Antologia Poetica

download Antologia Poetica

of 47

description

Poemas varios

Transcript of Antologia Poetica

  • CREED

    Editorial

    ANTOLOGA POETICA

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    1

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    2

    Creed Editorial

    ANTOLOGA POETICA

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    3

    Coleccin: Creed Editorial Diseo de Portada: Omar Alejandro Rosas Salas Derechos Reservados 2000, Editorial Creed S.A. de C.V. Claustro de la Perdiz #1 Col. Chulavista, 72402, Mxico, Puebla Sexta reimpresin(Mxico): Marzo de 2010 ISBN: 968-6941-66-3 Impreso en los talleres de Impresos de Cholula S.A. de C.V. San Andrs Cholula nm. 124, Cholula, Puebla Impreso y hecho en Mxico - Printed and made in Mexico

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    4

    PRLOGO

    La palabra poesa proviene del termino latino posis, que significa belleza, y este a su vez se deriva del griego , que significa creacin. La poesa es un texto literario compuesto por rima, verso, ritmo y/o mtrica. Aunque la poesa es mas que solo un conjunto de palabras, es el lenguaje del corazn, es la mxima expresin de los sentimientos, es tener el corazn en la mano cada vez que una palabra es escrita en el papel Porque cuando lees un poema es como entrar a la montaa rusa de los emociones, ya que en un momento estas en la cspide de la felicidad y en el otro te encuentras en el abismo de la soledad, o puedes estar girando gentilmente en el amor y en un instante vas camino al vrtice del odio. Es por esto que la poesa es ms que solo palabras.

    El objetivo principal de esta antologa es el de difundir, educar y ensear a los jvenes el bello arte de la poesa. Es darles a conocer todos los sentimientos que puede esconder una sola palabra y todas las emociones que conlleva cada verso. Por que lamentablemente esta cultura de la poesa y en general de la lectura se ha ido perdiendo casi al borde de desaparecer y es por eso que esta antologa de poemas escogidos y ledos por el grupo 3AV busca impactar a mas jvenes para que continen difundiendo lo bello que es la poesa y la lectura, adems de que comiencen a formar una critica y un criterio propio acerca de la poesa y de la literatura en general.

    Esta antologa est compuesta por 40 poemas de diversos autores ordenados alfabticamente, los cuales son autores reconocidos entre la poesa, tales como Mario Benedetti, Jaime Sabines, Octavio Paz, Pablo Neruda, entre otros grandes poetas.

    Los temas propuestos en la antologa van desde amor hasta odio, de felicidad a tristeza, etc. Adems contiene poemas de diferentes movimientos literarios, como el romanticismo, el neoclsico e incluso los poetas sangrientos como Charles Baudelaire lo que hace de esta pequea antologa una gran variedad.

    Comiencen este pequeo pero gran viaje a travs de las palabras, los versos y las rimas de estos poetas, ya que no solo te servir para conocer la poesa sino que llegaras a conectarte con alguno de los poemas y podrs sentir exactamente lo que el poeta estaba sintiendo en el momento en que lo estaba escribiendo y te identificaras completamente con el y puede que llegues incluso a seguir los pasos de estos grandes de la literatura y te vuelvas uno de los poetas del maana. No te pierdas este recorrido por todas las emociones y sentimientos que puede tener una persona ya que estoy seguro que te cautivara y te atrapar como lo hizo con nosotros

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    5

    A CAPRICHO Alfonsina Storni

    Escrtame los ojos, sorprndeme la boca, sujeta entre tus manos esta cabeza loca,

    dame de beber veneno, el malvado veneno que te moja los labios a pesar de ser bueno.

    Pero no me preguntes nada de por qu llor tanto en la noche pasada; las mujeres lloramos sin saber, porque s:

    es esto de los llantos pasaje balad. Bien se ve que tenemos adentro un mar oculto,

    un mar un poco torpe, ligeramente estulto, que se asoma a los ojos con bastante frecuencia y hasta lo manejamos como una dctil ciencia.

    No preguntes, amado, lo debes sospechar; en la noche pasada no estaba quieto el mar.

    Nada ms. Tempestades que las trae y las lleva Un viento que nos marca cada vez costa nueva.

    Si, vanas mariposas sobre jardn de Enero, nuestro interior es todo sin equilibrio y huero.

    Luz de cristalera, fruto de carnaval decorado en escamas de serpientes del mal. As somos no es cierto? Ya lo dijo el poeta: movilidad absurda de inconsciente coqueta, deseamos y gustamos la miel de cada copa

    y en el cerebro habemos un poquito de estopa. Bien; no, no me preguntes. Torpeza de mujer.

    Capricho amado mo, capricho debe ser. Oh djame que ra... no ves que tarde hermosa?

    Espnate las manos y crtame esa rosa.

    FIERO AMOR Alfonsina Storni

    Oh, fiero amor, llegaste como la mariposa.

    Cuando comienza Octubre se aproxima a la rosa; era silencio todo, era silencio abierto

    a sombras misteriosas como el ojo de un muerto.

    Yo era la misma sombra, yo era menos, yo era una cosa durmiente que ni suea ni espera,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    6

    cuando el vuelo de aquella mariposa celeste me hizo gorjear de pronto como un pjaro agreste.

    Oh, cien soles se alzaron por el lado de oriente, oh, cien ros corrieron por la misma pendiente,

    oh, cien lunas de plata brillaron en el cielo y cien altas montaas emprendieron el vuelo.

    Abr los brazos: tuve la divina locura

    de tocar con mis dedos las cosas de la altura. Abr los ojos: tuve la divina tristeza

    de beber con los ojos la celeste belleza.

    Llor, llor sin tregua; grit: Corazn mo, detente en el camino que lleva al desvaro; pero el corazn mo fue una gota de cera...

    Dios, qu pudo esa gota contra la primavera?...

    Fiero amor: en tus manos yo he soltado mi vida; acgela: Paloma que se posa rendida

    en las garras sangrientas, ya no bate las alas: muere de lo que vive; vive de lo que exhalas.

    Bien s que no hay cien soles que nazcan en oriente, bien s que no hay cien ros por la misma pendiente, bien s que no hay cien lunas que brillen en el cielo,

    bien s que no hay montaas que se alarguen al vuelo.

    Bien s que las palomas ciegan sus ojos, dejan en el nido las plumas, las auroras se alejan, caen las hojas, viene el otoo, la muerte, y se agrisan los das, y se agrisa la suerte.

    Pero soy una esclava del dolor y lo adoro

    como adora el avaro el sonido del oro: oh, terrible tormenta de relmpago y rayo, en tu fuego revivo, en tu fuego desmayo.

    Fiero amor: soy pequea como un copo de nieve, fiero amor: soy pequea como un pjaro breve, triste como el gemido de un nio moribundo,

    fiero amor, no hallaras mejor presa en el mundo.

    Ninguna morira ms ligero en tus garras, ninguna morira ms pronto en tus amarras. Alumbra, sol naciente... Naturaleza, crece: sobre la vida oscura la muerte resplandece.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    7

    INMORTALIDAD Amado Nervo

    No, no fue tan efmera la historia

    de nuestro amor: entre los folios tersos del libro virginal de tu memoria, como ptalo azul est la gloria

    doliente, noble y casta de mis versos.

    No puedes olvidarme: te condeno a un recuerdo tenaz. Mi amor ha sido lo ms alto en tu vida, lo ms bueno;

    y slo entre los lgamos y el cieno surge el plido loto del olvido.

    Me vers donde quiera: en el incierto

    anochecer, en la alborada rubia, y cuando hagas labor en el desierto

    corredor, mientras tiemblan en tu huerto los montonos hilos de la lluvia.

    Y habrs de recordar! Esa es la herencia que te da mi dolor, que nada ensalma. Ser cumbre de luz en tu existencia,

    y un reproche inefable en tu conciencia y una estela inmortal dentro de tu alma!

    XTASIS Amado Nervo

    Cada rosa gentil ayer nacida, cada aurora que apunta entre sonrojos,

    dejan mi alma en el xtasis sumida... Nunca se cansan de mirar mis ojos

    el perpetuo milagro de la vida! Aos ha que contemplo las estrellas

    en las difanas noches espaolas y las encuentro cada vez mas bellas.

    Aos ha que en el mar, conmigo a solas, de las olas escucho las querellas,

    y aun me pasma el prodigio de las olas! Cada vez hallo la Naturaleza

    ms sobrenatural, ms pura y santa, Para m, en rededor, todo es belleza; y con la misma plenitud me encanta

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    8

    la boca de la madre cuando reza que la boca del nio cuando canta.

    Quiero ser inmortal, con sed intensa, porque es maravilloso el panorama

    con que nos brinda la creacin inmensa; porque cada lucero me reclama,

    dicindome, al brillar: Aqu se piensa, tambin aqu se lucha, aqu se ama.

    C

    LOS HERALDOS NEGROS Csar Vallejo

    Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no s!

    Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido

    se empozara en el alma. ; . Yo no s! Son pocos, pero son.... Abren zanjas oscuras

    en el rostro ms fiero y en el lomo ms fuerte. Sern tal vez los potros de brbaros atilas;

    o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las cadas hondas de los Cristos del alma,

    de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones

    de algn pan que en la puerta del horno se nos quema. Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;

    vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

    Hay golpes en la vida, tan fuertes. .. Yo no s!

    UNA MRTIR Charles Baudelaire

    En medio de los frascos, de las telas recamadas

    Y de los muebles voluptuosos, Mrmoles, cuadros, ropas perfumadas

    Se arrastran en pliegues suntuosos, En una alcoba tibia donde, como en un invernculo,

    El aire es peligroso y fatal, Donde los ramilletes moribundos en sus fretros de vidrio

    Exhalan su suspiro final, Un cadver sin cabeza derrama, cual un ro,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    9

    Sobre la almohada desalterada Una sangre roja y vivida con la que la tela se abreva

    Con la avidez de un prado. Semejante a las visiones plidas que engendran la sombra

    Y que nos encadenan los ojos, La cabeza, con el montn de sus crines oscuras

    Y de sus joyas preciosas, Sobre el velador, como una ranncula,

    Reposa; y, vaca de pensamientos, Una mirada vaga y plida como un crepsculo

    Se escapa de sus ojos revulsivos.

    Sobre el lecho, el tronco desnudo sin escrpulos exhibe En el ms completo abandono

    El secreto esplendor y la belleza fatal De que la natura le hizo don;

    Una media rosada, bordada de oro, en la pierna, Como un recuerdo ha quedado;

    La liga, cual un ojo secreto que fulgura, Clava una mirada diamantina.

    El singular aspecto de esta soledad Y de un gran retrato lnguido,

    Con ojos provocadores como su actitud, Revela un amor tenebroso,

    Un jbilo culpable y festejos extraos Llenos de besos infernales,

    Con los que se regocija el enjambre de ngeles malos Flotando en los pliegues de los cortinados;

    Y empero, al contemplar la delgadez elegante Del hombro de contorno anguloso,

    La cadera un poco puntiaguda y la cintura airosa Cual un reptil irritado,

    Ella es an muy joven! Su alma exasperada Y sus sentimientos por el hasto mordidos,

    Estuvieron entreabiertos a la jaura alterada Los deseos errantes y perdidos?

    El hombre vengativo, viviente, que t no has podido, Malgrado tanto amor, saciar,

    Colm sobre tu carne inerte y complaciente La inmensidad de su deseo?

    Responde, cadver impuro! y por tus trenzas rgidas Levantndote con un brazo febriciente,

    Dime, cabeza horrenda, sobre tus dientes fros, No estamp l su suprema despedida?

    Lejos del mundo burln, lejos de la multitud impura, Lejos de los magistrados curiosos,

    Duerme en paz, duerme en paz, extraa criatura,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    10

    En tu tumba misteriosa; Tu esposo corre por el mundo y tu forma inmortal

    Vela cerca suyo cuando l duerme; Tanto como t sin duda l te ser fiel

    Y constante hasta la muerte.

    E

    LUCERO VESPERTINO Edgar Allan Poe

    Ocurri una medianoche a mediados de verano; lucan plidas estrellas

    tras el potente halo de una luna clara y fra que iluminaba las olas rodeada de planetas,

    esclavos de su seora. Detuve mi mirada

    en su sonrisa helada -demasiado helada para m-;

    una nube le puso un velo de lanudo terciopelo

    y entonces me fij en ti. Lucero orgulloso, remoto, glorioso,

    yo siempre tu brillo prefer; pues mi alma jalea la orgullosa tarea

    que cumples de la noche a la maana, y admiro ms, desde luego,

    tu lejansimo fuego que esa otra luz, ms fra, ms cercana.

    CLARO DE LUNA Efrn Rebolledo

    Como un cisne espectral, la luna blanca

    en el espacio transparente riela, y en el follaje espeso, Filomela

    melifluas notas de su buche arranca.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    11

    Brilla en el fondo oscuro de la banca tu peinador de vaporosa tela,

    y por las frondas de satn se cuela o en los claros la nvea luz se estanca.

    Despus de recorrer el mrmol fro de tu pulida tez, toco una rosa que se abre mojada de roco;

    todo enmudece, y al sentir el grato calor de tus caricias, mi ardorosa virilidad se enarca como un gato.

    F

    ES TAN BLANCA, TU PIEL, COMO LA NIEVE Fernando Del Paso

    Es tan blanca, tu piel, como la nieve. La nieve quiere al sol por lo brillante.

    Y el sol, que se enamora en un instante, se acuesta con la nieve y se la bebe.

    El sol, aunque es muy grande, no se atreve

    a hacerse olvidadizo y arrogante: se acuerda de su novia fulgurante

    y se pone a llorar, y entonces llueve.

    Y llueve y llueve y llueve y de repente la lluvia se hace nieve: esta maana

    que nieva tanto en Londres, y ha nevado

    luminosa y nupcial y blancamente en jirones, tu piel, por mi ventana, ningn sol, como yo, tan desolado.

    G

    CUANDO NOS SEPARAMOS George Gordon

    Cuando nos separamos

    En silencio y entre lgrimas,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    12

    Con el corazn partido, Apartndonos por aos,

    Tu mejilla se volvi plida y fra, Ms fros tus besos;

    Y es verdad que aquella hora predijo El dolor de esta.

    El roco de la maana Se hundi glido en mi frente,

    Lo sent como el preludio De lo que hoy siento.

    Tus votos fueron quebrados, Y ligera es tu fama:

    Escucho decir tu nombre Y comparto su vergenza.

    Te nombran en mi presencia, Lgubres voces en mis odos;

    Un estremecimiento en mi camino: Por qu tanto te he querido? Ellos no saben que te conoc,

    Los que te conocen demasiado bien: Largo, largo tiempo he de arrepentirme de ti,

    Hondos pensamientos que jams dir. En silencio nos conocimos,

    En silencio me lamento De tu corazn proclive al olvido,

    Del engao de tu espritu. Si llegara a encontrarte

    Tras largos aos, Cmo habra de saludarte!

    Con lgrimas y silencio.

    VOLVERN LAS OSCURAS GOLONDRINAS Gustavo Adolfo Bcquer

    Volvern las oscuras golondrinas en tu balcn sus nidos a colgar,

    y, otra vez, con el ala a sus cristales jugando llamarn;

    pero aqullas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar,

    aqullas que aprendieron nuestros nombres... sas... no volvern!

    Volvern las tupidas madreselvas de tu jardn las tapias a escalar,

    y otra vez a la tarde, aun ms hermosas,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    13

    sus flores se abrirn; pero aqullas, cuajadas de roco, cuyas gotas mirbamos temblar y caer, como lgrimas del da...

    sas... no volvern!

    Volvern del amor en tus odos las palabras ardientes a sonar;

    tu corazn, de su profundo sueo tal vez despertar;

    pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar,

    como yo te he querido..., desengate: as no te querrn!

    J

    ME DOY CUENTA DE QUE ME FALTAS Jaime Sabines

    Me doy cuenta de que me faltas

    y de que te busco entre las gentes, en el ruido, pero todo es intil.

    Cuando me quedo solo me quedo ms solo

    solo por todas partes y por ti y por m. No hago sino esperar.

    Esperar todo el da hasta que no llegas. Hasta que me duermo

    y no ests y no has llegado y me quedo dormido

    y terriblemente cansado preguntando.

    Amor, todos los das. Aqu a mi lado, junto a m, haces falta.

    Puedes empezar a leer esto y cuando llegues aqu empezar de nuevo.

    Cierra estas palabras como un crculo, como un aro, chalo a rodar, encindelo.

    Estas cosas giran en torno a m igual que moscas, en mi garganta como moscas en un frasco.

    Yo estoy arruinado.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    14

    Estoy arruinado de mis huesos, todo es pesadumbre.

    ESPERO CURARME DE TI Jaime Sabines

    Espero curarme de ti en unos das. Debo dejar de

    fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me

    receto tiempo, abstinencia, soledad.

    Te parece bien que te quiera nada ms una semana? No es mucho, mi es poco, es bastante. En una

    semana se pueden reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa

    hoguera del amor quemado. Y tambin el silencio. Porque las mejores palabras del amor estn entre dos

    gentes que no se dicen nada.

    Hay que quemar tambin ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (T saber cmo te digo que

    te quiero cuando digo: "qu calor hace", "dame agua", "sabes manejar?, se hizo de noche"... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mas, te he

    dicho "ya es tarde", y t sabas que deca "te quiero".)

    Una semana ms para reunir todo el amor del

    tiempo. Para drtelo. Para que hagas con l lo que t quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No

    sirve, es cierto. Slo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un

    panten.

    DESPUS DE TODO Jaime Sabines

    Despus de todo -pero despus de todo-

    slo se trata de acostarse juntos, se trata de la carne,

    de los cuerpos desnudos, lmpara de la muerte en el mundo.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    15

    Gloria degollada, sobreviviente

    del tiempo sordomudo, mezquina paga de los que mueren juntos.

    A la miseria del placer, eternidad, condenaste la bsqueda, al injusto

    fracaso encadenaste sed, clavaste el corazn a un muro.

    Se trata de mi cuerpo al que bendigo,

    contra el que lucho, el que ha de darme todo

    en un silencio robusto y el que se muere y mata a menudo.

    Soledad, mrcame con tu pie desnudo,

    aprieta mi corazn como las uvas y llname la boca con su licor maduro.

    ME DUELES Jaime Sabines

    Me dueles.

    Mansamente, insoportablemente, me dueles. Toma mi cabeza, crtame el cuello.

    Nada queda de m despus de este amor. Entre los escombros de mi alma bscame,

    escchame. En algn sitio mi voz, sobreviviente, llama,

    pide tu asombro, tu iluminado silencio.

    Atravesando muros, atmsferas, edades, tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)

    viene desde la muerte, desde antes del primer da que despertara al mundo.

    Qu claridad tu rostro, qu ternura de luz ensimismada,

    qu dibujo de miel sobre hojas de agua! Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.

    Soy como el hijo de tus ojos, como una gota de tus ojos soy.

    Levntame. De entre tus pies levntame, recgeme, del suelo, de la sombra que pisas,

    del rincn de tu cuarto que nunca ves en sueos.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    16

    Levntame. Porque he cado de tus manos y quiero vivir, vivir, vivir.

    NO ES QUE MUERA DE AMOR, MUERO DE TI Jaime Sabines

    No es que muera de amor, muero de ti.

    Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia ma de mi piel de ti, de mi alma, de ti y de mi boca

    y del insoportable que yo soy sin ti.

    Muero de ti y de mi, muero de ambos, de nosotros, de ese, desgarrado, partido,

    me muero, te muero, lo morimos.

    Morimos en mi cuarto en que estoy solo, en mi cama en que faltas,

    en la calle donde mi brazo va vaco, en el cine y los parques, los tranvas,

    los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza

    y mi mano tu mano y todo yo te s como yo mismo.

    Morimos en el sitio que le he prestado al aire

    para que ests fuera de m, y en el lugar en que el aire se acaba

    cuando te echo mi piel encima y nos conocemos en nosotros,

    separados del mundo, dichosa, penetrada, y cierto , interminable.

    Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos

    entre los dos, ahora, separados, del uno al otro, diariamente,

    cayndonos en mltiples estatuas, en gestos que no vemos,

    en nuestras manos que nos necesitan.

    Nos morimos, amor, muero en tu vientre que no muerdo ni beso,

    en tus muslos dulcsimos y vivos, en tu carne sin fin, muero de mscaras,

    de tringulos oscuros e incesantes.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    17

    Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo, de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.

    En el pozo de amor a todas horas, inconsolable, a gritos,

    dentro de m, quiero decir, te llamo, te llaman los que nacen, los que vienen

    de atrs, de ti, los que a ti llegan. Nos morimos, amor, y nada hacemos

    sino morirnos ms, hora tras hora, y escribirnos y hablarnos y morirnos.

    NO ES NADA DE TU CUERPO Jaime Sabines

    No es nada de tu cuerpo,

    ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre, ni ese lugar secreto que los dos conocemos,

    fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro. No es tu boca tu boca

    que es igual que tu sexo, ni la reunin exacta de tus pechos,

    ni tu espalda dulcsima y suave, ni tu ombligo, en que bebo.

    Ni son tus muslos duros como el da, ni tus rodillas de marfil al fuego,

    ni tus pies diminutos y sangrantes, ni tu olor, ni tu pelo.

    No es tu mirada qu es una mirada? triste luz descarriada, paz sin dueo, ni el lbum de tu odo, ni tus voces, ni las ojeras que te deja el sueo.

    Ni es tu lengua de vbora tampoco, flecha de avispas en el aire ciego,

    ni la humedad caliente de tu asfixia que sostiene tu beso.

    No es nada de tu cuerpo, ni una brizna, ni un ptalo,

    ni una gota, ni un gramo, ni un momento: Es slo este lugar donde estuviste,

    estos mis brazos tercos.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    18

    QU DOLOROSO ES AMAR, Y NO PODERLO DECIR... Joaqun Dicenta

    Si es doloroso saber

    que va marchando la vida como una mujer querida que jams ha de volver...

    Si es doloroso ignorar dnde vamos al morir, ms doloroso es amar... y no poderlo decir.

    Triste es ver que la mirada hacia el sol levanta el ciego,

    y el sol la envuelve en su fuego y el ciego no siente nada.

    Ver su mirada tranquila a la luz indiferente, y saber que eternamente

    la noche va en su pupila bajo el dosel de su frente.

    Pero si es triste mirar y la luz no percibir, ms doloroso es amar... y no poderlo decir.

    Conocer que caminamos bajo la fuerza del sino,

    recorrer nuestro camino y no saber dnde vamos;

    ser un triste peregrino de la vida y en el sendero no podernos detener

    por ir siempre prisioneros del amor, o del deber.

    Ms si es triste caminar y no poder descansar

    ms que al tiempo de morir, ms doloroso es amar... y no poderlo decir.

    Vivir como yo, soando con cosas que nunca vi,

    y seguir, seguir andando, sin saber porque motivo ni hasta cundo.

    Tener fantasa y vuelo que pongan al cielo escalas... y ver que nos faltan alas que nos remonten al Cielo.

    Ms si es triste no gozar lo que podemos soar,

    no hay ms amargo dolor que ver el alma morir

    prisionera de un amor... y no poderlo decir!

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    19

    TENGO UN AMIGO MUERTO Jos Mart

    Yo tengo un amigo muerto Que suele venirme a ver:

    Mi amigo se sienta, y canta; Canta en voz que ha de doler.

    En un ave de dos alas Bogo por el cielo azul:

    Un ala del ave es negra, Otra de oro Carib

    El corazn es un loco

    Que no sabe de un color: O es su amor de dos colores,

    O dice que no es amor

    Hay una loca ms fiera Que el corazn infeliz: La que chup la sangre Y se ech luego a rer

    Corazn que lleva rota El ancla fiel del hogar,

    Va como barca perdida, Que no sabe a dnde va.

    En cuanto llega a esta angustia Rompe el muerto a maldecir:

    Le amanso el crneo: lo acuesto: Acuesto el muerto a dormir.

    PUES ESTOY CONDENADA Juana Ins De La Cruz

    Pues estoy condenada,

    Fabio, a la muerte, por decreto tuyo, y la sentencia airada

    ni la apelo, resisto ni la huyo, yeme, que no hay reo tan culpado a quien el confesar le sea negado.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    20

    Porque te han informado, dices, de que mi pecho te ha ofendido,

    me has, fiero, condenado. Y pueden, en tu pecho endurecido

    ms la noticia incierta, que no es ciencia, que de tantas verdades la experiencia?

    Si a otros crdito has dado,

    Fabio, por qu a tus ojos se lo niegas, y el sentido trocado

    de la ley, al cordel mi cuello entregas, pues liberal me amplas los rigores y avaro me restringes los favores?

    Si a otros ojos he visto,

    mtenme, Fabio, tus airados ojos; si a otro cario asisto,

    asstanme implacables tus enojos; y si otro amor del tuyo me divierte,

    t, que has sido mi vida, me des muerte.

    Si a otro, alegre, he mirado, nunca alegre me mires ni te vea;

    si le habl con agrado, eterno desagrado en ti posea;

    y si otro amor inquieta mi sentido, squeseme el alma t, que mi alma has sido.

    Mas, supuesto que muero,

    sin resistir a m infeliz suerte, que me des slo quiero

    licencia de que escoja yo mi muerte; deja la muerte a mi eleccin medida,

    pues en la tuya pongo yo la vida. Este amoroso tormento-

    Juana Ins de la Cruz Este amoroso tormento que en mi corazn se ve s que lo siento, y no s

    la causa porque lo siento. Siento una grave agona por lograr un devaneo,

    que empieza como deseo y para en melancola.

    Y cuan con ms terneza mi infeliz estado lloro,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    21

    s que estoy triste e ignoro la causa de mi tristeza. Siento un anhelo tirano

    por la ocasin a que aspiro, y cuando cerca lo miro

    yo mismo aparto la mano. porque, si acaso se ofrece, despus de tanto desvelo,

    la desazona el recelo o el susto la desvanece.

    Y si alguna sin susto consigo tal posesin,

    que cualquier leve ocasin me malogra todo el gusto, Siento mal del mismo bien

    con receloso temor, y me obliga el mismo amor tal vez a mostrar desdn.

    L METAMORFOSIS

    Luis G. Urbina

    Era un cautivo beso enamorado de una mano de nieve que tena

    la apariencia de un lirio desmayado y el palpitar de una ave en agona.

    Y sucedi que un da, aquella mano suave de palidez de cirio,

    de languidez de lirio, de palpitar de ave,

    se acerc tanto a la prisin del beso, que ya no pudo ms el pobre preso y se escap; mas, con voluble giro,

    huy la mano hasta el confn lejano, y el beso, que volaba tras la mano,

    rompiendo el aire, se volvi suspiro.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    22

    VIEJA LGRIMA Luis G. Urbina

    Como en el fondo de la vieja gruta, perdida en el rin de la montaa, desde hace siglos, silenciosamente,

    cae una gota de agua, aqu, en mi corazn oscuro y solo, en lo ms escondido de la entraa,

    oigo caer, desde hace mucho tiempo, lentamente, una lgrima.

    Por qu resquicio oculto se me filtra? De cules fuentes misteriosas mana? De qu raudal fecundo se desprende?

    Qu remoto venero me la manda? Quin sabe... ! Cuando nio, fue mi lloro

    roco celestial de la maana; cuando joven, fue nube de tormenta, tempestad de pasin, lluvia de ansias.

    Ms tarde, en un anochecer de invierno, mi llanto fue nevasca...

    Hoy no lloro... Ya est seca mi vida y serena mi alma.

    Sin embargo... Por qu siento que cae as, lgrima a lgrima,

    tal fuente inagotable de ternura, tal vena de dolor que no se acaba?

    Quin sabe...! Yo no soy yo: son los que fueron; mis genitores tristes; es mi raza; los espritus apesadumbrados,

    las carnes flageladas; milenarios anhelos imposibles,

    msticas esperanzas, melancolas bruscas y salvajes, cleras impotentes y selvticas.

    Al engendrarme el sufrimiento humano, en m dej sus marcas,

    sus desesperaciones, sus angustias, sus gritos, sus blasfemias, sus plegarias.

    Es mi herencia, mi herencia la que llora

    en el fondo del nima; mi corazn recoge, como un cliz,

    el dolor ancestral, lgrima a lgrima. As lo entregar, cuando en su da,

    del seno pudoroso de la amada,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    23

    corporizados besos, otros seres, transformaciones de mi vida, salgan.

    Estoy frente a mi mesa de trabajo. La tarde es linda. Alumbra el sol mi estancia.

    Afuera, en el jardn, oigo las voces de los nios que ren y que cantan. y pienso: acaso, pobres criaturas!,

    sin daros cuenta, en medio a la algazara, ya en vuestro corazn se filtra,

    silenciosa y tenaz, la vieja lgrima...

    M ANTE UN CADAVER

    Manuel acua

    Y bien! aqui ests ya... sobre la plancha donde el gran horizonte de la ciencia la extensin de sus lmites ensancha.

    Aqui donde la rgida experiencia viene a dictar las leyes superiores a que est sometida la existencia.

    Aqu donde derrama sus fulgores ese astro a cuya luz desaparece

    la distincin de esclavos y seores.

    Aqu donde la fbula enmudece y la voz de los hechos se levanta y la supersticin se desvanece.

    Aqu donde la ciencia se adelanta a leer la solucin de ese problema cuyo slo enunciado nos espanta.

    Ella que tiene la razn por lema y que en tus labios escuchar ansa

    la augusta voz de la verdad suprema.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    24

    Aqu est ya... tras de la lucha impa en que romper al cabo conseguiste

    la crcel que al dolor te retena.

    La luz de tus pupilas ya no existe, tu mquina vital descansa inerte

    y a cumplir con su objeto se resiste.

    Miseria y nada mas! dirn al verte los que creen que el imperio de la vida acaba donde empieza el de la muerte.

    Y suponiendo tu misin cumplida se acercarn a ti, y en su mirada

    te mandarn la eterna despedida.

    Pero, no!... tu misin no est acabada, que ni es la nada el punto en que nacemos

    ni el punto en que morimos es la nada.

    Crculo es la existencia, y mal hacemos cuando al querer medirla le asignamos

    la cuna y el sepulcro por extremos.

    La madre es slo el molde en que tomamos nuestra forma, la forma pasajera

    con que la ingrata vida atravesamos.

    Pero ni es esa forma la primera que nuestro ser reviste, ni tampoco ser su ltima forma cuando muera.

    T sin aliento ya, dentro de poco volvers a la tierra y a su seno

    que es de la vida universal el foco.

    Y all, a la vida en apariencia ajeno, el poder de la lluvia y del verano fecundar de grmenes tu cieno.

    Y al ascender de la raz al grano, irs del vergel a ser testigo en el laboratorio soberano;

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    25

    Tal vez, para volver cambiado en trigo al triste hogar donde la triste esposa sin encontrar un pan suea contigo.

    En tanto que las grietas de tu fosa vern alzarse de su fondo abierto la larva convertida en mariposa;

    Que en los ensayos de su vuelo incierto ir al lecho infeliz de tus amores a llevarle tus sculos de muerto.

    Y en medio de esos cambios interiores tu crneo lleno de una nueva vida,

    en vez de pensamientos dar flores,

    en cuyo cliz brillar escondida la lgrima tal vez con que tu amada

    acompa el adis de tu partida.

    La tumba es el final de la jornada, porque en la tumba es donde queda muerta

    la llama en nuestro espritu encerrada.

    Pero en esa mansin a cuya puerta se extingue nuestro aliento, hay otro aliento

    que de nuevo a la vida nos despierta.

    All acaban la fuerza y el talento, all acaban los goces y los males all acaban la fe y el sentimiento.

    All acaban los lazos terrenales, y mezclados el sabio y el idiota

    se hunden en la regin de los iguales.

    Pero all donde el nimo se agota y perece la mquina, alli mismo

    el ser que muere es otro ser que brota.

    El poderoso y fecundante abismo del antiguo organismo se apodera

    y forma y hace de l otro organismo.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    26

    Abandona a la historia justiciera un nombre sin cuidarse, indiferente,

    de que ese nombre se eternice o muera.

    El recoge la masa nicamente, y cambiando las formas y el objeto

    se encarga de que viva eternamente;

    La tumba slo guarda un esqueleto mas la vida en su bveda mortuoria prosigue alimentndose en secreto.

    Que al fin de esta existencia transitoria a la que tanto nuestro afn se adhiere,

    la materia, inmortal como la gloria, cambia de formas; pero nunca muere.

    CURRCULUM

    Mario Benedetti

    El cuento es muy sencillo usted nace

    contempla atribulado el rojo azul del cielo el pjaro que emigra el torpe escarabajo

    que su zapato aplastar valiente

    usted sufre

    reclama por comida y por costumbre por obligacin

    llora limpio de culpas extenuado

    hasta que el sueo lo descalifica

    usted ama se transfigura y ama

    por una eternidad tan provisoria que hasta el orgullo se le vuelve tierno

    y el corazn proftico se convierte en escombros

    usted aprende

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    27

    y usa lo aprendido para volverse lentamente sabio

    para saber que al fin el mundo es esto en su mejor momento una nostalgia en su peor momento un desamparo

    y siempre, siempre un lo

    entonces

    usted muere.

    TCTICA Y ESTRATEGIA Mario Benedetti

    Mi tctica es

    mirarte aprender como sos quererte como sos

    mi tctica es

    hablarte y escucharte

    construir con palabras un puente indestructible

    mi tctica es

    quedarme en tu recuerdo no s cmo ni s con qu pretexto

    pero quedarme en vos

    mi tctica es ser franco

    y saber que sos franca y que no nos vendamos

    simulacros para que entre los dos

    no haya teln ni abismos

    mi estrategia es

    en cambio ms profunda y ms

    simple

    mi estrategia es

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    28

    que un da cualquiera no s cmo ni s con qu pretexto

    por fin me necesites

    USTEDES Y NOSOTROS Mario Benedetti

    Ustedes cuando aman

    exigen bienestar una cama de cedro

    y un colchn especial

    nosotros cuando amamos es fcil de arreglar

    con sbanas qu bueno sin sbanas da igual

    ustedes cuando aman

    calculan inters y cuando se desaman

    calculan otra vez

    nosotros cuando amamos es como renacer

    y si nos desamamos no la pasamos bien

    ustedes cuando aman son de otra magnitud

    hay fotos chismes prensa y el amor es un boom

    nosotros cuando amamos

    es un amor comn tan simple y tan sabroso

    como tener salud

    ustedes cuando aman consultan el reloj

    porque el tiempo que pierden vale medio milln

    nosotros cuando amamos

    sin prisa y con fervor gozamos y nos sale

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    29

    barata la funcin

    ustedes cuando aman al analista van

    l es quien dictamina si lo hacen bien o mal

    nosotros cuando amamos

    sin tanta cortedad el subconsciente piola

    se pone a disfrutar

    ustedes cuando aman exigen bienestar

    una cama de cedro y un colchn especial

    nosotros cuando amamos

    es fcil de arreglar con sbanas qu bueno

    sin sbanas da igual.

    YO NO TE PIDO Mario Benedetti

    Yo no te pido que me bajes

    una estrella azul slo te pido que mi espacio

    llenes con tu luz.

    Yo no te pido que me firmes diez papeles grises para amar

    slo te pido que t quieras las palomas que suelo mirar.

    De lo pasado no lo voy a negar

    el futuro algn da llegar y del presente

    qu le importa a la gente si es que siempre van a hablar.

    Sigue llenando este minuto

    de razones para respirar no me complazcas no te niegues

    no hables por hablar.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    30

    Yo no te pido que me bajes

    una estrella azul slo te pido que mi espacio

    llenes con tu luz

    O

    DOS CUERPOS Octavio Paz

    Dos cuerpos frente a frente

    son a veces dos olas y la noche es ocano.

    Dos cuerpos frente a frente

    son a veces dos piedras y la noche desierto.

    Dos cuerpos frente a frente

    son a veces races en la noche enlazadas.

    Dos cuerpos frente a frente

    son a veces navajas y la noche relmpago.

    Dos cuerpos frente a frente

    son dos astros que caen en un cielo vaco.

    REPASO NOCTURNO Octavio Paz

    Toda la noche batall con la noche,

    ni vivo ni muerto, a tientas penetrando en sustancia,

    llenndose hasta el borde de s mismo. Primero fue el extenderse en lo oscuro,

    hacerse inmenso en lo inmenso, reposar en el centro insondable sin reposo.

    Flua el tiempo, flua su ser, Fluan en una sola corriente indivisible.

    A zarpazos somnolientos el agua caa y se levantaba,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    31

    Se despeaban alma y cuerpo, pensamiento y huesos; peda redencin el tiempo,

    peda el agua erguirse, peda verse, vuelta transparente monumento de su cada?

    Ri arriba, donde lo no formado empieza, El agua se desplomaba con los ojos cerrados.

    Volva el tiempo a su origen, manndose. All, del otro lado, un fulgor hizo seas. Abri los ojos; se encontr en la orilla:

    ni vivo ni muerto, al lado de su cuerpo abandonado.

    Empez el asedio de los signos, la escritura de sangre de las estrellas en el cielo, las ondas concntricas que levantan una frase

    al caer y caer en la conciencia. Ardi su frente cubierta de inscripciones,

    santo y seas sbitos abrieron laberintos y espesuras, cambiaron reflejos tcitos los cuatro puntos cardinales. su pensamiento mismo, entre los obeliscos, derribado,

    fue piedra negra tatuada por el rayo. Pero el sueo no vino.

    Ciega batalla de alusiones, oscuro cuerpo a cuerpo con el tiempo sin cuerpo!

    Cay de rostro en rostro, de ao en ao,

    hasta el primer vagido: humus de vida,

    tierra que se destierra, cuerpo que se desnace,

    vivo para la muerte, muerto para la vida.

    (A esta hora hay mediadores en todas partes, hay puentes invisibles entre el dormir y el velar.

    Los dormidos muerden el racimo de su propia fatiga, el racimo solar de la resurreccin cotidiana;

    los desvelados tallan el diamante que ha de vencer a la noche;

    aun los que estn solos llevan en s su pareja encarnizada, en cada espejo yace un doble,

    un adversario que nos refleja y nos abisma; al fuego precioso oculto bajo la capa de seda negra,

    el vampiro ladrn dobla la esquina y desaparece, ligero, robado por su propia ligereza;

    con el peso de su acto a cuestas se precipita en su dormir sin sueo el asesino,

    ya para siempre a solas, sin el otro; abandonados a la corriente todopoderosa,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    32

    flor doble que brota de un tallo nico, los enamorados cierran los ojos en lo alto del beso:

    la noche se abre para ellos y les devuelve lo perdido, el vino negro en la copa hecha de una sola gota de sol,

    la visin doble, la mariposa fija por un instante en el centro del cielo,

    en el ala derecha un grano de luz y en la izquierda uno de su sombra. Reposa la cuidad en los hombros del obrero dormido,

    la semilla del canto se abre en la frente del poeta.) El escorpin ermitao en la sombra se aguza.

    Noche en entredicho, instante que balbucea y no acaba de decir lo que quiere!

    Saldr maana el sol, se anega el astro en su luz, se ahoga en su clera fija?

    Cmo decir buenos das a la vida? No preguntes ms,

    no hay nada que decir, nada tampoco que callar. El pensamiento brilla, se apaga, vuelve,

    idntico a si mismo se devora y engendra, se repite, ni vivo ni muerto,

    entorno siempre al ojo fro que lo piensa. Volvi a su cuerpo, se meti en s mismo.

    Y el sol toc la frente del insomne, brusca victoria de un espejo que no refleja ya ninguna

    imagen.

    LLORAR A LGRIMA VIVA Oliverio Girondo

    Llorar a chorros.

    Llorar la digestin. Llorar el sueo.

    Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo.

    Abrir las canillas, las compuertas del llanto.

    Empaparnos el alma, la camiseta.

    Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.

    Asistir a los cursos de antropologa, llorando.

    Festejar los cumpleaos familiares, llorando.

    Atravesar el frica,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    33

    llorando. Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...

    si es verdad que los cacuyes y los cocodrilos

    no dejan nunca de llorar. Llorarlo todo,

    pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz,

    con las rodillas. Llorarlo por el ombligo,

    por la boca. Llorar de amor,

    de hasto, de alegra.

    Llorar de frac, de flato, de flacura.

    Llorar improvisando, de memoria.

    Llorar todo el insomnio y todo el da!

    P

    BELLA

    Pablo Neruda

    BELLA, como en la piedra fresca

    del manantial, el agua abre un ancho relmpago de espuma,

    as es la sonrisa en tu rostro, bella. Bella,

    de finas manos y delgados pies como un caballito de plata, andando, flor del mundo,

    as te veo, bella. Bella,

    con un nido de cobre enmaraado en tu cabeza, un nido color de miel sombra

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    34

    donde mi corazn arde y reposa, bella. Bella,

    no te caben los ojos en la cara, no te caben los ojos en la tierra.

    Hay pases, hay ros en tus ojos,

    mi patria est en tus ojos, yo camino por ellos,

    ellos dan luz al mundo por donde yo camino,

    bella. Bella,

    tus senos son como dos panes hechos de tierra cereal y luna de oro,

    bella. Bella,

    tu cintura la hizo mi brazo como un ro cuando pas mil aos por tu dulce cuerpo,

    bella. Bella,

    no hay nada como tus caderas, tal vez la tierra tiene en algn sitio oculto

    la curva y el aroma de tu cuerpo, tal vez en algn sitio,

    bella. Bella, mi bella,

    tu voz, tu piel, tus uas bella, mi bella,

    tu ser, tu luz, tu sombra, bella,

    todo eso es mo, bella, todo eso es mo, ma,

    cuando andas o reposas, cuando cantas o duermes,

    cuando sufres o sueas, siempre,

    cuando ests cerca o lejos, siempre,

    eres ma, mi bella, siempre.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    35

    SI T ME OLVIDAS Pablo Neruda

    QUIERO que sepas

    una cosa.

    T sabes cmo es esto: si miro

    la luna de cristal, la rama roja del lento otoo en mi ventana,

    si toco junto al fuego

    la impalpable ceniza o el arrugado cuerpo de la lea,

    todo me lleva a ti, como si todo lo que existe,

    aromas, luz, metales, fueran pequeos barcos que navegan hacia las islas tuyas que me aguardan.

    Ahora bien,

    si poco a poco dejas de quererme dejar de quererte poco a poco.

    Si de pronto me olvidas

    no me busques, que ya te habr olvidado.

    Si consideras largo y loco

    el viento de banderas que pasa por mi vida

    y te decides a dejarme a la orilla

    del corazn en que tengo races, piensa

    que en ese da, a esa hora

    levantar los brazos y saldrn mis races a buscar otra tierra.

    Pero

    si cada da, cada hora

    sientes que a m ests destinada con dulzura implacable.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    36

    Si cada da sube una flor a tus labios a buscarme,

    ay amor mo, ay ma, en m todo ese fuego se repite,

    en m nada se apaga ni se olvida, mi amor se nutre de tu amor, amada, y mientras vivas estar en tus brazos

    sin salir de los mos.

    SLO LA MUERTE Pablo Neruda

    Hay cementerios solos,

    tumbas llenas de huesos sin sonido, el corazn pasando un tnel

    oscuro, oscuro, oscuro, como un naufragio hacia adentro nos morimos,

    como ahogarnos en el corazn, como irnos cayendo desde la piel del alma.

    Hay cadveres,

    hay pies de pegajosa losa fra, hay la muerte en los huesos,

    como un sonido puro, como un ladrido de perro,

    saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas, creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

    Yo veo, solo, a veces,

    atades a vela zarpar con difuntos plidos, con mujeres de trenzas muertas,

    con panaderos blancos como ngeles, con nias pensativas casadas con notarios,

    atades subiendo el ro vertical de los muertos, el ro morado,

    hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte, hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

    A lo sonoro llega la muerte

    como un zapato sin pie, como un traje sin hombre, llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,

    llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.

    Sin embargo sus pasos suenan y su vestido suena, callado como un rbol.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    37

    Yo no s, yo conozco poco, yo apenas veo, pero creo que su canto tiene color de violetas hmedas,

    de violetas acostumbradas a la tierra, porque la cara de la muerte es verde,

    y la mirada de la muerte es verde, con la aguda humedad de una hoja de violeta

    y su grave color de invierno exasperado.

    Pero la muerte va tambin por el mundo vestida de escoba, lame el suelo buscando difuntos;

    la muerte est en la escoba, en la lengua de la muerte buscando muertos,

    es la aguja de la muerte buscando hilo.

    La muerte est en los catres: en los colchones lentos, en las frazadas negras

    vive tendida, y de repente sopla: sopla un sonido oscuro que hincha sbanas,

    y hay camas navegando a un puerto en donde est esperando, vestida de almirante.

    R

    TESTICULARIO Ricardo Castillo

    Hoy podra decir que me duele el corazn de tristeza.

    Pero sera falso, y prefiero no involucrar al corazn en falsedades.

    La verdad es que s estoy triste. Marchito como un nomeolvides

    guardado entre las pginas de un libro de edicin del 54. La verdad es que tengo un dolor de aguja en cada pupila,

    que la tristeza no me duele en el corazn sino en los testculos.

    No me apena confesar que es all donde radica mi alma.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    38

    PARA TODA LA VIDA Rafael de Len

    Me quieres, amor, me quieres?

    S, para toda la vida!... y era yo quien preguntaba,

    siempre soando una espina, siempre rondando una duda, siempre imaginando heridas.

    "Me quieres, amor, me quieres?" S, para toda la vida!...

    Tardes, madrugadas, noches, maanas y mediodas;

    en el balcn, en la calle, en el sueo, en la vigilia,

    siempre, siempre preguntando, corazn, si me queras,

    y de pronto, no s cmo, sin una razn precisa,

    mi voz amarga y cansada se fue quedando dormida,

    y cay sobre mi alma una lluvia dulce y fina

    que se fue cristalizando en nieve delgada y fra. y ya no pregunt ms, corazn, si me queras.

    Ahora, eres t quien se queja, quien pregunta y quien suspira

    Me quieres, amor, me quieres?, me dices con voz dolida... y yo, de la misma forma

    con que t me respondas, escondiendo la verdad debajo de la mentira,

    te digo ausente y lejano: S, para toda la vida!...

    PENA Y ALEGRA DEL AMOR Rafael de Len

    Mira cmo se me pone

    la piel cuando te recuerdo.

    Por la garganta me sube

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    39

    un ro de sangre fresco de la herida que atraviesa

    de parte a parte mi cuerpo. Tengo clavos en las manos

    y cuchillos en los dedos y en mi sien una corona

    hecha de alfileres negros.

    Mira cmo se me pone la piel ca vez que me acuerdo

    que soy un hombre casao y sin embargo, te quiero.

    Entre tu casa y mi casa

    hay un muro de silencio, de ortigas y de chumberas, de cal, de arena, de viento,

    de madreselvas oscuras y de vidrios en acecho.

    Un muro para que nunca lo pueda saltar el pueblo

    que anda rondando la llave que guarda nuestro secreto.

    Y yo s bien que me quieres! Y t sabes que te quiero!

    Y lo sabemos los dos y nadie puede saberlo.

    Ay, pena, penita, pena

    de nuestro amor en silencio! Ay, qu alegra, alegra,

    quererte como te quiero!

    Cuando por la noche a solas me quedo con tu recuerdo

    derribara la pared que separa nuestro sueo, rompera con mis manos de tu cancela los hierros,

    con tal de verme a tu vera, tormento de mis tormentos,

    y te estara besando hasta quitarte el aliento. Y luego, qu se me daba

    quedarme en tus brazos muerto.

    Ay, qu alegra y qu pena

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    40

    quererte como te quiero!

    Nuestro amor es agona, luto, angustia, llanto, miedo, muerte, pena, sangre, vida,

    luna, rosa, sol y viento. Es morirse a cada paso y seguir viviendo luego

    con una espada de punta siempre pendiente del techo.

    Salgo de mi casa al campo slo con tu pensamiento,

    para acariciar a solas la tela de aquel pauelo

    que se te cay un domingo cuando venas del pueblo

    y que no te he dicho nunca, mi vida, que yo lo tengo.

    Y lo estrujo entre mis manos lo mismo que un limn nuevo,

    y miro tus iniciales y las repito en silencio

    para que ni el campo sepa lo que yo te estoy queriendo.

    Ayer, en la Plaza Nueva,

    vida, no vuelvas a hacerlo te vi besar a mi nio,

    a mi nio el ms pequeo, y cmo lo besaras

    ay, Virgen de los Remedios! que fue la primera vez

    que a m me distes un beso. Llegu corriendo a mi casa,

    alc mi nio del suelo y sin que nadie me viera,

    como un ladrn en acecho, en su cara de amapola

    mordi mi boca tu beso.

    Ay, qu alegra y qu pena quererte como te quiero!

    Mira, pase lo que pase,

    aunque se hunda el firmamento, aunque tu nombre y el mo

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    41

    lo pisoteen por el suelo, y aunque la tierra se abra

    y aun cuando lo sepa el pueblo y ponga nuestra bandera

    de amor a los cuatro vientos, sgueme queriendo as,

    tormento de mis tormentos.

    Ay, qu alegra y qu pena quererte como te quiero!

    S

    OJOS VERDES Salvador Daz Mirn

    Ojos que nunca me veis, por recelo o por decoro, ojos de esmeralda y oro,

    fuerza es que me contemplis; quiero que me consolis

    hermosos ojos que adoro; estoy triste y os imploro puesta en tierra la rodilla!

    Piedad para el que se humilla, ojos de esmeralda y oro!

    Ojos en que reverbera la estrella crepuscular,

    ojos verdes como el mar, como el mar por la ribera, ojos de lumbre hechicera

    que ignoris lo que es llorar, glorificad mi penar! No me desolis as!

    Tened compasin de m! Ojos verdes como el mar!

    Ojos cuyo amor anhelo porque alegra cuanto alcanza,

    ojos color de esperanza, con lejanas de cielo:

    ojos que a travs del velo radian bienaventuranza,

    mi alma a vosotros se lanza en alas de la embriaguez,

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    42

    miradme una sola vez, ojos color de esperanza. Cese ya vuestro desvo,

    ojos que me dais congojas; ojos con aspecto de hojas

    empapadas de roco. Hmedo esplendor de ro

    que por esquivo me enojas. Luz que la del sol sonrojas y cuyos toques son besos, derrmate en m por esos ojos con aspecto de hojas.

    V

    EL HOMBRE Y LA MUJER Vctor Hugo

    El hombre es la ms elevada de las criaturas;

    la mujer es el ms sublime de los ideales. Dios hizo para el hombre un trono,

    para la mujer un altar. El trono exalta;

    el altar santifica. El hombre es el cerebro,

    la mujer el corazn, el cerebro fabrica la luz;

    el corazn produce el amor. La luz fecunda, el amor resucita. El hombre es fuerte por la razn;

    la mujer invencible por las lgrimas. La razn convence;

    las lgrimas conmueven. El hombre es capaz de todos los herosmos;

    la mujer de todos los martirios. El herosmo ennoblece;

    el martirio sublimiza. El hombre tiene la supremaca;

    la mujer la preferencia. La supremaca significa la fuerza;

    la preferencia representa el derecho. El hombre es un genio; la mujer es un ngel.

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    43

    El genio es inmensurable; el ngel indefinible.

    La aspiracin del hombre es la suprema gloria, la aspiracin de la mujer es la virtud extrema.

    La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.

    El hombre es un cdigo; la mujer un evangelio.

    El cdigo corrige, el evangelio perfecciona.

    El hombre piensa; la mujer suea.

    Pensar es tener en el crneo una larva; soar es tener en la frente una aureola.

    El hombre es un ocano; la mujer es un lago. El ocano tiene la perla que adorna;

    el lago la poesa que deslumbra. El hombre es el guila que vuela; la mujer es el ruiseor que canta.

    Volar es dominar el espacio, cantar es conquistar el alma.

    El hombre es un templo; la mujer es el sagrario.

    Ante el templo nos descubrimos; ante el sagrario nos arrodillamos.

    En fin: El hombre est colocado donde termina la tierra;

    la mujer donde comienza el cielo.

    W

    CUANDO ASEDIEN TU FAZ CUARENTA INVIERNOS William Shakespeare

    Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos y ahonden surcos en tu prado hermoso,

    tu juventud, altiva vestidura, ser un andrajo que no mira nadie.

    Y si por tu belleza preguntaran, tesoro de tu tiempo apasionado,

    decir que yace en tus sumidos ojos dar motivo a escarnios o falsas.

    Cunto ms te alabaran en su empleo

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    44

    si respondieras: " Este grcil hijo mi deuda salda y mi vejez excusa ",

    pues su beldad sera tu legado!

    Pudieras, renaciendo en la vejez, ver clida tu sangre que se enfra

    DERROCHADOR DE ENCANTO William Shakespeare

    Derrochador de encanto, por qu gastas en ti mismo tu herencia de hermosura?

    Naturaleza presta y no regala, y, generosa, presta al generoso.

    Luego, bello egosta, por qu abusas de lo que se te dio para que dieras?

    Avaro sin provecho, por qu empleas suma tan grande, si vivir no logras?

    Al comerciar as slo contigo,

    defraudas de ti mismo a lo ms dulce. Cuando te llamen a partir, qu saldo

    podrs dejar que sea tolerable?

    Tu belleza sin uso ir a la tumba; usada, hubiera sido tu albacea

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    45

    NDICE

    Prlogo Pg. 4 A Alfonsina Storni Pg. 5 Amado Nervo Pg. 7 C Cesar Vallejo Pg. 8 Charles Baudelaire Pg. 8 E Edgar Allan Poe Pg. 10 Efrn Rebolledo Pg. 10 F Fernando del Paso Pg.11 G George Gordon Pg.11 Gustavo Adolfo Becquer Pg.12 J Jaime Sabines Pg.13 Joaqun Dicenta Pg.18 Jos Mart Pg. 19 Juana Ins de la Cruz Pg.19 L Luis G. Urbina Pg.21 M Manuel Acua Pg.23 Mario Benedetti Pg.26 O Octavio Paz Pg.30 Oliverio Girondo Pg.32 P Pablo Neruda Pg.33 R Ricardo Castillo Pg.37 Rafael de Len Pg.38 S Salvador Daz Mirn Pg.41 V Victor Hugo Pg.42 W William Shakespeare Pg.43

  • Cuerpo, Poesa y Espritu

    46

    Comiencen este pequeo pero gran viaje a travs de las palabras, los versos y las rimas de estos poetas, ya que no solo te servir para conocer la poesa sino que llegaras a conectarte con alguno de los poemas y podrs sentir exactamente lo que el poeta estaba sintiendo en el momento en que lo estaba escribiendo y te identificaras completamente con el y puede que llegues incluso a seguir los pasos de estos grandes de la literatura y te vuelvas uno de los poetas del maana.

    No te pierdas este recorrido por todas las emociones y sentimientos que puede tener una persona ya que estoy seguro que te cautivara y te atrapar como lo hizo con nosotros

    CREED

    Editorial