Barbie CUENTOS.doc

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Barbie Érase una vez, en una fábrica de Mattel ubicada en algún recóndito país asiático, vino al mundo una muñeca Barbie Bailarina. Su madre fue una máquina que primorosamente colocó a ella y a sus hermanas de lote, un pelo rubio, largo y sedoso, ojos azul cielo y una sonrisa blanca como la nieve. Y de vestimenta, un tutú rosado, unas medias delicadas y zapatillas de ballet. Todas las hermanas de lote fueron empacadas y enviadas a distintos lugares; a Barbie Bailarina la destinaron a un lugar inmenso que le llamaban juguetería. Ahí, la llevaron a un largo estante donde fue juntada con la Barbie Secretaria, Barbie Doctora, Barbie Actriz, Barbie Malibú y otras. De todas ellas, por su porte y vestimenta, la Barbie Bailarina era la que más resaltaba. Por las noches, cuando apagaban la luz, todas las Barbies se juntaban a platicar sobre sus vestidos, quien era la favorita de Ken, etc. Pero había un tema particularmente misterioso, “el viaje”. Según la más vieja del grupo, la Barbie Ponytail, el viaje era cuando una niña las escogía y compraba; luego ocurría “la gran luz”. Qué pasaba después de la gran luz, eran especulaciones: matrimonio con Ken, vida en un castillo igual al que vendían al final del pasillo, guardarropas taqueados de atuendos, paseos en el carro deportivo…. en fin, nadie sabía exactamente de que se trataba. Al final de las pláticas, antes de dormir, la Barbie Bailarina, considerándose más bonita que las demás, soñaba cómo seria la niña que la iba a escoger: será rubia y de ojos azules igual que yo?, tendrá mi tutú rosado con encajes?. Durante el día, la Barbie observaba detenidamente si las niñas que se acercaban al estante eran igual a la de sus sueños. Si no lo eran, se escondía en el fondo del estante detrás de las demás Barbies, para que nadie se diera cuenta y así, evadir ser comprada. El tiempo pasaba, la niña soñada nunca aparecía y la Barbie Bailarina se volvía más esquiva.

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Barbie

rase una vez, en una fbrica de Mattel ubicada en algn recndito pas asitico, vino al mundo una mueca Barbie Bailarina. Su madre fue una mquina que primorosamente coloc a ella y a sus hermanas de lote, un pelo rubio, largo y sedoso, ojos azul cielo y una sonrisa blanca como la nieve. Y de vestimenta, un tut rosado, unas medias delicadas y zapatillas de ballet.

Todas las hermanas de lote fueron empacadas y enviadas a distintos lugares; a Barbie Bailarina la destinaron a un lugar inmenso que le llamaban juguetera. Ah, la llevaron a un largo estante donde fue juntada con la Barbie Secretaria, Barbie Doctora, Barbie Actriz, Barbie Malib y otras. De todas ellas, por su porte y vestimenta, la Barbie Bailarina era la que ms resaltaba.

Por las noches, cuando apagaban la luz, todas las Barbies se juntaban a platicar sobre sus vestidos, quien era la favorita de Ken, etc. Pero haba un tema particularmente misterioso, el viaje. Segn la ms vieja del grupo, la Barbie Ponytail, el viaje era cuando una nia las escoga y compraba; luego ocurra la gran luz. Qu pasaba despus de la gran luz, eran especulaciones: matrimonio con Ken, vida en un castillo igual al que vendan al final del pasillo, guardarropas taqueados de atuendos, paseos en el carro deportivo. en fin, nadie saba exactamente de que se trataba. Al final de las plticas, antes de dormir, la Barbie Bailarina, considerndose ms bonita que las dems, soaba cmo seria la nia que la iba a escoger: ser rubia y de ojos azules igual que yo?, tendr mi tut rosado con encajes?.

Durante el da, la Barbie observaba detenidamente si las nias que se acercaban al estante eran igual a la de sus sueos. Si no lo eran, se esconda en el fondo del estante detrs de las dems Barbies, para que nadie se diera cuenta y as, evadir ser comprada. El tiempo pasaba, la nia soada nunca apareca y la Barbie Bailarina se volva ms esquiva. Mientras tanto, ella atestiguaba como su tut rosado perda viveza y su piel plstica tornbase ms amarillenta.

En uno de esos das de tanto esconderse, lleg la nia rubia, blanca, de ojos azules, a fisgonear en los estantes. Poco pudo abrirse campo entre tantas muecas para que la nia anhelada pudiera escogerla. La Barbie Doctora corri con toda la suerte y nuestra Barbie Bailarina cay en una profunda depresin, en el fondo del estante. La melancola se convirti en su compaera hasta que una gran mano lleg y la tir en un gran cajn transparente con un gran rotulo que deca Remate, junto a otros juguetes viejos. La Barbie estaba desconcertada; haba sido exiliada. Por qu? Ya no soy bonita? Habr algn nuevo modelo?. En el fondo de la canasta, con su cara contraminada en la pared de acrlico, miraba la gente pasar, incrementando su ya preexistente amargura por no sentirse querida.

Melancola, amargura y hojas de calendario al basurero. Hasta que unos ojos negros se encontraron con la mirada distante y hueca de la Barbie. Era una nia morena y de pelo ensortijado, tirada en el suelo, vindola a travs del acrlico del cajn. Al reconocer a la Barbie, la nia sali corriendo adonde su mam, a quien jalaba para que viera su descubrimiento. La Barbie Bailarina estaba nuevamente desconcertada: si esta nia no es la que he soado, por qu siento esta extraa sensacin de ilusin?. La mam introdujo su mano hasta el fondo de la canasta y ech a la Barbie en una carretilla. Las imgenes se agolpaban rpidamente: estantes de pasada, muchas voces y ruidos, una banda negra sin fin, una bolsa plstica y luego, la gran luz.

Cuando la Barbie recobr el conocimiento, era de noche y estaba cobijada en una cama. La nia la tena abrazada. Le deca cosas dulces y le participaba sus planes de juego para el da siguiente. Viendo la sonrisa de la nia, como si hubiera ganado un precioso trofeo, se sinti querida y satisfecha. Nunca la Barbie haba estado tan feliz como ese momento. Ah entendi que haba hecho el viaje.