Biblioteca COMARCA / Revista comarca nº 3

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CREDO Miguel Ángel Asturias

Creo en la Libertad, Madre de América

creadora de mares dulces en la tierra,

y en Bolívar, su hijo, Señor Nuestro

que nació en Venezuela, padeció

bajo el poder español, fue combatido

sintióse muerto sobre el Chimborazo,

resucitó a la voz de Colombia,

tocó al Eterno con sus manos

y está parado junto a Dios.

No nos juzgues, Bolívar, antes del día último,

porque creemos en la comunión de los hombres

que comulgan con el pueblo, sólo el pueblo

hace libres a los hombres, proclamamos

guerra a muerte y sin perdón a los tiranos;

creemos en la resurrección de los héroes

y en la vida perdurable de los que, como tú,

Libertador no mueren,

cierran los ojos y se quedan velando.

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AlcAldíA BolivAriAnA del Municipio

liBertAdor MéridA

carlos león MoraAlcAlde

nelson Barrolletadirector de culturA

del instituto MunicipAl de culturA

COMARCArevista cultural

nº 3primer semestre 2008

directorAlberto rodríguez carucci

Jefe de redAcciónGonzalo fragui

conseJo de redAcciónedmundo Arayenrique plata

lourdes contrerasHéctor lópez

Hermes vargas

diAGrAMAciónever delgado

YesYKa Quintero

portAdA néstor Alí Quiñones

depósito legalpp200602Me2255

impreso en la editorial venezolana c. A.

las tensiones políticas han marcado el ritmo de las relaciones diplomáticas en la región andino-caribeña durante los últimos meses, a tal punto que sus distintas situaciones han tenido que ser sometidas a debate en el marco de la organización de estados Americanos, que ha mediado en un intento por atenuar los peligros que entraña la prolongación de la conflictividad. tanto los medios de comunicación de masas como los centros de educación superior han sido cajas de resonancia de los conflictos, tanto internos como internacionales, llegando a ser percibidos por algunos analistas como agentes de una especie de guerra simbólica que tienden a incentivar los conflictos, en función de objetivos desestabilizadores contra algunos gobiernos, que proponen cambios ante el modelo político y económico que ha garantizado históricamente el mantenimiento de las asimetrías sociales que todavía caracterizan a la región. la coincidencia entre ciertos discursos mediáticos y algunas manifestaciones universitarias, pareciera orientada a exacerbar los ánimos colectivos para llevarlos a situaciones de choque, como ha sucedido en épocas anteriores, según lo revelan los antecedentes históricos, en cuyos procesos han estado presentes las estrategias y los estímulos de países como los estados unidos, mediante manipulaciones y medidas intervencionistas de las que han dado cuenta sus propios documentos desclasificados a través de los años. Mientras eso sucede en los espacios urbanos, los pueblos indígenas se han apoyado en sus tradiciones para afianzar culturas de resistencia, capaces de mantener la coherencia de sus creencias, formas de organización y prácticas sociales, aun sin negarse a las relaciones interculturales. A todos esos aspectos se refieren respectivamente los trabajos de fernando Buen Abad domínguez, pascual Mora García, Alí lópez Bohórquez y Marlene Morales, que abren esta tercera entrega de comarca, en la cual ofrecemos también un homenaje al investigador, escritor y crítico literario domingo Miliani, en conmemoración del sexto año de su fallecimiento, y un dossier dedicado a revisar novedosos aspectos de la escritura y el ideario del poeta, periodista y ensayista cubano José Martí, al cumplirse ciento cincuenta y cinco años de su nacimiento. Comarca se complace en presentar un imaginativo texto de néstor Alí Quiñones, reconocido artista plástico, a quien pertenecen muchas de las valiosas ilustraciones que engalanan este número, en el cual encontrarán nuestros lectores textos poéticos y narrativos de destacados autores venezolanos y de otros países, como Brasil y ecuador, cedidos especialmente para esta entrega, que contiene también los artículos de actualidad de Gonzalo fragui y Giberto Quintero para cerrar con las reflexiones y comentarios de roberto carlos y freddy Ñáñez, seguidos por la acostumbrada sección de novedades editoriales, que invitamos a revisar. Hasta el próximo número.

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LA GuERRA SiMBóLiCA Fernando Buen Abad Domínguez / pág. 3

DE LA uNiVERSiDAD REpuBLiCANA AL DEBAtE DE LA uNiVERSiDAD ACtuAL

José Pascual Mora García / Pág. 11

EL SiStEMA iNtERAMERiCANO DESDE 1936 hAStA 1964

Alí Enrique López Bohórquez / pág. 16

MuLtiLiNEALiDAD DEL RESiStiR. . . LA RESiStENCiA CuLtuRAL COMO MEDiCiNA DESpuéS DE 515 AñOS Qué hACEMOS?

Marlene Morales / pág. 25

DiSSiER DoMinGo MiLiAni / pág. 35

DOMiNGO MiLiANi ACtuALiDAD Y ViGENCiA DE Su pENSAMiENtO

Alberto Rodríguez Carucci / pág. 38

DOMiNGO MiLiANi: BREVE hiStORiA DE SuS LiBROS

Rafael Ángel Rivas Dugarte / pág.43

MiLiANi, LA MuERtE DEL héROE Y EL DOBLAR DE CACEROLAS

Jorge Dávila / pág. 48

tRES ANéCDOtAS DE DOMiNGO MiLiANiGonzalo Fragui / pág. 56

tres poemas de domingo milianai / pág. 57

DOSSiER jOSé MARtí / pág. 59

tRES ARtíCuLOS EN EL CENtENARiO Alejo Carpentier / pág. 60

LA ViDA iNtELECtuAL VENEzOLANA Y LA ViSitA DE jOSé MARtí EN 1881

Domingo Miliani / pág. 64

DiNáMiCA DE LA ESCRituRA DE jOSé MARtí EN SuS CuADERNOS DE ApuNtES: LA CONStRuCCióN DE NuEStRA AMéRiCA

Carmen Suárez León / pág. 71

tEORíA LitERARiA DE jOSé MARtí EN CARACAS FRENtE A LA DECONStRuCCióN pOSMODERNA

Egberto Almenas / pág. 78

jOSé MARtí Y EL juEGO DE pELOtA EN LOS EStADOS uNiDOS

Félix Julio Alfonso López / pág. 86

LA pOESíA ViVE EN hONRA, NOtAS SOBRE étiCA Y ARtE EN jOSé MARtí

Pedro Pablo Rodríguez / pág. 94

jOSé MARtí VERSOS EpiStOLARES Edmundo Aray / pág. 107

hAY QuiENES CREEN QuE LA Luz ESpANtA LOS FANtASMAS

néstor Alí Quiñones / pág. 102

tRéS pOEMAS DE FLORiANO MARtiNSTraducción De Marta Spagnuolo / pág. 109

CANCiONES DESDE LA CARLO StREEt Daniel Molina / pág. 108

hAikAuS Carlos César Rodríguez / pág. 112

MEMORiA tRASVASADA Rosa Elena Pérez / pág. 118

SOY FERMiNA DAzA Carol Murillo Ruiz / pág. 125

LA VECiNA DESNuDA Carolina Lozada / pág. 127

LAS BODAS DEL OLViDO Aixa Salas / pág. 129

pOLíGLOtA José Gregorio Parada / pág. 135

LOS SENtiMiENtOS DEL CANCiLLER ARAújOGonzalo Fragui / pág. 137

SE CiERRA EL CERCO: COMO FRENAR EL MAL EjEMpLO DE uNA REVOLuCióN

Gilberto Quintero Lugo / pág. 138

ABOLiCióN DE LA ESCLAVituD: pARADiGMA DE LiBERtAD

Roberto Carlos (Diken Manama) / pág. 142

ANtONiO MORA CRONiStA DE uN CONtiNENtE AL REVéS

Freddy Ñáñez / pág. 144

DOMiNGO MiLiANi ENtRE MONtAñAS Y RECuERDOS

Douglas Bohórquez / pág. 147

AMéRiCO SiLVA, LA CONDiCióN huMANA DE uN REVOLuCiONARiO

Ever Delgado / pág. 149

EL LiBRO DE LAS CEL-EBRiEDADESFreddy Ñáñez / pág. 150

EL DARDO Y LA pALABRA, pOESíA iNDíGENA DE NuEStRA AMéRiCA

Juan Carlos Valeri / pág. 152

FiGuRAS CROMAñONAS , EL pASADO Y pRESENtE DE LA pOESíA

Hermes Vargas / pág. 154

Sumario Comarca

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Apuntes sobre cómo el Capitalismo se las ingenia parahacer invisible el saqueo, la barbarie y la miseria

Participante en el Foro sobre Terrorismo Mediático. Caracas, 2008

SIMBÓLICAfernando Buen Abad domínguez

La Guerra

.Es la lucha de clases que (también) se libra con valores, con ideas y con signos… en la cabeza y en los corazones. Es la pugna asimétrica de intereses que se confrontan históricamente por ganar el terreno de los imaginarios simbólicos donde se yerguen los principios, las ideas, los afectos… es uno de los escenarios de la Batalla de las ideas (que también debemos ganar). Es una Guerra añeja agudizada por la burguesía para tergiversar los valores sociales, para poner

el mundo patas arriba, para hacer invisibles las cosas que realmente valen (como el trabajo) e imponernos como valiosas las mercancías y costumbres que la burguesía ha pergeñado para enriquecerse (aunque seamos nosotros quienes las producimos). Claro que es una Guerra apuntalada también con misiles, cañones, metralla y golpizas, claro que es una Guerra apuntalada con terrorismo financiero, chantaje inversionista y vampirismo bancario. Es preciso ganar la esta Guerra y aniquilar todo sometimiento.

En su versión actual es una Guerra despiadada para coronar con alienación -e impunidad- el saqueo, la barbarie y la miseria

¿Qué es una Guerra Simbólica?

«Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente. Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase la clase dominante, o sea, las ideas de su dominación. Los individuos que forman la clase dominante tienen también, entre otras cosas, la conciencia de ello y piensan a tono con ello; por eso, en cuanto dominan como clase y en cuanto determinan todo el ámbito de una época histórica, se comprende de suyo que lo hagan en toda su extensión, y, por tanto, entre otras cosas, también como pensadores, como productores de ideas, que regulan la producción y distribución de las ideas de su tiempo; y que sus ideas sean; por ello mismo, las ideas dominantes de la época.»

(C. Marx y F. Engels La Ideología Alemana, 1846)

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Sus armas estratégicas son -entre otras- las iglesias, el Estado, la Educación y los mass media. Esta Guerra simbólica despliega la violencia psicológica planificada contra los pueblos, el envilecimiento de la dignidad, la criminalización de las rebeldías, el estado de amenaza permanente y el amedrentamiento como religión… es el «trabajo sucio» del capitalismo, sus «golpes bajos», para derrotarnos anímicamente. Es el despliegue más inaudito de canalladas sistemáticas para acomplejarnos y narcotizarnos… y, por si fuese poco, es una Guerra para hacer invisibles las perores monstruosidades del Capitalismo. ¿Falta incluir algo? Si, mucho. No alcanzarán estas líneas.

Esta Guerra es el secuestro de los juegos, del ludismo necesario, del sentido del humor, de las tradiciones colectivas y la identidad común. Es el secuestro de lo social en garras del individualismo, es la negación de la poesía revolucionaria y la imposición de la amargura. Es el reino de la fatiga, la moral de la extenuación, las privaciones y las carencias de quienes producen la riqueza concreta. Es la perversión de la ternura en garras de la sensiblería mocosa; es la imposición de la violencia mercantil, el padrotismo, la patenaería, el parasitismo en contra de la solidaridad, la conciencia de clase y la organización social transformadora. Esta Guerra emplea cualquier cosa para la destrucción de cuanto es útil para

liberar a la clase trabajadora. Es una Guerra que no pedimos y no queremos… pero es una Guerra que ganaremos y que nos dejará triunfantes y fortalecidos. Contamos con la mayoría de los seres humanos para eso y, tan pronto cunda la conciencia sobre la importancia de esta Guerra, avanzaremos rapidísimo. Y esto no es optimismo trasnochado. «No cabe duda que ni duda cabe».

Hacia un diagnóstico cualitativo

hemos sido infestados por los valores objetivos y subjetivos del capitalismo. Los símbolos que históricamente contribuyeron a dar sentido al tejido de las relaciones sociales, están hoy sometidos a la lógica simbólica del mercado burgués y a sus reglas de clase. Los símbolos de la burguesía buscan meterse en todos los rincones de la vida diaria, en tiempo y en el espacio, tratan de imponernos su visión y cosmovisión, su agenda y sus necesidades de clase para dejar su huella en todo lo que vemos, en la manera en que comprendemos la vida, los amores, los sueños… casi nada queda intacto.

La imposición simbólica burguesa trata de influir en nuestra comprensión del pasado, del presente y del futuro. Nos presenta un desafío central basado en oponerle una praxis metodológica armada de crítica, conciencia clara y capacidad de planeación con acciones directas. La Guerra simbólica burguesa es un invento para la sumisión del imaginario colectivo, la cultura misma bajo la «razón» del hambre, de la explotación, de la humillación y de la muerte. Esta Guerra simbólica burguesa busca, también, matar la memoria rebelde de los pueblos. Sus fechas y sus nombres, sus formas de ser, de actuar, de pensar y de creer en el pasado y en el presente. Ca ncelar a toda costa el destino revolucionario del mundo y degenerar el momento de ascenso que estamos construyendo.

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Están dispuestos a sostener esta Guerra simbólica a cualquier precio porque, bajo la influencia del capitalismo, planean sumergir en una borrachera amnésica a mansalva la historia de las mejores luchas en el ascenso humano. Borrarán, a como de lugar, cualquier pensamiento crítico. Barrerán con las ciencias en general y con las ciencias sociales en particular, arrasarán la organización de los trabajadores y aplastarán la movilización revolucionaria. Vaciarán de significado esa dialéctica del desarrollo simbólico que impulsa a los pueblos a resistir y a triunfar y querrán «re-semantizarla», con valores mercantiles de clase. hay que estar listos a los trabajadores sólo los salvarán los trabajadores.

Algunas tácticas de la Guerra simbólica burguesa

* Ellos niegan que exista esta «Guerra ideológica» y nosotros estamos obligados a ponerla en claro, desnudarla, exhibirla y ganarla. inexcusablemente.

* Ellos quieren imponernos, para siempre, su proyecto de «felicidad» burguesa.

* Ellos quieren imponernos sus parámetros de «calidad» en todo lo que vemos, tocamos, escuchamos, olemos y saboreamos...

* Ellos quieren que reverenciemos a sus fetiches mercantiles y que no nos atrevamos a tocarlos ni con un pétalo de la conciencia de clase.

* Ellos quieren vernos arrodillados siempre, adorando su «inteligencia», su «cultura» y sus «valores»… quieren que los tengamos por dioses nuestros -pero sin tocarlos- y que los defendamos incluso con la vida.

* Ellos mienten sistemáticamente con sus mass media feroces. Ellos cometen atrocidades de todo tipo ayudándose con una «guerra sucia» mass media y nos echan la culpa.

* Ellos quieren mantenernos engañados, asustados y confundidos… hacen lo imposible por esconder sus tácticas y sus jugarretas, hacen lo indecible para que no nos demos

cuenta de sus avances, desembarcos y bombardeos ideológicos.

* Ellos acumulan monopolios de medios y modos de expresión, educación y sometimiento.

* Ellos quieren hacernos sentir «culpables» y «cómplices», de la crisis de su sistema, de su mundo, de su alegría.

* Ellos quieren disociarnos de nuestras fuerzas reales, es decir nuestras fuerzas revolucionarias.

* Ellos quieren que nos veamos con sus ojos, es decir, como inferiores, atrasados, dóciles y rentables… las 24 horas del día. «Con buen currículo. Magnífica presencia y disponibilidad horaria».

* Ellos quieren convertir en «terrorista» toda expresión de la lucha de clases. O sea nuestras luchas.

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trece armas burguesas en la Guerra ideológica

a estas horas:

1. El invento mass media del «terrorismo» que sirve de pretexto para reprimir y saquear al mundo. Y todos los que le ayudan con su irresponsabilidad.

2. Las telenovelas. 3. Los Noticieros. 4. La publicidad. 5. Las iglesias y las Misas. 6. Las Campañas electorales. 7. Las Escuelas privadas y gubernamentales. 8. La desorganización. 9. La improvisación. 10. La ignorancia. 11. La vulgaridad. 12. Las burocracias y los sectarismos. 13. Y en General todo lo que sirva a que

la burguesía fortalezca sus monopolios y su enriquecimiento, cada día más obsceno.

hay que ver esta Guerra y verla bien claro. «La historia del hombre, ha sido la historia de la

lucha de clases».Esa Guerra Simbólica financiada por la

burguesía tiene intenciones muy «negras». Está dirigida, especialmente, a calumniar y satanizar a todo aquel que luchó, lucha y luchará para erradicar esta monstruosidad insaciable llamada capitalismo. Nadie se engañe. Es también la usurpación de todas las herramientas de producción simbólica para dirigirlas contra nosotros camufladas de mil maneras. poseen ejércitos (incluso –claro- de la guerra convencional) movilizan a la población civil con armamento simbólico potente que golpea zonas afectivas y operan con violencia psicológica que destruye y domestica a las personas en los lugares más íntimos, mentales o emocionales, donde penetran los dispositivos simbólicos burgueses. Los daños son tan incalculables como el negocio que han hecho con esta barbaridad.

Esa Guerra burguesa sostenida en el campo simbólico no desprecia recurso alguno

usa, por ejemplo, armas cinematográficas, televisivas, radiofónicas… que apuntan contra toda la cartografía de la vida psíquica donde pretenden degenerar las nociones de realidad, con efectos concretos, para imponer «valores» contradictorios de clase disfrazados de «diversión», «entretenimiento», incluso «cultura» pero que en el fondo son matrices ideológicas para la cortesía con los jefes y adoración a los patrones y la entrega dócil de toda nuestra riqueza… son discursos para la celebración de un acto reverencial, desde lo intimista hacia una ideología de clase, que se infiltra a hurtadillas hasta adueñarse de todo el campo simbólico. por medio de estas tácticas muchos obreros acaban adorando a los patrones. Y los defienden. ¿No es eso terrible?

No importa qué actividad de la vida haya que invadir, la Guerra ocupación simbólica se infiltra en todo, esa es su misión suprema trátese de un bautizo, de un casamiento o de un funeral. trátese de una cátedra, o de una charla de café… trátese de una entrevista de trabajo o de la hora de los orgasmos… el fin último –entre otros- es esconder la lucha de clases, esconder a los muertos que el capitalismo fabrica minuto a minuto, hacer invisible la miseria y la barbarie que causa la explotación de los trabajadores en todo el mundo. Es una Guerra costosa y somos nosotros –paradoja horrenda- quienes terminamos pagándola. Eso también es parte de sus objetivos.

Es tarea de la Guerra simbólica burguesa que nos acostumbremos a la mediocridad y a las limitaciones, que nos traguemos, sin chistar, todo tipo de insultos y humillaciones. Sobrevivir rendidos y agradecidos, incapaces de superar la provocación que implica ver a los patrones vivir con lujos y admitir (como responsabilidad nuestra) el bienestar de ellos. Respetar religiosamente la «propiedad privada», la «sagrada familia» burguesa… todos y cada uno de los objetos y los valores que ellos admiran y salvaguardan, (patria, Escuela y Religión) con su literatura, su dramaturgia, su pintura, sus museos, sus músicas, sus

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cantantes… y en fin todas las representaciones simbólicas que a ellos se les antoje convertir en negocio para que nosotros las compremos mansamente y convencidos de que son lo mejor que pudo habernos pasado. Esta Guerra lucha palmo a palmo y sus estragos han sido planeados milimétricamente.

Esa Guerra hace todo lo que está a su alcance por ganar, incluso, el territorio íntimo del humor y de la risa. pervertirlos con bisutería farandulera y con ofertas degradantes que nos enseñan a estar peleados –porque sí- con toda actividad intelectual, especialmente la crítica. Y, donde se hace necesario, la Guerra simbólica burguesa se dedica a sembrar tristeza lapidaria, melancolía sin sustento, como moda, como pose, como identidad de mercado circunstancia para vender novelas, películas, ropa y modos de vida rentables. Matan el sentido del humor y la risa inteligentes para reinar en un camposanto cotidiano de trabajadores decepcionados de todo. por sistema. Así de perniciosas pueden ser sus matrices ideológicas sembradas en las cabezas de muchas personas desde la infancia.

uno mira a diestra y siniestra la desorganización de muchos trabajadores, de sus mejores rebeldías, uno mira su atomización, su propia desconfianza en la fuerza de la clase trabajadora… eso es producto -también- de la Guerra simbólica burguesa, de sus consecuencias alienantes. uno ve a veces, a las mayorías, a los explotados, a los que tienen la fuerza nueva para el cambio nuevo, uno los mira a veces impotentes, desorientados, enemistados, desesperados por la miseria y por la violencia, por la injusticia y por el abandono. una mira a los dueños verdaderos del poder social, a las clases trabajadoras, sometidas a las vejaciones y represiones más injustificadas y monstruosas…

y muchas veces sin ofrecer defensa «sin meter las manos»… eso está planeado por los comandantes de la Guerra ideológica, milímetro a milímetro. Esa es la conspiración alienante burguesa. Y nosotros, paradójica y patéticamente, la financiamos victimados por la extorsión capitalista. Es el colmo.

Muchos jóvenes andan por el mundo desconfiados, debiluchos y ensimismados, a nada le creen, miran todo podrido y todo irremediable. Los sepulta la desesperación y las sombras de la decadencia burguesa que operan en el in-conciente y en la conciencia. Ni se percatan de cómo los victima el sistema. Están intoxicados con odio y

rabia y muchos son incapaces de identificar correctamente los estragos que la burguesía ha hecho en sus gustos, en sus personalidades, en sus amores y en sus sueños. Se laceran los cuerpos, se narcotizan, repiten el discurso de la violencia gratuita -como si fuese un arte y una salida verdaderas- y su nivel de desprecio generalizado inunda los horizontes hasta el punto de despreciarse a sí, a sus fuerzas creativas, a lo mejor de ellos mismos… es una calamidad dolorosísima, es uno de los estragos más canallas y demoledores de

la Guerra simbólica burguesa… hay jóvenes hundidos en la ignorancia que detestan la historia propia y la historia de la humanidad, pero que van tatuados con emblemática nazi-fascista y sin capacidad de crítica ante el horror. para muchos nada pude mejorar y dan por perdida la Guarra. Se equivocan y se dejan derrotar sin haber librado su mejor batalla. Y eso no sólo pasa a los jóvenes… si hiciéramos un estudio detallado de los alcances y profundidades depresivos originados por la Guerra simbólica burguesa nos agarrarían escalofríos. Y fuertes.

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también es estrago de la Guerra simbólica burguesa quedarnos sin palabras. La Guerra simbólica siembra la ignorancia de los vocabularios, cercena la expresión, la libertad de la expresión, inhabilita a sus enemigos de clase para que no seamos capaces de decir y escribir lo que pensamos y los que planeamos… nos condena al silencio en todas sus variedades, eso incluye torrentes de frases hechas, estereotipos expresivos, palabrería acartonada… y además, el drama de no saber manejar las herramientas y las técnicas de la expresión colectiva que es la comunicación social contemporánea. Es

estrago de esta Guerra simbólica dejarnos en la orfandad de medios para comunicarnos, su fetichzación y la veneración que muchos prestan a la payasada farandulera. Es estrago de la Guerra que todo esto pase impunemente y que muchos gobiernos colaboren contra los pueblos siendo ellos mismos lugartenientes voluntariosos de toda

violencia ideológica… contra los obreros y los campesinos, los estudiantes y los trabajadores en general. A sabiendas de

todo esto quedarnos quietos es volvernos suicidas o volvernos cómplices del enemigo. Nomás eso

nos faltaba.

frentes y tareas urgentes, 13 al menos:

«hay que pensar en lo deseable y lo posible, hay que diferenciar entre lo que se puede soñar y lo que se

puede realizar ahora, y lo que se puede realizar ahora y lo que podría realizarse dentro de 20 ó 30 años, a partir de las realidades del mundo actual1». Fidel Castro

La tarea de la clase trabajadora no es crear una nueva cultura dentro del capitalismo, que conviva pacíficamente con el capitalismo… la tarea es derrocar al capitalismo para crear una nueva cultura revolucionaria y permanente. Nuestra lucha guerrera contra la Guerra simbólica burguesa debe ser una Guerra revolucionaria hacia el Socialismo. Guerra

Revolucionaria para aniquilar la alienación, para terminar con todo lo que frena al desarrollo individual y social de la humanidad. Quebrar el discurso burgués, no tragarse sus mentiras... terminar con la propiedad

privada de las herramientas para la expresión (entre otras) y terminar con la producción capitalista del discurso alienante. para eso bien vendría:

1. Formar una gran Corriente internacional de la Comunicación hacia el Socialismo. impulsar

un programa de transición comunicacional y revolucionaria desde abajo.

2. impulsar un debate profundo

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y organizado en todos los frentes sobre la urgencia de expropiar las herramientas de comunicación hacia el cambio radical de las formas y los contenidos en búsqueda de lenguajes que eleven la conciencia, el debate y las fuerzas transformadoras.

3. Expropiar la educación y capacitarnos dialéctica y permanentemente. Democratizar las imágenes y los imaginarios. No repetir las fórmulas y los modelos burgueses; aprovechar lo mejor existente e impulsarnos desde ahí, en cantidad y calidad. Fijar nuestras tareas de formación, investigación y experimentación.

4. Cambiar la estética y emprender el desarrollo del pensamiento socialista, la conciencia sobre la lucha de clases, el compromiso de la Revolución permanente y sus expresiones en la vida diaria. Liberar su expresión revolucionaria. Liberar a la poesía Revolucionaria.

5. Avanzar hacia un Congreso permanente y una agenda política de la Comunicación que ordene y potencie tareas comunes. Crear un Congreso permanente para la Comunicación Socialista nueva, sin trabas burocráticas, jurídicas y sectarias.

6. Desmontar y superar décadas de violencia simbólica alienante.

7. Asegurar nuestra independencia política, semántica y sintáctica.

8. instaurar la Economía política de la producción Simbólica; planificar nuestras agendas temáticas internacional con base en las necesidades de la construcción del Socialismo.

9. Fundar una Escuela internacionalista de Cuadros para la Comunicación Socialista. Desarrollar los géneros y estilos narrativos (e informativos) del Socialismo por prioridades de abajo a arriba.

10. Fundar un Centro de investigación y Experimentación hacia los lenguajes nuevos. Estimular en todas sus posibilidades creadoras la propaganda de la organización revolucionaria. La construcción del partido que no hemos conocido. La propaganda como poética de la lucha capaz de narrar los mejores

triunfos de la organización revolucionaria. La imaginación liberada como arma de la Revolución Socialista

11. Fundar un Sistema internacional participativo para la Medición Cuantitativa y Evaluación Cualitativa. Comunicación Socialista de calidad en forma y contenido medibles desde los movimientos sociales y sus asesores. impulsar de inmediato en el desarrollo metodológico de la crítica dialéctica.

12. Coincidir y organizarnos mejor que el enemigo de clase. impulsar un Frente único. Resolver tareas inmediatas de defensa simbólica. Ganar recursos y espacios. Democratización de todos los mass media. Acordemos una marcha de ideas revolucionarias y organizaciones unidas y aprendamos todos, desde abajo y para siempre, la dialéctica de la Comunicación que los trabajadores impulsan en su ascenso simbólico Revolucionario.

13. un programa político de Comunicación hacia el Socialismo que sepa diagnosticar y pronosticar, que se ayude con lo mejor de la ciencia y los mejores científicos militantes, que se ayude con los técnicos y que se ayude desde las prácticas directas creadoras, día a día, de experiencias magníficas… radios, televisoras, cinematográficas, editoriales… organicémonos como una fuerza que, tarde o

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todo lo mejor y avanzar desde ahí. incluso, claro, con un partido que desde abajo sea capaz de entender su lugar en esta Guerra simbólica con fuerzas objetivas. «…para llevar adelante la cosa misma, es necesaria una transformación en masa de los hombres, que solo podrá conseguirse mediante un movimiento práctico, mediante una revolución; y que, por consiguiente, la revolución no es solo necesaria porque la clase dominante no puede ser derrocada de otro modo, sino también porque únicamente por medio de una revolución logrará la clase que derriba salir del cieno en que se hunde y volverse capaz de fundar la sociedad sobre nuevas bases». La ideología alemana, Marx y Engels

temprano, será una sola en todo el mundo. No impongamos nuestras recetas, no dependamos de «las recetas». Aprendamos de las lecciones concretas de los pueblos, aprendamos desde abajo cómo se construye y se organiza una Revolución… aprendamos de lo mejor y ofrezcamos lo mejor que tengamos. No dictemos verdades de sabio o de burócrata… mejor ampliemos el diagnóstico, el debate, el pronóstico y la lucha contra la alienación.

hay que luchar por el desarrollo político y cultural máximo de la clase trabajadora, impulsado permanentemente por la clase trabajadora misma, con todos sus recursos y ayudas mejores. Aprovecharse críticamente de

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«La nación será sabia, virtuosa, guerrera, si los principios de su educación son sabios, virtuosos y militares; ella será imbécil, supersticiosa, afeminada y fanática, si se le cría en la escuela de estos errores. por esto es que las sociedades ilustradas han puesto siempre la educación entre las bases de sus instituciones políticas.»

simón Bolívar

La universidad Republicana nació con Bolívar. Si Bolívar es el cemento fundacional de la patria también lo es de la universidad Republicana. Con Bolívar cesaron los beneficios que obtenían quienes podían comprar las Gracias al Sacar, para limpiar su sangre, u obtener títulos nobiliarios. Con Bolívar cesó también la presencia de un pensamiento único apadrinado por una iglesia decadente que pretendía una verdad única.

La universidad Republicana nació para sistematizar la educación en la Gran Colombia. El pLAN DE EStuDiOS fue sancionado el 3 de octubre de 1826, con el cual se cambió sustancialmente la orientación de las universidades, ahora con un carácter de universidades oficiales, democráticas y para el pueblo. Rápidamente se extinguía el paradigma aristotélico-tomista para dar nacimiento al paradigma emergente centrado en la física experimental y la mecánica clásica newtoniana.

En el año 1827 se reconocieron seis universidades en la Gran Colombia; Las Universidades Centrales, en Bogotá, Caracas y Quito y las Universidades seccionales en Boyacá, Cauca y Cartagena. En Venezuela, Bolívar y el doctor josé María Vargas, fueron los abanderados de esta Reforma. El primero como

De la UNIVERSIDAD republicana al debate de la Universidad ACTUAL

jefe del Estado, y el segundo, como rector de la universidad de Caracas.

Bolívar pensó en una universidad que no estuviera subordinada a los monarcas, ni a la nobleza, ni al clero, ni a los poderes locales, ni al caciquismo, ni al poder económico. por eso inició el poder de las transformaciones eliminando la figura del CENSOR REGiO, quien revisaba las tesis con espíritu inquisidor para que no se mencionaran los libros ni los autores que no convenían a la estructura de dominación.

igualmente, eliminó las discriminaciones que reservaban la formación universitaria a las clases política y económicamente pudientes, superándose los criterios moralistas que discriminaban a los que no tenían un legítimo nacimiento.

Fue aquel 24 de junio de 1827, cuando nació la universidad Republicana, al ser sancionados por el Libertador los primeros Estatutos o Constituciones. Bolívar delega en la universidad la autonomía, dejando la elección de las autoridades universitarias en manos del claustro de profesores y dotando la institución de un patrimonio económico. Desgraciadamente, el ideal bolivariano fue violentado y puesto al servicio de las montoneras insubordinadas, el caudillismo bárbaro, la autocracia militar, las dictaduras, y un sistema democrático aliado con una partidocracia perversa.

Bolívar fue un precursor de la universidad popular y democrática, por eso dictaminó que en su seno se admitiría a todo estudiante, sin tomar en cuenta discriminación de color de piel, ni edad, ni traba económica. Bastaba saber leer y escribir correctamente para ser admitido como universitario.

José Pascual Mora GarcíaProfesor ULA-Táchira

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La universidad Venezolana y el Manifiesto de

Córdoba, 1918.

La incertidumbre que cobija la universidad Venezolana nos invita a remontarnos al Movimiento de Córdoba (1918), y recordar que los males de la universidad de esa época todavía perviven en la nuestra: «Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y _ lo que es peor aún_ el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra de las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes, que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto.» (Manifiesto de Córdoba, 1918)

La universidad tiene que recomenzar una senda perdida, porque los males de ayer todavía están entre nosotros. pero el mal más grave que padecemos es el que Eugenio D´Ors denominaba: LA SERViDuMBRE DE LA iNtELiGENCiA, al respecto comentaba Deodoro Roca: «nada más doloroso y trágico, en la historia de la servidumbre, que la servidumbre de la inteligencia, la servidumbre de la cultura, de la profesionalidad de la cultura.» (Roca, D.) La servidumbre intelectual a la que se alude, nos permite señalar que en la universidad Venezolana se enquistó una casta en los últimos cuarenta años; casta que se definió a así misma como revolucionaria y de izquierda, pero que en la práctica reproduce la ideología dominante aliada con los bloques imperialistas y hegemónicos. Esta casta enquistada en la universidad Venezolana simulaba ser de izquierda para seguir justificándose en un estatus quo pero cuando se le exigió revelar

su verdadera condición sintió vergüenza del pueblo, simplemente el pueblo ya no transitaba por sus aulas.

Se requiere entonces, que el docente asuma responsablemente su ethos: la condición de «intelectual orgánico». por eso nos preguntamos: ¿Está la universidad venezolana siendo consecuente con el desideratum para la cual nació?, ¿Cuál es su capacidad de sindéresis al abordar el país?, ¿por qué su silencio en las aulas ante la simpleza y falta de densidad del pseudos discurso político opositor? ¿Dónde está el «intelectual orgánico» que actúa como conciencia fundante?, ¿por qué hemos perdido nuestro protagonismo en las decisiones de la sociedad?. pareciera que se está cumpliendo aquella premisa según la cual el saber ya no se discute en la universidad sino en el acontecimiento. ¿Acaso la cultura massmediática y telemática terminará desplazando la cultura académica y la universidad.?

Cuando decimos que la universidad está apartándose de su razón de Ser, queremos significar que erróneamente su Ser está siendo puesto al servicio de intereses de la ideología imperialista y las clases herederas de esa burguesía peculadora y lumpe burguesía delincuente (Federico Brito Figueroa, 1987).

La universidad debe tener como condición necesaria una razón de ser en sí misma so pena de quedar subordinada a otras razones. Y aquí está develado el problema fundamental, pues la universidad evolucionó apartándose de su razón de ser; se ha puesto al servicio de otras razones, y en consecuencia, se debate en una agónica muerte. por eso es emergente el parto de la nueva ethos UNIVERSITARIA a fin de revisar las universidades históricamente en el sendero planteado por Bolívar, al mismo tiempo que demos cuenta de las necesidades sociales del país, antes que las necesidades de los grandes bloques geopolíticos y hegemónicos del imperialismo.

Vivimos tiempos en donde el celestinaje ideológico (Mariategui) en maridaje con el discurso anglobalizador determinan la razón de

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ser de la universidad. La universidad venezolana debe superar la ética neoconservadora que alinea como única finalidad de la Universidad la productividad económica, hasta el punto que se adiestra a los docentes para que asuman «el éxito académico casi exclusivamente en términos de crear trabajadores cumplidos, productivos…, el nuevo programa conservador para una nación resurgente evade cualquier compromiso para formar ciudadanos críticos y comprometidos.» (Mc Laren, 1989:198)

Esta es la trampa en la que no debemos caer. Se busca productividad pero a costa de un ejército que sirva al mercado y sacrifiquen el espíritu de solidaridad social. Esta visión de talante neoconservador se caracteriza por trasladar la lógica del mercado a la universidad.

La universidad venezolana debe superar su complicidad ideológizadora de una moral de esclavos sometida a los movimientos de la nueva derecha, los movimientos cercanos a las empresas, adalides del neoliberalismo, neoconservadores y fundamentalistas religiosos.

por eso necesitamos repensar la universidad so pena de repetir históricamente un espacio que devino en la uNiVERSiDAD NOStRA; una universidad que habla el lenguaje la COSA NOStRA. proponemos en consecuencia un decálogo alternativo para vencer el oscurantismo que se cierne en nuestras casas de estudios superiores.

decálogo de la universidad emergente:

priMero. La universidad debe ser un espacio para el debate de la nueva ética universitaria. transitamos una sociedad en donde pareciera que lo que esta en tela de juicio no son las faltas a las normas de ortografía moral sino las mismas normas; en donde pareciera que cada cual prepara su propia infusión ética. La vieja ética profesional del docente se quedó en los anaqueles, porque funcionó más como una aprehensión conceptual que como una ética

aplicada. por eso podemos decir que la ética en la universidad estuvo más caracterizada por intelectualización de los valores que por una práctica de los mismos.

Se requiere que repensemos una ética para la universidad desde América Latina (Dussell), se requiere el transito de una ética cartesiana centrada en la intelectualización de la moral, del «yo pienso, pienso luego existo», a una ética sentiente (L. Boff) en donde se potencie el «yo siento, luego existo.» todos los sistemas éticos de la antigüedad hasta hoy han mantenido una variable: no se puede ser virtuoso de una virtud, el hombre virtuoso debe ser virtuoso de todas las virtudes. Si tuviera que dar una respuesta rápida a la pregunta ¿qué significa ser virtuoso en la universidad actual? sin reservas diría que un profesor universitario debería ser virtuoso de todas las virtudes. Quizá eso nos ha faltado para que la universidad alcance el sentido de utilidad práctica para la cual nació.

seGundo. El subsistema más importante de la universidad debe ser el subsistema de valores. La universidad no puede seguir siendo administrada con los criterios de los últimos doscientos años, con criterios jerarquizados donde imperó el autoritarismo, el control, la uniformización, la especialización, la sincronización, la concentración, la maximización, y la centralización, teniendo por respaldo político una democracia liberal autoritaria aliada de los poderes de la civilización agrícola (caciques, jeques, caudillos, patriarcas, ayatollahs); éste estilo de hacer universidad está en franco desplazamiento.

En lugar de manejar las universidades como cajas negras para responder a los merca-dos, debemos mejorar el subsistema de valores comprometido con las respuestas sociales. La diferencia entre universidades exitosas y no exitosas debería marcarse por el principio de una organización sustentable y sostenible en un mundo que requiere de más solidaridad que mercados. Desde este momento el sub-sistema más importante de la universidad debería ser el sub-sistema de valores y creencias, centro

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del sistema social de la organización. pero para lograr ese cambio es necesario romper la vajilla de porcelana de la universidad tradicional para después recomponer de otra manera los pedazos. El problema no es sólo descubrir y eliminar el desperdicio, sino determinar los saberes que han quedado desplazados.

tercero. La universidad tiene que hacer una reingeniería de procesos, a fin de lograr una ventaja competitiva sostenible. El problema no es sólo producir lo que la sociedad desea sino lo que la sociedad valorará en el futuro. por no ser conscientes de este proceso llenamos de conocimientos obsoletos las mentes de nuestros egresados. La universidad tiene que preguntarse moralmente, si realmente las carreras existentes responden a las necesidades de la sociedad que vendrá o si simplemente representa la defensa de un feudo para garantizar un espacio laboral.

Sospechamos de quienes hablan de cambio o renovación en la universidad simplemente pensando en la estructura curricular y administrativa, cada cierto tiempo se emprenden iniciativas para realizar reformas curriculares. Sin embargo, estas no pasan de ser un desgaste de energías y tiempo, ya que el nuevo cambio es peor que el anterior. Debemos pensar en la reingeniería del docente, e incluso de pensarnos si realmente somos útiles a la institución o a la sociedad. Es muy acomodaticio hacer campañas para renovar o cambiar pero distraídos en entelequias o sofismas. por eso el proceso de revisión de los conceptos de la universidad deberán ser más drásticos para los próximos años.

cuArto. La universidad emergente deberá centrar su importancia en el recurso humano; es axiomático que las personas son el mayor activo de una universidad. Los miembros de la organización deben ser profesionales que se anticipen a los cambios, expertos del pensamiento convergente y divergente, en presencia de una realidad caótica; el mejor docente no es el que sabe resolver problemas sino el que los anticipa.

Quinto. La universidad deberá superar será su organización burocrática. Los desarrollos

tecnológicos hacen que la universidad actual pueda superar las contradicciones de otras épocas. La racionalidad burocrática que privilegió la razón organizativa del Estado planificador hizo de la universidad un ente menos eficiente, y más vulnerable a las presiones endógenas.

La universidad de la Modernidad tenía una estructura fundamentalmente jerárquica, en donde los Consejos universitarios, de Facultad, o de Núcleo planificaban desde sus oficinas pero en forma desconectada de las necesidades sociales del país.

seXto. La universidad debe superar la relación saber-poder enquistada en una clase política. La universidad debe superar el sentido de administración del poder cual COSA NOStRA, sí así como lo decimos, cual camorra o piovra; hasta el punto que bien pudiéramos decir que dentro de la universidad hay otra universidad que habla el lenguaje propio de la COSA NOStRA, con sus ganster´s, y por supuesto con su respectivo Don Corleone. Esta situación fue creando una contracultura organizacional que en forma soterrada afianzó una clase en el poder, en la que cada elección simplemente consiste en rotarse los cargos. La incorporación de nuevos docentes en el poder de decisión pasa por el juramento ante el clan de la Universidad Nostra; cada nuevo investido tiene que defender en forma genuflexa los caprichos de unos pocos que se encargan de manipular el voto, y así se perpetuaban en el poder. Esa universidad de la cultura balcanizante, de los grupos sectarios, de las competencias amañadas, y de seres adoctrinados en una filosofía de la culpabilidad propia de una moral de esclavos ¡No la queremos.!

séptiMo. La universidad debe recuperar el sentido crítico potenciando los valores humanísticos. En forma sistemática los especialistas del currículo con un sentido más ingenieril que humanístico cercenaron los valores humanísticos. Fue así como desaparecieron de los pensa de estudio las materias con contenido humano y social, entre ellas: introducción a la Filosofía, Sentido y Comprensión del hombre,

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Sociología de la Educación, antropología Filosófica, Lógica Silogística, etc. La universidad en lo sucesivo deberá reconocer los valores humanísticos, ya que se requieren en las organizaciones del futuro.

octAvo. La nueva universidad deberá potenciar el uso intensivo de los conocimientos. La sociedad del futuro tendrá como eje la biotecnología; eso implica que la universidad biotecnológica requerirá de un mínimo uso de energía, un mínimo de mano de obra, y un mínimo de materias primas, pero un altísimo uso de conocimientos. Los gremios y sindicatos tendrán que cambiar sus fines, porque ya no podrán manipular a las universidades con chantajes o subterfugios; ya no podrán cuadrar concursos de oposición en complicidad con los administradores de la uNiVERSiDAD NOStRA.

noveno. La universidad deberá recuperar el nivel de EpiStEME. En el tiempo la universidad ha dejado de ser la constructora del saber epistémico, y se ha conformado con el nivel de DOXA. Quizá por eso afuera en la calle muchos piensan que la universidad es un lugar para los «doxagrafos» de oficio. Fenómeno que ha hecho de la universidad una agencia de titulación y simulación de investigaciones escasamente aprovechables.

deciMo. La universidad debe recuperar su status quo donde lo científico y lo filosófico se integren. De esa manera podemos participar en el diálogo entre lo científico y lo tecnológico, lo moral-práctico y lo político; porque la supuesta neutralidad valorativa de la técnica, amparada en la máxima de que «todo lo que es técnicamente posible es éticamente necesario» ha traído como consecuencia la eco-depredación. La labor del científico también debe incorporar la arqueología del imaginario social, pues allí se encuentra la genealogía de la cotidianidad; todo científico es, al mismo tiempo, un metafísico y un filósofo, quiera o no admitirlo; si no filosofa explícitamente, lo hará implícitamente. pero no puede eludir la sustentación de los supuestos epistemológicos sobre los cuales funda su saber. La crisis que vive el discurso científico radica en gran parte en el olvido de esta característica, ya que en su trabajo acepta o rechaza presupuestos filosóficos en forma más o menos crítica.

notAs

ª Este trabajo forma parte de un capítulo de mi libro: LA uNiVERSiDAD VENEzOLANA A DEBAtE, el cual está inédito en espera de una editorial para su publicación.

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seGundo periodo

El actual Sistema interamericano tiene su origen en los Estados unidos con la conformación de una unión panamericana, mediante la propuesta formulada por el Secretario de Estado james Blaine (1881-1882). Esta idea vino a expresarse definitivamente con la Primera Conferencia internacional Americana, la cual tuvo lugar en Washington entre el 2 de octubre de 1889 y el 19 de abril de 1890. A partir de entonces se suscitaron periódicamente reuniones en diferentes países para tratar asuntos de interés común de las naciones americanas. Entre 1889 y 1964 es posible distinguir dos etapas: La primera comprende el período de 1889 y 1933, en la que se advierte una amplia preponderancia de los Estados unidos en cuanto a la toma de decisiones y desconocimiento de tratados cuando estos eran contrarios a sus intereses, la evidente sumisión de los países de América Latina en las primeras seis conferencias, iniciándose las primeras confrontaciones en la séptima reunión y la evidente intervención económica y militar de los Estados unidos en detrimento de la mayoría de las otras naciones que conformaban el sistema interamericano. La segunda etapa se corresponde con los años

de 1936 a 1964, en la que dicha intervención militar, política y económica continuará junto con la utilización del sistema de relaciones interamericanas para exigir derechos de paz continental y neutralidad ante la segunda guerra mundial, así como la coacción para el rechazo de toda ingerencia del fascismo y del comunismo en América Latina. para ello la intervención económica será más contundente paralela a un control ideológico para impedir el surgimiento y desarrollo de movimientos nacionalistas contrarios a los intereses norteamericanos. Así, el propósito de este artículo es analizar esta segunda etapa a través de las Conferencias y Reuniones interamericanas ocurridas en esos años, a partir de los documentos surgidos de las mismas, con la finalidad de evidenciar el comportamiento tanto de los Estados unidos como de las naciones de América Latina en el contexto del Sistema interamericano.

Como explicamos en otro trabajo,1 el período de 1889 a 1933 estuvo caracterizado por la política de intervención militar de los Estados unidos en América Latina y por el irrespeto completo a las decisiones acordadas en las Conferencias interamericanas, con relación a la agresión e intromisión en los asuntos internos de cada país. En el período de 1936 a 1964, que analizaremos seguidamente, el aspecto militar y la inversión de capitales continuarán, y se utilizará el sistema de relaciones interamericanas para exigir derechos de paz continental y neutralidad

Alí Enrique López Bohórquez

desde 1936 hasta 1964, intervención económica y control ideológico de los estAdos unidos

EL SISTEMA Interamericano

intervencion económica y control ideológicodesde 1936 hasta 1964

Historiador. Profesor ULA-Mérida

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ante la inminente segunda guerra mundial. Ello representó la exigencia de un derecho del que no habían gozado las naciones de Centro América y del Caribe, pero mantenía en zozobra al resto de las naciones, como consecuencia de la violación de sus soberanías por los Estados Unidos. Asimismo, será manifiesta la coacción para rechazar toda ingerencia del fascismo y del comunismo en América, al mismo tiempo que resultaba decisiva la acción para impedir el desarrollo de movimientos revolucionarios de tendencia comunista.

La idea de la seguridad nacional funcionará nuevamente en favor de los Estados unidos a través de un legalizado organismo de relaciones, la Organización de los Estados Americanos, apéndice de la política norteamericana de post guerra. La creación de la OEA será otro de los obstáculos en la formulación de programas integracionistas que respondieran, única y exclusivamente, a los intereses latinoamericanos: programas tendientes a desarrollar la producción agrícola e industrial y los sistemas de comunicación entre los países para promover a la vez, la interconexión de sus economías y dar origen a nuevos mercados ampliados. Supuestamente la Organización de Estados Americanos y los programas conexos –como el caso de la Alianza para el progreso– debían poner en práctica el proyecto integracionista pero, en última instancia, la OEA resultó más un organismo deliberante para la formulación de políticas de los Estados unidos hacia la América Latina, que una asociación para resolver cuestiones de interés común con igualdad de deberes y derechos.

El inicio de este segundo período puede ser ubicado a partir de la Conferencia interamericana sobre Consolidación de la paz, realizada en Buenos Aires, del 1 al 23 de diciembre de 1936. La iniciativa fue del presidente F. D. Roosevelt, quien asistió a la misma. Comenzaba la nueva era imperialista

norteamericana a través de la política del «buen vecino», anunciada en la Séptima Conferencia de Montevideo. La previsión de una nueva guerra llevó a Roosevelt a conducir esta nueva reunión interamericana, señalando en el discurso inaugural: «Es nuestra determinación de vivir en paz entre nosotros, al mismo tiempo dejamos muy claro que nosotros los de las Américas estamos juntos hombro con hombro en nuestra final determinación de que los otros que arrastrados por la locura de la guerra o el hambre de tierras pudieran intentar cometer actos de agresión contra nosotros, encontrarán un hemisferio enteramente preparado para consultar juntos para nuestra mutua seguridad y bienestar mutuo.» 2 Los Estados unidos estaban acostumbrados a la invasión de tierras y, sin embargo, predisponían a las naciones de América Latina a impedir la agresión de «otros» dentro de un área ampliamente controlada por ellos. Lo que era un problema de su seguridad, se pretendía extender al resto del continente. Además, ante la posibilidad de una segunda guerra mundial era necesario que los países latinoamericanos estuvieran libres de conflictos que desviaran la atención de la

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solidaridad continental. Se requería paz para que el hemisferio pudiera estar «enteramente preparado para consultar juntos».

Entre los muchos asuntos tratados en la Conferencia el concerniente a la paz fue el tema central de la misma. Se aprobaron convenciones sobre mantenimiento, afianzamiento y restablecimiento de la paz; un protocolo relativo a la no intervención; tratados referidos a la prevención de controversias, sobre buenos oficios y mediación. En cuanto al mantenimiento de la paz se estipulaba que «...En caso de verse amenazada la paz de las Repúblicas Americanas, y con el objeto de coordinar los esfuerzos para prevenir dicha guerra, cualquiera de los gobiernos de las Repúblicas Americanas signatarias del tratado de parís de 1928 o del tratado de no Agresión y de Conciliación de 1933, o de ambos, miembros o no de otras instituciones de paz, consultará con los demás gobiernos de las Repúblicas Americanas, y éstos en tal caso se consultarán entre si para los efectos de procurar y adoptar fórmulas de cooperación mutua.» 3 Esto se complementaba con resoluciones sobre espectáculos públicos y la paz; el empleo de la radiodifusión en servicio de la paz; deberes y derechos de la mujer ante los problemas de la paz; la prensa y la paz internacional; un código de paz; coordinación de los instrumentos de paz con el pacto de Sociedad de las Naciones; limitación de armamentos; cooperación de entidades particulares a la obra de la paz, etc.4

En la Declaración de principios acerca de la Solidaridad y Cooperación interamericana se estableció: «...a) La proscripción de la conquista territorial y, en consecuencia ninguna adquisición hecha por la violencia será reconocida; b) está condenada la intervención de un Estado en los asuntos internos y externos de otros Estados; c) es ilícito el cobro por la fuerza de las obligaciones pecuniarias; d) toda ingerencia o disputa entre las naciones de América, cualquiera que sea su naturaleza y su origen, será resuelta por la vía de la conciliación, del arbitraje amplio o de la justicia internacional...»5 Esto era

simplemente una ratificación de los Convenios de paz que se afirmaron en Montevideo en 1933. tal declaración tendría validez durante el período de guerra, como una forma de disminuir la tensión contra los Estados de parte de algunos países latinoamericanos y para asegurar la solidaridad americana ante un declarado conflicto extra continental. Pero una vez terminada la segunda conflagración mundial, el imperialismo estadounidense olvidó los principios que con tanto fervor defendió durante la Conferencia de Buenos Aires en 1936, en las sucesivas intervenciones a Cuba, haití, panamá, Guatemala, Nicaragua y a la República Dominicana. Estados unidos había dado un ejemplo a la América Latina que no fue recogido y puesto en práctica: La búsqueda de una unidad americana para evitar simpatías en favor del pueblo enemigo. Algunos gobiernos se sentían incluso más ligados a los intereses norteamericanos, que a los de sus propios hermanos de etnia, lengua e historia. La división era la mejor garantía de dominación.

Los principios de solidaridad continental constituyeron nuevamente el argumento central de la Octava Conferencia internacional interamericana, efectuada en Lima, entre el 7 y el 27 de diciembre de 1938, llegándose a firmar la Declaración de los principios de Solidaridad Americana (Declaración de Lima).6 Se aproximaba la segunda guerra mundial y los Estados unidos necesitaban resolver el problema de la liberalización del comercio interamericano y no agresión económica, incitando a la Asamblea de la Conferencia aprobar el proyecto que al respecto presentaba Colombia.7 por otro lado, se recomendaba a los Gobiernos americanos que intensificaran la enseñanza de las doctrinas democráticas.8 Este elemento ideológico cobraría mayor fuerza en el período de la llamada guerra fría, como veremos más adelante. El inicio de la conflagración mundial dio origen a las Reuniones de Consulta de panamá en 1939, de La habana en julio de 1940 y la de Río de janeiro en enero de 1942. En la primera se hizo la declaración de neutralidad de las naciones latinoamericanas,

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fijándose 300 millas alrededor del continente americano como zona de seguridad, y el acuerdo de cooperación económica, coordinada por un comité que funcionaría en Washington. En la segunda, a petición del presidente de los Estados unidos, se consideraron nuevamente el problema de la neutralidad, protección de la paz y la cooperación económica. La América Latina debía cooperar en el almacenamiento, financiamiento y disposición transitoria del remanente de exportaciones. En la tercera culminó la neutralidad al declarar las naciones latinoamericanas la guerra al japón, Alemania e italia, por haber declarado beligerancia a uno de los Estados americanos.9

Estas consultas demostraron la fraternidad con los Estados unidos, pero detengámonos a considerar brevemente un hecho ocurrido en 1941 en la realidad suramericana, entre Ecuador y perú, lo cual evidenció la poca solidaridad de estos países al sistema interamericano en un período tan crítico. prevaleció más el interés nacional, como era lógico suponer, que la seguridad continental. Nos referimos a la invasión al Ecuador por el perú. Las mediaciones de Brasil, Estados unidos, Argentina y Chile no pudieron detener la ocupación de la región oriental del Ecuador. perú impuso un protocolo de límites, paz y amistad, como condición para terminar con la intervención. Brasil presionó al Ecuador a aceptar la proposición peruana, perdiendo los ecuatorianos parte de sus límites. irónica solución. Los países que antes habían votado contra la agresión y ocupación de territorios, empujaron al Ecuador a negociar sólo con la finalidad de mantener la paz interna en beneficio de la unión continental frente a la guerra. paz exigida por los Estados unidos. Se establecían soluciones contrarias a las propuestas en 1932 en relación a la guerra del Chaco. En 1942 la comunidad americana se parcializaba en favor de una de las partes en contra de la más débil, y se abandonaba la doctrina proclamada en todas las conferencias interamericanas de la no intervención, no agresión, arbitraje obligatorio y paz.10

Las conferencias entraron en receso debido a la guerra. pero en 1945 México invitó a una nueva reunión interamericana, para tratar problemas de la Guerra y la paz. Argentina no asistió, pues su gobierno no era reconocido por Estados unidos por ser considerado «pro-nazis».11 El resultado más resaltante, entre muchos de los asuntos sobre guerra, fue el Acta de Chapultepec o Declaración de Asistencia Recíproca y de Solidaridad Americana.12 Con esta acta se perfeccionó la contribución latinoamericana al esfuerzo de guerra norteamericano y los países de la América Latina se ataron al convenio de contener y enfrentar cualquier agresión externa. Los Estados unidos habían acordado decisiones antes de la guerra, y ahora las estaban tomando para después de finalizada la misma. La declaración establecía dos aspectos que merecen ser destacados:

«...3 -Que todo atentado de un estado contra la integridad o la inviolabilidad del territorio, o contra la soberanía o la independencia política de un estado americano, será considerado como acto de agresión contra los demás Estados firmantes de esta declaración.

5 -durante la guerra (se adoptarán) dentro del alcance de sus poderes constitucionales y de guerra los procedimientos que se estimen necesarios, incluyendo el retiro de los jefes de las misiones diplomáticas, la ruptura de relaciones consulares, la ruptura de las relaciones postales, telegráficas y radiotelecomerciales y financieras, y el uso de la fuerza militar para evitar o repeler la agresión.»13

todo el asunto de la solidaridad interamericana se completó en la Conferencia interamericana para el Mantenimiento de la paz, realizada en Río de janeiro, entre el 15 de agosto y el 2 de septiembre de 1947. Esta nueva reunión contó

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con la asistencia del presidente harry truman. En ella se firmó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca. Su importancia radicaba no sólo en el plano continental americano, sino también en lo internacional, al ser incorporado su contenido general en el Artículo 51 de la Carta de las Naciones unidas.14 pero el tratado tenía en el fondo aspectos que incidirían en el futuro de las fuerzas armadas y la vida política de América Latina. La asistencia recíproca significaba la adopción de técnicas similares; es decir, la incorporación de los militares latinoamericanos dentro de la técnica de la industria norteamericana de guerra.15 por otro lado, el entrenamiento implicaba adquisición de equipos militares, desechos de la guerra, mantenimiento y repuestos, que significaban inversión de dinero no reproductivo. En adelante éste sería uno de los fuertes lazos entre la América Latina y los Estados unidos. Al clausurarse la conferencia, el presidente truman habló exponiendo lo que sería su política hacia las naciones latinoamericanas, descontentas por ser relegadas a un segundo plano al establecerse el plan Marshall de recuperación europea. Dijo truman: «prosiguiendo nuestra política nosotros estamos decididos a continuar fuertes...Nuestra aversión a la violencia no debe ser interpretada erróneamente y considerada como una falta de determinación para cumplir nuestras obligaciones sancionadas por la Carta de la ONu...Nosotros conservamos nuestro poderío militar que constituirá una prueba de seriedad que otorgamos a nuestras obligaciones.» 16

La Novena Conferencia interamericana tuvo lugar en Bogotá, desde el 30 de marzo al 2 de mayo de 1948. En ésta, Estados unidos acabó de moldear su control sobre el sistema interamericano: La creación de la Organización de Estados Americanos,17 a nuestro modo de ver el obstáculo legalizado para la integración de América Latina frente a la política norteamericana. Según Manuel Espinoza, «esta conferencia marcó la iniciación de la era ‘institucional’ de la dominación de los Estados unidos sobre la América Latina, pues la Carta

de la Organización de Estados Americanos era considerada como el instrumento de base de la solidaridad continental.» 18 En el plano político-ideológico se restringía el derecho de autodeterminación de los pueblos de elegir la forma de gobierno que desearan y se les enmarcaba dentro del concepto de democracia norteamericana de libertad de pensamiento, de prensa y de asociación. Y se declaraba «...que por su naturaleza antidemocrática y por su tendencia intervencionista, la acción política del comunismo internacional o de cualquier totalitarismo es incompatible con la concepción de la libertad americana...»19 No asumimos la defensa de aquellos sistemas políticos, pero vale preguntarse si esta parte de la declaración no era aplicable también a los Estados unidos por toda su acción militar desarrollada en Latinoamérica. Con esta declaración, la guerra fría se convertía no sólo en un problema norteamericano sino también de todas las naciones del continente.

En el aspecto económico se crearon los mecanismos orientados a fortalecer la economía estadounidense y la dependencia de las economías latinoamericanas: cooperación para la solución de sus problemas económicos animados por el espíritu de «buena vecindad»; cooperación individual y colectivamente con otras naciones para facilitar el acceso, «en igualdad de condiciones», al comercio, productos y medios de producción; formulación de convenios bilaterales o unilaterales, no en conjunto; reconocimiento de un interés común en el mantenimiento de condiciones económicas favorables al «desarrollo» de una economía mundial equilibrada y expansiva; no aplicación de medidas coercitivas de carácter económico y político para forzar la voluntad soberana de otro Estado; cooperación financiera a través de organismos supranacionales como el Fondo Monetario internacional, instrumento de los Estados unidos; recíprocas facilidades entre los Estados para la inversión y reinversión de capitales sin establecer restricciones injustificables para la transferencia de dichos capitales y de sus ganancias. Sólo

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los capitalistas y el gobierno norteamericanos estaban en condiciones de invertir.20

Es necesario reconocer que la Conferencia, en sus aspectos técnicos generales, hizo algunos planteamientos en relación con el progreso material, normas jurídicas, sociales y económicas que, de haber sido una realidad, hubieran significado un crecimiento de las economías latinoamericanas. pero en su interior tenían dos elementos que impedían llevar a la práctica los planes de desarrollo industrial y diversificación económica independiente. primero, era –y es– notorio el grado de desigualdad económica entre Estados unidos y América Latina, con lo cual se derivaba una relación –»cooperación» – de un país con respecto a los otros, pero en la vía de consolidar la dominación. Segundo, aunque se hacía alarde en la Conferencia de Bogotá del apoyo norteamericano al desarrollo de América Latina, el futuro demostraría lo contrario: Los Estados Unidos prefirieron ayudar a sus propios enemigos japón, italia y Alemania, y a los demás países europeos desvastados por la guerra, el plan Marshall estimuló ese programa de recuperación económica por el temor de que el comunismo pudiera penetrar primero aquellas naciones. Se relegaba la América Latina a un segundo plano, olvidando su solidaridad en la guerra, e incluso habían

disminuido aranceles de sus productos bajo la promesa de una ayuda decisiva al finalizar el conflicto.

Si en la Conferencia de Bogotá se establecieron las bases legales del proceso económico dependiente y e l somet imiento a las decisiones de la OEA, la Décima Conferencia interamericana celebrada en Caracas (1 al 28 de marzo de 1954), revivió la «política del garrote» y demostró el servilismo de la Organización de Estados Americanos a las directrices del Departamento de Estado.21 Como el resto de las Conferencias, la de Caracas trató asuntos jurídicos, políticos, económicos, sociales, culturales y de organización. pero la nota resaltante de la misma fue el proyecto que el Secretario de Estado de Eisenhower, Mr. Foster Dulles, en relación a la «intervención del Comunismo internacional en las Repúblicas Americanas».

El proyecto de Dulles, titulado Declaración de Solidaridad para la preservación de la integridad política de los Estados Americanos contra la intervención Comunista internacional, fue el primero en discutirse y aprobarse con 17 votos en favor, 1 en contra –Guatemala– y 2 abstenciones –Argentina, y México–. En realidad lo que se buscó fue la legalización y apoyo continental para invadir a Guatemala, país que había iniciado un proceso nacionalista contra la united Fruit Company. No es de nuestro interés

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entrar en detalles sobre la invasión, pero la decisión tomada en Caracas implicó la pérdida de la lucha que habían venido sosteniendo algunos países latinoamericanos en favor de la no intromisión; mientras que, al contrario, otros países votantes colocaban en su cuello la soga del intervencionismo. por encima de la seguridad nacional de cada país latinoamericano, se votaba en favor del «interés nacional norteamericano», empeñado en una lucha ideológica contra el comunismo y arrastrando a ella al resto de los países americanos.

Después de esta resolución intervencionista de la Conferencia de Caracas, quedó demostrado lo que hemos venido sosteniendo desde el comienzo: El Sistema interamericano representaba un apéndice de la política imperialista de los Estados unidos hacia la América Latina, pues condicionaba las decisiones, conectaba sus oligarquías y dividía cualquier intento de oposición a su condición de país controlador del sistema. La tónica dada en Caracas sería manifestada en las subsiguientes reuniones de consulta de los cancilleres americanos, y se radicalizaría a partir de la Revolución Cubana. Entre el 12 y el 18 de agosto de 1959 se celebró en Santiago de Chile la Quinta Reunión de Cancilleres, en la cual se puso de relieve el inicio de un cambio de la política norteamericana hacia la América Latina. Es interesante señalar como nuevamente las resoluciones eran compatibles con el interés estadounidense. En esa reunión se dejó establecido el reconocimiento de los gobiernos surgidos de elecciones libres, ya que «...perpetuarse en el poder es incompatible con un ejercicio de la democracia.» 22

¿por qué se invocaba ahora este principio, si en la Conferencia de Bogotá se auspiciaba reconocer los gobiernos de facto, e incluso la de Caracas se hacía en el campo de una dictadura que había derrocado a un gobierno democrático? En verdad los Estados unidos requerían gobiernos militares fuertes a su servicio, como parte de la guerra fría, pero ahora querían auspiciar gobiernos surgidos

de elecciones, para oponerlos al movimiento guerrillero que en enero del mismo año había tomado el poder en Cuba. En la misma reunión se hacía hincapié en los principios de no intervención y de no agresión, previendo, por un lado, una expansión cubana en el continente, y por el otro, tratando de crear la confianza de los gobiernos democráticos nacionalistas de llevar a cabo políticas internas sin la intromisión norteamericana.

todos los conceptos de libertad, democracia, intervención y agresión fueron considerados nuevamente en las dos reuniones de consulta realizadas en San josé de Costa Rica en julio y agosto de 1960.23 En la primera se trató el problema del atentado contra el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, bajo los auspicios de Rafael Leonidas trujillo, dictador de la República Dominicana. En la segunda comenzó a perfilarse lo que sería el futuro de Cuba en la OEA y se considerarían las acciones comunistas en el continente, refiriéndose además a los enfrentamientos entre Cuba y los Estados unidos. La Declaración resultado de esta reunión contenía dos puntos interesantes:

«1) condena enérgicamente la intervención o la amenaza de intervención, sean cuales fueran sus condiciones, de una potencia extracontinental en los asuntos de las repúblicas americanas, y declara que la aceptación por un estado americano de dicha intervención continental pone en peligro la seguridad y la solidaridad americana, obligando a la oeA a reprobarla y rechazarla enérgicamente.»

« 3 ) r e a f i r m a e l p r i n c i p i o de no intervención de un estado americano, y reitera que cada estado tiene el derecho a desarrollar libre y espontáneamente su vida política, cultural y económica, respetando los derechos de la persona humana y los principios de la moral universal.» 24

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Esta última declaración tácitamente aludía al caso cubano, pero fue letra muerta cuando en 1961 los Estados unidos propiciaron la invasión de Bahía de Cochinos. La autodeterminación de los pueblos de la declaración de San josé de Costa Rica significaba «autodeterminación» para aliarse al Estado norteamericano.

En la Octava Reunión de Cancilleres en punta del Este, en 1962, los Estados unidos señalaban que Cuba se había auto-excluido de la OEA por haber adoptado el Marxismo-Leninismo como cuerpo de principios de su Revolución (ii Declaración de La habana, 1962),25 una doctrina opuesta al modelo democrático implantado desde Estados unidos. Ante aquella situación, Argentina, Brasil, Chile y México expresaron sus dudas sobre una resolución de expulsión, y la cuestión quedó pendiente. pero ante la notable simpatía de muchos gobiernos y pueblos latinoamericanos por la Revolución Cubana, los Estados unidos iniciaron una campaña de previsión diplomática y la ampliación de ayuda técnica, económica y, sobre todo, militar. El programa en concreto estuvo representado por la Alianza para el progreso. Esta nueva política condujo a la definitiva expulsión de Cuba de la OEA en 1964, cuando se realizó la Reunión de Río de janeiro. Sólo México votó en contra de la expulsión. Otra vez quedaba demostrado que el Sistema interamericano funcionaba cuando fuerzas opositoras atacaban los intereses norteamericanos. Más tarde, cuando algunos países latino americanos restablecieron relaciones con Cuba sin el consentimiento norteamericano, se comprobaría la inoperancia de un sistema conscientemente dominado por Estados unidos.

notAs

1 Alí Enrique López Bohórquez: «El Sistema interamericano, períodos del Sistema interamericano y la intervención Económica y Militar de los Estados unidos en América Latina (1889-1933)», Comarca.

Revista Cultural, ii (Mérida-Venezuela, septiembre de 2007), pp. 21-30.

2 «Discurso del presidente Roosevelt en la Conferencia de La paz de Buenos Aires en diciembre de 1936», en Segundo Ayala: Bolívar y el Sistema Americano. historia de las Conferencias interamericanas. Quito, imprenta Municipal, 1964, pp. 223-224.

3 «Convenios sobre mantenimiento, afianzamiento y resta blecimiento de La paz», en ibid., pp. 224-225.

4 Segundo Ayala: ibid., pp. 223-247 y Francisco Cuevas Cancino: Del Congreso de panamá a la Conferencia de Caracas 1826-1954. Caracas, Editorial Ragón, 1955, pp. 139-140.

5 «Declaración de principios acerca de la Solidaridad y Cooperación interamericanas», en Segundo Ayala: ibid., pp. 236-237.

6 «Declaración de los principios de la Solidaridad Americana (Declaración de Lima)», en Segundo Ayala: ibid., pp. 277-280. Sobre la Conferencia en general, ibid., pp. 251-280 y Francisco Cuevas Cancino: Op. cit., pp. 140-149.

7 Recomendación LXiii: «tratado de Liberalización del Comercio interamericano y no agresión económica», en Segundo Ayala: ibid., p. 268.

8 Recomendación LXXii: «Enseñanza de la Democracia», ibid., p. 270.

9 ibid., pp. 312-315; y sobre las Reuniones de Consulta 1939-1942 véase Francisco Cuevas Cancino: Op. cit., pp. 151-165.

10 Sobre el protocolo de Río de janeiro de 1942 referido a la guerra entre perú y Ecuador véase Gonzalo Escudero: justicia para el Ecuador. Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1968; julio tobar García: historia de Límites del Ecuador. Quito, imprenta Alarcón, 1972, pp. 79-103; Federico trabuco: tratados de Límites de la República del Ecuador (texto completo del protocolo de Río de janeiro de 1942). Ecuador, Edit. pio Xii, 1970.; y jesús María Yepes: El Ecuador, país Amazónico, la nulidad absoluta del protocolo de Río de janeiro. Quito, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1964.

11 En 1946 el Departamento de Estado público el Libro Azul en el cual se denunciaba a perón como nazi. El inspirador de toda esta conjura era Spruille Braden, quien desde la embajada norteamericana en Argentina fue el mayor opositor a la política nacionalista de perón. En las elecciones de 1946, éste enfocó su campaña contra la intervención de Braden. A pesar de las gestiones de este diplomático, el movimiento peronista triunfó abrumadoramente.

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12 «Declaración de Asistencia Recíproca y de Solidaridad Americana» o Acta de Chapultepec, en Carlos Machado (Selección y Comentarios): Estados unidos y América Latina de 1811 a nuestros días. Montevideo, patria Grande, p. 89; Segundo Ayala: Op. cit., pp. 283-305 y Francisco Cuevas Cancino: Op. cit., pp. 172-181.

13 Carlos Machado: ibid., p. 89.14 Segundo Ayala: Op. cit., pp. 319-325.15 Manuel Espinoza García: La política económica

de los Estados unidos hacia América Latina entre 1945 y 1961.

La habana, Casa de las Américas, 1971, p. 60.16 Discurso del presidente truman en la Conferencia

de Río de janeiro de 1947, citado en ibid., pp. 63-64.17 Segundo Ayala: Op. cit., pp. 329-372.18 Manuel Espinoza García: Op. cit., p. 65.

19 «Declaración de Bogotá» en Segundo Ayala: Op. cit., p. 348; sobre la Conferencia en general, pp. 332-372.

20 «Carta de la Organización de los Estados Americanos», en Segundo Ayala:

ibid., pp. 358-372; Francisco Cuevas Cancino: Op. cit., pp. 257-266 y Enrique Corominas: historia de las Conferencias interamericanas. Buenos Aires, Edic. Cívicas Argentinas, 1959, pp. 275-284.

21 Segundo Ayala: ibid., pp. 377-429 y Enrique Corominas: ibid., pp. 284-302.

22 «Declaración de Santiago» en Segundo Ayala: ibid., pp. 433-434.

23 ibid., pp. 434-436.24 «Declaración de Costa Rica», en ibid., p. 436.25 Segunda Declaración de La habana» en Carlos

Machado: Op. Cit., pp. 144-152.

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rebeldía distinto a resistencia

A lo largo de 10 años hemos recibido Enseñanzas y el Ejemplo de Abuelos indígenas1 del Amazonas venezolano (piaroa) y colombiano (uitoto, Muinane, Bora) y Navajo-Dinee (uSA) acerca de que el charlar tiene sus propias Leyes, su momento, sus reglas, mitos fundacionales, plantas sagradas que acompañan para iluminar y endulzar lo que se dice, sencillez, respeto por el Otro y un Sentido que trasciende el precioso espacio de compartir ideas acerca de algo, de modo que el charlar se convierte, dentro de esas condiciones culturales, en un Ritual, el Ritual de la Palabra (Amazónico) 2, en un Diálogo para el Consenso y el Obrar solidariamente, en beneficio de todos.

Desde esa intención quisiera acercarme a uds a conversar, en este caso, sobre la temática de la Resistencia indígena. S i e n d o a s í , t o d o s deberíamos llevar a nuestro corazón las ideas que tenemos al respecto, para observarlas desde allí, revisarnos, hurgar en nuestros pensamientos y conocimientos, ver distintos puntos de vista (el mío es solamente uno de ellos), con el fin primero de limpiar nuestras emociones acumuladas. . . Y sin olvidar lo pasado (la idea no es olvidar, ni justificar) poder recordarlo sin la carga emocional que lo ha teñido. . . Concebir, y proponer, también, entonces, el Día de la Resistencia indígena como un Día Ceremonial para la curación de nosotros como Nación, como Continente, como planeta.

De modo que, compartir nuestras ideas sobre esta situación histórica, debe llevarnos entonces

a acuerdos de qué es lo que vamos a hacer en torno a ello (la Resistencia indígena como proceso cultural), cómo se va a manifestar en nuestra cotidianidad todo esto que conversemos sobre el proceso de la Resistencia indígena, la Resistencia Cultural prolongada indígena americana, cómo verla expresada y para qué en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, tanto en la educación, la escuela, como en nuestro propio hogar, en nuestra propia existencia. . .sino qué sentido tendría que conversemos o vengamos a escuchar este Foro a propósito del Día de la Resistencia indígena, sino vamos a tomar decisiones y acciones al respecto que vayan más allá de rechazar acciones inhumanas pasadas . . . Que esta Charla y este Artículo sirvan para conversar estudiar y acordar sobre ello.

El hecho histórico-cultural de la Resistencia Indígena y el concepto de la Resistencia Cultural

Prolongada (cf. Saúl Rivas) tienen reconocimiento legal más próximo en el Decreto presidencial Nº 2028 Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 5615, 10/10/2002, 3 así como también la Constitución

de la República Bolivariana de Venezuela, Capítulo VIII, Preámbulo, donde nos identificamos como una Sociedad multiétnica, pluricultural, protagónica, democrática, participativa (CRBV, 1999), la Ley de Demarcación y Garantía del hábitat y tierras de los pueblos indígenas y la Ley Orgánica de los pueblos y Comunidades indígenas, entre muchos, instrumentos legales todos estos realizados después de 1999. Surgidos del hacer colectivo de nuestra República en el proceso Nacional Constituyente, durante los primeros

«. . .digo yo el cronista. . . que no se puede llamar rebelde

a quien nunca había dado obediencia. . .»

fernández de oviedo. cronista y conquistador españolt

Multilinealidad del resistir. . .

Marlene Morales

después de 515 años ¿qué hacemos? la resistencia cultural como Medicina

Docente, investigadora ULA-Mérida

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años del Gobierno del presidente hugo Chávez, inspirados en la historia de siglos y decenas de años de líderes y pueblos indígenas, en primer lugar. por supuesto que todos ellos debemos consultarlos y conocerlos, y también a sus autores.

Nos interesa sobre todo rescatar, tanto del proceso prolongado de la resistencia cultural indígena, como del proceso histórico paralelo de descolonización que conlleva, iniciado hace más de 500 años, rescatar la visión intercultural y la posibilidad de convivencia armónica de los pueblos, naciones y culturas del planeta, entre sí y con la Naturaleza toda.

junto a ese proceso de resistencia ocurrió, sucedió, simultáneamente, desde sus comienzos, la descolonización, tanto abruptamente en los sucesos independentistas, como lentamente, en la medida en que los distintos paradigmas, los distintos códigos civilizatorios, las distintas cosmovisiones, se profundizaban en si mismos, en su diversidad y también en el breve espacio del diálogo intercultural que también ocurría. Necesitamos comprender que ningún proceso llamado descolonizador puede serlo sin ser a su vez, en su esencia, intercultural 4. Y se requiere expandir los espacios donde sea posible el diálogo intercultural, y el desarrollo

de proyectos de mundo, de proyectos de sociedad no hegemónicos, ni globalizadores, respetuosos de toda diferencia. . . Creo y propongo que en la escuela la resistencia indígena sea abordada desde esta visión.

importa además, el intentar cambiar la perspectiva y mirar nuestra historia también desde los pueblos indígenas, como protagonistas del proceso, no como desde la visión de los vencidos, sino como pueblos con gran riqueza paradigmática espiritual, ecológica, científica, con la finalidad de contribuir al fortalecimiento y enriquecimiento de nuestra identidad cultural como Nación (multicultural) y de las distintas culturas de más de 34 pueblos indígenas, así como de las culturas locales y afrovenezolanas coexistentes en nuestro territorio venezolano.

Considerar la Resistencia indígena como centro de nuestra plática, tiene una intención pedagógico-filosófica. Filosofico: basado en la interculturalidad como principio Rector 5 y la apertura al paradigma filosófico mítico amerindio; y la interculturalidad como modelo pedagógico6 para propiciar el diálogo de civilizaciones en la Escuela y la Comunidad, la paz, la co-dependencia en soberanía, desde una visión multipolar interna

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y externa; el respeto a la diversidad humana, cultural, biodiversidad como principio de Vida; la promoción de los derechos de los pueblos originarios y la necesidad, para la supervivencia de nuestro planeta, de la vivencia de su legado cultural, espiritual, ecológico, l ingüístico; la construcción interactiva, colectiva, sociocultural, en equidad, y sin hegemonías del conocimiento, ideologías, modelos culturales y la historia; para la convivencia armoniosa con todos los seres que habitan nuestro planeta.

El sentido de estudiar y rescatar el proceso histórico de Resistencia indígena como una estrategia cultural de resistencia, ante el proceso de globalización y hegemonización de una cultura sobre otras o de un modelo político-ideológico globalizador, y que proponemos consista la estrategia en la vivencia de nuestras culturas originarias del territorio, conlleva un interés muy distinto, en este caso, a la estrategia político-militar que puede ir implícito. Y nos lleva a apoyar la propuesta de la Dirección Nacional de Educación indígena y el Acuerdo de la Asamblea Nacional (octubre 2004) de incluir el Equilibrio intercultural y Ambiental dentro de los equilibrios: político, económico, social, territorial, internacional, del plan de la Nación 2001-2007 y plan 2008-2013, así como el apoyo a la propuesta pedagógica-filosófica de la uNESCO (Morin, 1999) de que uno de los siete saberes de la educación sea el de la condición humana y el respeto de la diversidad cultural en ella implícita, para la promoción de una educación para la paz.

estrategias de resistencia ante la conquista:

«. . .diversos estudios sobre resistencia indígena (scott 1990; Hu-de Hart 1995; rodríguez 1998) coinciden en conceptualizarla como la respuesta de los sujetos al ejercicio del poder sobre sus cuerpos, sus afectos y sobre sus acciones y en señalar que aunque ésta

puede darse de distintas maneras, lo importante es que siempre aparecerá como el otro término necesario de la relación de poder.» (subrayado nuestro) (Garduño, 2004)

1. resistencia Abierta a la dominaciónpara profundizar con respecto a esta

subtemática pueden consultar a Silvia Vidal y Alberta zucchi (Cf. 1999, Colonial Latin American Review, Vol. 8, Nº 1, así como otros artículos sobre macrosistemas políticos aborígenes de las autoras), ellas están entre las investigadoras que, proponen analizar los procesos histórico-político-culturales desde un

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enfoque macroregional, y desde éste, analizan diversas estrategias de los pueblos indígenas, ante la expansión de los colonizadores en nuestro territorio, para garantizar su existencia y su conciencia histórica como cultura, entre ellas: la Resistencia militar abierta; Alianzas político-económicas con europeos, criollos y otros indígenas; Evasión al contacto directo con los colonizadores; Movimientos políticos-religiosos

La autora julie de Coll (1974, La Resistencia indígena ante la Conquista, Ed Siglo XXi) nos relata decenas de historias de la estrategia de la Confrontación, en su fabuloso libro, construido mayormente con crónicas españolas, sobre nuestros héroes y heroínas indígenas. intentando mostrar, en los años 70, que no hubo una actitud pasiva en América ante la conquista, sino la acción contundente de oposición y confrontación de muchos personajes indígenas. Si leemos a Alexander Mansutti (2005) veremos además que la estrategia de confrontación a la conquista y colonización, no venía de un pueblo luchando solo, aislado, sino que se desarrolló la estrategia de la confrontación organizada macroregional, organizándose en confederaciones de pueblos y naciones indígenas, para la defensa ante los colonizadores. 77

Mansutti plantea, además, que en América El subsistema de la violencia existía previo a la conquista, y nos dice: «En este escenario de complejidad sociocultural, pero a la vez de dominio de tradiciones lingüísticas, la guerra era un hecho extendido. todas las referencias de los exploradores del Orinoco durante el Siglo XVi nos hablan de sociedades indígenas que hacían la guerra (Civrieux 1975; tavera Acosta 1954; Gonzalez y Donis 1989; Morales 1979). Sostenemos que la guerra encontrada en el Orinoco echaba raíces en hábitos guerreros que preexistían a la presencia del colonizador.se hacía una vieja guerra con nuevas razones

.» (Alexander Mansutti, rituales, Demografia y Violencia: el sistema de interdependencia regional del orinoco visto desde algunos de sus atributos)

Con respecto a este tipo de estrategia de resistencia ante la conquista, en este caso, los interesados pueden consultar las referencias bibliográficas que aquí les mostramos y otras, con la idea de que es un tipo de estrategia de resistencia, no el único.

Sobre esta temática de la organización macroregional indígena quisiera compartir al respecto que es interesante que consideremos que el, llamado peyorativamente, nomadismo, en realidad, no es una característica cultural evolucionista, sino más bien un modo de ser de nuestros pueblos. . . y de los humanos en general. no era necesario tener aviones, trenes o barcos para buscar el intercambio y el turismo místico-cultural. Así como ahora los Ancianos y sabios indígenas van a distintos estados o países por diferentes razones, entonces (en la época de la conquista), también había una permanente interrelación entre los distintos pueblos indígenas, base para la formación de esas confederaciones macroregionales. Durante los Rituales y los Viajes Espirituales los Chamanes veían otros territorios que luego se aventuraban a conocer. En la actualidad, por ejemplo, el Anciano Piaroa José Antonio

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Bolívar nos ha contado que tanto él como su Abuelo conocían el Pico de El Caballo (uno de sus muchos nombres), Lugar muy Sagrado, Pico Bolívar, mucho antes de que el Anciano viniese a realizar curaciones aquí en Mérida en el año 1996, por primera vez.

La interculturalidad como modo existencial, el respeto a la diversidad cultural, fueron base fundamental para la conformación de esas confederaciones macroregionales indígenas para la confrontación, así como también para la estrategia del establecimiento de Aliados en la época de la conquista.

Dentro de esta estrategia de resistencia a través de la Confrontación Abierta, es importante que recordemos y conozcamos nuestra gente emblemática. Sucedieron res is tenc ias heroicas de pueblos que fueron vencidos, diezmados, que terminó, en ocasiones, en el exterminio de pueblos i n d í g e n a s ( q u i m b a y a s , m u c h o s d e nuestros pueblos caribes, Chiricahuas (uSA)) o en pueblos indígenas que nunca fueron doblegados ni vencidos, como los Araucanos o Mapuches (Chile), o los paeces (Colombia.

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2. resistencia encubierta y cotidiana. estrategias holísticas de resistencia

cultural prolongadatodas estas historias necesitan ser contadas,

recopiladas, escritas, escuchadas, es otra historia patria, la de nuestros pueblos originarios. A más de 30 años que grupos de investigación cultural 8 venimos estudiando y proponiendo esto, aún no se cuentan estas historias en las escuelas, ni en las familias. Y lo cierto es que ya no es suficiente justificar eso diciendo que es porque tenemos una educación de la ideología de la dominación. La verdad es que el modo de conocer esas historias no puede ser sólo a través de crónica o libros, es esencial ir a las comunidades y escuchar allí las historias, pero sobre todo los Mitos, sentir esas historias como propias… sobre todo porque lo son

La Interculturalidad como Principio rector está alejada también, desafortunadamente, en muchos casos no solamente de la ideología de la llamada derecha, sino también de la ideología de la izquierda, del modelo capitalista y, sorpresivamente, del modelo socialista, y de la misma ideología de los dominados también. Aún muchos siguen viendo los pueblos indígenas desde afuera, ajenos a nosotros, como pueblos del pasado, coexistimos en una aparente multiculturalidad, pero aún no se viven las culturas indígenas o afroamericanas ni sus Mitos, no se alimentan de sus historias. . .no se conocen nuestros héroes creadores originarios, y apenas se tiene alguna información sobre los nombres de algunos de los héroes de la resistencia ante la conquista o la colonia, quedándose solamente en la historia después de 1492: la pequeña historia. Y esto solamente desde una perspectiva de batallas o guerras libradas, sin entender el contexto cultural, paradigmático de nuestros pueblos originarios. Es imperativo que reconozcamos que tanto el modelo capitalista como el modelo socialista europeo pertenecen al paradigma racionalista occidental (uno de los tantos paradigmas filosoficos del planeta), y están alejados y no reconocen el paradigma filosófico mítico

amerindio. Si queremos un reconocimiento de las culturas de todos los pueblos y sus cosmovisiones, del planeta, necesitamos aprender de la visión intercultural que nuestros pueblos indígenas han practicado, y que esto, a su vez, alimente la construcción del modelo social solidario, productivo-creador, de trabajo liberador y respetuoso de la Vida que en Venezuela queremos construir y que estamos construyendo, lo cual pasa incluso por buscarle nombres tomados de nuestros idiomas indígenas, con un significado más cercano a la sociedad que creamos cada día.

Vidal and zucchi (1999) dicen que «. . .al frente de ese tipo de organizaciones indígenas (confederaciones multiétnicas) estuvieron Caciques . . .(poderosos jefes con el toque para captar seguidores, aliados, dotes de comerciantes regionales a través de rutas indígenas antiguas, con conocimientos chamánicos: Liderazgo comercial-militar-religioso) que gobernaban,» manteniendo la unidad de estirpe (como dice Domingo Sánchez): unidad en la diversidad

Ellos no solo eran guerreros, (Guaicaipuro) sino seres que poseían una serie de saberes: el manejo de su propia Medicina, de la Cosmovisión de su pueblo, lo Ceremonial, entre otros. No era un liderazgo impuesto, ni ajeno, sino construido desde el Ritual y la cotidianidad. Nunca se trató del enfrentamiento militar solamente, sino de proteger una visión espiritual distinta, de mantener modos distintos de relación con todos los que nos rodean, modelos de comunicación diferentes, vivir con nuestros propios modos de curarnos, de construir viviendas, de alimentarnos, de conversar, se trataba y se trata de la defensa de la interculturalidad como principio de Vida entre pueblos de un mismo territorio.

2.1 otra estrategia de resistencia cultural prolongada fue: Alejarse: los kogui y otros pueblos tayronas de la Sierra de Santa Marta, Los Chaima (Familia Caribe), oriente de Venezuela, Serranía de Caripe, entre muchos de nuestros pueblos la utilizaron. Marc de Civrieux lo recogió en su singular libro sobre los Chaimas. Cuenta allí que cuando los colonizadores ya

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habían subyugado y exterminado a los waikeríes de Cariaco, Margarita y Cubagua, iniciaron incursiones expansionistas contra los Chaima. Esto, nos relata, provocó el repliegue de este pueblo hacia la Serranía de Caripe. Estrategia eventualmente aunado a la confrontación. Esta situación de Caciques sacrificados, comunidades perseguidas, desterrados de su territorio original, hacía que el Alejarse se viese como la libertad para vivir según la propia cultura, sin imposición, ni transculturización. Se buscaba la sobrevivencia no solamente física, sino de la cosmovisión y modos de vivir. pero sobre todo de la propia Espiritualidad y de los modos específicos de buscar la Armonía.

2.2 Alta diplomacia y trueque beneficioso:No todas las sociedades tenían la misma disposición, ni concepción de la guerra como opción 9.

Quiero compartir con uds, algunos pensamientos sistematizados por hermanos de la Corporación Monifue-uruk de las palabras de Ancianos de 39 comunidades uitoto, Bora, Ocaina del Amazonas colombiano relacionadas con la visión mítica del origen y tratamiento de la violencia 10, notas y palabras que me hicieron llegar unos años atrás:

«…todos probaron la yuca dulce para olvidar la problemática que tenían antes, para olvidar el odio, la venganza y la matanza, y con esa endulzaron y apagaron el fuego y todo se solucionó ya, a partir del consejo que dio el sabedor que ninguno de ellos tenía que volver a lo pasado, nada de lo que les hizo tener la vida dura, debían coger los buenos consejos (palabra de sanación, para equilibrar y vivir bien) y seguir adelante…» cacique Marcelo Buinaje

esta es otra estrategia, otro tipo de resistencia: ante la violencia, dietar la violencia

Siempre que hay una problemática uno debe ir al Mito, a buscar su enseñanza, porque todo lo que nos puede suceder ahora o en un momento dado, primero ya le ha sucedido a los Creadores,

y todas las soluciones a lo que esté pasando (en este caso lo relacionado con la violencia de la colonización y las estrategias de resistencia cultural), ya ellos la vivieron, la sufrieron, la sapiencia de cómo debe ser solucionado está recogido en los Mitos, por eso necesitamos mirar escuchar la mitología de los pueblos indígenas y otros pueblos para ver que enseñanzas han sido guardadas

«El Creador, cuando creó al humano, cuando sopló la Vida, ya había dominado la violencia y el conflicto, ya la había endulzado y dominado (…) El creador es quien tiene la palabra para apagar la violencia, con su palabra Verdadera puede enfriar a los malos espíritus que traen candela al ser humano… y si lo piden al Creador, también pueden apagar cualquier conflicto»

«La violencia que vivieron los antepasados ya fue enterrada y no se debe volver a tocar porque si se incumple aparece el odio, la venganza y la violencia. Se debe rechazar y dietar la violencia para sembrar en la sangre, en los hijos, la palabra de buen vivir»

«Cuando el humano no reconoce a su Madre y padre espiritual, sus Creadores, y con su mala actuación rompe ese vínculo, cuando sólo tiene palabra de aire y no la siembra en la Vida, no la hace, no la lleva a la Obra, cuando no escucha y no hace Obra la palabra Revelada, aparece la violencia. por esta actuación el hombre enferma, pierde el camino de su esencia y el sentido de ser verdadera Gente… Moo (El Creador) entrega a los humanos los medios rituales para acceder a la palabra Verdadera. . .» (palabras de Ancianos uitoto, Bora y Ocaina de 39 comunidades indígenas colombianas, sobre la violencia, la ética y el sentido de Vida. Recopilación y sistematización Grupo Monifue uruk)

« Vinieron del otro lado del Gran Mar. . .dolorosamente, el hierro el hacha esperada trajo fue el fuego de la ira. . . La bondad de las máquinas simples no tuvieron tiempo de mirar. . . el Ritual implícito en las máquinas de palma entretejida . . . El que inventaba. . . ignorante y lastimosamente cruel . . . quiso silenciar a los Guardianes de la Ley primera. . . Guardianes del Conocimiento

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Revelado. . . sin saber que tenían el Conocimiento más profundo del Silencio. . Llegaron incluso a quemar Churuatas y dicen los mismos cronistas que también a muchos de nuestros Sabios . . . Sin olvidar lo sucedido limpiamos de rencor esos recuerdos los Abuelos nos dijeron que ya a eso no se puede volver. . . hay que alejarse de todo tipo de violencia. . . para aquel entonces. . cuando se unían las historias de los pueblos de cada lado del mar. . . ya nosotros los de acá habíamos aprendido que no somos dueños de nada. . . sólo los Creadores podrían serlo. . .La paz sabíamos entonces es cuidar lo ajeno todo lo Creado en Sagrada actitud. . .Buscando la paz y la Armonía en Ritual desde los primeros tiempos nos seguimos reuniendo a escuchar el eco de la Voz. . . palabra Verdadera. . . palabra del Orden primigenio

No podían imaginar. . . jamás podrían haber imaginado qué sucedía allí dentro de las Churuatas en el día y en las noches . . .Nuestras Casas Sagradas. . . tampoco ahora. . . solamente quienes lo vivimos. . . y entonces no hay palabras para contarlo . . . sólo nuestro corazón. . . frágil latido.» Morales Sueke, Marlene (2007) Viaje a la Antigüedad del Mundo de los Dueños y los Creadores.

2.3 con el noble ejemplo de ser lo que se es, aunque no lo comprendan los colonizadores.

«Ha habido muchos cambios, yo conozco los dos caminos, el del pasado y el moderno. Muchos quieren vivir como los criollos, y eso se lleva la alegría que teníamos antes, nos divide, cambia nuestras costumbres de hacer en colectivo para el bien de todos. en las viviendas de los criollos se ha perdido la armonía. . . el consejo es no perder nuestra cultura» (Anciano piaroa Whötuja José Antonio Bolívar, Amazonas venezolano, 2006)

todo lo que se hace en las comunidades indígenas se hace para la purificación, para la curación. Cantando cada noche, curando permanentemente con nuestra propia Medicina, relacionándose de una manera respetuosa con ilu

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todos los seres, los que se ven y los que no se ven, con los Dueños y las verdaderas Dueñas que no somos los humanos, los Dueños son los Creadores. Si entramos dentro de esta actitud entramos en el camino del paradigma Mítico Amerindio, estas son maneras de Resistencia.

todos podemos hacer resistencia cultural prolongada si entramos en esa vivencia. Se resiste cantando cada noche en las churuatas, invocando a nuestros Deidades. En el popul Vuh se narra las varias veces que hubo que rehacer la creación del ser humano porque los seres que se crearon al comienzo no eran capaces de agradecer e invocar a sus propios Dioses Creadores. Esta es una manera de resistir también, invocando y honrando nuestras propias Deidades. Manteniendo las prácticas de purificación, pruebas de iniciación, ofrenda en los espacios sagrados y en los momentos cósmicos especiales, guardando los secretos, respetando los pagamentos y ofrendas que han sido ubicados con propósitos e intenciones especiales en los lugares sagrados, que no deben ser tocados, pues llevan la idea de restaurar el orden cósmico-telúrico y convocar la Armonía.

2.4 Guardando silencio y haciéndose invisible entre la nueva multitud extranjera o criolla que habitaba nuestro territorio, ha sido otra estrategia

2.5 Otra estrategia fue fundiéndose y ayudando al conquistador

2.6 difundir, dando a conocer, difundiendo, conociendo la nobleza de lo que somos, compartiendo nuestro saber con el que respeta la Diversidad

resistencia cultural, identidad e interculturalidad: Algunos pilares

· conocimiento de si mismo (Ser y saber lo que somos)

· Mestizaje: Asumir el mestizaje, no como una mezcla, sino como pluriculturalidad, como vivencia y reconocimiento de las distintas culturas implicadas

· territorio: concebirlo como totalidad compleja multidimensional que implica lenguajes e idioma,

ritual, mitología, organización social, sabiduría, pensamiento, Naturaleza, información, lugares sagrados, biodiversidad y sus Dueños y Dueñas.

El territorio manifiesta la geografía sagrada de los pueblos que allí viven, sus lugares de poder y sus orígenes, su historia, sus Mitos de origen como pueblos están íntimamente relacionados con el territorio que habitan. Es necesario recuperar y recopilar esos Mitos. Esas Comunidades comparten una misma cosmovisión y espiritualidad, idioma, Ley de origen, Ancestros y Deidades civilizadoras comunes, deidades que moran en el territorio. Fundamenta otro sentido de pertenencia y de parentesco distinto, no a una identidad nacional simplemente, sino a una identidad territorial-cultural-espiritual, ancestral, que nos emparenta con las plantas y animales del lugar.

· cultura: Paradigmas filosófico-científico-tecnológico-éticos.

· relación ser humano-naturaleza: En los pueblos indígenas la Cultura y la Naturaleza NO se conciben separadas, ni opuestas, «el ser humano es un ser que vive en un marco cultural sin dejar por ello de pertenecer a la Naturaleza.» (Morin, paradigma perdido). El ser humano es un ser social y Natural (Marx, 1971).

· lenguaje: no solamente para expresarse con competencia lingüística, de acuerdo a los distintos contextos, o dentro de una significación funcional comunicativa, o para manifestar lo que se piensa, siente, hace, quiere, sabe. Sino ADEMáS, para convertirlo en vara para la coherencia, la impecabilidad y la integridad (pensamiento, sentimiento, palabra, obra); en instrumento del diálogo para el consenso en la obra; lenguaje para invocar a los Creadores: lenguaje sagrado; el lenguaje como sistema holográfico contenedor de la cosmovisión de cada pueblo.

Nuestra propuesta es considerar y vivenciar el Paradigma filosófico Mítico Amerindio y la interculturalidad, principio existencial, como una de las Estrategias de Resistencia Cultural prolongada que promueve el diálogo y la convivencia armónica.

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notAs

1 Anciano piaroa-Whötuja josé Antonio Bolívar, Anciano uitoto Murui Victor Martínez, Anciano uitoto Muina Antonio kiriyateque, Anciano Muinane Arturo Rodríguez, Anciano Bora josé Ramón teteye, Anciano Navajo-Dinee Emerson jackson.

2 Ver Anexos: pedraza, hilario (2001) programa de Educación propia de los Resguardos Muiscas de Cota y Chía. Mimeografiado.

3 Texto: Ver Anexo: Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 5.605, 10 octubre 2002

4 … la descolonización necesita ser comprendida como esencialmente intercultural. . . condición para el diálogo de culturas y paradigmas. . . y oportunidad para explicitar distintos proyectos de mundo…» . Victor h Quintanilla

5 jorge pocaterra y Consejo Nacional de Educación, Culturas y Lenguas indígenas (2003) interculturalidad: debe regir los contenidos curriculares, abriendo la posibilidad de incorporar contenidos, modelos pedagógicos, axiología, bioética, Calendario, idiomas, patrones de crianza de nuestras culturas indígenas, afroamericanas y culturas locales en el currículo regional, así como los paradigmas culturales del planeta, en un diálogo de culturas para la paz.

6 hay siete saberes fundamentales que plantea la uNESCO (Morin, Edgar1999), debe contemplar la educación del futuro, uno de ellos es enseñar la condición humana y el reconocimiento de la diversidad cultural inherente a todo lo que es humano. . . Otro

de los siete saberes mencionados es el de enseñar la identidad y conciencia terrenal.

8 Varios Autores (1976) Colonización cultural e ideológica a través de programas de educación primaria y textos escolares, Cuadernos de Educación. Nº 31, así como muchos otras propuestas de investigadores venezolanos y latinoamericanos.

9 «Sin embargo, las mismas fuentes son claras al precisar que no todas las sociedades tenían la misma predisposición para la guerra. había sociedades muy guerreras como los kari’ña (…), sociedades que tenían tanto las armas como los dispositivos para hacer la guerra pero que la hacían de manera más limitada y quizás en dominios restringidos como los Maypure, los jivi (…). Finalmente, había grupos sin disposición manifiesta para la guerra como los Saliva, los Mako-Wirö y los piaroa. todos los grupos arawak y caribe hacían la guerra; de los cuatro grupos saliva apenas uno se consideraba violento (Quaqua) y los otros tres pacíficos (Wirö, Piaroa y Saliva). . . los piaroa, que no ejercen modalidad alguna de guerra convencional y condenan toda forma de ejercicio de la violencia física concentrados (como están) en la construcción del espíritu» (Cf. Mansutti, idem). Su lucha contra el mal tiene otras muchas formas de abordarse,

10 palabras de los Ancianos sobre la violencia, la ética y el sentido de Vida en las comunidades indígenas del Río igará-paraná, del amazonas colombiano. (2001) Mimeografiado, material sistematizado y recopilado por miembros de la Corp Monifue-uruk.

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doMinGo MiliAni

Alberto Rodríguez Carucci

Rafael Ángel Rivas Dugarte

Jorge DávilaGonzalo Fragui

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Alberto Rodríguez Carucci

A Domingo Miliani (1934-2002) se le hicieron en Venezuela varios reconocimientos y homenajes por su diversa y valiosa labor intelectual en pro de la cultura nacional: en 1992 recibió la Orden «Andrés Bello» en su primera Clase; el año 2000 fue nombrado profesor honorario de la universidad «Simón Bolívar», el mismo año en que la universidad pedagógica Libertador decidió otorgarle el Doctorado honoris Causa, título que también le fue concedido en 2002 por la universidad Católica «Cecilio Acosta», de Maracaibo.

En Mérida –donde Miliani había sido profesor e investigador de la universidad de Los Andes- también recibió un homenaje en el marco de la iV Bienal de Literatura «Mariano picón Salas», realizada en 1997, y en 1998 la institución multidisciplinaria Academia de Mérida lo distinguió integrándolo como miembro correspondiente, en calidad de representante por el Estado trujillo. Estos dos últimos reconocimientos ofrecieron oportunidades para relacionar nuevamente al maestro con el quehacer intelectual y literario de la ciudad, donde cultivó amistades, prodigó enseñanzas y sembró ejemplos por muchos años.

Buena parte de la obra de Miliani está dedicada a temas andinos y, en particular, a asuntos relacionados directamente con Mérida: estudios e investigaciones sobre la literatura y el pensamiento de la región; las ediciones de textos de Gonzalo picón Febres, quien –en gran medida- fue recuperado por él para la historiografía cultural y literaria venezolana; sus aportes sobre los múltiples legados de tulio Febres Cordero, julio César Salas, Mario Briceño-iragorry y Mariano picón Salas, a los cuales tendríamos que sumar su discreta

obra narrativa y sus constantes iniciativas de fundador de proyectos y sueños.

A diferencia de lo que ha querido ver cierta intelectualidad, Domingo Miliani no fue unilateralmente un académico de la literatura y del pensamiento del siglo XiX, supuestamente obsedido por agrias preocupaciones identitarias, históricas y éticas, estimuladas por una perspectiva de voluntarismo misionero. Esos temas están presentes en el conjunto de su obra, pero sin acritud y más bien tratados con ironía y trazos de humor, en descargo de sus angustias y preocupaciones por el país.

uno de los artículos aparecidos en la prensa nacional a finales de 2002, recién fallecido Miliani, lo presentaba como un personaje un tanto amargado, ligado a la voluntad edificante de los fundadores republicanos del siglo XiX, inquieto por un «país que se deshace, que se viene a menos»; lo percibió como un autor desatento ante «la obra de sus coetáneos» y como un intelectual anárquico y a veces anacrónico, que apelaba a las propuestas de articular ideales en desuso en su idea de recomponer un concepto de país y un ideario de nación que se ha extraviado, quebrado o pervertido.

Lo cierto es que Miliani estudió el pensamiento y la obra de muchos escritores venezolanos, y de algunos extranjeros radicados en Venezuela, del siglo XX, como Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos, Enrique Bernardo Núñez, julio Garmendia, Antonia palacios, Lucila Velásquez, Arturo uslar pietri, Alfredo Armas Alfonso, Aquiles Nazoa, Aníbal Nazoa, juan David García Bacca, Angel Rama, hasta llegar a varios de presencia más inmediata para nosotros, como Oscar Sambrano urdaneta, Ramón palomares, Ednodio Quintero, Antonio López Ortega y

Actualidad y vigencia de su pensamientodomingo Miliani

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Profesor. Crítico Literario. ULA-Mérida

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Alejandro Rebolledo, leídos con enfoques de nítida actualidad.

De su necesidad y esfuerzo por mantener vigencia en su labor intelectual, y sintonía con su tiempo, quedan distintos testimonios. Así, por ejemplo, en respuesta a un cuestionario sobre la crítica literaria en América Latina, propuesto en 1977 por Jorge Rufinelli en Texto Crítico, Domingo había expuesto claramente su perspectiva y sus exigencias en lo concerniente a su oficio:

los críticos estamos obligados moralmente a romper el rezago, el academicismo, a superar la ignorancia que tenemos sobre las nuevas corrientes derivadas del inmenso avance de la lingüística y asimilarlas para expresar en discurso propio

la urgencia de revelar, revalorar, ordenar, comprender el fenómeno de nuestra literatura, como hecho social expresado en una lengua concreta.

El éxito de sus estudios renovadores sobre la narrativa de Roa Bastos y Alejo Carpentier, en cuanto a sus tratamientos del asunto de los dictadores latinoamericanos, fue notable, como se puede observar en el hecho de que fueran publicados en distintas ocasiones, en diversos órganos internacionales de gran prestigio, -como la Revista iberoamericana y la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana-, así como en otros idiomas y en antologías de aquella producción que recibió el nombre de «nueva crítica literaria latinoamericana».

Sus trabajos teóricos sobre las culturas y literaturas de América Latina, y algunos sobre

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las de Venezuela, también revelan su afán renovador orientado a precisar los enfoques desde perspectivas pertinentes y a tono con los requerimientos de hoy, sólo que tales estudios se publicaron casi siempre en otros países –como México y Argentina- y en buena parte se encuentran todavía dispersos en revistas y libros colectivos que circularon muy limitadamente en nuestro país. A esas contribuciones habría que agregar sus iniciativas de creación de estudios de post-grado y de centros de investigación, que no eran sino continuidad de sus búsquedas, empeños por actualizar y renovar el conocimiento de las culturas y de las literaturas de nuestra América.

La visión latinoamericana no le impidió a Miliani articular una clara visión de los aportes andinos de nuestro país, cuyo sentido –lejano de cualquier sesgo o determinismo regionalista- se concentró más bien en una vocación de apertura a los matices de la diversidad nacional. un enfoque que teorizó y experimentó críticamente en varios de sus ensayos.

1.- La última fase de su producción comenzó con «país de lotófagos» (1988), texto que dio título a un libro editado posteriormente (1992), donde denunció «el manjar de la desmemoria», aderezado en Venezuela con las preferencias por el juego del loto y las apuestas a futuro libradas al azar. En aquel ensayo seguía de cerca algunos planteamientos de Mario Briceño-iragorry, prestando especial atención a las críticas a la «democracia de asalto», sobre la cual había reflexionado el historiador trujillano. Miliani, dando continuidad a sus razonamientos, escribió:

la amnesia histórica, el olvido de la patria, los vientos dañosos que empujan al desdén de lo nuestro han sido, junto con el azar, constantes alimentadas por invisibles comensales a cuya mesa aumentan cada día, enloquecidos, los afanosos de una riqueza medrada en el asalto y la indiferencia.

Aquel ensayo, crítico e irónico, se situaba ante el proceso de deterioro y crisis por el que ha transitado el país, en cuyo interior la propia ciudadanía ha preferido huir para no reconocerse en sus ligerezas y errores, como la improvisación, la impaciencia por la obtención de logros, las imposturas, la arrogancia, la ausencia de un ser y de un sentir históricos que podrían proporcionarle una personalidad de nación sobre la cual afincarse para emprender proyectos de construcción y de estima propios.

En una conferencia organizada y promovida por la Asociación de profesores de la universidad de Los Andes en 1990, Miliani dio continuidad a aquellas reflexiones. «Entre la historia y la intemperie» fue el título de su disertación, llena de cuestionamientos y anticipaciones, en las que condenó la corrupción, la ausencia de un pensamiento coherente sobre los grandes problemas nacionales, la falta de una conciencia de país y el predominio de las crisis sobre la idea de nación, elementos que han contribuido a la trivialidad de los análisis en los que se ha pretendido explicar a Venezuela:

Esta trivialización se manifiesta tanto en las alegres componendas de un discurso populista –que ya no tiene receptores ni en los propios círculos de poder donde se genera-, como en una clase media presuntuosa e ignorante que podría definirse con aquel lapidario término acuñado por Briceño-iragorry: «los analfabetas ilustrados». no tenemos memoria histórica, pero tampoco nos importa y por tanto, como «este pueblo olvida todo», la impunidad bordea ya los extremos del máximo cinismo.

Señalaba un contexto socio-cultural donde la eliminación de principios y valores morales -en la política y en la administración-, así como la atomización de los modos de agrupamiento y organización, obedecían tanto al vacío de

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reflexiones profundas sobre las situaciones concretas del país como a la carencia de proyectos y programas válidos para una actuación pública acorde con las necesidades nacionales. En aquel escenario, Miliani involucraba también los problemas de la educación, destacando ésta como un factor fundamental cuyo descuido había acelerado el deterioro, sin eximir de responsabilidad a las universidades.

La preocupación crítica de Miliani se había desplazado desde los estudios literarios, en cuyos marcos revisaba procedimientos textuales y posibilidades de sentidos culturales, hasta otros estudios que le permitieran explorar los extravíos y las dificultades de aquella Venezuela que, desde 1988, había comenzado a deslizarse por el despeñadero de un proceso de disolución nacional.

Aquellos diagnósticos eran apenas puntos de partida que, en su esfuerzo analítico y explicativo, lo llevarían a retomar trabajos anteriores sobre la historia del pensamiento venezolano y sobre autores particulares que había situado en el mapa de su libro Vida intelectual de Venezuela (1971): juan Germán Roscio, Andrés Bello, Simón Rodríguez, Simón Bolívar, entre quienes habían participado tanto en la formación de la República como en la que reconoció como «ideología de la emancipación», algunos con sus matices de incipiente socialismo utópico; Fermín toro, Cecilio Acosta, josé Gil Fortoul y Gonzalo picón Febres, entre quienes había germinado un pensamiento de fundamentación moderna de cultura nacional; tulio Febres Cordero y julio César Salas, quienes habían apuntado a la etnicidad y diversidad de culturas en los Andes; Mario Briceño-iragorry y Mariano picón Salas, quienes se habían replanteado la significación de la historia y las funciones de la cultura en la formación del país; juan David García Bacca quien lo había pensado en cuanto a su historia de las ideas y en sus relaciones con el mundo. todo esto sin dejar de ver referencias internacionales y latinoamericanas concomitantes con el pensamiento nacional, como las corrientes del pensamiento en Europa, y los aportes de

distintos pensadores latinoamericanos como josé Martí, josé Carlos Mariátegui, Ezequiel Martínez Estrada, Darcy Ribeiro, Rizzieri Frondizi, Leopoldo zea o Arturo Andrés Roig, entre otros.

Desde esas perspectivas entendió que el único poder posible de los intelectuales era de carácter moral, apuntalado por la autoridad que puede conferirles la credibilidad que sean capaces de cimentar y de proyectar con sus postulados, en un ámbito nacional donde tales referencias se venían desmoronando desde finales de la década de 1980.

2.- En 1992, en su ensayo «Barbarie, integración o superdependencia», escribió refiriéndose a las grandes mayorías:

para sobrevivir, la masa ácrata ha aprendido a luchar con armas como el silencio, la indiferencia o la violencia espontánea. va desconociendo los liderazgos y no admite autoridad. sobre ella se ejerce un poder, cada vez más ineficiente, para resolverle sus necesidades básicas. cada vez más represivo, es un poder entendido como ejercicio de imposición inconsulta. el poder deviene así en valor político sin autoridad, con autoritarismo. la autoridad como respeto, como valor moral, como ascendiente, se ha degradado en lo familiar, lo político, lo social, lo religioso, incluso lo militar.

un enfoque hecho desde un ámbito analítico que escarnecía el «paternalismo de Estado» y el «liberalismo corporativo» que excluía al individuo y a sus realidades sociales desde la limitada óptica de una élite política, económica y cultural.

A los trabajos mencionados los seguirían después otros no menos importantes en el hilo del pensamiento de Miliani, a través de los cuales se advierte una innegable coherencia en la que los conceptos, ideas y visión de proceso

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se van ampliando, expandiendo y desarrollando a la vez que ganan en espesor, profundidad analítica y densidad explicativa.

Con rigurosa y documentada crítica devela la situación de cerco que constriñe al continente y dentro de él a nuestro país, pero trata de asomar propuestas enmarcándolas en cierta duda, como en las conclusiones de su artículo «Regionalismo, universalismo y tecnocracia, tres escollos de la cultura latinoamericana» (1994), donde sus sugerencias son ofrecidas desde la condicionalidad de que «si hubiese todavía cabida para un final feliz y pudiera encontrarse el riesgo de que este enfoque fuese tildado de apocalíptico» quizás se podría decir que:

la salida está hacia abajo, hacia la comprensión integral de nues-

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producción específicos y en el estímulo vitali-zador de la capacidad productora de nuestras sociedades, tanto como en la educación consciente del recep-tor cultural como interlocutor que retroalimente el sistema comunica-tivo de la cultura y no como simple consumidor adormecido, cliente de las mercancías subculturales.

3.- Ese esfuerzo por la comprensión integral continuó en su estudio «De dónde venimos y hacia dónde vamos. Breve contribución al desconcierto» (1996), en el cual revisa el saldo que deja la cultura venezolana del siglo XX para enfrentar la coyuntura de la globalización e integrarse a ella con posibilidades de subsistir. Revisa la evolución de las políticas culturales de la democracia y las aporías fundacionales del instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (iNCiBA) sobre el equilibrio inestable de la década de los 60, ideologizados y cargados de prejuicios de toda índole que canonizaron -con cierta radicalidad- una cultura de recinto y de élite, que aísla a los intelectuales y artistas impidiendo su posible incidencia en el pensar nacional, controlado por las dudosas honestidad y calidad de los medios masivos de comunicación.

La era tecnológica nos ha cambiado drásti-camente el concepto de cultura, […] -afirma Miliani- y en medio de la noche es más difícil percibir el gran oleaje que obliga al cambio por arrasamiento. No basta abrir los ojos o los brazos. urge abrir la conciencia al hacer, y no al permanecer callado. Ya la resistencia pasiva no es posible. La globalización es una fagocitosis: devora al distraído, sea hombre o nación.

Tales reflexiones no se detuvieron allí, sino que se ampliaron en un ensayo crítico ejemplar, «El mal de pensar» (1998), donde volvió sobre la actitud y las posiciones del país ante la globalización:

hemos entendido la globalización como un englobamiento pasivo, como engullimiento

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fagocitario, no como una oportunidad y un reto que abre la historia para que seamos capaces de emerger con nuestra voz y administrar con idoneidad competitiva nuestra riqueza dilapidada y rapiñada. No nos interesa. hemos admitido que la historia está muerta y ya no asusta. Culturalmente aspiramos a una universalidad sin rostro, parecido al mimetismo servil y no a la asimilación intelectual, al metabolismo del espíritu y de la inteligencia capaz de pensar.

El intelectual honesto se repliega o escribe sobre temas que no lo comprometan. El espacio lo va ocupando gradualmente el discurso político mal hablado y peor escrito. Muchos políticos darían la vida por privatizar también la inteligencia. Así podría estar al alcance de su poder adquisitivo.

para conjurar estas limitaciones y deformaciones sociales y culturales, Miliani consideraba necesaria la revisión del país en sus principales coyunturas históricas, apelando a los momentos más luminosos y representativos de su pensamiento, pues estimaba -recordando la expresión de picón Salas- que los intelectuales son en las sociedades los «guardagujas de la historia» y sus obras sirven en los procesos de la cultura como terapias contra la amnesia, a lo cual acotaba en otro ensayo -»profecías del desastre» (1998)- que «los olvidos de la historia no son eternos».

En los últimos años, desde 1999, mantuvo el seguimiento de las situaciones, momentos y transformaciones de la vida nacional, reflexionando sobre la misma en un intento por adaptar su pensamiento a las complejidades de cada nueva coyuntura. Escribió entonces el ensayo «Cultura, pueblo y Estado, en vísperas de un proceso constituyente» (1999), donde concatenó y sintetizó los trabajos antes mencionados, para concluir con la advertencia de que ya no es suficiente declarar los «derechos de la cultura» entre los demás derechos sociales de la nueva constitución, pues tal enunciado no supera las ambigüedades de la carta magna

anterior. En razón de ello, propone la necesidad de hacer explícitos los derechos culturales como obligaciones del Estado, que deben ser respetados y cumplidos.

En previsión de la crisis, que de distintos modos se anunciaba ya en 1999, presentó en Caracas, en el Festival A tempo, una ponencia titulada «para una poética del caos», donde propuso ante los artistas participantes la conveniencia de elaborar la que llamó metafóricamente «una estética globalizadota», que «pudiera ser una poética del caos y la armonía, al fin de cuentas dos maneras de reescribir la vida para no destruirla», pues -argumentaba- «una poética del caos y la armonía será siempre, como antídoto, la forma de traducir nuestras pesadillas en un lenguaje de paz que nos reúna».

El mismo año presentó en La habana la conferencia «Del recinto al ágora» (1999), en el marco del i Congreso internacional sobre Cultura y Desarrollo. En un párrafo fundamental de su trabajo afirmó: «No se puede controlar la invasión mental de nuestros pueblos, dirigida desde los centros de dominación globalizadota, pero sí puede contrarrestarse su efecto paralizante de la capacidad crítica liberadora, mediante la implementación de nuestros propios mecanismos culturales».

A ese alegato había antepuesto la idea de transformar los convenios de acceso económico a los mercados globales en una auténtica y activa Confederación o Comunidad Latinoamericana y Caribeña, pues, aparte de garantizar un nítido espacio de intereses convergentes, «ese meridiano marcaría la hora exacta de la supervivencia común en lo económico, cultural y político».

4.- El último trabajo al que haremos aquí referencia es su discurso en la universidad Simón Bolívar, al ser investido con la distinción de profesor honorario de aquella casa de estudios, el 10 de marzo de 2000. Su intervención se titulaba «La universidad Venezolana entre la

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ciudad letrada y el analfabetismo ilustrado», donde conjuntaba sendas expresiones de ángel Rama y de Mario Briceño-iragorry.

El discurso fue concebido y organizado sobre los fundamentos que le había proporcionado su activa participación en el proceso de la Renovación universitaria de la universidad de Los Andes, a comienzos de la década de 1970, hecho al cual hace varias alusiones, asociándolas con las experiencias comunicadas en sus trabajos por Darcy Ribeiro, Rizzieri Frondizi y Ezequiel Martínez Estrada.

Miliani vuelve sobre el reclamo a la universidad como recinto cerrado, aislado doblemente, por sus delimitaciones epistemológicas y por sus prácticas endogámicas para la movilización del conocimiento:

ese aislamiento -dice- ha ido erosionando en la universidad su función rectora de la vida social y política del país, un espacio que gradualmente ha sido ocupado por otros grupos, especialmente por los partidos políticos. –A lo cual agrega que- de manera general los militantes de los partidos políticos muestran una formación intelectual que no es precisamente la más rigurosa.

Nuestra cultura sigue siendo iniciática, sacralizada, de recinto, dentro y fuera de la universidad.

tal aislamiento lo atribuye a las concepciones vigentes en el diseño y en las metodologías predominantes en las universidades, que en el fondo entrañan «miedo a la sociedad que las rodea».

Aquellas situaciones, entendía Miliani, deberían cambiar con el impulso de la tecnología digital y el empuje de la globalización, que han planteado los retos de salir del claustro para dar el despliegue necesario a las posibilidades de la universidad virtual, amplia, abierta y democrática, en una nueva dimensión donde,

según el ponente, «la voz del Otro no sólo podrá expresarse libremente sin nuestra mediación, sino que podremos oir en ella su reclamo justo de acceder al conocimiento como un patrimonio universal del hombre y no como una medicina que se dosifica desde un misterioso laboratorio de alquimia llamado universidad».

5.- hecho este sucinto recorrido a través de algunos de los últimos textos que produjo Domingo Miliani, no parece posible identificarlo con un intelectual pasadista, chapado a la manera del siglo XiX, obsedido por una ética ideal, romántica, y aquejado nostálgicamente por tiempos ya superados. por el contrario, sus trabajos revelan una conciencia empeñada en articular preocupaciones, concepciones, proyectos y soluciones sobre un eje histórico asentado en sus propias realidades que, en sus coordenadas de tiempos y espacios, pueda manifestarse de modo genuino y liberador en el espejo fragmentario de nuestra memoria perdida.

En parte, la dispersión de ensayos y artículos de Miliani se ha empezado a superar mediante varias ediciones póstumas, recién aparecidas, que empiezan dificultosamente a circular. Quizás su escritura y su pensamiento nos permitan conservarlo entre nosotros, con sus reflexiones y su palabra como guías, como robustas opciones de su ejemplo consecuente y su aliento de sobrevida. Su legado intelectual nos invita al diálogo, a la exploración de posibilidades que pueden concretarse en una cultura mejor, cimentada para un desarrollo futuro, que se nos ha tornado indispensable.

En una de sus lúcidas observaciones, Miliani advirtió: «Nada compromete más que los honores. póstumos canonizan o, al menos borran defectos y magnifican virtudes». Por eso no pretendemos canonizarlo, ni erigirle monumentos, sino aceptar la generosidad de sus convocatorias para revisar -como país- nuestras agendas pendientes.

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Como bibliógrafo que soy, y no como crítico ni analista literario que no soy, vengo esta noche a comentar un poco para ustedes la historia de los libros que publicara y no publicara en vida nuestro inolvidable maestro y amigo.

Sólo deseo hacer un breve acercamiento a Domingo Miliani para poner de resalto una obra en la que, empleando los más variados tipos de análisis crítico, nos hizo partícipes de sus preocupaciones en torno a nuestro país y Latinoamérica y su circunstancia. La labor por él realizada ha dejado profunda huella intelectual, pero también afectiva entre quienes hemos tenido el goce de ser sus alumnos, colegas, compañeros de trabajo, amigos o simplemente lectores.

Durante el transcurso de su vida, el autor reflexionó de manera profunda y sistemática sobre los procesos históricos y culturales y logró expresarlos en un lenguaje preciso, ameno esclarecedor y sugerente que invita al estudio de los temas planteados. Así puede verse en los estudios críticos que nos legó, sobre obras, procesos y personajes, todos ellos sólidamente construidos sobre un andamiaje de investigación exhaustiva y de documentación prolija.

En su adolescencia Domingo Miliani colabora en los periódicos murales de su Liceo, el «juan Bautista Dalla Costa» y sus primeros escritos son poemas que aparecieron, a partir de 1951 en revistas de San Cristóbal y Mérida. En Caracas, en 1952, ya en el instituto pedagógico redactará

algunos textos para la revista CES para Latinoamérica, especie de club de lectura de estudiantes socialistas, que había fundado junto a compañeros con quienes compartía

el sueño de la utopía socialista. En periódicos de Boconó da a conocer,

a mediados de esta década, algunos de sus

poemas en verso o prosa, narraciones y crónicas en torno a aspectos de la cultura regional, y también algunos breves ensayos sobre escritores venezolanos que reiterativamente serán tema de estudio y análisis en sus trabajos de madurez intelectual. Varios de estos poemas, crónicas y ensayos están recogidos en el volumen Entre montañas y recuerdos publicados en trujillo en el 2003.

De este período quedaron los originales organizados de un libro que nunca dio a imprenta: Fronda vocinglera, integrado por textos escritos a partir de 1954: Son todos, a excepción del dedicado a Reverón, textos breves, en los que se mezclan la mirada nostálgica con visos poéticos en los que no falta la crítica social1. Algunos estaban dedicados a Andrés Eloy Blanco2 y otro a Reverón. Varios de de estos trabajos llegaron a ser publicado en el periódico hoy de trujillo. Otros permanecen inéditos.

A partir de los años 60 se abstiene de publicar poesía aunque sigue escribiéndola incansablemente (en su archivo han quedado varios cientos de sus poemas); reseña para la Revista Nacional de Cultura libros de la

domingo Miliani: Breve Historia de sus libros*

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Rafael Ángel Rivas DugarteBíografo. UPEL-Caracas

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literatura universal; y ahora se centra más en los trabajos de crítica literaria3.

En 1964, mientras se encuentra becado en la capital azteca comienza a escribir en el Centro Mexicano de Escritores su novela (inédita, hasta ahora) Los tres clavos en la que ficcionaliza a perpetuo Clavo, su familia y otros personajes y sucesos de Boconó con ellos relacionados.

Siluetas iberoamericanas un segundo libro que tenía listo en 1968 tampoco llegó a editarse4. De los contenidos previstos no han aparecido en libro, hasta ahora, los ensayos sobre Amado Nervo, el del socialismo utópico, «instantáneas de la novela» y el trabajo sobre Los hijos de Sánchez.

En lo que podríamos considerar una tercera etapa de su producción intelectual, a partir del año 69, empiezan a verse los frutos de su constante labor escritural. En primer lugar, apartándose de sus labores de crítico y ensayista, se decide a publicar Recuentos, un conjunto de siete relatos que ha venido escribiendo durante varios años; hay que agregar que todavía quedan en su archivo varios cuentos por publicarse. Aparece también este mismo año la tesis que presentara en México para obtener el doctorado en Letras Latinoamericanas: uslar pietri, renovador del cuento venezolano y otro libro iniciado en México y concluido en Mérida en 1968: La realidad mexicana en su novela de hoy. Dos años más tarde aparecen dos de sus obras más conocidas: Vida intelectual de Venezuela. Dos esquemas y Literatura hispanoamericana; manual y antología escrito, este último, al alimón con su colega, pariente y amigo, Oscar Sambrano urdaneta. Vida intelectual..., redactado durante su permanencia en Mérida, lo edita la universidad Católica «Andrés Bello» de Caracas en donde ahora dicta cátedra de literatura. Contiene lo que el llamó «dos esquemas», uno sobre el pensamiento y el otro sobre la literatura. Es obra con la que hizo una muy importante contribución al estudio de la cultura nacional estudiada y organizada sistemáticamente a través de las vertientes del pensamiento y la literatura. El Manual de literatura hispanoamericana, por

su parte, escrito en Caracas, ha sido fuente básica de estudio de millares de estudiantes de secundaria y universitarios y lleva, hasta la fecha, cinco reediciones.

De 1970 queda otro libro no publicado como totalidad, titulado Cuaderno de aprendizaje (notas y estudios sobre literatura venezolana), pero cuyos contenidos, algunos se habían publicado como artículos en publicaciones periódicas nacionales o extranjeras al igual como sucede con todas sus obras, y otros pasaron a formar parte de libros editados con posterioridad. Allí estaban sus escritos sobre autores como: pedro Emilio Coll, Fermín toro, Luis Correa, Enrique Bernardo Núñez, Arturo uslar pietri. julio Garmendia, Gonzalo picón Febres y Mario Briceño iragorry, y otros temas: «Vísperas del modernismo venezolano», «Diez años de narrativa (1960-1970) y «Ensayo y ensayistas».

prueba de fuego se imprime en 1973; son 6 ensayos. Son todos trabajos fundamentales y por ello abundantemente citados como referencia básica por los investigadores de la literatura latinoamericana. Allí, el autor hace gala de los conocimientos alcanzados durante sus estudios en Caracas y México, de las innumerables lecturas realizadas desde su muy temprana juventud y de la experiencia adquirida durante sus años de docencia en La universidad de Los Andes, el pedagógico de Caracas y la universidad Católica. Varían los enfoques, y los métodos, su lenguaje se ha tornado más incisivo y deja ver, sin apabullarnos, sus amplios conocimientos sobre la historia, el pensamiento y la literatura del país. En este período, da a conocer muchos de sus trabajos en la prensa nacional y en revistas especializadas, de Bogotá, México, Estados unidos y Caracas.

pasarán 12 años antes de que aparezca en Caracas, tríptico venezolano (1985), obra compilada por el investigador prof. Nelson Osorio tejeda, para ese entonces radicado en Caracas; él recogió allí tres trabajos: «La narrativa venezolana», «El pensamiento en Venezuela» y «Dialéctica de la crítica literaria en Venezuela» en los que se demuestra la

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articulación existente entre el hecho literario y de pensamiento con los factores que constituyen la vida nacional, y muestra al mundo la evolución de nuestra literatura. El trabajo sobre la narrativa venezolana, en una versión más amplia había sido publicado en 1973, en versión mimeografiada para el uso de los alumnos de los «Cursos de promotores Culturales» creados por el CONAC y en el vol. 8 de la Enciclopedia de Venezuela que dirigiera pascual Venegas Filardo; el dedicado al pensamiento fue escrito en Mérida, en versión más reducida como parte de una antología del pensamiento y la Literatura Latinoamericana que había preparado para ser publicado por la unión panamericana de Washington; y el ensayo sobre la crítica literaria había aparecido en el volumen que en 1981 editara la Asociación de Escritores de Venezuela: Conversaciones sobre crítica literaria.

La Casa de Bello edita en 1989: Mario Briceño iragorry, un estudio biográfico bellamente ilustrado, uno de los más completos publicadas hasta la fecha sobre el relevante intelectual trujillano.

La Academia Nacional de la historia incluye en 1993, en su Colección, «Estudios monografías y ensayos» la obra de Miliani, país de lotófagos. Son once ensayos que constituyen según su autor «La lectura personal de un país a través de ciertos hombres y libros»5. La metodología empleada en esos escritos, como siempre, es diversa: en unos se busca historiar las ideas, en otros inicia un estudio semiótico de la cultura y los mitos y en otros más hace estudios biográficos. No falta en ellos ni la ironía ni la burla solapada, ni la crítica social sobre diversas facetas de nuestro acontecer histórico6. Este último fue el Discurso de Orden pronunciado en 1985 el Aula Magna de la universidad de Los Andes, en ocasión de la entrega del Doctorado Honoris Causa a don Arturo uslar pietri.

En 1997, durante la Bienal «Mariano picón Salas» se presenta el último de los libros publicados en vida del autor, quien animado para su publicación por profs. Alberto Rodríguez y Víctor Bravo, se decidió a reunir trabajos

que habían quedado dispersos en revistas y suplementos literarios y pertenecientes a muy diversas etapas de su quehacer intelectual: Entre la historia y la intemperie en el que encontramos algunos trabajos que habían quedado rezagados de aquellos libros planeados y nunca impresos, como los dos escritos sobre la literatura Nahuatl, a josé Martí y el ismaelillo, a Cristóbal Colón, a josé Asunción Silva, a su maestro mexicano Leopoldo zea, a ángel Rama y al novelista mexicano Sergio pitol: además de otros en los que aborda el género novelístico la crítica y la historiografía literarias. Vale la pena destacar la inclusión de dos ensayos sobre el tema de la crisis de nuestra contemporaneidad: «Barbarie, integración y superdependencia» y el ensayo que da nombre al libro «Entre la historia y la intemperie».

Después de su fallecimiento se publica, en 1993 editado por la Coordinación de Cultura del estado trujillo, Entre montañas y recuerdos, en el que se recogieron ensayos, discursos, narrativa y poesía vinculados con trujillo y sus gentes, más tres entrevistas en las que se destacan diversas facetas de su personalidad y la estrecha relación con su región natal. Este volumen, compilado por quien les habla, contó con el prólogo de la prof. Gladys García Riera.

En 2004, la universidad de Los Andes publica, lamentablemente con un tiraje muy reducido, una obra compilada por el prof. Alberto Rodríguez Carucci, Comarca de fantasmas, que hoy día es casi un incunable7. El compilador es también autor de la presentación de la obra y del ensayo «Miliani en su comarca de tinieblas y sueños», que junto a otros tres, de los profesores Adelis León Guevara, Luis Ricardo Dávila y de quien escribe, epilogan el libro, que también contiene una cronología y una bibliografía exhaustiva.

Este mismo año el instituto pedagógico de Caracas imprime textimonios, último libro en el que, meses antes de su fallecimiento, trabajó el prof. Miliani seleccionando casi todos sus contenidos. La obra, prologada por el prof. Luis álvarez León, esta casi en su totalidad dedicada a plasmar recuerdos y afectos de los profesores,

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compañeros y amigos que permanecieron en el recuerdo de sus años de estudio en Boconó, en el instituto pedagógico de Caracas y en la universidad Autónoma de México. La excepción son cinco textos sobre Don julio Garmendia y dos sobre Mario Briceño iragorry. En palabras de su autor: «Estas notas no presumen de estudios críticos. No llegan a ensayos. Son percepciones sorpresivas -para uno imborrables- figuras como esas que en otro tiempo recortaban con tijeras sobre papel negro, los vendedores ambulantes de siluetas»8.

El Vicerrectorado Académico de la universidad de Los Andes publicó el pasado año, Mal de pensar y otros ensayos, obra premiada por Centro Nacional del Libro como el «Mejor libro de creación literaria» de 2006. Los 21 ensayos que lo integran fueron seleccionados por su autor entre los meses de enero y abril de 2002, cuando todavía pudo desarrollar a ratos alguna actividad intelectual. Seis de esos trabajos fueron escritos durante su período de Embajador en Chile. Aquí está incluida la carta-ensayo «Cecilio Acosta: desde el tercer milenio» que dirigiera al Rector de la universidad «Cecilio Acosta» de Maracaibo para agradecerle el Doctorado Honoris Causa que esa casa de estudios le otorgaba. La obra bellamente empastado y prologado por el distinguido prof. Luis javier Hernández, había sido planificado como el vol. I de las Obras completas del autor que publicaría

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esa casa de estudios. Lamentablemente el proyecto no próspero y quedan 20 volúmenes por publicarse, de lo planeado originalmente. De estos probablemente la universidad Católica «Cecilio Acosta» de Maracaibo publique próximamente un 2° volumen.

Este año empezarán a circular dos títulos más, ya impresos, publicados por instituto pedagógico en la ocasión de estarse conmemorando el septuagésimo aniversario de su fundación; ellos son: Cinco ensayos sobre Mariano picón Salas que reúne todo lo escrito por nuestro homenajeado sobre el ensayista merideño y Fermín toro: imagen y huella; biografía que había permanecido inédita de un personaje por el que el prof. Miliani expresó una especial simpatía y admiración y con quien sin duda existió afinidad ideológica, y sobre quien había escrito con anterioridad otros ensayos.

Y para concluir, sólo me resta decir, que nuestro recordado buen amigo y profesor, no sólo historió, narró, biografió, compiló o teorizó sino que también dio el ejemplo de trabajo incansable, en la oficina, en la cátedra o montado sobre el tractor en su finca boconesa y dio ejemplo, también y en grado sumo, de generosidad, honestidad intelectual y de dignidad hasta convertirse en continuador de la línea de pensamiento iniciada por grandes figuras de nuestra literatura como Mario Briceño iragorry y Mariano picón Salas y como ellos por su labor y sus escritos ha alcanzado la inmortalidad.

notAs

* texto leído en el homenaje que durante la ii ia Bienal «Ramón palomares» se rindiera en Boconó al escritor Domingo Miliani, noviembre de 2007.1 «Calle de los dolores», «Breve trilogía margariteña», «Reencuentro de la tierra», «Evocación de Alegre», «El carrito del portugués», «Biografía de la orquídea», «Biografía de la lluvia», «Biografía de la hormiga»,

«Biografía del frailejón», «Diálogo de estas cosas tan pequeñas (Motivo Navideño)», «Vida de chiveras», «Armando Reverón, ermitaño del color», «pueblo sin alfabeto», «pesebre, tradición e intromisión». «Diálogo de la gracia y la cultura» [Sobre Alfonso Reyes], «Las verdades de piedra»; «¿una estrella de mar?», «pablo Neruda, la poesía: la tierra» y «juan peña, hombre de hoy». 2 «En lo tuyo luchabas cuando caíste herido» «Dos cantores del año que se ausenta [job pim y Andrés Eloy Blanco]», «... y en su frente llevaba una boina azul».3 Aparecen sus tres primeros de este género, dedicados coincidencialmente a Andrés Eloy Blanco: una hora de recuerdo para Andrés Eloy Blanco en 1960 y al año siguiente: una constante en la poesía de Andrés Eloy Blanco y Constantes y variantes en la poesía de Andrés Eloy Blanco.4 Allí estaban: «Dos ensayos sobre cultura nahuatl», «Sobre socialismo utópico en hispanoamérica», «Alrededor de Martí, poeta. Caracas, cuna del ismaelillo», «La poesía juvenil de Amado Nervo», «Los hijos de Sánchez. Diario íntimo de un escándalo», «Miguel ángel Asturias: El espejo de Lida Sal «, «instantaneas de la novela hispanoamericana actual» y «Diálogo mexicano con García Márquez».5 «preliminar», país de lotófagos. Caracas: Academia Nacional de la historia, 1992 (270 p.), p. 11.6 Los ensayos allí contenidos son: «país de lotófagos», «Sentido del nacionalismo en Mario Briceño iragorry», «Literatura y literariedad en la época emancipadora: Bolívar», «juan Germán Roscio: una lectura política de la Biblia», «Gonzalo picón Febres: historiador de Venezuela intelectual«, «josé Gil Fortoul. julián y el monólogo interior», «Don Luis Correa, crítico del Modernismo» «Rómulo Gallegos: una posición ante la vida«, «Canaima, estructura mítica», Enrique Bernardo Núñez: novela, historia y mito» y «Arturo Uslar Pietri. La lucidez como oficio».7 La obra reúne: «Nostalgia de infinito, «Biografía del frailejón», «Comarca de fantasmas», «Los dos payasitos», «Invitación a reflexionar sobre el espíritu y ejemplo de juan David García Bacca», «De la imaginación»; y dos fragmentos de su novela inconclusa Las cuatro piedras; asimismo cuatro ensayos sobre autores merideños: Gonzalo picón Febres, tulio Febres Cordero, julio César Salas y Mariano picón Salas, y otro sobre Mario Briceño iragorry.8 D. Miliani, «Razón», textimonios. Caracas: instituto pedagógico de Caracas, 2004 (230 p.), p. 4.

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La muerte no fue tema de interés intelectual para Domingo Miliani. En ello era un spinoziano sin saberlo. Sin saberlo, porque su lectura de filósofos sólo vino a ocuparle mediando la literatura. Le interesó más el ejercicio filosófico que se muestra con un cierto gusto literario. Spinoza prefirió el gusto more geometrico, el del rigor demostrativo. En efecto, el gran Baruch de Spinoza, en su ética, demuestra que «el hombre libre en lo menos que piensa es en la muerte, y su sabiduría es una meditación no de la muerte sino de la vida». Así reza la proposición 67 del cuarto libro de la obra cumbre de Spinoza. A poco que uno medite, dice Spinoza, caerá en la cuenta de que es tan imposible que el hombre se esfuerce en no existir como que de la nada se produzca algo; por eso, el mismo suicidio es un sinsentido y hasta un imposible. Miliani intuyó muy bien todo esto que Spinoza demuestra. Su esfuerzo intelectual fue en él exactamente lo mismo que su esfuerzo vital. Miliani no meditó más que sobre la vida. Otros, más conocedores y dedicados al estudio de su obra crítica literaria, podrán mostrarlo en detalle mejor que lo que aquí podría esbozar. Me detendré, más bien, en mostrar, con el ejemplo magnífico de los ensayos dedicados a la memoria de su paisano héroe, Fabricio Ojeda, cómo la meditación de Miliani sobre la vida enfrentó el asunto de la muerte. interpretaré su reclamo frente a la memoria de nuestro héroe caído en olvido interesado. Con ello, abordaré finalmente la propia muerte de Miliani.

la muerte del héroe

a Magaly Eugenia y Carlos David

Milianiy el doblar de cacerolas

*La compilación de ensayos de Miliani que

lleva el título «Entre montañas y recuerdos», publicada por el Fondo Editorial Arturo Cardozo de la Gobernación de Trujillo a fines de 2003, contiene dos textos que hablan de Fabricio Ojeda. uno de ellos está catalogado en la compilación como ejercicio de narrativa. Ese texto no presenta explícitamente a Fabricio Ojeda. Aparece sí, un personaje que ocupa su lugar: el Comandante. «Se suicidó el Comandante» es el título de la narración. Era un inédito. Del otro texto, sin duda se tomó el título de la compilación. Rafael ángel Rivas, el compilador, lo incluyó como un ensayo. Se titula: «Fabricio Ojeda, entre montañas y recuerdos». Miliani cuenta allí su relación con Fabricio Ojeda, desde la infancia hasta el último encuentro de ambos unos tres meses antes de la muerte de Fabricio en junio de 1966. también era un inédito. El primer texto, el narrativo, se refiere, como drama, a la muerte de Fabricio. El ensayo concluye con la apreciación de Miliani sobre la muerte de Fabricio. Del texto narrativo, Rafael Rivas no pudo precisar fecha de escritura por parte de Miliani. Del ensayo, acota Rivas en pié de página lo siguiente: «inédito. Fechado en Caracas, 15 de abril de 2002. Este es tal vez uno de los últimos trabajos escritos por Domingo Miliani». Dos textos pues dedicados a Fabricio, dos textos que concluyen con perspectivas distintas que miran la muerte del patriota, del compañero, del Comandante, del Catire.

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Profesor Universitario. ULA-Mérida

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la muerte del héroeEl ensayo «Fabricio Ojeda, entre montañas

y recuerdos» lleva por epígrafe una breve sentencia de Albert Schweitzer: «La conciencia tranquila es un invento del demonio». Miliani fue siempre cuidadoso de la escogencia del epígrafe. Era conocedor profundo de la importancia del epígrafe en el texto y, en consecuencia, humilde frente a la evidencia de que otro ha dicho en pocas palabras lo que a nosotros nos cuesta tanto esfuerzo intelectual. pero también sus textos son gallardos en la realización de la tarea de buscar más allá del despliegue del contenido del epígrafe. En este ensayo, el epígrafe resume la inconformidad de Domingo Miliani frente a la irrespetada memoria de Fabricio. Esa inconformidad de Miliani es inconformidad esencial frente al olvido. En ese ensayo vuelve Miliani, al final de su vida, a la memoria de Fabricio. El texto fue escrito en días de abril, días en los que la República fue herida en su corazón. Abril de 2002: el texto está fechado después de ese cuarteto de días, del 11 al 14, que yo sé que evocó en la mente y sentimiento de Domingo los días trágicos narrados en los evangelios, de la traición a la resurrección.

inconformidad de la conciencia tranquila: no había conciencia tranquila en Miliani frente a la muerte de Fabricio Ojeda. Y no la había, es evidente en el texto, porque la inconformidad frente a lo injusto se forjó en él muy temprano y tuvo que ver con su amistad juvenil con Fabricio. Y el epígrafe del texto indica la línea recta que conduce a ese punto. Se re-conocieron ambos, en la juventud, en la pasión por descubrir verdades en «lecturas heterogéneas» más que en «la vehemencia callejera de los debates públicos». Se re-conocieron ambos, no sólo en la juventud, siempre, en su deuda entrañable con la crianza lúcida de sus abuelos; ambos homónimos, pedro Ojeda y pedro pascal González, dos viejos combativos, cada uno a su modo. pero Miliani, además, re-conoce en el ensayo la superioridad del dirigente de la «efímera por su escaso contingente humano» Federación de jóvenes trujillanos: «Entendíamos poco las explicaciones de Fabricio pero lo respetábamos y

admirábamos mucho». Esta relación y la muerte del abuelo de Miliani despertaron vivamente la rebeldía en el seno familiar. una rebeldía que, dice Miliani, «se había tornado insoportable, un adjetivo que en la madurez comprendí, en un párrafo de Albert Schweitzer». El párrafo en cuestión, referido a la adolescencia del autor, lo cita en extenso. En lo esencial dice allí: Me volví insoportable … La convicción de que el progreso de la humanidad sólo sería posible cuando la sensatez sustituyera el lugar común y la falta de pensamiento, se había apoderado de mí, y se expresaba en ese primer momento de la manera más tormentosa y menos educada. De esta manera, Miliani asocia su historia personal a la de Fabricio. El texto teje enseguida los encuentros, en cercanía, en lejanía, que ocurrieron con posterioridad. Encuentros todos ligados inevitablemente al extraordinario papel político que desplegó Fabricio desde su lucha de resistencia en los años cincuenta.

Sustituir la ignorancia con la sensatez del pensamiento: eso resume exactamente la actitud vital de la actividad política a la que se volcó con todas sus fuerzas Fabricio Ojeda; eso resume exactamente la actitud vital de Domingo Miliani volcado con todas sus fuerzas a la actividad intelectual. El año 1966, a su retorno de México, Miliani comienza su labor universitaria en suelo patrio. Cuatro meses más tarde Fabricio Ojeda es detenido y ya los encuentros serán sólo en la cercanía más íntima de la memoria. inconformidad de la conciencia tranquila batallando constantemente para sustituir la ignorancia. ¿Se puede estar tranquilo frente a la mentira descomunal en referencia a la muerte de Fabricio? El texto de Miliani responde, en abril de 2002, con la sensatez del pensamiento. El epígrafe tomado de Schweitzer da cuenta de la intranquilidad de conciencia en relación con la muerte que tan temprano levantó su vuelo sobre la vida de Fabricio Ojeda. El ensayo concluye con un grito que clama justicia y honra para Fabricio Ojeda. Volveré más adelante sobre ese final. Veamos ahora cuan distinta es la perspectiva del otro texto de Miliani, el texto catalogado como narrativo.

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No sabemos cuándo escribió Miliani su ejercicio narrativo «Se suicidó el Comandante». Yo creo que él no se molestará si afirmo que lo escribió por aquí cerquita, en Mérida, poco tiempo después de la muerte de Fabricio. permaneció guardado como buen recuerdo entre montañas. ¡Qué bueno que fue en trujillo, entre las montañas de Miliani, donde se editaron estos textos cargados de memoria! No fue muy dado Domingo Miliani a publicar narrativa. había en él como una actitud frente a su narrativa escrita que bien puede calificarse de intimista. Evidente para quienes

disfrutaron de su pericia narrativa oral: ¿Cuántas veces contó Domingo el cuento de los tres Clavos, concluyendo siempre: «vainas que están por ahí escritas … algún día las termino …»? pero hemos de entender intimista en un sentido que yo sé que se corresponde con una etimología, por fonética, inventada por mí para mi boca: in-thumos: in como en latín –negación, penetración; thumos como en griego –alma, espíritu, como el principio de vida, sentimiento y pensamiento. Quiero decir entonces que esa actitud intimista de Domingo Miliani frente a su narrativa es la de saber que con ella se escribía a sí mismo, penetrando en sí mismo, en su pensamiento, en su sentimiento y negando todo cuanto opone la ignorancia y el prejuicio. íntima es la escritura en que se escribe sobre el alma propia (individual) lo esencial (universal) arrancado, a su vez, de ella misma. Que una escritura sea de ese tenor es asunto que no entiende casi nadie: por eso Miliani prefiere guardarla en el recuerdo… y mejor entre montañas. La breve narración «Se suicidó el Comandante» está contada en primera persona por un combatiente del Frente Guerrillero comandado por Fabricio, el Catire. Comienza así:

si alguien podía llorar, tuvo que ser de arrechera. no es posible sentir lástima, porque no hay razones. Han venido con la noticia. pocos la creen. el catire no es hombre para cometer una pendejada tan grande. Aquí nadie va a llorarlo y, además, si quisieran, está prohibido.

Enseguida, la ubicación geográfica del Frente en las montañas de Boconó: «Aquí nació y por aquí tenía que andar entre nosotros …». La narración de Miliani, transmutado en el Segundo Comandante del Frente Guerrillero, recorre la etapa guerrillera de Fabricio con una corta remembranza de su participación en la junta patriótica que presidió en la lucha contra el régimen perezjimenista. La remembranza es usada para caracterizar el momento en que Fabricio parte del Frente a la reunión que intentaría salvar la desunión de los D

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combatientes revolucionarios venezolanos. La memoria de lo que ocurrió ocho años atrás se refiere a la disolución de la Junta Patriótica contra la voluntad de Fabricio. Con ello se desató el cauce de los intereses electorales de los partidos políticos y de las fuerzas económicas nacionales y extranjeras que los sostenían. En la narración es el momento de la despedida del Frente; despedida última con la promesa optimista de que «traería municiones de sobra, hasta para las fiestas patronales». Toda la narración cuenta la etapa de vida de Fabricio previa a su muerte.

Esa etapa también aparece en el ensayo, en el texto «Fabricio Ojeda, entre montañas y recuerdos», pero desde un punto de vista realista. Volvamos a ese texto. Allí Miliani cuenta de su cercanía en lejanía con Fabricio entre 1962, cuando Fabricio Ojeda renuncia a su condición de parlamentario, y 1966:

(…) se marchó a las montañas de Boconó a comandar un frente guerrillero. Yo debía salir de venezuela a cumplir tareas solidarias con los compañeros en armas. pasaron cuatro años. la lucha armada declinó en fracaso. una pacificación democrática proclamada por el nuevo presidente constitucional, raúl leoni, permitió suavizar el clima de altas tensiones políticas, no así la represión de los cuerpos de seguridad y de inteligencia militar. regresé en febrero de 1966. ingresé en la universidad de los Andes como profesor contratado de la escuela de letras.

No le hizo falta a Miliani explicar en su ensayo la motivación de Fabricio para ir a la lucha armada. habían compartido el alba, el brillo y el ocaso de la Junta Patriótica: «En Miraflores, durante la gestión de Wolfgang Larrazábal nos reunimos en numerosas ocasiones: él, como presidente de la junta, yo como redactor de los boletines de prensa». pero aquí no es inútil recordar que cuando Fabricio Ojeda se incorpora a la guerrilla lo hace con un objetivo expresado de

manera diáfana y que él entiende como el mismo propósito que se ha trazado desde muy temprano en su vida. Así lo dijo Fabricio ante el parlamento, en 1962, renunciando a su condición de diputado e invocando el pensamiento de josé Martí:

con este objetivo, redimir al pueblo haciendo honor al sacrificio de sus mártires, hemos trabajado sin descanso, hemos luchado sin cesar. Ahora a mí sólo me queda, como decía un insigne pensador latinoamericano, «cambiar la comodidad por la miasma fétida del campamento, y los goces suavísimos de la familia por los azares de la guerra, y el calor del hogar por el frío del bosque y el cieno del pantano, y la vida muelle y segura por la vida nómada y perseguida y hambrienta y llagada y enferma y desnuda».

Miliani, conocedor a fondo de Ojeda, conversó por última vez con él, según refiere en el ensayo, después de recibir una carta donde le pedía opinión en relación con la posibilidad de renunciar a la lucha armada: «Le garantizaban la vida, un pasaporte y un pasaje para salir del país. Nos volvimos a ver por unas horas. Después de un emotivo abrazo en un hotel turístico de la Sierra Nevada, dialogamos en medio de una helada, con una copa de cognac cada uno. Yo no era partidario de su entrega. Se lo hice saber. él argumentaba con nobleza extraordinaria que de su suerte dependía la vida de muchos compañeros. Me cambió el tema y contó anécdotas de la vida en la montaña». El ensayo narra a continuación una de las anécdotas en la que el personaje destacado es más un campesino boconoense que el mismo Fabricio. Es como si el resto de anécdotas hubieran quedado reservadas, golpeando permanentemente la memoria de Miliani, para armar el texto de la narración «Se suicidó el Comandante». Así se enlazan, sin duda, los dos textos que, en el fondo, son ambos narrativos y ambos ensayos. Ensayos narrativos:

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el ensayo «Fabricio Ojeda, entre montañas y recuerdos» no es una excepción; muchos textos ensayísticos de Miliani dan cuenta, de manera narrativa, de su propia vida. El ensayo cuenta en primera persona y sencillamente reprime lo que sobre Fabricio está reservado para la narración. toda la explicación en el orden de las razones de fondo del carácter de Fabricio Ojeda está explícita en la historia de vida, previa a la muerte de Fabricio, contada en detalle en el ensayo. Esa misma explicación del carácter de Fabricio, propia de un ensayo, brota de entre las líneas de la narración por medio de la descripción de la acción del Catire. Esa acción de Fabricio, ya como Comandante de la guerrilla, es también previa, aunque más cercana que en el ensayo, a los días próximos del 22 de junio de 1966. Ambos textos se complementan, narrativa y ensayísticamente, en relación con la muerte de Fabricio. pero, lo que es a mi juicio más importante en la juntura de estos dos textos, es que ambos concluyen mostrando abiertamente al mismo Miliani. ¿Cómo dan cuenta ambos textos del final del mártir?

En «Fabricio Ojeda, entre montañas y recuerdos», y en su penúltimo párrafo, Miliani va al desenlace de la narración de su último encuentro en el páramo merideño con Fabricio:

no se entregó. lo detuvieron en caracas el 17 de junio de 1966. lo torturaron en los servicios de inteligencia militar (sifA). fue recluido en un calabozo, en los sótanos de la antigua escuela Militar de venezuela, en la planicie. desde allí fue difundida la noticia de que fabricio ojeda se había suicidado con un cordón de persiana de su dormitorio. Nunca leí final más grotesco de una historia. nunca he sabido de un calabozo subterráneo donde existan persianas que tapen un sol imposible, para que no penetre por una ventana inexistente.

En el final de «Se suicidó el Comandante», también en el penúltimo párrafo, Miliani narra,

por la voz del Subcomandante del Frente Guerrillero, la audición de la radio por la que recibieron la noticia. El Subcomandante reclama silencio: «Yo les grité cállense, coño, dejen oír». todos en silencio oyeron decir:

«estaba refugiado desde hace tres semanas en la casa de Macuto. las autoridades estaban perfectamente informadas de sus actividades en los últimos días. Al producirse el allana-miento, lograron escapar seis de los hombres que le acompañaban y cuya identidad se ignora hasta el momento. cuando esperaban los organismos competentes que sus declaraciones podrían ayudar definitivamente a un retorno a la concordia y la paz nacionales, el comandante tomó su fatal determinación de suicidarse. el oficial de Guardia lo encontró en la mañana de ayer, con los cordones de la persiana atados todavía al cuello. fuentes acreditadas informan que los altos funcionarios han expresado el profundo pesar que les ocasiona la noticia, por cuanto habían decidido concederle la libertad una vez conclui-das las requisitorias y el interrogatorio de los organismos de seguridad».

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Como haciendo eco a la expresión final del penúltimo párrafo de «Fabricio Ojeda, entre montañas y recuerdos», donde la rabia se oculta tras la cortina del acto de desnudar la contradicción, «Se suicidó el Comandante» termina, es el último párrafo, con un abierto grito de arrechera a dúo coincidente con la misma puesta al desnudo de la contradicción:

digo que nadie puede creer semejante mentira. eligieron un medio demasiado delgado. ezequiel comentó: hubiera sido más de creer si en vez de una cuerda de persiana lo ahorcaran con los cordones de los zapatos. Y yo sigo diciendo que aquí está prohibido llorar, carajo». el subcomandante no hacía más que repetir una orden de fabricio. en plena resistencia a un ataque del enemigo desde un helicóptero escuchó el llanto de alguien, sin saber que era un niño que llegó con provisiones médicas, había dado la orden: «en este destacamento está prohibido llorar».

A Fabricio Ojeda lo habían asesinado. Mu-chos lo supieron. Y lo supieron pronto, dema-siado pronto para el cálculo de las fuerzas que quisieron aniquilar en él la clara consciencia que ya había regado, como un mártir más, como un héroe más, en la historia patria. No se puede asesinar la lucidez de aquel cuya acción busca, como dijo Fabricio ante el parlamento en su renuncia, «lograr para el pueblo una vida nueva, distinta a la precaria existencia que ha llevado durante siglo y medio de República injusta». Moría sí, a los treinta y siete años de edad, edad propia del mártir, edad propia del héroe. Miliani, como muchos otros, lo sabía mu-cho más que con certeza. Lo sabía como quien se toma en serio la afirmación del mismo Fabricio sobre el objetivo de la revolución: redimir al pueblo haciendo honor al sacrificio de sus már-tires. pero no por saber todo eso, la conciencia se tranquiliza. Miliani quiso escribir intimista-mente al más profundo honor del mártir paisano

y amigo. Lo hizo primero, he querido afirmarlo en este escrito, muy cerca del dolor de la noticia; lo hizo con la narración, siempre guardada en el archivo, «Se suicidó el Comandante». pero ese ejercicio, sin pretensión de gran literatura, no daba total «tranquilidad de conciencia». Eso sólo no podía ser el honor que merecía el sacrificio de Fabricio mártir. Y es que el olvido comienza demasiado pronto. Desde que dieron la noticia del «suicidio» de Fabricio ya se estaba tramando el olvido del sentido de su lucha redentora del pueblo. Dura es la batalla contra el olvido. Mi-liani lo conoció siempre. En un texto homenaje a otro admirado trujillano, Mario Briceño iragorry (El perro privilegiado, compilado en la misma obra citada), dice:

no queda sino inventar la historia para que alguien pretenda asesinarla. pero la historia no muere: mata. es dueña de armas letales: el olvido y el juicio lapidario. pocos la sobreviven y ninguno se le escapa, aunque se trate de historia pequeña, casi chisme o intra-historia, murmullo de grupos silenciados o silenciosos por conveniencia.

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Domingo Miliani, todavía en abril de 2002, treinta y seis años después de la muerte de Fabricio Ojeda, no puede aceptar ninguna tranquilidad de conciencia. La batalla contra el olvido, contra los grupos del silencio por conveniencia, no puede tener fin. Por eso el texto «Fabricio Ojeda, entre montañas y recuerdos», en su párrafo final, deja el puro acomodo a la forma ensayística o narrativa y deviene fiero grito de reclamo ante la deshonra y la injusticia frente a la memoria del mártir:

la sombra y la memoria de este compañero siguieron impregnadas de absurdos, aún después de su muerte, ocurrida el 21 de junio de 1966. en su pueblo natal, en una pequeña plazoleta de la barriada conocida como la sabanita, aún existe un pedestal sin estatua. Allí fue clavada una placa de bronce que estaba consagrada «A fabricio ojeda, héroe de la utopía». fue desprendida por decisión del Ayuntamiento, que prefería colocar un busto de Monseñor Jaúregui Moreno. los vecinos fueron acusados de haberla robado. se negaron a aceptar cualquier otro monumento en ese sitio. el pedestal sigue allí, vacío hasta hoy. pero a la entrada de Boconó, frente a una Fundación Benéfica, hay otro pedestal que soporta un busto diminuto, un tanto grotesco, más parecido a Jaime lusinchi que a fabricio ojeda. fue colocado en un homenaje al combatiente revolucionario, pero sin placa que lo diga. en su lugar se lee: «el rotary club internacional, a la ciudad de Boconó».

imagino que Domingo, al terminar de escribir esta página, se quedo mirando al vacío con ganas de garabatear al final: «no joda». Pero no le hizo falta. tenía al frente el viejo texto «Se suicidó el Comandante» donde había escrito, hacía treinta y seis años, si alguien puede llorar, tiene que ser de arrechera.

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* *Este Domingo Guillermo Miliani González,

tan esforzado en la memoria de la patria, en la memoria del terruño universalizado, en la memoria del sentido digno de la amistad, en la memoria del mismo compromiso de redención de nuestro pueblo que palpitó en el alma de Fabricio; este Domingo Miliani, en su batalla de sustituir la ignorancia con la sensatez del pensamiento, en su batalla contra el olvido interesado, reencuentra su intranquilidad de conciencia en relación con la muerte de Fabricio en los días aciagos del flechazo contra el corazón de la patria en abril de 2002. Está investido con la dignidad de ser el representante plenipotenciario de la República en la patria austral que alojó al gran batallador de la sensatez del pensamiento, Don Andrés Bello. Es un verdadero cáncer lo que atenta contra la República. Domingo lo conoce desde su infancia y sabe, por la historia de nuestras desventuras, de sus gérmenes brotados hace medio milenio. Quieren de nuevo la muerte de la República que nunca dejan nacer. Como en junio de 1966, otro momento de muerte pide saldar la memoria con Fabricio Ojeda. Domingo Miliani escribe y vive. textos íntimos son los que se escriben con mayor fuerza vital. Fuerza vital auténtica es la que se despliega ante la amenaza de la muerte. En lo menos que piensa un hombre libre es en la muerte, dice y demuestra Spinoza. Y Miliani piensa, de nuevo para sí, en la muerte, en la muerte de Fabricio, en la muerte del héroe paisano. Esa muerte tiene que ser redimida como si ella sola condensara toda la precaria existencia de todo el pueblo.

«Fabricio Ojeda, entre montañas y recuer-dos», ensayo/narración, «Se suicidó el Coman-dante», narración/ensayo, son textos íntimos de Miliani que reclaman, a su vez, nuestra lectura íntima. por eso estaban inéditos: como pidiendo en auténtico silencio que nosotros seamos ca-paces de escribirlos. Escribirlos para el mismo Fabricio, pero también para Domingo Miliani.

A fines de octubre de 2002 murió Domingo Miliani. Ya se veía otro artero flechazo contra

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el corazón de la República preparado como antítesis de regalo navideño. Sobre lo acontecido con su memoria, en los cinco años transcurridos, se puede parafrasear su último párrafo de «Fabricio Ojeda, entre montañas y recuerdos». No lo haré. Prefiero creer que su memoria flota intranquila en muchas conciencias dispuestas a dar su misma batalla hermosa: la de la sensatez del pensamiento. pero no puedo dejar de decir que esa sensatez es irreconciliable con el doblar de cacerolas. Domingo Miliani es el primer venezolano, investido con la dignidad de Embajador de la República, en cuyo entierro no doblaron las campanas porque todo el espacio de ese sonido fue cubierto por un aturdidor «doblar» de cacerolas de la «gente que vive en el este» muy ocupada, como lo estaba, en preparar el regalo de nochemala, diría Domingo, que unas semanas después dieron al glorioso pueblo de Venezuela: el paro petrolero. Muchos intelectuales venezolanos, amigos de Miliani, doblaron cacerolas a su modo. Y las siguen doblando. todos estos cinco últimos

años he imaginado la sonrisa, sincera e irónica, de Domingo (siempre con humor, hasta en la arrechera) mirando su propio entierro: un «doblar de cacerolas» en medio de la formalidad de los nobles soldados que le rinden honor y a quienes traicionan algunos cañonazos de salva, disparados sí, pero que nunca se oyeron.

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tres anécdotas de Domingo Miliani

Gonzalo FraguiPoeta y Periodista - Mérida

MiliAni Y los cAMpesinos

Miliani explicaba que la sensibilidad no viene de la erudición ni de los estudios académicos. La sensibilidad está de manera natural en el pueblo, sin poses de ningún tipo.

Estando Miliani en Boconó, en aquella temporada que dejó Caracas para irse a sembrar, un día tuvo que viajar a Valera y dejó a unos campesinos limpiando un terreno. Al regresar se encontró con el terreno casi limpio, los campesinos habían dejado en el centro un pedazo sin limpiar.

Miliani, extrañado, preguntó que por qué no lo habían limpiado todo.

Los campesinos respondieron:

- profesor, porque ahí hay un nido de pajaritos.

rulfo Y MiliAni

un día preguntaron al escritor mexicano juan Rulfo qué conocía de la literatura venezolana. El respondió que había leído a Gallegos, a uslar pietro, a Renato Rodríguez y a Domingo Miliani, entre otros. Repreguntado ahora sobre qué opinaba de Miliani respondió que le parecía que era un gran ensayista y que había leído algunos de sus cuentos.

pero fue el remate lo que tuvo características de estocada:

-Me cuentan que podría escribir más pero se casa mucho.

el sisteMA Métrico de doMinGo MiliAni

Contaba Miliani que cuando su padre se enteró que iba a estudiar literatura no estuvo de acuerdo. El padre era constructor y deseaba que Domingo fuera ingeniero civil.

- ¿Literatura?- le preguntó. ¿Qué es eso?. Yo siempre dije que usted no iba a servir para nada.

Años más tarde, ya graduado Domingo, el padre le volvió a preguntar que para qué servían sus estudios. Domingo le respondió amorosamente:

- para nada, viejo. De no servir para nada también se hace una profesión. Es una cuestión de sistema métrico. usted mide el mundo en metros cúbicos de concreto. Yo aprendí a medirlo en versos. Ninguno de los dos es mejor. Sólo que son sistemas métricos diferentes.

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tres poeMAs deDomingo Miliani

piedrA de trAncA

Cuando ya la metáfora metefurias arremeteen el textoen el tiestoen el testículo del mundo todo vuelve la espalda al signo al sino a los designiosla vozel libro estallanastillantodo posible diálogose torna dígalosin oírtérmino y comienzolibro o cantomúsica o piedracuándo o cuántoy ahí nos vemossin encontrarnosdespués.

31-12-82

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rocA

Cuerpolargo caminose extiende entre ayery el infinitono temasdeja recorrerlohollarlo con los dedoso la bocano recuerdesel finalestá allíen el gemir de un pájarola lluvia atardecidauna hoja extraviadasin caerun siemprerecomienzotu cuerpo essolamente cuerpo-espacio-luciérnaga

15-07-82

piedrA de cAnto

«Atiraste una pedranopeito de quemsó te fez tanto beme quebraste um telhadoperdeste um abrigoferiste um amigo»

Si las palabras rompen la ondulación de un techodonde la piel alcanzauna tibieza justa de tiempo desnudado (La altivez sobra, sombra intrusa) Si una piedra deviene palabra puede más que todo sentimiento¿Entonces? un para qué estamos o somos golpea más fuerte esta nocheque una lágrima de Vulcano. La tierra tiene a vecessembrada una amabilidad tan delicadaque las palabras desconocen y digo a los labriegoscallen, no digan nada (sin resignarse)no digan nada siembren y esperen (ella va a despertar)

30-12-82

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MArti

Alejo CarpentierDomingo MilianiCarmen Suárez LeónEgberto Almenas

Félix Julio Alfonso López

Edmundo ArayPedro Pablo Rodríguez

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Martí y los impresionistasEn esta semana de conmemoración martiana, alejándome de los

textos fundamentales, cien veces releídos, que integran el bloque magnífico –a la vez adánico y mesiánico- de «Nuestra América», he ido hacia las páginas críticas; hacia aquellas donde el Maestro, un rato distraído de su misión cubana y continental, abría los ojos sobre algún

panorama cosmopolita para enriquecer su prodigioso conocimiento de la época en que le tocara vivir. Ya sabemos cuan aguda, cuan

informada, cuan certera, era su visión de la literatura de su tiempo, y más de una vez pudimos asombrarnos de que en una América aún muy pobre de librerías bien surtidas (apenas si las había en La habana de mi infancia), josé Martí estuviera al tanto de la publicación de libros que, en parís, en Nueva York, eran novedades tan sólo conocidas, en el momento, por

los poseedores de santos y señas. Este continuo contacto con las ideas más avanzadas, con las filosofías más nuevas, nos aparece, hoy todavía, como un aspecto portentoso de su genio. pero, de pronto, pasamos del dominio de la literatura al de la pintura, y aún se acrece, si cabe, nuestra admiración… En años en que los museos y las galerías eran mucho menos numerosas que ahora, y la producción de obras de arte estaba muy lejos de acercarse a la perfección técnica de la actual, Martí iba hacia la pintura con una seguridad de juicio, un conocimiento de

las escuelas, una justeza de enfoque, dignos de los más grandes críticos de arte del mundo… uno de sus textos extraordinarios –por profético, por exacto- es aquella piafante prosa que consagraba, en 1886, a una exposición de pintores franceses, dada en Nueva York… ¿hay algo que cambiar acaso, al cabo de casi setenta años, a esta crítica martiana?

…acá están todos (nos dice), naturalistas e impresionistas, padres e hijos, Manet con sus crudezas, Rendir con sus japonismos, pisarro con sus brumas, Monet con sus desbordamientos, Degas con sus tristezas y sus sombras.

Ninguno ha vencido todavía (recuérdese que Martí escribe esto en 1886). La luz los vence, que es gran vencedora. Ellos la asen por las alas impalpables, la rrinconan brutalmente, la aprietan entre sus brazos, le piden sus favores, pero la enorme coqueta se escapa

Alejo Carpentier

artículos en el centenAriotres

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Narrador y Ensayista Cubano

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de sus asaltos y de sus ruegos, y sólo quedan de la magnífica batalla sobre los lienzos de los impresionistas esos regueros de color ardiente que parecen la sangre viva que echa por sus heridas la luz rota; ¡ya es digno del cielo el que intenta escalarlo!

Esos son los pintores fuertes, los pintores varones, lo que cansados del ideal de la Academia, frío como una copia, quieren clavar sobre el lienzo, palpitante como una esclava desnuda, a la Naturaleza, ¡Sólo los que han bregado cuerpo a cuerpo con la verdad para reducirla a la frase o al verso, saben cuanto honor hay en ser vencidos por ella!.

La elegancia no basta a los espíritus viriles. Cada hombre trae en sí el deber de añadir, de donar, de revelar. Son culpables las vidas empleadas en la repetición cómoda de las verdades descubiertas. Los artistas jóvenes hallan en el mundo una pintura de sea, y con su soberbia grandiosa de estudiantes, quieren un arte sano de tierra y de sol. Luzbel se ha sentado ante el caballete, y en su magnífica quimera de venganza, quiere tender, sobre el lienzo, sujeto como un reo en el potro, el cielo azul de donde fue lanzado.

Más adelante añade, josé Martí: «toda rebelión de forma arrastra una rebelión de esencia. «Y, volviendo a los impresionistas:

Quieren pintar en el lienzo plano con el mismo relieve con que la Naturaleza crea en el espacio profundo. Quieren obtener con artificio de pincel, lo que la Naturaleza obtiene con la realidad de la distancia. Quieren reproducir los objetos con el ropaje flotante y tornasolado con que la luz fugaz los enciende y reviste. Quieren copiar las cosas, no como son en sí por su constitución y se las ve en la mente, sino como en una hora transitoria las pone con efectos caprichosos la caricia de la luz. (…)

Martí y la épocaNos quejamos de las durezas de la época

presente –que es dura inequívocamente, y manifiesta su dureza en mil complicaciones exasperantes, añadidas, desde hace treinta años, a la ya difícil vida del hombre. Y esas durezas

de la época presente nos llevan, a menudo, a considerar el próximo pasado como una suerte de edad perfecta, digna, por sus halagos, de hacernos remozar, para uso propio, la célebre frase de tayllerand después de la Revolución Francesa: «No sabe lo que fue dulzura de vivir quien no conoció el antiguo régimen…» Sin embargo –y creo haberlo dicho alguna vez en un artículo- la gran realidad es que el hombre juzga siempre de las dulzuras y blanduras de la época, en función de su estado, profesión o clase social. Cuando el burgués francés nos dice que en 1900 fue una época fina, elegante, deliciosa, dice una gran verdad, porque los años del comienzo de este siglo fueron, para los de su casta, años de prosperidad, de poderío, de refinamiento material y espiritual –época de los Guermantes de Marcel proust. pero a la vez –y hojéese, para cerciorarse de ello, las viejas colecciones de la feroz «Asiette au beurre»- se vivía una legislación social, sin vacaciones para los obreros y empleados, sin límite fijado a la jornada de trabajo, y en ciertas fábricas de productos químicos se confiaba ferozmente la manipulación de ciertas materias tóxicas, como el blanco de cerusa, a obreros que morían, a los pocos años, con los huesos reblandecidos y la sangre envenenada. por lo tanto, habría que saber lo que en 1900 pensaban los hombres que cierta vez, para lograr que se hiciera obligatorio el descanso dominical en fábricas y empresas, tuvieron que echarse a las calles amotinados.

1891 fue probablemente un año de dicha para infinidad de norteamericanos que asistían al prestigioso crecimiento industrial de la nación, a los inicios de la explotación intensiva de sus recursos naturales, a la prosperidad de las urbes. pero aquel mismo año en el hardman hall de Nueva York, tomaba la palabra un hombre que hablaba por la boca de su herida –esa herida que era para el continente entero, el lanzazo siempre sangrante de una Cuba sojuzgada y humillada, cuyos esfuerzos por lograr la independencia fracasaban trágicamente, desde los días de «Los Rayos y Soles de Bolívar», a pesar del heroísmo de los caudillos de la Guerra de los Diez Años, y

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de la desesperada lucha que Maceo pretendiera proseguir al cabo de esta, despreciando las ofertas hechas por Martínez Campos en el coloquio de los Mangos de Baraguá. Y ese hombre que hablaba por la boca de la herida de América –herida que era su propia herida-; ese hombre que hubiera podido gemir sobre las durezas de la época, sobre los repetidos fracasos de quienes compartían su ideal, sobre su vida errante, colmada de amarguras, alzaba la voz para pronunciar palabras de fe en la época, de sublima optimismo frente a una obra que parecía condenada, y que le haría decir todavía, en vísperas de su muerte de cara al sol: « ¿Fallaremos también la esperanza de hoy, ya con todo al cinto…? Ese hombre que era josé Martí, decía, desde la tribuna, palabras que son válidas para la humanidad entera en todas las épocas y en todas las latitudes.

¿para qué somos hombres sino para mirar cara a cara a la verdad? Dése lo justo y no se nos pedirá lo injusto! El que a ser hombre tenga miedo, póngase de alquiler, con el ambicioso que lo use y lo pague y le defienda la casta o la mala propiedad. para otros no hay

goce mayor que el de ver cómo el hombre se redime y crece…! Lo que no se puede cambiar ha de tomarse como es ¿Quién teme al juego natural y necesario de las pasiones y virtudes de los hombres, ni al conflicto inevitable de las aspiraciones y cobardías y de sus ímpetus o intereses? Vea el que, desconfía a la Naturaleza equilibrada y triunfante. Nace el guao en el campo del hombre laborioso, y silba la serpiente desde sus agujeros escondidos, y pestañea la lechuza desde la torre de los campanarios, pero el sol sigue alumbrando los ámbitos del mundo, y la verdad continúa incólume su marcha por la tierra.

Martí y el tiempo«No hay más que un medio de vivir después

de muerto (decía josé Martí): haber sido un hombre de todos los tiempos, o un hombre de su tiempo.»

Ese dilema un tanto hamlético se pintaba cada día, en el destino del Apóstol. «De Cuba ¿qué no habré escrito (decía a Gonzalo de Quesada, en su carta de Montecristi). Y ni una página me parece digna de ella: sólo lo que vamos a hacer

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me parece digno.» habla luego de la realidad contenida en sus discursos políticos y dice que en su texto «se ve con qué sacrificio de la literatura se ajustan a ella…» «Ya usted sabe que servir es mi mejor manera de hablar.»

Ese artista que manejaba una prosa magnífica, ese poeta cuya cultura universal era camino hacia todos los géneros de la creación, sacrificaba la literatura, muchas veces, para ceñir la angustiosa realidad de una América que le tocara interpretar con tanta lucidez que su pensamiento, en cuanto a ella se refiere, sigue dando respuestas válidas y actuales a todas nuestras interrogaciones. Y en ese sacrificio, confiado a Gonzalo de Quesada, se encerraba el dilema propuesto al artista de América, desde que este pensara en afilar la pluma de oca o en poner colores sobre madera d e u n retablo… para ser Adán y nombrar las cosas, es menester que las cosas sean contempladas, palpadas, sopesadas; es menester que el hombre a quien toca la egregia misión de nombrar por vez primera, de designar, de definir y situar, renuncie a ciertas técnicas intemporales que le harían más fácil, y acaso más relumbrantes, la realización de la obra de arte. Martí, precursor del modernismo americano con los «versos libres», narrador de altos vuelos –como lo demostró espléndidamente en sus impresiones de viaje-, escritor, en fin, para quien las técnicas más difíciles del oficio no tenían secreto, hubiera podido consagrarse a la creación de una obra personal -¿teatro, novela, poesía, filosofía? ¿acaso no había abordado todos esos géneros?- situada fuera del tiempo, hecha por el arte y en función del arte. pero la realidad cubana y a través de ella, la realidad americana, reclamaban

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1. tomados de Colección «Letra y Solfa», del periódico El Nacional, de Caracas, 28, 29, 31 de enero de 1953. Fondo Alejo Carpentier, Biblioteca Nacional «josé Martí.

angustiosamente la presencia de su verbo. Y Martí, grande ya por

tantos motivos, añadió a sus muchas grandezas, la de hacerse

una imagen clásica, rectora del verdadero intelectual o artista latinoamericano, urgido

siempre de pronunciarse por lo temporal o intemporal, por lo

pasajero o lo permanente, por lo actual o lo que pudiera existir sin fechas.

«No hay más que un medio de vivir después de muerto: haber sido un hombre de todos los tiempos, o un hombre de su tiempo.» Acaso, cuando decía a Gonzalo de Quesada, poco antes

de morir, que ni una página escrita por él sobre Cuba le

parecía digna de ella, pensaría Martí que sólo había sido «un

hombre de su tiempo», y que aún le faltaba cumplir la obra que pudiera

hacerlo «un hombre de todos los tiempos»… pero, por un milagro de su propio genio, Martí, caído en Dos Ríos, había de erigirse, a la vez, en hombre de su tiempo y de todos los tiempos; en definidor del presente y anunciador de lo futuro. porque su obra sigue respondiendo, en este centenario de su nacimiento, a todas las preguntas que sobre nuestra América nos hacemos cada día.

«Ya usted sabe que servir es mi mejor manera de hablar». Y en ese servir hablando, en ese hablar sirviendo, estaba, precisamente, la clave de la eternidad de josé Martí.

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y Carmen Mantilla, en la calle 29, Nº 51, de Nueva York. Manuel falleció poco después de la llegada de Martí. El lugar era sitio de confluencia y debate sobre hispanoamérica. En marzo conoció al General Calixto García, disidente del pacto de El zanjón, mediante el cual se había suspendido la guerra revolucionaria en Cuba. Martí se compromete a buscar recursos para invadir

Cuba e iniciar de nuevo la insurrección libertadora. un discurso en el Steck hall, el 24 de enero, lo revela como orador brillante, líder intelectual de los nuevos procesos. García, presidente del Comité Revolucionario de Nueva York, se marcha a los campos cubanos a combatir. Martí queda responsabilizado de coordinar el movimiento en el exterior y recabar fondos de apoyo. Con ese objetivo se embarca en el «Felisia» rumbo a La Guaira. Luego de un crucero de doce días con breves toques en Curazao y puerto Cabello, desembarca el 20 de enero de 1881.

El país que conoce Martí estaba constituido por 1.271.726 Km2 de superficie. Aún no le habían mutilado pedazos de su territorio. Estaba subpoblado con apenas 2.075.245 habitantes. La densidad demográfica era de 1.65 hab/km2. Caracas tenía una población de 55.638 habitantes. Constituía apenas el 2.7% de la población total. Sumada la pequeña población de las parroquias foráneas o suburbios que alcanzaba a 14.235, el Distrito Federal llegaba a tener una población de 69.873 habitantes. había

El hombre que escribía en Caracas esas frases el 28 de marzo de 1881, era un recién llegado. tuvo la sinceridad interior de llorar ante la estatua de Bolívar. Venía de estar exiliado en España desde 1879. Venía de Nueva York en el vapor «Felisia». Venía de romper su relación con una esposa que lo expoliaba sin entenderlo y de una viuda amante que le abrió amorosamente, como su propio cuerpo, las puertas de Caracas con una carta para su prima Mercedes Smith de hamilton, parienta lejana de Guzmán Blanco. Era Carmen Miyares, mejor conocida entre los revolucionarios cubanos de Nueva York, como Carmita Mantilla, por el apellido de su esposo Manuel. también era el hombre que tempranamente ofrendó su libertad casi adolescente a la lucha por la independencia de su país. Supo de la cárcel a los quince años y del primer exilio a los dieciocho. primero en Madrid. Después en Nueva York. De ahí venía, con cartas de su amiga y de Nicanor Bolet peraza, para intelectuales y políticos residentes en Caracas. Bolet peraza, adversario de Guzmán Blanco, desde el periódico La tribuna liberal, lo había instado a no viajar. Luego comprendió el propósito de aquel peregrinaje y cambió de opinión. tal vez una de sus cartas fuera para el científico y luchador antiguzmancista Vicente Marcano.

Recién llegado de Madrid, en enero de 1880, Martí residió en la pensión de Manuel

Domingo Miliani

De caer vengo, del lado de la honra. Pero perder una batalla no es más que la obligación de ganar otra. A servir modestamente a los hombres me preparo; a andar, con el libro al hombro, por los caminos de la vida nueva; a auxiliar, como soldado humilde, todo brioso y honrado propósito; y a morir de la mano de la libertad, pobre y fieramente

(José Martí).

la vida intelectual venezolana yla visita de José MArtí en 1881

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Inestigador, Profesor, Ensayista.

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6.603 extranjeros entre quienes predominaban españoles (4.297), franceses (594), italianos (582) y alemanes (481).2 por la ciudad circulaban los primeros tranvías de caballitos, propiedad de la empresa tranvías Caracas. La fachada del Convento de San Francisco es remodelada con un estilo neogótico, para alojar la universidad Central y el Museo Venezolano, que dirigió hasta su muerte el sabio Adolfo Ernst. La parroquia Catedral es el centro histórico, político y cultural de la ciudad. En lo cultural están contiguas la universidad, el Museo Venezolano y la Academia de Bellas Artes, frente al Capitolio Federal inaugurado en 1873.

El recién llegado se alojó en una casa de huéspedes, situada entre las esquinas de Altagracia y Mijares, cerca de lo que es hoy la plaza Martí. Casi en seguida, Mercedes de hamilton ofreció una recepción en su casa para dar la bienvenida a Martí y presentarle amigos del mundo literario y político. Entre ellos se encuentra el periodista liberal español Fausto teodoro de Aldrey (1825-1886), quien lo invita a visitar el diario que dirige y a colaborar en él: La opinión nacional, vocero oficial del gusmancismo. El 28 de enero era cumpleaños del recién llegado. Ese día, La opinión nacional registra su llegada en una crónica donde se puede leer:

Don josé Martí.- Este ilustrado escritor cubano, que en años pasados redactaba en México la Revista universal, se halla en Caracas, donde se propone fijar su residencia. Hemos tenido el gusto de tratarlo en la visita que ha dignado hacernos y se ha grangeado nuestras sinceras simpatías. Deseamos cordialmente que sea feliz entre nosotros para que adopte a Venezuela como su segunda patria, tan generosa y providente como la que le dio el ser.

La amistad con Aldrey le abrió a Martí inmediatos contactos con escritores positivistas y modernistas. tres de los primeros a quienes conoció en casa de los hamilton fueron Arístides Rojas (1826-1894), Diego jugo Ramírez (1836-1903) y Guillermo tell Villegas (1823-1907). Como se ve, eran algo mayores que él, nacido en 1853. pero el encanto de la plática martiana

los atrajo de inmediato. Villegas le abre las aulas de su colegio para que imparta lecciones. jugo Ramírez será uno de sus más entrañables interlocutores caraqueños. Comprende los proyectos revolucionarios de Martí, como nadie. Conocía de referencia dos opúsculos publicados por Martí en España: El presidio político en Cuba (1871) y La República española ante la revolución cubana (1873). Militar de carrera, graduado en la Academia de Matemáticas que había fundado juan Manuel Cagigal, había luchado en la Revolución Federal donde obtuvo el grado de Coronel. Retirado a la vida civil, formó parte de la Asamblea popular, celebrada en Caracas el 5 de julio de 1869 y en la cual se pidió el reconocimiento en las luchas libradas por el partido Republicano para lograr la independencia de Cuba y puerto Rico. había publicado un libro de poemas prologado por otro escritor que terminaría convertido en entrañable amigo de Martí. Es heraclio Martín de la Guardia (1829-1907). Este militar y dramaturgo, amigo personal de Cecilio Acosta, fue el puente de Martí hacia el gran humanista.

jugo Ramírez, Arístides Rojas y Guillermo tell Villegas tuvieron la iniciativa de solicitar a los directivos del Club del Comercio, el poeta Eloy Escobar (1824-1889) y Antonio josé ponte, la participación de Martí en una velada artístico literaria. Los tres escribieron una carta a los directivos del centro cultural el 8 de marzo. La respuesta afirmativa está fechada cuatro días después. Allí mismo se anuncia la invitación a una tertulia para el viernes 18 de marzo.

En el programa de aquella noche, una dama, trina Mestres y un tenor, Fernando Michelena, interpretan la romanza «Non e vero», de il travatore de Verdi. un violinista ciego de apellido Meyer, interpreta al violín «El Carnaval de Venecia» y otro joven, Guillermo Smith, interpreta la Sonámbula, en el cornetín de pistón. Eloy Escobar declamó la «Oda a Colón», de Rafael María Baralt. Aquel repertorio musical no fue azaroso. Respondía a uno de los mayores acontecimientos de la vida cultural caraqueña- El 1 de enero de 1881, había ocurrido

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Martí, al regreso de su viaje por Venezuela, describiría el ambiente cotidiano, social e intelectual caraqueño dentro del cual convivió. Concibe la crónica para un lector medio norteamericano o, en todo caso, extranjero. Su imagen es esta:

En Venezuela, hay isleños, nativos de las islas Canarias, una posesión española, hombres rutinarios, de poco alcance mental, de mano pesada, preocupados y mezquinos. Crían vacas y cabras, y venden su leche. Cultivan el maíz. hay alguno que otro francés, artesano de mérito, cocinero, barbero, zapatero, sastre. hay alemanes, que tienen el arte de vender bien lo que elaboran mal. hay italianos que comercian con frutas, tocan el órgano, viven hacinados en un miserable apartamento y limpian zapatos. Es, pues, imposible la unión entre esa tierra y esos hombres.

En la ciudad, una vida rara semipatriarcal, semiparisiense, espera a los forasteros. Las comidas que en ella se sirven, exceptuando algunos platos del país, las sillas para sentarse, los trajes que se usan, los libros que se leen, todo es europeo. La alta literatura, la gran filosofía, las convulsiones humanas, les son del todo familiares. En su inteligencia, como en su suelo, cualquier semilla que se riegue fructifica. Son como grandes espejos que reflejan la imagen aumentándola: verdaderas arpas eolias, sonoras a todos los ruidos. Sólo que se desdeña el estudio de las cuestiones esenciales a la patria; -se sueña con soluciones absolutamente genuinos, fórmulas políticas económicas nacidas de elementos completamente diferentes. Allí se conocen admirablemente las intimidades de Víctor hugo, los chistes de proudhon, las hazañas de los Rougon Macquart y Naná. En materia de República, después que imitaron a los Estados unidos, quieren imitar a Suiza: van a ser gobernados desde febrero próximo por un Consejo Federal nombrado por los Estados. En literatura tienen delirio por los españoles y los franceses. Aunque nadie habla la lengua india del país, todo el mundo traduce a Gautier, admira a janin, conoce de memoria a

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la inauguración del «teatro Guzmán Blanco», hoy teatro Municipal. Fue puesto en escena el «hernán» de Víctor hugo. tres semanas antes, el empresario Fortunato Corvaia había vendido abonos para treinta funciones en dos series. En esa «Fausto», «un baile de máscaras», «La Favorita», «ione» y «La Africana». intervino también con carácter inaugural la «Compañía infantil Venezolana», en la cual destacó el niño Teófilo Leal. (3)

En aquella velada correspondió a Martí el discurso de clausura. Causó una impresión extraordinaria. particularmente los jóvenes intelectuales que lo oyeron, quedaron impactados. Ellos eran, entre otros, juvenal Anzola (1862-1928), César zumeta (1863-1955), josé Gil Fortoul (1851-1943) y Luis López Méndez (1863-1891). Casi de inmediato, algunos asistentes, solicitaron de Martí que les impartiera algunas clases de oratoria. Las dictó por las noches en el Colegio de don Guillermo tell Villegas, donde enseñaba también, durante el día, las primeras nociones de francés. El grupo lo integraron David Lobo (1861-1924), Lisandro Alvarado (1858-1929), Víctor Manuel Mago, josé Mercedes López, josé Elías Landínez, Gonzalo picón Febres (1860-1918), y los promotores de la iniciativa: Gil Fortoul, López Méndez, zumeta, Alfonzo.

La vida intelectual de aquel año fue decisiva en los cambios de concepción estética y política. En lo estético el Romanticismo entraba en fase final por desgaste y el Modernismo comenzaba a enunciarse vesperalmente. En lo político, los positivistas y revolucionistas fundaban la Sociedad de Amigos del Saber, cimentaban la ciencia moderna y revisaban la historia contemporánea. El contexto francófilo construido por Guzmán Blanco no fue sólo arquitectónico. La Constitución es reformada el 27 de abril para reordenar el territorio. Los veinte estados de la Federación quedan reducidos a nueve territorios: Oriente, Guzmán Blanco, Carabobo, Sur de Occidente, Norte de Occidente, Andes, Bolívar, zulia y Falcón.

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al pueblo francés en la guerra franco-prusiana de 1870. Su combatividad antiguzmancista le gana persecución, exilio y ataques públicos. uno de éstos lo «acusa», honrosamente, de haber sido observador simpatizante de la Comuna parisina de 1872. De otra parte, Marcano fue testigo presencial de una agresión contra Bolet peraza, protagonizada por Marco Antonio Silva Gandolphi, incondicional del guzmancismo, quien disparó su revólver contra el escritor satírico cuando salía de su periódico La Tribuna Liberal. Bolet se marchó al exilio en Nueva York donde conoció a Martí. Silva Gandolphi fue nombrado Gobernador del Distrito Federal y Director de instrucción pública. Es imposible que Bolet peraza no le hubiera contado a Martí aquel incidente, como también que Martí no conociera al eminente científico venezolano durante su viaje a Caracas. Ese año de 1881, Marcano ocupaba la atención del mundo científico por los trabajos sobre fermentación de frutas que dieron pie al descubrimiento del Ananace, un antiinflamatorio derivado de la piña. (6)

El mundo político y el intelectual entonces. una excepción era don Cecilio Acosta, en cuya residencia de Velásquez a Santa Rosalía asistió Martí a algunas tertulias literario-políticas no adictas a la autocracia. No obstante, esa confusión indujo a Fausto teodoro de Aldrey a uno de sus más grandes errores con el digno escritor cubano: insinuarle que escribiera en elogio de Guzmán Blanco. Guzmán llamó a Martí para una entrevista privada. Se produjo el 27 de julio. No se supo ciertamente de qué hablaron. Fue el final de la visita y de los proyectos de Martí en Venezuela. Se marchó al siguiente día en el vapor alemán «Claudius». Arístides Rojas le ayudó a costear aquel intempestivo retorno al Norte. personalmente había pensado continuar en Caracas para organizar la solidaridad con la independencia de su país, a tiempo que Carmen Mantilla, de quien se presume tuvo una hija, regresaría a Caracas para juntarse con él. No fue así. Martí regresa a Nueva York. Lleva en el equipaje un libro de poemas escrito en la capital venezolana: Ismaelillo. una nostalgia de

Chateaubriand, a Qinet, a Lamartine. Resulta, pues, una inconformidad absoluta entre la clase dirigente y las necesidades reales y urgentes del pueblo que ha se ser dirigido. (4)

No faltaba razón al joven poeta en sus apreciaciones. En efecto, el romanticismo «crepuscular» y el simbolismo en literatura, el positivismo y evolucionismo en filosofía y pensamiento científico, saturaban el aire intelectual de la pequeña ciudad. Aún no se habían concretado las grandes reflexiones sociohistóricas de Gil Fortoul y Ballenilla Lanz, y había que esperar más de una década para disfrutar del gran inventario intelectual del país: el Primer Libro Venezolano de Literatura, Ciencias y Bellas Artes (1895). La mayoría de la intelectualidad giraba alrededor de Guzmán. La oposición estaba fuera del país o refugiaba en algunos periódicos satíricos sobre los cuales se ejercía alguna represión. Figuras de la estatura científica de Adolfo Ernst se doblegaron ante la egolatría de Guzmán. El sabio le impartía clases privadas de inglés en su Despacho presidencial y recibía la protección de Guzmán para realizar la obra de divulgación e investigación científica. Y es de justicia apuntar que la investigación científica moderna arranca del período comprendido entre 1870 y 1882. Al menos así lo señala héctor pérez Marchelli. (5) Abundaron las publicaciones científicas como no se ha vuelto a repetir en la historia intelectual del país. Los descubrimientos en Química, realizados por Vicente Marcano, el primer ordenamiento bibliográfico riguroso de nuestro patrimonio intelectual impreso, realizado por Frydensberg, así como las labores de documentación sobre Bolívar sistematizadas por Ramon Azpúrua, Director de Obras públicas de Guzmán en 1881, los trabajos taxonómicos de Ernst, Arístides Rojas y Alvarado, eran ya fundamentos sólidos de una indiscutible modernidad intelectual.

Ya vimos la relación de amistad y admiración que profesó don Arístides al héroe cubano. Alvarado lo conoce por su discipulado humanístico al lado de Cecilio Acosta. En cuanto a Vicente Marcano, se sabe que ayudó como médico y enfermero,

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sus grandes amigos y las notas de viaje en las cuales no sin dolor había escrito, a la vuelta y en Nueva York, un párrafo donde observa cómo la banalidad y el lujo de la clase «inteligente» de Caracas corroían las capacidades y conducía al servilismo intelectual:

El don de la inteligencia les parece un derecho a la holgazanería: se entregan, pues, a los placeres costosos del lujo intelectual, en lugar de mirar a la tierra, trabajarla afanosamente, arrancarle sus secretos, explotar sus maravillas y acumular su fortuna por medio del ahorro diario, al igual que como por el constante goteo se forma la estalactita, se tienden sobre la tierra, impidiéndole abrirse, y sueñan. pero viene el amor, el amor de una mujer distinguida, el amor sudamericano rápido como una llama, imperativo y dominador, exigente y morboso. hay que casarse, poner casa lujosa, vestir bien a los hijos, vivir al uso de las gentes ricas, gastar,

en resumen, mucho dinero. ¿Dónde ganarlo en un país pobre? Y se habla entonces, y se escribe, para el Gobierno que paga, o para las revoluciones que prometen; se ponen a los pies de los amos, que odian a los talentos viriles y gozan destruyendo los caracteres, venciendo a la virtud, refrenando a la inteligencia. La clase intelectual y culta está así desacreditada y como aniquilada por ese servilismo vergonzoso, a tal extremo que se mira ya con justificada desconfianza a los literatos, -el gobierno es de los fuertes y de los audaces. Los jefes de renombre se rodean de los literatos en desgracia. Los mantienen, por su audacia y sus medios de fuerza, en su posición de riqueza fugaz: los literatos les pagan dando apariencia y forma de legalidad a las voluntades del amo. ¡Y qué héroes ha producido esa tierra! Al observar el vigor con que su valentía acaba de ser recordada por un joven dotado de gran talento, Eduardo

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Blanco, en su libro que brilla como una lámina de oro, Venezuela Heroica, diríase que puesto que se comprende siempre a los héroes, se podría serlo también. pero su los hombres inteligentes de Venezuela, bastante numerosos y notables para ser tratados como clase, pudieran desear un amor más vivo por la independencia personal, y una aplicación más útil, más directa, más patriótica de sus fuerzas, hay en ellos, como en toda la gente del país, una condición que seduce: la grandeza de corazón. (7)

Justifico la extensión de la cita porque es un trabajo de Martí poco difundido. Esas notas fueron quizás el espejo de nostalgias donde se miró el escritor y el revolucionario. Fueron posiblemente las reflexiones que lo impulsaron a dejar Caracas. El regreso a Nueva York fue poblado de «horas venezolanas», compartidas con escritores que enfrentaron el guzmancismo: Bolet peraza, pérez Bonalde, Gutiérrez Coll. De manos suyas nació el apoyo para que Ismaelillo adquiriera forma impresa. Continuó enviando colaboraciones a La opinión nacional, hasta el día en que Aldrey insiste en pedirle colaboraciones de alabanza a Guzmán Blanco. Años más tarde, en carta a Manuel Mercado, confesará Martí el motivo de que no apareciera más en Caracas su «Sección constante», a menos que: «consistiese en alabar en ella las abominaciones de Guzmán Blanco». (8) Y también aquella lectura de Eduardo Blanco le revivió arquetipos heroicos para las luchas que se avecinaban. Cuando se marche al campo de batalla, la sangre y la memoria venezolanas estarán presentes en la dedicatoria que escribe en el «Diario de Montecristi a Cabo haitiano» (1895). Es para Carmen y María Mantilla. Encierra toda la ternura que va entornando su peregrinaje de héroe y dice: «Mis niñas: por las fechas arreglen esos apuntes, que escribí para Vds., con los que les mandé antes. No fueron escritos sino para probarles que día por día, a caballo y en la mar, y en las más grandes angustias que pueda pasar un hombre, iba pensando en Vds. Su M.»

En su terca pasión revolucionaria crece la imagen del hombre que llega a la sencillez

rural de quien siente pueblo latiendo adentro. Se escucha el respirar del insomne, por aquello de que «duerme mal es espíritu despierto. El sueño es culpa, mientras falta algo por hacer. Es una deserción». Y en los insomnios el libro es su compañía. ha logrado pues la difícil convivencia del intelectual que lee y escribe vorazmente, el revolucionario de sensibilidad social en carne viva y el hombre que ha descubierto la dignidad de la pobreza y la humildad como expresión de altivez moral.

notAs Y referenciAs

1. Carta a Fausto teodoro de Aldrey, publicada en La opinión nacional. Nº 3535. Caracas, 24 de marzo de 1881. Citada por Aurelio Alvarez Echezarreta, Martí y Venezuela. Caracas: Ediciones de la Corporación Venezolana de Fomento, 1977.

2. Datos de Pedro Cunill. Cf. «El país geográfico en el Centenario del Nacimiento del Libertador». En: Venezuela 1883. Vol. i. Caracas: Ediciones Conmemorativas del Nacimiento de El Libertador Simón Bolívar, 1983. p. 227.

3. Cf. jesús Rosas Marcano. «La vida cotidiana de la Caracas guzmancista». En: Venezuela 1883. Vol. ii. p. 16.

4. j. Martí. «un viaje a Venezuela». En: Viajes / Diarios / Crónicas / juicios. Obras completas. La habana: EDiCA. de Ciencias Sociales, 1975; vol. 19, pp. 159-160.

5. «La ciencia y la tecnología». En: Venezuela 1883., vol. iii, pp. 73 ss.

6. Cf. pérez Marchelli, op. cit., pp. 87-89.7. «un viaje…», p. 161.8. Carta a Manuel Mercado, fechada en Nueva

York el 13 de septiembre de 1885. Citada pro Alvarez Echezarreta, op. cit. p. 41.

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Citas de lecturas, comentarios de lo leído, reflexiones y testimonios de lo vivido, proyectos de libros, o de acciones pasadas, en curso o futuras, recortes, dibujos, notas mínimas para memorizar sobre ciencias naturales, filología, filosofía, historia y tantos otros textos fragmentarios que aparecen en caótica secuencia en sus cuadernos de apuntes conforman poderosas redes de significación que se encaminan a construir y modelar las creencias y representaciones del mundo con las que josé Martí operará durante el curso de su vida.

Si en algún sitio de su obra escrita podemos analizar y separar los hilos, la urdimbre y la trama con que el poeta-pensador teje una vasta y compleja representación de Nuestra América acompañada por un pensamiento liberador tensado hacia un ideal futuro de plena soberanía y ejercicio de la dignidad de los pueblos y los hombres del sur del continente es, sin dudas, en esta zona fragmentaria y siempre inconclusa, escrita para estudiar, proyectar y recordar, no para publicar.1

Varios cuadernos de apuntes escritos hacia 1881, sobre todo aquellos que reflejan su estancia en Venezuela, nos entregan una completa e intensa vivencia martiana del mundo suramericano, tanto a través de su experiencia cotidiana como de minuciosas lecturas sobre la historia de la colonización, las culturas y lenguas precolombinas, los hechos históricos y los usos y costumbres de

los hombres que se amalgaman en una nueva comunidad humana con sus características singulares y propias expectativas.

hacia esta época, ya Martí había vivido en México y en Guatemala, y sin dudas había hecho muchas lecturas históricas y actuales y se había formado ideas básicas, algunas de ellas definitivas, del mundo hispanoamericano y sus conflictos, desde su ejercicio del periodismo, su condición de poeta y de conspirador perpetuo por la libertad de Cuba. De estos días tenemos sobre todo su obra periodística publicada y sus diarios de viaje por Centroamérica, que nos dan ya muestras de esa vivencia y reflexión intensa sobre América del Sur.

pero los cuadernos de 1881 y hasta 1882, donde caben su experiencia de Venezuela, y la etapa inicial de su vida en Estados unidos, nos muestran el proceso mismo de creación de las imágenes y conceptos fundadores que tan maduros y cargados de sentido aparecerán más tarde en sus grandes textos americanistas de fines de los años ochenta y comienzos de los noventa. Los apuntes nos muestran al Martí que camina por Venezuela del brazo de Eloy Escobar, preguntando y vivenciando la historia del continente con una insaciable curiosidad apasionada.

Escribe, por ejemplo: «íbamos el 19 de abril Eloy Escobar y yo, por el camino de Sabana Grande y Chacaíto, y dejábamos a nuestra derecha las ruinas de aquella quinta histórica

Carmen Suárez León

José Martí en sus Cuadernos de apuntes:

Preservad la imaginación, hermana del corazón, fuente amplia y dichosa. Los pueblos que perduran en la historia son los pueblos imaginativos.

José Martí

dinámica de la escritura de

la construcción de nuestra América

Inestigadora Centro de Estudios Martianos. La Habana Cuba.

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que él ha descrito en la Historia de una niña…» Y luego de referir los avatares de un soneto subversivo del poeta josé Antonio Calcaño2 en tiempos de la dictadura de páez, termina con esta evocación: «Y cuándo íbamos por el camino en que me hacía Eloy este cuento, vimos aquellas letras que para el pórtico de la finca Sans Souci dibujó humboldt, que –con el reloj solar de la plaza de San jacinto son los únicos recuerdos que Caracas de él conserva».3 La historia se concreta en monumentos y ruinas cuyos nombres gravitan ya cargados de significación para una comunidad humana continental cuya identidad se articula incesante en la acción y la imaginación de una larga y dolorosa convivencia.

Sus amigos Eloy Escobar,4 poeta y paseante, y Arístides Rojas,5 científico poético, ejercen sobre josé Martí por estos días una especie de magisterio de americanidad que lo lleva a intensos estudios puntuales reflejados en sus diarios. Sería larga la lista de libros sobre historia de la conquista y la colonización, sobre temas americanos en general, e historias de la literatura de diversos países del área que son motivo de estudio detallado en estos apuntes. Arístides Rojas sostenía la tesis de que cualquier estudio de la nacionalidad en América del Sur debía comenzar por el estudio de las culturas indígenas. Su libro Estudios indígenas. Contribución a la historia antigua de Venezuela (1878) es una de las grandes fuentes martianas de estos días, generadora de imágenes centrales elaboradas por el poeta cubano como la del «Gran Semí» que cierra su ensayo Nuestra América, tema analizado con hondura por Cintio Vitier.6

Martí se aplica por estos días a realizar innumerables lecturas y quisiera comentar dos aspectos de estos estudios desplegados en sus cuadernos de apuntes. El primero es un proyecto de obra para la que Martí trabaja intensamente por entonces y que retoma en dos o tres momentos de sus cuadernos. Se trata de las notas para el libro nunca escrito «Los milagros de América» y el otro, como fuente

escrita imprescindible para su obra, es su lectura comentada de la Historia de la literatura en Nueva Granada (1867) de josé María Vergara y Vergara (1831-1872).

Su cuaderno de apuntes no. 7 comienza con la anotación «para mi estudio sobre: Los Milagros de América.»7 Y continúa con citas tomadas de los textos de su amigo Arístides Rojas. Es del mayor interés ir siguiendo una larga cadena de lecturas sobre los orígenes de América del Sur que van del mundo precolombino a las primeras historias escritas o relatos y memorias de los tiempos de la conquista y la colonización. Martí se afana en establecer comparaciones ente las mitologías o las leyendas milagrosas de los pueblos aborígenes con pueblos europeos, asiáticos, o africanos. Va de una lectura precolombina a una sobre la cultura egipcia o al relato de los milagros cristianos.

persigue a través de estas lecturas la confirmación de dos tesis: una es la de la identidad humana universal, según la cual para Martí, en cualquier sitio del planeta donde el hombre conforme una comunidad y viva históricamente, creará un mundo de creencias, representaciones e imágenes del mundo ajustadas a sus condiciones materiales y espirituales peculiares pero esencialmente idénticas a cualquier otro núcleo humano. En segundo lugar quiere documentar y describir desde la poesía la conformación a través de los siglos de una cultura mestiza, con un modelo original, nacida de la convivencia de los habitantes de América del Sur con su paisaje y sus condiciones históricas, busca la perfilación de una cultura de Nuestra América a través del trabajo de la imaginación concretada en leyendas, en representaciones que operan tanto en la cultura oral como en la escrita a través de los tiempos.

Con una visión francamente antropológica Martí investiga los fundamentos de la cultura hispanoamericana en el encuentro mismo entre conquistadores e indígenas, ese punto crítico de radical intensidad dramática y se centra para este estudio en la noción de milagro. Así apunta:

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Grandísima luz arrojan sobre los milagros modernos, y sobre la identidad del espíritu humano, y cómo en distintos pueblos obra igualmente en semejantes estados,— y cómo fue spre. la grey sacerdotal. Estos párrafos de la Historia de zamora.8

Se refiere a la Historia del Nuevo Reino y de La Provincia de de San Antonio, en la religión de Santo Domingo, del padre Alonso de zamora, publicada alrededor de 1700, y que se detiene a narrar las abnegadas y heroicas acciones de muchos religiosos en el proceso de la conquista y la colonización. A continuación cita extensamente un pasaje en que se narra la historia de los indios muiscas y la laguna de Guatavita en Colombia, que ha pasado a la historia como una de las leyendas que originaron el mito de El Dorado. independientemente de la manipulación de que son objeto los hechos extraordinarios e inexplicables por parte del poder religioso o político —apuntada por Martí—, lo que busca es el fundamento de una cultura por sus imágenes y no es raro que se detenga en la laguna de Guatavita, generadora de imágenes poéticas que enlazan, siempre con las cargas violentas generadas por la conquista, las tradiciones indígenas con las tradiciones coloniales.

ha anotado también una tradición oral según la cual en un pueblo del Guárico o el Apure, un cura pidió a sus fieles que vistieran la imagen de un crucificado y le pusieron el traje de lujo del llanero con espada de plata al cinto. En esa misma página del cuaderno otro apunte hace constar su interés por los cantos llaneros que describen estos procesos sincréticos, como cuando anota la cuarteta siguiente:

cuando cristo vino al mundovino en un caballo ruano;

era rucio, marmoleño,oscuro, pavón, castaño.9

Martí reconstruye con su escritura el espacio que ha llamado Nuestra América poblándolo de imágenes inéditas provocadas por el violento encuentro de culturas diversas, y sólo puede hacerlo a partir de esas intensas lecturas críticas y

creativas, actualizadas y remodeladas a la luz de la comparación con otras culturas e historias, al uso de los humanistas y filólogos del siglo XIX.

De este libro del padre zamora, dice que «Amena y rica en datos, de la trascendencia de algunos de los cuales no sospecha el buen historiador, es esta Historia. Y pintoresca, y un tanto agraciada en el decir».10 Y enjuicia así cada una de estas lecturas sobre la historia de la colonización, generalmente memorias y crónicas escritas por padres jesuitas o dominicos. Así anota también: «¡Que buena explicación por comparación de los milagros cristianos,—por los milagros de América—y de aquella mitología por esta!—»11

Y aunque de sus apuntes se deduce el peso obvio que debe otorgar al proceso en que se sincretizan el mundo mitológico indígena con el cristiano español, su método crítico comparativo de ver las cosas «en junto», como confiesa muchas veces, lo lleva a trazar vastas líneas de comparación entre culturas universales, por ejemplo, para citar un caso, podemos ver cómo procede en unos apuntes del cuaderno 7 citado, primero encontramos solo dos líneas que dicen:

Mohanes de los indios paeces.— Brahmanes indios.

para de inmediato comentar el libro del jesuita Manuel Rodríguez, El Marañón o Amazonas (Madrid, 1684), del cual copia la cita siguiente, en la que el autor describe las costumbres religiosas de estos indígenas:

tienen algunos hechiceros que llaman Mohanes, que son ordinariamente algunos muy ancianos, que hacen vida extraordinariamente retirada y en parte escondida, donde gustan de ser consultados, y los tienen por adivinos o por personas que pueden dañar con hierbas o con su indignación a los que les provocaren con ella, con lo que son respetados y consultados de los otros.12

Como vemos, Martí siempre va en busca de enlaces analógicos con otras culturas. Esta historia del padre Manuel Rodríguez estuvo

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durante siglos en el Índice del Santo Oficio y no es extraño que Martí le dedique varios apuntes teniendo en cuenta que dedica una de sus partes a narrar historias de milagros y hechos maravillosos ocurridos en las misiones jesuitas quiteñas, en plena interacción con el mundo indígena y sus creencias.

Más adelante, y operando una reducción extrema, para enlazar costumbres de los indios paeces con las de sus contemporáneos europeos, escribe:

pues los invitados de Nana, y los alegres de hoy, y un souper chez les filles, ¿qué es más que aquellas juntas de los indios paeces que «acababan de ordinario con riñas el regocijo de sus bebidas, siguiéndose de ellas otros pecados».—¿Qué más da que hagan fondo al repugnante lienzo las paredes de hefter, o la ranchería, oliente a chicha, y llena de sus tinajas de las márgenes del páez?13

Así va y viene Martí en su repaso de costumbres y asociaciones entre culturas, en busca de las marcas de un imaginario hispanoamericano mestizo, compartido con el resto del mundo y a la vez diferente, apoyado en lo que llamó la filosofía de relación como única filosofía posible, y en el juego dialéctico de lo uno en lo diverso.

una lectura sirve de guía para el repaso de muchos otros libros. Se trata de Historia de la literatura de Nueva Granada (1867), de josé María Vergara y Vergara, leído y estudiado con singular intensidad, y obra que Martí enjuicia diciendo:

Grave defecto es ése del libro de Vergara: el airado y rencoroso empeño en enaltecer, por sobre toda gloria de América, las glorias de España, y de España eclesiástica, con singular tendencia a hallar bueno cuanto fue malo, o excusable lo que no tuvo excusa, o grande lo mediano, sin que falte algún juicio suyo donde la pasión del crítico desluce la seductora ingenuidad del hombre, en que al tratar de americanos, se empeñe en recalcar lo que tiene él por medianía.14

pero concuerda con Vergara, que se lamenta desde su siglo XiX de la ausencia de grandes poetas que testimoniaran la épica de los sucesos D

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De inmediato recordaremos en su texto fundacional Nuestra América (1891), el pasaje que dice: «Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada, como los varones de juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras.» La imagen de estos caballeros de la conquista, es remodelada, y Martí pide que descansen ahora las cabezas sobre el arma de la razón.

también cita parte de estos versos en un artículo suyo en que hace el elogio de josé Dolores poyo19 y repite la imagen de «almohada de piedra» en otros sitios de su obra20 así como otras frases metáfóricas que se originan en los versos que pintan a estos esforzados hombres.

Este libro de Castellanos merece de Martí anotaciones a citas puntuales también copiadas en el cuaderno en que asocia pasajes de su propia vida en presidio a hechos vividos por los ilustres varones o episodios que asocia a gestas de la literatura clásica, como es el caso de un suceso ocurrido durante la marcha del ejército de Diego de urbina, «semejante al de Eneas llevando a sus espaldas a Anchises».21

Extensas citas textuales y largos comentarios sobre el libro de Vergara, que son ampliados y enriquecidos con otras lecturas y juicios martianos sobre obras historiadas por el colombiano son al parecer borradores fragmentarios de lo que sería su libro Los milagros de América. Comenta, entre otras, las obras del Obispo piedrahita, de la Madre Castillo, Francisco Antonio Moreno y su plan de Estudios innovador, y álvarez de Velasco y zorrilla.22 Se detiene en la imaginación y el carácter de estos creadores americanos, siguiendo tal vez una idea que ha apuntado en uno de sus cuadernos que expresa: «Sí, se puede hacer algo en una historia de la Lit.[eratura] Am.[ericana]: y es esto: ¿Qué ha puesto de sí, qué ha puesto de su espíritu propio y nuevo, la América en lo que han escrito los americanos? ha puesto algo. ¿Cuándo se parecen a alguien?» 23

Y en unos fragmentos de esta época que escribe tal vez para algún proyectado discurso sobre Bolívar, nos deja ver ya los resultados

que narra y reconoce que hubo belleza y valentía en la fundación de ciudades y la historia de la colonización, dignas de ser recogidas por los poetas como lo fueron las luchas entre moros y cristianos y entre griegos y troyanos, de una parte y otra de los contendientes.

Y entre todos, se detiene largamente primero en lo que dice Vergara de juan de Castellanos y luego en su libro. Le reprocha a Vergara que quiera pintar a Castellanos como gloria de la iglesia: «pues buena andaba entonces la iglesia de aquel tiempo, entre tigres, airada soldadesca e indios muertos».15 Su obra Elegías de varones ilustres de Indias (1589) –a la que llama «libro fecundo, animoso, ingenioso y desatinado—, es analizada por Martí primero en la historia de su escritura, cuya cuarta parte –que contaba la fundación de Bogotá y tunja por el conquistador Gonzalo jiménez de Quesada— se perdió, y de lo cual apunta que «es fijo que este libro fue voluntariamente perdido, o por enemigos personales de Quesada, lo cual no lo explicaba bastante, o por avisados españoles que comprendían cuán importante era que quedaran envueltos en el agrandador misterio los sucesos de la conquista…»16 Y termina su extenso comentario diciendo: «Que las cosas de hombres, por sucesos humanos se explican y lo que aparece milagroso, alguna razón común y clara tiene. El misterio está, no en que lo haya, sino en que no se le conoce».17

Martí dedica pormenorizados apuntes y citas textuales a la Elegías… una de esas citas tendrá variados ecos en su prosa y en sus versos. Martí escribe:

habla así [Castellanos] de la vida de los conquistadores:

«no comían guisados con canela,Ni confites, ni dulces canelones;su más cierto dormir era la vela;

las duras armas eran sus colchones;el almohada blanca su rodela;

cojines los peñascos y terrones;y los manjares dulces, regalados,

dos puños de maíces mal tostados.»18

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que el poeta-pensador ha elaborado al trazar un retrato del libertador como paradigma de nuestra americanidad. Escribe:

¿Quién pudiera olvidar, aunque como constelación nueva en el Espacio Americano brilla así su figura perennemente ante nuestros ojos, a aquel que durmió en Lima y amaneció en Caracas,—y envainó,—a las orillas del Pacífico, el acero que sacó de la vaina en el Atlántico, y pasó, como rayo humanado, por sobre volcanes, cumbres y torrentes…24

Y más adelante, continúa diciendo:Los aromas de las flores, el olor penetrante

de las selvas, el ruido majestuoso de los ríos, el calor cargado de gérmenes del Sol, los efluvios embriagadores y poderosos, como de regazo de la india joven; de la suntuosa tierra, las mansas y dolorosísimas quejumbres que emanan de las almas invisibles de las razas muertas, perdidas por los aires, errabundas, cargando espíritus

blancos;—los siglos y la Naturaleza Americana se condensaron y dieron a Bolívar.2525

ídem.habla Martí del Espacio Americano poblado

por la imagen de Bolívar que a su vez está conformada por una constelación de imágenes condensadas por la historia y la geografía. pero esa fundación por la imagen del espacio americano es lentamente elaborada por josé Martí en su escritura por medio de una incesante incorporación de lo leído, de lo oral o de lo vivido, en un esfuerzo consciente y creativo, cuyo proceso formativo puede verse y seguirse claramente en estos cuadernos de apuntes, y que fraguará de manera definitiva en los grandes textos canónicos cuya maestría ha sido arduamente alcanzada y concretada, viniendo desde la raíz, hasta que cada parte consigue reflejar el todo, y cada texto corresponderse con los otros.

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notAs

1 Escribe Roberto Fernández Retamar: «La experiencia mexicana se continentalizó en Martí cuando, habiendo abandonado México por rechazar el golpe de estado del general Porfirio Díaz, se trasladó a Guatemala, donde residió entre 1877 y 1878. En este último país (aunque ya se había esbozado en México) empiezan a hacerse frecuentes en él las expresiones de «madre América» y «nuestra América», que aparecerán luego mucho en su pluma e iban a dar título a sendas obras mayores suyas: el discurso pronunciado a finales de 1889 ante los delegados latinoamericanos al primer congreso panamericano, y el ensayo del que aquí hablamos. En: «El credo independiente de la América nueva» (A cien Años de Nuestra américa) Anuario del Centro de Estudios Martianos (La habana) 14 ; 152: 1991.

2 josé Antonio Calcaño (1827-1894). poeta venezolano y uno de los amigos de Martí en Venezuela. josé martí le dedica una reseña en su periódico Patria a su poema «Los arabescos de Eduino», de tema cubano (12 de agosto de 1893, en O.C. t. 7, pp.257-261.)

3 Martí, josé. Cuaderno de apuntes no. 13. Obras completas. La habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1975. t. 21, p. 327. [En lo adelante se cita siempre esta edición como O.C.]

4 hombre de letras, poeta, y gran animador cultural, fundador de varias sociedades literarias y buen amigo de Martí en sus días venezolanos. Entre sus obras se encuentran el poema cita por el cubanao «historia de una niña» y el drama Nicolás Rienzi.

5 Gran amigo de Martí, de personalidad interesantísima, naturalista, historiador, médico y periodista venezolano. Entre sus obras se encuentran los citados Estudios Indígenas (1878) tan bien leídos y admirados por el cubano y Miscelánea de Literatura, Ciencia e Historia (1876), prologado por el poeta josé Antonio Calcaño.

6 Vitier, Cintio. «una fuente venezolana de josé Martí» La Nueva Revista Venezolana (Caracas) 1 (1): 24-46; enero de 2006.

7 ibídem, p. 1958 ibídem, p.198.9 ibídem, p.19610 O.C., Cuaderno de apuntes no. 13, t. 21, p. 324.11 O.C., Cuaderno de apuntes no. 7, t. 21, p. 208. En

este tomo aparece la palabra «hueca» por «buena», ya que se ha cotejado el texto con el manuscrito original.

12 ibídem, p. 215.

13 ídem.14 O.C., Cuaderno de apuntes no. 13, t. 21, p.

305.15 ibídem, p. 307.16 ibídem, p. 308.17 ídem.18 ibídem, p. 309.19 «Nuestro Yara« Patria, 15 de septiembre de 1894.

(O.C., t. 21, p. 55)20 Al referirse a sus versos de Ismaelillo (1882)

escribe: «Ni esa vez, que dormí en almohada de rosas, pudo olvidar mi cabeza la almohada de piedra en que usualmente duerme.—Y los demás versos que hago, que procuro que sean siempre en número menor que otro género de obras, y no son –por esto o aquello—para enviados, son versos de cabeza hecha a dormir en almohada de piedra.» Carta a Gabriel de zéndegui de 28 de julio de [1882]. (O.C., t.21, p. 298.)

21 O.C., Cuaderno de apuntes no 13, t. 21, p. 311.22 O.C., Cuaderno de apuntes no. 7, t.21, pp.199-

203.23 O.C., Cuaderno de apuntes no. 13, t. 21, p. 325. 24 O. C., Fragmento 301, t. 22, p.205.CARMEN SuáREz LEóN (Vereda Nueva, La

habana, 1951) investigadora, poeta y traductora. Doctora en Ciencias Filológicas de la universidad de La habana. Se ha desempeñado como maestra en la enseñanza de adultos, traductora de francés del instituto Cubano del Libro y editora de la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. Actualmente es investigadora del Centro de Estudios Martianos. Entre sus publicaciones se encuentran: José Martí y Víctor Hugo en el fiel de las modernidades (La habana 1997), Gravitación cubana en la Revista Azul (México, 2 000) y La sangre y el mármol. Martí, el parnaso, Baudelaire (La habana, 2001) también ha publicado los poemarios Jardín sumergido (La habana,1991), El patio de mi casa (La habana,1994) y Navegación (La habana, 1996). posee la Distinción por la Cultura Nacional otorgado por el Ministerio de Cultura de la República de Cuba. [[email protected]]

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frente a la deconstrucción posmoderna

el texto titulado «el carácter de la revista venezolana», el cual compuso José Martí en 1881 para el segundo y último número de la revista que fundó en caracas, se ha afianzado a la luz de la crítica como el primer modelo ideoestético propio de nuestra América, la «carta magna» de su modernismo y su empuñar a los más altos valores de la modernidad. con todo, urge por verse con renovado empeño si esta justa fijación cronológica todavía resiste y acaso frustra el contragolpe posmoderno del neoliberalismo, y de la deconstrucción que éste expolia y reconcentra, con prisa alarmante, a demérito de la validez martiana. en esta lectura se pone a prueba el citado texto según criterios contendientes de la investigación literaria actual a la vez que procura exponer hasta qué punto, en un momento asimismo

«de incubación y de rebrote», sus previsiones revalidan para quienes hoy asumen «la vía patriótica» en las letras así como en otros frentes de realización viable y positiva.

es cosa dura hacer novedad —nebrija.En 1881, a la edad de veintiocho años, josé

Martí agolpó los fundamentos definitivos de su teoría literaria en un texto relativamente breve escrito para el segundo y último número de la revista que acababa de fundar en Caracas. Se trata en concreto de una nota editorial titulada «El carácter de la Revista Venezolana» [t.7:207-212],1 dirigida a los lectores del terruño, y la cual ha llegado a reconocerse como la plantilla ideoestética del modernismo hispanoamericano,2 y su reclamo en vigor hemisférico a los más altos valores de la era moderna. Si bien desde antes Martí venía apurando en usos adjetivales lo que habrían de llamar luego el estilo modernista [v. 57:111-113], en esta ocasión el salto perentorio por modernizar la literatura completa un hecho sustantivo y de libertad que le fija rumbo a la

teoría literaria de José Martí en caracas

Egberto Almenas

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Investigador, docente. University of the West Indies, Barbados

El texto titulado «El carácter de la Revista Venezolana», el cual compuso José Martí en 1881 para el segundo y último número de la revista que fundó en Caracas, se ha afianzado a la luz de la crítica como el primer modelo ideoestético propio de nuestra América, la «carta magna» de su modernismo y su empuñar a los más altos valores de la modernidad. Con todo, urge por verse con renovado empeño si esta justa fijación cronológica todavía resiste y acaso frustra el contragolpe posmoderno del neoliberalismo, y de la deconstrucción que éste expolia y reconcentra, con prisa alarmante, a demérito de la validez martiana. En esta lectura se pone a prueba el citado texto según criterios contendientes de la investigación literaria actual a la vez que procura exponer hasta qué punto, en un momento asimismo «de incubación y de rebrote», sus previsiones revalidan para quienes hoy asumen «la vía patriótica» en las letras así como en otros frentes de realización viable y positiva.

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vida propia de hispanoamérica, y desde ella, la exploración con mayor aprovechamiento de los adelantos que también la universalizan.

En este tenor, su pluma gesta para entonces a Ismaelillo, el poemario al que hoy apenas se osa disputarle su lugar como iniciador en verso del nuevo «movimiento» en la literatura.3 En prosa concurre en la novedad la serie de variedades que envía a La Opinión Nacional de Caracas hasta el 1882. pero otra muestra del mismo periodo, menos frecuentada y acaso capital de estas nuevas formas que dan cuerpo conductor y programático al contenido, se infiere de la revista que habría de titularse La Niñez, antecesora trunca de la que logra editar con mejor estrella casi un decenio más adelante en Nueva York, La Edad de Oro [v. 171:289]. De esta primera tentativa en el género para los pequeños ha resuelto, por extensión insistente al gran público también, que la urgencia por abrir «vías nuevas» en la literatura se aviene con una escritura de unidades apretadas, coloridas y de tonalidad alterna, de modo que cautive de un mismo golpe al lector más culto tanto como al usual [t.20:140]. Al poco tiempo así la estrena en las referidas colaboraciones para La Opinión Nacional de Caracas, y con esto, una reveladora coincidencia atinente a los primeros escollos tendidos contra la modernización que busca: la misma «intransigencia religiosa» [t.20:154 y s] que unos diez años más tarde detiene la publicación de La Edad de Oro obliga al entonces director del rotativo caraqueño a pedirle «algo con sabor ultramontano» [en 79:50], y «lo menos literatura posible». «Conté mucho tiempo con los literatos», lamenta en otra comunicación posterior. «No quiero nada con ellos» [en 139:109 y s].

Echando a un lado si se pretextaba o no con sinceridad la aversión hacia el clero, la censura por partida doble dice más acerca de cómo el «literato» infunde en los inquietos jóvenes positivistas de Venezuela su salvamento spenceriano de la «libertad radical» [v. 152:30] en la acepción primaria y ética que él mismo le imprime a esta frase: una libertad de juicio que «va a las raíces», que ve «las cosas en su

fondo» a la vez que vela por «la seguridad y dicha» del prójimo [t.2:280]. Sólo de tal fortuna podrían aplicarse los ajustes adecuados a la modernización natural de los pueblos al sur del Río Bravo; esto es, natural por cuanto cumple a la infinidad de factores que a la sazón agavillan los rasgos múltiples de su inmanencia y de esta manera la impulsan, junto con la de otros pueblos, de cara hacia el porvenir. Ante la «debilidad constitutiva» 4 del continente al que se consagra, Martí intenta reponerla además a través del estilo, y si por ello el gusto académico de entonces lo tilda de «amanerado», es porque prefiere obviar que éste arrea un apremiante «espíritu de la libertad» [v. 23:154] que, por cierto, tampoco podía reconocerle la iglesia.5

hoy la ironía se bifurca en dos direcciones conciliables: por una parte, a quien le coartan el camino por «literato» es el mismo que en «El carácter de la Revista Venezolana» arremete, hasta la mordacidad casi, contra lo que de común se toma por tal. por otra parte, el de la ejecución en sí virtuosa del propio texto en cuestión no lo sería menos sólo por suplir y rebasar las obras «meramente literarias», y por tanto impertinentes a la modernización íntegra que a su vez preceptúa a tono con los tiempos. De origen volitivo y libre de afectaciones instruidas,

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la obra martiana en Venezuela ya conjunta lo esencial de las definiciones disímiles y hasta incompatibles a veces respecto al modernismo y la modernidad, pues además de innovar en todas las latitudes de mayor acuerdo en la crítica, ella desata un cambio radical en el sentido inusitado ya descrito. La martiología, in genere, y al pie de las vivencias de su objeto en los Estados unidos como criterio dominante, suele encuadrar su madurez y radicalización en una «segunda etapa» de desarrollo comprendida entre 1885 y 1891. A pesar de la nitidez primera que rinde la organización evolutiva de sus ideas según estratificaciones no menos cuestionables de la biogenética, sería preferible analizarlas de acuerdo con los tramos de flujo continuo que ellas trazan a la vez que riegan otros campos del pensamiento. Así la radicalización de Martí se remontaría a unos años antes del periodo indicado, en Venezuela, y ésta ya no se hallará nunca operacionalmente desconectada de su obra posterior.

¿Cuál es el fundamento de esta radicalización? En el «El carácter de la Revista Venezolana» figura como «ese magnífico combate de los humanos y la naturaleza», del cual los «frutos» referenciados en los logros intrínsecos aportarían inclusive a favor de toda la humanidad. No en balde los posmodernos, a la solicitud globalizante del neoliberalismo, desnaturalizan este combate [v. 176]: una vez falseados adrede los contornos de la nacionalidad conectiva que procura Martí, decae la firmeza que previene mirar lo propio con «ojos de apóstata», y en consecuencia, la propensión fácil al sometimiento.6

para impedir semejante «facilidad», «causa de aflojamiento y grandes daños», «El carácter de la Revista Venezolana» aviva la voz del «nuevo viajero» cuya suerte forzosa pende en el vencimiento de los trechos pedregosos que de cuando en cuando han de presentársele en el camino. El recurso turístico, muy en boga para la época, cobra una nueva eficacia: a diferencia del viaje real o imaginario hacia lejanas tierras en el que se busca recobrar, mediante el contraste fácil, el sentido del propio ser —lo que Freud llamaba

el «sentimiento yoico» [53:9] —, el lector de Martí «viaja» en cambio por requerimiento nostramericano. Aquí todos somos «viajeros de la nave humana», obligados a «ponernos con nuestras singulares aptitudes a la par de los que adelantan y batallan», pero en esta «universal faena» se impone sobre todo la «elaboración de nuestra patria». De ahí su repulsa a la «literatura blanda y murmurante», al «canto lánguido de los comunes dolorcillos», de «la obra brillante y pasajera de la imaginación estéril y engañosa». De nada vale «la aplicación cómoda y perniciosa de indagaciones de otros mundos», arguye, si ésta carece de provecho para «las grandezas nacionales».

En un tren de progresión al buen uso de la oratoria, una vez dadas las cortesías de rigor, el texto presenta primero el problema, el cual puede compendiarse del siguiente modo: pugnan dos campos de percepción en las letras. El autor aboga por fomentar con la literatura «la grande América nueva» contra quienes, atascados en las evocaciones de un romanticismo ajeno, lo censuran por no hallar la revista lo «bastante variada». pasa a la defensa mediante la antítesis: la revista, sostiene, «hace honor de esta censura, y la levanta y pasea al viento a guisa de bandera». Quiere decir, habrá que recordarla en todo momento; ella detalla lo que se quiere dejar atrás, y más importante aún, sistematiza lo que acosa por cumplirse en adelante. infundido de esperanza, la cual va apuntalando con una descarga de alusiones incitadoras, Martí entonces postula que «un pueblo fuerte, digno de su alta cuna y magníficos destinos», no debe rendirse ante «la admiración servil a extraños rimadores», ni a la literatura al fin inane, de simulacros y purgas absortas, enajenadas. Concede lo justo: sobra tiempo para «llorar en la callada alcoba, frente a sí mismo, en la solemne noche», pero durante el día —contrapone de inmediato— habrá que «andar la vía patriótica».

A modo de resolución, cierra lo expuesto con una normativa compacta del estilo moderno: se debe seguir, estipula, un método de asimilación

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selectiva a través del cual lo viejo retroalimente lo nuevo, lo extraño a lo íntimo, lo intuitivo al intelecto, y de este modo, lo concerniente del tema a la ambientación precisa de la palabra. Esta adecuación oportuna del lenguaje deberá constituir un consorcio formativo que se corresponda con el tiempo y el espacio que refiere, del cual hoy puede decirse que anticipa la interdependencia cognoscitiva que propone el cronotopo de Bajtín [20:269]. Con todo, lo uno no quita a lo otro: la época está «en el lenguaje en que ella hablaba como en los hechos que en ella acontecieron», mas ni conociéndola «como cosa propia», insiste Martí, sería válido «esquivar el encanto y la unidad artística» de su «lenguaje natural». Las nuevas formas no deben olvidar el esmero y la elegancia propia de la modernidad.

Ahora bien, a la luz de las definiciones actuales en la crítica literaria, el origen y la contextura exacta de esta época siguen ofreciendo una resistencia algo más sospechosa que problemática. Desde el intricado Renacimiento, momento de escrutinio y recuperación de

los mejores valores clásicos,7 se le señala con creciente avenencia una cuna filosófica de acuerdo con los pronunciamientos de Descartes y Calvino, o bien con los de kant y hegel en caballo de troya contra el martilleo iconoclasta de la Revolución industrial. Según indicios de desarrollo afín en otros ámbitos, incluso algunas sociedades complejas de la América precolombina habrían alcanzado la modernidad al momento de la conquista española, lo cual explica la «eficacia» casi «inverosímil» de un hernán Cortés, y pone en entredicho que la subsiguiente empresa colonial, justo por la modernidad coincidente del choque, sea legítimamente comparable con las que sufrieron los subyugados por otros países europeos [v. 97:429-433].

A tres siglos de la simbiosis, no por ello en la patria Grande de Martí oprime sin menor agravio una «excesiva instrucción literaria», prorrogación en la «colonia perezosa» de un medievalismo confluente que todavía ralentiza el encaje en las esferas superiores de la coexistencia. Aunque la poligenia y la trayectoria arrítmica de la modernidad aún susciten dudas y suspicacias, se concuerda cuando menos que sus diversos «vectores de formación» [v. 155:17 y s], de una y otra parte del planeta, sincronizan con diferencias de edades para el siglo XiX, y los antiguos reinos indianos, especialmente después de su emancipación defectuosa, han entrado en peligroso desfase.

Ya para el primer número de la revista que dirige en Caracas, Martí asegura que la publicación, libre de «parcialidades filosóficas», no «viene a poner liza, sino a poner en acuerdo, las edades» [t.7:199]. En un momento «de incubación y de rebrote», falta en los suelos de su entrega la creación de grandes obras que además de concertar para sí esos linajes inconexos de los desarrollos simultáneos, incidan por su valor taxativo en el punto presente de su convergencia. La nota que anexa al último ejemplar de la Revista Venezolana pide que se abandone el trabajo «más ocasionado a la explosión vehemente de los afectos personales» por los «detenidos de investigación y examen»

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[t.7:207].8 En otras palabras, con el «tórax robusto de la inteligencia», llama a que se consolide el referente troncal hispanoamericano, o lo que la terminología de los posmodernos califica de un «centro».

«El carácter de la Revista Venezolana» dispone también lo que entraña esta centralización: a fin de maximizar su utilidad, sus páginas no se prestarán para «trabajos varios, sin orden ni concierto, ni gran traba entre sí, ni fin común, ni más analogía que la que viene de la imaginación que las engendra». La revista se niega «a ser casa de composiciones aisladas, sin plan fijo, sin objeto determinado, sin engranaje íntimo, sin marcado fin patrio». Por el contrario, será un «aposento a toda obra de letras que haga relación visible, directa y saludable con la historia, poesía, arte, costumbres, familias, lenguas, tradiciones, cultivos, tráficos e industrias», y Venezuela, concluye, es un buen punto de partida para ello. De hecho, Martí no tarda en realizar lo que propone: conocer a fondo y salvar el potencial nativo, donde entretanto no escasean «clarines de la lira moderna» [t.7:199 y s]. Acopia en breve tiempo un caudal asombroso de información atinada sobre distintos autores venezolanos, y de espaldas a los «devaneos y fragilidades» líricas se suma enseguida a los que conforman «una nueva etapa de preocupación por los destinos hispanoamericanos» [23:159 y s].

Aquí maneja una concisión a la inversa de lo que hoy, una vez delatadas sus monsergas intelectualistas, encubre el posmodernismo, o la expresión de una época con definiciones aún más esquivas de propósito que las dadas acerca de la modernidad. Se repite hasta el entumecimiento que los rasgos de lo que en bulto llaman posmodernidad despuntan a mediados del siglo XX tras las alteraciones súbitas que acaecen en los enriquecidos focos de mayor alcance tecnológico: crisis de la razón axiológica que conduce entre otro tanto a un relativismo obstinado, a desmentir la objetividad epistemológica, al emplazamiento de la realidad virtual por encima de la concreta, y a la quiebra de la esperanza en el mejoramiento

futuro de la humanidad. por distracción no del todo inocente, se soslaya que dicha crisis fermenta sobre todo el portentoso control de los neoliberales a demérito del «fin patrio» que desde sus días en Caracas urde Martí.

Cierto que el término «posmoderno» empieza a aplicarse y cobra vuelo con intención puramente descriptiva de una modalidad mixta en la arquitectura que luego se desplaza hacia otros géneros del arte también. A juzgar sin más por este parámetro, podría decirse que Martí ya perfeccionaba en Venezuela esa misma fusión de conceptos, en movimiento continuo, polidireccional, heterofónico, pero debido al «fin patrio» que todavía aguarda por su consumación, a los neoliberales jamás se les ocurriría decomisar su obra a favor de la supuesta posmodernidad. En consonancia con el prefijo, el «post» sólo acota la fatiga de cierto modernismo —el de los últimos alientos de rebelión tras el rescoldo de la decadencia y la vanguardia— y éste desde luego tampoco compete al martiano.

Al cabo de la Segunda Guerra Mundial, con el auge en Estados unidos del consumo inspirado en la imagen y la gratificación instantánea, el posmodernismo impone de manera difusa el inicio de una nueva correspondencia entre su sociedad y las artes. Y aquí cabe aclarar que dicha imposición supone ser anti-sistemática: lo fragmentario en sí se convierte en un principio de hechura que sortea e incluso dirime la cohesión. Su sustrato teórico podría reducirse a modo de síntesis mutante a la obra de Walter Benjamin. Desde entonces se va desvaneciendo la fe en todo sistema unitivo del metadiscurso. Se descentralizan los referentes específicos a cambio de la mediación poliopinante. impera la deconstrucción, un método de análisis que en la crítica aspira a optimizar la permisividad de las interpretaciones, y en las artes, los linderos de la capacidad expresiva.

Contrario a la modernización martiana, el posmodernismo llama a la desintegración de los conceptos análogos. toma de aquí y de allá. Abandona la naturaleza concebida como

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un atenuante ingénito contra el desequilibrio exponencial que la industria tecnológica desata a escala planetaria. Antes de contrarrestar las secuelas «lógicas» del desarrollo, las despacha más bien como cuestiones indisolubles. Rehuye de ratificarse a través del conocimiento de sí y del otro a no ser que el hecho diferencial, y gracias a la magia de la mercadotecnia, abra otra nueva posibilidad hacia el consumo desechable, un consumo que implica además el desecho de las mejores nacionalidades.

Atañe por tanto adjudicarle al estilo martiano el mismo acometimiento que le adjudica por nuestras fechas Benedict Anderson, quien desde las primeras páginas del estudio ampliamente acreditado que tituló Comunidades imaginadas [9] ha vuelto a encumbrarlo como agente de gravitación nacional. Con singular perspicacia y experiencia de primera mano en la cultura del Caribe, Alejo Carpentier observaba desde antes que las sutilezas distintivas entre una y otra emisión espontánea de la identidad, incluso entre las antillas que comparten un fondo histórico común, provienen sobre todo de los «elementos del estilo» [32:159]. hoy se aprecia mejor cómo la importancia dada a este asunto en el «El carácter de la Revista Venezolana» no se limita sólo a una simple mecánica de embellecimiento. uno de los graves inconvenientes de la primera crítica en torno al modernismo hispanoamericano consiste «en el carácter implícitamente pasivo atribuido a la literatura: ésta se limita a refractar o dar forma a un ‘espíritu’ o una ‘sensibilidad’ de época, sin que se plantee jamás su forma de intervención activa en las transformaciones de éstos» [125:103]. pocos textos todavía al umbral del siglo XX en Hispanoamérica ejemplificarían una intervención de tal diligencia como la que agota el citado texto martiano, y ésta arranca de la sola convicción absoluta de su autor en los materiales oriundos para poder crear «lo nuevo cuando sea necesario».

tal vez ningún principio extensible de la teoría literaria martiana difiera tanto con los posmodernos como el tocante a los motivos de esa necesidad. La explicación del encontronazo,

al furor de la neomanía, cobra de minuto a minuto una legión de matices. En esencia, la «guerra literaria», como decía Manuel Machado, estalla entre una neo-derecha y una neo-izquierda, ninguna en sí monolítica, y en lucha sin mando central tan transmutada que a menudo se turnan y aplican en sus análisis las mismas ideas con los mismos términos. Desde mediados del siglo XX cada uno de estos bandos sufre altas y bajas esporádicas hasta que las universidades principales de los Estados unidos, a partir sobre todo de la derrota de este país en Vietnam, desiguala las fuerzas al coaccionar en su propia casa el renuevo de la militancia progresista [v. además 155:47 y s]. A los cañonazos de dólares que subvencionan y promocionan las últimas líneas de estudio e investigación se solapa el desencanto que sufre parte de la izquierda intelectual con la entrada en praga de los tanques soviéticos, y así más adelante con el derrumbe del muro de Berlín y las protestas en la plaza de tiananmen.

En tanto, en muchos campus estadounidenses «lo nuevo», a razón de la hegemonía inherente a las grandes obras occidentales, les cede en cambio el paraninfo a voces dudosamente «representativas» de los «condenados de la tierra», cuando tal pretensión de objetividad, en apariencia «políticamente correcta», sólo guetoiza parcelas vitales del paisaje literario. ¿puede hallarse hoy en el mundo algún rincón que no haya sido trastocado por el influjo de Occidente, desde el pentateuco y la espada de Cristo, hasta la Coca-Cola y la revolución de la informática que acapara Bill Gates? Martí, consciente de que no se trata de un problema de supremacía irritante, sino uno de interpretación desprovista de prejuicios, propone en «El carácter de la Revista Venezolana» justo lo contrario: «Como balcón», dice, «por donde asome a nuestro mundo feraz el mundo antiguo, y porque es elemento útil de nuestra vida, [en la revista] estará el movimiento universal representado por el extracto sucinto y provechoso de los grandes libros que en toda parte del mundo se publiquen».

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James Davidson Hunter seguro que calificaría este esmero de «progresivista», dado que Martí, tal como se comprueba en la crónica que en 1887 le dedica al poeta Walt Whitman, asume asimismo «la tendencia a re-simbolizar las creencias históricas en acuerdo con los postulados de la vida contemporánea» [127]:

La literatura que anuncie y propague el concierto final y dichoso de las contradicciones aparentes; la literatura que, como espontáneo consejo y enseñanza de la Naturaleza, promulgue la identidad en una paz superior los dogmas y pasiones rivales que en estado elemental de los pueblos los dividen y ensangrientan; la literatura que inculque en el espíritu espantadizo de los hombres una convicción tan arraigada de la justicia y belleza definitivas que las penurias y fealdades de la existencia no nos descorazonen ni acibaren, no sólo revelará un estado social más cercano a la perfección que todos los conocidos, sino que, hermanando felizmente la razón y la gracia, proveerá a la humanidad, ansiosa de maravilla y de poesía, con la religión que confusamente aguarda desde que conoció la oquedad e insuficiencia de sus antiguos credos. [t.13:135]

Aún con lo bien que le asienta el afortunado neologismo de hunter, la obra de Martí, varón blanco de otro siglo y ejercitado como pocos en las altas obras de la mente, pasa con «lo nuevo» a ser una figura sin relevancia s iquiera como ob je to arqueológico. inducidos por la zanahoria de la novedad, los posmodernos por fuerza, en estampida ansiosa por el ascenso universitario o sencillamente para ir a la moda, buscan cómo tacharlo de «falogocéntrico paradigmático», cómo desvirtuarlo según las peores acusaciones de la ginocrítica, de igualarlo con la populachería

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mediática, con el ser carnal deshecho ante el humanismo por sus apetitos desmitificadores y claudicado con el fin de una Historia de la cual su propio confabulador, Fukuyama, ahora se arrepiente [v. 92].

En la crítica, la contaminación es salud. Así como «El carácter de la Revista Venezolana» enarbolaba la discrepancia de los tradicionalistas y aburguesados de segundas, así también este mismo texto se da a lo propio con las deconstrucciones de los posmodernos y de todo lo que distraiga del discurso que sí erige una amenaza real para la concentración del poder de los neoliberales. La sinceridad, el estudio, y el derecho a lo grande que reclama

con valentía suma, no pierden validez, pues son aún

condiciones imprescin-dibles para recabar

la global ización positiva de Nuestra

América.

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notAs

1 por citar aquí sólo fragmentariamente de estas pocas páginas, se prescinde en adelante de mayor indicación.

2 una de las fuentes más remotas de esta impresión consta en M. p. González, para quien «El carácter de la Revista Venezolana« es la «carta magna» del modernismo [69:39]; ya después, entre otros tantos, j. A. portuondo confirma que estamos ante el «primer manifiesto del movimiento modernista», a contrapelo del entonces «gusto académico y burgués», y el cual el propio estilo martiano enfrenta tras un «espléndido derroche de metáforas» alternativas que anteceden por siete años a la publicación de Azul… de Darío [133:49].

3 Pese a la dificultad de hacer valer el modernismo sin comillas literales o implícitas, debido a la alta disonancia de actitudes y de los tintes combinados que adquiere según los lugares en que aflora (y por ello que se hable también de «modernismos», en plural), en la crítica hispanoamericana empieza a manejarse como movimiento al menos desde el 1905, según puede comprobarse con los Ensayos crítico de pedro henríquez ureña [108:36].

4 «Esta debilidad constitutiva de las sociedades de hispanoamérica —que nada tiene que ver con lo que se llama ‘problema social’, ni es solo ni primariamente una cuestión económica— procede acaso de que la América española se independizó prematuramente, cuando hizo crisis la legitimidad de la monarquía del antiguo régimen en España, y Fernando Vii rechazó en 1814 la Constitución que, entre 1810 y 1812, las Cortes de Cádiz intentaron dar a la Monarquía española. Se trataba de renovar esa legitimidad en la única forma en que después de la crisis del ancien régimees posible: mediante el consensus, voluntario, expreso, explícito, es decir, democrático. La constitución del liberalismo democrático significaba a la vez la reconstituciónde la Monarquía, pero esta no la supe ver» [97:88]. En la concepción martiana queda pendiente aún la «segunda independencia» [t.6:46]; la primera, según anota Martí para las fechas de su estadía en Caracas, fue sólo «la revolución intelectual de la clase alta» [t.21:178], gracias a la cual, según verifica Máximo Etchecopar desde la atalaya del siglo XX, Latinoamérica «pierde identidad y muda en copia dócil de Europa», decae en la inercia y el partidismo, e incluso se vierte muchas veces en sentido contrario de lo que debía ser [en 97:389].

5 Más aún, para Martí «creer en la raíz desinteresada del Bien es fundamentalmente un

hecho revolucionario, el único además en que podría sustentarse una ética de la revolución» [60:44]; y así como en la novela El reino de este mundo de Carpentier, en él también «la ilusión del Más Allá donde reinarán la grata paz y el placer, donde son imposibles la lucha y el sacrificio, priva al hombre de lo que constituye el único sentido de su existencia» [88:138].

6 Véase además a C. pabón, «La nación no es natural» [121:297-301], en su libro de título en efecto muy sugestivo al hecho contrario que se recalca: Nación postmortem

7 Cuando Martí por otra parte escribe que el verso no debe limitarse a «decir lo raro, sino el instante raro de la emoción noble y grandiosa» [t.5:121], propone retomar en molde propio una técnica de la expresión del arte clásico, como bien se apreciaría, digamos, en la escultura grecorromana sobre la leyenda de polifemo, en el momento en que ulises lo ciega con una estaca, o en la de David, de Miguel ángel, que en tensión se apresta para lanzar el proyectil. Elegancia, «breve y tallada, «del sentimiento personal y del juicio criollo y directo» [t.5:121].

8 Aunque todavía no ha asimilado Martí la experiencia que le aguarda la vida estadounidense hacia finales del siglo, tampoco se adscribe aquí a la escisión tópica que arraiga y se extiende hasta bien entrado en el siglo XX, según la cual el «yanqui», al decir de D. F. Sarmiento, aprende «a trabajar y a leer», mientras el suramericano «a holgar y a rezar» —el primero sería «obra del arado y de la cartilla», en tanto que al otro lo destruyó «la cruz y la espada»

—. Anota asimismo urbanski: «La mentalidad angloamericana es algo más simplista y definitivamente pragmática, consecuencia de su especulación racionalista y de su sorprendente liberalismo intelectual. La mentalidad hispanoamericana es intelectualmente dogmática y se distingue por el predominio de lo emocional sobre lo racional» [166:10]. Martí, en cambio, y sin ir más allá de lo que arroja una lectura atenta de la propia Revista Venezolana, propone más bien modernizarel sentimiento (acatado a la verdad, sinceridad, naturaleza propia). Se anticipa a lo que coteja urbanski al convenir que la mentalidad angloamericana también «privó a la sociedad de cierta alegría de vivir y por su rigidez moral trajo cierta sospecha hacia las actividades culturales ya modificada en la época moderna» [166:74]. De ahí la certeza lúcidamente cruda de Martí cuando más adelante ve en los Estados unidos a un «espléndido pueblo enfermo, de un lado maravillosamente extendido, del otro,—el de los placeres intelectuales—pueril y pobre» [t.19:109].

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Félix Julio Alfonso López

Cuando josé Martí llegó por segunda vez a Nueva York, en los primeros días de 1880, quizás no imaginó que sus destinos como escritor, periodista, diplomático y revolucionario, estarían tan íntimamente ligados a la urbe que cantó el genio poético de Walt Whitman. por entonces la ciudad crecía a un ritmo frenético, recibiendo en su puerto a miles de inmigrantes procedentes del sur y el este de Europa, así como de la lejana China. Este crecimiento recibió un impulso mayor a partir de 1883, con la construcción del gran puente de Brooklyn, de cables de acero entramados, a los que seguirían otros hasta enlazar los cinco distritos a fines del siglo XIX. todo lo que el cubano vio, leyó o descubrió de aquella sociedad en furiosa expansión lo dejó plasmado en ese excepcional testimonio que son sus Escenas Norteamericanas.

por esa época, junto al grandioso progreso industrial y tecnológico que experimentaban los Estados unidos, contemporáneo de las luchas sindicales y políticas exacerbadas por la voracidad capitalista, tenía lugar en el país de Lincoln otro fenómeno social de enorme importancia, y que no pasó por alto la aguda mirada de Martí. Nos referimos al desarrollo y organización del béisbol, culto atlético cuya impronta en la cultura estadounidense llega hasta nuestros días. pero antes de abordar la visión que tuvo el prócer cubano sobre lo que siempre llamó «el juego de pelota», conviene describir

cual era el panorama de este pasatiempo en los Estados unidos, desde su origen hasta el momento en que Martí lo observa desde su atalaya neoyorkina.1

Como es conocido, Nueva York es en propiedad la cuna de este deporte de origen estadounidense, que evolucionó a partir de otros juegos similares

practicados con bates y pelotas.2 De hecho, el primer club organizado de béisbol fue formado en 1842 en la ciudad a orillas del río hudson, encabezado por Alexander Cartwright, quien llamó a su equipo knickerbocker Base Ball Club. Este pionero desarrolló un conjunto de veinte reglas, publicadas por primera vez en 1845, que se convirtieron en la base del béisbol moderno. un año mas tarde, el 19 de junio de 1846, los knickerbockers jugaron el que está considerado como el primer partido oficial de béisbol moderno al enfrentarse a otro equipo organizado de pelota llamado New York Club, en los terrenos de Elysian Field, situado en lo que es actualmente hoboken (Nueva jersey).

para la década de 1880, en que Martí comienza a residir de manera permanente en los Estados unidos, ya existían en Nueva York clubes de béisbol por toda la ciudad, se había construido el primer estadio para jugar pelota completamente cerrado llamado union Ground, en Brooklyn (1862) e incluso algunos años antes la popularidad del juego se había extendido más allá de la localidad, y empezó a conocerse como New York Game. Bajo esta denominación

y el Juego de pelota en los estados unidos

In our sun-down perambulations of late, through the outer parts of Brooklyn, we have observed several parties of youngsters playing «base», a certain game of ball…Let us go forth a while, and get betters air in our lungs. Let us leave our close rooms…The game of ball is glorious.

Walt Whitman, nueva York, 1846

Se tira a la pelota, como todos los junios…José Martí, nueva York, 1888

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Escritor. Profesor Universitario de la Habana, Cuba.

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de «juego de Nueva York» se divulgó durante la Guerra Civil, cuando miles de soldados de la unión que venían de la gran ciudad lo practicaron en los lugares por donde viajaban y al finalizar la guerra, en 1865, el juego se había convertido en la variedad más popular en todo el país. poco después, el nombre de New York Game desapareció y se llamó simplemente béisbol.

Las transformaciones en la dinámica evolución del deporte de las bolas y strikes no solo se realizaron en sus denominaciones, reglas y técnica de juego, sino que también alcanzaron a la organización de los clubes y el pago de salarios a sus jugadores, quienes lo hicieron de manera profesional por primera vez defendiendo los colores de los Cincinnati Red Stockings, en 1869. En marzo de 1871 surgió la primera liga profesional de Norteamérica, la Asociación Nacional de jugadores profesionales de Béisbol, que al mismo tiempo fue también la primera liga mayor. En sus torneos fue dominante el club Boston Red Stockings, propiedad de harry Wrigth, llamado «el padre del béisbol profesional», que contaba con varias estrellas como el lanzador Al Spalding y el short stop George Wrigth, quienes cobraban abultados salarios gracias a un presupuesto anual de 35 mil dólares. Los desbalances competitivos y pérdidas financieras de esta primera liga llevaron en 1876, con el concurso de ocho clubes de béisbol, al surgimiento de la Liga Nacional (LN), promovida por William A. hulbert, presidente de los Chicago White Stockings.

Entre los aspectos más importantes de esta organización desde el punto de vista social, está el hecho de que la liga preconizaba los intereses de los clubes miembros sobre los de los jugadores. Entre estos figuraban equipos bien financiados con múltiples accionistas, cada uno de los cuales pagaba un derecho anual de $100.00 dólares, utilizados para financiar el cuerpo administrativo de la liga, los registros de estadísticas y. pagar al cuerpo de árbitros $5.00 dólares por juego. El lugarteniente de hulbert en estos años fue el brillante lanzador Al Spalding quien a su retiro del terreno de juego devino en

el más ferviente defensor y propulsor de la LN. Como recompensa a su leal apoyo, la compañía de artículos deportivos de Spalding recibió el contrato para suplir las pelotas de la liga y para publicar su guía anual, la que empezó a ser editada en 1877.

Esta alianza de clubes tuvo numerosos altibajos en sus torneos y debió enfrentar la competencia de otros circuitos organizados, como la llamada Liga internacional, pero el rival más formidable de la Liga Nacional en el siglo XiX fue la Asociación Americana de Clubes de Béisbol (AA), constituida por diversos promotores que se oponían al monopolio de la LN. En 1882 la AA inició su primer torneo con enorme éxito de público y grandes ganancias, lo que obligó a su competidor a negociar su reconocimiento y acordaron disputar un torneo entre ambas conocido desde entonces como Serie Mundial. Sin embargo, otro nuevo circuito solicitó su entrada en las ligas mayores bajo el nombre de Asociación unida de Clubes de Béisbol (Au), iniciando su campeonato en 1884, pero no pudo resistir la presión de sus antagonistas y colapsó rápidamente.

De este modo, toda la década de 1880 estuvo marcada por las ambivalencias y recelos entre las principales uniones ya establecidas, quienes se disputaron la hegemonía del béisbol profesional estadounidense hasta que una de ellas, la AA, quedó en desventaja frente a su contrincante y desapareció en 1891.Otro aspecto de enorme interés en este panorama del béisbol estadounidense contemporáneo de Martí, lo es el de las luchas de los jugadores de pelota por imponer sus condiciones a los propietarios de los equipos.3 Bajo el control de la LN desde 1876, los jugadores habían visto disminuidos sus salarios y libertad de movimiento, y estaban sujetos a severos códigos disciplinarios respaldados por amenazas de expulsión y de ser colocados en listas negras. Al repertorio de agravios a los peloteros se añadió la cláusula de reserva en los contratos, la cual era vista por los beisbolistas como una negación de los derechos individuales de vender sus servicios

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al mejor postor. por su parte, los propietarios acreditaban la cláusula como una garantía de la estabilidad de los equipos y del incremento de la rentabilidad.

En este contexto se organizó en 1890 la Liga de Jugadores (LJ) para desafiar el poder de la Liga Nacional. Enfrentadas en un duelo mortal, la LN, con Spalding a la cabeza, atacó de frente a la Lj mediante la programación de juegos en las mismas fechas que sus equipos, el soborno a jugadores, el inicio de costosos procesos legales sobre la cláusula de reserva, la disminución de los precios de las boletas, la persuasión a la prensa bajo la amenaza de retirar su publicidad

y el robo de atletas de las nóminas de la AA y las ligas menores. Finalmente la LN acabó con la asociación de jugadores, conservó sus privilegios y se dispuso a reinar sobre todo el béisbol organizado de los Estados unidos.

No tenemos referencias directas de Martí acerca de estas disputas y guerras interligas, aunque no debió ignorarlas, enterado como estaba de los más mínimos detalles de la sociedad estadounidense. Sin embargo, no consideró al pasatiempo norteño como uno de sus temas predilectos, no le dedicó ninguna de sus célebres crónicas, y sus referencias al mismo aparecen de manera fragmentaria y dispersa,

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como apoyo a otros temas o como anécdota dentro de textos de distinta naturaleza. Aun así, creemos conveniente referir cuales fueron estas menciones que Martí hizo del béisbol norteamericano, y el ámbito particular en que se produjeron, en tanto fue una manera más de acercarse el cubano a las costumbres y modo de vida de aquella nación, la que trató de comprender en sus más notables aspectos.

Lo primero que llamó la atención martiana fue la enorme popularidad del béisbol entre los estadounidenses de todos los sectores y clases sociales, adultos, hombres y mujeres, y sobre todo entre los niños, y así lo refleja cuando describe, con un cierto toque de humor, las travesuras de los colegiales neoyorkinos: «Los niños en Nueva York gustan más de pelotas y pistolas que de libros (…) los niños ¡válganos Dios!, o se detienen en las esquinas, lo que no es del todo mal, a trocar coqueterías con damiselillas pizpiretas de diez o doce años que con mirada y aire de mujer van solas; o se entran a la celada, a escondidas de la policía, en un patio a jugar a la pelota; o salen de las cigarrerías, que por esta maldad debían ser tapiadas con el cigarrero adentro, ostentando en los labios sin bozo, encendidos pitillos».(N. Y., 7 de junio de 1884, OC, tomo 10, p. 60).4 En otra ocasión sostiene, refiriéndose a la asiduidad con que se celebraban los partidos de béisbol que: «(en Nueva York) hay mucha carrera de caballos, con caballeretes de casa rica que montan bien y saltan mucho. hay mucho juego de pelota». (N. Y., 29 de mayo de 1885, OC, tomo 10, p. 251).

también le provocó curiosidad que se realizaran juegos de béisbol en ceremonias como el Día de Acción de Gracias, festividad norteamericana de origen agrario, que remontaba sus orígenes a la colonia británica y fue sancionada por el presidente Abraham Lincoln con carácter oficial en 1863, celebrándose el cuarto jueves de noviembre. En una de estas fiestas observó: «Todo el mundo es bueno. Y hoy jueves, amén de la de comer, que es grande, todo es fiesta. Las cuadrillas de jugadores de pelota vienen de los colegios del interior a disputarse en concurso público el premio». (N. Y., 27 de noviembre de 1884, OC, tomo 10, p. 28).

En el verano, por razones obvias, la actividad beisbolera se incrementaba, y la temporada estival se convertía en una verdadera fiesta para los peloteros aficionados y la gente común que se divertía realizando prácticas deportivas al aire libre, ejercitando sus cuerpos y liberando tensiones acumuladas a través del juego, como se sugiere en este breve comentario: «todo es juego, movimiento y gasto. En cada solar hay un desafío de pelota (…) Otros entretienen los calores de junio jugando a la pelota, corriendo en apuestas, imitando en ejercicios corporales a los soldados ingleses». (N. Y., 2 de julio de 1886, OC, tomo 11, p. 15 y18).

Al concluir los meses de calor, en septiembre y octubre, el interés por el béisbol seguía en aumento, pues se disputaban entonces las finales entre los equipos de mejor desempeño de las Ligas Mayores, y en su noticia deja ver Martí un aspecto que hemos significado antes, la profesionalización del deporte y los altos salarios pagados a las estrellas de los equipos: «Y es septiembre un festival prolongado, sin día que no sea acontecimiento, ya porque Mauds, la yegua más ligera que pisa tierra anda una milla en dos minutos: ya porque los «nueve» de Chicago vencen en el juego de pelota a los «nueve» neoyorquinos, uno de los cuales gana al año diez mil pesos, porque no va una vez la pelota por el aire que él no la pare; y eche por donde quiera». (N. Y., 19 de septiembre de 1885, OC, tomo 10, p. 297).

Este último argumento, referido a las ganancias exorbitantes de algunos peloteros, es reiterado en una crónica posterior, dedicada a la proclamación de Cleveland como candidato a la presidencia en la ciudad de San Luis. Allí señala con preocupación el dilema de algunos jóvenes que abandonan sus estudios para jugar béisbol, pues obtendrían de este modo una mejor remuneración:

Ni los juegos de pelota han interesado tanto este año, aunque hay peloteros que han dejado la universidad para pelotear como oficio, porque como abogados o médicos los pesos serían pocos y les costaría mucho trabajo, mientras

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que por su firmeza en recibir la bola de lejos o la habilidad para echarla de un macanazo a tal distancia que pueda, mientras la devuelven, dar la vuelta el macanero a las cuatro esquinas del cuadro en que están los jugadores, no solo ganan en la nación, enamorada de los héroes de la pelota, y aplausos de las mujeres, muy entendidas en el juego, sino sueldos enormes, tanto que muchos peloteadores reciben por sus dos meses de trabajo más paga que un director de banco o regente de universidad o secretario de un departamento en Washington. (N. Y., 28 de junio de 1888, OC, tomo 13, p. 337)

Quizás lo más atrayente de este párrafo, desde el punto de vista del lenguaje beisbolero, es el uso por Martí de la palabra «macanazo» para referirse a un batazo de grandes dimensiones, y «macanero» para identificar al bateador. Como es conocido, «Macana» es una voz indígena americana del área lingüística caribe, que designa a un arma ofensiva, a manera de machete o de porra, hecha con madera dura y a veces con filo de pedernal, que usaban los pobladores de la cuenca del Orinoco y otras zonas de Suramérica. Otras acepciones del término lo señalan como «garrote grueso de madera dura y pesada», «instrumento de labranza consistente en un palo largo con punta o un hierro en uno de los extremos, que sirve para ahoyar» y «pala de paleta plana y mango largo». Esta última debiera ser en propiedad la acepción que más se ajusta a la descripción del bate de béisbol, sin embargo, por el tono que Martí utiliza en su crónica, parece como si el bate se tornara en arma ofensiva, hostil, manejado con violencia para golpear la pelota y arrojarla lejos del bateador, enfatizando así la crítica que subyace al juego como actividad de lucro.

Del mismo modo resulta de interés descubrir, junto con Martí, que los peloteros además de dinero adquirían un enorme «capital simbólico», al convertirse en ídolos locales o nacionales, admirados y queridos por un público entusiasta, que sobre todo en el siglo XiX fue en gran parte femenino, pues como apunta con sagacidad, las mujeres «estaban muy enteradas» de todo lo que sucedía alrededor del juego de pelota.

por otro lado, el espacio público diseñado para jugar béisbol también pudo ser utilizado, por sus dimensiones y significado para la comunidad, como parte del show político estadounidense, y así Martí refiere un discurso del senador republicano, y candidato a la presidencia en 1884, james G. Blaine, que tiene lugar en uno de estos campos. La descripción martiana del escenario deportivo nos revela el distanciamiento que se produce entre el orador y los asistentes al lugar, quienes aparecen como perdidos en la enormidad de la plaza: «Era como el mar. Allá en el fondo, en la galería cubierta como un monte de granos de maíz negro, se apiñaba la gente sentada. De lejos, de las puertas, venia la muchedumbre lentamente, como asombrada entre el espacio y la noche.

A los lados, vacíos, los asientos del enorme juego de pelota , donde va a hablar Blaine». (N. Y., 20 de octubre de 1888, OC, tomo 13, p. 359)

Ahora bien, el aspecto que impactó de manera más negativa a Martí de las prácticas beisboleras estadounidenses, fue su creciente mercantilización y el espíritu mezquino y enrarecido que las apuestas traían al sano entretenimiento. hombre de una ética intachable, el que se realizaran apuestas con los jugadores como si se tratara de caballos de D

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carrera, debió ser algo que lastimó profundamente su sensibilidad, como la de muchos contemporáneos partidarios del deporte saludable, higiénico y sin la perversión del dinero. De ahí se desprenden varios comentarios martianos negativos sobre el béisbol, que si no se comprende el contexto de que está h a b l a n d o , p u d i e r a n inducir a creer en una falsa animadversión de Martí hacia este pasatiempo.

El primero de estos juicios se refiere al juego de pelota como «desgraciado y monótono que perturba el juicio, y como todos los demás, como las regatas, como los pugilatos, como las carreras, como cuanto estimula la curiosidad, las apuestas, y el amor natural del hombre a lo sobresaliente, aun en la fuerza física y el crimen, privan aquí tanto en verano, que para dar cuenta de quien recorrió el cuadro más veces o tomó más la pelota en el aire, publican los periódicos de nota al oscurecer, una edición extraordinaria».(N. Y., 8 de agosto de 1887, OC , tomo 11, pp. 258-259).

para ser justos con el béisbol, juego de estrategia e inteligencia como pocos, un tanto lento, es verdad, pero también lleno de emociones, jugadas imprevistas y valor personal, me parecen excesivos los adjetivos «desgraciado y monótono» que le adjudica Martí. pero si se analiza con detenimiento este párrafo, notaremos dos cuestiones que no debemos pasar por alto: la primera, que los calificativos peyorativos no son solo para el béisbol, sino también para el boxeo, las carreras y otras actividades del músculo que estimulan, entre otras cosas «…las apuestas, y el amor natural del hombre a lo sobresaliente, aun en la fuerza física y el crimen».

por el pugilato ya había expresado su desagrado en un texto anterior, pues su violencia extrema aplazaba «el tránsito del hombre-fiera al hombre-hombre» y añadía que «enfrenar esta bestia, y sentar sobre ella un ángel, es la victoria humana».Es decir, Martí no desaprueba a la acción física en sí misma, sino a las secuelas que esta puede traer asociada en una sociedad capitalista, donde el interés primordial radica en ganar dinero, aun a costa del bolsillo de los aficionados y la salud de los deportistas. La

segunda es una crítica, aprovechando el pretexto del béisbol, a la prensa sensacionalista y banal, que se complace en realzar los acontecimientos deportivos y ocultar muchas veces los verdaderos problemas de la Nación.

Esta reflexión se comprende mejor si la comparamos con otro texto ulterior, refiriéndose ahora al deporte universitario, donde de nuevo insiste en las apuestas como un factor disolvente del verdadero espíritu de competencia y afición sana a los ejercicios corporales. Las palabras de Martí son muy elocuentes en este sentido, y comparten puntos de vista con la tesis precedente, al señalar como los estudiantes de Yale, princeton, harvard y Columbia «están enojados» porque «tanto había crecido entre ellos estos cursos pasados, socapa de ejercicio físico, la práctica de lo más animal del hombre, con detrimento de lo más bello, que las universidades acordaron prohibir las regatas de río y juego de pelota, que eran ya ocupación mayor de los colegios y asunto de apuestas y disputas, que los tenían sin sosiego todo el año». (N. Y., 24 de septiembre de 1888, OC, tomo 12, pp. 53-54).

Como hemos visto hasta aquí, las opiniones y juicios de Martí sobre el béisbol que conoció

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en los Estados unidos a lo largo de la década de 1880, época turbulenta y de cambios profundos tanto en el sistema del juego como en sus implicaciones sociales, tienen un sentido dual, algo que también se advierte en otras zonas de su producción sobre aquel país. por un lado celebran su popularidad y difusión como juego sano y diversión que favorece el empleo del tiempo libre, y por otro censuran con acritud los vicios y desviaciones que desnaturalizan al deporte y a quienes lo practican, haciendo brotar en ellos, como insiste varias veces «lo más animal del hombre, con detrimento de lo más bello».

Llegados a este punto, un aspecto de notable interés consiste en verificar si efectivamente José Martí, al margen de su escritura, participó como espectador en algunos juegos de béisbol durante su estancia en suelo norteño. todo parece indicar que tal interrogante conlleva una respuesta afirmativa, pero hasta el presente solo contamos con un testimonio que lo puede corroborar. Esta evidencia fue narrada por el célebre jugador y director de béisbol Agustín «tinti» Molina (1873-1961), quien en su juventud realizó el acto temerario de venir a la isla, poco antes de iniciarse la guerra de 1895 a traer propaganda revolucionaria, y para evitar sospechas participó en el campeonato de aquel año con el equipo de Matanzas. poco después regresó al Cayo y vino a Cuba en una de las expediciones comandadas por el general Emilio Núñez.

El relato de «tinti» y su encuentro con Martí narra como en 1889, durante una visita del Apóstol a Cayo hueso, este presenció junto a josé Dolores poyo un juego de béisbol en el que el joven de apenas 16 años conectó un formidable batazo que fue a parar a las aguas del océano. En palabras de Molina¯reveladas al periodista deportivo Fausto Miranda mucho tiempo después¯ Martí pidió conocer al autor del jonrón, y una vez ante el líder revolucionario, este le estrechó la mano, y pudo observar como «la mirada firme, pero agradable, el entusiasmo enorme demostraba que él, grande como nadie, consideró aquel triunfo de

los cubanos en la pelota como un buen presagio para la lucha que se iba a iniciar».5

No hemos encontrado la confirmación de que durante ese año (1889) Martí visitara el Cayo, aunque no es imposible que lo hiciera; pero lo que si es indudable es la enorme pasión beisbolera de los emigrados de Cayo hueso, de la cual tenemos el vívido testimonio del poeta Diego Vicente tejera: «hace cuatro meses que a todas horas, día y noche, vivimos entre el zumbido de los flys, de las pelotas y los golpes secos de los hits. Salta la pelota con solemnidad los lunes junto a la brisa; salta menos solamente entre semana en improvisados matchs, y salta sin solemnidad ninguna, de sol a sol, en todas las esquinas y patios y solares de la población, en un match de muchachos que no se acaba nunca».6

El equipo de «tinti» se llamaba Cuba, y se enfrentaba en los momentos de la visita martiana a un conjunto estadounidense, con el objetivo de recaudar fondos para la futura Revolución. Además se sabe que existieron otros clubes en el Cayo llamados Fe, habana y Esperanza, los cuales llegaron a jugar en una liga dominical promovida y organizada por el empresario cigarrero Eduardo hidalgo Gato. también existió en Ybor City un equipo de emigrados cubanos desde 1887 llamado Niágara Baseball Club, al que se unieron posteriormente los conjuntos Cubano y porvenir.7Con semejante dispositivo de círculos organizados para jugar pelota, nada más natural que en sus visitas a los clubes de emigrados Martí presenciara estos partidos.

En este sentido, y al igual que sus contemporáneos en la isla¯los también poetas y escritores modernistas julián del Casal, Bonifacio Byrne, Fray Candil, justo de Lara y Enrique josé Varona¯, josé Martí postuló la importancia de las prácticas deportivas como parte del mejoramiento físico y espiritual de las personas, y como antídoto para los vicios y la corrupción moral. Se comprueba así la superficialidad de los juicios emitidos acerca

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1 Acerca de la historia del béisbol en los Estados unidos, entre una bibliografía que crece sin cesar, son de utilidad los libros de harold Seymour: Baseball. the early years, New York, 1960; David Q. Voigt. American baseball, Norman, 1966 y America through baseball, Chicago, 1976 y Benjamin G. Rader. Baseball. A history of America’s game, urbana, 1992.

2 Sobre el desarrollo de los deportes modernos en Nueva York a lo largo del siglo XiX puede verse Melvin L Adelman.: A Sporting time: New York City and the Rise of Modern Athletics, 1820 -70, urbana, 1986.

3 Ver al respecto de Daniel M. pearson: Baseball in 1889: players vs Owners, Bowling Green, 1993.

4 Cito por la siguiente edición: josé Martí, Obras Completas, La habana, Editorial Nacional de Cuba, 1963-1973, 28 tomos. De ahora en adelante se indica en el cuerpo del trabajo el lugar y la fecha de escritura de los textos martianos, así como el tomo y páginas correspondientes. Señalo en cursivas, para destacarlas dentro del texto, las expresiones que se refieren al juego de pelota.

5 Fausto Miranda, «Su encuentro con Martí», Revolución, La habana, sábado 11 de febrero de

1961, 2da edición, p. 9.6 Diego Vicente tejera, «La indolencia cubana

(1897)», en: textos escogidos, Selección e introducción de Carlos del toro, La habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1981, p. 171.

7 Louis A. pérez, jr., «Between Baseball and Bullfighting: the Quest for Nationality in Cuba, 1868-1898», the journal of American history, Vol. 81, no. 2, September 1994, p. 499.

de que Martí no habló casi nada de béisbol, o que cuando lo hizo fue para referirse a este deporte de manera crítica. Antes bien, no fue ajeno a un deporte como la pelota que, pese a los problemas que ya padecía por su excesiva mercantilización en tierras norteñas, contaba con enorme aceptación y gran número de seguidores, hasta el punto de convertirse en parte de la cultura de raíz popular en ambas orillas del Estrecho de La Florida.

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1. tres poetas

Las ideas estéticas martianas han atraído la atención de los estudiosos de su obra en más de una ocasión, en primer lugar, por la novedad y originalidad en su momento de muchos de sus postulados y análisis, y, en segundo término, por la recono-cida importancia de su labor en las letras hispáni-cas, así como por el ajuste de su propia obra literaria y de su propia vida como creador a los juicios y preceptos que emitió.1

Aunque el Maestro prácticamente no dejó texto alguno dedicado a presentar de manera orgá-nica su cuerpo de ideas al respecto,2 y estas se hallan dispersas a lo largo de sus escritos, es-pecialmente en aquellos dedicados a la crítica literaria y artística —ya sea el examen de alguna obra en particular o el estudio in extenso de un creador—, no por semejante dispersión resultan incoherentes o difíciles de aprehender sus con-cepciones estéticas: estas son de una frecuencia relativamente alta en el conjunto de sus textos y su rigor expositivo suele ser muy elevado en numerosos casos, al extremo que no es des-acertado inferir que el cubano tuvo la voluntad manifiesta de expresar ese ideario estético a sus lectores. Y aún más: cuando se revisa ese cuerpo de ideas y se analizan en los respectivos momen-tos y textos en que se escribieron, se comprende en más de un caso que Martí también quiso a menudo polemizar con muchos de los criterios

predominantes en su tiempo y con quienes los sustentaban.

En tales exámenes de su obra no se ha dejado de señalar su

rasgo quizás esencial: el explícito carácter moral sustentador de sus

ideas artísticas, en concordancia con el marcado sentido

ético que rigió siempre toda su actuación y su

pensamiento. Sin embar-go, pareciera como si ese

basamento ético aún necesite de mayor profundización a fin

de apreciar sus contornos y delimi-tar su alcance.

Así, pues, en este caso trataré de analizar el tema en sus escritos acerca de tres poetas, que resultaban en su época paradigmáticos: push-kin, Whitman y heredia. Los tomo por varia razones. primera, porque son representantes de culturas, épocas históricas y estilos literarios diferentes. Segunda, porque no estaban todavía plenamente canonizados por la apreciación literaria de finales del siglo XIX, cuando Martí escribió sobre ellos. tercera, porque, con toda la cautela del caso, el Maestro tendió a considerar a la poesía como una forma suprema de la crea-ción literaria. Finalmente, es curioso observar que en el caso del ruso y del cubano se trataba de poetas fallecidos, cuyos enjuiciamientos críticos no les lastimarían directamente, algo que sabemos Martí cuidó con esmero en su ejercicio de la crítica, mientras que su principal análisis sobre Whitman fue escrito en la vejez del poeta, cuando sólo en pequeños cenáculos

la poesía vive de honra notas sobre ética y arte en José Martí

Pedro Pablo RodríguezHistoriador, Ensayista. Centro de Estudios Martianos. La Habana,

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se le comenzaba a reconocer su extraordinaria importancia, en lo que resultó pionera la entu-siasta opinión martiana.

2. pushkin

El texto sobre el poeta ruso apareció en len-gua inglesa en el periódico neoyorquino the Sun, el 26 de noviembre de 1880. El reciente hallazgo del manuscrito de su versión en fran-cés confirma plenamente la autoría martina.3 por cierto, muchas de las frases de este texto, de naturaleza aforística y conclusiva, son fre-cuentemente citadas a propósito de sus criterios estéticos, éticos y filosóficos. Martí aprovecha los festejos recientes por la erección de un monumento al poeta en Moscú para ofrecer su enfoque personal, indicado ya desde el subtítulo: «A memorial to the man who blazed the pathway leading to Russian Liberty», traducido en la edición critica de sus Obras completas así: «un monu mento al hombre que abrió el camino hacia la libertad rusa.» Es decir, su perspectiva se asienta en el poeta en tanto hombre que combatió a la autocracia zarista, y deja establecido su carácter fundador, de inicia-dor de la marcha hacia la libertad, todavía no conquistada por el pueblo ruso en tiempos de Martí. Sin embargo, el texto comienza poniendo en solfa a pushkin ante sus conciudadanos. Le llama apóstol y poeta, dice que el tributo es merecido y se pregunta acerca de si su pueblo lo adora y lo detesta. Más adelante considera que el pueblo deseaba castigar a pushkin dada su falta de carácter, demostrada al aceptar ser el historiógrafo del zar Nicolás i, por lo que «dejó de ser amigo del pueblo. 4

Y continúa con un duro enjuiciamiento: «había besado el látigo que había tratado de quebrar. Los rusos insisten en que las acciones del genio deben corresponder a las promesas de sus cantos. La mano debe seguir a la inspiración del intelecto. No basta escribir una estrofa pa-triótica: hay que vivirla. En la política sombría de Rusia solamente hay dos partidos: los siervos azotados y sus dueños. El que no tiene el valor

de ser honrado en la política rusa, no puede ser considerado como un hombre honrado. Después de lamentarse de las desventuras de sus compatriotas, Pushkin finalmente acarició y elogió la mano que las causaba.»5

No caben dudas de que se trata de una opi-nión de Martí, pues coincide con otros momen-tos de sus escritos, aunque él la atribuya en este caso a los rusos, quizás para poder discutirla de algún modo y entonces dedicar el cuerpo de su texto, de hecho, a ofrecer una síntesis más balanceada del poeta. En estos juicios se trata, por un lado, de una tesis central del ideario estético martiano: el artista —y, consecuentemente, su creación, la obra de arte— tiene una misión de servicio que cumplir, y sus actos personales deben reiterar el espíritu que anima a su obra. in-congruencias entre la conducta del artista y los principios enarbolados en su obra, era algo éticamente inadmisible para Martí, quien hizo de ello profunda y consciente norma para sí. Se puede colegir también en la cita la particular manera martiana de superponer el acto de la vida a la propia creación artística, como señaló en varias ocasiones con sentido francamente admonitorio. La honradez, pues, es el norte de su juicio: esta ha de mantenerse incólume en todo mo-mento. Luego pushkin, según este análisis, no resultó ser un hombre honrado ni, por tanto —según se desprende de la lógica de sus afir-maciones—, un artista honrado. Pero la fineza del criterio artístico del cubano —a todas luces, entre otras cosas, por el hecho de ser él también poeta, escritor, artista— no se queda en esta descalificación simplista del ruso. «Los poetas son como los mares, fluyen y refluyen»,6 señala en otro momento de este es-crito. Y ese movimiento de avance y retroceso, condición del poeta, le sirve para balancear su visión de pushkin. para Martí, «la revolución rusa que se avecina, debe su existencia a push-kin, a pesar de sus relaciones con la corte.»7 La honra personal del poeta se vio afectada, desde luego, y por eso Martí lo sitúa debajo de Byron

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como persona, a pesar de reconocerle ciertas capacidades superiores al británico. «Era más humano, más fluido, más imaginativo, más espontáneo y más nacional que Byron, pero menos valiente y sin desear en lo absoluto morir por la causa de la libertad.»8 Con Víctor hugo considera que pushkin sólo es similar en cuanto a la fuerza de la imaginación. pero el francés, nos dice, «vindicó la libertad asesinada» con sus novelas; y el ruso, a su vez, «despertó un pueblo, levantó una nación, y puso vida en un cadáver.»9 Y ahí está justamente el por qué de su carácter anticipador de la revolución rusa que Martí veía aproximarse, manifestado también en el ruso, según el juicio martiano, por su propia condición artística: «los poetas videntes siempre se anticipan a sus tiempos.»10

No es que Martí quiera disminuir esa valo-ración para su presente finisecular que acaba de entregar sobre pushkin, sino que ello se explica-ba más allá del propio individuo por la función que el Maestro otorgaba a la poesía. De alguna manera, entonces, las debilidades de carácter de pushkin que afectaron su honra, siguiendo el criterio martiano,11 fueron salvadas hacia el futuro por su notable capacidad en el ejercicio literario creativo. La poesía, pues, es lo que le abrió el camino a la posteridad por encima de sus flaquezas éticas. Luego la relación entre el creador y su propia obra era entendida por Martí no unidireccionalmente desde el uno hacia la otra o viceversa, sino en ambos senti-dos al mismo tiempo. Así, para él, el poeta no se explica a plenitud si se desconoce su obra, como tampoco puede comprenderse esta si se obvia a aquel. tal postura matizada es lo que le lleva a objetar que el acto de homenaje en Moscú fuera empleado en atacarlo: «hubiera sido mejor no pensar en la debilidad del hombre en el día de su glorificación. Realmente no era propio cruzar las espadas sobre su frío cuerpo.»12

Muerto ya hacía mucho y justamente cuando de rendirle homenaje se trataba, el cubano ob-viamente considera injusto someterlo a la crítica ética en aquel instante, aunque, evidentemente, no sitúa a pushkin como el modelo del artista.

3. Whitman.

Otra es la postura martiana ante el poeta estadounidense, recogida sobre todo en su notable texto fechado el 19 de abril de 1887. No es meramente simpatía, como indudablemente sintió también por pushkin, sino admiración rotunda la que expresa en ese escrito publicado en El partido Liberal, de México, el 17 de mayo de 1887. también es una noticia, dada su condición de corresponsal en Nueva York del diario mexica-no, el pretexto para su análisis sobre Whitman, en esta ocasión una conferencia sobre Abraham Lincoln dictada por el poeta. Esta «Correspon-dencia» para México resalta por el buen conoci-miento de la obra whitmaniana, evidenciado en las numerosas referencias, alusiones y paráfrasis que hace de sus textos. Claro que a Whitman, a diferencia del ruso, lo leyó en su lengua nativa, además de que le fueron más accesibles sus escritos dada su larga residencia en la ciudad del Norte. No ha de descartarse tampoco la madurez de sus juicios en sentido general, a tenor del propio desarrollo de su personalidad y de su labor creadora, de su hondo y ancho dominio de la sociedad norteamericana y de sus problemas más agudamente conflictivos, y de su comprensión de las grandes líneas histórico-sociales por donde se movía el mundo. tras decir que hojas de yerba, su libro «pas-moso», estaba prohibido, el periodista entrega un párrafo que es toda un declaración de princi-pios a favor de una literatura engendradora de valores para un hombre superior moralmente, para lo cual la civilización de la época no se ha-llaba preparada por su afán de ajuste a normas prestablecidas, idea, por cierto, recurrente en sus escritos. «¿Cómo no, si es un libro natural? Las uni-versidades y latines han puesto a los hombres de manera que ya no se conocen; en vez de echarse unos en brazos de los otros, atraídos por lo esen-cial y eterno, se apartan, piropeándose como placeras, por diferencias de mero accidente; como el budín sobre la budinera, el hombre que-da amoldado sobre el libro o maestro enérgico

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con que le puso en contacto el azar o la moda de su tiempo; las escuelas filosóficas, religiosas o literarias, encogullan a los hombres, como al lacayo la librea; los hombres se dejan marcar, como los caballos y los toros, y van por el mun-do ostentando su hierro; de modo que, cuando se ven delante del hombre desnudo, virginal, amoroso, sincero, potente—del hombre que camina—, que ama, que pelea, que rema,—del hombre que, sin dejarse cegar por la desdicha, lee la promesa de final ventura en el equilibrio y la gracia del mundo; cuando se ven frente al hombre padre, nervudo y angélico de Walt Whitman, huyen como de su propia ciencia y se resisten a reconocer en esa humanidad fragante y superior el tipo verdadero de su especie, des-colorida, encascada, amuñecada.»13

La cita es larga, pero imprescindible porque en ella se condensan las razones de la admira-ción martiana por Whitman: este es el poeta de un mundo nuevo, de una época diferente, de personas naturales y moralmente superiores, verdadero reino de la libertad, que no sería para Martí sólo la libertad política,14 sino del espíritu, del individuo. Y por ello aquel poeta y su obra cumplían para él un alto deber moral. Prueba de esa significación de la escritura de Whitman la encuentra Martí en la propia

conferencia sobre Lincoln, en la que aprecia «lenguaje de voz ruda»15 porque concuerda con su pueblo. «A la mayor suma de hom-bres libres y trabajadores que vio jamás la tierra, corresponde una poesía de conjunto y de fe, tran-quilizadora y solemne, que se levanta, como el Sol del mar, incendiando las nubes; bordeando de fuego las crestas de las olas; despertando en las selvas fecundas de la orilla las flores fatigadas y los nidos.»16

No es un recurso estilís-tico la suma de símiles con elementos de la Na-turaleza, pues justamente esos hombres libres y trabajadores eran para Martí los portadores de un nuevo estado social que se caracterizaría justamente por su comunión con lo natural, de lo cual los humanos formaban parte, a juicio suyo, y de lo que constantemente se veían apar-tados.17 Ese equilibrio, esa vuelta a la armonía originaria perdida, significaba en la filosofía martiana el verdadero ascenso humano, más que necesario para él en la sociedad moderna donde lo material, el mercadismo —como él de-cía—, el afán de consumo, acercaban a los seres humanos cada vez más a la bestia al recortarle su expresión espiritual y le impedían ser por y para sí, a la vez que cercenaban la originalidad y la autoctonía. En dos palabras, y aunque él no empleó el término, Whitman resultó para Martí el poeta revolucionario por excelencia, el propugnador de los nuevos tiempos más justos y de un tipo de seres humanos superiores moralmente. Es entonces ante ese poeta y sus poemas que escribe unas frases citadas a menudo, no sólo dignificadoras del valor social que atribuía a la creación poética, como se suele afirmar, sino —y quizás aun más— de la importancia de este tipo de poesía a lo Whitman para sobrepasar

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los graves peligros que ya se desplegaban sobre la humanidad moderna. A la pregunta, «¿Quién es el ignorante que mantiene que la poesía no es indispensable a los pueblos?»,18 responde con elocuencia y largura, pues él sabe que el descrédito de la poesía se había expandido con los modernos procesos de indus-trialización, que establecían una falsa superioridad de la llamada cultura material —en tanto esta aportaba mercancías y ganancias, e incluyendo en ello la ciencia y las tecnologías en tanto facili-taban la producción industrial masiva— sobre la espiritualidad, encarnada también de manera falsa y simplista en la poesía. «hay gentes de tan corta vista mental, que creen que toda la fruta se acaba en la cáscara. La poesía, que congrega o disgrega, que fortifica o angustia, que apuntala o derriba las almas, que da o quita a los hombres la fe y el aliento, es más necesaria a los pueblos que la industria misma, pues esta les proporciona el modo de subsistir, mientras que aquella les da el deseo y la fuerza de la vida.»19

La imagen inicial (la cáscara como el todo de la fruta), de indudable sabor agrícola y culi-nario, objeta la lógica burguesa que se imponía entonces del beneficio inmediato, y fortalece la comparación de la poesía y, de hecho, de la literatura y las artes con la industria (el símbolo y el síntoma de progreso económico moderno y burgués décimonónico), que Martí declara absolutamente favorable a la primera. Y para completar su defensa de la poesía, añade posteriormente que la poesía abre el ca-mino a la libertad. «La libertad es la religión definitiva. Y la poesía de la libertad el culto nuevo. Ella aquieta y hermosea lo presente deduce e ilumina lo fu-turo, y explica el propósito inefable y seductora bondad del universo.»20

Así, Whitman, reitera Martí, es el canto de su pueblo, y, al mismo tiempo, es ejercicio de sí mismo: «Oíd lo que canta este pueblo trabajador y satisfecho; oíd a Walt Whitman. El ejercicio de sí lo encumbra a la majestad, la tolerancia a la justicia, y el orden a la dicha.»21

Y ese sentido de universo, de suma y com-pendio en sí que Martí aprecia en el poeta es-tadounidense es la base de su aprecio, más que sus propias cualidades estrictamente literarias, las que, no obstante, no dejan de ser advertidas con cierto detalle por el cubano. Así afirma de Whitman, lo que también resulta su propio dialéctico principio filosófico: «El mundo, para Whitman, fue siempre como es hoy. Basta con que una cosa sea para que haya debido ser, y cuando ya no deba ser, no será. Lo que ya no es, lo que no se ve, se prueba por lo que es y se está viendo; porque todo está en todo, y lo uno explica lo otro; y cuando lo que es ahora no sea, se probará a su vez por lo que esté siendo entonces.»22

De ahí, según Martí, se derivan en Whitman su idea de la colaboración de lo infinitésimo con lo infinito, de la relación íntima entre el nacer y el morir, su sentido del tiempo, su idea de que en su persona se contiene todo porque es parte viva e inteligente de la Naturaleza. Y en tal carácter natural halla Martí que descansa la conciencia

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de Whitman acerca de su misma persona: «¿Qué le importa a él volver al seno de donde partió, y convertirse, al amor de la tierra húmeda, en vegetal útil, en flor bella? Nutrirá a los hombres, después de haberlos amado. Su deber es crear; el átomo que crea es de esencia divina; el acto en que se crea es exquisito y sagrado. Convencido de la identidad del universo, entona el Canto de mí mismo.»23 Esa comprensión whitmania-na es el sostén de la ética del poeta: tolerante, abarcadora, inclusiva, humanista de veras por su enfoque natural: «El hombre debe abrir los brazos, y apretarlo todo contra su corazón, la virtud lo mismo que el delito, la suciedad lo mismo que la limpieza, la ignorancia lo mismo que la sabiduría; todo debe fundirlo en su cora-zón, como en un horno; sobre todo, debe dejar caer la barba blanca.»24 parafraseando al poeta una y otra vez, Martí de hecho lo asume a su propio ideario, se iden-tifica y se trasmuta con él: Whitman es Martí y Martí es Whitman. por tanto, de sus palabras se desprende que el sentido ético martiano es el de Whitman y viceversa. Y por todo eso Whitman no padece del orgullo, de la envidia ni del odio. De ahí que su lenguaje sea nuevo, que su poesía se aleje de la rima y que su tema, su gran tema sea «el nacimiento de una era, el «alba de la religión definitiva», «la renovación del hombre».25

Así, este exultante escrito martiano sobre el poeta estadounidense que nos remite, con visión integradora, a las concepciones filosóficas del Maestro dentro de las cuales se devela su criterio acerca de las funciones mayores de la poesía y el poeta, es pieza decisiva para entender sus opiniones acerca de la ética y el arte.

4. Heredia

El poeta cubano es, sin duda alguna, el otro gran poeta moderno que impulsa a Martí, pues, como él mismo declaró varias veces, le insufló el amor por la patria y por la libertad desde su precoz niñez. Dos textos martianos se conservan dedicados a heredia: un artículo para el mensuario neo-

yorquino El Economista Americano, de julio de 1888, y su muy conocido discurso en harmand hall, en Nueva York, pronunciado el 30 de no-viembre de 1889. por entonces, heredia, a diferencia de lo ocu-rrido durante el siglo XX cuando fue canonizado por la crítica y la historia literaria cubana, no era plenamente reconocido como un poeta mayor y ciertos críticos puntillosos se esmeraban en ras-trearle defectos técnicos a su escritura, además de que circulaba la leyenda negra formada en su torno porque al final de su vida pidió permiso al capitán general Miguel tacón para visitar a su madre en la isla.26 Ambos aspectos son rebatidos indirectamente por Martí en sus dos textos, quien intervino así de modo implícito en los debates enjuiciadores de la obra herediana, empujado a ello, además, por su condición de personalidad política interesada en defender las tradiciones patrióticas. por eso, con su singular tacto político y con la hondura de su óptica crítica, sin abandonar la expresión de sus sentimientos que siempre caracterizó su crítica artística, el Maestro asienta su perspectiva en el valor patriótico de la obra herediana. Ese es el hilo conductor de sus dos escritos heredianos y el superobjetivo de su discurso ante la emigración patriótica cubana de Nueva York. En verdad, como ya ha observado perspi-cazmente Fina García Marruz, su artículo en El Economista Americano resulta más importante desde el punto de vista de la definición martia-na de lo que él llama lo «herético», es decir, el rasgo estilístico esencial del poeta, su cualidad o defecto propio, no los que puede compartir con otros.27 En consecuencia con ello, de igual manera, en ese texto es quizás más significativa su apreciación moral de heredia, la cual descasa en tres aspectos: el amor herediano a la gloria, su ansia inextinguible de amor, y su cariño a la libertad. En el amor a la gloria, dice Martí, «los hom-bres suelen hallar consuelos comparables al dolor de quien nada espera de ella», y ello se expresa en su poesía, que «resplandece, desma-ya o angustia, según vea las coronas sobre su

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cabeza o fuera de su mano». por eso, para Martí, cuando heredia busca cauces más tranquilos no tiene éxito, pues «su lira es de las batallas, del amor ‘tremendo’, del horror ‘grato’, ‘bello’ y ‘augusto’. heredia, en su apreciación, «buscó amparo en la grandeza de su tiempo, reciente aún de la última renovación de la humanidad,» como el país profanado en que nació «exaltó desde la infancia su alma siempre dispuesta a la pasión.»28 Y sabemos que el amor a lo grande, a la gloria, así como la majestad y la grandeza en la conducta humana tenían un valor fundamental para la ética martiana.29

El amor herediano por la mujer lo estima Martí porque el poeta entrega «hermosuras» a propósito de ese amor, que le hace re-torcerse de padecimiento y llorar llanto de fuego, pero que es siempre «un amor caballeresco, aun en los mayores arrebatos.» Ese amor herediano que Martí considera inalcanzable en su época finisecular, donde «la pasión es ahora poca, o sale hueca al verso, o gusta de satisfacerse por los rincones.» tal sentido caballeresco, respetuoso, elevado del amor—que no excluye la intensidad («Es lava viva, y agonía que da piedad»)— implica entonces para Martí la lección ética, de honradez.30 Finalmente, Martí relaciona la pasión li-bertaria de heredia, que se extiende, según él, a los pueblos que combaten, a los caudillos que postran a los déspotas, a lo indios infelices aplastados por la feroz conquista, todos aspec-tos coincidentes con la misma ética martiana. Pero lo singular, lo que Martí califica como lo «herédico», lo que es suyo, su singularidad, pues, «es esa tonante condición de su espíritu que da como beldad imperial a cuanto en mo-mentos felices toca con su mano, y difunde por sus magníficas estrofas un poder y esplendor

semejante a los de las obras más bellas de la Naturaleza.»31

Varios asuntos cabe precisar al respecto. En primer lugar, ese afán de establecer la singula-ridad literaria (y artística) de heredia a partir de sí mismo, de su originalidad, y no de copias o influencias. Recuérdese que para Martí la originalidad era un deber de todo ser humano, el real sentido de la vida, deber aun de mayor envergadura para el artista. Luego, si se cumple tal deber, como evidentemente sí ocurre con heredia en su opinión, el artista se ajusta al

código ético martiano. por otro lado, la semejanza de la poesía herediana con el poder y el esplendor natu-rales implica una valora-ción ética, si consideramos que la Naturaleza era para Martí justamente el domi-nio de la armonía y de lo verdadero, a lo habrían de aspirar cada ser humano y las sociedades. Y, final-mente, esa capacidad de heredia como artista de otorgar tal «beldad impe-rial» a cuanto tocaba, no sólo era un don sino que expresaba el cultivo de la voluntad creadora, como reiteró Martí en otros lu-

gares de su obra. por último, remacha su evaluación Martí fijando el carácter continental del poeta. «El primer poeta de América es heredia. Sólo él ha puesto en sus versos la sublimidad, pompa y fuego de su naturaleza. él es volcánico como sus entrañas, y sereno como sus alturas.»32 La ambivalencia al darle la primacía en la escala es deliberada: heredia es el primer poeta de Amé-rica tanto cronológicamente como por su con-ciencia americana y por su importancia literaria. Esa identificación herediana con su entorno o, mejor, esa integración del poeta con su tierra, indudablemente que define para Martí la consi-deración ética de heredia: esa americanidad era,

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desde luego, una «virtud», un valor moral, para quien, como el Maestro, hizo de la defen-sa y el desarrollo de la autoctonía divisa y horizon-te de su acción. Luego tampoco es casual que diga algo insólito ima-gino para muchos de sus lectores: «heredia tiene un solo semejante en literatura, que es Bolívar.»33 El Li-bertador, proba-blemente el hombre mayor de la historia para Martí, es entrado por él en los círculos literarios y heredia está en ello a su misma altura: son dos fundadores de América, de nuestra América, para decirlo con mayor propiedad. Y quien ha leído a Martí con frecuencia sabe perfectamente del alcance ético que para él significaba la fun-dación de nuestra América. En su discurso sobre heredia, al referirse a la vuelta a Cuba del poeta en 1821 tras la muerte de su padre en México, se encontró con una «sociedad vil», de esclavitud y de autocracia política, que movió su alma hacia la búsqueda de la libertad. «El que vive de la infamia o la codea en paz, es un infame. Abstenerse de ella no basta: se ha de pelear contra ella.» El sentido aforístico de las frases se une a la fuerte admo-nición ética, y entonces heredia se nos muestra como el cantor de la libertad, de Cuba y de los hombres, los esclavos en primer lugar, y por eso, en un salto histórico, Martí indica cómo la voz del poeta estuvo errando, muchos después de su muerte física, entre los patriotas cubanos hasta que esa voz tronó en los tiempos de Yara. La poesía herediana, pues, alimentó el deseo libertador y se hizo sentir en el fragor de los combates de la Guerra de los Diez Años. Fue he-redia, pues, un libertador para Martí. Y ese es su

mayor timbre de gloria y de altura moral. Comprendemos entonces por qué Martí no se hace eco de los detrac-tores de heredia cuando este visitó a Cuba por última vez en 1836, tras retractarse por es-crito de sus ideales revolucionarios. Martí no sólo se niega a identifi-carse con los crí-ticos de heredia —los que vivían

en Cuba conviviendo con la infamia y aspirando a meras reformas dentro del sistema colonial—, sino que apunta hacia las motivaciones de aque-lla travesía para explicar su conducta: la nostal-gia por a patria y por la familia, y su desilusión con el ideal libertador ante los sucesos de la vida mexicana. por eso, Martí señala el desapego de heredia por la vida: «Si para vivir era preciso aceptar, con la sonrisa mansa, la complicidad con los lisonjeros, con los hipócritas, con los malignos, con los vanos, él no quería sonreír, ni vivir.»34 Como tampoco quería regresar a asen-tarse en Cuba: «¡En su patria, ni pensar puede, porque su patria está allá, con el déspota en pie, restallando el látigo, y todos los cubanos arro-dillados.» Y eso explica para Martí la actuación del poeta: «¿pesan mucho sobre el corazón del genio honrado las rodillas de todos los hombres que las doblan!»35

A diferencia del «pushkin», en el caso de heredia, Martí no menciona explícitamente el episodio de su carta al capitán general: los que resultan condenados por Martí, como vimos antes, son más bien la gente de la isla, aludiendo así a quienes le condenan a heredia. De hecho, tanto en el artículo como en el discurso salva al poeta de cualquier enjuiciamiento negativo da-dos el valor patriótico de sus versos. Aplicando

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similar procedimiento al que años antes había afirmado a propósito del poeta ruso, la hora de Cuba que se vivía a finales de aquella centuria le impedía a Martí impugnar a heredia, quien, además, se atenía suficientemente a los princi-pios del código ético martiano.

5. A manera de coda.

En 1890, en su trabajo sobre el poeta santia-guero Francisco Sellén, su amigo y compañero de emigración en Nueva York, Martí señala que la poesía es «lo heroico y virgíneo de los sentimientos, puesto de modo que vaya so-nando y lleve como alas, o lo florido y sutil del alma humana, y la de la tierra, y sus armonías

NOtAS:

1 Véase especialmente «La crítica de Martí», prólogo de Roberto Fernández Retamar a la selección de textos martianos hecha por el mismo bajo el titulo de Ensayos sobre arte y literatura, primera edición; La habana, instituto Cubano del Libro, 1972; segunda y tercera edición, La habana, Editorial Letras Cubanas, 1979 y 1999.2 Quizás son casos excepcionales los dos trabajos pu-blicados en Caracas, en los dos únicos números de su Revista Venezolana, en 1881, en los que con clara inten-ción editorial defiende sus criterios artísticos y expone su ideario estético. Me refiero a «Propósitos» y a «El carácter de la Revista Venezolana» Obras completas, La habana, Editorial Nacional de Cuba, 1963-1965, tomo 7, p. 197-200 y 207-212; y Obras completas, edi-ción crítica, La habana, Centro de Estudios Martianos, 2003, tomo 8, p. 55-58 y 88-92. En lo adelante ambas ediciones se citarán respectivamente OC y EC, corres-pondiendo el primer número al tomo y las siguientes a las páginas.3 «pouchkine». EC, 7, 254-267.4 Me valgo de la traducción al español. EC, 7, 246 y OC, 416-423.5 EC, 7, 246.6 EC, 7, 248.7 EC, 7, 247.8 EC, 7, 246.9 EC, 7, 247.10 EC, 7, 248.

y coloquios, o el concierto de mundos en que el hombre sublimado se anega y resplandece.»36

Grandeza, altura, majestad, todos a la vez va-lores éticos para Martí se hallan en el fondo de esa definición de poesía, que de hecho le sirvió de guía a lo largo de los años para examinar a los tres poetas que hemos visto. Es la misma idea escrita en síntesis en el bre-ve texto que compuso en medio de la agitación revolucionaria a la muerte de julián del Casal y que he usado para el titulo, «La poesía vive de honra»,37 aserto que le acompañara como vara de medir en su paseo por pushkin, Whitman y heredia: la honra, pues, como signo de la poesía y del poeta. 21 de agosto de 2007

11 Al final de su texto, Martí afirma: «sus faltas, tanto en la vida como en la poesía, nacían de su extrema de-bilidad femenina, que casi siempre, invariablemente, debilita la energía natural del genio.» EC, 7, 253.12 EC, 7, 247.13 OC, 13, 131. En otra ocasión señaló así ese amol-damiento del hombre que imponía cada vez más la modernidad industrial con su tendencia a la homogeni-zación: «El hombre, apenas entra en el goce de la razón que desde su cuna le oscurecen, tiene que deshacerse para entrar verdaderamente en sí. (…) No bien nace, ya están en pie junto a su cuna con grandes y fuertes vendas preparadas en las manos, las filosofías, las reli-giones, las pasiones de los padres, los sistemas políticos. Y lo atan; y lo enfajan; y el hombre es ya, por toda su vida en la tierra, un caballo embridado.» prólogo a El poema del Niágara, EC, 8, 152 y OC, 7, 229-230.14 En uno de sus Cuadernos de apuntes escribió: «Las redenciones han venido siendo formales;—es necesario que sean esenciales. La libertad política no estará asegurada, mientras no se asegure la libertad espiritual. urge libertar a los hombres de la tiranía, de la convención, que tuerce sus sentimientos, precipita sus sentidos y sobrecarga su inteligencia con un caudal pernicioso, ajeno, frío y falso.» OC, 18, 290.15 OC, 13, 133.16 idem.17 Ello no quiere decir que Martí no comprendiese las polarizaciones y contradicciones que afloraban descarnadamente en Estados unidos por entonces. justamente en 1887, el año en que publica el texto

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sobre Whitman, ya veía en peligro los fundamentos democráticos de la república norteamericana como consecuencia del creciente dominio de la economía y la política por los excluyentes monopolios, contra cuyo poderío fue notable el enfrentamiento de la clase obrera, los campesinos y otros sectores de la sociedad estadounidense, todo lo cual sería tema sistemático de sus famosas «Escenas norteamericanas» para la prensa de hispanoamérica. . 18 OC, 13, 135.19 idem.20 OC, 13, 135-136.21 OC, 13, 136.22 idem.23 idem.24 idem.25 OC, 13, 140.26 De hecho, la polémica en torno a la valoración de la obra herediana, comenzada violentamente entre Ramón de la Sagra y josé Antonio Saco en 1829 renacía de nuevo a finales del siglo y provocó también varias intervenciones de Manuel Sanguily.27 Fina García Marruz. «Martí y los críticos de heredia del XiX. (En torno a un ejemplar de heredia anotado por Martí)», La habana, Anuario Martiano 1, Sala Martí, Departamento Colección Cubana, Biblioteca

Nacional de Cuba, 1969, p. 250.28 todas las citas de este párrafo en OC, 5, 134-135.29 Entre otras muchas referencias, basta recordar la siguiente, escrita en «Don Miguel peña», en la Revista Venezolana, número 1, de 10. de julio de 1881: «¿Qué es la grandeza, sino el poder de embridar las pasiones, y el deber de ser justo y prever?» OC, 8, 139 y EC, 8, 63.30 todas las citas de este párrafo en OC, 5, 135-136. Recuérdese su poema titulado «Amor de ciudad grande», donde rechaza el amor mercantilizado de la ciudad moderna: OC, 16, 170-172 y josé Martí, poesía completa, edición crítica, La habana, Editorial Letras cubanas, 1985, t. i, p. 89-90.31 OC, 5, 136.32 idem.33 idem.34 OC, 5, 172.35 idem.36 «poesías de Francisco Sellén», publicado en El par-tido Liberal de México, el 28 de septiembre de 1890. OC, 5, 181.37 «julián del Casal.» patria, 31 de octubre de 1893. OC, 5, 222.

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el AlMA de BolívAr nos AlientA

El alma de Bolívar nos alienta;el pensamiento americano me transporta.Me irrita que no se ande pronto.temo que no se quiera llegar.Rencillas personales, fronteras imposibles,mezquinas divisiones ¿cómo han de resistir,cuando esté bien compacto y enérgico,a un concierto de voces amorosasque proclamen la unidad americana?

impacientándome porque no se consigue prontoeste fin gloriosísimo, ¿qué falta podrá echarmeen cara mi madre América? ¡para ella trabajo!De ella espero mi aplauso o mi censura.

Suyos, suyos son estos esfuerzos y dolores.A ella envío las rosas del camino;por ella no me duelen las zarzas venenosas.

Obro bien, y estoy contento:¿Que soy vehemente en decir todo esto?¿Culpa es mía sólo que sea América tierra de pasión?

JoSÉ MARTÍ

Edmundo Aray

versos epistolares

Poeta, cineasta venezolano

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serÁ tAl veZ un Ave BlAncA

El día 8 sale el vapor de San josé,y con él van mis atrevidos amoresy mis salvadoras esperanzas.

Si no la trajera a mi lado,textualmente moriría.

Esta pasión tiene de indomable que es justa.Se mide por la que la inspira,y el que la siente.

Será tal vez un ave blancaque cruce por el aire sin ser vista: pero¿perderá uno su blancura porque no la vean?

Aquí o allá, se será blanco.Si yo no me casara ahora con Carmen,no tendría que preguntar a los cuervospara qué tienen las alas negras:- las extenderían sobre mí, y yo lo sabría.Es cosa extraordinaria.

- Abráceme bien,porque me caería de alegría al llegar.

él nuncA HA sido vieJo pArA AMAr

tú no sabes, Amelia mía, toda la veneracióny respeto ternísimo que merece nuestro padre.Allí donde lo ves, lleno de vejeces y caprichos,es un hombre de una virtud extraordinaria.Ahora que vivo, ahora sé todo el valor de su energíay todos los raros y excelsos méritos de su naturalezapura y franca. piensa en lo que te digo.No se paren en detalles, hechos para ojos pequeños.Ese anciano es una magnífica figura.Endúlcenle la vida. Sonrían de sus vejeces.él nunca ha sido viejo para amar.

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isMAelillo

Apenas entre el verano, le enviaremos su retrato.No tiene esas prematureces portentosasque hacen las delicias de los padres vulgares.Sabrá sufrir, sabrá pensar y sabrá amar.Saber sufrir es lo que más importa- aunque se muera de esto.tiene ojos profundos y frente ancha.pero es, blando y sencillo, como a sus meses toca.

Regaño a Carmen porque ha dejadode ser mi mujer por ser su madre.

no son inÚtiles lA verdAd Y lA ternurA

hoy, 25 de marzo, en vísperas de un largo viaje, estoy pensando en Vd. Yo sin cesar pienso en Vd.Vd. se duele, en la cólera de su amor, del sacrificiode mi vida; y ¿por qué nací de Vd. con una vida queama el sacrificio? Palabras, no puedo.El deber de un hombre está allí donde es más útil.pero conmigo va siempre, en mi crecientey necesaria agonía, el recuerdo de mi madre.

Abrace a mis hermanas, y a sus compañeros.¡Ojalá pueda algún día verlos a todosa mi alrededor, contentos de mí! Y entoncessí que cuidaré yo de Vd. con mimo y con orgullo.Ahora, bendígame, y crea que jamás saldráde mi corazón obra sin piedad y sin limpieza.

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hay quienes creen que la luz espanta los fantasmas. Que fueron los ojos de los navegantes los que mataron las monstruosas quimeras que moraban al final del anchuroso mar. hay otros que dicen que urge subvertirse contra quienes pretenden seguir matándolas, por tratarse de especies en peligro de extinción, y abogan por conminarlas al lugar en donde siempre han existido y en donde seguirán siempre inofensivas.

Conocí a un joven navegante quien afiló escrupulosamente cada arpón, dotándolos de una compleja aleación metálica y creyó, como muchos, que con esto podría atrapar toda suerte de Gorgonas marinas. Entonces, provisto de una nave sin igual, emprendió meteórico viaje signado por la agudeza de un jacques Yves Cousteau.

La última vez que le vi me contó emocionado que ¡por fin! había dado con estos inverosímiles seres. Que habitaban en un lugar que trasciende todos los lugares geográficos cartográficamente demarcados y que sólo la trasgresión de estos espacios permitía develarlos. Que se trataba del ingreso a un territorio que bien podría ser el cielo de la razón. un lugar donde lucen fantasmales y desfiguradas las naves y los arpones.

Desde entonces no reconoce la tierra ni el mar como tal. para él son simples referencias en donde conviven infinitos, irrepetibles y cambiantes criaturas que reniegan permanentemente de su propia naturaleza.

Me contó que en una ocasión un viejo y legendario capitán, llamado Francis Bacon,

que la luz espanta los fantasmasNéstor Alí Quiñones

Hay quienes creen

irrumpió con su nave en la tienda de un carnicero y quedó estupefacto ante el color de la carne. Otros han aterrizado en los más inusitados lugares de la cotidianidad como fue el caso del capitán de altura Marcel Duchamp quien, de repente, se encontró con su embarcación dentro de un urinario. pero estos hechos –prosiguió mi buen amigo- no sólo son historia reciente pues, parece, han sido recurrentes a lo largo de la vida.

Ciertamente, lo narrado despertó toda mi curiosidad y terminé preguntándole si el lugar al que se refería quedaba muy lejos. él me respondió:

- Sí, muy lejos y más cerca de lo que pudiéramos llegar a pensar.

Guayabal, 19-01-2003

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Artista Plástico

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nestor Alí Quiñones

Nace en 1963 en tovar, Estado Mérida, Venezuela

exposiciones individuales1991 Sala ApuLA, Mérida1993 “La Dualidad como Metáfora del Ser “ Ateneo jesús Soto de tovar Estado Mérida.1995 Galería Namia Mondolfí, Caracas, D.F. 1996 “Circo urbano”. Museo de Arte Moderno “juan Astorga Anta” de Mérida, Venezuela

principales exposiciones colectivas1984 Concurso de Caricatura auspiciado por el tANA, Managua, Nicaragua1991 Vi Salón Andino de pintura, San Cristóbal, Edo. táchira1993 Sala de Exposiciones de Arte internacional, Ministerio de Cultura, Beijing, China pintores de tovar, Antigua Casa de los Gobernadores, Mérida Asociación de Artistas plásticos A VAp, hotel Belensate, Mérida1994 Nuevas tendencias en el arte venezolano, Banco industrial de Venezuela, Miami, Florida XiX Salón Nacionalde Arte de Aragua, Maracay Lii Salón Arturo Michelena, Valencia1998 -itinerante “15 Miradas en la pintura Venezolana de hoy”. CONAC. Venezuela. -Vi Bienal de Cuenca. Ecuador. 1999 “Artistas de tovar”. Museo de Arte Contemporáneo Sofía imber. Caracas D.F2000 “Confrontaciones”. Ateneo de Caracas. D.F2003 Encuentro del Arte Merideño. Museo de Arte Moderno “juan Astorga Anta”. Mérida.

estudios realizadosArtista plástico con estudios de pintura Escuela de Artes plásticas

representado en:En el Museo de Arte Contemporáneo de Maracay, “Mario Abreu”En el Museo de Arte Moderno de Mérida “juan Astorga Anta”.En el Museo “Arturo Michelena”, de Valencia, Estado Carabobo. En el Museo de Arte moderno “josé Lorenzo Alvarado”.

reconocimientos:1995 primer premio Modalidad Bidimensional XX Salón Nacional de Arte de Aragua.1995 i Bienal de Mérida y primera Colombo-Venezolana Mención Especial pintura1996 premio Arturo Michelena.1997 Segundo premio iV Bienal de Mérida

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MÁQuinA de MetÁforAs

Cubro tu nombre con las pestañas de la noche.tu desamparo apenas distingue en mis dedoslas tintas con que trasiego por su vegetación.Estás siempre desnuda como una metafísica insomne.Mezclo las sílabas fluctuantes del deseoy garabateo en tu piel un signo esponjoso.tus suspiros repican en tramposa catedral,con su arena-golosa y las joyas del abismo.No terminas una frase sin la reticencialuminosa de tus senos boyando en el tiempo,telar de zafiros, polvorín de espejismos,partes minúsculas del peligro que se pone a reírsiempre que lo vemos como un cofre, un fin.El sol configura sus telas con el traje mecánicodel olvido, peñasco de vicios: no darsecuenta de una sola ansia al día siguiente.El mundo se despedaza riendo. Acumulo susvíctimas en la ribera. piernas trémulas de la melancolía.Manjar contaminado por la esperanza. Y aunasí, allí estás, baile sin rostro e infinito,tu desnudez entrevista en su doble sentido.Yo abro tu nombre para descifrar sus vidrios.

floriano MartinsTraducción de Marta Spagnuolo

tres poeMAs

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dePoeta de Brasil

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dulZurA sAlvAJe

no es cuestión de edad o de suertede esto se trata el amor

fito páez

Camino con tus pasoscomo si el tiempo me confesara sus vértigos.Cierto aspecto contenido de la inmensidad revela al finallo que siempre buscó, y lo hacea través de tus ojos que invaden esa calma perdida.

Como las palabras se multiplican dentro de nosotros,así, así es como vamosrespirando este desierto que nos afina.En cierta forma, es como perder la razón.jamás sabremos qué va a pasar.

por más que las formas y hastalas sensaciones estén desfiguradas,nos fijamos en su imagen visible.Contemplamos y contestamos sólo lo visible.Lo que hay de más seguro o de insostenible en nuestras vidasse refiere siempre al mundo tangible.Y así lo convertimos en la única realidad posible. Demasiadas rimas cuando la angustia nos desgarray ya no tenemos nada que decirnos a nosotros mismos.A esta altura los conflictos se ponen a beber y a llorar.Y así muy simplemente nos decimos: la vida no vale nada.todo lo que nunca fuimos capaces de vivirse encierra en un capricho:hay que dejar que el alma vague en su declaración de inocencia.

Disfraz para una mórbida lectura de lo irrevocable.¿hasta dónde seguiremos así?Mas, no nos preguntemos nunca hasta dónde.No vamos nunca a ninguna parte.La consecuencia es un ardid de la moral.

Beso tus ojos mientras ellossaltan de una imagen a otra.Ni aun nosotros identificamosqué hay detrás de todo esto.Yo soy tu silencio, tu frío, tu noche bajo una sábana vacía.tú eres mi risa puesta en escena,la tinta en riesgo, casi una pluma.

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un silencio. un silencio inmenso ahora.por ahí camina todo,la ciudad, los sueños,la propia sensación de la altura a la que estamos de todo.

por ahí brindamos, en copa pequeña,un pequeño camino que nos lleva a una esquina pequeña del sol.un truco de adjetivos nos hace poner la mano en la cabeza tardíamente.

Qué extraño mundo construimos,en que el padecimiento es la única manifestación sustantiva.

Nos lamentamos, nos lamentamos, nos lamentamos.

Y nos reclinamos en el balcón del abismoa la espera de un nuevo resentimiento.

Sin embargo camino en medio de esos cadáveres de mar y río.Camino con tus pasos,y reímos cuando tu desnudez revela la dimensión del sol.Lo que desaparece en nosotros es lo que nos traga por dentro.Somos este inmenso fracasoque a cada instante transferimos a los demás.Cuándo lo vemos, cuándo dejamos de verlo, esto define una vida.

¿Caminamos sólo nosotros dos?

tomo fotos de tu rostro en las entrelíneas de tu exposición.Y mientras nos morimos de risa,nuestra mirada planea toda una fábula.

No vamos a ningún lugar.jamás escapamos del abismo.Somos una aberración fatalistaque sólo cree en sí mismacuando el mundo le es benéfico.

tu rostro, entre tanto, se divierte evocando desiertos que se rehacen.

No moriremos aquí o allá.No nos daremos por perdidos en cualquier parte.No nos despedimos jamás.

Camino por las calles de tu corazón.Rehago los colores de tu vértigo,los muebles inquietos de tu espírituprecipitado sobre el mío.

Camino y camino. Camino.

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por donde desciende el MAr

te fui a buscar del otro lado del espanto,del río, de la cabecera fulgurante del deseo.

Fui, por las escarpas de tus trópicos,recorriendo el desastre de sombras deslizadas,

sus despojos de arterias todavía refulgentes.Donde estabas no estabas y estabas y estoy,

en la vastedad de tu cuerpo desemboco los reflejosdevoradores de todo, sollozos, fulgores,risas, los soles que se desprenden, donde

respiras, tu flor de huesos, laberinto, escarpas.Ya no sabes por dónde despertarme, anotas

sueños en la carne, mi nombre cruza tus límitesaturdidos, suplicantes, marcas mi cuerpo

como si fuésemos aves nostálgicas en buscade un solsticio perdido, alguna isla, alguien.te fui a buscar en la otra margen del delirio,

y resonaba el cansancio el veneno de su lírica.Fui, por curvas feroces y labios escritos,

a infringir la ley de lo visible, a violarte sin nada,a reescribir la ausencia, espectro carcomidode lo tangible, a decirte en secreto aposento

que no estoy sin que estés y estemos.Meneo de voces dentro de mí, el río,

metáfora sinuosa planeada por tus pies.El anuncio quemante de la mitad de la isla,

te amo, te amo, la noche se repitehasta que sorbas el enigma, la leche del nombre,

el diamante del pacto, y encuentres en tiotra metafísica que el dolor simplemente.te fui a buscar del otro lado de la busca,

del río, y ya no tenías sustancia o rito.tus luces me agotaron los pájaros,

vuelo de sílabas, letras como árboles oblicuos,reescribirte siempre, sin ningún descanso.

tu silencio extremo donde está y estaremos,sin un fósforo que lo garantice, esmero o ironía,

sólo allí, quien no se sabe y sabe,donde nunca o nada, hasta que el mar se calle.

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champú

Creo que fue en un poema de Dickinsony en un cuento de Carver,donde el champú hacía delicias en su cabello.Creo que hubo algo de traición en el cuento de Carverpero en el poema de Emily el champú era comouna invitación a bailar.Ahora que juegoy hundo mis manosen tu espesura capilarquiero que sepas:que Emily y Raymondnunca estuvieron en Saint Jamesque no saben te llamas Nancy Leeque eres mi novia de Puerto Españaque en las tardes jugamos pool en un bar del downtownque tu me dejas ganar porque soy muy malo en el juego,pero en las noches –sí, en las noches-soy el príncipe que moja tus cabellosy hace del champúuna droga en unciónbajo todas las regaderas de Puerto España.

Daniel Molina

canciones desdeLa CARLo STREET

La belleza me ha tomadoen el sentido de tomar un barco

o una ciudadMi vida cotidiana

de su placer cautivatiembla solloza estos poemas

raúl Gómez Jattin

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Poeta. Profesor U.B.V.-Caracas

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la lluvia sobre las esferas

hubo una noviatan bella y desastrosaque pudo haberse llamado lluvia.

hubo un lugarque no estaba en las cartas de viajey llenaba toda mi vida,un lugar que llora y tiembla,que también… pudo haberse llamado lluvia.

¿Cómo gritar su nombresin mojar cada vocablo de la palabra lluvia?

La lluvia tiene sus días:las veces como una bailarina indianalas otras como una fiesta en Laventille.

Ella hace de sus elegidosacuarelas en un barrio del edén.

Las negras de Puerto Españaaltas y elegantesretan con inmensos paraguasla saliva de la boca.La lluvia engalanaesas mujerescon sus sombrillas gigantes:de Tragaret road a Saint Jamespasando por el bar Lionparecen deltas que caminan por el caribe.

Las negras de Puerto España se mueven melosasen la quietud de todos sus hijos,se mueven en el mar inmóvil de mi morada.

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No debemos mentirnos:la lluvia acaba con el rosadal,las afea… las marchitacon la fuerza del chulo más cruel,un imperio sobre las damas.

pero, ante tanta belleza:lluvia lluvia lluvia… en esta tarde de Carlo Street:disfrazada como un gato de la nocheque en medio de los desechosdeja arañazos en el asfalto,marcando su terreno como una pena de prisión.

La lluvia no es consuelo de los deprimidos,la lluvia es el animal más completoque tienen estas islas, no entra en celopero se arroja como la hembra más deseosa.

La lluvia fiebrosa de ejecutar su propia músicadesmaya en las ventanastoda su melancolía.

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Algo parecido

A veces nos ocurrecomo a Carlos Drummond de Andrade:cuando estoy en Caricuao pienso en Puerto Españay cuando estoy en puerto España pienso en Caricuao.imagino que voy a una bodega donde venden ginebra con campari,de repentesale un palmiericomo una tromba de un apartamento del bloque cinco,oigo a ismael Quintana malandreando –casi siempre-con un piano que suena a cuero.imagino que el Chombo Silvale mete tanta candela a esta parroquiaque cuando uno besa a unas de sus hembrastiene que usar una barra de cacao para los labiosporque de que quemaquema.

nancy lee

No recuerdo el día que la conocípero sí recuerdo el díaque la besaba en el Botanic Gardeny mis manos se metíandentro de su pantalóncomo una culebrilla marina.Recuerdo que llegóun agente de la policía,y tu Nancy Lee, susurraste a mis oídos: «si sacas la mano te mato».

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1Antes del vueloel colibrí fue un puntodel arco iris.

Carlos César Rodríguez

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2Algarabíade trinos en el árbol.Babel de pájaros.

3Llueve con sol. penetrables de Sotobajan del cielo.

4Restaurant Washington.plato del día: hongosa la hiroshima

5Lo sospechaba.No soy hombre de letrassino de sílabas.

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Poeta. Ensayista.Profesor ULA-Mérida

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Bucles dorados flotando por sobre la corriente se sumergía muchas veces para no pensar y así jugar a la inexistencia no había ruidos ni imágenes en lo profundo sólo agua fluyendo alrededor de su cuerpo moreno agua dulce deseando entrar por los pliegues de sus labios esa sensación de no estar aquí y al mismo tiempo estar presente más que nunca en todo el universo así sin pensar ni participar activamente del quehacer sólo dejándose llevar por la suave corriente del río Orituco por los peces que danzan en torno a él y se deslizan corriente abajo sentir las piedritas que se clavan en las plantas de sus pies fluyendo todo el universo y él perteneciendo y dejando de pertenecer mirando desde afuera y estando allí dentro sin más no hay obstáculos apenas

líquido incoloro corriendo aguas abajo escapándose entre los dedos que no desean atraparlo sólo sentir su calidad móvil inquieta seres de agua seres de agua

De repente una turbulencia, fluidos que se estremecen, sacudidas y gritos que suenan como borbotones de agua. hay que salir para hacer contacto, averiguar qué ocurre -con la tristeza de abandonar el agua tan suave y dulce y tierna en su piel- pero afuera algo anda mal, qué sucede. Y asomar un ojo y otro y divisar a papá Catire en la otra orilla, enfurecido, llamándolo, resoplando con todo su aliento, deshaciéndose en gritos porque plutarco. ¡¿Qué hace allí metido también plutarco?! ¡Que salga, que salga inmediatamente! ¡Vamos, carajo! ¡Qué vaina es! ¿Quién les ha dado permiso? ¡Se me devuelven únicamente con las alpargatas! ¡Caminando desnudos por todo el pueblo! Que los vean pa’ que no lo vuelvan a hacer.

rosa elena pérez

Memoria trasvasada

A veces es posible recordar lo que queremos, a veces no; la razón de ello es que es posible viajar desde un punto de partida idéntico en más de una dirección

Aristóteles

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Narradora. Profesora. Colegio Universitario Francisco de Miranda. Caracas

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papá Catire, correa en mano, un capataz cualquiera arreando su ganado. Fusta en mano. Y pensar que los amaba y que era la forma de amar a comienzos de un siglo apegado aún a los rituales de la esclavitud, a la dominación por vía de la fuerza. Niños como propiedades, reses a ser marcadas con señas que van más allá de lo corporal. hierro hirviente en corazón y cerebro. Y el regreso a casa por unas aceras de sol. Nada que los disimulara, pura luz chorreando por sus genitales y la vergüenza impresa en cada uno de sus rostros.

El amor entendido como disciplina, como enderezar lo torcido y lo torcido es la niñez. papá, quizás, quedó con ganas de sentir nuevamente en su piel la frescura del río, su consistencia diluida. Sin embargo, cómo ingresar en sus riberas con la misma libertad, cómo refugiarse en su muralla líquida sin recordar el miedo, el bochorno.

había noches en que él despertaba gritando desesperado y con movimientos espasmódicos, como de caída. ¿Qué soñabas, papá? ¿Desde dónde caías? ¿A quién temías? Fueron preguntas que nunca te hice porque no son la clase de interrogantes que una hija hace a un padre. pero, en el fondo de mí, necesité hacerlas. Saber de tu infancia, de tus miedos y tristezas, de tus alegrías. Necesité escuchar tu voz de trombón cansado evocando anécdotas lejanas, pero mías. porque lo que vivías me marcaba de modo invisible, creaba una huella muda que me hacía ser yo y no otra. Lo que viviste me afectó de modo perpendicular podría decirse, casi intangible, pero invadió mi sangre. Los resuellos de papá Catire, su desenfreno iracundo, me inundan. tu desnudez sonrojada me conmueve. La luz agolpada en las piedras del río Orituco arrasa mis ojos. Ese ambiente impregnado de olor a trementina supurada por los mangos que te protegieron en el trayecto del río a la casa, lo olfateo y lo incorporo a mí.

Entonces te atrapo en el sonido de los gallos anunciando la entrada de una mañana de campanas, caraotas, arepas y queso rallado. El calor reconcentrado en lo alto del techo de la cocina de leña con topia, te rodea en medio

de aquellos muros de bahareque y cañabrava. La ceniza apelmazada. El patio con un jardín lleno de coquetas y cayenas y las habitaciones alrededor, con un zaguán que me invita a ayudarte a que entres, a que te incorpores a esa nueva etapa familiar. Vamos, avanza. Sé que tienes miedo, que es el momento triste en que tu papá los ha dejado, en que todo ha terminado en la vida familiar de estampa idílica de padre, madre e hijos juntos. No todo es dulce y estable. hay amargura también, pero de ella se aprende, no a ser hombre exactamente, sino más bien a tener luz y paciencia en momentos de dureza. Eres pequeño, moreno y con crespos de oro. Miras todo con ojos de miel y espanto. te preguntas qué te espera. No respondo. tú sabrás encontrarlo. Vamos, entra y camina por esa casa que te depara un destino un poco sombrío al principio (se morirá tu hermana Argelita a los ocho meses, ya lo sé). Luego vendrán las empanadas con guiso cocinadas por tu mamá y vendidas por ti y por tu hermano Luis, desde muy temprano en las mañanas de mercado. Cargarás la bandeja de peltre y vocearás con fuerza: «¡Empanadas calientes, empanadas calientes pa’ las viejas que no tienen dientes!» Y volverás con tu bandeja y la de Luis vacías porque las vendías todas tú. No te avergonzará conseguir sustento para una familia empobrecida en el medio del llano guariqueño. Venderlas no significará, quizás, dejar por fin el único par de alpargatas gastadas que usas, pero, eso sí, será la garantía de tener comida en la mesa todos los días. Así que dale a tu pregón y no te acobardes, que la familia en parte depende de tu voz grave y recia, de tu encanto para ablandar a la gente al son de tu bramido.

una vez asentado el hotel Bolívar, o como le decían, la pensión de Doña Yolanda, en que pensionistas de distinto tipo entrarán y saldrán jubilosos, cansados o diligentes a encargarse de sus tareas de comercio, comienza para ti la esperanza. ¡Sí se puede, no jompa! No nos pongamos necios. Aquí la cosa es trajinando y estudiando y, ¿por qué no? una escapadita al río de vez en cuando y escuchar los cuentos de

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Sotera a la luz del candil en las tardes-noches gracitanas. Vamos bregando, compañero, a medida que creces, con el padre de la iglesia que te tiene ojeriza mientras haces de monaguillo, y con papá Catire, que por ese entonces era dueño del cine Ayacucho que se ubica frente a la plaza Bolívar, y donde haces de portero-gallinero, como te decían tus amigos, pero, tú, frente al jefe corriges, carajo, y hablas de portero de galería. él te descubre durmiendo en el medio de la película y pácata que ahí vienen el coscorrón y el regaño. Y a desperezarse y a recoger los tiques regados por el piso para meterlos en la caja donde los guardas, y a seguir oyendo los violines trágicos que acompañan el chorro de lágrimas de Libertad Lamarque, hasta que llegue el anhelado cartelito de FiN y puedas irte a tu casa a dormir para continuar la trasiega.

(Ya lo ves, ya no es solo tuya tu memoria. Me adueño de ella. Construyo una ventana desde donde urdo y enredo. Diseño formas con hebras desencajadas, versiones con fino hilo de sombra y de luz. tejo una espiral que me da soporte y me enceguece. Y todo proviene de una calma, de una certeza de querer conocerte hasta sus últimas consecuencias, con esta voz de escritura temblorosa, con este miedo borroso e inexacto, lleno de alucinación, de destello, de recuerdo, de memoria hacia ti, por ti y desde ti).

también los libros, papá, no te olvides de los libros. tienes que amarrarlos bien para que no se caigan cuando corras hacia la escuela. Con la correíta de cuero de vaca que te regaló Madrinita en tu cumpleaños, los amarras. En el salón de sexto grado te sientas al lado de Nelly Rodríguez. Agarras el puesto al lado de ella y te enamoras mientras te preguntan la tabla del nueve y te equivocas. Ahora ve a la esquina a entendértelas con los granos de maíz que te hieren las rodillas y piensa en el agua. El agua deslizándose escapándose acariciándote en el río. Consuélate con el recuerdo del agua blanda que te arrulla, y enjuga la lágrima de rabia que cae desde tus pestañas. Síguete enamorando, papá, hasta que le entregues aquella flor y te la rompa en la cara y salgas corriendo a enjugar D

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otra lágrima que se confunde con el recuerdo del río, esa manta que te cobija siempre durante tus penas. Ahora déjate llevar por la corriente del desamor que, aunque no lo creas, se cura, sí se cura. Con las vueltas del molinete que quedó olvidado debajo de tu cama, va sanando esa herida. Lo encontraste medio roto, decolorado y lleno de polvo, una tarde en que el calor te obligaba a hundirte en la hamaca de tu cuarto, y en uno de los vaivenes lo divisaste perdido bajo la cama. Sopla el molinete, papi, que así vendrán los recuerdos míos y tuyos, los de un niño que ríe mientras ve las películas de Cantinflas y Tintán en la oscuridad del cine de Altagracia. Los del niño que, orgulloso e irritado, hacía de monaguillo durante la misa del domingo o vendía empanadas rellenas de picadillo de alcaparras, carne de ganado, ají dulce, pimentón, cebolla y sal. también te vendrán recuerdos anticipados, papá, de una niña morena y regordeta que te hará sonreír con dulzura mientras intenta llevarse comida a la boca.

Aunque, por ahora, apasiónate, papá. Apasiónate todo lo que puedas con las discusiones de la juventud Comunista. ingresa

en sus filas y reparte volantes, pinta paredes, grita consignas, movilízate, fórmate. Lee a Marx y a Engels. Cree. Búrlate de la policía. húyeles. ingéniatelas cuando te agarren. No sueltes ni un nombre, papá. No hables. Resérvate. Calla. Arréglatelas como puedas con el llanto que se mezcla con la sangre. Acude a tu recuerdo. Ahora planifica la huelga de hambre con los camaradas y participa en ella. Restéate. Siente el estómago doblarse, retorcerse, anudarse. Aguanta. Defiéndete de tus flaquezas. Presiónate hasta el último recodo de tu cuerpo y de tu mente, que todo dará resultado. No claudiques.

Ahora regresas a tu casa de Altagracia hecho un silbido. te recuperas poco a poco gracias a los cuidados de tu mamá. tu mamá

cansada de tanta dificultad, pero firme: demasiado hijo enfermo, regalado, enterrado, resentido y lo heroína que es, lo invencible que resulta. tendrás que enfrentarte al rencor de papá Catire, someterte a su escarnio y a su ira. él es el hombre de la casa. hay que obedecerlo y tú no lo sigues. hay que respetarlo y tú lo deshonras. No es tu padre, sin embargo, debes ser sumiso ante su palabra de tío que te acosa. te le rebelas y no le das el gusto de sacar lágrima entre tanta refriega. Don humberto, que engendró hijos con mujer marginada e indigna y que tenía su propia casa, pero dormía en la tuya. Vigilante ante cualquier movimiento. Alerta ante el más mínimo ruido que pudiese delatar alguna anomalía, alguna amenaza a la integridad de la hermana abandonada por el marido o algún peligro para esa familia asediada por el rígido equilibrio de un pueblo hecho de portones y aldabas, y que imponía normas a fuerza de chisme, burla y prejuicio. Saca sus frustraciones contigo Don humberto, se las descobra en tu espalda de pellejo oscuro hasta que te haces grande y ya no puede sino resolverlas de hombre a hombre, pero la renquera y la vejez se lo impiden, la

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mirada de centella en tus ojos aguarapados lo inmovilizan. Las cosas cambian, papi, las cosas cambian y tu cuerpo se recupera y deja atrás su mustia flacura de encierro y tortura para volverse ágil e indómito.

una vez restablecido del suplicio de la cárcel persiste en tus ideales y vete a Caracas. Estudia leyes y cásate con Rosita, la compañera de la juventud Comunista con tantas historias tristes y secretas. Estudia, lucha y arréchate. La vida te la juega, negro, te la pone dura, camarada, pero tú la envistes y la pones en su sitio. Al menos eso crees. Realiza todas las diligencias necesarias. Saca los pasaportes. Acepta el dinero del partido. Viaja a Suiza. Entrevístate con los médicos en tu inglés inexistente. Bésala. ponla en manos de ellos y espera. Deshaz el soplo en tu mente. Sopla el molinete. Que funcione el corazón, que fluya la sangre por sus venas y arterias, que se riegue todo su cuerpo como el Orituco lo haría en esa tierra caliente y llana, dispersándose en delgadas cintas. Que el agua la riegue y la cubra a ella como una vez te cubrió a ti hasta embriagarte y disolverte en fervor y miedo.

(Y en ese afán, en esa espera, une partes de ti. procura integrarte y no te conviertas en imagen caleidoscópica, en piezas sueltas. Consérvate completo, sin sufrir fracturas. Deja las anémonas. permíteme este retrato escrito que intento seas. No te multipliques. Concentra tu imagen plena. Entrégate. Ayúdame en este retrato que quisiera fueras tú hoy más que nunca. No importan el ángulo ni por dónde inicio. Sólo te construyo. Cómo te construyo. por dónde inicio esa memoria, este dibujo hecho a base de palabras que son como pinceladas rotas, huellas, manchas vacilantes en una acuarela inconexa, trazos sin rumbo, silueta que se enturbia y es que mi memoria falla. persisto muchas veces y la memoria desespera. insiste y no te ase porque el agua irrumpe, te dispersa,

te rebasa, te hunde. Y, sin presiones, sigo. Ensayo el mejor tono, la mejor técnica. preciso esa sustancia que tú eres y no revienes en esta búsqueda fatigosa de anhelarte y verte, de reencontrarte en el agua dispersa y sin esclusas del río Orituco).

Entonces escribes: ROSitA MuRió hOY. Manda el telegrama, así te parezca una historia contada por otra persona, una obra de teatro en la que tú no encajas, manda el telegrama. Sí, es verdad, es tu papel en esta obra y te encuentras aturdido. No entiendes, pero este es tu rol. Actúa. No tienes más remedio que aceptar el personaje que te asignaron desde quién sabe cuál estúpido y recóndito recoveco del universo. tienes que actuar. Firmar papeles, ahogar el llanto, recoger maletas. todo en medio de balbuceos incomprensibles y de miradas heladas. un frío que te cuartea. un cielo bañado de grises. un desamparo sólido y atestado. toma sus vestidos con delicadeza y sécate el rostro con ellos. De nada vale tenerlos. Lánzalos por la ventana y observa cómo caen suaves, apacibles, mansos. Reprime las glándulas. Debes actuar y te derrumbas. Cierra esclusas,

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traslada el cajón, contén el cuerpo. Vuelve a Caracas con el ataúd. Desmorónate.

Días después, sal de la ciudad. piérdete. intérnate en Barinas. Da clases. toma, olvida y pertúrbate. Sueña el recuerdo. Anticípate: una niña con pies como chapaletas y ojos achinados. Entonces cásate en el medio de una apuesta festiva e insensata con tu alumna del liceo que tanto te admira y, ya en casa, grúñele cual perro rabioso, asústala, recrimina despiadadamente a esa desconocida que te mira asombrada, sorprendida de tanto disparate y culpa ajena, hasta que te eches a llorar como un niño sobre su regazo. (Ella no sabrá qué hacer al principio, luego, sí. Simplemente espérala que apenas te conoce). háblale de Rosita y su boca acorazonada y sus cejas bien delineadas y su cintura de aguja. Siembra en ella los celos por la difunta. Construye un fantasma. Resucítala. Vive esa vida de mierda, esa vida de película mexicana, de charro gritón y frágil y abandonado que sin saber has creado. Lo que no sabes, lo que ni siquiera imaginas es que Violeta, tu alumna de secundaria< y ahora tu esposa, transmuta, transforma, cambia, hechiza. Sabe de alquimia. De modo que sueña otra vida, compañero. Sal del fondo fangoso en que has caído y sobrevive.

Y justo cuando salías de esa crisálida de muerte que te cercaba, justo cuando recibes la noticia de mi futura llegada y el sol parecía desparramarse sobre ti porque empezabas a querer a esa mujer que te domeña sabiamente, animal furibundo, rebelde, intransigente, comienzan a rastrearte los cuerpos de seguridad del Estado.

Bien sabes que te quiero, que cada uno de mis actos no son más que una ratificación de ello. Que estás definitivamente unida a mí. Que te pienso. Que te extraño. Que me hiere tu ausencia. Que te necesito porque has sido el factor que logró mi recuperación espiritual, porque tú abriste el horizonte, porque me rescataste de la oscura noche en que me hallaba sumergido y me brindaste la diafanidad del día que ninguna adversidad podrá ya opacar. Gracias, mi negra, por haberme brindado todo lo que consideraba perdido.

hay un expediente en contra de ti en Barinas. te buscan por guerrillero, papá, por desestabilizador. Eres incorregible y Leoni lo sabe, por eso te andan buscando. Muchacho que no aprende, muchacho muerto. huye por tierra hasta Colombia -Bien sabes que te quiero- y luego, disimuladito, papá, cronometrado, chaflaneado, como dirías tú, vas enfilando hacia tierra brumosa. Chile primero. instálate y atibórrate de mate, che. Estudia Administración Social para que te otorguen visa de residente y puedas ganarle la partida a esos tres meses piches de turista. Desiste de que mi madre embarazada de siete meses pueda trasladarse a tu lado: el riesgo es grande, el médico lo explicará –comprendo lo que significa para una mujer encinta estar lejos del esposo, y mucho más en el momento del alumbramiento-. ingéniatelas para producir dinero: hacerte del oficio de barbero será una de tus posibles opciones. -Aquí hay cursos de tres meses, tiempo durante el cual quedaré capacitado para rasparle el coco a cualquiera. Yo sé que van a gozar un puyero ustedes cuando me imaginen con mi tremenda bata, mi tijera y mi peine en cada mano y la cabeza de un pobre chileno dependiendo de mí-. Lúcete con las tijeras, así sea tan sólo un plan, así todo quede en la ilusión de enchufarte en una de barbero y armarte un otro distinto a ti, imaginarte un ser que no eras y quién sabe cuánto de ti podría tener. ilusiónate con ello. Requieres construir un porvenir con alguna base, así sea la de los sueños, no importa, estás solo y necesitas creer.

pero qué va, camarada, el plan se cae. Entierra tu proyecto artístico que, la verdad, no iba contigo. prueba otro ramo y entrevístate con el dueño de una librería, a ver qué sucede. Dicen que pareces serio y responsable, que podrías ser el administrador de la tienda. El trabajo te gustaría, te entusiasmaría, te daría alegría. Barrería de tus días esa angustia que te agita –maldigo mil veces la soledad que se agudiza más aún en estos crueles días de tan tristes recuerdos, pues fue en esa oportunidad cuando con más saña esa maldita soledad se me metió en el alma-. De pronto, hay que dejar los estudios y virar hacia el este. Rompe a

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escribir, que la costa te inspira. El uruguay y su gente, el frío y la soledad, la lejanía y la calima te hacen madurar ideas, crear estrategias, hallar soluciones. todo para contrarrestar la nostalgia que te produce no estar allí luchando por la revolución perdida y por el día de mi llegada. Cartéate -démonos por su conducto siquiera la satisfacción de las palabras dulces y tiernas que nuestro amor provoca. Celebra el nacimiento de tu hija aquel tres de mayo del 66. Ve al puerto y acuclíllate en la costa como si fueras tu mujer que se abre y se parte para engendrarme. Siente la muerte rozándola y recógele el sudor de la frente que cae en tus manos desde ese acantilado de rocas con piel de hembra. Resiste el ardor en los pliegues, los tobillos palpitándole. Construye el agua desbordándose, la entraña deshaciéndose, la pelvis reventándose. Recíbeme. En la forma en que intuiste saldría de mi madre, recíbeme. Minucia enmohecida de mi vida, chocolatico caliente, casabito requemado. Aguántame del talón para que no resbale. Sostenme, háblame, hazme gemir hasta el llanto que estoy viva y quiero encontrarte en esa voz rotunda y gruesa. háblanos de la emoción que te

Montevideo 5 MAYo 1966

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cruza. Descríbela brevemente en aquel papel impersonal. Envíanoslo con urgencia, que mamá lo precisa. Sé solemne:

De pronto surgía el miedo. La invadía la intuición de un mundo completamente distinto a esa ronda mullida. Se aterrorizaba ante la posibilidad de que el universo no fuese más que un corredor, una estación de tránsito, un pasadizo hacia otra esfera más amplia, inmensa, que se perdía de vista. Los sonidos le llegaban filtrados por una montaña submarina, con efecto de rebote retardado que abría el espectro de lo insólito. La sola recepción de esos sonidos la atormentaba. La hacían subsumirse, introyectarse, encerrarse en sí. Lo sombrío se alejaba y sentía una angustia de corrientazos. Entonces comenzaba el repliegue hacia su espacio, donde tenía sus lunas y sus estrellas. Esas que componían su mapa interior, su espacio circunscrito por flores, cruces, osas, cornamentas. El cielo formado por células que titilan. plancton que levita en la cúpula rosácea del vientre. Fuera de allí está el miedo. La sacudida. La amenaza de expulsión. Vuelve el miedo, la angustia. El deseo de que todo termine y retorne el sosiego. una calma hecha de espuma. un instante. una ráfaga de líquido que entra a sus pulmones. Las tenazas abriéndose, enterrándose, hiriéndola. El deseo de quedarse allí en el pasado húmedo. El agua deslizándose escapándose acariciándola en el río. En ese vaivén que la resguarda. La presión. El dolor –con la tristeza de abandonar el agua tan suave y dulce y tierna en su piel-. Sentirse manipulada, separada, rota. Desfallecer ante la succión ciega, la turbulencia, la no voluntad. Decir adiós a esa sensación de no estar aquí y al mismo tiempo estar presente más que nunca en todo el universo. Y el llanto y el frío la invaden, la sacuden, la sujetan. Y una voz rotunda, gruesa, ultramontana, como de orilla incierta que la recibe en ecos de otra latitud. Bucles dorados flotando por sobre la corriente.

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1.Soy Fermina Daza, ni más ni menos. Ni

Gabriel a sus ochenta podrá negarlo. Soy ella porque conozco el amor contrariado de una puerta cerrada que se empeña en reunir luz y tinieblas. Sin mar. Sin barco. Sin faro. Sin viaje. Soy Fermina Daza porque me da ganas de serlo en un día que poco sabe a soledad y tiempo. Sabores dables. Bálsamos que se hallan en la resbaladera de mi lengua. pueden probarlos. Vengan. Ensayen mi lengua y sabrán que soy Fermina Daza encima del olvido. joven.

No dudar es el umbral del amor posible. Dudar es el principio del amor muerto. Quiero ser, completamente, Fermina Daza, para celar la duda en un papel cometa, hacer un lazo con un cabo de peligro y echar al cielo su retazo de invento. Amor: invento.

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Carol Murillo Ruiz

Fermina Daza

2.La otra Fermina, porque hay dos, y mil, no

sabe eso. Ella cree en las redes del tiempo; yo creo en el celo de las fieras, en la leyenda curtida del sol indio. Ella cree que cifrar el amor en una escalera antigua que no cumple la misión de una trampa, es una señal del destino; yo creo en la arcilla suave que sofoca la piel abierta del cuerpo y lo toca, por dentro, con una espesa medicina de ritos y sabios aromas. trampa.

3.La otra Fermina, porque hay tres, y mil, no

sabe eso. Ella jura que el amor es una entidad de años y silencios; yo no juro, yo afirmo que el amor nos hechiza porque su destello

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Escritora Ecuatoriana. Quito.

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desplaza y atrapa la infinitud espacial y contrae, a ratos, el bamboleo de las ancas mientras la voz del tronco grita su deseo a los tontos.

4.La otra Fermina, porque hay diez, y mil,

no sabe eso. Ella le teme a los teléfonos, a las minucias del ambiente, a la sombra; yo no, no le temo a nada, me dan náuseas los cristales (de los ojos) del instinto de los otros, me repele la conducta rectilínea de los ángeles, me eriza el beso de araña en la oreja, y deploro los milagros… y me empacha el corazón libre de los fieles…

5.Soy Fermina Daza, la otra de diez mil.

tengo una ecuación de aullidos para espantar a las ratas del hogar y atraer a los grillos del limbo. Me gusta estar así, con el ánimo violento, fanático, en el recodo del azar, para zurcir con mi boca las palabras que retraten a la verdadera Fermina, que siempre es la otra, o sea, Yo.

Gabriel me lo perdona a sus ochenta porque lo amo a pesar de sus putas tristes y sus polvos amarillos.

6.Soy Fermina porque me descubrió un día

mirando mi penca sepia. Desobedeciendo un síntoma que Gabriel cree que es amor y no es más que una arcada de hambre. pero se parecen. Soy Fermina desde entonces. Cuando el amor se hundió en mis manos y en mis venas, y dispuso mi tiempo real a su servidumbre ubicua.

7.Ningún Florentino me ha jurado amor

eterno. Y lo celebro. Esa loca servidumbre de

ficción no me embriaga. Ningún Juvenal se va a quedar conmigo la gran vida. Y lo aclamo. Esa vieja contención de realidad no vale el encierro del amor en una botella oceánica.

8.Soy Fermina Daza porque adoro ser hija

de un patriarca letrado, que ha dejado en los cartapacios de un siglo –que no se ha ido- la gracia de vivir mi amor contrariado. Es decir, un amor sin dueño.

9.Soy Fermina Daza, la otra de sus ochenta

necias tristes.

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Si al menos pudiera levantarme y darle de comer a ese perro que se echa a mi lado y me mira con ternura. Si pudiera alcanzar las flores de la ventana para rociarles un poco de agua. Si el cerebro pudiera enviarle una señal a mi mano para que agarre el teléfono que está reventándose sobre la mesita de noche. Y el recibo de energía eléctrica que a mí no se me ocurrió cancelar a tiempo. Ahora, seguro, me la cortan. Y ese refrigerador que está tan repleto de hielo. ¿por qué no le hice caso a mi madre cuando me recomendó comprar una nevera sin escarcha? La leche ¿la compré de larga duración? No recuerdo. Qué poco precavida soy, Dios mío, ¿por qué me hiciste así? Ni siquiera recuerdo si guardé el envase de leche dentro de la nevera o lo dejé afuera junto al resto de las compras. ¿Y ahora cómo hago para ir hasta la cocina y arreglar un poco las cosas? No, ahora ya no puedo. tal vez mañana venga Cecilia y limpie el apartamento. Qué pena con ella, ojalá no encuentre el envase de leche a punto de estallar, porque eso suele suceder con los cartones de leche. una vez consumida su fecha de duración se abomban como globos y la bebida se descompone en un sabor apestoso. Lo sé porque en más de una ocasión, por descuido, he tomado un sorbo de leche dañada. Llego, abro la nevera, tomo un trago sin fijarme en fechas de vencimiento ni pensar en cuántos días lleva ahí metida. Y bueno, a escupir el buche blanco y pastoso. pero ¿qué digo? Cecilia no va a venir mañana. No va a venir porque yo la boté. Le hice un cheque y le pedí que no viniera más, qué bruta soy ¿cómo pude hacer eso? ¿Cómo pude botar a Cecilia? Además, ella no tuvo la culpa. La taza se rompió porque se cayó de sus manos. Se rompió porque las cosas frágiles se rompen cuando caen al piso. te vas porque no te soporto, pero si yo no soporto a nadie. Ni siquiera me soporto a mí misma. Y la Cecilia es una buena mujer. Mantenía el apartamento limpio, se aguantaba mi neurosis y me daba consejos para la salud. Qué bestia soy, Dios mío, ¿por qué me hiciste así? Ahora estoy arrepentida. ¿Cómo hago para que Cecilia regrese? No, ella no va a querer regresar. Yo como siempre, arrepintiéndome después de mandarme la cagada. Bueno, ¿qué se le va a

la vecina carolina lozada

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Narradora venezolana

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yo lo sé. Lo he visto como se fija en mis tetas cuando subimos en el ascensor y como mira, disimuladamente, mi trasero cuando paso a su lado. Me hubiese acostado con él para molestar a la imbécil de su mujer. pero ahora ya no puedo. Sin embargo, puedo hacer que él venga y me vea desnuda. hay hombres que tienen perversiones y quién sabe, tal vez, al verme desnuda y quietecita en la cama, tenga una erección.

Y tú, ¿todavía sigues ahí? perro incompetente ¿por qué te recogí de la calle? Ya sé, fue tu mirada, tus ojos llenos de ternura. Claro, la eterna trampa canina. Esos ojos que la hacen a una sentirse culpable si no lo recoges y lo llevas contigo. Ahí estás, mirándome con la misma ternura de entonces. Anda perrito, mira que son varios días y ya comenzaron a llegar las moscas. huele feo perrito, ¿te estás haciendo caca en la habitación? Anda perrito, mira que la resaca es muy violenta. Fueron muchas pastillas y demasiado alcohol. Anda perrito, avísale al vecino. A él le gustara verme quietecita y desnuda. Sólo espero que no le moleste el olor a carne descompuesta.

Del libro Adictos y transeúntes (en proceso de edición)

hacer? Cómo qué se le va a hacer. Ahora que recuerdo también compré carne y, al igual que la leche, la dejé sobre la mesa porque no tenía ganas de acomodar nada, tampoco quería comer, ni siquiera bañarme. Sólo deseaba meterme en la cama y esperar que amaneciera.

Ahora van a llegar las moscas al apartamento. Qué asco ese mosquero, esas patitas sobre la carne. El ruido que hacen, insoportable. ¿Quién me manda a mí a no hacer bien las cosas?

No quise bañarme, pero igual abrí la ducha. Ya vendrán los vecinos del piso de abajo, a quejarse por el bote de agua que se filtra en su techo. Ya vendrán a quejarse y a espiar, porque eso sí les gusta, averiguar. Bueno, a la esposa, la esposa es una entrometida. El marido no, él es un tipo tranquilo. Es un fisgón normal, como todos los hombres. Lo he pillado mirándome el culo. pero yo a la vecina la mantengo a raya, cada vez que viene a informarme sobre una junta de condominio le abro la puerta con las tetas al aire, a ver si así aprende y deja de molestarme. Y un día de estos, si viene con el marido, les abro la puerta completamente desnuda. pero ¿qué estoy diciendo? Ahora ni siquiera puedo levantarme. Esto me pasa por no saber controlarme.

A ver perrito, anda, avísale al conserje que suba al apartamento. Anda, no te quedes ahí mirándome como un idiota, ¿no ves que no me puedo mover? Anda perrito, él sabrá que hacer. Sí, ya sé que no le agrado al conserje, que a veces ni siquiera le saludo y que en más de una ocasión he hecho comentarios xenófobos, pero bueno ¿qué se le va a hacer? Yo no soy un sujeto sociable, por alguna razón vivo sola con un perro ¿no? Además, yo no nací para caerle bien a todo el mundo. pero ¿qué estoy haciendo? ¿Reflexionando y dándole explicaciones a un perro? ¿A dónde he llegado?

tú perrito, hazme caso. Sal y avísale a alguien que no me puedo mover. Espera, si te encuentras al vecino del piso de abajo, mucho mejor, a él le encantará verme desnuda en la cama. ¿por qué nunca me acosté con ese tipo? él me desea,

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En el pueblo todo era euforia. La señorita Laura se casaba. Era la mujer más bella del lugar y de todos sus alrededores. Su hermosura era tan mítica que más de un caballero de otros lares recorrió largas distancias sólo por el placer de conocerla. No es exagerado decir que toda persona, hombre o mujer, se impresionaba al verla. A su paso la gente se detenía, sin poder disimular su admiración. Lo más extraño es que Laura parecía ajena a la conmoción que causaba, o al menos no se envanecía por ello. Era tal el orgullo que todos sentían por la belleza de Laura que a veces, cuando llegaba un forastero, lo primero que le preguntaban era si le gustaban los paisajes del pueblo, y si ya había visto a la señorita Laura. La respuesta usual era que no, pues vivía resguardada en los muros de la casa paterna, de la que sólo salía a la iglesia o a las fiestas patronales. Entonces se ofrecían a llevarlo hasta las cercanías de la casa para que, al menos, la viera de lejos. La cita se concertaba para las tres de la tarde, cuando ella acostumbraba asomarse a la ventana.

Era una cita sagrada, como si se tratara de la procesión de la Virgen. A la hora fijada, nativo y forastero estaban allí para disfrutar, por igual, de la anunciación. Generalmente el visitante imaginaba una campesina rubicunda, de fuertes pechos, o a lo más, una jovencita agraciada. un poco remiso e incrédulo, aguardaba, movido sólo por la curiosidad o por complacer a aquellas buenas personas, mas cuando se entreabría la ventana y ella se asomaba, el incrédulo caía en trance. Era un momento místico. Cuantos la veían quedaban embelesados, en una especie de éxtasis que les arrebataba conciencia y pensamiento. Era una actitud de arrobo, de fervor, un imán que los ataba a la tierra y los elevaba a las alturas. todas las personas que

la veían, sencillas o encumbradas, naturales o no, experimentaban lo mismo y se perturbaban por igual. Los lugareños no se cansaban de contemplarla, y los afuerinos se preguntaban, asombrados, cómo una beldad así, permanecía oculta en un lugar pequeño e insignificante, prácticamente desconocido, cuando su rostro debería traspasar las fronteras del mundo y deslumbrar a todo ser viviente.

Y ahora esa divinidad única se casaba. Estaban contentos y al mismo tiempo tristes. Era como perderla un poco. Ya no sería el sueño de todos, la joya cuyo brillo se esparcía alrededor de quienes la contemplaban. iba a ser posesión exclusiva de un solo hombre. Sólo él disfrutaría, perennemente, día y noche, de aquella gema preciosa, sólo él tendría acceso a su luz, su gracia y esplendor. Apenas les quedaba el consuelo que no se marcharía del pueblo. «Envejecerá aquí», se decían, con un suspiro de satisfacción y nostalgia, pues en el fondo de sus corazones no deseaban verla envejecer. Nadie quería que se

LAS BODAS Aixa salas

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marchitara su piel color miel, ni su cuerpo grácil, ni que desapareciera el carbón de sus cabellos ni se apagara el brillo de sus ojos dorados.

Y es que el pueblo amaba a Laura. Las mujeres comentaban que para ser tan rica y linda no era orgullosa, y los hombres, sus enamorados secretos, alababan su incomparable belleza y la gentileza de su persona. Muy en el fondo de sus corazones suspiraban por ella, pero sabían que era un imposible. Era la hija del hombre más rico del pueblo, y se suponía que se casaría con un hombre a la altura de su condición social.

por eso fue una sorpresa cuando supieron quién fue el elegido. un nativo del lugar, ni demasiado guapo ni demasiado rico. un campesino próspero, amable y trabajador, que parecía el ser más noble del mundo, pero sin misterios ni nada especial, tan común y corriente como ellos. Sin embargo, en la efusividad que cundió por hacer de aquella fiesta un hecho inolvidable, nadie hizo demasiados comentarios. Si acaso la curiosidad de saber cómo hizo para conquistar a tan inaccesible belleza.

El día del casorio el pueblo relumbraba como nunca, y la iglesia espejeaba al final del camino, con las puertas abiertas. jamás se había visto tanto esplendor, jamás se había tocado tan de cerca la gloria. hasta última hora las señoras se afanaron en arreglar la iglesia. pulieron el piso, limpiaron el altar, lavaron los ventanales, así como adornaron bancos, arcadas y puertas con ramos de rosas y jazmines. El perfume de tantas flores traspasó el pórtico e inundó el ámbito del pueblo, haciendo suspirar a los enamorados secretos de Laura y a las mujeres que anhelaban ser como ella.

En la plaza, la banda municipal aguardaba, lista a tocar la marcha nupcial. Los invitados festejaban por todo lo ancho en la enorme hacienda, y los curiosos, recién bañados y con sus mejores prendas, se ubicaron a ambos lados del camino para tener el infinito placer de ver a Laura vestida de novia. A última hora el padre dispuso que todos eran invitados, y el patio principal fue habilitado para recibir a cuanto vecino llegara. La alegría los desbordaba. No

había rincón de la casa y sus alrededores que no ocuparan los felices convidados, la orquesta no paraba de tocar, y las mesas rebosaban de todo tipo de platillos y bebidas, además de la magnífica torta, réplica fiel de la iglesia, de no se sabía cuántos pisos, con el patillaje dispuesto en artísticas figuritas, cubriendo la apetitosa pasta de frutillas, chocolate y almendras.

Los padres, tomados de la mano, recibían a los invitados, los de tarjeta y los de palabra, con una amplia sonrisa, y los sirvientes se desvivían por atender a todo el mundo, repartiendo pasa-palos y cocteles. Sobre cada mesa se exhibía un recuerdo del matrimonio, también primorosamente elaborado por artistas de la ciudad, con una tarjetita en la que constaba el nombre de los contrayentes y la memorable fecha.

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La hora crucial se acercaba. La gente esperaba emocionada. unos permanecían de pie, tomando alguna bebida, pendientes de la puerta por donde, supuestamente, saldrían los flamantes novios. Otros caminaban de un lado a otro, e igualmente atentos al momento en que se abriera la puerta principal. Se les hacía demasiado largo el momento en que Laura apareciera, flotando en su traje de tules, con su hermoso rostro circundado por el velo, y su sonrisa cautivante alumbrando el mundo.

En la habitación, Laura se miraba al espejo, mientras sus hermanas se afanaban en embellecerla aún más. parecía poseída por un extraño sortilegio. Se embebía en su imagen, y aunque estaba más seductora que nunca, temblaba y se agitaba, como si desde ya saboreara los placeres de la entrega amorosa. Sin darse cuenta, las hermanas retardaban el rito. A medida que la acicalaban, su hermosura realzaba aún más, por lo que prolongaban el acto sólo por disfrutar unos minutos más de tan asombrosa transfiguración.

Afuera, todo empezó a desordenarse un poco. La novia no aparecía y tenían miedo de que saliera por algún sitio desconocido, privándolos de su grata visión, por lo que decidieron ubicarse en un lugar desde donde dominaran todas las

salidas. El camino volvió a llenarse de gente, porque era inevitable que pasaría por allí, hacia lo alto de la colina, rumbo a la iglesia. Así no se perderían detalle de la aparición, y cuando al fin traspasara uno de los umbrales, podrían verla, serena y deslumbrante, como una virgen en su carroza, como una barca que flota en las aguas, nimbada por un halo de luz, como una rosa encendida, o una sirena que emerge de las aguas circundada por el encaje de las olas.

Del novio nadie se acordaba. Era un misterio cómo un campesino igual que ellos pudo conquistarla. Ninguno pensó que pudiera merecerla, y ahora aquel tontón, movido por quién sabe qué promisor presentimiento, por una valentía inusitada, o un inmenso e incontenible amor, lo había logrado. pero no había tiempo para lamentos ni enigmas. El acontecimiento avasallaba sus penas cotidianas y los embullía en la magnitud de su existencia. El sólo hecho de ser testigos de aquella boda memorable compensaba resentimientos y amarguras.

Mas dentro de la habitación algo extraño acontecía. La novia ya lucía su vaporoso traje blanco, pero las hermanas no conseguían el velo, ni la corona, ni el ramo. Dios mío, ¿dónde lo guardamos? Y buscaban todo, nerviosas, incrédulas. Aquello era inexplicable. La novia

no parecía darse cuenta de nada. Seguía absorta en su imagen de virgen ansiosa, sin fijarse en nada más, sin pensar en nada más, como si en el espejo viera la figura del amado esperándola.

Las hermanas comenzaron a caminar sin sentido, tropezando y empujándose. La angustia dio paso al terror. pensaron que, en el trajín de los preparativos, habían extraviado tan importantes accesorios. tenían ganas de gritar, de llorar. una y otra vez abrían el escaparate y los baúles, se metían debajo de la cama, volteaban los colchones, pero nada aparecía. tenían el corazón encogido y no cesaban de temblar. ¿Qué pasa, Dios mío, qué pasa?, se preguntaban atribuladas, invocando a la par todas las vírgenes, santos y ángeles D

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conocidos. Constantemente se volvían hacia Laura, que parecía sumida en otro mundo, sin percatarse de nada. Ellas seguían buscando, y ya creían encontrar una cosa u otra, para después, confundidas y desanimadas, comprender que se habían equivocado. Casi desmayadas salieron a buscar a la madre, con la esperanza de que ella hubiera guardado las cosas, o supieran dónde estaban, o las ayudara o algo así, pero afuera también acontecía algo raro.

Los invitados yacían sobre las mesas de cualquier forma, como si no les importara, o no se dieran cuenta, del aspecto que ofrecían. permanecían muy quietos, con el gesto del brindis detenido, y la mirada perdida, ausente. Era como si, repentinamente, se enfrentaran a un hecho insólito, como si los devolvieran a un episodio del pasado al que jamás le prestaron atención, y que, de improviso, aparecía descarnado, desnudo, frente a ellos. tenían una actitud elusiva, de rechazo y miedo. Algunos, incluso, permanecían con la sonrisa inmóvil, otros con un pedazo de torta, de helado o pavo en la boca entreabierta. Era como si en la plenitud del festejo un aliento mortal lo secara todo, o como si una bruja maléfica y fatal reclamara una verdad que nadie conocía, o no recordaban, y ante la reticencia general, alzara su mano vengativa y detuviera la escena en el instante supremo en que entraban al mundo de los sueños. Así se quedaron, atónitos, mudos, avizorando un paisaje lleno de luz al que sólo se podía conocer guiados por la memoria, pero hacía años que la habían perdido.

Las hermanas caminaron entre ellos, perplejas y acongojadas, como almas en pena que pueden ver el sufrimiento de los demás sin que nadie pueda ver el de ellas. No entendían nada, pero tampoco querían explicarse nada. Sólo querían que su hermana se casara, así que cegaron el dolor y pasaron de largo, buscando a sus padres, hasta que al fin divisaron a la madre de lejos, envuelta en el fru fru de sus pieles y plumas,

caminando como si no conociera a nadie, como si no percibiera nada. tenía los ojos entrecerrados, el rictus caído y parecía hacer un gran esfuerzo por permanecer erguida, como si cualquier movimiento le costara muchísimo. Detrás iba el padre, sin su acostumbrada sonrisa ni su locuacidad. pasaron sin verlas y se encerraron en la habitación, signados por el enigma. Fue inútil tocarles la puerta. Entonces las hermanas se volvieron hacia la muchedumbre adormecida, y fue como caer en un mar profundo, como náufragos que se ahogan atraídos por un misterio irresistible.

Desesperadas, salieron a la calle, dispuestas a hacer lo que fuera porque la boda se realizara, incluso a pedir prestados los aderezos, pero se encontraron con que todo lucía solo y oscuro. Los portones estaban cerrados, las guirnaldas guindaban deshechas, y ni un alma se asomaba a los postigos. Ya nadie atestaba el camino, ya no había farolas encendidas, ni la plaza refulgía, ni los músicos aguardaban prestos a entonar la marcha nupcial. todo había muerto. Sólo al final del camino la iglesia resplandecía, con las puertas abiertas, como si se tratara de una última esperanza.

Desoladas, pasearon la mirada por el vacío. ¿Qué era aquello? ¿una revelación inusitada?

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¿un presentimiento terrible? ¿un salto mortal al miedo? No podían comprender nada, pero tampoco podían volver a la habitación y contarle a Laura lo que sucedía. Repentinamente, todo se había derrumbado. Las hermanas no soportaron aquella visión demoledora, se dieron vuelta y desaparecieron entre las calles abandonadas.

En el dormitorio, Laura seguía ensimismada en su aura de novia enamorada. De pronto se vio completamente sola. Vagó sin sentido por la habitación, llamando a las hermanas. Nadie atendía a su llamado. Entonces abrió la puerta y topó con la soledad. No se oía ningún ruido. Buscó a los padres, a las hermanas, a las sirvientas, pero era inútil. todo se veía desolado. Al fin abrió el portón y salió a la calle. Nadie. La plaza estaba sola y las calles desiertas. ¿Qué había sucedido? No podía ser que soñara porque ahí estaba ella, vestida de novia, recorriendo los sitios que conocía y amaba: su casa, las casas vecinas, el pueblo donde nació y vivió siempre.

Así estaba, como un espectro sorprendido, paseándose por los escombros del pasado, cuando oyó pasos. unos desconocidos bajaban por la calle principal, pero al verla huyeron. Laura se llenó de miedo. ¿Acaso había muerto y deambulaba por los sitios que amaba sin aún darse cuenta? ¿Qué había sucedido? Empezó a caminar sin orientación alguna, empujada por el deseo de encontrar a alguien que le explicara, alguien que la sacara de aquella noche insomne, de la duda de si estaba viva o no. De nuevo oyó pasos y se volvió. Eran sus hermanas. Loca de alegría corrió hacia ellas y las abrazó. Las hermanas se sobresaltaron, mientras Laura lloraba, aferrada a sus cuerpos. Ellas parpadeaban, todavía incrédulas. Repetían una y otra vez, Laura, Laura, eres tú, eres tú, y ella asentía llorosa. pensamos que te habías muerto. ¿Y qué haces todavía vestida de novia? Laura dejó de llorar. ¿Acaso no se acuerdan que me caso hoy? La miraron compadecidas. Entonces se dieron cuenta que estaba exactamente igual al recuerdo. Nunca había salido del éxtasis de su boda. todos habían envejecido menos ella.

Las hermanas hicieron un esfuerzo tremendo para salir del asombro, para explicar lo que nunca habían entendido. Laura, Laura, la boda nunca se realizó. Ella daba vueltas y vueltas, mirándolas ávidamente. ¿Dónde están todos? ¿Dónde están papá y mamá? Y de repente, ¿y Albacio? ¿Dónde está Albacio? No sabemos, no sabemos, nunca más supimos nada, nunca más volvimos a casa.

Sacudieron la cabeza, ansiosas por espantar el pasado, por velar sus incógnitas. Después de tanto tiempo habían renunciado a entender. Se zafaron del abrazo y continuaron su camino, las espaldas vencidas, hasta desaparecer quién sabe dónde. Laura siguió mirándolas hasta que no las vio más, hasta que no vio nada, aterida, sin saber a dónde ir ni qué hacer, cuando columbró la iglesia, al tope del camino, abierta e iluminada.

Rápidamente se encaminó hasta ella. Su novio la estaría esperando. No se veía un alma, pero ya no tenía miedo. Cuando llegó vio las luces encendidas, y el sacerdote frente a ella. Estaba raramente quieto. Se había momificado. Desconcertada, miró a todos lados. ¿Y Albacio? Empezó a recorrer la iglesia, llamándolo, buscándolo. Nadie respondía, y de pronto lo vio. Estaba dentro de un nicho, cubierto por una tapa de vidrio. No parecía él, pero era él. tieso como un muñeco de palo, con su traje de novio, el corbatín, y los ojos estrábicos, perdidos en una ausencia de años. A sus pies, una leyenda: «Aquí yace San Albacio, quien murió esperando a su novia». Entonces comprendió lo que no había querido comprender. Comprendió que había sido víctima de lo inaudito, que algo misterioso había sucedido, despojándola de la felicidad. Comprendió que un segundo podía destruir una eternidad y que jamás sabría por qué. Sintió deseos de llorar, pero no pudo. Casi se reía, pero tampoco pudo. Entonces era verdad que la boda nunca se dio. Albacio fue beatificado por su paciencia, por aquel amor tan grande que lo hizo aguardarla hasta morir, y el cura, obsedido por la consumación del sacramento, se había disecado esperándola.

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Ya sin más preguntas y decidida a no dejarse abatir por la adversidad, se encaminó hacia la salida. un último presentimiento la hizo detenerse: iría a despedirse de Albacio, el hombre que la amó hasta morir, el novio sobre cuyo nicho depositaría su ilusión trunca. Entonces, al detenerse ante él se vio reflejada en el cristal. Estaba espléndida. Tenía los ojos brillantes, la boca húmeda, la cabellera negrísima y la piel traslúcida. Ella estaba hecha para el amor y no se rendiría ante lo

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impredecible. Ella quería ser feliz y sería feliz. Comprendió el mensaje de Albacio y se devolvió, dispuesta a vivir, que ni la vejez, ni el tiempo, ni lo inexorable, la venciera. Entonces se detuvo atónita. Allí, en el pórtico, estaba Nicolás, su novio de infancia, aquel que una vez le juró que nunca se casaría con otra que no fuera ella, que la esperaría toda la vida. Era el mismo del recuerdo. Se abrazaron. Mas no tomaron el camino del pueblo. Se fueron por un atajo, lejos, a otro lugar, a otro sueño, a otros decires.

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Su padre le habló siempre en alemán y su madre en español aunque entre ellos se entendían en italiano porque fue en Roma donde Dietrich y María se conocieron mientras estudiaban. Y como Robert nació en Francia y allí vivió con sus padres hasta los quince, hablaba de manera fluida la lengua de Molière mientras navegaba entre el alemán, el español y el italiano de sus progenitores.

En su infancia visitaba cada verano a sus abuelos paternos que vivían en Noruega: él, como buen ruso, pensó que su nieto no podía escapar al aprendizaje de la encantadora lengua de Gorki; ella, polaca, para reivindicar su nacionalismo, no perdía oportunidad de enseñarle a Robert historias legendarias en polaco. En diciembre, durante las vacaciones navideñas, Robert disfrutaba siempre de gratos momentos con sus abuelos maternos radicados desde larga data en portugal: él venido de Bulgaria y ella de inglaterra y cada uno, claro está, con su empecinado proyecto lingüístico con su conejillo de indias que de grande se radicaría en Grecia.

Su padre le habló siempre en chino y su madre en japonés aunque entre ellos se entendían en coreano porque fue en Seúl donde Ching y Noriko se conocieron mientras estudiaban. Le-Ou nació en indonesia y allí vivió con sus padres hasta los veinte, así que hablaba de manera fluida la lengua de pramoedya Ananta toer mientras navegaba entre el chino, el japonés y el coreano de sus progenitores.

En su infancia visitaba cada verano a sus abuelos paternos que vivían en los Emiratos árabes: él, como buen turco, pensó que su

nieta no podía escapar al aprendizaje de la encantadora lengua de kemal Ataturk; ella, uzbeka, para reivindicar su nacionalismo, no perdía oportunidad de enseñarle a Le-Ou historias legendarias en uzbeko. una vez al año Le-Ou disfrutaba siempre de gratos momentos con sus abuelos maternos radicados desde larga data en kirguistán: él venido de Nepal y ella de Laos y cada uno, claro está, con su empecinado proyecto lingüístico con su conejilla de indias que de grande se radicaría en Camboya.

Robert y Le-Ou juntaron sus miradas por vez primera en Caracas durante la celebración de un congreso internacional de turismo. Vinieron luego el café, las sonrisas, el teatro, un intercambio de direcciones electrónicas y la hora de partir.

Las agujas del reloj no tuvieron mucha tregua para el segundo encuentro. pronto se vieron declarándose amor eterno y, con la celeridad de las cosas modernas, recibiendo además la pronta visita de la cigüeña a orillas del Mediterráneo.

Llegaría el sueño dorado a la casa de Robert y Le-Ou. Con la herencia lingüística de sus padres, el recién llegado tendría una predisposición natural hacia los idiomas al oír por los cuatro costados lenguas de diversos orígenes como si viviera en la propia torre de Babel. Sería un niño aventajado, superdotado para los idiomas. Los medios económicos no faltarían en casa para que visitara a sus abuelos y bisabuelos a fin de perpetuar la tradición que lo llevaría a la cima del éxito, vitoreado y admirado por todos. Sería una estrella. A sus diez años

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Narrador. Profesor ULA-Mérida

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hablaría una docena de idiomas y sería capaz de comprender otras seis por lo menos. iría tal vez a una famosa escuela de traducción o con un poco de vocación terminaría algún día siendo el primer prelado del Vaticano o un destacado políglota.

Robert y Le-Ou emprendieron entonces su labor educativa desde los primeros días

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de vida del recién nacido. Sin embargo, el niño extrañamente no experimentó el menor interés por los bizarros sonidos que salían de la boca de sus padres y demás parientes. invariablemente fue así durante sus dos primeros años.

La lengua internacional de señas siempre ayuda en caso de problemas severos de audición.

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hace mucho tiempo se supo de una joven secuestrada que al momento de ser liberada besó a su secuestrador, lo que dio origen a lo que hoy se conoce como el Síndrome de Estocolmo. Al canciller Araújo no le pareció bien.

ha habido muchos otros casos en el mundo donde se produce una cierta empatía entre secuestradores y secuestrados. Cosa que al canciller colombiano siempre le molesta.

Cuando el canciller Araújo estuvo secuestrado pretendió conquistar a una guerrillera. pero no era amor de verdad. él no se iba a enamorar de una muchacha de pueblo, posiblemente con pocos estudios, que no utilizaba toallas sanitarias. El canciller Araújo sólo quería engañarla para fugarse porque al canciller, tan educado él, no le parece correcto el fulano síndrome. Al final, el canciller se fugó, prometió luchar por la liberación de los otros secuestrados, (cosa que no hizo) y se burla cada vez que puede de la humilde muchacha, a la que le leía, dice él, poemas malos de Neruda.

Recientemente conocimos el caso de la secuestrada Clara Rojas, quien en las selvas del Guaviare tuvo un hijo con un guerrillero, cosa que el canciller Araújo no podía creer.

hasta el presidente uribe se enamoró de los paramilitares que formó y que han mantenido secuestrados a miles de colombianos. uribe, con su gran corazón, desmovilizó a los paramilitares, los legalizó y los metió en la política. Con tal de proteger su finca «El Ubérrimo», Uribe aumentó la policía, se olvidó de los desplazados, se entregó a los Estados unidos, e implementó su plan de «seguridad democrática» no importándole si para eso tenía que recurrir a los paramilitares que asesinan con motosierras y envían luego en sobres los pedacitos a los familiares. El canciller Araújo no dijo nada de este caso.

Cuando fueron liberadas Clara y Consuelo, y se vio por telesur que las guerrilleras y guerrilleros abrazaban con sincero cariño a sus secuestradas, al canciller Araújo le pareció el colmo. Entonces el canciller le pidió a Caracol televisión que arremetiera contra las FARC, que se burlara de la senadora piedad Córdoba, que convocara a una marcha contra los guerrilleros, pero que por favor no fueran a decir nada de los presos políticos, ni de los secuestrados por uribe, que cuidaitico iban a hablar de Simón trinidad, quien había sido secuestrado por la policía colombiana en Ecuador, como Rodrigo Granda en Venezuela. Yo veré.

igualmente el canciller convocó a la solidaridad mediática de países «hermanos». En Venezuela la respuesta fue inmediática. Alguien dijo que la liberación había sido un montaje, que las guerrilleras estaban en una finca del ministro Rodríguez Chacín. Marianela Salazar dijo que las armas de los guerrilleros eran los fusiles rusos kalachnikov que el gobierno venezolano le habría regalado a las FARC. pero la perla la dijo la señora Colomina quien llamó «desquiciada» a la señora Yolanda pulecio, madre de ingrid Betancourt, quien pedía al presidente Chávez que continuara luchando por la libertad de su hija.

Con semejante apoyo moral, en una noche de tragos y frente a las cámaras de televisión, el canciller Araújo habló de la guerrillera que lo cuidaba. Recordó los momentos que estuvo solo con ella, quien, tímida y campesina, bajaba los ojos y permanecía en silencio ante el secuestrado, quien pretendía apabullarla con su «cultura».

tantos ejemplos parece que conmovieron los sentimientos del canciller Araújo quien, cerrando los ojos y a la distancia, quiso entonces enamorarse de la guerrillera. Lo intentó por todos los medios, pero no pudo.

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Los sentimientos del

No todos pueden. Algunos tienen seco el corazón.

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Poeta, periodista, editor venezolano.

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En lo tiempo que corren resulta evidente la poderosa influencia que ejercen hoy en día los medios de comunicación de masas en nuestra vidas. tanto, que pareciera que su verdadero papel no fuera el de informar (y entretener, en el caso de la televisión) sino de manipular las conciencias, a través de la construcción y exposición de la realidad de manera intencionada (realidad virtual la llaman alguno), con serias repercusiones en la racionalidad y el estado emocional de las personas. Con ello nos referimos al hecho de que pueden servir, y de hecho sirven, o bien para estimular el pensamiento crítico o para manipularlo, o bien para promover actitudes positivas como la amistad, la solidaridad o el emprendimiento, hasta negativas como el odio, la venganza, el miedo, la angustia, el temor, entre otras. Y esto último fue precisamente lo que ocurrió a propósito de difundirse el pasado jueves 7 de febrero del año en curso, en la prensa nacional e internacional, y en las principales cadenas mundiales de televisión, la noticia de que dos tribunales –uno ubicado en Londres y otro en ámsterdam- habían decretado un «embargo de activos de petróleos de Venezuela, S. A. (pDVSA)» por valor de doce millardos de dólares», a solicitud de la empresa petrolera estadounidense Exxon-Móbil, que mantiene un litigio con pDVSA a propósito de la cancelación del Contrato de Exploración y Explotación de hidrocarburos que hasta el pasado año de 2007

se cierra el cerco:

Gilberto Quintero Lugo

de unA revolucióncomo frenar el mal ejemplo

mantuvo en un sector de la Faja petrolífera del Orinoco con motivo de la migración de los llamados «convenios operativos» a la figura de empresas mixtas con mayoría accionaria para el Estado venezolano.

Al día siguiente de haberse dado a conocer la información arriba citada, quien esto escribe en mi sitio de trabajo tuve la oportunidad de escuchar las preocupaciones y apreciar el estado casi de conmoción, angustia y zozobra de algunos de mis compañeros, al expresar que la medida de embargo podía afectar gravemente el ingreso de divisas y la tributación que pDVSA debe entregar al Fisco Nacional, lo que a su vez obstaculizaría de manera determinante el financiamiento de las políticas públicas en todos los ámbitos de la Administración pública. Razón no les faltaba para estar así de angustiados, pues, un embargo de tal naturaleza afectaría gravemente el flujo de caja de pDVSA, el pago de dividendos al Estado venezolano (por su condición de único accionista de la Compañía en nombre de la Nación venezolana, verdadero propietario de la empresa petrolera nacional) y la cancelación de la correspondiente tributación (petrolera y ordinaria). Sin embargo, a juzgar por las informaciones suministradas por el presidente de pDVSA y ministro de Energía y petróleo, el ingeniero Rafael Ramírez, del embajador de Venezuela en el Reino unido de Gran Bretaña e irlanda del Norte, profesor Samuel Moncada

Historiador. Profesor. ULA-Mérida.

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(ex ministro de Educación Superior), el ex presidente de pDVSA, ex ministro de Energía y Minas y actual embajador ante la República de Cuba, Alí Rodríguez Araque, y de expertos petroleros como el ingeniero David paravisini, lo publicado en los medios de comunicación no estaba del todo claro y sí lleno de muchas confusiones. Veamos.

De acuerdo a lo dicho por el ingeniero Ramírez en cadena de radio y televisión la noche del día viernes 8 de febrero, no existía de momento tal embargo de activos, sino cuando mucho una medida cautelar que estaría dirigida a garantizar el pago de indemnización que le correspondería a la Exxon-Móbil, en razón de que esta compañía

no aceptó migrar a la figura de empresa mixta cuando se planteó la supresión de los convenios operativos, y como no hubo acuerdo en cuanto al monto de la indemnización por los activos que dicha empresa dejaba en el país (ello, de acuerdo a cláusula penal establecida en el respectivo contrato de operatividad, que obliga al Estado venezolano a indemnizar a la empresa suscritora del mismo en caso de que el contrato le fuera rescindido unilateralmente antes de su vencimiento), apelando a una cláusula del convenio original se fue a un arbitraje entre la Exxon y pDVSA que se está ventilando en un tribunal del Estado de Nueva York; tribunal que por cierto dictó también una medida cautelar

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(por valor de trescientos millones de dólares) para garantizar el pago de la indemnización una vez que decida el arbitraje. pero he aquí que tanto el ingeniero paravisini como el ex ministro Rodríguez Araque, en sendas entrevistas hecha en uno de los canales del Estado aclararon que no se sabía cuáles activos podían haber sido «embargados» o «congelados» por los tribunales de Londres y ámsterdam ya que pDVSA no tiene ningún activo en europa. Es decir, PDVSA como tal no posee refinerías, depósitos, tanqueros, oleoductos y cualquier otro elemento tecnológico que fuera menester para extraer, procesar (refinar), almacenar o distribuir petróleo crudo o productos derivados. Ni siquiera la refinería que PDVSA opera en Curazao es de su propiedad, sino del Reino de los países Bajos, quien contrató a pDVSA para mantenerla operativa, una vez que la British petroleum (nombre actual de la antigua Royal Dutch Shell como Exxon lo es de la antigua Standar Oil) dejara de hacerlo. Entonces, cabía preguntarse: ¿cómo es que se había dictado una supuesta medida de embargo si no había nada efectivo que embargar?. A menos que se tratara de un secreto bien guardado por pDVSA sobre la posesión de tales activos, o lo «embargado» o «congelado» fueran las cuentas que en bancos ingleses y holandeses debe tener pDVSA para que sus clientes cancelen los correspondientes pagos por los suministros de petróleo, gasolina, combustible de calefacción y otros que la empresa venezolana exporta a esos países. por lo demás, el embajador Moncada señaló que no se conocían los verdaderos términos de las resoluciones tomadas por los tribunales inglés y holandés, ya que para el momento en que se difundió la noticia aún no habían sido publicada; razón, por la cual, no necesariamente pudiera tratarse de medidas de embargo de activos (cualquiera que fuesen) o de carácter cautelar.

Como se ve, en el fondo se trata de un caso de arbitraje en un tribunal de la ciudad de Nueva York que aún está en proceso de estudio y resolución por parte de esa instancia

jurídica, y que el supuesto embargo de activos de pDVSA en países europeo, aparentemente, carecía de fundamento al no existir –salvo prueba en contrario- los supuestos «activos» objeto de embargo. Que, además, por falta de información, no se sabía exactamente qué dictaron los tribunales europeos a favor de la Exxon-Móbil, si realmente dictaminaron algo. Luego: ¿por qué de esta medida y de su excesiva exposición mediática?, si además el arbitraje aún se encuentra en proceso de resolución. todo lo cual se vio después confirmado, al menos parcialmente, cuando en plena celebración de la Semana Mayor de 2008 (específicamente el pasado 20 de marzo de 2008) el tribunal londinense que había recibido de parte de la Exxon-Mobil la solicitud de embargo de «activos» de pDVSA supuestamente ubicados en Europa, decidió no hacer efectiva dicha solicitud, precisamente por encontrarse en arbitraje el monto de la indemnización que reclama la mencionada transnacional estadounidense y por que la rescisión del contrato operativo original se hizo atendiendo a un cambio soberano de legislación en materia petrolera y no a un mero capricho del gobierno venezolano. Que en el fondo de eso se trataba: de la defensa indubitable y el reconocimiento, por los poderes transnacionales, de la soberanía del Estado venezolano sobre los recursos existentes en el espacio territorial de la República Bolivariana de Venezuela.

De modo que se trataba también no sólo de presionar a pDVSA para que cediera, por la vía del chantaje, a las onerosas pretensiones de Exxon-Móbil (que aspira a recibir doce millardos de dólares por concepto de indemnización) sino, sobre todo, a continuar el cerco contra la revolución bolivariana que adelanta tanto la derecha internacional como la venezolana al interior de nuestro país, y cuyos presupuestos –a pesar de sus fallas, deficiencias y errores- es objeto de imitación (no de exportación como maliciosamente se ha querido hacer ver) en otros países latinoamericanos y en otras latitudes del globo terráqueo, por la vía de crear un ambiente

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de miedo y zozobra en la población venezolana, particularmente en los sectores de clase media, siempre tan temerosa y reticente al cambio social., que eventualmente pudiera servir de justificativo a la posible agresión militar contra nuestro país que hace dos semanas denunció el presidente Chávez en uno de sus programas televisivo, y cuyo plan aparece parcialmente detallado en una edición del semanario las verdades de Miguel (año 4, número 187), específicamente en la columna del corresponsal de este semanario en España, el periodista josé Luis Carpio (la puerta de Alcalá). Y es que en definitiva la Revolución Bolivariana es un mal ejemplo para los poderes transnacionales, al plantear –pese a los errores, insuficiencias y deficiencias del propio proceso revolucionario- bajo la denominación de socialismo del siglo XXi un nuevo modelo de sociedad en que se combinen, creativamente, de acuerdo a la realidad histórico-social específica de cada país o nación, las virtudes y conquistas de la sociedad liberal democrática con los sueños y anhelos de la utopía socialista. Lo cual, desde luego, atenta contra el presupuesto del individualismo excesivamente egoísta y el desmedido afán de lucro que caracteriza al capitalismo y sus principales beneficiarios desde hace, por lo menos, quinientos años. En fin, se trata de crear las condiciones psicológicas y emocionales que permitan la realización efectiva de una intervención militar que dé al traste con el proceso de cambio que se viene desenvolviendo desde 1999. por lo cual, el Estado venezolano debería tomar algunas previsiones de inmediato: en particular, ampliar la búsqueda de nuevos mercados para la industria petrolera; afianzar y consolidar la política de cooperación energética hacia MERCOSuR y la Asociación ALBA, los intercambios de bienes, servicios y de transferencia tecnológica con estos países y otros fuera del ámbito americano-caribeño, y sacar y depositar (de inmediato) en bancos del Estado venezolano las reservas en divisas que tenga regada por el planeta (al menos hasta que se concreticen el Banco del Sur y el

Banco del ALBA), incluyendo la apertura de cuentas en estos bancos para que los socios y clientes internacionales de Venezuela depositen directamente sus respectivos pagos por los bienes y servicios que pDVSA y cualquier otra empresa venezolana les suministre. Sólo así, pensamos, se podrá por lo menos minimizar los efectos de cualquier medida –ahora sí en serio- de embargo que los poderes transnacionales pudieran emprender contra nuestro país del mismo modo como lo han hecho con otros pueblos (Cuba, irak, irán, Vietnam en su momento, etc.) que han pretendido seguir soberanamente su propio camino de desarrollo socio-cultural.

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Antes de la indepen-dencia venezolana y con ella, los africanos, las africanas y sus descendientes, pedían la libertad y lucharon por ella en hechos que permanecen ignorados para la mayoría de nosotros y que han sido sistemáticamente silenciados en la narración de «la historia».

Antes de la independencia, la lucha era por la libertad, pero no fueron estas las razones principales para que se declarara la abolición de la esclavitud en Venezuela el 24 de marzo de 1854, en nuestra historia ha quedado claramente plasmado que las verdaderas razones para esta declaración fueron netamente económicas.

hubo un tiempo de rebeliones que vuelve a la memoria; trae el mítico reinado del Negro Miguel en las minas de Buría de Yaracuy; los ataques al mando del cimarrón Guillermo Rivas a pleno día o a media noche por las tierras calientes de Barlovento; los planes de fuga y cimarronaje activo y pasivo, donde niñas y niños como los de la «hacienda» de Chuao, fueron alistados en el ejército libertador por el propio Bolívar y más oculto aún, la valentía de las y los jóvenes y mujeres y hombres mayores que participaron de las acciones libertadoras, desde los espacios de explotación en Mérida y en particular en la «hacienda de Estanques», donde ya para 1823 solo habían mujeres esclavizadas, debido a que los hombres se «reclutaron» para integrar el Ejército Libertador1.

Cada una de estas heroicas acciones, ha estado oculta por siglos y en otros casos, sufrieron alguna deformación, para propiciar el ingreso a la historia oficial de los afrodescendientes

paradigma de libertadAbolición de la esclavitud:

Roberto Carlos (Diken Manama)

ideólogos y verdaderos p r o t a g o n i s t a s d e l a liberación, a través de lo que se conoce como Proceso de Blanqueamiento.

En nuestra bien ganada tierra, muchas de las marcas producidas por el hierro candente del carimbo, los cepos, las torturas y las prácticas de dominación y sometimiento, han cambiado solo de forma.

El bozal se convirtió en la supresión e ignorancia producida por la falta de información en la educación formal, sobre el aporte y los hechos de resistencia de los africanos, las africanas y sus descendientes, sin mencionar que la poca que hay es sumamente deficiente. Las cadenas de ahora son los prejuicios, estereotipos y opiniones superficiales que generan cada día más discriminación racial. Los espacios de explotación son los mismos pueblos tomados por nuevos terratenientes, o familias de apellidos de abolengo.

Los territorios dignamente ganados por nuestros ancestros africanos en América, desde la colonia, han servido irónicamente para perpetuar la pobreza, la exclusión y la invisibilización del pueblo afrodescendiente, donde hoy por hoy no existen instrumentos legales dirigidos de reconocimiento e incorporación útiles y se nos niega la titularidad de las tierras, en beneficio directo de aquellos que a través del tiempo aún conservan el poder.

La lógica esclavista moderna impuesta a los pueblos afrodescendientes en Venezuela, América Latina y el Caribe se contiene en la expresión «La tierra será pobre mientras la poseas, cuando no te pertenezca será un polo de desarrollo».

«Quienes vencen al enemigo de adentro, no tienen nada que temer

del enemigo de afuera». ifá Yoruba, nigeria.

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En vez de felicidad, han quedado cinturones de miseria alrededor de territorios conservados y habitados por afrodescendientes, convertidos en «lugares turísticos», basando su atractivo en las manifestaciones culturales de estos pueblos y cuando cada intento de desarrollo fracasa entre la falta de apoyo, la exclusión, los insuficientes servicios públicos, los deficientes sistemas de salud y la decadente educación, los dueños legítimos se convierten nuevamente en obreros o peones de «hacienda», cuando estos espacios son «retomados» por nuevos ricos que compran a precios risibles nuestras tierras con unas cuantas monedas.

Es necesario identificar y desarticular las nuevas estructuras de sometimiento, donde se nos imponen modelos referentes de una cultura unificadora, si queremos lograr un proyecto realmente equilibrado y justo, debemos tomar en cuenta los ideales y los fundamentos de las culturas afrodescendientes.

En cuanto a la información estadística que se requiere en Venezuela sobre la afrodescendencia, en nombre del mito de la «igualdad racial», se han incrementado los obstáculos para obtener cifras de la población afro. Se habla sobre la necesidad de producir información social, cultural y económica de las comunidades afrovenezolanas, pero no se ven resultados precisos, y con ello gran cantidad de la población continúa invisible en términos estadísticos, más aún para los programas de desarrollo. Nuestra Constitución no da cuenta de un reconocimiento pleno y con ello se limitan las posibilidades de formular políticas públicas comprensivas, incluyentes, reclamadas, necesarias y bien merecidas.

por estas y muchas otras razones, en libertad ganada -no otorgada-, no existen motivos para bajar los brazos. Celebrar no, debemos nombrarla para recordar que todavía estamos en pie de lucha por la justicia que no ha llegado. No hemos olvidado.

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1 William Duane (explorador), Crónicas de «Viajes a la Gran Colombia «, 1822-1823.

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Antonio Mora figura entre los cinco nombres que no podrán ser borrados ya de la historia poética del táchira, ni por la más enconada amnesia colectiva, ni por la chispa más terca de todos los incendios. ¿Qué duda hay al respecto? Y no por sus anteriores hazañas nada más (haber sostenido el taller literario más longevo del país, por ejemplo, o haber escrito frases con las que aún se identifica nuestra soledad le valen una inmortalidad). La suya es palabra que dialoga con el presente. El patriarca de la generación zaranda ostenta en sus escondidos libros esa voz disidente que hoy extrañamos en los poetas de las últimas promociones, ese desacato creador que tanta falta hace en el mano a mano con la estupidez y la indolencia. Oficio ineludible del poeta (siempre que sea) es exigir a la realidad lo que sólo puede darnos su opuesto. El suyo es un poema que padece la insatisfacción toda, la eterna protesta de lo que sin existir reside, no obstante, posible.

Nacido en pregonero, inverosímil pueblo andino, en 1947, nuestro autor ha recorrido todas las facetas de la escritura. Del poema a la crónica, de la crónica al cuento, de un cuento a otros. Bibliotecario por tres o cuatro décadas, sempiterno promotor de lectura (por conveniencia, dicen); se le culpa, pese a su negativa, de una decena de obras entre las que figuran: «Crónicas de Acirema» «La mosca», «Desando y nadie advierte mi fiereza», «Geografía poética del táchira», «El color sepia», «zaranda (Vol i al XV) y «tres zarandajadas».

Cada libro suyo compone la ruta de una literatura prolija no sólo en cuestiones estéticas,

sino que refieren además la recreación de un modo de ser y de hacer lo andino.

Siguiendo la caravana del Boom (con Faulkner bajo el brazo), Antonio Mora vuelve sobre sus pasos hasta redescubrir la materia que le hizo humano: la dualidad del terruño, tan nuestro como tan ajeno. En sus escritos se deja ver tempranamente el cuadro: Dos calles polvorientas Un sauce y una acequia y en medio su doble harapiento y solo… tautología de lo que él llamó patria.

tal precariedad (paisaje de chácaros, obreros, campesinos pisoteados por el éxodo, nulidad del poeta), es tributaria de su mayor abominación: la tiranía. Sí, éste va a ser tema recurrente en su prosa y verso, aún más todos los temas abordados en su obra sirven de excusa para denunciar que allí donde hay ovni-poder reinará necesariamente la tristeza. No obstante la suya no es una obra lúgubre ni mucho menos nihilista. En su «poca cosa» el poeta construye sus mitos y sus héroes: el gran contrabando, el falsificador de monedas, los que violan airosos la ley. Y si esto no fuese suficiente para esgrimir una venganza a la injusticia, el poeta esconde una fe secreta: la palabra como envés del mundo, donde habita intacta la dignidad de los sueños escupidos, los maldecidos.

En su obra la alegría no está reñida con la tristeza, gemelas en la lucidez de Antonio tiran el poema y esconden la mano. Leamos por ejemplo los desgarradores e hilarantes textos que componen las «Crónicas de Acirema» escritas en 1980 (y cuyo título anuncia la mirada crítica de nuestro autor pues se trata de la palabra América «solfeada» al revés como la soñó Monroe no Martí), elevan ya,

Antonio Mora Cronista de un continente al revés

Freddy ÑáñezPoeta, ensayista, editor venezolano.

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a la quintaesencia, su idea. Siguiendo quizá la enseñanza del emblemático Diógenes «el perro» (¿recuerdan al filósofo griego que lámpara en mano y a plena luz afirmaba estar buscando a un hombre, el del gallo desplumado, etc.?) Antonio practica la ironía y deja como finalidad ulterior al poema: el gesto mismo es lo que importa. Burla antes que dialéctica, sarcasmo antes que retórica, caricaturas en vez de demostraciones. ¿Y hace falta acaso un axioma, un dogma de diez mil verdades para afirmar que, en líneas generales, el mundo tal como está, es una mierda?

América, continente predilecto de saqueadores, desde la brutal conquista no ha parado de ser ultrajada por extranjeros y propios, da lo mismo. América ¿qué metáfora, qué fabulación macabra podría superar tus infortunios? Lo real no tiene copia y esto lo sabe nuestro autor, por ello no inventa un continente, una circunstancia, sino que parte de ellas y se devuelve en su contra, como una imagen cegadora.

Las guerrillas derrotadas, la intelectualidad becada. ¿La causa se perdió? aún nos queda la causa de las causas: la venganza. Acirema como crítica de un orden establecido no precisa tampoco discursos elaborados sino el instante de la broma, su gesto poético: ante su lumbre toda mentira va desnuda. Este desalmado cronista golpea su máquina de escribir sin ignorar que el dedo en la tecla vale lo que el dedo en la llaga. Y ésta es una época donde todo se encuentra malherido. Así sí vale la pena urdirte, poesía. Echemos un vistazo a los 80 y más atrás: jóvenes democracias tan idénticas a sus progenitoras dictaduras. irreducible miseria del hombre: doquiera prendía la chispa revolucionaria se encendía una teología aún peor. Reforma agraria y su equivalente en bala. Si los abuelos del poeta vivieron la época de las apariciones milagrosas, inexplicables: vírgenes preciosas, finaos en pena; a él le toco vivir una contraria: rica en desapariciones. Estudiantes, obreros, cantores disidentes llenaban la lista de los convidados al polvo. En fin, la suya fue, sin duda, una época de ideales asesinados por la ideología, de esperanza burlada ¿Qué podemos decir en contra de la chistosa crueldad de Acirema?, el poeta oferta la lucidez que padece en un continente donde ha gobernado por mucho tiempo la sombra.

para descifrar esta realidad falseada, se pone de cabeza y deletrea sus códigos alterando no sólo el fonema si no el alma de los nombres: cuando dice una cosa se refiere a su antónimo y cuando en Acirema se dice libertad, justicia, en verdad no se dice nada. Antonio no tuvo que cruzar el espejo ni ver liebres riendo, en Acirema como en América las liebres se venden como gatos y los espejos no esconden maravillas del país, pero siguen valiendo un oro de la cara. Nosotros compramos en sus libros unas gafas sin cristal, un palo invisible, una piedra con complejo de pájaro y sobretodo esta sonrisa en la conciencia… extraña sonrisa que, no por azar, crece al revés.

Sé que al detenerme en estos detalles de su amplia obra cometo la injusticia de soslayar sus otras posibilidades. Cada quien ha de leer lo que pueda mientras pueda. Digo a mi favor que tampoco su poesía escapa al asunto humano, porque es precisamente allí (en lo humano) donde milita (y contra la terquedad de los hombres) nuestro querido cronista de Acirema.

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Editado bajo el cuidado del excelente bibliógrafo Rafael ángel Rivas, este libro reúne trabajos narrativos, ensayos, poemas, discursos, entrevistas de Domingo Miliani que tienen como referencia común su espacio natal: Boconó y en general el Estado trujillo. Aunque, muchos de estos textos creativos, breves artículos o ensayos rebasan, por supuesto este marco, para apuntar hacia temas y problemas de carácter nacional y en buena medida universales.

hablo de aspectos o problemas que fueron preocupaciones significativas, constantes en la búsqueda de Miliani: la literatura y cultura del país, la práctica o realización de la escritura literaria, sus diversas formas y manifestaciones histórico-sociales, la interrogación en torno a la configuración de una identidad y una literatura nacionales.

uno de los atractivos fundamentales de este libro es que por primera vez da cabida a los trabajos creativos de Domingo Miliani, especialmente conocido como crítico y ensayista. En efecto, este autor, recientemente desaparecido físicamente, fue uno de los críticos y ensayistas fundamentales de las últimas décadas del siglo XX venezolano. Quienes lo conocimos personalmente y a través de sus libros, supimos de su pasión por Venezuela y por la creación literaria en particular. había publicado un primer libro de relatos titulado Recuentos pero a éste no le sucedieron nuevos libros de ficción,

entre montañas y recuerdosDomingo Miliani

puesto que, pensábamos, lo había absorbido la crítica, el ensayo, la docencia. Vemos ahora que no fue así del todo. Miliani le daba vueltas a una novela, de la que ahora se da a conocer un fragmento.

también se dan a conocer algunos poemas. Sólo en el estricto círculo de los amigos se sabía que Domingo Miliani escribía esa novela que mucho tenía que ver con su Boconó de la infancia, con sus fantasmas personales y familiares, con el imaginario rural de este país.

este libro está estructurado así, en varias secciones:

1. ensayos y discursos: compila trabajos del autor referidos a diversos temas, tales como la iniciación en la escuela («Escuela del Estado Nº 10»), La «Biografía de un vals»,

Douglas Bohórquez Crítico literario. Poeta. Profesor ULA-Trujillo.

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suerte de pequeña crónica o ensayo de simpatía en torno a «Conticinio», una pieza esencial en el amplio y variado registro de la música venezolana, evocaciones del padre, de amigos, de autores, de auténticos luchadores políticos, del río de la infancia, de tradiciones, del caserón materno.

2. narrativa: reúne, como hemos dicho, un fragmento de la novela Los tres clavos y algunos relatos.

3. poesía: esta sección da cabida a un largo poema inédito titulardo «Canto derruido» y también a una suerte de poema en prosa titulado «Ruinas» y a una elegía en torno a la figura del escritor boconés Eusebio Baptista.

4. entrevistas: recoge tres entrevistas realizadas al autor en distintos tiempos y por diferentes personas. En ellas Miliani alude a momentos de su infancia, al país, a la cultura y literatura de éste y también por supuesto, a su trabajo crítico y ensayístico.

Se trata pues, de un libro fundamental, por todo lo que muestra y revela de uno de

nuestros autores esenciales, que tanto hizo por esclarecer, iluminar y difundir nuestra cultura y particularmente nuestra literatura. imposible comprender, en todas sus aristas la literatura venezolana fuera de la mirada sagaz, inteligente, de este ensayista fundamental de las últimas décadas del siglo XX venezolano. Esperamos que este libro tenga la circulación y recepción crítica que se merece.

hom

enaj

e

domingo Miliani: entre montañas y recuerdos. trujillo. fondo editorial “Arturo

cardozo”. coordinación trujillana de cultura, 2003. 177 pág.

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Quizás en la historia c o n t e m p o r á n e a d e V e n e z u e l a s e h a e s c r i t o , o d o c u m e n t a d o muy poco, sobre los movimientos guerrilleros que in ic iaron lucha

en la década del sesenta con principios netamente sociales y en contra de todos los métodos empleados por el capitalismo para mantener las rodillas del pueblo al ras de la tierra, por mantener con una dictadura silenciosa, la voz callada de hombres en campos y ciudades reprimiendo con brutal fuerza cualquier participación en contra de los intereses burgueses del macabro pacto de punto Fijo y la reacción antipopular, represora del gobierno de Rómulo Betancourt y los que le sucedieron, que en poco se diferenciaron a las torturas de los organismos fulminantes de Marcos pérez jiménez como lo fue la Seguridad Nacional. Betancourt llega a la presidencia con la promesa de, entre muchas, impulsar la reforma agraria y enfrentar el latifundio salvaje de la época, pero los intereses de la clase alta ya estaban definidos, era necesario obviar la esperanza popular y el presidente era un lacayo de esta propuesta, un pro-capitalista. Es así como había que inspirarse en el triunfo de la Revolución cubana y la victoria que, a costa de muchas vidas, venía ganando el pueblo de Vietnam en contra del colonial ismo francés y norteamericano. había que luchar también en Venezuela contra la mentira negociada entre vándalos democráticos. La convicción de lucha y dignidad por hacer un mundo mejor estaba en el corazón de hombres y mujeres como Fabricio Ojeda, Nicolás hurtado Barrios, Alberto Lovera, Livia Gouverner, jorge Rodríguez,

Américo Silva, por nombrar un mínimo grupo de héroes de aquellas batallas políticas y militares, hombres que pretendieron hacer una Venezuela más justa y más digna, muchos son los héroes anónimos de estas luchas también, quienes sin la llegada de un hugo Chávez Frías a la presidencia de Venezuela habrían quedado sepultados en los últimos rincones del olvido, gracias a la manipulación y la complicidad maliciosa de algunos medios de comunicación que tergiversaban los hechos, por supuesto, a favor de las élites amistosas del imperio norteamericano, hicieron de la historia un cuento a conveniencia; la historia es de quien la esconde y entre los historiadores oficiales y los poderosos de la comunicación venezolana la manipularon como quisieron por mucho tiempo. Américo Silva, la condición humana de un revolucionario, Libro editado por la imprenta del Estado Mérida y compilado por ítalo Silva, hermano del guerrillero heroico caído en marzo de 1972, convoca un conjunto de voces que hacen un justo homenaje al guerrero idealista de las montañas de Oriente, además de develar una de las tantas caras ocultas de la historia, a partir de un luchador y su entorno. Es necesaria la continua investigación y documentación sobre aquellas luchas libertarias que prácticamente culminan con la masacre de Cantaura en octubre de 1982 donde la mayoría de quienes fueron asesinados,

por cierto, eran estudiantes que conformaban el Frente Américo Silva (FAS) y de Yumare en mayo de 1986, dejando la brecha abierta para hacer la Venezuela que hoy estamos construyendo

para alcanzar la patria de paz y de justicia profundizando en los extensos campos de la Revolución verdadera.

Poeta, diseñador gráfico, editor venezolano.

Américo Silva la condición humana de un Revolucionario

Ever Delgado

italo silva (comp.) Mérico silva, la condición humana de un revolucionario. Mérida iMMecA, 2007. 242 págs.

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Desde otredad hablaron siempre

No ha transcurrido un año desde la publicación del ya célebre poeterías (El perro y la Rana 2007), libro que constituye quizá el exa-men más preciso que se haya hecho sobre los escritores venezolanos de la mal-versada contemporaneidad. De su verdadero quehacer cuando no están ha-ciendo nada, habló Gonzalo con bastante indiscreción. Sin atender las amenazas que amorosamente le hiciera el poetariado nacional, Fragui vuelve a las imprentas con un nuevo libro: “Ebriedades” (Ifigenia 2008). Aunque la ópera no es –según la defensa del autor- una apología al licor ni un catecismo en su contra, “toma” como punto de partida y llegada los acontecimientos más notorios de eso que los poetas gustan llamar la otredad. Sí, la otredad: el punto donde todas las voces del alma se destilan y tienen voto, como en un parlamento de bares. Voces que vio Rimbaud, que configuró Khayyán que escribió Lira Sosa, voces que acompañaron a Orlando Araujo y que talla aún Antonio trujillo en sus cedros. En fin, voces. Otras voces, de otras veces, de cuando se era joven y viejo y de cuando ya no se era de ninguna de las edades. Voces chinas, chipriotas, indígenas y sobretodo, “ebreas” (la hache es muda). Celebres voces celebrativas.

Entre poetas te veas Según Nietzsche hay dos tipos de poetas: los dionisiacos y los que pagan la cuenta. Gonzalo no pertenece a ninguno de los an-teriores. Se puede decir de él que bebe lo suficiente para ni pagar ni endionisarse. Esta genealogía explica por qué el plano narrativo

más común en Ebriedades es el omnisciente. Ganando con ello precisión la prosa mien-tras otros van perdiendo la cabeza. Ambas razas de poetas, ambas maneras de ver el mundo (ese pase de factura que es el mun-do) están presentes en este libro. Quizá todo sea culpa de Charles Baudelaire, redactor del onceavo man-damiento: “embria-

gaos, de vino, de poesía, de belleza, de lo que sea, pero embriagaos”

decía. Dogmáticos los nuestros van ebrios de lo que sea, por lo que sea. Y Gonzalo, de bar en bar, al mejor estilo de Diógenes Laercio, rescatando del olvido (ese olvido que es el ratón) las anécdotas y todo lo que acontece y puede escribirse para todo público.

Célebres los ebrios Algunos alcohólicos se quejan de su ano-nimato. Sobre todo aquéllos reconocidos por otras artes. por eso este libro tiene por destino reivindicar algunos clásicos e incorporar a la historia a la novísima promoción. Escritores célebres opacados por sus ebriedades, jóvenes anónimos, consagrados por sus barrabasadas. De Andrés Bello a Lenin Marcano. De Valde-rrey a unamuno. De Leonardo Ruiz a Miguel Márquez, pasando en la gran vuelta por W. Osuna y su calle humana. Ebriedades habla de los milagros del licor, a su llamado todos somos lázaros. No del deber beber, no del beber debiendo. Esto es importan-te subrayarlo. Lo que se encuentra en el texto no

El libro de las

Freddy ÑáñezPoeta, ensayista, editor venezolano.

Cel-ebriedades

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es sólo la memoria de nuestros poetas cuando han bebido. también y en mayor medida éste es un libro de las cosas olvidadas por ellos. No vamos a hacer una hermenéutica de la obra puesto que sus líneas nada ocultan. De hecho el mismísimo hermes, abandonando su tradicional bajo perfil, se erige protagonista y capitán de este viaje. Aunque en Ebriedades casi todos los barcos se hunden, en las páginas pueden verse generaciones de escritores que sobrebeben al naufragio y no se ahogan en un vaso como dice el adagio ( puede que en dos o tres). Nos basamos en esto para decir que, por el contrario, éste es un libro de épicas, poblado de epopeyas, de victorias muy humanas. El Gene-ral pedro Ruiz en la toma de Margarita, Andrés Mejía y sus muertos viciosos, Bebeto y Ronma-rio, El diamante de Le Comte Bleu, Los diálo-gos alcohólicos entre palomares y Adriano, el trago esencial de hoderlin, la escatología de zalamea, o el Adiós al Alcohol de Ludovico; dan fe de lo expresado. Después de tanta caña la vida es dulce y nos saca a flote. Flotamos pese a todo en un mismo vaso. unos seremos recordados por los libros que escribimos y otros por los chistes que protagonizamos.

Por ellos… aunque mal paguen para hablar más en serio hay que decir sim-plemente que el humor de Ebriedades responde al amor que Fragui siente por los poetas. A su adicción a lo simple y cotidiano (algún vicio tie-ne Gonzalo también) debemos felizmente estos episodios imborrables. Es éste un raro homenaje a la amistad de los amigos, a la ebriedad de los ebrios, al genio de las botellas de las mil y una noche (y media), noches en que se ha escrito la mejor poesía de Venezuela. Genios que de no existir el licor lo inventarían para celebrar la costumbre de estar vivos. Miles de bares y fondas donde se ha pactado el sentimiento más firme del ser humano en todos sus estados alte-rados. La amistad inquebrantable de los poetas cuya obra no está escrita nada más, sino que es ya una forma de vida lúcida y comprometida: la éti-li-ca de un ir siendo alegría al descubierto. por ellos, los amigos, los poetas de la fraterni-

dad, que beben por ellas, con ellas, sin ellas, con nuestras ellas. por ellos que beben y se hacen querer aunque mal paguen. No por otra cosa se mantiene en pie esta obra.

La última y nos vamos para hacer justicia con este hermoso libro de vida hay que bautizarlo con jugo de tomate cru-do. Es decir después de haber bebido la última gota de su tinta. Ebriedades si algo es fuera de su nombre, es un manual de los amanecidos, me-morias de los sin trago (como las nubes), biblia de los hepáticos que hoy viven la paradoja “no beber para vivir” o “vivir sin beber”. prédicas de los enratonados. Y ventura de los iniciados con la propaganda “¡Cerveza no, deportes sí, de venta aquí! . una vez más debemos a Fragui una lite-ratura humorística e inteligente (valga la re-dundancia). Nos hemos acostumbrado al estilo, hilarante y desgarrador, de sus “artículos de limpieza” . Este libro es una gran reserva de su ingenio. De su prosa resaltaría finalmente, como el más caro logro, la sobriedad con que fue escrita. No dije “desde dónde fue escrita”, óigase bien. Como quiera que sea, alzamos pues la copa, compañero, por este tu último libro (es el último ¡¿verdad?!) que también tomaremos en serio.

Antonio Mora

Me encuentro con el poeta Antonio Mora y le digo que por fin conocí a Pregonero, el pueblo donde nació el poeta.

el poeta se alegra:

-¡Qué bueno! ¿Y viste la placa que pusieron donde yo nací?

Yo le respondo que no porque no sé en qué casa nació.

-¿Y qué dice la placa?– le pregunto

-Dice “Expendio de Licores nro. 135”

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El dardo y la palabra es una antología de los primeros poetas de nuestra América seleccio-nada, ordenada y prologada por el investigador y crítico literario Alberto Rodríguez Carucci. Digo de primeros poetas asumiendo las acerta-das palabras que usa el escritor nicaragüense Ernesto Cardenal al referirse a la producción poética indígena de nuestra América, pues en realidad los pueblos aborígenes del continente han sido los primeros que han plasmado en cantos y poemas las vivencias del espíritu y la historia de hombres y mujeres de estas tierras, fraguadas en una producción artística que aún siguen realizando, tal como nos lo demuestra esta antología. El título, El dardo y la palabra, hace referen-cia a una producción verbal de resistencia: el dardo alude al arma usada por el indígena para enfrentarse al invasor, pero aquí la re-sistencia es tarea de la palabra que mantiene viva la expresión cultural de varios pueblos, y en este sentido es una palabra fuerte, ya que ha persistido en la traumática historia que los pueblos indígenas han tenido que sufrir ante la Conquista y frente al no reconocimiento de sus genuinos valores espirituales y artísticos. Rodríguez Carucci nos explica en el prólogo cómo ha ido cambiando la concepción que ha tenido la cultura hispano-occidental en rela-ción con la poesía indígena americana, desde los tiempos de la conquista hasta el presente, y nos indica el proceso que ha tenido que en-frentar la palabra aborigen para mantenerse viva: “ Aunque los relatos míticos, cantares, representaciones coreográfico teatrales de aquellos aborígenes hayan atravesado comple-jos procesos de evolución, tienen en muchos casos proyecciones en el presente indígena, que

recrea, transforma y fecunda aquellas manifes-taciones, a pesar de las tensiones y cambios que sufrieron como consecuencia de los contactos culturales, a menudo fuertemente desiguales para desventajas del sector aborigen.” (p. 10) Este aspecto vivo y persistente de la palabra indígena no solo nos lo explica el antólogo en el prólogo que hace, sino también en el orden como dispuso los poemas de esta selección, hecho bajo una concepción histórica-evolutiva de la poesía indígena que le quita todo velo de primitivismo, con el que algunos han estigma-tizado las producciones artísticas aborígenes, al demostrarnos que estos pueblos han man-tenido una producción literaria que va desde los tiempos prehispánicos hasta el presente. La antología recoge muestras de poesía náhuatl, mayense, quechua y guaraní; de au-

Ensayista

Juan Carlos Valeri

Poesía indígena de nuestra Américael dardo y la palabra

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tores indígenas contemporáneos de Guatemala, Chile y Colombia, agrupados bajo el título de Poetas indígenas de Nuestra América, y una selec-ción de poesía indígena venezolana, anónima y de autor. tal vez la antología, que abarca una buena extensión geográfica del continente, no deja de ser una pequeña muestra de la poesía indígena de nuestra América, que bien podría nutrirse -por el criterio de su selección- de muchos más poemas en alguna futura reedición. Con todo, el lector puede acercarse con confianza y recibir de las manos de un profesional un buen ramo de versos indígenas. Al leerlos, las barreras construidas sobre los prejuicios de un hispanismo exacerbado, o de un eurocentrismo que nos podría distanciar del mundo indígena, caerán a lado y lado como polvo, experimentaremos en nuestro espíritu –el principal receptor de todo canto poético- , una familiaridad, una empatía íntima con nuestros poetas originarios, reconoceremos, en una profunda correspondencia humana, que somos los mismos seres admirados, cues-tionados, desnudos ante la belleza, la muer-te, el amor, el heroísmo de los nuestros, las injusticias, los desafíos de la vida, el cosmos y las preguntas de las preguntas: ¿de dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿cuál es el misterio que encierra nuestras vidas? La Fundación Editorial el perro y la Rana y la plataforma del Libro en Mérida ponen en nuestras manos la posibilidad de entrar a un universo cultural originariamente americano que expresa su Sabiduría en finos versos. el dardo y la palabra es una antología de poesía que da testimonio de la resistencia viva de los pueblos indígenas, que emergen en estos tiem-pos enalteciendo la dignidad humana en sus acciones, palabras y cantos por todo lo largo y ancho del continente.

Alberto rodríguez carucci (comp.). el dardo y la palabra. poesía indígena de nuestra América. Mérida, fundación editorial el perro y la rana - fundeceM / inMucu – red nacional de escritores de venezuela (col. Antologías), 2007. 106 págs.

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La familia en la poesía tiene una larga data. tiene ancestros que vagan en la memoria y gravitan de manera constante entre nosotros. Los llevamos en la consciencia poética señalan-do el camino difícil del poema. Son los ancestros fundadores de la imagen, del verso, sin ellos la poesía estaría muerta, incluso no fuera de los hombres, para quien ha trabajado. Se constitui-ría en un soliloquio bajo las sombras de algún cenáculo, una especie de ser acoplado al sostén de alguna muralla de poder. Las palabras son fundadoras y ellas mismas se entrecruzan ma-gullando el espeso rumor del recuerdo. El lector de poesía se hace cada vez más esca-so, diría por lo difícil a su acceso, cuál acceso se pregunta el lector confundido por ese arsenal de lecturas ligeras, distraídas y ocupando la mente de muchos lectores ávidos de tiempo. Y entre nosotros la novela y el cuento van tratando de romper ese dique diseñado por una estrategia de mercado que excluye al poeta por incapaz de tener una cuantía en el cuadrilátero del festín. En una reciente conversación con el poeta y maestro Lubio Cardozo me hacía referencia a la poeta Raquel jodoroski. Ella comentaba que Venezuela era un país de poetas. hacía comparaciones con otros países de América Latina en torno al cuen-to y la novela por sus caminos a estos géneros y sostenía que en el continente la poesía venezolana tenía un gran futuro. Aún así, insisto, la poesía

Figuras CromañonasEL PASADO Y PRESENTE de la POESÍA

Hermes VargasPoeta. Ensayista. La Mucuy-Mérida

Es necesario que nuestra inteligencia se acostumbre a comprender

sintético-ideográficamente en lugar de analítico-discursivamente.

Guillaume Apollinaire.

El concretismo cuestiona la concepción misma de lo poético en sí; ataca la propia imagen

del libro, en sus formas convencionales. José de souza rodrigues.

ha ganado algo primordial, la simiente de ese suelo habitado por hombres de palabras. En este momen-to la irreverencia se hace cabida en los bordes del lenguaje. El tema y la forma hacen de lo lúdico una trampa. Colaboran con el principio de la incertidumbre.

XX poveinte

Conversaciones con el deseo plaga que te llamas deseo algunas veces haces que me confunda lo logras y no lo negaré,

eres placentero.

En este país hay jóvenes que vienen, precisa-mente de canteras, que apelmazaban letras hasta el cansancio. El poeta Luis pimentel juega con la debilidad humana, con cierta crueldad nos coloca en el otro, inhabilitado para aceptar, inherente a su naturaleza. El lector desea aferrarse a un principio delator.

plaga de todos los tiempos eres tú mal oliente, pero bien viviente deseo.

pimentel nos habla desde la calle como repor-tero cibernético acostumbrado al deceso, a una chica estrafalaria que se arrincona a las orillas de la calle.

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Lo meramente importante en su poesía es la conexión inexplicable con poetas tan lejanos ya como Apollinaire, ese poeta que cabalgó entre la imagen y la palabra. Convivió con los surrealistas y dadaístas, elogiando la modernidad y sus ico-nos asimilados a sus escrituras. Advirtió que el cine sería para el futuro el arte más popular. Al poema ilustrando al poema. Como observaba su prologuista “Considero a Guillaume Apollinaire como uno de los más grandes poetas metafóricos de la lírica universal. Entre sus dones: poder de imagen sobre todas las cosas, ángel parisiense con alas de sol mediterráneo y una ternura que casi siempre encontraba su magia musical. (…) La poesía de Apollinaire vive en una encrucijada donde coinciden la canción, la profecía y la visión onírica. (No olvidemos que su narración titulada onirocrítica es considerada como el verdadero preludio del surrealismo).” (Bartra: 1967). pi-mentel de manera inocente o precavida establece estos puentes. Nos remonta a los Calligrammes o caligramas escritos por este poeta. heredero de Villon, Nerval, y con cierto emparentaminto con Mallarmé. Muerto en 1918.

LLuEVE de Apollinaire.

El poeta aquí opera diferente se vale de las posibilidad que le da la máquina de escribir, el diseño. Formas novedosas en la página, en la guerra. para pimentel la lluvia es más urbana con visos provenientes de la modernidad, su llovizna está dada en la calle y en la hoja. Aparentemente el lector no le importa o más bien el que escucha. para qué se hace esta poesía. El riesgo a un lector domeñado y doméstico es bastante caro, suele alejar a ese cómplice que se procura. El enfado no es una mera postura por la premura del poema-efecto. El texto tiene antecedentes en otras lenguas, no se forja el efecto, se escribe a pesar del tiempo. Es un atrevimiento inesperadamente real. Su va-riable insistencia evidencia lo auténtico. El poema la lluvia de pimentel

pimentel con una especie de metaconciencia llega a explorar su propia inconciencia o lo fatuo del saber. Llevándonos a escrituras fundadoras como los concretistas que en su momento pro-vocaron un segundo estallido en el ambiente cultural brasileño. Es inevitable sentarse frente a un libro como este y no leer otros libros. Lo hace

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una lectura interminable y permuta en el tiempo. Como lo diría josé de Souza Rodrigues en la época del concretismo brasileño: “La nueva poesía hace moverse a las palabras sobre la página: éstas tienen patas, alas rudas, manos, pies, luces cercanas y lejanas. Se mueven como un ojo”. En pimentel esta sentencia se corrobora en casi todo su libro posibilitando al lector con artimañas del movimiento, de la imagen en movimiento. Es el caso de peripecias madrugadoras:

Despierto volteo me levanto busco las sandalias me arreglo el pantalón prendo la luz.

Subo la tapa de la poceta Orino Orino Orino Orino

y un escalofrío viaja por la galaxia.

¿Cuál galaxia?

preguntaba entre dormido

La galaxia del placer Respondió la (in ) conciencia.

Existen numerosos poemas que conforman Figuras Cromañonas donde lo sonoro y el mo-vimiento persisten. Son muchas las referencias a Duchamp, a Cummings y probablemente a los nadaistas colombianos o a Vicente huidobro. pero sigo insistiendo, quién más nos hace recordar a esos movimientos que van desde el cincuenta hasta los sesenta en Brasil: Concretismo, Poesía Praxis, Poema/Processo. Entre nosotros los de habla hispana, a josé juan tablada, poeta que vivió en Caracas y escribió parte de su obra abriéndole el camino al Haikú o Hakai y al parecer el que introdujo por vez primera estas formas poéticas de estilo Japonés e influyó a los más jóvenes, heredero inmediato de Apollinaire, escribió una

poesía experimental fraguada en los inicios del siglo XX. A Rafael josé Muñoz por su poesía de exaltación dinámica. A Dámaso Ogaz, cómo no recordar al maestro soñador de signos gráficos, quien asomara quizá con el asombro surrealista un mundo editorial ideado con collage y grafías, viejo ballenero que zarpó desde el Chile de huidobro de la mano de juan Calzadilla, perteneciente a la tribu de poetas olvidados. A juan pintóAutor de La poesía experimental (1983). Cómo olvidar los gra-fopoemas de Ramón Ordaz, entre otros poetas que han elaborado una poesía en cierta manera tangen-cialmente opuesta al encasillamiento general, una especie dispuesta a no ser reconocidos y aún así su poesía una tradición milenaria, de vez en cuando interrumpida por el azote de escuelas dogmáticas y pendencieras. A Darío Lancini hacedor de palín-dromos y en esa medida los Poemas para (H) ojear de Clemente padín, un verdadero experimentado en la poesía visual. O al puertorriqueño Esteban Valdéz con Soneto de las estrellas, Silva Estrada con lo Transversales, poemas que permutan e instigan a la creación de un nuevo poema. probablemente pimentel como joven poeta, sin proponérselo, ha trastocado el verso siguiendo una línea histórica de la literatura. Ayudado por los recursos de la ci-bernética contemporánea, asumiendo una postura intransigente, y oponiéndose a aquella sentencia que alguna vez dijera Ferreira Gullar, Reynaldo jardim y el crítico Oliveira Bastos, de que la poesía no es un “objeto” cibernético, desprovisto entera-mente de su carga afectiva. Sin embargo reconocen que hay formas poéticas fatigadas, que deben ser sustituidas por formas nuevas y esas experiencias son un nuevo “medio de controlar totalmente un experiencia humana”. Y ahí reside el acierto de la poesía de pimentel que al igual que sus antecesores logra valerse de los artilugios del siglo XXi sin deshumanizar al poema y por el contrario revierte cualquier mote adosado a su escritura. Mantilla Chaparro atisba esta creencia “El poe-ta descree de toda esta cosa adornada, de buenos modales (hipócrita), de aterciopelada garra, que es la realidad de distinto medios en que se desen-vuelve”. Es inevitable la exaltación de este nuevo libro, que con certeza, el lector acogerá entre sus mejores lecturas para comienzos de siglo. pimentel prome-

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te como nuevo bardo, que de continuar, su escri-tura no pasará desapercibida entre los lectores. Y es posible encontrar interlocutores recientes que de igual manera tienden a expresarse con una voz un tanto parecida. Alejandro Cardozo, otro joven poeta aledaño a estas experiencias lo ratifica en su libro de reciente aparición, Durmiendo la calle, pleno de un lenguaje común. Evidentemente los cambios tan bruscos de la sociedad y del lenguaje en Alejandro y particularmente en pimentel, sólo abren hendijas en el gran cuerpo que es la lengua. Valdría la pena preguntar si el comienzo de siglo nos trae a una poesía enraizada en viejas costum-bres o por el contrario es la ruptura total de las palabras, las ideas, las imágenes. Esto nos recuerda al maestro huidobro citado magistralmente por el poeta y ensayista Guillermo Sucre: “La vida de un poema depende de la duración de su carga eléctrica. Me pregunto si los habrá eternos”.

Bibliografía consultada:

crónicas cromañonas. ediciones caminos de Altaír. Mérida 2008 Apollinaire. Joaquín Mortiz. México. 1967. versión de Agusti Bartra.Quienes escriben en venezuela. diccionario abreviado de escritores venezolanos (1900-2003). rafael Ángel rivas dugarte. Gladis García riera. conac. caracas 2004.Antología de textos literarios. editorial de la universidad de puerto rico. 1994.la máscara, la transparencia ensayos sobre poe-sía hispanoamericana. Guillermo sucre. fondo de cultura económica. México. 1985.poemas para (H)ojear. clemente padín. edicio-nes Mucuglifo. Mérida 2004.

libros del sistema nacional de imprentas (Mérida)fundación editorial el perro y la rana

Antología de poesía liceista del estado Mérida.Formato 1/20.

testimonio poético de los habitantes del páramo.

Formato 1/20.

Selección poética de Ernesto “Che” Guevara.

Formato 1/32.

Libro de Ensayo del profesor pino pascucci Stelluto.Formato 1/20.

Libro de poesíadel poeta Otoniel Contreras.

Formato 1/20

Libro de poesíadel actor, músico y docente

Oswaldo idalgo.Formato 1/20

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ediciones MucuGlifo

Cuentos infantiles del escritor y abogado pedro Rangel Mora.Formato 1/20. 28 págs.

Obra poética de Mireya krispin. poeta, actriz, cantante.

nació en Caracas en 1940.Formato 1/20. 270 págs.

Obra poética de Miguel james.licenciado en letras (UCV). poeta,

narrador, ensayista y pintor.nació en puerto españa,

trinidad y tobago, 1953)Formato 1/20. 470 págs.

Obra poética de Erasmo Fernández.poeta. nació Chivacoa,

edo. Yaracuy, 1948.Formato 1/20. 460 págs.

Obra poética de Lubio Cardozo.poeta y crítico literario.nació en Caracas en 1938.Formato 1/20. 364 págs.

Feliz viaje, no fume, (narrativa). Luis Laya.periodista, cuentistay realizador audiovisualFormato 1/20. 86 págs.

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ediciones inMucu

r e v i s t A s

pODArevista latinoamericana de poesíaFondo editorial del Caribe.Formato 1/8.

Memorias del Relámpago, de Carlos Danez. primer premio

del Concurso Municipal de poesía “Carlos Rodríguez Ferrara”.

Ediciones del instituto Municipal de la Cultura del Municipio Libertador

del Estado MéridaFormato 1/16. 210 págs.

MartíAmérica, de Ramón Lozada Aldana.

primer premio del Concurso Municipal de Ensayo

político “Giandomenico puliti”. Ediciones del instituto Municipal

de la Cultura del Municipio Libertador del Estado Mérida

Formato 1/16. 142 págs.

Memorias de azotea, de Carolina Lozada. primer premio del Concurso Municipal de Narrativa “Oswaldo trejo”. Ediciones del instituto Municipal de la Cultura del Municipio Libertador del Estado MéridaFormato 1/16. 108 págs.

SOLAR Nº 34revista de literatura

de la Fundación para el desarrollo Cultural del estado mérida - FUndeCem.

Formato 1/8.

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pADRE nuestro que estás en la tierra, en el agua, en el airede toda nuestra extensa latitud silenciosa,todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada:tu apellido la caña levanta a la dulzura,el estaño bolívar tiene un fulgor bolívar,el pájaro bolívar sobre el volcán bolívar,la patata, el salitre, las sombras especiales,las corrientes, las vetas de fosfórica piedra,todo lo nuestro viene de tu vida apagada,tu herencia fueron ríos, llanuras, campanarios,tu herencia es el pan nuestro de cada día, padre.tu pequeño cadáver de capitán valienteha extendido en lo inmenso su metálica forma,de pronto salen dedos tuyos entre la nievey el austral pescador saca a la luz de prontotu sonrisa, tu voz palpitando en las redes.De qué color la rosa que junto a tu alma alcemos?Roja será la rosa que recuerde tu paso.Cómo serán las manos que toquen tu ceniza?Rojas serán las manos que en tu ceniza nacen.Y cómo es la semilla de tu corazón muerto?Es roja la semilla de tu corazón vivo.por eso es hoy la ronda de manos junto a ti.junto a mi mano hay otra y hay otra junto a ella,y otra más, hasta el fondo del continente oscuro.Y otra mano que tú no conociste entoncesviene también, Bolívar, a estrechar a la tuya:de teruel, de Madrid, del jarama, del Ebro,de la cárcel, del aire, de los muertos de Españallega esta mano roja que es hija de la tuya.Capitán, combatiente, donde una bocagrita libertad, donde un oído escucha,donde un soldado rojo

rompe una frente parda,donde un laurel de libres brota, donde una nuevabandera se adorna con la sangre de nuestra insigne aurora,Bolívar, capitán, se divisa tu rostro.Otra vez entre pólvora y humo tu espada está naciendo.Otra vez tu bandera con sangre se ha bordado.Los malvados atacan tu semilla de nuevo,clavado en otra cruz está el hijo del hombre.pero hacia la esperanza nos conduce tu sombra,el laurel y la luz de tu ejército rojoa través de la noche de América con tu mirada mira.tus ojos que vigilan más allá de los mares,más allá de los pueblos oprimidos y heridos,más allá de las negras ciudades incendiadas,tu voz nace de nuevo, tu mano otra vez nace:tu ejército defiende las banderas sagradas:la Libertad sacude las campanas sangrientas,y un sonido terrible de dolores precedela aurora enrojecida por la sangre del hombre.Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos.La paz, el pan, el trigo de tu sangre nacieron,de nuestra joven sangre venida de tu sangresaldrán paz, pan y trigo para el mundo que haremos.Yo conocí a Bolívar una mañana larga,en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,padre, le dije, eres o no eres o quién eres?Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:“Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo”.

Canto a Bolívar PaBlo neruda

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