Evolución geomorfológica cuaternaria del Alto Ebro: sector ...
BLOQUE 2iesmerindadesdecastilla.centros.educa.jcyl.es/sitio/... · Web viewBLOQUE 2. El relieve...
Click here to load reader
Transcript of BLOQUE 2iesmerindadesdecastilla.centros.educa.jcyl.es/sitio/... · Web viewBLOQUE 2. El relieve...
BLOQUE 2. EL RELIEVE ESPAÑOL, SU DIVERSIDAD GEOMORFOLÓGICA ESPAÑA Y SU SINGULARIDAD GEOGRÁFICA: UNIDAD Y DIVERSIDAD. España es un estado europeo de tamaño medio, con una superficie de 581.353 km²,
que comprende el territorio peninsular (97,55%), dos archipiélagos, uno mediterráneo
(0,99%) y otro atlántico (1,45%), y dos territorios en el norte de África, Ceuta y Melilla
(0,1%). Este espacio tiene una gran diversidad natural y humana dada por la variedad
del relieve y los contrastes climáticos que ha tenido como consecuencia un desigual
reparto de los recursos naturales. Este reparto ha provocado desequilibrios regionales
por las diferentes actividades económicas que permitían los recursos naturales.
Geográficamente el país se encuentra en la zona templada del hemisferio Norte, entre
dos continentes y dos masas de agua, lo que le ha convertido en una encrucijada. Una
encrucijada natural al confluir masas de aire diversas y una encrucijada geopolítica
que le ha hecho ser punto de encuentro de pueblos y civilizaciones. Por su situación
está inserto en el contexto europeo desde el Paleolítico hasta la Unión Europea, con
África le separan 14 km. lo que hace que sea puente entre ambos continentes desde
épocas antiguas. También está relacionado con el mundo mediterráneo desde la
antigüedad, con las colonizaciones de fenicios, griegos y romanos y la política
medieval de la Corona de Aragón; y desde la Edad Moderna la conquista de las
Canarias y de Hispanoamérica le colocan en una posición favorable para ser puente
entre América y Europa.
El relieve peninsular tiene tres rasgos básicos:
-forma maciza, con gran anchura Oeste-Este (1094 km) y costas rectilíneas, que
impiden la penetración de la influencia del mar.
-elevada altitud media: 660 m. tanto por las abundantes cordilleras como por la altura
de la meseta (600-800 m.)
-disposición periférica del relieve montañoso, se sitúa rodeando la meseta lo que la
aleja de la influencia del mar.
EL RELIEVE ESPAÑOL, SU DIVERSIDAD GEOMORFOLÓGICA: LOCALIZACIÓN DE LOS PRINCIPALES ACCIDENTES GEOGRÁFICOS.Las grandes unidades morfoetructurales del relieve continental son cuatro.
1º-Zócalos o escudos: son llanuras o mesetas de la Era Primaria o Paleozoica (570 a
225 m.a.), su formación se debe al arrasamiento de las cordilleras surgidas de la
orogénesis herciniana en esta era. El material de estas unidades es silíceo, son
granitos, pizarras, esquistos, cuarcitas... rocas muy rígidas, que no se pliegan sino que
se rompen o fracturan. Corresponde a la mitad occidental de la Península Ibérica.
2º-Macizos antiguos: son montañas surgidas tras los movimientos de la orogenia
alpina en la Era Terciaria (65-2,5 m.a.), su material es de origen paleozoico (silíceo) y
1
su apariencia es de cumbres suaves, redondeadas por la erosión del material duro.
Son las cordilleras del Macizo galaico, la parte occidental de la Cordillera Cantábrica,
el Sistema Central y los Montes de Toledo.
3º-Cuencas sedimentarias o depresiones: son zonas hundidas tras la orogenia del
terciario y rellenadas con materiales sedimentarios (caliza, arcilla, arenisca, margas...).
Su apariencia actual es la de relieves horizontales ya que no les afectan movimientos
de orogénesis posteriores. Son de dos tipos: las que surgen por el hundimiento de
bloques: Duero, Tajo y Guadiana y las que existían antes de la orogenia alpina: Ebro y
Guadalquivir.
4º-Cordilleras de plegamiento: tienen su origen en el plegamiento de materiales
sedimentarios de la Era Secundaria durante la orogenia de la Terciaria. Los materiales
son principalmente calizos y su apariencia es agreste, con fuertes pendientes y formas
escarpadas, son montañas jóvenes a las que la erosión apenas ha suavizado. En la
península las hay de dos tipos: las intermedias, por el plegamiento del material
sedimentario del reborde del zócalo (Sistema Ibérico y parte oriental de la Cordillera
Cantábrica) y las alpinas, por el plegamiento del material depositado en fosas marinas
largas y profundas (Pirineos y Cordilleras Béticas).
LA EVOLUCIÓN GEOLÓGICA DEL TERRITORIO ESPAÑOL CONFORMA LAS DIFERENTES MORFOESTRUCTURAS.El relieve actual de la Península Ibérica es el resultado de una historia geológica de
varios millones de años. Durante este dilatado período ha pasado por fases
orogénicas y por fases de calma, donde se daban los fenómenos de erosión y
sedimentación.
Precámbrico o Era Arcaica (4.000-600 m.a.)
En esta etapa emerge una banda arqueada de Noroeste a Sureste, compuesta de
pizarras y gneis, que se corresponde con la actual Galicia y puntos aislados del
sistema Central y los Montes de Toledo. Este macizo es arrasado por la erosión y
cubierto por los mares paleozoicos.
Paleozoico o Era Primaria (600-225 m.a.)
Durante esta época se produce la orogenia herciniana (Carbonífero (340-280 m.a.)) y
de los mares surgen las cordilleras hercinianas, formadas por materiales duros
(granito, pizarra, cuarcita). En la península aparecen tres macizos:
-macizo Hespérico, al oeste, arrasado, da lugar a una meseta inclinada hacia el
Mediterráneo.
-macizos de Aquitania, Catalano-Balear y del Ebro, al este.
-macizo Bético-Rifeño, al sureste.
Mesozoico o Era Secundaria (225-68 m.a.)
2
En esta era se produce una etapa de calma y actúan la erosión y la sedimentación. La
erosión arrasa los macizos hercinianos y debido a la inclinación de la meseta se
produce la trasgresión marina (profunda penetración del mar en la tierra emergida) y
se deposita una capa poco potente de materiales sedimentarios plásticos (caliza,
arenisca, marga). Mientras la sedimentación actúa sobre las fosas marinas pirenaica y
bética depositando grandes espesores de material blando.
Cenozoico: Era Terciaria (68-1,7 m.a.)
Al final de la era se produce la orogénesis alpina (Cretácico y Paleoceno, 135-65 m.a.)
que provoca dos hechos:
-surgen los Pirineos y las Cordilleras Béticas por el plegamiento de los materiales
depositados en las fosas marinas. Los Pirineos surgen entre los macizos que hacen de
tope: macizos de Aquitania y Hespérico y el macizo del Ebro, que se hunde. Las
Cordilleras Béticas surgen entre los macizos Hespérico y Bético-Rifeño. Y paralelas a
ambas cordilleras aparecen dos depresiones rellenadas por sedimentos: Ebro y
Guadalquivir.
-alteraciones en la Meseta: se inclina hacia el Atlántico, se forman los rebordes
montañosos (este de la C. Cantábrica, S. Ibérico y Sierra Morena) y se fractura el
zócalo surgiendo una estructura germánica. Esta estructura se compone de bloques
elevados o rejuvenecidos (horst) que son el Macizo Galaico, S. Central y Montes de
Toledo y bloques hundidos (fosa tectónica o graben) que son las depresiones
interiores, Duero, Tajo y Guadiana.
En esta época también se produce la actividad volcánica en el Campo de Calatrava,
Olot-Ampurdán y el Cabo de Gata. El resultado de la orogénesis alpina en la
hidrografía es que estableció la red fluvial actual. Esta red erosiona las montañas
formando las rañas (acumulación de cantos al pie de las montañas) y colmatando las
depresiones.
Cenozoico: Era Cuaternaria (1,7 m.a. - hoy)
Los fenómenos más destacados fueron el glaciarismo y la formación de terrazas
fluviales.
El glaciarismo afectó a las cordilleras más altas dando lugar a dos tipos de glaciares:
-glaciares de circo: reducidos a la cabecera del valle (circo), el hielo y el deshielo
rompen las paredes del circo, de modo que este se hace cada vez mayor y más
escarpado. Cuando se funde el hielo quedan pequeños lagos.
-glaciares de valle: el espesor de hielo es grande y sale valle abajo excavándolo en
forma de “U”, en España sólo aparecen en los Pirineos.
Las terrazas fluviales se forman en los antiguos llanos de inundación abandonados por
el encajonamiento del río, fruto de las alternancias climáticas durante el Cuaternario.
3
Cuando se producía una glaciación el río perdía fuerza y depositaba aluviones en las
riberas, en el período posglaciar aumentaba su caudal y ahondaba el cauce, dejando
suspendidos los aluviones acumulados y formando así las terrazas.
IDENTIFICACIÓN DE LAS UNIDADES DEL RELIEVE ESPAÑOL PENINSULAR E INSULAR Y RASGOS DE CADA UNA. LA MESETA
La Meseta ocupa el espacio central de la península Ibérica y el 45% de su superficie,
de ahí su importancia morfológica.
Submeseta Norte: ésta con una altitud media de 700-800 m, se encuentra ocupada
básicamente por la cuenca del Duero. Aparece constituida por rocas sedimentarias
formadas a lo largo de la era Terciaria, donde alternan arcillas, margas y calizas. Su
formación, posterior a la última orogenia, la alpina, explica el predominio de unas
estructuras de relieve horizontales, cuya diferenciación interna obedece a fenómenos
erosivos. Así, en ella se localizan importantes plataformas de cumbres planas,
coronadas por un estrato calcáreo más resistente a la erosión, conocidas como
páramos; donde aparecen tan sólo sedimentos blandos dominan los cerros testigo,
con cumbres redondeadas (oteros castellanos) y por último, amplios valles y
campiñas. En la parte más occidental, en la penillanura zamorano-salmantina aflora el
antiguo zócalo paleozoico integrado por pizarras y granitos; los ríos han creado
profundos valles sobre él, dando origen a los Arribes del Duero.
Submeseta Sur:la Submeseta Sur tiene una altitud media de 600-700 m. Se ubican
dos cuencas hidrográficas, las de los ríos Tajo y Guadiana separadas por los Montes
de Toledo. La llanura de la Mancha es más perfecta que la de la cuenca del Duero,
habiéndose mantenido por la escasa acción erosiva del Guadiana. El Campo de
Calatrava se individualiza por presentar restos de vulcanismo de la era Terciaria. Por
último, en su zona más occidental se localiza la penillanura extremeña, formada por
materiales paleozoicos silíceos; su planitud se rompe por la existencia de algunos
montes-isla.
Sistema Central: Es una alineación montañosa que surca la Meseta en sentido SO-
NE. Tiene una longitud, dentro del territorio español, de 400 km y una anchura de 35-
70 km. Se extiende desde la Sª de la Estrella, en Portugal, hasta casi el Sistema
Ibérico.
Aparece como consecuencia de la orogenia alpina, que fracturó el antiguo basamento
de la Meseta y dio lugar a un conjunto de bloques separados por fallas, donde se
localizan los puertos que atraviesan el sistema y separan las sierras de Gredos,
Guadarrama, Somosierra y la Estrella, esta última en Portugal. Predominan los
4
materiales graníticos con alternancia de pizarras y cuarcitas, en general, de formas
suaves y redondeadas.
Montes de Toledo: se sitúan aproximadamente en la parte media de la Submeseta
Sur. Su altitud media es de 1.200-1.400 m (la máxima se encuentra en la Sª de
Guadalupe con 1.600 m). Dividen la Submeseta Sur en dos cuencas hidrográficas. La
mitad norte está regada por el Tajo y la meridional por el Guadiana.
LOS BORDES DE LA MESETA
Macizo Galaico Leonés: el macizo Galaico, situado en el noroeste peninsular, tiene
una longitud total de 325 km y culmina a 1.778 m en Cabeza de Manzaneda (Sª de
Queixa); en la zona leonesa el pico más elevado es el Teleno (2.188 m). La altitud
media es de 500 m, por debajo de la media nacional, sin embargo es una región
montañosa de formas redondeadas y suaves pendientes por el desgaste erosivo,
surgida de un fuerte abombamiento del antiguo macizo, cortada por multitud de fallas
con orientación Norte-Sur que se escalonan desde el mar hasta la Sierra Segundera y
los Montes de León. Todo este conjunto estructural del Macizo Galaico surgió durante
la era Primaria a partir de la orogenia herciniana. Del Carbonífero datan los recursos
mineros de la región de El Bierzo. Este macizo fue erosionado a finales de la era
Primaria y durante la era Secundaria. Posteriormente fue afectado por la orogenia
alpina en la era Terciaria, que provocó su fracturación y compartimentación en
bloques. Pequeñas depresiones internas, ocupadas por las aguas, fueron colmadas
por sedimentos a lo largo de la era Terciaria. Se formaron sierras como la Sª de
Courel, que alterna con tierras llanas (Terra Chá) y depresiones (Monforte). Los
movimientos orogénicos fueron responsables de fallas y fracturas en la costa,
aprovechadas por valles fluviales y que son el origen de las actuales rías. Las rías
configuran una costa muy recortada, única de estas características en la península
Ibérica. Posteriormente, en el Cuaternario, el glaciarismo afectó al macizo de
Segundera, en el que se formó un casquete del que descendían lenguas de hielo,
como la del valle del Tera. Litológicamente, el roquedo es paleozoico, silíceo,
predominando el granito y el gneis en el centro y zona occidental, y las pizarras y
cuarcitas en el Este.
De los Montes de León destacan la Sª Segundera y Cabrera. Al NE la Sª de Ancares y
entre ésta y los Montes de León, la fosa de El Bierzo.
Cordillera Cantábrica: constituye una verdadera muralla natural de 400 km de
longitud que aísla a la Meseta de las influencias marinas. Se extiende desde el Macizo
Galaico al Oeste hasta el Pirineo por el Este. Las cimas superan los 2.400 m en el
sector occidental, culmina a 2.648 m en Torre de Cerredo (Picos de Europa) y
descienden a 1.500 m en el extremo oriental.
5
De Oeste a Este se pueden establecer tres sectores diferenciados:
-Macizo Asturiano: se remonta a la era Primaria, al igual que el Macizo Galaico. Está
formado por restos de la gran cordillera paleozoica rejuvenecida por la orogenia alpina.
Posee importantes depósitos carboníferos formados en el período del mismo nombre,
a finales de la era Primaria, y en él predominan las rocas silíceas. En el extremo
oriental del macizo se localizan los Picos de Europa, donde se encuentran las mayores
altitudes, como Cerredo (2.648 m) y el Naranjo de Bulnes (2.518 m). Las calizas en
esta zona dan lugar a formaciones cársticas. Los ríos se encajan formando profundas
gargantas, como la hoz del Cares.
-Montaña Santanderina: está constituida por depósitos calcáreos almacenados
durante la era Secundaria y que procedían de la erosión de la antigua cordillera
formada en la era Primaria. Estos depósitos fueron afectados por la orogenia alpina,
origen en este caso de estructuras plegadas. Las sierras alcanzan los 2.222 m en
Híjar, al oeste de Reinosa y descienden hasta los 1.717 m en el Monte Valnera hacia
el este. Hacia el sur destaca Peña Labra (2.018 m).
Tanto el sector asturiano como el santanderino se vieron afectados por los glaciares
en los picos más elevados.
-Montes Vascos: se encuentran entre la Cornisa Cantábrica y los Pirineos. También
están formados por materiales de la era Secundaria, pero más intensamente plegados
durante el movimiento alpino que la montaña santanderina. Han presentado escasa
resistencia a la erosión, lo que ha dado lugar a un paisaje suave y ondulado. Culmina
a 1.544 m en Aitzkorri. Algunos ríos han abierto estuarios donde se adentra el mar,
como es el caso de la ría bilbaína del Nervión.
En los tres sectores analizados hay un rasgo común: la enorme disimetría Norte-Sur.
La ascensión a la cordillera a través de cualquiera de los puertos de montaña desde la
Meseta sólo supone unos centenares de metros, mientras que el descenso hacia el
mar significa, en poco más de 40 km, un desnivel de más de 1.500 m, que los ríos
salvan en cursos rápidos y torrenciales.
Sistema Ibérico: se extiende, con dirección NO-SE, desde la Sierra de la Demanda,
entre Burgos y Logroño, hasta el norte de la provincia de Alicante, a lo largo de más de
400 km de recorrido, y no presenta un carácter de cordillera continua.
Se pueden distinguir dos sectores:
-Mitad Septentrional: sigue la dirección NO-SE y en ella los terrenos han sido fallados
y plegados, produciendo alineaciones robustas como la Sierra de la Demanda, los
Picos de Urbión, Sierra Cebollera. La cobertera sedimentaria fue depositada por los
mares que bordeaban la Meseta en el Secundario. Fue plegada por el movimiento
alpino y la erosión de fines del Terciario provocó un paisaje de páramos. Durante el
6
Cuaternario, la acción glaciar afectó levemente a algunos macizos como el Moncayo y,
sobre todo, a los Picos de Urbión, en donde se establecieron pequeños glaciares de
circo y alguna laguna de origen glaciar, como la Laguna Negra (Soria).
-Mitad Meridional: se extiende desde el sur del Moncayo hasta el Mediterráneo. Está
dividida por una depresión de unos 200 km de largo y 10-15 km de anchura, a la que
se conoce como Depresión Longitudinal Ibérica o Pasillo Calatayud-Teruel, recorrido
por el río Jiloca. Una vez pasada esta depresión, el Sistema Ibérico se divide en un
conjunto de sierras, entre las que destacan la Sierra de Javalambre, el Maestrazgo, las
de Albarracín y la Serranía de Cuenca.. En algunas de sus sierras, como la de
Cuenca, afloran materiales calcáreos de la era Terciaria en donde se localizan
importantes fenómenos cársticos, como es el caso de la Ciudad Encantada y sus
alrededores.
Sierra Morena: es el reborde meridional de la Meseta y constituye un importante
escalón hacia el valle del Guadalquivir. Culmina en el Pico de la Bañuela (1.323 m) en
Sierra Madrona. Se caracteriza por una fuerte disimetría Norte-Sur que no se percibe
desde la Meseta hacia el valle del Guadalquivir al contrario de lo que ocurre si el viaje
se realiza en el sentido inverso. Sª Morena no es propiamente una cordillera, sino una
flexión o incurvación, recorrida por fallas. Está compuesta por materiales del zócalo
paleozoico en el que alternan pizarras y cuarcitas. En ella aparecen algunas sierras
como la de Madrona, Alcudia, Almadén, Aracena y Andévalo, ya en Portugal. El Paso
de Despeñaperros permite la comunicación viaria entre la Meseta y el valle del
Guadalquivir.
LAS CORDILLERAS EXTERIORES
Los Pirineos: esta cordillera, frontera natural entre la península Ibérica y Francia, se
extiende desde el golfo de Vizcaya hasta el cabo de Creus, a lo largo de 435 km de
istmo. La línea de cumbres marca el límite entre ambos países, siendo la vertiente
española la de mayor amplitud. El trazado rectilíneo, macizo y compacto, el eje axial
paleozoico, (la acusada disimetría transversal y longitudinal) y la extensa e intensa
acción sufrida por el glaciarismo son los rasgos más sobresalientes que diferencian a
los Pirineos del Sistema Bético. Los Pirineos están formados por sedimentos
depositados en la era Secundaria, divididos por una zona central o axial, cuyo origen
se remonta a la era Primaria. La orogenia alpina actuó sobre los sedimentos que se
fracturaron y plegaron, provocando también el levantamiento del eje paleozoico.
Se pueden diferenciar dos grandes unidades: el Pirineo axial y el Prepirineo.
-Pirineo Axial: es el eje de la cordillera y está repartido entre Francia, España y
Andorra. Este conjunto fue afectado intensamente por la orogenia alpina, que lo elevó
7
y rejuveneció, dando lugar a formas abruptas y a las mayores altitudes, como el pico
Aneto (3.404 m), Maladeta (3.309 m).
-Prepirineo: está formado por alineaciones de sierras, compuestas por materiales del
Mesozoico y de principios del Terciario, los cuales sufrieron los efectos del movimiento
alpino y formaron una serie paralela de pliegues alineados. Una de las alineaciones es
denominada Sierras Interiores, la alineación meridional corresponde a las Sierras
Exteriores, y entre ambas existe una Depresión Media Intrapirenaica, denominada
Canal de Berdún.
La erosión glaciar, localizada en las zonas más altas, ha dejado su huella en lagos
actuales, denominados ibones, pequeños circos, valles en artesa y morrenas.
Cordillera Costera Catalana: corresponde a una barrera montañosa que se extiende
de forma paralela a la costa mediterránea y cierra la depresión del Ebro a la influencia
marina. Enlaza por el Norte con el Pirineo catalán y por el sur con el Sistema Ibérico.
Su origen está unido al antiguo macizo herciniano rejuvenecido por la orogenia alpina,
que afectó sobre todo a su sector más meridional. Está integrada por dos cordilleras
paralelas de escasa altitud separadas por una fosa tectónica. Esta depresión interna
fue colmatada durante las eras Terciaria y Cuaternaria, y en ella se localizan las
comarcas de mayor valor agrícola.
Sistema Bético: se extiende desde la sierra de Grazalema, en Cádiz, hasta el cabo
de la Nao (Alicante). Se prolonga bajo el nivel del mar hacia las islas Baleares y en el
noroeste de África. Constituye un sistema de sierras y depresiones formadas en un
geosinclinal que fue colmatado a lo largo de las eras Secundaria y Terciaria. Los
sedimentos depositados se vieron afectados por la orogenia alpina. El modelado
actual obedece a la acción fluvial y al glaciarismo en las zonas más elevadas.
En el sistema Bético se puede diferenciar:
-Sistema Penibético: en la zona meridional. Hay que destacar la existencia de un
afloramiento del núcleo paleozoico. El glaciarismo cuaternario tuvo gran importancia
únicamente sobre Sª Nevada.
-Depresión intrabética: está formada por un conjunto de depresiones de origen
tectónico, o bien excavadas en rocas blandas. Destacan Guadix, Granada, Antequera
y Ronda.
-Sistema Subbético: está constituido por alineaciones de materiales del Secundario y
Terciario fuertemente plegados. Destacan la Sª de Cazorla, Sª de Segura y Sª de la
Sagra.
LAS DEPRESIONES SUBALPINAS
Depresión del Ebro: se sitúa al sur de los Pirineos y su génesis está unida al
levantamiento de dicha cordillera. En el caso de la depresión del Ebro se creó una
8
cuenca cerrada al mar por la actual Cordillera Costero Catalana durante la era
Terciaria. Fue colmatada por sedimentos más gruesos en la periferia de la cuenca y
más finos hacia el centro. Su altitud media es muy baja. Oscila entre los 200-500 m y
sus formas de relieve poseen una disposición horizontal. Se suceden grandes
plataformas, coronadas por un estrato calcáreo, denominadas también mesas o
muelas, con amplios valles y cerros testigo. La red hidrográfica del Ebro ha sido la
responsable de esa erosión actual, ocasionando la formación de terrazas.
Depresión del Gudalquivir: su altitud oscila entre 150-250 m en el centro, sólo
supera los 800 m en Úbeda. Con el levantamiento de la Cordillera Bética quedó
convertida en un golfo. Este espacio se fue colmatando durante el Terciario con
sedimentos marinos. Esos materiales, de carácter blando, han sido afectados por la
erosión fluvial del Cuaternario. Las formas de relieve que podemos distinguir son las
campiñas y las marismas. Así, encontramos la Campiña de Jaén, la de Córdoba y la
de Sevilla. Este relieve se acompaña de terrazas fluviales escalonadas. Al sur de
Sevilla la llanura alcanza su mayor amplitud en las marismas del Guadalquivir. Este
relieve es una acumulación de sedimentos en el estuario del Guadalquivir durante el
Cuaternario. Existe un conjunto de dunas de gran interés en el Parque de Doñana,
producidas por vientos de procedencia atlántica.
EL RELIEVE COSTERO PENINSULAR
Las costas peninsulares son predominantemente rectilíneas, salvo las de la
comunidad gallega, lo que determina una escasa penetración de la influencia del mar
en el interior.
Dentro de las costas atlánticas distinguimos: la costa cantábrica, las rías gallegas y la
costa atlántica andaluza.
La COSTA CANTÁBRICA es rectilínea y se caracteriza por sus acantilados, rasas y
pequeñas rías, así como por la escasez de playas. Los acantilados son costas que
penetran con una fuerte pendiente en el mar. En relación con ellos están las cuevas
marinas, creadas al erosionarse los puntos de menor dureza del acantilado. Por otra
parte, podemos encontrar los arcos marinos, formados por porciones de rocas duras
que sobresalen del mar y que quedan unidas al acantilado principal, y los farallones,
agujas rocosas sobre el mar creadas al desprenderse la parte superior de un arco. Las
rasas son sierras escalonadas paralelas a la costa.
Las RÍAS GALLEGAS dan lugar a la costa más articulada de España. Galicia tiene un
relieve poco vigoroso, surcado por numerosos valles que han sido invadidos por el
mar. Ello da lugar a rías que penetran hasta 25 y 35 km en el interior.
La COSTA ATLÁNTICA ANDALUZA tiene como relieves costeros característicos las
marismas, las flechas litorales y los campos de dunas. Las marismas son típicas de
9
costas bajas, como las de la Depresión del Guadalquivir, abierta al mar. Las flechas
litorales se forman en las costas rectilíneas en las que existen bahías profundas, como
es el caso de la costa entre la desembocadura del Guadiana y del Guadalquivir.
Dentro de las costas mediterráneas diferenciamos el sector bético, el golfo de Valencia
y el litoral catalán.
El SECTOR BÉTICO se extiende desde el peñón de Gibraltar, en Cádiz, hasta el cabo
de La Nao, en la costa levantina. Es una costa acantilada, determinada por los relieves
de la cordillera Bética que discurren paralelos a ellas.
El GOLFO DE VALENCIA va desde el cabo de La Nao hasta el delta del Ebro. Se
caracteriza por sus playas, albuferas, pequeños deltas y tómbolos. Los tómbolos son
barras de arena que unen islotes rocosos a la costa (Peñón de Ifach, en Calpe,
Alicante).
El LITORAL CATALÁN se extiende entre el delta del Ebro y la costa Brava. Presenta
deltas, acantilados, playas.
LA ESPAÑA INSULAR
EL ARCHIPIÉLAGO DE LAS BALEARES
El archipiélago de las Baleares (excepto Menorca) es una continuación del relieve del
Sistema Bético, y está constituido por las islas de Mallorca, Menorca, Ibiza,
Formentera y Cabrera. El archipiélago, por lo tanto, se vio afectado por la orogenia
alpina. Menorca, en cambio, se asemeja a la Cordillera Costero Catalana
Mallorca es la isla de mayor extensión y en ella se distinguen tres unidades de relieve:
-Sierra de Tramontana o de Poniente, donde está el pico más alto Puig Major (1.445
m)
-Sierra de Levante, no supera los 500 m, pero en ella se localizan fenómenos
cársticos, como las cuevas del Drach.
-El Pla, llanura entre las dos sierras anteriores, desciende hasta acabar en las bahías
de Alcudia y Palma.
EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO
Estas islas ocupan el territorio más meridional de España. Están localizadas en el
océano Atlántico, frente a la costa occidental africana.
Se trata de unas islas de carácter montañoso, menos Lanzarote y Fuerteventura, y de
origen volcánico. Su génesis se inicia en la era Terciaria y aún continúa la actividad
volcánica. Las formas de relieve asociadas a este fenómeno son:
-conos volcánicos: relieves individualizados, con contenidos de cenizas y lapillis
(piedras pequeñas), destaca el Teide (3.718 m.), la mayor elevación de España.
10
-calderas: grandes cráteres circulares, formados por la explosión o subsidencia
(hundimiento) de volcanes. Destacan la de Bandama (Gran Canaria) y la de Las
Cañadas (Tenerife).
-malpaíses o coladas volcánicas
-diques, roques o pitones: resultado de la erosión diferencial que deja al descubierto
antiguos conductos de emisión de lava o agujas de lava.
-barrancos: valles estrechos y escarpados formados por el encajamiento de torrentes.
-glacis: rampas de pendiente moderada, depósitos de los torrentes.
LITOLOGÍA PENINSULAR E INSULAR Y FORMAS DE MODELADO. En la Península podemos distinguir tres áreas de acuerdo con la naturaleza del
roquedo modelándose en cada una distintos tipos de relieve.
Área Silícea. Integrada por rocas antiguas del precámbrico y del primario. Se
encuentra en el oeste peninsular (Galicia, León, Extremadura) con ramificaciones
hacia la parte occidental de la C. Cantábrica, el S. Central, los Montes de Toledo y
Sierra Morena. Así como en puntos del Pirineo (zona axial) y sectores del S. Ibérico,
de la C. Costero-Catalana y del S. Penibético.
La roca predominante es el granito. Su alteración produce diferentes relieves:
-arenas pardoamarillentas: por la alteración química del agua sobre el granito se
forman estos espesores en valles y zonas de poca inclinación.
-relieves graníticos por la alteración a partir de una red de diaclasas o fracturas: en las
áreas de alta montaña las rocas se rompen y se forman paredes verticales de roca y
aristas, en la base aparecen canchales (acumulaciones de fragmentos de rocas rotas).
En las áreas de menor elevación si las diaclasas son paralelas a la superficie, dan
lugar a la descamación del granito (la roca se disgrega poco a poco y da lugar a un
paisaje de formas redondeadas: domos) y si las diaclasas son perpendiculares
provocan la formación de bolas, que quedan amontonadas dando lugar al berrocal, en
éstos se forman tores (apilamientos de bolas), rocas caballeras (bolas situadas en
equilibrio sobre una de sus superficies más pequeñas) o caos granítico (bolas
dispuestas de forma caprichosa).
Área Caliza. Formada por sedimentos del secundario plegados durante el terciario.
Forman una “Z” invertida que se extiende por los Prepirineos, los Montes Vascos, el
sector oriental de la C. Cantábrica, el S. Ibérico, parte de la C. Costero-Catalana y la
C. Subbética. La roca predominante es la caliza, roca dura que se fragmenta en
grietas, pero se disuelve con facilidad con el agua de lluvia.
La caliza da lugar a un relieve complejo: el cárstico, cuyas formas características son:
-lapiaces o lenares: surcos o acanaladuras, largos y cortantes, producidos en las
vertientes por la acción de arroyos.
11
-gargantas, hoces o foces: valles profundos, de vertientes abruptas, causados por la
erosión de los ríos.
-poljés: depresiones o valles cerrados de fondo horizontal, pueden estar recorridos por
cursos de agua que desaparecen súbitamente por un sumidero o ponor, circulando
subterráneamente, en ocasiones el poljé puede inundarse temporal o totalmente.
-dolinas o torcas: cavidades que se forman en los lugares donde el agua se estanca,
con formas variadas (de embudo, de pozo, circulares) y en ocasiones se unen son
vecinas formando uvalas (depresiones de trazado complicado).
-cuevas: al infiltrase agua por las grietas del terreno y circular de forma subterránea se
crean complejos de cuevas, en ellas se forman estalactitas, estalagmitas, coladas…
-simas: aberturas estrechas que comunican la superficie con las galerías
subterráneas.
Área Arcillosa. Constituida por materiales sedimentarios poco resistentes (arcillas,
margas y yesos) depositados al final del terciario y durante el cuaternario. Comprende
buena parte de las depresiones: Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir y Ebro y las
llanuras costeras mediterráneas.
El relieve arcilloso es un relieve horizontal, son materiales no afectados por
plegamientos posteriores, y de erosión rápida. Los ríos abren valles dando lugar a
relieves suavemente ondulados. En las zonas áridas y sin cobertera vegetal las lluvias
torrenciales desgastan las vertientes, apareciendo hendiduras estrechas y profundas
separadas por aristas, que crean una topografía abrupta: las cárcavas. Su desarrollo
da lugar al paisaje denominado badlands.
En cada una de las tres áreas es muy común que aparezcan rocas de distinto origen y
resistencia. La erosión actúa entonces de forma diferencial dando lugar a distintos
relieves según la inclinación de los estratos.
a) Estratos horizontales: la red fluvial separa plataformas (mesas, muelas o páramos)
de cima horizontal y flancos suaves. Cuando los flancos se erosionan dan lugar a los
cerros testigo y después a los relieves residuales por erosión de la capa superior dura,
los antecerros.
b) Estratos inclinados: se forma el relieve de cuestas, donde se distingue un dorso (el
estrato duro inclinado) y un frente (estratos blandos). El retroceso de las cuestas por la
erosión da lugar también a los cerros testigos y los antecerros.
c) Estratos plegados: se forman dos tipos de relieve: el apalachiense y el jurásico.
El relieve apalachiense se forma sobre un relieve montañoso herciniano, arrasado y
rejuvenecido. La erosión diferencial deja al descubierto las capas duras, que forman
crestas paralelas, largas y estrechas, de altitud similar, y separadas por depresiones
abiertas en las capas blandas. Los arroyos pueden forman en las crestas pequeñas
12
hendiduras perpendiculares denominadas cluse (si existe el cauce es viva y si ha
desaparecido, muerta). Este relieve puede encontrarse en los valles del Eo y del
Navia, en la comarca de Somiedo, en los Montes de Toledo y en Sierra Morena.
El relieve jurásico se forma en las cordilleras jóvenes. Constituido por una alternancia
de pliegues convexos (anticlinales) y cóncavos (sinclinales). En los anticlinales la
erosión del agua crea valles perpendiculares a la cumbre (cluse) y valles paralelos
(combes), en los que el estrato duro queda en resalte en el borde de la combe. El
vaciamiento de los anticlinales deja en resalte entre ellos a los antiguos valles
sinclinales (sinclinal colgado), de modo que el relieve se invierte. La erosión total del
valle anticlinal dejará en resalte el anticlinal inferior (anticlinal exhumado) y se
reiniciará el ciclo. Estas formas pueden encontrarse en el S. Ibérico, la C. Cantábrica,
los Pirineos y las C. Béticas.
LOS SUELOS EN ESPAÑA: VARIEDAD EDÁFICA Y SUS CARACTERÍSTICAS.Atendiendo a la roca madre los suelos pueden ser silíceos (sueltos y permeables),
arcillosos (compactos e impermeables) o calizos (permeables y pastosos al
humedecerse). Hay que tener en cuenta que las especies vegetales presentan
preferencias respecto a sus asentamientos. Encontramos árboles que prefieren
terrenos silíceos y otros calizos.
EDAFOLOGÍA
La edafología es la ciencia que se ocupa del estudio de los suelos. El suelo es la capa
superficial que resulta de la alteración de las rocas y que contiene una multitud de
seres vivos y materias orgánicas (humus o mantillo) sujeta a muy distintas
transformaciones. Junto a estos componentes sólidos, también se hallan otros líquidos
en disolución y gaseosos.
Si trazamos un perfil del suelo observaremos que se distinguen una serie de capas a
las que llamamos horizontes (y no se deben confundir con los estratos). Hay suelos
incipientes que se encuentran en formación; en los maduros se distinguen los
siguientes horizontes:
1) Horizonte A
Es el más superficial, con gran contenido en humus y de color oscuro; el agua
transporta las sustancias hacia niveles inferiores.
2) Horizonte B
Es más claro por la ausencia de humus, distinguiéndose una primera capa que forma
con el anterior el suelo propiamente dicho y otra más profunda que recibe las
soluciones de las capas superiores.
3) Horizontes C y D
Se hallan en relación con la roca madre según esté o no meteorizada.
13
Los factores que inciden en la formación del suelo son de dos tipos: físicos y
biológicos. Entre los primeros destacan los materiales litológicos de los que procede:
el suelo será autóctono si es resultado de la alteración de materiales predominantes
en un lugar y alóctono si ha sido transportado. El clima es también muy importante
tanto por la humedad y precipitaciones (arrastre de sustancias) como por las
temperaturas que incrementan las actividades bioquímicas o la evaporación. El viento
y las pendientes acusadas favorecen su erosión. Entre los factores biológicos influye
tanto la vegetación de árboles y arbustos (empobrecimiento de los suelos o aumento
de la fertilidad) como las bacterias y hongos que favorecen la formación del humus.
Finalmente se ha de considerar la acción humana.
Los SUELOS del clima OCEÁNICO
Están bastante evolucionados y son ricos en materia orgánica. Las lluvias constantes
lavan los estratos superficiales y arrastran las sustancias fértiles hacia los estratos
inferiores. En todos los suelos ácidos el abonado es una exigencia para su
aprovechamiento agrícola. El tipo dominante es la tierra parda, que es una excelente
tierra de cultivo. Cuando la pendiente donde se asienta aumenta, puede dedicarse a
pastizales. En la zona oceánica también abundan los suelos jóvenes o ranker,
situados sobre roquedo silíceo en las zonas más altas o de mayor pendiente. Son
suelos sometidos a fuerte erosión, lo que explica su escaso espesor (el horizonte
orgánico reposa directamente sobre la roca madre). Sólo son aptos para pastos y
bosques, nunca para cultivo.
Los SUELOS del clima MEDITERRÁNEO
Se encuentran hoy muy alterados por la erosión y la acción del ser humano. Las rocas
calizas sufren un proceso lento de disolución del carbonato cálcico. Ello da lugar a
suelos de diversa riqueza, caracterizados por su color rojizo oscuro debido al óxido de
hierro. El suelo rojo mediterráneo constituye un excelente terreno de cultivo. También
podemos encontrar la terra rossa en proceso de formación por descomposición, cuyo
horizonte arcilloso reposa directamente sobre la roca madre caliza en algunas áreas
(páramos), lo cual produce frecuentes afloraciones rocosas que dificultan la
mecanización. Sobre él dominan los matorrales o bosques adehesados y cultivos
marginales como el almendro y el olivo.
En las rocas silíceas, como las del Oeste peninsular, la evolución del suelo es mucho
mayor. El tipo más característico es la tierra parda meridional, fácilmente erosionable
por su estructura suelta. Se dedica o bien a dehesas de encina y a pastizales pobres,
o bien, cuando se abona y encala (se añade caliza para corregir su acidez) a cereales.
En las arcillas “tenaces” (muy finas y cohesionadas) y margas surgen los vertisuelos,
que se hinchan cuando se humedecen y se contraen cuando se secan. Durante el
14
verano se abren grietas, que se rellenan con otros materiales. Es característico del
Valle del Guadalquivir y de la Tierra de Barros (Badajoz).
En las tierras de clima mediterráneo más árido los suelos dependen en gran parte de
la roca madre. El más característico es el suelo gris estepario o subdesértico, que
aparece en el sudeste peninsular y algunas áreas del valle medio del Ebro. Como la
vegetación que soporta es escasa y abierta, deja grandes espacios de tierra al
desnudo. Su aprovechamiento en secano es prácticamente nulo. En regadío es
bastante fértil; aunque hay que tener presente el problema de su fácil salinización,
debido a la acusada evaporación de las zonas donde se encuentra.
Los SUELOS del clima CANARIO
Aunque existe una amplia variedad de suelos (vertisuelos, pardos, rankers, etc)
destacan sobre el resto los suelos volcánicos, sobre todo basálticos, poco
evolucionados pero rico en componentes productivos.
CONCEPTOSRelieve, topografía, geomorfología, curvas de nivel, meseta, llanura, orogenia, erosión,
penillanura, cuenca sedimentaria, campiña, vega, páramo,cerro testigo:
PRÁCTICAS-Análisis y comentario de perfiles topográficos peninsulares o de Castilla y León en
diversas direcciones.
-Análisis y comentario de mapas de relieve de España.
15