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* Reincidente no incluye sección de Sociales Año VII, Número 132, 2da. quincena de octubre de 2016 UNA PAZ ANHELADA Octavio Spíndola Zago EL RECREO DEL THEATRUM MUNDI Francisco Hernández Echeverría DEL JURAMENTO, EN TÉRMINOS DE VERDAD Y DE JUSTICIA Auberto Ramos Gómez EXILIO Y MISERIA HUMANA Juan Carlos Pérez Castro DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista POLICULT DOCE Jorge Meléndez Preciado DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada REINCIGRAMA Fernando Contreras AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña CRISTOBAL COLÓN ERA SOLTERO E n el número 114, en este espacio, bosqueja- mos algunas pinceladas de lo que se veía ve- nir con las negociaciones de este año entre las FARC y el gobierno nacional colombiano; y nos concentramos en la reconstrucción de Medellín a partir de la estrategia de un ecosistema de innovación. Cuando empecé a escribir este número, daba por sen- tado lo que la mayoría de mis colegas colombianos y latinoamericanos, medios de comunicación y analistas de opinión pública: el referéndum sería ganado por el sí, se ratificarían los acuerdos de La Habana y podría- mos proceder a analizar los esfuerzos por desarrollar políticas de la memoria y generar un clima de paz en el pos-conflicto. El resultado fue otro. Dos comentarios. En primer término, la izquierda esta vez no opuso resistencia al acuerdo, se adhirió al llamado de Casa Nariño; no, fueron las propias dere- chas las que se enfrentaron en la arena, politizaron los acuerdos y estimularon los miedos y los rencores de los colombianos contra ellos mismos (cabe recordar que Santos pertenece al grupo de neoliberales alinea- dos a Washington a través de la Alianza del Pacífico que busca hacer frente a Mercosur y las estrategias de integración neo-bolivarianas). En segundo lugar, más allá de las disputas entre un Santos que invirtió todo su capital político en este proyecto (y le rendirá como fruto el Premio Nobel de la Paz) y el ex presidente Álvaro Uribe, actual senador y líder de su Partido Centro Democrático que reunió el capital necesario para promover el NO, el verda- dero ganador fue el abstencionismo, que, a decir de Pablo Gentil, en Colombia es siempre el vencedor de contiendas electorales (seguido de cerca por México y Brasil); recupero un fragmento de su artículo que con- mueve por su realismo: Una paz que no han querido parir los poderosos y que nunca consiguieron engendrar los que decían lu- char por la justicia y la igualdad. Todo parecía que iba a cambiar a partir de ahora, pero más de 21 millones de colombianos y colombianas decidieron no votar y así ejercer su derecho a perpetuar un presente de in- certidumbre y desconsuelo. Simplemente, decidieron ejercer su derecho a gritar un ensordecedor silencio, transformando a la democracia en el imperio de los abstinentes; de los que se pronuncian no estando; de los que expresan su existencia, invisibilizándose Sin embargo, leer de manera aislada el caso colom- biano, por más rico que se presente, impide mayores oportunidades analíticas; es menester insertarlo en su contexto: el de una democracia posmoderna. Que si vivimos en democracia o si no es cuento para otro día, nos interesa ver cómo el proceso de construcción de la democracia occidental, que Rosanvallon ha descrito puntualmente a partir del paso de los cuerpos sociales a los ciudadanos-propietarios hasta llegar a los indivi- duos-ciudadanos. El Brexit dio la razón a Lenin cuan- do advertía que la masa se equivoca, el golpe contra Rousseff mostró las inconsistencias del sistema repre- sentativo, Trump es el síntoma de un país decadente (Clinton lo es de un país que se niega a ver la realidad), ahora Colombia nuevamente con el tema de las masas. La campaña del uribismo hizo uso de toda la retórica posmoderna que le fue posible: impuni- dad, castro-chavismo, ideología de género, entrega del país a las FARC, sueldos exorbitantes para los guerrilleros, expropiación, abolición de la propiedad privada... todas las falacias han sido desmentidas por la Comisión Histórica del conflicto. Pero en ningún momento confesó que la cuestión de fondo es la te- nencia de las tierras que procederá a revisarse en el proceso de pacificación, ni reconoce que la carto- grafía electoral da resultados contundentes: las zo- nas más azotadas por la violencia y que más muertos pusieron en la guerra (Cauca, Guaviare, Nariño, Ca- quetá, Antioquia, Vaupés, Putumayo, Meta y Chocó) votaron por el sí. Así mismo, y como afirma Julián de Zubiría, el verdadero obstáculo a la paz no fueron estos actores, sino el sistema educativo colombiano: “hemos fraca- sado como sociedad al intentar convertir la ira en ale- gría y el odio en solidaridad. No hemos logrado for- mar individuos que actúen impulsados por un criterio propio para pensar, analizar o decidir. Lo que permite ratificar que nuestro sistema educativo ha fracasado en su intento por cambiar las estructuras cognitivas y valorativas de los estudiantes.” Como en los casos mexicano y panameño, en Co- lombia los grupos religiosos (ante tres párrafos en el acuerdo) hicieron acto de presencia en el bando reac- cionario (aunque con honrosas excepciones vincula- das a la Teología de la Liberación, la doctrina social de Francisco o la propuesta por los pobres): “Yo creo que por lo menos dos de los seis millones de votos (que tuvo el “No”) fueron de congregaciones cristianas, evangélicas y católicas que salieron a votar en defensa de la familia, como si la familia estuviera en riesgo”, afirmó Roy Barreras, presidente de la Comisión de Paz de la Cámara Alta. Con todo, Timochenko y Santos han refrendado la voluntad de paz que ambas fuerzas político-milita- res signaron a la mirada del mundo con el testimonio de Castro. La Confederación de Trabajadores de Co- lombia se pronunció por continuar convocando a las movilizaciones masivas en favor del proceso de paz como las del 6 y 10 de octubre. Santos mantiene su búsqueda por diálogos y ha invitado a la oposición a integrarse a la negociación, lo que deja en evidencia que ésta no tiene un proyecto de nación más allá de la guerra, respaldada en su eslogan “sí a la paz, no a las condiciones”, como si desconociera lo que implica buscar la paz en una masacre fratricida que desde hace dos décadas está en punto muerto. La ausencia de conciencia histórica es etiológica, los intereses del neoliberalismo, las contradicciones de la globalización y la lógica posmoderna (sic) nos lle- van cada vez más a un estado de sitio y a ser incapa- ces de imaginar utopías, ¿será que, a pesar de todo, los colombianos conquistarán la paz, sanarán sus heridas y nos darán a los demás una profunda lección de hu- manidad? * El autor es estudiante de la Licenciatura en Historia en la FF y L de la BUAP. Octavio Spíndola Zago* 52 años de guerra en un país donde no hay confianza en las instituciones, 4 años de negociación en un ambiente de emociones primarias, doce horas de negación... miles de personas arrancadas de sus familias para ser devueltas inertes a la ensangrentada tierra, vidas desgarradas, cuerpos mutilados, voces silenciadas, niños cuya infancia les ha sido negada, comunidades cuya paz les ha sido vedada, obligados a arrastrarse por el suelo, tres generaciones que han crecido en una cultura de la violencia. ESCRÍBENOS • Para cualquier aclaración • Para algún comentario • Para hacer alguna contribución • Para externar una crítica • Para protestar por algo • Para alguna mentada (pero leve) • Para discutir el futuro de la humanidad • Para dudas (que no sean existenciales) • Para preguntas (no capciosas) Si quieres recibir Reincidente, nuestro correo electrónico es: [email protected]

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* Reincidente no incluye sección de Sociales* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año VII, Número 132, 2da. quincena de octubre de 2016

UNA PAZ ANHELADA Octavio Spíndola Zago

EL RECREO DEL THEATRUM MUNDI Francisco Hernández Echeverría

DEL JURAMENTO, EN TÉRMINOS DE VERDAD Y DE JUSTICIA

Auberto Ramos Gómez EXILIO Y MISERIA HUMANA

Juan Carlos Pérez CastroDESDE LA FACULTAD

Mariano Torres BautistaPOLICULT DOCE

Jorge Meléndez PreciadoDE PLANTAS Y ANIMALES

Cecilia Vázquez AhumadaREINCIGRAMA

Fernando ContrerasAQUÍ, PUROS CUENTOS

Paco RubínFRANTASÍAS

José Fragoso CervónARITMOMANÍA

Gabriela BreñaCRISTOBAL COLÓN ERA SOLTERO

En el número 114, en este espacio, bosqueja-mos algunas pinceladas de lo que se veía ve-nir con las negociaciones de este año entre las FARC y el gobierno nacional colombiano; y

nos concentramos en la reconstrucción de Medellín a partir de la estrategia de un ecosistema de innovación. Cuando empecé a escribir este número, daba por sen-tado lo que la mayoría de mis colegas colombianos y latinoamericanos, medios de comunicación y analistas de opinión pública: el referéndum sería ganado por el sí, se ratificarían los acuerdos de La Habana y podría-mos proceder a analizar los esfuerzos por desarrollar políticas de la memoria y generar un clima de paz en el pos-conflicto. El resultado fue otro.

Dos comentarios. En primer término, la izquierda esta vez no opuso resistencia al acuerdo, se adhirió al llamado de Casa Nariño; no, fueron las propias dere-chas las que se enfrentaron en la arena, politizaron los acuerdos y estimularon los miedos y los rencores de los colombianos contra ellos mismos (cabe recordar que Santos pertenece al grupo de neoliberales alinea-dos a Washington a través de la Alianza del Pacífico que busca hacer frente a Mercosur y las estrategias de integración neo-bolivarianas).

En segundo lugar, más allá de las disputas entre un Santos que invirtió todo su capital político en este proyecto (y le rendirá como fruto el Premio Nobel de la Paz) y el ex presidente Álvaro Uribe, actual senador y líder de su Partido Centro Democrático que reunió el capital necesario para promover el NO, el verda-dero ganador fue el abstencionismo, que, a decir de Pablo Gentil, en Colombia es siempre el vencedor de contiendas electorales (seguido de cerca por México y Brasil); recupero un fragmento de su artículo que con-mueve por su realismo:

Una paz que no han querido parir los poderosos y que nunca consiguieron engendrar los que decían lu-char por la justicia y la igualdad. Todo parecía que iba a cambiar a partir de ahora, pero más de 21 millones de colombianos y colombianas decidieron no votar y así ejercer su derecho a perpetuar un presente de in-certidumbre y desconsuelo. Simplemente, decidieron ejercer su derecho a gritar un ensordecedor silencio, transformando a la democracia en el imperio de los abstinentes; de los que se pronuncian no estando; de los que expresan su existencia, invisibilizándose

Sin embargo, leer de manera aislada el caso colom-biano, por más rico que se presente, impide mayores oportunidades analíticas; es menester insertarlo en su contexto: el de una democracia posmoderna. Que si vivimos en democracia o si no es cuento para otro día, nos interesa ver cómo el proceso de construcción de la democracia occidental, que Rosanvallon ha descrito puntualmente a partir del paso de los cuerpos sociales

a los ciudadanos-propietarios hasta llegar a los indivi-duos-ciudadanos. El Brexit dio la razón a Lenin cuan-do advertía que la masa se equivoca, el golpe contra Rousseff mostró las inconsistencias del sistema repre-sentativo, Trump es el síntoma de un país decadente (Clinton lo es de un país que se niega a ver la realidad), ahora Colombia nuevamente con el tema de las masas.

La campaña del uribismo hizo uso de toda la retórica posmoderna que le fue posible: impuni-dad, castro-chavismo, ideología de género, entrega del país a las FARC, sueldos exorbitantes para los guerrilleros, expropiación, abolición de la propiedad privada... todas las falacias han sido desmentidas por la Comisión Histórica del conflicto. Pero en ningún momento confesó que la cuestión de fondo es la te-nencia de las tierras que procederá a revisarse en el proceso de pacificación, ni reconoce que la carto-grafía electoral da resultados contundentes: las zo-nas más azotadas por la violencia y que más muertos pusieron en la guerra (Cauca, Guaviare, Nariño, Ca-quetá, Antioquia, Vaupés, Putumayo, Meta y Chocó) votaron por el sí.

Así mismo, y como afirma Julián de Zubiría, el verdadero obstáculo a la paz no fueron estos actores, sino el sistema educativo colombiano: “hemos fraca-sado como sociedad al intentar convertir la ira en ale-gría y el odio en solidaridad. No hemos logrado for-mar individuos que actúen impulsados por un criterio propio para pensar, analizar o decidir. Lo que permite ratificar que nuestro sistema educativo ha fracasado en su intento por cambiar las estructuras cognitivas y valorativas de los estudiantes.”

Como en los casos mexicano y panameño, en Co-lombia los grupos religiosos (ante tres párrafos en el acuerdo) hicieron acto de presencia en el bando reac-cionario (aunque con honrosas excepciones vincula-das a la Teología de la Liberación, la doctrina social de Francisco o la propuesta por los pobres): “Yo creo que por lo menos dos de los seis millones de votos (que tuvo el “No”) fueron de congregaciones cristianas, evangélicas y católicas que salieron a votar en defensa de la familia, como si la familia estuviera en riesgo”, afirmó Roy Barreras, presidente de la Comisión de Paz de la Cámara Alta.

Con todo, Timochenko y Santos han refrendado la voluntad de paz que ambas fuerzas político-milita-res signaron a la mirada del mundo con el testimonio de Castro. La Confederación de Trabajadores de Co-lombia se pronunció por continuar convocando a las movilizaciones masivas en favor del proceso de paz como las del 6 y 10 de octubre. Santos mantiene su búsqueda por diálogos y ha invitado a la oposición a integrarse a la negociación, lo que deja en evidencia que ésta no tiene un proyecto de nación más allá de

la guerra, respaldada en su eslogan “sí a la paz, no a las condiciones”, como si desconociera lo que implica buscar la paz en una masacre fratricida que desde hace dos décadas está en punto muerto.

La ausencia de conciencia histórica es etiológica, los intereses del neoliberalismo, las contradicciones de la globalización y la lógica posmoderna (sic) nos lle-van cada vez más a un estado de sitio y a ser incapa-ces de imaginar utopías, ¿será que, a pesar de todo, los colombianos conquistarán la paz, sanarán sus heridas y nos darán a los demás una profunda lección de hu-manidad?

* El autor es estudiante de la Licenciatura en Historia en la FF y L de la BUAP.

Octavio Spíndola Zago*

52 años de guerra en un país donde no hay confianza en las instituciones, 4 años de negociación en un ambiente de emociones primarias, doce horas de negación... miles de personas arrancadas de sus familias para ser devueltas

inertes a la ensangrentada tierra, vidas desgarradas, cuerpos mutilados, voces silenciadas, niños cuya infancia les ha sido negada, comunidades cuya paz les ha

sido vedada, obligados a arrastrarse por el suelo, tres generaciones que han crecido en una cultura de la violencia.

ESCRÍBENOS •Paracualquieraclaración •Paraalgúncomentario •Parahaceralgunacontribución •Paraexternarunacrítica •Paraprotestarporalgo •Paraalgunamentada(peroleve) •Paradiscutirelfuturodelahumanidad •Paradudas(quenoseanexistenciales) •Parapreguntas(nocapciosas)

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Mariano E. Torres Bautista*

Hace poco un colega de la Universidad Au-tónoma de Nuevo León comentó sobre una de ellas surgida a propósito del pro-blema que se volvió viral respecto al plagio

académico. Lo curioso es que uno pensaría que por la gran influencia americana dada su cercanía y has-ta pequeña frontera compartida con el prototipo de

“modernidad” de nuestro neoliberal mundo occidental, la tendencia sería modernizar las conductas. La otra cuestión sorprendente es que se trata de una práctica adoptada en la Facultad de Ingeniería puesto que uno pensaría que esas cosas no se dan en un área discipli-nar donde se forman a los futuros capitanes y cuadros de una industria donde la eficiencia es un valor del que se ponderan sus atributos multiplicadores.

Pues resulta que en esa Facultad se ha impuesto como “requisito” el que se pida por escrito permiso para utilizar las tesis resguardadas en la biblioteca. Por

si fuera poco, dicha solicitud debe ser procesada y re-suelta hasta que se recibe la respuesta. Además, cada vea vez que se solicita a consulta uno de esos ejempla-res hay que repetir el procedimiento. ¿Cuál ha sido la repercusión de tan inteligente medida? Una muy sim-ple: la caída del número de estudiantes que optan por el procedimiento, además de su matrícula.

Esta Facultad de por sí ya acusaba otra paradoja. El poco interés de sus profesores investigadores por meterse a la dinámica productivista del Sistema Na-cional de Investigadores. Se pensaría que esto se debe a las excelentes remuneraciones que ya tienen, pues eso es cierto. Su desinterés es justamente debido a que como partícipes o consultores de empresas privadas siguen la máxima de una sociedad industrial avanza-da, es decir, cobran no por las horas dedicadas a llenar formatos, formularios, etc. Para los profesores inves-tigadores de esa Facultad es mucho mejor el tiempo

invertido en actividades de consultoría hacia el exte-rior y la Universidad es la plataforma que constitu-ye su principal carta de presentación. De esa manera, hacia el interior tienen la posibilidad de ser mejores docentes toda vez que tienen contacto con el mundo real, realizan una dinámica de retroalimentación cuyos beneficiarios son principalmente el leit motiv de todo establecimiento de enseñanza: los estudiantes. El pro-blema, como es evidente, está en los “indicadores” que dan mala señal a la burocracia secretarial cuando que debería de ocuparse en reconocer este tipo de prácti-cas y no solo de sus parámetros oficinescos. Paradojas sin duda de nuestro México lindo y querido.

* El autor es Doctor en Historia por la Universidad de París I, Phanteon- Sorbonne. Actualmente, se des-empeña como profesor/investigador del programa de Maestría en Antropología Social de la BUAP.

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El FMI ha reducido a 2.1 por ciento la expectativa de crecimiento este año, o sea, más de lo mismo desde hace cuatro décadas. Eso se debe, según el organismo maléfico, a que las exportaciones mexicanas a Estados Unidos fueron menores a lo esperado.

Y en el mediano plazo, de tres a cinco años, esta-remos elevándonos a 2.9 por ciento, ya con las “refor-mas estructurales avanzadas”. ¡Válgame el señor! Si el Fondo da esa cifra, quiere decir que los señores de Ha-cienda nos engañaron siempre ya que prometieron que con dichas modificaciones tendríamos cuando menos cinco por ciento de aumento. Videgaray fue, entonces, un fiasco.

¿Cuáles son las razones para tener poca subida? Una mayor inflación, dólar más caro y un ambiente menos propicio para los negocios e inversiones. Y en los próximos seis meses, es decir hasta final de año, se prevé que el clima de negocios empeorará, el petróleo continuará en altas y bajas, habrá incertidumbre cam-biaria, continuaremos con la inseguridad pública; en el área internacional no habrá certeza de lo que ocurra, seguirá la debilidad del mercado interno y habrá vola-tilidad política en el país.

En síntesis, viene algo peor de lo que hemos vivido, dicho por el organismo al cual México ha obedecido como uno de los alumnos más fieles y tontos: El Fon-do Monetario Internacional (FMI).

Veamos algunos de los casos que ellos apuntan.La inseguridad, es cierto, es peor. Lo acontecido en

Sinaloa, donde asesinaron a varios militares, sumado a lo que ocurrió en Michoacán, donde liquidaron a uni-formados, más el homicidio de los sacerdotes en dos entidades, incluso uno a manos de soldados, al decir de algunas informaciones, va haciendo que ya a nadie respete.

En varios estados, la inversión no sólo se detuvo sino incluso ya quieren salir de algunos sitios quienes tienen que pagar derecho de piso o no tienen asegu-rado su clima de negocios por la delincuencia organi-zada o movimientos sociales. Nuevamente Michoacán destaca.

El llamado oro negro no avanza, como decían los inexpertos que siguen liquidando PEMEX. Incluso la endeudada paraestatal pidió hace poco un nuevo prés-tamo, de dos mil quinientos millones de dólares, por-que no tiene recursos gubernamentales a la mano.

El dólar que se planeó por Videgaray y Agustín Carstens a 18. 20 pesos y luego se puso a 18.90, ya sube a más de 20 y baja un poquitín, aunque esto trae-rá encarecimiento en muchos productos, entre ellos

los farmacéuticos, los automóviles y las autopartes, pero hasta los de primera necesidad alimenticia que ya importamos ampliamente.

Y las elecciones en EU, según los nuevos debates y la guerra de lodo que se lanzan candidatos y medios de difusión interesados, también descontrolará todo en este país que cada vez parece más un patio trasero de USA.

El No en Colombia, amenaza con una leve crisis en lo internacional al no haber paz en aquella región.

De la debilidad del mercado interno mejor ni ha-blar. Mientras el uno por ciento se continúe llevando el cuarenta por ciento de las ganancias, no haya au-mento en los salarios mínimos y los impuestos sean para la mayoría de la población y no para la élite, todo está dicho.

Las elecciones el próximo año, en Nayarit, Coahui-la y el estado de México, traerán graves dificultades, ya que el PRI las querrá ganar a como de lugar, invirtien-do en obras y comprando votos. De otra manera no se entiende que se haga el teleférico en Ecatepec y se eroguen mil 700 millones de pesos y, además, se tenga planeado el Tren México- Toluca, el cual tendrá un costo de 18 mil millones de pesos.

Mientras, a la Ciudad de México se le recorta el presupuesto en 7 mil 500 millones de pesos. Ello hará que no se terminen las líneas 9, 12 y A del metro, las cuales, por cierto, dan servicio a los mexiquenses que se desplazan a esta capital. También se disminuirá el 20 por ciento del gasto en los hospitales de la capiru-cha; no se comprarán más vehículos para el transporte eléctrico de tierra y se frenará la adquisición de ca-miones para la basura, más un largo etcétera.

En este último asunto, se nota un rompimiento desde hace tiempo entre las autoridades federales y las capitalinas, tanto que el enojo de Miguel Ángel Man-cera es evidente y va en aumento.

Únicamente los migrantes, a quienes nadie defien-de (ojo, Claudia Ruiz Massieu), enviarán este año 26 mil millones de dólares: 54 por ciento más de lo que obtendremos por exportaciones petroleras y 23 por ciento arriba de la inversión extranjera. Y a esos ocho millones de esforzados mexicanos, este y los anteriores gobiernos ni los pelan, si acaso los extorsionan cuando vienen a México a ver a sus familias. Paradoja terrible.

En fin, que este y el próximo año, económicamen-te, la cosa está de horror. Tome sus precauciones.

*El autor es profesor de la Facultad de Ciencias Polí-ticas y Sociales de la UNAM, y periodista.

No obstante las inauguraciones de cierta im-portancia, los discursos que ahora ponen a los jóvenes como el motor que necesitamos- sien-

do que el 70 por ciento de las Pymes fracasaron antes de cinco años- y que los funcionarios insisten en que todos debemos jalar parejo, siendo que el desequili-brio económico y social es cada vez mayor, la tormenta económica que viene es inevitable.

El tema no es nuevo, lo espeluznante es enterarse de la vitalidad de estas prácticas en nuestro México lindo y querido.

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El análisis del juramento debe revelar por con-siguiente una doble característica: por una parte, es a través del juramento que el indi-viduo se constituye como un ser de lenguaje

que dota a sus palabras de una fuerza realizativa, con la cual compromete y arriesga su propia naturaleza. Por otra parte, es a través de la práctica del juramento que el individuo se sitúa en una relación de enfrenta-miento contra todo poder institucional que sanciona los procedimientos del establecimiento de la verdad y la impartición de justicia.

Así, el juramento como un ejercicio ético, parale-lo a la religión y al derecho, que instaura a través de su práctica un espacio para la resolución de conflictos, es un espacio donde el individuo detenta cierta au-tonomía. Algo que, progresivamente es requisado por la emergencia de la institución judicial ligada al po-der político. Hablar de un juramento-desafío, es ha-blar de una relación que conjunta la vida, el lenguaje y el compromiso de veracidad del individuo mismo, es decir, arriesga la posibilidad de constituirse como un ser ético y por otra parte también, le da respuesta a la injerencia de fuerzas externas que pretenden dirimir sus conflictos y dirigir su actuar.

En el desarrollo de la historia de la filosofía occi-dental se encuentra presente el problema de la vincu-lación del componente ético y político al interior de los espacios sociales. Este problema, desde luego, se vertebra sobre las oposiciones clásicas entre teoría y práctica, derecho y moral, que determinan diferentes relaciones en la formación del individuo, como suje-to ético y político. La pregunta clave a este respecto sería: ¿De qué manera articular concretamente la di-mensión ética y política, decisiva para la emergencia del individuo en el espacio social? Al parecer, tanto en la práctica cotidiana como en las diversas reflexiones políticas, esta pregunta suscita controversias que ge-neralmente son neutralizadas con la subordinación de lo ético a lo político. Resultado de ello ha sido que la ética sea entendida contemporáneamente como una obediencia a ciertos principios o, en su defecto, a la li-mitación de ciertas conductas. Sin embargo, la ética y la política, como actividad y como discurso deben ser asumidas por el individuo como espacios que invitan a la creación incesante de nuevos modos de subjetividad y estructuras de gobierno. Gran parte de las investi-gaciones históricas de Michel Foucault están centra-das en la manera en la cual la subjetividad (ética) y el poder (política) se organizan en torno a una forma de verdad que cambia históricamente. En esas inves-tigaciones se logra mostrar la relación preponderante que el individuo tiene frente a la verdad, entendida no

como un develamiento sino como una producción su-jeta a diversas técnicas. Lo esencial para Foucault sería el estudio de esas técnicas y prácticas construidas y puestas en acción en campos aparentemente disímiles como el filosófico, el judicial o el político que, no obs-tante, a cierto nivel, poseen una afinidad: el individuo se liga a una forma de verdad que le determina y le compromete.

En La Verdad y las Formas Jurídicas, Foucault ex-pone las pautas de su investigación sobre las prácticas, históricamente ubicables, a través de las cuales la ad-ministración judicial se vuelve indisolublemente una institución política al frente del establecimiento de la verdad y la impartición de la justicia: “Las prácticas judiciales […] son algunas de las formas empleadas por nuestra sociedad para definir tipos de subjetividad, formas de saber y, en consecuencia, relaciones entre el hombre y la verdad que merecen ser estudiadas”.

El análisis de esas prácticas judiciales, como la or-dalía, la prueba testimonial oral o escrita, la indaga-ción y el juramento individual o colectivo, son estudia-dos más ampliamente por Michel Foucault en las Lec-ciones sobre la Voluntad de Saber. En esta investigación el autor problematiza la transición de un juramento de tipo decisorio a un juramento de tipo asertórico para caracterizar la transformación histórica que su-fre la administración de la justicia griega. Ahí, el jura-mento decisorio es entendido como una práctica entre dos individuos que al ser efectuada resuelve inmedia-tamente una querella. El juramento asertórico o pro-misorio, por su parte, es una práctica que puede ser efectuada por un solo individuo o por un grupo de in-dividuos, pero a título de prueba, no como resolución inmediata en determinado conflicto. De esta manera podemos cuestionarnos: ¿De qué manera se articula la formulación de la verdad en una disputa judicial en la Grecia Antigua?

Para responder a esta pregunta tomemos una es-cena que Foucault retoma de la Ilíada: Menelao y An-tíloco compiten en una carrera de carros. Al cruzar la meta, Menelao le reclama a Antíloco el haber he-cho trampa. Al parecer, hay un supervisor encargado de vigilar la carrera e informar la verdad. Pero am-bos competidores no lo toman en cuenta. Menelao, en cambio, propone llevar el asunto ante la asamblea de los argivos; sin embargo muda de parecer y propone un desafío: “¿Te atreves a jurar por aquél que cimbra la tierra y agita los mares que no has hecho trampa?” Antíloco flaquea, rechaza el desafío y por consiguiente Menelao resulta vencedor. Esta escena se inscribe se-gún Foucault en un ámbito característico del pre-de-recho griego, donde la verdad se afirma o se establece

siempre en un nivel de rivalidad y lucha: “La verdad […] es una fuerza a la cual uno se expone y tiene su propio poder de intimidación […] lo cual hace que el juramento en que se afirma la verdad esté siempre contenido en la serie de las rivalidades”.

Menelao y Antíloco, recordemos, son presenta-dos en la Ilíada como reyes guerreros pertenecientes a una etapa institucional griega caracterizada por la existencia de grandes familias, en las cuales se practi-can diversos métodos para la solución de los conflictos. El hecho de que ambos guerreros se encuentren in-mersos en un espacio de rivalidad que los enfrenta, no significa que deban —como podría suponerse inge-nuamente— utilizar la violencia física para resolver la querella. Ambos competidores, por el contrario, con-sienten en someter su conflicto a la soberanía propia de la cual son portadores, ignorando al encargado de vigilar el resultado de la competición y de igual ma-nera rehusando los posibles juicios y consideraciones de la asamblea de los argivos. Es decir, rechazan la in-jerencia de todo poder de decisión que no emane de ellos mismos. Este gesto configura el instante decisi-vo en el cual Menelao y Antíloco resuelven el proble-ma utilizando solo un juramento que, al pronunciarse, establece una verdad que no admite ningún tipo de comprobación o adecuación lógica para erigirse. La verdad así establecida funda un estado de cosas que da cuenta de un vencedor y de un perdedor.

Lo característico de un juramento-desafío sería entonces: 1) La decisión individual de resolver los liti-gios al margen de terceras instancias, por ejemplo, de testigos presenciales o de jueces pertenecientes a un aparato judicial primario; 2) La decisión del individuo, el riesgo que asume, al afrontar o rechazar el poderío de la verdad; 3) La verdad no es constatable, simple-mente se establece mediante el gesto decisivo y 4) La concepción de justicia en el juramento-desafío es pro-blemática debido a estar sustentada en la mecánica de la lucha.

Efectivamente, pese a que existe un encargado de vigilar el orden de la competición, éste no es llamado a testificar el resultado de la carrera. Él podría esta-blecer en calidad de juez la verdad de la competición. Pero el encargado representa, precisamente, la tercera instancia que debe ser ignorada. Ambos competidores, como se desprende de la escena, no aducen argumento o prueba alguna para demostrar quién de ellos tiene la verdad. Sencillamente, la verdad se impone mediante un juramento lanzado que se acepta o se rechaza.

* El autor es Licenciado en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.

Auberto Ramos Gómez*

La práctica del juramento entraña una relación entre el individuo y las categorías de verdad y de justicia que posibilita la configuración de un espacio para el estudio de las relaciones entre la ética, la política y la administración judicial.

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Tenemos por ejemplo La Hora Más Bella de Sor Juana (2009), sublime ensayo de Alejan-dro Soriano Vallès; Hunger’s Brides (2007), novela de W. Paul Anderson; los sesudos

trabajos de Margo Glantz; Las Trampas de la Fe de Octavio Paz; el extraordinario film de la argenti-na María Luisa Bemberg titulado Yo, la peor de todas (1990) y la sugestiva propuesta de la famosa cuentista mexicana Mónica Lavín, quien con la publicación de su novela histórica Yo, la peor (2009), logró en pocos meses alcanzar el primer lugar de la lista de los libros más vendidos, efectuar varias reimpresiones y superar los 50,000 ejemplares, según su casa editorial.

Con base en la rúbrica producida con sangre por la misma Sor Juana, Lavín da título a su primera novela histórica, Yo, la peor, que bien puede considerarse más ficcional que histórica por la recreación de soslayo que hace de las diferentes etapas de la vida de la monja no-vohispana a través de varias mujeres, reales y ficticias, que la rodearon en su trayectoria vital: abuela, madre, hermanas, tía, maestra, virreinas, esclavas, monjas y el obispo Manuel Fernández de Santa Cruz, alias “Sor Filotea”.

Según Lavín, la especulación es un elemento muy importante cuando se escribe una novela, ya que el gé-nero tiende a plantear sus propias tesis sobre el hecho o el personaje tratado. Sin embargo, dichas especula-ciones desde la ficción se ven enriquecidas cuando se alternan datos verificables, pues como dice Hugo Ló-pez Coronel parafraseado a Ortega y Gasset: “el autor al compenetrar en los dos mundos [ficción e Histo-ria] los desvirtúa, tanto a la ‘ficción’ como a la ‘verdad histórica’, pero es bajo este oxímoron entre ‘ficción’ y ‘verdad’ lo que al parecer enriquece a los dos géne-ros” (Ángeles del abismo. La puesta en escena de un imaginario del México-Colonial. Revista Calmecac, No. 2, Universidad del Valle de Puebla, p.7). De ahí que la escritora haya tenido que sumergirse en el mar de la investigación de campo para consultar documen-tos, correspondencia, realizar entrevistas a los especia-listas y visitar aquellos sitios que dan la oportunidad metafísica de absorber esa atmósfera de la segunda mitad del siglo XVII.

Cuando uno ve la película Yo, la peor de todas, el final produce desilusión, pues presenta una Sor Jua-na desvalida que cándidamente acepta la renuncia y silencio que le imponen los altos funcionarios de la Iglesia en Nueva España. Pero gracias a la novela de Lavín, y aunque el recurso en general es la im agina-ción, esa desilusión se eclipsa al plantear la tesis de que aquella monja aparentemente dócil, negada por un mundo dominado por hombres, reacciona como una “rebelde” que es capaz de hacer reconstrucción íntima para sacar la parte humana que siente dolor,

coraje y angustia, y así “darle la vuelta” al poder me-diante una especie de “escenificación”, recrearse en el “Theatrum Mundi” que magistralmente Calderón de la Barca, Gracián o Shakespeare han empleado en sus propuestas literarias.

Acaso sea esta particular manera de tratar a Sor Juana, lo que ha hecho que Lavín acepte que Yo, la peor va más allá de ser una novela histórica, tal vez ha-ciendo eco de las siguientes palabras de Mario Vargas Llosa: “El cuentista no es el ameno contador de histo-rias, sino un pícaro, un vivillo que utiliza una habilidad natural —la de inventar y narrar— a fin de disfrazar mentiras de verdades, con el propósito, no de ofrecer un poco de esparcimiento a su interlocutor, sino de timarlo”.

Que la tesis laviniana nos time o no, es lo de me-nos, mientras nos permita hacernos la ilusión de que a la famosa poetiza, azuzada por las autoridades eclesiás-ticas para deshacerse de sus libros, de la palabra y de la actividad intelectual que calma la sed que produce la ignorancia, no le haya quedado otro camino que “esce-nificar” astutamente el forzoso “desprendimiento” para seguir viviendo la libertad de estudiar. Aunque cabe mencionar que dicha tesis no es sacada, del todo, de la manga por Lavín, sino que se sustenta en una serie de textos que Sara Poot ha escrito con el título de Los guar-daditos, los cuales aluden a que la Décima Musa tenía otra estrategia para sobrevivir a la crisis desencadenada por los bloqueos y censuras que enfrentó.

Ante la opresión, la intolerancia y el prejuicio, Sor Juana juega a “estar en el mundo” dentro de un teatro donde cada persona representa un papel (“El mundo entero es un escenario y todos los hombres y mujeres no son sino actores” hace decir Shakespeare a uno de sus personajes en la comedia Como gusteís), toma por asalto el “Theatrum Mundi”, que como bien lo dice Ramón Esparza no es más que:

Metáfora del orden social, en el que el autor (Dios) dirige el destino de cada uno de los personajes. La vi-sión del mundo como un escenario teatral implica dos ideas. La primera, la exigencia de un ojo adiestrado, o de especial sensibilidad, capaz de destacar lo extraor-dinario en una cotidianeidad normalmente plana. Ver el interés de lo que aparentemente carece de él. La se-gunda es la introducción de un orden, visual, social, de significados, en el caos de lo mundano. Para describir en el teatro la vida de los humildes y poderosos, prime-ro hay que saber contemplarla alrededor de uno mis-mo. Pero también hay que saber dotarlo de un cierto orden; escénico, visual, moral” (“Theatrum mundi o la realidad como escenario”: http://salonkritik.net/08-09/2009/06/theatrum_mundi_o_la_realidad_c.php).

Hay momentos en los que la asequible narración sobre la vida y época de Sor Juana, parece ser un gran

pretexto que utiliza Lavín para poner a la vista que la sociedad y la cultura intelectual novohispana —pa-triarcal, elitista, enajenada entre magia y religión— no es tan diferente de la que hoy vivimos en carne propia, pues las reglas, condicionamientos, rituales de poder, las formas, las hipócritas influencias, alianzas e intere-ses, aún podríamos decir hasta cierto punto “barrocos”, siguen suministrando al pueblo mexicano más mo-mentos de angustia y tristeza que verdaderas satisfac-ciones; cuestión que obliga, como seres pensantes por muy ignorantes que le apostemos a ser conspiración, complicidad, prófugos de uno mismo, artificios que se muerden las entrañas vaciadas de contenido, desan-gramiento interior que se oculta bajo los vestidos de la tonta obediencia bajo una sonrisa estúpida .

A pesar de las críticas que ha recibido Lavín, como ha sido el caso del periodista Nicolás Alvarado, quien ha dicho que la autora a “fracasado” en su intento de conocer a Sor Juana ya que termina siendo fan de la célebre monja, podemos rescatar, no obstante, que ante al acoso de un mundo ya dado por modelos dico-tómicos no queda otra que tomar la vida como teatro, como ficción literaria. Quizás por eso, no es vano que Fernando Pessoa afirmara que “la literatura existe por-que el mundo no basta”.

* El autor es Maestro en Educación Superior por la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP y Director General de Óclesis, Víctimas del Artif icio, A.C.

Francisco Hernández Echeverría

Sor Juana Inés de la Cruz es eterna. Su ilustre figura sigue cabalgando a firme galope para romper la barrera del olvido y en sus obligadas paradas renueva sus energías nutriéndose del forraje de la memoria: investigaciones, poemas, ensayos, películas, pinturas, novelas y obras de teatro, siguen suscitando provecho y polémica no sólo en los investigadores y creadores del país sino allende a sus fronteras.

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HORIZONTALES

1. Una de las prácticas de corrup-ción más comunes en México.

6. (Social), según el presidente de la República está dañado por la corrupción.

11. Peña Nieto… a que arroje la primera piedra quien se en-cuentre al margen de la corrup-ción.

12. Casualidad, suceso imprevisto.13. Departamento de Perú.14. Tratamiento que se da ciertos

religiosos o sacerdotes.16. Cerveza ligera inglesa.17. Tienen potestad para juzgar. En

México se les ha señalado como inmersos en la corrupción.

18. Expulsa a alguien de su país.19. Símbolos del oxígeno y argón.20. (De Berenguer), un municipio

de la comunidad valenciana.21. Río de Suiza.22. Abreviaturas de litro y de se-

gundo.23. Pronombre personal.24. Forma de pronombre.26. Milicias nacionalsocialistas di-

rigidas por Röhm (sigla).27. Taza redonda sin asa.28. Lista, catálogo.29. Congreso del Trabajo (inic.).31. Nota musical.32. Brigadas de asalto del partido

nazi, dirigidas por Himmler (si-gla).

33. Símbolos del azufre y gauss.35. Anillo.37. Hombre que destaca por su ele-

gancia y refinamiento.40. Confederación Obrera Revolu-

cionaria (sigla).41. Delincuentes que se han in-

crustado en las instituciones, se les relaciona con la gravedad de la corrupción del país.

42. Lugar que está lleno de rocas.43. Símbolos del tesla e iridio.44. Dan masaje, friccionan.45. Sistema de Administración Tri-

butaria.46. Composición poética (pl.).48. Dice que todos estamos inmer-

sos en la corrupción.49. En su discurso sobre transpa-

rencia, Peña dijo que el país ha construido instituciones para ser más competitivo en bien-estar… y para ser más transpa-rente.

50. Político que deja entrever que todos son corruptos, a excep-ción su persona.

VERTICALES

1. Planta herbácea anual, erecta o trepadora, de tallo pubescente o glabrescente cuando adulta.

2. Conjunto de animales de carga, especialmente de mulas (pl.).

3. Cuerda, soga (inv.).4. Unión americana (inic.).5. Coceré a fuego directo (inv.).6. Del verbo torear.7. Onomatopeya del ruido que

expresa la risa.8. Enarbólala (la bandera).9. Planta compuesta de media-

na altura, con el botón central amarillo y la corola de muchos pétalos y variados colores (pl.).

10. Ventilará.14. Corrupción consistente en mal-

versar los fondos públicos (pl.).15. Forma de corrupción que con-

siste en presionar a una perso-na, mediante el uso de la fuerza o la intimidación, para conse-guir de ella dinero u otra cosa.

23. Calabaza cortada por la mitad.25. Señal de auxilio.29. Emisión controlada de sonidos

del aparato fonador humano (voz), siguiendo una composi-ción musical (pl.).

30. Atraído, tirado hacia sí.33. Reprenda.34. Amenas, placenteras.36. Vehículo de transporte que se

desplaza sobre dos o más rue-das, movido por tracción ani-mal (inv.).

38. (Mario Vargas), escritor perua-no, autor de La fiesta del chivo (inv.).

39. Obra que pertenece a la poesía dramática.

40. Unir con aguja e hilo.47. Afirmación.48. Símbolo del paladio.

DE CABEZAEl mundo está de cabeza.Y el perro ciego tiene un humano de lazarillo.

EXPLOTACIÓN LABORALEl gallo contrató un gallo para que le funcione de

despertador

CRISIS ECONÓMICALa luciérnaga no efectuó el pago  y le

cortaron la luz

PRISIÓNLa cebra iba vestida normalmente y la encerraron

en el reclusorio.

Cecilia Vázquez Ahumada*

Las sanguijuelas (Hirudo medicinalis) son gusanos anélidos y hermafroditas; ecto-parásitos que se alimentan succionando la sangre de animales. Viven en lugares

húmedos y se adhieren a su huésped mediante una ventosa. Mientras succionan sangre producen pode-rosos anticoagulantes, vasodilatadores y anestésicos. Su origen se ubica en Europa y Asia Occidental y pueden llegar a medir hasta 20 centímetros.

La afición por la sangre humana fue por siglos una bendición para las sanguijuelas, porque la me-dicina hipocrática determinó que eran de gran uti-lidad para hacer sangrías en los enfermos. Hasta el siglo XVIII, los médicos occidentales creían que las enfermedades estaban provocadas por el des-equilibrio de los “humores” y que provocar sangrías en los enfermos, retirando el exceso de sangre, res-tauraría el equilibrio, y por lo tanto, la salud. Los pobres pacientes, además del desgaste por la en-fermedad que portaban, se debilitaban aún más al extraerles sangre. En el mundo anglosajón, la me-dicina recibía el nombre de leechcraft (arte u oficio de las sanguijuelas).

Las sanguijuelas, según los paleontólogos, tie-nen una edad de más de 500 millones de años y son anteriores a los insectos. La sanguijuelas, parientas de la lombriz de tierra, poseen un cuerpo en for-ma de collar; son hermafroditas, cada una de ellas tiene órganos femeninos y masculinos, pero no se fecundan a sí mismas, se aparean con otras colo-cando cabeza con cola. Una de ellas, a través de una especie de aguja hipodérmica, inyecta esper-matozoides en la que permanece como “hembra”, La hembra, luego de esta operación deposita hasta 50 huevos en un lugar húmedo y con sombra, pero cerca del agua.

La sanguijuela posee ventosas en ambos lados de su cuerpo, la trasera la ocupa para la locomoción y la delantera para alimentarse. Estos animales uti-lizan 100 dientes afilados, parecidos a mandíbulas, para aferrarse a la piel de sus huéspedes, perforán-dola y liberando un poderoso anticoagulante lla-mado hirudina que evita que la herida se cierre; además de un anestésico que “…asegura que la víc-tima no se enfadará tanto como para tratar de reti-rar a la sanguijuela antes de que esta se haya sacia-do” (Chaline:2013,105). Llega a ingerir hasta diez veces su peso corporal en sangre. Satisfecha, suelta a la presa y se dispone a la digestión.

Los griegos y romanos no conocieron de bac-terias y virus y este desconocimiento perduró hasta el siglo XVII. Pensaban que el cuerpo estaba ani-mado por cuatro humores: la sangre, la bilis negra, la bilis amarilla y la flema, cada una producida por un órgano distinto. Hipócrates de Cos (460-370 a.C.) y Galeno (129-216 d.C.) fueron los pilares de la teoría de los cuatro humores relacionados con las cuatro estaciones, que a su vez eran creadores de cuatro temperamentos mentales y fisiológicos: el temperamento sanguíneo, dominado por la san-gre, que produce el hígado, asociado con el aire y la primavera. El temperamento colérico, dominado

por la bilis amarilla que se produce en la vesícu-la, se asocia al verano y al fuego; el temperamento melancólico, regido por la bilis negra que surge del bazo y se asocia al otoño y a la tierra; finalmente, el temperamento flemático, dominado por la fle-ma que se produce en los pulmones y el cerebro, asociado al agua y al invierno. La salud era el equi-librio entre estos cuatro factores y su desbalance por el clima, la temporada del año, la alimentación inadecuada.

Hipócrates recomendaba hacer ejercicio, des-cansar, mudar la dieta. Pero otros médicos de la antigüedad, más radicales, recomendaban las san-grías, ingesta de diuréticos y purgas. Galeno, auto-ridad médica hasta el siglo XIX, creía que existían dos clases de sangres, la arterial que se originaba en el corazón y la venosa, más oscura y producida en el hígado. Pensaba que la sangre se podía estancar en diferentes partes del cuerpo, produciendo enfer-medades. Por ello recomendaba sangrías.

En la antigua Grecia en el siglo II a. C se apli-caban sangrías a los pacientes “sanguíneos”. Los médicos musulmanes hicieron suya la teoría de los humores y la sistematizaron en el texto de Avicena (981-10) “El canon de la medicina” y en el libro de Abulcasis (936-1013) “El libro de la práctica mé-dica”. En ambos tomos se recomiendan las sangrías con sanguijuelas. Estos textos fueron guías para la medicina de la Europa medieval. En enfermeda-des donde había síntomas de enrojecimiento, fie-bre o inflamaciones, el pobre enfermo, padecía de sangrías. Las enfermedades mentales, donde el pa-ciente era demasiado ruidoso, “sanguíneo”, las san-grías eran seguras y, para colmo, a los que sufrían heridas se les aplicaban sanguijuelas, provocando mayores pérdidas de sangre. Las sangrías también se recomendaban para prevenir enfermedades, du-rante el parto y las cirugías.

En 1620, el médico británico William Harvey (1578-1657) descubrió el mecanismo de la circula-ción de la sangre, refutando la teoría de los humores. Sin embargo, el trabajo de las sanguijuelas no dismi-nuyó, sino hasta finales del siglo XIX. La demanda de esta “cura” fue tan nutrida, que llegaron a escasear los gusanos y se decidió criarlos en cautividad.

Los barberos ingleses aplicaban sanguijuelas entre los pobres y los soldados. Los barberos se anunciaban con el poste blanco (torniquete aplica-do en brazos) y rojo (representaba la sangre).

La medicina acreditada aplicada a mediados del siglo XIX, eliminó las sangrías. No obstante, en 1980 se descubrió que en microcirugía, en ciru-gía plástica y reconstructiva, las sanguijuelas pue-den estimular la circulación sanguínea en trasplan-tes musculares y cutáneos. La succión de las hirudo medicinalis restablece conexiones de los vasos san-guíneos, además las sustancias que aplica el animal, disuelven coágulos que ayudan al restablecimiento de oxígeno y nutrientes a los injertos.

* La autora es Licenciada en Antropología Social por la BUAP; actualmente adscrita al INAH-Puebla

“…La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡Dame!”. Proverbios, 30.

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La mayoría de ocasiones, la convivencia cons-tante con el dolor y el sufrimiento, los in-cesantes quehaceres cotidianos con los que debemos de lidiar día con día, el stress, las

deudas (que, como diría Antonio Negri: “la deuda te controla”), y la constante insinuación por parte de los medios de comunicación por buscar y reafirmar tu in-dividualidad a costa de los otros, nos pone ante una circunstancia de verdadera locura, pues, tal pareciera que, para el mundo actual, lo que importa es mante-ner un status que pueda, a cada momento, separarnos y mantenernos alejados de nuestros prójimos; que lo importante y característico de nuestra época es cosifi-car a toda aquella persona que represente un proble-ma para mi individualidad, pues, de esta manera, sus problemas no podrán causar ningún tipo de efecto en mi vida cotidiana, o, al menos eso es lo que pareciera ocurrir en nuestro presente.

La miseria en la que vivimos no es nueva. En todas las épocas ha existido un rastro de inhumanidad que representa lo peor de la posibilidad conocida como vida humana. Baste recordarnos tan solo las innu-merables guerras provocadas por la búsqueda de más territorio, de más espacio, para imponer sistemas de creencias y de vida a otros por la fuerza, con la excusa de pensar en su bienestar, y un largo etcétera. Y pen-sar que esta época podría ser la excepción por haber alcanzado un supuesto estado de evolución gracias a los avances de la ciencia (los cuales, evidentemente no pueden ser negados, aunque también debe ponerse de manifiesto que el exceso de tecnificación ha deshuma-nizado al humano mismo) han creado un momento histórico donde, paradójicamente pareciera que ya no existe más espacio para el otro.

Por doquier vemos migraciones masivas de perso-nas en busca de algo que esté más allá de su condición existencial y vivencial. Gente que huye de la miseria, de las guerras, del hambre, la pobreza, la violencia; personas que, en la gran mayoría de los casos no tienen ningún deseo de abandonar su ciudad natal, de alejarse de aquel espacio con el que sienten una identificación plena, ese espacio donde pertenecen y, por lo tanto, de-sean que también pertenezca a su familia. Queda claro que un gran número de migrantes alrededor del mun-do no desea abandonar sus hogares; que son forza-dos por las condiciones insatisfactorias a las que se en-cuentran sometidos; que existe una fuerza que elimina la posibilidad de convivencia pacífica o de condiciones de vida que permitan el libre desenvolvimiento.

Estamos hablando de una fuerza que va más allá de las potestades bélicas que parecieran, haciendo una crítica superficial, el grave problema que determina el exilio y las migraciones alrededor del mundo. No, el problema se encuentra en la desproporción que parte de una imposibilidad por contener los deseos y ambi-ciones propias, y que ante esta desproporción, el hom-bre es reducido a mero objeto, a una cosa cuantificable por las estadísticas que no muestran los horrores de la guerra, de los exiliados, de las migraciones y en suma, de la miseria humana.

Zambrano nos habla de aquella utopía tan anhelada en Europa desde que fue concebida y mencionada por San Agustín, esto es La ciudad de Dios. Queda claro que pensar en un espacio que pueda tener en si mismo lo mejor del ser humano es la aspiración que, idealmente, debería tener toda persona. Sin embargo, tal ideal siem-pre estará en constante conflicto con aquello que puede ser benéfico para personas incontinentes.

¿No será acaso que el hombre desea tener potestad sobre su semejante y por ello buscará por cualquier medio una dominación sobre el otro? Quizá sea ésta solo una de las posibles conjeturas a la cual podría lle-varnos una interpretación libre sobre lo antes dicho. Por el contrario, de igual forma, podríamos cuestio-narnos: ¿No se estará planteando un espacio interior que pueda ser pauta de una mejor administración de nuestras posibilidades en cuanto humanos, esto es: un mejor gobierno de nosotros mismos? Probablemente, tan solo se trata de posibilidades que pueden suscitar-se por interpretaciones libres, las cuales casi siempre se realizan para validar actos verdaderamente funestos (existen grandes ejemplos en la historia). Sin embar-go, todas estas circunstancias nos llevan a algo que se encuentra oculto en este discurso, esto es: la posibili-dad del reconciliación con el otro a partir de los procesos de recono-cimiento del otro.

Si bien es cierto que, lo pri-mero que se manifiesta dentro de una cultura es su arraigo y el sen-tido de pertenencia que se debe tener por la nación, por el estado, por el municipio, por las institu-ciones, etc., también se debe hacer énfasis en el respeto del espacio del otro, de su situación en cuan-to que humano y en el reconoci-miento de que es un semejante, que no es ningún enemigo y que tampoco viene a quitarnos o arre-batarnos nuestro espacio; que es un humano que se encuentra hu-yendo de graves situaciones que se le presentan y que imposibili-tan la libre manifestación de sus posibilidades de vida.

Así, la pregunta que realiza Ricardo Tejada “¿El exilio alberga o lleva tras sus espaldas una «ciu-dad-otra», más allá o más acá de la ciudad utópica? (Topología del Exi-lio y la Ciudad, disponible en lí-nea), debería acercarnos a la posi-bilidad del encuentro con el otro, y no a su exclusión.

A modo de conclusión, se po-dría decir que la situación del exi-liado encubre algo más allá de la exclusión de su espacio de origen, que va más allá de suponer que le

ha sido arrebatado su lugar común y que debe bus-car otro nuevo. El problema radica en la confrontación con este nuevo espacio y con sus habitantes, en la pro-blemática que existe en las relaciones interpersonales y, más aun, cuando se enfrenta a una nueva visión cul-tural a la cual no se pertenece, con la cual se está en conflicto sin que se desee. La miseria humana muestra una faceta verdaderamente terrible en el momento en que alguien se erige en dueño de tierras ajenas, en in-vasor y opresor que debe forzar al otro a huir de su país natal en busca de una sensación de paz que, aunque es probable que no la tenga a plenitud en su país, segura-mente la sentiría por el simple hecho de pertenencia. Pero, ¿acaso no deberíamos todos aspirar a una convi-vencia en paz? ¿O, quizá el hombre esconde algo más primitivo que se niega a ver argumentando sus avances tecnológicos? Tal vez esperamos demasiado del hom-bre, cuando sus posibilidades originales posiblemente no le permiten acceder a lo mejor que hay en él. No obstante, también el hombre puede dominar lo peor de sí mismo en pos de algo mejor.

* El autor es Licenciado en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.

¿Qué ocurre cuando pensamos en el prójimo solo como “algo” que puede ir y salir de nuestro

espacio común sin que nos detengamos mayormente a pensar en ello?

Juan Carlos Pérez Castro*

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Director y editor: Enrique Condés LaraConsejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Juan Lozada León, José Fragoso Cervón,

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RE~INCIDENTE. Año VII. No. 132. Segunda quincena de octubre de 2016. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: [email protected]. Editor responsable: En-rique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en septiembre de 2016 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

Solución alReincigRama de eSte númeRo

Para los que vivimos en los años sesentas Janis Joplin era un símbolo de la rebeldía de la ju-ventud y la búsqueda de un mundo diferente al de los decadentes rucos (hombres grises).

La borracha como le decía mi madre (“tiene voz de borracha”), nació el 19 de enero de 1943 en Port Ar-thur, localidad industrial de Texas. Sus padres, como la mayoría, eran conservadores, solían asistir a la Igle-sia de Cristo, Pero su madre dedicó más tiempo a su educación que a sus hermanos; decía que Janis siem-pre necesitaba más atención que el resto de sus hijos, porque “ella es una chica insatisfecha, siempre quiere ser diferente”.

En su adolescencia se hizo amiga de un grupo de marginados y con ellos tuvo acceso a discos de artis-tas de blues afroamericanos como Bessie Smith, Ma Rainey  o  Lead Belly, a quienes más tarde acreditó como influencia en su decisión de convertirse en cantante. También fue conociendo otros cantantes de blues como Odetta, Billie Holiday y Big Mama Thornton. Frecuentaba los bares de Louisiana, don-de escuchaba música afroamericana de blues y jazz.

Su carrera comenzó con la  Big Brother & The Holding Company y finalizó con la Full Tilt Boggie. El periódico universitario, The Daily Texan, publicó un perfil de ella en la edición del 27 de julio de 1962, “Ella va descalza como sintiéndose ella misma, lleva Levi’s a clase porque son más cómodos”. Cuando estudia-ba Bellas Artes en la Universidad de Texas en Austin, comenzó a cantar de forma habitual en bares. Partici-paba frecuentemente con la banda Waller Creek Boys. En 1963 dejó Texas para ir a San Francisco, “porque mi cabeza está en un lugar muy diferente”.

Fue una destacada representante del arte del mo-vimiento Hipie, con la ola contracultural y psicodé-lica que se desencadenó en la década de los sesenta. La escena musical estadounidense era pura revolu-ción por aquel entonces. Las rolas de Bob Dylan, The

Rolling Stones o Jimi Hendrix no podían faltar en los aparatos reproductores musicales de las naves es-paciales, ni en los vochos.

Con una aguardentosa voz capaz de pasar de la ternura a la furia en un segundo, Joplin alcanzó el clí-max de la fama. Fue adicta al escenario y al calor del público, sus fanáticos le llevaban una botella de alco-hol al escenario en sus conciertos, misma que con-sumía como agua, además de todo lo que ya llevaba adentro, enloqueciendo a los miles de concurrentes que de inmediato se hermanaban.

Amaba la libertad creativa de la escena musi-cal y solía actuar junto con otros grupos psicodéli-cos como The Grateful Dead,  Jefferson Airplane y Quicksilver Messenger Service en los famosos salo-nes de baile Avalon Ballroom, Fillmore East y Fill-more West, o en festivales al aire libre en el Golden Gate Park, en Haight-Ashbury. en el  Festival de Monterey de 1967 junto con algunos grandes artistas del momento como Jimi Hendrix, The Mamas and The Papas,  Jefferson Airplane,Otis Redding y The Who. En Woodstock fue la primera actuación de los Big Brother, y como no había sido filmada, les pidie-ron que tocasen al día siguiente interpretando Com-bination Of The Two. En esa ocasión, Janis dejó a la audiencia boquiabierta con una versión del emble-mático blues de  Big Mama Thornton, «Ball And Chain».

Murió en plena fama después de consumir heroí-na de extrema pureza. Dejó interpretaciones que de enorme trascendencia.

Y yo, Fris-Frus-Fras, tu frantasioso admirador, te recuerdo con tristeza y con amor en tu luctuoso 46 aniversario. Descansa en paz, pero ¡que siga el reven-tón!

* El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP, y cuatachín.

José Fragoso Cervón*

• Al segundo trimestre de 2015, el 57.4% de la población de seis años o más en México, se declaró usuaria de Internet.

• 62.4 millones de mexicanos usan la red. 46.3 no lo hace.• Entre los habitantes de 6 a 34 años, esta cifra alcanza el 73.6%.• El 70.5% de los cibernautas mexicanos tienen menos de 35

años.• El 39.2% de los hogares del país tiene conexión a la red.• El uso de Internet está asociado al nivel de estudios; entre más

estudios, mayor su uso. La obtención de información y la co-municación son las principales actividades realizadas en Inter-net.

• 77.7 millones de personas usan teléfono celular y 2 de cada 3 de ellos cuentan con un teléfono inteligente (Smartphone).

• Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) favorecen el manejo de información al crearla, compar-tirla, modificarla, enriquecerla y transformarla, y con ello la producción de conocimiento.

• El 53.9% de los niños de entre 6 y 11 años utiliza Internet con cierta regularidad. Entre los adolescentes de 12 a 17 años, la proporción alcanza el 85.9%, muy semejante a la de individuos de entre 18 y 24 años (83.1%). Para los de entre 25 y 34 años, la proporción se mantiene por encima de 2 de cada 3 (71.1%).

• De la población que cuenta con estudios de nivel superior (li-cenciatura o posgrado), 9 de cada 10 ha incorporado el uso de Internet en sus actividades habituales; 4 de cada 5 de los que han realizado estudios de nivel medio superior (preparatoria o equivalente) lo hacen, y quienes cuentan con estudios de nivel básico (primaria o secundaria) resultan poco menos de la mi-tad: 46.1%.

• Las principales actividades realizadas por los usuarios de In-ternet reportadas en el año 2015 son: búsqueda de informa-ción (88.7%); medio de comunicación (84.1%); para acceder a contenidos audiovisuales (76.6%); para conectarse a las re-des sociales (71.5%); como medio de entretenimiento (71.4%); para apoyo educativo o de capacitación (56.6%); para leer pe-riódicos, libros y revistas (42.9%).

Fuente: Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH). Levantada por vez primera en el año 2015.

A 46 años de la muerte, el 4 de octubre de 1970, de tan célebre borracha

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— ¿Qué vas a donde?— ¿A descubrir queé?— ¿Y por qué tienes que ir tú?— ¡¡Estás pendejo!!— ¿Y por qué no mandan a otro?— ¡Todo lo ves redondo!— ¿Estás loco o eres idiota?— ¡No conoces ni a mi familia y quieres descubrir “el nue-

vo mundo”!— ¿Qué solo van a viajar hombres?— ¡Aja! ¿Me crees pendeja?— ¿Y por qué no puedo ir yo si tú eres el jefe?— ¡¡Infeliiiz, ya no sabes qué inventar para estar fuera de

casa!!— Si cruzas esa puerta yo me voy con mi madre ¡¡Sinver-

güenza!!— ¿ Y quién es esa tal María?— ¿Y la tal Pinta?

— ¿Y la muy zorra se hace la Santa?— Y dices que es una Niña ¡¡¡Vete a la &@%$!!!— Todo lo tenías planeado, maldito. ¡¡Seguro vas a encon-

trarte con unas indias!! — ¡¡A mí no me vas engañar!!— ¿Y qué la Reina Isabel va a vender sus joyas para que

viajes?— ¡Si chucha, cómo no! ¿Me crees imbecil, o qué?— ¿A poco te dio las joyas no mas así por que si?— ¿Qué tienes que ver con esa vieja zorra? — ¡Pues no permitiré que vayas a ningún lado!— No va a pasar nada si el mundo sigue plano. — Así que ni te vistas porque

*¡¡¡NO VAAAS!!!*

COMO PUEDE APRECIARSE, CRISTÓBAL COLÓN ERA SOLTERO.

LA VERDADERA RAZÓN POR LA CUAL CRISTOBAL COLÓN PUDO DESCUBRIR AMÉRICA:

¡ERA SOLTERO!