Breve Historia de La Econometría

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  • Para una breve historia de la econometra

    Jos Fernndez Garca*/ Claramartha Adalid Daz de Urdanivia*

    La econometra, trmino introducido por Ragnar Frisch en 1926, es una disciplina que siempre se ha movido entre las teoras econmica y estadstica; sin embargo, la interaccin de estos dos campos del conocimiento no ha sido ni directa ni sencilla. Desde sus orgenes, en las primeras dcadas del siglo vein-te, con Henry L. Moore, pasando por gente de la talla de Burns, Cowles, Haavelmo, Mitchell, Morgenstern y Tinbergen, hasta econometristas modernos como Box, Hendry, Jenkins, Granger. Koop-mans y Spanos, esta ciencia ha mostrado un indudable avance que desde la perspectiva de la teora estadstica, todava est en construccin.

    El concepto de econometra

    Aunque el trmino "econometra" fue introducido en 1926 por Ragnar Frisch, economista y estadstico de origen norue-go, por analoga con la expresin "bio-metra" y para referirse a los estudios

    * Profesor-investigador del Departamento de Poltica y Cultura, UAM-X

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    econmicos que hacen uso de mtodos estadsticos,1 la econometra moderna pro-piamente dicha parece tener su origen, segn Epstein,2 con Henry Ludwell Moore, durante la segunda dcada del siglo XX.

    Desde sus orgenes y por su propia definicin, la econometra se ha movido entre los campos de las teoras econmica y estadstica. As, en la medida en que ha sido empleada tanto para proponer nuevas formulaciones como para apoyar o, en su caso, refutar planteamientos ya hechos en la propia teora econmica, la econometra se ha nutrido de las aportaciones de economistas cuyo campo de accin es fundamental-mente la teora econmica (algo semejante puede decirse de quienes centran su inte-rs en la poltica econmica). Pero, simultneamente, en la medida en que la econometra supone la aplicacin de la teora estadstica, diversos estadsticos han incursionado en el terreno de aquella hacindola evolucionar.

    Por ello, adems de constituir una especialidad por derecho propio, el desarro-llo de la econometra como disciplina del conocimiento se ha visto favorecido por aquellas otras dos reas: la teora econmica y la teora estadstica.

    Sin embargo, el "moverse entre dos aguas" (la economa y la estadstica) no ha sido, como se ver, una situacin placentera para los econometristas, pues quedan involucrados al menos en cuatro grandes discusiones. Primero, la relativa a la validez o no de los planteamientos "estrictamente econmicos", discusin que tiene su ori-gen en la diversidad de posiciones en el interior de la propia teora econmica, as como por las diferencias con quienes efectan su anlisis desde la crtica de la eco-noma poltica (grosso modo, los marxistas) y de la multiplicidad de posiciones eclcticas.

    Segundo, los econometristas se ven involucrados tambin en la discusin en el interior de la propia teora estadstica, entre la gran variedad de tcnicas y mtodos existentes (todos ellos con sus posibilidades y limitaciones).

    Tercero, siendo este un problema exclusivo de los econometristas, estn presentes las discusiones que surgen de la relacin entre la estadstica y la economa; es decir, cundo es determinante una u otra? Hasta qu punto deben introducirse los su-puestos econmicos y hasta qu punto los estadsticos? Se usa "demasiada economa" o hay que dejar que los datos "hablen" por s mismos?

    1 scar Lange. Introduccin a la econometra: FCE, Mxico, 1978, pp. 12 s.

    2 R. J. Epstein. A History of Econometrics: Elsevier Science Publishers B. V., Amsterdam, 1987.

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    Cuarto y ltimo, est claramente presente un problema de mtodo comn al del conjunto de las corrientes existentes en economa, problema que puede resumirse muy sintticamente en las preguntas: en qu radica el carcter cientfico de una determi-nada corriente del pensamiento econmico? Son aplicables a las ciencias sociales los criterios empleados en las ciencias naturales? O, en trminos ms especficos: es "cientficamente vlida", por ejemplo, la teora ortodoxa por la extensa utilizacin que hace del lenguaje matemtico? Una afirmacin econmica es "cientficamente vlida" por el simple hecho de estar contrastada empricamente mediante un modelo economtrico?

    David F. Hendry,3 un reputado econometrista de la Universidad de Oxford, public hace poco un libro en el que recopila sus principales ensayos escritos duran-te el periodo 1974-85, y cuyo ttulo es cuando menos sugerente: Econometra. Alquimia o ciencia? (Ensayos sobre metodologa economtrica).

    En el artculo que da nombre al libro, el autor efecta una resea del "estado del arte" en la discusin acerca de las posibilidades, limitaciones, las implicacio-nes, los problemas y las perspectivas contemporneas de la econometra.

    Despus de alertar acerca de no confundir la econometra con la "econo-msa-ca" ni con los "econo-trucos" ni tampoco con la "icono-metra",4 Hendry parece perseguir dos objetivos ntimamente interrelacionados: por un lado, definir esa rea de conocimiento y sus mtodos y, por otro, dar respuesta a las crticas surgidas a prin-cipios de los aos setenta sobre las posibilidades y las limitaciones de la econometra (crticas que, como se ver ms adelante, no son todas ellas nuevas y que recupera as sea parcialmente el propio Hendry).

    En cuanto a la definicin del trmino "teora economtrica", el autor propone una de las definiciones ms completas y precisas sobre esa materia; se trata, de hecho, de una definicin en dos planos: amplio y limitado. En sentido amplio: "...la econometra comienza un anlisis de las relaciones entre variables econmicas tales como cantidades y precios, ingresos y gastos, etc, abstrayendo el principal fenmeno de inters y esta-bleciendo a partir de ello teoras en forma matemtica. La utilidad emprica de los 'mode-los'resultantes es evaluada usando informacin estadstica de supuesta relevancia...".5

    3 David F. Hendry. Econometrics. Alchemy or science?: Blackwell Pubshers, Oxford, 1993.

    4 Ibidem, pp. 12 s.

    5 Ibidem, p. 13.

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    Por su parte, la econometra en sentido limitado: "...se refiere a la interpretacin y anlisis de tales datos en el contexto de la teora econmica establecida".6

    En sntesis, en una definicin que ms bien es una enumeracin de las activida-des comprendidas por la econometra, el propio Hendry establece que:

    ... la teora economtrica es el estudio de los procesos de generacin de datos, de las tcnicas para analizar datos econmicos, de los mtodos de estimacin de las magni-tudes numricas de los parmetros con valores desconocidos y de los procedimientos para contrastar hiptesis econmicas; juega en las disciplinas bsicamente no experi-mentales un papel anlogo al de la teora estadstica en las ciencias experimentales inexactas...7

    Aunque, como se seal, la definicin que proporciona Hendry parece ms bien una descripcin de las actividades involucradas en la prctica de la econometra es, indu-dablemente, de las ms completas que suelen encontrarse en los trabajos sobre la materia.

    Por el contrario, resalta la brevedad de la definicin que proporciona la Econo-metric Society: la econometra busca "...el avance de la teora econmica en su relacin con la estadstica y las matemticas";8 sin embargo, a pesar de su sealada brevedad, debe reconocrsele a esa definicin la virtud de especificar las reas del conocimiento que quedan involucradas.

    Por su parte, los textos comnmente empleados en los cursos de econometra, o bien omiten definir el trmino,9 o bien slo amplan ligeramente el contenido de la definicin citada de Econometrica. As, por ejemplo, J. Kmenta seala:

    La teora econmica se ocupa fundamentalmente de las relaciones entre variables. Las relaciones de oferta y demanda, las funciones de costos, las de produccin y muchas otras [que] son familiares a todo estudiante de economa. En realidad, todo el cuerpo

    6 Idem.

    7 dem.

    8 Econometrica, 1933, p. 1.

    9 J. Johnston. Mtodos de econometra: Vicens-Vives, Barcelona, 1983.

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    de la teora econmica se puede considerar como una coleccin de relaciones entre variables. [Por su parte], la econometra se ocupa de la contrastacin de las proposi-ciones tericas incorporadas en estas relaciones y de la estimacin de los parmetros que aparecen en ellas...10

    Un texto empleado en los cursos de econometra que s intenta definir esa disciplina, ubicndola en el proceso de construccin de la teora econmica, es el de D. Gujara-ti;11 en ese trabajo, el autor reproduce las siguientes cuatro definiciones:

    La econometra, que es el resultado de cierta posicin sobre el papel de la eco-noma, consiste en la aplicacin de la estadstica matemtica a datos econmicos, para dar apoyo emprico a los modelos construidos por la economa matemti-ca, y para obtener resultados numricos.12

    ... la econometra puede ser definida como el anlisis cuantitativo de fenme-nos econmicos reales basados en los desarrollos simultneos de la observacin y la teora, relacionados mediante mtodos apropiados de inferencia.13

    La econometra puede definirse como la ciencia social en la cual las herramien-tas de la teora econmica, las matemticas y la inferencia estadstica se aplican al anlisis de los fenmenos econmicos.14

    La econometra se refiere a la determinacin emprica de las leyes econmicas.15

    Adems, Gujarati proporciona su propia definicin de la econometra en dos planos: terico y aplicado,16 misma que coincide en trminos generales con la ya transcrita de D. Hendry.

    10 J. Kmenta. Elementos de econometra: Vicens-Vives, Barcelona, 1980, p. 231.

    11 D. Gujarati. Econometra bsica: McGraw Hill Latinoamericana, Colombia, 1981.

    12 G. Tintner. Methodology of mathematical economics and econometrics: The University of Chicago

    Press, Chicago, 1968, p. 74. 13

    P.A. Samuelson, T. C. Koopmans y J. R. N. Stone. "Report of the evaluative comitee for Econometrica", en Econometrica, vol. 22, nm. 2, abril de 1954, pp. 141-146.

    14 A. S. Goldberger. Econometrc history: John Wiley and Sons, Nueva York, 1964, p. 1.

    15 H. Theil. Principies of econometrics: John Wiley and Sons, Nueva York, 1971, p. 1.

    16 D. Gujarati. Op. cit., p. xxi.

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    En sntesis, las definiciones del trmino econometra aqu expuestas hacen ex-plcito un hecho importante: la econometra, como disciplina, surge y evoluciona de la mano de las diversas (y quiz mltiples) teoras econmicas.

    Sin embargo, aun cuando la econometra sea fundamentalmente una disciplina "al servicio" de y desarrollada por y para las que han sido las teoras econmicas dominantes en este siglo, es indudable que desde una perspectiva estrictamente esta-dstica sus planteamientos tienen mucho en comn con los de las matemticas, la fsica, la qumica, etctera: son planteamientos de validez general si se satisfacen las condi-ciones y supuestos sobre los cuales se construye.

    Es decir, por ejemplo, el mtodo de mnimos cuadrados ordinarios para encon-trar la funcin que mejor se ajusta a un conjunto de datos tiene dentro de sus limitaciones una validez que es independiente de quin, cundo, dnde, con qu objetivo y en qu contexto lo desarroll (llevado al extremo, esto no es otra cosa que afirmar, por ejemplo, que la rueda ha sido un descubrimiento de indudable utilidad en la evolucin de la humanidad con independencia del momento histrico en que las organizaciones sociales empezaron a hacer un uso consciente de ella). En ltima instancia, el conocimiento en general es producto del trabajo social de la humanidad y a ella le pertenece.

    Ideas generales sobre el desarrollo de la econometra

    Como ya se seal, el trmino "econometra" fue introducido en 1926 por Ragnar Frisch, aunque no hay consenso sobre el origen de dicha disciplina:

    ... En efecto, Alfred Cowles sostiene que la Econometra, estrictamente hablando, tuvo sus orgenes en la Europa del siglo XIX, principalmente con los trabajos de von Tr-nen, Cournot, Walras, Jevons, Edgeworth, Pareto y Wicksell". Frente a esta opcin, escribe Arrow que la Econometra, como movimiento organizado, es todava muy joven, lo cual nos concede el privilegio de poder saludar a nuestros fundadores cuan-do todava estn en la plenitud de su vigor y de sus facultades creadoras.

    ... el espaldarazo final en el debut de la Econometra dentro de las ciencias moder-nas, lo dara la Cowles Commission con su libro Statistical inference in dynamic mo-

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    dels redactado por un equipo de prestigiosos investigadores y publicado en 1950...17

    No obstante la reconocida importancia de la Comisin Cowles en el desarrollo de la econometra, consideramos que la econometra moderna propiamente dicha parece tener su origen, siguiendo a Epstein, en las investigaciones de Henry Ludwell Moore durante la segunda dcada del siglo XX, quien ya en 1914 se planteaba: "El problema que tenemos ante nosotros es deducir la curva de demanda con base en la estadsti-ca, medir el grado en el cual es una descripcin precisa de los cambios en la industria actual y estimar los coeficientes numricos de la elasticidad de la demanda para pro-ductos representativos."18

    Lo cual no es otra cosa que hacer econometra, de acuerdo con las diversas de-finiciones de esa disciplina sealadas anteriormente. Esto es adems sustentado por las tres lneas de trabajo de Moore que se comentan a continuacin.

    De acuerdo con la resea que hace Epstein19 del trabajo de Moore, l fue un economista estadounidense que trabaj principalmente sobre tres lneas de investi-gacin: salarios, ciclo de los negocios y funciones de demanda, siendo sin duda sus investigaciones un claro reflejo de los problemas econmicos, sociales y polticos por los que atravesaba Estados Unidos a principios de siglo, abordados desde la perspec-tiva de la corriente de teora econmica dominante en ese entonces: la neoclsica.

    En lo que se refiere a su investigacin sobre los salarios, Moore (1911) preten-da comprobar la validez de las tesis de uno de los iniciadores de la corriente neoclsica en aquel pas: J. B. Clark: a partir del estudio de lo acontecido durante 39 huelgas por aumentos salariales en ese pas, pretendi demostrar que, en general, las huel-gas tenan ms posibilidades de triunfar cuando los salarios eran inferiores a la productividad marginal.

    Aquel objetivo acadmico tena un referente poltico inmediato o, mejor dicho, era la forma que adoptaba el inters de Moore por disear polticas a ser instrumen-

    17 A. G. Barbancho. "Prefacio a la edicin espaola", en J. Johnston, op cit, pp. XII-XIV.

    18 H. L. Moore. Economic cycles: their law and cause, Nueva York, Augustus M. Kelley Publis-

    hers, 1967a, p. 65. 19

    R. J. Epstein. Op. cit., pp. 13-19.

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    tadas por el Estado con las cuales enfrentar la creciente movilizacin de las clases trabajadoras de su pas, buscando encontrar, adems, "pruebas empricas" con las cuales refutar las tesis de la izquierda sobre la explotacin de la fuerza de trabajo por el capital.

    En cuanto al llamado "ciclo de los negocios" y despus de analizar informacin de Estados Unidos para el periodo 1870-1911, H. L. Moore consider que el compor-tamiento cclico de la actividad econmica tena una periodicidad de ocho aos, cuya explicacin, en palabras del propio Moore, es:

    La principal contribucin de este Ensayo es el descubrimiento de la ley y la causa de los Ciclos Econmicos. El ritmo en la actividad de la vida econmica, la alternancia de expansiones boyantes con depresiones involuntarias es provocada por el ritmo en el rendimiento por acre en las cosechas; a su vez, el ritmo en la produccin agrcola es provocado por los cambios cclicos en la cantidad de lluvia cada. La ley de los ciclos de la lluvia es la ley de los ciclos de la agricultura y la ley de los Ciclos Econmicos.20

    Ms an, al ampliar su estudio a Inglaterra y Francia, el mismo autor ratificar dicha periodicidad:

    ... la mxima visibilidad de Venus se produce por su fase mayor, su mayor elongacin respecto al sol y la claridad de nuestra atmsfera, y el mximo tiende a repetirse a in-tervalos de ocho aos... Aqu hay un ciclo de ocho aos para el cual los mximos estn un poco adelantados en relacin con nuestros ciclos econmico y meteorolgico. No es el ciclo que queremos, pero est muy relacionado con el que estamos bus-cando.21

    ... a intervalos de ocho aos [...] el mximo de los ciclos econmicos, meteorolgico y de Venus fueron congruentes.22

    20 H. L. Moore. Op cit, p. 135; cursivas nuestras y maysculas en el original.

    21 H. L. Moore. Generating economic cycles: Augustus M. Kelley Publishers, Nueva York,

    1967b, p. 89. 22

    Ibidem, p. 97.

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    ... la interposicin cada ocho aos de Venus entre el Sol y la Tierra puede ser la res-ponsable del ciclo generador de ocho aos...23

    Igual que en el caso de la investigacin sobre los salarios, en la de los ciclos econ-micos el objetivo no era meramente estudiar los ciclos per se, sino mostrar que sus causas eran exgenas al sistema; es decir, al "comprobar" que los ciclos (y, muy es-pecialmente, las crisis recurrentes) se originaban en causas naturales (en sentido literal, o sea, relativas a la Naturaleza), pretenda descartar la tesis de que las crisis constitu-yen una caracterstica intrnseca al modo de produccin capitalista.

    En suma, sus estudios sobre las funciones de demanda de mercado24 tambin le permitieron alcanzar cierta notoriedad en el mundo acadmico, no slo por haber encontrado una curva de demanda con pendiente positiva,25 la cual "...se ha conver-tido en parte del folclore de la econometra..."26

    En lo relativo al desarrollo de la econometra, se destaca el positivo impacto que tuvo la idea de Moore de usar los datos en la forma de cambios porcentuales, as como su pretensin por emplear las que constituan las tcnicas estadsticas ms avanzadas de la poca: las series temporales, la correlacin mltiple y las tablas de contingencia.27

    No se puede dejar de reconocer que el tipo de investigaciones en que trabaj Moore, as como el hecho de que "...Con una conviccin misionara, Moore intenta-ba demostrar a la comunidad de economistas que poda drsele un contenido sustantivo a las complejas teoras matemticas con el propsito de producir resulta-dos concretos para la poltica social",28 muestran las serias preocupaciones entre los

    23 Ibidem, p. 103.

    24 Vase, por ejemplo, H. L. Moore. "Empirical laws of demand and supply and the flexibi-

    lity of princes", en Political Science Quarterly, nm. 34, 1919, pp. 546-67. 25

    "(1) la cantidad demandada o curva rendimiento-precio es alta cuando el nivel general de los precios es alto; y la cantidad demandada es baja cuando el nivel general de los precios es bajo" (H. L. Moore, 1967a, op. cit., p. 101).

    26 R.J. Epstein. Op cit., p. 17.

    27 Moore critica la pretensin de asemejar la economa a la fsica y el uso del supuesto caeteris

    paribus, proponiendo como alternativa "...el mtodo que avanza de los datos hacia generalizaciones mediante una sntesis progresiva -el mtodo de la estadstica" (H. L. Moore, 1967a, op. cit., pp. 85 .).

    28 Ibidem, p. 13.

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    sectores dominantes y, por ende, desde el Estado acerca de los acontecimientos eco-nmicos, sociales y polticos de su poca.

    Ya se seal que desde el mismo nacimiento de la econometra moderna, una de las preocupaciones bsicas era el estudio del ciclo de los negocios, preocupacin que naca de las frecuentes y agudas fases recesivas por las que atravesaba la activi-dad econmica desde finales del siglo XIX.

    Si bien autores como el citado H. L. Moore pretendan ubicar la causa ltima de aquellas fases en un fenmeno ajeno a las caractersticas sociales del proceso de produccin capitalista al atribuirlas al rgimen de lluvias o a la interposicin de Ve-nus entre el Sol y la Tierra, la creciente inestabilidad social, el triunfo de la Revolucin rusa, el auge de las concepciones revolucionarias de izquierda, as como el consiguiente y creciente riesgo para la clase social en el poder, fortalecieron en la actividad acad-mica posiciones que pugnaban por la necesidad de que el Estado interviniera de una manera ms activa y constante en "lo econmico", posiciones que acabaran toman-do forma, sin olvidar sus diferencias, en los trabajos de M. Kalecki en Polonia, G. Myrdal en Suecia y, muy especialmente por sus efectos posteriores, J. M. Keynes en el Reino Unido.

    Ese reflejo en lo acadmico era expresin de algo que en los hechos ya vena ocurriendo: los factores polticos mencionados haban venido forzando el cuestiona-miento y posterior abandono de las tesis neoclsicas acerca de las bondades y virtudes de las "fuerzas del mercado" en el largo plazo, como lo prueban, por ejemplo, el New Deal de los aos treinta, o bien el Economic Bill of Rights de F. D. Roosevelt en 1944, que termin convirtindose en la Employment Act de 1946 despus de su paso por el Congreso estadounidense o, incluso, las propuestas de Don Patinkin, en diciembre de ese ao, acerca de que "...el Gobierno vigilara de cerca el PIB mensual e incremen-tara su gasto siempre que cayera por debajo del nivel deseado..."29

    As, en particular durante el periodo de entreguerras, fue tomando fuerza la idea de que el Estado tena la capacidad de controlar el ciclo de los negocios, para lo cual era necesario no slo disponer de informacin suficiente de manera oportuna, sino tambin conocer las caractersticas estructurales de la economa. Y esto constituy un apoyo decidido a la econometra. En este sentido,

    29 R. J. Epstein. Op cit., p. 79; en general vase el captulo 3.

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    los primeros modelos para una economa en su conjunto fueron desarrollados por Jan Tinbergen durante la Gran Depresin como un amplio experimento en la aplicacin de los mtodos de regresin al conjunto de las diversas teoras existentes sobre el ci-clo de los negocios. Su proyecto ms ambicioso, completado para la Liga de las Naciones en 1939, fue una seal muy clara de que una nueva generacin de econo-mistas vena a considerar el ciclo de los negocios como el verdadero objeto de la actividad gubernamental...30

    El trabajo de Tinbergen31 es un punto de referencia obligado para lo que sera una de las lneas de trabajo fundamentales de los econometristas durante las dcadas si-guientes: los grandes modelos estructurales dinmicos; es decir, el uso de ecuaciones lineales diferenciales o en diferencias para simular la tendencia y los movimientos cclicos de la actividad econmica. Asimismo, dara lugar a cuestionamientos y dis-cusiones que siguen siendo vigentes hoy en da, pero que han hecho avanzar a la propia econometra como disciplina; sin duda, esos cuestionamientos tenan razn de ser ante afirmaciones tan contundentes y arriesgadas como:

    Los coeficientes [de un sistema dinmico representan] la estructura de la sociedad... [donde] los coeficientes tambin pueden cambiar como consecuencia de la poltica y el problema de encontrar la mejor poltica estabilizadora consistir en encontrar valo-res de los coeficientes tales que suavicen los movimientos [de las variables endgenas] tanto como sea posible... La importancia sobresaliente de los valores numricos de los coeficientes debe ser clara a partir de estas pocas consideraciones.32

    El ya citado y reciente libro de Hendry, tiene tambin como objetivo explcito res-taurar la econometra y sus mtodos de la crtica a la que fue sometida desde principios de los aos setenta, "demostrando su carcter cientfico".33

    Como se seal, tales crticas no son nuevas: ante el fracaso de los grandes sis-temas macroeconmicos empricos a principios de los aos setenta se recuperan,

    30 Ibidem, p. 47.

    31 J. Tinbergen. Statistical testing of business cyck theories: Liga de las Naciones, Ginebra, 1939.

    32 Ibidem, vol. 2, p. 18; tomado de R. J. Epstein, op. '/., p. 48.

    33 D. F. Hendry. Op. cit., p. 14.

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    incluso desde la propia teora estadstica, planteamientos que ya se haban formulado en los aos treinta. As, en este rea del conocimiento se expresa, como no poda ser de otra manera, la crisis en la concepcin econmica dominante como resultado de la crisis del propio sistema de formaciones sociales capitalistas.

    Es sabido que desde la perspectiva de las diversas formas de entender "lo eco-nmico" durante el periodo de entreguerras y, en particular, durante los aos treinta, tuvo lugar, por un lado, el "nacimiento" de la teora econmica keynesiana en con-traposicin a la entonces dominante concepcin ortodoxa o neoclsica; por otro y simultneamente, a partir de esa misma poca recibe un significativo impulso dentro de la profesin de los econometristas la construccin de sofisticados modelos din-micos macroeconmicos (vanse, a manera de ejemplo de este tipo de modelos en la perspectiva keynesiana: L. Klein y A. Goldberger, 1955; L. Klein, 1961, as como los modelos del mismo Klein y su equipo de trabajo en Wharton Econometrics Forecasting Association, WEFA).

    Por su parte, los sucesivos acontecimientos que fueron teniendo lugar desde finales de los aos sesenta y, en especial, a principios de los setenta en la economa mundial, provocaron efectos que tienen cierto paralelismo con los de los aos trein-ta: por un lado, en el terreno de la teora econmica entra en crisis el paradigma dominante: el keynesianismo, siendo sustituido por una revitalizada concepcin or-todoxa (a la que, por cierto, aquel nunca logr hacer desaparecer). Por otro, significa tambin prcticamente el abandono temporal de los grandes sistemas de ecuaciones diferenciales o en diferencias con los que se haba pretendido modelar el conjunto de la actividad econmica de una formacin social y a lo cual se le haba venido dedicando esfuerzos significativos, vindose reforzadas, en consecuencia, otras lneas de trabajo de los econometristas, y entre ellas, las series temporales.34

    Se destaca el orden de causalidad en lo anteriormente mencionado: en lo que se refiere a la teora econmica, es la crisis del sistema la que hace entrar en crisis a los

    34 Incluso antes de las denominadas "crisis del petrleo" de los aos setenta, R. L. Cooper

    (1972) hizo notar la mejor capacidad predictiva de un sencillo modelo autorregresivo frente a di-versos sofisticados modelos macroeconmicos. Sin duda, el trabajo de Cooper fue objeto de serios cuestionamientos (vanse, por ejemplo, los trabajos de S. M. Goldfeld, de M. D. McCarthy, as como de G. R. Green, M. Liedenberg y A. A. Hirsch publicados en B. G. Hickman (ed.), 1972, y de con-tra-rplicas (W. C. J. Granger y P. Newbold, 1977).

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    paradigmas dominantes, conduciendo a su abandono, as sea de manera temporal; es la necesidad de "resolver" (en realidad, paliar) las contradicciones que frenan la acu-mulacin de capital en aras de la obtencin de beneficios lo que conduce a los sectores hegemnicos a desechar el paradigma dominante e impulsar aquel que mejor expre-se y "garantice" sus intereses de clase en el contexto de la correlacin de fuerzas en los principales centros del sistema y a escala mundial.

    Siendo as y en la medida en que significa poner en cuestin la concepcin im-pulsada desde los centros de poder del sistema acerca de la forma, los mecanismos, las variables, las relaciones y los valores fundamentales de funcionamiento del siste-ma (entendindolo aqu en un estricto sentido econmico) es entonces natural que simultneamente con el abandono de la teora dominante (la ortodoxa en el periodo de entreguerras, la keynesiana en los setenta,...) sea tambin cuestionada la forma dominante de abordar el estudio de dichas variables, relaciones, etc. econmicas des-de la perspectiva economtrica.

    Ms an, ante la crisis de la concepcin dominante y en tanto se va imponien-do una nueva cosmogona (aunque no sea tan nueva...) puede entenderse tambin como natural que reciba un impulso el inters por estudiar las variables econmicas per se, sin encorsetarlas en un modelo terico predeterminado; es decir, se tratara entonces de intentar "descubrir" las caractersticas fundamentales del fenmeno o proceso de inters a partir de analizar la variable que se escoge como representativa de aquel fenmeno o proceso.

    Slo en la medida en que la nueva concepcin dominante vaya reemplazando a la desplazada, la econometra ir abandonando aquel estudio de la informacin per se, para volver a la formulacin de modelos que pretendern ser validados con la informacin disponible (lo cual no necesariamente significa que se trate del mismo tipo de modelos).

    El propio Hendry se refiere a parte de las discusiones suscitadas por el trabajo ya referido de J. Tinbergen (1939) para la Liga de las Naciones, discusiones que, gros-so modo, quedan enmarcadas en los tres primeros puntos indicados al principio de este captulo: la validez o no de la teora econmica subyacente; los problemas y las virtu-des de las tcnicas estadsticas empleadas y la preponderancia de la estadstica o de la economa en la formulacin de los modelos.

    Aquel trabajo de Tinbergen form parte de las extensas discusiones acerca de las posibilidades de los modelos dinmicos para simular la tendencia y los movimientos cclicos, mismas en las que participaron conocidos tericos con posiciones muchas

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    veces encontradas: R. Frisch (1933); J. M. Keynes (1939 y 1940);35 M. Friedman (1940), T. Koopmans (por ejemplo, 1941 y 1949), o bien el amplio trabajo de A. F. Burns y W C. Mitchel (1946) en el National Bureau of Economic Research (NBER). De igual manera, deben citarse las importantes aportaciones de la Comisin Cowles, de Chi-cago:36 en general, para el desarrollo de la propia econometra y, en particular, en el uso de los modelos probabilsticos, en el desarrollo de modelos de ecuaciones simul-tneas y en la misma discusin del conjunto de problemas a los que se enfrenta aquella disciplina y a los que se hace referencia ms adelante.37

    Se subraya que las referencias que cita Hendry respecto a las crticas a la econo-metra corresponden, en lo fundamental, a trabajos escritos durante el periodo de entreguerras (y, en particular, a los aos treinta), o bien a trabajos de finales de los aos sesenta y principios de los setenta (en especial, el conjunto de trabajos publica-dos en C. A. Sims (1977 y 1980).38

    Ciertamente, son dos niveles distintos de abstraccin el trabajar con series tem-porales al margen de su significado econmico especfico, o bien el hacerlo con esas mismas series para intentar validar determinados supuestos tericos econmicos establecidos con antelacin.

    De cualquier manera, en lo que se refiere a la primera posibilidad no podemos ni debemos olvidar que la propia definicin de las variables econmicas que recoge la contabilidad nacional parte a su vez de una definicin acerca de qu es lo que debe registrarse; esto es, el establecimiento de qu es lo que debe medirse y cmo hacerlo implica necesariamente una definicin previa del "hecho econmico", supone una toma de posicin ante ese hecho econmico y en esa medida determina en buena parte las posibilidades de anlisis.

    35 Es J. M. Keynes quien se referir a la "alquimia estadstica" de Tinbergen en su discusin

    respecto al "...mtodo de investigacin estadstica sobre el ciclo de los negocios...", trmino que D. H. Hendry toma para el ttulo de su libro citado (1993) (vanse, adems de los dos artculos citados de Keynes, J. Tinbergen. "On a demand of statistical research: a reply", en The Economic Journal, vol. L, 1940, pp. 141-54).

    36 Antecedente de la actual Cowles Foundation for Research in Economics de la Universidad de Yale,

    EEUU. 37

    Vase, por ejemplo, C. Hildreth, 1986. 38

    Vase D. F. Hendry. Op. cit., cap. 5, pp. 119-128.

  • PARA UNA BREVE HISTORIA DE LA ECONOMETRA 21

    No obstante, ha sido, es y seguir siendo plausible efectuar estudios sobre va-riables econmicas sin atender a su significado concreto, lo cual supone considerarlas como una serie de nmeros en abstracto; sin embargo, como resultar obvio, las posibilidades de esos anlisis se restringen a los aspectos estrictamente tcnicos des-de la perspectiva de la teora estadstica; evidentemente, hay que ser muy cautelosos con las inferencias econmicas que se efecten a partir de ah.

    D. Hendry plantea un excelente ejemplo del riesgo de relacionar variables ha-ciendo abstraccin de su significado: construye un modelo dinmico cuadrtico con el que obtiene un "buen ajuste", con parmetros "altamente significativos" y que las pruebas estadsticas no rechazan: se trata de un modelo que relaciona el ndice de precios al consumo trimestral en el Reino Unido de 1964 a 1975 con la lluvia acu-mulada en el mismo Reino Unido durante ese periodo!39

    Con ese ejemplo, el autor enfatiza un hecho ampliamente reconocido en la lite-ratura especializada: ni siquiera el mejor de los modelos economtricos implica ni justifica causalidad alguna; dicha causalidad le viene dada por la teora econmica en la que se apoye el modelo. Ms an, incluso tal supuesto "mejor de los modelos" a lo sumo tan slo corrobora o no las asociaciones previamente establecidas, pero tam-poco niega la posibilidad de que otra asociacin de variables sea la verdadera.40

    A partir de referirse al trabajo de Patinkin41 sobre Keynes, Hendrv reconoce que las objeciones de este ltimo a la econometra constituyen:

    ...una excelente lista de lo que podra llamarse 'problemas del modelo de regresin lineal', a saber (en trminos contemporneos): usar un conjunto incompleto de factores determinantes (sesgo por variables omitidas); construir modelos con va-riables no observables (tales como expectativas); estimar a partir de datos in-

    39 Ibidem, pp. 15-20.

    40 De hecho, esto es algo conocido desde hace mucho tiempo; en referencia a Sewall Wnght

    (quien escribi el "Apndice" de P. Wnght. The tarijj on animal and vegetable oils: MacMillan, Nueva York, 1928), R. J. Epstein, op. rt., escribe que: "...[l] generaliz la idea de que las correlaciones simples no necesitan implicar causalidad, pues pueden meramente indicar el efecto comn de una tercera variable..." (p. 29).

    41 D. Patinkin. "Keynes and econometrics: on the interaction netween macroeconomic revo-

    lutions of the interwar period", en Econometrica, vol. 44, 1976, pp. 1091-1123.

  • 22 POLTICA Y CULTURA

    correctamente medidos basados en nmeros ndice (Keynes se refiere a ello como la 'fructfera inadecuacin de la mayor parte de la estadstica'); obtener correlaciones 'espurias'del uso de variables 'proxy' y tambin simultneamente (y cito) la 'mina (Yule) les estall bajo los artilugios de los optimistas estadsticos'; ser incapaces de separarlos distintos efectos de variables multicolineales; asumir funciones linea-les desconociendo las dimensiones apropiadas de los regresores; mala especificacin de las reacciones dinmicas y de las longitudes de los retrasos; prefiltrar inadecuada-mente los datos; inferir incorrectamente 'causas' de las regresiones; predecir sin precisin (parmetros no constantes); confundir la 'significancia' estadstica de los re-sultados con la econmica y fracasar en relacionar la teora econmica con la econo-metra... A la lista de problemas de Keynes, yo aadira la mala especificacin estocstica, la falta de identificacin estructural y una incapacidad de referirnos al pasado de manera unvoca a partir de los resultados observados de una teora inicial dada.42

    Como se observa, los problemas o simplemente los riesgos a que se enfrenta el eco-nometrista siguen siendo muchos y muy diversos, pero no cabe duda que esa enumeracin y, por tanto, reconocimiento de los problemas suponen un indudable avance de la propia teora economtrica.

    Para Hendry,43 "...La crisis del petrleo de 1973 ha demostrado tener un gran impacto en las economas de la OCDE e incluso uno mayor sobre sus modelos ma-croeconmicos..." Sin negar el efecto que tuvo el incremento en los precios del petrleo ocurrido en los aos setenta sobre el nivel medio de los precios en la eco-noma mundial, es al menos muy cuestionable inferir de ah, como hace el autor citado, que esa fuera la "...evidencia de [la] incorrecta base terica econmica [keynesiana]..." de los modelos macroeconmicos y, por tanto, la razn del abandono del keynesia-nismo como paradigma dominante.

    El problema es otro: a lo sumo, el incremento en los precios del petrleo fue tan slo "el detonante" de una crisis mucho ms profunda que se haba venido lar-vando y que los hechos posteriores han demostrado que tiene races ms hondas. El

    42 D. F. Hendry. Op. at., pp. 20 s.

    43 Ibidem, p. 119.

  • PARA UNA BREVE HISTORIA DE LA ECONOMETRA 23

    cuestionamiento y posterior abandono de las tesis keynesianas son consecuencia de una crisis en el conjunto de relaciones sociales de produccin capitalistas.

    Las crisis de los aos setenta y el subsiguiente cuestionamiento de las tesis eco-nmicas vigentes en ese entonces fueron precisamente el acicate para las corrientes que impulsan el estudio de la informacin econmica sin acudir a planteamientos econmicos previos y que se agrupan en torno al estadio de las series temporales y, en particular, en torno a la formulacin de modelos ARIMA: modelos autorregresi-vos -integrados- de medias mviles [ARIMA es el acrnimo de Auto-Regresive Integrated Moving Average].44

    Sin embargo, ya desde los mismos aos setenta surge desde la teora econom-trica la respuesta a la crtica a que haba sido sometida sobre la base de procurar in-tegrar a la econometra los aportes que se hacan desde el enfoque de series temporales. El varias veces citado libro de Hendry va en esa direccin abogando, desde una pers-pectiva metodolgica, por un proceso constructivo-destructivo en la formula-cin de modelos economtricos, apoyando la inclusin de las premisas de teora econmica que pretenden apoyarse e impulsando la lnea de trabajo de la cointegra-cin,45 de los mecanismos de correccin de errores46 y lo que se ha venido denomi-nando encompassing'sprincipie, o sea, una estrategia consistente en que cualquier hiptesis relevante que resulte estadsticamente significativa debe ser tambin capaz de expli-car resultados previos.47

    Es universalmente aceptado que desde los aos setenta, aunque con mayor cla-ridad desde los ochenta, en el conjunto de pases integrantes del sistema capitalista mundial (y en los aos noventa incluso en la mayora de los otrora autodenominados "pases socialistas") se han venido aplicando medidas de poltica econmica que tie-nen su origen, entre otras, en la denominada escuela monetarista de la que forma parte

    44 Vanse al respecto G. E. P. Box y G. M. Jenkins (1970/1976), o bien C. W. J. Granger y

    M. W. Mark (1984). 45

    Vase, por ejemplo, R. F. Engle y W. J. Granger, (ed.). hong-run economic relationships (Rea-dings in cointegration): Oxford University Press, Gran Bretaa, 1991.

    46 Vase J. E. H. Davdson, et al, (1978).

    47 Vase J. A. Doornik y D. F. Hendry, PcGive (versin 7). An Interactive uonometric modellingsystem:

    Institute of Economics and Statistics, Universidad de Oxford, Inglaterra, 1992.

  • 24 POLTICA Y CULTURA

    destacada Milton Friedman (y los coloquialmente llamados Chicago boys) de la corriente ortodoxa.

    La razn ltima de su aplicacin radica, a nuestro juicio, en la crisis en que en-tr aquel sistema a finales de los aos sesenta y principios de los setenta, crisis que puso en cuestin las tradicionales medidas keynesianas y que permiti el resurgimiento de la tambin coloquialmente llamada "doctrina neoliberal".

    Sin embargo, as sea desde una perspectiva exclusivamente "acadmica", las pro-puestas de poltica que se implantan deben tener necesariamente una validacin en la teora econmica correspondiente y deben poder refutar la en su momento concep-cin dominante (el keynesianismo en aquellos aos).

    Ya desde los aos cuarenta, M. Friedman era uno de los acadmicos que parti-cipaba activamente en las discusiones economtricas y de teora econmica, cuestionando la validez de los modelos y, finalmente, de la teora econmica keyne-siana; sin embargo, los trabajos economtricos del propio Friedman no estn exentos de agudas crticas y ese es el caso del libro de M. Friedman y A. J. Schwartz,48 el cual se encargan de refutar D. F Hendry y N. R. Ericsson49 usando la misma informa-cin que ellos y llegando a conclusiones como:

    ...En la parte central de la evaluacin del modelo se encuentran los aspectos referidos a la credibilidad y validez del modelo y al papel de la evidencia con que lo corroboran. El fracaso de Friedman y Schwartz en presentar evidencia estadstica pertinente para sus principales afirmaciones acerca del Reino Unido, dejan tales afirmaciones caren-tes de credibilidad. La presencia de una sustancial falta de especificacin invalida muchas de sus inferencias basadas en los datos promediados [...] En particular, su ecua-cin de demanda final de dinero no es constante, contrariamente a lo que ellos afirman; asimismo, las pruebas rechazan sus supuestos acerca de la homogeneidad de los pre-cios y de la ausencia de tendencias [...] El procedimiento para promediar los datos sobre

    48 M. Friedman y A. J. Schwartz, Monetary trends in the United States and the United Kingdom: their

    relation to income, pnces, and interest rates, 1867-1975, Chicago, University of Chicago Press, 1982. 49

    D. F. Hendry y N. R. Ericsson, "An econometric analysis of U.K. money demand in 'Mo-netary trends in the United States and the United Kingdom: their relation to meme, pnces, and interest rates' by Milton Friedman and A. J. Schwartz", en The American Economic Repieiv vol. 81, nm. 1, marzo, 1991.

  • PARA UNA BREVE HISTORIA DE LA ECONOMETRA 25

    las fases del ciclo de los negocios no reduce notablemente la correlacin serial en la serie de datos e implica prdida de informacin, conduciendo a un peor ajuste de las ecuaciones...50

    Tambin result natural que el propio trabajo global de D. F. Hendry fuera sometido a crtica; a juicio de Epstein,51 el trabajo de Hendry constituye una posicin conven-cional y ambivalente, que se mueve en la lnea tradicional inglesa por la primaca de las pruebas de hiptesis, y aunque la posicin metodolgica se encuentre bien argu-mentada no parece evidente en su trabajo emprico; asimismo, no siempre resulta claro qu teora econmica est siendo probada por el autor.

    En resumen, slo queda sealar que desde la perspectiva de la teora estadstica, la econometra es una disciplina evidentemente en construccin; esto es, el relativa-mente continuo desarrollo de nuevos procedimientos y pruebas estadsticas permite volver a contrastar sobre mejores bases afirmaciones anteriores. Sin embargo, en la medida en que nos referimos a cuestiones no deterministas siempre habr que dejar un margen para la duda.

    La probabilidad y la estadstica en la econometra

    El trmino econometra, como ya se mencion, puede definirse de muchas maneras, entre otras, como el anlisis cuantitativo de fenmenos econmicos reales basados en los desarrollos simultneos de la observacin y la teora, relacionndolos median-te clculos apropiados de inferencia y enfatizando el papel de la informacin cuantitativa en la economa. As, combina la medicin y la teora, pues "...sin medi-cin, y ms especficamente sin pruebas, la teora permanece sin sustento y sin teora no existe el marco en el cual interpretar las mediciones como una explicacin del fenmeno econmico".52 Por ello, la econometra combina la formulacin matem-tica de un modelo econmico y la estadstica matemtica.

    50 Ibidem, pp. 32 s.

    51 Vase R. J. Epstein. Op. cit., pp. 6 s.

    52 Adrian C. Darnell. The history of econometrics, vol. 1, "Introduccin".

  • 26 POLTICA Y CULTURA

    Sus antecedentes se remontan al siglo XVII, a pesar de que no es sino hasta finales del XIX que la medicin cuantitativa y los mtodos estadsticos cobran inters debido, en parte, al surgimiento de organizaciones dedicadas a la recoleccin de datos. Sin embargo, un hecho que seguramente influy en la aplicacin de los mtodos estadsticos a las ciencias sociales fue la creacin de la Sociedad Estadstica de Londres, fundada en Cambridge en 1833, y en la que participaron hombres de la talla de Quetelet y Babbage. As, aunque algu-nos estudiosos lograron un avance importante en el uso de la estadstica en economa, la econometra no tuvo un desarrollo significativo sino hasta el siglo XX, por el escaso desarrollo y uso que haba tenido la estadstica mate-mtica, as como por la falta de datos adecuados y de una teora estadstica apropiada.

    Los economistas del siglo XIX las vean como dos disciplinas independientes a la economa matemtica y a la estadstica: de la primera pensaban que era esen-cial para el posterior avance de la economa, como una disciplina deductiva; mientras que de la segunda consideraban que permitira una base inductiva con el mismo fin.

    Ya se seal que el trmino econometra fue propuesto en 1926 por R. A. Frisch por analoga con el de biometra. Precisamente para esta ltima disci-plina, el mismo Frisch dise tcnicas de aleatorizacin para eliminar el efecto de los factores no controlables en la experimentacin agrcola; sin embargo, esas tcnicas no eran suficientemente apropiadas para la economa ya que los mtodos estadsticos haban sido creados para utilizarse con datos experimen-tales, o sea, datos obtenidos en un laboratorio donde se podan reproducir y controlar las condiciones tericas. Ante el hecho de no poder controlar a la "na-turaleza", los economistas de esa poca deban desarrollar nuevos mtodos para datos no experimentales. Ante este problema se inclinaron por el mtodo esta-dstico, el cual les permita deducir las regularidades presentes en conjuntos grandes de datos.

    Pero la "relacin" con la biometra no terminaba ah: algunas tcnicas estadsti-cas como el anlisis de correlacin desarrolladas por Pearson, as como la de mnimos cuadrados, se aplicaron en estudios economtricos. El anlisis que se haca en sus inicios era, por supuesto, muy simple: al estimarse el parmetro de una funcin de demanda, sencillamente se verificaba que fuera de signo negativo, y si el valor encon-

  • PARA UNA BREVE HISTORIA DE LA ECONOMETRA 2 7

    trado pareca razonable se conclua que se haba encontrado "la verdadera" curva de demanda.53

    Los mtodos estadsticos siguieron aplicndose en estudios sobre la funcin de demanda, aunque el objetivo no era el de la inferencia tal y como la entendemos hoy en da, pues no se sustentaban en algn modelo probabilstico; ms bien se interesa-ban en la medicin de las elasticidades.

    Hasta 1930, los econometristas pensaban en una teora econmica esttica y ver-dadera, siendo su inters tan slo verificarla y medir los parmetros de sus modelos; posteriormente, al percatarse de que esta teora era una descripcin inadecuada del mundo real y que la "verdadera" curva de demanda se desplazaba constantemente en el tiempo, se formularon, matemticamente, los modelos dinmicos.

    Mientras tanto, los mtodos estadsticos siguieron perfeccionndose. Para 1940, el uso y reporte de ciertos clculos estadsticos fue hacindose cada vez ms comn, aunque consistan nicamente en la estimacin de parmetros, as como en el clcu-lo de errores estndar y del coeficiente de determinacin ajustado. Los procedimientos de pruebas estadsticas desarrollados por Neyman-Pearson an no podan aplicarse a los modelos economtricos, pues su aplicacin dependa de un modelo probabils-tico que hasta aquel momento no se aceptaba en economa.

    Hoy da parece muy extrao que los economistas de la pnmera mitad de este, todava, siglo XX hicieran uso de las tcnicas estadsticas y que, sin embargo, pensa-ran que la probabilidad no era aplicable a los datos econmicos, aunque esto puede explicarse debido a que el mtodo de mnimos cuadrados y el anlisis de correlacin no requieren de la probabilidad para su clculo y explicacin.

    Algunos, incluso muy famosos, como Frisch no estaban en contra de la teora probabilstica, pero s de su aplicacin en economa, pues argumentaban que cuando los datos son el resultado de la experimentacin controlada por un equipo investiga-dor, la probabilidad es de gran utilidad, como daban testimonio los eminentes trabajos de Frisch y Wishart acerca de problemas en la experimentacin agrcola.54 Por su parte,

    53 Ibidem, p. xiv.

    54 R. A. Frisch. "More pitfalls in demand and supply analysis", t-a Quarterly Journal of Econo-

    mks, nm. 48, p. 6 (citado en Mary Morgan. The history of econometric ideas: Cambridge Urriversity Press, p.234).

  • 28 POLTICA Y CULTURA

    algunos otros, como Pearson, rechazaban el uso de la probabilidad debido a que las series de datos econmicos estn relacionados en el tiempo; es decir, no son inde-pendientes. Ms an, economistas de la talla de Oskar Morgenstern, quien junto con von Neumann desarroll la teora de juegos, planteaba como razones de su rechazo "la falta de homogeneidad de las condiciones fundamentales, la no independencia de las series de tiempo y la limitada disponibilidad de datos.55

    Sin embargo, la exigencia de un modelo probabilstico iba creciendo, ya que la necesidad de probar las propuestas tericas slo podan hacerlo emplean-do la econometra, a fin de no quedarse con una simple medicin. Entre los pre-cursores de esta gran innovacin figura Tjalling Koopmans, para quien las series econmicas y los modelos economtricos eran compatibles con la teora de Fisher.

    Cul sera la razn por la que los economistas no vean a la probabilidad como algo indispensable en el mtodo estadstico? Recordemos que hasta finales de los aos treinta, los modelos eran deterministas y, hasta entonces, se haban conformado con la medicin de los parmetros y el clculo de algunas estadsticas, pero el hecho de que la teora no correspondiera con el modelo aplicado los hizo orientarse ms hacia las tcnicas de inferencia.

    El gran innovador fue Trygve Haavelmo, quien en su artculo "El planteamien-to probabilstico en econometra", publicado en 1944, reconoce lo absurdo de utilizar el mtodo estadstico abstenindose de las bases probabilsticas:

    El mtodo de investigacin economtrica apunta, esencialmente, ala conjuncin de la teora econmica y las mediciones verdaderas usando la teora y la tc-nica de inferencia estadstica como puente. Pero el puente mismo jams estuvo completamente construido. Hasta ahora, el procedimiento comn ha sido, prime-ro, establecer una teora econmica que supone relaciones funcionales exactas, luego comparar esta teora con algunas mediciones y, finalmente, 'juzgar' si la relacin es 'buena' o 'mala'. Las herramientas de la inferencia estadstica han sido introducidas, en algn grado, para apoyar tales juicios, i. e., el clculo de

    55 Mary Morgan. The history of econometric ideas: Cambridge University Press, Cambridge, 1990,

    p. 236.

  • PARA UNA BREVE HISTORIA DE LA ECONOMETRA 2 9

    errores estndar y coeficientes de correlacin mltiple. La aplicacin de ta-les 'estadsticas' simples se ha considerado como algo legtimo, mientras que, al mismo tiempo, la aceptacin de modelos probabilsticos definitivos ha sido juz-gada como un crimen en investigacin econmica, una violacin a la verdadera naturaleza de los datos econmicos. Es decir, ha sido considerado legtimo usar algunas de las herramientas desarrolladas en la teora estadstica sin aceptar la verdadera base sobre la que la teora estadstica est construida. Ninguna herramienta desarrollada en la teora estadstica tiene algn sentido -excepto, quiz, para fines descriptivos- sin haber sido referida a algn esquema estocstico.56

    Sin embargo, an quedaba por resolver el problema de la independencia de los datos en las series econmicas:

    Pero no es necesario que las observaciones sean independientes y que posean la mis-ma ley de probabilidad unidimensional. Es suficiente suponer que el conjunto completo de, digamos, n observaciones pueda considerarse como una observacin de n varia-bles (o un 'punto muestral') que posee una probabilidad conjunta n-dimensional, cuya 'existencia' puede ser puramente hipottica. Entonces, pueden probarse hiptesis con respecto a esta ley de probabilidad conjunta y obtener inferencias de su comportamien-to a travs de un punto muestral (en dimensiones).57

    El artculo referido de Haavelmo es un parteaguas en esta disciplina, ya que contiene las bases probabilsticas de lo que hoy conocemos como econometra, y en contra de la creencia de que las leyes econmicas existen y son inmutables: "...no debe olvidar-se que ellas [las teoras econmicas] son todas nuestras propias invenciones artificiales en una bsqueda del entendimiento de la vida real, no son verdades ocultas por des-cubrirse".58

    56 Trygve Haavelmo. "The probability approach in econometrics", en Supplement to Econo-

    metrica, vol. 12, 1944 (citado en Mary Morgan, op. cit.) traducido por el autor. 57

    Trygve Haavelmo. Op. cit. (citado en Adrin C. Darnell, op. cit., p. xvi) traducido por el autor.

    58 dem.

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