Arquitectura 83 - 1924
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0J\GAN0 Of iCIAL DE. Lt\ 50( 1[P ,.~D DE ARQUITECTOS
REVISTA mENSUAL
SUJV\ARl()
ARTE BIZA N TINO . ' ' '··~ . :n
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ENSENAI'.ZA DE LA A~.QUil EC- : --t ... ~ Y '# : ~ .. ":
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URIENTACION DE LA ARQUITECTUF.A MODERNA .
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RESIDENCIA DEL SR. f' NTONIO J. UlVO Arqui!Eclos: Antonio Chiarino Kavenna y BartolomP. R. Triay.
RESIDE HCif\ UERANIEBA DEL DR. EDUARDO LflMAS Playa Uerde [Maldor. a do] . A costa y Lara. E u erra y Carcavallo , Arqto . lngrcs .
CON5TATACIONES
FACULTAD DE ARQUITECTURA Proyecto~
CRONICA BENERAL .
• 11 •
_\ÑO X . NÚMERO LXXXIII.
OCTUBRE 1924
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ARQUITECTURA
ARTE Bi ZANTINO
I XTERIOH J)E SAX YIT.\J. • IL\YI~~A
- 1-!2 -·
ARQUITECTURA
El Congreso sobre la Enseñanza de la. Arquitectura
nteresante desde todo punto r:le vi~ta, ha resultado el Congre~o sohre la En~eñanza de la Arquitectura, organ izado po.r el In stituto Real de
Arquitectos Británicos celebrado del 28 <.le julio al
2 d~ Agosto último en Londre~.
El problema de la e nst ñanza de la arquitectura, del que se han o c upado )a los dos Congresos Pan Americanos de A 1 qui ttctc s y que ha s ido objeto de
discusión en casi todos l o~ Congre~os Internacionales de Arquitectos que se han celebrado en Europa desde el año 1867, ha adquindo hoy, que todo ca mbia y se modifica con una rapidez vertiginosa, ob ligando a buscar las soluciones que los nuevos probl€mas van
planteando, una im portancia fundamental para la orientación y. adelanto de l a rte actual. Y si esto puede
decirse de una man era g en eral para todos los países de la América y de Europa, para Ing laterra tiene
este mis mo problema, un dobie interés, pues desde que algunos arquitectos han pretendido reaccionar contra el sistema de e nse ñanza adoptado al lí desde antaño y llamado pupilage, estableciendo Escuelas Especia les está en pié una dise nsión apasiona-da en_
tre los que defienden uno u otro de esos si ~ternas .
Entre los temas que figuraban en e l programa estaba el de la Enseñanza de la Arquitectura en el pa~ado, en ef presente y en el futuro.
Relativa a la prim era parte presentaron infor
mes sobre Francia: Paul León Director de Bellas Ar
tes; sobre Italia el Comendador Giacomo Boni y los Arquitectos G. Giova nnon i y P . D' A chiardi; sobre Estados Unidos de Norte América el Profesor W. M.
Boring, de la Universidad de Colombia y sobre Inglaterra Paul W a terhouse, M .A , F.S. A., P . P.R.I.B.A.
El se ñor Paul L eón informó a la A sa mhlea que la ense ñanza de la Arquitectura en Fran c ia, hecha
por el E stado, databa del rei no de Lui s XIV, coincidiendo con la funda c ión de la Academia.
De 1648 a 167 r son fundadas en Francia y en Roma por Mazorin y Albert la Academia de Pintura y E scultura, la Pequeña Academia, prototipo de la Academia de Inscripciones y Bellas Letra s; la Academi a d e Ciencia; la Academia Francesa en Ruma y la A <:ademia de Arq uitectura.
En 1762 ba jo 1 a Dirección de Jacques Erancois Blondel ayudado por David Leroi se amplia la En
señanza, que hacia el mismo Blondel veinte años
antes, quien apesar de la Academia, había abierto una escuela de Arquitec tura don de ensf ña ba tarn bién
' el Ingeniero Rogean de Val ) el Pintor Saint Aubin, a la "gent.e bien nacida dedicada a la arquitectura y a vivir en la selecta sociedad.''
AHí se daban los domingos y días festivos, con-ferencias a Jos obreros y dibujantes y se hacía un curso de cuarenta lecc iones seguidas de visitas a las
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obras, y e~te movimiento de in~trucdón da lugar a la fundación de la escuela I i bre de di buju por Bache lier en 1766, cuyo local ocupa hoy la Escuela de
Artes Decorarivas. Este vigoroso movimiento fué interrumpido por
la Revolución, con su resoiLÚ.:ión, del 8 de Agosto
de 1793, con-tinuando s in emharg·,, la en~eñanza y en
1795 se funda el Institut() · de FranciJ.
La enseñanza d e las Bellas A rtes !'e organiz~ definitivamente en 1803 ·y la Real A caélemia se cons-tituve con cuarenta mi c-mhros.
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La enseñanza a·c¡:.démica fundada · en una tra·-dic'ión secular tan -arraigada que ni la R evolución
pudo anular, es obje to de · violentos ataques en eJ: siglo XIX en qne sobrevienen · la s luch·as ardientes.
entre Clási'co~ y Góti cos, que ca da · vez · nt'ás a pa sionada da lugar a 1 D ecreto · de í 3 de Noviembre de·
1863 que modifica profundamente. la Organización de la Escuela e in·troduce et · régimen en vigor hasta hoy. ·
El trabajo presentado por el Comendador Boni1 es una exhortación para que no ~e eche en· olvido et glorioso pasado de ·1a arquitectura romana, fuente e·
in s piración de toda la en~ eña nza de J_a arquitectura. Los arquitectos Gi ovannoni · y 'D'Achiardi, han
informodo refiriéndose a Italia · ql}e nunca ha existido una verdadera unidad entre el aspecto profesional
del arquitecto y los métodos de enseña nz~ del mismo~
lo que ha llevadú d esde los primeros tiempos de los pueblos civilizados a confundir esa prof~s ión con otra~ artísticas ! o constructi ,-.~·as . . En la época ro
mana ha existido el arquitecto preparado co mo Jo ha descrito Vitruvio, y en los primeros lÍempos de la Edad Media, la enseñanza no existia c)rga n izada~ siendo el arquitect9 un derivado del a lbañi 1 o del
escultor. Del siglo XII al XIV rea par.ece e l verdadero arquitecto a veces jefe técnico, a veces artista que cultiva también con frecuenc ia otras· art es. E s tos arquitectos, que son discípulos de si m i~ino~, han Ilegado a poseer todos los · conocimie n t'os necesarios estudiando la antigua ·arquitectura e.n sus ruinas y en sus monumentos, penetrando ¡.; u es píritu para como di ce V asan en la vida o e ·F el i P<:! Brune lleschi· " l , 1 traer o a su epoca para ilumina r a buena arqui-tectura."
La creación del llrquitecto, que no tiene ninguna
participación como artífice, cosa que predominaba en las Corporaciones de la · Edad Meclia, y que sobordina al proyecto la concepción tata 1 del edificio
exige una especial y nueva preparación creando una verdadera profesión. En ese sentido el tratado de Viñola representa un primer paso y la enseñanza en Escuelas el segundo.
Este estado de cosas, empezó a restringir la li-
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ARQUITECTURA
bertad ilimitada hasta entonces de~ arquitecto, creando reglas que frecuentemente fu eron codificadas dando lugar a la aparición de las Academias que pronto se fundaron en toda Europa.
Durante los siglos XVII y XVIII los arquitectos se formaron en las Academias y los académicos no eran sino intermediarios entre los sabios y los artistas.
Es así, que a fines del s iglo XVIII y principios del siglo XIX, todos los arquitectos son educados en la antigua arquitectura. Luego de ft pues vienen las oscilac iones del último período en el que intervienen en la enseñanza estilos Románticos, neo R~nacimiento y el eclecticismo, pero contando siempre con más adeptos la antigua arquitectura,
Esto no satisfacía a las nuevas generaciones que veían surgir a Italia, pues entendían que era necesario sustraerse a la excesiva influencia escolástica y dar otra tendencia práctica, otra libertad que la <¡ue podía deducirse de épocas clásicas, para poderse adaptar al complejo problema de la nueva civilización.
Cuando la Italia constituyó un nuevo país, la Academia de San Lncas, así corno las demás Academias fueron perdiendo su importancia como escuelas de enseñanza, no sólo en la Arquitectura, si no en las otras artes , enseñanza, que pasó a depender de la Institución de Bellas Artes del Reino. Fué así como aquellas fueron perdiendo su importancia y pasaron a desempeñar un papel solamente histórico, sustituidas por las Instituciones del Estado que son en el período actual las que prepar:an a los arquitectos.
El Profesor A. Boring de la Universidad de Co .. lumbia, dijo que los Estados Unidos no tenían una tradición arquitectónica gloriosa como la de Europa.
Las primeras obras dignas¡, fueron ejecutadas por arquitectos ingleses que llegaron a aquel país
' con los nuevos pobladores, pro(iuciendo lo que se tlama allí arte colonial, al que precedieron algunas construcciones con tendencia inglesa u holandesa.
Así se continuó hasta un ¡medio sig1o después de la independencia, siguiendo luego la declinación de la arquitP.ctura que se veía en Europa hasta culminar en una verdadera decadencia durante la ·época de la Guerra Civil de 1861 al l865.
Después de eso, el creciente progreso del país influyó en su arquitec tura pudiendo decirse que la primer verdadera demostración de este arte se hizo c« •n la celebración de la Exposición de Filade1fia en el año 18¡6.
Fué en Boston en el raño 1865, que se fundó la primera Escue!a de Arquitectura. William Robert Ware, estableció en el Instituto Tecnológico de Massachusetts la escuela madre, p~ede decirse, sobre c uyo modelo más o menos se fundaron luego otras .
Una dedicación especial al iestudio general como requisito intelectual, esencial p¡ara el estudio de Ja Arquitectura; el anális is de los monumentos antiguos y su influencia en la cultura, todo eso, con la cien-
cia de la Construcción, formó la base de la lns-. ,
truccwn . Más tarde se añadió a todo esto el sistema de
enseñanza de la arquitectura seguido con gran éxito durante dos siglos en la Escuela de Bellas Artes.
En 1881 William R. Ware fué llamado a Nueva York donde fundó la E scuela de Arquitectura en léi Universidad de Columbia .
Otras escuelas siguieron a ésta, y actualmente existen un gran número donde siguen estudios de arquitectura cuatro o cinco mil estudiantes.
En I8g4 los ex discípulos de la E scuela de Bellas Artes , con el objeto de propagar y defender el sistema de enseñanza que ellos habían se~uido, funda ron la Sociedad de Bellas Artes, que fué creciendo en importancia y que ma(jtiene hoy el Instituto de las Bellas Artes del Dibujo.
Al mismo ti empo que funcionaban estas E scuela s, fueron abiertos Talleres semejantes a los que func10naban en París fuera de la Escuela.
La Exposicion internacional celebrada en Chicago en e l año 1893, fué el segundo paso dado por el público norte americano en la apreciación de la arquitectura .
Un grupo de distinguidos artistag arqllitectos, pintores y escultores, levantaron una ciudad de ensueño que se reflejaba en las aguas azulea del lago l\iichigan despertando un gran entusiasmo por lo clásico monumental.
Como consecuencia de esto, Charles Follen J\[ekin concibió la idea de una Academia Americana en Roma, sostenida después por generosas contribuciones que manti ene el gusto por la expresión mo- . numental de la a rquitectnra y las otras bellas artes del Dibujo.
La Asociación de la s Escuelas de Arquitectura colegiadas de la cual el señor Ernerson (miern bro infor!11ante de la Enseñanza de Arquitectura en el presente) es su Presidente, ha s ido fundada recientemente con el fin de mejorar la enseñanza, y celebra reuniones anuales en donde se discute todo lo que interesa a la enseñanza aprobando normas fundamenta les para la mi sma.
El Arquitecto Waterhouse de Ingla terra, empezó diciendo que conocían poco como se habían preparado .los g randes arquitectos del Siglo XVII como el gran W ren que fué discípulo de si mismo.
De los tiempos de Elizabeth a los de Anna existen los conoscent entre los que era comun encontrar conocimientos generales de la arquitectura clásica.
En el siglo XVIII y por lo tanto influyendo Wren, Gibbs e lñigo Jones, se estableció que sin el conocimiento de la arquitectura clásica de Grecia, R oma Italia, Francia y del R enacimiento, no era pos ible ser arquitecto.
En consecuencia, durante la última mitad del s iglo XVII y el XVIII el viajar con el objeto de estudiar la arquitectura de otros países, fué une de los medios de instrucción más empleados, publicándose
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ARQUITECTURA
como consecuencia de ésto~ estudios infinidad de
obras que no sirven para instruir a los que no pueden viajar. De este modo pues, se forman ]os
principales arquitectos. El gran arquitecto William Tite ya se prepara con el sistema de pupilaje y en
el estudio de John ~oant ya reciben su instJucción por medio del pupilaje desde el año 187 4 al I 837 ci ncuenta y cinco futuros arquitt-ctos.
De este profesor recibían sus discípulos en5cñanza práctica relacionada con la medicíón, costo, dirección y trabajos de ta1ler, dibujo y compcsición.
Más adelante, lo que fué el pupilaje "'n tiempos de la Reina Victoria todos lo conocemos por tra di-
ción o por experiencia propia. De esto puede decirse
que algunas veces no fué lo que debió ser y otras que dió un excelente resultado.
<:;¡ no habla ha de la In~titución de los exámenes establecido por el Real Institut<~ no es por que ignorase su importancia si no porque no los consi· dera ba como formando parte del pasado sino más
bien como el principio del presente. La fur.dación de la Architectural Association
como institución de enseñanza y Hl creciente eficiencia rn la University College, King's College y
Loth Kensington han contribuido también a la creación del ~ istema a ctua 1 de enH ña nza.
Orientación de la arquitectura moderna En la práctica 7 en la enseñanza
En el siglo de eclecticismo en que vivimos, iba ya adquiriendo caracteres muy marcados la tenden
cia de la Arquitectura a prevalecer, al través de las edades, supeditada a principios y formas básicas que se han altetado muy poco-desde Grecia a nuestros días-en e[ sentido de la originalidad y el progre~o.
Pero la Arquitectura es arte útil y, por lo tanto, arte necesaria. Y la necesidad acicatea el ingenio del hombre, consiguiendo en un instante feliz, milagro5- que no se han obtenido en largos años de estudio v dedicación . •
Tal es lo que ocurre en estos momentos en que, a pocos años de una gran guerra, la Humanidad ha
visto transformar rapidamente muchos de sus viejos organismos administrativos y sociales, y muchas de sus instituciones morales; transformación que ha traído aparejadas nuevas y perentorias necesidades.
Mucho ha habido que improvisar, sin duda, y
los defectos anotados en la obra de emergencia son notahles. Pero al amplificarse el horizonte, se han descubierto nuevas sendas, en la que, a poco que se ahonde, se ha de hallar, seguramente, el firme camino que ha de llevarnos hacia 1a nueva era arquitectónica; hacia la única capaz de marcar una época, después de la Gótica o la Renacentí:;ta.
¿A qué se debe sino que a razones de necesidad nacidas circunstancialmente con la guerra, la boga adquirida en esto~ últimos tiempos por el Cemento Armado con su sistema de construcción 1ápido? Y, sin embargo, cuanta beJieza irradia ya esa arquitecA tura de líneas sobria.s, que expresan racionalmente las funciones de los órganos interiores que recubre,
con su aparente frialdad, inexpresiva para los que creen que no es Arquitectura lo que no se sugeta a
módulos, ni llama en su auxilio a los elementos clá-• • stcos para vestirse.
Es evidente empero que, en todos los ~entros civilizados, en la práctica, !a Arquitectura está sufriendo un pequeño estancamiento, en el sentido de la originalidad y del buen gusto artísticos, al par que ha
señalado un notorio progreso, en el sentido de la
higiene individual y colectiva de la vivienda. ¿A qué se debe el fenómeno constatado? Sin
duda alguna al nuevo concepto de la vida, que tienen las sociedades modernas.
Las familias, organizadas antaño sobre inconmovibles base~ legales y afectivas, han pasado a ser hoy instituciones pocos esta bies, que marchan tal vez h:rcia más lógicas conquistas-como la igualitaria de los derechos del hombre y la mujer-pero propensas, por ahora, a desmoronarse al primer contraste seutimental o económico.
La sociedad actual, fundada sobre tan insegu
ras parcialidades, adolece del mismo defecto genésico. Fn su afán de mejorarse y contemplar a la vez
un gran número de situaciones creadas eventualmente, ha dado a su organización e~a forma incoherente e
imprecisa de lo que se establece a título de ensayo y no como conqui~1a definitiva.
En más de un grasiento cuello de un no menos raído sobretodo, hemos podido leer a veces una gran Uagedia sentimental o de intereses.
La Arquitectura es el ropage de la civilización. ¿No nos muestra acaso élla, con su oropel actual de pocos quilates, y con la misma elocuencia que la prenda de vestir individual, citada, la gran tragedia moral y material que actualmente aflije a la Humanidad? Evidentemente.
Así como trabajamos donde y como podemos, improvisando conocimientos y derrochando voluntad, para poder subvenir a las inmediatas necesidades
presentes, construimos sin preocupación de hacer obra bella y duradera, ante la inminencia de que
ella tiene que ser imprescindiblemente útil; y aunque esa utilidad ~ea sólo transitoria ¿No hemds apren
dido que el mañana es incierto y que puede sernos fatal?
Pagamos desgraciadamente tributo, a una época de desorientación colectiva y de neurastenia totaJ; de esa neurastenia que ha producido en los ingénuos
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ARQUITECTURA
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tmaginativos, el bru~co desper 'ar de una realidad
insoñada y puesta de manifiest con harta crudeza . '
por la más grande hecatombe que haya visto la His-. 1
toria.
. La Arquitectura desdeña, m mentáneamente, por . . .considerarlo supérfluo y sobrad mente resuelto re-
suelto, el problema individual e sa, y se orienta sen
siblemente en el sentido de más amplios problemas
-colee ti vos y sociológicos, como 1 de la ciudad. ¿De
b~ :n >~ larn~ntarb? No, ciertame te, en absoluto.
Preocupémonos en buena ora de estudiar y
-cons tituir las bases de la ciudad futura, bella e hi
giénica . de trazado científico y ~ómodo, y habremos
-comenzado a dar a nuestra obral el sólido pedestal
sobre el cual podremos luego construir el bello mo
numento que ha de dar personal. dad a nuestro siglo.
Estamos en un momento de la vida de la Hu
manidad, en que todo se subvierte, en nombre de 1
quien sabe que inescrutabies de, ignios, inspiradores
tal vez de una. gran victoria co ún, en el sentido de
ese ideal de felicidad humana, cuya conquista se
ha:·n lanzado en vano varias gen raciones anteriores.
Nosotros constituímos la transición, y luchamos aun
contra muchos prejuicios atávico , que nos tiran brus
camente a tierra, cuando quereJos emprender nues
tro incierto pero inevitable vuel . de cóndores o de ·gansos ...
La mujer, como siempre, i stinti vamente más
-certera en su visión de porven r, se mPestra más
animosa en la empresa conquist dora, y no trepida
en avanzar con sus· plantas su ves y audaces, por
esa ruta que aún no sabemos si ha de depararnos la
· tierra prometida, como lo pres ntimos, o un nue
vo cú.mulo de males, como l s que actualmente
azotan a nuestra organización s cial, bajo una más
cara más bella que la que los e bre en el presente,
pero no menos engañosa. ' . 1
La moderna · Da lila, no pudrendo cortar los ca-bellos de Sansón, porque éste lds usa ahora cortos,
se los ha empezado a cortar a ~ i misma para ob~ener, p~r extraña paradoja, la f~erza que pretendía quitar a su hirsuto consorte.
lNo deb~mos ver, acaso, en ¡ esto una profecía,
explotando para el deseado mejpramiento colectivo esa subversión de que hablába os, sacando del caos y de la desorientación que élla produce ahora en
ciertos espírhus pusilámines, 1 reacción necesaria
para armar el brazo animoso y audaz de los soña
dores e idealistas, que ya S8 an lanzad0, porque
ellos son ' siempre los verdadero videntes? No hay
niugún mal en ello.
\
iSi Isabel la Católica no hubiera dado sus joyas
a e3e soñ~dor magnífico que se llamó Cristóbal Colón, nuestra edad de pueblos civilizados r..1yaría quizá
aún en la niñez! Y no se hubiP-ra hecho más que
retardar
Por
van por , .
artiStlCO
inutilmente el crecimiento.
otra parte, en todas las empresas
guía postulados tales como el del
de la Humanidad, se
que lle-• porvemr
perderlo todo, o para . ganarlo
arriesga mucho para
tódo.
Embarquémonos pues con venlí1 de1 a fé de cre
yentes, en todo lo que tienda a llevarnos por la nueva
ruta, pero jaloneándola bien con el sever•) contralor .
de nuestro criterio, para el caso de que hubiera que
volver al punto de partida , por deft'cto de la meta
buscada.
Porque si en cualquier actividad artística es ne
cesaria esta precaución, es precisamente en la Ar
quitectura, en la que es más cuerdo no desecharla.
Sobre todo en la escuela.
En mi concepto, dos persona:idades distintas
deben sustentar y al entar el arquitecto moderno que
se dedique a la enseñanza: la del nuestro, y la del investigador. Sin in \'Ol ucrarlas jamás.
Porque es nocivo para los que recién ~e inician
en los conocimientos del arte-ciencia de la línea, que
el maestro les inocule, conjuntamente con los prin
Cipios conocidos e inamovibles, el "vilus" de su an
siedad inquieta y un poco vaga,-que le asalta en
la incertidumbre d e s us manipulacicnes d.e laborato
rio-de iniciado y de investigador. Es malo mostrar
la simiente en el surco, sin tener lo certeza de que
ha de germinar luego, pues se puede defraudar, en
el caso de que no germine, la sencilla ilusión de
quienes, deslumbrados por una esperanza hl'rmosa
en su ignorancia de los factores negativos de la fe
cundación-han pensado sólo en el éxito. Y Jos fra
casos dejan siempre amargura en el alma, máxime
cuando son inesperados.
El maestro debe tratar de ofrecer la planta ya formada, de tallo vigoroso y umbrío ramaje, para que
sus discípulos aprovechen su fresco protector y saquen el mayor beneficio para sus espírit_us, del aroma de
sus flores totalmente abiertas o de sus frutos ya maduros.
Por ahora, es aventurado, y más que aventurado imprudente, ofrecer en la Escuela de Arquitectura,
a los que se acogen á su regazo hospitalario por
sana vocación. un ambiente intelectual y artístico
distinto, del que ya sido ha sido medido y sojuzgado
en muchos años de experienci¡¡s felices·.
ARQ. LEONIDAS CHIAPPARA
¡ .
ARQUITECTURA
Residlenci(Ol den Sro Antonio Vivo
• •
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FACIIADA
- 147-,.,
•
ARQUITECTURA
'
J :'\TI-:H l OH DEl. H .\ LL
l edificio cuyas fotografías se arljuntan-,:;e
levanta en un a d e las zonas más pintorescas
del Boulevard G. Artigas, consta n do de
•
planta baja y una repartición de p lanta alta em
plazada en su fachada principal.
impue..; tas en el programa del se ñ or propieta r io. En
esta p 'anta se ha tratadu muy est)t:cialmente de des
lindar la parte ele re cepción , del ambiente ín timo de
la misma; con tal objeto, alrededor del gran hall se
han distribuido el salón . comedor, escri torio, sa lita
c hin a y boudoi r, arrancando de este hall una amp!ia
escalera de madera que comunica con la planta alta
Se ha planeado el edificio casi exclusivamente
en una sola planta, de acuerdo con las nece~ idades
•
. e¡. /ALA
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d el edificio . En cuanto a los dormito
ri os, sala d e baño y anexos, emplazados los primeros con
exposición al Sol matinal, d isfrutan ele u na perfecta ven
t i !ación. La repartición co
rrespondiente a los servicios,
di spo ne de entrada indepen ·
di e nte y goza de aire y luz
ampliamente, así como las d is
tintas reparti ciones de todo
e l edificio. U n cómodo garage
y ctemás anexos complemen
tan las comodidades de esta p ropiedad .
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A Z, OTE:.A
PLA~TA ALTA
ARQUIT:CCTURA
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HALL
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ARQUITECTURA
Residencia veraniega del DrG E duardo La10as JFLA YA VERDE (MALDONAID><O>)
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El mundo actual está atacado por un malestar ·universal: en todos los órdenes chocan fuerzas con·trarias. Las perturbaciones políticas traducen sordos rencores contra las potencias opresoras del pasado.
' la Economía se estremece al choque de desconocidas .gestaciones; las antiguas morales se hunden en la indiferen cia o en el cinismo lleno de desprecio y los
·espíritus en tensión esperan la 5> regeneraciones que deban preservarl'os de las catástrofes inminentes"' Nadie pJJrá negar la imperiosa necesidad de descubrir el sentido de las fuerzas nuevas que se abren paso y de las imperiosas aspiraciones que acaban
-de derribar a lo:; antiguos dioses. Estos no son sino ídolos ma léfi cos. El hombre .busca dioses nuevos: los -cuerpos y los espíritus requieren otros alimentos.
Toda vida que tiende a afirmarse es ante todo ingratitud, porque el tiempo es implacable. Nada de enternecimiento sino un desgarrdmiento brutal, por-
·que el hombre sabe que sólo creará, marchando adelante y rodeándose de una mevitable necesidad. Es por eso · por lo que primeramente destruye con rabia y con odio todos sus antiguosyínculos. Debe quemar lo que haya adorado porque la menor señal de lo que antes adoró bastaría para disolver su fuerza. Las grandes creaciones colectivas· no se rea lizan sino -a través · del tumulto de las destrucciones encarniza--das. y · para e llo todas la s armas son buenas . .
Sabemos que' nada muere por completo pero no ·hay que ·. J'·ensar en eso. Impulsar el cuerpo y el espíritu ·hacia adelante, como el lanzador del disco:
, .
. .alcanzado el fin habrá siempre tiempo para rendir homenaje a los que crearon la primera aritmética del gesto.
Así, la human idad se leva nta con inmenso es. fuerzo. La marea de los nuevos destinos la arrastra _y a tormenta; y los espíritus individuales desquiciados por la prodigiosa amplitud de este parto, se
. arrojan con igual frenesí en las afirmaciones más ---contradictorias.
¿Adónde vamos? ¿Quién sabría responder? Quizá es en el dominio de las actividades estéticas donde la necesidad de renovación se ha hecho sentir con
·mayor intensidad. Intuitivos, ardientes en la búsqueda ·de formas nuevas, los artistas han visto las fuerzas --en marcha y han concl uído en la fatalidad de una nueva estética conforme al espíritu nuevo; pero mu
·-chos han querido trabajar sobre una posibilidad que ~ólo habían entrevisto, han querido dotar de un arte
.. a su escala a un mundo que todavía estaba en formación; de ahí sus extravíos, la angustia de sus in
·-vestigaciones y el odio furioso de sus contradicciones ' Apasionadamente han querido expresar lo que aun
-no existía. Los jóvenes sobre todo se han distinguido en esta tarea ingrata: con una hermosa seguridad,
'Iban afirmado y definido, sin ninguna preocupación •'
de cultura puesto que negab'l n la antigua y la nueva todavía no nabía nacido. Todas las antiguas disciplinas iban a desmoronarse bajo sus golpes furiosos.
Pero, observando de cerca, vemos que el arte así creado es puramente de idea y ~ólo reposa en apariencia sobre los sólidos datos de las nuevas rea-
. lidades, no s iendo si no una vana reactión contra todas las conquis tas del pasado cuálesquiera que estas sean. Su menos contestable utilidad es la de hacer aullar a los beocios, y mantener despiertos y prepa· rados· los espíritus. Y esto es bueno pues los hombres tienden siempre a descansar .en el cómodo 'lecho de los viejos ritmos. La vida no se recobra si no es ·por un esfuerzo brutal, por una extirpación decisiva de la s cosas muertas que la han ido invadiendo poco a poco, por la afirmación despiadada ·de una negación total.
Se quería crear una estéti ca que expresara el mundo nuevo; pero e n la inextr.icable confusión de las fuerzas y de las voluntades en presencia, muchos no alcanzaron a discernir los lugares geométricos y los puntos de ofientación primordiales.
. . . Interpretaron el nacimiento de ·una c ivilización .
no como la evolución de un germen, no coino el desarrollo de un orden cuyas potencias aunque implícitas y veladas · estaban definidas y orienta:das en la civilización moribunda, sino · que·: vieron este na-
. . ci mi ento como una reconstrucción · tota'l · a ··partir de . los elementos primitivos arrojados al caos, asj co mo la s piezas gastadas de una máq'uina ·de acero se arrojan mezcladas y destrozadas en el crisol de donde deberán sa 1 ir' transformadas. E stos e lementos recog idos fueron organizados según fórmulas abstractas. La plástica pasó a ser geometría pura; la palabra perdió todo valor actual y solo fué una entidad muerta a la cual se prestaba un indefinido poder de evocación. La continuidad ley de toda cultura hu:.. mana, había desaparecido. Se pensó en juxta- posiciones de estados de espíritu incoherentes, sin ninguna
. relación; se erigieron como realidades vivas puras abstracciones sin ver que ellas eran la armadura lóg ica, fría, vacía de esa misma 'civilización que se creía muerta. Se nos mostraba la fórmula y se decía: ' 'Admirad la vida de esta cosa". Se quería que la ecuación fuera la rea lidad misma, s iendo sólo su traducción lógica y en cierto sentido su condición.
Extravíos de juventud. Extravíos también las resplandecientes teorías in abstracto tendientes a definir la estética futura. U na estética no se construye
•
a priori, sino solamente a partir de las obras. Los espíritus creadores no entran en un molde de fórmulas abstractas dictadas con antelación; pero su obra será según el sentido de la vida, cualquiera que sea la nueva forma de esta. Y además, cuanta indigencia de pensamiento bajo la grandielocuencia ver'-
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. .
. .
A B. Q U 1~-EC TU B. A
bal y la terminología seudo-filosófica de casi todas . estas famosas profesiones de fé. Agitaciones estériles.
Los verdaderos artistas han comprendido lo distinta que era su tarea. En la confusión presente de todos los valores, en la formación de unos y la decrepitud de otros, era necesario tratar de comprender las corriente5 profundas según las c uales se orienta la vida , sin tratar de modelar lo futuro en el molde estrecho de las constru~ciones improvisadas, sino dejándose convencer por la realidad todopoderosa cuyo nuevo semblante se di buja un poco má~ cada d ía, acusándose, delimitándose y precisándose en el corazón de los hombres y e n sus trabajos. Hubiera ~ido necesario no haber concebido sino adivinado y presentido el mundo futuro para fijar sus normas y preparar el arte que deba expresarlo y que e l pueda comprender. Solo tratando de precisar las tendencias dominantes en nuestro tiempo, las que se afirman día a día co n mayor imperio, las nuevas realidades del a nte de las cuales retrocede 'l las antiguas afirmaciones, definiendo las afirmaciones espirituales y las rea lizaciones materiales que se imponen ·y prosperan, sólo así se pueden determinar, no la s reglas del arte de mañana, sino sus condi ciones psicológicas y sus graneles línea~ directrices.
Dos rasgos caracterizan la nueva orientación de la actividad humana en nue~tra época: el nacimiento rle un espíritu deportivo y el desarrollo del maqui-1tismo. Equilibrio y precisión; nuevos ritmos y nuevas certidumbres. Eliminación del s ubjetivi smo estrecho hasta donde llegó para di solverse e l esfuerzo artístico del último siglo; investigac ión d~ final idades colectivas, de gestos precisos, de conjuntos coordenados obrando según un ritmo racional donde el cuerpo y el espíritu e ncue ntran igual satisfacción, donde )a acción pasa a ser la expresión armoniosa del ser fí~íco y moral estrictamente di sci plinado.
Hay un paraleli smo estrecho entre estos dos desarrollos, deporte y maquini~mo: una misma búsqueda de la línea simple, del orden geométrico, los únicos que permiten el máximo de rendimiento con el mínimum de esfuerzu, la perfecta adaptación de los medios con relación al fin .
El hombre moderno q uiere escapar al antiguo lirismo. Está fatigado de las introspecciones, de la contemplación d el· yo, dél análisis al infinito de las sensaciones y las emociones persona les. Ya no se siente solo y es en la conciencia de su destino so. cial donde se siente plenamente realizado. Las nostalgias que han alimentado tantos poemas hermosos no tienen más sentido para él porque son la confesión de una debilidad; no estando más aislado se siente fuerte porque cada día la materia o bedece mayormente a su voluntad. Fuerte y libre, tiene necesidad de aire y de luz para exteriorizar su júbilo, romo un gimnasta que ha llegado a ser lo bastante
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seguro de si mismo para no pensar más en suF> pro-pios gestos sino únicamente en la alegría de la muchedumbre para la cual accio"'1a peligrosamente.
El misterio desaparece. Se va a arrancar el velo-a todas las incógnitas que ayer todavía aterraban;·. sólo es una cuestión de horas. Esta certidumbre subyuga. No hay tiempo para Ja duda. La vida apremia. Por lo demás, si debe subsistir un enigma, se .le · esquivará, no se pensa rá en él. La acción se basta a s i misma. No se quiere la complicación de cargas inútiles sino sentirse ligero, ágil, en po~esión de si mismo y de todo. El hombre ha vuelto a encontrar una juventud.
A sí, todas las civilizaciones están hecha s de vidas sucesivas; las maneras de sentir nacen, viven y mueren; pero cada nuevo nac imiento amplía el ' horizonte. El último equilibrio es e l resultado de to- · das las fuerzas con traria s que intervinieron en SU ·
tiempo. La salud gri ega, el extasis n eo-~latónico, la sutileza de los tiempos razonadores, la delicadeza de sensación adquirida por los siglos poéticos, todo ·
.
está allí, en armoniosa compensación, fuente de una alegría soberana.
E s fácil afirmar que entre nuestro ti empo y lo pas;¡do, existe una separación absoluta y definitiva. Esto nada significa. El hombre ha puesto siglos . enteros en componer los trozos de su hermoso domini o, uno después de otro, olvidando éste mientras tra haja ha en aquel. Y he aquí que de golpe, a braza todo el conjunto con su mirada. La magnitud de su obra lo exalta y Je ga rantiza lo porvenir. Prodigioso · enriquecimiento. La obra que ayer perfeccionaba y a la cual limitaba s u atención, se encuentra perdida en el vasto conjunto de sus posesiones. Y es en este sentido que puuie hablarse de tiempos nuevos. No · han surgido de la nada, no han sido creados del vacío. El himno a la alegría de Beethoven ¿nn los ha hía ya presentido y anunciado?
Po rque tiene una visión más neta de la realidad, . un a ciencia más seg ura , porque no está limitado . por el objeto concreto, el hombre se eleva hacia un nuevo amor. Sahe representar al mundo según las fórmulas que ha inventado su inteligencia. Ayer comprendía porque amaba y hoy ama porque comprende. Amar y comprender son dos faces de una misma unidad. El hombre siente que puede hacerse · obedecer porque ha aprendido la sabiduría de obed ecer y las necesidades que no se doblegan.
Este nuevo estado de espíritu busca y crea poco a poco las nuevas forma s de arte que lo expresan • . Desde el primer momento la alegría de los cuerpos se vió expresada en esas danzas ritmi.ca~ que hablan del equilibrio perfecto del espíritu y de Jos miembros y la profunda armonía de las formas renacientes.
P ero las artes de::.en buscar largamente: las cadenas que deben romper son pesadas. Sus técnicas . son demasiado comphcadas, sus tradicion es denJasiado antiguas a:>ara que el espíritu nuevo pueda ser · ·traducido por ellas desde el primer intento, al cual por otra parte ayudarán a despojarse de su ganga . . Unos se obstinarán en los arcaicos caminos que la . vida había abandonado;· otros . creerán que basta lle--
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ARQUITECTURA •
var la contraria a todo lo que fu é ó co·nstruir a priori en el' terreno abs tracto; pero e l a rte no tiene otro sentido que el de exaltar la vida. Cuando los artis.tas hayan comprendido el sentido de esta y cuando hayan ap rendido a amarla, e ntonces solamente po·drán traducirla. Abandonarán todas las pomposas y vanas fraseologías, las abstraccionss puras y las
- obra~ nacerán de un formidable esfuerzo colectivo • La vida nueva quiere sati sfa cer todas las aspiracio-nes del ser; quiere ~er integral. Y el at te futuro expre:sar.i esta totalidad del poder y la al egría o no será :si no inexpresiva combinación. Al g un os claman: será la expresión plástica de Jo a bs tra cto. Ni abstracto, ni concreto; una y utra cosa; el uno a través del otro; la expresión de una pose-s ión pl ena al mismo
·.tiempo compartida, la expres ión de una vida común. Las matemáticas superi ores encierran una be
lleza verdadera; pero no sólo consideradas como abs-1racción pura. Son hermosas e n la medida en que -expresan su poder que es poder del espíritu, alegría de dominar y aprisionar la ma teria cuyas incógnitas 1:odas se ven finalmente ence rradas y cir~unscritas
-en el cuadro de una racionalidad . Y es evidente, que la concepción de la bell eza en las artes futuras se aproximará a esta belleza que nace de una po-·tencia segura y rígida, de un orden preciso, y entrart-.. cada vez más en el plano de la belleza ma·.temática porque la abstracción desempeñará un papel
. -cada vez más grande en la orga niza ción de la vida; pero la abstracción seguirá siempre siendo lo único -que puede ser, un medio y no un fin, un instrumento .g racias al cual el hombre extiende d ía a día su poder sobre las cosas, gracias a 1 cua 1 lo concreto irracional se racionaliza poco a poco y lo real se modela, ·siu llegar a ser nunca tema de a rte en si mismo.
Esta evidente evolución de las artes hacia un racionalismo más elevado a medida que la realidad
·se organiza, las empuja desde .ahora a desprenderse de las viejas fórmulas subjetivas, porque lo racional
-es esencialmente objetivo. Y es por eso por lo que n os separamos del antiguo liri smo que ya r10 interesa y aparece como una cosa muerta . Lo evidencian el detsarrollo de los deportes y del maquinismo: estos
·tienden a mode!ar un ser huma no dueño de toda s sus facultades por una fuerte disci plina que mata las pasiones estrechas del individuo en provecho de la voluntad lúcida. El horizonte estético cambia de
·carácter. Ya no hay más oposición absoluta entre ·lo humano y el mundo físico: éste es tá penetrado de humanidad y una voluntad orde nadora se lee en
·todos sus aspectos. El arte nace de este doble equilibrio, alegría intelectualizada del hombre que canta
·su potencia y afirma la universa Ji da d del espíritu. Esta nueva emoción estétka que aun muchos no
·conocen es la misma que nos embarga delante de ·una hermosa máquina moderna. L os grandes ingenieros son los primeros artistas de nuestro tiempo y -sus obras son las primeras manifestaciones del arte ·.futuro. Delante de estas creaciones la emoción no
tiene límite; la ma teri a domada, esclava, sujeta a las exigencias de un a matemática compricada. Nin· gún detalle i:lútil, ningún ornamento; la desnudez de una voluntad implacable, la idea reálizada y viva de esta fuerza concreta. Lo abstracto y lo concreto confundidos en una misma y adruirrtble finalidad. Como en toda obra de arte, los menores elementos estan orde nados con relación al conjunto y el todo impune su vida y su forma al detalle. La fuerza humana imponie ndo su dirección a las fuerzas cósmicas y las fuerzas naturales, en su docilidad impecabiP, tomando el aspecto de fuerzas humanas. Esta simplicidad de líneas, esta segurinad en el cálculo de la res isten c ia, esta emoción de una espiritualidad que se manifiesta con grac ia entre los eJ·e·mentos contrarios, ¿no dan acaso la impresión de que algo que estaba encandenado ha roto sus trabas? lmpresion y emoción ya conocidas delante de las bellas realizaciones de l arte griego y que mañana se multiplicarán cuando veamos realizadas las concepciones de los artistas que han comprendido el sentido de su . época; pero las tendencias de la actividad humana en nuestro tiempo imponen otras conclusiones no menos importantes.
Con la misma fuerza con que crece el poder del hombre sobre las cosas, c~n que el mundo se intelectualiza y el ra cionalismo penetra los pensamientos y Jos actos, las barreras que separan las sensibilidades individual es, se abren o caen. Los matices particu lares , las diferencia s de vestidos y aun de costumbres de uno a otro país o región, se atenuan y
pierden su importancia o interés artístico. El esfuerzo colectivo hacil! e l bienestar y la belleza se transforma en una realidad fe cunda. El arte, como la visión humana está liberado; ya no tiene fronteras, es el lazo, y el lugar d~ los pensamientos, traduciend0, al fin, no tal o cual concepción mezquina de un grupo humano, sino las aspiraciones más elevadas del hombre esencial. Naci do del acordamiento de la razón bajo todos los c limas y latitudes, debe expresar y hacer vivir la sublim e fraternidad universal.
Arte de razón, en consecuencia, arte :uquitectural. ¿y no vemos acaso predominar la tendencia arquitectural e n todas las manifestaciones artísti cas de nuestro tiemp::>.? Ciertos extravíos del cubismo, ¿no han n :!c ido de una voluntad arquitectural dominada, apas ionada por la preocupación de la mecánica? Además, la o rie ntación de la vida en el sentido colectivo, la subordinación impuesta por las condiciones económicas , del individuo al grupo, subordinación que debe, en resumidas cuentas, finalizar en el desarrollo pl eno de las tendencias individuales pero disciplinadas y no dispersadas anárquicamente, al volver caducas las antiguas construcciones imponen de urgencia la necesidad de una nueva arquitectura de conjunto. E sta estará en armonía con la nueva organiza.ción económica y creará el marco indispensable para su desarrollo. Esto es lo que los jóvenes arquitectos comprende·1 rtdmirablemente, proclamando
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ARQUITE~TURA J • •
•
la necesidad cercana de construt r las ciudades como antaño se construían las casas.
1
La arquitectura de mañana será un arte, si los arquitectos comprenden y saben expresar el alma de su tiempo, alma tendida bajo 1 , necesidad de duras disciplinas, alma sana y elevada que busca en sí las sublimes perfecciones, para quie la belleza está en la simplicidad .. en la adaptació del objeto a su finalidad y en la armonía de los e njunto~ imponentes.
Así, las obras, con sus lín~ s puras y netas, tendrán la simplicidad de las her osas máquinas. Expresarán por su amplitud la magnitud de las conquistas, la victoria cimentada el espíritu sobre la materia, de lo colectivo sobre 1 individual. Darán a los cuerpos luz y salud y con:tribuirán por su confort a la calma y . al reposo. Lu? y espacio. La casa será sana y ventilada como def e convenir a hombres para quienes el cuerpo es f l más noble de los instrumentos y que aman sus b llas formas a causa de las voluntades que traduce . Se utilizarán los d escubrimientos recientes que pe miten simplificaciones considerables en la const ucción y la misma naturaleza de los materiales i pondrá formas que expresarán mejor y más fácilm nte que las antiguas la plasticidad de la materia b jo la voluntad del hombre para los fines humanosJ
.. ... • o 1 • ' . . , .
-
Las ciudades serán netas y desnudas, deslumbradoras y severas. Serán el equivalente plástico de lo que es la mecánica en la vida industrial. Los menores detalles habrán sido impuestos por consideraciones urgentes. Nada de ornamentación, lujo inútil y que ya no tendría sentido, actividad gastada en vano. La ornamentación sería para los hombres habituados a la sobriedad de las nuevas y poderosas armonías lo que el collar de cuentas de un salvaje · en el cuello de un hombre de mundo, lo que un gesto · vano sería a los ojos del hombres habitu.1do a la belleza del gesto preciso, flexible y seguro.
Cu~ntifico en lo tocante a medios y técnica, austero y puro por las líneas, traducción plástica de las exigencias racionales del espíritu y del cuerpo humano, estrictamente adaptado a las condiciones económicas, tal es el arte que se esboza, el arte · de los tiempos nuevos: una belleza expresada por la simplicidad y la amplitud de las líneas, por la perfecta relación ~ntre los medios y la finalidad. Arte · de proporciones geométricas y de emocicnes colectivas, nacido del sentimiento definitivo de una profunda armonía entre el hombre y el mundo sobre el .. cual se extiende su voluntad .
. - "
ANDRÉ GEORGES Y }EAN BADOVICI De "I'Architecmre Vivante"
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ARQUITECTURA
de
ALlJM. J . P. SI.EHHA )lOlL\TÓ PHOF. ,J. P . CARRÉ
E ste E ;:, tablec imiento estará s ituado sobre un te
rre no e n pendiente y d ispueqo para rec ibir m a tri
monios como también solteros de los dos sexos.
Comprenderá: 1. - U no o dos edificios compu estos de un piso
bajo y un piso aito comp le tado parcialmente por
un p equeño piso de a ti co para e 1 se rvic io . En estos
es tarán repartidas las h ab ita c ion es para 30 matrimo
nios viviendo e n pequeños al o jam ie ntos compues tos de
una entrada, dos piezas un a para e l matrimonio, otra
~ ' ALU M. A . D •AGOSTO PH.OF.J . P .CARHE
Arquitectura
para comedor y una pi eza de servicio. 2. - U n edificio compues to de un piso bajo y
un pi so a lto co n un pequeño atico para e l servic io . En estos pi sos serán repartidas las ha hitaciones para 40 solteros y 40 sol tera s (una pieza para cada u no) .
·:H 3· - L os servi c ios admini s t rativ os estab lecidos cerca de la e ntrada y com pues to de:
Un pabellón para e 1 conserje . Un pabe llón para e l quin tero. L os despachos de la administra ción y d e parta
m e nto del Director. El servi cio medico, los d espa chos y alojamien
to del ecónomo. 4. - L os se rvicios generales com puestos clP : L a cocina y sus dependencias.
A.LU~f. HAU L .M A CCHIAVELLO PROF. ,J. P , CAnnÉ
Un ref ectorio para los solteros hombres . Un ref ec torio para los solteros mujeres. U na g ra n s ala para las re un iones g e ne rales y
2 más p eque ñas para las reuniones por sexos. Baños y le ncería . E nferme ría con pabellón ais lado para los con-
• taglosos y un depósito mortuorio. ,
Cada matrimonio dispondrá de un p equeño jardín. L os solte ros podrán tomar parte en los trabajos de plantaciones y c ultura del ja rdín del establecí m iento.
La mayor dimensión del terreno no excederá de 2 50 metros .
Los pequeños pabe llones de servicio y jardines ~no están comprendidos en esta medida.
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ARQUI T ECTURA
Co~nposición <die Ornato I ~ 11 §e~nestres TE~A~ U~A élH.IllMEWJE..A
La s c himeneas con
tr ibuye n a embe lle
cer e l ex te r ior ct e los
edifi c ios del mi smo
modo q ue la s estufas
contribuye n a la de
corac ión dPl inte ri o r.
cfi}!~r~¿~~~f-~ .· '. j. • . ' .•
A1.U M . A . R I C AJ.OONI PHOF. ('. L EI! J·:~ ,\ ,J OANICÓ
S e las constru ye
comunm en t e d e ladril io, de ladr illo v piedra, o de pi edra.
En el presente ca so
s upo n dre mos que la
chime nea que ~e tra
ta de proy<::cta r reu
ne los ca ños de dos
ó tr e-:; es tufas elevá n
do~ e un os 4 m e tros
a con tar ele ~ u in
tersección c on el te
cho ele teja de 1 a ra
sa, debiendo sobrepa
~ar la a ltura d e l te
c ho para a~egura r e 1
t i raje. ALUM . • J . B t:TLI':lt
ALU;\f. F. RODRIGUEZ PROF. ,J. BELLONI
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' . P HO F. C . L~ :t J:: \' .-\. , ,JOA:-.ilC O ·
o
VllVO
ARQUITECTURA
Proyectos de Arquitectura Illl Y RV Se100.estres
T<emag 66Cll\\lllh JFó\C<a>gft'>álfi~oo IP»ñlbllii<D>tc<e~a <die lP<etr>fió<dlñc<n>s y JFtevi~~~$
'"? IL <n»call <dice E~ 'jp) <e ir> a
• E ste edificio es tará aislado y situa do en un so-
lar d e 50 x 50 dando a una avenida importante de
la zona p intoresca, pero donde Jos edificios vecinos
pertenece n a la c la se rica de la ciudad. Se com pond rá de: Entrad a - Vestíbulo - Sala de ventas de a rtícu
los fotográfi cos - Sala grande de espera y rendez vouz donde es tarán tambié n expue sta s di ver sas fotog rafías- 2 g ran tles labora torio s d e reve lació n
.an exos al negocio - JO peq ueñas camaras obscur as
' .~,{.f •
ALUM. l\1. F . LAnACA PnoF . • J . Gnn "'x o
para ser alquilada :; por los aficionados, pero cuyo material está hajo el control del regente del negoc io.
Planta alta: Una gran sala para revi s tas y periódi cos en los d epó.sitos an exos. Esta s ala dará acceso a un ba lcón ampl io o terraza desde donde se podrá presenciar desfil es. S e ha ce notar la necesidad de inde pendizar perfectamente, dentro de la unidad d e l edifi c io, las diferentes funciones a q ue
está destinado. Se compl etará la composición con
.ALU M . EUS'l'AQU[O l!' ImK Á N Dgz PHOI~. ,J. GLM8NO bancos, fuentes y e leme ntos vegetales y decorativos .
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1
J
1
ARQUITECTURA
PROGRAMA
En un is!ote de un o de nue stros rios, próximo ...a lugares de gran movimiento de turi s tas, se proyectará un pabel lón destinado a descanso y lectura de los viajeros que quieran reposar por unos ins-
. tantes de las fatigas de las excursiones.
Se dispondrán en su interior, dentro de la estructura del ed ificio. armarios para libros .
La dimensión máxima interior del pabellón será de 1 o metros .
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ARQUITECTURA
, . ....... ron1ca
La Sociedad Centrál de Arquitectos de Buenos Aires
E l Presidente de esta prestigiosa Sociedad, que agrupa a los arquitectos de mayor actuación y en general a todos los titulados de la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Ciencias Exacta~, Físicas y Naturales, Arquitecto Alberto Coni Molina, acaba de someter a la co nsideración de la Asamblea General Ordinaria celebrada el I 4 de Agosto último la Memoria Anual dando cuenta de la gestión realizada por la Comisión Direc tiva que preside.
E sa memoria pone en evidencia toda la proficua labor desarrollada por la Comisión. Directiva en el pe~·íodo 1923-24, tendiente al mejoramiento de la profesión. a su enaltecimiento, a su dignificación y al mis.mo estrechar vínculos con todos los arquitectos . del extranjero, especialmente los americanos.
A ctualmente esa Sociedad cuenta con dos cientos socios a c tivos y veinte y siete aspirantes, un Presidente Honorario, y catorce Socios Honorarios, habiéndose incluído en la última A samblea en esa categoría a nuestro estimado consocio el Coronel Arquitec to Alfredo R . Campos, iniciador de los Congresos Pan Americanos de Arquitectos.
Hace notar la Memoria la participación que ha tenido e n los Concursos Públicos más importantes que se han celebrado en el país contribuyendo a su buena organización y a su éxito.
La Revista de Arquitectura, Organo oficial de aqllella Sociedad ha quedado perfectamente organi· zada y constituye un verdadero exponente d€ la arquitectura en aquel país.
Habla también de la participación de los arquitectos argentinos en el Segundo Congreso Pan Amemericano de Arquitectos celebrado el año último en Chile dejanqo constancia de lo que se debe a sus organizadores los colegas chilenos y da cuenta su intervención en la revisión del Reglamento General de Construcciones que hace actualmente el Concejo Deliberante de Buenos Aires, así como de sus gestiones entre la Escuela de Arquitectura y su actuación en diversos asuntos importantes como la Ley de Alquileres, revisión del Código Civil, Congreso de Educación Arquitectónica de Londres, etc., etc·
Sobre la reglamentación profesional hace saber que la ley respectiva estuvo a punto de ser sancionada en el período anterior y que debe insis tirse en el sentido de obtenerse la sanción de tan indispensable ley.
La Memoria que comentamos, da idea de lo que trabajan nuestros estimados colegas argentinos por el engrandecimiento de nuestra profesión y por el desarrollo incesante, en beneficio de la cultura en aquel1a Nación, de una de las ramas más importantes del saber humano.
en era Felic itamos por nuestra parte a tan prestigiosa-.
Sociedad y formuL1mos votos porque cada año, señale como el ú ltimo, un creciente progreso de la misma.
Reacción saludable
La Comisión Directiva de la Sociedad de Arquitectos de 1 Uruguay, en el deseo de poner término a los incalificables abusos que vi é nense manifestando· desde mucho tiempo atrás, de parte de las personas que se arrogan indebidamente el Título profesional de Arquitecto, se halla empeñada en los actuales momentos, en coordinar ideas tendientes a conseguir que las claríl'imas dispos iciones contenidas en el art. t84 del Código Penal, sea n aplicadas a los que sin escrúpulo alguno pretenden equipararse a las personas que han dado pruebas de ca pacidad en el aulat· y en la vida profes!onal respectivamente .
En las -dos últimas reuniones celebradas por aquella directiva, se adoptaron medidas , que sinceramente creemos han de conseguir el resultado deseado, pues se ha logrado acumular una serie de pruebas con las cuales e l Mini sterio Fiscal, podría indudablemente dictar las sanciones condenatorias a aplicarse a los que impunemente hacen escarnio de las leyes di c tadas en defensa de los más respetables principios profes ionales.
En la Facultad de Arquitectura PROFESORES CONFIRMADOS
En las últimas sesiones celebradas por el Consejo Directivo de la Facultad, fueron reelectos por unanimidad· de votos y en un todo de acuerdo con lo determinado en el art. 3.0 de la Ley de 14 de O ctubre de 1919 los señores doctor Juan ZorrilJa de Sa n Martín, Arquitectos Emilio Conforte, J . vazquez. Vareta, Juan Giuria, y Horacio Acosta y Lara en carácter de Profesores Titulares de "Teoría del Arte"· -"Mecáñica Aplicada a las Construcciones"-"Historia de la Arquitectura''- y "Proyectos de Arquitectura' '-respectivamente.- Cons ideramos esas designaciones desde todo punto de vista acertadas por· reunir los profesionales arriba mencionados, estimables aptitudes para el ejercicio docente.
EXCURSIONES DE ESTUDIO
En la segunda quincena del mes de octubre, se· trasladaron a Buenos Aires acompañados por los profe sores Arquitectos D. J. · P. Carré y ]. Vasquez V arel a, los alumnos reglamentados en los cursos de Proyectos. de Arquitectura IX y X y "Proyectos de Arquitectura .Vy VI''.--Las autoridades de la Facultad de Arquitec tura, conscientes de Ja alta finalidad de estas. excursion es de estudio, han recordado a Jos que parti c iparon de ella, los de beres y obligaciones deter· minadas por el reglamento en vigencia, ya que de sn estricta observancia depende en gran parte el éxitode las mismas.
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