Boom! Clap! Una reflexión dispersa sobre el estado del pop actual
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Boom! Clap! Una reflexión dispersa sobre el estado del pop actual
Hace un par de semanas nos juntamos con unos amigos a tomar algo y
terminamos viendo videos musicales en youtube. En particular, pop
mainstream de los 90s, desde alt girls tipo Alanis Morissette, hasta boybands
tipo Hanson y los Backstreet Boys. Se desprendía una conclusión evidente:
la decadencia estética y moral del pop contemporáneo frente al pop de
finales de los 90s, más fino en su craft musical, más sensible en el
acercamiento a los tópicos clásicos del género, como el amor, el sexo y el
desengaño, es más que clara.
Del “Every Little Thing I Do Never Seems Enough For You” de N’Sync, a la
misoginia del “I Know You Want It’’ de Robin Thicke, dimos varios pasos
hacia atrás.
Moralmente, ni hablar, pero también se abandonó la narrativa en los
videoclips de pop para dar paso a lo conceptual/referencial/metatextual
como norma. Y no sólo para la dinámica chico/chica es que las boybands y el
pop de los 90s representan un triunfo, basta recordar la idea del paraíso
para Jay Baruchel en la fiesta bromántica que fue This is the End.
https://www.youtube.com/watch?v=Y-M4o-5IYwo
De todas formas, sería tonto pensar que el pop no estaba cargado de
innuendos ya desde antes, pero Madonna cantaba “Like a Virgin’’ en 1984 y
fue recién con el estreno de Reservoir Dogs que Tarantino llegó a la
conclusión de que era una canción sobre alguien con la pija grande.
Hoy no hace falta tanta exégesis, ya que no abundan las metáforas: “The
ones that love, I tend to leave behind”, “take this pleasure and take it with
the pain”, o “Can you feel the pressure between your hips?’’, son algunos de
los versos que canta Ariana Grande (ex-estrella de Nickelodeon) junto al
siempre excesivamente sexual The Weeknd. Ni hablemos de Nicki Minaj y su
culo casi distópico. Si recuerdan las publicidades satíricas que aparecían en
la Robocop original de Paul Verhoeven, y lo comparan con un video de Nicki
Minaj, probablemente vean bastantes similitudes. La revista Spin se
pronunció al respecto y dijo que este fue el año del culo
(http://goo.gl/vrRLVq).
No son todas pálidas, obviamente, frente a la hipersexualización (que viene
acompañada hasta de imágenes nazis y sadomasoquistas), otras estrellas
pop responden a la loudness war sonora y sexual citando a Britney Spears y
las Spice Girls como influencias, con colores saturados, estética bubblegum
y genuina sensibilidad y euforia romántica, teen y desfachatada.
Izq. Nicki Minaj - Only / Der. Taylor Swift - Shake it Off
Mientras la música mainstream empieza a llegar a un punto crítico y el
sonido ultracomprimido, de trazo grueso y sin rango dinámico (ni musical ni
conceptual) del EDM empieza a aburrir, artistas como Taylor Swift y Charli
XCX se hacen un lugar en todas las listas de fin de año a base de un sonido
propio (pero no del todo original, corresponde que estando en los 2010s,
vuelvan los 90s).
Taylor Swift! Se dan cuenta? En Pitchfork, bastión del discurso hipster
hegemónico y dominante, votaron DOS temas del último disco de Taylor
Swift en el listado de los 100 mejores temas del año. También se filtró
Ariana Grande, claro, como negar ese estúpido y sensual riff de saxo y el rap
de Iggy Azalea (a quien conocí en un sketch de Jimmy Fallon, supongo que
eso le da algo de legitimidad cultural), junto a expresiones más “serias’’ de
música hip como St. Vincent, el “no alt r’n’b’’ de FKA Twigs o viejas glorias
como Brian Eno o el doblete de Prince. También vi el último de Taylor Swift
en el ranking de AV Club, e incluso la Rolling Stone, que le dio el primer
puesto a ese ejercicio abyecto de publicidad corporativa que fue el último
disco de U2, puso a Taylor Swift y Charli XCX en su top 10 del año.
Que quiero decir con todas estas reflexiones inconexas? Que más allá de que
obviamente conecto con el pop girlie y meloso -si no no estaría escribiendo
esto- es siempre positivo que dos chicas como Taylor Swift y Charli XCX
puedan venir a sacudir el estado de las cosas, no sólo desde lo musical,
mezclando pop clásico de los 80s con punk (recordamos: nada nuevo hay en
el power pop, pero resulta refrescante frente a tanto “Work it, Twerk It’’), si
no también el status quo de la industria, basta recordar como Taylor Swift se
mandó la parte con Spotify -we are never ever getting back together, les
habrá dicho- y Charli XCX dijo hace poco en un evento de Billboard que
estaba contenta de que la mitad de las personas tuvieran vagina.
Por supuesto, toda esa decisión habrá sido parte de un lobby corporativo, y
además Charli XCX es famosa ahora porque pegó el tema ese en la película
de Shailene Woodley con cáncer, síntoma (pun not intended) de las infinitas
adaptaciones de novelas Young Adult que hoy aquejan la industria del cine,
me dirán a viva voz. Y yo respondo que todo no se puede, viejo, una de cal
y una de arena.
El entrecruzamiento de la sensibilidad “cool’’ y la sensibilidad “mersa’’ no es
nada nuevo (The Weeknd sirve como ejemplo, el tema que mencionamos
antes, “Love Me Harder’’, no es más que una variación más mainstream de
lo que hizo en el remix de “Odd Touch’’ de Kavinksy, caballito de batalla del
electro cool francés que se arrimó al mainstream con Drive), y además al
final de cuentas Charli XCX probablemente sea una boludez y para
reivindicar algo así para eso me pongo a escuchar Avril Lavigne, antes de
que la próxima luminaria veinteañera la cite como influencia en una nota
para el blog hipster de turno.
Pero antes de pensar cínicamente, prefiero sumarme al aluvión de reflexión
crítica que suele acompañar el fin de año y pensar por qué ciertos artistas
ocupan el lugar que ocupan hoy por hoy. Además, la vieron bailar a Taylor
Swift? http://goo.gl/7gMKDx Es lo más tierno que hay.
Así que ahora me voy a poner a torrentear discos de pop mainstream de
finales de los 90s, principios de los 00s, para ver que me perdí (read: Gwen
Stefani, Pink et al.). Y en todo caso, si el pibe de chupines y zapatillas
converse que hay en vos sufre, no está de más recordar que DFA Records
sacó cinco discos este año, abarcando tanto el disco espacial que Giorgio
hacía de joven, hasta r’n’b/soul símil 70s, pasando también por la new wave,
el soft-pop y el noise. Y una alternativa más: la banda de sonido de
Guardians of The Galaxy, la mejor película del año (pero eso quedará para
otro texto).