Bolivia y Sus Cambios
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Bolivia y sus cambios “revolucionarios” en políticas agrarias
plan de gobierno considera la redistribución de la tierra a favor de campesinos e
indígenas, para terminar así con el latifundio. Al mismo tiempo, pretende al transformar
la estructura de la tenencia de la tierra, poder lograr la expansión y desarrollo agrario y
cambiar la matriz energética de la producción agroindustria, lo que no ha estado exento
de dificultades.
Tal vez una visión de revolución se liga a cambios profundos en diversos aspectos dentro de
un País o región: formas y concepciones de vida, principios-valores para el bien común,
solidaridad, cambios en la toma de decisiones y formas de distribución tendiente a los
equilibrios y a la equidad, fin a las desigualdades y discriminaciones sociales, políticas y
culturales, respeto a la diversidad, instalación de soberanías y autonomías populares, respeto
pleno al ejercicio de los derechos individuales y colectivos de los pueblos y naciones y el
fortalecimiento de estos en su desarrollo, en fin, una serie de elementos colectivos integrales
que prácticamente no se evidenciaban en esta parte de la región de las Américas.
Sin embargo, en este último tiempo ha comenzado a hacerse notorio una serie de señales con
cambios profundos en Bolivia, desde que asumió el actual gobierno encabezado por Evo
Morales, donde, por primera vez en la historia “democrática” de los estados, un líder social
perteneciente a un Pueblo Originario, el Aymará, pueblo que coexiste en Bolivia al igual que
en otras fronteras del continente, es investido con la primera magistratura con un mayoritario y
aplastante respaldo popular.
Por si, este hecho ya es revolucionario para las historias republicanas y oligárquicas de esta
región, siendo un ejemplo para todo el mundo. Pero lo que más ha llamado la atención, han
sido los intentos de implementar cambios profundos de estado, partiendo por generar un
nuevo y distinto proceso constituyente, para muchos revolucionario. Desde esta idea, como
matriz de políticas y legislaciones, ha comenzado a surgir una serie de medidas sectoriales.
Por ejemplo, en junio de 2006 el gobierno ha presentado el Plan Nacional de Desarrollo,
actualmente en ejecución, que incluye el componente de Transformación Estructural Agraria
(TEA) como la acción orientada a superar, de manera permanente y sostenible, los problemas
de pobreza de las poblaciones originarias e indígenas. El plan considera que al transformar la
estructura de la tenencia de la tierra se podrá lograr la expansión y desarrollo agrario,
favorecer el desarrollo de innovaciones tecnológicas y del conocimiento, aumentar las
coberturas de riego, ampliar el acceso al financiamiento, dinamizar los mercados de productos
agropecuarios e inserción en nuevos mercados y cambiar la matriz energética de la
producción agroindustrial, según datos proporcionados por el gobierno a través del Instituto
Nacional de Reforma Agraria (INRA).
Dentro de este nuevo impulso, se hacen reformas a la Ley agraria 1.715 (por Ley 3545 del 28
de noviembre de 2006) para la reconducción comunitaria, con el propósito de beneficiar a las
comunidades indígenas, originarias-campesinas sin tierra y a los productores y/o empresarios
que trabajan la tierra, que según dice esta nueva Ley “producen y cumplen con la función
económica social (F.E.S)”.
Una de las medidas realizadas en primera instancia dentro de estos planes, ha sido la entrega
de títulos de tierras fiscales por más de 2 millones de hectáreas a las comunidades indígenas
y campesinas en zonas que presentan graves problemas sociales. Asimismo, está la idea de
redistribución de la tierra, con expropiaciones de tierras improductivas usadas para las
especulaciones mercantiles, y la entrega de maquinaria agrícola que se ha venido haciendo
progresivamente, como parte de dos componentes fundamentales que impulsa la
administración de Morales. Pero ese proceso también incluye la búsqueda de mercados para
los productos generados en el medio rural y el fomento a la producción ecológica y orgánica,
así lo afirmó el gobierno a los medios cuanto hizo entrega de tierras a las familias de la
comunidad campesina Pueblos Unidos, del departamento de Santa Cruz, situado al este
de Bolivia casi a fines del año pasado
Junto con la redistribución de tierras, incluso poniendo un techo sobre su tenencia, no más
allá de 50.000 hectáreas, ha causado también que localidades en el marco participativo que
existe sobre sus criterios, se pida reducir su posesión en 500 % como ocurre en Sucre, donde
pretenden limitarla a un máximo de 10.000 hectáreas, propuesto por el propio ejecutivo, el
pacto de unidad y la fundación tierra, manifestaba el presidente de la comisión recursos
naturales renovables, tierra, territorio en medio ambiente, Carlos Romero, quien anticipó que
estos serán temas de arduo debate.
Para el director nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria, Juan Carlos Rojas, la
distribución y redistribución de tierras se pretende dinamizar regiones poco pobladas a través
de poner al recurso tierra como activo social y productivo, así como factor de distribución y
redistribución de la riqueza. Rojas señala que en esas condiciones, la tierra y el territorio (que
incluye a los recursos naturales) se convierten en factores de desarrollo agrario, en base a un
Modelo de Desarrollo Integral capaz de generar ingresos económicos para las familias y de
manejar sosteniblemente los recursos naturales... “La distribución y redistribución comunitaria
de tierras está orientada a lograr equidad en el acceso y uso económico y social de la tierra,
cuyos principales actores o beneficiarios serán indígenas y campesinos sin tierra o con tierra
insuficiente, con amplia y efectiva participación de las organizaciones sociales rurales”,
señaló. Agrega que uno de los objetivos de la política es dotar de seguridad jurídica en la
tenencia de la tierra a todos los sectores y se implementará sobre la base de una
reorientación del proceso de saneamiento para hacerlo más ágil, transparente y de menor
costo. “Para ello se ha modificado la Ley 1715, mediante la Ley de Reconducción Comunitaria
de la Ley INRA, se han emitido decretos supremos y se está elaborando el reglamento de la
Ley”, dijo.
Plan de desarrollo y Soberanía Alimentaria
El Plan Nacional de Desarrollo establece: “Soberanía alimentaria basada en
la agricultura campesina, que garantiza el derecho humano fundamental que es acceder a una
alimentación adecuada y que dignifique el trabajo de la agricultura familiar campesina.”
Un importante referente social en Bolivia, es la Federación nacional de mujeres campesinas
Bartolina Sisa, la que incluso, por ley, integra la Comisión Agraria Nacional (CAN), instancia
de plena incidencia en el proceso agrario. “Bartolina Sisa”, como parte de su misión, es la de
recuperar la soberanía territorial, alimentaria y la dignidad de las mujeres campesinas,
indígenas y originarias de Bolivia, y de alcanzar una participación equitativa de la mujer en
todos los espacios. Al ser consultada en ciudad de La Paz la secretaria del instrumento
político de esta Federación, Bertha Blanco, de origen Quechua e integrante de la organización
“Pachamama”, sobre su visión de la “revolución agraria” y su relación con la soberanía
alimentaria, ella nos señalaba: “Nosotros teníamos territorios, incluyendo las tierras y los
recursos naturales. La Pachamama (madre tierra) ha sido generosa en compartir sus frutos y
permitir trabajar en ella cultivando. Pero nos han quitado nuestros derechos, por las
invasiones, los colonialismos, las injusticias. Ya no era la tierra para quien la trabaja, sino para
quien la mercantiliza. Pero ahora estamos recuperando lo que nos corresponde y hay un gran
avance para las mujeres y por supuesto las familias…. Todos los pueblos indígenas somos
productores y si vemos lo propio, esto es orgánico y agro-ecológico… Muchas enfermedades
actuales han llegado por la mala alimentación. Embasados, enlatados, etc., dañando a la
persona y al medio natural. ¿Pero porqué?, si el suelo en Bolivia produce productos de alto
valor nutritivo, en proteínas y minerales. Somos ricos en ello y no se justifica la pobreza y la
mala alimentación, podemos incluso contribuir a alimentar al mundo sana y nutritivamente”…
Para Bertha Blanco, el apoyo, los subsidios, el incentivo a recuperar lo diverso, propio y
milenario en la producción agrícola, fortalece a las familias y genera una nueva y gran
posibilidad de vida. Permitir el intercambio de productos entre pueblos más allá de las
fronteras, incentivar lo orgánico y ofrecer una buena alimentación a la población, acumular y
tener reservas y excedentes alimentarios para tiempos difíciles, son inversiones que según
ella, tendrían grandes recompensas para Bolivia en un futuro no muy lejano, con beneficios no
solo para las economías familiares o de carácter público, sino también en la educación, salud
y el medio ambiente. Por ello, señala, “existen grandes expectativas con la revolución agraria,
porque al tener territorios para estos fines, con estos criterios de producción, posibilitaría un
importante desarrollo sustentable”.
Las características climáticas de las regiones en Bolivia son muy diferentes una de la otra,lo
que da lugar a una diversidad y riqueza en los tipos de cultivos predominantes. Solo a modo
de ejemplo, En el Altiplano los cultivos son papa, quinua, avena, haba y cebada. En el Valle el
cultivo principal es elmaíz, pero también se cultiva el trigo, avena y otros cereales, así como
variedad de frutas, verduras y hortalizas. La coca es un importante cultivo de la región
subandina del Llano, donde se produce además café, cítricos y frutas semitropicales. En los
Llanos los productos típicos son yuca, maíz, maní, algodón, soya, girasol, caña de azúcar y
tabaco, entre otros.
Para el gobierno de Evo Morales, la revolución agraria promueve una agricultura orgánica y
una Bolivia ecológica, en convivencia y armonía con el medio ambiente… Junto con ello,
pretende garantizar el abastecimiento de los alimentos a partir de una producción nacional.
Señalan además que renacerían los mercados locales, la agricultura familiar y la vida
campesina. Mejor alimentación para la niñez y mejoras de la dieta alimentaria de los
bolivianos, son parte de sus proyecciones.
Algunos sectores sociales, en el marco de la asamblea constituyente, estiman que es
fundamental incorporar el derecho a la alimentación en la Constitución Política vigente y que
los constituyentes deberán incorporar este derecho fundamental, conjuntamente con
la soberanía alimentaria, en la nueva Constitución Política. Por que no existiría soberanía
nacional sin soberanía alimentaria, como tampoco existiría sin una seguridad alimentaria, para
que así, la “revolución agraria” sea irreversible en el país.
El Senador Boliviano por Cochabamba y dirigente social de origen Quechua, Omar
Fernández, nos dice “Las comunidades indígenas, campesinas, agrarias, podemos tener
nuestros propios cultivos los que pueden garantizar la alimentación de las familias con una
alta calidad en la nutrición. Recuperar los conocimientos culturales ancestrales para la
producción. Recuperar y fortalecer la enorme riqueza y diversidad productiva que tenemos,
son y deben seguir siendo prioridades en la revolución agraria. En efecto, la posibilidad de
poder contar con territorios suficientes tanto en tierras como en recursos naturales en manos
de las comunidades, asegura nuestro autoabastecimiento y soberanía en alimentos”, sigue
“Los Pueblos indígenas, en base a nuestras culturas, nuestra cosmovisión de la vida,
sabiduría, nuestra forma de vida, manejo ancestral de los recursos, son la inspiración principal
de los procesos de cambio, de las transformaciones y base fundamental para la generación de
nuevas propuestas, contrario a lo que ha venido ofreciendo sociedades mercantiles y
destructivas”.
Las dificultades de la “revolución agraria”
Según el senador Fernández, la oligarquía en Bolivia, con su red política y económica, con
sus ataques, intervencionismos y maquinaciones, son elementos de obstáculo y de dificultad,
pero superables. Agrega, que en el marco de su implementación, han existido dichos
amenazantes y temerarios provenientes de este sector, incluso, dichos al vacío como que “si
esto se inicia (revolución agraria) va a correr sangre en Bolivia” o bien, actos de sabotaje,
como la de senadores de derecha que al momento de definir la legislación de la ley agraria se
retiraron de la sala. “Hubo dificultades desde este sector, por su vinculo a la oligarquía e
incluso por ser parte de ella, ya que hay varios que son latifundistas con miles de hectáreas
(como el presidente del senado), por ello, hicieron fallidamente todo lo posible para que no se
aprobara esta Ley. Hoy son un obstáculo para su implementación”, señala Fernández.
Para Juan Carlos Rojas, director del INRA, las principales dificultades que podría atravesar
este proceso, son acciones de resistencia de los sectores terratenientes, quienes podrían
obstaculizar los cambios de la Ley 3545, particularmente a aquellos aspectos relacionados
con la reversión y expropiación de tierras con el objeto de recuperar tierras fiscales para su
distribución, que se constituyen en amenazas importantes que pueden afectar a la
implementación del plan de saneamiento y por ende la aplicación de la Ley.
Bertha Blanco de la Bartolina Sisa y Pachamama, coincide con lo señalado por el Senador y el
director del INRA, pero deriva la responsabilidad para su éxito, en los propios movimientos
sociales, indígenas y campesinos principalmente… “A pesar de las dificultades y ciertas
diferencias que puedan existir, tenemos que estar bien, fuertes, cohesionados, solidarios entre
nosotros. Necesitamos la paz, vivir bien, tranquilos y en armonía. Tenemos que trascender a
otros lugares, ya no nos mataron, nuestra raíz sigue viva y creciendo…. Espíritu, identidad,
familia, suelo, territorio, soberanía, son las bases de nuestras proyecciones. Si esto lo
logramos como pueblos, como comunidades, como organizaciones sociales y familia,
estaremos asegurando importantes logros, un ejemplo para el mundo, con beneficios para
todos”.
La FAO destaca política agraria de Bolivia
La política agraria y de distribución en Bolivia, que garantiza a la población el acceso de
los alimentos, fue destacada por la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO).
El presentante de ese organismo en el país, Crispin Moreira, calificó de eficiente los
mecanismos bolivianos, que le permite enfrentar posible catástrofes naturales.
Los resultados positivos de esta política hicieron posible que Bolivia asumiera el compromiso
de compartir su experiencia con varios países durante el taller internacional Apoyo a la
agricultura familiar, precisó el diario Los Tiempos.
Recientemente, la ministra boliviana de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo,
informó que el gobierno invertirá 90 millones de dólares para fomentar proyectos
destinados a mejorar la producción de alimentos durante 2014.
Achacollo explicó que la prioridad es cooperar con los pequeños productores, porque están
más abocados al abastecimiento del mercado interno y coadyuvan a enfrentar la erradicación
del hambre en el país.
“Estaremos con programas al alcance del pequeño productor que pueda tener de media a una
hectárea”, subrayó la titular.
Achacollo recordó que el gran empresariado precisa también cooperación, aunque
estos producen más para la exportación con inversiones propias tanto en la agricultura
como la pecuaria.
Adelantó que el cultivo de trigo será ampliamente promovido, para lo que la Empresa de
Apoyo a la Producción de Alimentos trabaja en la provisión de semilla para incrementar la
cantidad de hectáreas disponibles.
Las tareas serán encaminadas, además, dijo, a continuar con la promoción internacional de la
quinua.
La reforma agraria de BoliviaLa Revolución Nacional En las elecciones generales de 1951, el Movimiento Nacionalista Revolucionario, después de haber realizado una combativa campaña política contra las fuerzas retrógradas que dominaban el país, ganó los comicios, eligiendo, fuera de parlamentarios, al Presidente y Vice-presidente de la República: los señores Víctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Zuazo. La voluntad popular expresada en dichos comicios, fué desconocida por el gobernante de entonces Dr. Mamerto Urriolagoitia, quien después de un auto-golpe, entregó el Poder a una Junta Militar organizada por el Comandante de las Fuerzas Armadas. Este escamoteo de la voluntad popular, exacerbó el espíritu combativo del pueblo, el que, a los pocos meses, se insurreccionó bajo la dirección del MNR, derrotando a las fuerzas pretorianas del gobierno, después de 3 días de lucha en las calles de La Paz y Oruro. (9 al 11 de abril de 1952)...