Assla magazine
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1. INTRODUCCIÓN
2. ¿QUÉ ES LA EMPATÍA?
3. ¿CÓMO SE EXPRESA LA EMPATÍA?
4. TIPOS DE EMPATIA Cognitiva Emocional Empática
5. OBSTACULOS QUE DIFICULTAN LA EMPATIA
6. ESTRATEGIAS PARA DESARROLLA LA EMPATIA
7. CONCLUSIONES
8. ANEXOS 1.
INTRODUCCIÓN
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Las emociones son de gran utilidad e importancia en nuestro día a día. ¿La razón? Que nos ayudan a dar
respuesta a lo que nos ocurre, además de a tomar decisiones. Son, además, una forma de recordar
momentos relevantes de nuestras vidas. También son de ayuda a la hora de relacionarnos con los demás, y la
empatía, sin duda alguna, es la emoción con más poder dentro de la comunicación.
2. ¿QUÉ ES LA EMPATÍA?
La empatía es una de las aptitudes básicas de la comunicación interpersonal. Hablamos de empatía
cuando hacemos referencia a “la capacidad de entender los pensamientos y emociones ajenas, de ponerse
en el lugar de los demás y compartir sus sentimientos”. Esta habilidad permite que dos personas se
entiendan a la perfección, y es un elemento imprescindible para que se pueda entender a fondo el mensaje
que nos envía la otra persona, y así, poder crear un diálogo. Una de las características principales de la
empatía es intentar que esa persona se sienta comprendida, y para ello, debemos ponernos en el lugar del
otro, ser capaces de entender lo que siente y lo que piensa.
3. ¿CÓMO SE EXPRESA LA EMPATÍA?
Una de las formas de expresar empatía es haciendo preguntas abiertas. Las preguntas son
imprescindibles para ayudar a continuar la conversación, y hacen que la persona que está hablando se sienta
cómoda y vea interés por lo que está contando. También podemos ayudar a la otra persona a que tome
perspectiva de lo que ocurre poniendo empeño en que el diálogo avance a paso lento, para que de esta
forma los pensamientos y sentimiento vayan al mismo tiempo. Esto, además, nos ayuda a asimilar y
reflexionar sobre el tema que se está tratando.
Debemos tener en cuenta que antes de dar nuestra opinión es conveniente esperar a tener la
información suficiente, asegurarnos de que la otra persona está contando todo lo que quiere y que hemos
escuchado e interpretado de forma correcta lo relevante del mensaje. Cabe mencionar que, en ocasiones, las
personas no necesitan nuestra opinión o consejo, sino que lo único que quieren es sentirse entendidos. Si se
da el caso en el que tenemos que dar nuestra opinión sobre lo que nos están contando es muy importante
hacerlo constructivamente, ser sinceros, y en ningún momento, herir con nuestros comentarios. Y es
imprescindible para ello ser respetuoso con los sentimientos y pensamientos de la otra persona y aceptar
abiertamente lo que está contando.
Resulta algo esencial tener una buena predisposición para aceptar las diferencias que tenemos con los
demás. Hay que ser tolerantes y tener paciencia con los que nos rodean y con nosotros mismos. Aunque no
hay que confundir ser tolerante con que tengamos que soportar conductas que nos hacen daño o que
pueden hacer daño a otros, sino aceptar, comprender y respetar las diferencias.
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Hay que aclarar que no tenemos que ser como Gandhi para percatarnos de que existen herramientas
que podemos utilizar para beneficiar a los demás y a nosotros mismos. Tan sólo necesitamos una buena
concentración física y mental; tenemos que saber el cómo se está diciendo (sentimiento) y lo que está
diciendo (ideas). Tras realizar todas las pautas indicadas, solo falta identificar las causas y soluciones a las
ideas, para así poder hacer un plan para actuar y solucionar el problema o conflicto.
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4. TIPOS DE EMPATÍA
Como afirma Beatriz Muñoz Solomando, Psicóloga Especializada en Desarrollo Personal y Profesional, la
empatía y sus distintos tipos son de gran ayuda para la comunicación profesional y personal1. Los tres tipos
de empatía son los siguientes:
Empatía cognitiva: Este tipo de empatía se comprende cuando uno mismo observa cómo es lo que
le ocurre al otro y toma su manera de verlo, su perspectiva. Se basa en una teoría sobre el estado
mental de una persona, llamado la “teoría de la mente” (TdM). Pauoller la define como “habilidad
para ponerse en el lugar de otra persona e imaginar sus pensamientos y sentimientos”. Durante
este proceso se identifican varias áreas involucradas: la corteza prefrontal media (CPM), el surco
temporal superior (STS), la unión temporoparietal (UTP) y los polos temporales (PT). ¿Quiénes
tienen este tipo de empatía? Por ejemplo, el jefe de una empresa, pero no un jefe cualquiera, sino
aquel que consigue que los empleados logren un buen rendimiento, puesto que él logra expresarse
de forma en que sus empleados le comprendan, lo cual produce motivación en ellos. En definitiva,
la empatía cognitiva se basa en la percepción del estado interno de otra persona, en ponerse en los
zapatos del otro (Anexo I).
Empatía emocional: Cuando hablamos de la empatía emocional hacemos referencia a la unión, el
entendimiento y la afinidad, se trata de sentir a la otra persona, transmitirle que nos pesa su
situación, que nos hacemos cargo de ella, y es habitual en las personas que dan buenos consejos,
en profesores, etc. El sistema empático emocional es el encargado del proceso por el cual un
observador percibe una emoción experimentada por otra persona, creando una respuesta
empática. De aquí se puede derivar el contagio de emociones y otros procesos subyacentes.
Cuando una persona es empática al dolor observado en otra persona, las regiones cerebrales que
más se ven envueltas en dicho proceso son la corteza cingular anterior (CCA) y la ínsula (Anexo II).
La activación de dichas áreas se ve relacionada con el juicio que lleva a cabo el observador hacia el
observado. Dichas regiones cerebrales también se ven implicadas durante el proceso de dolor
personal, es por esto que podemos sentir el dolor ajeno como nuestro.
1 http://www.beatrizmunozsolomando.com/blog/2012/12/las-diferentes-clases-de-empatia-que-te-ayudaran-en-las-relaciones-profesionales-y-personales/
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Preocupación empática: Un individuo con este tipo de empatía siente preocupación, percibe que la
otra persona necesita ayuda y se la ofrece sin limites ni condiciones y de forma natural, dejándose
llevar. Este empatía la tienen las personas que ayudan y apoyan a los demás sin pretender obtener
nada a cambio, quienes ayudan porque les gusta hacerlo cuando a los demás les hace falta.
Como dice C. Batson, ser capaz de ponerse en el sitio de otra persona es básico para desarrollar la
empatía, lo cual está estrechamente asociado con la clase de ayuda que uno puede ofrecer. La empatía
sugiere la motivación altruista, pero hay veces que se compone por otro tipo de elementos, como por
ejemplo, el egoísmo enlazado al costo de la ayuda. Es decir, en ocasiones, si el costo del apoyo/ayuda es
muy elevado, a pesar de que uno sienta empatía, no actúa de forma altruista.2 En definitiva, cuando alguien
siente empatía y se pone en el lugar de otra persona, lo más habitual es que perciba una motivación
altruista, aunque también cabe la posibilidad de que deje la motivación empática a un lado y actué desde el
egoísmo.
2 Batson, C. (1997). Self- other merging and the empathy- altruism hypothesis: reply to Neuberg et al. (1997). Journal of Personality
and Social Psychology, 517- 522.
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1. OBSTÁCULOS DE DIFICULTAN LA EMPATÍA
La gente, normalmente, no busca apoyo en personas que no les proyectan empatía y confianza cuando
se habla de sentimientos, las cuales van ligadas entre sí. No darle la suficiente importancia y atención a lo
que a la otra persona le pueda preocupar o interesar, quitándole a ésta importancia o desvalorando a la
persona, es motivo de ser alguien antipático. Incluso podemos ver casos en los que al momento de
comunicar un sentimiento o experiencia, la persona reacciona de manera antipática ante el otro,
ridiculizando sus sentimientos o emociones.
Tener en la mente prejuicios sobre las personas y sus emociones hará que la reacción siempre sea
distinta a la real, es decir, se proyectará permitiendo que nuestras ideologías o creencias puedan llegar a
influir dentro del momento de interpretar lo que en ese momento les ocurre. Juzgar a la persona antes de
conocerla, e incluso mostrar físicamente el rostro con gestos de disgusto al escuchar a alguien que te pueda
estar contando sus sentimientos o experiencias, hará que esta persona, al darse cuenta de ello, se aleje en
vez de acercarse. Hacer gestos de mala cara, o bien juzgar con frases del tipo “nunca haces algo bien”, harán
de la empatía un obstáculo que muy difícilmente se logra corregir.
Alguien que jamás piense en el prójimo y esté siempre o la mayoría de las veces pensando en sí mismo
provocará que la gente no le busque sinceramente, e incluso tendrá muchas más dificultades para ponerse
en el lugar de los demás y comprender en diferentes situaciones los sentimientos de las personas.
Otro de los obstáculo que no ayuda en lo más mínimo a ser empático se proyecta cuando queremos
calmar al otro porque nos asusta y no le damos la importancia que la persona necesita en ese momento. Se
le llama “secuestro emocional” al momento en el que no escuchamos por tener el sentimiento de enojo,
agobio o amenaza por algún otro motivo o emoción que logra que corte el nivel de recepción de información
que sea necesaria para proyectar una empatía sincera.
Existen influencias, como la presión, que producen que la persona que escucha esté pensando en otra
cosa y no le preste la suficiente atención a lo que la otra persona intenta comunicarle. También la ansiedad,
ya que por una razón u otra, a la persona se le notan rasgos de desesperación, los cuales proyectan
inseguridad y poca confianza.
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1. ESTRATEGIAS PARA DESARROLLAR LA EMPATÍA
La empatía se presenta en todos los individuos, aunque se puede encontrar en mayor o menor nivel. A
partir del nacimiento, esta capacidad se puede desarrollar de distintas maneras. Es importante también, que los
padres, maestros y otros responsables de niños, inculquen la cultura de expresar, comprender y respetar
sentimientos; de esta manera se fomentará la capacidad empática de los niños.
Según la Lic. Ana Muñoz (Muñoz, 2013), si una persona desea aumentar su capacidad de empatía, lo puede
lograr prestando mucha atención al lenguaje corporal de las personas, es decir, esforzarse por “leer” a los
demás. La forma más fácil de percibir el estado emocional de una persona, es analizando su lenguaje corporal:
su comportamiento, gestos, etc. Muñoz cuenta que es importante asociar ciertas reacciones y gestos a distintas
situaciones: una sonrisa se puede interpretar como alegría, los hombros caídos, la mirada al suelo y
movimientos lentos se pueden tomar como signos de tristeza. Después de poder señalar la emoción que está
sintiendo la otra persona, es importante elegir con cuidado la respuesta que daremos ante dicha situación. Se
recomienda hacer una reflexión personal en la que podamos describir los rasgos de una persona que
conocemos cuando está molesta, triste, contenta, etc. Estas personas podrían ser nuestros padres, amigos,
abuelos.
Es importante mencionar que la capacidad de empatía no se crea de forma espontánea, es necesario que
pongamos de nuestra parte para que ésta se dé de forma más sencilla a través del tiempo. Si practicamos
esforzándonos por empatizar con los demás, con el tiempo el esfuerzo no será necesario y será una capacidad
que manejemos naturalmente.
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1. CONCLUSIONES
Es cierto que el ritmo de vida actual de nuestra sociedad no ayuda a provocar
situaciones en las que ayudar y entender a los demás. Nos encontramos en un sistema
de la inmediatez, donde obtenemos todo a través de la plata, y por desgracia, la
empatía es muy escasa.
Aún así, no debemos olvidar que la empatía es un valor esencial para la vida de
cualquier ser humano, puesto que en el caso de que nos desprendiésemos de ella, las
relaciones interpersonales que llevamos a cabo con familiares, amigos, compañeros de
trabajo, etc., se verían empobrecidas, y su vez, perjudicadas. Por lo contrario, si
mojamos nuestro alma de