Boletín Nº251

Shoá y Terrorismo de Estado. Sara Rus, testimonio en primera persona

Alumnos y alumnas de escuelas primarias de nuestra ciudad acompañados por sus docentes, visitaron el Museo del Holocausto y tuvieron la oportunidad de conocer y escuchar el testimonio de 

vida de Sara Rus, sobreviviente de la 2° guerra mundial y  Madre de Plaza de Mayo L.F.

El Programa Educación y Memoria del Ministerio de Educación porteño y el  Museo del Holocausto articularon accionespara organizar la visita guiada para los niños y niñas de séptimo grado de las escuelas N° 13 de Villa Luro y N° 2 de VillaLugano, quiénes junto a sus docentes recorrieron el Museo del Holocausto como parte de las actividades de los proyectospedagógicos que están desarrollando en ambas escuelas abordando temáticas vinculadas a holocausto, discriminación,DDHH y Shoá.El grupo tuvo el privilegio de compartir esta experiencia con Sara Rus, sobreviviente de la 2° guerra mundial y  Madre dePlaza de Mayo L.F., quien al finalizar el recorrido recibió a los niños/as para brindar con cálidas y emotivas palabras suconmovedor testimonio de vida.

La misión central del Museo del Holocausto es mantener viva la memoria de la Shoá y sus consecuencias para toda lahumanidad, integrando en su visión histórica los sucesos de la Segunda Guerra Mundial y sus repercusiones en la Argentina.Su función es investigar, transmitir, informar, difundir y educar, con el objeto de concientizar a la sociedad acerca de lasgraves consecuencias del racismo, la discriminación, la xenofobia y el antisemitismo. El Museo ha sido declarado Sitio deInterés Cultural por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por su esfuerzo y contribución permanente paraincorporar la temática del Holocausto a la Educación como modo privilegiado de recuperar la historia para prevenir lareiteración de actos racistas y violentos que amenazan una y otra vez a la humanidad.

Los alumnos/a fueron recibidos por las guías del Museo quienes les dieron la bienvenida. “Este es un espacio valioso deaprendizaje, esperamos que puedan enriquecer sus conocimientos y adquirir más y mejores herramientas para reflexionaracerca de lo que representó la Shoá y lo que sucede cuando hay intolerancia, discriminación y se persigue a quiénespiensan diferente. Realizaremos la visita guiada en la primera parte de la actividad y luego tendremos el honor de escucharel testimonio de Sara Rus. Para que no se repitan nunca más estos hechos nada mejor que ustedes y sus docentestrabajando estos contenidos en la escuela”.

Los niños/as y sus docentes se dividieron en dos grupos, que guiados por personal del museo, pudieron conocer lascaracterísticas del antisemitismo, del racismo, los antecedentes de la segunda guerra mundial, la persecución a los judíos, elproceso de deshumanización y el aislamiento al que fueron sometidos, la organización de los ghettos y los campos deexterminio, los fundamentos ideológicos, políticos y económicos que se utilizaron para llevar a cabo la “solución final”. Enparalelo, se fue proponiendo el análisis de lo que ocurría en nuestro país en esos años de guerra y cómo impactaron ennuestra sociedad y en las decisiones de la dirigencia política de aquel entonces los sucesos europeos.

Prosiguiendo con la visita, el contingente fue recibido por Claudio Altamirano, coordinador del Programa Educación yMemoria quien expresó: “Estoy orgulloso de ver el trabajo que realizan con sus docentes. Así se trabaja en nuestrasescuelas, con compromiso, generando inquietud por conocer, enseñando a valorar la vida. Agradezco al Museo por esteespacio pensado y organizado para generar reflexión y construir conocimiento, donde la memoria está viva, y que mejorque en esta primavera plantar la semilla de la memoria para que florezca la verdad y todos podamos sentir el aroma de lajusticia. Luego, con cálidas palabras de reconocimiento, presento a Sara para finalizar diciendo: “ella es un verdaderoejemplo de vida”.

“Ya me presentaron, soy Sara, sobreviviente de la Shoá. Viví cosas muy difíciles de contar, pero yo me propuse transmitir mihistoria, y lo hago con ganas porque lo que importa es que el mundo sepa por todo lo que pasamos y hasta donde se puedellegar”, con estas palabras Sara Rus cautivó a todos los presentes, quienes escucharon atenta y respetuosamente sutestimonio cargado de emoción. De este modo, en un clima intimista, Sara recorrió los pasajes más significativos de su vida:su infancia y su familia, su vida en el ghetto, las dificultades de sobrevivir en esas condiciones, los traslados a los campos deconcentración, los malos tratos, las humillaciones y carencias a las que fueron sometidos, la esperanza en medio de tantodolor y sufrimiento, el miedo y el coraje de una niña creciendo durante la guerra y los escollos de volver a organizar suexistencia en la posguerra, como fue la llegada de su familia a la Argentina y los nuevos obstáculos para integrarse yreconstruir su vida  en nuestro país. Pero el dolor volvería a golpear fuertemente a Sara, cuando durante la última dictaduracívico-militar, su hijo Daniel Lázaro Rus, científico de la Comisión de Energía Atómica, fuera secuestrado y desaparecido.Con congoja, relató sus años de búsqueda y su unión a otras madres que tenían el mismo destino: reclamar por la verdad, lajusticia y la aparición de sus hijos.

Sin perder su sonrisa, Sara manifestó: “Lo más importante es saber apreciar la vida, porque la vida es linda, yo llegué atener dos hijos, dos nietas y una bisnietita. No hay que perder la memoria y trabajar por la justicia, pero con amor, porquedesde el odio no se puede construir nada”.

Ante la pregunta de Alejandro, alumno de 7° grado, de qué había sido peor para ella, si el holocausto o la dictadura, Sararespondió: “Es terrible haber pasado por el holocausto y haber vivido esas experiencias tan dolorosas. Pero venir a un paíslibre, con esperanza de construir una vida, y perder a un hijo, un científico que trabajaba por su país, que quería un mundomejor, ese fue el golpe más terrible de mi vida”.

Con profunda emoción luego de esta respuesta, los niños/as entregaron a Sara un presente floral en nombre del ProgramaEducación y Memoria en agradecimiento a la generosidad de brindar su testimonio y participar de esta actividad. Por suparte, Claudio Altamirano destacó la intervención de los chicos y chicas, quienes demostraron con sus intervenciones elcompromiso con los temas abordados, agradeció al museo, a las escuelas, a sus docentes y muy especialmente aSara, “quién con su dulzura nos compartió dos momentos de su vida dolorosos en forma veraz y con sumo cuidado en sus

palabras llenas siempre de amor, esperanza y vida”.

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La memoria debería ser el vehículo para celebrar la vida, el retoño, la promesa, los sueños tejidos en el tiempo, y noel septiembre que desde estas latitudes trae junto a la flor el dolor del recuerdo de los jóvenes víctimas de la represiónde la última dictadura cívico-militar, los golpes de estado latinoamericanos que signaron una época en nuestrocontinente y marcaron generaciones. Si la primavera es el renacer de la naturaleza, en este septiembre bien podríareverdecer la palabra de Benedetti, la prosa de Galeano, la poesía de Jara, convocándonos al trabajo apasionado y alcompromiso con los ideales de una sociedad más  igualitaria, para que en cada uno de nosotros brille la chispa queencendió esos corazones adolescentes con la ilusión de un mundo mejor.