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ESTEREOTIPOS Y PERCEPCIÓN SOCIAL EN UN GRUPO DE PERSONAS
MAYORES SOBRE EL APRENDIZAJE EN LA VEJEZ
Doris Marcela Castro-RoldánGerontóloga
Especialista en promoción de la salud y desarrollo humanoEspecialista en docencia e investigación universitaria
Magister en docencia e investigación universitariaBogotá D.C- Colombia
Oswal Martínez-MorenoFonoaudiólogo
Especialista en audiologíaEspecialista en docencia e investigación universitaria
Magister en docencia e investigación universitariaBogotá D.C- Colombia
Año 2012
RESUMEN
La presente investigación se realizó como tesis final para poder recibir el título de Magíster en docencia e investigación universitaria en la Universidad Sergio Arboleda de la ciudad de Bogotá-Colombia. Determinó los estereotipos y la percepción social sobre el aprendizaje en la vejez, de un grupo de veinte personas mayores, diez institucionalizados en Centros de protección social y diez de ellos no. El estudio fue de tipo descriptivo, de diseño transeccional y enfoque mixto. Los instrumentos que se emplearon para la recolección de la información fueron: Entrevista semi-estructurada avaladas por tres jueces expertos, que midió el enfoque cualitativo en tres aspectos como fueron: caracterización de la población, auto percepción social y hetero-percepción social del grupo de personas mayores acerca del aprendizaje en la vejez y el Cuestionario de Estereotipos negativos hacia la Vejez (CENVE), validado por de Mena, Sánchez y Trianes (2005) y validado para Colombia por Aristizábal, 2009).Centró su atención en los avances teóricos sobre los estudios de la vejez y la percepción de un aspecto tan relevante como es el aprendizaje, analizado a la luz de los estereotipos negativos que se tienen de la vejez. En este estudio se pudo evidenciar que las personas mayores institucionalizadas tienen percepciones negativas acerca del aprendizaje en la vejez y niveles de estereotipos mucho más altos comparados con los no institucionalizados. También la mayoría de la población estudiada desea participar en espacios educativos y los temas de su preferencia son los espirituales con un 95%, le siguen las educativas y culturales con un 75%, luego las recreativas y productivas con un 70%. En cuanto a la dimensión del CENVE que revela más alto nivel de creencias estereotipadas fue la motivacional. Se lograron determinar necesidades reales y sentidas de aprendizaje en este
1
grupo de personas mayores. Se vislumbra la necesidad de romper estereotipos negativos hacia la vejez para poder trabajar por una cultura de envejecimiento activo.
Palabras claves: Estereotipos, percepción social, aprendizaje en la vejez, envejecimiento
activo.
SUMMARY
This investigation determined the social stereotypes and perceptions about learning in
old age, a larger group of twenty people, ten institutionalized social protection centers and
ten of them. The study was descriptive, transactional design and mixed approach. The
instruments used for data collection were semi-structured interview supported by three
expert judges, who measured the qualitative approach in three aspects as they were:
characterization of the population, social self-perception and social perception
heterogeneous group seniors learning about old age and negative stereotyping questionnaire
to the aging (CENVE), validated by de Mena, Sánchez and Trianes (2005) and validated for
Colombia by Aristizabal, 2009). turned his attention to theoretical developments studies of
aging and the perception of an aspect is as important as learning, analyzed in light of the
negative stereotypes we have of old age. In this study it became clear that institutionalized
older people have negative perceptions about learning in old age stereotypes and levels
much higher compared to non-institutionalized. Also most of the study population wishes
to participate in educational activities and topics of choice are the spiritual with 95%,
followed by the educational and cultural with 75%, then the recreational and productive
with 70%. As for the size of CENVE revealing the highest level of stereotyped beliefs was
the motivation. They were able to determine real and felt needs of learning in this group of
older people. He sees the need to break negative stereotypes of old age to work for a culture
of active aging.
Keywords: Stereotypes, social perception, learning in later life, active aging.
2
INTRODUCCIÓN
El envejecimiento humano es uno de
los mayores logros que se convierte en
retos de las sociedades actuales para lograr
un índice importante de desarrollo humano
en todos los países; hoy se considera como
uno de los temas fundamentales a
investigar, comprender y atender, para
poder dar respuestas eficaces, eficientes,
reales y pertinentes a dicho fenómeno, ya
que el tema compete a todos y ha venido
generando cambios significativos, a la vez
que plantea interrogantes a todo nivel
incluyendo el relevante tema de la
educación para todas las edades y la
desmitificación de mitos y estereotipos
negativos hacia la vejez que varios autores
coinciden existen dentro de las diferentes
sociedades del mundo actual.
El hecho de que las personas tengan
más posibilidades de vivir más, tendrá
implicaciones en todas las esferas de la
vida humana, y para atender los desafíos de
la sociedad colombiana, país que también
presenta un envejecimiento demográfico
acelerado y un incremento cada vez mayor
de personas de 60 y más años, es
importante determinar las necesidades de
aprendizajes existentes en este tipo de
población. Por tal razón, la importancia de
este estudio yace en el plan de Acción
Internacional sobre el envejecimiento que
fue aprobado desde la primera Asamblea
Mundial sobre el Envejecimiento realizado
en Viena por la Organización de Naciones
Unidas [ONU] (1982) y que fue registrada
en la Resolución 37/51, con su lema “Hacia
una sociedad para todas las edades”, donde
se recomendaron medidas en sectores tales
como el empleo, la seguridad económica,
la salud, la vivienda, la educación y el
bienestar social. Además determinó que las
personas mayores son un grupo de
población muy diverso y activo con
capacidades heterogéneas y necesidades
especiales en algunos casos, por lo tanto a
esta población no se le hace bien cuando se
les homogeniza sus características
intelectuales, su capacidad para aprender,
su estado de salud física y mental entre
otras.
Por otra parte, el concepto de una
sociedad para todas las edades, formulado
en el marco del año Internacional de las
Personas mayores en 1999, presentó los
siguientes temas que deben gestionar los
gobiernos del mundo: el desarrollo
individual durante todo el ciclo vital, el
fortalecimiento de las relaciones intra e
intergeneracionales, la relación recíproca
entre el envejecimiento de la población y el
3
desarrollo humano como procesos que van
paralelos y la situación en general de las
personas mayores.
Otro gran evento establecido por la
[ONU] fue, la segunda Asamblea Mundial
sobre el envejecimiento que se realizó en
Madrid 2002, donde los países, entre ellos
Colombia, adoptaron y se comprometieron
a trabajar por dos documentos claves: una
la Declaración política de envejecimiento y
vejez y su respectivo Plan de Acción
Internacional, donde se gestionarán
medidas para enfrentar los desafíos y/o
retos que nos trae día a día el
envejecimiento, teniendo como prioridad
temas como: las personas de edad y el
desarrollo, el fomento de la salud y el
bienestar en la vejez y la creación de un
entorno propicio y favorable.
Como ya se había mencionado, en
Colombia el aumento progresivo de la
población mayor representa un trabajo
arduo y constante para desarrollar planes,
programas y proyectos que cumplan lo
estipulado por las políticas públicas y los
recursos en lo concerniente a la educación,
la calidad de vida, el cumplimiento de los
derechos, la inclusión social de las
personas mayores, entre otros.
Cabe aclarar que la Ley Nacional del
Plan de Desarrollo 2006-2010 (Ley 1151
de julio de 2007), determinó que el
Ministerio de la Protección Social, sería el
responsable del desarrollo y definición de
la Política Nacional de Envejecimiento y
Vejez, proceso que se ha venido gestando
desde el año 2003, con la participación de
diferentes entes privados y públicos, así
como entidades territoriales del orden
municipal, distrital y departamental. Todo
lo anterior dio lugar a la Política Nacional
de envejecimiento y vejez (2007-2019)
donde destaca en la línea denominada
“evaluación y Monitoreo del cumplimiento
de los Derechos Humanos, que el Estado
debe estar interesado en que a la población
no se le vulneren sus derechos y busca la
asesoría, para la capacitación y la
educación continua, el desarrollo humano
de capacidades individuales y colectivas
para toda la población, en especial para la
vejez y que corresponde al Ministerio de
Educación, en el ejercicio propio de sus
funciones, asesorar la implantación y
gestión de dicha política en lo referente a
los programas de educación formal y no
formal y educación continua durante toda
la vida, orientados a mejorar las
condiciones de vida de las personas
mayores en el territorio nacional y a la
creación de una cultura del envejecimiento
activo en el país. Política Pública de
4
envejecimiento y vejez (2007-2019, p. 35).
Sin embargo lo que se vislumbra es que
dicho Ministerio no tiene personal
profesional experto en el tema de
envejecimiento y la vejez y mientras que el
actual Ministerio de protección y salud
resalta la importancia de la profesión de
gerontología, el ministerio de Educación
cierra programas en diferentes instituciones
educativas que han querido dar la
formación técnica, tecnológica y
profesional a población en Gerontología a
este país que tanto la necesita.
La educación en Gerontología debería
dictarse a partir de edades muy tempranas y
no esperar a que las personas tomen malas
decisiones en cuanto a su salud integral y
en la mediana edad o la vejez esperar que
aparezcan las enfermedades crónicas que
afectan a la población y a los gobiernos en
términos sociales, económicos entre otros.
Lo anterior mejoraría el tema de desmentir
tantos estereotipos que se tienen hacia el
envejecimiento y la vejez o la errada
convicción de argumentar de que a los
niños no les deben de hablar del proceso de
envejecimiento desconociendo que ellos y
todos estamos inmersos en él y no podemos
escapar de ello. Se habla de una educación
continua pero no se abren espacios
académicos adecuados y pertinentes para
personas mayores, se habla de educación
continua y temas como la promoción de la
salud integral y no solo biológica,
Gerontología, prevención de la enfermedad
se beta en algunos colegios y universidades
porque no le ven la verdadera relevancia
que tiene y el impacto social positivo que
pueden generar.
Es importante destacar a los autores
Arango y Ruiz (2008) quienes encontraron
que Colombia en un siglo pasó de 4
´355.470 habitantes, a 42´090.502, de los
cuales más del 6% (2´617.240) son
personas mayores de 65 años, del cual el
54.6% son mujeres (3´190.262). (Arango &
Ruiz, 2008). Independientemente si las
mujeres vive más que los hombres, el
interes de este estudio es determinar qué
percepción social tienen los mayores acerca
de sus procesos de aprendizaje y
desmarañar el tema en cuanto a si los
estereotipos que se tienen de la vejez
pueden influir en esas misma percepciones.
Se reitera, el actual estudio centró su
atención en los avances teóricos de la vejez
y la percepción de un aspecto tan relevante
como es el aprendizaje, comparado con los
estereotipos que socialmente se evidencian.
La investigación que se presenta fue de
tipo descriptivo, de diseño transeccional y
enfoque mixto. La muestra fue intencional,
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veinte personas mayores, diez de ellos
institucionalizadas en hogares
gerontológicos y diez no
institucionalizadas. Los instrumentos que
se emplearon para la recolección de
información fueron: Entrevista semi-
estructurada avalada por tres jueces
expertos, que midió de manera cualitativa
la auto y hetero percepción social que
tienen este grupo de personas mayores
acerca del aprendizaje, se realizó una
caracterización socio demográfica y se
aplicó el Cuestionario de estereotipos
negativos hacia la Vejez (CENVE) de
Mena, Sánchez y Trianes (2005). Los
resultados que se esperan no se podrán
generalizar, pero si dará líneas de acción
relacionados con la educación contínua
para este tipo de población.
Esta investigación determinó si las
percepciones sociales acerca del
aprendizaje en la vejez están siendo
influenciadas por los estereotipos negativos
que ellos mismos tienen de la vejez por sus
propias percepciones acerca del
aprendizaje, sus diferencias según el sexo,
la edad entre otros, identificando algunas
necesidades reales y sentidas de los
mayores y a partir de los resultados se
plantearon estrategias a través de una ficha
técnica, para que esta población continúen
participando en programas educativos de
acuerdo a sus intereses, necesidades y
capacidades, aportando de esta manera el
fortalecimiento de una cultura de
envejecimiento activo.
Teorías del Envejecimiento y la Vejez
Existen varias teorías clásicas del
envejecimiento biológico postuladas por
Minot, Citado por Fuente (1907), Pearl,
(1928), Harman, (1956), Williams, (1957),
Gerschman, (1962), Hayflick, (1965) y
Weissman, (1981), todas buscan establecer
las relaciones causa-efecto en los cambios
degenerativos que tienen lugar el envejecer
en los diferentes niveles de organización
biológica. Por el contrario, Calatayud
(2002), citado por Salgado A, Llera F y
Ruiperez plantean una teoría integradora
donde el envejecimiento biológico no está
directamente relacionada con los genes y
abre la posibilidad como aplicación
práctica de su teoría al retraso del
envejecimiento de algunos sistemas del
organismo a través de una dieta
suplementaria con antioxidantes tiónicos.
En este mismo sentido, Fernández -
Ballesteros (2009) manifestó que los
biólogos aseveran que el envejecimiento
depende sólo en un 25% de las
circunstancias genéticas y que el 75%
6
restante corresponde a factores externos
como son las condiciones socios
ambientales así como al propio
comportamiento. Por otra parte y desde una
mirada más social Cumming y Henry
(1961) autores de la teoría de la
desvinculación, alegan que el
envejecimiento se caracteriza por una
mutua separación, la persona mayor
disminuye sus actividades y compromisos
y la sociedad obliga al retiro y estimula la
segregación por edad sin tener en cuenta
que el fortalecimiento de la interacción
social, proporciona a los mayores grandes
beneficios multidimensionales.
Es curioso resaltas que después de la
Segunda Guerra Mundial ha prevalecido
una mirada muy negativa de la vejez y el
envejecimiento vista como sinónimos de
problema, quebranto, declive, deterioro y
dependencia, es decir, un cúmulo de
situaciones problemáticas que exigen una
solución pronta y efectiva. La solución
emerge, en un principio de lo que muchos
autores plantean como (Powell, 2006;
Bengston, Burggess y Parrott, 1997;
Powell y Hendricks, 2009; Biggs,
Lowentein y Hendricks, 2003; Estes y
Biney, 1989; Jakson y Powell, 2006), han
llamado la medicalización del
envejecimiento, o “Gerontología
Biomédica” que es resultado del desarrollo
de la geriatría más que de la gerontología.
Contrariamente la teoría de la
actividad de Neugarten, Havighurst y
Tobin (1968), Citado en: Fernández-
Ballesteros, sostiene que una persona debe
permanecer tan activa como sea posible
para envejecer con éxito. En contrastación
con el enfoque biologicista, surge el
enfoque del ciclo vital que plantea que los
cambios ocurridos durante el
envejecimiento están influenciados por
múltiples variables, y que son el resultado
de la interacción entre el organismo que
envejece, el medio ambiente (contexto
socio-cultural) y el comportamiento (estilos
y hábitos de vida). De igual manera la
Teoría de la continuidad de Atchley (1989),
dice que para envejecer con éxito las
personas debe mantener un equilibrio entre
continuidad y cambio en las condiciones
internas y externas de sus vidas.
Solamente en la década de 1990
empieza a desarrollarse la visión positiva
sobre el envejecimiento y la vejez,
especialmente a partir de los trabajos de
Baltes y Baltes (1990) y Baltes y
Carstersen (1996) con su teoría del
envejecimiento exitoso, se empieza a
configurar una visión donde estos
conceptos son más valorados. El desarrollo
7
teórico de estos autores, abrió el camino
para pasar de un concepto de
envejecimiento normal (opuesto al
envejecimiento patológico) a hablar de
“proceso” de envejecimiento en el cual
estamos sumergidos todos los seres
humanos. (Curcio, 2010, p. 154).
Desde las teorías socio-demográficas
se resalta el informe de la Organización de
Naciones Unidas [ONU], en donde se
afirma que el envejecimiento de la
población no tiene precedentes, es un
proceso sin parangón en la historia de la
humanidad. El envejecimiento de la
población afecta a casi todos los países del
mundo, mientras continúe el descenso de la
mortalidad y permanezca el bajo índice de
fertilidad ONU (2009).
En el año 2006 a nivel mundial una de
cada nueve personas tenía 60 ó más años, y
se proyecta que esta proporción será una de
cada cinco para el 2050, y de una de cada
tres personas para el 2150. La transición de
una estructura joven a una de personas
mayores ocurrirá de manera más rápida y
en un corto tiempo en los países en vías de
desarrollo. En el 2050, se proyecta que los
mayores de 60 años, alcancen un 32% y los
mayores de 80 años un 29% en las regiones
desarrolladas, mientras que en las que se
encuentran en vías de desarrollo serán un
20% de mayores de 60 años y un 18% de
mayores de 80 años (ONU, 2006). De
acuerdo con estos datos el envejecimiento
de la población se dará de manera más
acelerada en las regiones en vías de
desarrollo, teniendo que afrontar además
del reto del desarrollo, la educación, la
salud, la transformación demográfica con
todas las consecuencias o implicaciones
inherentes.
En Colombia se muestra que el
aumento continuo de la población,
especialmente del grupo de laos
envejecidos, constituye retos y desafíos
para la construcción de políticas sociales y
un buen manejo de los recursos en lo
concerniente al desarrollo humano, la
educación, la calidad de vida, la salud
física y mental, el cumplimiento de los
derechos humanos y la inclusión social de
todos los seres humanos.
Es así que el Congreso del República
de Colombia aprobó la Ley 1171 de 2007,
que tiene como objeto conceder a las
personas mayores de 62 años beneficios
para garantizar sus derechos a la educación,
propiciando un mejoramiento en sus
condiciones generales de vida. En el
artículo cuarto, las personas mayores de 62
años, tendrán derecho a un descuento del
cincuenta por ciento (50%) en el costo de
8
la matrícula en instituciones oficiales de
educación superior y en el artículo quince
expresa que en ningún caso la edad podrá
ser tenida en cuenta como criterio para
definir el acceso a las instituciones de
educación superior del país. Sin embargo
este derecho sigue siendo vulnerado, ya
que no existen suficientes espacios
académicos especializados para brindar una
adecuado proceso de enseñanza
aprendizaje y tampoco existen suficientes
recursos humano cualificado en el tema, es
más el Ministerio de Educación cada vez
cierra la oportunidad para que personas que
les interesa el tema puedan obtener títulos
de técnicos, tecnólogos, profesionales y
hasta posgrados, tal vez porque las
personas que están a cargo, tampoco se
encuentra sensibilizadas y /o adiestradas
del tema relevante del envejecimiento y la
vejez.
Para esta investigación se desea
resaltar a los autores Rosenthal y Jacobson
(1968) quienes han estudiado la teoría del
efecto Pigmalión desde la perspectiva de la
teoría de la profecía autorrealizada. Esta
teoría la entendemos como uno de los
factores que influyen en la motivación de
los estudiantes que en este caso serían las
personas mayores en el aula de clase. Para
este caso lo que ocurre, es que la sociedad
formulan expectativas acerca de que en la
vejez no es posible aprender, y es muy
posible que los viejos consideren que esto
sea verdad y se cumpla la profecía,
convirtiéndose en una problemática social,
ya que en su mayoría dichos estereotipos
son y se mantienen como negativos, ya que
no propendería a generar una cultura de
envejecimiento activo, sino por lo contrario
generan a corto, mediano y largo plazo
exclusiones sociales que irían en contra de
todo lo planteado a nivel internacional y
nacional con relación a los lineamientos y
políticas dirigidas al envejecimiento y a la
vejez.
Envejecimiento, Envejecimiento Activo y
Vejez
Se inicia afirmando que el
envejecimiento es universal: “Toda
materia, cualquiera sea su naturaleza,
envejece, lo que varía es el tiempo, la
forma y el ritmo evolutivo, que son propios
para cada ser vivo”. El envejecimiento
individual está determinado por las
condiciones sociales, económicas,
ambientales, nutricionales y culturales en
las que viven los seres humanos. Es
progresivo, comienza con el nacimiento y
termina con la muerte, evolucionando
progresivamente a medida que avanza la
9
vida. En el hombre, cronológica y
clínicamente, el envejecimiento empieza
desde el nacimiento. Ministerio de
Protección Social. Política Nacional de
envejecimiento y vejez (2007-2019)
El envejecimiento activo es el proceso
de optimización de las oportunidades de
salud, participación y seguridad con el fin
de mejorar la calidad de vida a medida que
las personas envejecen. Organización
Mundial de la Salud [OMS] (2002, p, 6).
Por otra parte, el término de
envejecimiento activo fue adoptado por la
OMS a finales del siglo XX, con la
intención de transmitir un mensaje más
completo que el de envejecimiento
saludable y reconocer los factores y
ámbitos, además de la mera atención
sanitaria que afectan a como envejecen
individuos y poblaciones. (OMS citado por
Perea, 2004, p, 229).
El concepto de vejez abarca un sin
número de enfoques, y esto lo afirma
Fernández Ballesteros (2000) cuando habla
de la variedad y la indefinición de la
mayoría de los distintos conceptos sobre la
vejez. La situación de indefinición se da,
porque no es posible definir los aspectos
biológicos, sociales o psicológicos en
relación con la vejez; por ejemplo, en la
tradición romana la vejez era considerada
como una desgracia, pero de manera
contraria, Cicerón en su De senectute
planteaba que las personas que llegaban a
la vejez se podrían considerar como seres
prudentes, moderados, dignos y activos
dentro de una sociedad.
En Grecia antigua, Platón en La
República adopta una posición de respeto
por las vivencias de las personas de edad
avanzada, elogiando a la vejez como una
etapa de la vida en la que las personas
alcanzan la máxima prudencia, sagacidad y
juicio. Hace resaltar, sobre todo, los
agentes individuales del envejecimiento,
considera que las vivencias del final de la
vida están muy determinadas por la forma
en la que se vive durante la juventud y en
la adultez, y explica cómo habría que
prepararse para la vejez desde la niñez. Así
pues, Platón es un antecedente de la visión
positiva de la vejez.
Otras referencias acerca del tema en la
historia, la menciona en uno de los más
grandes políticos, filósofo y orador de la
antigua roma, Marco Tulio Cicerón; en su
obra Cato Maior de senectute presenta una
imagen positiva de la vejez; en donde
incluye multitud de datos acerca de las
modificaciones que experimenta la
capacidad de rendimiento mental en las
personas mayores.
10
En oposición, Aristóteles se refiere
hacia la vejez con una imagen negativista
ya que interpreta la compasión como una
debilidad. La “senectud”, que es la cuarta y
última etapa en la vida del hombre, según
él, equivale a deterioro y a la ruina. Es una
etapa de debilidades, digna de compasión
social e inútil socialmente además asocia la
vejez con la enfermedad., la pérdida, y el
deterioro. También se le conocen aportes
acerca de la vejez al poeta Romano
Horacio; quien se refería a ella en su Ars
poetica, mostrando una imagen fatalista de
la vejez; considera que no es ni una etapa
dorada de la vida ni el momento
culminante de felicidad personal.
Considera que la muerte es inevitable y
ante ella no deben adoptarse actitudes de
resignación. Hay que gozar de la existencia
según las posibilidades de la edad.
A lo largo de la Edad Media son
transmitidos y acentuados ciertos
estereotipos asumidos de las tradiciones
culturales que antecedieron el desarrollo
humano. Destaca, por una parte, San
Agustín que dignifica la visión cristiana de
la persona mayor ya que de ella se espera
un equilibrio emocional y la liberación de
las ataduras de los deleites mundanos.
En la época del Renacimiento, se
rechaza lo senil y lo viejo, se evade el tema
de la muerte, se da una imagen melancólica
de la persona mayor e incluso se le imputan
artimañas y brujería. Otras investigaciones
asumen la vejez según la categoría de edad,
siendo algunas de éstas las que afirman que
a partir de los 65 años comenzaría la vejez
(Zepellin et al, 1986). Por otra parte, la
OMS asevera que la vejez llega a los 60
años de edad, y se caracteriza por un
declive gradual del funcionamiento de
todos los sistemas corporales. La vejez
como etapa vital es la concepción más
moderna basada en el reconocimiento de
que esta fase de la vida, al igual que otros
periodos vitales tiene entidad evolutiva,
propia, y que justo algunas limitaciones
ofrecen potencializades positivas diferentes
por la experiencia y recorrido histórico de
las personas que la viven (Petrus, 1997, p,
297).
Finalmente el Ministerio de protección
social en la Política Nacional de
envejecimiento y vejez afirma que: Se
consideran personas mayores (viejos) a
mujeres y hombres que tienen 60 años o
más, o mayores de 50 años si son
poblaciones de riesgo, por ejemplo
indigentes o indígenas (Política Pública de
Envejecimiento y vejez 2007-2019, p. 9).
11
Instituciones de Larga Estancia para
Personas Mayores
Los primeros hogares de ancianos o
residencias geriátricas aparecen en Europa
en el Siglo XVI destinados a albergar
locos, vagabundos, desviados de la ley y
viejos. A través del tiempo ha sido un
recurso que la sociedad instrumentó para
dar respuesta a diversos problemas
planteados por la población envejeciente.
Por otra parte, se evidencian diferentes
características en instituciones que
pernoctan personas mayores de con
modalidad de larga estancia, hogares,
asilos, ancianatos entre otros que satisfacen
solo las necesidades fisiológicas, de
seguridad física y alimentos enfocando el
cuidado a una sola dimensión la
biológica .Existen otras que le suman el
servicio de rehabilitación y de terapias
psicológicas, ocupacionales un tanto más
organizadas y existen otros con un enfoque
de “promoción de la salud”, se inscribe en
la concepción del desarrollo integral de la
persona, independientemente de su edad,
procura el aprovechamiento de sus
potencialidades, y la realización personal.
Zolotow (2010, p. 90)
Los centros de protección para
personas mayores son domicilios que
atienden necesidades integrales eco-bio-
psicosociales y espirituales a personas
mayores, que por diversas situaciones
como enfermedad, soledad o pérdida de
autonomía, precisan de asegurar dichos
cuidados fuera de sus hogares. En el
artículo tercero de la ley 1251 de 2008 por
la cual se dictan normas tendientes a
procurar la protección, promoción de los
mayores, definen los Centros de protección
como el ofrecimiento de servicios de
hospedaje, de bienestar social y cuidado
permanente o temporal a adultos mayores
(Congreso de la República, Ley 1251 de
2008).
En la ley 1315 de 2009 del Congreso
de la República de Colombia, define como
centros de Protección Social para el Adulto
Mayor como Instituciones de Protección
destinadas al ofrecimiento de servicios de
hospedaje, de bienestar social y cuidado
integral de manera permanente o temporal
a adultos mayores.
El Aprendizaje a lo Largo de la Vida y la
Importancia de la Aplicación de la
Gerogogía para las Personas Mayores
En relación con el aprendizaje, a
continuación se revisarán algunos
conceptos relacionados con las teorías del
aprendizaje, iniciando con los
planteamientos de Jacques Delors (1998)
12
en torno a los cuatro aprendizajes
fundamentales que para cada persona en su
ciclo vital serán los pilares del
conocimiento: Aprender a conocer,
aprender a hacer, aprender a vivir juntos y
aprender a ser. Cada una de estas
manifestaciones se hayan estrechamente
relacionadas entre sí, ya que hay entre ellas
múltiples puntos de dependencia.
A manera de síntesis, aprender a
conocer para el citado autor, se fundamenta
en adquirir las herramientas de la
comprensión lográndose considerar a la vez
medio y finalidad de la vida humana. En
cuanto medio, consiste para cada persona
en aprender a percibir el mundo que le
rodea, desarrollando sus capacidades
profesionales y comunicativas. En cuanto
al fin, su propósito es el placer de
comprender, conocer, descubrir y entender;
a realidad social en la cual está inmerso.
Aprender para conocer supone en primer
término aprender a aprender, ejercitando la
atención, la memoria y el pensamiento, es
decir que se trata de un aprendizaje de la
atención el cual puede adoptar formas
disímiles y sacar provecho de las múltiples
acciones de la vida. Es lo que otros autores
denominan aprender a pensar haciendo.
El siguiente aprendizaje que plantea
este autor es aprender a hacer, donde
considera que para poder intervenir sobre
el propio entorno está más estrechamente
relacionada la cuestión de la formación
profesional, es decir, al desarrollo de
habilidades, destrezas y competencias tanto
personales como profesionales. Aquí se
trata del cómo enseñar al estudiante, a la
persona mayor en el contexto de la presente
investigación, a poner en práctica sus
conocimientos.
Como tercer pilar del conocimiento se
tiene el aprender a vivir juntos, que se
adquiere desarrollando la comprensión del
otro y la percepción de las formas de
interdependencia, preparándose para
intervenir en las necesidades sociales
respetando los valores comunes y
comprensión mutua. Finalmente, se enseña
a aprender a ser, entendido como el
proceso fundamental que involucra
elementos de los tres anteriores. La
educación debe contribuir al desarrollo
humano de cada persona en cuerpo, mente,
inteligencia, sensibilidad, sentido estético,
responsabilidad individual y espiritualidad.
En este orden de ideas, todos los seres
humanos deben estar en la capacidad de
dotarse de un pensamiento autónomo y
crítico elaborando un juicio propio, para
determinar por sí mismo qué deben hacer
en las diferentes circunstancias de la vida.
13
Además, y para efectos del presente
estudio, se tendrá en cuenta el tema de
proceso de aprendizaje según Pere Marqués
del Departamento de Pedagogía Aplicada
de la Universidad de Barcelona (1999), éste
proceso tiene que ver con las actividades
que realizan los sujetos para conseguir el
logro de los objetivos educativos que
pretenden. El proceso de aprendizaje
establece una actividad individual, aunque
se desarrolla en un contexto social y
cultural, que se origina a través de un
proceso de interiorización en donde cada
sujeto concilia los nuevos conocimientos a
sus estructuras cognitivas previas, llegando
a concluir que la construcción del
conocimiento tiene dos inclinaciones: una
personal y otra social.
En general, para que se puedan realizar
procesos de aprendizaje son necesarios tres
factores básicos: el primero es poder
aprender, que implica la inteligencia, las
capacidades cognitivas y los conocimientos
previos imprescindibles para construir
sobre ellos los nuevos aprendizajes. El
segundo factor el saber aprender los nuevos
aprendizajes que se construyen a partir de
la experiencia, los hábitos y las técnicas de
estudio como son la observación, la lectura,
la escritura dentro de los instrumentales
básicos, el vocabulario, las estructuras
sintácticas dentro de la comprensión, el
subrayar, esquematizar realizar resúmenes
o mapas conceptuales dentro de las
elaborativas y las habilidades
metacognitivas que implican analizar,
reflexionar entre otras. El último factor es
el querer aprender que implica la
motivación que depende de la
personalidad, la fuerza de voluntad, la
familia, el contexto, la sociedad, los
métodos de enseñanza que aplican los
profesores (Alonso 2000, p. 53).
Otra teoría del aprendizaje que es de
suma importancia dentro de la vejez, es el
aprendizaje experiencial que se basa en el
conocimiento que se crea a través de la
alternativa provocada por la experiencia ya
que esta es concreta y se introduce a una
conceptualización indefinida, la cual es
otorgada activamente a través de nuevas
experiencias. Lewin (1951), Dewey (1938)
Citado por: Pacheco, P; Thullen M; Seijo, J
y Piaget (1978), citado por: Méndez Z.
Del mismo modo dentro de las teorías
psicosociales de la vejez, que se definen
como las que intentan explicar los cambios
en la conducta, la función y las relaciones
que ocurren cuando el ser humano envejece
(Potter 2002). Se encuentran las teorías de
la optimización selectiva los individuos
pueden ponerse metas, evaluar sus propias
14
habilidades, y resolver cómo van a llevar
adelante aquello que quieren alcanzar, a
pesar de las limitaciones y el deterioro de
la vejez (Ebner , Baltes, y Paul, 2006),
citado por: Stassen, B, es así que el
aprendizaje en las personas mayores
pueden ser posible y significativo en este
momento vital.
Otra teoría es la denominada de la
continuidad que afirma lo siguiente: A
medida que vamos envejeciendo, nos
vamos haciendo cada vez más aquello que
ya éramos, es decir, la persona de edad es,
en definitiva, lo que fue haciéndose desde
que nació (Rosow, 1963; Atchley, 1987,
1991; Minois, 1987). Citado en: (Ocampo
J; Londoño I; 2003) Esto puede afirmar que
la vejez es el resultado de un proceso
natural, donde si se toman decisiones
positivas se puede llegar a una vejez
satisfactoria. Ahora bien, la teoría de la
identidad asevera que a lo largo de la vida
cada nueva experiencia cada ganancia o
pérdida, requiere de una revaluación de la
identidad (Kroeger, 2007; Van der Veulen,
2001; Zucker y Col, 2002). Citado en:
Stassen, B; (2007) es así que el aprendizaje
a lo largo de la vida puede ayudar a
construir una identidad en la vejez positiva
o negativa según la experiencia de vida.
La hipótesis que en este estudio se
tiene es la que nos muestra la teoría del
etiquetado, que define que cuando un
individuo es percibido como viejo, sus
conductas son interpretadas a través del
estereotipo social de cómo se comporta una
persona vieja, al mismo tiempo el propio
sujeto termina por asumir esa imagen
social y se comportará en función de ella
(Bermejo, 2005). Desafortunadamente el
viejo al ser etiquetado de manera negativa a
nivel social, puede creer que su derecho a
educarse y desarrollarse finalizó por el
simple hecho de llegar a ser mayor.
Para Fernández- Ballesteros las teorías
psicológicas en la vejez “son el resultado
de un equilibrio entre estabilidad y cambio,
y también, entre crecimiento y declive”
(2000, p. 40). Es así que la vejez constituye
la aceptación del ciclo vital único y
exclusivo de uno mismo y de las personas
que han llegado a ser importantes en este
proceso. Supone una nueva aceptación del
hecho que uno es responsable de la propia
vida.
En cuanto al aspecto social, Antonio
Petrus en su libro Pedagogía Social cita a
Lehr (1980), quien determinó que una
persona es vieja como en cualquier otro rol
social, cuando los miembros de la sociedad
lo creen así. Debido a que la aparición de
15
los rasgos físicos incorporados a la vejez
ayuda a homogeneizar la percepción que
los otros tienen de la vejez, entonces las
personas en cualquier sociedad, se saben
viejos en primer lugar a través de los otros,
fenómeno que ocurre con mucha frecuencia
y que autores como Bazo (1990) opina, que
puede estar causando estereotipos y mitos
negativos de la vejez. Para Bazo el
principal problema de la vejez:
Resulta mal vista y es objeto de
aversión por parte de las personas en
general, y de las ancianas en
particular, que han interiorizado en
su proceso de socialización una serie
de imágenes negativas sobre la
ancianidad que contribuyen a
distorsionar la verdadera visión de la
misma (1990, p. 201).
El término de vejez que se tomó para
esta investigación es el aportado por Diehl,
Hans y Ludington (2003) quienes definen a
la vejez, como un proceso continuo de
crecimiento intelectual, emocional y
psicológico. Es así que Ruiz, Scipioni y
Lentini (2008) resaltan que la experiencia
educativa en la vejez demanda una
atención permanente porque aún en esta
etapa de la vida hay una posibilidad de
aprendizaje.
Por otra parte, es muy relevante en la
visión de los procesos de enseñanza-
aprendizaje de las personas mayores, tener
en cuenta la Gerogogía que viene del
Griego geron (anciano) gogein (educar)
propuesto por el First National Congress
on Educational Gerontology en 1976, para
designar la educación especifica de los
mayores. Hartford (1976) citado por José
Alberto Yuni, Yuni, José & Urbano,
Claudio, Arce, M. la define como el arte y
la ciencia de enseñar a los mayores y la
educación de y por las personas mayores.
Al igual la definen otros autores, como
Legendre (1993), Moreno, Lara (1988)
donde tiene que ver con el aprendizaje para
toda la vida o para el ciclo vital (Belando y
Sarlett, 1995).
Por otra parte, en el aprendizaje a lo
largo del ciclo vital se encuentra la clave
para el desarrollo humano y sostenible de
todos los países, por esta razón se están
desarrollando planes, programa y proyectos
para considerarla elemento determinante
para la sociedad en el marco del saber y de
la cultura, que constituye una procedencia
básica para igualar las oportunidades para
todas la edades y favorecer la inclusión y
cohesión social; elemento fundamental
16
para edificar comunidad, y forjar calidad de
vida y una cultura de envejecimiento
activo.
La Educación Permanente o el
aprendizaje a lo largo de la vida se le ha
llamado: educación vitalicia, educación
continua, educación recurrente, educación
no formal e informal, desarrollo
comunitario, educación popular, animación
sociocultural, educación postescolar,
educación para el ocio y el tiempo libre,
aprendizaje permanente, educación a lo
largo de la vida, ciudad educadora... Estos
diversos nombres inciden en diferentes
esferas de la Educación Permanente en
algunos casos; en otros se consideran como
sinónimos. Pérez (2010 p.17)
La publicación del Informe de la
Comisión Internacional de Educación sobre
la Educación para el siglo XXI, presidida
por J. Delors (1996 p, 113), La Educación
encierra un tesoro, ofrece el capítulo
quinto a la educación a lo largo de la vida.
El informe sugiere la transformación del
concepto de educación e invita a que la
educación ocupe un lugar cada vez mayor
en la vida de los seres humanos.
Este concepto y su aplicación es el
núcleo mismo del mandato del Informe
Mundial sobre el aprendizaje y la
educación de adultos de la Organización de
las Naciones Unidas para la educación, la
Ciencia y la Cultura UNESCO. Desde su
creación, la Organización ha desempeñado
un papel pionero en la afirmación del papel
esencial de la educación de adultos en el
desarrollo de la sociedad y en la promoción
de un enfoque integral del aprendizaje a lo
largo de toda la vida. (Organización de las
Naciones Unidas para la educación (2010),
la Ciencia y la Cultura. [UNESCO], p.8-9.)
El derecho universal a la educación
que tiene cada niño, joven y adulto es el
principio fundamental que subyace en
todas nuestras iniciativas. El aprendizaje de
adultos cuenta más que nunca en la era de
la globalización, caracterizada por el
cambio rápido, la integración y los avances
tecnológicos.
La educación de adultos desempeña un
papel importante en la lucha contra la
pobreza, la mejora de la salud y la
nutrición, así como en la promoción de
prácticas sostenibles del medio ambiente.
De ahí que el logro de todos los Objetivos
de Desarrollo del Milenio (ODM) apele a
la realización de programas de educación
de adultos pertinentes y de buena calidad.
Si bien el Informe mundial demuestra el
valor de la educación de adultos para
ayudar a mujeres y hombres a conducir
mejores vidas, también destaca que un gran
17
número de adultos aun está excluido de las
oportunidades de aprendizaje
Definiciones de Percepción
Se presentan a continuación los
diferentes significados de la percepción,
iniciando por la autora Vargas (1994) quien
afirma que en el proceso de la percepción
se ponen en juego referentes ideológicos y
de la cultura que reproducen y explican la
realidad y que se aplican a distintas
experiencias para ordenarlas y
transformarlas. Es así que las percepciones
pueden cambiar según la cultura y las
experiencias propias. Por otra parte, “la
percepción social es el proceso a través de
los cuales pretendemos conocer y
comprender a otras personas” Citado por
Barón, 1998, p.40).
Diversos autores han definido la
percepción como el proceso cognitivo de la
conciencia que consiste en el
reconocimiento, interpretación y
significación para la elaboración de juicios
entorno a las sensaciones obtenidas del
ambiente físico y social, en las que
intervienen otros procesos psíquicos entre
los que se encuentran el aprendizaje, la
memoria y la simbolización Allport (1974)
citado por Vargas Melgarejo (1994); Cohen
(1973) citado por González Hidalgo
(2001); Coren y Ward (1979) citado por
Kantowitz, y Elmes (2001) entre otros.
Dentro de la percepción social, muchas
personas tienden a percibir sus acciones
negativas (auto-percepción) como
razonables y excusables, pero acciones
idénticas de parte de otros (hetero
percepción) como irracionales e
inexcusables (Baron, 1994). Para efectos de
este estudio se tendrá en cuenta la
definición de percepción social de los
autores León y Gómez (1998), quienes
afirman que la percepción social son
juicios elementales que, sobre las
características de las otras personas, las
personas procesan en un primer contacto, y
que son de gran importancia debido a su
función como guía para interacciones
posteriores.
Aristizabal-Vallejo (2010) cita a Moya
(1999), quien afirma que la percepción
social se asemeja a la de objetos y personas
por tres razones: la primera porque son
percepciones estructuradas y la
configuración de categorías, (que son una
de las formas de organización), las diversas
y múltiples categorías influyen en la
clasificación de la información y la
predicción de la conducta cuando de
personas se trata; la segunda, cundo se
tiene que buscar con mayor afán los
18
elementos invariantes de los estímulos que
se percibe. Y la tercera donde las personas
son percibidas como agentes causales
porque poseen intención de control sobre el
medio que les rodea. En esta percepción de
personas también suele darse en
interacciones que son dinámicas y las
expectativas de las personas influyen en la
conducta hacia ella y a su vez influye en las
respuestas de las personas percibidas.
La percepción de los demás inicia con
indicios visibles incluidas la apariencia
física, la comunicación no verbal y la
conducta expuesta, y a partir de la
percepción, se forman las impresiones que
se pueden convertir en relevantes cuando
sobresalen del contexto y atraen la
atención. Sin embargo esos indicios no
tienen sentido en sí mismos pero se
interpretan a la luz del conocimiento
existente o de las representaciones
cognitivas de las personas, conductas,
rasgos y situaciones sociales (Smith y
Mackie, 1997).
La percepción social que de la vejez
cada persona tiene, no es estática, sino que
va cambiándose en función de la edad, es
decir, cambia según la etapa del ciclo vital
en la que se encuentra. Un error cometido
con frecuencia, como afirma Garanda
(1995), es cuando se habla de la vejez
utilizando términos y refiriendo hechos que
son propios de otras edades. Ejemplo de
esto son las afirmaciones populares que
dicen “loro viejo no aprende a hablar”.
Finalmente el Ministerio de Sanidad,
Política Social e Igualdad de Madrid,
España, afirma que las personas mayores
son percibidas por la sociedad como un
colectivo heterogéneo en el que cada uno
de sus miembros posee identidad propia
configurada a partir de los rasgos de la
personalidad y de las experiencias vitales
de cada una. Queda prácticamente
desterrada la imagen que describe a los
mayores como personas pasivas, ancladas
en el pasado, con una visión negativa de la
realidad (Institución de mayores y servicios
sociales [INMERSO], 2006).
Estereotipos en la Vejez
Todos los seres humanos están en
proceso de envejecimiento y tarde que
temprano, si no se sale al paso de los
estereotipos que culturalmente se forman
en todo momento, estos estereotipos
afectarán a todas las personas, en tanto que
todas ellas irremediablemente avanzan
hacia la vejez.
Para Santo Tomás de Aquino afianza
el estereotipo aristotélico de la vejez como
período decadente, física y moralmente, en
19
el que las personas mayores están marcadas
por comportamientos acorde a intereses
únicamente personales. Un estereotipo
social existe cuando varios miembros de un
grupo, acentúan las diferencias que existen
entre los miembros de su grupo y los
miembros de otro grupo. Citado por
Rodríguez (1989, p, 16)
En cuanto a estereotipos los autores de
esta investigación se basan en lo que afirma
la autora Fernández -Ballesteros:
un cliché o un modelo fijo,
compartido colectivamente, que se
utiliza para conceptualizar a un
determinado sujeto de conocimiento
abstracto como la vejez o la juventud,
la inmigración o el poder y nos sirven
a modo de teorías implícitas respecto
de ese sujeto de conocimiento. Estos
clichés en -términos generales
negativos- son aprendidos a través
del proceso de socialización del
individuo el cual transcurre en un
ambiente social determinado. Estas
imágenes o clichés una vez
aprendida, tiene un poder causal en el
sentido de que son la causa de la
conducta tanto individual como
social referida a ese objeto de
conocimiento e, incluso, pueden
convertirse en profecía que tienden a
su auto-cumplimiento. (2002, p. 9)
Los estereotipos son una forma de
simplificar la realidad para poder
identificar a una persona a partir de unas
pocas características del grupo al que
pertenece (Bermejo, 2005 p, 229). Son
creencias acerca de las características de la
gente mayor, que son mantenidas en
general por todos los miembros de una
cultura en concreto. Normalmente son
estereotipos negativos y a menudo
incorrectos, que se aplican a todos los
mayores de 65 años y que refuerzan las
prácticas discriminatorias hacia los mismos
(Bermejo, 2005, p. 230).
Según Graciela Ferreira, un estereotipo
es una creencia errónea expresada de forma
absoluta y poco flexible (citado por Blanco,
2004, p. 57). Para Lippman los estereotipos
son representaciones o caracterizaciones
rígidas y falsas de la realidad producidas
por un pensamiento ilógico (citado por
Galán, 2007, p. 72). Los estereotipos
característicos sobre la vejez suponen un
negativo imaginario que se interpone a la
vinculación de las personas mayores a la
vida social activa y pueden afectar de
manera negativa también su calidad de
vida, cosa que va en contra vía de generar
20
una cultura de envejecimiento activo,
donde prime la salud integral, la
participación social y la seguridad de tener
una calidad de vida a lo largo del ciclo
vital.
Estereotipos negativos es un conjunto
de rasgos asociados a un grupo o categoría
social. Miller (1982), Echevarría A,
González (1996) citado por Franco (2010).
Otras definiciones encontradas son las
que plantea la autora Cora Edith Gamarnik
de la Universidad de Buenos Aires quien
afirma que un estereotipo es una
representación repetida frecuentemente que
convierte algo complejo en algo simple y
que tiene otras características que ayudan a
complejizar este concepto: es un proceso
reduccionista que suele distorsionar lo que
representa, porque depende de un proceso
de selección, categorización y
generalización, donde por definición se
debe hacer énfasis en algunos atributos en
deterioro de otros. Simplifica y recorta lo
real. Tiene un carácter automático, trivial,
reductor. Los estereotipos son conceptos de
un grupo, lo que un grupo piensa de otro o
de otros. Lleva necesariamente implícito en
su existencia un consenso (Gamarnik,
2009, p. 1).
Finalmente se debería plantear la
necesidad de aprendizaje en la vejez, para
brindar oportunidad a los mayores de ser
más participativos, empoderados,
productivos, y a través del mismo ejercicio
se podría cuestionar mitos y estereotipos
que se perpetúan dentro de la sociedad de
manera negativa.
Abrir un espacio para las personas
mayores implica una oportunidad para la
deconstrucción y la construcción de nuevas
significaciones sociales. Este proceso es tal
vez el responsable de la presencia
simultánea de significaciones antagónicas:
“ante la posibilidad de aprender: ‘no
pueden o siempre pueden’”. Y como
alternativa a estas dos que se presentan de
un modo totalizante, surge la posibilidad de
la consideración de la particularidad del
sujeto, en el que es el deseo el que facilita
la sustitución y con ello la búsqueda de
objetos y opciones. Ruiz, Scipioni y
Lentini (2008, p. 232). La calidad de vida
es un concepto tan amplio en el que incluye
no solo la salud bilógica sino también la
economía, la educación, el contexto, las
políticas públicas, las percepciones
sociales, el sistema de salud y posiblemente
los mitos y estereotipos que se tienen hacia
la vejez y el envejecimiento.
La importancia de identificar el
estereotipo no se limita a la función
cognitiva, se extiende a la función
21
defensiva al emplearse para mantener y
defender la posición en la sociedad. Esta
función defensiva no es únicamente
aplicable a los individuos, sino que sirve a
su vez para que ciertos grupos mantengan
su posición dominante sobre otros (Cano,
1993).
METODO
El presente estudio emplea un enfoque
mixto, es decir, emplea instrumentos de
recolección de información de orden
cualitativo y de orden cuantitativo. Es
además un estudio descriptivo porque
pretende hacer una descripción de cómo se
presenta el fenómeno de los estereotipos en
la vejez, tanto desde la perspectiva de la
autopercepción, como desde la
heteropercepción; pero además, también es
de diseño transeccional en tanto que para el
análisis del fenómeno objeto de la
investigación, recoge datos en un momento
determinado.
Participantes
La muestra seleccionada para la
presente investigación, se hizo de manera
intencional y a conveniencia de los
investigadores. Ella está conformada de la
siguiente manera: veinte personas que se
encuentran en un rango edad entre los
sesenta (60) a los noventa (90) años, de las
cuales diez (10) institucionalizados en
hogares de larga estancia, y los otros diez
(10), son personas no institucionalizados,
es decir, no viven en hogares de larga
estancia sino que conviven con familiares.
Todos son funcionales cognoscitivos y
pertenecen a los estratos socio-económicos
dos (2), tres (3), cuatro (4) y cinco
(5).Todos ellos firmaron el consentimiento
informado para autorizar su participación
en este estudio (Ver Anexo E).
Instrumentos
En la presente investigación, son los
siguientes:
La Entrevista Semi-Estructurada. Se
elaboró una entrevista semi-estructurada
diseñada por los investigadores y validada
por expertos, que consta de 31 preguntas, y
que determinó los estereotipos que los
adultos mayores tienen sobre su proceso de
aprendizaje en la vez, así como las
percepciones que tienen las personas que
las rodean.
El CENVE – Estereotipos Negativos
Hacia la Vejez de Mena, Sánchez y Trianes
(2005) que está compuesto por 15 ítems y
tres factores referidos a las dimensiones de
la Salud que recoge afirmaciones acerca
del deterioro general de esta y
discapacidades; la Motivación - Social que
aborda creencias en las carencias afectivas
22
y la falta de intereses vitales; y el Carácter
– Personalidad que recoge lo concerniente
a la rigidez mental y los problemas de
habilidad emocional.
Para la calificación de cada uno de los
ítems, el instrumento cuenta con cuatro
opciones de respuesta con una escala
Likert: a) muy en desacuerdo; b)
desacuerdo; c) acuerdo; y d) muy de
acuerdo.
Adicional a lo anterior, el instrumento
cuenta con una consistencia interna
significativa que viene dada por el Alfa de
Cronbach con valores de 0.67, 0.64 y 0.66
para los factores de salud, motivacional –
social y carácter – personalidad,
respectivamente (Mena, Sánchez y Trianes,
2005). La puntuación para cada dimensión
se encuentra entre un rango de 5 y 20
puntos, la máxima puntuación del
cuestionario es de 60 puntos. Para la
interpretación de los resultados del total del
cuestionario será de: a) de 15 a 28 muy
bajo; b) de 29-39 bajo; c) de 40-50 alto; d)
de 51-60 muy alto nivel de estereotipo
negativo hacia las personas mayores
(Aristizábal, et al. 2009).
Fases de la Investigación
Marco de Referencia: Para la
realización de la presente investigación, se
construyó un marco de referencia que
permitió la comprensión de los principales
elementos teóricos y conceptuales que
facilitó las categorías de análisis que
posteriormente se emplearon en el análisis
de los datos.
Construcción de la Matriz Inicial de
Categorías de Análisis: Con base al marco
teórico de referencia se elaboró la matriz
inicial de categorías. Dicha matriz recoge
los elementos teóricos con los cuales se
analizarán los datos recogidos. Diseño y
selección de los Instrumentos: Para la
recolección de la información, se
emplearon, tanto instrumentos
estandarizados y validados, tales como el
Cuestionario de estereotipos negativos
hacia la vejez [ CENVE ](Mena, Sánchez y
Trianes, 2005) Y validado para Colombia
por Aristizábal, et al. 2009), así como una
entrevista semi-estructurada que fue
validad por tres jueces expertos.
Recolección de Información: En esta
etapa se visitaron a los participantes en su
lugar de residencia, se les explicó el
propósito de la investigación para lo cual
firmaron consentimiento informado (Ver
anexo E) y se aplicaron instrumentos y se
caracterizó la población participante.
Análisis de la Información: En esta
etapa se realizó la comparación entre las
categorías construidas y los datos recogidos
23
en aplicación de los instrumentos y la
caracterización de la población para
determinar los hallazgos. El análisis
cualitativo de las percepciones del
aprendizaje en la vejez, se realizó a partir
de las categorías iniciales deducidas del
marco teórico a través de una matriz
elaborada en MS Excel.
La caracterización de la población y el
cuestionario de estereotipos negativos
hacia la vejez (CENVE) fueron analizados
también con el programa MS Excel.
Discusión y Conclusiones: Teniendo
en cuenta los análisis realizados se elaboró
la discusión y las conclusiones a las cuales
se llegó con la investigación realizada a
través de la triangulación de los siguientes
aspectos: heteropercepción Autopercepción
del aprendizaje en la vejez, y CENVE;
Marco Teórico, Percepción social del
aprendizaje en la vejez, y CEVE;
Categorías del CENVE salud, motivación
social y carácter personalidad; Marco
teórico, CENVE y aprendizaje a largo de la
vida, percepción social del aprendizaje en
la vejez en participantes institucionalizados
y no institucionalizados con CENVE.
Finalmente se diseñó una ficha técnica
(ver anexo A) que contiene: nombre de un
curso diseñado para los participantes de la
investigación, justificación, objetivo,
metodología, técnica grupal, contenido
temático y algunas referencias de la misma
ficha.
Aspectos Éticos
La presente investigación pertenece a
la categoría de riesgo mínimo para los
participantes de la misma, según lo
conceptuado en el Ministerio de la Salud
Resolución 8430 de 1993. Adicional a esto,
como ya se afirmó anteriormente, todos los
participantes firmaron un consentimiento
informado autorizando su participación
libre y voluntaria en la presente
investigación.
24
RESULTADOS
En cuanto a la caracterización de la
muestra poblacional se contó con la
participación de veinte (20) personas que
se encontraban en rango de edades entre los
60 y 90 años. Diez (10) institucionalizados
en hogares de larga estancia, Diez (10) No
institucionalizados. Quince mujeres y cinco
5 hombres. En cuanto al estado civil ocho
personas mayores que equivalen al 40%
son solteras, cinco (25%) casadas, cuatro
(20%) separadas y tres personas (15%) son
viudas, trece personas mayores (65%) tiene
hijos y siete (35%) no tienen hijos. Doce
personas (60%) tienen nietos y ocho (40%)
no tienen. El 95% que e1quivale a diez y
nueve personas tiene otros tipos de
familiares mientras que el 5% una persona
mayor se encuentra sola.
Por otra parte, once personas (55%)
son procedentes de Cundinamarca, cinco
(20%) de Boyacá, una persona (5%) de
Bolívar, una (5%) de Risaralda, una (5%)
Tolima y una (5%) de Lima- Perú.
También se determinó que siete (35%)
personas son de procedencia urbana y trece
(65%) rural.
En cuanto al estrato socioeconómico
registrado en las personas participantes, 4
se ubican en el estrato 2, 10 personas en el
estrato 3; cuatro personas en el estrato 4 y
dos personas en el estrato 5.
En cuanto a la escolarización 2 (10%)
tiene primaria completa, 4 (20%) primaria
incompleta, 3 (15%) secundaria completa,
3 (15%) secundaria incompleta, 3 (15)
técnico completo, 1(5%) educación
superior incompleta, ninguno presenta
estudios universitarios (20%).
En cuanto a las Auto-Percepciones Bio
psico-sociales el 50% de las personas se
percibe con una dificultad leve para ver, el
40% no refieren dificultades para oír, el
30% refiere dificultad moderada para
caminar y el 95% manifiesta no tener
dificultad para expresarse verbalmente.
Cinco personas que equivalen al (25%)
se perciben con salud física excelente, seis
personas (30%) buena, siete (35%) regular
y dos personas se perciben con salud física
mala. En cuanto a salud mental once
personas (55%) se perciben con excelente,
siete (35%) buena, y dos (10%) regular.
Ninguna persona mayor se percibe con
salud mental mala.
Por otra parte la auto-percepción social
arrojó los siguientes resultados:
Con respecto a la pregunta ¿Qué
aporte recibe de sus familiares? diez y ocho
personas (90%) manifestaron recibir afecto,
mientras que trece (65%) refirieron no
recibir cuidado por parte de sus familiares,
25
once personas mayores (55% perciben que
no tiene apoyo económico de sus familiares
y catorce persona mayores (70%) perciben
que sus familiares les ofrecen
acompañamiento.
Por otra parte se les solicito que
calificaran el nivel de satisfacción que tiene
con las personas con quienes se relaciona,
encontrando lo siguiente: En cuanto al
nivel de satisfacción con la pareja cuatro
(20%) se sienten satisfechas y una persona
(5%) se siente insatisfecha, con los hijos
doce personas (60%) se sienten satisfechas,
con los nietos once (55%) se siente
satisfechas y una persona (5%) se siente
insatisfecho. El nivel de satisfacción en la
relaciones sociales con otros familiares
arrojó que diez y siete personas mayores
(85%) se encuentran satisfechas, dos (10%)
indiferente y una (5%) insatisfechas. Con
respecto a los amigos trece personas
mayores (65%) se sentían satisfechas y tres
personas (15%) indiferente y una (5%)
insatisfecha. En cuanto a los lazos sociales
con vecinos doce (60%) personas mayores
perciben estar satisfechas. seis (30%)
indiferentes y dos personas (10%)
insatisfechas.
En cuanto a las actividades que les
gustaría realizar en el tiempo libre las
personas mayores respondieron lo
siguiente:
Las actividades más relevantes son las
espirituales con un 95%, le siguen las
educativas y culturales con un 75%, luego
las recreativas y productivas con un 70%.
Las actividades que arrojaron resultados
más bajo fueron las deportivas.
Resultados del Cuestionario de
Estereotipos Negativos hacia la Vejez
(CENVE)
El test contiene tres dimensiones: salud
en las pregunta 1,4,7,10 y 13;
motivacional-social en la preguntas
2,5,8,11 y 14 y carácter-personalidad en las
preguntas 3, 6,9,12 y 15 compuesto por
cinco ítems cada uno y cuyo formato de
respuesta sigue un modelo tipo likert de
cuatro niveles. El orden de los ítems se ha
establecido alternando un ítem de cada
factor. Las puntuaciones en los factores
pueden fluctuar entre 5 y 20. Puntuaciones
altas indican un elevado grado de creencia
en los estereotipos negativos de la vejez,
mientras que puntuaciones bajas, indican
poco nivel de creencia en tales estereotipos
negativos.
Cuatro personas mayores no presentan
estereotipos negativos hacia la vejez. Sin
embargo la mayoría de los entrevistados
tiene un alto nivel de creencias de
26
estereotipos negativos hacia el momento
vital de la vejez.
Solamente ocho de veinte personas
mayores registraron un bajo nivel inferior a
10 puntos que quiere decir tener menos
estereotipos negativos en la vejez y 12 de
ellas, presentan alto nivel de creencias en
estos estereotipos.
Con respecto a la dimensión
motivacional-social se encontró que cuatro
personas presentan bajos niveles de
creencias en estos estereotipos, tres de ellas
en nivel intermedio y 13 personas mayores
con altos niveles de creencia en estos
estereotipos.
En esta dimensión se evidencio que seis
personas mayores presentan un nivel bajo
de creencias en los estereotipos y catorce
personas mayores mostraron un alto nivel
de creencias en los estereotipos negativos
para este ámbito.
Para resumir lo anterior, se presenta la
siguiente figura que muestra las respuestas
de cada uno de los veinte participantes en
las tres dimensiones:
Figura # 1. Resumen de Respuestas - CENVE
Al categorizar las respuestas obtenidas
entre personas mayores institucionalizadas
y no institucionalizadas arrojaron los
siguientes resultados: Las personas
mayores no institucionalizadas muestran
una distribución de las respuestas hacia un
nivel bajo de creencia de los estereotipos
negativos hacia la vejez en sus tres
dimensiones: motivacional social, salud y
personalidad, comparado con las personas
mayores institucionalizadas quienes
muestran un nivel alto de creencias hacia
los mismos.
En la tabla 1 se muestra una desviación
típica muy alta, lo cual evidencia una gran
dispersión de los datos lo que demuestra
que dichos datos no se pueden generalizar.ANALISIS ESTADISTICO CENVE TOTAL
SALUD MOTIVACIÓN PERSONALIDAD TOTAL
MEDIA 10,95 12,25 13 36,2
DESV. TIPICA 3,65 3,79 4,25 10,58
MÁXIMO 17 18 19 53
MÍNIMO 5 6 5 16
MEDIA
INFERIOR
7,3 8,46 8,75 25,62
MEDIA
SUPERIOR
14,6 16,04 17,25 46,78
Tabla # 1. Análisis Estadístico CENVE
En el CENVE en la dimensión salud se
encontró un promedio de 13,3 puntos en
institucionalizados y 8,6 en no
institucionalizados. En la dimensión de
motivación los puntajes fueron para
27
institucionalizados de 14,7 puntos y no
institucionalizados de 9,8 y finalmente en
la dimensión de carácter y personalidad el
promedio fue para institucionalizados de
15,5 puntos y 10,5 para no
institucionalizados. Lo anterior una
prevalencia de creencias en estereotipos
negativos hacia la vejez en personas
mayores institucionalizadas mayor que en
las no institucionalizadas.
Resultados Cualitativos
Para la identificación de la percepción
social en un grupo de personas mayores
sobre el aprendizaje en la vejez se
determinó auto percepción de diez personas
mayores institucionalizadas y diez no
institucionalizadas, igualmente en la hetero
percepción según las siguientes preguntas:
Al indagar cuál es la auto -percepción
que tienen del aprendizaje en la vejez, se
identificó que de diez personas mayores
institucionalizadas, cinco manifiestan tener
una percepción positiva acerca del
aprendizaje en la vejez y textualmente
exponen frases como: “Me percibo
inteligente ya que cualquier cosa que me
expliquen yo la captó rápido”, tengo mi
mentalidad todavía en buen estado, y tengo
voluntad para eso, y ese es mi hobby estar
ocupado en algo”, “tengo mucha aptitud
para aprender porque pongo mucha
atención a lo que me explican”. Tres de
ellas señalan una percepción muy negativa
acerca de sus procesos de aprendizaje
manifestando por ejemplo “a mí no me
interesa mucho ya aprender” y dos no
definen ninguna postura.
De los no institucionalizados nueve
personas mayores perciben positivamente
su proceso de aprendizaje manifestando por
ejemplo frases como “tengo una buena
percepción de mi aprendizaje porque cada
día uno aprende algo nuevo”, “cada día uno
aprende más de la vida y las personas”,
simplemente “sé que aprendo”. Uno de
ellos tenía una percepción negativa
afirmando que “yo ya no tengo nada que
aprender”.
Por otra parte se clasificaron temas que
querían aprender lográndose identificar los
siguientes: la mayoría de los
institucionalizados manifiesta querer
aprender temas relacionados con
manualidades, arte y habilidades orales y
escritas. Los no institucionalizados se
inclinan por el aprendizaje de
manualidades y arte, tres de ellas quiere
aprender informática y siete quiere
aprender temas relacionados a alguna
profesión como agronomía, historia y
teología.
28
A la pregunta de si creen que en este
momento de sus vidas pueden aprender?
siete de las personas institucionalizadas
creen que si pueden hacerlo y nueve de las
no institucionalizadas responden igual.
En cuanto a la pregunta si tienen
tiempo para aprender, el total de
institucionalizados dicen tenerlo y nueve de
los no institucionalizados responden de la
misma manera.
Las personas institucionalizadas dicen
tener como facilitadores de su aprendizaje
a la sociedad y como limitadores su propio
núcleo familiar, mientras que las personas
mayores no institucionalizadas muestran
una dicotomía, ya que ubican a la sociedad
y a la familia como facilitadores y
limitadores de sus procesos de aprendizaje
de manera equitativa.
En cuanto al estereotipo negativo hacia
la vejez reflejado en el dicho popular “loro
viejo no aprende a hablar”, seis personas
mayores institucionalizadas dicen que es
verdad y nueve personas mayores no
institucionalizadas declaran que es mentira.
También se les preguntó si conocía
instituciones que presten servicios
educativos para personas mayores, en
donde la mayoría de los institucionalizados
y no institucionalizados respondieron que
no conocían dichos servicios.
La mayoría de personas mayores tanto
institucionalizadas como no
institucionalizadas desean ingresar a una
institución educativa para personas
mayores. A continuación presentamos
algunas de sus respuestas: “De lógica, pero
lo que pasa es que yo tengo mi primaria, no
creo que me den esa oportunidad, pero si
me la dan claro de lógica”, “Si es lo que
estoy pidiendo, que existan sitios donde las
personas mayores puedan ir sin que se
burlen, sin que sea el hazme reír porque
uno está viejo, y sobre todo donde haya
personas especializadas, que sepan del
cuidado de la persona mayor”. Es
importante destacar que la mayoría de
personas mayores no establecen un tiempo
definido de permanencia dentro de estas
instituciones al momento de cursar algún
programa educativo, ellos manifiestan
frases como “ me gustaría aprender hasta
que Dios quiera”, “ hasta que acabe todo el
curso”. La jornada educativa que ellos
prefieren para aprender es en horas de la
mañana ya que ellos creen que están mas
dispuestos, descansados y activos para el
proceso de aprendizaje.
Las respuestas en la hetero-percepción
se consignaron como sigue: las personas
institucionalizadas y no institucionalizadas
29
perciben que otras persona mayores si
pueden aprender.
Por otra parte tanto las personas
mayores institucionalizadas como las no
institucionalizadas perciben, que la
sociedad no permite a otros mayores tener
procesos de aprendizaje, ya que no hay
oportunidades ni espacios para ellos. En su
mayoría manifiestan también que se le da
la suficiente importancia a la educación en
los niños y jóvenes pero para los mayores
esta no existe.
Además se les preguntó acerca de las
facilidades que ellos perciben que tienen
otras personas mayores para su
aprendizaje, a lo que las personas mayores
institucionalizadas respondieron que la
motivación, el interés por aprender, la
fortaleza y capacidad mental, la
experiencia, la disponibilidad de tiempo y
las oportunidades externas como
programas del gobierno son facilitadores,
sin embargo tres de ellas revelaron que las
personas mayores no tienen ninguna
facilidad para aprender. De modo similar,
las personas mayores no institucionalizadas
dicen que los facilitadores son la
motivación y el interés que posean las
personas mayores que quieran aprender.
Analógicamente se les preguntó por las
dificultades que las personas mayores
pueden tener en sus procesos de
aprendizaje, donde los institucionalizados
respondieron que la falta de memoria, el
deterioro físico y mental y la falta de
motivación se constituyen en elementos
importantes que obstaculizan el proceso de
aprendizaje en la vejez. Nueve no
institucionalizados consideran que no
existen dificultades que afecten a las
personas mayores en este proceso, ya que
igual que los niños y jóvenes ellos perciben
que los viejos pueden aprender.
Como resultados discrepantes se
encontraron que las personas mayores
institucionalizadas perciben que el dicho
popular loro viejo no aprende a hablar
influye en la decisión que puedan tomar los
mayores al respecto, en cambio los no
institucionalizados creen que este dicho no
influye para que las personas mayores
desarrollen procesos de aprendizaje.
Finalmente a la pregunta de si cree que
lo que piensa la sociedad acerca del
aprendizaje en las personas mayores puede
influir en las decisiones de aprendizaje de
la población mayor, nueve de las personas
mayores institucionalizadas y seis de las no
institucionalizadas exteriorizan que si
influye la sociedad en el aprendizaje en el
momento vital e la vejez, porque la
sociedad no brinda los espacios, el apoyo
30
suficiente y decide si los mayores pueden o
no aprender. Ellos perciben que la sociedad
brinda importancia a la educación para los
jóvenes y niños, pero para los viejos no y
que existen estereotipos que no permiten
que el derecho a la educación sea
permanente o para toda la vida.
DISCUSIÓN
El envejecimiento humano constituye
un reto para las sociedades actuales a fin de
mantener unos índices de desarrollo
humano constantes en el mundo; A través
de la descripción de los resultados de esta
investigación se lograron determinar
algunos aspectos referentes a la percepción
social que tienen las personas mayores
acerca del aprendizaje en la vejez, para
tratar de generar algunos cambios en ellos
que planteen propuesta relevantes en torno
a la educación para todas las edades y que
ayuden de alguna manera a la
desmitificación de mitos y estereotipos
negativos hacia la vejez que varios autores
como: Butler (1969-1980), Vega- Martínez
(1996), Fernández( 2002), Salvarezza
(1991), Ruiz, Spioni y Lentini (2008),
Carvajo-Vélez, Palmore (1990), Doman
(1991), Burken, citado por Gonzales
(2005), Muñoz (2001), Fernández-
Ballesteros (2000), Jiménez-Frías (2002),
Gutiérrez y López (2006), Sánchez (1990),
Moragas (1991), Aristizábal-Vallejo (2008-
2010), Viguera (2010), Vásquez
(2008),Gómez (2003), Blascovish (Citado
por Mena-Sánchez (2005) y Cathalifaud
(2007) coinciden existen dentro de las
diferentes sociedades del mundo actual.
Los participantes fueron veinte (20)
personas que se encontraron entre un rango
edad de 60 a 90 años. Diez de ellas
institucionalizados en hogares de larga
estancia y las otras diez No
institucionalizadas. Quince mujeres y cinco
5 hombres. En cuanto a la escolarización 2
(10%) tiene primaria completa, cuatro
(20%) primaria incompleta, tres (15%)
secundaria completa, tres (15%) secundaria
incompleta, tres (15%) técnico completo,
uno (5%) educación superior incompleta,
ninguno presenta estudios universitarios
(20%), esto nos refleja que la educación
aun siendo un derecho que debe ser
garantizado en todo el ciclo vital, como lo
afirman Márquez, Citado por: Restrepo, A;
Barrera, J (1996), no es aplicado para este
grupo de personas ya que la mayoría de
ellas no presenta un alto nivel educativo.
En esta investigación las personas
mayores se perciben a sí mismas (auto
percepción) y ven a sus pares (hetero-
percepción) con capacidades y
posibilidades para aprender, esto es
31
corroborado por (Peñaloza y Rojas, 2005)
quienes explican que si bien en la vejez se
modificaría la rapidez en la capacidad de
reorientación y combinación de
información por parte del individuo, esto
no guarda relación con una disminución de
la inteligencia durante esta etapa, en pocas
palabras los viejos pueden aprender.
El estudio arrojó que las personas
mayores institucionalizadas y no
institucionalizadas perciben que la
sociedad no les permite espacios de
aprendizaje, sin embargo dichas personas
mayores están dispuesta a ingresar a una
institución educativa y aprender temas
como: manualidades y arte, informática,
habilidades orales y escritas, actividades
culturales y temas profesionales
entre ellos la agronomía, la historia, la
teología y la gastronomía. Es importante
describir lo que la Organización Mundial
de la salud propone cuando manifiesta que
habilitar la plena participación de las
personas mayores proporcionando políticas
y programas de educación y formación que
apoyen el aprendizaje a lo largo de la vida
para las mujeres y los hombres a medida
que envejecen puede proporcionar
oportunidades para desarrollar nuevas
técnicas, particularmente en áreas tales
como las tecnologías de la información y
las nuevas técnicas agrícolas. (OMS 2002.
p, 101).
Estas personas mayores ven en ellos
mismos y en otros facilitadores para el
aprendizaje como: la motivación y el
interés ya que se dedicarían de tiempo
completo y en las mañanas a estas
actividades, la fortaleza y la capacidad
mental, la experiencia a lo largo de la vida.
Estas facilidades las aprovechan por medio
de algunas oportunidades externas como
son los programas educativos que brinda el
gobierno en alcaldías y Cajas de
compensación familiar.
Otro facilitador del aprendizaje que se
determino en personas mayores
institucionalizadas fue la sociedad en
general, ya que ellos dice que se benefician
de programas que ofrecen los sitios donde
ellos viven en busca de mejorarles su
calidad de vida, sin embargo en el CENVE
ellos mismos revelan en la dimensión
motivacional social un alto grado de
creencias en estereotipos negativos hacia la
vejez.
Los aspectos que ellos reconocen
como limitadores de sus procesos de
aprendizaje son la misma familia en
personas institucionalizadas, mientras que
en los no institucionalizados la familia la
presentan como limitador y facilitador
32
simultáneamente y la sociedad más bien es
la encargada de facilitarles dicho proceso.
Cabe resaltar que en este estudio en la
hetero-percepción, las personas mayores
institucionalizadas y no institucionalizas
evidencian que se le da más importancia a
la educación en niños y jóvenes que en los
mayores, y se contrasta con lo que
concluyo el investigador Gómez (2008) en
su estudio titulado: el aprendizaje en la
tercera edad, una aproximación en la clase
de ELE, con aprendientes mayores
japoneses en el Instituto de Cervantes de
Tokio quien afirma que las personas
mayores son el eje fundamental de la
sociedad a través de su experiencia y
valores, además de ser el elemento clave de
conseguir el diálogo intergeneracional que
permite una sociedad más justa e igualitaria
y que el aprendizaje es una herramienta
fundamental que desarrolla conocimientos
y actitudes actuales al mismo tiempo que
favorece el entendimiento entre las
diferentes generaciones. Por este motivo es
relevante tener en cuenta que las
posibilidades para aprender deben ser
equitativas para todos los momento vitales
y no dejar que solo los jóvenes y niños sean
los que ejerzan con mayor facilidad su
derecho a la educación.
Siguiendo con los limitadores que
perciben los mayores en sus procesos de
aprendizaje, los institucionalizados
perciben que tiene dificultades físicas y
mentales, entre ellas la falta de memoria y
por otra parte la falta de motivación e
interés que se requieren. En disparidad con
lo que manifiestan los no
institucionalizados ya que ellos aseveran
que no encuentran ninguna dificultad para
que ellos y otras personas mayores puedan
aprender. Esto se corrobora también con
los hallazgos en el CENVE donde se
demostró que las personas mayores
institucionalizadas presentan más
estereotipos negativos hacia la vejez que
los no institucionalizados.
Las personas mayores
institucionalizadas asumen el dicho loro
viejo no aprende hablar como verdadero
contrario a lo que expresan las personas
mayores no institucionalizadas quienes
opinan que eso es completamente falso.
Todas las personas mayores afirman que lo
que piensa la sociedad acerca del
aprendizaje en la vejez influye en la toma
de decisiones por parte de los mismos
mayores: Lo anterior confirma la teoría del
efecto Pigmalión desde la perspectiva de la
teoría de la profecía auto realizada. Esta
teoría la entendemos como uno de los
33
factores que influyen en la motivación de
las personas mayores en el aula de clase ya
que la sociedad formulan expectativas
acerca de que en la vejez no es posible
aprender, y es muy posible que los viejos
consideren que esto sea verdad y se cumpla
la profecía, convirtiéndose en una
problemática social. También se confirma
que existen estereotipos negativos hacia la
vejez con otros autores que definen los
estereotipos como cliché o un modelo fijo,
compartido por una determinada
colectividad, que se utiliza para
conceptualizar a un determinado sujeto sea
viejo o joven (Fernández Ballesteros, 2000,
p. 9), pero estos clichés pueden no ser muy
objetivos o ser generalizados y es ahí
donde se pierde el sentido de la realidad de
los mismos dentro de una sociedad.
Jiménez-Frías también asevera que los
estereotipos son “catalogados como
impresiones que la gente se forma sobre
determinados grupos al asociar
características y emociones particulares…
una creencia generalizada, exagerada,
simplificadora, acerca de costumbres y
atributos de algún grupos social” (2002, p.
34).
Por su parte Gutiérrez y López
consideran que “los prejuicios
normalmente se forman por creencias o
pensamientos estereotipados” (2006, p. 5),
de tal forma que el prejuicio es una actitud
muy común en la sociedad actual y consiste
en la evaluación positiva o negativa de un
grupo social y de sus miembros, además se
trata de un proceso que conduce a la
discriminación en numerosas ocasiones y
con frecuencia los estereotipos, están tan
integrados en la práctica cultural que
impiden ver sus efectos e implicaciones
sobre las opiniones que se tienen sobre
otros grupos sociales (Gutiérrez y López,
2006). Finalmente se concluye con relación
a este tema de estereotipos que en este
estudio, tanto institucionalizadas como no
institucionalizadas, presentan altos niveles
de estereotipos negativos en la vejez siendo
más evidentes en las personas mayores
institucionalizadas.
Por otra parte se resalta que determinar
las necesidades de aprendizaje en el
momento vital de la vejez involucra
cuestionar y desmitificar los estereotipos
negativos que se presenta en la sociedad
acerca de la vejez ya que estos pueden
influir en las decisiones que los mayores
tomen con relación a este tema y el
motivarse a seguir aprendiendo temas
nuevos. El tema no es que los mayores no
puedan aprender sino que se deben tener en
cuenta espacios físico y profesionales
34
especializados en el tema de
envejecimiento y vejez que cubran las
necesidades gerogógicas, que respondan al
cómo aprenden los mayores y que generen
estrategias que les permitan aprender.
Los autores de este estudio se adhieren
a los postulados de Graciela Petriz y
Aristulle quienes afirman que al considerar
que “la Educación Permanente es una
modalidad no formal, participativa y
sistemática es un recurso válido, pues a la
par que introduce en lo nuevo y habilita
para su apropiación, proporciona la
satisfacción de acceder a lo elegido, por lo
tanto (…) fuente de satisfacción, facilitador
y promotor de nuevas metas” Petriz (2003)
y que se debe tener en cuenta que la vida
entera es un aprendizaje constante y que la
educación permanente debe abarcar todas
las etapas y dimensiones de la vida, así
como también todas las ramas del saber y
todos los conocimientos prácticos que
pueden adquirirse por diversos medios, y
contribuir ampliamente al desarrollo de la
personalidad total. Aristule (2003).
Para los investigadores de este estudio
fue importante el reconocer que para este
grupo de personas mayores es muy
importante que se les faciliten procesos de
aprendizaje, en espacios adecuados y con
profesores especializados en Gerogogía el
arte de enseñarle a los mayores, teniendo
en cuenta las características intelectuales a
lo largo de la vida, el envejecimiento
normal y patológico de los participantes.
Reconocer la importancia de la educación
de adultos mayores puede alcanzar el
desarrollo humano individual y
comunitario, cultural y económico
sostenible, pero no se puede negar que
supone un compromiso social y político ya
que se necesitan recursos humanos y
económicos para poder desarrollar
programas, planes y proyectos donde se
evidencie una educación para toda la vida.
Esto implica ofrecer contextos y procesos
de aprendizaje atractivos, eficaces,
eficientes y pertinentes para las personas
mayores brindándoles un reconocimiento
como sujetos de derechos que pueden ser
activos en el trabajo, la familia, la
comunidad, como personas autónomas que
pueden construir y reconstruir sus vidas.
Varios autores aseguran que se deben
compensar la educación en la adultez y la
vejez mediante políticas orientadas hacia la
equidad advirtiendo que si no se realiza, los
sistemas formales de educación tienden a
reforzar las desigualdades sociales
(Bourdieu y Passeron, 1970; Shavit y
Blossfeld, 1993).
35
El aprendizaje a lo largo de toda la
vida sigue siendo más una visión que una
realidad UNESCO (2010, P.15), pero a
través de diferentes investigaciones como
la actual, se puede determinar que las
personas mayores quieren seguir
aprendiendo y que es una necesidad
prioritaria romper con mitos y estereotipos
de la vejez que pueden perjudicar en las
decisiones que tomen los mayores dentro
del ejercicio de sus derecho de educación.
Se puede afirmar que para este grupo
de personas mayores la hipótesis en cuanto
a que si un individuo es percibido como
viejo, sus conductas son interpretadas a
través del estereotipo social de cómo se
comporta una persona vieja, al mismo
tiempo, el propio sujeto termina por asumir
esa imagen social y se comportará en
función de ella, se cumplió en los mayores
institucionalizados, ya que en ellos se
determinó que si la sociedad percibe y
estereotipa al viejo como sujeto que no
puede aprender, ellos lo creen y se
predisponen negándose la posibilidad de
ejercer su derecho que tiene al aprendizaje
a lo largo de la vida y a trabajar por una
cultura de envejecimiento activo.
Finalmente se destaca que la
Organización Mundial de la salud
documentó el marco Político de
envejecimiento activo, quienes afirman que
el apoyo social, las oportunidades para la
educación y el aprendizaje continuo
durante toda la vida…, son factores
fundamentales del entorno social que
mejoran la salud, la participación y la
seguridad por alcanzar calidad de vida a
medida que las personas envejecen. La
soledad, el aislamiento social, el
analfabetismo y la falta de educación…
aumentan los riesgos de discapacidad y
muerte prematura en las personas mayores.
La educación en los primeros años de la
vida, junto con las oportunidades de
aprendizaje durante toda la vida, puede
ayudar a las personas a desarrollar las
aptitudes y la confianza que necesitan para
adaptarse y seguir siendo independientes a
medida que envejecen. (OMS 2002, P, 87-
88)
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