AÑO I NÚM. 22 Zaragoza, 27 Septiembre 1930 Vida … · mente el régimen de la democrática...

4
Vida Nueva AÑO I NÚM. 22 Zaragoza, 27 Septiembre 1930 10 céntimos ejemplar ORGANO DE LA UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES Y DEL PARTIDO SOCIALISTA OBRERO LO QUE ESPERÁBAMOS MUCHO PEOR QUE ANTES Dijimos en nuestro número anterior que no sabíamos si alegrarnos o sentir el levan- tamiento de la censura. El dilema que se presentaba para la Prensa liberal, verdade- ramente liberal, era terrible. Aquel criterio nuestro ha sido confirmado plenamente. Deseábamos y nos produjo alegría gran- dísima, la desaparición de la censura. Tal medida adoptada por la Dictadura entrañó la supresión de la libre emisión del pensa- miento, el silencio por la fuerza, la imposi- ción de un criterio cerril y bárbaro, eclosión de cerebros estrechos, incapaces de sentir in- quietudes espirituales que transmitir a la so- ciedad. Durante siete años hemos vivido sujetos a la férula del lápiz rojo de censores incapa- citados para juzgar del pensamiento ajeno, de las ideas, de las opiniones. Pero la desaparición de aquel absurdo nos ha colocado en un más grande apuro: Tam- poco existe libertad de expresión, ni aun den- tro de los términos de mayor ecuanimidad. Ahora no se pena solamente la frase cruda, aunque esté llena de verdades; se castiga el concepto, el pensamiento del autor. Mayor absurdo. No se puede pensar gráficamente, en letras de molde. Ni transcribir lo que se haya dicho en una tribuna, ante un audito- rio. El pensamiento de los oradores ha de quedar prisionero en las cuatro paredes de un local; no se quiere su expansión; se teme, sin duda, que el ambiente recoja las ideas, los conceptos. Vano empeño. Ha sido denunciado y recogido El Libe- ral, de Bilbao, en dos ocasiones: bastó para ello que publicara extractos de los discursos pronunciados por Indalecio Prieto en Logro- ño y Castro Urdiales. También ha sufrido denuncia y fué reco- gido El Pueblo Vasco, de San Sebastián, por insertar una carta del señor Salvatella o la más alta representación del Estado. Igual medida se adoptó contra El Pueblo, de Valencia, por publicar un artículo co- mentando elvigenteCódigo Penal y aludien- do a la labor del ministro de Justicia, señor Estrada. Y dos periodistas santanderinos han sido procesados por otros tantos artículos en el periódico La Región de la capital monta- ñesa. Para esto no merecía ser suprimida la censura. Esta degradaba a quienes la impu- sieron. El actual régimen seguido con la Prensa no mejora el antiguo. Todos los periódicos piden la supresión de esos artículos del actual Código Penal, de la ley de Jurisdicciones, contra la que, hace años, se levantó un clamor general en la na- ción. Se pide libertad para escribir, para razonar, para emitir juicios sea contra quie- nes sean. Lo que no se hizo contra la censura se verá obligada la Prensa a hacer contra las actuales medidas. Estamos peor, mucho peor que ante aque- lla imposición de la Dictadura, vergüenza nacional de la que tardaremos mucho tiempo a librarnos. Solamente hay un medio de lograr la vin- dicación de aquello. Ese nos lo dará el tiempo, en plazo quizá no lejano. Una revolución más Otra revolución más ha hecho vibrar de indignación, de odio y de entusiasmo las ca- lles de Buenos Aires. Otra revolución más, que si bien derroca una etapa dictatorial fuertemente opresiva para el pueblo argentino, no consigue plena- mente el régimen de la democrática libertad que buscaba. No se modifica en el fondo la estructura del Estado con la subida al poder del gene- ral Uriburi. Habrá desaparecido la desca- rada dictadura de Irigoyen, pero subsiste ésta a través del nuevo sistema. Se ha constituido un gobierno conserva- dor. ¿Conservador de qué? Del privilegio, de la tiranía, de la dictadura encubierta bajo la máscara progresiva de la república latina. No pueden interesar a nadie los hombres que forman los gobiernos conservadores. Han caído tan en desuso, son tan viejos como ca- ducos y tan fuera de lugar los sistemas que utilizan, tan inhumanos sus procedimientos, que el solo hecho de que estos elementos constituyen un gobierno, además de no signi- ficar nada en la vida de un país, supone un obstáculo para el desarrollo de su prospe- ridad. La Argentina puede casi asegurarse que nada ha conseguido con su rápida revolu- ción antiirigoyenista. Ha expulsado del Po- der una Dictadura; pero ha colocado en su lugar otro representante del poder personal, que ahora acepta la voluntad del pueblo porque las circunstancias así lo exigen, pero en cuanto esta razón desaparezca, acabará por erigirse en dictador descaradamente, si el pueblo le ensalza su labor cómico-dramá- tica. Es de notar que otra, como tantas veces ya, son los militares los que se alzan en for- ma airada contra la fuerza de los poderes constituidos. Y otra vez son los defensores de la patria los que se adjudican a sí mis- mos los cargos más elevados del Estado. ¿Hasta cuándo en las repúblicas hispano- americanas va a durar la fiebre militarista? ¿Hasta cuándo los pueblos van a seguir am- parando las causas de fanatismo por el hom- bre y no por las ideas? Difícil es precisarlo, pues según demues- tran las revoluciones hechas por los países latino americanos subsiste todavía la política de caudillaje. No se hacen en estos pueblos las revolu- ciones por ideas; se hacen por hombres de nombres más o menos sonoros. No son movi- mientos que aplasten un régimen inadecuado a los necesidades presentes transformando su estructura básica. Es un simple cambio de personas dentro del mismo sistema. Es como decir: ya me he cansado de que tú seas el amo; ahora quiero serlo yo. Los pueblos cultos no deben ser juguetes de intereses más o menos personales, no pue- den prestarse ni utilizarse por nadie como víctimas de estas maniobras. En estos movi- mientos se vierte sangre y esta sangre gene- rosa se da creyendo que sirve un alto ideal, que no se logra por la intromisión de ele- mentos reaccionarios que asumen voluntaria- mente la dirección del movimiento, para apo- derarse después del resultado. La imagen de Irigoyen persistirá en la re- tina de los argentinos mientras éstos persis- tan en apoyar partidos de extrema derecha presididos por el general A o por el gene- ral B, que viene a ser todos uno y lo mismo. No debe esperarse nada de las jerarquías descontentas. Sin embargo, debe esperarse to- do del pueblo que produce, del pueblo que trabaja, que es el que siente en toda su in- tensidad la miseria o la prosperidad del Es- tado en que vive. No son los militares los que deben mezclarse ni hacer los revolucio- nes. Es el pueblo; pero el pueblo trabajador, el que sufre todas las humillaciones, el que aguanta todas las incomodidades de una si- tuación precaria. La Argentina y el Perú han entrado en una vieja y "nueva" fase política. Cuando decaiga el entusiasmo y se aclare la situación no habrá variado la posición de los parti- dos políticos. Antes y con Irigoyen y Le- guía y después de su estrepitosa caída, con pequeñas variantes, la situación será la mis- ma. Será precisa una revolución más. ¿Será la última? GROZA. PATRONOS MULTADOS Por el Comité paritario de Construcción han sido impuestas las sanciones siguientes: Al patrono Francisco Jimeno, 25 pesetas, por trabajar en día festivo y también más de la jornada legal el día anterior. A Joaquín Rodríguez, 90 pesetas, por te- ner trabajando obreros que no pasaron por la Bolsa del Trabajo. Este patrono, además, tenía un obrero al que pagaba una peseta diaria menos en el jornal estipulado por el Comité Paritario, y se le ha obligado a pa- gar a dicho obrero la peseta de diferencia que cobraba de menos durante un mes. Quedan pendientes de sanción otros pa- tronos. ABSURDOS Confieso que sufrí una agradable equivo- cación en el mitin socialista organizado por la Juventud. Fui a él persuadido de que los compañeros que en él tomaron parte, res- ponderían a las falsas imputaciones que se les han hecho, con lenguaje parecido al em- pleado por sus detractores. No fue así. Se defendieron con una no- bleza tal, con una alteza de miras tan gran- de, que fué una lección, de cultura y de civi- lidad que no agradecerán nunca sus enemi- gos. Yo sentí una escalofriante impresión. A pesar de la reconocida cultura de los ca- maradas que usaron de la palabra, no los creía yo en posesión de un tan alto sentido político. En vez de injuriar, en lugar de res- ponder a la ofensa con la ofensa, se lamenta- ron de la actitud de ciertos elementos que. sin darse cuenta del daño que causan a la clase obrera y, por ende, el beneficio que proporcionan a la burguesía y ofrecieran, leal y noblemente, su mano al contrario. Digna lección que pone en evidencia no sólo la superior cultura de quien así obra, sino la visión clara del momento tan grave por que atravesamos. Yo les felicito con toda mi alma. La clase obrera sabrá agrade- cerles ese gesto tan generoso como altruista. El amigo "Donarber", en el número últi- mo de VIDA NUEVA rompe una lanza en fa- vor de los profesores músicos de Zaragoza, víctimas, según él, de la competencia que les hace el cine sonoro. Perdone mi compañero si no estoy de acuerdo con él en eso de que sea «el cine sonoro el mayor enemigo con que cuentan los profesores músicos". El mayor adversario de la música y de los buenos ejecutantes es Llapisera y las ban- das de Emplastes. Llapisera no se contentó con desprestigiar la llamada fiesta nacional y creyó que también la música necesitaba perder su pureza y 1a mixtificó con esas ban- dos cómicas que son un desprestigio para el arte lírico. Y si los amantes de la belleza de la mú- sica no dirigimos nuestras campañas contra Llapisera y sus Emplastos, acabarán éstos por mixtificar hasta las costumbres públicas. Es preciso, pues, amigo "Donarber" atacar con furia a Llapisera. Mientras éste sea dueño y señor de todas las manifestaciones artísticas nacionales, no habrá seriedad y no serán sólo los profesores músicos los que sufran las consecuencias de la influencia de ese grotesco personaje. El general Berenguer, según dijo, está dis- puesto a acabar con las demasías y desaho- gos de las bandas de legionarios más o me- nos puros que, para vergüenza de la nación, se manifiestan de manera harto contundente. Yo no sé si el jefe del Gobierno cum- plirá lo prometido. Pero si el Gobierno no corta de raíz los abusos intolerables de esos chulos de levita, debe ser el pueblo el que intervenga y el que se encargue de que no prosperen las jactancias de esos flamencos, que son la roña que corroe a España. No debe tolerarse a quienes no tienen la menor noción del respeto que se merecen to- das las ideas, que esgriman como único ar- gumento la estaca y la pistola. Debe obli- gárseles a recluirse en sus centros para evitar que su repugnante labor haga prosélitos y se conviertan las calles en sangrientos campos de batalla. Sería deprimente en extremo que, mientras se coarta la libre emisión del pen- samiento, se tolere que la estaca y la pis- tola se manifiesten tan pródigamente. El señor Salaverría, con un cinismo in- concebible, intenta negar al trabajador el de- recho de exigir mejores económicas y po- líticos. El señor Salaverría, pues, con este su modo de pensar, se ha erigida en apóstol de la gandulería y de la vagancia. Sólo el paria, el ocioso, el zángano, el vago, tienen méritos para disfrutar de la vida. Yo no concibo que haya hombres a quie- nes se les reconozca talento y amor al traba- jo y sostengan ideas tan peregrinas y tan dis- paratadas. El señor Salaverría es un escri- tor, y, como tal, un trabajador, un produc- tor. Según su pintoretea teoría, él tampoco tiene derecho a los goces que proporciona la vida. ¿Qué hace, pues, el cronista de ABC que no se suicida, habiendo en Madrid un Viaducto tan o propósito pan ese fin? ¿O es que espera el reinado de los zán- ganos para ver imperar sus doctrinas? Jamás se habían acordado los católicos de que existía una clase obrera rural, esquilma- da y explotada inicuamente Pero ahora que se ha iniciado una reacción vigorosa en esa comunidad proletaria, ahora que se apresta a la defensa por medios seguros, los que la olvidaron, los que se sirvieron de su igno- rancia para medrar a su costa, intentan en- gañarla de nuevo con promesas que, segu- ramente, no convencerán a nadie. ¿Qué habéis hecho vosotros, falsos apósto- les de una doctrina que no practicáis, du- rante los muchos años que habéis sido los árbitros del país? ¿Qué leyes protectoras habéis promulgado en beneficio de esa masa campesina? El cinismo de estos católicos llega a lo increíble. Explotan, esclavizan, se burlan de los obreros del agro mientras éstos no se han dado cuenta del valor que representan, y ahora que se alzan en contra de sus verdu- gos, éstos tratan de hacerles ver que sólo los católicos serán sus libertadores. No se cansen los propagandistas ensotana- dos. El obrero rural les conoce y les ha juz- gado como a unos farsantes. Y es verdad. JUAN PUEBLO. E L A C T O DEL PRÓXIMO DOMINGO IndalecioPrietohablaráalos socialistas y a los obreros de Zaragoza "Deber de los obreros ante el momento político de España" El título que antecede es el tema de la conferencia que el próximo domingo, día 5, dará nuestro camarada Indalecio Prieto en el Teatro Principal, a las once en punto de la mañana. Hacía tiempo que el querido camarada Prieto tenía deseos de dirigirse desde una tribuna a la democracia zaragozana. Y no era menor el interés de la Agru- pación Socialista en traer a tan gran orador para escuchar sus frases, si cru- das en algunos momentos, llenas de sinceridad, de verdades, de enseñanzas so- ciales, de amor a la democracia. Es magnífica la campaña que viene realizando Indalecio Prieto. Desde la tribuna del Ateneo de Madrid, en la Sociedad "El Sitio", de Bilbao; en nume- rosos actos de propaganda, ha llevado a quienes le escucharon la realidad de la situación actual española, las lacras de un sistema que ahoga, que perturba, que hunde en el barro la moral, la libertad colectiva e individual, el espíritu democrático. Contra toda injusticia eleva su voz elocuente Indalecio Prieto; contra las expoliaciones de que ha sido y es víctima la nación, nuestro cama- rada ha lanzado su protesta enérgica, noble, sincera. Prieto es una de las figuras cumbres del socialismo español. A su cultura, a su talento, une un espíritu luchador, que se rebela contra las infinitas injus- ticias existentes en el panorama social y político de la nación. No le arredran persecuciones, ni demasías; se ha impuesto como norma po- ner al descubierto los defectos sociales que padecemos y llega a todos los ex- tremos para hacerse oir de los de arriba y de los de abajo. En esta ocasión, en nuestra ciudad, su conferencia estará dedicada a los elementos obreros y a la democracia zaragozana. Expondrá su criterio de la actitud de los obreros ante los momentos por que atraviesa la política española. Hablará el socialista, el político. . Tenemos la seguridad de que ha de satisfacer plenamente su conferencia y que responderá cumplidamente a la expectación que ha despertado. La entrada al teatro será por rigurosa invitación La Agrupación Socialista de Zaragoza, organizadora del acto, ha tomado el acuerdo de que la entrada al teatro sea por rigurosa invitación, a todas las lo- calidades. Tal acuerdo fué tomado en virtud de la indicación de los arrendatarios del teatro Principal La aglomeración, con entrada libre, será grandísima y cau- saría, seguramente, desperfectos inevitables, aun obrando el público con la mayor circunspección. Todas las invitaciones serán repartidas por la Agrupación Socialista, única entidad que ahora interviene en la organización. Hubieran destado los socialistas zaragozanos celebrar el acto en un local más amplio, pero se ha exigido que se verificase en local cerrado. Contra esta conminación se estrelló el deseo de los organizadores. Tampoco se ha permitido que el discurso de Indalecio Prieto fuera radiado, ni la colocación de altavoces en el escenario, aunque todo ello entraba en el pro- pósito de la Agrupación Socialista. Hemos de hacer una advertencia a nuestros camaradas y simpatizantes: que ni antes ni después será permitida manifestación alguna en la calle. Es una de las varias condiciones impuestas para autorizar la conferencia. Por ello rogamos a todos se abstengan de iniciar manifestación alguna, que podría provocar intervenciones que deslucieran el acto. Obsequio al compañero Prieto La Agrupación Socialista deseaba celebrar un acto más con el que demos- trar al culto camarada el afecto y simpatía que por él sentimos. Ese acto será un banquete que tendrá lugar a la una de la tarde en el res- torán Ruiseñores. Será un acto de admiración, de confraternidad. En relación con este banquete la Agrupación Socialista ha tomado un acuerdo. Se pensó que aquél fuera, exclusivamente, dedicado por los socialistas y, por lo tanto, que sólo los afiliados concurrieran a él. Pero se ha recibido peti- ción de bastantes admiradores y simpatizantes nuestros y del camarada Prieto expresando su deseo de ir al banquete en acto de admiración al hombre demó- crata, sincero, luchador infatigable. La Agrupación Socialista accede a ello y acepta complacida la adhesión de esas personas. Podrán, pues, concurrir quienes deseen expresar ese senti- miento. La petición de tarjetas deberá hacerse, hasta el jueves próximo, al presi- dente de la Agrupación, camarada Aladrén, de siete a nueve de la tarde, en nuestro Centro de la calle de Estébanes, 2. Solamente hemos de decir que la expectación por escuchar a Prieto es gran- dísima y que ha producido enorme entusiasmo en la ciudad.

Transcript of AÑO I NÚM. 22 Zaragoza, 27 Septiembre 1930 Vida … · mente el régimen de la democrática...

Page 1: AÑO I NÚM. 22 Zaragoza, 27 Septiembre 1930 Vida … · mente el régimen de la democrática libertad que buscaba. No se modifica en el fondo la estructura ... En vez de injuriar,

Vida Nueva A Ñ O I N Ú M . 2 2

Zaragoza, 27 Septiembre 1930

1 0 cén t imos e jemplar

ORGANO DE LA UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES Y DEL PARTIDO SOCIALISTA OBRERO

LO QUE E S P E R Á B A M O S

MUCHO PEOR QUE ANTES Dijimos en nuestro número anterior que

no sabíamos si alegrarnos o sentir el levan-

tamiento de la censura. El dilema que se

presentaba para la Prensa liberal, verdade­

ramente liberal, era terrible.

Aquel criterio nuestro ha sido confirmado

plenamente.

Deseábamos y nos produjo alegría gran­dísima, la desaparición de la censura. Tal medida adoptada por la Dictadura entrañó la supresión de la libre emisión del pensa­miento, el silencio por la fuerza, la imposi­ción de un criterio cerril y bárbaro, eclosión de cerebros estrechos, incapaces de sentir in­quietudes espirituales que transmitir a la so­ciedad.

Durante siete años hemos vivido sujetos a la férula del lápiz rojo de censores incapa­citados para juzgar del pensamiento ajeno, de las ideas, de las opiniones.

Pero la desaparición de aquel absurdo nos ha colocado en un más grande apuro: Tam­poco existe libertad de expresión, ni aun den­tro de los términos de mayor ecuanimidad. Ahora no se pena solamente la frase cruda, aunque esté llena de verdades; se castiga el concepto, el pensamiento del autor. Mayor absurdo. No se puede pensar gráficamente, en letras de molde. Ni transcribir lo que se haya dicho en una tribuna, ante un audito­rio. El pensamiento de los oradores ha de quedar prisionero en las cuatro paredes de un local; no se quiere su expansión; se teme, sin duda, que el ambiente recoja las ideas, los conceptos. Vano empeño.

Ha sido denunciado y recogido El Libe­ral, de Bilbao, en dos ocasiones: bastó para ello que publicara extractos de los discursos

pronunciados por Indalecio Prieto en Logro­ño y Castro Urdiales.

También ha sufrido denuncia y fué reco­gido El Pueblo Vasco, de San Sebastián, por insertar una carta del señor Salvatella o la más alta representación del Estado.

Igual medida se adoptó contra El Pueblo, de Valencia, por publicar un artículo co­mentando el v i g e n t e Código Penal y aludien­do a la labor del ministro de Justicia, señor Estrada.

Y dos periodistas santanderinos han sido procesados por otros tantos artículos en el periódico La Región de la capital monta-ñesa.

Para esto no merecía ser suprimida la censura. Esta degradaba a quienes la impu­sieron. E l actual régimen seguido con la Prensa no mejora el antiguo.

Todos los periódicos piden la supresión de esos artículos del actual Código Penal, de la ley de Jurisdicciones, contra la que, hace años, se levantó un clamor general en la na­ción. S e pide libertad para escribir, para razonar, para emitir juicios sea contra quie-

nes sean.

Lo que no se hizo contra la censura se verá obligada la Prensa a hacer contra las actuales medidas.

Estamos peor, mucho peor que ante aque­lla imposición de la Dictadura, vergüenza nacional de la que tardaremos mucho tiempo a librarnos.

Solamente hay un medio de lograr la vin­dicación de aquello.

Ese nos lo dará el tiempo, en plazo quizá no lejano.

Una revolución más

Otra revolución más ha hecho vibrar de indignación, de odio y de entusiasmo las ca­lles de Buenos Aires.

Otra revolución más, que si bien derroca una etapa dictatorial fuertemente opresiva para el pueblo argentino, no consigue plena­mente el régimen de la democrática libertad que buscaba.

N o se modifica en el fondo la estructura del Estado con la subida al poder del gene­ral Uriburi. Habrá desaparecido la desca-rada dictadura de Irigoyen, pero subsiste ésta a través del nuevo sistema.

Se ha constituido un gobierno conserva­dor. ¿Conservador de qué? De l privilegio, de la tiranía, de la dictadura encubierta bajo la máscara progresiva de la república latina. N o pueden interesar a nadie los hombres que forman los gobiernos conservadores. H a n caído tan en desuso, son tan viejos como ca­ducos y tan fuera de lugar los sistemas que utilizan, tan inhumanos sus procedimientos, que el solo hecho de que estos elementos constituyen un gobierno, además de no signi­ficar nada en la vida de un país, supone un obstáculo para el desarrollo de su prospe­ridad.

La Argentina puede casi asegurarse que nada ha conseguido con su rápida revolu­ción antiirigoyenista. Ha expulsado del P o ­der una Dictadura; pero ha colocado en su lugar otro representante del poder personal, que ahora acepta la voluntad del pueblo porque las circunstancias así lo exigen, pero en cuanto esta razón desaparezca, acabará por erigirse en dictador descaradamente, si el pueblo le ensalza su labor cómico-dramá-tica.

Es de notar que otra, como tantas veces

ya, son los militares los que se alzan en for­

ma airada contra la fuerza de los poderes

constituidos. Y otra vez son los defensores

de la patria los que se adjudican a sí mis-

mos los cargos más elevados del Estado.

¿Hasta cuándo en las repúblicas hispano­

americanas va a durar la fiebre militarista?

¿Hasta cuándo los pueblos van a seguir am­

parando las causas de fanatismo por el hom­

bre y no por las ideas?

Difícil e s precisarlo, pues según demues­

tran las revoluciones hechas por los países

latino americanos subsiste todavía la política

de caudillaje.

N o se hacen en estos pueblos las revolu­

ciones por ideas; se hacen por hombres de

nombres más o menos sonoros. N o son movi­

mientos que aplasten un régimen inadecuado

a los necesidades presentes transformando su

estructura básica. Es un simple cambio de

personas dentro del mismo sistema. Es como

decir: ya me he cansado de que tú seas el

amo; ahora quiero serlo yo.

Los pueblos cultos no deben ser juguetes

de intereses más o menos personales, no pue­

den prestarse ni utilizarse por nadie como

víctimas de estas maniobras. En estos movi­

mientos se vierte sangre y esta sangre gene­

rosa se da creyendo que sirve un alto ideal,

que no se logra por la intromisión de ele­mentos reaccionarios que asumen voluntaria­mente la dirección del movimiento, para apo­

derarse después del resultado.

La imagen de Irigoyen persistirá en la re­

tina de los argentinos mientras éstos persis­

tan en apoyar partidos de extrema derecha

presididos por el general A o por el gene­

ral B, que viene a ser todos uno y lo mismo.

No debe esperarse nada de las jerarquías

descontentas. Sin embargo, debe esperarse to­

do del pueblo que produce, del pueblo que

trabaja, que es el que siente en toda su in­

tensidad la miseria o la prosperidad del Es­

tado en que vive. No son los militares los

que deben mezclarse ni hacer los revolucio­

nes. Es el pueblo; pero el pueblo trabajador,

el que sufre todas las humillaciones, el que

aguanta todas las incomodidades de una si-

tuación precaria.

La Argentina y el Perú han entrado en

una vieja y "nueva" fase política. Cuando

decaiga el entusiasmo y se aclare la situación

no habrá variado la posición de los parti­

dos políticos. Antes y con Irigoyen y Le-

guía y después de su estrepitosa caída, con

pequeñas variantes, la situación será la mis­

ma. Será precisa una revolución más. ¿Será

la última?

GROZA.

PATRONOS MULTADOS

Por el Comité paritario de Construcción

han sido impuestas las sanciones siguientes:

A l patrono Francisco Jimeno, 25 pesetas,

por trabajar en día festivo y también más

de la jornada legal el día anterior.

A Joaquín Rodríguez, 9 0 pesetas, por te­

ner trabajando obreros que no pasaron por

la Bolsa del Trabajo. Este patrono, además,

tenía un obrero al que pagaba una peseta

diaria menos en el jornal estipulado por el

Comité Paritario, y se le ha obligado a pa­

gar a dicho obrero la peseta de diferencia

que cobraba de menos durante un mes.

Quedan pendientes de sanción otros pa-tronos.

ABSURDOS Confieso que sufrí una agradable equivo­

cación en el mitin socialista organizado por la Juventud. Fui a él persuadido de que los compañeros que en él tomaron parte, res­ponderían a las falsas imputaciones que se les han hecho, con lenguaje parecido al em­pleado por sus detractores.

N o fue así. Se defendieron con una no­bleza tal, con una alteza de miras tan gran­de, que fué una lección, de cultura y de civi­lidad que no agradecerán nunca sus enemi­gos. Y o sentí una escalofriante impresión. A pesar de la reconocida cultura de los ca­maradas que usaron de la palabra, no los creía yo en posesión de un tan alto sentido político. En vez de injuriar, en lugar de res­ponder a la ofensa con la ofensa, se lamenta­ron de la actitud de ciertos elementos que. sin darse cuenta del daño que causan a la clase obrera y, por ende, el beneficio que proporcionan a la burguesía y ofrecieran, leal y noblemente, su mano al contrario.

Digna lección que pone en evidencia no sólo la superior cultura de quien así obra, sino la visión clara del momento tan grave por que atravesamos. Yo les felicito con toda mi alma. La clase obrera sabrá agrade­cerles ese gesto tan generoso como altruista.

El amigo "Donarber", en el número últi­mo de V I D A NUEVA rompe una lanza en fa­vor de los profesores músicos de Zaragoza, víctimas, según él, de la competencia que les hace el cine sonoro.

Perdone mi compañero si no estoy de acuerdo con él en eso de que sea «el cine sonoro el mayor enemigo con que cuentan los profesores músicos".

El mayor adversario de la música y de los buenos ejecutantes es Llapisera y las ban­das de Emplastes. Llapisera no se contentó con desprestigiar la llamada fiesta nacional y creyó que también la música necesitaba perder su pureza y 1a mixtificó con esas ban­dos cómicas que son un desprestigio para el

arte lírico.

Y si los amantes de la belleza de la mú­sica no dirigimos nuestras campañas contra Llapisera y sus Emplastos, acabarán éstos por mixtificar hasta las costumbres públicas. Es preciso, pues, amigo "Donarber" atacar con furia a Llapisera. Mientras éste sea dueño y señor de todas las manifestaciones artísticas nacionales, no habrá seriedad y no serán sólo los profesores músicos los que sufran las consecuencias de la influencia de ese grotesco personaje.

El general Berenguer, según dijo, está dis­puesto a acabar con las demasías y desaho­gos de las bandas de legionarios más o me­nos puros que, para vergüenza de la nación, se manifiestan de manera harto contundente.

Y o no sé si el jefe del Gobierno cum­plirá lo prometido. Pero si el Gobierno no corta de raíz los abusos intolerables de esos chulos de levita, debe ser el pueblo el que intervenga y el que se encargue de que no prosperen las jactancias de esos flamencos, que son la roña que corroe a España.

N o debe tolerarse a quienes no tienen la menor noción del respeto que se merecen to­das las ideas, que esgriman como único ar­gumento la estaca y la pistola. Debe obli­gárseles a recluirse en sus centros para evitar que su repugnante labor haga prosélitos y se conviertan las calles en sangrientos campos de batalla. Sería deprimente en extremo que, mientras se coarta la libre emisión del pen­samiento, se tolere que la estaca y la pis­tola se manifiesten tan pródigamente.

E l señor Salaverría, con un cinismo in­concebible, intenta negar al trabajador el de­recho de exigir mejores económicas y po­líticos. El señor Salaverría, pues, con este su modo de pensar, se ha erigida en apóstol de la gandulería y de la vagancia. Sólo el paria, el ocioso, el zángano, el vago, tienen méritos para disfrutar de la vida.

Y o no concibo que haya hombres a quie­nes se les reconozca talento y amor al traba­jo y sostengan ideas tan peregrinas y tan dis­paratadas. El señor Salaverría es un escri­tor, y, como tal, un trabajador, un produc­tor. Según su pintoretea teoría, él tampoco tiene derecho a los goces que proporciona la vida. ¿Qué hace, pues, el cronista de ABC que no se suicida, habiendo en Madrid un Viaducto tan o propósito p a n ese fin?

¿O es que espera el reinado de los zán­ganos para ver imperar sus doctrinas?

Jamás se habían acordado los católicos de que existía una clase obrera rural, esquilma­da y explotada inicuamente Pero ahora que se ha iniciado una reacción vigorosa en esa comunidad proletaria, ahora que se apresta a la defensa por medios seguros, los que la olvidaron, los que se sirvieron de su igno­rancia para medrar a su costa, intentan en­gañarla de nuevo con promesas que, segu-

ramente, no convencerán a nadie.

¿Qué habéis hecho vosotros, falsos apósto­

les de una doctrina que no practicáis, du ­

rante los muchos años que habéis sido los

árbitros del país? ¿Qué leyes protectoras

habéis promulgado en beneficio de esa masa

campesina?

El cinismo de estos católicos llega a lo

increíble. Explotan, esclavizan, se burlan de

los obreros del agro mientras éstos no se han

dado cuenta del valor que representan, y

ahora que se alzan en contra de sus verdu­

gos, éstos tratan de hacerles ver que sólo

los católicos serán sus libertadores.

N o se cansen los propagandistas ensotana-

dos. El obrero rural les conoce y les ha juz­

gado como a unos farsantes. Y es verdad.

JUAN PUEBLO.

E L A C T O D E L P R Ó X I M O D O M I N G O

Indalecio Prieto hablará a los socialistas y a los obreros de Zaragoza

"Deber de los obreros ante el momento político de España"

El título que antecede es el tema de la conferencia que el próximo domingo,

día 5, dará nuestro camarada Indalecio Prieto en el Teatro Principal, a las once

en punto de la mañana.

Hacía tiempo que el querido camarada Prieto tenía deseos de dirigirse desde

una tribuna a la democracia zaragozana. Y no era menor el interés de la Agru­

pación Socialista en traer a tan gran orador para escuchar sus frases, si cru­

das en algunos momentos, llenas de sinceridad, de verdades, de enseñanzas so­

ciales, de amor a la democracia.

Es magnífica la campaña que viene realizando Indalecio Prieto. Desde la

tribuna del Ateneo de Madrid, en la Sociedad "El Sitio", de Bilbao; en nume­

rosos actos de propaganda, ha llevado a quienes le escucharon la realidad de

la situación actual española, las lacras de un sistema que ahoga, que perturba,

que hunde en el barro la moral, la libertad colectiva e individual, el espíritu

democrático. Contra toda injusticia eleva su voz elocuente Indalecio Prieto;

contra las expoliaciones de que ha sido y es víctima la nación, nuestro cama-

rada ha lanzado su protesta enérgica, noble, sincera.

Prieto es una de las figuras cumbres del socialismo español. A su cultura,

a su talento, une un espíritu luchador, que se rebela contra las infinitas injus­

ticias existentes en el panorama social y político de la nación.

No le arredran persecuciones, ni demasías; se ha impuesto como norma po­

ner al descubierto los defectos sociales que padecemos y llega a todos los ex­

tremos para hacerse oir de los de arriba y de los de abajo.

En esta ocasión, en nuestra ciudad, su conferencia estará dedicada a los

elementos obreros y a la democracia zaragozana.

Expondrá su criterio de la actitud de los obreros ante los momentos por

que atraviesa la política española. Hablará el socialista, el político. .

Tenemos la seguridad de que ha de satisfacer plenamente su conferencia y

que responderá cumplidamente a la expectación que ha despertado.

La entrada al teatro será por rigurosa invitación

La Agrupación Socialista de Zaragoza, organizadora del acto, ha tomado el

acuerdo de que la entrada al teatro sea por rigurosa invitación, a todas las lo­

calidades.

Tal acuerdo fué tomado en virtud de la indicación de los arrendatarios del

teatro Principal La aglomeración, con entrada libre, será grandísima y cau­

saría, seguramente, desperfectos inevitables, aun obrando el público con la

mayor circunspección.

Todas las invitaciones serán repartidas por la Agrupación Socialista, única

entidad que ahora interviene en la organización.

Hubieran destado los socialistas zaragozanos celebrar el acto en un local

más amplio, pero se ha exigido que se verificase en local cerrado. Contra esta

conminación se estrelló el deseo de los organizadores.

Tampoco se ha permitido que el discurso de Indalecio Prieto fuera radiado,

ni la colocación de altavoces en el escenario, aunque todo ello entraba en el pro­

pósito de la Agrupación Socialista.

Hemos de hacer una advertencia a nuestros camaradas y simpatizantes: que

ni antes ni después será permitida manifestación alguna en la calle. Es una de

las varias condiciones impuestas para autorizar la conferencia.

Por ello rogamos a todos se abstengan de iniciar manifestación alguna,

que podría provocar intervenciones que deslucieran el acto.

Obsequio al compañero Prieto La Agrupación Socialista deseaba celebrar un acto más con el que demos­

trar al culto camarada el afecto y simpatía que por él sentimos.

Ese acto será un banquete que tendrá lugar a la una de la tarde en el res­

torán Ruiseñores. Será un acto de admiración, de confraternidad.

En relación con este banquete la Agrupación Socialista ha tomado un

acuerdo.

Se pensó que aquél fuera, exclusivamente, dedicado por los socialistas y,

por lo tanto, que sólo los afiliados concurrieran a él. Pero se ha recibido peti­

ción de bastantes admiradores y simpatizantes nuestros y del camarada Prieto

expresando su deseo de ir al banquete en acto de admiración al hombre demó­

crata, sincero, luchador infatigable.

La Agrupación Socialista accede a ello y acepta complacida la adhesión

de esas personas. Podrán, pues, concurrir quienes deseen expresar ese senti­

miento.

La petición de tarjetas deberá hacerse, hasta el jueves próximo, al presi­

dente de la Agrupación, camarada Aladrén, de siete a nueve de la tarde, en

nuestro Centro de la calle de Estébanes, 2.

Solamente hemos de decir que la expectación por escuchar a Prieto es gran­

dísima y que ha producido enorme entusiasmo en la ciudad.

Page 2: AÑO I NÚM. 22 Zaragoza, 27 Septiembre 1930 Vida … · mente el régimen de la democrática libertad que buscaba. No se modifica en el fondo la estructura ... En vez de injuriar,

2 VIDA NUEVA 2

PROPAGANDA SOCIALISTA

Un magnífico acto organizado por la Juventud

A las once d e la mañana del pasado do­mingo comenzó el mitin de propaganda so-cialista organizado por la Juventud en nues-

tro Centro.

El salón de actos se hallaba completa-mente lleno, quedando mucha gente en las escaleras sin poder penetrar en aquél .

Poco después de comenzar el acto se pre­sentó en el local el consecuente y prestigio­so republicano D . Gil Gil y Gil, que fue acogido con muestras de simpatía y afecto.

Comenzó el mitin el compañero Miran­da, presidente de la Juventud, quien en bre­ves palabras explicó el espíritu de l acto, con­cediendo la palabra al compañero Mulet .

Este, en términos vibrantes y razonados, dijo que la única clase que puede encauzar a España por los derroteros de la democra-cia es la clase trabajadora, puesto su pen­samiento en la implantación de la Repúbli­ca socialista. ( U n a salva de aplausos pre­mió sus pa labras) .

Seguidamente hizo uso de la palabra el compañero Castillo. Recomienda éste, en sen­tidas palabras, a los trabajadores, que se apresten para l a lucha dentro de l a Unión General de Trabajadores y del Part ido So­cialista, para acometer contra todas las tira-nías, sin parar mientes en esos pseudorrevo-lucionarios que engañan a la clase trabaja­dora con sofismas de todas clases, desvián-dola de los organismos que han d e llevarla a seguro triunfo.

H i z o ver cómo a pesar de la forma poco democrática de los organismos oficiales, sólo hizo falta que unos cuantos compañeros, ge­nu inos representantes de la clase trabajado­ra, fueran al Parlamento para que se pensa­se exigir responsabilidades por los sucesos de Annual .

Expuso el deber que en los actuales mo­mentos tienen todos los sectores liberales y democráticos d e unirse para implantar un ré­gimen democrático en el que todos los Pode­res sean responsables. P a r a esto, siempre es­tamos dispuestos los socialistas. P e r o cuan­do este régimen se halle implantado, nos­otros seguiremos en el sitio de combate para seguir luchando por los intereses del prole­tariado hasta ver implantado el régimen so­cialista.

(Durante su discurso fué interrumpido constantemente por aplausos ensordecedores, y sus palabras quedan sin oír por una es-

truendosa ovación).

A continuación hace uso de la palabra el compañero Mariano Serra.

Están en un error—dijo—los que crean que voy a a tacar a otras fracciones obreras. A l revés: en estos momentos todos debemos unirnos para combatir al enemigo común. Lleva al ánimo de los asistentes el conven­cimiento de que la Unión General de T r a ­bajadores no h a colaborado con l a Dicta­dura. S i intervino en los Comités Paritarios fué, no porque creyera que era la panacea que iba a hacer desaparecer la opresión que sufre el proletariado, sino porque vió en ellos

un medio de conseguir p a r a éste algunas

mejoras y porque tenía el deber-—lo contra­

rio hubiera sido ser traidores a la causa d e

los trabajadores—de luchar contra la bur­

guesía en lodos los frentes.

Recomendó a todos los jóvenes socialistas

que se capaciten para los acontecimientos

venideros y que luchen por infiltrar en el con­

fuso ambiente obrero l a luz d e l a verdad.

( U n a ovación acogió sus últimas palabras).

El compañero Manuel Albar, con frases claras y elocuentes relató el oprobioso régi­men que hemos soportado, en el que l a ma­gistratura, la enseñanza, la prensa, todo, en fin que demuestra la vitalidad de un país, fué postergado.

Los compañeros que me han precedido en el uso de l a palabra—dijo—han tratado di­versos temas de indiscutible interés; pero yo considero que por encuna de todo hay una cosa que debe ocupar por entero nuestro pen­samiento. Es ésta el cambio de régimen que ansía y precisa España, porque si éste no se

hace, la Monarquía matará a la nación es­

pañola y debe ser todo lo contrario. Sobre

todos estos problemas que nosotros aquí ape­

nas esbozamos, habéis de pensar mucho para

formaros un criterio propio.

En Madrid hay dos casas que simbolizan a

las dos Españas antagónicas. A l a una, van

hombres de blusa, hombres que viven de su

diario trabajo. Esta es la Casa del Pueblo.

A la otra van hombres enchisterados y en­

levitados, pero sin conciencia, a tratar asun-tos que sólo interesan a una familia o a una

camarilla. Esta es la Casa Real. Y o confío que aquélla derrocará a ésta. (Grandes ova­ciones le tributaron durante su discurso,y al terminar éste los aplausos eran ensordece-dores) .

El veterano Isidoro Achón dijo que en es­tos momentos debe solamente pensarse en la lucha que se avecina.

Saluda a D . Gil Gil y Gil, que está sen-t ando en la presidencia, demostrando su ver­dadero amor a la democracia. ( E l público aplaude estas palabras).

A taca a las derechas españolas, que en lugar de permanecer en sus casas arremeten contra los ciudadanos dignos y contra los periódicos republicanos. Esto nos enseña la actitud que nosotros debemos adoptar. Hace ver que el régimen capitalista se está de ­rrumbando por sí solo, y como prueba de esto son esos ejércitos de obreros parados, que dentro de este régimen caduco no en­cuentra solución. Como más fuerte puntal de los regímenes democráticos considera al proletariado del agro, y éste, dice, en Es­paña va formando potentes organizaciones que conducirán a un seguro triunfo. (Como los demás oradores recibió grandes aplau­sos) .

Terminó el acto con unas sencillas pala­bras del presidente, dando al final un viva a la democracia que es contestado unánime-mente.

Consecuencias de la baja de la peseta

E n diferentes ocasiones, y desde el mo­

mento en que la peseta inició su fantástico

descenso, advertimos en estas columnas el

peligro que suponía para la economía na­

cional aquel descenso, no solamente en el as­

pecto del encarecimiento de los artículos de

primera necesidad (que tenemos que impor­

tar por no aprovechar los medios naturales

que nuestro suelo posee, y de esto cabe úni­

camente la culpa a loa poseedores d e la p ro ­

piedad rural y a los gobiernos, que no se han

preocupado de los latifundios más que para

beneficiar con ellos a sus familias), sino en

la repercusión que pueda tener en los hoga-

res obreros, donde el pan cotidiano está su­

jeto a todas las eventualidades, sin que se

pueda resolver más que por un camino: por

el aumento de jornal.

Sin querer presentar soluciones técnicas

al problema, porque no estamos a l tanto de

las interioridades de las jugadas de Bolsa,

sí que creíamos, y seguimos creyendo, que

esta debe ser la cuestión cuya solución debe

atañer al Gobierno, pero no con notas más

o menos ampulosas, no con reuniones cele­

bradas en el transcurso de una laboriosa di­

gestión, después de un pantagruélico ban­

quete, sino con la ecuanimidad de quien

siente l a responsabilidad del cargo que des­

empeña y l a conciencia de su propio deber.

Creemos firmemente que una de las causas

de l a baja d e la peseta es e l poco crédito

que nuestros dirigentes nacionales ofrecen a

las Bolsas extranjeras, las cuales no se ri­

gen por apariencias de riqueza, por decora­

ciones tranquilizadoras, sino por realidades

internas, por hechos ciertos, por créditos re­

conocidos.

U n a vez señalada nuestra forma de pen­

sar nos creemos en el debe r de apuntar los

peligros a que la prolongación de este estado

de cotas nos puede conducir , peligros que,

conscientes de nuestra razón y de nuestra

fuerza, afrontaremos por necesidad y por

convicción con todas sus consecuencias.

El industrial, el comerciante, todo el que no tiene una nómina cerrada de ingresos, no

solamente no pierde con estas cuestiones, pues es el pescador del río revuelto, sino que le sirven para aumentar los ingresos, pues con ellos sube el valor de los artículos que te­nían almacenados con anterioridad al crack financiero.

Pero, en cambio, el asalariado, ante estas soluciones anómalas, no tiene más solución

que lanzarse a peticiones que tropiezan con

la cerrazón intelectual de una clase patro­

nal ramplona, de una clase media beatífica

y cobarde, de una aristocracia con tanto or­

gullo para con el débil como mansedumbre

para con el fuerte, y con unos gobiernos

oligarcas que no tienen inconveniente en atro-

pellar a la razón y a la justicia con ta l d e

seguir disfrutando las delicias del Poder .

A todos estos obstáculos que se oponen

a que ejerzamos nuestro derecho a la vida

tenemos que combatir y los combatiremos, en

la seguridad de que el triunfo s e r á nuestro.

Por eso decimos que era un peligro la si­

tuación que se nos crea, peligro que se debe

evitar poniendo en ello más interés que en

evitar la ruina de agiotistas y traficantes,

que no vacilan en condenar al hambre a sus

semejantes con tal de amontonar el oro en

sus cajas d e caudales, cua l s i éstas fueran el

único amor de tus metalizados corazones.

P a r a que el triunfo sea nuestro no se ne­

cesita más que un poco de voluntad. T a r d e

o temprano, la necesidad nos obligará a l an -

zarnos a movimientos reivindicativos. P repa ­

rémonos para ello, y será la única forma de

poder entablar la lucha cuando nos conven­

ga y con las máximas garantías de triunfo.

Y cuando eso llegue, como habremos lanza­

do noblemente nuestra voz d e alerta, que

c a d a santo aguante su vela y allá cada cual

con las consecuencias de sus actos, pues de

espíritus viriles es arrostrarlas, y de cobardes

hur tar el cuerpo a responsabilidades con­

traídas al amparo de la fuerza del favori-tismo.

A U R E L I O G R A C I A .

Nuestras iniciativas

Que desaparezca ese kiosco

Nuestro camarada doctor Algora visitó en su despacho al señor alcalde, en repre­sentación del comercio, propietarios y vecinos de la plaza de Sas.

Le entregó al señor Jordana una instan­cia, razonadísima, firmada por los intere­sados en que desaparezca el impopular kios­co. E l alcalde, después de ordenar el pase de dicho escrito a la Comisión correspon-diente, manifestó que encontraba lógica la petición de los vecinos.

D . Jorge Jordana conversó sobre este asun­to y sobre los antecedentes de la concesión. etcétera, con nuestro camarada, y sin pre­juzgar nada de la resolución que al Ayun ta ­miento pueda adoptar, pareció estar dispues­to a que el kiosco desaparezca, pero no a que en su lugar sea colocado un jardín.

El señor Jordana tiene el criterio (que ha­llamos bastante lógico) de que l a calle de Alfonso no sea sólo para los carruajes de una dirección, pues actualmente se está vien­do que por estar inutilizada para e l tránsito la calle de Don Jaime, se desarrolla en do­ble vía por la mencionada calle de Alfonso y que por su amplitud no da lugar a ningún atropello. Con este criterio y desaparecido el kiosco de la plaza de Sas, ésta serviría para descongestionar dicha calle, parada momen­tánea de automóviles y vuelta de los mismos.

Sea como fuere, con ja rd ín o sin él, lo indispensable y preciso es la desaparición de ese armatoste que tanto estorba y tan anti­pático es a todo el mundo.

Propaganda de la U. G. T. en Alagón

El día 23. a las seis de la tarde, se cele­

bró la anunciada conferencia, disertando

nuestro querido amigo Manue l Alba r .

Los locales del Sindicato Agrícola, ates­

tados por completo, fueron insuficientes para

el público que, apiñado materialmente, fué

deseoso de escuchar l a autorizada palabra de

nuestro compañero.

Presidió el camarada Langoy, y tras de

saludar a la enorme concurrencia, dió lec-

tura a una carta enviada por la Administra­

ción de El Socialista, en l a cual recomenda­

ba a los trabajadores propagasen nuestro dia­

rio, que trae amplia información de los ac­

tos de propaganda sindical y política que se

llevan a cabo en todas las provincia de Es-

paña.

Acto seguido presentó a los compañeros

Castillo y Alba r y concedió la palabra al

camarada Castillo, quien saludó a los tra­

bajadores de Alagón y recomendó que cada

vez se unan más para luchar en estos mo­

mentos con la fuerza y el optimismo que

necesitan las fuerzas obreras en España. Al

final fué calurosamente aplaudido.

E l camarada Alba r saludó a los obreros

de Alagón y trató ampliamente las cuestio­

nes obreras y políticas que plantea la situa­

ción actual en España. E n párrafos brillantes fustigó y condenó

la política caciquil de la dictadura; hizo

historia de su advenimiento y condenó al Go­

bierno actual que sigue el mismo procedi­

miento de censura y restricción de los dere­

chos ciudadanos, y en hermosas frases llenas

de emoción hace un llamamiento a las con­

ciencias para que se apresten a luchar en

estos momentos difíciles para que triunfe la

democracia.

Habló de la conveniencia de la unión;

sobre todo en los obreros campesinos, y dijo

que cuando este proletario, que ya empieza

a despertar, se una al de la ciudad, no po­

drá haber gobiernos que desatiendan los in­

tereses generales, porque el peso de l a orga­

nización obligará a que se revistan de res­

ponsabilidad todos los poderes.

Terminó su brillante conferencia con pá­

rrafos de optimismo y d e fe en l a causa so-

cialista y recomendó que sobre lodo ingre­

sen en las filas de la U . G. de T., organis­

mo sindical que representa en nuestro país

el más firme puntal de la democracia.

U n a clamorosa y larga ovación premió el

hermoso discurso de nuestro camarada.

El presidente recogió las palabras de A l ­

bar y recomendó que siguieran el ejemplo

y tuvieran presente la lección de nuestro ca­

marada que de una manera tan brillante ha­

bía expuesto ideas que deben ser acatadas

por todos los trabajadores.

E l acto terminó dentro del mayor orden

y brillantez.

A LOS ANARQUISTAS

LA PAZ O LA GUERRA A los anarquistas de los Sindicatos úni­

cos van dirigidas estas l íneas: a todos los elementos directivos que al volver de su le­targo emprenden senderos tortuosos y muy equivocados.

Mi actuación leal y clara y los muchos años pasados dentro de la lucha activa del campo social, conociendo bien y muy en de-talle los procedimiento del "método" anar­co-sindicalista, me dan derecho a exponer li­bremente mi opinión, noble y enérgica, so­bre l a situación actual de los anarquistas de los Sindicatos únicos.

El capitalismo, en sus variadísimas for­mas, domina y explota, ahora más que nunca, a todos los productores. Moral y material-

mente una inmensa mayoría de seres sufri­

mos las injusticias que una minoría de po­tentados nos impone, apoyados en la fuerza.

Parece , y lógico sería creerlo así, que los anarquistas que dirigen los Sindicatos úni­cos luchaban contra el capitalismo, causante de todos los males. ¡ N o es así! Los anar­quistas, en lugar de combatir al burgués, se distraen combatiendo a los elementos repre­sentantes del Socialismo. N o te atreven, son impotentes para combatir el Ideal Socialis­ta y , vano error, pretenden destruirlo lan­zando infamias contra sus militantes. ¡ P o -brecillos anarquistas!

Los trabajadores que integran los Sindi­catos únicos están en ellos por creer que van a conseguir mejoras en sus jornales, emplean­do todas las energías sindicales en luchar contra l a burguesía. Los anarquistas dirigen­tes no lo entienden así. T o d o su furor com­bativo se emplea contra otros trabajadores, dejando tranquilo al único enemigo de la clase obrera, que sigue explotando al traba­jador y riéndose de todos.

Los trabajadores se alejarán de los Sin­dicatos únicos al ver que sus jornales siguen

sin aumentar.

Luchan los socialistas contra lo tiranos allá donde se refugian: en la fábrica, para

alcanzar aumento en los jornales; en los Ayuntamientos, en Diputaciones y en cuan­tos organismos existen, para arrancar a l ca­pitalismo sus privilegios, exigiendo leyes que beneficien a la clase trabajadora hasta que ésta sea dueña del Poder , socializando los medios de producción y distribución; produ­ciendo cada uno según sus fuerzas y consu­miendo según sus necesidades.

Expongan los anarquistas su programa de acción a los trabajadores. Estos, reflexionan­do un poco, comprenderán bien qué organis­mo nacional puede defenderse en todo mo­mento, y allá donde se traten cuestiones obreras y ciudadanas, contra las tiranías ca­pitalistas y autoritarias.

Hágase obra de capacitación y no de odio, y rencores.

Empleemos todas nuestras energías en com­batir a la clase capitalista.

Discutamos nosotros, sí, d e ideas.

Celebremos conferencias contradictorias, guardando al que no piense igual todos los respetos.

Respetad para que os respeten. ¡Pobre ideal que deja de serlo al ser pro­

pagado para lanzar infamias o calumnias!

Cesen en su campaña de difamación los anarquistas de los Sindicatos Únicos.

Reflexionen un poco y no olviden que al­guien que militó en los medios anarquis­tas y sindicalistas (alejándose por volun­tad propia al comprender el error en que vivía), que posee una feliz memoria. vió y oyó cosas que jamás han realizado los elementos militantes en el Socialismo, y que en uso de legítima defensa, se vería obligado a pu­blicar con sus nombres propios y con toda la cruda realidad.

La paz o la guerra. La situación actual por que atraviesa Es­

paña no debe hacer perder las energías a los que tenemos el deber de emplearla con­tra las tiranías que nos dominan.

J U A N BERAZA.

Dr. J. Mateo Linares Del Instituto Tapia, de Madrid

Especialista en enfermedades de garganta, nariz y oídos.

A r m a s , n ú m s . 2 y 4, ent lo . (esquina a l Mercado)

CONSULTA: DE 11 A 1 Y DE 5 A 7

Z A R A G O Z A

Compra y venta de trapos, papeles,

hierros y metales viejos.

Santiago Marquina FIN, 2 (Plaza de Huesca) :-: Tel. 4.000

E n c o n t r a r á n las m a y o r e s v e n t a j a s

v e n d i e n d o e n e s t a C a s a .

Trapos - Papeles • Hierros - Metales

E L C O M B U S T I B L E

ECONÓMICO

M Á S LIMPIO RÁPIDO

EL GAS Instalaciones gratuitas y en alquiler

Aparatos a plazos

OFICINAS C O S O , 6 3 — Z A R A G O Z A

L U I S L Ó P E Z

La Flor de la Sierra

Cla re t e p red i l ec to

E s p e c i a l p a r a F o n d a s y H o t e l e s

Bodegas en Almonacid de la Sierra

D E S P A C H O EN

S A N V A L E R O , 8 y 10 Z a r a g o z a

Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza Único Establecimiento de su clase en la provincia

F U N D A D O E N 1 8 7 6

Capital de los imponentes en 31 de marzo de 1930. . . . 46.939.328,08 pesetas Libretas en circulación en dicho día 39.327 — Intereses abonados a los imponentes en 1929 1.289.408,01 -

Se a d m i t e n imposic iones d e 1 a 20.000 pese t a s , q u e d e v e n g a n el 3 p o r 100 de in­te rés a n u a l . L a s e n t r e g a s y los cobros pueden h a c e r s e todos los d í a s , d e nueve a una, y d e cuatro a seis.

Concede p r é s t a m o s con g a r a n t í a de v a l o r e s púb l i cos e i n d u s t r i a l e s y con l a de a l h a j a s , m u e b l e s , r o p a s y efectos a n á l o g o s en condic iones e c o n ó m i c a s ventajosís i ­mas p a r a los p r e s t a t a r i o s . C o m o e s t a i n s t i t uc ión es e x c l u s i v a m e n t e benéfica no tie­ne q u e r e p a r t i r d i v i d e n d o s a los a c c i o n i s t a s , y , p o r c o n s i g u i e n t e , t o d a s l a s ganan­c i a s q u e s e obt ienen se d e s t i n a n a a u m e n t a r las g a r a n t í a s q u e r e sponden al capi ta l . de los i m p o n e n t e s , q u e p o r e s t a c i r c u n s t a n c i a a l c a n z a en es te E s t a b l e c i m i e n t o el m á x i m u m de s e g u r i d a d . P a r a f ac i l i t a r a los i m p o n e n t e s la co locac ión de sus a h o r r o s e s t a I n s t i t u c i ó n se e n c a r g a g r a t u i t a m e n t e de l a c o m p r a de va lo r e s por orden de a q u é l l o s .

OFICINAS: S a n Jorge , 10 — San Andrés , 14 — A r m a s , 30 Fuera de la capital no tiene sucursales ni representantes

Instituto Antirreumático Médico-director y propietario

Francisco Giménez Lambea

Baños de vapor — Obesidad

Baños eléctricos

Electricidad — Masajes.

Avenida Siglo XX (TORRERO)

¿ C A S A P R O P I A ? DINERO para un negocio.

Una DOTE para los hijos.

Un CAPITAL para la vejez.

Suscribirse al Banco Hispano de Edificación Delegado: VICENTE GONZALEZ, Azoque, 86, pral.

Z A R A G O Z A

Page 3: AÑO I NÚM. 22 Zaragoza, 27 Septiembre 1930 Vida … · mente el régimen de la democrática libertad que buscaba. No se modifica en el fondo la estructura ... En vez de injuriar,

3 VIDA NUEVA 3

¡ E L C O C O !

¡QUE VIENEN LOS LEGIONARIOS! Han comenzado a organizar en Zaragoza

esa mascarada que llaman Legionarios de España, esa orgainzación que, cobardemen­te, asaltó, pistola en mano, l a redacción del semanario Nosotros.

Seguramente se pretenderá repetir en Za­ragoza las hazañas realizadas en la Corte.

La ciudad no debe tolerar que sus calles sean perturbadas por quienes, alardeando de pretender imponer el orden, alborotan la vida de las poblaciones y provocan tumultos y cometen agresiones como la del semanario madrileño.

Esos perturbadores quieren imponer el rei­nado de l a porra; ponen en práctica la fra­se aquella de "Los descamisados" " . . . y mue­ra el que no piense, igual que pienso yo".

Y en Zaragoza hay quienes pretenden, nada menos, que unos cientos de legionarios

madrileños hagan acto de presencia en nues­tra ciudad. Con ello traerían el desorden, la perturbación, la intranquilidad a Zaragoza.

Su presencia significaría un insulto a los sentimientos liberales zaragozanos, una inju­ria a la ciudad. Esta no debe sufrir el bo­chorno de que las plantas de esos legiona­rios mancillen nuestras calles.

Sin duda, ante el fracaso que significa su organización en Zaragoza, pretenden llevar a efecto ese alarde queriendo demostrar su pujanza ficticia en otras partes.

Quienes están en el deber de velar por el orden y la tranquilidad, no deben tolerar que tal acto sea llevado a cabo.

Porque ello provocaría desórdenes y re­vueltas que nadie desea, pero que afronta-

ría ante el insulto y la amenaza.

A todos los obreros panaderos de Aragón

"La Panificadora", afecta a la Unión Ge­neral de Trabajadores, ha dirigido el siguien­te manifiesto:

"Desde hace algún tiempo, unas veces por elementos que se dicen anarco-sindicalistas, y otras por cobijados en Sindicatos católicos libres, viene difamándose de una manera sis­temática y cobarde a nuestra Sociedad y, principalmente, a sus militantes representati-vos.

N o rehuimos la crítica noble y honrada de nuestra actuación sindical; pero no es­tamos dispuestos a tolerar que con falseda­des y calumnias se intente desprestigiar una organización obrera que actúa a la luz del día, sin oscuridades, sin esos célebres fondos secretos, sima sin fondo, en donde no hace mucho tiempo se echaban las cuotas de los asociados, sin que nadie—nadie de los que la pagaban—supiere a dónde iban a parar.

A l fundar la Sociedad de Obreros P a ­naderos " L a Panificadora", l o hicimos con la firme decisión de defender con toda ener­gía los derechos de los trabajadores de las panaderías frente al egoísmo de la clase pa­tronal y frente a la avaricia del capitalismo en general; pero, además, quisimos, y así lo haremos, cueste lo que cueste, no ser jugue­tes de los radicales a todo pasto, que unas veces llevaban a la organización a la derro­ta y al dolor, y otras le hacían concebir es­peranzas que los mismos inductores sabían no era posible convertirlas en realidad en un abrir y cerrar de ojos. D e igual manera nos propusimos repudiar a esos apóstoles que "libremente" quieren resolver el problema so­cial de nuestros tiempos, colgando del pe­cho de los explotados una medalla o ponién-

doles en la mano un devocionario.

Y para no caer en el error de esos dos extremos, y cuando nadie se decidía a orga­nizar a los trabajadores panaderos para que no estuvieren indefensos y a merced de los patronos, constituímos "La Panificadora", su­mándonos a la Federación Nacional de Ar-

tes Blancas y, por lo tanto, a la Unión Ge­neral de Trabajadores, convencidos de que estos organismos nacionales significan energía en la lucha y honradez en la administración. Ya sabíamos de antemano que esta actitud de regirnos por nosotros mismos, sin ingeren­cias extrañas, nos acarrearía la furiosa ene­miga de los antiunionistas y de los eterna­mente resignados católicos libres.

P o r eso llamamos la atención de cuantos obreros panaderos sientan con rectitud el no­ble anhelo de redención proletaria, para que no se dejen engañar por nuestros detractores, que, al no poder probar públicamente sus acusaciones, recorren a la mentira dicha al oído, con la esperanza de volver a envene-

nar a quien no esté saturado por el antitó­

xico de la experiencia pasada...

Compañeros: Cuando os cuenten algunas de las infamias que acostumbran, decidles que vengan a probároslo en nuestra Secre­taría, en la seguridad de que no recibiremos a nadie, como nuestros difamadores lo han hecho otras veces en sus organizaciones, con instrumentos contundentes.

Si os hablan mal de nosotros porque in-tervenimos en los Comités Paritarios, de­

cidles que estamos dispuestos a demostrarles con realidades que, en nuestra profesión, ja­más los trabajadores han disfrutado como ahora de los beneficios de la legislación so­cial y del derecho a apelar con éxito contra los atropellos de la clase patronal Y si. además del Comité Paritario tenemos una buena y fuerte organización sindical, no cabe duda que nuestra posibilidad ofensiva y de­fensiva será mucho más positiva.

N o dudando tendréis muy en cuenta cuan­to aquí os decimos, esperamos ingreséis to­dos en nuestras filas, como lo están haciendo ya muchísimos compañeros, convencidos de que nuestra táctica es la más eficaz, como lo demuestran los hechos.

Os saluda fraternalmente.

L A D I R E C T I V A " .

OBREROS EXPLOTADOS

Manera de morir de hambre... trabajando

Desde hace una temporada se ha empren­dido la campaña del envase del abono en la Industrial Química, cuya campaña y traba­jo en otras temporadas se han llevado de­sastrosamente y en la actual peor aún, por su organización en contra del obrero y en beneficio del que se dice ser contratista.

Nada más me voy a referir a esta cam­paña, por ser de la que con mayor causa se puede hablar y concretar hechos que pueden presenciar en cualquier momento los que ten­gan derecho a velar por los intereses del trabajador, como son los inspectores de tra­bajo y sanidad, ya que pueden darse per­fecta cuenta del trabajo que en los muelles se realiza. Los unos verán cómo se trabajan de ocho a diez horas y, además, a destajo, cosas que dentro de las leyes del trabajo no están permitidas.

También pueden comprobar en la forma que hacen trabajar a los obreros, que no está a tono con los principios de la civilización, pues se trabaja como los esclavos, a punta de látigo; pero lo más doloroso es que esos obreros no pueden llevar n su casa el susten­to que les hace falta para sí y para sus hi­jos, por robarles parte del mísera jornal que perciben.

S e da el caso que trabajando de ocho a diez horas, y a destajo, perciben estos obre­ros la irrisoria cantidad de 3 5 a 37 pese­tas en los seis días de la semana; un jornal como para morirse de hambre, mientras el contratista se llene los bolsillos de pesetas a costa del sudor de los trabajadores, en com­pañía de cuatro paniaguados que hacen de capataces para que los molinos trituren más

y les queden más beneficios y llevarles las altos y las bajas de los protestas que hacen los obreros, por la forma en que les hacen trabajar, porque seguramente al señor Mai-nar le da vergüenza el verse con los brace­ros por la forma tan inicua y despiadada de ver cómo se dejan sus fuerzas y sus ener­gías esos obreros tas ferozmente explotados por él, porque no hay derecho a que, por picar y moler el abono y envasarlo en sacos de 50 a 100 kilogramos, un vagón de diez mil kilos pague la miserable cantidad de 9'50, cuando en otras campañas, sin ser por contrata han pagado por los diez mil kilos 15 pesetas; y a otros, por cargar los diez mil kilos, o sea un vagón completo, teniendo que llevar el abono del muelle al vagón, cuya distancia a recorrer es de cincuenta a cien metros, se les paga la gran fortuna de tres pesetas vagón.

¿Estas anomalías en los trabajos están dentro de la ley? ¿Tiene la culpa la baja de la peseta?

¡Que vuelvan estos señores accionistas la cara hacia los años de la gran guerra, y piensen en los millones que ganaron explo­tando la vida y el sudor de los obreros, por trabajar con sustancias nocivas que queman las ropas y hasta las entrañas de los obre­ros! ¡ Q u é les importa a ellos que el obrero no pueda comer, o muera víctima de alguna intoxicación, si ellos disfrutan del beneficio y se apropian del pan de muchas familias!

¡Qué les puede importar que un obrero mue­ra si ellos no pierden nada?

N o hay derecho a explotar tan inicuamen­te al trabajador, pues no estamos en tiem­pos en que esto se pueda tolerar.

Compañeros de la carga y descarga de la Industrial Química: la Unión General de Trabajadores, única defensora de los in­

tereses del trabajador, nos llama y una vez, asociados arrasaremos a toda esa canalla, ruin y explotadora, y les saldremos al paso de cara y frente a frente, para hacer pre­valecer nuestros derechos de ciudadanos cons­cientes y obreros honrados.

Compañeros: afiliaos a la Unión Gene­ral de Trabajadores, que es la defensora de

la masa obrera.

JOSE V I L L A R R O Y A .

E S Q U E M A S

Grandioso acto de solidaridad—conjun­ción de espíritus—el celebrado hace unas semanas en la magnífica villa de Ejea de los Caballeros. Latió allí en un ambiente amable y cordial, y por encima de apremios de tiem­po y agotamiento de energías, un recio afir­mar de nuestros ideales socialistas. Fué un acto modelo de serenidad, de fe en la orga­nización de U. G. T . Como todos los or­ganizados por los socialistas.

Los jóvenes socialistas de Zaragoza se han apuntado un nuevo triunfo, por el que todos hemos de congratularnos. El mitin por ellos organizado y realizado con insuperable brillantez el domingo último, en nuestro Cen­tro de la U . G. T. , debe alentarles a pro­seguir en tan hermosa labor. El porvenir es de los jóvenes. A ellos, en primer término, con su ímpetu arrollador, les está reservada la más bella jornada. ¡Adelante!

N o somos partidarios—no lo hemos sido nunca—de la división entre los trabajado­res. Pero es innegable que existe y existirá siempre. Ahora, que a las ideas han de opo­nerse las ideas. A una táctica, otra táctica. Y unas y otras deben rebatirse con sereni­dad, con conocimiento, pensando siempre más en construir que en derrumbar.

La burguesía acecha y se llena de júbilo cuando empleamos los trabajadores, para dis­cutirnos, frases demoledoras que sólo a los

obreros, a todos, de una u otra tendencia,

nos causan un evidente perjuicio. Defenda­mos noblemente, pues, las ideas que susten­tamos. Pero como hombres de responsabili­dad. No descendamos a la plazuela o al bo-degón.

Los Gobiernos de clase no son como ellos quieren ser, sino como quieren las clases so­ciales victoriosas que los han forjado.

H a y quien no se resigna a dar por muer­tos los antiguos partidos, a pesar de cuanto se haga por resucitarlos. N o advierten que los cambios habidos en la opinión pública han hecho imposible la antigua comparsería que, con el nombre de partidos, y aislados de la opinión, campaban alternativamente en el Poder.

Por ello, cuando algunos combaten la es­tructura del actual gobierno, olvidan que se trata de una mera integridad, surgida no de un capricho, ni de una ventolera, sino precisamente de la imposibilidad práctica

de que continuara lo anterior.

Suscripción voluntaria para propaganda socialista

Suma anterior 487'50

Eduardo Castillo 7'50 Juan Sierra ... 2'00 Esteban Enguita 3'00 Antonio Lafuente 2'50 Francisco Cotillo ... ... 100'00

T O T A L . 602'50 Los donativos pueden hacerse en nuestro

Centro de la calle de Estébanes, 2, prin-cipal.

C A S O S El d o c t o r G a l á n y la h i g i e n e e n e l

c a m p o d e d e p o r t e s d e l I b e r i a

A raíz del Congreso de Sanidad Munici­pal, celebrado hace unos meses en Zaragoza, tuvimos ocasión de congratularnos y aplau­dir unas valientes palabras pronunciadas por el galeno zaragozano don Pedro Galán. Dijo en una de las sesiones, refiriéndose a los locales de primera enseñanza de la ma­yoría de los pueblos y aun ciudades de Es-paña que, a su juicio, en aquellos antihigié­nicos y sórdidos edificios habían equivocado el rótulo, pues que en donde ponía "Escue­las nacionales" debería leerse: "Matadero público". Muy bien dicho.

Ahora bien. E l doctor Galán, tan aman­te de la higiene, ha sido elevado a presiden­te de una sociedad anónima que se dedica a explotar el deporte del futbol, hoy de tan­to arraigo en toda España. Y da la coinci­dencia de que en el campo donde se prac­tica tal deporte—nos referimos al Iberia— los aficionados de la entrada general, que, como es lógico, es siempre la más favoreci­da de concurrencia, al verse precisados a hacer sus necesidades mayores y menores, tienen que hacerlo arrimados a la tapia que

cierra el campo, separada dos metros escasos del público y a la vista de éste. Y es que los directivos que hasta ahora han movido este negocio, acordaron instalar tres water clós en la entrada de preferencia, pero sin duda se les olvidó este "pequeño" detalle para los desheredados de las localidades po ­pulares. Y así seguimos un año y otro.

¿Subsanará el galeno don Pedro este ol­vido de sus antecesores en la presidencia del Club? ¿ O seguiremos abonando la tapia a la vista de los sufridos espectadores de la entrada general?

En usted confiamos. Porque de las auto­ridades no esperamos nada. Ni de esa Jun­ta de Espectáculos públicos que no sabemos si existe en Zaragoza o es que los pobrecitos que la forman son todos ciegos de naci­miento y han tenido después la desgracia de perder los sentidos del oído, del olfato, del gusto y del tacto.

Tintorería Imperial A V A P O R

Tinte , l impieza y p lanchado de trajes

Méndez Núñez, 16, y D. Jaime I, 45

CLASES ESPECIALES PARA OBREROS Métodos fáciles y r á p i d o s de e n s e ñ a n z a con p r o c e d i m i e n t o s a d e c u a d o s p a r a o b r e r o s q u e no t i e n e n e s t u d i o s s u p e r i o r e s .

ORTOGRAFÍA - REFORMA DE LETRA - ARITMETICA

Clases de una hora: 6 pesetas :-: De dos horas: 10 pesetas.

COMERCIO

IDIOMAS Kühnel IDIOMAS

COMERCIO

Plaza Constitución (entrada, Mártires, núm. 1, 3.°)

CENTRO DE SUSCRIPCIONES Venta de toda clase de libros a plazos,

españoles y extranjeros. A R T E , CIENCIAS, E T C .

CONTAMINA, 23, ZARAGOZA

El éxito obtenido en la venta de Nueva Geografía Universal, editada por ESPASA-CALPE (S. A), de Madrid, nos incita a poner a la venta, además de dicha Geografía, cuya bondad acreditan sus 400 subscrip­

tores, la gran

E N C I C L O P E D I A S O P E N A última edición de esta hermosa obra, que no debe faltar en ningún hogar, despacho, etc. Consta de dos tomos, lujosamente encuadernados en piel, con un total de 3.000 páginas a tres columnas, 200.000 artículos, un mi­llón de significaciones diversas, ocho millones de palabras, 20.000 gra­bados, 87 mapas en color y 40 hermosas cromotipias. Estas cifras sola­

mente pueden dar una pequeña idea de lo que es la

E N C I C L O P E D I A S O P E N A Condiciones de venta: Al contado, 80 pesetas; a plazos, 90, pagaderas a

4'95 mensuales. Se entrega completa al enviar el adjunto boletín.

Biblioteca para Niños Hacer la felicidad de los niños, ésta debe ser la misión de los padres y de cuantos aman a los pequeños. La Editorial RAMON SOPENA, de Bar­celona, preocupándose de la necesidad actual que se siente de crear libros para niños que les deleite, a la vez que instruyan, ha puesto a la venta una Biblioteca para Niños, que viene a llenar dicha necesidad. Se compo­ne de DIEZ grandes tomos, formados de la famosa colección «Biblioteca para Niños», con 50 volúmenes, y un precioso mueble primorosamente labrado, con dibujos propios para los niños, que adorna y enriquece el

mobiliario de cualquier habitación. Precio: 145 pesetas al contado; 160 a plazos de 7'50 pesetas mensuales; en las dos formas de pago se entrega completa al hacer efectivo el pri­

mer plazo, mandando debidamente firmado el adjunto boletín.

B O L E T Í N DE P E D I D O

Sírvase remitirme la , comprometiéndome a pagar pesetas mensuales hasta completar su valor de . pesetas al contado o al recibir la obra.

Nombre y apellidos ,..,,..„ „••-Dirección

Población...........

Centro de Suscripciones, Contamina, 23, Zaragoza T E L É F O N O 15 - 66

JOAQUÍN RASAL Lanas especiales para co lchones

Miraguano - Crin vegeta l Se confeccionan colchones a la ing lesa

Democracia, 19 — Zaragoza TELÉFONO 26-18

M e d i c i n a y C i r u g í a g e n e r a l

Dr. Duplá Marco Ex-interno de la Facultad de Medicina

Ex-médico auxiliar de los Hospitales de París

C O N S U L T A : D E 4 A 7 T A R D E

MIGUEL SERVET, 40, pral. Z A R A G O Z A

Café Exprés — Café Bar

ROJO Y BLANCO Salón Billares

Licores — Vinos

Plaza de la Constitución

Page 4: AÑO I NÚM. 22 Zaragoza, 27 Septiembre 1930 Vida … · mente el régimen de la democrática libertad que buscaba. No se modifica en el fondo la estructura ... En vez de injuriar,

Vida Nueva REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN

Estébanes, 8, pral. izquierda T E L É F O N O 1302

P R E C I O S DE S U S C R I P C I Ó N

Año 5'00 pesetas. S e m e s t r e . . . . 2 ' 5 0 » T r i m e s t r e . . . 1'25 »

L a c o r r e s p o n d e n c i a , a l D i r e c t o r No se d e v u e l v e n l o s o r i g i n a l e s aunque n o s e publiquen

S U G E R E N C I A S

Bosquejillo de la política española durante la Dictadura Siete años han transcurrido desde que

Pr imo de Rivera, rebelándose contra su p ro ­pio rey, implantó en España la bochornosa dictadura que tuvo sojuzgadas todas las li­bertades ciudadanas. Siete años, durante los cuales España , privada d e exponer libremen­te sus pensamientos, ha padecido estoicamen­te el régimen de oprobio y de vergüenza del que aún no nos hemos librado del todo, y que nos sonroja al comparar nuestra la­mentable situación, no con ninguna Repú­blica, sino con otras Monarquías , compara­ción que pone de manifiesto lo nefasta que ha sido para España la dictadura.

Cayó la dictadura y se vio lo terriblemen­te funesta que fué su actuación. H a b l a b a n d e un superávit de ciento ochenta y seis mi­llones noventa y seis mil quinientas veinte pe-setas, y por el contrario, lo que dejaron fué un déficit de veinte mil millones novecientas quince mil cuatrocientas cincuenta y ocho pesetas. E s decir, una cantidad que España tardará muchos años, muchísimos, en amor-tizar.

P e r o si la libertad económica de España fue arrastrada al estado en que se encuen­tra, si el pueblo español ha sido sumido en la gran miseria en que se halla, en cambio ellos, los que nos gobernaron con armas rui­nes, pisoteando toda la dignidad del pueblo español, se enriquecieron a expensas de éste, sumiéndole en la más horrorosa catástrofe económica, como lo demuestra la crisis d e trabajo que en l a actualidad se padece en España.

Conocidos son ya de todo el país los tris­temente célebres negocios del ferrocarril O n -taneda-Calatayud, de la Telefónica y del Monopolio d e Petróleos.

El Gobierno español, desde su diario ofi­cioso, La Nación, decía a cada momento: " E s necesario consumir los productos nacio­nales; si se importa del extranjero, se per­judica grandemente a nuestra libertad eco­nómica" Y luego eran ellos, los que nos go­bernaban, los que sin preocuparse para nada del estado en que se encontraba y se en­cuentra, desgraciadamente, el pueblo, em­prendían negocios tan vergonzosos como los y a citados anteriormente.

P e r o si ellos estaban bien, tenían lujo, eran los amos de España , ¿qué les importa­b a la gran tragedia económica que se cer­nía sobre España? V e d , si no . Antes d e caer P r imo de Rivera, la peseta empieza a bajar, se precipita en su descenso y llega al deplo­rable estado en que ha estado hasta ahora y del que aún no se ha restablecido del todo.

E n resumen: la dictadura no ha engran­decido a España ; lo que ha hecho ha sido empobrecerla más de lo que y a l o estaba. Si alguien se ha engrandecido, han sido ellos, los dictadores, que han conseguido, quién sabe cómo, reunir un capital con que asegurarse el resto de su vida. Esta ha sido la actuación de la dictadura en cuanto a la

cuestión económica.

P e r o si esta actuación fué deplorable,

¿cómo fué la polít ica? Sencillamente se ex­

pl ica : la situación económica de todo país

es una fiel demostración de su política, es

decir, que la cuestión económica va íntima­

mente unida a l a política. P o r lo tanto, si

ésta es mala , aquélla también ha de serlo.

Inmediatamente de ocupar el P o d e r , el

general P r imo de Rivera ve que es impres­

cindible crear un cuerpo, que todos repudia­

ron, el de Somatenes, y constituye esta guar­

dia pretoriana. Constituído, se le le equipara

y da poderes omnímodos. C la ro está que

para equiparla con la célebre carabina de

Ambrosio se necesita dinero. P e r o ah í están

las arcas del Tesoro .

M á s adelante, a l empezar a notar que n i

pedestal no es tan sólido como parecía, re­

conoce que para sostenerse en el Gobierno

le es imprescindible un part ido político. Crea

la U . P. P a r a constituir un partido se ne-

cesita dinero. ¿ D e dónde sacarlo? A h í es-

tán las arcas del Teso ro que abren sus puer­

tas ante la ganzúa dictatorial.

Ya tenemos en funcionamiento los dos fir­

mes sostenes d e la D i c t a d u r a : la U . P . y

los Somatenes. P r i m o d e Rivera desea saber

la opinión de l pueblo respecto a él y su a c ­

tuación ministerial y verifica un plebiscito

que , como e ra de esperar, constituye un éxi­

to p a r a el dictador.

Pe ro , y a que hemos hablado del plebiscito,

detengámonos un momento, porque es curio­

so saber cómo se consiguieron aquellos mi ­

llares de firmas. N o queremos censurar a

nadie injustamente y empezaremos por reco­

nocer que muchos d e los principales inter­

ventores del plebiscito obraron según las ór­

denes que recibían de sus superiores.

C o m o se recordará , en dicho plebiscito

sólo podían tomar par te los c iudadanos de

ambos sexos mayores de e d a d , los que, es­

pontáneamente, sin coacción de ninguna cla­

se, habrían d e firmar en las listas preparadas

al efecto. ¿ S e hizo as í? N o . ¿Cómo se iba

a obrar sin violencia ni coacción, gobernan­

do una Dic tadura? N o se hizo así, sino que,

por el contrario, los patronos afiliados o sim­

patizantes con la U . P., valiéndose de la

gran crisis de trabajo provocada por la de­

sastrosa política económica de la dictadura.

obligaban a sus obreros, a sus empleados, a

firmar las listas, bajo la amenaza de despe­

dirlos en caso contrario. ¡Plebiscito sincero,

expresión libre y espontánea del pensamiento

ciudadano! Farsa, explotación, hambre, mi-seria.

P e r o aún hay más. Descartando a los em­pleados oficiales, que siempre se encuentran dispuestos a dejarse explotar, y que en esta ocasión fueron también empleados pera ex­presar una voluntad nacional que no existía, se usó de otro medio más repugnante. En la escuela oficial, donde, desgraciadamente, hay que profesar la religión católica, los maestros, tan explotados como los trabaja­dores del campo o l a ciudad, se sirvieron de sus alumnos para llenar de firmas pliegos que luego habrían de servir pera que el dic­tador se regocijara ente el pueblo, aunque él no lo tuviera muy seguro, de un triunfo que le habían proporcionado sus secuaces.

Y a habéis visto, queridos lectores, hasta qué punto llegó la presunción de un dictador al que no importaba el engrandecimiento de su pueblo, sino el sostenimiento de un régi­men que ya desechan de sí todos los países civilizados.

E n otros artículos continuaremos exami­nando clara y bien orientadamente las con­secuencias d e l a política del dictador P r i m o de Rivera y sus "botones" Guadalhorce, Yanguas, Calvo Sotelo, etc.

ISIDRO RODRIGUEZ M E N D I E T A .

Madrid.

Quintiliano Sa ldaña , mag i s t r ado del S u -premo, e s t á demos t r ando en sus ar t ícu­los los enormes chanchul los de la Dicta-dura. En ellos aparecen mezcladas per­sonas que representan altos puestos en

la nación. El pueblo tiene, pues, donde elegir. Con

ellos o con los que vamos contra ellos.

La Mutualidad Obrera

Se reunió el Consejo de L a Mutual idad

Obrera , con asistencia de los compañeros

Ros , Jimeno, Mar t ín , Sebastián, Mora te ,

Ladrón y Viesca.

E l cuerpo de practicantes numerarios y

supernumerarios comunica que han acordado

hacer un donativo colectivo de 150 pesetas

para engrosar la suscripción de ampliación

d e servicios y suscribir individualmente los

bonos sin interés, reembolsables, que c a d a

uno estime conveniente. Se acuerda conste

en acta el agradecimiento del Consejo y

comunicárselo a los interesados.

Se conceden varios cambios de médicos.

S e acuerda cubrir la vacante de super­

numerario de tocólogo y comunicar el acuer­

do al designado, para que dé su confor­

midad.

U n mutualista solicita ser cobrador y pro­

pagandista en un barr io de la afueras.

Se resolvieron diferentes asuntos de trá-mite.

A l t a s d u r a n t e el mes d e s e p t i e m b r e

Número 1.582, Emilio Es teban; 1.583,

El ías Giménez; 1.584, Castora Mar t ín ;

1.585. J u a n de Ass io ; 1.586, Roque C a s -

tel; 1.587, Tomáss del B u r g o ; 1.588, F r a n ­

cisca Migue l ; 1.589, Jul ián F le ta ; 1.590,

Luis Bar to lo ; 1.591, José Mar í a Baqueda-

no; 1.592, César Bretos; 1.593. Benigno

Garcés; 1.594, Antonio Laus ín ; 1.595, A n ­

tonio T o m á s ; 1.596, P i l a r M u ñ o z ; 1.597,

Julián Mar t ínez ; 1.598, Maca r io Giménez;

1.599, José M o l i a ; 1.600, Francisco P e i ­

n a d o ; 1.601, Rafael Apar i c io ; 1.602, Cos­

me A u r e d ; 1.603, Miguel V a r a ; 1.604;

Felipe H e r r e r a ; 1.605, José Sánchez ; 1.606,

Alfonso G a r c í a ; 1.607, P i l a r P a m p l o n a ;

1.608, Luis R o c h e ; 1.609, Antonio Cer ­

d á n ; 1.610, Sant iago A r r u t i ; 1.611, J u a n

Gómez ; 1.612, Ati lano Apar i c io ; 1.613.

Pa t r i c io Alco lea ; 1.614, Juan L e a l ; 1.615,

José D u c e ; 1.616, Eugenio M o n t ó n ; 1.617,

Lamberto Alcolea ; 1.618, Julián Nogue­

ras ; 1.619, Miguel A l o n s o ; 1.620, P a s -

cuala A lca lne ; 1.621, J u a n M a l d o n a d o ;

1.622, Mar i ano Ero les ; 1.623, P a b l o L ó ­

p e z ; 1.624, Manue l Fel ipe ; 1.625. Clemen-

cio San Nicolás ; 1.626, Francisco C a n d e ­

l a ; 1.627, Federico C a n d e l a ; 1.628, Enr i ­

que S a l a s ; 1.629. Crisanto Se r r ano ; 1.630,

Al f redo G r a c i a ; 1.631, Rafae l G i l ; 1.632,

Francisco Grac ia ; 1.633, Vicente Blasco; 1.634, Miguel M u r ; 1.635, Antonio Man­tecón; 1.636, Mario U r r e a ; 1.637, Manuel Pas to r ; 1.638, Lorenzo Díaz .

S u s c r i p c i ó n d e b o n o s p a r a a m p l i a ­

c i ó n d e s e r v i c i o s

Suma anterior, 945 pesetas.

P e d r o José, un bono de 5 ptas., 5 ; Faus­tino Gómez, dos íd. de 5 ptas., 10; Bien­venido Sebastián, dos íd. de 5 ptas., 10; José Laguéns, dos íd. de 5 ptas., 1 0 ; E loy Valero , uno íd. de 5 ptas., 5 ; José Morate , dos íd. de 5 ptas., 10; Pedro Jimeno, dos ídem de 5 ptas., 10; Mariano Gómez, uno ídem de 5 ptas., 5 ; Anastasio Amo, cinco ídem de 5 ptas., 2 5 ; Evaristo Gi l , dos ídem de 5 ptas., 10; Joaquín Arna l , uno íd. de 5 ptas.. 5 ; Pascual Marqués, uno íd. de 5ptas., 5; Isabel Martínez, uno íd. de 5 pe­setas, 10 ; Luis Barrad, dos íd. de 5 pesetas, 10; Fernando Lausáduri, uno íd. de 5 pe­setas, 5 .

Suma y sigue, 1.075 pesetas.

S C H E M A S

¡¡SOCIEDAD!!

Los grupos de hombres unidos en sus ne­

cesidades comunes hubieron de ordenarse a

la fuerza. El orden, nacido de la fortaleza,

creó la jerarquía, la autoridad. Es decir, e l

poder de unos hombres sobre otros, indepen­

diente del poder natural fisiológico de los mismos.

Crearon la personalidad, la jerarquía de uno, la autoridad de uno, la monarquía. P e r o la autoridad precisaba contrarrestar la for­taleza de los otros, adquirir la fuerza que no tenía para hacer efectivos el mando, la ley, su voluntad, y nació el ejército como fuerza organizada, social, al servicio de la autoridad. Y hubo d e crearse también l a a d ­ministración de justicia, o sea la organiza­ción social de la venganza, del castigo, para hacer respetar también, a la fuerza organi-zada.

P e r o también hubo de crearse algo que hiciera respetable esta justicia y la defendie­ra, y se creó la Religión, la Iglesia, organi­zación social de la moral, d e lo desconocido, pero que, en definitiva, pudo divinamente do­minar la justicia, la fortaleza, la autoridad, el mando y las jerarquías.

Mira ese horizonte social; contempla el campo de Agramante donde los hermanos se matan por vivir; concentra tu pensamiento sobre la justicia que te d a la sociedad, so­bre la moral , sobre la verdad. . . ¿Estás con-forme con todo?

Los hombres ya comienzan a luchar, es­tando disconformes con las diferencias socia­les . . . H a n nacido las luchas de clases.

P e r o tú, hermano mío. . . , ¿quieres ser cla­se?... T ú quieres, entonces, matar a tu her­mano, para tú vivir mejor.

S i quieres que tu clase sea la mejor, sién­tete orgulloso de que tu clase se ponga al servicio de los hombres; pero no te jactes de poder tener a todos los hombres, a todos

Los hombres no pueden tener clases; los los hermanos, al servicio de tu clase.

hermanos sí que podemos tener actividades

distintas, que no deben ser antepuestas a

nuestra fraternidad, para así servir mejor, ser

más útiles, para darnos, con el afecto cor­

dial, la utilidad del conocimiento, o la de

nuestro esfuerzo muscular; lo que se precise

para ser felices, que es el fin del hombre y

el objeto de la civilización.

Atiende al conocimiento máximo d e lo

que te sea posible conocer, entre el comien­

zo y el final de tu vida, desconocidos. Vive

la v ida ; ama la vida.

O r d e n a la sociedad, por la vida. P o r la

biología sobre la sociología.

Organízate para el amor, para la servi­

dumbre fraternal, para vivir, para conocer,

para justificar, para ser sano, que es ser libre.

P e r o no te organices para el mando, para

la guerra, para justiciar grupos, para la dic­

tadura de clases, para la tiranía, para la

fuerza, para el dolor, para la muerte. P o r ­

que no tenemos ningún derecho legítimo na­

tural para disponer de lo en que no podemos

mandar: la vida.

A U G U S T O M . A L C R U D O .

Almorranas - Var ices - Úlceras

Cura radical SIN OPERACIÓN NI DOLOR -:- Procedimiento español

propio y único, sin esclerosis.

J a i m e Ledesma Especialista del Hospital Victoria Eugenia

en enfermedades de la Piel, Venéreo y Sífilis.

Alfonso I, núm. 16, entlo.

CONSULTA; DE 11 A 1

Z A R A G O Z A

PANORAMAS DEL MOMENTO Bellos proyectos y nada más

Reconozcamos una vez más la buena fe que guía al que actualmente ostenta la vara de primer regidor en nuestra ciudad. Pe ro , sin pretender un alcalde perfecto, pues so­ñar con imposibles no es lema de nuestro ideario, querríamos, sí, para Zaragoza, un hombre que se diese cuenta, sin bambollas ni efectismos llenos de teatralidad, de las ur­gentes necesidades de nuestra urbe. Y fuese a resolverlas, una por una, con matemática precisión, en la que la labor de cada día inspirase confianza plena en una futura y el propio tiempo segura resolución de cuantos problemas, hoy complejísimos, hay necesidad d e llevar a la práctica, por decoro ciudada­no, por estética, por necesidad ineludible de todo pueblo civilizado.

Ese alcalde es el que pide y necesita Z a ­ragoza. Y el señor Jordana no sabe serlo. Las cosas deben decirse con claridad. Pese a su buena voluntad, su labor se diluye en un continuo resbalar por las necesidades mu­nicipales de la urbe, pero sin pasar de eso, de resbalar. . . ; sin llegar al fondo de las cuestiones, y lo que es más absurdo, preten­diendo crear nuevos obstáculos para la eco­nomía municipal, y , por lo tanto, para que lo ya empezado, todo ello muy interesante y necesario, se estanque y olvide, con evi­dente perjuicio para Zaragoza.

N o se nos oculta que el Ayuntamiento no tiene, entre la gente adinerada de Zaragoza, ayudas ni estímulos; que la iniciativa par­ticular es aquí sórdida y apocada, y que todo se pretende que salga de las arcas munici­pales, las que, al fin y a la postre, son en­grosadas, en su mayor parte, con dinero del proletariado, que es, a la vez, quien más de­ficiencias tiene que señalar, ya que las ba­rriadas obreras son objeto de la desatención municipal en lo que a alumbrado, pavimen­tación y limpieza se refiere.

Pe ro precisamente por esto, por la gaz­moñería de todos aquellos elementos que por figurar como primeros contribuyentes son los que menos contribuyen, quienes desde el Con­cejo de nuestra ciudad están obligados a velar por los intereses ciudadanos, por los intereses de la ciudad, han de afinar en todo momento su labor, para que con los escasos medios con que cuenten pueda hacerse el máximum de labor práctica.

Y esto es lo que no se hace ni se ha hecho nunca. E l dinero de Zaragoza se derrocha a manos llenas desde el Ayuntamiento, y a fines de cuentas nos encontramos con una ciudad en donde ni uno solo d e los servicios se halla medianamente dotado.

Las afueras de Zaragoza se han poblado rápidamente de barriadas en donde la ini­ciativa particular, explotada por los propie­tarios de terrenos, ha edificado sin orden ni concierto, no preocupándose de otra cosa que

de encontrar un cobijo que en el interior d e

la c iudad se hacía c a d a d ía más difícil. N o

se ha atendido a la más elemental norma de

lógica urbana, y los Ayuntamientos no se

han preocupado tampoco de hacer un serio

plan de ensanche de la ciudad, pues si así

se hubiera hecho, no se habría llegado a es­

tos momentos, en que el mal ya no tiene re­

medio, y lo que hace años se hubiera podido

resolver con poco dinero, ahora es algo de

importancia tan extraordinaria, que nos te-

memos no llegue a resolverse en muchos años.

¿Y esto es, lo que nada menos, y como

aquel que le cosa no tiene importancia, pre-tende resolver, con un nuevo y cuantioso

empréstito, el actual Ayuntamiento, con el

alcalde a la cabeza? ¡Soñar, no!

Comenzado un Parque que Zaragoza ne­cesita; sin resolver, ni aun con todos los buenos deseos del señor Jordana, el magno problema de la falta de escuelas; empeñado el crédito municipal con la merienda de ne-gros de las casas baratas; carente de un me­

diano servicio de limpieza, por lo que el pol­vo, el barro y toda clase de inmundicias se amontonan hasta por las vías más céntricas de nuestra ciudad; con una carencia de per­sonal cada día mayor en los servicios mu­nicipales, pues no hay equipo de bomberos que puedan dedicarse exclusivamente al ser­vicio de incendios; ni personal suficiente para el servicio de limpiezas, ni material para el mismo; cuando no hay baños municipales, absolutamente gratuitos y con la higiene pre­cisa, en una ciudad por la que pasan nada menos que cuatro ríos; cuando la Casa de la Ciudad está a un extremo de Zaragoza e ins­talada impropia y pobremente; cuando el Hospital es un viejo caserón, mal atendido, en donde un doctor eminente, el señor Gó-mez Salvo, está pasando año tras año en

una cruzada nobilísima para acabar con tal estado de cosas y construir un nuevo Hos­pital, por el que Zaragoza entera se intere­sa . . . Y tantas y tantas cosas más que nues­tra ciudad necesita,.. ¿Ahora nos sale el al­calde con nuevos proyectos y empréstitos, cuando, como decimos, de los ya comenza­dos no sabemos ni cuándo podrán terminar­se, ni qué fórmula económica será la que los lleve a puerto seguro?

Por eso deben acabar, para siempre, esas bellas frases que continuamente estamos oyen­do de labios del señor Jordana y ponerse a trabajar, sin caer en las fantasías que tan amargamente estamos ahora pagando, y de las que puede ilustrarle el señor Allué Sal­vador, el hombre de las grandes iniciativas y de los famosos proyectos...

¿Es ese el camino que ha emprendido el señor Jordana? Sospechamos que sí.

Temblemos, pues, por las consecuencias...

D O N A R B E R .

De ética c i u d a d a n a

¿A qué esperamos?

Cuando hayan pasado muchos años, allá

por el 2000, si las inclemencias del tiempo

no han logrado borrar el rótulo que ostenta

el nombre de D . Ga lo Ponte a la entrada y

salida de la antigua calle de la Audiencia,

los que vivan en esa época preguntarán qué

méritos hizo ese hombre para que así le hon­

rara l a ciudad del 5 de marzo.

Y el saber que fué quien elaboró un Códi­

go penal en el que se encadenaba al pensa­

miento y se aherrojaba a la Prensa , segura­

mente creerán que los zaragozanos de 1930

éramos unos imbéciles o enemigos del pro­

greso y de la cultura.

Y p a r a evitar este comentario nada hala­

gador para nosotros, es preciso que todos los

hombres liberales, los que sufrimos las conse­

cuencias de ese Código absurdo elaborado

por unos hombres a espaldas de la opinión

pública, valiéndose para ello d e la fuerza,

en momentos en que la civilidad atravesaba

una crisis pasajera, nos lancemos a una cru­

zada que dé a l traste con esos rótulos que

pregonan el triunfo momentáneo de los ma­

yores enemigos de la civilización."

Y debe alzarse la c iudad entera p a r a de ­

fenderse contra esos focos que pregonan la

osadía de la reacción poniendo sus plantas

en un pueblo que siempre h a blasonado de

ser ferviente defensor de l a democracia.

N o puede, no debe tolerarse por más tiem­

po que en los muros de las casas zaragoza­

nas se guarde el menor recuerdo d e una épo­

ca de reacción desenfrenada, de decadencia

espiritual, de reinado d e le chulapería y de

la guapeza, de la fuerza frente al derecho,

d e las armas frente a l a razón, del atrope­

llo a la cultura y a la ciencia, del desprecio

a todo cuanto e n el país era digno de respeto.

Y precisamente ha sido colocada esta pla­

c e en la fachada del templo de la Justicia,

que tan vilipendiada, que tan ofendida, que

tan menospreciada y pisoteada fué por los

ministros de la Dictadura. ¿Cabe mayor sar-casmo?

¿A qué esperamos los elementos liberales

para acabar con estas vergüenzas que nos

legó la Dictadura. ¿ A qué se espera para

organizar un acto público, donde todo los

que presumimos de demócratas hagamos oir

nuestra protesta contra todos esos rótulos

que nos sonrojan?

N o sé si seré escuchado; ignoro si alguien

recogerá mis propósitos para llevarlos a la

práctica; pero no me cabe dude que a mí

no alcanzarán los juicios severos que los ciu­

dadanos del año 2000 dirigirán a los de

1930 si no logran hacer desaparecer el me­

nor vestigio de la Dictadura. P o r q u e estoy

seguro d e haber cumplido con mi deber de

liberal convencido.

F . C.

CORRESPONDENCIA

A. Badres .—Arnedo .—Puede enviar im­

porte suscripción por giro o en sellos de

Correos.

M. So le r .—Car iñena .—No publicamos su

artículo. L e escribimos.

M. Domínguez. — G a l l u r . — L e decimos

igual que a Soler .

ALMACEN DE SAN PEDRO

MARIANO GOMEZ Venta de Alhajas, Mantones de Ma­

nila, Muebles y Antigüedades S A N PABLO, 3 9

TELÉFONO 24-45

Tip. La Académica . Galo Ponte, 3 y 5