“El Artículo 3º y la educación pública” - snte.org.mx · 7 agradecimientoS Los trabajadores...

224
Concurso Nacional de Ensayo “El Artículo 3º y la educación pública”

Transcript of “El Artículo 3º y la educación pública” - snte.org.mx · 7 agradecimientoS Los trabajadores...

Concurso Nacional de Ensayo

“El Artículo 3º y laeducación pública”

Sindicato nacional de trabajadoreS de la educación

concurSo nacional de enSayo 2016.

“artículo 3º conStitucional y la educación pública”

Concurso Nacional de Ensayo 2016. “Artículo 3º Constitucional y la educación pú-blica”Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación

Primera edición: octubre de 2016

D.R. (México)© Sindicato Nacional de Trabajadores de la EducaciónVenezuela 44, Colonia CentroDelegación Cuauhtémoc, C.P. 06020México, Ciudad de México

Impreso en México

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser repro-ducida en todo ni en parte sin la autorización previa por escrito de los titulares del copyright.

índice

AgrAdecimientos

Prólogo

lA educAción como PreocuPAción constitucionAl

y creAdorA de instituciones: lA secretAríA de educAción

PúblicA de José VAsconcelos

resumen

introducción

desArrollo

conclusión

bibliogrAfíA

VigenciA históricA del Artículo 3º y sus PrinciPios:ideAles no cumPlidos Ante reAlidAdes comPleJAs

resumen

introducción

desArrollo

conclusión

bibliogrAfíA

educAndo en el siglo XXI resumen

introducción

desArrollo

conclusión

bibliogrAfíA

7

9

131517195961

6365677197

101

105107109111139141

lA escuelA PúblicA y lA educAción PúblicA

(VíAs del desArrollo de méxico) introducción

desArrollo

conclusión

citAs

bibliogrAfíA

lA cAPAcitAción PArA el trAbAJo, como

elemento de trAnsición entre lA educAción

básicA y lA educAción suPerior

introducción

desArrollo

conclusión

bibliogrAfíA

145147151177185187

189191197219221

7

agradecimientoS

Los trabajadores de la educación adscritos a los planteles de educación básica, media superior y superior de las instituciones educativas públicas de México celebramos el centenario de la Constitución Política de 1917 y reafirmamos nuestro compromiso por mantener vigentes los Principios Filosóficos del Artículo 3º como sustento fundamental de la educación pública.

Con el propósito de contribuir a consolidar el compromiso de todos los integrantes de las comunidades educativas a favor del derecho humano a una educación de calidad y equidad el Sindicato Nacional de Traba-jadores de la Educación convocó al Concurso Nacional de Ensayo 2016 con el tema: “El Artículo 3º Constitucional y la educación pública”.

En el SNTE concebimos al Artículo 3º como vértice de la educación, derecho humano fundamental para el ejercicio de los demás derechos, al que defenderemos siempre y de manera invariable en sus principios filosóficos.

A todos los y las participantes, muchas gracias por su aportación a la profunda reflexión, al debate de las ideas y argumentaciones expuestas con calidad basada en su experiencia exitosa en el ámbito docente, en defensa de la escuela pública que constituye nuestra materia de trabajo, a la que la inmensa mayoría de los mexicanos nos debemos y nos hemos formado.

Por la Educación al Servicio del Pueblo…Mtro. Juan Díaz De la torre

PresiDente Del ConseJo Genral sinDiCal Del snte

9

prólogo

El presente compendio expone cinco obras ganadoras del Concurso Na-cional de Ensayo 2016 convocado por el Sindicato Nacional de Trabaja-dores de la Educación (SNTE), al que fueron invitados todos los maestros adscritos a los planteles de educación básica y de educación media supe-rior y superior de las instituciones educativas públicas de México, con el objetivo de conmemorar el centenario de la Constitución Política de 1917.

Con ello se pretende reafirmar la vigencia de los Principios Filosóficos del Artículo 3º como sustento fundamental de la educación pública y con el propósito de contribuir a consolidar el compromiso de todos los integrantes de las comunidades educativas a favor del derecho humano a una educación de calidad con equidad.

Entre los ensayos ganadores se encuentra el de Alejandro Bolaños Ra-mírez, participante de la Sección 36 del Valle de México, con el tema “La educación como preocupación constitucional y creadora de insti-tuciones: la Secretaría de Educación Pública de José Vasconcelos nos aporta una mirada dicotómica del Sistema Educativo Nacional.

La primera fundamentada en la introspección nacional con la finalidad de dar respuesta a los imperativos de la educación en el país, y la segun-da la adopción de sistemas externos para elevar el sistema de instrucción en México.

Su análisis inicia desde la promulgación de la Ley de Instrucción Públi-ca, abril de 1861, describiendo los debates constitucionales del que surge precisamente el espíritu del Artículo 3º constitucional. Nos traslada de la oleada positivista del Porfiriato a las reflexiones del Ateneo de la Juven-

10

tud del gran Vasconcelos etapa en la que se acentuaba la sed de cultura y alfabetización como nunca antes en la historia de México.

“La vigencia histórica del Artículo 3º y sus principios: ideales no cumpli-dos ante realidades complejas”, con autoría de Gerardo Soto Esquivel perteneciente a la Sección 24 del SNTE, estado de Querétaro analiza los principios filosóficos del Artículo 3º desde el Liberalismo Constituyente de 1857 enfatizando las ideas del Dr. José María Luis Mora, Lucas Ala-mán, Ignacio Ramírez, Manuel Altamirano y Francisco Zarco. Comparte además la visión educativa de Jaime Torres Bodet como base para el de-sarrollo personal y la superación de la pobreza, sin descuidar las últimas reformas del Artículo 3º Constitucional.

Por su parte Josefina Recio Sánchez de la Sección 27, estado de Sinaloa en su ensayo “Educación en el siglo XXI” aborda las perspectivas teó-ricas en educación de Durkheim, Bourdieu y Max Van Manen. Pone énfasis en el enfoque basado en competencias para la educación en el siglo XXI, tales como la autonomía, la autoestima, la importancia de las emociones, la sincronía y armonización de estos factores como elemen-tos indispensables para una evaluación multidimensional del sistema educativo.

Miguel Jiménez González agremiado de la Sección 13, estado de Gua-najuato nos presenta una narración con “La escuela pública y la educa-ción pública (vías de desarrollo en México)” en la que ofrece una visión educativa desde la Época Prehispánica, confesional, libre y de Reforma. Abarca las reformas educativas desde 1857 con Valentín Gómez Farías y José María Luis Mora, haciendo énfasis en 1917 con las ideas de José Vasconcelos como una educación que atiende las necesidades de las clases más bajas de la sociedad.

De la Sección 23 del SNTE, Puebla, el maestro Filiberto Candia García detalla “La capacitación para el trabajo, como elemento de transición entre la educación básica y la educación superior”. Demuestra la ur-gencia de una política conectiva entre la educación superior y el campo laboral, su tesis central enfatiza la urgencia por crear líneas de acción

11

para promover y atender la capacitación para el trabajo: “La universidad pública cumple con su función social al desarrollar ciencia y tecnología, sin embargo, la pertinencia de sus avances tecnológicos se alejan de la población inserta en el sector laboral”.

La presente publicación ofrece una amplia diversidad de aristas y ma-tices emanados de las maestras y de los maestros de México quienes aportan una perspectiva al enorme esbozo intelectual del Artículo 3º Constitucional.

la educación como preocupación conStitucional

y creadora de inStitucioneS: la Secretaría de

educación pública de joSé VaSconceloS

Alejandro Bolaños Ramírez

15

reSumen

En el presente trabajo se aborda el tema “Origen, evolución y perspec-tivas de la educación pública en el marco de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, en el cual se realiza un análisis histórico de la trayectoria jurídica de la educación en México. Lo cual se puede dividir en tres procesos históricos: la conformación del México indepen-diente en el siglo XIX, la Revolución Mexicana a principios del siglo XX y de la unidad nacional al Neoliberalismo en el pasado y presente siglo.

El ensayo se divide en: A) el origen del Artículo 3º Constitucional, abar-cando proyecto, dictamen y debates constituyentes; B) la creación de la Secretaría de Educación Pública, comprendiendo funciones y caracterís-ticas; C) José Vasconcelos en su actuar político, administrativo, revolu-cionario e intelectual.

La propuesta original consiste en el estudio de procedencia de la in-fluencia y carga ideológica que generan la creación de constituciones o reformas legislativas para la atención de las necesidades nacionales en cuestiones educativas. Mirar hacia adentro quiere decir que es reflejo del acontecer nacional. Mirar hacia afuera es que la propuesta o modelo educativo es importado del extranjero.

17

introducción

La historia y/o evolución de la educación en México va estrechamente vinculada a la historia nacional, sus luchas de poder y cambios políticos han adaptado el sistema educativo a las condiciones y características de cada época.

Por si fuera poco, hay que tener en cuenta que hablar de la educación no sólo implica hablar de la que se brinda en las instituciones, sino también que está presente en todos los aspectos y ámbitos de la vida. Por ende tenemos que delimitar el contenido a tratar en el presente ensayo.

En las siguientes páginas se abordará el tema de la educación desde una perspectiva histórica. Siendo el eje rector del análisis tanto la evolución jurídica del Artículo 3º de la Constitución de 1917; como la figura políti-ca, intelectual y revolucionaria de José Vasconcelos del primer ministro de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

En primer lugar, en el apartado “Mirar hacia adentro” incursionáremos en el caótico siglo XIX mexicano. Describiremos las diferentes propues-tas legislativas educativas que son el reflejo de la alternancia presidencial y de las intervenciones extranjeras. Donde destacan dos constituciones, cuatro proyectos constitucionales y un sin número de leyes que crean o suprimen instituciones.

Posteriormente en “La cúspide de la Revolución” esbozáremos la confor-mación de la Carta Magna de 1917 durante las sesiones de diciembre de 1916, cuando fue discutida y aprobada por el Congreso Constituyente. En esta sección, mencionaremos fragmentos de los discursos de mayor

18

relevancia y los puntos centrales de las disertaciones: la libertad de ense-ñanza y el laicismo educativo.

Por un lado, en “Vasconcelos, el diplomático revolucionario” indagáre-mos en la vida política, militar e intelectual de nuestro personaje, desde su incorporación al Ateneo de la Juventud hasta el fin de su administra-ción en la SEP. En donde destaca su papel diplomático en la Revolución en distintas facciones y sus logros educativos como Rector de la Univer-sidad Nacional de México.

Por otro lado, en el capítulo “Vasconcelos, el ministro constructor” pode-mos mencionar por la trascendencia de los avances en la edificación de las oficinas centrales de la SEP, el estadio nacional, la Campaña contra el Analfabetismo, la difusión cultural mediante la edición popular de clásicos, el auge del muralismo mexicano, entre otros.

Por último, en “Mirar hacia afuera” abordáremos tres Reformas Consti-tucionales del siglo XX. Las cuales están estrechamente vinculadas con el acontecer mundial, y que se llevaron a cabo en 1934, 1946 y 1993, durante los gobiernos de Lázaro Cárdenas del Río, Manuel Ávila Cama-cho y Carlos Salinas de Gortari, respectivamente. Además, de ver some-ramente las perspectivas de la educación pública del naciente siglo XXI.

19

deSarrollo

MIRAR HACIA ADENTRO¡Hay infeliz México mío! / Mientras con raro desvarío vas de una en otra convulsión / del lado opuesto del río te está mirando, hostil y frio, / el ojo claro del sajón.¡Cese tu lucha fratricida! / ¡Da tregua al ímpetu suicida! ¿Surges apenas a la vida / y loco quieres ya morir? ¡Torna a la digna paz distante / que ennobleció tu ayer radiante, y abre un camino de diamante / en tu obscuro porvenir!

Amado Nervo,A México

El siglo XIX en México estuvo marcado por cambios abruptos y luchas constantes de posturas radicales. Enfrentamientos entre insurgentes y reales, federalistas y centralistas, republicanos y monárquicos, liberales y conservadores…, son la constante de una época inestable políticamente que permeo en diferencies instancias siendo la educación y la relación Iglesia-Estado en las que más se llegó a influir.

En este apartado abordaremos algunos antecedentes históricos consti-tucionales que preceden a nuestra actual Carta Magna. Cabe mencio-nar que por los límites del ensayo únicamente nos enfocaremos en la educación de los principales proyectos jurídicos, que a nuestro parecer son: la Constitución de Cádiz en 1812, Constitución de Apatzingán en 1814, Constitución de 1824, propuestas de Gómez Farías de 1833, Bases Orgánicas de 1843, Constitución de 1857 y algunas normativas del Porfiriato.

20

De la época insurgente, es decir, del periodo que comprende la lucha por la independencia nacional (16 de septiembre de 1810 al 27 de sep-tiembre de 1821) emanan dos proyectos constitucionales Cádiz en 1812 y Apatzingán en 1814. En ambas, como veremos a continuación, se refleja la importancia y trascendencia de la Iglesia Católica dentro de diferentes menesteres, en este caso el educativo.

Ante la crisis por la invasión napoleónica en la Península Ibérica se creó la Constitución de Cádiz 1812, en donde se instauraba que en todos los pueblos de la monarquía se fundaran escuelas y la enseñanza en niños para leer, escribir, contar y el catecismo de la religión católica. Además se estableció Dirección General de Estudios para la unificación de la enseñanza en todo el reino y la inspección de la enseñanza pública bajo la supervisión del gobierno. Aunque se empezó a aplicar el 30 de sep-tiembre de 1812 con los virreyes Venegas y Callejas, esto se dio de forma parcial por el movimiento insurgente.1

En plena lucha por la independencia bajo el mando de José María Mo-relos y Pavón se estableció la Constitución de Apatzingán en 1814, en donde se instauró la libertad de expresión e imprenta, a la religión Ca-tólica como única y que ningún género de cultura, industria y comercio podía ser negado a nadie, lo cual es muestra de la lucha por la igualdad y la justicia social.

A pesar de lo innovador de la iniciativa de Morelos, al incluir garantías individuales, está no permeó en la sociedad por la caída del generalísimo ante el bando realista. Uno de los contenidos que más nos llamó la aten-ción del proyecto por su carga ideológica, al poner a la educación en un papel preponderante, fue que: “La instrucción, como necesaria a todos los ciudadanos, debe ser favorecida por la sociedad con todo su poder”.2

1 Martha Robles, Educación y sociedad en la historia de México, 17ª reimpresión México, Editorial Siglo XXI, 2009, pp. 52-53.2 Raúl Bolaños Martínez, Orígenes de la educación pública en México en Fernando Solana (et. al.), Historia de la educación pública en México (1876–1976), 2ª edición, México, FCE, 2013, p. 16.

21

Una vez consumada la independencia y al término del primer imperio mexicano de Agustín de Iturbide, era necesario establecer un proyecto nacional por lo cual la Constitución de 1824 fue la solución. En ella se dio la creación de la Comisión de Instrucción Pública para la supervi-sión de los colegios y universidades de la nación. Aunado a ello al ser una Constitución de carácter federal, le brindó a cada estado/entidad la facultad de hacerse cargo de la educación según sean las necesidades.

Otra de sus aportaciones fue el promover la Ilustración al establecer co-legios de marina, artillería e ingenieros, en donde se enseñen las ciencias naturales y exactas, políticas y morales, artes y lengua.3 Sin embargo, su aplicación fue limitada por los abruptos cambios de poder con la pos-tura centralista y conservadora de Antonio López de Santa Anna. En el proceso de la construcción de un proyecto nacional tras consumarse la independencia y establecer un gobierno republicano, se comenzaron a dar los enfrentamientos en un principio entre centralistas y federalistas, a la postre entre conservadores y liberales.

En octubre de 1833 se erigió una nueva Constitución para contrarrestar el centralismo y conservadurismo. Teniendo un papel destacado Valentín Gó-mez Farías quien siendo vicepresidente y sucesor de Santa Anna se ocupó de descentralizar la educación, mediante la coordinación del sistema educa-tivo con la Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y Terri-torios Federales. La cual se enfocaba principalmente sobre el Distrito Fede-ral relegando así al segundo lugar a los territorios de la República Mexicana.

Está propuesta constitutiva fungió un papel fundamental para el laicismo mexicano iniciando el fin de los monopolios eclesiásticos, mermando el poder de la Iglesia y la milicia bajo el marco de la libertad de ense-ñanza con la clausura de la Real y Pontificia Universidad de México.4

3 Ibíd., p. 17-20.4 Esteban Moctezuma Barragán en el apartado “El recorrido de la educación pública en México” de su obra La educación pública frente a nuevas realidades, menciona que la univer-sidad fue cerrada por elitista y conservadora, tomando una reforma de liberal al poner en la instrucción como base de la ciudadanía y moral social deslindándose de la Iglesia para así poder fundamentar conocimientos científicos más avanzados.

22

Aunado a ello se crearon escuelas normales y nocturnas para adultos, se nacionalizaron las fincas del clero con la finalidad de instruir y se dio la fundación de la Biblioteca Nacional.5

Nuevamente el proyecto nacional no se llevó a cabo por las inconfor-midades de la Iglesia Católica y es por medio del Plan de Cuernavaca que Santa Anna en 1834 retoma el poder. A su regreso establece una serie de medidas centralista y conservadoras siendo la más radical la supresión del Congreso. En el ámbito educativo reabre la universidad e instaura el régimen centralista bajo la postura de las denominadas Siete Leyes de 1836. Dejando así el poder en juntas departamentales para que los congresos locales se hicieran cargo de la educación de su jurisdicción. Uno de los impedimentos para su cabal implementación de la Constitución Centralista fue que desembocó directamente en el movimiento de independencia de Texas, ocasionando una crisis polí-tica y territorial.

Tras una breve alternancia política y la pérdida del territorio de Texas vuelve Santa Anna al poder, pero ahora bajo una nueva postura política. Decreta las Bases Orgánicas de 1843 de carácter federal donde se im-plantan las siguientes medidas: el fin de los monopolios de la enseñanza, se reincorporan las facultades a las juntas o asambleas departamentales medida de apariencia federal pero debían estar sujetas de manera cen-tralista a la Junta Federal de la Educación Pública y la Junta Directiva de Instrucción Superior. De tal manera en las reformas de 1843 se reestable-ce el sistema federal tomando como referencia la Constitución de 1824 delegando la instrucción a los estados.6

Está vez la normatividad establecida no es llevada a cabo por el con-flicto contra Estados Unidos, que tuvo como consecuencia una gran pérdida territorial y nuevamente inestabilidad política reflejada en la alternancia presidencial. En 1853 se reestablece el régimen centralista buscando nuevamente la centralización del sistema educativo. Sin em-

5 Martha Robles, op. cit., pp. 40-486 Esteban Moctezuma Barragán, La educación pública frente a nuevas realidades, México, FCE, 1993, pp. 32–37

23

bargo, con la Revolución de Ayutla de 1855 triunfa la corriente liberal y federal creando el Estatuto Orgánico Provisional de la República Mexicana.

La Constitución Política de la República Mexicana promulgada el 5 de febrero de 1857, de corte federal y liberal, instaura la libre enseñanza, volviéndose el antecedente inmediato a la de 1917, en la que se decreta un programa de reformas en el ámbito eclesiástico, militar y educativo. Que generaran la desintegración de la oligarquía terrateniente y separa-ción de la Iglesia y el Estado.

La Constitución de 1857 junto con las Leyes de Reforma de 1859, al conseguir el bando liberal las victorias de la Guerra de Tres Años y de la Segunda Intervención Francesa se estableció el triunfo del laicismo educativo. Siendo los gobiernos de Benito Juárez los más enérgicos en la instrumentación de la educación mediante la creación de leyes y organis-mos como lo reflejan las siguientes medidas:

– En febrero de 1861 se funda el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, organismo encargado de la aplicación y supervisión de las reformas.

– En abril de 1861 se establece la Ley de Instrucción Pública con la cual la educación queda bajo supervisión del Estado.

– En noviembre de 1865 se suprime la Universidad Pontificia de México por no congeniar con la nueva postura política.

– La Ley Orgánica de Instrucción Pública de 1867 instituye que la educación será obligatoria y gratuita, suprimiendo la intervención de la religión en planes de estudio.

– La creación de instituciones como la Escuela Secundaria para Se-ñoritas y la Escuela Nacional Preparatoria, la última de carácter positivista bajo la tutela de Gabino Barreda.7

Al darse el periodo de la República Restaurada con el triunfo decisivo de los liberales se empezó a gestar en México tras más de 50 años de enfrentamientos, tanto internos como con el exterior, una época de “paz,

7 Martha Robles, op. cit., pp. 52-57.

24

orden y progreso” que encabezaría el líder militar y político Porfirio Díaz que duraría poco más de tres décadas en el poder.

La estabilidad política y económica del Porfiriato se deben primordial-mente a tres factores: el apoyo de los inversionistas extranjeros, los terra-tenientes nacionales y un ejército bien armado, que propiciaban por los medios necesarios la paz interna para crear las condiciones de inversión. La modernización y el progreso implicaban un alto precio para la socie-dad de las clases bajas ya que justificaban la desigualdad mediante algu-nas medidas como la llamada tienda de raya de las grandes haciendas.

En el periodo porfirista se dieron importantes aportaciones en el ámbito educativo, debido a las contribuciones de personajes como Ignacio Ra-mírez, Ignacio Manuel Altamirano, Enrique C. Rébsamen, Gabino Ba-rreda y Justo Sierra. Siendo este último el líder intelectual de las reformas educativas como la Ley de Normales Primarias y la Ley de Educación Primaria de 1902 y 1908, respectivamente. Además, a nuestro parecer el logro de mayor envergadura fue la reapertura de la universidad, pero ahora con el carácter de nacional de México en 1910, delegando la pos-tura religiosa.8

La institución que enmarco todas estas reformas legislativas y adminis-trativas del ámbito educativo fue la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, creada en 1905 bajo la tutela de Justo Sierra quien mantu-vo una postura liberal e innovadora. Lo cual se refleja en la educación primaria, que a partir de las normativas arriba mencionadas, se dividió en elemental y superior. Que fue el ascendente de la educación secun-daria.9

Finalmente al cabo de un largo y tortuoso siglo, plagado de guerras intestinas y países intervencionistas o invasores, se logra un lapso de esplendor económico, de crecimiento industrial, de estabilidad política y al mismo tiempo de grandes desigualdades, de marginados

8 Esteban Moctezuma Barragán, op. cit., pp. 42-47.9 Germán Cisneros Farías, Axiología del Artículo Tercero Constitucional, México, Editorial Trillas, 2000, pp. 31-82.

25

sociales, de injusticas sociales que desembocarían en la Revolución Mexicana. Movimiento que acabaría con la dictadura de Díaz y que al pasar de algunos años como virajes políticos se iniciaría un nuevo proyecto nacional, la Constitución Política Mexicana de 1917, que en el ámbito educativo traería un nuevo elemento de divergencia, la educación laica.

La laicidad educativa tiene sus orígenes en 1824 con la primera Constitu-ción del México independiente, tras un siglo de encuentros y desencuen-tros entre las diferentes posturas, se llegaría a plasmar el triunfo del Libe-ralismo hasta 1917 en el Artículo 3º. A decir de Martha Robles, el siglo decimonónico se podría resumir educativamente de la siguiente manera:

“…los conservadores sostenían la enseñanza religiosa, los dogmas de la Iglesia Católica, el principio de autoridad eclesiástica y civil, la idea de que nuestra nacionalidad dio principio en la Conquista española, etc., los liberales se empeñaban en la plena libertad de enseñanza, el termino del monopolio de la educación, una instruc-ción basada en la ciencia, la popularización de la enseñanza, (…) la obligatoriedad de la enseñanza y el laicismo como medio para acabar el fanatismo y errores científicos. El laicismo es el liberalis-mo en la enseñanza”.10

Por último, antes de pasar a analizar el origen y la evolución de la Carta Magna que nos rige en la actualidad, consideramos conveniente hacer mención del porqué del título de este apartado, “Mirar hacia adentro”. Está frase hace hincapié en el lugar de donde procede la influencia que determinó el surgimiento de constituciones, diversas normativas nacio-nales y las reformas constitucionales, sobre todo en el ámbito educativo.

Mirar hacia adentro, es una introspectiva nacional, es decir, fue voltear a ver a México y atender así sus necesidades, rezagos o áreas de oportuni-dad tomando en cuenta el contexto socioeconómico que se vive. Puesto que independientemente de la postura política, tanto de liberales como de

10 Martha Robles, op. cit., p. 50.

26

conservadores, el objetivo fue y sigue siendo establecer un proyecto nacio-nal en el que la educación tenía, tiene y tendrá un papel preponderante.

LA CÚSPIDE DE LA REVOLUCIÓN

Sin instrucción no puede haber libertad, y la base de la igualdad política y social es la enseñanza elemental.

Lucas AlamánMemoria

Sólo basta echar un vistazo al ajetreado siglo decimonónico, a sus múltiples conflictos originados por las diversas posturas políticas. Simple y llanamente a la vasta alternancia en la silla presidencial, para entender los motivos que interrumpieron constantemente el cumplimiento de las leyes al establecer otras o reestablecer anteriores. De ahí la trascendencia de nuestra Constitu-ción que emanada de la institucionalización de la Revolución Mexicana que ha llegado a tener la debida continuidad para su implementación.

En el Porfiriato se estableció la doctrina liberal, con base en la libertad de enseñanza de tendencias positivistas. Las cuales sentaron las bases de la educación moderna y científica en aras del progreso nacional. Sin em-bargo, la estabilidad política y progreso económico de cierto sector de la población cobró un alto costo social, la inequidad. Ello aunado a la falta de procesos democráticos desembocó en el movimiento revolucionario maderista del 20 de Noviembre de 1910.

Dejando de lado, por un momento ya que se abordará brevemente en otro capítulo, la época caudillista de la Revolución nos enfocaremos en la con-formación del Artículo 3º Constitucional. Momento que a decir del general Francisco J. Mújica fue el momento cumbre de la Revolución, ya que hablar de la educación implica abordar el futuro del país. En este apartado se trata-ran cuatro aspectos: el proyecto de Carranza, la comisión constituyente, las disertaciones de la Convención de Querétaro y la laicidad educativa.

El proyecto educativo constitucional de Venustiano Carranza presenta-do en la Convención de Querétaro en diciembre de 1916, se basa en las

27

conclusiones del Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública de 1889. La propuesta carrancista se basaba en tres lineamientos: la libertad de enseñanza, la laicidad en escuelas oficiales y la gratuidad de las mis-mas al ser subsidiadas por el gobierno. La idea de la necesidad de una nueva Constitución que responda a las necesidades surge en un discurso de Carranza en Hermosillo el 23 de septiembre de 1913 lo cual se refleja tres años después cuando en septiembre de 1916 convoca al Congreso Constituyente.11

El proyecto del Jefe del Ejército Constitucionalista entregado en diciem-bre de 1916 a la Comisión para su revisión y aprobación en su texto original se establecía que:

La enseñanza es libre; pero será laica la que se dé en los estableci-mientos oficiales de educación, lo mismo que en la enseñanza pri-maria, elemental y superior que se imparta en los establecimientos particulares. Ninguna corporación religiosa, ni ministro de algún culto, podrán establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria. Las escuelas primarias particulares sólo podrán establecerse suje-tándose a la vigilancia oficial. En los establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza primaria.12

El Artículo 3º fue uno de los cuatro artículos más debatidos junto con el 27, 123 y 130 (de la tenencia de la tierra, el trabajo y la separación de la Iglesia y el Estado, respectivamente) cuya finalidad consiste en establecer un nuevo estilo de vida más justo y humano. Siendo aprobado en una votación de 99 a favor y 58 en contra, tras largas deliberaciones y un nuevo dictamen para su redacción final, por parte de la Comisión en la que destacan personajes como Francisco J. Mújica, Luis G. Monzón, Luis Manuel Rojas, Félix F. Palavacini, Alfonso Cravioto,13 entre otros.

11 Jorge Carpizo, La Constitución Mexicana de 1917, México, Editorial Porrúa, 2002, p. 72.12 José Luis Soberanes Fernández, La Constitución del pueblo mexicano, México, Editorial Porrúa, 2002, p. 28. *Miembro destacado del Ateneo de la Juventud que junto con José Vasconcelos entre otros intervendrán en la federalización de la educación en años posteriores.13 Miembro destacado del Ateneo de la Juventud que junto con José Vasconcelos entre otros intervendrán en la federalización de la educación en años posteriores.

28

En las sesiones del 13 y 14 de diciembre de 1916 de la Convención de Querétaro participaron 20 oradores, a favor y en contra tanto del proyec-to como del dictamen, tomando en cuenta tanto el ámbito jurídico como el pedagógico. El Congreso Constituyente conservo la mayor parte de la Carta Magna de 1857, sin embargo se dieron en su elaboración disputas por la diversidad de enfoques y corrientes políticas representadas.14

De tal importancia fue este artículo que Carranza se presentó en una de las sesiones para ver si podía con su presencia defender o impedir que atacaran su propuesta, lo cual como veremos que no ocurrió. A conti-nuación presentaremos los principales puntos de vista de algunos de los participantes que consideramos que tuvieron mayor peso al intervenir en el debate constitucionalista para la modificación de la propuesta del entonces presidente y que fueron:

– Luis G. Monzón, solicitaba que la palabra laica fuera sustituida por racional, ya que consideraba que en México la educación había dejado de ser religiosa desde la mitad del siglo XIX con el triunfo de los liberales tras la Guerra de Reforma. De tal manera que el laicismo implica revivir ese enfrentamiento contra el bando con-servador ya que es una enseñanza sin religión, y la racionalidad de tintes renacentistas iría en contra de los dogmas mediante los maestros que guiarían a la verdad.

– Francisco J. Múgica, de manera romántica en su discurso describió como “el momento más solemne y palpitante de la Revolución”, la discusión por la redacción final del Artículo 3º Constitucional. En donde se va a “construir el porvenir de la juventud y por ende el de la patria”, por lo cual se debían establecer principios nacio-nales y progresistas. De tal manera que defendió la propuesta del laicismo educativo atacando la enseñanza religiosa a su parecer contiene ideas absurdas, rancias y retrogradas. Es así como el clero se convertía en enemigo de la patria al difundir el fanatismo, el

14 Liberales moderados representados por Natividad Macías, Luis Manuel Rojas, Félix F. Palavacini, Alfonso Cravioto. Los revolucionarios representados por Francisco J. Mújica, Heriberto Jara, Juan de Dios Bojórquez, Esteban Baca Calderón, Enrique Co-lunga, Jesús Romero Flores, Luis G. Monzón, Enrique Recio, Jesús López Lira.

29

haber apoyado económicamente al gobierno de Victoriano Huerta y haber provocado una amenaza de invasión norteamericana para la defensa de sus intereses y bienes materiales.

– Luis Manuel Rojas, responde el discurso de Mújica y argumenta que el pueblo mexicano es un pueblo católico y que el estableci-miento del laicismo es una propuesta agresiva e intolerante, que únicamente se estableciera el laicismo en las escuelas oficiales dan-do apertura, libertad o simplemente permitiendo en las particula-res la enseñanza religiosa, defendiendo la propuesta de Carranza y por ende la suya ya que había sido el autor intelectual de la redacción del artículo.

– Alfonso Cravioto, manifestó de manera más neutral que el triunfo liberal de la Revolución sobre la enseñanza religiosa, se debía dar no en la prohibición religiosa sino en la multiplicación de escuelas laicas, ya que el laicismo propuesto pos Mújica caería en la tiranía. Palavicini, consideraba incoherente que declararan la libertad de enseñanza y la limitaran con la laicidad, suprimían la libertad y que la mejor opción sería crear más y mejores escuelas como de-fensa frente a la escuela clerical. Contrastando con que el congre-so votara por la escuela laica también en las escuelas particulares pero bajo la vigilancia oficial. Inconforme con las prohibiciones clericales.

– José M. Truchuelo, defendió el nuevo dictamen15 manifestando que el Artículo 3º es la más bella manifestación del libre pensa-miento ya que la revolución constitucionalista se siente identificada con el progreso, además que estaba bien colocado en la sección de garantías individuales. Además de que todo derecho tiene restric-ciones igual que la libertad sino se caería en el libertinaje.16

Los integrantes de la Convención que dieron origen a la Constitución Revolucionaria de 1917 estaban integrados por un grupo diverso que representaban a todos los grupos sociales, cuya finalidad era brindar

15 Enseñanza libre, laica en establecimientos oficiales, ninguna corporación religiosa puede intervenir en la educación primaria, las escuelas particulares bajo vigilancia ofi-cial, gratuidad en la enseñanza primaria. Suprimiendo el aspecto de la obligatoriedad.16 Debates revisados en la obra de Jorge Carpizo, op. cit., pp. 72–80.

30

reivindicaciones sociales a todas las facciones de la Revolución me-diante las garantías individuales. Las sesiones constitucionalistas por el Artículo 3º se centraron como lo hemos visto entorno a tres puntos: la libertad de enseñanza, obligatoriedad y laicidad de la educación pri-maria. La gratuidad no fue tema de debate respetando así el proyecto de Carranza.

En cuanto a la libertad de enseñanza, el problema radicaba en que algu-nas medidas limitaban la misma libertad. Lo cual se presentó cuando se establece la laicidad ya que restringe a la Iglesia el impartir educación y no da la libertad a los padres de familia a elegir que tipo de educación quieren o pretenden para sus hijos. Mientras que la obligatoriedad de la educación primaria quedo instaurada fuera de la sección de las garantías individuales en el Artículo 31 Constitucional.

En lo que concierne a la laicidad, se concibió como el triunfo del Liberalismo y una de las formas de romper la relación Iglesia-Esta-do. Se tomó la postura de la educación laica como una defensa de la soberanía ya que limitaba una Iglesia poderosa en favor de un Estado en proceso de desarrollo. La enseñanza ajena a toda creen-cia religiosa.

El tema religioso es delicado, por la trascendencia cultural y social de la Iglesia Católica, de ahí que se buscara equilibrar los espacios entre la religión y el Estado. El problema se dio por la prohibición de las corpo-raciones religiosas para el establecimiento y dirección de escuelas, sin embargo, se llegó a tolerar la enseñanza. Por tanto consideramos ade-cuadas las consideraciones de Luis Álvarez que veía que en el laicismo escolar debería asumirse una actitud más neutral en donde la escuela no profesa ni combate religión alguna.17

La Revolución al legalizarse o mejor dicho legitimarse con la Constitu-ción creó un proyecto integral, que atendiera las necesidades y resolviera problemas reivindicándose con la sociedad, puesto que la educación se

17 Luis Álvarez B., “Justo Sierra y la obra educativa del Porfiriato, 1901-1911” en Fernan-do Solana (et al.), op. cit., pp. 83–92.

31

convertiría en un instrumento de movilidad social que no se había dado en la historia nacional. En la época porfirista a pesar del auge cultural la educación fue elitista negada para las masas. La Constitución mexicana del siglo XX brindó una ruptura política y social generando igualdad, justicia y libertad incluyentes.

El 13 de abril de 1917 iniciaron los aires de cambio al suprimirse la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes del régimen anterior. Decretando que la enseñanza primaria ahora dependería de los ayunta-mientos y gobiernos locales descentralizando así la educación. Sin em-bargo, debido a que las finanzas municipales se vieron mermadas por las guerras de las facciones caudillistas se estancó el avance en la inter-vención de las alcaldías.

A causa de estas nuevas circunstancias la educación se centralizó y co-menzó su proceso de federalización, estando al cargo en un primer mo-mento en la Universidad Nacional de México y posteriormente en la Secretaría de Educación Pública (SEP) creada en el gobierno de Álvaro Obregón bajo la tutela del jurista y revolucionario José Vasconcelos. Tanto del Ministerio Federal de Educación como de su labor e interven-ción educativa en el periodo de su primer secretario hablaremos más adelante.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 que nos rige en la actualidad se convirtió en un instrumento jurídico fundacional para la aplicación y administración de la educación. Para esta ardua y compleja labor se instituyó un organismo de ca-rácter federal, la Secretaría de Educación Pública, que atendiera las necesidades nacionales pero es necesario mencionar que su inspira-ción proviene del extranjero como lo veremos; es decir, “mirar ha-cia afuera” tomando modelos externos para solucionar problemas internos.

32

VASCONCELOS, EL DIPLOMÁTICO REVOLUCIONARIO

El ateneo fue nuestra Revolución en la culturaMartha Robles,

Educación y sociedad en la historia de México

Antes de hablar de la SEP y su labor en tiempos de Vasconcelos como su mi-nistro, consideramos conveniente abordar aunque sea someramente, tanto el perfil intelectual como el revolucionario de quien sería llamado “Maestro de la Juventud” por su labor en aras de la educación y unión subcontinental.

Advertimos que por los límites del presente trabajo no abordaremos una biografía pormenorizada de José Vasconcelos, ni mucho menos analiza-remos su vastísima obra que comprende títulos como Ulises Criollo, Pitá-goras: una teoría del ritmo, Tratado de metafísica, Estética, La tormenta, El desastre, La raza cósmica…, por mencionar algunos.

Dichos textos, de tanto carácter autobiográfico como filosófico, abordan temas tan diversos como su intervención en la Revolución Mexicana como su propuesta iberoamericana. De ahí que consideramos pertinen-te únicamente centrarnos en su papel como miembro del Ateneo de la Juventud Mexicana y su intervención en las distintas revoluciones de la Revolución Mexicana.

El Ateneo de la Juventud es el origen de la vida intelectual mexicana del siglo XX.18

Llegó a ser una asociación civil que se fundó el 28 de octubre de 1909 y se disolvió a mediados de 1914 con la capitulación del gobierno de Victoria-no Huerta, con la firma de los Tratados de Teoloyucan el 13 de agosto del mismo año. Dándose la disolución por crisis ante una nueva lucha armada y las diferentes posturas políticas-ideológicas de sus integrantes.

Este cuantioso grupo de jóvenes intelectuales, alrededor de 70 miembros, nacidos a finales del siglo XIX y pertenecientes a la clase media del Porfiria-

18 Véase Álvaro Matute, El Ateneo de México, México, FCE (Col. Cultura para todos), 1999, pp. 7-27.

33

to, se identificaron por el gusto a la lectura y aunque no todos eran escrito-res, veían en la lectura el medio idóneo para comunicar, enseñar, actuar y crear. Teniendo como elemento vinculador su afición por la cultura griega clásica de donde se inspiraron no sólo para el nombre de su asociación sino también para su vastísima producción de obras enciclopedistas.

De las conferencias en la Universidad Nacional de México de Justo Sie-rra en 1910, surgió la idea de divulgar la cultura a las clases trabajadoras y de escasos recursos mediante la fundación de la Universidad Popular Mexicana como instrumento de comunicación cultural en cuestiones fi-losóficas, estéticas y literarias.

El 25 de septiembre de 1912 se cambió por el nombre a Ateneo de México, con la finalidad de trabajar por la cultura y el arte no sólo en el sector estudian-til sino también en la clase obrera. A decir de Luis González están integrados por la “generación revolucionaria” nacidos entre 1875 y 1890, generación azul 1860 y 1864, generación de los cachorros de la Revolución de 1891 y 1905. De los 64 ateneístas 57 nacieron en la generación revolucionaria.19

Simplemente analizar a los miembros del Ateneo y su legado intelectual –cultural sería digno de otro estudio, puesto que son tan diversos los integrantes que comprenden escritores, poetas, filósofos y artistas como pintores (muralistas) o concertistas. Quizá una de las muestras de su erudición son los motes con los que los llegaron a clasificar a principios del siglo pasado como “Los cuatro grandes” conformados por José Vas-concelos, Antonio Caso, Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes; o “Los siete sabios” en donde se encuentran Antonio Castro Leal, Alberto Vásquez del Mercado, Alfonso Caso, Teófilo Olea, Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín y Jesús Moreno Baca.20

19 Ibídem.20 Algunos otros miembros destacados fueron: Martín Luis Guzmán, Julio Torri, Ricar-do Gómez Robelo, Jesús T. Acevedo, Enrique González Martínez, Manuel M. Pon-ce, Diego Rivera, Nemesio García Naranjo, Genaro Fernández Mac Gregor, Alfonso Cravioto, Rubén Valenti, Manuel de la Parra, Luis Castillo Ledón, Roberto Argüelles Bringas, Abel C. Salazar, Eduardo Colín, Isidro Fabela, Luis G. Urbina, Jesús Urueta, Marcelino Dávalos, Rafael López, Enrique Jiménez Domínguez, José Escofet, Leopoldo de la Rosa, Miguel Ángel Osorio, Jesús Castellanos, José Santos Chocano, Alba He-rrera y Ogazón, Ángel Zamarra, Saturnino Herrán, Jorge Enciso, Evaristo Araiza, Teja Zabre, Mariano Silva, entre otros.

34

Finalmente independientemente de su preparación, la mayoría eran abo-gados, buscaban la popularización o divulgación de la cultura universal y nacional en México. Llegando a ser considerados como “los caudillos de la revolución intelectual”, por la época y labor militante de algunos de sus miembros en las distintas facciones de la Revolución. Incluso podríamos mencionar que algunos de los ateneístas participaron en la Convención de Aguascalientes de octubre de 1914, destacando la labor de Martín Luis Guzmán, Isidro Favela, José Vasconcelos y Alfonso Cra-vioto.21 Los ideales de la divulgación y popularización de la cultura y la educación fueron plasmados por Vasconcelos como rector de la Univer-sidad Nacional de México y como líder de la Secretaría de Educación Pública.

Cambiando de tema, hablar de la Revolución Mexicana es otro tema sumamente amplio que se refleja en las innumerables publicaciones que de ella emanan. De ahí que consideremos conveniente centrarnos solamente en la participación de Vasconcelos en los diferentes frentes. Cabe mencionar antes que consideramos que la Revolución Mexicana en general está conformada por movimientos de facciones individuales y particulares como las revoluciones maderista, villista, zapatista, de la huertista, carrancista o constituyente y obregoncista que dependen del líder militar-intelectual que les da nombre.

Una Revolución débilmente organizada (Madero) propició la violencia armada, es decir, un golpe de Estado (Huerta) y posteriormente al cau-dillismo (Carranza, Obregón, Calles, Villa, Zapata). El proyecto consti-tucionalista de Venustiano Carranza promulgado el 5 de febrero 1917 buscó dar soluciones y retribuciones a todos los que habían participado responsabilizando al Estado de la educación procurando mermar la gran desigualdad social del México de principios del siglo XX.22

Previo a la revolución maderista Vasconcelos no tenía vínculos en el gobierno, pertenecía al grupo intelectual del Ateneo de la Juventud y disfrutaba de una vida holgada por lo prospero de su despacho jurí-

21 Ibíd., pp. 83-95.22 Martha Robles, op. cit., pp. 81-86.

35

dico, lo cual indica que no tenía motivo de queja contra el régimen. Pero al conocer a Francisco I. Madero en 1909 en campaña electoral tras la publicación del libro La Sucesión Presidencial de 1910, se in-tegró a la vida política como secretario del Centro Antireeleccionista, director del periódico del Partido y formador de clubes maderistas en distintas ciudades de la República. Su primer destierro en Nueva York se dio por la persecución policiaca debido a que publicó en el perió-dico México Nuevo, que “el porfirismo es un cadáver y sólo hace falta enterrarlo”.23

Durante las elecciones de 1910 Madero es encarcelado en San Luis Po-tosí, escapa y huye a San Antonio, Texas, para establecer el Plan de San Luis en el cual fija el 20 de noviembre como fecha para una magna movi-lización armada. Apoyado por muchas facciones revolucionarias debido a que no sólo contempló la democratización del país sino también un programa agrario.

La revuelta inicia en Puebla con Aquiles Serdán la cual es secundada por levantamientos en Sonora, Chihuahua, Zacatecas, Guerrero y en la Ciudad de México. Una de las movilizaciones en la capital la orquestó Vasconcelos y el magonista Camilo Arriaga, con el “Complot de Tacu-baya”24 que pretendían tomar el cuartel del Tacubaya con el apoyo de dos oficiales quienes los traicionaron, por lo cual nuevamente tiene que salir del país hacia San Antonio, Texas.

En aquella ciudad norteamericana se encuentra con Gustavo A. Made-ro presidente de la Junta Revolucionaria quien lo manda a Washington junto con Vázquez González como secretarios representantes de Ma-dero y con el cargo de agente confidencial de la revolución maderista. Logrando con dicho cargo que tras la toma de Ciudad Juárez el puente Internacional de Ladero permaneciera abierto para el abastecimiento de víveres y municiones norteamericanas. Tras la renuncia y exilio de Porfirio Díaz del país, permanecieron los Convenios de Ciudad Juárez

23 Joaquín Cárdenas Noriega, José Vasconcelos, 1882-1982: Educador, político y profeta, Méxi-co, Ediciones Océano S. A., 1982, p. 28.24 Ibíd., pp. 33–35.

36

para el establecimiento de un gobierno provisional para convocar a elecciones.

Nuevamente Vasconcelos instalado en la Ciudad de México no desem-peñó ningún puesto oficial del gobierno provisional, sigue con las ac-tividades del despacho y en la política se convierte en vicepresidente del Partido Constitucional Progresista encabezando la campaña política de Madero. El gobierno provisional de Francisco León de la Barra lo nombra Subsecretario de Justicia pero se niega a aceptar el cargo. Por las disputas con otros maderistas que no obtenían los puestos que ambi-cionaban y el levantamiento de Zapata que pide garantías y el reconoci-miento de grado militar a su fracción revolucionaria.

Otro de los motivos que cohibió la intervención de Vasconcelos en el gabinete de Madero fue una situación que se dio en la Asamblea del Partido Constitucional Progresista el 11 de agosto de 1911 en la que se debatía por la dupla para las lecciones teniendo como opciones la fór-mula Madero-Vázquez Gómez contra Madero-Pino Suárez. Él al votar en voz alta de manera decisiva por Pino Suárez, los vazquitas le critica-ron diciendo: “Ya te ganaste el Ministerio” a lo que Vasconcelos replicó: “Gano en mi despacho en un mes lo que un ministro en un año”.25 Lo cual refleja tanto la inconformidad por el amiguismo político como las abundantes ganancias del abogado.

En noviembre Madero es nombrado Presidente Constitucional de la Re-pública y Vasconcelos es nombrado en el ámbito profesional como pre-sidente del Ateneo de la Juventud. Madero enfrenta por la pérdida de privilegios rebeliones de Pascual Orozco, Bernardo Reyes y Félix Díaz, las cuales son sometidas. Algunos desacuerdos con el embajador esta-dounidense Henry Lane Wilson generan una conspiración que acabaría con el régimen revolucionario democrático.

Victoriano Huerta con el apoyo de Lane y de la Iglesia Católica en el evento denominado como la Decena Trágica acontecido en la Ciuda-

25 Ibíd., pp. 36–42.

37

dela toman prisioneros a Madero y Pino Suárez quienes son fusilados a las afueras de Lecumberri, el 22 de febrero de 1913. Vasconcelos sigue trabajando en su despacho y al pasar de algunos meses es aprendido por huertistas y llevado ante Huerta quien le da libertad para que ejerza su profesión con la condición de que no se adhiera a las rebeliones encabe-zadas en su contra.

Vasconcelos huye y desde La Habana escribe a Carranza para que nom-bre como presidente provisional a Vázquez Gómez pero él hace caso omiso y mediante el Plan de Guadalupe del 26 de marzo de 1913 se autodenomina como primer jefe. En Washington es nombrado agente confidencial y enviado a Londres y París para evitar el reconocimiento de Huerta como presidente y el apoyo económico, teniendo una res-puesta favorable por el ministro de Hacienda francés.

Regresa a México y se entrevista en Ciudad Juárez con Carranza quien le pide que acuda a Estados Unidos y Canadá en misiones di-plomáticas para contrarrestar lo hecho por Huerta, estando en Nueva York le informan de la invasión norteamérica en Veracruz el 21 de abril de 1914 que apoyaba al “usurpador”. Sin embargo, tras triun-fos militares de los constitucionalistas Victoriano Huerta renuncia y se exilia en julio de ese mismo año. Nuevamente la Revolución ha triunfado.

Carranza le ofrece que colabore en su gobierno pero sin asumir compro-misos políticos únicamente solicita la dirección de la Escuela Nacional Preparatoria que sería su primer cargo en educación. Continua desem-peñándose como y lucha en contra de los abusos carrancistas como la detención de una misión de paz de Villa encabezada por Manuel Bonilla exministro de Madero.

Debido a la presión para definirse por una postura política y él al negarse en volverse constitucionalista lo cesan como director de la escuela pre-paratoria a pocos meses de asumir el cargo. El 8 de octubre de 1914 es aprendido en la Inspección General de Policía de la cual escapa y con ayuda del general Felipe Ángeles se traslada a Aguascalientes a la Con-

38

vención Militar que reunirían a las facciones de la Revolución Mexicana, tanto de Carranza, como de Obregón, Villa y Zapata.

En la convención, Vasconcelos cuenta con el apoyo de Antonio Villa-real, Presidente de Debates, quien le encomienda realizar un estudio jurídico de la convención, para la toma de acuerdos con fundamento legal.26 Durante las sesiones llegó a tener contacto con otras facciones, por ejemplo por invitación de Martín Luis Guzmán cena con Villa que le brinda su apoyo por haber sido prisionero por Carranza.

Finalmente, el 3 de noviembre de 1914 se firman los acuerdos de la convención donde se nombra como presidente provisional al general Eulalio Gutiérrez, quien comisiona a Vasconcelos junto con los ge-nerales José Isabel Robles y Raúl Madero para informar a Villa del nombramiento y de la disolución de su tropa a lo cual se negó toman-do una postura opositora al nuevo gobierno, de la misma manera que Carranza y Zapata.

En el gabinete de Eulalio Gutiérrez se destaca por el reparto e interven-ción del poder de todas las facciones revolucionarias en donde Vascon-celos fungirá como Ministro de Educación Pública, convocando a los preparatorianos para la elección democrática de su director siendo el ganador Antonio Caso. Nuevamente la estabilidad política queda que-brantada, por las rebeliones de los zapatistas y villistas, por eso el go-bierno provisional se traslada a San Luis Potosí. La Revolución se había convertido en la lucha por el poder de los intereses de cada postura. Gutiérrez comisiona a Vasconcelos para una diligencia diplomática en Washington, para que se abstengan de apoyar o reconocer a Villa o Ca-rranza antes de efectuarse las elecciones.

Estando en Nueva York, Vasconcelos se entera de que Gutiérrez renun-cia a favor de Carranza, desilusionado y por enemistad con el nuevo régimen se aísla en aquella ciudad norteamericana realizando estudios fi-losóficos. Posteriormente se convierte en director de la agencia en Lima,

26 Alfonso Taracena, José Vasconcelos, México, Editorial Porrúa, 1982, pp. 35–44.

39

Perú de las escuelas internacionales, donde permanece cerca de un año para regresar a Nueva York y a la postre en California donde se dedicó a organizar diversos negocios.

Al término del gobierno de Carranza a mediados de 1919 se presenta un nuevo punto de ruptura con las elecciones presidenciales en las cuales el oriundo de Cuatro Ciénegas para perpetuarse en el poder propone a Ignacio Bonilla en lugar de Álvaro Obregón o Pablo Gon-zález, tal y como lo haría posteriormente Plutarco Elías Calles durante el “Maximato”.27

Debido a esta situación Obregón al darse cuenta de que la presiden-cia no era alcanzable por la vía democrática se entrevista en California con Vasconcelos para que se incorpore a su movimiento para derrocar a Carranza. Meses más tarde, Vasconcelos por órdenes del presidente provisional Adolfo de Huerta se traslada a la Ciudad de México casi al mismo tiempo en que Carranza es asesinado en Tlaxcalantongo el 21 de mayo de 1920.28

Finalmente, tras casi cuatro años de exilio Vasconcelos regreso en mayo de 1920, tomando las riendas políticas e intelectuales para es-tablecer un programa educativo nacional. Durante el gobierno de Obregón se estableció uno de los mayores proyectos educativos de Vasconcelos, las reformas constitucionales necesarias para la crea-ción de la Secretaría de Educación Pública, el 20 de julio de 1921, que tuvo como primeras prioridades la alfabetización de las zonas rurales y elevar el nivel cultural del país. A decir de Martha Robles: “Vasconcelos transformó su proyecto pedagógico en una obra políti-ca sin precedentes”.29

27 Calles fue considerado como “El Jefe Máximo de la Revolución”, de ahí el nombre, y para intervenir políticamente tras bambalinas en los gobiernos provisionales de Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez entre 1928 y 1934.28 Joaquín Cárdenas Noriega, op. cit., pp. 85-94.29 Martha Robles, op. cit., pp. 96-97. Para tan ambiciosa empresa se apoyó con destaca-dos intelectuales Daniel Cosío Villegas, Carlos Pellicer, López Velarde, Torres Bodet, Ezequiel A. Chávez, Gabriela Mistral, Salvador Novo.

40

VASCONCELOS, EL MINISTRO CONSTRUCTOR

Nada es más importante para el estado que la instrucción de la juventud. Ella es la base sobre la cual descansan las instituciones sociales.

José María Luis Mora,Discurso al Congreso, 17 de noviembre 1824

La Revolución Mexicana dejó como legado la búsqueda de la democra-tización/popularización de la educación a través del Artículo 3º Consti-tucional. Asumiendo el Estado tanto el control como la organización de la educación con la intención de influir en la juventud para que se con-duzca al progreso social. La educación se volvería un factor de unidad nacional mediante una función orientadora.

En el inicio de la institucionalización de la Revolución, en el marco de la creación y promulgación de la Constitución de 1917, se instituyó el proyecto de consolidar la nación bajo los principios de la Revolución de crear una idea de pertenencia a la patria. Es decir, de identidad nacional mediante una historia común unificadora con miras en el progreso y modernidad. La educación es el instrumento ideal para el cumplimiento de tales objetivos.

La Constitución revolucionaria delegó en los municipios y gobiernos es-tatales la tutela de la educación. La inestabilidad política del caudillismo agudizó la crisis económica volviendo incapaces a los ayuntamientos de proveer educación. Por lo cual la facción triunfante de la Revolución tras la muerte de Carranza vio en Vasconcelos el hombre capaz y responsa-ble de dar un viraje en la educación nacional al unificarla y organizarla.

Por estas razones surge la necesidad de la creación de una institución que cumpliera con los fines políticos y administrativos que los munici-pios carecían. La solución a tal problemática fue la Secretaría de Educa-ción Pública. Es así como la SEP asumiría las responsabilidades de esta-blecer, organizar y sostener escuelas a nivel nacional. La cual colocaría al gobierno federal como parte fundamental y rectora de la educación a escala nacional, en los ámbitos político, económico y social.

41

Antes de hablar del “Maestro de la Juventud”, consideramos pertinente señalar que la SEP no tiene una finalidad de centralizar la educación sino de federalizarla; es decir, que pretende respetar la autonomía de cada estado. Se busca unificar programas escolares para evitar problemas de revalidación y equivalencia, pero respetando la independencia de las entidades federativas.30

A su regreso del exilio el presidente provisional Adolfo de la Huerta lo nombra rector de la Universidad Nacional de México. Cargo que desempeñó del 4 de junio de 1920 al 10 de octubre de 1921. Desde sus inicios Vasconcelos muestra su empeño por crear un Ministerio Federal de Educación Pública. Aunque antes de que ello se llevará a cabo realizó diversas gestiones mediante la Universidad que por ejemplo acercó la cultura y la educación al pueblo con la campaña Misión contra el Analfabetismo. Lo cual mediante circulares, de junio a noviembre de 1920, logró poner en concreto con acciones como lo fueron:

– Circular 1 con fecha 18 de junio de 1920, campaña nacional contra la analfabetización, apoyándose de profesores honorarios (volun-tarios) que destinaran su tiempo libre como domingo-días festivos a enseñar a leer y escribir a trabajadores. La universidad a cambio les proporcionaría materiales y un diploma por cada cien alum-nos para darles preferencia en un empleo en alguna dependencia gubernamental. Dicha campaña tiene una favorable respuesta en toda la República.31

30 Claude Fell, José Vasconcelos: Los años del águila (1920–1925), México, IIH/UNAM, 2009, pp. 17-77.31 Ibíd., p. 24. La Campaña contra el Analfabetismo 1920-1924 con dos vertientes la primera con colaboradores voluntarios con objetivos extensivos no intensivos cuantita-tivos no cualitativos. La segunda organizada por la SEP, con medios y personal siendo los “maestros ambulantes” su base. Con la creación de la SEP, Abraham Arellano se convierte en dirigente oficial quien refuerza las medidas con el llamado “ejército infan-til” de niños de 4º, 5º y 6º de primaria para que apoyen la alfabetización de adultos a cambio de un diploma de la SEP. Se crearon centros culturales los cuales tuvieron gran auge por el servicio de desayunos escolares y centros nocturnos de desanalfabetización.

42

– Circular 2 con fecha 20 de junio de 1920, proporciona a los pro-fesores honorarios conocimientos indispensables sobre aseo e hi-giene personal, alimentación, vestimenta y ejercicio físico. Con la finalidad de mermar el alto índice de mortalidad infantil causado por los malos hábitos de la población y deficiencia en las obras de saneamiento que afectaban principalmente a los sectores de esca-sos recursos.32

– Circular 3 con fecha 13 de julio de 1920, aborda dos puntos, por un lado, la incorporación de las mujeres en las campañas de alfa-betización. Por otro lado, el establecimiento la característica de los profesores honorarios como “misioneros” en una labor civilizado-ra.

– Circular 4 con fecha 30 de julio de 1920, habla sobre la recomen-dación de los libros para su empleo en la alfabetización.

– Circular 5 con fecha 11 de noviembre de 1920, ofrece un mensaje a los profesores honorarios para alentarlos en su ardua empresa, considerando que los profesores honorarios no deben formar es-cuelas sino en misiones civilizadoras.

A estas medidas se le puede añadir una circular extraordinaria del 15 de abril de 1921, en favor del subministro de desayunos a niños de escasos recursos, con el apoyo del personal de la universidad con la finalidad de que cooperen económicamente, tomando un descuento del 10% de su sueldo lo cual fue secundado por sus subordinados. Designando al Ing. Roberto Medellín al frente de la Comisión de Desayunos Escolares el 9 de mayo, cubriendo así la alimentación matutina de cerca de medio millar de niños.

Más allá de las circulares una de las primeras medidas fue, nuevamente pero en otra administración, el nombramiento de Antonio Caso como director de la Escuela Nacional Preparatoria respaldado por los votos de los estudiantes. El primer conflicto del rector con carácter internacional fue a raíz de un discurso en conmemoración del Día de la Raza, en el cual crítica la dictadura venezolana de Juan Jiménez Gómez lo cual es

32 Ibíd., p. 29.

43

secundado por los estudiantes con manifestaciones por la ciudad. Lo cual debido a las críticas del secretario de Relaciones Exteriores lleva a Vasconcelos a pedir su renuncia, sin embargo, por diferentes muestras de apoyo y solidaridad de académicos la solicitud es denegada por parte del presidente Huerta.

En diciembre de 1920 toma la presidencia Obregón y prepara el proyec-to de ley para la creación de la Secretaría de Educación Pública. Además de proporcionar los Talleres Gráficos de la Nación para la divulgación de la cultura mediante una edición popular de los clásicos de la literatura universal. Los llamados “Libros verdes” por el color de su pasta como la Ilíada, la Divina comedia, el Quijote, entre otros. Incluso para el sector infantil se incluyeron obras como Las mil y una noches, la Odisea, etc.

Otra de las medidas culturales fue la creación y distribución de la revista El Maestro. Obra educativa en la cual se abordaban temas como la litera-tura, historia, higiene, científicos, geográficos, pedagogía…, con la finali-dad y la idea de brindar un nuevo medio de divulgación de las ideas a todas las clases sociales. Distribuyendo 50,000 ejemplares mensualmente de forma gratuita en toda la República. La revista El Maestro fue el órga-no de difusión de la SEP.33

El 27 de abril de 1921 mediante la creación tanto del lema “Por mi Raza Hablará el Espíritu” como del escudo (águila y cóndor sosteniendo Amé-rica Latina por la unión lingüística, histórica y cultural) de la Universidad Nacional de México, Vasconcelos transmitió su postura filosófica de la llamada raza cósmica, la raza mestiza y criolla que debía de homogenei-zarse y creando nuevas tendencias culturales a partir de la unión etno-gráfica.34

En su controversial obra La raza cósmica manifiesta su postura filosófica de la vocación continental de la lengua, “hispanización” de las etnias. En donde era esencial la unión subcontinental para la creación de una

33 Carlos Ornelas, El sistema educativo mexicano. Transición de fin de siglo, 11ª edición, México, FCE, 2009, pp. 99-106.34 Alfonso Taracena, op. cit., pp. 19–56.

44

cultura nacional que reconociera las aportaciones culturales universales. Este mestizaje o sincretismo cultural dejaba a un lado a Estados Unidos por pertenecer a un proceso histórico y lenguaje distinto al latino en el cual se incluía Brasil.35

La intención de federalizar y unificar la educación se concebiría con la creación de la SEP. El proyecto de ley se discutió en la Cámara de Dipu-tados el 8 de febrero de 1921 con la presencia de Vasconcelos quien in-terviene en cuestiones del aumento y resguardo del presupuesto. Puesto que para dicha empresa educativa era necesario un amplio presupuesto educativo para que se lleve a cabo un proyecto tan ambicioso. Finalmen-te es aprobada y se instauran tres departamentos básicos: escuelas, bi-bliotecas y Bellas Artes. Además, de dos auxiliares desanalfabetización y enseñanza indígena con la finalidad de difundir el español como lengua común para posterior ingreso es las demás escuelas.

Vasconcelos inicia giras por las grandes ciudades como Guadalajara, Co-lima, Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato, Pachuca…, con el objetivo de que las legislaturas locales aprobaran la iniciativa y agilizar su entrada en vigor. En sus viajes no sólo tenía contacto con el gobernador y miem-bros de la legislatura sino también tomaba en cuenta las necesidades educativas desde primera mano acudiendo a las comunidades. Por lo singular de su actuar ha sido denominado por Claude Fell como el “Mi-nistro a Caballo” e incluso comparado con Juárez ya que se codea con las realidades locales para la toma de conciencia, mediante el contacto directo con los problemas de los sistemas cultural y educativo.36

Otras actividades previas a asumir su rol como parte del gabinete fueron tres. En primer lugar, la celebración de festivales al aire libre en el Bos-que de Chapultepec como el celebrado el 14 de agosto de 1921, bajo la Dirección de Cultura Estética de la Universidad Nacional de México en donde se daban impresionantes cantos y danzas con miles de estudian-tes. En segundo lugar, se llevó a cabo el Primer Congreso Internacional de Estudiantes el 20 de septiembre de 1921, en las instalaciones de la Pre-

35 Claude Fell, op. cit., pp. 17-77.36 Ibíd., pp. 49-55.

45

paratoria a la que acudieron delegados de 24 universidades de distintas partes del mundo. Por último, en el mismo tenor internacional el 3 de octubre de 1921 se firma el Acta Constitutiva de la Federación de Inte-lectuales Latinoamericanos con la finalidad de vincular culturalmente a los pueblos de origen y lengua común.

Finalmente, el 12 de octubre de 1921 toma protesta como secretario de Educación Pública y Bellas Artes, siendo esta dependencia la vertiente creadora de la Revolución. Mediante ella Vasconcelos busca consolidar la unidad nacionalidad por medio de valores culturales universales y un ímpetu alfabetizador – civilizador. Su obra educativa derivó en la buro-cratización del aparato educativo y el fomento de los valores culturales cívicos y el fortalecimiento de la ideología de la Revolución Mexicana.37

Quizá el punto nodal del presente ensayo se halle aquí, en las influencias que permearon en José Vasconcelos para la creación de la Secretaría de Educación Pública y su proyecto educativo. A nuestro parecer provie-nen de dos vertientes ideológicas afines pero de procedencia distinta. Las cuales tienden tanto a mirar hacia adentro como mirar hacia afuera. Paradigmáticamente convergen ambas en un momento crucial de la his-toria educativa de nuestra nación.

Por un lado, bajo la inspiración de las medidas educativas y culturales de Lunacharcki, Comisario del Pueblo para la Educación y las Artes de la Unión Soviética. Como respuesta a la mala y escasa organización federal y los altos índices de analfabetismo, adoptó la metodología extranjera con un plan global mediante la campaña contra el analfabetismo, multi-plicación de las bibliotecas, publicación de los clásicos, elaboración de un sistema estructurado que abarca todos los niveles de educación y cul-turales considerando el muralismo, la danza, lectura y canto. Asumien-do la postura de educación general para formar personas completas en lugar de una educación especializada que desarrolle la especialización de una técnica.38

37 Carlos Ornelas, op. cit., p. 98.38 Joaquín Cárdenas Noriega, op. cit., pp. 27–94.

46

Por otro lado, se encuentra el antecedente de los miembros del Ateneo de la Juventud que fundó la Universidad Popular Mexicana. En donde se impartían conferencias y lecturas de poesías en jardines públicos, hos-pitales y fábricas, grupos de alfabetización, cursos de idiomas, aritmética y taquigrafía con la finalidad de divulgar la cultura. De ahí la idea de que la SEP y el Departamento de Bellas Artes tuvieron la finalidad de fomen-tar y ampliar la cultura nacional no sólo con base en conocimientos y habilidades sino también en ideas y sensibilidad con la naturaleza, obras de arte, música y literatura. Proporcionando una educación integral.

Ya al frente de la Secretaría incorpora las escuelas municipales a las fede-rales y crea nuevos centros educativos en todo el país. Reforma el plan de estudios de la escuela normal, y aumenta considerablemente el núme-ro de bibliotecas públicas. En la Facultad de Ciencias Químicas donde únicamente se estudiaba la carrera de farmacia incrementa el número de pabellones y departamentos para la industria del vidrio, jabonería, destilación de aceite, laboratorios químicos… Además, sentó las bases de la educación utilitarista en 1923 con la creación de una escuela para obreros y especialistas como lo fue la Escuela de Ingeniería Mecánica y Eléctrica.

En el ámbito cultural se respalda del arte como difusor de la cultura. Po-niendo a disposición de los muralistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros los edificios de la Escuela Nacional Pre-paratoria, de la Secretaría de Educación Pública, del Palacio Nacional de la Escuela Chapingo, del Hospicio Cabañas, entre otros. Para que plasmen en ellos la historia de México y su interpretación de la Revolución.

En septiembre de 1922 es designado como embajador especial por el presidente Obregón para que acuda al centenario de la Independencia de Brasil, llevando como obsequio una réplica de la estatua de Cuauh-témoc elegida por Alberto J. Pani, secretario de Relaciones Exteriores. Con ello inicia una travesía por América Latina visitando Argentina, Paraguay y Chile. Dejando una huella en aquellos lares por sus confe-rencias, discursos e incluso malos entendidos por parte de la prensa. Es así como es nombrado a la postre como Maestro de la Juventud por la

47

Federación de Estudiantes de Colombia y Maestro Predilecto por la Ju-ventud de Panamá. Motes de los cuales renegaría más tarde.39

Al momento de realizar la investigación del presente escrito nos llamó la atención que fue precursor del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Lo cual ocurre cuando en la Cámara de Diputados en diciembre de 1922 defiende el presupuesto de la SEP para la instauración de la Escuela de Ferrocarrileros, la Escuela de Electricistas y la Escuela de Artes y Oficios. Dichas instituciones en conjunto recibirían el nombre de Instituto Técni-co Industrial que se establecería bajo la tutela del Ing. Wilfrido Massieu como miembro del Departamento Técnico de la Secretaría, que se trans-formaría en el gobierno de Lázaro Cárdenas, en IPN.

Al asumir la Secretaría, Vasconcelos nombra como rector de la univer-sidad a Antonio Caso quien a su vez nombra como rector de la prepa-ratoria a Vicente Lombardo Toledano. Éste último tolera la indisciplina estudiantil, lo cual es mal visto por Vasconcelos y expulsa a algunos estudiantes generándose una huelga estudiantil apoyada por la Confede-ración Regional Obrera Mexicana (CROM) en favor de la candidatura de Calles.40 Controlada la manifestación expulsa a los estudiantes y cesa a Toledano junto con algunos maestros como el hermano del rector de la universidad, que presenta su renuncia y es rechazada por Vasconcelos originando el distanciamiento entre ambos intelectuales.

Dejando de lado las discrepancias intelectuales inaugura magnas obras como la Biblioteca Miguel Cervantes Saavedra, la Biblioteca y Sala de Banderas Hispanoamericanas y el Estadio Nacional que tenía como des-tino servir de teatro al aire libre para el ejercicio y actividades culturales, como la danza y el canto. Este último inaugurado el 5 de mayo de 1924 con evento social impresionante en medio de ejercicios, cantos y bailes de miles de jóvenes.

La creación de la Secretaría debía estar albergada en un recinto acorde y que dignifique tan vasta obra. El 9 de julio de 1922 es inaugurado el

39 Claude Fell, op. cit., pp. 17-77.40 Ibídem.

48

palacio que albergaría a la SEP. Que se construyó en el Antiguo Con-vento de Santa Teresa donde estaba la Escuela de Leyes. Además, por invitación de Felipe Carrillo Puerto, gobernador de Yucatán, se traslada junto con una comitiva a Mérida, durante su visita se da la fundación de la Universidad del Sureste junto con escuelas de industrias químicas, eléctricas y mecánicas.

El principio del fin de la gestión de Vasconcelos como secretario de Educación acontece al darse la alternancia política. Álvaro Obregón era el único que respaldaba a Plutarco E. Calles ya que no contaba con la simpatía popular, de ahí que se entablaran acuerdos con Estados Unidos a fin de reconocerlo y apoyarlo.

Lo cual ocasionó el levantamiento de Adolfo de la Huerta, por tal situa-ción algunos senadores se niegan a aceptar los llamados Tratados de Bucareli y para solucionar esto el gobierno secuestra a algunos senadores y asesina al senador campechano Fidel Jurado. Por dicha circunstancia Vasconcelos presenta su renuncia como protesta y por la falta de recur-sos de la SEP en 1924 por las revueltas revolucionarias. Obregón evita que Vasconcelos renuncie al iniciar la investigación del asesinato del senador.41

Poco antes del cambio en la silla presidencial Vasconcelos renuncia a su cargo con la finalidad de dedicarse a la vida política que lo llevó a las can-didaturas como gobernador de Oaxaca, su estado natal, y posteriormente a la presidencial. Tras fracasar en ambas campañas y con la postura del presidencialismo de Calles, que se generaría en el Maximato al designar como candidato a Pascual Ortiz Rubio y en medio de persecuciones políti-cas se exilió nuevamente en el extranjero. Regresando en los años cuaren-ta siendo nombrado como director de la Biblioteca Nacional, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y miembro fundador de El Colegio Nacional. Su regreso aunque brillante ya no tuvo el auge y preponderan-cia político-educativa que lo caracterizó veinte años atrás.

41 Joaquín Cárdenas Noriega, op. cit., pp. 111–144.

49

Ahora bien en la vasta bibliografía que aborda a Vasconcelos no to-dos hablan de él favorablemente. En muchos existe crítica tanto a su legado político como a su propuesta filosófica. Por ejemplo, mencio-nan los problemas de la alfabetización que a pesar del trabajo volun-tario y gratuito, faltaba instrucción para alfabetizar más que buenas voluntades, la alfabetización debe completarse con la adquisición de conocimientos ya que la alfabetización no es un fin, sino parte del proceso.

Todo aunado a la carencia de materiales, falta de organización, coordi-nación y de presupuesto adecuado a la empresa, porque es difícil de eva-luar el alcance por las disparidades de las cifras y estadísticas oficiales. Aunque cabe señalar la falta de continuidad por parte del gobierno, ya que se vuelve a dar otra campaña alfabetizadora hasta 1944 con Jaime Torres Bodet al frente del Ministerio de Educación.42

Trueba Urbina desdeñó el lema de la universidad considerando a su autor como “ignorante del idioma”, dogmático, filósofo más no gramáti-co. Incluso propone una nueva frase para la inauguración de la Ciudad Universitaria que fue “La ciencia por la justicia social”, que sintetizaba a su parecer los ideales de libertad y justicia provenientes de la Revolución Mexicana.

Otro punto de divergencia son los términos religiosos que emplea en la vida pública. La mayoría de sus discursos al frente de la universidad y de la Secretaría se encuentran llenos de un vocabulario clerical, por ejem-plo “cruzada” o “misionero” con la finalidad de entusiasmar al país para la regeneración de la nación para la divulgación de la cultura y educa-ción sobre todo en las clases bajas para su reivindicación revolucionaria.

La obra autobiográfica Ulises Criollo no escapa de la tela de juicio, ya que al parecer de Pani carece de valor como documento histórico. A su parecer el relato está repleto de inexactitudes, omisiones, puntos de vista subjetivos y llega a reemplazar la realidad con ficción. Posiblemente el

42 Claude Fell, op. cit., pp. 72-77.

50

ataque de mayor peso, ya que es un tema recurrente en los libros que hablan de él, es su propuesta filosófica de La raza cósmica. No sólo la obras sino también sus ideas han llegado a ser consideradas como racis-tas, por su Nacionalismo basado en la lengua y el desdén por el pasado precolombino.43

Asimismo, Pani ve su aventura electoral de 1929 para la presidencia de la República como reflejo de su megalomanía o ingenuidad. Y aun-que parezca contradictorio, considera que el atraso político del país no permitía el triunfo electoral de un candidato independiente que no sea parte de la imposición oficial, considerándolo como un acto heroico y admirable.44

En fin, sólo nos basta decir que sin importar la postura que tomemos ante él, ya que alcanzó muchos logros y tuvo diversos fracasos su re-levancia histórica en el ámbito educativo es indiscutible. El “Ministro Constructor” sin lugar a dudas aprovechó una coyuntura económica favorable para cumplir su magno proyecto. La SEP materializó la idea de Vasconcelos, de que la “Revolución consiste más en dar que en recibir”.45

Es así que para cerrar esta sección del ensayo no hay nada más pertinen-te que las palabras del poeta Carlos Pellicer en el aniversario luctuoso del maestro:

“En la historia de nuestra América fue, durante un largo instante, la estrella de la mañana… Los que en él miran nada más sus eclip-ses, es porque son pobres imbéciles, pobrecillas gallináceas, casi todo lo bueno que en México tenemos ahora es resultado de su genio y de su vastísima mirada.”

43 Alberto J. Pani, Mi contribución al nuevo régimen (1910-1933), México, Editorial Cultura, 1936, pp. 191-199.44 Ibídem.45 Claude Fell, op. cit., p.103.

51

MIRAR HACIA AFUERA

La educación se ofreció a las clases desposeídas como un mecanis-mo legítimo de movilidad social en lugar de la lucha de clases del periodo anterior.

Carlos Ornelas,El sistema educativo mexicano

La educación genera retos en cuestiones no sólo constitucionales o ad-ministrativas sino también en los ámbitos financiero, social y político. Es un instrumento de movilidad social, ya que mediante la preparación académica permite el acceso al trabajo mejor remunerado. Se ha conver-tido a lo largo de la historia en una válvula de escape que desahoga crisis o presiones políticas, al servir de reivindicación social implementando reformas que atiendan las necesidades de cada época.

La educación se ha visto sujeta a los cambios y procesos políticos, nacio-nales e internacionales. Las legislaciones educativas del siglo XIX han sido respuestas a los enfrentamientos entre distantitas posturas políticas desde un punto de vista nacional. Las reformas educativas de los siglos XX y XXI son el reflejo de diversos acontecimientos internacionales que han repercutido en el país y atienden necesidades internas desde un punto de vista externo.

Antes de comenzar a hablar sobre las reformas constitucionales que se-leccionamos, cabe hacer la advertencia de que estamos conscientes de la existencia de alrededor de 120 resoluciones jurídicas, que tiene la SEP a su cargo para el cumplimiento de las mismas. Dentro de ellas se en-cuentran leyes, reglamentos, decretos, acuerdos presidenciales, tratados, convenios con entidades federativas, etc.46 Sin embargo, nuestra muestra cumple con el objetivo de ser representativa.

En este último capítulo, esbozaremos tres reformas educativas del siglo pa-sado que se valen del contexto internacional para implementarse en el ám-

46 Confróntese Germán Cisneros Farías, op. cit., pp. 31-83.

52

bito nacional. Siendo estas el fortalecimiento presidencial y la educación socialista de los años treinta, la internacionalización de la revolución social democrática de la década de 1940 y el Neoliberalismo de los noventa. Fi-nalmente analizaremos brevemente algunas perspectivas contemporáneas de las reformas del presente siglo. Las cuales surgen de la alternancia par-tidista de la silla presidencial en medio de un mundo globalizado.

En el gobierno de Calles y el periodo denominado como el Maximato, México se reorganizó basado en el progreso, la Revolución, la paz y estabilidad política. Vasconcelos procuró educar al pueblo en ideales humanistas de la cultura occidental, mientras que en el periodo de Calles se vio en la educación un instrumento para el progreso y el desarrollo económico. De la redención del pueblo mediante la cultura se paso a la modernización.

La modernización eliminaría la escasez y mermaría la pobreza, para que ya no se diera el enfrentamiento de clases sino una armonía social, mo-vilidad social. Se tomaron ideologías contrastantes e incluso antagónicas de las escuelas racionalistas y socialistas, educación católica y laica. Los debates educativos no sólo eran por las diferencias ideológicas sino tam-bién son enfrentamientos de posturas políticas.

La Guerra Cristera y la Gran Depresión de 1929 cohibieron los avances en la educación rural, que había sido la apuesta del Jefe Máximo de la Revolución. Los fracasos se originaron por las limitaciones presupuestales y la falta de unidad sociocultural. Además, la educación no debía de ser el único elemento de integración nacional sino que debía de estar sustentada en la integración económica de todos los sectores de la población.

Fue hasta terminar el tercer régimen del Maximato, con Abelardo L. Rodríguez, que se gestó una reforma educativa trascendental. Iniciando junto con el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río, quien la implementó y fomentó a lo largo de su gestión.

El 13 de diciembre de 1934, tras asumir Cárdenas el cargo de presidente y con Narciso Bassols al frente de la SEP, se decretó la reforma educativa

53

que instauró a nivel nacional la educación socialista. En la cual también se proporcionó exclusividad en educación primaria, secundaria y nor-mal al Estado, los particulares sólo con autorización y bajo vigilancia. Además, se gestaron las bases para la centralización de la educación en el gobierno federal mediante la normatividad.

En las reformas de 1934 se dio el viraje a la educación con las tendencias de la Revolución Bolchevique. La inclusión de la educación socialista bajo la inspiración de la Revolución Rusa de 1917 tuvo la limitante de que en un país que no es socialista, no puede implementarse una edu-cación completamente socialista. El objetivo primordial fue engendrar una conciencia revolucionaria de cambio hacia el futuro y pensamiento crítico, a través del concepto racional y exacto del universo.47

Algunas de las acciones implementadas por la reforma fueron los apoyos económicos a hijos de obreros y campesinos para la educación media y superior, el fomento de la educación técnica con tintes utilitarios para el progreso científico fabril, la unificación de los programas brindándole la facultad a la SEP para su creación junto con los planes de estudio para que estuvieran bajo la tutela del gobierno.48

En la etapa de Narciso Bassols al frente de la SEP que inicio en octubre de 1931 se instauraron otras medidas como fueron la creación de:

A) Consejo de Educación Primaria del Distrito Federal para el control político del sindicato magisterial.

B) Comisión del Escalafón para reglamentar el salario y las promocio-nes laborales.

C) Escuelas Regionales Campesinas que secundaban las Misiones Culturales de Vasconcelos.

Al pasar de los años, con Miguel Alemán Valdés en la silla presi-dencial y el terminó de la Segunda Guerra Mundial en el ámbito internacional, se publicaría en el Diario Oficial el 30 de diciembre

47 Carlos Ornelas, op. cit., pp.63-67.48 Ibídem.

54

de 1946 la reforma educativa para la unidad nacional. Que tendría como prioridad el desarrollo de las facultades, el fomento al amor a la patria y conciencia de solidaridad internacional. También incluía las características de ser democrática, nacional y favorecedora de una mejor convivencia humana.

En 1946 con la reforma para la unidad nacional, se reemplazó la educa-ción socialista ya que no se llevaba a cabo. Para esta empresa se toma-ron los parámetros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el apoyo de Jaime Torres Bodet quien fue su director, secretario de Educación Pública y de Relaciones Exteriores en la década de 1940.

Dichos estándares son los valores universales como la libertad, justicia, colaboración y democracia. Se ratifica la educación laica para apoyarse así en el progreso científico y la solidaridad internacional debido a las guerras mundiales. La unidad nacional en el ámbito educativo tenía la fi-nalidad de crear identidad como mexicanos, no cerrándonos al exterior sino reconociendo lo propio.

A continuación presentaremos fragmentos del texto constitucional que reúne dichas reformas:

“En los textos constitucionales, la misión de la escuela es educar al pueblo, no sólo proporcionándole habilidades y destrezas y re-producir conocimiento, sino educarlo en el sentido profundo de formar una persona culta, apta para vivir en la sociedad y ser pro-ductiva (…) la educación que imparta el Estado tenderá a desarro-llar armónicamente todas las facultades del ser humano, inculcar en él el amor a la patria y fomentar la solidaridad internacional; deberá asimismo basarse en el progreso científico, ser democráti-ca, nacional y laica, por tanto, ajena a cualquier doctrina religiosa (…) acrecentará la cultura, contribuirá a la mejor convivencia (…) reproducirá ideales de fraternidad e igualdad de todos”.49

49 Ibíd., pp. 57

55

Casi cinco décadas después, en los contextos nacional e internacional radicalmente distintos, se presenta a nuestro parecer la tercer gran re-forma del siglo XX. Atrás se había dejado el movimiento universitario de finales de los sesenta, la crisis económica de los ochenta y terminó la denominada Guerra Fría con el triunfo del Capitalismo norteamericano a principios de los noventa. El fin de la lucha de los dos bloques eco-nómicos, Capitalismo y Comunismo, impulsó la evolución económica mundial dando a luz al Neoliberalismo.

En México en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari se dieron dos re-formas educativas de tintes neoliberales que a la fecha en parte siguen en vigor. En primer lugar, el 28 de enero de 1992, se reestablece el laicismo como símbolo de progreso e ideal patriótico, que había desaparecido con la educación socialista en la reforma de 1934. También se le per-mitió a la Iglesia su intervención en la educación privada o particular, como gesto de reconciliación con la Iglesia Católica tras la Guerra de los Cristeros.

Aunque cabe señalar que las escuelas particulares deben ajustarse tanto a los planes como los programas de estudio del Estado. Inicia por fin la efectiva federalización de la educación; es decir, la desconcentración de la administración central de la SEP y otorgando a cada entidad federa-tiva la facultad de velar por su sistema educativo. Cumpliendo con los anhelos constituyentes y de Vasconcelos de principios de siglo.

En segundo lugar, el 5 de marzo de 1993, se decreta la obligatoriedad de la educación secundaria, el derecho de todo individuo a recibir edu-cación, el monopolio de los planes y programas de estudio por parte del Ejecutivo Federal que debía tomar en cuenta a las entidades federativas y demás sectores involucrados en la educación. Por si fuera poco, el Esta-do asume la responsabilidad de promover la educación superior apoyan-do a la investigación científica y tecnológica junto con el fortalecimiento y difusión de la cultura.

Entre 1992 y 1993 se dio la reforma neoliberal con la intención de for-talecer la identidad nacional, beneficiar a las mayorías, acelerar el desa-

56

rrollo, ampliar la base cultural de la nación. Después de haber sido la justificación de muchos gobiernos se abandonaron los principios de la Revolución Mexicana. Se incorporaron modelos extranjeros de medi-das neoliberales con la descentralización de la educación. Dando fin al paternalismo del Estado educador por la crisis económica de los años ochenta.

En los albores del siglo XXI, con el fin del monopartidismo presidencial e inicio de la alternancia política, nuevamente se presentan reformas educativas que buscan responder a la nueva realidad histórica. Vicente Fox Quesada el 12 de noviembre de 2002, decretó la obligatoriedad de la educación preescolar. Ampliando el panorama de la educación básica a preescolar, primaria y secundaria.50

Hace apenas unos años, entre 2012 y 2013, se gestaron las más recientes reformas educativas del llamado “Pacto por México” de Enrique Peña Nieto con tendencias neoliberales de la libre competencia escolar. Con la finalidad de propiciar una educación acorde a las nuevas necesidades de una economía abierta que demanda una mayor cobertura y calidad educativa. Es así como se vuelve prioridad la demanda de la calidad educativa, que forme hombres y mujeres aptos para el contexto de un mercado internacional y moderno, como al mismo tiempo proporcione identidad nacional para el reconocimiento y valoración de la cultura heredada. El sistema neoliberal pretende la formación de productores y ciudadanos para el desarrollo económico.51

Cabe señalar que por la cercanía con este último evento no se puede rea-lizar un adecuado análisis histórico. Puesto que algunas de las medidas como la profesionalización docente (Examen de Oposición), la autoges-tión escolar y la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), entre otras, apenas están entrando en vigor.

Por último, antes de presentar las consideraciones finales resulta conve-niente mencionar las razones del título “Mirar hacia afuera”. La expre-

50 José Luis Soberanes Fernández, op. cit., pp. 28-29.51 Carlos Ornelas, op. cit., pp.70-77.

57

sión indica el origen de la influencia que determinó el surgimiento de las reformas constitucionales del pasado y presente siglo. Es decir, mirar en el exterior para resolver el interior.

Es así como a nuestro parecer surge la importación de modelos. Fue voltear a ver en el extranjero propuestas de solución a problemas na-cionales. En el ámbito internacional la educación contemporánea se vio marcada por la Segunda Guerra Mundial, la Revolución Socialista y el término de la Guerra Fría con la victoria del bando capitalista que gestó el Neoliberalismo.

Finalmente a manera de colofón coincidimos con la idea de Martha Ro-bles, quien sintetiza la evolución de la legislación educativa mexicana de la siguiente manera:

“El sistema educativo alimenta el político. (…) La educación, como proceso de cambio, ha seguido el camino de la organización ad-ministrativa. De tal relación dinámica se desprende un hecho: nin-gún programa ha llegado a cabal cumplimiento ni el modelo de hombre elaborado a su total realización; programas y modelos han sido, en el curso de la historia nacional, tentativas o ensayos”.52

52 Martha Robles, op. cit., pp. 242-245

59

concluSión

Mediante la educación una nación marca su devenir, debido a que mar-ca las pautas que se deben tomar para el cumplimiento de los objetivos comunes. No sólo nos permite la adquisición del conocimiento y el de-sarrollo de las habilidades sino que también nos muestra el proyecto de una nación, su futuro.

La educación en México se ha visto inmiscuida en las más diversas cir-cunstancias, en medio de diferentes posturas políticas e ideológicas. La educación mexicana responde no sólo a las orientaciones constituciona-les, sino que también a los diferentes intereses y grupos sociales tanto nacionales como internacionales.

La educación pública fue impulsada por la Revolución Mexicana, me-diante la democracia y la justicia social. La Revolución permitió que la educación dejara de ser un privilegio de la clase alta o medio de la evan-gelización de la Iglesia Católica. Llegando a convertirse en un derecho universal que se basa en libertad, igualdad y progreso. Se ha vuelto un elemento esencial para la integración del país, es la base de su desarrollo social, económico y cultural.

“Mirar hacia adentro” y “Mirar hacia afuera” no implica cerrar la vista. Que queremos decir, tanto en una postura como en otra se nutrieron re-cíprocamente. En el siglo XIX no todo fue resuelto con la interiorización, sería absurdo negar la influencia de la Constitución de Estados Unidos de Norteamérica en la redacción de la nuestra, por mencionar un ejemplo.

Los siglos XX y XXI no simplemente retomaron o tropicalizaron mode-los externos. La importación de escuelas, patrones o ideologías a través

60

de la exteriorización no implica que no se tomara en cuenta el contexto nacional. Nosotros únicamente nos percatamos que de un lado se incli-naba con mayor peso la balanza.

En este tenor la creación de la Secretaría de Educación Pública fue el eslabón de las dos miradas. Es el resultado del sincretismo cultural y educativo, tanto de la época como del personaje que la concibieron. Es un ministerio vigente y en constante evolución que vela por el futuro nacional.

A decir de José Vasconcelos: “La historia entera es una crisis prolon-gada. En ella se pone a prueba la voluntad del hombre.” En el lapso histórico que él estuvo al frente de la universidad y Secretaría se mate-rializaron sus ideales y proyectos. Saliendo incluso avante de diversas crisis. Esperando no haber incurrido tanto en el maniqueísmo histórico, es decir, en la categorización de los buenos y los malos, dejo a ustedes el juicio que él se merece.

El Artículo 3º Constitucional, es decir, la legislación educativa ha sido constantemente reformada lo cual manifiesta que continúa la inquietud por la educación y por ende el porvenir de la patria. Se ha convertido en un tema inacabado, un problema tan grave que a la fecha no ha sido resuelto por completo. No podemos negar los avances, pero parafrasean-do a Morelos, la instrucción necesaria para todos debe ser apoyada por la sociedad con la suma de todo esfuerzo. Esfuerzos que siguen siendo insuficientes.

61

bibliografía

Cárdenas, Noriega Joaquín, José Vasconcelos, 1882-1982: Educador, político y profeta, México, Ediciones Océano S. A., 1982, pp. 287.

Carpizo, Jorge, La Constitución Mexicana de 1917, México, Editorial Porrúa, 2002, pp. 303.

Cisneros, Farías Germán, Axiología del Artículo Tercero Constitucional, Méxi-co, Editorial Trillas, 2000, pp. 205.

Fell, Claude, José Vasconcelos: Los años del águila (1920-1925), México, IIH/UNAM, 2009, pp. 742.

Matute, Álvaro, El Ateneo de México, México, FCE, (Col. Cultura para Todos), 1999, pp. 95.

Moctezuma, Barragán Esteban, La educación pública frente a nuevas realidades, México, FCE, 1993, pp. 234.

Pani, Alberto J., Mi contribución al nuevo régimen (1910-1933), México, Edi-torial Cultura, 1936, pp. 395.

Ornelas, Carlos, El sistema educativo mexicano. Transición de fin de siglo, 11ª edición, México, FCE, 2009, pp. 369.

Robles, Martha, Educación y sociedad en la historia de México, 17ª reimpresión México, Editorial Siglo XXI, 2009, pp. 261.

62

Soberanes, Fernández José Luis, La Constitución del Pueblo Mexicano, Méxi-co, Editorial Porrúa, 2002, pp. 373.

Solana, Fernando (et. al.), Historia de la educación pública en México (1876-1976), 2ª edición, México, FCE, 2013, pp. 645.

Taracena, Alfonso, José Vasconcelos, México, Editorial Porrúa, 1982, pp. 154.

Valadez, Diego, Derecho de la educación, México, McGraw-Hill, (Col. Pano-rama del Derecho Mexicano), 1997, pp. 79.

Zoraida, Vázquez Josefina (et al.), Ensayos sobre la historia de la educación en México, 3ª reimpresión, México, COLMEX, 2013, pp. 187.

Vigencia hiStórica del artículo 3º ySuS principioS: idealeS no cumplidoS

ante realidadeS complejaS“origen, eVolución y PersPectiVAs de lA educAción PúblicA

en el mArco de lA constitución PolíticA

de los estAdos unidos mexicAnos”

Gerardo Soto Esquivel

65

reSumen

A pesar de condiciones políticas y sociales adversas, crisis económicas crónicas, interpretaciones teóricas divergentes o implementaciones ad-ministrativas ineficientes, en México el Artículo 3º no surgió del vacío, ni se creó de manera espontánea, tampoco fue una ocurrencia. Surge de una profunda reflexión e interpretación filosófica, jurídica y sociológica, se creó en un amplio espacio de múltiples discusiones históricas, teóricas y prácticas que arrancaron en el siglo XIX; los argumentos de aquellos y aquellas a quienes revisaremos en este documento vienen desde la misma época post-independiente ¿Qué hicieron o dijeron esos maestros y maestras para que hoy en día los argumentos sobre educación no sean realmente innovadores? ¿Es nuestro Artículo 3º Constitucional una nor-ma con un condicionamiento intrínsecamente justo y por ello socialmen-te válido? Definitivamente si, por el hecho de que la norma fundamental en educación contiene una base de reflexión, análisis e incorporación de criterios jurídicos que, no sólo la han hecho vigente jurídicamente hablando, sino que sociológicamente le han dado vigencia a lo largo de la historia.

Palabras clave: vigencia de la educación, principios educativos, filosofía educativa.

67

introducción

Hoy se afirma que la reflexión es la base de la profesionalización docente y es conveniente considerar a éste un buen momento para expresar, formar u opinar sobre la labor docente y sobre el contexto en el que ésta se desa-rrolla; por ello, es bueno aprovechar esta oportunidad de participar en el Concurso Nacional de Ensayo sobre el Artículo 3º y la educación pública, pues es importante establecer vínculos de expresión y comunicación como trabajadores de la educación básica de México, sobre todo cuando el ob-jetivo es reafirmar la Vigencia de los Principios Filosóficos del Artículo 3º como sustento fundamental de la educación pública y, contribuir a consoli-dar el compromiso de todos los integrantes de las comunidades educativas en favor del derecho humano a una educación de calidad con equidad, tal y como se refiere en la convocatoria emitida para este concurso.

Hablar de la vigencia del Artículo 3º Constitucional implica desarrollar un análisis en varios aspectos: histórico, sociológico, jurídico, económico y educativo; significa hablar de educación y de los principios que le dan vigencia, no únicamente desde el aspecto jurídico, sino social y cultu-ral, dentro de aquella forma de vida que impulsa la educación para el continuo mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. Hablar de educación implica hablar de quienes con su trabajo docente y apor-tación teórica, le han dado vigencia histórica y han hecho realidad los principios que se postulan.

Como metodología de análisis, este documento plantea la necesidad de desagregar conceptos para una mejor argumentación, en primer término se revisará la idea de vigencia de un valor o principio, ya sea como pre-cepto normativo y como concepto valioso para el beneficio general; de la misma forma se revisará la validez como ideal alcanzable para lograr

68

la prosperidad personal y el desarrollo económico nacional, incluyendo la utilidad social de la educación para combatir vicios y corrupción de los sistemas políticos y, finalmente, como herramienta sustantiva en el desarrollo y crecimiento económicos.

Todo este amplio espectro conceptual implica la educación como ideal y como valor objetivo que se comparte por la sociedad mexicana.

La idea de educación concebida históricamente como derecho de la sociedad democrática y los principios que la impulsan como precepto normativo: ¿Tienen vigencia porque es eficaz su cumplimiento como normas jurídicas? ¿Es la educación un concepto intrínsecamente valioso? He ahí el fondo del planteamiento de este trabajo. ¿Por qué los princi-pios que sustentan la educación permanecen vigentes, aunque aún haya una gran brecha para su cumplimiento?

La vigencia real y efectiva del Artículo 3º, la han mantenido quienes aportan y han aportado día con día a través de la historia, sus pen-samientos, reflexiones, análisis y acciones a favor de la educación, la permanencia y solidez del Artículo 3º destaca por las obras y acciones de las personas que desde dentro de la educación han contribuido a su fortalecimiento, con trabajo y esfuerzo, pensamiento, análisis y reflexión, obras y acciones, a veces ignorados o menospreciados, muchas veces mal pagados e incluso confrontados con el sistema político.

Con este trabajo se reconoce a aquellos que realmente han mantenido presente el sentido y valor de la educación, pues no tendría ningún caso hablar o analizar las propuestas de quienes, creyendo saber de educa-ción, no han tenido la fortuna de poner en práctica sus propias recomen-daciones; no tiene sentido hablar de aquellos que, desde fuera analizan, critican, formulan propuestas, diseñan proyectos o imponen normativas y lineamientos que, a ellos no toca su cumplimiento.

Con este trabajo se destaca la vigencia real de la educación y de sus principios gracias al esfuerzo de aquellas y aquellos que, mediante el ejercicio de la docencia han defendido y puesto en práctica con hechos

69

concretos y también con muchas palabras, los principios que sostienen a la educación en México. Este ensayo es un esfuerzo que conmemora a los grandes pensadores y maestros mexicanos, gracias a ellos y su enco-miable labor, hoy podemos discutir lo que nos heredaron y que dieron forma: el marco filosófico, jurídico y social de la educación en México.

En la actualidad se mantiene la fortaleza de esos principios educativos, el enfoque contemporáneo corresponde más a estrategias de ejecución, normatividades e implementación de lineamientos, que han sido materia pendiente durante muchos años. También es verdad que en la sociedad moderna se destaca la importancia de la educación, aunque a primera vista podemos notar, mediante una revisión de comentarios cotidianos en diferentes medios y redes de comunicación, que la sociedad en gene-ral ha desarrollado una “extraña habilidad como investigador y crítico educativo”, pues cuando se toca el tema de educación, aunque para mu-chas cosas no sea experto, en este asunto “todo mundo considera saber sobre el tema y está dispuesto, aunque sin reflexión, a opinar sobre ello”. Se “sabe” dónde radica el problema e incluso se proponen estrategias para su solución y así “tener mejores logros educativos”.

Esto último, la importancia social de la educación, puede explicarse por la re-levancia crucial que tiene, consciente o inconscientemente, la educación para la población, ya que son ellos quienes depositan en los docentes y en “su escuela”, la confianza para formar a sus hijos y, esas personas legítimamente pueden, es más deben opinar al respecto, porque ellos son parte de los desti-natarios de los beneficios educativos, son actores de la escena educativa.

En su caso, los docentes son quienes habrán de hacer notar y demostrar que en la educación todos los actores son importantes, puesto que cada quien tiene una tarea que cumplir; una función adicional del docente es difundir y argumentar permanentemente entre los padres y madres de familia, que la importancia de la educación radica en que ésta “sí se requiere y es muy útil” para la buena formación y mejor desarrollo de las personas más importantes para la población; sus hijos y, que es un asunto que debe llevarse a cabo en corresponsabilidad, pues la escuela no lo puede, ni debe hacerlo todo.

70

Y si la escuela no lo puede hacer todo no puede exigirse de ella más de lo que puede dar, ya que últimamente otros sectores han dejado de hacer muchas cosas, trasladando el costo social a la educación y a la escuela; sólo por mencionar un ejemplo, el caso de las omisiones del sis-tema de seguridad originada por la violencia cotidiana y el narcotráfico que, lamentablemente se ha impregnado y penetrado en nuestras aulas y, como consecuencia, el docente ahora está obligado, moralmente si se quiere, a diseñar estrategias de prevención contra las adicciones, cuando en el exterior se ofrecen sustancias a nuestros alumnos de manera “muy accesible”. O el caso de elementos no regulados por la autoridad corres-pondiente, que se han convertido en severos distractores para el educan-do, como las transmisiones por medios masivos de programas que defor-man aprendizajes, con “metamensajes contraproducentes” para nuestros jóvenes, como los programas de televisión sobre embarazo adolescente que ocasionan una profunda pérdida de valores y desinformación; todo ello influye de forma directa y negativa en prácticamente toda la temáti-ca de que tratan, incluso son una causa en la deformación del lenguaje.

No es el objetivo de este trabajo referir esos casos, sino destacar la impor-tancia de que: la educación, los principios que la sustentan y las personas que la han defendido y promovido, a pesar de un contexto social y eco-nómico adversos, han ocasionado que el tema educativo sea un asunto presente en los debates social, personal y familiar de los mexicanos y, este trabajo explicará el porqué de esa vigencia, su consolidación y desa-rrollo histórico dentro de la conciencia colectiva.

Los argumentos de aquellos y aquellas personajes a quienes revisare-mos vienen desde la misma época post-independiente ¿Qué hicieron o dijeron esos maestros y maestras para que hoy en día los argumentos en educación no sean realmente innovadores? Desde fuera del ámbito educativo, mucho se habla sobre educación e incluso, muchos creen que ofrecen argumentos novedosos y, como se verá más adelante, otros ya se han pronunciado desde hace muchos años con sólida argumentación teórica acerca del mismo tema.

71

deSarrollo

Antes de entrar con el análisis del desarrollo histórico y sociológico de los principios educativos, es conveniente determinar lo que significa la idea de orden jurídico y qué le otorga vigencia a ese orden, lo anterior por el hecho de que nuestro Artículo 3º en cuestión, es parte de un or-den jurídico positivo; es decir, tiene aplicación y vigencia plena, por el hecho de ser un ordenamiento presente en la norma fundamental que es la Constitución.

El hecho de que los preceptos legales sean normalmente respetados o aplicados es condicionante de la vigencia del sistema y recibe, de acuer-do a la concepción tradicional, el nombre de eficacia.

De acuerdo con el maestro García Maynez (1981), un orden “es eficaz y, por lo tanto, sólo es orden auténtico, cuando una vez aplicadas las reglas constitutivas del criterio ordenador, el material ordenable (cosas o personas) queda efectivamente sometido a esas reglas, en el caso de los ordenamientos normativos su mayor o menor eficacia depende del grado y medida en que los destinatarios ajusten su comportamiento a las normas que los rigen; una mayor o menor eficacia dependerá del grado y medida en que los destinatarios ajusten su comportamiento a las nor-mas que lo rigen: “no se ordena sólo por ordenar, sino para conseguir a través de la ordenación, determinados objetivos” (pp. 5-7).

En este aspecto debemos interpretar que cuando los individuos nos so-metemos a un orden jurídico, estamos reconociendo implícitamente su validez, o en su caso, intervenir en su creación y condicionar su eficacia o, al mismo tiempo, poner en tela de duda su fuerza obligatoria y violar sus preceptos. Y es precisamente, cuando ese orden jurídico es cum-

72

plido o aplicado, se convierte en realidad; por otro lado, la eficacia de las normas, no permite afirmar que éstas sean intrínsecamente valiosas, deben tomarse en cuenta las finalidades perseguidas por los creadores de las normas y, por lo tanto, los valores que a través de esas normas sus creadores pretenden realizar.

En el caso de los preceptos sobre educación que dispone el Artículo 3º debemos tomar en cuenta, tanto el cumplimiento sobre lo establecido, como los valores que esos preceptos impulsan: conjuntando estas dos fuentes de análisis debe considerarse que las disposiciones constitucio-nales sobre educación son implícitamente válidas, vigentes y, por ello, deben cumplirse.

De aquí deriva la noción y condicionamiento de vigencia jurídica de un precepto: que una norma haya sido creada, formulada o incorporada por los órganos del Estado y que esas normas sean reconocidas y aplicables en casos concretos, independientemente de la justicia de su contenido.

Ante tal razonamiento surge la reflexión de que si un precepto es intrín-secamente justo, merece acatamiento y respeto como norma; y, mientras exista mayor consentimiento de que una norma que el Poder Legislativo formula, realmente sea justa, en esa medida los particulares se mostrarán dispuestos a obedecerla y, por ello, la norma se vuelve eficaz, consecuen-temente esto se vincula con la noción de vigencia.

Ante tal situación, ¿es nuestro Artículo 3º Constitucional una norma con un condicionamiento intrínsecamente justo y por ello válido? Sí, y lo es por el hecho de que la norma fundamental en educación contiene una base de reflexión, análisis e incorporación de criterios jurídicos que, no sólo la han hecho vigente jurídicamente hablando, sino que sociológica-mente le han dado eficacia y utilidad a lo largo de la historia, otorgando certidumbre a la condición de que la educación es un valor fundamental y un derecho humano que el Estado debe respetar y fomentar.

Las formas pueden variar, así lo han hecho, el fondo se mantiene y éste es la educación, su valor, trascendencia y relevancia a través del tiempo.

73

1. REFERENTES HISTÓRICOS Y SOCIOLÓGICOS PARA LA CONFORMACIÓN E INTERPRETACIÓN FILOSÓFICA DEL ARTÍCULO 3º

Al hablar de educación debemos tener referentes para no cometer erro-res emitiendo opiniones que, por desconocimiento, o por estrategia, se ofrezcan como novedades. Hablar sobre educación en México es tema recurrente en mensajes, discursos, documentos académicos y textos pe-dagógicos, quizá ésta sea una de las áreas más citadas por la autoridad, por el ciudadano común y por los actores políticos: todos reconocen, al menos en el discurso, que es muy importante; algunos saben qué pro-poner o qué hacer, pocos lo llevan a cabo, pero ninguno puede ni debe estar conforme con lo que se ha hecho; precisamente, entre el mucho hablar y el poco hacer, ha transcurrido más de siglo y medio.

Han sido diversas las formas de entender la educación, distintas filoso-fías, que pueden entenderse con amplitud como aquellos estilos de pen-samiento y reflexión acerca de un tema o un asunto; una generación de ideas sobre un concepto o un acontecimiento que tienen una condición que les otorga trascendencia, relevancia e impacto ideológico a través del tiempo y que influyen en el pensamiento y actitudes de otras per-sonas; esa forma de pensar y entender un tema o un asunto, repercute e impacta positivamente y logra su difusión hacia un mayor número de personas, quienes a su vez difunden estas ideas.

Una filosofía sólo permanece a través de su difusión, de su doctrina, una simple idea puede desvanecerse sin relevancia alguna, por falta de argumentos o desinterés; incluso una buena idea si no se difunde o no se ejecuta, carece de relevancia y su impacto es nulo.

Así, en cuanto a la forma de entender, interpretar, reflexionar y defender el concepto educación en nuestro país, podernos decir que cronológica-mente ha sido muy amplio, desde aquellas discusiones para un Nuevo Modelo de Nación de principios del siglo XIX, centralista o federalis-tas de Lucas Alamán o José María Luis Mora, las tesis liberalistas de Francisco Zarco e Ignacio Ramírez, el impulso normalista de Ignacio

74

Manuel Altamirano, las propuestas pedagógicas de Carlos Alberto Ca-rrillo y Laura Méndez de Cuenca; aquellos entrañables esfuerzos por la educación rural del maestro Rafael Ramírez Castañeda a principios de la década de 1920; los firmes principios socioeducativos defendidos por Moisés Sáenz; y, la claridad ideológica y visión de Jaime Torres Bodet en la Reforma Constitucional de 1946, agreguemos actualmente las apor-taciones y recomendaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) o la UNESCO y los procesos de Refor-ma Constitucional en 2013 y 2014, ya en ejecución.

En la historia sociopolítica de México se ha hablado mucho de que la edu-cación es muy importante para el bienestar del pueblo y, quien sea que haya administrado la educación, o no ha podido, no ha querido, no ha sabido, o no ha tenido elementos, voluntad, conocimiento ni recursos para hacer que la educación, como proceso integral de formación del ser humano, sea un auténtico eje impulsor de los desarrollos económico y social de este país.

Es cierto que la educación es un proceso integral de formación, por ello, su transformación implica estrategias de mediano y largo plazos que otorguen estabilidad y certidumbre, esto requiere compromisos reales con elementos sociales, pedagógicos, factores culturales y desarrollo de indicadores que incidan positivamente en el rendimiento escolar gene-ral; además, se requieren políticas públicas compensatorias que disminu-yan las desventajas de quienes estudian en condiciones de desigualdad y pobreza, factores que en México son dramáticamente evidentes y que muchos prefieren ignorar, también por estrategia.

¿A quién le sirve un pueblo pobre y con bajo nivel de educación? A nadie. Ni siquiera a aquellos que han pretendido utilizar la pobreza o la ignorancia para estrategias de beneficio político, pues el electorado basado en estas condiciones es volátil y no muestra simpatías firmes ni conforma militancias reales, sino adhesiones prebendarias y acomodati-cias: votará por quien le dé más.

A pesar de condiciones políticas y sociales adversas, crisis económicas crónicas, interpretaciones teóricas divergentes o implementaciones admi-

75

nistrativas ineficientes, en México el Artículo 3º no surgió del vacío, ni se creó de manera espontánea, tampoco fue una ocurrencia, surge de una profunda reflexión e interpretación filosófica, jurídica y sociológica, se creó en un amplio espacio de múltiples discusiones históricas, teóricas y prácticas que arrancaron en el siglo XIX; es decir, la discusión constitu-cional, como nuestro principal referente normativo en materia educativa, ha tenido un largo proceso de discusión, formación, adecuación y refor-ma que se revisará a continuación.

1.1. Educación para la democracia de una nueva nación: Lu-cas Alamán

A lo largo del tiempo, en la historia de las discusiones y reflexiones so-bre el tema educativo hay algo que no ha cambiado, el reconocimiento expreso, tanto de políticos, empresarios, caudillos o intelectuales, de la importancia y trascendencia de la educación, como derecho, valor y elemento sustancial para el beneficio del pueblo. Esto se confirma cuan-do revisemos que en la época posterior a la Independencia Nacional, al darse las discusiones para la Constitución Federal de 1824, dentro de las propuestas educativas se encuentra la de Alamán que expresa tanto la visión a favor de un gobierno centralista, como la relevancia de la educación al mencionar: “¿Cómo hablarles a los indígenas de libertad y justicia en un país de los más injustos del mundo? ¿Cómo pedirle a un pueblo mayoritariamente analfabeto que dé su voto por la democracia? Se pretende imponer una democracia en un contexto carente de educación civil” (Alamán, L., 1985, p. 23).

Alamán destacaba la estrecha vinculación de la educación con el forta-lecimiento de un gobierno democrático y proponía primero educar al pueblo y luego abrirse a la democracia; su análisis ajustado a ese tiempo, muestra una coherencia lógica sobre la necesidad de la educación para la integración de una nación fuerte, esto es notorio cuando refiere que “(…)el resultado de trasladar e imponer teorías abstractas a una realidad inadecuada sólo podía traer una democracia ficticia, se necesitaba pri-mero educar al pueblo con “gobiernos simples” y luego adoptar formas populares” (Alamán, L., 1946, pp. 9-10).

76

Adicionalmente Alamán establece un vínculo muy estrecho entre edu-cación y la figura central de una sociedad democrática: el voto, como condicionante para que éste fuese efectivo en la práctica; al señalar acer-tadamente que el voto no se ejercía realmente debido a la falta de “Ilus-tración”.

1.2. Educación laica. José María Luis Mora

El debate post-independentista sobre la educación continuó y, por su parte, José María Luis Mora en 1824, defendiendo una postura de inte-gración y promulgación de una Constitución propia de una República federalista, destacó el valor sustancial de la educación, insistió en refor-mar la educación, para que se pudieran enseñar derechos y obligaciones civiles tanto a niños como adultos, resaltaba esto cuando consideraba a la educación como uno de los derechos del pueblo, afirmaba que: “En la independencia todos hablaban de educación pública y manifestaban las mejores disposiciones para fomentarla: escuelas imperfectísimas, pero se establecieron en todas partes y una parte considerable de las masas aprendía a leer mal y a escribir peor, pero aprendían” (Mora, 1994, pp. 54-56).

Mora amplía su reflexión sobre la validez de la educación y hace re-ferencia, al principio de laicitud, al mencionar que es necesario que la educación pública rompa con el lastre que representan los “vicios de la educación clerical: dogmatismo, falta de espontaneidad, rutina, espíritu corporativista; argumenta que esto se logrará sólo con la imposición de un nuevo tipo educativo: la educación de progreso, que antepone a cada vicio una virtud que lo anula y nulifica” (Mora, 1994).

Las aportaciones teóricas y jurídicas de Alamán y Mora, ocasionaron que la Constitución de 1824 fuera sumamente importante para la educación, ya que ahí se dedicó el Artículo 50 al rubro educativo; este ordenamien-to señaló como facultad exclusiva del Estado, promover la educación en los distintos grados educativos; pero la bancarrota de la hacienda pública se convirtió en un obstáculo ya que la escasez crónica de recursos impi-dió establecer suficientes escuelas públicas.

77

1.3. Educación como derecho humano. Mora y Zarco

La brillante exposición de Mora destaca y explica porqué la educación debe considerarse un derecho que debe protegerse y promoverse por el Estado, mencionaba que:

“(…) la educación es un conjunto de acciones y conocimientos que van a cimentar la base, para construir un Estado, responsable del progreso y bienestar colectivo (…), si la educación es el monopolio de ciertas clases y de un número más reducido de familias, no hay que esperar ni pensar en sistema representativo, menos republi-cano y todavía menos popular; objeto de un gobierno es propor-cionar a sus gobernados la mayor suma de bienes, esto no puede obtenerse sin educación” (Mora, 1994).

De esta forma, a partir de la Constitución de 1824, la educación y varios de sus principios se incorporan como parte del marco normativo nacio-nal. La importancia de la educación para el país ya no estaba a discusión, el asunto ahora era cómo llevar a cabo los objetivos y, el diseño y alcan-ce de los programas y procedimientos educativos para que esto pasara de un ideal social y una norma jurídica, a una práctica impulsada por el Estado para beneficio social y cultural del pueblo.

Hay un momento en la historia del pensamiento educativo y de su defen-sa jurídica y argumentación social, que sobresale por mucho en el desa-rrollo de la educación en México: la época del liberalismo constituyente de 1857, la época de la Reforma, con Francisco Zarco, Ignacio Ramírez e Ignacio Manuel Altamirano.

1.4. Evaluación docente para mejorar la educación. Francisco Zarco

Hacia 1850 Francisco Zarco en su ensayo sobre “La educación del pue-blo” citaba que nada es más contrario a los adelantos morales y mate-riales de cualquier país que la ignorancia del pueblo; y así, establecía un referente teórico del porqué se requiere que el Estado democrático

78

impulse y promueva la educación al mencionar que sin instrucción en todas las clases de la sociedad, todas las instituciones son imperfectas, “(…) no pueden generalizarse los derechos políticos y es seguro el triunfo ciego de las facciones. La ignorancia del pueblo conviene a los gobiernos despóticos y, es perjudicial a las democracias; un pueblo ignorante está expuesto a extraviarse, a abusar de derechos que comprende imperfec-tamente” (Zarco, 2013, p. 203).

Una gran aportación jurídica y social, se produce con las ideas de Zarco, se encuentra el reconocimiento expreso de la educación como un derecho humano, al referirse que “(…) la instrucción debe ser un derecho del ciuda-dano y la sociedad debe darla a todos sus hijos, fundando escuelas primarias en todas partes; dense al individuo los primeros elementos de instrucción y después él perfeccionará y aumentará sus conocimientos” (Zarco, 1989).

De manera sobresaliente, Francisco Zarco, adelantado a su tiempo, hace referencia a las cualidades y atributos docentes, propone que los maes-tros deben ser examinados antes de ejercer su honrosa profesión: deben ser vigilados por la autoridad, proponía y, a cambio “(…) los que tengan mejor éxito en sus nobles tareas, deben ser recompensados por la socie-dad que recibe de ellos el mayor bien…”; (Zarco, 1989), teniéndose así, desde ese entonces (1850) la idea de la evaluación docente como medio para el mejoramiento educativo, sería un notable éxito, decía Zarco; como se aprecia, la idea y consideración de la evaluación docente para mejorar la educación no es novedosa, cosa distinta es diseñar e imple-mentar procesos y sistemas para la evaluación formativa de la función docente, elemento que grandes pensadores mexicanos defendieron, con argumentos, como necesario para la mejora educativa.

1.5. Educación gratuita y obligatoria. Ignacio Ramírez

Dentro de esta ilustre generación de pensadores del Liberalismo mexi-cano se encuentra Ignacio Ramírez, quien en 1857 realiza aportaciones de gran valor a la reflexión y enriquecimiento teórico de la educación y de la labor docente, ya que solicitó salario decoroso y suficiente para los maestros. Él mismo se decía estar consciente de: “(…) la lucha de los

79

maestros por lograr mejores ingresos económicos, ya que siendo uno de los sectores más importantes para el desarrollo de un país se le menos-precia siempre” (Murillo, 2011, pp. 25-27).

Durante la presidencia de Benito Juárez, Ignacio Ramírez como secre-tario de Justicia e Instrucción Pública, propuso algo inaudito: que el propio presidente de la República no pudiera reducir el presupuesto destinado a la educación pública, aún en tiempos de guerra y, en caso de necesidad, que el propio presidente y otros funcionarios federales no perciban sueldo, pero que el gobierno no dejara de sostener los gastos de la educación nacional.

Su brillante lucidez teórica y su pasión por la defensa de la educación para el pueblo queda plasmada en la redacción del Artículo 3º de la Constitución de 1857, en donde su pensamiento liberal se expresaba ordenando que la educación en México: “(…)Sería en el idioma espa-ñol, obligatoria, laica y gratuita para todo mexicano por nacimiento o residente en el país; además, la educación debería ser regulada por el Estado fomentando el amor y la lealtad a la patria, basada en la justicia social, libre de toda instrucción religiosa” (Murillo, 2011).

El nacimiento de la tradición jurídica de reconocer en el Artículo 3º el derecho del pueblo a la educación y la obligación del Estado de promo-ver y proteger ese derecho, es aquí en 1857, donde comienza este plan-teamiento jurídico y social de la educación laica, gratuita y obligatoria, como principios que dan sustento a este derecho y que, posteriormente se mantendría en la Constitución de 1917. Incluso reafirmaba Ignacio Ramírez su voluntad y capacidad para impulsar y defender la educación cuando reclamaba que el crimen más grande que se puede cometer contra cualquier ciudadano es negarle la educación que lo emancipe de la miseria y la excomunión.

1.6. El impulso del normalismo. Ignacio Manuel Altamirano

Gracias al desarrollo y puesta en práctica por parte de Ignacio Ramírez de proyectos nobles pero efectivos a favor de estudiantes indígenas, en

80

aquél lejano siglo XIX, uno de los primeros beneficiarios de sus pro-puestas fue Ignacio Manuel Altamirano, joven de origen indígena quien caminó con su padre más de una semana desde Tixtla, Guerrero, su ciudad natal, hasta Toluca, en el Estado de México, donde Altamirano es favorecido como “alumno de municipalidad”, becado por las autori-dades de Tixtla. Ahí, Ignacio Ramírez sembró en la conciencia de Alta-mirano, el credo liberal y la gran vocación literaria.

Fue un extraordinario aprendiz, que al desempeñar el puesto de biblio-tecario, aprovechó este lugar privilegiado para conocer los libros de la ilustración europea y de los juristas liberales; ejerció el oficio de maestro en diversos pueblos, lo cual para él fue una experiencia insustituible que lo llevó a ser uno de los grandes exponentes de la educación nacional. Altamirano veía como necesidad urgente que la educación primaria fue-ra obligatoria y gratuita y así estuviera consignada en la Constitución.

Debido a su interés educativo, su propuesta e influencia, el 2 de diciem-bre de 1867, el presidente Benito Juárez expidió en la Ciudad de México la Ley Orgánica de la Instrucción Pública, ordenamiento que representó una transformación del sistema educativo: se instituyó la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza en los niveles básicos; se crearon las es-cuelas nacionales, preámbulo de la universidad nacional y, se introdujo la doctrina positivista, dispuso en las escuelas oficiales la supresión de la educación religiosa; su principal objetivo: ilustrar y moralizar al pueblo para establecer sólidamente el respeto a la Constitución y a las leyes. En la propuesta de Altamirano se aprecian sus postulados liberales, al argumentar que era necesario que el poder público cumpliera con la obligación de instrucción, la cual debía inculcar en la conciencia de los educandos la necesidad del nuevo orden de cosas (Altamirano, 1969, pp. 35-37).

Altamirano fue el gran impulsor de la formación magisterial, conside-raba que la formación de los profesores debía ser objetivo prioritario para resolver los problemas educativos. Elaboró planes, programas y te-sis bien documentadas, de cómo debía estructurarse un sistema de edu-cación normal; señalaba la necesidad de darle a la enseñanza una base

81

científica y combinar el desarrollo económico con el progreso científico; describe lo perjudicial que ha sido para la nación mexicana el dominio educativo de los clérigos católicos, Altamirano señalaba:

“(…) los males causados por el poder clerical, que mantiene en la ignorancia a los indígenas y en la miseria al profesor que tiene a su cargo la deteriorada escuela. El Estado no tiene religión, ni debe tenerla, por lo mismo, no deben permitir la enseñanza de ella en sus escuelas, porque esto sería hacer imposible la libertad de cul-tos” (Altamirano, 1969, p. 40).

Como se aprecia, con la explicación de Altamirano sobre la necesidad de educación laica se defiende, no sólo la educación, sino la misma liber-tad de cultos: respetar una religión implica respetar otras.

Altamirano sería el vínculo para que el pedagogo suizo Enrique Conra-do Rébsamen acudiera en 1886 a la Escuela Modelo de Orizaba. Réb-samen, quien había llegado a nuestro país desde 1884 como profesor particular de los hijos de un comerciante alemán residente de León, Guanajuato y, en ese momento (1885) se encontraba en la Ciudad de México por invitación de Altamirano, quien le escribió una carta, dicien-do: “(…) para mí la calificación de usted constituye mi legítimo orgullo, porque usted es el más competente en materia pedagógica” (Zollinger, 1957, p. 36).

Rébsamen aceptó la invitación y se trasladó a Orizaba donde creó y dirigió la Academia de Cursos Normales que por su éxito y con un proyecto de Rébsamen mismo, se creó una escuela normal debida-mente amplia (con su primaria anexa), con cinco años de estudio en la ciudad de Jalapa, a donde se trasladaron los poderes del Estado y fue así, durante el gobierno de Juan Enríquez Lara (18841892) cuando se creó en Jalapa, Veracruz, una escuela normal, cuya dirección estaría a cargo de Rébsamen; esta institución fue la consolidación del proyecto de formación de maestros iniciado en 1883 por Enrique Laubscher en Orizaba, (Larroyo, 1969), Altamirano tiene el honor de haber sido el enlace normalista.

82

1.7. Fortalecimiento de la educación desde la docencia. Car-los Alberto Carrillo y Laura Méndez de Cuenca

Carlos Alberto Carrillo. Ilustre maestro veracruzano, fue profesor de la Escuela Normal de Jalapa; fundó la Sociedad Mexicana de Estudios Pedagógicos y la mayor parte de su vida la dedicó al magisterio. Autor del curso elemental de la lengua española dirigido a la escuela elemental, para enseñar el lenguaje independientemente de la gramática.

Defensor de la igualdad en el trabajo docente de maestros y maestras, expresaba que los salarios no deberían ser diferentes; su pensamiento y propuesta educativa giraba en torno al reconocimiento de que el atraso de los pueblos depende en gran medida de la mala organización y de los impropios métodos de enseñanza; que la educación elemental es la base sobre la que se erige la grandeza de las naciones y, que el progreso de México se halla ligado a una renovación de su sistema de instrucción. Carrillo populariza modernos libros, traduciendo y editando aquellos que por el idioma en que estaban escritos o por su elevado precio sólo podían ser patrimonio de unos cuantos maestros.

Con un extraordinario pensamiento basado en la argumentación racio-nal del valor de la educación y, a través de sus propuestas, Carlos Alber-to Carrillo pretendía:

“(…) influir activamente sobre el magisterio nacional: la reforma escolar debe empezar por la preparación del maestro, que llegue la ciencia pedagógica hasta los lugares más apartados de la Repú-blica; la ciencia del niño. El pueblo que tiene mayor número de escuelas y, escuelas mejor organizadas, es el pueblo más grande del mundo. Si no lo es ahora, lo será mañana. La educación, es el grande, noble y verdadero objeto de la escuela” (Carrillo, 1885).

Laura Méndez de Cuenca. Maestra mexiquense y fuerte defensora de los derechos de las maestras y maestros, fue directora por primera vez en 1909; y de acuerdo con el estudio de la doctora Mílada Bazant.

83

“(…) declinó tiempo después por “laringitis aguda y agotamiento”; habitaba en Tacubaya y la escuela estaba en Xochimilco; el trasla-do le tomaba 2 o 3 horas; formó parte de una élite de maestros que mandó el gobierno de Porfirio Díaz a Estados Unidos a estudiar su sistema educativo para analizar la posibilidad de implantar en México las mejoras pedagógicas que ella considerara pertinentes; (…) Méndez mandó sus informes en 1904. El gobierno decidió en-viarla porque había fundado un jardín de niños en México en 1885 y conocía el Sistema Froebel” (Bazant, 2013, p. 20).

Laura Méndez realizó un estudio comparativo entre el kindergarten alemán y lo que era el kindergarten en México y la adaptación que del Sistema de Froebel habían hecho para sus escuelas los norteamericanos; su capacidad analítica le permitió observar que en las escuelas de San Louis los salones de clase estaban adornados con dibujos elaborados por las profesoras, representaban cosas, animales y actividades propias del ser humano y tenían el propósito de instruir, siempre haciendo partícipes a los niños, al describirlos mencionó que: “Jugando, jugando, porque en Estados Unidos los niños no tienen miedo que se les sorprenda jugando como en México, “(…) en nuestro país, por el contrario, se les exigía el uso de la pizarra, a leer, a escribir, a contar y a sumar a pesar de que los niños tenían sólo tres años…” (Bazant, 2013, p. 23).

La maestra Laura realizó un estudio que señalaba críticamente aspectos negativos de la sociedad en el México de ese entonces y que todavía hoy, más de cien años después tiene mucho de verdad: el desprecio de lo nacional y la valoración de lo extranjero, lo anterior en el sentido de que los mexicanos nos apresuramos a olvidar nuestra lengua, a transfor-mar nuestras costumbres, asimilando las de otros, por más que éstas sean malas y nos cueste inmenso trabajo la asimilación.

Laura Méndez reconocía, con brillantez, la importancia de la educación en la mejora de las condiciones de vida de las mujeres argumentando que era importante que la mujer mexicana se educara y trabajara, pero nunca al costo de perder a su familia; la maestra proponía que a la mujer mexicana se le instruyera liberalmente y se le “habilitara para luchar por

84

su pan”, cuando estuviera soltera, “mal casada” o viuda; pero no arran-carla de su hogar.

En sus discursos y escritos analíticos y críticos, Laura Méndez reveló que uno de los trabajos mejor pagados en el ramo educativo era el de inspector, que rendía informes mensuales sobre: “aptitudes pedagógi-cas” de los maestros, condiciones físicas de los inmuebles, cantidad de libros y materiales escolares, además de impartir clases demostrativas. La maestra expresaba las graves faltas que se cometían y señalaba enérgica y claramente que este cargo de inspector se prestaba a favoritismos per-sonales y a una serie de ruindajes del que resultaban muchas víctimas e incluso muchos honores usurpados, crítica fuerte y muy certera que, por supuesto, no gustó a aquellos inspectores y autoridades educativas que bloquearon y demeritaron el trabajo de la maestra.

Aún más, su análisis señalaba una de las causas principales del retraso edu-cativo a principios del siglo XX, opinión fundada en el conocimiento, tanto de los procedimientos administrativos, como de los mejores elementos de la docencia que ella poseía y ponía en práctica, afirmaba que los maestros y sobre todo los inspectores eran responsables de la desintegración de la escuela por la deficiencia pedagógica de que adolecen, descubrió que cada cual enseñaba como su amor propio le daba a entender, bien decía “(…) escriben artículos y tratados de pedagogía, sin que por saberse de memoria a éste o el otro autor sepan ellos poner en práctica ni una sola de las reglas de enseñanza de que abundan sus textos” (Bazant, 2013, p. 9).

En el final de su carrera, la maestra Laura Méndez de Cuenca siguió ejer-ciendo su profesión y aportando todo su esfuerzo y conocimiento a favor de la educación de los niños y como recompensa, la autoridad educativa la despidió…, sin finiquito.

1.8. El fortalecimiento de los principios en la educación rural e indígena. Rafael Ramírez Castañeda

Influenciado por el Positivismo, pero con matiz humanista, el profesor Rafael Ramírez asume la idea de una escuela que busque la solidaridad

85

e identificación con los campesinos, para la conquista de una excelente prosperidad social; el maestro Ramírez asentó que “(…) durante la Revo-lución empezó a dejarse oír un clamor creciente, imperioso y exigente, que era la redención de los indios y mestizos que vivían en las áreas cam-pesinas; la devolución de sus propiedades y sus derechos inalienables a la instrucción” (Ramírez, 1968, pp. 99-105).

También tuvo un espíritu crítico y analítico, dentro de sus revisiones del contexto educativo, señaló los problemas que obstaculizaban el desenvolvimiento de la vida rural, que eran la extrema pobreza de las masas campesinas, las pésimas condiciones de salud en que la población rural se desenvuelve, el bajo nivel de vida familiar y el analfabetismo agudo de las masas campesinas; asuntos que procuró resolver con estrategias y recursos a su alcance como la creación en 1926 de la casa del estudiante indígena, para demostrar la capaci-dad intelectual de los indios y adiestrarlos como maestros líderes de sus comunidades de origen y, en coordinación con Narciso Bassols impulsó la creación de las escuelas regionales campesinas, también estableció la educación técnica “aprendiendo haciendo”, convencido de que la mejor educación es la que resuelve las necesidades vitales a través de la práctica.

Su pasión por apoyar la educación rural se consolida cuando en 1923 se le nombró miembro de la primera misión cultural destinada a Za-cualtipán, Hidalgo (Hernández 2015, pp. 4-6); su participación fue de-terminante para definir su interés por la problemática que se vivía en las comunidades rurales. Trabajó impetuosamente a favor de la edu-cación rural y, en 1927 fomentó y enriqueció la vida espiritual de los campesinos con tareas recreativas, como el deporte, las actividades artísticas y culturales, la danza, canciones populares y representaciones teatrales.

Argumentó que la educación debía ir a los marginados, estar guiada por preocupaciones democráticas y formar hombres con confianza en sí mismos, que emplearan su energía sobrante en el bien de los demás.

86

No cabe duda que el pensamiento y obra de Ramírez mantienen vigen-tes los principios educativos en realizaciones concretas y también en aná-lisis y aportaciones para mejorar el sistema y la administración educativa.

1.9. La creación de la escuela secundaria. Moisés Sáenz Garza

Graduado en la Escuela Normal de Jalapa. El profesor Sáenz Garza conoce a John Dewey en la Universidad de Columbia, donde desarrolla la tesis sobre un Proyecto de Adaptación para las Escuelas de Segunda Enseñanza (hoy secundarias) en México, en su conferencia dictada en la Escuela Nacional Preparatoria en julio de 1917, reconoce lo que hoy (casi cien años después) también representa un problema cotidiano en el nivel secundaria: que “el más grave y grande fracaso de la escuela mexi-cana, es la ausencia de una enseñanza científica, que afecta el carácter nacional(…), incrementa sus tendencias al lirismo, a teorizar, a la vague-dad y falta de solidez en el pensamiento” (Martínez, J., Murillo-Garza, A., et al., 2014, pp. 31-41).

Contemplaba que la enseñanza secundaria no debe ser una mera conti-nuación de la primaria ni una antesala de la universidad, que la secun-daria no era campo para la ciencia pura, pero si debía preparar al joven para ella y formar un vínculo entre los conocimientos adquiridos en la primaria y la ciencia que se estudiará en las escuelas profesionales.

Sáenz era pluralista y más abierto que Vasconcelos. Creía en la enseñan-za para modificar el ambiente ecológico y social inmediato al hombre; “(…) su filosofía educativa tuvo fundamento en la utilidad y, concebía la enseñanza como instrumento de ayuda indispensable para la conserva-ción de la vida y la buena salud; para dominar el medio en beneficio del hombre y su comunidad (Martínez, J., Murillo-Garza, A., et al., 2014).

Gracias a su argumentación e influencia teórica, el 29 de agosto de 1925, se emite el decreto que autoriza a la Secretaría de Educación Pública para crear las escuelas secundarias y darles la organización que se juzgara con-veniente; se reafirma la convicción psicopedagógica de que las escuelas secundarias deben construir un vínculo entre la escuela primaria y la pro-

87

piamente universitaria. Con la aportación de Sáenz se daban, los primeros pasos para fortalecer lo que hoy es el Sistema de Educación Básica.

1.10. La visión educativa de Jaime Torres Bodet

En 1934 se reforma el Artículo 3º y se dispone que la educación que imparte el Estado será socialista y se establecen las normas de acuerdo a las cuales los particulares podrán ser autorizados para impartir educa-ción; el 30 diciembre de 1946, Torres Bodet, en su primer periodo como secretario de Educación, propone cambiar el Artículo 3º y dar fin a la educación socialista, disponiéndose que la educación deberá atender a un criterio de desarrollo armónico, democrático y nacional, a Torres Bo-det se le considera autor principal de la redacción que en la actualidad se encuentra vigente.

Además, modificaron los programas de educación normal y se crearon los primeros Centros de Capacitación Técnica Industrial, se duplicó la atención a la educación primaria indígena y se fortaleció el trabajo del Instituto de Capacitación del Magisterio, que él mismo había creado (Karsen, 1974, 501-505).

En su segundo periodo como secretario de Educación con López Mateos (1958-1964), Torres Bodet determinó modificar los planes y programas de estudio, organizándolos por áreas e implementó el “Plan de Once Años” que buscaba incrementar la eficiencia terminal en primaria, ase-gurando la inscripción gratuita a todos los que acudieran efectivamente a las aulas, ha sido uno de los programas educativos más relevantes por el hecho de que es el único proyecto hasta nuestros días que ha durado dos sexenios (Macías, 2011, pp. 2-3).

Fue impulsor de la verdadera gratuidad, definiendo e implementando el programa de libros de texto gratuitos, uno de los logros más impor-tante del sistema educativo mexicano al integrarse como Política de Estado; esto implica certidumbre en este relevante aspecto de la tarea educativa.

88

2. LA VIGENCIA DE LA EDUCACIÓN COMO BASE PARA EL DESARROLLO PERSONAL Y SOCIAL

Como hemos visto en el apartado anterior, la educación ha permane-cido a lo largo del tiempo como algo valioso para la sociedad, muchas veces con la noción de que la idea de la educación es algo distinto al entendimiento sobre la utilidad de la educación, existen sesgos, incluso deformaciones en la mentalidad colectiva sobre educación, ya que hay sectores que llegan a expresar que, para sí mismos, la educación no fue necesaria pues sin estudiar lograron tener mucho, para aclarar esto debe explicarse la noción que se tiene sobre el desarrollo y la contribución a éste por parte de la educación.

2.1. La noción de desarrollo

Desarrollo es ese gran objetivo de toda administración de la cosa pú-blica, cabe aclarar que desarrollo entendido en su concepto global no posee en sí mismo los calificativos de social, económico o personal, es sólo desarrollo. Para entenderlo, se comparte la idea planteada por el profesor Russell L. Ackoff:

“(…) Contrario a lo que muchos piensan, el desarrollo no es una condición ni un estado que pueda identificarse por lo que tiene la gente, sino que es una condición que se identifica por lo que la gente puede hacer con cualquier medio que tenga, a fin de mejorar su calidad de vida y la de los demás” (Ackoff, 1978, p. 6).

Siguiendo estas nociones de Ackoff, puede afirmarse que el criterio que define al desarrollo no es tener más, sino hacer las cosas y hacerlas bien, implica acciones como eficiencia y eficacia, implica evaluar como me-dio no como fin; es decir, para mejorar. Con el postulado de Ackoff se vislumbra el vínculo entre educación y desarrollo al mencionar que el desarrollo es un asunto relacionado más con la educación y el conoci-miento, que con la motivación o la riqueza; sin que esto signifique que los recursos no sean importantes; por supuesto que lo son; ya que “(…)

89

una persona desarrollada hará más con los mismos recursos que otra persona que no lo esté. De esa forma el desarrollo sería: tener el deseo de mejorar y la capacidad para lograrlo” (Ackoff, 1978, p. 7).

Así, el concepto desarrollo implica tener apreciaciones cualitativas más allá del simple crecimiento económico, más allá de la construcción de in-fraestructura y, por supuesto mucho más allá que las llamadas estrategias de “gestión de los recursos financieros para el desarrollo”, que muchas veces no son otra cosa sino ejemplos de la crónica de la mendicidad financiera de las entidades públicas.

2.2. El vínculo desarrollo-educación

Precisamente, entre el deseo y la capacidad, es donde aparece el vínculo desarrollo-educación. La educación nos proporciona los elementos de conocimiento, habilidad y destreza que nos permiten hacer más y lograr más, incluso ante la carencia de recursos. Esto da vigencia al concepto de educación como valor sustancia para el ser humano. Por ello, con-cepciones como aquellos casos que afirmen que no se necesita educa-ción para tener algo, son equivocadas. La educación no se requiere para tener, sino para hacer, con cualquier medio que se tenga y, se requiere para mejorar como persona y ayudar a mejorar a los demás. La educa-ción produce cosas y acciones benéficas, aunque se carezca de recursos económicos, la educación proporciona otro tipo de recursos, considera-dos valores universales como son: conocimiento, habilidad, rectitud y respeto.

La educación es un proceso esencialmente humano. Educar es una labor compleja porque el ser humano es complejo. El hombre está siempre en formación y eso es la educación: un proceso de perfeccionamiento.

Educar implica formación integral del ser humano. Educar, no es sólo diseñar proyectos mínimos de capacitación para cumplir los requeri-mientos de la empresa; educar tampoco es sólo repartir computadoras y mochilas, ni sólo pintar salones o canchas; una computadora por sí misma no educa.

90

Entender la educación mediante conceptos superficiales o visiones em-presariales, jamás conducirá a romper con el círculo de pobreza y des-igualdad.

2.3. Educación y superación de la pobreza

Se considera a la educación como medio para superar la pobreza. Se supone que con más educación los pobres estarán en condiciones de me-jorar su situación; actualmente en México se ofrece más educación a un número cada vez mayor de personas y, esto no se ha traducido en una disminución de los niveles de pobreza, factor que abarca a casi la mitad del total de la población nacional. ¿Por qué? Una buena explicación la proporciona el trabajo de Violeta Arancibia:

“(…) El supuesto según el cual a más educación corresponde me-nos pobreza es insuficiente. ¿Qué competencias efectivas están lo-grando los niños en la escuela? ¿Cómo debe ser repensada la edu-cación de cara a la pobreza? ¿Cuáles son los factores que podrían afectar la posibilidad de una mejor calidad de educación para los más pobres?” (Arancibia, 2000, p. 2).

La educación es muy importante para combatir la pobreza, no obstante debe ponerse énfasis en la calidad educativa que se imparte, sobre todo en el medio rural; efectivamente la educación básica en México es un mecanismo importante para ayudar a los individuos a salir de la pobre-za; además, la calidad de la educación tiene efectos importantes para mejorar los niveles de vida de la población, pero en México, la calidad de la educación es relativamente baja, sobre todo en el medio rural. Si se incrementa la calidad educativa es muy probable que la educación sea un medio aún más efectivo en el combate a la pobreza; como bien lo refiere la investigación socioeducativa de Rosa María Torres:

“México está hoy entre los países con mayor desigualdad de ingre-sos y mayor desigualdad educativa; en el ámbito de la educación las brechas se vienen agrandando; el gasto educativo ha sido poco efectivo, el gasto social (educación, salud, seguridad, asistencia so-

91

cial, vivienda y servicios básicos) creció notablemente, no obstante dicho incremento no se tradujo en una reducción de las dispari-dades sociales, la pobreza ha seguido creciendo; los aprendizajes son, en general, bajos. La pobreza invadió la escuela, forzándola a asumir muchos de los problemas sociales no resueltos por el Estado, las comunidades y las familias” (Torres, 2005, pp. 17-20).

Como se ha visto, en México la pobreza sigue siendo un problema gra-ve, la población total en condiciones de pobreza es casi la mitad del total nacional. Al mismo tiempo, siguen acrecentándose las condiciones de desigualdad y de concentración del ingreso: según datos del Reporte Anual del Banco Mundial en 2012, en México el 10% de la población más rica concentra el 41.3 de la riqueza y el 10% de la población más pobre recibe sólo el 1.2% de la riqueza.

Es muy difícil hablar de la “fuerza y vigencia de la educación” en un contexto generalizado de pobreza y marginación, desde la docencia también se padece este problema y, por ello se sabe que a pesar de muchos esfuerzos, de las mejores estrategias didácticas, de la reflexión de la práctica y profesionalización docente, un niño que en su casa tiene como preocupación diaria el qué habrá de comer, que camina casi un par de horas para llegar al transporte escolar y, que a pesar de sus gran-des expectativas y capacidades, el medio y el contexto siempre influyen negativamente, reduciendo drásticamente las oportunidades y limitando cualquier condición de equidad.

Esto se padece en muchas zonas del país y, a quienes ha tocado esta experiencia con sus alumnos estarán de acuerdo en que, no son los alumnos, es el contexto lo que impide la vigencia de la educación y lo que minimiza la fuerza y validez de la misma. Esto fue lo que vivieron los grandes maestros y maestras que revisamos en la sección anterior de este trabajo. ¿Cómo dar vigencia a los principios de la educación en un contexto de pobreza y marginación?

La formación docente otorga la capacidad para tener grandes expecta-tivas en el aprendizaje de los alumnos y, sólo de esta forma se reconoce

92

que el niño bajo estas condiciones de marginación se forma en la lucha y en el esfuerzo diario, sin comodidades y con grandes carencias, algunos saldrán adelante en su formación, aún así, la mayoría será absorbida por ese contexto: se quedará.

2.4. El debate sobre la calidad

Desde la década de los noventas, del siglo pasado, el asunto sobre la calidad ha estado marcadamente presente en el ámbito educativo, en México incluso se ha elevado a rango constitucional, pues con la reciente reforma de 2013 el Artículo 3º incorpora este criterio al quedar redac-tado de la siguiente manera: “Todo individuo tiene derecho a recibir educación…, la educación obligatoria que imparta el Estado debe ser de calidad, entendiendo por ello que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos.

La calidad en la educación implica proporcionar a los alumnos el do-minio de códigos culturales básicos, capacidades para la participación democrática, resolver problemas y seguir aprendiendo, desarrollar valo-res y actitudes acordes con una sociedad que prevea una mejor calidad de vida; y de acuerdo al nuevo precepto constitucional, también implica idoneidad de los docentes, concepto que de ninguna manera afecta ni la dignidad como persona, ni las creencias filosófico-educativas; sino que es una condicionante acorde a los tiempos de mayor competencia, inte-gración, innovación, desarrollo y globalidad de los que la educación no es ajena y los docentes tampoco.

Es un hecho que aún existen asuntos pendientes, pues la educación re-quiere la concurrencia de criterios que debieran normar su propio desa-rrollo; la Secretaría de Educación Pública (SEP) reconoce que la calidad en la educación “en tanto derecho fundamental de todas las personas, tiene como cualidades esenciales el respeto de los derechos, la equidad, la relevancia y la pertinencia y dos elementos de carácter operativo: la eficacia y la eficiencia” (SEP, 2010, pp. 41-45). La educación de calidad

93

ofrece los apoyos que cada quien necesita para estar en igualdad de condiciones y así aprovechar al máximo las oportunidades educativas.

En el contexto y condiciones de pobreza en el que se encuentra casi la mitad de la población, el asunto de la calidad se torna complejo, pues si bien se reconoce que la educación básica es un derecho humano, para amplias capas de la población en México, el derecho a una educación obligatoria, gratuita y de calidad es todavía una aspiración. La desigual-dad social que conforma estructuralmente al país se plasma también en la educación, la pobreza trabaja en contra de la educación, de sus prin-cipios y de sus actores.

La educación es uno de los derechos fundamentales del ser humano y se re-conoce que esos derechos adquieren el carácter de Fundamentales cuando son jurídica e institucionalmente garantizados en un espacio y tiempo deter-minados; esto es, son derechos objetivamente vigentes en un orden jurídico; Alberto Schettino establece que “la educación es un derecho fundamental ya que es el proceso permanente que desarrolla capacidades físicas, intelec-tuales y éticas del ser humano que le permiten integrarse positivamente a un medio social determinado” (Schettino, 2013, p. 246).

La realización del derecho a la educación de calidad tiene que ser pro-gresiva, lo que significa ir ampliando las oportunidades de educación para todos a lo largo de la vida, empezando por la universalización de una educación básica con calidad. Esta condicionante, la progresividad es lo que mantiene vigente el ideal de realización de sus principios y, en este sentido, también podemos identificarlo con el ideal que aún no está realizado, por ello, a continuación y para finalizar el análisis de este tra-bajo se revisará el tema de exigencia y cumplimiento de ese ideal, como Derecho y herramienta de crecimiento económico.

2.5. La exigencia del derecho a la educación. Reto para la vi-gencia de sus principios

Si reflexionamos sobre la educación como derecho, entonces, ¿en dónde se puede exigir su cumplimiento? ¿En dónde presentan los padres una

94

denuncia si su hijo tuvo que salir de la escuela para ayudarlos a trabajar o porque no tenían para libros o uniforme? Es más, ¿a quién se le de-manda? Al que dijo que la educación era muy importante o a quien no hizo nada para lograrlo.

A este respecto Pablo Latapí reconoce que el derecho a la educación no es un derecho exigible pese a las múltiples violaciones que sufre. Se le viola cuando se pierden días de clases, cuando se vulnera la gratuidad al cobrar cuotas voluntarias en las escuelas públicas; cuando no se ofrece una educación de calidad por parte del Estado, cuando la infraestructura no es adecuada como sucede en la mayoría de las escuelas, cuando no se dispone de materiales suficientes ni adecuados, o cuando en muchas comunidades indígenas los maestros ignoran la lengua de la comunidad. Latapí analiza las causas por las que no se exige el derecho a la educa-ción en nuestro país y menciona que:

“Se debe a carencias legislativas: por ejemplo, las disposiciones sobre la equidad son ineficaces jurídicamente porque no inclu-yen sanciones contra los funcionarios que no las implementen; las disposiciones legales existentes no garantizan de modo claro y su-ficiente una calidad razonablemente aceptable del servicio educa-tivo, (…)se carece en México de una cultura de los derechos huma-nos, por la cual los individuos estén conscientes de este derecho y dispuestos a exigirlo, muchos padres de familia no tienen un punto de referencia de lo que es una buena educación y predomina en ellos la convicción de que la educación es una prestación gratuita del Estado y no un derecho exigible” (Latapí, 2001, pp. 11-14).

2.6. La vigencia de la educación para la mejora económica

La educación tiene una contribución relevante al desarrollo económico; esto hace posible su vigencia, tiene mucha utilidad en la mejora econó-mica. Existen condicionamientos y repercusiones económicas de una educación de calidad; esto se refiere entre otras cosas a que la educación básica efectúa la mayor contribución al crecimiento económico; aún así, las políticas de mejoramiento educativo en México, no han logrado in-

95

crementar significativamente los niveles de logro de los aprendizajes es-perados con base en los contenidos curriculares entre los estudiantes de educación básica.

Cohen (2002) concluye que “la educación es un bien de inversión pero su escaso impacto alcanzado se debe, en gran medida, a la discrepancia entre los objetivos perseguidos y las políticas implementadas para alcanzarlos; (…)el rendimiento escolar [también] se explica por factores extraescolares como el clima educacional del hogar, [como el caso de] los años prome-dio de estudio de los adultos del hogar, es el factor de mayor incidencia en los logros educacionales, otros factores que influyen positivamente en el desempeño educativo son la distribución del ingreso per cápita de los hogares, la infraestructura física de la vivienda y, el nivel de organización familiar (hogares con jefatura femenina sin cónyuge y aquellos integrados por ambos cónyuges casados” (Cohen, 2002, pp. 2-13).

De acuerdo con lo anterior es indiscutible que se debe apoyar la edu-cación porque es factor y motor del crecimiento, teniendo presente que el crecimiento no se da únicamente destinando el gasto público que sea necesario a la construcción de la visible infraestructura económica, ca-rretas o grandes puentes.

La educación es condición del crecimiento porque se expresa en altas ta-sas de rentabilidad social, sobre todo la de educación básica, “lograr que los hijos de familias pobres asistan a la escuela y se mantengan en ella exige asignarles una educación de calidad, compensar las imitaciones que el clima familiar impone a la capacidad de aprender. La inversión social y la de educación, rinden sus frutos en el mediano y largo plazos” (Cohen, 2002).

La inversión en educación es fundamental para que México se convierta en un país industrializado a nivel competitivo y elevar sus condiciones generales de vida; bajo el criterio de rentabilidad (utilidad), la inversión educativa debe darse desde los primeros años de vida de la persona, inclusive antes de que el niño entre a la escuela, tal y como lo propuso Heckman al afirmar que:

96

“La cuestión real es cómo utilizar adecuadamente los fondos dis-ponibles; la mejor evidencia apoya la prescripción política para invertir en los más jóvenes… Las brechas de habilidades entre fa-vorecidos y no favorecidos [pobres y ricos] crecen en las etapas tempranas de la vida del niño, habilidad engendra habilidad; mo-tivación engendra motivación. Si un niño no es motivado y estimu-lado a aprender e incorporarse de manera temprana en su vida, es más probable que cuando llegue a ser adulto, fallará en su vida social y económica (Heckman, 1999, pp. 3-5).

Así las cosas, quienes toman decisiones relevantes en este país deben entender que la buena educación es condición para revertir tanto las condiciones de pobreza y generar opciones de crecimiento estable, no hay, ni puede haber excusa válida para decir que no se dispone de re-cursos para la educación, no se entiende, a menos que el objetivo de la autoridad y del político sea otro.

Revisando estos breves análisis y aportaciones tomados de la teoría eco-nómica y financiera, se puede afirmar que la vigencia de los principios educativos como gratuidad, obligatoriedad y calidad tienen también un condicionante económico, por la importancia sustancial que tiene la edu-cación para la construcción de las bases del crecimiento y el logro del desarrollo, en el sentido en el que lo hemos explicado, desarrollo no para tener más cosas, sino para hacer las cosas mejor.

97

concluSión

Derivado de la revisión de consideraciones históricas, jurídicas, sociales y económicas, realizada en este documento, puede afirmarse que la vi-gencia de los principios filosóficos de la educación en nuestro país, se atribuye fundamentalmente a la tarea educativa, al esfuerzo y disciplina de aquellos maestros y maestras, cuya vocación docente y capacidad personal les permitió el ejercicio de su labor, a pesar de un contexto económico, político y social adverso, para lograr el impulso y mejora de la educación en general y el fortalecimiento cotidiano de esos principios que, ellos mismos construyeron.

¿Cómo decir que un ideal no cumplido se encuentra vigente? Y una respuesta se debe precisamente, a que la buena educación también es algo a lo que se aspira como sociedad, históricamente el aporte de conocimientos, habilidades y destrezas que ofrece la escuela, es una preferencia que goza de reconocimiento y valoración social. Por ello, en este trabajo se reconoce la vigencia real de la educación y de sus principios, principalmente gracias al esfuerzo de aquellos y aquellas que, mediante la docencia, la difusión de su filosofía educativa y la argumentación de su propia teoría pedagógica, han defendido y puesto en práctica los principios que sostienen la edu-cación en México.

Grandes pensadores y extraordinarios maestros mexicanos, algunos in-cluso poco conocidos, pero debido al impacto social de sus propuestas, es que se dispone de elementos de análisis y aportaciones institucionales que quedaron plasmadas en el texto constitucional, específicamente en el contenido del Artículo 3º.

98

Fueron ellos quienes diseñaron la estructura jurídica que da soporte a la legislación que actualmente regula la práctica educativa y desde enton-ces, como pudo explicitarse en el contenido del presente documento, se han mantenido fuertes y plenamente vigentes los principios educativos, los profesores referidos y sometidos a análisis en el presente documento y su desempeño, son paradigmas y modelo de reflexión para la práctica educativa actual. Ha sido tal la contribución de estos ilustres profesores que es difícil integrar una propuesta que busque ajustar o incluso, reem-plazar los principios educativos.

Por ello, desde esta postura, la vigencia de los preceptos constitucionales que ellos construyeron, consiste en tomar como referentes las obras y acciones de esos profesores y profesoras que aportaron mucho, de ma-nera teórica y práctica a la educación de este país, para definir estilos de prácticas docentes y reafirmar la vocación de servicio.

De esta forma, que un principio se encuentre vigente implica, además de aspectos jurídicos, relacionarse con hechos y cumplimientos; es decir, la eficacia de la norma que se ha diseñado para cumplir un fin: otorgar al pueblo una mejor educación. Mejor educación a pesar del contexto complejo, mejor educación para transformar ese mismo contexto y con-vertirlo en una realidad distinta para que las expectativas de los alumnos del presente y del mañana sean las más elevadas.

La educación no ha sido ajena a los golpes de las crisis económicas y políticas de nuestro país, la educación como ideal permanece en la con-ciencia colectiva como algo benéfico, por ello, es un sector a donde se tiene que destinar la inversión pública y diseñar e implementar diversos programas compensatorios eficaces que nivelen las oportunidades de acceso, permanencia e incrementen la calidad educativa en todos los sec-tores, especialmente entre la población más vulnerable en condiciones de pobreza y marginación.

Es válido reconocer que la vigencia de la educación ha ido más allá de las confrontaciones con la clase política que, en su momento, menospre-ció, limitó o hizo a un lado el trabajo de aquellos maestros referidos, tal

99

parece que históricamente ha existido una confrontación entre el ideal educativo y sus procesos graduales de transformación y, las realidades políticas y sus necesidades de justificaciones y resultados inmediatos con altos impactos electorales. En la política se han tomado decisiones que han afectado la educación y esto se explica porque el manejo de los tiempos, procesos y resultados entre ambas realidades son muy distintos: la educación requiere un tiempo que la política mexicana no le ha dado.

La fuerza de la educación se ha mantenido, gracias a la solidez de sus principios y valores que aporta, pues tienen una base conformada por un amplio desarrollo histórico, jurídico y trascendentales aportes teórico-pe-dagógicos. Es por eso que se debe pasar de la condición de educación como ideal no cumplido, al de ideal realizable; dadas las condiciones de análisis, diálogo y pluralidad, se presenta la oportunidad para reflexio-nar, diseñar y proponer la estrategia que dé un impulso sustancial a la educación.

Ahora que se reconoce la vigencia y fortaleza de los principios educa-tivos es el momento de avanzar hacia la realización plena de la idea de autonomía de gestión para la educación en general.

Como prioridad nacional, la educación debe fijar sus propios tiem-pos, espacios, formas y que los recursos para la mejora educativa real sean asignados no como dádivas o compromisos políticos. Se requiere eliminar vicios e incertidumbres provenientes de decisiones ajenas al terreno educativo; la mejora y el logro de los aprendizajes de todos los alumnos como principal finalidad de la educación, implica evitar deformaciones, malas interpretaciones y ausencia de argumentaciones pedagógicas.

Es buen momento para desincorporar la educación de la política y crear la institución nacional que administre, determine, coordine, organice y establezca criterios y lineamientos bajo los que se desarrolle el proceso educativo, estableciendo proyectos de largo plazo que generen la estabi-lidad que requiere una educación de calidad, donde los actores internos tomen con responsabilidad sus propias decisiones.

100

La importancia social de la educación requiere propuestas que trascien-dan el tiempo y espacio limitados por actores ajenos a la educación, para que mediante el desempeño de las tareas docentes, administrativas, de innovación, vinculación social e investigación, se fortalezcan en la prácti-ca principios educativos como gratuidad, obligatoriedad y calidad.

En este documento se revisó lo que, a través de la historia educativa, propusieron y llevaron a cabo grandes maestros, ahora queda que el do-cente actual sepa corresponder con su propio esfuerzo, con su formación y poniendo verdadera vocación en su práctica.

¿Qué puede hacerse desde la tarea docente para mantener la vigencia de esos principios educativos? La respuesta es asumir los retos que im-pone la propia educación; es decir, cumplir con las nuevas condiciones jurídicas, mejorar como docente para diseñar y establecer estrategias adecuadas a los estilos de aprendizaje de los alumnos, mantener un acer-camiento continuo con otros actores educativos como padres de familia y autoridades educativas, para realizar un trabajo conjunto a favor de la educación y sobre todo, confiar en la educación.

El docente debe creer en la educación porque implica crecimiento, de-sarrollo, progreso y paz. Creer en la educación porque es la respuesta a problemas y conflictos diversos y complejos. Debe mantenerse e impul-sarse la confianza en la educación para lograr esos objetivos. La realiza-ción de este ideal y el mantenimiento de su vigencia requieren necesaria-mente, más educación y menos política; los medios serán la escuela, sus alumnos y maestros; los fines, el bienestar y la prosperidad de México.

101

bibliografía

Ackoff, R. L. (1978). Un nuevo enfoque a la planificación del desarrollo nacional. México: Instituto Nacional de Administración Pública, Serie Pra-xis.

Alamán, L. (1946). Examen imparcial de la administración del general vicepresi-dente D. Anastasio Bustamante, con observaciones generales sobre el estado de la República y consecuencias que ésta debía producir. En Obras de D. Lucas Alamán. Documentos diversos. México: Editorial Jus.

-------- (1985). Historia de México desde los primeros movimientos que prepararon su independencia en el año de 1808 hasta la época presente. México: Fondo de Cultura Económica.

Altamirano, I. M. (1969). El maestro de escuela. Recuperado en Marzo 30 de 2016, Publicado por primera vez en “Bosquejos”, columna es-crita por Altamirano para El Federalista, 20 de febrero de 1871 (republicado en la revista de la Universidad, UNAM, Dic. 1969). Sitio web: http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/ojs_rum/fi-les/journals/1/articles/9313/public/9313 -14711-1-PB.pdf

Arancibia, V. (2000). Factores que afectan el rendimiento escolar de los pobres (revisión de investigaciones educacionales 1980–1995). Chile: Pon-tificia Universidad Católica de Chile.

Bazant, M. (2013). La práctica educativa de Laura Méndez de Cuenca (1885-1826). 14 de abril de 2016, de El Colegio Mexiquense A.C. Si-tio web: http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/htm/articulos/sec_11.htm

102

Carrillo, C. A. (1885). La Reforma de la escuela elemental. Periódico de Edu-cación, Primer año Tomo l. Núm. 1. Recuperado del sitio web: http://leticiahistoriadelaeducacionm.blogspot.mx/

Cohen, E. (septiembre-diciembre 2002). Educación, eficiencia y equidad: una difícil convivencia. Revista Iberoamericana de Educación, Núm. 30, pp. 2-6.

García, E. (1981). Vigencia, justicia y eficacia como elementos de la estructura onto-lógica del derecho. En SYMPOSIA I. Memoria del X Congreso Mun-dial Ordinario de Filosofía del Derecho y Filosofía Social, Vol. V. México: Instituto de Investigaciones Jurídicas. Universidad Nacio-nal Autónoma de México.

Heckman, J. (1999). Policies to foster human capital. 12 de abril de 2016, De National Bureau of Economic Research. Sitio web: http://www.nber.org/papers/w7288.pdf

Hernández, S. (2015). Evolución del pensamiento y la obra de Rafael Ramírez Castañeda. 12 de marzo de 2016, de Letras Uruguay. Sitio web: http://letrasuruguay.espaciolatino.com/aaa/hernandez_medina_santos/evolucion_del_pensamiento.htm

Karsen, S. P. (1974). Las memorias de Jaime Torres Bodet. 26 de marzo de 2016, de Centro Virtual Cervantes. Sitio web: http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/05/aih_05_2_008.pdf

Larroyo, F. (1969). Historia comparada de la educación en México. México: Porrúa.

Latapí, P. (2001). El derecho a la educación en México: ¿Es sólo una metáfora? ¿Por qué no es exigible? En Revista Educación, Núm. 165.

Macías M. P. (julio-diciembre de 2011). José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet, historia, trayectoria y vocación común. Revista Interamericana de Educa-ción de Adultos, Año 33 Núm. 2.

103

Martínez, J., Murillo-Garza, A., et. al. (2014). Moisés Sáenz Garza, trans-formador de la realidad educativa en México. Monterrey, Nuevo León, México: Escuela Normal Superior “Moisés Sáenz Garza”.

Mora, J. M. L. (1994). Obras completas. Volumen IV. México: CONACUL-TA, Instituto Mora.

Murillo, M. J. N. (2011). Memorias laicas prohibidas. Academia, ciencia y cultura, Vol. 3, núm. 3.

Ordaz, J. L. (2009). México: impacto de la educación en la pobreza rural. CEPAL. Serie Estudios y Perspectivas, Núm. 105.

Pavón, M. F. (2009). El derecho a la educación en México: ¿Es sólo una metáfora? ¿Por qué no es exigible? Revista Educación 2001, Núm. 165.

Ramírez, R. (1968). Escuelas de peor es nada. En Obras completas T. VIII (pp. 99-105). Jalapa, Veracruz, México: Gobierno del Estado de Veracruz.

Schettino. A. (2013). El derecho a la educación. Abril 12 de 2016, de Bibliote-ca Jurídica Virtual. Instituto de Investigaciones Jurídicas. UNAM. Sitio web: http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/facder-mx/cont/241/art/art10.pdf

SEP, Dirección General de Desarrollo de la Gestión e Innovación Edu-cativa de la Subsecretaría de Educación Básica (2010). Modelo de Gestión Educativa Estratégica. Programa Escuelas de Calidad. Módulo I. México: Secretaría de Educación Pública.

Torres, R. M. (2005). 12 tesis para el cambio educativo: justicia educativa y justicia económica. Bogotá, Colombia: Editorial del Movimiento Internacio-nal de Educación Popular y Promoción Social Fe y Alegría.

Zarco, F. (1989). Obras completas. México: Centro de Investigación cientí-fica Jorge L. Tamayo.

104

-------- (2013). Crónica del Congreso Extraordinario Constituyente (1856-1857). 5 de abril de 2016, de Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Si-tio web: http://www.cervantesvirtual.com/obra/cronica-del-congre-so-extraordinarioconstituyente-1856-1857/

Zollinger, E. (1957). Enrique Rébsamen. El renovador de la instrucción primaria en México. Jalapa, Veracruz, México: Dirección General de Educa-ción del Gobierno del Estado de Veracruz.

educando en el Siglo XXiJosefina Recio Sánchez

107

reSumen

Toda educación que imparta el Estado, debe ser sustentada en el Ar-tículo 3º de nuestra Constitución, la cual tenderá al desarrollo armónico en todas las facultades del ser humano, fomentando el amor a la patria y la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y en la justicia.

Educar para la vida, educar con calidad y con equidad son imprescindibles en esta nueva era del siglo XXI en la cual una gama de nuevas tecnologías llenan nuestro contexto y las nuevas generaciones tienen un gran dominio impresionante por el cual hay que encausar en vez de criticar, hay que in-troducirlas a cada aspecto básico que se trabaje dentro y fuera del salón de clases hay que ponerse retos que nos lleven a educar alumnos que rebasen nuestras expectativas, dándoles confianza y brindándoles las herramientas necesarias para seguir adelante. Siempre hay un hoy y en nuestras manos como autoridades educativas, docentes, padres de familia y alumnos de-bemos garantizar que esta educación impacte en nuestras vidas a través de un legado en donde todos somos partícipes y responsables de un mejor país en todos sus aspectos. “Donde hay educación, encontrarás todo”.

abStract

All education provided by the State, must be supported in Article Third of our Mexican Constitution, which tend to harmonious development in all faculties of the human being, promoting love of country and aware-ness of international solidarity on independence and in justice.

Education for life, education quality and equity are essential in this new era of the twenty-first century in which a range of new technologies fill

108

our context and new generations have a large impressive command for which you have to indict instead of criticizing , are input to each basic aspect work inside and outside the classroom have to be challenges that lead us to educate students exceeded our expectations, giving them con-fidence and providing them with the necessary tools to move forward. There is always a today and in our hands as education authorities, tea-chers, parents and students must ensure that this education impact in our lives through a legacy in which we are all responsible participants and better country in all its aspects. “Where there is education, find everything”

109

introducción

La educación en todos sus niveles, está orientada al desarrollo de las competencias cognoscitivas fundamentales de los alumnos, entre las que se destacan las habilidades comunicativas elementales; es decir, la lectu-ra, la escritura, la comunicación verbal y el saber escuchar.

Esta, debe formar en los educandos el interés y la disposición a continuar aprendiendo a lo largo de su vida, de manera autónoma y autodirigida, debe propiciar en ellos, la capacidad de reconocer, plantear y resolver problemas; de predecir y generalizar resultados; de desarrollar el pensa-miento crítico y deductivo, así como la imaginación espacial.

Según el Artículo 3º de la Constitución mexicana: “Toda persona tiene derecho a recibir educación. El Estado -Federación, estados, Ciudad de México y municipios-, impartirá educación preescolar, primaria, secun-daria y media superior, la educación preescolar, primaria y secundaria conforman la educación básica; ésta y la media superior serán obligato-rias (Constitución: 2016, folio 8824).

La escuela brinda los elementos necesarios para conocer el mundo so-cial y natural y entender éstos como procesos en continuo movimiento y evolución. Nos proporciona las bases para la formación de los futuros ciudadanos, para la convivencia, la democracia, la cultura de la legali-dad y sobre todo la de una educación de calidad con equidad.

Con ello, cumple una función cultural al inculcar, transmitir y conservar la cultura; la rutiniza codificando, homogeneizando y sistematizando el mensaje escolar a quien lo trasmite. Todo esto, lo lleva a cabo por parte del profesor del cual el sistema escolar se asegura de que ponga todos

110

sus recursos y celo al servicio de su función, al concederle la delegación de la autoridad institucional de la escuela en su autoridad pedagógica. El presente ensayo hace alusión al Artículo 3º Constitucional como fun-damento del derecho humano a una educación de calidad con equidad: “Educando en el siglo XXI”.

111

deSarrollo

“Decidí preservar y mejoré gradualmente como facilitador de aprendizaje. Descubrí que no podía dar vuelta atrás”

Carl Rogers

1.1. Mi escuela

Para la gran mayoría de niños, adolescentes y jóvenes, la escuela es su segundo hogar y la prefieren, porque en ella tienen amigos, conviven, comparten y disfrutan su estancia; a diferencia de su hogar, aprenden cosas importantes en cada grado de las diversas materias, es donde les enseñan algo que utilizarán a lo largo de su vida (leer, escribir, compren-der textos, operaciones básicas, resolución de problemas matemáticos, manualidades, etc.).

Es en la escuela donde desde pequeños los niños empiezan a estable-cer formalmente acuerdos, a ejercer sus derechos y al mismo tiempo obligaciones que les permitirán en cualquier situación o grupo social en que se desenvuelvan, desarrollarse y convivir de una manera amistosa y pacífica.

Pérez Rocha, en Educación y desarrollo, nos habla de la escuela y la impor-tancia de la educación a la cual la define como “la panacea que alivia los males; ella cambiaría las actitudes tradicionales..., ya que esta es porta-dora del conocimiento y de la verdad y factor definitivo de transferencia social” (p.37).

En todo centro escolar es necesario establecer reglas entre todos los miembros de la comunidad. Las normas escolares, al igual que las fa-

112

miliares, fijan derechos y obligaciones para todos sus integrantes. Esto permite que cada quien cumpla su función y con ello se logren de mejor manera los objetivos.

Como buen mexicano sabemos que en nuestra Constitución en su pri-mer artículo nos habla de derechos humanos reconocidos y de garantías, mismas que gozamos y somos partícipes de ellas con el solo hecho de vivir en este grandioso país. Y si nos cuestionamos: ¿Qué busco?, ¿qué quiero?, ¿qué pienso en torno a mi vida personal?, la respuesta induda-blemente es: educación.

Cualquier persona en el lugar donde se encuentre ha escuchado este tér-mino, ha vivido o ha encauzado, hemos sido parte de muchas generacio-nes en donde la palabra educación, se transforma en algo sorprendente; como el barro en manos de un orfebre, de esa masa negra y pegajosa construye piezas de gran valor y a cada una le pone su toque mágico.

La primera escuela es nuestro hogar donde aprendemos lo elemental: buenos días, ¡hola!, con permiso, las reglas básicas de urbanidad, de con-vivencia, pero para muchos la escuela, ese lugar donde se reúnen niños, adolescentes y jóvenes es su casa, es su todo, es su área de tranquilidad, su zona de confort en donde su maestra o profesor se convierten para él como el papá o la mamá que desearían tener. Así este contexto se trans-forma en lo más importante de sus vidas dejando una huella imborrable en sus corazones.

1.2. Reglas y límites

Recuerdo que hace poco tiempo me enviaron un mensaje en donde decía: Si llego tarde al cine: pierdo la película; si llego tarde al médico, pierdo la cita; si llego tarde al aeropuerto, pierdo mi vuelo; si llego tarde a la estación, pierdo el autobús, si llego tarde a la escuela; pierdo mis nuevas enseñanzas…, y así una serie de situaciones en donde terminaba haciendo reflexión sobre la importancia de la puntualidad como uno de los valores más importantes en la vida, del cumplir y seguir reglas y cómo la familia y la escuela son imprescindibles para llevarlas a cabo.

113

Carlos Ornelas, hace precisiones que trazan el camino de todo ser humano y nos dice que la escuela cumple dos funciones importantes: “Preparar individuos de acuerdo a los requerimientos, técnicas de las instituciones modernas y conformar individuos que acepten el orden social establecido” (Kitaoka Vizcarra, 2004, p.13). En todo centro escolar es necesario establecer reglas entre todos los miembros de la comunidad. Las normas escolares, al igual que las familiares, fijan derechos y obligaciones para todos sus integrantes. Esto permite que cada quien cumpla su función y con ello se logren de mejor manera los objetivos.

Si no existieran leyes, normas o reglas, cada individuo hiciera lo que quisiera y nuestro país fuera un soberano desorden. Por ello es impor-tante que toda escuela cuente con su reglamento institucional y lo dé a conocer a todos. Desde el punto de vista de Fontenelle “ni la buena educación hace el buen carácter, ni la mala lo destruye”. Para Locke y para Helvétius, por el contrario, la educación es todopoderosa. Según este último, todos los hombres nacen iguales y con aptitudes iguales; tan sólo la educación crea las diferencias” ( Durkheim Emile, citado en Kitaoka, [ 2004], p. 64).

La educación para Durkheim es vista como “un hecho social, la cual es una manera de ser impuesta por coerción al individuo desde afue-ra; son formas de actuar, de pensar y de sentir independiente de las conciencias individuales, esta se reconoce por el poder de coerción ex-terna que ejerce sobre los individuos y a su vez en alguna sanción o re-sistencia que ejerce ese hecho al individuo” ( Ibídem, p. 5). Así mismo, en educación y sociología se reitera que toda educación es un esfuerzo continuo para imponer al niño maneras de ver, de sentir y de actuar a las que no hubiera llegado espontáneamente. Emile Durkheim, plan-tea que a medida que la vida real se adueñe del alumno, destruirá la obra de su mejor educador, aconseja que conozcamos lo que pasa en la vida social y así sabremos mejor lo que sucede en la escuela; ya que la disciplina, premios o castigos escolares son semejantes a los que se ejercen en la sociedad.

114

1.3. El Artículo 3º & Propuestas educativas mundiales

Cada país tiene lo suyo con respecto al tema de la educación, desde lo que se destina a este rubro hasta cómo se reparte el mismo. Países dentro del continente europeo que llevan un gran adelanto científico, tecnológico y educativo, son un ejemplo a seguir, sin embargo, algo está sucediendo, cada vez son menos niños, menos jóvenes inmersos en ma-teria educativa, las familias optan por tener un hijo o no tener ninguno, a diferencia de México, vemos cantidad de escuelas con una matrícula impresionante de alumnos tanto en los turnos matutino, vespertino, com-pleto y nocturno, cada vez son más los niños que se reportan para cada nivel educativo con el propósito de estudiar, superarse y lograr culminar una carrera profesional.

Henry Giroux y Peter McLaren, hacen hincapié de que “debe haber reestructuración para desarrollar en los estudiantes un conocimiento bá-sico que les permita resolver problemas metódicos..., se debe desarrollar un conjunto de actitudes destinadas a investigar y conseguir ayuda para resolver problemas” (Giroux McLaren, 2000, p. 15).

Si observamos las diferentes propuestas que a nivel mundial que se han realizado en pro de una educación de calidad con equidad observamos:

CONFERENCIA MUNDIAL SOBRE EDUCACIÓN PARA TODOS (JOMTIEN, TAILANDIA, 1990)

Brindar una educación que:

– Garantice el acceso universal para satisfacer necesidades básicas de aprendizaje de cada persona.

– Promueva el respeto a la herencia cultural, lingüística y espiritual común; la defensa de la justicia social y protección del ambiente.

– Promueva la tolerancia ante los sistemas sociales, políticos y reli-giosos que difieren de los propios; los derechos humanos, la paz y la solidaridad.

115

COMISIÓN INTERNACIONAL PARA LA EDUCACIÓN EN EL SI-GLO XXI (JACQUES, DELORS, 1996)

Brindar una educación que:

– Atienda a niños, jóvenes y adultos (ampliar la cobertura).– Fomente el deseo de aprender, el ansia y la alegría de cono-

cer. – Permita seguir aprendiendo durante toda la vida.

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS LINGÜÍSTI-COS, 1996.

Brindar una educación que:

– Atienda la diversidad lingüística y cultural entre las comunidades lingüísticas de todo el mundo.

– Contribuya al conocimiento del patrimonio cultural nacional y mundial.

FORO MUNDIAL SOBRE LA EDUCACIÓN, DAKAR, 2000.

Brindar una educación que:

– Atienda las demandas y necesidades de todos los grupos que con-forman la sociedad moderna.

– Reconozca la necesidad de atender la diversidad con equidad.

JACQUES DELORS nos precisa los cuatro pilares de la educación:

– Aprender a conocer– Aprender a hacer – Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás– Aprender a ser

116

EL ARTÍCULO 3º DE NUESTRA CONSTITUCIÓN, NOS SEÑALA:

“La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armó-nicamente, todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.

El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios”.

Si observamos cada una de las propuestas mismas que se han debatido en espacios mundiales podemos percatarnos que en nuestro país están presentes y si leemos cada uno de los apartados del Artículo 3º de nues-tra Constitución, nos daremos cuenta que no es de hoy esto. Desde 1917 cuando Venustiano Carranza fue presidente de la República Mexicana, quedaron asentados muchos acuerdos que hoy en día se han modificado a favor de la educación de nuestros niños, adolescentes y jóvenes mexi-canos.

Además esto no queda volando, por el contrario:

“Para garantizar la prestación de servicios educativos de calidad, se crea el Sistema Nacional de Evaluación Educativa. La coordi-nación de dicho sistema estará a cargo del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación…, será un organismo público autó-nomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio. Correspon-derá al instituto evaluar la calidad, el desempeño y resultados del Sistema Educativo Nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior. Para ello deberá:

117

a) Diseñar y realizar las mediciones que correspondan a compo-nentes, procesos o resultados del sistema;b) Expedir los lineamientos a los que se sujetarán las autoridades educativas federal y locales para llevar a cabo las funciones de evaluación que les corresponden, y c) Generar y difundir información y, con base en ésta, emitir direc-trices que sean relevantes para contribuir a las decisiones tendien-tes a mejorar la calidad de la educación y su equidad, como factor esencial en la búsqueda de la igualdad social”.

El Artículo 3º tiene una gran fortaleza en todos los aspectos para la edu-cación en México tanto en las escuelas públicas como en las privadas, y tener un orden preciso para cada situación nos ayuda a que todos este-mos en sintonía en lo que suscite en este rubro.

1.4. El maestro competente

Hoy en día uno de los requisitos para ser maestro es que sea compe-tente. Sabemos que las competencias son las capacidades de poner en operación los diferentes conocimientos, habilidades y valores de manera integral en las diferentes interacciones que tienen los seres humanos para la vida en los ámbitos personal, social y laboral. Una persona es compe-tente cuando nos consta que es capaz de hacer algo que está bien hecho.

– Se trata de una capacidad que se demuestra (capacidad igual a aptitud, talento, cualidad que dispone a alguien para el buen ejer-cicio de algo. La capacidad es una posibilidad, es una cualidad en potencia, al momento que se demuestra o se pone en acto se con-vierte en competencia. Las capacidades se adquieren o desarrollan mientras que las competencias se demuestran).

– Es una capacidad para hacer algo (porque el número de cosas que el hombre (la humanidad) puede ser y hacer es (casi) infinito. Inge-niero, arquitecto, abogado, administrador, antropólogo, psicólogo, arqueólogo…).

– Pero ese algo debe estar bien hecho. La escuela debe desarrollar el mayor número posible de capacidades en los estudiantes. Debe

118

ser hecho de acuerdo con los criterios que el maestro haya estable-cido previamente: llamados criterios de calidad o desempeño.

Para que una persona pueda hacer algo bien hecho debe poseer: co-nocimientos teóricos requisitos cognitivos; debe saber cómo hacerlo: habi-lidades, destrezas, métodos: requisitos procedimentales; debe manifestar las actitudes adecuadas: requisitos actitudinales.

Si una persona no posee conocimientos, no ha desarrollado habilidades y no demuestra ciertas actitudes, no podrá hacer las cosas bien hechas. El enfoque por competencias implica un cambio de actitud tanto en las autoridades como en la planta docente. No es algo que se pueda lograr de la noche a la mañana y mucho menos por imposición, implica invertir tiempo, dinero y esfuerzo pero a partir de una definición clara de lo que se quiere hacer, sus razones, los pasos a seguir y el tiempo necesario para lograrlo.

No basta con que el maestro sea un conocedor de su materia, también debe tener la formación pedagógica necesaria que le posibilite utilizar metodologías de enseñanza-aprendizaje que orienten al estudiante en la construcción de sus conocimientos, actitudes y valores, como mediador en el aprendizaje de sus estudiantes, para ello, debe diseñar situaciones y tareas de aprendizaje, de contenido profesional, que potencien tanto el desarrollo de conocimientos y habilidades como de las dimensiones de la personalidad moral del estudiante que le permitan un aprendizaje profesional ético, una formación integral como persona que ejerce una profesión.

Para que el profesor sea un orientador, un guía en el aprendizaje de sus estudiantes, debe ser auténtico en sus relaciones, empático, lograr una comprensión crítica, saber escuchar a sus alumnos, asumirlos como sujetos de aprendizaje, como personas en formación, con sus virtudes y defectos, aceptarlos tal y como son, ha de ser tolerante y al mismo tiem-po, propiciar en sus estudiantes el desarrollo de todas estas cualidades en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello, considero son muy útiles las metodologías de aprendizaje participativo que posibilitan al

119

estudiante a asumir un papel protagónico en la construcción de conoci-mientos y valores en un ambiente dialógico, de respeto y tolerancia a las diferencias, bajo la guía del docente.

“Para ser modelo hay que ser coherentes entre lo que se dice y se hace, tiene que expresar vocación y compromiso con la educación, sólo así puede ser un ejemplo para sus alumnos” (Martínez, 1999, p. 38).

Queremos una educación de calidad y debemos ser equitativos, inclu-yentes abriendo caminos en aquellos que les cuesta trabajo aprender y en aquellos que su aprendizaje rebasa fronteras, encausar, acompañar, innovar para un presente y futuro mejores.

1.5. La generación del chip

Hoy en día en el lugar donde te encuentres es increíble ver como ni-ños de tan corta edad manipulan con facilidad aparatos electrónicos sin leer las instrucciones, a nosotros con unos añitos más nos cuesta trabajo accesar a las nuevas tecnologías, hacemos cursos, cuestionamos con fre-cuencia, se nos pierden archivos, y sobretodo nos cuesta trabajo aceptar que estos son más hábiles que nosotros en las TIC, se dice que ya traen integrado el chip, hasta en los noticieros comentan diariamente: si no sabe qué es el Instagram pregúntele a sus nietos. Los niños y jóvenes de hoy dependen de las nuevas tecnologías, en el lugar donde se encuen-tren están pegados y conectados a las redes sociales, están en ese mundo de las tecnologías y les duele más que los dejes sin celular que un castigo como los que nos aplicaban nuestros padres en épocas anteriores.

Se olvidan de hacer ejercicio, de socializar más con sus compañeros, de integrarse a un equipo, se están volviendo personas autodidácticas que no comparten, hay más torpeza motriz, quieren ser únicos, son los que saben todo; algunos padres los prefieren así porque con una tableta, teléfono sus hijos están mucho tiempo quietecitos, no andan haciendo travesuras, no dan molestia alguna, permanecen mucho tiempo en un solo lugar, en casa no hay problemas de comportamiento, sólo cuando van a la escuela porque el profesor los pondrá a hacer cosas que común-

120

mente no acostumbran a hacer por estar dependiendo de esos aparatos electrónicos.

Poner las reglas y que los educandos las sigan ha sido una de las proble-máticas que está afrontando hoy en día la escuela, los padres de familia no permiten que les llamen la atención a sus hijos, hay excesiva sobre-protección por cualquier situación, además el sinnúmero de trastornos, problemas de aprendizaje, niños remitidos a neurólogos y psicólogos, medicados, es una razón más para hacer un análisis en qué estamos fa-llando hogar-escuela y cómo podemos darle solución a ello.

“El profesor debe estar dotado por la institución de los atributos sim-bólicos de la autoridad ligada al cargo... La libertad que el sistema de enseñanza deja al profesor es la mejor forma de obtener de él que sirva al sistema..., que sirva a la perpetuación de las relaciones establecidas entre las clases” (Bourdieu y Passeron, 1994, p. 180-181).

El maestro ejerce sus funciones mediante sus acciones pedagógicas, pero están controladas por y sometidas a las clases dominantes, puesto que a través de ellas se enseña una arbitrariedad cultural; por ello, son instru-mentos de dominación y de reproducción. Así, poder y cultura se alían para reproducirse. Al ser acciones pedagógicas impuestas, toda acción pedagógica se convierte en violencia simbólica.

Lo que se produce en el individuo cuando interioriza los principios de esa arbitrariedad cultural, son hábitos, prácticas habituales, intelectuales, morales y laborales, que perpetúan el poder social. Los primeros hábitos que adquirimos son los de la familia y los de la clase social; en éstos se forman los cimientos para cualquier otro adquirido posteriormente. Con lo anterior, podemos deducir que la escuela selecciona y legitima un sistema de hábitos y prácticas sociales impuesto por una determinada clase; presenta unos valores y normas culturales de clase como si fueran universales.

Durkheim, prima la educación escolar por encima de la familia debido a que expresa que los niños reciben de sus padres sólo facultades muy

121

generales y es el maestro el que va a convertir al ser anómico a través de la autoridad delegada legítimamente a esta se aplica para hacerles sentir que cumplir con su deber y ya internalizada la voz de autoridad del maestro, se acostumbra a reconocerla y a recibir su influjo.

1.6. La autoridad docente

La autoridad no tiene nada de violenta ni de represiva, consiste en su totalidad en un cierto ascendente moral, para esto, el docente debe de-mostrar que tiene carácter, debido a que la autoridad implica confianza y esta no se aprende, se siente y se trasmite. Paulo Freire, maneja la au-toridad docente con la seguridad en sí mismo y nos dice:

“La seguridad que se expresa en la firmeza con que actúa, con que decide, con que respeta las libertades, con que discute sus propias posiciones, con que acepta reexaminarse…, la autoridad no necesita hacer a cada instante, el discurso sobre su existencia, sobre sí misma. No necesita preguntar a nadie, con la certeza de su legitimidad, si sabe con quién está hablando. Ella está segura de sí porque tiene autoridad, porque la ejerce con indiscutible sabiduría” (1972, p. 88).

Freire, tuvo casta y fuerza para definir la autoridad de esa manera, con ello queda muy claro que la seguridad con que se dicen las cosas, el res-peto que nace de relaciones justas, serias, humildes y generosas nos lleva a ejercer la autoridad; aunque si damos un giro de 180°, encontraremos la otra cara de la moneda, una autoridad “mandona y rígida” que no nos lleva a nada.

“La autoridad coherentemente democrática está convencida de que la verdadera disciplina no existe en la inercia, en el silencio de los silen-ciados, sino en el alboroto de los inquietos, en la duda que instiga, en la esperanza que despierta”. (Freire, 1972, p. 90).

Este tipo de autoridad nunca se omite, se fundamenta en la responsabili-dad que va siendo asumida. Quizás se tenga que enseñar a los alumnos

122

un objetivo o un tema preciso y aquí lo que interesa es la construcción de la responsabilidad de la libertad que se asume.

Se puede brindar a los alumnos un sinnúmero de objetivos pero lo más importante será el respeto con el que se dirija a ellos y a nosotros mis-mos.

El ejercicio de la docencia no es una aventura, ya se acabaron los tiem-pos en que se improvisaba y nadie lo notaba, hoy en día se requiere compromiso para el estudio y preparación de la clase, los educandos utilizan diversos medios que sin decir nada miden al maestro, por ello es necesario aprender y comprender cuando los alumnos se ríen o perma-necen en silencio, entender con qué tonalidad cuestionan; que no conta-gien las risitas de los alumnos, es importante saber el porqué de ellas así como tener coherencia entre lo que se escribe, dice y hace, queremos calidad con equidad en la educación y esto es un derecho que debemos hacer hasta lo imposible por lograrlo.

El profesor cada día con su práctica se va convirtiendo en un experto capaz de percibir y de diferenciar la sensibilidad de cada alumno, la pro-blemática radica en que en el terreno de la educación sólo se ha avanza-do en un sentido: querer que los alumnos posean más información, más conocimiento y se ha dejado a un lado el formar al alumno, enseñarlo a actuar, en no canalizar esos conocimientos en conductas que favorezcan su proceso de aprendizaje, es por ello que en repetidas ocasiones escu-chamos decir, en la escuela ya no se aprende nada o no enseñan nada; lo cual no debería ser así porque aprender no significa la repetición de los contenidos, sino que es parte del proceso de aprendizaje.

La escuela tiene que hacer lo necesario para ponerse al día en cuanto a las nuevas necesidades de cada época, y esto significa que las ideas que antes se consideraban atrevidas, hoy se aceptan como algo natural. Actualmente los profesores discuten sobre las posibles ventajas de los adelantos tecnológicos como el uso de las computadoras, cañón, etc., la doble meta de las escuelas no ha cambiado, los maestros trabajan tanto para dar a los estudiantes un tipo de educación que los prepare para ser

123

buenos ciudadanos de su patria, como para ayudarles a desarrollar sus aptitudes y capacidades que les permitan triunfar y enfrentarse con éxito a la vida.

1.7. Formación para la vida

La escuela como institución de acompañamiento a padres y alumnos en su formación para la vida pretende explicar que aprender tiene que ver con el descubrimiento total de la personalidad del alumno y sobre todo con la comprensión que lo que se trata de enseñar en cualquier con-tenido, información o conocimiento tendrá resultados en su conducta. En el momento que el alumno que aprende descubra lo que para él es verdaderamente significativo y la información que recibe le sea signifi-cativa, tendrá aprendizajes exitosos los cuales se verán reflejados en su conducta.

La mayoría de veces las escuelas tienen en su enseñanza poco efecto significativo en su proceso de aprendizaje, por ello, los alumnos mues-tran escaso interés y al sentir que la escuela hace a un lado sus intereses, convicciones, creencias, dudas, temores, lo que les gusta o lo que les dis-gusta, su modo muy personal de percibirse a sí mismo y al mundo que los rodea lo expresan mediante conductas inadecuadas.

Enseñar nunca será una tarea fácil, aunque considero que es una labor agradecida, desde el silencio, desde la distancia de la memoria y los recuerdos compartidos.

La escuela se ha centrado tradicionalmente en el ámbito cognitivo, olvi-dándose por una parte de la dimensión socio-afectiva de la personalidad de los estudiantes, aquí la importancia de que ningún profesor debería tener más alumnos de los que pueda llamar por su nombre y tratarlos como personas.

Es lamentable escuchar cuando hay pase de lista de asistencia en los salones de clase como el maestro se evoca a decir en voz alta: “ 1, 2, 3, 4...” refiriéndose al número en que están anotados en orden alfabético

124

los niños; otros sólo hacen mención al primer apellido y así se refieren a ellos durante todo el ciclo escolar; algunos docentes los primeros nom-bres que memorizan son de aquellos alumnos que tienen mal comporta-miento y en repetidas ocasiones lo utilizan para llamarles la atención. ¿Y los demás alumnos en qué sitio quedan?; ¿cuándo los mencionarán?...

El llamarlos por su nombre es elemental, su identidad es para siempre. La educación debe orientarse al pleno desarrollo de la personalidad del alumno: cognitivo, afectivo, social y moral; con esto, se garantizaría la prevención de problemas de violencia que aquejan a la sociedad.

La enseñanza que hoy se da en las escuelas es mucho más amplia de lo que la mayoría de la gente piensa. Ya no se limita a adiestrar a los niños en el arte de leer y escribir o a proporcionarles nociones de suma y resta. En la mayoría de las escuelas los niños aprenden un cúmulo de datos y de conocimientos básicos que habrán de servirles, cuando sean adultos, para desenvolverse en este complejo mundo. Se impulsa además el de-sarrollo del hábito de pensar, de la investigación, el gusto por la cultura y la actividad creativa.

Junto con la preparación académica que adquiere, el niño aprende a comportarse como debe en cuanto a las actividades cívicas y sociales. Existen niños que vienen del seno de una familia numerosa, y se acos-tumbra a relacionarse con niños que no son sus hermanos, y los que son hijos únicos obtienen el inapreciable beneficio de habituarse a trabajar y jugar con otros niños de su edad. En casi todas las escuelas públicas y privadas, los alumnos se relacionan con otros de distintas colonias y diversas condiciones económicas y en el salón de clases aprenden a obe-decer a sus profesores y a respetar el reglamento, por eso, la escuela es un centro donde se desarrolla la tolerancia, el espíritu de colaboración y el sentido de responsabilidad.

Los padres de familia toman un papel fundamental en la escuela porque mediante sus actitudes y su conversación, deben inculcar a sus hijos el interés por la escuela.

125

Una buena institución, debe formar a sus educandos para la vida, debe creer y confiar en la persona de cada niño y considerarlos en su totali-dad como seres capaces de lograr lo que se propongan, porque ellos son los protagonistas de su propia vida, su estancia en ella, debe tener las condiciones más indispensables, de seguridad, de confort y debe ser agradable para que los niños deseen estar ahí.

1.7.1. Autonomía y responsabilidad en la educación

Una frase muy familiar que hemos escuchado en el transcurso de nuestras vidas es: “hay que ser responsable”; que el éxito va de la mano con la responsabilidad del individuo; que las relaciones humanas, tantos sociales como laborales, deben manejarse con responsabilidad y que la manera más adecuada de educar a los niños es haciéndolos responsables.

Se piensa que en esta época han desaparecido los valores, como la res-ponsabilidad; sin embargo, ésta siempre ha estado ahí; existe, como ha existido siempre.

La responsabilidad es la capacidad de comprender que todo el mundo puede equivocarse, de aceptar que un error no es ninguna tragedia, es reconocer los errores cometidos y aceptarlos; es estar consciente que nuestro derecho termina donde principia el derecho de los demás; es en-tender que el principal objetivo de la vida es la felicidad; es comprender que somos los arquitectos de nuestro propio destino y que es equivocado echar a los demás la culpa de lo que nos pasa.

Por otro lado, la autonomía es quizás unos de los objetivos principales de la educación. El desarrollo de ésta, es un proceso que se da junto con la evolución de todos los demás aspectos de la vida.

Autonomía significa pensar y actuar por nosotros mismos y quien ejerce su autonomía es reflexivo y consciente, toma en cuenta diferentes puntos de vista y adopta con sentido crítico, el que más le convence, además, sabe distinguir la conducta aceptable de la que no lo es y tiene el valor de expresar sus convicciones y actuar de acuerdo con ellas.

126

La verdadera autonomía no puede estar separada de la responsabilidad, del respeto y la reciprocidad. Una persona autónoma no permite que los demás decidan por ella, actúa con libertad, pero también es responsable: toma en cuenta las consecuencias de sus acciones, se hace cargo de ellas y no culpa a otros de lo que le sucede. Reconoce con claridad sus nece-sidades reales y las satisface, pero también se interesa por el bienestar y derechos de los demás.

Todo ser humano recorre un largo camino para llegar a la autonomía. Ser autónomo no se logra de la noche a la mañana, ni tampoco es labor de una persona, es el trabajo largo a veces triste y en ocasiones gratifi-cante, sobre uno mismo, apoyados por el cariño y aceptación de las per-sonas que nos acompañan en el proceso de desarrollo a lo largo de toda la vida. Para tener plena libertad hay que aceptar las responsabilidades que le corresponden.

El camino de la dependencia a la independencia se transita con más tranquilidad si los cambios en los límites, expectativas y permisos siguen de cerca los progresos del niño y no se basan en ideas preconcebidas o factores externos. Un niño sobreprotegido se vuelve pasivo, miedoso y dependiente. No se atreve a adquirir destrezas nuevas, a intentar accio-nes que no ha probado ni a disfrutar los desafíos. Y quizás cuando no estén presentes sus maestros, se sienta perdido.

Educar para la autonomía supone que como maestros debemos esforzar-nos día con día para actuar con libertad, responsabilidad e independen-cia. En la medida que el niño se vuelve autosuficiente, estará listo para asumir su independencia. Dar y recibir, obligaciones y derechos, forman parte de una misma realidad, la realidad de la autonomía.

Una educación con autonomía y responsabilidad está basada en el res-peto, el amor y la comprensión y en dar al niño elementos de juicio para que, al hacerlo responsable, sea más capaz, más exitoso y más feliz.

Los valores, como la responsabilidad, la autonomía, no se han perdido: sólo hay que sacarlos a la luz como un tesoro que pertenece a todos y

127

que todos tenemos el derecho y la oportunidad de disfrutar no sólo du-rante la estancia en la primaria, sino durante toda la vida.

1.8. Las emociones cuentan

Las emociones son los sentimientos que designamos con nombres tales como amor, miedo, alegría, ira, angustia y sorpresa. Todas ellas van acompañadas de tensión y la necesidad de hacer algo para aliviar ésta, se pueden manifestar de diversos modos, como dar un puñetazo, comer, besar a una persona, lanzar un grito, o bien correr para ponerse a salvo de un peligro real. Las emociones constituyen el resultado de la interac-ción de los impulsos biológicos normales de la persona con los estímulos del medio que la rodea, entendiéndose por tal no sólo el mundo físico externo, sino también el cúmulo de experiencias –mundo interno– del individuo. La educación de las emociones es uno de los aspectos más importantes del desarrollo en todo ser humano.

Los psicólogos afirman que las emociones básicas de los niños en su primera infancia son el amor, el miedo y la ira; posteriormente al crecer el número de emociones aumentan así como los diferentes modos de expresarlas.

El amor es tan importante para el desarrollo de los niños que cursan la educación primaria como el alimento; necesitan lo mismo recibirlo que expresarlo. Es el fundamento de sus relaciones con sus padres, y deter-mina sus sentimientos de seguridad, confianza y esperanza respecto de la vida. El amor o la confianza vencen, casi siempre, sus temores.

Como las emociones formar parte de nuestro equipo humano básico, son, en sí mismas, absolutamente normales; matizan y dan el tono a nuestras vidas.

A partir de los años cincuenta, la psicología humanista con Carl Rogers a la cabeza, presta atención especial a las emociones y fue a partir de la década de los ochenta, especialmente en el ámbito anglosajón, se reto-mó el tema y se fueron multiplicando las investigaciones, los estudios y las experimentaciones desde la empresa, la terapia y la educación.

128

Las emociones están presentes en toda nuestra vida. Estamos tristes o nos sentimos felices en función de algo. Las relaciones interpersonales consti-tuyen un ámbito en el cual emociones y sentimientos median amistades y relaciones de compañerismo. Nos relacionamos más con las personas con las que nos sentimos más a gusto y aquí la importancia de “saber escuchar” porque a través de escuchar, se aprende a hablar con los alum-nos, se debe prestar atención sobre sus dudas y sus temores.

“Escuchar es algo que va más allá de la posibilidad auditiva de cada uno, es disponibilidad permanente por parte del sujeto que escucha para la apertura al habla del otro, al gesto del otro, a las diferencias del otro. Aceptar y respetar la diferencia es una de esas virtudes sin las cuales la escucha no se puede dar” (Freire, 1972, p. 115).

Un maestro autoritario que no acepta escuchar a sus educandos cierra todas las puertas de la creatividad, de la aventura. “Niega a sí mismo la participación en este momento de belleza singular, el de afirmación del educando como sujeto de conocimiento” (Ibídem, p. 119).

En años anteriores y hasta la fecha, se ha criticado al maestro en for-ma negativa por su desinterés hacia sus alumnos a los que por alguna situación incorrecta llevada a cabo dentro del salón de clases se le da aplicación a una misma sanción sin importarle el porqué de esa actitud, qué pasa con el niño, porqué esa alteración, porqué actúa así, qué hay detrás de esta reacción y en muchas cosas, ante las frecuentes llamadas de atención, regaños, amenazas, castigos, se ha perdido todo y se ha lle-gado a la agresividad física y verbal, en muchas ocasiones perdiendo los estribos para posteriormente sacar al educando del aula para continuar aplicando la planeación semanal como si nada hubiese pasado. Aquí, abro un espacio y me cuestiono: ¿les importará a los docentes el sentir del niño después de aplicar una amenaza o un castigo?; después de de-terminada sanción ¿el profesor dialoga con sus educandos para acordar reglas o reconocer lo que estuvo bien o mal?...

Hay situaciones en que la conducta del profesor puede parecer contra-dictoria a los alumnos. Esto sucede casi siempre cuando ejerce su auto-

129

ridad en la coordinación de las actividades de la clase. “A los alumnos les parece que él, se excedió en su poder. A veces, el mismo profesor no tiene certeza de haber realmente rebasado o no el límite de su auto-ridad”. (Freire, 1972, p. 100).

“En mi casa puros pleitos y problemas y llego aquí y deseo tran-quilidad en vez de tantos regaños de los maestros, que si porqué no hiciste la tarea, porqué no terminaste el trabajo, que si porqué peleaste con tu compañero…”.

Sic alumno de secundaria

“La profe se sale, si pasa algo yo soy el que tiene la culpa, si se pierde algo también, ojalá que un día venga de buenas y no me eche ya más la culpa de nada”.

Sic alumno de secundaria

En ambos ejemplos el estado emocional se ve expresado a través de sentimientos de odio, coraje, rabia, impotencia, mismos que no son externados en su momento, porque esto puede traer otras consecuen-cias.

Aquí retomo a Freire quien nos señala que en ocasiones nos deslizamos hacia formas libertinas de comportamiento y descubrimos de autoritaris-mo donde sólo hubo ejercicio legítimo de la autoridad; es algo similar como si comparáramos libertad y libertinaje.

No podemos utilizar como sinónimos libertad y autoridad; Durkheim nos dice:

“La libertad es fruto de la autoridad bien estudiada y decir “soy libre” no significa hacer lo que uno quiera y llegar al libertinaje, por el contrario, es cumplir con nuestro deber actuando razonable-mente; para él, la autoridad del maestro es “sólo una faceta de la autoridad del deber y de la razón..., el niño debe estar ejercitado a reconocerla en la palabra del educador y a someterse a su as-cendiente: con esa condición sabrá, más tarde, volver a hallarla en

130

su conciencia y a remitirse a ella” (Educación y Sociología, citado en Kitaoka [2004] pp. 71 y 72).

Bourdieu, nos dice que toda enseñanza en la escuela, o en el hogar, descansa en la autoridad. La gente debe aceptar el derecho de aquella persona que tiene autoridad a hacer o decir cosas, o de otro modo esta autoridad se desvanece. Es así como en la escuela los alumnos han de aceptar el derecho del profesor a decirles lo que han de estudiar. Esto tiene una serie de implicaciones para el profesor, debido a que cuenta con una serie de límites sobre lo que legítimamente puede enseñar.

Aunque Bernstein, lo maneja como teoría de códigos lingüísticos, Bour-dieu, lo aborda de diferente manera, nos dice que los profesores siempre tienen en cuenta el lenguaje que utilizan sus alumnos; utiliza terminolo-gías como “autoridad pedagógica impuesta”, “violencia simbólica”, “ar-bitrariedad cultural”, “capital cultural”, “legitimidad o control simbóli-co”, los cuales ha difundido mucho en sociología de la educación.

Las emociones en la educación básica juegan un papel esencial y es im-prescindible que todo docente las retome; trate de conocer a sus educan-dos durante el trayecto del ciclo escolar no para etiquetarlos, sino para brindarles confianza, respeto y cariño.

Lo que se aprende en la escuela puede tener un recuerdo positivo o negativo imborrable a través de los años, por ello, como docentes se debe crear en todo momento dentro y fuera de clases un ambiente cáli-do, cordial y de cooperación para una “educación de calidad, para una educación para la vida”.

1.8.1. La autoestima-identidad en los niños

La autoestima está estrechamente relacionada con la identidad; todo ser humano no sólo construye un concepto y una imagen propia, sino que busca estar a gusto con ellos, necesita apreciar y disfrutar la manera de ser que los caracteriza. Ese aprecio es llamado autoestima. El valor que nos damos a nosotros mismos es la autoestima; es conocernos, aceptar-

131

nos y querernos, es estar contentos con lo que hacemos y con lo que somos. La autoestima nos hace sentir que podemos lograr lo que nos proponemos y que tenemos algo que ofrecer a los demás. Una persona con autoestima alta se siente segura de sí misma, aprecia sus talentos y también reconoce sus limitaciones. No se compara con los demás ni requiere la aprobación ajena para sentirse bien.

Los niños con una autoestima positiva aprenden con mayor eficacia, desarrollan relaciones más profundas y satisfactorias, se sienten más se-guros y capaces de aprovechar las oportunidades, trabajan más produc-tivamente, son autosuficientes y tienen mayor claridad en sus objetivos y metas.

Por lo contrario, existen docentes que con frecuencia utilizan los insultos con sus educandos y aunque para ellos es sólo un decir o una llamada de atención, a los niños esto les afecta, y al escuchar con frecuencia “eres malo”, “eres muy tonto”, “ahí viene el cochino de la escuela”, son frases despectivas que lo etiquetan, empobrecen el concepto de sí mismo y ba-jan su autoestima, lamentablemente estos conceptos quedan o se repiten en varias ocasiones durante toda su estancia en la primaria, secundaria o bachiller. La humillación jamás educará, y al igual, se debe evitar la burla y el menosprecio.

Los chantajes emocionales no ayudan al educando a tener un buen con-cepto de sí mismo, ellos se asustan y se sienten culpables cuando escu-chan frases como “estoy triste porque no hiciste la tarea”; “me voy a enfermar de tantos corajes que me haces pasar”; cuando crezca, dejará de tomarlas en serio porque sabe que son falsas.

Considero que el sentirse querido y respetado, establece relaciones cer-canas y satisfactorias, por ello, los niños manifiestan abiertamente sus emociones y pensamientos sin buscar ser el único centro de atención; escuchan a otros compañeros y comprenden puntos de vista distintos a los suyos; son sensibles a las necesidades de los demás y están dispuestos a ayudar en el momento que se les requiera.

132

Cuando el niño se encuentra en el preescolar y primaria es fundamen-tal cuidar su autoestima porque su personalidad está en formación, se necesita reforzarla constantemente porque se encuentra en una etapa de desarrollo en el que forma su identidad y define sus cualidades.

La identidad está estrechamente relacionada con la autoestima.

“Como adulto no soy el mismo que cuando era niño o adolescen-te. En casa no soy el mismo que en la escuela o entre los amigos. Y, sin embargo, a pesar de esta naturaleza polimórfica y cambiante de la identidad personal, también experimentamos una uniformi-dad permanente en el centro de nuestro ser. Esta uniformidad da continuidad a nuestro carácter. El niño se hace joven, el joven adulto, el adulto se hace mayor, pero las influencias de nuestra ju-ventud y especialmente, las de nuestros padres y profesores dejan sus efectos” (van Manen, Max, 1998, pp. 38-39)

Los niños al igual que toda persona necesitan sentir que pertenecen y tienen un lugar especial en su familia, la cual debe ser importante e in-sustituible; deben tener la seguridad de que el amor que se les brinde no depende de lo que hagan sino de lo que son; de que, aunque se les pon-gan límites y en ocasiones se les rechace su conducta, contarán con un apoyo incondicional, el cual sabrán que habrá disposición para hablar o dialogar con ellos, para apoyarlos y acogerlos con cariño.

El amor es el ingrediente esencial de una familia armoniosa, de una es-cuela que educa para la vida, es el mensaje más significativo que el niño necesita recibir de sus padres y maestros, esto les da seguridad y con ella, se sienten únicos y valiosos, hábiles y capaces de hacer bien las cosas y de afrontar responsabilidades.

La autoestima se refuerza cada vez que se intenta conseguir algo, aquí la importancia de que padres y profesores animen al niño a enfrentar las dificultades y ofrecerles las oportunidades y recursos que le permitan influir sobre su vida de una forma positiva.

133

Si le evitamos o se le da resolución a sus problemas, si se le sobreprotege o se le limita, jamás podrá tener la experiencia gratificante y formativa de conseguir las cosas por sí mismo, y se sentirá cada vez más inseguros en lo que realice. En cambio, cuando se le ayuda a templar su carácter y su voluntad, a desarrollar la paciencia, perseverancia y autodisciplina, podrá superar los errores y las frustraciones hasta conseguir lo que se ha propuesto.

Si el niño tiene un concepto positivo de sí mismo ganado con su propio esfuerzo, será más fácil que se entusiasme con nuevos proyectos, que pueda desarrollar ideas, inventar y crear; una buena autoestima podrá entrar en la vida adulta con buena parte de los recursos necesarios para llevar una vida productiva, amorosa y satisfactoria.

1.9. La comunidad educativa

El contexto educativo es en sí el escenario que se caracteriza por la delimitación que un grupo social hace de los objetivos y actividades que pueden o deben realizarse así como por las particularidades del espacio físico donde se lleva a cabo la interacción maestro-alumno, alum-no-alumno, en este caso, se hace referencia a la escuela, específicamente el salón de clases. La función de los escenarios y las actividades o tareas que constituyen el contexto educativo, consiste en aumentar o disminuir la probabilidad de que los educandos desarrollen determinados tipos de comportamiento, por ello, la comunidad educativa, debe estar al pen-diente de todo lo que acontece en su contexto, de todo lo que se lleva a cabo dentro y fuera del salón de clases; directivos, maestros, personal administrativo, deben sumar y redoblar esfuerzos para que la estancia de sus educandos en la escuela sea grata y plena en todas sus actividades.

1.9.1. El quehacer de los padres de familia

Los padres de familia durante muchas generaciones han sido defensores apasionados del proverbio “la educación principia en el hogar”. Esto es tan cierto hoy como lo fue siempre. Un niño pequeño que se deja actuar con cierta independencia, principia a educarse a sí mismo cuando inves-

134

tiga las características de todo lo que ve. Al tocar, observar y percibir in-cluso el sabor de un libro, silla, empieza a formarse una idea del mundo circundante. Muchos profesores opinan que el propósito fundamental de la educación es el de dar a cada niño un modelo mental del mundo, tan exacto como sea posible.

Los padres desempeñan un papel principal en la educación de sus hijos, primeramente, su amor y comprensión le proporcionarán la sensación de seguridad que necesita para aprender. En segundo lugar, cuando pla-tican con su hijo, relatan cuentos, juegan con él, lo estimulan a emplear con más propiedad las palabras necesarias para expresar sus sentimien-tos, así como a acostumbrarse a pensar con palabras. Esto es fundamental porque se considera uno de los principales pasos del proceso educativo.

Aunque algunos padres no comprenden la forma en que razonan o ac-túan sus hijos o su dificultad para entender lo que ven y oyen, muchas autoridades creen que el mayor obstáculo contra el aprendizaje en las escuelas primarias es el temor. Temor a ser objeto de la desaprobación de los padres y maestros, temor de parecer torpe, temor al fracaso. Los niños en ocasiones se obsesionan a tal punto que no les queda tiempo ni tranquilidad para concentrarse en sus estudios.

Todos los niños anhelan y necesitan que sus papás y maestros se intere-sen por ellos y los animen; pero si estos dan mayor importancia a las ca-lificaciones o al número de palabras que éstos pueden deletrear correc-tamente, en vez de fijarse en sus progresos respecto al arte de razonar con propiedad, sus estímulos resultarán más dañinos que beneficiosos.

Si el proceso educativo llega a convertirse para el niño en una lucha continua, que le haga pensar en la posibilidad de perder el amor y la aprobación de sus padres, compañeros y maestros, la angustia que esto le provocará será un estorbo para el progreso de su educación.

La mejor actitud que los padres de familia en conjunto con los profesores deben adoptar, consiste en combinar la comprensión con el respeto. Los conceptos y opiniones del niño deben ser escuchados con interés, lo que

135

dará por resultado, que los padres se enteren mejor de cómo razona el pequeño y de cuáles son sus convicciones.

Un niño cuyos padres ponen buen cuidado en oírlo y en conversar con él, concluirá que sus opiniones tienen importancia y no es probable que llegue a considerarse tan poca cosa que se cohíba para exteriorizar sus pensamientos.

El ambiente familiar en el que crece y se desarrolla el niño durante su infancia, es determinante para su posterior formación. En este periodo se convierte en el niño activo, enérgico que en sus esfuerzos por desa-rrollarse a menudo somete a duras pruebas la paciencia de sus padres y provoca repetidas advertencias, prohibiciones y regaños, misma que en cada hogar se lleva a cabo según los límites o reglas establecidas.

Los padres de familia enseñan a sus hijos con el ejemplo de su propia vida. Los niños aprenden normas, valores y comportamientos cuando observan la forma de actuar de sus padres, en la forma de tratarse unos a otros, de expresar sus sentimientos, de poner límites y atender las necesi-dades de los demás, de manifestar cariño, de hacerse responsable y com-prometerse con otros y con la comunidad. Ser un modelo para sus hijos es una gran responsabilidad y un esfuerzo constante que exige revisar las creencias y costumbres que han pasado de generación en generación, superar las dificultades, controlar impulsos y tener la firmeza de lo que se quiere lograr con los hijos y una buena educación. El niño desarrolla una confianza básica en sí mismo y en los demás que se ve influida por el cuidado y el afecto que recibe de sus padres. Las experiencias en cada año de su vida lo preparan para aprender a vivir con otras personas, en la familia, en la escuela y en la comunidad, por ello, la buena orientación y apoyo de los padres es imprescindible en todo momento.

1.9.2. ¿Educación o buena educación?

En diversas ocasiones se comentan dos expresiones que a primera vista pueden parecer iguales: “educación” y “buena educación”.

136

Por educación se entiende aquel proceso extremadamente completo que empieza en el nacimiento y continúa durante la infancia y la adoles-cencia, gracias al cual el niño aprende a desarrollar, de la mejor de las maneras, sus capacidades físicas, intelectuales y afectivas, así como a establecer y a mantener relaciones con los demás. Es el lento y extraor-dinario proceso por el que el niño se prepara para entrar en la sociedad de los adultos.

La buena educación, en cambio, es aquel conjunto de “maneras de hacer”, las buenas maneras que constituyen el conjunto de reglas del comportamiento aprendidas de los demás por enseñanza directa o por imitación. Estas buenas maneras no tienen un valor absoluto, ni son constantes en el tiempo, varían de una época a otra, de un país a otro, e incluso de una región a otra.

En el siglo pasado los niños hablaban con los mayores sólo cuando se les preguntaba; hoy en día es agradable escuchar el vivo y espontáneo parloteo de los niños cuando cuentan sus pequeñas y grandes aventuras, e incluso juzgamos deseable que muestren con nosotros una franqueza que en otro tiempo hubiera sido inimaginable.

Al hablar de educación y buena educación, se comprende que la se-gunda es una parte de la primera y que quizás es una parte esencial e importante. Las reglas del saber vivir, los llamados buenos modales son importantes debido a que hacen más fáciles las relaciones con otras per-sonas. Aquí el interés de ocuparnos y preocuparnos de los verdaderos sentimientos y de la personalidad del niño, en vez de enseñarle simple y mecánicamente los comportamientos, si se le enseña como un robot, sin ninguna participación a la primera ocasión olvidará estas enseñanzas, o bien las seguirá adoptando como algo totalmente ajeno a sí mismo.

Es más importante y útil darse cuenta de los verdaderos sentimientos del niño hacia los demás, en vez de inculcarle fórmulas rígidas y fijas. Se le puede pedir algo con cariño pero firmemente, determinadas cosas a su vez, pero no debemos exigirle cosas fuera de lugar, que no tengan ningún sentido para él.

137

Más que una enseñanza directa y verbal de las fórmulas rígidas y fijas “haz esto”, “no toques aquello”, “saluda bien”, ”compórtate como es debido”, que repetidas continuamente, acaban ignorándolas, para ello es mejor una enseñanza indirecta, transmisible a través de la atmósfera de una familia, de sus maestros y del ejemplo de sus miembros.

Un niño habituado a vivir entre personas que verdaderamente se res-petan y que se tratan con auténtica cortesía aprende a comportarse de la mejor manera. La educación verdadera no acaba en la enseñanza de una serie de buenas maneras, sino que consiste en guiar al niño para que su crecimiento se desarrolle armoniosamente, sin muchas dificultades; educarle significa ayudarle a desarrollar y a usar con satisfacción y de forma constructiva su inteligencia, su afectividad, su sentido social y sus diversas capacidades.

Educar a un niño significa, ante todo, ayudarle con tacto e inteligencia a transformarse en una persona libre y autónoma. Recordemos siempre que educar, deriva del verbo latino educere que significa conducir hacia afuera; quiere decir estimular, enriquecer en todos los aspectos la perso-nalidad del niño y no limitar, comprimir o empobrecer.

La buena educación son aquellas acciones que se realizan por costum-bre, siempre de la misma manera, son instrumentos útiles para organizar la vida familiar y para saber qué podemos esperar en una determina-da situación. Al formarla se crean espacios de libertad, se satisfacen las necesidades de acuerdo con cierta organización, siguiendo un orden y un horario establecido. Cuando se hace algo de la misma manera, a la misma hora y en el mismo sitio una y otra vez, se acaba por realizarlo de manera automática, sin esfuerzo. Ya no se tiene qué pensar y decidir todos los días las mismas cosas. Las rutinas estructuran las actividades y ayudan a alcanzar las metas diarias, así mismo dan la libertad de utilizar la energía y el tiempo en lo que más nos guste o interese. Una buena educación no es difícil, sino mantenerla, cuando se ha decidido la forma que se dará a las actividades familiares, cuáles son los horarios de las comidas o de salir es importante ser firmes y constantes. Algunos niños tienen facilidad para regularse a sí mismos, otros necesitan ayuda.

138

Durante la primera infancia es cuando se establece, desarrolla y se fija una buena educación, su práctica y constancia será para el resto de nues-tra vida. La conducción y estímulos que los maestros brindan a sus alum-nos, les ayudará a descubrir y crear sus anhelos, valores y hábitos que años más tarde le servirán para saber cómo deben actuar y lo que desean hacer. Aunque los padres de familia son un elemento clave en el desa-rrollo de actitudes, destrezas y aptitudes de sus hijos, son los primeros responsables de establecer reglas dentro y fuera del hogar. Reglas que posteriormente se convertirán en hábitos. Para lograr las metas que se propongan es esencial mantener una buena comunicación con todos los miembros de la familia; todos somos seres que dependemos desde pe-queños de hábitos, tradiciones y costumbres acordes con nuestra familia, comunidad y entorno.

La vida en todos sus diversos y múltiples aspectos es ahora muy diferen-te de lo que era durante nuestra infancia, por ello es imprescindible la comunicación que los padres de familia hagan con los docentes, “une la-zos” para una mejor disposición, entrega al trabajo, confianza, apertura, por la cual el alumno al ser testigo de ello, empatiza con su maestro y se propone en ocasiones a dar su mayor esfuerzo.

La presencia de nuestros educandos, el apoyo, la colaboración y comu-nicación de los padres de familia y maestros, el personal administrativo en la escuela es uno de los ejes rectores en el proceso educativo así como el Artículo 3º de nuestra Constitución como fundamento del derecho humano a una educación de calidad con equidad para la vida.

139

concluSión

Indudablemente el Artículo 3º de nuestra Constitución se fundamenta del derecho humano a una educación laica, gratuita, obligatoria y de calidad con equidad.

Es imprescindible conocer las modificaciones que se llevan a cabo a este artículo y difundirlas en el magisterio.

La educación en su forma institucionalizada, no es un fenómeno social aje-no a problemáticas, por el contrario, es el lugar quizás donde todavía hay mucho por conocer y aprender muy en especial en el salón de clases. El buscar soluciones a la problemática diversa que se presenta actualmente, nos lleva a analizar la teoría y la práctica desde varias perspectivas.

La escuela siempre será el hogar de muchos educandos.

Un buen liderazgo directivo, contribuye al fortalecimiento de su perso-nal docente y comunidad educativa.

En el estilo docente se revela la manera en que el maestro se apropia de la reforma o se resiste a ella; es un conjunto de hábitos, tradiciones, formas de actuar y de realizar la función que le compete a partir de un repertorio de saberes formalizados y prácticos que son puestos en ope-ración. Cuando un equipo docente se propone cambios que signifiquen mejorar la calidad de su acción educativa, se enfrenta también a un reto de formación y mejora de su capacitación profesional.

El manejo y conocimiento de planes y programas por parte del maestro es elemental en todo nivel educativo.

140

El profesor debe ser competente, tener la capacidad de enseñar, de dar-se a respetar, quien está motivado y es entusiasta en lo que realiza y se desempeña, despierta el interés por aprender.

En torno al papel de la formación de los maestros, se demanda una for-mación permanente para que puedan dar respuesta a las nuevas deman-das de su alumnado y del centro escolar en general. El uso y manejo de las TIC es fundamental en este siglo XXI.

Los docentes que gozan de buena salud mental, favorecen y enrique-cen el proceso educativo. La educación en emociones, sentimientos y valores, debe ser incorporada a los procesos curriculares de objetivos, contenidos y estrategias que permitan a los alumnos expresar sus emo-ciones, tomar conciencia de sus sentimientos y asumir actitudes y valores de respeto mutuo.

Cuando se cuenta con el apoyo íntegro de los padres de familia, el tra-bajo educativo se fortalece.

Los educandos aluden como buen maestro a quien les imparte con cla-ridad los temas nuevos, les explican si no le entienden y sobre todo son flexibles en el trabajo aúlico y recuerdan con cariño a aquellos profeso-res que los comprenden, los estimulan, les demuestran que los quieren y les tienen confianza.

Ser maestro es un reto y quienes tenemos la fortuna de este gran privi-legio, debemos dar siempre lo mejor de lo mejor en todos los aspectos, buscar la preparación constante, la superación profesional, pero sobre todo la calidad humana, que en este momento “hay crisis” de ella, olvi-damos que por más sabiduría que se tenga, seguimos siendo personas, convivimos con individuos de todo tipo y una sonrisa, un gesto óptimo, un gracias, un ánimo, pueden llevar a muchos a salir de una depresión o de un momento crítico en su vida. Hagamos de la docencia como el agua a nuestro organismo, llena de gozo y plenitud, abriendo causes no sólo por un lapso o momento, sino educando para la vida, educando con calidad y con equidad.

141

bibliografía

Aiello, M. y Olguín, B. (1998). Las estrategias de enseñanza y de aprendizaje en el aula. Ethos Educativo, pp. 57-68.

Aldrete de Ramos, M. T. (2000). Para educar mejor. México: Minos.

Barba, Martín, L. (2002). Pedagogía y relación educativa. México; UNAM.

Becker, M. (1989). Didáctica: una disciplina en busca de su identidad. Sao Paulo: Universidad de Minas Gerais.

Bertolotto, G. (1997). Programación neurolingüística. México: Diana.

Betancourt, J. Recio, H. (2001). Fábrica de frases. México: Ceicrea.

Biehler, R. F. (1983). Introducción al desarrollo del niño. México: Diana.

Biehler, R. y Snowman, J. (1992). Psicología aplicada a la enseñanza. México: Limusa.

Carrizales, C. (1984). El filosofar de los profesores. México: Línea.

Castilla del Pino, C. (2000). Teoría de los sentimientos. Barcelona: Tusquets.

Coll, C. (1993). Psicología interconductual. Avances en la investigación tecnológica. México: Universidad.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (2016).

142

De Bono, E. (1996). Seis sombreros para pensar. Barcelona: Granica.

Díaz Barriga, A. (1982). Problemas y retos del campo de la evaluación educativa, en perfiles educativos. Núm. 15. México: CISE-UNAM.

Díaz Barriga, F.; Hernández Rojas, G. (1998). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo, una intervención constructivista. México: Mc-Graw-Hill.

Diccionario ilustrado Larousse (1997). México. Larousse.

Enciclopedia de Reader’s Digest (1998). Tomos I y II. México.

Faber, A.; Mazlish, E. (2001). Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen. México: Diana.

Fierro, C., et al. (2002). Transformando la práctica docente. México: Paidós.

Gardner, H. (1998). La educación de la mente y el conocimiento de las disciplinas. México: Paidós.

Gimeno, S. (1993). Comprender y transformar la enseñanza. Madrid: Morata.

Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Barcelona: Paidós.

González Garza, A. M. (1998). El enfoque centrado en la persona. México: Trillas.

Harris, P. (1989). Los niños y las emociones. Madrid.

Huberman, S. (1996). Cómo aprenden los que enseñan. Buenos Aires: Aique.

Kitaoka Vizcarra, A. (2004). Antología del seminario sociología de la educación. México: UPN.

Marina, D. (1998). Todos somos maestros. México: Grad.

143

Martínez Beltrán, J. M. (1994). La mediación en el proceso de aprendizaje. Ma-drid: Bruño.

Martínez, D. (1992). El riesgo de enseñar. México: Fundación SNTE para la Cultura del Maestro pp. 59-60.

McLaren, P. (1984). La vida en las aulas, una introducción a la pedagogía crítica en los fundamentos de la educación. México: Siglo XXI.

Palacios, N. (1989). Corazones, no cabezas. México.

Pérez Rocha (1988) Educación y desarrollo. México: Trillas

Philiphs W. J. La vida en las aulas. Madrid: Morata.

Piaget, J. (1936). La formación del símbolo en el niño. México: Fondo de Cul-tura Económica.

Rogers, C. (2001). El proceso de convertirse en persona. México. Paidos.

Staton, T. (1988). Cómo estudiar. México: Trillas.

Trianes, M. V. y Fernández-Figarés, C. (2001). Aprender a ser persona y a convivir. Bilbao: Descleé de Brower.

van Manen, Max. (1998). El tacto en la enseñanza. España: Paidós.

Villoro, L. (1984). Creer, saber, conocer. México: Siglo XXI.

Vygotski, L.S. (1985). Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires: La Pleyade.

la eScuela pública y la educación pública

(VíaS del deSarrollo de méXico)Miguel Jiménez González

147

introducción

El Artículo 3ª Constitucional tiene sus orígenes en la lucha que nuestro país a lo largo de su historia ha enfrentado por brindar una educación social y humanista a todos sus habitantes. Este principio básico es fun-damental en el desarrollo de cualquier pueblo, porque a través de la educación se podrán solucionar muchos de los problemas actuales que sufre nuestra nación.

Un país con una visión educativa humanista, social, equitativa, pública, nacional, laica y justa, nunca perderá su rumbo como pueblo y ante todo con la existencia de la escuela pública que promueva estos principios y valores en sus educandos a lo largo de su historia y del tiempo.

Los nobles ideales y principios del Artículo 3º, deben ser rectores del ideario político del Estado, jamás deben perderse ante los embates de fuerzas obscuras que tratan de denigrar a la educación y promueven la desaparición de la escuela pública, sino que al contrario, deben pro-moverse, inculcarse y practicarse en los educandos. Con esto la propia escuela pública justifica su existencia, por lo cual se le debe apoyar, enriqueciéndola, fortaleciéndola, dignificándola, introyectando en los alumnos, maestros, directivos y todo el personal, la importancia que tie-ne esta institución, su función, sus objetivos, sus metas y su razón de ser y existir para que la educación que se imparta en ella, sea de calidad y se desarrolle en todos sus elementos que la conforman una visión de mejora, de pertenencia y servicio hacia la sociedad, permitiendo así que la escuela pública, reviva con nuevos bríos y sea un verdadero agente de cambio y mejora para nuestro país, justificando así su existencia y no su desaparición.

148

Porque al privatizarla se perderán los más nobles ideales plasmados en el Artículo 3º Constitucional. Debido a que la escuela privada es un ne-gocio, que ve con signo de pesos a los alumnos y su finalidad principal es obtener ganancias económicas, porque al final de cuentas es una em-presa que busca que su inversión sea redituable. Además la formación del alumno se basa y se enfoca en medir el éxito de la persona con la obtención de un mejoramiento económico y monetario individual. En cambio la escuela pública a través de la filosofía del Artículo 3º busca siempre el desarrollo armónico de la personalidad del educando en to-das sus facetas, pero con la visión de servicio a los demás, la solidaridad, el amor a la patria, la justicia, la equidad, el respeto y la libertad. Esto es más importante en la formación del individuo, más que obtener un mejoramiento económico individualista, aunque sabemos perfectamente que cuando una persona se educa con una visión de servicio y humani-tario, la prosperidad en todos sus sentidos se da por añadidura. Además las escuelas al privatizarse, entrarían en el juego de la oferta y la deman-da, corriendo el riesgo de que la educación se ponga en manos del mejor postor y de fuerzas económicas que buscan su propio beneficio y no el beneficio común de toda una nación, perdiendo así los ideales por los cuales fue creada la escuela pública.

El origen del Artículo 3º se basa en los derechos y garantías individuales más elementales que nuestro país a lo largo de su proceso histórico ha tratado de lograr cimentar en la sociedad que lo conforma. Entre ellos el derecho a una educación basada en la libertad y la conciencia de la justicia, así como de la equidad y la democracia de sus habitantes.

A lo largo de la historia de nuestro país, ha habido confrontaciones entre grupos que persiguen fines distintos con respecto a la educación, pero afortunadamente tras luchas encarnizadas se logró la consolidación de nuestra nación, teniendo como rectoría la creación y el establecimiento de una Constitución que nos rige actualmente. En ella se manifiesta el ideario político, filosófico, social y humanista sobre los objetivos que deben guiar a la educación impartida en las escuelas públicas regidas por el Estado. ¿Por qué por el Estado?, porque el Estado es el represen-tante máximo de nuestro país y él tiene la tarea, capacidad y obligación

149

de introyectar a través de la escuela pública toda su ideología y visión a futuro con la finalidad de lograr una identidad propia, nacionalista, que nos permita desarrollarnos, identificarnos e incursionar en el mundo moderno con nuestra propia idiosincrasia y sentido de pueblo único, con una gran historia cultural con el fin de convivir armónicamente y alcan-zar el desarrollo económico, científico y tecnológico para que la mayoría tengamos un bienestar común, sin imitar a nadie, siendo originales y trascendentes en este mundo globalizante.

La escuela pública mexicana con el Artículo 3º como guía, tiene la fa-cultad de transmitir a los educandos todo el bagaje cultural heredado de nuestro pasado y que nos ha hecho transcender en la historia, sin imitar modelos educativos que no corresponden a nuestra ideología e identi-dad nacional.

La escuela pública es después de la familia el principal agente sociali-zante que debe despertar la conciencia del educando como un ser social antes que individual, un ser que pertenece a un grupo y que ese grupo al que pertenece tiene normas y reglas que se deben respetar para convivir pacíficamente. El educando que egrese de una escuela pública debe entender que es un ser que debe servir a los demás antes que a él mis-mo, debe tener la capacidad de solucionar los problemas de su entorno, tener un gran respeto y aprecio por la vida humana y ante todo buscar siempre el bienestar común y posteriormente de él mismo.

Espero que el contenido de este ensayo, despierte la conciencia de quie-nes pensamos y creemos que la educación que se imparte en la escuela pública tiene valores universales que no debemos perder de vista, más bien reafirmarlos e inculcarlos a las nuevas generaciones de alumnos para que éstos, sean los verdaderos agentes de cambio que requiere nuestro país para lograr resolver los problemas más apremiantes que le aquejan. Actualmente se requiere de una escuela pública fuerte, digna, orgullosa, reformada, revalorizada, de calidad y sobre todo con una identidad pro-pia que le permita trascender en su labor educativa y robustecerse ante los cambios tan radicales que ha venido sufriendo la sociedad.

151

deSarrollo

La educación ha variado infinitamente según las épocas y según los paí-ses. En las ciudades griegas y latinas la educación formaba al individuo para que se subordinara ciegamente a la colectividad, para que se con-virtiera en elemento de la sociedad. Hoy se esfuerza para hacer de él una personalidad autónoma. En Atenas se trataba de formar espíritus delicados, alertas, sutiles, enamorados de la mesura y de la armonía, capaces de gustar la belleza y las alegrías de la especulación pura. En Roma se quería ante todo que los niños se convirtiesen en hombres de acción, apasionados por la gloria militar, indiferentes a lo que concierne a las letras y a las artes. En la Edad Media, la educación era por sobre todo, cristiana; en el Renacimiento toma un carácter más laico y más literario; hoy la ciencia tiende a ocupar en ella, el lugar que antaño ocu-para el arte. ¿Se dirá que el hecho no es el ideal; que si la educación ha variado, es porque los hombres se han engañado con respecto a lo que ella debería ser? Si la educación romana hubiera estado marcada por un individualismo comparable al nuestro, la ciudad romana no hubiera podido sostener la civilización latina, no hubiera podido construirse en consecuencia, tampoco nuestra civilización moderna que, en parte, des-ciende de ella, las sociedades cristianas de la Edad Media no hubieran podido vivir si hubieran concebido a la educación como algo individual y no como un producto de la sociedad. ¿De qué puede servir una educa-ción que sería mortal para la sociedad que la pusiera en práctica?

Pero de hecho cada sociedad, considerada en un momento determina-do de su desarrollo, tiene un sistema de educación que se impone a los individuos con una fuerza generalmente irresistible. Es vano creer que podemos educar a nuestros hijos como queremos. Hay costumbres y tradiciones que estamos obligados a aceptar; si nos apartamos de ellas

152

demasiado gravemente, se vengan sobre nuestros hijos. Éstos cuando llegan a ser adultos, no se encuentran en condiciones de vivir entre sus contemporáneos, con quienes no están en armonía. Que hayan sido edu-cados según ideas arcaicas o demasiado prematuras, no importa; tanto en su caso como en el otro, no son de su tiempo y, en consecuencia, no están en condiciones de vida normal. Hay, pues, en cada momento, un tipo regulador de educación del que no podemos apartarnos, ya que van inherentes con nuestra propia sobrevivencia y armonía con los demás.

Ahora bien, las costumbres, las tradiciones, los valores y las ideas que determinan el tipo de educación; no somos nosotros individualmente, quienes las hicimos, son el producto de la vida en común y expresan las necesidades de la misma. Son incluso, en su mayor parte, obra de las generaciones anteriores. Todo el pasado de la humanidad ha contribui-do a hacer ese conjunto de máximas que dirigen la educación de hoy, toda nuestra historia ha dejado ahí sus rastros, e incluso la historia de los pueblos que nos han precedido.

Cuando se estudia históricamente la manera como se han formado y desarrollado los sistemas de educación, se ve que ellos dependen de la religión, de la organización política, del grado de desarrollo de las ciencias, del Estado, de la industria, etc., si se les separa de todas esas causas históricas y sociales, se vuelven incomprensibles. ¿Cómo puede el individuo, por tanto, pretender reconstruir, por el solo esfuerzo de su reflexión privada, lo que no es obra del pensamiento individual? Es así como surge la concepción de una educación pública, en manos del Esta-do, que sea capaz de promover una educación de trascendencia basada en los valores universales y no una educación privatizante que se venda al mejor postor y que tenga como ideología la obtención de beneficios para grupos reducidos de la sociedad que sólo visualizan a la escuela como un negocio y no como un agente de cambio que busca ante todo el bienestar común de toda una sociedad.

La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que no están aún maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el individuo, determinado número de estados físicos, inte-

153

lectuales y morales que reclaman de él, por un lado la sociedad política en su conjunto, y por otro, el medio especial al que está particularmente destinado. Por tanto la escuela juega un papel determinante en la forma-ción social de cualquier individuo. A través de la educación todas las sociedades se perpetúan y existen en el tiempo, por lo cual la educación pública jamás debe perder esta función esencial y en la actualidad debe-mos darle su real valor.

La educación como hecho, posee un sentido humano, social e históri-co. Consiste en un proceso por obra del cual las generaciones jóvenes adquieren los usos, costumbres, los hábitos, experiencias, las ideas y convicciones, así como el estilo de vida de las generaciones adultas, en este sentido la escuela pública, ha jugado un papel esencial en la historia de las distintas sociedades.

La educación de cada época y lugar es una proyección de un estilo de vida, pertenece por necesidad a cierta unidad histórico-cultural. La unidad histórica es un conjunto de sucesos ocurridos dentro de cada sociedad.

La historia de la educación, ligada a la escuela pública, se construye en unidades cronológicas y en estas unidades es importante: delimitar, describir, explicar, narrar, analizar, criticar y reflexionar, pero al mismo tiempo hacer los nexos de los hechos históricos con la sociedad en que suceden. La historia de la educación en nuestro país ha pasado por dis-tintos procesos y etapas con concepciones y objetivos diferentes, pero que al final siempre buscaban la trascendencia del fenómeno educativo a través de la filtración en el alumno de valores universales que todavía se practican en el mundo actual, porque la sociedad moderna está cons-ciente que existen valores que no se pueden dejar de transmitir porque si no se hace así, el mundo está destinado a una total decadencia, como en algunos países se está viendo, así que no nos queda otra alternativa que retomar los valores universales y entender que la educación pública es el único camino a través del cual podemos superarnos y revalorizarnos como personas, como lo hicieron nuestros antepasados y que de ellos aún seguimos practicando, utilizando y reconociendo todos los cono-

154

cimientos que nos heredaron. En México la educación ha pasado por varias etapas históricas, las más importantes han sido:

a) Educación prehispánica. “Antes de la Conquista española, exis-tían en nuestro país una gran cantidad de pueblos, los cuales basaban los principios de su educación en el respeto a las costumbres y su carác-ter era totalmente tradicionalista, cuyos ideales eran bélicos y religiosos; pero sobre todo su esencia fundamental residía en transmitir: la cultura del pasado y cuya finalidad política era la de perpetuar la justificación de la existencia de distintas clases sociales”.1

Podríamos decir que al reflexionar en estas ideas la escuela prehispánica, ya tenía una razón de ser y que quizás es aquí donde tiene su origen la educación pública, con una función social ya establecida. Con valores como las tradiciones, las costumbres, el respeto a los adultos, a la familia, al pueblo al que se pertenecía, un gran fervor por los aspectos religiosos, amor a la naturaleza y ante todo un gran sentido de pertenencia al grupo en que se nacía.

b) La educación confesional. “Después de la Conquista española y durante el gobierno virreinal, pero con cierto trasfondo de ideal religio-so, se establece en México (Nueva España) Una educación meramente eclesiástica, la cual se extiende hasta la época de independencia”.2

La civilización europea trajo al nuevo mundo el nacimiento de insti-tuciones educativas con un corte profundamente religioso, La religión en esa época formaba parte esencial en la concepción que tenía la sociedad del mundo y la vida. Pero era una educación cerrada, ba-sada únicamente en los fines e ideales religiosos, justificadora de la humildad y la pobreza, enseñando a través del temor, una educación excluyente para quienes no profesaran la religión católica, una educa-ción en donde se impartían conocimientos que al clero le convenía, en ella no tenía cabida la educación crítica, científica y anticlerical. Su educación promovía el servilismo a grupos minoritarios de poder y el mantenerse en éste era el único fin de su educación. En esta época no estaba permitida una educación laicista, menos una educación pública

155

en manos del Estado. La educación era manejada e influenciada en su totalidad por grupos de religiosos, que únicamente buscaban mantener sus privilegios de poder y perpetuarse en la conciencia del pueblo a través del temor a Dios y de una serie de fanatismos, que no permitían el desarrollo y bienestar común del pueblo. Este tipo de educación, todavía se sigue manejando en algunos colegios particulares en manos de religiosos, por eso mi insistencia en que en México, jamás debe-mos permitir que la educación se privatice y caiga en manos del clero nuevamente, esto sería retrógrada, porque se ha comprobado que el laicismo y la separación de Iglesia-Estado es lo más sano para el avance científico y tecnológico de cualquier nación.

Además debemos estar conscientes que durante la Conquista, llegan a México, grupos de religiosos con ambición y codicia de riquezas y almas. El misionero, con la justificación de la promoción de la religión católica, llega a nuestro país con la cruz en alto y los bolsos vacíos, se convierte en una figura esencial de la conquista espiritual y gana para la Iglesia, por medio de la creación y fundación de instituciones edu-cativas poder y privilegios que prevalecerán a lo largo de varios siglos y que siguen existiendo en la actualidad disfrazadas de escuelas parti-culares. Sin embargo cabe reconocer, que con el tiempo; en esa época nacen grandes escuelas similares a las europeas entre ellas: La Real y Pontificia Universidad de México. Pero no por esto podemos permitir que este tipo de educación prevalezca en nuestro país, porque la edu-cación religiosa está en contra de la ciencia, la tecnología, la libertad de conciencia y la laicidad.

c) La educación libre. “Durante este periodo con el movimiento de Independencia nace la necesidad y el propósito: político-educativo de establecer una institución educativa de “enseñanza libre”, cuyo fin pri-mordial era organizar la vida pedagógica sobre los fundamentos del Li-beralismo; se visualiza ya una educación, sin el influjo del clero y en manos del estado”.3

Históricamente se reconoce que en esta época al dictar algunas leyes Valentín Gómez Farías sobre secularizar algunas instituciones y dedicar-

156

las al servicio educativo, nace propiamente la escuela pública mexica-na. Aunque cabe mencionar que la enseñanza libre, no fue totalmente irreligiosa, ni siquiera excluía de la escuela la doctrina del dogma. Esto quizás se debía al poderío económico, político, social que el clero seguía ejerciendo a través del grupo político de los conservadores, aunque ya se tenían los primeros bosquejos de dejar atrás la educación confesional y se iba gestando y cimentando en la política la idea de una educación separada de la influencia de la Iglesia, esto traería como consecuencia luchas internas entre conservadores y liberales, pero también el clero tenía una gran fuerza e influencia en la conciencia religiosa del pueblo, el cual tenía temor de desviarse de los dogmas de la religión católica, por lo cual la educación basada en la libertad, la laicidad, la democracia y la equidad, tendría un largo camino por recorrer para establecerse en las escuelas de la época.

d) La educación de la época de la Reforma. “En esta etapa sur-gen prácticamente los ideales básicos que posteriormente darán forma al Artículo 3º Constitucional, al concebir una escuela laica, gratuita y obligatoria, quedando plasmados en la Constitución Política de 1857. Con las reformas de Valentín Gómez Farías y el Dr. Mora, se consi-guió sacudir la conciencia moral de la población, proponiendo en esta Constitución un principio educativo de libertad personal y derecho social”.4

Las Leyes de Reforma propuestas e impulsadas por Benito Juárez, pre-tendían formar un Estado político moderno, logrando la separación de Iglesia-Estado y la laicidad en la educación.

Además algo muy importante que ocurre al finalizar este periodo y co-mienzos de la etapa porfirista fue la gran influencia que tuvo el Positi-vismo en la educación. Surgen en esta época grandes hombres que de alguna manera han contribuido a la formación de la escuela mexicana. De entre ellos destacan: Antonio P. Castilla, Gabino Barreda, Enrique C. Rebsamen, Carlos A. Carrillo, Gregorio Torres Quintero, Joaquín Baranda, Justo Sierra. Durante esta etapa de la vida de nuestro país los intelectuales y el Estado se preocuparon profundamente en los proble-

157

mas de la educación, proclamando siempre el papel de la ciencia como factor de bienestar del pueblo, sosteniendo siempre el contenido liberal de la educación pública y el uso de libros de texto. En esta etapa histó-rica grandes pensadores, filósofos, científicos e intelectuales de México influyeron notablemente en la formación de las bases ideológicas de la educación pública actual, aunque no debemos olvidar que en esa época la educación pública carecía de cobertura hacia toda la población del país y una gran mayoría de los habitantes eran analfabetas, esto era un rasgo que habría que abatir y que ha llevado muchos años hasta la ac-tualidad.

e) Ideales de la educación pública durante la Revolución. “Los ideales de la escuela pública en México durante la Revolución Mexicana son plasmados en la Constitución de 1917 y sus objetivos aparecen en todos los idearios políticos, adquiriendo la educación un carácter jurídi-co, durante esta etapa los sectores liberales se encontraban preocupados por la educación, considerando que la escuela pública debería estar es-trechamente vinculada con la organización política, económica y social del pueblo y que el Estado era el único que la debería dirigir, ya que los liberales revolucionarios afirmaban que: “Sin instrucción no puede haber libertad y la base de igualdad política, democrática y social es la enseñanza elemental y la conciencia crítica del individuo se logra con la educación superior”.5

La educación pública logra una vigorosa y tenaz realización con los pre-sidentes Obregón y Calles, bajo la dirección de José Vasconcelos como secretario de Educación Pública. La escuela adquiere un sentido social y universal, surge la educación popular, atenta a las necesidades de las clases más bajas de la sociedad. En este periodo la educación pública se afianza como una prioridad nacional para lograr el desarrollo del país en todos sus aspectos, tratando de que toda la población tenga acceso a la educación pública básica y posteriormente a la educación pública superior, tratando de vincular ambas como derechos inherentes a las garantías individuales de la población e intentando ante todo de cubrir el gran rezago educativo que sufría y sufre todavía nuestro país. Debido a que la educación pública es el único camino que sirve para lograr los

158

cambios que necesita la nación si queremos incorporarnos a las transfor-maciones del mundo moderno en un ámbito de libertad, incorporando nuestra cultura y nuestras propias innovaciones, pero con una identidad propia, llena de orgullo y dignidad, teniendo como cimiento los valores universales expresados en el Artículo 3º Constitucional.

Las principales características que rigen el Artículo 3º Constitucional son: –El sentido de obligatoriedad–. Más que obligatoria la educación pública es un derecho y como sociedad, debemos exigirlo y el Estado debe cumplirlo y promover la educación en todas las familias del país. Además como ciudadanos debemos estar conscientes que los impuestos que pagamos se canalicen a la escuela pública y no a las privadas para que la educación a la que tenemos derecho, antes que obligatoria sea realmente de calidad, porque un ciudadano que ingresa a sus hijos a las escuelas privadas, está pagando doblemente este derecho y el Estado eso sí, tiene la obligación de inyectarle recursos económicos a las escuelas públicas y exigir siempre a las escuelas privadas la obligación que tienen de adoptar todos los programas de estudio emitidos por el Estado con respecto a la enseñanza que deben impartir.

La laicidad. Es uno de los principios básicos que garantizan nuestra libertad, este principio plasmado en el Artículo 24, promueve la libertad de creencias religiosas. Este valor de laicidad es único para el desarrollo de nuestro pensamiento crítico, reflexivo, científico y democrático, ya que nos permite ser tolerantes y respetuosos ante cualquier doctrina reli-giosa e incluso ateísmo y antirreligiosidad.

La laicidad no promueve de ninguna manera el ateísmo y la antirreligio-sidad, sino más bien el respeto al pensamiento y libertad que tiene todo individuo de profesar cualquier religión o también no creer en alguna de ellas. Este principio nace con la necesidad que tiene el Estado de separar sus funciones de la Iglesia, sin embargo, puede existir una cooperación mutua para el logro del desarrollo de los valores humanos en el indivi-duo. Ya que el término laicidad significa también mutuo respecto entre ambas partes, conservando cada una su propia autonomía y objetivos. La laicidad de la educación no debe confundirse como una forma en-

159

cubierta de ateísmo del Estado, ¡no!, de ninguna manera, la finalidad de que exista el laicismo en la educación es el de reconocer que toda per-sona tiene el mismo derecho de educarse en cualquier escuela pública sin importar su religión, lo que sí debe quedar muy claro que la laicidad es fundamental en la educación impartida por el Estado, ya que a través de ésta se promueve la equidad y la democracia, tanto de pensamiento como de garantías individuales, de personas que practican cualquier re-ligión como la de quienes no lo hacen, todas ellas son iguales ante la ley y adquieren los mismos derechos.

El laicismo en la educación ha hecho que muchos conflictos sociales se solucionen, respetando las creencias de los alumnos y de sus padres, en otras épocas estos conflictos dividieron profundamente a la pobla-ción, llevándola incluso a enfrentamientos bélicos y muriendo muchos inocentes. El laicismo es el fruto de luchas internas y qué bueno que está presente en la educación pública, lo cual permitirá su desarrollo científico, sin ataduras de fanatismos, prejuicios e intereses clericales que únicamente buscan someter la conciencia del individuo a sus propios intereses.

En la educación pública no se criticarán jamás postura ateas y agnósticas, más bien se asumirá una actitud de respeto, tampoco se buscará susti-tuirlas por otras creencias religiosas, ya que en la escuela pública no se deben mostrar o demostrar creencias religiosas como en algunas escue-las privadas, pero no por eso la educación pública es antirreligiosa, en la escuela pública se debe enseñar que la profesión de cualquier religión es un derecho y que debe ser tolerado y respetado. La Iglesia y el Esta-do tienen fines distintos y responden también a necesidades diferentes, pero deben converger en ciertos objetivos que promuevan el desarrollo armónico de la personalidad del individuo, que es el principio básico de toda formación humana. Pero jamás debe intervenir la una con la otra, se deben respetar ambas en sus funciones. Además la escuela y la Iglesia promueven valores universales y es ahí donde deben permanecer separadas porque lo hacen con distintos métodos y persiguiendo diferen-tes fines. La educación pública laica contribuye a que las creencias, las costumbres y los actos de los alumnos sean acordes con la dignidad y los

160

derechos de las personas, desarrollando así una conciencia crítica, ba-sada en hechos reales que desarrollen el pensamiento científico y sobre todo la igualdad jurídica, sin fanatismos y discriminaciones que limiten la dignidad del ser humano.

El laicismo educativo es un valor supremo, porque promueve el desa-rrollo y el avance del individuo en toda su personalidad, favoreciendo la tolerancia, el respeto, la igualdad, la equidad y la armonía en la con-vivencia humana, es un principio fundamental en las relaciones de las personas que conforman una sociedad, ya que no los limita en su con-ciencia, ni les infunde ningún temor para aceptar y comprender a los demás individuos que practiquen o no otra religión distinta a la nuestra. El laicismo nos hace más fuertes como país, ya que al librarnos de fana-tismos religiosos, podemos analizar, cuestionar, reflexionar, comprender y resolver con una conciencia más crítica los problemas actuales de nues-tro entorno y de la sociedad en que vivimos, sin limitar nuestras garantías individuales y las de los demás. Es fundamental que la escuela pública, sirva para desarrollar el sentido crítico del alumno, manteniéndose siem-pre separada de los objetivos de la Iglesia o de cualquier secta religiosa. En las escuelas públicas se puede hablar a los alumnos con un sentido más abierto, sin dogmas, sin prejuicios, sin limitantes, respetando siem-pre el pensamiento ideológico de los demás, así como sus costumbres y tradiciones, este valor permite a los educandos un desarrollo emocional e intelectual más tolerante que promueva la pluriculturalidad y la inte-rrelación con personas que tengan diversas visiones del mundo que nos rodea. Con todo esto se enriquece la función social y comunicativa que se da en las escuelas públicas.

La educación en México será gratuita. ¿Realmente la educación pública es gratuita?, quizás si analizamos de dónde se obtienen los re-cursos económicos que se destinan a la educación pública, caeríamos en la conclusión de que éstos se obtienen de todos los impuestos que paga-mos los ciudadanos y que la verdad son muchos y a veces nos agobian. En México se destinan grandes cantidades de dinero a la educación, el costo para sostener a las escuelas públicas es muy alto y en ocasiones los presupuestos destinados, no aterrizan realmente en las escuelas, la mayor

161

parte se queda en mantener todo el aparato burocrático del sector edu-cativo. Es triste ver cómo algunas escuelas públicas en México, carecen hasta de lo más elemental, lo que se debe hacer es analizar toda la parte económica del sistema educativo y ver la manera de hacerlo más eficien-te y rápido, sin tantos costos, reduciendo lo más que se pueda el aparato burocrático y jamás se debe pensar en reducir al personal docente y menos desaparecer a la escuela pública.

Se debe reconocer que la distribución de los recursos económicos des-tinados a la educación, tienen que cimentarse en el conocimiento de la economía, ya que la base del desarrollo de cualquier país o grupo social parte del conocimiento y aplicación de los principios de la economía. La economía afecta todas las actividades del hombre, sean éstas de tipo político, social, histórico, científico, tecnológico y educativo.

“La economía ha sido el pilar del desarrollo social e histórico del hom-bre y de las sociedades antiguas y modernas. La economía no se refiere únicamente al aspecto monetario; sino que abarca casi todas las activida-des del desarrollo humano”.6

Toda buena economía debe verse reflejada en el bienestar de los indivi-duos y familias que conforman las sociedades, ya que incluso el signifi-cado etimológico de la palabra economía se refiere a las normas, leyes y reglas que rigen una casa o un hogar, es decir, la organización, acumula-ción y distribución de los recursos que tiene una familia, son el principal parámetro para determinar la eficacia de los modelos económicos que asumen los países.

La economía influye fuertemente al sistema educativo, ya que el desa-rrollo de las sociedades se ve influenciado por el grado de avance en su educación. La relación entre economía y educación es técnica, los nuevos economistas coinciden con el papel de que el sistema educativo es el formador de los diferentes tipos de habilidades, conocimientos que se supone son objetiva y técnicamente requeridos por el sistema produc-tivo, sin embargo, consideran que la educación no ha podido satisfacer cabalmente los requerimientos del sistema productivo con la calidad y

162

especificidad que se exigen, por la creciente intervención del Estado, que ha impedido el funcionamiento del mercado educativo.

“La libre oferta y demanda por educación, mecanismo a través del cual se manifiestan necesidades individuales y regionales, además el Estado ha impuesto un sistema de planeación de la educación, basado en crite-rios arbitrarios y macrosociales, cuya finalidad es mantener la posición de privilegio de la burocracia educativa”.7

En las economías de mercado libre, durante sus primeros años, las escue-las son financiadas mediante cuotas pagadas por los padres de los alum-nos que asisten a ellas, aunque existen subvenciones por parte de las autoridades para los padres con dificultades económicas. La calidad de la educación es excelente dado que los padres al pagar las cuotas exigen que los contenidos sean adecuados a las necesidades de la comunidad.

Sin embargo, las ideas socialistas y totalitaristas disfrazadas de “nortea-mericanas” derrumban este eficiente sistema. Los nuevos economistas de la educación afirman que la falta de adecuación entre el sistema educa-tivo y productivo provoca por un lado, que exista un exceso de fuerza laboral calificada, que al estar satisfechas las necesidades del sistema productivo, se encuentre desempleada, el desempleo de estas personas se vuelve una carga para el Estado.

Para los nuevos economistas los problemas de la educación han sido el resultado, en términos generales, de la creciente intervención del Estado en la administración escolar, lo que ha traído consigo la formación de un grupo de educadores profesionales y administradores que a través de la determinación de las finanzas educativas y la exclusión de los padres, de organismos o instituciones, ha impedido el libre funcionamiento del mercado educativo. La solución que proponen estos economistas es limi-tar la participación del Estado y ampliar la participación de los clientes de la educación; así como crear un mercado educativo que, por la oferta y la demanda, adecúe la producción de recursos humanos calificados a los requerimientos sociales. La mayor intervención de los particulares y el mercado elevan la calidad y eficiencia de la educación.

163

Este sistema pone en marcha el sistema educativo y estimula la compe-tencia entre instituciones educativas. Sólo sobrevivirían las escuelas que satisficieran a sus clientes, las malas escuelas por otro lado no podrán satisfacer sus costos de mantenimiento al tener una escasa demanda y se verán obligadas por la competencia con otras escuelas a desaparecer.

Los economistas piensan que se debe librar al Estado de la carga educa-tiva, por medio de vales o bonos de documentos amortizables por una suma de dinero que se destine al pago de la educación. Los contribu-yentes bajo esta propuesta, pagan la cantidad de impuestos establecida por el gobierno de acuerdo a sus programas presupuestales. Al hacerlo reciben un vale por la cantidad promedio que cuesta al país el manteni-miento de un niño matriculado. Con este vale los padres pueden acudir a cualquier escuela pública o privada a inscribir a sus hijos. A su vez las escuelas reciben éstos y los hacen efectivos en las oficinas federales, ob-teniendo las sumas dinerarias a las que equivalen. Con esto se activaría la oferta y la demanda en la educación.

Con todo lo anterior podríamos decir que la escuela pública estaría en desventaja y que la educación se convertiría en privada, corriendo el riesgo de caer en manos de intereses capitalistas y que esta noble labor se vea simplemente como un negocio.

Los nuevos economistas están perdiendo de vista los principios esen-ciales en que fue creada y diseñada la escuela pública. La educación como hecho posee un sentido humano, social e histórico. Consiste en un proceso por obra del cual las generaciones jóvenes adquieren los usos, costumbres, los hábitos, experiencias, las ideas y convicciones, así como el estilo de vida de las generaciones adultas y no es simplemente un negocio, que se puede vender al mejor postor a través de la oferta y la demanda y los alumnos no son clientes, ni los maestros vendedores de productos, el proceso educativo está formado por seres humanos sociales e históricos. “La escuela pública forma parte de ese proceso y es uno de los principales agentes socializantes del individuo. La escuela forma parte de la historia de una sociedad y ha sido la promotora del in-culcamiento de valores universales que nunca pasarán de moda, en este

164

sentido la sociedad requiere de la existencia de la escuela pública como un elemento introyectante de una ideología de valores que forman parte de nuestro pasado, de nuestra cultura y de nuestras tradiciones y que la sociedad a través de ella ha logrado en cierta medida su desarrollo y su permanencia en espacio y tiempo. La escuela no debe verse sometida únicamente a producir mano de obra calificada para los intereses de unos cuantos”.8

Todo el pasado de la humanidad ha contribuido a hacer ese conjunto de máximas que dirigen a la educación de hoy, toda nuestra historia ha dejado ahí sus rastros e incluso la historia de los pueblos que nos han precedido.

La escuela pública ha sido y seguirá siendo por siempre la única insti-tución en donde los seres humanos encontramos nuestra identidad y nuestro sentido de cambio y transformación en los valores universales ante un mundo lleno de cambios, desafíos y retos.

La escuela pública debe reconocerse, transformarse y retomar sus prin-cipios e ideales básicos para los que fue creada. Ante los embates de un mundo utilitarista y pragmático, la escuela pública más que desaparecer o privatizarse, debe adaptarse y retomar todos sus ideales sociales, histó-ricos y humanísticos.

La escuela pública forma parte de la historia misma de la sociedad. No sólo es un espacio físico en donde se adquieren conocimientos. Es una institución importantísima en el desarrollo de la habilidad del individuo para relacionarse y es al mismo tiempo un lugar invaluable para adquirir la capacidad de respeto y tolerancia hacia las ideas de los demás. La escuela al adquirir este rol jamás desaparecerá, a pesar de tanto cambio tecnológico y científico. Ya que su mayor riqueza estriba en las formas tan diversas de relación en que convergen los individuos que la compo-nen.

Por todo esto la escuela, es y seguirá siendo ante todo un espacio de convivencia humana, nadie en este sentido está concebido para darle

165

el golpe de gracia, ni para desacreditarla, más bien debemos buscar soluciones para remediar sus males y ayudar a reformarla, ya que la misma UNESCO reconoce que la escuela es la mejor de las institu-ciones existentes para educar. La escuela pública mexicana es la raíz de nuestro pasado, la realidad de nuestro presente y la prospectiva de nuestro futuro.

La escuela mexicana es un producto de la sociedad y debe su origen y función a ésta, es el corazón y el alma de la historia misma de nuestro país y representa su progreso y su propia identidad como nación. Ja-más debe cuestionarse su existencia, ni los presupuestos que a ésta se le asignen y menos ponerla en venta al mejor postor como lo intentan los nuevos economistas. Más bien el Estado tiene la obligación de distribuir mejor los recursos destinados a ella y vigilar que éstos no se desvíen y que se apliquen para que la educación que se imparta en las escuelas públicas, sea de calidad, asimismo los edificios escolares sean dignos y no carezcan de lo más elemental, en suma que los impuestos que se pagan, se distribuyan adecuadamente, pero que nunca se escatime el presupuesto destinado a la educación, por lo cual, debe hacerse más eficaz para que las escuelas públicas puedan competir con las privadas, cumpliendo así con el principio del Artículo 3º: “Educación gratuita para todos”, pero más que gratuita, diseñar formas para elevar su calidad y lograr la cobertura total y que los recursos no se pierdan, ni se desvíen, porque de no hacerse así, los costos para el país y para los contribuyentes han sido muy altos.

La educación pública será democrática. La palabra democrática, proviene de dos raíces griegas: demos= pueblo y cratos =gobierno y poder. Significa que el pueblo tiene todo el poder para elegir a sus gobernantes, para regirse como mejor le convenga y para educarse según sus propias necesidades e identidad. La democracia sigue siendo una utopía y más en este mundo globalizante, en donde lo más importante es el aspecto material y el dinero. Aunque no se debe perder de vista que la demo-cracia también es todo un sistema jurídico, un régimen político, pero también debe verse como un modelo de vida, basado en la igualdad, en la justicia y la libertad del individuo, respetando los derechos humanos

166

y las garantías individuales, por este modelo de vida la mayoría de los países han luchado tenazmente a lo largo de su historia y el nuestro no es la excepción.

La lucha por la democracia en México, ha sido sangrienta, ha sido el producto de la pérdida de grandes hombres que ofrendaron sus vidas por nobles ideales, basados en la igualdad social. Este principio básico contenido en el Artículo 3º Constitucional, promueve el mejoramiento económico, social, cultural y científico de los habitantes de nuestro país, sin perder los derechos más elementales y buscando siempre el respeto a la vida y a la justicia.

Los grandes héroes, pedagogos, filósofos, historiadores, políticos, siem-pre han visualizado a la educación democrática como un elemento fun-damental para lograr la libertad del ser humano, su mejoramiento y su dignificación. Ya que la democracia como cualquier otro sistema, tendrá sus defectos, pero han sido más los beneficios que ha otorgado a las sociedades que lo han impuesto y adaptado como modelo de vida. La democracia en la educación lucha por la igualdad de los seres humanos y combate tenazmente todo tipo de discriminación, promoviendo siem-pre el mejoramiento y desarrollo del país en donde se practica, por eso es vital que este principio prevalezca en la educación pública mexicana.

La educación pública mexicana será de calidad. Calidad, cuali-dad de una cosa que permite compararla con otra de la misma especie. Bondad superior de las personas. Etimológicamente: palabra griega que se forma de dos elementos: cali=bello, hermoso, dad=cualidad. Sinóni-mos: bondad, hermoso, valía, excelencia, nobleza, linaje, armonía, per-fección, satisfacción, mejoría, deber.

Los seres humanos al tratar de mejorar sus condiciones de vida, fueron descubriendo formas y maneras de satisfacción que les permitieron avan-zar científica y tecnológicamente. La calidad de vida es una aspiración legítima de todo ser humano. Esta calidad de vida depende primordial-mente de la calidad del quehacer humano y de la calidad humana de los seres con los que nos relacionamos. La riqueza de una nación depende

167

de su gente. Y la función de la educación es crear seres humanos de calidad. La escuela pública mexicana ha cumplido un papel significativo en la historia de México, igual que en otros países, ha sido el Estado, el poder público, el que ha impulsado la educación como una forma de mejorar las posibilidades de vida de sus habitantes.

“El rol de la escuela en la sociedad ha sido motivo de cuestionamiento. Actualmente la educación pública ha sido motivo de crítica y preocupa-ción social. Las reformas educativas que se han intentado en diferentes países en los últimos cincuenta años no han logrado satisfacer los reque-rimientos de una sociedad en proceso de cambio acelerado. Los estudios sobre cambio tecnológico, muestran como en la segunda parte del siglo XX el avance del conocimiento científico y la innovación tecnológica han adquirido un ritmo sumamente rápido. Este proceso de transfor-mación provoca la obsolescencia en información y conocimientos de grandes capas de la población”.9

La escuela mexicana padece este proceso de obsolescencia. Una de las propuestas más extremas ha sido la de desescolarizar a la sociedad ter-minando con el esquema de educación basado en establecimientos don-de coinciden alumnos y maestros con programas, reglamentaciones y prácticas rígidas y homogéneas; sin embargo, se debe reconocer que la escuela pública presenta una doble función con respecto a la sociedad, por una parte reproduce e introyecta en el alumno los principios y valo-res que la sociedad requiere para su sobrevivencia en el tiempo.

Además da al estudiante las herramientas necesarias para transformar su propio entorno social. Las escuelas y sus maestros enfrentan una gran exigencia social y una demanda de efectividad en su trabajo. Es indis-pensable poner al día las relaciones de la escuela con el medio social. Reconocer que el rol de la escuela es el de prestar un servicio, a la so-ciedad en general, y a sus alumnos en particular. “El término calidad, aparece en la década de los ochenta, como el mayor desafío de la edu-cación mexicana. En esta década en otros países se producen cuestiona-mientos severos sobre los resultados académicos y de preparación de los estudiantes; es el caso de los Estados Unidos, la Unión Soviética, Japón,

168

Francia, Inglaterra, etc., se reconoce a nivel internacional que los siste-mas educativos, tal vez con la excepción del japonés, han cambiado muy poco en lo que va del siglo XX. Hay coincidencia también en que la educación pública se ha mantenido ajena a los cambios que desde hace más de un siglo se vienen produciendo en materia organizacional”.10

La escuela pública en México, aparece como una institución que tiene asegurada su clientela, pase lo que pase, independientemente de sus resultados. El prestigio social de que disfrutaban las escuelas y los maes-tros, se ha ido deteriorando en los últimos años. La calidad en la escuela, demanda un replanteo en las relaciones tradicionales y en los esquemas organizacionales y sobre todo un enfoque humanista en las interrela-ciones de todos los actores de la educación. Sobre todo acostumbrar a todos los elementos del sistema educativo a la rendición de cuentas, al mejoramiento profesional docente y lo más importante el someter-se constantemente a evaluaciones que les permitan visualizar sus fallas, reforzar sus aciertos y mejorar su labor educativa. Con la finalidad de dignificar su trabajo y ofrecer un servicio de calidad. La educación en México debe tomar como bandera una cultura de calidad, la cual debe entenderse no como una receta que solucione todos los problemas de las escuelas, sino como un compromiso que requiere el trabajo conjunto de todos los que integran una comunidad educativa a partir del análisis de sus propias fortalezas y debilidades, el reconocimiento objetivo de fallas, errores y la inteligencia necesaria para diseñar vías para superarlas. Se puede mejorar la escuela, se pueden lograr resultados más satisfactorios. Se requiere en principio un cambio de actitud y una nueva manera de hacer las cosas que están al alcance de todos los elementos que integran el proceso educativo. “En general se reconoce que los sistemas educati-vos actuales, no sólo el mexicano, están estructurados y organizados para satisfacer las necesidades de una época y una sociedad que ya no exis-ten. El sistema debe ser reestructurado pensando en las necesidades del siglo XXI. Esto significa cambios en las reglas, los roles y las relaciones internas al sistema, así como en su relación con la sociedad”.11

“Significa cambiar la cultura de la organización educativa. La calidad en la educación debe reconocer y aprovechar la capacidad que existe en las

169

escuelas, en ellas se deben conjuntar esfuerzos de directivos, maestros, alumnos y padres de familia para actuar como un equipo con aspiracio-nes y objetivos comunes”.12

Partiendo siempre del principio fundamental de que las actividades en la escuela siempre se pueden hacer mejor. La calidad en la educación sólo podrá mejorarse en forma real, cuando los elementos que la integran estén conscientes y capacitados para hacer las cosas bien y mejor, sin perder de vista los objetivos para los que fue creada la escuela pública. En educación el alumno es el principal beneficiario, él es el objetivo cen-tral del mejoramiento de la calidad de la educación. El objetivo externo del quehacer educativo y lo que le da sentido al mismo, es contribuir al mejoramiento de la calidad de vida actual y futura de los educandos y de esta manera a la calidad de los procesos de desarrollo de la sociedad. La calidad en la educación pública debe tomar como parámetro la filo-sofía de hacer bien las cosas y el mejoramiento constante de todos los elementos que lo integran, buscando siempre el aprovechamiento aca-démico de los educandos, implementando formas de evaluación de todo el sistema educativo y no únicamente del personal docente. Teniendo en cuenta que la educación es el ingrediente, sin el cual un proceso de desarrollo carece de la calidad necesaria para hacer a los sujetos agentes activos de su propia transformación y de la de su entorno social, cultural y político. La calidad es pues, el asentamiento de valores y actitudes que convenzan a las personas inmiscuidas de una forma u otra en el sistema educativo, de que tenemos que adaptarnos a los cambios del mundo moderno y al tipo de alumnos que ahora tenemos, pensando siempre en su mejoramiento y ante todo que con nuestro trabajo de calidad, pode-mos influenciarlos para que ellos sean los verdaderos agentes de cambio que requiere el futuro de nuestro país. Esperando que con las nuevas reformas educativas al establecer el sistema nacional de evaluación, real-mente se valores los aciertos y las fallas del mismo, con la finalidad de distribuir mejor los recursos y que éstos realmente aterricen en las escuelas y no se queden en el aparato burocrático, pero que además se evalúe todo el Sistema y no únicamente a los maestros, porque por eso se llama Sistema, ya que es un conjunto de varios elementos en donde cada elemento realiza una función específica para que éste, funcione

170

armónicamente, puesto que si un elemento falla y no realiza su función adecuadamente, el sistema se descompone y no trabaja como un todo.

Ojalá que el sistema nacional de evaluación, realmente sea un organis-mo público, autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio que tenga la capacidad suficiente para realmente evaluar la calidad, el desempeño y resultados del Sistema Educativo Nacional, esto sería un gran avance en la educación pública, ya que serviría para conocer nues-tra problemática educativa, nuestras fallas, nuestros aciertos y así tomar decisiones verdaderas que ayuden al mejoramiento de la calidad educa-tiva, porque al final de cuentas la calidad de la educación se mide con la calidad de vida que a través de ella logran los educandos y como consecuencia la sociedad entera.

La educación pública contribuirá a la mejor convivencia hu-mana. Con este principio la Educación Pública reafirma su función social y humanista. Estos ideales están establecidos en el Artículo 3º Constitucional, por tanto se tratará de: analizar, reflexionar, comprender, revalorizar y reconocer, hoy en día, el papel tan importante que juega la educación en la socialización del individuo, a través de la escuela pública.

A pesar de los cambios científicos y tecnológicos y más aún de que en la actualidad se ha puesto en serio predicamento y crítica a la escuela, sigo creyendo que ésta, tiene una gran riqueza en las personas que la in-tegran; ya que es un espacio en donde convergen distintas ideas, formas de ser diferentes, estratos sociales distintos, en ella maduramos nuestro pensamiento, desarrollamos nuestra capacidad de tolerancia, nos relacio-namos y esa relación, ese proceso de socialización forma parte inherente de la naturaleza humana.

“La escuela como uno de los principales agentes socializantes del indi-viduo, nunca pasará de moda, ya que la comunicación, la convivencia humana, el aporte que hace la escuela al individuo, al inculcarle: hábitos, destrezas, habilidades, valores, conocimientos, pero sobre todo el poder ofrecer un espacio de relación social; hacen la función socializante de la

171

educación y quizás fortalezcan la existencia de la escuela en el transcurso del tiempo”.13

“El hombre es un ser social por naturaleza, al juntarse y unirse con otros individuos, trató y ha tratado siempre de buscar la armonía en sus relaciones, al hacerlo ha establecido: normas, reglas, hábitos, cos-tumbres, valores, metas y objetivos, esto ha propiciado el surgimiento de que el individuo antes que todo adquiera una conciencia social y de pertenencia a un grupo; surgiendo así: la educación en un sentido socializador”.14

Los seres humanos, nos guste o no, pertenecemos antes que nada a un grupo social, nadie puede vivir aislado de sus semejantes. En esta direc-ción, la educación debe guiar sus esfuerzos para lograr en el educando un sentimiento de pertenencia, colaboración y transformación del grupo social en el que se desenvuelve.

El estudio de la educación como fenómeno social considera que los procesos de enseñanza-aprendizaje no se reducen sólo a las relaciones directas entre maestro y alumno, o, para ser más exacto, entre educador y educando. Esta pareja es sólo uno de los elementos terminales de toda una estructura educativa, que a su vez constituye un elemento de la estructuración social, con tiempo y espacio concretos. Por tanto no se puede definir, ni comprender la educación sin establecer la ligazón interna con el cuerpo del sistema de relaciones sociales del cual es par-te articulada y constituyente. Además el espacio educativo, enfocado sociológicamente, no puede entenderse sino se muestra con suficiente claridad que en su construcción participa la estructuración económica, jurídico-política, cultural, histórica e ideológica del sistema social del cual es parte. Desde luego, no se trata de reducir el fenómeno educativo a la condición de mera resultante de los demás componentes sociales, sino de concebirla como un factor que contribuye a la definición de cada una de esas estructuras y al cambio inherente a ellas. Así la educación viene a ser resultante y condicionante a la vez de un conjunto de determinacio-nes sociales que definen su naturaleza y características.

172

“El campo educativo sociológicamente estudiado, traspasa los límites de la educación escolarizada, pues incluye también la acción que realizan los grupos primarios: familia, clase social, etc., y los secundarios: gru-pos políticos, culturales y religiosos, esta acción puede ser ejercida con independencia de las voluntades y motivaciones individuales, aunque también, según otros enfoques pueden ser acciones conscientes y volun-tarias”.15

La educación es ante todo un fenómeno social y su proceso cualitati-vo depende en gran medida de las relaciones que se establezcan en las escuelas, entre las personas que ahí laboran, con los alumnos, con los padres de familia y con la comunidad inmediata a la que sirven. Ya que la falta de calidad en la educación se puede transformar en un problema social, conteniendo un potencial subversivo de verdadera di-solución social, puesto que propicia el cinismo y la frustración colectiva. Requiriendo para la solución de este problema social la participación activa, dinámica, sistemática y responsable de todos los elementos que la integran, para recobrar el verdadero sentido humanístico y social de la escuela pública; reconociendo que a través de ella, la sociedad puede mejorar las condiciones de vida de sus miembros.

La actividad educativa, no tendría sentido, si no fuera por sus objetivos respecto de la sociedad en la que se encuentra inserta. El objetivo exter-no del quehacer educativo y lo que le da sentido al mismo, es contribuir al mejoramiento de la calidad de vida actual y futura de los educandos y de esta manera a la calidad de los procesos de desarrollo de la sociedad.

Por todo esto la educación es un hecho social que tiene por definición, todos estos resultados, aunque muchas veces se olvida que la escuela no es la única responsable de lograr todo lo anterior, ya que tiene limitantes de carácter orgánico, estructural, administrativo, político y presupuestal. La escuela, no puede sola transformar a la sociedad, pero sí puede con-tribuir a que la transformación sea de calidad. Centrando esta calidad en las personas que la forman, pero sobre todo resaltando los principales beneficiarios de la educación que son los alumnos hoy y mañana y la comunidad donde éstos se desenvuelven. Puesto que el salto cualitativo

173

de la educación, se dará cuando el personal de cada establecimiento escolar, sea capaz de interactuar adecuadamente con su comunidad y se retome el objetivo externo de la escuela, tomando en consideración que: el fin de la educación es que el educando dé lo mejor de sí a la sociedad.

En las escuelas públicas se tiene que convivir con gente diferente, de diferente nivel social, de formación diferente, de nivel intelectual dife-rente, de sexo diferente, de cultura diferente. Se vive en un mundo de diferencias. Pero se sabe lo que hay de común entre esa gente diferente. En general los distintos grupos humanos desean lo mismo: ser felices, ser amados, amar, tener paz, seguridad, educación. Si se percibe lo que se tiene en común en cuanto aspiraciones, no hace falta perderse en las di-ferencias, la educación verdadera no pierde de vista su rol social, puesto que, el verdadero aprendizaje se define en el sentido de ser mejor como individuo, porque si el individuo es mejor será mejor la comunidad y sociedad donde se desenvuelve.

“Educar es dar al cuerpo y alma, la mayor belleza de que son suscep-tibles, la educación es una palabra por medio de la cual se puede lo-grar el desenvolvimiento armónico de la personalidad del individuo. Pero se debe reflexionar en que la educación no se da sólo como una forma individual de cambio; sino como un hecho y fenómeno social”.16

La función de la educación consiste en socializar al ser humano, es decir, moldear al ser asocial que somos naturalmente para conformar otro nue-vo, social y moral. Es la sociedad concebida como un ente trascendente al individuo, la que nos humaniza a través de la acción educativa.

El estudio de la educación como fenómeno social considera que los procesos de enseñanza-aprendizaje no se reducen sólo a las relaciones di-rectas entre maestro y alumno, o, para ser más exactos, entre educando y educador. Esta pareja es sólo uno de los elementos terminales de toda una estructura educativa, que a su vez constituye un elemento de la es-tructura social, con tiempo y espacio concretos. Por lo tanto no se puede definir, ni comprender la educación sin establecer la ligazón interna con

174

el cuerpo del sistema de relaciones sociales del cual es parte articulada y constituyente.

La educación no se puede tratar como una cosa u objeto individualiza-dor que sirva a los intereses de unos cuantos, la educación es un fenóme-no social, que se da en un grupo y tiene que ver con seres humanos. La educación debe servir como herramienta para tomar conciencia de los problemas que aquejan a nuestra sociedad; nos debe servir para mejorar nuestro entorno, ser mejores seres humanos y sobre todo mejorar nues-tras relaciones con los demás.

A través de la educación, el individuo debe darse cuenta que es un ser de servicio, de ayuda a sus semejantes e instrumento eficaz del cambio social e histórico. La educación debe tomar como base central al alumno y al maestro como seres sociales, gregarios, participativos de la proble-mática de su entorno y sobre todo que se les despierte la conciencia en el sentido de ser capaces de reconocer la importancia de las personas que les rodean y que entendamos de una vez por todas; que todo lo que realizamos diariamente, tiene que ver con gente. Dependemos unos de otros, nos educamos unos a otros; en este término el hombre a través de la educación debe recuperar su sentido humanístico y de servicio a la sociedad a la que pertenece.

“La educación recupera y expresa necesidades sociales concretas, ideas y sentimientos colectivos. Por lo tanto, para su estudio se cae obligada-mente en el análisis de la sociedad históricamente determinada, de la cual es integrante, y a cuyas leyes de desarrollo responde”.17

A través de la socialización, cada grupo, asegura su supervivencia y con-tinuidad, transmitiendo los contenidos de su cultura. Esta transmisión se concreta en las diversas prácticas educativas que vienen a ser como los eslabones de la gran cadena que anuda la memoria histórica de la huma-nidad y que permite su desarrollo y su existencia en el tiempo.

“Por medio de la educación como un hecho social, podemos concluir que lo más importante de la vida, son las personas con las que convivi-

175

mos diariamente y que antes de ser cualquier otra cosa, somos seres so-ciales por naturaleza. Las relaciones humanas son como un espejo donde podemos vernos exactamente como somos. La percepción misma de lo que somos, tal como somos, en el momento que actuamos en la relación; trae consigo la libertad interna y sólo sintiéndonos libres podemos des-cubrir la verdad”.18

Todos los problemas de nuestra existencia están con base en la manera como nosotros mantenemos una relación, la manera como nos comuni-camos, pensamos, actuamos, sentimos y tratamos a los demás.

Toda nuestra vida es un asunto de relación con los demás, es necesario que cada uno comprenda el motivo, el propósito que impulsa sus accio-nes, que nos demos cuenta lo que hacemos, decimos y provocamos en los demás. Sólo así empezaremos a comprender nuestros defectos en las relaciones humanas. Es importante que la educación y la escuela pública cumplan con este papel socializador y que además se entienda que la escuela pública es una institución importantísima en el desarrollo de la habilidad del individuo para relacionarse con los demás y es al mismo tiempo un lugar invaluable para adquirir la capacidad de respeto y tole-rancia hacia las ideas de los demás. La escuela al adquirir este rol; jamás desaparecerá, a pesar de tanto cambio tecnológico. Ya que su mayor riqueza estriba en las formas tan diversas de relación en que convergen los individuos que la componen.

El individuo, al querer a la sociedad, se quiere a sí mismo. La acción que ella ejerce sobre él, especialmente por la vía de la educación pública, no tiene por objeto y por efecto comprimirlo, disminuirlo, desnaturalizarlo, sino, por el contrario; agrandarlo y hacer de él un ser verdaderamente humano. Es indudable que sólo puede engrandecerse haciendo un es-fuerzo. Pero precisamente, el poder de hacer voluntariamente un esfuer-zo es una de las características más esenciales del hombre y uno de los principios básicos en que se fundamenta la educación y los fines esen-ciales de la escuela pública, vista desde su dimensión social e histórica. Además todas las ideas analizadas anteriormente deben servir de base

176

argumentativa para reconocer el real valor que tiene la escuela pública, así como los objetivos y funciones que debe desarrollar ante el avance acelerado de la sociedad en que se encuentra.

177

concluSión

La escuela pública, debe retomar y revalorizar su función en relación con las personas que la integran y establecer un vínculo estrecho con la sociedad a la cual sirve. Sólo así se reconocerá su labor socializante y retomará los principios esenciales para los que fue creada.

El Estado tiene la obligación de fomentar en los actores de la educa-ción estos ideales de la educación pública mencionados anteriormente, con un carácter académico e intelectual. Sobre todo para dar a conocer los fundamentos teóricos que sirvan para la revalorización de la escuela pública en méxico, ante los ataques y críticas que ha recibido en la ac-tualidad.

Ahora bien se deben conocer los ideales, principios y fundamentos de la escuela pública mexicana para poder entender su origen y colaborar de alguna manera a su reconocimiento y transformación que reclama la sociedad donde se encuentra inserta.

Los maestros tenemos la obligación de conocer los enfoques, objetivos, ideales, fundamentos y reformas de la educación pública en México, no como una solución a todos los problemas que aquejan al sistema educa-tivo, sino como una aportación a su revalorización social e importancia histórica. Reconociendo ante todo que la educación y la escuela pública en México forman parte inherente de nuestro pasado, de nuestra cultura, de nuestras tradiciones y que la sociedad a través de ella ha logrado en cierta medida su desarrollo, su permanencia y existencia en espacio y tiempo.

A través de la escuela pública toda sociedad proyecta en el educando su ideología, valores, costumbres y sobre todo su percepción global del mundo. La escuela ha sido promotora de valores universales, que nunca pasarán de moda. En este sentido la sociedad requiere de la existencia de la escuela pública como elemento introyectante de una ideología de valores que se dan en tiempo y momentos históricos distintos.

178

Una de las principales motivantes del trabajo, es que en la actualidad han surgido grandes polémicas sobre la desaparición de la escuela pú-blica en el mundo y la desescolarización de la sociedad. Al plantearse cuestionamientos sobre su ineficacia y obsolescencia, ante esto la escuela pública mexicana sufre de esta desacreditación, por lo cual una de las ventajas que ofrece este ensayo, es que a través de él podemos despertar la conciencia de todos los involucrados y luchar porque la educación im-partida en ellas, se transforme y se mejore de acuerdo a las necesidades que está requiriendo la sociedad contemporánea.

La existencia de la escuela pública en México ha presentado inmensas dificultades a través del tiempo, ha sido tomada como la manzana de la discordia entre fuerzas de poder de distintos grupos, que únicamente luchan por conseguir sus propios intereses, pero a pesar de todo en esta lucha han existido verdaderos personajes y hombres que se han interesa-do y preocupado por rescatarla, revalorizarla y darle su real dimensión como una verdadera institución pedagógica, forjadora de valores univer-sales.

La escuela pública mexicana se ha mantenido en pie a pesar de las en-carnizadas luchas políticas y sociales que ha sufrido el país en su forma-ción como nación. La escuela no debe considerarse únicamente como un instrumento de poder político e ideológico. Debe reconocérsele hoy en día su real dimensión histórica como una de las principales institucio-nes que forjan el progreso de nuestra sociedad.

Durante cien años el Estado mexicano y el clero católico lucharon tenaz-mente por mantener el control y el manejo de la educación a través de la escuela y además el poder de la conducción del destino de la sociedad mexicana en todos sus aspectos.

Esto repercutió grandemente en un detrimento y retroceso en el avance de la educación en México y sobre todo influyó grandemente a una desacreditación y desvalorización de la escuela mexicana, a tal grado que en la actualidad las pocas políticas y recursos que se han dado en su favor, han sido lentas y llenas de obstáculos, debido a todos los pre-

179

juicios, fanatismos, vicios y problemas que ha vivido nuestra escuela en su proceso de formación y origen; y que hoy en día, muchos no se han podido solucionar; ya que se le ha visto a ésta como un elemento de po-der político e ideológico y no como un instrumento de avance, progreso, humanización y socialización del hombre en su incansable búsqueda de la verdad y la libertad.

Por todo esto creo sinceramente que el realizar este ensayo, se contri-buirá de una manera positiva a defenderla y revalorizarla, ante las críti-cas que en ocasiones recibe injustificadamente, pero que muchas de las veces tienen argumentos válidos al tomar como herramienta de ataque todos los defectos que tienen las escuelas del país. Además con los co-nocimientos adquiridos se podrán establecer parámetros para influir en la decisión de que la escuela pública puede tener alternativas de: trans-formación, evolución, cambio, continuidad, pero nunca su extinción, desaparición o privatización.

Además resulta interesante estudiar nuestra propia historia a través de la educación, porque podemos reconocer que la escuela pública, forma parte de nuestras propias raíces, incluso estar conscientes de todos los problemas y vicisitudes por lo que ha pasado la escuela mexicana hasta la actualidad.

La historia de la educación en México, se establece en una lucha de ideología y poder, sufriendo ésta las consecuencias de la misma, refleján-dose en un retroceso en el avance educativo en México.

A lo largo de la historia de nuestro país, la escuela mexicana, siempre ha estado influenciada y manipulada por las corrientes ideológicas que convienen a los intereses del Estado. Pero al mismo tiempo la escuela pública de México ha sido el principal campo de batalla entre las fuer-zas del liberalismo político, que según ellos querían hacer triunfar la luz de la libertad por medio de la educación y las del clero que a través del catolicismo dogmático querían arrojar a los demonios del ateísmo y laicismo del protestantismo y la masonería. Esto comprueba claramente la importancia de hacer un estudio analítico y reflexivo del proceso his-

180

tórico y social de la Escuela Mexicana, lo cual conllevará a reconocer el porqué de su problemática.

La educación en general y la Escuela Pública en particular son motivo de crítica y preocupación social. Las Reformas Educativas que se han intentado en diferentes países en los últimos cincuenta años, no han lo-grado satisfacer los requerimientos de una sociedad en proceso de cam-bio acelerado. Sin embargo es preciso reconocer que la relación entre sociedad y escuela, está matizada por una doble función de la escuela pública del siglo XX, por una parte reproduce los valores y principios de la sociedad tradicional y, por otro, les da a los estudiantes los elementos para transformarla.

La imagen y prestigio de la escuela pública en México, han estado bajo la crítica, por mucho tiempo, sin que los esfuerzos que se han hecho por mejorar, atenúen la opinión negativa. Por tanto es importante poner al día las relaciones de la escuela con la sociedad y reconocer que el rol de la escuela es el de prestar un servicio a los alumnos en particular y a la sociedad en general.

Hace años que en todo el mundo occidental e incluso en nuestro país, se levantan autorizadas voces para alertar sobre una crisis de la educación y de la escuela, no coinciden ambas crisis, pero se condicionan mutua-mente. A nosotros nos interesa la crisis de la escuela y de la educación sistemática. La escuela tradicional ha sido puesta en duda por los nuevos modelos pedagógicos y tecnológicos de enseñar y aprender.

En la actualidad el avance de la ciencia y la tecnología, ha puesto en serios predicamentos la existencia de la escuela como elemento funda-mental y transmisor de la cultura. La escuela pública ha sido desacre-ditada y sufre una tremenda crisis, al grado de existir teorías como la contestataria, que proponen su desaparición y que exista una sociedad desescolarizada, ya que el individuo puede aprender y obtener los co-nocimientos fuera de la escuela. Aunque algunos prefieren aplicar el término revolución a la crisis escolar, porque con ella significan cambios y replanteamientos, pero nunca la desaparición de la escuela.

181

La tecnología educativa ha revolucionado la enseñanza, a tal grado, que ha planteado a sus profesionales la pregunta sobre el acierto o desacierto en la metodología y en las técnicas: tiempo empleado, número de alum-nos atendibles, mejora en los sistemas. Y sobre todo ha hecho pensar si realmente la escuela tradicional es necesaria, si han aparecido formas nuevas de aproximación y penetración de la cultura contemporánea, capaces de sustituir a la escuela. El creciente avance de la ciencia y de la tecnología es un fenómeno de la cultura contemporánea y éste se ha dado fuera de la escuela.

La explosión educativa es triple, demográfica en las aulas, explosión en la amplia gama informativa, explosión en las esperanzas del hombre. Es decir, que a la escuela han llegado muchos más, con exigencias de un saber más ambicioso y cargados de ilusiones, pensando que la pre-paración y titulación académicas abrirán las puertas de un buen estatus económico. La organización escolar se ha confesado incapaz de hacer frente a esta avalancha y se ha producido una fuerte crisis en la ense-ñanza, dudando unos de las posibilidades de la vieja institución escolar y esperando otros que pueda hacer frente a las dificultades actuales que la amenazan.

Hoy en día la escuela pública se ve desbordada por exigencias a las que no estuvo acostumbrada. La sociedad ha cambiado, es natural que cambie la escuela. La crisis de la institución escolar es sólo reflejo de otras crisis más profundas en la sociedad. En pocas palabras la escuela se ve sometida a cuatro alternativas: desaparición, reforma, continuidad o privatización.

La continuidad no es sostenible, dadas las muchas inculpaciones objeti-vas que se formulan contra la escuela, la cual produce una disociación entre la vida real y el mundo ficticio en el que se desenvuelve, al menos ha de reconocerse el desfase de la escuela, su anacronismo y su empe-catada existencia. Quedan pues tres alternativas: la reforma, la desapari-ción o la privatización, entre estos extremos se desenvuelven en realidad la mayoría de los teóricos de la educación.

182

Sin embargo, considero y estoy convencido que la existencia de la es-cuela pública, es uno de los más nobles principios que toda sociedad debe defender, sin escatimar recursos y esfuerzos, ya que a través de la educación impartida en ella, toda sociedad asegura su trascendencia y existencia en el tiempo y puede mejorar y resolver sus problemas más apremiantes. Una sociedad sin educación y sin escuelas, se dirige rotun-damente al fracaso o a su propio retroceso en la historia.

Se ha demostrado que a través de la educación impartida en las escue-las públicas, las culturas y sociedades han logrado su cohesión, existen-cia y trascendencia en la historia, por lo cual es incongruente que en la actualidad existan educadores, economistas, políticos, empresarios y pedagogos que pugnen por su desaparición o privatización, por con-siderarla anacrónica y obsoleta, más bien se deberían buscar posibles soluciones para revalorizarla, transformarla y adaptarla ante los emba-tes de los profundos cambios científicos y tecnológicos, ya que éstos se han dado a un ritmo muy acelerado; en cambio la escuela pública se ha ido transformando lentamente y en muchos casos como en nuestro país se ha quedado rezagada. Pero esto no quiere decir que deba des-aparecer o privatizarse, al contrario se le debe ayudar a recobrar los ideales para los que fue creada, porque independientemente de todo. La escuela pública después de la familia, representa uno de los prin-cipales agentes socializantes del individuo. En este sentido la escuela forma parte de la esencia de una sociedad y es uno de los principales factores de desarrollo humano y social aún con todos los defectos y críticas que se le hagan.

El Artículo 3º Constitucional a través de su proceso histórico ha influido en la transformación de la educación del país, brindándole a ésta sus objetivos, sus ideales y sus valores en los cuales debe cimentarse.

La educación pública en su evolución y transformación ha estado some-tida a luchas de intereses y corrientes políticas diferentes, esas luchas pro-vocaron en muchas ocasiones que la educación impartida por el Estado fuera deficiente y de muy baja calidad.

183

A partir del surgimiento de nuestra Carta Magna y del establecimiento del Artículo 3º, éste vino a darle forma y vida a los principios e ideales de la educación pública, siendo su principal rector. Aunque no debemos descartar que las necesidades de la sociedad mexicana han cambiado y en ese sentido el Artículo 3º ha sufrido cambios y adaptaciones, las cua-les se han realizado con la finalidad de brindar una educación pública de mejor calidad.

Pero esa educación de calidad debe tener como guía el ideario plas-mado en el Artículo 3º, sin perder de vista los ideales y valores que a través de la historia lo han ido forjando. Ya que a través de la educación pública se introyecta y se transmite todo el bagaje cultural heredado de nuestros antepasados y al hacerlo, esto nos puede hacer trascender en la historia y en el futuro de nuestro país.

La educación pública con el Artículo 3º, preserva nuestra identidad na-cional, sin imitar modelos educativos que no corresponden a nuestra ideología y cultura, sin perder de vista los valores universales y naciona-les que nos dan vida como pueblo, frente a una Globalización deshuma-nizante.

La democracia, la igualdad, la dignidad, la identidad, la laicidad y ante todo el respeto a la vida y a la convivencia social son algunos de los principios y valores del Artículo 3º que tienen como meta fundamental el mejoramiento humano, social, político y económico del pueblo mexi-cano por medio de la educación, así como su desarrollo tecnológico, su trascendencia y el reconocimiento de éste frente a otras naciones.

185

citaS

1-5. Cfr. Larroyo, Francisco. Historia comparada de la educación en Mé-xico. pp. 13-68

6-9.Cfr. Sociedad, pensamiento y educación. UPN. 6 pp. 8-69.

10-11.Cfr. Nicolín, María de Ibarrola. Las dimensiones sociales de la educación. Págs. 17-l51.

12- 13.Cfr. Durkheim. Sociología y educación. pp. 15-89.

14.Cfr. Althusser, Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Revista Mexicana de Ciencia, Política y Educación. UNAM. p. 15.

15.Vid. Muñoz, Izquierdo Carlos. Funciones de la educación. UPN. p. 172.

16.Cfr. Cervantes, Juan Edilberto. Una cultura de calidad en la escuela. pp. 1-36.

17.Vid. Schmelkes, Sylvia. Hacia una mejor calidad en nuestras escuelas. pp. 11-37.

18.Cfr. Memoria: II Congreso Internacional de Educación. p. 18.

187

bibliografía

Artículo 3º. Constitucional y Ley General de Educación. México, Ed. SEP, 1993 (c-1993), 94 p.

Escuela y comunidad. UPN. (Antología). Proyecto estratégico Núm. 3, México, Ed. SEP, 1987 (c-1985), 242 p.

Formación docente, escuela y proyectos educativos. UPN. México, Ed. SEP, 1994, 91 p.

Formación social mexicana. UPN: (Antología). Proyecto Estratégico Núm. 3, Mé-xico, Ed. SEP, 1987 (c-1985), 242 p.

Guzmán, Leal Roberto. Sociología. 24 Ed., México, Ed. Porrúa, 2000, p. 269

Hernández, León Manuel Humberto. Sociología. (temas de ciencias sociales). 34 Ed., México, Ed. Porrúa, 1999, 74 p.

Hilgard, Ernest Roy y Gordon H. Bower. Teorías del aprendizaje (Biblioteca Técnica de Psicología). Tr. Rogelio Díaz Guerrero. 7 Ed., México, Ed. Trillas, 1982 (c-1980), 718 p.

La escuela pública en México. UPN. 2 Ed., México, Ed. SEP, 1994 (c-1993), 241 p.

Larroyo, Francisco. Historia comparada de la educación en México. 16 Ed., México, Ed. Porrúa, 1981 (c-1981), 596 p.

188

Nicolín, Ibarrola María. Las dimensiones sociales de la educación. 2 ed., Méxi-co, Ed. SEP, 1998, 79 p.

Ponce, Aníbal. Educación y lucha de clases. México, 1981, 124p.

Revista de la Educación Superior. ANUIES. V. IV, Núm. 2, México, abril-ju-nio 1975, 134 p.

Salomón, Magdalena. Panorama de las principales corrientes de interpretación de la educación como fenómeno social. México, UNAM, 1980, 135 p.

Sociedad, pensamiento y educación. UPN. (Antología). Proyecto estratégico núm. 1, 2 ed., México, Ed. SEP, 1987, 433 p.

Solana, Fernando, y otros. Historia de la educación pública en México. Edición especial, México, Ed. SEP, 1982, (c- 1981), 644 p.

la capacitación para el trabajo, como

elemento de tranSición entre la educación

báSica y la educación SuperiorFiliberto Cardia García

191

introducción

Realizar una reflexión sobre el Artículo 3º Constitucional y como los diversos niveles educativos atienden sus proclamas, obliga a una revisión sobre el alcance logrado de la cobertura educativa en la nación mexica-na, para favorecer un desarrollo sustentable, cabe mencionar que esta actividad representa un tema de alta complejidad, que por momentos orillan hacía a la subjetividad y a la exteriorización de las emociones, que sin duda se verán reflejadas en el presente trabajo.

Actualmente existen 2 sectores educativos sumamente marcados, la edu-cación básica (la cual por ley es gratuita) y la educación superior (la cual sólo se recomienda que sea promovida por el Estado a través de univer-sidades públicas). El Artículo 3º sostiene que todo individuo tiene dere-cho a recibir educación, sin embargo, sectoriza los niveles educativos y no existe referencia hacia el sector de la educación intermedia (también llamada educación media superior).

En este ensayo se proponen acciones para que esta falta de vinculación entre la educación básica y la superior pueda ser gestionada a través de la educación media superior (EMS), en específico por la modalidad educativa llamada capacitación para el trabajo.

A través de la experiencia docente propia se ha identificado una falta de pertenencia social entre los conocimientos impartidos a través del curri-culum de las instituciones educativas (IE) y el sector ocupacional o labo-ral. Siendo esta falta de integración una inconsistencia en el alcance del Artículo 3º que proclama “educación para todos”, durante este ensayo se orienta a la especificación que la educación recibida sea permanente y no sólo sectorizada a una etapa inicial de la vida de los individuos.

192

Para minimizar este fenómeno social de falta de pertinencia entre la educación recibida y los conocimientos que demanda el sector laboral, este ensayo, realiza un análisis propositivo de como la capacitación para el trabajo, inserta como una modalidad de la EMS, puede ser el eslabón que permite unificar a la educación básica y a la educación superior y encaminarlas hacia la educación permanente. Fuera del alcance de este ensayo se encuentra la revisión del subsistema de la EMS, por falta de experiencia personal en la gestión de este nivel educativo.

A través de este trabajo el objetivo es documentar la interpretación per-sonal sobre la atención que tienen los diferentes niveles educativos del Artículo 3º, también de los derechos humanos y de la identidad na-cional, como condiciones clave de la educación permanente que todo ciudadano debe recibir, para su evolución como una persona íntegra y armoniosa con su comunidad.

Asimismo a través de la experiencia obtenida como docente, se plasma a manera de síntesis la observación realizada (en cuanto a la pertinencia de la educación y la ocupación laboral), de los sistemas educativos de la educación básica, superior y de capacitación para el trabajo -se destaca la vital importancia de los Centro de Capacitación para el Trabajo Indus-trial (CECATI), como centros de pertinencia ocupacional (en cuanto a conocimientos, habilidades, destrezas y manualidades específicos)-. Las premisas y supuestos realizados son basados en la experiencia y la subje-tividad personal donde el pensamiento y el temperamento proclaman un sentido de justicia a favor de una equidad educativa, que sea justamente gestionada por el Ejecutivo (en los planes y programas de estudio) hacia la educación impartida al pueblo de México.

Benavides (2007), habla de los fines de la educación mexicana a través del análisis del Artículo 3º y de los Sentimientos de la Nación de José María Morelos y Pavón, da relevancia a la obligación del Estado a:

– Promover el desarrollo armónico de todas las facultades del ser humano…, que se resume en aprender a ser. Cabe recordar que las facultades del ser humano son variables a través del tiempo

193

y la armonía del ser humano depende de la satisfacción de sus necesidades de acuerdo a la pirámide de Maslow. Por lo tanto al satisfacer sus necesidades primarias los individuos avanzaran hacia su realización personal y el Artículo 3º Constitucional ha sido re-ducido a prestar atención a la educación básica.

– Trabajar por el constante mejoramiento económico, social y cul-tural del pueblo, lo cual exige preponderantemente aprender a hacer. La educación básica y superior son formaciones generales de una persona letrada, para atender este fin, las personas deben satisfacer continuamente adiestramientos específicos y bien dirigi-dos a la atención de sus debilidades laborales, que le representan un mejor ingreso económico (sin embargo, como atender a los millones de mexicanos de manera individual).

– Impulsar y mejorar la convivencia humana, aprendiendo a vivir juntos y construir juntos una historia común. Esta solidaridad se ve en riesgo ya que una educación sectorizada, sectoriza también a la sociedad y por consiguiente a la convivencia. Limitando a las clases sociales bajas a desarrollar una pérdida de su dignidad per-sonal e identidad nacional.

– Desarrollar la democracia como forma de vida, con el soporte de una educación para la paz, la justicia y la equidad. Si el estado de armonía del hombre cambia con la edad, su concepto de demo-cracia cambia conforme a los valores de justicia y equidad que le son inferidos y pasa de ser un individuo protegido a un individuo protector, entonces la democracia requiere de diferentes represen-taciones de acuerdo al nivel educativo impartido.

– Aprender a aprender a ser soberanos para dejar de ser súbditos (Art. 39 Constitucional): aprender a no aceptarnos como esclavos ni a tratar a nadie como tal. Esta proclama es inherente a la Cons-titución mexicana y a documentos que promulgan libertad como los Sentimientos de la Nación, por ello la educación debe ser libe-radora y cada nuevo reto laboral representa una liberación a las condiciones de armonía individual y colectiva.

– Sustentar a la educación en los avances de la ciencia, liberándonos de la ignorancia, y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios. Este fin obliga a la universidad pública a ser un refe-

194

rente de la educación básica, para formular sus planes y programas de estudio. Si bien las habilidades de lectoescritura nunca podrán ser sustituidas, la historia de las ciencias naturales y sociales y sobre todo la historia deben, reconfigurarse de tal manera que los hechos actuales sean informados de manera objetiva e inmediata a los estudiantes de la educación básica.

Estos planteamientos exigen reforzar los medios para lograr que esta visión se convierta en una forma de ser, de pensar, de decidir, de ac-tuar sustentada en un liderazgo del Estado mexicano para preservar la educación gratuita, laica y obligatoria… Sabiendo que la interpretación histórica de los fines de la educación, corresponden a cada época y a cada grupo social, pues sólo así, las personas, con su propia visión del mundo, pueden actuar sobre ese universo para hacer coherente la pro-pia existencia (Benavides Ilizaliturri, 2007).

Siendo en este momento necesario vincular la educación básica con la educación superior e impulsar la capacitación para el trabajo como la modalidad complementaria (y no obligatoria) permitiendo compensar las carencias de la educación básica pública, cuando los individuos se encuentran en el nivel de la educación superior.

De manera sintetizada el compromiso con el Artículo 3º consiste en ga-rantizar que en la interpretación del mismo el enunciado “educación para todos” debe entenderse como un derecho humano, y este derecho en el acceso a una educación permanente y sin exclusiones. Por per-manente se entiende que la educación nunca termine, sólo detenido el proceso por la mortalidad. Sin exclusiones, que confirme con hechos y no con discursos que nos incluya a todos, sin importar edad, sexo, raza, religión o creencias: porque es deber del Estado garantizar la educación permanente para todos siempre.

Otorgando autonomía a las universidades y ellas creando caminos hacia la soberanía, por medio del conocimiento. En un nuevo reconocimiento de la EMS, su función principal será dar impulso a la capacitación para el trabajo actualizando los actuales CECATI y creando nuevos centros

195

de capacitación industrial (sin confundirlos con el Instituto de Capacita-ción para el Trabajo (ICAT), que brindan un servicio más de capacita-ción comercial y domestico).

Finalmente con un sentido de pertinencia social y una base de datos generada por las estadísticas de los programas de seguimiento de egresa-dos de las universidades públicas de manera regional, es posible forma-lizar estos conocimientos en áreas educativas que formen el curriculum de los nuevos programas de estudio descentralizados por regiones, para la educación básica.

Siendo responsabilidad y labor del Instituto Nacional para la Evalución de la Educación (INEE), habilitar a la capacitación para el trabajo como medio generador de contenidos de conocimiento, y evaluar los requeri-mientos laborales y no las debilidades académicas del sistema educativo mexicano.

197

deSarrollo

Revisión del Artículo 3º Constitucional

Para definir a la educación pública se parte de los conceptos aportados por el diccionario de la RAE1 (2012) en su diccionario de la lengua espa-ñola, para posteriormente integrarlos en una definición que intensifique el concepto y lo adapte a la intención de la declaración del Artículo 3º Constitucional.

La educación se define por la RAE como: “Acción y efecto de edu-car” y educar representa, “desarrollar o perfeccionar las facultades in-telectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc.” y público como: “Perteneciente o relativo al Estado”, en otra acepción “accesible a todos”. Por lo tanto la educación pública es el acto, acción o actividad, sin duda es otro concepto aún por definir e integrar.

El Artículo 3º, se encuentra con la limitante para su interpretación al solo declarar una “educación para todos”, en la actualidad se debe ser especí-fico con los alcances del termino educación tanto por la era digital como la coexistencia de las etnias que conforman los pueblos y mantienen sus tradiciones, también la Globalización exige el manejo de una segunda lengua y una convivencia multicultural.

Al definir acto de acuerdo a la RAE es “celebración pública o solemne”, acción es “ejercicio de la posibilidad de hacer” y actividad se entiende como “facultad de obrar”. Por lo tanto al diferenciar los conceptos y de

1 Real Academia Española

198

manera concreta al constituir una definición propia de educación públi-ca, está se puede enunciar como:

Educación pública es la actividad del Estado, para desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales, motrices y morales del niño, del joven y de los adultos por medio de un curriculum formal o informal. Esta educación debe ser accesible para todo el pueblo de México sin exclusiones de condición social o nivel educativo.

Algunos sitios en la Internet2 concurren hacia una definición como la si-guiente: “Se denomina educación pública al sistema nacional educativo de cada país… Por lo general, comprende la planificación, supervisión o ejecución directa de planes de estudio y educación escolarizada de diversos niveles académicos… El objetivo de la educación pública es la accesibilidad de toda la población a la educación, y generar niveles de instrucción deseables para la obtención de una ventaja competitiva”.

Una debilidad sin duda de la interpretación del Artículo 3º, es la deter-minación de los contenidos a plasmar en los planes y programas de es-tudio, una planificación, supervisión o ejecución no garantizan cobertura y mucho menos pertinencia. Entonces, ¿cuál debe ser el momento en el proceso educativo para extraer la información que servirá, para determi-nar los contenidos a integrar en los planes y programas de estudio?, si bien se menciona que los contenidos deberán determinarse por el avan-ce de la ciencia y la tecnología. La infraestructura educativa mexicana no se encuentra en condiciones de adoptar la novedad de estos avances. Asimismo el sector laboral se encuentra alejado de la ciencia y la tecno-logía, ya que carecen de departamentos de desarrollo del producto y la ocupación de sus empleados se reduce a la mecanización de actividades rutinarias y simples.

Sobre el tema de la educación pública el Artículo 3º Constitucional dice: Todo individuo tiene derecho a recibir educación. Por lo tanto no debe existir exclusión, sin embargo, la educación superior y la capacitación

2 https://es.wikipedia.org/wiki/Educaci%C3%B3n_p%C3%BAblica

199

para el trabajo, son sectores de la educación pública que se restringen día a día, en su actuar debido a la diversificación del conocimiento y la tecnología, asimismo por la falta de recursos económicos destinados a la inversión y actualización en infraestructura pertinente con las demandas del sector económico local (automotriz, aeronáutico, de salud, etc.).

Entonces se debe clarificar que la educación no representa sólo el acto de la alfabetización (nivel básico), debe ser la atención a las necesidades de aprendizaje de todos los individuos en diferentes momentos de su vida. Siendo necesario que exista una ventaja competitiva de un ciuda-dano sobre otro y de esta manera generar flujos de servicios por medio las artes y los oficios (Bernal González , 2005) internos y externos entre los Estados y los municipios y los individuos.

Benavides (1999) comenta al respecto que las nuevas exigencias de la so-ciedad y del mundo del trabajo generan nuevas expectativas que obligan a cada individuo, hombre o mujer, a renovar sin cesar sus conocimientos y habilidades a lo largo de la vida…, asimismo…, el proceso educativo se debe entender como “una construcción continua de la persona humana, de su saber y de sus aptitudes, pero también de su capacidad de juicio y decisión”.

Ante esta alusión es preocupante el alcance del capítulo 3º hacia la edu-cación superior y para el trabajo. Ya que éste se refiere en cuanto a la obligatoriedad a: El Estado –Federación, estados, Ciudad de México y municipios–, impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y me-dia superior. La educación preescolar, primaria y secundaria conforman la educación básica; ésta y la media superior serán obligatorias. Entonces es claro que se atenta contra la autonomía y soberanía nacionales, al al-fabetizar a los connacionales en la etapa inicial de su vida, la cual aún no es productiva y por lo tanto no contribuye a potencializar su desempeño profesional y económico, que les permita mejorar su calidad de vida, por lo tanto la educación para todos se debe enunciar como educación permanente para todos.

Al carecer de una equidad educativa nacional para todos los niveles edu-cativos, se ve limitada la participación de los mexicanos en el entorno

200

internacional multicultural, por ello para ser congruentes con el Artículo 3º, donde indica que la educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia. Se debe favorecer el acceso a la educación superior y a la capacitación para el trabajo, de las personas. Esta dirección puede lograr un proceso de armonía que empieza con el bienestar social de una persona como individuo, familia, sociedad y pueblo con la identidad planetaria de una aldea global.

Al pertenecer a una comunidad internacional, se posibilita al Estado a reconocer e identificar las pedagogías, didácticas, metodologías, herramientas e instrumentos, que han sido utilizados como mejores prácticas por diversos países desarrollados y en vías de desarrollo que gozan de la mejor calidad de vida para sus habitantes y cumplir con la demanda del Artículo 3º, el Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la orga-nización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos. Siendo necesario que los grandes errores identificados en los libros de texto de educación básica no se repitan de manera concurrente hacia los niveles superiores de educación y de capacitación para el trabajo. Que disminuyan las condiciones deplorables (en infraestructura y equipamiento) de enseñanza de las zonas marginadas y se garantice la actualización docente hacia las mejores prácticas educativas de acuerdo a su región geográfica y condiciones laborales.

Al mismo tiempo es necesario educar al docente en la selección e iden-tificación de las pedagogías, didácticas, equipos y materiales educativos y que estos sean adecuados mediante la innovación y la creatividad a las regiones de la República Mexicana. No se considera motivante que se implementen modelos educativos extranjeros de manera directa en la idiosincrasia nacional. Un ejemplo es la formación DUAL, la cual aún no ha sido posible implementarla de manera exitosa, debido a que no inte-ractúan todos los elementos de un modelo de triple hélice en conjunto, la gestión de los apoyos y la garantía de ocupación laboral (gestión del

201

Ejecutivo) aún son deficientes aunque exista una alta habilitación para el trabajo (función de la academia).

La capacitación para el trabajo una aproximación

Hacia donde se tiene que avanzar en la gestión de las proclamas del Artículo 3º Constitucional, de manera personal en función del exper-tise adquirido en la docencia a nivel superior, la capacitación para el trabajo se perfila como un eslabón de vinculación entre la ciencia y la tecnología y la pertinencia de la educación básica en la habilitación ocupacional.

Sin duda alguna la impartición de la educación básica, así como de la superior y para el trabajo, deberá mantenerse laica como lo indica el Artículo 3º y sostenerse del bagaje científico. Pero no de uno extranjero, deben desarrollarse los contenidos de enseñanza en el avance tecnológi-co nacional, aunque éste sea incipiente. Ya que de esta manera las ins-tituciones de educación pública complementaran su instrucción con la demostración en sitio de los contenidos teóricos –porqué hablar de una agricultura europea intensiva– si en México predomina la agricultura extensiva, se habla entonces de técnicas productivas inexistentes en la re-gión y de mínima aplicación para el desarrollo económico de la nación, cual es el aprendizaje significativo y para la vida.

Papel de alta relevancia es el del Ejecutivo Federal, quien tiene la fun-ción de determinar los planes y programas de estudio de la educación preescolar, primaria, secundaria y normal para toda la República Mexi-cana. Adicional a considerar la opinión de los gobiernos de los estados y de la Ciudad de México, así como de los diversos sectores sociales involucrados en la educación, los maestros y los padres de familia. El Estado deberá incluir el comportamiento económico del Producto In-terno Bruto (PIB) y del índice de desarrollo humano (IDH), ambos indi-cadores del Banco Mundial (BM), al determinar el grado de desarrollo sustentable de las naciones. Como lograr armonía en un individuo que no encuentra opciones y recursos de apoyo, que le permitan incrementar su habilitación laboral, si la población económicamente activa (PEA), no

202

encuentra eco a sus demandas, cómo se genera un Estado de derecho solidario y protector de los derechos humanos.

La dinámica que sea capaz de modificar los currículums del sistema educativo mexicano de acuerdo a los indicadores de desarrollo econó-mico regionales, tendrá la fórmula mágica para erradicar la pobreza y la marginación. ¿Qué fin tiene enseñar técnicas marítimas de pesca, en el estado de Chihuahua y minería de hierro en el estado de Tabasco?, esta pregunta representa uno de varios ejemplos donde el currículum nacional de la educación pública se convierte en un detractor de los indicadores de desarrollo sustentable. Y el contenido de la capacitación para el trabajo se convierte en un impulsor de la economía local, es ne-cesario enseñar capacitación en el área metal-mecánica en las regiones con industria automotriz y enseñar perforación de pozos en las regiones petroleras.

Por lo anterior se justifica que es necesario adoptar un esquema de desa-rrollo curricular regional y evitar los currículums nacionales, que si bien centralizan la toma de decisiones sobre los modelos en infraestructura de los centros educativos. Atenta contra la soberanía nacional y los fines de la educación expresados en el Artículo 3º, al no desarrollar una per-tinente habilidad productiva que permita explotar los recursos naturales locales.

Si bien la educación básica se versa más en conocimientos y cultura general, y ésta es gratuita. También el acceso a los conocimientos especí-ficos que habiliten a los habitantes de las regiones a explotar sus recursos naturales, deben ser gratuitos y de alcance nacional por regiones. Por lo tanto profesionalizar la experiencia de desarrollo económico mediante el nivel superior de estudios deberá garantizarse como una modalidad educativa de acceso gratuito.

Quedando en duda la capacidad de cobertura del Estado y en una am-bigüedad el apartado IV del Artículo 3º: “Toda la educación que el Es-tado imparta será gratuita”, y deberá modificarse a “Toda la educación necesaria para el desarrollo sustentable de la nación debe ser gratuita,

203

permitiendo administrar los recursos destinados a la educación pública de manera equitativa por regiones”.

Si el desarrollo económico se logra mediante la capacitación para el tra-bajo –trayendo consigo una mejora económica–, la profesionalización de las actividades económicas se logra mediante la educación superior –tra-yendo consigo una mejora significativa a la calidad de vida-–, que conte-nidos curriculares deberán incluirse en el currículum de las instituciones de educación superior (IES) públicas. Se prevé que éste debe asociarse al desarrollo tecnológico para la explotación de los recursos naturales, al inicio mediante la incorporación de procesos y maquinaria extranjeros, posteriormente implementando procesos nacionales con equipamiento extranjero y finalizando con procesos nacionales con desarrollo tecnoló-gico regional, un especialista en tecnología náutica, difiere en formación con un tecnólogo agrícola.

En el apartado V del Artículo 3º, se señala que el Estado promoverá y atenderá todos los tipos y modalidades educativos –incluyendo la edu-cación inicial y a la educación superior– necesarios para el desarrollo de la nación, apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura. No se especifican momen-tos y líneas de acción, para promover y atender a la capacitación para el trabajo.

La capacitación para el trabajo no se inserta en el Artículo 3º, como un referente obligado en el desarrollo del país, siendo su presencia indis-pensable en el desarrollo curricular de la educación básica y superior –ya que atiende de manera directa y puntual las necesidades técnicas de las personas empleadas por el sector laboral–.

Si la demanda del sector laboral sobre una capacitación tecnológica específica en una región local es alta, se debe considerar que la soli-citud es una petición real y pertinente en la localidad. Siendo su aten-ción indispensable en el desarrollo curricular de la educación básica y superior (a nivel licenciatura y posgrado), por ello si la población de-manda cursos de máquinas herramientas, se debe orientar a la educa-

204

ción básica al desarrollo de las habilidades motrices de trazo y manejo del espacio, así como al manejo de las herramientas de taller. Como complemento la educación superior debe profesionalizar este cono-cimiento con programas de estudio enfocados al dibujo técnico, de tecnología de los metales y su comportamiento ante diversos manejos de maquinado.

Si la localidad oferta oportunidades laborales de pesca intensiva, enton-ces los contenidos de la educación básica se deben enfocar a la biología y manejo de ecosistemas acuáticos y la educación superior hacia el dise-ño de estanques y obra civil hidráulica.

En ambos ejemplos la historia general deberá especificar para el caso uno el desarrollo de la industria metal-mecánica y en el segundo caso el desarrollo de la industria pesquera, haciendo pertinente la educación gratuita recibida.

Entonces si la pertinencia en los contenidos educativos es baja, esta bre-cha es aprovechada por los particulares, quienes complementan los cu-rrículums nacionales y por medio de talleres y cursos complementarios, adecuan la enseñanza a las necesidades del sector laboral y proporcio-nan una educación pertinente. Asimismo al ser la educación particular una actividad de lucro y dirigida a los sectores sociales medio alto y alto, entonces sus actividades escolares son dirigidas a puestos directivos de gestión, proporcionando las herramientas necesarias para desempeñar estos puestos. La toma de decisiones basada en la estadística y compor-tamiento del mercado mundial es un precedente valioso para un pla-neador de operaciones de una empresa transnacional, sin embargo, la enseñanza de las técnicas de la agricultura prehispánicas, carecen de relevancia en su entorno ocupacional.

El papel de los particulares en la educación

Si bien los particulares aprovechan esta brecha entre las modalidades educativas, para lucrar con las habilitaciones que la educación pública no puede brindar al pueblo. La educación y los fines de la educación

205

dejan de ser nobles para convertirse en una alternativa de negocio, que vela por los intereses personales y no los de la nación.

Al formar parte de un sistema escolar nacional único el currículum de las escuelas privadas se ve limitado en su concepción básica, sin embargo, los cursos complementarios que de manera extraordinaria se imparten adjunto a los planes y programas de estudio, permiten beneficiar a una minoría que pronto se desapega de la media nacional y reciben las me-jores oportunidades laborales.

Esta referencia de mejores oportunidades económicas, pronto genera desigualdades sociales y mantienen una franca inestabilidad social entre los individuos, las familias, la sociedad y el pueblo. Fracturando la sobe-ranía nacional e incluyendo condiciones de injusticia laboral, faltando de esta manera a la proclama que demanda a los particulares a impartir la educación con apego a los mismos fines y criterios que establecen el se-gundo párrafo y la fracción II, así como cumplir los planes y programas a que se refiere la fracción III, del Artículo 3º.

Es de reconocimiento hacia los particulares su ahínco por el seguimiento de sus egresados (ejemplo, ITESM, ITAM, etc.), ya que su estructura dinámica permite la identificación de los mejores conocimientos, técnicas, tecnológica y ciencia, que deben impartirse a sus educandos. Su oferta de educación continua es tan robusta como su oferta académica presencial y las oportuni-dades de financiamiento y acceso a esta profesionalización de su formación, genera una alta pertinencia entre el sector laboral y la educación superior.

El papel de las instituciones de educación superior se enmarcan den-tro del siguiente párrafo del Artículo 3º las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y dis-cusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administrarán su patrimonio.

206

En el caso de las universidades su autonomía y libertad de catedra aleja su producción académica de las demandas del sector laboral. La uni-versidad pública cumple con su función social al desarrollar ciencia y tecnología. Sin embargo, la pertinencia de sus avances tecnológicos se alejan de la población inserta en el sector laboral. Por ello debe hallar un mecanismo que permita articular los avances internacionales con un impacto local.

El mecanismo propuesto a criterio personal debe ser la capacitación para el trabajo, en sus adentros la universidad deberá proyectar la creación de centros de formación para el trabajo. Los centros de alta investigación y de transferencia tecnológica continuaran en sus gestiones sobre el desa-rrollo del conocimiento. Pero ahora la universidad tomara su carácter de servicio a la sociedad y debe acercarse a la población ofertando cursos que permitan desarrollar las artes y los oficios como lo había propuesto Vasconcelos (Bernal González, 2005).

La prioridad de sus programas de seguimiento de egresados y su oferta de educación continua, deberá ser robusta. La retroalimentación de sus egresados sobre la mejor aplicación de la formación recibida debe orien-tar el currículum de los planes y programas de estudio y éstos permear hacia la educación básica.

La atención personalizada a cada egresado permitirá conocer de fondo su satisfacción profesional y sobre todo permitirá evitar el empleo como taxista o prestador de servicios comerciales.

Los indicadores sobre la prestación de servicios educativos de calidad, deberán observarse por medio de la recuperación de los valores que forman a una persona; dignidad, respeto, tolerancia, justicia, en síntesis apelar axiológicamente al valor de la personalidad del ciudadano y a su pleno desarrollo en armonía con las finalidades de desarrollo de una sociedad democrática (Escamilla Salazar, 2009).

Se debe recordar que el Artículo 3º, está inscrito en la Constitución de 1917 y es la primera en el mundo que establece los derechos humanos

207

de solidaridad o derechos de los pueblos como garantías individuales (Escamilla Salazar, 2009).

Por ello al diseñar y realizar mediciones, expedir lineamientos o ge-nerar información, se deberá observar la protección de las garantías individuales, ya que éstas son: unilaterales, irrenunciables, permanen-tes, generales e inmutables. Permitiendo alcanzar los derechos de soli-daridad:

Derecho a la paz. Derecho a un medio ambiente sano y equilibrado. Derecho a la autodeterminación de los pueblos. Derecho a la independencia económica y política. Derecho a la coexistencia pacífica. Derecho a la cooperación internacional y regional. Derecho al desarrollo. Derecho a ser diferente. Derecho a beneficiarse del patrimonio común de la humanidad.

Por lo tanto el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación a través del Sistema Nacional de Evaluación Educativa, asimismo con fun-damento en el Artículo 3º Constitucional, será posible lograr el alcance de los beneficios de los derechos humanos referidos a la educación a favor de la solidaridad armoniosa de los pueblos.

Donde las instituciones de educación superior se vinculen con las insti-tuciones de educación básica a través de la educación para el trabajo. Siendo este enlace un punto integrador en el desarrollo sostenible del país que le permite recobrar sus ideales de autonomía, soberanía y soli-daridad nacionales e internacionales.

El siguiente apartado llamado apuntes para la promover a la capacita-ción para el trabajo como un ente de vinculación entre la educación bá-sica y la educación superior, permite recrear la experiencia vivida como individuo y docente en los sistemas educativos.

208

La capacitación para el trabajo como un ente de vinculación entre la educación básica y la educación superior

Educación básica

Un breve recorrido durante mi formación como profesionista se remonta a la educación preescolar que recibí en un jardín de niños oficial. Sin ahon-dar demasiado en los recuerdos lo más representativo de esta etapa fue la preparación para los festivales escolares, ensayos sobre puestas de bailables para festejar a los maestros, las mamás, la primavera, etc. Y la gran gala al aparecer en escena como un árbol o representando un gusano o pollito. Sin olvidar los grandes momentos de aburrimiento al esperar la aparición en escena, ya que la gran preocupación de los docentes era la pareja principal.

Se careció en la totalidad de una motricidad aeróbica, un acercamiento a la interpretación del arte (en sus diversas formas estéticas y por diversos materiales como la pintura y la plastilina). Grandes ratos fueron dedi-cados a aplastar plastilina y llenar hojas con acuarelas sin formas reco-nocibles. Tres años fueron invertidos por mi persona entre la anilina, la brillantina y la sopa seca para crear las apreciadas evidencias de apren-dizaje regalos de alto valor sentimental para mi madre (ya que ninguna otra persona coherente con la realidad entendía el ¿por qué? la enseñan-za y desarrollo de tales productos). Quizá por ello muchos compañeros nunca pasaron un preescolar y sus padres consideraron más importante la enseñanza del oficio de la familia.

No recuerdo tener un precedente significativo que me permitiera sentir-me realizado en el preescolar, siendo más significativos los aprendizajes del núcleo familiar. Por ello ahora al reflexionar sobre los avances de la educación preescolar deberán enfocarse a una revisión de los ámbitos de desarrollo personal propuestos por Benavides (CONALTE, 1991).

Ámbito de desarrollo personal, definido por el efecto formativo de las relaciones que establece el individuo consigo mismo al tomar en cuenta sus condiciones físicas, mentales económicas, sociales y culturales. Todo ello determina su ubicación como sujeto histórico y propicia la formación de valores individuales que paulatinamente van configurando valores sociales… Este ámbito alude también al reconocimiento

209

de las potencialidades del individuo, como medio para fortalecer el au-toestima e interactuar positivamente creando un ambiente de justicia y equidad en el hogar, en la escuela y la comunidad.

La educación primaria en una escuela oficial, fue en un sentido no figu-rativo un limbo, me encontraba ahora integrado a una población mucho mayor de estudiantes, que en el jardín de niños, por lo tanto era alguien que no se identificaba con un sentimiento de ideal nacional.

Ahora recuerdo haber cosido a mano grandes manteles y servilletas, el uso de los aros de costura, así como las clases de educación artística, matemáticas, español, ciencias naturales y sociales en un solo salón de clases, sobre todo al maestro multifuncional, que lo mismo daba clases de matemáticas, como de educación física a pleno rayo de sol y con alumnos descalzos, huaraches o botines. Esta condición es preocupante ya que Artículo 3º prioriza condiciones equitativas y una educación para todos.

El aprendizaje de la lectura fluida hasta el tercer año, la biblioteca se encontraba en el mismo salón de clases, la representaban los libros de texto, no se contaba con ningún material adicional y si éste existía era resguardado con mucho celo en la dirección escolar. Inolvidable fue el libro de Mis primeras letras y los libros de recortes, muy alejados se encuentran los indicadores de desempeño, propuestos por Benavides (CONALTE, 1991).

ID.1. Comprensión y aprecio por el medio en que vive.ID.1.1. Comprensión del entorno físico-social y aprecio de las ac-tividades que realiza, sus pertenencias y relaciones con los demás.ID.1.2. Aprecio, uso racional y respeto de nuestros recursos.ID.2. El individuo consigo mismo.ID.2.1. Descubrimiento del individuo ante sí mismo, basado en un sentido de pertenencia cada vez más profundo y extenso.ID.2.2. Reconocimiento, apropiación y expresión de valores, ideas y maneras de ser.ID.2.3. Cuidado de su integridad física.

210

ID.2.4. Actitudes de amor a la patria.ID.2.5. Realización de las propias actividades acordes a su interés

Más allá de una pobre exigencia en el razonamiento verbal y matemá-tico, no viene a mi memoria el desarrollo o la atención a reflejar en mi educación un uso y aplicación más allá que la de comprar la despensa para el uso de las matemáticas y el de la lectura para comunicarme con familiares lejanos.

En mi sector social la asistencia a la educación secundaria representaba, ya en ese entonces un logro excepcional, así que estar presente en este nivel educativo, me permitía ser parte de una elite a la cual no le era imperante la aplicación del conocimiento recibido y estudiado durante el nivel primaria. No así para aquellos que no accedían a la educación secundaria, su supervivencia y expectativa laboral dependía en gran me-dida del dominio de la aritmética básica y la lectura y escritura fluidas. Esta habilidad y destreza elemental separaba a los peones de los capa-taces, donde la falta de habilidades como reconocer el volumen, las relaciones de masa y peso, el taraje, la cuantificación de las cosechas, la medición del tiempo de siembra y cosecha, los gastos de combustible en función de las distancias de recorrido y el tiempo en que un producto es perecedero durante su transporte. Le significaban pérdidas o ganancias significativas.

La sectorización de la enseñanza debería haber representado una mejora significativa en el aprendizaje, pasar de un contenido global a un con-tenido específico, debe guiar a cada ciudadano en formación a un área del conocimiento que sea de alto interés, sin embargo, la prepotencia y soberbia docentes (mostraba a los estudiantes una lucha de egos), no favorecía el trabajo colaborativo y solidario, las talleres eran vistos como castigo en lugar de representar espacios de oportunidad. La falta de profesionalización docente cobraba cuotas muy altas, que eran represen-tadas en un bajo interés hacia las artes y oficios. Asi los indicadores de desempeño (CONALTE, 1991), quedan bastante alejados de la educa-ción recibida:

211

ID.3. Respeto hacia la sociedad.ID.3.1. Respeto por los valores de la propia familia.ID.3.2. Aprecio por la paz y solidaridad.ID.4. Adquisición de la cultura.ID.4.1. Relación con aprendizajes específicos: la cultura, la lengua, la historia, etc.ID.4.2. Valoración del propio trabajo en función del esfuerzo que uno realiza y de su contribución a la sociedad.ID.4.3. Asimilación y enriquecimiento de su cultura valorando los objetos artesanales, tecnológicos y culturales propios.ID.4.4. Conocimiento de las posibilidades propias en la apertura a lo universal y logro de la trascendencia legitima en la perspectiva del tiempo y el espacio.

Con una franca falta de seguridad para incorporarme al sector ocupa-cional (provocada por la baja calidad académica recibida y por la inex-periencia con respecto a las habilidades requeridas para trabajar en la agricultura y la ganadería), decido a continuar con mi proceso formativo, pero ahora con la limitante de que la educación complementaria ya no es gratuita. Hay que pagarla, para recibirla.

Bajo esta nueva realidad conocí el sistema educativo particular a nivel bachillerato y pude apreciar las ventajas de la educación vista como ne-gocio. Extraña era para mí la atención y preocupación sobre mi aprendi-zaje. Un constante sentimiento de desventaja era normal en cada día de clases, la falta de coordinación motriz y de oído musical para las clases artísticas, un desconocimiento de los deportes en cuanto a sus reglas y una falta de capacidad atlética predominaban en las aptitudes deporti-vas.

En definitiva en esta transición no me reconocía como una persona que había recibido una educación que me permitiera un desarrollo armóni-co, así como las facultades de ser humano para expresarlo en un pro-fundo amor a la patria, con un pleno respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y la justicia.

212

Un bajo nivel de lectoescritura, complicaba la comprensión de los tex-tos literarios (imposible era, poder leer a los autores latinoamericanos, europeos o americanos), la física, la matemática, la biología, la filosofía, la literatura, la lógica eran asignaturas de las cuales desconocía su propó-sito. La educación primaria y secundaria no me habían preparado para su estudio y comprensión y entonces los 9 años invertidos en recibir esta educación son cuestionables en sus metas y propósitos.

Aún recuerdo la pertinencia de haber aprendido mecanografía, quizá como el único aprendizaje significativo que permanece en mis activi-dades diarias y la enseñanza de la danza folclórica, como un reto para expresarme en público.

Con una capacitación para el trabajo en computación y una formación en el área económico-administrativa, concluye mi formación en la educa-ción media superior. Más nunca fueron identificadas las áreas laborales en las cuales podía insertarme y aprovechar los conocimientos recibidos, un psicólogo como orientador vocacional es un fracaso anticipado en la búsqueda de un perfil profesional. Busco entonces de manera fortuita mi formación profesional en el área de ingeniería y posteriormente me anclo a la docencia como medio de vida, comenzando ahora otra pers-pectiva del sistema educativo mexicano.

Universidades públicas

Al cursar una carrera de ingeniería en una universidad pública, he sido testigo de las proclamas de autonomía y libertad de catedra (Tirado Vi-llegas, 2009), no así del avance tecnológico y su transferencia, pero si de una lucha interna por el poder autocrático.

En el sector público la educación superior es subjetiva en cuanto a los contenidos a impartir, las revisiones del estado del arte de las diversas temáticas que se imparten en ella, así como el conocimiento generado en los institutos de alta tecnología guían la formación de nuevos recursos humanos. Por ello la fuga de cerebros es cada vez mayor, en México no existen condiciones para desarrollar alta tecnología, pero tampoco

213

se quiere desarrollar tecnología intermedia y básica, por parte de los científicos, siendo necesaria la figura del tecnólogo que no ha recibido la atención y reconocimiento a su función.

La oferta (matricula) en la educación superior pública está en constante incremento cada año y los espacios educativos no crecen en la misma proporción, tanto la infraestructura física como la académica se desgasta a un ritmo acelerado. La falta de oportunidades que permita la integra-ción de la educación básica con la superior se ve obstaculizada por cotos y nichos de conocimiento. Los lineamientos de CONACYT hacia el de-sarrollo de científicos, aleja las intenciones de invertir recursos académi-cos y de gestión para realizar estancias laborales, a cambio se priorizan las estancias académicas, donde el conocimiento compartido se realiza a través de cátedras magistrales que en muchas ocasiones son infructuosas.

Ejemplo, se recibe una capacitación en competencias laborales que enseñan el proceso normativo y de certificación de la competencia laboral para la venta de pescado fresco, y la necesidad es conocer el proceso normativo de la certificación laboral en matricería. Si bien pudiera existir una congruencia en el proceso general, la pregunta es donde se encuentra la congruencia de los contenidos, se quiere satis-facer la necesidad de una técnica metal-mecánica, por medio de una técnica pesquera.

(Escamilla Salazar, 2009) comenta que el compromiso de la educación superior ha de enfrentar el reto de conciliar los intereses del Estado con las finalidades de la educación, para establecer el tipo de hombre que la sociedad desea, de tal manera que debe tomarse en cuenta no sólo la formación de los conocimientos científicos y culturales, sino que además tendrá que instituir la ventaja de incluir aquel tipo de saberes de orden práctico que fortalezca su sentido filosófico, ético y estético que permitan a través de la acción educativa:

– Formar la conciencia del ser consentido de libertad hacia los otros.– Respeto a su integridad y a sus ideales.– Tolerancia ante su condición física, mental y emocional.

214

– Igualdad de género.– Justicia a sus problemas sociales y a sus oportunidades laborales

para la dignificación de sus niveles de vida.

Por ello la universidad tendrá que mirar con gran responsabilidad el segui-miento de los egresados y escuchar con suma paciencia, orden y estructura cada una de sus participaciones; es necesario que la entrevista sea uno a uno, sin depender de las encuestas en línea. Los departamentos de educación con-tinua se deberán nutrir de esta información y generar programas de capaci-tación para el trabajo y de divulgación y difusión hacia la educación básica.

Las conferencia motivacionales no son suficientes, si bien son historias exito-sas de vida son de motivo de reconocimiento, más lo es el compartir los pro-cesos, como técnicas, procedimientos o simples estrategias, que permitieron sobresalir a un individuo sobre otro, de esta manera se logrará la equidad educativa y es posible avanzar cada vez a un paso más acelerado en la apli-cación de la ciencia y tecnología para el beneficio del desarrollo sustentable de la nación, fortaleciendo la soberanía y autonomía mexicanas.

Universidades tecnológicas

Por mi paso laboral en el subsistema de las universidades tecnológicas he tenido la oportunidad de participar en una intención nacional por inte-grar a los sistemas educativos a favor del desarrollo tecnológico del país. Por ser una instancia de acercamiento entre los sectores productivos y la educación superior. La implementación de sus talleres con la intención de ser modelos de transferencia tecnológica se han encontrado con la limitante de ser modelos tecnológicos extranjeros que no se adaptan a los sistemas productivos mexicanos. Todavía con suma preocupación es la falta de refaccionamiento de los equipamientos de los laboratorios y talleres de este subsistema.

Aunado a la ahora impartición de niveles educativos de licenciatura y pos-grado, el subsistema de universidades tecnológicas se aleja de la pertinencia laboral. Si bien empezaban a funcionar como un enlace entre los puestos de nivel supervisión y obrero general, ya que los técnicos superiores univer-

215

sitarios (TSU) se estaban insertando de manera exitosa en este espacio y su nivel de estudios correspondía a la remuneración económica, este suceso no violentaba las garantías individuales sobre la percepción de salarios injustos de acuerdo a la preparación académica de los profesionistas.

El reconocimiento social y las certificaciones y acreditaciones nacionales e internaciones con respecto a la habilitación laboral, obliga a los TSU, a la búsqueda de niveles educativos de licenciatura y posgrado. Gene-rando una inconformidad laboral que no es posible sustentar por parte de los empresarios, los cuales habían encontrado soluciones reales a sus problemas de innovación y mejoramiento de sus procesos, así como de sus mantenibilidades y adecuación regionales. Ahora se encuentran en un fenómeno de rotación de personal que limita su productividad.

Después de ser asesor de más de cien trabajos recepcionales, aproximada-mente el 80% era referente a innovaciones tecnológicas sobre todo de los procesos, maquinaria y equipo extranjero. Estas innovaciones eran siempre apoyadas por el empresario, ya que le representaban la adaptación de sus procesos a las condiciones ergonómicas y laborales de su región.

Teniendo alta aceptación por el sector laboral este subsistema educativo, comienza una rápida expansión en el territorio nacional y se ocupan los puestos y salarios que un egresado de licenciatura no concebía como una retribución justa y tampoco se alineaba a sus capacidades. Sin embargo, los indicadores de la PEA y el PIB se mantenían favorecidos, sobre todo representando un mayor flujo de capital económico para las poblaciones.

Teniendo un retroceso tecnológico para las regiones de México y sobre todo sin haber recibido por parte de los TSU, la formación adecuada para proteger el contenido de sus innovaciones3 (por medio de la protec-

3 Una desventaja en los contenidos curriculares la representa la falta de información sobre protección de datos, ideas, prototipos o desarrollos tecnológicos. Dejando en manos de los empresarios el beneficio de la utilización de una idea ajena y sin beneficio al actor principal de esta innovación. Aspecto educativo que el Artículo 3º no protege o hace referencia. Por derecho constitucional, así como las obras artísticas y culturales. Los de la propiedad intelectual y sobre todo la industrial se debe proteger con sumo celo y rápida gestión.

216

ción de los derechos de intelectuales o industriales). Estos son motivados a continuar sus estudios de nivel licenciatura y posgrado, pero aún sin la estructura laboral para dar cabida en el sector ocupacional a nuevos profesionistas con nuevas competencias laborales. Por lo tanto el mer-cado laboral se encuentra nuevamente en una situación de inequidad y competitividad laboral. Se tienen recursos humanos con alta formación en su profesión, pero se carecen de habilitaciones en conocimientos es-pecíficos de los procesos, maquinaria y equipo.

Si bien la búsqueda de un ser humano en armonía con su entorno de-manda que exista un crecimiento profesional. Es necesario determinar que es más urgente en este nivel educativo: estudios de licenciatura y posgrado o habilitaciones técnicas por medio de cursos de capacitación para el trabajo enfocados a formar solidos profesionales certificados por entidades nacionales e internacionales, que permiten incrementar los grados de innovación tecnológica del país.

Si bien se llevan a cabo ferias de seguimiento de egresados instituciona-les, regionales y nacionales, los mecanismos empleados al documentar la pertinencia de los conocimientos, habilidades, competencias, destrezas manuales. Éstos se limitan a presentar informes estadísticos sin articula-ción y especificaciones de la necesidad del sector laboral en cuanto a cursos de educación continua.

Nuevamente se identifica en este subsistema que el departamento de seguimiento de egresados deberá ser un agente de gestión con alta ca-pacidad, para detectar y diagnosticar los conocimientos requeridos por los profesionistas al desempeñar sus funciones de innovación tecnológica y diseñar un catálogo de cursos de capacitación para el trabajo, que en este momento es prioritario comentar, que un curso de capacitación para el trabajo no sólo debe estar dirigido al mercado laboral, los estudiantes de licenciatura y posgrado deben acercarse a las problemáticas industria-les a través de estos mismos.

Ya sea contando con autonomía o siendo un organismo descentraliza-do, se reconoce la diferencia social entre la educación básica pública y

217

la educación superior pública. Siendo su visión y misión cuestionables cuando se lleva a cabo una mirada a sus indicadores de pertinencia ocu-pacional (recuerde que encontramos a taxistas, taqueros, comerciantes, con nivel posgrado).

CECATI

Ahora al trabajar en la modalidad educativa de los Centros para la Ca-pacitación para el Trabajo Industrial (CECATI), he podido apreciar a la educación vinculada a la necesidad de aprender, el alcance que esta tiene encuentra por mucho la razón de ser del Artículo 3º Constitucio-nal, en los estudiantes no existe la limitación de la edad (acceden a esta educación individuos de 15 años hasta donde la capacidad cognitiva y motriz lo permita), una dedicación natural supera la atención a sus vicios y estados de ocio, el diálogo entre ellos se vuelve comparativo y genera aprendizaje significativo, por medio de los talleres prontamente la teoría se convierte en práctica y el aprendizaje pragmático predomina.

No existen conflictos sobre creencias religiosas, la comunidad de alum-nos se integra sin prejuicios. No importan los niveles sociales, ni los nive-les educativos. Se apoyan de manera desinteresada hacia un aprendizaje común. Manifiestan sin ser enseñados en esta instancia, los valores de tolerancia, respeto, honestidad y sobre todo humildad.

Se organizan empresarios, alumnos de licenciatura y posgrado, estudian-tes de secundaria, jubilados y adultos en plena capacidad laboral, hacia una colaboración con metas definidas y claras sobre su propósito en el curso. La satisfacción de su aprendizaje se refleja después de cada término de sesión y el regreso de los estudiantes curso tras curso para continuar con su proceso de habilitación laboral, es un elemento de sa-tisfacción personal hacia el docente y la modalidad educativa.

Tanto alumnos como docentes son sui géneris, el compromiso hacia los estudiantes se muestra total, existe una motivación y temor a enseñar contenidos de baja habilitación laboral.

218

Existe una alta disposición al proceso enseñanza-aprendizaje, es un mo-delo dinámico donde el profesorado también aprende de los alumnos (cabe recordar que aproximadamente el 60% de los alumnos pertenecen al sector laboral en activo y superan en muchas ocasiones la edad laboral del instructor). Por lo tanto cuando existe una mejora a la técnica del docente, ésta es inmediatamente implementada en el contenido de los cursos a impartir y compartida hacia los demás educandos y compañe-ros docentes de la misma especialidad.

¿Cómo se ha logrado esta pertinencia?, ya que las disciplinas se llaman tal cual como algunas licenciaturas; mecatrónica, informática, electróni-ca. Mediante una retroalimentación con los egresados se encuentran como fortalezas el conocer el funcionamiento de maquinaria, equipo y/o sistemas de la empresa donde trabaja, así como el empleo de las herramientas correspondientes; el contar con los conocimientos para realizar la instalación, revisión y diagnóstico de maquinarias y equipos; el contar con experiencia para aportar soluciones que ayuden a la optimización de recursos ambientales, materiales, humanos y financieros; el contar con estrategias para tomar decisiones de manera fundamentada, lo que ayuda para realimentar a los planteles CECATI para adoptar estrategias que puedan aplicarse y se logre una mejora académica y profesional… Actualmente y como parte de las políticas educativas, sobre todo en el ámbito de la educación técnica y la capacitación, prevalece el enfoque basa-do en competencias, orientado a responder con mayor pertinencia a las necesidades de formación de recursos humanos que demanda el mercado laboral, en el marco de com-petitividad resultante de los procesos mundiales de Globalización económica (López Vázquez, 2014).

A percepción personal la cobertura que la modalidad educativa propor-ciona, es altamente congruente a su visión y misión, así como a identifi-cación en un currículum informal y oculto de la comunidad académica. Aún cuando el apartado de la gestión administrativa contribuya en me-nor medida a los logros educativos, puesto que actualmente la matrícula de los CECATI se encuentra en riesgo de baja demanda (López Váz-quez, 2014).

219

concluSión

La reflexión final del Artículo 3º Constitucional lleva a repensar basado en Benavides (2007), sobre la temporalidad de los fines de la educación. Actual-mente promover el desarrollo armónico de las facultades del ser humano, conlleva elevar las intenciones de una cultura de paz a niveles internaciona-les, condiciones multiculturales y a superar una era de terrorismo.

Si bien la Constitución de México se encuentra con plena capacidad para desarrollar los valores del ser humano a través de la solidaridad, el sistema educativo mexicano dista mucho aun de brindar una adecuada cobertura educativa para todos los mexicanos, tal como lo dicta el Artículo 3º.

La disminución de la brecha, ya señalada entre educación básica y edu-cación superior, debe ser pragmática y de humanización permanente. En la actualidad a la pregunta puntual: ¿Para qué tenemos que educar-nos?, la respuesta también debe ser clara, para ser ciudadanos soberanos y autónomos de nuestro desarrollo sustentable.

Tenemos que aprender a ser capaces de adecuar y reproducir la tecnolo-gía extranjera a los procesos productivos mexicanos y por regiones a tra-vés de la innovación. El aprender a hacer deberá centrarse en el manejo de las habilidades cognitivas, motrices y creativas del ser humano, pero sin elevarlos al nivel de ciencia, más orientado al dominio de la técnica aplicada y a su aplicación en el sector ocupacional.

Para aprender a vivir juntos el INEE debe implementar los mecanismos que exijan a las IES a priorizar sus programas de seguimiento de egresa-dos y documentar las necesidades de capacitación agrupando por tipo de conocimiento y área de aplicación.

220

Al mismo tiempo mediante comités plurales y regionales reorganizar y modificar los planes y programas de estudio de la educación básica, descentralizando los currículums y sectorizando la educación a las acti-vidades económicas ya sean éstas, primarias, secundarias, terciarias o de cuarto orden.

Las actividades económicas que se fundamentan en la administración y gestión de las TIC, son prioritarias para las zonas urbanas, no así para las zonas rurales que demandan priorizar el conocimiento de las actividades primarias. Sin embargo, ¿qué contenidos utilizar para las zonas margina-das ya sean urbanas o rurales? No atender esta especificación implica, no tener cobertura educativa sobre las necesidades sociales.

No se trata de una convivencia más, sino de una convivencia basada en el respeto a la dignidad de la persona y a la integración de la familia; la convicción del interés general de la sociedad, los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los privilegios de rezas, de religión, de grupos, de sexos; la solidaridad internacional en la independencia y en la justicia (Benavides Ilizaliturri, 2007).

Se puede concluir que el Artículo 3º exhorta a desarrollar la democracia como forma de vida, con el soporte de una educación para la paz, la justicia y la equidad.

Sin duda alguna es latente la necesidad de políticas educativas a favor del respeto a los derechos y obligaciones que las Constituciones Políti-cas y en forma precisa al Artículo 3º, donde se promulgan actividades a favor de los ciudadanos y del desarrollo sustentable de los países, que deben garantizar para las futuras generaciones a las nuestras, una historia consistente con la mejora continua y permanente de la calidad de vida de los integrantes de una sociedad; justa, solidaria, independiente, demo-crática, plural y sobre todo dinámica que se adapta a los nuevos retos de una civilización que evoluciona en armonía con su contexto e integrantes (Benavides Ilizaliturri, 2007).

221

bibliografía

Benavides Ilizaliturri, L. G., 1997. Adultos en educación permanente. Puebla: CIPAE.

Benavides Ilizaliturri, L. G., 1998. Hacia nuevos paradigmas en educación. Pri-mera Ed. Puebla: CIAPE.

Benavides Ilizaliturri, L. G., 2007. Notas para una reflexión sobre política educa-tiva y social del nuevo régimen 2006-2012. Orizaba, CIPAE.

Bernal González , M. D. C., 2005. La teoría pedagógica de José Vasconcelos. México: Trillas.

Buap, 2007. Modelo Universitario Minerva (MUM). Documento integrador. Primera Ed. Puebla: BUAP.

Conalte, 1991. Perfiles de desempeño para preescolar, primaria y secundaria. Prime-ra Ed. México: Artículos Gráficos de México.

Escamilla Salazar , J., 2009. Los derechos humanos y la educación. México: Porrúa.

López Vázquez, J. L. A., 2014. CIDFORT. [en línea] Available at: http://www.investigaciondgcft.cidfort.edu.mx/pdfs/Investigacion%201,%202014.pdf [último acceso: 25 04 2016].

Marshall McLuhan, H., 2016. Monoskop. [en línea] Available at: https://monoskop.org/images/2/2c/McLuhan_Marshall_Powells_BR_La_aldea_global.pdf

222

Mejía Pereda, A., 2005. CIPAE. [en línea] Available at: http://www.saber-sinfin.com/index.php?option=com_content&task=view&id=260&I-temid=50 [último acceso: 15 06 2011].

Montes Mendoza, R. I., 2001. ¿Una pedagogía distinta? Cambios paradigmáticos en el proceso educativo. Madrid: OEI.

Morín, E., 1999. Los 7 saberes necesarios para la educación del futuro. Primera ed. Paris: UNESCO.

Santillán Campos , F., 2015. Recursos de investigación aplicados a la enseñanza en Latinoamérica. Guadalajara, México: Cenid.

Secretaría de Gobernación, 2014. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. D.F., México: Secretaría de Gobernación.

Tirado Villegas, G. A., 2009. La autonomía universitaria y la universidad públi-ca. Puebla: BUAP.

Concurso Nacional de Ensayo 2016.“Artículo 3º Constitucional y la educación pública,

del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación,se terminó de imprimir en octubre de 2016,

en los talleres de la Editorial de los Maestros “Benito Juárez”, S.C.Eje Central Lázaro Cárdenas No. 619, C.P. 07700, Col. Nueva Industrial Vallejo,

Gustavo A. Madero, Ciudad de México, con un tiraje de 500 ejemplares.