Arquitectura y sociedad: una residencia familiar del siglo XVII en la ciudad de...
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Arquitectura y sociedad: una residencia familiar del siglo XVII en la ciudad de México
Salvador Ávila 4
indice
Introducción, 3
lndice de abreviaturas de archivo, 14
CAPITULO I
Contexto mínimo. México-Tenochtitlan en vísperas de la caída, 16 En el principio fue el Ayuntamiento, 18 Dotación de solares sobre la antigua calzada de Iztapalapa, 21 El solar de Pedro de Maya, 29 El conquistador Pedro de Maya, 33 Los dos vecinos de Pedro de Maya: Pedro González de Trujillo y Hernando Alonso, 35 Dos propietarios importantes: Hernando de Avila y Angel de Villafañe, 42
CAPITULO I I
Genealogía de un mayorazgo, 46 El mayorazgo López de Peralta, 49 El tercer mayorazgo López de Peralta y la casa de Seminario 12, 58 La casa del Seminario 12 en el siglo XVII. Dos hipótesis, 63 Incorporación de la casa al tercer mayorazgo, 67 La primera remodelación de la casa (1 670-1 680), 71 El Maestro Mayor Cristóbal de Medina Vargas, 76
CAPITULO 111
El crepúsculo de un mayorazgo, 79 Prolegómenos sobre la venta de la casa al comerciante español Domingo Mateos, 84 La casa del Seminario 12 vista por los ojos de Pedro de Arrieta, 88 Venta de la casa a Domingo Mateos, 91 La ciudad de México en la segunda mitad del siglo XVIII, 95 María de Jesús del Rey, propietaria efímera, 98 El Convento de la Concepción compra la casa, 99 El Colegio Chico de Santo Tomás se instala en el inmueble, 105
CAPITULO IV
Miguel Buch: inquilino y propietario, 1 12 La familia Bringas: una familia acaudalada, 122 La familia Bringas y la casa del Seminario 12, 126 La casa entre 1880 y 191 O, 128 La casa entre 1920 y 1960, 137 La historia reciente. Los usos de la casa entre 1970 y 1980, 140 La casa del Seminario 12 y la transformación de su entorno inmediato, 142
Conclusiones, 148 Apéndice, 153 Bibliografia, 158
Introducción
Este ensayo tiene como objetivo principal reconstruir la historia de un inmueble;
descifrar el pasado de una antigua construcción y el de una calle, fragmento de
la ciudad, pero hebra esencial del entramado urbano: la casa que en la
actualidad ocupa el número 12 de la Calle del Seminario, en el Centro Histórico
de la Ciudad de México. En el presente trabajo nos proponemos analizar los
cambios ocurridos a través del tiempo en esta calle, a la luz de la historia
particular de dicha casa.
Fernand Braudel, precursor de la historia total, gustaba decir que, a
veces, un simple olor de cocina puede evocar toda una civilización;’ la
interpretación que se haga del epígrafe puede ser diversa. Significa, desde mi
punto de vista, que la práctica universal de preparar alimentos, entraña una
concepción de la vida y de su entorno, de la forma de ser de un pueblo y de sus
creencias, en su conducta cotidiana y colectiva. No me parece excesivo afirmar,
al amparo de esta premisa, que una antigua edificación que ha logrado
sobrevivir hasta nuestros días, pueda recrearnos el pasado de una ciudad y de
la sociedad que la ha habitado con sus cambios y permanencias.
En este ensayo partimos de la hipótesis de que una construcción
material es un texto, un documento histórico, y que, a semejanza de la ciudad
que lo contiene, se pueden hacer de este diferentes lecturas. El objetivo central
3
del presente trabajo es, pues, demostrar cómo la investigación de un objeto de
estudio tan específico, puede servirnos para explorar las diferentes K" 8
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manifestaciones del fenómeno urbano, a saber, el proceso de fundación de la 2 ;: z ;
ciudad de México, su crecimiento y sus instituciones fundamentales, el valor y :c 5
el comportamiento de la propiedad raíz, la formación de familias y grupos
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I c- económicos, y, en suma, el tipo de transformaciones impuestas por la $ r 'I.
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planificación contemporánea. F, $:;,
El estudio de la arquitectura civil novohispana, no obstante su
importancia y originalidad, ha sido relegado a un segundo plano en la
historiografía sobre la ciudad de México. De las piezas que componen el acervo
arquitectónico de esa época, constituido por monumentos religiosos, edificios
que fueron sede de órganos administrativos del gobierno colonial, palacios de
la aristocracia, así como residencias y casonas familiares, la mayor atención ha
recaído en los tres primeros géneros y en una menor medida en los dos
últimos, representativos de la arquitectura habitacional o doméstica.*
¿A qué se debe la escasez de estudios contemporáneos sobre este tipo
de arquitectura? Varios factores pueden dar cuenta de esta circunstancia. En
primer lugar, un breve análisis de la historiografía sobre la arquitectura civil y
religiosa novohispana, revela que en los últimos cuarenta años los historiadores
--y más concretamente los arquitectos e historiadores del arte--, se han
' Fernand Braudel, Civilización material, economía y capitalismo, Alianza Editorial, Madrid, 1984, p. 53.
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preocupado sobre todo por estudiar las construcciones cleric ale^.^ El interés
como objeto de estudio de estas edificaciones radica, en mucho, en su
extraordinario volumen y generoso ornamento, como correspondía a una
sociedad donde la iglesia poseía un poder i l imitad~.~
Por otra parte, los edificios públicos de la Corona, muchos de ellos
enormes y complejos, han concentrado también la atención de los estudiosos,
compitiendo fuertemente con la historiografía sobre la arquitectura eclesiástica.
Asimismo, los grandes y sofisticados palacios de la burguesía novohispana,
han representado un objeto de estudio nada desdeñable, propiciando en torno
suyo un número apreciable de ensayos y monografías que tiende a ser mayor
con el paso del tiempo?
* Entendemos por arquitectura doméstica, toda unidad arquitectónica destinada fundamentalmente a la vida familiar.
Por convenir así a los propósitos de esta investigación, se descartó desde un principio la posibilidad de consultar de manera profunda y exhaustiva las obras que se han escrito alrededor de la arquitectura religiosa. De tal suerte que el valance historiográfico de este tema, se dedujo, básicamente, de la revisión de ficheros y de la consulta de catálogos de publicaciones. No tiene caso, pues, dar cuenta aquí de la relativamente copiosa literatura que existe sobre dicho género arquitectónico. Lo que sí queremos reiterar es que la mayoría de los estudios que se cuentan sobre la arquitectura civil y religiosa de este periodo, han sido escritos por arquitectos e historiadores del arte. La nota predominante en estos trabajos es la descripción de las características estéticas y de estilo de los géneros arquitectónicos. Son en mucho estudios de interés artístico, donde el contexto y la problematización social e histórica no ocupan un lugar preponderante. De cualquier forma, tales investigaciones no dejan de representar, ante la existencia de esta laguna historiográfica, contribuciones importantes para la historia de la arquitectura civil de la ciudad de México.
Cf: Antonio Rubia1 Garcia, Prólogo a La ciudad de México en el siglo XVIII (1690-1 780). Tres crónicas, Consejo Nacional para la Cultura y l a s Artes, México, 1990, p. 13. Asimismo, Ma. Dolores Morales, "La distribución de la propiedad en la ciudad de México, 18 13-1848", en Historias, 12, Revista de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, México, Enero-marzo, 1986, pp. 81-89.
Bastenos mencionar como literatura relacionada con este género los siguientes textos: Manuel Romero de Terreros, Una casa del siglo XVIII en México: la del Conde de San Bartolomé de Xala, IIE-UNAM, México, 1957; Ricardo Prado Núñez, El palacio de Manrique y la Canoa. Una casa mexicana del siglo P I I I , Facultad de Arquitectura-UNAM, México, 1983; Carlos Sánchez Navarro y Peón, Memoria de un viejo palacio (la casa del Banco Nacional de México), Talleres de la Compañia Impresora y Litográfica Nación, S.A., México, 1951; Guillermo Berlanga Fernández de Córdoba, Ignacio González-Polo, Carlos
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Es un lugar común manifestar, respecto al boom constructivo que se
vivió durante el siglo XVIII, que la ciudad de México era uno de los centros
urbanos más importantes del mundo, debido tanto a su armonía urbanística
como a los palacios y residencias de espléndida factura que en la ciudad se
levantaron. En este contexto, cuando se ha decidido llevar a cabo
investigaciones sobre la arquitectura civil de la Colonia, los criterios para
seleccionar las construcciones han sido predominantemente los siguientes:
preferencia por las residencias y palacios no$liarios pertenecientes a familias
acaudaladas6, edificaciones que fueron realizadas por arquitectos de renombre,
inmuebles de esa época que en la actualidad alojan instituciones públicas o
privadas importantes, etcétera.
Uno de los factores que seguramente ha jugado un papel determinante
en esta desigual producción historiográfica --misma que se refleja en una casi
absoluta ausencia de trabajos sobre la arquitectura doméstica--, es que en la
mayoría de las fincas privadas o de particulares, no se conservaron planos ni
cuentas de fábrica, como ocurrió con edificios que fueron asiento de órganos
Flores Marini, et al., El palacio de Iturbide, Fomento Cultural BanamexAndustrial Papelera Nacional, México, 1972; Pedro Rojas, La casa de los Mascarones, IIE-UNAM, México, 1985; Ignacio González- Polo, El palacio de los Condes de Santiago de Calimaya (Museo de la Ciudad de México), Colección Distrito Federal, DDF, México, 1983; Magdalena Escibisa de Rangel, La casa de los Azulejos, San Angel Ediciones, México, 1986; Luis Ortiz Macedo, Los palacios noviliarios de la Nueva España, Seminario de Cultura Mexicana, México, 1994.
El libro del arquitecto Luis Ortiz Macedo, es uno de los mejores ejemp1os.a este respecto, pues es una obra dedicada a un género aquitectónico especializado: la arquitectura noyiliaria. Su selección es, por otra parte, discriminatoria, ya que se aboca únicamente al estudio de los palacios de las familias o personajes que a lo largo de tres siglos obtuvieron títulos de nobleza por parte de la Corona. En este texto, el autor destaca las características de la arquitectura palaciega novohispana y explica l a s técnicas de construcción y la naturaleza de los materiales empleados para la edificación de los palacios.
6
oficiales de la Corona, para cuya construcción se hacía instruir generalmente el
correspondiente expediente administrativo o memoria de la obra.
Este trabajo no se ocupa, por todo lo que se ha dicho, del análisis de un
edificio público o religioso, ni tampoco del estudio de un palacio de la
aristocracia virreinal, sino de una casona representativa de la arquitectura
habitacional de la ciudad de México del siglo XVII, pensada y construida desde
un principio con esta finalidad. Es quizá en este aspecto donde radica la
importancia del presente trabajo, por la dificultad que entraña llevar a cabo la
reconstrucción histórica de un inmueble de esta naturaleza.
Asimismo, hago hincapié en el hecho de que este ensayo no se plantea
como objetivo realizar una mera descripción arquitectónica de la finca. Más allá
de eso, nos proponemos analizar no sólo los cambios sufridos en la estructura
material de la edificación, sino tratar de entender, básicamente, cuáles fueron
los factores sociales, económicos, urbanos y políticos que incidieron en la
conservación o deterioro de la propiedad, así como las modificaciones sufridas
en su entorno inmediato. La importancia de esta casa, como la de cualquier
otra, no radica en sí misma, sino en la influencia recíproca de este tipo de
factores que repercutieron y se materializaron en ella.
Algunas de las pregunas que guiaron esta investigación y a las cuales se
trató de dar respuesta, fueron las siguientes: ¿Quiénes habitaban estas
construcciones?, ¿qué tipo de usos les daban?, ¿cómo y a quiénes se
heredaban?, ¿con qué frecuencia cambiaban de propietario?, ¿a quién o a
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quiénes se rentaban?, jcuánto se pagaba de renta?, jcuánto costaban?,
¿cómo lograron preservarse a lo largo del tiempo?, ¿cómo eran los módulos
originales que particularizaron sus espacios habitables?, entre otras.
El análisis de las tendencias y comportamientos que entrañan la mayoría
de estas interrogantes, exigió que la observación de nuestro objeto de estudio
se prolongara por casi cinco siglos, ya que sólo bajo una perspectiva de larga,
muy larga duración, podíamos entender cómo un inmueble con tal antiguedad
ha logrado sobrevivir hasta nuestros dias. Estoy consciente de la suspicacia
que un trabajo de estas características puede despertar entre los lectores, y
más aún cuando en el quehacer historiográfico de nuestros días, dominado por
la especialización, las investigaciones que cubren varios siglos son cada vez
menos frecuentes. Sin embargo, es la ausencia de este tipo de ejercicios lo que
podría justificar en última instancia, esta, digámoslo así, propuesta
historiográfica.
Queda por explicar, por último, cómo fue que se eligió esta calle y esta
casa como tema de estudio. La historia es larga, pero la contaré muy
brevemente. Los propietarios actuales del inmueble son amigos míos y en una
ocasión me sugirieron transcribir algunos documentos de la casona
pertenecientes a los siglos XVII y XVIII. Después de esto decidimos elaborar,
primero, una cronología que diera cuenta rápidamente de la historia de la finca I
y , M o , escribir un breve texto. Este fue el punto de partida, el material que los
dueños de la casa conservaban, y que a la postre se tradujo en un pequeño
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acervo histórico, me permitió emprender las primeras indagaciones, para
derivar posteriormente en un proyecto de investigación formal, susceptible de
ser concluido en un mediano plazo.
Sumado a lo anterior, la existencia de un trabajo sobre una calle
contigua a la del Seminario --la de Moneda--, representó otro factor importante
para el inicio de la investigación que aquí se presenta. En efecto, en su libro
Personajes y lugares de la ciudad de México. Siglo XVl, Guillermo Porras
Muñoz documenta ampliamente el proceso de gestación de esa calle, a partir
de la actividad constructiva de un personaje clave del siglo de la conquista:
Fray Juan de Zumárraga. Así, Porras Muñoz acota en la presentación de su
libro que: "Fray Juan de Zumárraga es un hombre de ideas prácticas que pone
en acción, acción que se desarrolla casi toda en un solo escenario: la actual
calle de la Moneda. Allí centra la mayor parte de sus actividades, y llega a tener
unas diez casas en las que se realizan. Parece jugar ajedrez con sus casas y
sus instituciones, moviéndolas con gran habilidad sobre un enorme tablero de
solares".7
De este modo, con la investigación de la casa y de la Calle del Seminario
teníamos la posibilidad de sumar una pieza más al rompecabezas de uno de
los perímetros urbanos más significativos de la ciudad. Tanto la Calle del
Seminario como la Calle de Moneda forman parte del núcleo urbano conocido
' Guillermo Porras Muñoz, Personajes y lugares de la ciudad de México. Siglo "7, UNAM, México, 1988, p. 11.
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como Plaza Mayor, en cuyas inmediaciones se asentaron las instituciones
civiles y religiosas de mayor influencia durante la Colonia, tales como el Palacio
de Gobierno, la Casa de la Moneda y la Casa de la Primera Imprenta, el
Arzobispado y la Universidad, la Catedral y el Sagrario metropolitanos, el
Seminario Conciliar, etcétera.
La casona del Seminario 12 se levantó en lo que fuera el solar del conquistador
Pedro de Maya, sobre parte del desplante del templo ceremonial de
Tezcatlipoca. Sin embargo, la fábrica de la casa tal y como se puede apreciar
ahora, data de la primera mitad del siglo XVII y su mejor estado material del
siglo siguiente, en que la construcción fue remodelada casi íntegramente.
Esta residencia familiar perteneció a dos de los mayorazgos más
antiguos de la Colonia, al de Hernando de Avila durante los primeros años del
siglo XVII, y al mayorazgo López de Peralta entre los años de 1624 y 1732, en
que la adquirió en remate el almacenero Domingo Mateos. En 1751, doña
María de Jesús del Rey y Bousa, quien era su propietaria en ese momento, la
vendió al Convento de la Limpia Concepción que la rentó a su vez, por más de
veinte años, al Colegio del Seminario, instalándose en el inmueble lo que se
conocería en esa época como Seminario o Colegio Chico de Santo Tomás.
Durante la intervención norteamericana, el Convento se vio obligado a
desprenderse de la casa y la vendió al comerciante español Miguel Buch; la
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hija mayor de don Miguel, Angela Buch de González, la vendió en el año de
1878 a la "Sociedad Miguel Bringas y Compañía".
Después de 1903, cuando la "Sociedad Bringas" se disolvió, esta
propiedad junto con otros bienes pasaron a manos de Angela y Luz Bringas,
hijas de don Miguel Bringas y Garmendia y de doña Luz Robles de Bringas,
quienes tuvieron la necesidad de crear una fundación para poder
administrarlos. Desde entonces la casa fue ocupada por una diversidad de
establecimientos comerciales, lo que influyó decididamente en su degradación
material.
En 1933, siendo titular de la Secretaría de Educación Pública Narciso
Bassols, el inmueble, con muchos años encima y en un estado de franco
deterioro, fue declarado monumento histórico, convirtiéndose de ese modo en
la primera casa de la Calle del Seminario en obtener dicha prerrogativa.
En 1988 sus actuales propietarios Salvador López Negrete, Mónica
Baptista de López Negrete y Manuel Serrano adquirieron esta casa en
completo estado de abandono de manos de la propia "Fundación Luz Bringas".
Durante los años de 1988 a 1992, la casona fue sometida a un intenso proceso
de restauración mismo que logró devolverle casi el cien por ciento de su
estructura original, para convertirla en uno de los escasos inmuebles del siglo
XVII que han podido recuperar sus elementos constitutivos para que sigan
resolviendo la función que impuso su edificación, es decir, su uso unifamiliar y
no como casa de vecindad.
1 1
Este trabajo está estructurado en cuatro capítulos. En el primero de ellos se
analizan, si bien someramente, algunos de los procesos elementales que
dieron origen a la ciudad de México: la forma como fue trazada la ciudad
española, el carácter de sus primeras instituciones (el Ayuntamiento
fundamentalmente), y la distribución o repartimiento de solares, entre otros
aspectos. De manera particular se trata de identificar a los conquistadores a
quienes les fueron otorgados los solares trazados en lo que en nuestros días
corresponde a la Calle del Seminario y de establecer cuándo comenzaron a ser
fraccionados éstos. Asimismo, se localiza el solar en donde se construyó la
casa objeto de nuestro estudio y se analizan los cambios de propietario que
tuvo dicho predio a lo largo del siglo XVI.
En el capítulo segundo se trata de establecer el origen y antiguedad de
la casa de Seminario 12, y se analiza la constitución de los tres mayorazgos
López de Peralta y la relación histórica del tercer mayorazgo con esta
propiedad. De la misma manera, se distinguen las condiciones materiales y de
conservación de la casa durante el siglo XVII, así como el carácter de la
primera remodelación de que fue objeto el inmueble en el último tercio de esa
misma centuria.
En el tercer capítulo se estudian los factores que incidieron en la
decadencia del tercer mayorazgo López de Peralta, que lo llevaron a
desprenderse de esta finca, y se especifican los cambios de propietario de la
casona verificados a lo largo del siglo XVIII. Asimismo, se analizan los cambios
de uso del inmueble durante ese siglo, dándose cuenta de las personas y las
instituciones que la rentaron. Se precisan de igual forma las condiciones
materiales que presentaba el inmueble en esa época y el tipo de renta que
producía.
En el cuarto y último capítulo de este ensayo se estudia el tipo de usos a
que estuvo sometido el inmueble en los últimos treinta años del siglo XIX, y se
especifican los factores que influyeron en el estado de decadencia que
presentaba esta construcción en la segunda mitad del siglo XX. Además, se
analiza la etapa en que el inmueble presentó la mayor intensidad de usos y el
comportamiento de su actividad rentística.
No quisiera cerrar estas primeras páginas sin antes hacer explícito mi
agradecimiento y gratitud a un buen número de buenas personas. En primer
lugar a Mónica, Salvador y Manuel por haber tenido el acierto de sumar a la
reconstrucción material de la casa su reconstrucción histórica. A Gabriela
Sánchez Reyes y Claudia Ballesteros César, compañeras de viaje y apoyo
invaluable en el proceso de investigación. A Lupita Flores y Alejandra Cortés
del Archivo Histórico de Notarías por su amistad y orientación atenta y
desinteresada.
Mención aparte merecen mis amigos y colegas de tantos años del
Archivo Histórico de la Ciudad de México: la Dra. Guadalupe Pérez San
Vicente: la Sra. Julia Martha de la Rocha, el Licenciado Jorge Nacif Mina y el
13
Arquitecto Rafael Cordero. A todos ellos les doy las gracias por nada en lo
particular, pero por todo en lo general.
hdice de abreviaturas de archivo
ACMM ADGMH AGN AGNAH AHACM AHB AHBNAH
AHCMFFU AG I
ASCM APS-12
Archivo de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México Archivo de la Dirección General de Monumentos Históricos Archivo General de la Nación Archivo General de Notarías Acervo Histórico Archivo Histórico del Ayuntamiento de la Ciudad de México Archivo Histórico de Banamex Archivo Histórico de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia Archivo Histórico de la Ciudad de México Fondo Fincas Urbanas Archivo General de Indias Archivo Particular Seminario 12 Archivo del Seminario Conciliar de México
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Pero la ciudad no dice su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en los ángulos de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, surcado a su vez cada segmento por raspaduras, muescas, incisiones, cañonazos.
Italo Calvino Las ciudades invisibles
Las ciudades experimentan continuas variaciones: una calle nueva que se abre, unas casas que se reedifican, una acequia que se ciega, una plaza que se ocupa con edificios; la menor variación en el alineamiento, puede cambiar totalmente el aspecto de un lugar de la ciudad, y meter en mil conjeturas á los pósteres, que no aciertan á concordar lo que leen con lo que están viendo.
Joaquín Garcia Icazbalceta La antigua ciudad de Mdxico
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CAPITULO I
Contexto mínimo. México-Tenochtitlan en vísperas de la caída
Ciudad fundada en un archipiélago de islotes, a 2200 metros sobre el nivel del
mar, después de extraordinarios trabajos para fijar el suelo, abrir canales y
alisar las orillas, México-Tenochtitlan aparecía a principios del siglo XVI como
un prodigio de la habilidad y la técnica de los arquitectos mexicanos.*
El núcleo central de la ciudad mexica, metrópoli además del imperio
azteca, se integraba, en primer lugar, por el conjunto de templos que formaban
el centro ceremonial en un cuadrángulo flanqueado por la gran muralla de
serpientes o coatepantli. En el interior del recinto, entre patios y plazas,
sobresalían por su altura los templos de Tláloc y Huitzilopochtli, deidades
agrícola y guerrera respectivamente, que dominaban el panteón azteca. Frente
a ellos y creando una plaza entre sí, estaba el Templo de Quetzalcóatl, el juego
de pelota y un buen número de templos secundarios en donde se celebraban
los innumerables rituales que regían la vida religiosa del pueblo azteca. En
segundo lugar, colindando con el lado sur del coatepantli, estaban las Casas
Nuevas de Moctezuma y el espacio abierto del mercad^.^
Cf: Georges Baudot, La vida cotidiana en la América española en tiempos de Felipe 11, Fondo de
Sonia Lombardo, "México-Tenochtitlan en 15 19", en Atlas de la Ciudad de México, DDF-El Colegio de Cultura Económica, México, 1983, p. 240.
México, México, 1987, p. 48.
16
La ciudad, en cierto modo, ordenaba sus construcciones más suntuosas
a partir de dicho núcleo: los palacios de los dignatarios, los colegios, las casas
señoriales de dos pisos, se sucedían en orden decreciente de importancia en
dirección a la periferia. Después seguían los barrios, las tiendas de los
artesanos y comerciantes, y las casas más modestas de adobe, en sucesión
hacia los suburbios. Escribe Georges Baudot:
Desde luego que una ciudad de ese tamaño denotaba un hecho urbano evolucionado. México era, sin embargo, una capital relativamente reciente, puesto que había sido fundada apenas dos siglos antes, en 1325, humildemente, en un islote aislado de la laguna. Pero había llegado a ser un triunfo urbano excepcional y una aglomeración considerable.”
Charles Gibson estimó que la población indígena de Tenochtitlan-Tlatelolco
en 151 9 era de entre 250 mil a 400 mil personas, y Jacques Soustelle de 560
mil a 700 mil. Un cálculo más reciente, el de Jorge Hardoy, redujo totablemente
la estimación a 165 mil habitantes. Un gran número de éstos murió de viruela
en 1520 y otros durante el sitio en 1521 , de tal suerte que para la década de
1560 la cifra había descendido a 75 mil.”
En la segunda mitad del siglo XVI, eran raras las ciudades indígenas
que no habían sucumbido ante la espada y la ballesta. México-Tenochtitlan fue
completamente arrasada por Cortés y sus soldados durante el sitio que terminó
con el estado azteca, reconstruyéndose después con el empleo forzado de la
l o Georges Baudot, op cit., p. 242.
17
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mano de obra nativa, sobre el modelo español en damero y con' la piedra y 10s
materiales de la ciudad gentilicia devastada.
E n el principio fue el Ayuntamiento
Cuando el gobierno municipal se trasladó a la América española ya empezaba
su decadencia, minado por el absolutismo de sus monarcas. Sin embargo, no
se cancelaron muchas de las leyes y ordenanzas que habían dado vida a las
comunas, estando de pie, aunque vacilantes, las Leyes para los adelantados,
conquistadores y pobladores, que dieron forma a las primeras organizaciones
políticas del continente.'*
De acuerdo con estas leyes, podían designarse ayuntamientos para una
ciudad aun antes de estar fundada ésta, precisamente para que se entendieran
en su traza, disposición y policía. Así lo comprendió Cortés y lo llevó a efecto al
fundar, en 1519, la Villa Rica de la Vera Cruz y, un año más tarde, Segura de
la Frontera (hoy Tepeaca, Puebla). También, al siguiente mes de tomada
Tenochtitlan, en septiembre de 1521, creó el Ayuntamiento que comenzó a
funcionar en Coyoacán, celebrando sus sesiones en la propia casa del
conq~istador.'~
' I Citados en Timothy E. Anna, La caída del gobierno español en la ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, México, 198 1, pp. 23-24.
l 3 Ibid., p. 67. Jesús Romero Flores, México, Historia de una gran ciudad, Ediciones Botas, México, 1955, p. 82.
18
En 1523 los doce conquistadores que integraron el primer Ayuntamiento
de la ciudad de México fueron designados por Cortés, a nombre del rey,l4
este acto separó, de hecho, la antigua tradición municipal española -con sus ayuntamientos electos y cabildos abiertos- de la que se instauraria en sus colonias. En América la ciudad funcionó como el centro desde donde se organizó la conquista y la apropiación del territorio [...I y fue el mecanismo que fortaleció el poder central de la corona y prolongó el carácter dependiente de los nuevos territorio^.'^
En los primeros años, y a causa de la aún incipiente organización de la
Colonia, el Ayuntamiento se arrogó facultades legislativas y de gobierno sobre
todo el territorio. Tiempo después, en 1532, la Corona declaró que la
jurisdicción municipal se extendería solamente por cinco leguas a partir de la
ciudad, y siete años más tarde éste término fue aumentado a quince leguas.
Como órgano encargado de velar por los intereses de los habitantes españoles
de la ciudad de México, el Ayuntamiento inició de inmediato la regulación de la
vida municipal. Distribuyó la tierra entre los conquistadores, repartiendo los
solares urbanos, reglamentó el abasto, organizó las actividades productivas y
reguló la forma como debían distribuirse los productos.’6
Con el objeto de restringir los excesos de las primeras autoridades
nombradas de entre los mismos conquistadores y para hacer más efectiva la
autoridad real sobre la tierra sometida, el 13 de diciembre de 1527, Carlos I
l 4 El Ayuntamiento quedó integrado por un Alcalde Mayor, dos Alcaldes Ordinarios, siete Regidores, un Escribano y un Mayordomo.
Alejandra Moreno Toscano, “La raíz colonial”, en Nexos, Año IX, Vol. 9. Núm. 99, México, marzo 1986, p. 20.
acordó la creación de un órgano superior de gobierno y justicia con asiento en
la ciudad de México, denominado Real Audiencia. La primera Audiencia, de
corta vida, se instauró en diciembre de 1528, y fue presidida por el entonces
gobernador de Pánuco, Nuño de Guzmán.17
La composición y forma de organización de los ayuntamientos, en
particular el de la capital del virreinato, varió mucho a través del tiempo. Las
ordenanzas de gobierno del 11 de diciembre de 1682, modificadas
posteriormente el 13 de junio de 1720, indicaban los términos en que debían
efectuarse los cabildos, la manera de realizar las votaciones, el número y
calidad de los alcaldes, regidores y oficiales, así como el modo de llevar a cabo
sus designaciones.
En general, puede decirse que el Ayuntamiento estaba presidido por el
Corregidor y constaba de dos Alcaldes ordinarios y un número variable de
regidores. Tenía además un Alférez Real, un Procurador y un Síndico,
distribuyéndose las comisiones y oficios entre los Capitulares o personas
ajenas designadas por el propio Ayuntamiento.
El papel jugado por los ayuntamientos en la consolidación del dominio de
la tierra conquistada fue crucial. Y si bien los "ayuntamientos castellanos ya no
eran en España, bajo Carlos V y Felipe I I , fuerzas políticas y sociales de
l 6 Ibid., pp. 21-22.
pp. 55-57. Guillermo Porras Muños, El gobierno de la ciudad de México en el siglo XVI, UNAM, México, 1982,
2 0
consideración, durante la primera mitad del siglo XVI recobraron en América un
papel de importancia, en ocasiones excepcional".18
Dotación de solares sobre la antigua calzada de lztapalapa
Concluida la conquista y trazada ya por el alarife Alonso Garcia Bravo en 1522,
lo que sería la ciudad de los es paño le^,'^ se procedió a la distribución entre los
conquistadores, de esa tierra ganada por las armas. Es un hecho bien
conocido, que tanto el primero como el segundo repartimiento de solares, se
practicaron tomando en consideración los méritos de cada uno de los
participantes en la gesta. Por esa razón, la composición de la incipiente capital
del virreinato debió reflejar durante sus primeros años, más que la opulencia, la
jerarquía y el estatus militar de sus habitantes.
A los protagonistas de la conquista --que en muchas ocasiones presionaron
a Cortés para poseer lotes en lugares preferenciales en donde construir sus
residencias--, se les trató de asignar los solares de mejor ubicación dentro de la
traza, ya fuera alrededor de las casas de su Capitán, sobre las más grandes y
mejor construidas avenidas, o bien, en las inmediaciones de los edificios
Georges Baudot, op.cit., p. 256. l9 Algunos historiadores sostienen que el proyecto de construir, a partir de un criterio racial el nuevo asentamiento, produjo en el inicio la creación de una ciudad diferenciada, con el predominio de la teoría de las "dos Repúblicas": la de los indios, con sus autoridades indígenas, y la República de españoles, también con sus propios funcionarios. "Dos Repúblicas" ligadas en sus capas superiores mediante autoridades comunes y regidas por los órganos colegiados de las Audiencias y por la figura del virrey. Sin embargo, a causa del creciente mestizaje, esta separación racial h e rebasada. Según O'Gorman antes de que finalizara el siglo XVII gran parte de los restos de esta formal división había desaparecido. (C' Floris Margadant, "Las ciudades novohispanas ante el derecho", en La ciudad, concepto y obra, IIE-UNAM,
21
símbolos del fundacionismo español, como el mercado:.. la cárcel, las casas
consistoriales o la iglesia mayor, levantada pocos años después.
Esta forma peculiar de poblamiento, implicó que sobre las rediseñadas
calzadas de origen prehispánico --que continuaron conservando todavía por
mucho tiempo su condición de vías de comunicación primordiales--, se
construyeran las casas de algunos de los más prominentes conquistadores.
En 1522 difícilmente podía hablarse de un orden de las calles, pues
únicamente existían la de Iztapalapa, Tacuba y San Francisco, y otras dos, "la
que iba al tianguis de Tlatelolco por la calle de lztapalapa y la otra que iba hacia
Santo Domingo por las casas viejas del Marqués".20 Asimismo, entre los años
de 1523 y 1528, la ciudad proyectada por Garcia Bravo no comprendía sino
unas cuantas calles, no más de diez, figurando como una de las principales la
de Iztapalapa.21 En esta calle vital, la calle introductora, la "fundadora", por
haber penetrado por ahí los vencedores de Tenochtitlan, se dieron algunos de
los primeros solares tan pronto como fue apurada la conquista.z
~~
1987, pp. 15-16; y Edmundo O'Gorman, "Sobre los inconvenientes de vivir los indios en el centro de la ciudad", en Boletin delArchivo General de la Nación. Tomo IX, Núm. 1 . Enero-marzo 1938, pp. 1-34).
'' Guillermo Tovar de Teresa, La ciudad de México y la utopía en el siglo P I , Seguros de México, 1987, p. 130n. 22 La calzada de Iztapalapa era, sin duda alguna, la más importante de la ciudad gentilicia, por encontrarse ahí la entrada principal de la ciudad. Iniciaba en lo que ahora forma la esquina de Seminario y Moneda y conectaba hacia el sur con la población del mismo nombre. Esta calzada tenía bifurcaciones hacia poblaciones como Coyoacán, Xochimilco y TIahuac y siete puentes de vigas que la cortaban a trechos, dando paso a igual número de canales. Por ahí entró Cortés con sus huestes la mañana del 8 de noviembre de 15 19, procedente de Iztapalapa. Al decir del propio Cortés, la calzada "era ancha como dos lanzas y muy bien obrada que pueden ir por ella ocho de caballo a la par". (Hernan Cortés, Cartas de Relación. Editorial Porrúa, México, 1985, p. 50).
Guillermo P O K ~ Muñoz, Personas y lugares ..., op. cit., p. 45.
22
Desde su origen, la manzana que corresponde a la actual Calle del
Seminario, tuvo una ocupación más regular que las del resto de las manzanas
de la ciudad,23 siendo dividida para su distribución en tres grandes lotes o
solares. El primero de ellos, localizado en lo que hoy forma la esquina de las
calles de Seminario y Moneda, tocó en el reparto a Pedro González de Trujillo,
el segundo, en medio de la manzana, a Pedro de Maya y el tercero a Hernando
Alonso, que encontraba por límite hacia el norte la desaparecida y estrecha
calle de Santa
No hay, por desgracia, en los Libros de Actas de Cabildo que se
conservan -sobre todo en los correspondientes a los primeros años, en donde
se llevó un registro cuidadoso de los solares entregados por el Ayuntamiento-,
dato alguno que nos diga con exactitud la fecha en que les fueron concedidos a
estos tres conquistadores, los solares en ese tramo de la calzada de
I~tapalapa.~~
Ello nos conduce a considerar como casi única explicación, que los
suyos debieron ser de los solares entregados por el propio Cortés en el primer
repartimiento, cuando el Ayuntamiento aún se encontraba en Coyoacán.
23 ADGMH. Expediente de la casa número 12 de la Calle del Seminario. 24 En el Plano de la Plaza Principal de Mhico de 1521 a 1914 elaborado por el ingeniero Manuel F. Alvarez se puede apreciar la forma en que se trazaron los mencionados solares, dentro del conjunto general de la Plaza. Este plano resulta de utilidad excepcional para los propósitos de este trabajo pues en é1 se precisa el predio en que a la postre se levantaría la casa del Seminario 12. Dicho plano puede consultarse en: Roberto Olavarría, México en el tiempo. Fisonomía de una ciudad, Roberto Olavarría Editor, México, 1945, p. 29. 25 Esta gran calzada adoptaba diferentes denominaciones según l a s calles por donde se prolongaba. Así, con el tiempo comprendió la de Flamencos, Porta Coeli, del Hospital de Jesús, Rastro y San Antonio Abad, al sur; y por el norte la del Seminario y las del Rélox, hoy República de Argentina.
23
Aunque no queda testimonio escrito de las acciones tomadas por el Cabildo en
aquella población, de la lectura de los dos primeros Libros de Actas se colige
que tales documentos se perdieron, muy probablemente, al trasladarse el
Ayuntamiento de Coyoacán a la nueva ciudad, en los primeros meses de 1524.
En una de las notas al final del Primer Libro26 se llega a decir incluso que: "En
papeles y memorias se asentaron primero las vecindades y solares, por eso se
perdieron muchos y por eso no se hallan las mercedes que hizo Cortés".27
En los Libros de Actas de Cabildo de las sesiones efectuadas ya en la
ciudad de México-Tenochtitlan, se encuentran a menudo solicitudes sobre
confirmación de solares, como la de Juan Cano, a quien el 25 de noviembre de
1525 se le ratificó en la merced de un solar, "que al presente linda con solar y
casa de Alonso de Venavides, el cual dijo estaba dado por servido desde que
se pasó la Ciudad de Coyoacán aquí y mandaron que se asiente en el libro de
Cabildos como si lo daban ahora de nuevo por servido".**
Otra severa limitación para poder seguirle los pasos a algunos de los
primeros vecinos de la ciudad, es que durante el motín del 8 de julio de 1692, al
incendiar la turba las casas consistoriales, se perdió consumido por el fuego un
importante número de documentos, pudiendo estar entre ellos los primeros
26 Los dos primeros Libros de Actas, paleografiados por el Lic. Ignacio Rayón, a solicitud del propio Ayuntamiento en 1849 y 1853, respectivamente, heron impresos en 1889 por el periódico El Municipio Libre. El primero de ellos contempla un conjunto de notas con observaciones y comentarios muy importantes del paleógrafo. Algunas de esas notas l a s elaboró el Lic. Rayón tomando como base las anotaciones que sobre dicho Primer Libro, hizo don Carlos de Sigüenza y Góngora. 27 AHACM. Actas de Cabildo. Libro Primero (Impresas). Vol. 629-A. Nota 123. p. 229. 28 Ibid., p. 16
24
papeles o Actas expedidas por el Cabildo, que don Carlos de Sigüenza y
Góngora ya no pudo
No obstante estas lagunas, podemos formarnos una idea de la
antiguedad de los solares dados a Pedro González de Trujillo, Pedro de Maya y
Hernando Alonso, debido a que por su importante ubicación, en repetidas
ocasiones sirvieron como punto de referencia en la asignación de solares a
otros conquistadores.
En el interesante Plano de la Plaza Principal de México de 7527 a 7974,
elaborado por el ingeniero y arquitecto Manuel F. AIvare~,~' se señalan y fechan
los solares localizados dentro del perímetro de la Catedral y la calle de las
Escalerillas, hoy República de Guatemala. Dicho plano, si bien contribuye de
manera significativa al conocimiento de la primitiva distribución urbana de la
ciudad, adolece, visto a la luz de las Actas de Cabildo, de algunas
imprecisiones.
Habiendo sido otorgados estos solares por el Factor Gonzalo de Salazar
y el Veedor Pedro Almindez Chirinos, como "gobierno espurio", cuando Cortés
_ _ _ ~ ~ ~ ~
29 Para lo relativo a este episodio consúltese, entre otros autores, a Irving A. Leonard, Alboroto y motín del 8 de junio de 1692. Relación de don Carlos de Sigiienza en una carta dirigida al almirante don Andrés de Pez, Talleres Gráficos del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, México, 1893; Carlos de Sigüenza y Góngora, Relaciones Históricas, UNAM, 1954; Antonio de Robles, Diario de sucesos notables (1665-1703), Editorial Pomía, México, 1946; Jesús Romero Flores, México. Historia de una gran ciudad, op. cit., en particular l a s páginas 270-280. Asimismo, para conocer la suerte que corrieron tan valiosos documentos puede consultarse sobre todo el primer volumen del Ramo: Oficinas en General del AHACM., expedientes 12, 24,25 y 43. 30 Es muy probable que para la elaboración de dicho plano, su autor se haya basado a su vez en el que realizó Garcia Icazbalceta en 1875, para su obra Mhico en 1554. Tres Diálogos Latinos (de) Francisco Cervantes de Salazar. Esta joya bibliográfica h e reeditada por la Editorial Porrúa en 1940 en un corto
25
se encontraba en las Hibueras --entre noviembre de 1524 y junio de 1526--, al 2 ,*
retornar el conquistador declaró nulas las mercedes dadas en su ausencia, Lr2 c;lr :*,
determinando el 26 de junio de 1526, que los mencionados solares se I- :-..
repartieran "a la persona y personas que más a servicio de su magestad y bien
y población de la tierra convenga". El Cabildo dispuso entonces que se t "
ocuparan para la construcción de la Iglesia Mayor y el cementerio, así como E ? ! r r ' *%
para las casas de los propios concejales. También se acordó que en la c*w ;,
manzana formada por los nuevos solares se trazara una calle. En el Acta del 8
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de febrero de 1527 quedaron asentados los pormenores de este proce~o.~'
Lucas Alamán, al referirse a esta manzana en su Disertación VIII, la
describe con estas palabras:
Hecha la conquista [...I el terreno que ocupaba el templo de Huitzilopochtli se repartió para casas particulares, levantándose éstas no sólo en el contorno de la plaza sino que ocuparon también una parte de ella, formando una manzana en lo que era el Parián, y otra más en el centro, que parece duró poco tiempo, separada de la del Parián por una calle que correspondería con la de la Cal le j~e la.~~
tiraje de no más de 20 ejemplares, y posteriormente por la UNAM en la Biblioteca del Estudiante e incluye el citado plano. 3 J Ese día, estando reunidos en Cabildo el Lic. Marcos de Aguilar, Justicia Mayor de Nueva España, los Alcaldes Cristóbal Flores y Juan de la Torre y los Regidores Alonso de Villanueva, Gonzalo de Alvarado, el Doctor Ojeda y Juan de Hinojosa, dijeron que "por cuanto los días pasados al tiempo que el factor y veedor se llamaban gobernadores de esta Nueva España, dieron ciertos solares en esta Ciudad que son fronteros con Uchilobos, los cuales a causa que después de venido el Señor Gobernador juntamente con el Cabildo de esta Ciuda los repusieron y dieron por ninguno para lo tomar a repartir, estan despoblados y por edificar y cercar y porque lo susodicho es en perjuicio del noblecimiento de esta Ciudad y porque poblandose estará más noblecida, hicieron repartimiento del dicho sitio de solares, dejando primeramente diez solares para la Iglesia y cementerio [...I Y luego los dichos Señores alcaldes y regidores, dijeron que señalaban y señalaron por calle para salida y servicio de los dichos solares, porque no se estorben los unos a los otros [...I espacio de catorce pies, la cual ha de pasar entre el solar de Alonso de Villanueva y el de Luis de la Torre y va a salir al sitio de la Iglesia, quedando de una parte el solar de Juan de la Torre y de otra solar de Gonzalo de Alvarado". (AHACM. Libro Primero de Actas, op. cit. pp. 120-121). 32 Lucas Alamán, Disertaciones sobre la historia de la República Mexicana. Desde la época de la conquista hasta la Independencia, Imprenta de José Mariano Lara, México, 1849, Vol. I, p. 20 l .
26
A su vez, Garcia lcazbalceta decía que en ese sitio debió haber algo, "porque de otro modo la placeta del Marqués resultaría enorme, comprendiendo el espacio entre el Empedradillo y el Seminario".33 El sitio al que hacen referencia tanto Lucas Alamán como Garcia lcazbalceta estaba ocupado, como se ha visto, por la manzana formada por los solares que el 8 de febrero de 1527, se repartieron entre sí los concejales del Ayuntamiento.
De estos solares, los que quedaron frente a las casas de Pedro
González de Trujillo, Pedro de Maya y Hernando Alonso, fueron
respectivamente, el del Gobernador Marcos de Aguilar (comúnmente conocido
como el el del Escribano del Cabildo Pedro del Castillo35 y el del
Alcalde Cristóbal Flores.36 En el protocolo de entrega del solar a Pedro del
Castillo se hacía constar que:
Este día de pedimento de mí el dicho escribano, habiendo consideración lo que sirvo a sus mercedes y el poco salario que se me da, dijeron que me hacían e hicieron merced de otro solar en el dicho sitio, linde del dicho
33 Joaquín Garcia Icazbalceta, "La antigua plaza de la Ciudad de México", en Boletín Oficial (del Consejo Superior de Gobierno del Distrito Federal), Tomo IX, Núm. 35, México, octubre de 1907, p. 545-547. 34 Marcos de Aguilar llegó a México junto con los doce primeros frailes dominicos, luego de haberse embarcado en la isla de Santo Domingo el último día de mayo de 1526. Fue Justicia Mayor en la ciudad de México a fines de ese mismo año. (Juan José de la Cruz y Moya, Historia de la Santa y Apostólica Providencia de Santiago de Predicadores de México, Editorial Porrúa, México, 1983, p. 67). El mismo Marcos de Aguilar confesaba que éI había venido a la Nueva España como inquisidor, "a entender en las cosas tocantes al Santo Oficio". Parece ser que murió el lro. de marzo de 1527 bajo severas sospechas de envenenamiento. Ver notas 93, 110 y 114 del Primer Libro de Actas, op. cit., p. 228. 35 De este personaje sabemos que vino con Pánfilo de Narváes y que ejerció el cargo de Escribano con algunas interrupciones, desde el 8 de junio de 1524 hasta el 27 de septiembre de 1532. Ver Orozco y Berra, "Conquistadores de Nueva España", en Diccionario Universal de Historia y de Geografa, Tip. de Rafael, Librería de Andrade, México, 1953, Tomo 11, p. 17. Así como el Primer Libro de Actas, ya citado, en diferente fechas. 36 Este conquistador, de origen portugués, llegó con Cortés como capitán de uno de los bergantines. Participó en la pacificación de Michoacán y el 26 de mayo de 1524 se le nombró Procurador de la ciudad de México para que tratara de los asuntos de Nueva España ante el rey. El 16 de septiembre de 1525 fue reconocido como vecino de la ciudad de México y el lro. de enero de 1527 fue nombrado Alcalde de la ciudad. Fue encomendero de Tenayuca y al morir en la campaña de Jalisco yendo con Nuño de Guzmán, su encomienda pasó a manos de la Corona. Victor Manuel Alvarez, Diccionario de conquistadores, Cuadernos de Trabajo del Departamento de Investigaciones Históricas, UNAM, 1975, p. 17.
27
Cristóbal Flores, frontero de casas de Pedro de Maya, en la calle real que va a Ixtapalapa, en medio, el que dijeron que me daban y dieron por ~ervido.~'
Es de resaltarse el hecho de que en las colindancias señaladas para los
solares de estos tres concejales, se refieran a las propiedades de González de
Trujillo, Pedro de Maya y Hernando Alonso, como casas y no como solares
baldíos, lo cual quiere decir que ya para entonces debió haber algún tipo de
construcción en sus terrenos. Si bien de manera acertada así lo hizo notar en
su Plano el ingeniero Alvarez, se equivocó al asignarles la misma fecha de
repartimiento que a los solares de la manzana de los concejales. Aquellos
debieron ser sin duda de los primeros solares otorgados por Cortés.
Por otra parte, al referirse el mismo ingeniero Alvarez al conquistador
Hernando Alonso, erróneamente le adjudica como segundo apellido el de
"Herrero", siendo más bien que ese era el oficio al que se dedicaba. El 15 de
marzo de 1524, se notificó, en efecto, a Hernando Alonso y a Hernando Martin
como herreros estantes en la ciudad. 38
Otro de los errores visibles en el plano del ingeniero, es el de que fecha
el solar de Alonso de Avila, situado en la aristocrática calle del Relox, como si
éste le hubiera sido dado en 1566, cuando en realidad esa fecha corresponde
al año en que fueron demolidas sus casas, al ser acusado junto con su
hermano Gil González de Avila, por su complicidad en la conspiración del
37 Primer Libro de Actas, op. cit., p. 123-124.
28
Marqués del Valle, bajo el cargo de traición. AI cumplirse la sentencia de
muerte también se derribaron sus casas y se dispuso que los cimientos se
cubrieran con Alonso de Avila debió haber poseído ese predio desde
1524, ya que en mayo de 1525 solicitó un pedazo del solar que había entre su
casa y el monasterio de San Francisco.4o
El solar y casa de Pedro de Maya
Aunque son pocos los testimonios que existen sobre Pedro de Maya, este
personaje debió haber jugado un papel relevante durante la conquista, a juzgar
por el sitio en que le fue asignado su solar, prácticamente dentro de lo que
había sido el corazón del Templo Mayor y muy probablemente sobre la parte
oeste del basamento del templo de Tezcatlipoca, de acuerdo con el croquis de
Sahagún, interpretado por Ignacio Marq~ina.~' El de éI sería, de hecho, uno de
38 Ibid., p. 6. 39 Este episodio ha sido materia de diversos ensayos, tanto históricos como literarios. Bástenos citar aquí, sin embargo, a José Ignacio Rubio Mañé, El virreinato, Tomo I1 "Conspiración del Marqués del Valle de Oaxaca, 1565-1566", Fondo de Cultura Económica, México, 1987, pp. 3-21, Asimismo, Fernando Benítez, "Los Avila, una familia de emplazados", en Historia Mexicana. Vol. 2. No. 4. México, 1953, pp. 576-586; y Juan Suárez de Peralta, La conspiración de Martin Cortés, Imprenta Universitaria, México, 1945. 40 Libro Primero de Actas, op. cit., p. 37. La precisión del lugar donde estuvo ubicada la primitiva iglesia de San Francisco ha sido objeto de innumerables polémicas. Torquemada dice que los franciscanos estuvieron once meses en la plaza, y según Mendieta en 1525 se echaron los cimientos de San Francisco. Por su parte, Orozco y Berra afirma que entre junio de 1524 y mayo de 1525, hubo dos monasterios de San Francisco, el viejo y el nuevo. Este último estuvo junto a las casas de Alonso de Avila, en la calle de Santa Teresa y "sirvió sin duda de casa provisional, y como tal, no debió haberse hecho allí fábrica de importancia; conjeturo que si hubo iglesia sería por el estilo de la que tenía Cortés, alguna pieza con un modesto altar, sin otro adorno". En el Cabildo del 2 de junio de 1525 se hace mención de San Francisco el nuevo. (Citados por Jesús Galindo y Villa en, "Reminiscencias sobre la Catedral de México. Algo de historia muy local", Boletín Ojcial, Tomo I X , Núm. 3, México, julio de 1907, pp. 33-35. 4' Ignacio Marquina, Arquitecturaprehispánica, INAH-SEP, México, 1990, p. 185.
29
los relativamente pocos solares trazados por el alarife Alonso Garcia Bravo, en
el esquema original de la ciudad.42
Pero no todos los conquistadores, debemos decirlo, gozaron de lotes de
terreno en lugares apropiados para construir sus casas. Isidro Moreno, por
ejemplo, en un escrito del 8 de marzo de 1524, se quejaba con el Ayuntamiento
por el solar que le había tocado en suerte, el cual estaba "en parte que hay
mucha agua", y pedía que se le cambiara por otro de mejor ubicación.43
AI parecer Pedro de Maya habitó por muy poco tiempo la casa que,
aunque incipiente, hizo levantar en su solar de la calzada de I~tapalapa.~~ Esto
no nos debe extrañar si tomamos en cuenta la facilidad con que cambiaban de
domicilio los primeros vecinos de la ciudad. La exploración y conquista de
nuevos territorios, las encomiendas que se creaban en éstos, y en general los
diversos intereses de los peninsulares en Nueva España, los obligaban a
negociar con sus propiedades a veces muy tempranamente. Quizá debido a
42 Dice José R. Benítez en su ensayo sobre el alarife que: "Es indudable que el nombramiento de Alonso Garcia Bravo, para que demarcara el fundo de la ciudad, debió haberse hecho en uno de los primeros Cabildos celebrados en Coyoacán y, por consiguiente, el diseño de la traza debe haberse hecho a fines de 1521 o principios de 1522". (José R. Benítez, Alonso Garcia Bravo. Planeador de la ciudad de México y su primer Director de Obras Publicas, Publicaciones de la Compañía de Fomento y Urbanización, México, 1933, p. 12). Garcia Bravo desempeñó su cargo durante seis años, dirigiendo l a s obras públicas y señalando a cada nuevo vecino el solar donde debía edificar su casa. Sólo se hacía entrega del solar después de haber sido medido y trazado por él. El 14 de abril de 1527 el Ayuntamiento nombró Maestro de las Obras del Concejo de la Ciudad a Rodrigo de Pontecillas, "por cuanto abajó cincuenta pesos de oro de lo que se daba en cada año a Alonso Garcia, albañil que estaba nombrado por Maestro de dichas obras". (Primer Libro de Actas, p. 129). Después de ésto Garcia Bravo pasó a radicarse a Oaxaca, ciudad trazada también por él. Tuvo encomienda y bienes que a su muerte pasaron a sus hijas y nietos. 43 Libro Primero de Actas, op. cit., p. 3. 44 Varias disposiciones dan cuenta del acelerado proceso de construcción y poblamiento de la ciudad española. El 29 de abril de 1524, por ejemplo, el Ayuntamiento estableció un plazo de 10 días para limpiar los predios y colocar puertas hacia la calle, bajo la advertencia de que de no hacerlo se impodría una pena de un marco de oro. Libro Primero de Actas, op. cit., p. 9.
30
esta movilidad, años después se llegó a establecer que sólo se podía vender
casas o solares si el dueño comprobaba tener al menos cinco años de
vecindad.
Guillermo Porras Muñoz, al hablarnos de las colindancias que en 1528
se le daban a las casas de Hernán Sánchez de Ortigosa, cuyo primer
propietario había sido, como sabemos, Pedro González de Trujillo, señala que
éstas "lindaban, por una parte, con casas de Martin López --al oriente", y, por
la otra, con casas de uno de los varios vecinos que se apellidaban Hinojosa, las
cuales necesariamente estaban en la que entonces se llamaba 'calle que va de
lxtapalapa a Tlatelolco', que hoy es Seminar i~" .~~
Este último dato merece algún tipo de precisión. Como ya se ha dicho,
los dos primeros Libros de Actas, mismos que cubren el periodo comprendido
entre los años de 1524 y 1532, registran básicamente los nombres de los
conquistadores a quienes se les dotó de solares, así como los de las personas
aceptadas por el Ayuntamiento como vecinos de la ciudad. De esta suerte,
luego de haber llevado a cabo una revisión detenida de estos dos volúmenes
podemos establecer que, al contrario de lo que sostiene Porras Muñoz, no
había en la ciudad en esos años "varios vecinos" con el apellido Hinojosa.
Concretamente, en el Primer Libro de Actas, que abarca los años de
1524 a 1529, sólo se consigna a tres vecinos con este apellido: Juan de
Hinojosa, que figuró como uno de los cinco regidores del primer Ayuntamiento
31
de la ciudad de México, su hijo Francisco, y Bernaldino de Hinojosa. De esta
manera, el solar y casa de Pedro de Maya sólo pudo haber pasado a manos de
cualquiera de estos tres pobladores.
Así pues, Pedro de Maya debió haber vendido su propiedad a una de
estas tres personas a fines de mayo o en los primeros días de junio de 1528, es
decir, antes de trasladarse a Nochistlan, pueblo que se le otorgó en
encomienda. Todavía en enero de ese mismo año lo encontramos en la capital
del reino, ya que en una carta de reconocimiento de deuda,Pedro de Maya ;,/.I
aceptaba deber a Sebastián de Arriaga, "estante en la ciudad, 23 pesos de oro
por razón de tres varas y cuarto de paño negro", deuda que al parecer saldó el
3 de maco de 1528.46
Muy poco tiempo duró Hinojosa como propietario de este solar, ya que
en 1530 Rodrigo Gómez Dávila lo adquirió junto con el solar esquinero de
Pedro González de Trujillo. Gómez Dávila fue encomendero de Actopan,
después de Hernando Alonso y Juan González Ponce. En 1538 trasmitió sus
derechos 8' la encomienda a Juan Guerrero de Luna, sobrino de Agustín
Guerrero, mayordomo del virrey Antonio de Mendoza, con quien tenía
concertado el matrimonio de su hija, Beatriz Gómez Dávila. El virrey autorizó la
sucesión en la encomienda, lo cual fue el principio de la fortuna que después
tuvo la importante familia Guerrero. Gómez Dávila desempeñó el cargo de
45 Porras Muñoz, Personas y lugares ..., op. cit., p. 47.
32
justicia mayor en Texcoco, donde construyó una venta y un mesón, haciendo lo
mismo en CaIp~IaIpan.~~
El conquistador Pedro de Maya
Pedro de Maya o Amaya como llega a aparecer en los documentos
eventualmente, era natural de Burgos y participó en la conquista con Cortés en
1519.48 Fue el primero de los conquistadores en hacerse cargo del abasto de la
carne en Nueva España. El abasto, junto con la cárcel, la picota y el mismo
Ayuntamiento, era una de las instituciones principales en el acto de fundación
de las ciudades españolas. En una de las primeras sesiones que llevó a cabo el
Cabildo, la del 29 de marzo de 1524, se le recriminaba por no querer rebajar el
precio de la carne de puerco hasta el día de Carnestolendas, y se le advertía
que “de no cambiar su postura se rematarían sus carnicería^".^^ Parece ser que
Rodrigo de Paz lo sustituyó como obligado de las carnicerías en 1525, mientras
que el 9 de mayo de 1527 el propio Ayuntamiento remató este importante
asiento al conquistador Hernando Alonso, vecino de Pedro de Maya.50
~
46 Millares Carlo y J.I. Mantecón, Indice y estractos de los protocolos del Archivo de Notarías de México, D.F., El Colegio de México, Vol. 1. Tomo 1. p. 2 19. 47 Porras Muñoz, Personas y lugares ..., op cit., pp. 47-48. 48 Peter Boyd-Bowman, Indice geobiográjco de más de 56 mil pobladores de la América hispánica, 1493-1519, IIH-UNAM-FCE, México, 1985, Tomo 1. p. 9. AI menos hubieron otros dos pobladores con el mismo apellido, como Antonio de Maya, uno de los primeros descubridores de Nueva España. Vino primero con Grijalba para regresar después a Cuba, de allí partió nuevamente hacia Nueva España, pero esta vez al lado de Pánfilo de Narváez. Murió en 1520 o 152 1 en la toma de México. Su hijo del mismo nombre pasó a México en 1538 con Pedro de Alvarado. Francisco de Icaza, Diccionario autobiográjco de conquistadores ypobladores de Nueva España, Madrid, 1923, p. 147. 49 Libro Primero de Actas, op. cit., p. 6.
~~
Ibid., p. 122.
33
Es bien sabido que a todo aquel que quería ser vecino de la ciudad y era
aceptado, se le otorgaba un solar y dos a los que habían participado en la
conquista. A éstos últimos se les concedía, aparte de los dos solares, una
extensión de terreno para huerta. Así, el 19 de enero de 1526 el Ayuntamiento
de la ciudad repartió un buen número de terrenos para huerta en la calzada de
Tacuba a conquistadores como Juan Cano, Pedro González de Trujillo, Diego
de Ocaña, Andrés de Barrios, Alonso Martin Esturiano y Pedro de Maya, cuyo
terreno limitaba, por una parte, con la huerta de Alonso de Avila y, por la otra,
con la del alarife Juan Rodriguez. En el Acta quedaba perfectamente
establecido que tales huertas %e dan por servidas atento que son primeros
pobladores e conquistadores de esta Nueva E~paña".~'
Aparte del solar que Pedro de Maya tenía sobre la calle de Iztapalapa,
debió contar con otro en el perímetro de la Plaza Mayor, cuya posesión también
tuvo que ser fruto del primer repartimiento. En efecto, cuando el Ayuntamiento
le hizo merced de un solar al Regidor Diego de Valdenebro, el 28 de noviembre
de 1525, se precisaba que aquél era "frontero del solar y tiendas de Pedro de
Maya, la calle en medio, el cual dixeron que le daban e dieron por
Esta referencia que destaca la existencia de tiendas en su lote de terreno,
coloca a Pedro de Maya como uno de los pioneros del comercio en Nueva
España.
5 ' Ibid., p. 144. Ibid., p. 63.
34
A Pedro de Maya se le designó Alguacil Mayor de la ciudad el 5 de
octubre de 1526, por nombramiento que para ello hizo Luis de Saavedra en
nombre del Comendador proañ^.^^ Los alguaciles eran los encargados de
ejecutar las ordenanzas de gobierno; podían ser nombrados por los
gobernadores, corregidores y alcaldes, pero no por las Audiencias y tenían la
prerrogativa de poder entrar al Cabildo con armas.% En 1528 Pedro de Maya
tenía encomendada Nochistlan, importante centro comercial en la Mixteca Alta
de Oaxaca y todavía vivía en Antequera en 1537, pero para 1545 la
encomienda había pasado a la Corona?
Los dos vecinos de Pedro de Maya: Pedro González de Trujillo y Hernando Alonso
Como se ha visto, la manzana oriente de la Calle del Seminario estuvo
constituida en los primeros años de la Colonia, por tres grandes lotes o solares:
el de Pedro González de Trujillo, Pedro de Maya y Hernando Alonso. La -~
asignación de sus solares, en un lugar privilegiado por la abundancia de
x. materiales para construcción (lo cual evitaba que éstos fueran trasladados de
sitios distantes), estuvo estrechamente asociada a la importancia del papel
jugado por estos tres españoles en la conquista.
Si bien en un principio los tres solares debieron haber tenido medidas
similares y cierta regularidad, a través de los años y al parecer hasta 1849,
53 Ibid., p. 65.
35
fueron adquiriendo diversas dimensione~.~~ Como podemos observar en la
tabla de colindancias (ver tabla de colindancias), los solares de esta calle muy
pronto comenzaron a fraccionarse, debido seguramente tanto a su ubicación,
como a la demanda de vivienda de los españoles que fueron arribando a Nueva
España en busca de fortuna. La tabla de colindancias, en efecto, parece indicar
que el solar de Pedro de Maya fue subdividido en tres terrenos desde fines del
siglo XVI.
~~~
54 Ma. Isabel Monroy C., Guia de las Actas de Cabildo de la Ciudad de México (1601-1610), DDF- Universidad Iberoamericana, México, 1988, p. 11.
56 ADGMH. Expediente de la Casa Número 12 de la Calle del Seminario. En los primeros años del siglo XVI un solar -área de terreno para casa, jardines, establos, cocina, habitaciones, departamentos para los sirvientes y aun pequeñas huertas- medía 141 pies por lado. El 9 de febrero de 1537 el Ayuntamiento estableció definitivamente la medida de 150 pies, unos 1760 metros cuadrados.
~~
Peter Gerhard, Geograjia histórica de la Nueva España, 1519-1821, U N A M , 1986, pp. 205-208.
36
Tabla de colindancias correspondiente al solar de Pedro de Maya (siglos XVI- XIX)
Seminario 8 Seminario 10 Seminario 12 Años: 1580 1593
1594 1600 1606
1 6082 1610 (?)
1624
1630 1637 1646
1650
1653
1672
1673
1701 1716
1721 1722 1731
1732 1747
1751
1751
1771
Hernán Pérez Bachiller Rafael de Trejo Idem. Idem. Idem.
Idem. """""""""""""""
- """""""""""""""
- Lic. Agustín Guerrero Idem. Idem.
Idem.
Idem.
"""""""""""""""
- Convento de Nuestra Señora del Carmen Idem. Idem.
Idem. Idem. Idem.
Idem. """""""""""""""
- """""""""""""""
- """""""""""""""
- José María Morales
Hernán Pérez Andrés de la Rosa
Pedro Pérez Garcia Francisco de Alaves Cristóbal Hernández
Idem. Idem.
Idem.
Ana de Castañeda Juan Cebrian Sáenz Idem.
Colegio de San Pedro y San Pablo Francisco de Urriola
Jerónima de Zepeda
Bachiller y Presbítero JuandeZepeda Francisco de Zepeda Agustín de Zepeda
Dionisia María de Alanís Domingo Mateos Idem.
Idem. Clara Chirinos Palacián
Idem.
Idem.
María Josefa Espinoza del Manzano Chirino
Hernando de Avila Idem.
Idem. Idem. Miguel de Villafañe y Alvarado Idem. Ana Carrillo de Peralta
Jerónimo López de Peralta
Idem. Idem. Juan Jerónimo López de Peralta y Sámano Idem.
Inés Jerónima López de Peralta y Sámano Idem.
Idem.
Idem. Jerónimo Murillo López de Peralta Idem. Idem. Francisco Jerónimo Murillo López de Peralta Domingo Mateos José Aguirre y Elizondo
María de Jesús del Rey
Convento de la Concepción Idem.
37
1773 """"""~""""""""~ Convento de Jesús Idem. - María
1847 """"""""""""""" McCalmont Geaves y Miguel Buch - Cía.
1865 """"""""""""""" Eulalia Flores Garcia Idem.
1878
Fuente: APS-12. Con base en el Libro de Censos de la "Casa de la Calle del Relox cita frente de la Puerta que llaman de los Arzobispos, que f ié de don Domingo Mateos, difunto vecino y Almacenero de fsta Ciudad. Años de 1594 a 1847". Hoy casa nlimero 10 de la Calle del Seminario.
Sabemos que las casas contiguas a Seminario 12, hacia la Calle de Moneda, al menos desde 1626 y p t a bien entrado el siglo XVIII, pertenecieron o heron administradas por la Catedral.
El Bachiller Rafael de Trejo otorgó su testamento el día 23 de abril de 1608 ante el Escribano Pedro de Vargas (AGN. Bienes Nacionales. Vol. 1135).
- """"""""""""""" Idem. Miguel Bringas y Cía. -
38
Pedro González de Trujillo
AI poniente de la Plaza Mayor, el solar localizado en lo que hoy forma la
esquina de las calles de Seminario y Moneda, tocó en el reparto al
conquistador Pedro González de Trujillo. Natural de Trujillo, España, e hijo de
Pedro Trujillo y de Juana Ruiz Cabeza de Vaca, este conquistador pasó a Cuba
por maestre de navío en 1518, y al año siguiente se unió a la expedición de
Cortés, trayendo "un buen caballo castaño [...I que corría muy bien".57 Su
montura sirvió para que Cortés lo señalara entre trece caballeros, cuando
fueron desembarcados los caballos en Tabasco el 24 de marzo de 1521. En
1525, González de Trujillo compró un caballo rucio a Gonzalo Fernández por
150 pesos oro, quizá porque el castaño no había sobrevivido a las batallas de
la conquista, pues no fueron pocas las bestias que perdieron los españoles en
aquellas
Establecida la paz, González de Trujillo tuvo concesión de encomienda
en la raya de Pánuco, donde Nuño de Guzmán, gobernador de aquella
provincia, arbitrariamente tomó y quemó pueblos llevándose presos a González
de Trujillo, Francisco Ramos y a otros vecinos de México-Ten~chtitlan.~~ Por
diferencias con Nuño de Guzmán, pues los indios de su encomienda no eran
de la misma nación que los de Pánuco, "y por otras palabras que pasaron sin
Porras Muñoz, Personas y lugares ..., op. cit., p. 45. *' Ibid., p. 46. 59 Libro Primero de Actas, op. cit., pp. 152-153.
39
ser oídas, le mandó ahorcar", al parecer luego de hacerle cortar la lengua.
González de Trujillo todavía vivía en noviembre de 1527, cuando en su nombre
se da una carta de pago!'
A su muerte, el importante solar esquinero de Pedro González de Trujillo
comenzó a cambiar de propietario con inusitada rapidez. En el curso de tres
años, de 1527 a 1530, fueron sus dueños el padre Cristóbal Bello, capellán del
factor de la Real Hacienda Gonzalo de Salazar, el conquistador Rodrigo Gómez
Dávila, Gaspar Dávila, Hernán Sánchez de Ortigosa y otra vez Rodrigo Gómez
Dávila, quien ya tenía construida su casa allí en 1530.61 En 1553 se estableció
en ese inmueble la Real y Pontificia Universidad de México. , ' ! I
Hernando Alonso
Hernando Alonso, español originario de Niebla, vino con los conquistadores al
frente de Cortés y ejerció su oficio de herrero y carpintero en la construcción de
los bergantines que se hicieron para la conquista de Tenochtitlan. Se le dio el
Señorío de Actopan como premio a sus servicios, así como dos solares y un
Herreno para huerta en la ciudad de México.62 1
Alonso fue el primer mártir judío en Nueva España, y en el primer acto de
fe celebrado el primero de octubre de 1528, presidido por Fray Vicente de
6o Porras Muñoz, Personas y lugares ..., op. cit., p. 46. 6' Ibid., pp. 47-48.
Editorial Jus, México, 1968, Tomo 11, p. 166. Boyd-Bowman, Indice geobiográjko de cuarenta mil pobladores españoles de América en el siglo XVI,
40
Santa María, fue quemado por el brazo secular en la Plaza de Santiago.63
Todavía el 9 de marzo de 1528, Hernando Alonso junto con Bartolomé de
Morales, presentaron su postura como obligados de /as carnicerías, la cual fue
aceptada por el Cabildo.64
Sabemos también que el 9 de mayo de 1527 obtuvo el importante cargo
de proveedor de carne; en ese entonces el ganado vacuno, ovejas y cerdos,
eran casi desconocidos y lo poco que había se importaba en su mayoría de
Puerto Rico, Cuba y la Española. Alonso se dedicó en su hacienda de Actopan
a la cría de reses y ovejas, que vendió por todo el territorio novohispano, siendo
uno de los primeros en impulsar esta clase de actividad.65
Su influencia política fue poderosa ya que estaba casado con Beatriz
Ordaz, hermana de Diego de Ordaz, otro conquistador. Su mujer era hija de
converso y se sabe que éI fue un practicante mínimo del judaísmo. En la zona
del Pánuco y Guanajuato continuó participando en algunas batallas al lado de
los españoles, hasta que fue acusado y condenado.
E s muy probable que la Corona haya confiscado todos los bienes de
Hernando Alonso al ser cumplida la sentencia de muerte, pero tenemos
referencias de que al menos de 1594 a 1606 este solar fue propiedad del
Bachiller Rafael de Trejo, quien construyó ahí sus casas. A partir de 1637
Para lo relativo al proceso seguido contra este conquistador ver Alfonso Toro, Los judíos en Nueva Espaiia, Fondo de Cultura Económica-Archivo General de la Nación, México, 1993, pp. 17, 20-22, 43, 4 7 , 5 5 , 7 1 y 93.
65 Miriam Rubiskins, Lapersecusión judía en Mixico, Editorial Posada, México, 1977, PP. 37-38. Libro Primero de Actas, op. cit., pp. 56.
4 1
aparece como dueño don Agustín Guerrero y en 1673 las mismas casas
pasaron a pertenecer al Convento de Nuestra Señora del Carmen. En la
actualidad parte de lo que fue aquel solar está destinado por el INAH a la
Coordinación de Arqueología dentro del contexto de los trabajos del proyecto
del Templo Mayor.
Dos propietarios importantes: Hernando de Avila y Angel de Villafañe
No sabemos hasta qué año fue ocupada la casa por Rodrigo Gómez Dávila.
Sin embargo, con base en el análisis histórico de las colindancias de la finca,
podemos establecer que la casa objeto de nuestro estudio luego de haber sido
de su propiedad, fue adquirida por Hernando de Ávila quien la incluyó en el
mayorazgo que instituyó a su muerte, acaecida alrededor de 1608.66
En virtud de dicho mayorazgo la construcción, junto con el solar, pasó a
’ manos de su hija, Ana de Avila, y del marido de ésta, Miguel Angel de Villafañe / I
/ i
y Alvarado en los primeros años del siglo XVII. En efecto, de acuerdo con las
referencias obtenidas del estudio de las colindancias, Hernando de Avila fue
dueño de la casa desde 1594 --o quizá antes-- hasta principios de 1606, en que
comienza a figurar su yerno como dueño de la misma. Villafañe, a su vez, debió
hacerse cargo del solar y de la casa desde este último año hasta 1610 o 1612,
cuando la propiedad pasó a manos de doña Ana Carrillo de Peralta.
Gerhard, op. cit., p. 345.
42
/ /
Hernando de Avila fue hijo del conquistador Francisco de Avila y de
Beatriz de Llanos, naturales de la ciudad de Sevilla.67 Sucedió a su padre en la
encomienda de Los Amusgos, en Oaxaca, hacia 1541, y a su muerte heredó la
mitad de la encomienda de Tulancingo (la otra mitad pertenecía a Francisco de
Terrazas), sucediéndole en esta última su hija Ana de Avila en el año de 1600.68
Hernando de Avila, quien seguramente nació en Cuba donde residieron
/
/
sus padres hasta 151 1 169 participó en la pacificación de Jalisco con el virrey
Antonio de Mendoza y de vuelta en la ciudad de México casó con doña
Jerónima de Sandoval, hija del doctor Rodrigo de Sandoval. Del matrimonio
nacieron dos hijos, Baltasar de Avila y doña Ana, del mismo apellido.
Hernando de Avila fue alcalde de la ciudad en 1560 y 1575, y, además de la
casa de la calle de lztapalapa (luego del Relox) poseía otras sobre la calle de
San Francisco, frente al Convento Grande del mismo Una de ellas,
quizá la más importante, fue vendida por éI al gobierno de la ciudad en 1579
para que se estableciera ahí el pósito y la alhóndiga.71 /
Hernando de Avila y doña Jerónima de Sandoval, su mujer, fundaron
una capellanía de misas72 en la iglesia del Colegio de San Juan de Letrán en la
67 Icaza, op. cit., p. 82.
69 Boyd-Bowman, Zndice geobiográjco ..., op. cit., p. 113. Tomo 1. 70 Porras Muñoz, El gobierno de la ciudad ..., op. cit., pp. 275-277. 7 ' Véase al respecto el Libro 7~10. de Actas, sesiones del 11 de mayo, lro. de julio y 19 de octubre de 1579, y del Libro 8vo. las Actas de l a s sesiones correspondientes a los días 30 de mayo y lro. de julio de 1580. '* Podemos definir como capellanía el beneficio eclesiástico otorgado a un clérigo con la obligación de que ejerciera el sagrado ministerio en la capilla designada por el benefactor.
Gerhard, op. cit., pp. 345-350.
43
ciudad de México y la dotaron con 300 pesos de oro común de renta en cada
año, "que señaló, situó y cargó sobre el mayorazgo que dejó cuando el dicho /
Hernando de Avila murlo . * ' 11 73
d
Por su parte, Miguel Angel de Villafañe y Alvarado era nieto del alcalde
Angel de Villafañe (natural de León, España), y doña Inés de Carbajal (natural
de Plasencia, C á ~ e r e s ) . ~ ~ Su abuelo fue fundador de San Miguel el Grande (hoy
San Miguel de Allende), poblador de la Florida y encomendero de X a l t e p e ~ . ~ ~
Llegó a Nueva España con Francisco de Garay después de ganada
Tenochtitlan y participó en la conquista del reino de Jalisco y los Zapo teca~ .~~
Personaje relevante en el siglo de la conquista, fue nombrado el 3 de
septiembre de 1567 junto con Juan Velázquez de Salazar, "procurador de los
reynos de Castilla", para que marcharan a España a solicitarle al Rey Felipe II
que efectuara el repartimiento perpetuo de las encomiendas, "para que sean
gratificados los conquistadores de esta Nueva España que le han servido y
sirven en la conquista y sustentación de estos rey no^".^^ / //'
Del matrimonio de don Angel de Villafañe y doña Inés de Carbajal, nació
un hijo, don Juan de Villafañe, el cual contrajo matrimonio en 1556 con doña
Leonor de Alvarado, hija del conquistador Jorge de Alvarado (hermano de
73 AGN. Ramo: Bienes Nacionales. Vol. 551, Exp. 7. 29 de diciembre de 1608. '4 Boyd-Bowman, Indicegeobiográjco ..., op. cit., p. 179. Tomo 11. '' Gerhard, op. cit., p. 287. 76 Baltazar Dorantes de Carranza, Sumaria relación de las cosas de la Nueva España con noticia individual de los descendientes legitimos de los conquistadores y primeros pobladores españoles, Jesús Medina Editor, México, 1970, p. 269. 77 AHACM. Actas de Cabildo (Impresas). Vol. 636-A, p. 412.
44
Pedro) y de doña Luisa de Estrada. Siendo
contrayentes, don Angel de Villafañe asumió por
de sus bienes.78
1 menores de edad ambos
unos años la administración
Del enlace de don Juan de Villafañe y doña Leonor de Alvarado nació
Angel de Villafañe y Alvarado, el cual sucedió a su madre en la encomienda de
Tlanepantla y por su matrimonio con Ana de Avila, hija de don Hernando de /
Avila y heredera en su mayorazgo, también tuvo la mitad de las encomiendas
de Tulancingo y Los Amusgos, así como la posesión mancomunada de la casa
de la calle de lztapalapa o del Relox (hoy Seminario 12). No sabemos cuándo
murió doña Ana de Avila, pero su marido, don Miguel Angel de Villafañe y
Alvarado todavía vivía en 1629.79 De acuerdo con la documentación
protocolaria analizada, doña Ana Carrillo de Peralta lo sustituyó como
propietaria de la casa hacia 1610, de lo cual nos ocuparemos en el capitulo
segundo de este trabajo.
~
Porras MuAoz, El gobierno de la ciudad. ..,op cit., p. 7 5 . 79 Ibid., p. 76-77.
45
Capítulo II
Genealogía de un mayorazgo
'"m El mayorazgo es una institución civil de origen feudal, aunque algunos
historiadores remontan sus antecedentes hasta el fideicomiso romano. Ya en el
siglo Xlll se habían creado mayorazgos en Europa, cuyos fundadores tenían el
propósito de asegurar que sus propiedades quedasen para siempre indívisibles
e intransferibles.80 En España, de donde se trasladó al Nuevo Continente, es
posible rastrear sus inicios legislativos desde las célebres Siete Partidas de
Alfonso X el Sabio."
En Nueva España, como en el resto de las colonias españolas en
América, la institución del mayorazgo se difundió rápidamente y su influencia se
hizo sentir a lo largo de la Colonia. Cristóbal Colón recibió en 1497 el privilegio
real de instituir con todos sus bienes uno o dos mayorazgos, y conquistadores
posteriores o bien los hijos de éstos, convencidos de que no vivir de rentas no
es trato de nobles, solicitaron y obtuvieron también concesiones semejantes.
Después del siglo XVI este tipo de licencias tendieron a extenderse entre
burgueses enriquecidos, como los ricos comerciantes pertenecientes al Real
Tribunal del Consulado, y medianos propietarios rurales. El sistema de
'O Christiana Renate Borchart de Moreno, Los mercaderes y el capitalismo en la ciudad de México: 1754- 1778, Fondo de Cultura Económica, 1984, p. 78.
46
mayorazgo, a través de la vinculación,82 tenía como objetivo primordial el
acrecentamiento y perpetuación de la riqueza, muy frecuentemente a través de
lazos conyugales ausentes de todo afecto.83
Las disposiciones para la fundación de mayorazgos fueron fijadas por los
Reyes Católicos en la revocación de los ordenamientos de Alcalá y las Leyes
de Toro de 1502, con validez también para las colonias de España en América.
En estas leyes se establecieron con claridad los alcances y modalidades a los
que debía sujetarse la vinculación de los bienes, es decir, la configuración del
mayorazgo, las formas de heredamiento, las relaciones entre los hijos restantes
y los tipos de dicha heredad. Se podía fundar mayorazgo por contrato, escritura
intervivos o en codicilo o testamento. El procedimiento general para constituirlo
consistía en una solicitud de fundación que definía, en una serie de cláusulas,
el orden sucesorio y el régimen patrimonial del mayorazgo, dictando
disposiciones sobre arrendamiento, censos y rentas; sobre su inconfiscalidad y,
en fin, sobre diversos derechos como dotes, alimentos y
Eran dos los tipos de mayorazgos que existían: los regulares, cuyas
disposiciones correspondían con la sucesión al trono en Castilla, respetándose
el principio de primogenitura y prefiriéndose siempre al varón sobre la mujer, y
" Silvia Avda Flores,"MayoraZgos", en CZaustro IK Instituto de Estudios y Documentos Históricos, A.C., Claustro de Sor Juana, México, 1980, p. 17. , ,' ,'
'* En España y la América española la vinculación fue un sistema.de sujeción de bienes no enajenables, cuyo propósito era su perpetuación y empleo en una sucesión dispuesta por el fundador del vínculo. Podía tratarse de bienes comunales y de propios, de la Iglesia, de findos o señoríos pero, sobre todo, de mayorazgos. " Julián Gallego, Visión y símbolos en la pintura española del siglo de oro, Aguilar, Madrid, 1972, p. 68.
47
los irregulares, cuyas condiciones fijaba libremente el fundador. A este segundo
grupo pertenecían gran parte de los mayorazgos creados en Nueva España
entre los siglos XVI y XVIII, como es el caso del mayorazgo López de Peralta
que nos ocupa.85
En la segunda mitad del siglo XVIll comenzó a considerarse que las
presuntas ventajas de las vinculaciones de tierra eran algo muy dudoso y
problemático. Por tal motivo una consulta de la Cámara de las Indias propuso al
rey que no se autorizaran tantas fundaciones, quedando la institución de
nuevos mayorazgos prohibida por Carlos 111 en 1789. Las consideraciones de
dicha medida fueron sobre todo los perjuicios que tal institución ocasionaba al
Imperio, porque muchas de las casas y predios vinculados se hallaban en
estado de abandono, los poseedores de mayorazgo llevaban una vida ociosa y
se restaban fuerzas de trabajo valiosas a la economía de la Corona. Pero en la
práctica esta disposición casi no se acató, y en el arancel de 1801, por
dispensas a título de gracia la autorización especial para erigir mayorazgos se
hizo equivaler al pago de 20 mil reales.86
La falta de dinamismo de la economía y la inestabilidad política que vivía
el país, como consecuencia del movimiento de Independencia, llevó finalmente
a que se decretara la supresión de los mayorazgos el 27 de septiembre de
1820, quedando los sucesores en libertad de vender la mitad de sus bienes; al
84 Avila Flores, op. cit., p. 18. C. R. Borchart de Moreno, op. cit., p. 179.
48
morir éstos, el inmediato heredero podía disponer de la otra mitad. Los
decretos del 19 de junio de 1821 y del 7 de agosto de 1823, confirmaron el de
1820.87 En buena medida el mayorazgo reflejó la respuesta española, dada a lo
largo de tres siglos, al bíblico derecho de la primogenitura.88
El mayorazgo López de Peralta
Uno de los primeros conquistadores y pobladores de Nueva España fue
Jerónimo López, "el viejo". Habiendo salido de Cuba, donde muy
probablemente participó en la conquista de la isla, arribó a Veracruz el 24 de
febrero de 1521 como Comisario de las Bulas de la Santa Cruzada, junto con
fray Pedro de Melgarej~.~' En esa misma expedición llegaron, entre otros, el
Tesorero Julián de Alderete, Antonio de Carbajal y Jerónimo Ruiz de la Mota.
Jerónimo López, también conocido como el "escribidor", por la copiosa
correspondencia que mantuvo con los reyes de España," participó en la toma
Richard Konetzke, América Latina 11. La época colonial, Siglo Veintiuno Editores, México, 1985, p.
Dolores Morales, "La distribución de la propiedad en la ciudad de México entre 186 1 y 1877", en Altas 44.
de la Ciudad de México, op. cit., p. 3. ** Avila Flores, op. cit., p. 19. 89 Fernando del Castillo, Tres conquistadores y pobladores de Nueva España, Archivo General de la Nacih, México, 1927, p. 71.
En el Epistolario de Nueva España, de don Francisco del Paso y Troncoso, se reproducen catorce cartas y una relación de Jerónimo López. Las cartas van del 15 de agosto de 153 1 al 23 de diciembre de 1548. Aunque en ellas el conquistador alude en general al estado de cosas que por esos años imperaba en Nueva España, sus preocupaciones básicas eran dos: que se le concedieran más y mejores encomiendas, y que se llevara a cabo el repartimiento perpetuo de l a s mismas en Nueva España
49
de Tenochtitlan y en la conquista de Pánuco y Yolpecingos, "y la mar del Sur y
Motín y Colima y otras muchas provincias".''
Natural de Cáceres, en Extremadura, fue hijo de Anton López de Viar y
de Elvira Fernández de la Cuesta, nieto de Garcí López de Viar y de Elvira
Fernández de la Parra, contando como quinto abuelo al Comendador Garcí
López de Viar. Consumada la conquista viajó a España a dar cuenta de los
sucesos al rey y en 1527 regresó trayendo el título de Regidor para el primer
pueblo que se fundara. Como esto no fue posible consiguió otro nombramiento
para el Ayuntamiento de México, el que presentó el 14 de abril de 1529, no
siendo admitido como Regidor de la ciudad sino hasta el 12 de mayo de 1531 ."
Realizó dos o tres viajes más a España, y en el último de ellos,
emprendido en 1549, se hizo acompañar por su hijo, Jerónimo López, "el
mozo", que contaría entonces doce o trece años: pero no llegó a la península,
pues murió en el mar a la edad de 62 años. El hijo llegó solo a España de
donde regresó en 1551.93 Jerónimo López, "el viejo", fue regidor y Secretario de
Gobernación de Nueva España y tuvo la merced para la encomienda de
Cuautla, de la cual nunca llegó a tomar posesión por formar parte de la
concesión dada por los reyes a Hernán Cortés. Más tarde, sin embargo, se le
compensó con la encomienda del pueblo de Aja~uba. '~ También fue
9' Baltazar Dorantes de Carranza, Sumaria relación de las cosas de la Nueva España, op. cit., p. 194. 92 Fernando del Castillo, op. cit., p. 75. 93 Ibid., p. 78. 94 El pueblo de Ajacuba localizado en el área conocida en el siglo XVI como Teotlapan, actualmente Valle del Mezquita], estuvo encomendado algunos años a Benito Bejer antes de ser tomado por la Corona a
50
encomendero de Tepetitango, en Colima y de Chiautla, en Puebla.95 Su casa se
encontraba en la calle de los Oidores, llamada después San José del Real (hoy
Isabel la Católica) frente a la casa del Marqués del Valle. Poseía ademas una
huerta en la calzada de Tacuba y otro tipo de propiedades constituyendo una
fortuna de consideración para la época.
Entre 1532 y 1538 Jerónimo López, "el viejo" o "el escribidor", contrajo
matrimonio en México en tres ocasiones. La primera el 24 de noviembre de
1532 con Elvira Alvarez de Mendoza, de la cual no tuvo descendencia. Cuatro
años después, el 4 de septiembre de 1536, casó con Catalina Alvarez de la
Cerda, natural de Badajoz, hija de Juan de Zapata y de Doña Catalina Núñez.
Este enlace sólo duró diez meses y Catalina murió dejando un hijo llamado
Jerónimo, a quien para diferenciarlo de su padre, dieron por sobrenombre "el
mozo''. Casó por tercera ocasión, esta vez con Mencia de Rivera el 17 de junio
de 1538, procreando con ella siete hijos. Presentó su testamento en la ciudad
de México el primero de junio de 1549 ante el Escribano Público, Cristóbal
Rodriguez de Bilbao.96
Jerónimo López, el hijo mayor del conquistador, nació en México en
1537 y sucedió a su padre en la encomienda de Ajacuba. Casó en primeras
comiemzos de la década de 1530. En 1543 la encomienda se le asignó a Jerónimo López, a quien sucedió en 1550 su hijo el tesorero del mismo nombre. 95 Gerhard, op. cit., pp. 304-305. 9h Fernando del Castillo, op. cit. p. 96. Del conquistador Jerónimo López descienen, entre otras importantes familias, l a s siguientes: los Altamirano, los Villar Villamil, los Romero de Terreros, los Rincón Gallardo, y la célebre María Ignacia Rodriguez de Velasco Osorio y Barba, mejor conocida como
51
nupcias con doña María de Turcios, de quien no tuvo hijos y, siendo virrey en
Nueva España Gastón de Peralta, Marqués de Falces, casó en 1567 por
segunda ocasión con doña Ana Carrillo de Peralta, sobrina del virrey.97 Doña
Ana era hija de don Pedro de Yanguas, natural de Logroñ0 y de doña Ana
Carrillo de Peralta, natural de la villa de Tudela, en Navarra, hermana de don
Gastón. El cronista Dorantes de Carranza hace notar que: "La ilustre casa de
los Peralta desciende de la casa Real de Navarra, cuyas armas lleva
mezcladas con las suyas".98
Jerónimo López, "el mozo", además de heredar en 1550 la encomienda
de Ajacuba, siguió con la regeduría que tenía su padre en la ciudad de México,
tomando posesión del cargo en 1562 cuando alcanzó los veinticinco años de
edad." Ocupó otros puestos de importancia, mismos que en ocasiones llegó a
desempeñar de manera simultánea, como el de Alcalde, Tesorero de la Real
Caja y Hacienda de Nueva España, Procurador y Obrero Mayor de la ciudad.100
En diversas ocasiones a fines del siglo XVI y principios del XVII, Jerónimo
la "Giiera Rodriguez", casada en primeras nupcias con don José Jerónimo López de Peralta y Villar Villamil. . \ ,
97 Gastón de Peralta, Marqués de Falces, f ie el tercer virrey de Nueva España. Tomó posesión del cargo el 16 de octubre de 1566 y lo dejó el 10 de marzo de 1568. Más allá de haber fundado un hospital para ancianos, niños e inváldos, no fue mucho lo que hizo durante su breve gobierno. Sí se destaca, sin embargo, el hecho de que suspendiera l a s ejecuciones dictadas por la Real Audiencia contra quienes participaron en la conspiración encabezada por los hermanos Avila y Martin Cortés. Alonso de Avila y Gil Gozález de Avila fueron juzgados y sentenciados a muerte meses antes de que llegara el virrey. La actitud tomada por don Gastón de Peralta ante los conspiradores le valió el descrédito de los oidores quienes llegaron a acusarlo ante Felipe I1 por encubridor. 98 Baltazar Dorantes de Carranza, op. cit., p. 195. 99 Guillermo Porras Muñoz, El gobierno de la ciudad de México ..., op. cit., pp. 340-344. 'Oo Como Obrero Mayor, Jerónimo López f ie uno de los primeros en especializarse en los problemas hidráulicos de la ciudad, ocupándose con esmero en reparar y mejorar el sistema de abastecimiento del
52
López fue gobernador de Tlatelolco, Xaltocan y Tecama.”’ En 1603 renunció a
su regeduría en favor de su hijo mayor, Jerónimo López de Peralta, quien
falleció en 1607, habiendo cumplido, a diferencia de su padre, un muy discreto
papel como regidor.
Sin duda, los servicios prestados por Jerónimo López a la ciudad desde
1562, así como su nexo familiar con el Marqués de Falces, influyeron para que
pudiera obtener tanto de la Real Audiencia como de los virreyes Luis de
Velasco, Martin Enríquez de Almanza y Lorenzo Suárez de Mendoza,”*
importantes mercedes en encomiendas, haciendas, sitios y estancias de
ganado y
Jerónimo López y su mujer, Ana Carrillo de Peralta, tuvieron trece hijos,
que fueron:
l. Jerónimo López de Peralta, nacido en 1570 que sustituyó a su padre como
regidor. Casó con Clara de Rivadeneira en 1604 y murió dejando dos hijos:
Jerónimo y Gaspar López de Peralta;
agua. (Alain Musset, El agua en el Valle de México, siglos XVI-XVIII, Pórtico de la Ciudad de México- Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, México, 1992, pp. 76-79) ’O1 Charles Gibson, Los aztecas bajo el dominio español, 1519-1810, Siglo Veintiuno Editores, México, 1981. p. 174. IO2 Luis de Velasco, padre, fue el segundo virrey de Nueva España (1550-1564), Martin Enríquez de Almanza el cuarto (1568-1580) y Lorenzo Suárez de Mendoza, Conde de la Coruña, el quinto (1580- 1583). IO3 Poseían don Jerónimo López y doña Ana Camllo más de 20 sitios para ganado mayor y menor. De estos sitios los más grandes e imporantes eran los siguientes: Acámbaro, Tarimoro, Ternoaya, Ajacuba y Tepoztlán, contando con más de 200 mil cabezas de ganado, entre vacas, caballos, mulas, borregos y cabras.
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53
2. Juliana Angela de Velasco, nacida entre 1570 y 1580, la cual casó con don
Juan de Cervantes Casaus, Caballero de la Orden de Santiago. Ella murió en * S
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1638ydonJuanen.1645;
3.
4.
5.
Don Gabriel López de Peralta, nacido en 1592;
Don Francisco López de Peralta, nacido en 1593;
Doña Francisca López de Peralta quien casó con don Fernando de &..; i s (
!3 p ” %- I-.
Rivadeneira;
6. Don Miguel López de Peralta, nacido en 1594.
Los otros siete hijos e hijas religiosos fueron: Fray Pedro y fray Rafael,
frailes agustinos; fray Antonio, franciscano; doña Catalina y doña Ana,
religiosas del convento de Santa Isabel; doña Jerónima y doña Magdalena,
religiosas del convento de Santa CIara.’O4
La familia López de Peralta tenía para su entierro la sacristía grande de
la iglesia de San Agustín, por ser patronos de ella. Casi todos los miembros de
esta acaudalada familia fueron sepultados allí. Sus restos, lápidas, escudos y
adornos funerarios desaparecieron cuando se clausuró la iglesia en la época de
la Reforma.‘05
Deseando que sus bienes se conservaran entre sus descendientes, don
Jerónimo López y doña Ana Carrillo de Peralta, solicitaron al rey Felipe I1
licencia para fundar mayorazgo, la cual les fue concedida por Cédula Real
‘O4 Guillermo Fernández de Recas, Mayorazgos de la Nueva EspaEa, Instituto Bibliográfico Mexicano, UNAM, 1985, PP. 76-77.
54
firmada en Valencia el 9 de febrero de 1586. Pero no fue sino hasta el 27 de
enero de 1603 cuando presentaron escritura de mayorazgo en favor de su hijo
primogénito, Jerónimo López de Peralta, en la ciudad de México y ante el
Escribano Andrés Gallo de Escalante. Sin embargo, al morir el regidor el 1 de
mayo de 1607,'06 el mayorazgo fue revocado. Dicha revocación se llevó a cabo
en la ciudad de México el 23 de noviembre del mismo año ante el mismo
escribano, conforme a las prerrogativas concedidas por el propio rey a los
fundadores. En el testamento presentado por don Jerónimo López y doña Ana
Carrillo, el 19 de mayo de 1608, ambos determinaron instituir no uno sino tres
mayorazgos. El 25 de noviembre del mismo año murió Jerónimo López, "el
mozo", y diez años más tarde su esposa.'o7
Según lo estipulado en el testamento las personas nombradas por don
Jerónimo López y doña Ana Carrillo como primeros herederos de los
mayorazgos, fueron las siguientes:
1. Gabriel López de Peralta. Primer poseedor del primer mayorazgo. Casó con
doña Catalina Sámano de Turcios. Tuvieron un sólo hijo, don Juan Jerónimo
los Fernando del Castillo, op. cit., p. 228. 'O6 En el Acta de Cabildo del cuatro de mayo de 1607 quedó establecido que: "De acuerdo a la proposición de Francisco de Solís y Barraza, procurador mayor, se guarden en adelante las preeminencias que el virrey otorga a los alférez reales en su entierro. Se haga de esta manera el entierro de Jerónimo López de Peralta, regidor de esta ciudad y alféres real, quien murió el primero de mayo, día de San Felipe y Santiago". María Isabel Monroy Padilla, Guía de las Actas de Cabildo de la Ciudad de México, años 1601-1610, op. cit., p. 278. lo' AGN. Ramo: Tierras. Vol. 168. Exp. 2. Este expediente es un traslado del testamento de don Jerónimo López y doña Ana Carrillo de Peralta, hecho en junio de 1625 a solicitud de uno sus hijos, don Gabriel López de Peralta.
5 5
López de Peralta y Sámano Turcios, quien casó a su vez con doña Teresa
María de Acevedo Carbajal.
2. Francisco López de Peralta. Primer poseedor del segundo mayorazgo. Fue
alcalde de la ciudad de México en tres ocasiones. Casó con doña Francisca
Núñez Morquecho, hija de don Diego Núñez Morquecho (Caballero de
Santiago, oidor y presidente de la Audiencia de Nueva Galicia y oidor de la de
México), y de doña Ana Arindes de Oñate. Don Francisco López de Peralta
murió en 1614 y doña Francisca en mayo de 1659. Su única hija, doña
Jerónima López de Peralta nacida en 1612, casó en 1632 con don Andrés
Cervantes de Carbajal, regidor de México y Alcalde de la Santa Hermandad.
3. Jerónimo López de Peralta. Primer poseedor del tercer mayorazgo. Era nieto
de los fundadores e hijo del regidor del mismo nombre fallecido en 1607. Murió
quizá antes de cumplir los veinte años y en su lugar se nombró a don Miguel
López de Peralta, hijo menor de los propios fundadores.’o8
AI momento de quedar instituidos los tres mayorazgos el monto total de
los bienes (producto de la fortuna amasada por los fundadores entre 1570 y
hasta prácticamente los últimos años de su vida) era de 665 mil pesos oro
común, con una renta global por año de $51,770.00 pesos. Estos bienes,
integrados por casas, haciendas y sitios de estancia de ganado, fueron
subdivididos por los fundadores en tres partes, aunque no equitativas,
constituyendo el patrimonio raíz de cada uno de los mayorazgos. Así, el valor
56
de los bienes que correspondieron al primero de los mayorazgos fue de 294 mil
pesos oro común con una renta por año de $24,900 pesos; el del segundo de
235 mil pesos oro común con una renta anual de $14,900.00 pesos, y el del
tercero de 136 mil pesos oro común con una renta por año de $1 1,950.00
pesos.’og
Entre las obligaciones comunes de las tantas que fijaron los fundadores
como condiciones para poder heredar los mayorazgos, podemos destacar las
siguientes: que todas las personas que sucediesen en ellos, con excepción del
primer poseedor, debían llevar como uno de sus nombres de pila el de
Jerónimo o Jerónima, así como los apellidos de los dos fundadores; que en el
orden sucesorio del mayorazgo debía siempre preferirse al mayor sobre el
menor y al hombre sobre la mujer; que los beneficiarios debían residir en
México y que todos y cada uno de los poseedores de los vínculos fueran
enterrados en la iglesia del convento de San Agustín.
Otra cláusula común a los tres mayorazgos que no debe pasar
desapercibida para los fines de este trabajo, es la que señalaba la obligación
que tenían los sucesores de conservar y tener en buen estado cada uno de los
inmuebles heredados. El argumento central de la cláusula era este:
Que todos los llamados y sucesores que son o fueren a cada uno de estos mayorazgos en su tiempo hayan de tener y tengan enhiestas y bien paradas y reparadas todas las casas y tiendas [...I para que nunca jamás
‘O8 Fernando del Castillo, op. cit., pp. 228-232. ‘O9 AGN. Bienes Nacionales. Vol. 55 1, Exp. 7, up. cit.
57
vayan a menos, sino que cuando más no se haga, estén y permanezcan, duren y se conserven en el estado que hoy las tenemos, so pena de que si así no lo hicieren y sucediere caerse alguna de las dichas casas o deteriorarse con pérdida considerable, si dentro de un año el tal poseedor no la reparare y reedificare, pierda el mayorazgo y pase al siguiente en grado y debajo de la misma pena."'
Como la casa tema de esta investigación perteneció al tercero de los
mayorazgos, centraremos nuestro análisis en éste último.
El tercer mayorazgo López de Peralta y la casa del Seminario 12
Como se ha visto, cada uno de los mayorazgos quedó integrado por un número
determinado de bienes, siendo el propósito de los fundadores que dicho
patrimonio fuera incrementado por los beneficiarios. En general, la reproducción
o estancamiento de este tipo de riqueza heredada, dependió de la capacidad
de sus propietarios para administrarla y de las posibilidades de su
diversificación. Aunque también influyó el tipo y calidad de las vinculaciones
que pudieran llevarse a cabo a través de los enlaces matrimoniales. Esto puede
explicar, en buena medida, el que algunos de los mayorazgos fundados en el
siglo XVI por las familias más pudientes de Nueva España, llegaran al final de
la Colonia más fortalecidos, y el que otros experimentaran una prematura
decadencia.
El tercero de los mayorazgos establecidos por don Jerónimo López y
58
doña Ana Carrillo se fundó a partir de los siguientes bienes:
I) Casas de productos en la ciudad de México, con la indicación del año en que fueron adquiridas:
1. Casas principales que fueron del conquistador Jerónimo López en la Calle de
los Oidores (hoy Isabel la Católica) vueltas a adquirir por su hijo Jerónimo
López , "el mozo", entre 1561 y 1564;
2. Casas principales en la calle de los Donceles, "las cuales dichas casas son
muy buenas, labradas de piedra y muy buenas maderas y tienen mucha
vivienda", compradas en 1594;
3. Cinco casas y tiendas en la calle de San Agustín (actual calle de Uruguay)
"que de la plaza mayor y cabildo van al monasterio de San Agustín", adquiridas
entre 1591 y 1597;
4. "Dos pares de casas con dos tiendas que salen de ellas y están juntas y son
en esta ciudad en la calle de Santa Catarina, junto al puente que dicen de
Tezontlal", adquiridas en 1598.
II) Sitios de estancias para ganado y caballerías, con la indicación del año en que les fue otorgada la merced:
1. Dos sitios para ganado menor en las inmediaciones del pueblo de
Yetecomac, por merced del virrey Gastón de Peralta de 1562 y 1568;
2. Dos sitios para ganado menor también en Yetecomac que pertenecieron a su
hijo Jerónimo López de Peralta, por merced del virrey Martin de Enríquez de
1580;
59
3. Sitio para ganado menor en las inmediaciones del mismo pueblo de
Yetecomac, por donación de la Real Audiencia de 1583;
4. Dos sitios para estancia de ganado menor en términos del pueblo de
Ajacuba, por merced de la esposa del gobernador de dicho pueblo en 1607;
5. Caballería y media de tierra en términos de Temoaya, por merced del virrey
don Luis de Velasco en 1604;
6. "Dos sitios de estancia y dos caballerías en términos del pueblo de Ajacuba,
que llaman San Agustín", por acuerdo del virrey Conde de Monterrey, sin fecha.
Es importante volver a recordar que tanto el pueblo de Yetecomac como
el de Ajacuba, pertenecían a la jurisdicción de Tetepango, inmersa en el área
de lo que en el siglo XVI se llamó Teotlalpan y que en la actualidad
corresponde al Valle del Mezquital. No así Temoaya, pueblo adscrito a la
jurisdicción de Metepec en la parte occidental del Estado de México
En dichos sitios de estancia para ganado menor sólo se criaban ovejas,
contándose en total para la fecha en que se formó el mayorazgo treinta mil
cabezas con un valor de 45 mil pesos de oro común.
El conjunto de bienes de este tercer mayorazgo, entre casas de
productos y sitios de ganado menor, "apreciados con moderación, suman y
valen ciento treinta y seis mil pesos de oro común, y rentan cada año, once mil
novecientos y cincuenta pesos del dicho oro, y todos ellos los vinculamos y
anexamos a este tercer vínculo y mayorazgo para que siempre estén y
permanezcan en éI perpetuamente sin que sean ni puedan ser en tiempo
60
alguno, ni por ningún caso vendidos, empeñados ni hipotecados [...I ni en
manera alguna enajenados por ningún poseedor del dicho mayorazgo".'"
La casa de la calle del Relox (hoy del Seminario 12), no está incluida
dentro de las casas de productos que se enumeran en el testamento para el
tercer mayorazgo, ya que fue vinculada a éste por el primero de sus
poseedores hasta 1626. Con el objeto de que podamos identificar a cada uno
de los propietarios de la casa entre los años de 1624 y 1732, analizaremos en
seguida el orden sucesorio que se observó en este mayorazgo:
1 . El primer poseedor del tercer mayorazgo fue don Jerónimo Miguel López de
Peralta, hijo menor de los fundadores. Casó con doña María Sámano, hija de
Juan Sámano Turcios y de doña Inés de Carvajal. Tuvieron dos hijos llamados
Jerónimo y Juan Jerónimo;
2. El segundo poseedor fue Jerónimo López de Peralta y Sámano quien casó
con su prima, doña Catarina de Sámano Turcios Quiñones, hija de los primeros
herederos del primer mayorazgo (don Gabriel López de Peralta y doña Catarina
de Sámano), pero murió joven y sin tener descendencia;
3. El tercer poseedor fue su hermano, Juan Jerónimo López de Peralta, quien
casó con doña María Aguilar y tuvieron por única hija a doña Inés Jerónima
López de Peralta;
4. La cuarta poseedora fue la dicha doña Inés Jerónima López de Peralta,
61
quien casó en 1655 con el capitán Francisco de Murillo y Criales. Dos de sus
hijos fueron Jerónimo Murillo López de Peralta y don Ventura del mismo
apellido;
5. En 1716 el mayorazgo pasó al dicho don Jerónimo Murillo López de Peralta,
su quinto poseedor, quien casó con doña María de Avila. El murió en 1731 y
como no tuvieron descendencia, sucedió en el mayorazgo su sobrino, hijo
mayor de don Ventura, llamado Francisco Murillo López de Peralta;
6. El sexto poseedor, Francisco Jerónimo Murillo López de Peralta (quien
conservó el mayorazgo de 1732 a 1752), fue hijo de don Ventura Murillo y de
doña Gertrudis Ramírez. Casó con doña Teresa de Zárate, pero murió en 1752
sin dejar sucesión legítima. En enero de ese mismo año heredó el mayorazgo
su hermana, doña María Magdalena Murillo López de Peralta;
7. La séptima heredera, doña María Magdalena, era esposa de don Felipe
Muñoz Naranjo y uno de sus hijos, don José Francisco Muñoz López de
Peralta, fue el siguiente heredero;
8. El octavo poseedor, don José Francisco Muñoz López de Peralta, nacido en
1721, continuó con el mayorazgo de 1758 a 1782.
En 1809 el mayorazgo quedó en manos de doña María Manuela López
de Peralta, esposa de don Domingo Antonio Fernández, la cual posiblemente
era hija de don José Francisco Muñoz López de Peralta. En 1810 una prima de
doña Manuela, llamada María Josefa Garfias y Murillo, era dueña de la casa
solar de este mayorazgo, ubicada en la segunda calle de la Monterilla, número
62
5. Dice Fernández de Recas que después de esta fecha, el mayorazgo entró en
un largo litigio, probablemente por haberse extinguido esta rama de la familia,
siendo finalmente adjudicado a doña Josefa de Villar Villamil, esposa del tercer
Conde de Regla e hija mayor de don José Jerónimo López de Peralta Villar
Villamil.’12
La casa del Seminario 12 en el siglo XVII. Dos hipótesis
En el siglo XVII la ciudad de México era ya la principal metrópoli del Nuevo
Mundo. Contaba con cerca de doce conventos de frailes y otros tantos de
monjas, seis hospitales, un colegio de niños y otro de niñas, una Universidad,
palacios como las casas reales, las de cabildo, la del marqués del Valle, el
portal de Mercaderes, la Catedral en construcción y magníficas residencias
particulares de ricos descendientes de conquistadores y encomenderos.
Además, casi en todas las casas había talleres y tiendas, porque la actividad
industrial y comercial había alcanzado un apreciable desarrollo.
La ubicación topográfica de la ciudad en la parte más baja de la gran
Cuenca de México, por otro lado, no pudo ser más desfavorable y pronto
demostró su vulnerabilidad ante fenómenos naturales como temblores y
pertinaces lluvias e inundaciones. Entre 1604 y 1629 la ciudad estuvo expuesta
al rigor y los efectos devastadores de por lo menos cinco anegaciones, siendo
‘ I 2 Fernández de Recas, op. cit., pp. 79-80.
63
las más desastrosas sin duda las de 1604, 1609 y la más extraordinaria de
todas, la de 1629. Todavía a lo largo del siglo XVll se registraron otras
inundaciones, como las de 1647, 1691 y 1692, más ligeras y de menores
consecuencias que las anteriores.
En este contexto de catástrofes naturales en la ciudad de México, tuvo
lugar la transacción por la cual la finca objeto de nuestro estudio cambió de
propietario. En efecto, en algún momento entre 1610 y 1618, la casa de la
primera calle del Relox, hasta entonces propiedad del mayorazgo de Hernando
de Avila, pasó a manos de doña Ana Carrillo de Peralta, fundadora con el
tesorero Jerónimo López de uno de los primeros y más importantes
mayorazgos de Nueva España.’13 Dicha propiedad fue adquirida por doña Ana
Carrillo años después de haber sido instituido el mencionado mayorazgo, lo
cual explica el que no figurara desde un principio en los inventarios de los
bienes.
Hasta qué punto incidieron estas circunstancias en el cambio de dueño
de la casa, en seguida lo indagaremos. Los testimonios que existen sobre las
inundaciones sufridas por la capital del virreinato en los primeros años del siglo
XVII, son lo suficientemente elocuentes sobre sus efectos. Jesús Galindo y Villa
recordó, a propósito de la inundación de 1604 que, “en el mes de agosto se
anegaron todos los llanos de la ciudad. Y como el agua tardó en desaparecer
64
más de un año, los cimientos de las casas sufrieron hasta el punto de que
muchas se desplomaron . 11 114
Por su parte el cosmógrafo y arquitecto Enrico Martinez (Henrich Martin),
que a partir de 1607 se encargaría de la inconmensurable tarea de desviar las
aguas de los ríos (principalmente el de Cuautitlán) hacia afuera de la Cuenca,
escribió en su ReporCorio la siguiente nota sobre la gran inundación de 1629:
Mientras tanto las lluvias arreciaban y el día 11 de septiembre, día de San Mateo, cayó un aguacero tan espantoso que duró treinta y seis horas seguidas. La ciudad se inundó completamente. Sólo una parte del Palacio, las casas arzobispales, la calle de Santa Teresa y un pedazo de la plaza mayor se libraron de la furiosa acometida de las aguas. Los perros se refugiaban allí en número considerable, por lo que se llamó a esa parte de la ciudad por mucho tiempo la isla de los perros E...] todos los conventos fueron abandonados, las iglesias se cerraron, el comercio se paralizó y las principales familias huyeron a Puebla [...I que desde entonces comenzó a engrandecer~e.”~
Como el agua no cedía y los perjuicios ocasionados eran demasiados, el
19 de mayo de 1631, Felipe IV expidió una Real Cédula previniendo el traslado
de la ciudad a los llanos del pueblo de Sanctorum, hacia los molinos de Juan
de Alcocer, entre Tacuba y Tacubaya. Esta admonición resultó ser un fuerte
acicate para el Ayuntamiento de la ciudad, mismo que respondió al soberano,
el 22 de diciembre, que emprendería sin dilación y de la manera más eficaz la
Aunque las fundaciones de mayorazgos no eran de ninguna manera excluyentes de los títulos nopiliarios, al parecer hasta el siglo XVII muchos de los fundadores de vínculos, como los López de Peralta, no solicitaron el permiso real para ostenar un título.
Jesús Galindo y Villa, “Las antiguas inundaciones de la capital”, en Boletín Oficial, Tomo V, Núm. 7. México, julio-diciembre de 1905, pp. 97-99.
65
construcción del desagüe general de la ciudad. Pero el desagüe era una obra
en verdad compleja y sólo posible de realizar a largo plazo, por lo que la ciudad
continuó anegada hasta 1634.'16
Una y otra vez después de estas terribles inundaciones un número
indeterminado de construcciones tuvieron que rehacerse desde sus cimientos.
¿Sería este el caso del inmueble que nos ocupa? ¿Hasta qué punto el agua
pudo haberlo averiado? Si bien ha quedado claro el perjuicio que en general
ocasionaban este tipo de trastornos sobre las edificaciones, había zonas en la
ciudad donde de manera excepcional y debido a las características del terreno
sus efectos de alguna manera eran menos catastróficos.
Es bien sabido que el lado oriental de la traza adquirió forma urbana con
anticipación al reto de la ciudad. Las aguas de la laguna llegaban al pie de los
muros q u e h a n siendo desplantados y la pedacería de tezontle, sillares y
esculturas procedentes de edificios prehispánicos, junto con el lodo de los
canales y de las márgenes de la laguna, todo ello unido con cal, se usaron para
erigir nuevas casas cuyos muros solían rebasar la vara castellana de espesor.
Las excavaciones practicadas por Leopoldo Batres a fines del siglo XIX
entre las calles de Guatemala y Seminario, nos han dejado vestigios de los
niveles del asentamiento urbano de 1522, los cuales se encuentran ubicados
Enrico Martinez, Reportorio de los Tiempos e Historia Natural de Nueva España, NOVUM, México,
' I 6 AHACM. Cédulas y Reales Ordenes. Vol. 2977, Exp. 3. Véase asimismo, José Fernando Ramírez, Memoria acerca de las obras e inundaciones en la ciudad de México, SEP-INAH, México, 1976. pp. 213- 221.
199 1 , PP. 374-376.
66
en una media de 3 a 3.20 metros bajo el nivel actual de banquetas y en los
cuales se observa cómo los cimientos de los templos aztecas sirvieron de
desplante a las casas de los conquistadores, y cómo la mayor parte de las
nuevas edificaciones quedaron desde un principio suficientemente
compactadas, es decir, que no hubo necesidad para su construcción ni de
palizadas ni de piedraplenes, que en aquel entonces incrementaban
notablemente los presupuestos de obra en otras zonas de la ciudad aún no
asentada~.”~
Esto nos lleva a plantear una cuestión capital, o bien la casa ya existía a
fines del siglo XVI y sobrevivió a las inundaciones, o los efectos ocasionados
por éstas obligaron a Angel de Villafañe a venderla y a ser reconstruida por su
nueva propietaria doña Ana Carrillo de Peralta en los primeros años del siglo
XVII, necesariamente antes de 1618, año en que sobrevino su fallecimiento.
Las descripciones de la construcción que más adelante se transcriben nos
ayudarán a despejar estas hipótesis.
Incorporación de la casa al mayorazgo
No queda del todo claro la manera como fue incorporada esta propiedad al
tercero de los mayorazgos. Sabemos, sin embargo, que al morir el tesorero
Jerónimo López, doña Ana Carrillo de Peralta quedó como tutora de su último
~~
ADGMH. Expediente Casa del Seminario 12.
67
hijo, Jerónimo Miguel López de Peralta, mismo que por ser menor de edad no
podía entrar en posesión del mayorazgo. Esta circunstancia llevó a la hija
mayor de los fundadores, doña Juliana Angela de Velasco, a entablar un pleito
contra su propia madre sobre la posesión de dicho vínculo. AI fallecer doña Ana
Carrillo en 1618, el litigio continuó, pero habiendo alcanzado Jerónimo López
de Peralta la mayoría de edad, exigió que le fuera entregado el mayorazgo, así
como la casa de la calle del Relox, adquirida por su madre.118
AI ganar el litigio en 1624, el Escribano de Provincia Juan Pérez de
Rivera le dio posesión de dicha casa. Dos años después, el 4 de julio de 1626,
ante el escribano Francisco de Arceo, el mismo Jerónimo Miguel López de
Peralta, "aplicó y agregó al mayorazgo las dichas casas principales con dos
tiendas debajo de ellas citas en esta ciudad en la calle del Relox, que va de
Palacio a los Conventos de Santa Catalina de Sena y de la Encarnación, que
lindan de una parte con casas de la Santa Iglesia Catedral y por la otra con
casas que fueron de Cristóbal Hernánde~".~"
' I s AGI. Legajo: Escribanía de Cámara, 171- A, pieza 1, fols. 14-16 (1646). Inserto: "Pleito entre doña Ana Carrillo de Peralta como tutora de don Miguel López de Peralta, contra doña Juliana Angela de Velasco, sobre la posesión del mayorazgo instituido por don Gerónimo López y doña Ana Carrillo". 'I9 AGNAH. Notaría No. 54. Notario Juan Manuel de Paz. "Escritura de censo de una casa perteneciente al Mayorazgo López de Peralta que se haya en la calle del Relox. Año de 1732". En general la nomeclatura de la antigua ciudad mexica permaneció todavía algún tiempo sin alterarse, conservando las principales arterias sus denominaciones de origen prehispánico. La calzada de Iztapalapa así nombrada en las primeras décadas del siglo XVI, se comenzó a conocer como calle del Relox, merced al reloj que colocó el Lic. Pedro López en su casa localizada en lo que fue la esquina de las actuales calles de República de Argentina y República de Guatemala en el año de 1548, con la venia del Ayuntamiento. Ese fue el primer reloj público que hubo en la capital. Aunque existen diferentes versiones sobre el sitio en que fue colocado el reloj, nosotros tomamos esta por ser la que consta en las Actas de Cabildo.
68
Un rasgo característico de la propiedad raíz que prevaleció a lo largo de
la Colonia, fue que sólo de manera excepcional los dueños de las residencias
virreinales llegaron a vivir en ellas, siendo destinadas por lo regular como
"casas de productos", de cuyas rentas se sostenían los herederos de
mayorazgos y encomenderos. La casa del Seminario 12 se incluye dentro de
esta tendencia, ya que al parecer desde la primera mitad del siglo XVll sus
propietarios, los herederos del mayorazgo, comenzaron a rentar tanto las
accesorias o tiendas, como las viviendas, con el predominio en éstas últimas de
un uso eminentemente unifamiliar.
Siendo ya en 1626 el propietario de dichas "casas principales", Jerónimo
Miguel López de Peralta, continuó rentando a los antiguos inquilinos tanto las
dos accesorias de los bajos como el resto de las habitaciones de la residencia,
cuyas rentas le producían al año en ese momento 550 pesos en oro común.
En la escritura de agregación éI mismo estipuló una serie de condiciones
para que se pudiera continuar con el orden sucesorio respecto al mayorazgo y
la propiedad de la casa. Dejó en manos de sus hermanas religiosas, Beatriz de
San Lorenzo e Inés de San José, monjas del convento de San Lorenzo, tanto el
usufructo de las rentas, como la administración del inmueble, y estableció una
pensión vitalicia de 200 pesos en favor de su sobrina Inés de San Gabriel,
también monja de dicho convento. Solamente a la muerte de sus hermanas
religiosas podía el siguiente heredero del mayorazgo entrar en posesión de la
casa. Ambas monjas murieron entre 1640 y 1645, de tal modo que el 28 de
69
febrero de 1646, Juan Jerónimo López de Peralta y Sámano pudo asumir de
manera legal la propiedad de la construcción.'20 Como es sabido Juan Jerónimo
López de Peralta sucedió a su padre en el mayorazgo, por muerte de su
hermano mayor, Jerónimo, del mismo apellido, quien falleció prematuramente y
sin dejar descendencia.
De acuerdo con la tradición castellana días antes se llevó a cabo el acto
de posesión de la casa, cuyo objetivo era que los inquilinos conocieran al
nuevo propietario y lo aceptaran como tal. Gracias a este simbólico acto
encontramos, aunque de manera muy general, la primera descripción del
interior de la casa. Así el 8 de febrero de 1646,
estando en frente de las casas principales contenidas y deslindadas en la petición de esta otra parte, don Juan Jerónimo López de Peralta requirió con el auto de suso a Sebastián Calvo, teniente de alguacil mayor de esta ciudad le de posesión de las dichas casas que son en las que del presente vive don Gonzalo Paredes, abogado de la Real Audiencia de esta Corte, y el dicho teniente por cumplimiento de dicho auto, lo dio por la mano al dicho Jerónimo López de Peralta, y éI entró en las dichas casas y el suso dicho se paseó dentro de ellas y abrió y cerró puertas e hizo otros actos de posesión y el dicho licenciado Gonzalo de Paredes dijo que lo consciente sin perjuicio de las escrituras de arrendamiento que en su favor otorgó la madre Inés de San José, priora que fue del convento de San Lorenzo [...I Y luego incontinenti le dio posesión el dicho teniente de dos tiendas con todo lo que les pertenece, que están debajo de las dichas casas principales, la una en que vive Marcos de Moya y en la otra Diego Rodriguez, y en ambas abrió y cerró puertas el dicho don Juan Jerónimo López de Peralta e hizo otros actos de posesión, con lo cual tomo y aprehendió de las dichas casas y tiendas, según es dicho quieta y pacíficamente, sin contradicción de persona alguna.I2'
I2O Ibid. 12' APS-12. "Título de la casa de la Calle del Relox cita frente de la Puerta que llaman de los Arzobispos, que fue de don Domingo Matheos, difunto vecino y Almasenero de esta Ciudad. Años de 1594 a 1847".
70
Aunque en esta somera descripción no se define la composición interna
de la casa, sí se distingue la existencia de espacios diferenciados, con
accesorias o tiendas en la planta baja destinadas posiblemente a actividades
artesanales o al comercio, y una amplia área usada como vivienda. En el siglo
XVll era normal la presencia de piezas o accesorias independientes con salida
a la calle. Por lo general sobre esas piezas se levantaban otras que
descansaban en un entresuelo, muchas veces de madera, integrando así otro
espacio denominado "tapanco", con ventana a la calle. La accesoria era el
establecimiento comercial o taller, y el "tapanco" la habitación del maestro o
comerciante. Como ésta se encontraba inmediatamente arriba de la primera,
exactamente como la taza sobre el plato, se le dio la designación de "accesoria
de taza y plato . II 122
La primera remodelación de la casa entre 1670 y 1680
AI parecer don Gonzalo de Paredes habitó por poco tiempo la casa, ya que
para 1670 únicamente estaban rentadas las accesorias de la planta baja en
200 pesos, aunque no sabemos si a los mismos Marcos de Moya y Diego
Rodriguez, este último posiblemente de oficio barbero. Juan Jerónimo López de
Peralta murió en los primeros años de esa década, llamándose por lo tanto a la
nueva heredera del mayorazgo, Inés Jerónima López de Peralta, hija única del
122 Manuel Toussaint, Arte coloniuf en México, IIE-UNAM, 1962, p. 101.
71
matrimonio formado por don Juan Jerónimo y María de Aguilar. Doña Inés
estaba casada desde 1655 con el capitán Francisco Murillo y Criales, quien de
hecho se hizo cargó de la administración del mayorazgo.
Antes de que finalizara el siglo XVII, la casa ya acusaba un considerable
deterioro, pues cuando doña Inés "entró en el dicho mayorazgo las halló
totalmente caídas, sin que produjeran renta, ni aprovechamiento alguno 11 . 123
Sólo las accesorias continuaban siendo ocupadas, y las rentas de 200 pesos
que por éstas se percibían, se destinaban a la pensión que de por vida se
había otorgado a la madre Inés de San Gabriel.'24
¿Debemos atribuir el estado lamentable en que se encontraba la
construcción, a una causa tan particular como el descuido en su mantenimiento
por parte de sus dueños; o en general a los efectos que sobre la sociedad pudo
haber tenido la depresión económica (producto de la crisis en la minería y la
reducción del comercio transatlántico) por la que atravesó Nueva España a
mediados del siglo XVII? No lo sabemos con precisión. Lo cierto es que la casa
se encontraba apenas en 1670 en un estado tal de abandono, que don
Francisco Murillo de su propio peculio la tuvo que "reedificar desde sus
cimientos", gastando en ello más de ocho mil pesos.
AGNAH. Notaría 196. Notario Pedro Deza de Ulloa. Año de 1677. "Escritura de imposición de censo sobre unas casas muy arruinadas con dos accesorias del Capitán Francisco de Murillo y Criales, situadas en la calle del Rélox, que fueron avaluadas por el maestro de arquitectura y veedor de dicho arte Cristobal de Medina Vargas". Fojas 178- 188.
La madre Inés de San Gabriel murió el 7 de septiembre de 1680, extinguiéndose así la pensión de 200 pesos anuales que se le suministraba de las rentas de las accesorias de dicho inmueble.
72
Todavía en 1677 por encontrarse ya sin recursos y con el fin de poder
continuar con las obras emprendidas, el capitán solicitó a la Audiencia la
imposición de un censo sobre la mismas casas, pues "para poderlas acabar de
manera que produzcan 500 pesos necesito de tomar dos mil a censo sobre la
dicha finca, que me los da doña María de Aguilar Coronado, madre de doña
Inés, de una capellanía que funda que ha de correr en los mismos subsesores
y familiares del mayorazgo . 11 125
El 21 de noviembre se dispuso que un alarife acompañado del licenciado
Francisco de Carmona, abogado de la Real Audiencia, reconociera la
edificación con el propósito de precisar con exactitud el estado que ésta
guardaba y si justificaba la aprobación del censo. Así, se solicitó al maestro de
arquitectura Cristóbal de Medina Vargas que efectuara una vista de ojos126 en
dichas casas, acto que tuvo lugar el 26 de noviembre del mismo año. Ese día,
luego del juramento protocolario por el cual se obligaba a decir la verdad, el
arquitecto Cristóbal de Medina dijo que,
he visto y reconocido una casa principal con dos accesorias en esta ciudad en la calle del Rélox, frontero de la Puerta lateral de esta Santa Iglesia Catedral, que son pertenecientes al capitán Francisco Murillo y Criales, las cuales hizo reedificar desde sus cimientos porque antes las conoció viejas y arruinadas. Y hoy en el estado en que están habiéndolas visto y reconocido, así por su ancho y largo, como las azoteas y suelo de toda ella, necesita de enladrillarse todas las azoteas y todo lo bajo, y echar todas las puertas y ventanas y llaves, aldavas, envigados de los
AGNAH. Notaría 196. Notario Pedro Deza de Ulloa, op. cit. '26 Se llamaba vista de ojos a la diligencia judicial o extrajudicial de ver personalmente alguna cosa con la finalidad de informar con seguridad de ello y tener los elementos para juzgar con acierto.
7 3
almacenes bajos, los blanqueados y encalados de toda la dicha casa, empedrados y todo lo restante de los tras corrales. Y para que dicha fábrica se fenezca, es menester cantidad de 3 mil 225 pesos [...I según el tanteo que tengo hecho por mayor y por menor y dándole a cada cosa su precio y valor, según el estado presente. Y de ello resulta la pro y utilidad de no perderse los arrendamientos de las casas y accesorias, y que la grande podrá ganar por estar en la parte en que está más de 350 pesos.'*'
,/ De acuerdo con el procedimiento que se debía observar en este tipo de
casos, luego de haber sido examinado el dictamen presentado por el arquitecto
Cristóbal de Medina y de haberse constatado en los archivos del Cabildo que
sobre la mencionada finca no pesaba otro tipo de censos ni hipoteca alguna, el
4 de diciembre de 1677 la Real Audiencia aprobó el censo solicitado por el
capitán Francisco Murillo, para poder llevar a cabo el término de las
reparaciones. Días después doña María Aguilar Coronado otorgó al capitán
Francisco Murillo y su mujer 2 mil pesos de oro común por dicho censo, no sin
antes reconocer éstos las siguientes obligaciones:
1. "Primeramente nos obligamos de tener y que tendrán las dichas casas
labradas y reparadas de todas las labores, edificios y reparos que hubieren
necesidad, de manera que hayan en aumento y no vengan en disminución,
para que siempre esté este censo y sus corridas seguro y bien parado y se
pueda haber y cobrar de ellas, y de sus arrendamientos los dichos sus réditos y
para saber y entender si se guarda y cumple esta condición los dichos doña
María Aguilar Coronado o los patrones y capellanes que fueren de la capellanía
de misas que la suso dicha tiene tratado fundar, las puedan ver y visitar las
veces y el tiempo que les pareciere, y hallando que falta alguna cosa de sus
reparos, la puedan mandar hacer y hagan a nuestra costa y por lo que en ellos
~~~~~ ~
12' AGNAH. Notaría 196. Notario Pedro Deza de Ulloa, op. cit.
74
gastaren nos puedan ejecutar con sólo el simple juramento y reclamación en
que lo dejamos y diferimos".
2. "Y con condición de que las dichas casas principales y sus accesorias y todo
lo que en ellas se labrare, aumentare y mejorare a de estar siempre junto sin
que se pueda partir ni dividir en manera alguna aunque sea entre herederos y
en caso de que se hayan de vender o enajenar, ha de ser todo junto [...I y en
quien el principal de este censo y sus corridas esté seguro y bien parado y de
quien se pueda haber y cobrar llanamente y sin pleito alguno, y antes de su
venta o enajenación hemos de ser obligados y los dichos nuestros sucesores a
declarar el precio cierto que por las dichas casas nos dieren a la dicha María
Aguilar o al patrón y capellanes de dicha capellanía que así hubiere de fundar
[...I y de lo que de otra menera se hiciere sea de ningún valor ni efecto 11 . 128
Aunque no sabemos cuánto tardaron y en qué año se concluyeron los
trabajos que restaban de la obra, el carácter de las obligaciones arriba
mencionadas nos hace pensar que éstos efectivamente debieron llevarse a
cabo. Los testimonios hasta ahora analizados son suficientes para poder
formarnos una idea de las características y de la antiguedad de la casa. Los
elementos arquitectónicos comunes que están presentes tanto en los
reconocimientos de 1626 y 1646, como en el de 1677, nos llevan a hablar de
una construcción cuyo origen debe ubicarse hacia finales del siglo XVI o
principios del siglo XV11.'29 ¿Cómo entender de otra manera que aun años antes
'** Zbid. '29 El hecho de que prácticamente no existan en México edificaciones representativas de la arquitectura civil del siglo XVI, ha limitado drásticamente l a s posibilidades de poder reconstruir de manera empírica su conformación interior y que la investigación se oriente cada vez en mayor medida a la indagación en la fuente histórica. Recientemente el maestro Gustavo Curiel, apoyado en un Memorial de 1579 localizado
~ ~~~ ~~~~
75
de que finalizara esta última centuria, la casa ya diera muestras de un sensible
deterioro?
Por último, la expresión "reedificar desde los cimientos", ¿significa
literalmente que las casas se tuvieron que derribar para volverlas a construir?; o
la connotación, más simbólica que textual de esta expresión, era para hacer
hincapié en el grave estado de abandono en que se encontraba el inmueble.
El maestro mayor Cristóbal de Medina Vargas
Durante el virreinato, el nombramiento de maestro mayor de la ciudad era el
cargo más alto al que podían aspirar los maestros en el arte de la arquitectura.
Algunos de los que alcanzaron este reconocimiento en el siglo XVll fueron Juan
Montero y Espinosa, Felipe de Roa, Diego de los Santos y Avila, Diego
Rodriguez, Cristóbal de Medina y Pedro de Arrieta, aunque este último brillaría
más bien en la primera mitad del siglo siguiente.
Gracias a su prestigio los maestros mayores tenían la oportunidad de
obtener contratos de obras en las propiedades eclesiásticas y civiles, así como
la preferencia para realizar avalúos y peritajes remunerados. El caso de Medina
Vargas es muy claro, pues no sólo se circunscribió a ejercer su maestría en
obras de encargo, sino que aprovechó su renombre para construir palacios y
en el Archivo General de Indias, nos ha proporcionado la descripción de dos residencias del siglo XVI en las calles de Donceles y Moneda, permitiéndonos con ello formamos una idea más clara sobre la distribución de sus espacios, así como de los materiales empleados en ellas y hasta de los costos de la construcción. Gustavo Curiel, "DOS ejemplos de arquitectura habitacional del siglo XVI en la ciudad de
76
casas particulares, y no en pocas ocasiones invirtió su dinero en solares en los
que edificó casas, que luego vendió con muy buenos beneficio^.'^^
Cristóbal de Medina Vargas Machuca nació a principios del siglo XVII en
la ciudad de México, donde falleció el 12 de agosto de 1699. En su testamento
pidió ser sepultado en la capilla de Nuestra Señora de la Soledad de la catedral " h
de México, donde por tradición se sepultaba a los maestros mayores.
Se desempeño como maestro mayor de la catedral entre los años de
1680 y 1690, debiéndose a éI las portadas laterales. En el tiempo que prestó
sus servicios en las obras de la iglesia mayor, el cabildo le proporcionó una
casa (aunque se dice que en realidad no vivió en ella y que la rentaba en 300
pesos) en el sitio donde en 1689 comenzó a construirse el Seminario, razón por
la cual solicitó otra vivienda en 1690.'31
La actividad del maestro fue considerable pues lo mismo llevó a cabo
trabajos sustanciales de remodelación en inglesas y conventos (en el de San
Agustín y el Real de Santo Domingo en 1681), como la construcción o
terminación de residencias particulares o pertenecientes a ordenes religiosas.
Entre 1668 y 1680 realizó más de 18 avalúos y reconocimientos de "casas
principales", entre las que se cuenta la practicada en 1677 a la del mayorazgo
López de Peralta de la pridrnera Calle del Relox.
México, l a s casas de Alonso de Villaseca y la de Juan Guerrero en la calle de Moneda", en Muchas moradas hay en México, eta], UNAM-INFONAVIT, 1993, pp. 29-5 l . 130 CJ Martha Fernández, Arquitectura y gobierno virreinal: los mestros mayores de la ciudad de México: sigloXVZI, IIE-UNAM, 1985, pp. 113-150. I 3 I Ibid.
77
Poco antes de morir, quizá el 18 de febrero o el 29 de mayo de 1689,
realizaron un último reconocimiento a la catedral junto con Diego Martin de
Herrera, Diego Rodriguez y Pedro de Arrieta, en el que calcularon que las
obras que faltaban por realizar se terminarían en aproximadamente doce años.
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, .J . '
78
Capítulo 111
El crepúsculo de un mayorazgo
No en todos los casos la institución del mayorazgo permitió a la aristocracia
que surgió en los siglos XVI y XVII, que persistiera como nobleza hasta que
dicha institución fue cancelada en 1820. Sin embargo, tres de los mayorazgos
más exitosos en Nueva España eran muy antiguos: los del Valle de Orizaba, el
"imperio" Aguayo-Alamo y el "principado" de la familia Rincón Gallardo,
marqueses de Guadalupe. Estos y posiblemente otros cuantos, como el de los
Mariscales de Castilla y el de la familia Santiago y Salinas, surgieron en el siglo
XVI y fueron poderosos desde entonces e incluso hasta después de la
Independencia. Hubieron algunos mayorazgos que pudieron conservar sus
propiedades más no su prosperidad, y otros que no lograron conservar
ninguna de las dos cosas.132
A la luz de un siglo caracterizado por el crecimiento ostensible de la
economía en Nueva España, debido al auge combinado de la minería, la
ganadería lanar, la manufactura y la agricultura de exportación, todo ello sobre
la base del desarrollo de la división social y regional del trabajo, la decadencia
CJ Doris Ladd, La nobleza mexicana en la época de la Independencia, 1780-1826, Fondo de Cultura Económica, México, 1984, pp. 112-1 17.
79
del tercer mayorazgo López de Peralta aparecía como un caso contrastante
ante la presencia de nuevas y riquísimas familias novohispanas.
John Kicza ha estimado que en la segunda mitad del siglo XVIII la
concentración de la riqueza y el poder económico en Nueva España recaía en
unas cien familias de la ciudad de México, mismas que poseían cada una más
de un millón de pesos, producto en lo esencial del boom de la minería
argentífera.'33 Casi todas estas familias, por otra parte, tenían sus propiedades
constituidas en mayorazgos.
De los tres mayorazgos fundados por don Jerónimo López y doña Ana
Carrillo de Peralta en 1608, el último de ellos pareció distinguirse desde un
principio por los conflictos desatados en el seno de los sucesores y por la
ineficacia que la mayoría de éstos demostró para administrar el capital
heredado. Es de comprenderse que la inercia del vínculo a causa de su
manifiesta dependencia de las rentas, y de la nula reinversión de éstas en
algún tipo de actividad productiva, lo hacían víctima de los vaivenes de la
economía novohispana.
Sin embargo, lo ocurrido a este vínculo no era un caso excepcional, ya
que a merced del tiempo, del escrutinio de las autoridades españolas y de las
vicisitudes de la fortuna, un mayorazgo no siempre cumplía con la intención
deseada de conservar, reproducir y perpetuar la riqueza en otras
'33 John Kicza, Empresarios coloniales, Fondo de Cultura Económica, México, 1986, pp. 9-10.
80
gene racione^.'^^ Otro tipo de factores, como las responsabilidades adquiridas
ante las instituciones religiosas, los costos del estilo de vida y la distribución de
la riqueza entre una familia improductiva y numerosa, podían incidir
notablemente en la declinación de un mayorazgo.
A su vez, una de las circunstancias que más influyó en el sostenimiento
de dicha institución, fue la de que se contara, como una propiedad más del
vínculo, con importantes y bien remunerados cargos en el gobierno. Estas
funciones u oficios podían pasar de un sucesor a otro, como el especializado
oficio de separador del oro y la plata, que formaba parte de las propiedades de
la familia Fagoaga y le redituaba la nada despreciable suma de 60 mil pesos al
año, o el influyente cargo de Tesorero Real de Indulgencias, que durante
varias generaciones tuvieron en mayorazgo los Condes de Miravalle, por
mencionar sólo dos casos. En ninguno de los mayorazgos fundados por don
Jerónimo López y doña Ana Carrillo, se estableció que los cargos que don
Jerónimo desempeñó, como el de Tesorero de la Real Hacienda, Procurador y
Obrero Mayor, quedaran incluidos en aquellos y fueran heredables.
A comienzos del siglo XVIII, la mayoría de las propiedades, tanto
rústicas como urbanas, que integraban el tercer mayorazgo López de Peralta
había podido conservarse; inclusive se habían llevado a cabo algunas
importantes incorporaciones, como la adquisición de tres casas en la calle de
'34 Doris Ladd, op. cit., p. 103.
81
la Profesa (hoy Francisco I. Madero) y dos más en la de la Monterilla (actual 5
de Febrero), así como una huerta en la cercana villa de Tacubaya.
Sin embargo, hacia los años de 1720 el común denominador del
conjunto de las propiedades de este mayorazgo era su abandono. En esa
época la casa de la primera calle del Relox era considerada como la de mayor
valor y la finca urbana más importante del vínculo; quizá por esta razón y
porque las rentas de los demás inmuebles antes que incrementarse se habían
desvalorizado, sus herederos comenzaron a buscar la forma de enajenarla.
En 1716 el mayorazgo que analizamos pasó a manos de Jerónimo
Murillo López de Peralta, hijo Único de Inés López de Peralta y Francisco
Murillo. El nuevo sucesor, bajo el argumento de que los frutos del mayorazgo
no le daban para "vivir honradamente", solicitó permiso a la Real Audiencia, el
18 de febrero de 1727, para vender la finca, asegurando que de llevarse a cabo
la venta lo obtenido se utilizaría para remodelar las otras casas propiedad del
vínculo.
Con el firme propósito de efectuar la venta, Jerónimo Murillo realizó todo
tipo de gestiones, hasta que poco antes de su muerte, ocurrida en abril de
1731 , el fiscal de la Real Audiencia resolvió otorgarle el "permiso y la venia"
para llevar a cabo la enajenación del inmueble. No obstante, correspondería a
su sucesor, su sobrino Francisco Jerónimo López de Peralta y Murillo, el
finiquitar la venta de la casona al capitán y rico comerciante Domingo Carlos
Mateos.
82
En 1734 las rentas obtenidas por el mayorazgo, provenientes
únicamente del alquiler de las casas de la Profesa y Monterilla, sumaban
apenas 2 mil pesos por año, razón suficiente para que el propio Francisco
Jerónimo solicitara licencia para vender los sitios y estancias de caballería del
mayorazgo localizados en la jurisdicción de Tetepango. Tras una firme
oposición, finalmente la Real Audiencia condicionó la aprobación de la licencia
a que lo obtenido, en caso de efectuarse la venta, se destinara para culminar la
remodelación de las casas de la Profesa y Monterilla.
La venta de la casa de la primera calle del Relox (hoy Seminario 12), así
como la de los sitios y estancias de ganado significó, de hecho, el comienzo de
la desintegración del tercer mayorazgo López de Peralta. En la década de
1750, los sucesores del vínculo se debatían en una atmósfera de pleitos y
litigios por irresponsabilidades en el cumplimiento de obligaciones tales como
pensiones alimenticias, reconocimiento de hijos ilegítimos, deudas contraídas,
etcétera. En este cuadro se inscribe la demanda que entabló en 1755 doña
Teresa de Zárate, viuda de Franscisco Jerónimo López de Peralta y Murillo,
contra Magdalena López de Peralta, hermana de este y séptima poseedora del
mayorazgo, sobre el cumplimiento de una pensión alimenticia para ella y sus
cuatro hijos.
En su reclamo doña Teresa de Zárate denunció la pésima administración
y el dispendio de los productos del mayorazgo por parte de doña Magdalena y
sus hijos, pero especialmente por el mayor, José Felipe Muñoz. Por eso
83
durante el interrogatorio y exposición de pruebas, el Procurador de Pobres
ordenó que los testigos "digan y expresen todo lo que supieren" sobre que,
si después de que Doña Magdalena entró a gozar el Mayorazgo y con ello salido [ella] y sus dos hijos de pobrezas y miserias, el uno de ellos llamado don José Muñoz Naranjo, ha estado y está pródigamente gastando crecida cantidad de pesos de lo que produce el Mayorazgo, consumiéndola en paseos, fandangos y banquetes; y si saben, han visto u oído decir que en el Coliseo tiene arrendado un cuarto de más de trescientos pesos á el año; que tiene varios caballos para cuya sola guarda y cuidado mantiene dos mozos asalariados; si saben de otros gastos ociosos y vanos, como son tener siete o más capas de remuda a cual mejor, más de veinte chupas, de las cuales ha habido tela que ha pagado a treinta pesos vara, y á este modo otras cosas superf~ciales.'~~
Como se ve, la concepción del mayorazgo como una empresa
económica familiar generadora de más riqueza, en algunos casos encontró su
principal rémora en la actitud egoísta y parasitaria de los propios beneficiarios.
Prolegómenos sobre la venta de la casa al comerciante español Domingo Mateos
En teoría la enajenación de bienes de mayorazgo aparecía como una
posibilidad muy alejada y difícil de realizar, por ser incompatible con los
principios que consagraba la propia institución, a saber, el agrandamiento y
prolongación del capital heredado y el afianzamiento de los privilegios y
prestigio social de los amayorazgados.
84
Sin embargo, como una forma de subsanar las deficiencias estructurales
que entrañaba dicha figura jurídica la Corona introdujo una excepción, aunque
restringida a aquellos casos en que los mayorazgos estuvieran verdaderamente
comprometidos y amenazados por la ruina. De este modo, la Real Cédula
fechada en Madrid el 22 de julio de 1695 (por lo demás extrañamente poco
difundida en Nueva España), permitía la venta de propiedades tanto rústicas
como urbanas a los poseedores de vínculos que se encontraran en las
anteriores condiciones, para salvaguardar los bienes patrimoniales y garantizar
su continuidad entre los sucesores.
En 1727 Jerónimo Murillo López de Peralta ya había encontrado cliente
para la finca sin haber ido demasiado lejos. El futuro comprador, Domingo
Carlos Mateos, era propietario y vivía en la casa contigua a la del mayorazgo,
es decir el inmueble que en la actualidad está marcado con el número 10 de la
Calle del Seminario, y que antes de éI perteneciera a doña Dionisia María de
A l a n í ~ . ' ~ ~ Fray Antonio de la Anunciación al narrar los festejos en la ciudad de
México en enero de 1729, con motivo de la canonización de San Juan de la
'3s AGN. Vínculos y Mayorazgos. Vol. 99, Exp. 3 , 1755. "Autos que sigue Doña Teresa de Zárate viuda de Don Francisco Murillo López de Peralta poseedor que fue del Mayorazgo que fundaron Don Gerónimo López y Doña Ana Carrillo contra Magdalena López de Peralta sobre pesos". ' 3 6 Por escritura del 4 de marzo de 1722, Domingo Mateos compró la referida casa a doña Dionisia María de Alanís, "mujer legítima de Bartolomé Anzures y antes mujer legítima de primer matrimonio de don Agustín de Zepeda", en la cantidad de 12 mil 840 pesos. APS-12. "Escritura de compra-venta de la casa número 4 de la calle del Seminario entre el Convento de Jesús María y la Sociedad McCalmont Geaves y Cía.".
85
Cruz'37 menciona a Domingo Mateos (Cónsul del Real Tribunal del Consulado y
Síndico de las Limosnas del Convento de Religiosas Capuchinas), como uno
de los vecinos distinguidos de las calles del Re10x.l~~
La propuesta formulada por Domingo Mateos a Jerónimo Murillo
consistía en que, a reserva de conseguir éste último el permiso de la Real
Audiencia para llevar a cabo la venta de la casa, daría por ésta el precio en que
legalmente fuera tasada, de acuerdo a la siguiente forma: dos mil pesos en
reales y al contado, y la restante cantidad a censo redimible a favor del vínculo
al que pertenecía el inmueble. De este modo, por el simple hecho de tratarse
de una propiedad vinculada, Jerónimo Murillo tuvo que sujetarse a un proceso
cuyas modalidades, en ciertos aspectos, diferían de los actos comunes de
compra-venta. En principio, la Corona había determinado, por virtud de la Real
Cédula del 22 de junio de 1695, que las casas vinculadas o de mayorazgo
'37 San Juan de la Cruz f i e beatificado el 25 de enero de 1675 por el Papa Clemente X, pero fue Benedicto XI11 quien lo canonizó el 27 de diciembre de 1726. Sin embargo, el aviso y la Bula de la canonización llegó a Veracruz procedente de España hasta el 20 de junio de 1728. 1 3 * Dicho cronista nos dice de esta calle y de sus habitantes lo siguiente: "Tiene su principio junto a la Plaza Mayor de la ciudad y por ambas bandas muy grandes y magníficas casas, con vistosos altos y ventanales de hierro. Y por inmediata a Palacio y Catedral es habitada por diversos señores oidores y prebendados. En la ocasión de estas fiestas vivían en ella el señor oidor más antiguo, Presidente de la Real Audiencia, don Gerónimo Soria Velázquez; los señores don Juan de Oliván Revolledo y don Pedro Malo de Villavicencio, así mismo oidores de la Real Audiencia; don Juan de Velleguna y Sandoval, Alcalde de Corte; el ilustrísimo señor doctor don Juan Ignacio Castorena y Ursúa, dignísimo chantre de la Santa Iglesia Catedral y Obispo electo de Campeche; el doctor Tomás de Montaño, tesorero de la dicha Santa Iglesia Metropolitana, don Eugenio de las Peñas, secretario de la Santa Inquisición [...I don Pedro de los Ríos, don Pedro Estrada, don José de Aguirre, don Domingo Mateos y el famoso cirujano don Vicente Reveque. Vecinos todos de línea y de singular excepción en México. Y a este modo otra multitud de vecinos españoles y personas de no baja esfera. "Fray Antonio de la Anunciación", en Valle- Arizpe, Historia de la Ciudad de México según los relatos de sus cronistas, Ed. Pedro Robredo, México, 1946, PP. 39 1-406.
86
,’
La casa del Seminario 12 vista por los ojos de Pedro de Arrieta f ’ ‘
9 I ,‘
Pedro de Arrieta fue, sin lugar a dudas, uno de los más importantes y fecundos
arquitectos del virreinato. Su incesante actividad constructiva que comenzó en
1692 sólo pudo ser interrumpida por su muerte, acaecida en 1738. Su impronta
I como iniciador de la primera .- ~ etapa del barroco mexicano, quedó plasmada en
construcciones civiles como religiosas, tanto en la ciudad de México como en
/
algunos lugares de la República. Se sabe, según los testimonios que existen
sobre su obra, que en 1691 sustentó examen para obtener el título de Maestro
de Arquitectura y que entre 1695 y 1700 actuó como Veedor en el Gremio de
Arquitectos. También que en 1695 fue nombrado Maestro de Arquitectura del
Tribunal de la Inquisición, como sucesor de Juan M~ntero.‘~’ En 1720 Pedro de
Arrieta recibió el nombramiento de Maestro Mayor de la Catedral de México y
‘*I$! del Real Palacio, y en 1735 participó, junto con Miguel José Rivera, José
Eduardo de Herrera, Miguel Custodio Durán, Manuel M. Juárez y Francisco
Valdéz, en la redacción de las ordenanza del gremio de arquitecto~.’~~
Pedro de Arrieta trabajó, hacia 1692, en la iglesia de San Bernardo con
su creador Juan de Zepeda. Asimismo, de 1701 a 1704 participó en la
construcción de la iglesia de Santa Teresa la Antigua ‘y proyectó la de Santa
. . .
* .
Teresa la Nueva; de 1695 a 1709 construyó la Basílica de Guadalupe. En 1714
comenzó la iglesia de la Profesa, que terminó en 1720. Su obra magna en
14’ AHACM, Vol. 368, Arquitectos, 1692-1855.
88
únicamente podían venderse o acensuarse, cuando el poseedor demostrara
fehacientemente "no disponer otro caudal ni bienes para reparar las fincas . II 139
En consecuencia la Real Audiencia ordenó, por autos del 7 y 23 de mayo
de 1727, que Jerónimo Murillo comprobara con tres testigos su verdadera
situación económica, y que el Oidor Semanero acompañado de los alarifes que
eligiera para el efecto, realizara una vista de ojos de la construcción, con el fin
de que se hiciera una valoración de ésta.
El 27 de junio de ese mismo año uno de los testigos, Francisco de León,
español de origen y maestro de platería, declaró lo siguiente:
Que con ocasión de tener estrecha comunicación con el que le presenta y ser su inquilino en una de las casas vinculadas que posee, sabe y le consta que el poseedor se halla pobre y así no tiene ningunos efectos para reedificar las casas de su Mayorazgo que se hallan notoriamente necesitadas de ello, siendo una de ellas la que pretende vender, y por lo deteriorado que se hallan no sólo no pueden fructificar lo competente para el reedificio, pero ni bastante para alimentos del poseedor y de su familia, aunque se porta con demasiada moderación y que esto es público y n~torio.'~'
Siguiendo con lo establecido por la Real Audiencia, el Oidor Semanero don
José Francisco de Aguirre, nombró a los arquitectos Pedro de Arrieta y Antonio
/ Alvarez para la vista de ojos, reconocimiento y tasación de la finca. Dichos
maestros realizaron no uno, sino dos reconocimientos de la propiedad, el 8 y el
14 de julio de 1727, respectivamente.
i39 AGN. Ramo: Tierras. Vol. 168, Exp. 2, op. cit. I 4 O Ibid.
87
\
I
,,, t , P ' ' 1 arquitectura civil fue el Palacio de Id Inquisición (también conocido como "Casa
Chata"), que construyó entre 1733 y 1737. Entre su acervo arquitectónico
también se cuenta la iglesia y convento de Corpus Cristi, la sacristía de Santo
Domingo, el templo de Santiago Tuxpan, en Veracruz y el puente de San Juan
del Río, en Querétaro. La fuente localizada en el centro de la Plaza Mayor que
a lo largo del siglo XVIII sirvió para dotar de agua al Parían fue construida por
Arrieta en 1713.143
Como se ha visto en el caso del maestro mayor Cristóbal de Medina
Vargas, era habitual en el virreinato que los grandes arquitectos fueran
contratados para realizar peritajes y avalúos de residencias señoriales. El
mismo Pedro de Arrieta ejecutó un buen número de trabajos de esta especie,
así como reparaciones menores en edificios públicos y privados. A pesar de su
fama y de la obra realizada, Pedro de Arrieta murió modestamente en la ciudad
de México el 15 de diciembre de 1 738.144
Independientemente de la valoración arquitectónica de la finca que nos
ocupa, la primera vista de ojos, la del 8 de julio de 1727, echó luz sobre un
aspecto importante, a saber, que la casona era habitada hasta ese momento
por don Fernando de Ortega Patiño y don Esteban Rodriguez de Santa Cruz,
ambos contadores del Real Tribunal y Audiencia de Cuentas de Nueva España.
14* Henrich Berlin, "El arquitecto Pedro de Arrieta. Documentos para la historia de México", en Boletín del AGN, 1945, pp. 73-94. 143 Ibid. '4.1 Ibid.
~ ~~~ ~~
89
En el informe dichos contadores dijeron pagar cada uno 500 pesos de
arrendamiento por año.
El reconocimiento practicado a la edificación el 14 de julio representa,
por su parte, uno de los testimonios más relevantes acerca de las
características de la propiedad, otorgado por dos de los más insignes
arquitectos de la época: Pedro de Arrieta, Maestro Mayor del Reino en el Arte
de Arquitectura y de la fábrica material de la Santa lglesia Metropolitana y Real
Palacio de Nuestra Corte; y Antonio Alvarez, Alarife Mayor de esta Novilísima
Ciudad. Con base en esta consideración, y porque el dictamen elaborado por el
maestro y el alarife nos proporciona una de las descripciones arquitectónicas
más detalladas que existen sobre el inmueble, reproducimos enseguida dicho
testimonio:
En virtud de auto proveído por los Sres. de esta Real Audiencia, en que se sirvieron mandar que con asistencia del Sr. Doctor D. Joseph Aguirre [...I su Oydor en dicha Audiencia, midiésemos y reconociésemos una casa que es en esta Ciudad, en la Calle del Relox, perteneciente al Mayorazgo de Don Gerónimo Murillo López de Peralta; Y habiendo medido la frente que corre de Norte á Sur y mira al Poniente, tiene quince varas y de fondo de Poniente á Oriente cincuenta y cinco; Y por el lado del Sur tiene un recodo de dos varas de ancho y quince de largo, que tiene menos el sitio; Y habiendo reducido toda su área a varas cuadradas superficiales y dádoles el valor y precio según el paraje en que se halla, vale seis mil trescientos y sesenta pesos.
La vivienda se compone por la parte de abaxo, de una accesoria con tienda y su tapanco, y otras dos piezas, una alta y otra baxa, cochera, un cuartito sobre ella, que se compone de dos piezas, zaguán, patio, bodega, caballeriza, pajar, pasadizo debaxo de la escalera, para comunicar el corral, escalera y en la meseta de ella un cuarto entresuelo, y en lo alto corredores que dan paso á la Sala de Recibimiento, dormitorio, oratorio, otro cuarto, cuarto comedor, cocina, cuarto de mozas y zoteguela. La
90
fábrica es de obra antigua, y reconocimos en las paredes de medianía que tiene algunos escudos de adobe; Y habiendo contado las maderas de los techos altos y baxos de vigas de á ocho y de á siete, y cuartones, empedrado de zaguán y patio, rejas de fierro, voladas y lumbreras, y un balcón de fierro en la ventana de la calle, antepechos de mampostería de los corredores, los pasos de las escalera de piedra de Thenayuca, sobre alfardas de madera, planchas y pilares, y zapatas de cedro que reziven las maderas de los corredores; el antepecho de mampostería de la zoteguela, y el que va a la oficina necesaria cañales de piedra de cantería con los chifones de plomo, los envigados de los pisos, así de la bodega, como el de la accesoria, y el tapanco de dicha accesoria, pesebrera, y el empedrado, y envigado de la caballeriza, y habiendo medido paredes maestras, y tabiques, y dádoles el valor y precio, y á todo lo demás arriba referido según el estado presente en que se halla, vale cantidad de tres mil seiscientos y ochenta pesos, que junto con el valor del sitio suman y montan de diez mil y cuarenta pesos. Y así lo juramos y declaramos por Dios Nuestro Señor y la Santa Cruz.’45
Venta de la casa a Domingo Mateos
Poco tiempo después del reconocimiento y valoración de la finca, Domingo
Mateos hizo llegar a la Real Audiencia una propuesta formal para comprar la
casa. Como respuesta, el Fiscal de su Majestad declaró que: “Por no haber
llegado las casas a total ruina y deterioración, [sería] bastante á su reedificio y
reparo la cantidad de dos mil pesos cuyo principal fácilmente hallará [don
Jerónimo Murillo] para imponer á censo sobre las mismas casas, hallándose en
la calle principal de esta Ciudad y en paraje tan acomodado, en cuyos términos,
no interviniendo necesidad de venta, y siguiéndose de esta el que se exponga
á perderse el principal que quedase á censo llegado el caso de su
14’ AGN. Ramo: Vínculos y Mayorazgos. Vol. 98, Exp. 9. “Autos fechos a pedimento de Dn. Gerónimo Murillo López de Peralta sobre que se le conceda licencia para vender una casa perteneciente al
91
redemp~ión".'~~ Una recomendación semejante, la de sólo acensuar pero no
vender la casa, ya la había sugerido el señor Fiscal a los herederos del
mayorazgo del Dr. Miguel de Cuevas y al de don Francisco Manrique, al
parecer con buenos dividendos.
La insistencia de Jerónimo Murillo sobre la necesidad de efectuar la
enajenación del inmueble finalmente frutificó, el 20 de octubre de 1727 el Fiscal
y la Real Audiencia acordaron que se llevara a pregón público la venta de la
finca, con el objeto de que surgieran naevos postores "y para que así se solicite
su aumento en el precio".147 Entre el 1 ro. de octubre de 1727 y el 9 de
diciembre de 1729, la venta de la casa fue pregonada en 45 ocasiones, en
ninguna de las cuales sin embargo pudo efectuarse el remate. Por otra parte, la
muerte de don Jerónimo Murillo López de Peralta, en abril de 1731, así como el
nombramiento del nuevo sucesor del mayorazgo, propiciaron que se retardara
el proceso seguido para su transacción.
En efecto, no fue sino hasta el 8 de septiembre de 1731 en que se
notificó a Francisco Jerónimo López de Peralta y Murillo como nuevo poseedor
del vínculo. Apenas tres días después, en escrito del 11 de septiembre de
1731, éI mismo ratificó la solicitud hecha por su tío sobre la venta de la casa.
Ante la lentitud del proceso y del perjuicio que ocasionaría al propietario el
aplazamiento de la transacción, la Real Audiencia determinó, por auto del 6 de
Mayorazgo que se halla en la calle del Relox y demás que se expresa". '46 Ibid.
92
diciembre del mismo año, que se diesen otros tres pregones y que de no existir
otro postor se rematara la casa en la persona de Domingo Mateos. Dichos
pregones se realizaron el 16, el 18 y el 20 de febrero de 1732, efectuándose en
éste último el remate decisivo de la propiedad."
El 4 de marzo del mismo año Domingo Mateos solicitó a la Real
Audiencia la confirmación del remate, y el 30 de abril los señores presidente y
oidores manifestaron su aprobación general. Por último, el 9 de mayo de 1732,
"habiéndose cumplido por el otorgante las condiciones de su postura, se mandó
se le de testimonio y se le libre mandamiento de posesión . 11 149
La Real Cédula del 17 de julio de 1733 confirmó el remate de estas
" casas principales", adquiriéndolas Domingo Mateos, "mercader en almacén en
esta Ciudad" por el precio de 10 mil 40 pesos, según la valoración del inmueble
hecha por los maestros Pedro de Arrieta y Antonio Alvarez. De esta suma
Mateos adelantó no 2 mil, sino 3 mil pesos en efectivo, quedando el resto
impuesto en censo redimible a favor del poseedor y sucesores del mayorazgo.
14' Ibid. '48 Transcribimos a título de ilustración el primero de estos pregones: "En la Ciudad de México á dies y seis de febrero de mil setecientos treinta y dos, estando en el Puente del Real Palacio en el lugar acostumbrado para las Almonedas, serían las once y media de la mañana poco más ó menos del día, por voz de Manuel Christóbal Rendón, indio que hace oficio de pregonero, se dio un pregón diciendo: 'Diez mil y cuarenta pesos dan por una casa que es en esta Ciudad en la Calle del Relox, enfrente del Juzgado de Providencia y de la Santa Iglesia Cathedral, perteneciente al vinculo del mayorazgo que posee don Francisco Gerónimo López de Peralta y Murillo, de cuyo pedimento se manda rematar; y dicha cantidad se reconocerá á favor de dicho vinculo y de ella en caso de mandar la Real Audiencia se sirvan en contado dos mil pesos, por la cantidad de que se ha de reedificar dicha casa desde sus cimientos, de cuya postura se mandaron dar tres pregones para que si hubiese quien la comprase parezca, que se admitirá lo que hiciese porque se ha de rematar en el Último y este es el primero'. Y en el cual no pareció ningún postor, siendo testigo Salvador de Andrade, Juan de Rivera y Quiñones y otras personas presentes. Ibid, 149 Ibid.
93
En otras palabras, Domingo Mateos quedaba obligado a proporcionar la
cantidad de 502 pesos de renta anual hasta que quedara cubierta dicha
antid dad.'^'
De este modo quedó sellada una de las etapas más importantes de la
historia de la casa, el largo pero inestable periodo en que la finca perteneció al
mayorazgo de una de las familias más antiguas de la Colonia, los López de
Peralta.
De acuerdo con lo señalado por los arquitectos Pedro de Arrieta y ,,
Antonio Alvarez en los dictámenes de 1727, sobre el estado material de la
edificación, no sabemos con exactitud hasta qué grado llevó a cabo la
remodelación de la casa Domingo Mateos. Sin embargo, es de resaltar que si
bien la estructura original del inmueble fue respetada por el nuevo propietario,
este mandó construir un pasaje cuya función específica era la de comunicar
una casa con otra. Dicha comunicación se encontraba en la planta alta de la
casa que nos ocupa, antes del salón de estrado y salía al corredor de la casa
contigua (Seminario IO), también en su planta principal. Este corredor fue
clausurado durante el tiempo en que el Colegio del Seminario rentó la
propiedad, como se verá más adelante.
Es preciso hacer notar que con Domingo Mateos el uso del inmueble no
cambió, pues continuó desempeñando su conocida función de "casa de
productos", rentándola a personas con cierto poder económico.
''O AGNAH. Notaría No. 504. Notario Jost Manuel de Paz. Años de 1732 y 1733.
94
Domingo Mateos, que falleció en la ciudad de México en 1746 (todavía
en 1738-1740 había sido electo como uno de los diputados de la cofradía de
Nuestra Señora de los Remedios), estuvo casado en primeras nupcias con
doña María de Berrio y Saldívar, hija de don Andrés de Berrio y doña Teresa de
Saldívar, propietarios de haciendas de ganado mayor y menor y de ranchos de
labor en San Miguel el Grande y San Luis Potosí.151
De este matrimonio nacieron dos hijos, quienes a la muerte de su padre
aún eran menores de edad, quedando como albacea, según la voluntad del
mismo Mateos, don Miguel de Aldaco mercader de plata en la ciudad de
México, para que administrara los 50 mil pesos y otros bienes que les había
dejado como herencia. Mateos contrajo un segundo matrimonio, aunque no
sabemos si por muerte de su primera esposa, con doña Clara Chirinos
Palacián. Con ella procreó también dos hijos, José y Manuel Mateos Chirinos;
José, el primogénito, llegaría a ser nombrado a la postre Regidor Perpetuo de
la Ciudad de AI enviudar, Clara Chirinos casó con don Juan Aparicio
del Manzano, Fiscal en la Real Audiencia de G~ada1ajara.I~~
La ciudad de México en la segunda mitad del siglo XVlll
A mediados del siglo XVIII, la ciudad de México mantuvo prácticamente la
extensión del siglo anterior. Sin embargo, la imagen urbana se transformó con
AHB. Caja 2, Exp, 5 8 , 9 de junio de 1749.
95
el remozamiento de casas, colegios, templos y hospitales. El centro de la
ciudad se modificó con el establecimiento de nuevos almacenes y talleres
artesanales, y el número de habitantes se incrementó alcanzando las 100 mil
personas, entre españoles, mestizos e indios. A fines de esa centuria la
población se elevó a 130 mil habitantes y se realizó un extenso programa de
obras públicas, impactando de manera definitiva la estructura tradicional de la
ciudad. De este modo, se introdujo el drenaje y el alumbrado, se alinearon y
empedraron las calles, se reubicaron las plazas y los mercados y se colocaron
placas con los nombres de las calles. Este proyecto reordenador del espacio
urbano fue diseñado por el Maestro Mayor de Ciudad Ignacio Castera y echado
a andar por el "virrey ilustrado", el segundo Conde de Revilla G i g e d ~ . ' ~ ~
Un aspecto fundamental que no se puede omitir al hablar de la ciudad de
México del siglo XVIII, es la reforma finisecular de profundo corte borbónico que
la dividió en cuarteles, con el propósito de lograr una reapropiación de la renta
urbana asÍ como el reafianciamiento político y social de la ciudad más
importante del imperio español.
Si bien desde las primeras décadas del siglo XVIII se hicieron algunos
intentos por organizar la ciudad en demarcaciones especificas, éstos ensayos
Is' Desde 1526 los monarcas españoles empezaron a hacer este tipo de nombramiento en las personas de validos o recomendados quienes recibían ese beneficio de por vida.
AHB. Caja 2, Exp. 58. op. cit. CJ Marcela Dhvalos, De basuras, inmundicias y movimiento. (O de cómo se limpiaba la ciudad de
México afinales del siglo XVIII), Cienfüegos, México, 1989, pp. 2-3.
96
por una u otra razón no tra~cendier0n.l~~ No fue sino hasta 1782 cuando, como
un producto más de las reformas borbónicas, la ciudad de México fue dividiva
para su mejor administración y mantenimiento. En realidad con esta medida se
trataba de retomar y facilitar la recaudación de los tributos de la ciudad, y
desplazar de este ejercicio tanto al Real Tribunal del Consulado como a
algunas corporaciones religiosas que lo habían venido absorbiendo.
AI igual que otras muchas instituciones coloniales, la división de la
ciudad en cuarteles mayores y menores fue un traslado de las formas de
organización que ya imperaban en la mayoría de las principales ciudades de
España. La Ordenanza dada por el virrey Martin de Mayorga, el 4 de diciembre
de 1782, dividió la ciudad de México en 32 cuarteles: ocho principales o
mayores, integrados a su vez cada uno de éstos por 4 cuarteles menores y un
número determinado de manzanas.156 De acuerdo con dicho plan la primera
calle del Relox (luego del Seminario) quedó ubicada dentro del cuartel mayor
número 4, menor 14, manzana 22. Los otros tres cuarteles menores eran el 13,
15 y 16. Desde finales del siglo XVIII y a lo largo del XIX, el cuartel mayor 14 se
caracterizó por ser uno de los más poblados y uno de los más dinámicos,
económicamente hablando.
Las reformas introducidas en la ciudad de México durante la segunda
mitad del siglo XVIII fueron posibles debido fundamentalmente a dos factores.
Sobre el problema de la división de la ciudad en cuarteles véase el ensayo de Eduardo Báez Macías, Planos y censos de la Ciudad de México, 1753, IIE-UNAM, 1989, pp. 409-484.
97
Por un lado, gracias al pensamiento ilustrado que se incubó en la mente de una
élite de administradores coloniales que impulsó una serie de propuestas en
relación al reordenamiento de la estructura urbana; y, por el otro, merced al
sustento ideológico del movimiento liberal-racionalista que hizo factible la
cristalización de algunas medidas importantes. Las reformas experimentadas
tanto en el ámbito económico como en el social significaron el inicio de un
proceso de descorporativización y secularización de la vida colonial que daría
paulatinamente paso a una sociedad regida por el capital comercial y la libre
competencia.
María de Jesús del Rey, propietaria efímera
En 1731 Domingo Mateos fundó en compañía de José Aguirre y Elizondo una
sociedad mercantil para realizar transacciones comerciales dentro y fuera del
territorio novohi~pano.'~' Sin embargo, la muerte de ambos socios (la de
Mateos en abril de 1746, y la de Aguirre y Elizondo a comienzos de 1747),
ocasionó que esta sociedad se disolviera y que se llevara a cabo la distribución
de las ganancias obtenidas entre la viuda de Mateos, Clara Chirinos Palacián y
la de José Aguirre, María de Jesús del Rey y Bousa. No sabemos bajo qué
postulados se estableció dicha sociedad ni tampoco bajo qué condiciones se
llevó a cabo la distribución de los beneficios, lo cierto es que, como
AHACM. Ramo: Ordenanzas. Vol. 2984, Exp. 23. '" AGNAH. Notaría 19. Notario Juan Antonio Arroyo. Vol. 129
98
consecuencia de la cancelación de la compañía Maria de Jesús del Rey obtuvo
la posesión de la casa que nos ocupa por escritura del 27 de abril de 1747. El
28 de septiembre de 1751 se le confirmó como heredera universal de su difunto
esposo.158
A fines de 1747 o principios de 1748, María de Jesús del Rey contrajo
nupcias con el capitán y antiguo corregidor Gregorio Francisco Bermúdez y
Pimentel.159 El breve periodo en que la casa fue de su propiedad es sustancial,
por haberse llevado a cabo en ese lapso una profunda remodelación del
inmueble.
El Convento de la Concepción compra la casa
El Convento de la Limpia Concepción fue uno de los primeros en establecerse
en Nueva España, así como la cuna de la mayor parte de los que se fundaron
en la ciudad de México y otros lugares del virreinato entre los siglos XVI y XVIII.
Fue instituido oficialmente como convento en 1540 por Fray Juan de
; 2- $umárraga, recibiendo en ese mismo año la Cédula del emperador Carlos I y
del Papa Pablo Ill la Bula correspondiente."j0
El Convento de la Concepción poseía un número apreciable de fincas en
la ciudad de México, producto de sus inversiones en la propiedad raíz y de los
Is* APS-12. "Títulos de la casa de la calle del Relox ...If. AGNAH. Notaría 588. Notario Francisco Rivera Buitrón. Vol. 4021. "Venta de Casa en favor del
Convento de la Concepción. Con copia de Alcabala. Año de 1751". I6O Cf: Francisco de Sedano, Noticias de México, ColecciónMETROpolitana, México, 1974, Tomo I, pp. 83 y 114.
99
censos, hipotecas y capellanías de las cuales era beneficiario. Las posesiones
del Convento se dividían, de acuerdo al volumen de las rentas generadas y a la
importancia del inmueble, en "casas mayores'' y "casas menores". En 1752 la
casa del Seminario 12 o de la primera calle del Relox, estaba registrada en sus
libros como la posesión número 32 del Convento y era catalogada como "casa
mayor"?"
A principios del siglo XIX su administrador, Antonio Rodriguez, informó a
la Secretaría del virreinato que de 1807 a 181 1 , el Convento había tenido
entradas por un valor de 318 mil 761 pesos. AI sobrevenir la exclaustración en
1859, se hizo el cálculo de los bienes del Convento por valor de un millón 995
pesos, con un capital activo de 185 mil 334 pesos y un pasivo de 110 mil 710
pesos.16*
El 22 de septiembre de 1751, la nueva poseedora ya había "tratado y
ajustado" vender dicha propiedad al Convento de la Concepción en la cantidad
de 36 mil pesos, "sobre cuyo particular otorgué un papel de promesa de venta
que firmé en compañía de mi marido Gregorio Francisco Bermúdez y
Pimentel".'63 A cambio de ello recibió un adelanto de trece mil pesos por
conducto del Mayordomo del Convento.
Pocos días antes, el 18 de septiembre, el Maestro Mayor de Arquitectura
i I Manuel Alvarez, había verificado la vista de ojos y avalúo de la casa, por /
AGN. Ramo: Templos y Conventos. Vol. 115, Exps. 19,20 y 22.
1 O0
encargo de las madres religiosas. Su dictamen nos proporciona una firme idea
del grado de intervención del inmueble realizado por la nueva propietaria,
además de constituir un valioso testimonio para la historia de esta casa en
particular y para los anales de la arquitectura doméstica de esa época en I /
,/ general. Este es el retrato hablado de la construcción que nos heredó el
Maestro:
He visto y reconocido una casa principal de obra nueva que está en la calle que llaman del Relox frente de la Santa Iglesia Catedral, la cual consta su frente de 16 varas y su fondo de 57 [...I que se compone de una accesoria, con su sala y recámara, cochera y zaguán, patio en éI, dos bodegas capaces, caballería, pajar y segundo patio, con un portal sobre arcos de cantería, dos escaleras de bóbedas que suben a los entresuelos, que son ocho piezas todas muy capaces, otra escalera principal de tres tramos de bóbeda, con arco grande á su entrada, y desembarca en tres corredores sobre planchas, zapatas y pendales de cedro, y por ellos tienen uso la vivienda alta, que es sala principal que coje toda la frente, sala de estrado, oratorio, recámara, sala de asistencia, cuarto para moras, cocina, despensa, azotehuela y necesarias, y orto cuarto, todo lo referido es obra nueva hecha á todo costo con paredes de mampostería de buenos gruesos, con ornatos de puertas, ventanas, y pilastras de cantería labrada, la fachada de sillería de tezonc, el rodapié de toda la casa de piedra negra labrada, los techos de vigas de siete y á ocho varas, enladrillados los pisos y azoteas, empechados los patios, zaguán y calle, las puertas y ventanas de madera de cedro, clavadas con bronce, con sus herrajes corrientes aplanados; blanqueado y pintado todo por dentro y fuera, los corredores y escaleras con barandales de fierro gruesos y en las ventanas rejas, balcones y lumbrera de lo mismo, a la calle un balcón que coje todo su frente, de balaustres, todo grueso, las escaleras con escalones de chiluca; que hecha regulación sobre la expresada fábrica, según se halla labrada, de el mucho tiempo que tiene y del sitio según el paraje en que se halla, sale de cuenta por valor de todo lo expresado, la cantidad de cuarenta y dos mil doscientos pesos, lo que declaro y juro en
162 AHBNAH. Secció Manuscritos. Libro de los principales capitales que se ponen en el Arca de este Convento de Nuestra Señra de la Concepción de Mkxico, 1763-1858. 163 AGNAH. Notaría 588. Notario Francisco Rivera Buitrón. Vol. 4021, op. cit.
~~
101
debida forma, de derecho y lo firmo en México á 18 días del mes de Septiembre de 1751
En 1749 la casa fue hipotecada por María de Jesús del Rey y su
segundo marido a favor de doña Juana de Arteaga Mejía, viuda de don
Francisco Pablo Fernández. Dicha hipoteca se estableció por un plazo de dos
años, prestándose por cada uno de ellos diez mil pesos con un interés de cinco
por ciento por cada año. AI parecer la premura de María de Jesús del Rey por
vender la casa en 1751, se debía al vencimiento de la hipoteca, por esta razón
quizá en la promesa de venta se comprometía a hacer "gracia y donación" al
Convento de cualquier demasía que interviniera en el precio del inmueble."j5
De cualquier forma el negocio de compra-venta entre ambas partes se
llevó a cabo sin ninguna dificultad y de manera expedita. El 30 de septiembre
las Reverendas Madres Presidenta, Vicaria y Definidoras del Convento de la
Concepción obtuvieron la licencia del Arzobispo para comprar la finca, no sin
antes convencerlo respecto de las ventajas que para dicha institución
representaba este negocio: "Logrando la utilidad de asegurarla en tan buen
paraje, la que dentro de pocos años debengará en sus arrendamientos todo su
precio y quedará por más de cien años fructificándole al Convento, como lo
experimentamos en fincas antiquisimas que tenemos en esta calidad . 11 166
Ibid. Zbid. Zbid.
I o2
En la escritura de compra-venta del 1 ro. de octubre de 1751, firmada,
por una parte, por el Mayordomo del Convento Juan de Dios Martinez de
Viana, y por la otra, por doña María de Jesús del Rey y Bousa, ésta última
aceptaba que,
vendo en venta Real de hoy para siempre al mencionado Convento de la Purísima Concepción de Nuestra Señora de esta Ciudad, su Presidenta Vicaria y Definidoras en su nombre, las referidas casas principales con todo lo que les pertenece de zahuán, asesoria, cochera, entresuelos altos, y de todo cuanto se compone su edificio nuevo, con rexas, balcones, varandales, pasamanos, lumbreras, chapas, llaves, cerrajes y cerrojos, y con todas sus entradas y salidas, usos, costumbres, derechos y servidumbres y cuanto le toca y pertenece de hecho y de derecho, y sin reservación de cosa alguna, en precio y cuantía de 36 mil pesos de oro común en Reales.’67
Este capítulo sobre la historia de la casa es particularmente significativo,
ya que por primera vez en su existencia pasó de las manos de un propietario
laico a las de una institución religiosa (una de las más antiguas y poderosas de
Nueva España), misma que de inmediato trató de sacarle provecho en el
mercado de la renta urbana. En efecto, entre 1751 , año en que el Convento
compró la casa, y 1790 en que la comenzó a rentar al Seminario Conciliar,
dicha propiedad tuvo, al menos, cuatro arrendatarios, entre ellos un personaje
cuya trágica muerte iba a impactar a la sociedad novohispana de fines del siglo
XVIII: el comerciante español y Prior del Consulado de Comercio Joaquín
Dongo.
‘67 Ibid.
103
De este modo, a principios de 1752 el Convento rentó la casa por un
periodo de cinco años al acaudalado comerciante Jorge Rodriguez, el cual
debió pagar una renta por año de mil 300 pesos. AI cumplirse el contrato con el
Sr. Rodriguez en los primeros meses de 1757, no sabemos si el inmueble fue
nuevamente rentado o si quedó desocupado por algún tiempo. Lo que sí
sabemos es que de 1771 a 1776 el comerciante y rico hacendado Joaquín
Dongo rentó la residencia pagando una renta de mil pesos por año.168
Tiempo después el mismo Joaquín Dongo sería víctima de uno de los
crímenes más atroces cometidos en la ciudad de México durante la Colonia. El
23 de octubre de 1789 un grupo de delincuentes penetró en su casa, localizada
en la Calle de Cordobanes (hoy Donceles), asesinando junto con éI al resto de
la servidumbre, compuesta por un portero, el cochero, el lacayo, un indio correo
y el ama de llaves, además de un hombre inválido y una persona llamada
Nicolás Lanuza, que al parecer era su cuñado. Se supone que los asesinos
fueron aprehendidos y que se les hizo cumplir sentencia el 7 de noviembre de
ese mismo año. Cumplida ésta sus cadáveres fueron expuestos toda una tarde
en el patíbulo con las manos mutiladas, "como una forma de escarmiento . 11 169
"* AGNAH. Notaría 588. Notario Francisco Rivera Buitrón. Vol. 95, Exps. 4 y 5. '69 Véase al respecto el Memorial instructivo relativo u la causa que se f o m ó u los homicidas de Don Joaquín Dongo, (Anónimo), Vargas Rea Edit. (Biblioteca Aportación Histórica, 24), México, 1945; asimismo, "Joaquín Dongo", en Vicente Riva Palacio y Manuel Payno, El libro rojo. México 1520-1867, Editorial Leyenda, México, 1946, pp. 271-291.
~ ~~
104
Por último, tenemos referencias de que entre 1776 y 1781, alquiló la casona
un español llamado Ignacio Mimiaga, y que don Joaquín de los Ríos la habitó
entre 1788 y 1789.I7O
El Colegio Chico de Santo Tomás se instala en el inmueble
El Colegio del Seminario Conciliar de México, institución creada para la
formación de sacerdotes, fue fundado el cuatro de diciembre de 1683 y
comenzó a construirse en terrenos pertenecientes a la Catedral, el cuatro de
diciembre de 1689. Su fundación fue aprobada por el rey por Cédula del 21 de
julio de 1691. En enero de 1696 el edificio de austera arquitectura estaba
completamente terminado; sin embargo, por una u otra causa su inauguración
tuvo que postergarse hasta octubre de 1697. En esa fecha el Colegio abrió sus
puertas para alojar a los quince alumnos fundadores, de los cuales doce eran
descendientes de conquistadores y tres hijos de caciques del Obispado de
Méxi~o.’~’
A fines de la primera mitad del siglo XVIII, el Colegio Seminario mostraba
ya problemas para albergar a los más de cien alumnos que se preparaban
como sacerdote~. ’~~ Por este motivo en 1748 el rector del Seminario, Dr. José
Fernández de Palos, dispuso la prolongación del Colegio por su parte sur, sin
alcanzar a resolver el déficit de espacio. A fines del mismo siglo, los
”O AHACM. Ramo: Obras Públicas en General. Vol. 773a, foja 16 y 36.
105
administradores del Colegio se dieron a la tarea de buscar una casa en sus
inmediaciones, con el propósito de ser rentada y tratar de remediar la
insuficiencia del Seminario para dar cabida a un número creciente de alumnos.
Tal problema se resolvió al ser localizada una casona "vacía y sin ninguna cosa
ni gente" contigua al Colegio, la marcada entonces con el número 4 de la
primera calle del Relox (hoy Seminario 12), de la cual era propietario el
Convento de la Concepción.
Dadas las características del inmueble y su cercanía con el Colegio, de
inmediato su Mayordomo, Dr. Atanasio Rodriguez de León, se entrevistó con el
Administrador del Convento, Pbro. Antonio Rodriguez, para llegar a un acuerdo
sobre el alquiler de la finca. Sin grandes divergencias~de por medio ambos se
dirigieron al Arzobispo Alonso Núñez del Cano y'Peralta, para obtener su venia (;L. r . ' /' .',
t
sobre la subscripción del contrato de arrendamiento. El 9 de mayo de 1790 el
Arzobispo autorizó dicho contrato, dando fe del estado en que se encontraba la
casa el Arquitecto José Joaquín Garcia de Torres, Académico de Mérito de la
Real Academia de San Carlos, Agrimensor de Tierras y Minas y Perito de la
Curia Ecle~iástica.'~~ (Véase, al final de este trabajo, el Apéndice sobre las
condiciones que guardaba el inmueble al momento de ser rentado por el, /
. i Colegio Seminario).
I 7 I Pbro. Pedro Sánchez, Historia del Seminario Conciliar de Mé-xico, Escuela Tip. Salesiana "Cristóbal Colón", México, 1931, Tomo I, pp. 71-72 y 82. 17* ASCM. Nombramientos. Caja 199, B-11-5, 171 1-1797. 173 Pbro. Pedro Sánchez, Historia del Seminario Conciliar de México, op. cit., p. 243.
106
La firma del contrato de arrendamiento se verificó el 28 de junio de 1790,
quedando fuera del mismo, pero no sin dejar de ser válidos, algunos acuerdos
previos, a saber: que toda la casa sería rentada con exclusión de las dos
accesorias que daban a la calle, "que una es del trato de vinatería y la otra de
los oficios de Providencia", y que para "su entrega y recibo se formase una
memoria expresiva conteniendo las piezas, tabiques, chapas y demás utensilios
de la finca [...I con el fin de que el Convento, cuando se reponga en su finca, se
execute su devolución en los mismos términos en que se entrego . '11 174
Las cláusulas que sí se hicieron constar en el documento fueron las
siguientes:
I) "Que dicha finca ha de ser precisamente para que sirva para el consabido
Colegio Chico, titulado de Santo Tomás, y por todo el tiempo que la necesite,
corriendo su arrendamiento desde veinte y siete del último Abril en adelante";
2) "Que en cada un año le ha de pagar al Convento la cantidad de un mil pesos
en que se han convenido sin demora alguna";
3) "Que cuando llegue el caso de que ya no la necesite para dicho Colegio, en
que ha de cesar su arrendamiento, la ha de devolver en la misma conformidad
que la recibió, con arreglo a la Memoria firmada por el Maestro de Arquitectura";
4) "Que pagando puntualmente el precio anual de este arrendamiento, no le
despojará de dicha finca por más, ni por el tanto que otro le dé por su alquiler,
ASCM. Secretaría. Caja 199, B-11-4, Año de 1790.
107
ni tampoco la venderá, ni enagenará durante el tiempo que la necesite, y si lo
contrario se verificara ha de ser nulo y este arrendamiento firme . 11 175
AI tiempo de ser firmada la escritura, el Administrador del Convento de la
Concepción decidió establecer otras dos condiciones: que el arrendamiento de
la finca debía correr por tiempo de nueve años (aunque en la práctica se
prorrogó en más de una ocasión), contados desde el día de su entrega;
asimismo, que todas las composturas que se ofrecieran en el inmueble
correrían por cuenta del Colegio Seminario, a excepción de las puertas, chapas
y llaves que se requiriesen. Ambos requisitos fueron aceptados por el
Mayordomo del Colegio.'76
En este contexto, es importante hacer notar que por no existir ningún
contrato sobre mercedes de agua para la propiedad, el propio Arzobispo le
concedió al Colegio los derrames de la pila de agua del Palacio Arzobispal, "por
carecer de agua la finca como así lo declara el actual Mayordomo del Convento
á que toca pues no goza de este beneficio, cuya sesión temporal hace en toda
forma de derecho para que el asentado Colegio use, haya, tenga y disfrute de
ella, como le parezca, durante su permanencia en dicha finca".'77 l a pila a que
se hace referencia se encontraba en el segundo patio del Arzobispado,
colindante con el patio trasero de la casa, y con el objeto de aprovechar sus
derrames se mandó construir en éste último un pozo.
Ibid. Ibid.
I O8
La habilitación del inmueble como Colegio de seminaristas supuso la
alteración de sus módulos originales. La casa fue ocupada por pasantes y
minimistas, destinándose una pieza para capilla, otra para refectorio y otra más
para aula o cátedra; y como entonces los alumnos no eran muy numerosos, los
superiores del Colegio no vieron inconveniente en subarrendar a ''personas
honradas" las habitaciones de la planta baja y de entresuelos. Sin embargo, el
aumento del número de estudiantes, por una parte, y la finalización de los
contratos de subarrendamiento, por la otra, originó que en 1797 se utilizaran los
entresuelos como habitaciones para los catedráticos de menores, medianos y
mayores, y las piezas de la planta baja como aulas. Asimismo se mandó
habilitar una pieza como cocina.178
Vale la pena señalar que al menos en dos ocasiones, entre 1793 y 1794,
el Maestro Mayor de Ciudad Manuel Castera acudió al Colegio Chico con el fin
de realizar algunos "remiendos ordinarios de cuartea dura^".'^^
Quizá porque se pensaba dar término al contrato de arrendamiento que
existía con el Convento de la Concepción sobre el inmueble que albergaba
dicho Colegio, los administradores del Seminario Conciliar contrataron en 1812
al Arquitecto José Antonio Zúñiga con el propósito de que llevara a efecto el
reconocimiento de la finca y elaborara un cálculo de lo que costaría volverla a
su estado original. El informe que el 18 de agosto de 1812 expuso el arquitecto,
Ibid. 17' ASCM. Nombramientos. Caja 199, B-11-5, 171 1-1797.
1 o9
nos proporciona una idea muy precisa sobre el tipo de modificaciones que
experimentó la casa durante el tiempo que fue usada como Colegio. Así el
Mayordomo del Seminario fue enterado de lo siguiente:
He pasado a reconocer y valuar el costo que tedrá poner en su primitivo estado la casa que pertenece al Real Convento de Religiosas de la Concepción, que ocupa el Real y Pontificio Colegio del Seminario, y es como sigue: en el patio quitar los asientos y brasero, cerrar la comunicación de la otra casa; en la bodega construir una pared para dividir la del cuarto del guarnés, su envigado y quitar la cátedra y los asientos que tiene; poner la puerta de la cochera bajo del arco y en el segundo patio hacer el pesebre y ventana con reja y su piso envigado; en los entresuelos del primer descanso de la escalera construir dos tabiques con sus marcos de cantería y puertas de madera. En los del segundo descanso cerrar una puerta y destapar otra, reducir los lugares comunes a su primitivo estado y destapar y poner portón en la escalera que baja de estos entresuelos al citado segundo patio; en la escalera poner el portón y los balaustres de fierro y perillas de bronce que faltan en el pasamano; en el barandal del corredor los dos arcos que le sostienen y las perillas que le faltan; construir el gabinete quitando el tramo de corredor de fierro y ponerle su ventana y reja; puerta al corredor y comunicación a la sala sin puerta de madera; en dicho gabinete cerrar la comunicación a la otra casa, destapar la puerta de la sala, construir tres tabiques para dividir las piezas, abrir las ventanas y ponerle sus dos balcones de fierro y puertas de madera; en los cuartos interiores destapar una puerta, construir el plaser y la hornilla; en la azoteguela, la escalera de madera y portón para la asotea. En la cocina, brasero y chimenea, poner chapas, aldabas y recorrer pisos de toda la casa y destruir la fuente, todo lo expuesto asiento el por menor de su costo como á mil tresientos cuarenta y un pesos. México Agosto 18 de 1812, José Antonio Zúñiga".'80
El presupuesto de las obras fue aprobado por los superiores del
Seminario y las reparaciones se llevaron a cabo en menos de un año.'81 No
sabemos si después de ser restaurada la casa el Colegio Chico la continuó
AHACM. Ramo: Obras Públicas en General, Vol. 774a, fojas 58 y 59. ASCM. Secretaría. Caja 199, B-11-4, 1708-1 799.
110
ocupando; o si, por el contrario, permaneció vacía por elgún tiempo. Por otro
lado, tenemos referencias de que entre 1821 y 1823, la finca objeto de nuestro
estudio fue invadida por las fuerzas de Agustin de Iturbide.
En efecto, durante los balbuceantes primeros años del México
independiente, Agustín de lturbide, con el propósito de someter a los opositores
republicanos, mandó que se ocuparan como cuarteles los locales o conventos
de algunas órdenes religiosas en la ciudad de México. Algunos recintos de los
betlemitas y concepcionistas, así como de otras ordenes hospitalarias,
fungieron como tales desde fines de 1821 hasta la abdicación del emperador
en 1823.18* El llamado Colegio Chico, cuyo inmueble pertenecía al Convento de
la Concepción, fue ocupado también durante ese periodo, siendo probable que
esta circunstacia haya marcado el término de la relación que existía entre el
Convento y el Seminario Conciliar.
"' Pbro. Pedro Sánchez, Historia del Seminario Conciliar de México ..., op. cit., p. 245. AHACM. Ramo: Temporalidades de Jesuitas. Vol. 40, Exp. 66.
1 1 1
Capítulo IV
Miguel Buch: inquilino y propietario
Después de haber concluido la relación con el Colegio del Seminario, la casa
permaneció desocupada por algunos años, hasta que a fines de la década de
1820 fue rentada por Miguel Buch, hombre de negocios de origen español, para
habitarla junto con su familia. De esta época se conservan algunos documentos
en los que el nuevo inquilino solicitó permiso al Ayuntamiento para
reaprovechar los derrames de las aguas del Arzobispado, autorización que
obtuvo en 1830. De manera concreta el escrito del 12 de septiembre de ese
mismo año nos proporciona datos esenciales acerca de las condiciones que
guardaba la casa en ese momento. En el oficio dirigido en dicha fecha a la
Comisión de Aguas, el señor Buch expuso lo siguiente:
En el segundo patio de mi dicha morada hay una fuente á la que según estoy informado venían los derramaes de las aguas del Arzobispado, hasta que se hubo descompuesto y ensolvado. Como S.E. el Ayuntamiento es dueño de todos los derrames, y á nadie perjudico con aprovecharlas á S.E. suplico se sirva concedérmelos reponiendo por mi cuenta la cañería.'83
Dos días después el Fontanero Mayor corroboró lo señalado por el señor
Buch, puntualizando además que las aguas de los derrames "estuvieron en
'*' AHACM. Ramo: Aguas. Mercedes en Arrendamiento. Vol. 65, Exp. 36.
112
corrientes, ya cuando aquella finca sirvió de Colegio Chico del Seminario, y ya
cuando se convirtió en cuartel, en cuya época, con el abandono que hay
comunmente en semejantes locales, no se hizo aprecio del acueducto, y se
hubo d e ~ ~ ~ m p ~ e ~ t o ~ ~ . ' ~ ~
La presencia del señor Buch fue, no cabe duda, de grandes beneficios
para la finca, pues desde que se estableció en la misma comenzó a realizar
todo tipo de mejoras en el estropeado inmueble; así, restauró los patios y la
fuente, volviendo a abastecer de agua a la casona, además de introducir
algunos detalles ornamentales en yeso y madera en el interior de ésta, con el
deseo quizá de poner a la moda del día la inmueble.185 A fines de 1840 la casa
del Seminario 4 (hoy 12) no podía estar en mejores condiciones, según lo deja
ver la descripción proporcionada por Manuel María Delgado y Velarde,
Académico de Mérito de la Academia Nacional de San Carlos y, en ese
momento, Segundo Director de Arquitectura de la misma:
La superficie que ocupa la casa --comenzaba diciendo el perito-- es un paralelogramo rectángulo de diez y seis varas por la fachada que mira al Oeste, cincuenta y ocho de fondo y novencientas veinte y ocho varas cuadradas. La fábrica material consta, en el piso bajo, de cochera, saguán y patio enlosado, un almacen grande con el piso entablonado, patio segundo empedrado, y en éI caballeriza, dos cuartos envigados sobre SOCIOS, sevadero, pozo y pileta. El piso alto consta de entresuelos y piso principal: aquellos se componen de escalera formada sobre alfardas en la cochera, antesala, cocina, sala, cuatro recámaras y comedor. Otro entresuelo interior compuesto de cuatro piezas y corredorcito. El piso principal tiene escalera de tres tramos sobre bóvedas planas, corredor de
Ibid. ADGMH. Expediente de la casa del Seminario 12.
113
dos lados, antesala, sala, tres recámaras, asistencia, comedor, otros tres cuartos, cocina, azotehuela, y en ella otro cuartito y común con corriente. Esta casa es toda de mampostería con cerramientos, jambas y mochetas de cantería, los pisos buenos, como también los techos, puertas y cerraduras. Los corredores, escaleras y balcones con barandales y rejas de yerro, las paredes sin desplome y las azoteas enladrilladas.'86
Este magnífico estado de la finca logró conservarse por un buen tiempo,
precisamente el tiempo en que el señor Buch la habitó, primero como
arrendatario y posteriormente como su propietario. Empero la forma y las
condiciones que envolvieron el acto por medio del cual el Convento de la
Concepción tuvo que desprenderse de la casa, fueron sustancialmente
diferentes a la manera como se habían producido los anteriorres cambios de
propietario. La principal diferencia estriba en que el Convento vendió el
inmueble obligado por las circunstancias, de hecho forzadamente; y la segunda
en el estado de excepción en que se encontraba la ciudad y el país en ese
momento.
Como consecuencia del "Decreto sobre ocupación de bienes
eclesiásticos" del 11 de enero de 1847, que el Gobierno de Santa Ana turnó a
los administradores de los conventos, señalando a cada uno de ellos la cuota
que les correspondía en el millón y medio de pesos con que debían contribuir
para soportar los gastos de la guerra con los Estados Unidos, conventos como
el de la Concepción, Santa Catarina, de la Encarnación, Santo Domingo, de la
~~~ ~~ ~ ~~ ~~ ~~
APS-12. "Escritura de venta de la casa núm. 4 de la Calle del Seminario, otorgada a favor de D. Miguel Buch, en 24 de Mayo de 1847".
114
Merced, etcétera, se vieron obligados a sacrificar algunas de sus más
redituables pro pie da de^.'^^
En su caso, al no tener liquidez para poder hacer los pagos, el
Mayordomo y Definitorio del Convento de la Concepción resolvió poner en
venta algunas de las fincas, valiéndose inclusive de corredores. Sin embargo, a
fines de 1847 no se había presentado más comprador que el señor Miguel
Buch, quien interesado en adquirir la casa que éI mismo habitaba, ofreció por
ella la misma cantidad de 36 mil pesos que había costado, siendo esta la mejor
oferta, o mejor dicho la única que se presentó.
De esta manera, el Mayordomo solicitó al Vicario Capitular del Convento,
don Juan Manuel Irrisarri, la correspondiente licencia para llevar a efecto la
enajenación, acompañando el avalúo de la propiedad, hecho el 26 de abril del
mismo año y que le confirió un costo de 39 mil 190 pesos. Dada la inexistencia
de otros postores y la presión que el Gobierno ejercía sobre las órdenes
religiosas, el señor Vicario no tuvo otro camino que conceder la licencia.
Es importante señalar que al ser consultadas con anticipación tanto la
Abadesa del Convento como las Reverendas Madres Definidoras, sobre la
venta de la casa del Seminario 4, éstas expresaron un profundo desacuerdo al
considerar "el grave sentimiento que les causa deshacerse de una finca tan
'*' AGNAH. Notaría 169. Notario Ramón de la Cueva. Tomo I. Véase asimismo, AHACM. Ramo Historia. Guerra con Estados Unidos. Vol. 2266, Exp. 19.
115
apreciable, situada en tan buen paraje y con un inquilino tan puntual en su
pago".188
Las religiosas eran de la opinión de que mejor se debía buscar
comprador para la casa de la Calle de Santa Teresa, "que lejos de producir
renta alguna, por el contrario, causa el gasto de un cuidador, que igualmente
[se] solicite la venta de aquellas casas cuyos inquilinos estén atrasados, ó sean
de mala paga, ó de otros barrios y de circunstancias menos apreciables que las
del número cuatro del Seminario, y que de ésta se eche mano sólo en caso
muy forzoso, de que no haya absolutamente otro arbitrio con que cubrir la
cantidad que corresponde al convento . 11 189
A pesar de su discrepancia, el 24 de mayo de 1847, la Reverenda Madre
Abadesa Sabina de Santa Rita y las religiosas Definidoras María lgnacia de
Señor San Joaquín, María Dolores de San Felipe Neri, María Nicolasa de los
Cinco Señores, María Concepción Margarita de San Juan Nepomuceno, así
como su Mayordomo administrador Jorge Madrigal del Convento de la
Concepción, signaron, ante el Escribano Ramón de la Cueva la escritura por la
cual se otorgaba,
en venta real y enajenación perpetua de hoy para siempre [...I al referido Don Miguel Buch, sus herederos y sucesores, la relacionada casa número cuatro de la Calle del Seminario, frente al Sagrario, con todas las piezas de que se compone, en sus altos, entresuelo y bajos, sitio en que está fabricada, sus entradas, salidas, usos, costumbres, derechos y
'** APS-12. "Escritura de venta de la casa núm. 4 de la Calle del Seminario ...I' I R 9 Ibid.
116
servidumbres, bajo los linderos que la ciñen C...] en el estado en el que actualmente se encuentra, y cuanto le corresponda y pueda corresponderle, según y como la ha poseído el Convento y poseyeron sus causantes, en precio y cantidad de treinta y seis mil pesos que declaran tener recibidos del Señor Buch á su entera satisfacción C...] para que disponga de ella á su arbitrio, como de cosa suya propia habida y adquirida con el justo título de compra y venta.Ig0
De este modo llegaba a su fin el periodo de casi cien años, noventa y
seis para ser exactos, en que el Convento de la Purísima Concepción había
podido disfrutar de los dividendos derivados de la renta de esta casa.
Sin embargo, podría decirse que la venta de la finca no fue en realidad
un mal negocio para el Convento, sobre todo si se toma en cuenta que otras
órdenes religiosas, bajo la amenaza de ser ocupadas sus propiedades por el
Gobierno, comenzaron a desprenderse de manera apresurada de las mismas,
vendiéndolas frecuentemente por debajo de su precio.
Este fue el caso del Convento de la Encarnación que vendió en 15 mil
pesos, a Gregorio Mier y Terán, la finca número cinco de Santo Domingo. El
mismo Mier y Terán pagó 5 mil pesos al Convento de Santa Catarina por el
inmueble marcado con el número dos de la Calle de Donceies. Para José C.
Valadés este fue el comienzo de la concentración de bienes raíces en manos
de particulares durante el siglo XIX.191
I9O Ibid. 19' José C . Valadés, Origenes de la Reptjblica Mexicana, Editores Mexicanos Unidos, México, 1982, pp. 589-593.
117
De alguna manera la intervención norteamericana allanó el camino hacia
la Reforma religiosa. La Ley de Desamortización de los Bienes Eclesiásticos de
1856, originó que muchas huertas y cementerios que pertenecían a los
conventos se pusieran en venta y que a la postre acabaran por fraccionarse.
Conventos como el de Santa Paula, Los Angeles y Campo Florido, entre otros,
se convirtieron en parte de nuevas colonias al ordenarse, como consecuencia
de esta ley, su clausura en 1870.
Pero las Leyes de Reforma no sólo dejaron su impronta en el ámbito de
lo conventual, la secularización de la vida en una ciudad tan inclinada a lo
religioso implicó cambios, algunos de ellos abruptos, en el mundo del comercio,
de los negocios, de las relaciones sociales, etcétera. El paisaje urbano, como
es evidente, también se transformó.192
A lo largo de la Colonia y hasta antes de que hicieran su irrupción las
Leyes de Reforma, la Calle del Seminario representó una de las vías
procesionales más importantes de la ciudad. Por esa arteria se iba o se venía a
los recintos capitales del culto cristiano en Méxco: a la Catedral y su Sagrario,
al Arzobispado, a los Conventos de Santa Catarina de Siena y de la
Encarnación y a los Santuarios de Nuestra Señora de Guadalupe y de la Virgen
19* No siendo este el mejor lugar para abundar sobre los orígenes del proceso de secularización en México, sólo queremos mencionar que para historiadores como Andrés Lira y Anne P. Staples, la Reforma, esto es, la abolición del poder económico y social del clero, se h e haciendo lentamente durante y a partir de la primera República representativa federal, hasta desembocar en el enfrentamiento definitivo entre el clero y el Estado liberal anticlerical del régimen juarista.
118
de los Remedios, sobre todo cuando la ciudad era acosada por inundaciones,
temblores y otro tipo de eventos naturale~. '~~
La fisonomía de esta calle adquirió un nuevo cariz cuando, como
producto de la Reforma liberal, Ezequiel Montes, Ministro de Justicia y
Negocios Eclesiásticos en el Gobierno de Juárez, ordenó desalojar el edificio
del Seminario Conciliar, mismo que fue clausurado en 1861 para ser ocupado
como cuartel. Después, por deudas del mismo Gobierno, el inmueble fue
adjudicado por un precio irrisorio al súbdito y comerciante español Antonio
Gutiérrez Víctori, quien lo convirtió en un caserón de vecindad,
eufemísticamente conocido como "Hotel del Ex-Seminario". Invadido por
fondas, cafés, billares y carpas, finalmente fue demolido en 1934.
AI fin, aunque muy tardíamente, se cumpliría la sentencia que uno de los
urbanistas republicanos más inquietos, Simón Tadeo Ortiz de Ayala, había
hecho caer sobre este inmueble en 1831, al proponer eliminar de la Plaza
Mayor el Parían y el Seminario, al tiempo de construir fachadas en los edificios
que los rodeaban, como modelos de los cuatro órdenes de la arquite~tura.'~~
'93 Varias obras y testimonios dan cuenta de este respecto. Por ejemplo, Gregorio M. Guijo, Diario (1648- 1664), Porrúa Hnos., México, 1986. 2 Vols; Elisa Vargas Lugo, "Las fiestas de beatificación de Santa Rosa de Lima", en El arte efimero en el mundo hispánico, UNAM-IIE, 1983; Francisco de Sedano, Noticias de México, op. cit. Asimismo del Archivo Histórico del Ayuntamiento de la Ciudad de México los ramos: Arzabispos, años 1731-1811, Vols. 384 y 385; Festividades Religiosas, años 1695-1867, Vol. 1066; Historia. Inundaciones, años 1714-1903, Vols. 2272 a 2275; Procesiones, años 1686-1827, Vol. 3712; Villa de Guadalupe, años 1737-1847, Vols. 4296-4297, entre los principales. '94 Tadeo Ortiz de Ayala, México considerado como nación independiente y libre, Biblioteca Jalisciense, Guadalajara, México, 1952, Tomo 111, pp. 148-149 y 170. Digamos de paso que el nuevo mercado de El Parián se construyó entre 1695 y 1703, sustituyendo al que había sido incendiado en el motín de 1692. En 1843 Santa Anna ordenó su demolición.
119
Ésta fue la calle por donde Miguel Buch caminó una y otra vez después
de 1847. En el Padrón de Calles de 1864, que ubica a la del Seminario en la
Manzana 122 del Cuartel Mayor 4 Menor 14, se asientan algunos datos
valiosos tanto de la propiedad como de sus habitantes, a saber:
l . Número de inmueble: 4
2. Propietario: Miguel Buch
3. Ocupación: comerciante
4. Número de pisos de la casa: 3
5. Valor estimativo: 36 mil pesos
6. Total: 36 mil
7. Producto: 3 mil 200 pesos
8. Familia del propietario: 7 personas
9. Criados del propietario: 81g5
Miguel Buch murió el 14 de octubre de 1871 en la ciudad de México,
pero en su testamento, otorgado el 8 de febrero de 1864, ya había dispuesto la
división de sus bienes entre sus sucesores. El señor Buch había estado casado
con doña Francisca González y Echeverría, con la que había procreó cinco
hijos: Angela, Miguel, Francisco, Emilia y Sofía.'96
19' AHACM. Padrón de Calles de 1864. Vol. 49 l . '96 AGNAH. Notaría 725. Notario José Villela. Vol. 4936. Tomo I. "Testamento del Sr. Miguel Buch que otorga en la Ciudad de México a los 8 días del mes de febrero de 1864".
120
Fue socio de la firma "Casa Agüero González y Cía.", fundada hacia
1844 y dedicada a la explotación de minerales de plata en Zacatecas.
Asimismo, era propietario de ranchos en Jala y de una casa en la villa de
Tacubaya en la Calle de los Alumnos. En la ciudad de México poseía las
siguientes fincas: casa número 10 de la Calle de San Agustín, casa número 4
de la Calle del Seminario, casa número 5 de la Primera de Plateros y la casa
marcada con el número 2 de Santa Teresa la Antigua.'"
De acuerdo con lo dispuesto por el testador la casa del Seminario 4,
cuyo valor se estimó en el mismo en el que éI la había adquirido (36 mil pesos),
se aplicó a doña Angela Buch de González, su hija mayor, por la quinta parte
que le correspondía en la herencia. La división de bienes se llevó a cabo el 31
de diciembre de 1872, ante el Notario José Villela.'98
Entre 1872 y 1878 la casa del Seminario 4 no fue utilizada por Angela
Buch de González como su residencia particular, pues ella siguió viviendo en
su casa, la marcada con el número 14 de la Calle de Zuleta. La vuelta del
inmueble a su antigua condición de "casa de productos", primero, y
posteriormente su venta, a fines de 1878, a la "Sociedad Miguel Bringas y Cía.",
pusieron término a un ciclo de casi 40 años en que la finca logró adquirir uno de
sus mejores estados de salud en toda su historia.
19' Ibid.
La familia Bringas: una familia acaudalada
La familia Bringas y Robles fue, ante todo, una familia acaudalada. Su riqueza
provenía básicamente de sus negocios con la propiedad raíz, de sus
inversiones en algunas industrias mineras y de préstamos de considerable
cuantía realizados con particulares. A la muerte de don Miguel Bringas y
Garmendia, el dominio y posesión de sus bienes pasó a sus cuatro hijos,
Miguel, Joaquín, Angela y Luz Bringas, instituidos herederos en el testamento
que otorgó el 15 de abril de 1872. Con el conjunto de estos bienes, y con el
propósito de continuar los negocios que había afianzado don Miguel, a iniciativa
de su esposa, doña Luz Robles de Bringas, fue constituida por un periodo de
cinco años la sociedad mercantil denominada "Miguel Bringas y Cía.", el 30 de
diciembre de 1874."'
La misma Luz Robles de Bringas había contribuido para la formación de
la sociedad con $1,327.200 pesos, una casa y una hacienda, producto de las
ganancias de la sociedad conyugal que había existido entre ella y su marido. AI
morir doña Luz Robles, el 17 de abril de 1875, la sociedad quedó prorrogada
primero por cinco años más entre sus cuatro hijos como únicos herederos; y
después por otro año, según se hizo constar en las escrituras del I O de enero
de 1880 y del 25 de enero de 1885, respectivamente.200
~ ~~ ~~ ~~ ~~ ~ ~~ ~~ ~ ~~ ~~~ ~~~ ~~ ~~~~
19' AGNAH. Notaría 725. Notario José Villela. Vol. 4936. Tomo I. "Cancelación. Don Miguel y Don Francisco Buch y Don Francisco de P. Favela, por l a s Señoras Dña. Sofia y Dña. Emilia Buch".
AGNAH. Notaría 25. Notario Juan M. Villela. Vol. 56. 'Oo AGNAH. Notaría 725. Notario Juan M. Villela. Vol. 57.
122
Aun cuando después de esta última fecha no se solicitó ninguna nueva
prórroga, por mutuo acuerdo de los socios la sociedad mercantil continuó sus
operaciones hasta el fallecimiento de don Joaquín (en París, el 26 de
septiembre de 1892), y después por cuenta de don Miguel, doña Angela y doña
Luz hasta el fallecimiento de don Miguel, que había ejercido desde el principio
la gerencia de la sociedad. Por el fallecimiento de don Miguel Bringas y Robles
(en París, el 25 de febrero de 1902), sucedieron en la universalidad de los
bienes sus hermanas Angela y Luz, instituidas por éI mismo herederas en el
testamento que otorgó en París el 28 de febrero de 1881 , ante el Oficial
Primero de la Legación Mexicana en Francia.2o1
De este modo, el Iro. de diciembre de 1903 se estableció que por haber
transcurrido el término por el cual fue creada la Sociedad y los plazos de las
prórrogas, así como por haber fallecido el socio gerente de la corporación,
quedaba formalmente disuelta la sociedad comercial "Miguel Bringas y
El dominio de los diversos bienes inmuebles adquiridos a lo largo de su
ejercicio pasó a manos de las señoritas Angela y Luz Bringas por igual. En la
escritura de disolución de la Sociedad quedaron especificadas, entre otras
propiedades, las siguientes:
20' Zbid. *O2 Zbid.
123
1. Casa No. 4 de la Calle de la Palma (1881);*03
2. Casa No. 3 de San Agustín (1880);
3 a 7. Casas marcadas con los números 15 de la primera Calle de San Juan de
Letrán y 3, 5, 7 y 9 de la Avenida Independencia (1877);
8. Casa No. 9 de la primera Calle de López (1 879);
9. Casa No. 27 de la Calle del Puente Quebrado (1877);204
1 O. Casa No. 40 de la tercera Calle de San Juan de Letrán (1 878);
1 1. Casa No. 28 de la segunda Calle de Mesones (1882);
12. Casa No. 3 de la segunda Calle de Mesones (1 879);
13 y 14. Casas No. 1 de la primera Calle de Mesones y 7 de la Calle de la Joya
(1881);
15. Casa No. 3 de la Calle de Tiburcio (1878);
16. Casa No. 4 de la Calle del Seminario (1 878);
17 y 18. Casas números 2 y 3 de la Calle de los bajos de San Agustín (1 880);
20 y 21. Casas números 1 O y 12 de la Calle Nueva o 23 y 27 de la primera
Calle Ancha (1 876);
22 y 24. Casa No. 22 de la primera Calle Ancha (1897);
'O3 Los años entre paréntesis corresponden a las fechas de la adquisición de los inmuebles, respetándose el orden en que aparecen citados en la escritura original. 204 Esta casa, localizada en la actual calle de República del Salvador esquina con Aldaco, fue comprada por la "Sociedad Miguel Bringas" al célebre escritor Manuel Payno. La afirmación de que dicha casa h e propiedad del escritor lo corrobora el siguiente testimonio. El 21 de diciembre de 1857 en respuesta a su solicitud para que se le vendiera media merced de agua, el Secretario del Ayuntamiento, que en ese entonces era Vicente Riva Palacio, acordó que: "En unión del Fontanero Mayor de la Ciudad y del Escribano de Diligencias de este municipio pasará Ud. [el Comisionado de Aguas], á la casa No. 27 de la Calle del Puente Quebrado que hace esquina y da vuelta al Callejón de Pañeras, de la propiedad del Exmo.
124
25. Casa No. 47 de la 2da. Calle del Puente de Alvarado( 1888);
26. Casa No. 13 de la 1 ra. Calle del Puente de Alvarado (1875);
27. Casa No. 16 de la Calle de la Cervatana (1 898);
28. Casa marcada con los números 29, 33 y 35 de la 2da. Calle de Nuevo
México (1 878).*05
Asimismo quedaron comprendidos en el activo aplicado a las señoritas
Angela y Luz Bringas, un número importante de hipotecas establecidas sobre
préstamos a particulares, al igual que diversas acciones nominales, entre las
que se mencionan especialmente: 750 acciones del "ingenio de San Cristóbal",
100 acciones de la "Negociación Minera El Oriente y Anexas", 50 acciones de
la "Negociación Minera Cerro de San Andrés y Anexas", 200 acciones de la
"Compañía Minera La Mascota", y 40 acciones de la "Negociación Minera
Amistad y Concordia" de Guanajuato. Se incluían, por último, las acciones al
portador y los títulos de obligaciones, bonos o valores; los sernovientes,
mercancías, maquinarias, útiles, documentos, libros de contabilidad,
correspondencia y, en general, todo lo que formara parte de la hacienda de la
extinguida Sociedad.206
Sr. D. Manuel Payno á dar provisión de la media merced de agua que tiene concedida el expresado señor". AHACM. Ramo: Aguas. Mercedes en Arrendamiento. Vol. 71, Exp. 503. *O5 AGNAH. Notaría 725, op. cit. *O6 AGNAH. Notaría 25. Notario Juan M. Villela. Vol. 56.
~~~ ~ ~
125
Por escritura del 3 de junio de 1918, Luz Bringas y Robles adquirió, por
herencia de su hermana mayor Angela Bringas, el otro 50% de las posesiones,
lo que la convirtió en la heredera
La familia Bringas y la casa del Seminario 12
El 28 de octubre de 1878, doña Angela Buch de González vendió a la
"Sociedad Miguel Bringas y Cía.", la casa marcada con el número 4 de la Calle
del Seminario, "con todas las piezas de que se compone en sus altos y bajos,
sitio en que está fabricada, sus entradas, salidas, usos, costumbres, derechos y
servidumbres, bajo de los linderos que la ciñen y cuanto le corresponde de
hecho y de derecho, sin reservación de cosa alguna, según la ha poseído la
vendedora y poseyeron sus causantes".208
Los 26 mil pesos convenidos por la venta del inmueble los recibió doña
Angela Buch del apoderado de los compradores, el señor Juan N. de Vértiz, en
"moneda fuerte de plata del cuño corriente mexicano", con lo que se dió por
cerrada la t ran~acc ión .~~~
Es importante señalar que al momento de la venta, el entresuelo, la
planta alta y los bajos de la casa se encontraban ocupados. El entresuelo lo
rentaba la Sra. Carlota Vda. de Fuero, con la que existía al parecer algún
problema de desahucio, y como en el contrato había una cláusula que
'O7 Ibid. Notaría 25. Notario Juan M. Villela. Vol. 56. Apéndice. Acta 4676.
126
establecía que al ser entregada la propiedad esta vivienda debía estar ya
desocupada, la vendedora quedaba obligada, en caso de que esto no
ocurriera, a pagar a los nuevos dueños la renta del entresuelo de 57 pesos
mensuales.21o
A decir verdad, la casa del Seminario 12 fue tan sólo uno más de los
inmuebles de la "Sociedad Miguel Bringas y Compañía", y su función semejante
a la de cualquiera de las fincas que la familia poseía en la ciudad de México: la
actividad rentística capaz de redituar regulares e importantes beneficios a sus
propietarios. Como un moderno mayorazgo, la Sociedad llegó a acumular una
cuantiosa fortuna, misma que logró incrementar gracias a su atinada
diversificación.
La familia Bringas y Robles fue de hecho el último propietario "histórico"
de la casa y quien la poseyó por uno de los periodos más extensos. El periodo
en que la casona del Seminario 12 estuvo en manos de esta familia, de 1878 a
1988, puede caracterizarse como la etapa en que el inmueble experimentó
mayores cambios debido a la intensidad de usos a que estuvo sujeta, y por el
deterioro virtual que alcanzó la edificación a consecuencia de ello. En realidad
208 APS-12. "Escritura de venta de la casa número 4 de la Calle del Seminario, otorgada por la Sra. Doña Angela Buch de González á favor de los Sres. Miguel Bringas y Compañía". 209 Ibid. ' 'O Ibid. Por otra parte, cuando la "Sociedad Miguel Bringas y Cía." adquirió la casa renovó el contrato de arrendamiento que doña Angela Buch había signado con el coronel Gregorio Méndez Magaña, quien ocupaba desde 1877 los altos de la casa con su mujer y dos empleados domésticos. El coronel Méndez Magaña habia sido una figura destacada del liberalismo tabasqueño, y entre el 4 de octubre de 1864 y el 6 de junio de 1867 actuó como Gobernador y Comandante Militar del Estado de Tabasco, donde nació. El coronel falleció el 28 de marzo de 1887 en su departamento de los altos de la casa del Seminario 12; fue
127
en ningún otro momento como &te la casona adquirió un carácter tan
marcadamente heterogéneo, alojando todo tipo de viviendas, comercios,
despachos, bodegas, etcétera. Podríamos dividir en tres etapas el siglo
comprendido entre los años de 1880 y 1980, en cuanto a los usos que se le
dieron al inmueble.
1. La casa entre los años de 1880 y 1910
En la etapa comprendida entre el porfiriato y el estallido de la Revolución fueron
múltiples los contratos suscritos por la "Sociedad Miguel Bringas y Cía.", para
alquilar los diferentes espacios de la casa. Hubo un rasgo, sin embargo, que
predominó por encima de los contratos, y fue lo que podríamos denominar
"niveles de arrendamiento". En efecto, los Registros de Empadronamiento
correspondientes a esta finca dejan ver que existía por lo regular un inquilino
"principal" que podía a su vez rentar alguna parte del inmueble a un
"subinquilino", este a una tercera persona y así hasta un cuarto o quinto
arrendatario, sin escatimar ningún tipo de espacio arquitectónico por mínimo
que fuera, como el cubo del zaguán, accesorias, cuartos, cobertizos, etcétera.
No obstante que la permanencia de los inquilinos era a veces por breve
tiempo y en ocasiones hasta efímera, los espacios habitables de la casa no
tardaban mucho tiempo en volver a ser ocupados, lo que da idea de la
sepultado en el Panteón de Dolores, pero sus restos fueron trasladados en febrero de 191 1 a Tabasco al Cementerio General de la actual Villahermosa.
128
demanda que tenían los inmuebles más céntricos o mejor ubicados de la
ciudad.
Así, desde agosto de 1883 hasta febrero de 1909, la Sra. Amanda A.
Crivelli ocupó los altos, el entresuelo y la bodega de la casa pagando por ello
una renta de $170.00 pesos al mes. El 22 de mayo de 1909 Sofía González
rentó toda la casa, con excepción de la accesoria situada al lado norte del
zaguán, por $190.00 pesos mensuales. La accesoria a su vez la había rentado
la Sra. Guadalupe Vargas desde octubre de 1894 y al menos hasta 1912
pagando $35.00 pesos de renta al mes.
El 22 de diciembre de 1909 las señoritas Angela y Luz Bringas y Robles,
adquirieron oficialmente la propiedad de la casa por disolución de la Sociedad
Bringas, en $33,150,00 pesos; toda la casa, menos la accesoria, la siguió
rentando la Sra. Sofía González. Por contrato del 22 de abril de 1909, la misma
Sra. González le rentó al licenciado. Carlos Aguirre en $120.00 pesos al mes el
entresuelo del inmueble, compuesto de dos cuartos exteriores y cinco
interiores, reservándose para su habitación el piso alto de la casa.
129
La casa de Seminario 12 y su contexto
Padrón del Cuartel Menor 14, correspondiente al Mayor Núm. 4. Año de 1882 Resumen:
~~ ~~ ~ ~~
Templos y edificios públicos: Edificios particulares:
Parroquia de San Sebastián
Templo del Carmen
de Loreto
I' de Santa Teresa
I' de Santa Inés
I' de Santa Catarina
Capilla de San Sebastián
Templos evangélicos
Academia de San Carlos
Suman:
Total de edificios:
1 Casas de 4 pisos 1
1 It 3 pisos 57
1 II 2 pisos 274
1 II It 1 piso 134
1
1 Suman: 466
1
1
1
9
475
Número de habitaciones: 2692
130
Giros mercantiles e industriales:
Agencias de comisiones
Baños
Bazares
Billares
Bizcocherías
Boticas
Cafés
Carbonería
Carnicerías
Carpinterías
Cristalerías
Doradurías
Empeños, casas de
Encuadernaciones
Estanquillos
Expendios de cal
Fábricas de cigarros
Fábricas de fideos
Ferreterías
Fondas
Fusterías
Guitarrerías
Herrerías
Hojalaterías
Imprentas
Jarcierías
Jugueterías
Latonerías
1
1
1
1
8
4
1
20
14
17
1
3
2
3
24
I
1
1
1
14
1
1
5
5
2
2
1
4
Maicerías
Ordeñas
Panaderías
Peluquerías
Plateros
Plomerías
Pulquerías
Recauderías
Relojerías
Restaurantes
Sastrerías
Sederías
Sombrererías
Talabarterías
Talleres de bordado
Talleres de escultura
Talleres de órganos
Tendajones
Tiendas de abarrotes
Tlapalerías
Tortillerías
Tornerías
Traperías
Tenerías
Velerías
Zapaterías
5
3
3
13
3
1
19
18
3
1
18
2
5
1
1
1
1
26
15
1
6
2
1
2
3
21
131
Lecherías
Locerias
Nacionalidad:
Mexicanos:
Extranjeros:
Españoles
Franceses
Italianos
Guatemaltecos
Alemanes
Peruanos
Total de extranjeros:
Total de habitantes:
1
2
244 1
70 Estadounidenses
17 Cubanos
9 Buenos Aires
a Panameños
6 Polacos
4 Belgas
124
12,505
132
Número y tipo de ejercicios:
Abogados 85 Farmacéuticos 7
Agricultores 3 Flebotómanos 1
Arquitectos 6 Ingenieros 17
Escribanos públicos 2 Médicos 25
Dentistas 1 Profesores 15
Número y tipo de oficios:
Albañiles
Armeros
Artistas
Bordadores
Botoneros
Canteros
Carpinteros
Carroceros
Cobreros
Curtidores
Doradores
Encuadernadores
Escultores
Filarmónicos
Fundidores
Herreros
Hojalateros
Impresores
Latoneros
Litógrafos
Pasamaneros
Pintores
90
3 2
8 2 8
21 3 7
1
2 31 9
16 47
9
50
26 72
8 6
2 57
Afiladores
Agentes de negocios
Aguadores
Alfareros
Billeteros
Cargadores
Carniceros
Carreteros
Cereros
Cocheros
Comerciantes
Corredores
Dependientes
Domésticos
Dulceros
Empleados
Escritores públicos
Estanqueros
Estudiantes
Fotógrafos
Funcionarios públicos
Jardineros
2
5 46 1
2 38
19
9 3
53
469 24
115 277 5
304 2 13 21 3 5 2 7
133
Plateros
Relojeros
Sastres
Sombrereros
Talabarteros
Tapiceros
Tejedores
Tiradores de oro
Vidrieros
Zapateros
9
6
209
59
41
18
40
1
1
233
Jornaleros
Labradores
Maquinistas
Ministros católicos
Neveros
Panaderos
Peluqueros
Telegrafistas
Tocineros
Traficantes
comerciales
Veleros
77
12
4
25
1
44
17
5
8
1
3
Fuente: AHACM. Estadística Municipal. México, 1882. Vol. 1034.
Cuando el Inspector del Departamento de Empadronamiento pasó a
practicar la estimación de las rentas de las localidades del inmueble, reportó
que el piso alto que se reservaba la inquilina "principal", constaba de 11 piezas
y cocina y que tres de ellas eran bastante grandes, tres de regular tamaño y las
demás pequeñas, con decoración sencilla.211
El 20 de mayo del mismo año, la Sra. Sofía González había
subarrendado a la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes en 50 pesos
al mes la bodega del primer piso.
A partir de 1910, tanto la Sra. Sofía González como el licenciado Carlos
Aguirre, verificaron una serie de contratos para subarrendar partes de la casa.
Entre los años de 1910 y 1917 el uso prioritario que se le dió al inmueble fue el
134
habitacional y por debajo de este el comercial y el de servicios, al establecerse
en algunas de las piezas de la edificación despachos de abogados y de
notarios, y en las accesorias cafeterías y pequeños restaurantes. La adaptación
de las localidades de la casa a los usos para los cuales eran rentados, supuso
muchas veces la modificación de los espacios arquitectónicos originales.
Creemos importante hacer notar, finalmente, que el comportamiento
seguido en los niveles de arrendamiento de este inmueble puede observarse
también en la mayoría de las casas de la calle del Seminario hasta 191 2 , por lo
menos. De acuerdo con los Registros de Empadronamiento de las Fincas
Urbanas de la Ciudad de México,212 durante los años de 1898 a 1912, el cuartel
Número 2 (antes Cuartel Mayor 4, Menor 14), estaba integrado por 100
manzanas, de las cuales la Calle del Seminario era la primera y se componía
por nueve inmuebles, a saber: la casa número 1 de Juan N. Navarro, la 2 de
Concepción A. de Escalante, la 3 de Concepción P. de Cuevas, la 4 de Miguel
Bringas, la 5 de Eulalio Morán, la 6 de Dolores S. de Sauto, la 7 de Tomás
Morán, la 8 de Isabel Dondé y la 9 de José lves Limantour.
211 AHACM. Fincas Urbanas. Cuartel 2. Manzana 1. Registros de Subarrendos. Años de 1909 y 1910. 2'2 El Fondo Fincas Urbanas del Archivo Histórico de la Ciudad de México está constituido por más de tres mil volúmenes, y el periodo que cubre, de 1898 a 1912, aunque breve, registra una etapa crucial de la vida de la ciudad y de l a s poblaciones aledañas a ésta, ya que el material no sólo consigna el problema de la propiedad urbana en la capital, sino también el de l a s llamadas municipalidades foráneas del Distrito Federal en esos años de coyuntura. Los datos principales que se anotan en los Registros de Empadronamiento de Fincas Urbanas, son los siguientes: número de registro, número de cuartel, número de manzana, nombre de la calle (antigua y nueva nomeclatura), número de la casa, superficie del inmueble, nombre del propietario, domicilio del propietario, valor del inmueble, número y clase de las localidades, nombre de los inquilinos, rentas mayores, menores y de "vacíos" y rentas totales.
135
El orden de la numeración corría entonces de sur a norte, empezando
por la Calle de Moneda hasta la Calle Cerrada de Santa Teresa la Antigua. Con
el nuevo cambio de nomeclatura de septiembre de 1910, se comenzó a contar
de modo inverso, de norte a sur, dejando por lo tanto la casa que nos ocupa su
antiguo número cuatro para adoptar el doce que hasta la fecha conserva.213
Valor de la propiedad raíz en la Calle del Seminario (1898-1912)
No. de casa* Propietario Valor del inmueble
1898 1912
José lves Limantour $34,000,00 Isabel Dondé $16,666,00 Suc. Tomás Morán $29,153,31 Suc. Dolores S. Sauto $50,000,00 Suc. Eulalia Flores $25,000,00 Sociedad Bringas y Cía. $27,000,00 Concepción P. de Cuevas $10,587,00 Concepción A. de Escalante $1 1,000,OO Testament. Juan N. Navarro $12,000,00
$60,000,00 $32,000,00 $1 50,000,OO $138,000,00 $44,000,00 $34,000,00 $35,700,00
$54,400,00
*LOS números entre paréntesis corresponden a la nomeclatura actual. Fuente: AHACM. Registros de Empadronamiento de las Fincas Urbanas de la Ciudad de México.
El análisis de los volúmenes del ramo Aguas. Mercedes en Arrendamiento,
del Archivo Histórico del Ayuntamiento de la Ciudad de México, indica que la
mayoría de los propietarios de las fincas arriba mencionadas ya lo eran desde
los años de 1860 y 1870, y que ninguna de estas propiedades fueron ocupadas
o expropiadas durante ni depués del movimiento armado.
2'3 "Nomeclatura". Acta Número 365. Calle del Seminario, en Boletín Oficial, Julio-diciembre de 1910. p. 631.
136
2. La casa entre 1920 y 1960
A diferencia de la etapa anterior, la comprendida entre estos años se
caracterizó por el predominio del uso comercial del inmueble. Entre los años de
191 8 y 1959 los locales comerciales instalados en la casona fueron los
siguientes:
I) 191 8-(?) Repostería "El Paisaje", propiedad del señor Enrique Barrios;
II) 1929-1932. Establecimiento de Café y Restaurant, propiedad del señor José
Kong y Cía.;
1 1 1 ) 1932-1 937. "Anteojos Optica Mexicana";
IV) 1933-1 938. "Armería y Sastrería Civil y Militar";
V) 1937-1 975. "Librería Navarro";
VI) 1946-1955. "Joyería Silver", "Joyería Casa La Chiquita", "Platería" y
"Librería Teresita";
VII) 1947-1975. Joyería de Gregorio Ponce de León;
VIII) 1949. Joyería instalada en el cubo del zaguán, sin licencia;
IX) 1955-(?) "Joyería Anita. Relojes Ultramar".
Uno de los problemas derivados de la presencia de estos
establecimientos fue la invasión de la fachada por los rotulones comerciales, los
que afectaban importantes elementos de cantería. A su vez, como un intento de
hacer visibles los materiales nobles de la construcción, desde 1932 comenzó a
137
ordenarse que se descubriera el revestimiento de tezontle de la portada,
principalmente el del segundo y tercer piso que se encontraba cubierto con
mezcla y pintura.
La readecuación de los espacios de la casona con el objeto de alojar los
diversos locales de comercio, significó la agregación de elementos ajenos a la
estructura original. Por ejemplo, entre los años de 191 8 y 1920 se construyó un
muro que separó el zaguán del patio. Dicho muro se levantó antes de la
promulgación de la primera Ley sobre Patrimonio y Conservación de
Monumentos y Bellezas Naturales de enero de 1930. Esta Ley, al igual que la
del 19 de enero de 1934, establecía la obligación de conservar los monumentos
coloniales. Otro muro de concreto fue levantado en junio de 1946 para separar
la accesoria de Gregio Ponce de León del cubo del zaguán.
Con el objeto de propiciar la valoración y salvaguarda de las
construcciones coloniales adyacentes a la Plaza de la Constitución, el 16 de
junio de 1931 , Pascua1 Ortiz Rubio expidió un decreto declarando de interés
público la protección y conservación del aspecto típico de la Plaza. En dicha
disposición se establecía que: "Las casas y edificios números I O , 12, 14 y 18
de la Calle del Seminario y las casas números 1 y 3 de la Plaza del Seminario
situadas dentro del perímetro que forma la Plaza de la Constitución de esta
Ciudad, constituyen una unidad monumental por el carácter de su arquitectura,
138
por su valor artístico que da a esa Plaza un aspecto típico digno de
conservación . II 214
Dos años después, el 6 de enero de 1933, la Secretaría de Educación
Pública a través de su titular Narciso Bassols, acordó declarar monumento
colonial la casona de Seminario 12, luego de que la Comisión de Monumentos
y Bellezas Naturales opinara favorablemente acerca de este fallo. Los motivos
que avalaron dicha declaración fueron divididos en tres rubros:
1. "Datos históricos: Las formas de este edificio parecen revelar que su
construcción fue en el siglo XVII o principios del XVIII";
2. "Descripción del inmueble: Fachada de tres cuerpos, con portada que se
prolonga hasta el tercer piso para dar importancia al balcón central.
Revestimiento de tezontle";
3. "Elementos arquitectónicos y decorativos de mayor interés: Toda la fachada
con sus claros encuadrados en cantería robustamente moldurada. El patio con
su amplia escalera. Esta casa conserva casi integra su apariencia primitiva que
armoniza perfectamente con el conjunto de la Plaza de la Const i t~c ión" .~~~
Sin embargo, con la formulación de la Ley de Congelamiento de Rentas
de 1942, se hizo particularmenete difícil la preservación de los inmuebles
considerados de interés histórico. Esta ley, que imponía un tope a las rentas de
*I4 Catálogo de Construcciones de la Ciudad de México y de l a s Delegaciones. Dirección de Monumentos Coloniales, INAH, México, 1933. * I 5 "Edificios coloniales, artísticos e históricos de la República Mexicana que han sido declarados monumentos", INAH, Dirección de Monumentos Coloniales, México, 1939.
139
300 pesos, benefició a los inquilinos de 11 1 205 viviendas de la zona central,
es decir, una quinta parte de las propiedades de la ciudad. El aumento del
costo de la vida de casi 1000% alcanzado después de la Segunda Guerra
Mundial, limitó drásticamente el proceso de descongelamiento de las rentas.’I6
3. La historia reciente. Los usos de la casa entre 1970 y 1980
Los años comprendidos en estas dos décadas fueron, sin duda alguna, años
difíciles en la historia reciente de la casa. Este último periodo estuvo signado
por un importante número de proyectos, por el abandono a que estuvo
expuesta la edificación y aun por la amenaza de su demolición. La magnífica
ubicación del inmueble, en un lugar céntrico y estratégico de la ciudad, así
como su volumen y características arquitectónicas, propició que diversas
instituciones, predominantemente públicas, manifestaran interés en instalarse
en dicha finca.
En 1975 eran pocos los comercios y los inquilinos que habían logrado
sobrevivir a la declinación del inmueble, prácticamente abandonado y en
deplorables condiciones higiénicas. En ese entonces los espacios ocupados de
la casa eran los siguientes:
a) Local A: Joyería de Gregorio Ponce de León;
b) Local B: Librería de Mario Navarro Zimerón;
~~
2’6 Claude Bataillon y Hblene Ribiere #Arc, La ciudad de México, SepSetentas, México, 1973, p. 47.
140
c) Joyería del zaguán de Graciela Romo Curiel;
d) Entresuelo exterior No. 1: María de Jesús Saucedo Vda. de Torres;
e) Entresuelo exterior No. 3: Lic. Rafael Díaz Mercado;
f) Portería.
Bajo la presión jurídica de la Fundación Luz Bringas, ese mismo año
desocupó la casa la inquilina del segundo piso, que a su vez lo administraba
como "casa de huéspedes".
De las instituciones que mostraron mayor interés por adquirir la casa,
destaca la solicitud del 27 de octubre de 1980 de la Secretaría de Turismo,
cuyo objetivo era instalar en el inmueble un centro de información turística "con
dos o más salas de exposiciones temporales, biblioteca y hemeroteca
especializada, librería, expendio y tienda de artesanías, oficinas de servicios
turísticos, et^".*'^ Este proyecto no se verificó por no heber llegado a un
acuerdo con la Fundación.
Por esa misma fecha se recibió una propuesta para establecer en la
casa la Asociación de Arquitectos Restauradores y, finalmente, en enero de
1988, el INAH hizo llegar a la Fundación Luz Bringas un ofrecimiento formal
para adquirir el predio con el objeto de atender algunas necesidades de
espacio de la Institución, en particular de la Dirección de Estudios Históricos.
~~~
* I 7 ADGMH. Expediente de la Casa del Seminario 12.
141
La Casa del Seminario 12 y la transformación de su entorno inmediato
Escribe Le Corbusier que el tipo Único de calle que nos legaron los siglos, en
otro tiempo acogía por igual a peatones y jinetes, y que a fines del siglo XVIII el
empleo generalizado de las carrozas provocó la creación de las aceras: "En el
siglo XX --dice-- ha caído sobre ellas, como un cataclismo la masa de los
vehículos mecánicos --bicicletas, coches, camiones, tranvías--, con sus
inesperadas velocidades . ¿De qué manera se han reflejado las
trasformaciones de la estructura vial en el conjunto de calles que circundan la
casa tema de nuestro estudio?
11 218
A lo largo de la Colonia la primera calle del Relox , luego del Seminario,
debió ser una de las calles más transitadas de la ciudad, debido a su carácter
de vía procesional y de acceso a la plaza principal donde se hallaban los
centros de abasto más importantes de la ciudad (como los mercados del Parián
y el Volador), así como los edificos públicos y administrativos más importantes
del gobierno virreinal: el Palacio de Gobierno, las Casas Consistoriales, la Casa
de Moneda, la Cárcel, la Universidad, etcétera.
Desde el inicio del proceso de reconstrucción de México-Tenochtitlan, el
perímetro central de la ciudad (unas 170 o 180 hectáreas), se convirtió en uno
de los ámbitos urbanos más disputados por los conquistadores ya que, como
hemos visto, en esta área se concentraban las mejores calzadas, así como una
142
extensa superficie que ya no era necesario desplantar y que ofrecía un
apreciable cúmulo de materiales constructivos.
Siendo así una de las zonas más rápidamente ocupadas, muy pronto
también su fisonomía comenzó a ser transformada: se derribó la catedral
primitiva en 1566 y comenzó a construirse la nueva en 1573, se levantó el
Seminario Conciliar entre 1689 y 1696 y, entre los años de 1746 y 1768 el
Sagrario metropolitano. La integración de la "manzana sagrada" de la ciudad
supuso, no obstante, que se llevara a cabo el desalojo y destrucción de las
casas que ocupaban una parte considerable de esa área. En las Actas de
Cabildo quedaron asentadas algunas de las características arquitectónicas de
esas edificaciones, debido a los reclamos por indemnización que a lo largo de
varios años hicieron sus propietarios al Ayuntamiento. Sabemos que eran
casas de respetable factura, de dos niveles y algunas de ellas adornadas con
arcadas.
En efecto, desde 1534 la Catedral y el Ayuntamiento entablaron una
fuerte y larga disputa por .el dominio y uso de los terrenos donde años antes
habían construido sus casas los consejales. El Obispo Fray Juan de Zumárraga
nos pone al tanto del problema al argumentar en el Cabildo eclesiástico
celebrado el primero de marzo de 1536 que,
siendo gobernador el Marqués del Valle, repartió solares, señaló ciertos de ellos, en una cuadra que confina con la Plaza, la Iglesia Catedral y
* I 8 Le Corbusier, Principios de urbanismo (La Carta de Atenas), Obras Maestras del Pensamiento Contemporáneo, 20, Editorial Planeta Mexicana, México, 1993, pp. 98-99.
143
Casas obispales y servidores de ella, los cuales el Obispo de Tlaxcala bendijo y como el Obispo, por mandato de Vuestra Majestad fue a España, el Cabildo de la Ciudad, viendo que no había quien se lo resistiese, tomó dos solares de la dicha cuadra para pósitos de la misma ciudad, en la parte que para la Iglesia y cuadra estaba ya bendita como dicho es, y cuando volvió el Obispo de esa Corte halló hechas unas casas y tiendas arrendadas y atributadas, en lo cual la Iglesia ha recibido muy notorio agravio.*"
En síntesis, Zumárraga exigía que de acuerdo con lo estipulado en la Real
Cédula del 23 de febrero de 1534, la cual trajo de España el mismo Obispo de
Tlaxcala, le fueran devueltos a la Catedral los terrenos en disputa, cuya
extensión era aproximada a dos solares.
Una Ejecutoria del Consejo Supremo de Indias del 7 de diciembre de
1593, ratificó el dominio de la Catedral sobre esos terrenos. Sin embargo, el
Ayuntamiento de la ciudad de México alegó que dos cédulas, una de 161 1
(cuya fecha exacta se ignoraba), y otra del 18 de enero de 1655, justificaban su
dominio sobre todo el ámbito de la Plaza a beneficios de propios. No obstante
los argumentos del Ayuntamiento, dicha superficie fue despejada en tres
momentos con el aval de la Corona:
1) El 27 de septiembre de 1659, por orden real, se mandaron demoler las casas
que estaban a la vista de la puerta de la Catedral que "mira a las casas del
Marqués del Valle y también otras frente a la torre y puertas principales, para
descubrir la fachada";
* I 9 ACMM. Rollo 1398, Vol. 11. "Sobre límites y terreno propio de la Iglesia Catedral".
144
2) Por Superior Decreto del 11 de julio de 1710 fueron derribadas las "casas
que había hacia el sur";
3) Por virtud de otro Decreto, este del 5 de junio de 1737, se mandaron demoler
"las casas del lado oriente en la Calle del Relox, y también del Portal contiguo a
la Contaduría de la Iglesia que llamaban de los Chapineros, con lo que quedó
enteramente despejada la cuadra de la Iglesia . I1 220
Ya hemos señalado que las casas que ocupaban el espacio donde se
levantó el Colegio Seminario, y de las cuales una era del Maestro Mayor
Cristóbal de Medina Vargas, se demolieron en 1688.
Como consecuencia de la planificación contemporánea de la ciudad de
México, desde 1880, pero sobre todo después de la Revolución de 1910, la
Calle del Seminario nunca volvió a ser la misma, aunque siguió existiendo una
marcada continuidad en cuanto al tipo de actividades que la caracterizaron
desde la época de la Reforma.
Uno de los cambios más notables de esta arteria lo representó la
construcción de un mercado de libros en la Plaza del Seminario. Dicho mercado
fue mandado construir durante el segundo semestre de 1885 por el entonces
presidente del Ayuntamiento de México Pedro Rincón Gallardo, y se derribó en
julio de 1923 para ampliar la pequeña pero dinámica Calle del Seminario.
En agosto de ese último año la noticia difundida por la prensa según la
cual la histórica fuente del Salto del Agua iba a ser trasladada al Jardín del
145
Seminario por iniciativa del Lic. Miguel Alessio Robles, causó todo tipo de
reacciones, optándose finalmente por una fuente cuya arquitectura armonizara
con la del Sagrario metropolitano.221
En las primeras décadas de nuestro siglo, la Plaza Mayor era un núcleo
urbanístico al cual convergían todas las líneas de tranvías y camiones para
pasajeros.222 De este modo, con el objeto de facilitar el tráfico en el crucero de
las calles de Seminario y Moneda, en 1925 se decidió trasladar la estatua
levantada en honor de Enrico Martinez hacia un sitio inmediato, de tal suerte
que quedara en el mismo alineamiento en que se hallaba la fuente monumental
de Fray Bartolomé de las Casas. Con la traslación del monumento, se decía,
"se ayudará mucho al tráfico en ese lugar, que es uno de los más concurridos
de la capital, [así como] a la estética de la Plazuela del Seminario . II 223
Con la demolición en 1934 del viejo edificio del Seminario, la calle que
sobrevive con su nombre, quedó constituida por una sola acera, la oriental. Por
otra parte, a partir de la década de 1980, se le asignó un destino específico a
Ibid. Boletin Municipal (del Ayuntamiento de la ciudad de México). Tomo IX, Núm. 33. Agosto 17 de 1923.
p. 331. 222 A fines de la primera década del presente siglo, el servicio público del transporte de pasajeros en el Distrito Federal estaba a cargo de los tranvías, cuya red era de 254 kilómetros de vía con 333 carros. Se contaba, además, con el servicio de coches de tracción animal, entre los que predominaban las carretelas de primera, segunda y tercera clases. Estos últimos vehículos heron los primeros en experimentar la competencia de los automóviles de alquiler, mismos que para 1912 no eran más de veinte. La Primera Guerra Mundial de 1914-1918 aceleró el auge de la industria automovilística, y aunque no se tienen estadiísticas del número de automóviles de alquiler que circulaban por la ciudad de México, sí se sabe que eran ya numerosos. Entre los años de 19 16 y 1917 nacen las primeras e incipientes líneas de autobuses, las cuales lograrían consolidarse entre 1918 y 1923. El sitio donde se concentraban era el Zócalo, ya sea frente al Palacio del Ayuntamiento, frente al Portal de Mercaderes, frente a la Catedral o el Monte de
146
las calles contiguas a la Plaza Mayor. De manera concreta las calles de
Moneda, Seminario y Guatemala fueron convertidas en vías de circulación de
peatones, tratándolas de preservar de la invasión de vehículos mecánicos.
Cabe mencionar, por último, que debido a las excavaciones arqueológicas
practicadas en dicha área en los años setenta, tres de las casonas coloniales
que integraban el conjunto urbanístico de la acera oriental de la Calle del
Seminario (las marcadas con los números 6, 4 y 2), tuvieron que ser
sacrificadas para dejar emerger al Templo Mayor.
Piedad y a lo largo de la Avenida 5 de Mayo. Cf: Moisés T. de la Peña, El servicio de autobuses en el Distrito Federal, Talleres Gráficos de la Nación, México, 1943, pp. 1 1- 17. 223 Boletin Municipal. Tomo XII, Núm. 7, 1 1 de julio de 1925, p. 32.
147
Conclusiones
La ciudad es la proyección de la sociedad sobre el terreno; recoge la huella de
la historia, de los usos para los que fueron creados algunos edificios y de la
actividad económica de los grupos sociales para los que se hicieron. Con
frecuencia, la estética de un inmueble refleja los valores (pre) dominantes en
una época.
En el paisaje urbano de la ciudad de México, diseminadas aquí y allá,
todavía pueden contarse un gran número de construcciones seculares, no
obstante abiertas a las sombras. Estas residencias y casonas representativas
de la arquitectura habitacional novohispana, reclaman ahora mismo su
memoria. La relación al menos de sus momentos más significativos, como
testimonio irrecusable de su propia historia. Si es ineludible volver la mirada
hacia lo que "aquí había, pero ya no se ve", lo es con mayor razón depositarla
en lo que aún existe y debe preservarse.
Con este ensayo hemos querido llamar la atención sobre la inaplazable
tarea de rescatar del colapso material y del olvido el patrimonio arquitectónico
de la ciudad de México, pero especialmente el de aquellas construcciones de
las que poco o nada se sabe, pero que han ocupado un lugar definido en el
desarrollo urbano de nuestra metrópoli. Esta arquitectura, de muchas formas
menoscabada y desdeñada es, por otra parte, la que mayor protección moral y
material merece.
148
Este ensayo ha querido ser asimismo una explicación más o menos
detallada de los cambios y permanencias verificados en un inmueble y su
entorno inmediato, a lo largo de un prolongado periodo de tiempo; pero
también, y sobre todo, un ejemplo y una reflexión sobre los nexos insoslayables
que vinculan a la arquitectura, la sociedad y la historia.
En la Carta de Atenas, uno de los primeros documentos de carácter
internacional en donde se llamó la atención sobre la necesidad de salvaguardar
las edificaciones aisladas y los conjuntos urbanos de interés histórico, esta
vinculación quedó traducida en la siguiente frase: "La vida de una ciudad es un
acaecer continuo que se manifiesta a lo largo de los siglos a través de obras
materiales, sean trazados o construcciones, que la dotan de una personalidad
propia y de las cuales emana poco a poco su alma. Esos testimonios preciosos
del pasado serán respetados, en primer lugar, por su valor histórico o
sentiminetal; también porque algunos de ellos contienen en sí una virtud
plástica en la que se ha incorporado el genio del hombre en el más alto grado
de intensidad. Forman parte del patrimonio humano, y quienes los detentan o
están encargados de su protección tienen la responsabilidad y la obligación de
hacer cuanto sea lícito para transmitir intacta esa noble herencia a los siglos
venideros . 11 224
La casa del Seminario 12 es un inmueble construido en los primeros
años del siglo XVII, con todas las características constructivas de esa época.
149
Presenta intervenciones del siglo XIX y de principios del XX. A pesar de lo cual,
podemos establecer que en cuanto a partido arquitectónico y sistemas
constructivos pudo ser recuperada en un 95% de lo que fue en su origen, dado
que las intervenciones del siglo XIX representaron pequeñas modificaciones en
espacios habitacionales y acabados, y las más recientes fueron modificaciones
de vanos en fachada, así como construcciones agregadas, mismas que
pudieron ser retiradas sin el mayor riesgo de afectación de la estructura
arquitectónica original. Su ubicación corresponde al área que fuera parte del
conjunto prehispánico del Templo Mayor, por tanto sabemos que se encuentra
asentada sobre basamentos de esa época, específicamente sobre parte del
basamento del Templo de Tezcatlipoca.
Desde su construcción hasta nuestros días, la casona objeto del
presente estudio ha tenido diferentes propietarios, así como una diversidad de
usos, aspectos ambos que incidieron en las condiciones materiales del
inmueble, tanto en un sentido favorable para su preservación, como negativo
en cuanto a su deterioro. Con base en los usos dados a la casa podríamos
distinguir cuatro etapas de su historia. La primera abarca desde la construcción
del inmueble, en los primeros años del siglo XVII, hasta 1790, y se caracteriza
por su uso como casa habitación. En la segunda etapa, comprendida desde
este último año y quizá hasta mediados de 1810, la casona fue aprovechada
224 Le Corbusier, Principios de urbanismo, op. cit., pp. 103-104.
150
para alojar al Colegio Chico del Seminario, y registró algunas adaptaciones
para su mejor función en ese sentido. En la tercera etapa, de fines de 1820 a
1878, la casa volvió a ser recuperada como espacio familar. El cuarto y último
periodo que comprende desde este último año hasta la década de 1970, se
distinguió por la intensidad y simultaniedad de usos del inmueble, propiciando
en el mismo un notable deterioro.
En resumen, en lo que lleva de vida, el inmueble ha tenido catorce
propietarios, quince incluyendo a sus actuales dueños, entre descendientes de
fundadores de mayorazgos, empresarios coloniales, hombres de negocios e
instituciones religiosas.
Queda por hacer un último comentario. AI principio de este trabajo
hemos sugerido el planteamiento de que una edificación material es un texto,
un documento histórico, y que es posible hacer de éI, o de éstos, diversas
lecturas. El ensayo aquí presentado es tan sólo una de ellas. ¿Qué otro tipo de
lecturas restan por hacer de los espacios domésticos de la ciudad, tan
escasamente explorados como sugestivos?
El arqueólogo Ivan Thébert parece darnos una pauta. AI abordar el
problema, no de la casa mexicana, sino de la romana, ha comprendido que lo
importante no estaba en el lugar de los muros, sino en la manera en que esta
casa era vista, en cómo se circulaba en ella, en cómo el romano la habitaba.225
225 "Una nueva etapa de la nueva historia: entre lo privado y lo público. Entrevista a Paul Veyne", en Historias, 14, Julio-septiembre de 1986, pp. 3-8.
151
Bajo esta óptica --que repercute directamente en el problema de la
constitución del sujeto y de la vida privada", los aspectos que quedan por
escudriñar en el ámbito de la arquitectura familiar de la ciudad de México y de
la sociedad misma, son todavía numerosos. De esta suerte, si por una parte es
preciso continuar insistiendo en algunas de las preguntas iniciales de este
trabajo --¿quiénes habitaban estas construcciones?, ¿que tipo de usos les
daban?--, por la otra, resulta fundamental añadir otro tipo de cuestionamientos -
-por ejemplo: ¿cómo las habitaban?, ¿cómo era la vida cotidiana y la
convivencia familiar al interior de estos espacios?--, mismos que pueden servir
como punto de partida de ulteriores investigaciones.
Pero como la casa, espacio primordial de la vida cotidiana, no debe ser
vista como un fenómeno aislado de la realidad social, es preciso que el estudio
de estos reductos arquitectónicos, y de todo lo que acontece dentro de ellos,
esté orientado hacia la explicación de las formas como se vinculan con el
exterior, con lo que acontece afuera, por ejemplo, con los ámbitos igualmente
sustanciales de la calle y el vecindario.
152
Apéndice
Descripción de las condicienes en que se encontraba la casa al momento de
ser rentada por el Colegio Seminario, según la Memoria elaborada por el
arquitecto José Joaquín Garcia de Torres. México, 22 de junio de 1790.
Don José Joaquín Garcia de Torres Arquitecto más antiguo de este Reyno,
académico de número de la Real Academia de San Carlos de esta Nueva
España, Agrimensor de tierras, aguas y minas y Perito de la Curia Eclesiástica:
Digo que por parte del licenciado don Anastacio Rodriguez Mayordomo de-
y rentas del Real y Pontificio Seminario de esta Corte, y don Antonio Rodriguez
asimismo Mayordomo Administrador del Real y máa antiguo Convento de
Señoras Religiosas de la Purísima Concepción, "expresó" la forma en que se
hallaba una casa grande que para incremento de dicho Real Colegio Seminario
se tornó, cita enfrente del Sagrario de esta Santa Iglesia y perteneciente al
nominado Real Convento de la Purísima Concepción= a saber=
PLAN DE LA CASA
Entrando por el zaguán, este se hallaba con su puerta correspondiente, su
portón con su crucero o aldabón y chapa de hierro, chapa del portón y éSta sin
su llave, la que inmediatamente se hizo de cuenta del Colegio y costó tres
pesos. La clavazó de dicha puerta de clavos de cobre. Todas las paredes
baxas de este zaguán y patio recintadas, excepto las del segundo patio. En el
zaguán faltaba el segundo portón, pero lo mandó a hacer Don Antonio
Rodriguez, Mayordomo del expresado Convento de la misma hechura que la
puerta del zaguán t...] En el patio, luego que se entra, se encuentra a la mano
derecha una rinconada, en que está un tabique de mampostería con su
respiradero que sirve de cosina a la cochera adonde esta puesta una vinatería.
A mano izquierda está una bodega como quien va a subir la escalera, de la que
153
se ha hecho refectorio; tiene dos rexas que caen al patio y son de fierro. A
mano derecha está una escalera de mampostería con su pasamano de fierro,
como el corredor que sube para los entrsuelos de la calle, que se compone de
una pieza con dos rexas de fierro, y esta pieza dividida con una pared de
mampostería, que no tenía puerta, y se le puso de una de las quitadas, y entra
para el cuarto que tiene una rexa igual a las dichas; no tenía ningunos tabiques
de tablas, y uno que era de mampostería, que dividía el cuarto que era de
guarniciones de mulas, se arrimó con tres varas algo más para alargar el
refectorio y achicar el cuarto de guarniciones, del que se hizo cocina y tiene
una ventana con su reja de fierro y puertas de cedro. Allí se puso un brasero, y
las puertas del boquete por donde se ha de ministrar la comida eran de una
alacena que estaba en uno de los cuartos inmediatos de la cocina que era de
arriba. Esta cocina de abaxo tenía sus puertas de cedro con chapa y llave
como la de la bodega que se hizo refectorio por donde se sale a el segundo
patio, para cuya entrada está un arco de cantería que hacía división, bajo del
que estaba un tabique de mampostería que hacía división para una cochera,
cuyas puertas estaban bien maltratadas y eran de madera de salocote bien
ordinarias y apolilladas, cuyas quizalieras de metal se pusieron a el porton
medio del zaguán, sin cerrojo ni chapa, clavazón de media naranja= Segundo
patio, entrándose a el y á mano izquierda, se halla una escalera que sube por
escalones de lozas a los entresuelos baxos; a mano derecha están dos arcos
de cantería que sostienen dichos entresuelos baxos, y entre una y otra mano
se hallaba la puerta que era de caballeriza con su cerrojo de uan cuarta de
fierro. Dicha puerta de madera, ordinaria, vieja, sin llave, junto la que y debaxo
de la escalera ya referida estaba un pozo con un brocal de mampostería, y sin
tapa, el mismo que está ahora inmediato a la pila que se hizo nueva para agua,
pues esta pila se puso para habilitar de agua á el Colegio con los derrames de
agua de la pila que está en el segundo patio del Arzobispado, por gracia que
hizo a el Colegio el Señor Arzobispo. La caballeriza tenía de largo trece varas,
154
de ancho cinco, y la puerta que cae a la frontera de el arco de el patio era una
ventana con su rexa de fierro. El pesebre era del mismo largo de la caballeriza,
fundado sobre un poyo de mampostería de cedro muy maltratado, el piso de
envigado muy viejo y podrido. Los patios empedrados, con su caño descubierto
de piedra de chiluca= Por la escalera principal que es de piedra hasta el primer
descanso, estaban tres escalones que por incómodos se pusieron del modo en
que están, para entrará los entresuelos baxos, que se hallan á mano izquierda,
subiendo la dicha escalera, Estos entresuelos tenían dos tabiques que dividían
tres cuartos, en cada tabique una puerta, cerco de cantería, y dichas puertas de
cedro, clavazonesde cobre con sus llaves y chapas, y tres rejas de fierro que
caen a el patio principal, y otra a el segundo, y otra a la frontera de la calle; de
estas puertas, se aserraron, abriendose postigo, dos, y quitadas totalmente
para cerrarlas de mamposteria, y darles postigos chicos, dos. Siguiendo la
escalera, a mano derecha, en el descanso que cae a la izquierda estan otros
entresuelos, que se componen de cinco piezas ta que se abrió para el último
cuarto, donde está el cubo de los lugares, el que se acreció desde abajo para
arriba, para poder hacer tres sitios de dichos, pues no había más de unos
lugares comunes arriba de un cuarto muy pequeño de un asiento, los que eran
de madera muy maltratada, y la puerta de dicho cuartito lo mismo mismo sin
llave ni chapa. Estos entresuelos las puertas de ellos son de cedro con sus
chapas, su clavazón de cobre, en el primer cuarto una alacena con su puerta
de cedro, sin llave ni chapa. Subiendo la escalera arriba para las viviendas
principales de la casa, y toda la escalera ya dicha a mano derecha, tiene sus
pasamanos de corredores con balaustres de fierro, y sus perillas de bronce, lo
mismo el corredor principal que llegaba hasta la frontera de la puerta de la sala,
desde donde se formaba una paredcita de mampostería con una reja de fierro
en una ventana, como de vara y media, y sus puertas y contramarco de cobre,
clavazón de cobre, donde se formaba un gavinetito con una puerta que caja á
la sala que es en el día alacena, y está junto de la cátedra donde no habia
155
puerta de madera. El corredor desde la sala para la escalera, estaban
descubiertos dos medios puntos, ó luneta, sin techo. El portón de la escalera de
cedro, con su chapa y llave, desde el que cogiendo 8 mano derecha están dos
puertas, una que iba para la asistencia, y otra para el pasadizo y cuartos de
mozas y cocina= Entrando por la puerta de la asistencia, para hacerla
dormitorio se quitaron tres tabiques de mampostería. Sus puertas de cedro,
contramarcos de los mismo, sus chapas y llaves, y sus cercos de cantería:
todas las que se destruyeron, tapándose la puerta que entraba 8 la sala, y dos
balcones que eran de fierro, como el que quedó inmediato á la rexa del
corredor, a los que se quitaron dos puertas, se taparon y pusieron postigos, y
otra puerta sólo se cortó como la de los entresuelos, donde se dejaron como
aquí una ú otra para que en todo tiempo conste de su igualdad. Corriendo por
esta cala, entrando, los cuartos de cocina, estos son tres: un cuartito de baño
con su placer, otro de comunes, su corredor de balaustres de fierro, que circula
los tres cuartos dichos. Pendiente de una pendola de fierro, por allí su
asotehuela, con una hornilla para calentar agua. Sus escaleras para las
azoteas de maderas regulares y su puerta en la azotea de lo mismo, con un
cerrojo. En la cocina su brazero bien maltratado, y las puertas de ésta, del baño
y los dos cuartos, de ollamel, viejas y malas chapas de éstas, aldavas de fierro,
y una alacena en el cuarto que salía del cuarto del pasadizo del corredor, sin
llave ni chapa. Este cuarto del pasadizo del corredor se tapó la puerta que
comunicaba á estos expresados cuartos: éSta era de cedro con chapa y llave, y
la puertecita que comunica a la sala grande, se puso de otra, pues no había allí
puerta de madera, aunque estaba abierta para comunicar á uno de los cuartos,
que es el que tiene la rexa de fierro que cae al segundo patio. En la sala
principal existe una puerta que cae para el corredor, y tres balcones ó tres
puertas para un balcón de fierro grande, estos sin aldabones, pasadores ni
cruceros, pues quedaron destrozados por el arrendatario antecedente, sólo la
puerta de la sala que cae a el corredor tiene chapa y llave. Y en el enbigado de
156
la bodega que se hizo refectorio, de una hilada sobre dos soclos en esta
bodega se puso una alacena cuyas puertas eran de las que se quitaron arriba.
Los tabiques de tablas que están en el cuarto principal de los entresuelos que
caen a la calle, y que está en el cuarto del corredor, se hicieron de nuevo, y
toda la casa se hallaba tratable y habitable. Todo lo cual expreso para quitar
confusiones en lo venidero, y que sirva de luz á ambas partes= México y junio
veinte y dos de mil stecientos noventa= Joseph Joaquín Garcia de Torres=
Antonio Rodriguez
157
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