Anemia Ferropénica

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Anemia ferropénica Fecha de la última revisión: 24/05/2012 GUÍA ALGORITMOS Índice de contenidos 1. ¿De qué hablamos? 2. ¿Cómo se diagnostica? 3. Algoritmo diagnóstico 4. ¿Cómo se trata? 5. Bibliografía 6. Más en la red 7. Autores Realizar comentarios o aportaciones ¿De qué hablamos? Es el tipo de anemia más frecuente en la población general. Se trata de una anemia caracterizada por la disminución o ausencia de los depósitos de hierro, baja concentración de hierro sérico, baja saturación de transferrina y baja concentración de la hemoglobina (Hb) o del hematocrito (Harrison 2008). Es la anemia más frecuente (2-4% población, especialmente en mujeres) (CDC, 2002). La ferropenia se manifiesta con un síndrome característico: SNC: irritabilidad, labilidad emocional, disminución de la concentración y la memoria, cefalea, ataxia, parestesias, trastornos del sueño (insomnio) y la alimentación (PICA: apetencia desmedida por sustancias poco habituales. Es muy característica la pica de hielo o pagofagia), aumento de la sensibilidad al frío, síndrome de piernas inquietas… Piel y mucosas: coloración azulada de la esclerótica, fragilidad de uñas y cabello, coiloniquia o aspecto cóncavo de las uñas, glositis, queilitis angular o rágades, atrofia gástrica, en casos graves producción de membranas esofágicas (síndrome de Plummer-Vinson). La anemia ferropénica puede deberse a: Aumento de la utilización del hierro: gestación, lactancia, crecimiento corporal rápido en la infancia y adolescencia. Pérdidas fisiológicas: menstruación. Pérdidas patológicas: Hemorragia digestiva. El sangrado digestivo crónico es la causa más frecuente en este grupo: hemorragias gástricas por medicamentos (AAS, AINES, corticoides asociados a AINES…), hernia de hiato, diverticulosis, hemorroides. En pacientes mayores de 60 años debe considerarse la posibilidad de neoplasia, sobre todo de colon y la angiodisplasia intestinal. Genito-urinarias. Aparato respiratorio. Hemólisis intravascular. Alteraciones en la absorción: Dietas insuficientes: debe interrogarse siempre acerca de los hábitos dietéticos. El hierro presente en alimentos de origen vegetal como cereales y legumbres tiene baja biodisponibilidad (algunos alimentos como las lentejas

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Anemia Ferropénica

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Anemia ferropénica Fecha de la última revisión: 24/05/2012

GUÍA

ALGORITMOS

Índice de contenidos

1. ¿De qué hablamos?

2. ¿Cómo se diagnostica?

3. Algoritmo diagnóstico

4. ¿Cómo se trata?

5. Bibliografía

6. Más en la red

7. Autores

Realizar comentarios o aportaciones

¿De qué hablamos?

Es el tipo de anemia más frecuente en la población general. Se trata de una anemia caracterizada por la disminución

o ausencia de los depósitos de hierro, baja concentración de hierro sérico, baja saturación de transferrina y baja

concentración de la hemoglobina (Hb) o del hematocrito (Harrison 2008). Es la anemia más frecuente (2-4%

población, especialmente en mujeres) (CDC, 2002).

La ferropenia se manifiesta con un síndrome característico:

• SNC: irritabilidad, labilidad emocional, disminución de la concentración y la memoria, cefalea, ataxia, parestesias,

trastornos del sueño (insomnio) y la alimentación (PICA: apetencia desmedida por sustancias poco habituales. Es

muy característica la pica de hielo o pagofagia), aumento de la sensibilidad al frío, síndrome de piernas inquietas…

• Piel y mucosas: coloración azulada de la esclerótica, fragilidad de uñas y cabello, coiloniquia o aspecto cóncavo de

las uñas, glositis, queilitis angular o rágades, atrofia gástrica, en casos graves producción de membranas esofágicas

(síndrome de Plummer-Vinson).

La anemia ferropénica puede deberse a:

• Aumento de la utilización del hierro: gestación, lactancia, crecimiento corporal rápido en la infancia y adolescencia.

• Pérdidas fisiológicas: menstruación.

• Pérdidas patológicas:

Hemorragia digestiva. El sangrado digestivo crónico es la causa más frecuente en este grupo: hemorragias

gástricas por medicamentos (AAS, AINES, corticoides asociados a AINES…), hernia de hiato, diverticulosis,

hemorroides. En pacientes mayores de 60 años debe considerarse la posibilidad de neoplasia, sobre todo de

colon y la angiodisplasia intestinal.

Genito-urinarias.

Aparato respiratorio.

Hemólisis intravascular.

• Alteraciones en la absorción:

Dietas insuficientes: debe interrogarse siempre acerca de los hábitos dietéticos. El hierro presente en alimentos

de origen vegetal como cereales y legumbres tiene baja biodisponibilidad (algunos alimentos como las lentejas

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tienen excesiva fama de riqueza en hierro). Incluso en carnes y pescados el contenido en hierro es

relativamente bajo. En gestantes, niños y mujeres en edad fértil la dieta puede ser un factor predisponente o

causal de deficiencia de hierro. En mujeres postmenopausicas y en el varón la dieta sería causa excepcional

de ferropenia.

Absorción defectuosa: gastrectomías parciales o totales, enfermedad inflamatoria intestinal, medicamentos

(antiácidos, inhibidores de la bomba de protones, etc.), enfermedad celíaca (causa relativamente frecuente de

anemia ferropénica); en algunos casos podría estar indicada la detección de anticuerpos antiendomisio y

antigliadina para descartar una enfermedad celíaca no diagnosticada.

• La anemia ferropénica de origen incierto es una causa frecuente de ferropenia. La infección por Helicobacter

pylori podría ser causa de anemia ferropénica en ausencia de lesiones del tracto digestivo, debido a una alteración

en la absorción gástrica del hierro. La eliminación de esta infección se sigue a corto plazo de la desaparición de la

anemia y de la ferropenia (Pérez F, 2008).

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¿Cómo se diagnostica?

El nivel de ferritina sérico bajo es indicativo de una situación de depleción de hierro y es la prueba diagnóstica

definitiva de la anemia por déficit de hierro (AF) ( Mayayo M. 2001; Killip Sh, 2007).

Los demás parámetros no permiten diferenciar con seguridad la AF de la anemia por enfermedad crónica

(Malope B, 2001).

Generalmente aparece microcitosis, aunque hasta en el 30% de las anemias ferropénicas y en algunas

poblaciones, el VCM puede ser >80; asimismo, en el 10% de las microcitosis los parámetros relacionados con

el hierro son normales (Manual de Diagnostico y Terapeutica Medica, 2011).

Otros datos a tener en cuenta:

El frotis periférico habitualmente muestra anisocitosis y poiquilocitosis.

Cuando la microcitosis se asocia a aumento de glóbulos rojos, sobre todo si es mantenida, pensar en

talasemia.

Puede haber trombocitosis reactiva.

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Algoritmo diagnóstico

Es muy importante diferenciar entre anemia ferropénica y rasgo talasémico. Así, en la anemia ferropénica existe una

disminución proporcionada del VCM respecto al hematocrito y con una disminución de la concentración de

hemoglobina.

Por el contrario, en la talasemia hay un aumento del número de hematíes y el VCM es desproporcionadamente bajo

con respecto al grado de anemia.

Ante la sospecha de rasgo talasémico se debe de derivar a un servicio de hematología para confirmar el diagnóstico.

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Algoritmo diagnóstico de la ferropenia

¿Cómo se trata?

El tratamiento debe realizarse por vía oral con preparados de hierro que contengan altas concentraciones de metal y

durante períodos prolongados (Alberca I, 2006; Mahomed K, 2003).

Ningún alimento contiene concentraciones suficientes de hierro para poder constituir un remedio práctico en los

estados de carencia del mismo. La absorción de hierro intestinal es baja, aun en condiciones de absorción

aumentada. Se requieren concentraciones muy elevadas de hierro en la luz intestinal para conseguir la absorción de

la cantidad necesaria.

Se recomienda iniciar el tratamiento con 150-200 mg de hierro elemental al día repartido en tres tomas (3-5

mg/kg/día en niños). El preparado químico de mejor absorción es el sulfato ferroso. La absorción es máxima en

ayunas y se incrementa con dosis altas de ácido ascórbico. Se informará al paciente de que se le oscurecerán las

heces y de que es importante que cumpla el tratamiento. Como primera elección se debe huir de los preparados de

hierro complejos, con extractos proteicos, puesto que se absorben peor y son más caros (se debe exigir que

contengan un mínimo de 40- 60 mg de hierro por vial), aunque producen menos efectos secundarios (epigastralgias,

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náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, etc.). Debe evitarse el tratamiento con hierro oral en el ulcus péptico

activo y en la enfermedad inflamatoria intestinal activa.

De entre los fármacos de uso común con interferencia en la absorción oral del hierro hay que considerar los IBP, los

alcalinos o las quinolonas (Urrutia A, 2010).

Para valorar la respuesta al tratamiento se puede realizar un hemograma a los 10-20 días de su inicio. Tras una o

dos semanas de iniciado el tratamiento se debe observar un incremento en la cifra de reticulocitos en sangre (“crisis

reticulocitaria”). La cifra de Hb debe incrementarse de forma significativa en 3-4 semanas y se debe alcanzar una

cifra normal de Hb en 2-4 meses. Si no se normaliza la cifra de hemoglobina en el hemograma a las 4-6 semanas de

iniciado el tratamiento debe considerarse: persistencia de pérdidas, dosis o cumplimiento del tratamiento incorrectos,

posibilidad de malabsorción y/o diagnóstico incorrecto.

Una vez corregida la anemia, la ferroterapia debe mantenerse durante 3-6 meses para replecionar los depósitos de

hierro.

Existen también preparados de hierro parenteral, que solo se utilizarán cuando exista intolerancia grave al hierro

oral, pérdidas que superen la capacidad de reposición oral, estados inflamatorios en los que el hierro oral sea

ineficaz o exista malabsorción. La aparición de presentaciones parenterales de hierro sacarosa o del hierro

carboximaltosa, mucho mejor toleradas y seguras que el hierro dextrano utilizado hasta hace poco ha hecho que su

uso se esté incrementando en el medio hospitalario (Urrutia A, 2010; Muñoz Rojas I, 2008).

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Bibliografía

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Más en la red

Anemia ferropénica en Medline

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Autores

Xosé Luis López Álvarez * Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria

Natalia Pérez Lorenzo ** Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria

* Servicio de Atención Primaria de Mariñamansa. Ourense.

** Servicio de Atención Primaria de Xinzo de Limia. Ourense.