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    EL CONSUMO COMO SIGNO EN BAUDRILLARD

    Por Carlos Valds Martn

    La tendencia a sistematizar en una Teora GeneralLeyendo las conclusiones de la obra el Sistema de los Objetos, nos encontramos con laoperacin de generalizacin suprema donde el estudio particular se convierte en TeoraGeneral con maysculas. Y desde hace tiempo nos encontramos que un terico francsequivale a un creador de teoras completas y redondas. Por algn gusto nacional (o quizser por una tendencia de pensamiento) los tericos nativos de Francia, propenden aconvertir sus observaciones particulares en una Teora General con maysculas, por tantoen un sistema novedoso y omni-comprensivo, con su propia visin panormica,aplicacin universal y propuesta metodolgica. A veces la novedad que ofrece el autorest delimitada, no establece una novedad tal cual, pero (compensando) s presenta unafuerte apariencia de novedad, incluso novedad radical. Quiz hubo un visado en lafrontera y mientras en el siglo XIX los sistemas de totalizacin filosfica-sociolgica-ideolgica fueron predominantemente alemanes, a partir del siglo XX los sistemas de

    totalizacin han sido ms franceses, aunque sobre esta frontera surgi una anticipacin yya contamos a tericos de lo total-social ubicados en Francia desde el siglo XIX, comoComte, Fourier y Saint Simon.

    El domino del signo sobre el objetoEl Sistema de los Objetos de Jean Baudrillard es una exploracin hacia la redefinicin dela relacin entre el ser humano y sus objetos. Esta exploracin se hace especialmentedesde el signo, aunque me parece que existe una mixtura entre estructuralismo, semiticay marxismo1. Para no variar, la descripcin merece ser elogiada porque es elegante yaguda, asimismo plantea la novedad: la posibilidad de una teora social desde elsigno, una semitica convertida en sociologa. Escrito con gracia y buen estilo este

    libro nos trae muchos buenos ratos al interpretar el viejo mobiliario familiar que pintalos comedores y las colecciones privadas con cualquier curiosidad, discurrir sobre ladecoracin moderna funcional o la visin del robot. Sin embargo, el autor no se contentacon el terreno de lo meramente descriptivo y busca arrancar una verdad trascendente almundo de los objetos cotidianos. En parte emparentado con el marxismo, desvela laconexin entre los inocentes objetos de consumo con el sistema que les da vida, y losintereses econmicos que mueven a las mercancas. Pero efecta su propia puesta depi sobre la filosofa materialista de Marx, ahora para ponerla sobre los pies del signo.La visin del objeto que ofrece Baudrillard es peculiar y est centrada en un sistemadoble. El primer nivel, el evidente est en el objeto mismo, en su materialidad, en sucuerpo, y la relacin que muestran los sujetos hacia el objeto (comprarlo, coleccionarlo,atesorarlo, usarlo con buen gusto, diferenciarlo...) El segundo nivel, est en el signo (osmbolo) que existe en el objeto. El objeto material significa algo, ofrece emociones,estatus, relaciones inconscientes, posicin en una sociedad, cdigos de comportamiento...Este segundo nivel del signo que se sobrepone a la realidad material escueta es lo

    1EnEl espejo de la produccin, parece ms intenso su dilogo con el marxismo, y tratade relegar la fundamentacin en la produccin (o el materialismo basado en laproduccin econmica), la cual el parece a Baudrillard aconteci (quiz) en el pasado,pero ya no mantendra vigencia.

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    interesante en el Sistema de los objetos. Se podra pensar que este doble nivel ya habasido revelado con anterioridad, ya se saba que una medalla nunca es una simple placa demetal con garabatos, sino que representa el significado de esa insignia que revela labatalla donde un soldado particip, la jerarqua militar y el sistema de recompensas. Poreso Baudrillard quiere ir radicalmente ms lejos, para definir que el signo domina y elobjeto material es ms bien plastilina de su molde.

    Radicalizacin del consumo como manipula-significacinPara separarse de las visiones anteriores sobre el tema, Baudrillard ofrece una gradacinde calidad. El consumo no es ni una prctica material, ni una fenomenologa, de laabundancia, no se define ni por el alimento que se digiere, ni por la ropa que se viste (...)sino por la organizacin de todo esto en sustancia significante; es la totalidad virtual detodos los objetos y mensajes constituidos desde ahora en un discurso ms o menoscoherente. En cuanto que tiene un sentido, el consumo es una actividad de manipulacinsistemtica de signos.2 Pero esto se dice en un sentido estricto. Antes de la sociedadpresente, se afirma que no existi el consumo (en esta definicin), antes hubo proceso desatisfaccin de necesidades y ahora ya no existe eso. Lo de antes no era todava consumo.

    Las fiestas primitivas, la prodigalidad del seor feudal, el lujo burgus del siglo XIXno son consumo3 Para esta nueva definicin de consumo lo que se consume nocorresponde a la materia de las cosas, sino su sistema de signos, pues es la idea de larelacin lo que se consume. De cierta manera, Baudrillard se insina tributario de Marx,indicando que Tocamos aqu, en su culminacin, la lgica formal de la mercancaanalizada por Marx4. Sin embargo, es una puesta de cabeza del materialismo por elidealismo, la filosofa antagnica al alemn5. Esto define al consumo como una prcticaidealista total, sistemtica que rebasa sobradamente la relacin con los objetos y larelacin de interindividual, para extenderse a todos los registros de la historia, de lacomunicacin y de la cultura6Lo indicado parecera ser la crtica de la ideologa, quetoma por ideal lo material como Marx, pero no es as, al contrario, Baudrillard indica que

    lo ideal del consumo ocupa el lugar de lo material, desplazndolo definitivamente. Diceque no se est consumiendo la materia de los objetos, sino otra cosa Qu cosa? Adelantelo veremos.

    Que ya no se consume el alimento sino su significadoLa realidad del ser humano est desdoblada. Por abajo una materialidad, que ya perdi susignificado, por arriba el sistema de los signos (el universo de la semitica, de lossmbolos, la manipulacin social), que ahora abarca entera a la realidad. Nos indicaBaudrillard hacia un panorama de este tipo: antes haba materia como un mar sobre elque flotaban una islas de significado, ahora las islas cubrieron completamente el mar, quese volvi un ro subterrneo insubstancial. Por ejemplo, esta situacin intenta explicar lacompulsin al consumo. Si el consumo parece ser incontenible, es precisamente porquees una prctica idealista total que no tiene nada que ver (ms all de un determinado

    2BAUDRILLARD, Jean,El sistema de los objetos, p. 224.3BAUDRILLARD, Jean,El sistema de los objetos, p. 223.4Ibid, p. 225.5Contra el idealismo, vaseLa ideologa alemana, y de EngelsLudwig Feuerbach y elfin de la filosofa clsica alemana, entre otros.

    6Ibid, p. 227.

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    umbral) con la satisfaccin de necesidades, ni con el principio de realidad. 7 Pero laacotacin del entre parntesis es lo que decan los anteriores autores, los que colocaban elsignificado como un fenmeno sin el privilegio (o la dominancia aparente de laideologa8), y Baudrillard quiere estatuir una teora general donde el privilegioplenipotenciario le corresponda al signo. La acotacin entre parntesis de la cita anteriornicamente es una elusin de su propio exceso, un breve respiro en la lnea de supensamiento. La novedad que ofrece es que la prctica idealista total ha devorado a laprctica materialista total. Lo ofrece como la novedad de la sociedad de consumo y nocomo la existencia de siempre, hoy ofrece la novedad. Por prctica idealista total debeentenderse que la produccin del signo ha devorado a la totalidad social, el capitalismomercantil ha lanzado un mar de mercancas que cubren el globo y su verdad comomercancas radica en su servicio como signos (de estatus, de referencia, de necesidadessustituidas por publicidad, etc.). De Marx toma la pltora de mercancas dominando a lasociedad y operando como medio de dominacin del capital, pero ahora la dominacin seha convertido en una costra de nueva realidad y esta teora general nos dice que el cuerpomaterial de la produccin est subsumido9 en otra materialidad, la piel exterior delsigno ha devorado al anterior mundo material.

    El balance entre materia natural y materia social de Marx se ha modificado paraofrecernos el desbalance entre materia natural (necesidad sometida y dominada) yidealidad del signo (una necesidad de otro orden) como nuevo mundo social, segnBaudrillard. Aqu me parece que se presenta un marcado desequilibrio de la teorizacinmisma. Como teora del signo, la teora de Baudrillard es la teora del discurso, y elnuevo dominio que ofrece el es dominio del discurso (econmico-social) sobre las cosas(el sistema de los objetos) y los seres humanos. Al dominio de los objetos, con Marx podemos llamarlo fetiche10. El fetiche del signo para Baudrillard resulta eldominador completo, sin embargo, por su matiz marxista (que mantiene) pareciera quela causa principal est en otro terreno, en el terreno de la produccin material demercancas. Este dominio del signo debera ser consistente como dependiente (o contra-

    dependiente) con su origen, pero en Baudrillard se ha vuelto autnomo. El signo,universalizado como sistema de los objetos se ha vuelto autnomo y ahora domina a latotalidad social. Dnde est el sujeto activo de este proceso? Como buen argumentoestructuralista pareciera responder que el sujeto no existe, sino que tenemos unaestructura (el sistema de los objetos) que domina por s mismo. Y la causa primera (omisma), si fuera el sistema de produccin capitalista ya no tendra relevancia, pues hasido sustituida por la estructura (el sistema de los objetos). Como crtica, se puedeapuntar que si la causa carece de interioridad con la consecuencia, la consecuencia noresulta relevante. Faltara redondear el argumento.El proyecto de vida hacia la totalidad es la frustracin y su objeto de deseo es larealidad ausente

    7Ibid, p. 228.8 Una de tantas intervenciones de Althusser puso en el centro del debate a la ideologa,para luego dejarla de lado, ALTHUSSER, Louis,Los aparatos ideolgicos de Estado.

    9MARX, Karl, Captulo VI indito de El capital. El trmino subsuncin ha seguido sucurso para tener un efecto global en la construccin terica, bajo la perspectiva deVERAZA, Jorge,Para la crtica de las teoras del imperialismo y otros textos.10MARX, Karl,El capital, cap. I, inciso El fetichismo de la mercanca.

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    Al redondear sobre la necesidad de satisfacen los objetos signos en su totalidad, se vahacia una hiptesis de abstraccin sorprendente. Siguiendo al existencialismo denuncia,que el proyecto de los seres humanos ha desaparecido, pues ya no hay proyecto, no hayms que objetos11. El proyecto de vivir de los seres humanos ha hecho agua, fracasadoen la sociedad mercantil, y los objetos son sucedneos de la necesidad en vez desatisfactores de la necesidad. El proyecto mismo de vivir, fragmentado, decepcionado,significado, se reanuda y se reanima en los objetos sucesivos12 Pero el resultado de estareanimacin del proyecto de vivir sobre los objetos es una breve respiracin artificial,que deriva hacia el fracaso. El vaco absoluto del proyecto de vivir se restablece despusde cada consumo del objeto-signo. Pero, adems (quiz en una lnea de herencia deLukcs o de otro partidario de la totalidad como verdad suprema13 de la existenciahumana), el proyecto de vida en Baudrillard ha de remontar a un hambre de totalidad,entendindose que un proyecto de vida es querer la totalidad de la vida. Entonces lo quedebe satisfacer los objetos-signo es la totalidad de la vida, cuestin imposible decumplir, tal como lo expresa el prrafo final del texto. De la exigencia decepcionada detotalidad que se encuentra en el fondo del proyecto surge el proceso sistemtico eindefinido de consumo. Los objetos signo, en su idealidad, son equivalentes y pueden

    multiplicarse infinitamente: es preciso que lo puedan hacer para llenar, a cada momento,una realidad ausente. Finalmente, porque el consumo se funda en una falta o carencia esincontenible.14 En el fondo est una afirmacin muy importante, que Baudrillard no setoma la molestia de demostrar en el texto, sino simplemente la suelta a manera deconclusin. La afirmacin importante es que el proyecto de vivir significa exigencia detotalidad, de acceso a la realidad total. Sera muy interesante un planteamiento de estoel individuo accede directamente al todo (mediante la ascensin de la concienciafilosfica como en Hegel)? existe una mediacin privilegiada en una clase proletaria(como en Lukcs)? la Revolucin es el medio de acceso a la totalidad? Incluso lanecesidad de la totalidad por el individuo resulta cuestionable pues cada quien necesitade la totalidad y del mismo modo? Incluso el planteamiento pareciera indicar ya una

    negativa. Adems de cuestionar esa afirmacin importante, tambin debemos decuestionar lo que se nos ofrece como la ausencia. Baudrillard dice que los objetos semultiplican por efecto de una ausencia, que la necesidad de restituir el proyecto de vidahacia una totalidad implica una ausencia de la realidad misma. Nos indica que la costradel sistema de los objetos se multiplica al infinito y que del otro lado queda una falta derealidad. Entonces la realidad se ha escapado por todos lados, pero nos preguntamos siescapa para la vida cotidiana de los seres humanos o slo para esta construccin terica.Ya vimos que Baudrillard afirma: que la costra del signo se ha convertido en mar, y bajoese mar de la cosa-signo qued hundida la materialidad. La materialidad remitir a esarealidad ausente, inaccesible a la costra idealista, pero tambin podra ser cualquierentelequia. Con Baudrillard quedamos colocados como con la filosofa kantiana15, que

    11Ibid, p. 228.12Ibid, p. 229.13LUKACS, Georg,Historia y consciencia de clase y otros textos. De manerasistemtica, este autor coloca en el eje del pensamiento la categora de totalidad como eleje metodolgico, y lo convierte tambin en centro prctico, de ah las cualidadessublimes que le imputa al proletariado revolucionario.14Ibid, p. 229.15 KANT, Emmanuel, Crtica de la razn pura.

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    distingue entre la cosa cognoscible y la cosa en s, que est ms all de nuestrapercepcin y conciencia; pero es el terico (Kant hace dos siglos, Baudrillard ahora)quien dej el enorme territorio de la realidad ms all del alcance y la convierte en elnomeno imposible para los seres humanos. Desde la sociologa del signo se arriba a unavariacin kantiana radicalizada, lo real resulta inaccesible a las personas, losconsumidores habitan el limitado fenmeno, pero siempre quedarn insatisfechos,hambrientos de una realidad (autntica totalidad) sobre la que permanecen ignorndolotodo16.

    Explicar la densidad del signoAhora bien, el evento sealado insistentemente por Baudrillard de un incremento de lacantidad, densidad e intensidad del signo (la amplia selva de los simbolismos y lossignificados culturales) me parece un hecho irrefutable. No estoy cuestionando laexistencia de ese acontecimiento, uno de los ms notables de la llamada posmodernidad,y justamente un eje sobre el cual giran las discusiones sobre la nueva sociedad. Bajodistintas variaciones las definiciones y refutaciones de la posmodernidad se relacionancon esa compleja realidad de una irrupcin masiva de esa costra de significantes.

    Entonces, mi insistencia no va en el sentido de demeritar el acontecimiento, sino enbuscar explicaciones alternativas. Creo que la produccin material sigue siendo un hilode Ariadna para escapar del laberinto de las apariencias, pero debemos revitalizar esteconcepto de produccin material, y entender que la produccin de la realidad no sereduce ni se centra en elaboracin de objetos mercantiles simples, sino que la produccingenera objetos culturales y simblicos complejos, y que la produccin misma representaun proceso de alto contenido intelectual (simblico, cultural, significativo, etc.). Laproduccin crea una materialidad humana compleja, no se contenta (y cada vez ms) conentregar una cosa simple (un dispositivo csico) de consumo, sino que integra unaentidad social (en una sntesis de mltiples determinaciones) que hace vrtice con laentidad individual (otra sntesis de mltiples determinantes); entonces en ese sentido, la

    produccin misma tambin es un fenmeno altamente idealista, denso de ideas y dedesprendimientos ideolgicos. Y no me parece viable sostener, que se mantiene otromundo material por debajo de la costra del consumo, porque la produccin y el consumose mantienen como una realidad entera, emanada de la colectividad humana. Claro, estono implica que el consumo sea racional y que directamente cause satisfacciones, pero sdebemos respetar la complejidad de origen y destino del proceso de produccin/consumo, para alcanzar a comprenderlo. En particular, me parece que laperspectiva de Baudrillard, queda insuficiente porque ignora por completo la existenciade un sujeto (individual, grupal, social o inmediato, mediato y absoluto) generando ysiendo generado en este proceso, pues finalmente el sistema de signos pareciera irproporcionando una selvtica red autgena imposible de atrapar, pero que s resulta capazde atrapar a los individuos-peces. Conforme la ciencia social recupere la perspectiva delsujeto, podr integrar las complejas partes del rompecabezas individual/social en lastransformaciones del siglo XXI.

    16Siguiendo la estructura del ascenso de la conciencia propuesta por Hegel, parecerancaer el consumidor actual en una especie denominada la conciencia desgraciada, al cualanhela su fundamento como Dios, pero que ha renunciado a asumirlo como su esencia. Elconsumidor aparece as como un estado de conciencia arrancado de su propia esencia,pero siempre buscndola. Cf. Hegel, G.W.F.,Lafenomenologa del espritu.