Ángeles

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Mensajeros o enviados La palabra ángel proviene del griego “Angelos”, que significa enviado, nuncio, mensajero, y se usa para designar a seres espirituales, dotados de inteligencia y libre albedrío, que ejercen el ministerio que Dios les confía. San Agustín, padre de la Iglesia, dijo en el siglo IV: “El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel”. La creencia en ángeles es anterior al cristianismo. Las primeras descripciones aparecen en el Antiguo Testamento: Dios colocó ángeles con espadas a la entrada del jardín del Edén; un ángel alimentó a la esclava Agar y su hijo Ismael cuando vagaban por el desierto; un ángel detuvo la mano de Abraham cuando iba a sacrificar a su hijo Isaac; Jacob soñó una escalera por la cual subían y bajaban ángeles. Ya en el Nuevo Testamento, el ángel Gabriel anuncia el nacimiento de Jesús, una de las escenas más representadas en el arte. ¿Y en verdad tienen alas? “Los ángeles existen, pero no tienen cuerpo físico, ni alas”, afirma Lilian Escobedo, quien estudió Angelología, rama de la parapsicología, en Estados Unidos. “Son seres espirituales, pura energía, puntos de luz”, dice. Escobedo afirma que las alas tienen relación simbólica con su función de mensajeros (Mercurio, mensajero de los dioses griegos, tenía alas en los pies). En su opinión, el destierro de los israelitas en Babilonia, donde había estatuas de toros y leones alados, fue una influencia en la representación de estos seres. ¿Y los hay de diversas clases? En opinión del teólogo Dennis Leder S.J., lo de las jerarquías angélicas es “una manera de aplicar marcos humanos de pensamiento a algo que es intangible, y divino”. Filósofos no cristianos como Dionisio Aeropagita, y cristianos como Santo Tomás de Aquino o Juan Escoto, elaboraron clasificaciones en base a descripciones efectuadas por profetas como Daniel y Habaquc; apóstoles como San Pablo en varias epístolas y San Juan en el Libro del Apocalipsis. En los mismos evangelios hay varias alusiones a la existencia y función de los ángeles. Leder citó la que dice: “cuando el Hijo del Hombre venga acompañado de todos sus ángeles”, que interpreta como la sumisión total de este ejército celestial al dominio de Jesús. El Catecismo de la iglesia Católica declara que los ángeles existen, pues Dios creó “lo visible y lo invisible”. En una audiencia general en junio de 1986, el Papa Juan Pablo II dijo: “Los ángeles tienen función de mediación y de ministerio en las relaciones entre Dios y los hombres” (L'osservatore Romano). Leder los define como “hilos que nos unen a lo divino”. En cuanto a la existencia del ángel de la guarda, comentó: “Creo que psicológicamente es muy bueno creer que tenemos un ángel guardián, alguien que no nos deja solos, aunque al final, somos nosotros mismos quienes decidimos nuestro destino. Si bien la providencia de Dios nos ampara con sus ángeles, a veces uno puede ser el ángel guardián de otra persona, al ayudarle, auxiliarle, aconsejarle...”. Nueve coros de ángeles La jerarquía celestial ha sido documentada por varios filósofos cristianos y no cristianos. La primera recibe de Dios el Ser, el Bien, la Belleza, la Perfección y la Paz, y se la entrega a la segunda, la cual, a su vez, la entrega a la tercera. Las características descritas son simbólicas.

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Mensajeros o enviados

La palabra ángel proviene del griego “Angelos”, que significa enviado, nuncio, mensajero, y se usa para designar a seres espirituales, dotados de inteligencia y libre albedrío, que ejercen el ministerio que Dios les confía. San Agustín, padre de la Iglesia, dijo en el siglo IV: “El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel”.

La creencia en ángeles es anterior al cristianismo. Las primeras descripciones aparecen en el Antiguo Testamento: Dios colocó ángeles con espadas a la entrada del jardín del Edén; un ángel alimentó a la esclava Agar y su hijo Ismael cuando vagaban por el desierto; un ángel detuvo la mano de Abraham cuando iba a sacrificar a su hijo Isaac; Jacob soñó una escalera por la cual subían y bajaban ángeles. Ya en el Nuevo Testamento, el ángel Gabriel anuncia el nacimiento de Jesús, una de las escenas más representadas en el arte.

¿Y en verdad tienen alas?

“Los ángeles existen, pero no tienen cuerpo físico, ni alas”, afirma Lilian Escobedo, quien estudió Angelología, rama de la parapsicología, en Estados Unidos. “Son seres espirituales, pura energía, puntos de luz”, dice.

Escobedo afirma que las alas tienen relación simbólica con su función de mensajeros (Mercurio, mensajero de los dioses griegos, tenía alas en los pies). En su opinión, el destierro de los israelitas en Babilonia, donde había estatuas de toros y leones alados, fue una influencia en la representación de estos seres.

¿Y los hay de diversas clases?

En opinión del teólogo Dennis Leder S.J., lo de las jerarquías angélicas es “una manera de aplicar marcos humanos de pensamiento a algo que es intangible, y divino”.

Filósofos no cristianos como Dionisio Aeropagita, y cristianos como Santo Tomás de Aquino o Juan Escoto, elaboraron clasificaciones en base a descripciones efectuadas por profetas como Daniel y Habaquc; apóstoles como San Pablo en varias epístolas y San Juan en el Libro del Apocalipsis. En los mismos evangelios hay varias alusiones a la existencia y función de los ángeles. Leder citó la que dice: “cuando el Hijo del Hombre venga acompañado de todos sus ángeles”, que interpreta como la sumisión total de este ejército celestial al dominio de Jesús.

El Catecismo de la iglesia Católica declara que los ángeles existen, pues Dios creó “lo visible y lo invisible”. En una audiencia general en junio de 1986, el Papa Juan Pablo II dijo: “Los ángeles tienen función de mediación y de ministerio en las relaciones entre Dios y los hombres” (L'osservatore Romano).

Leder los define como “hilos que nos unen a lo divino”. En cuanto a la existencia del ángel de la guarda, comentó: “Creo que psicológicamente es muy bueno creer que tenemos un ángel guardián, alguien que no nos deja solos, aunque al final, somos nosotros mismos quienes decidimos nuestro destino. Si bien la providencia de Dios nos ampara con sus ángeles, a veces uno puede ser el ángel guardián de otra persona, al ayudarle, auxiliarle, aconsejarle...”.

 

Nueve coros de ángelesLa jerarquía celestial ha sido documentada por varios filósofos cristianos y no cristianos. La primera recibe de Dios el Ser, el Bien, la Belleza, la Perfección y la Paz, y se la entrega a la segunda, la cual, a su vez, la entrega a la tercera. Las características descritas son simbólicas.

Primera jerarquíaSerafinesLos coros de Dios. Cantan alabanzas sin cesar. Encargados de regular el movimiento de los cielos. Tienen seis alas y cuatro caras (león, águila, toro y humano, símbolos de los evangelistas)

Querubines Están alrededor de Dios. “Querub” significa próximo, en hebreo. Según la tradición, también están situados al oriente del Edén, junto a la espada invencible, para custodiar el Árbol de la Vida. Poseen cuatro alas que representan a los cuatro elementos.

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OfaninTambién llamados “Tronos” o “Ruedas”. Son quienes transportan el trono de Dios. Manejan el impulso de vida y el impulso creador. Su misión fundamental es contemplar y adorar a Dios. Van y vienen como el rayo. Angeles acompañantes de los planetas.

Segunda jerarquíaDominacionesSeres celestiales versados en los misterios de la creación. Llevan el libro de la vida de nuestros actos y de todo lo que sucede en el universo. Su misión es la de integrar los mundos espiritual y material. Forman cauces de misericordia y viven en el segundo cielo, en donde están escritos todos los nombres sagrados.

VirtudesEncargados de traer fe, esperanza y caridad. Infunden coraje

para el bien. Traen la respuesta de Dios en situaciones extremas e incluso promueven prodigios. Dos de ellos escoltaron a Jesús en su ascensión.

Potestades Es un gran coro que tiene la misión de cuidar del mundo y vigilar la puerta del cielo. Portadores de la conciencia colectiva de toda la humanidad. Según algunas concepciones, a esta categoría pertenecen los ángeles del nacimiento y de la muerte, que acompañan al ser cuando sale del mundo.

Tercera jerarquíaPrincipados Encargados de las naciones, de las grandes ciudades y religiones de nuestro planeta. A ésta pertenecen los santos: humanos que por su valor espiritual actúan como intercesores ante Dios.

ArcángelesEl octavo coro.Comandan las legiones del cielo, luchando contra los ángeles de las tinieblas. Según la Cábala Judía, son 72, pero la iglesia Católica sólo reconoce a tres: Miguel, Rafael y Gabriel. Tienen libre albedrío y pueden presentarse por propia voluntad.

Angeles  Los más próximos a los seres humanos y quienes más se ocupan de los asuntos de la humanidad. Incluye a los ángeles de la guarda. Hay tantos ángeles como seres humanos haya a través de toda la historia. Se muestran bajo la forma preconcebida por la persona.

 

Mitos y creencias¿Puede uno hablar con su ángel?Desde el siglo IV, San Agustín prohibió venerar a ángel alguno, para evitar caer en idolatrías. Fijó la postura de que se trata de simples mensajeros y servidores de Dios.

Sin embargo, el mismo San Josemaría Escrivá de Balaguer afirmaba que pueden ser de ayuda: “hay que convencer al ángel guardián del otro para que contribuya a su conversión”.

La angelología considera que cualquier persona puede entrar en contacto con su ángel guardián. “Este le responderá quizá por medio de un sueño o de algún pensamiento”.

El parapsicólogo Urbano Madel afirma que cada persona tiene al menos tres ángeles (el ángel guardián, otro por la fecha de nacimiento y otro por la hora), y que es posible comunicarse con ellos mediante la meditación. “Las entidades angélicas pueden manifestarse por medio de un animal, una apariencia física, en forma de viento, de calor o de frío”, señala Madel. “No hay que asustarse por la apariencia que demuestre... será la señal de su ayuda”.

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La iglesia Católica sólo reconoce a tres arcángeles (los mencionados por nombre en las escrituras): Miguel, Rafael y Gabriel, encargados de combatir el mal, de auxiliar a las personas y de guiar el camino correcto, respectivamente. Sin embargo, la Cábala Hebrea afirma que existen 72 arcángeles, cada uno de los cuales tiene a su cargo un batallón de ángeles y una misión específica.

Los seres humanos sólo pueden tener contacto con la tercera jerarquía de ángeles, constituida por los principados (los santos), los arcángeles y los ángeles. “A veces, cuando usted clama a Dios o a algún santo, quien le auxilia puede ser su propio ángel de la Guarda, pero es igual... la ayuda llega”, dice la angelóloga Lilian Escobedo.

“Un ángel va a tomar la forma que usted tiene preconcebida como ángel”. “Le puede revelar su nombre, pero esto debe ser un secreto entre la persona y su ángel, pues éste conoce todo sobre ella” prosigue.

Denis Leder S.J. considera que los ángeles pueden traer respuestas de Dios al clamor de una persona, pero que además de la fe también es importante el esfuerzo personal y la caridad humana. “Además, hay que saber interpretar los signos que hay en la realidad, pues Dios se comunica constantemente con nosotros”.

En Internet aparecen varios sitios dedicados a la angelología: se describen algunos olores, sonidos, colores que les resultan especialmente atractivos. En algunos casos, hay servicios de búsqueda del arcángel correspondiente a la fecha de nacimiento: aparecen nombres como Hahaiah, Sitael, Poyel...

Lo que no son: Mitos imaginarios

La apariencia de los ángeles es un mensaje codificado. No son como literalmente se les describe.

• No tienen cara de niño: Lo usual es representar a los querubines con rostro infantil y dos alas. Esto sólo simboliza su pureza.

• No tienen alas: Son entes espirituales. Las alas sólo son una forma de representar su misión. Cuando se les ve, son como puntos de luz o de energía.

• Los familiares fallecidos no se convierten en ángeles. Quien se queda cerca es el ángel de la Guarda (todos tienen uno).

• Hasta la gente malvada tiene un ángel de la guarda. Este respeta el libre albedrío de la persona.

• Todos llevamos a la par, además del ángel guardián, a un ángel caído.