-ría igual a 0.80 y el coeficiente de inversiónneta igual a 0.24. Empleando una expre-sión muy conocida, para la tasa de creci-miento del YN (o PIB), podemos escribir:

(4) rg = ( in ) ( α’ )

Si (in) = 0.24 y ±’ = 0.3, el (rg) sería de7.2%. Si ±’ = 0.25, entonces, rg = 6.0%.

Aunque las cifras sean muy tentativas,

permiten algunas deducciones muy grue-sas: a) el esfuerzo de inversión sería eleva-dísimo, vis a vis los estándares históricos. Siconsideramos la Inversión de reposición(ir = 0.08), llegamos a un coeficiente deinversión bruta igual a 32% - 33%; b) elcoeficiente alfa pudiera ser aún más bajoque el supuesto. Ello, pues los sectoresindustriales de desarrollo preferente sue-len ser muy intensivos en capital (operancon un alfa bajo), amén de que el procesode maduración de las inversiones, al sermuy largo, también deprime a α’; c) lascifras manejadas suponen que es posiblecombinar un muy alto esfuerzo de inver-sión con una mejor distribución del ingre-so (o, para ser más precisos, con una menortasa de plusvalía), algo que, por lo común,resulta muy difícil cuando no imposible.Los factores que abren esta posibilidad sonla excesivamente alta tasa de plusvalía quese hereda y la gran reducción del coeficien-te de gastos improductivos. Lo que pudieraser factible si pensamos en el muy desme-dido nivel que ha alcanzado (gi) en elmodelo neoliberal. Como sea, surge unapregunta clave: ¿cuáles son las posibilida-des efectivas y concretas de reducir (gi)? Larespuesta exige un análisis muy detallado yconcreto a nivel de tal o cual país, algo queaquí —por obvias razones— no se hará.

d) Productividad

En el modelo, se puede esperar que laproductividad crezca a ritmos elevados.Las razones básicas serían: i) el gran esfuer-zo de inversión debe elevar la densidad decapital, factor determinante de la produc-

Page 15: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

19AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

tividad; ii) las empresas impulsoras claves ylideres deben ser de gran tamaño y capacesde aprovechar las posibles economías deescala; iii) como la ocupación crecerá básica-mente en el sector industrial (el pesado enparticular), se debe producir un efecto pro-ductividad del desplazamiento ocupacionalmuy elevado; iv) en la productividad (laestadística) también debería incidir la mayorintensidad del trabajo y las menores huelgas,algo propio de los regímenes autoritarios.

La mayor productividad, entre otrosimpactos debería: i) posibilitar mayoressalarios sin perjudicar a la tasa de plusvalíay, por ende, a la tasa de ganancia; ii) mejo-rar el poder competitivo externo del país.

e) Sectores de desarrollo preferente

El modelo rescata el papel vital de la indus-tria en todo proceso de desarrollo. El énfa-sis, en este caso, recae en la industria pesa-da: el país pasa a impulsar, selectivamente,la producción de ciertos bienes de capital eintermedios.10 ¿Con qué mercados de des-tino? Básicamente, al menos en una prime-ra fase, se trata del mercado interno: em-presas privadas nacionales y, muy especial-mente, por el lado de las compras guberna-mentales (caso, vg., de la posible industriamilitar, de la aeronáutica, etc.).

En América Latina, se suele asociar elcrecimiento en función de los mercadosinternos a un incremento del consumo demasas y éste a una mejor distribución delingreso. Pero no necesariamente es así. Sepuede crecer para el mercado interno perode otro modo: ahora, en función del De-partamento I (el que produce medios detrabajo) de la economía.

En cuanto a la industria liviana, ésta seescinde, trabajando una parte para losmercados internos y en parte (que deberíaser creciente) para los mercados externos.Sucediendo algo similar (con mayor pesoexportador) con los sectores primarios,ahora muy probablemente más asociados ala agroindustria. Por cierto, un alto creci-miento de esos sectores, es también condi-ción (por el lado de la demanda de mediosde producción que pueden generar) delcrecimiento de las industrias pesadas. Esdecir, se trata de reorientar las compras deesos sectores desde las que se hacían alresto del mundo, a las que se aplican a laproducción nacional. Desplazamiento que,obviamente, exige una política económicaactiva y ad-hoc.

f) El sector externo

En el funcionamiento del modelo, puedesurgir un problema mayor por el lado delsector externo. Parece lícito suponer quelas actividades improductivas a reduciroperan con un bajo (o muy bajo) compo-nente importado. Al revés, la inversión y laindustria pesada operan con un elevadocomponente importado. El estilo de desa-rrollo que examinamos apunta a reducir

10 En el caso de los bienes de capital (máquinas yequipos), se debe distinguir entre bienes de capital-consumo y bienes de capital-capital. Este segundogrupo supone un estadio de desarrollo bastante másavanzado y muy ligado a procesos de investigación ydesarrollo altamente sofisticados. Por lo mismo, en elcaso que nos preocupa, se debe pensar en empresas yramas que producen máquinas y equipos que se apli-can a la producción de bienes de consumo personal.

Page 16: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

20 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

esta dependencia. Pero no es algo que sepueda lograr en pocos años.

La situación del sector externo –even-tualmente muy deficitaria- debería dar lugara: i) manejar una muy activa política estataltanto para dinamizar las exportaciones comopara controlar y racionalizar las importacio-nes; ii) muy probablemente, se puede arri-bar a una situación conocida: aquella en laque el balance de pagos determina un techoal crecimiento posible del país y a su corres-pondiente esfuerzo de inversión.

En este marco, conviene agregar. Pri-mero: como ya se dijo, dinamizar las ex-portaciones resulta vital. Para el caso, sepuede esperar que las exportaciones in-dustriales livianas jueguen un papel decisi-vo. También las de tipo primario, tradicio-nales sobremanera, las no tradicionales.En este nuevo espacio, hay productos—como vg. la caña de azúcar y el maíz—que se pueden usar como combustible, ali-mento animal, etc. Estos procesos puedenresultar especialmente dinámicos, como enlos últimos años lo viene mostrando Brasil.Segundo: diríamos que por definición, sedebe producir una sustancial (y selectiva)sustitución de importaciones en bienes decapital y bienes intermedios relativamentecomplejos. Tercero: el control de los flujosexternos, con el propósito de evitar algúnestrangulamiento externo del crecimiento,exige una fuerte intervención estatal, entérminos de políticas cambiarias, arancela-rias, de control de importaciones, etc.

g) Papel del Estado

Tratándose de un régimen autoritario, las

funciones políticas del Estado —el Estadoen su núcleo más esencial, el del podercoactivo— se tornan muy evidentes. Sobreeste rol de la coacción al servicio de laeconomía volveremos más adelante; aho-ra, nos interesa mencionar otro aspecto: elde la intervención o regulación económicaque practica la institución estatal.

En el modelo de industrialización pesaday autoritaria se parte de un supuesto (casisiempre implícito): economías como las lati-noamericanas, dejadas a la “espontaneidad”del mercado o, más bien, a la impronta de laregulación corporativa, experimentan uncrecimiento lento, acentúan sus desequili-brios internos y también su dependenciarespecto a las potencias imperiales.

Sentado lo anterior se avanza a unasegunda consideración: el Estado debe uti-lizar toda su fuerza para romper dichainercia y colocar a la economía en otroscarriles. En el plano más general se trata delograr una estructura de rentabilidadesque estimule y canalice la inversión a favorde los sectores de desarrollo preferente.Este propósito, necesariamente, debe des-doblarse en dos: i) premiar a la inversión(i.e., asegurar una alta tasa de ganancia)que se aplica en las ramas a privilegiar; ii)castigar, con una menor rentabilidad, a laque pretende asignarse a los sectores queno interesan al modelo. Junto con asegurarel diferencial de rentabilidades (para locual el Estado debe aplicar todo el arsenaldisponible de políticas económicas), el go-bierno debe preocuparse por crear “certe-zas de largo plazo” para los capitalistas enjuego. Algo especialmente importante si se

Page 17: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

21AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

considera el largo período de maduracióncon que operan las inversiones a privilegiar.

Una política económica activa y multi-lateral, para oídos neoliberales es escanda-losa. Pero es perfectamente factible, cui-dando de asegurar una visión de largo plazo

y la congruencia en el uso de los correspon-dientes instrumentos de política.

A título de simple ejemplo, se puedenseñalar algunas políticas que giran en tor-no a: i) las disponibilidades de financia-miento: el capital dinero inicial de Marx(=D); ii) el acceso al capital productivo:fuerza de trabajo y medios de producción:el capital mercancías inicial de Marx (=M); iii) asegurar ventas adecuadas, lo quedetermina el nivel del D’ final de Marx y,por lo mismo, la diferencia entre D’ y D. Enque D’- D = ganancias.

Financiamiento: para las ramas de desa-rrollo preferente, se aplican facilidadesespeciales de acceso al crédito, con bajastasas de interés y largos plazos de amortiza-ción. Con lo cual, valga advertir: la regula-ción a la baja de la tasa de interés obliga aotra medida, el estricto control de la cuentade capitales en el Balance de Pagos, paraasí evitar fugas especulativas.

Recursos productivos: en este plano elgobierno debería: i) proporcionar apoyotécnico de alta calidad a las empresas líde-res; ii) impulsar masivamente la califica-ción de la fuerza de trabajo, vía educaciónpública gratuita y de alta calidad; iii) apli-car tipos de cambio preferenciales a impor-taciones de bienes que sean estratégicos enla operación de los sectores líderes.

Demanda y realización: el gobierno debe

cuidar los mercados de venta. Para lo cual,amén de orientar selectivamente el gastopúblico (vg. privilegiando a empresas nati-vas en licitaciones de obras públicas, com-pras y demás), debe regular las importacio-nes (vía aranceles, cuotas o simplementeprohibiciones) para evitar una competen-cia externa que, en los primeros años dedesarrollo de los nuevos sectores, pudieraser letal.

h) Bases de apoyo social

Por sus características intrínsecas, en loeconómico y político, se puede suponerque el modelo engendra un muy bajo apo-yo popular. Si operara como reemplazo dela fase de industrialización sustitutiva deimportaciones, el rechazo popular seríainevitable. Pero ahora, sería sucesor de lafase neoliberal, lo que puede provocar unarespuesta social diferente.

¿Por qué? Porque todos los males: es-tancamiento, desocupación, bajos salarios,represión política y mayor dependencia,ya han sido experimentados en la faseneoliberal. Caer más bajo es imposible y,por lo mismo, la más leve mejoría será bienconsiderada y hasta aplaudida. El modeloahora no se encuentra con una burguesíalúcida y nacionalista; tampoco con unaclase obrera bien organizada y fuerte. Loque encuentra son más bien despojos, unapoblación física y moralmente agotada porsus derrotas, ya casi sin esperanzas. Reem-plazar a Videla y Onganía, no es lo mismoque reemplazar al Perón primigenio.

El modelo de industrialización autori-taria, puede esgrimir tres aspectos en su

Page 18: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

22 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

favor: a) los altos ritmos de crecimiento; b)el aumento de la ocupación formal; c) elnacionalismo.

Si a esto agregamos que un régimendictatorial puede controlar férreamente alos medios de comunicación masiva y con-figurar una imagen algo más favorable,podemos concluir que el modelo puedeconcitar algún apoyo popular.11 Al menos,durante cierto período, en el orden de dosdécadas o un poco más.

Conviene agregar: entre los economis-tas convencionales el papel de la violenciase suele examinar con singular pudor. Porlo común, se evita examinarla (se la conside-ra como un problema moral, valórico y ajenoa la teoría económica) y, casi en privado, seseñala como algo “lamentable.” Muy pocosla examinan como un factor económico re-levante12 y casi nadie le asigna un papelpositivo. Pero si examinamos con objetivi-dad el desarrollo del capitalismo, es evi-dente que ha jugado un papel muy impor-tante, a veces para detener determinadoscambios, en otros para promoverlos. En laregión, aceptar que un régimen autoritariopuede impulsar el crecimiento, es hasta malmirado. Especialmente en el campo progre-sista. Pero no deberíamos dejar que el juiciomoral empañe el examen objetivo de losprocesos económicos.

i) Breve síntesis

El modelo implica una estrategia económi-ca que: a) impulsa una industrializaciónmuy acelerada con un alto crecimientoocupacional (como en los tiempos del Bra-sil de Kubitschek y de los militares quederrocaron a Goulart); b) el proceso tam-bién iría asociado a un férreo control de lossalarios y, en general, de la fuerza de traba-jo asalariada. En corto, dictadura en contradel trabajo; c) por la distribución del ingre-so que se delinea, el crecimiento industrialobligadamente debe apuntar al desarrollode la industria pesada (el Departamento Ide Marx) y a las exportaciones; d) los pun-tos anteriores se pueden recubrir con unlenguaje “atractivo”: transformar al país(vg. Brasil) en “gran potencia mundial”.13

Desde el punto de vista económico estaruta también se puede denominar como“sendero a la Tugan-Baranovsky”, en re-cuerdo de las teorías del gran economistaruso. Es decir, durante un periodo quepudiera no ser corto, la acumulación y elcrecimiento se pueden desligar del creci-miento del consumo asalariado.

VIIUna industrialización democrático-burguesa

a) Agentes impulsores

En este caso, el bloque social impulsor delcambio debería agrupar al conjunto de los

11 En todo caso, podría ser capaz de neutralizarposibles rechazos masivos.

12 Una excepción la encontramos en Akira Suehi-ro (2008). Por supuesto, en la perspectiva marxista, elfactor de la violencia es explícitamente examinado.En el apunte de Marx, “la violencia (…) es, por símisma, una potencia económica” (1974).

13 En términos gruesos, por sus característicaseconómicas, esta ruta es más probable en países gran-des (Argentina, Brasil México) que en chicos comoChile y Uruguay. Aunque en estos momentos (enerodel 2012) es poco probable que emerjan solucionesmilitares (al menos en Argentina y Brasil, que tienengobiernos relativamente consolidados).

Page 19: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

23AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

sectores populares (campesinos, margina-les urbanos, pequeña burguesía indepen-diente y asalariada urbana, proletariadoindustrial y circulatorio, capitalistas me-dios y pequeños), bajo la dirección de laburguesía nacional.14 Entendiendo por ésta,la fracción capitalista que trabaja funda-mentalmente para el mercado interno enla sección de bienes de consumo y que,como regla, no ocupa posiciones monopó-licas. Se supone también que es enemiga delcapital financiero y que busca reservar espa-cios de inversión estratégicos para el capitalnacional. Es decir, regula fuertemente lapresencia de capitales extranjeros.

En otros tiempos (primer tercio o mitaddel siglo XX), esta fracción del capital llegóa jugar un papel importante en diversospaíses del tercer mundo. Estuvo detrás dePerón en Argentina, de Vargas en Brasil,de Lázaro Cárdenas en México, de AguirreCerda en Chile. Hoy, más de medio siglodespués, surgen dudas serias sobre su ca-pacidad de liderazgo y hasta sobre su mis-ma existencia. Para el caso se puede seña-lar: i) su debilidad económica; ii) su usualcobardía política, su ceguera y tendencia alacomodo con los de arriba. Digamos tam-bién que en muchas ocasiones esta fraccióninicialmente se escuda detrás de movimien-tos políticos populares con dirección pe-queño-burguesa y relativamente radicali-zados. En este caso y en países de capitalis-mo muy atrasado donde las posibilidades

reales del socialismo son mínimas, lo quede verdad tiene lugar es la creación desde el

Estado, de esa clase burguesa (éste podríaser el caso de Ecuador con Correa y deBolivia con Evo Morales). Cuando la direc-ción es claramente demo-burguesa, a niveldeclarativo se puede radicalizar, pero en sueventual gestión pública se maneja conpies de plomo y concilia con los peoresenemigos, como vg. la banca y el capitalfinanciero especulativo. Los casos de Lulaen Brasil, de Alan García en Perú, TabaréVazquez en Uruguay y de Michelle Bache-let en Chile, son claros ejemplos de estacapacidad para “transar sin avanzar”.

El modelo demoburgués en la región,amén de su difícil implementación en lopolítico, encontraría (de llegar al Gobier-no) problemas económicos agudos. Comodebe redistribuir el ingreso y encuentrauna oferta relativamente inelástica, sueleprovocar inflación y desequilibrios en elBalance de Pagos. También suele enfren-tar dificultades para impulsar la inversióny el crecimiento. Estos problemas, aunquedifíciles, se pueden resolver: una posibili-dad implica radicalizar el proceso y acti-var-extender la intervención estatal (con-trol de la política monetaria y cambiaria,del comercio exterior, cambios múltiples,inversión estatal, etc.).15 Fenómeno quepuede tener lugar sólo en el contexto de

14 No olvidemos que la categoría pueblo es relativaal período histórico y a las condiciones socioeconómi-cas concretas de tal o cual país.

15 Debemos subrayar un aspecto clave: en lasestrategias discutidas, es indispensable cierto mínimode planificación, prospectiva y de mediano y largoplazo. Como se trata de abrir senderos complejos ypueden emerger serios desbalances, resulta indispen-sable “ponerle numeritos” a los propósitos. O sea,

Page 20: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

24 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

una muy vasta movilización popular, lacual —helás— también acercaría bastantela posibilidad de una ruta de superacióndel mismo capitalismo. La otra posibili-dad, que nada resuelve, es la del retroceso:“tirar la esponja” y volver hacia atrás, nego-ciando con el capital extranjero y el finan-ciero, aplicando cierto gasto social (“apa-ga-fuegos”): una especie de neoliberalismomoderado con algún gasto social que salvelas apariencias. Esta “alternativa”, hoy porhoy, no es infrecuente en la región.

En lo que sigue, pasamos a examinar losingredientes básicos del estilo y la probableevolución del proceso.

b) Excedente y distribución del ingreso

Al igual que el modelo autoritario, el demo-burgués se encuentra con la desmedidatasa de plusvalía que provoca el neolibera-lismo. Por lo mismo, un altísimo excedenterelativo. En el secundario-exportador au-toritario, el excedente se reduce muy leve-mente y se busca aplicarlo al aumento de laacumulación. En el caso del estilo demo-burgués, el énfasis se suele poner en laexpansión del consumo masivo. Se aplicanaumentos salariales elevados, se decuplicaal gasto social asistencial (la “limosna pú-blica”, ya aplicada por los neoliberales) ypodemos suponer que la tasa de plusvalíadisminuye quizá en un tercio, pasandodesde un 6.0 a un 4.0 (en términos ultra

gruesos). Con lo cual, el potencial de re-producción ampliada sigue muy alto puesllega a un 80%.16

Con una tasa de plusvalía igual a 4.0 y sisuponemos que el coeficiente de salarios aimproductivos se mantiene en 0.50, la par-ticipación salarial subiría a un 40%. Y si elcoeficiente (si) cae a un 40% (supuesto másque optimista), entonces (w) cae a un 33%.

c) Inversión y crecimiento

Empecemos con algunos ejercicios aritmé-ticos. Si la tasa de acumulación llega a un20% (un supuesto más que optimista), elcoeficiente de inversión neta resulta igual aun 16% (el coeficiente bruto sería del ordende un 24%. Con ello y un alfa incrementaligual a 0.3, obtenemos una tasa de creci-miento del PIB del 4.8%. Si el coeficientede inversión cae a un 12%, manteniendo elalfa marginal, arribamos a un crecimientodel PIB igual a 3.6%. Por supuesto, si seacentúa el descenso del coeficiente de in-versión, menor será la expansión del PIB.17

Tratemos de acercarnos al proceso real.Un gobierno como el esbozado, aunque seaclaramente pro-capitalista, suele provocar,en un primer momento, desconfianza e

cuantificar metas (requisitos de inversión, de produc-ción, de importaciones, etc.) y asegurar un mínimo decongruencia en el proceso. Para lo cual, las técnicas deinsumo-producto son indispensables. Algo que hasido olvidado en el período neoliberal.

16 Para altos niveles de la tasa de plusvalía, larespuesta al cambio de la variable del potencial dereproducción ampliada, es muy débil.

17 Si en el momento inicial hay capacidades ocio-sas, el aumento de la tasa de operación se reflejará enun mayor coeficiente alfa incremental. Por lo mismo,el ritmo de crecimiento será superior al que se podríaesperar del simple aumento de la inversión neta. Parael caso se puede distinguir entre el alfa técnico (αt) yun alfa estadístico (αe ). En que αe = αt (to), y en que(to) es la tasa de operación. Ver texto, infra.

Page 21: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

25AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

incertidumbre en el sector empresarial.Algunos, muy despistados, hablan del peli-gro socialista; otros, temen que se eleve lacarga tributaria, que se disparen los costossalariales, etc. La consecuencia es el des-censo de la inversión privada; esto a pesarde que las ganancias, por la mayor deman-da, pudieran estarse elevando. Aunque elproblema aquí, es de tipo psicológico.

En cuanto a la inversión pública, debe-ría elevarse, sin alcanzar a compensar lacaída de la privada.

La menor inversión, en un primer mo-mento, no necesariamente afecta a la tasa decrecimiento del PIB. Podemos suponer queel mayor consumo compensa largamente eldescenso de la inversión privada y la consi-guiente mayor demanda global, en un pri-mer momento, se satisface con cargo al usode capacidades de producción antes ociosas.

Lo mencionado, en todo caso, comien-za a perfilar dos problemas que, en unsegundo momento, se pueden agravar: a)

el ingreso incrementado de los grupos máspobres provoca un incremento en el consu-mo que, por su composición (en valores deuso) difiere de la composición heredada dela oferta global interna. Esta disociación,difícilmente se puede resolver en un plazocorto. Por ello, al agotarse las posiblescapacidades ociosas (el alfa estadístico seaproxima al alfa técnico, pues la tasa deoperación se aproxima a la unidad), elproblema debe salir a luz y provocar duraspresionares inflacionarias y sobre el Balan-ce de Pagos; b) si la inversión no crece, a lalarga tampoco crecen las capacidades pro-ductivas. Luego, si se mantiene la expan-

sión de la demanda, los problemas ya indi-cados (inflación y déficit en el sector exter-no), se tornan inmanejables.

d) Sectores de desarrollo preferente

En el caso del modelo demo-burgués, de-bemos distinguir entre lo planeado y loreal: es muy posible que a corto plazopuedan surgir discrepancias significativas.

En los países de mayor tamaño (Argen-tina, Brasil, México), deberíamos encon-trar una distribución relativamente pro-porcional entre: i) ramas que producenbienes de consumo personal y que trabajanpara el mercado interno. Existiendo unnecesario desplazamiento a favor del con-sumo masivo, el de bajos ingresos; ii) comosegunda prioridad, el desarrollo de algu-nos rubros de la industria pesada; iii) conuna ponderación similar, se trataría deexpandir las exportaciones, dándole uncontenido más industrial.

En los países de menor tamaño (comoUruguay, Chile, Ecuador, etc.), sería míni-mo el peso de la industria pesada y lo queésta pierde se le debería asignar al sectorexportador. Este pasaría a cumplir, indi-rectamente, las funciones del departamen-to I. Valga indicar: el mayor peso del sectorexportador puede generar presiones encontra del aumento de los salarios. A igual-dad de otras circunstancias, los mayorescostos salariales dañan el poder competiti-vo de los exportadores. Y en cuanto alimpacto de los salarios por el lado de lasventas, al sector no le preocupa: sus merca-dos de venta se localizan fuera del país.

Prelaciones como las descritas deben

Page 22: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

26 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

tomarse cum grano salis: los posibles des-equilibrios económicos y los cambios en lacorrelación política de fuerzas, pueden iralterando las asignaciones planeadas de lainversión. O sea, podemos esperar bastan-te volatilidad en las líneas del desarrollopreferente.

e) Problemas claves: un listado

Los desequilibrios que puede engendrar elmodelo suponen grandes desafíos y pro-blemas a resolver. Podemos mencionar alos siguientes:

1) Evitar un crecimiento inmanejablede los salarios (y, en general, del ingreso delos segmentos más pobres de la población).Entendiendo por inmanejable un aumentoque no pueda ser satisfecho con cargo a laproducción interna y que no genere im-portaciones desmedidas. La clave, en estecaso, reside en la respuesta de la ofertainterna.

2) Lograr una producción y oferta na-cional elástica en bienes de consumo y,muy especialmente, en el rubro alimen-tos.18 Obviamente, mientras mejor sea larespuesta, mayores serán las posibilidadesde elevar los salarios. Para mejor dimensio-nar el problema, se puede mencionar elcaso de México: un segmento significativode la población funciona incluso con déficitalimentario y para una parte mayor el gastoen alimentos se acerca a un 50-45% delgasto total. Por lo mismo, si estos segmen-

tos elevan su ingreso, la mayor demanda dealimentos puede resultar explosiva. Ade-más, tenemos una oferta alimenticia inter-na que se ha derrumbado y un gasto enalimentos que ahora funciona con un altocomponente importado: hoy, la agricultu-ra funciona con un saldo externo deficita-rio. En este caso, recomponer una ofertaflexible demanda un esfuerzo ingente y nomaterializable en un plazo corto.19

3) Elevar la tasa de acumulación, tantopara asegurar altos ritmos de crecimientocomo para suavizar los desequilibrios es-tructurales de la economía. El modelomuchas veces comienza con una direcciónpolítica de corte pequeño-burgués. Por lomenos, con una fuerte incidencia de talperspectiva. Quizá por ello, se da ciertoradicalismo inicial, el que acentúa los afa-nes igualitaristas del proyecto a la vez quetiende, con cierta falta de conciencia, asubvaluar (u olvidar) la importancia quetiene el proceso de acumulación. En otraspalabras, el afán redistributivo suele debi-litar el afán del crecimiento.

18 El modelo neoliberal y la apertura externaindiscriminada (vía el TLC con EEUU y Canadá) haprácticamente destruido a la agricultura mexicana.

19 En realidad, las metas redistributivas y de incre-mentos salariales, dadas las elasticidades ingreso per-tinentes, deberían deducirse de las capacidades que setenga para lograr el máximo crecimiento de la pro-ducción interna de bienes de consumo básico, deconsiderar el potencial exportador (y, por esta vía, definanciar importaciones básicas de alimentos). Dadoel comportamiento de la oferta (de origen interno yexterno) y dadas las elasticidades del caso, se deberíadespejar el crecimiento de los salarios o, más en gene-ral, del ingreso de los segmentos más pobres. En losprocesos reales, se suele operar con una secuenciainversa. Luego, al despejar el crecimiento necesario dela oferta interna y de las importaciones, surgen sorpre-sas o, más bien, problemas que son irresolubles.

Page 23: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

27AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

4) A partir de lo anterior, convienerecordar: combinar una fuerte redistribu-ción progresiva del ingreso con altos nive-les de acumulación, es algo que, histórica-mente, no parece haber tenido lugar. Loque sí se conoce es la existencia de una faseinicial de altos niveles de inversión, fuerteascenso industrial y regresivos patrones dedistribución. Para después, en otra etapahistórica, pasar a mejorar la distribución.20

Si se acepta esta secuencia, el modelo sepuede enfrentar a un problema políticomayor: desaliento y frustración de los sec-tores populares y, por lo mismo, una re-ducción eventualmente muy peligrosa desus base sociales de apoyo. Las cuales, po-drían irse con la derecha.

5) En el modelo, el sector externo juegaun rol clave. Si suponemos un financia-miento externo neto más o menos débil, eldéficit permisible será también pequeño.Hagamos M= importaciones; X=exporta-ciones; FE=Financiamiento externo; PIB=Producto Interno Bruto. Podemos escribirFE= M – X. Si FE/PIB = 0.01, el saldoexterno, como porciento del PIB, no podrásuperar ese 1%. Una redistribución fuerteasociada a un alto coeficiente de inversiónde seguro provocará un salto en el déficitexterno y, por ende, que (M-X)/PIB > FE/PIB. Como esta situación es insostenible, elajuste del sector externo obliga a reducir lainversión y recortar los propósitos redistri-butivos.

Podemos ver que surgen desafíos muycomplejos.

Mantenerse en ruta, avanzando con len-titud y manteniendo un mínimo de equili-brios económicos y políticos, resulta másque difícil. Asediado por los dos extremosdel espectro político, las probabilidades dezozobrar son altas. Más aún, la burguesíaindustrial nacionalista, que debe dirigir elproceso, cae en dudas hamletianas y tiendea vacilar, a renunciar a sus afanes radicales.Recuerda los consejos de Monsieur Ho-mais, el buen boticario: “¡Prudencia, pru-dencia sobre todo!”.21 Al cabo, puede ter-minar cayendo en los brazos de la derecha.Como bien alertaba Saint-Just, “los quehacen revoluciones a medias, sólo cavan supropia tumba.”22 Algo que casi siempresucede, a menos de que exista un movi-miento popular muy fuerte, capaz de casti-gar al bloque conservador y también dearrastrar a esa burguesía que vacila. Sur-giendo aquí, un problema ya antes indica-do: que dicho movimiento adquiera talfuerza y tal velocidad que termine por abriruna posibilidad distinta y previamente nocontemplada: ir más allá de las metas pla-neadas, avanzando a un orden post-capita-lista.

Terminemos este apartado y repitamos:la ruta demo-burguesa puede generar difi-cultades elevadas. Éstas, la pueden llevar aradicalizarse (alternativa menos probable)

20 Ver los clásicos trabajos de Kuznets. Por ejem-plo, S. Kuznets, Crecimiento económico y estructura econó-mica, en especial los caps. IX y X; edit. G. Gili, Barce-lona, 1970.

21 Gustave Flaubert, Madame Bovary.22 Claro está, lo decía en condiciones bien diferen-

tes y cuando la burguesía era la clase históricamentemás radical y progresista. Ver Antoine de Saint Just(2004: 667)

Page 24: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

28 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

o a caer en manos de la derecha. Másprecisamente, retomando un estilo neoli-beral, ahora con gastos sociales del tipo“apaga-fuegos” y con algún respeto a losderechos humanos básicos. En los paísesde la región, el socialismo chileno (Lagos,Bachelet et al) han seguido la ruta delretroceso: hoy practican un “socialismoneoliberal”. Correa (Ecuador), Evo Mora-les (Bolivia), tienden a radicalizarse. Losesposos Kirchner, en Argentina, probable-mente representan la modalidad más ge-nuina y, a la vez, exitosa.23 En suma, difícilmas no imposible.

VIIILa ruta demo-socialista

Por sus afanes, esta es la única ruta quebusca ir más allá del capitalismo. Exige unaamplia coalición popular dirigida por laclase obrera industrial. Y si llega al poderno debe creerse que el orden socialistapueda ser implantado de un día para elotro. Como regla, se trata de un procesoque puede ser largo y sinuoso. Además, nodebe olvidarse que el mismo socialismo noes más que una fase de transición, aún máslarga y conflictiva y que perfectamentepuede acabar en el fracaso. Esta connota-ción transicional genera una exigencia in-eludible: que la clase dirigente del procesoopere con plena conciencia de los finesúltimos que se persiguen.

En la actualidad, las dificultades que

encuentra esta ruta son de orden mayor.Podemos señalar algunas: a) en el presente(fines del 2011), la correlación internacio-nal de fuerzas (cotejando a A.L. en suconjunto con el resto del mundo) es muydesfavorable a una vía socialista. Los paísesque lo intenten, encontrarán un duro boi-cot económico y probables agresiones mi-litares. Cabe también apuntar: como pode-mos esperar conflictos inter-imperialesagudos (vg. entre China y EEUU) se abreuna situación, si bien se maneja, aprove-chable por los más débiles. Al interior de laregión sudamericana la situación es dife-rente: hay un país (Venezuela) que declarair al socialismo, otros dos con gobiernosrelativamente radicales (Ecuador y Boli-via), más otros (como Argentina, Perú, talvez Brasil, Uruguay y Paraguay) que proba-blemente serían respetuosos y estarían encontra de una agresión. Hoy por hoy, des-contando Centro América, la derecha sólogobierna en Chile, Colombia y México; b)

en la actual América Latina, las fuerzaspolíticas que se proponen avanzar al socia-lismo y comunismo, o no existen o son muydébiles. Incluso en Venezuela —que a niveloficial ha declarado que su meta es el socia-lismo— no se encuentra una organizacióno partido político sólido que esgrima confuerza y claridad ideológica (vg. al estilobolchevique de los rusos de 1917 o de losespartaquistas alemanes de Karl Liebnechty Rosa Luxemburgo) las metas del socialis-mo y de lo que debería seguirle; c) existeuna gran falta de claridad sobre las metassocialistas, las relaciones de propiedad aimpulsar, los mecanismos de gestión eco-

23 En este caso, por la vía del peronismo, la clasehegemónica controla firmemente a sus bases socialesde apoyo.

Page 25: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

29AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

nómica: plan versus mercado, el tipo deEstado, etc. El derrumbe del campo socia-lista no ha generado una crítica de fondo yefectivamente superadora de esos fracasos.Más bien al revés, la discusión sobre un másallá del capitalismo simplemente desapa-reció de la escena histórica; d) en el planoideológico el neoliberalismo ha penetradola conciencia pública y creado la imagen deun sistema comunista que, aparte de sórdi-do, es históricamente imposible. A lo cual,el fracaso de experiencias históricas comolas de la URSS y China, mucho ha contri-buido: le concede una base empírica a lapostura neoliberal.

A lo mencionado hay que agregar elimpacto destructor del neoliberalismo enla clase obrera. La ocupación industrial caecomo porciento de la ocupación total y lapoblación obrera industrial, crece muy pocoo incluso decrece en términos absolutos.Además, baja mucho el peso de los ocupa-dos en la gran industria: el grueso de laocupación nueva se da en empresas detamaño medio o pequeño. Por último, siconsideramos al conjunto de los trabajado-res asalariados, tenemos que el grueso delcrecimiento ocupacional se genera en sec-tores improductivos. Para nuestros propó-sitos el punto a subrayar sería: la claseobrera industrial (potencial vanguardia deun proceso de avance al socialismo) pierdepeso económico y político. Y junto con ello,aumenta el peso de segmentos asalariadosdispersos y difíciles de organizar: la llama-da flexibilidad laboral y el trabajo precarioque engendra son causas importantes deestos procesos.

Al “efecto de destrucción” recién men-cionado, en países como Chile y similaresse añade otro: emergen nuevas capas detrabajadores asalariados —en comercio,comunicaciones, etc.— que si bien objeti-vamente deben calificarse como parte de laclase trabajadora (son asalariados que ven-den su fuerza de trabajo por un dinero quefunciona como capital), por sus valores,estilos de vida y nivel de ingreso tienden aauto-visualizarse como “clase media” y nosuelen estar dispuestas a ninguna moviliza-ción colectiva ni radical.24

En las actuales condiciones, la claseobrera funciona como un islote rodeado deun mar de informales, de pequeña burgue-sía pauperizada, de ambulantes, lumpen ydemás.25 Estos segmentos, por sus mismascondiciones de vida son indisciplinados ymuy difíciles de organizar. Su conductapolítica suele ser muy volátil y, como regla,viene determinada por factores puramen-te emocionales. Organizaciones políticas

24 La falta de trabajo teórico sobre el fenómeno delas clases sociales da lugar a muchas confusiones sobreestos puntos.

25 Valga recordar la advertencia de Marx: “unarevolución social radical se halla sujeta a determina-das condiciones históricas de desarrollo económico;éstas son sus premisas. Por tanto, sólo puede darse allídonde, con la producción capitalista, el proletariadoindustrial ocupe, por lo menos, una posición impor-tante dentro de la masa del pueblo, y, para teneralguna probabilidad de triunfar, tiene que ser, por lomenos, capaz de hacer inmediatamente por los cam-pesinos, mutatis mutandis, tanto como la burguesíafrancesa, en la revolución, hizo por los campesinosfranceses de aquel entonces.” (Marx, 1973: 435). Elcriterio general enarbolado por Marx sigue siendoválido. Pero en su aplicación concreta a las realidadesdel presente obviamente se debe modificar. Por ejem-

Page 26: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

30 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

como las propias de la clase obrera no leatraen (en realidad, ningún tipo de organi-zación les suele atraer) y plantean un pro-blema serio: el de cómo incorporarlos albloque popular. Hasta ahora, la única solu-ción o mecanismo visible es por la vía delpoder carismático de grandes líderes. Talparece ser el caso de López Obrador, Chávez,Correa, Ollanta Humala y Evo Morales.También, con otros alcances, el de Lula (unhábil ex-obrero, desde siempre al serviciodel capital). El problema que esto ocasionaes conocido: la personalidad del líder arras-tra a las mismas organizaciones, les impidesolidificarse y evita —espontánea, incons-cientemente— la consolidación de una di-rección colectiva.

El panorama que se ha descrito no espara saltar de alegría. Pero no debemosolvidar: a) mientras exista el capitalismosiempre existirá la necesidad de su nega-ción; b) en épocas críticas se pueden pro-ducir (la experiencia histórica así lo mues-tra) grandes saltos adelante en las fuerzassociales y políticas que impulsan metasanti-capitalistas; c) si la izquierda deja deactuar y de acumular fuerzas, nunca llegaráel día en que pueda sintetizar, en su favor,tal o cual crisis estructural. Si hoy no puededecidir, mañana sí podrá, a condición de

que sepa hoy acumular fuerzas.Por cierto, la pregunta del millón que

emerge es cómo acumular las fuerzas nece-sarias. Pretender aquí dar una respuestaadecuada es imposible, amén de que seríanecesario concretizarla al nivel del paísparticular. Sólo podemos intentar —con elserio riesgo de caer en lo obvio— enumeraralgunas directrices básicas. Ellas serian:

1) Recuperar el ideal, la “utopía” entendi-da no en su sentido más literal (=algohermoso pero imposible) sino como “sue-ño realizable”: como un mundo mejor queno sólo es deseable, también es posible. Unmundo en que “el libre y pleno desarrollode cada cual sea condición del libre y plenodesarrollo de los demás”. O bien: que elhombre, que el trabajador, llegue a serdueño de su destino. Esta recuperación, quedebe ser también recreación, es fundamentalpara: i) todo propósito hegemónico de laclase; es decir, para tener capacidad de atrac-ción y de dirección sobre el más vasto bloquepopular; ii) insuflarle fuerza vital (“combus-tible”) a la clase y a los miembros de laorganización partidaria que busca impulsarel proceso. Como se trata de una “largamarcha”, este punto es vital: permite supe-rar derrotas, desalientos, no pensar que nolograrlo todo en los términos de una vida,significa el fracaso del proyecto de lucha.Es decir, sentirse solidario y “camarada”no sólo con los coetáneos que están al ladoy espalda con espalda, sino también con lasgeneraciones que vendrán.26

plo, en países como Chile, Argentina, Uruguay yVenezuela, el peso del campesinado es mínimo. Y loque resalta (en casi todos los países de la región) es elpeso de las capas urbanas, tanto las marginales (unamayoría aplastante) como algunos segmentos (técni-cos, profesionales, etc.) denominados “modernos”.¿Qué ofrecerle a éstas, cómo incorporarlas a un bloquesocial popular? Además, ¿tiene hoy, la clase trabajado-ra, capacidad para empujar un proyecto socialista?

26 “No conseguirás conmover otros corazones sidel corazón no te sale.” (Goethe, Fausto).

Page 27: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

31AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

2) Recuperar y desarrollar la capacidad

crítica más honda y afilada. Esto significa,antes que nada, capacidad teórica, aplica-da a fenómenos reales (no caer en la puñetaposmodernista europea) con rigor y pro-fundidad.

Esta capacidad crítica debe aplicarsecon especial cuidado y rigor: i) frente a lasrealidades del capitalismo, sobremanera asu variante neoliberal. Claro está, sin pre-tender que la muerte del neoliberalismoimplica superar la esclavitud asalariadaque impone el capitalismo en cuales quierade sus variantes. La crítica debe abordar lasdimensiones económica, política y culturaldel sistema. En especial, preocuparse deldemoledor y embrutecedor impacto de losmedios (TV y demás) en la conciencia so-cial; ii) también ser muy críticos respecto alos errores y derrotas históricas que hasufrido el socialismo.

No está demás indicar: esta crítica nodebe entenderse como una pura negaciónemocional. Supone: i) entender el por quéde las cosas, no limitarse a un simple recha-zo emocional. Cuando Marx examina aSismondi, señala que éste “critica con ener-gía las contradicciones de la producciónburguesa, pero no las entiende, y por lotanto no entiende el proceso por medio delcual es posible resolverlas” (Marx, 1975);ii) también supone una asimilación en elsentido hegeliano (“aufheben”) del térmi-no; iii) entender que una teoría crítica sólotiene sentido si va asociada a una praxisigualmente crítica. Y vice-versa.

3) Desarrollar las capacidades ideológicas y

políticas de la clase obrera. En lo ideológico,

que desarrolle su conciencia de clase y que,por lo mismo, pase a operar como “clase

para-sí”. Lo que implica un doble y simultá-neo proceso: sacarse de la cabeza las ideasy valores que allí ha metido la clase domi-nante (que por ello es dominante) y meteren ella las ideas, valores y actitudes quenecesita la clase para proteger sus intere-ses. En este sentido, la recuperación y asi-milación del marxismo por parte de lostrabajadores resulta absolutamente vital.En paralelo, desarrollar la capacidad polí-tica de la clase, lo que significa crear oimpulsar-consolidar una organización po-lítico-partidaria congruente con los objeti-vos históricos de la clase y que le permitauna alta eficacia en la lucha política. Entodo esto, el estudio de las experienciashistóricas acumuladas, especialmente delos fracasos, resulta imprescindible. Porejemplo, ¿qué pasó con los soviets en Rusia,por qué se diluyeron tan pronto? ¿Por quéfracasaron los espartaquistas en la Alema-nia de Weimar? ¿Por qué fue derrotada laRevolución Cultural china? ¿Qué podemosaprender de la legendaria Columna dePrestes en el viejo Brasil? ¿Cuál es la efec-tiva explicación de la derrota de la UnidadPopular allendista? ¿Por qué, en paísescomo Cuba, el desempeño económico (pro-ductividad del trabajo, PIB por habitante,etc.) ha sido tan mediocre?

4) Unir la firmeza estratégica con la flexibi-

lidad táctica. Las relaciones entre estrategiay táctica, entre otras cosas, nos plantean (yque nos libre dios de la pedantería) unproblema filosófico: ¿cuáles son los nexosentre lo abstracto y lo concreto? ¿Entre lo

Page 28: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

32 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

general y lo particular? ¿Entre esencia (lointerno) y apariencia (lo externo)? ¿Cómose asciende de lo uno a lo otro? En corto,estamos ante un problema metodológicoque es complejo y con una significaciónpráctica decisiva. Y como el punto escapa alpropósito de estas notas, sólo podemosadvertir sobre su importancia y compleji-dad.

Firmeza estratégica significa jamás olvi-dar las metas últimas por las cuales selucha. Lo cual, a su vez, exige que: i) cadaestadio o fase, cada paso o lucha concretadebe ser congruente con los fines últimos; ii) lacongruencia significa también eficacia y éstase debe medir en términos de la acumula-

ción de fuerzas (i.e. lograr una fuerza políticacreciente) que el paso o lucha concretaposibilita; iii) la acumulación es de fuerzas

para cumplir con las metas últimas; iv) talacumulación no rechaza la lucha por refor-mas. Entendiendo a éstas como un meca-nismo de acumulación de fuerzas (no alpurismo, sí a la política) y no como formasde legitimación del sistema (no al reformis-mo); v) la firmeza estratégica tiene tambiénun ingrediente moral-personal: la con-gruencia ética y moral de los cuadros polí-ticos con los ideales y metas que se proponela clase. Por ejemplo, el funcionamientointerno del partido no puede basarse en unorden burocrático-autoritario. Por supues-to, orden y disciplina sí, pero esto no equi-vale a despotismo de los dirigentes. Ladiscriminación racial, de género y otras,son igualmente rechazables. Y convienesubrayar: no se trata de forjar santos sinode seres humanos dignos. Y como se vive

dentro de la cloaca burguesa, esto tambiénsupone una lucha permanente contra esasinfluencias disgregadoras.

Flexibilidad táctica significa reconocerque la realidad se mueve, que va cambian-do y que, en consecuencia, la eficacia signi-fica cambiar el modo concreto y particula-rizado en que se hace la política. Si laorganización partidaria no se inserta en lasluchas cotidianas del pueblo y de la clase, seaísla y se pierde. En esta fluidez de locotidiano hay que aprender a identificar lomedular y a agarrarse de él evitando ladispersión. En alguna coyuntura o mo-mento, la clave puede ser una reivindica-ción salarial, en otra luchar por un sistemade salud (o educacional) público y gratuito,en otra “tomar por asalto el Palacio deInvierno”. Incluso, puede ser necesarioordenar un retroceso en todas las líneas delfrente.

En ocasiones, si nos fijamos en lo apa-rente, pudiera parecer que la táctica con-tradice a los propósitos estratégicos. Perolo que debe interesar es lo sustantivo, lo quea veces no se ve con la claridad necesaria. Elexamen, con cargo a la práctica cotidiana,debe hacerse a fondo, una y otra vez. Y nospuede demostrar que sí había congruencia.O bien, que no la hubo, que incluso lo quese pudo entender como victoria no fue másque una derrota, un retroceso que se pudoevitar. En este plano también se debe apren-der que toda auto-crítica debe ser pública ycolectiva: abandonar la extendida idea deque reconocer errores es beneficiar al ene-migo. En realidad, tal “ocultismo” sóloconfunde a los sectores populares.

Page 29: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

33AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

5) Aprender a sumar y evitar ser sumados.Arribar a la meta última, la de una sociedadcomunista, supone abrir un sendero escar-pado y terriblemente largo. Hacerlo, obli-ga a pausas, a delimitar fases y estaciones.La estrategia debe definir etapas, tareas asatisfacer en cada una de ellas e identificarlas fuerzas sociales que deben impulsaresos cambios. Tales fuerzas sociales no semovilizan de gratis sino en función de susintereses específicos, los que en el largo-largo plazo no suelen coincidir con los dela clase obrera. Pero sí pueden hacerlo ental o cual etapa. Por ejemplo, los campesi-nos no gustan de la propiedad colectiva,pero sí tienen interés en destruir la propie-dad terrateniente. Los pequeños capitalis-tas no quieren socialismo pero sí liberarsedel agobio de los grandes monopolios. Y eseste dato el que posibilita la configuraciónde un amplio bloque social que impulse elprogreso, el avance que la etapa correspon-diente puede y debe lograr.

Hoy, en la región, la clase trabajadorano es mayoritaria y debe, obligadamente,trabajar por la formación de un ampliobloque social popular. Por sus potencialesintegrantes este bloque social debe ser si-milar al que impulsaría la ruta demo-bur-guesa, cambiando —claro está— la fuerzadirigente del proceso. En corto, la clasetrabajadora (o proletariado moderno) debeconfigurar alianzas de clase. Surgiendoaquí dos problemas: uno, el ya indicado dela población marginal y pauperizada, lastremendas dificultades que implica atraera estas capas de la población. Para el caso,el esfuerzo de imaginación y de tenacidad

a desplegar es monumental. Dos, el pro-blema clásico y que surge con fuerza miran-do hacia arriba, hacia los posibles segmen-tos dirigentes: ¿se participa del frente sóloen calidad de fuerza dirigente? Este propó-sito, aunque frecuente, es absurdo: la cali-dad de fuerza dirigente se gana dentro y nofuera del frente y a éste, dada la situaciónactual, difícilmente se arriba en calidad defuerza dirigente. Más concretamente, su-pongamos que no se cumplen las condicio-nes políticas para empezar a avanzar desdeya al socialismo (por ende, de un frente condirección obrera). Y que sí se abre paso unaruta del tipo demo-burgués antes señalada.¿Cuál sería la opción? La respuesta (que noes unánime) debería ser apoyar tal movi-miento conservando la independencia ideo-lógica y política de la clase.27 A veces, sehabla de “apoyo con reservas”. Como sea,empujando con fuerza hacia adelante ycriticando sin contemplaciones toda vaci-lación e intento de conciliación con losenemigos principales. Aunque esto, comobien se sabe, es muy fácil escribirlo y muydifícil practicarlo.28

6) Recuperar y masificar la reivindica-ción clave: el derecho a la felicidad. Ya lo decía

27 En Chile, por ejemplo, entre la dictadura dePinochet y la Concertación, ninguna duda podíacaber. Pero de ahí a quedarse callado ante las capitu-laciones de la Concertación, hay todo un mundo.

28 En ocasiones ayuda más un ejemplo que lamención del concepto abstracto. En la rebelión mili-tar de julio de 1924 que se inicia en Sao Paulo (Brasil),luego de un devastador bombardeo de las fuerzasgubernamentales y de verse rodeados por fuerzas muysuperiores, el mando rebelde decide convocar a vo-luntarios civiles. Estos no podían sino provenir de los

Page 30: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

34 JOSÉ C. VALENZUELA FEIJÓO

Diderot (y otros antes y después de él): elhombre tiene el derecho y el deber de serfeliz. No puede aceptar que este mundo seaun “valle de lágrimas” y que la felicidadsólo se encuentre allá lejos, en los “santoscielos”. Y si esto es así, tiene la obligaciónde luchar por esa felicidad. Lucha que sólopuede darse en términos colectivos, recu-perando esa solidaridad humana radical yprimigenia que ordenes sociales como elmercantil-capitalista tienden a destruir.

En verdad, el compromiso a favor de lahistoria y el progreso, la justicia y la liber-tad, es una forma, la más alta, de enrique-cerse como ser humano. No a todos les esdado esta “oportunidad”. Los de arriba,salvo excepciones —los “traidores a su cla-se”— están condenados a rechazarla: es suforma de fidelidad clasista. Para los deabajo, es una necesidad y obligación. Por lomismo, si llega esa posibilidad, hay queasumirla a plenitud, comprometerse conella. El compromiso es también una apues-

ta moral, de responsabilidad consigo mis-mo y con los demás (W. Shakespeare, Man

is his own star). Los que lo hacen, para nadason beatos o histéricas Juanas de Arco quebuscan una inmolación insana. Son, másllanamente, sólo hombres que buscan lafelicidad junto a sus camaradas de clase:“construir en la tierra, el mundo de lossantos cielos” (“Wir wollen hier auf Erdenschon,/Das Himmelreich errichten”) pro-clamaba Heine.29 Y que esa felicidad lalogran, al menos en algún grado, ya por elsimple hecho de comprometerse en la lu-cha, independientemente de sus posiblesbuenos resultados. Como bien lo decíaSchiller, “sólo los grandes asuntos remue-ven profundamente el alma de la humani-dad; en mezquino afán el ánimo se apoca;se engrandece con sólo aspirar a un altofin” (F. Schiller, Wallenstein). En fin, quizáel nuevo orden no esté a la vuelta de laesquina, pero es la única lucha que vale lapena.

trabajadores y pobres de la ciudad. Por la época, elmovimiento anarquista era muy fuerte entre los ope-rarios. Según Meirelles, “el diario A Plebe, porta-vozdel movimiento anarquista, divulga un manifestó deapoyo a los rebeldes (…). En el documento proponenla fijación de un salario mínimo y de una tabla deprecios máximos, el derecho de libre asociación paratodas las clases trabajadoras y la fundación de escue-las, libertad de imprenta para la clase operaria, límitede 8 horas para la jornada de trabajo y revocar la leyque expulsaba a los extranjeros envueltos en cuestio-nes políticas y sociales”. Asimismo, piden “armas parala formación de batallones verdaderamente popula-res, capaces de actuar y de levantar a la clase trabaja-dora en la capital y en el interior, además de creargrupos de guerrilla para atacar a las tropas federales”.(Meirelles, 1995: 131-132).

29 También apuntaba que “el cielo lo dejaremospara los ángeles y los gorriones” (en Alemania, uncuento de invierno). Y valga apuntar: el hombre deizquierda no debería ser un tonto grave, un funciona-rio vestido de gris y macilento. Debe ser capaz de reíry de amar ahora, de alegrarse si la U. de Chile escampeón, si gana Boca Juniors o Alianza de Lima, siFlamengo sale campeón con “jogo bonito”. Gozar conel “futebol” y una buena parrilla uruguaya no essinónimo de alienación vil. Que lo puede ser, cierto es:entre el fútbol resultadista y el consumismo abyecto delos Shopping Center se reparten la alienación e idio-tismo (¡ay, pobres y ridículas clases medias de Brasil yde otros lados!), que le interesan al sistema.

Page 31: América Latina: alternativas frente a la crisis Ano XVIII Numero 47...América Latina: alternativas frente a la crisis José C. Valenzuela Feijóo* [ 5 ] El artículo parte de la

35AMÉRICA LATINA: ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS

De Saint Just, Antoine (2004) Oeuvrescomplètes, Gallimard, La Flèche.

Isaac, J. y J. Valenzuela (Edits.) (1999)México: explotación y despilfarro, Plaza yValdés, México.

Kuznets, S. (1970) Crecimiento económico yestructura económica, Edit. G. Gili,Barcelona.

Marx, C. (1973) “Acotaciones al libro deBakunin, el Estado y la Anarquía”, enMarx-Engels, Obras Escogidas, Tomo II,Editorial Progreso, Moscú.

Marx, C. (1975) Teorías sobre la Plusvalía,Tomo 3, Editorial Cartago, BuenosAires.

Marx, Carlos (1974) El Capital, Tomo I,FCE, México.

Meirelles, D. (1995) As Noites das GrandesFogueiras. Una historia da coluna Prestes,Editorial Record, Río de Janeiro y SaoPaulo.

Suehiro, Akira (2008) Catch-UpIndustrialization, University of Hawai’iPress, Honolulu.

Thalheimer, August (2010) Sobre o Fascismo,Centro de Estudios Victor Meyer,Salvador, Bahía.

Valenzuela Feijóo, José (2009) La gran crisisdel capital. Trasfondo estructural e impactoen México. UAM, México.

BIBLIOGRAFÍA