Autoestima Debate
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En el amoral prójimo se implica el mandamiento de amarnos a nosotros mismos; hay un amor de sí mismo desordenado y corrompido, que debe ser sometido y mortificado; pero hay un amor de sí mismo correcto y según Dios, que sirve de modelo al correcto amor al prójimo y que es igualmente el fundamento de la esperanza; este amor de sí, que no se cierra sobre el «yo», debe ser preservado y santificado (v. el comentario a 7:12). Este santo amor a nosotros mismos comporta respeto a la dignidad de nuestra naturaleza y un interés legítimo por el bienestar de nuestra alma y de nuestro cuerpo. Está mandado que amemos al prójimo como a nosotros mismos. Hemos de honrar y estimar a todos, pues Dios es bueno para con todos (Sal. 145:9), y no hemos de injuriar ni perjudicar a nadie, sino hacer todo el bien posible a todos, siempre que se nos presente la oportunidad; más aún, hemos de buscar esas oportunidades. Hemos de amar al prójimo con la misma sinceridad y con el mismo interés con que nos amamos a nosotros mismos; incluso hemos de negarnos a nosotros mismos por el bien de nuestro prójimo.1 Matew Henry.
f. “Un segundo mandamiento que es similar a él” se parece al primero porque también requiere el amor. Además, este amor hacia el prójimo, que es portador de la imagen de Dios, fluye del amor hacia Dios (1 Jn. 4:21; véanse también Mt. 5:43; 7:12; 19:19).2 Hendriksen.
(ii) El segundo mandamiento que cita Jesús procede de Levítico 19:18. Nuestro amor a Dios debe desembocar en el amor a nuestros semejantes. Pero debe notarse el orden en que aparecen estos mandamientos. El amor a Dios es primero, el amor a los hombres, segundo. Solo si amamos a Dios podemos amar a nuestros semejantes. La enseñanza bíblica sobre el hombre no es que éste es una colección de elementos químicos, ni parte de la creación animal, sino una criatura que está hecha a imagen de Dios (Génesis 1:26s). Es por esta razón por la que debe amarse a los hombres. La verdadera base de toda democracia es de hecho el amor de Dios. Suprimid el amor de Dios, y podemos airarnos con el hombre por su torpeza para aprender; podemos volvernos pesimistas por su dificultad para mejorar; podemos insensibilizarnos ante la mecánica de su pensamiento. El amor al ser humano está hondamente enraizado en el amor de Dios.
Ser verdaderamente religioso es amar a Dios y amar a los seres humanos que Dios ha hecho a Su imagen; y amar a Dios y a la humanidad, no con un sentimentalismo nebuloso,
1 Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario B blico de Matthew Henryı � (p. 1173). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
2 Hendriksen, W. (2007). Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio segun San Mateo (p. 850). Grand Rapids, MI: Libros Desafio.
sino con esa entrega total que conduce a la devoción a Dios y al servicio práctico a los seres humanos.3 (Barckley)
Amarás a tu prójimo como a ti mismo (39). Esta es una cita de Levítico 19:18. El verbo nuevamente es agapao. Abbott-Smith dice al respecto: “Agapao es empleado aptamente en el Nuevo Testamento para designar el amor cristiano hacia Dios y el hombre, el efecto espiritual que sigue la dirección de la voluntad, que puede ser mandado como un deber y que es por lo tanto, distinto a esos sentimientos que son instintivos e irrazonables.”(Beacon)
pero la idea de juntarlos a manera de resumen de toda la Ley y los Profetas (cf. 7:12 para ver un resumen optativo) fue una idea creativa brillante. Enfocando las dos mitades de los diez mandamientos (el deber hacia Dios y el deber hacia el prójimo) ofrece el fundamento para toda nuestra vida; y luego resumiendo ese deber con la palabra amor, sobrepasa el requerimiento definido de la ley en una actitud piadosa que los debe subyacer. (Siglo xxI).
Definiciones de Webster’s Unabridged Dictionary
Autoestima: Tener ORGULLO en sí mismo (p. 1646)Orgullo: Opinión elevada de uno mismo; vanidad (p. 1428)
Humildad: Ausencia de ORGULLO o de auto-realización (p. 884)
Definiciones de la Real Academia Española
Autoestima: Valoración generalmente positiva de sí mismo.Orgullo: Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer
de causas nobles y virtuosas.Egoísmo: Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio
interés, sin cuidarse del de los demás.Humildad: Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en
obrar de acuerdo con este conocimiento. Bajeza de nacimiento o de cualquier especie.
3 Barclay, W. (2006). Comentario Al Nuevo Testamento (p. 168). Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE.
Versículos del Nuevo Testamento
Mt 22:36-40 – Jesús nos da dos grandes mandamientos: (1) Amar a Dios con todo tu
corazón, alma y mente, (2) Ama a tu prójimo como a ti mismo – no hay un tercer
mandamiento de amarse uno mismo. Jesús está diciendo, “como ya te amas a ti
mismo” – “como” se utiliza de la misma manera que en Efesios 5:25,28,33, lo que
indica un estado de existencia en la actualidad, no un mandamiento. Jesús sabe que ya
nos amamos a nosotros mismos y por lo tanto nos ordena amar a los demás con ese
mismo compromiso.
Lc 10:25-37 – ejemplo dado por Jesús para ilustrar el “mandamiento de amar al
prójimo como a ti mismo”, ¡presenta una historia de sacrificio (no de amor propio)
hacia un objeto de odio (un samaritano)!
Mt 16:24,25 – Negarse a uno mismo, es decir, decirse no a sí mismo, no dice auto-
afirmarse, auto-satisfacerse, o auto-rrealizarse.
Lc 9:23 – Negarse uno mismo, es decir, poner uno mismo a la muerte, cada día, no
dice auto-afirmarse, auto-satisfacerse, o auto-rrealizarse.
Mt 20:26,27 – – Los grandes son los siervos, no los servidos.
Mt 23:11,12 – Los grandes son los siervos, los humildes serán exaltados.
Luc. 22:24-27 – El siervo es el mayor, no el orgulloso.
Lc 14:26 – No se puede ser discípulo de Jesús, a menos que se niegue incluso a si
mismo.
2 Timoteo 3:2-5 – “amadores de sí mismos” figuran con otros “detestables” pecados
como calumniadores, traidores, abusivo, soberbios, vanidosos, por lo tanto, ¡la
autoestima/orgullo elevado es un pecado!
Juan 12:25 – El que ame la vida propia (yo) perderá la vida eterna.
Juan 13:16,17 – El servicio humilde es un mandamiento.
Juan 15:5 – Apartado de Dios, es decir, amarse uno mismo vs amar a Dios, nada
podéis hacer.
I Corintios 1:18,19 – El mensaje de la cruz (la negación de sí mismo) es locura a los
que perecen (es decir, los adoradores del yo psicológico).
I Corintios 4:3-5 – Hacer juicios objetivos es nuestro deber, pero aquellos referentes
al valor o estima en conjunto pertenecen al Señor.
I Cor. 13:2 – Los defensores de la Auto-estima enseñan que debemos valorarnos a
nosotros mismos para poder amar a los demás, pero Dios nos dice que no somos nada,
a menos que y hasta que amemos a los demás.
I Corintios 13:4,5 – Definiciones de lo que no es el amor – no es envidia, no se
jacta, no es orgulloso, y no es egoísta.
2 Corintios 3:5 – No hay competencia en nosotros mismos (sin orgullo), sino sólo de
Dios.
2 Corintios 5:15 – Vivir para Cristo, a través del servicio humilde, no para sí mismo.
2 Corintios 10:12,18 – Mirad a Cristo para comparación, no a ti mismo, es decir, no
un evangelio de auto-estima.
Efesios 3:8; I Tim 1:15; Rom 7:24 – ¡Suena como si Pablo tuviese un terrible
problema de auto estima! Pablo reconoce su condición corrupta, debe resolverlo
únicamente a través del evangelio de la cruz, que es una actitud de “siervo humilde”.
Rom 12:3 b – No pensar con un concepto alto de sí mismo, sino con cordura – note
que Pablo no hace mención de la posibilidad de un poco de valoración de sí mismo.
Gálatas 6:3-4 – La evaluación sobria no debe hacerse sobre la base de cómo se está
desempeñando en comparación con los demás, sino mediante la comparación de uno
mismo con las normas de la Escritura, y por supuesto, las normas de la Escritura
enfatizan la humildad y considerarse muertos (la negación del ego), no aumentando
nuestra autoestima.
I Corintios 10:24 – Nadie debe buscar su propio bien, sino el bien de los demás.
Efes. 5:21 – Someterse a los demás por amor a Cristo: es decir, sumisión humilde, no
orgullo.
2 Cor 11:30 – Si hemos de gloriarnos en algo, ¡gloriémonos de la debilidad!
Filipenses 2:3 – No actuar por intereses propios, sino por el de los demás, y en
humildad.
Hebreos 13:17 – Someterse a sus líderes espirituales, no a sus deseos propios.
I Pedro 5:5 b-7 – Ser humilde con los demás porque Dios resiste a los soberbios.
Col 3:12 – Los cristianos deben vestirse de humildad.
Efesios 4:2 – Se nos manda ser completamente humildes y apacibles.
Satgo. 4:10 – La humildad conduce a la estima – a la estima del Señor.
Luc. 6:31 – La regla de oro: Jesús con confianza puede hacer esta declaración porque
sabía que ya nos amamos a nosotros mismos, es decir, si odiarnos a nosotros mismos
es nuestro estado natural (como nos dicen los “auto-estimadores”), entonces nos
haría feliz ser tratados mal (como lo sería confirmar nuestros sentimientos de odio a
nosotros mismos), y Jesús, por tanto, nos diría que tratemos a los demás con el mismo
desprecio y odio que deseamos para nosotros mismos.
Luc. 6:32 – El hecho de que Jesús se refiere a “los pecadores” (es decir, los enemigos
de Dios) como practicando la filosofía de “te amaré si tu me amas primero,” la
enseñanza de la auto-estima de que “tienes que amarte a ti mismo antes
de poder amar a los demás”, debe, por tanto, también ser rechazada por ser impía.
I Juan 2:16,17 – “El que el hombre se jacte de lo que tiene y de lo que es” (es decir,
autoestima/vanagloria) no es la voluntad de Dios, sino que es “del mundo”.
Filip. 2:5-8 – “La actitud de uno debe ser la misma que la de Cristo Jesús” – es decir,
“se hizo nada”, “tomando forma de siervo”, “se humilló a sí mismo”, “haciéndose
obediente hasta la muerte”. En general, hay que tener una actitud de un humilde
servidor, amante abnegado, compasivo, sumiso, obediente, valiente y santo – es decir,
¡Sin “yoísmos” en absoluto, sólo pensar en los demás!
2 Corintios 12:6,7 – A pesar de que posiblemente Pablo podría haber sido justificado
en una así llamada “sana” autoestima, el rehusó a jactarse; Dios, también, no quiso
que Pablo tuviese una elevada autoestima – es decir, altivez, vanidad.
Versículos del Antiguo Testamento
Génesis 18:27 – Abraham, un creyente en ese tiempo, tiene una visión correcta de sí
mismo delante de Dios – “aunque soy polvo y ceniza."
Éxodo 3:11,12 – Dios no enalteció la autoestima de Moisés, sólo se comprometió
a estar con él.
Jueces 6:14-16 – Dios no enalteció la autoestima de Gedeón, sino sólo se
comprometió a estar con él.
Jueces 7:2 – Dios redujo las fuerzas de Gedeón a un nivel tan ridículamente bajo para
que tuviese que exaltar a Dios, no al yo, cuando la victoria llegase.
Job 1:8 b – El verdadero estatus de Job, en el cual podía “legítimamente” jactarse
(“varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”).
Job 25:5,6 – Dios ve al hombre como un gusano – difícilmente una enseñanza de
“elevada autoestima”.
Job 42:6 – una actitud correcta hacia el pecado es aborrecerse a sí mismo y
arrepentirse.
Prov. 22:4 – La humildad y el temor del Señor traen honra y vida.
Prov. 16:5,18,19 – El orgullo conduce a la destrucción; mejor es ser humilde de
espíritu.
Prov. 18:12 – La caída del hombre es el orgullo, la humildad es necesaria para la
estima y honra.
Deut. 10:12 – Dios requiere un andar humilde, y amor y servicio a Dios.
Deut. 8:17,18 – Todo viene del Señor, por lo tanto, no tenga orgullo.
Deum. 6:4-9 – Tenga una orientación centrada en Dios, no egocéntrica.
Miq. 6:8 – Dios requiere un andar humilde.
Sal. 62:9 – En la balanza de Dios, el hombre pesa menos que nada, es decir, el
peso negativo o valía.
Ezeq. 6:9; 20:43; 36:31 – El pecado trae un auto-aborrecimiento en la
“perspectiva propia” (RV) (es decir, la imagen-propia), por lo tanto, una “correcta”
imagen de sí mismo en respuesta al pecado es unabaja (es decir, baja autoestima), no
auto-aceptación o amor propio.
Isaías 41:24; 2:22 – ¿Cuál es la verdad del hombre sobre la valía? – “vosotros sois
nada”, “¿de que son estimados?”.
Isa 47:8,10,11 – El orgullo / elevada autoestima conduce al desastre y a la
calamidad.
Jeremías 1:6-9 – Dios no elevó la auto-estima de Jeremías, sino que le prometió estar
con él y poner palabras en su boca.
Sal. 115:1 – No buscar la gloria de uno mismo, sino la gloria del Señor.
Sal. 36:2 – El hombre que se adula a sí mismo, es decir, una autoestima elevada, no
es capaz de detectar incluso su propio pecado, y mucho menos odiarlo.
Sal. 34:18 – El Señor obra en las vidas de los humildes y no en la de los que tienen
una alta autoestima.
Sal. 51:17 – La verdadera adoración es con humildad, no con una buena imagen
propia.
Sal. 101:5 b – Dios no tolerará el orgullo, es decir, aquellos con una elevada
autoestima.
Isaías 6:5 – Frente a la santidad de Dios, Isaías se desvaloriza a sí mismo y no se
exalta a sí mismo.
Prov. 15:33 – La humildad antes del honor.
Prov. 29:23 – La soberbia, es decir, la autoestima, sólo aminora al hombre, mientras
que la humildad obtiene honra.
Prov. 6:16-19 – Los ojos altivos, es decir, una apariencia orgullosa, enlistada junto
con otros sietepecados que son detestables para el Señor.
Prov. 8:13 b – El Señor odia la soberbia.
Prov. 11:2 – Con el orgullo viene la deshonra, mientras que la sabiduría llega con
humildad.
Prov. 13:10 – El orgullo engendra peleas.
Prov. 21:4 – El orgullo es un rasgo de los malos, y es pecado.
Prov. 25:27 – No es gloria buscar su propia gloria.
I Reyes 3:5-9 – La súplica humilde de Salomón era para discernimiento y sabiduría
propia (no elevada autoestima), la cual Dios honró con sabiduría y riquezas y estima
de Dios.
Prov. 26:12 – Hay más esperanza para un necio que un hombre con una alta
autoestima, es decir, un hombre sabio en sus propia opinión.
Prov. 27:2 – No te alabes a ti mismo, es decir, una alta autoestima, deja que los
demás lo hagan.
Prov. 28:26 – Aquellos con una buena autoestima están confiando en sí mismos, y por
lo tanto, son necios.
Sal. 31:23 – El Señor pagará a los soberbios, abundantemente.
Sal. 18:27 – El Señor salva a los humildes, pero humilla a los soberbios.
Sal. 138:6 – El Señor mira con buenos ojos a los humildes, y desfavorablemente al
orgulloso.
Job 40:4 – Job reconoce que no tiene autoestima a los ojos de Dios.
Jer. 9:23,24 – No permita que sus atributos sean la fuente de su gloria, o usted habrá
elegido el objeto inadecuado para su jactancia – ¡el objeto debe ser Dios! Lo que
tenemos es de Dios, no de nuestra obra, así que nuestra jactancia debe ser hacia El,
alabe al Señor, no al yo.
Jer. 17:7,8 – Un hombre feliz y libre de tribulación es aquel que pone su confianza en
el Señor, no en sí mismo, es decir, ninguna enseñanza de confianza en sí mismo, sino
en lugar de eso una confianza enDios!
Isaías 66:2 – La estima de Dios (la única que cuenta) es hacia al manso, humilde, y
temeroso de Dios.
Sal. 139:13-15 – El Salmista utiliza la maravillosa creación de Dios (el hombre) para
exaltar a Dios (el Creador), no al yo (la creación).
Tomado de Biblical Discernment Ministries – Revised 10/98
CONCLUSION
La enseñanza de la autoestima eleva el ego humano y por lo tanto no es una
enseñanza sana a la luz de la Escritura. El Señor Jesucristo nos mandó tomar nuestra
cruz cada día y negarnos a nosotros mismos. “Nadie aborreció jamás a su propia
carne” (Efesios 5:29)
29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,
29 pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la iglesia,
29 Porque nadie odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida, como Cristo hace con la iglesia,[a]
29 "porque nadie odia a su propio cuerpo. Todo lo contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo cuida a la iglesia"
Amarme: la agenda oculta de la autoestima
Me odio a mí misma porque soy tan fea. – Betty
Ahora Betty, si realmente te odiabas a ti misma, estarías encantada de ser fea.
De hecho, puedes incluso buscar la manera de ser más fea…
… Si realmente te odias. –Consejero
Dr. John Street, uno de mis profesores en el Master’s College, compartió esta historia
con nosotros mientras estábamos tomando una de sus clases para su programa de
maestría en consejería.
Nunca me olvidé de la ironía de la ilustración. Dijo que el escenario era una historia
real. [ 1 ]
Si era o no cierto no lo sé, pero la lógica es clara.
Betty había caído en la trampa de la cultura de tratar de verse bien, como se
promueve por los gurús de la autoestima que patrullan las aguas de la psicología
popular difundiendo su psicología retorcida. [ 2 ]
La verdad acerca de Betty es que ella está tan enamorada de sí misma que ella odia el
hecho de que ella es fea. Personalmente no estoy seguro de lo que significa la
palabra fea cuando se aplica a las miradas de la gente. La gente no es fea.
Supongo que si usted lo compró la perspectiva de la cultura de la belleza y la fealdad,
entonces se podría juzgar a la gente como bonita o fea. La Biblia no habla en este tipo
de lenguaje, porque es irrelevante. Comprar esta visión del mundo cultural es un
sistema a la servidumbre personal.
Por muchas razones hemos hecho relevante la belleza y hemos dado a los “dioses de
belleza” el derecho a emitir un juicio sobre la belleza física. Betty lo ha hecho. Su
línea de razonamiento es el siguiente:
1. Ella se mira en el espejo.
2. Ella concluye que es fea.
3. Ella se odia.
Una evaluación honesta sería algo como esto:
1. Betty mira en el espejo.
2. A Betty no le gusta lo que ve, en base a los dictados culturales y las preferencias
personales.
3. Betty está fuera de sintonía con las expectativas culturales y no en línea con sus
preferencias personales.
4. Por el amor de Betty por sí misma, ella odia lo que ve en el espejo.
5. Por lo tanto, Betty dice que se odia a sí misma.
6. En realidad ella está enamorada de sí misma.
La verdad es que Betty ha comprado la mentira cultural con respecto a lo que belleza
aceptable debe ser y como ella quiere ser bien recibida por sus compañeros. Betty
cree que su aspecto no cumple con las expectativas culturales.
Por lo tanto, ella se presiona, se amolda, se adorna y se pinta a sí misma en un molde
que espera ser aceptada por los que toman juicio sobre estas cosas.
Betty es una adoradora y la triste verdad es que ella se está adorando. [ 3 ] Personas
como Betty están más preocupados por lo que opina la gente de ellas que lo que opina
Dios de ellas.
Betty está más bajo el control del miedo del hombre que del temor de Dios (Proverbios
29:25). Para ella, Dios no es tan importante en su teología práctica como los sondeos
de opinión pública.
Ella ha comprado la teología de nuestro mundo que propaga el hombre auto-
actualizado, por la enseñanza que debe tener una alta opinión de sí misma.
El Movimiento de la Autoestima es uno de los principales exponentes de esta teología
basada en la cultura por practicar la psicología.
Ciertos versículos de la Biblia parecen desfasados y no intuitivos a este movimiento.
Éstos son algunos textos anti-autoestima:
De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me
arrepiento en polvo y ceniza. – Job 42:5-6
Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de
inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron
como viento. – Isaías 64:6
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien
busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo
bueno, no hay ni siquiera uno. -Romanos 3:10-12
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. – 1 Timoteo 1:15
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? –
Jeremías 17:09
La autoestima es la idea de admirarse a uno mismo. Esta práctica es uno de los
conceptos más dañinos propagados en nuestra cultura de hoy. Desafortunadamente,
muchos cristianos han adoptado esta enseñanza anti bíblica.
Comúnmente se comunica como una respuesta para las personas con problemas,
especialmente aquellos que luchan con la culpa, la vergüenza, el miedo o la
inseguridad.
A través de una lente bíblica
Desde una perspectiva bíblica el término baja autoestima tiene algunos problemas
inherentes. Por ejemplo, si la baja autoestima fuese el problema con una persona
como Betty, entonces la solución sería que ella criara una auto-admiración. Ella
tendría que amarse a sí misma más.
¿Discierne usted algo malo con esta solución?
Amar o apreciarse más a sí misma sólo la llevaría a una conciencia más dolorosa de sí
misma o a delirios de grandeza, pensando que es alguien, cuando en realidad no lo es.
Si el no gustarse era el problema, entonces pensar más en sí misma no la pondría en
libertad, sino sólo la esclavizaría más. Uno de los engaños de la autoestima es que
estamos convencidos de que tenemos que pensar mejor de nosotros mismos cuando,
en realidad, ya estamos consumidos en nosotros mismos, por ejemplo, Betty.
Tratar de elevar su autoestima conducirá inevitablemente al individualismo. El
individualismo conduce siempre a una competitividad impía que lleva a una persona
contra la persona. Uno de los engaños de la autoestima que Betty podría aplicarse a sí
misma es de compararse con otras mujeres.
Si pudiera elegirlas aparte y encontrar defectos en ellas, entonces podría sentirse
mejor consigo misma. La autoestima conduce a amar menos a Dios, a la vez viendo
hacia abajo a su prójimo con todo su corazón, alma, mente y fuerza.
El objetivo principal de Betty en la vida no podría ser el amor de Dios y su prójimo al
tratar de elevar su propia admiración. Su búsqueda de una alta autoestima disminuirá
los dos grandes mandamientos (Mateo 22:36-40).
Ayúdame a subir mi auto-estima
La autoestima se alimenta de lo que otros piensan de nosotros. Si la gente piensa bien
de nosotros, entonces nos sentimos mejor. Si nos critican, ridiculizan o se burlan de
nosotros, entonces no nos sentimos mejor.
Con el fin de adoptar el concepto de autoestima tenemos que permitir que otros nos
controlen por su opinión buena o mala. Esta es la razón por la que Betty está
paralizada por sus miradas. Ella necesita a otros a confirmar lo que está tratando de
convencerse a sí misma con el fin de que la autoestima sea totalmente eficaz.
Si los demás la humillan, se burlan de ella, o le dicen que es fea, entonces sería
contraproducente para su agenda de elevada autoestima. Para que la autoestima sea
fiel a su teoría, entonces ella necesita de otros para acompañarla, para estimarla en la
forma en como ella está tratando de estimarse a sí misma.
Si los demás no cooperan al no amarla como ella misma quiere, entonces ella tiene
que trabajar el doble en la estima propia. Todo esto es agotador.
O ella tendrá que trabajar el doble a cambio al cambiarse a sí misma en algo que los
demás encuentran más atractivo con el fin de hallarla más atractiva para que puedan
aceptarla y así sentirse mejor consigo misma.
Qué tal si bajamos su autoestima
Bíblicamente, la autoestima es llamada el temor del hombre. También se conoce como
vergüenza. Usted puede entender el término como inseguridad o co-dependencia. Se
trata básicamente de una persona que se controla o se intimida por las opiniones,
perspectivas o puntos de vista que los demás tienen sobre ellos.
En resumen, lo que otros piensan del que se “auto-estima” tiene más poder de control
sobre ellos que lo que Dios piensa de ellos. El temor del hombre o de inseguridad
eleva la opinión del hombre por encima de la opinión de Dios.
El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado. -
Proverbios 29:25
La inseguridad o el miedo del hombre, dice, “Me sentiré mejor si te soy agradable. Si
me rechazas, entonces me sentiré mal. Necesito serte de agrado.” La autoestima se
alimenta de la opinión de los demás.
Si sentirse bien consigo mismo depende de la actitud de sus compañeros hacia ti,
entonces sus compañeros van a controlar sus pensamientos y emociones, simplemente
por hacerle saber cuál es la opinión de usted.
Si te dicen que eres fresco, entonces te sientes bien. Si te dicen que estás fuera de
moda o te dan un gesto desaprobatorio, entonces te sientes mal. Si usted compra la
versión de nuestra cultura de la vergüenza, baja autoestima, entonces usted está en
mudando a una trampa inevitablemente.
La respuesta no está en cómo la humanidad nos ve, sino una conciencia creciente de
que estamos desnudos delante de Dios y debemos ser revestidos de la justicia de
Jesucristo (Génesis 3:7).
No tenemos un problema con una baja autoestima, el verdadero problema es una
alta autoestima. Una baja autoestima de uno mismo implica pensar poco de uno
mismo. Jesús es el mejor ejemplo de esto (Filipenses 2:5-11).
Olvidarse de sí mismo es el mejor lugar por el que servimos a los demás (Marcos
10:45).
El final del camino para una alta autoestima es suicidio
Los pensamientos de Suzy acerca de sí misma se arremolinaban a su alrededor… todo
el tiempo. Su mente estaba en un bucle sin fin de auto-pensamiento.
Ella se preguntaba qué pensaba la gente.
Ella le diría lo que la gente pensaba.
Ella medía cuidadosamente sus palabras.
Ella temía usar la ropa equivocada.
Usted no volvería a verla sin maquillaje.
Y así una y otra vez ella se adentra en el laberinto enredoso de la dolorosa
conciencia de sí misma
Ella estaba preocupada por cómo se encontraba con los demás. Cada vez que ella
dejaba una reunión social entraría en su lectura de la mente de rutina: asumiendo los
pensamientos de los demás sobre ella.
Sus interpretaciones cuidadosamente construidas y a menudo erróneas solamente la
llevaron a más desesperación. A pesar de que Suzy se mortificaba en saber, la gente
rara vez le dio mucha importancia a ella. Estaban demasiado ocupados con sus
propias vidas para pensar en ella.
Su primera sesión de asesoramiento
Durante su primera sesión de asesoramiento, su consejero le dijo a Suzy que ella
sufría de baja autoestima. Él trató de motivar a que ella tuviera más alto concepto de
sí misma, pero sin darse cuenta su líder la llevaba a una trampa ineludible.
Su mente se consumía ya en sí misma y el consejero estaba presionando su espalda
sobre sí misma a pensar más en sí misma.
Cuanto más se presionó Suzy en su conflicto interno, en un intento de envolver los
pensamientos positivos de actitud mental en su auto-desprecio, más introvertida e
incomoda se puso.
Su incomodidad social sólo afirma lo que ya creía de sí misma: que era exactamente lo
que siempre pensó que los demás pensaban de ella. Mientras pasaban las semanas
Suzy se volvió más exasperada, exhausta y aislada de su mundo.
El que se autoestima se consume en sí mismo, lo que conduce inevitablemente a un
aislamiento de la comunidad. Enfocarse en Cristo, otra centralidad conduce a la
comunidad.
A pesar de que estaba funcionando en un nivel determinado de su comunidad, se
había retirado mentalmente fuera de su mundo, optando en vivir por rutina.
El final del camino
Tres meses después de su sesión de asesoramiento inicial, Suzy se suicidó. El informe
en el periódico local dijo que Suzy sufría de baja autoestima. En realidad, Suzy sufría
de una fuerza ciega y penetrante de una alta autoestima.
Sus pensamientos de ella eran de la gama alta de la tabla. Mentalmente, ella se había
aislado de su comunidad y se convirtió en una persona retorcida, absorta en sí misma
e irritable, que no encontró ninguna razón para vivir.
Ella inevitablemente se volvió hacia su interior hasta el momento que parecía no
haber esperanza desde su perspectiva. Por desgracia para Suzy, ella estaba buscando
en la dirección equivocada.
Una persona que abraza el paradigma de alta autoestima chocará en la trampa del
individualismo insaciable en su intento de elevarse a un nivel peligroso de auto-
conciencia.
Mire hacia arriba, no adentro
Suzy necesitaba mirar más allá de sí misma con el fin de descansar en la realidad de
Aquel que es muy superior. Cristo es la respuesta de satisfacción interna y el
significado exterior.
Estar en Cristo es ser todo lo que usted puede ser, que es lo mejor que usted puede
ser. Jesús vino a salvarnos de nosotros mismos, no para volvernos a nosotros mismos.
Mirar hacia adentro para elevar nuestra estimación de nosotros mismos, conducirá a
una decepción confusa.
Suzy intentó hablarse así misma a su manera para alcanzar la altura inalcanzable de
todo lo que podía ser y deseaba encontrar. Desde su punto de vista no había ninguna
razón para vivir. Ella pensó que se dirigía a la luz.
En realidad, ella estaba engañándose a sí misma mientras se esclavizaba, mientras
caminaba precipitadamente en la oscuridad de su confusión interna. Nunca se le dijo
acerca de un Salvador, que vino a liberar a los cautivos.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá;
y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. –El Salvador, Mateo 16:24-25
La autoestima: un peligroso viaje
Suzy era todo lo contrario a Juan el Bautista y al apóstol Pablo:
Juan el Bautista dijo, “Es necesario que él crezca, pero que yo mengue” – Juan 3:30
Pablo dijo: “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales
yo soy el primero” – 1 Timoteo 1:15
He aquí una pregunta para usted: “¿Cree usted que Juan o Pablo sufrió o lucharon con
la falta de autoestima?”
Yo creo que si usted les preguntara, no entenderían lo que les esta preguntando. Este
tipo de lenguaje vino a nuestro vocabulario cristiano durante las últimas décadas del
siglo pasado.
Desde una perspectiva histórica cristiana, nuestra autoestima no era una
consideración común o una parte normal de la comprensión y la aplicación cristiana
de la santificación.
Cualquier cristiano que aboga por un lugar prominente de autoestima en nuestra
comprensión y práctica de la santificación está haciendo una montaña de un grano de
arena, porque la Biblia no habla de este tema en la forma en que lo están afirmando.
Su argumentación principal proviene de la influencia de los libros de psicología que
fueron escritos en el siglo 20.
¿Qué hay de ser hechos a la imagen de Dios?
Lo más cerca que podemos llegar a la autoestima en la Biblia es el argumento de
haber sido hechos a imagen de Dios. Todos los seres humanos son creados a imagen
de Dios. Dios creó al hombre en Génesis 2:7.
Se nos advierte en Santiago 3:9 que no debemos estar enojados unos con otros porque
estamos hechos a imagen de Dios. Esto es cierto, pero creo que es intelectualmente
deshonesto poner el punto principal de atención de estos textos en la persona.
Eso ciertamente no era la intención de los autores.
Ser hechos en la imagen de Dios no tendría ningún valor si Dios no tendría valor. Una
pintura tiene su valor en el artista que lo pintó. Si el artista es famoso, entonces la
pintura es valiosa.
El punto de atención se centra principalmente en el pintor no la pintura. Cuando entra
en un museo para adorar una pintura usted puede decir,
· “Vi un Autorretrato, con la Boca Abierta.”
· O podría decir “vi a un Rembrandt.”
La primera es una pintura, en torno a 1629. El segundo es el pintor que lo pintó. Este
último hace al anterior valioso. Aunque yo nunca se desestimaría el valor del valor de
una persona –Génesis y Santiago prohíben esto –Me parece un poco desatinado
labrarse una visión psicológica del mundo basada en esta noción.
El problema es que el punto de énfasis sutil puede desviarse del artista que hizo la
imagen a la imagen propia. Esto también ha sucedido en la música cristiana. El
cambio ha pasado de quien es Dios y lo que hizo hasta lo que tenemos y lo maravilloso
que se siente.
El peor de los casos es la tentación de adorar y servir a las criaturas antes que al
Creador (Romanos 1:21-25). En quince años de asesorar a personas que se sienten
inseguras, nunca he encontrado a una persona tratando con sus patrones de
pensamiento inseguros sin pedir el consejo de Juan:
Es necesario que él crezca, pero que yo mengue. – Juan 3:30
Si usted es tímido, inseguro, co-dependiente, o la lucha con la presión de los
compañeros –el término bíblico para todas estas cuestiones es el miedo del hombre –
entonces deje exhortarle a pensar menos sobre sí mismo, a no preocuparse de si tiene
o no un valor y engrandecer a Dios.
Si Dios se engrandece en sus pensamientos usted, sin darse cuenta, entenderá su
valor. La pintura se siente bien acerca de sí misma cuando el pintor entra en la
habitación. Ame, adore y adore al pintor mucho más que a usted mismo y vas a estar
bien.
Reseña de libro: El mejor tratamiento sobre el tema del temor del hombre es el libro
de Ed Welch, Cuando la Gente es Grande y Dios es Pequeño.
Rick Thomas