Atrapados en El Campamento

download Atrapados en El Campamento

of 16

Transcript of Atrapados en El Campamento

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    1/16

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    2/16

    por Joseph Killorin Brennan

    ilustrado por Daniel Powers

    Atrapados en elcampamentoAtrapados en elcampamento

    Copyright © por Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este trabajo puede ser reproducida o transmitida de ninguna forma omedio, electrónica o mecánicamente, incluyendo fotocopia o grabación, ni por ningún sistema de almacenamiento de infor-mación, sin el permiso por escrito del propietario de los derechos del contenido, a menos que dicha copia esté expresamentepermitida por las leyes federales de propiedad intelectual. Cualquier solicitud de permiso para copiar cualquier parte deeste trabajo debe ser enviada a Houghton Mifflin Harcourt School Publishers, atención Permisos, 6277 Sea Harbor Drive,Orlando, FL. 32887-6777.

    Impreso en Chile

    ISBN: 978-0-547-03552-9ISBN Edición Chile: 978-0-547-87257-5

    1 2 3 4 5 6 7 8 9 2252 20 19 18 17 16 15 14 13 12 11

    4500000000 ABCD

    La posesión de esta publicación en formato impreso no autoriza a los usuarios a convertir esta publicación, o cualquierparte de ésta, en formato electrónico.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    3/16

    2

    Mis padres me enviaron al Campamento Delawanic,pero debió haberse llamado “Campamento no apto paraNico”. Ese soy yo, Nico, y ya te habrás dado cuenta que nome hacía feliz que me enviaran a este campamento.

    Mi mamá debía operarse el tobillo y mi papá teníaque quedarse en China durante casi dos meses porcuestiones de trabajo. No podían cuidarme, por eso me

    enviaron al campamento. Al principio la idea del campamento parecía fantástica.

    Sin embargo, pensándolo bien, este lugar era un vertederode residuos. No quiero decir que estaba sucio, sino que eraun lugar donde los padres se deshacían de niños como yo:“campamento Nico para deshacerse de niños”.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    4/16

    Mis padres pensaron que me encantaría estar aquí,pero lo único que yo quería era estar en el parque con

    asfalto caliente o a orillas del lago en Sandy Point, donde lasimplacables tormentas azotaron un muelle de cemento hastaarruinarlo por completo, y luego lo enterraron en la arena.Ese era mi campamento, mi escape de las calles de la ciudad.

    Con mis compinches, Rodri y Velo, solíamos andar ennuestras bicicletas las veinte cuadras desde el centro de laciudad hasta la playa, y buscar entre las enormes pilas debasura que el viento y las olas arrastraban hasta la costa.Una vez, encontré una estatua de madera de una mujeralada que se había desprendido de la proa de un velero.En otra oportunidad, Rodri desenterró una red para pescarcon flotadores de corcho. Velo (su nombre verdadero es

    Arnoldo, pero lo llamamos Velo, porque le gusta surcarpor todas partes a gran velocidad) una vez se nos adelantó atoda marcha y arrancó pedazos de plástico de color violeta

    y escarlata de la arena. Resultó ser que eran separadoresde poliestireno que se colocan como protección entre los

    parachoques de los automóviles y en los ferrys.¡Eso sí que era divertido! ¡Qué daría por estar acostadoen la playa, comiendo perros calientes, entretenido conmis amigos y buscando maderos flotantes que parecieranblancos monstruos marinos!

    3

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    5/16

    4

    En cambio, tenía clases de tiro con arco por las mañanas,canotaje toda la tarde y, después de las seis, tenía que modelarfiguras en arcilla en el estudio de arte. Los consejeros habíanarmado un horario completo que no dejaba un momento paraque me acostara a mirar al cielo en busca de nubes con formade personajes de dibujos animados. Esta es una de las cosasque más me gusta hacer en el verano con Rodri y Velo.

    Rodri, Velo y yo no necesitábamos mantenernosocupados o buscar algo especial para entretenernos.Solíamos escondernos en la cochera desordenada de mi tíotoda la tarde y simplemente conversar.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    6/16

    5

    En realidad, cuanto más ocupado estaba o másactividades recreativas hacía, más extrañaba mi hogar. Séque suena raro, pero a veces lo que realmente necesitaba eraestar solo, pensando.

    En el campamento, todos se reían cuando hacíamoscompetencias de fuerza tirando de una soga. Porsupuesto, todo parecía muy divertido, pero muy en misadentros estaba sufriendo. Lo único que podía hacer erapreguntarme qué estarían haciendo Rodri y Velo. Podía

    ver a mi mamá corriendo conmigo para alcanzar el autobúsque iba al centro y esquivando a los desquiciados taxistas.Podía escuchar a mi papá leyéndome el periódico mientrasles dábamos de comer a las palomas pedacitos de rosquilla.La angustia crecía como una calabaza en mi interior. En loúnico que pensaba era en mi hogar.

    Sin duda que los árboles del campamento eran mejoresque cualquier parque, y los atardeceres sobre el lago eranmás bonitos que las nubes negras de la contaminación, pero

    yo extrañaba mi viejo vecindario. Extrañaba el olor de losgases del tubo de escape del autobús en mi camino a casa

    o el sol que salía sobre el concesionario de automóviles y todos los parabrisas empañados de rocío. Realmenteodiaba el campamento. Pero antes de poder tener tiempopara pensar, se acercaba la hora de empezar el partido detejo o de jugar al bádminton. Podía quedarme junto a losotros divirtiéndome, pero por dentro me sentía muy mal.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    7/16

    6

    Luego, ¡adivinen lo que sucedió! Todo cambió porqueun oso se metió dentro del contenedor de basura y laesparció por todas las canchas de baloncesto, ensuciándolotodo. Se suspendieron todas las actividades al aire librehasta que los cuidadores del parque encontraran al oso.

    Me mandaron a las cabañas de los consejeros para aprendera tocar la guitarra con un consejero llamado Andre.

    Andre me caía bien. Me hacía acordar a Rodri y Velo.No necesitaba hablar todo el tiempo. Hablaba a través de susdedos cuando tomaba su guitarra. Con toda seguridad habíaescuchado a personas tocar la guitarra, pero nunca así.

    Andre era francés. Los otros niños le daban muchotrabajo porque preferían andar a caballo a estar sentados

    en una cabaña donde faltaba el aire. Andre nos mostrópacientemente dónde colocar los dedos en las cuerdas paraaprender las posiciones necesarias para tocar los acordes,o grupos de sonidos, básicos. Al rato, me dolían las yemasde los dedos de tanto presionar las cuerdas metálicas contralas barras, llamadas trastes. También tenía las manos

    acalambradas y me sentía torpe. Aún así, fue como descubrirrepentinamente que podía respirar bajo el agua. Me enamoréde la música y ni siquiera sabía de qué se trataba.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    8/16

    7

    Después de un par de días, Andre elogió la manera en queestaba tocando. —Me asombra cómo aprendiste los acordes ylas posiciones correctas en tan solo un día o dos —dijo.

    —También memoricé dos de las canciones más fáciles—señalé orgulloso.

    —De todas maneras, todavía tocas sonido por sonido,como si estuvieras ensartando cuentas en un collar.Los acordes deben fluir juntos, como un solo sonido—me explicó—. Mira, déjame que te muestre algunastécnicas para utilizar esta púa de plástico para rasguear ymantener el ritmo. También puedes utilizarla para puntearnotas individuales.

    Hice lo que me indicó y, si bien no sonaba tan biencomo cuando tocaba él, los sonidos realmente comenzaron

    a fluir juntos. Quedé fascinado.Comencé a practicar con Andre todo el tiempo.Odiaba equivocarme y esto me hacía rechinar los dientes.—Déjate llevar, Nico —Andre me decía—. No pienses enello. Debes sentir la música en tu estómago. ¡Deja que tusmanos hagan el resto!

    Pero no le creía porque temía arruinarlo todo. Seguíacreyendo que si me concentraba y pensaba solamente en losacordes y en nada más, de algún modo nunca cometería unerror. Fue Andre quien hizo que me diera cuenta de mi error.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    9/16

    8

    No comprendía lo que quería decir hasta que loescuché tocar para todo el campamento, en una noche enla que todos cantamos al son de la música, después de una

    gran celebración del Día de la Independencia.Estábamos sentados alrededor del fuego del

    campamento mientras Andre tocaba la guitarra. Lo mirabatocar y trataba de imaginarme cómo hacía para que susdedos, boca y mente funcionaran todos al mismo tiempo.

    Se reía y cantaba y bromeaba con los niños del

    campamento, y nunca se equivocaba en una nota. Estabaconvencido de que nunca sería tan bueno como él y, depronto, me di cuenta que lo único que tenía que hacer erarelajarme. Tocaría como si estuviera con Rodri y Velo. Nuncaforzábamos una conversación. Surgía naturalmente. Debíadejar que la música saliera de mí sin esforzarme demasiado.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    10/16

    9

    Al caer la noche, después de que la mayoría de los niñosse había ido a dormir, tomé la guitarra de Andre. Estabademasiado oscuro para poder ver los trastes con claridad ycolocar la púa en las cuerdas. Tenía que palpar las posicionesde los dedos para hacer los acordes. Cerré los ojos y comencéa rasguear unos acordes que recordaba muy bien. Decidí nointentar tocar una canción que sabía de memoria, sino tratarde inventarme una en ese mismo momento.

    Al principio eran solo sonidos, pero después de unosminutos los sonidos comenzaron convertirse en palabrasque balbuceaba para mí mismo. Afortunadamente, nadieme estaba prestando demasiada atención. . . y de repentecomencé a cantar acerca de un depósito de chatarra quequedaba cerca de mi casa.

    Debe haber sonado espantoso, pero traté de nopreocuparme por quién escuchaba. Solo quería escucharmea mí mismo y sentir lo que resonaba dentro de mi cabeza.

    Estaba cometiendo muchos errores, pero, por primera vez en mi vida, no me importaba. Sentía como si estuvieraflotando por encima del campamento, como si fuera unaoleada de humo.

    Luego, la canción llegó a su fin. Hablaba de maderosblanquecinos flotantes y los cristales de la playa queparecían monedas de colores.

    Andre se quedó parado frente a mí, boquiabierto.—Nico, ¿de dónde salió eso? ¡Fue fantástico! —me dijo.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    11/16

    10

    Al día siguiente, le conté a Andre cuánto extrañaba mihogar. O supongo que, en realidad, debería decir cuántohabía extrañado mi hogar. De pronto ya no sentía como siuna enorme pelota playera creciera en mi vientre. Todavíaquería estar en casa, pero fue como si tocar música mehubiera transportado nuevamente a mi hogar. Me sentíaa salvo y a gusto cuando creaba música, al igual que mesentía en mi hogar. ¡Y dejé de mirarme los dedos!

    Esa tarde, Andre me mostró cómo componer una verdadera canción, con un estribillo que se repite y unaserie de versos que riman.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    12/16

    11

    Ahora podía jugar al balón quemado durante unas horas y realmente disfrutarlo. Me empezaron a salir callos en las yemas de los dedos de tanto presionar las cuerdas contralos trastes. Sentía como si tuviera un nuevo poder. Missentimientos se convertían en canciones.

    En medio de mi descubrimiento, Andre vino hastami cama y me pidió que le hiciera un favor. Tenía quellevar a un niño del campamento que no se sentía bienal consultorio del médico en el pueblo. Todos los demásconsejeros estaban ocupados y el niño de la cabaña vecinano lo estaba pasando nada bien.

    Andre me pidió que hablara con el niño, que quizásle tocara algo en la guitarra hasta que él regresara.

    —¿Está enfermo? —le pregunté.—Tiene la misma enfermedad contra la que tú luchabas.—Pero yo no estoy enfermo.—Ahora no —me dijo Andre—. ¿Pero recuerdas cuán

    nostálgico estabas? Debes ayudar a este niño de la mismamanera en que la guitarra te ayudó a ti.

    En la cabaña de al lado, encontré a un niño flacucho y pelirrojo, acostado en su cama. Afortunadamente, nohabía nadie más en la cabaña. Había un festín de pescadofrito esa noche, y este pobre niño no quería participar. Lasrisas y los cantos debieron haberle parecido una tortura.Sabía cómo se sentía.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    13/16

    12

    Ni siquiera me miró cuando me acerqué hasta su cama.Parecía perdido en un túnel que lo llevaba directamentede regreso a su hogar. Este niño estaba a punto de estallaren lágrimas.

    —Déjame solo —dijo.

    —Seguro —le respondí y comencé a alejarme. En lapuerta, volteé y le dije: —No es tan increíble, sabes.—¿De qué estás hablando? —dijo, y sonaba enojado.—Crees que tu hogar es tan increíble, mucho mejor

    que este basurero —le dije.—¿Qué sabes tú de mi hogar? —contestó.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    14/16

    13

    —Nada, supongo —respondí—. Solo sé quiénes sonmis mejores amigos y de los lugares a los que solíamos ir

    juntos. Si estuviera allí, estaría haciendo las mismas cosasde siempre y nunca hubiera aprendido a tocar la guitarra.

    —Te vi la otra noche. Tocaste bien —comentó.—Gracias a Andre. La música estaba en mi interior

    y yo no lo sabía.Luego observé una pequeña estatua de arcilla junto

    a la cama del niño. Era la figura sin pulir de un animal.—¿Es esa una miniatura de tu perro? —le pregunté. Elniño asintió, mirándola fijamente. —Haz más figuras —lesugerí—. Quizás debas hacer figuras de toda tu familia,todos tus amigos, incluso de tu casa. De esa manerasentirás que están aquí haciéndote compañía.

    Me di la vuelta y me fui, con la esperanza de quelo que había dicho tuviera sentido.

    Unos días más tarde, mi mamá y mi papá vinieronal campamento para llevarme a casa. Rodri y Velo vinierontambién en el asiento trasero. Verlos acercarse en el automóvilfue uno de los momentos más espléndidos del verano.

    —¿Y? ¿Qué han estado haciendo? —pregunté.—No mucho —respondió Rodri—. Tengo que quedarme

    con mi hermanita todas las mañanas y después ir a la biblioteca. Velo se rió. —No hemos ido a la playa en todo

    el verano. Mis padres decidieron hacerse miembrosde la piscina de la ciudad. ¿Puedes creerlo?

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    15/16

    14

    Les conté a todos sobre Andre y las lecciones deguitarra. Mi padre me sonrió y dijo: —Parece como si fuerasa necesitar una guitarra para seguir practicando.

    —¿Pueden creerlo? ¡Mi propia guitarra! Antesde que pudiera reaccionar, el niño que extrañaba su hogarse acercó corriendo por el parque. En los brazos tenía unacaja con algunas figuras en arcilla. —Aquí están mi familiacompleta, todos mis amigos, incluso mi perro —sonrióorgulloso—. ¡Ahora siempre me acompañan!

    Le devolví una sonrisa. Los dos aprendimos a llevarnuestro hogar, amigos y familia en nuestro interior.Eso podría ser una buena canción, pensé, mientrasemprendíamos el camino de regreso a casa.

  • 8/16/2019 Atrapados en El Campamento

    16/16

    4

    4

    4

    4 Receta para aprender

    El regalo favorito del abuelo

    Atrapados en el campamento

    Lecturas niveladas

    Número de palabras: 2.226

    1505238

    ISBN-13:978-0-547-03552-9

    ISBN-10:0-547-03552-7