Autoconcepto Físico, Ansiedad, Depresión y Autoestima en Niños Con Cáncer y Niños Sanos Sin...

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  • PsicothemaISSN: [email protected] de OviedoEspaa

    Bragado, Carmen; Hernndez-Lloreda, Ma. Jos; Snchez-Bernardos, Ma. Luisa; Urbano, SusanaAutoconcepto fsico, ansiedad, depresin y autoestima en nios con cncer y nios sanos sin historia

    de cncerPsicothema, vol. 20, nm. 3, 2008, pp. 413-419

    Universidad de OviedoOviedo, Espaa

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=72720312

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    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

  • En las ltimas dcadas se ha producido un gran avance en eldiagnstico y tratamiento del cncer infantil, que ha dado lugara un considerable aumento en las tasas de supervivencia. Con-cretamente, en Europa se ha pasado de una supervivencia (cincoaos) del 54% de los casos diagnosticados en el perodo 1978-1982 al 75% de los diagnosticados entre 1993-1997, aprecindo-se tambin un incremento estadsticamente significativo de me-nor cuanta a los diez aos del diagnstico (Magnani et al.,2006).

    Lamentablemente, este progreso no est exento de costes paralos supervivientes. Los nios deben aprender a convivir con la in-certidumbre de una recada, las secuelas del tratamiento y revisio-nes peridicas que se prolongan en el tiempo y que a menudo im-plican el uso de procedimientos mdicos aversivos (Bragado yFernndez, 1996). Debido a esta nueva condicin crnica del cn-cer, la investigacin actual en psico-oncologa peditrica se intere-sa entre otros aspectos por el estudio de las consecuencias psico-lgicas derivadas de la enfermedad y su tratamiento. En esta lneade investigacin se ubica el presente trabajo.

    Generalmente, se asume que el cncer y sus tratamientos gene-ran un impacto psicolgico negativo en el nio, debido a las nu-merosas situaciones potencialmente estresantes a las que debe en-frentarse en el curso de la enfermedad (amenaza para la vida,dolor, cambios fsicos y funcionales, hospitalizaciones, etc.). Sinembargo, los resultados obtenidos hasta el momento son confusos;algunos estudios han sealado que los nios con cncer sufren ni-veles elevados de ansiedad-depresin y una baja autoestima (Ca-vusoglu, 2001; Koocher, OMalley, Gogan, y Foster, 1980), perootros indican que, comparados con nios de su edad sin problemasde salud, suelen presentar niveles equiparables o incluso inferioresa ellos (Allen, Newman, y Souhami, 1997; Noll et al., 1999; VonEssen, Enskr, Kreuger, Larsson, y Sjdn, 2000). Aunque partede estas discrepancias se atribuyen a problemas metodolgicos dediversa ndole, tambin se discute si esta ausencia de diferenciasrefleja un elevado nivel de resiliencia frente a la adversidad (De-jong y Fombonne, 2006; Eiser et al., 2000). Este concepto ocupaun lugar destacado en el mbito de la psicologa positiva y sue-le definirse como la capacidad de sobreponerse a la adversidad, re-cuperarse y salir fortalecido a pesar de estar expuesto a un estrspsicosocial grave (Menezes, Fernndez, Hernndez, Ramos, yContador, 2006).

    Un problema estrechamente ligado a la enfermedad y su trata-miento es el cambio operado en la apariencia y el funcionamientofsicos, lo que obliga a un reajuste psicolgico del autoconceptoprevio y la autoestima. Este aspecto cobra especial inters en ni-os y adolescentes, puesto que ambos constructos estn en proce-

    Autoconcepto fsico, ansiedad, depresin y autoestima en nioscon cncer y nios sanos sin historia de cncer

    Carmen Bragado, M Jos Hernndez-Lloreda, M Luisa Snchez-Bernardos y Susana Urbano Universidad Complutense de Madrid

    El objetivo principal de este estudio es comprobar si los nios con cncer (en tratamiento con quimio-terapia) presentan peor autoconcepto fsico, menos autoestima y ms ansiedad y depresin que los ni-os sanos (sin historia de cncer) de los mismos rangos de edad (9-16 aos) y condicin social. Adi-cionalmente, se analiza la capacidad predictiva del autoconcepto y la autoestima sobre el malestaremocional. Se administr la versin espaola del PSDQ, CDI y STAIC a 30 nios con cncer y 90 es-colares sin historia de cncer. Los resultados sealaron que no existan diferencias estadsticamentesignificativas entre ambos grupos en ninguna de las variables de estudio, excepto en dos de las 11 di-mensiones del PSDQ, salud y flexibilidad. La autoestima fue el mejor predictor de depresin, mientrasla salud y el autoconcepto predecan ansiedad.

    Physical self-concept, anxiety, depression, and self-esteem in children with cancer and healthy childrenwithout cancer history. The main purpose of this study is to test if children with cancer receivingchemotherapy show a poorer physical self-concept, less self-esteem and more anxiety and depressionthan healthy children (with no cancer history) within the same age range (9-16 years old) and socialcondition. Furthermore, the capacity of self-concept and self-esteem to predict emotional distress isanalyzed. The Spanish versions of PSDQ, CDI and STAIC were administered to 30 children withcancer and 90 healthy children. Except for the health and flexibility dimensions in the PSDQ, nosignificant differences between groups were found. Self-esteem was the best predictor of depression,whereas health and self-concept predicted anxiety.

    Fecha recepcin: 4-5-07 Fecha aceptacin: 14-11-07Correspondencia: Carmen BragadoFacultad de PsicologaUniversidad Complutense de Madrid28223 Madrid (Spain)E-mail: [email protected]

    Psicothema 2008. Vol. 20, n 3, pp. 413-419 ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEGwww.psicothema.com Copyright 2008 Psicothema

  • so de formacin. La integracin de las diversas representacionesdel self comienza a emerger hacia los 9-10 aos y culmina al finalde la adolescencia (Harter, 1999). Debido a la importancia que seconcede en nuestra cultura a la imagen externa, cabra esperar quelos nios con cncer que experimentan cambios desfavorables ensu aspecto presentaran ms problemas relacionados con el auto-concepto fsico, la autoestima y el estado emocional que los niossanos, dada la estrecha relacin observada entre apariencia fsica yautoconcepto y entre ste y autoestima, por un lado (Harter 1999;Marsh, Hey, Roche, y Perry, 1997), y entre autoestima y afecto ne-gativo, por otro (Dishman et al., 2006; Varni, Katz, Colegrove, yDolgin, 1995). Sin embargo, los resultados obtenidos en este m-bito tampoco son concluyentes, ya que mientras unos estudios pa-recen confirmar tales diferencias (Anholt, Fritz, y Keener, 1993;Madam-Swain et al., 1994), otros no las encuentran (Langeveld,Grootenhuis, Vote, De Haan, y Van Den Bos, 2004; Noll et al.,1999).

    Aunque en nuestro pas se han publicado numerosos trabajossobre las secuelas psicolgicas del cncer en adultos, en el caso delos nios las publicaciones empricas son prcticamente inexisten-tes. El principal objetivo de este trabajo es averiguar si los nioscon cncer en tratamiento activo con quimioterapia tienen peor au-toconcepto fsico, menos autoestima y ms problemas emociona-les que los nios sanos sin historia de cncer. Adicionalmente, seestudia la posible influencia del sexo, dada la tendencia de las mu-jeres a obtener peores puntuaciones que los varones en estas va-riables. Por ltimo, se estudia si el autoconcepto fsico y la auto-estima son buenos predictores del estado emocional, comosugieren algunos trabajos. En principio, se espera que los nios en-fermos obtengan peores resultados que los nios sanos y las mu-jeres peores que los varones. Asimismo, se espera que un peor au-toconcepto fsico y una baja autoestima se encuentren asociados ams ansiedad y depresin.

    Mtodo

    Participantes

    En este estudio han participado 120 nios de 9-16 aos de edad,distribuidos en dos grupos: enfermos de cncer (grupo experimen-tal) y nios sanos sin historia de cncer (grupo control).

    El grupo experimental est formado por 30 pacientes, 15 varo-nes y 15 mujeres de 11,7 aos de edad media (DT= 2,09), reclu-tados en las Unidades de Oncologa Peditrica del Hospital In-fantil del Nio Jess y del Hospital General UniversitarioGregorio Maran, ambos de Madrid. Todos ellos estaban reci-biendo tratamiento de quimioterapia y se encontraban hospitali-zados cuando fueron evaluados. Debido a las dificultades existen-tes para acceder a este tipo de poblacin, se tuvieron en cuentacriterios de inclusin generales: tener entre 9 y 16 aos, que hu-bieran transcurrido entre 6 meses y 1 ao desde el diagnstico, es-tar recibiendo tratamiento de quimioterapia en el momento del es-tudio y consentimiento informado de padres y nios. Losdiagnsticos de cncer incluan leucemias (n= 15), linfomas (n=9) y tumores slidos (n= 6).

    El grupo control estaba inicialmente constituido por 90 esco-lares sin historia conocida de cncer, reclutados en dos colegiospblicos de Madrid. A partir de este grupo se extrajo una mues-tra aleatoria de 30 nios que fueron equiparados al grupo experi-mental en sexo, edad y clase social, a fin de homogeneizar las

    muestras en estas variables y paliar en lo posible su escasa re-presentatividad. Por consiguiente, los dos grupos (experimen-tal/control) quedaron igualados en nmero (30 nios en cadauno), sexo (15 mujeres y 15 varones), edad (misma distribucin)y clase social (misma proporcin de nios en cada una de las ca-tegoras en que se desglosa esta variable: media baja, media ymedia alta).

    Instrumentos

    Para recoger la informacin de las variables sociodemogrficasy los datos mdicos bsicos se elabor un cuestionario ad hoc.

    El autoconcepto fsico y la autoestima se evaluaron con laadaptacin espaola (Toms, 1998) del Physical Self-ConceptDescription Questionnaire (PSDQ) (Marsh, Richards, Johnson,Roche, y Tremayne, 1994). Consta de 70 tems que miden nuevedimensiones especficas del autoconcepto fsico (salud, coordina-cin, actividad, grasa corporal, aptitud para el deporte, aparienciafsica, fuerza, flexibilidad y resistencia/buena forma fsica) y dosdimensiones globales: autoconcepto fsico global y autoestima.Cada tem se responde mediante una escala Likert de 6 puntos (to-talmente verdadero= 1, totalmente falso= 6). La consistencia in-terna para las once subescalas del cuestionario, obtenida con di-versas muestras de adolescentes australianos, oscila entre 0.82 y0.96 (Marsh et al., 1994; Marsh et al., 1997); valores similares alos hallados por Toms y Gonzlez-Rom (2000) con 986 escola-res espaoles de 12-16 aos, cuyo rango para las once dimensio-nes fue de 0,79-0,93 (alfa media, 0,87). En nuestro estudio el alfade Cronbach result de 0,94. Aunque el PSDQ se ha utilizado pre-ferentemente en mbitos educativos, se decidi emplearlo en estainvestigacin, debido a que la concepcin terica subyacente delautoconcepto es la ms aceptada en la actualidad, el modelo mul-tidimensional y jerrquico de Marsh/Shavelson (Marsh, 1990;Byrne, 2002), y a que permite medir a la vez diferentes dominiosdel autoconcepto fsico y la autoestima.

    La depresin se midi con la adaptacin espaola (Del Barrio,Moreno, y Lpez, 1999) del Childrens Depression Inventory(CDI) (Kovacs 1992); consta de 27 tems que puntan de 0-2, aten-diendo a la gravedad del sntoma. La consistencia interna obteni-da con diferentes grupos de poblacin oscila entre 0,71 y 0,94(Kovacs, 1992) y para la adaptacin espaola se sita alrededor de0,79 (Del Barrio y Carrasco, 2004). En la presente investigacin seobtuvo un alfa de Cronbach de 0,60.

    Para medir la ansiedad se emple la adaptacin espaola (TEA,1988) del State-Trait Inventory for Children (STAIC, Spielberger,1973). Consta de 40 tems con un formato de respuesta de 1-3 pun-tos; 20 miden ansiedad rasgo y otros 20 ansiedad estado. La con-sistencia interna para cada subescala se sita entre 0,80 y 0,90 y lafiabilidad test-retest entre 0,31 y 0,71 (Silverman y Ollendick,2005). El alfa de Cronbach en nuestro trabajo fue de 0,69 para an-siedad estado y 0,83 para ansiedad rasgo.

    Procedimiento

    Puesto que los nios del grupo experimental estaban hospitali-zados, un miembro del equipo investigador se dirigi a ellos y asus padres en el mismo centro hospitalario para solicitar su cola-boracin. La solicitud verbal fue acompaada de un documentoescrito en el que se explicaba detalladamente el propsito de la in-vestigacin. Los nios que accedieron a participar recibieron un

    CARMEN BRAGADO, M JOS HERNNDEZ-LLOREDA, M LUISA SNCHEZ-BERNARDOS Y SUSANA URBANO414

  • dossier con los instrumentos mencionados, explicndoles el pro-cedimiento a seguir en cada prueba. Todos rellenaron los cuestio-narios en presencia de la investigadora encargada de recoger losdatos. Entretanto, los padres contestaron el cuestionario sociode-mogrfico.

    A peticin de los directores de los colegios participantes y pa-ra no interferir con la dinmica diaria, el grupo control cumpli-ment los cuestionarios en el centro, bajo la supervisin de losprofesores. Para garantizar una correcta aplicacin, se mantuvouna entrevista con el jefe de estudios y el profesorado involucrado,en la que se explic el procedimiento a seguir. Los profesores seencargaron tambin de hacer llegar a los padres el cuestionario so-ciodemogrfico.

    La investigacin cont con la aprobacin de los centros hospi-talarios y escolares; todos los participantes fueron voluntarios.

    Anlisis de datos

    Para comprobar si haba diferencias entre los grupos en las va-riables objeto de estudio se llev a cabo un MANOVA con dos fac-tores de medidas independientes, grupo (sanos-enfermos) y sexo(varones-mujeres), y 14 variables dependientes (ansiedadrasgo/estado, depresin y las 11 dimensiones del PSDQ).

    Para determinar si el autoconcepto fsico y la autoestima pre-decan ansiedad y depresin, se efectu un anlisis de regresinmltiple (con el procedimiento de seleccin de variables de pasossucesivos stepwise). Se tomaron como variables criterio la depre-sin y la ansiedad (rasgo-estado) y como variables predictorasaquellas dimensiones del PSDQ en las que se hubieran hallado di-ferencias estadsticamente significativas entre grupos, as como lastres dimensiones generalmente involucradas en el malestar emo-cional: apariencia fsica, autoestima y autoconcepto fsico global.Todos los anlisis se efectuaron con el SPSS para Windows (ver-sin 10.0), comprobndose el cumplimiento de los supuestos re-queridos en cada uno.

    Resultados

    Diferencias entre grupos

    Los resultados del MANOVA indicaron que las diferencias ob-tenidas entre el grupo experimental y el control en las variables de-pendientes se deban nicamente al efecto grupo (tener cncer-es-tar sano) (F= 32,21; p= 0,00; 2= 0,91); no se encontrarondiferencias atribuibles al sexo (F= 1,54; p= 0,14; potencia= 0,75)ni a la interaccin sexo/grupo (F= 1,16; p= 0,34; potencia= 0,60).

    A continuacin, para ver en qu variables existan diferenciasestadsticamente significativas, se realiz un ANOVA para cadauna. Debido al gran nmero de variables dependientes utilizadas ypara controlar el error de tipo I global, se utiliz un nivel de signi-ficacin de 0,003 para cada contraste. Los anlisis mostraron quelos nios sanos y enfermos slo diferan entre s en la dimensinde salud (F= 23,04; p

  • nios sanos y enfermos en relacin al sexo. Slo el autoconceptofsico global mostr cierta tendencia a la significacin (F= 3,57;p= 0,06), sugiriendo que las mujeres enfermas tienen peor auto-concepto fsico que las sanas (4,14 vs. 5,14, respectivamente).

    Prediccin de la depresin y la ansiedad

    Como paso previo al anlisis de regresin se realiz un anlisiscorrelacional de tipo exploratorio entre todas las variables (criterioy predictoras). Los resultados indicaron que el autoconcepto fsi-co global correlacionaba negativamente con ansiedad estado y po-sitivamente con apariencia fsica, flexibilidad y autoestima; la au-toestima tambin se asociaba positivamente con salud ynegativamente con depresin y ansiedad rasgo. Adems, la saludse asociaba negativamente con las tres variables emocionales y po-sitivamente con flexibilidad. Por ltimo, ansiedad rasgo/estado ydepresin presentaban elevadas correlaciones entre s (tabla 2).

    Se efectuaron tres anlisis de regresin mltiple, uno para cadauna de las variables criterio consideradas: depresin, ansiedad es-tado y ansiedad rasgo, utilizando en los tres las mismas variablespredictoras (salud, flexibilidad, apariencia fsica, autoconcepto f-sico global y autoestima).

    Respecto a la depresin, el anlisis nicamente seleccion laautoestima, que explicaba el 27% de la varianza, indicando que losnios con menos autoestima tienden a presentar ms depresin.Todas las dems variables fueron excluidas del modelo (tabla 3).

    Las variables que predecan mejor la ansiedad estado fueron: lasalud, el autoconcepto fsico global y la apariencia, explicando en-tre las tres el 46% de la varianza. La salud explicaba el 23%, el au-toconcepto un 15% ms y la apariencia el 8% restante (tabla 3).Dado que la apariencia no correlacionaba significativamente conansiedad estado (tabla 2), su inclusin en el modelo seala que setrata de una variable supresora (Lord y Novick, 1968), que aunqueno est relacionada con el criterio, s lo est con uno de los pre-dictores, el autoconcepto fsico global (r= 0,43), lo que sugiere quela parte del autoconcepto que mejor predice la ansiedad estado esla que no se relaciona con la apariencia.

    Los mejores predictores de ansiedad rasgo fueron: salud, flexi-bilidad y autoconcepto fsico global, explicando el 44% de la va-rianza. La salud explicaba el 33% de la varianza, la flexibilidadaportaba un 8% ms y el autoconcepto el 3% restante. La entradade la flexibilidad en el modelo indica que se trata de una variablesupresora, dado que apenas correlaciona con ansiedad rasgo (tabla2), pero s lo hace con salud (r= 0,53), lo que sugiere que la partede salud que predice mejor la ansiedad rasgo es la que no correla-ciona con flexibilidad.

    Discusin y conclusiones

    El principal objetivo de esta investigacin era determinar si losnios con cncer en tratamiento con quimioterapia mostraban peorautoconcepto fsico, menos autoestima y ms problemas emocio-

    CARMEN BRAGADO, M JOS HERNNDEZ-LLOREDA, M LUISA SNCHEZ-BERNARDOS Y SUSANA URBANO416

    Tabla 2Anlisis correlacional entre variables criterio y predictoras

    Variables 1 2 3 4 5 6 7

    1. Depresin2. A. Estado -0,55**3. A. Rasgo -0,64** -0,46**4. Salud -0,40** -0,50** -0,58**5. Apariencia -0,11** -0,11** -0,07** -0,07**6. Flexibilidad -0,15** -0,26** -0,05** -0,53** -0,09**7. A.F.G. -0,27** -0,49** -0,23** -0,19** -0,43** 0,29*8. Autoestima -0,53** -0,25** -0,35** -0,40** -0,19** 0,08* 0,36**

    * p

  • nales que los nios sanos sin historia conocida de cncer. En con-tra de lo esperado, nuestros resultados indican que los nios concncer no tienen peor concepto fsico ni menos autoestima que losnios sanos, ni tampoco se sienten ms deprimidos o ansiosos questos. En segundo lugar, aunque los nios enfermos s percibenque gozan de menos salud y flexibilidad que los controles, este he-cho no parece afectar a su autoconcepto fsico global ni a la pro-pia estima personal o al estado emocional. Por ltimo, no se en-contraron diferencias significativas en funcin del sexo en ningunade las variables estudiadas, ni en la muestra global, ni entre niossanos y enfermos.

    En lneas generales, estos resultados vienen a confirmar la ten-dencia observada en los ltimos aos acerca de que los nios concncer muestran un buen ajuste psicolgico ante la enfermedad ysus tratamientos (Allen et al., 1997; Dejong y Fombonne, 2006;Eiser et al., 2000; Grootenhuis y Last, 2001; Noll et al., 1999; VonEssen et al., 2000). Concretamente, en un estudio similar al nues-tro, ampliamente citado por su rigor metodolgico, Noll et al.(1999) tampoco encontraron diferencias significativas entre gru-pos (nios en tratamiento con quimioterapia y nios sanos) en an-siedad, depresin, aislamiento, autoconcepto, apariencia fsicapercibida y autoestima. En la misma lnea, Von Essen et al. (2000)estudiaron dos grupos de nios, con y sin tratamiento de quimio-terapia. No encontraron diferencias entre ellos en ansiedad, depre-sin y autoestima; el grupo en tratamiento tampoco difera de losnios sanos de los mismos rangos de edad (8-18) en ninguna de es-tas variables, aunque el grupo sin tratamiento mostraba menos au-toestima que la poblacin general y un pequeo porcentaje pre-sentaba depresin moderada. Los autores sugeran que el impactopsicolgico de la enfermedad podra aumentar al finalizar el trata-miento, momento en que los nios vuelven a su rutina cotidiana ypueden percibir mejor los cambios y las limitaciones fsicas. Sinembargo, los trabajos de Noll y colegas (Noll et al., 1991, 1993)contradicen esta explicacin, ya que encontraron que los nios es-taban bien adaptados psicolgicamente y eran bien valorados porprofesores y compaeros, durante los dos primeros aos de pos-tratamiento. Tampoco los trabajos realizados con supervivientesadultos de cncer infantil encuentran diferencias sustanciales a lar-go plazo (Langeveld et al., 2004; Pendley et al., 1997).

    Se ha sealado que las reacciones emocionales son ms inten-sas en las etapas iniciales del diagnstico, pero tienden a disminuircon el paso del tiempo (Sawyer, Antoniou, Rice, y Baghurst,2000). Cabe la posibilidad de que nuestros resultados estn influi-dos por este aspecto, dado que el tiempo transcurrido desde eldiagnstico oscilaba entre 6 meses y un ao, por lo que los niospodran encontrarse psicolgicamente mejor al haber superado yala fase crtica. Sin embargo, otros trabajos han sealado que eltiempo desde el diagnstico no tiene influencia sobre el malestaremocional o el ajuste psicolgico (Allen et al., 1997; Grootenhuisy Last, 2001).

    Quiz, los resultados ms sorprendentes en este mbito proce-den del trabajo de Grootenhuis y Last (2001), quienes estudiarondos grupos de nios con cncer (8-18 aos): uno en fase de remi-sin y otro con pocas perspectivas de supervivencia. No encontra-ron diferencias significativas entre ellos en ansiedad/depresin y,lo que es ms importante, ambos grupos mantenan expectativaspositivas (optimismo, confianza y esperanza) sobre el curso de laenfermedad.

    Tomados en conjunto, todos estos resultados (incluidos losnuestros) inducen a pensar que los nios con cncer afrontan la en-

    fermedad y el tratamiento con una gran fortaleza que les permiteadaptarse a la situacin con poco desgaste psicolgico. Algunasexplicaciones presentes en la bibliografa para dar cuenta de estoshallazgos, en cierto modo contraintuitivos, sugieren que los nioscon cncer tienden a emplear estrategias de adaptacin defensivas(negacin) o evitativas del malestar emocional en mayor medidaque los sanos, lo que les llevara a informar de menos sntomasemocionales de los que realmente experimentan (Canning, Can-ning, y Boyce, 1992; Phipps y Srivastava, 1997). Sin embargo,otros trabajos no han podido confirmar estos hallazgos (Noll et al.,1999; Groontehuis y Last, 2001). Por otro lado, se discute si un es-tilo adaptativo de estas caractersticas es un fenmeno reactivo alestrs asociado a la enfermedad o un rasgo de personalidad esta-ble. Este aspecto tampoco est aclarado, ya que existen datos a fa-vor tanto de la primera opcin (Phipps, Steele, Hall, y Leig, 2001)como de la segunda (Groontehuis y Last, 2001). Una explicacinalternativa al estilo de adaptacin represivo que est tomandofuerza es que el malestar emocional de los nios con cncer pue-de verse mitigado por el apoyo y el cuidado que reciben de losadultos (padres y personal sanitario), lo que les permitira soportargrandes dosis de estrs y hacerse emocionalmente ms fuertes(Noll et al., 1999; Von Essen et al., 2000). No cabe duda de que elapoyo psicolgico familiar o sociosanitario es fundamental paraque el nio se sienta psicolgicamente mejor, de hecho, ocupa unlugar primordial entre los factores de proteccin frente a los pro-blemas psicolgicos (Haase, 2004) y se vincula con el bienestarsubjetivo y la salud mental (Blanco y Daz, 2005).

    En relacin al debate anterior, nuestros resultados sugieren quelos nios enfermos no han utilizado estrategias de adaptacin de-fensivas o evitativas, dado que informaron de ms problemas desalud que los controles y, aunque las diferencias no alcanzaron elnivel de significacin estadstica exigido, tambin comunicaronms sntomas de ansiedad estado que ellos; algo en cierto modocomprensible si se tiene en cuenta que estaban hospitalizados y re-cibiendo quimioterapia. Pese a ello, muestran un buen ajuste psi-colgico, ya que no difieren de los nios sanos en las otras di-mensiones del autoconcepto, ni en el autoconcepto fsico global,autoestima, depresin y ansiedad rasgo. Mantener una buena auto-estima se considera crucial para el bienestar psicolgico y se aso-cia al empleo de estrategias de adaptacin positivas, menos depre-sin y comportamientos resilientes (Haase, 2004). Nuestros datosconfirman que la autoestima es un buen predictor de la depresiny acta como un factor de proteccin frente a ella. Acorde conotros estudios (Dishman et al., 2006; Toms y Gonzlez-Rom,2000), presenta una estrecha correlacin con el autoconcepto fsi-co global, indicando que el concepto fsico es un aspecto impor-tante en la valoracin de uno mismo; adems, se relaciona con mssalud y menos ansiedad rasgo, lo que refuerza la idea sostenida porotros investigadores (Varni el al., 1995) de que el concepto fsicoinfluye en la sintomatologa ansioso-depresiva mediada por la au-toestima. En definitiva, nuestros resultados sugieren que la autoes-tima juega un papel clave en la adaptacin psicolgica del nio ala enfermedad.

    Para finalizar, sealar algunas limitaciones de esta investiga-cin que habrn de tomarse en consideracin al valorar los resul-tados. En primer lugar, los datos obtenidos provienen de unamuestra incidental, lo que dificulta la generalizacin de los resul-tados, aunque hemos tratado de corregir este defecto equilibrandolos grupos de comparacin en sexo, edad y condiciones sociode-mogrficas. En segundo lugar, el tamao de las muestras es relati-

    AUTOCONCEPTO FSICO, ANSIEDAD, DEPRESIN Y AUTOESTIMA EN NIOS CON CNCER Y NIOS SANOS SIN HISTORIA DE CNCER 417

  • vamente pequeo, lo que reduce la potencia de los anlisis esta-dsticos. En tercer lugar, no se ha considerado el tiempo transcu-rrido desde el diagnstico, lo que podra afectar a los resultados, sibien es cierto que la variabilidad intragrupo en este aspecto es pe-quea (6 meses-1 ao) y que los estudios comentados en esta dis-cusin cuestionan el efecto de esta variable sobre el ajuste psico-lgico. Conviene recalcar tambin que la mayor parte de losestudios revisados emplean muestras incidentales relativamentepequeas, lo que lleva a pensar que existe cierta dificultad prcti-ca para reclutar muestras ms amplias y permite comparar nues-

    tros resultados con los suyos. Para concluir, nuestro trabajo con-firma que los nios con cncer manifiestan una buena capacidadde adaptacin ante la enfermedad y su tratamiento, lo que sugierela utilizacin de estrategias positivas para manejar el estrs aso-ciado a ellos. En sintona con el nuevo enfoque de la psicologapositiva, las investigaciones futuras deberan centrar el foco deatencin no tanto en las secuelas psicolgicas de la enfermedad,sino en las estrategias empleadas por los nios para hacerle frente,en sus fortalezas de carcter y en los factores que pueden ayudar-les a manejar el malestar emocional.

    CARMEN BRAGADO, M JOS HERNNDEZ-LLOREDA, M LUISA SNCHEZ-BERNARDOS Y SUSANA URBANO418

    Referencias

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    AUTOCONCEPTO FSICO, ANSIEDAD, DEPRESIN Y AUTOESTIMA EN NIOS CON CNCER Y NIOS SANOS SIN HISTORIA DE CNCER 419