AÑO DEL DISCIPULADO

PROCESO:1. ENCUENTRO

2. CONVERSIÓN

3. DISCIPULADO

4. MISIÓN

5. COMUNIÓN

“Y ellos al instante, dejando las redes, lo SIGUIERON”… Mt 4,20

DISCÍPULO ES AQUEL QUE:

• Escucha interiormente• Obedece (docilidad)• Contempla a Cristo• Sigue a su Maestro• Reconoce la voz de su

Pastor

…“Los cristianos necesitamos recomenzar desde Cristo, desde la contemplación de quien nos ha revelado en su misterio la plenitud del cumplimiento de la vocación humana y de su sentido…

Necesitamos hacernos discípulos dóciles, para aprender de Él, en su seguimiento, la dignidad y plenitud de la vida”. (DA 41)

GRAN RETO:

Promover y formar

DISCÍPULOS

que respondan

a la vocación recibida

y comuniquen por doquier el don del encuentro con

Cristo. (DA 14).

“No tenemos otro tesoro que éste. No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias. Este es el mejor servicio -¡su servicio!- que la Iglesia tiene que ofrecer a las personas y naciones”.

Cf. Evangelii Nuntiandi 1

¡No teman! ¡Abran, más todavía, abran de par en par las puertas a Cristo!

“… ¡No tengan miedo de Cristo! Él no quita nada y lo da todo. Quien se da a Él, recibe el ciento por uno. Sí, abran, abran de par en par las puertas a Cristo y encontrarán la verdadera vida”.

Cf. BENEDICTO XVI, Homilía en el solemne inicio del Ministerio Petrino del Obispo de Roma, 24 de abril de 2005.

* “Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo;

* seguirlo es una gracia,

* y transmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado”. (DA 18)

“Quienes se sintieron atraídos por la sabiduría de sus palabras, por la bondad de su trato y por el poder de sus milagros, por el asombro inusitado que despertaba su persona, acogieron el don de la fe y llegaron a ser discípulos de Jesús”. (DA 21)

La misión de la Iglesia es evangelizar.

La tarea de los discípulos es proclamar el Evangelio, que es el

mismo Cristo.

Anunciamos a nuestros pueblos que Dios nos ama, que su existencia no es una amenaza para el hombre, que está cerca con el poder salvador y liberador de su Reino, que nos acompaña en la tribulación, que alienta incesantemente nuestra esperanza en medio de todas las pruebas. Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad y no profetas de desventuras.

(DA 29)