boleta Mercantil fie Mea.

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bolet a Mercantil fie Mea. SÁBA O, 2 DB MAYO PB 1885. ¡DOS DE MAYO! ;Ob, de sangre y valor glorioso dial Mis padrea cuando niño me contaron Sushechos ¡ay! y en Ta memoria mia Santosrecuerdos de virtud quedaron' KSPRONCEDA. Otra vez conmemoramos los españoles con orgullo y con dolor aquella fecha sin rival en nuestra historia yen los anales de l mundo entero. Otra vez, al recordar á los mártires de nuestra independen cia nacional, al contemplar có- mo surgen en el espacio gran- des y altivas las tiguras de aque- llos valientes españoles que ha- ce setenta y siete años sellaron con su preciosa sangre el testi monio imperecedero de su patrio- tismo y de su lealtad, muriendo antes que consentir el baldón de la deshonra, antes que doblar la frente á la coyunda de un invasor aleve; al pensar en el saoritieio glorioso que nuestros padres se impusieron en aquella jornala sangrienta del Dos de Mato, pre- cursora de la derrota del guerrero más audaz que han visto los si- glos, y rayo de eterna prez v eterna remembranza para nuestra España, que dió ejemplo á la Eu- ropa subyugada de cómo saben jugar su vida los pueblos valero- sos cuando se miran ultrajados; al llegar ese dia de memoiias trágicas y sublimes, de enseñanzas portentosas y de homéricas ha zafias, al par que elevamos tri-te oración cristiana para las almas de los buenos patriotas, de los heróicos españoles que á prinei píos de la centuria que ya espira exhalaron su postrer aliento en holocausto de nuestra sacratísima nacionalidad, se exalta nuestro pecho, hierve la sangre en núes tras venas, orgullo santo y santa emulación hacen presa de nuestro espíritu, y allá, en lo más profnn- do, en lo más íntimo, en lo más pu rodé nuestro corazón levantamos un altar de amor, de gratitud, de admiración y de alabanza par a aquellos caracteres indomables, para aquellos varones fieros, para aquellos ánimos esforzados que en dia inolvidable probaron al mundo atónito que la nación honrada y digna en cuyos dominios llegó á no ponerse el sol, que el pueblo que sometió á su vasallaje tantos pue blos, que la España que luchó y venció durante siete siglos re- conquistando su arrebatada inde f>endeneia, no puede jamás vivir a vida ignominiosa del yugo ex traño, del envilecimiento y de la afrenta. ¡Oh, sí! De aquellos re>tos mutilados por las balas extranje- ras, de aquellos restos palpitantes que el Dos de Mayo de 1808 cubrieron las calles de Madrid, convertfUas en infiel no de espan- to y destrucción, de aquellos euer pos de mártires que tan caras habían vendido sus vidas al ejér- cito invasor, al ejército aquel que venía á dejar todos sus lauros y trofeos de conquista en nuestro suelo nunca impunemente profa nado, al ejército aquel que em briagado con sus proezas de Ma- reego, de Eylau y de Austerlitz ignoraba que para sus armas ha- bía de ser cada peñón de Espa- ña un JKoncesvalles; de aquellos cadáveres circundados con la au reola de la inmortalidad y del sufrimiento por la Patria, emigra- ban ¡ay! las almas en pos del seno del Dios de las Batallas, numen de las hazañas españo- las, protector de nuestra raza, y salían los últimos estertores anunciando la caida del Coloso y la reivindicación de nuestro deré cho escarnecido, dando ejemplo y dando aliento a los Castaños, á los Palafox, á los Alvarez de Castro, á los intrépidos y denoda dos españoles que, inermes, aban donados á su suerte y su bravura, tan alto habían de elevar el ben- decido nombre de la Patria. Honremos, otra vez, en esta conmemoración solemne, los Ma nes de nuestros padres; honre- mos la envidiable memoria de Daoíz y de Velarde y de todos aquellos que, inspirándose en su fecundo sacrificio, murieron en Madrid el Dos de Mayo de 1808, acreditando de manera sin igual que si los hijos de Esparta y de la república romana señalaron en la historia su patriotismo con pági- ñas brillantes, los españoles que lucharon ayer indefensos contra el Capitán del siglo y le vencieron defendiendo la independencia de la Patria y sus hogares, sus tradi ciones y sus santuarios, no deja- ron tan solo brillantes páginas en 1a historia; dejaron escritas con su esfuerzo y con su sangre epo- peyas inmortales, asombro de to- dos los tiempos, enseñanza de to dos los pueblos, admiración y estimulo y ejemplo de todas las edader. Honremos los leales, honremos, los que de la lealtad hemos hecho una religión que resiste á todas las intrigas y á tudas las persecu- ciones; honremos, los que adoia mus el prestigio y el honor de nuestra Patria dotando en una atmósfera que inficionar no pue den miserias y pasiones; honre- mos todos, honremos ios que abri gamos la arraigada convicción de que no se pueae ser leal sin cho- car con la perfidia; honremos, de- cimos, a este dia dr gloria y de dolor, el recuerdo santo de los leales españoles que el Dos de Mayo de 1808 murieron por la Patria legándonos el tesoro de sus virtudes y de sus hechos, y también el de los bizarros herma- nos nuestros que en igual fecha de 186fi, y en las aguas del Pací- fico, en aquel mar inmenso que desde que reflejó la audaz mirada de Ntiñez de Balboa lia sido te. 3 tigo de heroicidades españolas, tremolaron, airosa y respetada siempre, la bandera de nuestra insigne y esclarecida Esparcí! ASÍ SE ESCRIBE 1.1 HISTOIUA. Aun dada la liberta 1 absoluta de la prensa, del pensamiento y de las opiniones, no por eso habre- mos ilc admitir ni se admitirá nunca la libertad del error, de los apasionamientos, de ¡as acusacio- nes gratuitas, de los hechos fal- seados ó mistificados, poiqu rin verdad no hay historia posible, sin historia no hav experiencia, sin experiencia no hay cien ir., y sin ciencia la sociedad estaría co- mo desquiciada, fuera de su cen- tro. Y he aquí por qué el periodista que sabe llenar su misión debe oponer todo su esfuerzo para con- tener ese torrente devastador que amenaza envolverlo todo, común dirío todo, destruirlo todo y so- meterlo todo al criterio de una pasión política cualquiera; he aquí por qué el escritor no debe cejar un punto en esa salvadora tarea, así, para conseguirlo, tenga que desgarrar las entrañas de una parte de la conciencia pública, co- mo el arado desgarra las entrañas de la tierra. ¿Si la verdad no encuentra de cididos campeones, vi ios hechos desfigurados ó la-, o-uiretufias in- ventadas nu tienen á su vez quien clame por 10-- fueros de la razón conculcada, ¿a dónde volverá h ojos esa humanidad entre la con- fusión de ideas con que se la con- duce por un torbellino de pasio- nes? ¿ Qué hacemos ya los que por el camino del bien buscamos sinceramente,en cuanto escribe, la pluma, lo mejor para los puebl >.? Habíamos de comenzar por ¡a> anteriores r. il xiones para llegar á ocuparnos, aunque sea á la !i gera, de algunas trase-que hemos ■fisto en tres artículos de tres pe- riódicos distintos, los dos primeros referí ntes á Puerto-Rico, ye 1 ter cero que versa sobre j oli’ica de la Isla de Cuba. Es el primero de El Deber de San Germán, que establece como regla general de gobierno en es- ta Isla el Yo LO qUIKHO, YO LO MANDO, QUE LO SOMETE ToDO \ SU INCONTRASTABLE OMNIPOTENCIA. Así lo dice El Deber, y claro está que lo afirma bajo la sola autori- dad de su palabra, pues m> cita hechos ni podrá citarlos. ¡ Habráse vi-to! ¿Para quién escribirá El Deber? ¿Se habrá creído que todos men 'S él son dormidos observadores de lw> acontecimientos, y que nadie m s que él puede apreciarlo - con im- parcialidad? ¿Quiere el colega sangermefto citarnos un solo he- cho que se haya fallado bajo aquel criterio? Pues entonces com- prenderá que contra su afirma- ción gratuita no cabe má< que la negación rotunda. Y le repetiremos lo que en ocasión análoga escribíamos ha va tiempo. Si después de tanto como se tía concedido y modifi a- Jo nuestro régimen bav aun quien ¿e expresa cual si nada se hubiere hecho, ¿qué esperanza puede ha- ber de atraer á algunos al ca- mino üc la reflexión v de la cordura? Es el segundo artículo de hl Dia de Madrid, donde, so pretex- to de dar un bombo al Sr. Labra, -c* citan, comentan y transcriben algunos párrafos de un reciente discurso del expresado represen- tante sobre cosas y casos de esta Día; párrafos en que brilla la inexactitud al lado de la exagera ción é intolerancia más demoefú- ticas. Yaya un ejemplar: “El diputado americano recordó ios tiros, cuchilladas, violencias y coaccio- nes que acompañaron ¡as áitimas elec- ciones de diputados á Cortes en algu- nos distritos de la isla de Puerto-Rico, donde hubo muertos, contusos, patru- llas, ostentación de fuerzas, ingerencia de los jueces y ios alcaldes, suspensión de las votaciones, protestas numerosas y cansas criminales. Pero todavía es más notable qne los procesos iucoudos hace un año, después de muchas idus y venidas, de llevar y traer jueces, dner-' man el sceñ) de los justos, de modo que nadie espere el pronto y eficaz cas- tigo de los culpables." Esta es la reproducción. Aho- ra quisiéramos saber dónde está el original de que se -acó tan ho rrible copia, pue-. á la verdad, no sotros, que tenemos motivos para e-tar mejor enterados que el co lega de Madrid, no le conoce mo- ni sabemos que haya existido. ¡ Tiros, cuchilladas, violencias, coacciones que acompañaron las últimas elecciones de Diputados á Cortes tn algunos distritos de la isla de Puerto-Rico, donde hubo muertas, obtusos, trullas , os (ent’ iim de fuerza;! Lo extra- ¡lo es que entre los muertos y los j contusos no baya habido algún herido para completar el cuadro. Pues, señor, vamos creyendo que El Dia ha querido referirse ¡t al gima de esas elecciones que se celebran en los Estados Luidos del A orle, entre el fragor de ver- daderas bUaiias campales, pues lo que es aquí, eso Je muertos $ contusos en varios distritos nadie io ha vi-to, y tiene en su rnavor parte todas ¡as trazar de un verda fiero iMient > ó de una muy burda ci >n. No colega, no, aquí se suelen h icer las elecciones en medio de coa paz o tavirn r. di ho sea en honor de ete pac ífi o y honrado oaís, que condenaría siempre to- di clase de excesos de* esta nato r..Lz . LjÚuí.’o extraordinario que ha ocurrido v suele ocurrir, es allá por el Di-t rito de Vaneo donde acostumbra á salir i leeto el señor Labra, autor del párra- fo transcrito, que mejor que párrafo debiera llamarse tejido absurdo d ij inexactitudes y< on tradiiu iones por lo que á otros distritos se refiere, v en parte también al de Vaneo. Y ocurre a-í porque el paladín de la autonmni;. ¡io tiene on aquel di-tuto lúda- las simpatías que debe llevar un acta de Diputado, y porque !o¡- que lo apoyan no acaban de per- suadir-e (pie no es sistema el au tono mico que eche en esta tierra españoia las rail es que necesita- ría para subsistir y vivificar ia opiniones. De mo lo que, apura das las cuentas, el responsable iu directamente de algunos males que allí hemos debido lamentar, nunca tantos ni tales como lo: de-cribe el orador sería el mi-mo candidato, que no se retira d< ti nitivamente, á pesar de que su nombre viene a ser siempre en tre aquellos electores la manzana de la discordia. Es finalmente el tercer artículo del colega democrático El Li- beral. ¡ D mocráticos habían de serlos tres! No seguiremos á ó-te en sus lucubraciones sobre política de la Isla de Cuba, pute- ra la párrafo nos produciría un artículo, v no estamos completa mente para refutar cosas que de- saparecen al menor impul-o. Todo él e reducido á denun- ciar soñados actos de goi ierno, ocupando principal lugar las per sediciones de que dice es objeto en la mayor Antilia li prensa liberal (esto es, autonomista.) Lo (pie debería probar El Liberal para justificar su queja es (pie esa pren-a no falta a las leves ni á lo- reglameníos, porque ¡fi no poco adelantará. ¿Q fiero pie e dejen impunes las inlraccioucs? ¡Pues vava una democra i. que tanto ama la legalidad! ¿l*or qué no azi el grito al ver que un p“rio- dista ineondii iona! lia sido ence i rado en un calabozo por espacio de siete ú ocho meses, teniendo á la espalda veinte ó treinta cau-as más? ¡ < >h, imparcialidad! I’e io ¿que ha de buscar El Liberal legalidad é imparcioidad, cuando en el mismo artículo (remitido) so.-tiene que los cubanos deben ser los primeros en Cuba, dejan do atrá- á io- castellanos; pie 10.- cubanos deben ser los ingleses de un Canadá tropical? En presen, ia de todo esto ¿que hemos de hacer mis qué excla- mar: Asi se escribe la historia ? EL CONFLICTO. Determinados despacli >s de lo- últimamente recibidos vía Sin Tilomas anuncian graves noticia- acerca del conflicto anglo-ruso. A ¡as capciosas y reticente explicaciones dadas por Rufia a Inglaterra por el suceso que vino á complicar la situación, vemo que han sucedido en Inglaterra concesiones de créditos para hi guerra y mayor ¡ xeitaeión contra Rusia. La guerra se creía ya ine vi t a ble. También leemos une en el Afghaui-uan ha ocurrido un nu - va combate en el cual perdieron los rusos 2,000 hombres. Más decím aun los telegramas á (pie nos referimos, pues anadian -¡lie el Czar había salido para Moscou- con el objeto de proda mar la guerra. De modo que, según parece por todas estas noticias, si no se ha declarado ya la guerra entre liu-ia é Inglaterra, poco falta ya para ello, aunque, si bien .se mira, declarada virtualmente ya lo está. Difíciles sn, ya io hemos di- < ho, los momentos actuales para Inglaterra. ¿Podrá conjurar su marcha y salir airosa de los terri bles compromisos en que se halla -muida la podero.-a Aibiún ? El tiempo se encargará de dar la repue-ta. Después de trido, como liemos indicado va, v no es exclusiva opinión nuestra, la guerra entre los rusos y lo- ingleses es segura, más aun, incontrastable, si no ahora, mañana Dejemos que hablen los sucesos y esperemos. Mas no liemos de soltar la pluma sin convenir en que, con- forme avanza el progre-o material de los pueblos y mayormente pregón?!n las ideas de paz y de fraternidad, más v más abierto permanece el templo de Jano; y io peor <l-1 caso es que no vemos probabilidades de (pie se cierren sus puertas en ii£sucesivo. PR( )TESTAS. Que no impunemente se híer i fi ios sentimientos católicos de este pueblo, h;i t e demostrado siempre : y cada vi/qvie algún descuido o racionalista fanático pretendió atacar la Religión, ta en el senti- do de sus dogmas, ya en la per- sona desús Ministros. Una voz elocuente se levanta hoy desde el pueblo de Manatí, para protestar de la manera más euérgict contra las injurias por un tal Yuri en El País de Mava- güez bruzadas ála venerable faz del Río. P. Mrzuelos, de la Com cañía de Jesús, y al rostro de t paella culta población, con me- noscabo de la verdad y basta, se giíu parece, del decoro público. Señoras v señoritas distingui- das, hidalgos caballeros v bene- t éritiu ciudadanos, respetables acerd ife- son los que a’zan su voz contra aquellas injurias en la- protestas que se nos han remití dos y que á continuación inserta mos. Léalas el tal Vari y aprenda á re-petar lo que ha sido siempre digno de re-peto en todo pueblo euít >. líelas aquí: Lis señora ¡ que suscriben, ve- nias de esta población, educadas u ia Religión Cristiana, v perte- necientes casi touas ¡i ’as diferente- congregaciones religiosa- que se li .uran trib dando el culto debido a la Soberana R<fina de los Auge- •es, nuestro consuelo y amparo en esta vida mortal, la tb-rm'sima Madre de Nuestro Señor Je-u listo y duleí-iina Madre nuestra y de todos los pobres pecadores, j urotestamos vivamente contra los ¡ heréticos conceptos vertidos en el ! desdichado escrito que vió la luz !en El País de MayagUez. Pedimos á !a Virgen "Santísima ilumine al firmante \ uri " y á os desgraciados que como é¡ piensan, para que, abjurando sus errores, alcancen el perdón v la gracia de I )ios. Respecto á las . tensas que trata de inferir al Rdo. P. Mazuelos, creemos firme- mente que no alcanzarán á tan i virtuoso Sacerdote; y en cuanto lalas (¡ue dirige á este sensato pueblo, por nuestra parte, y no dudando interpretar fielmente los aritativos sentimientos de núes tros convecinos, le perdonamos de todo corazón. Manatí, 27 de Abril de IHHó. Luisa Giuiyta de Brnu.-t, Rosario Ramos de Üordonada, Pilooicnu Ruinó- le López, Ricarda Yé¡ez de Ramos, Trinidad Algarín de A., Josefa Ramos Vélez, Irene Algarín, Concepción (’ullazo de Calaí, Francisca Mongo di- Mediavdla, lVtrona Vega de Caluf, R-peranza Moroy do Portóles, Concep- ción Reventos de Urgell, Gumersinda Rodrigue/, de Mono , Buz Marrerod* ('olí i/,0, Herminia l’adró de /. ruto, Adelina Giménez de Collazo, Manuela Martínez de Mórev, (armen D. de Ba- rreras, Carmen C. de Domínguez, Jo- fa D. de Barreras, Eulalia O. de Bou, Rita M. de Iglesias, 1-abel Viz- earrondo de Góme*, Uiouisia de Miran- la, Josefa E. de Rosario. Luisa Igle- sias, Rosario Cebollero, Asunción Ce- bollero, Bárbara Dávila de R, Gavina M. de Cebollero. Manuela ('ó rdova Je Ramírez, Adela C. de Gaudía, Cesaren Vélez, Oliva Vélez, Isubel Sazal de Es- pinóla, Mareóla P. de Villa mil, Leoca- dia M. de Nadal, María Juana Menén- drz. Antonia González, Juana llnech de ('asellas. Juana Puente, Übaldina Julia de l’avia, Josefa M. ce Simó, Luisa M. de Simó, Oliva Ai. de Si- mó, Emeteria Bonhome, Regina Re- yes, Crispina Bou lióme, Carmen R. *¡e Bonh-'ine, Primiiiva M. de Arro- vo, María Reventos de Florido, Mir- tina Maldimado de Salas, Paula Mal- donado, Eduvigis Marrero, Josefa Ce- bollero, A ruego de Dolores Rodri- go z, por u i saber firmar, Paula Mui- do nado, Petrona li. Je Situó, Vicenta Mayor de Nadal, Balbiua Barbans, Ddores Nadal de Yaldés, Mercedes Gumá de Retos, María del Pilar Gu- uiá. Alejandrina Dávila, Asunción Na- vedo, Lucía Rodríguez de Ríos, Luisa R. de Acevedo, Epifanía Maldnuado le Berrios, Dolores R. de Meléndez, j Carmen Cañ-te de Níu, Eloísa Nía de Au irade, Concepcióu Níu y Cañ te. •Sr. Director tH Boletín. Manatí, Abril 27 de ISBS. Muy señor mió: Ruego á V. la inser ión de las siguientes líneas en las columnas de su ilustrado periódico, por cuyo favor le anti- cipo las más expresivas gracias. Queda de Y. atento y S. S Q. B. S. M. Benito Puio. Como -Párroco de este mi ama- do pueblo de Mauatí, declaro: I? Que es falso de todo punto ¡ue nadie, si no yo, baya invitado al R. P. Máznelos, de la Compañía de Jesús, ¡i pasar en esta pobla- ción los dias de Semana Santa. 2? Que son calumniosas é ín dignas de toda persona bien na- cida las inexactitudes que en el periódico El País de Mayagiuz uúm. 87, vierte el jovoin 1). Anto- nio Yéltz (a) Yuri.' 3? Que en nombre de mi digno compañero el 11. P. Mazuelos, pro te-to con toda mi alma contra la brutal manera de haber sido tra- tado este señor, no ya como mi- nistro de Jesucristo, sino como simple particular. 4? (¿ue en nombre de mis que- ridos feligreses, protesto igual- mente contra los graves insultos que les han sido inferidos por el citado joven Yuri ; y por úiti mo: Que con esta fecha me dirijo á mi superior jerárquico, dándole conocimiento de lo ocurrido para la resolución que estime conve- niente; Me adhiero en un todo a la an- terior manifestación. Pbro. Ju \N Arnai , Coadjutor. A QUIEN CORRESPONDA Los que abajo suscriben, con el doble carácter de vecinos de este pueblo, y católicos sometidos por la misericordia de Dios á las en- señanzas del \ icario de Cristo tn la tierra, protestamos con toda eoergía contra lo expresado eti el Boletín Mercantil. incalificable escrito, inserto en ei periódico El País núm. 87, que se publica en M lyagiiez, > firma* do por Yuri ", ó sea el conveci- no, hijo de familia v mayor <ie 2U arlos, D. Antonio Vélez. Pedimos, v si no la protección á la religión del Botado que es la (’atólica, v católicos somos nos- otros, al menos que se nos respe- te en la práctica de nuestro culto, ya (pie por de-ora ia se nos in ulta en provincia española de una m mera tal, que no h i sucedi- do á los católicos que viven en países protestante o . \ afirmamos que, si se permi- te injuriar eu letras de molde á nuestras esposas, ¡í nuestros hijo*, á nosotro* mismos, ó todo lo má* ¡caro del corazón; si se permite •ate los Sacerdotes de nuestra Santa Religión sean, escarnecidos y tratados de ia manera mas ini- cua y soez, el fin de la jornada podrá ser alguna escena de fatal desenlace, cava responsabilidad caetá de lleno sobre quien puede y debe so tener ios derechos que ú cada uno corresponden. Manatí Abril*27 de IHBS. Francisco Brnnet, Venancio Borno- nada, José A. Parra, Jocé A. Espinó- la, Antonio Muréy, Pedro Arman, Agnstib Collazo,' EmilWuo Z?rnt>, Genaro Gómez Labrada, Guillermo '’erdá, Benito Morey, Federico Calaf, Florentino L pez, Salvador Calaf, An- gel Villamil, Eceqniel Mediavítla, por Lorenzo A royo S 'gundo Román, Se- gando Román, Fidel Be ñeros, Fran- cisco Roneros, Rosendo Gtiraó, Anto- nio Pneute, Leandro Romero, Maunel Villamil, José Padró, Joaquín Ramí- rez Fernando Simó, Ecequiel Atnucis, Jesús Ahniroty, Antonio Lago, Da- mián Monserrat, Francisco Cortés, Jnan Pnjal, Epiliuiio (’ollxzo, Antonio Fernandez, Andrés A. Me én lez, Ven- tara Piñot, A. Pórtela, Joan Simó y Marrero, por mi Sr. Padre Antonio Si- mó, Juan Simó, Eulogio Nonclie, Juan A. Ramos. SIMO 111 Mil) V lililí. Por el contexto de la (rúcela oficial de Santo Domingo (fecha 25 del próximo pasado) vemos .pie lian estado ¡i pique de tener complicaciones sena* aquella re- pública vla de Haití. ¡La bisto ría de siempre! Parece ser que el runo! de que Haití había rebasado la frontera v la equivocada interpretación que se diera en Santo Domingo á un envío de Lidies hecho por el Gobierno haitiano á Pont Liberté habían causado en la república dominicana gran excitación. Todo el mundo creía inminente la guerra entre las dos repúblicas ile la antigua K pallóla. Por fortuna, el gobierno domi- nicano envió ú Haití á un Dele- gado, el señor Garrido, quien tu- vo con el Presidente haitiano Sa- lomón extensa conferencia Las explicaciones que dio Salo- món á Garrido fueron bastantes á desvanecer todo temor de gue- rra y las cosas volvieron á su cauco. Terminada la conferencia oti cial, ocurrió lo que relata en la- siguientes líneas la Gaceta: Después de lo cual, entreteniéndo- se Sn Excelencia por rúas de una hora con el Delegado, le dio las explicacio- nes mas satisfactorias respecto de las medidas tomadas por el Gobierno de Haití y que han servido de pretextos á propagandas tendentes á inquietar á las dos Repúblicas. A-i mismo es- plicó Sn Excelencia al Delegado el en- vió de Lióles hecho á Fort-Liberté pa- ra las tropas de este departamento, qne carecían completamente de ellos. Fueron servidos refrescos. Su Exce- lencia brindó por la felicidad de la Re- púlele i Dominicana, por la anión de los dos pueblos hermanos, y por la conservación de Su Excelencia el Pre- sidente Billini y sn Gobierno. El señor Delgado briudó por la pros- peridad de Haití, por su progreso ma- terial y moral, y por la felicidad de Su Excelencia el Presidente Salomón. En otra parte dice el mismo periódico: ■“ Lejos está el señor Presidente Sa- lomón de hostilizar á esta República. Opóueuse á ello tanto los sentimientos de simpatía qne este pueblo le inspira, y de cuyas protestas hechas por él no cabe dudar, como su manera de pensar eu política. Las siguientes palabras pronunciadas por aquel Magistrado, cuando habíal a con nuestro comisiona- do el Sr. Garrido, así lo acreditan: “Yo daría al mundo prueba de iucapacidad política, si pensara, siquiera un mo- mento, eu hostilizar á la República Dominicana. El Gobierno cree y espera qne el pueblo dominicano, ante las segurida- des de paz dadas y las explicaciones hechas por el Gobierno de Haití, aca- llará las alarmas que el patriotismo excitado promovió. Como remate del asunto,la Ga- ceta publica también las comuni- caciones que mediaron entre los gobiernos dominicano y de Haití. lodo lleva al ánimo la comple- ta persuasión de (pie ba desapare- cido, por entero, la inminencia de la guerra que se presagiaba entre ambos pueblos. De todas veras lo celebramos, HllillM DK LA BELLEZA. CORSÉS, TACOS Y COSMÉTICOS, AI Tratar de la belleza ,já quién pue- de ir dirigido el escrito, que no sea A las* descendientes de la hermosa y tentadora Eva? En esa mitad del género humano ha derramado nuestra madre la naturale- za todos los encantos de su facultad cieadora, y ha escanciado la copa de los atractivos para hacerlas agradables y fascinadoras A la otra mitad de la hu- manidad; al sexo fuerte, inteligente y dominador, al hombre. Por eso la mujer, cuyo mismo iustiu fco le indica que uno de sus ftues oocip- les es agradar al hombre, ha de dedi- car {¡arte de su atencióu al perfecciona- miento do su belleza, ya con la obser- vancia de prácticas higiénicas, tendeo tes á la conservación do su hermosura y sa salud, ya evitando neos y moda- nocivas, ya procurando corregir ó ha- llar alguna imperfección ó alteración orgánica ó fisiológica que canse diso- lución, ya desechando el uso de sus- tancias perjudiciales qne la industria recomienda con frecuencia como pana- cea- de hermosura y juventud para ex- plotar A las crédulas y ligeras; en fin. la mujer debe emplear todos los medios naturales para, sin quebranto de su sa bul, aparecer fantástica y fascinadora al Hombre, basta á los de más rebelde espíritu prosaico ó materializado. Por cooperar á este fin es qne trazo estas líneas, haciendo algunas indica- ciones sobre el corsé, los tacos y lo- cosméticos, puntos en los qne no andan d acuerdo a higiene y la moda, y sin embargo la primera mira por la con- serva ión de vuestra hermosura y sa- lud verdaderas, y la segunda os arras- tra por mi i fingida y pasajera belleza, conduciéndoos inevitablemente á la enfermedad y hasta tai vez á la muerte. Li mujer ha de mirar por la conser- vación de su belleza, liemos dicho ¡pe- ro légaña podrá preguntarnos: ¿Y en q íj hace i- vos consistir la belleza? He a ¡ni nna contestación difícil. Li belleza coin > perfeccióu absoluta uo se encuentra en nuestro planeta, la tierra: aquí solo podemos juzgar de la belleza relativa, y aún ésta resulta distinta y hasta antagónica, según el qne refle- xiona ó juzga acerca de ella: a-í vemos qne entre los griegos, pueblo que, se- gún nuestro modo de ver, es el qne ha sabido interpretar mejor la estética, la belleza tísica se hacía consistir eu la redondez de los contornos, en la perfección de las líneas y en la pro[x>r- ción exacta -e las partes del cuerpo humano, resaltando con el color blanco y aquel conjunto armónico, qne aún nos hace admirar del recnerdo de sus aras escultóricas, copias más ó menos fieles de ia hermosura de las mujeres de ese pueblo artista por excelencia. Mis esto nos extasía á nosotros que somos descendientes de esa misma raza, aunque bastante degenerados; pero e' chino, por ej un pío, poco se admirará de esa belleza que á nosotros nos arro- lla, y en cambio é! quedará extático an te una mujer de s t raza, de color ama- rillo pajizo, de ojos oblicuos, pequeña, de pómulos salieutes y cou una gran trenza en su occipucio: el africano qne dará admirado al contemplar su com- pañera, negra como el ébano, de nariz chtu, ojos pequeños, pelo corto y en- crespado, asomando en medio de sa- labais gruesos y abiertos unos dientes blancos y gr mies: y hasta hay pueblos j u * se hora lau los labios y se ponen un gran anillo de madera en medio, por donde lubeiii constantemente, y en or- to hacen eomustir la belleza. Ademá- de esta belleza, que podemos llamar .le razas, hay otras distintas clases; a-t existe la belleza de edad; la del niño resalta por un conjunto de circunstan- cia- distintas á la belleza del adulto y á ¡a de un anciano venerable que m s inspira respeto v cariño por la soya. Hay la belleza femenina y la belleza masculina. Se juzga de la belleza de !i.-tiuta manera según el gusto, iucli- uacióu y basta educación del sér bu mano; a-í uno gusta de la mujer de co- lor moreno, otro de las blancas; uno- de las alta-, otro de las bajas; unos de las del pueblo, otros de las ariaocráti- cas, y a.-í antagónicamente en todo lo demás. Mas á pesar de toda esta barabúnda de opiniones, nuestra raza, nuestro pue- blo, nuestra época hacen consistir la belleza más eu las br.euas cualidades fí-icas, morales é intelectuales reunid:.s en un individuo, que en la sola perfec- ción de la parte material; y así má- nos agradatá hoy la mujer qne á tu a mediana hermosura reúna grácil, mo- destia, virtud y una regular educación, que las Elena, Cleoputra, Baf> y otro modelos de hermosura de la antigüe- dad. Empecemos, pnes, por decir algo acerca del corsé. Ese aparato perui- eiosc para la mujer, se comprende que fué inventado para ocultar una gran imperfección del cuerpo de alguna mu- jer de influencia y gran posición socio: solo así se explica iuveneión tan funes- ta y que tales suííiaúeutos produce, siendo hasta contraria al desarrollo un- tura! de ¡a especie humana. Porque no hay quien ignore qne la forma que se pretende dar al pecho ó tórax con la aplicación del corsé, eom primiendo el cuerpo por la cintura, basta llegar á formar esos talles de avispa, es contraria de todo punto á la conformación natural del pecho, qne presenta la bise de su caja ó sea ia abajo y el vértice hácia arriba: de mo- do qne se procura invertir el orden im- puesto por la sabia naturaleza, y de aquí sus fatales consecuencias, como siempre qne se violan las reglas de es- ta cariñosa madre. Las antiguas mujeres griegas y ro- manas, que se nos suelen citar como modelos de hermosura, lncían su pe- cho ancho con sus bellos contornos re- dondeados, á causa de emplear su ro- paje suelto, holgado y ligero; uo com- primían sn cuerpo como muestras be- llas de la actualidad cou ese instru- mento de tortura, todo cruzado de varillas de acero, que prensa el cuer- po de nuestras mujeres, llamado corsé, conviniéndolas en fignriues rígidos y exponiéndolas á sinnúmero de sufri- mientos. El corsé, comprimiendo la base del pecho, se convierte su fuente de infini- tas y penosas enfermedades. Esta compreeióu es nn obstáculo al libre ejercicio de las principales funciones de la economía; asi la respiración, la circulación, la digestión, la nutrición y hasta la fecundación se entorpecen; d aquí las afecciones del aparato respira- torio y como término la tisis; las afec- ciones del corazón, del estómago, de los intestinos, vicios de nutrición y de- sórdenes uterinos, y como consecuen- cia de todo arrastrar nuu vida penosa y la muerte prematura. Es más; este pernicioso aparato tras- mite sus fatales resultados hasta las generaciones venideras, pues además de las enfermedades qne engendra en las madres, que necesariamente se trasmiten á los hijos, obra también directamente sobre el órgano genera- dor, siendo nna de las causas de sus muchos padecimientos, que se van ha- ciendo muy frecuentes en las grandes poblaciones modernas. Ahora consideremos el corsé bajo el aspecto qne más llama la atención de la mujer, como aparato para hacerlas presentar nn buen talle. ¿Quién les ha dicho qne la belleza consiste en presentar el cuerpo com- primido y dividido en dos partes ani- das por una cintura hiperbólica? Có- mo no comprenden que el talle así comprimido Uesfigitra sm contornos y líneas correctas natnrales, que consti- tuyen la belleza humana? Créanos nuestra generación femeni- na: cualquier hombre, tanto el de gusto más refinado como el de más chabaca- no, optará por una mnjer hermosa y que tenga su talle, aunque ancho, nata- ral, y despreciará la que se destrnye la salud y la hermosura comprimiéndose íiesraesnradaraente, aunque le presen- te el talle de avispa. AH, pues, mnjeres hermosas; debei dejar ese aparato para corregir los de- fectos físicos de los que hau tenido la desgracia de recibir algunos de la na- turaleza; pero vosotras no os lo debeis aplicar pnes solo os sirve para presen- taras ridiculas á la sociedad, para iros enfermando paulatinamente, hacién- doos perder vuestra natnral belleza y conduciéndoos insensiblemente y en edad temprana al sepulcro. fraternos ahora, annqne ligeramente, la segunda parte, la de los tacos. La caprichosa moda ha hecho consistir la belleza del pié en la forma delgada y pequeña, y de ahí el calzado estrecho y con los tacos al centro de la plan- ta para aparentar la peqneñez del pié Esto tiene sns graves inconvenientes: el calzado errecho comprime el pié, expone á sufrir violento- dolores, hace fáciles la- caídas y produce nn andar violento, inestable y hasta feo. El ta- cón, en el centro de la suela de la plan- ta y alto, carao se usa hace tiempo, es una de las invenciones mas fatales que ha podido crear la moda para el sexo bello. En la posición vertical el cuerpo descansa sobre el talón y la par- te anterior del pié; y a*í con nn calza d 1 cómodo, de suela resistente y de taco ancho, debajo del talón, la mnjer verificará la progresión y ia es ilición fácil y con solidez, sin exponer- se a torceduras, á caídas y fracturas y á presentar un aa dar vacilante y ridí- culo; por lo que debe desechar comple- tamente, toda ¡a que en algo se precie, esos tacones de invención francesa, in- troducidos por la presunción y la co- quetería, largos, estrechos, eu forma de cono truncado, y situados, p ira aparen- tar el pié pequeño, en el centro de la p anta, faltando aH d todas las reglas de la conveniencia y de la higiene. Terminaremos, pues, estas ligeras nociones de higiene de la belleza con algnnas indicaciones sobre loscosméh- eos. Entiéndese por cosmética el arte de cultivar y conservar la belleza del cuerpo, y en otro sentido, el de com- batir los defectos y disimnlar las im- perfecciones naturales ó adquiridas. A-í, pues, cosméticos serán las sustan- cias ó preparaciones propias para con- servar la bellezadel cuerpo y para com- batir y disimular las imperfecciones naturales ó a Iquiridas. Este arte es muy antiguo en la hu- manidad: desde los primeros tiempos la mujer comprendió que su arma mas poderosa para dominar al hombre era la belleza y que su reinado acabaría con esa cualidad; <L* ahí los iucesau- tos esfuerz >s para la conservación de sn hermosura, que dió origen á la cos- mética. L i mitología nos cuenta qne Venus trajo del Olimpo un agua mara- villosa á Adonis y Faou, dos jóvenes griegos, que fueron los mas hermosos de su tiempo: en su principio los dis- cípulos de Esculapio, junto con el arte de conservar la salad, la higiene, culti- varon el arte de conservar la belleza: después los grandes descubrimientos y adelantos de la alquimia, al convertir- se eu la química, prestaron sns valiosos conocimientos aumentando prodigiosi- nieute el número de lus cosméticos, y últimamente, multiplicados al infiuito estos secretos por el espíritn indus- trial de los tiempos modernos, selmcon- vertido el arte en campo de explota- ción para charlatanes y qni micastros. No hay duda qne de los muchos cosmé- ticos conocidos, los pocos que hay bue- nos y de algnti resultado positivo pue- den emplearse por la mujer, ya para conservar hasta edad avanzada los encantos de su hermosura, ya para ocnltir un poco los estragos dolos años, ya para aumentar los atractivos de la juventud, que tan tácilmeute de- saparecen, ya para disimular alguua imperfección física, natural ó adquirida, ó para corregir alguna alteración de las funciones fisiológicas, de esas qne n > se oponen á la aparente salud y sin embargo son desagradables, arras- trando, amique inmerecidamente, la critica de ia sociedad. Pero hay qne tener mucho cuidado; al lado de una sustancia buena se en- cuentran centenares de nn resultado fatal para la belleza y para la salud. Existen mil preparaciones qne todo lo prometen para arrastrar á las crédulas, las confiadas y las desesperadas, hechas por viles industriales, y que contenien- do sustancias nocivas como el plomo, el mercurio, la potasa, el nitrato de plata etc., sonde nn resultado pernicio- so para la belleza y la salud. De ahí tanto cutis mauchado, tantas arrugas prematuras, la calvicie, la caries y caída de los dientes y mil imperfeccio- nes qne ñutamos cou frecuencia en la sociedad de las ciudades y grandes po- blaciones, hasta en la gente joven, y que tan raras son en los habitantes de los campos. Así, pues, como los cosméticos van desapareciendo del uso diario, qnedau- do reducidos los que se usan por la gente de buen tono á muy pocas sus- tancias simples y conocidas, uo cree- mos necesario ni convenieute entrar en detalles sobre los cosméticos más usuales para el pelo, para el cutis, para los dientes etc., pues las mujeres se ven convenciendo de la inutilidad de la mayor parte de los cosméticos, siendo conveniente el qne se persuadan de que ia mejor de esas preparaciones cosmé- ticas es la limpieza, la sencillez, la so- briedad, el ejercicio y el trabajo mode- rados, las distracciones naturales y, en fin, la práctica de las virtndes. Dr. M*** EL SR. BELLIDO. I). Julián Ramón Giménez y Bellido, Alcalde actual de Cabo- Rojo, con gran satisfacción de los vecinos de aquella población, fué en 1863 Comandante Militar de Naguabo, cuyo puesto conservó basta 1 HG<i, en que pasó a prestar sus servicios c la Península. En 1870 regresó á Puerto-Rico, v ocupó el puesto de 2” Jefe del Batallón de Valladolid,hasta 1872. En esta fecha ash andi ó á Teniente Coronel y pasó á desempeñar la Comandancia departamental de Aguadilla. m En 1874 fué destinado á la Isla de Cuba, mandando un batallón en operaciones, y allí continuó hasta 1876, que volvió á Puerto Rico de Gobernador del Castillo de San Cristóbal, Eu 187b obtuvo su retiro con el grado de Coronel, y dos meses después fué nombrado Alcalde de Vega-baja, en cuyo puesto siguió hasta 1884, renunciando en esta época por motivos de salud. De la manera que sirvió en la Villa de la Vega ai señor Bellido fe el acta del Ayuntamiento de dicha localidad, en Ja que, al darse cuenta de su renuncia, se le califica de empleado probo y de vecino amante del progreso y de la prosperidad local . Do la conducta y de los antece- dentes del señor don Julián Gi- ménez y Bellido responde la pla- ca de San Hermenegildo que os- tenta en su pecho, y que repre- senta 35 años de servicios á la patria, y de servicios sin la me ñor tacha en la conducta oficial y particular. Creemos con esto dejar sufi- cientemente satisfecho á un cole- ga liberal que, al acoger ciertos ataques contra la personalidad del señor Bellido, ha dado al olvido que, por consecuencia del vínculo matrimonial, se halla enlazado dicho caballero, desde 1862, con una tan dilatada cuanto distingui- da familia Cabo-rojeña, cuyos miembros son casi todos correli- gionarios del colega impugnador. EL MUERMO. De e*ta enfermedad asquerosa y propia comunmente de la raza caballar se ha presentado algún caso Je contagio á seres raciona- les en la ciudad de Mayagiiez. El suceso tenía un tanto alar- mada á dicha población, y no es para menos, pues se temía que el contagio adquiriese mayores pro- porciones, lo cual hubiera sido y sería horrible. Fot fortuna las acertadas medi- das del Gobierno impedirán pro- bablemente el curso del mal. La °a!ida de e.-ta población del Vete- rinario Sr. Ortíz ha producido gran resultado para el estudio de dicha enfermedad. Inmediata- mente fueren sacrificados catorce caballos atacados de aquel mal, y otros tantos se pusieron en obser- vación. Muy acertado nos parece. Pa- ra evitar los peligros lo primero es extirpar el foco. ¡ E>to nos faltaba! Pero quiera Dios que con la sensible pérdida de un honrado vecino cese el pe- ligro del daño que teme. OBITO. De una triste noticia nos hemos enterado con pena. Ha fallecido en Mayagüez, tras fatal dolencia, el respetable anciano, antiguo amigo y correligionario nuestro, señor don Pedro de Nieva. Era el señor don Pedro de Nieva, que en pocos dias ha baja- do al sepulcro, un digno ciudada- no y probo comerciante, general- mente apreciado en Mayagüez por sus buena cualidades. En política, ya lo hemos dado á entender, figuraba en las filas del partido Incondicional, de cuyo Comité local en Mayagüez formó parte durante largo tiempo Ul- timamente venía siendo Presiden- te del Círculo Hispano Ultrama- rino de aquella Ciudad. Reciban por tan sensible des- gracia los deudos del señor Nieva nuestro más sincero pésame, y goce ei alma del finado la eterna Bienaventuranza que el Omni- potente tiene deparada á los jus- tos. Los señores Arrillaga y Cos., de esta plaza, nos han remitido, por cuenta y encargo de don J. Angu- lo, de San Sebastián, la cantidad de $3’35 con destino á la suscrip- ción abierta en el Boletín á favor de la familia del que fué nuestro compañero en la prensa señor don José Joaquín Ribó (q. e. p. and.). La sujpa de referencia la he- mos entregado al Depositario Sr. DeWValle. Según carta de un estimado amigo de Humacao, que recibi- mos ayer, vemos que además del Sr. Jefe de Sección de Orden Público é individuos que en otro número consignamos, pres- taron muy buenos y relevantes servicios en el descubrimiento de los monederos falsos y captura de los mismos, el celoso Alcalde de aquella villa, nuestro amigo el señor Carrera, el Sargento de Po- licía Martínez, el Cabo Manuel Gómez y el Guardia Ramón de Jesús Expósito. Lo celebramos, porque ello ha- bla muy alto de los señores men- cionados. Un amigo nuestro de Juncos y su apreciable familia han estado á punto de ser víctimas de nna des* gracia terrible. En momentos en que, en una de estas últimas noches, se encon* traba aquél tranquilamente en su casa en compañía de su esposa é hijo, sonó fuera una detonación de arma de fuego, clavándose un proyectil á una vara de distancia del sitio en que ocupaban aqué* lias. Como se ve, el hecho reviste gravedad y pudo llenar de luto á una familia pacífica y honrada. De esperar es que se luyan tomado en Júneos las medidas necesarias para esclarecer el suce so y evitar enérgicamente su re< petición^ 2

Transcript of boleta Mercantil fie Mea.

bolet a Mercantil fie Mea.SÁBA O, 2 DB MAYO PB 1885.

¡DOS DE MAYO!;Ob,de sangrey valor glorioso dial

Mis padrea cuando niño me contaron

Sushechos ¡ay! y en Ta memoria miaSantosrecuerdos de virtud quedaron'

KSPRONCEDA.

Otra vez conmemoramos losespañoles con orgullo y con doloraquella fecha sin rival en nuestrahistoria yen los anales del mundoentero.

Otra vez, al recordar á losmártires de nuestra independencia nacional, al contemplar có-mo surgen en el espacio gran-des y altivas las tiguras de aque-llos valientes españoles que ha-ce setenta y siete años sellaroncon su preciosa sangre el testimonio imperecedero de su patrio-tismo y de su lealtad, muriendoantes que consentir el baldón dela deshonra, antes que doblar lafrente á la coyunda de un invasoraleve; al pensar en el saoritieioglorioso que nuestros padres seimpusieron en aquella jornalasangrienta del Dos de Mato, pre-cursora de la derrota del guerreromás audaz que han visto los si-glos, y rayo de eterna prez veterna remembranza para nuestraEspaña, que dió ejemplo á la Eu-ropa subyugada de cómo sabenjugar su vida los pueblos valero-sos cuando se miran ultrajados;al llegar ese dia de memoiiastrágicas y sublimes, de enseñanzasportentosas y de homéricas hazafias, al par que elevamos tri-teoración cristiana para las almasde los buenos patriotas, de losheróicos españoles que á prineipíos de la centuria que ya espiraexhalaron su postrer aliento enholocausto de nuestra sacratísimanacionalidad, se exalta nuestro

pecho, hierve la sangre en núestras venas, orgullo santo y santaemulación hacen presa de nuestroespíritu, y allá, en lo más profnn-do, en lo más íntimo, en lo más purodé nuestro corazón levantamosun altar de amor, de gratitud,de admiración y de alabanza par aaquellos caracteres indomables,para aquellos varones fieros, paraaquellos ánimos esforzadosque endia inolvidable probaron al mundoatónito que la nación honrada ydigna en cuyos dominios llegó á noponerse el sol, que el pueblo quesometió á su vasallaje tantos pueblos, que la España que luchóy venció durante siete siglos re-conquistando su arrebatada inde

f>endeneia, no puede jamás vivira vida ignominiosa del yugo extraño, del envilecimiento y de laafrenta.

¡Oh, sí! De aquellos re>tosmutilados por las balas extranje-ras, de aquellos restos palpitantesque el Dos de Mayo de 1808cubrieron las calles de Madrid,convertfUas en infiel no de espan-to y destrucción, de aquellos euerpos de mártires que tan carashabían vendido sus vidas al ejér-cito invasor, al ejército aquel quevenía á dejar todos sus lauros ytrofeos de conquista en nuestrosuelo nunca impunemente profanado, al ejército aquel que embriagado con sus proezas de Ma-reego, de Eylau y de Austerlitzignoraba que para sus armas ha-bía de ser cada peñón de Espa-ña un JKoncesvalles; de aquelloscadáveres circundados con la aureola de la inmortalidad y delsufrimiento por la Patria, emigra-ban ¡ay! las almas en pos delseno del Dios de las Batallas,numen de las hazañas españo-las, protector de nuestra raza,y salían los últimos estertoresanunciando la caida del Coloso yla reivindicación de nuestro derécho escarnecido, dando ejemplo ydando aliento a los Castaños, álos Palafox, á los Alvarez deCastro, á los intrépidos y denodados españoles que, inermes, abandonados á su suerte y su bravura,tan alto habían de elevar el ben-decido nombre de la Patria.

Honremos, otra vez, en estaconmemoración solemne, los Manes de nuestros padres; honre-mos la envidiable memoria deDaoíz y de Velarde y de todosaquellos que, inspirándose en sufecundo sacrificio, murieron enMadrid el Dos de Mayo de 1808,acreditando de manera sin igualque si los hijos de Esparta y de larepública romana señalaron en lahistoria su patriotismo con pági-ñas brillantes, los españoles quelucharon ayer indefensos contrael Capitán del siglo y le vencierondefendiendo la independencia dela Patria y sus hogares,sus tradiciones y sus santuarios, no deja-ron tan solo brillantes páginas en1a historia; dejaron escritas consu esfuerzo y con su sangre epo-peyas inmortales, asombro de to-dos los tiempos, enseñanza de to

dos los pueblos, admiración yestimulo y ejemplo de todas lasedader.

Honremos los leales, honremos,los que de la lealtad hemos hechouna religión que resiste á todaslas intrigas y á tudas las persecu-ciones; honremos, los que adoiamus el prestigio y el honor denuestra Patria dotando en unaatmósfera que inficionar no pueden miserias y pasiones; honre-mos todos, honremos ios que abrigamos la arraigadaconvicción deque no se pueae ser leal sin cho-car con la perfidia; honremos, de-cimos, a este dia dr gloria y de

dolor, el recuerdo santo de losleales españoles que el Dos deMayo de 1808 murieron por laPatria legándonos el tesoro desus virtudes y de sus hechos, ytambién el de los bizarros herma-nos nuestros que en igual fechade 186fi, y en las aguas del Pací-fico, en aquel mar inmenso quedesde que reflejó la audaz miradade Ntiñez de Balboa lia sido te. 3tigo de heroicidades españolas,tremolaron, airosa y respetadasiempre, la bandera de nuestrainsigne y esclarecida Esparcí!

ASÍ SE ESCRIBE 1.1 HISTOIUA.Aun dada la liberta 1 absoluta

de la prensa, del pensamiento y delas opiniones, no por eso habre-mos ilc admitir ni se admitiránunca la libertad del error, de losapasionamientos, de ¡as acusacio-nes gratuitas, de los hechos fal-seados ó mistificados, poiqu • rinverdad no hay historia posible,sin historia no hav experiencia,sin experiencia no hay cien ir., ysin ciencia la sociedad estaría co-mo desquiciada, fuera de su cen-tro.

Y he aquí por qué el periodistaque sabe llenar su misión debeoponer todo su esfuerzo para con-tener ese torrente devastador queamenaza envolverlo todo, común

dirío todo, destruirlo todo y so-meterlo todo al criterio de unapasión política cualquiera; heaquí por qué el escritor no debecejar un punto en esa salvadoratarea, así, para conseguirlo, tengaque desgarrar las entrañas de unaparte de la conciencia pública, co-mo el arado desgarra las entrañasde la tierra.

¿Si la verdad no encuentra decididos campeones, vi ios hechosdesfigurados ó la-, o-uiretufias in-ventadas nu tienen á su vez quienclame por 10-- fueros de la razónconculcada, ¿a dónde volverá hojos esa humanidad entre la con-fusión de ideas con que se la con-duce por un torbellino de pasio-nes? ¿ Qué hacemos ya los quepor el camino del bien buscamossinceramente,en cuanto escribe, lapluma, lo mejor para los puebl >.?

Habíamos de comenzar por ¡a>anteriores r. il xiones para llegará ocuparnos, aunque sea á la !igera, de algunas trase-quehemos■fisto en tres artículos de tres pe-riódicos distintos, los dos primerosreferí ntes á Puerto-Rico, ye 1 tercero que versa sobre j oli’ica de laIsla de Cuba.

Es el primero de El Deber deSan Germán, que establece comoregla general de gobierno en es-ta Isla el Yo LO qUIKHO, YO LO

MANDO, QUE LO SOMETE ToDO \

SU INCONTRASTABLE OMNIPOTENCIA.

Así lo dice El Deber, y claro estáque lo afirma bajo la sola autori-dad de su palabra, pues m> citahechos ni podrá citarlos.

¡ Habráse vi-to! ¿Para quiénescribirá El Deber? ¿Se habrácreído que todos men 'S él sondormidos observadores de lw>acontecimientos, y que nadie m s

que él puede apreciarlo - con im-parcialidad? ¿Quiere el colegasangermefto citarnos un solo he-cho que se haya fallado bajo aquelcriterio? Pues entonces com-prenderá que contra su afirma-ción gratuita no cabe má< que lanegación rotunda.

Y le repetiremos lo que enocasión análoga escribíamos hava tiempo. Si después de tantocomo se tía concedido y modifi a-Jo nuestro régimen bav aun quien¿e expresa cual si nada se hubierehecho, ¿qué esperanza puede ha-ber de atraer á algunos al ca-mino üc la reflexión v de lacordura?

Es el segundo artículo de hlDia de Madrid, donde, so pretex-to de dar un bombo al Sr. Labra,-c* citan, comentan y transcribenalgunos párrafos de un recientediscurso del expresado represen-tante sobre cosas y casos de estaDía; párrafos en que brilla lainexactitud al lado de la exageración é intolerancia más demoefú-ticas.

Yaya un ejemplar:“El diputado americano recordó ios

tiros, cuchilladas, violencias y coaccio-nes que acompañaron ¡as áitimas elec-ciones de diputados á Cortes en algu-nos distritos de la isla de Puerto-Rico,donde hubo muertos, contusos, patru-llas, ostentación de fuerzas, ingerenciade los jueces y ios alcaldes, suspensiónde las votaciones, protestas numerosasy cansas criminales. Pero todavía esmás notable qne los procesos iucoudoshace un año, después de muchas idus yvenidas, de llevar y traer jueces, dner-'man el sceñ) de los justos, de modoque nadie espere el pronto y eficaz cas-tigo de los culpables."

Esta es la reproducción. Aho-ra quisiéramos saber dónde estáel original de que se -acó tan horrible copia, pue-. á la verdad, nosotros, que tenemos motivos parae-tar mejor enterados que el colega de Madrid, no le conoce mo-ni sabemos que haya existido.

¡ Tiros, cuchilladas, violencias,coacciones que acompañaron lasúltimas elecciones de Diputados áCortes tn algunos distritos de laisla de Puerto-Rico, donde hubomuertas, obtusos, trullas , os(ent’ iim de fuerza;! Lo extra-¡lo es que entre los muertos y los jcontusos no baya habido algúnherido para completar el cuadro.Pues, señor, vamos creyendo queEl Dia ha querido referirse ¡t algima de esas elecciones que secelebran en los Estados Luidosdel Aorle, entre el fragor de ver-daderas bUaiias campales, pueslo que es aquí, eso Je muertos $

contusos en varios distritos nadieio ha vi-to, y tiene en su rnavorparte todas ¡as trazar de un verdafiero iMient > ó de una muy burdatí ci >n.

No colega, no, aquí se suelenh icer las elecciones en medio decoa paz o tavirnr. di ho sea enhonor de ete pac ífi o y honradooaís, que condenaría siempre to-di clase de excesos de* esta nator..Lz .

LjÚuí.’o extraordinarioque ha ocurrido v suele ocurrir,es allá por el Di-t rito de Vaneodonde acostumbra á salir i leetoel señor Labra, autor del párra-fo transcrito, que mejor quepárrafo debiera llamarse tejidoabsurdo d ij inexactitudes y< ontradiiu iones por lo que á otrosdistritos se refiere, v en partetambién al de Vaneo. Y ocurre a-íporque el paladín de la autonmni;.¡io tiene on aquel di-tuto lúda-las simpatías que debe llevar unacta de Diputado, y porque !o¡-que lo apoyan no acaban de per-suadir-e (pie no es sistema el autono mico que eche en esta tierraespañoia las rail es que necesita-ría para subsistir y vivificar iaopiniones. De mo lo que, apuradas las cuentas, el responsable iudirectamente de algunos malesque allí hemos debido lamentar,nunca tantos ni tales como lo:de-cribe el orador seríael mi-mocandidato, que no se retira d< tinitivamente, á pesar de que sunombre viene a ser siempre entre aquellos electores la manzanade la discordia.

Es finalmente el tercer artículodel colega democrático El Li-beral. ¡ D mocráticos habían deserlos tres! No seguiremos áó-te en sus lucubraciones sobrepolítica de la Isla de Cuba, pute-ra la párrafo nos produciría unartículo, v no estamos completamente para refutar cosas que de-saparecen al menor impul-o.

Todo él e tá reducido á denun-ciar soñados actos de goi ierno,ocupando principal lugar las persediciones de que dice es objetoen la mayor Antilia li prensaliberal (esto es, autonomista.)Lo (pie debería probar El Liberalpara justificar su queja es (pie esapren-a no falta a las leves ni á lo-reglameníos, porque ¡fi no pocoadelantará. ¿Q fiero pie ■ e dejenimpunes las inlraccioucs? ¡Puesvava una democra i. que tantoama la legalidad! ¿l*or qué noazi el grito al ver que un p“rio-dista ineondii iona! lia sido encei rado en un calabozo por espaciode siete ú ocho meses, teniendo ála espalda veinte ó treinta cau-asmás? ¡ < >h, imparcialidad! I’eio ¿que ha de buscar El Liberallegalidad é imparcioidad,cuandoen el mismo artículo (remitido)so.-tiene que los cubanos debenser los primeros en Cuba, dejando atrá- á io- castellanos; pie 10.-cubanos deben ser los inglesesde un Canadá tropical?

En presen, ia de todo esto ¿quehemos de hacer mis qué excla-mar: Asi se escribe la historia ?

EL CONFLICTO.Determinados despacli >s de lo-

últimamenterecibidos vía SinTilomas anuncian graves noticia-acerca del conflicto anglo-ruso.

A ¡as capciosas y reticenteexplicaciones dadas por Rufia aInglaterra por el suceso que vinoá complicar la situación, vemoque han sucedido en Inglaterraconcesiones de créditos para higuerra y mayor ¡ xeitaeión contraRusia. La guerra se creía ya inevi t a ble.

También leemos une en elAfghaui-uan ha ocurrido un nu -

va combate en el cual perdieronlos rusos 2,000 hombres.

Más decím aun los telegramasá (pie nos referimos, pues anadian-¡lie el Czar había salido paraMoscou- con el objeto de prodamar la guerra.

De modo que, según parecepor todas estas noticias, si no seha declarado ya la guerra entreliu-ia é Inglaterra, poco falta yapara ello, aunque, si bien .se mira,declarada virtualmente ya lo está.

Difíciles sn, ya io hemos di-< ho, los momentos actuales paraInglaterra. ¿Podrá conjurar sumarcha y salir airosa de los terribles compromisos en que se halla-muida la podero.-a Aibiún ?

El tiempo se encargará de darla repue-ta.

Después de trido, como liemosindicado va, v no es exclusivaopinión nuestra, la guerra entrelos rusos y lo- ingleses es segura,más aun, incontrastable, si noahora, mañana

Dejemos que hablen los sucesosy esperemos.

Mas no liemos de soltar lapluma sin convenir en que, con-forme avanzael progre-o materialde los pueblos y mayormentepregón?!n las ideas de paz y defraternidad, más v más abiertopermanece el templo de Jano; yio peor <l-1 caso es que no vemosprobabilidades de (pie se cierrensus puertas en ii£sucesivo.

PR( )TESTAS.Que no impunemente se híer i fi

ios sentimientoscatólicos de estepueblo, h;i te demostrado siempre :y cada vi/qvie algún descuidoo racionalista fanático pretendióatacar la Religión, ta en el senti-do de sus dogmas, ya en la per-sona desús Ministros.

Una voz elocuente se levantahoy desde el pueblo de Manatí,para protestar de la manera más

euérgict contra las injurias porun tal Yuri en El País de Mava-güez bruzadas ála venerable fazdel Río. P. Mrzuelos, de la Comcañía de Jesús, y al rostro det paella culta población, con me-noscabo de la verdad y basta, segiíu parece, del decoro público.

Señoras v señoritas distingui-das, hidalgos caballeros v bene-t éritiu ciudadanos, respetablesacerd ife- son los que a’zan su

voz contra aquellas injurias en la-protestas que se nos han remitídos y que á continuación insertamos.

Léalas el tal Vari y aprenda áre-petar lo que ha sido siempredigno de re-peto en todo puebloeuít >.

líelas aquí:Lis señora ¡ que suscriben, ve-

nias de esta población, educadasu ia Religión Cristiana, v perte-

necientes casi touas ¡i ’as diferente-congregaciones religiosa- que seli .uran trib dando el culto debidoa la Soberana R<fina de los Auge-•es, nuestro consuelo y amparoen esta vida mortal, la tb-rm'simaMadre de Nuestro Señor Je-ulisto y duleí-iina Madre nuestra

y de todos los pobres pecadores,j urotestamos vivamente contra los

¡ heréticos conceptos vertidos en el! desdichado escrito que vió la luz!en El País de MayagUez.

Pedimos á !a Virgen "Santísimailumine al firmante “ \ uri " y áos desgraciados que como é¡piensan, para que, abjurando suserrores, alcancen el perdón v lagracia de I )ios. Respecto á las. tensas que trata de inferir alRdo. P. Mazuelos, creemos firme-mente que no alcanzarán á tan

i virtuoso Sacerdote; y en cuanto

lalas (¡ue dirige á este sensatopueblo, por nuestra parte, y nodudando interpretar fielmente losaritativos sentimientos de núes

tros convecinos, le perdonamosde todo corazón.

Manatí, 27 de Abril de IHHó.Luisa Giuiyta de Brnu.-t, Rosario

Ramos de Üordonada, Pilooicnu Ruinó-le López, Ricarda Yé¡ez de Ramos,Trinidad Algarín de A., Josefa Ramos

Vélez, Irene Algarín, Concepción(’ullazo de Calaí, Francisca Mongo di-Mediavdla, lVtrona Vega de Caluf,R-peranza Moroy doPortóles, Concep-ción Reventos de Urgell, GumersindaRodrigue/, de Mono , Buz Marrerod*('olí i/,0, Herminia l’adró de /. ruto,Adelina Giménez de Collazo, ManuelaMartínez de Mórev, (armen D. de Ba-rreras, Carmen C. de Domínguez, Jo-sé fa D. de Barreras, Eulalia O. deBou, Rita M. de Iglesias, 1-abel Viz-earrondode Góme*, Uiouisia de Miran-la, Josefa E. de Rosario. Luisa Igle-sias, Rosario Cebollero, Asunción Ce-bollero, Bárbara Dávila de R, GavinaM. de Cebollero. Manuela ('ó rdova JeRamírez, Adela C. de Gaudía,CesarenVélez, Oliva Vélez, Isubel Sazal de Es-pinóla, Mareóla P. de Villa mil, Leoca-dia M. de Nadal, María Juana Menén-drz. Antonia González,Juana llnechde ('asellas. Juana Puente, ÜbaldinaJulia de l’avia, Josefa M. ce Simó,Luisa M. de Simó, Oliva Ai. de Si-mó, Emeteria Bonhome, Regina Re-yes, Crispina Bou lióme, Carmen R.*¡e Bonh-'ine, Primiiiva M. de Arro-vo, María Reventos de Florido, Mir-tina Maldimado de Salas, Paula Mal-donado, Eduvigis Marrero, Josefa Ce-bollero, A ruego de Dolores Rodri-go z, por u i saber firmar, Paula Mui-donado, Petrona li. Je Situó, VicentaMayor de Nadal, Balbiua Barbans,Ddores Nadal de Yaldés, MercedesGumá de Retos, María del Pilar Gu-uiá. Alejandrina Dávila, Asunción Na-vedo, Lucía Rodríguez de Ríos, LuisaR. de Acevedo, Epifanía Maldnuadole Berrios, Dolores R. de Meléndez,

j Carmen Cañ-te de Níu, Eloísa Nía deAu irade, Concepcióu Níu y Cañ te.

•Sr. Director tH Boletín.Manatí, Abril 27 de ISBS.Muy señor mió: Ruego á V. la

inser ión de las siguientes líneasen las columnas de su ilustradoperiódico, por cuyo favor le anti-cipo las más expresivas gracias.

Queda de Y. atento y S. SQ. B. S. M.

Benito Puio.Como -Párroco de este mi ama-

do pueblo de Mauatí, declaro:I? Que es falso de todo punto

¡ue nadie, si no yo, baya invitadoal R. P. Máznelos, de la Compañíade Jesús, ¡i pasar en esta pobla-ción los dias de Semana Santa.

2? Que son calumniosas é índignas de toda persona bien na-cida las inexactitudes que en elperiódico El País de Mayagiuzuúm. 87, vierte el jovoin 1). Anto-nio Yéltz (a) “ Yuri.'

3? Que en nombre de mi dignocompañeroel 11. P. Mazuelos, prote-to con toda mi alma contra labrutal manera de haber sido tra-tado este señor, no ya como mi-nistro de Jesucristo, sino comosimple particular.

4? (¿ue en nombre de mis que-ridos feligreses, protesto igual-mente contra los graves insultosque les han sido inferidos por elcitado joven “ Yuri ; y por úitimo:

Que con esta fecha me dirijo ámi superior jerárquico, dándoleconocimiento de lo ocurrido parala resolución que estime conve-niente;

Me adhiero en un todo a la an-terior manifestación.

Pbro. Ju \N Arnai ,Coadjutor.

A QUIEN CORRESPONDA

Los que abajo suscriben, con eldoble carácter de vecinos de estepueblo, y católicos sometidos porla misericordia de Dios á las en-señanzas del \ icario de Cristo tnla tierra, protestamos con todaeoergía contra lo expresado eti el

Boletín Mercantil.incalificable escrito, inserto en eiperiódico El País núm. 87, quese publica en M lyagiiez, > firma*do por “ Yuri ", ó sea el conveci-no, hijo de familia v mayor <ie 2Uarlos, D. Antonio Vélez.

Pedimos, vsi no la protección ála religión del Botado que es la(’atólica, v católicos somos nos-otros, al menos que se nos respe-te en la práctica de nuestro culto,ya (pie por de-ora ia se nos inulta en provincia española de

una m mera tal, que no h i sucedi-do á los católicos que viven enpaíses protestanteo

.

\ afirmamos que, si se permi-te injuriar eu letras de molde ánuestras esposas, ¡í nuestros hijo*,á nosotro* mismos, ó todo lo má*¡caro del corazón; si se permite•ate los Sacerdotes de nuestraSanta Religión sean, escarnecidosy tratados de ia manera mas ini-cua y soez, el fin de la jornadapodrá ser alguna escena de fataldesenlace, cava responsabilidadcaetá de lleno sobre quien puedey debe so tener ios derechos queú cada uno corresponden.

Manatí Abril*27 de IHBS.Francisco Brnnet, Venancio Borno-

nada, José A. Parra, Jocé A. Espinó-la, Antonio Muréy, Pedro Arman,Agnstib Collazo,' EmilWuo Z?rnt>,Genaro Gómez Labrada, Guillermo'’erdá, Benito Morey, Federico Calaf,Florentino L pez, Salvador Calaf, An-gel Villamil, Eceqniel Mediavítla,porLorenzo A royo S 'gundo Román, Se-gando Román, Fidel Be ñeros, Fran-cisco Roneros, Rosendo Gtiraó, Anto-nio Pneute, Leandro Romero, MaunelVillamil, José Padró, Joaquín Ramí-rez Fernando Simó, Ecequiel Atnucis,Jesús Ahniroty, Antonio Lago, Da-mián Monserrat, Francisco Cortés,Jnan Pnjal, Epiliuiio (’ollxzo, AntonioFernandez, Andrés A. Me én lez, Ven-tara Piñot, A. Pórtela, Joan Simó yMarrero, por mi Sr. Padre Antonio Si-mó, Juan Simó, Eulogio Nonclie, JuanA. Ramos.

SIMO Uü 111Mil) V lililí.Por el contexto de la (rúcela

oficial de Santo Domingo (fecha25 del próximo pasado) vemos.pie lian estado ¡i pique de tenercomplicaciones sena* aquella re-pública vla de Haití. ¡La bistoría de siempre!

Parece ser que el runo! de queHaití había rebasado la fronterav la equivocada interpretaciónque se diera en Santo Domingo áun envío de Lidies hecho por elGobierno haitiano á Pont Libertéhabían causado en la repúblicadominicana gran excitación.

Todo el mundo creía inminentela guerra entre las dos repúblicasile la antigua K pallóla.

Por fortuna, el gobierno domi-nicano envió ú Haití á un Dele-gado, el señor Garrido, quien tu-vo con el Presidente haitiano Sa-lomón extensa conferencia

Las explicaciones que dio Salo-món á Garrido fueron bastantesá desvanecer todo temor de gue-rra y las cosas volvieron á sucauco.

Terminada la conferencia oticial, ocurrió lo que relata en la-siguientes líneas la Gaceta:

“ Después de lo cual, entreteniéndo-se Sn Excelencia por rúas de una horacon el Delegado, le dio las explicacio-nes mas satisfactorias respecto de lasmedidas tomadas por el Gobierno deHaití y que han servido de pretextos ápropagandas tendentes á inquietar álas dos Repúblicas. A-i mismo es-plicó Sn Excelencia al Delegado el en-vió de Lióles hecho á Fort-Liberté pa-ra las tropas de este departamento, qnecarecían completamente de ellos.

Fueron servidos refrescos. Su Exce-lencia brindó por la felicidad de la Re-púlele i Dominicana, por la anión delos dos pueblos hermanos, y por laconservación de Su Excelencia el Pre-sidente Billini y sn Gobierno.

El señor Delgadobriudó por la pros-peridad de Haití, por su progreso ma-terial y moral, y por la felicidad de SuExcelencia el Presidente Salomón. ”

En otra parte dice el mismoperiódico:

■“ Lejos está el señor Presidente Sa-lomón de hostilizar á esta República.Opóueuse á ello tanto los sentimientosde simpatía qne este pueblo le inspira,y de cuyas protestas hechas por él nocabe dudar, como su manera de pensareu política. Las siguientes palabraspronunciadas por aquel Magistrado,cuando habíal a con nuestro comisiona-do el Sr. Garrido, así lo acreditan: “Yodaría al mundo prueba de iucapacidadpolítica, si pensara, siquiera un mo-mento, eu hostilizar á la RepúblicaDominicana. ”

El Gobierno cree y espera qne elpueblo dominicano, ante las segurida-des de paz dadas y las explicacioneshechas por el Gobierno de Haití, aca-llará las alarmas que el patriotismoexcitado promovió. ”

Como remate del asunto,la Ga-ceta publica también las comuni-caciones que mediaron entre losgobiernos dominicano y de Haití.

lodo lleva al ánimo la comple-ta persuasión de (pie ba desapare-cido, por entero, la inminencia dela guerra que se presagiaba entreambos pueblos.

De todas veras lo celebramos,

HllillM DK LA BELLEZA.CORSÉS, TACOS Y COSMÉTICOS,

AI Tratar de la belleza ,já quién pue-de ir dirigido el escrito, que no sea Alas* descendientes de la hermosa ytentadora Eva?

En esa mitad del género humano haderramadonuestra madre la naturale-za todos los encantos de su facultadcieadora, y ha escanciado la copa delos atractivos para hacerlas agradablesy fascinadoras A la otra mitad de la hu-manidad; al sexo fuerte, inteligente ydominador, al hombre.

Por eso la mujer, cuyo mismoiustiufco le indica que uno de sus ftues oocip-

les es agradar al hombre, ha de dedi-car {¡arte de su atencióu al perfecciona-miento do su belleza, ya con la obser-vancia de prácticas higiénicas, tendeotes á la conservación do su hermosuray sa salud, ya evitando neos y moda-nocivas, ya procurando corregir ó ha-llar alguna imperfección ó alteraciónorgánica ó fisiológica que canse diso-lución, ya desechando el uso de sus-tancias perjudiciales qne la industriarecomienda con frecuencia como pana-cea- de hermosura y juventudpara ex-plotar A las crédulas y ligeras; en fin.la mujer debe emplear todos los mediosnaturales para, sin quebranto de su sabul, aparecer fantástica y fascinadoraal Hombre, basta á los de más rebeldeespíritu prosaico ó materializado.

Por cooperar á este fin es qne trazoestas líneas, haciendo algunas indica-ciones sobre el corsé, los tacos y lo-cosméticos, puntos en los qne no andand acuerdo a higiene y la moda, y sinembargo la primera mira por la con-serva ión de vuestra hermosura y sa-lud verdaderas,y la segunda os arras-tra por mi i fingida y pasajera belleza,conduciéndoos inevitablemente á laenfermedad y hasta tai vez á lamuerte.

Li mujer ha de mirar por la conser-vación de su belleza, liemos dicho ¡pe-ro légaña podrá preguntarnos: ¿Y enq íj hacei- vos consistir la belleza?He a ¡ni nna contestación difícil. Libelleza coin > perfeccióu absoluta uo seencuentra en nuestro planeta, la tierra:aquí solo podemos juzgar de la bellezarelativa, y aún ésta resulta distinta yhasta antagónica, según el qne refle-xiona ó juzga acerca de ella: a-í vemosqne entre los griegos, pueblo que, se-gún nuestro modo de ver, es el qne hasabido interpretar mejor la estética, labelleza tísica se hacía consistir eula redondez de los contornos, en laperfección de las líneas y en la pro[x>r-ción exacta -e las partes del cuerpohumano, resaltando con el color blancoy aquel conjunto armónico, qne aúnnos hace admirar del recnerdo de susaras escultóricas, copias más ó menos

fieles de ia hermosura de las mujeresde ese pueblo artista por excelencia.Mis esto nos extasía á nosotros quesomos descendientesde esa mismaraza,aunque bastante degenerados; pero e'chino, por ej unpío, poco se admiraráde esa belleza que á nosotros nos arro-lla, y en cambio é! quedará extáticoante una mujer de s t raza, de color ama-rillo pajizo, de ojos oblicuos, pequeña,de pómulos salieutes y cou una grantrenza en su occipucio: el africano qnedará admirado al contemplar su com-pañera, negra como el ébano, de narizchtu, ojos pequeños, pelo corto y en-crespado, asomando en medio de sa-labais gruesos y abiertos unos dientesblancos y gr mies: y hasta hay pueblos

ju * se hora lau los labios y se ponen ungran anillo de madera en medio, pordonde lubeiii constantemente, y en or-to hacen eomustir la belleza. Ademá-de esta belleza, que podemos llamar .lerazas, hay otras distintas clases; a-t

existe la belleza de edad; la del niñoresalta por un conjunto de circunstan-cia- distintas á la belleza del adulto yá ¡a de un anciano venerable que m sinspira respeto v cariño por la soya.Hay la belleza femenina y la bellezamasculina. Se juzga de la belleza de!i.-tiuta manera según el gusto, iucli-uacióu y basta educación del sér bumano; a-í uno gusta de la mujer de co-lor moreno, otro de las blancas; uno-de las alta-, otro de las bajas; unos delas del pueblo, otros de las ariaocráti-cas, y a.-í antagónicamente en todo lodemás.

Mas á pesar de toda esta barabúndade opiniones, nuestra raza, nuestro pue-blo, nuestra época hacen consistir labelleza más eu las br.euas cualidadesfí-icas, morales é intelectualesreunid:.sen un individuo, que en la sola perfec-ción de la parte material; y así má-nos agradatá hoy la mujer qne á tu amediana hermosura reúna grácil, mo-destia, virtud y una regular educación,que las Elena, Cleoputra, Baf> y otromodelos de hermosura de la antigüe-dad.

Empecemos, pnes, por decir algoacerca del corsé. Ese aparato perui-eiosc para la mujer, se comprende quefué inventado para ocultar una granimperfección del cuerpo de alguna mu-jer de influencia y gran posición socio:solo así se explica iuveneión tan funes-ta y que tales suííiaúeutos produce,siendo hasta contraria al desarrollo un-tura! de ¡a especie humana.

Porque no hay quien ignore qne laforma que se pretende dar al pecho ótórax con la aplicación del corsé, eomprimiendo el cuerpo por la cintura,basta llegar á formar esos talles deavispa, es contraria de todo punto á laconformación natural del pecho, qnepresenta la bise de su caja ó sea há iaabajo y el vértice hácia arriba: de mo-do qne se procura invertir el orden im-puesto por la sabia naturaleza, y deaquí sus fatales consecuencias, comosiempre qne se violan las reglas de es-ta cariñosa madre.

Las antiguas mujeres griegas y ro-manas, que se nos suelen citar comomodelos de hermosura, lncían su pe-cho ancho con sus bellos contornos re-dondeados, á causa de emplear su ro-paje suelto, holgado y ligero; uo com-primían sn cuerpo como muestras be-llas de la actualidad cou ese instru-mento de tortura, todo cruzado devarillas de acero, que prensa el cuer-po de nuestras mujeres, llamado corsé,conviniéndolas en fignriues rígidos yexponiéndolas á sinnúmero de sufri-mientos.

El corsé, comprimiendo la base delpecho, se convierte su fuente de infini-tas y penosas enfermedades. Estacompreeióu es nn obstáculo al libreejercicio de las principales funcionesde la economía; asi la respiración, lacirculación, la digestión, la nutrición yhasta la fecundación se entorpecen; daquí las afecciones del aparato respira-torio y como término la tisis; las afec-ciones del corazón, del estómago, delos intestinos, vicios de nutrición y de-sórdenes uterinos, y como consecuen-cia de todo arrastrar nuu vida penosay la muerte prematura.

Es más; este perniciosoaparato tras-mite sus fatales resultados hasta lasgeneraciones venideras, pues ademásde las enfermedades qne engendra enlas madres, que necesariamente setrasmiten á los hijos, obra tambiéndirectamentesobre el órgano genera-dor, siendo nna de las causas de susmuchos padecimientos, que se van ha-ciendo muy frecuentes en las grandespoblaciones modernas.

Ahora consideremos el corsé bajo elaspecto qne más llama la atención dela mujer, como aparato para hacerlaspresentar nn buen talle.

¿Quién les ha dicho qne la bellezaconsiste en presentar el cuerpo com-primido y dividido en dos partes ani-das por una cintura hiperbólica? Có-mo no comprenden que el talle asícomprimido Uesfigitra sm contornos y

líneas correctas natnrales, que consti-tuyen la belleza humana?

Créanos nuestra generación femeni-na: cualquier hombre, tanto el de gustomás refinado como el de más chabaca-no, optará por una mnjer hermosa yque tenga su talle, aunque ancho, nata-ral, y despreciará la que se destrnye lasalud y la hermosura comprimiéndoseíiesraesnradaraente, aunque le presen-te el talle de avispa.

AH, pues, mnjeres hermosas; debeidejar ese aparato para corregir los de-fectos físicos de los que hau tenido ladesgracia de recibir algunos de la na-turaleza; pero vosotras no os lo debeisaplicar pnes solo os sirve para presen-taras ridiculas á la sociedad, para irosenfermando paulatinamente, hacién-doos perder vuestra natnral belleza yconduciéndoos insensiblemente y enedad temprana al sepulcro.

fraternosahora, annqne ligeramente,la segunda parte, la de los tacos. Lacaprichosa moda ha hecho consistir labelleza del pié en la forma delgada ypequeña, y de ahí el calzado estrechoy con los tacos al centro de la plan-ta para aparentar la peqneñez del piéEsto tiene sns graves inconvenientes:el calzado errecho comprime el pié,expone á sufrir violento- dolores, hacefáciles la- caídas y produce nn andarviolento, inestable y hasta feo. El ta-cón, en el centro de la suela de la plan-ta y alto, carao se usa hace tiempo, esuna de las invenciones mas fatales queha podido crear la moda para elsexo bello. En la posición vertical elcuerpo descansa sobre el talón y la par-te anterior del pié; y a*í con nn calzad 1 cómodo, de suela resistente yde taco ancho, debajo del talón, lamnjer verificará la progresión y ia esilición fácil y con solidez, sin exponer-se a torceduras, á caídas y fracturas yá presentar un aa dar vacilante y ridí-culo; por lo que debe desechar comple-tamente, toda ¡a que en algo se precie,esos tacones de invención francesa, in-troducidos por la presunción y la co-quetería, largos, estrechos, eu forma decono truncado, y situados, p ira aparen-tar el pié pequeño, en el centro de lap anta, faltando aH d todas las reglasde la conveniencia y de la higiene.

Terminaremos, pues, estas ligerasnociones de higiene de la belleza conalgnnas indicacionessobre loscosméh-eos. Entiéndese por cosmética el artede cultivar y conservar la belleza delcuerpo, y en otro sentido, el de com-batir los defectos y disimnlar las im-perfecciones naturales ó adquiridas.A-í, pues, cosméticos serán las sustan-cias ó preparaciones propias para con-servar la bellezadelcuerpo y para com-batir y disimular las imperfeccionesnaturales ó a Iquiridas.

Este arte es muy antiguo en la hu-manidad: desde los primeros tiemposla mujer comprendió que su arma maspoderosa para dominar al hombre erala belleza y que su reinado acabaríacon esa cualidad; <L* ahí los iucesau-tos esfuerz >s para la conservación desn hermosura, que dió origen á la cos-mética. L i mitología nos cuenta qneVenus trajo del Olimpo un agua mara-villosa á Adonis y Faou, dos jóvenesgriegos, que fueron los mas hermososde su tiempo: en su principio los dis-cípulos de Esculapio, junto con el artede conservar la salad, la higiene, culti-varon el arte de conservar la belleza:después los grandes descubrimientos yadelantos de la alquimia, al convertir-se eu la química, prestaron sns valiososconocimientos aumentando prodigiosi-nieute el número de lus cosméticos, yúltimamente, multiplicados al infiuitoestos secretos por el espíritn indus-trial de los tiempos modernos,selmcon-vertido el arte en campo de explota-ción para charlatanes y qnimicastros.No hay duda qne de los muchos cosmé-ticos conocidos, los pocos que hay bue-nos y de algnti resultado positivo pue-den emplearse por la mujer, ya paraconservar hasta edad avanzada losencantos de su hermosura, ya paraocnltir un poco los estragos dolosaños, ya para aumentar los atractivosde la juventud, que tan tácilmeute de-saparecen, ya para disimular alguuaimperfección física,natural ó adquirida,ó para corregir alguna alteración delas funciones fisiológicas, de esas qnen > se oponen á la aparente salud ysin embargo son desagradables,arras-trando, amique inmerecidamente, lacritica de ia sociedad.

Pero hay qne tener mucho cuidado;al lado de una sustancia buena se en-cuentran centenares de nn resultadofatal para la belleza y para la salud.Existen mil preparaciones qne todo loprometen para arrastrar á las crédulas,las confiadas y las desesperadas,hechaspor viles industriales,y que contenien-do sustancias nocivas como el plomo,el mercurio, la potasa, el nitrato deplata etc., sonde nn resultado pernicio-so para la belleza y la salud. De ahítanto cutis mauchado, tantas arrugasprematuras, la calvicie, la caries ycaída de los dientes y mil imperfeccio-nes qne ñutamos cou frecuencia en lasociedad de las ciudades y grandes po-blaciones, hasta en la gente joven,yque tan raras son en los habitantes delos campos.

Así, pues, como los cosméticos vandesapareciendodel uso diario, qnedau-do reducidos los que se usan por lagente de buen tono á muy pocas sus-tancias simples y conocidas, uo cree-mos necesario ni convenieute entraren detalles sobre los cosméticos másusuales para el pelo, para el cutis, paralos dientes etc., pues las mujeres seven convenciendo de la inutilidad de lamayor parte de los cosméticos, siendoconveniente el qne se persuadan de queia mejor de esas preparaciones cosmé-ticas es la limpieza, la sencillez, la so-briedad, el ejercicio y el trabajo mode-rados, las distracciones naturales y,en fin, la práctica de las virtndes.

Dr. M***

EL SR. BELLIDO.I). Julián Ramón Giménez y

Bellido, Alcalde actual de Cabo-Rojo, con gran satisfacción de losvecinos de aquella población, fuéen 1863 Comandante Militar deNaguabo, cuyo puesto conservóbasta 1HG<i, en que pasó a prestarsus servicios c la Península.

En 1870 regresó á Puerto-Rico,v ocupó el puesto de 2” Jefe delBatallón de Valladolid,hasta 1872.En esta fecha ash andi ó á TenienteCoronel y pasó á desempeñar laComandancia departamental deAguadilla. mEn 1874 fué destinado á la Islade Cuba, mandando un batallónen operaciones, y allí continuóhasta 1876, que volvió á PuertoRico de Gobernador del Castillode San Cristóbal,

Eu 187b obtuvo su retiro conel grado de Coronel, y dos mesesdespués fué nombrado Alcalde deVega-baja, en cuyo puesto siguióhasta 1884, renunciando en estaépoca por motivos de salud.

De la manera que sirvió en laVilla de la Vega ai señor Bellidodá fe el acta del Ayuntamientode dicha localidad, enJa que, aldarse cuenta de su renuncia, se lecalifica de empleado probo y devecino amante del progreso y dela prosperidad local.

Do la conducta y de los antece-dentes del señor don Julián Gi-ménez y Bellido responde la pla-ca de San Hermenegildo que os-tenta en su pecho, y que repre-senta 35 años de servicios á lapatria, y de servicios sin la me•

ñor tacha en la conducta oficial yparticular.

Creemos con esto dejar sufi-cientemente satisfecho á un cole-ga liberal que, al acoger ciertosataques contra la personalidad delseñor Bellido, ha dado al olvidoque, por consecuencia del vínculomatrimonial, se halla enlazadodicho caballero, desde 1862, conuna tan dilatadacuanto distingui-da familia Cabo-rojeña, cuyosmiembros son casi todos correli-gionarios del colega impugnador.

EL MUERMO.De e*ta enfermedad asquerosa

y propia comunmente de la razacaballar se ha presentado algúncaso Je contagio á seres raciona-les en la ciudad de Mayagiiez.

El suceso tenía un tanto alar-madaá dicha población, y no espara menos, pues se temía que elcontagio adquiriese mayores pro-porciones, lo cual hubiera sido ysería horrible.

Fot fortuna las acertadas medi-das del Gobierno impedirán pro-bablemente el curso del mal. La°a!ida de e.-ta población del Vete-rinario Sr. Ortíz ha producidogran resultado para el estudio dedicha enfermedad. Inmediata-mente fueren sacrificados catorcecaballos atacados de aquel mal, yotros tantos se pusieron en obser-vación.

Muy acertado nos parece. Pa-ra evitar los peligros lo primeroes extirpar el foco.

¡ E>to nos faltaba! Pero quieraDios que con la sensible pérdidade un honrado vecino cese el pe-ligro del daño que $£ teme.

OBITO.De una triste noticia nos hemos

enterado con pena. Ha fallecidoen Mayagüez, tras fatal dolencia,el respetable anciano, antiguoamigo y correligionario nuestro,señor don Pedro de Nieva.

Era el señor don Pedro deNieva, que en pocos dias ha baja-do al sepulcro, un digno ciudada-no y probo comerciante, general-mente apreciado en Mayagüezpor sus buena cualidades.

En política, ya lo hemos dadoá entender, figuraba en las filasdel partido Incondicional, de cuyoComité local en Mayagüez formóparte durante largo tiempo Ul-timamente venía siendo Presiden-te del Círculo Hispano Ultrama-rino de aquella Ciudad.

Reciban por tan sensible des-gracia los deudos del señor Nievanuestro más sincero pésame, ygoce ei alma del finado la eternaBienaventuranza que el Omni-potente tiene deparada á los jus-tos.

Los señores Arrillaga y Cos., deesta plaza, nos han remitido, porcuenta y encargo de don J. Angu-lo, de San Sebastián, la cantidadde $3’35 con destino á la suscrip-ción abierta en el Boletín á favorde la familia del que fué nuestrocompañero en la prensa señor donJosé Joaquín Ribó (q. e. p. and.).

La sujpa de referencia la he-mos entregado al Depositario Sr.DeWValle.

Según carta de un estimadoamigo de Humacao, que recibi-mos ayer, vemos que además delSr. Jefe de Sección de OrdenPúblico é individuos que enotro número consignamos, pres-taron muy buenos y relevantesservicios en el descubrimiento delos monederos falsos y capturade los mismos, el celoso Alcaldede aquella villa, nuestro amigo elseñor Carrera, el Sargento de Po-licía Martínez, el Cabo ManuelGómez y el Guardia Ramón deJesús Expósito.

Lo celebramos, porque ello ha-bla muy alto de los señores men-cionados.

Un amigo nuestro de Juncos ysu apreciable familia han estado ápunto de ser víctimas de nna des*gracia terrible.

En momentos en que, en unade estas últimas noches, se encon*traba aquél tranquilamente en sucasa en compañía de su esposa éhijo, sonó fuera una detonación dearma de fuego, clavándose unproyectil á una vara de distanciadel sitio en que ocupaban aqué*lias.

Como se ve, el hecho revistegravedad y pudo llenar de luto áuna familia pacífica y honrada.

De esperar es que se luyantomado en Júneos las medidasnecesarias para esclarecer el suceso y evitar enérgicamente su re<petición^

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