Argumentación, su historia a través de los filósofos

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La Argumentación: su historia a través de los filósofos - Selección de Textos Prof. C. Pallas 1 LA ARGUMENTACIÓN su historia a través de los filósofos Selección de textos Ficha nº21 Primera Edición 2006 Prof. Carolina Pallas Reyno La Argumentación: su historia a través de los filósofos - Selección de Textos Prof. C. Pallas 2 Índice Presentación .......................................................................................... p. 3 Breve Reseña Histórica ......................................................................... p. 6 Sofistas .................................................................................................. p. 10 - Retórica y Persuasión. Tomado de Marafioti (2003) - Fragmentos de Gorgias, Sexto Empírico y Clemente de Alejandría Sócrates y Platón .................................................................................. p. 15 - La Dialéctica. Tomado de Marafioti (2003) - Fragmentos de: Teetetos, Fedro, Sofista. Aristóteles .............................................................................................. p. 22 - Técnicas Discursivas y Técnicas De Verdad. Tomado de Marafioti (2003) - Fragmentos de: El arte de la retórica, Tópicos, Analítica Primera, Analítica Posterior Descartes: el desacuerdo es signo de error................................................ p. 36 Kant: Crítica de la Ilusión Dialéctica y la Lógica Trascendental..................... p. 39 - La dialéctica en Kant. Tomado de Marafioti (2003) Hegel: la dialéctica como lógica de la contradicción.Tomado de Marafioti (2003)... p. 45 Schopenhauer: la dialéctica erística Tomado de Marafioti (2003) ...................... p. 48 - Estratagemas Mill: la inducción canónica ........................................................................ p. 55 La argumentación contemporánea: Tomado de Marafioti (2003) ................... p. 63 - Chaim Perelman: la nueva retórica - Stephen Toulmin: los campos argumentativos Bibliografía sobre Argumentación......................................................... p. 78

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LA ARGUMENTACIÓN

su historia a través

de los filósofos

Selección de textos

Ficha nº21

Primera Edición

2006

Prof. Carolina Pallas Reyno

La Argumentación: su historia a través de los filósofos - Selección de Textos – Prof. C. Pallas

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Índice

Presentación .......................................................................................... p. 3

Breve Reseña Histórica ......................................................................... p. 6

Sofistas .................................................................................................. p. 10- Retórica y Persuasión. Tomado de Marafioti (2003)- Fragmentos de Gorgias, Sexto Empírico y Clemente de Alejandría

Sócrates y Platón .................................................................................. p. 15- La Dialéctica. Tomado de Marafioti (2003)

- Fragmentos de: Teetetos, Fedro, Sofista.

Aristóteles .............................................................................................. p. 22- Técnicas Discursivas y Técnicas De Verdad. Tomado de Marafioti (2003)- Fragmentos de: El arte de la retórica, Tópicos, Analítica Primera, Analítica

Posterior

Descartes: el desacuerdo es signo de error................................................ p. 36

Kant: Crítica de la Ilusión Dialéctica y la Lógica Trascendental..................... p. 39 - La dialéctica en Kant. Tomado de Marafioti (2003)

Hegel: la dialéctica como lógica de la contradicción.Tomado de Marafioti (2003)... p. 45

Schopenhauer: la dialéctica erística Tomado de Marafioti (2003) ...................... p. 48 - Estratagemas

Mill: la inducción canónica ........................................................................ p. 55

La argumentación contemporánea: Tomado de Marafioti (2003) ................... p. 63- Chaim Perelman: la nueva retórica- Stephen Toulmin: los campos argumentativos

Bibliografía sobre Argumentación......................................................... p. 78

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Presentación

La argumentación es la operación por la cual un enunciador buscatransformar por medios lingüísticos el sistema de

creencias y de representaciones de su interlocutor.(Christian Plantin)

Justificar nuestras opiniones o decisiones, disuadir o convencer a otros que sesuscriban a nuestras posiciones, nos lleva gran parte de nuestro tiempo. Laargumentación consiste en formular razones para sustentar una afirmación o unaopinión, en este sentido, el fin de la argumentación no es deducir lasconsecuencias de ciertas premisas sino producir o acrecentar la adhesión a lastesis que se presentan para su asentimiento. La argumentación es una actividadque siempre trata de modificar un estado de cosas, está destinada a explicar,tanto como a influir o cambiar ideas.

Para nuestra tarea docente creemos esencial los aportes de la Teoría de laArgumentación, como una orientación para la comprensión de la metodologíafilosófica. Los diferentes modelos argumentativos que presentan las Teorías de laArgumentación en la actualidad para el análisis de los argumentos filosóficos, anuestro modo de ver, sonuna alternativa a la Lógica Formal; pero no por ello contradictoria con ella, sinodiferente y complementaria.

Se nos impone desplegar la concepción que supone esta afirmación: entendemos ala filosofía como un pensar que, además de no partir de supuestos evidentes, noes capáz de demostración ni de pruebas irrefutables, y tampoco de verdadesnecesarias. Muy por el contrario, sus pruebas son probables, razonables,opinables, preferibles, y por ello deben ser aceptadas con responsabilidad. Estoimplica, también, comprender que toda afirmación filosófica debe permanecerabierta a nuevos argumentos, y por ello es revisable.

Es así que, creemos ineludible ampliar el estrecho campo de la lógica formal, yaque, como señalara Leibniz: el ser humano es limitado e incapaz con frecuenciade suministrar pruebas suficientes sobre la verdad de toda aserción.La necesidad de la deliberación, el acuerdo y la adhesión de los demás, se imponecuando nuestras fundamentaciones no se pueden basar en evidencias, ni en laexperiencia o la razón demostrativa; cuando las conclusiones se escapan alcálculo.

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En lugar de fundamentar nuestras teorías filosóficas en verdades definitivas eindiscutibles, tomaremos como punto de partida el hecho de que los hombres y losgrupos humanos se adhieren a toda clase de opiniones con una intensidad variableque sólo se puede conocer al ponerla a prueba. (Perelman, Tratado de laargumentación, p. 768)A las categorías de verdad, evidencia y método demostrativo, hay quecomplementarlas con las categorías de verosímil, razonable, justificable ométodo argumentativo. Si no ampliamos la capacidad de la razón, y laconsideramos unida al resto de las facultades humanas (lo pasional, instintivo, laimaginación, lo sugestivo...) podemos dejar fuera de la razón el mundo de losvalores, de las normas, de la acción, de la búsqueda de sentido... Lo que no escertero y calculable ¿debe ser irracional? y ¿todo tiene igual valor?

Si reducimos la razón al campo de lo demostrable -lógica matemática cómoúnico modelo-, dejaríamos a la filosofía en el campo exclusivamente irracional, ypor que no de la violencia –cuando apelamos a la argumentación hemosrenunciado a la violencia, al menos a un tipo de violencia, ya que consentir ladiscusión es aceptar ponerse en el punto de vista del interlocutor-.

El examen de los argumentos en su contexto de producción nos permiteprofundizar en la detección de sus puntos fuertes y débiles que no pueden seranalizados desde la perspectiva de la lógica formal.En este sentido lógica formal y teoría de la argumentación son complementarias:la primera estudia los medios de prueba demostrativos, usa un lenguaje artificial,considera libremente cuales son los axiomas, o sea las expresiones consideradassin prueba como válidas en el sistema. Este sistema de signos no debe ser ambiguoy deja la interpretación de los elementos del sistema para quienes lo apliquen. Ellógico formal considera extraño a su disciplina el estudio del tipo de verdades,pero “cuando se trata de argumentar o de influir, por medio del discurso, en laintensidad de la adhesión de un auditorio a cierta tesis, ya no es posible ignorarpor completo, al creerlas irrelevantes, las condiciones psíquicas y sociales sin lascuales la argumentación no tendría objeto ni efecto.” (Perelman, Tratado de laArgumentación, p. 48)

En la medida que el siglo XX ha recuperado su estudio, y entendiendo a laargumentación como el mayor instrumento del quehacer filosófico, en estaentrega presentaremos diferentes textos sobre la argumentación, cuyo orden deexposición, si bien será histórico, no por ello pretende ser completa y profunda.

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Esta selección será acompañada de pequeños resúmenes que guiarán al lector eneste camino, que solo trata de contribuir a nuestro trabajo cotidiano comodocentes y, al decir de Vaz Ferreira:

El espíritu humano desea la precisión en el conocimiento, y se satisfacecon ella. La precisión es buena: es el ideal, cuando es legítima: pero encambio, cuando es ilegítima o falsa, produce, desde el punto de vistadel conocimiento, efectos funestos: oculta hechos, desfigura o falseainterpretaciones, detiene la investigación, inhibe la profundización; susresultados perjudicialísimos, pueden condenarse fundamentalmente conesos dos adjetivos: falseantes e inhibitorios. (Vaz Fereira, Lógica Viva,p. 77)

Finalmente presentamos bibliografía para quienes desean ampliar, ahondar ycontinuar esta búsqueda. La próxima entrega pretende ser una exposición de losmodelos de argumentación más comunes: ¿como construir argumentos filosóficos?

Carolina Pallas, Agosto 2004.

Querría, por ejemplo, mostrarles cómo en las discusiones, en la práctica, no hay nada quedesconcierte más a un buen razonador o a una persona de buen sentido, nada que sea másimposible de refutar, que un argumento que no es argumento: palabras o frases que pronuncianciertas personas con un sentimiento oscuro o vago de la cuestión, y que no pueden ser refutadasprecisamente por no ser argumentos. Y les mostraría buenos ejemplos de ello. Lo queconcluiríamos sería, una vez más, la insuficiencia del razonamiento solo y los peligros que ofrecenlas discusiones comunes, sobre todo y especialmente las discusiones verbales; y les haría sentircómo deberíamos acostumbrarlos a discutir; cómo las instituciones de enseñanza deberíanacostumbrar a discutir a los alumnos: cómo deberían hacer precisamente lo contrario de lo quesuelen hacer, y, en lugar de enseñar a los discípulos a sostener cada uno una tesis dada y a combatirla de los otros, deberían enseñarles a buscar la verdad sobre un punto, y a discutir en otro espírituque el que no sólo se tolera sino que a veces hasta se provoca artificialmente en las discusiones declase.(...) Leía una vez en la biografía de algún gran discutidor ( ¿Pico de la Mirándola?) que una desus hazañas juveniles fue haber hecho callar en un debate treinta veces un profesor de Edimburgo,Y cruzóme por la mente la idea de que ese profesor de Edimburgo, que tan pobre papel hacía ahí,fuera sencillamente un hombre sincero y, si ésa hubiera sido la verdadera causa, en aquel tiempo deverbalismo, de argumentación pura, de puro razonamiento, ¡qué hombre intelectualmente tanrespetable pudo haber sido aquel que fue capaz de callarse treinta veces en una discusión pública !

C. Vaz Ferreira, Lógica Viva, p. 183.

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Breve Reseña Histórica

Los problemas y procedimientos del “fenómeno de la argumentación” hansido objeto, desde la Antigüedad, de diversos análisis vinculados estrechamente ala dialéctica y la retórica.Se inicia, en la Grecia clásica, con las controversias en la Sofística. El examen delos argumentos "aparentes" formulados en tales discusiones fue uno de los puntosde partida desde los que Sócrates inició su método argumentativo de la dialéctica-perfeccionado por Platón- y que es una de las bases de la lógica de Aristóteles.La lógica formal y la lógica no formal sufrieron una transformación a lo largo dela evolución del pensamiento filosófico que dio lugar a la todavía usual disyunciónexcluyente entre el tratamiento lógico y un tratamiento del tema desde laretórica y la dialéctica:Aristóteles consideraba descubridor o inventor de la dialéctica al eleata Zenón(490-430 a. C.). Este testimonio es confirmado por lo que Platón dice de Zenón:"Hablaba con tantas artes que las mismas cosas parecían a quien las oíasemejantes o desemejantes, una o muchas, detenidas o en movimiento" (Fedro,261 d). El mismo Zenón habría definido la dialéctica como el arte de producircontradicciones.Si bien el término “dialeguestai” ya se halla en Homero, es con Platón cuandopasa a ser empleado en el sentido de discutir teniendo en vista la cuestión en sí, osea, defendiendo o atacando una tesis con el fin de establecer su verdad o sufalsedad, y es contrapuesto a “eritsein”, o sea, discutir por discutir.En los primeros diálogos de Platón, la dialéctica aparece como el arte o esfuerzode hallar definiciones, mediante el método socrático de preguntas y respuestas;en diálogos posteriores, la synagogé -la reunión-, y la diáiresis -la separación-,aparecen como los elementos definidores de la dialéctica platónica, en cuantorepresenta saber dividir por géneros y diferencias, hasta que Platón identifica supropia filosofía con la misma dialéctica: la última de las enseñanzas que recibe elfilósofo-rey, o la visión de conjunto que adquiere quien logra ascender por todoslos escalones de la opinión y la episteme hasta el conocimiento de las ideas.

Con respecto a la retórica, encontramos que está estrechamente vinculadaa la sofística, “la llamada «producción filosófica» de los sofistas –Gorgias,Trasímaco de Calcedonia, Antífono de Atenas, Hipias de Elis, Protágoras de Abderay otros– no tenían un «contenido objetivo», sino una mera «intencióndeclamatoria». Todos los autores están de acuerdo en que la línea de separaciónentre filosofía y retórica en los sofistas no era siempre clara.” 1

1 Cfr. Ferrater Mora, J.: Diccionario de Filosofía. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1969, vol. 2, S. 570-573.

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Su interés en la formación del «buen decir», no fue ajena a Sócrates y Platón,ya que la filosofía como saber riguroso aspiraba a la verdad absoluta, lo cual noimplicaba ningún tipo de manipulación. Platón acusa a los sofistas de convertir elbuen decir en un mero arte para la persuasión con independencia del contenidodel enunciado.Aristóteles, en cambio, al estar menos involucrado en la lucha con los sofistasdijo de ella: "sea la retórica la facultad de considerar en cada caso el medio depersuasión que cabe emplear”. Como arte de la refutación, la retórica debeapoyarse en el conocimiento de la verdad, aunque no puede ser consideradacomo una pura transmisión de ella, pues en la persuasión de lo verdadero pormedio de la retórica, la personalidad del oyente es fundamental. Además,Aristóteles devuelve a la palabra dialéctica su uso convencional al aplicarla a losrazonamientos que parten de premisas que sólo representan opiniones admitidas(éndoxa); la dialéctica es aquí arte de discutir, de dialogar con miras a dominaral adversario, mientras que opone su silogismo, o demostración capaz de sacarconclusiones verdaderas (apodeixis), al método de la división (diáiresis) dePlatón, que denomina «silogismo impotente».Retórica y dialéctica están estrechamente relacionadas con el saber; ambas sefundan en verdades –aunque en verdades de opiniones comunes. Pero mientras lasegunda expone, la primera persuade o refuta.

Los estoicos comprenden en la Lógica, tanto a la retórica (ciencia del bienhablar que atiende la invención de argumentos, su expresión, ordención ycomunicación), como a la dialéctica (ciencia del bien razonar que se ocupa de loverdadero y lo falso), la identificación de esta con la Lógica llegará hasta laEdad Media.

Si bien Aristóteles fue el primero en realizar un estudio sistematizado de laretórica, fue Quintiliano (Marcus Fabius Quintilianus) quien influyó sobre tododurante el resto de la Edad Antigua y buena parte de la Edad Media por suelaboración técnica de las reglas retóricas, y fue considerado un representantede la concepción «técnica». “Institutio Oratoria” (c. 95 d. C.), fue su gran obraredactada en doce volúmenes. En los dos primeros libros, Quintiliano estudia losmétodos para la formación básica en el campo de la Retórica. Dedica los nuevelibros siguientes a los fundamentos y técnicas de la Oratoria. El último libropresenta el conjunto de cualidades que debe reunir quien se dedique a laOratoria, tanto en lo referente al carácter como a la conducta.

Durante la Edad Media la gramática, la retórica y la dialéctica, son partesen las que se dividió, a partir del siglo IX, el Trivium de las artes liberales. Laretórica era una de las artes del discurso, pero su contenido no eraexclusivamente literario, ya que como arte de la persuasión, la retórica abarcaba

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todas las ciencias en la medida en que eran consideradas como materia deopinión.

Durante el Renacimiento el aspecto literario de la retórica fueconsiderablemente subrayado. Pero salvo escasas excepciones, no se prescindiónunca de las referencias a la filosofía. Esto ocurrió en los numerosos tratados dearte dicendi en los cuales se seguía comúnmente a Aristóteles, Cicerón yQuintiliano, y se criticaba a la vez muchas de las reglas propuestas por estosautores.

Los filósofos de la Edad Moderna identificaron la dialéctica con lasilogística medieval de inspiración aristotélica, a la que consideraron uninstrumento del pensar poco científico, de lo que son testimonio Bacon yDescartes, y hasta el mismo Kant, quien distingue en su Analítica la «lógica de laapariencia» -conceptos vacíos de impresiones-, de la «lógica trascendental»,única productora de verdadero conocimiento, aplicada al mundo de laexperiencia sensible. El uso trascendente de esta lógica da origen a la dialécticatrascendental, de la cual tiene un concepto peyorativo, porque no representamás que un uso ilegítimo del entendimiento, que sólo produce paralogismos,antinomias y la búsqueda de contradicciones.La dialéctica, culmina con su significación antigua –separándose de la Lógica-, apartir de Hegel, convirtiéndose en un método de análisis de la “realidad”. Ladialéctica hegeliana supone el contraste de dos elementos opuestos ocontradictorios, que pone en evidencia el carácter cambiante y progresivo de larealidad, que se desarrolla en fases históricas que, por la misma fuerza de estacontradicción interna, suponen transformación y ruptura, y no una simpleevolución acumulativa y lineal.

Así es que:- La retórica, vinculada a la tradición greco romana -Aristóteles, Cicerón,

Quintiliano-, consagrada por su integración, al lado de la gramática y ladialéctica en el trivium medieval, fue perdiendo paulatinamenteimportancia hasta su separación total de la Lógica. A partir de los siglosXVIII y XIX reaparece la "disciplina" de la Retórica como conjunto deinstrucciones y procedimientos práctico-comunicacionales para lograrconvencer al oyente o lector de la validez (o no-validez) de opiniones endisputa. Cuando tales procedimientos se configuran de tal forma que loúnico relevante es lograr el cambio de mentalidad en el interlocutor,pasando por alto la corrección o validez de los argumentos empleados, sellega a una forma de "retórica" entendida en un sentido peyorativo: comomera técnica de la manipulación de la mente y conciencia del otro.

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- La dialéctica entendida primeramente como arte de discutir o de dialogarcon el objetivo de defender o atacar una tesis, pierde este significadoretomando su lugar destacado en la filosofía a partir de Hegel, peroperdiendo su vínculo con la lógica.

Creemos que estos avatares de la retórica y de la dialéctica; estándirectamente relacionados con la concepción de verdad: para quienes la verdadsurge de la discusión, la retórica es algo más que una técnica de expresión, ypara quienes la verdad surge de evidencias racionales o sensibles, la retórica no esmás que una técnica estilística.

La retórica, entendida como arte de la expresión y con el prestigiocreciente de la lógica formal, explica el hecho del desinterés filosófico a la quese la ha sucumbido a partir de la Modernidad, y aún contiene connotacionespeyorativas: “no seas retórico” como “no seas falso”, “vacío conceptual”, “meropalabrerío”, .... Y la dialéctica adquirió con Hegel un carácter extra lógico,dejando de pertenecer al análisis del discursivo argumentativo.

En la mitad del siglo XX se ha rescatado a la Retórica y la Dialéctica, en susentido clásico, a partir de diversos filósofos (quienes también fueron los que lamarginaron), como el polaco Chaim Perelman. Este entiende que no es posibleseparar la retórica-argumentación de la retórica-ornamentación, y pretenderehabilitar la retórica clásica menospreciada durante la Edad Moderna por serconsiderada mero engaño o artificio. Contrariamente a Descartes, no limitará larazón al ámbito lógico-matemático, y retomará la distinción aristotélica entre: lalógica como ciencia de la demostración y la dialéctica y la retórica como arte delos probable, es decir de la argumentación. Pero “La nueva Retórica” propuestapor Perelman amplía el campo de la retórica aristotélica: se dirige a todo tipo deauditorio, reestablece el diálogo, tomando el modelo socrático platónico. ConPerelman podemos entender a la retórica como parte de la filosofía, ya queambas no pertenecen al campo de la demostración sino de la argumentación, y ladiferencia entre retórica y filosofía es de grado: el auditorio de la retórica essiempre concreto y particular.Perelman busca una metodología filosófica que sea contraria a las revelacionesinmutables, definitivas y absolutas, llamando a su teoría neorretórica apoyándoseen la definición de Aristóteles en los Tópicos (I, cap 1, 100 a): la dialéctica es elarte de razonar a partir de opiniones generalmente aceptadas. Si la analíticaestudia las proposiciones necesarias, la dialéctica se ocupa de lo verosímil,probable, opinable. De esta forma retoma también la concepción de la dialécticaaristotélica, que luego de Hegel había adquirido connotaciones extralógicas.

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SOFISTAS: retórica y persuasión

Fragmentos de “Los primeros desarrollos: los antiguos y los sofistas” (pp. 21-27)de Roberto Marafioti: Los patrones de la Argumentación.

(...) El marco de la democracia griega hizo posible el estudio de los mecanismos de debate,argumentación, convencimiento y persuasión. Fue necesario ser competente ante los juradospopulares para convencerlos de la justicia de los reclamos de los ciudadanos. Estos recursos seconvirtieron en objeto de enseñanza y fueron sus primeros docentes Empédocles de Agrigento (ca.4831482-430 a. C.), Córax, su discípulo de Siracusa y Tisías, entre otros.La imposición sobre las voluntades del conjunto se daba no sólo a través de las discusiones que sellevaban a cabo en las asambleas sino que el poder tenía en el discurso una forma más demanifestación y legitimación. Fue en Atenas donde la palabra oral y la escrita ganaron enimportancia y prestigio. El arte de hablar en público se fue convirtiendo en un instrumento quepermitía hacer sobresalir a quien lo dominará.La sistematización de estas circunstancias se puso en evidencia en la nueva educación quepermitía, a los individuos que accedían a ella, conectarse con técnicas de relativa precisión yefectividad. A pesar del desprestigio en que los sumió el pensamiento platónico, se ha idoproduciendo a lo largo de la segunda mitad del siglo XX una paulatina pero sostenida revalorizaciónde la sofística en distintas disciplinas. (...)

El conocimiento que propugnaron los sofistas fue aquel que fuera aceptado por la mayoría. Hacíanuso de la cultura instrumental en función de sus intereses. La retórica busca la persuasión y éstatiene un elemento fundamental en el conocimiento del auditorio que es quien recibe el mensaje, deahí que haya que estar en conocimiento de cuáles son sus formas de sentir y de pensar.

De Gorgias (¿- ca. 380 a. C.) se sabe que sus artes conformaban una erística que se empleaba enlas disputas procesales en las que no se fundamentaba la verdad sino que se planteaban hechos,razones, explicaciones verosímiles, accesibles para el gran público y los jueces.En cuanto al siciliano Gorgias, merece ser recordado por el método dialéctico, similar al queaplicaba Zenón (ca. 335-ca. 264 a. C.) pero con finalidades filosóficas opuestas: no para sustentarla inmutabilidad del ser sino para sostener una suerte de nihilismo, en el que la existencia y lacondición de decir del ser sean negadas. Más que filósofo, Gorgias fue sobre todo maestro deretórica y erística, del arte del discurso con el único fin de persuadir al interlocutor o de lograr lavictoria en las discusiones sin preocuparse por la verdad. El discurso es considerado por Gorgiascomo un "gran señor", porque le es posible sustentar todo y lo contrario de todo o, mejor, porqueestá en su poder la creación de la realidad que significa. El discurso puede hasta dar a entender alos griegos la inocencia de Helena, cosa que el propio Gorgias trató de hacer en su Elogio deHelena.

Luego de una consideración sobre la opinión –“la opinión, que es insegura y está falta defundamento, envuelve a quienes de ella se sirven en una red de fracasos inseguros y faltos defundamentos"-, concede carácter de necesidad a la fuerza de la persuasión "pues la palabra quepersuade al alma obliga, precisamente a esta alma a la que persuade, a dejarse convencer por loque se dice y a aprobar lo que se hace". En efecto, la palabra eficaz que significa la persuasión

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"obliga al alma a la que persuade a dejarse convencer”. No es extraño, pues, que Platón acusaraen Gorgias a la retórica de ser stochastikè ("que mira al resultado", 463a) en vez de mirar a laverdad, como la filosofía.

Fueron Gorgias y Protágoras (¿- ca. 480-410 a. C.), los dos sofistas más recordados,quienes desarrollaron el arte de la oratoria con fines persuasivos. Ambos sostenían la imposibilidaddel conocimiento humano para conseguir la verdad. Todo conocimiento es relativo y estácondicionado por la actividad humana. Protágoras creía que sobre cada cosa siempre se podíanformular discursos posibles y contrapuestos, y constituyó así la base para una valoración concretade las opiniones fundamentadas en la utilidad.

Protágoras practica lo que Platón llamó "método dialéctico", o sea, la confrontación y lacontroversia entre dos opiniones contrapuestas por medio del diálogo que se da entre dosinterlocutores que tratan dc refutarse sucesivamente, diálogo que es nombrado como "discursobreve" para diferenciarlo del “discurso largo", "monológico", perteneciente a la retórica. Protágorasfue conocido como el primero en afirmar que sobre cualquier argumento es posible sustentaropiniones opuestas. Existen referencias de una obra suya perdida, Antilogias, que significaprecisamente "discursos opuestos", que inauguró una tradición literaria de la que quedaron comoejemplos significativos el llamado Dissoi lógoi, un escrito anónimo que sobre algunos argumentosfundamentales desarrolla discursos dobles, opuestos unos a los otros. La posición filosófica deProtágoras, basada en la convicción de que todas las opiniones son verdaderas (Platón, Teeteto,166 d ss.) y de que el hombre es la medida de todas las cosas, culmina en una fuerte valorizaciónde la opinión y la democracia.

El perfil de la sofistica impugnada por los tres maestros griegos (Sócrates, Platón y Aristóteles),entendida como una actitud, predisposición o tendencia más que como una escuela o corriente depensamiento, se condensaba en:

- La presunción de sabiduría, engreimiento y autosuficiencia. Decía Aristóteles: "Sabiduríaaparente, pero no real".

- El énfasis en el palabrerío y en la elocuencia por encima de los saberes propiamentedichos. Ilusionismo y prestidigitación verbal. Habilidad para refutar o sostener al mismotiempo tesis contradictorias entre sí (erística).

- La impugnación al interés filosófico por el cosmos y la naturaleza, a favor del hombre y susproblemas, planteando una dicotomía radical entre el conocimiento del mundo natural y elconocimiento del hombre.

- La defensa ficticia de la interdisciplinariedad y del conocimiento global o integral, en abiertacontradicción con el rechazo al conocimiento de la naturaleza.

- La individualidad como criterio ético y epistemológico. Énfasis en el sujeto. Reducción delconocimiento a la opinión de cada quien. Relativización del concepto de verdad.

- El énfasis en el estudio de la realidad humana, concebida como inestable, compleja,misteriosa y problemática.

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GORGIAS

“Los encantamientos inspirados; gracias a las palabras, aportan placer y apartan eldolor. Efectivamente, al confundirse el poder del encantamiento con la opinión delalma, la seduce, persuade y transforma mediante la fascinación”.(Elogio de Helena tomado de Jorge Lozano, "A vueltas con la retórica", en Cuadernos de Información yComunicación, N° 4, Madrid, 1999, pp. 13-20.)

“Si fue la palabra la que la persuadió y engañó su mente tampoco es difícil hacer unadefensa ante tal posibilidad y dejarla libre de la acusación del modo siguiente. Lapalabra es un poderoso soberano que, con un cuerpo pequeñísimo y completamenteinvisible, lleva a cabo obras sumamente divinas. Puede, por ejemplo, acabar con elmiedo, desterrar la aflicción, producir la alegría o intensificar la compasión”.(Elogio de Helena tomado de Jorge Lozano, "A vueltas con la retórica", en Cuadernos de Información yComunicación, N° 4, Madrid, 1999, pp. 13-20.)

“El poder del discurso sobre la construcción del alma puede compararse con el efectode las drogas sobre el estado corporal. Así como éstas, al expulsar los diferenteshumores del organismo, consiguen poner fin a la enfermedad o a la vida lo mismo ocurrecon el discurso: palabras diferentes son capaces de despertar dolor, placer o temor, otambién, a través de una persuasión dañina, narcotizar y hechizar el alma”.(Citado por Jordi Berrio, Teoría social de la persuasión, Barcelona, Mitre. 1983, p. 17.)

PROTÁGORAS por Sexto Empírico

Algunos también cuentan a Protágoras de Abdera entre los filósofos que eliminan elcriterio [de verdad], pues éste autor afirma que todas las sensaciones y opiniones sonverdaderas y que la verdad es algo relativo en tanto en cuanto cualquier cosa que semanifieste a alguno o haya sido materia de opinión para alguno es, simultáneamente,real en relación con él. Desde luego ha dicho lo siguiente al comienzo de su libro Losargumentos destructores: “ De todas las cosas la medida es el hombre; de las queexiste cómo son y de las que no existen cómo no son “.Y esta afirmación tiene como correcta incluso su opuesta.Porque si alguien afirmase que el hombre no es el criterio de todo estaría confirmandola opinión de que el hombre es el criterio de todo, puesto que la misma persona que

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afirma es persona ella misma, y al afirmar lo que le parece relativamente a él estáconfesando que esa misma afirmación que hace es uno de sus pareceres "según él". Deaquí se deriva también que el hombre privado de razón es criterio verdadero de lasmanifestaciones que le acontezcan durante su estado de locura; y también que el queduerme lo sea de las de su sueño y que el niño lo sea de las de su infancia y el viejo delas de su vejez. Tampoco es apropiado despreciar un conjunto de circunstancias acausa de otro conjunto de circunstancias diferentes; es decir, las apariencias queacontecen durante el estado de locura a causa de las impresiones recibidas en elestado mental del sano, las del sueño por las del estado de vigilia o las de la infanciapor las de la vejez. Porque así como las últimas percepciones que he mencionado no"aparecen" a los otros percipientes enumerados anteriormente, también es cierto quelas que afectan a éstos no afectan tampoco a los demás. En consecuencia, si ni el loconi el durmiente pueden ser jueces con garantías suficientes como para catalogar lasmanifestaciones que perciben -ya que se encuentran en un determinado estadomental-, entonces tampoco el hombre sano ni el despierto lo serán en cuanto adeterminar sus percepciones ya que también se hallan en cierto estado. Cada hombre,entonces debe ser creído según las impresiones recibidas en sus propiascircunstancias pues no recibe impresión alguna separada de éstas. Y este hombre [serefiere a Protágoras] entonces rechaza el criterio de verdad, pues como indicanalgunos rechaza todo criterio en absoluto desde el momento en que presupone unaprueba de realidades absolutas que discriminen entre lo verdadero y lo falso, cuandoen realidad lo que hace es no admitir ni la existencia de algo que sea absolutamentereal [verdadero] ni de falso.[Sexto Empírico: Contra los Lógicos: I, 60-64] Traducción de J.Caño-Guiral en “La filosofía griega entrelos siglos VI y IV”. Ed. Amesur, Montevideo, 1991.

SOFÍSTICA POSTERIORSexto Empírico

Los dialécticos declaran que un sofisma es `un argumento verosímil construidoastutamente para inducir a la aceptación de la inferencia; en si falso o de estructurafalsa; o no 'evidente o inaceptable de cualquier manera que sea'. Es falso, por ejemploen el caso del sofisma.“Nadie ofrece un predicado para beber; es así que "beber ajenjo" es un predicado, portanto, nadie ofrece ajenjo para beber”

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O puede ser de estructura falsa, como en “Lo que ni fue ni es posible no es absurdo; esasí que no fue ni es posible que un médico, en cuanto médico asesine, por tanto, no esabsurdo que un médico, en cuanto médico, asesine”.O también puede ser no evidente, como “No es verdad que al mismo tiempo yo te hayapreguntado algo primero y que las estrellas sean impares; es así que te he preguntadoalgo primero, por tanto, las estrellas son impares”.0 inaceptables, como el llamado solecismo o argumento solecístico, del tipo “Eso a loque estás mirando existe; es así que estás mirando embobado, por tanto, “embobado”existe”.O también del tipo “A lo que diriges tu mirada, existe; es así que diriges tu miradaa algo ardiendo, luego "a algo ardiendo” existe”.Esbozos del pirronismo, 11, 229-231. Traducción de J.Caño-Guiral en “La filosofía griega entre lossiglos VI y IV”. Ed. Amesur, Montevideo, 1991

Clemente de Alejandría

El arte de la sofistica que los griegos practican con ardor, es una potencia que actúasobre la imaginación por medio de meros juegos de palabras y da pie a opiniones falsasque se disfrazan de verdades. De ella provienen la retórica o arte de persuadir, laerística o arte de disputar. Ahora bien: estas artes, practicadas sin fundamentosfilosóficos, son peligrosas para todos. Platón llama resueltamente a la sofística "unprocedimiento fraudulento". Y Aristóteles también la proclama como "arte de robar”,pues se apodera sigilosamente de toda la función de la verdadera sabiduría y aseguraque enseña una sapiencia que en ningún momento ha ejercitado la propia sofística. Ensuma, el punto de partida de la retórica es lo especioso; su trabajo, la argumentación;su fin, la persuasión, y el punto de partida de la erística la opinión; su trabajo ladiscusión; su finalidad, la victoria [sobre el oponente]. Digamos además que el punto departida de la sofística es lo aparencial; y su trabajo es doble de una parte, roba algo dela retórica (el discurso fluido); de otra a la dialéctica (lo que toma de aquí es la formaexterna de preguntas); su fin, es el aturdir al oyente. En cuanto a la ciencia tanalabada en las escuelas, la dialéctica, digamos que se revela como un ejerciciofilosófico sobre las simples semejanzas, a fin de adquirir fuerza en la contradicción.Pero la verdad no se encuentra en nada de todo esto.[“Extensiones...”, 1, 39, 1-5] Traducción de J.Caño-Guiral en “La filosofía griega entre los siglos VI y IV”.Ed. Amesur, Montevideo, 1991

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SÓCRATES y PLATÓN: la dialéctica

Fragmentos de Roberto Marafioti: Los patrones de la Argumentación. pp. 27-29

Otro de los fundadores de la dialéctica es Sócrates (470/469-399 a. C.) que con su enseñanzaoriginal se presenta a través de los testimonios de Platón (4281427-347 a. C.), Aristóteles (ca.384/383-322 a. C.) y Jenofonte (ca. 430-453 a. C.), poniendo en práctica el método dialéctico conuna finalidad y un éxito diferentes. Sócrates llevó el método a una gran perfección técnica a travésde una serie de procedimientos lógicos, de los cuales el primero es la refutación (elenkos) quetrataba de demostrar el carácter contradictorio y, por lo tanto, insostenible de una opiniónexaminada. Es un procedimiento dialéctico que ocurre en el diálogo y que consiste en tratar de queel interlocutor conceda, mediante preguntas adecuadas, determinadas premisas que permitan inferirconclusiones opuestas a las tesis sostenidas por el adversario, poniéndolo en contradicción consigomismo.

En realidad con Sócrates se llega a un cambio decisivo en la configuración de la dialéctica quedepende de la actitud diferente asumida por él frente a las opiniones. Del hecho de que todas estasúltimas se muestran igualmente refutables o sustentables no extrae, como Protágoras, la convicciónde que la dialéctica tenga una tarea análoga a la de la retórica, esto es, de persuadir o disuadir conrelación a una u otra, independientemente de su verdad. En otras palabras, no deduce de estehecho la tesis de que todas las opiniones son verdaderas sino lo contrario, que todas ellas son falsaso, mejor, como pueden ser tanto verdaderas como falsas, no pueden ostentar el carácter de saberestable, propio de lo universal, de la ciencia (episteme). La tarea de la dialéctica pasa a ser unalabor crítica: no debe colocarse al servicio de esta o de aquella opinión, sea para sustentarla o pararefutarla, sino que debe poner a prueba todas las opiniones, tratando de refutarlas en su pretensiónde valer como verdadero saber. De este modo, a partir de las opiniones, la dialéctica socrática haceaparecer la exigencia de que no es más una opinión, un parecer y un punto de vista particular, enperspectiva y subjetivo, sino que es la superación de toda perspectiva y de toda subjetividad, o sea,es lo universal, la ciencia. La dialéctica socrática, por consiguiente, está libre de cualquierinterferencia con la retórica y es claramente practicada en función de la ciencia, incluso si en larealidad no llega a una verdadera formulación del saber, pero sí a una exigencia radicalmente críticade "saber que no se sabe".

Platón pone en boca de Sócrates (Fedro, 267a) la crítica a los sofistas:Tisias y Gorgias vieron que se debía estimar más la verosimilitud que la verdad, y que hacen, por lafuerza de la palabra, que las cosas pequeñas parezcan grandes y las grandes pequeñas, quepresentan como arcaico lo nuevo y lo nuevo como arcaico.Platón rechaza abiertamente una perspectiva sofistica, retórica y erística de la dialéctica porque paraél la dialéctica no es sólo una técnica argumentativa desvinculada de la referencia a la verdad delasunto en cuestión sino que es, por el contrario, un método riguroso de búsqueda de la verdad.Ésta es una afirmación general porque, en un examen más profundo, la concepción platónica de ladialéctica no es la misma en todos los diálogos. De hecho, evoluciona desde la concepción, socráticaque se encuentra en los diálogos juveniles hasta los de la madurez, donde se vuelve en métodosistemático del filosofar.

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Una primera alusión a la dialéctica se encuentra en el Menón, donde se refleja la exigencia dedesarrollar de manera positiva la enseñanza socrática. Puede considerarse una introducción a lafilosofía platónica, pero en este diálogo lo determinante es la obtención de un acuerdo (homologuía)con un interlocutor.

La superación de la concepción socrática es la maduración que se testimonia en la República, dondela dialéctica, que es el saber que los gobernantes del Estado ideal deben perseguir, es identificadacon el grado máximo del conocer. Al finalizar el Libro Sexto, Platón ilustra los grados del conocer conuna línea dividida en cuatro segmentos respectivamente, correspondientes a los cuatro grados delconocer: los dos primeros constituyen la opinión (doxa), esto es, la imaginación y la creencia(eikasía, pistis) y los otros dos, que forman la ciencia-; son el raciocinio y la inteligencia (dianoia,gnosis). La dialéctica es identificada con el saber científico que no se detiene en las hipótesis sinoque, por medio de ellas, asciende a un principio no hipotético (anipotheton), representado por laidea del Bien. Pero puesto que el tema no es, en esa oportunidad, la dialéctica sino la organizacióndel Estado ideal, Platón no especifica en qué consiste el procedimiento para ascender de lashipótesis al principio anipoético ni el procedimiento para descender de este último a las otras ideas.En un pasaje significativo, alude al hecho de que la dialéctica asciende al principio por medio de lasrefutaciones de todo género y tales refutaciones no son efectuadas según la opinión sino de acuerdocon la propia cuestión.

La estructura del procedimiento dialéctico es precisada en los diálogos posteriores a la República. Enel Fedón, Platón sostiene que las hipótesis, las ideas que son formuladas para dar cuenta de lasproposiciones particulares, deben verificarse en su consistencia y eso ocurre con el examen de lasconsecuencias que de ellas derivan, para ver si no están en contradicción entre sí, por lo tanto,llevando toda hipótesis a una hipótesis superior, más universal, se llega a algo que se baste a símismo, esto es, que no sea reductible a las hipótesis ulteriores (Fedón, 101 d-c). Posteriormente,Platón desenvuelve el método dialéctico, ya sin limitarlo a la verificación de una determinadahipótesis, para ver si de allí derivan consecuencias en contradicción entre sí o con otras tesisaceptadas, pero extendiéndolo también a la hipótesis opuesta.

En este punto, el método dialéctico teorizado por Platón es identificable en su estructura formal conel de Zenón y no tanto con el de Sócrates pues, como aquél, examina las hipótesis contradictorias enbúsqueda de lo universal. Esta concepción también está presente en el Fedro, donde se define ladialéctica como un método de clasificación sistemática de las ideas mediante criterios de reducciónde lo particular a lo universal y de división de lo universal a lo particular. Ello lleva a contraponer ladialéctica por un lado y la sofistica, la erística y la retórica por el otro, dado que éstas representanlas diversas formas en que el uso de la dialéctica lleva a la negación o a la simulación de la verdad yel saber. Esta contraposición es sustentada con plena conciencia de la profunda semejanza entre lafilosofía, que es la dialéctica verdadera, y la sofistica, en la medida en que ambas emplean el arte decontradecir y la técnica de la refutación. La valorización de la refutación como el alma de la dialécticay su desarrollo en un sentido constructivo se exponen en la Carta Séptima, donde se ilustra elproceso por medio del cual se llegan a aprender los principios, diciendo que sólo "cuando se refutacon refutaciones benévolas, haciendo uso de las preguntas y respuestas sin hostilidad, brillan lacomprensión y la inteligencia alrededor de cada cosa".

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La mayéutica socrática2

-Platón: Teeteto,149a-151d, (Diálogos, Vol. V, Gredos, Madrid 1988, p.187-192) –

Sócrates --No me hagas reír, ¿es que no has oído que soy hijo de una excelente y vigorosapartera llamada Fenáreta?Teeteto --Sí, eso ya lo he oído.Sócrates --¿Y no has oído también que practico el mismo arte?Teeteto --No, en absoluto.Sócrates --Pues bien, te aseguro que es así. Pero no lo vayas a revelar a otras personas, porquea ellos, amigo mío, se les pasa por alto que poseo este arte. Como no lo saben, no dicen esto demí, sino que soy absurdo y dejo a los hombres perplejos. ¿O no lo has oído decir?Teeteto --Sí que lo he oído.Sócrates --¿Quieres que te diga la causa de ello?Teeteto --Desde luego.Sócrates --Las parteras, además, pueden dar drogas y pronunciar ensalmos para acelerar losdolores del parto o para hacerlos más llevaderos, si se lo proponen. También ayudan a dar a luz alas que tienen un mal parto, y si estiman que es mejor el aborto de un engendro todavíainmaduro, hacen abortar.Teeteto --Así es. (...)Sócrates--¿Acaso no te has dado cuenta de que son las más hábiles casamenteras, por sucapacidad para saber a qué hombre debe unirse una mujer si quiere engendrar los mejoreshijos?Teeteto --No, eso, desde luego, no lo sabía.Sócrates --Pues ten por seguro que se enorgullecen más por eso que por saber cómo hay quecortar el cordón umbilical. [...] Tal es, ciertamente, la tarea de las parteras, y, sin embargo, esmenor que la mía. Pues no es propio de las mujeres parir unas veces seres imaginarios y otrasveces seres verdaderos, lo cual no sería fácil de distinguir. Si así fuera, la obra más importantey bella de las parteras sería discernir lo verdadero de lo que no lo es. ¿No crees tú?Teeteto --Sí, eso pienso yo.

2 Mayéutica: Término griego que designa el arte de la comadrona o partera. El uso filosófico de este término es introducidopor Platón en el Teeteto (149a) para referirse al método socrático, el cual, dice Platón, Sócrates lo habría aprendido de sumadre, que era comadrona. En la mitología griega se presenta a Ártemis, hija de Zeus y Leto, como el prototipo de lascomadronas, aunque ella misma no tuvo hijos. En la ironía socrática, Sócrates, que es quien nada sabe, puede, no obstantesu ignorancia, ayudar a dar a luz pensamientos que él no ha engendrado en sus interlocutores.

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Sócrates --Mi arte de partear tiene las mismas características que el de ellas, pero sediferencia en el hecho de que asiste a los hombres y no a las mujeres, y examina las almas de losque dan a luz, pero no sus cuerpos. Ahora bien, lo más grande que hay en mi arte es la capacidadque tiene de poner a prueba por todos los medios si lo que engendra el pensamiento del joven esalgo imaginario y falso o fecundo y verdadero, Eso es así porque tengo, igualmente, en común conlas parteras esta característica: que soy estéril en sabiduría. Muchos, en efecto, me reprochanque siempre pregunto a otros y yo mismo nunca doy ninguna respuesta acerca de nada por mifalta de sabiduría, y es, efectivamente, un justo reproche. La causa de ello es que el dios meobliga a asistir a otros pero a mí me impide engendrar. Así es que no soy sabio en modo alguno, nihe logrado ningún descubrimiento que haya sido engendrado por mi propia alma. Sin embargo, losque tienen trato conmigo, aunque parecen algunos muy ignorantes al principio, en cuanto avanzanuestra relación, todos hacen admirables progresos, si el dios se lo concede, como ellos mismosy cualquier otra persona puede ver. Y es evidente que no aprenden nunca nada de mí, pues sonellos mismos y por sí mismos los que descubren y engendran muchos bellos pensamientos. Noobstante, los responsables del parto somos el dios y yo. Y es evidente por lo siguiente: muchosque lo desconocían y se creían responsables a sí mismos me despreciaron a mí, y bien por creerellos que debían proceder así o persuadidos por otros, se marcharon antes de lo debido y, almarcharse, echaron a perder a causa de las malas compañías lo que aún podían haberengendrado, y lo que habían dado a luz, asistidos por mí, lo perdieron, al alimentarlo mal y alhacer más caso de lo falso y de lo imaginario que de la verdad. En definitiva, unos y otrosacabaron por darse cuenta de que eran ignorantes. (...) Me he extendido, mi buen Teeteto,contándote todas estas cosas, porque supongo -como también lo crees tú- que sufres el dolor dequien lleva algo en su seno. Entrégate, pues, a mí, que soy hijo de una partera y conozco estearte por mí mismo, y esfuérzate todo lo que puedas por contestar a lo que yo te pregunte.Ahora bien, si al examinar alguna de tus afirmaciones, considero que se trata de algo imaginarioy desprovisto de verdad, y, en consecuencia, lo desecho y lo dejo a un lado, no te irrites comolas primerizas, cuando se trata de sus niños. Pues, mi admirado amigo, hasta tal punto se haenfadado mucha gente conmigo que les ha faltado poco para morderme, en cuanto los hedesposeído de cualquier tontería. No creen que hago esto con buena voluntad, ya que están lejosde saber que no hay Dios que albergue mala intención respecto a los hombres. Les pasadesapercibido que yo no puedo hacer una cosa así con mala intención y que no se me permite serindulgente con lo falso ni obscurecer lo verdadero. Así es que vuelve al principio, Teeteto, eintenta decir qué es realmente el saber. No digas que no puedes, pues, si Dios quiere y te portascomo un hombre, serás capaz de hacerlo.

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Platón: divisiones, composiciones y dialéctica –Fedro 265c-266b

Sócrates.- Para mí es evidente que todo ha sido en realidad un juego que hemos jugado; pero sise pudiera comprender técnicamente la función de los dos modos de proceder en lo que el azarnos ha hecho decir, no sería tarea ingrata.Fedro.- ¿Cuáles son, pues?Sócrates.- El primero consiste en reducir a una idea única, en una visión de conjunto, lo que estádiseminado por muchas partes, a fin de que la definición de cada cosa haga manifiesto aquellosobre lo cual se quiere instruir en cada caso, como acabamos de hacer ahora a propósito delamor; una vez definido lo que éste es, haya sido buena o mala la definición, al menos, gracias aella, el discurso ha podido expresarse con claridad y consecuentemente consigo mismo.Fedro.- Y del otro modo de proceder, ¿qué dices, Sócrates?Sócrates.- Consiste en poder, recíprocamente, dividir el discurso por sus articulacionesnaturales y no ponerse a destrozar ninguna de sus partes como un mal carnicero, sino procedercomo nuestros dos discursos, que comprendían en una idea única la locura de la mente; pero delmismo modo que de un solo cuerpo parten miembros que son por naturaleza dobles y homónimos,que se llaman izquierdos y derechos, así también los dos discursos, después de haber reducido auna sola idea natural todo lo relativo al extravío de la mente, el primero de ellos, separando laparte de la izquierda y dividiéndola a su vez, no cesó hasta haber encontrado en ella una especiede amor siniestro que vituperó muy justamente; y el segundo, después de conducirnos a la partederecha de la locura, descubrió y nos presentó una clase de amor que lleva el mismo nombre queel otro, pero que, en cambio, es divino, y que elogió como causa para nosotros de los mayoresbienes.Fedro.- Es muy verdad lo que dices.Sócrates.- De esas divisiones y composiciones (ton diaireseon kai synagogon), Fedro soy unapasionado, a fin de ser capaz de hablar y de pensar; y si creo que hay en otro una aptitudnatural para ver hacia lo uno y hacia la multiplicidad, lo persigo «por las huellas que deja tras sícomo a un dios», y por cierto también que a los que pueden hacerlo -dios sabe si tengo razón ono para darle este nombre- los llamo «dialécticos».

Platón: la «diáiresis»Sofista, 253c-d

Extranjero. Una vez que estamos de acuerdo en que los géneros entre sí participan igualmentede la mezcla, ¿no será preciso que camine con cierta ciencia a través de los razonamientos el quehaya de mostrar cuales de los géneros concuerdan con otros, y cuáles son incompatibles entresí? ¿Y de la misma manera si están todos juntos entre sí en relación, como para podercombinarse, y, por el contrario, en las separaciones [diairésesin], si hay otras causas universalesde división [diairéseos]?Teeteto. ¿Cómo no ha de requerirse ciencia, y acaso la ciencia más alta?

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Extranjero. ¿Y cómo llamaremos entonces a éste, Teeteto? ¿O, por Zeus, hemos venido a caersin darnos cuenta en la ciencia de los hombres libres y nos hallamos en el peligro de quebuscando al sofista hayamos descubierto al filósofo?Teeteto. ¿Cómo dices?Extranjero. El dividir [diaireisthai] por clases y no considerar ni diferente a una clase cuando esla misma, ni a una distinta considerarla idéntica, ¿no diremos que esto es la ciencia de ladiscusión [dialektikés]?

PLATÓN: DEFINICIÓN DEL «SOFISTA»

EXTRANJERO: Pues henos ya de acuerdo respecto ala pesca con caña; y no solamente sobre su nombre,sino además sobre la definición que nos hemos dadorespecto a ella. En efecto, en el arte, considerado engeneral, toda una mitad era adquisición; en laadquisición, captura; en la captura, caza; en la caza,caza a los seres vivos; en la caza a los animales vivos,caza a los de agua. De esta caza a, los animalesacuáticos, la sección inferior está constituidaenteramente por la pesca; la de la pesca, por la pescavulnerante; la de la pesca vulnerante por la pesca conazuelo. En esta última, la que se realiza de abajoarriba por tracción ascendente de una. caña, otomado su nombre de esta misma forma de operar,que es la que buscamos y que se llama pesca concaña.TEETETO. - He aquí una demostración evidente atodas luces.EXTRANJERO.-Pues bien. tomémosla entonces comomodelo y tratemos de descubrir, de modo parecido,lo que puede ser el sofista.TEETETO: De acuerdo.EXTRANJERO Ahora bien, en el primer caso, lacuestión inicial era, cómo había que considerar alpescador de caña, si como simples profano o comohombre técnico en su oficio.TEETETO.-Cierto.EXTRANJERO Pues bien, ahora, Teeteto, ¿con-sideraremos al sofista, como profano o por elcontrario, enteramente en posesión de lacompetencia propia del sofista?

TEETETO: En modo alguno como profano. pues bienme doy cuenta de que lo que quieres decir es queno hay medio, evidentemente, de ser profanollevando nombre tan grande.EXTRANJERO.-Entonces fuerza nos será conside-rarle como en posesión de un arte determinado.TEETETO: ¿Pero qué arte será éste en realidad?EXTRANJERO ¡ Por los dioses, pero... ! ¿Es quehabremos desconocido el parentesco que une anuestros dos hombres?TEETETO: ¿A qué hombres te refieres?EXTRANJERO Al pescador de caña y al sofista.TEETETO: ¿Y hablas de parentesco entre ellos?EXTRANJERO Para mí uno y otro son, con todaclaridad lo veo, cazadores.TEETETO: ¿Qué género de caza practica elúltimo? Porque respecto del otro ya lo hemos dicho.EXTRANJERO Antes dividimos la caza, en generalen dos partes: en una pusimos los animales quenadan; en otra, los que andan.TEETETO: Bien.EXTRANJERO La primera la recorrimos suficien-temente ocupándonos de todos los animalesnadadores que viven en las aguas ; pero en lo que aloa que andan atañe no la subdividimos,limitándonos a decir que comprendía un grannúmero de especies.TEETETO: Exacto.EXTRANJERO.-Hasta este punto, pues, sofista ypescador de caña van juntos, recorriendo el mismocamino a partir de la adquisición.TEETETO: Así parece, al menos.

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EXTRANJERO.-Pero al Llegar a la caza de lo quetiene vida divergen sus senderos. Uno va hacia el maro tal vez hacia los ríos o marismas, pues lo que en..ellos viva será su presa.TEETETO: Desde luego.EXTRANJERO El otro hacia la tierra; hacia ríos deotra especie; hacia las praderas, si puede decirse así.en que riqueza y juventud florecen. Y los que en ellasse nutran serán su presa codiciada.TEETETO.-¿Qué quieres decir?EXTRANJERO.-Que la caza de los que caminan por latierra comprende dos partes de muy vasta extensión.TEETETO.-¿Cuáles?EXTRANJERO Una, la de los animales domesticados;otra, la de los animales salvajes.TEETETO.-Pero ¿es posible que se cace a los ani-males domesticados?EXTRANJERO.-Por supuesto. Digo, si el hombre esun animal domesticado. Porque puedes elegir la tesisque más te agrade: o decir que no existen animalesdomesticados, o que existen bien que fuera delhombre y que él es salvaje; o bien que aunque elhombre sea un animal domesticado, que a tu juicio nohay tal caza del hombre. Sea cual sea la fórmula quete parezca mejor, haznos saber por la que te decides.TEETETO.-Pues bien, extranjero, a mi juicio, somosanimales domesticado, y, en efecto. existe la caza delhombre.EXTRANJERO.-Entonces habremos de decir que lacaza de los animales domesticados es, a su vez, doble.TEETETO: ¿Desde qué punto de vista?EXTRANJERO.-Piratería, caza de esclavos, tiranía, guerraen todas sus formas; con todo esto formaremos una clase ala que daremos el nombre de caza violenta.TEETETO.- Bien.EXTRANJERO Con los discursos judiciales, con las arengaspúblicas y con las enseñanzas privadas formaremos otra, ala que llamaremos arte o caza por la persuasión.TEETETO.--De acuerdo.EXTRANJERO Ahora, en este mismo arte de la persuasión,distinguiremos dos géneros.TEETETO: ¿Cuáles?EXTRANJERO El privado y el público.TEETETO.-En efecto, son cosa distinta.

EXTRANJERO Por su parte, la caza privada. ¿no sehace o bien en vista del lucro. ora medianteregalos?TEETETO.-No entiendo lo que quieres decir.EXTRANJERO; Porque sin duda no te has fijadoaún en la caza. que llevan a cabo los enamorados.TEETETO: ¿Y qué hubiera podido notar en ellos?EXTRANJERO.-Que su persecución va acompañadade regalos.TEETETO: Es verdad.EXTRANJERO Hagamos, pues. del arte de ena-morar una caza particular.TEETETO -De acuerdo.EXTRANJERO En lo que a la caza interesadarespecta, esa en la que se procura ser bien acogidaa fuerza de favores, en la que se emplea el placercomo cebo y en la que no se busca otro fin que elasegurar la propia subsistencia. ¿habrá alguien queno la llame arte de la adulación o de la zalamería?TEETETO: Claro que no.EXTRANJERO.-Por el contrario, asegurar que entales frecuentaciones no se tiene otro interés queel de enseñar a ser virtuoso, pero hacerse pagarpor ello en buena moneda, ¿no es género al quedebe darse un nombre diferente?TEETETO: Sin duda alguna.EXTRANJERO.-¿Y qué nombre? A ver si lo sabe decir.TEETETO: Nada más sencillo, pues si no me equivoco,hemos dado con el sofista. O sea, que diciendo lo quequeda dicho, creo nombrar a tal hombre con el nombreque le conviene.EXTRANJERO Recapitulando, pues, nuestro ra-zonamiento. parece, Teeteto, que en el arte deapropiarse, en la caza, en la caza a los animalesvivos, entre éstos a los de tierra firme, másespecialmente a los domesticados, yparticularmente al hombre, y entre éstos a la quese verifica de modo privado; en esta cazainteresada, que no es otra cosa que un simplecambio por dinero, bajo el pretexto de enseñar, esdecir, la caza de los jóvenes ricos y de buena cuna,es a la que hay que dar el nombre al que nosconduce el presente razonamiento: la sofística.TEETETO: Exactamente.

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Demóstenes (384 ac) es le pide al pueblo ateniense que se mejore para mejorarel estilo de los oradores:

[...] en ningún momento los oradores os hacen perversos u hombres deprovecho, sino vosotros los hacéis ser de un extremo o del otro, según queráis;pues no sois vosotros los que aspiráis a lo que ellos desean, sino que son elloslos que aspiran a lo que estimen que vosotros deseáis. Así pues, es necesario

que seáis vosotros los primeros en fomentar nobles deseos, y todo irá bien; puesen ese caso, o nadie propondrá ningún mal consejo, o bien ningún interés le

reportará el proponerlo por no disponer de quienes le hagan caso.

Demóstenes: Sobre la organización financiera, 36, en Discursos Políticos. (Gredos,Madrid, 1980)

Aristóteles:técnicas discursivas & técnicas de verdad

Fragmentos de Roberto Marafioti: Aristóteles y la argumentación enLos patrones de la Argumentación.

Como ya se señaló, el siglo V antes de Cristo en Grecia es el origen de múltiples técnicasdiscursivas: la escritura poética, la retórica, la argumentación dialéctica y la demostracióncientífica. Así, los discursos del poeta, del orador, del dialéctico o del científico se separaron delresto de los discursos ordinarios.Aristóteles, también conocido como el Estagirita, codificó las técnicas discursivas que manejauna sociedad. La Poética, la Retórica, los Tópicos, los Analíticos y los Argumentos sofísticos sonel fruto de un trabajo de búsqueda de criterios para identificar los géneros discursivos. Lastragedias, los discursos de los oradores en la asamblea o en los tribunales, las argumentacionesde los que debaten en las confrontaciones privadas, las demostraciones de los científicos a losalumnos, son los objetos de reflexión aristotélica. El estudio comparado de cada una de estasactividades muestra los mecanismos empleados y los resultados previstos: el terror o la piedaddel público, en el caso de la tragedia; la persuasión de los ciudadanos en los ámbitos dereuniones colectivas; la refutación de la tesis del interlocutor o la defensa de la propia tesis, enel ámbito privado; la transmisión completa y rigurosa de la ciencia. A partir del relevamiento delas diferentes tipologías se identifica una "técnica" propiamente dicha y se establece un “tratado"enunciando las reglas de formación de los discursos fundados en principios que posibilitan a lavez comprender la eficacia de los discursos existentes y la conformación de nuevos discursoslegítimos.De estas técnicas discursivas codificadas en la Grecia clásica, la retórica, la dialécticay la ciencia giran alrededor de un mismo objetivo: la construcción de una verdadpero sobre la base de marcos institucionales diferentes.

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LA VERDAD Y LAS TRES TÉCNICASEstos discursos tienen, cada uno, un marco institucional diferente, fuera del cual carecen de sentidoy gracias al cual es posible la producción social de lo verdadero.

Retórica, dialéctica y ciencia tienen en común el hecho de ser técnicas discursivas de verdad. Entanto tales no se reservan a ciertos individuos excepcionales sino que se definen porque sontransmisibles. Lo que las distingue es el sitio de inscripción institucional de esas verdades y ellodetermina el modo de interlocución del intercambio discursivo. Pero, como son discursivas,encaran esa verdad desde el discurso. Las diferencias entre los distintos géneros se explicantambién por las diferencias institucionales. Ello mostrará que los distintos tipos deargumentación difieren esencialmente no por la forma, ni según el grado de validez, ni lamodalidad lógica, sino por sus lugares de inscripción y la figura de sus destinatarios.

I) Lo retóricaLo que definió la retórica es un cierto marco social. Sitios precisos de funcionamiento: laasamblea, las reuniones fúnebres o conmemorativas, los tribunales, la escuela, es decir, lossitios clave de la democracia porque son aquellos en donde los ciudadanos entran en contactoentre sí. Pero si la unidad del marco y las situaciones interlocutivas definieron la retórica, los trestipos de reuniones y las tres modalidades de la palabra pública conforman tres géneros: eltribunal o el jurado se reúne para juzgar las infracciones a las leyes que han sido dictadas(género judicial), el ámbito deliberativo es el sitio donde se toman decisiones en torno delporvenir (género deliberativo) y las reuniones conmemorativas sirven para encontrarse ycompartir valores comunes actuales (género epidíctico).

Cada uno de estos géneros tiene sus tiempos determinados: el futuro para el que aconseja, elpasado para el que pleitea y el presente para el género demostrativo, porque todos alaban ocritican los hechos actuales. Asimismo, cada uno de estos géneros tiene un fin diferente: lo útil ylo nocivo para el que aconseja porque el que exhorta aconseja algo como lo mejor y el quedisuade trata de apartar de ello lo peor, pero conjuntamente emplean también para esto otrasconsideraciones: lo justo y lo injusto, lo honesto y lo deshonesto. Lo justo y lo injustocorresponde a los que pleitean en juicio. Lo honesto y lo deshonesto, a los que alaban ovituperan.Lo que define la retórica son reglas institucionales referidas a instituciones públicas, procesos aseguir, modos de debatir entre ciudadanos y oradores que se oponen entre sí. La metarreglaconstitutiva de la competencia retórica y común a los tres tipos de lugares retóricos es la del debatecontradictorio. El derecho igualitario de los ciudadanos para hablar debe realizarse bajo la forma dela representación de una lucha política entre discursos opuestos, provistos cada uno de derechos ydc medio, similares. Por ello la retórica está ligada estructural e históricamente a las institucionesdemocráticas.La tópica supone una esquematización de los contenidos culturales comunes empleados en unasociedad y en un tiempo precisos. Hoy aludirían a los estudios sobre cultura popular y masiva,en los que se buscan temáticas y recortes recurrentes que son utilizados de manera reiterada enlas distintas manifestaciones que circulan en los medios de difusión.

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Sobre esta base un autor actual, Roland Barthes (1915-1980), quien realizó un estudiode revalorización de la retórica aristotélica, elabora el siguiente gráfico: (R. Barthes,Investigaciones Retóricas I. , p. 34)

Géneros

Audito-rio

Finali-dad Objeto Tiempo

Razona -miento *

Lugarescomunes

(*)

Delibera-tivo

Miembrosde una

asamblea

Aconsejar /Desaconsejar

Útil /Perjudicial Futuro Exempla

Posible /Imposible

Judicial Jueces Acusar /Defender

Justo /Injusto

Pasado Entimemas Real /no real

Demos -trativo

Espectadores, Público

Elogiar /Reprobar

Hermoso /feo

Presente

ComparaciónAmplificatoria **

Más /menos

(*) Lugares comunes La tópica está conformada por dos partes: una tópica de los lugares comunes(topoi) y una tópica de los lugares especiales o específicos (eide).

Los lugares comunes sirven para ser utilizados por cualquier ciencia y en relación con cualquier tema. Loslugares específicos son propios de una ciencia particular o de un género determinado; son verdadesparticulares, proposiciones especiales que alcanzaron un amplio acuerdo. En relación con los lugarescomunes Aristóteles los relaciona con los géneros y señala la existencia de tres:

1 ) Lo posible y lo imposible, enfrentados al tiempo (pasado/futuro) los términos provocan la pregunta acercade si una cosa puede haber sido realizada o no. Dice Aristóteles en Tópicos (II, 2, 1-2):

Si una cosa semejante es posible, también lo será la otra semejante; si lo más difícil es posible,también lo será lo más fácil, y si es posible que haya sido hecho algo excelente y perfecto,también lo será que haya sido hecho sin esas cualidades, pues es más difícil la existencia deuna casa hermosa que simplemente la existencia de una casa.

2l Lo existente y lo no existente (real/no real):Se debe examinar si algo ocurrió o no ocurrió. Pues, en primer lugar, si ocurrió lo que erapor naturaleza menos apto para ser hecho, también habrá ocurrido lo que era más apto. Ysi ocurrió lo que solía acontecer después, también ocurrió lo que solía acontecer antes, porejemplo, si alguien se olvidó de algo también lo aprendió en otro tiempo. (Tópicos, IV, 4,5-6)

3) Lo grande y lo pequeño (más/menos) se refiere a la dimensión de las cosas tratadas:A pesar de que los lugares comunes pueden ser empleados por cualquier género, existeuna mayor posibilidad de uso en el caso de lo posible y lo imposible por parte del génerodeliberativo; lo existente y lo no existente por parte del judicial, y lo grande y ln pequeñopor parte del demostrativo.

* Se trata de un componente dominante de cada género, aunque no excluye necesariamente a los otros.** Es una variedad de inducción, un exemplum orientado a la exaltación de la persona elogiada (porcomparaciones implícitas)

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2) La dialécticaEl marco institucional donde se define la dialéctica es el de las disputas privadas. Apoyándose enPlatón, el Estagirita incluye la actividad dialéctica en el ámbito de las opiniones, volviendo eneste punto a Protágoras, pero hay que precisar que, si bien es cierto que Aristóteles noconsidera la opinión como una ciencia tampoco se trata de un parecer subjetivo y arbitrario,como las degeneraciones sofísticas y erísticas: ella es, antes, un punto de vista capaz de alcan-zar el consenso. La dialéctica es entonces un método que sirve para discutir bien sobre cualquierargumento posible partiendo de opiniones -esto significa, de opiniones compartidas por todos opor la mayoría, o por los sabios y dentro de estos por todos o por aquellos que son másconocidos y estimados- a fin de demoler una tesis o de defenderla.Aristóteles produce el primer tratado dirigido a respetar las formas de la buena argumentación.Distinguiendo las respectivas formas de raciocinio, Aristóteles mantiene la dialéctica en un lugardiferente al que le otorga Platón, sea como ciencia, como erística o como retórica.Pero la especificidad de la dialéctica es determinada mediante indicaciones acerca de susposibles usos, que son tres:1) La dialéctica sirve para adiestrarse en la práctica de la argumentación.2) Es útil en los encuentros pues permite conducir de modo correcto las discusiones que cadauno emprende.3) Es útil con relación a las ciencias filosóficas en dos sentidos:

3.1) en primer lugar, porque aprendiendo a desentrañar las aporías en ambas direcciones sepuede discernir mejor en cada alternativa lo verdadero de lo falso, y

3.2) en segundo lugar porque, siendo inquisitiva, la dialéctica pone el camino para losprincipios de todos los tratados científicos, ayuda a encontrar las proposiciones iniciales delas que parte una demostración apodíctica en cada ciencia, proposiciones que, comoprincipios de demostración, no pueden, a su vez, ser demostrados sino sólo buscadosdialécticamente.

No es preciso ilustrar con más detalles el significado de esos posibles usos de la dialéctica paraadvertir que se la coloca en el ámbito de la opinión, de la doxa, y por lo tanto rehabilita contraPlatón, el valor de la opinión, porque muestra que ella puede ser útil para la adquisición delsaber, en la medida en que ofrece el terreno del cual parten las demostraciones científicas.

Dicho esto, queda claro que, a pesar de rehabilitar la opinión, también para Aristóteles laerística no es más que una degeneración de la dialéctica ya que sólo aparentemente parte deopiniones importantes. En el estudio de los silogismos erísticos contenido en Argumentossofísticos pretende desenmascarar los engaños y brindar una ayuda para la defensa en lasdiscusiones. Ilustra cinco mecanismos que se emplean en los debates:

La contradicción seguida de refutación, la falacia, la paradoja, el solecismo yhacer quedar como charlatán al oponente, es decir, hacer que diga una mismacosa una y otra vez. [...] Pues, lo que sobre todo quieren parecer es estarrefutando; lo segundo es demostrar que su oponente está cometiendo una falacialo tercero, conducirlo a una paradoja; lo cuarto, hacerlo cometer solecismo -esdecir, hacer que el que responde, como consecuencia de un argumento, se expresecon barbarismos o sin sentido ni corrección gramatical-, y lo último, hacerle deciruna cosa una y otra vez.

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Respecto de los modos de refutaciones, sostiene que hay dos mecanismos: uno que se realizade acuerdo con el lenguaje utilizado y otro que está desvinculado del lenguaje:

Los métodos de producir una falsa ilusión o imagen de acuerdo con el lenguajeson seis: equivocidad, ambigüedad, combinación, división, acentuación y formade expresión.

Además, hay siete especies de falacias no vinculadas al lenguaje: primero, las que se relacionan conel accidente; segundo, aquellas en las que la expresión se usa absolutamente, o bien no absolu-tamente, sino calificada por lo que respecta a la modalidad, al lugar, al tiempo o a la relación; entercer lugar, las que están vinculadas a la ignorancia de la naturaleza de la refutación o elargumento cuarto, las que están vinculadas al consiguiente; quinto, las relacionadas con la posicióno la manera de tomar el punto originario que debe ser demostrado; sexto, las que afirman que loque no es la causa, es la causa; séptimo, hacer de varias cuestiones una sola.

3) El discurso epistémicoEl discurso científico se define por la transmisión de un saber. En un pasaje de la Retórica (I, 1,1355 a 25)Aristóteles dice que “el discurso de la ciencia es el de la enseñanza". La teoríadesarrollada en los Segundos Analíticos no es una teoría abstracta de la demostración sino elmodelo formal del modo en el cual quienes enseñan deberían presentar y compartir el saber,una teoría de la estrategia de transmisión ideal de los conocimientos. El inicio del texto se inscri-be dentro de la problemática general acerca de la posibilidad de enseñar cualquier tema. A lolargo de la obra se apela a conceptos y términos del vocabulario pedagógico: Aristóteles hablade “tesis", "axioma", "hipótesis", "postulado". Diferencia su teoría de la "demostración" de la dela interrogación dialéctica de manera que muestra que, aunque forman dos tipos de discursos,pertenecen al mismo cuadro: el del diálogo. Diálogo en el sentido único del alumno y que sedistingue tanto del diálogo asimétrico con el que responde (dialéctico) como del monólogopúblico frente a un auditorio (retórico). Este marco institucional de la transmisión del saberimpone también sus reglas al discurso epistémico, reglas que son las del discurso axiomatizado.Los diferentes marcos institucionales en los que se dan estas verdades determinan evidentemente unadiferencia tanto del papel de los dos participantes en el intercambio discursivo como de las funciones y delefecto de verdad logrado por el discurso.En la retórica, el orador trata de persuadir de tal o cual verdad al auditorio (el pueblo reunido), que debejuzgar la verdad o falsedad de lo planteado.En la dialéctica, el interrogador trata de refutar la tesis del interlocutor (el que responde que trata desostener una verdad) por medio de preguntas que lo ponen en contradicción.En la ciencia, el docente trata de demostrar a su auditorio (un alumno, una clase) la verdad de talproposición que pertenece a un ámbito determinado del saber por medio de la relación entre lasproposiciones anteriores y las actuales o de aquellas proposiciones que el alumno no puede desconocer(los axiomas).A pesar de las diferencias institucionales y de la modalidad interlocutiva, retórica, dialéctica y "ciencia"pertenecen a un género común. Se las puede considerar como "técnicas discursivas de la verdad".Ponen en juego tres elementos de todo discurso asertivo (el que habla, el locutor; aquel a quien se habla,el interlocutor, y aquello de lo que se habla, el objeto del discurso) y un mismo objetivo: la búsqueda de laverdad. El discurso del orador, el de aquel que debate y el del científico deben, gracias a la técnicadiscursiva, ser tenidos como verdaderos por aquellos a los que se dirigen: los jueces en el tribunal, eladversario y el público en las confrontaciones, el alumno en el aprendizaje. En los tres casos, por medio desu discurso el locutor produce verdades destinadas a un interlocutor. La finalidad y el sentido de estas

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verdades no son las mismas en cada caso y la inscripción de estas tres técnicas en diferentes institucionesfunciona cada una según sus propias normas. Unas pertenecen al espacio público, otras al campo de lasconvicciones privadas, otras al orden del saber. Sin embargo, descansan todas sobre el mismo "régimende verdad" y aquel donde todos pueden acceder a la palabra a partir de pautas que se establecen en cadainstitución y que operan dentro de un régimen que, en términos generales, se puede nombrar comorégimen democrático.

En los tres casos la producción de lo verdadero es posible sólo dentro y por acuerdo con elotro (el interlocutor), definido por el solo hecho de ser para todos los demás un otro, sin máscalificación. Estas tres técnicas descansan en el principio de que todo hombre, quienquiera quesea, puede ser un locutor calificado susceptible de enunciar un discurso verdadero y un auditoriocalificado susceptible de juzgar la verdad de un discurso; ello marca la doble condición delrégimen mismo. El acuerdo entre el auditor y el locutor (condición sine qua non dereconocimiento de la verdad propuesta) se realiza cada vez en las instituciones y segúnmodalidades diferentes para las cuales las técnicas de verdad se diferencian. Todas sondependientes de este acuerdo.

Técnica de verdad y "argumentación"Hablar de técnica discursiva de verdad significa que el modo de transmisión y la forma deadmisión de las verdades es "argumentativo". El reconocimiento de la verdad dependeexclusivamente de lo que, en el discurso, revela la técnica y de lo que, en la técnica, concierne aldiscurso. Estos dos rasgos pueden definir la argumentación.Decir que la forma de reconocimiento de la verdad depende de lo que en el discurso revela latécnica significa, en principio, que la verdad no depende de lo que está fuera del discurso o de loque muestra con relación a su referente. Quiere decir que. está excluida de las técnicas deverdad toda apelación a la evidencia empírica sobre la cual se funda la transmisión de la verdad.Se puede, en ciertas condiciones, según las situaciones, apelar al acuerdo del otro sobre unhecho y tomar este acuerdo como punto de partida de un razonamiento; pero no se puede, enninguna de las tres técnicas, ni sobrepasar este acuerdo y plantear que el hecho impone por símismo su verdad y dispensa de todo discurso, ni admitir que entonces deja de lado la técnica.Incluso los "ejemplos" invocados por el orador no valen como elementos de prueba que en tantotales ya pueden ser conocidos por el auditorio. Este encuadramiento restrictivo del papel de laexperiencia por las reglas de la discursividad es común a las tres técnicas: el discurso científicosupone justamente que la transmisión del saber debe evitar, en la medida de lo posible, apelarsólo a la evidencia sensible, ya que la fuerza persuasiva no surge exclusivamente de lademostración; la dialéctica excluye que el debate se remita a los hechos, supone que puedatomar una posición contraria si estima justo que puede disponer del discurso que le permitajustificar su posición o si cree que el adversario no dispondrá del discurso para refutarlo. Así, eldiscurso científico y el dialéctico excluyen que la verdad se manifieste por la inmediatez empíricay también por la mediación de los "testimonios" exteriores. En cuanto a la retórica, si lainstitución, sobre todo la jurídica, reconoce un lugar en los modos de reconocimiento de laverdad no discursivos, éstos están por definición fuera del campo de la técnica retórica: lo queAristóteles nombra, conforme a una distinción inscripta en el derecho griego, como los "mediosde prueba extratécnicos", a los que en consecuencia excluye de la retórica, como todos losautores de tratados similares.(...)

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Además, decir que el reconocimiento de la verdad depende de lo que, en la técnica, concierne aldiscurso significa que depende dc lo que es dicho, y no de quien lo dice (la posiciónextradiscursiva del locutor) ni de a quien se dice (la posición extradiscursiva del auditor). Enotras palabras, en una técnica de verdad, la forma esencial de reconocimiento de la verdadexcluye toda apelación a la autoridad de quien habla. Ni el científico ni el dialéctico puedenargumentar sólo acerca de lo que son, de lo que saben o de lo que pueden hacer para que seadmita la verdad. No pueden tampoco, sin salir de su lugar de "sabio" o de "dialéctico", buscarconmover a sus alumnos para enseñar mejor o impresionar al adversario para refutarlo mejor.En cuanto al orador, puede esforzarse por parecer dotado de cualidades, de sabiduría o depoder para hacerse creíble a los ojos del auditorio, puede también esforzarse por despertar enlos oyentes las pasiones; en la medida en que éstos llegan a esa posición sólo por el discurso,ello hace que la retórica y la persuasión se realicen por "medios técnicos”.Pero existen otros rasgos que identifican a toda argumentación. Por oposición aotras formas de reconocimiento de la verdad (las de la verdad por la autoridad dequien dice), la argumentación se distingue porque lleva a un acuerdo con elinterlocutor, se trate de la adhesión al discurso o de la no adhesión al locutor. Eldiscurso argumentativo no será tenido por verdadero porque el locutor es veraz sino,inversamente, porque el discurso es aceptado como verdadero ("convincente") ellocutor será tenido por veraz (o "convincente").Por oposición a lo que pasa en otras formas de reconocimiento de la verdad, en laargumentación ninguna aserción bastaría por sí misma para imponer su propia verdad, sino quela verdad de una aserción depende de otra aserción. En toda argumentación hay siempre por lomenos dos afirmaciones vinculadas: aquella que se quiere transmitir (o imponer) al interlocutor yaquella(s) que se basan en la primera.Dado que siempre la veracidad de los locutores socialmente legitimados es opinable, ningunaenunciación por sí misma basta para transmitir (o imponer) la verdad. Hace falta un lazo más omenos necesario entre las aserciones, algunas ya admitidas por el destinatario y otras que sonprecisamente las que trata de hacer admitir. Para que haya reconocimiento de la verdad nobasta sólo con que una aserción sea verdadera: es preciso que por lo menos dos enunciadoshayan sido entrelazados.Una técnica de verdad se caracteriza por vincular aserciones, algunas de las cuales ya sonadmitidas por el locutor y por el interlocutor y otras son las que se deben admitir. Estaargumentación y estas técnicas son la novedad que ofrece Aristóteles en los Analíticos, en losTópicos y en la Retórica.Apoyándose en la prácticas de la época, analiza todas las maneras legítimas e ilegítimas deargumentar de las que dispone el locutor para vincular las aserciones que sostiene y que sabe quesu interlocutor las tiene por verdaderas (premisas) para que tenga también por verdaderas lasnuevas (la conclusión) que él propone. Por supuesto, el orden de las premisas y la conclusión esinverso para el locutor y para el interlocutor. El locutor parte de las tesis que sabe (o cree saber)verdaderas y busca ligarlas a aquellas que el auditorio ya admitió. A la inversa, en el sistemaaxiomatizado de la ciencia, la refutación dialéctica y el discurso del orador parten de "premisas"tenidas por verdaderas respectivamente por el alumno, el que responde o el ciudadano, y busca una"conclusión", una verdad nueva que se extraiga de las precedentes. La diferencia entre lasargumentaciones científica, dialéctica y retórica surge de esta cuestión acerca de las premisas desdeel punto de vista del destinatario, de la naturaleza de lo que debe ser considerado a priori como

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admitido por un alumno en situación de aprender una ciencia, por un adversario en situación dedefender su tesis y por el ciudadano en situación de juzgar la verdad de un discurso.

Tres formas de argumentaciónAristóteles no tiene un concepto que corresponda exactamente al término actual `argumentación'.Sin embargo, en la medida en que emplea el concepto "prueba" (pistis) limitándolo al empleo de"prueba a partir del discurso", dispone de un concepto equivalente al actual de argumentación. Puespara el Estagirita sólo hay dos grandes géneros de "pruebas a partir del discurso", que co-rresponden a las tres técnicas de verdad: grosso modo, estos géneros son la deducción(sylloguismos) y la inducción (epagoje). Las definiciones más amplias de ambos se encuentranen la Retórica, en los Argumentos sofísticos, en los Primeros analíticos y en los Tópicos. Apoyarse enun caso semejante para mostrar que va en la misma dirección que la generalidad de los casos es loque se llama "inducción" y "ejemplo"; por el contrario, cuando de ciertas cosas que se planteanresultan otras cosas en virtud de las primeras y, más allá de ellas, se plantean universalmente o lamayor parte del tiempo, se tiene lo que se llama "deducción" o, como es nombrado en la Retórica,un entimema.

Estos dos modos de argumentación son pues esencialmente los mismos para las tres técnicas.Se realizan sobre tres formas, adaptándose a la situación interlocutiva y modelándose sobre el

saber supuesto del destinatario.

Hacer un syllogismos es deducir alguna cosa de alguna(s) otra(s) cosa(s). En una situaciónepistémica, es lo que Aristóteles llama una "deducción demostrativa"; en una situacióndialéctica, es una "deducción dialéctica"; en una situación retórica, es un "entimema" o una"deducción retórica". En la medida en que se trata de deducciones, estos tres procedimientosson iguales. Pero el cuadro institucional y la situación interlocutiva en los que se realizandeterminan lo que se tuvo por ya admitido por parte de aquel a quien se dirige.

Los tres modos de deducción deben distinguirse por la "naturaleza de las premisas".

• Una premisa científica es la que se sostiene como verdadera por un alumno en una situaciónde aprendizaje de la ciencia (lo que es necesariamente ya conocido por él y ya fuedemostrado).

• Una premisa dialéctica es la que se trata de acordar con un adversario en una confrontacióndialéctica (no se podría rechazar porque ya fue admitida).

• Una premisa retórica es aquella que supuestamente fue admitida por la multitud a la que sedirige (la que debería aceptar sin dificultad y que es compartida por la comunidad).

No hay otra diferencia entre estos tres modos de deducción.

Para Aristóteles la deducción demostrativa no difiere formalmente de la dialéctica, cambia sólo por lanaturaleza de las premisas. Las premisas científicas son "verdaderas y primeras" o, por lo menos,

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son "afirmaciones tales que el conocimiento que se tiene acerca de ellas surge de la intermediaciónde ciertas afirmaciones primeras y verdaderas" (Tópicos, I, l, 100 a 27-30).La deducción dialéctica parte de premisas que son admitidas por el adversario en una competencia.Difieren de las premisas científicas por el sujeto que las plantea: la dialéctica es, como la retórica unmétodo de argumentación universal, mientras que la ciencia está limitada a un ámbito preciso. Perodifieren además por otros dos motivos de las premisas científicas: son interrogativas (se trata desaber si el adversario acuerda con ellas o no), mientras que el que enseña se contenta, en general,planteando asertóricamente las premisas absolutamente primeras que necesita; no sonabsolutamente verdaderas sino sólo tenidas por tales por aquel que responde. Del mismo modocomo para las premisas científicas, se puede distinguir entre las premisas que el interlocutor admitenecesariamente porque ya las admitió con anterioridad, y las premisas primeras que dependen de ladeducción. La deducción dialéctica parte siempre de un conjunto de convicciones idealmentereducidas a aquellas que un adversario no puede rechazar.

El entimema - "deducción retórica"- y sus dificultades

Aristóteles brinda dos definiciones de entimema3: una definición general por el marcoinstitucional -el entimema es la deducción retórica apodeixis (Retórica, I, 1 1355 a 6) - y unadefinición que lo diferencia de la deducción dialéctica y de la deducción demostrativa por lanaturaleza de las premisas -un entimema es una deducción que se apoya en los verosímiles o enlos signos-. Una definición y la otra son igualmente instructivas pero de manera diferente.

3 La definición moderna de entimema como un "silogismo incompleto", que contiene una premisasobreentendida, no se encuentra en Aristóteles. La expresión "silogismo incompleto o imperfecto" con elsignificado "que le falta un elemento, por ejemplo, una premisa", está en los Analíticos pero no remite alentimema; de manera recíproca éste nunca es definido como un silogismo incompleto.

Los razonamientos retóricos tratan de llegar a la mayor porción del público, pero su característica esque pretenden pasar de manera inadvertida a partir de la constitución de un clima de armonía ysimpatía generalizadas. El inicio es un acuerdo global y de allí se encaminan los acuerdoscomunitarios que, en principio, aparecían confusos y sobre los que habría opiniones divergentes. Laspremisas entimemáticas se presentan en tres tipos:

1) El tekmerion, el indicio necesario, es "demostrado y terminante". Una mujer que tiene lechees el indicio seguro de que ha dado a luz, alguien está enfermo por el hecho de que tienefiebre, la huella de una herradura remite a un caballo que ha pasado por el lugar. Seaproxima al silogismo científico pero sólo se basa en una universalidad empírica. Laestabilidad en la interpretación del tekmerion depende del conocimiento público, que varíasegún el tiempo y las sociedades.

2) El eikos es lo verosímil, la certeza humana. Es una idea general que se sostiene en el juiciosobre experiencias e inducciones imperfectas que elaboran los hombres. Lo verosímil es loque suele ocurrir pero no simplemente como definen algunos sino aquello que, pudiendo serde otra manera, guarda, respecto de eso por referencia a lo cual es verosímil, la mismarelación que lo universal respecto de lo singular.

3) El semeion, que es el signo más ambiguo, es lo que se denominaría indicio: el hecho de queSócrates fue sabio y justo es un indicio de que los sabios son justos. Es un indicio aparenteporque no hay ligazón lógica necesaria entre lo particular y lo general.

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El entimema es el silogismo de la retórica y la retórica es el arte de encontrar lo que en cadacaso permite persuadir mejor. De ahí resulta que el valor de un entimema surge antes que nadade su eficacia persuasiva. Porque los medios de persuadir a una multitud son bien diferentes delos medios para vencer a un adversario.

En dialéctica, para derrotar es necesario, por un lado, partir de las premisas más alejadas de laconclusión y no omitir ninguna de las etapas intermedias, ningún eslabón de la cadenadeductiva. (...) Estas dos características de la deducción dialéctica (debe ser fundamental ycompleta) se deducen de la situación dialéctica. Se completan para dar a la argumentacióndialéctica su carácter de una larga cadena de razones, de encadenamiento necesario yformalizable, partiendo de premisas lo más fundamentales posibles y alcanzando lasconsecuencias lo más alejadas que se pueda.

La situación demostrativa es diferente. De ella se toma la deducción “científica", el tiempológico está seccionado por la serie de aserciones formuladas y aceptadas... El instructor parte depremisas conocidas lo más próximas posibles y del estado de ignorancia relativa del alumno. La"demostración" completa se explica porque la parte de la evidencia debe ser lo más débil que sepueda en la demostración, no porque el adversario no conceda nada sino porque (como en ladialéctica) se debe adquirir los conocimientos de una ciencia "racionalmente" por la técnica de laverdad del discurso, es decir, paso a paso, y si es posible a partir de las proposiciones conocidasinicialmente.

Se advierte cómo situaciones opuestas a la ciencia y a la dialéctica tienen una mismaconsecuencia, la exclusión del recurso a la evidencia en los pasos deductivos: todo debe serexplicitado, y a partir de principios primeros. Una deducción demostrativa y una demostracióndialéctica legítimas tienen en común el ser igualmente válidas. La conclusión se deducenecesariamente de las premisas; es imposible (para el alumno o el adversario), si la deducciónes legítima, rechazar la conclusión después de haber aceptado las premisas; el alumno, por sulado (al contrario del adversario), no puede rechazar las premisas, son necesarias pero en otrosentido. En todo caso la necesidad de la consecuencia común a las situaciones dialéctica y científicaexplica que una y otra hayan podido servir a la formalización aristotélica, dado que él elaboró la teoría quehoy se conoce como de los silogismos a partir de estos supuestos.

La situación con la retórica es diferente. No se habla de un adversario sino de ciudadanos conlos cuales se comparte un cierto número de conocimientos, de convicciones y de valores. Laidentidad comunitaria entre el locutor y el auditorio los vuelve cómplices de las mismasevidencias. Es necesario y basta, para persuadir eficazmente, comenzar la deducción por laspremisas más cercanas, y se pueden saltear todas las etapas de la argumentación con tal de queel conjunto permanezca claro y que alguna mediación omitida no sea controvertida. Como loseñala Aristóteles, remontarse muy alejadamente sería convertir la argumentación en confusa,explicar todo sería pesado y lleno de habladurías.

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No remitirse a los principios, saltear los eslabones argumentativos, serían graves faltas en laargumentación epistémica o dialéctica, pero son cualidades desde el punto de vista de la eficaciapersuasiva...

Puede haber incluso una razón aun másfundamental por la cual la omisión de lo evidenteda al entimema una superioridad en eficaciapersuasiva sobre las deducciones completas.Omitiendo premisas, la argumentación tal vezhace conocer menos las razones que fundan unaconclusión, pero da también más razones paracreer en ellas, por lo cual toda teoría quereconociera un lugar cierto al establecimiento dela verdad recomendaría deducciones elípticas. Así,para René Descartes (1596-1650) vale más tratarde omitir el máximo de eslabones evidentes parareunir en uno solo una cadena más prolongada yasí penetrar en la verdad de la conclusión sinapelar a las incertidumbres de la memoria deductiva.

En resumen, no es lo esencial del entimema el hecho de omitir una premisa sino que loprincipal de la deducción dialéctica u científica es expresarlas todas. Pero es esencial alentimema ser retórico y persuadir, como es esencial de la deducción científicademostrar o de la deducción dialéctica, refutar. Cuanto más conciso es, menos eficaciatiene para demostrar o refutar, pero se persuade con más eficacia. En este sentido, labrevedad es lo que caracteriza al entimema, como lo repite Aristóteles.

Exemplun (inducción), y Entimema (deducción).

Aristóteles, llama "entimema" a la deducción retórica y "exemplum" a la inducción retórica: "Porquetodos prueban por medio de la demostración, aduciendo ejemplos o entimemas, y en cierta manerano existe otro medio fuera de éste". Los exempla no son ni deducciones ni inducciones científicas,sólo son "públicas" porque están destinadas al público. La única diferencia entre ambos recursos esque en el exemplum se ejerce una persuasión más suave y menos violenta que en el entimema, conel que se obliga al receptor a tomar un rumbo preciso y único.

En la inducción retórica, o sea en el exemplum, se considera que dos cosas son equivalentes sin que,necesariamente, exista una prueba consistente para que sea así. Será suficiente con que se admita lasimilitud para que sea creíble.

El mecanismo de argumentación persuasiva que es el entimema corresponde al razonamientodeductivo de la retórica y es correlativo del silogismo en el campo de la dialéctica. Uno y otro

Las dos últimas operaciones fueron dejadasde lado por la tradición retóricaposaristotélica, dado que se trata demecanismos extratextuales o que remiten aluso que el orador hace con aquello que dice.Sin embargo, se ha vuelto a ellas en lamedida en que en los medios masivos se leda una importancia fundamental a laescenificación de los discursos. Allí no valetanto qué se dice como la espectacularidadgenerada por el discurso. Algo similar ocurreen los tribunales. En los juicios orales se dansituaciones de escenificación de los contextosen los que se produjeron los hechos que sejuzga que en sí mismos reflejan el fun-cionamiento de estructuras argumentativas.

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muestran la misma estructura formal, pero el entimema no demuestra sino que sólo argumenta; suintención es la persuasión del auditorio.La acepción de entimema que se encuentra en la mayoría de los textos de lógica apunta a definirlocomo un silogismo incompleto porque en él falta alguna de las premisas o su conclusión.

Por ejemplo: Todos los argentinos aman el fútbol, Juan Díaz es argentino, donde hay una conclusiónque está borrada: "Juan Díaz ama el fútbol". En este caso es un entimema de segundo orden porquefalta la premisa menor. Pero también se puede dar el caso de falta de la premisa mayor, en cuyocaso se tendrá un entimema de primer orden. Por ejemplo:Los norteamericanos beben leche. Losnorteamericanos gozan de buena salud.Aquí falta la premisa mayor: "Todos los que beben leche gozan de buena salud".

La importancia del entimema está dada por la ilusión que se le crea al receptor de que es él quiencompleta la significación de las premisas, de ahí su uso frecuente en las manifestaciones masivascontemporáneas y, particularmente, en la publicidad.Un aviso publicitario de Osram señalaba:La luz mejora la vida. Osram mejora la luz, de donde sesigue que el lector debe completar el enunciado con la conclusión faltante: "Osram mejora la vida".

Técnicas retóricas en el discurso

La retórica genera en los textos la puesta en funcionamiento de operaciones técnicas queAristóteles se encarga de relevar. Son las siguientes:1) Inventio. El establecimiento de las pruebas, razones o argumentos. La acción de encontrarqué decir.2) Dispositio. La ubicación de esas pruebas a lo largo del discurso según un orden.3) Elocutio. La composición verbal de los argumentos, la introducción de los adornos (tropos) ylas figuras.4) Actio. La puesta en escena del discurso desde el punto de vista del orador, del destinatario ydel mensaje mismo.5) Memoria. El recurso a la memoria de otros textos que operan como estereotipos.

[...] no hay que discutir con todo el mundo, ni hay que ejercitarse frente a unindividuo cualquiera. Pues, frente a algunos, los argumentos se tornannecesariamente viciados: en efecto, contra el que intenta por todos los mediosparecer que evita el encuentro, es justo intentar por todos los medios probar algopor razonamiento, pero no es elegante.

Aristóteles, Tópicos, 164 b.

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La primera parte del Libro Segundo de El arte de la retórica está destinada al estudiodel estado de ánimo del oyente y del orador y a los recursos que conviene

emplear para persuadir, alabar, vituperar, disuadir, acusar y defender:

“Porque es de gran importancia en orden ala persuasión sobre todo en lasdeliberaciones y también en los juicios queel orador se muestre con ciertadisposición de ánimo y que los oyentescrean que se halla de algún modo dispuestocon respecto a ellos, y además que éstosse encuentren dispuestos de algunamanera.Pues lo más útil para las deliberacionesreside en que el orador aparezca concierto estado anímico y para los juiciosque el oyente esté de algún modo

afectado; porque las cosas no son vistas de igual manera por los que aman que por losque odian, ni por los que están airados y los que se hallan serenos, sino que o las venenteramente distintas o de diversa magnitud. Porque el que ama a aquel a quien juzgacree que no es injusto o que lo es en pequeño grado y el que odia cree lo contrario; elque desea y el que abriga buenas esperanzas, si lo futuro fuere agradable, cree queacaecerá y que será bueno, mientras que al indiferente y al pesimista le ocurre locontrario.”

Dice Aristóteles en EL arte de la retórica:No guarda la relación de la parte con respecto al todo, ni del todo con la parte, ni deltodo con el todo, sino de la parte con la parte, lo semejante respecto de losemejante, cuando ambos términos pertenecieren al mismo género, pero uno de ellosfuere más conocido que el otro. Por ejemplo, si porque Dionisio pide una guardia seafirma que intenta la tiranía, puesto que anteriormente Pisístrato maquinando lomismo solicitó una guardia y luego que la obtuvo se convirtió en tirano y ln mismo hizoTeágenes en Megara y todos los demás casos que se conocen también resultanejemplos acerca de Dionisio, respecto del cual no se sabe todavía si pide la guardiapor este motivo. Pero todos estos casos se hallan comprendidos en la misma pro-posición universal, a saber, que el que aspira a una tiranía solicita una custodia.

No es preciso examinar todo problemay toda tesis, sino aquella en la queencuentra dificultad alguien queprecise de un argumento y no de unacorrección o una sensación; en efecto,los que dudan sobre si es precisohonrar a los dioses y amar a lospadres o no, precisan de unacorrección, y los que dudan de si lanieve es blanca o no, precisan de unasensación”. Aristóteles; Tópicos,

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En El arte de la retórica Aristóteles dice que las pruebas obtenidas desde el discursomismo pueden ser de tres tipos:

“Las primeras están en el carácter del orador; las segundas, en disponer de algunamanera al oyente y las últimas se refieren al discurso mismo, a saber, que demuestreo parezca que demuestra. Se persuade por medio del carácter moral cuando sepronuncia el discurso de manera que haga al orador digno de ser creído, porque a laspersonas buenas les creemos más y con mayor rapidez, en general, en todos losasuntos, pero principalmente en aquello en que no hay evidencia sino una opinióndudosa. Pero conviene también que esto suceda por medio del discurso y no porque laopinión haya anticipado este juicio respecto del orador. I...l Se persuade por mediode la disposición de los oyentes cuando fueren conmovidos por el discurso. [...l Sepersuade a los oyentes por medio del discurso cuando demostramos lo verdadero o loverosímil sobre la base de lo que en cada caso es apto para persuadir.”

“Así pues, es evidente que hemos de llegar a conocer las premisas primarias por inducción, puesel método por el que aun la percepción sensible siembra en nosotros el universal es inductivo.Ahora bien, de entre los estados de pensamiento por los que captamos la verdad, unos soninfaliblemente verdaderos, mientras que otros admiten error: la opinión, por ejemplo, el cálculo;el conocer científico, en cambio, y la intuición son siempre verdaderos; además, ninguna otraespecie de pensamiento, excepto la intuición, es más exacto que el conocimiento científico,mientras que las premisas primarias son más cognoscibles que las demostraciones y todoconocimiento científico es discursivo. De todas estas consideraciones se deduce que no habráconocimiento científico de las premisas primarias, y puesto que, excepción hecha de la intuición,nada puede ser más verdadero que el conocimiento científico, será la intuición la que aprehendelas premisas primeras, conclusión que también se deduce del hecho de que la demostración nopuede ser la fuente originaria de la demostración, ni, por consiguiente, el conocimientocientífico del conocimiento científico. Si, pues, es ella la otra especie única de pensamientoverdadero fuera del conocimiento científico, la intuición será la fuente originaria delconocimiento científico. “

Analítica posterior, 100b (Obras completas, Aguilar, Madrid 1973, p. 413).

Aristóteles: el silogismoUn silogismo es un conjunto de palabras o locuciones en el que, al hacerse determinadasasunciones, se sigue necesariamente del hecho de haberse verificado de tal maneradeterminada las asunciones, una cosa distinta de la que se había tomado. Por la expresión«del hecho de haberse verificado de tal manera determinada las asunciones», quiero decirque es por causa de ello que se sigue la conclusión, y con esto significo que no haynecesidad de ningún otro término para hacer que la conclusión sea necesaria.Analítica primera, l.1, cap.1 (Obras, Aguilar, Madrid 1973, p. 276).

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Descartes: el desacuerdo es signo de error.

“Siempre que dos hombre formulan juicios contrarios sobre el mismo asunto, es seguroque uno de los dos se equivoca. Más aún, ninguno de los dos posee la verdad; pues si

tuviera una idea clara y evidente, podría exponerla a su adversario de modo queterminara por convencerlo”.

Descartes: Reglas para la dirección del espíritu.

La obra de Descartes (1596-1650) es de las más conocidas, por lo que creemos superfluocualquier aporte sobre esta.Sólo presentaremos los textos que creemos claves para la comprensión de su metodologíafilosófica, y justificamos esta recopilación dado el sabido rechazo de este filósofo francésa la escolástica y a la filosofía aristotélica.

Descartes se inspira en las matemáticas para desarrollar un método que aportecertezas. Tendrá por ciertas sólo aquellas ideas que se ofrezcan claras (ciertamentepresentes a la conciencia) y distintas (bien analizadas) a la consideración de la mente.¿Cómo argumentar bien?

Descartes en su obra "Discurso del método" aconseja poner en práctica las siguientesreglas:

• No debemos aceptar nada como verdad sin haberlo demostrado.• Dividir el problema hasta lograr su comprensión, en tantas partes como sea

posible.• Ordenar los argumentos empezando por los más simples y fáciles, hasta llegar a

los más complejos y difíciles.• Realizar enumeraciones integrales y revisiones tan completas que nos permitan

estar seguros de no haber omitido nada.

REGLAS DEL MÉTODO.“Y como la multitud de leyes sirve a menudo de disculpa a los vicios, siendo un Estado muchomejor regido cuando hay pocas pero muy estrictamente observadas, así también, en lugar delgran número de preceptos que encierra la lógica, creí que me bastarían los cuatro siguientes,siempre que tomara la firme y constante resolución de no dejar de observarlos ni una sola vez.

Consistía el primero en no admitir jamás como verdadera cosa alguna sin conocer conevidencia que lo era; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención y nocomprender, en mis juicios, nada más que lo que se presentase a mi espíritu tan clara ydistintamente que no tuviese motivo alguno para ponerlo en duda.

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El segundo, en dividir cada una de las dificultades que examinare en tantas partes comofuese posible y en cuantas requiriese su mejor solución.

El tercero, es conducir ordenadamente mis pensamientos, comenzando por los objetosmás simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hastael conocimiento de los más compuestos; y suponiendo un orden aun entre aquellos que no sepreceden naturalmente unos a otros.

Y el último, en hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales queestuviera seguro de no omitir nada.Esas largas cadenas de trabadas razones muy simples y fáciles, que los geómetras acostumbrana emplear para llegar a sus más difíciles demostraciones, me habían dado ocasión para imaginarque todas las cosas que entran en la esfera del conocimiento humano se encadenan de la mismamanera; de suerte que, con sólo abstenerse de admitir como verdadera ninguna que no lo fuera yde guardar siempre el orden necesario para deducir las unas de las otras, no puede haberninguna, por lejos que se halle situada o por oculta que esté, que no se llegue a alcanzar ydescubrir.” Descartes: Discurso del Método, II parte –

La duda metódica - El cogito“Hacía tiempo que había advertido que, en relación con las costumbres, es necesario en algunasocasiones seguir opiniones muy inciertas tal como si fuesen indudables, según he advertidoanteriormente. Pero puesto que deseaba entregarme solamente a la búsqueda de la verdad,opinaba que era preciso que hiciese todo lo contrario y que rechazase como absolutamente falsotodo aquello en lo que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de comprobar si, después dehacer esto, no quedaría algo en mi creencia que fuese enteramente indudable. Así pues,considerando que nuestros sentidos en algunas ocasiones nos inducen a error, decidí suponer queno existía cosa alguna que fuese tal como nos la hacen imaginar. Y puesto que existen hombresque se equivocan al razonar en cuestiones relacionadas con las más sencillas materias de lageometría y que incurren en paralogismos, juzgando que yo, como cualquier otro, estaba sujeto aerror, rechazaba como falsas todas las razones que hasta entonces había admitido comodemostraciones. Y, finalmente, considerando que hasta los pensamientos que tenemos cuandoestamos despiertos pueden asaltarnos cuando dormimos, sin que ninguno en tal estado seaverdadero, me resolví a fingir que todas las cosas que hasta entonces había alcanzado miespíritu no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños. Pero, inmediatamente después,advertí que, mientras deseaba pensar de este modo que todo era falso, era absolutamentenecesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa. Y dándome cuenta de que esta verdad:pienso, luego soy, era tan firme y segura que todas las más extravagantes suposiciones de losescépticos no eran capaces de hacerla tambalear juzgué que podía admitirla sin escrúpulo comoel primer principio de la filosofía que yo indagaba. “

Descartes: Discurso del método (Alfaguara, Madrid 1981, p. 24-25).

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La duda: fundamento de toda certeza

“He advertido hace ya algún tiempo que, desde mi más temprana edad, había admitido comoverdaderas muchas opiniones falsas, y que lo edificado después sobre cimientos tan poco sólidostenía que ser por fuerza muy dudoso e incierto; de suerte que me era preciso emprenderseriamente, una vez en la vida, la tarea de deshacerme de todas las opiniones a las que hastaentonces había dado crédito, y empezar todo de nuevo desde los fundamentos, si queríaestablecer algo firme y constante en las ciencias. [...]. Ahora bien, para cumplir tal designio, nome será necesario probar que son falsas, lo que acaso no conseguiría nunca; sino que, por cuantola razón me persuade desde el principio para que no dé más crédito a las cosas no enteramenteciertas e indudables que a las manifiestamente falsas, me bastará para rechazarlas todas conencontrar en cada una el más pequeño motivo de duda. Y para eso tampoco hará falta queexamine todas y cada una en particular, pues sería un trabajo infinito; sino que, por cuanto laruina de los cimientos lleva necesariamente consigo la de todo el edificio, me dirigiré enprincipio contra los fundamentos mismos en que se apoyaban todas mis opiniones antiguas.”

Descartes: Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas, Meditación primera(Alfaguara, Madrid 1977, p.17).

La res cogitansAsí, pues, supongo que todo lo que veo es falso; estoy persuadido de que nada de cuanto mimendaz memoria me representa ha existido jamás; pienso que carezco de sentidos; creo quecuerpo, figura, extensión, movimiento, lugar, no son sino quimeras de mi espíritu. ¿Qué podré,entonces, tener por verdadero? Acaso esto solo: que nada cierto hay en el mundo. Pero, ¿qué séyo si no habrá otra cosa, distinta de las que acabo de reputar inciertas, y que sea absolutamenteindudable? ¿No habrá un Dios, o algún otro poder, que me ponga en el espíritu estospensamientos? Ello no es necesario: tal vez soy capaz de producirlos por mí mismo. Y yo mismo,al menos, ¿no soy algo? Ya he negado que yo tenga sentidos ni cuerpo. Con todo, titubeo, pues¿qué se sigue de eso? ¿Soy tan dependiente del cuerpo y de los sentidos que, sin ellos, no puedoser? Ya estoy persuadido de que nada hay en el mundo; ni cielo, ni tierra, ni espíritus, ni cuerpos,¿y no estoy asimismo persuadido de que yo tampoco existo? Pues no: si yo estoy persuadido dealgo, o meramente si pienso algo, es porque yo soy. Cierto que hay no sé qué engañadortodopoderoso y astutísimo, que emplea toda su industria en burlarme. Pero entonces no cabeduda de que, si me engaña, es que soy; y, engáñeme cuanto quiera, nunca podrá hacer que yo nosea nada, mientras yo este pensando que soy algo. De manera que, tras pensarlo bien yexaminarlo todo cuidadosamente, resulta que es preciso concluir y dar como cosa cierta queesta proposición yo soy, yo existo, es necesariamente verdadera, cuantas veces la pronuncio o laconcibo en mi espíritu.

Descartes: Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas (Alfaguara, Madrid 1977, p. 23-24).

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Kant: Crítica de la Ilusión Dialéctica yla Lógica Trascendental

Gran parte del pensar contemporáneo no se entiende sin detenerse en las grandes tesiskantianas sobre la razón en sus usos teórico y práctico, por eso es que incorporamos aKant (1724-1804), aunque su aporte a la lógica está dado desde su análisis delconocimiento. La "revolución del conocimiento", planteada en la Crítica de la Razón Pura,presupone cierta idea sobre los principios lógicos que influyen en la determinación de losjuicios que participan en la constitución del conocimiento humano. Por esto, el estudiode la lógica en el pensamiento de Kant, es importante y valedero realizarlo, ya que hasido fundamental en la constitución del conocimiento en el mundo moderno.En primera instancia, es la lógica el estudio de reglas necesarias del entendimiento;valida cualquier uso del entendimiento, independientemente de los objetos que tratedicho entendimiento, estas reglas son a priori y la lógica trata sobre la forma de dichasreglas. La lógica por eso es canon, regula el uso del entendimiento.La lógica ha quedado definida como una ciencia que trata sobre reglas del pensar engeneral. Tales reglas son absolutamente necesarias, gracias a ellas es posible laexistencia del entendimiento y su uso general. También estas reglas son consideradas apriori, con independencia de toda experiencia; pertenecen al entendimiento y noprovienen de lo empírico, si así fuera, serían contingentes, lo que no fundaría alpensamiento en general, sino sólo a aquel tipo particular. Finalmente, estas reglas sonpura forma, sin contenido, que sólo legislan el uso del entendimiento. Pertenecen estasreglas a todo ser racional, son absolutas y eternas. La lógica trascendental toma un giroepistemológico en Kant, entendiendo con esto, la determinación de los elementos queentrega el entendimiento y la razón que participan en el conocimiento, para que este seacorrecto y no falaz.

Para Kant la lógica es un vestíbulo, una propedéutica, una introducción a cualquieruso científico de nuestro entendimiento y por eso mismo no trata sobre ningún objetoparticular. Además, la lógica no es órgano de las ciencias, esto es, no indica el modo deadquirir conocimientos sobre determinados objetos. Lo que le ocupa a la lógica es "ponerde acuerdo los conocimientos en general con la forma del entendimiento". Es decir, sirvepara rectificar y criticar el conocimiento y el pensamiento en general, no cómo seadquiere.Lo que pretende la lógica no es saber cómo pensamos, sino cómo debemos pensar, cómodebemos aplicar el entendimiento de un modo necesario, no contingente. El usocontingente podría darnos una lógica instrumental, pero no necesaria que al mismotiempo funda cualquier uso del entendimiento.La lógica debe dar el uso correcto o legítimo del entendimiento o su acuerdo consigomismo en todo uso posible del entendimiento.En cambio, la dialéctica trascendental, que Kant llama lógica de la ilusión o de laapariencia, muestra cómo la razón sin una crítica, sostiene discursos que pretenden serconocimiento a partir de ella misma, cuestión imposible ya que ha quedado de manifiesto

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que el conocimiento es posible gracias a los elementos dados por la razón que sintetizan alos elementos entregados por la sensibilidad. Debe haber intuición dada al entendimientoy la lógica debe investigar los conceptos que se relacionan con tales intuiciones. Es lalógica trascendental una crítica de la razón y del entendimiento en sus usos en el ámbitodel conocimiento que evitaría los artificios casi mágicos de la metafísica que hapretendido validar discursos sin ninguna relación a objetos, en circunstancias que ellosson a priori, producidos sólo por la razón.

La Crítica de la razón pura supone una articulación entre estética y lógica,y ésta, a su vez, es dividida en analítica y dialéctica:

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»

Trata de los elementos a priori del entendimiento necesariospara pensar cualquier objeto Es considera metafóricamente«territorio de la verdad» e «isla encerrada por la naturalezamisma en límites invariables». Kant define la analítica comola parte de la lógica que resuelve la actividad formal delintelecto y de la razón en sus elementos constitutivos, o sea,conceptos, juicios y silogismos, y los expone como criteriosformales para avalar la consistencia de todo conocimiento.La pura forma del pensamiento no es, por sí sola, suficientepara producir un conocimiento verdadero, no proporcionaninguna verdad material objetiva, sino que sólo relaciona losobjetos con un todo coherente, según las leyes de la lógica.

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Es considerada metafóricamente «océano ancho y borrascoso,verdadera patria de la ilusión», donde sólo hallamos «laapariencia de nuevas tierras» y «vanas esperanzas», perdidosen la ilusoria aventura de tener que buscar siempre sin poderhallar nunca. En esta aventura cae la razón en el engaño queella misma se dispone y en la «ilusión» (sofística) detraspasar los límites impuestos, creyendo poder hacerafirmaciones sobre objetos que están más allá de laexperiencia. A este engaño llama Kant ilusión trascendental,porque supone la pretensión de ir más allá del uso empíricode las categorías, creyendo que así se logra extender elcampo del conocimiento; es una ilusión inevitable y natural -como la de ver la luna mayor cuando está sobre el horizonte-.Su tarea es la de desenmascarar estos sofismas y engaños dela razón, cuando pretende un uso trascendente de lascategorías y persigue la vana ilusión de traspasar sus límites.

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La dialéctica en Kant

Fragmentos de Roberto Marafioti: Los patrones de la Argumentación. Cap. 3 (pp57-60):

El filósofo que en la modernidad retoma el problema de la dialéctica y le da una forma decisiva es Kant. ... conla división de la lógica en analítica y dialéctica, Kant acompaña la tradición aristotélica. Una confirmación de queen este punto Kant se remitía a Aristóteles puede encontrarse también en sus lecciones de Lógica, donde señalaque la lógica actual deriva de la lógica analítica de Aristóteles.En segundo lugar, que Kant tiene a Aristóteles como punto de referencia para su exposición es claro cuando,para presentar su trabajo en el prefacio de la segunda edición de la Crítica de la razón pura, escribe que "lalógica desde Aristóteles no pudo dar ningún paso para atrás y hasta hoy tampoco pudo dar algún paso paraadelante".Kant atribuye a la dialéctica, a pesar de la referencia a Aristóteles, un significado negativo. Basado en sufilosofía-según la cual el pensamiento proporciona al conocimiento sólo una organización formal correcta, encuanto su contenido material sólo puede ser provisto por la sensibilidad-, Kant llama "dialéctica" a la pretensiónilusoria de producir el conocimiento mediante la actividad única de la razón.Kant reduce la dialéctica a la erística. Y ello significa que, no obstante retomar la tradición aristotélica sobre ladistinción entre analítica y dialéctica, entiende esta última en una acepción denigratoria que es contraria a laconcepción de Aristóteles. Kant también rechaza la idea de la dialéctica sostenida en la tradición aristotelizantede la Edad Moderna, una idea de que la dialéctica es una logica probabilium (lógica de lo probable) o, mejor, untipo de racionalidad adecuado al estudio de las cosas que no son necesarias sino apenas contingentes y que,por lo tanto, implican un conocimiento probable.Kant compartía la polémica contra la dialéctica -frecuente a partir de Descartes en los pensadores modernos-que se oponen a ella como a un arte que pretende enseñar a discutir todo y que, en lugar de introducir elasunto en la discusión, lleva a perderse en los lugares comunes. Y tal polémica es sólo señal de la polémicacontra el saber escolástico de los aristotélicos en nombre de la ciencia nueva y de su método, en la que muchasveces y equivocadamente se involucró el nombre de Aristóteles en lugar de los aristotélicos.De todos modos, es interesante retener la explicación histórica de la identificación de la dialéctica y la erísticaque el propio Kant sostiene en las lecciones de Lógica. Allí, al esbozar un compendio de la historia de lafilosofía, alude al significado originario de la dialéctica en Zenón -pensador que en la Crítica de la razón puratambién es apreciado como "dialéctico sutil" y defendido de la acusación de Platón de ser un "sofista petulante"-y habla entonces de una degeneración debida a la cual la dialéctica habría decaído hasta el punto de asumir unsignificado negativo: La proposición fundamental de la filosofía eleática y de su fundador era: en los sentidos existen apenas ilusiones, yapariencias y exclusivamente en el intelecto se encuentra la fuente de la verdad. Entre los filósofos de esa escuela, Zenón sedistinguió como un hombre de gran intelecto y agudeza.La dialéctica indicaba originalmente el arte del empleo puro de larazón con referencia a los conceptos abstractos, separados de cualquier elemento sensible. Es el motivo de tantos elogios deeste arte entre los antiguos. Luego, cuando aquellos filósofos rechazaron por completo el testimonio de los sentidos, y fueroninevitablemente derrotados, con esa afirmación, en demasiadas sutilezas, la dialéctica degeneró en el arte de afirmar ycontestar cualquier proposición. De este modo, se convirtió en un mero ejercicio para los sofistas que querían razonar sobretodo y se esmeraban en pintar las apariencias con los colores de la verdad y en convertir en negro lo que era blanco. Kant:Crítica de la Razón Pura, Madrid, Alfaguara, 1978 , p. 537.Pero, además, en la Crítica de la razón pura Kant diferencia entre argumentación objetiva o “convicción" yargumentación subjetiva o persuasión, distinción que está en la base de los autores que se aproximaron alestudio de la argumentación. Hay que recordar también que en la Crítica del juicio, junto al convencer y alpersuadir, aparece también el "sugestionar", lo que lo lleva a condenar, en el "arte insidioso" de la retórica, "lasmaquinaciones de la persuasión [...] dirigidas a un artificioso sugestionar". Kant señala que existen dos tipos dejuicios: Cuando éste es válido para todo ser que posea razón, su fundamento es objetivamente suficiente, eneste caso, el tener por verdadero se llama convicción. Si sólo se basa en la índole especial del sujeto, se llama"persuasión".

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"La ciencia de estas reglas necesarias y universales, es, pues, simplemente, la ciencia de laforma de nuestro conocimiento intelectual o del pensamiento [...]. A la ciencia de las leyesnecesarias del entendimiento y de la razón en general, o lo que es lo mismo, de la simpleforma del pensamiento en general, es a lo que llamamos lógica"

Kant: Tratado de Lógica. Ed. Araujo, Bs.As. 1983, p. 3.

LA LÓGICA

"Es la lógica una ciencia racional, no sólo en cuanto a la mera forma, sino también en cuanto alfondo: una ciencia a priori de las leyes necesarias del pensamiento, no en lo que se refiere a losobjetos particulares, sino en lo que respecta a todos los objetos en general. La lógica es, porconsiguiente, la ciencia de la aplicación legítima del entendimiento y la razón en general; cienciano subjetiva, es decir, no formada en vista de principios empíricos (psicológicos), sino cienciaobjetiva, formada por principios a priori determinando la materia del pensamiento que debeocupar el entendimiento"

Kant: Tratado de Lógica. Ed. Araujo, Bs.As. 1983, p. 3.

"La lógica, por su parte, sólo pueda ser considerada desde una doble perspectiva: como lógica delo general o como lógica del peculiar uso del entendimiento. La primera incluye las reglasabsolutamente necesarias del pensar, aquellas sin las cuales no es posible uso alguno delentendimiento. Se refiere, pues, a éste sin tener en cuenta la diferencia de los objetos a los quepueda dirigirse. La lógica del uso peculiar del entendimiento comprende las reglas para pensarcorrectamente sobre cierta clase de objetos. La primera podemos llamarle lógica de loselementos. La última podemos denominarla el órganon de tal o cual ciencia. (...) La lógica generales, o bien lógica pura, o bien lógica aplicada. En la primera hacemos abstracción de todas lascondiciones empíricas bajo las cuales actúa nuestro entendimiento [...] Por tanto, una lógicageneral pura sólo tiene que ver con principios a priori y es un canon del entendimiento y de larazón, aunque sólo en relación con el aspecto formal de su uso, sea cual sea el contenido(empírico o trascendental). Se llama aplicada la lógica general cuando se dirige a las reglas deuso del entendimiento bajo las condiciones empíricas subjetivas que la psicología nos enseña [...]Por ello no es ni un óganon de ciencias particulares, sino un catárquico del entendimiento común"

Kant: Crítica de la Razón Pura. (Alfaguara, Madrid 1993., p. 74-76).

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La lógica como propedéutica

“El que la lógica haya tenido semejante éxito [definitivamente concluida] se debe únicamente asu limitación, que la habilita, y hasta la obliga, a abstraer de todos los objetos de conocimiento yde sus diferencias. En la lógica el entendimiento no se ocupa más que de sí mismo y de su forma.[...] De aquí que la lógica, en cuanto propedéutica, constituya simplemente el vestíbulo, por asídecirlo, de las ciencias y, aunque se presupone una lógica para enjuiciar los conocimientosconcretos que se abordan, hay que buscar la adquisición de éstos en las ciencias propia yobjetivamente dichas. “

Kant: Crítica de la razón pura, Prólogo de la segunda ed., B X (Alfaguara, Madrid 1988, 6ª ed., p. 16).

La razón dialéctica

Si al hacer uso de los principios del entendimiento, no nos limitamos a aplicar larazón a los objetos de la experiencia, sino que nos atrevemos a extender esosprincipios más allá de los límites de la misma, surgen las tesis pseudorracionales.Tales tesis no necesitan ni esperar una confirmación empírica, ni temer unarefutación. No sólo está cada una de ellas libre en sí misma de toda contradicción,sino que encuentra las condiciones de su necesidad en la naturaleza de la misma. Elproblema reside, desgraciadamente, en que la tesis opuesta tiene a su favor unosfundamentos que gozan de la misma validez y necesidad. [...] Una tesis dialéctica dela razón pura debe, pues, distinguirse de todas las proposiciones sofísticas por losiguiente: en primer lugar, por no referirse a una cuestión arbitraria, planteada conun propósito particular, sino a una cuestión con la que necesariamente tropieza larazón humana al avanzar.

Kant: Crítica de la razón pura, Dialéctica trascendental, l. 2(Alfaguara, Madrid 1988, 6ª ed., p. 391-392).

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LÓGICA DE LA ILUSIÓN O DIALÉCTICA

“La lógica general, considerada como organon, es siempre una lógica de la ilusión, o sea, essiempre dialéctica. Dado que no enseña absolutamente nada sobre el contenido del conocimientosino sólo sobre las condiciones formales de acuerdo con el intelecto, que son totalmenteindiferentes con relación a los objetos.”

Kant, Crítica de la razón pura, Madrid, Alfaguara, 1978, p. 237.

Persuasión y Convicción son dos tipos de juicio

“Cuando éste [el juicio] es válido para todo ser que posea razón, su fundamento esobjetivamente suficiente y, en este caso, el tener por verdadero se llama convicción. Si sólo sebasa en la índole especial del sujeto, se llama persuasión.La persuasión es una mera apariencia, ya que el fundamento del juicio, fundamento queúnicamente se halla en el sujeto, es tomado por objetivo. Semejante juicio tampoco posee, pues,más que una validez privada y el tener por verdadero es incomunicable [...]Subjetivamente no es, por tanto, posible distinguir la persuasión de la convicción cuando elsujeto considera el tener por verdad como simple fenómeno del propio psiquismo. Pero el ensayoque hacemos con sus fundamentos valederos para nosotros, con el fin de ver si producen elentendimiento de otros el mismo efecto que en el nuestro, es, a pesar de tratarse de un mediosubjetivo, no capaz de dar como resultado la convicción, pero sí la validez meramente privadadel juicio, es decir, un medio para descubrir en él lo que constituya mera persuasión [...] Lapersuasión puedo conservarla para mí, si me siento a gusto con ella, pero no puedo ni debopretender hacerla pasar por válida fuera de mí”.

Kant : Crítica De La Razón Práctica, pp. 639-640.

"Por más variado que pueda ser el significado que los antiguos dieran a esa denominación de una cienciao arte, se puede deducir con seguridad del uso real de ese término que la dialéctica no era, para ellos,nada más que una lógica de la ilusión. Se trata de un arte sofistica que procura brindar color de verdada la propia ignorancia personal, o hasta a las propias construcciones persona- d les intencionalmenteilusorias, con la imitación del método de indagación profundizada prescripto por la lógica en general ycon el empleo de su tópica para embellecer cualquier procedimiento vacío”. La propia definición negativade la dialéctica como lógica de 1as apariencias o de la ilusión es reafirmada en la Lógica, donde Kant diceque, entre los griegos, los dialécticos eran los abogados:'. o los oradores, quienes sabían conducir alpueblo adonde ellos querían porque el pueblo se deja engañar por las apariencias. Ella también fueexpuesta por' cierto tiempo con el título de arte de la discusión.: “Un tiempo en el que toda la lógica y lafilosofía eran cultivadas por ciertos parlanchines para producir artificialmente tales apariencias".

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Hegel: la dialéctica como lógica de la contradicción

Fragmentos de: Roberto Marafioti: Los patrones de la Argumentación. Cap. 3. (pp: 60-62)

Hegel (1770-1831) también parte de Kant para elaborar su teoría acerca de la dialéctica, pero este conceptosirve para construir todo un edificio teórico que no es oportuno desplegar aquí en toda su magnitud. Pero valela pena volver a Kant para comprender mejor el tránsito hacia Hegel. En efecto, después de haberle asignado ala dialéctica la acepción negativa ya consignada, Kant dice que como la enseñanza de ese arte ilusorio no estáde acuerdo con la dignidad que debe tener la filosofía, no puede sumarla a su sistema salvo para demoler lasilusiones que produce (pretendiendo conocer las ideas del alma inmortal, del mundo y de Dios) y designa a esadestrucción de la dialéctica en sentido positivo la "crítica de la ilusión dialéctica".La parte de la dialéctica trascendental particularmente importante es la relativa a la cosmología racional, porqueen ella Kant muestra cómo la razón desenvuelve necesariamente una "antitética”, un sistema de antinomias, deproposiciones opuestas, ambas demostrables (o refutables) sin que, en apariencia, se muestre una salida paralos dilemas que ella construye: la primera antinomia consiste en la demostración de la tesis que el mundo esfinito y, al mismo tiempo, la demostración de la antítesis, que es infinito; la segunda, la demostración de quetoda sustancia compuesta consta de partes simples y, al mismo tiempo, la demostración de que ningunasustancia compuesta consta de partes simples; la tercera demostración de que, al lado de la causalidad de lasleyes naturales, es necesario admitir una causalidad mediante la libertad, y la simultánea demostración de quesucede según la necesidad de las leyes naturales; la cuarta es la demostración de que el mundo implica comosu causa, o parte, un ente necesario, y la demostración contraria de que no existe ningún ser necesario.En su significado positivo de crítica de la ilusión trascendental, la dialéctica debe resolver esas antinomias de larazón y lo hace ejercitando el método que Kant denomina "método escéptico" -en el sentido de escepticismocrítico y no dogmático-, poniendo en práctica la investigación y la duda, o la crítica, a fin de desenmascararverdades aparentes e ilusorias, como son la tesis y la antítesis de las antinomias.Remitiéndose a la dialéctica trascendental de Kant, Hegel le reconoce el mérito de advertir la necesidad de lasantinomias de la razón que él no interpreta como proposiciones contrarias sino como verdaderascontradicciones, atribuyéndoles, no obstante, el error de haber considerado las antinomias meramentesubjetivas, el producto de una razón finita, incapaz de conocer la totalidad. El hecho de que la razóndesenvuelva su propia antítesis, que para Hegel es gobernada por la fuerza de la negación y la contradicción -yque debe ser extendida no sólo a la cosmología sino a todas las ideas, a todos los conceptos y a todos losobjetos-, significa que la razón conoce el infinito, el Absoluto, la totalidad, ya que esta última sólo puedeexpresarse mediante la contradicción. Retomando, por tanto, la dialéctica kantiana en sentido positivo, Hegel ladesarrolla como lógica de la contradicción y hace de ella el alma de su sistema, la propia expresión de la vidadel espíritu. Siendo así, con Hegel la dialéctica alcanza su perfil filosófico más elevado. Schopenhauer respondecon una operación de fuerza igual y contraria y la reduce a sus mínimos términos de arte que permite obtenerla razón, de "doctrina del modo de proceder perteneciente a la natural prepotencia humana". Esta operación,desde un punto de vista filosófico, es probablemente menos profunda pero se mostró, al fin de cuentas, másflexible al paso de los tiempos. Porque Schopenhauer relacionó la dialéctica no a una filosofía sino a la propiacondición del hombre como animal dotado de lenguaje, en la medida en que es aquel ser a quien los diosesdieron la palabra para que pudiese esconder su pensamiento. Se opone así a toda una tradición filosófica queha distinguido al animal del hombre, por poseer este último la palabra que le permite manifestar a los otros supensamiento (cartesianismo, Etienne Bonnot de Condillac [1715 – 1780], entre otros). La visión kantiana de ladialéctica como "lógica de las apariencias" o "lógica de la ilusión" representa la fuente inmediata de inspiraciónde Schopenhauer aunque éste aparentemente la critique. Observa, refiriéndose a Kant sin nombrarlo, que ladialéctica "fue definida como la lógica de las apariencias" y agrega que "es falso porque, en este caso, ellatendría utilidad sólo en la defensa de las proposiciones falsas". Se trata de una crítica que responde apenas alsignificado exterior del término `apariencias', no a lo que en realidad Kant entiende, y que no pone endiscusión la acepción negativa de la dialéctica.

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LA DIALÉCTICA

“Por lo demás, la dialéctica no es en modo alguno un principio nuevo en la filosofía.Entre los antiguos, se atribuye a Platón su invención; lo cierto es que en la filosofíaplatónica es donde la dialéctica se produce bajo su forma verdaderamentecientífica y, por tanto, objetiva. [...]En nuestros días es a Kant principalmente a quien se debe el haber sacado delolvido y honrado la dialéctica y esto por sus antinomias de la razón de que se hahablado antes, en que no se trata de una simple oscilación de razonamientos y de unhecho puramente subjetivo, sino en que se demuestra cómo toda determinación delentendimiento tomada en sí misma y separadamente, se cambia inmediatamente ensu contrario.”

Hegel: Lógica, LXXXI, (Ricardo Aguilera, Madrid 1973, p.124-126).

DIALÉCTICA Y SOFÍSTICA

“Es muy importante aprehender y entender el momento dialéctico. Él es en la realidad elprincipio de todo movimiento, vida y actividad y el alma de todo movimiento, vida y actividad y elalma de todo verdadero conocimiento científico. No detenerse en las determinacionesabstractas del entendimiento no aparece a nuestra conciencia ordinaria sino una especie deequidad, vivir y dejar vivir, como se dice, de tal modo que uno viva y otro también. La verdad esque lo finito no recibe su limitación del exterior, sino que se suprime en virtud de su naturalezaespecial y pasa él mismo a su contrario. Por ejemplo, cuando se dice que el hombre es mortal, seconsidera la muerte como algo que tiene su razón en circunstancias exteriores y, según esto,habría en el hombre dos propiedades particulares, la de vivir y también la de morir. Pero loacertado es considerar la vida como tal llevando en sí misma el germen de la muerte y lo finitoen general llevando en sí mismo su contradicción y, por lo tanto, como suprimiéndose él mismo.Además, no se debe confundir la dialéctica con la sofística, cuya esencia consiste precisamenteen afirmar y hacer valer las determinaciones del entendimiento en su estado de aislamiento, asícomo lo que demanda el interés momentáneo del individuo y de su posición. Hay, por ejemplo, enla esfera de la acción este momento esencial, que yo existo y que debo tener medios para laexistencia. Pero si aíslo este lado, este principio de mi bien, y deduzco de él que el robo me espermitido, o que me es lícito hacer traición a mi patria, razonaré al modo de los sofistas. [...]”

Hegel: Lógica, LXXXI (Ricardo Aguilera, Madrid 1973, p.124-126).

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Schopenhauer: la dialéctica erística

Fragmentos de “La dialéctica en Schopenhauer” R. Marafioti:Los patrones de la Argumentación. Cap.3. (pp: 62-64)

Para Schopenhauer (1788-1860) la dialéctica actúa sólo como un "órgano" de la maldad humana, uninstrumento indispensable para tener éxito en las discusiones y así satisfacer la prepotencia humana;en suma, para alcanzar la razón por cualquier medio, tanto lícito como ilícito. Por ello su pequeñotratado se subtitula "dialéctica erística" (que a veces se traduce como el "arte de tener razón"), osea, una técnica de argumentación que tiene como objetivo único alcanzar la victoria en lascontroversias sin preocuparse por la verdad. En esos años y en la misma universidad, en una cátedray con un reconocimiento considerable del que no gozaba Schopenhauer, Hegel sostenía una idea dedialéctica diferente. Para él, la dialéctica era la forma de manifestación y desenvolvimiento delespíritu, según un recorrido que, a través de las miles de vueltas que tiene lo real, alcanza loAbsoluto, precisamente en la forma de un saber que se autocomprende como una manifestación desu propia totalidad. Pero este éxito se vio tronchado por su muerte prematura por el cólera que loatacó en 1831 después de una epidemia que asoló a la ciudad. Schopenhauer, para evitar cualquierriesgo, se trasladó a Francfort.La idea de la dialéctica hegeliana, sea con la escuela de Hegel o los hegelianos o con eldesenvolvimiento que se dio luego en el ámbito del marxismo, tuvo un éxito y una difusiónrespetables, a punto de convertirse no sólo en un sistema filosófico sino también en una verdaderavisión del mundo. Hasta hoy, cuando en filosofía se habla de dialéctica se piensa en la concepción deHegel y en sus ramificaciones en el marxismo. La dialéctica es entendida como una estructura delpensamiento y una forma de conocimiento de la realidad. Esa concepción de la dialéctica prevalececasi a lo largo de dos siglos y ocupa en la filosofía el valor semántico de la propia palabra.La idea schopenhaueriana de dialéctica no tuvo seguidores específicos, ni en las cátedras ni en lasescuelas de filosofía de la época. Ella retoma la concepción más antigua de la dialéctica y sus raícesse vinculan con el pensamiento griego. Incluso se puede avanzar más y decir que se encuentraenraizada en la propia condición humana, al punto de estar sedimentada en el mismo lenguajecotidiano, donde se encuentra aún hoy y se entiende por "dialéctica" la habilidad y el empleo detécnicas específicas de discusión.Schopenhauer, dejando totalmente de lado la utilidad científica de la dialéctica sostenida porAristóteles y por lo tanto abandonando las diferencias con relación a la erística, identificasimplemente la dialéctica con esta última y, considerando apenas su aspecto técnico-formal, lareduce a un conjunto de estratagemas, habilidades, recursos; un mero instrumento argumentativo alservicio de lo verdadero y de lo falso, un arma para prevalecer sobre el interlocutor, conindependencia de la razón o de la falta de ella. En este sentido, Schopenhauer-firme en esaconvicción de que la dialéctica, en cuanto instrumento al servicio de la naturaleza perversa yprepotente del hombre, no puede ser otra cosa sino una erística- aprovecha el material que eltratado aristotélico le pone abundantemente a disposición pero se lamenta del modo no suficiente-mente erístico como Aristóteles trató a la dialéctica. De hecho, la dialéctica tiene para él como tareaprincipal no la verdad objetiva -que puede ser considerada algo accidental- sino que debe ocuparsede cómo defender las afirmaciones propias y de cómo invalidar las posiciones del otro. Por lo tanto,debe establecer y analizar las estratagemas de la deshonestidad en la disputa.

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Dialéctica erística o el arte de tener razón [R. Marafioti: idem, pp. 64-81]

La dialéctica erística es el arte de discutir, pero de discutir de manera que se tenga razón tanto lícitacomo ilícitamente.

Su origen, según Schopenhauer, es la maldad del género humano. La vanidad innata de los hombreshace que nadie se resigne, a pesar de que lo que se haya dicho en primer lugar sea falso y seaverdadero lo que afirma el adversario. De manera que a la vanidad original se le deben sumar lacharlatanería y la innata improbidad. Quien queda como vencedor de una discusión tiene queagradecérselo por lo general no tanto a la certeza del juicio al formular su tesis como a la astucia yhabilidad con que la defendió. Y aquí Schopenhauer reconoce que se trata de una facultad innata.

Debatiendo con Aristóteles acerca de la delimitación del concepto de dialéctica, admite que en losTópicos se abordó correctamente una temática que no llegó a alcanzar su propósito, que eseminentemente práctico. Luego de considerar el Estagirita en los Analíticos los conceptos, juicios ysilogismos según su pura forma, pasó después a analizar el contenido, que únicamente tiene que vercon los primeros. Proposiciones y silogismos son en sí mismos pura forma; los conceptos significansu contenido. En todo debate se debe reconocer una tesis o problema (que difieren simplemente enla forma) y, luego, axiomas que deben servir para resolverlo. Se trata siempre de la relación de unosconceptos con otros. Estas relaciones son, inicialmente, cuatro. De un concepto se busca o 1 ) sudefinición, o 2 ) su género, o 3) su característica particular, su marca esencial, propium, o 4) suaccidens, es decir, una cualidad cualquiera, sin importar si es peculiar y exclusiva o no; brevemente,un predicado. De aquí se desprenden relaciones y la forma en que se comporta un conceptorespecto de otro para ser su propium (propio), su accidens (accidente), su genus (género) o sudefinitum (definición); qué errores se cometen fácilmente durante la formulación y qué debeconsiderarse cada vez que se plantea una relación y cómo se puede refutar. Trae a colación elconcepto aristotélico de topos que no es algo que se refiera a un objeto o concepto preciso sino quesiempre se trata de una relación de clases enteras de conceptos que puede ser común a un númeroindeterminado de ellos, en cuanto que éstos sean considerados en sus relaciones recíprocas, bajouno de los cuatro casos mencionados que se dan en toda discusión.

La propuesta de Schopenhauer retoma parcialmente los sofismas o las falacias ya tratados porAristóteles en Argumentos sofísticos; sin embargo, algunas de las estratagemas funcionan sólo comomecanismos extradiscursivos destinados de manera fundamental a ganar el combate en unadiscusión, a partir de sacar de su sitio al interlocutor provocándole ira y nerviosismo o simplementedejando de lado el debate y concluyendo la discusión. Hay que recordar que un buen número deestratagemas aparecen desarrolladas, además, en los Tópicos de Aristóteles -que lleva comosubtítulo De la dialéctica-, donde está contenida la doctrina del razonamiento sobre lo probable. ElLibro Octavo en particular alecciona acerca del arte de discutir.

La base de toda dialéctica... en primer lugar, opina Schopenhauer, se debe tomar en cuenta quées lo esencial de toda discusión, qué es lo que en ella sucede. El interlocutor propone una tesis.

Para refutarla existen dos modos y dos vías:

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1) Los modos: a) ad rem (con referencia a la cosa); b) ad hominem (con referencia a la persona conla que se discute), y c) ex concessis (con referencia al marco de concesiones hechas por eladversario); esto es, se muestra que la tesis expuesta no está de acuerdo con la naturaleza delobjeto, con la verdad objetiva o con otras manifestaciones o concesiones admitidas por el oponente,es decir, con la verdad subjetiva. Esta última es sólo una traslación relativa y no afecta a la verdadobjetiva.

2) Las vías: a) refutación directa, y b) indirecta.La directa ataca la tesis en sus fundamentos; la indirecta, en sus consecuencias. La directa muestraque la tesis no es verdadera; la indirecta, que no puede ser verdad.

En cuanto a las refutaciones directas, se puede hacer dos cosas: o se muestra que los fundamentosdel enunciado son falsos, y se niega tanto la premisa mayor como la menor, o se las admite pero semuestra que no se sigue de ellos la consecuencia (nego consequentiam, niego la consecuencia), y seataca así la consecuencia, la forma de la conclusión.En las refutaciones indirectas se utiliza la apagoge o la instancia: 1) Apagoge: se acepta la tesis del adversario como si fuese verdadera; después se muestralo que de ella se sigue si se la utiliza como premisa de un silogismo en unión de otra tesis cualquierareconocida como verdadera; a continuación, se deduce de ese silogismo una conclusión falsa, puescontradice la naturaleza del objeto o contradice las demás afirmaciones del adversario; es decir quetanto ad rem como ad hominen es falsa. Por consiguiente, el enunciado del adversario sería tambiénfalso, pues de premisas verdaderas sólo pueden deducirse conclusiones verdaderas, aunque de lasfalsas no siempre se desprenden conclusiones falsas. 2) La instancia, exemplum in contrarium (contraejemplo): refutación de la tesis general por mediode la aportación directa de casos particulares que, aunque están comprendidos bajo elenunciado de la tesis, no la confirman, por lo que se deduce que tiene que ser falsa.

Éste es el andamiaje, el esqueleto de toda discusión. A él hay que reducir el fundamento decualquier disputa. Pero todo esto puede suceder real o aparentemente, con razones buenas o malas;y como no se lo puede saber con facilidad por eso los debates suelen ser tan largos y fogosos.Tampoco se puede separar lo verdadero de lo falso durante su transcurso porque, precisamente, nisiquiera los contrincantes lo saben con anterioridad. Por consiguiente, Schopenhauer expone lasestratagemas, sin tener en cuenta si se tiene o no razón objetiva, pues tal cosa no se puede sabercon seguridad y, además, eso es lo que debe decidirse por medio de la disputa propiamente dicha.En toda discusión o argumentación en general hay que estar de acuerdo sobre algo desde lo cual, amodo de principio, se pueda juzgar el asunto en cuestión.A partir de este esquema Schopenhauer analiza las treinta y ocho estratagemas que se puedenemplear en todo debate. Hay que hacer la salvedad de que, en algunos casos, alude a lastradicionales falacias o sofismas que se pueden encontrar en los manuales de lógica pero, en otroscasos, estas estratagemas son meras habilidades destinadas a descalificar o a sacar de sus cabalesal interlocutor. La cuestión de ganar la voluntad del tercero para que adhiera a las tesis que sepresentan es un tema tratado por la retórica tradicional. El planteamiento de Schopenhauer no esnovedoso. Lo que sí resulta novedoso es el vínculo que efectúa entre su sistema filosófico y elesquema propuesto. En él siempre se trata de dejar al contrincante fuera de lugar, descontrolado,irracional, contradictorio; en definitiva, no fiable respecto de aquello que afirma.

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Describimos algunos de los Estratagemas presentados por Schopenhauer:(2): Homonimia. Se usa la homonimia para extender la afirmación enunciada a lo que puede comprenderseigualmente bajo el mismo nombre, pero que poco o nada tiene que ver con el asunto del que se estátratando; después se refuta triunfalmente la afirmación tomada en este sentido haciendo que parezca quese ha refutado la primera. Se ejemplifica cuando en un mismo argumento se emplean palabras o frases enmás de un sentido, como ocurre con la palabra ‘igual’: Los sexos no son iguales, entonces los derechos nopueden ser iguales(3): Tomar la afirmación formulada de manera relativa como si hubiera sido en general o, por lo menos, eratenderla de un modo diferente del de su verdadera intención para refutarla- Apunta a la simplificación, yaque este mecanismo generaliza no en relación con un problema en particular, o con un conjunto deproblemas, sino con respecto a todos los problemas, en lo posible sin la menor restricción, lo quegeneralmente da como resultado generalidades vacías o falsas o al menos confusas.El ejemplo, -de Aristóteles-, es: "El moro es negro, pero por lo que a sus dientes se refiere, blanco; por lotanto es negro, pero no negro a la vez". Se puede incluir en esta estratagema la conocida falacia de lageneralización precipitada. Por ejemplo, se dice: "Juan Robles no fue un cristiano sincero, luego todos loscristianos no son sinceros".luego todos los cristianos no son sinceros".(6): Petición de principio. Se toma como premisa de su razonamiento la misma conclusión que se pretendeprobar. Si la proposición que se quiere establecer está formulada exactamente en las mismas palabrascomo premisa y como conclusión, el error será tan manifiesto que no engañará a nadie. Ejemplo: En undiálogo acerca de escritores latinoamericanos, uno sostiene que Jorge Luis Borges es un autor másimportante que Gabriel García Márquez porque los buenos lectores prefieren a Borges. Se formula luego lapregunta acerca de cómo se conoce a los buenos lectores y se responde que son los que prefieren a Borgesantes que a García Márquez.(7): Argumentación a partir de preguntas. Se trata de preguntar mucho y sobre muchas cosas de una vezpara ocultar lo que en realidad se quiere que el adversario admita y, además, extraer rápidamente de losupuesto en la pregunta la propia argumentación. Se incluye en esta estratagema la pregunta compleja oretórica. Si se dice "¿Ha dejado usted de beber?" se da por supuesto que se bebía, con lo cual no se puederesponder por sí o por no porque lo único que ello muestra es que se busca ratificar o confirmar lapregunta implícita.(8): Provocar la irritación del adversario. Se lo incomoda comportándose sin miramientos y con insolencia.(9): Desorden en la interrogación. No establecer las preguntas ordenadamente por la conclusión a la quese quiere llegar sino desordenadamente. El adversario no, sabrá adónde se quiere llegar y no estarápreparado para prevenir la conclusión. Además, según cómo vayan resultando las respuestas, éstas puedenemplearse para extraer conclusiones diversas e incluso contradictorias.(11): De lo particular a lo general sin escalas. Si se hace una inducción y el adversario admite comoválidos los casos particulares mediante los que se prueba, no se debe preguntar si también se admitirá laverdad general que puede concluirse de aquellos sino que se la debe introducir a continuación como si setratase de algo ya establecido y admitido anteriormente, porque puede ser que así lo crea, y también lospresentes tendrán la misma impresión porque recordarán las muchas preguntas formuladas sobre los casosparticulares, que habrían tenido que conducir a tal conclusión. En un diálogo se sostiene que si se difundenlas vacunas se disminuyen las enfermedades epidémicas. La viruela, la varicela, la meningitis, la hepatitis,han disminuido. Se concluye que hubo adecuada difusión de vacunas.

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(16): Argumenta ad hominem o ex concessis. Con respecto a una afirmación del adversario, se buscará side alguna manera no estará en contradicción -en caso necesario, por lo menos en apariencia- con algunaotra cosa que él haya dicho o admitido previamente, o con los principios de una escuela o secta que él hayaalabado o aprobado; también con hechos de quienes pertenecen a tal secta, o con los de miembros falsos osupuestos o con su propia conducta.(18): Escape a la derrota por el cambio de tema. Si se nota que el adversario comienza unaargumentación con la que provocará la derrota del que argumenta, no se debe consentir que siga adelantecon ella. Se le impedirá que continúe, interrumpiendo o desviando a tiempo la trayectoria de la discusiónpara encaminarla hacia otros rumbos. Brevemente, se le sale al paso con una mutatio controversiae (cambiodel tema de la discusión).Esta falacia se da cuando alguien introduce material irrelevante al asuntoprincipal en discusión, de modo de distraer la atención de todos a una conclusión diferente de la buscadapor el oponente. Por ejemplo, al tratar la pena de muerte como un medio eficaz para prevenir el crimen sehabla a las víctimas y se agrega: "¿Cómo piensa que se sienten los familiares de las víctimas al ver que elhombre que asesinó a su hijo es mantenido en prisión a costa de ellos? ¿Le parece bien que toda lapoblación deba pagar con sus impuestos el alimento o el alojamiento del asesino de su hijo?".(21): Si se observa que el adversario utiliza un argumento meramente aparente o sofístico, se lo puedeanular sencillamente atacando su capciosidad y apariencia, pero es mucho mejor presentarle otroargumento, si cabe, de análoga apariencia para liquidarlo, pues lo que importa no es la verdad sino lavictoria. Si él utiliza un argumentum ad hominem, bastará para invalidarlo con que se le responda con otrocontraargumento ad hominem (ex concessis) y, sobre todo, será mucho más corto esgrimir un argumentumad hominem cuando se tenga oportunidad de mezclarlo en una discusión sobre la verdadera naturaleza delasunto.(23): La contradicción y la discordia motivan la exageración de la tesis. Contradiciendo al adversario se lopodrá inducir a que lleve fuera de sus límites una afirmación que dentro de ellos hubiera podido serverdadera. En cuanto se haya refutado la exageración parecerá que se refuta también su primera tesis..Por ejemplo, alguien sostiene que al observar el valor de las drogas administradas por un médico sereconoce que eliminan los dolores de los pacientes gravemente enfermos. Entonces, si se reconoce esteprincipio se deduce rápidamente que quien lo afirma está proponiendo la liberación del uso de drogas.(24): Uso abusivo de la deducción. De las tesis del adversario se infieren a la fuerza, mediantededucciones falsas y deformando los conceptos, tesis que no están contenidas allí y que de ningún modocorresponden a la opinión manifestada por él sino que, en cambio, son absurdas o peligrosas. La sucesióntemporal o la mera coincidencia no bastan para establecer una conexión causal, sin embargo, en más de unaocasión se emplea este recurso.(26): Dar vuelta el argumento. Es lo que se conoce como retorsio argumenti (dar la vuelta al argumento),es decir, cuando el argumento que el adversario quiere utilizar para su defensa puede ser utilizado mejoren su contra. Por ejemplo, él dice: "El ladrón era sólo un niño, habría que dejarlo en paz y no tomarlo encuenta"; retorsio: "Precisamente porque es un niño el Estado lo debe tomar en cuenta y corregir, para queno se arraiguen esas costumbres en la infancia".(27):Insistir e irritar. Si inesperadamente el adversario se muestra irritado ante un argumento, debeutilizarse tal argumento con insistencia; no sólo porque resulta el más indicado para irritarlo sino porque esde suponer que se ha tocado la parte más débil de su razonamiento y porque si, se sigue por ahí, seobtendré mucho más de lo que se muestra a simple vista. Schopenhauer reitera lo dicho en el E.8.

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(28): Apelación al auditorio. Remite a la discusión entre especialistas frente a un público que no lo es. Sino se dispone de un argumentum ad rem ni de uno ad hominem, se dirige uno ad auditores (al auditorio). Seargumenta con una observación que derrote al adversario y aun más rotundamente si la observación que sehizo pone en ridículo de algún modo su afirmación. Enseguida el público está dispuesto a festejar y seobtiene el apoyo de los que ríen. Para mostrar la nulidad del comentario, el adversario tendría que rebatir yremitirse a los principios de la ciencia o a otra cosa por el estilo, con lo que no obtendría atenciónfácilmente.(29): Empleo de la distracción. Si se advierte la posibilidad de ser vencidos, se realizará una diversión; esdecir, se hablará repentinamente de otra cosa distinta como si tuviese que ver con el asunto en cuestión yconstituyese un nuevo argumento en contra del adversario. Esto ocurre con cierto disimulo si, a pesar detodo, la diversión está relacionada, aunque sólo sea de forma general, con el tema en cuestión, odescaradamente cuando sólo se la usa para huir del adversario y no tiene en absoluto nada que ver con eltema.(30): Argumentum ad verecundiam (argumento por el respeto). En vez de razones, se usan autoridadeselegidas a la medida de los conocimientos del adversario. La apelación a la autoridad usa la admiración haciaun personaje reconocido para tratar de obtener sostén para una afirmación. Por ejemplo: "Isaac Newtonfue un genio y creía en Dios".Este tipo de argumento a veces funciona correctamente. Por ejemplo, puede ser relevante al referirse auna autoridad respetada en algún campo particular, si se está discutiendo ese tema. Por ejemplo, se puededistinguir entre: "Hawking concluyó que los agujeros negros despiden radiación" y "Penrose concluyó que esimposible construir una computadora inteligente". Steven Hawking es un físico y por lo tanto se puedeesperar que sus opiniones acerca de la radiación de los agujeros negros sea sólida. Thomas Penrose es unmatemático, por lo tanto es cuestionable que esté calificado para hablar del tema de la inteligenciaartificial. Una solución contundente en un debate es apelar a una autoridad respetada por el adversario.Cuanto más débiles sean los conocimientos del adversario, más se puede emplear este recurso porquecuando el conocimiento es similar el mecanismo se vuelve más complicado.(31): Empleo de la ironía y la cortesía. Cuando no se tiene nada que oponer a las razones expuestas por eladversario, uno se declara sutil e irónicamente incompetente: "Lo que usted dice supera mi pobrecapacidad de comprensión; probablemente será muy justo, pero no lo comprendo, por lo tanto renuncio acualquier juicio". Con esto se insinúa al auditorio, al que se ha tenido en cuenta en todo momento, que lo quese ha dicho es absurdo. Este mecanismo debe utilizarse sólo allí en donde se está seguro de ser másestimado por el auditorio que el adversario. En realidad, pertenece al recurso anterior, pues es una manerade hacer valer la propia autoridad en vez de atenerse a razones. La jugada contraria es la siguiente:"Permítame..., con su gran capacidad de penetración, debe ser para usted algo muy sencillo de comprender,por lo que únicamente mi mala exposición tiene la culpa", con lo que quedará claro que efectivamente no lahabía entendido. Así se cambió el argumento: él quiso insinuar "absurdo", se le demostró "incomprensión".(32): Incluir el argumento presentado dentro de una categoría aborrecible. Una forma rápida de invalidar ohacer sospechosa una afirmación del adversario es subsumirla bajo una categoría aborrecible con la quepueda tener alguna semejanza. Por ejemplo, a partir del descrédito que tienen los políticos en la actuali-dad, se le dice al interlocutor que los argumentos que está empleando son políticos y que entonces se losdebe dejar de lado porque rao pueden tener veracidad.(33): Contraponer teoría y práctica: "Esto será verdad en la teoría, pero en la práctica es falso”. Seconceden las razones, pero se niegan las consecuencias; ello está en contradicción con la regla de la

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consecutividad necesaria entre la causa y su efecto. Supone una imposibilidad: lo que en la teoría esverdadero debe serlo también en la práctica; si esto no se verifica, habrá un fallo en la teoría; algo seomitió y no salió bien la cuenta, por tanto, también la teoría es falsa.(35): Argumento desde la utilidad (argumentum ab utili) o agarrar el árbol desde la raíz. En vez depresentar razones, se influye por medio de motivos. De este modo, el adversario y el auditorio, si es queéste posee los mismos intereses que aquél, se ganan al instante. Tiene más peso la voluntad que el juicio yla persuasión. Esta estrategia funciona en determinadas circunstancias: cuando se hace saber al adversarioque si se dejase valer su opinión la consecuencia que se seguiría sería muy perjudicial para sus propiosintereses. Sucede cuando el auditorio forma parte de una secta, corporación, sindicato, club, etc., y eladversario no. Por muy justa que sea la tesis, si se dice que va contra los principios de la secta,corporación, etc., se reprobarán los argumentos del adversario, por óptimos que sean, mientras que lospropios, aunque carezcan de fundamento, se tendrán por acertados.(36): Desconcertar y aturdir al adversario. Empleo de la verborragia: si el adversario es consciente de supropia debilidad y lo oculta, si está acostumbrado a escuchar cosas que no entiende haciendo como si lasentendiera, entonces se lo impresiona si con aire de seriedad y haciendo que parezcan verdades profundasse le presentan los mayores absurdos como si fueran la prueba palpable de lo que se desea defender.Frente a ellos perderá el oído, la vista y el pensamiento.En los Argumentos sofísticos Aristóteles señala:

Un expediente o recurso para realizar una refutación es la longitud o duración, ya que es difícilatender a la vez a muchas cosas. [...] Un recurso apto es la rapidez, pues cuando la gente se quedarezagada, mira menos hacia delante. Además se crea ira y combatividad, pues cuando la gente estáagitada es siempre menos capaz de estar en guardia sobre sí misma. Una regla elemental paraexcitar la ira es sentar con claridad que se desea obrar injustamente y conducirse de una maneratotalmente desvergonzada.

(38): Argumentum ad personam. Si el adversario es superior y se puede perder, se ofende, grosera yultrajantemente- Se pasa del tema de la discusión a la persona del adversario, a la que se ataca decualquier manera. La denominación de este procedimiento, argumentum ad personam, lo distingue delargumentum ad hominem, que consiste en alejarse del objeto de la discusión atacando alguna cosasecundaria que ha dicho o admitido el adversario.-En algunos manuales de lógica y de argumentación quepasan revista a las falacias se distingue dentro de las ad hominem las que son circunstanciales y lasofensivas. Éstas corresponden a lo que para algunos autores son las argumentaciones ad personam, en tantoque las otras corresponden a aquellas que apuntan al hombre pero sin producir una descalificaciónrotunda.-Ad personam, en cambio, supone el abandono por completo del objeto en discusión y el ataque a lapersona del adversario.Schopenhauer propone una contrarregla para responder a esta situación, puesto que por este camino sellega al combate mano a mano o al proceso por injurias.Es un hecho comprobado, sostiene, que, si con toda tranquilidad, se le demuestra al contendiente que notiene razón y que juzga y piensa falsamente -algo que acontece en toda victoria dialéctica- se le irritarámás que con una expresión grosera y ofensiva. Propone entonces mucha sangre fría, que puede servir degran ayuda si, en cuanto se advierte que el oponente ataca ad personam, se le responde tranquilamente queeso no tiene que ver con el asunto y se prosigue con las demostraciones para probar su error, sin hacercaso alguno de la ofensa.

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La única contrarregla segura es, por tanto, aquella que ya Aristóteles indica en el Libro Octavo de losTópicos (164h 8-16):No discutir con el primero que salga al paso sino sólo con aquellos a quienes conocemos y de los cualessabemos que poseen la inteligencia suficiente como para no comportarse absurdamente, y que se aver-gonzatían si así lo hiciesen; que discuten con razones y no con demostraciones de fuerza, y que atienden arazones y son consecuentes con ellas; y, en definitiva, con quienes sean capaces de valorar la verdad, deescuchar con agrado los buenos argumentos incluso de labios del adversario y que posean la suficienteecuanimidad como para admitir que no tienen razón cuando la otra parte la tiene.

LA DIALÉCTICA“La dialéctica no debe aventurarse en la verdad, del mismo modo como el maestrode esgrima que no repara en quien tenga efectivamente la razón en la riña que llevóal duelo. Atacar y parar es lo único que cuenta, como en dialéctica, que es unaesgrima intelectual. Sólo así entendida puede establecerse como una disciplina conidentidad propia, ya que si nuestro propósito fuera la búsqueda de la verdad,tendríamos que remitirnos a la simple lógica; y, en cambio, si nuestro objeto esmostrar la validez de las proposiciones falsas, no tendremos más que pura y simplesofistica. En ambas se daría por supuesto que ya sabríamos que fueraobjetivamente lo falso o lo verdadero, algo que raramente se sabe de antemano. Siel nombre de erística le iría bien, mucho más apropiado es el de dialéctica erística.”

Arthur Schopenhauer, Dialéctica erística o el arte de tener razónexpuesta en 38 estratagemas, Valladolid, Trotta, 2000.

“ Para definir concisamente qué es la dialéctica habrá de considerársela despreocupándosedefinitivamente de la verdad objetiva (que es asunto de la lógica), como el arte de tenerrazón, lo que ha de ser tanto más fácil cuando efectivamente se lleve razón en el asuntodel que se trata. La dialéctica como tal debe enseñar únicamente cómo podemosdefendernos contra los ataques de cualquier tipo, especialmente contra los desleales y,evidentemente, cómo podemos atacar lo que el otro expone sin contradecirnos y, lo másimportante, sin que seamos refutados. Hay que distinguir claramente la búsqueda de laverdad objetiva del arte de hacer que lo que se ha enunciado pase por verdadero; aquellaes asunto de una pragmateia [disciplina] bien distinta, es la obra de la capacidad de juzgar,del discurrir, de la experiencia, y para ella no existe artificio alguno; la segunda es objetode la dialéctica. Se la ha definido como la lógica de la apariencia: falso, pues, de ser así, seutilizaría para defender sólo enunciados falsos; pero incluso cuando alguien tiene la razónde su parte necesita la dialéctica para defenderla; además deben conocerse los golpesdesleales para poder encajarlos y, a veces, cuando sea necesario, utilizarlos también paraagredir al oponente con las mismas armas. Por eso en la dialéctica hay que dejar a un ladola verdad objetiva, o considerarla como algo accidental; y, simplemente, no ocuparse másque de cómo defender las afirmaciones propias y cómo invalidar las del otro.”

A. Schopenhauer, Dialéctica erística, p. 53.

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Mill:la inducción canónica

John Stuart Mill (1806-1873) enlugar de descalificar a la lógicaformal –como la mayoría de suspredecesores empiristas- realizaun intento serio de caracterizarla inducción y la metodología delas ciencias naturales y sociales.Frente a la teoría de la deducciónclásica, basada en el silogismo,cuyo carácter de razonamientocircular ataca, sostiene que todoconocimiento llega por laexperiencia, construyendo supropia teoría de la inducción,conocida como métodos o cánonesde Mill. Realiza un estudio de lasrelaciones causales: son métodosde inferencia inductiva poreliminación, por cuanto suponenuna investigación entre diversasgeneralizaciones para eliminar lasque son falsas.System of logic, 1843, ("El sistemade la lógica"), fue el primer libropublicado por Mill y que escribirlole costó trece años. De espírituantikantiano, El sistema de Mill seinicia con una crítica delintuicionismo y con la declaraciónde que tanto la planeación socialcomo las actividades políticasdeberían basarse en el conocimiento científico y no en la costumbre, la autoridad o larevelación; para Mill, el "conocimiento" obtenido a partir de métodos no inferenciales, osea intuitivo o a priori,", pertenece a la metafísica

Las inferencias alcanzadas por deducción, como en el caso de los silogismos, sonincapaces de generar información no contenida implícitamente en las premisas; sinembargo, Mill propone que el razonamiento que pretende pasar de lo general a loparticular en realidad no existe, sino que todas las inferencias son siempre de particular a

Mill propuso que los principios matemáticostambién son empíricos, o sea no son ni las"relaciones de ideas" que postulaba Hume, nitampoco productos de la mente humana, comoseñalaba Kant, sino que surgen de la observacióndel mundo que nos rodea. Las conclusiones de lageometría, ciencia deductiva por excelencia, sóloson necesarias en el sentido en que dependen delas premisas de las que se deducen, porque laspremisas mismas —axiomas— se basan en laobservación y en generalizaciones a partir deexperiencias repetidas. Lo mismo ocurre con laaritmética y el álgebra, que en lugar de serrelaciones lógicas primarias, en realidad sederivan de experiencias empíricas. Mill señalaque, por ejemplo, un grupo de 4 cosas puededisponerse en dos grupos de 2 cosas, o en ungrupo de 3 cosas y otro de 1; después de haberexperimentado que esto siempre es así,concluimos que 2 + 2 y 3 + 1 son necesariamenteiguales. El argumento que generalmente seesgrime en contra de la proposición de Mill, deque los axiomas o principios geométricos ymatemáticos son empíricos, es que no se admitenpruebas experimentales en contra de las leyes dela aritmética o del álgebra; por el contrario,cuando los datos recogidos por medio deobservaciones contradicen los axiomasmatemáticos, lo primero y lo único que se aceptaes que son las mediciones y los cálculos derivadosde ellas los que ameritan revisarse y corregirse.

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particular. Cuando decimos "Todos los hombres son mortales, Sócrates (aún vivo) es unhombre, por lo tanto Sócrates es mortal", las verdaderas pruebas que tenemos paraafirmar que Sócrates morirá es que Tales, Anaxímenes, Empédocles, Herodoto, Pitágorasy muchos otros individuos muy semejantes a Sócrates murieron antes que él; el principiogeneral "Todos los hombres son mortales" no es realmente una prueba objetiva sino másbien una especie de nota o resumen de muchas observaciones individuales. La verdaderainferencia es la que se hace cuando tal resumen se integra sobre la base de casosaislados, o sea durante la inducción; en la deducción, la inferencia sólo es "aparente".

La operación central en El sistema de Mill es la inducción, que descansa en el principiofundamental de la uniformidad de la naturaleza, que postula que lo ocurrido una vezvolverá a ocurrir cuando las circunstancias sean suficientemente semejantes. Esteprincipio es también empírico y se deriva de un proceso natural y primitivo de inducción,iniciado cuando observamos unas cuantas regularidades y predecimos que seguiránocurriendo en el futuro; si nuestra predicción resulta correcta, a partir de ella segeneraliza proponiendo que en vista de que algunos eventos se han dado en patronesrecurrentes, todos los eventos futuros se darán también en patrones recurrentes. Por lotanto, el principio de la uniformidad de la naturaleza puede analizarse en sus distintoscomponentes, que son generalizaciones de menor amplitud y hasta relaciones causalesindividuales.Para Mill, la causa de un fenómeno es el antecedente, o concurrencia de antecedentes,con los que está invariable e incondicionalmente ligado. Igual que el principio de launiformidad de la naturaleza, el principio de la causalidad (o sea, que cada fenómenotiene una causa) se confirma por toda nuestra experiencia; de hecho, el principio de lacausalidad no es más que una forma más precisa de enunciar el principio de launiformidad de la naturaleza. Sin embargo, la inducción aristotélica, por simpleenumeración, puede llevar a proposiciones generales falsas.Como la inducción correcta debe fundamentarse en la existencia de regularidades entrelos fenómenos, esas regularidades son expresables como condiciones suficientes onecesarias. Las reglas de la inducción correcta son entonces las que nos permitendescubrir y comprobar la existencia de esas condiciones.

Mill realiza uno de los intentos más interesantes de formular esas reglas, propone cincocánones o métodos inductivos, entre los cuales los más importantes son los primeros dos:

Canon I. Método de Coincidencia:Si dos o más ejemplos de un fenómeno bajo investigación poseen una sola circunstanciaen común, esta única circunstancia, presente en todos los ejemplos, es la causa (o elefecto) del fenómeno mencionado.

El «método de la concordancia» elimina de entre las circunstancias antecedentes las queno están presentes cuando sí lo está el fenómeno.

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El método de la concordancia descansa en el siguiente axioma: cualesquieracircunstancias que pueden ser excluidas sin perjuicio del fenómeno, o que pueden estarausentes a pesar de la presencia de aquel, no están conectadas al mismo por razón decausalidad.El razonamiento es débil, porque es posible que la circunstancia en cuestión sea sólo unacausa accidental, y no se excluye la pluralidad de causas. El ejemplo usado por Mill parailustrar este método de coincidencia no fue muy afortunado: pensando que el factorcomún que poseen todas las sustancias químicas que cristalizan es que se precipitan deuna solución, concluyó que ésta era una causa, o por lo menos un factor contribuyente,del fenómeno de la cristalización. Como todos sabemos hoy (y los alquimistas sabíandesde el Medievo), este ejemplo es falso; sin embargo, pedemos pensar en otros ejemplosilustrativos de este método que sí son verdaderos.

Canon II. Método de Diferencia:Si una situación en que ocurre el fenómeno en investigación, y otra situación en que noocurre, se parecen en todo excepto en una circunstancia, que sólo se presenta en laprimera situación, entonces esta circunstancia, que es la única diferencia, entre las dossituaciones es el efecto, la causa, o una parte indispensable de la causa, del fenómenomencionado.

El «método de la diferencia»: «Si un caso en que se presenta el fenómeno queinvestigamos y otro en que no se presenta tienen las mismas circunstancias en comúnexcepto una, que ocurre sólo en el primero, esa circunstancia sola en la que los dos casosdifieren es (probablemente) el efecto o la causa o una parte indispensable de la causa delfenómeno».En el método de la concordancia necesitamos ejemplos que estén de acuerdo en unacircunstancia determinada pero difieran en todas las demás; en el método de ladiferencia, por el contrario, necesitamos dos ejemplos parecidos en todo excepto en lapresencia o ausencia del fenómeno que queremos estudiar. Los axiomas implicados eneste método son los siguientes: cualquier antecedente que no puede ser excluido sinevitar la presentación del fenómeno es la causa, o una condición de ese fenómeno;cualquier consecuente que puede ser excluido, con no otra diferencia en losantecedentes que la ausencia de uno en particular, es el efecto de ese antecedente.El método requiere un caso positivo y uno negativo, con las circunstancias antecedentesque difieren en un solo aspecto La debilidad del razonamiento está en que lo quellamamos causa puede ser sólo parte necesaria de la misma.

Mill sugirió la combinación de ambos métodos como más efectiva.El ejemplo de Mill para ilustrar este método de inducción por diferencia fue muy dramático, perodada la importancia que le concedió posteriormente, también fue desafortunado; Mill escribió quesi un hombre en la plenitud de la vida moría repentinamente, y su muerte estaba inmediatamenteprecedida por un balazo en el corazón podía concluirse que el balazo era la causa de la muerte,porque era lo único diferente entre el hombre vivo y el hombre muerto. Para los que hemos

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invertido casi toda nuestra existencia trabajado científicamente en la frontera que separa a lavida de la muerte, el esquema de Mill se antojo grotescamente incompleto; desde luego que lasdiferencias entre el mismo hombre, vivo y muerto, son mucho más numerosas y complejas que elorificio producido por la bala. De hecho, la determinación de la causa de la muerte (como la de lacausa de la vida) es enormemente compleja, no sólo por razones empíricas sino porcomplicaciones filosóficas.

Los dos métodos tienen en común varias características, pero también hay entre ellosdiferencias importantes. Los dos son métodos de eliminación: el método de laconcordancia se basa en que todo lo que puede ser eliminado no está conectado con elfenómeno por ninguna ley. El método de la diferencia tiene por fundamente que todo loque no puede ser eliminado está conectado con el fenómeno por una ley. Pero de estosmétodos, el de la diferencia está más particularmente ligado al experimento artificial,en tanto que el de la concordancia es más especialmente el recurso empleado donde laexperimentación propiamente dicha es imposible y debe recurrirse, para descubrir lasleyes, a la simple observación de fenómenos no provocados....

Canon III. MétodoCombinado:Coincidencia +Diferencia:Si dos o más ejemplos en losque el fenómeno ocurremuestran una solacircunstancia en común,mientras que dos o mássituaciones en las que elfenómeno no ocurre sólocomparten la ausencia de lacircunstancia mencionada,entonces tal circunstancia, laúnica, en que difieren losejemplos mencionados, es elefecto, la causa, o una parteindispensable de la causa, delfenómeno estudiado.

Tal como lo enuncia su nombre,este método es la combinaciónde los dos anteriores, usamosprimero el método para hallar

una condición en cuya presencia siempre ocurre el fenómeno (condición suficiente) y encuya ausencia dicho fenómeno no ocurra (condición necesaria). Aumenta la probabilidadde los dos métodos anteriores por separado.

Veamos ejemplos de aplicación dentro de la comúnexperiencia de todo estudiante. Varios alumnos de uncurso tienen en común que todos aprueban el año conbuenas notas; revisamos el trabajo de todos ellos duranteel período y nos encontramos que unos estudiaron en ellibro de texto pero no todos lo hicieron; otros en cambioestudiaron apuntes tomados en clase; en el grupo hayalumnos de muy buena conducta y los hay tambiénfogosos; los hay que asistieron todo el tiempo y otros quefaltaron algunas veces; todos coinciden en haberestudiado la materia todo el año, conforme el profesor laiba enseñando. Podemos concluir que el estudiar todo elaño es la causa (o condición suficiente) de la aprobacióndel curso, aplicando el método de la concordancia. Unaño sigo el curso con puntual asistencia, estudio en eltexto del curso y en apuntes tomados en clase, todos losdías un poquito; apruebo el curso. Otro año sigo el cursocon puntualidad, estudio en texto y apuntes, pero dejotoda la materia para los últimos días del curso; reprueboel curso. Puedo concluir por el método de la diferenciaque estudiar todo el año es causa (condición necesaria)para aprobar el curso.

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Canon IV. Método de los Residuos:Cuando se resta o sustrae de cualquier fenómeno la parte que por inducciones previas sesabe que es el efecto de ciertos antecedentes, el residuo del fenómeno es el efecto delos antecedentes restantes.

El método de los residuos pone más en evidencia el carácter eliminador de estainducción.Este método (como todos los otros propuestos por Mill) supone una relación 1:1 entrecausa y efecto; si Mill hubiera sido un científico y no un filósofo, habría experimentado encarne propia que este tipo de relaciones causales sólo se da por excepción en la realidad,en fenómenos muy simples o al final de investigaciones prolongadas y exitosas, cuando yasólo quedan problemas "residuales" por resolver.

Canon V. Método de las Variaciones Concomitantes:Cuando un fenómeno varía de alguna manera particular, es causa o efecto de otrofenómeno que varía de la misma o de otra manera, pero concomitantemente.

El método de variaciones concomitantes se utiliza cuando no es posible utilizar losdescritos anteriormente (no pueden eliminarse determinadas circunstancias). Cuando unfenómeno varía en proporción directa o inversa a la variación de una circunstancias dada,ésta puede ser su causa.

Mill sostuvo que de los cinco métodos resumidos arriba, el más importante era el canon IIo método de las diferencias. Sin embargo, para que este método funcionara, Millreconoció que era necesario que entre una observación y otra del mismo fenómeno sólohubiera una diferencia, que podría ser de tiempo o de espacio, pero nada más; en otraspalabras, Mill parecía exigir un nivel deidentidad entre sus dos observacionesque, en sentido estricto, no puede darseen la realidad. Pero Mill tenía claraconciencia de este problema y señaló quepara el uso adecuado de su método de lasdiferencias, bastaba con que en las dosobservaciones se conservaran iguales sólolas semejanzas relevantes entre ellas.Esto plantea de inmediato los criteriospara juzgar de la relevancia, que debenanteceder a la comparación entre las dosobservaciones requeridas. En otraspalabras, el uso del método de lasdiferencias requiere de un procesoprevio, de naturaleza indefinida pero no por eso menos importante, que no forma partede los esquemas de Mill.

El mismo Mill tuvo conciencia de losproblemas filosóficos generados por supostura rígidamente inductivista yofreció una opción alternativa para lageneración del conocimiento, que sólodebería emplearse cuando fracasaran losmétodos directos de la observación y laexperimentación. Para esos casos, Millrecomendó el uso de un métododeductivo con tres niveles: 1) enunciadode una ley general, 2) deducción teóricade una consecuencia objetiva derivada dela ley, y 3) verificación objetiva.

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A pesar de su innegable utilidad en la investigación, los cánones de Mill tienen lalimitación de que suponen un análisis exhaustivo y correcto de las circunstancias del caso.Si tal análisis no se hace, podemos incurrir en la falacia del bebedor científico: queriendosaber la causa de su embriaguez, recurrió a los métodos de Mill. Un día se embriagótomando ron con cola; otro día se embriagó tomando tequila con cola; otro día tomandoginebra con cola. Llegó a la conclusión de que no debía volver a tomar cola en su vida. Elerror en que incurrió es no haber analizado suficientemente los elementos del problema;si lo hubiera hecho, habría descubierto que la cola no era el único elemento común a lastres bebidas: el alcohol estaba también presente en todas ellas.Como se desprende de la falacia anterior, el análisis de las circunstancias del problema esfundamental para la validez de los métodos de Mill. De ahí que estas reglas no sonsuficientes por sí solas para dar fundamento a la ciencia. Los cánones deben aplicarse enconjunto con hipótesis sobre lo que es un correcto análisis de la situación y dentro de uncontexto de teoría que haga probable que esas hipótesis describen adecuadamente larealidad.

Mill: Los sofismas

El estudio de los sofismas es lo que Mill ha denominado la filosofía del error, y el Libro Vde Sistema de Lógica, lo dedica a su examen. La importancia de este análisis esentendida por Mill, en la medida que toda teoría del bien razonar para ser completa debecomprender la teoría del mal razonar: “No sabemos realmente lo que es una cosa sinocuando sabemos su contraria”. Los sofismas son para este filósofo inglés pruebas oevidencias puramente aparentes, “pruebas concluyentes en apariencia, pero no enrealidad”Realiza una clasificación de los sofismas basándose, en primera instancias enque la relación supuesta de dos hechos puede ser derivada de una prueba o en virtud desu videncia intrínseca (verdad axiomática): sofismas de inferencia (se subdividen según lanaturaleza de la prueba aparente de que se sacan las conclusiones) y sofismas deinspección.

El problema filosófico central surgido del inductivismo de Mill es el siguiente:

¿quién tiene la última palabra, la lógica o la experiencia?

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SOFISMA (derivado del griego: sophós, hábil, ingenioso)Razonamiento inválido, en apariencia correcto y convincente, que encierra alguna argucia lógica. Elnombre deriva de la crítica que hacía Platón de los sofistas de su tiempo, a los que acusaba, pese a sergrandes pensadores, de no ser poseedores de la verdadera dialéctica, y de usar una retórica basada en elarte de la apariencia y del engaño; a ellos les atribuye la capacidad «de convertir lo mejor en lo peor».En el latín medieval, sophisma era una argumentación elaborada por los lógicos llamados «modernos»que escribían Sophismata, o tratados en que estudiaban la función que desempeñaban los términossincategoremáticos en los razonamientos, con ejemplos a menudo paradójicos. Con estos antecedentes,el sofisma cobra el aire de mero juego lógico con la intencionalidad de engañar o poner enigmas a lacapacidad de razonar. El sofisma se distingue del paralogismo, por un lado, porque en éste el error essiempre involuntario y, por el otro, de la falacia, ya que en, en ésta, no siempre existe voluntariedad deengaño.

Sofismas de Inferencia o Falsas Conclusiones: Sofismas deInspección o A Priori:

InductivosDe

Confusión DeObservación

DeGeneralización

Deductivo o deRazonamiento

No hay prueba niexperimental ni de

razonamiento.

El error está enel lenguaje; loque Aristóteles

llama defalacias

ambigüedad.

Cuando loshechos en que

se basa laprueba son

falsos

Los hechos sonexactos pero no

garantizan laconclusión

La argumentaciónviciosa de las quenos previenen los

silogismos

Ej: Las bebidasfuertes debendar fuerza.Nadie desea elmal sabiendoque lo es. Estarequivocado esun mal: nadiedesea estarequivocadosabiendo loque quiere sinosolamente acausa de suignorancia

Ej. La oposiciónal sistema deCopérnicobasada en elsentido común:“vemos” el solelevarse yocultarse y lasestrellas giranalrededor delpolo. Esto es unconjunto deapariencias.

Ej: Lo que no hasido nunca noserá: la sociedadno puedeprosperar con talo cual institución,por ejemplo laesclavitud o elclero; o lasmujeres hastaahora no han sidoiguales eninteligencia quelos hombres, seránnecesariamentede naturalezainferior.

Ej: Conversiónsimple de unaproposiciónafirmativauniversal.Converciónviciosa de unaproposiciónhipotética: si elconsecuente esverdadero elantecedente esverdadero el.Las premisas nopueden serverdad si laconclusión esfalsa.

Suposición tácita de que elorden de la naturalezadebe ser el mismo de el denuestras ideas:- si pensamos dos cosasjuntas estasdeben existir siempre juntasy su recíproca. [losalquimistas partían de laidea de que el remediouniversal no podía ser otroque el oro ¿por qué el oro?Porque es lo más preciado.Cómo para el espíritu erauna maravilla debía poseeresa propiedad comosustancia física]- lo que puede ser pensadoaparte existe aparte [atribuir una existenciaobjetiva a las creacionessubjetivas del pensamiento,a nuestras ideas ysentimientos. Donde hay unnombre hay una entidaddistinta correspondiente aese nombre: destino, azar]

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CRÍTICA AL SILOGISMO

“Inferir una proposición de otra proposición previa o de varias, prestarle fe o exigir que sele preste fe como conclusión de alguna otra, es razonar en el sentido más amplio de estapalabra. Pero la palabra razonar tiene un sentido más estrecho... que se llama raciocinio ycuyo tipo general es el silogismo... las razones de que no nos conformemos con este usorestringido del término .... la proposición aparentemente inferida de otra aparece a la luzdel análisis ser una mera repetición de la aserción o de parte de la aserción contenida en laprimera... “

Mill: Sistema de Lógica, Madrid, Daniel Jorro, 1917. 180-181

LA INDUCCIÓN: PROCESO DE INFERENCIA REAL

“Una vez determinados, para excluir del campo del razonamiento o inferenciapropiamente dicha, los casos en que el tránsito de una verdad a otra es meramenteaparente, siendo la consecuencia lógica una mera repetición del antecedente lógico,pasemos a los casos de inferencia en la verdadera acepción de la palabra, o seanaquellos en que pasamos de verdades conocidas para llegar a otras realmentedistintas de las primeras ... [es la inducción] el proceso de inferencia real: laconclusión de una inducción comprende más de lo que está contenido en las premisas.”

Mill: Sistema de Lógica, Madrid, Daniel Jorro, 1917. pp 185-87

“La única salvaguardia de los malos razonamientos es el hábito derazonar bien, la familiarización con los principios del razonamientoexacto y la aplicación práctica de estos principios. No carece, sinembargo, de importancia el examinar cuáles son los modos ordinariosde razonar mal; por qué apariencias el espíritu se desvía con másfacilidad de los verdaderos principios de la inducción, ver, en suma,cuáles son las más comunes y peligrosas variedades de pruebaaparente que engendran opiniones desprovistas de prueba realmenteconcluyente.”

Mill: Sistema de Lógica, Madrid, Daniel Jorro, 1917. p 724

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La argumentación contemporánea.

Fragmentos de R. Marafioti: Los patrones de la Argumentación:La teoría de la argumentación en el siglo XX, pp 92-94

Para persuadir hay que tener en cuenta a la persona que se quiere considerar, conocer su espíritu y sucorazón, los principios con los que acuerda, qué cosas ama; luego, tomar en cuenta el asunto que se

trata, qué relaciones tiene con los principios sostenidos. El arte de persuadir consiste en agradar y enconvencer; los hombres se gobiernan más por el capricho que por la razón. Blas Pascal

En la segunda mitad del siglo XX han aparecido un conjunto de trabajos destinados al estudio dela argumentación. Diferentes perspectivas han apuntado a señalar el valor que tiene este tipo devariedad discursiva y a proponer mecanismos de análisis que posibiliten el reconocimiento de lasdiferentes estrategias empleadas. Aquí se pasará revista a la obra de Perelman y de Toulmin.Otras posiciones no dejan de tener interés, pero se han dejado de lado en función de revisarcada una de ellas con cierta profundidad.

1. En 1958, en Bélgica, Chaïm Perelman y Catherine Olbrechts-Tyteca publican Tratado de laargumentación. La nueva retórica. Allí se dice que se trata de buscar un modelo que investiguelos mecanismos de prueba o de persuasión en la filosofía, la publicidad, el derecho, la política,en el debate cotidiano y en las ciencias humanas en general.La tesis de la obra es que los procedimientos argumentativos son los mismos en la televisión, en lamesa familiar, en el tribunal, en los negocios, etc. Considera la estructura de la argumentación apartir del uso que se hace en la lengua. No trata las técnicas de manipulación (salvo las referidas aldiscurso), alejándose, en consecuencia, de lo. que sirve hoy como auténtico vector en lasargumentaciones, sobre todo en política y publicidad. Procede tomando la mayoría de los ejemplosde la literatura, el derecho y la filosofía, es decir, la lengua escrita. Presenta la argumentación comouna noción sobredeterminada restringida a un contexto dado. Como Aristóteles, Perelman yOlbrechts-Tyteca retornan al análisis de la interacción auditorio-orador. Se convierten en analistasque desmontan el mecanismo articulador del pensamiento a través del lenguaje y no referido sólo ala elocuencia verbal.Los trabajos de Perelman se refieren, en parte, a la filosofía del derecho y a la filosofía de laacción.El interés desde el punto de vista del análisis del discurso estriba en que su propuesta resultaeficaz para advertir los mecanismos que emplean los hablantes con el fin de imponer sus puntosde vista a los interlocutores.

2. En el mismo año de 1958 se edita en Gran Bretaña The uses of argument de Stephen EdelsonToulmin. Es éste un texto marcado por los postulados metodológicos del "análisis lingüístico"que caracterizaba la filosofía inglesa de los años 40 y 50.El título mismo de la obra muestra ciertas evidencias. Se podría traducir al español como "Usos yfuncionamiento de la argumentación". La palabra inglesa uses recuerda a la famosa fórmulameaning is use ("el significado está en el uso"). De un modo general, esta filosofía orienta todala obra, que también se puede leer como un alegato del análisis de las prácticas argumentativascotidianas, que acompañan una vuelta a los "usos ordinarios" de palabras como `lógica' o

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`argumentación'. Toulmin se opone al sentido redefinido, especializado y unívoco que los lógicosformalistas y los filósofos de la lógica dan a términos de este tipo. Esta diversidad se lee desdeel título, con el plural significativo de la palabra uses (usos, funciones, empleos).

Además, el modelo de Toulmin se sostiene a partir de concebir los camposargumentativos en los que se despliegan los componentes formales del modelo. Así, sostieneque se argumenta de modo diferente si se trata del ámbito jurídico, del científico, del artístico,del ético o del referido a la conducción de empresas. Es evidente que el diseño propuesto enprimer término resulta extremadamente abstracto y con poca capacidad de aplicación si no seconsidera su inclusión en campos argumentativos concretos. Igualmente es difícil pensar en esoscampos aislados absolutamente: la conexión entre ellos ocurre en algunos casos de maneraimperceptible y, en otros, de manera evidente. Aproximar a la realidad el esquema de Toulminpermite acceder a un empleo más atractivo y útil a la hora de analizar el patrón argumentativoque subyace detrás de una argumentación. Con todo, no se puede desconocer que la posiciónde Toulmin ha sido ampliamente difundida, pero también criticada por autores que le asignanuna falta de conexión con situaciones prácticas y cotidianas. Es que aislar el ámbito jurídico o elcientífico de sus condicionamientos históricos y políticos resulta un forzamiento que en algunoscasos se asemeja más a una imposición académica que a realidad efectiva. A pesar de ello,resulta de sumo interés dar a conocer esta teoría en la medida en que pensamos que es de unautilidad incuestionable y permite aproximarnos a un autor que no es del todo conocido ennuestros ámbitos universitarios e intelectuales.

Perelman no se interesa en el lenguaje ordinario y sí en la filosofía político moral delconsenso, que descansa en una ética del discurso que presupone un grado importante deneutralidad por parte de la lengua.Para finalizar, corresponde reiterar una advertencia: ya se dijo que en la Antigüedad hubo undesarrollo importante de publicaciones y sistematizaciones en torno de lo que se denominabagenéricamente “argumentación". Pero el siglo xx quizá ha multiplicado mucho más ese tipo deactividades. Los autores que han trabajado y trabajan alrededor de este concepto conformanuna cantidad difícil de precisar. Por ejemplo: los aportes realizados por autores como Teun vanDijk, Michel Meyer, Franz H. van Eemeren, Peter Houtlosser, Jean Blaise Grize, Oswald Ducrot,Theodor Viehweg.

Chaim Perelman: la nueva retóricaTomado de R. Marafioti: Los patrones de la Argumentación:

La nueva retórica y la argumentación , pp 95-102.

Una de las originalidades del Tratado de la argumentación [1958] de Chaïm Perelman yCatherine Olbrechts-Tyteca es haber integrado la teoría de la argumentación a una filosofía delconocimiento y de la acción.Perelman, que introduce el concepto "nueva retórica”, es en realidad un filósofo del derecho. Se hadestacado su originalidad con relación al vínculo que entabla a partir de la teoría de laargumentación con la teoría del conocimiento v la teoría del derecho de inspiración lógico-positivista.Se tratará de restituir aquí esquemáticamente el sistema de ideas que presupone esta teoría.Perelman, nacido en Polonia en 1912, reconoce como sus maestros a Gottlob Frege (1848-1925),Eugéne Dupréel (1889-1967), Paul Lorenzen (1915). Se mostró interesado especialmente en la

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filosofía analítica anglosajona, sobre todo en autores como John L. Austin (1911-1960), RichardMervin Hare (1919) y Ferdinand Gauthier (1890-1975). Perteneció también al Grupo de Zurich, unatendencia filosófica también conocida como "neodialéctica”. La cabeza de este grupo, del quetambién participó Gastón Bachelard (1884-1962), era Ferdinand Gonseth (1890-1975), y sutendencia era neopositivista y antimetafísica. Para este grupo no sólo el mundo de los valores y lafilosofía sino también el de la ciencia están sometidos a las condiciones de probabilidad y provisiona-lidad propias del campo de la dialéctica delimitada por Aristóteles.Perelman cuestiona la vocación concluyente del racionalismo cartesiano y de la filosofía occidentalpuesto que ambos han descuidado la facultad de deliberar y argumentar con razones plausibles paraconseguir la adhesión del auditorio. Perelman y Olbrechts-Tyteca dicen expresamente:

Combatimos las opiniones filosóficas tajantes e irreductibles que nos presentan losabsolutismos de cualquier índole: el dualismo de la razón y la imaginación, de laciencia y de la opinión, de la evidencia irresistible y la voluntad engañosa, de laobjetividad universalmente admitida y la subjetividad incomunicable, de la realidadque se impone a todos y de los valores puramente individuales. (Ch.Perelman yC.Olbrechts-Tyteca, Tratado de la argumentación, p. 767)

Y más adelante agregan:Nuestra postura será muy diferente. En lugar de fundamentar nuestras teoríasfilosóficas en verdades definitivas e indiscutibles, tomaremos como punto de partidael hecho de que los hombres y los grupos humanos se adhieren a toda clase deopiniones con una intensidad variable, que sólo se puede conocer al ponerla aprueba. Las creencias que se analizan no siempre son evidentes y pocas veces suobjeto consiste en ideas claras y distintas. Las ideas admitidas con más frecuenciapermanecen implícitas y sin formular durante mucho tiempo pues, en la mayoría delos casos, sólo con motivo de un desacuerdo en cuanto a las consecuenciasresultantes se plantea el problema de su formulación o de su determinación másprecisa.(ldem, p. 769)

Argumentación y lenguaje jurídicoLa argumentación se organiza cuando se produce:

- la regulación de las elecciones políticas (género deliberativo);- el reforzamiento de las normas sociales y morales (género epidíctico), o- la sanción de las conductas reprensibles (género judicial).

Perelman y Olbrechts-Tyteca jerarquizan implícitamente estos tres tipos de génerosindividualizados por Aristóteles, pero dan prioridad al lenguaje del tribunal que alimenta elparadigma de la racionalidad sustituyendo al paradigma lógico en el análisis de los razonamientoscotidianos.Para estos autores los argumentos modelan sus estructuras en una situación retórica pensada sobreel esquema jurídico y definida por la presencia, en definitiva, de un auditorio-juez.El estatuto argumentativo que el Tratado reconoce al discurso jurídico no está, sin embargo,desprovisto de ambigüedad: ¿se trata de un discurso-modelo o es un campo argumentativoparticular? Sus autores distinguen las diferentes categorías de argumentos (cuasilógicos, basados enla estructura de lo real, fundantes de la estructura de lo real) de manera puramente empírica, apartir de observaciones sobre distintos tipos de discursos sociales: éticos, políticos, literarios... Al leer

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el Tratado se puede producir una desorientación si se cree que la teoría de la argumentación jurídicaestá destinada a ser equivalente a otras formas de discurso:

Buscamos construir [la teoría de la argumentación] analizando los medios de pruebade los que se sirven las ciencias humanas, el derecho y la filosofía: examinamos lasargumentaciones presentadas por los periodistas en sus periódicos, por los políticosen sus discursos, por los abogados en sus acusaciones, por los jueces en sus senten-cias, por los filósofos en sus tratados. (Ch. Perelman, Le champ de l'argumentation,Editions de 'Université de Bruxelles, 1970, p. 13.)

La intención metodológica es clara: no es cuestión de imponer a los diferentes discursos nocionesextrapoladas del discurso jurídico. En la práctica, este último no admite una función totalizadora. Notiene la función de "metadiscurso" explicativo ni de escalón del cual otros discursos extraerían sunorma. El análisis, al estilo de Perelman, de tal o cual argumento concreto no supone la condición deformación de jurista experto. Por el contrario, las restricciones impuestas por el marco jurídicopurifican las argumentaciones cotidianas, obligando a las partes a ir directamente a lo esencial.Los principios de la argumentación

La situación argumentativa se da en un marco originariamente conflictivo. Se diferencia delas situaciones neutrales con las que trabajan los lógicos. Para Perelman, el conflicto en su realidadirreductible más evidente es el malentendido. De las diferentes posiciones que se manejan en unintercambio discursivo surge la argumentación, la posibilidad de imponer al otro un punto de vista,una ideología, una forma de pensar y de actuar.El concepto de "justo” juega un papel central en la teoría de Perelman, y ello en los dos sentidos deltérmino. En primer lugar, "justicia" reconoce acepciones que van de lo jurídico (conforme a la ley) alo cotidiano (conforme a la equidad). Una segunda línea reconoce lo "justo" como lo "justificado", lofundamentado y, en consecuencia, razonable. Sobre esta idea de justicia funda la argumentaciónretórica y la argumentación jurídica y, en cierta medida, la argumentación científica misma.

Algo absolutamente novedoso es que la nueva retórica pretenda organizar respuestasracionales a la pregunta: "¿Qué se debe hacer?", buscando la respuesta a un principio abstracto, una"regla de justicia", según la cual "todos los seres de una misma categoría esencial deben sertratados de la misma manera".( Ch. Perelman, Justice et Raison, Editions de 'Université de Bruxelles,1972, p. 26) Esta máxima debería funcionar como una "metarregla" argumentativa, evaluando elgrado de racionalidad de las decisiones cotidianas en función de su conformidad a este imperativo dejusticia/razón. Se desprende de esta situación una serie de consecuencias prácticas. En primer lugar,Perelman propone hacer intervenir la regla de justicia en la determinación de la fuerza de unargumento. Pero, sobre todo, esta regla hace de la inercia el principio de base de la racionalidadargumentativa: "Ya que tal argumento fue eficaz en el pasado en tal contexto con argumentosanálogos, también lo será en contextos análogos". Se deduce de aquí una regla argumentativafundamental: el recurso al precedente.Esta deducción de los principios argumentativos a partir de los principios jurídicos no es más queuna de las tendencias apreciables; la ejemplaridad de lo jurídico se manifiesta aun y sobre todocuando se tratan de fijar tres parámetros esenciales que conciernen a la situación retórica: ladecisión, la motivación y la persuasión.

La situación jurídica se alimenta de una crisis que debe ser imperativamente resueltapor una decisión. La decisión se origina en todas las palabras intercambiadas a lolargo de una actuación y que llevan a operar sobre un auditorio. Las motivaciones

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que acompañan la decisión deben persuadir a los defensores, a las instanciassuperiores y a la opinión pública esclarecida. ( Ch. Perelman, Logique juridique,París, Dalloz, 1979, p. 156)

Para algunos autores, como Charles Plantin, la regla de la justicia también permite desprender lo quese podría llamar "la paradoja de la racionalidad argumentativa". Esta regla aparece como unprincipio decididamente positivista, esquemático y de aplicación universal. Queda, sin embargo,decidir cuándo y según qué puntos de vista dos seres pertenecen a la misma categoría esencial:aparecen aquí todos los problemas filosóficos y prácticos que se refieren a la noción de igualdad.Asimismo, siempre se podrán formular objeciones existenciales referidas a este tipo de reglas: ¿quésucede cuando se trata de juzgar la vida del asesino de Cipoletti, de un criminal serial, de unabusador de menores o de un multimillonario estafador? ¿Qué ocurre cuando se trata de pensar quealgunos que están en una ubicación en la escala social deberían estar mejor posicionados? Unfilósofo kantiano se escabullirá por la vía de la máxima universal.¿Pero el derecho da cuenta de esta situación? ¿Cómo solucionar los desacuerdos esenciales eirreductibles? ¿Cómo hacer para hallar soluciones que sean a la vez equitativas y aceptadas portodos? Con seguridad la argumentación no será fructífera para resolver este tipo de situaciones demodo empírico, pero será utilizada para convencer a unos o a otros acerca de la conveniencia deadoptar tal o cual postura.Razón práctica, razón demostrativa

Para Perelman la argumentación tiene por función regular los conflictos que sobrevienen enel dominio de la acción y que son generados por sistemas de valores incompatibles entre losdiferentes agentes. De esta idea deriva el rechazo a las definiciones que asimilan lorazonable a lo demostrable porque volvería imposible toda lógica de valores, arrojandotodos tos discursos sociales al dominio de lo irracional. La argumentación proponemodelos de racionalidad para una lógica de la decisión práctica.La metodología se define a partir de los procedimientos empleados. Es allí y sólo allí donde debejuzgarse el valor de la nueva retórica, pero habría que determinar si alcanza o no para dar cuenta delo que ocurre fuera del ámbito discursivo de individuos que sostienen valores opuestos. Sinembargo, en esta redefinición subsisten dos conceptos de razón que se deberían reunificar.Perelman no borra la distinción platónica entre conocimiento (episteme) y opinión (doxa) sino quemás bien la refuerza. Se trata de una extensión de la noción de razón más que de la yuxtaposiciónde dos conceptos de razón.Perelman no se preocupa por realizar una síntesis entre la verdad teórica y la verdad práctica. La irreductible división de la razón en teórica y práctica se refleja en los dos modos dedefinir los argumentos según sus estructuras formales y su grado de eficacia práctica.

Argumentación y demostraciónLa nueva retórica es, para Perelman, una teoría de la argumentación. Pero la parte

específica que juega la argumentación recién se comprendió cuando fue desarrollada la modernateoría de la demostración.La demostración es un cálculo hecho de acuerdo con reglas verificadas anteriormente. El únicorequerimiento está en la habilidad para distinguir signos y realizar operaciones según reglas. Unademostración es correcta o incorrecta si respeta o no esas reglas. Se llega a demostrar unaconclusión si se la puede alcanzar por una serie de operaciones correctas empezando por premisas

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aceptadas como axiomas. Sea que estos axiomas sean considerados evidentes, necesarios,verdaderos o hipotéticos, la relación entre ellos y el teorema demostrado permanece inmutable.Para pasar de una inferencia correcta a una verdad o a la probabilidad computable de unaconclusión, se debe admitir ambas: la verdad de las premisas y la coherencia del sistema axiomático.En una demostración los signos empleados deben utilizarse desprovistos de toda ambigüedadmientras que, por el contrario, en la argumentación la ambigüedad no está excluida de antemano.

La argumentación supone elencuentro de pensamientos: eldeseo del orador de persuadir sinimponer y una disposición porparte del auditorio de escuchar.Esta mutua cooperación no debe sersólo general sino que también debeaplicarse a cuestiones particulares.

Toda argumentación modifica el estado de cosas. Por eso cada sociedad posee instituciones paradebatir entre personas supuestamente competentes (sus cuerpos legislativos) y otras institucionessólo se encargan de prevenir o ejecutar acciones (sus cuerpos judiciales y ejecutivos). No todospueden debatir cualquier cosa en donde sea y como sea.En algunos casos existen reglas fijas para organizar un tema a discutir. El propósito principal esasegurarse un tratamiento equilibrado. Incluso en asuntos en los que no hay reglas de discusión,hay hábitos y costumbres que no pueden dejar de respetarse sin una razón suficiente.

El control del auditorioEs este concepto central el que diferencia las aproximaciones lógicas y las aproximaciones

retóricas de la argumentación. Éstas trabajan pensando en un auditorio, las primeras lo omiten. Enuna definición célebre, Perelman y Olbrechts-Tyteca asignan a la argumentación "el estudio de lastécnicas discursivas que permiten provocar o aumentar la adhesión de las personas a las tesis que sepresentan para su asentimiento". (Ch. Perelman y C. Olbrechts-Tyteca, ob. cit., p. 34). Ningún otroelemento de la definición apoya la restricción a las técnicas discursivas, se podría perfectamenteextender a las técnicas no discursivas; lo que se hará naturalmente cuando se interese en losargumentos mixtos del seductor o en la fuerza en la argumentación que se pueda evaluar. Peropara Perelman, que en este punto sigue la tradición clásica, sólo el discurso es portadorde razón y ésta no se forma ni por la seducción ni por la fuerza. La razón está en laorganización misma del discurso y sobre todo en el discurso compartido, no en lanaturaleza o en la historia. Una idea que se puede compartir con un auditorio tiene, poreste simple hecho, un valor de racionalidad.A diferencia de la postura de Stephen Toulmin (1922), Perelman presenta la argumentación sinrecurrir a la noción de verdad. La perspectiva argumentativa se define en términos de la in-fluencia mayor o menor que se ejerce sobre un auditorio. El fin de la argumentación noes aproximarse a una verdad preestablecida; no tiene nada que ver con unademostración concluyente o no. La verdad no forma parte del sistema y se deriva de lanoción correlativa de razón. Una y otra se relacionan con las nociones de influencia yauditorio.

En la perspectiva clásica, un argumento es más omenos fuerte si se aproxima o se aleja de la verdad.Perelman no admite una relación directa entre laargumentación y lo verdadero. Sus definiciones acerca dela fuerza de un argumento se fundan en otros elementosreferidos a la situación argumentativa.

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En el concepto de auditorio reside una de las diferencias esenciales entre el modelo de Toulmin y laaproximación de Perelman. Para este último, se trata de una noción básica, que orienta todas lasactividades lingüísticas, aun el discurso interior, definido como una deliberación.Perelman y Olbrechts-Tyteca definen al auditorio como "el conjunto de aquellos en quienes el oradorquiere influir con su argumentación".(ídem, p. 55) Cada orador construye de manera más o menosconsciente el auditorio al que dirige sus discursos de manera que siempre debe existir por parte delargumentador una voluntad de coincidencia entre el discurso y su auditorio. El hablante no se puededejar ganar exclusivamente por su propia voluntad sin tomar en cuenta los condicionamientos delauditorio. Ésta es una de las diferencias más importante; del discurso argumentativo respecto de losdiscursos narrativos o descriptivos.

No hay que identificar el auditorio del orador con aquellos que están materialmente en estado deescucharlo y con aquellos que tendrán ocasión de leerlo. Se puede concebir que el orador olvide auna parte de su auditorio, que se trata ya del policía que asiste al alegato o de algunos miembros dela oposición en un discurso que trata de consolidar una mayoría parlamentaria o del ordenanza quesirve café en la sesión de la Cámara de Diputados. El auditorio no está necesariamente conformadopor aquellos a los que interpela expresamente el orador. En el Poder Legislativo, los oradores decada cámara se dirigen a los respectivos presidentes pero su discurso se orienta a los miembros desu sector político, a la televisión que transmite las sesión o a la opinión pública que leerá un resumende su exposición en los diarios del día siguiente.Al estudiar la noción de auditorio Perelman diferencia en principio tres clases. El primero estáconstituido por toda la humanidad o, al menos, por todos los adultos y normales, es el auditoriouniversal; el segundo es el formado desde el punto de vista del diálogo por el único interlocutor alque el argumentador se dirige y el tercero es el integrado por el propio sujeto cuando delibera oevoca interiormente acerca de las razones de sus actos.Sin embargo, el discurso del propio sujeto que se sostiene y al término del cual se toma unadecisión, incluso errada, no es diferente, en su estructura, de los discursos que se sostienen enlugares públicos; su "interioridad" es un mito, por ello habría que presentarla como una interioridadpolifónica.El verdadero auditorio universal supone que todos los hombres, con la misma preparación, la mismacapacidad y la misma información adoptarán las mismas conclusiones. Pero además del auditoriouniversal Perelman distingue el auditorio de elite que es el auditorio modelo al que deben amoldarsetodos los hombres. Es el que crea la norma para todo el mundo pero sólo encarna al auditorio uni-versal para aquellos que le reconocen el papel de vanguardia y de modelo.El auditorio particular es el que está constituido por un único interlocutor al que se considera poralguna razón portador de las características del auditorio universal. Es el delegado del grupo, elportavoz. Es el oyente que puede ser considerado como una muestra de toda una clase de oyentes.La distinción entre auditorio particular y auditorio universal funda la diferencia entre argumentospuramente persuasivos, admitidos por un auditorio particular, y aquellos argumentos queconvencen, son admitidos por el auditorio universal y, en consecuencia, pueden llegar a ser tenidospor verdaderos.¿El auditorio así definido puede ser considerado como una parte real de la argumentación? Estaconcepción del auditorio brinda diferentes perspectivas que ponen en evidencia la riqueza y, almismo tiempo, la ambigüedad del concepto.

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Perelman sostiene que toda argumentación pretende la adhesión de los individuos, y por tanto,supone la existencia de un contacto intelectual . Para que haya argumentación es necesario que existauna comunidad efectiva de personas, y que se esté de acuerdo con debatir ... La formación de unacomunidad efectiva de personas exige como condición no sólo la existencia de un lenguaje común quepermita la comunicación, porque con ello no basta: es necesario el contacto, el deseo de la conversación yel diálogo. No basta con hablar o escribir, también es preciso que escuchen sus palabras, que leansus textos... escuchar a alguien es mostrarse dispuesto a admitir eventualmente su punto de vista:

“Hay seres con los cuales todo contacto puede parecer superfluo o poco deseable. Hayseres a los que no nos preocupamos por dirigirles la palabra. Hay también seres con losque no queremos discutir, sino que nos contentamos con ordenarles.Para argumentar, es preciso, en efecto, atribuir un valor a la adhesión del interlocutor,a su consentimiento, a su concurso mental. Por tanto, una distinción apreciada a veceses la de ser una persona con la que se llega a discutir... en muchas sociedades no se ledirige la palabra a cualquiera, igual que no se batían a duelo con cualquiera. Ademáscabe señalar que el querer convencer a alguien siempre implica cierta modestia porparte de la persona que argumenta: lo que dice no constituye una «dogma de fe», nodispone de la autoridad que hace que lo que se dice sea indiscutible y lleveinmediatamente a la convicción, El orador admite que debe persuadir al interlocutor,pensar en los argumentos que pueden influir en él, preocuparse por él, interesarse porsu estado de ánimo.” Perelman: Tratado de la Argumentación. p. 50-51

“El Género Deliberativo: Se orienta hacia las Asambleas que toman decisiones siguiendo lasreglas democráticas y que han de decidir sobre el futuro en función de los valores de utilidad oinutilidad.El Género Epidíctico: Utiliza el razonamiento de elogio o blasfemia de personas e ideasbasándose en valores de lo bello y lo feo. El clásico ejemplo de este género son las oracionesfúnebres.El Género Judicial: Es el que se dirige a los Tribunales y trata de defender o acusar con relacióna los valores de justicia e injusticia; los razonamientos han de ser más rigurosos porque elauditorio es más culto. Además se ha manifestado sobre este género que "...versa sobre lajusticia o injusticia de hechos pretéritos cometidos por un sujeto a quien se acusa o sedefiende. Su finalidad es ventilar juicios y litigios o pleitos ante el Juez. Los jueces y el publicoconstituyen la audiencia..."

AUDITORIO Y RETÓRICA ".. La noción de Auditorio es central en la retórica. Un discurso solo es eficaz si se adapta alauditorio al que se trata de persuadir o de convencer.. ..Una argumentación persuasivaconvincente puede dirigirse a cualquier auditorio lo mismo si se trata de sabios que deignorantes y lo mismo si se dirige a una sola persona, o un pequeño número o a la humanidadentera...”

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Stephen Toulmin: los campos argumentativos

Fragmentos de R. Marafioti: Los patrones de la Argumentación: pp. 123-126.

Stephen E. Toulmin nació en 1922 en Londres. Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en elMinisterio de Aeronáutica y en 1948 alcanzó el doctorado en Filosofía en la Universidad deCambridge. En ese entonces se contactó con Ludwig Wittgenstein (1889-1951), cuyasinvestigaciones acerca de las relaciones contextuales entre los usos y los significados del lenguajeinfluyeron en su trabajo. La tesis doctoral, que se llamó "An examination of the Place of Reason inEthics", se trató en verdad de una disertación wittgensteiniana que investigaba cómo los sereshumanos razonan acerca de temas éticos y morales. Su labor lo consolidó en la perspectiva de lasfalencias que tenía la lógica formal, sea como una herramienta descriptiva o prescritiva de laargumentación, un principio fundamental de sus obras posteriores.Luego de graduarse en Cambridge, enseñó Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Oxford. En1953 publicó Filosofía de la ciencia: una introducción en Oxford y luego fue profesor invitado en laUniversidad de Melbourne, en Australia. En 1958, de vuelta en Inglaterra, enseña en la Universidadde Leeds y publica The Uses of Argument, que inicialmente no fue muy reconocido por los filósofospero al poco tiempo llamó la atención de lingüistas y retóricos, sobre todo en Estados Unidos.A partir de 1959 trabaja en numerosas universidades norteamericanas, incluyendo Columbia,Stanford, Michigan State, Chicago, entre otras. En 1972 se establece en la Universidad de Californiaat Santa Cruz.Su ámbito original, definido como el eje esencial de su pensamiento, es la reflexión entorno del estudio de las variaciones de la racionalidad a través de los diversos campos enque ella tiene posibilidades de ejercitarse.

Entiende la “lógica" como una metodología de análisis de la secuencia racional, rompiendocon la lógica que plantea el modelo matemático como paradigma de su funcionamiento. Proponeuna extensión del campo lógico hasta incorporar un "nuevo discurso del método", no sólo delmétodo científico sino también de la metodología racional capaz de explicar el proceso por el cual losconocimientos pueden acrecentarse.Toulmin sostiene que la lógica tiene que ver con lo que los hombres piensan, argumentan e infiereny advierte que, como se la presentó desde Aristóteles en adelante, funciona como una disciplinaautónoma sin contacto con la vida cotidiana. No quiere decir con esto que la lógica no puedatrasladarse al campo de la razón práctica sino que no da cuenta del uso de un buen número deargumentos que se emplean diariamente. El único campo en el que: podría funcionar la lógica clásicaes en el de las matemáticas. Por ello propone desplazar el campo de atención de la lógica a la lógicapráctica, no formal, una lógica operativa o aplicada, y para usar esta perspectiva parte del ámbitojurídico. Dice en este sentido:

La lógica es jurisprudencia generalizada. Los argumentos pueden ser comparados con litigiosjurídicos, y las pretensiones que hacemos y a favor de las que argumentamos, en contextosextrajurídicos, con pretensiones hechas ante los tribunales, mientras que las razones quepresentamos para justificar cada tipo de pretensión pueden ser comparadas entre sí. Unatarea fundamental de la jurisprudencia es caracterizar lo esencial del proceso jurídico: losprocedimientos mediante los cuales se proponen, se cuestionan y se determinan las preten-siones jurídicas y las categorías en cuyos términos se hace esto. Nuestra investigación es

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paralela: intentaremos, de modo similar, caracterizar lo que puede llamarse el procesoracional, los procedimientos y las categorías mediante cuyo uso puede argumentarse a favorde algo y establecerse pretensiones en general. (S.E. Toulmin, The Uses of Argument,Cambridge University, Press, 1958, p. 7)

La relación entre lógica y jurisprudencia ubica en el centro la función crítica de la razón. Un buenargumento es aquel que resiste a la crítica y a favor del cual puede presentarse un caso quesatisfaga los criterios requeridos para un veredicto favorable: "Nuestras pretensiones extrajurídicastienen que serj ustificadas no ante sus majestades los jueces sino ante el tribunal de la razón".(Ídem, p. 8)Toulmin propone, además, el análisis de las modalidades (El concepto de modalidad alude a "laforma lingüística de un juicio intelectual, de un juicio afectivo o de una voluntad que un sujetopensante enuncia a propósito de una percepción o de una representación de su espíritu", según ladefinición de Charles Bally que, con algunas particularidades, es la perspectiva que asume Toulmin)mediante la sustitución del análisis semántico de las modalidades por un análisis pragmático,semiperformativo, semiargumentativo. Distingue en el funcionamiento de las modalidades comoposible, cierto, etc., por una parte, un componente performativo o de "fuerza" que marca elcompromiso del locutor con su enunciado, como una promesa y, por otra parte, un componente decriterio que depende del área considerada.Imposible no funciona en lingüística como en matemática o en ética. Lo que le interesa a Toulmin esel componente de criterio que depende del contexto, que reenvía globalmente a los procedimientosde justificación y a los tipos de argumentación capaces de sostener la afirmación de posibilidad o decerteza, e indirectamente a las "leyes" que funcionan como permisos de inferencia, leyes de pasaje olicencias para inferir en el proceso argumentativo.

Pero si los capítulos consagrados a las modalidades no tuvieron gran trascendencia, noocurrió lo mismo con un capítulo central de su obra The Uses of Argument, "The layout of argument"("El diseño del argumento"), en el que propone un "modelo orgánico" del procedimientoargumentativo.Muchos de los planteamientos de Toulmin no tuvieron eco; así, su análisis del concepto deprobabilidad o las ambigüedades que atribuye al silogismo no parecen haber sido tomados en cuentapor los lógicos, los lingüistas, los filósofos o los analistas del discurso. Pero la crítica al silogismo y laperspectiva de proponer un esquema más complejo para el análisis de la argumentación y su teoríade los campos argumentativos fueron tomados muy en cuenta por los departamentos universitariosde análisis del discurso y, en general, por la corriente de la lógica no formal que se desarrolló enEstados Unidos y Canadá a partir de los años 70, donde su libro tuvo un éxito considerable. Es a ellatambién a la que se le dedicará especial atención aquí.

El modelo de argumentaciónEl modelo de Toulmin es, en principio, justificador. Analiza la técnica por la cual un locutor brindauna justificación a una aserción que había sostenido y que es puesta en duda por su interlocutor. Eneste modelo, una aserción razonable es, en principio, aquella que puede afrontar la crítica, unaaserción que el locutor es capaz de integrar a un cierto esquema de procedimiento que se desarrollasegún un número de etapas que el modelo pretende justamente representar. Debe, pues, captar laforma de un discurso racional.

El sitio desde donde parte Toulmin es la idea según la cual una de las actividades centralesde los seres humanos es razonar, brindar fundamentos para certificar que las acciones, los

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pensamientos y los dichos son los pertinentes. Distingue entre un uso instrumental del lenguaje y unuso argumentativo. El primero ocurre cuando no es preciso emplear razones suplementarias quejustifiquen lo que se afirma: es el caso cuando se da una orden, se dice cómo está el tiempo o sedescribe un objeto. El uso argumentativo se produce cuando las emisiones lingüísticas tienen éxito ofracasan a partir de apoyarse en sucesivos argumentos o pruebas. Las situaciones o los problemas apartir de los cuales se argumenta pueden sobrevenir por distintos motivos y el razonamiento cambiasegún las situaciones. Pero hay algunas cuestiones que permanecen estables y ello tiene que ver conla estructura de los argumentos, los elementos que los conforman, las funciones que cumplen ycómo éstas se relacionan entre sí. Otra cuestión tiene que ver con la fuerza de los argumentos, laintensidad y las circunstancias que rodean a su presentación.

En la teoría de Toulmin, argumentación refiere a la actividad de...plantear pretensiones, someterlas a debate, producir razones para respaldarlas,criticar esas razones y refutar esas críticas, etcétera.El término `razonamiento' se emplea de modo más estrecho refiriéndose a laactividad central de presentar las razones para sostener una opinión y para mostrarcómo esas razones son exitosas para dar fuerza a la opinión.Un argumento, en el sentido de un tramo de razonamiento[a train of reasoning],esla secuencia de opiniones y razones encadenadas que, entre ellas, establecen elcontenido y la fuerza de la posición para la cual argumenta un hablante particular.(Esta cita y las siguientes corresponden a Stephen Toulmin, Richard Rieke y AllanJanik, An Introduction to Reasoning,Nueva York, Macmillan Publishing Co,1984,p. 14

Pero, además de este sentido del término `argumento', emplea otro referido a "las interaccioneshumanas a través de las cuales esos tramos de razonamiento son formulados, debatidos y/o se losda vuelta a partir de tales razonamientos". En esta segunda acepción, los argumentos resultan algoque envuelve a las personas a través de su persistencia, de su obstinación, de su pérdida depaciencia, que incluso las lleva a combatir por ellos.Quien participa en una argumentación muestra su racionalidad o su falta de racionalidad por lasmaneras en que se conduce y responde a las razones ofrecidas en favor o en contra. Si es alguien"abierto al argumento" (open to argument), reconoce la fuerza de las razones o busca la respuesta aellas, si no lo es resultará "sordo para el argumento" (deaf to argument), esto es, ignora las razoneso responde con afirmaciones dogmáticas.

La fuerza de los argumentos (Marafioti: Los patrones de la Argumentación: pp. 136-138)Los argumentos prácticos encuentran su lugar y función en las virtudes de la empresa humana en laque se hallan. Un argumento tiene peso y funciona sólo si es presentado a la audiencia apropiada enun foro apropiado: argumentos legales a un jurado en una corte, argumentos científicos a loslectores de una revista especializada. Las más vastas actividades de una empresa racionaldeterminada actúan como "campo energizante", como un campo electromagnético que impregna deenergía al argumento y que se convierte en fuente ulterior de su potencia.La fuerza de los argumentos no alude a su corrección sino que incluye cuatro tipos detemas:1) los enunciados calificadores: se emplean para establecer el grado de certeza que se tieneacerca de una aserción particular. Algunas garantías no conducen invariablemente hacia laconclusión; otras, en cambio, lo hacen sin ofrecer una confiabilidad total acerca de tal conexión. Por

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esta razón las conclusiones son introducidas por palabras del tipo indudablemente, probablemente oposiblemente.2) las excepciones y condiciones de presentación de los argumentos: Algunas garantíasllevan a conclusiones incondicionalmente; otras lo hacen sólo en situaciones normales, mientras quealgunas garantías son eficaces sólo para casos excepcionales. Existen dos razones para que unaconclusión no sea presentada como definitiva o cierta. Sea porque el dato, la garantía y el soportesustentan la conclusión sólo parcial o débilmente o porque el dato, la garantía y el soporte sustentanla conclusión sólo en ciertos contextos o bajo ciertas condiciones. Respecto de la primera situación,estos argumentos incluyen calificadores para indicar su fuerza incompleta, diciendo, por ejemplo, "D,entonces probablemente C". En el segundo caso, lo que se indica con el modalizador es el caráctercondicional de la conclusión, expresándose en frases del tipo "D, entonces presumiblemente C”.Losadverbios presumiblemente, normalmente u ocasionalmente indican cuánta fuerza poseen losargumentos según las condiciones y circunstancias de su construcción y presentación. 3) el concepto de carga de la prueba: en muchas situaciones cotidianas se toman decisiones enforma racional aun cuando no se posea suficiente información, o en presencia de información queconduce por caminos conflictivos. Cuando la información es pobre, no resulta racional suspender la

formulación de juicios, ya que las situaciones prácticas demandan una intervención urgente.Es más razonable comenzar por asumir una conclusión particular mientras no haya evidencia que lacontradiga. En forma semejante, cuando la evidencia es conflictiva, es a menudo apropiado empezarpor asumir una de las dos posiciones posibles hasta que tales conflictos hayan sido resueltos.4) la argumentación relevante: la argumentación práctica se adapta a los contextos en los que se laaplica, y qué se entiende por argumentación "relevante". El análisis crítico de argumentosparticulares lleva a considerar las diferentes empresas humanas en las que los argumentoscontribuyen al logro de los objetivos específicos de cada campo de actividad. Sólo se comprenderácabalmente qué le otorga poder y fuerza racional a los argumentos al investigar como éstos sirven alos propósitos especializados de empresas profesionales como aquellas constituidas por la ley y laciencia, entre otras.Las condiciones de fuerza y de relevancia de los argumentos son comprensibles en forma cabal sólosi son analizadas en el contexto más amplio de las demandas y los objetivos de la empresa racionalen la que emergen. Todo aquel que presente genuinas aserciones y plantee una lícita discusión parajustificarlas dentro del ámbito de la empresa legal o científica, por ejemplo, debe tener ciertoconocimiento general acerca de cómo están organizadas tales empresas y qué fines persiguen.

Quienes participan en una discusión tienen mucha información significante e insignificante yhacen uso de ella para enriquecer la defensa de sus posiciones o puntos de vista.La relevancia es una problemática sustantiva que debe ser discutida en el campo legal por losabogados; en el ámbito científico, por los científicos, etc. Son muy pocas las condiciones derelevancia de tipo general que pueden ser utilizadas en todo tipo de campos y foros. Por el contrario,el entrenamiento profesional involucrado en aprender cómo operar dentro de una empresa racionalconsiste, en gran medida, en lograr reconocer qué tipo de información será relevante para justificarargumentos.

Los campos argumentativos se diferencian por sus procedimientos: (Marafioti: Los patrones de la Argumentación: pp. 138-141)

l) Grados de formalización: Algunos métodos de argumentación empleados en una empresatienen un nivel de formalización más complejo y estilizado que otros. En las ciencias naturales, por

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ejemplo, las revistas especializadas presentan un alto grado de formalización, pero también sirvenpara el debate y la publicación de investigaciones. La validez real de la argumentación científica nodepende tan íntimamente de su adecuación a procedimientos formales ya existentes, como sí ocurreen el campo legal. A su vez, en otras áreas, por ejemplo, las decisiones éticas o las decisioneseconómicas, los procedimientos argumentativos son frecuentemente menos elaborados y ritualizadosque en la ciencia.2) Grados de precisión: En este caso Toulmin plantea que encontrar argumentos de granprecisión y exactitud es más factible en algunos campos del razonamiento práctico que en otros. Enla física teórica, por ejemplo, muchos de los argumentos pueden ser formulados con exactitudmatemática. Aunque tal precisión no es común a muchas áreas, el tipo de exactitud abstracta típicade la física aparece en muchas empresas racionales. En los negocios y la política, por ejemplo,muchas aserciones son hechas en virtud de estadísticas y proyecciones, lo que simplifica y refuerzala capacidad persuasiva del argumento. En realidad, la cuestión válida es, más allá del campo derazonamiento, cuánrelevantes son losprocedimientos de granexactitud para laresolución de losdiferentes tipos deproblemas que sepresentan.3) Modos deresolución: A pesar deque los argumentosempleados en todos loscampos de razona-miento práctico sonbastante similares en suinicio (todos comienzancon la formulación deuna aserción), no existetal uniformidad en laforma en que se losconduce hacia unaconclusión.En ciertos foros como eljudicial, losprocedimientos searticulan sobre unabase adversativa. Laacción presentada ante el juez incluye dos partes opuestas o adversarias. Los procedimientosconcluyen cuando -luego de atravesar el debido proceso- el juez emite un veredicto en favor de unao de otra. Para llegar a esa resolución, la función esencial de los procedimientos judiciales esbásicamente "dictaminar” entre las dos posiciones adversas más que lograr una posición intermediay satisfactoria para ambas partes.

Comparaciones en el interior de un campoy entre campos distintos

Al examinar los distintos campos, se notan semejanzas y diferenciasentre los modos y estilos de argumentación. Ningún campo presentamejores argumentos que otro campo. El único juicio válido será el relativoal interior de un campo. No vale, en este caso, el análisis comparativo delos distintos campos entre sí.Algunos analistas asumen que empresas intelectuales "duras" –como lasmatemáticas y las ciencias experimentales- son más "lógicas" o"racionales” que las más "emocionales" áreas de la ética o la estética, Unapresunción similar ocurre con la pregunta acerca de si la totalidad de laciencia histórica es más o menos racional que la totalidad delconocimiento acumulado por la física. Una vez más, tal comparación entrecampos carece de interés: algunos argumentos históricos son másacertados que otros, así como ciertos argumentos de la física son másrigurosos que otros. En realidad, comparar los méritos de todos losargumentos históricos con todos los argumentos de la física no tieneningún propósito práctico,

¿Qué rol juega el razonamiento y la argumentación en empresashumanas como la ley, la ciencia, el arte, la administración gerencial

y la ética?¿Qué tipo de foros de argumentación proveen esas empresas

racionales? En el interior de un campo específico: ¿cómo discriminarun buen argumento de uno que no lo es?

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En empresas racionales, como las negociaciones entre sindicatos y patronales, la meta esjustamente la opuesta. La meta es lograr un compromiso consensuado que sea aceptado por ambaspartes. El resultado de una negociación exitosa no es una decisión en favor de una u otra; por elcontrario, la resolución consiste en acceder a una posición intermedia satisfactoria -o al menostolerable- para las partes involucradas.4) Objetivos argumentativos: El tipo de proceso apropiado para cada campo particular deargumentación depende de cuánto esté en juego en un foro específico. Una misma frase, como"Juan esta loco”, puede significar distinto tipo de aserciones dentro del contexto de diferentescampos o esferas de acción humana.Para ilustrar esta noción, Toulmin parte del ejemplo extraído a partir de la frase "Juan está loco",que puede tener diferentes significaciones según los campos o esferas de la acción humana. Puedetratarse de la aserción del médico que atiende a Juan; el que escucha es el psiquiatra y entre ambosacuerdan un tratamiento para una psicosis. Pero también puede tratarse de la aserción de unabogado que interviene a favor de la esposa de Juan. El que escucha puede ser un juez quedeterminará la inhabilitación civil y resolverá que los bienes pasen a ser administrados sólo por laesposa.En el primer caso, el móvil de la consulta consiste en lograr un acuerdo sobre la condiciónpsiquiátrica de Juan. Y esto debido a que el contexto médico y psiquiátrico articula a las partes envirtud del logro de consenso más que del enfrentamiento.En el segundo caso, el contexto pone en funcionamiento interacciones basadas en lo adversativo,siendo el consenso una instancia imposible de imaginar. En este ejemplo se manifiestan algunasdiferencias entre los principales modos de argumentación de campos adyacentes (psiquiatría ycampo legal en este caso), diferencias que se comprenden mejor en virtud de la disparidad de pro-pósitos vigentes en cada una de estas empresas. El diagnóstico médico y el tratamiento psiquiátrico,por ejemplo, permiten amplia flexibilidad, particularmente en cuanto a variaciones de "grado" (algoimpracticable y hasta irritante para las cuestiones legales). Un psiquiatra puede prescribir una u otradroga, recetarlas para que se ingieran juntas en un tipo particular de terapia, e incluso puedeprescribirlas en diferentes dosis. Pero los asuntos provenientes de los tribunales rara vez pueden serabordados de esa manera. Comúnmente éstos demandan aserciones rigurosas y determinantes,porque así deben ser sus fallos (lo que constituye su meta o propósito).5) Argumentos regulares y argumentos críticosEn todo campo de argumentación se argumenta de dos maneras diferentes. Por un lado, elverdadero propósito de desarrollar procedimientos, estatutos y formas similares de razonamiento esestablecer modelos de argumentación que sean considerados confiables para lograr los resultadosrequeridos por la empresa racional considerada.Las leyes científicas deben generalmente conducir a explicaciones satisfactorias; los procedimientosmédicos deben determinar un diagnóstico y un tratamiento exitoso. En cada una de estas esferas esposible sustentar las acciones en un cuerpo aceptado de garantías o leyes de pasaje, sin tener quesometerlas a prueba en cada oportunidad en que se las use. El tipo de argumento que se sustentasobre la base de un cuerpo ya aceptado de garantías es denominado "argumento regular".Sería muy dogmático si nunca nadie se preguntase acerca de la adecuación o la relevancia de lasreglas ya establecidas. Tal vez las leyes de la teoría electromagnética necesitan enmiendas, tal vez elactual tratamiento de la artritis sólo funciona bien para cierta clase de pacientes. En todos loscampos de argumentación, a veces se deben repensar los procedimientos establecidos y, si es

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necesario, reemplazarlos. El tipo de argumento por el que se modifican reglas codificadas sedenomina "argumento crítico".En los argumentos regulares las garantías son meramente utilizadas, mientras que en losargumentos críticos éstas son evaluadas. En virtud de lo dicho, los argumentos regulares sonaquellos que aplican las reglas, mientras que los argumentos críticos son los que justifican o discutenlas reglas.

LOS CINCO CAMPOS ARGUMENTATIVOS SON:

La argumentación jurídica. La argumentación científica. La argumentación en la conducción de empresas. La argumentación artística. La argumentación ética.

LA ARGUMENTACIÓN ÉTICA (Marafioti: Los patrones de la Argumentación: pp. 212-213)Las cuestiones éticas surgen y tienen que ver con situaciones de todo tipo. Como ya se

indicó, no hay un foro específico de la argumentación ética al estilo de los foros que se reconocenen la argumentación científica o jurídica. Tampoco hay una clara distinción entre los tipos depersonas que están calificadas para debatir y presentar argumentos éticos.No existen limitaciones acerca de los tópicos que pueden encarar los debates éticos. Los temas sepueden referir igualmente bien con relación a cuestiones profesionales o de negocios, relacionescon la familia o con los amigos, acciones pasadas o futuras, motivos y personalidad, elecciones decarreras, legislación social y administración pública.Hablando de cuestiones éticas, el problema no es tanto el rechazo de un definición estricta comola prevención de expansión que haría que otras área del razonamiento práctico y de laargumentación quedaran subsumidas.Tratando de cuestiones éticas en un sentido amplio, se debe considerar qué se debe hacer y quése debe evitar hacer y cuáles son buenas razones par actuar de un modo o evitar actuar de unadeterminada forma, como las referidas a los asuntos centrales de las cuestiones éticas. En unsentido amplio, el campo ético es lo suficientemente extenso para alcanzar a todas las empresasracionales dentro de su óptica. Pero en un sentido más estrecho, la conducta de esas empresasda lugar a problemas éticos un marco limitado de situaciones. Se puede tener que arbitrar entrelas conclusiones profesionales de diferentes empresas racionales. O se pueden tener q extenderlas consideraciones profesionales hacia cuestiones humanas más tensas.En el primer caso, los temas éticos tienen que ver con lo que comúnmente realiza cuando secomparan las consecuencias de adoptar una dirección o otra. En el segundo caso, se relacionancon un nivel más personal. Tienen q ver con la conducta de los individuos, de los profesionales.En este segundo tipo de contexto las expresiones "ética profesional" y "ética de los negocios"tienen una consideración especial. Se refieren a las demandas específicas plantea por aquellosque practican cualquier profesión como resultado de su obligación general de actuarconscientemente y tomando en cuenta los intereses de aquellos que son afectados por susacciones profesionales.

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Para la elaboración de este material se uso el Diccionario de filosofía en CD-ROM. 1996-98.E. Herder, Barcelona.Autores: Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.

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“ Combatimos las opiniones filosóficas, tajantes e irreductibles, que nospresentan los absolutismos de cualquier índole; el dualismo de la razón yla imaginación, de la ciencia y la opinión, de la evidencia irrefragable y lavoluntad engañosa, de la objetividad universalmente admitida y lasubjetividad incomunicable, de la realidad que se impone a todos y losvalores puramente individuales.

No creemos en las revelaciones definitivas e inmutables, sea cual sea sunaturaleza u origen. Por otra parte, alejaremos de nuestro arsenalfilosófico los datos inmediatos y absolutos, llamados sensaciones,evidencias racionales o intuiciones místicas. Este rechazo no implica –esobvio- que, en nuestras opiniones, descartemos el efecto de la experiencia odel razonamiento, sino que no hagamos nuestra la desorbitada pretensiónde elevar datos definitivamente claros, inquebrantables ciertos elementosde conocimiento, idénticos en todos los espíritus normalmenteconstituidos, independientemente de las contingencias sociales ehistóricas, fundamento de las verdades necesarias y eternas.”

Perelman: Tratado de la Argumentación, pp. 767-768

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