Boletín Internacia | Seguridad Internacional. Octubre 2015

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BOLETÍN AÑO 3 Nº 8 ISSN: 2313-8300 SEGURIDAD INTERNACIONAL

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Aproximaciones teóricas a las organizaciones criminales La seguridad internacional frente a la amenaza del Estado Islámico desde el enfoque realista Integración regional en materia de seguridad ‘Abepolitics’: ¿un retorno al nacionalismo imperial? ¿Guardián del Mundo?: El Consejo de Seguridad de la ONU y una lectura crítica de su rol en el mantenimiento de la seguridad internacional

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ISSN: 2313-8300

SEGURIDAD INTERNACIONAL

ISSN: 2313-8300 ©Asociación Civil Internacia

Boletín Año 3 - Nº 8 Octubre 2015

Carátula: Mafia 2 by EASG7. Digital art.

Colaboradores: Viviana Baraybar, Jimy Trujillo, Giorgio Baglietto, David Yompian, Maria Grazia Sibille

Edición: Comisión de Investigación - Internacia

Diseño y Diagramación: Comisión de Imagen y Comunicaciones - Internacia

www.internacia.org.pe

Presentación

Aproximaciones teóricas a las organizaciones criminales

La seguridad internacional frente a la amenaza del Estado Islámico desde el enfoque realista

Integración regional en materia de seguridad

‘Abepolitics’: ¿un retorno al nacionalismo imperial?

¿Guardián del Mundo?: El Consejo de Seguridad de la ONU y una lectura crítica de su rol en el mantenimiento de la seguridad internacional

CONTENIDO

PRESENTACIÓNLa seguridad como concepto ha pasado a incluir diferentes sujetos de amenazas así como una gran variedad de éstas. La seguridad hoy en día es un tema de gran importancia en la agenda de política interna-cional. En este sentido, la seguridad como concepto ha permeado los diferentes estamentos de la sociedad.

Sin embargo, los debates sobre la naturaleza y el significado de la “seguridad”, así como el futuro de los estudios sobre la misma, se ubican en el período de Post Guerra Fría. Dichos debates tienen sus orígenes en: el descontento existente entre algunos académicos frente a los planteamientos realistas y neorrealistas que han caracte-rizado el tema, una necesidad de responder a los desafíos propios de la seguridad en el periodo de la post Guerra Fría y un continuo deseo de lograr que la disciplina sea relevante en los asuntos contemporá-neos. A pesar de ello, después de mucha discusión, los académicos no han logrado un consenso en la aproximación a la construcción de un concepto de seguridad, pues para algunos autores la seguridad debe ser analizada desde el concepto tradicional, mientras que para otros, éste se queda corto en la explicación de la realidad mundial. En el presente boletín podremos contar con los siguientes artículos:

Presentación

5Aproximaciones teóricas a las organizaciones criminales

El propósito del siguiente artí-culo es examinar los cambios en las estructuras y modelos teóricos aplicados a la investi-gación de las organizaciones criminales, así como presentar una tipología de crimen que refleje parcialmente la evolución en la conceptualización de este fenómeno. El artículo pretende explicar qué se entiende por organizaciones criminales, cómo ha sido la transformación de lo que entendemos por ellas, las características de las actividades que realizan y su natura-leza como organización.

La seguridad inter-nacional frente a la amenaza del Estado Islámico desde el enfoque realista

La situación de emergencia que desde hace cinco años afronta Siria debido a la guerra civil emprendida por el grupo terrorista Estado Islámico, representa una amenaza grave para la seguridad internacional. Numerosos especialistas en relaciones internacionales han pretendido utilizar el enfoque realista como una herramienta académica para analizar dicha amenaza. Sin embargo, esta perspec-tiva es recibida con cuestionamientos por parte de otros internaciona-listas, lo que llevó al autor del presente artículo el autor a plantearse la siguiente pregunta: ¿El enfoque realista es válido como instrumento

Justicia Transicional

6de estudio de las recientes amenazas a la seguridad internacional, como el Estado Islámico?

Integración regional en materia de seguridad

En este artículo se explora el papel de Brasil como gestor de una mayor integración regional en materia de defensa y segu-ridad por medio del Consejo Sudamericano de Defensa (CDS). Brasil es un país con reconocida influencia política y econó-mica en la región del sur; no obstante, dentro de los elementos que caracterizan a Brasil como miembro de los BRIC’S, estudios previos no se han enfocado tanto en la materia de la seguridad y defensa. Por ello, el autor de esta artículo ha tomado interés en este aspecto en particular.

‘Abepolitics’: ¿un retorno al nacionalismo imperial?

Recientemente, la Cámara Alta del Parlamento Japonés adoptó algunas decisiones entre las cuales se aprobó la polémica posibilidad de que las Fuerzas Armadas japonesas participen en conflictos bélicos inter-nacionales, a través de la enmienda al artículo 9 de su Constitución. A raíz de la aprobación de dicha enmienda, el autor del artículo se pregunta si es posible hablar de un retorno al nacionalismo que carac-terizó al imperialismo japonés.

Presentación

7¿Guardián del Mundo?: El Consejo de Seguridad de la ONU y una lectura crítica de su rol en el mantenimiento de la seguridad internacional

Desde la creación de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad ha sido objeto de críticas tanto en cuanto a su composi-ción como en relación a las medidas bajo las cuales funciona y espe-cialmente durante los últimos años, numerosos especialistas, acadé-micos y funcionarios han declarado la ineficacia de este órgano en el establecimiento de la seguridad colectiva, que es su fin primordial. En el presente artículo, la autora emprende un examen crítico del rol del Consejo de Seguridad en el mantenimiento de la seguridad global a través de la revisión de resoluciones controversiales ejecutadas a lo largo de su existencia, del cuestionamiento de las intenciones y acciones de los estados con derecho a veto, y de la contraposición de argumentos realistas y liberales frente al debate.

Por medio de esta nueva edición se pretende hacer una revisión de la evolución que ha tenido el concepto de seguridad internacional durante los siglos XX y XXI a partir de las teorías de las relaciones internacionales.

APROXIMACIONES TEÓRICAS A LAS

ORGANIZACIONES CRIMINALES

Por: Viviana Barayvar

Seguridad ciudadana

10Las organizaciones criminales y la manera en cómo se estudian se han transformado con el tiempo. No es lo mismo hablar del crimen en los 80 que hablar del crimen actualmente, pues en un mundo post globalización las estructuras del crimen organizado cambian, sus espacios de acciones se amplían a la vez que se hacen cada vez menos horizontales. A la vez que las estructuras de crimen cambian y se transnacio-nalizan de manera más profunda, los modelos teóricos que sirven para estudiarlos también se transforman para adaptarse a estos cambios. El propósito del siguiente artículo es describir esta transformación de modelos teóricos y presentar una tipología del crimen que refleje en parte los cambios en la concepción de este fenómeno.

Una manera de analizar los modelos teóricos es comenzar por ver qué se entiende común-mente por organización criminal y cómo este entendimiento también ayuda a constatar que las organizaciones criminales

no son homogéneas ni perma-necen inalterables en el tiempo. Existen dos maneras generales en la que se pueden dividir las conceptualizaciones de organiza-ción criminal: la que las concibe como organizaciones estables, ilegales por sí mismas donde sus miembros sistemáticamente se involucran en crímenes; y la que la considera criminal solo en base a las actividades que realiza (actividades criminales serias) (Paoli, 2014)1. En esta diferen-ciación general también podemos observar la evolución de las orga-nizaciones criminales: hoy en día casi ninguna organización se adapta a la primera conceptua-lización (organización criminal en sí misma), sino que entran en la categoría de organización criminal por las actividades que realizan, actividades cuyo fin es siempre económico. Hace apro-ximadamente 40 años esto era diferente, y organizaciones como las mafias podían fácilmente

1 PAOLI, Letizia (2014) “Introduction in The Oxford Handbook of Organized Crime”. En: The Oxford Hanbook of Organi-zaed Crime. Editado por: Letizia Paoli.

Asociación Civil Internacia

11encajar en la primera conceptua-lización, ya que las mafias eran relativamente estables, su organi-zación era considerada ilegal por sí misma y sus miembros siste-máticamente se involucraban en crímenes.

Otras conceptualizaciones de organización criminal se centran más en describir las caracterís-ticas de la organización en sí. Para la UNODC, una organiza-ción criminal es un “grupo estruc-tura de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos (…) con miras a obtener (…) beneficio de orden material” (UNODC 2004)2. Esta es una de las definiciones más aceptadas a nivel mundial y es la base en la legislación de muchos países (incluido el Perú) con respecto al crimen organizado.

2 OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO (2004 ) Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada transnacional y sus protocolos. Naciones Unidas, Nueva York

«»

«Hace unos 40 años esto era diferente, y organizaciones como las mafias podían fácil-mente encajar en la primera conceptualiza-ción, las mafias eran relativa-mente estables, su organización era conside-rada ilegal por sí misma y sus miembros siste-máticamente se involucraban en crímenes.»

Seguridad ciudadana

12Aunque la definición usada por la UNODC es útil por ser lo suficien-temente general como para poder ser aceptada internacionalmente, existen definiciones provenientes de estudios en ciencias sociales que brindan herramientas más útiles para la investigación centrada en organizaciones crimi-nales. Una de estas aproxima-ciones es la de Francesca Longo (Allum et al. 2010)3, quién llega a la conclusión de que el principal factor que diferencia a un grupo de crimen organizado de otros grupos ilícitos es el “factor orga-nizacional”. Este factor se refiere a la estabilidad de la organización y su membresía restrictiva entre otros aspectos, lo cual la hace una aproximación más útil para los tipos tempranos de organiza-ción criminal y menos útil para los contemporáneos.

También tenemos definiciones como la de Alan A. Block (1983),

3 ALLUM, Felia, Francesca LONGO, Irrera DANIELA, y Panos KOSTAKOS (edtores) (2010) “Defining adn Defying Organized Crime: Discourse, percep-tion and reality” Abingdon: Taylor and Francis Group.

quién definió a la organización criminal como un sistema social y un mundo social. El crimen orga-nizado es de ese modo una gran colaboración entre una variedad de actores tanto dentro como fuera del entorno criminal. Esta definición es más útil para los modelos-tipo contemporáneos de organizaciones criminales, ya que algunos de estos sostienen que en las actividades de las organi-zaciones criminales intervienen individuos que no necesaria-mente forman parte de la organi-zación pero que contribuyen a la misma (los “burriers” son un buen ejemplo de esto actualmente).

Además encontramos concep-tualizaciones como la de Dwight Smith Jr. (1974)4 que busca una definición homogeneizadora de las actividades del crimen orga-nizado, partiendo del concepto de que el crimen organizado se puede equiparar a una empresa y necesariamente va a funcionar como una empresa.

4 SMITH, Dwight C., Jr. (1975) The Mafia Mystique. New York: Basic Books

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13Otro autor que parte de una pers-pectiva económica es Dennis McCarthy (2011)5, quién sostiene que se puede llegar a una defi-nición dividiendo el concepto en los componentes de “crimen” y “organizado”; el autor plantea que “crimen” se puede entender desde una perspectiva econó-mica, ya que los criminales quieren maximizar beneficios y minimizar costos, para lo cual escogen la estructura organiza-tiva que más les convenga (esto va a ser útil para entender por qué algunas tipologías del crimen ya no son válidas en el análisis empírico). Estas visiones que hacen un símil entre crimen y empresa son sumamente útiles porque nos ayudan a comprender por qué el crimen se transforma con la globalización, la cual hace más rentable estructuras menos centralizadas y jerárquicas que permitan cubrir un mayor rango de actividades y zonas de acción.

5 MCCARTHY, Denis (2011) An Economic History of Orgaanized Crime, a national and transnational approach. Abingdon: Taylor and Francis Group.

Existen muchas otras maneras de conceptualizar a las organi-zaciones criminales, pero sería una tarea extremadamente larga mencionarlas a todas, las que se han presentado han sido algunas de las principales.

A continuación, se presentará una tipología de las estructuras de crimen organizado en base a la información que provee la UNODC en base a investiga-ciones del CICIP6.

6 Ver: https://www.unodc.org/pdf/crime/publications/Pilot_survey.pdf

Los “burriers” son ejemplos contem-poráneos de la colaboración entre

actores tanto dentro como fuera del entorno criminal. Foto: ©peru21.pe

Seguridad ciudadana

14TIPOLOGÍA DE ORGANIZACIONES CRIMINALES

TIPO DESCRIPCIÓN EJEMPLOSJerarquía estándar

• Líder único• Jerarquía claramente definida• Fuerte disciplina interna• Unión por fuertes lazos sociales o identidad étnica.• Tienen una influencia y/o control claro sobre un territorio defi-

nido• Fuerte identidad- suelen denominarse por un nombre

Mafia en Italia o Nueva YorkLas Bandas crimi-nales de Chicago de los años 20Carteles en México de los 90 o Colombia de los 80

Jerarquía regional

• Estructura de líder único, con una línea de control que parte desde un líder central hacia líderes regionales

• Hay una distribución regional que permite la inclusión en más actividades

• Hay un grado de autonomía en el nivel regional, los líderes regionales responden al líder central pero tienen cierta auto-nomía en sus dominios territoriales.

• Fuertes lazos sociales y/o étnicos

Pandillas centroa-mericanas

Redes de narcotrá-fico actuales

“Clustered hierarchy”

• Se compone de grupos criminales entre los cuales existe un acuerdo de gobierno.

• Los grupos criminales responden a un consejo formado por los líderes de cada grupo.

• Los grupos que lo componen tienen identidades particulares, y un grado de autonomía, aunque responden a las deci-siones del consejo

• Se forma en contextos sociales e históricos particulares, pero su aparición es rara.

“Core Group”

• Hay un “core group” que se rodea de una red flexible. El grupo central está formado por un número limitado de indi-viduos.

• La estructura es más horizontal en lugar de jerárquica• No cuenta con una identidad social o étnica

Bandas Criminales de Colombia en la actualidad

Red crim-inal

• Se define por las actividades de individuo claves• La importancia de los individuos en la red se define por sus

contactos y habilidades, son más fácilmente reemplazos que en una estructura jerárquica.

• La lealtad personal pesa más que los lazos étnicos o sociales• Bajo perfil público, no se denominan bajo un nombre• Altamente flexible, la estructura cambia con la entrada o

salida de individuos claves

Crimen organizado en la actualidad

De los tipos presentados la más presente en la actualidad es la de la red criminal, especialmente en lo que se refiere al crimen organizado trans-

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15nacional. En espacios geográ-ficos delimitados es posible ver algunos de los otros tipos de organizaciones, pero actualmente es difícil que los grupos con una jerarquía muy vertical y estructu-rada sobreviva por mucho tiempo, ya que en esas estructuras son más sensibles a acciones esta-tales, si se corta la cabeza (se captura al líder) la organización cae por su propio peso.

Tanto las tipologías como las conceptualizaciones muestran que se da una evolución en la manera en que se entiende lo

que es el crimen organizado, y que no se puede homogeneizar el concepto porque en tiempos (pre globalización, post globaliza-ción) y contextos (local como un barrio o ciudad, regional, nacional o transnacional) se desarrollan diferentes tipos y estructura de crimen. Conceptos como el de la UNODC son útiles para la coope-ración internacional; sin embargo para estudios de investigación de caso o estudios comparativos es necesario partir de conceptos más específicos y diferencia-ciones de tipos más detalladas.

Ejemplo de red criminal. Fuente: ©laestrella.com.pa

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LA SEGURIDAD INTERNACIONAL

FRENTE A LA AMENAZA DEL

ESTADO ISLÁMICO DESDE EL ENFOQUE REALISTA

Por: Jimy Trujillo

Seguridad ciudadana

18¿El enfoque realista aún mantiene cierta vigencia para poder entender reciente amenazas a la seguridad internacional como las del Estado Islámico? En el presente artículo se busca rescatar el enfoque realista como una herramienta que nos permita analizar la amenaza que el Estado Islámico representa para la segu-ridad internacional hoy en día.

Es innegable el gran impacto que ha tenido la aparición y el desa-rrollo del Estado Islámico como un actor relativamente nuevo dentro del panorama interna-cional. Un impacto que no solo se ha quedado en los medios internacionales y en la opinión pública, sino que a su vez ha podido llegar a enriquecer aún más el debate académico sobre la seguridad internacional. Desde la disciplina de las Relaciones Internacionales se han venido desarrollando distintos enfoques teóricos acerca de la concep-tualización de la seguridad inter-nacional, los cuales responden al contexto político en el cual se desarrollaron. Los principales

enfoques son: el enfoque liberal y el enfoque realista. Este último es caracterizado por ser un enfoque estado-céntrico donde el poder suele ser expresado militarmente. Cabe resaltar que este enfoque realista, a diferencia del primero, al contar con un número menor de limitaciones, nos servirá para analizar al Estado Islámico como actor reciente y la amenaza que éste representa para la seguridad internacional. En ese sentido, el concepto de seguridad interna-cional del cual se partirá se basa en la amenaza, el uso y el control de la fuerza militar como las polí-ticas disponibles para la preven-ción, preparación o declaración de la guerra. Una conceptualiza-ción que contrasta con la pers-pectiva liberal.

Si bien el Estado Islámico cuenta con un período de existencia no muy corto, su impacto a nivel internacional sí es considerado como un fenómeno reciente. El Estado Islámico surge en el contexto de la invasión norteame-ricana en Irak y el derrocamiento de Saddam Hussein en el 2003.

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19Una de las facciones de Al Qaeda pertenecientes a dicho país era dirigida por Abu Musab al Zarkawi, líder que tras su muerte fue suce-dido por Abu Ayub al Masri. Este nuevo líder fue quien el 13 de octubre del 2006 declaró la forma-ción del Estado Islámico de Irak, integrando Al Qaeda y con una cantidad no muy grande de milicianos. En abril de 2010, las acciones de las fuerzas nortea-m e r i c a n a s dieron muerte a Abu Ayub al Masri. Y de esta manera el liderazgo fue sucedido a Abu Bakr al Baghdadi, quien mantiene su puesto hasta el día de hoy (Schwarze: 2014). En abril de 2013 cambiaron su nombre de Estado Islámico de Irak por el de Emirato de Irak y de levante (ISII), también conocido por el de Irak y Siria (ISIS). Meses después proclamaron el Califato con la denominación de Estado Islámico (EI), cuyo objetivo fundamental

es el establecimiento del califato de todos los musulmanes (Albert Ferrero: 2015). Punto de similitud con Al Qaeda que los ha obligado a considerarlos como enemigos en una disputa por el control de la yihad a nivel mundial.

El impacto dentro del esce-nario político mundial que ha podido desatar el Estado Islámico en su búsqueda por recuperar la extinta insti-tución islámica a nivel interna-

cional, como afirma Berenguer Hernández (2014), no ha sido solo una hábil maniobra propa-gandística, sino el inicio de una nueva fase en el yihadismo inter-nacional. Como menciona dicho autor: Su concepto de estado, y sobre todo de la forma de defender los intereses de éste, están basados en una interpre-tación de las enseñanzas más radicales de al Wahab y otros autores musulmanes posteriores.

«»«¿El enfoque realista aún mantiene cierta vigencia para poder entender reciente amenazas a la segu-ridad internacional como las del Estado Islámico?»

Seguridad ciudadana

20A su vez, las ideas legadas por Shaykh ul-lslaam IbnTaymeeyah son una fuerte influencia en su concepción del Estado. Una de las ideas centrales de este acadé-mico y estudioso del Islam es que la mera aceptación del contacto con infieles, siquiera fuera con carácter comercial, es totalmente inaceptable. Y el hecho de vivir en una sociedad no musulmana es aún peor. En consecuencia, trasladando, distorsionando y llevando al extremo ese concepto, el Estado Islámico considera culpables y reos de distintas penas a todos aquellos indivi-duos ajenos a su credo o que no aceptan integrarse no sólo en una sociedad musulmana, sino específicamente en “su” sociedad musulmana.

Ahora bien, dentro del enfoque realista se toma en cuenta al realismo clásico y el neorrea-lismo. Cabe resaltar que en el presente análisis no se utilizan los enfoques liberales como el de la interdependencia compleja y el reciente concepto de la “segu-ridad humana” por contar con un

mayor número de limitaciones para el análisis de la amenaza del Estado Islámico.

El enfoque del realismo clásico se caracteriza por tomar funda-mentalmente al Estado como actor internacional dentro de su análisis y al sistema internacional como un sistema anárquico. Los principales aportes de este enfoque se dieron en base a los planteamientos de Hans Morgen-thau; la seguridad de los Estados dependerá del uso de la fuerza. El panorama planteado por este autor acerca del sistema inter-nacional permiten entender que la seguridad de un Estado está íntimamente relacionada con su capacidad militar. En ese sentido se podría plantear que, desde el realismo, un Estado estará seguro siempre y cuando tenga la suficiente capacidad militar como para poder responder a políticas de statu quo, imperialistas o de prestigio, llevadas a cabo por actores del sistema internacional, además de contar con los recursos necesarios para ir a la guerra si fuese necesario (Cujabante,

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212009: 98). Fue una visión un tanto pesi-mista del panorama internacional aunque bastante respetada y utilizada tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El neorrealismo, enfoque fundado por Kenneth Waltz, también toma en cuenta al sistema internacional como un sistema anárquico. Uno de sus mayores aportes es el dilema de seguridad:

“el cual consiste en que si un Estado realiza una acción determi-

nada, el otro Estado o Estados deberán tomar medidas para responder

a dicha acción. Entre mayores capacidades tenga un Estado para garantizar su segu-ridad, mayor será la amenaza que repre-senta para los demás

Estados, causando que estos últimos intenten adquirir capacidades

similares que garan-ticen su seguridad y

puedan responder a las determinadas acciones.

Es decir, el grado de amenazas a un Estado está siempre determi-nado por las acciones

de otros Estados y depende de su habi-

lidad de imponerse o de resistir a los esfuerzos de otros Estados por sobreponerse a éste. (Cujabante, 2009: 98,

99).

Para poder analizar al Estado Islámico como un actor interna-cional desde el enfoque realista y neorrealista se lo considerará

Shaykh ul-lslaam IbnTaymeeyah. Fuente: ©wikimedia.com

Seguridad ciudadana

22como un Estado de facto no reco-nocido. Esta consideración se da en base a su caracterización como un califato que ha podido territorializarse al menos en un área determinada. Sin embargo, cabe resaltar que esta considera-ción se realiza meramente con el objetivo de poder introducir a este nuevo actor en un enfoque que no considera más actores que los Estados. Es decir, su categoriza-ción como Estado es meramente instrumental.

Entonces, si tomamos en cuenta la capacidad militar de los estados como herramienta de preven-ción, preparación y/o declara-ción de la guerra, la respuesta militar rusa hacia la amenaza que representa el Estado Islá-mico se ha podido comprobar en los bombardeos que este país ha llevado a cabo en Siria desde el 30 de septiembre último. Y la superioridad militar rusa se ha corroborado en la eficacia del rápido debilitamiento del Estado Islámico en Siria (Telesur, 2015). Por lo tanto, desde en un enfoque

realista clásico, un Estado como el de Rusia se muestra seguro al tener suficiente capacidad militar para responder a las políticas imperialistas del Estado Islá-mico. Por otro lado, tomando en cuenta el enfoque neorrealista, podemos observar que el “dilema de la seguridad” se cumple. Es decir, tras las acciones del Estado Islámico con miras a consolidar un califato a nivel internacional, varios estados, liderados por el norteamericano, han optado por formar una coalición en contra de los yihadistas. Una muestra clara de la intención de conjugar acciones de los estados frente al Estado Islámico fueron las declaraciones del ministro de defensa ruso, Serguéi Shoigú, a favor de una cooperación mutua con Turquía y Estados Unidos (RT, 2015). Hechos que encajan dentro del planteamiento neorrealista de que si un deter-minado Estado realiza acciones en el panorama internacional, los demás estados deberán tomar medidas en respuesta a dichas acciones.

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23Entonces, hemos podido observar que la aparición del Estado Islámico como un nuevo actor internacional, su amenaza para la seguridad internacional y la respuesta de estados como Rusia y Estados Unidos frente a dicha amenaza son fenómenos que pueden entenderse desde un enfoque de corte realista. El énfasis en las acciones armadas y la mera contienda militar que han vinculado a este nuevo actor con los demás estados es idóneo de ser interpretado desde una perspectiva centrada en los Estados y sus relaciones mili-tares como únicas herramientas de promoción o destrucción de la seguridad internacional.

BIBLIOGRAFÍA

ALBERT FERRERO, Julio

2015 “El ‘Estado Islámico’”. Cuadernos de Pensamiento Naval. N° 18.

BERENGUER HERNÁNDEZ, Francisco

2014 “El Estado Islámico como opor-tunidad”. Instituto Español de Estudios Estratégicos. Documento de análisis.

CUJABANTE, Ximena

2009 “La seguridad internacional: evolución de un concepto”. Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y seguridad. Bogotá: Vol. 4, N° 2, pp. 93 – 106.

SOTOMAYOR VELÁZQUEZ, Arturo

2007 “La seguridad internacional: Vino viejo en botellas nuevas”. Revista de Ciencia Política. Volumen 27: N° 2, pp. 67 – 88.

NOTICIAS EN WEB:

RUSSIAN TELEVISION

RT: actualidad. Consulta: Jueves 08 de Octubre de 2015.

https://actualidad.rt.com/actualida-d/187858-rus ia-coal ic ion-e i -apo-yo-mutuo

TELESUR TV

TELESUR TV: noticias. Consulta: Jueves 08 de Octubre de 2015.

h t t p : / / w w w . t e l e s u r t v . n e t /n e w s / E s t a d o - I s l a m i c o - p i e r -de-40-de-su-capacidad-por-bombar-deos-rusos--20151008-0074.html

Seguridad ciudadana

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Por: Giorgio Baglietto

BRASIL EN EL CONSEJO SURAMERICANO DE DEFENSA

(CSD)

INTEGRANDO DESDE LA

DEFENSA Y SEGURIDAD:

Seguridad ciudadana

26Brasil es en la actualidad es el séptimo país con el PBI más grande del mundo1, con un creci-miento anual alrededor del dos punto cinco por ciento (2,5%), aún en estos duros años para la economía internacional. Es parte del grupo de los “BRICS”, que incluye a un pequeño grupo de países de rápido crecimiento económico, con un arsenal de elementos fundamentales para cualquier aspirante a potencia mundial: vastos territorios, grandes poblaciones, recursos naturales y fuerte presencia en la economía internacional2. Ante este alentador panorama y dada su particular condición geográfica (único BRIC y principal potencia económica sudamericana), la República Federativa del Brasil se alza como un pequeño gigante en la región, así como uno de los países pronosticados a ser una futura potencia mundial .

1 http://www.comunidadfinanciera.com/mercados/ranking-de-paises-por-pib/ 2 http://www.exteriores.gob.es/PORTAL/ES/POLITICAEXTERIORCOOPERA-CION/PAISESBRICS/Paginas/Inicio-Brics.aspx

Según David Baldwin (conside-rando las tradiciones liberales y realistas en las relaciones interna-cionales), los medios para ejercer poder en el sistema internacional se pueden agrupar en cuatro grupos: medios militares, econó-micos, diplomáticos y comuni-cacionales. Al mismo tiempo, según Rodríguez-Larreta, aque-llos países que ejercen liderazgo internacional, “lo han logrado como proyección de su Estado civilizador, de su desarrollo polí-tico, de su estilo de vida, de su cohesión social y de su cultura, además de su progreso econó-mico, científico y tecnológico”. Teniendo esto en consideración, el fomento de organizaciones regionales que institucionalicen el poder de un país es un elemento clave para su consolidación, lo cual se convirtió en parte del planteamiento de los gobiernos brasileños, especialmente desde el gobierno de Lula. Como menciona Miriam Gomes:

“A partir de la elección de Lula, la diplomacia brasileña centró los

esfuerzos más directos

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27en su institucionaliza-

ción. La primera cumbre de los países de la

entonces denominada Comunidad Surame-ricana de Naciones

(CASA) en 2005 y en respuesta a las preo-

cupaciones expre-sadas por los nuevos

gobiernos de la región, estableció como agenda

el tratamiento de las asimetrías entre sus miembros” (Gomes,

2012: 95).

Tan solo tres años después, esta CASA se transformaría en lo que actualmente conocemos como Unasur, uno de los principales organismos regionales de inte-gración latinoamericana. Desde entonces, esta organización ha ganado mayor relevancia en el plano regional, y, como dice Carlos Chaves: “la Unasur se inscribe como un nuevo esquema político de integración regional, siendo expresión del auge de las estra-tegias regionales de inserción internacional”, al mismo tiempo resaltando que “este proyecto ha

sido liderado por Brasil para cons-truir la cohesión regional frente a los desafíos y las demandas del sistema internacional contempo-ráneo”. Vemos, entonces, que Brasil ha manejado y liderado la integración regional acorde a sus intereses para posicionarse como la potencia regional, con aspira-ción de convertirse en potencia mundial.

Al mismo tiempo, dentro de los elementos que ha enfatizado Brasil en la integración regional, hay uno en particular que aún no ha recibido toda la atención necesaria, y este es el elemento

«»«la creación del CSD no fue un trámite sencillo, ya que encontró distintas complicaciones en el proceso que ayudan a entender la difi-cultad de la inte-gración en materia defensiva»

Seguridad ciudadana

28de la integración en materia de defensa. A nivel regional, no han sido muchos los avances logrados como colectivo, salvo pequeñas excepciones. Como dice Daniela Briones: “aún quedan desafíos pendientes en Latinoamérica para lograr una verdadera integración en la materia, pues en general hasta ahora dichas iniciativas se han mantenido en el plano bilateral y no se han concretado espacios multilaterales que se hagan cargo de forma efectiva de las problemáticas comunes que afectan a la región” . Entre las instancias que se ha logrado crear, es rescatable la existencia del Consejo Suramericano de Defensa (CSD), creado el 2008 como parte de la Unasur y fuer-temente promovido por el Brasil de Lula y sus ministros . Este interés, a su vez, se relacionaba con uno de los cincuenta obje-tivos trazados por la “Agenda para el Futuro de Brasil”, la cual incluye entre sus cincuenta asuntos estratégicos, el número treinta y nueve (39), relativo al Sistema de Defensa Nacional, en el cual menciona explícitamente:

“Fortalecimiento de la capacidad de defensa, aisladamente o como parte de un sistema colectivo de defensa con los países vecinos, para enfrentar nuevas amenazas y desafíos, garantizar la protec-ción de su territorio y respaldar negociaciones de ámbito inter-nacional”. Esto demuestra un interés de parte del gobierno brasilero acorde a su política exterior en fomentar la coopera-ción en defensa entre países de la región.

Sin embargo, la creación del CSD no fue un trámite sencillo, ya que encontró distintas complica-ciones en el proceso que ayudan a entender la dificultad de la inte-gración en materia defensiva. José Manuel Ugarte nos indica que esta iniciativa no se pudo institucionalizar desde el inicio de Unasur (como lo hubiera deseado Brasil), por una fuerte negativa inicial de Colombia, que terminó derivándose en la creación de grupos de trabajo que elabo-raran una propuesta sobre meca-nismos de integración en materia de seguridad y defensa. Este sin

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29duda, terminó siendo manejado por la diplomacia brasileña para lograr la instauración final del CSD.

Podemos apreciar como Brasil logró institucionalizar un espacio regional enfocado en el tema de defensa, como parte de su apuesta por el regionalismo, dentro de la Unasur, donde tiene bastante protagonismo. Sin embargo, por más que el tema de seguridad sea parte de los cincuenta (50) lineamientos de política del gobierno brasileño, vale la pena preguntarse por qué, para el Brasil, el CSD se declara como una “política de Estado” y con el objetivo de convertirlo en política de Estado de los demás participantes. Sin duda es nece-sario comprender la importancia de la defensa regional para los intereses de Brasil, ante la cual plantearé tres hipótesis que he podido recoger de la literatura revisada.

El primero de ellos es, básica-mente, por temas de integración regional: la explicación básica

partiría de la idea de que en el proceso de integración econó-mica y cooperación en distintos aspectos a nivel regional terminó incluyendo “por arrastre” al tema de defensa y seguridad, buscando generar un espacio más articulado para los procesos bilaterales previos. Esta explica-

Según David Baldwin, los medios para ejercer poder en el sistema internacional se

pueden agrupar en cuatro grupos: medios militares, económicos, diplomáticos y comu-

nicacionales.

Seguridad ciudadana

30ción, no obstante, es demasiado simplista y brinda poca relevancia a las relaciones de poder de los líderes regionales y su capacidad de establecer agendas en la región.

La segunda explicación, haría referencia a un interés geopolítico del gobierno del Brasil. Dadas las controversias generadas por algunos comentarios o acciones interpretadas como intentos de internacionalizar la Amazonía, relacionadas a la gestión que da el gobierno brasilero relacionada a su deforestación y aumento de gases de efecto Invernadero (GEI). Esta podría ser una razón para fomentar el interés del país de institucionalizar un espacio regional de defensa colectiva y seguridad, la cual se facili-taría con el trabajo de la CSD. Esta preocupación podría, sin embargo, ser más discursiva que práctica y ser principalmente un discurso popular entre los líderes políticos en el país . Aun así, la Amazonía representa alrededor de un tercio del territorio del Brasil y la fuente estratégica de

sus recursos naturales, por lo que el argumento de proteger este recurso fundamental mantiene vigor, por más que sea parte de una retórica política y que no se pueda rastrear una presión tan grande aun a favor de la interna-cionalización.

Por último, el argumento tentati-vamente más fuerte está relacio-nado a los intereses geopolíticos de Brasil como potencial regional y como potencial mundial. Como mencionamos previamente, manejamos cuatro principales mecanismos para ejercer el poder, y uno de ellos (el menos traba-jado en la región) es el militar. El interés de Brasil de consolidarse como clara potencial regional y en un futuro cercano volverse una potencial mundial, deberá inte-grar un liderazgo también en el ámbito militar, que bien toma sus primeros pasos con la integración en materias de seguridad y la consolidación de espacios como el CSD.

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‘ABEPOLITICS’¿UN RETORNO AL

NACIONALISMO IMPERIAL?Por: David Yompian

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34El pasado 17 de setiembre, la Cámara Alta del Parlamento japonés aprobó una enmienda controversial del artículo 9 de su Constitución, que dispone que las Fuerzas Armadas japonesas ya no solo funcionarán como fuerzas de defensa propia y podrán parti-cipar en conflictos bélicos interna-cionales. Ciertamente, este acon-tecimiento marca un hito, pues el artículo 9 de la Constitución japo-nesa ha obligado a que el país renuncie a la guerra como medio de solución de conflictos por 70 años. Esta medida fue respal-dada por Estados Unidos. En esta línea, Shinzo Abe calificó la victoria de su partido y su aliado, el Nuevo Komeito, “como tras-cendental”, al mismo tiempo en el que se llevaban a cabo protestas masivas lideradas por ciuda-danos y sobre todo, estudiantes universitarios en las afueras del parlamento con carteles que cari-caturizaban a Abe como Adolfo Hitler.

Con estos sucesos descritos, surge una pregunta: ¿se puede hablar de un retorno al naciona-

lismo que caracterizó al imperia-lismo japonés? En el año 2007, Michael J. Green escribió en la revista Foreign Affiars un artí-culo titulado “Why Tokyo’s new assertiveness is good for Washin-gton” en el que, en un intento de vislumbrar las posibles ganancias para Estados Unidos vis-à-vis el cambio que intentaba implementar Abe en materia de política exte-rior durante su primer mandato como premier entre setiembre de 2006 y setiembre de 2007, hacía la siguiente afirmación: “In reading this elegantly presented history, one comes to appreciate that Japan is not returning to its realist roots; it never left them”. El académico por excelencia de la escuela neorrealista, Kenneth Waltz, mencionaría, en Theory of International Politics (1979) que hay dos elementos centrales que explican el accionar de los estados; la anarquía del sistema internacional y la búsqueda de la supervivencia de los mismos que los mueve a tomar acciones egocéntricas. En esta línea, el comportamiento de Japón en materia de su política exterior se

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35puede entender bajo esta lógica: en el siglo XIX, las potencias extranjeras, por no decir europeas en su mayoría con la salvedad de los Estados Unidos, buscaron abrir los mercados del Este Asiá-tico para expandir su comercio y afianzar una balanza comercial positiva. Empero, estas acciones se vieron marcadas por el uso de la coerción, la guerra y la impo-sición de tratados desfavorables para los conquistados.

Un caso paradigmático sería el de las Guerras del Opio: Ingla-terra forzó la apertura de puertos chinos como Shanghai, Canton, Ningpo, Fuchow y Amoy al comercio europeo y obligó a la dinastía Qing a suscribir tratados desfavorables que solo otor-gaban beneficios comerciales a Inglaterra (Tratado de Nankín - 1942) y, luego, a Francia y Estados Unidos (Tratado de Tientsin 1858) y, en una segunda instancia, forzó la legalización del opio (Lovell, 2014). De manera similar, la llegada del oficial naval americano, Matthew Perry, a la bahía de Edo en 1853 (cuyo

nombre sería cambiado, luego, a Tokio) con las famosas ‘naves negras’ y su demanda de abrir el comercio japonés al mundo bajo la amenaza de agresión bélica, tuvo repercusiones que pueden ser explicadas bajo el neorrea-lismo de Waltz; algunas élites políticas de Japón se dieron cuenta de que un ‘sistema inter-nacional’ liderado por potencias extranjeras sedientas de expandir sus círculos comerciales era una

«»«hay dos elementos centrales que explican el accionar de los estados; la anar-quía del sistema internacional y la búsqueda de la supervivencia de los mismos que los mueve a tomar acciones egocén-tricas»

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36amenaza que no debía ser mirada con desdén; la alianza Satsu-ma-Choshu fue la que se encargó de darle el golpe final al Shogu-nato Tokugawa y la que estable-cería al emperador como figura divina, dando pie a una nueva etapa para Japón: el imperio. Siguiendo la lógica del neorrea-lismo, esta búsqueda de la super-

vivencia, de modernización en temas de tecnología, sistema legal, civilización y costumbres, con la finalidad de estar ‘a la par’ con las potencias europeas y una aversión en general hacia la colonización europea propició la formulación de una ideología cohesionadora: el nacionalismo. Este deseo de supervivencia, sin

Shinzo Abe calificó la victoria de su partido y su aliado, el Nuevo Komeito, “como trascendental”, al mismo tiempo en el que se llevaban a cabo protestas masivas lideradas por ciudadanos y sobre todo, estudiantes universitarios en las afueras

del parlamento con carteles que caricaturizaban a Abe como Adolfo Hitler. Foto: ©wikimedia.com

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37embargo, impulsó a que Japón iniciara incursiones militares en países vecinos, que se tradu-jeron en la invasión/ocupación de Manchuria en 1931, la anexión de Corea desde 1910 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial entre otras atrocidades1.

Fue este marco legal el sustrato de la política exterior que ha caracterizado a Japón en la era de la posguerra mundial. Shigeru Yoshida, primer ministro japonés entre 1948-1954, implementó este ‘espíritu’ en la política exte-rior de su país a través de la ‘Doctrina Yoshida’, que dictaba que la política exterior japonesa debería centrarse en la recu-

1 Como la Masacre de Nankín en 1937 y el establecimiento de las ‘mujeres confort’, es decir, mujeres de China, Corea, Filipinas, Tailandia, Vietnam, Malasia, Indonesia que fueron forzadas a prestar servicios sexuales a las tropas japonesas (Soh, 2009). Ciertamente, la región del Este Asiático se tranqui-lizó después de la derrota y rendición de Japón en 1945; por otro lado, Japón recibió una constitución de manos de los Estados Unidos que ha permaneció sin enmiendas hasta hace poco.

peración/desarrollo económico, depender de la alianza militar con los Estados Unidos como base de su seguridad y mantener un perfil diplomático bajo. Esta posi-ción se mantuvo firme durante la Guerra Fría; la alianza con los Estados Unidos era, ciertamente, una garantía de la seguridad de Japón frente a la amenaza comu-nista. Es más, gracias a la visita de Nixon a Beijing en 1972 es que Japón, a través del Primer Ministro Kakuei Tanaka, se abre a establecer vínculos diplomá-ticos con China, lo que, aparen-temente, disminuía la ‘amenaza’ del comunismo, por lo menos para Japón (Fukui, 1977).

El final de la Guerra Fría trajo consigo dudas sobre la viabil-idad de la Doctrina Yoshida; cier-tamente, el colapso de la Unión Soviética y el ‘eclipse’ del social-ismo tuvieron impactos princi-pales en Japón y en su política exterior: primero, hubo un reor-denamiento del orden político interno de Japón, entendido como el partido o la coalición de partidos que tenían mayoría en la Dieta

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38japonesa (Parlamento bicam-eral); el partido Liberal Demócrata perdió su liderazgo tanto en la cámara alta como en la cámara baja en 1993. Los partidos social-istas y comunistas en la Dieta casi llegan a su extinción, por lo que el Partido Liberal Demócrata comenzaba a conformar el grueso de la oposición ante el Partido Democrático, formado por ‘tránsfugas’ o miembros que se deslindaron del Partido Liberal Demócrata, formando una ‘coalición’ de centro. Más aún, se puso en tela de juicio el propósito de la relación bilateral de seguridad entre Japón y los Estados Unidos; China y Corea del Norte hacia mediados de los 90’s, no parecían ser una amenaza seria para Japón (y, por consiguiente, Estados Unidos). De igual manera, Japón perdió

credibilidad ante los americanos al ‘fracasar’ en asistirlos en la Guerra del Golfo (1990-1991); se puso en cuestión, pues, la continuidad del apoyo americano a Japón en caso de cualquier eventualidad en la región del Este Asiático .

Paralelamente, los japoneses tenían una razón para querer

ser autónomos; el éxito econó-mico alcan-zado durante los 70-80’s los moti-vaba a pensar que ya era hora de ‘pensar por sí mismos’ y, por ende, aquí se comenzó a buscar una postura más pro-activa en la que los líderes japoneses determinen el interés nacional y escojan los

caminos a seguir, de manera independiente de la presión inter-nacional. Michael J. Green diría

«»«La ‘Doctrina Abe’, de por sí, tomó el nombre a partir de un discurso hecho por Abe en la cumbre de Seguridad Asiá-tica llevada a cabo en Shan-gri-la, Singapur en el año 2014»

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39que si bien la caída de la Unión Soviética fue favorable, China seguía siendo una amenaza, no por el comunismo, sino por el poder bélico y militar que ejerce en la región, así como la alianza que tiene con Corea del Norte y, además, el incremento del poder militar de este país (2001). Bajo estas circunstancias en las que Japón buscaba reubicarse y asegurar su supervivencia en medio del meollo político con su aliado americano, aparece la ‘Doctrina Abe’ que tomó forma en el año 2012 gracias a Shinzo Abe y a través de la mayoría que tiene su partido (Partido Liberal Demó-crata) en la Dieta bicameral.

La ‘Doctrina Abe’, de por sí, tomó el nombre a partir de un discurso hecho por Abe en la cumbre de Seguridad Asiática llevada a cabo en Shangri-la, Singapur en el año 2014. Esta encarna una ‘paz posi-tiva’ o una ‘contribución proactiva para alcanzar la paz’ a través de tres principios fundamentales: primero, el cumplimiento y el uso del derecho internacional para resolver cualquier disputa entre

los países de la región del Este Asiático, segundo, el manteni-miento y el fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos para asegurar la seguridad en el Este Asiático y, finalmente, el fortalecimiento de la posición de Japón en la entidad interna-cional que agrupa a varios países del Este Asiático conocida como ASEAN (Association of South-East Asian States). Más aún, Thomas Berger describió en 2014 a la ‘Doctrina Abe’ como un ‘patriotismo peligroso’. Según él, el discurso de Abe está cargado de una nacionalismo que vibra en la sociedad japonesa desde los inicios de la Reforma Meiji de 1866 porque, según él, dicho nacionalismo ha sido, a lo largo de la historia, necesaria para la ‘supervivencia’ de Japón. Fue necesario un nacionalismo para ‘defenderse’ de los intereses de Occidente en el siglo XIX, razón por la cual se llevó a cabo la Restauración Meiji para construir un Estado moderno que impli-caba el desarrollo de industrias y de un ejército poderoso, tal como

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40decían en aquella época: ‘tecno-logía occidental, espíritu japonés’.

De la misma manera fue usado el nacionalismo para convencer a la población de que la guerra era el camino a seguir, hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Sería lógico, pues, darle la razón a Berger porque, ciertamente, confirma la pregunta inicial plant-eada al inicio de este artículo; es evidente una tendencia neor-realista en Japón de querer, nueva-mente, buscar una salida para su propia supervivencia, esta vez, en medio de un ambiente hostil liderado por Corea del Norte y China, a pesar de tener un as bajo la manga: el apoyo de los Estados Unidos. Sin embargo, ¿dicho nacional-ismo vuelve a vibrar, verdaderamente, en toda la comunidad japonesa? Por lo menos, las marchas

masivas por parte de la población y su descontento masivo son un indicio de que este nacionalismo que Abe dice profesar, no es un sentimiento compartido como en años anteriores que era un elemento cohesionador de la sociedad nipona; al contrario, se trata, aparentemente, de una visión de una persona líder, astuta, ambiciosa y de sus seguidores, en otras palabras, de una cúpula que, claramente, se ha hecho

En 2011, Michael J. Green señaló que si bien la caída de la Unión Soviética fue favo-

rable, China seguía siendo una amenaza, no por el comunismo, sino por el poder

bélico y militar que ejerce en la región, así como la alianza que tiene con Corea del

Norte y, además, el incremento del poder militar de este país (2001). Foto: ©hgpi.org

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41con las riendas políticas del país y está llevando la ‘barca’ por un camino por el que la gran mayoría de la población, no quiere ir.

La renuencia de Abe a pedir perdón por las atrocidades come-tidas por Japón a China y a las Coreas durante su época impe-rial por estar cegado, quizás, por un ‘honor’ nacionalista líder-cén-trico junto con la implementación de una enmienda que le permita a Japón a usar un ejército para ‘escaramuzas’ internacionales, parece estar llevando a Japón por una ruta muy peligrosa. Se puede decir, inclusive, que las acciones de Abe son legítimas y soberanas si se hablara, por ejemplo de un intento de lograr un ‘balance de poder’ frente al incremento de poderío bélico chino en la región; no obstante, Japón tiene un estigma fuertemente enrai-zado y asociado al pasado milita-rista e imperialista que hace que sus acciones no sean vistas con buenos ojos por China y Corea del Norte, lo cual podría pasarle cara la factura.

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¿GUARDIÁN DEL MUNDO?

EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU Y UNA LECTURA

CRÍTICA DE SU ROL EN EL MANTENIMIENTO DE LA

SEGURIDAD INTERNACIONALPor: Maria Grazia Sibille

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46Con el fin de prevenir un conflicto de similar magnitud después de la Segunda Guerra Mundial, se estableció el 24 de octubre 1945 la organización intergubernamental que hoy en día conocemos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Por ello, no es un hecho sorprendente que la búsqueda de la seguridad inter-nacional y subsecuente garan-tización de la paz está induda-blemente enraizada en el origen de las Naciones Unidas y en sus propósitos iniciales. Sin embargo, es uno de los seis órganos prin-cipales que la conforman el que lleva a cabo la labor más deter-minante con respecto al cumpli-miento (o incumplimiento) de este objetivo: el Consejo de Segu-ridad.

De acuerdo a fuentes oficiales, el Consejo de Seguridad toma la iniciativa y establece si existe una amenaza a la paz o un acto de agresión, realiza un llamamiento a las partes en conflicto para que lo solucionen pacíficamente y recomienda métodos de ajuste o condiciones de arreglo. Adicio-

nalmente, en virtud del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Segu-ridad puede imponer sanciones o incluso autorizar el uso de la fuerza para mantener o resta-blecer la seguridad internacional. El Consejo también autoriza las operaciones de mantenimiento de la paz y las misiones políticas especiales. Sin embargo, esta institución ha recibido múltiples críticas a lo largo de su exis-tencia. En el análisis que realiza de los primeros sesenta años de existencia del Consejo de Segu-ridad, el historiador británico Paul Kennedy concluye que “las fallas evidentes no sólo habían acom-pañado los muchos logros de la ONU, sino que los opacaron” (Kennedy, 2006). Para entender esta perspectiva, es necesario emprender una revisión a dife-rentes aspectos polémicos en la historia del Consejo de Segu-ridad.

En sus inicios, el Consejo consistió en los cinco vencedores de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos, Reino Unido,

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47Francia, Rusia y China. Actual-mente, estos cinco países tienen asientos permanentes y poder de veto, es decir, basta que uno de ellos vote en contra de una resolución para que esta no sea aprobada, de modo que pueden impedir cualquier decisión en este organismo. Además, existen otros diez miem-bros no perma-nentes, mien-tras que cinco miembros no permanentes son elegidos cada año para cumplir un mandato de dos años. Dado que tres de los cinco miembros permanentes son europeos, y tres o cuatro son predominan-temente naciones occidentales blancos, el Consejo de Segu-ridad ha sido descrito como uno de los pilares de apartheid global por Titus Alexander, ex Presidente de la Asociación de las Naciones Unidas de West-minster (Alexander, 1996). A

raíz de esta constitución, han surgido llamados para que el Consejo incluya como miembro permanente a otro país de una región diferente a la europea o norteamericana y que se esté desenvolviendo con elevados niveles de influencia política y

estabilidad econó-mica en su zona. Algunos analistas in ternacionales y autoridades han propuesto a países como India o Brasil, con el fin de obtener un mayor balance en términos de inte-reses regionales y reflejar el estado actual de la distri-

bución del poder en el mundo (Grieger, 2013).

Adicionalmente a la cuestión de la constitución y representación de los países miembros, el Consejo de Seguridad enfrenta críticas que cuestionan su eficacia, credi-bilidad y legitimidad. Pese a que en teoría debe ser un ente carac-

«»«En un escenario ideal, el Consejo de Seguridad debería dejar de lado la agenda política que pueda tener para centrarse en la seguridad tangible del mundo»

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48terizado por su justicia y equidad, en la realidad el Consejo de Segu-ridad es muy desigual. Los cinco miembros permanentes figuran año tras año en la parte supe-rior de la lista de países con los gastos militares más elevados. Ellos concentran el 60% de los gastos militares mundiales, siendo el 40% de dicha cifra lo que se atribuye a Estados Unidos solamente (World Bank Data). Junto con Alemania, los miem-bros permanentes son los cinco exportadores de armas más grandes y son las únicas naciones oficialmente reconocidos como “estados nucleares”. El acadé-mico Sudhir Chella Rajan argu-mentó en 2006 siendo los miem-bros permanentes las potencias nucleares por excelencia, han creado por medio del Consejo, un club nuclear exclusivo que aboga principalmente por sus intereses estratégicos y motivos políticos, por ejemplo, la protección de los ciudadanos kuwaitíes ricos en petróleo en 1991, pero la mínima protección a los ruandeses de escasos recursos en 1994 (Rajan, 2006).

Cuando otro país es elegido para convertirse en miembro no permanente del Consejo de Seguridad este se asegura ventajas más grandes: la ayuda otorgada desde Estados Unidos aumenta un 59% y desde la ONU en un 8% (Naciones Unidas). Es posible analizar desde un enfoque estratégico este incre-mento en el apoyo del país más poderoso del Consejo de Segu-ridad y de las propias Naciones Unidas a un país que es elegido para formar parte del organismo. Los países candidatos compiten por dos incentivos principales: involucrarse en la política interna-cional de una manera significativa y exponer sus necesidades para el resto del mundo. Entonces, es completamente esperable que un futuro miembro negocie su voto por favores políticos y financieros durante su mandato. Esta dinámica se configura como un ejercicio riesgoso partiendo del órgano que toma decisiones vitales dentro de la ONU y que afectan a millones de personas.

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49Por otro lado, si bien la seguridad colectiva era preponderante en la agenda de la ONU luego de la Segunda Guerra Mundial, el argu-mento de que “lógica de la segu-ridad colectiva se contrasta con las dificultades de su aplicación” (Weiss, 2007) resulta certero. Como se puede deducir de los 193 vetos que estableció el Consejo de Seguridad entre 1945-1990, surgió un comprensible senti-miento de desconfianza después de la Segunda Guerra Mundial. Las invasiones a los estados de Vietnam, Granada y Panamá, de Hungría, Checoslovaquia, de la Unión Soviética y Afganistán son algunos ejemplos de las cons-tantes operaciones de guerra de poder realizadas a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Esto pone de relieve la ineficacia del Consejo de Seguridad de la ONU en la prevención de conflictos, así como la creencia de los pensa-dores realistas de que no existe una autoridad supranacional capaz de ejercer un poder verda-deramente abrumador sobre los estados y la visión de que las organizaciones internacionales

son utilizadas por los estados poderosos para implementar sus políticas de poder y perseguir su propio interés de manera más efectiva.

Además, al observar los estu-dios de casos como las masacres étnicas de Bosnia y Ruanda y la guerra civil de Sierra Leona, los realistas podrían argumentar que la razón por la que la ONU no ha sido tan eficaz se debe principal-mente al hecho de que Ruanda generaba poco interés para las potencias hegemónicas en el momento. En contraste, conflictos como la Guerra de Corea tuvieron un fuerte respaldo de países como los EE.UU., Reino Unido y otros países de Europa, porque estaba entre sus intereses hacerlo. En el caso de Corea, la ONU fue eficaz en la restauración de la segu-ridad.

A partir de la información presen-tada, podemos deducir que los estados hegemónicos tienen influencias superiores en la ONU, por lo que no es de extrañar que la organización inter-guber-

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50namental haya triunfado en su intento de restablecer la segu-ridad cuando estaba en el interés general del Estado unipolar de dicho momento, que era EE.UU., en lugar de la mayoría de los estados cuyos representante se sientan a dialogar en la Asamblea General.

Sin embargo, los liberales afirman que “después de la Guerra Fría se hizo más difícil para los estados y los diplomáticos aceptar que lo que ocurrió dentro de los estados era de ninguna preocupación para los otros países” (Baylis, 2011). Como resultado, la ONU tomó un papel más significativo en la mediación entre las naciones, lo que mejoró su reputación para los estados miembros. “A mediados de la década de 1990 la ONU se había involucrado en el mante-nimiento de la seguridad inter-nacional al resistir la agresión entre los estados” (Baylis, 2011). Liberales como Kofi Annan argu-mentan que el “dilema de segu-ridad”, que se basa en la premisa de que un país mejora su segu-ridad a expensas de otros estados,

se había evitado. Sin embargo, aunque el pasado reciente de la ONU ha sido brillante en términos de su función como plataforma que garantiza la paz y el compro-miso entre los Estados, es impo-sible pasar por alto el período 1945 a 1990, durante el cual la mayor organización internacional del planeta fue incapaz de evitar una serie de conflictos relevantes.

En conclusión, si bien la ONU ha llevado a cabo misiones exitosas de mantenimiento de la paz y de expansión de intervenciones médicas promoviendo la salud (United Nations Health Issues), en general ha sido ineficaz en el establecimiento de la seguridad colectiva desde 1945. Considero que, en un escenario ideal, el Consejo de Seguridad debería dejar de lado la agenda política que pueda tener para centrarse en la seguridad tangible del mundo. Este supuesto, evidente-mente, es casi imposible ya que subsistirán e impondrán los inte-reses político-económicos de los Estados con derecho a veto.

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