Brazil y El Ascenso de Una Potencia Regional y Global

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Historia de la ciencias sociales

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UNIVERSIDAD DE LAS FUERZAR ARMADAS ESPE

NOMBRE:Diana CollaguazoCURSO: NSHM 2FECHA:14/05/2015TEMA: Brazil y el ascenso de una potencia regional y global

El proceso de profundas transformaciones estructurales que est sufriendo el sistema internacional en los inicios del siglo XXI, se refleja a su vez en el mapa de desafos y oportunidades que enfrentan todos los pases. Ello es notorio en el caso de pases considerados potencias regionales como lo es Brasil. A partir de la constatacin de que se est transitando hacia una nueva era de distribucin del poder en la jerarqua de las relaciones internacionales, el sistema internacional se est tornando ms complejo, diferenciado y dinmico, con una creciente tendencia hacia la multipolaridad y la descentralizacin temtica, que a su vez permiten ampliar las opciones de insercin internacional de los pases, principalmente aquellos con mejores atributos de poder y estrategias de posicionamiento externo proactiva

En este contexto analizar el caso brasileo resulta sumamente interesante1 , ya que el gigante suramericano es considerado por la comunidad acadmica y empresarial internacional como una de las potencias emergentes del nuevo orden mundial que est configurndose, pas que busca a travs de una activa poltica exterior concretar sus ambiciones histricas de convertirse en global player y rule maker e ingresar al club de las potencias mundiales. No obstante, la proyeccin internacional de Brasil atraviesa actualmente una serie de silenciosas tensiones cuyas trayectorias marcarn el xito o el fracaso de su transicin de rule taker a rule maker en el sistema internacional: 1. Pretensiones de liderazgo regional vs ambiciones de liderazgo global 2. Ingreso al club de las grandes potencias vs identificacin como lder del mundo en desarrollo 3. Capacidades potenciales vs capacidades reales de poder 4. Ejercicio de hegemona benigna regional vs actitudes de aparente subimperialismo con los pases vecinos y socios dbiles.Esta ponencia aborda especialmente el anlisis de la primera tensin sealada anteriormente, la cual de hecho, permite abordar los conflictos que expresan las otras tensiones. Se busca describir la configuracin del proyecto integracionista suramericano - a partir de la Unin de Naciones Suramericanas (UNASUR) - como garanta y precondicin para la exitosa insercin internacional de Brasil, tratando de establecer su naturaleza terica a partir del contexto poltico regional en el que surge, los intereses de Brasil en la regin , y el enfoque comparativo de sus dificultades/potencialidades de liderazgo regional frente a opciones de insercin unilateral que se observan en los ltimos aos.

La UNASUR se inscribe como un nuevo esquema poltico de integracin regionalde pases en desarrollo en el actual sistema internacional, haciendo parte del auge de las estrategias de regionalizacin de la poltica internacional contempornea.La categora de potencia regional emergente aglutina a aquellos pases cuyas capacidades y atributos de poder les permiten posicionarse como potencias regionales consolidadas y con claras ambiciones de liderazgo global: son los llamados pases BRIC:La llegada de las potencias medias emergentes del sur, en contraste con la potencias tradicionales e industrializadas del norte, ha puesto en cuestin el tema de la jerarqua en el sistema internacional y cul podra ser el resultado final en caso en que alguna de ellas obtenga el estatus de gran potencia. Aunque es principalmente gracias al desempeo econmico que estos Estados han ganado importancia3, su dimensin y demografa, la dotacin de sus recursos naturales y sus capacidades militares parecieran apoyar sus aspiraciones de formar parte del club de las grandes potencias (ADS, 2013: 5)

Se considera que las potencias emergentes presionan por reformar las instituciones de gobernanza global, para reposicionarse en los tableros geoeconmicos y geopolticos a partir del desarrollo de coaliciones y alianzas interregionales, como mecanismos predilectos en el marco de la nueva diplomacia del sur (Steinberg, 2008; Alden y Vieira 2007). Esta categora est compuesta por dos conceptos cercanos pero diferenciables: poder regional y poder emergente. El concepto de potencia regional se aplica a pases que cumplen con seis requisitos estratgicos para ser considerados como hegemones de una regin: 1) Hace parte de una regin poltica y geogrficamente delimitada; 2) Ser altamente influyente en asuntos y las agendas de la regin; 3) Disponer de recursos materiales (militares, demogrficos, econmicos), organizacionales (polticos) e ) e ideolgicos necesarias para proyectarse como poder regional; 4) Est listo para asumir una posicin de liderazgo regional; 5) Tener fuertes interdependencias econmicas, polticas y culturales con la regin, y 6) su posicin de liderazgo es reconocida por otros Estados dentro y fuera de la regin. (Nolte, 2006). Por su parte la nocin de poder emergente es defendida por Sahni (2007), para enfocar el estudio de los llamados mercados emergentes desde una visin poltica. A partir de esto, Sahni define a los poderes emergentes como poderes medios en ascenso, con la capacidad y la intencin de maniobrar su trayectoria para lograr el estatus de gran poder (2007:99).4 Esta definicin plantea que las potencias emergentes si bien se inician como poderes medios o regionales, su proyeccin internacional necesariamente supera el mbito regional, y aspiran a acceder a la elite de las potencias globales.Esta transicin de poder medio-regional a poder emergente, significa que las potencias en ascenso en la jerarqua de la poltica internacional, debern desarrollar mayores recursos de poder material y relacional para comportarse como global players: Por su tamao, poblacin y PIB, Brasil sera la tercera gran potencia emergente y, por el tamao de su economa, forma parte de los BRIC. En trminos cuantitativos (poblacin, PIB, territorio y fuerza militar), Brasil es la principal potencia regional de Amrica Latina. A diferencia de India y China, al no ser una potencia nuclear5 y crecer a un ritmo ms modesto, su entrada global es a travs de la diplomacia y la negociacin Brasil aparece como el exponente latinoamericano de la categora de potencia regional emergente, a pesar de sus asimetras sociales an no resueltas, sus disparidades territoriales, y sus vulnerabilidades econmicas de aos anteriores an latentes. Teniendo presente que la legitimidad de las potencias emergentes depende de una adecuada articulacin entre intereses globales y regionales, y que dicha articulacin es compleja y no est exenta de conflictos y tensiones (Soares de Lima, 2007); resulta de gran importancia resaltar las capacidades del liderazgo regional brasileo a nivel material y cualitativo. Brasil se identifica como el lder natural de la regin, a raz de las relaciones asimtricas con los pases vecinos, que derivan de su posicin de supremaca en distintos recursos de poder:

La poltica exterior del Gobierno de Lula (2003-2010): La poltica exterior del gobierno Lula se orient por cuatro ejes estratgicos: 1) Obtener el reconocimiento de Brasil como potencia mundial del sistema internacional multipolar emergente, 2) Consolidar y viabilizar condiciones econmicas del entorno internacional para la expansin del sector empresarial del pais; 3) Construir un espacio poltico regional como plataforma de proyeccin internacional; y 4) Fortalecer las relaciones sur-sur (Pastrana y Vera, 2012). El final del siglo XX evidenci un reacomodamiento de la poltica exterior brasilea relacionado estrechamente con la tarea de reactualizar su papel de lder natural e interlocutor regional, volcando sus esfuerzos de relacionamiento externo orientados a consolidarse como una potencia hemisfrica, y simultneamente a proyectar su influencia internacional ms all de sus tradicionales mbitos geopolticos. Los cambios operados a nivel de la poltica exterior por la administracin de Lula, son presentados a continuacin, organizados con fines analticos en dos dimensiones representativas de las dinmicas de actuacin internacional del pas: integracin regional, y alianzas sur-sur.

Integracin regional: En esta primera dimensin, el gobierno de Lula profundiz el fenmeno de sudamericanizacin de la poltica externa brasilea con nuevos lineamientos diplomticos para la regin que retoman algunas premisas de la administracin Cardoso, pero con un carcter ms permanente, como es el caso de la UNASUR, iniciativa cuyos derechos de autor corresponden al gobierno de Lula, a la que le apost su capital poltico, en el marco de un contexto ideolgico posneoliberal favorable a las aspiraciones brasileas de coordinacin de la regin.La retrica y la referencia a la identidad suramericana de Brasil, cobraron con Lula un nuevo auge materializado en UNASUR en mayo de 2008 -, antecedida cronolgicamente por la estrategia de expansin del Mercosur mediante acuerdos de asociacin comercial con Chile y los pases andinos, y reforzada posteriormente por la conformacin de un Consejo Suramericano de Defensa, como iniciativa indita en la agenda de integracin suramericana, la cual refuerza la imagen de liderazgo regional para Brasil en temas altamente sensibles para los pases de la regin, y busca bloquear la injerencia norteamericana en la agenda de seguridad regional. El proyecto de la UNASUR refleja el objetivo brasileo de construir un bloque geopoltico geogrficamente delimitado que potencialice las capacidades de negociacin de Brasil en los mbitos multilaterales, bajo el respeto de un pluralismo ideolgico a su interior: Lula plante un modelo de integracin regional divorciado de las rivalidades ideolgicas que florecen en la regin, asumiendo un discurso pragmtico para permitir que en el bloque convivan democracias y alianzas de derecha y de izquierda (Alianza del Pacifico y Alba respectivamente). Para esto Lula desarroll un discurso que hace nfasis en las interdependencias de desarrollo entre Brasil y sus vecinos:Brasil tiene que asumir definitivamente la responsabilidad de la integracin en Suramrica: Brasil es la economa ms grande y ms fuerte, es el pas ms industrializado, el de mayor ingreso () para que Brasil crezca y se desarrolle, es necesario que lo hagan sus vecinos, porque as creamos un continente altamente desarrollado (Lula, 2008). Es necesario resaltar que la estrategia de Lula - en sintona con la tradicin diplomtica brasilea -, acudi a ejercer un liderazgo por atraccin y no por coercin, evitando proyectar a sus vecinos una imagen de presuncin hegemnica, nociva para sus pretensiones de desarrollar la coordinacin regional desde posiciones de consenso.La concepcin de Suramrica como marco referencial obligatorio para la proyeccin internacional de Brasil se distingui como una necesidad geopoltica bajo la poltica exterior del gobierno de Lula, reafirmando por un lado la identidad suramericana del gigante suramericano, no solo deseable sino necesaria para sus objetivos de insercin internacional, y permitiendo por otro lado un liderazgo regional libre de la influencia de Estados Unidos y de la competencia de Mxico. Cooperacin Sur-Sur: Durante la era Lula la proyeccin internacional de Brasil no se limit a la esfera latinoamericana, Brasil tambin se aproxim a nuevos actores extrahemisfricos con miras a construir una renovada identidad surea, estableciendo vnculos financieros y comerciales con trasfondo poltico, en el marco de la cooperacin sur-sur con otras potencias emergentes como China, India, Rusia y Sudfrica, identificados como socios estratgicos en la reforma de los esquemas de gobernanza global. Precisamente escenarios como el foro de dilogo entre India, Brasil y Sudfrica (IBSA) creado en 2003, las cumbres del grupo de pases BRIC iniciadas en 2009, y los encuentros interregionales con pases africanos y del mundo rabe a partir de UNASUR, reflejan las alianzas de nueva estirpe que promueve Brasil con el objetivo de incrementar sus vnculos globales, y proyectar su imagen de lder regional.Esta promocin de un multilateralismo afirmativo y reciproco, le ha valido a Brasil romper con su histrica tradicin de practicar un multilateralismo en un sentido defensivo, entendido como forma de evitar la injerencia extranjera y conservar cierto margen de autonoma, el cual fue caracterstico durante el periodo de la dictadura militar (Fortuna, 2007). 2.2 Poltica exterior del gobierno de Dilma Rousseff (2011-2013): A diferencia de la hiperactiva diplomacia regional que caracteriz a los dos periodos de gobierno de Lula, la poltica exterior de la presidenta Dilma Rousseff evidencia un estilo diplomtico ms reservado y menos protagnico frente a la regin. En efecto, el actual gobierno brasileo se ha enfocado ms en el tratamiento de la agenda domstica caracterizada por coyunturas crticas de diversa naturaleza, que han afectado sensiblemente la imagen internacional de Brasil6 . La actuacin diplomtica del gobierno de Rousseff se articula en lneas generales con los principios de poltica exterior definidos en el gobierno de Lula: El liderazgo diplomtico de Brasil contina asentndose en el enfoque de Brasil como amigo de todos y enemigo de nadie el cual marca su actuacin internacional en bsqueda de obtener permanente reconocimiento como vocero de las demandas del mundo en desarrollo, y simultneamente como mediador ante los conflictos norte-sur en las diversas agendas del sistema internacional. No obstante el estilo de liderazgo y el accionar diplomtico de ambos presidentes difiere claramente, lo cual a su vez influye inevitablemente en la poltica exterior del pas: La poltica exterior lulista rompi definitivamente la tradicional introspeccin de Brasil, a travs de una intensa gestin y presencia diplomtica tanto a nivel regional como global7 . El comportamiento internacional de Brasil durante la era Lula se caracteriz en buena parte por una efectiva y diversificada diplomacia presidencial en torno a la carismtica figura de Lula, lo cual no se ha observado en la administracin de Rousseff, quien se ha distanciado del estilo protagnico de su antecesor.Retos, dilemas y perspectivas sobre el liderazgo regional brasileo:Esta ponencia pretendi analizar la proyeccin internacional de Brasil como potencia emergente, ntimamente vinculada a la construccin y liderazgo del espacio suramericano, bajo la concrecin de la UNASUR. A continuacin se sealan una serie de desafos crticos para el pretendido liderazgo regional brasileo que sin pretender ser exclusivos, si alumbran temticas claves para el futuro de la integracin regional y el papel de Brasil como potencia regional. Un primer desafio es de carcter sociolgico. La sociedad brasilea deber enfrentar dos grandes cambios de mentalidad: 1) asumir conscientemente que el anhelado liderazgo internacional que busca su pas (sea regional o global) implica costos y no solo beneficios. La consolidacin como potencia regional con proyeccin global de Brasil, requiere una alianza simultnea de consensos domsticos y regionales estables que legitimen socialmente los anhelos de protagonismo internacional del pas. Brasil en su vocacin integracionista tendr que asumir en algn momento una posicin como paymaster de la integracin regional, similar a la experiencia de Alemania en la conduccin de la Unin Europea, de lo contrario se ver expuesto a constantes rivalidades de liderazgo regional en su rea natural de influencia. La sociedad brasilea deber modificar el imaginario social de superioridad excesiva sobre los pases vecinos, el cual dificulta comprender la importancia de Suramrica para el desarrollo de Brasil (Plan Brasil 2022, 2010: 50). En efecto, es clave que los diversos actores polticos, sociales, acadmicos, y las elites empresariales eliminen los prejuicios de rivalidad y desconfianza sobre la regin, y redimensionen las potencialidades de cooperacin efectiva con el espacio suramericano.Un segundo desafo relevante es de orden institucional-conceptual: la necesidad de fortalecer el esquema suramericano hacia niveles de supranacionalidad en su arquitectura institucional, superando el tradicional enfoque intergubernamental preferido por Brasil, que si bien ha sido efectivo en el arranque del bloque, muestra limitaciones para garantizar su profundizacin y solidez protagnica. Un tercer desafo corresponde a la preponderancia de la estrategia de alianzas extrarregionales sobre la integracin regional: del anlisis realizado queda demostrado que es Brasil por ahora el nico pas con la capacidad econmica, poltica y diplomtica de asumir el liderazgo regional con sus respectivos costos, pero se le presenta una compleja cuestin en trminos de consolidar su liderazgo regional: cmo fortalecer al bloque suramericano permitiendo integrar las legitimas aspiraciones de insercin internacional de Brasil, y que sea a la vez flexible para incorporar las estrategias de insercin internacional de los otrospases del espacio suramericano, las cuales no necesariamente convergen con los intereses brasileos en la regin?. Un cuarto reto se centra en las relaciones asimtricas intrarregionales: El liderazgo regional brasileo no garantiza per se, una insercin internacional equilibrada para los dems pases suramericanos, lo cual alimenta escenarios futuros de desconfianza frente a la potencia regional. Como lo seala Schenoni el ascenso de las potencias emergentes a la vez que equilibra el sistema internacional, produce desequilibrios en los niveles subsistemicos o regionales (2012:33). Esta dura realidad implica que en el marco de la proyeccin de Brasil como potencia emergente, es necesaria una real articulacin de intereses que evite la temida brasileizacin de la regin, y ms bien forje la sudamericanizacin efectiva de Brasil, en sintona con la visin multipolar del sistema internacional, sustentada en las regiones como polos de poder en el siglo XXI (Chaves, 2011a). Esto tambin implica a su vez que los pases suramericanos comprendan que sin el apoyo estelar de Brasil, los esfuerzos regionales de consolidar esquemas de integracin y estructuras de gobernanza como UNASUR carecern de fortaleza geopoltica y sern insuficientes e infructuosos: el espacio suramericano como actor poltico an est en fase de construccin, su consolidacin esta en el horizonte, pero su real concrecin en bloque geopoltico depender en buena medida de la voluntad y el mutuo reconocimiento de los miembros sobre la interdependencias y las necesidades compartidas de uno y otros.Brasil como la potencia regional del vecindario est llamado a asumir costos econmicos derivados de su posicin de liderazgo, los cuales le permitiran incrementar sus niveles de legitimidad como vocero regional. Sin embargo esta situacin ideal choca con su actual situacin interna, que le obliga a priorizar sus esfuerzos financieros en su agenda domestica, dejando de lado el fortalecimiento de su poltica de cooperacin regional. 20 Un quinto desafo de naturaleza coyuntural ser dinamizar nuevamente la instancia de cooperacin suramericana que actualmente evidencia sntomas de estancamiento y da seales de debilidad elocuentes. En efecto, en la sptima cumbre de UNASUR realizada en Surinam el pasado 30 de agosto, se hizo evidente su bajo nivel de impacto meditico y diplomtico, pasando prcticamente desapercibida para las cancilleras y los medios de comunicacin. La cumbre refleja que hoy UNASUR no est en su mejor momento, lo cual es una acumulacin de factores estructurales y coyunturales que le empiezan a restar credibilidad y atraccin, ante lo cual Brasil debe reaccionar: Perdida de liderazgo carismtico dinamizador (ya no estn Chavez ni Lula) Competencia de la Alianza del Pacifico como bloque alternativo que atrae a Colombia, Per y Chile en detrimento del inters inicial en Unasur. Tensiones binacionales: roce diplomtico entre Brasil y Bolivia por la huida del senador opositor boliviano Roger Pinto a territorio brasileo, y continuacin del conflicto entre Argentina y Uruguay por la papelera fronteriza. Peso de agendas domesticas de los miembros: problemas econmicos en Argentina y Venezuela, protestas sociales en Brasil y Colombia. Persiste el dbil papel de la Secretara General que requiere mayor capacidad ejecutiva para liderar el esquema de integracinA diferencia de otras potencias como China, Rusia e India, Brasil si requiere deuna plataforma regional que sustente su capacidad de influencia internacional y lepermita acceder en mejores condiciones a los procesos de negociacininternacional: al ser el lder de la regin suramericana, su capacidad denegociacin se eleva naturalmente. Pero tambin a diferencia de sus socios BRIC cuyos recursos de poder son suficientes para aplicar la lgica de arrastre yatraccin para liderar sus zonas de influencia geogrfica en el caso de Brasil sumayor peso especifico a nivel econmico, militar, y geopoltico, y su alta visibilidadinternacional, no han sido elementos suficientes para garantizar una alineacin irrestricta y subordinada de sus vecinos con sus preferencias diplomticas yestrategias de proyeccin internacional.14Un sexto desafo radica en torno a la praxis de liderazgo brasilea frente a laregin: La estrategia brasilea de liderazgo regional requerir manejar estndaresde liderazgo de naturaleza compartida similares a los aplicados en el mbito desus alianzas extrarregionales15. Como lo seala el Informe La nueva realidadinternacional:En particular Amrica del Sur, como subsistema internacional, se est tornandoms denso en su interdependencia, ms diferenciado incluso por los efectos dedisparidades de peso econmico relativo y, a la vez, ms plural en sus visiones ymultipolar en su distribucin del poder. La gobernabilidad de este espaciogeogrfico regional requerir, entre otras condiciones, pautas de liderazgoscolectivos que sean eficaces, ya que sera difcil imaginar que las cuestionesprincipales de su agenda sean resueltas con el protagonismo y liderazgo de unsolo pas, y menos an de pases ajenos a la regin. (CARI, 2009:10).El ascenso de Brasil al rango de potencia es un proceso irreversible y conflictivo,no obstante para hacer compatible este proceso con la emergencia de unaSuramrica unida, es necesario y deseable que Brasil adopte e interiorice en suproyeccin internacional que el concepto de Suramrica - emanado delpensamiento geopoltico militar brasileo y aplicado luego en Itamaraty - debesuperar el enfoque instrumental soportado en criterios de autonoma perifrica yasimetras de poder favorable a Brasil, para avanzar hacia un enfoque degobernanza colectiva e identidad regional ms coherente con las transformaciones del espacio suramericano, que le permita considerar las demandas prioritarias de sus socios vecinos. El liderazgo brasileo en Suramrica no podr tener suficiente estabilidad y credibilidad regional, a menos que genere externalidades positivas materializadas en bienes pblicos favorables para los pases vecinos, quienes esperan de Brasil un socio estratgico para enfrentar los desafos del sistema multipolar, ms que una potencia hegemnica a la cual subordinar sus necesidades de insercin internacional.

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