Aporte de La Escuela de Frankfurt
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El Equilibrista Ao 1 (2013) Martin / El aporte de la Escuela de Francfort a la Pedagoga Crtica
El aporte de la Escuela de Frncfort a la Pedagoga Crtica
Jorge Luis Martin*
Resumen El objetivo de este trabajo es mostrar el aporte terico que la Escuela de Frncfort
puede hacer a la Pedagoga Crtica para cuestionar el modelo ejecutivo de docente basado en la racionalidad instrumental. A tal fin, centraremos nuestro estudio en la distincin entre teora tradicional y teora crtica que establecieron los filsofos francfortianos de la primera generacin, y luego la vincularemos con la educacin emancipadora y el ideal de la Ilustracin. Palabras clave: Frncfort, pedagoga, teora, crtica, Ilustracin. Abstrac
This paper aims to show the theoretical contribution of the Frankfurt School to Critical Pedagogy in order to question the model of executive teacher based on instrumental rationality. With this purpose, we will study first the distinction between traditional and critical theory developed by the first generation of Frankfurt School thinkers, and then well connect this philosophy with emancipation pedagogy and the ideal of Enlightenment. Keywords: Frankfurt, pedagogy, theory, critique, Enlightenment.
Introduccin
En el libro Enfoques de la enseanza, los profesores norteamericanos Gary
Fenstermacher y Jonas Soltis presentan tres perspectivas diferentes para encarar la prctica
docente: el enfoque ejecutivo, el teraputico y el liberador. Cada uno de estos modelos
posee una fundamentacin filosfica y psicolgica diferente. En el caso de los dos
primeros, la filosofa que los respalda es fcil de determinar, pues el vnculo es explcito
con el Positivismo y el Existencialismo en forma respectiva. En cuanto al ltimo, su
trasfondo terico es mucho ms difuso porque podra remitir a mltiples tradiciones de
pensamiento. Y esto se ve agravado por el hecho de que el propio enfoque se desdobla en
una orientacin clsica y otra emancipadora (Fenstermacher y Soltis, 1999). A los docentes
* Licenciado y Doctorando en Filosofa. Profesor de Filosofa en la Universidad del Salvador. Correo electrnico: [email protected]. Artculo recibido: 10/10/2012; aceptado: 5/12/2012 El Equilibrista. Ao 1, N 1 (2013) Universidad del Salvador. Facultad de Ciencias de la Educacin y de la Comunicacin Social, ISSN en lnea 2344-9306
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El Equilibrista Ao 1 (2013) Martin / El aporte de la Escuela de Francfort a la Pedagoga Crtica
emancipadores los incluimos dentro de lo que actualmente se llama la Pedagoga Crtica,
una de las corrientes de filosofa de la educacin ms influyentes de los ltimos aos.
Esta tendencia, que se caracteriza por favorecer el cambio social y el
multiculturalismo, tiene entre algunos de sus principales representantes a Paulo Freire, Ira
Shor y Peter McLaren. Lo que nos proponemos mostrar en este trabajo es la vinculacin de
la Pedagoga Crtica con la Escuela de Frncfort. Esta relacin no debera llamar la
atencin, porque as como el enfoque liberador se enfrenta al ejecutivo y al teraputico, la
teora crtica francfortiana rechaza tanto el racionalismo positivista como el irracionalismo
existencialista. En un artculo titulado Cultura y racionalidad en el pensamiento de la
Escuela de Frncfort: fundamentos ideolgicos de una teora de la educacin social, Henry
Giroux (otro de los mximos exponentes de esta pedagoga) seala tres aspectos de esta
postura filosfica que pueden interesar a los docentes emancipadores: la teora crtica, el
papel de la cultura en la sociedad contempornea y la nocin de psicologa profunda
(Giroux, 2003).
En este trabajo, primero recordaremos brevemente los orgenes de esta clebre
institucin alemana, que contina formando pensadores destacados (siendo Axel Honneth
el actual director del Instituto de investigacin social). A continuacin, enfocaremos
nuestro anlisis en la distincin entre teora tradicional y teora crtica que establecieron los
filsofos de la primera generacin de la Escuela de Frncfort. Y por ltimo, concluiremos
estas pginas haciendo el vnculo de estos pensamientos con la educacin liberadora, el
ideal de la Ilustracin y la Pedagoga Crtica.
Desarrollo
Los orgenes de la Escuela de Frncfort (etiqueta que recin surgi hacia 1960 y
desde fuera) se encuentran en la Primera semana de trabajo marxista, unas jornadas que
se llevaron a cabo en 1922 en Geraberg (Turingia), y de la cual participaron destacados
intelectuales de izquierda, entre los que cabe mencionar a Georg Lukcs, Karl Wittfogel y
Friedrich Pollock. El encuentro fue financiado por un joven argentino llamado Flix Weil,
que haba nacido en Buenos Aires en 1898 y cuya familia era propietaria de una importante
empresa mundial (Gebrder Weil & Cie.) vendedora de cereales (Tarcus, 2007).
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El Equilibrista Ao 1 (2013) Martin / El aporte de la Escuela de Francfort a la Pedagoga Crtica
A los nueve aos Weil fue enviado a Alemania para estudiar en el Gymnasium
Goethe, donde conoci a Leo Lwenthal. Y luego estudi derecho en la Universidad de
Frncfort, en la cual trab amistad con Max Horkheimer. Gracias al generoso aporte
econmico de Hermann Weil (padre de Flix), en 1923 fue autorizada por el ministerio la
creacin del Instituto de investigacin social (instituto anexo a la Universidad de Frncfort,
pero independiente de ella). De este modo, y por ms de veinte aos, la familia Weil se
transform en mecenas de este establecimiento dedicado originalmente al estudio del
socialismo cientfico.
En efecto, su primer director (Carl Grnberg) orient el instituto hacia la
investigacin del movimiento obrero desde una perspectiva marxista. Cuando Grnberg
sufri un ataque de apopleja, que lo incapacit para el trabajo, Horkheimer lo sucedi en el
cargo en octubre de 1930. Con la nueva conduccin, se produjo un desplazamiento del
ncleo terico del instituto, ya que dej de enfocarse en el anlisis de la infraestructura
socio-econmica de la sociedad burguesa y pas a consagrarse, desde una perspectiva
interdisciplinaria, a la superestructura social (Jay, 1989).
La orientacin sigui siendo marxista, pero no tanto por seguir dogmticamente una
serie de tesis fijas sobre el sentido de la historia y de la sociedad, sino por retener cierta
actitud intelectual general caracterizada por el rechazo de la injusticia y de la alienacin
presente en vistas de una realidad social ms humana y emancipada. As, se fueron dejando
de lado progresivamente algunos supuestos doctrinales fundamentales de esta filosofa anti-
capitalista, como la creencia de que la lucha de clases es el motor de la historia o la
conviccin de que la revolucin proletaria va a conducir a una sociedad racionalmente
organizada.
No es de extraar, entonces, que a partir de esta independencia intelectual que
siempre reivindicaron, que incluy un rechazo total por el socialismo sovitico, fueran muy
cuestionados por cierto marxismo ortodoxo que vea en estos pensadores el sello del
elitismo, el teoreticismo y el revisionismo. La polmica continu incluso con Jrgen
Habermas (principal representante de la segunda generacin de francfortianos), quien en
ocasin de las revueltas estudiantiles de los aos 60 en Alemania acu la famosa
expresin fascismo de izquierda para designar a la ideologa voluntarista de sus lderes
(Wiggershaus, 2011).
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Si dejamos de lado la cuestin histrica y pasamos al ncleo de esta filosofa, es
preciso, para comprender el rechazo de la Escuela de Frncfort a la racionalidad positivista,
conocer la distincin entre teora tradicional y teora crtica, tal como la formularon sus
principales miembros en la dcada del 30. En nuestra exposicin, tendremos en cuenta dos
artculos publicados en 1937 en la Revista de investigacin social (Zeitschrift fr
Sozialforschung): Filosofa y teora crtica de Herbert Marcuse y Teora tradicional y
teora crtica de Max Horkheimer.
Si bien la teora crtica niega, acorde con su planteo materialista, toda apertura hacia
la metafsica, tambin cuestiona al Positivismo, comprendiendo en l tanto al clsico (el de
Augusto Comte) como al lgico (tal como se desarroll en el Crculo de Viena). Lo que no
acepta es su cientificismo, postura que termina declarando subjetivo, y por tanto irracional,
todas las cuestiones vinculadas con la moral y los valores.
Es importante aclarar que la Escuela de Frncfort se asume como heredera de la
Ilustracin, pero al mismo tiempo es consciente de sus limitaciones, ya que ha sido su
poder instrumental y dominador lo que ha conducido en ltima instancia al apogeo de la
barbarie en el siglo XX (tanto el fascismo como la sociedad administrada). En este sentido,
el Positivismo no debe ser visto como la culminacin de la filosofa moderna sino como la
mxima manifestacin de su decadencia.
Para la teora tradicional, y en esto es heredera del pensamiento cartesiano, todas las
ciencias son una sola ciencia. El nico conocimiento riguroso y lgico es el vinculado con
las ciencias naturales, aqul que se obtiene a partir de la observacin de los fenmenos y se
somete a un proceso de cuantificacin. A travs de la descripcin de los datos objetivos, su
clasificacin y generalizacin en leyes cientficas, el objetivo ltimo que se busca es el
dominio de la naturaleza.
En este paradigma, las ciencias humanas y sociales se elaboran teniendo como
modelo a la fsica-matemtica, perdindose as el sentido histrico de los acontecimientos
socio-antropolgicos y desembocando en el fetichismo de los hechos. Para la Escuela de
Frncfort, esta perspectiva de investigacin a-histrica no es ms que ideologa, ya que es
un sistema de ideas que legitima ciertas situaciones de dominio.
Por el contrario, para la teora crtica los hechos sociales nunca estn dados
naturalmente, su momento presente siempre es resultado de los precedentes. Las diversas
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estructuras que configuran a la sociedad (la econmica, la poltica) son fruto de intereses
histricos especficos que han logrado imponerse. Por eso, para esta clase de teora los
hechos actuales no son la verdad y se trata precisamente de rechazar la facticidad, lo
existente. Este planteo ha sido particularmente destacado por Marcuse:
En el estado actual de su desarrollo, la teora crtica muestra una vez ms su carcter constructivo.
Siempre ha sido algo ms que un simple registro y sistematizacin de hechos; su impulso proviene
precisamente de la fuerza con que habla en contra de los hechos, mostrando las posibilidades de mejora frente
a una situacin fctica. Al igual que la filosofa, la teora crtica se opone a la justicia de la realidad, al
positivismo satisfecho. Pero, a diferencia de la filosofa, fija siempre sus objetivos a partir de las tendencias
existentes en el proceso social. Por esta razn no teme ser calificada de utpica, acusacin que suele lanzarse
contra el nuevo orden (Marcuse, 1967: 85).
Es decir, que para la Escuela de Frncfort la razn moderna se ha ido empobreciendo
y reduciendo a las ciencias objetivistas que pretenden dominar la realidad. Aqu ella
coincide con la crtica realizada por el Existencialismo hacia esta filosofa cientificista.
Pero, para los francfortianos, el irracionalismo existencialista (vitalismo, tradicionalismo)
no es una alternativa. Ellos reivindican la existencia de diversas clases de racionalidad. Y
as como hay una razn instrumental que busca dominar, hay una razn hermenutica y
dialctica, propia de las ciencias sociales, que aspira a captar el sentido profundo de los
acontecimientos.
Para la teora tradicional, hay una distincin tajante entre los hechos y las
valoraciones, de modo tal que la ciencia no se preocupa ni de sus efectos sociales ni de la
tica. Pero para la teora crtica esto slo es una apariencia de neutralidad: el Positivismo
desemboca siempre en un conservadurismo poltico que termina legitimando el status quo.
Frente a esta postura, que nicamente reconoce el progreso tcnico y material, la Escuela de
Frncfort asume un compromiso poltico, que es luchar por una sociedad sin injusticia, en
la cual cada hombre tenga la posibilidad de desarrollarse plenamente. Y cabe sealar que, a
diferencia del marxismo ortodoxo, aqu la teora aparece como la forma ms alta de la
praxis, no teniendo que perseguir un fin fuera de s misma (Cusset y Haber, 2002).
El gran aporte de la dialctica hegeliana a la teora crtica es su reconocimiento de la
historicidad y la dinamicidad de lo real. Sin embargo, en los francfortianos predomina la
negatividad sobre la positividad, no admitiendo con el filsofo idealista la identidad final
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del Espritu universal consigo mismo (lo que terminara legitimando todos los momentos
histricos de su despliegue objetivo) (Cortina, 1994). Este punto lo ha visto muy bien
Horkheimer, cuando escribi:
Lo universal, segn l [Hegel], ya se ha desplegado adecuadamente y es idntico a lo que se concreta.
La razn ya no necesita ser simplemente crtica respecto de s misma; en Hegel ella se ha vuelto afirmativa;
aun antes de que la realidad deba ser afirmada como racional. Ante las contradicciones de la existencia
humana, que siguen teniendo existencia real, ante la impotencia de los individuos frente a las condiciones
creadas por ellos mismos, esta solucin aparece, de parte del filsofo, como afirmacin privada, como
personal declaracin de paz con el mundo inhumano (Horkheimer, 2003: 237).
En sntesis, la filosofa como dialctica negativa no debe identificar la apariencia con
la esencia, y siempre debe analizar la realidad social en comparacin con sus posibilidades
futuras (Giroux, 2003). La teora crtica debe denunciar lo irracional en los procesos
sociales, aquellos elementos injustos y alienantes que no permiten la emancipacin de los
seres humanos. Su finalidad no es, entonces, el dominio del mundo sino la liberacin
personal y social. En palabras de Marcuse:
Que el hombre es un ser racional, que su esencia exige la libertad, que su felicidad es su bien supremo,
todas estas son generalidades que precisamente, a causa de su generalidad, encierran una fuerza progresista.
La generalidad las dota de una pretensin casi subversiva: no ste o aqul, sino todos los individuos deben ser
racionales, libres, felices. En una sociedad cuya realidad desmiente todas estas generalidades, la filosofa no
puede concretarse (Marcuse, 1967: 92).
Hasta aqu hemos presentado sintticamente la nocin de teora crtica. Para conocer
su proyeccin pedaggica debemos recurrir a la obra de Theodor Adorno que, en la
posguerra, reflexion sobre la educacin y su sentido liberador (individual y colectivo).
Para este filsofo, la finalidad general de la prctica educativa es la superacin de la
barbarie. Por barbarie, l entiende un estado de civilizacin tcnica altamente desarrollada
unido a una humanidad poseda por un impulso autodestructivo. El campo de concentracin
de Auschwitz es una de las mximas manifestaciones barbricas de esta pulsin de muerte
durante el siglo XX. Por eso, para Adorno, la educacin debe contribuir para que
Auschwitz no se repita nunca ms.
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El nico camino disponible en democracia para lograr esto es el desarrollo, por parte
de los estudiantes, de la autorreflexin crtica y de la autonoma. Es decir, que frente a un
sistema educativo que favorece el conformismo y la adaptacin, el docente debe formar en
la resistencia y la contradiccin. No llama la atencin, entonces, que Adorno hiciera
explcitamente referencia a Kant y su ideal de Ilustracin (Adorno, 1998). l hace mencin
en una entrevista al clebre prrafo con el cual el filsofo de Knigsberg inicia su artculo
Respuesta a la pregunta: Qu es la Ilustracin?, y cuyo programa, sostiene, sigue
estando hoy en da sumamente vigente:
La Ilustracin es la salida del hombre de su autoculpable minora de edad. La minora de edad
significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la gua de otro. Uno mismo es culpable de
esta minora de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de
decisin y valor para servirse por s mismo de l sin la gua de otro. Sapere aude! Ten valor de servirte de tu
propio entendimiento!, he aqu el lema de la Ilustracin (AA.VV., 1993: 17).
Para Kant, el hombre es la nica criatura que debe ser educada. Mientras que el
animal es lo que es gracias al instinto, el ser humano debe convertirse en lo que realmente
es gracias a la educacin (Kant, 2003). Y una pedagoga autnticamente ilustrada debe
tener en cuenta tanto la formacin del pensamiento como de la voluntad. Un pensamiento
ilustrado es un pensamiento crtico, propio de una persona que ha pasado de la heteronoma
a la autonoma intelectual. Lo que se busca es que el alumno aprenda a pensar por s
mismo, que haga libre uso de su razn, alejado de toda forma de minora de edad
(prejuicios, supersticiones). La Ilustracin es, en definitiva, lo que posibilita la
emancipacin intelectual, dando lugar as al cumplimiento de la humanidad en uno mismo.
Pero la educacin para la minora de edad contina dominando en el mundo, porque
siempre ha sido mucho ms cmodo y menos esforzado que alguien piense por uno mismo
y nos indique cmo debemos actuar. Por ello, para Kant hace falta firmeza de voluntad y
coraje para pasar a la adultez, para sustraerse a las tutelas de la infancia. Es decir, que la
pedagoga kantiana -y esto es lo que Adorno reivindica sobre todo- favorece una toma de
conciencia por parte del estudiante que lo despierte a s mismo terica y prcticamente,
para que no se transforme en un instrumento dcil de los diversos poderes que controlan a
la sociedad (Vandewalle, 2004).
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Conclusin
Desde el punto de vista del enfoque emancipador, el docente ejecutivo, heredero de la
tradicin positivista-conductista, es responsable de fomentar un alumno pasivo que se
limita a incorporar la informacin transmitida por el profesor y a repetirla
memorsticamente en el momento del examen. Esta visin de la docencia ha sido
cuestionada desde mltiples perspectivas. Una de ellas, que es la desarrollada por la
Pedagoga Crtica, tiene en cuenta sus implicancias polticas. En trminos kantianos, habra
que decir que el dogmatismo de este docente es reflejo de un sistema poltico desptico (y
con su prctica l tiende, al mismo tiempo, a reproducirlo), mientras que un educador
crtico se inspira en una forma republicana de gobierno.
En Pedagoga del oprimido, Paulo Freire califica a ese modelo pedaggico
tradicional como concepcin de la educacin, en la cual el educando slo puede
recibir dcilmente los depsitos, guardarlos y archivarlos. Al no haber dilogo con el
educador, no puede problematizar su contenido, y va asumiendo una actitud de resignacin
y de adaptacin a las determinaciones impuestas por l. Es decir, que la supuesta
neutralidad poltica de este docente termina siendo funcional a los poderes de turno: En la
medida en que esta visin anula el poder creador de los educandos o lo
minimiza, estimulando as su ingenuidad y no su criticidad, satisface los intereses de los
opresores (Freire, 2012: 75).
Era tal la situacin de los oprimidos en Brasil durante la dcada del 60, que ni
siquiera eran conscientes de su opresin, de modo tal que, por ejemplo, les pareca natural
no tener derechos polticos. Es en ese contexto que Freire puso en marcha los programas de
alfabetizacin, los cuales tenan por finalidad ltima que los educandos abandonaran la
minora de edad, tomaran conciencia de la injusticia que padecan y aprendieran a
cuestionar la presente realidad social en vista de un futuro mejor: Todo proceso de
alfabetizacin de adultos implica el desarrollo crtico de la lectura del mundo, que es un
quehacer poltico concientizador (AA.VV., 2000: 135).
En sntesis, la Escuela de Frncfort aporta al enfoque emancipador categoras tericas
para cuestionar al modelo ejecutivo de docente basado en la racionalidad cientificista. La
Pedagoga Crtica, sin renunciar al poder de la razn y reivindicando la dimensin tica del
conocimiento, rechaza un sistema educativo que est al servicio de las ideologas
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El Equilibrista Ao 1 (2013) Martin / El aporte de la Escuela de Francfort a la Pedagoga Crtica
dominantes y que cosifica a los seres humanos. En un mundo cada vez ms dominado por
la razn instrumental y la falta de esperanza, el educador crtico percibe su labor en el aula
como uno de los ltimos bastiones de la resistencia en los cuales se lucha por la justicia y la
libertad.
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El Equilibrista Ao 1 (2013) Martin / El aporte de la Escuela de Francfort a la Pedagoga Crtica
Referencias
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Cusset, Y. y Haber, S.. (2002) Le vocabulaire de lcole de Francfort. Paris: Ellipses.
Fenstermacher, G. y Soltis, J. (1999). Enfoques de la enseanza. Buenos Aires: Amorrortu.
Freire, P. (2012). Pedagoga del oprimido. Buenos Aires: Siglo XXI.
Giroux, H. (2003). Pedagoga y poltica de la esperanza. Teora, cultura y enseanza.
Buenos Aires: Amorrortu.
Horkheimer, M. (2003). Teora crtica. Buenos Aires: Amorrortu.
Jay, M. (1989). La imaginacin dialctica. Una historia de la Escuela de Frankfurt.
Madrid: Taurus.
Kant, I. (2003). Pedagoga. Madrid: Akal.
Marcuse, H. (1967). Cultura y sociedad. Buenos Aires: Sur.
Tarcus, H. (2007) Diccionario biogrfico de la izquierda argentina. Buenos Aires: Emec.
Vandewalle, B. (2004). Kant. Educacin y crtica. Buenos Aires: Nueva Visin.
Wiggershaus, R. (2011). La Escuela de Frncfort. Mxico: F.C.E.