Atlas de una juventud en fuga

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1 Atlas de una juventud en fuga Juan Cruz López

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Primer libro de poemas de Juan Cruz López.

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Atlas de una juventud en fuga

Juan Cruz López

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Atlas de una juventud en fuga

Juan Cruz López

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I

De los que resisten

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El hombre de letras es enemigo del mundo

Charles BAUDELAIRE

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BÚSQUEDA

Hace falta coraje

poner

en la boca el corazón y sembrar

de agujas la piel que nos acoge

para merecer el regocijo

de la voz propia.

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FILOSOFIA DE LA ACCIÓN

Podría decir paz

podría

si quisiera

escribir aquí no hay muerte

el hombre

no es un lobo para el hombre

sino justo lo contrario

o que la vida se soporta

podría decir

incluso

ahora sí que nos salvamos

podría decir…

y no nos damos cuenta

de que en decir se va la vida.

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INSURRECCIÓN

Y si crees que eres mayor

para que nazcan

tus ganas de luchar

desde el pozo

casi siempre turbio

de cualquier ideología,

sigue estos consejos:

sal a la calle a comerte el mundo,

procura ser feliz

y hazte sonreír

todos los días…

Vive y deja vivir.

Que mejor rebelión

que la vida por la vida.

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SHOAH

Ya sé que este no es mi sitio.

Hablo

una legua extraña

precivilizada

como la que hablan

los ángeles

del paraíso perdido de Milton

una lengua arcana

ya sé que esta

no es mi tierra;

siento como me punza

la podrida inteligencia

con la que somos tocados

los malditos

ese don divino que

―ahora ya lo sé―

aquí no ha de servirnos para nada

(pues somos extranjeros

y estamos condenados)

nosotros

no tenemos patria

pertenezco a un pueblo nacido para el suplicio

y no obstante

soy de los que nunca callan:

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mi voz

a su manera

tampoco guarda clemencia alguna

mi lengua tiene

mil maneras

de nombrar el dolor.

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HÉROES

Admiro a los héroes solitarios

que no necesitan a nadie

para compartir sus vidas

y no conocen más dolor

que el de sentirse héroes

solitarios héroes

en un mundo atestado de mediocres

hijos de la generación conforme.

Admiro a esos tipos duros

o a esas mujeres despegadas de todo

elegantes

que hacen de su caminar cotidiano

una elección valiente

mujeres decididas

a mantener su independencia

por encima de todo.

Admiro a las personas

que hacen de sus vidas

una obra de arte.

Admiro a los hombres y mujeres

que reman a contracorriente.

También admiro

a los que hacen de sus miedos

una marca de identidad.

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FINAL

Es muy pronto todavía

pero escribes

aquí

y ahora que lo intuyes

que todo se explica desde el final.

Vive con dignidad

ama a tus amigos

y gánate el respeto

sin renegar de tus principios

ni pasar por la vida

como si fueras un fantasma.

Vive con dignidad, te digo,

pero por encima de todas las cosas recuerda

que lo más importante es morir

con los deberes hechos:

que nadie te escuche suplicar perdón

por nada de lo que hiciste

o pudiste haber hecho

y que pases

sobre todo que pases

por la última puerta

con la certeza

de que mueres

con la misma elegancia

con la que procuraste vivir.

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II

De la raíz y las sonrisas

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Mientras pasábamos como una hermosa guadaña negra

por aquel paisaje perfecto.

Raymond CARVER

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LENGUAJE

Te quemas con el café.

Como la misma vida

la lengua paladea

el tacto que la extingue.

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ESPEJO

En este mundo de éxito y de ruido

no queda otra belleza que lo anónimo

Óscar GARCÍA

Habitas una palabra

que se desteje.

Como el dolor que te circunda

mantienes el cerco

sobre el anhelo de convertirte

en otro animal de feria

astuto ciudadano público.

Luego intuyes que quizá

la clave del juego se esconda

tras el cristal

de un espejo

que solo refleje

el hueco de tu conciencia.

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RECUERDA

Y ahora que vives

de espaldas al dolor

recuerda

el llanto de tu madre

cuando eras niño

y se le abría

un manto de terror insoslayable

ante el futuro

piensa

en tu padre

y su piel raída al desnudarse

sus manos ásperas

como la vida que le hubo de tocar

y su ojo enfermo

recuerda

su temor a quedarse ciego

y su llanto

encerrado en el servicio

preso de una angustia salvaje

recuerda a tus hermanas

reventando en el taller por cuatro duros

cuando eran unas niñas

recuerda y no lo olvides

y que el dolor te asista,

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te ayude a ser mejor

y más humano

ahora que con prisa

te conduces sonriente

por la vida.

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SUERTE

El frío se deja caer

sobre las ruinas de un día

donde has temido

a cada minuto

que por un momento

se te cayera encima

la piedra

que Sísifo arrastra

con los ojos narcotizados

y la piel quebrada

como un mosaico bizantino

bañado en sangre.

Cae la noche

y piensas en Jaén

al fin y al cabo

una buena ciudad para vivir

o morir

que viene a ser lo mismo.

Luego piensas en esta casa,

en los ojos de Julia,

en el libro que escribes

como si te fuera la vida en ello

y te preguntas qué habrás hecho

para merecer una vida

todavía

tan lejos del desastre.

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CÁSTARAS

Como el blanco doloroso de la nieve,

esperas convertir el viaje

en un testimonio de ti mismo,

de lo que de humano y digno llevas

sobre tu espalda.

Tal vez la mujer que te acompaña

te lo ponga fácil

y por la noche

justo antes de acostarse

te bese la piel de las costillas

y te diga:

«en este jaula donde me siento tuya

habita la esperanza de una vida donde no exista

lo irrespirable de la existencia»

para hacerte sentir que más allá de tu dolor

vive un hombre rendido

a la belleza inmarcesible

de lo que le fue dado.

Como si la ciudad te hubiera dormido la lengua

saboreas en ese instante el gozo de sentirte vivo,

más vivo que la misma vida

y le agradeces a tu cuerpo la paciencia.

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Tu mujer al despertarse es tan bella

que te sientes morir de felicidad.

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LISTA

Como quien hace la lista de la compra

yo anoto

la serie de fracasos

que me regaló el camino.

Como si rezara el rosario

de ocasiones perdidas

y puertas cerradas

con que me fui encontrando.

Hago una lista del dolor

y cuando acabo

he de tomarme una aspirina.

Todavía queda

mucho trecho que aguantar.

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ESCAPADA

Ahora que anochece

me dices que hace frío.

Susurras

que esta es la hora

en la que más peligro

se corre sobre el asfalto.

El coche vuela

por la carretera de la costa.

Enciendo la calefacción.

Es un coche viejo

pero el calor no falla

y eso a ti te reconforta.

Pasan las horas

y empieza a llover fuera.

Por el oeste

se aproxima una tormenta.

Me gusta comprobar como

poco a poco

te escapas sigilosa

de tu última derrota.

A la derecha las luces

de un pueblo

que mira deslumbrante al mar.

La noche se desploma

sobre nosotros.

En un programa de radio

un tipo habla del estrés en las ciudades,

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de esa especie de vida a medias

que nos carcome a todos.

Luego dices algo

que ya no escucho…

Susurras.

Pienso en ti

y en mí

y en este coche viejo…

Me lees una cita de César Vallejo.

Me haces feliz

al pedirme

que tomemos un café

en un bar de carretera.

Al fin los faros del coche

te ven sonreír.

El motor parado.

El motor cansado,

pero nosotros no.

Tu olor en plena noche…

Una pareja de enamorados

entra en un motel.

La lluvia repiquetea

sobre el capó de un coche.

Dos cafés humean sobre una mesa.

Él escribe en una servilleta:

«no, esta noche la tormenta

no tendrá donde alojarse».

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MÉXICO D. F.

Debajo de un balcón

en una ciudad infierno

seis tipos

con los ojos en llamas

observan como cae la lluvia

sobre el asfalto que refleja

los rostros

distintos pero iguales

del miedo (o lo que algunos llaman terror).

Y el miedo es vivir como uno más

o no encontrar una mujer

capaz de soportarlos

o no tener

literalmente

no tener

ni un jodido lugar donde caerse muertos,

y ese miedo es real

y pesa

y se lleva en los bolsillos

incluso allí,

pongamos que hablo de la ciudad infierno por excelencia

y digamos entonces

incluso allí

en las calles mojadas de México,

debajo de un balcón

hay seis tipos

con una felicidad que no entienden

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agarrada a las tripas

como un dolor fantasma

que no supieran reconocer

y del que acaso jamás

pudieran desprenderse.

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LA TELARAÑA

El tiempo se nos cae encima

dulcemente

posas tu mano

sobre la pequeña cicatriz

que afea

una de mis mejillas.

Luego dices algo

que no comprendo

y pienso que es bonito

no saber quién eres

en esta hora afortunada.

Tú y yo.

La identidad.

El hilo con el que tejemos nuestra vida

día a día.

El tiempo

que cae sobre nosotros

dulce

y a la vez amargo…

Ya vislumbro la hora

en la que volver la cabeza

significa convertirse

en una estatua de sal.

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El tiempo…

Esa telaraña donde,

como moscas,

nos han echado a morir

mientras solo queda el consuelo

de seguir aleteando.

Nada nuevo bajo el sol:

la vida

que no comprendo.

La soberbia confusión

con la que

de un lado al otro del cuento

voy paladeando

el tiempo que nos acoge.

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VERANO

Verano infierno.

Apesta

la soledad a solas…

Aquí presente

una vez más

mi soberbia terquedad

contracorriente.

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III

Del territorio del dolor

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Te regalaré un abismo, dijo ella

Roberto BOLAÑO

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FRONTERA

Te vi dormir

mientras mis ojos tiritaban

en la frontera

del abismo.

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AMANECER

Amanece.

Habito en un pedazo

de dolor antiguo.

Y no te encuentro…

La soledad ahora

toma la forma

de un círculo de fuego

imposible de cruzar.

Morir es despertar

y verte convertida

en un trozo de ausencia.

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TRAPECISTA

Solo

en el centro de la pista

con las medias de trapecista

arañadas

y unas cuantas costillas rotas

tiembla de frío

horrorizado ante la sombra del abismo

que se abre frente a él.

A su espalda

la mirada aterrorizada

de un caballo negro

le recuerda

que ya no hay vuelta atrás…

Se levanta

dolorido

medio roto

se sacude el polvo

levanta la cabeza

escupe

sobre la arena un salivazo de sangre oscura.

No tiene a nadie alrededor.

Alza la vista.

Comprueba que el trapecio

se sigue balanceando.

Sabe que no queda

más remedio que subir.

La mirada del caballo le aterroriza.

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Agarra la escalera sin mirar atrás

y cuando llega arriba

suplica

sin saber muy bien a quién

que la próxima vez

que se caiga sea

la definitiva.

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SIN SOLUCIÓN

No hay consuelo.

Ni siquiera esa canción

de los Smiths

te arranca de tu caverna.

Y lo peor de todo

es que sabes

perfectamente

que el tiempo

no arregla nada,

que nada arregla nada.

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ASÍ SON LAS COSAS

Así son las cosas.

Nadie dijo

que la vida es justa

ni que las costas

del juicio

debían de pagarse a medias.

Nadie dijo nada.

Y ahora aquí nos vemos

con la historia a cuestas

como seres deseducados

sin camino que recorrer

ni certezas en los bolsillos.

Solo que tampoco aquí

nadie dijo

que las ganas de seguir andando

se repartirían

de manera equitativa

y así estamos:

tú con ganas de comerte el mundo

yo con ganas

de que el mundo me coma

de un bocado definitivo.

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EL MAL DE MONTANO

Amanece un invierno

que se presagia de espino.

Hace un momento

en una entrevista a Bolaño

escuché decirle

que lo mejor que le puede pasar a un escritor

es tener la certeza de que su profesión

está poblada de bandidos.

No sé

quizá mi única certeza

ahora sea

que me has dejado solo

y que dentro de unos días

habrá de caerme encima

el frío de un invierno

que se me antoja horrible

invivible sin ti

con su correlato de terror

y madrugadas enfermizas

insomnes.

Más de una vez he extendido mis manos

en la cama

como queriendo rozarte…

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Tengo problemas para dormir.

También Bolaño podría decir

que la literatura

es la mejor manera de librarse de uno mismo.

En todo caso

no conozco mejor manera

de habitar mis días

que la mía:

a sangre y fuego marcado por tu amor

y la literatura.

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VIDA DE ANNE MOORE

Has borrado de tu casa todo rastro

de un pasado junto a mí.

Has desbrozado tu presente

de cualquier imagen

que venga a despertarte en sueños.

Has encalado tu cuerpo

y tirado a la basura

toda sombra de rencor,

todo poso de tu yo anciano.

Ya estás preparada para empezar

a caminar

de nuevo

por la senda renovada

que te ha de llevar

a tu próximo holocausto.

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TARDE PARA TODO

Es tarde.

El escritor levanta su cabeza

del libro que le persigue

desde que eran un joven adolescente enfermo.

Enfermo y loco.

Ese hombre

no encuentra consuelo

en los ojos de la mujer araña.

Solo sabe que ha de acabar

esa novela

donde se cuenta la historia

de un joven escritor lunático

un perro romántico.

Es tarde

y la mujer araña

lo mira con tristeza

suspira una vez más

pero el joven escritor la ignora

y comete con ello

un error que se ha de tornar definitivo.

El escritor no sabe

que esa historia que escribe

lo acabará traicionando

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un día

no muy tarde.

Los ojos de la mujer araña

buscan un camino para escapar.

Es tarde ya

para recomponer

el mapa

de un amor que se desteje:

acabará su libro

cuando la mujer araña

haya escapado lejos

demasiado lejos

para poder recuperarla.

Y ahí se acabará la historia de verdad.

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HOMENAJE A SAMUEL BECKETT

Y ahora sé de qué me hablabas

cuando decías aquello

de que en el fondo

estamos

absolutamente solos.

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IV

Del oficio de las palabras

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Escribo; luego existo

Blas de OTERO

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TIERRA YERMA

Áspero silencio.

Has plantado semillas

de sopor

desde tu trono de confort infame

y ahora

recoges la cosecha:

vacío a manos llenas.

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VERSOS PERDIDOS

El poeta cansado

recorre

una vez más

el margen anotado donde

acaso alguna vez

creyó haber soñado

un par de versos dignos.

Y busca

y busca

pero ya no encuentra

la fórmula que le otorgue

la combinación perfecta

y desespera.

Al tiempo

harto de la historia

y de la histeria

arroja

el lápiz sobre la mesa

y de un salto

se despide del poema,

agarra el picaporte

y es entonces

cuando un calambrazo

inesperado lo despierta:

«será tu azote el dolor

de saberte pasajero en la tormenta».

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RUTINAS

Escribir por la mañana

corregir por la tarde

leer por la noche

rutinas del escritor

que no eres

sin embargo

puedes replicar

con trabajar y no dormir

leer

cuando te quedan fuerzas

y escribir como un poseso

con las tripas al aire

y el corazón lleno de agujas.

No hay rutina de escritor que valga

porque nadie diría que lo fueras

y sin embargo

giras sobre el eje

de la literatura

con el mismo fanatismo

que el de un derviche turco

pero solo tú lo sabes...

Porque escribes como si fueras

un quintacolumnista enfermo

o loco

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encerrado en su madriguera

mientras arde la ciudad

bajo las bombas...

Desde hace diez años

eres un lector con fiebre.

Hoy intuyes que quizás

la literatura sea

una bruma

dentro de la cual desapareces.

Aunque a veces ocurre

que esa bruma

toma forma de mortaja.

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LOS PERROS ROMÁNTICOS

Estoy aquí, dije, con los perros románticos

y aquí me voy a quedar.

Roberto BOLAÑO

Hay un tipo encerrado en su habitación

llega tarde de trabajar

tiene treinta años

y piensa

que ya es demasiado tarde para triunfar

y sin embargo sigue ahí

trabajando sin descanso en un libro

sobre una manada de jóvenes valientes

una jauría de perros desesperados

y a la vez hambrientos

generación de jóvenes suicidas

mira

hay un hombre encerrado en su habitación

llueve en Barcelona

pero no hace frío

y eso le basta para ser feliz

toma café

bebe

abre una antología de poetas franceses

del diecinueve

anota una cita

y estalla la tormenta (sonríe)

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hay un tipo que sueña que escribe

intuye que nada se hará jamás realidad

pero sigue escribiendo

no para

el dolor le sirve de consuelo

algún día acabará la historia

y eso sí es seguro…

algún día cientos de jóvenes lo llorarán

y aullarán por la noche

a la hora de su muerte

como perros románticos.

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LETRA Y VIDA

Malos poemas.

Bajo la carne en ruinas

un ánimo salvaje me arrima

a las ventana.

Desear que una parte de mí

se arroje al vacío

y me deje de una vez en paz.

El dolor que me acompaña.

Delante de mis narices

el espejo roto

mil fragmentos de un pasado desperdigado

por el laberinto de papel

que empecé a construir cuando me sentí amenazado

por mis propios pasos de animal salvaje.

También buenos.

Quiso decir la araña

que te mordió la mano que detrás

del dolor

habita el valor

de la literatura.

Al fin y al cabo

de eso es de lo que hablo

cuando te digo

que no te preocupes por mí

que yo ya estoy salvado.

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TEMOR

Lector

lector

no soy digno de que entres

en mi casa

pero una palabra tuya

bastará para salvarme.

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VERSO HECHIZO

Podría haberse escrito

en un epigrama de Marcial,

también podría aparecer

una y mil veces en un manual

sobre enfermedades de la mente

o ser el primer verso

de un poema alemán del siglo dieciocho.

Podría estar escrito también

con espray de color rojo

en alguna pared

de cualquier ciudad infierno

o ser la contraseña

que utilizasen los miembros

de alguna secta órfica

para reconocerse entre ellos.

Podría aparecer

incluso

como sencillo truco de magia

en un tratado de ilusionismo clásico

o como lema publicitario

de alguna marca de colchones caros

especiales para suicidas.

Se ha dicho tantas veces

se ha escrito en tantos sitios…

Y una vez más

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en este poema

que me echo a la boca para salir del fango…

«Dormir es desaparecer».

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POETA

Hay oscuridad ahí fuera.

Ha caído la noche

y bajo una luz tenue

una mano

para nada inocente

escribe:

«no es esta oscuridad repentina

la que me asusta

sino esta estúpida manera

de ahogarme en el dolor».

Levanta el lápiz

y mira por la ventana:

una pareja

de enamorados discute

al otro lado del cristal.

Todo es bello en la ciudad silente

todo

hasta la extraña forma de mirar

de ese hombre:

en un momento ella levanta la vista

y se pregunta quién será el tipo

que le mira desde un pozo

tan oscuro como la noche.

Sus ojos negros

como el abismo.

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De nuevo bajo la luz

con la manos

apenas domesticadas

acaba por escribir:

«no es a la belleza del dolor

a la que temo

sino a la trampa de seda

que nos teje en la mirada».

Mejor callar.

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LA CHAQUETA METÁLICA

Aquí estoy.

Apenas acontece nada

pero intuyo la importancia de escribir

aquí

y ahora

lo que sigue:

aquí estoy

«este mundo es una puta mierda, sí,

pero estoy vivo

y no tengo miedo».

Como si en esas palabras

se encontrase la clave

del acertijo.

Ya

ya lo sé

el mundo es una puta mierda…

Pero yo te estoy hablando

(al fin y al cabo es lo que llevo haciendo años)

de algo más importante

pero que mucho más importante

que eso que tu llamas es-ta-bi-li-dad.

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ESCRIBIR

Escribir,

sin saber muy bien por qué

ni pretender hallar respuesta.

Escribir,

como si la vida se nos fuera en ello,

como si no hubiese

otra cosa que hacer

en nuestros días.

Escribir,

como una obsesión secreta,

inconfesable.

Escribir,

al margen de todo reconocimiento,

como un trabajo callado

y silencioso

que nos volviese únicos,

tal vez irrepetibles.

Escribir,

como una droga

contra el absurdo

de esta cotidianidad

injusta y asesina,

inmisericorde.

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Escribir,

como si al hacerlo

vengásemos todo el dolor

que llevan sobre su espalda

los humildes.

Escribir,

como si el poema nos sirviera

de salvoconducto

hacía no se sabe qué forma

de existencia digna.

Escribir

a solas

y escribir

a secas.

Escribir,

como si el mundo

se viniera abajo

y no quedase nada que decir

salvo «adiós, nos vemos en el infierno...».

Escribir

con los ojos cerrados

y la mano abierta,

generosa y limpia.

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Escribir…

Al fin y al cabo

solo eso

escribir

para escapar

de alguna forma

de lo que solo conocemos

como un silencio final:

eso que nombramos muerte.

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EPÍLOGO

Amo

por encima de todas las cosas

la poesía

tan exigente

y a la vez

tan radical y democrática.

También amo

a la gente que se deja la vida

escribiendo versos

porque prestan testimonio

de una forma de vivir

acaso oscura

que se me antoja digna

dignísima.

Amo

como os digo

por encima de todas las cosas

este oficio anciano.

Porque una palabra perdida

es un trozo menos

de lo creado

yo digo,

decimos.

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