Artes & Cultura 1 de septiembre de 2013

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www.lahora.com.ec Ecuador, domingo 1 de septiembre de 2013 Esculturas en atmósfera sacra Larissa Marangoni presenta su exposición ‘Los monstruos que habitan en mi interior’. 4 >>CINE. ‘El Gran Gatsby’, sueños imposibles. >>PROMOTORES. El diario de trabajo del pintor Joaquín Pinto. 830 >> 3 >> 8 FOTO:

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Impreso de la Revista Artes de La Hora

Transcript of Artes & Cultura 1 de septiembre de 2013

  • www.lahora.com.ecEcuador, domingo 1 de septiembre de 2013

    Esculturas en atmsfera sacraLarissa Marangoni presenta su exposicin Los monstruos que habitan en mi interior. 4

    >>CINE. El Gran Gatsby, sueos imposibles.

    >>PROMOTORES. El diario de trabajo del pintor Joaqun Pinto.

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  • 2 Ecuador, domingo 1 de septiembre de 2013slabas

    Tiempo del escombro y de palabra muerta POETA. Fabin Guerrero Obando ha publicado Cundo el amor.

    MAGDALENA TSANIS, EFE Una novela de 800 pginas que durante aos rebot sin xito de una editorial a otra y un autor primerizo de 42 aos que ha defendido a ms de 10.000 personas como abogado de oficio en Manhattan son los ingredien-tes del extrao caso de Sergio de la Pava, el prestigioso Premio PEN al debut lite-rario de 2013.

    Decid autoeditar A naked singulari-ty (Singularidad desnuda) en 2008, des-pus de tres o cuatro aos intentando que alguien apostara por ella, asegura el escritor estadounidense de origen colom-biano, que acaba de participar en su pri-mer festival literario en Edimburgo.

    Fue un viaje largo y arduo, la res-puesta era siempre no, as que decid no ser parte del sistema y publicar yo mismo, aade.

    DEBUTAnTE. Sergio de la Pava es un abogado y escritor estadounidense de origen colombiano.

    El extrao caso de Sergio de la PavaA partir de ah, comenzaron las bue-

    nas crticas en la red y en 2012 la Uni-versidad de Chicago vio en la novela una digna heredera de la obra de Don Delillo, David Foster Wallace o Thomas Pynchon, y se ofreci a sacar una segunda edicin.

    Hace unas semanas, este Premio PEN que antes han recibido autores como Jo-nathan Safran Foer ha ratificado el buen olfato de la editorial universitaria, pero De la Pava, lejos de prestarse a celebra-ciones, vive el momento ms que nada como una distraccin de sus dos oficios.

    No soy la clase de persona que se va a poner a celebrar mucho, desafortunada-mente. Para m eso ya pas y estoy pen-sando en el trabajo y en escribir ms, dice, inmerso ya en una tercera novela.

    A naked singularity, que en Espaa editar Plido Fuego, es una diseccin del

    sistema de justicia de EE.UU. y especial-mente la justicia para los olvidados, a tra-vs de la historia de Casi, un abogado de Manhattan, hijo de inmigrantes colombia-nos, cuyas creencias comienzan a resque-brajarse cuando pierde su primer juicio.

    Claramente influido por su propia ex-periencia cotidiana, De la Pava asegura que el mundo jurdico es para l mucho ms que una fuente de inspiracin.

    Ese trabajo (de abogado) es para m ms importante que escribir, dice, por-que se trata de ayudar a los ms desfavo-recidos, y eso es ms valioso que el arte, su otra pasin de toda la vida. Dice que lo que ms le gusta de haber re-cibido el Premio PEN es que lo concede una organizacin dedicada a la justicia social, que apoya a los escritores y defien-de la libertad de expresin. EFE

    FREDDY AYALA PLAZARTE Muerta la pala-bra o muerto el cuerpo que construye las palabras, muertas tambin las escritu-ras que hacen tiempo. Muerta la forma de concebir al mundo, muerto, acaso, el instante que abandon la imagen que no pudo ser atrapada en el cajn memorioso. Y entonces, parece haber muerto todo lo que puede ser nombrado y lo que an no ha sido habitado por las dimensiones del lenguaje y del espritu.

    En esta acepcin, Fabin Guerrero Obando parece situar su visin de la co-tidianidad denominada Cundo el amor (Eskeletra Editorial, 2013), poemario que, en su constitucin, se presenta duro, di-recto, crudo, irreverente, y, si se quiere, de dilogos solitarios y de sombras nomina-ciones a manera de anttesis, dada entre las paradojas de la vida y de la muerte.

    Es as que Guerrero Obando no solo con el lenguaje tiene la capacidad de

    aceptar lo inaceptable de la realidad por el mero hecho de poetizar la existencia en perspectiva siniestra, sino tambin porque pocos aceptan este destino o, quizs, hasta huyen al exterior de un cuarto o de sus corazones para tratar de olvidar lo siniestro. Lo siniestro mi-rado como la extraeza, algo parecido a no querer mirarnos en el espejo ya sea por alguna queja o dolor, o porque, en ocasiones, queremos evitar toparnos con la conciencia. Es siniestro tambin el lenguaje, porque fue ms siniestra la realidad, por ello el poeta dice: Ese es-tado de espera, que fija y mata. Devotas manos, despiadadas. El dao est hecho, y es irreparable.

    En este libro podemos indagar, ade-ms, la precisin de la palabra y de las escenas de una voz solitaria, que repre-sentan un escombro o un despojo, cuan-do el tiempo se convierte en un cuerpo de

    desciframiento y de rechazo. Ciertamen-te, en el tiempo nos hacemos y nos desha-cemos, si, como escribe Guerrero Obando No hay peor cansancio que el naufragio humano en la propia cama (). Y en otra parte del escrito se habla a s mismo: Ca-minar un poco al amanecer, No perdido, solo ausente. He de acostarme de puro pnico. Recurrir a la noche.

    Entonces, la vida parece ser una ilu-sin y el ser parece haber fracasado por-que pierde su identidad, y nace otra for-ma de identificacin con el uno mismo, mucho ms cuando se trata del amor, esa condicin ntima y social que resulta in-controlable; dira, ms bien, imposible de saltarnos ese episodio afectivo.

    Cundo el amor, se pregunta el poe-ta, y esta pregunta resume un paradigma de la existencia; cundo podemos amar, cundo aceptamos o rechazamos el marco afectivo. Son preguntas que no resuelven nada, porque de haberlas resuelto no ha-bra preguntas, y ah el sentido de la vida y la evocacin de lo ausente o lo muerto. Por cuanto al amor necesitamos, ante todo,

    creerlo, crearlo, espiritualizarlo, materiali-zarlo, profanarlo y hasta sacralizarlo.

    Acaso hemos sido parte de un simulacro de lo ertico, antes que esencial, por miles de aos hemos credo amar y ser parte de una colectividad, hemos credo recono-cernos en el amor, o tan solo pronunciando esa palabra y, por tanto, es posible que con-tinuemos preguntndonos cmo Guerrero Obando Cundo el amor, y este tipo de in-terpelacin realmente justifique nuestra permanencia en el mundo. Sin embargo, en ocasiones, parece que hemos preferido se-guir creyendo antes que estar en la plenitud de las cosas, aunque seamos buscadores de enigmas y paradojas, es necesario tambin creer aunque eso suponga acertar o ser trai-cionado. As, Cundo el amor de Guerrero Obando se muestra adverso a la armona de las cosas y las palabras, confiado de que l acepta su propia verdad y, sobre todo, sabe que el dolor es la forma o el cuerpo que mejor se acopla a su voluntad creativa y que slo de esta manera es posible reconocerse a s mismo en el poema.

    (Ciudad de La Habana, agosto, 2013)

  • Ecuador, domingo 1 de septiembre de 2013

    REDACCIn ARTES Podra ser la calle Su-cre, la Bolvar o la Rocafuerte, cualquiera cercana a la Plaza de San Francisco, en el Centro de Quito. Cualquiera que le per-mitiera al maestro Joaqun Pinto (1842-1906) trepar una cuesta que le lleve al barrio de El Placer, donde resida, donde conceba su trabajo artstico.

    As luce la sala que lleva el nom-bre del artista, ubicada en el Mu-seo de la Casa de la Cultura Ecua-toriana Benjamn Carrin (CCE), en Quito, donde se rescata gran parte de la obra de Pinto, la misma que se teje museogrficamente a travs de su diario personal.

    lbum particular, as se titula tanto la muestra que revive al pin-tor como el libro que reivindica los apun-tes, bocetos y dibujos que impregnara con su puo.

    Tratamos de evidenciar las preocu-

    paciones que tena Pinto sobre Quito, as como los intereses y referentes que ma-nejaba dentro del arte, explica Vernica Muoz, quien realiz el trabajo investiga-tivo de dicho lbum.

    Encontramos este cuaderno de apun-tes de Pinto entre las pertenencias que la

    CCE resguarda del artista. Habla-mos de unas 220 obras entre bo-cetos, dibujos a lpiz, carboncillos, leos y acuarelas, revela Muoz.

    El libroEn la entrada de la exposicin, blindado por gruesos vidrios y custodiado por pinturas en minia-tura (esas que tanto trabaj Pinto), se encuentra el original lbum

    particular.El pequeo texto, que mide 12x20,5

    cm., da cuenta del ingenio del artista, quien fue un autodidacta.

    3promotores

    La bitcora de un genio creativo

    mUESTRA. Se extiende por toda la sala de la CCE que lleva el nombre del pintor.

    Actual estadolbum particular

    Total de pginas numeradas: 195. Total de pginas sin numerar: 2. Total de pginas con dibujos: 114 (individual-mente llegan a ms de 340, ubicndose hasta 10 bocetos en una de sus hojas). Pginas que faltan: 16, 17, 34 y 66. Pginas blancas: 46.

    Se trata ms bien de un diario de tra-bajo, realizado no en forma ordenada, sino como una libreta de apuntes, dice Guido Daz, director de Museos de la CCE, quien acota que lo que l dibuja o pinta es lo que l necesita recordar para hacerlo ms adelante, donde hay frmu-las de preparacin de pinturas, lienzos, bocetos e ideas.

    En 1882, Pinto adquiri este libro al hijo de Sebastin Vider, tal como l mismo es-cribe en la primera pgina del cuaderno, el cual tuvo un costo de dos pesos.

    Alfredo Flores y Caamao habra com-prado dicho material de apunte, que form parte de su coleccin particular, la misma que pas al Museo nico, en 1938, que sera absorbido despus por la CCE.

    Ahora, la transcripcin de este lbum se presenta en una edicin de pasta dura, trabajada por el Departa-mento de Publicaciones, donde se in-cluyen las pginas de Pinto, as como el estudio investigativo encabezado por Muoz.

    Como ancdota, Patricio Herrera, director de Publicaciones, cuenta que se realiz un minucioso trabajo de limpieza. Nuestra diseadora tard como dos meses en quitar los sellos de caucho que haban colocado en las hojas del libro de Pinto, seala Herrera.

    ExposicinDos paneles ondulados, ubicados de forma paralela, representan la calle por la que su-ba el maestro a su domicilio, en El Placer. El uno hace referencia a las notas y dibujos

    del maestro, contextualizando su obra entre la historia, su poca y sus refe-rentes; mientras que el otro panel hace alusin a los ventanales de las antiguas casas, que se transforman en una vi-trina de costumbres a travs de piezas

    artsticas.Tras la ruta, se arriba a la re-

    creacin de espacios que pudie-ron habitar en la casa del pintor, que se construyen por medio de muebles y objetos empleados a mediados del siglo XIX.

    Despus, se da cuenta del don creativo del artista a travs de su obra, que se divide por

    secciones: temas religiosos, estudios anatmicos y acadmicos, lo neoclsico, el retrato, el costumbrismo, el estudio de la flora y la fauna, y sus encantado-res y transparentes paisajes.

    De esta manera, la exposicin no slo es un recuento de Pinto, sino que se transforma en una cpsula que viaja al pasado.

    [email protected]

    RECREACIn. Joaqun Pinto, mueco de cera, pintando su Quijote, donde plasma a Garca Moreno y un sacerdote dormido de embriaguez.

    Joaqun Pinto: lbum particu-lar, editado por la CCE, tiene un costo de $40. Durante la expo-sicin tendr una rebaja del 30%.

    el Dato

    La muestra esta-r abierta hasta el 23 de noviem-bre, en la Sala Joaqun Pinto (12 de Octubre y Patria, edificio de los Espejos, en Quito), de mar-tes a sbado de 09:00 a 16:00.

    JOAQUn PInTO

  • Ecuador, domingo 1 de septiembre de 2013

    Monstruosidad encantadoragalera4

    REDACCIn ARTES Qu se esconde tras los muros de un convento? La pregunta pue-de rondar por la mente cuando se choca contra una antigua pared, que cerca lo religioso frente a lo cotidiano.

    Pero, sin duda, el mundo interno de las personas se convierte en un monaste-rio impenetrable que guarda ms secre-tos que un amplio predio conventual.

    Esta reflexin brota cuando se camina en medio de Los monstruos que habitan en mi interior, muestra escultrica de la ar-tista Larissa Marangoni (Guayaquil, 1967).

    Esta exposicin, presentada en el Centro Cultural PUCE, en Quito, busca un dilogo entre el posmodernismo y el barroco, el ahora y, antes, espacios y co-

    rrientes que tienen como factor comn el trnsito de las personas, quienes siempre libran, diariamen-te, una batalla interna.

    Nueve meses le tom a la artista trabajar sus piezas: un estado temporal de ges-tacin creativa pura, donde la madera, el hierro y las telas conviven en medio de

    cascabeles (muchos de estos dorados, tono que da la apariencia del pan de oro).

    Las esculturas viven en medio de una atmsfera sacra, donde son custodiadas por las imgenes de Santa Catalina de Sie-na, Santa Rosa de Lima, Santa Mariana de Jess, Santa Teresa de vila y Santa Ger-trudis, reproducciones de obras barrocas captadas por la lente de Christoph Hirtz.

    Larissa propone un camino de autorre-flexin. Nos presenta a las santas como un elemento concreto, que remite a lo univer-

    La muestra per-manecer abier-ta hasta el 22 de septiembre en el Centro Cultural de la PUCE (12 de Octubre y Roca), de lunes a viernes de 09:00 a 19:00, y sbados de 10:00 a 17:00 (entrada libre). SAnTA ROSA DE LImA. Talla de madera

    policromada del siglo XVIII (Fotografa: Chris-toph Hirtz).SAnTA mARIAnA DE JESS. leo annimo (Fotografa: Christoph Hirtz).

    sal. Invita al espectador a seguir un camino interior como Dante lo hizo de la mano de Virgilio, independientemente de la fe, del gnero, de la creencia y de la condicin del espectador, explic a Artes Mara Beln Misle, una de las curadoras de la muestra. Ella, junto a Adriana Pacheco (tambin cu-radora), ha trabajado sobre el arte conven-tual y la vida de los monasterios.

    Es as como Marangoni esboza al fla-gelo, la penitencia y el retorcimiento vis-

    ceral (monstruoso) que atravesaron di-chas mujeres en su camino para alcanzar la santidad.

    Al final, la purga contina, tal como lo expresa la artista: Los temores que uno tiene son justamente el futuro, en qu mundo vivirn mis hijas.

    Tanto las santas sacrifican su vida y su libertad por sus ideales, como nosotras tambin tenemos que sacrificarnos por nuestros ideales, pero en un contexto to-talmente diferente, concluye Marangoni, quien hace de la forma un busto del alma.

    [email protected]

  • Ecuador, domingo 1 de septiembre de 2013 5galera

    Pinceladas coloridas y generosasREDACCIn ARTES Medioda. El sol hace que crujan los paneles que cubren el es-tudio del maestro Jos Bastidas (Otavalo, 1960). Los bastidores sostienen a cuatro obras de gran formato, mientras otros lienzos, de menores dimensiones, aguar-dan su atencin en una mesa.

    Mira con detenimiento a sus pinturas, que son las que faltan por terminar para completar las 60 que comprenden Cromticas de la vida, muestra que se inaugura el 5 de septiembre en las salas Eduardo Kingman y Oswaldo Guayasamn de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), en Quito.

    Las mismas sern subastadas en la apertura de la exposicin, a las 19:00, para recaudar fondos en beneficio de los nios con cncer. Se trata de los pequeos de la Fundacin Corazones Valientes, expresa el pintor.

    Cuenta que prefiere trabajar en las noches, en el silencio cuando ni el astro rey provoca sonidos, mientras las es-trellas iluminan el firmamento y la luna cobija las ideas.

    As aparecen sus leos, caracterizados por la vitalidad que proyectan, gracias a la vivacidad cromtica que emplea: clida, llena de energa, cargada de ocres y ver-des, que evidencian los tonos del paisaje de su provincia de Imbabura, grabados en

    su retina.Adems, est la figura femenina donde

    sobresale el rostro de su esposa, Nieves, habitante constante de sus trazos expre-sionistas. Es dura la tarea del artista y muy pocos la entienden. Mi mujer siem-pre me acompaa y me apoya, por lo que siempre le rindo tributo, explica Basti-das, quien tambin plasma en su obra ins-

    trumentos musicales, montaas y nevados, edificios modernos, entre otros elementos.

    De gran sensibilidad y desbor-dada generosidad (todos los aos organiza una muestra donde las recaudaciones van a personas que necesitan apoyo econmico), el ar-tista nutre al espritu del especta-dor con lo que marcan sus pinceles

    y esptulas.Muchos compaeros reniegan y no

    entienden la labor que hago. La critican. Piensan que uno no valora al arte, y claro que lo hago; pero eso no impide servir a quienes lo necesitan, sobre todo a los ni-os, sustenta.

    Una vez que se admira su obra, se pue-de concluir que Bastidas pinta con el cora-zn y que cada cuadro palpita de manera alegre, pues encierran los latidos bonda-dosos de su trabajo.

    [email protected]

    La exposicin permanecer abierta hasta el 3 de octubre. De martes a sbado de 09:00 a 16:00. La venta de obras es a favor de los nios que pade-cen de cncer.

    PAREJA En UnA mETRPOLI

    PAREJA II FAmILIAEn ESPERA ARmOnA

  • Ecuador, domingo 1 de septiembre de 2013biblioteca6

    LOS mS VEnDIDOS

    ARGEnTInA

    Inferno, Dan Brown (Planeta) Cincuenta sombras de Grey, E. L. James (Grijalbo). Cincuenta sombras ms oscuras, E. L. James (Grijalbo) Cincuenta sombras liberadas, E. L. James (Grijalbo)FUENTE: PUNTOS DE VENTA DEL GRUPO ILHSA.

    Inferno, Dan Brown (Planeta) La verdad sobre el caso Harry Quebert, Joel Dicker (Alfaguara) La ridcula idea de no volver a verte, Rosa montero (Seix Barral) Cincuenta sombras de Grey 1, E. L. James (Random House Mondadori) FUENTE: LIBRERA NACIONAL

    COLOmBIA

    Composicin electrnica:Pantone Impresiones

    Edita: Editorial Minotauro S.A.Correspondencia:

    Planta Diario La HoraAv. Galo Plaza N62-08 y Nazaret

    Fax: 247-6085 casilla 17-17-243 CCIcul tu ra @la ho ra .co m.ec

    Quito, Ecuador

    Director (e): Francisco Vivanco RiofroEditor: Agustn Garcells CordnRedactor: Damin de la Torre AyoraDiseo: Paulina Jaramillo Mara Leonor Oviedo

    ESPAA

    mxICO

    Pdeme lo que quieras o djame, megan maxwell (Planeta) Pdeme lo que quieras ahora y siempre, megan maxwell (Planeta) Pdeme lo que quieras, megan maxwell (Planeta) Tormenta de espadas (Cancin de hielo y fuego III), George R. R. martin (Gigamesh)FUENTE: CASA DE LIBRO

    Instrucciones para vivir en Mxico, Jorge Ibargengoitia (Ediciones Gandhi) Bajo la misma estrella, John Green (Nube de Tinta) Cazadores de sombras: Los orgenes: Princesa mecnica, Cassandra Clare (Destino) Loba, Vernica murgua (SM Ediciones) FUENTE LIBRERA GANDHI

    Inferno, Dan Brown (Planeta) Ah le dejo la gloria, mauricio Vargas Linares (Planeta) Hush, Hush, Becca Fitzpatrick (Ediciones B) Cincuenta sombras de Grey, E. L. James (Grijalbo)FUENTE: LIBRI MUNDI

    La invencin del amor, Jos Ovejero (Alfaguara) En llamas, Susan Collins (RBA) Diario de Grez 4-Das de perros, Jeff Kihley (Molino) Piense y hgase rico, napolen Hill (Grijalbo)FUENTE: MR. BOOkS

    ECUADOR

    nota: listado de libros de ficcin de efe, excep-to ecuador.

    VITRInA DE LIBROS

    PROCESOSRevista Ecuatoriana de Historia

    Estructurada en secciones como Estudios, Debates, Documento, Homenaje, Solo Libros/reseas, entre otras, llega el nmero 37 del primer semestre de 2013 de esta revista que incluye esta vez, a manera de separata, La entrevista de Guayaquil: introduccin y transcripcin, por Armando Martnez Garnica, y el documento Relacin de la entrevista entre Bolvar y San Martn con nota editorial de Enrique Ayala Mora. UnIVERSIDAD AnDInA

    ECUADOR Y FRAnCIA,dilogos cientficos y polticos

    Este libro se origina en las confe-rencias impartidas por ocho espe-cialistas en la Segunda plataforma de intercambios franco-ecuato-rianos, promovida en Quito por la Embajada de Francia y el Ministerio de Coordinacin de Patrimonio. Contiene serias reflexiones sobre el intercambio de referentes cientficos y polticos entre los dos pases en el perodo de 1725 a 2013. FLACSO-EmBAJADA DE FRAnCIA-IFEA

    Datos del autorJuan Filloy

    Sin duda el ms emblemtico escritor argen-tino del siglo XX (1894-2000). Naci y muri en Crdoba (Argentina), pero vivi casi toda su larga vida en la pequea ciudad de Ro Cuarto, donde fue juez. Escritor vanguardista de culto, dej una obra vastsima que incluye novelas, cuentos, ensayos, poemas y ms de 2.000 palndromos perfectos. Cortzar reco-noci su influencia en Rayuela y lo conside-raba uno de los mejores escritores de habla hispana. De este autor, Siruela ha publicado tambin Caterva.

    Brjula de un perfeccionistaOSWALDO PAZ Y mIO J Sea el fragmento del captulo 108 de la novela Rayuela del maestro Julio Cortzar el que pre-sente al extraordinario y poco conocido escritor argentino, que hemos escogido para ustedes esta semana:

    La cloche, le clochard, la clochar-de, clocharder. Pero si hasta han pre-sentado una tesis en la Sorbona sobre la psicologa de los clochards.

    Puede ser dijo Oliveira. Pero no tienen ningn Juan Filloy que les es-criba Caterva. Qu ser de Filloy, che? Naturalmente la Maga no poda saberlo, empezando porque ig-noraba su existencia. Hubo que explicarle por qu Filloy, por qu Caterva. A la Maga le gus-t muchsimo el argumento del libro, la idea de que los linyeras criollos estaban en la lnea de los clochards. Se qued firmemente convencida de que era un insul-to confundir a un linyera con un men-digo, y su simpata por la clocharde del Pont des Arts se arraig en razones que ahora le parecan cientficas. Sobre todo en esos das en que haban descubierto, andando por las orillas, que la clochar-de estaba enamorada, la simpata y el deseo de que todo terminara bien era para la Maga algo as como el arco de los puentes, que siempre la emocionaban, o esos pedazos de latn o de alambre que Oliveira juntaba cabizbajo al azar de los paseos.

    Filloy, carajo deca Oliveira mirando las torres de la Conserjera y pensando en Cartouche. Qu le-jos est mi pas, che, es increble que pueda haber tanta agua salada en este

    mundo de locos.En cambio hay menos aire deca la

    Maga. Treinta y dos horas, nada ms. Han quedado para nuestras prxi-

    mas citas, literatos no menos impor-tantes que Juan Filloy, pero, quiz, no tan urgentes, ya que justicia que tarda no es justicia, dicen, y sumarse a los silencios que se han creado para enfilar al olvido al magnifico palabrista argen-tino, (1984-2000) sera un acto vil. En nuestra fraternidad universal los lecto-res tenemos normas que nos disponen

    hacer el bien a nuestros iguales. La publicacin de la novela Op Oloop que quede registrada como la bue-na accin de la semana. Seguros estamos que el tiempo y vuestras meditaciones nos concedern todas las razones.

    Op Oloop es la bitcora de un perfeccionista atrapado en sus es-quemas, que en determinado mo-

    mento resuelve estallarse sus mentiras en la cara y vivir su destino al revs. Una bizarra historia de amores impo-sibles. Recuentos ingratos, rupturas tardas, pasiones platnicas y caricias metafsicas. Doscientas diez y ocho pginas de maravilloso castellano, que resultan lecciones de cmo pasar del mtodo a la anarqua, del orden al caos.

    Una novela magistral en la que se percibe la fuerza ignota del amor dis-tante. S. Besmonos. Que nuestro beso se prolongue hasta la extincin del pasado y del futuro y que anude el cor-dn fludico que inmemorial el presen-te. Si alguien dotado de ubicuidad, hubiera sorprendido a Franziska y Op Ploop en ese instante, habra visto ani-

    marse sus rostros merced a una recn-dita corriente de dulzura. No obstante las circunstancias en que se hallaban la una tendida en el lecho de su alcoba, el otro desvanecido sobre un banco del Jardn Botnico (Pg. 78)

    Editorial Siruela, que se ha manteni-do en el tiempo y en los catlogos, en fin de cuentas como Cortzar deca Filloy es un escritor para escritores.

    [email protected]

    Filloy vivi 106 aos y escribi ms de 50obras de lasque an quedan muchas indi-tas.

    el Dato

  • Ecuador, domingo 1 de septiembre de 2013 7memoria

    Memoria de un saqueoGERmn RODAS CHAVES La historia de la humanidad est atravesada, lamenta-blemente, por la conducta depredadora de unos individuos respecto de otros. Por esta misma causa se han producido coloniajes y sumisiones y, desde luego, guerras, confrontaciones y holocaustos. Esta realidad se ha exacerbado, adems, a propsito del inters de ciertos grupos por volver suyos los recursos naturales del planeta con la finalidad de acumular ganancias y poder. En ms de una oportu-nidad estos intereses han contado con la complicidad de los poderes criollos, esos mismos poderes que han justificado tales circunstancias a nombre del progreso y del desarrollo.

    En efecto y a manera de ejemplo, en 1884 fueron convocados 14 pases a una cita por los alemanes. El temario a tratar lo definieron los franceses y los ingleses. A la mesa de conversaciones, adems de los pases referidos, llegaron Blgica, Irlanda, Portugal, los llamados Pases Bajos, Dinamarca, Italia, Espaa, Rusia, Suecia y tambin estuvieron, como obser-vadores del proceso, representantes nor-teamericanos.

    El tema de la reunin estuvo referido a la bsqueda de un sistema mediante el cual los pases concurrentes pudieran dis-tribuirse, sin disputas ni confrontaciones, las regiones y los pases del continente africano que haban comenzado a colo-

    nizar aos atrs, particularmente en las zonas de la cuenca del ro Congo, con la fi-nalidad no slo de expandir los mercados, sino fundamentalmente con el objetivo de extraer, desde esta parte del mundo, las riquezas naturales que les permitira a los europeos seguir en su vorgine industrial

    y comercial. En la cita para la reparticin del con-

    tinente africano a la que no fue convo-cada ninguna expresin cultural, social o poltica de aquel continente de nada sirvi cualquier valoracin sobre la his-toria de los pueblos dueos de esa parte

    del mundo. Poco import la perspectiva de desmembrar sus etnias y atropellar sus identidades; no caus rubor el uso de la violencia, que ya se haba venido orques-tando por parte de los conquistadores en contra de los habitantes del continente africano, con la cual los invasores prosi-guieron hasta lograr sus objetivos.

    La extraccin y reparticin de las ri-quezas se volvi en el fin de la cita en Ale-mania, as como la distribucin adecuada de las mismas se constituy en el eje del encuentro que, tambin, busc precaute-lar las contradicciones y ambiciones des-medidas entre los pases que intentaban lanzarse al saqueo en diversas regiones del continente africano.

    La inaudita y estremecedora conducta de reparticipacin del frica constituy una de las partes del conflicto que aos ms tarde desembocara en la Guerra Mundial de 1914.

    Aquel episodio, que he recordado en es-tas lneas, forma parte de los tantos momen-tos que con idnticas caractersticas se han dado en la vida del gnero humano dejando huellas que an perturban la conciencia colectiva, aquella que no puede mantener-se inmvil frente a realidades similares que ocurren en pleno siglo XXl, cuando en me-dio de la vorgine por el petrleo y el agua, entre otros recursos, se pretende herir de muerte a la Humanidad.

    [email protected]

    Fernando Vallejo est enfadado con EspaaCARmEn SIGEnZA, mADRID El escritor co-lombiano Fernando Vallejo, un provoca-dor nato, sin pelos en la lengua y con una prosa irreverente y de estilete, est enfa-dado con Espaa por muchas razones, entre ellas porque ignora a esa Amrica que descubri, coloniz y tiraniz.

    Fernando Vallejo, quien acaba de pu-blicar en Amrica y Espaa su ltimo li-bro, Peroratas, un resumen de todo su ideario y pensamiento sobre todos los temas que le interesan, la lengua espao-la, el amor a los animales, la religin, los polticos o el futuro del libro, dijo que no volvera a Espaa mientras que el Gobier-no pidiera la visa a los colombianos.

    Ahora, el conservador Gobierno espa-ol ha decidido que solicitar en septiem-bre a la Comisin Europea eliminar los visados para los ciudadanos de Colombia, una medida que a Fernando Vallejo (Me-delln, 1942) le da ya igual, como muestra en una entrevista con EFE.

    Cuando estall la independencia, al abrigo de la invasin napolenica de la pennsula, los espaoles se fueron con lo que pudieron y san se acab el asunto, dejndonos en pago un espritu buro-crtico de tinterillos pblicos y la plaga del cristianismo. As que al diablo con el cuento de la madre patria. Espaa no es patria nuestra ni nunca ha sido, sostiene el escritor.

    Como deca mi mam, al que no quie-re caldo se le dan dos tazas y a falta de una patria tengo dos: Colombia y Mxico, y como mexicano no tengo que sacar el fa-moso visado, como dice ustedes, o visa, como decimos aqu en Amrica, dice el autor de La virgen de los sicarios.

    Este escritor asegura que no ha vuelto a Espaa por cumplir su promesa, una cuestin muy vieja, empolvada y olvida-da, tanto de este lado del Atlntico como del otro: la del terrorfico honor espaol, el del teatro del Siglo de Oro.

    Que es lo que no tienen contina los otros seis que firmaron conmigo la carta a los gobiernos de Aznar y Rajoy diciendo que no volveramos a la madre patria si nos ponan la visa, pero que fue-ron volviendo uno a uno. Vallejo se re-fiere por este orden a lvaro Mutis, Daro Jaramillo, Fernando Botero, Garca Mr-quez, Willam Ospina y Hctor Abad.

    Del idioma espaol, Vallejo autor de la novela La virgen de los sicarios ase-gura en el libro que est en bancarro-ta, pero en la entrevista precisa: En bancarrota o no -dice-, el espaol es el de Amrica, el de los 19 pases que en l insultamos o rezamos. No el de Espaa que desde hace mucho dej de ser la me-trpoli y hoy es una provincia anmala del idioma, cosa que no saben en Espaa, empezando por la Real Academia, que en estos das est cumpliendo 300 aos.

    Aade que en estos aos la RAE ha publicado 22 ediciones de un diccionario

    acientfico, monrquico y clerical, que del espaol que se habla aqu, en estas tierras, no sabe un carajo, y en el que lla-ma americanismo a las palabras y giros propios del espaol americano. EFE

    ESCRITOR. En su libro Peroratas (Alfaguara) rene sus conferencias y ensayos, donde plasma su profundo amor por el castellano.

    CITA. Para la reparticin del continente africano en 1914 no fue convocada ninguna expresin cultural, social o poltica de ese continente.

  • Ecuador, domingo 1 de septiembre de 20138

    Pas: EE.UU./Australiaao: 2013Director: Baz LuhrmannGuin: Baz Luhrmann, Craig Pearce, de la novela de F. Scott Fitzgerald.reParto: Leonardo DiCaprio, Tobey Magu-ire, Carey MulligantiemPo: 143 minutoscalificacin: ****

    El Gran Gatsby

    RICARDO SEGREDA El Gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald, es una de las grandes no-velas de los Estados Unidos y es fcil enten-der por qu hay tantos intentos seis de adaptarla a la pantalla. No slo tiene dra-matismo y tragedia, sino tambin ilumina un gran tema de la cultura norteamericana: la envidia entre clases sociales. De hecho, en las primeras lneas del libro, el narrador habla de la importancia de recordar a los que tienen menos ventajas que l.

    Desafortunadamente, el hecho de que se ha intentado cinco veces anteriormen-te y ninguna de estas interpretaciones result en una obra maestra es extrao, pero curiosamente tambin concuerda con otro de los temas de la historia: sue-os imposibles.

    La historia trata de un joven millona-rio durante los aos 20, Jay Gatsby, que ha hecho su fortuna aparentemente por mtodos legtimos, aunque, en realidad, delictuosamente. Ha comprado una man-sin en la rica comunidad de los Hamp-tons en la costa de Nueva York y organiza espectaculares fiestas, todo para que pue-da recuperar el amor de una mujer que fue su novia, pero que ya est casada con otro, porque el marido, Tom Buchanan, era rico y Gatsby, pobre.

    Y mientras que Gatsby naci pobre, su rival tena todas las ventajas de una fami-lia rica, como una educacin en la Uni-versidad de Yale.

    El narrador, que no es rico, pero que es primo de la mujer, Daisy Buchanan, est presionado por su vecino, Gatsby, de organizar una reunin con l, en la que

    bambalinas

    PELCULA. Retrata la envidia entre las clases sociales estadounidenses.

    Daisy se da cuenta de que todava est enamorada de Gatsby. Al final, Tom des-cubre esto, y se indigna, aunque con gran hipocresa porque tiene una amante, una mujer de clase baja, que est casada con un hombre pobre que administra una es-tacin de gasolina.

    Antes de la nueva versin por el direc-tor australiano, Baz Luhrmann, la ms fa-miliar adaptacin fue realizada en 1974, con Robert Redford como Gatsby. mien-tras que esta versin fue un xito comer-cial pero no fue admirada por los crticos, quienes dijeron que faltaba el sentimien-to y el suspenso del libro.

    Esta nueva versin de Gran Gatsby es casi un autoconciente menosprecio del tedioso decoro de la versin con Re-dford, donde se haba invertido ms en la recreacin de los automviles antiguos y de la moda, que en la creacin de pasin. Lo que se presenta aqu es una pelcula de Baz Luhrmann que, para los que es-tn familiarizados con Romeo + Julieta y Moulin Rouge! es una exuberancia agresiva, un entusiasmo para la expre-sin de sentimientos que, a menudo, es ridculo en su indiferencia por la cohe-rencia y la credibilidad de la historia.

    As que Luhrmann no tiene inhibicio-nes sobre la incorporacin en su pelcu-la de la msica contempornea de rap como manera de comunicar el nimo de los aos 20, una dcada de fcil, si iluso-ria, prosperidad.

    Todo en la pelcula es exagerado. Por ejemplo, una de las escenas ms memora-bles de la novela es cuando Gatsby invita

    a Daisy a su habitacin para mostrarle su coleccin de camisas de seda, que luego arroja a ella, una por una. En esta ver-sin, el dormitorio es del tamao de un centro comercial.

    La actuacin es igualmente extrema, un gran actor como Leonardo DiCaprio a veces acta con una exageracin digna de una pe-lcula muda. Lo mismo se aplica a los otros actores, como Carey Mulligan como Daisy y Joel Edgerton como Tom. Slo Tobey Ma-guire, como narrador y el primo de Daisy, manifiesta autodisciplina en su papel.

    Sin embargo, a pesar de todas sus ex-centricidades, esta versin logra capturar algo del padecimiento y pasin de la prosa potica de Fitzgerald: Sonri comprensi-vamente, mucho ms que comprensiva-mente. Era una de esas raras sonrisas, con una calidad de eterna confianza, de esas que en toda la vida no se encuentran ms que cuatro o cinco veces.

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    Gatsby grandioso

    RECOmEnDADOS

    Las pelculas brasileas, de todos los tiempos, exponen que en el pas carioca no slo se tiene buen ftbol, sino que tambin existe buen cine.En la actualidad, las cintas contempo-rneas dan cuenta de la calidad de su produccin cinematogrfica, tal como lo demuestran las dos pelculas que cie-rran la Semana de Cine Contemporneo Brasileo: Las mejores cosas del mundo (foto) y Chico Xavier, que se exhiben en la Sala Alfredo Pareja Diezcanseco de la CCE, en Quito, con entrada libre.La primera, presentada a las 16:00, dirigi-da por Las Bodanzky, trata sobre Manuel, un chico de 15 aos, quien estar marcado por un suceso familiar que le hace ver que el ser adulto no puede resultar una tarea fcil, pero que toma conciencia que las mejores cosas se pueden inventar.Le sigue Chico Xavier, a las 18:30, del director Daniel Filho, que narra la historia de Francisco Cndido Xavier, uno de los brasileos ms importantes del siglo XX, quien fuera nominado al Premio Nobel de la Paz.

    Simple, lo clsico no pasa de moda porque no es moda. Por esto, siempre recomen-dar el trabajo de alguien, como Bob Dylan, cae bien a los tmpanos.Esta semana el cantante Bob Dylan, uno de los referentes del folk y del rock, lanz su ltima edicin de su serie Bootleg: Another self portrait (1969-1971).Esta propuesta se compone de 35 temas, con rarezas incluidas (tal como lo indica el propio msico), que se construyen a travs de grabaciones, demos y registro de estudio de inicios de los 70. Viene en dos formatos: una estndar, de dos CDs, y otra de lujo, en caja de cuatro discos.

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    CInE BRASILEO

    LAS RAREZAS DE DYLAn