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ANTECEDENTES INVESTIGATIVOS EN TOMA DE DECISIONES Y CONFLICTO ORGANIZACIONAL: OBJETIVOS, MÉTODO Y RESULTADOS POR MIGUEL NAVARRO RODRÍGUEZ

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ANTECEDENTES INVESTIGATIVOS EN TOMA DE DECISIONES Y CONFLICTO ORGANIZACIONAL: OBJETIVOS, MÉTODO Y

RESULTADOS

POR

MIGUEL NAVARRO RODRÍGUEZ

2

Índice

Introducción 3

La toma de decisiones; su planteamiento e inserción disciplinaria 4

La cognición en el proceso de decidir: el conflicto inmerso en el proceso de la decisión.

7

Algunas investigaciones relativas a toma de decisiones; su método y sus resultados.

7

Algunas investigaciones relativas al conflicto en la organización; su metodología y resultados.

14

La toma de decisiones académica en instituciones de educación superior y el conflicto organizacional: ¿Pertinencia o relación espuria?

18

El conflicto organizacional y la toma de decisiones en instituciones que forman docentes: sus conexiones con la línea de gestión de calidad

20

Referencias bibliográficas 23

3

Introducción

Una de las preocupaciones que asaltan al investigador, cuando éste emprende

una nueva tarea, es saber si su trabajo de investigación, realmente mantiene

suficiente arquitectura para ser investigable, es decir; la preocupación por

consolidar la definición de su objeto de estudio a la luz de una amplia revisión de

literatura, que le permita formularse preguntas de investigación; o bien

fundamentar el propio abordaje metodológico que el investigador ha elegido como

el más adecuado para dar respuesta a la indagatoria planteada (Hernández et al.

2000; Reinolds, 1971).

De acuerdo a lo anterior, la revisión de literatura tiene una importancia capital en la

conformación de los antecedentes de cualquier estudio; y son éstos antecedentes,

los mismos que permitirán, primero; dejar marcado el campo por aquellas grandes

líneas de teoría que ya lo han delimitado, segundo; definir la serie de

investigaciones que ya se han referido a la temática y que proporcionan pautas

metodológicas respecto de cómo abordar nuevos estudios y los nuevos rumbos

que podrían tomar éstos y tercero; marcar las tendencias en el estudio de los

objetos propios del campo; se trata por tanto de una conformación o construcción

disciplinaria en la cual los resultados de nuevas investigaciones se traducen en

conocimientos que han de integrarse a la disciplina.

Una buena revisión de literatura nos apoya en la construcción de sólidos

antecedentes de cualquier campo disciplinario, mismo que permite la definición

tanto de un nuevo objeto de estudio como de su metodología.

El presente trabajo, desglosa de forma puntual algunos antecedentes

investigativos en el campo de toma de decisiones y del conflicto organizacional,

dando cuenta de objetivos, método y resultados, con ello se pretende dar

respuesta tanto al contenido central del Seminario Doctoral: El análisis

institucional; objetivo y método; entendiendo que son las instituciones,

organizaciones sujeto de estudio, mismas que requieren de un objetivo de su

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análisis así como de un método específico. Una respuesta adicional que busca

este trabajo, es con respecto de si los antecedentes investigativos encontrados,

realmente permiten el estudio de la toma de decisiones académica y el conflicto

organizacional en las instituciones que forman docentes, esto para el caso de

México; así como la de indagar, si es posible realizar este estudio desde una

perspectiva analítico descriptiva por medio de un escalamiento de percepciones

tipo likert.

La evidencia investigativa, más que el sentido común o la discusión teórica

meramente conceptual, considero proveerá la respuesta.

Miguel Navarro Rodríguez

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La toma de decisiones su planteamiento e inserción disciplinar.

La toma de decisiones, como componente disciplinario podríamos ubicarlo tanto

en la propia administración, ligado a la literatura de la dirección y el liderazgo, en

donde se estudian los diferentes modelos de la decisión, (Tarter & Hoy, 1998) pero

en donde cada modelo nos remite a una concepción, ya sea de una escuela

administrativa, o de un contenido que es objeto de estudio de la propia teoría de la

organización.

Así por ejemplo; cuando se aborda el modelo optimizante, (Rodríguez y Márquez,

1988) en donde se acopia toda la información requerida para tomar la mejor

decisión, este modelo lo asociamos con la escuela científica; o bien cuando se

trata del modelo administrativo-satisfaciente, el cual conlleva un elemento de

incertidumbre (Simon, 1993) y se adopta quizá no la mejor decisión, sino aquella

que cumpla con el criterio de satisfacción que ha sido previamente determinado en

la organización, entonces la decisión será satisfaciente para gran parte de los

actores, en este modelo advertimos la teoría del comportamiento administrativo;

cuando nos referimos al modelo cesto de basura en la toma de decisiones,

consideramos que los problemas y las soluciones emergen espontáneamente, se

toma la decisión y después solo se justifica; unos asuntos son prioritarios y se

decide sobre aquello que es determinado por el poder y el grado de conflicto que

los actores pueden inducir al sistema, entonces relacionamos el modelo decisional

con las anarquías organizadas, temática abordada por la teoría de la organización

desde los planteamientos de March y Olsen (En Del Castillo, 1995).

Cuando ante un mar de incertidumbre, se adopta el modelo de sucesivas

comparaciones de acuerdo a Lindblom (1959), se procede a introducir pequeños

cambios incrementales en la dirección deseada, si no se obtiene el resultado

esperado, se redefinen metas y objetivos en otra dirección y se introducen

cambios graduales que nos hacen comparar en que dirección, la toma de

decisiones será exitosa; este modelo decisional mantiene fuertes significaciones

con la teoría del caos y la propia teoría de sistemas.

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Finalmente, cuando de acuerdo con la propuesta de Tarter y Hoy (1998), tomamos

el modelo decisional que más se apropie a la circunstancia que nos plantea el

contexto, es decir; si tenemos toda la información requerida adoptamos el modelo

optimizante, si tenemos que responder a grandes presiones de grupos de poder

que provocan conflicto; adoptamos el modelo cesto de basura, o bien si solo

tenemos parte de la información requerida y solo tenemos criterios de satisfacción,

adoptamos el modelo administrativo satisfaciente; a esta forma de adoptar el

modelo decisional que más se adecue a nuestro contexto, se le denomina modelo

contingencial de toma de decisiones y está en congruencia con la escuela de la

contingencia; misma que es estudiada por la propia teoría general de la

administración y por la teoría de la organización en tanto ésta es una de sus

corrientes más actuales (Chiavenato, 2000; Clegg, 2001).

Como puede advertirse, el estudio de la toma de decisiones, en tanto modelo

decisional que remite a una postura teórica, está ligado a la propia teoría de la

organización, si bien por otra parte; el proceso de la decisión, es decir el

involucramiento de supuestos, dilemas y emociones amalgamados como

información e insumo para decidir y que se asocian al momento de la elección de

un curso de acción; también plantea una definición teórica desde la propia

sicología; con ello puede destacarse que el estudio de la decisión no puede verse

reducido a grandes tipificaciones sobre “el estilo de decidir” con lo cual

acordaríamos que tales abordajes son deficientes y de corto aliento, que son estos

planteamientos, quizá los más conocidos y que se asocian a ciertos estudios de

liderazgo; propongo investigar en contraparte, un estudio sobre toma de

decisiones que signifique a su proceso, atendiendo a la perspectiva cognitiva y

organizacional sobre la elección de la decisión, que indague sobre el modelo de

decisión y lo relacione de acuerdo al marco de la teoría de la organización con las

características de la organización en que fue tal decisión tomada.

Un estudio sobre decisiones desde este enmarcamiento, considero que no está

agotado y puede proporcionar elementos originales que se pueden relacionar con

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problemas actuales de la educación superior en México, tales como el conflicto

organizacional, en donde la resultante del estudio, apunta a la gobernabilidad de

las instituciones universitarias, lo cual da cuenta de su pertinencia. (Acosta, 1999;

Ibarra, 1999).

La cognición en el proceso de decidir: el conflicto inmerso en el proceso de

la decisión.

El proceso de decidir, no solo es la elección de un curso de acción, en tanto

resultado, sino que su concepción misma como proceso está ligada a la

perspectiva cognitiva apoyada por Leithwood et al. (1994), que buscan indagar

cómo los líderes y directivos educativos, resuelven problemas y toman decisiones,

de forma que éstos enfrentan la contención de dos o más valores que implican

una recognición en la formulación de una solución (toma de decisión); en esta

perspectiva cognitiva, los valores y los conflictos toman tres diferentes formas:

Conflictos entre dos o más personas diferentes al directivo; conflictos entre el

directivo y personas de otro staff y conflictos que conciernen al directivo en

solitario.

Como se puede apreciar, los dilemas presentes en el proceso de la decisión

(Walker, 2000) están determinados por una perspectiva cognitiva y comportan

desde su base a diferentes formas de conflicto; esto es el propio proceso de la

decisión es conflictivo por naturaleza.

Algunas investigaciones relativas a Toma de decisiones; su método y sus

resultados.

Podríamos clasificar los estudios sobre decisiones en al menos cuatro grandes

grupos:

a) Los estudios sobre la toma de decisiones asistida por la tecnología; en este

caso se trata de probar dispositivos tecnológicos que provean

entrenamiento para el proceso de la decisión en condiciones simuladas y/o

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asistan en la sistematización de la información. Todos ellos disponen de un

diseño experimental o bien utilizan los métodos analítico descriptivo y el

análisis factorial, estableciendo definiciones sobre el grado de dominio de

cierta carga instruccional relacionada con la toma de decisiones; por

ejemplo, desde el trabajo de Dranke (1988), se trata sobre la mejora de los

aspectos cualitativos y cuantitativos en la toma de decisiones informada y

asistida por computadora; el estudio de Schmidt, Montoya y Massey

(2001), refiere que los equipos de trabajo deciden más efectivamente que

los individuos y son los equipos virtuales los decisores más efectivos,

investigaciones como las O´connor y Zack (1990), Proctor y Janiszewsky

(2000) y Poedubicky y Brown (2000) y Cross (2001); todos ellos

fundamentan en sus estudios cómo el uso de la tecnología, los modelos de

simulación que proveen entrenamiento y sobre todo la sistematización

digital de los datos, apoyan en la toma de decisiones racional y técnica, en

este rango se incluyen los sistemas de soporte a la toma de decisiones en

grupo (software: GDGS) que han sido probados en la investigación de

Cohen (1996), entre tales paquetes se incluyó: Groupware, Delaware,

Plexys, Notes etc.

b) Los estudios matemáticos sobre decisiones en total incertidumbre conforme

a modelos dinámicos. En este tipo de aproximaciones, se propone a la

decisión como resultado de un rango de acciones bajo estrictos criterios de

incertidumbre, una vez que se asignan valores a las acciones (v) y se

definen valores para los criterios de incertidumbre (j) ; finalmente se

presentan teoremas de prueba para cada proposición. Por ejemplo;

atendiendo a este modelo, Ballestero (2002), en su estudio, demuestra

mediante un teorema; la dominación débil en el proceso de la decisión

atendiendo a los valores de las interrelaciones, así establece que si una o

más interrelaciones, (pero no todas ellas) son iguales o equivalentes, ello

define a una dominación débil.

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En esta misma tendencia, es clásica la ecuación de Ramsey (1931, en

Jeffrey, 1983; Mellor, 1990 y Sahlin, 1990) que resuelve la forma de adoptar

la elección de mayor importancia, en donde la utilidad de cada resultado es

no ambigua tanto bajo una dimensión, como bajo su complemento (la unión

de todas las otras), y donde p y p1, son ponderaciones de importancia bajo

la suposición esencial de que la no ambigüedad raramente se presenta.

Rodríguez y Márquez (1988), nos presentan la ecuación de tipo general

que trata sobre la efectividad y calidad de las decisiones en los contextos

institucionales; así (ED), es función de la calidad y cantidad de la

información (I); de la comunicación organizacional y de la madurez del

proceso cognitivo en la persona o equipo encargado de tomar la decisión

(M); la formula sería como sigue:

(ED) = (I) (C) (M) , donde ED es una función constante de los valores

multiplicados de I, C, y M.

Namakforoosh (1996), relaciona en su ecuación dinámica el proceso lineal en

forma de flujo, que sigue el proceso de la decisión, en donde se atiende a una

maximización de la función objetivo (Z) la cual está sujeta a las restricciones Xj;

donde Xj son las variables de decisión cuyo valor se desea conocer; y en cuyo

caso Xj ⊇ 0 se toma como condición de no negatividad; los criterios o

parámetros de la decisión se representan por Aij, bi Cj

Así la fórmula general del modelo quedaría representada de la siguiente

forma: Max Z= C1 X1 + C2 X2 +........+ Cn Xn

c) Estudios sobre decisiones con relación al comportamiento organizacional.

En esta aproximación, se estudia a las decisiones en su contexto

organizacional, o bien cómo se relacionan éstas con determinadas

prácticas administrativas, la metodología utilizada es en lo general de tipo

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analítico descriptiva, por medio de cuestionario, o bien empleando modelos

dinámicos; sin embargo empiezan a presentarse metodologías cualitativas

en una proporción aún baja. al respecto se encuentran algunos estudios:

Ehsan, Retzer y Ardekani (2000), estudian desde una perspectiva

cuantitativa y con análisis de regresión linear, la decisión sobre los

problemas en función de la cantidad de interés que estos producen para los

actores decisionales en la organización; asumen que el interés depende de

una serie de variables explicatorias y ejemplifican ese interés en un análisis

anova, se concluye que hay dos propiedades deseables en la medición

administrativa: la psicometría y la estadística; así el análisis de importancia

(ANIMP) es un marco integrador de varias medidas existentes.

Beersma y Carsten (2002), estudian mediante el análisis descriptivo, los

efectos interactivos de la estructura de la tarea, las reglas de decisión y la

motivación social de grupos pequeños en la organización, encontraron que

los grupos de tarea asimétrica manifestaron una conducta menos

integrativa y un clima de grupo menos positivo, especialmente cuando

tendieron a la unanimidad en vez de la mayoría como regla de decisión.

Morgan, Tindale y Scott (2002) demuestran en su estudio cuantitativo, que

los grupos en la organización, funcionan mejor en una tarea que implique

negociación que los individuos en lo general, sin embargo, éstos mismos

autores de acuerdo a las investigaciones similares de Thompson, Petersen

y Brodt (1996) demuestran que son los individuos quienes se desempeñan

mejor ante tareas que impliquen una toma de decisión que está implicada

en un dilema.

Dennis (2001), estudia las decisiones en la organización bajo condiciones

contingenciales, analizando las interacciones y el lenguaje empleado, por lo

cual su abordaje es cualitativo y del tipo etnometodológico, encuentra que

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las decisiones en los grupos son determinadas por las reglas de

comunicación e interacción.

Huissman (2001), de acuerdo con el hallazgo anterior, estudia a la toma de

decisiones en la organización, como el resultado de una amplia gama de

comunicaciones interactivas, su aproximación sugiere una toma de

decisiones consensada y legitimada por la interacción, es decir, la decisión

en las organizaciones asume una forma de conversación interactiva, de

acuerdo a ello se descubre que las decisiones dependen de las normas de

comunicación del grupo que está conversando.

Budros (2002), en un amplio estudio por cuestionario, estudia la toma de

decisiones en los presidentes de las universidades de Canadá, atendiendo

a las relaciones entre toma de decisiones, descentralización, liderazgo y

funcionamiento organizacional, planteando hipótesis respecto de que a

mayor toma de decisiones descentralizada, mejor desempeño de las

unidades financieras descentralizadas.

d) Estudios sobre decisiones atendiendo a la cognición decisional. A este

respecto, se abordan estudios que tratan sobre la concepción de las

decisiones en la mente de los individuos, es decir es un abordaje

psicológico desde la perspectiva cognitiva; se trata de indagar la carga

volitiva, emocional y de conflicto que es inherente al proceso de determinar

un curso de acción, en esta perspectiva justo es tomar en cuenta el

planteamiento de Hoch et al. (2001), en donde se asocia la naturaleza de la

decisión hacia un involucramiento constante con las emociones humanas:

“ Los tomadores de decisiones no son en forma alguna, unas máquinas

con un pensamiento completamente lógico, en que a través de varias

opciones siempre toman la decisión óptima, los tomadores de decisiones

son humanos, así que las emociones juegan un rol importante en sus

decisiones” ( Hoch et al. p. 18)

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Desde esta perspectiva cognitiva, los estudios han sido amplios, y han sido

estudiados tanto desde una perspectiva analítico-descriptiva, como por

estudios cualitativos de corte interpretativo.

La investigación de Gardner (1995), por medio de un cuestionario, refiere a

cómo la toma de decisiones está afectada por la influencia en ideas o

pensamientos de los demás; Leithwood et al. (1994), tratan en un estudio

cualitativo sobre directivos escolares respecto de los valores y conflictos

que contienden en el reconocimiento de un problema al darle solución; Sin

embargo, Begley y Johansson (1997), en un amplio estudio analítico

descriptivo estudiaron los valores de los administradores en la toma de

decisiones, recuperando la tipología que ya había elaborado al respecto

Hodgkingson (1978). Más tarde, Walker (2000), estudia en una indagatoria

cualitativa (naturalistic inquire) mediante la técnica de entrevista y el

mapeo de dilemas; la disyuntiva a que se enfrentan los directivos escolares

en el proceso de la decisión; encontró Walker, tres tipos de dilemas:

1. El dilema del profesor expatriado. El cual nos presenta el clásico

conflicto entre el conformismo positivo del supervisor inmediato y la

innovación y fuertes ideas de cambio del directivo escolar o profesor

en el aula, mientras que el supervisor lo asume como falta de

entrenamiento y de control, el profesor o directivo interpretan el

mismo caso, como falta de autonomía.

2. El dilema de una promoción controversial. El Supervisor ordena una

promoción para un allegado suyo en la escuela y el directivo o

profesores lo perciben como un atentado a sus valores

organizacionales, el directivo está entre la espada y la pared

¿Cómo explicar la promoción a sus compañeros?

3. Las resistencias del funcionario principal y de mayor edad. Esto se

presenta en cuanto a la serie de cambios que quieren introducir el

directivo escolar y su equipo staff.

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Como se puede observar; los estudios sobre toma de decisiones, han carecido de

una exclusividad metodológica, si bien es cierto, que han predominado los

planteamientos analítico-descriptivos ubicados en el paradigma cuantitativo y son

realmente emergentes los abordajes cualitativos de tipo interpretativo tanto de la

narrativa inquire, las etnografías o los estudios de caso; lo que se busca sin

embargo no es tanto adoptar un paradigma por sobre otro, sino investigar

aplicando rigor metodológico independientemente del paradigma abordado. a este

respecto es ilustrativo el planteamiento de Jeffrey (2002), sobre las metodologías

específicas para la toma de decisiones en el marco de la conducta organizacional

que la revista Behaviour and Human Decisión Proceses emitió como norma para

los investigadores del campo:

“ Urgimos a los autores para que investiguen cuestiones que sean

fundamentales y relevantes para las organizaciones, que desarrollen de

forma completa sus argumentaciones teóricas e hipótesis, que apliquen

rigurosos métodos empíricos y que aporten conclusiones que irrumpan con

conocimiento original que provea un mayor y duradero impacto” (Jeffrey, E.,

2002 p.3)

También se pueden apreciar cuatro grandes tendencias en el campo de la toma

de decisiones; en donde por lo menos las tendencias de las decisiones en la

organización y la decisional cognitiva, mantienen ambas, fuertes lazos con el

conflicto; la primera con el conflicto en la organización y la segunda con el conflicto

en el plano del sujeto; también se puede advertir, que el campo de estudio de las

decisiones está lejos de ser considerado como árido y/o abundantemente

estudiado, ya que existen revistas académicas que posibilitan la construcción y

desarrollo del campo de la toma de las decisiones, entre estas publicaciones se

encuentran:

Organizational Behaviour and Human decision processes, Decision sciences, Decision making, Organization studies.

Considerando lo anterior, es posible enmarcar un objeto de investigación que

enlace decisiones académicas en el espacio institucional con indicadores de

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conflicto bajo la perspectiva organizacional; los traslapes de estos campos

temáticos pueden explicarnos una nueva trama de funcionamiento que pueda ser

representada por un modelo dinámico - hoy quizá desconocido- de cara a la

gobernabilidad de las instituciones.

Algunas investigaciones relativas al conflicto en las organizaciones ; su

metodología y resultados.

Para Morgan (1991), el conflicto en el plano organizacional es un natural choque

de intereses que se presenta entre dos o más posiciones opuestas; aun cuando

suele verse al conflicto dentro de la organización como una fuerza disfuncional, es

decir como un fenómeno no deseado, en ese sentido realmente se adopta una

perspectiva ingenua, ya que se desconoce la propia dinámica organizacional y

que debido a ésta, el conflicto siempre existirá en la organización, adoptando

diversos tipos, tales como los conflictos personales, conflictos interpersonales,

entre grupos de una misma organización y conflictos entre organizaciones

antagónicas; asimismo, el conflicto puede surgir dentro de las estructuras,

funciones, conductas y “formas de ser” de la organización; o bien, el conflicto

puede generarse a partir de la disputa siempre presente en la distribución de los

recursos escasos, aunque por la forma en que éste se presente, el conflicto

asume la modalidad de conflicto abierto o encubierto, si bien es preciso destacar

que independientemente de su forma y tipología, “el orígen reside en una

divergencia de intereses percibida o real” (Morgan, 1991, p.142).

Entre los planteamientos investigativos relativos a conflicto organizacional; si bien

es cierto, que su propia naturaleza nos remite a registrar interacciones entre los

sujetos y grupos lo cual podría sugerir el emplear metodologías estrictamente

cualitativas; su estudio sistemático inició como un estudio administrativo desde la

escuela del comportamiento; al respecto es apropiado citar los estudios

cuantitativos de Thomas ( 1976,1977) que se orientaron a identificar mediante

cuestionarios, los estilos de dirección de conflictos y los cinco modelos de manejo

del conflicto organizacional: el competitivo, el colaboracionista, el evasivo y el

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acomodaticio. Esta tendencia cuantitativa al estudiar el conflicto organizacional, ha

sido recogida por Whiters (2002), quien mediante cuestionario aplicado en sesión

de taller, ha estudiado las formas más efectivas de administrar el conflicto.

El dar cuenta sobre el estado de la literatura sobre el conflicto en la organización,

se favorece con la existencia de publicaciones especializadas sobre el campo

disciplinario, entre estas publicaciones se encuentran:

Journal of conflict resolution.

Conflict management and peace science.

The journal of conflict studies

Human relations.

Governance

La revisión de la literatura nos permite observar tres grandes tendencias en los

estudios relacionados con el conflicto organizacional:

a) La tendencia que estudia al conflicto organizacional desde la

perspectiva micropolítica. En esta aproximación, el conflicto es

entendido como la divergencia entre grupos y personas atendiendo a

sus intereses y en donde se politiza la relación antagónica, por lo

cual se configuran las alianzas y redes de poder que buscan imponer

una decisión que resuelva o trate el conflicto; sus metodologías de

estudio encuentran predominancia de los abordajes cualitativos por

sobre los cuantitativos; desarrollándose estudios de caso,

etnografías y estudios descriptivos por cuestionario; entre algunas de

estas investigaciones se encuentran los estudios desarrollados por

Ball (1994), Blase (1991), Fileto (1993) Blase y Anderson (1995),

Imaz (1996), Kelchtermans y Katrijn (2002), Blase y Jo Blase (2002),

y Achinstein (2002).

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b) La tendencia que estudia el conflicto en la organización desde un

enfoque administrativo. En esta vertiente se pueden incluir todos los

estudios de clima organizacional que tienen relación con indicadores

de conflicto en la organización, con la estructura flojamente acoplada

y con los estudios sobre emociones en la organización; se incluyen

además los estudios que tratan sobre resolución y administración de

conflictos o que buscan desarrollar modelos que guían el desarrollo

del conflicto en la, organización. Las metodologías empleadas son

predominantemente cuantitativas y de tipo descriptivo analítico, aun

cuando en la parte que relaciona conflicto y emociones son

emergentes los abordajes cualitativos y de estudio de caso.

Entre estas investigaciones se encuentran los estudios ya referidos

de Thomas (1976, 1977), además de la investigación de Vázquez

(1999), Rogg et al. (2001), Fey & Beanish (2001), Cramer (2002),

Navarro (2001), Rafik y Glick (2001), es particularmente importante

el estudio de Cramer (2002), para los propósitos de esta

investigación, ya que Cramer en su estudio, con una metodología

cuantitativa, establece un estudio correlacional entre satisfacción

relacional y los cuatro tipos de conflictos analizados: evitación,

manejo negativo, no resolución y resultado insatisfactorio,

empleando además del estudio correlacional, un estudio de

diferencias mediante el procedimiento anova. El estudio de Navarro

(2001), también en esta vertiente, permitió desde una perspectiva

descriptivo analítica y utilizando el escalamiento likert, analizar el

conflicto organizacional en las escuelas de educación básica de la

ciudad de Durango, México, el estudio de Vázquez (1999), permitió

hacer un tratamiento factorial sobre las emociones de los

estudiantes de licenciatura sometidos a problemas de estrés en el

desarrollo del propio plan de estudios, es significativo este estudio,

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puesto que aún cuando se trata de emociones, es posible

factorizarlas mediante un diseño analítico-descriptivo.

c) La tendencia que estudia al conflicto desde la perspectiva de los

modelos dinámicos.

En esta aproximación, se incorporan los modelos explicativos del

conflicto, desde una visión multivariada que incluye al poder, sus niveles

y teorías de transición, la colaboración y el equilibrio conflictivo, la

reacción del rival ante el conflicto, en términos de acción, reacción y

balance, la deflexión como el decremento del poder en matriz de tiempo,

desglosado esto en tres matrices: niveles de poder-tiempo, relaciones

de poder-tiempo y conducta conflictiva-tiempo.

En esta tendencia se desarrollan ecuaciones y modelos matemáticos

que prueban una proposición teórica; al respecto es importante la

disertación doctoral de Kadera (1995), que trata sobre el desarrollo y

decaimiento del poder; en un trabajo posterior este mismo autor

extiende las ecuaciones diferenciales con respecto del poder y el

conflicto, (Kadera, 1999). Un importante antecedente dentro de esta

corriente matemática sobre el conflicto, se presenta con los aportes de

Hirshleifer y Martínez Coll (1988), sobre el equilibrio colaborativo y el

equilibrio conflictivo.

También dentro de esta vertiente del conflicto, se encuentran los

estudios de Genicot y Skaperdas (2002), quienes desarrollan en una

ecuación la relación entre tres ingredientes de confrontación: las armas

para oponerse, la cantidad de lisonja empleada hacia el rival y la

capacidad de administrar el conflicto; la ecuación de prueba que se

presenta es:

Bi= R-gi-mi

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El trabajo de Genicot y Skaperdas (2002) incorpora ecuaciones que

involucran al número de contendientes, los recursos a distribuirse y la

paz, así se prueba que a mayor número de contendientes menor

probabilidad de paz y a menor cantidad de recursos mayor número de

contendientes, la función de equilibrio la proporcionan las armas que

son esgrimidas por los contendientes, es decir el poder equilibra las

soluciones y provoca un equilibrio conflictivo.

A partir de la anterior revisión respecto de los diferentes planteamientos

investigativos sobre el conflicto organizacional, es posible advertir un vigoroso

campo en desarrollo con inserción directa tanto hacia la teoría de la organización,

como hacia la propia administración de las organizaciones, se puede apreciar

tanto la pertinencia teórica que está siempre en busca de modelos comprensivos

del conflicto, como las implicaciones prácticas de su estudio al orientarse hacia la

constitución de estrategias y de nuevas tecnologías gobierno que desarrollen el

conflicto de manera creativa y productiva en beneficio de las organizaciones.

La toma de decisiones académica en Instituciones de Educación Superior y

el conflicto organizacional: ¿pertinencia o matrimonio forzado?

La relación probable entre la toma de decisiones en Instituciones de educación

superior y el conflicto organizacional en el que se ve envuelta la universidad, ha

sido un tema clásico de estudio desde finales de los años setenta en los Estados

Unidos, de hecho los creadores del campo disciplinario conocido como estudios

sobre la universidad, iniciaron explorando la veta de conflicto en las

organizaciones universitarias (Baldridge, 1971, 1977), Baldridge y Riley (1977), o

bien se desarrollaron estudios sobre los académicos y sus procesos de formación

en la universidad, la cultura de las disciplinas, las prácticas, el proceso y

estructura de la educación superior, siempre de cara a las dinámicas

organizacionales que comportan poder, actores y conflicto. Entre estos estudios se

encuentran: los de Becher (1989, 1992), Becher y Kogan (1992) y Acosta (1999).

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En esa misma vertiente, tocó a Clark (1987), indagar respecto de la cultura

académica en la universidad y sus elementos organizacionales tales como las

zagas y los mitos, o bien referir a la estructura flojamente acoplada de las

estructuras universitarias en las cuales se involucran las decisiones

frecuentemente resistidas por esa pérdida de acoplamiento, (Clark, 1983). Sin

embargo tocó a March y Simon (1993) relacionar al conflicto organizacional con el

propio proceso de la decisión, se plantea el escenario de las decisiones “cesto de

basura” que corresponden a las anarquías organizadas, en el cual el conflicto y el

poder son la constante definitoria de las decisiones.

Finalmente Ingersoll (1996), plantea de forma clara, en un estudio analítico

descriptivo, con estudios de regresión linear, la serie de conexiones entre toma de

decisiones y conflicto entre los profesores de la escuela pública; en este estudio,

el poder y la micropolítica permean las decisiones y se reconoce como conclusión,

que a mayor nivel de participación otorgado por los directivos escolares a los

profesores en materia de toma de decisiones, en mayor medida se disminuyen los

niveles de conflicto en la escuela. Estudios recientes en México; (Porter, 1995;

Miranda, 2001) relacionan la toma de decisiones en la Universidad Pedagógica

para con el desarrollo académico, la distribución del conocimiento y considerando

a los actores organizacionales, en este punto se considera factible desarrollar

-mediante la investigación que se propone- el espacio que relacione la toma de

decisiones académica en la Universidad Pedagógica para con el conflicto

organizacional que ésta comporta.

Con esta mirada concisa, podemos mostrar; como resultado de esta revisión de

antecedentes con respecto al proyecto Doctoral: El conflicto organizacional y la

toma de decisiones académicas en Instituciones que forman docentes: Un estudio

comparativo lo siguiente:

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• Que la relación entre toma de decisiones y conflicto organizacional no es

una relación espuria, que por el contrario, ha estado presente desde su

inicio en el núcleo mismo de los estudios sobre educación superior.

• Que su pertinencia se ha mantenido a través del tiempo, proporcionando

modelos comprensivos y formas de gobierno que bien pueden ser

empleadas como nueva tecnología en la organización universitaria.

• Finalmente podemos demostrar, que los estudios sobre conflicto

organizacional y toma de decisiones académica, en instituciones

educativas no mantienen una exclusividad metodológica, es decir se puede

desarrollar una investigación en este campo, desde una postura analítico-

descriptiva, como también se puede abordar un estudio desde la

metodología cualitativa, el asunto en todo caso remite a observar el rigor

metodológico sea cual fuere el método que se elija.

El conflicto organizacional y la toma de decisiones en las instituciones que

forman docentes: sus conexiones con la línea de gestión de la calidad.

Para establecer los nexos de la investigación propuesta, con la línea de gestión de

la calidad, es preciso referirnos a que tipo de gestión y a qué tipo de calidad,

corresponde la ubicación del estudio y su enmarcamiento en tanto postura teórica;

es decir, la investigación de toma de decisiones y conflicto organizacional en la

universidad, como proveedor potencial de modos de gobernabilidad universitaria,

teniendo que ver ésta con la gestión de la calidad; no podría insertarse en

cualquier modelo de calidad y en cualquier tipo de gestión.

Se dice de la gestión cuando se la relaciona a ésta con la calidad educacional:

La gestión es un elemento determinante de la calidad del

desempeño de las escuelas, sobre todo en la medida que se

incrementa la descentralización de los procesos de decisión en los

sistemas educacionales. (Alvariño et al, 2000, p.1).

21

Sin embargo, habría que detenernos un momento a considerar si existen diversas

acepciones de gestión y formas de relacionarla a ésta con la calidad, en el trabajo

de Navarro (2002), desde esta perspectiva, habría por lo menos una versión

managerialista de gestión, cuyos procesos de calidad y que son orientados por

ella, están más relacionados con prácticas administrativas competitivas como el

benchmarking, local based management schools, escuelas de calidad etc. y que

difícilmente pueden ser empleados tales modelos en el tipo de escuela que

queremos, en donde el éxito no lo podemos concebir como resultado de la

exclusión y la competitividad, sino como una resultante de la escuela democrática

y colaboracionista; así la democratización del éxito (Berthelot, 1998), en la

universidad pública en tanto expresión de la calidad de la educación superior, será

siempre un hecho social y un compromiso de todos; en contraparte, con respecto

de los modelos manageriales de gestión se afirma:

Esta visión managerialista de gestión, deja a los profesores y directivos la enorme

responsabilidad de mejorar la escuela pública, de eficientizar los procesos

escolares y de elevar la calidad de la enseñanza a la vez que de enriquecer los

logros de aprendizaje de los alumnos, deja en los hombros de maestros y

directivos de escuelas primarias, un gran manojo de culpas o de

responsabilidades; así, los resultados de un fenómeno social como lo es la

educación se descansan subrepticiamente bajo la responsabilidad de los últimos

tramos operativos: las escuelas y los maestros. (Navarro, 2002)

Como se puede apreciar, existe al menos una alternativa de gestión de calidad

que remite a la compartición de compromisos y que nos posibilita desarrollarnos

como instituciones desde el principio de la equidad en educación, en donde

nuestros puntos de partida no sean los mismos ni nuestros puntos de llegada sean

iguales, así los ordenamientos de calidad horizontalizados por las políticas

educacionales y que tratan por igual a todas las instituciones con metas y fines

estandarizados, pero con diferencias abismales de recursos; no guardan relación

alguna con la acepción de una gestión participativa y democrática en la educación

superior. La calidad en esta significación última de gestión, siempre será

22

contextual y situacional considerando la perspectiva y situación-problema que

vivan los sujetos. A este respecto, Mizrahi y Mehrez (2000) nos proponen una

acepción de calidad en la educación superior que reduce la intervención

gubernamental como control en la medida en que se incrementa la sensibilidad

local hacia la elevación de los requerimientos de calidad desde sus propios

modelos y marcos referenciales; esta acepción de calidad, impulsada desde las

políticas de gobierno, es el encuadre óptimo en el cual se podría desarrollar una

estrategia de gestión de calidad en la educación superior, como resultado

potencial de la investigación.

Una congruencia del estudio: Toma de decisiones y conflicto organizacional, para

con la acepción de la gestión participativa y democrática, se reflejaría en el

modelo decisional democrático inmerso en las prácticas de gestión, - profesores

como sujetos ciudadanos, y los grupos de profesores en colegio, como colectivos

docentes que se autogobiernan- en donde el conflicto sería visto como una

expresión de transformación hacia modos organizacionales superiores que

beneficien a los sujetos involucrados, desatando e incentivando la vida académica

y no tanto como un reflejo de la lucha antagónica por diferencias de intereses o

determinaciones de poder en la universidad. La investigación podría proponer

fórmulas, en atención a la gestión de la calidad en la educación superior, que nos

lleven de la atención a problemas de gobernabilidad hacia problemas que tengan

que ver con el desarrollo académico.

23

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