Beashley, W.G., Historia Contemporánea de Japón 4

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Beashley, W.G., Historia Contemporánea de Japón. Alianza, Madrid, 1995.Capítulo 6 Los préstamos culturales (1860-1912)En 1894, un periódico japonés, Yorozu Shimbun, publicaba una tira de dibujos animados para ilustrar las etapas de la relación de Japón con Occidente a lo largo de los últimos veinte o treinta años. En la primera de las tres caricaturas, Japón estaba figurado, según explicaba el ministro británico en Tokio al enviar un ejemplar a Londres, como «un niño sin remed

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Beashley, W.G., Historia Contempornea de Japn. Alianza, Madrid, 1995.

Captulo 6 Los prstamos culturales (1860-1912)

En 1894, un peridico japons, Yorozu Shimbun, publicaba una tira de dibujos animados para ilustrar las etapas de la relacin de Japn con Occidente a lo largo de los ltimos veinte o treinta aos. En la primera de las tres caricaturas, Japn estaba figurado, segn explicaba el ministro britnico en Tokio al enviar un ejemplar a Londres, como un nio sin remedio en presencia de un maestro extranjero enojado y desptico. En la segunda, el maestro dorma mientras el nio creca. En la ltima, el maestro se despertaba y descubra a un alumno fuerte y robusto capaz de vengarse de los anteriores malos tratos y de tirar de la barba a su atemorizado y ahora completamente sometido maestro. La caricatura ejemplifica un aspecto de la respuesta de Japn a Occidente en el siglo xix, es decir, el dar prioridad al logro de una fuerza nacional a la occidental. Muchos japoneses, siguiendo las directrices marcadas por el shogun Tokugawa en 1865, vieron que la primera tarea del pas era adquirir los conocimientos y las tcnicas con las que utilizar al brbaro para controlar al brbaro. Pero haba otras formas de considerar la relacin. Una era la social darwinista, manifestada en el reconocimiento de que Occidente haba subido ms alto que Japn en la escala evolucionista, implicando que la finalidad del estudio era adquirir civilizacin. Hacer eso requera aprender acerca de las normas de conducta, del derecho y la filosofa de Occidente, as como de su ciencia e industria. A un nivel diferente estaba el simple deseo de satisfacer la curiosidad. Durante doscientos aos de aislamiento, Japn haba estado sediento de informacin sobre el misterioso Occidente. Despus de 1868, se aprest a saciar la sed celebrando su libertad de beber en una oleada de moda por lo que Aizawa Seishisai haba denominado artefactos novedosos y que ahora se extenda a la comida, indumentaria, msica, arte y casi todos los aspectos de la vida occidental. No sorprende que esto ocasionara quejas de los que crean que la propia cultura japonesa estaba siendo socavada. Los dirigentes polticos, que no podan darse el lujo de pasar por no japoneses, tenan que tomar en serio tales quejas. A los ojos del gobierno, en efecto, la unidad poltica exiga un brochazo de conservadurismo cultural. Ya lo hemos visto expresado en la constitucin de Meiji y en la ideologa oficial. En los aos que cierran el siglo se reflej tambin en la reforma legal y educativa, as como en gran parte de ios escritos de la poca. Aprendizaje sobre Occidente La mayor parte de los japoneses enviados por el Bakufu al extranjero antes de 1868 tenan que volver con informacin de diversos temas. Adems, tenan la tarea de preparar lugares idneos de formacin para los estudiantes que el Bakufu haba elegido o aprobado. De 1862 a 1867 no hubo menos de 68. Algunos seoros haban seguido el ejemplo del Bakufu, aunque hasta 1866 la iniciativa era ilegal: Choshu permiti a Ito Hirobumi y a Inoue Kaoru el ir secretamente a Londres en 1863; Satsuma en 1865 despach un grupo de 14 estudiantes a Europa todos con nombres falsos. En otros seoros se tomaron medidas similares tan pronto como se autorizaron. El resultado fue que el nmero de estudiantes

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enviados al extranjero antes de la Restauracin, incluyendo los del Bakufu, llegaba a 150. Generalmente se les exiga que se dedicaran a materias cuyo dominio contribuira directamente al logro de la fuerza nacional, como ciencia militar, natica, fabricacin naval y otros temas de tecnologa, pero a algunos se les permiti escoger derecho o medicina o pedagoga, disciplinas en las que tambin se vea un valor prctico. Algunos, una vez en el extranjero, ampliaban el alcance de sus estudios por propia iniciativa. Por ejemplo, Nishi Amane, a quien el Bakufti haba enviado a Holanda en 1862 para estudiar derecho y economa, pas bastante tiempo en Leiden aprendiendo acerca de la filosofa occidental. Despus de 1868, el gobierno de Meiji ampli la definicin de lo que deba considerarse til tomando como modelo el acercamiento de Japn a China en los siglos xvi y xvii, cuando el objeto haba sido comprender una cultura y no slo adquirir unas determinadas tcnicas. Prueba de ello fue la misin de Iwakura de 1871-1873. Ya en los aos del derrocamiento del Bakufu se haba hablado de enviar una misin diplomtica a Occidente, tanto para buscar el reconocimiento del nuevo rgimen como para examinar los elementos de la civilizacin occidental que Japn pudiera tomar en prstamo de la manera ms provechosa. Los problemas de la reforma poltica nacional impidieron que la idea progresara, pero una vez que los seoros quedaron abolidos en 1871, volvi a hablarse de lo mismo. Iwakura Tomomi, que haba sido quien originalmente present la idea, tena que ser el que lgicamente fuera al frente de la misin. Kido y Okubo pidieron acompaarle, pues los dos queran aprender ms sobre los problemas internacionales que el pas podra afrontar. Juntos, formaron un grupo de presin irresistible. Tanto es as que en octubre de 1871 se hicieron planes de una misin oficial a los gobiernos de Occidente encabezada por Iwakura y con Kido y Okubo como delegados. El poderoso ncleo, que representaba respectivamente a la Corte, a Choshu y a Satsuma, ira reforzado por casi 50 funcionarios, entre ellos ho Hirobumi, y acompaado por 59 estudiantes que habran de quedar matriculados en las escuelas y universidades de diferentes pases del mundo. El ganar el reconocimiento diplomtico del rgimen de Meiji era uno de los objetivos declarados de la misin. Otro, el dar mpetu a la adquisicin de prstamos culturales, estaba relacionado con la revisin de los tratados. Como se expresaba en las instrucciones dadas a los enviados, Japn haba perdido sus derechos y haba quedado sujeto a los insultos de los dems. Era ahora, por lo tanto, necesario empezar a restaurar su derecho a la igualdad, tarea que slo poda ejecutarse remediando los fallos de nuestras leyes e instituciones y convenciendo a las potencias de que haban sido abandonadas las arbitrarias costumbres del pasado. Con este fin el personal de la misin estaba organizado en tres secciones: a la primera se les asign el estudio de las constituciones y las leyes; a la segunda, el de las finanzas, comercio, industria y comunicaciones, y a la tercera, el de los sistemas educativos. Cualquier informacin sobre organizacin, formacin y equipo militar que pudiera beneficiar a nuestro pas sera recogida por todos los miembros de la misin cuando hubiera ocasin. En diciembre de 1871, los integrantes de la misin zarparon de Yokohama en vapor. En Estados Unidos pasaron siete meses, seguidos de cuatro en Gran Bretaa, despus visitaron ms brevemente Francia, Blgica y Holanda, antes de llegar a Alemania en marzo de 1873. De ah, algunos de sus miembros regresaron a Japn va Rusia y otros va los pases mediterrneos. Por donde pasaban Iwakura, Kido y Okubo eran recibidos por jefes de Estado sosteniendo conversaciones con los principales ministros (incluyendo al canciller Bismarck, pero no al primer ministro ingls Gladstone). Inspeccionaron departamentos gubernamentales, instituciones militares, parlamentos, juzgados, iglesias, museos, escuelas, bancos y fbricas de todo tipo. Se tomaron copiosos apuntes. Como resultado, aunque el 2

progreso en el tema de la revisin de los tratados fue escaso, se llevaron a Japn un cuerpo de hechos y opiniones que fue publicado en cinco volmenes en 1878, constituyendo una gua para la modernizacin en todos sus aspectos. Lo que es ms, la actitud de los hombres de la misin qued profundamente influida por las experiencias de este viaje. Kido volvi convertido en un reformador constitucional, Okubo sera el resto de su vida un abogado de la industrializacin, mientras que Iwakura, aunque sigui siendo en casi todo un conservador, desde entonces acept la opinin de que el camino hacia adelante tena que pasar por Occidente. Los estudiantes que fueron con la misin de Iwakura no fueron de ninguna manera los nicos en ir al extranjero. Se ha calculado que en el periodo 1871-1873 haba hasta 350 subvencionados por el gobierno. De stos, dos quintas partes estaban en Estados Unidos estudiando tecnologa, minera, comercio y agricultura. Los enviados a Gran Bretaa, aproximadamente una tercera parte, se concentraban en ingeniera, industria y comercio, los de Francia en derecho, los de Alemania en ciencias polticas y medicina y, posteriormente, en ciencias naturales. El reglamento publicado en enero de 1871 estableca el criterio de seleccin de estos estudiantes, el periodo de estancia y la subvencin concedida. El desembolso total por estas becas represent alrededor del 10 por ciento del presupuesto de educacin de 1872-1873. Debido en parte a estos gastos, el nmero de estudiantes se fue reduciendo a medida que se desarrollaba el propio sistema educativo japons. Despus de 1875, el gobierno estaba todava preparado para subvencionar la formacin avanzada de potenciales expertos que ya haban completado su educacin bsica en Japn, pero no para subvencionar mucho ms. Por otro lado, este ltimo periodo presenci el aumento continuo de estudiantes que iban al extranjero por su cuenta. Alrededor de 900 fueron a Estados Unidos entre 1868 y 1900. Iban a estudiar humanidades y ciencias sociales, adems de las disciplinas aprobadas por el gobierno Meiji, divulgndose as ms extensamente entre las elites del pas el conocimiento de la civilizacin occidental. El proceso de aprendizaje comprendi tambin la contratacin de asesores y expertos extranjeros para trabajar en Japn. En sus aos finales, el Bakufu haba empleado en torno a doscientos de estos extranjeros, aparte de las misiones militares. En toda la era Meiji (18681912) puede bien haber habido hasta cuatro mil o-yatoi, como se los llamaba, a poco ms de la mitad de los cuales es posible identificarlos por nombre, empleo y nacionalidad. Ms o menos la mitad de esa mitad identificable eran britnicos en los primeros aos, proporcin que despus se redujo a un tercio. Francia, Alemania y Estados Unidos aportaron cada uno una quinta parte o algo menos, disminuyendo con el tiempo los franceses y aumentando los otros. La inmensa mayora, sobre todo en la dcada de 1870-1880, iban a Japn con un trabajo determinado: construccin de ferrocarriles, servicio de faros en las costas, capitanear vapores, instalacin de maquinarias en fbricas, enseanza en las escuelas. En casi todos los casos, se contaba con que tambin pudieran instruir a los japoneses para sucederlos, si bien no era sta su tarea principal. Habia una minora formada por asesores adjuntos a los diferentes ministerios del gobierno como especialistas en tcnicas administrativas occidentales. Muchos de stos eran abogados. Todos estaban con contratos cuyos trminos, bien ceidos, haban sido acordados en 1870, y trabajaban bajo la supervisin inequvoca de funcionarios japoneses. Se les despeda tan pronto como haba japoneses competentes capaces de sustituirlos. Reciban salarios mucho ms altos que los de cualquier ciudadano comparable del pas donde haban trabajado antes. En otras palabras, eran instrumentos de reforma Hazel Jones los llama mquinas vivas, caros y apreciados, pero no autorizados a ser reformadores por su cuenta. 3

El conocimiento con que regresaban los estudiantes japoneses o los proporcionados por esos extranjeros se propagaban mediante una variedad creciente de traducciones, libros sobre Occidente y artculos periodsticos que aparecieron en la dcada iniciada en 1870. Uno de los primeros ejemplos fue Seiyo Jijo (Asuntos de Occidente) de Fukuzawa Yukichi, publicado en tres partes entre 1866 y 1870. Fukuzawa era un samurai de rango bajo de Kuushu que haba empezado estudiando artillera y holands, despus ingls y medicina, hasta que visit Europa y Estados Unidos como intrprete de las misiones del Bakufu despus de la apertura de los puertos. Seiyo Jijo era un compendio de los apuntes que l tom de los gobiernos, economas e instituciones sociales de Occidente explicando su funcionamiento de la forma ms clara posible. Su xito fue inmediato. Por un lado, sus ventas le proporcionaron a Fukuzawa los fondos necesarios para fundar Keio Gijuku, una de las dos universidades privadas japonesas de mas renombre. Por otro, contribuy a una causa patritica. Como escribira el mismo Fukuzawa muchos aos despus en su autobiografa, su obra fue no slo... para unir a los jvenes y darles el beneficio de libros extranjeros, sino para abrir este cerrado pas nuestro y ponerle enteramente a la luz de la civilizacin occidental. Otra publicacin tambin encidopdica en su forma y propsito fue Meiroku Zassh, la revista de la primera sociedad erudita de Japn, la Meirokusha o Sociedad de 1973. En sus 43 nmeros, aparecidos en 1874-1875, figuraban contribuciones de la mayora de los japoneses considerados como comentaristas destacados del mundo exterior. Haba artculos sobre aranceles y reformas legislativas, sobre la idiosincrasia nacional; sumarios de libros occidentales famosos y de escuelas filosficas, y una variedad de traducciones. La mayor parte eran producto de las conferencias de la sociedad y venan expuestas en una prosa sencilla. A veces eran polmicas provocando problemas con la censura despus de la introduccin de la Ley de Prensa de 1875. Adems se public una amplia gama de traducciones completas o parciales de obras occidentales, a veces separadamente, a veces serialmente en peridicos y revistas. En 1871 Nakamura Keiu tradujo Aydate a ti mismo, de Samuel Smiles, y La libertad, de J. 5. Mill. Ernest Maltraveis, de Bulwer-Lytton, traducido en 1878-1879, fue imitadsimo como novela y estimado como fuente de informacin sobre la buena educacin en Occidente. La vuelta al mundo en ochenta das, de Julio Verne (1878), estuvo muy de moda como especie de manual anotado para viajar al extranjero. Aparecieron tambin traducciones por estos aos de fragmentos de El Quijote, de Robinson Crusoe, Las fbulas, de Esopo, Las mil y una noches y El viaje del peregrino desde este mundo alfuturo, de J. Bunyan, por no decir nada de La utopa, de More, ni de El contrato social, de Rousseau. Diez aos despus la atencin se desvi a escritores europeos modernos: Turgueniev, Dostoievsky, Tolstoy, Ibsen, Victor Hugo. [Hubo tambin en estos aos (1889) una traduccin de El alcalde de Zalamea. N. del Ti. Antes de fin de siglo el estudiante japons sin conocimiento de lenguas europeas poda, sin embargo, conocer muchas de las grandes obras de la literatura universal. La existencia de todas esas traducciones, aunada con las visitas a Occidente de autores individuales o el contacto con las ideas occidentales por medio del cristianismo, produjo una generacin de novelistas japoneses con un concepto de su arte totalmente diferente del de sus predecesores de la era Tokugawa. Casi siempre usaban una prosa moderna y directa. Descubrieron tambin un nuevo rnters en el individuo, como sujeto cuya vida y pensa-miento deban ser explorados a menudo de manera semiautobiogrfica. Sin embargo, esto no quiere decir que los escritores de fines de Meiji fueran completamente occidentales en sus tcnicas y convenciones literarias. Un rasgo comn en muchos autores nacidos por el tiempo de la Restauracin, en 1868, era que posean una conciencia mucho ms vvida del cambio cultural que los que vinieron antes o despus. No era infrecuente que hubieran tenido una 4

educacin sino-japonesa en sus primeros aos, despus otra de corte occidental en la universidad o en otro lugar, y que se ganaran la vida como intelectuales urbanos. Tal experiencia les hizo excepcionalmente conscientes de la discordia entre su identidad cultural occidental y japonesa. Varios de ellos realizaron esfuerzos considerables por mantener un vnculo con la tradicin histrica y literaria de su propio pas: a travs de la poesa, por ejemplo, o del tema-argumento de algunas de sus novelas. Haba un importante aspecto visual en el proceso del aprendizaje japons, lo cual era de esperar teniendo en cuenta que una imagen vale ms que mil palabras, como reza el dicho. La pintura occidental se enseaba desde 1876 en una escuela especial del gobierno. Aunque llevaba mucho tiempo influyendo a bastantes y destacados pintores japoneses, es irnico constatar que se puso de moda justo cuando en Europa ms estaban impactando las formas artsticas deJapn. La arquitectura de estilo occidental de pronto se convirti de rigor en las oficinas del gobierno, bancos y estaciones ferroviarias. Los peinados tradicionales de los samurais desaparecieron rpidamente la aprobacin oficial del cambio se dio en 1871 y los japoneses empezaron a aparecer en pblico en varias formas de indumentaria internacional. Se dice que en 1873 unos samurais de Satsuma que se dejaron ver en Tokio con sus antiguos vestidos eran observados con tanta curiosidad como lo haban sido antes los extranjeros. A partir de entonces, el ejemplo de la Corte, que adopt la indumentaria protocolaria occidental a fines de 1872, reforzado por el de los funcionarios del gobierno con sus levitas y de los militares y policas con sus uniformes, contribuy a dar amplia aceptacin al nuevo modo de vestir. Antes de 1900 era ya usado casi en todo Japn entre la clase alta, al menos en ocasiones pblicas y de negocios. La comida occidental sigui siendo algo de lujo para los japoneses de estos aos, aunque la costumbre de comer en restaurantes empez a tomar cierto arraigo progresista. La msica occidental se oa en los aos ochenta en el Rokumeikan, un saln construido en Tokio en donde los altos funcionarios de Japn podan conocer a los diplomticos y a otros residentes extranjeros. Ah tocaban tambin las bandas del ejrcito y de la marina, as como los msicos de la Corte en las galas de baile. La msica occidental no tard en ser un complemento de la buena educacin. Se estudiaba en la Escuela de Msica de Tokio, fundada en 1887, la cual contribuy en 1903 al montaje de la primera pera en japons, una traduccin del Orfeo, de Gluck. El gusto popular se inclinaba ms a la msica marcial, tambin de estilo occidental, como las marchas y las canciones que se enseaban en las escuelas y se tocaban en conciertos al aire libre. Claramente lo que ocurra en Japn a partir de 1870 era algo ms que un debate sobre la mejor manera de hacer las cosas a la occidental. Costumbres y formas de pensamiento de Occidente todava no haban penetrado mucho ms all de las clases altas urbanas las zonas rurales y la mayor parte de la poblacin apenas haban sido tocadas, pero iban siendo lo bastante influyentes como para hacer sonar la alarma entre los que valoraban las tradiciones. El resultado fue que la corriente en favor de civilizacin e ilustracin (bunmeikaika) pronto perdi parte de su fuerza. Las leyes y la educacin Las primeras manifestaciones de leyes japonesas escritas procedan de China y databan de los siglos vii y viii. Como en China, los cdigos que enmarcaban esas leyes, eran declaraciones de prcticas administrativas y no reglas a las que pudieran apelar gobernantes y gobernados por igual. Casi todas las disputas entre sbditos sobre derechos, a menos que no tocaran asuntos tributarios o de orden pblico, caan enteramente fuera de ellos. La situacin 5

sigui casi igual cuando Japn adquiri a partir del siglo xii un sistema feudal. El modelo chino tena que ser ajustado a una situacin en la cual la autoridad poltica estaba fragmentada geogrficamente y era dominada por una clase militar gobernante; an as, secciones del mismo se mantuvieron en uso al lado de las tramitaciones acostumbradas relativas a tierras y herencias. De esa manera, el derecho japons, tal como le lleg al gobierno de Meiji, era a la vez feudal y chino. Es decir, daba cuerpo a gran parte de los cdigos imperiales chinos, apenas distingua entre el deber del funcionario como juez y como guardin del orden, y sus disposiciones y maquinaria variaban segn el lugar (territorio feudal> y la posicin del individuo (seor, samurai, plebeyo). Considerando que la primera etapa de las reformas polticas de la era Meiji fue en apariencia una reversin a las instituciones del siglo viii y de corte chino, no resulta sorprendente ver que el derecho siguiera un camino parecido. El derecho penal, por ejemplo, se codific en 1871 segn directrices chinas. Sin embargo, ni el cdigo en s ni el aparato con que se administraba, merecieron la aprobacin de las potencias extranjeras. En uno y otro aspecto, el derecho claramente deba ser modificado si iban a abrgarse esperanzas de una revisin de los tratados desiguales, a la vez que de la abolicin de los seoros se siguieron necesariamente otros cambios. La reforma de los procesos jurdicos se inici en 1871 con la creacin de juzgados locales y regionales presididos por jueces nombrados en sustitucin a los juzgados operados por los antiguos seores feudales. En 1875 se aadi la creacin de una Corte Suprema tomando del Ministerio de Justicia la posicin de la ms alta corte de apelaciones. El poder del ministro a retirar o destituir jueces fue limitado en 1886, decidindose cuatro aos despus que el nombramiento de los jueces sera por oposicin y de por vida. As, antes de acabar la centuria, Japn haba dado algunos pasos en el camino de disociar lo jurdico de lo poltico. Tambin las leyes fueron revisadas. La redaccin de un proyecto de derecho penal se inici en 1875 bajo un asesor francs, Gustave Boisssonade de Fonterabie. Se complet a fines de 1877, aunque el examen del Consejo Ejecutivo llev algunos aos ms. Fue en 1882 cuando se public y entr en vigor la versin final. En cambio, el derecho comercial busc precedentes en Alemania. Hermann Roesler, el mismo que asesoraba a ho en el tema de la Constitucin, fue el encargado de trabajar a partir de 1881 en un derecho comercial integro; pero su borrador, listo en 1884, no se promulg hasta 1890 despus de ser revisado por los Ministerios de Justicia y de Exteriores. Incluso entonces hubo quejas de que el resultado era demasiado occidental para servir de marco al comercio interior del pas. En consecuencia, no fue hasta 1899 que entr en pleno vigor este cdigo. El cdigo civil fue en algunos aspectos todava ms difcil. Aunque sin relevancia directa con la jurisdiccin consular o el comercio exterior, razones de coherencia y de prestigio internacional hacan aconsejable que fuera tambin occidental en la forma. Aplicar, sin embargo, reglas occidentales a asuntos como el matrimonio o la propiedad, temas centrales en una completa diversidad de costumbres tradicionales, pareca arriesgarse demasiado a sembrar inquietudes y a despertar polmicas. Y, en efecto, el riesgo result cierto. El proyecto de ley se empez en los aos setenta tomando como base una traduccin del cdigo civil francs. La primera versin fue rechazada por el gobierno en 1878 por ser en conjunto demasiado extranjera, igual que el borrador de la Constitucin del Genro-in por las mismas fechas. La siguiente, preparada por Boissonade en 1886-1888, encontr objeciones en crculos polticos y acadmicos por establecer un equilibrio inadecuado entre sus componentes europeos y japoneses. El debate consiguiente demor hasta 1898 una

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decisin final, si bien no hizo a la versin publicada mucho ms japonesa. Como cabra esperar, el tema de la educacin despertaba sentimientos tan vivos como los provocados por el tema de las leyes. Estaba caracterizado por desacuerdos entre los que vean el proceso como una preparacin necesaria para la competencia internacional y los que teman que las formas de vida heredadas del pasado estaban siendo erosionadas. Japn empez con la ventaja de contar con un legado educacional premoderno, el cual tanto en calidad como en escala era mucho mejor que el que haban tenido casi todas las sociedades modernas: ms de doscientas escuelas pblicas administradas por el Bakufu y los grandes seoros, en donde se formaba a los samurais en las artes marciales y en algunos fundamentos de la filosofa confuciana; ms de 1.500 escuelas privadas y academias similares en muchos aspectos, pero en donde en lugar de disciplina militar se enseaban oficios tiles como corresponda a alumnos de inferior posicin; y unas 10.000 escuelas del templo, en donde sacerdotes y otros dignatarios locales enseaban a los hijos de los plebeyos las letras, los nmeros y un pequeo cuerpo de preceptos morales. Se ha calculado que antes de 1860 se hallaban matriculados en estas escuelas hasta un milln de estudiantes, lo cual garantizaba una elevada proporcin de japoneses capaces de leer y escribir aunque fuera a un nivel mnimo. Los esfuerzos del gobierno Meiji de erigir un sistema nacional de educacin debieron muchsimo a este legado del pasado. As y todo, eran esfuerzos sumamente ambiciosos. La Ley sobre Educacin de 1872 dispuso para la educacin un criterio vocacional que en conjunto resultara reconocible para los contemporneos occidentales. Iba a ser el medio que hiciera posible para todo el mundo el aprender el cultivo de la tica, la mejora del intelecto y el progreso en los oficios, de manera tal que se le permitiera al educando ascender, guardar su propiedad y prosperar en sus negocios; adems, satisfacera todas las necesidades desde el lenguaje, la escritura y el clculo para el uso diario hasta los conocimientos necesarios para los funcionarios, campesinos, comerciantes y artesanos39. Deba haber, se deca en esa ley, escuelas en todas las ciudades y aldeas. Con este fin, el pas qued dividido en ocho regiones educacionales, en cada una de las cuales habra una universidad y 32 escuelas secundarias. A su vez, todos los distritos secundarios tendran 210 escuelas primarias una por 600 habitantes en donde todos los nios con seis aos cumplidos deberan pasar dieciocho meses. El contenido de la educacin, segn se desprenda de los objetivos mencionados, sera occidental y utilitario. Muchas de las escuelas haban sido escuelas de templos, pero en los puestos claves se coloc a asesores y profesores occidentales; por otra parte, los libros de texto (incluso los usados en las clases de lectura) estaban modelados o directamente traducidos de libros publicados en Occidente. Esto constituy una fuente de quejas: esos libros guardaban escasa relacin con el entorno geogrfico o social de Japn. Tampoco los entendan muy bien la mayora de los profesores, que no tenan mucha formacin en algo que no fuera chino o japons. Lo que es ms, la educacin, aunque obligatoria, no era gratuita. Pese a la improvisacin de los locales de enseanza y a la mala paga de los docentes, los gastos de escolarizacin estaban por encima de la economa de las familias ms pobres, lo cual vino a ser uno de los temas de protestas constantes, a veces incluso de disturbios, de la poblacin japonesa. No obstante, antes de 1880 haba 28.000 escuelas primarias con ms de dos millones de alumnos (aproximadamente el 40 por ciento de los nios en edad escolar) y haba sido posible aumentar el periodo de escolarizacin obligatoria a tres aos. En 1886, el porcentaje de asistencia escolar era del 46 por ciento y el periodo de escolarizacin se aument un ao

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ms. Desde entonces, los nmeros siguieron en escala ascendente de forma continua. La asistencia era del 60 por ciento en 1895, del 90 por ciento en 1900. En el mismo periodo, la educacin secundaria y no obligatoria estaba hacindose especializada, al aadir el gobierno escuelas normales (1872) para compensar las deficiencias en la docencia, escuelas medias (1881), escuelas medias superiores (1886, rebautizadas en 1894 como escuelas secundarias) y escuelas secundarias femeninas (1889). Para completar la pirmide en 1877 se amalgamaron diferentes instituciones de enseanza superior, derivadas del tiempo del Bakufu, quedando reorganizadas en 1886 en la Universidad Imperial de Tokio. En 1903 se estableci otra universidad similar en Kioto. Un papel clave en las etapas posteriores de este progreso lo tuvo Mori Arinori, de Satsuma, que haba estudiado en Europa y Estados Unidos entre 1865 y 1868. Trabaj como enviado en Estados Unidos antes de hacerse cargo de la cartera del Ministerio de Educacin de 1885 a 1889. Sus ordenanzas dieron al sistema la configuracin que retendra durante veinte aos, es decir, un periodo de ocho aos de escuela primaria de los cuales cuatro eran obligatorios; otro periodo de escuela secundaria de cuatro aos; despus una escala de educacin superior que llegaba a la recin creada universidad. Haba dos caractersticas: una, el estrecho control del gobierno: el Ministerio prescriba todos los libros de texto y ejerca la supervisin de las escuelas pblicas a travs de los gobiernos locales, mientras que a las privadas se les someta a licencia e inspeccin. Otra, la bien marcada distincin establecida entre e1 nivel inferior y el superior. Para la inmensa mayora de los japoneses, la educacin consista en la adquisicin en la etapa primaria obligatoria de los conocimientos bsicos de corte occidental. Los que tenan los medios para pasar a la enseanza secundaria podan acceder a empleos en los niveles ms bajos de la burocracia, pero a partir de ah no haba una progresin regular. El ingreso en las escuelas superiores se reservaba a una pequea minora destinada a convertirse en la lite, es decir, se trataba de potenciales universitarios formados para ser los miembros de los niveles superiores de la burocracia, o los expertos en alguna de las ramas de la ciencia, o intelectuales capaces de ejercer con sus escritos influencia en la sociedad. No era un sistema de privilegiados en el sentido de que todo dependa de la cuna, sino en el de que los realmente pobres no solan ingresar en la Universidad de Tokio excepto, quizs, por medio del mecenazgo. Para una generacin no muy alejada del sistema estratificado del Japn feudal, no haba nada de raro en todo esto. Lo que s les pareca a muchos inaceptable era la naturaleza del contenido de la enseanza. Los conocimientos occidentales eran muy tiles, pero las ideas occidentales eran subversivas al menos a juicio de los que volvan la vista con respeto a la filosofa de los eruditos de la era de los Tokugawa. Un nmero de stos, incluyendo a Motoda Eifu, tutor confuciano del emperador, ocupaban cargos en el palacio desde donde podan ejercer cierta presin sobre los ministros que de otra forma apenas les hubieran hecho caso. En 1879, convencieron al emperador para que promulgara un rescripto condenando la emulacin indscriminada de las costumbres occidentales que se vea en la educacin. La enseanza, se deca en l, deba acentuar ms los grandes principios regidores de la relacin entre gobernante y sbdito, padre e hijo. Tambin en el Rescripto sobre Educacin de 1890 el tema central volva a ser la lealtad y la piedad filial, aunque se le exhortaba a la poblacin a que las combinara con los deberes cvicos ms comunes: haced avanzar el bien pblico y promoved el inters comn. Respetad siempre la Constitucin y observad las leyes; y, en el caso de una emergencia, ofreceos valerosamente al Estado. Con el estmulo generado por estos rescriptos, los conservadores lograron ganar mayor prominencia en la inclusin de los valores japoneses dentro del sistema educativo nacional. Despus de 1890, los libros de texto, no slo los de tica, eran cuidadosamente escudriados 8

en busca de muestras indeseables de influencias extranjeras. A la moral, al patriotismo y al espritu de reverencia al emperador se les daba explicitamente prioridad en la formacin de la juventud. En consecuencia, la conciencia de una dicotoma cultural, que se haba manifestado en la Constitucin y en los debates sobre el derecho, qued tambin implantada en las mentes de las futuras generaciones de japoneses. Ilustracin y conservadurismo cultural Si a los residentes extranjeros en Kobe y Yokohama se les hubiera preguntado en la dcada de los ochenta del siglo xix qu tena que ofrecer Occidente a Japn aparte de los beneficios del comercio, seguramente la mayora habra contestado que el cristianismo. En el siglo xix, la evangelizacin era una seal de la autoconfianza con que se mova Occidente en todas las partes del mundo. Los misioneros haban entrado en los puertos de los tratados tan pronto como los comerciantes y, aunque en principio iban para atender a la comunidad extranjera, aprovecharon todas las ocasiones para propagar el Evangelio tambin entre los nativos. En 1873 era legal hacerlo as, debido a que la presin diplomtica extranjera acab por fin con el veto de los Tokugawa a la secta malvada. Claro que con esto no se eliminaron los prejuicios contra el cristianismo. Pero en la oleada de entusiasmo por todo lo occidental de los aos setenta, los misioneros empezaron a abrir brecha. Algunos de los nuevos conversos eran simples cristianos de cocina. Otros eran estudiantes que aceptaban la religin porque les ofreca una ventana al Occidente accesible a los que no podan darse el lujo de viajar fuera. Pero haba tambin muchos hombres y mujeres con influencia y posicin familias de ex samurais, por ejemplo capaces de dar al cristianismo en la sociedad japonesa una voz ms poderosa de lo que simples cifras pueden dan a entender. Las cifras, en efecto, eran pequeas. Pese a la gran inversin de fondos y de esfuerzos humanos, el total oficial de cristianos hasta 1907 no superaba los 140.000 conversos, cifra que se desglosaba en 60.000 catlicos, con un arzobispo en Tokio y obispos en Osaka, Nagasaki y Sendai, menos de 50.000 protestantes de varias denominaciones, y 29.000 seguidores de la confesin ortodoxa que haba sido propagada con notable xito por un puado de sacerdotes rusos. Todas estas Iglesias dieron pasos para formar a un clero japons. Los catlicos y los protestantes se ocuparon, adems, activamente de la medicina y la educacin fundando varias escuelas, ncleos de futuras universidades. No obstante, es indudable que las creencias religiosas de Occidente eran para los japoneses menos atractivas que las seculares. No se trataba simplemente de un asunto de riqueza y fuerza merecedor de prioridad por parte de los gobernantes de Meiji. A los intelectuales, en concreto, les preocupaba adems el tema de la civilizacin e ilustracin ( bunmei~kaika) , que reflejaba una creencia en la superioridad de la cultura occidental que Japn, se afirmaba, haca bien en emular. Ejemplos notorios de esta idea a mediados y a fines de la era Meiji los ofrecan Fukuzawa Yukich (1835-1901) y Tokutomi Sobo (1863-1957). El planteamiento de Fukuzawa estaba recogido de la manera ms completa en un libro que public en 1875 con el ttulo de Bunme-ron no Gairyaku (Idea general de una teora de la civilizacin). En un lenguaje socio-darwinista identificaba a Japn como uno de los pases semicivilizados del mundo a la par de Turqua y China; reconoca que era, por lo tanto, inferior a los de Occidente en literatura, arte, comercio, industria, desde las cosas ms grandes hasta las ms pequeas; y postulaba que a fin de avanzar al siguiente estado ms alto en la evolucin, Japn necesitara adquirir, no slo tecnologa y fuerza militar, sino tambin el espritu de la civilizacin. Con esta finalidad, la primera obligacin est en

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eliminar cualquier apego ciego a las costumbres pasadas41. Con esto Fukuzawa se refera especficamente a las tradiciones absolutistas y autoritarias del confucianismo. Por ser estas tradiciones chinas, el abandonarlas no constitua en su opinin un rechazo a la cultura indgena japonesa, sino ms bien se trataba de sustituir un elemento chino por otro occidental mejor. Los poderes arbitrarios que, de acuerdo con los preceptos confucianos, ejerca el gobernante sobre el sbdito, el padre sobre el hijo, el marido sobre la mujer, eran, segn l, inconsistentes con la civilizacin. As, mientras que la institucin imperial, inequvocamente japonesa, deba preservarse, era necesario erigir debajo de ella una estructura poltica que le diera a la poblacin en general una voz en la poltica y un sistema legal que garantizara los derechos bsicos. Tokutomi, asimismo, contemplaba un proceso de modernizacin de tipo diferente al elegido por el gobierno de Meiji. En un libro titulado Shorai no Nihon (El Japn del Futuro), publicado en 1886, tomaba como punto de partida las ideas de la obra de Herbert Spencer, Principios de la Sociologa, especialmente su caracterizacin de dos tipos de sociedad, una militar (guerrera, autoritaria, hostil al comercio) y una industrial (amante de la paz, comprometida en las libertades individuales, econmicamente guiada por el laissez-faire). Identificando a la primera con las realidades de los Tokugawa y a la segunda con las aspiraciones de Meiji, Tokutomi fue capaz de desarrollar una crtica del lema riqueza y fuerza desde un punto de vista progresista ms que tradicionalista. Como l lo vea, lo que se necesitaba en el mundo configurado en el siglo xix era la habilidad de competir econmicamente. Esto a su vez requera una sociedad mucho ms acorde a los intereses del comercio y de la industria y, por lo tanto, de la gente plebeya ocupada en ellos, que la sociedad que Japn estaba en el proceso de crear. La occidentalizacin de la vida pblica japonesa de los aos ochenta el Gabinete, el Consejo Privado, el Estado Mayor General del Ejrcito, la Constitucin, el servicio civil, los nuevos cuerpos legislativos son todos ejemplos no era bien recibida por todos. Hombres como Fukuzawa y Tokutomi, por su parte, la consideraban en gran parte una distorsin de los principios occidentales que estaba contribuyendo a la creacin de un Estado poderoso y no de una sociedad civilizada. En cambio, los tradicionalistas, de los que Motoda Eifu puede tomarse como prototipo, crean que el pas estaba en peligro de perder la rectitud por su persecucin de lo novedoso. Entre ambos puntos de vista estaba la opinin de los miembros de una generacin ms joven, criada en la aceptacin del modelo occidental, pero preocupada por el papel demasiado prominente que estaba dndosele. En 1889, uno de sus portavoces, Kuga Katsunan, escriba lo siguiente en el peridico Nihon [Japn]: Reconocemos la excelencia de la civilizacin occidental. Valoramos las teoras occidentales de los derechos, de la libertad y de la igualdad; respetamos la tica y la filosofa occidental... Por encima de todo, apreciamos la ciencia, la economa y la industria de Occidente. Todo esto, sin embargo, no debe adoptarse simplemente porque es occidental. Debe adoptarse solamente si puede contribuir al bienestar de Japn. Este planteamiento ms escptico insistiendo en que la cultura y las tradiciones japonesas posean virtudes propias, iba a ser mucho ms caracterstico de finales de los aos ochenta y de la dcada de los noventa. Tanto Fukuzawa como Tokutomi, al observar cmo se extenda el imperialismo en Asia y Africa, se quedaron consternados ante la incapacidad de Occidente de practicar lo que predicaba, tal como ellos dos lo conceban, y en cierta manera volvieron atrs en algunas de sus ideas de antes. El resentimiento de Tokutomi, de hecho, se ti de tonos racistas. En un mundo dominado por Occidente, escriba, no regira ni la paz ni la tolerancia. Japn se haba hecho a s mismo la nacin ms progresiva, desarrollada,

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civilizada y poderosa de Oriente, pero todava tena que aguantar el desdn de los pueblos blancos. Conclua Tokutomi que Asia estaba en peligro y que Japn poda y deba salvarla destruyendo el monoplio mundial y... los derechos especiales de las razas blancas. Esto a su vez tena implicaciones para la naturaleza de la sociedad japonesa. Lo que se necesitaba, afirmaba, era hacer hincapi en las cualidades especiales de Japn y no simplemente remedar a Occidente, era tambin alentar el vigor brbaro y el espritu de servicio patritico, era, en fin, buscar la armona y la igualdad social expresadas en lealtad a un emperador trascendente. De esa forma, Tokutomi vena a situarse en definitiva en una posicin no muy diferente de la del gobierno de Meiji. Otros siguieron un camino diferente. El argumento de Okakura Tenshin, por ejemplo, historiador y crtico de arte, era que el pasado de Japn era una fuente de fortaleza no un motivo de vergenza. En 1904, escriba que la absorcin a lo largo de los siglos de otras culturas asiticas le haba dado al pas una libertad y virilidad desconocidas en China y en la India, como consecuencia de la cual somos capaces de comprender y apreciar con ms facilidad que nuestros vecinos los elementos de la civilizacin occidental que es deseable que adquiramos44. Japn siempre haba tomado prestado sin violar su sentido de su tradicin y haba conseguido trasladar parte de sus propias tradiciones a la vida moderna. Por esto mismo haba sido capaz de ponerse a salvo del peligro simbolizado por el industrialismo y el individualismo. El dilema al que Fukuzawa, Tokutomi y Okakura, cada uno a su modo, se enfrentaban no era slo el de controlar las repercusiones polticas y psicolgicas de la modernizacin a la occidental, sino tambin el de delimitar el lugar de Japn en el mundo. Nakae Chomin (18471901), poltico radical y traductor de El contrato social, de Rousseau, trat de la relacin entre los dos problemas en un libro publicado en 1887. Titulado Sansuijin Keirin Mondo (Disquisiciones de tres borrachos sobre gobierno), se presentaba en la forma de una discusin de tres borrachos sobre un recurso para evitar la censura que abogaban por diferentes puntos de vista. Uno de ellos, el Caballero del Aprendizaje Extranjero, afirmaba que Japn no necesitaba armas para su defensa, slo civilizacin e industria: si adoptamos a la libertad como ejrcito y marina, a la igualdad como fortaleza y a la fraternidad como espada y can, quin en el mundo osar atacarnos?. Otro, el Campen del Oriente, tomaba la opinin contraria equiparando civilizacin con fortaleza. Para un pas atrasado, deca, la civilizacin tiene que ser asegurada por la compra. Japn slo puede obtener los recursos necesarios para financiar esa civilizacin por medio de la expansin en ultramar, preferiblemente en China, un vecino lo suficiente dbil para proporcionar a las naciones pequeas como la nuestra el alimento con que llenar nuestros estmagos. Para el tercer miembro del grupo, el Maestro, que quiz hablaba en nombre del autor, no era necesario aceptar ni un extremo ni otro. Japn poda mantener su independencia con la ayuda de armas puramente defensivas, explotando el equilibrio de poder de los pases occidentales y cultivando la relacin con China como principal mercado. Nakae no cerr el debate con una conclusin por todos aceptada. Tampoco lo cerr el pueblo japons. El debate seguira en trminos muy parecidos a lo largo de toda la historia moderna del pas alimentando poderosas emociones con respecto, no slo al tema de la expansin imperialista, sino tambin al de la relacin entre tradicin y modernidad.

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Captulo 7 La industrializacin: primera fase, 1860-1930 La industrializacin no fue de ningn modo el nico rasgo importante de la historia econmica japonesa despus de la apertura de los puertos, pero es al que mayor atencin se le ha prestado. Fuera de Europa y de Amrica del Norte antes de 1945, los logros industriales del pas fueron nicos tanto en escala como en complejidad. Esos logros son adems centrales para comprender al Japn del siglo xx, ya que no slo fijaron las pautas del comercio exterior y contribuyeron a orientar la expansin territorial, sino que tambin provocaron dentro de Japn las mismas clases de cambios sociales y las mismas inquietudes polticas existentes en otros pases del mundo en etapas semejantes de desarrollo. Por estas razones han sido tomados como principales hilos conductores de este captulo. La agricultura y el comercio sern tratados de forma subordinada. Hay varios puntos polmicos relativos al crecimiento econmico japons en estos aos que ser necesario tocar. Uno es la extensin en la que lo ocurrido en la era Meiji constituy la secuela natural o incluso inevitable de lo que ya haba acaecido en la era Tokugawa, dejando enteramente a un lado los cambios causados por la llegada de Occidente. Otro es el papel de la poltica oficial, es decir, hasta qu punto hay que atribuir el mrito al Estado y no a la empresa privada por la celeridad y la eficacia con que el pas se industrializ. La verdad es que las dos cuestiones se relacionan en tanto en cuanto las polticas econmicas del gobierno de Meiji eran en s mismas y en importantes aspectos una respuesta a los peligros juzgados como inherentes al imperialismo occidental. Por este motivo, los temas a tratar primero aqu se refieren a la economa poltica y no a la economa en sentido ms riguroso. Las bases, 1860-1885 En los aos de la apertura de los puertos, Japn posea ya algunos de los atributos necesarios para el crecimiento econmico moderno. En algunas de las regiones ms avanzadas del pas los campesinos ya estaban acostumbrados a operar en una economa monetaria. Haba un sistema de distribucin de mercancas bastante desarrollado que llegaba a zonas tanto rurales como urbanas. Un nmero bastante grande de japoneses tenan cierto nivel de experiencia en las finanzas y el comercio, aunque no mucho en la manufactura, mientras que algunos miembros de la clase gobernante posean conocimientos de la tecnologa y de la ciencia occidental principalmente en sus aplicaciones militares y mdicas; una proporcin considerable de la poblacin ya saba leer y escribir, lo cual facilitaba la circulacin de informacin y de ideas; por ltimo, hay pruebas de acumulaciones de capital, pequeas pero ampliamente distribuidas entre los plebeyos, al lado de indicaciones de un aumento de su nivel de vida en los ltimos aos de la era Tokugawa. Japn todava no haba entrado en la fase del crecimiento moderno, pero da la impresin de que ya estaba movindose en ese rumbo. En tal situacin los tratados desiguales tenan importantes consecuencias para el futuro econmico del pas. Al poner a Japn en el escenario del comercio mundial, con los tratados se aumentaron las oportunidades de la economa gracias al nuevo acceso a los modelos institucionales, a la tecnologa y a los mercados del extranjero. Al plantearse la amenaza de una dependencia colonial o semicolonial, se dio pie a la reforma militar, el elevado costo de la cual coloc a la poltica fiscal en el centro de la preocupacin del gobierno. Una de las ventajas percibidas de construir un Estado centralizado estaba en que aumentaba la capacidad del rgimen no slo para estimular el crecimiento econmico, sino tambin para beneficiarse del mismo por medio del fisco. 12

Al final de la era Tokugawa ya se iba promocionando la industria con fines militares; y, aunque estas prcticas se continuaron despus de 1868, no fue hasta 1874 cuando Okubo Toshimichi, por entonces el dirigente ms influyente del gobierno, fij propuestas encaminadas a algo de alcance ms amplio. Aprovechando la experiencia ganada en la misin de Iwakura a Estados Unidos y a Europa y citando en particular el ejemplo de Gran Bretaa que a l le pareca comparable en tamao y recursos, defenda que el pas necesitaba un aumento del poder productivo que slo podra conseguirse por la industria manufacturera. Considerando el atraso del pas, escriba, no era probable que esto resultara de iniciativas individuales solas. Se necesitaba, adems, el patrocinio y el aliento del gobierno y de sus funcionarios46. La tarea fue confiada a la seccin industrial del propio Ministerio del Interior de Okubo apoyada por el Ministerio de Obras Pblicas bajo Ito Hirobumi. Una parte fundamental de su trabajo era mejorar los transportes y las comunicaciones. Ya en 1871 el gobierno haba instituido un servicio postal entre Tokio y Osaka que fue ampliado para reunir a 3.000 estafetas en los primeros tres aos. Pronto se aadi un sistema telegrfico nacional. La construccin ferroviaria estuvo al principio enteramente bajo el control del gobierno, pero antes de final de siglo dos tercios del kilometraje total iban a ser privados. Tokio, Osaka y Kioto tenan en 1877 acceso ferroviario a sus puertos de gran calado ms prximos (Yokohama y Kobe); en 1889 se haba completado la ruta troncal que pona a las tres ciudades en comunicacin; y dos aos despus quedaba abierta la lnea de Tokio a Aomori, en el norte del pas. En cuanto a los servicios martimos, tanto costeros como de ultramar, se les someti a regulaciones del gobierno en parte con la mira de alejar la competencia extranjera. Un beneficiado fue un anterior samurai de Tosa, Iwasaki Yataro, fundador de una compaa que en 1873 era conocida como Mitsubishi. En 1871, se haba hecho con unos cuantos barcos que haban quedado en su seoro al ser disuelto. Despus adquiri la lnea martima existente entre Tokio y Osaka, ampli la flota con varios navos militares de transporte, comprados por el gobierno para una expedicin a Taiwn en 1874, y finalmente inaugur rutas a Hong Kong (1879) y a Vladivostock (1881). En 1885, bajo la presin del gobierno, permiti que sus intereses navieros (pero no otras empresas suyas) se amalgamaran con los de algunos de sus rivales para constituir la compaa Nippon Yusen Kaisha (NYK) compuesta de 58 barcos, con un total de 65.000 toneladas. Los dividen-dos seran garantizados por el gobierno durante quince aos a un 8 por ciento. Adems, la nueva corporacin recibi subsidios, contratos de correos y otras clases de ayuda oficial aceptando a cambio que sus rutas y operaciones fueran supervisadas. Los ministros se ocuparon tambin de que Japn dispusiera de un sistema financiero capaz de costear el comercio exterior y la moderna empresa. En 1872, mientras se discuta la reforma del sistema fiscal agrario, se promulgaban regulaciones para el establecimiento de bancos privados segn el modelo norteamericano, aunque no se sac mucho provecho de ellos por exigrseles que cualquier billete emitido deba ser redimible en oro. Una vez que se elimin esa restriccin en 1876, empezaron a proliferar bancos y billetes bancarios. El cambio coincidi con un agudo aumento del gasto pblico causado por la emisin de obligaciones para las pensiones de los samurais (1876) y por el coste de la represin de la rebelin de Sai-suma (1877). El resultado fue que la inflacin tambin creci llegando a un nivel en el que el papel moneda del yen no vala ms del 55 por ciento de su valor facial en plata. Tal era el principal problema al que hubo de enfrentarse Matsukata Masayoshi cuando se hizo cargo del Ministerio de Finanzas en octubre de ese ao. Su programa de reducir en los siguientes cinco aos el gasto pblico y de introducir nuevos impuestos (en el sak y el tabaco, por ejemplo), le permiti conseguir un supervit presupuestario y empezar a redimir 13

el gran nmero de billetes inconvertibles que haba en circulacin. Cre tambin Matsukata instituciones centrales de control financiero: el Banco de Japn (1877), para regular el sistema bancario y la moneda nacional, y el Banco de Fondos Efectivos de Yokohama, reorganizado para controlar el cambio de divisas. Al mismo tiempo, un mecanismo de ahorro postal aument los fondos de que dispona el Ministerio de Finanzas para ser canalizados en las inversiones aprobadas. Al hacer bajar los precios, la deflacin de Matsukata caus bancarrotas y bastante consternacin en las zonas rurales, pero dej al pas con una base financiera estable para emprender el futuro desarrollo industrial. Hasta ahora este desarrollo, como el que haba estado localizado en la industria no militar, haba dependido estrechamente de la iniciativa del gobierno, siendo llevado a cabo en el contexto del comercio exterior. En los aos sesenta, Japn haba desarrollado un comercio de exportaciones, concentrndose en el t y la seda, igual que China (y en competencia con ella). A estos productos se aadi despus el carbn, sobre todo el destinado a los barcos occidentales con escala en Shanghai, Singapur y Hong Kong, si bien las ventas no alcanzaron volumen hasta que los gastos de produccin quedaron reducidos con la adopcin de maquinadas y de sistemas de extraccin minera occidentales. Aparte de esto, segua envindose al mercado chino una pequea cantidad de productos del mar, como en la era Tokugawa. Las importaciones eran de dos clases. Haba artculos manufacturados occidentales destinados al consumidor japons, especialmente productos textiles de algodn, y haba tambin mquinas y otros equipos (armas inclusive) exigidas para el programa de modernizacin. El volumen del comercio era pequeno: con un valor anual de menos de 55 millones de yenes en el periodo 1875-1879, representaba menos de la cuarta parte del de China. El valor de las importaciones superaba constantemente el de las exportaciones. El gobierno de Meiji, a causa de que las estipulaciones de los tratados hacan imposible emplear tarifas arancelarias para regular el comercio exterior, tuvo que buscarse otros medios para corregir su desfavorable balanza de pagos. Uno fue impulsar las exportaciones no slo produciendo ms t y seda, sino mejorando la estandarizacin y la calidad. Las regulaciones para controlar el devanado de la seda, publicadas en 1873, fueron secundadas por el establecimiento de hilanderas financiadas por el gobierno en Maebashi y Tomioka en donde los empresarios japoneses llegaron a conocer las tcnicas de manufactura y los mtodos de fabricacin de Occidente. Se enviaron estudiantes al extranjero para que se familiarizaran con la industria europea de la seda, se hicieron circular ampliamente folletos sobre sericultura, y a cuenta del gobierno se mandaron instructores a las regiones sericcolas del pas. Entre 1868 y 1883, la produccin de seda cruda aument en un 60 por ciento y las exportaciones en ms del 100 por cien. Ms de la mitad de esas exportaciones iban destinadas al final de dicho periodo a Estados Unidos, cuyo mercado de seda estaba creciendo rpidamente esos mismos anos. Bastante ms lenta en sus efectos fue la sustitucin de las importaciones. Hubo algunos intentos patrocinados por el gobierno para introducir mtodos occidentales en la industria textil del algodn, pero los logros fueron escasos hasta 1885, siendo por lo tanto ms apropiado tomarlos en cuenta en la prxima seccin de este captulo. Todava ms sujetas a la poltica oficial eran las tentativas para reducir la dependencia japonesa del material de construccin y de la maquinaria extranjera; el capital requerido era, en efecto, ms fuerte. En 1871, se estableci una fbrica de mquinas con el fin de que sirviera de centro de aprendizaje para los estudiantes de la escuela de formacin del gobierno. En breve la siguieron fbricas con energa de vapor para la produccin de cemento (1875), vidrio (1875)

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y ladrillos blancos (1878). La construccin naval era tambin importante en este contexto, ya que los astilleros comenzados en la era Tokugawa no haban demostrado ser en su tecnologa lo suficiente avanzados como para evitar el tener que realizar costosas compras en el extranjero. Se ampliaron los astilleros de Nagasaki y Yokosuka construidos por el Bakufu y se estableci uno nuevo en Hyogo (Kobe). Mientras que el de Yokosuka sigui dedicado enteramente a la construccin de navos, en los otros dos se fabricaban ya en 1885 vapores pequeos para usos del comercio. Los tres astilleros contaban con amplios talleres de mquinas. En el periodo 1868-1885, el gasto pblico en transportes y en industria totaliz 130 millones de yenes, es decir, el equivalente a dos aos de ingresos fiscales ordinarios (segn el nivel de despus de 1873) en el curso de los dieciocho aos de dicho periodo. No es sorprendente, por tanto, que el coste del programa fuera uno de los objetivos del impulso econmico dado por Matsukata. En marzo de 1882 anunci el proyecto de privatizar las fbricas del gobierno, explicndolo como la retirada de unos negocios en los que el Estado no deba meterse. Lo que al Estado le incumba, deca, era la educacin, el armamento y la polica, no el comercio ni la industria, pues nunca podra rivalizar en astucia, previsin e iniciativa con el individuo que acta motivado por el inters propio47. Expresado en trminos ms prcticos, la poltica era desembarazar al Ministerio de Finanzas de fbricas con prdidas y de recuperar el capital invertido en ellas (aunque la mayora no fueran vendidas hasta la bajada de los precios en 1884). Las unidades ms importantes fueron a parar a las compaas que habran de figurar en la lista del zaibatsu del siglo xx: la hilandera de seda en Tomioka a Mitsui, los astilleros en Nagasaki a Mitsubishi, las fbricas de cemento y de ladrillos a Furukawa, varias minas a Asano y Kuhara. No estara completo el tratamiento de este periodo sin considerar la importancia de la agricultura en la economia, especialmente al proporcionar una gran proporcin de los recursos necesarios para la modernizacin. Dado el lugar dominante en las exportaciones de productos primarios, como el t y la seda, y el hecho de que el gobierno sigui obteniendo la mitad de sus ingresos de las contribuciones o impuestos agrarios hasta los aos noventa, era de importancia primaria que la produccin agrcola se incrementara rpidamente. El indice (1921-1925 100) se elev de 28,6 en 1873 a 50,1 en 1890 y a 65,3 en 1900. El cultivo bsico era todava el arroz, cuya cosecha promedio en el periodo 1880-1884 era de unos 30 millones de koku y de 40 millones en 1890-1894 (1 koku equivale aproximadamente a 180 litros o algo ms de 3 fanegas). Este crecimiento era en parte una continuacin de la tendencia de la era Tokugawa, pero el nuevo gobierno tambin contribuy a ello, al igual que con respecto al comercio y la mdustria. Algunas iniciativas animar al campesino a que tuviera ovejas o cultivara olivos, por ejemplo no tuvieron xito, pero el impulso principal de lo que hizo el gobierno divulgar por todo el pas el conocimiento de las mejores prcticas agropecuarias existentes fue muy efectivo. Se establecieron escuelas agrcolas en Sapporo y Komaba (1877), una granja de experimentacin (1885) y una sociedad agraria nacional (1881), la cual, patrocinada por Tokio, ofreca gua tcnica a las sociedades locales constituidas por terratenientes y campesinos. El resultado fue una mejora de las semillas y de las tcnicas de plantacin, un control ms eficaz de las plagas y un empleo ms general y variado de fertilizantes (harina de pescado de Hokkaido, pasta de soja de Manchuria, fosfatos qumicos). Todo esto, ayudado por la ampliacin de los sistemas de riego gracias a fondos pblicos y privados, contribuy a una mejora en la productividad. Es importante reconocer que estos cambios no supusieron una revolucin agraria en el sentido europeo con grandes inversiones de capital y desarrollo de grandes fincas. Las tierras cultivadas sujetas a contribucin (excluyendo a Hokkaido) aumentaron en aproximadamente 15

el 13 por ciento entre 1880 y 1900 comparado con un 30 por ciento de aumento de la produccin por hectrea. No hubo una consolidacin importante de las propiedades rurales ni cambios grandes en el volumen de la mano de obra agraria o en el uso de la maquinada agrcola. En otras palabras, la agricultura japonesa sigui dependiendo del cultivo intensivo de pequeas parcelas en propiedad o alquiler llevado a cabo por una mano de obra familiar. Un corolario fue que la poblacin, al empezar a desplazarse masivamente del campo a la ciudad, lo haca as liberada gracias a las mejoras en la tecnologa agrcola y no expulsada por una racionalizacin o cercamientos de tierras. Crecimiento industrial y comercio exterior 1885-1930 Considerando lo ocurrido en la economa japonesa despus de 1885, es justo poner de relieve menos la iniciativa del gobierno y ms el papel desempeado por la empresa y el capital privado. Puede verse un ejemplo de esto en la manera de llevar el comercio exterior. Parte por las ventajas disfrutadas por los comerciantes extranjeros gracias a los tratados, parte por la inexperiencia en comercio exterior de los japoneses y por carecer de un sistema bancario a su disposicin, las exportaciones y las importaciones fueron manejadas casi enteramente por los extranjeros en los primeros veinticinco aos siguientes a la apertura de los puertos. Los japoneses controlaban la compra y venta dentro del pas de los artculos del comercio exterior. Poco a poco, sin embargo, empezaron a darse cuenta de la gran prdida de ganancias potenciales que esto supona sobre todo con respecto a la seda. En consecuencia, algunos se pusieron a establecer sus propios lazos con mercados de Europa y Estados Unidos; a veces corporativamente la compaa de comercio Mitsui, fundada en 1876, fue un ejemplo destacado a veces individualmente. En los aos finales del siglo, el xito empez a hacerse ostensible. Se calcula que en 1887 estaba todava en manos extranjeras hasta el 90 por ciento del comercio de la seda; en 1900 el porcentaje era de slo el 60 por ciento. El sector que mejor ilustra el uso de capital privado en la industria manufacturera es el textil. La hilatura, el devanado y la tejedura exigan una inversin inicial menor y una tecnologa inferior a las de la ingeniera pesada; eran operaciones realizables en pequeos talleres y utilizaban un tipo de mano de obra que podan suministrar fcilmente las familias del campo. Por lo tanto, se trataba de algo sobre lo que los empresarios ya existentes en Japn tenan la tcnica y los recursos necesarios para hacerlo una vez que vieron que haba ganancias de por medio. A partir de mediados de los aos ochenta, ya no caban dudas al respecto. La constante subida de la demanda exterior, sobre todo en Estados Unidos, le permiti a la industria de la seda seguir expandindose a lo largo de todo el periodo aqu considerado. Antes de 1929, el porcentaje de familias campesinas ocupadas como actividad secundaria en la cra de gusanos de seda era del 40 por ciento. Parte de la cosecha se destinaba todava al mercado interno en donde los mtodos tradicionales de devanado y tejedura iban a persistir hasta entrado el siglo xx, pero en la destinada al comercio exterior, que requera mejor estandarizacin y control de calidad, la tendencia apuntaba a la organizacin en fbricas y al uso de maquinada. Fue este subsector el que al final determin el carcter de la industria. En 1893, Japn tena 2.300 telares, cada uno de los cuales daba empleo a 10 trabajadores o ms. En su mayor parte eran pequeos slo 124 del total tena ms de 100 bandejas pero en 1929 el devanado era casi por completo un comercio de fbrica realizado en menos pero mayores hilanderas. La participacin del gobierno en todo esto se limitaba a crear un marco de regulaciones dentro del cual el precio y la calidad lo determinaban las asociaciones mdependientes de comerciantes. Las empresas ms grandes, como tambin los bancos, ponan los prstamos y anticipos en que se basaban muchos productores a pequea escala, pero por

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lo general no participaban directamente en la manufactura. El desarrollo de la industria del algodn no fue menos rpido, pero desde el principio qued integrado en volmenes de produccin bastante ms grandes. Pese a las iniciativas del gobierno de los primeros aos de Meiji, dirigidas a promover la sustitucin de las importaciones, no fue hasta que Shibusawa Eiichi fund en 1882 la Compaa de Hilados de Algodn de Osaka, usando las variedades menos caras de tecnologa occidental pero compensando su relativa ineficacia con una mano de obra barata en turnos de toda la noche, cuando los empresarios de la regin de Osaka quedaron convencidos y cambiaron los mtodos y equipos tradicionales por modernos. Impulsados por la idea de que Shibusawa poda pagar dividendos del 18 por ciento en 1884, otros muchos empresarios abrieron nuevas hilanderas, con el resultado de que su nmero se cuadriplic y que la produccin de hilaza aument en siete en el periodo 1886-1890. Este exceso de produccin provoc entonces restricciones temporales (organizadas por la Asociacin de Hilanderos de Algodn de Japn), pero vinieron acompaadas de un esfuerzo por encontrar nuevos mercados en el continente asitico. En 1894, el gobierno aboli el impuesto de exportacin por hilaza de algodn y en 1896, al aumentar de nuevo la produccin, elimin el impuesto de importacin de algodn en rama. Gracias al privilegiado acceso al mercado chino y coreano del que gozaban los comerciantes japoneses por la victoria sobre China en 1895 (vase captulo 9), estas medidas contribuyeron a una fase de crecimiento orientado a la exportacin. El numero de hilanderas en uso se elev de 382.000 en 1893 a 2.400.000 en 1913 y a 6.600.000 en 1929. El tamao de las compaas aument en proporcin: siete de stas posean en 1929 ms del 50 por ciento de las hilanderas. La produccin de hilaza alcanz un volumen promedio cercano a los 80 millones de kilogramos en 1894-1898 y casi seis veces ms en el periodo 1925-1929. Adems, despus de 1913 el algodn se usaba cada vez ms en el tejido de artculos tanto para el mercado exterior como interior en lugar de ser exportado en forma de hilaza. La importancia del sector textil en el desarrollo econmico de Japn es indicada por el hecho de que en 1930 representaba ms del 36 por ciento por valor aadido de la produccin industrial del pas (el segundo sector ms grande era el de comidas y bebidas, con el 16 por ciento). No obstante, el cambio ms significativo en la orientacin del desarrollo con el nuevo siglo fue hacia la industria pesada a gran escala. Segn los ndices de manufactura por volumen fsico (1910-1914 = 100), el sector textil aument de 70 en 1905-1909 a 270 en 1925-1929, es decir, estuvo cerca de cuadriplicarse en veinte aos. El sector metalrgico y de maquinaria (de 61 a 255) se comport slo un poco mejor, pero el qumico y cermico (de 53 a 453) creci el doble ms rpido, mientras que el de electricidad y gas (de 27 a 653) tuvo un ritmo de crecimiento seis veces superior al textil. La distribucin del empleo y el tamao de las fbricas mostr trayectorias similares reflejando la transicin a una etapa ms madura de desarrollo industrial. Dos factores especiales influyeron en el crecimiento de la industria pesada. Uno fue la guerra. Con las victorias sobre China en 1894-1895 y sobre Rusia en 1904-1905, Japn se convirti en una potencia mundial entrando en rivalidades que exigan un aparato militar mucho mayor que en el pasado. El aumento del presupuesto en armamentos y en industrias relacionadas con la guerra repercuti en toda la economa. La participacin, aunque a distancia, en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) tuvo dos efectos suplementarios: dio ocasin para exportar los productos de la industria pesada del pas, pese a las deficiencias de produccin reflejadas en el elevado coste; y redujo temporalmente el suministro de casi cualquier tipo de maquinaria extranjera crendose as ms oportunidades para los fabricantes japoneses en el mercado interno. De esa manera la guerra aceler el desarrollo de la industria pesada japonesa ms que cualquier otra circunstancia. Tambin le dio al gobierno razones adicionales para intervenir en el sector (ya no lo haca en el textil, por ejemplo). Por un lado, el Ministerio de Finanzas, o el Banco Industrial (fundado en 1900 con 17

el patrocinio del gobierno), aport capital donde el procedente de fuentes privadas no era suficiente: para los Altos Hornos de Yawata, que empezaron a producir en 1901; para la nacionalizacin en 1906 de las principales lneas ferroviarias que estaban en manos privadas; para inversiones en el extranjero por medio de empresas como la Compaa Ferroviaria del Sur de Manchuria establecida el mismo ao. Adems, haba subsidios para el transporte martimo y la construccin naval y ayuda indirecta en forma de contratos oficiales. La minera de carbn demostr ser el subsector menos necesitado de ayudas de todo el sector de industria pesada. Propiedad de algunas de las mayores compaas de Japn Mitsui, en concreto, tena una participacin sustancial, las minas aumentaron su produccin de menos de un milln de toneladas antes de 1885 a 21 millones en 1914 y a 34 millones en 1929. En 1894 esto dejaba tres millones de toneladas para la exportacin, pero el aumento del consumo industrial el uso domstico necesitaba poco haba hecho a Japn un importador neto. En cambio, el acero y el hierro producido en el pas nunca fueron suficientes para cubrir las necesidades de Japn antes de 1930. La produccin en 1914 estaba en torno al cuarto de milln de toneladas de hierro en lingotes y otro tanto de acero, lo cual representaba la mitad y una tercera parte, respectivamente, del consumo interno. En los quince aos siguientes, la produccin de lingotes de hierro se elev por encima del milln de toneladas (en torno al 60 por ciento de lo necesitado) y la de acero alcanz el doble de esa cantidad (el 70 por ciento). La mayor parte del mineral vena de Corea y China. La construccin naval era uno de los destinos ms importantes del hierro y e1 acero, aunque a escala internacional la industria se mantuvo a niveles modestos. En 1914, haba seis astilleros capaces de fabricar navos de ms de mil toneladas y con un volumen de produccin anual de 50.000 toneladas como promedio. A partir de esa fecha la produccin variaba considerablemente: ms de 600.000 toneladas hacia la mitad de la dcada de los veinte, 165.000 en 1929. Se trataba, sin embargo, de una produccin suficiente para asegurar que la gran flota mercante japonesa, de un milln y medio de tonelaje en 1914 y de casi 4 millones en 1929, fuera casi toda de fabricacin nacional. En otros sectores el progreso era ms irregular. La fabricacin de locomotoras de vapor y de equipos elctricos se inici justo antes de la guerra con China en 1894-1895 y progres rpidamente desde entonces. En 1930 se logr que el pas tuviera material rodante para 20.000 kilmetros de va frrea, adems de una planta capaz de generar energa elctrica d cuatro millones de kilovatios. Tambin se pudo fabricar bicicletas y algunos tipos de maquinaria textil. De hecho, la maquinada y los vehculos representaban en 1930 el 11,6 por ciento de la produccin industrial por valor aadido. Aun as, el pas segua dependiendo mucho de las importaciones de mquinas herramientas, automviles y motores de combustin interna. Fue inevitable que cambios de esta magnitud tuvieran un gran efecto en la naturaleza del comercio exterior. Explicado simplemente, las importaciones japonesas en 1894-1898 comprendan ms artculos manufacturados (34 por ciento) que materias primas (22.5 por ciento), mientras que en 1921-1925 las de materias primas representaban el 49 por ciento y las de artculos manufacturados menos del 18 por ciento. La marcha de las exportaciones era opuesta: materias primas, el 10,7 por ciento en 1894-1898 y slo el 6 por ciento en 19211925; artculos manufacturados, el 26,5 por ciento y el 38,6 por ciento, respectivamente; los artculos semimanufacturados (incluida la seda) se mantuvieron ms o menos constantes y prximos al 45 por ciento. Tambin el valor del comercio exterior se increment enormemente entre uno y otro periodo. El de las exportaciones se triplic con creces entre 1890-1894 y 1900-1904, se duplic otra vez en los diez aos siguientes y volvi a triplicarse en 1920-1924, subiendo a un promedio anual de 85 millones de yenes al principio y hasta

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1.800 millones de yenes al final. Las importaciones, siempre de ms valor que las exportaciones exceptoen los aos de la Primera Guerra Mundial (1915-1919), aumentaron de casi 86 millones de yenes al ao en 1890-1894 a ms de 2.400 millones en 1920-1924. En cuanto a la composicin de las exportaciones por tipo de mercanca, el t, que haba representado el 26 por ciento del total exportado en 1880, baj al 3 por ciento en 1910 y sigui bajando en los aos siguientes. La seda en hebra sigui siendo el principal artculo sin sufrir apenas variaciones: el 30 por ciento en 1880 y el 28 por ciento en 1930. La fibra y los tejidos de algodn eran en 1880 productos de exportacin sin gran relevancia. Pero en 1910, las exportaciones de fibra de algodn haban crecido hasta representar el 10 por ciento del total; y las de los otros artculos de algodn el 4 por ciento. En los veinte aos siguientes, sin embargo, las hilanderas de China, con tecnologa y capital extranjero incluyendo el procedente de inversores japoneses y con una mano de obra barata, fueron las grandes rivales, con el resultado de que la fibra baj a un simple 1 por ciento del total exportado y el tejido de algodn, principalmente en los gneros ms bastos, se elev al 18 por ciento. Entre las importaciones, el algodn en rama era de importancia primordial subiendo de menos del 1 por ciento del total importado en 1880 al 34 por ciento en 1910. Ese fue el porcentaje ms alto (baj a un 23 por ciento en 1930) y las bajas sucesivas reflejaron no una disminucin de la demanda japonesa, sino su sustitucin por la fibra barata de algodn de China. A partir ms o menos de la Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905), cuando empezaba a desarrollarse ms rpidamente la industria pesada, hubo un crecimiento en las importaciones de metales y productos qumicos: 100 millones de yenes en 1904 y ocho veces ms en 1919. Al principio, los minerales se llevaban una buena parte de esa cantidad, pero al incrementarse la produccin industrial, se aadieron a la lista el hierro en lingotes, la chatarra y el petrleo. En 1930, los metales y los minerales representaban el 19 por ciento de las importaciones japonesas, comparado con el 30 por ciento del algodn, lana y rayn. Tambin los alimentos constituan artculos importantes, pues la produccin agrcola nacional era incapaz de abastecer a partir de 1900 a una poblacin creciente; una gran proporcin proceda, sin embargo, de las colonias japonesas el arroz de Corea, azcar y arroz de Taiwn, por lo cual las estadsticas no lo incluyen como parte del comercio exterior. En cuanto a la distribucin geogrfica del comercio exterior japons, aunque ya se ha dicho algo de paso, convendr presentar ahora un sumario de la misma a modo de conclusin del tema. A Estados Unidos iban sobre todo las exportaciones de seda, principal elemento de un comercio que lleg a representar alrededor del 30 por ciento de las exportaciones japonesas en el primer cuarto del siglo xx. A China se venda al principio principalmente tejidos de algodn y luego tambin otros artculos de consumo- un poco ms del 20 por ciento en 1914, porcentaje mantenido o ligeramente superado en aos posteriores. Ms variadas en especie y origen eran las importaciones. Estados Unidos las abasteca en ms o menos un 15 por ciento antes de 1914 y en un 25 por ciento despus de ese ao, cuando a la maquinaria y al algodn se aadieron cantidades considerables de petrleo, hierro y acero. En cambio, Gran Bretaa, principal abastecedor en el siglo xix de maquinada y manufacturas, vio caer sus ventas en picado en el siglo xx, bajando a menos del 10 por ciento en los aos veinte, baja compensada en cierto grado con las importaciones de algodn y despus de hierro en lingotes de la India britnica: el 10 por ciento de las importaciones japonesas en 18901894, el 20 por ciento en 1910-1914 y bastante ms que el 12 por ciento en la dcada siguiente. La contribucin china a las importaciones sola oscilar entre el 12 y el 15 por ciento, excepto en los aos de la guerra (1915-1919), cuando lleg al 18 por ciento. Se inclua aqu el algodn y despus la hilaza de algodn; de Manchuria, soja y otras leguminosas; a partir de 1905, del norte de China y tambin de Manchuria, materas primas para la industria 19

pesada, especialmente carbn, hierro en mena y en lingotes. La capacidad de China para proporcionar estos materiales iba a ser de importancia creciente para las relaciones entre los dos pases a medida que avanzaba el siglo. En efecto, slo Japn de entre todos los pases industriales del mundo dependa hasta tal punto de las importaciones para mantener su industria pesada, hecho que habra dc jugar un papel clave en la politica exterior de los aos treinta. La economa en los aos veinte La industrializacin japonesa no llev a exactamente el mismo tipo de estructuras econmicas y sociales que caracterizaron el proceso de modernizacin de Occidente. Las razones hay que buscarlas parte en diferencias congnitas, parte en el hecho de que Japn mantuvo una independencia financiera suficiente para resistir las presiones a la conformidad. La agricultura y el comercio de la era Tokugawa haban llevado a una acumulacin de capital en manos privadas que posibilit la financiacin de las primeras etapas de crecimiento, una vez que el gobierno haba asegurado una infraestructura y establecido los mecanismos necesarios para canalizar las inversiones en la direccin correcta. Por consiguiente, Japn no tuvo ni necesidad de grandes aportaciones de capital extranjero, ni ninguna deuda exterior considerable antes de la Guerra Ruso-Japonesa. Occidente aportaba la tecnologa, adems del conocimiento de los mtodos de organizacin empresarial, introducidos en Japn por asesores y expertos extranjeros, pero no tuvo una participacin importante en la propiedad ni en la administracin de las empresas. Esto aument el alcance de las modificaciones del modelo occidental. Pero tampoco esto quiere decir que la industrializacin japonesa fuera sui generis. Si se deja a un lado la etapa preliminar de la industria relacionada con la defensa y financiada por el gobierno, el desarrollo sigui una secuencia natural, es decir, primero surgi la industria ligera, despus la pesada. No fue hasta los aos veinte que el proceso qued razonablemente terminado. Adems, haba habido bastantes fluctuaciones y cambios de ritmo antes de que se alcanzara ese estado de madurez, igual que las haba habido en Occidente unas generaciones antes. Los ltimos veinte aos del siglo xix tuvieron fases de crecimiento explicadas en parte por la deflacin de Matsukata. Las sigui un retroceso en los primeros aos del siglo xx debido a las tensiones impuestas por unos gastos militares ms elevados y por el efecto que en el precio de las exportaciones tuvo la adopcin de la normativa de oro de 1897. Pero el progreso fue reanudado despus de 1905 y continu, salvo el pequeo alto de 1910-1911, hasta 1918. En ese momento, el final de la Primera Guerra Mundial trajo una depresin econmica mundial que tambin toc a Japn, ya que gran parte de su industria perdi sus mercados extranjeros. Despus, en septiembre de 1925, un terremoto catastrfico sacudi la regin de Kanto la zona de Tokio- destruyendo gran parte de la capital y de Yokohama. Esto obstaculiz la recuperacin, al ser necesario destinar capital a las obras de reconstruccin. Adems, Japn tena que enfrentarse ahora a una renovada competencia comercial con Occidente, mientras que las crecientes importaciones de alimentos de las colonias sirvieron para contener los precios. El resultado fue que los aos veinte no fueron una dcada en que la economa en conjunto avanzara notablemente, no obstante el hecho reconocido de que la industria y el comercio alcanzaran un puesto en la vida japonesa ms importante que en cualquier poca anterior. Fueron aos cuya marcha econmica da pie a establecer algunas consideraciones sobre la naturaleza de la sociedad industrial japonesa tal como exista entonces. La renta nacional a nivel de los precios de 1928-1932 aument de 2.300 millones de yenes en 1890 a 12.700 millones en 1930. En ese total la industria primaria se llevaba tres

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quintas partes al comienzo del periodo y alrededor de un quinto al final, no obstante su incremento de ms del 70 por ciento en valor. La industria secundaria (principalmente manufactura) casi triplicaba su proporcin (del 10 al 28 por ciento) y la industria terciaria (incluyendo al comercio) no llegaba a doblarla (del 28 al 52 por ciento). Dentro del sector de la manufactura, la industria pesada (productos qumicos, acero, metales no ferrosos, maquinaria) tena una participacin de en torno a un sexto al comienzo del siglo, que aument a casi el doble durante y despus de la guerra de 1914-1918; los textiles se mantuvieron en torno al 30 por ciento a lo largo de todo el periodo, y los alimentos, principalmente los productos tradicionales como el sak, la salsa de soja y la pasta de sopa miso, tenan el resto, es decir, el 35 por ciento en 1900 y el 25 por ciento en los aos veinte. Estas cifras describen una situacin en el ao 1930 o inmediatamente antes que habra sido bastante normal para un pas de Europa occidental en la misma poca. Sin embargo, algunas de las estructuras subyacentes son menos conocidas en trminos occidentales. Por ejemplo, haba todava un importante sector de la industria que estaba produciendo, incluso en fbricas con mquinas elctricas, artculos propios de una forma de vida tradicional y no moderna. Adems, la respuesta de la industria con sus bajos indices de crecimiento de los aos veinte crteles, racionalizacin, adopcin de una mejor tecnologa tuvo el efecto de poner de relieve ciertos otros rasgos tpicos de la economa. Uno era el dualismo econmico. Japn tena en un extremo un nmero muy grande de pequeas y medianas empresas compitiendo encarnizadamente entre si sin contar con demasiado capital ni tecnologa. En el otro extremo tena unas cuantas empresas mucho mayores que, con una tecnologa avanzada y capitales considerables, podan alcanzar altos niveles de productividad, sobre todo en industrias como las del hierro y el acero, maquinaria, minera, cemento y refinado del azcar. Generalmente haban crecido en un proceso de amalgamas a lo largo de los aos y, gracias a sus dimensiones, estaban en posicin de mantener los precios y la participacin en el mercado usando prcticas restrictivas. Controlaban tambin una gran proporcin de la industria japonesa. En 1909, las compaas capitalizadas en 5 millones de yenes o ms constituan el 0.3 por ciento en nmero y el 36 por ciento en capital, pero veinte aos despus los porcentajes respectivos eran el 1,6 y el 65 por ciento. La banca estaba igualmente concentrada. Los Cinco Grandes (Mitsui, Mitsubishi, Yasuda, Sumitomo y Dai-Ichi) capitalizaban en conjunto 50 millones de yenes en 1914 y 280 millones en 1927, controlando ya el 19 por ciento del capital bancario privado. Los ejemplos con ms relieve de empresas a gran escala eran los grandes conglomerados agrupados bajo el nombre de zaibatsu, todos con una compaa tenedora familiar al frente. Uno de ellos era Mitsui, que exista desde el siglo xvii como un negocio de venta al por menor y de finanzas. Un grupo de capaces ex-samurais reorganiz la empresa en la era Meiji, aadindole en 1876 una compaa dedicada al comercio exterior y un banco. Despus la ramificaron en intereses de minas de carbn, textiles, fabricacin de papel, refinado de azcar y transporte martimo. En los aos veinte sus ramificaciones se extendan a 120 empresas distintas, o bien en propiedad y administracin directas, o bien en control mediante la tenedura de acciones y el nombramiento de directores generales. El siguiente conglomerado ms grande era Mitsubishi, que se inici en la era Meiji con los intereses navieros de Iwasaki Yataro extendidos despus al comercio exterior, minera, construccin naval y diversos sectores de la industria a los que se agregaron posteriormente aviones y automviles. Hubo tambin un banco Mitsubishi fundado en 1880. Otro era Sumitomo, que, a diferencia de los otros dos, tena su sede en Osaka y no en Tokio y que se desarroll de una empresa

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premoderna con intereses en la minera de cobre. Los metales siguieron en el centro de sus actividades, aunque poco a poco stas se extendieron mucho ms al igual que las de otros zaibatsu. Yasuda fue tambin la creacin de otro fundador ex samurai de principios de la era Meiji que adquiri una propiedad en el sector moderno de la industria mediante intereses iniciales en el comercio y la banca. La banca fue, de hecho, un factor crucial en el desarrollo de estos cuatro conglomerados empresariales. No slo les daba acceso a un capital escaso en sus aos de formacin, sino que tambin les permita ejercer influencia, cuando no control, sobre una variedad de compaas ajenas a sus propios grupos. Se ha calculado que antes de 1930 los bancos de Mitsui, Mitsubishi, Sumitomo y Yasuda tenan el 27 por ciento de las obligaciones emitidas por las empresas que no eran zaibatsu. El hecho de que supergrupos como sos haba otros cuatro o cinco que podan aadirse a los mencionados tuvieran intereses en todo, del comercio nacional al exterior, de los textiles a la industria pesada, de las finanzas a los armamentos, les haca resistentes a los bajones de la economa y, por ende, les daba ventaja sobre sus rivales. Esto los colocaba en una categora especial dentro del mundo empresarial japons. Siempre mantenan estrechas relaciones con el gobierno, aunque antes de los anos veinte sera dudoso llamarlos clientes del mismo. Sus tentculos en la economa iban ms all de lo que pudiera dar a entender una simple descripcin de las operaciones que realizaban directamente, llevadas a cabo por medio de prstamos a productores de seda particulares o por medio de lazos con los subcontratistas, y que servan a sus ramas de fabricacin. Pero haba otras empresas igualmente modernas que no encajaban en ese modelo. Las constructoras, las de las grandes tiendas, algunas productoras de artculos de consumo, una o dos compaas innovadoras en el campo de la ingeniera (Toyota, por ejemplo) se mantenan a menudo independientes y posean dimensiones considerables. Algunas ni siquiera tenan un fondo social. An ms caracterstico de los intereses de estas compaas no-zaibatsu era la fabricacin en talleres o pequeas plantas por todo el pas de artculos de consumo como jabones y calcetera o tejidos y cermicas de consumo nacional. Antes de 1930 haba ms de un milln de estas compaas, que con frecuencia empleaban a menos de cinco personas, pero que en total sumaban ms de la mitad del total de mano de obra descrita como ocupada en la manufactura. La diferencia entre las empresas grandes y las pequeas en el tema del capital, tecnologa y organizacin iba paralela a la diferencia en el tema de la administracin y mano de obra. Para uno y otro tipo de puestos, de administrativos y obreros, las pequeas empresas echaban mano sobre todo a los miembros de la propia familia. En cambio, los zaibatsu y otras grandes empresas empezaron con el comienzo del siglo a acudir a las universidades para cubrir los puestos de trabajo administrativo igual que haca la burocracia del gobierno. Mitsui y Mitsubishi contrataban a graduados de la Universidad Keio Gijuku, la fundada por Fukuzawa, y despus tambin de la Universidad de Tokio. Con objeto de ofrecer una educacin empresarial ms especfica, se fund en 1887 la Escuela Superior de Comercio de Tokio (ahora convertida en Universidad de Hitotsubashi). Ya a principios de siglo, los altos cargos ejecutivos de las mayores empresas solan salir de algunas de esas tres instituciones. En efecto, segn una encuesta sobre los directores de empresa de 1929, ms de la mitad de los mismos haban recibido formacin en esos centros. Fueron estos hombres ms que nadie los que introdujeron mtodos profesionales en la gestin empresarial japonesa: hombres que haban estudiado economa, que haban ledo libros sobre los mtodos empresariales norteamericanos, que tomaban decisiones sobre la introduccin de nuevas tecnologas con una atencin escrupulosa al rendimiento de la inversin. En este periodo segua siendo minoritario entre los japoneses el empleo en una empresa

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de tipo moderno. En 1920, de un total de fuerza laboral de 27 millones, ms de la mitad trabajaba en la agricultura y silvicultura y slo el 16 por ciento en la manufactura. Un simple 6 por ciento era de operarios en fbricas. Las mejoras en la productividad agrcola haban hecho que bastante mano de obra rural fuera a las ciudades, aunque casi la totalidad de esta mano de obra, no obstante la calidad del sistema educativo, era semiespecializada o no especializada, consiguiendo a lo sumo colocarse en el comercio o en la industria de servicios. Los administradores de las fbricas con tecnologa avanzada se enfrentaban, por lo tanto, a dos problemas: cmo encontrar un personal especializado (preferentemente hombres en el caso de la industria pesada) y cmo encontrar formas de que no se les fueran, atrados por otros empleos o competidores. De aqu se desarroll, especialmente al sindicalizarse ms la mano de obra industrial (vase captulo 8), la prctica de ofrecer no slo ms altos salarios, sino otros incentivos: un empleo ms seguro, pagas extras, sobresueldos por veterana en la empresa y beneficios de seguridad social. Fue en estos aos cuando empez a configurarse, si bien no en su forma definitiva, la estructura de relaciones laborales que ha venido a ser considerada tpicamente japonesa. Se aplicaba esta estructura a las principales industrias de alta tecnologa que se haban ramificado segn parece a partir de la construccin naval y el comercio de tcnicas de ingeniera, aunque induso en estos sectores slo beneficiaba a una parte de la mano de obra. Los trabajadores no especializados o semiespecializados, que no escaseaban, no podan optar al mismo tratamiento independiente de quien les empleara. En otras palabras, lo que estaba surgiendo era una lite laboral similar a la constituida en el mundo empresarial por los zaibatsu y algunas otras empresas. Era el precio que tena que pagar la mayora a cambio de un rpido crecimiento econmico. Los agricultores podan alegar que el precio que ellos tenan que pagar era incluso ms alto. La produccin agrcola haba seguido aumentando despus de 1900, pero ms lentamente, pues se haba acercado al lmite de la capacidad de produccin sin que se alteraran radicalmente el sistema de tenencia de tierras ni los mtodos de cultivo. El indice de la produccin agrcola (1925-1929 = 100) ascendi de 67 en 1900 a 110 en 1930, la de arroz, concretamente, de unos 45 millones de koku a 60 millones en el mismo periodo. Considerando que el nmero de agricultores en realidad descendi (de 15.800.000 a 13.700.000 entre los dos aos mencionados), se dio un considerable aumento en la productividad por trabajador debido en parte a la aplicacin de tcnicas ms cientificas a tierras de baja calidad. No obstante, la agricultura estaba perdiendo de forma constante su posicin de prestigio en la economa nacional. Al crecer la poblacin, menguaba el porcentaje de campesinos. Y, aunque algunos se haban diversificado en cultivos de mayor