ANDRÉ COMTE SPONVILLE -...

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ENTREVISTA 16 FilosofíaHoy PARA ANDRÉ COMTESPONVILLE LA FILOSOFÍA SE REDUCE A UNA SOLA PREGUNTA: “CÓMO HE DE VIVIR?”. COMO BUEN DISCÍPULO DE MONTAIGNE, NO HA HECHO OTRA COSA QUE INTENTAR RESPONDER A ESTA PREGUNTA DE DIFERENTES MANERAS. ES UNO DE LOS FILÓSOFOS QUE MEJOR SABE CONECTAR CON LOS INTERESES DEL GRAN PÚBLICO Y UNO DE LOS MÁS LEÍDOS DE FRANCIA. ANDRÉ COMTE C omte-Sponville es un se- ductor. Le entrevisto en Madrid, aprovechando la presentación de su úl- timo libro, Ni el sexo ni la muerte. Con su atuendo impecable, su exquisita educación y esa pasión que transmite al hablar, es capaz de ha- certe creer que lo que trata contigo en ese momento es lo más importante del mun- do. Este antiguo profesor de la Sorbona sabe que tiene que seducir a su interlocu- tor y pone todo su empeño en conseguir que su oyente o su lector amen la filosofía como él la vive: como un instrumento que nos ayuda a vivir mejor y que nos hace la vida más llevadera. No me extraña que los que no son filósofos (especialmente si son mujeres) caigan rendidos ante sus ar- gumentos: es imposible resistirse. ¿Por qué tendríamos que filosofar? No se trata de un deber moral, sino de una necesidad. La vida es tan difícil que tenemos necesidad de utilizar nuestra ALGUNOS ESTÁN TAN dotados para la felicidad que quizás puedan prescindir de la filosofía. Los que no lo estamos necesitamos servirnos de la inteligencia, dice. Captura la foto con tu dispositivo móvil y leerás más entrevistas con pensadores actuales. ENTREVISTA 19.indd 16 24/1/13 15:01:33

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ENTREVISTA

16 � FilosofíaHoy

PARA ANDRÉ COMTESPONVILLE

LA FILOSOFÍA SE REDUCE A UNA

SOLA PREGUNTA: “CÓMO HE

DE VIVIR?”. COMO BUEN

DISCÍPULO DE MONTAIGNE,

NO HA HECHO OTRA COSA QUE

INTENTAR RESPONDER A ESTA

PREGUNTA DE DIFERENTES

MANERAS. ES UNO DE LOS

FILÓSOFOS QUE MEJOR SABE

CONECTAR CON LOS INTERESES

DEL GRAN PÚBLICO Y UNO DE

LOS MÁS LEÍDOS DE FRANCIA.

ANDRÉ

COMTESPONVILLE

C omte-Sponville es un se-ductor. Le entrevisto en Madrid, aprovechando la presentación de su úl-timo libro, Ni el sexo ni la muerte. Con su atuendo impecable, su exquisita educación y esa pasión

que transmite al hablar, es capaz de ha-certe creer que lo que trata contigo en ese momento es lo más importante del mun-do. Este antiguo profesor de la Sorbona sabe que tiene que seducir a su interlocu-tor y pone todo su empeño en conseguir que su oyente o su lector amen la filosofía como él la vive: como un instrumento que nos ayuda a vivir mejor y que nos hace la vida más llevadera. No me extraña que los que no son filósofos (especialmente si son mujeres) caigan rendidos ante sus ar-gumentos: es imposible resistirse.

Ò ¿Por qué tendríamos que filosofar? Ò No se trata de un deber moral, sino de una necesidad. La vida es tan difícil que tenemos necesidad de utilizar nuestra

ALGUNOS ESTÁN TAN dotados para la felicidad que quizás puedan prescindir de la "losofía. Los que no lo estamos necesitamos servirnos de la inteligencia”, dice.

Captura la foto con tu dispositivo móvil y leerás más entrevistas con pensadores actuales.

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Niel sexoni la muertePaidós

(como decían los estoicos), mientras que la voluntad sí. Se comprende que hay más felicidad en el hecho de desear lo que depende de nosotros y hacerlo (porque querer es actuar) que en desear lo que no depende de nosotros, que solo nos lleva a esperar y a temer. Como dice Spinoza, “no hay esperanza sin temor, ni temor

sin esperanza”. La clave está en desear lo que uno hace y en hacer lo que uno desea. Es lo que yo llamo la felicidad en acto. En el fondo, se trata de esperar un poco menos y

actuar un poco más. Entre la esperanza y el amor la diferencia es que la primera es un deseo que se dirige a lo que no existe, a lo irreal, mientras que el amor es un de-seo que se dirige a lo que existe, a lo real. Se espera solo lo irreal, pero se ama lo real. Es fácil comprender que hay más fe-licidad en desear lo que existe (es decir, en amar) que en desear lo que no existe (es decir, en esperar y, por lo tanto, en temer). No se trata de prohibir la esperanza, sino de aprender a actuar y a amar. Aprender a actuar es el mensaje del estoicismo, que es una sabiduría de la acción. Aprender a amar es el mensaje del epicureísmo, de Spinoza y se podría decir que también de los evangelios. Ahí están las dos raíces de la sabiduría de Occidente (que en Oriente serían el taoísmo y el budismo). Esperar un poco menos, actuar y amar un poco más: eso es lo que la filosofía nos ayuda a comprender y finalmente a practicar.

Ò En su último libro usted distingue tres tipos de amor. ¿Podría explicarnos la diferencia entre cada uno de ellos?Ò Desde el Pequeño tratado de las grandes virtudes tengo la costumbre de distinguir entre tres tipos de amor, que designo con los tres nombres griegos que los antiguos dieron a estos tres amores: eros, la pasión amorosa; philia, la alegría de amar, que normalmente se traduce por amistad; y finalmente agape, el amor de caridad o

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“La sabiduría consiste en amar la vida”

COMTESPONVILLEinteligencia para vivir un poco mejor. A fin de cuentas, ¿qué es la filosofía? Es el esfuerzo por pensar. Pensar mejor para vivir mejor. Y por eso tenemos necesidad de filosofar. Alain decía: “Lo contrario de la sabiduría es exactamente la estupidez”. O dicho de otra forma, el amor a la sa-biduría (la filosofía) consiste en intentar vivir de manera un poco menos estú-pida, un poco más inteligente para ser más felices. Uno se convierte en filóso-fo porque se des-cubre más dotado para el pensamien-to que para la vida. Cuando esto sucede, normal que uno ponga su pensamiento al servicio de su dificultad para vivir.

Ò ¿Y cómo puede la filosofía ayudarnos a vivir mejor? Ò En primer lugar, tomando distancia frente a nuestro pequeño yo. Se trata de intentar pensar la verdad. La verdad no es un sujeto, no eres tú, no soy yo. El pensamiento verdadero (o parcialmente verdadero) es una especie de descentra-miento respecto al yo. Y es también una lección de lucidez: creo que somos infeli-ces porque le pedimos a la vida cosas que no puede proporcionarnos. Y luego está la tendencia espontánea de reprocharle que no satisfaga nuestras esperanzas. La vida no es lo que nos gustaría que fuese. Si la filosofía nos enseña algo es que, si la vida no se corresponde con nuestras es-peranzas, no es por culpa de la vida, sino de lo infundado de nuestras espectativas. La filosofía nos enseña a esperar un poco menos y a actuar, y a amar, un poco más. Porque, en el fondo, la esencia del hom-bre es el deseo.

Ò ¿Y qué podemos hacer con ese deseo?Ò Depende. Hay tres formas de deseo: la esperanza, la voluntad y el amor. ¿Qué diferencia existe entre la esperanza y la voluntad? Que la esperanza es un deseo cuya satisfacción no depende de nosotros

”La filosofía nos enseña a esperar un poco menos y a actuar y a amar un poco más”

NI EL SEXO NI LA MUERTEEL ÚLTIMO LIBRO de Comte-Sponville reúne dos conferencias (una sobre el amor y otra sobre el sexo), un artículo sobre la amistad y dos escritos sobre dos de sus pensadores favoritos, Pascal y Simone Weil. En cierto modo, este libro es una continuación de otros escritos “orales” del autor, basados en transcripciones de conferencias o entrevistas, como La felicidad, desesperadamente, uno de los mejores textos para iniciarse en su obra; El amor, la soledad , uno de los más entrañables; o La feliz desesperanza, todos ellos publicados por Paidós.

amor al prójimo. La pasión amorosa es el amor según Platón, tal como lo cuenta en El banquete. Como él dice, el amor es deseo y el deseo es lo que falta. Estar ena-morado significa descubrir que alguien nos falta terriblemente, que ya no pode-mos vivir sin esa persona. Y se intenta seducirla. Eso puede suceder o no. Si no sucede, la falta continúa y aparece el “mal de amores”. Si al final se consigue seducir a esa persona, podrán vivir juntos, tener hijos... A fuerza de compartir cama y vida todos los días, la persona que faltaba cada vez falta menos. Si el amor surge como deseo de lo que falta, al vivir juntos, ya no hay falta, y tampoco amor. Conclusión: la vida en pareja acaba con la pasión amo-rosa. Es verdad que lo que uno quiere a los 16 años es la pasión amorosa, pero no hay ni un solo filósofo que diga que eso es posible. Es preciso decir la verdad: si amas la pasión amorosa, no vivas en pa-reja. ¡Para que una pareja pudiese durar años tendrían que verse una vez al mes!

Ò ¿Acaso no hay parejas felices?Ò La experiencia nos dice que sí. Pero si esta pareja feliz existe no es porque haya encontrado el secreto para que la pasión amorosa dure indefinidamente, sino por- æ

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La felicidad, desesperadamentePaidós

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que ha inventado (o reinventado) otra for-ma de amar. Ya no será eros, sino philia, amistad. Ya no es el amor según Platón, es el amor según Aristóteles: “Amar es alegrarse”. No es el amor como falta, sino el amor como alegría. Spinoza dirá que “el amor es una alegría que acompaña la idea de una causa exterior”. Es eso lo que os hace feliz ahora: la existencia gozosa. Es mejor alegrarse que padecer la ausen-cia. No se trata de menos amor, sino de más. Es lo que yo llamo el amor-acción. Si pregunto: ¿quién es tu mejor amigo? Es la persona que mejor te conoce y te quiere, la persona a la que más quieres y que mejor conoces. En mi caso, la mujer que comparte su vida conmigo. Ninguna otra persona me concede el honor de vivir conmigo todos los días. La persona que mejor conozco y que más quiero, con la única excepción de mis hijos, es esta mu-jer que comparte lecho conmigo. Si al-guien dice que, después de 20 años, sigue amando a su mujer igual que al princi-pio, miente. Amar no es echar en fal-ta a alguien, amar es alegrarse por la existencia del otro, por la presencia del otro. Imagine que alguien tiene una pareja desde hace mucho tiempo y le dice: “Cariño, hace 15 años que vivimos juntos y sigo enamora-do de ti como el primer día”. Es bonito,

pero falso. Es una mentira piadosa. La mentira, incluso la piadosa, es siempre inquietante. Por favor: en el próximo San Valentín, díganle a sus parejas: “Cariño, hace 16 años que vivimos juntos. Y en todo este tiempo, la principal causa de alegría en mi vida es que tú existes”. Es una declaración de amor posiblemente cierta y conmovedora. Cualquier chaval de 15 años puede enamorarse, eso pue-de hacerlo cualquier idiota. Es fácil amar lo que a uno le falta, pero alegrarse por lo que existe, eso es mucho más difícil. Y yo creo que nuestras parejas serán más felices con esta verdad (aunque no se lo haya dicho nunca) que con algo que no sea cierto.

Ò Entonces, ¿nuestro mejor amigo es siempre nuestra pareja?Ò Buena pregunta. ¿Quién es tu mejor amigo? ¿Es tu pareja? ¿Alguien que cono-ces desde hace 10 o 15 años? La pregunta

fundamental es: ¿A quién conoces mejor: a tu amigo hombre o a tu compañera? Con ella haces el amor. Hacer el amor con alguien no es la única forma de co-nocimiento, pero es una forma de cono-cimiento importante; de hecho, se suele decir que no se conoce a alguien hasta que uno no se acuesta con él. Del amigo conoces sus ideas y su posición política, pero no sabes cómo hace el amor. Sin em-bargo, de la pareja conocemos sus ideas, sus opiniones políticas y hasta el menor de sus gustos y, además, sabemos cómo hace el amor. Es la persona que conoce-mos más y mejor, por tanto, es nuestro mejor amigo. Si pienso en mi mejor ami-go hombre (al que quiero mucho y con quien no tengo sexo), lo es pero solo des-pués de mi mujer. Quiero más a mi mujer que a mi amigo, porque a ella la conozco más y mejor (y ella a mí). Mi mejor amigo no me conoce del todo. La amistad en la pareja no es una simple amistad, es una

MI MEJOR AMIGO ES LA mujer que duerme conmigo. Es maravilloso hacer el amor con tu mejor amigo. Eso es una pareja feliz”, nos comenta.

”Precisamente porque la religión consuela de forma tan eficaz resulta sospechosa de ser una mera ilusión”

UNA SABIDURÍA PARA NUESTRO TIEMPOLA OBRA QUE LE DIO A CONOCER fue Pequeño tratado de las grandes

virtudes, donde exponía 18 virtudes

clásicas (empezaba por la urbanidad y

terminaba en el amor, pasando por la

moderación, la sabiduría, la prudencia o

la generosidad) y que en el fondo era la

decantación de su obra más ambiciosa:

los dos tomos de su Tratado de la

desesperación y la felicidad en los que

trabajó casi ocho años. El resto de su

producción %losó%ca prácticamente no

ha sido otra cosa que la profundización

de las conclusiones a las que llegó en su

ópera prima, y que sintetizó de manera

magistral en La felicidad, desesperada-

mente. Comte-Sponville podría decir lo

mismo que su admirado Montaigne: “Mi

libro siempre es uno”, a quien consagró

Montaigne y la "losofía. Aunque su libro

más montaigniano es, sin duda, El placer

de vivir, una recopilación de sus cien

últimos artículos periodísticos que

resume como ningún otro su preocupa-

ción por recuperar la sabiduría antigua y

adaptarla a nuestros tiempos.

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Invitación a la %losofíaPaidós

amistad en un sentido mucho más fuerte. Cuando digo que la pareja es una amistad (como decía Aristóteles), hay que enten-der esa amistad en un sentido similar a como cuando digo “mi mejor amigo”. No es una relación vaga, es un sentimiento mucho más fuerte que no se vive desde la falta, sino desde la alegría y el goce.

Ò ¿Y dónde queda el amor por los hijos?Ò El amor más fuerte que yo he vivido no es el amor de los amigos, ni la pasión amorosa, ni el amor conyugal; es el amor por los hijos. ¿De qué amor se trata? No es eros, porque nuestros hijos no nos fal-tan, están ahí. Sí es philia, porque la exis-tencia de nuestros hijos nos alegra, pero es una amistad muy particular, porque es el único amor incondicional. Una noche, mi hija mayor de seis años me preguntó: “¿Podría haber algo que yo pudiese hacer para que tú me quisieras menos?” Y yo le respondí con sinceridad: “Escucha –le di-je–, no encuentro nada que pudieses ha-cer para que yo te quisiera menos. Es im-posible. Mi amor por ti es incondicional”. Imaginemos un hijo que matara a su her-mano pequeño; para los padres sería un doble drama, pues amarían al hijo muerto y también al hijo asesino que acabará sus días en prisión. El amor de los padres es incondicional, como el amor de caridad. La caridad, en el sentido cristiano, consis-te en amar al prójimo no porque sea po-bre o simpático, o porque haga tal cosa, sino que consiste en amarlo sea quien sea, haga lo que haga, incluso aunque se porte mal conmigo. La diferencia fundamental entre el amor de los padres y el amor de caridad es que es el amor parental es in-condicional, pero condicionado: le quiero porque es mi hijo. En cambio, el amor de caridad es un amor incondicional y no condicionado. Por eso, no estoy seguro del todo de que exista el amor de caridad, pues no tengo ninguna experiencia de un amor incondicional y no condicionado. Es más un ideal que una experiencia. El amor de caridad no brilla más que por su ausencia, mientras que el amor de los pa-dres es una experiencia cotidiana. En el fondo, amar es temblar, porque tenemos miedo de perder lo que nos alegra.

Ò Pero los hijos a veces pueden ser también un engorro. Usted mismo ha dicho alguna vez que es muy difícil ser al mismo tiempo buen padre y filósofo.Ò Voy a contarle una anécdota. Al final de una conferencia me dijo una mujer: “Tie-ne usted razón en todo lo que dice, pero cuando se tienen hijos, todo esto no fun-ciona”. Y es que cuando uno tiene hijos tiene miedo de que se pongan enfermos, espera que tengan buena salud, etc. Y yo le respondí: “Tiene usted razón, señora, pero no es una razón para no tenerlos”. ¿Por qué se tienen hijos? Porque la vida es más preciosa que la serenidad y que la sabiduría. Si lo que más ama uno es la se-renidad, entonces lo mejor es no tener hi-jos. Pero si, por el contrario, uno ama más la vida que la serenidad, entonces merece

la pena tenerlos. La vida es más preciosa que la sabiduría: eso es la sabiduría para mí. El amor de la sabiduría (eso que se llama filosofía) no es la sabiduría. La sa-biduría no consiste en amar la sabiduría, sino en amar la vida tal como es: feliz o infeliz, sabia o estúpida. Y por supuesto, ninguna vida es feliz o sabia por comple-to: esa es la sabiduría de Montaigne. Y por eso yo amo la vida. A menudo digo que no se trata de amar la felicidad (cualquier idiota puede amar la felicidad, para eso no hace falta la filosofía), ni de amar la sabiduría (cualquier filósofo es capaz de amar la sabiduría), sino de amar la vi-da. Esta sabiduría desilusionada de sí misma es la única que me importa. Y eso es lo que se aprende al tener hijos y al perderlos trágicamente: que la vida es más pre-ciosa que la sabiduría, que lo que le da sabor a la vida no es la serenidad, sino el amor. Y peor para nosotros si el amor nos hace sufrir; somos seres mortales, seres frágiles. El mejor amigo (ese que yo quie-ro más) no suele ser el más sabio, el más sereno, el más generoso o el más simpá-tico; a veces es simplemente el más frágil. Valorar más la vida que la sabiduría es la única sabiduría que a mí me importa.

Ò ¿Cómo podría la filosofía ayudarnos a afrontar la muerte? Ò No puede hacer nada, y eso está bien. Si lo que se quiere es consuelo, habrá que acudir a la religión. No hay que pedirle a la filosofía que reemplace a la religión. Se le puede pedir a la filosofía que nos ayude a prescindir de la religión, pero eso es otra cosa. Precisamente porque la religión nos consuela tan eficazmente es sospechosa de ser una ilusión. Dice Nietzsche: “La fe salva, por lo tanto, miente”. ¿Qué quiere decir esto? Lo explico en El alma del ateís-

mo. Una de mis razones para ser ateo es precisamente que prefiero que Dios exis-ta. ¿Qué es lo que más deseamos? No morir (o no morir totalmente), resucitar, reencontrarnos con los seres queridos que hemos perdido y, sobre todo, ser amados. ¿Y qué nos dice la religión cristiana? 1) Que vamos a resucitar; 2) que nos encon-traremos con nuestros seres queridos; y 3) que Dios nos ama con un amor infinito. Un amor que se corresponde de manera tan perfecta con nuestros deseos me hace preguntarme si no habrá sido inventado para satisfacer este deseo. O dicho de otra

forma: nos encon-tramos con la lógica de lo que Freud lla-mó una ilusión: una creencia derivada de los deseos huma-nos. Nos hacemos ilusiones porque nuestro deseo es muy fuerte. Ningu-na creencia es tan

sospechosa de ser ilusoria como la creen-cia en Dios. Lo que hay que saber es si soy feliz con la religión. La filosofía consiste en buscar la felicidad, pero a través de la verdad. Renunciar a la lucidez por la feli-cidad no es filosofía, es otra cosa.

Ò ¿Y qué le diría a quienes se les ha muerto hoy mismo un ser querido, un hijo, y no tienen el consuelo de la religión? Ò Dos cosas. Uno: su hijo ya no sufrirá nunca más. No es un consuelo, pero al-go calma. Lo que me apaciguó cuando murió mi hija de seis semanas es que el sufrimiento era para su madre y para mí, pero no para ella. Y dos: ese horror no du-rará eternamente; tú también vas a morir. Es paradójico, pero oponemos la nada de la muerte (para Epicuro la muerte no es nada) al sufrimiento de la vida. Cuando la vida es atroz, el hecho de saber que el que ha muerto ya no sufre más es un consuelo al menos parcial, así como saber que uno mismo no sufrirá eternamente. Es una especie de sabiduría universal que todo el mundo conoce. Cuando se acaba de per-der a alguien muy querido uno tiene la sensación de que nunca más podrá ser fe-liz, pero al cabo de unos meses descubre que la alegría vuelve poco a poco. Es lo que se conoce como el trabajo de duelo. ¿Sería yo más feliz si mi hija no hubiese muerto? La pregunta es absurda. En es-te momento soy tan feliz como cualquier otra persona que no ha perdido a un hijo. El último consuelo consiste en saber que el tiempo cura las heridas y que la alegría es posible. Es una especie de paz: ella no sufrirá más, yo no sufriré eternamente y la alegría es posible.

Dejamos ahí la conversación (yo tenía que coger el tren de regreso al sur). En el camino de vuelta no dejaba de pregun-tarme cómo es posible que haya gente que piense que la filosofía no sirve para nada. Gabriel Arnaiz Fotos: Roger Marrón

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”Lo que me calmó al morir mi hija de seis semanas es que el dolor era para su madre y para mí, no para ella”

INICIACIÓN A LA FILOSOFÍA NO SOLO DE SABIDURÍA VIVE EL HOMBRE. Comte-Sponville ha sido un excelente profesor de !losofía durante décadas (a

juzgar por la maestría que mostró durante la

entrevista), primero en secundaria y luego en

la universidad, y durante ese tiempo escribió

varias obras de iniciación !losó!ca para el

gran público: una Invitación a la �losofía,

una de las mejores introducciones a esta

disciplina que pueden leerse; un personal y

utilísimo Diccionario �losó�co, similar a los

que en su día escribieron Voltaire y Alain; y La

�losofía –como las anteriores, publicada por

Paidós–, una introducción a esta disciplina de

corte más académico e histórico que preparó

para la colección “Qué sais je?”.

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PREGUNTAS DIDÁCTICAS

DE COMPRENSIÓN

1. ¿A qué pregunta puede reducirse toda la filosofía?2. ¿Cuál es la finalidad de la filosofía para Comte-Sponville (CS)?3. ¿Por qué digo al principio que Comte-Sponville es un seductor nato?4. ¿Por qué necesitamos la filosofía?5. ¿En qué consiste el amor a la sabiduría?6. ¿Cómo puede ayudarnos la filosofía a vivir mejor?7. ¿Cuál es la lección de lucidez de la filosofía?8. ¿Qué no deberíamos reprocharle a la vida? ¿Por qué?9. ¿Qué tres tipos de deseo existen y qué diferencia hay entre ellos?10. Analiza la frase de Spinoza que se cita en el texto11. ¿Qué es la felicidad en acto?12. ¿Deberíamos prohibirnos la esperanza?13. ¿Cuál es el mensaje del epicureísmo? ¿Y el del estoicismo? ¿Y el de

la filosofía?14. ¿Qué dos escuelas filosóficas orientales se citan?15. ¿Qué tres tipos de amor distingue Comte-Sponville?16. ¿Cuál es la característica principal del primer tipo de amor y en qué

filósofo se basa?17. ¿Qué problema tiene este tipo de amor?18. ¿Puede la pasión amorosa durar indefinidamente?19. Según él, ¿qué hay que hacer para que las parejas duren?20. ¿Qué caracteriza a la segunda concepción amorosa y en qué autor se

basa? ¿Cómo lo denomina Comte-Sponville?21. ¿Qué definición de amigo da CS? ¿A quién considera su mejor amigo? 22. ¿A quiénes llama Comte-Sponville mentirosos?23. ¿Qué nos recomienda Comte-Sponville que le digas a tu pareja?24. ¿Está el autor a favor o en contra de las mentiras piadosas?25. ¿Por qué dice CS que hacer el amor es una forma de conocimiento?26. ¿Cuál es el amor más fuerte de CS? ¿Estás de acuerdo? 27.¿Qué moraleja sacas de la anécdota que cuenta CS sobre su hija?28.¿Cuál es el tercer tipo de amor y qué es lo que lo caracteriza?29. ¿Por qué no está seguro CS de que este amor exista?30. Según el autor, ¿por qué se tienen hijos?31. ¿Cuál es “la paradoja” del aspirante a sabio que cita CS?32. ¿En qué consiste la sabiduría, según CS?33. ¿Qué prefiere CS la serenidad o el amor? 34. ¿Cuál podría ser la paradoja del “mejor amigo” que insinúa CS?35. ¿Puede la filosofía consolarnos de la muerte?36. ¿Cuál es la crítica de la religión que nos ofrece CS? ¿En qué autor se

basa?37. ¿Qué diferencia a la filosofía de la religión?38. ¿Qué tres “consuelos” ofrece CS a la persona a la que se le ha

muerto un hijo? 39. ¿Qué sabiduría universal conocemos todos?40. ¿Serías capaz de resumir la filosofía de CS en un lema?41. ¿Qué aforismos de Comte-Sponville te han gustado más?

Gabriel Arnaiz

DE AMPLIACIÓN

42.¿Por qué digo al principio que CS es discípulo de Montaigne?43. Kant redujo toda la filosofía a tres preguntas. ¿Cuáles son?44.¿Por qué digo al principio que CS es discípulo de Montaigne?45.Busca otros aforismos “terapéuticos” de Spinoza.46.¿Cuáles son los filósofos preferidos de CS, aparte de los tres

anteriores? Busca dos-tres aforismos inspiradores de cada uno de ellos.

47.Busca varios aforismos terapéuticos de los filósofos que cita CS.48.¿Cuántos filósofos franceses aparecen en total en el texto? Busca

alguna cita terapéutica de ellos en la red.49.Busca los nombres de los tres filósofos estoicos romanos más

conocidos (y de los tres griegos) y copia algunas frases inspiradoras.50.Busca el nombre de dos filósofos de cada una de las escuelas

orientales y un par de aforismos inspiradores de cada uno de ellos.51.¿Qué otra corriente filosófica oriental se le ha “olvidado” mencionar a

CS? (pista: surgió en China)52.Busca tres-cinco aforismos o anécdotas de su fundador.53.Busca dos-cinco citas de Aristóteles sobre la amistad. ¿En qué libro

habla largamente de ella?54.¿Serías capaz de encontrar algunas citas de otros filósofos antiguos

(al menos tres) que reflexionaron sobre la amistad?55.¿Qué famosa frase de Pascal crees que resumiría la predilección de

Comte-Sponville por el amor frente a la sabiduría?56.¿Por qué dice CS aquí (minuto 1,50) que él es un “ateo fiel”?57.¿Cuál es la “lógica de la ilusión” de la religión, según Freud?58.¿En qué consiste el trabajo de duelo y cuándo habría que hacerlo?59.¿Quién fue Alain y por qué se caracterizó? 60.¿Podrías decir otros filósofos españoles que hicieran lo mismo y los

títulos de algunas de sus obras?61.¿Qué filósofos conoces que escriban hoy en los periódicos? (tres

mínimo) Elige un artículo de cada uno de ellos.62.¿Podrías buscar tres-cinco autores españoles que no se sepa muy

bien si son literatos o filósofos?63.¿Qué filósofo catalán ha desarrollado ampliamente el enfoque que CS

trató en su Pequeño tratado de las grandes virtudes?64.¿Qué otros filósofos (franceses y españoles) han escrito obras de

iniciación a la filosofía con notable éxito y cuáles son sus títulos?

DE PROFUNDIZACIÓN

65. Si tuvieras que reducir la filosofía a una sola pregunta, ¿cuál sería?66. ¿Por qué suele considerarse al budismo como una religión y no como

una filosofía?67. Lee el mito del andrógino de El banquete de Platón. ¿Por qué crees

que el mito de la “media naranja” o de “las almas gemelas” sigue aún vigente? ¿Te parece un mito iluminador u oscurantista?

68. ¿Te convence la definición de amigo que da Comte-Sponville? Argumenta tu respuesta.

69. ¿Estás de acuerdo con la definición de amigo de CS? ¿Quién es para ti un amigo y por qué?

Gabriel Arnaiz

70. ¿Qué es más importante en la vida, el amor o la amistad?71. ¿Por qué crees que tantos filósofos (y religiosos) han renunciado a

tener hijos?72. ¿Qué piensas de las personas (curas, monjas...) que eligen la

serenidad al amor?73. ¿Qué prefieres tú, la serenidad o el amor? ¿Por qué?74. ¿Por qué es imposible amar a una mujer (o a un hombre) 20 años

después igual que al principio?75. ¿Es posible el amor para toda la vida? 76. ¿Crees que los filósofos antiguos estarían a favor o en contra de las

mentiras piadosas?77. ¿Crees que “somos más felices con la verdad”, como insinúa CS, o

que más bien la verdad es algo incompatible con la felicidad?78. ¿Por qué es imposible amar a una mujer (o a un hombre) 20 años

después igual que al principio?79. CS cita un macabro experimento mental. ¿Estás de acuerdo con la

conclusión que saca?80. ¿Ves alguna pega a la sabiduría desilusionada de CS?81. ¿Por qué crees tú que otros filósofos sí consideran que la filosofía

puede consolarnos de la muerte? Busca citas de diversos filósofos (Epicuro, Montaigne, Pascal, Spinoza, Cioran ...) sobre esta cuestión.

82. ¿Puede la filosofía reemplazar a la religión, es decir, ser una especie de religión laica, de espiritualidad para ateos?

83. ¿Qué te parecen los tres puntos que nos asegura la religión cristiana?

84. ¿Puede la filosofía ayudarnos a vivir una vida más plena?85. ¿Sigues pensando que “la filosofía no sirve para nada”?86. Los filósofos que le gustan a CS están en un territorio fronterizo

entre la literatura y la filosofía. ¿Se puede hacer filosofía con la literatura? ¿Sería literatura o filosofía? ¿Qué criterios determinan que un libro (por ejemplo, un diálogo de Platón) o un autor (Nietzsche o Pascal) se considere filosófico y no literario?

87. ¿Por qué crees que CS es uno de los filósofos más leídos de Francia? ¿Conoces el nombre de otros filósofos franceses y españoles a los que le pase lo mismo?

Gabriel Arnaiz