Bloque 2 Clase 2.1 Frases Libro de Lohfink

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Capítulo 1 EL LLAMADO JESÚS HISTÓRICO ¿Qué podemos saber realmente de Jesús? ¿Quién fue el Jesús «histórico»? ¿Hasta qué punto resulta posible reconstruir su vida? ¿De las pretensiones que narran los evangelios, cuáles son auténticas? ¿Cuáles fueron sus «propísimas palabras», sus «mismísimos hechos»? ¿Proclamaban Jesús y los apóstoles el mismo mensaje o después de Pascua el mensaje de Jesús sobre Dios se convirtió en un mensaje de los apóstoles sobre Jesús? Pero aquí se confunden dos cosas: lo que los críticos de los evangelios califican de acentuaciones o magnifacaciones dogmáticas no son sino «interpretaciones» de Jesús. E interpretación no es lo mismo que acentuación o magnificación. Son muchos los cristianos que se revelan, y con razón, contra palabras tales como acentuación, retoque, añadidos, mitologización, divinización. Pero no deberían oponerse a la palabra «interpretación». Los autores de los evangelios disponían, por supuesto, de múltiples tradiciones sobre Jesús. Pero estas tradiciones les sirven para interpretar a Jesús. Interpretan sus palabras, interpretan sus obras, interpretan su vida entera. Interpretan a Jesús en cada línea, en cada frase. Hecho e interpretación Pero incluso al fondo de este hecho subyace una interpretación. La elaboración de los procesos está aquí siempre asociada a la interpretación. Y por encima y más allá de todas estas dificultades, se plantea todavía finalmente la pregunta: ¿Quién tiene la prerrogativa de la interpretación? ¿Qué interpretación acabará por imponerse finalmente? 1

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Captulo 1 EL LLAMADO JESS HISTRICOQu podemos saber realmente de Jess? Quin fue el Jess histrico? Hasta qu punto resulta posible reconstruir su vida? De las pretensiones que narran los evangelios, cules son autnticas? Cules fueron sus propsimas palabras, sus mismsimos hechos? Proclamaban Jess y los apstoles el mismo mensaje o despus de Pascua el mensaje de Jess sobre Dios se convirti en un mensaje de los apstoles sobre Jess?Pero aqu se confunden dos cosas: lo que los crticos de los evangelios califican de acentuaciones o magnifacaciones dogmticas no son sino interpretaciones de Jess. E interpretacin no es lo mismo que acentuacin o magnificacin. Son muchos los cristianos que se revelan, y con razn, contra palabras tales como acentuacin, retoque, aadidos, mitologizacin, divinizacin. Pero no deberan oponerse a la palabra interpretacin.Los autores de los evangelios disponan, por supuesto, de mltiples tradiciones sobre Jess. Pero estas tradiciones les sirven para interpretar a Jess. Interpretan sus palabras, interpretan sus obras, interpretan su vida entera. Interpretan a Jess en cada lnea, en cada frase.Hecho e interpretacinPero incluso al fondo de este hecho subyace una interpretacin.La elaboracin de los procesos est aqu siempre asociada a la interpretacin. Y por encima y ms all de todas estas dificultades, se plantea todava finalmente la pregunta: Quin tiene la prerrogativa de la interpretacin? Qu interpretacin acabar por imponerse finalmente?Es evidente que Jess ha sido interpretado, desde el primer instante de su actuacin, de maneras absolutamente dispares.Interpretaciones, pues, desde el principio. Cul era la verdadera? Es requisito ineludible analizar con mayor detenimiento, al comienzo de este libro, la relacin hecho-interpretacin.La llamada noticiaLos medios solo pueden transmitir una nfima seccin de lo que realmente acontece en el mundo.El llamado hechoEstamos prontos para hablar con demasiada rapidez de hechos, de realidades, de objetividades autnticas, de acontecimientos verdaderos, sucesos innegables.Con otras palabras: incluso el llamado hecho puro, la realidad desnuda, surge siempre de un acceso interpretativo a la realidad.Pero en la medida en que el hecho se convierte en lenguaje, penetra ya en un horizonte de comprensin completamente determinado, en el amplio campo de las preconcepciones.Un da en CafarnanSe advierte de inmediato que se trata de una composicin cuidadosamente ejecutadaPero es ms probable que Marcos haya distribuido artificiosamente, a lo largo de un da, diversos fragmentos de la tradicin. Ha ordenado diversos materiales de los recuerdos de tal modo que surge el curso entero de un da junto con su correspondiente noche. Ha querido presentar as el inicio de las actuaciones pblicas de Jess. Describe un da en el que los hombres y las situaciones son sanados, en el que alcanzan la paz y redescubren su equilibrio. Para ello, ha situado secciones de la tradicin que tena a su disposicin y que ya haban sido narradas e interpretadas en un contexto interpretativo an ms amplio.La funcin de la liturgiaSon textos de la Iglesia, cuyo autntico Sitz im Leben es la liturgia. Aqu son celebrados como palabra de DiosMarcos ha creado aqu una grandiosa composicin.Ha quedado perfectamente aclarado qu es lo que aqu me interesa: ya los elementos de la tradicin de que dispona Marcos han interpretado los acontecimientos de la vida de Jess. Solo a continuacin Marcos aade su propia interpretacin de Jess y de su actividad por medio de su composicin del da de Cafarnan. La liturgia eclesial ahonda an ms este proceso interpretativo: sita a Jess sobre el teln de fondo del Antiguo Testamento. Solo entonces se lo puede comprender en toda su amplitud. Qu repercusin tiene esto en la correlacin hecho-interpretacin? Dnde estn, en la composicin de Marcos 1,21-39, los hechos puros, los que ocupan el primer plano en el nivel de la interpretacin?Un experimento conceptualSi se hubiera filmado ese da de Jess en Cafarnam tendramos, en fin, documentacin original sobre el arameo hablado en Palestina en el siglo I. Pero sobre todo: conoceramos palabras de Jess que seran con absoluta seguridad autnticas. Ahora bien: las comprenderamos? Porque no tendramos ningn evangelista este es el presupuesto de nuestro escenario que nos las explique. Nos faltara el contexto global de interpretacin que ponen a nuestra disposicin el Nuevo Testamento y las comunidades de la Iglesia primitiva.Pero entenderamos lo que realmente sucedi? Sabramos ms de lo que ya los evangelios nos dicen? Sabramos ahora de hecho y con seguridad que Jess expulsaba a los demonios con el dedo de Dios y que sus curaciones eran seal del reino de Dios que estaba en trance de realizacin?Aseguro con firmeza: de aquello que verdaderamente interesa en Jess, de su misin, de su tarea, del misterio de su persona no sabramos nada.Quedara siempre en pie la pregunta: nos servira realmente de ayuda esta megadocumentacin? Podramos comprender, por ejemplo, aunque fuera de lejos, la reclamacin de Jess sin el Antiguo Testamento? Puede entenderse a Jess sin la Tor y los profetas, sin las experiencias y esperanzas de Israel? Pueden entenderse las esperanzas de Israel sin la historia de fe de este pueblo? Y puede entenderse a Jess sin tener en cuenta que en su vida ha entrado en su ltima y decisiva fase la historia entre Dios e Israel? Se puede llegar a conocer esta dimensin del acontecimiento mediante pura acumulacin, mediante simple suma de procesos externos? Aqu fracasar inevitablemente todo medio que se limite a alinear uno tras otro solo los hechos extrnsecos.Pelculas documentalesseleccin radical y terminante y conseguir con los elementos seleccionados una composicin cuidadosamente construida introduciendo ya de este modo una interpretacin.Y ahora la pregunta decisiva: han hecho algo diferente los autores de los evangelios? No han seleccionado tambin ellos, compuesto de nuevo, citado, aludido, comentado, interpretado? Por supuesto que lo han hecho. Y adems con todos los medios de una limpia obra narrativa. Saban bien, en efecto, que sin interpretacin no hay comprensin. Ni la ms precisa y rigurosa exposicin histrica puede salir adelante sin constante interpretacin.El llamado hecho es un peldao, un elemento parcial, pero todava no una historia. Ni siquiera miles de hechos constituyen una historia. La historia es acontecimiento interpretado. El conocimiento histrico ordena e interpreta el caos interminable de los hechos.La comunidad interpretadoraEn realidad, los historiadores concretos no trabajan solos y aislados. Estar solo es casi equivalente de estar sin ayuda. Cada historiador presupone el trabajo de otros muchos.Exactamente igual que en todas las ciencias, hay marginados, pensadores desconcertantes, fuegos fatuos y cabezas calenturientas que intentan llamar la atencin. Tambin ellos son necesarios. Y existen, por supuesto, contiendas entre grupos, posiciones extremas, luchas por la posicin y crteles de citas, es decir, grupos de cientficos que se citan entre s mientras que guardan obstinado y sepulcral silencio sobre los resultados de los trabajos de otros grupos. Pero hay, sobre todo, discusiones interminables. Es algo inevitable en cualquier investigacin seria.As pues, lo que en este captulo se ha denominado una y otra vez interpretacin no viene como llovido del cielo y nunca es llevado a trmino por un individuo aislado. La interpretacin presupone una comunidad interpretadora, presupone la comunicacin entre los hombres y, finalmente, en trminos sociolgicos, presupone un gran grupo que quiere cerciorarse de su identidad histrica. Y, sobre todo, la interpretacin presupone una memoria cultural dentro de este gran grupo.El pueblo de Dios como comunidad interpretadoraLa Iglesia sigue siendo, tambin en nuestros das, una comunidad interpretadora. Es para ella de vital importancia dirigir la mirada hacia su pasado, someterlo a comprobacin crtica y, a partir de esta mirada retrospectiva crtica intentar comprender el presente. Solo as es posible el siguiente paso hacia el futuro. En la actualidad, y tras haber infligido a lo largo de los siglos infinitos sufrimientos a los judos a causa de su teologa sobre Israel, la Iglesia est a punto de revisar su relacin con el judasmo. Esta re-visin modificar profundamente la vida de la Iglesia.La interpretacin del mundo y de la historia, es, en efecto, un proceso fundamental sin el que el hombre no puede llegar a comprender la realidad. No existe, en efecto, ningn conocimiento de la realidad sin esquema interpretativo.La parbola de las diez jvenesDe este modo, se rompe la punta de la parbola de Jess y se pervierte el conjunto total. En la parbola de las diez jvenes el tema no es la solidaridad, la disposicin a la ayuda y la tolerancia, sino algo completamente diferente: el kairos perdido, la hora no aprovechada.En los evangelios hay numerosos pasajes en los que los espritus se dividen. Se convierten en escndalo para una generacin de feligreses y desenmascaran el olvido de la Iglesia de muchos telogos. O bien ponen al descubierto lo distintivamente cristiano y llaman de nuevo al seguimiento. Uno de estos textos es la parbola de las jvenes prudentes y las necias. Es como una aguda espada. Nunca se entender esta parbola si no se la piensa desde la historia del pueblo de Dios, desde sus crisis, sus peligros, sus decisiones.del mismo modo que hubo muchas imgenes de Dios, hay tambin muchas imgenes de Jess. Y del mismo modo que los hombres intentaron apoderarse de Dios, intentan apoderarse de Jess. Por eso, dice Guardini, se plantea, precisamente hoy, con la mxima urgencia, la pregunta: quin protege a Jess de nosotros mismos? Quin lo mantiene a salvo de la astucia y la violencia de nuestro propio yo, que hace todo lo posible por evitar el autntico seguimiento de Jess?Un proceso radical de escisinNo se han dado, precisamente en la Iglesia misma, interpretaciones de Jess completamente diferentes? Interpretaciones de Jess que se excluyen entre s? Basta con recordar las grandes controversias cristolgicas que llevaron a los concilios de Nicea (325) y Calcedonia (451).Pero muchos de aquellos escritos (apcrifos) expresaban perfectamente el pensamiento y el sentimiento de los cristianos de aquella poca y, sobre todo, su curiosidad religiosa.Todos estos llamados escritos apcrifos se da a conocer la autntica calidad del Nuevo Testamento y sobre todo la capacidad de discernimiento de sus creadores. Tenan un certero instinto para la tradicin autntica de Jess, la que se remontaba a los apstoles.Los impulsores de este proceso fueron, por supuesto, personas concretas. A menudo fueron tambin titulares de ministerios o estaban de alguna manera dotados de autoridad eclesial. Pero contaban con el apoyo de todos los que crean con su existencia total en el pueblo de Dios y que precisamente por eso posean el don del discernimiento. Sin el instinto de fe de la mayora, sin el sensus fidelium, habra sido imposible el proceso de nacimiento del Nuevo Testamento.Es urgentemente necesaria una lectura siempre nueva de la inmensa literatura apcrifa sobre Jess generada en la Iglesia antigua. Muestra cun excepcionales y preciosos son los evangelios del canon neotestamentario.La fe como conocimientoQu significa todo lo hasta ahora dicho para un libro sobre Jess? Significa que en el caso de un investigador que trabaja teolgicamente no puede tratarse de reconstruir un Jess histrico en contra del Nuevo Testamento y de su interpretacin de la figura de Jess.Solo surge en el encuentro personal. Se inserta en el otro, se entrega a l y acepta la visin de la realidad del otro. A este tipo de conocimiento se lo denomina en la teologa fe.Es posible, por tanto, un acceso puramente histrico, puramente cientfi co-religioso, a Jess. Pero tiene sus limitaciones. Este libro utiliza, con nimo agradecido, las investigaciones actualmente disponibles de muchos escrituristas.Tensiones dentro de la tradicin de JessS muy bien que los telogos de la Iglesia primitiva actualizaron e interpretaron, aplicndola a su propia situacin histrica, la tradicin de Jess. S tambin, por supuesto, que los evangelios sobre Jess (y tambin la tradicin que los preceda) han hablado desde ngulos visuales enteramente diferentes. Pero no falsearon a Jess, sino que formularon, cada vez con mayor profundidad, el misterio inconcebible de su vida. Es precisamente la fructuosa tensin entre las capas de interpretacin ms antiguas de la tradicin de los evangelios y las ms recientes, que solo fueron aadidas en una etapa posterior, la que hace posible la genuina comprensin de Jess.No debe monopolizarse la interpretacin ms antigua, sino que es el conjunto de todas las capas de la interpretacin el que permite que surja en su unidad la imagen del verdadero Jess.1