Batalla del pichincha
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Nombre: Jandry Reyna
Curso: 3ero de Bachillerato Ciencias
Fecha: 24 de Mayo del 2014
La Batalla de Pichincha ocurrió el 24 de mayo de 1822 en las faldas del volcán
Pichincha, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de Quito en
el Ecuador actual.
El encuentro, que ocurrió en el contexto de las Guerras de Independencia
Hispanoamericana, enfrentó al ejército independentista bajo el mando del general
venezolano Antonio José de Sucre y al ejército realista comandado por el general
Melchor. La derrota de las fuerzas españolas condujo a la liberación de Quito y aseguró
la independencia de las provincias que pertenecían a la Real Audiencia de Quito,
también conocida como la Presidencia de Quito, la jurisdicción administrativa colonial
española de la que finalmente emergió la República del Ecuador.
Antecedentes
Podría afirmarse que la campaña militar por la independencia de Quito se inició el 9 de
octubre de 1820, cuando la ciudad costanera de Guayaquil proclamó su independencia
de España después de una rápida y casi incruenta revuelta contra la guarnición local.
Los líderes de la revuelta, una combinación de oficiales peruanos y venezolanos del
Ejército colonial junto con intelectuales locales y patriotas, formaron un consejo de
gobierno y un ejército con el propósito de defender la ciudad y extender el
movimiento independentista a otras provincias de la Presidencia. Para entonces, el
curso de las guerras de independencia en América del Sur había cambiado en contra
de España; la victoria de Simón Bolívar en la Batalla de Boyacá selló la independencia
del Virreinato de Nueva Granada, mientras que en el Sur José de San Martín, tras
haber desembarcado con su ejército en la costa peruana en septiembre de 1820,
preparaba la campaña para la independencia del virreinato del Perú.
Desarrollo de la batalla
El uniforme de los granaderos, actualmente guardia de honor del palacio presidencial
de Quito.
Cuando amaneció, sin que Sucre lo supiera, los centinelas posicionados cerca de Quito
avistaron a las tropas patriotas ascendiendo por las laderas del Pichincha. Aymerich,
entonces consciente de la intención de Sucre de flanquearlo por medio del ascenso al
volcán, ordenó a su ejército de 1.894 hombres ascender la montaña lo más pronto
posible, para enfrentar ahí a Sucre. Al haberse encontrado en un campo de batalla tan
improbable, los dos comandantes no tuvieron otra opción más que enviar
gradualmente sus tropas a la batalla. Existía poco espacio para maniobrar en las
empinadas laderas del Pichincha, entre profundos barrancos y densos matorrales.
Los hombres del Paya, tras recuperarse de la conmoción inicial, se reposicionaron bajo
el fuego enemigo, esperando la llegada del batallón Trujillo. El sobresaltado Sucre, sólo
esperando que los españoles estén más cansados que sus propias tropas, envió al
batallón Yaguachi, conformado por ecuatorianos. El batallón Alto Magdalena trató de
hacer un movimiento de flanqueo, pero sin éxito, pues el terreno no se lo permitió.
Pronto, los batallones Paya, Trujillo y Yaguachi (batallones patriotas), sufriendo
muchas bajas y con pocas municiones, comenzaron a replegarse.
Para entonces el destino de la batalla para los Patriotas parecía depender del Albión,
que transportaba las municiones tan necesitadas; y sin embargo se desconocía su
paradero. A medida que el tiempo pasaba, los Realistas parecían ganar el control de la
batalla. El Trujillo fue obligado a retroceder, mientras que el batallón peruano Piura se
dispersó antes de enfrentar al enemigo. En medio de la desesperación, a los hombres
de reserva del batallón Paya se les ordenó cargar contra el enemigo con sus bayonetas.
Ambos bandos sufrieron grandes bajas, pero la situación más o menos se estabilizó
para los Patriotas. A pesar de esto, Aymerich, como parte de su estrategia, durante el
ascenso al Pichincha separó de su fuerza principal al batallón Aragón, ordenándole
avanzar hasta la cúspide del volcán, para así luego atacar a los Patriotas por la
retaguarda, rompiendo sus líneas en el momento indicado.22 El Aragón era el mejor
batallón del ejército realista; estaba conformado por veteranos españoles que habían
actuado tanto en Guerra de la Independencia Española como en otras batallas en
América del Sur, y en ese momento se hallaba sobre los Patriotas y listo para atacar.
Afortunadamente para los Patriotas, cuando el Aragón estaba por cargar sobre la
alicaída línea Patriota, fue detenido en seco por el Albión, que entró inesperadamente
en la batalla. Resulta que el Albión consiguió avanzar a una posición más alta que la de
los españoles. Pronto, el Magdalena se unió a la batalla, y el Aragón tras sufrir fuertes
bajas, se desintegró. Entonces el Magdalena avanzó hasta la línea Patriota para
reemplazar al Paya, y cargó contra la línea Realista, que terminó por romperse