ANTOLOGIA EPIST CONSTRUC
-
Upload
nepthali-sanchez-montes -
Category
Documents
-
view
15 -
download
0
Transcript of ANTOLOGIA EPIST CONSTRUC
ANTOLOGÍA DE EPISTEMOLOGÍA CONSTRUCTIVISTA
Aplicación a la psicoterapia breve.
Por MC. José Luis Lara Ramírez
PRESENTACIÓN
La epistemología constructivista – sistémica, es el marco de comprensión
desde el cual se abordará en entrenamiento en psicoterapia breve y cabe hacer
la siguiente pregunta ¿para qué nos es útil la epistemología en la
psicoterapia breve?
Sabemos que cada una de las escuelas: psicoterapia breve estratégica,
psicoterapia centrada en soluciones y psicoterapia breve hipnótica, nos aportan
cada una un marco de comprensión de los problemas y sus soluciones, así
como un método específico de estrategias y técnicas a implementar.
Sin embargo, dichas escuelas suelen abordarse de una manera general y
desde una epistemología diferente, tales como el pensamiento sistémico y la
epistemología de la complejidad y el lenguaje. Estas epistemologías tienen
premisas y matices diferentes en su manera de concebir la realidad y esto tiene
un efecto en la manera de concebir el síntoma, cómo surge y cómo se
soluciona.
Por otro lado, a menudo se emplean las técnicas de la terapia breve sin la
comprensión epistemológica y sin identificar que hay diversas escuelas de
terapia breve con diversos planteamientos teóricos y metodológicos. De esta
manera tienden a mal interpretarse o banalizarse por un excesivo énfasis en la
técnica fuera del marco teórico de la terapia. Y por otro lado, fuera del contexto,
del proceso y del mapa mental cognitivo – emocional de la persona en
consulta.
El problema es que el énfasis en la forma antes que en la sustancia no suele
producir los resultados deseados (Cecchin, Lane y Ray, 1992).
1
Al respecto nos advierte Eve Lipchik:
Muchos terapeutas, ansiosos por mejorar su destreza clínica, buscan
nuevas ideas sobre ‘cómo’ – y no por qué – hablar con los clientes. En
los talleres, los participantes desean ver videocintas o demostraciones
en vivo de la manera de trabajar del presentador, y en muchos casos las
explicaciones teóricas no tardan en provocarles impaciencia y
aburrimiento. (Lipchic, 2004, terapia centrada en soluciones, págs. 39)
Las técnicas aplicadas fuera de contexto pueden producir resultados
inmediatos espectaculares pero a la larga poco significativos. (Lipchic,
2004, terapia centrada en soluciones, págs. 20)
De esta manera, la epistemología constructivista y sistémica, aplicada al
contexto de la psicoterapia breve, nos dará las premisas cognitivas y una
construcción del mundo, para que el psicoterapeuta en formación pueda
instrumentarse y ajustarse a la construcción del mundo del cliente.
José Luis Lara Ramírez
Maestro en Terapia Familiar Sistémica.
Lic. en psicología.
2
1. HISTORIA DE LA PSICOTERAPIA BREVE
1.1. Antecedentes: ¿Cómo surge la psicoterapia breve?
a.Terapia familiar sistémica.
La psicología, desde la terapia familiar sistémica, ha sido sensible a ubicar
las problemáticas de la familia, pareja e individuo desde un contexto social y
cultural. Su perspectiva del problema se comprende desde las relaciones de
interacción que sostienen el síntoma como una manera de mantener el
sistema sea este de pareja, familiar e incluso laboral. Hay un cambio de una
forma de pensar lineal (causa – afecto) a uno sistémico (sistemas,
subsistemas y sus interacciones), es decir, no se trata al individuo y su
problema en forma aislada, sino que lo considera en interacción y en
contexto. Desde el punto de vista sistémico no se plantea la cuestión de si la
conducta de “A” es la causa de la conducta de “B” o viceversa. En lugar de
eso, el observador – terapeuta ve la circularidad en la que los patrones de
conducta se enlazan entre sí formando una red.
Los modelos de terapia breve se han alimentado del pensamiento sistémico,
es decir, miran el síntoma o el conflicto, entre dos o más personas, sostenido
por pautas de interacción que se dan en la relación: pareja, familiar,
compañeros, etc.
b. Inspiración ericksoniana
Milton H. Erickson fue sin lugar a dudas, uno de los escritores y
psicoterapeutas más interesantes y originales del siglo XX. Hizo de la
hipnoterapia un enfoque válido y sensible a las necesidades del paciente.
Erickson trabajaba con la premisa de que el cliente tiene una creatividad
inherente que busca poder expresar. Su trabajo va más allá de la hipnosis y
nos da una visión del funcionamiento humano de gran relevancia para los
estudiantes de psicología, psicoterapia y filosofía. Su trabajo consiste en un
3
enfoque psicológico y psicoterapéutico de extraordinaria originalidad y
profundidad.
Su influencia se extiende a diversas escuelas de terapia familiar sistémica,
programación neurolingüística, y de manera especial, a las escuelas de terapia
breve que han aplicado las aportaciones de Erickson en el interior de sus
propias concepciones personales teórico – prácticas.
Por consiguiente, sería mejor hablar de enfoques de la terapia con
inspiración ericksoniana que de una terapia de Erickson en sentido
estricto. (Nardone y Watzlawick, 1995, el arte del cambio, pág. 56)
Las características distintivas o principios básicos de la concepción de Milton
Erickson pueden sintetizarse en los siguientes encabezados:
• Orientación naturalista: implica la premisa de que las personas tienen
dentro de sí las capacidades naturales para superar dificultades,
resolver problemas, entrar en trance y experimentar todos los
fenómenos de éste; su enfoque consiste en hacer que esas capacidades
naturales emerjan, esto a través de la creación, por parte del terapeuta,
de un contexto que permita a los pacientes lograr acceso a dichas
capacidades y recursos.
• Orientación indirecta y directiva: en el abordaje de los síntomas el
terapeuta toma una posición muy directiva, y al mismo tiempo, en lo
concerniente a cómo las personas abordarán sus vidas una vez
suprimida la sintomatología e incluso en la resolución del síntoma, el
terapeuta toma una posición muy indirecta.
• Responsividad: En lugar de atribuir un carácter indestructible a los
rasgos de la personalidad rígida, se trata de aprender las pautas
individuales de conducta y respuesta; después se utilizan éstas al
servicio del cambio, en vez de tratarlas como impedimentos.
4
• Orientación de utilización: Se utilizan las creencias, conductas,
exigencias, características rígidas, los problemas, síntomas y las pautas
de conducta rígidos, de modo tal que no sólo no obstaculicen el camino
hacia los resultados deseados, sino que faciliten la terapia.
• Orientación de presente y futuro: Se maneja una orientación de
presente, es decir, en el aquí y el ahora y con una orientación hacia el
futuro. No se orienta hacia el problema, sino hacia la solución; no se
buscan los orígenes del problema o las limitaciones aprendidas de las
personas.
c. Cibernética de primer orden y segundo orden.
Si bien las aportaciones de Milton Erickson aportan la inspiración técnica de
numerosos procedimientos en terapia, las investigaciones en Palo Alto sobre la
familia y la comunicación dirigidas por Bateson y Jackson aportan el marco
teórico de la perspectiva interaccional – sistémica en psicología y psiquiatría.
Siguiendo esta línea de pensamiento, la psicoterapia breve, desde la
epistemología cibernética de Gregory Bateson, identifica la pauta recursiva que
sostiene el conflicto. Las contribuciones de Bateson dan el sustento de una
epistemología clínica que comprende tanto la emergencia de un problema
como el arte de generar un proceso de cambio. Pauta y síntoma se
retroalimentan. Por pauta entendemos un patrón de conductas, emociones y
pensamientos que en la interacción con los otros vuelven sobre sí mismas. Es
el proceso de interacción que se repite aún y cuando los contenidos o temas
del conflicto sean diversos. En jerga popular es el “círculo vicioso”. Al romper la
pauta se da un cambio en el síntoma. Los cambios que se manejan desde una
cibernética de primer orden logran un cambio en la conducta relacional del
individuo, familia o grupo. De manera complementaria, la cibernética de
segundo orden, no sólo rompe las interacciones conductuales de una relación
sino que logra un cambio de segundo orden, esto es, un cambio en la manera
de interpretar el mundo y al sí mismo en la relación con el otro. En este cambio,
el terapeuta se reconoce como parte del sistema, identifica su autoreferencia
5
(el observador está en lo observado), se incluye y se instrumenta en la relación
terapeuta – paciente.
Sin embargo, pocos años después el mismo Keeney (Keeney y Ross,
1985) propone el término constructivismo para denominar esta postura
epistemológica. (Feixas, 2000, constructivismo y psicoterapia, pág. 126)
d. Complementación y diferencia con la terapia familiar y el enfoque
sistémico y complejo.
La terapia familiar sistémica centra su atención en el proceso de interacción y
la reorganización de su sistema relacional. La diferencia de la terapia breve con
relación a la terapia familiar sistémica, está en que ésta focaliza su atención en:
el problema que se presenta y/o en las soluciones, a través de intervenciones
que logren un cambio rápido y efectivo del problema.
De hecho, son complementarias, puesto que al modificar la forma de
relacionarse se da un cambio en el problema, como en hacer un cambio en el
problema tiene un efecto en la manera de relacionarse. Sin embargo, la
cuestión de énfasis y de método hace una diferencia en los objetivos y en la
duración del proceso. La terapia breve se centra en la solución de un problema
y no en la reorganización del sistema relacional.
Por otro lado, si bien las terapias breves conservan conceptos interacciónales
del pensamiento sistémico, su evolución se ha visto fuertemente influenciada y
desarrollada por la epistemología constructivista, que tendrá efectos diferentes
en su manera de concebir los sistemas, las relaciones y su acoplamiento, y por
tanto, efectos diferentes en la terapia en su manera de concebir las situaciones
(en terapia breve se evita la palabra problema) y sus soluciones.
Por ejemplo, el pensamiento sistémico ha evolucionado hacia una
epistemología de la complejidad (Edgar Morin) y el uso del lenguaje que se
genera en los procesos de interacción. Esto se presenta en escuelas de terapia
tales como la narrativa, que tienen influencias de un paradigma sistémico
6
además del construccionismo social que afirma que los constructos individuales
están configurados por las conversaciones con los otros. Su visión se sigue
centrando en los procesos de interacción cada vez más complejos y en los
significados que narran las personas en esta interacción.
Mientras que las terapias breves, se han despojado de interpretaciones
teóricas sistémicas y complejas que explican las relaciones humanas, es decir,
han abandonado conceptos como: función del síntoma dentro del sistema,
homeostasis… etc.
La terapia breve ha dejado la impresión de una negación de la teoría puesto
que hace pragmáticos los problemas, las soluciones y las relaciones. Sin
embargo, cuenta con una epistemología que en su teoría niega la
interpretación objetiva de cualquier explicación teórica y el uso de estos
términos a la experiencia humana. A esta epistemología se le ha llamado
constructivismo, que se puede definir como una perspectiva que pone énfasis
en la construcción subjetiva de la realidad. Su visión se centra en: la
subjetividad de la o de las personas y en la instrumentalización de la
subjetividad del terapeuta; en cómo procesan su construcción del mundo; y en
cómo perturbar dicha construcción a través de la experiencia sin mediar
interpretación o explicación causal, sea ésta lineal o sistémica o compleja.
7
2. EPISTEMOLOGÍA CONSTRUCTIVISTA DE LA TERAPIA BREVE
La epistemología responde a las preguntas cómo conocemos lo que
conocemos, cómo se da el proceso del conocimiento. En el contexto de la
psicoterapia, no puede evitarse trabajar desde una epistemología que recurre a
premisas en su manera de concebir la realidad respecto a los problemas y sus
soluciones, en el campo de la salud mental.
Desde un paradigma modernista: El objeto de estudio es el mismo
conocimiento con respecto a la realidad. Esta frase supone al observador y a
lo observado como independendientes. Este es el punto medular y diverso: La
epistemología constructivista niega que el conocimiento es la representación de
un mundo independiente y parte de la premisa que en el proceso del
conocimiento el observador construye lo que conoce. El observador está en lo
observado. Así la realidad es una construcción explicativa del observador.
2.1. Las premisas epistemológicas.
Los planteamientos de terapia breve se remiten directamente a la concepción
filosófica del conocimiento constructivista enriquecido por diversos autores,
especialmente: Heinz von Foerster, Ernst von Glasersfeld, Humberto Maturana,
Francisco Varela, Kelly, Keeney, entre otros. Desde luego, hay diversos
matices, desde un constructivismo radical hasta uno moderado. Como también
autores que no clasifican su pensamiento como constructivistas.
Algunos de los planteamientos principales de los autores mencionados, en los
que suele basarse el constructivismo son los siguientes:
8
a. Determinismo estructural biológico.
La organización específica de cada ser viviente en su último nivel de recursión
es cerrada; las perturbaciones mutuas no pueden modificar a otro ser
viviente, solo pueden suscitar la posibilidad de cambio que será
determinado por la propia estructura.
El que los seres vivos sean determinados por su estructura, tiene las
siguientes consecuencias: a) que su estructura determina lo que ocurre
en ellas en cada instante. b) que su estructura determina qué admiten
como una perturbación o como una interacción destructiva. c) que un
agente externo sólo puede desencadenar, gatillar, en ellos, un cambio de
estado o una desintegración que está determinada en su estructura.
(Maturana: 2002: Transformación en la convivencia, pág. 91)
Entonces, la determinación procede de la organización autopoiética del
organismo, que conserva su propia organización de equilibrio y transformación,
es decir, que el medio indudablemente influye, pero la determinación viene de
las elecciones de la propia estructura en adaptación a su medio y no como una
copia de la realidad.
b. Los sistemas vivientes son autopoiéticos.
La palabra autopoiésis procede de los vocablos griegos autos: sí mismo, y
poiésis: producir. Lo que quiere decir, es que se producen a sí mismos
continuamente. Desde el punto de vista biológico, los seres vivos son redes de
producciones moleculares, en las que las moléculas producidas generan con
sus interacciones la misma red que las produce.
9
Los seres vivos son sistemas abiertos desde el punto de vista material y
energético, y por ello están en continua transformación material con
conservación de organización mientras conservan su identidad como
tales. En esto no son distintos de cualquier otra clase de unidades
compuestas dinámicas. Lo peculiar de los seres vivos es que es la
organización autopoiética la que los define como sistemas moleculares
autónomos y es la organización autopoiética la que se conserva
invariante en ellos a lo largo de su continuo cambio estructural mientras
viven y es la organización autopoiética la que se pierde cuando mueren.
(Maturana: 2002: Transformación en la convivencia, pág. 94)
Los sistemas vivientes se autoproducen y como tales se organizan para
sobrevivir y recrearse, en interdependencia con otros seres vivientes y con el
medio ambiente. La supervivencia mutua sufre el reto de constantes
perturbaciones internas y externas recíprocas y depende de la adaptación de
unos a otros.
c. La realidad es una proposición explicativa
La realidad es nuestra propia creación de distinción. Cada distinción, es el
“lugar desde el que se mira” y esto hace que las cosas existan, “es una manera
de construir y conocer un mundo de experiencia” (Keeney: 1994: Estética del
cambio, pág. 35). Esta distinción está determinada por las experiencias
sociales, culturales y geográficas del observador y por la orientación de su
propio sistema de constructos.
La que la clave de lectura de la realidad no está en la información que procede
del medio, sino en la propia autodeterminación que se adapta al medio y que
adapta la información a su construcción del mundo.
Bateson (1976) reconoció la actividad constructivista humana:
10
Creamos nuestro propio mundo al mirarlo de acuerdo con nuestras
propias presuposiciones, nuestras propias premisas, nuestras propias
expectativas.
d. La objetividad entre paréntesis.
Dado que la lectura de la realidad está condicionada por la estructura
organizativa, en un primer nivel lógico sustentado por el sistema nervioso, y en
otro nivel u orden de explicación, desarrollado y consensuado en lo social en el
cual se mueve un sistema personal, esto implica, por una lado poner “la
objetividad entre paréntesis”, y por otro, establecer una relación de diálogo
donde las distinciones, todas legítimas, que crean significados, denotativos y
connotativos, se encuentran y se hacen realidad como producto del consenso
que acontece en el lenguaje.
Quiere decir, que la construcción de significados y acciones está enraizada en
la comunidad sociocultural de la que se forma parte, y que la objetividad entre
paréntesis nos da la posibilidad de conceptuar la realidad como una
multirealidad o un multiverso.
En la tradición cultural occidental, la ciencia y la tecnología hablan del saber de
la realidad y de lo real, como un dominio de entidades que existen
independientemente de qué hagamos como observadores, contrario a la
objetividad entre paréntesis, como plantea Maturana (1997) a continuación:
En el camino explicativo de la objetividad sin paréntesis, el observador
ve la realidad como algo que es y no como una proposición explicativa.
Si, por el contrario, el observador sigue el camino explicativo de la
objetividad en paréntesis, él o ella aceptan que la realidad es lo que él o
ella hace al validar sus explicaciones de la praxis del vivir. (Maturana:
1997, la objetividad, pág. 37)
11
Tal y como lo ha planteado Heinz Von Foerster “La objetividad es la ilusión de
que los observaciones pueden hacerse sin un observador”. En términos
terapéuticos, el síntoma está determinado por el punto de observación del
sujeto o sujetos en interacción. En este sentido, no existe una realidad sino una
multirealidad, entendida como puntos de observación e instrumentos
empleados para observar que tengan los sujetos.
El resultado de la interacción tiene que ver con la construcción del mundo del
observador, las maneras de interpretarla y de expresarla en la relación.
Así, el terapeuta crea un tipo de relación que le permita captar el sistema de
construcción de su cliente.
Lo que el cliente manifiesta es el punto de partida más válido puesto que
sus palabras y conducta (manifiesta y simbólica) poseen un valor y
dignidad a respetar. (Feixas: 2000, constructivismo y psicoterapia, pág.
120)
Desde luego, el terapeuta es también un observador activo de la construcción
de la realidad del cliente, como plantea Ernest von Glasersfeld:
“Sea lo que fuere que entendamos por conocimiento, ya no puede ser
más la imagen o la representación de un mundo independiente del
hombre que hace la experiencia” (Glasersfeld: 1989, el ojo del
observador, pág. 19)
e. Vivimos en el lenguaje
Abordar los significados de la experiencia humana, implica como punto de
partida, el considerar que no se puede describir la experiencia de un fenómeno
como algo único y cosificado. Es decir, que los significados de un individuo no
se pueden generalizar para los otros individuos que comparten una
experiencia. La configuración de significados de quienes están en esa
12
experiencia tiene que ver con las interacciones, así como con los significantes
culturales que están inmersos en su manera de dialogar la experiencia desde
las emociones. Es decir, que los resultados de sus significados son fruto, al
final de cuentas, de su historia de interacciones. Así, el mundo de la realidad,
sea cual sea, es el mundo que se crea junto con el otro en lo social.
El hecho de estar y coexistir en un contexto sociocultural nos abre posibilidades
de explorar las diversas maneras de significar una experiencia, dado que el
vivir en el lenguaje es un fruto de vivir en comunidad y que los significados de
alguna manera están en los consensos de una cultura social se puede contar
con un marco de comprensión a través del dialogo.
El surgimiento del lenguaje.
La realidad de la experiencia que significamos ocurre en el lenguaje, sin éste
no tenemos posibilidad de representar, construir o configurar cualquier cosa.
Nosotros, seres humanos, acontecemos en el lenguaje, y acontecemos
es éste como el tipo de sistema viviente que somos. No tenemos
ninguna posibilidad de referirnos a nosotros mismos o a cualquier cosa
fuera del lenguaje. (Maturana: 1997, la objetividad, pág. 48)
El lenguaje abarca el uso de palabras y símbolos y la distinción usual entre
lenguaje verbal y lenguaje analógico o no verbal. Maturana lo define como la
coordinación consensual de acciones consensualmente coordinadas. En esta
definición no hay una escisión entre palabra y acción.
El lenguaje requiere para su desarrollo de un sistema nervioso y del contacto e
interacción con los otros, que permite normas complejas de vida en la
convivencia para poder desarrollarse y prevalecer en una sociedad de una
generación a otra. Por ésta razón, el lenguaje como dominio de explicación
ocurre en la comunidad. En un dominio de coordinaciones de acciones, como
resultado de las interacciones recurrentes de los organismos.
Como tal, el lenguaje es un fenómeno biológico puesto que resulta de la
13
operación de los seres humanos como sistemas vivientes, pero ocurre
en el dominio de las coordinaciones de acciones de los participantes, y
no en su fisiología o neurofisiología. Lenguajeo y fisiología ocurren en
diferentes dominios fenoménicos que no se intersectan. O, en otras
palabras, el lenguaje como un tipo especial de operación en
coordinaciones de acciones, requiere de la neurofisiología de los
participantes, pero no es un fenómeno neurofisiológico. (Idem., pág. 37)
Dos organismos o más, al interactuar recurrentemente generan un
acoplamiento social que tiene conductas comunicativas, que pueden ser
innatas o aprendidas, en la realización de sus respectivas autopoiésis. Este
dominio de conductas coordinadas puede ser descrito como conductas
lingüísticas asociables a términos semánticos.
Esto es, como si lo determinante de la coordinación conductual así
producida fuese el significado de lo que el observador puede ver en las
conductas, y no en el acoplamiento estructural de los participantes. Es
esta cualidad de las conductas comunicativas ontogénicas de poder
aparecer como semánticas para un observador que trata a cada
elemento conductual en ellas como si fuese una palabra, lo que permite
relacionar estas conductas al lenguaje humano. Más aún, es esta
condición la que resaltamos al designar a esta clase de conductas como
constituyendo un dominio lingüístico entre los organismos participantes.
(Maturana y Varela: 1988, El árbol del conocimiento, pág. 138)
Los humanos como humanos no podemos, desde la perspectiva de Maturana y
Varela, separarnos de la trama de acoplamientos estructurales tejida por una
lingüística permanente. Así, nos realizamos en un mutuo acoplamiento
lingüístico, no sólo porque el lenguaje nos permita decir lo que somos sino
porque somos en el lenguaje, “en un continuo ser en los mundos lingüísticos y
semánticos que traemos a la mano con otros”.
14
El lenguaje no fue nunca inventado por un sujeto en la aprehensión de
un mundo externo, y no puede, por lo tanto, ser usado como herramienta
para revelar un tal mundo. Por el contrario, es dentro del lenguaje mismo
que el acto de conocer, en la coordinación conductual que el lenguaje
es, trae un mundo a la mano. (ídem., pág. 155)
f. Riqueza de elecciones
El terapeuta con una orientación constructivista rechaza la creencia de una
única respuesta correcta que excluya otras posibilidades. La riqueza de
posibilidades es signo de funcionalidad. La riqueza de elecciones, en el ser
humano, es el signo de un sistema saludable. Y hay que tener presente el
imperativo ético de von Foerster:
Actúa siempre de tal modo que incrementes el número de elecciones
(Segal:1994, soñar la realidad, pág. 26).
g. La cooperación y no la competición esencia de la existencia social
La cooperación, desde luego, implica sustituir el concepto de objetividad por el
de responsabilidad en la interacción. Sólo en la cooperación se enriquece la
relación. La vida es un espacio donde se puede crear el espacio para que los
seres humanos perciban que funcionan en la interacción como necesidad de
subsistencia, ello implica, como lo plantea Lynn Segal (1994) que la vida es un
juego de suma donde todos los jugadores ganan o todos los jugadores pierden.
y nos propone el imperativo moral de von Foerster “A se enriquece cuando B se
enriquece” (ídem, pág. 26)
15
3. CARACTERÍSTICAS DE LA PSICOTERAPIA BREVE DESDE UNA EPISTEMOLOGÍA CONSTRUCTIVISTA.
Cada paradigma, es decir, cada discurso del mundo, tiene un punto medular, a
semejanza de una madeja de hilo desde la cual se va deshilando para
tejer una red. En una red encontramos puntos que anudan e hilos que
surgen para entrelazar más puntos. Los paradigmas se gestan en
oposición a otros paradigmas, cuestionan sus premisas y proponen
otras.
Desde la epistemología constructivista, aplicado al contexto de la psicoterapia
breve, no hay manera de descubrir el problema “real” en cualquier situación
terapéutica ajeno a los significados de los clientes, sus intentos y obstáculos.
Sin embargo, el problema generalmente está determinado por el marco teórico
y las premisas de los terapeutas, que se consideran como un marco de
comprensión objetivo. Algunas de estas premisas, pueden ser los siguientes
ejemplos:
• Descubrir los puntos ocultos, reprimidos o no manifestados y guiar a los
clientes hacia la aceptación.
• El problema tiene una función interpersonal.
• Conflictos originados en la infancia y aún no resueltos.
• Pautas cognitivas de pensamiento irracionales o distorsionadas que
mantienen los problemas.
• Preguntas no expresadas.
• Pauta que conecta las pautas. Identificar pautas comunes en las
relaciones interpersonales.
16
• El problema es mantenido por procesos o estructuras familiares que se
tienen que reorganizar.
La terapia breve como cualquier rama del conocimiento y como signo de los
tiempos está evolucionando y diversificándose. Hay una gran variedad de
escuelas. Sin embargo, las que comparten un origen en común como es el
marco epistemológico constructivista comparten “la existencia de varias hebras
comunes que componen la tela de la terapia breve” (Hudson: 2004, terapia
breve, pág. 109). Algunos de éstas se mencionan a continuación:
Las referencias de que se valen los terapeutas, para el diagnóstico, tienen un
efecto en los datos observados. Es decir, no podemos diagnosticar problemas
sin influir de alguna manera en ellos, porque vivimos en el lenguaje que
determina nuestro pensamiento, emociones y conducta en determinadas
direcciones.
Los problemas no existen en un vacío. Solo existen dentro de un
contexto… un contexto lingüístico, social, cultural. (…). En terapia
debemos admitir que el terapeuta forma parte del contexto del problema;
ayuda a crear problemas terapéuticos con su modo de llevar adelante la
entrevista y el esfuerzo terapéutico. (idem. pag.110)
El problema se puede negociar en el dialogo terapeuta – cliente. Se parte de la
información que ha traído el cliente. Como dice Hudson (2004) dejen que los
clientes les enseñen qué les preocupa, qué buscan y qué funciona bien o mal
en ellos. El terapeuta elige modos de pensar y de hablar durante las sesiones
que permitan crear problemas resolubles.
17
Desde la epistemología constructivista, se puede considerar la psicoterapia
como un proceso orientado a perturbar la epistemología del cliente: su
patrón de conocimiento de la realidad. O en otras palabras: su
construcción de la realidad respecto a un fenómeno que esté
experimentando.
Perturbar implica abrir posibilidades de significados: un cambio en los puntos
de vista acerca del problema y ampliar posibilidades de solución. Poner
en una situación que permita al cliente nuevas y diversas experiencias
significativas en términos de conducta, es decir, cambios en las
acciones e interacciones envueltas en la situación. Esto requiere de
establecer un objetivo o meta, así como la utilización de creencias,
modos de obrar y recursos del cliente.
4. TRES ESCUELAS DE PSICOTERAPIA BREVE
Sin embargo, las escuelas de psicoterapia breve, harán el énfasis en algunos
de los teóricos y de las premisas epistemológicas mencionadas, tales como las
siguientes:
a. Psicoterapia breve
En la terapia breve del Mental Research Institute (MRI) el síntoma o problema
está sostenido por: la percepción de la realidad, el proceso de acciones y
retroacciones que se genera y que se mantiene por los intentos de solución.
En este enfoque, los intentos de solución fijan la persistencia de una dificultad
mal manejada. Y a diferencia de la terapia familiar sistémica y de otros
enfoques terapéuticos:
No se extraen inferencias sobre disfunciones individuales o familiares
subyacentes. Al síntoma no se le atribuye ningún propósito o función. No
se considera que sean necesarios o útiles conceptos tales como los de
18
homeostasis, enfermedad mental o ventaja interpersonal de los
síntomas. (Cade y Hudson: 1995, Guía breve, pág. 26)
En este enfoque, la terapia se centra en las soluciones intentadas, es decir, en
detener e incluso invertir lo que se ha intentado como solución por más lógico
que parezca, una vez que se bloquea la pauta recursiva que mantiene el
problema, se tiene la oportunidad de realizar otras conductas.
La terapia breve del MRI no está interesada en que la persona en terapia tome
conciencia de sus pautas recursivas o el conocimiento y comprensión de su
pasado como condición previa de solucionar su presente. Desde su
epistemología constructivista e inspiración ericksoniana, parte de los
imperativos planteados por Heinz von Foerster: imperativo estético: “si quieres
ver aprende a obrar”. E imperativo ético: “obra siempre de modo que aumentes
el número de posibilidades de elección”. Con ello, busca crear una experiencia
que dé nuevos significados y acciones diferentes a las que se han venido
empleando, y así, desplazar el punto de observación de su posición perceptivo
– reactiva rígida a otra más flexible.
La atención (…) es la relación interdependiente que cada cual vive
consigo mismo, con los demás y con el mundo. El objetivo es el buen
funcionamiento de estas relaciones, no en términos generales y
absolutos de normalidad, sino en términos de realidad totalmente
personal, diversa de individuo a individuo y de contexto a contexto.
(Nardone y Watzlawick: 1995, el arte del cambio, pág. 36)
Nardone y Watzlawick (1995) en su libro el arte del cambio, plantean una serie
de principios que se pueden resumir de la manera siguiente:
• Existen tantas realidades como puntos de observación para observar.
• Pasar de los contenidos (análisis de lo profundo y causas) a los
procesos, y se trata de un saber cómo más que de un saber por qué.
19
• Hay que intentar soluciones diferentes a la que se han venido
empleando, otras posibles perspectivas y acciones.
• Las experiencias concretas cambian el marco de la realidad, es decir, la
percepción – reacción a aquella situación determinada.
b.Psicoterapia centrada en soluciones.
La terapia centrada en las soluciones (TCS) surge, al igual que otras corrientes
de la terapia breve de los aportes anteriormente mencionados de: Gregory
Bateson, Don Jackson, John Weakland, Jay Haley, Paul Watzlawick y otros a
quienes se atribuye la creación del paradigma sistémico.
Comenzó siendo un modelo de terapia familiar breve y evolucionó hasta
convertirse en TCS con principios y aplicaciones diferentes bajo la influencia de
la epistemología constructivista de los teóricos Humberto Maturana, Francisco
Varela y Harry Stack Sullivan. Actualmente, la TCS es reconocida como un
modelo de terapia sólidamente fundado.
El supuesto del que parte está basado en la colaboración y en el supuesto de
que los individuos, pareja, familia, tienen la solución. Se considera que tanto los
terapeutas y los clientes constituyen en conjunto un suprasistema terapéutico
que genera nuevas pautas de interacción.
“Cada familia (o individuo o pareja) muestra un modo singular de tratar
de cooperar; y la tarea del terapeuta consiste, primero, en describirse
ese modo particular exhibido por la familia y, luego, en cooperar con él.”
(De Shazer: 1982, An ecosystemic approach, págs. 9 – 10)
La terapia centrada en la solución “se considera una teoría constructivista que
conserva algunos conceptos interaccionales – estratégicos y los integra a una
perspectiva biológica que incluye las emociones” (Lipchic: 2004, terapia
centrada en soluciones, págs. 46.)
20
Los supuestos centrados en la solución (Lipchic, 2004, terapia centrada en
soluciones, págs. 46 – 57) son los siguientes:
• Cada cliente es único, también lo es cada relación. Estos se relaciona
con el principio de que cada persona está determinada por su estructura.
• Los clientes poseen puntos fuertes y recursos intrínsecos para ayudarse
a sí mismos.
• Nada es totalmente negativo. No puede haber cambio sin preservación.
• La resistencia no existe. Hay que encontrar la perturbación adecuada.
• No se puede cambiar a los clientes, solo ellos pueden cambiarse a sí
mismos.
• No hay causa y efecto. Este concepto no existe en una teoría
constructivista pues implica la existencia de una verdad objetiva.
• Las soluciones no tienen que ver necesariamente con el problema.
• Las emociones son parte de todo problema y de toda solución.
• El cambio es constante e inevitable.
• No podemos cambiar el pasado, de modo, que debemos concentrarnos
en el futuro.
c. Psicoterapia breve hipnótica
Milton Erickson ha inspirado diversas escuelas de terapia que toman parte o
partes de su visión del ser humano y de la manera de hacer los cambios. Sin
embargo, cada modelo resalta aspectos de su obra y desarrolla métodos
diversos.
En este caso, el modelo de la psicoterapia erickosoniana breve hipnótica ha
sido desarrollado por Jeffrey K. Zeig en la Fundación Milton H. Erickson en
Phoenix, Arizona. Se basa en todos y cada uno de los elementos desarrollados
por Milton Erickson como se menciona a continuación:
21
La psicoterapia breve hipnótica se orienta hacia las soluciones y las fuerzas
que existen en las personas. Se basa en un enfoque experiencial. La
psicoterapia breve hipnótica no está basada en dar información, implica
proveer experiencias que le ayuden a las personas a darse cuenta de que
saben.
Este enfoque está dirigido hacia el resultado, por lo tanto implica tener una
meta y proveer estrategias para elicitar esa meta. La psicoterapia se convierte
en un proceso de reasociar la vida interna con las soluciones. Y el trabajo del
terapeuta es catalizar los recursos existentes en el presente o que pueden
desarrollarse y utilizarse en el futuro.
Y al mismo tiempo este modelo introduce elementos innovadores en el proceso
terapéutico. Se basa en los siguientes puntos de intervención:
• Metas
• Envoltura
• Cortar a la medida
• Intervención Con - Contra la Categoría
• Procesamiento
• Posicionamiento del terapeuta
También desarrolló el Modelo ARE (absorción, ratificación y elicitación) el cual
es un modelo general para la inducción del trance influenciado por el trabajo de
Milton Erickson.
Otra de las características que distingue a la Psicoterapia breve hipnótica de
otros modelos es el énfasis en la utilización de la comunicación para lograr
efectos terapéuticos; el terapeuta estructura la comunicación de tal manera que
22
tenga el máximo efecto para que el paciente pueda cambiar varios aspectos de
su vida, no únicamente el síntoma.
Referencias bibliográficas
Cade, B., Hudson, W. Guía breve de terapia breve. Ed. Paidós, Barcelona, 1995.
Cecchin, G., Lane, G. y Ray, W. Irreverence – A strategy for therapists survival, Londres: Karnac books, 1992.
De Shazer, S. Patterns of brief family therapy: An ecosystemic approach, Nueva York, 1982.
Feixas, G., Villegas, M. Constructivismo y psicoterapia. Ed. Desclée de Brouwer, España, 3ra ed., 2000.
Keeney, B. Estética del cambio. Editorial Paidos, 1994, México, ed. 11ª.
Lipchik, Eve. Terapia centrada en la solución. Más allá de la técnica. Amorrortu editores, 1ra edición, Buenos Aires, 2004.
Maturana R, Humberto., Nisis, Sima. Transformación en la convivencia. Dolmen ediciones, Santiago de Chile, 1988.
23
Maturana, H. La objetividad. Un argumento para obligar. Dolmen ediciones, Chile, 1997.
Maturana, H; Varela, F. El árbol del conocimiento. Editorial Universitaria, edición 14ª, Santiago de Chile, 1988.
Nardone, G., Watzlawick, P. El arte del cambio. Ed. Herder, Barcelona, 1995.
Segal, Lynn. Soñar la realidad. Ed. Paidós, Barcelona, 1994.
Von Glasersfeld, Ernest. (Comps.) El ojo del observador. Despedida de la objetividad, Gedesa, Barcelona, 1989.
Zeig, J., Gilligan, S. (Comps.) Terapia breve. Mitos, métodos y metáforas. Amorrortu editores, 1ra edición, Buenos Aires, 2004.
ANEXOS 1.
LA EMOCION COMO MOTOR DE LA VIDA
Por Humberto Maturana y Ximena Dávila
Las personas vivimos en dos ámbitos: por una parte somos animales y, por
otra, somos humanos. Pero ¿qué es lo humano? Solemos pensar en el ser
humano como un ser racional, afirmando que lo que nos distingue de los otros
animales es nuestra racionalidad. Sin embargo, decir que la razón es lo que
nos caracteriza es limitar nuestra propia definición, porque nos deja ciegos
frente a la emoción, que queda desvalorizada como algo animal. En realidad,
tanto razón como emoción constituyen partes integrantes de nuestra
experiencia humana, aunque no solemos darnos cuenta de que todo sistema
racional tiene un fundamento emocional.
Por otra parte, las emociones no son lo que corrientemente llamamos
sentimientos. Desde el punto de vista biológico, cuando hablamos de
emociones nos referimos a estados corporales cambiantes según las acciones
24
que llevamos a cabo. Las emociones son un fenómeno propio del reino animal,
pues todos los animales las tenemos. Y son ellas las que definen nuestra
conducta, a pesar de que insistamos en que es nuestro ser racional quien nos
guía.
LOS SERES HUMANOS, COMO LOS ANIMALES, TAMBIÉN SOMOS SERES
EMOCIONALES
El hecho de ser humanos implica que somos capaces de entrelazar nuestras
emociones y nuestros haceres, de comunicarnos, de conversar y de ser
conscientes de todo este proceso, de lo que nos ocurre y de cómo lo vivimos.
Esto es lo que, por lo que sabemos hasta ahora, nos diferencia de los
animales, cuya existencia fluye ajena a la posibilidad de reflexión acerca de
ellos mismos.
El vivir humano, pues, puede ser distinguido como nuestra capacidad para
conversar. Por lo tanto, podemos establecer una doble mirada hacia el ser
humano: como persona que reflexiona y como animal. Y ambas visiones no nos
separan sino que son complementarias, unitariamente vividas.
El aumento progresivo de la capacidad del cerebro está relacionado con la
aparición del lenguaje. Y el origen del lenguaje, a su vez, tiene que ver con la
coordinación recursiva de acciones entre los que conversan. El lenguaje, por
consiguiente, sirve de coordinación recursiva de acciones que pasan de una
generación a otra a través del aprendizaje de los niños. Conversar es algo
diferente a hablar, porque entrelaza las emociones y los haceres de unos y
otros.
Pero para que este modo de vida, basado en la cooperación entre todos, fuese
posible, tuvo que haber una emoción fundadora. Esta emoción es el amar. El
origen de lo humano y de lo amoroso se produjo en un mismo momento, hace
tres millones y medio de años. Gracias a la investigación, sabemos que
entonces ya había primates bípedos que caminaban erectos y poseían
hombros, pero que tenían un cerebro mucho más pequeño que el nuestro.
25
Estos primates vivían en grupos pequeños, como familias extendidas de diez a
doce individuos, formadas por bebés, niños y adultos. Compartían sus
alimentos y estaban inmersos en una sensualidad recurrente. Además, los
machos participaban en el cuidado de las crías. Fue el nacimiento de lo que
denominamos familia y de nuestro linaje evolutivo. Y este vivir amoroso se ha
conservado, ya que el acto de amar está ligado a nuestra capacidad para
conversar con los demás y para emocionarnos. Por tanto, el amar y el lenguaje
van unidos de la mano.
EL AMAR ESTÁ INTIMAMENTE RELACIONADO CON EL ORIGEN Y
DESARROLLO DEL LENGUAJE
Todo esto lo podemos definir hablando de nosotros como Homo sapiens-amans
amans. La palabra sapiens hace referencia a nuestra capacidad para el
lenguaje y para razonar reflexivamente, que es posible precisamente gracias a
la existencia del lenguaje. La expresión sapiens-amans asocia esta capacidad
para conversar con nuestra capacidad para amar, de encontrarnos el uno con
el otro, porque amar es la emoción que funda la intimidad con el resto de los
seres humanos, y precisamente este placer de hacer cosas juntos es lo que
hace posible que surja el lenguaje. El segundo amans se refiere a que el amar
ha sido, y sigue siendo, la emoción que nos ha guiado, y aún nos guía, en la
deriva filogenética de nuestro linaje. Por tanto, podemos afirmar que la emoción
básica que nos hizo posibles y que todavía nos conserva en el fluir de nuestra
biología cultural es el amar.
Sin embargo, en el día a día, negamos esta importancia de la emoción del
amar, en nuestra propia existencia como humanos en las comunidades que
habitamos. Esto se debe a la aparición de un yo separado del mundo en que
vive, que limita la observación de la existencia. Cuando observamos a los
demás como “los otros”, separados de nuestra idea de nosotros mismos, se
desarrollan las ideologías y los delirios de posesión de la verdad, que son
formas de convivir que niegan la reflexión.
26
El yo, sin fundamento social, hace lo que hacemos desde nuestro cuerpo,
distingue entre nosotros y los demás y crea los mundos en los que vivimos las
personas, en donde negamos las verdades ajenas y sólo consideramos ciertas
aquellas que nos pertenecen a nosotros. Es así como la cultura que vivimos, la
que decide lo que está bien y lo que está mal, utiliza la racionalidad como punto
de partida, como primera verdad absoluta, generando así dolor y sufrimiento,
pues niega el amar en las diferentes dimensiones de nuestra existencia social.
NUESTRA CULTURA SE BASA EN LA RAZÓN Y DEVALÚA EL
CONOCIMIENTO QUE PROVIENE DE LAS EMOCIONES
Como hemos mencionado al principio, hablamos como si lo racional tuviese un
fundamento que le da una validez universal independiente de lo que nosotros
hagamos como seres vivos. Pertenecemos a una cultura que da a lo racional
un carácter trascendente, y un carácter arbitrario a lo que proviene de nuestras
emociones. Por eso nos cuesta aceptar el fundamento emocional de lo
racional. Además, nos parece que ser emocionales es incluso un problema,
pues nos expone al caos de la sinrazón, donde cualquier cosa parece posible.
Ocurre, sin embargo, que el vivir no ocurre en el caos, y que hay caos solo
cuando perdemos nuestra referencia emocional y no sabemos qué queremos
hacer, porque nos encontramos recurrentemente en emociones contradictorias.
Vivimos, pues, en una cultura que ha desvalorizado las emociones en función
de una supervaloración de la razón, en un deseo de decir que nosotros, los
humanos, nos diferenciamos de los otros animales en que somos seres
racionales. Pero resulta que somos mamíferos y, como tales, somos animales
que vivimos en la emoción. Las emociones no son oscurecimientos del
entendimiento ni restricciones de la razón; las emociones son dinámicas
corporales que nos guían en nuestra vida, que nos marcan la dirección hacia
donde movernos. Así pues, el vivir humano se da en un continuo
entrelazamiento de acciones y de emociones en lo que distinguimos como un
conversar, que es más que hablar y más que dialogar: es un danzar juntos.
27
LAS EMOCIONES NOS GUIAN Y, SI LAS OBSERVAMOS, PODREMOS
ENTENDER NUESTRAS ACCIONES
Si queremos entender las acciones humanas, no tenemos que fijarnos en los
movimientos o en los actos en sí sino en las emociones que los posibilitan. Así,
un choque entre dos personas se vivirá como una agresión o como un
accidente según sea la emoción en la que se encuentren los involucrados. No
es el encuentro lo que define lo que ocurre sino la emoción.
Es difícil darnos cuenta de esto, a menos que, debido a alguna circunstancia
que nos empuje a la reflexión, soltemos las certidumbres que guían nuestro
hacer y miremos las redes de conversaciones de nuestro convivir. Así, viendo si
nos gusta participar de ellas o no, podemos seguir el camino que llevamos o
cambiar conscientemente de rumbo. Al fin y al cabo, nacemos y crecemos en
una cultura que creamos inconscientemente en nuestro vivir, pero no estamos
atrapados en ella. La reflexión es siempre la oportunidad para salir de cualquier
trampa psíquica, si queremos.
SOMOS LIBRES SI PROFUNDIZAMOS EN LO QUE SENTIMOS Y
DUDAMOS DE LO ESTABLECIDO CULTURALMENTE
La experiencia de la libertad consiste simplemente en sumergirnos en la
reflexión, en salir de la cultura que hemos aceptado como cierta solo porque
nos lo han dictado así la razón imperante. Debemos reconocer que no somos
de ninguna manera trascendentes sino que devenimos en un continuo ser
cambiante o estable, pero no absoluto o necesariamente para siempre.
Si por ejemplo, decimos que un niño es de una cierta manera – bueno, malo,
inteligente o tonto –, basamos nuestra relación con el pequeño de acuerdo a lo
que oímos acerca de él. El niño, a menos que se acepte y se respete a sí
mismo, no tendrá escapatoria y caerá en la trampa de la no aceptación y el no
respeto a sí mismo, porque solamente podrá ser, en su relación con los demás,
algo dependiente de lo que surja como niño bueno, o malo, o inteligente, o
tonto. Y si el niño no puede aceptarse y respetarse a sí mismo, no podrá
28
tampoco aceptar y respetar al otro: temerá, envidiará o despreciará, pero no
aceptará ni respetará.
Sin embargo, existe una manera de que esto no ocurra. No hemos de pensar o
sentir que tenemos que cambiar o que hay algo en nosotros que está mal. Sin
aceptación ni respeto por nosotros mismos, no podemos aceptar ni respetar al
otro, y sin aceptar al otro como alguien legítimo en la convivencia, no hay
fenómeno social. La clave para aceptarnos y respetarnos reside en nuestra
capacidad para reflexionar sobre nuestros quehaceres. Debemos respetar
nuestros errores y tratarlos como oportunidades legítimas de cambio.
En fin, la responsabilidad se da cuando nos damos cuenta de que nuestras
acciones tienen consecuencias. y la libertad viene de llevarlas a cabo y asumir
estas mismas consecuencias. Es decir, que responsabilidad y libertad surgen
en la reflexión que expone nuestro quehacer en el ámbito de las emociones. En
el proceso de querer estas acciones o no, debemos darnos cuenta de que el
mundo en que vivimos depende de lo que nosotros deseemos.
TENEMOS LA POSIBILIDAD DE CREAR NUESTRO MUNDO AL ACTUAR
DE ACUERDO A LO QUE SENTIMOS
Solo desde la emoción podemos comunicarnos de una manera verdadera con
los demás. Las emociones son conductas de relación entre unos y otros modos
de comportarse que influyen en las acciones de todos. Por tanto, las
emociones constituyen, a cada instante, el lugar donde se produce la
convivencia entre todos los seres vivos. Lo único que podemos experimentar
como real, desde nuestra experiencia como humanos y como animales, es lo
que sentimos. Y eso, además, es lo único que podemos compartir con los
demás. Por eso, el amar es la base de nuestro sello como especie y es la
posibilidad de vivir la libertad, sea cuales sean las condiciones de vida que
nuestro vivir y convivir han generado.
Fuente : Revista Mente Sana
www.matriztica.cl
29
30