APV 38-1

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Contenido Transmodernidad versus Posmodernidad LOURDES MANRIQUE 70 Trans Trans LO LO Los africanos y sus descendientes en Barlovento: Homenaje a Juan Pablo Sojo JOSÉ MARCIAL RAMOS GUÉDEZ 72 Hom Hom JOSÉ M JOSÉ M Venezuela con querencia Gustavo Merino Fombona 67 Venezue Venezue Gustavo Gustavo El periodismo y la moral dominante GERMÁN PINTO SAAVEDRA 50 y la mo y la mo Artículos de limpieza El canciller Araújo y los Rinocerontes GONZALO FRAGUI 54 Artíc Artíc El canc El canc G G Manuel Marulanda Vélez Entre el mito y la leyenda CARLOS EDSEL 57 Manuel Manuel Entre el Entre el Mitad de ellos y mitad de nosotros MUNDO IRIBARREN 55 y m y m M M Biografía no autorizada de Álvaro Uribe Vélez El señor de las sombras JOSEPH CONTRERAS Y FERNANDO GARAVITO 62 d d El s El s J J F F El mapa estratégico de nuestra generación HÉCTOR RODRÍGUEZ 64 El map El map de nuest de nuest HÉCTO HÉCTO ¿Hacia dónde vamos? LAURA ANTILLANO 4 ¿Hac ¿Hac L L Futuro de la Revolución Bolivariana. ¿Qué hacer ante la coyuntura planteada a raíz del referéndum del 2 de diciembre? MARCELO COLUSSI 8 coyu coyu d d Predicciones para una revolución en curso IVÁN PADILLA BRAVO 11 una r una r IVÁ IVÁ 6 La derrota y sus enfermos TULIO MONSALVE 19 EL 2-D y la revolución desarmada (sin medios de comunicación) JOSÉ SANT ROZ 15 ¿Quién mató al comendador? Fuenteovejuna, señor. ¿Y quién es Fuenteovejuna? Todos a una, señor. HECTOR SOTO 14 ¿Qué hacer después del Referéndum Constitucional? GERSON GÓMEZ ACOSTA 17 ¿Qué hacer... ANTONIO CASTRO AVELLANEDA Hacia el socialismo del siglo XXI: ¿demasiado despacio? CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA LUIS ALEGRE ZAHONERO 21 Hacia el soc Hacia el soc ¿ ¿ CARL CARL LU LU Des-carta a la mujer más triste VIDAL CHÁVEZ LÓPEZ 49 Des-carta a la Des-carta a la VID VID José Félix Ribas Poema Sinfónico EDMUNDO ARAY 37 P P E E Maquiavelo, Lenin y Maneiro en el qué hacer de la revolución venezolana WLADIMIR RUIZ TIRADO 30 Maquiavel Maquiavel en el qué hace en el qué hace WLAD WLAD Notas para la reflexión EDGAR FIGUERA 23 Notas Notas Por la seguridad, Contra la impunidad SERGIO ALVES MOREIRA 32 Con Con SERGI SERGI 28 Ideas para una declaración de principios del PSUV YLDEFONSO FINOL La economía cultural o la economía de la liberación EMMA ELINOR CESIN CENTENO 34 EMMA E EMMA E Sobre la cultura como recuperación de la conciencia LEONARDO RUIZ TIRADO 35 S S recupera recupera LEO LEO Poder Popular VIELSI ARIAS 26 P P 84 Guía para ser ex izquierdista EMIR SADER 85 El síndrome del cornudo HÉCTOR SEIJAS 90 Voces de la calle WILLIAM OSUNA 94 A Plena Voz y sus fraternos lectores 78 Cinco puntas de la estrella cubana RAÚL VALDÉS VIVÓ 74 A los 60 años del asesinato del más grande revolucionario, de todos los tiempos, Mahatma Gandhi JOSÉ ANTONIO VELÁSQUEZ MONTAÑO 80 Estados Unidos, Cuba y la democracia MARCO ANTONIO FRAGA ACOSTA 82 Politizando la miseria en Gaza RAMZY BAROUD TRADUCCIÓN: MEYSALUN CAGE 87 Concurso de ensayo auspiciado por la Editorial El perro y la rana Voces premiadas A Plena Voz LIBIA GUERRERO 92 Declaración de respaldo al Presidente Chávez Ante los ataques del imperialismo y la lacaya oligarquía colombiana CENTRO NACIONAL ANTIIMPERIALISTA SIMÓN BOLIVAR

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Contenido

Transmodernidad versusPosmodernidad

LOURDES MANRIQUE70Transmodernidad versus70Transmodernidad versus

LOURDES MANRIQUE70LOURDES MANRIQUE

Los africanos y sus descendientes en

Barlovento:Homenaje a Juan Pablo Sojo

JOSÉ MARCIAL RAMOS GUÉDEZ72Homenaje a Juan Pablo Sojo 72Homenaje a Juan Pablo Sojo JOSÉ MARCIAL RAMOS GUÉDEZ72JOSÉ MARCIAL RAMOS GUÉDEZ

Homenaje a Juan Pablo Sojo JOSÉ MARCIAL RAMOS GUÉDEZ

Homenaje a Juan Pablo Sojo 72Homenaje a Juan Pablo Sojo JOSÉ MARCIAL RAMOS GUÉDEZ

Homenaje a Juan Pablo Sojo

Venezuela con querenciaGustavo Merino Fombona67Venezuela con querencia67Venezuela con querenciaGustavo Merino Fombona67Gustavo Merino Fombona

El periodismo y la moral dominante

GERMÁN PINTO SAAVEDRA50y la moral dominante50y la moral dominante

Artículos de limpiezaEl canciller Araújo y los

RinocerontesGONZALO FRAGUI54Artículos de limpieza54Artículos de limpieza

El canciller Araújo y los 54El canciller Araújo y los

GONZALO FRAGUI54GONZALO FRAGUI

Manuel Marulanda VélezEntre el mito y la leyenda

CARLOS EDSEL57Manuel Marulanda Vélez57Manuel Marulanda VélezEntre el mito y la leyenda57Entre el mito y la leyenda

Mitad de ellos y mitad de nosotrosMUNDO IRIBARREN55y mitad de nosotros55y mitad de nosotrosMUNDO IRIBARREN55MUNDO IRIBARREN

Biografía no autorizadade Álvaro Uribe Vélez

El señor de las sombrasJOSEPH CONTRERAS Y FERNANDO GARAVITO62de Álvaro Uribe Vélez62de Álvaro Uribe Vélez

El señor de las sombras62El señor de las sombrasJOSEPH CONTRERAS Y 62JOSEPH CONTRERAS Y FERNANDO GARAVITO62FERNANDO GARAVITO

El mapa estratégicode nuestra generación

HÉCTOR RODRÍGUEZ64El mapa estratégico64El mapa estratégicode nuestra generación64de nuestra generación

HÉCTOR RODRÍGUEZ64HÉCTOR RODRÍGUEZde nuestra generación

HÉCTOR RODRÍGUEZde nuestra generación64de nuestra generación

HÉCTOR RODRÍGUEZde nuestra generación

¿Hacia dónde vamos?LAURA ANTILLANO4¿Hacia dónde vamos?4¿Hacia dónde vamos?LAURA ANTILLANO4LAURA ANTILLANO

Futuro de la Revolución Bolivariana.

¿Qué hacer ante la coyuntura planteada a raíz

del referéndum del 2 de diciembre?

MARCELO COLUSSI8coyuntura planteada a raíz 8coyuntura planteada a raíz del referéndum 8del referéndum

Predicciones parauna revolución en curso

IVÁN PADILLA BRAVO11una revolución en curso11una revolución en cursoIVÁN PADILLA BRAVO11IVÁN PADILLA BRAVO

6La derrota y sus enfermos

TULIO MONSALVE

19EL 2-D y la revolución desarmada (sin medios de comunicación)

JOSÉ SANT ROZ

15¿Quién mató al comendador?

Fuenteovejuna, señor. ¿Y quién es Fuenteovejuna?

Todos a una, señor.HECTOR SOTO

14 ¿Qué hacerdespués del Referéndum

Constitucional? GERSON GÓMEZ ACOSTA

17 ¿Qué hacer...ANTONIO CASTRO AVELLANEDA

Hacia el socialismo del siglo XXI: ¿demasiado despacio?

CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA LUIS ALEGRE ZAHONERO21Hacia el socialismo del siglo XXI: 21Hacia el socialismo del siglo XXI:

¿demasiado despacio?21¿demasiado despacio?CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA 21CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA

¿demasiado despacio?CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA

¿demasiado despacio?21¿demasiado despacio?CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA

¿demasiado despacio?

LUIS ALEGRE ZAHONERO21LUIS ALEGRE ZAHONERODes-carta a la mujer más triste

VIDAL CHÁVEZ LÓPEZ49Des-carta a la mujer más triste49Des-carta a la mujer más tristeVIDAL CHÁVEZ LÓPEZ49VIDAL CHÁVEZ LÓPEZ

Des-carta a la mujer más tristeVIDAL CHÁVEZ LÓPEZ

Des-carta a la mujer más triste49Des-carta a la mujer más tristeVIDAL CHÁVEZ LÓPEZ

Des-carta a la mujer más triste

José Félix RibasPoema SinfónicoEDMUNDO ARAY37Poema Sinfónico37Poema SinfónicoEDMUNDO ARAY37EDMUNDO ARAY

Maquiavelo, Lenin y Maneiro en el qué hacer de la revolución

venezolanaWLADIMIR RUIZ TIRADO30Maquiavelo, Lenin y Maneiro 30Maquiavelo, Lenin y Maneiro

en el qué hacer de la revolución 30en el qué hacer de la revolución

WLADIMIR RUIZ TIRADO30WLADIMIR RUIZ TIRADO

Notas para la refl exiónEDGAR FIGUERA23Notas para la refl exión23Notas para la refl exión

Por la seguridad,Contra la impunidad

SERGIO ALVES MOREIRA32Contra la impunidad32Contra la impunidadSERGIO ALVES MOREIRA32SERGIO ALVES MOREIRA

28Ideas para una declaración de principios del PSUV

YLDEFONSO FINOL

La economía culturalo la economía de

la liberaciónEMMA ELINOR CESIN CENTENO34EMMA ELINOR CESIN CENTENO34EMMA ELINOR CESIN CENTENO

Sobre la cultura como recuperación de la conciencia

LEONARDO RUIZ TIRADO35Sobre la cultura como 35Sobre la cultura como recuperación de la conciencia35recuperación de la conciencia

LEONARDO RUIZ TIRADO35LEONARDO RUIZ TIRADO

Poder Popular VIELSI ARIAS26Poder Popular 26Poder Popular

84Guía para ser ex izquierdistaEMIR SADER

85El síndrome del cornudoHÉCTOR SEIJAS

90Voces de la calleWILLIAM OSUNA

94A Plena Voz y sus fraternos lectores

78 Cinco puntasde la estrella cubana

RAÚL VALDÉS VIVÓ

74A los 60 años del asesinato del más grande revolucionario, de

todos los tiempos, Mahatma Gandhi JOSÉ ANTONIO VELÁSQUEZ MONTAÑO

80 Estados Unidos, Cuba y la democracia

MARCO ANTONIO FRAGA ACOSTA

82 Politizando la miseria en Gaza

RAMZY BAROUD TRADUCCIÓN: MEYSALUN CAGE

87Concurso de ensayo auspiciado por la Editorial El perro y la rana

Voces premiadas A Plena VozLIBIA GUERRERO

92Declaración de respaldo

al Presidente ChávezAnte los ataques del imperialismoy la lacaya oligarquía colombiana

CENTRO NACIONALANTIIMPERIALISTA SIMÓN BOLIVAR

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A Plena VozRevista Cultural de Venezuela

N° 38/39 enero febrero de 2008

DirectorWilliam Osuna

Jefe de RedacciónHéctor Seijas

Asistente a la Coordinación EditorialLibia Guerrero CNP 10.911

Consejo EditorialFrancisco Sesto NovásBenito IradyGustavo PereiraWilliam OsunaMiguel Márquez

Diseño y DiagramaciónGlenn Díaz www.glenndiaz.com

Portada y Dirección de artePájaro [email protected]

CorrecciónLeya Olmos

Colaboraron en este número:Laura Antillano, Tulio Monsalve, Marcelo Colussi, Iván Padilla, Héctor Soto, Gerson Gómez Acosta, Antonio Castro Avellaneda, Francisco Javier Velasco, José Sant Roz, Carlos Fernández Lira, Luis Alegre Zahonero, Yldefonso Finol, Edgar Figuera, Wladimir Ruiz Tirado, Vielsi Arias, Emma Elinor Cesin Centeno, Leonardo Ruiz Tirado, Edmundo Aray, Vidal Chávez López, Marco Antonio Fraga Acosta, Sergio Alves Moreira, Xiomara Pérez Díaz, Germán Pinto-Saavedra, Gonzalo Fragui, Mundo Iribarren, Carlos Edsel, Joseph Contreras, Fernando Garavito, Héctor Rodríguez, Gustavo Merino Fombona, Lourdes Manrique, José Marcial Ramos Guédez, José Antonio Velásquez Montaño, Emir Sader, Héctor Seijas, William Osuna,Raúl Valdés Vivó, Ramsy Baroud, Pedro Estacio, Francisco Javier Velasco, Gregorio Pérez Almeida, Edgardo Malaspina, Libia Guerrero.

Depósito Legal: pp200302CS576 ISSN: 1690-6659

Ministerio del Poder Popular para la CulturaAv. Panteón, Foro Libertador, Edf. Archivo General de la Nación, planta baja, Caracas- Venezuela,E-mail: [email protected] Tlfs: 58 0212 5648023/5640106

Editorial El perro y la ranaTlf: 58 0212 3775379

Versión digital en www.aporrea.org

Revista impresa en la Fundación ImprentaMinisterio del Poder Popular para la Cultura

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3 A Plena Voz

Nos estalló el petardo en plena cara. Un color caerá del cielo.

El socialismo no va por decreto ni por coyuntura electoral. Se conquistará

en las calles. El pueblo lo sacará del congelador, le devolverá su cotidianidad,

la poesía, el canto, panes y peces; lo hará necesario por encima de la teoría

y de todas las sumas teológicas que el papel aguante. La gente entenderá.

El adversario: subestimado por su torpeza proverbial, intentará aprovechar el resbalón

de diciembre. Se coleará en espacios tradicionalmente perdidos. Desafi ante, no mirará

a los ojos, sino a la cabeza.

Rodarán las caretas por el suelo. Chucho esconderá la guayabera roja

dentro de un barril de vino. Jacinto descolgará de su ofi cina la foto del

presidente Chávez; ahora ese espacio lo ocupará el almanaque Rojas

hermanos; José cogerá camino hacia la acera de enfrente. Las manos

blancas regresarán de Europa: buscarán su mártir. Por esa vía, la victoria de mierda

se la comerán durante varios días; los viudos de la cuarta asistirán a la gran cena.

Todo se les volverá sal y agua.

La marmota agropecuaria, el mantuanaje mirón, el periodista con letra y

compañía, el dueño del negro incólume, el de rabo de nube, el que recibe los

cobritos de la agencia; segundones de la letra terciaria, el viejo y el mal, el

que atraviesa la ciudad calzando cholas petroleras con hebillas simuladas,

la que nos dice ratota por Internet, invocando la reconciliación nacional, fi rmarán su

manifi esto con verbo prestado. Glosa bufa de aquellos días; primero tragedia, luego

comedia. Curas ceñidos a cilicios de limón y ajo volverán grupas.

Frente a Mirafl ores, Lina Ron y sus motorizados le darán una hostia a los

cruzados del No crítico. ¿Qué se fi zieron los moços? Se impondrán las tres Я.

El general Müller Rojas le advertirá al Presidente que está rodeado de

alacranes.

What a balls –dicen en la embajada yanqui.

Paracos en la calle, sueltos, con agenda engatillada, esperan luz verde...

Morderán el polvo...

Los atacará el sindrome Daktari.

La marmota agropecuaria, el mantuanaje mirón, el periodista con letra y

compañía, el dueño del negro incólume, el de rabo de nube, el que recibe los

cobritos de la agencia; segundones de la letra terciaria, el viejo y el mal, el

que atraviesa la ciudad calzando cholas petroleras con hebillas simuladas,

la que nos dice ratota por Internet, invocando la reconciliación nacional, fi rmarán su

Frente a Mirafl ores, Lina Ron y sus motorizados le darán una hostia a los

cruzados del No crítico. ¿Qué se fi zieron los moços? Se impondrán las tres

El general Müller Rojas le advertirá al Presidente que está rodeado de

alacranes.

What a balls –dicen en la embajada yanqui.

El socialismo no va por decreto ni por coyuntura electoral. Se conquistará

en las calles. El pueblo lo sacará del congelador, le devolverá su cotidianidad,

la poesía, el canto, panes y peces; lo hará necesario por encima de la teoría

y de todas las sumas teológicas que el papel aguante. La gente entenderá.

Rodarán las caretas por el suelo. Chucho esconderá la guayabera roja

dentro de un barril de vino. Jacinto descolgará de su ofi cina la foto del

presidente Chávez; ahora ese espacio lo ocupará el almanaque Rojas

hermanos; José cogerá camino hacia la acera de enfrente. Las manos

blancas regresarán de Europa: buscarán su mártir. Por esa vía, la victoria de mierda

Nos estalló el petardo en plena cara. Un color caerá del cielo.Nos estalló el petardo en plena cara. Un color caerá del cielo.

Horóscopoenero-febrero 2008

eDitoriaL

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4 A Plena Voz

Son varios los hechos que emanan de lo ocurrido el 2 de diciembre. El primero es que éste se ha convertido

en un país con un gran apego a la demo-cracia participativa. Lo que no ocurría con la democracia representativa. Doce procesos de votación efectuados en los úl-timos nueve años así lo demuestran.

También es un país donde la suce-sión de eventos importantes es tan veloz que no tenemos mucho tiempo para rea-lizar la reflexión y el «asentamiento» de los procesos. Desde el 2D a mediados de enero 2008 hemos vivido: el cambio de la moneda, la denuncia hecha por el pre-sidente acerca de la muerte del Liberta-

dor, el suspenso alrededor de la entrega de las rehenes colombianas y la especu-lación y el acaparamiento de productos vitales de la cesta básica (para nombrar sólo algunos muy inmediatos).

Soy de quienes piensan, de acuerdo con José Vicente Rangel, que el hecho de haber obtenido una suma de cua-tro millones de votos en apoyo a una reforma cuyo objetivo en el socialismo en Venezuela, en términos de contraste con los muchos intentos que se llevaron a cabo desde los sesenta a esta parte, si-gue siendo un triunfo. Y aún dirigentes de la oposición, como Leopoldo Puchi, así lo reconocen: «[…] los mismos re-

sultados electorales muestran que para un socialismo “de otro tipo” sí están abiertos los caminos electorales. Inclusi-ve un socialismo radical puede obtener un amplio respaldo popular» (Notitarde, 13/1/2007).

Pero esta circunstancia no puede hacernos pensar que no ha habido una derrota, en términos de legitimidad, que nos debe llevar a la reflexión ante el de-safío que significa.

Comenzamos por considerar que esta situación la produjo la abstención desde la propia barra.

Múltiples opiniones están alimen-tando un diálogo a través del análisis de

¿Hacia dónde vamos?Laura antiLLano

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A Plena Voz 5

los resultados, que se puede sintetizar en las siguientes causas del resultado:

1) Miedo a las referencias del socia-lismo manejadas por los medios oposito-res (lo que redunda en la circunstancia de revisar una política comunicacional que señala inefi cacia). Creo que es ópti-ma la tesis al respecto de Marcelo Colus-si Las tareas de la izquierda. «En general, las iniciativas mediáticas de la izquierda son reactivas; se responde a los ataques de la derecha. ¿No sería más productivo tomar la iniciativa de un modo proposi-tivo, mostrar con claridad los logros del socialismo?

La propaganda de derecha liga siempre socialismo con pobreza. Si bien es cierto que el socialismo representa la voz de los pobres, ¿por qué no desarrollar estrategias mediáticas que lo muestren como desarrollado, triunfador, alegre, optimista, ligado a la belleza y al pro-greso? ¿Por qué mantener el estereotipo que presenta lo popular como sinónimo de mal gusto, sucio y desarreglado? […] El discurso mediático debe ser no sólo informativo, sino instructivo. Hay que presentar los logros del socialismo, sin caer en panfl etarismo, mostrando que hay alternativas más allá de la empresa privada.»

2) Considerar la ejecución de un acto de crítica (¿voto-castigo?) por la falta de contraloría social, la corrupción en algunos sectores, la prepotencia de la dirigencia. Lo que requeriría el ejercicio sistemático de medidas de control eva-luativo, reforzando criterios morales y éticos al respecto.

3) Revisar la posible inefi cacia de la gestión en sectores de acción guberna-mental. Lo que hace necesario ajustar la «maquinaria» en cuanto a efi ciencia en la atención a los problemas y asuntos que atañen a las mayorías, en lo peque-ño y en lo grande (alimentación, salud, vivienda, educación, cultura, espacio la-boral). Es indiscutible el que se han crea-do excelentes programas de largo alcan-ce en estas áreas, pero el seguimiento, la acertividad de su acción depende de factores estructurales en los que eva-luación, contraloría, ajuste y estudio de denuncias es absolutamente necesario. Habría que revisar la efi cacia de los ca-nales de comunicación en las mismas estructuras de desarrollo de la acción, e insistir en criterios morales en cuanto a

lo administrativo. La centralización en cuanto a los controles de coordinación evaluativos tendría que revisarse en tér-minos de tener conciencia de las especi-fi cidades de un país con 24 estados, que constituyen cada uno una región con su propia idiosincrasia (difícil de percibir en su complejidad desde un escritorio o una computadora en Caracas).

4) Los artículos de la reforma ter-minaron por constituir un cuerpo de premisas que requerían de estudio mi-nucioso para la comprensión de su apli-cabilidad y conveniencia. Ante la impo-sibilidad de considerar la oferta en toda su extensión hasta por problemas de asi-milación, la abstención fue un recurso para muchos. Entonces es fundamental en este momento la apertura del diálo-go, el ejercicio de la democracia partici-pativa en toda la acepción del término. La complejidad de la circunstancia así lo requiere, la formación es elemental.

Por otra parte, no podemos ignorar que: «en ningún debate sobre neo-mar-xismo o neo-socialismo y su vigencia, aquí en Venezuela, en América Latina o en cualquier parte del mundo, puede saltarse la requisitoria o la crítica estruc-tural a la experiencia del socialismo real; estamos de alguna manera arropados en nuestra historia por esa experiencia del socialismo real; arropados en el sentido de que no es que estamos maniatados, no es que no podamos decir nada nuevo porque esa historia nos va a pesar; sino que no sería completo el análisis si no hacemos esa requisitoria, esa crítica es-tructural a lo que ha pasado […]» (Juan José Hernández-Red Voltaire). Defi nir lo que se espera como socialismo del siglo XXI conlleva escuchar al colectivo, con-ceptualizar en común, defi niendo los caminos.

Mucho se ha hecho, desde infi nidad de terrenos, pero esta «estación» es ne-cesaria. Y termino citando a Luis Britto con su absoluta acertividad al decirnos: «Veinte años no es nada; cinco son mu-cho si se aprovechan. Nadie devuelve el tiempo perdido; más irrecuperable es la oportunidad desaprovechada. Nada impide, en fi n, que los liderazgos revolu-cionarios se sigan ejerciendo con inde-pendencia de las normas que consagren o descarten elecciones indefi nidas. Hay quien está, y hay quien es, y quien es no lo es porque ocupa un cargo» (Luis Britto García. Últimas Noticias).

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6 A Plena Voz

A Plena Voz le presenta excusas a nuestro apreciado colaborador Tulio Monsalve por haber omitido su nombre del artículo «Que sea la última vez», publicado en la edición número 37, al tiempo que invita a sus lectores a disfrutar de la reflexión que nos brinda en estas interesantes líneas.

Mi padre solía, sentenciosa y burlonamente, exponer que al quejoso militante había que

complacerlo, pues en algo podíamos mitigar su elemental y temporal des-varío. Hay otros que no sólo se quejan, sino que deciden escoger las maneras más torcidas para limitar el goce de la vida que se les decretó como disfrute. Tampoco se trata de hacerse el opti-mista, que según algunos no es sino una forma de demostrar o ignorancia o necedad. Los extremos, como siempre, dañan. Hay que buscar la manera de balancearse entre el dolor y capacidad para soportarlo.

Este sencillo preámbulo se sugie-re del estado general del ánimo que se siente y presiente entre aquellos mili-tantes del proceso a partir de los resul-tados del 2D, quienes, ahora, o se dedi-can a quejarse impune y extravagante-

mente o deciden buscar algún culpable para exorcizar el resultado electoral. La vía del culpable es la más popular, por elemental y sobre todo cruel, amén de improductiva. Gambeta que permite en una sola jugada declarar, encontrar, juzgar, castigar, demonizar a alguien, por supuesto, ajeno a nosotros, y así demostrar cuán ajenos somos a los po-sibles errores. Síntesis del clásico: «yo no fui».

Camino por el cual una de las prácticas más reconocidas, efectivas y válidas del método marxista se está negando, obviando. Hablo del asunto de la autocrítica, condición que debe ser el inicio de cualquier proceso social que necesite ser sometido a análisis. Esta conducta, sin duda, niega y limita encontrar una mínima racionalidad, escenario desde el cual apuntalar cami-nos hacia el futuro inmediato. Expecta-tiva que puede aparecer como inexacta o borrosa si el mundo de la racionalidad se ve oscurecido por la potencia de los sentimientos y las pasiones, ésos que pretenden la traslación del sentimiento de culpa hacia los otros para facilitar el manejo de la neurosis que la realidad de los datos les está mostrando.

Tanto científica como terapéuti-camente es infructuoso contradecir al enfermo cuando expresa tales acusa-ciones contra otros y no contra su pro-pio yo. Debe de tener cierta razón y des-cribirnos algo que es la realidad como a él le parece, y no como objetivamente es. Contradicción sólo salvable a través de una real autocrítica. Evitemos el lento pero insalvable dolor del duelo, sólo su-perable con ejercicios que ayuden a los militantes a ser un poco más maduros ante el temporal y coyuntural resultado del 2D.

Hay una frase de Casca, persona-je de Julio César: «¡Cada esclavo tiene en su propia mano el poder para can-celar su esclavitud!», que más esclavi-tud que aquella derivada de la falta de conocimiento o la incapacidad para analizar los elementos de los asuntos que lo abruman. Por ejemplo, ¿cómo explicarse las razones de esa derrota del 2D? ¿Qué hacer frente a las adversida-des políticas, sobre todo aquellos que tienen virtud, pero no conocen adecua-damente la realidad ni pueden explicár-sela? Por ese camino fracasarán a causa de su ingenua esperanza de creer que la razón individualmente creada, por sí

La derrota y sus enfermos TuLio MonsALVe

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A Plena Voz 7

sola, los haga desembocar de manera automática en esperanzadoras tesis so-bre la derrota.

Los fenómenos sociales, sobre todo los políticos, no pueden explicarse a través de la sobredeterminación de una variable o una causa sobre las demás. Muy al contrario, sólo la comprensión de diversas y variadas causas pueden explicar el comportamiento de un fe-nómeno. En este sentido, los resultados electorales y la derrota que consecuen-temente marcaron no pueden ser justi-ficados o explicados por un solo factor determinante.

Sin embargo, me permito escoger para este esquema explicativo de posi-bles causas sólo algunas, consideran-do que aquellas que se omiten, en la jerarquización propuesta, estimamos, significan, existen, pero tienen menos eficiencias que las escogidas.

Debemos tener claro que los pro-cesos electorales son procesos indepen-dientes de nuestra voluntad o el nivel de formalización de las hipótesis que los expliquen. En ellos lo único posible-mente real, al día de hoy, es reconocer la fuerza mediática y el peso que la pu-blicidad tiene a la hora en que el elector debe escoger. Podemos organizar una poderosísima trama argumentativa y blindarla con los fundamentos lógicos e ideológicos más densos y con ello ini-ciar una campaña. Pero al ojo, la visión y la psique de la mayoría de nuestros contemporáneos venezolanos sólo los mueven y conmueven aquello que for-malmente tiene relación con los patro-nes de comunicación que han tenido como sus referentes seculares. Que los dominan. Que los controlan desde el in-consciente.

Debemos reconocer que las nor-mas y precedentes históricos son de irrebatible fuerza. Resultando, por ejemplo, que entre más (racional) ideo-lógico sea el mensaje, menos capacidad y habilidad se tendrá para comprender-lo y aceptarlo dentro del común de la gente. Para ellos, usualmente, cuenta más la forma y elementos (emocionales) que el contenido.

En la comprensión de este elemen-to, fallaron aquellos que diseñaron el aparato de la comunicación para con-vencer con la idea del Sí, pues el grupo de oposición, haciendo uso de las técnicas de la simplificación, que regularmente

utiliza la publicidad basada en princi-pios emocionales, lograron de forma contundente torcer el sentido de la pro-puesta de Chávez, debido a que la par-te fundamental del mensaje propuesto requería para su comprensión que el elector dispusiera de un conocimien-to ideológico de relativa consistencia. Condición necesaria y suficiente que la ecuación comunicacional del Gobierno no contempló. La razón es elemental: este precedente no existe, puesto que el partido del rojo color sólo ha logrado una indiscutible capacidad en cuanto al sistema para ganar elecciones, pero muy poca competencia para fortalecer los aspectos de capacitación que logren estabilizar una postura ideológica y po-lítica verdaderamente consistente entre nuestros electores.

Sin duda, la masa electora y los grupos de base del partido de Gobierno han logrado elevar los niveles de con-ciencia y activación partidista de forma significativa. Es imposible no reconocer que el nivel de conciencia de sus posibi-lidades y sus derechos es hoy proverbial, pero en nada se puede apreciar ni con-ciencia de clase ni formación ideológi-ca que asegure caminos para alcanzar la anhelada hegemonía que empuje la creación de un nuevo bloque de poder.

La oposición, asumo, conocedo-ra de esta realidad, volteó la fuerza del mensaje propuesto por el chavismo y torció su sentido, distorsionando el in-discutible, profundo e histórico mensa-je sobre el socialismo para trastocarlo de modo elemental e indeseable, pero eficaz, hasta convertirlo en un esque-ma comunicacional de base emocional. Allí lo trastocó y «vendió» la propuesta del Sí como puro y simple comunismo. Se propuso y demostró, con sus líneas estratégicas, vincular la propuesta del chavismo con formas «no democráti-cas», autoritarias y despóticas. Estra-tegia, reitero, de base emocional, que hubiera fallado si existiera instalado, en la masa electora vinculada al proceso bolivariano, un nivel aceptable de ideo-logización que fuera capaza de valorar los temas bajo una visión racional.

El contrapunto de este enfoque lo marcó una segunda aplicación comu-nicacional derivada, cuyos productos propagandísticos reinventaron y actua-lizaron una viejísima patraña sobre la futura posible incautación de las pro-

piedades, casitas, carritos, pequeñas bodegas, así como el arrebato de mu-chos otros valores muy profundamente deseados por la clase media. Peor aún, lograron además que esta honda tene-brosa salpicara hacia los sectores menos aventajados de la sociedad, y allí llegara a cumplir su cometido terrorista.

El escenario en el cual se desarrolla esta experiencia es que nuestra situa-ción social es, ni más ni menos, lo más parecido a una guerra. Existen fuerzas asociadas a la visión neoliberal que in-cesantemente atacan. Es su papel.

Las fuerzas del proceso, es obvio, dan respuestas. Pero lo ilógico es que estando en guerra, desde el cuartel del lado del proceso vayamos a quejarnos de la habilidad del contrario para falsear. Lo que sí debemos dejar claro es nues-tra inoperancia y falta de tino y lenti-tud para responder. Estas respuestas, en materia de publicidad, propaganda e información se tienen que dar en el mismo terreno. Utilizando los mismos medios con que actúa el enemigo. Jus-tamente, allí el grupo que da apoyo al Gobierno pecó por incompetente.

Así, ellos ganaron el terreno que nosotros perdimos o cedimos por tor-peza e ineptitud. Pero debemos dejar claro que no se trataba de quien tuviera más capacidad para invertir, es decir, de tener más presencia en medio o vo-lumen, es un asunto de mero ingenio. No es fuerza. Es sensibilidad. Es estra-tegia. Es tino. Es uso de plan y tácticas adecuadas, no de infinitos, asaltos al criterio del ensayo y el terrible y reite-rado error.

Entendamos que en esta guerra de la que hablo ya no se trata de conquistar territorios. Se trata de conquistar y co-optar (mentes) actitudes e instalar con-ductas que inciden sobre el sentido del voto. El objetivo, aunque lo pareciera, no es matar, sino controlar. No hacen falta balas, aquí se apunta a la vulnera-bilidad de un cuerpo de electores cuyas contradicciones y debilidad ideológi-cas los hace poseedores de una psiquis poco nutrida para defender lo que, aún conscientemente, puedan desear. Pen-sémonos. Nuestra conducta está siendo atacada, revisada, medida, encuestada y sometida a operaciones propias de las formas más extremas y efectivas de la guerra de cuarta generación, que es es-trictamente comunicacional.

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Las crisis, en sí mismas, no son necesariamente nega-tivas. Por el contrario, son momentos que pueden re-vestir gran utilidad. En tal

sentido, una crisis es una ventana de oportunidades.En este momento, la Revolución boliva-riana se encuentra ante una situación que podríamos caracterizar como de posible crisis. La derrota en el referén-dum del pasado 2 de diciembre abrió un nuevo escenario que puede llevar a dos caminos: la profundización del proceso revolucionario o su reversión. No hay crisis en sentido estricto, pero de acuer-do a los pasos que se vayan dando en lo inmediato y en el mediano plazo, la cachetada que representó esta batalla perdida en diciembre podría transfor-marse en un proceso de crisis prolon-gada con consecuencias fatales para la revolución. O también, de acuerdo a la forma en que se procese y reencause este nuevo escenario abierto, la línea política de todo el proceso podría forta-lecerse, fortaleciendo al mismo tiempo la propuesta del ALBA y toda una co-

rriente antiimperialista que ahora está comenzando a tomar forma en Améri-ca Latina.

Sin duda que la derrota sufrida en el referéndum no fue poca cosa. Si fue el primer revés experimentado en estos ya nueve años de gobierno del presidente Chávez después de once elecciones, las repercusiones de todo ello pudieran pa-recer algo sobredimensionadas. Pero hay que tener en cuenta que no fue un simple traspié; todo indica que el pro-ceso sufrió un golpe nada despreciable. Golpe del que, efectivamente, puede re-cuperarse –de nosotros depende ello–,

pero que, por lo pronto, debe tomarse como algo importante y sobre lo que no podemos autocomplacernos en forma irresponsable: la revolución tenía un exceso de triunfalismo que se vino abajo de forma precipitada, la revolución aún está muy lejos de haber echado raíces sólidas. Obviar esto en el análisis puede llevar, lisa y llanamente, al triunfo de la contrarrevolución.

La reversión de todo el proceso es posible, evidentemente. De hecho, las fuerzas de la derecha local, así como el imperialismo estadounidense, están en su totalidad enfocadas en ese obje-tivo. Por eso el triunfo que obtuvieron en el pasado referéndum tiene un valor especial: indica que la revolución tam-bién puede perder en las urnas. A par-tir de eso, el año que se inicia augura una dura, durísima batalla. La lucha de clases está al rojo vivo, y quizá éste es un momento especial en la historia del país, pues ahora se está ante la posibili-dad real de profundizar el camino socia-lista. Ante esa perspectiva, la derecha también está enfocando toda la artille-ría pesada en la lucha. Aunque haya

Futuro de la Revolución Bolivariana¿Qué hacer ante la coyuntura planteada a raíz del referéndum del 2 de diciembre?MarceLo coLussi

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sido muy estrecho el margen con que se impuso, políticamente eso funciona como un aire fresco que la renueva.

Ahora bien: ¿por qué entonces esta derrota en un proceso electoral, única en nueve años tras diez triunfos conse-cutivos, por qué a un año de un triunfo inapelable en las elecciones presiden-ciales con casi dos tercios del electora-do favorables al proceso bolivariano, desata toda esta preocupación? Porque esto desnuda debilidades estructurales del proceso bolivariano que el triunfa-lismo anterior no permitían ver, o no se querían ver.

Después de casi tres décadas en que la onda neoliberal barrió todos los países latinoamericanos, con una des-movilización enorme del campo popu-lar y un enorme retroceso en las con-quistas sociales obrero-campesinas, la aparición de Hugo Chávez en la escena pública trajo nuevas esperanzas. Volver a hablar de planteos socialistas fue, sin ningún lugar a dudas, recuperar parte del terreno perdido todos estos años. Hay quien ha interpretado su accionar político como una encarnación de las protestas populares desatadas dentro de la sociedad venezolana a partir del Ca-racazo, la primera gran reacción a los planes privatizadores en Latinoaméri-ca. En parte es así, pero básicamente se trata de un líder tremendamente caris-mático que, sin provenir del marxismo, pudo transformarse en un interlocutor con los sectores más postergados de Ve-nezuela como nadie en la izquierda lo había logrado ser con anterioridad. El proceso bolivariano iniciado en 1998 no fue, en sentido estricto, una revo-lución socialista popular desde abajo. Pero con el curso de los acontecimien-tos, algunos años después, fue transfor-mándose en eso. O, al menos, ése es el horizonte hacia el que apunta. La de-recha nacional e internacional lo com-prendió, de ahí que comenzó su ataque furioso, y lo seguirá manteniendo siem-pre buscando su caída.

El ataque a la Revolución boliva-riana y a su líder sigue, y durante este año 2008 se incrementará nutrién-dose en la reciente victoria del No a la reforma constitucional. El abanico de instrumentos que continuará utili-zando es amplio. Nunca está del todo descartada la intervención militar di-recta del Imperio, aunque eso, dada la

coyuntura actual, no pareciera lo más viable. De todos modos, jamás hay que olvidar que Venezuela, a un paso de Estados Unidos, es la reserva petrolera más grande del mundo y difícilmente la geopolítica estadounidense se resigna-ría a perderla con tranquilidad. Por el contrario, hará lo imposible por retor-nar a este gobierno díscolo a la «norma-lidad» que requiere el gran capital para continuar su hegemonía. Este año, por tanto, con más virulencia aún que en años anteriores, asistiremos a distin-tas estrategias de desestabilización. Sin descartar la opción militar, pero deján-dola en suspenso de momento, la matriz dominante estará centrada en lo que se dio en llamar golpe de Estado suave: interminables ataques mediáticos per-manentes y sabotaje a la economía. De hecho, eso ya está en marcha, ¡y a mar-cha acelerada!

La debilidad que puso de manifies-to la derrota del 2 de diciembre estriba en la naturaleza misma de todo el pro-ceso bolivariano que viene desarrollán-dose: no hay aún un planteo clasista claro, falta todavía una franca ideología revolucionaria. Y esto deja ver que el Gobierno, si bien dispone del petróleo, no maneja todas las palancas del poder económico, lo cual lo coloca en una situación de cierta precariedad. Pare-ciera que en efecto buena parte de la Fuerza Armada está con la revolución, y hoy la hipótesis golpista no tiene gran cabida. Chávez y el equipo gobernante –no siempre revolucionario y socialis-ta– manejan Miraflores y buena parte del aparato estatal. Pero falta mucho para manejar todo el poder. La derecha dispone de mucho margen de maniobra (producción de alimentos de consumo masivo, banca, medios de comunica-ción, universidades, jerarquía de la Iglesia católica), y el Gobierno hasta ahora se ha movido en relación con ella con una suavidad que a veces abre inte-rrogantes: ¿no quiere o no puede ir más allá?

Otro punto muy importante a con-siderar en todo el proceso vivido hoy en Venezuela es el papel jugado por Hugo Chávez. La derecha festeja eufórica que, no habiendo ganado la reforma consti-tucional propuesta y al no haber posi-bilidad de reelección continua, Chávez tiene sus días contados como presi-dente del país. En tal caso, para enero

del 2013 terminaría su mandato, con lo que –esa es la lógica que se asume– terminaría también esa «pesadilla» so-cialista que se está viviendo. De ser así –y en buena medida el resultado del referéndum produjo generalizadamen-te ese sentimiento–, eso indica una de-bilidad. No hay dudas de que, hoy por hoy, no puede haber revolución socia-lista sin Chávez. Pero sólo con Chávez tampoco. Que todo un proceso político de transformación social tenga como única garantía la presencia de una per-sona es cuestionable. Pero más aún: es peligrosísimo. ¿Qué pasa, entonces, si Chávez desaparece? ¿Qué pasa desde el 2013 en adelante entonces si no hay reelección: se termina el sueño socialis-ta? Más aún: ¿qué pasa si muere hoy?

Efectivamente, entonces, la pasa-da derrota en las urnas vino a mostrar fragilidades que no estaban muy claras, o que no se querían ver. ¿Cómo debe re-accionar ahora la revolución entonces? Definitivamente con un proceso pro-fundo de revisión, de replanteamientos. De hecho, el Gobierno ya ha comenzado a hacerlo. Pero hay que tener presente algo básico: en un momento como el actual o se profundizan las cosas o se corre el riesgo de caer sin posibilidad de retorno.

Tal vez, visto ahora en retrospecti-va, no era necesaria esta propuesta de reforma –ni los 33 artículos presenta-dos por el presidente, ni menos aún los 36 que se le adicionaron posteriormen-te– para avanzar hacia el socialismo. La construcción de una sociedad socialista no depende tanto de un texto consti-tucional, sino de las políticas reales y de las nuevas relaciones de poder que se van estableciendo. La constitución vigente de 1999 puede ser suficiente marco jurídico para adelantar cambios profundos. De lo que se trata, en defini-tiva, es de edificar un nuevo protagonis-mo popular, de las grandes masas siem-pre olvidadas y explotadas por el capi-tal, y de nuevas relaciones para con la propiedad privada de los medios de pro-ducción. Ahí sigue estando el meollo. Si eso no cambia, más allá de la etiqueta que se le coloque, la situación real del pueblo oprimido no cambiará.

Las primeras reacciones del Gobier-no ante los resultados del referéndum son contradictorias. Se habla de pro-fundizar las conquistas, pero al mismo

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tiempo de frenar un poco la velocidad de la marcha. Se habla de la necesidad de cambiar la forma de hacer política atacando frontalmente la corrupción y la burocracia, de dar respuestas con-tundentes a los problemas sociales que se han venido acumulando últimamen-te (desabastecimiento, inflación, segu-ridad ciudadana, impunidad), todo lo cual es una estrategia adecuada, pero la participación popular y protagónica de los movimientos sociales –garantía revolucionaria de todo ello– aún sigue siendo más una declaración formal que una realidad. Construcción del socialis-mo, pero buscando alianzas con la bur-guesía nacional y con gestos de recon-ciliación tal como lo pide la derecha. Es muy prematuro aún decir con precisión si todos estos movimientos tácticos del mes de diciembre preparan condiciones para dar un salto hacia delante o ha-blan, en definitiva, de un límite ideoló-gico de este proceso.

Lo que está claro es que, como in-tento de transformación de una socie-dad en búsqueda de un nivel superior de vida, tanto material como cultural, desacelerar y hacer concesiones al ene-migo jurado no asegura mucho. Puede ser, en todo caso, una táctica de repo-sicionamiento. Pero también –y espe-remos que no sea ése el caso– puede mostrar debilidad. ¿Era necesaria la Ley de Amnistía? ¿Puede confiarse que una burguesía nacional sea un aliado real? Si el socialismo del siglo XXI se define como capitalista, sí. La gran burguesía nacional no parece estar muy proclive a ningún entendimiento con este Gobier-no. Intentó innumerables veces quitár-selo de encima, y lo seguirá intentando, con el beneplácito y la acción directa de su socio mayor: el imperialismo estado-unidense. ¿Es el empresariado llamado «bolivariano» el compañero táctico o estratégico? ¿Son acaso estos capitalis-tas menos explotadores que los grandes grupos económicos nacionales? Ahora bien: estas pretendidas alianzas, ¿acer-can o alejan del socialismo, del poder popular para los pobres, del control obrero y campesino de la producción?

La revolución nunca tuvo un par-tido político orgánico. Tuvo aparatos electorales que, como tales, repitieron siempre los vicios de cualquier demo-cracia burguesa clientelar, en el caso de Venezuela, agravados por la cultura

rentista de su perfil monoproductor. Y el actual partido en construcción, el PSUV, aún no está claro cómo se defi-nirá. Ahí, quizá, hay una gran oportu-nidad. Es el momento ahora de profun-dizar la democracia de base, el poder popular real organizado desde abajo. De esa definición puede depender en buena medida el avance de la revolu-ción. Así como está, ese partido es un fracaso. Una propuesta revolucionaria que nazca y crezca en su seno puede di-namizar mucho todo el proceso.

¿Qué hacer en esta coyuntura? La única manera de avanzar en la cons-trucción del socialismo es profundizar las medidas de corte revolucionario que se intentaban pasar con la reforma (acotamiento del campo al latifundio y al monopolio, mejoras en las condicio-nes de vida de los trabajadores, Fuerza Armada al servicio de la revolución) e impulsar otras que la coyuntura impo-ne urgentemente (guerra a la corrup-ción, refuerzo del trabajo mediático, promoción a fondo de nuevos valores e ideología). El único garante de todo

ello será la movilización real de una de-mocracia de base que, hasta ahora, no ha encontrado los verdaderos espacios donde crecer. Para todo esto quizá no sea necesario volver a presentar una propuesta de reforma de la magnitud de la presentada. Tal vez basta con algunos artículos claves que perfectamente se pueden manejar con la Ley Habilitante aún vigente. Y el tema de la elegibilidad continua del presidente –sabiendo que Chávez es aún la mejor, y quizá única, garantía de todo el proceso– puede ser presentado por la población con la re-colección de firmas, o con una enmien-da constitucional.

Pero lo que queda claro es que o se avanza en la senda de un socialis-mo basado en el poder desde abajo, o el reformismo tibio de esta «burguesía nacional» cuartarrepulicana aún en-quistada en el Estado no alcanzará para contener los ataques de la derecha dura que terminarán quedándose con el pe-tróleo, el verdadero botín de guerra en juego, hambreando y reprimiendo una vez más al pueblo.

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Es entonces cuando aprecio cuán duros son estos elementos que tallamos, que moldeamos, hasta encontrar el arte, la obra, lo bello.

La Revolución bolivariana no se inició en 1998, cuando Hugo Chávez resultó victorioso en las elecciones pre-sidenciales. Si nos asomamos a un pa-sado reciente, podríamos recorrer unos dos siglos, con los sueños del precursor, del Libertador, del general de hombres li-bres y de tantos mártires. Incluyendo los guerrilleros de mediados del siglo XX. La Revolución bolivariana se inició cuan-do el dominio imperial brotó foráneo y voraz hasta convertirse en autoimperio americano con el norte defi nido en Es-tados Unidos y los intereses difuminados por la presencia del capital en todos los procesos.

Hugo Chávez, el comandante, el líder, el gobernante, el esperanzado y la esperanza, es la revolución de hoy, de ahoritica. Del por ahora de 1992 y del por ahora de 2007. Es el Bolívar con Páez en Carabobo y el traicionado por el Páez santanderista hecho presidente. Es el vivo y activo de tantas batallas, pero también el asesinado en Santa Marta. Es. ¡El futuro ahora tiene todos esos re-cuerdos!

Por eso, camaradas, si estamos pensando en el futuro de la Revolución bolivariana, armemos entre todas y to-dos este complejo rompecabezas. Allí

está la respuesta predictiva de nuestro destino. La revolución es posible. Pero a nosotras y a nosotros nos toca defi nir si así será.

Ahora estamos con las erres al re-vés del camarada Alfredo Maneiro, que nos convocan a la revisión, a la rectifi -cación y al reimpulso. Somos Gobierno y debemos gobernar como revoluciona-rios. Ésta es parte de la gran tarea para vencer. Si no gobernamos bien, si no somos capaces de ofrecer la mejor for-ma de gobierno, en el que todas y todos disfrutamos la mayor suma de felicidad, estamos fracasados. Si no es así, no an-damos en revolución.

Por todo esto, revisémonos. Revi-semos lo que hacemos, lo que hemos hecho. De la revisión, la rectifi cación. Podemos habernos equivocado. Enton-ces hace falta rectifi car, corregir, pedir perdón si es necesario. Sólo así es posi-ble reimpulsar esta revolución.

Y esta revolución necesita reim-pulsarse. Reimpulsarse con una sin-cera, profunda y radical revolución en la revolución. El futuro de esta Revolu-ción bolivariana es el socialismo, pero el socialismo se construye en combate y convencidos de que, a veces y por aho-ra, es posible equivocarse.

El destino somos nosotras y noso-tros mismos. Sólo hace falta saber si nos asumimos con humanismo o si nos do-blegamos ante la cosifi cación capitalista.

Predicciones para una

revolución en curso

iVÁN PadiLLa BraVo

Dudo siempre del futuro. Sobre todo cuando recuerdo el pa-sado y no nos queda otra sino vivir el presente. Esta afi rma-

ción introductoria, muy parecida al pen-samiento existencialista que ha estado en boga a partir de la década de los años cincuenta del pasado siglo, no lo esgrimo para alejarme del compromiso revolucio-nario de contribuir a construir el futuro nuestro del que habla el Che cuando se refería a nuestro presente de lucha.

Invoco la inconsistencia del futuro, socialmente visto, porque él va a depen-der, directamente, de lo que seamos ca-paces de hacer hoy.

En este sentido, debemos decir que, el pasado, que tampoco existe, en algún presente anterior, construyó recuerdos para alegrarnos o lamentarnos de lo que ahora podamos tener. Y lo que tenemos, o somos, es un presente capitalista, inhu-mano, demoledor, genocida, explotador. En fi n, un presente para la tristeza o para la esperanza. Un presente para confor-mistas o para revolucionarios.

Un presente de lucha, diría nuestro Guevara empedernido. Así tendremos la medida, entonces, de nuestro futuro.

Destino con gubia

Me piden los camaradas que llevan la coordinación de esta extraordinaria revista para la refl exión y el debate, A Plena Voz, que escriba acerca del tema de lo que yo considero puede ser el futuro de nuestra Revolución bolivariana.

Me armo de gubia, ese fi loso instru-mento que los especialistas en esculpir maderas o piedras utilizan para vencer la rigidez natural y darle forma y belleza, y entonces digo: podemos obtener nuestro socialismo.

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¿Quién mató al comendador? Fuenteovejuna, señor. ¿Y quien es Fuenteovejuna?todos a una, señor.

En medio de la temporada de béisbol, mi hijo y yo que so-mos magallaneros furibun-dos además de chavistas, tu-vimos el privilegio de conse-

guir entradas para uno de estos clásicos encuentros, pero del lado de los leones. Estábamos rodeados de caraquistas que además de escuálidos eran sumamen-te jocosos y agradables, pendientes del juego y no de jodernos con la política (recién habíamos perdido el referén-dum para la reforma). El juego lo ganan los navegantes y al retirarnos los com-pañeros de travesía de esa noche, con los que compartimos cervezas, risas y bromas nos gritaban: “es una victoria pírrica”. “Es una victoria de m….”El poeta Osuna me ha pedido una opi-

nión de ese resultado (no del béisbol, sino del referéndum), para la revista “A plena voz”. Haré lo mejor posible des-pués de haber oído a muchos grupos, y tener mi propia lectura de lo que nos pasó. El asunto es complejo, multifacto-rial y no puede despacharse con simple-zas. De modo que estas no son solo mis opiniones. Han sido extraídas de discu-siones de varios colectivos que com-parto, y me gustaría dejar claro para comenzar que en mi opinión fue una derrota importante para la revolución.

causas:

•El momento estratégico escogido fue errado. Estábamos disolviendo nuestro aparato electoral y creando un joven

partido (PSUV) al cual le dimos la res-ponsabilidad de la batalla. •El triunfalismo. Nos confi amos en las anteriores victorias sucesivas y la fi gu-ra del líder.•Propuesta compleja. La propuesta ya compleja del Presidente se enredó con los agregados de la Asamblea Na-cional (que no eran malos, pero si in-oportunos) y no logramos estructurar un discurso sintetizado y sencillo para explicar la reforma. Esas discusiones artículo por artículo eran fastidiosas, inentendibles y agotadoras. •Fue un año de duros golpes para nues-tras incipientes organizaciones popula-res (Consejos Comunales, CTU, Mesas de agua, Comités de salud y otras). Mu-chas instituciones mantienen y hasta

¿Y quien es ¿Y quien es ¿Y quien es ¿Y quien es ¿Y quien es ¿Y quien es ¿Y quien es

Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, señor. Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, señor. Fuenteovejuna, señor. Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, señor. señor.

al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? Fuenteovejuna, al comendador? Fuenteovejuna, al comendador? al comendador? al comendador? Fuenteovejuna, al comendador? Fuenteovejuna, al comendador? Fuenteovejuna, al comendador? al comendador? Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, señor. Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, señor. señor. Fuenteovejuna, señor. Fuenteovejuna, señor. Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, señor. Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, señor. Fuenteovejuna, señor. señor.

al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató

Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, Fuenteovejuna, al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? ¿Quién mató al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? al comendador? ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató ¿Quién mató al comendador?

Fuenteovejuna, señor. ¿Y quién es Fuenteovejuna?todos a una, señor. Hector soto

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A Plena Voz 13 A Plena Voz 13A Plena Voz 13A Plena Voz

han inventado nuevos requisitos buro-cráticos para considerar sus proyectos y bajar los recursos (RIF, NIT y cosas pa-recidas) lo cual no contribuyó al fortale-cimiento de las mismas, por el contrario causaron molestias importantes. Por esta razón las organizaciones populares no tuvieron disposición para movilizar a la gente. No votaron. En el barrio “La Vega” lo vivimos personalmente. •Algunos gobernadores y alcaldes co-braron el no haber incorporado en la reforma la reelección indefi nida para ellos también. Lo hicieron “haciéndose los locos” con la campaña o trabajando abiertamente por el NO.•Año cargado: la reforma, los otros 4 motores y la construcción del PSUV, fueron demasiado para un pueblo que apenas comienza a entender la impor-tancia del trabajo colectivo•El socialismo no se decreta, se constru-ye con práctica, teoría y experiencias concretas. Se construye “Aquí y ahora” en una práctica cotidiana•Se evidenció que el problema de una revolución no es exclusivamente jurí-dico. Lo es sobretodo político-organiza-tivo.•Este pueblo no es el mismo, ahora pien-sa y hay que acompañarlo sin empujar-lo ni arrastrarlo. No acepta una simple campaña de colores. Requiere explica-ciones y quiere participar de verdad.•El modelo rentista sigue vigente y las bases se dan cuenta que han recibido un poco más pero la mayor acumula-ción sigue en dirección de las minorías burguesas.•Tropiezos y fallas de gobierno en todos los niveles: central, regionales y locales, incluido el saboteo de los escuálidos in-fi ltrados en todas estas instancias dado el carácter de nuestra revolución pací-

fi ca y democrática que respeta los fun-cionarios “de carrera” y también come-te la ingenuidad de incorporarlos para resolver asuntos de carácter tecnocrá-tico. Este fue un año de muchos recla-mos. El pueblo no entiende que después de diez años, la revolución no recoja la basura, no controle el desabastecimien-to, no arregle las carreteras, ni mejore la seguridad, o la burocracia.•Hábitat y vivienda, salud, alimenta-ción y educación son los elementos de “vida” más caros para el pueblo. En es-tas áreas no fuimos efi cientes como en años anteriores. En unos casos por lo complejo de los problemas a resolver -lo cual no supimos explicar al pueblo- y en otros por razones inexplicables para mí. El pueblo desea “vivir” y cualquie-ra de estos elementos que no funcione le genera angustia e incertidumbre. En las cuatro creo que no estuvimos bien.•No supimos transmitir o hacer recor-dar los logros de la revolución en años anteriores, que han sido grandes, y el riesgo de no poder seguir conquistan-do aún más si perdemos el control del poder.

Lo determinante:

Sin embargo, aún compartiendo total o parcialmente los juicios anteriormente expuestos, en mi opinión el factor de-terminante fue el siguiente:

•La derecha nos planteó la lucha en el te-rreno mediático-ideológico, aplicando la contrainformación y la desinformación para generar miedo y nosotros respon-dimos haciendo propaganda, montando al comandante en carrozas y pegando afi ches confi ados en las numerosas vic-torias previas. Asustaron a muchos con

lo de la propiedad, el ejército antiimpe-rialista, las milicias, la reelección indefi -nida, la patria potestad, y nosotros ha-ciendo pancartas que solo decían “SI”.

Lo bueno:

Pero de todo creo que se sacan leccio-nes. Aprendizajes para enmendar y tra-zar estrategias de cara al futuro:

•Afl oró la mayor de las contradicciones actuales dentro de las fuerzas revolucio-narias: la diferencia entre los que creen que le hacen la revolución al pueblo, y los que sabemos que el pueblo hace su revolución o fracasa.•Se activó una verdadera “constituyen-te”. Ahora si en todas partes se discute el tema del socialismo con seriedad. • Se reactivó la vieja discusión: ¿Es posible una revolución desde el Es-tado burgués?• La mitad de los votantes apo-yó la propuesta. Hubo un crecimiento enorme de la propuesta socialista en re-lación al pasado reciente de la población que la acepta conscientemente. Nunca superábamos el 6%. Eso es signifi cativo• La derecha no creció, ni los chavistas se “derechizaron”. • Si se hace una lectura correc-ta del mensaje que nos envió el pueblo, podemos convertir esta derrota en una victoria cargada de aprendizajes• Nos corresponde escuchar, sis-tematizar y poner por delante lo ideoló-gico, construir el partido y las organiza-ciones de base sin descanso.• Debemos abandonar la defen-siva. Siendo aún mayoría, teniendo el gobierno y la posibilidad de demostrar estos años que podemos gobernar bien, hagámoslo: gobernemos bien.

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Es comprensible y aceptable que si nosotros los bolivarianos lle-vamos 9 años en el poder, la derrota del Sí tanto a cautos e

incautos nos haya desmoralizado nota-blemente. En el boxeo, un buen boxea-dor, después de recibir un buen golpe, mantiene su guardia y estudia a su oponente, al tiempo que se plantea una estrategia para vencer en la contienda. Lo diré nuevamente, si la guerra es la política por otros medios, la política es el arte de la guerra por medios pacífi-cos y cívicos. Entonces, apliquemos la reflexión racional al revés recibido, una reflexión que a su vez sea esperanzado-ra, enriquecedora y aleccionadora.

Lecciones de la derrota: para chávez y nosotros

Por lo menos cuatro lecciones, tan-to para el líder de este proceso como para quienes le secundamos, son imprescin-dibles asumir. Éstas serían:-Nombrar nuevos asesores y estimular el debate entre ellos, porque actualmente es un círculo

cerrado, lo cual implica que los asesores teman llevarle malas noticias al Presi-dente. Por ende, el debate saludable y enriquecedor estaría siendo imposible. Esto lleva a la rigidez de la dinámica en la gerencia del gobierno revoluciona-rio. Así, el Presidente pierde contacto con su pueblo y con la realidad social y política nacional.-El pueblo ya es pro-tagonista activo y participativo, o ¿acaso la abstención no fue un modo muy ac-tivo, notable y directo de participar en el proceso del 2 de diciembre de 2008? Atiéndase que los venezolanos, antes marginados, ahora muestran sentirse integrados y representados por Chávez, a tal punto, que su madurez política les posibilita incluso poner un límite al res-paldo del mismo Presidente.-Atender el descontento del pueblo, que sólo quiere «resultados concretos». El socialismo del siglo XXI debe «resolver» los pro-blemas diarios de la gente, como por ejemplo, reducir la inflación, superar la escasez de productos básicos, solventar el déficit de vivienda, exiliar a la corrup-ción, la ineficiencia y la burocracia del

Estado, entre otros.-El cambio sufrido por la oposición; percatarnos de que tan-to los nuevos disidentes chavistas como los opositores actuaron responsable-mente después de los resultados. Que dicha oposición ahora está refrescada por los estudiantes de las universidades públicas autónomas y las privadas, por la jerarquía de la Iglesia católica y por las sectas religiosas.

¿tiene futuro la revolución bolivariana? tareas para ya

Es una necesidad urgente, para los partícipes de la revolución, el reali-zar aproximaciones más inteligentes y científicas al resultado del referéndum constituyente. Para ello, es menester exiliar las pasiones viscerales y afecti-vas, así como evitar buscar sólo chivos expiatorios. A continuación presento algunas consideraciones y tareas por hacer:

1. Evitar el análisis simplista que im-pide advertir el carácter multidimensio-nal de un proceso de transformaciones

¿Qué hacerdespuésdel referéndum constitucional? Gerson GóMez acosta

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en el que se entrecruzan componentes objetivos y subjetivos. Es decir, la discu-sión crítica y racional de las causas del descalabro y la comprensión realista de las opciones del triunfo, ¿qué nos ense-ña? Explicitarlas sin miedo a que nos llamen «agentes de la CIA».

2. Impedir el secuestro de Poder Po-pular, en todos los espacios y por todos los medios.

3. Asumir que el ejercicio del poder constituyente es la fuerza articuladora de las condiciones que hacen posible la construcción del socialismo bolivaria-no.

4. Renovar los líderes del bolivaria-nismo a nivel del partido, del Estado, de la Asamblea Nacional, y que se creen instancias que se atrevan a debatirle sus propuestas. Estas instancias tienen que ser pluralistas, para ser funciona-les, abarcando un amplio espectro po-lítico, los partidos y sindicatos obreros de la izquierda que están naciendo; el socialismo científico del siglo XXI y los movimientos sociales.

5. Velar por las expresiones del ejer-cicio del Poder Popular: movimientos so-ciales, organizaciones comunitarias y consejos comunales, entre otras. Que no sean diluidos en lógicas guberna-mentales o partidistas.

6. Acentuar la creación de un ima-ginario político socialista colectivo. Para ello, no debemos ignorar la fuerza y el arraigo del imaginario capitalista en to-dos los sectores sociales. Aquí radicaría una de las razones por las cuales el mie-do al socialismo fue fabricado e instala-do en el pueblo desde los años treinta del siglo XX.

7. Crear un nuevo imaginario político como dimensión del poder constituyente. Atiéndase que el dispositivo fundamen-tal de la campaña por el No fue el mane-jo mediático de la propiedad privada.

8. Forzar una transformación radical del Estado. Así es necesario evitar que se siga reproduciendo la lógica del Estado heredado del Pacto de Punto Fijo, elu-diendo la definición y puesta en prácti-ca de una nueva institucionalidad que, articulada con las demandas sociales y el movimiento popular, haga parte de la construcción de una sociedad que permanentemente desde una dinámica constituyente construya el socialismo.

9. Asegurar que en el PSUV no se instale la reproducción de la lógica de-

mocrática representativa y burocrática. Centralizada y de dirección vertical del partido, ya que se estarían copiando los errores del viejo socialismo europeo y de la Cuarta República. Con ello se continuaría minando su configuración como plataforma política, que reclama un fuerte arraigo popular y como es-pacio de efectivo ejercicio democrático, porque el ejercicio de la democracia so-cialista es una ruptura con la democra-cia formalista.

10. Evitar la descalificación de quienes se abstuvieron de participar en el referéndum constitucional. En defini-tiva, salvando la buena fe de muchos de ellos, podría ser que no se sintiesen convocados ni partícipes del debate, y especialmente porque es necesario en-tender que no habrá construcción del socialismo sin una revolución interna de las personas. La psicología y cultura de cada uno tendrá que ser liberada de toda forma de relación mando-obedien-cia ante el sistema capitalista.

11. Tolerar las divergencias entre chavistas. Admitir que a la democracia socialista le pertenece el reconocimien-to del pluralismo político socialista.

12. Los resultados como una alerta. Interpretar los resultados del referén-dum constitucional como un alerta para quienes estamos comprometidos con un proceso de transformación so-cial y político. No basta el llamado de líderes políticos para que la gente par-ticipe en el tipo de decisión, se requiere reflexión y diálogo como la puesta en escena de la reforma propuesta por el Presidente.

13. Creernos y tolerar las consecuen-cias de decidir el liberar y transformar nuestra sociedad condicionada por el capita-lismo, por sus fuerzas destructivas. Sólo así podremos culminar la construcción inacabada del socialismo bolivariano como un proyecto ético-político elabo-rado sobre la marcha y sin un manual riguroso y seguro a la mano.

¿chávez hasta el 2013? escenarios posibles

Actualmente, y desde el punto de vista constitucional, no es posible la re-elección presidencial. Cabría entonces considerar si esto sería causa y motivo para acabar con el proceso revolucio-nario. Además, aceptar que incluso la

consideración misma expresa una falla estructural del proceso que tenemos que revisar con madurez, porque a mi juicio EE.UU. está cada vez más ansioso por acelerar el fin del proceso. Por ende, atendamos los siguientes posibles esce-narios:

Crisis económica pro oligárquica-im-perial (2008-2009). La inflación ya al-canzó el 18% y se agudizó con la inyec-ción adicional de capacidad adquisitiva (liquidez) el último trimestre del 2007, para estancarse muy probablemente el primer trimestre del 2008. Entendamos que a la inflación contribuye el control de precios y las regulaciones para los alimentos básicos, una medida nece-saria que no es acompañada de una regulación realista de las divisas inter-nacionales, del consumo interno de la energía y de un seguimiento y probable subsidio a la producción. Variables que distorsionan las relaciones de oferta y demanda, propiciando la inclinación hacia el mercado negro, la corrupción, la burocracia, los desabastecimientos y, por ende, la devaluación de la moneda nacional.

Referendo revocatorio presidencial (2010). Esta posibilidad de que la dere-cha sustituya a la revolución descansa en que sea posible para ellos encontrar el porcentaje de firmas y que además nosotros hayamos agotado la paciencia del pueblo sencillo al no sanar los agu-dos problemas que le acogen.

Colapso de la gestión oficial (2009). La estrategia de sustituir la inversión pri-vada y/o externa por la inversión pública del Estado, ideada por el camarada Jorge Giordani, respecto su concepción y apli-cación nacional, supone el rebasar a las fuerzas del mercado. Pero acontece que, nos guste o no, la economía venezolana sigue siendo una economía de mercado capitalista, específicamente una econo-mía petrolera, está condicionada inter-nacionalmente por dicho sistema y des-cansa sobre una democracia burguesa. El estatus social de quienes la gerencian, grosso modo, hoy en día es profesional, capitalista y burgués culturalmente ha-blando. Esto último determina las opcio-nes y políticas reales ejecutadas por las instituciones del Estado. En otras pala-bras, por muy claras y revolucionarias que sean las líneas dictadas por Miraflo-res, si el aparato del Estado es burgués, no moverá jamás el burro la carreta.

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Relanzamiento y aprobación de la reforma constitucional (2009), para lo cual la Constitución Nacional vigente en su Art. 342 cita: «La iniciativa de la reforma de esta Constitución podrán tomarla la Asamblea mediante acuer-do aprobado por el voto de la mayoría de sus integrantes; el Presidente o Pre-sidenta de la República en Consejo de Ministros; o un número no menor del quince por ciento de los electores ins-critos y electoras inscritas en el Regis-tro Civil y Electoral que lo soliciten». El 2D el Presidente fue el proponente y la Asamblea adicionalmente agregó otros artículos. Ante esto, el Presiden-te ha invitado públicamente al pueblo a que reflexione hacer uso de esta op-ción. El pueblo organizado podría reco-ger mucho más que el 15% de firmas del Registro Civil y Electoral, y sólo el pueblo podría introducir nuevamente la reelección presidencial indefinida en dicha propuesta. Al aprobarla por una mayoría considerable el 2009, se ga-rantiza la permanencia del líder de la revolución.

Este último escenario, para ser realidad, requiere por lo menos que una mayoría del pueblo se convenza de cómo la gestión bolivariana satisface las necesidades urgentes, cotidianas, de bienestar social y de proyecto del país que requerimos para ya, y para el futuro. Prometer el cielo a largo plazo no sería la estrategia más inteligente. Tenemos que demostrar que somos los gerentes políticos que mejor pueden ad-ministrar el país actualmente y a futu-ro. Esto es una tarea para hoy, no para mañana. Sólo así triunfaremos en las elecciones de alcaldes y gobernadores, promoveremos la aprobación de la re-forma constitucional y la continuidad del presidente Chávez.

el pueblo, único garante del proceso

Está claro, por lo expuesto, que sólo el pueblo puede decidir si quiere o no radicalizar la propuesta de Chávez, e incluso si quiere o no su permanencia en la Presidencia de la República. Pero advirtamos que actualmente la crisis del «proceso» es que el mismo «proce-so» se está desprestigiando. Y esto sin ayuda de EE.UU. La insatisfacción de las demandas públicas estaría promovien-

do en la gente de a pie, en el pueblo sen-cillo, «el desencanto» con el desempeño de la democracia bolivariana y sus con-secuente «frustración». Presentamos, acto seguido, algunas consideraciones para establecer el Poder Popular de he-cho.

1. El desencanto posible, ¡Poder Po-pular ya! Que el pueblo pueda en un par de años experimentar desencanto por el proceso no puede ser atribuida a limitaciones de nuestra cultura po-lítica solamente, o a nuestra tradición republicana. Ellas están allí, pero que ellas sean decisivas para la coyuntura que nos embarga a los bolivarianos es debatible. Lo incuestionable es que aún estamos lejos de lograr «el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo». Los consejos comunales deberían tener menos obstáculos para su ejercicio, es-pecialmente porque los obstáculos son colocados por la administración públi-ca nacional, estadal y municipal, y aquí no está gobernando la CIA. Entiéndase que los artífices del desencanto no son los ciudadanos, sino los pésimos gobier-nos. Aún el pueblo sencillo no ha pal-pado el socialismo del siglo XXI. Ante el pueblo, y afectándole diariamente, se encuentra la democracia capitalista, que es capitalismo democrático donde se privilegian las grandes empresas y sus intereses. Este capitalismo subordi-na, a sus necesidades de preservarse y reproducirse, a la soberanía popular y al Poder Popular. Aún el pueblo cuenta con poca incidencia en la elaboración de las políticas públicas ante una ges-tión electa en su nombre y para la pro-tección de sus intereses.

2. Aprender de la tragedia del libera-lismo. La democracia liberal y capita-lista coloca poderosos intereses de una minoría millonaria como más decisivos que los intereses de la gente común, del pueblo. Ante esto, los partidos y sus cogollos inventan modos de manejar y manipular las necesidades y exigencias populares a través de campañas publici-tarias creadas desde élites intelectuales compradas por las élites económicas, es decir, por las empresas que, ahora glo-balizadas, se han convertido en actores omnipotentes en los gobiernos de capi-talismos democráticos. El resultado es la privatización de los bienes y servicios públicos, trayendo como consecuencia que los más pobres tengan que optar

por la resistencia violenta, porque la pasiva implica represión y muerte (el caso de Colombia), o el adaptarse al sistema comiendo a veces las migajas, ya que la vía electoral como medio para elegir otro sistema es imposible.

3. Creer y jugársela toda con y por el pueblo, y para ello es necesario cederle participación, los espacios de toma de decisión y de gerencia en los niveles na-cionales, estadales y municipales. Ini-ciar ensayos, experiencias de autoges-tión y gestión popular de instituciones que aún las lleva el Gobierno o el par-tido de «fulano». El pueblo como sujeto protagónico debe dejar de ser tutelado, así como además debe permitírsele que ejerza la contraloría social, el segui-miento y fiscalización de las políticas públicas mediante la sala situacional presente en cada institución pública. Si no se hace posible esto, todas las re-flexiones acerca del socialismo del siglo XXI serán letra muerta.

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concluyente y no sólo emotivo, respal-dado más por la consigna vacía que por el análisis enjundioso, serio, profundo, que vaya a la raíz de los problemas, de la verdad. Permítanme la siguiente idea para sintetizar lo que he querido decir en este párrafo ya un poco largo pero necesario: el árbol es muy hermoso car-gado de hojas, flores, frutos y sombra, pero ¿podría mostrarse en todo su esplendor si no tuviera raíces? En la raíz esta la razón y la noción real de todo lo que existe biológica y socialmente hablando.

La mejor respuesta para destruir los argumentos de los enemigos de la Revolución bolivariana es la verdad es-grimida con bases teóricas reales, pro-fundas, bien expuestas y sustentadas en el análisis científico. Alejémonos del palabrerío, de la verborrea sosa, vacía, que termina pareciéndose al discurso del enemigo. Defender la obra real, po-sitiva de la Revolución bolivariana en todas las áreas y contenidos: políticos, sociales, económicos, culturales, etc., cuyas huellas están dispersas por toda la geografía nacional, es un deber de cada revolucionario(a), cualquiera sea la función, responsabilidad y alcance que tenga su acción: desde el alto cargo de dirección, mando y ejecución hasta

¿Quéhacer...ANTONIO CASTRO AVELLANEDA

de difusión que, hasta el más enconado enemigo lo reconoce, hoy proliferan por todo el país, como un signo positi-vo de los nuevos tiempos que vivimos. Medios de todo género en los cuales ac-túan tanto opinadores de oficio, enemi-gos de la Revolución bolivariana, como nuestras propias gentes, pero en ambos casos confundiendo y mediatizando a las mayorías que aún no tienen la capa-cidad teórica adecuada para leer entre líneas, para descubrir el veneno escon-dido en tanta elegante palabra, entre tanta emotiva frase que detrás de su al-míbar esconde el acíbar. Una respuesta política realmente revolucionaria debe partir de un análisis científico, objetivo,

¿Qué hacer ante los enemigos del proceso revolucionario ve-nezolano que no descansan en su propósito de destruirlo, sobre todo después del resultado del

referéndum constitucional del 2 de di-ciembre próximo pasado?

Una respuesta fácil, demagógica sería más o menos ésta: no debemos preocuparnos demasiado por esa «vic-toria pírrica» de la oposición contra-rrevolucionaria, al proyecto de mejorar la Constitución de la República Boliva-riana de Venezuela propuesto a toda la sociedad por el presidente Hugo Chávez el 15 de agosto del 2007. La oposición ya se cree en Miraflores retomando el poder para destruir lo que se ha podido construir en estos 9 años de gobierno revolucionario, pero el pueblo boliva-riano no lo permitirá, pues está sólida-mente unido alrededor del proyecto bo-livariano y del comandante presidente, nuestro líder indiscutido, pues su con-ciencia es la mejor arma que esgrime para responder a cualquier peligro, a cualquier agresión concreta de los ene-migos internos y externos...

Perdonen la ironía, pero sólo estoy siendo fiel a la verdad que diariamente oímos, vemos o leemos en tanto medio

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la simple visión del ciudadano común que de una u otra manera recibe los be-neficios de la obra revolucionaria.

¿Qué hacer ante nuestro errores?

Entendamos que la revolución es un hecho colectivo en todos los sentidos en que analicemos su impronta. Tiene un líder indiscutido: sí, pero él solo no puede hacerlo, mirarlo, analizarlo, en-derezarlo todo. La responsabilidad del hacer, el fiscalizar y cuidar es de cada uno de nosotros, los hombres y muje-res comprometidos con el destino del proceso revolucionario que es el desti-no de toda la sociedad venezolana. Si tomamos conciencia de esto tendremos en las manos las mejores armas para combatir a los enemigos internos y ex-ternos. Si aprendemos a utilizar todos los medios legales a nuestro alcance, impediremos, por tanto, que impongan sus planes no sólo contra la Revolución bolivariana y todo lo que ella significa como proyecto de redención económi-ca, social, política y cultural para las grandes mayorías, sino contra el pue-blo en su acepción más genérica e his-tórica.

Dicho así pareciera fácil enfrentar el problema, pero éste es mucho más complejo de lo que las palabras más co-herentes y precisas pueden mostrar. Lo que está claro y se plantea en la coyun-tura política actual, sobre todo después del resultado del referéndum el 2 de di-ciembre de 2007, adverso en su suma-toria al principal proponente, es la uni-dad de análisis y acción, de seguimiento a los planes del adversario, el cual es muy po-deroso, posee todo tipo de recursos y medios para continuar su obra desestabilizadora y tiene, además, el apoyo total del gobierno imperialista de los EE.UU. Pero también es necesario, imprescindible, hacerle segui-miento a nuestras propias acciones, sobre todo a los errores y deficiencias que tanto abundan en nuestras filas.

Aquí es necesario decir, metiendo el dedo en la llaga, que muchas veces el daño mayor no llega del enemigo in-terno o foráneo, sino sobre todo de las propias filas revolucionarias, producto de los múltiples errores en los cuales, de manera absurda, muchos reinciden to-zudamente como si trabajaran más para el enemigo que para el proceso revolu-cionario. No debemos bajar la guardia

ni ante el contrario ni ante nosotros mismos. Creo que por esta vía podre-mos ir recuperando el terreno perdido, si cabe el consuelo de esta frase, pero so-bre todo –y es un deber inalienable, his-tórico– hacerlo de la manera que aquí proponemos:

Debemos superar y separar dema-siados errores: superarlos en el conscien-te, reconociéndolos en primer lugar; y en segundo lugar, tomando la decisión real y leal de no repetirlos. Si un error no sirve, y por el contrario perjudica a quien lo comete, a la institución a la que sirve o al país en el que habita –dicho y analizado esto desde todos los puntos de vista–, mucho menos puede servir repetirlo, reincidir en él. ¿Y qué significa separar? Sencillo: cuidar todos nuestros actos como funcionarios de cualquier nivel, o como simples ciuda-danos comprometidos con el proceso de cambios; separarnos de las debilidades y tentaciones que genera el manejo de algún tipo de recurso, de autoridad, sea cual fuere ésta. Separar la parte oscu-ra de la condición humana que a veces nos domina, para que brille realmente la otra: la parte humana que nos pone delante de los ojos, las manos y los pies la posibilidad de andar el mejor camino, el que conduce a la gloria de ser perso-na, servidor público o sencillamente ciudadano en paz con su conciencia.

¿Qué hacer para consolidar la revolución bolivariana?

La estrategia y la táctica ya están trazadas, orientadas. Asimismo, el con-tenido a impregnar en nuestros actos. Las líneas maestras las dictó el señor presidente Hugo Chávez en una alocu-ción reciente en la cual, como en todas, él siempre está orientando qué y cómo hacer para el avance y consolidación del proceso revolucionario, acechado por tantos peligros internos y externos. En su titánico esfuerzo diario por avan-zar firmes en el camino decidido, nos impulsa y sugiere poner en práctica las tres erres.

¿Qué son las tres erres? La llave para salir del laberinto, corrigiendo los erro-res, «enderezando entuertos», como di-ría don Alonso Quijano, el hombre que da vida al Quijote, de Cervantes. El ciu-dadano presidente, en su afán orienta-dor que tanto le caracteriza, le distingue

y lo diferencia de los oscuros mandata-rios que por Miraflores pasaron en más de un siglo con más pena que gloria, sacó de su capacidad de análisis la tesis de las 3 R: revisar, rectificar, reimpulsar. Ahí están trazadas las líneas maestras de lo que debe hacer el movimiento revolucionario en los próximos días y meses; en este año que se presenta di-fícil, complejo, con muchos obstáculos en el camino hacia el futuro de libertad, bienestar y progreso que tiene como oriente la Revolución bolivariana.

Revisar toda la acción del com-plejo aparato estatal en su estructura fundamental: poderes Ejecutivo, Le-gislativo, Judicial y todas las demás instancias que se derivan de las tres ramas principales. Rectificar sobre todo la acción de aquellos funcionarios que se han burocratizado, que han caído en la tentación del dinero fácil; de la corrupción. Combatir toda conducta reñida con la ética, la moral y la eficien-cia revolucionarias. Reimpulsar toda la acción transformadora del Estado, aprovechar la creación en proceso del PSUV, organización que debe conver-tirse en los ojos, las manos, los pies y el alma de la Revolución bolivariana, encarnada en cada militante, en cada cuadro, no importa su nivel de respon-sabilidad dentro de la organización. El PSUV debe ser al proceso bolivariano lo que es el corazón al cuerpo humano. Deduzca usted su función, amigo(a) lector(a).

Tenemos en nuestras manos de pueblo consciente no sólo nuestro pre-sente y nuestro porvenir, construyendo el socialismo como sistema social justo que substituya al rapaz capitalismo, sino sobre todo la posibilidad real de consolidar cada día el valor más im-portante de todo el proceso de la Revo-lución bolivariana: la libertad de cada uno de nosotros, como de toda nuestra patria siempre acechada por enemigos voraces y bien conocidos.

Permítaseme cerrar estas cortas y sencilla reflexiones con una cita del gran Lenin (Vladimir Ilich Ulianov), fundador del Estado soviético: «La li-bertad es una gran palabra; pero bajo la bandera de la libertad de producción se han hecho las guerras más rapaces, y bajo la bandera de la libertad de tra-bajo se ha expoliado a millones de tra-bajadores [...]».

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Cuando un cerebro ha sido ne-gociado o invadido, se hace imposible debatir con él. No es propio, y no queda sino de-

cirle: «Prefiero entenderme con tu jefe». Pero el jefe no está. El jefe no vive en nuestro país y él, el disociado, ni siquie-ra lo conoce. Puede que el dueño de su cerebro se encuentre en Nueva York, en Tokio, Madrid o en Las Batuecas.

Somos víctimas de una guerra mundial de los medios, con Bush y el rey de España a la cabeza. Son ellos los que ordenan colocar que en 2007 Chávez se coronó como el personaje más villano del año. La frase del año fue: «¿Por qué no te callas?»; el personaje del año y más querido por su pueblo, para el diario El País de España, fue precisamente por esa misma frase el Borbón Juan Carlos. Todos los grandes medios chorreando victoriosos titulares como: «Chávez, el Macaco, el tumor de América»; «… el tirano que asesina estudiantes»; «… don Regalón, diezma a Venezuela»; «… con su show de los rehenes»; «… el grosero,

insultante»: «... el iracundo que se niega a reconocer la derrota», «… asesino», «… ladrón», «… sádico», «… amariconado» (enamorado de Fidel), y en conclusión, hasta por CNN: «¿Quién lo mató?»

en cuanto a inseguridad y vio-lencia. Cuando Globovision habla de in-seguridad no es para informar, sino para inducir pánico y poner contra las cuer-das al Gobierno. El pobre Gobierno no tiene medios que sepan defenderle. Que se sepa, por ejemplo, en Mérida, desde la Facultad de Ciencias de Economía de la Universidad de Los Andes se dispara con armas de guerra a la policía y que van ya más de 74 agentes heridos de bala. Eso es inseguridad, e inseguridad propiciada por la ultraderecha, pero eso casi nadie lo sabe. Eso jamás lo veremos comen-tado por CNN ni mucho menos por la prensa del recién fallecido Jesús Polanco El País (España). Así pues, que los me-dios poderosos callan y los gobiernos lo-cales también callan, ya sea por miedo o por complicidad. La inseguridad es una de las ramas que más agita la oposición,

cuando claramente la propicia la ultra-derecha. ¿Es que el centenar y medio de dirigentes campesinos asesinados, jamás reseñados por Globovision o El Nacional, no son acaso violencia bestial e insegu-ridad? De modo que en esencia la gran madre de la inseguridad que sufre el país es procreada y alimentada desde los po-derosos medios de comunicación.

Cuando Globovision a todo trapo anuncia decenas de muertos cada día en Venezuela, no se molesta en averi-guar quiénes cometen estos crímenes. En su inmensa mayoría los ejecutan más de cuarenta mil colombianos pa-ramilitares que adrede fueron traídos a Venezuela. El presidente Uribe organizó esa oleada de bandidos en connivencia con la oligarquía y el Departamento de Estado. No existe la menor duda de que Globovision trabaja estrechamente con Uribe y sus agentes en todos estos planes desestabilizadores. El sicariato en Venezuela se ha incrementado por más de cien en los tres últimos años, en los estados Táchira, Zulia, Mérida y Ba-

EL 2-D y la revolución desarmada (sin medios de comunicación) JOSÉ SANT ROZ

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rinas. Estos abominables paramilitares, para sobrevivir en nuestro país, matan por encargo y hasta por cien mil bolíva-res y menos.

en cuanto al desabastecimien-to. Cuando Globovision se regodea en el desabastecimiento y en la inflación hasta por las nubes, ni por asomo co-menta que en cuanto se conocieron los resultados del 2-D aparecieron la leche, el papel higiénico, las toallas, los hue-vos, la carne, el arroz, el pollo… Un lo-cutor de esa planta comentó, como por-tándose condescendiente con el pueblo por haber «derrotado» a Chávez: «Ya pueden ustedes ir a los supermercado a buscar lo que necesiten».

Cuando Globovision lanza sus bombas contra el Gobierno, éstas se esparcen por CNN, El Nuevo Herald, El País y El Mundo (de España), y todos los medios afiliados a la Sociedad Intera-mericana de Prensa.

sifrinismo mundial contra chávez. Al tiempo que a Chávez lo des-trozan sin compasión estos medios, van surgiendo nuevos ídolos sagrados que de humanos no tienen nada, como el caso del farandulero Nicolás Sarkozy. Por obra y gracia de los medios, a este presidente sifrino lo han convertido en lo más «popular», «sublime» y «simpá-tico» del mundo occidental. ¿Será por-que apenas asumía la presidencia pidió que debía invadirse Irán?

Al menos esta señal resultó muy preclara para los dueños de los medios de la Tierra. De ahí en adelante se hizo «carismático, buenmozo, agudo y tier-no». Más explosivo aún fue cuando anunció que se divorciaría. Entonces se divorcia y busca por pareja a modelos y cantantes. Bueno, es que el tipo tiene el privilegio de codearse con la realeza de Europa. De competir en vestimentas finas y en fiestas con Alberto de Móna-co y reyes como Juan Carlos. No tiene nada feo Sarkozy, aunque sea un enano de siete suelas; con la nariz mejor trufa-da de las cortes, con sus dientes apelma-zados de cacahuetes. ¿A quién le puede importar en los poderosos medios que este pelmazo ande despilfarrando los dineros de sus conciudadanos en frus-lerías (aunque la juventud francesa en cada protesta tenga que quemar cien-tos de carros en París)? Qué bello es Sarkozy, qué dicción, qué dulzura, qué porte; en cambio, qué impresentable

es Chávez que no usa lentes oscuros de marca, que habla y grita como un be-llaco; que no se alisa el pelo, que no se busca una buena puta por pareja, gra-ciosa, estilizada. «Qué burdo es Chávez que no sabe ni siquiera cómo se le besa la mano a la reina de España…»

Por eso, nada desentona en per-sonajes como Sarkozy, Alan García, Álvaro Uribe, Vicente Fox, Bush, Felipe Calderón o Michelle Bachelet. Por eso, para los medios, cuanto intentó hacer Sarkozy (además invitado por Chávez) por los rehenes en manos de las FARC fue profundamente humanitario, lo que procuró hacer Chávez resultó un show y toda una cagada.

Hoy en Europa los que tienen fuer-za de opinión son las gentes frívolas, enganchadas a la prensa rosa y a los programas del corazón. Qué asco de país nos resulta España cuando a los conflictos humanos los han converti-do en melodramas faranduleros. Es así como hoy, para esa España, Sarkozy y el muermo Borbón del Juan Carlos son los valores supremos del PSOE y el PP.

Al mismo tiempo, ¡cuán orgullo-sos debemos sentirnos que en nuestra América Latina no tengamos un rey! Cada vez que nos topamos con un espa-ñol, sentimos lástima y vergüenza por esos parientes lejanos que hoy siguen siendo súbditos de un soberano pendejo. ¡Qué deprimente es que se vean obliga-dos a vivir contentos por estar jodidos, y que sea la prensa del corazón la que en encuestas les imponga los modelos de lo justo, de lo bello y de lo bueno! Con razón Bolívar quiso con la Guerra a Muerte arrancar todo lo español que aún quedaba en nuestra sangre.

¿Qué hacer? 1) Esta lucha no se le puede dejar a

una élite, a un conjunto de «intelectua-les», de los llamados «revolucionarios notables». O la revolución se sostiene en la base popular o se vuelve reaccionaria y se traiciona a sí misma.

2) Para que un gobierno revolucio-nario pueda sostenerse en este ataque bestial, requiere del contraataque me-diático. Y si fuese posible, contar con cá-maras listas ante cualquier arremetida de la derecha. Eso definiría a una revolu-ción armada de medios.

3) Carecemos de periodistas y en-trevistadores audaces que le hagan fren-te a la terrible arremetida de mentiras y

calumnias contra el gobierno. Realmen-te hace falta un canal que sea La Hojilla las 24 horas del día.

4) Mantener alerta a nuestros com-patriotas ante la avalancha de símbolos globales: puños, manos abiertas, rostros pintados, slogans, banderas, canciones,… entender que el enemigo persigue nues-tra destrucción, la obsesión por regresar al poder a cualquier costo.

5) Ver canales enemigos en deter-minados casos para precisar el alcance del daño que la mentira y la falacia pue-da llegar a producir en cerebros incautos o disociados.

6) Participar activamente en las or-ganizaciones populares, en los consejos comunales, en los debates del PSUV.

7) Afinar la conciencia, leer, dudar, analizar con criterio propio y utilizar nuestra intuición, sobre todo aquello que muestren los medios de comunica-ción.

8) Entender que ésta será una ba-talla larga, compleja, en la que la mente sobre todo debe ejercitarse para resistir los embates del odio, la calumnia, el en-gaño y la esquizofrenia de un gran sec-tor de la oposición.

9) Constantemente revisar los hechos del pasado (periódicos, videos, grabaciones, fotos, revistas), y armar nuestro propio dossier documental, si es posible. Nada preocupa más al enemi-go que enterarse que el pueblo conser-va un registro de sus crímenes, de sus mentiras, de sus pertinaces acciones fascistas; en ningún momento permitir que se nos olviden los hechos recientes, donde ese engaño, esa manipulación y esos crímenes mediáticos causaron es-tragos horribles en nuestro pueblo. Esa es una de las partes vitales de nuestra defensa, de la defensa del pueblo. Nada hiere más al enemigo que no olvidar, que mantener viva nuestra memoria. ¡Si nos matan la memoria, nos destruyen!

10) Mantenerse en sintonía con la Radio Nacional de Venezuela, Telesur, Venezolana de Televisión, Vive TV y de-más medios alternativos.11) En toda discusión con algún «es-cuálido» siempre pregúntele de dónde saca sus argumentos (claro, le dirá lo que todo el mundo sabe, es decir, que lo ve por Globovision), que si él tiene prue-bas, que si lo ha visto. Aunque lo mejor es siempre hacer este tipo de discusión en público.

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La última vez que estuvimos en Venezuela, poco antes del re-feréndum, tuvimos ocasión de compartir, en una zona por-

tuaria, con un grupo de borrachos y prostitutas ancianas que, con enorme

vehemencia, nos expusieron sus razo-nes para votar No a la reforma: «yo no he parido a mis hijos para que ahora me los robe el Gobierno», «además, no quie-ro que su nombre lo decida Chávez»; «quiero seguir utilizando papel toilet y

no trapos; no quiero acabar con el bo-llo descarnado [sic]». De nada servía, claro está, asegurar que era falso que la nueva Constitución tuviera como obje-tivo secuestrar niños, prohibir el papel o «descarnar bollos». La discusión no

Hacia el socialismo del siglo XXi: ¿demasiado despacio?CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA LUIS ALEGRE ZAHONERO

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se establecía sobre el contenido real de la reforma, sino sobre lo que decía Glo-bovision que era el contenido de la refor-ma. La oposición había conseguido esta vez imponer su poder mediático y fijar el marco de la discusión, logrando que en ámbitos muy distintos se estuviesen generando discusiones que no tenían nada que ver con nada real, pero que, sin embargo, eran capaces de generar grandes efectos políticos. Sin duda, tiene razón Fidel Castro cuando insiste en que «no hay 4 millones de oligarcas en Venezuela», pero también es cierto que la oligarquía mantiene un abrumador poder mediá-tico que llega a un espectro muy amplio de la población. En contra de lo que se repite con tanta insistencia, en Vene-zuela siguen siendo todavía los medios opositores los que mantienen la hege-monía, marcan la agenda y establecen los marcos de discusión, en ocasiones con un ingenio y una creatividad nota-bles. Ahora bien, ¿por qué han con-seguido en esta ocasión los grandes medios lo que no lograron, por ejemplo, respecto a la Constitución de 1999, a pesar de que entonces contaban con un monopolio de la información mucho mayor? En efecto, ahora el Gobierno cuenta con medios para contrarrestar, con algo de información veraz, los sis-temas de mentiras orquestados por la oposición. Lo que no se ha logrado en esta ocasión es poner en marcha un proceso de dis-cusión absolutamente generalizado, por todos los barrios, en todos los consejos comunales, los comités de salud; no se ha logrado que en cada casa, en cada plaza, en cada rincón del país, las bases del chavismo se impliquen de un modo generalizado en la discusión, verdade-ramente participativa y democrática, de los contenidos reales de la reforma, artículo por artículo, tal como ocurrió con la Constitución de 1999. ¿Por qué?Sin duda ha influido que se tratase de una reforma que se presentaba, por un lado, con poco tiempo para ser discu-tida y, por otro, que se tratase de una propuesta cerrada en cuya elaboración no cabía participar más que con un sí

o un no, pero en ningún caso determi-nando, como resultado de la discusión, el contenido mismo de las reformas a proponer. Sin embargo, hay otra cuestión que tiende a pasarse por alto y que, no obstante, constituye un elemento de una gravedad extrema: una parte im-portante de los venezolanos ha perdi-do confianza en general en el poder de las leyes, de las reformas legales y de la Constitución. En nuestro libro Comprender Venezuela, pensar la democracia tratábamos de de-fender que la Revolución bolivariana estaba consiguiendo edificar, quizá por primera vez en la historia de la humani-dad, lo que siempre fue el proyecto de la Ilustración: la construcción de una so-ciedad en Estado de derecho, es decir, la construcción de una sociedad en la que incluso los más poderosos estén someti-dos a los dictados de las leyes que ema-nan de la argumentación y contraar-gumentación entre los ciudadanos. En efecto, tratamos de defender que ese proyecto, que hasta entonces había sido siempre abortado en la historia por al-gún golpe de Estado organizado por los grandes intereses económicos que se veían afectados, en Venezuela se impo-nía de un modo cada vez más democrá-tico y profundo. Ahora bien, esta confianza en el poder de las leyes no se ha ido erosionando porque se haya marcado un ritmo de-masiado rápido al proceso (tal como parece aceptarse de un modo sospecho-samente apresurado) sino, por el con-trario, porque se va demasiado lento en el empeño de hacer cumplir efectiva-mente las decisiones ciudadanas. Pon-gamos un ejemplo: la Constitución de 1999 ya establecía en su artículo 115 que «la propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obliga-ciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés social». Sin embargo, esta subordinación cons-titucional de la propiedad privada a la utilidad pública no ha logrado impedir que los comportamientos especulati-vos eleven por ejemplo el precio de la vivienda hasta unos límites que gene-ran dramáticas consecuencias sociales;

no ha logrado impedir que las grandes redes de distribución y comercializa-ción acaparen productos (incluso de primera necesidad) y generen situa-ciones de escasez sin que eso implique la expropiación inmediata; tampoco la legislación penal ha servido para meter en la cárcel a los acaparadores; tampo-co ha servido para llevar a la cárcel a todos los burócratas corruptos que pa-rasitan los recursos del Estado. Se han organizado, sí, programas sociales de emergencia (las misiones), pero se han hecho para atender necesidades que eran competencia de instituciones del Estado que siguen sin rendir cuentas por su escandalosa dejación de fun-ciones. Ni siquiera se está aplicando el peso de la ley a los burócratas corruptos que están ya parasitando también estos programas sociales. Tenemos derecho a decir que todo esto es ir inquietante-mente despacio y no demasiado deprisa en la dirección de poner las cosas en Es-tado de derecho.En estas condiciones, no es de extrañar que se haya perdido confianza en el poder de las leyes y, por lo tanto, tam-poco las reformas legales provoquen el entusiasmo de antaño. Gran parte de los problemas más graves que atraviesa Venezuela no responden a que las leyes sean inapropiadas, sino a que no se ha-cen cumplir y, por lo tanto, es lógico que la propuesta de intentar solucionarlos por la vía de proponer leyes mejores no genere una movilización masiva (de-jando, como en este caso, a 3 millones de votantes chavistas en su casa). Si la pregunta que se plantea en este monográfico es ¿Qué hacer ante la co-yuntura planteada a raíz del referéndum del 2D?, la respuesta que proponemos es: hacer cumplir las leyes; que el Go-bierno gobierne, que ejecute con deter-minación implacable las políticas que le han encomendado unas urnas que, por cierto, ya incluían el mandato de avan-zar hacia el socialismo; que se recupere así la confianza en que la deliberación ciudadana, cuando logra transformar-se en ley, es capaz de imponerse sobre el curso de las cosas, incluso sobre los dic-tados de los empresarios más poderosos y los burócratas más corruptos.

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A partir de los resultados electorales de este pasado domingo 2 de diciembre de 2007, el momento es opor-

tuno para realizar las necesarias –por demás urgentes– reflexiones sobre el proceso revolucionario, más allá de la coyuntura electoral, sabiendo que el resultado adverso tiene tres graves ad-vertencias históricas: por un lado, se da un frenado a procesos en marcha que aún no están consolidados; por otro lado, se obstaculiza la apertura de otros y la profundización de todos; y, final-mente, la permanencia del presidente Chávez al frente del proceso revolucio-nario desde el gobierno. En este sentido, acoto algunas ideas para el análisis y la reflexión a partir de este revés electoral, teniendo siempre presente la pregunta: ¿era el momento oportuno para lanzar el proyecto de reforma constitucional?

Los medios de comunica-1) ción. El terrorismo mediático (Venevi-

sion, RCTV, Globovisión, Televen y toda la TV regional, exactamente todas; la prensa escrita: El Nacional, El Univer-sal y el 95% de la prensa regional) re-lacionado con la propiedad privada (te quitarán tu casa, tu carro, tu empresa, lo que es «tuyo»), la «cubanización» de los «niños», la ideologización de la edu-cación, la patria potestad, etc., caló en la población –en la derecha claro está–, pero sobre todo en buena parte –y es lo que nos interesa por ahora resaltar– de los seguidores del proceso revolucio-nario. El terror mediático que impuso la derecha y la extrema derecha caló en la población de los sectores C, D y E, en el ánimo, en las mentes de personas que en su gran mayoría no se habían leído el proyecto de reforma y que no la entendían ni hicimos lo posible par ex-plicársela. Aspectos como el nuevo or-denamiento político administrativo del territorio venezolano generaron más confusión que claridad, excepto en lo

referente a las «comunas» y «ciudades comunales». En los barrios de caracas, por ejemplo, estos dos conceptos fueron entendidos con claridad, aun con todas las dudas de su puesta en práctica. Los llamados «Puntos Rojos» tan sólo eran lugares para el reparto de publicidad menuda de la campaña, pero nada que ver con el proceso de formación y deba-te del referido proyecto de reforma, mu-cho menos con el proceso de contactar casa por casa a los votantes, como rei-teradamente lo manifestó el Presidente. Los «Puntos Rojos», como se dijo hasta la saciedad, debieron ser instalados en los sectores populares, en los barrios ve-nezolanos, en el corazón de los espacios de los votantes, a fin de poder atenuar el terror mediático con debates, compara-ciones o foros.

Lo trascendental en este sentido, sin quitarle la importancia coyuntu-ral, no es la campaña mediática en sí misma, la derecha hizo su trabajo y lo

notas para la reflexión edgAr FiguerA

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seguirá haciendo (en buena medida perdió el control de Pdvsa y de las re-servas internacionales, poner y quitar ministros); lo trascendental es que la población, nuestros seguidores, la ma-yoría de la población, los excluidos de siempre: estas personas que son el ar-gumento, principio y finalidad de la re-volución, no están sólidamente forma-das, política e ideológicamente, como para «hacer una lectura» crítica de este tipo de campaña de terror: sin concep-tos orientadores, sin sistemas de expli-caciones y sin metodologías de análisis, la población es presa fácil de la derecha y su campaña de terror. La campaña de la derecha se basó en la mentira, en la calumnia, en la tergiversación, sin aportar una sola propuesta, sin visitar un solo barrio, una sola comunidad. Aun así, el miedo se apoderó de las po-blaciones históricamente excluidas.

Nosotros no produjimos una cam-paña eficaz que le hiciera frente a la campaña de terror de la derecha. Los «Puntos Rojos» fueron una estrategia insignificante ante tal arremetida de la derecha nacional e internacional. Hay una debilidad en la formación política e ideológica de la población, se confía mucho en la capacidad de movilización del presidente Chávez, en su carisma personal, en su capacidad de convo-catoria, que no necesariamente se ve recompensada con la solución de sus problemas: asunto de responsabilidad directa esencialmente de gobernadores y alcaldes. La campaña mediática de la derecha se vio acompañada y fortaleci-da por la «derecha endógena», «caza-dores» de cargos burocráticos, pero sin compromiso real con la construcción de una sociedad socialista. Aquí mismo en la Universidad Bolivariana de Vene-zuela (UBV) hay profesores –así como suena– que supuestamente «no enten-dían» muy bien la finalidad de la refor-ma constitucional, profesores que de-cían que estaban «confundidos», y así se lo transmitieron a sus estudiantes. En otras palabras, nosotros estuvimos ex-plicando cada uno de los artículos pro-puestos en el proyecto de reforma y lla-mando a la movilización, mientras que en el mismo espacio universitario otros profesores estuvieron confundiendo en la explicación a los alumnos y comuni-dades, y llamando a la desmovilización. Peor aún: muchos profesores no se ha-

bían leído la reforma ni sabían explicar-la, por lo menos eso aparentaban. Pocas visitas se hicieron a las comunidades para explicar la reforma; escasos talle-res, cursos, seminarios se propiciaron desde la UBV para las comunidades. Los días de proyecto eran espacios comuni-tarios ideales para tales propósitos, pero no fueron utilizados. En este contexto es necesario evaluar el papel de los medios de comunicación alternativos y comu-nitarios: su programación, su radio de acción, su cobertura, su impacto en las comunidades. Los medios alternativos y comunitarios, ¿son acaso fantasmas consumidores de presupuestos?

En definitiva, nuestra campaña no fue buena, lo dijimos hasta la sacie-dad, pero no hubo eco: el triunfalismo le ganó al espíritu de trabajo, a la re-flexión, al análisis; en muchos coman-dos del PSUV hubo celebraciones antes de contar los votos. ¿Por qué pasó esto? Sencillamente, porque se confió sola-mente en el trabajo del presidente y en su capacidad pedagógica y de convoca-toria.

2) sobre el socialismo: no hay claridad conceptual, teórica y me-todológica. Su definición y acción se dejó al libre albedrío, a la libre interpre-tación y acción de muchos altos fun-cionarios y supuestos dirigentes que no van a las comunidades (ministros, vice-ministros, directores generales, presi-dentes de empresas e institutos autóno-mos, voceros, delegados, comisionados) sin ni siquiera estar convencidos de la certitud histórica del camino que nos trazamos desde la llegada del presidente Chávez al Gobierno. No todos los altos funcionarios están con el proceso. Es más, muchos gobernadores y alcaldes hicieron todo lo posible para desmovili-zar a los militantes del proceso. Muchos de ellos tienen discursos contradicto-rios: una cosa es lo que dicen y otra es lo que hacen. En lo personal, hicimos trabajo en siete estados y en la mayo-ría de sus respectivos municipios, y los gobernadores y respectivos alcaldes en ningún sentido nos apoyaron en el tra-bajo de difusión, formación y discusión del proyecto de reforma.

En el caso venezolano, el pueblo en general atiende más las obras, los hechos, que los dichos. Muchos fun-cionarios no se están ocupando de so-lucionar los problemas de las personas:

los engañan, no los atienden, los dejan embarcados, no lo reciben cuando se ha otorgado una cita, no visitan a las comunidades, no van a las asambleas comunitarias (espacios ideales de base para el debate y la formación política e ideológica). Y por otro lado, las comu-nidades ven cómo estos mismos altos funcionarios y gobernantes regiona-les y locales han ido mejorando sus condiciones de vida y las de sus más cercanos familiares y colaboradores, mientras que las del pueblo, comunida-des en general, no son atendidas desde lo local. Esperan siempre que Chávez actué desde el Gobierno central. Poca ayuda tiene el presidente Chávez de los gobernadores y alcaldes. Sin embargo, todos, sin excepción, llegaron a ganar las elecciones de gobernaciones y alcal-días porque Chávez llamó a votar por ellos. Esto es importante: son votos de Chávez; sin Chávez no serían ni gober-nadores ni alcaldes. Ésta es la triste rea-lidad. Llegaron al gobierno regional y local por Chávez, pero no se han puesto en sintonía con el Gobierno nacional. Ni qué hablar de los diputados regio-nales y concejales: no han hecho el tra-bajo político ni legislativo ni formativo, mucho menos rinden cuentas a sus electores, es decir, a las comunidades. En su inmensa mayoría son floreros, consumidores del presupuesto nacio-nal, sin las retribuciones o compensa-ciones a la sociedad por el pago que ésta hace a sus hasta ahora mal llamados «representantes regionales y locales». Escasos son los diputados y concejales que tienen algún conocimiento sobre el socialismo, pocos menos lo saben expli-car y difundir, escasísimos viven acorde con sus escasas prédicas.

La derecha, en su terrorismo me-diático, planteó la contradicción en-tre democracia (recordemos que para ésta la democracia es una formalidad política representativa, expresada cada cierto tiempo en las elecciones) y socialismo (profundización de la de-mocracia expresada en el poder popu-lar con decisiones vinculantes, en la inclusión económica, social, política, educativa, cultural, alimentaria) y no se pudo desmontar que el socialismo es la profundización histórica de la demo-cracia, que es más y mayor poder para las comunidades en el manejos de sus procesos de vida locales: sociales, eco-

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nómicos, políticos, sanitarios, educati-vos. Es aquí donde se pueden analizar los obstáculos que los gobernadores regionales y los alcaldes, así como di-putados regionales y concejales, pusie-ron para bloquear la reforma: muchas de sus competencias y decisiones iban directamente a pasar a las comunida-des, con el respectivo presupuesto. Esto se llama constitucionalmente «demo-cracia participativa y protagónica». Es realmente el «Poder Popular». No pocos autollamados «militantes del proceso» le tienen pavor, mejor dicho, terror a las decisiones colectivas tomadas desde el seno mismo de las propias comunida-des, éstas ejerciendo de forma verdade-ra e histórica la soberanía nacional. Al perder electoralmente el domingo 2 de diciembre, se perdió la posibilidad de de abrir espacios comunales para el ejerci-cio pleno de la democracia y de la resti-tución de la soberanía nacional en ma-nos del Poder Popular. En consecuencia, los abstencionistas «votaron» contra sí mismos, contra sus posibilidades reales de tomar en manos propias las riendas de sus propias vidas cotidianas desde sus propias comunidades geohistóri-cas. Los abstencionistas, en definitiva, se abstuvieron de dar un paso histórico en la construcción originaria, venezo-lana, del socialismo del siglo XXI desde la unidad central de la vida cotidiana: la comuna.

3) sin estructura organizativa y formativa. No teníamos una estruc-tura partidista organizada: del MVR (Movimiento Quinta República) se pasa a la formación del PSUV (Partido So-cialista Unido de Venezuela), aún en formación y sin una estructura organi-zativa capaz de hacerle frente a las arre-metidas internas y externas del Imperio y sus respectivas sucursales nacionales e internacionales. Una falla garrafal: ir a unas elecciones históricamente de-finitorias sobre el modelo de sociedad sin una organización partidista con-solidada ni organizada ni sólidamente formada de manera ideológica y po-lítica, pero sobre todo con sus miem-bros sin disciplina. Más aún, fuimos a la contienda electoral con un partido sin una orientación unificada sobre el socialismo, la transformación de la sociedad, la educación, las relaciones de producción, la seguridad y defensa de la nación, la política internacional,

la producción agropecuaria, las diver-sas formas de propiedad: la propiedad privada, la propiedad comunal (de ori-gen ancestral, ésta existió en Venezue-la hasta 1935), la propiedad social, la propiedad estadal y la propiedad mix-ta. Cada miembro del PSUV declaraba como le daba la gana, sin unificación de criterios: parecían que eran miem-bros de partidos diferentes y, peor aún, parecían en sus declaraciones sobre el socialismo que defendían proyectos de país, de sociedad, antagónicos. Un to-tal desorden ideológico, organizativo, político, disciplinario, dirigencial y pro-gramático. Aclaro: no se trata de esta-blecer un catecismo sobre el socialismo y su complejidad constructiva, sino de contar con una plataforma conceptual, teórica y metodológica compartida que dé criterios de unidad necesarias para la acción política, organizativa, de la propia sociedad.

4) Burocratismo. Creo –y es una de las debilidades coyunturales de nues-tro proceso revolucionario– que, dada las carencias del punto anterior, se ha caído en un burocratismo innecesario, enfermizo, ineficaz, que afecta profun-damente a los más necesitados, a las poblaciones que están con el presidente Chávez, pero que requieren ser atendi-das por los burócratas y les solucionen sus problemas, personales y locales; cosa que no hacen los burócratas. Los ejemplos abundan en todas las insti-tuciones y ministerios del Estado. Un ejemplo doloroso, porque afecta direc-tamente a los más necesitados: Barrio Adentro I tiene más del 50% de los con-sultorios cerrados y las comunidades no saben por qué. Tal como funciona la bu-rocracia a todo nivel es un freno al pro-ceso revolucionario, sobre todo cuando se tienen las carencias enunciadas en los aspectos anteriormente reseñados. Se impone una reestructuración ur-gente y acelerada de la administración pública central y descentralizada. Pero algo tan importante como lo anterior es que toda la administración pública, a todo nivel, está estructuralmente in-filtrada por la derecha: hay viceminis-tros, directores generales, directores de líneas que su condición de revoluciona-rio es cuestionable. No están dedicados a solucionar problemas en las comuni-dades; todo lo contrario, mucho de ellos hacen todo lo posible por crearlos. Mu-

chos altos funcionarios están dedicados a sus «proyectos personales», no a la construcción de una sociedad socialis-ta. ¿Derecha endógena? Nuestra UBV igualmente está sometida a la ofensiva de la derecha: tiene entre su cuerpo do-centes y administrativos militantes de la derecha.

Dicho todo lo anterior, hago mías las palabras del comandante Chávez: «Por ahora no pudimos con-vencer para avanzar. Sólo por ahora». Se impone una profunda reflexión para hacer un análisis histórico del proceso y establecer exactamente dónde esta-mos, a fin de generar los lineamientos, estrategias y acciones para continuar el camino hacia la construcción de una sociedad socialista, siempre con el pen-samiento de Ribas en nuestra memoria: «no podemos optar entre vencer o mo-rir, es necesario vencer».

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En la historia de la humanidad, el desarrollo de las fuerzas pro-ductivas permitió desencade-nar diversos tipos de modos de

producción que llevan implícito una concepción de la propiedad: propiedad territorial, propiedad privada, propie-dad comunal, propiedad pública, etc. Con la división social del trabajo tam-bién aparece la distribución desigual, y con ello, la contradicción del interés común y el interés individual. El trabajo asalariado.

La división social del trabajo am-plió la brecha entre trabajo intelectual y manual. Al mismo tiempo, trajo con-sigo la formación de distintos grupos de individuos que cooperan en diversos sectores de la producción, ocupando así un lugar en la cadena productiva; por tanto, un estrato social y un tipo de pro-piedad.

Así nació el poder como potestad para organizar a la humanidad. En efecto, desde que se divide el trabajo cada quien asume una tarea específica de la que no puede separarse por la ne-cesidad de reproducirse a sí mismo.

Esta cadena histórica ha traído consigo la concentración de grandes

capitales que han mantenido en la mi-seria a muchos pueblos. Sin embargo, la crisis de este antiguo orden ha gestado una nueva voluntad política para cons-truir otros caminos y destinos más jus-tos para revertir este orden impuesto.

Hoy en Venezuela está en marcha la construcción de un proceso revolu-cionario, que si bien ha tropezado con intentos desestabilizadores, trabas bu-rocráticas y una metodología inédita en la historia, ha logrado avanzar en con-solidación del Poder Popular, que en de-finitiva es lo que sostiene y le da sentido a este modelo. Para Marx, el proletaria-do es la clase revolucionaria. Pero hoy la brecha se ha ampliado; la condición de explotado es la que caracteriza al sujeto histórico. Por tanto, no sólo es la clase obrera la que está llamada a hacer la revolución, son igualmente explotados las amas de casa, el campesino y el indí-gena. En este sentido, el pueblo excluido ha ido logrando grados de organización cada vez más elevados, donde los conse-jos comunales se han convertido en la expresión más reciente de esta realidad. Son instancias de participación popu-lar que han trascendido la figura de la vanguardia, del ámbito del proletaria-

do, extendiéndose al común de la gente. Cobrando vida el concepto de vanguar-dia dentro de los consejos comunales. Poder constituyente que emerge y se agrupa según los intereses comunes de un barrio, su historia y sus necesidades. Esta experiencia ha permitido legitimar los espacios de participación y darle vi-gencia a la necesidad de transformar las instituciones en estructuras generado-ras, que mediaticen las relaciones entre los actores, dejando a un lado esas rela-ciones lógicas que pretenden establecer roles y regular la vida social.

Por el contrario, en el Poder Popu-lar no existen intermediarios, éste tiene su propia metodología para resolver sus problemas. Es la democracia directa, participativa, la que asume la direc-cionalidad. Así pues, éste no nace por decreto, es el resultado del devenir his-tórico que hizo lugares, maneras y cos-tumbres de una comunidad. Surge de la necesidad y la voluntad de los juntos.

En Venezuela estaba planteada la incorporación del Poder Popular como parte del Poder Público, es decir, el re-conocimiento constitucional (hablan-do en términos burocráticos) del Poder Popular como un poder constituido.

Poder Popular Vielsi AriAs

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Así lo refería la propuesta de re-forma constitucional, logro que, pese a no ser aprobado, parecía interesante como parte de las reivindicaciones so-ciales que ha venido librando el pueblo durante este proceso.

Hasta ahora, hemos avanzado con-siderablemente en la transformación de la institucionalidad. El sólo hecho de transferirle recursos de manera directa a los consejos comunales y que éstos pueden autorregularse y decidir el uso de esos bienes, así como el hecho de la existencia de una gerencia directa hacia la comunidad en las instituciones, es ya un paso importante. Sin embargo, titu-lar los ministerios como instancias del Poder Popular no significa que así sea. Esa titularidad no suplanta por sí sola las trabas burocráticas, el amiguismo y los obstáculos que la dirigencia institu-cionalizada coloca a las organizaciones comunitarias, al pretender asumir un control total y regulador de la dinámica social. Es evidente que debido a la ne-cesidad de centralizar la planificación y las decisiones estratégicas para generar una línea política, a la mayoría de los funcionarios se les asignan privilegios que en cierta medida son contrapro-ducentes con las intenciones de trans-formar el aparato de Estado. Muchos no desean renunciar al prestigio de ser funcionario, y en algunos casos asu-men actitudes reaccionarias que van en contra de los intereses de clase que dicen defender. Deviene así un proceso de estatización voluntaria con la fina-lidad de impedir la aceleración de los cambios institucionales.

Ésta es una guerra que a diario in-tentamos librar desde nuestros espacios de participación, desde el ejercicio del Poder Popular.

Ahora bien, no podemos negar que existe un reconocimiento mayori-tario al liderazgo del presidente Chávez, pese a las decepciones que implican los atrasos voluntarios del burocratismo. En este marco, y bajo el concepto de la corresponsabilidad, se planteó a través de la propuesta de reforma constitu-cional la concesión de más poder en la toma de decisiones a las comunidades organizadas mediante las estructuras promovidas por el Estado: consejos co-munales, consejos estudiantiles, obre-ros. En consecuencia, el Poder Popular tendría implicaciones en el Poder Públi-

co nacional al ejercer funciones admi-nistrativas de control en el manejo de recursos asignados directamente por el Estado, lo que permitiría descongestio-nar la administración pública burocrá-tica al pasar a un orden de tipo local, en el que la asamblea de ciudadanos(as) vendría a ser la máxima autoridad, el elemento dinamizador y la base sobre la que se sostendrá el funcionamiento de los consejos. Sin duda, esta posibi-lidad iba a permitir empoderar a las organizaciones comunitarias que han venido desarrollando un trabajo social, deviniendo en organizaciones verdade-ramente ejecutantes y transformadoras de su realidad local.

En este sentido, la reforma consti-tucional vendría a significar un avance importante en el reconocimiento del trabajo que han hecho las comunida-des por sí mismas. Ahora bien, conside-rando la lógica de la institucionalidad, asumirlo como Poder Público, (enten-diendo éste como aquel que concentra toda la estructura del Estado) esto pudo significar su burocratización, ya que al quedar limitado a un marco sólo reivin-dicativo (que también es necesario), en el sentido de ayudar a funcionar mejor el aparato del Estado y contribuir con salvar la deuda social histórica con me-nos trabas burocráticas al poder ejecu-tar recursos. No obstante, la dinámica que esto implica –exceso de trabajo, la cultura de la participación por interés, la concepción paternalista del Estado, la poca conciencia de clase– puede sig-nificar una tendencia a la desmoviliza-ción, a la justificación de los errores, a la desaparición de la crítica, que es el termómetro que permite evaluar la ac-ción. Sin embargo, estamos llamados a construir el Poder Popular, ya no en el marco de la legalidad, sino como parte de la lucha política cotidiana. Tal vez la reforma constitucional era una vía para allanar el camino, pero aunque no haya sido aprobada, no podemos des-mayar en el compromiso de construir una sociedad más justa. Por lo tanto, resulta de vital importancia retomar algunas propuestas de organización popular planteadas en la reforma para profundizar la lucha histórica.

El socialismo no pasa sólo por dignificar la vida de la gente, sino por avanzar gradualmente y con la certeza de la acción en la transformación de las

relaciones sociales de producción. Re-partir la ganancia no significa que va-mos hacia el socialismo; esto también lo pueden hacer los gobiernos de derecha. No obstante, reivindicación e ideología deben ir de la mano; hasta que no este-mos claros en qué intereses de clase de-fendemos, no será posible profundizar la revolución.

En definitiva, corremos el riesgo de que el Poder Popular termine con-virtiéndose en una instancia repre-sentativa que pasará a sustituir las viejas figuras de la institucionalidad, reproduciendo el mismo sistema ani-mado por la idea de mejorar la calidad de vida.

Ahora bien, ¿a quién corresponde el papel de la formación? ¿Al Estado, al par-tido, a las organizaciones autónomas?

Hasta ahora, nuestro mejor ejem-plo ha sido el presidente, quien de for-ma permanente invita a leer y a revisar fuentes, pero muy lejos están los inter-mediarios del poder, los ejecutantes ins-titucionales.

El Estado, por su parte, ha de de-finir el estilo que nos caracterizará. En palabras de Oscar Varzasky: consumis-ta, creativo, hippie, lunar o autoritario. Qué ideología implícita tendrá nuestro proyecto nacional y así evitaremos con-fusiones. Claro está que no podemos pretender transformar las relaciones so-ciales arbitrariamente, pero sí debemos avanzar con pasos certeros. En nuestro caso, ha sido la vía de la legalidad la que ha permitido avanzar. Hemos recurrido al marco legal para justificar nuestras acciones. Caso único en la historia.

Tal vez sería importante considerar la autonomía que por naturaleza posee el Poder Popular, y que es en esencia una fuerza creadora revolucionaria que impulsa cambios circunscritos den-tro de un ámbito reivindicativo y social –deuda social– que se irá agudizando de manera gradual, en la medida en que el pueblo se curta en el combate político cotidiano. En consecuencia, la fuerza transformadora se extenderá a lo polí-tico, económico y cultural marchando indefectiblemente hacia la transforma-ción radical del sistema. No debemos, por lo tanto, institucionalizarlo, en el marco de la participación; debemos de-jarlo marchar libre, bajo una línea po-lítica definida para que aprenda de sus propios errores y aciertos.

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De las hondas raíces de nues-tras luchas ancestrales por la igualdad, de la digna heren-cia indígena, africana y crio-

lla que levantó las banderas de la in-dependencia y la redención, del honor existencial que signifi ca ser hijos de la patria de Simón Bolívar, el Libertador, de esa esencia venimos. Representa-mos el renacer del proyecto socialista, entendido como la tendencia histórica que mueve a la humanidad a construir un mundo solidario. Nos declaramos bolivarianos socialistas, y como tales somos enemigos del imperialismo y de toda forma de neocolonialismo e inter-

vención imperial en el destino de los pueblos. Tenemos una clara vocación indoamericanista, trabajamos por la unidad de lo que Martí llamó Nuestra América y aspiramos para la humani-dad a una paz duradera basada en la justicia social y el respeto a la autode-terminación de las naciones.

Al imperialismo lo denunciamos y enfrentamos por constituir éste la aberración de la contemporaneidad, un peligro permanente de violencia y una verdadera maldición de nuestro tiempo que amenaza con destruir las condiciones de vida en el planeta, en su afán aberrante de acumular capital a

costa de los recursos naturales de nues-tros países y la sobreexplotación de la clase trabajadora a nivel mundial. Nos oponemos al desmedido armamentis-mo que practica el imperialismo, a sus bases y maniobras militares que vulne-ran la soberanía nacional y constituyen un inaceptable chantaje a los procesos liberadores adelantados por los oprimi-dos en todos los rincones de la tierra.

Todos quienes luchan por un mundo mejor son nuestros hermanos. Somos militantes del carácter interna-cional del combate del pueblo trabaja-dor por la salvación del género huma-no. Como humanistas, colocamos el

ideas para una declaración de principios del PsuVYLdeFonso FinoL

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acento de nuestros esfuerzos políticos, culturales, sociales y económicos en la dignifi cación de las condiciones de vida de las mayorías.

Para nuestra amada patria Vene-zuela aspiramos a la consolidación de la Revolución bolivariana encabezada por nuestro líder fundamental, el co-mandante Hugo Chávez Frías, rumbo al socialismo como objetivo estratégi-co de esta etapa histórica. Alimenta-mos el ideal socialista bolivariano que abrazamos como ideología y modelo cultural de vida, del Árbol de las Tres Raíces que forman la doctrina del Li-bertador Simón Bolívar, los funda-mentos fi losófi cos del maestro Simón Rodríguez y el legado del general del pueblo soberano Ezequiel Zamora, sin despreciar los aportes del pensamien-to revolucionario universal de todos los tiempos, en especial el desarrollado con base en la ciencia histórico-social fundada por Carlos Marx y Federico Engels.

Para nosotros, el socialismo es la verdadera democracia, único sistema que transfi ere el poder al pueblo y lu-chamos para establecer el gobierno de las ciudadanas y los ciudadanos en exactas condiciones de igualdad. El socialismo del siglo XXI es un socialis-mo igualitario de género que enfrenta los vergonzosos restos feudales de ma-chismo que padece la sociedad capita-lista. Es un socialismo productivo que abre las compuertas de la creación hu-mana para el logro de la satisfacción plena de las necesidades materiales y espirituales de la persona sin incurrir en la explotación irracional de los re-cursos naturales. Por eso también se trata de un sistema sinceramente eco-logista. Promovemos la alianza con los sectores nacionalistas de todas las clases sociales para constituir un am-plio frente antiimperialista que blinde la soberanía de la patria y garantice la estabilidad política y el desarrollo eco-nómico con valores éticos socialistas.

ofensiva antibolivariana

Es notorio el crecimiento de las fuerzas de derecha que se oponen al proceso bolivariano. Las organizadas y las silvestres. Las bulliciosas y las calla-das. Las evidentes y las taimadas. Las nacionales y las extranjeras.

Parece que los resultados del 2 de diciembre fueron sólo la punta del iceberg. La fuerza que ha tomado en menos de dos meses, el terreno que ha ganado la oposición, es gigantesco. Mientras, los nuestros andan ocupados en meros asuntos electorales.

El primer gran triunfo de la dere-cha luego del referéndum por la refor-ma constitucional fue la amnistía. Un regalo inesperado e inmerecido. ¿Qué hizo la vanguardia de la oposición? ¿Darle gracias al gobierno? ¿Saludar el hecho como un gesto magnánimo de Chávez y valorarlo como un puente a su falso llamado de reconciliación? No, para nada. Inmediatamente lo descali-fi caron y se lanzaron a exigencias más problemáticas. Así se agitan los factores que pueden profundizar una crisis polí-tica. Hicieron lo que tenían que hacer.

En la otra acera, el pueblo boliva-riano quedó perplejo. Las más de las ve-ces molesto por tan injusta e inconsulta dádiva, que perdona a criminales que burlaron la soberanía popular y tienen las manos y las conciencias ensangren-tadas. De telón, el chasco con el nombre del niño Enmanuel tallado en frío hielo por la serpiente uribista.

Pasados unos días, el crítico desa-bastecimiento alimentario lleva al Go-bierno a retroceder de nuevo y viene la liberación de precios y más reciente-mente el alza declarada del precio de la leche. ¿Liberación de precios? Si ya en el mercado salvaje hace mucho rato que reina el darwinismo liberal. El festín es-peculativo montado por los capitalistas del comercio es una verdadera orgía. Han hecho lo que les ha dado la gana con nuestra gente. Hasta aprovecharon la entrada en vigencia de la reconver-sión monetaria para dar otro zarpazo. ¿Y qué han dicho los capitalistas y feu-dales de la leche con el aumento? Que no sirve, que no llena las expectativas y que van por más.

Los productos de Mercal y otros subsidiados por Venezuela se venden en Colombia. Cómo han hecho plata con el negocio de la extracción de gasolina, que ha servido para fi nanciar a nues-tros enemigos mortales los paramilita-res. Igual que el negocio de los cupos de Cadivi fi nancia una clase media anti-nacional que odia a muerte al proceso bolivariano. Son los mismos que cam-bian de carro cada semestre, viajan al

exterior, full tascas y restaurantes de lujo y andan diciendo que el país se cae a pedazos por culpa de los malditos co-munistas que gobiernan.

¿Quién ha visto un Gobierno que fi nancia a sus enemigos?

Desde Colombia se están dando pa-sos fi rmes contra Venezuela. Sabotean la gestión de paz que generosamente realiza nuestro Presidente. Traen vo-ceros del imperialismo a atacarnos. Ahora resulta que somos peligrosos facilitadores del narcotráfi co. Lo dijo el zar antidroga del país mayor consumi-dor de drogas del mundo. Lo dijo en el país mayor productor y exportador de drogas del mundo. Lo dijo al lado del presidente de ese país que tiene a me-dia familia y todos sus parlamentarios metidos en el escándalo de la parapolí-tica; o sea, políticos fi nanciados por los paramilitares que son los dueños del negocio de la droga en Colombia. Tipos que ganan elecciones con base en el te-rror de todo un pueblo. El 4 de febrero marcharán contra las FARC y contra Chávez. El general Freddy Padilla, jefe militar colombiano, ya nos amenazó con una guerra.

Pero nosotros estamos ocupados en importantes asuntos electorales.

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30 A Plena Voz

En ese orden, de estos tres auto-res podemos asimilar algunas ideas maestras que contribuyan a despejar la intrincada madeja

de problemas imbricados en la línea de las tres R planteadas por el presidente Chávez. No nos circunscribimos a Ma-neiro, aunque desde el punto de vista de la cercanía histórica es el más in-mediato, pero, además, él abrevó en el pensamiento de sus dos predecesores y contribuyó de manera significativa al desarrollo de la filosofía de la praxis en nuestro propio país.

En Maquiavelo encontramos dos cosas que pueden interesar. Una, la re-ferida al manido: «el fin justifica los me-dios». Y, otra, quizás de mayor significa-ción a la hora de perfilar el contenido del socialismo por venir, referido al carácter

autónomo y democrático de la organiza-ción popular en un nuevo Estado.

En cuanto a lo primero, no existe, al menos en la exhaustiva búsqueda del propio Maneiro, lugar alguno en la obra del florentino donde en forma taxativa se señale tal afirmación. Lo más cercano pero completamente diferente es cuan-do dice: «Ningún hombre sabio censu-rará el empleo de algún procedimiento extraordinario para fundar un reino o fundar una república; pero conviene al fundador que cuando el hecho le acuse el resultado lo excuse». Lo anterior vie-ne al caso para observar que en el caso de la revolución social no todo medio o procedimiento es adecuado o ajustado para el logro de los objetivos propuestos. De allí que, en el caso de la propuesta de reforma, ni la iniciativa ni los lapsos es-

tuvieran acoplados a un logro satisfac-torio de los fines. El «pero» introducido por Maquiavelo es más que elocuente. Cuando El Príncipe equivoca los medios, los resultados no excusan.

Y, en segundo lugar, un sabio con-sejo a la hora de establecer la relación entre la dirección y el desarrollo social: «Si quieres, pues, tener un pueblo nu-meroso y armado para engrandecer el imperio, lo has de organizar de tal suer-te que no siempre puedas manejarlo a tu gusto». Tal visión de la organización popular no sólo no existió para acome-ter la empresa de la reforma, sino que aún es un vacío político. Fuimos a la re-forma sin organización revolucionaria que dirigiera, educara y convenciera a las mayorías populares de sus bondades e interiorizara su contenido, como lo in-

Maquiavelo, Lenin y Maneiro en el qué hacer

de la revolución venezolana WLadiMir ruiz Tirado

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dicamos el 3 de diciembre pasado: «Una de las razones principales de la derrota ha sido la inexistencia de una dirección política, llámese partido, si se quiere esa acepción, que condujera en su conjunto a los movimientos sociales que han sido el soporte básico para explicar los cam-bios políticos que hasta ahora ha produ-cido la era Chávez».

Lenin es un maestro a la hora de definir con meridiana claridad las con-diciones de posibilidad de cualquier re-volución: la existencia de una organiza-ción revolucionaria y de un sistema de ideas que expresen el contenido clasista de un proyecto revolucionario, valga decir, una ideología revolucionaria. Es incierto, como lo han venido afirman-do algunos teóricos de la Revolución bolivariana, que el aporte de Lenin a la revolución haya sido la causa de las per-versiones estalinistas. El líder del bolche-vismo no hizo otra cosa que ajustar la elaboración de su teoría a las condicio-nes concretas y particulares de la Rusia de comienzos del siglo pasado y, en tal sentido, valorar positivamente aquellos rasgos que constituyan enseñanzas o ex-periencias a partir de las cuales se pueda generalizar y servir de referencia para cualquier proceso revolucionario en el mundo, como las enunciadas al comien-zo de este párrafo, las cuales nos parecen incuestionables.

Si los dos autores anteriores fija-ron lecciones universales para quienes asumimos esta concepción de la filoso-fía, Maneiro no sólo las inscribió en el ideario de su plan político, sino que las enriqueció en el ejercicio pleno de su ac-tuación en una época y en una situación histórica concreta de la revolución vene-zolana. Así, los temas de la construcción de una herramienta política para la transformación revolucionaria de la so-ciedad y, a la vez, como ello prefiguraba el contenido democrático del Estado a construir, fueron el signo de su aporte al patrimonio político de la humanidad. He allí la importancia de su herencia políti-ca en los días que corren.

Maneiro no hizo otra cosa que asu-mir la filosofía de la práctica «no sólo como supuesto, como fin y como objeto, sino además como conocimiento». En tal sentido, se embarcó en la difícil tarea de construir una herramienta para la transformación revolucionaria de la so-ciedad en un país con una izquierda de-

rrotada y fragmentada, un movimiento obrero disperso y burocratizado, y con un país con una gran bonanza fiscal producto de una renta petrolera copiosa y abundante, lo cual le confería al cua-dro político una estabilidad relativa para el largo plazo.

Del diagnóstico que hagamos de la condición petrolera de Venezuela y de la manera como ello impacta a las distin-tas fuerzas del colectivo nacional depen-derá, en buena medida, la definición de las orientaciones políticas y el diseño de las estrategias a seguir para abordar con propiedad el tema de la revolución. Por allí debemos comenzar. No pretendemos en este breve artículo abordar sistemáti-camente esta tarea, pero sí adelantar al-gunos criterios que nos permitan avan-zar en la dirección de las tres R.

Si queremos ir al socialismo, se debe construir un nuevo Estado y ésta no es cualquier empresa en un país donde los diversos movimientos y sectores de la sociedad pujan por el reparto de la renta petrolera. Precisamente, el traspiés sufri-do por la revolución el pasado 2D tiene que ver con esa contradicción histórica existente entre una propuesta de refor-ma que intentaba modificar el modelo capitalista de Estado por otro, cuyo norte estaba cimentado en contenidos demo-cráticos y sociales distintos y diferentes a él, pero sin tener claramente definido con qué fuerzas políticas y sociales apo-yarse.

Hasta ahora, el proceso revolucio-nario venía apoyándose en el fuerte lide-razgo del presidente Chávez, y si alguna cosa nos enseñó el 2D es que éste no es suficiente para imbricar a toda la nación, o al menos a las mayorías populares, en una ambiciosa tarea de revolucionar a la sociedad desde sus cimientos. Nunca han existido en la historia procesos de cambio profundo de la sociedad sin que hayan estado precedidos de un punto de referencia dirigente y definición precisa de sus actores y sujetos principales.

¿Cuáles han sido y son los sujetos sociales de la revolución? Hasta ahora, inscritos en lo que pudiéramos denomi-nar un gran movimiento o alianza «na-cional popular», se encuentran por igual: trabajadores de la más diversa índole y de las más variadas ramas de la produc-ción; campesinos; estratos importantes de la Fuerza Armada Nacional; movi-mientos sociales y comunitarios de com-

posición y origen heterogéneo; amplias capas de la población que ejerce la eco-nomía informal; movimientos juveniles; agrupaciones de mujeres; sectores me-dios de la población y, también, grupos empresariales de la pequeña y mediana burguesía, como Chávez lo planteó en octubre de 2005.

A su vez, alrededor del liderazgo de Chávez se había venido aglutinando el conjunto de organizaciones políticas autodenominadas de izquierda, entre cuyos miembros más representativos se encontraba el MVR –partido del Presi-dente–, Podemos, PPT y el Partido Co-munista de Venezuela. No era nada des-deñable la fuerza y el vigor que trasmitía a la población tal esfuerzo de alianzas y acercamientos unitarios alrededor del propósito común de adelantar cambios radicales en Venezuela.

Creo que estamos en una situación donde debemos valorar este gran saldo político-organizativo del pueblo y reto-mar como primera gran tarea el diseño y la construcción de una organización que no sólo aglutine a los revolucio-narios, sino que permita lo que en otra oportunidad el propio Maneiro llamó un «movimiento de movimientos», amplia-mente participativo y democrático, pero a la vez con criterios de calidad y eficacia política que sólo los dará la claridad de objetivos y la selección de los liderazgos como resultado de un proceso. Si bien éste es un proceso que puede durar años, comenzar desde ya, con la fuerza y el empuje que reclaman los tiempos, podríamos avanzar con rapidez.

En tiempos de Maneiro, tal empresa se concibió sin tener posiciones de Gobier-no. Ahora, con las posiciones de Gobier-no y de poder alcanzados, la tarea luce obligante. La prefiguración de un nuevo Estado, ampliamente democrático, par-ticipativo y protagónico, está en relación directa con la herramienta de dirección a construir, pero, a la vez, con la calidad y la eficacia de la gestión gubernamental.

Así, podemos concluir que si bien el «imperio» golpeó y que, además, se come-tieron serios errores, es ahora cuando, en el marco de las tres R, puede ser posible el afinamiento de las herramientas político-organizativas que nos acerquen a la con-solidación de lo ya logrado y la profundi-zación de lo soñado. Ello requerirá de una gran disciplina y un talante democrático a toda prueba.

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Si un día dejares de hacer justicia un pal-mo,

luego al otro día ella se alejará una braza

Éste fue el consejo que en el siglo XII (en la primavera de 1113) dio el Con-de D. Enrique, en el lecho de muerte, al hijo D. Alfonso Henriques, décadas más tarde primer rey de Portugal. La cita es extraída del libro Frases que fizeram a história de Portugal.

Sigue el consejo teniendo validez aún hoy en este siglo tropical. Podremos comprobarlo con algunas preguntas y votos.

1.¿Podremos esperar que nuestro Go-bierno bolivariano consiga mejores y sensibles resultados en la lucha contra la inseguridad?¿Y no será la hora de mirar hacia Co-lombia como la mayor exportadora de todo género de delitos y monstruos, desde el narcotráfico hasta la sierra eléctrica, los paracos y sicarios, vacu-nistas, clonistas, ministros y que de la Defensa, y uribevelezistas?¿Y cómo van las fronteras? ¿Y el filtro al contrabando, a los paramilitares y más tóxicos mortíferos?¿No será que la inseguridad abraza muy amorosa y efectivamente a la impunidad?

2.¿Podremos esperar que el acapara-miento, la especulación y el desabaste-cimiento de alimentos básicos (leche, caraotas, azúcar, pollo, carne regulada, pescado, sardina y otros) sean en los hechos y no en palabras derrotados de forma aplastante, como es obligación de cualquier Gobierno capitalista, neo-liberal o de transición, como es poder del bolivariano?

3.Mercal, Mercal. Una gran iniciativa, pero…Véase. Yes. Si es cierto que un supermer-cado chino (igual si fuera colombiano, portugués, yanqui, de cualquier otro

Por la seguridad,Contra la impunidad Sergio AlveS MoreirA

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origen) estaba lleno hasta el techo con productos de Mercal y –¿con la bendi-ción de quién?– especulando altamente y, justo que será que la gente, excluidos y no excluidos, se pregunte:•¿Ha sido el denunciado supermercado inmediatamente clausurado, presos los dueños y/o gerentes, distribuidos gra-tuitamente a los pobladores de los ba-rrios vecinos productos como la leche, el azúcar, la harina y las caraotas, por lo menos las negras?•Más grave: ¿fueron o son investigados los responsables de Mercal, altos pues-tos o medianos? ¿Van a la cárcel? ¿Les son expropiados los bienes adquiridos en el ejercicio de la corrupción?Preguntas estas son igualmente válidas para infraestructura y otras institucio-nes calientes.•¿Se divulgan masivamente estos he-chos, que no son de ladrones de galli-nas –también las medidas de respuesta, obligando inclusive a los medios priva-dos de comunicación masiva a hacerlo veraz, clara y gratuitamente?•Y los buhoneros, ¿qué?Mirar lo cotidiano, mirar lo concreto, no ignorar el precio de un kg de carao-tas, saber que una canilla (pan) pocos días antes del 2 de diciembre (referén-dum) aumentó 50%, de Bs. 500 (Bs.F. 0,50) a Bs. 750 (Bs.F. 0,75).

4.¿Sólo después, y tal vez al mismo tiem-po, la formación del Partido Socialista Unido de Venezuela y la discusión de la propuesta de reforma constitucional no serían demasiada tarea? ¿En la discusión por la reforma habre-mos valorado y explicado con toda cla-ridad, insistencia, por todos los medios, temas como el de la propiedad, de la pa-tria potestad y la reelección continua? Con la obligación para los opositores.¿Se punió la mentira infame sobre los tres puntos señalados y se mandó a la cárcel a los difusores de esas mentiras disociadoras en la UCAB y la USB, en TV, en radio y prensa, a periodistas, po-litólogos o dueños de los medios? ¿No deberían multarse a los mismos dueños con una carga que les pesara y doliera mucho, inclusive suspender los medios infractores hasta que rectificaran? ¿Qué decirle a la inquisitorial Iglesia de Po-rras? ¿Y qué decir a la «santa» Nuncia-tura Apostólica, récord Guinness por haber otorgado a Nixon Moreno en me-

dio de un nauseabundo show celestial el título universitario de Delincuente Líder, sin necesidad de cumplir presen-cias en las aulas, gracias a la dispensa concedida por el rector y el Concejo Universitario de la ULA. Récord Guin-ness, la náusea.La impunidad se abraza muy amorosa-mente con la inseguridad.

5.¿Podremos esperar un análisis auto-crítico, sin sofismas, como la escasez de productos en el mercado internacional, para no caer otra vez en la misma tram-pa?

6.¿Podremos esperar una poda y cam-bios en la programación de Venezolana de Televisión (canal 8) y otros medios alternativos sin tanto Dios o tantos dioses, con miras a la formación y re-creación, eliminando o, por lo menos, reduciendo, podando notablemente las repeticiones constantes y cansonas de noticias que ya lo fueron y pasaron a hacer compañía a cuñas de propagan-da y a disputar el espacio a algunos pro-gramas buenos?En materia de recreación parece que se cuentan por centenares las películas y telenovelas, miles los documentales científicos y tecnológicos que pueden ayudar a formar y recrean a cualquier público.¿No preferiremos que nuestra gente se fastidie y busque otro canal? ¿Qué pre-ferimos? ¿El envenenamiento de lo pri-vado?

Para la señora oposición

7.¿Podremos esperar que nuestra opo-sición pase a responder a los intereses nacionales y no a los de Estados Unidos de Norteamérica, al Imperio, al genoci-da Bush II?

8.¿Podremos esperar que nuestra opo-sición reconozca lo mucho de bueno que hay en el proceso revolucionario bolivariano, como en las tantas misio-nes, especialmente en sectores de salud y educación, descubrimiento geográ-fico y social del país, hasta en política internacional? Sin descartar la crítica constructiva a lo malo y lo erróneo.

9.¿Podremos esperar que los medios privados de comunicación masiva cum-

plan la misión de informar y educar con valores auténticos, en vez de continuar siendo los máximos corruptores de la sociedad?¿Verdad que hay y son necesarias leyes y valores, así como tiene que haber ins-tituciones que los hagan respetar, que obliguen a respetarlos?

10.Con un final o dos finales, y con seguridad nada happy end, por lo que estamos oyendo y viendo, no se trata simplemente de convencer a tres millo-nes para que vuelvan al «redil», sino de ganarles la conciencia con palabras y hechos, y hechos principalmente.¿Ya se estudió el porqué o los porqués de las derrotas en las zonas populares más miserables, a pesar de «los favores reci-bidos», como Petare y Caricuao? ¿Ha-bremos cumplido con sus habitantes? Explíquese por qué la «mejor» clínica privada para Barrio Adentro se levanta precisamente en Las Mercedes, la rica, la sardanapalesca. ¿Quiénes preguntan por qué?

11. Además: no son tres millones que hay que ganar con más hechos que palabras. ¿Podremos comprender o te-ner en cuenta que son, por lo menos, siete los millones? ¿O nos dejaremos arrullar ante un espejo que refleja a Narciso?Con el segundo final: éste es mi mensaje de Navidad (otra) y año nuevo con mu-cho dolor y alegría el 17 de diciembre de 2007 en la Librería Divulgación (que todavía existe… hace 27 años, pero no tardará en cerrar).

Sergio Alves Moreira77 años de edad, CI 553840

Y gracias a Infraestructura por el «favor concedido» nada menos que, de un solo golpe, el aumento de más de 120% en el alquiler. ¿Posible en capitalismo salvaje o neoliberal?

Gracias, Ministro.Mucha, muchísima atención, ciudadano Presidente.De nuevo,Sergio.

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Trabajar con los conceptos clási-cos de la economía en el contex-to de una revolución progresiva y en caliente es bastante difícil.

Hay momentos en los cuales hablar de mercado casi puede llevarte a la muer-te política y ser acusada de traición a la patria, mientras que en otros momentos es totalmente validado. Especialmente validado al tratar la materia petrolera y su mercado internacional. Sucede en el caso de la economía en general. Ahora imagínense por un momento trabajar el novísimo concepto de economía cul-tural, ese que surge de las dinámicas de las industrias del entretenimiento, desde las más profundas entrañas del imperialismo y como una invención del neocapitalismo, resulta todo un reto desarrollar conceptos revolucionarios desde ese campo tan de derecha; sin em-bargo, creo que aprovechando lo ya es-tudiado –y retornando a las raíces de la economía como ciencia social, que con el tiempo se le fue borrando lo social– propongo el rescate de la participación de las mayorías en contraposición al capital, siendo el campo cultural el más favorable para hacer esta recuperación.

De allí que la creación de una economía cultural partiendo del nacimiento de las industrias culturales estatales siembre las bases para una soberanía cultural y de una economía que nos conduzca a la liberación de los yugos históricamente alienantes.

La Imprenta de la Cultura, la Villa del Cine, el Centro Nacional del Disco son las industrias pioneras de la nueva eco-nomía cultural, esa que busca igualdad de condiciones en los resultados cuan-titativos y cualitativos de la gestión, es decir, rentabilidad y felicidad, efi ciencia y satisfacción, productividad y transfor-mación social. Los libros, los discos y las películas son herramientas de cambios que ofrecen la posibilidad de vernos, oír-nos y leernos sin la intervención directa del mercado, sin considerarnos como una meta económica, sólo una sociedad en transformación que se va encontran-do a sí misma a través de las emociones que despierta la cultura, utilizando para ello los bienes y servicios culturales.

Las industrias culturales como la línea que une a los creadores con la sociedad, más allá del mercado y de la rentabilidad económica, posibilita el

rescate de los valores históricamente si-lenciados y nos ofrece la oportunidad de hacer frente al embate de las tendencias homogeneizadoras a las cuales estamos expuestos a diario por las industrias del libro, de la música, del cine y de la tele-visión, dominada por pocos y escogidos grupos editoriales, empresas discográ-fi cas, estudios cinematográfi cos, con-sorcios comunicacionales. La vuelta, el rescate de la esencia, ser soberanos y no tener que leer sólo libros de autoayuda y hacer colas para comprar Harry Potter por la despiadadas campañas publicita-rias, no tener que obligar a Eneas Perdo-mo a vestirse ni actuar de determinada manera para asegurar la venta del disco, liberarnos de Rambo, Schwarzenegger y cuanta violencia sea necesaria para ha-cer que la gente se sienta a ver una pelí-cula es sólo parte del benefi cio.

Se acabó el tiempo en el cual te-níamos que depender de las empresas privadas para que con sus altos costos y sus prolongados tiempos nos impu-siera cómo, cuándo y qué producir. Las industrias culturales son las principales armas para crear y defender esta nueva soberanía creativa.

Laeconomía culturalo la economía de la liberaciónEMMA ELINOR CESIN CENTENO

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Quizás el tema de la cultura ofrezca hoy en Venezuela tantas aristas como ojos la perciben. Digo ojos, cuando

debería decir oídos, cerebros, manos, corazones… Muchísima gente percibe la cultura hoy en Venezuela. Todo es per-cibido como cultura. Nada se escapa. El que haya una sensación de totalidad frente a la cultura, paradójicamente sin-gulariza este momento, duélale a quien le duela. Es que la Revolución bolivaria-na trae con una constancia y una recu-rrencia abiertas y frontales la cultura como asunto colectivo. Por primera vez en la historia venezolana, cuando se ha-bla de cultura, todos se sienten autoriza-dos a opinar. Muchos venezolanos tene-mos ahora en la noción de cultura algo que no podemos explicar del todo, pero lo cierto es que asociamos tal noción, como nunca, a la política, al arte y las le-tras, a la tradición, a la oralidad, al cuer-po, a la naturaleza, al pensamiento, a la historia, a la comunicación, a las filoso-fías, a la pluralidad, a las especificidades regionales, a las lenguas originarias, a la diversidad constitutiva de la venezolani-dad, a los idiomas antiguos y modernos, a la contribución de los inmigrantes, a las señas y los gestos… Y casi por costum-bre igualitaria vamos oponiendo, dentro del dominio de lo propio, lo cultural con lo contracultural, por decirlo de alguna manera. Muchas expresiones que creía-mos propias por imposiciones mediáticas

Sobre la cultura como recuperaciónde la conciencia

Leonardo ruiz Tirado

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o porque nos lo hacían creer programas educativos, campañas publicitarias, ter-giversaciones pseudofilosóficas, enciclo-pedias interesadas, discursos políticos y otras inveteradas estupideces, chorrean sus enmascaramientos y dejan al desnu-do fantasmagorías, adefesios esqueléti-cos, arqueologías nauseabundas, cons-trucciones insoportables. Disponemos como nunca de herramientas técnicas y de instrumentos políticos, jurídicos y de criterios que nos hacen ver ampliadas muchas cosas, entender mejor los con-ceptos, intuir con alegría salidas frente a tantos y tantos oscurantismos. La con-ciencia colectiva va allanando el cami-no de la cultura y ésta va ensanchando nuestros conocimientos y saberes: viejos secretos del vivir con armonía que nos fueron conculcando transculturaciones y demás implantes desfiguradores de cuanto fuimos o pudimos ser.

Antes decíamos que la contracul-tura es, en el capitalismo, la verdadera cultura, pues entendíamos como suce-dáneo de la cultura en esta injusta socie-dad a la ideología. En verdad, el capitalis-mo, al hacer más sutiles sus mecanismos de opresión y alienación, mixtificaba y confundía todo: nos hacía creer que tal o cual de sus paquetes es cultura, cuan-do en realidad no es sino mera ideolo-gía, es decir, conceptualidad e imagina-ción dominantes que nosotros mismos reproducíamos: manipulación de las conciencias. Hoy creemos que en el pe-ríodo de transición del capitalismo al socialismo, y por más largo rato, la cul-tura seguirá siendo ideología y manipu-lación, sobre todo cuando pensamos en la sobrevivencia legal de sus múltiples medios de difusión (prensa, televisión, Internet, instituciones educativas me-diatizadas). Pero la ideología va clari-ficándose, haciéndose conciencia, sólo en la medida en que la cultura como creatividad va envolviendo la totalidad del hacer humano, y especialmente el impulso utópico liberador. Cuando lo cultural creativo rige, lo ideológico retrocede, se hace innecesario. En el período de transición al socialismo, es necesario que la cultura amplíe su ra-dio a todas las esferas de la vida. Sobre todo a la política, que empieza a cobrar dimensión de verdadera ciudadanía, de participación de la gente, en igualdad de condiciones, en la multifacética pro-blemática social.

La resistencia a la política aún es un problema eminentemente cultural: remite a la carga ideológica que la cul-tura ha tenido en el capitalismo, con sus altos componentes de falsa conciencia, de mixtificación de lo real, de extraño dominio de lo irreal sobre la vida. Cada impulso, por personal o pequeño que sea, hacia la utopía y la autodetermina-ción es un paso y una conquista de esa autodeterminación y esa utopía.

La creación no omite jamás la fic-ción. Al contrario, la postula como bien que todos deberíamos gozar y ejercer. La libertad de pensamiento tiene como puntos máximos la metáfora, la inven-ción, lo extraordinario y lo insólito. La utopía misma busca infatigable aquellos espacios donde pueda desarrollar la hu-manidad su máximo bienestar: es a un tiempo búsqueda cultural y búsqueda política a través de la invención, lo ex-traordinario, lo insólito. La utopía es me-táfora del socialismo.

La Revolución bolivariana ha ido, como ningún otro proceso de perfil socia-lista hoy, al encuentro de la creatividad en múltiples expresiones individuales, organizativas y colectivas. Esto no niega que la desviación del burocratismo esté presente en el proceso político actual, ni que invada incluso ciertos sectores de la gestión cultural. Pero que vivimos un momento de máxima amplitud en lo cultural es algo que no está en duda. Lo corroboran la diversidad de expre-siones (artísticas, literarias, religiosas y simbólicas) concurrentes en todos los ámbitos, incluyendo los espacios de participación política y social, abiertos y permeables como nunca a lo simbó-lico, a lo analítico y a la crítica, por ha-blar sólo de tres impulsos que estimulan la reapropiación de lo cultural.

Afrodescendientes y originarios americanos tienen derechos constitu-cionales en todos los órdenes. Y esos derechos se amplían, proyectan y le-gitiman día a día a través de infinidad de iniciativas. La mujer, secularmente arrinconada por prácticas y leyes dis-criminatorias, cobra rango pleno de ciudadanía y participación sociopolíti-ca, pese a arraigadas rémoras. Miles de venezolanos pueden ser fotografiados desnudos en una calle de Caracas sin que Chávez, catalogado de terrorista y dictador por los medios de difusión reac-cionarios, diga ni pío. Recordemos que

Caldera pretendía hacernos ruborizar porque a un lejanísimo Marlon Brando le metían el dedo en el culo. Y en la an-taño pacata Barinitas unas muchachas son pintadas, también desnudas, en un acto auspiciado por el Ministerio de Participación Popular para la Cultura, cuyo objetivo es precisamente mostrar las bellezas que puede encarnar el cuer-po humano como epicentro del arte.

La Revolución bolivariana hace ruborizar cada vez a menos personas porque tiene la cultura, y no la ideolo-gía, como centro. Lo que puede tener de ideológico es precisamente, como que-ría el Che Guevara, que ha ido convir-tiendo lo extraordinario en cotidiano. La Revolución bolivariana ha ido abofe-teando día a día a quienes piensan que la cultura es un adornito que se guinda por allá, lejos.

En otro lugar decíamos que el pueblo venezolano, en casi una década de pro-ceso revolucionario, ha ido tomando el ejercicio del criterio (ese atributo especia-lísimo de su reculturación) para su hacer cotidiano, al punto de que hoy día uno de las instancias del Poder Popular constitu-yente la encarnan los comités de cultu-ra de los consejos comunales. En todo el país, esos consejos construyen, con sus propias manos, con sus propios recur-sos reorientados desde la riqueza petro-lera que ahora es de todos, acueductos, aceras, tendidos eléctricos, calles, casas, canchas deportivas. En algunas comuni-dades (como en Carora, estado Lara) han decidido, por ejemplo, sustituir los viejos techos cancerígenos de asbesto de sus viviendas por machimbres de madera y tejas de alfarería. El Comité de Cultura del Consejo Comunal de mi barrio (La Tablantera, en Barinitas, Barinas, que es una comunidad de gente muy humilde), aparte de la pavimentación de sus calles que por más de 15 años permanecieron en un estado que impedía el acceso de los camiones del aseo urbano, se apresta en estos días, con talentos y profesores de la propia comunidad, a iniciar centros de formación artística para jóvenes y niños que nunca en su vida tuvieron acceso a la danza, la música, el teatro, la cerámica y la lectura.

¿Es o no esto una revolución en la conciencia, cuyos ejes son la cultura y el socialismo del siglo XXI, fuera de toda retórica? ¿No es menester profundizar estas experiencias?

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Edmundo Aray

José

Poema

JoséJoséFélix

Poema

FélixFélix Ribas

PoemaSinfónico

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38 A Plena Voz

Primer Movimiento

VOZEl ardor le desborda con una promesa de eternidad.

El héroe se espiga por si mismo, tal su coraje.Por su espada libertaria se mantiene.Por la exultante arboladura de su voz

en decoro y virtudes convertida.Oigamos el viento sonoro de su pecho.

Su corazón, siempre a galope.Como si hubiera llegado a caballo a esta tierra

y no de Petronila Herrera y Marcos Ribas.

Segundo Movimiento

VOZDe José Félix las lágrimas del clamor popular

en la ciudad luctuosa.De José Félix con veinticuatro años en flor.

VOZSuya la palabra henchida ante José María España.

VOZPor la patria sacrificado en el patíbulo:

VOZ¿Qué te diré yo, amigo mío, que dé paz

sobre los caminos públicos a tus huesos áridosy lleve un consuelo a tu inconsolable esposa?

CRONISTA“Fijó los ojos sobre el desnudo suplicio y,

como agitado por funesto presentimiento,soltó las riendas a su caballo y corrió sombrío

por las calles solitarias.”

ORÁCULO Aquella noche del día del sacrificio, José Félix

entendió que la bravura del amor inflamaba su pecho.

VOZAl igual que muchos esa noche.

VOZEl ocho de mayo José María para siempre en la memoria.

Que así lo fijaron los días de abril en 19 inmortal convertido.

CRONISTAEran jóvenes multiplicados por las calles,

y solares y cuarteles llenando los pechos de osadía.

VOZUn Ávila de llamas, bienaventurada multitud de varones,

hijos de América contra Fernando enardecidos.

VOZNo más vasallos ni cadalsos ni cintos de cadáveres.Ni pompas ni ostentación de plumajes y galones.

VOZLa independencia de la patria por destino.

VOZNo más tiranos ni imperio ni Fernando VII

ni maderas cinerarias.

CRONISTAAnte el barullo de la desconfianza y los reparos,

esperanzas y fervores reunieron.

VOZDe la América Meridional su galaxia,

su Vía Láctea,impetuosa legión de visionarios:

Sociedad Patriótica llamaron.

VOZPor cometido ensayar al pueblo en República.

VOZHacer de todo hombre un ciudadano.

VOZPero ¿quién es ese de soberbia mirada,

elegante y terriblecomo el dios de las batallas?

VOZSólo de mirarle se le adivina osadía y valor.

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A Plena Voz 39

ORÁCULOLo tildarán zambo en el Perú de los Virreyes.

(Cuánto orgullo si lo fuere)Papay, papay lo reconocerán los originarios.

Es el Inca dirán desde sus gargantas por el porquerizo degolladas.

VOZSimón Bolívar su nombre y apellido.

VOZSólo José Félix Ribas parece más arrogante y seductor.

VOZEse José Félix es tío de Simón.

VOZEntre muchos, su mentor.

ORÁCULOMañana irá con él y la Revolución hasta la muerte.

BOLÍVAR… unirnos para reposar,

para dormir en los brazos de la apatía,ayer fue una mengua, hoy es una traición.

VOZPromesas y amenazas en las sonoras voces alzadas,

VOZComo campanarios alzadas.

BOLÍVAR¡Que los grandes proyectos deben prepararse con calma!

Trescientos años de calma ¿no bastan?Pongamos sin temor la piedra fundamental suramericana;

vacilar es perdernos.

VOZSu palabra pareciera estar en las bocas encendidas de todos.

ORÁCULOPalmas y palmas de las manos

que mañana empuñarán la espada.

VOZVivas y clamores en las gargantas

que al amanecer la República estremecerán montañas, llanuras, montes, selvas, mares.

ORÁCULO¡Que río de sangre empaparán sus cuerpos!

CRONISTAPor las calles como un rumor

la memoria de José María España:

COROYo que soy sin camisaun baile tengo que dary en lugar de guitarras

cañones sonarán.

Cada uno de Nosotrosen guerra un héroe seráque por librar la Patria

prodigios obrará.

Bailen los sin camisasy viva el son, y viva el son:

Bailen los sin camisasy viva el son del cañón.

VOZFloresta de hombres libertarios.

CORONOSOTROS, a nombre y con la voluntad y autoridad

que tenemos del virtuoso pueblo de Venezueladeclaramos solemnemente al mundo,

que sus Provincias Unidas son y deben ser desde hoyde hecho y de derecho

Estados libres, soberanos e independientes…

COROY para hacer válida, firme y subsistente

esta nuestra solemne declaracióndamos y empeñamos mutuamente,

unas provincias a otras,nuestras vida, nuestras fortunas

y el sagrado de nuestro honor nacional.

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40 A Plena Voz

COROA los cinco días del mes de julio

del año de mil ocho cientos once,primero de nuestra independencia.

VOZLa mañana del día 14 los hijos de José María España,

Cadetes abanderados del batallón de línea, En la Plaza Mayor de Caracas,

Izaron la enseña nacional.

Tercer Movimiento

VOZ¡Ay de la Primera República!

VOZ¡Ay de los sueños aéreos!

VOZ¡Ay de la capitulación incomprensible!

BOLÍVARTuvimos filósofos por jefes,filantropía por legislación.

VOZ¡Ay de la impunidad de los delitos de estado!

BOLÍVARPerdonamos a los descontentos.

Perdonamos a los españoles europeos.Perdonamos sus conjuraciones incesantes.

¡Clemencia criminal!

VOZ¡Ay de la guerra civil encendida en Valencia

y Coro y Maracaibo!

BOLÍVARNuestra división, y no las armas españolas,

nos tornó a la esclavitud.Mortal veneno que hizo descender la patria

al sepulcro.

VOZ¡Qué tozuda la España del Rey!

VOZ¡Qué horda de carniceros realistas!

VOZ¡Cuán tenaces los hombres de la Revolución!

Cuarto movimiento

CRONISTAEn el fuerte de Tenerife comenzó.

Bolívar y Ribas en campaña.De buen augurio Santa Marta liberada.

VOZMiradle a José Félix desde Ocaña a los valles de Cúcuta

VOZUno y otro laurel en su testa de guerrero.

VOZEscuchadle al proscrito en súplica patriótica.

VOZLevantad los ojos que hacia Bolívar vuela

para anunciarle auxilios de la Nueva Granada a la Patria por Monteverde sojuzgada.

RIBASLa libertad, Simón, depende de nosotros.

La campaña será admirable.

BOLÍVARY la guerra a muerte, José Félix.

ORÁCULO En Niquitao causará espanto.

¡Cuán aladas sus piernas en la sabana!Con un puñado de héroes, de uno a otro costado,

esparcirá la derrota en los Horcones.Pavorosas centellas sus brazos.

Gloria eterna en la ciudad de la Victoria.

BOLÍVARSerás el esfuerzo mayor de la bizarría y el valor.

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A Plena Voz 41

VOZPor los altos cielos las proclamas.

ORÁCULOLas hazañas de tal áscar granadino

cubrirán la geografía entera.

CRONISTA “Sin artillería, sin numerosos batallones, la

fogosidad sola,y la violencia de las marchas militares

harán flamear los estandartes tricoloresdesde las riberas del Magdalena

hasta las fronteras de Barcelona y Guayana.”

BOLÍVARLa fama de nuestras victoriasvolando delante de nosotros,

ha disipado sola ejércitos enteros

VOZTiempo de redención.

CORO¿Quiénes son esos hombres?

¿Quiénes son sus progenitores?

VOZEl siete de agosto en Caracas

cuando apenas ayer en Cartagena.

VOZ¡Qué recio hombre José Félix!

VOZPor sus virtudes de guerrero General de División,

Gobernador militar de Caracas,Comandante general de la provincia.

VOZMírenlo por los cerros de Vigirima,

conduciendo muchachos que salían de las aulas.

VOZMuchachos que nunca antes manejaron armas,

estudiantes de la Universidad el enjambre mayor.

CRONISTAFueron tres sus días de combate.

¡Fulgurantes del cielo y de la tierra!

VOZ Con José Félix, gallardo,

exponiéndose, deslizándose, escalandoposiciones, ordenando cargar a la bayoneta.

VOZA la bravura imberbe.

Quinto movimiento

CRONISTAY llegó el año del horror.

De uno a otro confín el exterminio.La República naciente,

por los deseos de vivir henchida,¡ay! sintió próxima la muerte

VOZViene el urogallo, obstinada fiera,

la muerte a caballo viene.

VOZPalabras de lava y fuego.

VOZLlamaradas las ciudades.

VOZHombres de nuestra tierra descuartizando hasta las

lágrimas

VOZLa patria doblegada por la división de sus hijos.

VOZ De todos es el ímpetu: negros y llaneros del Rey.

Negros y llaneros de la patria.

VOZQue ayer creímos de la Corona, independiente.

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42 A Plena Voz

VOZHoy geografía de sangre derramada.

VOZLa guerra de colores.

VOZEl dolor lloramos.

VOZDolor ojos de fiera.

Dolor ojos agónicos.

VOZDolor inconsolable.

CRONISTA¡Qué de sentimientos tumultuososatizados por el furor y la venganza.

¡Qué de rabia inmemorial!

VOZPatíbulos respondían a patíbulos.

VOZArrojábamos cadáveres como insultos.

VOZCon sangre se escribían las burlas al enemigo.

VOZDe humo oscurecido el cielo.

VOZIncendios guiaban sus pasos en la soledad de la noche.

CRONISTABoves, un demonio en carne humana,

sumergía a Venezuelaen sangre y luto y servidumbre.

VOZComo la peste, despiadado.

VOZ Pero el destino,

de pronto conmovido,canta al héroe en el tumulto sombrío.

CRONISTA“Acometida el día 12 por 7.000 hombres,

a las órdenes de Morales,la plaza de la Victoria,

que apenas defendían 2.000 jóvenes,sufrió un ataque que hará época en los anales del furor.”

VOZMorales, chacal y hiena en el mismo cuerpo,

rechazado nueve veces, nueve veces volvió a la carga.

RIBASNi aun podemos optar entre vencer o morir:

Necesario es vencer.¡Viva la República!

VOZComenzó la lucha a las ocho de la mañana.

VOZY se luchó en los alrededores de la población

VOZY se luchó en las calles,

penetradas todas por las hordas enemigas;

VOZY se peleó desde la plaza.

donde recinchó sus fuerzas José Félix,incierto de socorro,

fiado de su noble entalladura y en las crecientes de las fuentes nuevas.

VOZA caballo, José Félix,

soldado a su radiante mocerío.

VOZÉl se halla en todos los flancos.

VOZÉl detiene y fatiga las fuerzas enemigas.

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A Plena Voz 43

VOZSu palabra, furioso río,

encrespado delta.

VOZSu mirada inflamando arrojos.

CRONISTATres veces cae su cabalgadura;

mil rayos se cruzan al derredor del gorro frigioencarnado que sombrea la cabeza de José Félix,

blanco de todos los tiros y de torvas maldiciones.

VOZNo son tan bisoños los bisoños.

CRONISTA“Después de ocho horas de combate sin tregua,

a las cuatro de la tarde, allá a lo lejos, por el camino de San Mateo,

alzase y cubre el horizonte una nube de polvo.”

RIBASEsa nube es auxilio del cielo.

VOZSuya la voz enérgica.

RIBASQué cien dragones corran a formar columna

en el centro de la plaza.

VOZ¡Cien dragones y uno más:

Mariano Montilla,arrojado y gallardo,

para montarse en la nube del cielo.

VOZVuelan las campanas.

Baten diana los tambores.

VOZUno sólo el abrazo.Necesario es vencer.

CRONISTA Rompiendo las líneas enemigas avanzan Campo Elías y Aldao

al frente de 220 hombres y Montilla y sus cien dragones.

VOZ¿Quién vive?

VOZEl vencedor de Mosquiteros.

CRONISTA Y aquellos valerosos atraviesan por entre los contrarios que aciertan a rodearlos cuando ya estaban en la plaza.

VOZSale entonces José Félix con sus bisoños y adalides

y arrolla cuanto le resiste y dispersa las lanzas del demonio

y encarama a los héroes en los anales de la historia.

CRONISTALa columna auxiliar y las tropas sitiadas se abrazan

en medio del fuego, aterran con sus gritos de victoria,

ponen en fuga las huestes de la tiranía.

VOZTruena la tempestad de voces.

VOCES¡Viva la patria!

VOCES¡Viva José Félix!

CRONISTAEn vano corre Boves desde la villa de Cura,

en vano tratan de hacerse fuertes el urogallo y la hiena en las alturas de Pantanero.

VOZLa paria es alcor.

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44 A Plena Voz

CRONISTA “Huyen maltrechos Boves y Morales, dejando tras sí una ciudad devastada,

pero ardiente de gloria”…

VOZAlto paraje de la gloria.

CRONISTA“Mas la gloria de la defensa

no convenía al valor de Ribas; era la gloria del ataque quien le tentaba; no era un escudo aquel hombre altivo,

era una espada que se iba al corazón del adversario. Corrió en persecución de las huestes vandálicas,

y pudo dejar segura a la Victoria para volar a otros combates.”

VOZTambién para atender los elogios del héroe.

BOLÍVAREl general Ribas,

sobre quien la adversidad no puede nada,el héroe de Niquitao y los Horcones,

será desde hoy titulado el vencedor de los tiranos en la Victoria.

VOZErigid una estatua que lleve a la posteridad

la memoria del glorioso día.

RIBASLa elevación de una estatua

en memoria de la jornada del 12y del triunfo de las armas de la República en la Victoria,

es, sin duda, el más alto de los honores que llega a conseguir un mortal;

mis servicios aún no han pasado la raya de los deberesque me imponen la naturaleza y mi patria…

En Venezuela no hay otro que merezca esta recompensa que el general Libertador.

CRONISTA¡Ay! Ni en los auxilios de la divinidad invocada

el coto a la muerte.

VOZ¡Viva Fernando VII!Gritaban los vasallos.

VOZ Tea y puñal sus banderas.

CRONISTABoves ordena asediar a Caracas.

VOZY una vez más José Félix.

VOZDos días después de la victoria en la Victoria

sale a defender la ciudad cercada.

VOZNo hay descanso para el vencedor de los tiranos.

Huyen las hordas tras dejar trescientos cadáveres en el pueblo de Ocumare.

RIBASEl cielo justo castigará tantos crímenes.

VOZNo tiene descanso el pelear.

CRONISTAEn el Guayabo los jóvenes de Caracas

entonan cantos guerreros.

VOZSe espantan los demonios.

VOZSon los gritos por la vida.

VOZEl valor recién nuevo,

-orgullosa hueste bajo las órdenes de José Félix-puso en fuga a los hijos de la noche y del crimen.

CRONISTA“En esa época terrible los días eran años.

Cada hora estaba escrita con sangre”.

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A Plena Voz 45

VOZEn las entrañas de la muerte la esperanza.

BOLÍVAR¡Compatriotas! La guerra se hace más cruel,

y están disipadas las esperanzas de pronta victoriacon que os había excitado.

VOZ¿Qué dices, Simón?

BOLÍVARNuestros propios hermanos,

unidos por siglos de esclavitud a nuestros tiranos,dilatan, quién sabe por cuánto tiempo,

la época de la libertad.El ejército ha hecho cuanto estaba de su parte;

valiente, disciplinado, constante,donde quiera ha dado muestra de su intrepidez y pericia.

No estaba en su mano el milagro de cambiaren un día hábitos inmemoriales.

CRONISTAEl 28 de mayo, a las nueve de la mañana,se descubrió la línea del ejército realista,

situado en la sabana de Carabobo.A las doce y media se dio la orden de marchar en batalla.

BOLÍVAR¡Soldados! Tenéis delante los mismos jefes y los mismos

de quienes habéis triunfado en más de cien combates¡Que sea éste el último!

ORÁCULOSólo seis años después, en aquella misma sabana,

muchos de aquellos hombres que desde el año de 1812le habían arrancado la vida a la muerte,

sellarán la libertad de la patriacon el último triunfo en Carabobo.

VOZY habló el general Mariño a los soldados de Oriente.

Y José Félix al batallón Barlovento.

VOZY los vasallos del Rey fueron vencidos.

CRONISTALuego vino el desastre de la Puerta.

A la par glorioso como adverso.

VOZFatal para la Patria.

VOZAciago para el general Bolívar.

VOZ¡Ay! del maldito alcor de la tragedia.

VOZEl enemigo estaba a las puertas de Caracas.

VOZEn las salas por el pudor intocadas

los realistas invisibles.

VOZEn acecho la oposición vasalla,

acuclillada, silenciosa.

CRONISTAEsa noche trató una junta de guerra

qué partido tomar.

BOLÍVARLas tropas del general Mariño

marcharon hacia oriente.Retiremos las nuestras a Barcelona y Cumaná.

Desocupemos a Caracas.

CRONISTAJosé Félix, a la cabeza de otros muchos jefes.

Sanguíneo, violento, imperioso, sacudía su cabellera de león,

y se impacientaba y enfurecía a la idea de dejar la capital.

RIBASSimón, Simón, deja reparar los males que has hecho.

VOZPero triunfó la palabra del héroe mayor.

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46 A Plena Voz

CRONISTAAquella misma noche de desamparo colectivo

“se emprendió la retirada hacia Barcelona por la montaña de Capaya y la costa del mar”.

VOZTras de aquel pueblo desmoralizado corría Boves para su festín de sangre.

CRONISTA “El 17 de agosto se presentó Morales

al frente de Aragua con 8.000 hombres.3.000 republicanos dieron batalla.

La victoria se decidió por los realistas.”Dos días después la emigración y el resto del ejército

abandonaron Barcelonapara intentar fortificarse en Cumaná.

VOZ¡Ay de la patria de desgracia en desgracia!

CRONISTASe discute si combatir o evacuar.

Si el mando a Ribas ó Mariño ó Piar.También en el seno del pueblo se preguntaban

si era sensato sostener la causa de la independencia.

VOZNo más aflicción.

No más dolor.

VOZParecía el clamor de la patria por la muerte vencida.

VOZEl autor de los desastres públicos es

el general Simón Bolívar.Dijeron los de alma derrotada.

VOZCulpable de la disolución de la República

VOZ ¡Qué marejada de insultos!

VOZ¡Qué temporal de vejaciones!

CRONISTAEl 4 de septiembre Ribas acudió a Carúpano.

También Bolívar y Mariño.

CRONISTAJosé Felix, con 50 carabineros, prende a Mariño.

RIBASY tú, Simón, deberás salir de Venezuela.Ya no eres el hombre de la Revolución.

VOZ

Es del alma su tormenta.

CRONISTAEl orgullo aturde al héroe abandonado por la fortuna.

VOZPor la fortuna no,

por los brazos de su pueblo.

RIBAS¡Qué tu corazón no soporte abatimiento!

Aunque la niegan, Simón, tú vida es nuestra.Voy a salvarla, Simón.

BOLÍVARSoy el cáliz de la patria.

RIBASPasará el diluvio. Volverás de nuevo, Simón,

con tus manos libertarias derramando claridades.

BOLÍVAR¡Qué frágil la gloria!

RIBAS¡Cuánto barro la vida!

BOLÍVAR¿Qué soy? ¿O qué no soy?

¿quién me diría?

RIBASNo quiero verte dando lástimas.

Quiero verte de nuevo en el colmo de la gloria.

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BOLÍVAR¿Qué soy? ¿O qué no soy?

¿quién me diría?

RIBASEl tiempo todo lo cancela.

Cesando el huracán, se cambia vela.Tuya será una vez más la campaña admirable.

VOZ¡Silencio, señores, silencio! Ya parte a destino incierto

el héroe que apresó la desventura.

ORÁCULOSi extrañado ahora, liberador mañana

desde las aguas del Orinoco hastalas cumbres del Potosí. Dadlo por cierto.

VOCES AL UNÍSONO¿Qué se hizo aquel que nos mostraba el camino?

VOZDe la vida y de la muerte.

VOZEspesura del amor.

CRONISTA

“Antes de que llegara Piar a Carúpano,José Félix, que sabía de sus designios

contra Bolívar y Mariño,se apresuró a hacerlos embarcar.”

VOZEl 8 de septiembre es del coraje; de la pesadumbre, la despedida.

VOZ La Nueva Granada otra vez.

RIBASEXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Habiendo sufrido nuestras armas tan crueles revesesque nos hicieron perder la capital de Caracas

y casi toda su provincia,obligándonos a retirar a esta de Cumaná,

he deliberado, de acuerdo con el general ciudadano Simón Bolívar,

que pase éste a ese Gobierno, no solamente para que procure e impetre de él

los auxilios que V.E. juzgue bastante a restaurar lo perdido, sino también para que continué sus servicios

en esa Confederación, bien sea en la lucha contra Santa Marta,

o dirigiéndose por Ocaña, como lo verificó en el año próximo pasado,

penetrando por Cúcuta hasta encontrar con la división que tenemos

por la provincia de Occidente al mando del general Urdaneta.

Entre tanto, yo quedo organizando cuerpos o aumentando la fuerza hasta donde sea posible

para sostener lo que poseemos y reconquistarlo que hemos perdido, si fuere posible.

BOLÍVAR¡Compatriotas!

Yo he sido elegido por la suerte de las armaspara quebrantar vuestras cadenas,

como también he sido,digámoslo así,

el instrumento de que se ha valido la Providenciapara colmar la medida de vuestras aflicciones.

Sí; yo os he traído la paz y la libertad,pero en pos de esos inestimables bienes

han venido conmigo la guerra y la esclavitud.

ORÁCULOQuedóse José Félix para la muerte.

VOZ La delación le entregó en medio de la noche.

VOZEn Jácome,

a dos leguas del valle de la Pascua,la muerte decidió su destino.

VOZ

El 13 de enero, en Tucupido

CRONISTASu cabeza, frita en aceite,

VOZ¡Carajo, alzad la ira!

CRONISTAentró en Barcelona el día 3 de febrero.

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48 A Plena Voz

VOZContra el asesino furor

¡Alzadla!

VOZEn defensa de la patria soberana

CORO¡Alzadla!

VOZEn la mañana del 14 las autoridades de Caracas

recibieron el cuerpo mutilado de José Félix.

CRONISTA“A las doce del mismo día,

formados en la plaza mayor los batallones del Rey y la Corona,

los escuadrones de caballería y una brigada de artillería,se colocó en la horca la cabeza del llamado general

José Félix Ribas,llegada la noche antes de Barcelona,

puesto en ella el mismo gorro encarnadoconque se hizo aquí distinguir en el tiempo de su triunvirato.”

VOZ¡Ay, José María!

VOZJosé Félix, ¡Ay!

VOZ¿Qué te diré yo, amigo mío, que dé paz

sobre los caminos públicos a tus huesos áridosy lleve un consuelo a tu inconsolable esposa?

VOZCelebro el tiempo de mañana,

Yo, Josefa Ribas,

inconsolable esposa de José Félix, celebro la patria digna meciendo su larga cabellera.

CRONISTA“Ese hombre había sido la energía sublime,

la vida de la Revolución, el alma de la República”

CORODispensa a su placer la tiranía

la muerte, no la gloria que acompañaal héroe de la patria en sus cadenas

y su cadalso en luz divina baña.VOZ

Concédele, pueblo, al igual que Simón, la supremacía de la gloria.

a José Félix, que desde entonces cabalga las edades de la patria.

COROQue en nuestras venas vierta su savia inextinguible.

VOZAdmira Madre América por doquier las glorias.

de este grave señor de las contiendas.

CORODispensa a su placer la tiranía

la muerte, no la gloria que acompañaal héroe de la patria en sus cadenas

y su cadalso en luz divina baña.

FINAL

JOSÉ FÉLIX¿De quién la Victoria?

ESPECTADORESTuya, José Félix.

JOSÉ FÉLIX¿De quién?

ESPECTADORESDe nosotros, José Félix, contra el imperio,

enardecidos.

JOSÉ FÉLIX¿De quién?

ESPECTADORESDe la patria soberana.

CORO Y ESPECTADORESPara siempre soberana.

Estallido de sonidos libres de la orquesta se reúnen con la Carmañola

y convergen en las notas del Himno Nacional.