En las últimas fechas, el mundo del fútbol ha disfrutado con la dispu-ta dialéctica vivida en el Molinón,

la expulsión de José Mourinho frente al Real Murcia y el sorteo de la Copa del Rey. Discusiones que en prensa ganan adeptos, en tertulias audiencia, todo en detrimento de la Federación, una vez más, superada por las circustancias.

El revuelo vivido en Asturias, sumado al juego contundente del equipo local acabó en... ¡una investigación del comi-té antiviolencia! Implicados: Preciado y ¡Mourinho! Si en algo se equivocó el téc-nico portugés e incitó a la violencia fue en unas declaraciones realizadas un mes antes en rueda de prensa. ¿Por qué moti-vo no se tomaron medidas en su momen-to? ¿qué sentido tiene tomarlas ahora?

El luso fue expulsado en el partido de Copa que enfrentó a su equipo al Real Murcia. Una expulsión con dos partidos de sanción, cumpliendo el segundo en el Santiago Bernabeu... ¡a escasos metro y medio del banquillo! Era un secreto a voces y la prensa se jactó de ello, nadie lo evitó. El técnico expulsado terminó dando órdenes directas a sus jugadores.

Pero este espacio es poco mediático y por tanto, poca repercusión tendrá. Diferente efecto podrían haber causado las decla-raciones de Joaquín Caparrós al poner en entredicho el azar en el sorteo de Copa: «es curioso que Real Madrid y Barcelona solo puedan encontrarse en la final» co-mentó. ¿Sorteo dirigido? La Federación no reaccionó. Podemos pensar que ¿quién calla otorga? Lo dicho: sin credibilidad.

Cesc Fábregas lleva dos años peleándo-se con las lesiones. El pasado concur-so se lesionó por estas fechas en un en-cuentro ante el ya descendido Burnley y estuvo de baja alrededor de 10 días.

Pero no fue la única ocasión. En cuar-tos de final de la Champions y nada me-nos que contra el Fútbol Club Barcelo-na, el medio catalán sufrió una contusión en un encontronazo con Gerard Piqué.

El jugador del Arsenal había llegado a ese partido con molestias, «yo sabía que no es-taba al cien por cien ni mucho menos, pero la experiencia ha merecido la pena pese a la lesión», comentó tras el partido, sin saber que finalmente estaría 6 semanas de baja.

Esta temporada más de lo mismo. El cen-trocampista notó un tirón en el muslo en la quinta jornada de la Premier ante el Sun-derland. Dolencia que acarreó sin llegar a estar nunca al máximo nivel físico. Y la prueba de ello es que en el último encuen-tro de Liga de Campeones, el capitán del Ar-senal acabó con dolores musculares y estará alejado de los terrenos de juego entre dos y tres semanas. Todo un mundo para un Arse-nal que depende en gran medida del buen criterio del español para elaborar juego.

«Tomé el riesgo y me salió el tiro por la cu-lata», se lamentaba Wenger. Y no es para menos ya que el francés ha tenido que lidiar con una gran cantidad de lesiones esta tem-porada. Van Persie y Bendtner, entre otros, que además también estuvieron apartados por problemas físicos durante la temporada pasada. Además hay que sumar el periodo de baja de Walcott cuando estaba marcando diferencias. Algo anda mal en el Emirates.

El jugador del Arsenal se volvió a lesionar en el pasado encuentro de Liga de Campeones ante el Sporting de Braga. El campeón del Mundo aca-rreaba problemas físicos y acabó el partido con una lesión muscular.

CESC, PERSEGUIDO POR LAS LESIONES

Gonzalo Navarro (@gonzalo_amposta)

Contra todo pronóstico, el joven Giulia-no, de 20 años de edad y natural de Cori-tiba, Brasil, fue nombrado mejor jugador de la Copa Libertadores, campeonato que ganó con el Internacional de Porto Alegre.

Pablo Guiñazú, el ‘Cabezón’ D’Alessandro o Rafael Sobis eran los nombres que baraja-ba la prensa como candidatos reales al pre-mio. Sin embargo, la perla brasileña cerró la final de la Libertadores con un auténti-co golazo que le otorga esta distinción. En una final, en la que no salió en el 11 inicial.

En la edición anterior fue Sebastián Ve-rón el galardonado, veteranía, meritoria carrera en Europa y líder indiscutible de Estudiantes de la Plata, club que ganaría la Copa Libertadores después de 39 años de sequía. Giuliano Víctor de Paula, jo-ven, ambicioso («sueño con ser campeón del mundo»), recién debutó con la selec-ción y nuevo ídolo de la afición colorada. Dos polos opuestos unidos por el talento.

El brasileño desempeña su juego como me-dio ofensivo o segunda punta. Con un perfil similar al de Diego, jugador del Wolsburgo que militó en el Werder Bremen y la Juven-tus, la nueva perla del brasileirao destaca más por ser un llegador que un constructor. A pesar de ser diestro, domina el golpeo a

la perfección con ambas piernas y es fre-cuente verle abusar del lanzamiento desde la frontal. A pesar de su actitud atacante, es un jugador con carácter y sacrificado en la-bores defensivas, sin ser este su fuerte, no presenta indolencia en el terreno de juego cuando toca ponerse el mono de trabajo.

En las categorías inferiores de la selección brasileña se erigió siempre como el auténtico líder del combinado, desparpajo y carácter que le ayudó a debutar con la selección abso-luta en el amistoso que les enfrentó a Irán, con un resultado favorable de tres tantos a cero, en el que Giuliano salió desde el banquillo

Giuliano, un nombre a tener en cuenta para el futuro más cercano: es uno de esos jugado-res que están llamados a dar el salto a Europa.

GIULIANO, PREMIO A UN GOLAZODe Verón a Giuliano, una generación. El brasileño será corona-do como mejor jugador de la pasada Copa Libertadores. El excelen-te gol logrado en la final ante chivas, clave para la asignación.

Juan de Dios Prado(@JPradoLliteras)

De dulce. Justo antes del gran clásico, las estrellas de Real Madrid y Barcelona ofre-cen una exhibición, la enésima, de superioridad frente a las defensas rivales. A Mes-si y a Cristiano Ronaldo no hay sistema que les pare. Veremos que sucede el lunes.

La liga deja de tener aspirantes. Solo Real Madrid y F.C. Barcelona son candiadtos rea-les al título, con todo lo que ello conlleva. De este particular binomio pueden extraer-se muchas conclusiones, y gran parte de ellas serían negativas. Sin embargo, la com-petición presenta el duelo más igualado entre los dos grandes equipos de España. Sus estrellas, Cristiano Ronaldo y Leo Messi, encarnan en sus botas las singularidades dis-tintivas de este envite. Jugadores de características casi opuestas, ofreciendo un excel-so rendimiento. Verticalidad y gol van adheridos a sus condiciones como futbolistas. El ritmo de ambos está muy por encima del resto de jugadores que saltan a los esta-dios de la liga de fútbol nacional y ellos se encargan de recordarlo cada fin de semana.

Desde fuera se aprecia una batalla en la que, a título individual, no habrá derrotados. Sólo los resultados colectivos determinarán quién de los dos merece más reconocimiento.

Fútbol ultradefensivo en el duelo regional. Fútbol racano con recompensa, un verdadero problema. Más allá del gol, el Valencia ofreció un pobre espectáculo que se resume en el primer tiro a puerta del conjunto ché en la segunda parte: corría el minuto 75 de partido.

Los amantes al deporte rey tardarán tiempo en olvidar el planteamiento que sacó Unai Emery en El Madrigal. No es preciso tirar de hemeroteca para comprender que cinco de-fensas no son sinónimo de derrota, ni de miedo. Ni más ni menos, el Real Madrid ganó la octava Copa de Europa al Valencia con una defensa formada por Michel Salgado, Ivan Campo, Helguera, Karanka y Roberto Carlos, pero poco o nada tiene que ver con la pro-puesta del sábado. Un pequeño intento de presión y salir a la contra era la idea para de-rrotar al rival, pero esta desapareció con la ventaja del conjunto visitante. A partir de ese momento, a sumar minutos y esperar el pitido final, mientras el Villareal tocaba y tocaba. No hay explicación factible que explique lo vivido, y menos aún si se trata del Valencia C.F, uno de los tres equipos que representan a la liga española en la máxima competición europea.

Con el empate el equipo intentó reaccionar, demostrándo que tenía más armas para afrontar el partido. Y jugaba con diez por la expulsión de Stankevicius, pero era tarde.

Cruyff descubrió en Guardiola una cualidad impropia de la época: la inteligencia en la vi-sión de juego. El holandés se convirtió como en su mentor, corrigiendo cada defecto y puliendo sus cualidades con esmero y dedi-cación. La misma dedicación y ternura que hoy Pep dedica a sus chicos de la cantera.

El gusto del Dream Team por el toque y control de balón, caracterizado por la superioridad de hombres en el medio campo caló en Guardiola. La metodolo-gía geométrica y la presión adelantada de Van Gaal, junto con el esfuerzo tác-tico y colectivo en defensa de Italia per-feccionaron la base que había adquirido. Si Cruyff nutrió el equipo de canteranos acom-pañando a jugadores de renombre como Koeman o Stoichkov, Guardiola lo ha copiado dando aun mayor protagonismo a los benja-mines. Pedro, Bojan o el imprescindible Bus-quets se mezclan con Alves, Abidal o Villa.Si bien el Dream Team será recordado por su fútbol, el equipo de Cruyff descuidaba en gran parte la defensa. La línea defensiva de Pep se encuentra más trabajada y segura con un sistema de ayudas que permite el dos contra

uno y la presión a la salida desde la prime-ra línea. A Guardiola le gusta ejercer un do-minio total sobre los aspectos interiores y exteriores del vestuario blaugrana. Motiva-dor perfecto y exigente preparador impri-me una rígida disciplina. Tanto su persona-lidad como sus mensajes atraen. Una vez más, el alumno ha superado al profesor.

No obstante, no todos sus conjuntos jueganigual. La resolución táctica dependerá engran medida de las piezas. Siendo así, elOporto y el Inter replegaban líneas -muyjuntas- a la altura de medio campo, a vecesmás atrás, y buscaban sorprender con velo-cidad a la contra. En cambio, el Chelsea quelideraba el técnico madridista -al igual queel actual Real Madrid- alternaba una presión adelantada con otra a la altura de medio campo; y dominaba la posesión con un juego veloz en la transición y vertical en el toque.

El entrenador blanco cumple una funciónmás, la de figura mediática. Hay tantas va-loraciones sobre su puesta en escena comoprismas desde donde analizarlas. Las salas de prensa son una trampa para entrenadores y futbolistas. Trampa bien señalizada donde deportistas y técnicos saben a qué atener-se y consecuentemente llevan su defensa preparada. La de la mayoría es la utilización de palabras vacías que desembocan en un discurso nimio y recurrente. Otra opción, la de Mourinho, es utilizar a los que tienden la emboscada en su propio beneficio. Como siempre, el luso da una vuelta más de tuerca.

Los equipos de José Mourinho tienen unaidentidad propia, un denominador común.La máxima del portugués es crear un engranaje defensivo sobre el que crecer. Unavez trabajados, sus equipos desprendenun sentido táctico muy arraigado, sacrificioy un despliegue físico abrumador a la parque sensato. Ese es el sello del míster luso.

Tocar y tocar hasta conseguir superiori-dad y recuperar en campo contrario son los dos pilares claros de este equipo, que hacen de su juego uno de los más atracti-vos del panorama mundial. Los jugado-res cambian pero el modelo sigue intacto.

La renuncia al balón largo provoca que los saques sean en corto. Los centrales se abren para que el pivote defensivo baje, de esta forma son tres las posibilidades para sacar el balón. Un automatismo que se repite en la línea media. La basculaciones se hacen imprescindibles para poder tener siempre un jugador libre. Poco a poco la pelota va venciendo líneas de presión. En este sentido la incorporación de los laterales se hace cru-cial, especialmente con Alves. Provoca la su-perioridad numérica y la creación de espa-cios por medio.El equipo de Pep asfixia por banda y hace del juego interior una bicoca.

La mejor arma defensiva es la presión. La delantera es el primer escollo defensivo. Los extremos se abren para realizar un marca-je al hombre siendo el delantero centro el encargado de la presión al central que no posee el balón. Los interiores se encargan de presionar a los medios mientras que el pivote y un central se colocan en la influen-cia del media punta rival. De esta forma el rival solo dispone de dos opciones: la juga-da en solitario o bien rifar el balón en largo.Pero Pep mostró como este sistema puede tener variables. Ante Atlético el técnico optó por la inserción de Busquets en la defensa, un 5-4-1 en labores defensivas. Así logró ta-par huecos ante un rival incomodo por banda como son los rojiblancos. Lo mismo ocurrió ante el Copenhague. Pep decidió cambiar a un 4-4-2 con la intención de mantener la su-perioridad en el medio campo y conseguir las ayudas de los interiores a los laterales.

El Real Madrid trabaja como un bloque. Lasayudas son constantes y el sentido tácticoperfeccionista. En actitud defensiva, Di Ma-ría se una a Khedira y Alonso formando unalínea de presión base que es apoyada por Hi-guaín, Cristiano y Ozil -un poco más retrasa-do- por delante y los cuatro zagueros por de-trás. Tres líneas muy juntas que alternan una presión adelantada, a la altura del área rival, con la presión al nivel del centro del campo.

La clave es ahogar al rival, no dejar espacios. Algo que no sería posible mantener en todos los partidos si no fuera por la concentración, intensidad y compromiso que demuestran los jugadores en todo momento, Mourinho tiene mucha culpa de tan valiosa actitud. En ataque, el Madrid tiene los conceptos muy claros. Si bien es cierto que a comienzos del proyecto de Mourinho dilucidábamos un conjunto blanco que atacaba acelerado y casi

de manera atropellada, con el tiempo ese atascamiento ha evolucionado en una tran-sición fluida, rápida, vertical y con sentido. Los jugadores se entienden sobre el campo y su tremenda movilidad facilita la asociación.

Ante el F.C Barcelona saltarán al campo, pre-sumiblemente, los once jugadores habitua-les. Se especula con la incursión de Lass en detrimento de Özil para contrarrestar el cen-tro del campo blaugrana -sería una sorpre-sa-. En cualquier caso, lo que es seguro es que Di María será un jugador clave tanto en ataque como en defensa, pero sobre todo en ésta última labor. El argentino se muestra incansable en cada partido. No siempre del todo acertado en acciones ofensivas pero impecable en la entrega y el sacrificio. No resulta descabellado que Mourinho le cam-bie a la banda izquierda para paliar las subi-das de Alves y ayudar en la marca a Messi.

Con Guardiola, el de Rosario ha dado un salto. Ha explotado como goleador, da más asisten-cias y, por si fuera poco, ha dejado de ser un asiduo de la enfermería. Pep ha encontrado la tecla para explotar al máximo al argentino.

Colocado en la banda derecha, desde sus inicios, se ha convertido en una constan-te verle trazar diagonales que terminan con el balón colándose por el palo largo. A parte, el técnico blaugrana le ha encon-trado una nueva posición como media-punta. Una posición donde actúa como co-nector revolucionando el juego del Barça.

A pesar de compartir plantel con Eto´o, Ibrahimovic y Villa, se ha consolidado como el gran goleador del culé y ha dejado claro que el único nueve, a pesar de que luzca el 10, en que se debe confiar es él. Prueba de ellos es que si en la 08-09 consiguió 38 goles, un año después realizó 47 y en el actual suma 23 goles. Números que de continuar así batirían todos los records.

Sus tantos son decisivos, si marca el “10”, el Barça no pierde. Ley que se cumple desde el 4-3 en el Calderón de hace dos temporadas. Pero más importante es cuando se manifiesta. De los 14 partidos que ha jugado, en diez de ellos, el primer gol de los azulgranas llevaba su firma. Tantos de gran importancia que sirven para abrir el marcador y el sistema defensivo rival.

Dispuesto a batir todos los records, hay una pequeña espina que aún no ha podido quitarse. Si es capaz de marcar al Madrid el próximo lunes, conseguirá por primera vez marcar a un equipo de José Mourinho. Ni en las cuatro ocasiones ante Chelsea, ni en las tres de la temporada pasada ante el Inter, Messi pudo perforar la portería. Por eso abrir el marcador el lunes sería doblemente importante. Por una parte encarrilaría el encuentro y obligaría al Madrid a tener que arriesgar. Por otro, rompería el maleficio que tiene con el portugués.

Se trata del jugador que disfruta de máslibertad en el conjunto dirigido por JoséMourinho. Es el único que no tiene obliga-ciones tácticas ni defensivas y que elija laopción que elija en la parcela ofensiva, seráaceptada por los que le rodean. Al contra-rio de lo que hace el propio jugador blancoque, como hemos visto en varias ocasiones,suele quejarse amargamente porquesus compañeros no eligen asociarse con él.

El portugués se ha ganado todas las ‘venta-jas’ sobre sus compañeros a pulso. Su fuerte personalidad y su profunda avidez por ser el mejor son las responsables. El luso man-tiene una lucha permanente consigo mismo y quiere superarse en cada partido hasta el punto de la obsesión. Y lo que casi siempre es una virtud para su juego, y por ende, para el resto del equipo, puede volverse en su contra en determinadas ocasiones. Pero sin duda, muy pocas en relación con su rendimiento.

Curiosamente, el jugador blanco no suele hacer grandes actuaciones en los partidos importantes pero está en el mejor momen-to de forma que se le recuerda. Suma 15 goles en Liga y lucha en solitario con Lionel Messi por el Pichichi, algo incríble a estas alturas de la Liga -y no tanto si nos atene-mos a la cantidad de disparos que realiza el portugués, un total de 90 chuts en las 12 jornadas jugadas hasta el momento. Cristia-

no es determinante en el actual Real Ma-drid. Se sabe importante y sus compañeros entienden que el papel de actor principal debe ser para él. Pese a ello, hay un elenco de jugadores que cumplen unos roles fun-damentales para el juego del equipo, sin los cuales el trabajo de su estrella se quedaría en detalles. Xabi Alonso, Kedhira, Carvalho, Higuaín o Di María son varios nombres pro-pios que me vienen a la cabeza, pero podría seguir contando hasta llegar a 10. Los blan-cos han encontrado un once de plenas ga-rantías y Cristiano Ronaldo, el hombre que va por libre en este Madrid, lo comanda.

Miguel Quintana: Mucho que ganar, muchísimo que perder.No, no es un tópico. Hay que reflexionar sobre este hecho. No es un par-tido de Liga más, seguramente este duelo marque el devenir de la Liga, tanto a nivel meramente de puntos como de confianza. El Real Madrid necesita un buen resultado para volver a sentirse grande, a sentirse en

igualdad de condiciones compitiendo. Cristiano ya dio el primer paso dejando en el suelo a Piqué y Busquets. ¿Tendrán vértigo a la derrota?

Juan de Dios Prado: El único problema del Clásico, el lunesUno de los envites más igualados de los últimos tiempos, en el que por vez primera e independientemente de lo que indique la clasificación, ninguno de los dos clubes se siente inferior al otro. Es el primer due-lo de Mou y deberá demostrar para qué se le fichó. Intriga por saber

que variantes tácticas presentará el partido. Abogo por Di María en la izquierda y Cristiano en derecha para superar a ¿Abidal? y Puyol.

Manuel Martín: lucha de miedos en el Camp NouAunque ninguna parte lo reconozca, tienen miedo. Miedo porque aními-camente el que pierda va a quedar tocado. Las portadas de los periódi-cos están esperando que los focos se enciendan y comience el espectá-culo. Millones de ojos puestos sobre 22 futbolistas y dos entrenadores. Porque ambos técnicos se han convertido también en protagonistas. Quizás demasiado. Lucha de miedos y de egos en el Camp Nou.

Álvaro López: Ganará el Barcelona y lo ganará Messi.A pesar de la supuesta igualdad, mi apuesta es blaugrana. Ganará el Barça porque en los clásicos desaparece la indulgencia, su único defecto. Ganará el Barça porque la obra de Guardiola es artísticamen-te superior a la máquina industrial que Mourinho pretende. Ganará el Barça porque, hasta el momento, su estrella Lionel Messi en estos partidos aparece. Y, ganará el Barça porque juega en casa. Mucho.

Aston Villa y Arsenal: dos de los mejores tratamientos de cantera del momen-to se enfrentan el sábado en Villa Park.

Bien es cierto que se podría nombrar otros equipos cuya prioridad por enfocar el fu-turo en las categorías inferiores es eviden-te, como sería el caso del Chelsea (no hay más que ver el banquillo blue cada fin de semana) o los jugadores que ha sacado por historia el West Ham. Sin embargo, y cen-trándonos en la presente temporada, son los equipos entrenados por Gerald Hou-llier y Arsene Wenger los que han hecho su apuesta al optar por jóvenes, apenas entrados en la veintena, para solucionar sus problemas. Cada uno a su medida y en sus posibilidades. Como dice una canción:

«Es mejor caminar que parar y ponerse a temblar» y no dudar de lo que tienes en casa.

El Arsenal es una máquina en constante funcionamiento, tremendamente efecti-va y considerada como un bien preciado tanto cuantitativa como cualitativamente. La polémica en torno al debate de fichar jóvenes adolescentes –alejándolos de la familia, ofreciéndoles una educación lejos de su ambiente y adaptándoles a un lugar nuevo- les tiene en el punto de mira con cada nuevo fichaje. Pero nadie ha escrito una regla que lo prohíba, no han incumplido ninguna pauta para hacerse con jugadores tan prematuros. ¿Se considera eso cante-ra? Quizás no en su máxima expresión, lla-mémoslo apuestas arriesgadas y acertadas.

Hagamos cuentas: De los veinticuatro juga-dores de la plantilla gunner, diez de ellos lle-garon con 18 años o menos. A los 16 años se fichó a: Cesc, Walcott, Vela, Bendtner y Szczesny; con 15 se apostó por: Djourou y Gibbs. Por su parte, Clichy y Ramsey llega-ron de jugar en el Cannes y Cardiff City al primer nivel. Y esto por no hablar de los ju-gadores que, actualmente, están en el equi-po reserva o cedidos en clubs de segundo nivel. Hablamos de Henri Lansbury (Norwich City por un mes), Benik Afobe (Hudders-fieldTown), Vito Mannone (Hull City), Na-cer Barazite (Vitesse) o Craig Eastmond, Jay Emmanuel–Thomas y Emmanuel Frimpong, este último lesionado, del equipo reserva.

Por este motivo, el caso más alarmante lo protagoniza Jack Wilshere. Él es el úni-co que llegó con 9 años y que es conside-rado como cantera propiamente dicha. A sus dieciocho años tiene un puesto fijo en el once titular y ha disputado el 71% de los minutos en esta temporada (all competi-tions), incluyendo 14 partidos de titular de los 18 encuentros disputados. Un gol y seis asistencias con un porcentaje de acier-to en el pase superior a cualquier otro ju-gador en la plantilla son sus estadísticas.

Datos sorprendentes, muy sorprendentes, pero no tanto como los que firmó la campa-ña pasada cedido en el Bolton (seis meses), donde jugó un 86% de los minutos en Premier League –en los partidos que fue convocado (dejó de ir a cinco)-, haciéndose con 17 años titular indiscutible. Sus cualidades brotan de un cuerpo pequeño, aparentemente débil, pero repleto de recursos técnicos y precisión. El futuro es suyo y, tanto el Arsenal como la selección inglesa, ya se lo han hecho saber.

Cambiando de bando, nos situamos en el Aston Villa posterior a los cuatro años de Martin O’Neill. La llegada de Gerald Hou-llier parece haber levantado -o al menos hay motivos para pensar en ello- la moral de un equipo que había sido abandonado días antes de empezar la temporada. Año tras año iban cayendo las piezas angulares y no llegaban los recambios que se pedían. Primero fue Gareth Barry rumbo al Man-chester City y, un año más tarde, le acom-pañó James Milner. El famoso cuarteto que completaban junto a Agbonlahor y Ashley

Young, que fue la sorpresa en la tempora-da 2008-2009, se había reducido a la mitad.

La responsabilidad le ha pasado ahora a Downing, Stiliyan Petrov, Stephen Ireland o a los ya mencionados Agbonlahor y Ashley Young. Sin embargo, si hay algo destacable en la labor de Gerald Houllier en este primer tercio de temporada, es la inclusión en el equipo de jóvenes talentos de la cantera.En agosto, en el primer partido de liga, el nom-bre de Marc Albrighton fue el protagonista.

Con 21 años, Albrighton es un interior rá-pido, desequilibrante y habitual en los con-traataques villanos. Meses después ya es costumbre verle de titular, pero no es el único. Y aquí es donde reside la evolución del conjunto de Birmingham, que todavía no se ha visto reflejada en forma de resul-tados. Debido a las lesiones que han ata-cado al Aston Villa en este último mes han empezado a destaparse nuevos talentos.

El ejemplo más claro es el partido con-tra el Manchester United, que el Aston Vi-lla pierde en el último cuarto de hora tras un recital de velocidad y juego directo en la segunda parte. En ese encuentro, Jo-nathan Hogg (21), Marc Albrighton (21) y Barry Bannan (20) son titulares. Por si fuera poco, son los mejores del partido.

Tres semanas antes, Ciaran Clark (20) ya ha-bía debutado con el primer equipo. Siete días más tarde, frente al Fulham, Nathan-Delfouneso (19) fue titular. Y todavía po-dríamos seguir con más y más nombres que asoman en las puertas de Villa Park.

Pero el caso más llamativo, dejando de lado a Marc Albrighton –que será baja frente al Arsenal por apendicitis-, lo ha protagoni-zado Barry Bannan, el cual ha tardado un mes en hacerse con el puesto de titular, mismo tiempo que ha empleado Escocia para convocarle con la selección absoluta. Pequeño centrocampista pelirrojo, zurdo, de baja estatura, tiene un toque prodigio-so de balón. Móvil, se ofrece constante-mente y hace jugar. ¿Un ejemplo que lo demuestre? La asistencia del joven escocés al propio Albrighton en el tanto en Craven Cottage. Fantástica. Hoy en día nadie duda de su titularidad y muchos se escandaliza-rían si Bannan no jugara de inicio el sába-do. Porque esto es lo que tiene la cantera bien trabajada: no solamente sustituye sino que aporta y hasta mejora lo anterior.

El 15 de abril de 1989, sábado, iba a ser un día especial para Jon Paul Gilhoo-ley y para el resto de aficionados del

Liverpool y del Nottingham Forest. La duda del resultado y el hambre de fútbol invadieron el peregrinar de se-guidores hacia Hillsborough.

Jon Paul tenía 10 años. Es-taba feliz y radiante. Se sentía un privilegiado por poder asistir al partido de semifinales de la FA Cup. En encuentros como aquél se enorgullecía de ser hincha del Liverpool, y más aún de estar allí. Deseaba y no contemplaba otro resultado que no fuese una victoria red. Ansiaba volver el lunes al colegio para presumir y para narrar de forma exagerada como fue el parti-do, como fue el triunfo del Liverpool y como

fueron sus experiencias en aquel inusual pe-riplo. Quizás, también, soñase con una victo-ria días más tarde en la final contra Everton.

La ausencia de la lluvia tan amiga del paisaje inglés facilitó el éxodo

masivo de aficionados aquel sábado de mediados de

abril a la ciudad neutral de Sheffield. El parti-do estaba programado para las tres de la tarde.

Jon Paul horas antes del comienzo del par-

tido observaba como las aficiones rivalizaban a la

espera de acceder al vetusto estadio. Los cánticos, los gritos, los ner-

vios, la felicidad…inundaban de forma des-ordenada los alrededores de Hillsborough. Jon Paul disfrutaba excitado. Entretanto, a

unos 120 kilómetros de distancia de Sheffield, en el Este de Liverpool, su primo Steven Ge-rrard peleaba con un transistor para sintoni-zar el dial adecuado que le permitiese conocer las alineaciones mientras esperaba el inicio de la retransmisión televisiva. Steven se ima-ginaba en Sheffield y soñaba ser jugador red.

Aquella tarde primaveral todo parecía en armonía. Una de esas tardes hechas a pro-pósito para quedar cautivado por la incerti-dumbre de un partido definitivo. Una de esas tardes para paladear una victoria gracias al talento del joven John Barnes o de los goles de Aldridge e Ian Rush. O tal vez, sentir la con-moción de una derrota, siempre inesperada.

Leppings Lane era el nombre de la tribuna oeste de Hillsborough. Una de las tribunas dispuestas para acoger a los aficionados del Liverpool. El joven Jon Paul tenía su billete en aquella pequeña y mal acondicionada gra-da. Típica de los achacosos estadios ingleses construidos a finales del siglo XIX y princi-pios del siglo XX que finalizaban en una va-lla metálica para impedir el acceso al césped. Aquella antigua y reducida tribuna se con-virtió en una celda para los seguidores Reds.

A 15 minutos del inicio de las semifinales la tribuna oeste no dejaba de recibir aficiona-dos. Estaba llena, abarrotada…sin embargo, las puertas que daban acceso a la grada no se cerraron. Los hinchas no se querían quedar sin

asistir al partido pero su entrada estaba con-virtiendo Leppings Lane en un camposanto. A pesar de ello, las fuerzas de seguridad no ce-rraron las puertas de acceso al estadio pero, además, desoyeron las súplicas de los segui-dores que estaban siendo aplastados y no abrieron las puertas de las vallas metálicas que impedían las invasiones del terreno de juego.

El partido comenzó a las tres de la tarde como tenía previsto. La gente chillaba. El portero del Liverpool –Bruce Globbelar- que defendía la portería de aquel fondo fue el primero en per-cibir la dimensión de la tragedia. Los cuerpos de seguridad creyeron que era una pelea en-tre últras y no abrieron las vallas para así evi-tar una temida invasión. La realidad era otra.

Algunos jugadores pidieron al árbitro que detuviese el encuentro. En el minuto siete lo hizo. Finalmente, se abrieron las vallas y la

gente pudo comenzar a escapar de la encerro-na. Pero, la tragedia ya se había consumado.

96 personas murieron como consecuencia de pisotones, aplas-tamientos, paros car-diacos y asfixias. En-tre ellas estaba Jon Paul, la víctima más joven. Además, de los fallecidos hubo 700 personas atendidas por diversas lesiones. Steven Gerrard con tan solo

nueve años contempló perplejo en su casa de Liverpool la catástrofe. Rezó para que ningún familiar suyo estuviese entre los muertos.

Fue insuficiente. A la mañana siguien-te fue consciente de que Jon Paul y él no volverían a presu-mir juntos y unidos de los éxitos Reds.La tragedia evidenció

la falta de modernización del fútbol inglés. El Informe Taylor realizado tras la desgracia

Hombres y niños que estarán or-gullosos de la alianza surgida en-tre grada y equipo tras la catástrofe. Presumirán allá en el cielo de The Kop, la tribuna más ruidosa de Anfield, cuando les canta, de cada vela y rosa respetuosa que se deposita ante la lápida tatuada con sus nom-bres en la entrada del estadio o del repicar de las campanas de la ciudad cada aniversario.

Entre ellos, arriba, estará Jon Paul. Fe-liz y radiante. Orgulloso de su primo, de su carácter, de su juego… y emocionándo-se cada vez que Steven celebra los goles acordándose de él, acordándose del cielo.

reveló varios factores que en conjunto fue-ron la semilla para que brotase la tragedia.

La incompetencia de la policía, un esta-dio caduco unido a la desorganización del evento hicieron replantearse al gobier-no británico que el fútbol inglés necesi-taba una remodelación. Ese cambio no consistía solo en acabar con los “hoolligans” sino conseguir unos estadios más seguros. Para ello, se eliminaron las vallas y se dis-pusieron todas las localidades de asiento.

A pesar del informe esperanzador para las familias de los fallecidos pues en ningún caso remitía a imprudencia o actos violen-tos de los aficionados no se declararon cul-pables de la tragedia ya que un tribunal de Sheffield dictaminó que las muertes habían sido accidentales. Aun así, 21 años des-pués de la catástrofe la familia del Liverpool sigue pidiendo justicia por sus 96 parientes.

A finales de este verano, el 26 de agos-to, el Palermo jugaba en la bella ciu-dad eslovena de Maribor el partido

de vuelta de la previa de la Europe League. El equipo siciliano había ganado en casa tres a cero. El enfrentamiento se presentaba como un mero trámite. Sin embargo, el Ma-ribor complicó el partido. Se adelantó en el marcador. Y en la segunda parte, Ilicic culmi-nó una contra. El jugador… no celebró el gol.

Se llevó las manos al pecho y junto las pal-mas. Su rostro era confuso. Pedía perdón. Ilicic estaba jugando su partido de despe-dida de su corta estancia en el club violeta antes de partir a su nuevo club, el Palermo. Nadie, ni los más pesimistas, contempla-ban que el Maribor pudiese complicar la eliminatoria. Finalmente, los italianos pa-saron de ronda. 3-2 fue el resultado final.

De aquella eliminatoria arribaron a Paler-mo dos nuevos y jóvenes jugadores eslo-venos Bacinovic y, sobre todo, Josip Ilicic.

Pronto, Ilicic se hizo un hueco en el once titu-lar de Delio Rossi. En el 4-3-2-1, el esloveno nacido en Bosnia y de madre croata, ocupa la posición de trequartista junto al argentino Pastore. La asociación de ambos es excelsa. Pastore…más elegante, Ilicic…más balcánico.

Zurdo, espigado, con un manejo exce-lente de la pelota y gran disparo desde media distancia. Pero, también, anár-quico. En tan solo dos meses y me-dio se ha ganado el cariño de la afición

rosanera a base de goles de bellísima factura.

Cinco goles en 13 partidos disputados en la Serie A. El último un regalo para la reti-na del espectador bajo la lluvia y el frío de Cesena. Un toque de espuela en su incor-poración al ataque tras el centro de Balza-retti, el lateral zurdo, otra revelación del Palermo. Toda la jugada fue iniciada por Ilicic cuando obtuvo la pelota en el centro del campo y se la cedió a Miccoli que la dis-puso en el franco izquierdo donde llegaba el mencionado asistente como un treno.

La revelación, la sorpresa de un equipo caracterizado en sacar jugadores jóve-nes y servirlos por toda Europa. Si su fan-tasía sigue alumbrando la ofensiva del Palermo por entrar en la Europa League y permite, incluso, soñar con la Cham-pions, surge la pregunta de cuánto tiempo durará en la isla el talento del balcánico.

Álvaro López(@alvaroldr)

El Verdi Football Club, en honor al com-positor de ópera pamesano Giuseppe Verdi, fue fundado 1913, pero cambió

su nombre por el de Parma Football Club en diciembre de ese mismo año. En 1929 vol-vería a ser renombrado, esta vez a Associa-zione Sportiva Parma, denominación con la que el equipo de la región de Emilia-Ro-maña viviría sus mejores años. La empresa de lácteos Parmalat y el entrenador Nevio Scala fueron las apariciones que permitie-ron al club comenzar su sueño particular.

En la temporada 1990-91, el Parma ascen-dió a la Serie A y finalizó el año en un me-ritorio sexto puesto que clasificaba al equi-po para la UEFA, gracias, en parte, a los 13 goles que consiguió Alessandro Melli.

La siguiente campaña, el club parmesano comenzó ya a recoger frutos y se hizo con la Copa de Italia al vencer, contra todo pro-nóstico, a la Juventus de Roberto Baggio.

Para entonces, Parmalat ya había empe-zado a invertir en el equipo de la ciudad y durante el verano de 1990 fichó al joven in-ternacional sueco Thomas Brolin y al guar-dameta brasileño Claudio Taffarel, que ve-nían de disputar el Mundial de Italia 1990. Al año siguiente firmó al emergente late-ral italiano del Pádova Antonio Benarrivo y en 1992 al colombiano Faustino Asprilla.

Con esta base el Parma se hizo con su primer título oficial, la Copa de Italia ya menciona-da, después de solo dos años en la élite.

En plena vorágine del Milán de Fabio Capello, el Parma se coló al final de temporada 1992-93 en la tercera posición del Calcio, sólo su-perado por los dos gigantes milaneses. Sin embargo, el gran éxito de ese año fue la Re-copa que ganó en Wembley ante el Ambe-res belga. La final, inédita hasta ese momen-to ya que nunca se habían enfrentado los equipos en partido oficial, fue un recital del equipo transalpino, que ganó por tres goles a uno en una destacada actuación de Melli.

El delantero, único parmesano del equipo sobre el terreno de juego, marcó el segundo gol pero falló al menos cinco claras ocasio-nes. Sin embargo, el punto fuerte del equipo de Scala era su defensa, formada por el me-cionado Benarrivo, Di Chiara, Minotti y Apo-lloni, todos ellos internacionales italianos en

ese momento; y un ataque muy versátil for-mado por el veloz y escurridizo Brolin y Melli, con Asprilla aún muy tierno en el banquillo.

Para la temporada 1993-94, el equipo de Nevio Scala continuó sin miramientos en sus fichajes y a Parma llegaron Gianfranco Zola, procedente del Nápoles, y el internacional argentino Néstor Sensini, quienes arrebata-ron la Supercopa de Europa al Milan de Ca-pello, sumando, así, su segundo título conti-nental en un año. Sin embargo, unos meses después, el 4 de mayo de 1994, repitió final de la Recopa, pero cayó esta vez ante el Ar-senal en el Parken de Copenhague con un solitario gol del delantero inglés Alan Smith.

El equipo de Scala estaba formado por el mis-mo esqueleto que había logrado los anterio-res títulos, más las últimas incorporaciones de Zola y Sensini y el relevo en la portería del poco ortodoxo, pero efectivo, Luca Bucci por Marco Ballotta. En la liga, el equipo fina-lizó quinto, asegurándose plaza en la Copa de la UEFA y Zola anotó 18 goles, sólo supe-rado por Signori, de la Lazio, con 23 tantos.

En verano de 1994 llegaron al club Fernando Couto, internacional portugués, Dino Bag-gio, internacional italiano, y el búlgaro Hris-to Stoitchkov. Sin embargo, el fichaje más mediático y cuyo efímero paso llevó más pena que gloria, procedente del Barcelona de Cruyff. Sin embargo el Parma perdió la Supercopa italiana frente a la Juventus de un jovencísimo Del Piero y la Copa de Ita-lia ante el mismo equipo. Como la vengan-za es un plato que se sirve frío, los pupilos de Nevio Scala sólo tuvieron que esperar

hasta mayo de 1995, cuando se volvieron a ver las caras con la vecchia signora, pero ahora en la UEFA. La final, aún en el formato a doble partido, coronó a Dino Baggio, au-tor de dos goles, como el héroe del torneo y el Parma se hizo con su primera Copa de la UEFA. Era, sin duda, el período más exito-so de la historia de un equipo que ya se ha-bía soltado el sobrenombre de “modesto”.

A nivel liguero, la temporada 1996/97 fue la más exitosa cuando el Parma lo-gró el subcampeonato, a solo dos puntos de la Juventus, finalmente campeón. La base del equipo seguía siendo, pese a los años, la impuesta por Nevio Scala, a los que se sumaron jóvenes promesas como el cancerbero Gianluigi Buffon, los centra-les Fabio Cannavaro y Lilian Thuram, y los delanteros Enrico Chiesa y Hernán Cres-po, dirigidos ahora por Carlo Ancelotti.

Por derecho propio logró su clasifica-ción para la Liga de Campeones al año si-guiente, pero finalizó segundo en su gru-po tras un intratable Borussia Dortmund.

El 12 de mayo de 1999, el Parma dirigido por Alberto Malesani se hizo con la últi-ma Copa de la UEFA del siglo al vencer por tres goles a cero al Olympique de Marse-lla en Moscú. Aquel Parma poco tenía ya que ver con el rocoso once de Scala. Éste era un moderno y vistoso Parma comanda-do por Verón, Crespo o el francés Boghos-sian. Con el paso del tiempo, aquella final fue más recordada por las posteriores e

impactantes imágenes de Fabio Cannavaro en el hotel Marriot de Moscú inyectándose el fármaco Neotón –que convierte las gra-sas en energía– la noche antes de la final.

El éxito del equipo provocó el interés de los grandes clubes europeos, que no duda-ron en tirar de talonario para fichar a Bu-ffon, Thuram, Cannavaro, Verón y Crespo, que significó una gran inyección económi-ca pero una pérdida deportiva irreparable.

En ese momento, los rankings de fichajes más caros del mundo estaban copados por futbolistas traspasados por el Parma. A par-tir de entonces, el club parmesano no lo-gró encontrar el rumbo aunque Parmalat continuó invirtiendo mucho dinero en fi-chajes como Savo Milosevic o Matías Alme-yda, pese a que los resultados ya no eran

tan regulares como antaño. Sin embargo, aún continuaba exportando jóvenes valo-res como el atacante brasileño Adriano, el rumano Adrian Mutu o Alberto Gilardino.

En 2003 el club se vio sacudido por el escán-dalo financiero de Parmalat y en 2007 des-cendió a la Serie B. En la campaña 2009-10, el Parma, refundado nuevamente a Parma Football Club, recuperó su posición en la máxima categoría al ascender a la Serie A.

La prensa se ha convertido en el mejor vehículo para presionar a los clubes, y tanto representantes como jugado-

res sacan partido de esta situación. En las siguientes fechas viviremos un interminable debate sobre la renovación de Dani Alves en el que todos los implicados se pronunciarán a favor de la misma, pero siempre dejando a la otra parte la responsabilidad final para sellar un acuerdo. Lucha entre jugador y en-tidad con el único objetivo de cerrar el trato más beneficioso en función de sus intereses.

Sean cuales sean éstos, esta historia solo tiene un posible final; la renovación. Y es que ambas partes están obligadas a en-tenderse, aunque el Barcelona tiene un largo historial de rupturas idílicas jamás entendidas. Por ello, siempre quedará un pequeño margen para la duda, y el cora-zón culé seguirá en vilo a la espera de la ansiada solución. El recuerdo de Rival-do o Ronaldo pesa sobre el aficionado.

En el eterno rival, la marcha de Claude Makelele no generó polémica hasta el de-clive del equipo de Queiroz. A partir de ese momento, todas las acusaciones a la direc-tiva giraban en torno a su venta, que curio-samente han solventado este año con la llegada de Khedira, cuando en la memoria del aficionado había desaparecido el síndro-me del francés. Pero de Khedira ya hablare-mos en una futura edición. Es el momento de comprender mejor todo cuánto facilita Dani Alves el modelo y la puesta en esce-na propuesta por su técnico, Pep Guardiola.

Las informaciones aparecIdas en la prensa señalan una ruptura total con

el club. Aunque parece más una disputa entre representates para lograr

un objetivo, su posible marcha podría suponer un nuevo ‘caso Makelele’.

Es mucho más que una locomotora en ban-da. El lateral no sólo sube y baja su carril sin mostrar debilidad alguna, también es partícipe directo del origen del juego del barsa y, por tanto, del 4-3-3 que muchos equipos intentan copiar, pero con resul-tado muy dispar. No es preciso remontar-se mucho en el tiempo para encontrar un sistema parecido. El que propuso Vicente Del Bosque justo antes del Mundial es el mejor ejemplo para entender la importan-cia del brasileño en el devenir del equipo.

La medular de la selección estaba copada por jugadores del F.C.Barceloa y el resultado fue muy distinto. Ni la solvencia y regulari-dad de Capdevilla ni las cualidades de Sergio Ramos se adecúan a las condiciones necesa-rias para desempeñar una función similar a la de Dani Alves; esencial para el equilibrio y la consistencia del sistema. Con caracterís-ticas distintas, cualidades técnicas y físicas dispares, y una aptitud defensiva muy dife-rente, Marcelo y Maicon si permiten el 4-3-3. Ambos son capaces de generar fútbol.

Dani Alves participa en dos fases del jue-go muy concretas: contactar con la me-dular o Messi, desaparecer de la jugada y terminar sorprendiendo por banda, sin balón, por el espacio que libera el extre-mo que siempre tiende a ir hacia el centro. Gracias al planteamiento propuesto por el técnico, los laterales reciben en posición de volantes, salvando así la distancia que

le separa de los hombres de construcción. Unas condiciones físicas envidiables y unas cualidades técnicas exquisitas, hacen del la-teral un organizador encubierto. La marca y la atención la centran Xavi, Iniesta o Mes-si, la sorpresa termina siendo cosa suya.

Es fundamental en el esquema y no tiene recambio, no lo necesita. Un privilegio den-tro de un plantel escaso de efectivos que no debe permitirse el lujo de perder a uno de esos jugadores que marcan diferencias. Qui-zás no vende camisetas, ni su nombre apare-cerá en las listas de premios, pero da sentido, orden y fútbol a todo un sistema: el 4-3-3.

Sopla aire fresco en la región de Re-nania del Norte-Westfalia. Aun-que en realidad, si nos ceñimos

a la terminología meteorológica, más que un simple viento es un verdadero vendaval. Es el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp, líder sólido de la Bundesliga.

Atrevidamente brillante. Así es el triunfo de un colectivo cuya edad media no supera los 23 años y que encuentra en sus excelsas individualidades el complemento perfecto para lograr unos resultados insuperables.

Todo este planteamiento sería imposible de contextualizar desde una perspectiva que no encuadre a Jürgen Klopp como su vehemente y pasional líder. Su arriesga-da apuesta, sus carreras por la banda, sus protestas al árbitro y su gesto de eterna e incontestable superioridad parecen recor-dar a un mito: Brian Clough, genial entrena-dor del Derby County y Nottingham Forest.

Y es que el Dortmund de Klopp no sólo está maravillando a Europa por su buen fútbol, en noviembre ya está pulverizando records...

«Es de otro planeta. Juega en otra liga. ¡Debería sufrir una epidemia!» Franz Beckenbauer, Presidente de Honor del Bayern Munich

El estilo fresco, ofensivo, vibrante y alegre del Borussia Dortmund encuentra en el 4-2-3-1 el sistema ideal para exponenciar sus virtudes y tapar sus ligeros defectos.

Pese al buen trato que hacen del esféri-co, prevalece su intención de llegar a la de estar. De la velocidad, desborde y talento de Großkreutz, Kagawa o Mario Götze subyace esta preferencia por el contragolpe. Una que-rencia edificada también en la solidez defen-siva y en las propias características físicas de sus dos centrales, pues Subotic y Hummels sobrepasan los 190 centímetros de altura.

Éste es el argumento principal del éxi-to del BVB como visitante. Cuentan todos sus partidos disputados fuera del Signal Iduna Park por victorias (7/7), batiendo así un record histórico de la Bundesliga.

El alto ritmo que imponen a todos sus par-tidos provoca un desgaste superior a la media, hecho que es solventado por la no-table profundidad de su banquillo. Hom-bres como ‘Kuba’ o Lewandoski comple-tan una plantilla excepcional pero, quizás, demasiado homogénea aportando solucio-nes relativamente similares. En ocasiones, como en el partido ante el Hoffenheim, este hecho puede ser su mayor handicap.

El técnico alemán sólo ha realizado una va-riante en el sistema, fue ante el hasta enton-ces líder Mainz 05. La permuta consistió en retrasar la posición de Großkreutz para, jun-to a Nuri Sahin, formar la pareja de interiores por delante de Sven Bender que ejercería de ‘5’. Esto provocó que el módulo cambiara has-ta un 4-3-2-1 con Kagawa y Götze actuando como mediapuntas. El resultado fue inmejo-rable, el Dortmund ganó 0-2 y se colocó líder.

El Borussia Dortmund ha recibido única-mente 8 goles en 13 partidos, lo que le convierte en el equipo menos goleado de la Bundesliga y el segundo de las grandes ligas europeas sólo por detrás del Real Ma-drid. Este último dato habla muy bien del equipo alemán pues, recordemos, la Bun-desliga con 3,15 goles por partido, es la se-gunda liga más goleadora de toda Europa.

El éxito de que un equipo netamente ofen-sivo haya recibido tan pocos goles, radica en una fórmula similar a la del Fútbol Club Barcelona: una presión a un nivel altísimo en campo rival. Ésta la ejercen los cuatro hombres de arriba, fijando la salida tanto por los laterales como por el carril central donde Kagawa-Sahin se convierten en el eje.

El rival se ve superado, no está competitiva ni futbolísticamente preparado para aguan-tar este ritmo. La jugada suele desembocar en una pérdida de balón en una zona peligro-saa o en un patadón donde la defensa del BVB impone su ley. Klopp lo ha conseguido.

En todo este empuje que realiza el conjunto alemán, no hay que olvidar al dúo de centro-campistas: Nuri Sahin y Sven Bender. Ambos acompañan la presión de manera que, ce-rrando la salida por la medular, escolten a la línea de presión impidiendo que haya un des-equilibrio numérico si ésta fuera superada.

Jóvenes, poderosos físicamente y rápidos al corte, Hummels y Subotic suponen el últi-mo candado antes de llegar al arco defen-dido por Weidenfeller. Su compenetración y los automatismos adquiridos generan una sensación de superioridad abrumadora.

Esta línea es la más brillante de toda la Bun-desliga en la transición defensiva. Conocen sus limitaciones y las aplican consecuente-mente. Tan lógico, como difícil de ejecutar.

La vocación de equipo ofensivo no es sólo una frase hecha para describir que son el equipo más goleador, es una realidad cons-tatable. Como la ilustración inferior demues-tra, la llegada masiva de jugadores es el ob-jetivo último de toda la táctica de Klopp.

En todo este engranaje en el que co-laboran Nuri Sahin y uno de los latera-les, la clave se encuentra en la habilidad que demuestran los cuatro jugadores de arriba en la habilitación, lectura y eje-cución de la llegada desde seguna línea.

Y en este movimiento que tantos rédi-tos ha producido en favor del Borussia Dortmund, Kagawa y Lucas Barrios descu-bren todo su fútbol. El argentino con na-cionalidad paraguaya, además de ser un buen finalizador, tiene como misión prin-cipal la de habilitar esta jugada utilizando

tanto su poderoso físico como sus movi-mientos para generar líneas de pase. Mien-tras, Kagawa observa, lee y decide la forma más dañina de percutir en la defensa rival

De todo este vertiginoso pero sincronizado despliegue, Mario Götze y Großkreutz se aprovechan para ejecutar la jugada ya sea en forma de asistencia o de gol. Este, sin duda, es el arma más mortifera del Borussia.

Otra de las características del sistema ofen-sivo del BVB es la llegada por banda. Al mar-gen de los ya citados extremos con vocación interior que acompañan a Kagawa, hay que destacar la presencia de Schmelzer y Pisz-czek, dos laterales de largo recorrido con una notable presencia en campo contrario y con una capacidad asociativa de primer orden. Ellos son el factor sorpresa y, a me-nudo, los que dan aire a la ‘llegada masiva’.

En la capital andaluza se enfrentan dos equipos con un rendimiento menor a lo esperado. El Sevilla de Manzano no está bien, pero el Getafe de Michel está todavía peor. Las bajas de Soldado y Pedro León en verano les ha hecho perder empuje, gol.

Y esto se nota sobre todo fuera de casa, donde sólo ha podido sacar una victoria y un empa-te en sus 6 desplazamientos. Los jugadores se-villistas manifiestan su unidad, sólo falta ver si la demuestran. ¿Será la despedida de Michel?

Cierto es que el Stoke City está siendo una de las sorpresas de la Premier League, pero no por su fútbol. Su juego sigue basándo-se en la potencia física de Jones y, aunque pa-rezca mentira, los saques de banda de Delap. Ante esta batalla física, pocos equipos hay tan pre-parados como el ManCity. Al margen, los de Man-cini han experimentado una evolución muy posi-tiva como se vio en Craven Cottage. Los cityzens han ganado 4 de sus 7 partidos como visitantes.

Partido entre claros aspirantes al ascenso. Las Palmas promedia 3,5 goles de media por parti-do como local. En los últimos 7 partidos del con-junto canario ha habido 6 overs y el único que resultó ser under se saldó con un empate a 1.

El Rayo Vallecano también presenta guarismos ele-vados en cuanto a goles se refiere. Es el tercer equi-po más goleador de toda la Liga Adelante. Y es que con Armenteros (6 goles en 3 partidos), Aganzo y Trejo, el equipo rayista tiene muchísima pólvora.

Ya hemos analizado al Borussia Dortmund en profundidad. Nos encontramos que el lí-der sólido de la Bundesliga se enfrenta al co-lista que recibe de media 3 goles por partido. Con este planteamiento, que el BVB de Klopp gana al descanso y al final tiene mucho valor.

Y es que este equipo tiene hambre, imponen un fuerte ritmo desde el comienzo tanto en la presión como en la transición ofensiva. Pese a que el Gladbach sea el último, no se relajarán.

La fortaleza verdiblanca re-cibe a un filial blaugrana que ya derribó los fortines de Balaídos y Alcorcón. El equi-po más goleador recibe al más goleado fuera de casa.

¿Por qué ver este partido?

-Rubén Castro llegará a tiempo para poder seguir disputando el pichichi.-Miguel Lopes: toque, rapi-dez y buen rigor en ataque.-Nolito, Muniesa, Ser-gi Gómez, Oriol Romeu, Bartra... puro Barcelona.

El mejor líder de Europa (31/33 puntos posibles) vi-sita a un Sporting de Lisboa que está a sólo 3 puntos de puestos Champions pese a ser un mal equipo local.

¿Por qué ver este partido?

-El O’Porto es uno de los candidatos a ha-cer triplete este año.-La delantera Hulk-Varela-Falcao lleva ya 23 goles.-Moutinho vuelve a casa. El Sporting ha suplido su baja con el español A.Zapater.

La Roma siete jornadas sin perder desde que visi-tase la pasión del Sur de Nápoles. ¿Conseguirá la pasión del Sur de Paler-mo el mismo resultado?

¿Por qué ver este partido?

-La elegancia de Pastore contra el talento de Totti.-Menez vs Ilicic, a repe-tir golazos... y partidazos.-Dos de los equipos ita-lianos que muestran un juego más alegre dentro del tedio del resultado.

El Liverpool que ha encon-trado la senda de la victo-ria (13 puntos de 18) y el Tottenham que tras cerrar su pase en Champions, se centrará en la liga. ¿Por qué ver este partido?

-Gerrard sigue de baja, pero recuperan a Joe Cole.-En los Spurs es Jermain Defoe el que vuelve.-Crouch, Modric, Torres, Gareth Bale, Skrtel y Maxi demostrarán que están en un momento sensacional.

La Liga de Campeones es la compe-tición exigente por excelencia. En ese contexto, que la acumulación

de tres tarjetas amarillas acarree suspen-sión podría parecer excesivo para muchos.

En Liga, por cada 9,5 partidos se permiten acumular un máximo de 4 tarjetas amari-llas, donde la quinta constituye motivo de sanción. En cambio, en la Champions, por cada 8 partidos, se permiten un máximo de dos, por lo que la tercera sienta al juga-dor en la grada para el siguiente encuentro.

Forzar la suspensión para quedar liberado de tarjetas -tanto Ramos como Xabi pa-sarán con 1 tarjeta a octavos en lugar de 2- se ha hecho en el fútbol desde tiempos inmemoriales; y excesivo o no, el caso es que si un equipo ha hecho los deberes y se puede permitir el lujo de ‘autoexpulsarse’ un jugador, por qué no va a hacerlo cuan-do, además, el reglamento se lo permite.

Otra cosa bien distinta es que el Ajax, que necesita que el Madrid gane al Au-xerre, se vea perjudicado por la ausencia de Sergio y Alonso. Habría que pregun-tar al entrenador del equipo holandés qué hubiese hecho en la posición del téc-nico portugués. Seguramente lo mismo.

Lo que se escapa a mi entendimiento es la puesta en escena de José Mourinho y compañía. No creo que todo ese tea-tro diera fuerza a la credibilidad de las ex-pulsiones, más bien se la resta. Y no sólo eso, sino que a raíz de ello, dan pie a que la UEFA tome medidas para solventar ese vacío en el reglamento del que mu-chos se han aprovechado desde siempre.

Intentando ocultar algo que está permi-tido, se ha levantado un revuelo mediáti-co que puede desembocar en un cambio en el reglamento. ¿Se acabará el chollo?

Gonzalo Navarro