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1 Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá: Una mirada desde la provisión de bienes públicos Daniel Gordo Garzón. * Asesor: Fernando Carriazo Resumen Este trabajo evalúa la relación entre el stock de bienes públicos alusivos a la accesibilidad a medios de transporte con la elección modal de transporte para el caso de Bogotá. A partir de datos geo referenciados de la Encuesta de Movilidad de Bogotá 2015, se desarrollan tres modelos de elección discreta con distintas especificaciones (multinomial estándar, multinomial mixto y espacial) para entender la decisión de transporte en la ciudad. Se encontró que contar con una cicloruta no influye significativamente sobre el uso de la bicicleta como medio predominante relativo al efecto que tiene el bici carril, el cual incentiva el uso de la bicicleta de manera significativa al aumentar la probabilidad de uso en 43 puntos porcentuales. Hallazgos como estos ilustran un panorama donde el diseño urbano debe migrar de la simple provisión de bienes públicos a las intervenciones con mayor calidad para así poder generar un cambio en la distribución modal hacia el uso de transportes sostenibles. De igual modo, se encontró una disparidad muy alta en los efectos de los bienes públicos sobre la elección modal de transporte en la población. Esto implica que la heterogeneidad en preferencias, características socio económicas y condiciones del espacio urbano impide que el acceso a infraestructura de transporte repercuta de la misma manera para todo aquel que decide transportarse en la ciudad. Palabras Clave: Transporte, elección modal, econometría espacial, bienes públicos, infraestructura urbana. Código JEL: O18, R21, R40, R42

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Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá:

Una mirada desde la provisión de bienes públicos

Daniel Gordo Garzón. *

Asesor: Fernando Carriazo

Resumen

Este trabajo evalúa la relación entre el stock de bienes públicos alusivos a la accesibilidad a medios

de transporte con la elección modal de transporte para el caso de Bogotá. A partir de datos geo

referenciados de la Encuesta de Movilidad de Bogotá 2015, se desarrollan tres modelos de elección

discreta con distintas especificaciones (multinomial estándar, multinomial mixto y espacial) para

entender la decisión de transporte en la ciudad. Se encontró que contar con una cicloruta no influye

significativamente sobre el uso de la bicicleta como medio predominante relativo al efecto que tiene

el bici carril, el cual incentiva el uso de la bicicleta de manera significativa al aumentar la probabilidad

de uso en 43 puntos porcentuales. Hallazgos como estos ilustran un panorama donde el diseño urbano

debe migrar de la simple provisión de bienes públicos a las intervenciones con mayor calidad para

así poder generar un cambio en la distribución modal hacia el uso de transportes sostenibles. De igual

modo, se encontró una disparidad muy alta en los efectos de los bienes públicos sobre la elección

modal de transporte en la población. Esto implica que la heterogeneidad en preferencias,

características socio económicas y condiciones del espacio urbano impide que el acceso a

infraestructura de transporte repercuta de la misma manera para todo aquel que decide transportarse

en la ciudad.

Palabras Clave: Transporte, elección modal, econometría espacial, bienes públicos, infraestructura

urbana.

Código JEL: O18, R21, R40, R42

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1. Introducción

En Colombia, uno de los retos actuales en materia de diseño de política pública es el mejoramiento

de los sistemas de transporte al igual que la infraestructura conexa para su uso eficiente. Contenido

en instrumentos de política como el Plan Nacional de Desarrollo (2014-2018) o los planes de

desarrollo de ciudades, se reconoce al transporte urbano como un eje fundamental en la calidad de

vida de las personas (Departamento Nacional de Planeación, 2014). Se plantea como un motor de

dinamismo en las ciudades a través del acceso que brinda a bienes y servicios, y generación de

inclusión social a través de su efecto sobre el bienestar colectivo.

Específicamente, en Bogotá en los últimos años se han planteado varias iniciativas encaminadas al

mejoramiento de las condiciones del transporte público y particular. Sin embargo, los avances en

términos de eficiencia parecen ser marginales. Prueba de ello es que indicadores como la velocidad

promedio de Transmilenio (TM) se ha equiparado con la del particular (motos y automóviles) –

alrededor de los 25 km/h en el 2015- y la del transporte público colectivo es considerablemente menor

(Bogotá Como Vamos, 2016). Esto se ha traducido en un incremento en el tiempo de desplazamiento

y, por tanto, en un deterioro de la calidad de vida de las personas pues estas se ven enfrentadas a

fenómenos como congestión y contaminación durante intervalos de tiempo prolongados.

Adicionalmente, el costo de oportunidad de usar transporte masivo se incrementa, lo que resulta

indeseable pues la probabilidad de que los bogotanos decidan utilizar transporte particular - carro y

moto- como principal medio de transporte cada día es mayor. Esto implica una distribución modal

insostenible en el mediano y largo plazo pues el uso de estos medios de transporte profundiza el

efecto de las externalidades negativas del transporte.

Paralelamente, la ciudad ha experimentado un crecimiento acelerado tanto de su población como de

su densidad urbana- 14.6% con respecto al año 2005 (DANE & SDP, 2014). Sin embargo, este

crecimiento acelerado no ha sido acompañado de políticas direccionadas a actualizar el stock de

bienes públicos acorde al nuevo panorama demográfico y a encaminar la ciudad hacia un crecimiento

ordenado. Es así, como cerca del 50% de los hogares padece algún tipo de limitación en el acceso a

bienes de uso colectivo (SDP & UN, 2013). No obstante, es importante recalcar que esta confluencia

de fenómenos no se expresa de manera homogénea en la ciudad. Así como hay grandes disparidades

en términos de densidad poblacional a nivel zonal, el nivel de equipamiento (infraestructura de uso

común) varía considerablemente a través de localidades (Alcaldía de Bogotá, 2016) . Es de esperar

entonces, que diferencias tan amplias a nivel demográfico y de equipamiento entre zonas de la ciudad,

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se traduzcan en diferencias en términos de calidad de vida. Esto, pues el nivel de servicio de los

equipamientos es función de la población que los use (Fujita, 1989). Ambas variables tienen una

relación inversa, el nivel de servicio se reduce a medida que el volumen de uso aumenta. Esta

“congestión de uso” afecta su eficiencia y de paso el bienestar de los ciudadanos.

En ese orden de ideas, es factible pensar que dichas heterogeneidades a nivel zonal en términos de

infraestructura y bienes públicos afecten la calidad de la oferta de transporte urbano. Esto ocurre pues

estos bienes de uso colectivo, en particular, son los instrumentos del espacio urbano para proveer a

los viajeros de accesibilidad a los distintos medios de transporte e incentivar su uso. Por ejemplo, la

ciclo-ruta incentiva y facilita el uso de la bicicleta y las áreas de interconexión de transporte público

(AITR) conectan al ciudadano con el uso del transporte masivo (TM, alimentadores, SITP, etc.). De

este modo, el aprovechamiento de estos espacios e infraestructuras puede considerarse como la

conexión entre la oferta y demanda de transporte. Entonces, resulta de gran interés investigar si dichas

heterogeneidades – pensadas como choques a la eficiencia del sistema de transporte-, tienen un efecto

significativo sobre la distribución modal de transporte en la ciudad. Esta pregunta adquiere relevancia

en cuanto a que dicho análisis permite descomponer la decisión modal entre factores propios del

individuo, y factores que dependen del accionar del estado. Así se podría empezar a entender las

falencias y aciertos en el diseño urbano de Bogotá en los últimos años para poder replicar aquello que

ha tenido un efecto positivo y reevaluar aquellas intervenciones que ciertamente no.

Bajo este contexto, el presente trabajo tiene como objetivo estudiar el transporte en Bogotá mediante

el análisis de la elección modal -a nivel individuo- a partir de restricciones o heterogeneidades en el

stock de bienes públicos. Se planteará un modelo econométrico de elección discreta multinomial

(Logit multinomial) y dos variaciones (Mixed Logit y Logit Multinomial con estructura espacial). La

primera, pensada en observar cambios en las estimaciones al permitir una correlación entre

alternativas de elección de transporte (relajando el supuesto de Independencia de Alternativas

Irrelevantes) y la segunda, para capturar efectos de dependencia espacial en la elección modal en la

ciudad. Para este fin, se hará uso de la Encuesta de Movilidad de Bogotá más reciente- año 2015- y

de información complementaria del portal geo estadístico de la Secretaria de Planeación, Secretaria

de Movilidad y del Catastro público.

El análisis presentado se orientará a evidenciar el grado de influencia que tienen los bienes públicos

de transporte sobre el uso (o no uso) de transportes sostenibles y no sostenibles. El análisis se ceñirá

a la definición de transporte sostenible utilizada por instituciones multilaterales quienes lo estudian

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desde tres componentes: ambiental, económico y social (Banco Mundial, 2002). Ambiental desde la

cantidad de kilómetros por pasajero recorridos por cada tonelada de CO2 emitida, económico a partir

de la costo-eficiencia, la velocidad y la mayor capacidad de transporte, y social desde la minimización

de accidentalidad vial y el fácil acceso para las personas (UNESCAP, 2015).Por ende, se considerará

como sostenible el transporte público masivo, la bicicleta, y la caminata. Esto pues los dos últimos

tienen un costo energético casi nulo y el primero, según informes de las Naciones Unidas (2015), en

condiciones de plena ocupación maneja el mayor kilometraje por pasajero recorrido por cada tonelada

de CO2 emitida. Además, al ser los transportes que menos contribuyen a la profundización de la

congestión vehicular, contribuyen a menores niveles de tiempos de viaje en las ciudades.

En la literatura económica, el vínculo entre la provisión de bienes públicos y la elección modal de

transporte urbano no ha sido estudiado de manera enfática. Bastantes líneas se han escrito sobre

postulados teóricos de bienes de uso colectivo y su aplicabilidad al contexto de la ciudad (Fujita,

1989) (Tiebout, 1956) (Block, 1983). Entre dichos autores, se ubican aquellos que han escrito sobre

los nuevos modelos de desarrollo urbano. Este es el caso de autores como Calthorpe (1993) o Cervero

(2003) quienes al principio de la década de los 90 empezaron a hablar de desarrollo urbano orientado

al transporte (Transit Oriented Development) de manera formal. En esa misma línea de investigación,

varios autores han evaluado su implementación en distintas ciudades y contextos (Belzer & Aultier,

2002) , (Xu, Guthrie, Fan, & Li, 2017). Sin embargo, el análisis econométrico y riguroso se ha

inclinado sobre el estudio de implementaciones puntuales como cambios regulatorios,

implementación de nuevos medios de transporte, impuestos, entre otros (De Jong, y otros, 2009),

(Perdomo, Castañeda, & Mendieta, 2010), (Agarwal & Mo Koo, 2015).

Desde otras disciplinas, como la ingeniería de transporte o la medicina, se ha estudiado este vínculo

a partir de análisis de intervenciones puntuales en ciudades del mundo. Desde la ingeniería con el

propósito de evidenciar que tipo de intervenciones potencian el uso de ciertos medios de transporte y

desde la medicina con el objetivo de evidenciar que diseños urbanos propenden a un uso de transporte

activo como principal medio de transporte. Varios estudios han encontrado una relación

estadísticamente significativa entre la infraestructura propia del espacio urbano sobre la elección

modal. Esto, tanto para el uso de transporte público en varias ciudades del mundo (Chakour & Elurua,

2013) (Ewing & Cervero, 2010) (Suna, Ermagun, & Bo, 2017) como para transporte no motorizado

como la bicicleta o la caminata en el caso específico de la ciudad de Nueva York (Aziz, y otros,

2017).

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No obstante, estos estudios generalmente tienen la limitación de que usan modelos de elección

discreta estándar (Pasha, Rifaat, Tay, & De Barros, 2016), (Panter, Heinen, Macket, & Ogilvie, 2016),

(Chakour & Elurua, 2013) y en su mayoría usan muestras pequeñas y focalizadas hacia ciertos

sectores de las ciudades que son estudiadas (Heinen y otros, 2015), (Aziz, y otros, 2017). Esto implica

que los resultados de varios estudios realizados tienden a no ser precisos pues no corrigen por ciertos

factores como lo es la espacialidad de los patrones de uso de transporte (Vanoutrive, y otros, 2009)

(Glass, Kenjegalieva, & Sickles, 2012) o carecen de validez externa debido al espacio muestral usado.

En línea con lo anterior, el aporte de la presente investigación a la literatura actual es plantear un

modelo econométrico donde adicional a las características socio económicas del individuo y del viaje,

que han sido estudiadas previamente, se vislumbren los efectos de la provisión de bienes públicos y

efectos de dependencia y/o heterogeneidad espacial sobre la elección modal de transporte. El

componente espacial le brinda a la investigación herramientas no convencionales tanto para la

caracterización de variables a nivel zonal como para el desarrollo de modelos mucho más flexibles y

adaptados a las circunstancias actuales de la ciudad. De este modo, la investigación cobra valor en

términos de planeación y de políticas públicas a nivel urbano pues genera insumos para el diseño de

políticas encaminadas al crecimiento ordenado y al fomento de transporte sostenible. Este, entendido

como aquel que tiene un bajo impacto ambiental, un uso energético responsable y es eficiente en el

mediano y largo plazo (SAE International, 2017).

El trabajo está organizado de la siguiente manera. Primero, se hará un recorrido por la literatura

existente relacionada con transporte urbano, bienes públicos y la relación entre ambos conceptos.

Seguidamente, se presentará un contexto sobre Bogotá en términos de planeación urbana y movilidad.

Posteriormente, se presentará la metodología y los datos utilizados. Finalmente, se exhibirán los

resultados de las estimaciones y las conclusiones derivadas de los resultados obtenidos y del análisis

previo.

2. Literatura relacionada

La literatura alrededor de la economía del transporte se ha dividido primordialmente en dos frentes.

El primero, corresponde al estudio de las consecuencias de las externalidades derivadas del estado

actual del transporte sobre variables socio económicas. El segundo, donde encaja el presente trabajo,

se caracteriza por el estudio y evaluación de cambios en la demanda de transporte provocados por

intervenciones de política. Estas intervenciones suelen estar direccionadas al des estímulo o fomento

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de un tipo de transporte específico. Dichas intervenciones se ven reflejadas en cambios de costos,

introducción de regulaciones y/o provisión de bienes públicos (infraestructura de transporte).

Metodológicamente, la literatura económica ha hecho uso de modelos de evaluación de impacto como

Propensity Score Matching (Perdomo, Castañeda, & Mendieta, 2010) o Diferencias en Diferencias

(Agarwal & Mo Koo, 2015) para evaluar los efectos de intervenciones de política pública. Así

mismo, se han usado modelos de elección discreta- Logit (Potoglou & Kanaroglou, 2008) y Probit

(Paleti, Bhat, & Pendyala, 2009)- para la caracterización del uso de un medio de transporte específico

o de la distribución modal total. De igual manera, desde hace algunos años, se ha incorporado la

modelación espacial dentro del análisis econométrico, obteniendo un análisis mucho más riguroso y

rico a nivel territorial, al incorporar características socio económicas del entorno en las estimaciones

(Chen, Wang, & Kockelman, 2014). Esto se ha traducido en resultados más robustos y en

investigaciones con validez interna más sólida. Para efectos de este trabajo, se ahondará en el

segundo segmento de la literatura identificado, pues es de interés estudiar un componente de los

determinantes de la elección modal de transporte.

Con respecto a la literatura específica que aborda el tema de la elección modal de transporte, sus

inicios se remontan a los años 70’s con autores como McFadden (1975) y Lerman (1975). En

principio se pensó en variables propias del individuo (socioeconómicas) para caracterizar la elección

modal. No obstante, con el pasar de los años varios autores se dieron a la tarea de estudiar la relación

entre la elección modal y las características del espacio urbano (diseño). Así, más determinantes se

fueron sumando a la función de elección modal que había sido alimentada implícitamente por los

autores en la literatura. Uno de dichos determinantes corresponde al diseño urbano. Autores como

Handy, Cao & Mokhtarian (2005) pusieron en consideración el papel que tiene el diseño del espacio

urbano sobre el uso de ciertos medios de transporte. Diseño urbano entendido como aquellos atributos

que componen

En la literatura económica, dichos aspectos del diseño urbano se han estudiado como bienes públicos

pues se les consideran como atributos del espacio que son provistos para el uso de la población sin

excepción. Como concepto en la teoría económica, los bienes públicos fueron introducidos en los

años 50 por autores como Samuelson. Fueron definidos como bienes de consumo colectivo con la

característica particular de que el consumo de una persona no afecta el nivel de consumo disponible

para otra (Samuelson, 1954). Dicho autor, define a quienes hacen uso de ellos como personas

comunes, con la única particularidad de que sus decisiones pueden modelarse con una función de

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utilidad ordinal en preferencias hacia el consumo de bienes de uso colectivo y privados. Así mismo,

se han sub clasificado como puros o impuros dependiendo del cumplimiento (o no) de ciertos

postulados: no rivalidad y no exclusión1.

Su planteamiento como producto de la teoría microeconómica ha sido adaptado por múltiples autores

al análisis de dinámicas económicas en temas de economía urbana y regional. Dentro del segmento

de la economía dedicado al estudio de ciudades, se destacan las contribuciones teóricas de autores

como Tiebout y Fujita. Tiebout por su parte, se enfocó en el papel del estado en la provisión de bienes

públicos. En su trabajo, destaca la importancia de las preferencias de los consumidores sobre los

patrones de gasto locales, así como la posibilidad de un ciudadano de escoger la comunidad donde

sus necesidades (bienes públicos) se vean satisfechas (Tiebout, 1956) En línea con Tiebout, Fujita

ha hecho aportes al tamaño óptimo de ciudad, como capturar valor para la financiación de bienes de

uso colectivo y la manera óptima de proveerlos en un contexto urbano heterogéneo. Este autor hace

hincapié en que además de bienes públicos a nivel ciudad, es fundamental su provisión a nivel zonal

(debido a la heterogeneidad dentro de una metrópoli) (Fujita, 1989). Los planteamientos de Tiebout

(1956) y Fujita (1989) dejan clara la necesidad de comprender como la ciudad se compone de

escenarios dispares en términos de necesidades y preferencias. Así pues, es importante encaminar el

análisis hacia el estudio de dichas disparidades y sus implicaciones sobre la demanda de servicios en

la economía.

El concepto de bienes públicos y su relación con el transporte se ha estudiado desde dos aristas: el

análisis de planeación urbana y la evaluación de implementaciones puntuales en espacio público.

Desde la literatura que aborda la planeación urbana, se ha planteado un modelo de desarrollo urbano

ligado estrechamente a la movilidad – Transit Oriented Development (TOD)-. Sus bases se sostienen

en el hecho de que la movilidad se ha convertido en un eje fundamental de las decisiones de los

ciudadanos y de quienes se desplazan hacia la ciudad todos los días desde áreas metropolitanas.

Introducido por Roberto Cervero a finales de los años 90, plantea un esquema mediante el cual el

transporte público masivo se convierte en el eje del área metropolitana y de manera conexa, el

desarrollo de vecindarios adyacentes a dicho transporte se de en pro de garantizar condiciones

óptimas para su acceso (Belzer & Aultier, 2002). Sobre este modelo en particular, Belzer y Aultier

1 No exclusión pensada como la circunstancia donde no es posible prohibir con algún medio o mecanismo (precio o regla)

el uso del bien para un consumidor y no exclusión concebida como la situación donde es posible consumir una unidad

adicional del bien a un costo marginal igual a cero (Nicholson & Snyder, 2008)

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plantean que para que ocurra esto, es vital el desarrollo de barrios desde el fomento del uso mixto del

suelo (como mecanismo de captura de valor para financiar nueva infraestructura y mantenimiento de

la actual) al igual que la provisión de espacio público adecuado para peatones y ciclistas. Finalmente,

su trabajo plantea la importancia de la inclusión de suburbios y municipios conurbados con la ciudad

principal dentro del esquema de desarrollo (Belzer & Aultier, 2002). Esto pues es una realidad global

que las grandes metrópolis cuentan con ciudades dormitorio a sus alrededores de manera que la

densidad poblacional en horarios diurnos se incrementa, en parte, por la movilidad de personas desde

estas áreas a los centros de empleo.

Desde una perspectiva mucho más micro enfocada a intervenciones puntuales en contextos urbanos

específicos, llama la atención los estudios enfocados al estudio del uso de transporte público y

transporte no motorizado (transporte sostenible) y su relación con la infraestructura de transporte.

Referente a aquellas investigaciones encaminadas al estudio del transporte público se ha encontrado

que características del viaje como proximidad a la red de transporte público o número de

estaciones/paradas son determinantes importantes en el fomento de uso de sistemas de transporte

público y en el desincentivo de uso de vehículo privados como el automóvil. Este es caso de estudios

como los realizados por Boulange y otros (2017) y el de Pasha y otros (2016) en Melbourne y Canadá

respectivamente. De igual manera, estudios realizados en ciudades intermedias como el de Tiwari,

Ramachandra-Rao y Jain, (2015) para India, confirman que la mejora de infraestructura de transporte

público puede potenciar un cambio modal de usuarios de la moto y de transporte público intermedio

al uso de un sistema de buses. Dichos autores implementan un modelo de atracción de viajes así que

sus conclusiones se basan en simulaciones con datos de viajes reales.

En cuanto a los trabajos que estudian la elección modal de transportes no motorizados y su relación

con la infraestructura de transporte, se han encontrado efectos heterogéneos a nivel ciudad. Mientras

que trabajos como el de Aziz y otros (2017), encuentran un estimador de elasticidad significativo y

positivo (1.13) entre extender e implementar nueva infraestructura ciclo-inclusiva (ciclorutas) y la

probabilidad de escogencia de la bicicleta como modo de transporte, otros como el de Suna, Ermagun

& Dan (2017) estiman que para el caso de varias ciudades en China este efecto es dispar. Encuentran

que los atributos del espacio urbano residencial son más influyentes en el uso de transportes no

motorizados que aquellos del espacio aledaño a los lugares de empleo.

En suma, la literatura ha teorizado sobre el papel de la planeación urbana en la calidad del transporte

urbano mediante el planteamiento de modelos de sostenibilidad y evaluaciones de intervenciones

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puntuales. Sin embargo, los estudios más rigurosos desde la economía y desde el análisis

econométrico, se han centrado en costos de transporte, efectos de shocks externos o cambios

normativos (regulación). Aunque varios trabajos desde otras disciplinas como la ingeniería o la

medicina se han enfocado directamente en estudiar la relación entre infraestructura y elección modal,

el uso de modelos estadísticos más robustos y menos restrictivos en términos de supuestos no es una

constante en trabajos de estas disciplinas. De este modo, resulta vital poder integrar dichas

herramientas y el análisis econométrico de mayor sofisticación al análisis territorial de políticas, para

poder estudiar el rol de la planeación urbana sobre la elección modal.

3. Area de estudio

Para 2015, Bogotá se proyectaba como una ciudad de aproximadamente 7.8 millones de habitantes

distribuidos de manera heterogénea en 20 localidades en un territorio total de 1,580 km2 (Secretaría

Distrital de Planeación, 2017). Adjunta, la ciudad cuenta con un área metropolitana donde se estima

que se ubican alrededor de 1 millón 380 mil personas que, aunque no viven en Bogotá, varias de sus

actividades (económicas, acceso a servicios y demás) tienen que con la ciudad. Paralelamente, al ser

el centro político y administrativo del país, Bogotá alberga grandes epicentros económicos como

centros financieros, áreas comerciales e instituciones estatales que concentran una parte importante

de oferta de servicios, empleos, trámites, entre otros. Estas condiciones particulares de migración y

movimiento de masas poblacionales en la ciudad motivan a analizar el panorama de movilidad. En

este trabajo, se decide analizar uno de sus determinantes, los bienes públicos de transporte, y por ende

es importante describir la oferta de medios de transporte al alcance de la ciudadanía, al igual que el

estado de la planeación urbana referente al transporte.

3.1 Movilidad y bienes públicos de transporte en Bogotá

De entrada, es importante detallar el estado de la oferta de transporte en Bogotá, al igual que el estado

de la infraestructura de transporte conexa a cada uno de ellos. Respecto al transporte público, existe

el Transmilenio (TM), el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) y el transporte público

colectivo. El primero, consiste en un sistema segregado en la vía con 127 km de longitud distribuidos

en 147 estaciones. Fue ideado para solventar los problemas que presentaba el transporte público

tradicional, un sistema disperso, con altos niveles de accidentalidad y tiempos de desplazamiento

prolongados (Perdomo, Castañeda, & Mendieta, 2010). Cuenta con servicios expresos2, corrientes, y

2 Servicios que no paran en todas las estaciones.

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alimentadores. En los extremos de las troncales tiene portales (9) con mayor capacidad donde los

buses vuelven a comenzar su recorrido. No obstante, esto ha generado en los últimos años una

concentración de población viviendo en sus alrededores – caso Bochica aledaño al Portal 80 (SDP S.

D., 2010). Esto genera “congestión” en el uso del equipamiento y potencialmente, puede ser un factor

determinante en el aumento del tiempo total de desplazamiento con respecto a años anteriores

(ineficiencia) (Bogotá Como Vamos, 2016). Articulado a TM, se encuentra el SITP, implementado

en el año 2012 con el fin de unir de manera ordenada, el sistema de transporte público masivo. Este

sistema ha tenido una introducción lenta y en principio tuvo problemas de accesibilidad. Sin embargo,

hoy con un 72% de implementación, representa el 13% de los viajes de transporte público con 310

rutas.

En cuanto a transporte no motorizado (bicicleta y sus derivados), su participación relativa dentro de

la distribución modal ha caído en los últimos años pese a múltiples esfuerzos para promover su uso

(Observatorio de Movilidad, 2015). Desde 1998 se implementó una política de promoción de uso de

la bicicleta focalizada hacia la provisión de infraestructura pública. Desde entonces, las

administraciones han encaminado esfuerzos para ampliar el tamaño de esta infraestructura y el

resultado de ello es una red de 385 km de ciclo-rutas, 82 km de ciclo carriles y 17 ciclo parqueaderos

en estaciones de TM (Observatorio de Movilidad, 2015) , una de las más extensas de Latinoamérica.

Sin embargo, el sistema todavía no se encuentra totalmente articulado entre sí – ver mapas 4 y 7

anexos. Además, hay heterogeneidad en la calidad de la infraestructura y en su accesibilidad3. Algo

curioso es la disparidad en la cantidad de equipamiento ciclo-inclusivo entre localidades. En

localidades como Usaquén hay 38 km de infraestructura mientras que, en localidades como Ciudad

Bolívar con una densidad poblacional mayor, hay tan solo 7 km (Observatorio de Movilidad, 2015).

Sumado a esto, los usuarios de este modo de transporte son especialmente proclives a la inseguridad.

Según informes de Medicina Legal, su participación dentro de las víctimas fatales en accidentes de

tránsito es del 11% (Bogotá Como Vamos, 2016). En suma, si bien hay iniciativas y políticas de

promoción de transporte no motorizado, todavía hay factores estructurales que mantienen la

participación de este modo de transporte sobre la demanda agregada en niveles inferiores a los

esperados.

3 Infraestructura compartida con peatones, carriles separados en calzada, carriles separados en separador, entre otros.

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Para peatones, en Bogotá hay 3.93 m2 de espacio público por habitante. Sin embargo, el panorama es

espacialmente heterogéneo (Uniandes Grupo SUR & CCB, 2015). Existen corredores en la ciudad

donde las características del espacio son óptimas y otros donde la provisión de este bien público no

ha sido la mejor como consecuencia de intervenciones para otros medios de transporte. Este es el

caso de segmentos adyacentes a las troncales I y II de TM donde el espacio peatonal no fue diseñado

óptimamente, lo que resultó en altos niveles de inseguridad (Uniandes Grupo SUR & CCB, 2015).

Aun así, se han puesto en marcha políticas en pro del peatón como las Redes Ambientales Peatonales

Seguras (RAPS) y la reubicación de infraestructura compartida con ciclistas (intervención carrera

11), lo cual ha hecho que el nivel de servicio de los equipamientos para peatones mejore (Pardo,

Quiñones, López, & Prado, 2011). Aun así, el impacto real sobre el uso de la nueva infraestructura

no es conocido pues no se han realizados evaluaciones al respecto.

Con respecto a quienes deciden transportarse en vehículos particulares (carro y moto), su uso en

Bogotá es elevado y a pesar de que se han implementado políticas contractivas, su uso ha aumentado

paulatinamente. Esto se ve reflejado en un aumento del parque automotor en los últimos años (Bogotá

Como Vamos, 2016). Para estos usuarios, la calidad de la oferta vial varía entre localidades y en

términos generales es insuficiente – déficit de vías calculado para 2011 alrededor de 5.8 billones e

intersecciones en 6.8 billones de pesos (SDP S. d., 2011) y al día de hoy, un 57% de la malla vial

actual está en un estado sub óptimo (Alcaldía de Bogotá, 2016). A esto, se le suma un crecimiento

de apenas 6.3% desde el año 2004 de la oferta vial total (malla vial local, intermedia y arterial) (IDU,

2015). Esto denota un rezago considerable en la oferta de bienes públicos conexos al uso de estos

medios de transporte. No obstante, vale la pena cuestionarse si una reducción sustancial del déficit

vial para transporte motorizado es deseable. Sobre este fenómeno, Bocarejo (2009) plantea que, como

ha sucedido en grandes ciudades de Norteamérica, un aumento de la oferta vial puede terminar

profundizando el uso de estos medios de transporte al fomentar la expansión urbana y alargar los

desplazamientos (Bocarejo, 2009). Esto resulta indeseable dado que profundiza los efectos de la

congestión vehicular en la ciudad.

Referente a la distribución modal, el transporte público ha incrementado su participación desde el

año 2011, moviendo aproximadamente al 45% de los viajes superiores a 15 minutos (Observatorio

de Movilidad, 2015). No obstante, su participación ha crecido por encima de los niveles previstos en

la estructuración del proyecto (Alcaldía de Bogotá, 2016). Esto se traduce en una calidad del servicio

deficiente en términos de tiempos de espera, tiempos de viaje, demoras adicionales y congestión en

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las estaciones. Paralelo a esto, el transporte privado motorizado también incrementó su participación

en la distribución modal, al tiempo que el transporte no motorizado (caminata, bicicleta y otro) perdió

participación en la distribución modal (de 31% pasó a 25%). Esto indica que la planeación urbana

en términos de movilidad se ha quedado corta en proveer un servicio con estándares de calidad y con

capacidad acorde a la población a atender. Así pues, es factible pensar que hay factores como la

calidad, accesibilidad o congestión en su uso que están cambiando la distribución modal de la ciudad

e inclinándola hacia el uso de medios de transporte privados como el automóvil y la moto. Esto resulta

indeseable, pues su uso desmedido se traduce en niveles altos de externalidades- congestión y

contaminación.

3.2 Planeación Urbana y Provisión de Bienes Públicos en Bogotá

Ahora, vale la pena ahondar en el segmento de la planeación urbana en Bogotá que se ha dado a la

tarea de integrar la movilidad a las políticas de renovación y de revitalización de la ciudad. Desde el

gobierno nacional, se han elaborado documentos de política que han dado lineamientos para el

desarrollo de un sistema de transporte en óptimo– documentos CONPES 3882 (2017), 3748 (2013)

y 3677 (2010). De dichos documentos se destaca el CONPES 3882 pues indica los proyectos a

priorizar para Bogotá y su área metropolitana para los próximos años, al igual que presenta un análisis

detallado de la importancia de dichos proyectos. De igual modo, se destaca el 3677 pues es el

documento que antecede al planteamiento de proyectos específicos al dar un panorama histórico de

la movilidad urbana y recomendaciones de políticas hacia la consolidación de un proyecto de

transporte integral en la ciudad.

En línea con los aportes del CONPES (2017), el Departamento Nacional de Planeación (DNP) ha

planteado un marco de largo plazo donde se integra el accionar del gobierno nacional con las

autoridades locales para así desarrollar un proyecto de ciudad (en varias ciudades del país), donde el

transporte urbano se considera un eje fundamental en el dinamismo económico de las urbes (DNP,

Misión Sistema de Ciudades, 2014). Bajo este marco, se plantean medidas útiles para la mejora de la

movilidad urbana y herramientas para su mejoramiento. Sin embargo, no parece haber una

integración entre instrumentos de política provenientes del gobierno con las disposiciones de las

administraciones locales pues la priorización de proyectos ha cambiado conforme ha cambiado la

administración de la ciudad.

Page 13: Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá: Una ...

13

Dado el panorama expuesto, resulta importante examinar si la disparidad de bienes públicos conexos

a los distintos medios de transporte, descrita anteriormente, es un determinante en la distribución

modal de la ciudad (composición de la demanda por transporte). De acuerdo con el déficit de

equipamiento de transporte en la ciudad expuesto anteriormente y a la distribución geográfica y modal

de los viajes, parece haber una relación entre ambas variables. Sin embargo, es de suma importancia

poder corroborar esta hipótesis de manera formal mediante el planteamiento de un modelo

econométrico donde los bienes públicos de transporte sean un componente esencial de la decisión de

viaje de cada ciudadano.

4. Metodología

El uso de información desagregada a nivel viaje permite identificar las preferencias reveladas de los

ciudadanos como elecciones de categorías no ordenadas. Es decir, es posible visualizar la preferencia

particular de transporte para un individuo i que escoge dentro de un conjunto de posibles medios de

transporte (alternativas de elección) aquel que le proporciona mayor utilidad. En detalle, la unidad de

análisis es el viaje de cada persona, y la variable a explicar es el medio principal de transporte

escogido para dicho viaje. 𝐷𝑖 es una variable discreta no ordenada con la siguiente estructura,

𝐷𝑖 =

{

𝑇𝑟𝑎𝑛𝑠𝑝𝑜𝑟𝑡𝑒 𝑝ú𝑏𝑙𝑖𝑐𝑜 𝑚𝑎𝑠𝑖𝑣𝑜 (𝑇𝑃𝐶)4

𝑇𝑟𝑎𝑛𝑠𝑚𝑖𝑙𝑒𝑛𝑖𝑜𝑇𝑎𝑥𝑖

𝐴𝑢𝑡𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑐𝑢𝑙𝑎𝑟𝑀𝑜𝑡𝑜𝑐𝑖𝑐𝑙𝑒𝑡𝑎

𝑂𝑡𝑟𝑜𝑠5

𝐵𝑖𝑐𝑖𝑐𝑙𝑒𝑡𝑎𝐶𝑎𝑚𝑖𝑛𝑎𝑡𝑎

Para modelar esta variable, se usa un modelo de utilidad aleatoria. Esto, dado que uno de los

conceptos más importantes de los Random Utility Models (RUM) -su nombre en inglés- es que la

utilidad que proporciona una alternativa específica j depende de atributos tanto observables como no

observables para el investigador (Horowitz, y otros, 1994). Esta característica permite pensar en la

elección modal como una variable categórica no ordenada que depende de factores propios y

observables de la persona (edad, situación laboral, ubicación geográfica, entre otros) del viaje

(destino, duración, distancia, etc.) y de su entorno, al igual que de factores no observables, como la

percepción seguridad, la concentración geográfica de decisiones de consumo o heterogeneidades

4 Transporte público masivo incluye bus colectivo, intermunicipal, Sistema Integrado de Transporte Público,

alimentadores y servicios zonales especiales. 5 Otros: transporte especial, rutas escolares y empresariales, transporte informal y transporte ilegal.

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14

zonales en el nivel de servicio de un bien público de transporte. Así, es posible pensar en la provisión

de bienes públicos, las características de viaje y de los consumidores como componentes principales

de la función de demanda bajo un RUM.

Desde una perspectiva teórica, siguiendo a McFadden (1973), la función de utilidad del viajero tendrá

dos componentes principales, uno determinístico y otro estocástico. Esta función de utilidad general

para cualquier elección modal j, puede pensarse de la siguiente manera:

(1) 𝑈𝑖𝑗 = 𝑉𝑖𝑗(𝑠, 𝑥) + 𝑒𝑖𝑗 (𝑠, 𝑥)

Bajo esta óptica, un individuo escoge la alternativa que le genere mayor utilidad 𝑈𝑖𝑗 sobre las demás

𝑈𝑖𝑘 para toda alternativa de transporte k. Para el presente trabajo, esta maximización de utilidad puede

entenderse como la decisión diaria de transporte de las personas. Cada individuo decide qué medio

le provee un mayor bienestar y se ajusta a sus necesidades y restricciones. Entre dichas restricciones,

se tendrá en cuenta la restricción de ingresos de los individuos (medida por medio de su estrato socio

económico y de su área de ubicación6) y la de uso de vehículos particulares en días hábiles-pico y

placa- medida por medio de una variable que caracteriza la tenencia de automóvil. Siguiendo el

planteamiento en la ecuación (1), existe un vector de características observables x que influye

directamente y de manera singular sobre cada viajero. De igual modo, existen choques

circunstanciales y/o factores no contenidos en los datos (componente aleatorio de la función de

utilidad), que también tienen injerencia sobre la elección de transporte. Como el objetivo es modelar

estas decisiones, es importante conocer la naturaleza de ambos componentes de la función de utilidad

para encontrar expresiones de las probabilidades asociadas a cada elección modal. Sin embargo, al

ser 𝑒𝑖𝑗 un término aleatorio no conocido, se debe asumir una distribución de probabilidad específica

para poder modelar cada posible escenario donde se escoja un medio de transporte sobre los demás

(Hole, 2013). Esto se puede ver en la siguiente expresión que representa la probabilidad de elección

para una alternativa:

(2) Probabilidad de que la persona i escoja el transporte j

𝑃𝑟𝑜𝑏 [𝑌 = 𝑗] = Pr(𝑈𝑖𝑗 > 𝑈𝑖𝑘) = Pr(𝑉𝑖𝑗 + 𝑒𝑖𝑗 > 𝑉𝑖𝑘 + 𝑒𝑖𝑘) = Pr( 𝑒𝑖𝑘 + 𝑒𝑖𝑗 < 𝑉𝑖𝑗 − 𝑉𝑖𝑘)

∀ 𝑘 ≠ 𝑗

6 La unidad geográfica de ubicación de los hogares será la Zona de Análisis de Transporte (ZAT).

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15

Dentro de la literatura de modelos probabilísticos, el Logit y el Probit tienen distintas aproximaciones

para modelar estos componentes mediante máxima verosimilitud. A grandes rasgos, el Logit asume

independencia entre estos componentes aleatorios y les impone , una distribución Valor Extremo tipo

1 mientras que el Probit relaja el supuesto de independencia entre perturbaciones, pero a su vez asume

una distribución normal estandarizada para cada una de ellas (Wooldridge J. M., 2012), La diferencia

entre modelos se hace notoria en la definición de desviación estándar para cada estimación, pero es

posible compararlas pues pueden pensarse como transformaciones lineales, una de la otra (Rodriguez,

2007). A pesar de sus similitudes se ha optado por usar el Logit con mayor frecuencia pues las

expresiones matemáticas de las probabilidades de elección toman una forma cerrada (aplicabilidad

más sencilla) y sus resultados son fácilmente interpretables (Train, 2002). Por el contrario, el Probit

para N alternativas de elección, emplea N-1 integrales en el cálculo de las probabilidades asociadas

a cada elección particular (Kropko, 2008). Esto representa una aplicabilidad limitada en ciertos

escenarios y no garantiza su convergencia para variables categóricas con múltiples valores.

Para el presente trabajo, se considera que, al tener una variable dependiente no ordenada de más de 5

categorías, el criterio de estabilidad y computabilidad prima sobre las limitaciones del Logit básico.

De igual manera, es posible -como se explicará más adelante- flexibilizar el modelo Multinomial

estándar y permitir la interrelación entre alternativas y la variación de parámetros a través de

alternativas (Hensher & Greene, 2001). En la economía del transporte, autores se han apoyado en el

Logit Multinomial para mostrar los determinantes de la cantidad de vehículos de un hogar a partir de

características socioeconómicas y propias del barrio como el índice de uso mixto de suelo (Potoglou

& Kanaroglou, 2008). El uso sistemático de estos modelos en la literatura (Miskeen, Alhodair, &

Rahmat, 2013), (Mukala & Chunchu, 2011) valida su uso en el modelamiento de la elección modal

de transporte.

De acuerdo con lo previamente expuesto, el modelo base de referencia del presente trabajo de

investigación es el siguiente:

(3) 𝐷𝑖 = 𝑋𝛽 + 𝑇𝛿 + 𝐵𝛾 + 𝑢𝑖

Siguiendo a Greene (2012), la especificación del Logit Multinomial implicará que el término de error

(𝑢𝑖) sigue una distribución Valor Extremo tipo 1, es homoscedástico y a través de alternativas, cada

término se considera independiente uno de otro. Igualmente, la probabilidad relativa entre dos

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16

alternativas de elección no se ve afectada por cambios y/o inclusión de una tercera alternativa en el

modelo de elección (Independencia de Alternativas Irrelevantes-IAI).

En detalle, la parte determinística de la función de utilidad estará compuesta por características

propias del individuo (X), características del viaje (T) y el stock de bienes públicos de transporte con

el que cuenta el viajero (B). Esta estructura de factores va en concordancia con varios autores que han

descompuesto la elección modal de un viaje como una función, con el fin de estudiar qué factores

son más o menos determinantes en la estructura de la demanda por modo (Chen, Wang, &

Kockelman, 2014) (Paleti, Bhat, & Pendyala, 2009). De manera complementaria, la escogencia estos

conjuntos de variables explicativas se apoya en estudios donde tanto variables concernientes al viaje

(Tyler, y otros, 2013), (Gillen, 1977), del individuo y del entorno urbano del viajero juegan un papel

importante en la elección modal del individuo (Tiwari, Jain, & Ramachandra-Rao, 2015), (Handy &

Mokhtarian, 2005) (Chakour & Elurua, 2013) (Boulange, y otros, 2017).

Ahora bien, las dos variaciones del modelo base consideradas para el presente trabajo son: un modelo

Mixed Logit (Logit mixto de ahora en adelante) y un Modelo econométrico espacial. La primera,

busca relajar los supuestos del Logit Multinomial mediante la inclusión de correlación a través de

alternativas en observables y no observables, y variación de coeficiente a través de individuos (Train,

2002). Esta aproximación logra capturar la heterogeneidad de preferencias entre los individuos. La

segunda, tiene la intención de acercar el modelo planteado a las dinámicas reales del transporte urbano

en la ciudad al tener en cuenta la heterogeneidad espacial. Al ser Bogotá el objeto de estudio, es

indudable la existencia de patrones de demanda de transporte a nivel zonal, producto de

heterogeneidades en la densidad poblacional, en el stock de bienes públicos, en la concentración de

servicios y comercio, entre otros factores. No reconocer esta realidad, supone una homogeneización

de la demanda para todas las localidades -tan disímiles unas de otras-, y, por ende, un análisis parcial

e incompleto del panorama de movilidad en la ciudad.

4.1. Logit mixto

El uso del modelo en el presente trabajo obedece a la necesidad de precisar una estimación donde se

relajen los supuestos del modelo base y así vislumbrar, si sus supuestos iniciales tenían repercusiones

sobre los parámetros estimados. Como uno de los supuestos más restrictivos del multinomial Logit

es la IAI, se consideró importante vislumbrar si dicho supuesto repercutía sobre los resultados. Con

respecto a la relación entre demanda de transporte y bienes públicos, el modelo Mixed Logit permite

Page 17: Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá: Una ...

17

pensar en los niveles de equipamiento como variables que tengan injerencia en las probabilidades

relativas de elección entre modos de transporte (odds ratio) pues permite una correlación a través de

alternativas. Esto implica que la disparidad de equipamiento para un medio de transporte específico

(ej. Cicloruta) puede afectar la probabilidad de elegir el taxi o la caminata como medio predominante

de transporte. Esta flexibilidad en el modelo se convierte en una herramienta importante para el

análisis dado que en la ciudad confluyen muchos factores al mismo tiempo, y poder relacionarlos en

estimaciones econométricas es bastante útil para no llegar a resultados errados por cuenta de un sesgo

de variable omitida.

A diferencia del Multinomial Logit, el Logit Mixto (Mixed Logit en la literatura) permite que

información no observable y relevante para la elección de alternativas pueda llegar a ser lo

suficientemente valiosa, de tal manera que induzca una correlación entre alternativas (Hensher &

Greene, 2001). Esta característica marca una diferencia notable respecto al Multinomial Logit pues

bajo este modelo las perturbaciones son independientes y en el Logit Mixto, al permitir una

interrelación entre opciones, esta condición no se cumple. Teóricamente, este concepto se materializa

en el modelo base al separar el término de error del modelo en dos componentes, de la siguiente

manera:

(4) 𝑈𝑖𝑗 = 𝑋𝛽 + 𝑇𝛿 + 𝐵𝛾 + [휀𝑖𝑗 + 𝜂𝑖𝑗]

Primero, 휀𝑖𝑗 se comporta como el término de error del Logit clásico, el cual sigue una distribución

VET.1, es i.i.d7, homoscedástico y no depende de la estructura de los datos o de los parámetros

(Viton, 2004). Contrario a este, 𝜂𝑖𝑗 tiene media igual a cero y su distribución depende en general de

los parámetros del modelo y de los datos observados relativos a cada alternativa e individuo (Hensher

& Greene, 2001). En la práctica, la manera más común de adaptar el concepto a las estimaciones es

pensar en cada coeficiente del modelo como un parámetro con disaintribución propia (media y

desviación estándar). A esta aproximación se le conoce como una especificación de parámetros

aleatorios. Así, siguiendo a Hole (2013), la probabilidad asociada a la elección de una alternativa se

representa así:

(5) 𝑃𝑖𝑗 = ∫exp(𝑋𝑗𝛽 + 𝑇𝑗𝛿 + 𝐵𝑗𝛾)

∑ exp(𝑋𝑘𝛽 + 𝑇𝑘𝛿 + 𝐵𝑘𝛾)𝐾𝑘

𝑓(𝜑|𝜙) 𝑑𝛽 𝑐𝑜𝑛 𝜑: {𝛽, 𝛾, 𝛿}

7 Se refiere a un proceso independiente e idénticamente distribuido.

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18

La probabilidad de una elección (𝑃𝑖𝑗) se compone de la probabilidad de elección Logit, ponderada

por la distribución de los parámetros, por ello el modelo recibe el nombre de Logit Mixto pues cada

probabilidad se compone de dos tipos de distribuciones. Dado que la integral no tiene una solución

cerrada pues abarca todos los posibles valores de 𝛽, la estimación de dicha probabilidad se realiza

por medio de simulaciones. Siguiendo a Hensher & Greene (2001), quienes afirman que los resultados

tienden a ser similares entre las distribuciones populares (log-normal, uniforme, normal y triangular),

la distribución seleccionada para realizar las simulaciones es la normal dada la facilidad para

interpretar parámetros que sigan su comportamiento.

Aunque el Logit Mixto logra superar las limitaciones del Multinomial Logit- siendo flexible sin dejar

de ser fácil de interpretar como el Logit- todavía hay factores no observables que no se logran incluir

en las estimaciones. El modelo no logra capturar el efecto de patrones urbanos no observables en la

muestra (criminalidad, contaminación, tasas de accidentalidad vial en segmentos de la ciudad, etc.)

sobre la decisión de transporte ni la concentración de demanda por ciertos medios de transporte en

sectores de la ciudad. Para poder corregir estos posibles sesgos por variables omitidas se hace uso de

una estructura econométrica espacial para la estimación del modelo propuesto.

4.2 Modelo econométrico espacial

El planteamiento de un modelo econométrico espacial no afecta las propiedades asintóticas de

parámetros estimados (LeSage, 1999). Sin embargo, la omisión de su aplicación -en ciertos

escenarios-propende a estimaciones con errores estándar más altos (debido a un posible sesgo por

variable omitida) y así, a resultados de pruebas de hipótesis incorrectas (Cohen, 2010). Entonces, su

contribución a la estrategia empírica yace en reducir este posible sesgo y principalmente, introducir

componentes adicionales a la estructura del modelo planteado para acercarlo a la realidad de los

espacios geográficos estudiados.

Para el presente trabajo, la especificación espacial adquiere valor pues corrige las limitaciones que se

tienen en la información geo referenciada de bienes públicos de transporte. Al tener registros de si un

hogar/individuo cuenta con el equipamiento o no, no se analiza el efecto que tiene el estado de la

infraestructura en cuestión. La calidad, la congestión de uso y/o demás limitaciones que pueda tener

una comunidad para hacer uso de estos bienes de uso colectivo pasan a ser factores no observables

en las estimaciones. Los modelos econométricos espaciales permiten incluir estas heterogeneidades

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19

no observadas o patrones a nivel geográfico en las estimaciones por medio de la inclusión de nuevos

parámetros en el modelo.

Para la selección del modelo espacial, se realizó un proceso de diagnóstico espacial (Multiplicadores

de LaGrange, convencionales y robustos) y así escoger qué tipo de enfoque se ajusta mejor a los datos

(Tabla 8). Se encontró que ambas especificaciones (de rezago y de error espacial) son

estadísticamente pertinentes para la investigación. Desde la literatura de transporte, usar un modelo

de rezago espacial es acertado, pues se ha evidenciado una clusterización geográfica de decisiones

de consumo de transporte en diversas ciudades del mundo (Paleti, Bhat, & Pendyala, 2009) (Glass,

Kenjegalieva, & Sickles, 2012) (Vanoutrive, y otros, 2009). Por otro lado, suponer que los datos se

acomodan a una especificación de error espacial es factible desde el panorama en Bogotá. Como en

el caso del nivel de equipamiento de transporte para peatones, existen disparidades enormes en la

calidad de andenes y espacios de aprovechamiento urbano (Uniandes Grupo SUR & CCB, 2015).

Así, hay niveles de calidad alta y baja que son compartidos por comunidades que habitan en espacios

aledaños a dichas infraestructuras. Este fenómeno se replica en varios lugares de la ciudad para

distintos tipos de equipamiento así que no poder incluir esta heterogeneidad geográfica podría llevar

a resultados sesgados.

De este modo, al ser consideradas válidas ambas aproximaciones, se escoge un modelo espacial

generalizado (GSM) para adaptarlo al modelo base Logit. La especificación del modelo espacial será

la siguiente:

(6) 𝐷𝑖 = 𝛼𝑊1𝐷𝑗 + 𝑋𝛽 + 𝑇𝛿 + 𝐵𝛾 + 𝑢𝑖 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑖 = 𝜌𝑊2𝑢𝑗 + 𝑣𝑖

Para darle una estructura específica a la matriz W de pesos espaciales que describe la dependencia

entre individuos en un espacio geográfico (Fageda & Gonzalez-Aregall, 2014), se decide utilizar el

concepto de vecindad basado en distancia. No se elige una matriz basada en contigüidad pues se

considera que para esta muestra donde las observaciones se representan como puntos (cada viaje es

una unidad geo referenciada), al pensar en contigüidad limítrofe la relación entre unidades aledañas

se estudiaría parcialmente (Negreiros, 2009). Además, establecer una zona de influencia a nivel

barrio/ manzana puede ser más real dado que se pueden considerar como vecinos, hogares dentro de

la misma manzana, aunque no sean adyacentes. Con el fin de no ponderar a todos los vecinos por

igual, la matriz W será tipo Inverse Distance Decay. Esto significa que se le dará una ponderación

mayor a los más cercanos (en distancia) que a aquellos que se encuentren más alejados del hogar.

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20

Este tipo de matriz representa bien las dinámicas de interacción entre personas ubicadas en

coordenadas cercanas pues es factible pensar que, de acuerdo con la primera ley de la geografía

(Tobler, 1970), puede haber una mayor correlación entre unidades cercanas (misma manzana) - y por

ende compartir más características del espacio urbano- que entre unidades separadas por varias

manzanas.

(7) 𝑤𝑖𝑗 =1

(𝑑𝑖𝑗 )𝛼 𝑠𝑖 𝑑𝑖𝑗 ≤ 𝑑𝑖𝑠𝑡𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑚𝑎𝑥

wij=0 si dij>distancia max

Donde dist max indica la distancia umbral escogida como área de vecindad y dij la distancia de una

observación vecina. Típicamente, alpha (𝛼) toma el valor de 1 o 2. La escogencia de este parámetro

se hará en función del ajuste que le proporcione al modelo. Este parámetro suele no tomarse como

una variable endógena del modelo pues al estimar el modelo se tendrá 𝜌𝑤𝑖𝑗 = 𝜌 (1

(𝑑𝑖𝑗 )𝛼) de manera

que ambos parámetros (𝜌, 𝛼) no estarían identificados separadamente, solo su producto (Anselin,

2002). Finalmente, la distancia máxima para considerar a una unidad vecina de la otra es de 500

metros a la redonda. Esta calibración se realiza en concordancia con la distancia establecida como

área de influencia de los equipamientos de transporte. Esta homogenización de valores se realiza con

el ánimo de observar las disimilitudes en términos de elección modal para individuos que tengan

potencialmente el mismo stock de bienes públicos de transporte para su uso.

4.3 Descripción de variables de bienes públicos de transporte

El stock de bienes públicos inclusivos (infraestructura) hacia medios de transporte sostenibles

(caminata, bicicleta y transporte público) se compone de 7 factores: troncal de Transmilenio, ciclo

ruta (en anden), ciclo carril (en calzada), ciclo parqueadero, Área de Infraestructura de Transporte

(AITR)8, anden y presencia de cuerpos policiales (Comando de Atención Inmediata (CAI) y

Estaciones de Policía). Se escogió este conjunto de variables por varios motivos. Primero, este

conjunto de factores mide de alguna manera la accesibilidad a los medios de transporte sostenibles

ya mencionados. Segundo, al incluir los distintos tipos de ciclo rutas, al igual que con la ubicación

geográfica de ciclo parqueaderos, es posible medir el acceso al uso de la bicicleta como principal

medio de transporte. Tercero, al incluir la troncal de Transmilenio y las áreas de infraestructuras de

8 AITR hace referencia a unidades de infraestructura dedicadas a la articulación del sistema de Transmilenio con el

Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) como intercambiadores de pasajeros o espacios especializados para el

trasbordo de pasajeros.

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transporte (AITR) es posible medir la accesibilidad al TM, al sistema integrado de transporte público

(SITP) y a la articulación de ambos. Finalmente, el andén (infraestructura peatonal) mide el acceso

al uso de la caminata como medio de transporte principal y se considera como un equipamiento

conexo al uso de transporte público (área de espera). Ahora bien, el componente de seguridad (proxy

de presencia policial) es transversal a todos los medios de transporte y responde a las garantías de

seguridad que pueden tener los distintos tipos de usuarios. Por otro lado, otro motivo por lo cual sólo

se usan estas variables es el acceso a información geográfica histórica. Si bien hay muchas otras

variables geo-referenciadas que podrían complementar el análisis, el acceso a ellas está limitado a su

visualización.

Conceptualmente, para la elaboración de variables a nivel de individuo, se hace uso de las Zonas de

Análisis de Transporte (ZAT) donde se ubica espacialmente cada individuo desde su punto de partida.

Para cada infraestructura se establece un área de influencia de 500 metros alrededor de ella y la ZAT

que tengan dentro de dicha zona de influencia el 50% o más de su área, es considerada como una

ZAT que cuentan con ese bien público. Metodológicamente, esta conceptualización de variables va

en línea con varios estudios de desarrollo regional donde se analiza la accesibilidad a medios de

transporte (Cervero, 2003). El valor de 500 metros se toma de múltiples guías de planeación urbana

donde los lineamientos para el uso de medios de transporte e infraestructura establecen que la

caminata para acceder a medios de transporte es de 400 o 500 metros (NZ Transport Agency, 2014)

(Transport for Greater Manchester, 2013) (The Institution of Highways & Transportation, 2000).

Gráficamente, esta conceptualización se puede ver en el siguiente gráfico. El área de influencia del

ciclo parqueadero (color manzana) cubre más del 50% de dos ZAT (marcadas con el número 1 y 2)

de manera que quien inicie su viaje desde la ZAT 1 o 2 contará con la infraestructura para su uso.

Gráfico 1. Área de Influencia de Bien Público y ZATs.

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22

5. Datos

Como ya se ha mencionado previamente, se usa la Encuesta de Movilidad de Bogotá para el año 2015

y para las estimaciones se usan los viajes realizados en un día hábil. Como complemento, se utilizan

mapas e información geo referenciada proveniente de la Secretaria de Movilidad, IDECA y de foros

de movilidad en Esri. De entrada, se dará una breve descripción de los datos utilizados y un panorama

de los bienes públicos de transporte en la muestra, variables que serán el eje central en las

estimaciones.

En primera instancia, la variable dependiente (medio de transporte predominante) se presenta como

la distribución modal de transporte, la cual toma 8 valores posibles (cada medio de transporte) y su

unidad de análisis es el viaje realizado por cada persona de la muestra (Tabla 1). Siguiendo la

definición de transporte sostenible presentada anteriormente, de acuerdo con la tabla 1, más del 40%

de los viajes en la muestra se realizan en medios de transporte sostenibles y activos9 (bicicleta o

caminata + transporte público). Esto tiene implicaciones positivas en términos de salud pública pues

quienes realizan estos viajes representan en promedio un costo menor de salud (atenciones médicas,

tratamientos, etc.) y contribuyen a evitar la contaminación en el espacio urbano (Díaz del Castillo, y

otros, 2015). Tal como se evidenció anteriormente, el espacio público para peatones y la calidad de

infraestructura para ciclistas es dispar en la ciudad. No obstante, en conjunto, estos medios de

transporte mueven en conjunto 41.46% de los viajes en Bogotá. Esto motiva a pensar que una mejora

en las condiciones del equipamiento conexo a estos medios de transporte podría mantener esta

proporción de viajes y posiblemente incrementarla al cambiar la decisión de transporte para quienes

no los utilizan regularmente.

Tabla 1. Distribución Modal

Medio de Transporte Participación (%)

TPC-SITP 23.45

Automóvil 9.96

Moto 4.64

Bicicleta 6.51

Otros: ilegal, escolar,

institucional, etc. 5.82

Caminata 34.95

Taxi 2.98

Transmilenio 11.69

9 Se considera un medio de transporte activo aquel donde el principal combustible empleado sea la energía del cuerpo

humano. Entre ellos, se encuentra la bicicleta, la caminata sola o acompañada de un medio de transporte público (Díaz

del Castillo, y otros, 2015).

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23

Espacialmente, la demanda por transporte sigue patrones de acuerdo con el marco temporal del viaje,

y al modo predominante. En lo que respecta a los orígenes de viaje, su distribución geográfica se da

en concordancia con la intuición de que, a mayor densidad poblacional, mayor concentración de

orígenes de viaje. Sin embargo, esto ocurre para ciertos medios de transporte. Viajes en transporte

público, bicicleta o moto se dan en su mayoría desde las localidades más pobladas y alejadas de los

centros de empleo como lo son Bosa, Ciudad Bolívar, Usme, entre otras. Esta distribución puede

explicarse en parte por los niveles de ingreso y por el tipo de viajes que usualmente se realizan desde

estas áreas alejadas (viajes de larga duración). Por el contrario, viajes en automóvil o en caminata

tienen una distribución más homogénea en el territorio, aunque con algunos focos de viaje en la zona

centro oriente.

Con respecto a los destinos de viaje, la mayoría de ellos se realizan hacia la zona centro oriente (Ej.

Viajes en transporte público, mapa 1), tradicionalmente la zona donde se ubican grandes centros de

empleo. Lo anterior, soportado en el informe de aglomeraciones de Bogotá de 2012, donde se

evidenció que el sector servicios fue una de las actividades que concentró una gran cantidad de

empleos y que geográficamente se localiza en su mayoría en el corredor centro oriente desde la UPZ10

Nieves hasta la UPZ Chico Lago Norte (CID, 2012). No obstante, viajes en medios de transporte

como la bicicleta tienen una distribución bastante homogénea en el territorio, comparado con viajes

en moto cuya distribución es marcada hacia los centros de empleo mencionados anteriormente.

Mapa 1. Viajes transporte público-Destino

Fuente: Cartilla Encuesta de Movilidad 2015

10 Unidad de Planeamiento Zonal

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24

Por otro lado, con respecto a las variables explicativas de mayor importancia (bienes públicos de

transporte), en la Tabla 3 se registra el acceso de los ciudadanos en la muestra a cada tipo de

equipamiento. Es posible evidenciar un problema de accesibilidad a Transmilenio dado que menos

de la mitad de los viajes cuentan con acceso a una troncal o a una AITR que conecta al usuario con

el sistema de troncales. Sin embargo, como se puede evidenciar en el mapa 6 Anexo, Transmilenio

es un sistema que se ha introducido en las vías más amplias de la ciudad y dado que se mueve en la

superficie, necesita de vías con especificaciones técnicas particulares para ser implementado. Esto

sumado al incremento casi inexistente de la oferta vial en los últimos años motiva a pensar sobre si

extender la red de TM es realmente la solución al limitado acceso de las personas al sistema de

transporte masivo. Lo anterior, debido a que extender la red implicaría un trade-off de capacidad de

implementación con otros medios de transporte sostenibles que también dependen del espacio en

superficie para operar (bicicleta y caminata).

Tabla 2. Acceso a infraestructura de transporte

Variable ZAT de referencia Porcentaje de viajes que

cuentan con la infraestructura

Troncal de Transmilenio Origen del viaje 18.95 %

Cicloruta Origen del viaje 38.27 %

Bici carril Origen del viaje 28.65 %

Ciclo parqueadero Destino del viaje 9.67 %

Anden Origen del viaje 24.58%

AITR Origen del viaje 11.95 %

CAI y Estaciones de Policía Origen del viaje 33.03 %

Como complemento al análisis previo, de la Tabla 2 también es importante destacar que, aunque el

bici- carril es una mejor opción en cuanto al nivel de servicio (calidad) 11 (Pardo, Quiñones, López,

& Prado, 2011), su red no se encuentra conectada en su mayoría (Mapa 2, Anexo), a diferencia de la

red de ciclorutas (mapa 4, anexo). Esto ha hecho que esta última siga siendo la infraestructura más

accesible a los usuarios de la bicicleta. Sin embargo, esta cuenta con altos niveles de inseguridad y

un estado irregular en su red (Defensoría del Pueblo, 2016), lo cual no garantiza un aprovechamiento

de su red extensa. Finalmente, resulta paradójico encontrar que siendo la caminata el medio

predominante de transporte, tan solo 24% de los viajes tienen acceso a un andén con especificaciones

estándar. De igual manera, es importante recalcar que el andén no es de uso exclusivo para peatones.

11 Se le considera una infraestructura ciclo inclusiva de mayor calidad pues reduce la accidentalidad vial al separar el

espacio del ciclista del espacio peatonal (Ministerio de Transporte, 2016)

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25

Quienes optan por el transporte público también hacen uso de este bien público que, de acuerdo a la

muestra en cuestión, parece ser muy escaso.

Con respecto a las demás variables explicativas, en la siguiente tabla se presenta una descripción

detallada de cada una de ellas. Del gráfico 2 (Anexo), se puede evidenciar que la muestra está

concentrada en los estratos medios y bajos, y de acuerdo con los reportes oficiales (Secretaria de

Movilidad, Transconsult, & Infometrika, 2015), la Encuesta de Movilidad es significativa para todas

las localidades. Esto representa un beneficio importante para el análisis pues se tendrán en cuenta los

grupos poblacionales que deben desplazarse desde áreas perimetrales (y con un déficit de bienes

públicos de transporte) de la ciudad hacia los centros de empleo. Adicionalmente, es posible observar

que gran parte de los viajes (69.2%) se reportan hechos en hora pico, lo cual le da un valor agregado

a la muestra pues pone en evidencia escenarios temporales en la ciudad donde existe congestión de

uso de la infraestructura conexa a los medios de transporte. Finalmente, en cuanto a la duración y

distancia de viaje, resulta importante destacar que hay una gran dispersión en los datos. Se cuenta con

viajes bastante cortos en duración, viajes que duran 1 minuto y posiblemente abarcan una o dos

cuadras, y otros que involucran un intercambio modal desde un municipio aledaño a la ciudad y que

cuentan con duración de más de dos horas en total.

Page 26: Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá: Una ...

26

Tabla 3. Estadísticas Descriptivas

Variable Definición Fuente Valor

promedio Desv. Est.

Valor

mínimo

Valor

máximo

Género 1= Hombre, 0=Mujer E.M 2015 0.518062 0.4996757 0 1

Edad Años E.M 2015 36.05314 18.42766 5 99

Nivel educativo Desde primaria hasta

postgrado (en niveles) E.M 2015 6.180612 2.393475 1 12

Estrato del hogar Estrato socio económico E.M 2015 2.376908 0.8335077 1 6

ZAT hogar Zona de análisis de transporte

donde se ubica el hogar. E.M 2015 638.9125 289.9979 6 999

Viaje área

metropolitana

Bogotá

1=Si el viaje se realizó desde E.M 2015 .0538863 .2257941 0 1

Tiempo de

recorrido Duración del viaje en minutos E.M 2015 45.30679 87.96024 1 240

Ciclo parking en

lugar de destino 1, Tiene acceso; 0, No tiene

Secretaría de

Movilidad 0.096725 0.2955851 0 1

Troncal 1, Tiene acceso; 0, No tiene IDECA 0.189525 0.3919274 0 1

Ciclorruta 1, Tiene acceso; 0, No tiene IDECA 0.382722 0.4860535 0 1

Bici carril 1, Tiene acceso; 0, No tiene Secretaría de

Movilidad 0.286498 0.4521267 0 1

Anden 1, Tiene acceso; 0, No tiene IDECA 0.245846 0.4305898 0 1

AITR 1, Tiene acceso; 0, No tiene IDECA 0.119523 0.3244047 0 1

CAI y estaciones de

policía 1, Tiene acceso; 0, No tiene

Portal de

mapas Bogotá 0.330261 0.4703093 0 1

Viaje en "hora

pico" 1, si el viaje se hace en hora

pico; 0, de lo contrario E.M 2015 0.692868 0.4613065 0 1

Motivo de viaje:

atención médica Si el motivo de viaje es una

consulta o urgencia médica. E.M 2015 0.027353 0.1631126 0 1

Motivo de viaje:

estudio El motivo de viaje es ir a

estudiar. E.M 2015 0.104939 0.3064766 0 1

Motivo de viaje:

trabajo

El motivo de viaje es ir a

trabajar, trámites relacionados

con trabajo o buscarlo.

E.M 2015 0.207941 0.405836 0 1

Distancia Distancia del viaje en

kilómetros E.M 2015 9.203208 12.79514 0 67.6744

Licencia de moto 1, Posee licencia moto; 0, No. E.M 2015 .0370847 .18897 0 1

Uso de vehículo

privado (automóvil) 1, Posee un automóvil; 0, No E.M 2015 .068673 .2528981 0 1

Latitud origen En notación decimal E.M 2015 4.708057 0.1333625 4.443598 5.025215

Longitud origen En notación decimal E.M 2015 -74.11347 0.0994005 -74.4639 -73.8733

Nota 1: Observaciones para todas las variables: 121,767

Nota 2: E.M 2015 se refiere a la Encuesta de Movilidad de Bogotá año 2015.

6. Resultados

En primer lugar, se presenta evidencia estadística que soporta la inclusión de los bienes públicos de

transporte como pieza fundamental del modelo de utilidad aleatoria planteado en la sección 4. En la

tabla siguiente se presentan algunos estadísticos de ajuste de los modelos. Se puede evidenciar que el

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27

R cuadrado de Cox & Snell, que mide el ajuste del modelo a los datos corrigiendo por el tamaño de

muestra, y el R cuadrado de McFadden que mide el cambio en el ajuste de los datos al incluir las

variables explicativas en la estimación (Institute for Digital Research and Education, 2011), muestran

un mejor ajuste para el modelo que incluye los bienes públicos. De igual manera, a partir del Criterio

de Información de Akaike y del Criterio de Información Bayesiana representados en los estadísticos

AIC y BIC correspondientemente, es posible evidenciar que el modelo con bienes públicos tiene un

mejor ajuste bajo ambos criterios. Así mismo, de acuerdo con la tabla 10 (Anexo), es posible ver que

la magnitud de los coeficientes se incrementa para variables de viaje y cambia para algunas variables

socio económicas, sin que la significancia estadística de sus coeficientes se pierda.

Tabla 4. Cambio en el ajuste del modelo

Estadístico Modelo

con Bienes Públicos sin Bienes Públicos

R cuadrado: Cox & Snell 0.444 0.4113

R cuadrado: McFadden 0.165 0.149

AIC 362,036.9 368,826.6

BIC 363,260.4 369,574.3

De acuerdo con la validación anterior, a continuación, se presenta la estimación del modelo base

Multinomial Logit (Mlogit) y de su primera variación, el modelo Logit Mixto (Mixed). De la primera

estimación se revisarán los resultados correspondientes a las variables de viaje y socio económicas.

Esto pues el análisis de las variables de interés se realizará solo para el modelo espacial en tanto que

es el modelo con mayor validez pues como se analizó en la anterior sección del presente trabajo,

controla por las heterogeneidades y dependencias a nivel espacial de la elección modal de transporte

y captura características no observables del espacio urbano en sus parámetros particulares. Del

segundo modelo planteado (Logit Mixto) se analizará la distribución de los parámetros en la

población con el fin de evidenciar posibles efectos heterogéneos de la infraestructura de transporte

sobre los ciudadanos.

Page 28: Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá: Una ...

28

Tabla 5. Resultados Modelo Multinomial Logit (Efectos Marginales)

Variable Medio de transporte

TPC Automóvil Moto Bicicleta Otro Caminata TM Taxi Sexo 0.0668984 -0.055613 -0.0362878 -0.066987*** -0.0088023** - 0.0039792*** 0.0038594**

(0.0030397) (0.0017651) (0.0012532) (0.0017214) (0.0015642) - (0.0009534) (0.0015386)

Edad 0.0013082 0.0013784 -0.0003986 -0.000101*** -0.001877*** - 0.0004214*** 0.0000741

(0.0000899) (0.0000509) (0.0000293) (0.0000376) (0.0000503) - (0.0000298) (0.0000492)

Nivel educativo 0.0136868 0.013011 0.0027923 0.0035102** -0.009961*** - 0.0023273** 0.0117447**

(0.000711) (0.0003753) (0.0002378) (0.0003506) (0.0003959) - (0.0002169) (0.0003751)

Estrato -0.0695636 0.0445128 -0.0058584 0.0001684*** 0.0207549** - 0.0102873 -0.0190349**

(0.002259) (0.0011865) (0.0007486) (0.0010538) (0.0010818) - (0.0006159) (0.0011665)

Uso de vehículo privado -0.0180022 0.0624594 0.0084782 -0.004908*** -0.0006801 - -0.0013399* -0.0097394*

(0.0021922) (0.0009144) (0.0007049) (0.0011148) (0.0010544) - (0.0006945) (0.001175)

Licencia moto -0.1320942 -0.0394087 0.426894 -0.023611*** -0.025481*** - -0.010369*** -0.0402636**

(0.006706) (0.0033787) (0.0087788) (0.0026489) 0.0033498) - (0.002181) (0.0030902)

ZAT -0.0006041 0.0004018 0.0000491 0.0007731** 0.0004541** - -0.000257*** -0.000728***

(0.0000559) (0.0000333) (0.0000186) (0.000032) (0.0001305) - (0.0000183) (0.0000304)

Hora pico -0.0133392 -0.0006558 0.0020428 0.007417*** -0.027332*** - 0.0092038** -0.005891***

(0.0032748) (0.0018166) (0.0010752) (0.0015243) (0.0019355) - (0.0011376) (0.0017262)

Motivo de viaje: Estudio

-0.0243411 -0.040435 -0.0167689 -0.0297327** 0.0318269** - -0.0127091 0.0670576*

(0.0058142) (0.0028966) (0.0014214) (0.0019306) (0.0030105) - (0.0118031) (0.0043416)

Motivo de viaje: Trabajo 0.0842952 0.00607 0.0201574 0.0206003*** 0.0238979*** - 0.0020696*** 0.0528771**

(0.0040074) (0.0020371) (0.0015111) (0.001912) (0.0023717) - (0.0012909) (0.0025034)

Motivo de viaje: Atención medica

0.1294001 0.0154926 -0.0207874 -0.046985*** -0.044653*** - 0.0608582* 0.120208***

(0.0095641) (0.0053295) (0.0024175) (0.0026492) (0.0034532) - (0.0051361) (0.0077736)

Distancia de viaje (km) 0.0104571 0.0042979 0.0011161 -0.001035*** 0.002193* - 0.0004667** 0.0041688

(0.0002747) (0.0000851) (0.0000438) (0.0000978) (0.007163) - (0.0000549) (0.018119)

Duración de viaje (minutos) 0.0013296 -0.0002159 -0.0001196 -0.000247*** -0.000162*** - -0.000102*** 0.0010757**

(0.0001295) (0.0000223) (0.00000979) (0.0000184) (0.0000267) - (0.0000089) (0.000039)

Pseudo R cuadrado: 0.1977 Nota 1: *Significativo al 10%, ** Significativo al 5%, *** Significativo al 1%

Nota 2: 121,767 observaciones. Nota 3: Erroes estándar en paréntesis

De la primera estimación (Tabla 5) es importante recalcar que se reafirman varios resultados de la

literatura de la economía de transporte, para el caso Bogotá. En primer lugar, con respecto a las

variables socioeconómicas se observa que tener un estrato mayor implica tener una probabilidad más

alta de uso de automóvil -6.2 puntos porcentuales- relativo a caminar. Esto concuerda con el

imaginario colectivo de que la tenencia y uso del automóvil se da principalmente en los segmentos

de la población donde residen los mayores ingresos. Es por ello, que una política encaminada al

desestimulo de uso de dicho medio de transporte debe contemplar los segmentos de la población que

lo utilizan principalmente y así direccionar las campañas e intervenciones de política pública. Otro

resultado importante alusivo a las variables propias del individuo es que la tenencia de vehículos

privados (moto y automóvil) influencia su uso cotidiano pero los efectos son dispares. La tenencia de

automóvil aumenta la probabilidad de su uso en 6.2 puntos porcentuales, relativo a caminar, mientras

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29

que la tenencia de la moto aumenta su uso en 42.6 puntos porcentuales. Parece entonces que la moto

es considerada un bien de uso necesario, más que un salto hacia la comodidad y confort como si lo

es el carro. Es decir, que quienes poseen una moto la necesitan debido a múltiples razones (velocidad,

es un instrumento de trabajo, viajan largas distancias, etc.) y no es un bien de lujo.

En segundo lugar, con respecto a las variables propias del viaje, existen varios hallazgos. En línea

con varios autores, ante un aumento en la distancia del viaje, la demanda por transporte propende a

medios más rápidos como la moto o el TM, o a medios más cómodos como el taxi o el automóvil.

Por ejemplo, ante un aumento de 1 kilómetro en la distancia de viaje, la probabilidad de usar moto

relativo a caminar incrementa en 0.14 puntos porcentuales y la de usar taxi en 0.4 puntos porcentuales.

Adicionalmente, un resultado importante corresponde a cómo cambia la decisión modal ante un

escenario de congestión (hora pico) donde el volumen de uso de infraestructura de transporte se eleva

y por tanto el nivel de servicio que ofrece el equipamiento es menor (Fujita, 1989). Se encuentra que,

en este escenario, la demanda por transporte se inclina hacia medios de transporte rápidos como la

bicicleta (aumento de probabilidad de uso en 0.7 puntos porcentuales) y Transmilenio (aumento de

probabilidad de uso en 0.9 puntos porcentuales), y menos hacia medios que sufren en mayor medida

la congestión vehicular como el automóvil y el TPC.

Del modelo Logit Mixto es importante analizar la distribución de los parámetros entre la población.

De acuerdo con los resultados del gráfico 3 presentado a continuación, existe una alta variación en

los efectos de algunas variables de bienes públicos de transporte entre la población. Esto implica que

los efectos que tienen los bienes públicos sobre los ciudadanos son heterogéneos entre personas. Este

es el caso de equipamientos como el andén, la ciclo ruta o las AITR. Puede decirse que para este

grupo de bienes públicos hay una reacción en la elección modal muy heterogénea ceteris paribus

otras variables. Tener acceso a un ciclo ruta tiene un efecto dispar sobre personas con diferentes

características socioeconómicas, de viaje y del espacio urbano donde se encuentran. Esto concuerda

con estimaciones como la de Suna, Ermagun y Dan (2017) quienes para el caso de varias ciudades en

China encuentran que los atributos del espacio urbano residencial son más influyentes en el uso de

transportes no motorizados que aquellos del espacio aledaño a los lugares de empleo. Por otro lado,

se evidencia poca variación en el efecto del CAI y las estaciones de policía, esto indica un efecto

homogéneo de la provisión de seguridad como un bien público sobre el uso de los distintos medios

de transporte.

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30

Resultados como el de Suna, Ermagun y Dan (2017) le dan una trascendencia a la heterogeneidad

espacial que supone la decisión de transportarse. Esto motiva a focalizar el análisis a estimaciones

donde se puedan abordar las heterogeneidades de la ciudad en la modelación de manera directa y que

tenga un papel fundamental en el análisis de la demanda de transporte, como sucede en los modelos

espaciales. Es por ello que el grueso del análisis relacionado con las variables de interés (bienes

públicos de transporte) se basará exclusivamente en el modelo espacial presentado en seguida.

Gráfico 3. Desviación estándar de coeficientes de bienes públicos (Logit Mixto)

Modelo Espacial

1. Análisis Exploratorio Espacial.

Del análisis espacial de la muestra, se encontró que existe auto correlación espacial en la variable

dependiente (elección modal de transporte). Esto se puede observar en la Tabla 6, donde el I de Moran

univariado, que mide la auto correlación espacial en los datos, tiene un valor positivo y significativo

al 10 y 5 %. De igual modo, otros indicadores relevantes para el análisis exploratorio espacial como

el C de Geary, que a diferencia del I de Moran mide la auto correlación espacial a nivel local (Briggs

& Henan, 2010), arrojaron resultados similares indicando que la elección modal de transporte es una

variable que presenta auto correlación espacial para el caso de Bogotá. Esto implica que el supuesto

de Gauss-Markov de que la variable es fija (no estocástica) en muestreo repetido no se cumple dado

que existe una heterogeneidad o dependencia espacial en los datos (LeSage, 1999). Por ende, se

deben utilizar métodos de estimación alternativos para tener en cuenta este fenómeno.

-0,01

0,09

0,19

0,29

0,39

0,49

0,59

0,69

0,79

TPC Automóvil Moto Bicicleta Otro TM Taxi

Desviación estándar

AITR Anden Ciclorruta Troncal Ciclo parking CAI y estación de Policia

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31

Tabla 6. I de Moran

El análisis previo se complementa con el Modelo de Tendencia de la Tabla 7, donde se evalúa si la

variable dependiente sigue algún tipo de comportamiento espacial en función de su latitud y longitud.

Por ejemplo, si la elección modal de ciertos transportes (Ej. automóvil y moto) cambia conforme

cambie la localización geográfica del viaje. De acuerdo con los resultados del modelo, es posible

concluir que hay una tendencia geográfica en los datos, tanto en latitud, longitud y en la combinación

de ambas coordenadas. Estos resultados validan la elección de un modelo econométrico espacial para

aproximarse a los datos y a la pregunta de investigación.

Tabla 7. Modelo de Tendencia

Variables Medio de transporte predominante

Latitud de origen 199.1***

(52.62)

Longitud de origen -11.14***

(3.402)

Latitud*Longitud

(Y*X) 2.764***

(0.71)

Constante -790.0*** (252)

Observaciones 145,543

R-cuadrado 0.046

Nota 1: *Significativo al 10%, ** Significativo al 5%, ***

Significativo al 1%,

Dado el análisis anterior, se procedió a realizar un diagnóstico de regresión con el fin de identificar

la especificación espacial adecuada para los datos. Se utilizó la misma medida de diagnóstico

(Multiplicador de Lagrange adaptado para cada tipo de modelo) para obtener resultados comparables

y así escoger la mejor especificación. Bajo este test, la hipótesis nula implica un mejor ajuste en el

modelo multinomial sin ningún tipo de estructura espacial mientras que la alterna implica un mejor

ajuste al incluir algún tipo de estructura especial en la estimación. De este modo se comparan las

probabilidades de rechazo de la hipótesis nula entre las tres posibles especificaciones espaciales, de

auto correlación espacial en la variable dependiente (SAR), en el componente de error (SEM) o en

ambos términos (SARAR). Se escoge el modelo que rechace la hipótesis nula con el mayor nivel de

I de Moran E(I) Desv. Est (I) Z P-valor

0.371666181 -0.001 0.02198008 1.7898051 0.047914

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32

precisión y de acuerdo con lo expuesto en la tabla 8, el modelo SARAR es el que mejor se ajusta al

comportamiento espacial de los datos.

Tabla 8. Diagnóstico de Regresión

Test Modelo

SAR SEM SARAR

Múltiplicador de Lagrange (LM) 3.9289 4.1127 6.18266

P-valor 0.04317 0.03900 0.00113

Teniendo en cuenta los resultados de la tabla anterior, se estimó un modelo Multinomial Logit con

especificación espacial tipo SARAR (Modelo de Rezago y Error Espacial). Sus resultados se resumen

en la Tabla 9. Vale la pena notar que las variables de Ciclo parqueaderos y el componente de

seguridad (CAI y Estaciones de Policía) no se pudieron estimar debido a que, al incluirlas el modelo

no lograba converger hacia una solución computacionalmente cerrada.

Tabla 9. Modelo Multinomial espacial tipo SARAR (Efectos marginales)

Variable Medio de transporte

TPC Automóvil Moto Bicicleta Otro Caminata TM Taxi

AITR 0.17749 -0.26194 0.40173* -0.21921* -0.04972 - 0.20539** 0.16124

(0.14325) (0.21597) (0.21067) (0.22504) (0.22349) - (0.15027) (0.18139)

Anden 0.39662*** -0.07939 -0.21101 -0.72962** -0.17712 - 0.37357* 0.05744

(0.13269) (0.15929) (0.22914) (0.24366) (0.21445) - (0.20861) (0.16004)

Ciclorruta -0.12814* -0.03291 -0.17050* 0.30393 -0.35455* - 0.35343* 0.45310***

(0.09272) (0.14986) (0.10751) (0.19689) (0.19388) - (0.20680) (0.15321)

Bici carril -0.30978** -0.08503* -0.10578** 0.43152*** -0.01066 - -0.01309 0.09169

(0.13188) (0.14733) (0.11137) (0.11914) (0.21695) - (0.21046) (0.16075)

Troncal 0.21517 0.29994 * 0.67949*** -0.1260 0.02462* - 0.37909** 0.20375*

(0.14567) (0.16275) (0.21228) (0.16089) (0.15072) - (0.13065) (0.10696)

Ciclo parking - - - - - - - -

- - - - - - - -

CAI y estación

de Policía

- - - - - - - -

- - - - - - - -

𝜆 0.10375* 0.15147* -0.17532 0.27559** 0.28246 - 0.12442 0.16542

𝜌 0.08005 -0.26617** -0.15292 0.29941** 0.31668* - -0.1274** 0.00379

Nota 1: *Significativo al 10%, ** Significativo al 5%, *** Significativo al 1%,

Nota 2: 121,767 observaciones

Nota 3: Controles utilizados: Género, edad, estrato, ZAT de hogar, nivel educativo, motivo de viaje, tenencia de automóvil, licencia

de moto, distancia de viaje, tiempo de recorrido, viaje en hora pico y viaje desde área metropolitana.

En primer lugar, es importante caracterizar los parámetros estimados de auto correlación espacial en

la variable dependiente (𝜌) y en el término de error (𝜆). En cuanto al primer parámetro, existen

efectos dispares entre medios de transporte. Para el caso del automóvil y del TM, el parámetro es

negativo y significativo. Esto indica un desincentivo de uso hacia estos medios a medida que haya

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33

personas en ubicaciones geográficas aledañas que también optan por estos medios. Esto puede estar

explicado por la congestión en el uso del espacio. Unos, usan la vía como espacio de transporte y los

otros, las estaciones de TM como espacio de espera. Al ser dos bienes escasos, la presencia de un

consumidor más desmejora el nivel de servicio y por ende existe un desincentivo al uso. Caso

contrario es el de los usuarios que optan por la bicicleta. Existe un fenómeno “manada” a nivel

espacial en el uso de este medio. Al haber más personas que utilizan la bicicleta en espacios aledaños,

existe un incentivo a “seguirlos” y utilizarlo. Esto puede estar explicado por una percepción de

seguridad mayor al notar otros ciudadanos usando el medio. Este resultado concuerda con

estimaciones como las de Vanoutrive y otros (2009), quienes obtienen un indicador de auto

correlación espacial positivo en el uso de bicicletas debido a las características del espacio que

comparten grupos localizados en una misma área para el caso de Bélgica.

Por otro lado, referente al segundo parámetro (auto correlación espacial en el error), es importante

mencionar dos resultados en particular. Primero, existen características no observables que afectan la

dependencia espacial en el uso de la bicicleta. Entre ellas, puede estar el índice de criminalidad del

barrio, el acompañamiento de las autoridades a los usuarios o la tasa de accidentes viales en la zona.

Segundo, hay una dependencia espacial fuerte en términos de variables no observables referente a la

demanda por transporte público (TPC). Entre ellas, factores como el número de rutas de transporte

colectivo en la zona, el alumbrado público, patrullaje de policía, entre otras. Estas variables tienen

una influencia directa sobre el aprovechamiento de los equipamientos conexos a este medio de

transporte y por ende a su uso. Finalmente, vale la pena recalcar que por lo general el parámetro de

auto correlación espacial en el error tiene una magnitud mayor al de auto correlación espacial en la

variable dependiente. Este resultado va en línea con autores como Glass, Kenjegalievay Sickles,

(2012), quienes afirman que dicho parámetro logra capturar más fuentes de dependencia especial en

las decisiones de transporte.

Con respecto a las variables de interés (bienes públicos de transporte), los resultados del modelo

espacial presentan algunos cambios con respecto a los primeros dos modelos. El primero, es que,

como consecuencia de la reducción del sesgo por variable omitida, el efecto del acceso de algunos

equipamientos de transporte resulta no significativo, contrario a las primeras estimaciones. Este es el

caso de variables como AITR y Cicloruta que para varios medios de transporte no son significativas.

Sin embargo, resultados hallados en los modelos anteriores se mantienen y en algunos casos se

vuelven más pronunciados como el efecto positivo del bici-carril sobre el uso de la bicicleta (aumento

Page 34: Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá: Una ...

34

de la probabilidad de uso en 43 puntos porcentuales, relativo a caminar). Con respecto a los medios

de transporte no motorizado (bicicleta y caminata) se obtienen varios resultados interesantes. En

primer lugar, la presencia de un andén con especificaciones técnicas estándar desestimula el uso de

la bicicleta en 72 puntos porcentuales. Esto resulta un tanto contra intuitivo pues la bicicleta es un

medio flexible (en cuanto a su espacio de uso) y por ende este tipo de infraestructura no debería tener

un impacto significativo. Sin embargo, este resultado concuerda con autores como Heydon y Lucas-

Smith (2014) o con guías de transporte como la de Queensland (2006) quienes encuentran

inconveniente un espacio compartido entre ciclistas y peatones (mayor propensión a accidentes y a

reducción de momentum en el viaje en bicicleta). De igual modo, esto va acorde con estudios

preliminares en Bogotá (intervención carrera 11) donde al separar el espacio de los peatones con el

de los ciclistas, el uso de la bicicleta aumentó (Pardo, Quiñones, López, & Prado, 2011). En esa

misma línea argumentativa, se sigue encontrando que el bici-carril es una infraestructura que inclina

la elección modal hacia el uso de la bicicleta como medio de transporte. Esto ha sido subrayado en

varias guías de ciclo infraestructura donde se evidencia que a comparación de la ciclo-ruta en anden,

el bici-carril representa mayor calidad hacia el usuario (velocidad y visibilidad) (Ministerio de

Transporte, 2016).

Con respecto al transporte público, se encontraron varios hallazgos dignos de resaltar. El primero, es

que la presencia de AITR y de troncales de Transmilenio en las inmediaciones del viaje fomenta el

uso de este medio como transporte principal- 20 puntos porcentuales y 37 puntos porcentuales

relativos a caminar respectivamente. Esto va en línea con autores como Boulange y otros (2017)

quienes encuentran que para el caso australiano (Melbourne), tener acceso a infraestructura de

transporte público como paradas y conexiones aumenta la probabilidad de usar dichos medios de

transporte. En relación a quienes usan el TPC para movilizarse en el día a día, se encuentra que contar

con una infraestructura peatonal como lo es el andén incentiva el uso de dicho transporte como medio

principal. Específicamente, incrementa la probabilidad de uso en 39 puntos porcentuales, relativo a

caminar. Esto concuerda con múltiples autores (Chakour & Elurua, 2013; Ewing & Cervero, 2010;

Suna, Ermagun & Dan, 2017) que han encontrado que contar con espacio de tránsito peatonal

aumenta la probabilidad de usar transporte público como buses. Por otro lado, se encuentra un efecto

negativo de la presencia de un bici carril en las inmediaciones del viaje para usuarios de transporte

público. Esto podría estar explicado como un efecto indirecto, pues el bici carril al ser un tipo de

infraestructura en vía, le resta espacio de operación a otros medios de transporte.

Page 35: Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá: Una ...

35

Conclusiones

En el presente trabajo de investigación, se analizó cómo la elección modal de transporte en Bogotá

se ve afectada por el stock de bienes públicos de transporte. Este equipamiento representa barreras

(en caso de congestión o déficit) o incentivos directos al uso de medios de transporte dado que tiene

como fin fomentar el acceso del usuario al medio de transporte escogido. Dado el direccionamiento

que se le ha dado a la ciudad en términos de planeación urbana desde hace más de 15 años, es

importante examinar por qué la ciudad no ha migrado en gran medida hacia un progreso modal (uso

de medios de transporte activos y/o sostenibles).

Desde la literatura y en varias ciudades, se han planteado modelos de desarrollo urbano donde se le

ha dado importancia al papel del estado como proveedor de bienes públicos para encaminar la

demanda hacia medios de transporte sostenibles. De igual modo, se han realizado evaluaciones

juiciosas donde el stock de equipamiento es un determinante en la demanda por transportes

específicos (Strauss & Miranda-Moreno, 2013) (Aziz, y otros, 2017) (Suna, Ermagun, & Bo, 2017).

Motivado por estos estudios y panoramas de ciudades en el mundo, el trabajo adquiere valor en cuanto

a que articula el análisis econométrico riguroso con el estudio del transporte urbano, un tema no muy

explorado desde la economía y mucho menos en Colombia.

Se estimaron tres modelos, un Logit multinomial, un Mixed Logit y un modelo econométrico

espacial. El primero, con el objetivo de evidenciar cambios en los resultados bajo un modelo donde

se permite una correlación entre alternativas de elección y una heterogeneidad en las preferencias de

los individuos (parámetros para cada observación) y el segundo para dar cuenta de la auto correlación

espacial en la decisión de transporte. Sin embargo, dada la evidencia en la literatura (Strauss &

Miranda-Moreno, 2013) (Glass, Kenjegalieva, & Sickles, 2012) y dado el análisis espacial realizado

en el presente trabajo, se considera que un modelo que no incorpore la espacialidad presente en las

dinámicas de transporte de la ciudad y en la elección modal puede llegar a tener un sesgo por variable

omitida que opacaría considerablemente los resultados encontrados. Luego, el modelo a considerar

como eje fundamental del trabajo es el Modelo Espacial Generalizado estimado. De su estimación se

logra extraer varias conclusiones importantes para la formulación de políticas públicas.

Se encontró que hay equipamientos como la cicloruta que deben ser analizados con mayor

detenimiento pues en ciertos escenarios no representa un incentivo claro para el uso de la bicicleta

(efecto no significativo para el uso de bicicleta como principal medio de transporte bajo el modelo

Page 36: Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá: Una ...

36

espacial). Por el contrario, el bici-carril sí parece representar un componente importante de

accesibilidad pues un viaje que cuente con dicha infraestructura tiene una probabilidad mayor, 33

puntos porcentuales, de uso de la bicicleta relativo a caminar. Esto va en línea con autores como

Strauss & Miranda-Moreno (2013) quienes encuentran resultados importantes para ciclistas al incluir

el acceso y la calidad de equipamiento público (especificaciones técnicas de la infraestructura y

ubicación estratégica) para el uso del medio de transporte. Resultados como estos indican que debe

haber una revisión de la calidad de los bienes públicos ciclo-inclusivos y un re diseño urbano

encaminado a incentivar el uso de transportes activos y sostenibles.

Como resultados importantes, se encontró que ciertos bienes públicos de transporte pueden influir

sobre grupos poblacionales diferentes a los cuales pretenden servir en principio. Este es el caso de

infraestructura para peatones como el andén, que, si bien es concebido para incentivar la caminata

como medio predominante, se evidenció que es un factor importante en el uso de transporte público

como es el SITP o acceso a Transmilenio (aumento de la probabilidad de uso en 1.23 puntos

porcentuales y 2.87 puntos porcentuales). Así mismo, se reafirman varios postulados de la literatura

de la economía del transporte, donde a mayor distancia de viaje, la demanda se inclina hacia medios

de transporte cómodos y eficientes en términos de velocidad. Del modelo Logit mixto, se encuentra

una alta heterogeneidad de los efectos de las variables de bienes públicos sobre la población. Como

el modelo permite la estimación de parámetros por individuos, fue posible evidenciar que el efecto

que tiene el acceso a ciertos bienes públicos como el andén y la cicloruta es muy dispar entre

individuos. Esto confirma la hipótesis planteada de que hay niveles de servicio de los bienes públicos

muy dispares entre zonas de la ciudad, así como segmentos de población que, dada su espacialidad y

características, deben ser analizados focalmente para así poder implementar políticas de desarrollo

urbano más eficientes.

Del análisis espacial y estimación del modelo SARAR, se evidencia una alta dependencia espacial en

la demanda por transporte tanto en el término de error como en la variable dependiente. Al obtener

una medida de auto correlación espacial significativa en variables no observables (término de error),

se confirma la hipótesis de Quentin & Renaud (2014) para el caso bogotano. Existen factores no

observables en los datos que tienen efectos directos sobre variables importantes como la demanda

por transporte en la ciudad. En este caso, el estudio de perspectivas en barrios o localidades en temas

como patrones comunes de movilidad, seguridad o calidad del aire deben guiar la política pública

hacia un mejor uso de los espacios en pro de una reducción del uso de transportes no sostenibles. Por

Page 37: Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá: Una ...

37

otro lado, al obtener una medida negativa y significativa de auto correlación espacial en la variable

dependiente, se hace evidente el déficit de bienes públicos de transporte en la ciudad pues la

congestión de uso de espacios comunes está cambiando la elección modal.

Dicho lo anterior, es importante agregar que para poder llegar a realizar un análisis más profundo

resultaría valioso contar con información histórica de la provisión de bienes públicos en la ciudad.

Esto permitiría realizar el análisis con las demás encuestas de movilidad (2011, 2005 y 1996) y con

otro tipo de información socio económica recogida en el tiempo para poder identificar cambios en la

demanda por transporte, explicados por variaciones en intervenciones de planeación urbana a lo largo

del tiempo. Sin embargo, del presente trabajo se pueden extraer varias implicaciones de política

relevantes a pesar de haber realizado el ejercicio para un solo periodo de tiempo. Una de ellas es, que

al haber una dependencia espacial de la demanda por transporte y de sus determinantes, el diseño de

transporte urbano debe propender a tener un stock de información robusto a nivel zonal antes de

diseñar una política de transporte. De igual manera, es importante realizar una evaluación de la

calidad de los bienes públicos de transporte en Bogotá pues como se evidenció en el modelo Mix

Logit, los efectos de los diferentes equipamientos de transporte son altamente heterogéneos entre la

población, lo cual da indicios de que el nivel de servicio que brindan estos bienes públicos en distintas

zonas de la ciudad es desigual y por ende, no tienen en promedio el mismo efecto de accesibilidad a

medios de transporte para cada ciudadano. Finalmente, una última implicación del trabajo es un

llamado a la multimodalidad del transporte. Como se evidenció en las estimaciones, la presencia de

bienes públicos de transporte como la cicloruta tiene un efecto sobre usuarios distintos a quienes

utilizan la bicicleta, como quienes usan el SITP, la caminata o la moto. Esto indica que una

intervención en pro de ciertos usuarios va a tener efectos colaterales sobre los demás. Esto representa

un reto importante en cuanto a que las nuevas intervenciones de política en temas de movilidad deben

reconocer estos efectos de equilibrio general y tratar de incluirlos en el diseño de proyectos urbanos.

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38

Anexo

Gráfico 2. Distribución socio económica por estrato de la muestra

Mapas 2, 3, 4, 5 y 6. Geo ubicación de Bienes Públicos para Transporte en Bogotá.

0,00%

10,00%

20,00%

30,00%

40,00%

50,00%

60,00%

1 2 3 4 5 6

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39

Page 40: Análisis de la elección modal de transporte en Bogotá: Una ...

40

Tabla 10. Comparación Modelo Base: incluyendo Bienes Públicos vs. omitiendo Bienes Públicos

TPC Automóvil Moto Bicicleta

Modelo sin BP Modelo con BP Modelo sin BP

Modelo con BP

Modelo sin BP Modelo con BP Modelo sin BP

Modelo con BP

Sexo 0.0739621*** 0.076528*** -0.052889*** -0.054857*** -0.066073*** -0.06787*** -0.062926*** -0.062008***

Edad 0.0013526*** 0.0013211*** 0.001548*** 0.0016033*** -0.000621*** -0.000642*** -0.000194*** -0.000120***

Nivel educativo 0.0119989*** 0.0125362*** 0.012933*** 0.0134986*** 0.0043498*** 0.0045028*** -0.005059*** -0.003994***

Estrato del

hogar

-0.059882*** -0.067910*** 0.0485657*** 0.0497169*** -0.0110644*** -0.0118286*** -0.005162*** 0.0002375

Viaje en hora pico

-0.0106441** -0.012256*** 0.0001315 -0.0001704 0.0005558 0.000512 0.007516*** 0.007424***

Motivo de viaje:

Estudio

-0.0086217 -0.0145923** -0.041949*** -0.045267*** -0.0299467*** -0.0310649*** -0.027381*** -0.028617***

Motivo de viaje:

Trabajo

0.0730759*** 0.0752229*** 0.0104757*** 0.0085607*** 0.0290479*** 0.0295965*** 0.0312115*** 0.0203103***

Motivo de viaje:

Atención

médica

-0.138002*** -0.1267522*** 0.0214284*** 0.0165818** -0.0259985*** -0.0272957*** -0.044723*** -0.045521***

Distancia de viaje (km)

0.0100188*** 0.0099316*** 0.0037046*** 0.0036263*** 0.0014642*** 0.0014212*** -0.002252*** -0.001408***

Duración de

viaje (minutos)

0.0013489*** 0.0013377*** -0.000272*** -0.000238*** -0.000177*** -0.0001611*** -0.000299*** -0.000252***

Otro Caminata Transmilenio Taxi

Modelo sin BP Modelo con BP Modelo sin

BP Modelo con

BP Modelo sin BP Modelo con BP Modelo sin

BP Modelo con

BP

Sexo -0.0051422** -0.0057291*** - - 0.0045949*** 0.0050743*** 0.0073948*** 0.0077693***

Edad -0.001871*** -0.0018436*** - - 0.000505*** 0.0004453*** 0.0001766** 0.0001038**

Nivel educativo -0.010386*** -0.0099951*** - - 0.0027996*** 0.0023548*** 0.0156994*** 0.0120256***

Estrato del hogar 0.016336*** 0.0196001*** - - 0.0150719*** 0.0109252*** -0.007794*** -0.019115***

Viaje en hora

pico -0.026315*** -0.0263591*** - - -0.009885*** 0.009352*** -0.0050042** -0.0054601**

Motivo de viaje: Estudio 0.0373373*** 0.0322987*** - - -0.0141593*** 0.0122786*** 0.0353505*** 0.0676489***

Motivo de viaje: Trabajo

0.0298133*** 0.0229865*** - - -0.0019862 0.011282* 0.01548*** 0.0484959***

Motivo de viaje:

Atención

médica -0.039837*** -0.0426075*** - - 0.0602975*** 0.0611153*** 0.0786692*** 0.1163198***

Distancia de

viaje (km) 0.0020993*** 0.0020297*** - - 0.0006605*** 0.0005146*** 0.0046312*** 0.004164***

Duración de viaje (minutos) -0.000206*** -0.0001665*** - - -0.0001236*** -0.0001048*** 0.0013769*** 0.0011199***

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