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    REVELACIONES SOBRE LA VIDA DESPUS DELA VIDA

    A. EL REAL FIN DEL MUNDO Y EL JUICIO

    UNIVERSALPrecedencia del fin de los tiempos respecto al milenio,

    luego del cual sigue el fin del mundo (5)

    1. LA VENIDA DE CRISTO PARA EL JUICIO UNIVERSAL 17

    Un ltimo ciclo (2)Llegada del fin del mundo tras el milenio. Vuelta de Jess

    entre las nubes tal y como fue anunciado para elJuicio Final (7)

    Colaboracin de los ngeles en la siega (2)

    2. RESURRECCIN DE LOS MUERTOS 23

    Resurreccin de todos los muertos de la historia, y juiciode todos los seres humanos en el llamado JuicioUniversal (3)

    Transformacin de todos los cuerpos para la gloria o lacondenacin (10)

    3. JUICIO UNIVERSAL FINAL 28

    Juicio de Jess a cada uno y a la humanidad (4)Cumplimiento de la justicia divina en cada uno segn su

    respuesta personal, sus obras y omisiones (2)Encadenamiento definitivo y total de Satans en el Infierno (2)Fin de la vida en la tierra (1)

    B. REVELACIONES SOBRE LA VIDA DESPUS DE LAVIDA1. JUICIO PARTICULAR 31

    Importancia de la conciencia acerca del tema de laspostrimeras (3)

    La muerte segn los diferentes estados del alma (5)No existe la reencarnacin (6)

    Cada uno es juzgado de inmediato a su muerte (Juicioparticular) (11)

    Nmero, entre parntesis, de los mensajes profticos, bblicos y de videntes trascritos en cada subtema

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    2. EL PURGATORIO 44

    Su existencia (4)El sentido de la purificacin (6)Don amoroso de Dios (4)Diversidad de niveles para diferentes grados de

    Purificacin requerida(5)Diversidad en cuanto a la duracin (2)

    3. EL CIELO 55

    Indescriptibilidad del paraso celestial (8)Plenitud de perfeccin y vida (5)Felicidad eterna (6)Diversidad en la gloria recibida (1)

    4. EL INFIERNO 64

    Su existencia revelada por Jesucristo mismo (11)Realidad posterior a la vida terrenal (3)Castigo justo, libremente escogido (5)Eternidad del sufrimiento (5)

    Diversidad de grados de sufrimiento segnmerecimientos (3)Realidad del fuego (5)

    DOCUMENTO ADJUNTO: EL MISTERIO DEL MSALL

    A. EXISTENCIA DEL ALMA INMORTAL Y DE UNA VIDA DESPUSDE LA VIDA 81

    B. LA MUERTE 95C. EL JUICIO PARTICULAR 109

    D. LA RESURRECCIN DE LOS MUERTOS Y EL JUICIO FINAL 121

    E. EL INFIERNO 135

    F. EL CIELO 149

    G. EL TERRIBLE ERROR DE LA CREENCIA EN LAREENCARNACIN 163

    REFERENCIAS EN INTERNET SOBRE LOS LTIMOS TIEMPOS 178

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    REVELACIONES DE JESS Y MARA SOBREESTOS LTIMOS TIEMPOS

    La crisis econ-mica mundial y

    sus graves con-secuencias,

    iniciadas para elmundo a finalesdel 2008, mues-tran que entra-mos en un pero-do crtico detransicin en la

    historia de la humanidad, denominado los

    ltimos tiem pos, segn mltiples profecasde origen catlico, que la Virgen Mara pide,sean divulgadas

    La serie de la cual ste libro hace parte es elresultado de un estudio de las revelacionesprivadas sobre estos ltimos tiempos que Diosha tenido a bien dar a distintos tipos de perso-nas (santos, msticos y catlicos del comn),en los 2000 aos de la historia de la Iglesia.Actualmente hay ms de 1000 casos de reve-laciones privadas, serias, debidamente docu-mentadas (en su gran mayora aparicionesmarianas) en estudio en las oficinas de laCongregacin para la Doctrina de la Fe regen-tadas por el Cardenal Ratzinger antes de as-cender a Papa. De estas hay cerca de 400relativamente conocidas alrededor del mundo.El estudio se circunscribi a algo ms de 200sobre las cuales es fcil recabar informacin.En las siguientes pginas se ofrece un listado

    de ellas.

    La muestra conseguida las 200 revelacionesprivadas- representan dos milenios de profecaen los cinco continentes. Cerca de 40 de loscasos son de antes de 1850. Son revelacioneshechas a Padres de la Iglesia, santos y msti-cos muy apreciados e incuestionados por ella.Son muy explcitos al escribir las profecasque recibieron sobre los ltimos tiempos.

    Introduccin comn a todos los libros dela serie

    Hacia 1846 se inicia el boom de las apari-ciones Marianas con las de La Salette, en

    Francia, considerada por Juan Pablo II comola reina de las profecas. Es un punto dereferencia clave porque plantea ya las grandeslneas del panorama proftico que desarro-llarn y ampliarn las profecas en los 150aos siguientes. De 1850 a 1900 se presentanunos 15 videntes muy apreciados por la Igle-sia. De 1900 a 1950 se duplica el nmero delas apariciones documentadas (35). Pero laexplosin se presenta en estos ltimos 50

    aos cuando se documentan 110 videntesconcentrados en los ltimos 25 aos (75 ca-sos).

    Al estudiar estas revelaciones privadas sedescubrieron grandes temas recurrentes, y seagruparon segn las distintas categoras. Parapresentarlas se opt por separar ms de 2000citas. Paralelamente a este proceso se ibaestudiando la profeca pblica de la Iglesia, osea las Sagradas Escrituras, en busca de todocuanto tena que ver con los temas que se ibanestudiando. As llegaron a identificarse msde 400 pasajes bblicos profticos. Todo lodescubierto se iba comparando con las respec-tivas enseanzas del Magisterio de la Iglesia.Gracias a estas dos comparaciones todo loestudiado ganaba en perspectiva, comprensiny profundidad as como se iba encontrando laperfecta concordancia de todas las revelacio-nes privadas con la doctrina catlica.

    Vista la claridad con que las revelacioneshablaban por s mismas y sin necesidad decomentarios o ampliaciones humanas, se optpor preparar un marco titular a toda la obra deordenamiento de los mensajes del cielo. Sontan claros, completos y comprensibles lasrevelaciones y mensajes de Jess, de la Vir-gen Mara y de la Biblia que lo mejor paraquien hace este tipo de trabajo parece ser

    hacerse a un lado y dejar que todos ellosobren por su cuenta.

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    RELACIN DE LAS REVELACIONES PRIVADAS SOBRE LOS LTIMOS TIEMPOS ATRAVS DEL MUNDO Y DEL TIEMPO CONSIDERADAS, BASE DE LA OBRA

    1. ITALIA 1938 Kerizien Juana Luisa Ramonet410 Roma San Jernimo 1941 Balain Maria Julia Janey1150 Calabria Gioacchino de Fiore 1972 Dozule Madelain

    1350 Italia S. Juan de la Piedra Hendida 1980 Galaure Marta Robin1400 Italia San Francisco de Paula 2000 Francia J.N.S.R.1665 Monfort S. Luis Grignon 3. ESPAA/PORTUGAL1672 Italia S Margarita M de Alacoque 1401 Valencia San Vicente Ferrer1776 Gezano Monje Capuchino 1665 Agreda Ven. M de Jess de Agreda1818 Roma Isabel Canori-Mora 1853 Zaragoza Madre Rafols1837 Roma Beata Ana Mara Taigi 1917 Ftima Luca, Jacinta, Jos1837 Roma San Gaspar Bfalo 1927 Madrid Hermano Estanislao1847 Paola Ven. Bernardo M de Clausi 1932 Ezquiologa Antonio, Andrs Bereciartua1849 Italia Sor Mara Adalfone 1932 Espaa Benita Aguirre1872 Oria Palma Mara Mattarelli 1941 Monte Umbre Felisa de Arrieta1878 Corato Luisa Piccarreta 1945 Condocera Marcelina Barroso y otros

    1888 Italia San Juan Bosco 1961 Garabandal Conchita y tres nias ms1884 Roma Len XIII 1969 Espaa M.F.M.B1901 Luca Santa Gemma Galgani 1973 Ladeira M Concepcin Mndez H.1946 Bonata Adella Roncalli 1980 El Escorial Amparo Cuevas1946 Italia Sor Consolata Betrone 1985 Madrid Leonor Muoz1947 Montichiari Perina Gilli (Rosa Mstica) 1985 Palma de Mall. Annimo1947 Tre Fontane Bruno Cornacchiola 1987 Barcelona Consuelo1950 San Giovanni Padre Po 2001 Espaa Pequea alma1951 Italia Teresa Musco 4. GRAN BRETAA /IRLANDA1954 Calabria Madre Mara Aiellio 375 Essex, Bretaa Annimo1960 Italia Mara Valtorta 1139 Armach, Irlanda San Malaquas

    1962 Italia Padre Andr Allthoffer 1874 Liverpool Teresa Higginson1964 San Damiano Rosa Quatrini 1879 Knock, Irlanda 20 personas1966 Porto Estefano Enzo Alocci 1940 Knock, Irlanda Annimo1968 Italia Mam Carmela Carabelli 1985 Surrey, Ingl. Patricia1970 Italia Padre Ottavio Michelini 1985 Melleray, Irl. Ursula O`Rouke1971 Roma Marisa Rossi 1985 Ballinsplitte, Ir 2 mujeres1972 Roma Mara Bordini 1985 Inchigeela, Irl. 3 nios 25 grutas1972 Miln Padre Gobbi 1987 Mayfield, Irl. Sally Ann y Judy Considine1978 Avezzano Elena Patricia Leonardi 1987 Beesbrook,Irl. Beaulah y Mark1980 Bezano Gema 1988 Gortnadreha,Ir. Cristina Gallager1985 Oliveto Citra 12 nias y centenares 5. ALEMANIA / AUSTRIA / SUIZA

    2. FRANCIA 1179 Alemania Santa Hildegarda

    177 Lyon San Ireneo 1658 Birgen, Alem. Ven Bartolom Holzhauser1093 Bec San Anselmo 1774 Munster, Alem Ven. A. Catalina Emmerich1280 Francia Juan de Vatinguero 1862 Tirol, Austria Clara Steiner1700 Francia La Exttica de Tours 1900 Alemania Ana Henle1777 Francia Padre Nectu 1937 Heede, Alem. 4 nias1789 Bretaa Juana de la Royer 1946 Marienfried Brbara Reuss1804 Francia Hna. Marianne 1949 Duren, Alem. Gertrudis1810 Francia Abate Souffrand 1950 Alemania Her. Adam Aschaffenburg1811 Lyn Ven. Magdalena Porsat 1952 Baviera, Alem. Teresa Newman1826 Namntes Padre Albert Sauvageau 1956 Eisenberg, Aus Aloisa Klettner1830 Rue Du Bac Catherine Laboure 1960 Alemania Graf- Suter1846 La Salette Melanio y Maximina 1962 Alemania Jos Irlamier1850 Francia Mara de la Fraudais 1964 Friburgo,Suiza Annima1858 Lourdes Bernardette Soubirou 1982 Eisenberg, Aus Aloisa Lex1848 Comings Bugs de Milas 1985 Suiza Vassula Ryden1857 Francia Ven. Maria de Bourg 1990 Munich, Alem Josef Stockert

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    6. BLGICA / HOLANDA/SUECIA 1992 Falmouth, Ken Sandy1300 Suecia Santa Brgida de Suecia 1992 Enfield, Connen. Neil Harrington Jr.1932 Beauraing, Blg 5 nios 1993 Belleville, Illin Ray Doiron1933 Banneaux, Blg. Marietta Beco 1993 Cincinatti, Ohi Rita Ring1940 Engghien, Blg. Berta Petit 1993 Rochester,N.Y John Leary1947 Amsterdam, H Ida Perelman 1993 Akron, Ohio Tony Fernwalt1965 Blgica Margarita 1994 EmmitsburgE.U. Gioanna Talone Sullivan

    7. EUROPA ORIENTAL 9. HISPANOAMRICA869 Bulgaria San Cirilo 1531 Guadalupe, Mex. Juan Diego1904 Polonia Maximiliano Kolbe 1634 Quito, Ecuador M. Mariana de Jess T.1914 Hrushiv, Ucran 22 agricultores 1652 Coromoto, Ven. A indgenas1937 Polonia Sta. Faustina Kowalska 1945 Ocotln, Mxico Portavoz de Jesus1945 Hungra Hermana Marie Natalia 1945 Jalisco, Mexico Matiana1945 Zagrb, Croacia Julia 1960 Ciudad de Mx. Mercedes1951 Polonia Brbara Klosowna 1965 Jalisco, Mxico Madre Conchita1954 Hungra Hermana Natalia 1966 Caracas, Ven. Sandra Boscn

    1954 Seredne, Ucrani Hanya 1975 Pururn, Mxico Gabina Snchez1958 Tzurzocka, Che Matas Laschut 1976 Finca Betania, V M Esperanza1960 Ucrania Ana de Ucrania 1980 Cuapa, Nic. Bernardo Martnez1962 Janonis, Lituani Ramute Mapiukaite 1983 Peablanca chile Miguel Angel Poblete1962 Skiemonys, Lit. Romana Francisc Macuys 1983 San Nicols, Arg Gladys Quiroga de Motta1970 Vladimir, Rusia Josyp Terelya 1983 Cali, Colombia Carmen Helena Garcs1976 Yugoslavia Yulka 1987 Tierra Blanca, M Elba y Zendia1981 Medugorje,Yug. Varios 1988 Ciudad de Mx. Annimo1986 Polonia Wladislav Biernack 1988 Huatusco, Mx. 4 personas1990 Litmanova, Ch. 2 nios 1988 Guatemala Hermana Guadalupe

    8. ESTADOS UNIDOS / CANAD 1988 Las Cajas, Ec. Patricia Talbot1920 Verdn, Canada Emma Blanche Currotte 1990 Pereira, Col Luz Helena Valencia1949 Mackencie, Can. Annimo 1997 Centoamrica J.S.1950 Winsconsin Mary ann Van Hoof 10. ASIA / AFRICA / OCEANA1953 SabanagrandePR 3 nios 350 Egipto San Nilo1954 Fosforia, Ohio Hermana Mildred Neuzil 370 Jerusaln San Cirilo de Jerusaln1968 Bayside, N York Vernica 380 Constantinopla San Juan Crisstomo1972 Dallas, Texas Ray Stanford 390 Constantinopla San Metodio1974 Canad Hermano Joseph Francis 1878 Israel Myriam de Abelln1980 Worcester,E.U. Eileen George 1948 Lipa, filipinas Teresa Castillo1980 Estados Unidos Padre Michael Scanlan 1952 India P Luis Mara Shouriah1984 Montreal, Canad Georgette Faniel 1955 Zululandia, Afr Hermana Reinolda1985 Cleveland, Ohio Maureen Sweeney 1963 Vietnam Stephan HoNgoc Ahn

    1987 Estados Unidos Mariamante 1966 Kenya Sor Anna Al1987 Conyers, Georgia Nancy Fowley 1948 Zeitun, Egipto A miles1987 San Antonio, Tx Hermano David Lpez 1973 Akita, Japn Sor Ins Sasagawa1988 Phonix, Arizona Estela Ruiz 1974 Vietnam Stephan HoNgoc Ahn1988 Scottsdale, Ariz. A varios 1980 Taiwn A 5 hombres1988 Lubbock, Texas A varios 1980 Australia William Kamn1989 Kettle River,Mss Steve Marino 1981 Kibeho, Ruanda A 6 jvenes1989 Marlboro, N. Jers Joseph Januszkiewicz 1982 Damasco, Siria Mirna Nazzour1989 Ontario, Canad Jim Singer 1983 Australia Debra1990 Hillside, Illin Joseph Reinholtz 1985 Naju, Korea Julie Kim1990 Denver, color Teresa Lpez 1986 Soubra, Egipto A miles1990 San Diego, Cal Cindy Cain 1993 New S., Austral Mattew Kelly

    1990 Georgia Raymond Shaw 1986 Manila, Filipinas A soldados1991 Estados Unido Annimo 1986 Camern, Africa A 8 colegios1991 Lincon, Nebra Dra Mary Jane Even 1990 Melburne, A Josefina Mara

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    Se reducen a un mnimo del total de estaspginas los complementos por parte delcompilador que se disponen en algunosanexos. La obra es, por tanto, una compila-cin de profecas hechas a miembros de laIglesia catlica en estos 2000 aos a loancho de todo el globo, presentadas temti-camente. Viene a ser como una ctedra

    sobre los ltimos tiempos dada por Jess ypor Mara, con la respectiva concordanciabblica.

    Para facilitar su lectura y estudio la obraest dividida en doce libros cuyos ndicesvemos ms adelante.

    UNA PERSPECTIVA ESPERANZADORA

    Una divulgacin parcializada yfatalista de los mensajes profticos

    Quien oye

    hablar deaparicio-

    nes de laVirgen ydel mun-do de las

    profecas suele hacer la asociacin conmensajes apocalpticos que describen cala-midades y catstrofes futuras. Mucho puedeleerse o escucharse en los ambientes catli-

    cos sobre personas que han recibido revela-ciones que advierten de unos ltimos tiem-pos muy difciles para la humanidad y que,segn parece, coinciden con los de la pocaactual. Teniendo en cuenta los tantos pro-blemas que la mayora tiene es natural queen el interior de muchos brote una resisten-cia a escuchar mensajes pesimistas queacrecienten el desasosiego que nos envuel-ve, pero por poca atencin que se preste esfcil ver que muchas de las profecas quecirculan concuerdan con los titulares de losmedios de comunicacin y que la factibili-dad del cumplimiento de lo pronosticado escada vez mayor.

    Es verdad que frecuentemente las profecasaluden a las tribulaciones por las que pasarla humanidad como consecuencia del grave

    y culpable alejamiento de Dios, de susmandamientos, de la desatencin a las ad-vertencias y de haber seguido su loco cami-no hacia el abismo. Pero todo esto, siendo

    verdad, resulta ser verdad a medias, y ca-rente de la debida perspectiva puede condu-cir al error. Quien observa la gran cantidadde advertencias y de mensajes profticos

    que el cielo ha regalado capta en primerlugar que todo constituye un llamado a laconversin, as como un ms amplio pano-rama de mensajes. Atender tan solo a unaspecto de las profecas de origen catli-co , aquel de malas noticias puede in-ducir al pesimismo, al fatalismo y a algoan peor: la desesperanza, todo lo contrariode la intencin del Autor de todo cuantocontienen estos mensajes. Como todo

    Evangelio, el que este mundo profticocontiene es una Buena Nueva.

    El mensaje esperanzador

    Los mensa- jes positi-vos y espe-

    ranzadoresque el Cieloha dado atravs derevelaciones

    privadasexceden con

    creces los negativos. Considrense doscomo ejemplo: cuando hay una tormenta ouna larga noche oscura el hombre se puedemantener firme bajo la seguridad del fin delmal tiempo: finalmente debe amainar latormenta o llegar la claridad del amanecer.As ocurre a quien estudia cuanto estanunciado. Los mensajes profticos, tanto

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    los de las Sagradas Escrituras como losrecibidos por distintas personas despusdel siglo primero, describen un futuro ma-ravilloso tras la purificacin necesaria,futuro del que podrn gozar en vida los quesean preservados para l por el poder deDios. Un conocimiento sin duda esperanza-dor para quienes vivimos estos tiemposturbulentos.

    De otro lado, en toda situacin difcil por laque pasa el hombre bien sea un peligrofsico, bien sea uno espiritual, bien sea deambos, necesita saber cmo salir bien deella. Los mensajes que el Cielo ha enviadoofrecen una gua muy especfica para en-frentar las tribulaciones y pasar airosamentelas pruebas. El conocimiento y la acepta-cin de ellos trae consigo paz, pues se con-solida la confianza en el poder de Dios, quetodo lo sabe, todo lo puede, todo lo disponepara el bien de los fie-les. Dios, Padre de Mi-sericordia, ha dispuestolas armas y las armadu-

    ras para sobrevivir dig-namente a las dificulta-des de los ltimos tiem-pos anunciados y parapasar con los nuestrosal reinado de paz y deamor que l tiene dis-puesto.

    Una teologa de la historia

    Otros aspectos que no suscitan el suficienteinters de algunos, quizs por falta de fe enellos, pero de los cuales las revelacionesprivadas ofrecen mucha informacin es elde las causas ltimasel por qu y el paraqu en los planes de Diosde las tribula-ciones: qu papel cumplen en el plan divinode salvacin .

    Por lo dems, muchas preguntas surgencuando se busca por estos caminos el senti-do del perodo que ya se vive, tanto en laIglesia como en el mundo. Por ejemplo:

    Puede un catlico respetuoso del Magiste-rio de la Iglesia creer en las profecas pri-vadas? Las profecas bblicas, no son simplesfiguras y gneros literarios?La creencia en el milenarismo (la pocade paz) no est prohibida por la Iglesia?

    Cmo puede un Dios misericordioso per-mitir tantas tribulaciones?Si Dios quiere la conversin por amor y nopor miedo por qu parece asustarnos conadvertencias de situaciones difciles?Qu tan cerca estamos del final de lostiempos?Cul es la diferencia entre el fin de lostiempos y el fin del mundo? Cul es surelacin?

    Por qu tiene tanta importancia la VirgenMara en estos ltimos tiempos?Es real la crisis profetizada para la Igle-sia Catlica para los ltimos tiempos?No ser el Anticristo una figura literariabblica ms que una persona histricaconcreta ?Deben divulgarse las advertencias y losmensajes profticos? Quin debe hacerloy cmo?

    Es consecuencia de la bondad infinita deDios que l quiere que sepamos todo cuan-to hace falta conocer para nuestra salvacin.De all que haya previsto esta necesidad yse haya adelantado desde hace siglos ofre-ciendo toda la informacin necesaria. Inclu-so ha pensado en la respuesta a tantas ex-presiones de in-credulidad respec-

    to a la veracidadde las revelacionesque l hace entodo tiempo.

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    A medida que se conocen las revelacionesse descubre una perfecta exposicin de unateologa de la historia realizada por Dios

    por diversos medios: la explicacin de susplanes amorosos con la humanidad, contodos y cada unos de sus hijos.

    CREDIBILIDAD DE LAS REVELACIONESAl cruzar y organizar temticamente lascitas profticas recopiladas se encuentranasombrosas coincidencias como las si-guientes:

    Concordancia entre los videntes

    Como podr ver

    cada lector laconcordancia yarmona entre losvidentes esasombrosa. Con-forman como un

    gran rompecabezas del que cada revelacinviene a ser como una pieza que aporta algopropio al total y que reitera de alguna mane-ra los temas centrales pero con su propio

    matiz, y todo ello develndose poco a pocoa lo ancho del mundo y a lo largo de lahistoria.

    Cmo explicar estas asombrosas ratifica-cin y complementariedad sin aceptar suorigen sobrenatural? No hay explicacinhumana" posible. Por otro lado, tanto losPadres de la Iglesia como los santos, y losvidentes de los ltimos ciento cincuenta

    aos no han sacado provecho alguno quepudiera hacer pensar en algn deseo dementir, as como no han contradicho consus actos la honestidad con que predican.Adems, los fenmenos por los que ellosllegan a saber lo que dan a conocer vannormalmente acompaados de manifesta-ciones sobrenaturales que producen frutosde conversin y santidad en ellos y en mu-chos de los que los rodean.

    Nadie podra decir con sensatez que todaesta expresin proftica que cubre loscinco continentes durante dos mil aos

    sea informacin sinsentido o una granpatraa o conspira-cin para desorientara los hombres, cre-yentes o no, paraalejarlos de la verdadproclamada por la

    Iglesia, cuando evi-dentemente se puedededucir lo contrario. Unas cuantas y su-puestas apariciones de la Virgen a presun-tos videntes, cercanos geogrficamente y enel tiempo, podran ser consideradas comohisteria o sugestin colectiva. Pero un con-junto tan grande de fenmenos, tan esparci-do en el tiempo y en la geografa mundial,no puede ser descalificado a la ligera con

    una acusacin semejante: el asunto adquiereotro cariz y exige otra respuesta.

    Del estudio de unos pocos casos aisladospodra no deducirse veracidad alguna, perotras un anlisis serio del gran conjuntoinformativo recibido y dado por los viden-tes la credibilidad en todo cuanto aseverantoma una fuerza avasalladora.

    Concordancia con el Magisterio de laIglesia

    Se observa fcilmente quede todo lo dicho en el granconjunto de mensajes, aqutrascrito, nada atenta contralo enseado por el magiste-rio infalible de la Iglesia. La

    mayora de los videntes de los ltimos si-

    glos son personas sin instruccin especial(pastores, campesinos, muchachas de servi-cio, amas de casa, nios) gente del comn ysin capacidades extraordinarias; sin embar-

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    go, muestran en todo cuanto dicen unasabidura espiritual excepcional y un granconocimiento de los contenidos de la fe.Cmo se puede explicar tanta sabidura yprofundidad doctrinal en estos videntes sisus mensajes no vienen del Cielo? Dicien-do que vienen del lado enemigo? Solo unhombre realmente ciego podra afirmar cosasemejante.

    Concordancia con la profeca bblica

    Otro resultado asombrosodel estudio es la visin dela congruencia entre lasprofecas bblicas y las delos videntes, entre la reve-lacin pblica con la

    revelacin privada. Y no podra ser deotro modo teniendo ambas a Dios comoautor. En la presentacin que estas librospretenden se intercalan las citas bblicas enconcordancia con cada tema para que puedaapreciarse su armona y se logre una mayorcomprensin del contenido de los mensajes.Puede decirse con seguridad que la revela-cin privada explica la revelacin bblica, lahace ms comprensible, la devela an mssegn la realidad histrica y el modo de sucumplimiento.

    Congruencia con el sentido comn yla lgica histrica

    No se necesita ser un historiador para ver

    en las simples noticias de diarios y televi-sin que el mundo est entrando acelera-damente a la que podra considerarse comoprimera etapa de la debacle. Ni se necesitaser un cientfico social para darse cuenta deque las proyecciones polticas, econmicas,culturales, religiosas y sociales permitendeducir la facti-bilidad de lassiguientes etapas

    [en la lgica de

    las profecas, siempre y cuando no haya unaradical e inmediata conversin mundial].

    Coincidencia con otros mensajesprofticos no cristianos

    Causa cuando menos curiosidad y extraezala similitud entre un gran conjunto de pro-fecasexistentesen casitodas laspocas yculturas.Tanto enlas culturas prehispnicas centroamericanascomo la hind, la juda, la egipcia, la euro-pea antigua y la musulmana, a lo largo delos siglos, todas coinciden en pronosticarunos tiempos cataclsmicos histricos uni-versales previos a un renacer esplendoroso.En sus distintas cronologas todas predicenuna poca de purificacin y renovacin quecoinciden con alto grado de aproximacincon el ao 2000 de la era cristiana (pocosaos ms o menos) y que se extiende por uncorto perodo. Tambin en los ltimos aostodo un grupo de parasiclogos, de perso-nas creyentes en los OVNIS y de genteadepta al movimiento de la Nueva Era,ofrecen profecas similares y unas cuantasdiferencias.

    Estas similitudes (simples coincidencias?)pueden o no aportar validez a las profecascatlicas. Pero las diferencias s puedenresultar muy significativas para la fe catli-ca y la salvacin del alma. En el caso de lasprofecas cuyo origen es el conjunto dedoctrinas y enseanzas de la Nueva Era yde los creyentes en Ovnis, podra decirseque buscan imitar las profecas de origencristiano y adaptarla para sus fines de con-quista de adeptos a sus oscuros propsitos.En el noveno libro puede verse el desarrollo

    de este tema.

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    DEDICATORIA

    A los Cardenales, Obispos, Sacerdotes,telogos, estudiosos del tema y servidoresde grupos de oracin y de comunidades a

    quienes corresponde discernir los signos delos tiempos y orientar el caminar del pueblode Dios en esta turbulenta poca de la histo-ria.

    A todos los buscadores de la verdad detodas las religiones y creencias.

    La informacin necesaria sobre el impor-tante tema de las revelaciones privadas de

    origen catlico sobre los ltimos tiempos esmuy amplia y suele estar dispuesta de talforma que resulta difcil estudiarse en pers-pectiva. Muchas veces sus ramas no dejanver el rbol con las consecuencias negativasesperadas: una verdad a medias suele indu-cir errores de apreciacin. Es el deseo del

    autor de esta compilacin que su trabajocontribuya al esclarecimiento de la Verdadal respecto y que esta sea utilizada para dar

    mayor gloria a Dios y facilitar la salvacinde muchas almas.

    Agradezco mucho a Alejandro Pedraza,Antonio Yague, Rafael Arango. Jos Galat,Susana Daz, Julin Gmez, Francisco yJuan Carlos Snchez-Ventura, Fausto Ga-leano y a muchas otras personas que fuerondecisivas con su ayuda a la obra. Agradezcosobremanera a mi familia su apoyo y com-

    prensin, y solicito su perdn por el sacrifi-cio en todos los aspectos a que se vieronavocados por mi dedicacin en exclusividada este proyecto durante un largo perodo,descuidando un poco mis deberes de estado.

    DECLARACIN

    Amparado por el decreto del 15 de No-viembre de 1966 publicado en el ActaApostolicae Sedis el 29 de diciembre de1966 (Volumen 58, nmero 16) este librose publica sin necesidad de Censura Ecle-sistica. Este decreto se basa en la deroga-cin que hizo el Papa Pablo VI de los cno-nes 1.399 y 2.318 del Derecho Cannicoque exigan esta censura cuando se escribie-ra sobre temas referentes a nuevas aparicio-

    nes y manifestaciones Divinas en lo queconocemos como revelacin privada.

    En la actualidad los estudiosos puedeneditar escritos referentes a este tema sin el

    conocido Imprimatur con tal de que seajusten a la moral y a la fe aceptada por elMagisterio de la Iglesia.

    De otro lado, de acuerdo al decreto del PapaUrbano VIII al respecto, declaro que deninguna revelacin privada consignada eneste documento afirmo su origenral, y al respecto me atengo al juicio de laAutoridad Superior Competente. No pre-

    tendo, por lo tanto, adelantarme al juiciodefinitivo de la Jerarqua Eclesistica y mesometo incondicionalmente al dictamenfinal y oficial de este Magisterio

    PLAN DE TEMAS DE LA OBRA

    Como puede verse en la

    pgina frontal la obra estestructurada en cuatro gru-pos de tres libros. Aunquese puede leer cualquiera de

    los libros en forma independiente y se pue-

    de leer el total de la obra en cualquier or-den, el diseo cuenta con una estructurasecuencial lgica que tiene una meditadautilidad.

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    REVELACIONES DE JESS Y MARA SOBREESTOS LTIMOS TIEMPOS

    TTULOS DE LA SERIE DE LIBROS*

    Triloga de la Esperanza

    1. LA MARAVILLOSA POCA DE PAZ Y AMOR QUE SE APROXIMA

    2. PUEDE UN CATLICO, RESPETUOSO DEL MAGISTERIO DE LA IGLESIA,CREER EN LAS PROFECAS PRIVADAS?

    3. REVELACIONES SOBRE LA VIDA DESPUS DE LA VIDA

    Triloga de la Fe

    4. COMO PUEDE UN DIOS MISERICORDIOSO PERMITIR TANTASTRIBULACIONES A SUS CRIATURAS?

    5. UN GRAN PLAN DE DIOS PARA LA SALVACIN Y RENOVACIN DE ESTEMUNDO EN CRISIS

    6. INSTRUCCIONES DEL CIELO PARA PROTEGERNOS DURANTE LASTRIBULACIONES DE ESTOS LTIMOS TIEMPOS

    Triloga apostlica (primer libro)

    7. LA PROFETIZADA CRISIS EN LA IGLESIA CATLICA Y SU RENOVACIN

    Triloga de la Caridad

    8. LA CRISIS GLOBAL PROPICIA PARA EL SURGIMIENTO DE UN NUEVOORDEN MUNDIAL Y DE UNA IGLESIA ECUMNICA UNIVERSAL

    9. EL CERCANO Y CORTO REINADO DEL ANTICRISTO PROFETIZADO

    10. LA GRAN TRIBULACIN FINAL ANTES DE LA RENOVACIN DELMUNDO

    Triloga Apostlica

    11. DEBEN DIVULGARSE LAS ADVERTENCIAS Y MENSAJES PROFTICOS?LOS APSTOLES DE LOS LTIMOS TIEMPOS

    12. MENSAJES DE LA VIRGEN MARA AL PADRE GOBBI SOBRE ESTOS

    LTIMOS TIEMPOS______________________________________*Ver ndices ms detallados de los libros y sus captulos al final del libro

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    Todo lo que el Cielo revele tiene como finfortalecer las tres virtudes teologales: fe,esperanza y caridad, fundamento de todaslas dems. Por dems, todo lo que comuni-ca el cielo tiene por objeto la salvacin dealmas e implica para quien lo recibe laresponsabilidad de ser divulgador. As seconformaron las trilogas:

    Triloga de la esperanza

    Necesitamos urgen-temente de esperanzapara seguir luchandoen la vida, tanto anivel humano como anivel espiritual. En elprimer libro La ma-ravillosa poca de

    paz y amor que se aproxima las revelacio-nes nos dan la esperanza cierta de un cielonuevo y la tierra nueva prometidos luego deesta purificacin. Su cercana, y su disfrutecon los nuestros debe llenarnos de alegra.En el segundo libro Puede un catlico,

    respetuosos del magisterio de la Iglesiacreer en las profecas bblicas y privadas?no solo encontramos respuesta afirmativa ala pregunta, sino la explicacin de cmo ses lcito de acuerdo al magisterio creer enun milenio esplendoroso dentro de laprxima historia de la humanidad. En eltercer libro ( Revelaciones sobre la vidadespus de la vida)puede verse la diferen-cia entre el fin de los tiempos y el fin del

    mundo; con ese conocimiento puede reno-varse la virtud teologal de la Esperanza porcuanto se recuerda el Cielo prometido aquienes acepten la invitacin de Dios acompartir su feli-cidad eterna.

    Infinitamente msimportante que sermerecedores de

    participar en elmaravilloso mile-nio que se aproxima, que es temporal, es serconsiderados dignos de la felicidad eterna.

    Triloga de la Fe

    El cuarto libro(Como puedeun Dios miseri-

    cordioso permi-tir tantas tribu-laciones a suscriaturas?)puede ayudar amantener la fepues ayuda acomprendercmo esta puri-ficacin es per-mitida no causadapor Dios como unaexpresin de su misericordia, aunque tam-bin de su justicia; que l no permite oquiere nada que no sea bueno para sushijos, y si lo permite ser para la salvacinde un mayor nmero de almas, para la glo-ria de su nombre. El quinto libro (Un gran plan de Dios para la salvacin y renova-cin de este mundo en crisis) ayuda a to-

    mar conciencia de cmo esta etapa de lahistoria estaba prevista dentro del plan deDios para la salvacin de la humanidad,para la segura victoria de la Virgen Mara yde su linaje sobre Satans y sus huestes enla gran batalla final profetizada en el librodel Gnesis (Gen 3, 14-15) y en el del Apo-calipsis (Ap 13, 1-3, 13), base para la reno-vacin del mundo.

    El conocimiento de esto debe ayudar aaumentar la fe del creyente, del mismomodo que el contenido del libro sexto (Ins-trucciones del cielo para protegernos du-rante las tribulaciones de estos ltimostiempos) debe mover a la confianza aban-donada en Dios Padre de misericordia. Diosha previsto la proteccin de su pueblo du-rante esta poca de grandes tribulacionescomo expresin de su amor.

    Triloga de la Caridad

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    Los librosoctavo (Lacrisis global propicia parael surgimientode un Nuevoorden mundialy de una Iglesia

    ecumnica universal), noveno (El cercano ycorto reinado del Anticristo profetizado) ydcimo (La gran tribulacin final antes dela renovacin del mundo) ofrecen una rela-cin secuencial de los eventos histricosadvertidos por el Cielo para los prximosaos previos a la renovacin del mundo. Esla descripcin de los duros hechos que hande ocurrir, usualmente son los ms divulga-dos y su aceptacin es la ms difcil. Comodijimos, ellos solos, sin aquello que los dotadel sentido querido por Dios en su plan desalvacin, pueden traer mucho desasosiego.Dios nos da esta informacin con el prop-sito de conocer con anticipacin los eventospara entenderlos y poderlos manejar apro-piadamente segn sus instrucciones. No da

    Dios sus dones para nuestra intranquilidad,sino para nuestro bien. Lo nuestro es lacorrespondencia.

    Llamamos a esta triloga de la Caridad, parahacer ver que esto entra en los planes mise-ricordiosos de Dios y que durante este per-odo va a ser necesaria en la Iglesia rema-nente un despliegue especial del amor fra-terno tendiente al apoyo mutuo para pasar

    la dura prueba a la que vamos a estar some-tidos.

    Triloga apostlica

    El sptimo libro( La profetizadacrisis en la igle-sia catlica y surenovacin) estsituado dentro dela secuenciaanterior de la triloga de los eventos de lastribulaciones. Se hace as para mostrar larelacin causa - efecto entre esta descrip-cin de la Gran apostasa profetizada, lastribulaciones y la aparicin del Anticristo (1Tes 2, 3-4). Son tambin mensajes de difcilaceptacin, quizs por el amor hacia nues-tra Santa Madre Iglesia, y an as es uncanto a la esperanza pues se cumplir lapromesa del Seor acerca del que las puer-tas del Infierno no prevalecern contraella. La prueba por la que va a pasar elcuerpo mstico de Cristo, a semejanza de la

    que pasJess, suCabeza, tieneun propsito,y, como l,

    resucitarhermosa-mente renovad.

    El libro undcimo (Deben divulgarse lasadvertencias y mensajes profticos? Losapstoles de los ltimos tiempos) presentauna respuesta afirmativa a la pregunta yayuda a tomar conciencia de la urgencia dela divulgacin de los mensajes profticos yde un apostolado de los ltimos tiempos. ElCielo nos da toda una gua de accin comoparte del plan salvfico.

    El ltimo libro ( Mensajes de la Virgen Mara al padre Gobbi sobre estos ltimostiempos) documenta en forma temticaparte de los mensajes que la Virgen diodurante 25 aos al Padre Gobbi, quien guahumanamente el Movimiento SacerdotalMariano. Dej estos mensajes y adverten-

    cias profticas consignadas en su libro Alos Sacerdotes, hijos predilectos de laSantsima Virgen, editado con imprimatur.En esta obra la Virgen presenta un panora-

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    ma global completo sobre todos los temasreferentes a los ltimos tiempos vistos enlos otros libros. Puede leerse a modo deresumen.

    Al Movimiento Sacerdotal Mariano estn

    adscritos ms de 100.000 sacerdotes (casiun 20% de los sacerdotes del mundo) y msde 400 Cardenales y Obispos. Los siguenmillones de laicos que se renen semanal-mente en cenculos de oracin y estudianlas revelaciones privadas recibidas. An as,esta institucin tiene detractores y ante lalgunos jerarcas reaccionan con increduli-dad.

    Este ejemplonos permitetambin mos-trar la serie-dad del tema y rebatir ataques simplistasque descalifican a las personas que creemosen estos planteamientos, y que nos tildan deignorantes, fanticos y desobedientes a laJerarqua cuando los divulgamos.

    Vemos los ndices generales de los docelibros al final de este libro.

    PRESENTACIN DE LA OBRA EN VERSIN DE LIBROSELECTRNICOS PARA VER EN CUALQUIER COMPUTADOR,

    CON IMPORTANTES COMPLEMENTOS

    Los doce libros en versin digital enPDF

    Para versatilidad en el manejo de los docetemas y libros se provee una presentacinde estos en versin electrnica (e-books) en

    4 CD-Roms que agrupan tres libros en cadauno, como se ve en la cartula interior (alinicio). De esta forma el CD-Rom A agrupaen la triloga de la Esperanza que incluyelos libros 1, 2 y 3 de la serie, el CD-Rom Bintegra la triloga de la Fe con los libros 4, 5y 6, etc.

    Los CD-Roms se abren desde cualquiercomputador, en PDF, y se pueden leer enpantalla, con la ventaja de que las ilustra-ciones estn a todo color en versin msesttica. Permite imprimir selecciones detextos para fines de estudio personal o gru-pal, aunque se pide respeto de derechos deautor, en impresin en escala o con afn delucro.

    Presentacin PowerPoint de resumen

    y materiales de trabajo imprimiblespara estudio personal o para gruposde estudio

    En los CD-Roms se incluye un juego dediapositivas en POWERPOINT como re-sumen y presentacin para cada uno de loslibros. Esto facilita en forma por demsclara, grfica y sencilla, el estudio de cadalibro sea en forma personal o en grupos deestudio. Cada presentacin en PowerPointde cada libro tiene a su vez unos formatosde trabajo en forma de gua de estudio quefacilita el manejo del tema en forma didc-tica. Estos se pueden imprimir conforman-do una especie de manual ilustrado de estu-dio y trabajo de toda la obra.

    Pelculas sobre las principales Apari-ciones de la Virgen y de sus mensajes,y de otras revelaciones privadas

    Por ltimo, se incluyen en cada uno de losCD-Roms de una serie de clips sobre lasprincipales apariciones de la Virgen Maray de otras revelaciones privadas, en videosen formato MPG que se puede ver desdecualquier computador. Esto termina de dar

    una presentacin agradable y pedaggica ala obra.

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    REVELACIONES SOBRE LA VIDA

    DESPUS DE LA VIDA

    A. EL REAL FIN DEL MUNDO Y EL JUICIOUNIVERSAL

    1. SEGUNDA VENIDA DE CRISTO AL FIN DEL MUNDO,PARA EL JUICIO FINAL

    PRECEDENCIA DEL FIN DE LOSTIEMPOS AL MILENIO, LUEGODEL CUAL SIGUE EL FIN DEL

    MUNDO

    La Gran Tribulacin es el primerfin Pero a vosotros los que habitisla tierra en este ao 2000, os digo queese primer fin de este captulo 24 de

    San Mateo, lo tenis ya mismo a laspuertas

    A Pequea Alma, Espaa 2000: (J) Mas elque persevere hasta el fin, ese se salvar(Mt 24, 13).

    De cul fin se habla aqu?, porque en elversculo siguiente 14, se habla de otrofin.

    En este versculo 13 se habla del fin de laGran Tribulacin o sea, la Gran Tribula-cin es el primer fin.

    A mis contemporneos de Jerusaln lesprediqu este fin de su Gran Tribulacin, lacual vivieron con la destruccin del templo y de Jerusaln, causada por los romanosaos ms tarde, y que se contiene en los

    versculos del 15 al 20.

    Pero a vosotros los que habitis la tierra eneste ao 2000, os digo que ese primer fin de

    este captulo 24 de San Mateo, lo tenis yamismo a las puertas Y no podis perseve-rar en la verdadera fe de mi Iglesia Catli-

    ca y llegar a l para salvaros, como nohagis caso de las palabras que mi Santa Madre os viene anunciando por todo elmundo con sus manifestaciones y aparicio-nes a nios, jvenes, adultos y ancianos detoda clase y condicin social y religiosa

    Tendr que venir a reinar en la tierradurante mil aos, en los cuales

    Satans permanecer encadenado enel abismo y cuando digo mil

    aos, quiero decir mil aos, pues

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    esto es Palabra del Padre y no tieneninguna intencin doble o

    interpretacin simblica o estilstica,sino que sern mil aos del tiempo devuestra tierra y mundo (Ap 20, 2-3).

    A Pequea Alma, Espaa 2000: (J) Tendrque venir a reinar en la tierra durante milaos, en los cuales Satans permanecerencadenado en el abismo y cuando digomil aos, quiero decir mil aos, puesesto es Palabra del Padre y no tiene ningu-na intencin doble o interpretacin simb-lica o estilstica, sino que sern mil aosdel tiempo de vuestra tierra y mundo (Ap

    20, 2-3).

    Yo tengo que venir a reinar en la tierra,como as os ense en la oracin al PadreNuestro: Venga a nosotros tu Reino yesto an no ha sucedido en la tierra de unmodo universal. Y Tambin dije que ElReino de Dios no vendr a vosotros osten-siblemente, ni podris decir: -est aqu oall- , porque el Reino de Dios est dentro

    de vosotros (Lc 17, 21)

    ...por el amor a su Venida Gloriosa eIntermedia, como un anticipo laltima y definitiva, en la que por

    ahora no tenis que pensar porque nola conoceris en estos tiempos, puesser en otros ya anunciados para el

    Juicio Final

    A pequea Alma, Espaa 2001: Esto te dirmi Hijo... no lo dudes y sigue animando la fe de tus hermanos y hermanas, que todoslos que estn esperando a Mi Hijo, cuandovuelva les dar su premio a la fe y a laconstancia que han tenido sobrellevando laincomprensin y burlas de los dems, porel amor a su Venida Gloriosa e Intermedia,como un anticipo la ltima y definitiva, en

    la que por ahora no tenis que pensar por-que no la conoceris en estos tiempos, puesser en otros ya anunciados para el JuicioFinal

    Yo creo por la Gracia de Dios, peroesta noticia creo que muchos no lavan a creer en la Iglesia, pues en elMagisterio se habla de dos Venidas

    tuyas nada ms, la Primera y la

    Segunda y ltima en Gloria

    A Pequea Alma, Espaa 2001 (J) EseHombre noble que se fue a un pas lejanopara recibir el poder real y volver ensegui-da (Lc 19, 12) Soy Yo, que me fui al Padrecuando resucit y ahora vuelvo como Reyde Paz y de Amor, Es mi venida intermediaantes de la final como Juez de vivos y muer-tos.

    Seor mo! Yo creo por la Gracia de Dios,pero esta noticia creo que muchos no la vana creer en la Iglesia, pues en el Magisteriose habla de dos Venidas tuyas nada ms, laPrimera y la Segunda y ltima en Gloria

    S hijo mo, y as es, pero est escrito enSan Lucas 18, 8: Pero cuando venga el Hijo del Hombre, encontrar fe en latierra?, y esa es una venida ma reveladapero no suficientemente explicada es ahoracuando la estoy comunicando abiertamente

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    a mi Iglesia a travs almas pequeas y node los sabios y entendidos Ya es hora dehablar de esto, mi Santsima Madre lo estanunciando hace tiempo y no es escuchada;no te extraes t, que tampoco te creanno es a ti, hijo mo, es a M a quien nocreen

    Esta Venida ma no tiene relacin con el pecado Mi primera venida fue comoRedentor del hombre; esta venida interme-dia es como Rey de Paz y de Amor, y laltima y final ser como Juez universal detoda naturaleza humana y anglica.

    Yo no puedo venir a reinar ahora, en Per-sona y Resucitado a vuestro mundo nome aceptaras pues salvo una muy pe-quea minora, la mayora no aceptis a miSantsima Madre, cuando se aparece a losnios, a los jvenes y a los ancianos (Hch2, 17-18). Yo tambin me aparezco y no meaceptis porque ya no tenis fe y estistan corrompidos e insensibles a todo loespiritual y verdadero, que ya no tenis

    ms fe, sino slo en lo que veis y tocis,como el apstol Toms

    Ser el retorno de Jess en su gloria,antes de su ltima venida para elJuicio Final, cuya hora sigue aun

    escondida en los secretos del Padre

    Al Padre Gobbi, Milan, Italia, 1972. Seme-jante a la primera ser su segunda venida,

    hijos predilectos. Como fue su nacimientoen esta noche (conmemoracin de la navi-dad), ser el retorno de Jess en su gloria,antes de su ltima venida para el JuicioFinal, cuya hora sigue aun escondida enlos secretos del Padre.

    Tambin en esta segunda venida, el Hijovendr a ustedes a travs de su Madre.Como el Verbo del Padre se sirvi de miseno virginal para llegar a ustedes, astambin Jess se servir de mi Corazn

    Inmaculado para llegar a reinar entreustedes.

    Esta es la hora de mi Corazn Inmaculado porque se est preparando la venida delglorioso Reino de amor de Jess.

    EL LTIMO CICLO

    Lo arroj al Abismo, cerr con llavey adems puso sellos para que nopueda seducir ms a las naciones

    hasta que pasen los mil aos

    San Juan, Isla de Patmos, 95 d.c.: Loarroj al Abismo, cerr con llave yadems puso sellos para que no puedaseducir ms a las naciones hasta quepasen los mil aos. Despus tendr queser soltado por poco tiempo.

    Y cuando se terminen los mil aos,Satans ser soltado de su prisin,

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    saldr a engaar a Gog y Magog, esdecir, a las naciones de los cuatro ex-tremos de la tierra, una multitud tan

    numerosa como las arenas del mar.Invadieron el pas entero y cercaron elcampamento de los santos, la Ciudadmuy amada, pero baj fuego del cielo ylos devor.(Ap 20, 3.7-9)

    Despus de los mil aos, cuando,cuando sea soltado (Satans), volvera seducir a los hombres desvindolos

    de la Verdad de nuevo, y cuando unavez ms crea ganar la batalla a Dios,

    descender fuego del cielo y losdevorar

    A Pequea Alma, Espaa 2001 (J) Despusde los mil aos, cuando, cuando sea soltado(Satans), volver a seducir a los hombresdesvindolos de la Verdad de nuevo, y

    cuando una vez ms crea ganar la batalla aDios, descender fuego del cielo y los de-vorar, El Diablo, que los extraviaba,ser arrojado en el estanque de fuego yazufre, donde tambin estn la Bestia y elFalso Profeta, y sern atormentados da ynoche por los siglos de los siglos (Ap 20,7-15).

    Despus vendr el Juicio Universal con mi

    Venida como Juez de vivos y muertospues esta venida intermedia ma, ser como Rey de Paz y Misericordia, y la ltimacomo Rey de Justicia. (Mt 25, 31-46)

    LLEGADA DEL FIN DELMUNDO TRAS EL MILENIO.VUELTA DE JESS ENTRELAS NUBES, TAL Y COMO

    FUE ANUNCIADO PARA ELJUICIO FINAL

    Despus, cuando acaben los mil aosde mi Reinado en la tierra, subir alCielo y volver como Juez de vivos ymuertos, entonces ser tambin el fin

    de este mundo

    A Pequea Alma, Espaa 2001 (J) Des- pus, cuando acaben los mil aos de miReinado en la tierra, subir al Cielo y vol-ver como Juez de vivos y muertos, enton-ces ser tambin el fin de este mundoentended bien lo que os digo, porque algu-nos sabios y prudentes estn equivocados ydormidos pensando que mi Venida en Glo-ria est an muy lejana y no cuentan conesta Venida intermedia claramente anun-ciada en las Escrituras por M y el EsprituSanto.

    Este segundo fin, es el ltimo final dela humanidad que concluir con el

    Juicio universal

    A Pequea Alma, Espaa 2001 (J) Serpredicado este Evangelio del Reino en todo

    el mundo, como testimonio para todas lasnaciones, y entonces vendr el fin (Mt 24,14)

    He aqu el segundo fin

    Este es un pasaje que lo entienden malmuchos en mi Iglesia y les sirve para seguirdormidos, ya que piensan que an quedanmuchas partes del mundo sin conocer mi

    Buena Noticiacomo es casi toda Asia,con la China y Japn, la India y otras na-ciones parte del frica, donde apenas sihay pocos misioneros cristianos y por lo

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    tanto an queda mucho tiempo para que secumplan stas mis Palabras y llegue el finde las cosas o del mundo.

    Este segundo fin, es el ltimo final de lahumanidad que concluir con el Juiciouniversal, y como muchos creen y piensan,est an lejano, por lo que no nos corres- ponde ahora vivirlo, pues antes tiene queser predicado mi Evangelio por todo elmundo, y como he dicho antes, quedangrandes naciones y lugares que an no lohan odo, y esto requerir tiempo y trabajomisionero, el cual est previsto por la pro-videncia de mi Padre y el vuestro, para elReino de Paz en esos mil aos anunciadosen Ap 20, 1-6. Leedlo, porque est muyclaro par los que atienden y escuchan losmensajes de mi Santa Madre y mos enestos ltimos das No vengo a decirosnada nuevo que no est escrito y revelado,sino que vengo a explicaros las Escriturasa travs de mis pequeos pero no losatendis

    Y en ese preciso momento vernal Hijo del Hombre viniendo enla Nube, con gran poder e infinitagloria (Jess, Jerusaln, 33 d.c. Lc 21, 27)

    Este que os ha sido llevado, estemismo Jess, vendr as tal como

    le habis visto subir al cielo

    Lucas, Antioquia, 81 d.c.: Y dicho esto,fue levantado en presencia de ellos, yuna nube le ocult a sus ojos. Estandoellos mirando fijamente al cielo mien-tras de iba se le aparecieron dos hom-bres vestidos de blanco que les dijeron:Galileos, qu hacis ah mirando alcielo? Este que os ha sido llevado, estemismo Jess, vendr as tal como lehabis visto subir al cielo (Hch 1, 9-11)

    Miren que viene entre las nubes, ytodos lo vern

    San Juan, Isla de Patmos, 95 d.c.: Mirenque viene entre las nubes, y todos lovern, aun los que lo hirieron y llorarnpor su muerte todas las naciones de latierra. S, as ser.

    Yo soy el Alfa y el Omega, dice el Se-or Dios, el que Es, el que era y el queha de venir; el Seor del Universo. (Ap1, 7-8)

    Mientras todas las razas de latierra se golpearn el pecho, vernal Hijo del Hombre viniendo sobre

    las nubes del cielo con el poder

    divino y la plenitud de la gloriaJess, Jesrusaln 33 d.c.: Mientras to-das las razas de la tierra se golpearn elpecho, vern al Hijo del Hombre vi-niendo sobre las nubes del cielo con elpoder divino y la plenitud de la gloria.Enviar a sus ngeles, que tocarn latrompeta y reunirn a los elegidos de

    los cuatro puntos cardinales, de un ex-tremo al otro del mundo. (Mc 24, 30-31)

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    A l se le dio poder, honor yreino, y todos los pueblos y las

    naciones de todos los idiomas lesirvieron

    Daniel, Babilonia, 590 a.c.: En las nu-bes del cielo vena uno como hijo dehombre. Se dirigi al Anciano y fuellevado en su presencia

    A l se le dio poder, honor y reino, ytodos los pueblos y las naciones detodos los idiomas le sirvieron. Su poderes poder eterno y nunca pasar; y su

    reino jams ser destruido. ( Dan 7, 13-14)

    COLABORACIN DE LOSNGELES EN LA SIEGA

    La siega es el fin del mundo; lossegadores son los ngeles

    Jess, Jerusaln, 33 d.c..:El que siembrala buena semilla es el Hijo del Hombre;el campo es el mundo; la buena semilla

    son los hijos del Reino; la cizaa sonlos hijos del maligno; el enemigo que lasiembra es el diablo; la siega es el findel mundo; los segadores son los nge-les; de la misma manera, pues, que se

    recoge la cizaa y se quema en el fue-go, as ser en el fin del mundo. El Hijodel hombre enviar a sus ngeles querecogern de su Reino todos los escn-dalos y a todos los obradores de la ini-quidad y los arrojarn en el horno defuego: all ser el llanto y rechinar dedientes.

    Entonces los justos brillarn como elsol en el Reino de su Padre. (Mt 13, 37-43)

    As suceder al fin del mundo:saldrn los ngeles, separarn alos malos de entre los justos y los

    echarn en el horno de fuego

    Jess, Palestina, 30 d.c.: Tambin essemejante el Reino de los Cielos a unares que se echa en el mar y recoge pe-ces de todas clases, y cuando est llena,

    la sacan a la orilla, sesientan, y recogen encestos los buenos ytiran los malos. Assuceder al fin delmundo: saldrn losngeles, separarn alos malos de entre los

    justos y los echarn enel horno de fuego, allser el llanto y el re-chinar de dientes (Mt13, 44.50)

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    2. RESURRECCIN DE LOS MUERTOS

    RESURRECCIN DE TODOSLOS MUERTOS DE LA

    HISTORIA, Y JUICIO DETODOS LOS SERES HUMANOSEN EL LLAMADO JUICIO

    UNIVERSAL

    El mar devolvi sus muertos, latierra y el abismo devolvieron a

    sus muertos y todos fueronjuzgados segn sus obras

    San Juan, Isla de Patmos, 95 d.c.: Viluego un trono grande y resplandecien-te. Tierra y cielo se desvanecieron antela presencia del que estaba sentadosobre el trono y desaparecieron sin de-

    jar rastro. Vi tambin a los muertos,tanto a los poderosos como humildes,que estaban de pie ante el trono. Seabrieron entonces los libros, se abriotro libro el libro de la Vida-, y losmuertos fueron juzgados segn susobras, conforme a lo que estaba escritoen los libros. El mar devolvi sus muer-tos, la tierra y el abismo devolvieron asus muertos y todos fueron juzgadossegn sus obras.Muerte y abismofueron arrojadosdespus al estanquede fuego; he aqu lasegunda muerte: elestanque de fuego,al que fueron arro-

    jados todos los queno estaban inscritos

    en el libro de laVida. (Ap 20, 11-15)

    Llega la hora en que todos los queestn en los sepulcros oirn su voz

    Jess, Jerusaln, 33 d.c..: En verdad, enverdad os digo: llega la hora (y ya es-tamos en ella), en que los muertos oirnla voz del Hijo de Dios, y los que laoigan vivirn. Porque, como el Padretiene vida en s mismo, as tambin leha dado al Hijo tener vida en s mismo,y le ha dado poder para juzgar, porque

    es Hijo del hombre.

    No os extrais de esto: llega la hora enque todos los que estn en los sepulcrosoirn su voz y saldrn los que hayanhecho el bien para una resurreccin deVida, y los que hayan hecho el mal,para una resurreccin de Juicio. (Jn 5,21-29)

    Os parece increble que Diosresucite a los muertos?

    San Pablo, Jerusaln, 50 d.c.: Ahoraestoy sometido a Juicio por confiar enla promesa que hizo Dios a nuestrosantepasados, la misma que nuestras

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    doce tribus, sirviendo a Dios asidua-mente, da y noche, esperan alcanzar.Por tener esta esperanza, majestad, meacusan los judos. Os parece increbleque Dios resucite a los muertos? (Hch

    26, 6-8)TRANSFORMACIN DE

    TODOS LOS CUERPOS PARALA GLORIA O LACONDENACIN

    Y muchos de los que duermen enel polvo de la tierra se

    despertarn, unos para la VidaEterna, otros para la vergenza,para el castigo eterno

    Daniel Babilonia, 590 a.c.: Y muchosde los que duermen en el polvo de latierra se despertarn, unos para la VidaEterna, otros para la vergenza, para elcastigo eterno. Los sabios brillarn con

    el esplendor del firmamento; y los queguiaron a muchos por el buen camino,como las estrellas por toda la eternidad(Dn 12, 2-3)

    Todos los cuerpos resucitarn en elltimo da: los que hayan hecho el

    bien resucitarn para la vida; los quehayan hecho el mal, para la

    condenacinA Consuelo, Barcelona, Espaa, 1987: Losapstoles estaban reunidos en el cenculoy, por temor a los judos, tenan las puertascerradas: estaban hablando de estas co-sas, cuando l se present en medio de ellos y les dijo: la paz sea con vosotros. So-bresaltados y asustados, crean ver unespritu. Pero l les dijo: Por qu os

    turbis y por qu se suscitan dudas en vues-tro corazn? Mirad mis manos y mis pies;soy yo mismo. Palpadme y ved que un esp-ritu no tiene carne ni huesos como veis que

    yo ten go. Y diciendo esto les mostr lasmanos y los pies. Como ellos no acabasende creerlo a causa de la alegra y estuvie-sen asombrados, les dijo: Tenis ah algode comer? Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tom y comi delante deellos. (Lc 24, 36-43)

    Como has podido comprender, la diferen-cia entre un cuerpo espiritual y un cuerporesucitado y glorioso es inmensa; por otra parte, todos los cuerpos resucitarn en elltimo da: los que hayan hecho el bienresucitarn para la vida; los que hayanhecho el mal, para la condenacin (Jn 5,29).

    En un instante, en un abrir ycerrar de ojos, al son de la ltimatrompetapues tocar latrompeta -, los muertos

    resucitarn incorruptibles ynosotros seremos transformados

    San Pablo, Palestina, 50 d.c.: Mirad,voy a confiaros un misterio: no todosmoriremos, pero todos seremos trans-formados. En un instante, en un abrir ycerrar de ojos, al son de la ltima trom-

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    peta pues tocar la trompeta -, losmuertos resucitarn incorruptibles ynosotros seremos transformados. Por-que es necesario que este ser corruptiblese vista de incorruptibilidad y este ser

    mortal se vista de inmortalidad; enton-ces se cumplir lo que dice la escritura:la muerte ha sido vencida. Dnde est,muerte, tu victoria? Dnde est muertetu aguijn? El aguijn de la muerte esel pecado y el pecado ha desplegado sufuerza con ocasin de la Ley.( 1 Cor 15,51-57)

    Volvamos ahora de nuevo a lasEscrituras para que veis ladiferencia entre un cuerpo espiritual

    y un cuerpo resucitado y glorioso

    A Consuelo, Barcelona, Espaa, 1987: Losngeles son espritus que no tienen carneni hueso y, sin embargo, estos seres celes-tiales toman la apariencia humana cuandotiene que realizar alguna misin en la tie-rra; y lo mismo que ellos lo hacen las al-mas, que, en espera de sus cuerpos resuci-tados y gloriosos, se revisten, cuando lohan menester, de un cuerpo espiritual se-mejante al cuerpo material. Esta virtud ocapacidad no solo la poseen las almasglorificadas y los ngeles, como antes te hedicho, tienen tambin esta capacidadque para ellos no es virtud, pues la emplean

    para hacer el mallos demonios que sien-do espritus, se transforman muchas vecesen ngeles de luz (2 Cor 11, 14), en hom-bres y en reptiles abominables.

    Los santos que muchas veces se han mani- festado a las almas no eran una sombraindefinida, una luz o algo enigmtico; supresencia era como la de un hombre real,casi la del mismo que una vez abandon la

    tierra; sin embargo, si el hombre favoreci-do por esta visita hubiera tratado de tocara quien se le manifestaba, se habra dadocuenta de que esta no tena carne ni hue-

    sos, porque era slo una apariencia de larealidad. Volvamos ahora de nuevo a lasEscrituras para que veis la diferenciaentre un cuerpo espiritual y un cuerporesucitado y glorioso.

    Se siembra un cuerpo animal,resucita un cuerpo espiritual

    San Pablo, Palestina, 50 d.c.: Algunopreguntar: Cmo resucitarn losmuertos? Con qu cuerpo volvern ala vida? Insensato! Lo que tu siembrasno germina si antes no muere. Y lo que

    siembras no es la planta entera que hade nacer, sino un simple gran de trigo,por ejemplo, o de alguna otra semilla. YDios proporciona a cada semilla elcuerpo que le parece conveniente.

    As suceder tambin con la Resurrec-cin de los Muertos. Se siembra algocorruptible, resucita incorruptible; se

    siembra algo msero, resucita algo glo-rioso; se siembra algo dbil, resucitapleno de vigor; se siembra un cuerpoanimal, resucita un cuerpo espiritual. (1Cor 15, 35-40)

    l transformar nuestro mserocuerpo en un cuerpo glorioso

    como el suyo, en virtud del poder

    que tiene para someter todas lascosas.(San Pablo Palestina, 61 d.c.

    Fil 3, 21)

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    Cmo y cuando resucitarn losmuertos? Como resucit Cristo... En

    el ltimo da, cuando el ngel delSeor llame a juicio a todos los

    moradores de la tierra

    A Consuelo, Barcelona, Espaa, 1987:Cmo resucitarn los muertos? Comoresucit Cristo, el primognito de entrelos muertos, para que sea el primero entodo (Col 1, 15. 18). Cristo es la Cabezadel Cuerpo, de la Iglesia, y como resucitla Cabeza, as resucitarn los miembros,apareciendo gloriosos con l. Por tanto, si

    el hombre cree que Jess muri y resucit,de la misma manera Dios resucitar aquienes murieron con Jess (2 Tes 4, 14)

    Cundo resucitarn los muertos? En elltimo da, cuando el ngel del Seor llamea juicio a todos los moradores de la tierra.As dice el Seor a estos huesos: He aquque voy a hacer entrar el espritu en voso-tros y viviris. Os cubrir de nervios, harcrecer sobre vosotros la carne, os cubrirde piel, os infundir de nuevo un alma ysabris que yo soy el Seor. Habr un es-tremecimiento y los huesos se juntarnunos con otros. Y se levantarn sobre smismos (Ez 37, 5-6. 7. 10); y los muer-tos, grandes y pequeos, estarn de piedelante del trono. Se abrirn unos libros yluego se abrir otro libro, que es el de lavida; y los muertos sern juzgados segn loescrito en los libros, conforme a sus obras( Ap 20, 12).

    Su alma santsima entr en su cuerpoinerte y con todo el poder de la

    Divinidad lo revisti de claridad,impasibilidad, agilidad y sutileza...

    desaparecern del cuerpo del hombreglorificado el sufrimiento y el dolor

    A Consuelo, Barcelona, Espaa, 1987:Cristo muri y al tercer da resucit de

    entre los muertos, como primicias de losque murieron (1 Cor 15, 3.20)

    Su alma santsima entr en su cuerpo inertey con todo el poder de la Divinidad lo re-visti de claridad, impasibilidad, agilidad ysutileza. El cuerpo de Jess resplandecams que muchos soles, habiendo desapare-cido de l todo vestigio de sufrimiento y dedolor. Las heridas que le haban producidolos azotes desaparecieron, lo mismo quecardenales, hinchazn de ojos y rotura delcartlago de la nariz. Su rostro era bellsi-mo y tena la serenidad y el sosiego de uncielo en calma iluminado por la gloria deDios.

    Lo mismo que desaparecieron del cuerporesucitado de Jess todas las heridas comoconsecuencia de los azotes, de la corona deespinas y de la cruz, desaparecern delcuerpo del hombre glorificado el sufrimien-to y el dolor. Y de tal manera obrar Diosen el hombre maravillas, que de simple flaqueza se transformar en realeza, que-

    dando el cuerpo material sublimado por la

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    resurreccin gloriosa. Elhombre quedar dignificado,de forma que ms que hombreparecer un ngel en la presencia de Dios. Conser-var en su cuerpo resucitado y glorioso todas las graciasque haba recibido de Diosdurante su vida, nada le serquitado; al contrario, todo enl quedar enaltecido

    Si el hombre murilongevo, no

    resucitar con su longevi-

    dad, pues el deterioro delcuerpo y su natural des-gaste, lo mismo que el

    sufrimiento, las enferme-dades y la muerte, son

    consecuencias del pecado

    A Consuelo, Barcelona, Espa-a, 1987: Si el hombre muri

    longevo, no resucitar con sulongevidad, pues el deterioro del cuerpo ysu natural desgaste, lo mismo que el sufri-miento, las enfermedades y la muerte, sonconsecuencias del pecado. Cuando laMuerte y el Hades sean arrojados al lagode fuego, la muerte ser aniquilada y, conella sus desastrosas consecuencias. Laapariencia del hombre resucitado y glorio-so ser la de Cristo, que muri en la pleni-

    tud; solo los jvenes y los nios conser-varn su misma presencia. Taras, mermas ytachas sern subsanadas, pues la imperfec-cin no tiene lugar en los cielos, dondetodo ha de guardar armona con el Crea-dor.

    En el ltimo da su cuerporesucitar; pero como carecer degloria, no tendr las cualidades del

    cuerpo glorioso; no ser un cuerpocon claridad, pues no lo alumbra la

    gloria de Dios; no ser impasible aldolor, ya que ste ser su

    alimento y el amigo fiel que lo acom-paar siempre

    A Consuelo, Barcelona, Espaa, 1987: Si sualma est lavando sus vestiduras en el purgatorio, su prximo destino ser elcielo. Pero si el hombre muri impenitente

    y se conden, su alma estar en las caver-nas infernales padeciendo las penas dedao y de sentido, un sufrimiento que jamstendr fin. En el ltimo da su cuerpo resu-citar; pero como carecer de gloria, notendr las cualidades del cuerpo glorioso;no ser un cuerpo con claridad, pues no loalumbra la gloria de Dios; no ser impasi-ble al dolor, ya que ste ser su alimento yel amigo fiel que lo acompaar siempre.

    Los condenados perdern, incluso la agili-dad que ahora poseen para moverse comoespritus de demonios haciendo el mal; porque, cuando llegue el ltimo da, la

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    muerte y el Hades sern arrojados al lagode fuego y el que no est inscrito en el librode la vida ser arrojado con su cuerpo allago de fuego (Ap 20, 14-15). Y la Muerte y el Hades sern vencidos, porque habr

    llegado la salvacin, el poder y el re inadode nuestro Dios y la potestad de su Cristo

    3. JUICIO UNIVERSAL Y FINAL

    JUICIO DE JESS A CADAUNO Y A LA HUMANIDAD

    Hay tres juicios: el juicio particular,el juicio de las naciones y el juicio

    universal

    A Consuelo, Barcelona, Espaa, 1987: Dioses paciente y espera,porque quiere que todoslos hombres se salven (1Tim 2, 4). Perolleganlos frutos a la sazn y hayque segar el trigo (Ap14, 15) y vendimiar lauva; Los ngeles meten

    la hoz y siegan la mies,separan la cizaa deltri go (Mt13, 39. 41). Ellosrecogen la uva delas vides selecta y escan-cian el vino, pisan en ellagar de la ira de Dioslas uvas que van a laperdicin (Ap 14, 19).Hay tres juicios: el juicio

    particular, el juicio de lasnaciones y el juicio uni-versal.

    Todas las nacionessern llevadas a su

    presencia, yseparar a unos de

    otros, al igual que el

    pastor separa lasovejas de los chivos

    Jess, Jerusaln, 33 d.c.: Cuando elHijo del Hombre venga en su gloriarodeado de todos sus ngeles, se sentaren el trono de Gloria, que es suyo.Todas las naciones sern llevadas a supresencia, y separar a unos de otros, al

    igual que el pastor separa las ovejas delos chivos. Colocar a las ovejas a su

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    derecha y a los chivos a su iz-quierda. (Mt 25, 31-33)

    Porque quien se avergencede M y de mis Palabras, de

    se se avergonzar el Hijodel hombre, cuando venga

    en su Gloria

    Jess, Palestina, 30 d.c.: Porquequien se avergence de M y demis Palabras, de se se avergon-zar el Hijo del hombre, cuandovenga en su Gloria, en la de su Padre yen la de los Santos ngeles. (Lc 9, 26)

    No todo el que dice: Seor,Seor! Entrar en el Reino de los

    Cielos,

    Jess, Jerusaln, 33 d.c..: El rbol queno da buenos frutos es cortado y arroja-

    do al fuego. Por los frutos, pues losconoceris. No todo el que dice: Seor,Seor! Entrar en el Reino de los Cie-los, sino el que hace la Voluntad de miPadre que est en los Cielos.

    Muchos me dirn en aquel da: Seor,Seor!, no profetizamos en tu Nombre,y en tu Nombre expulsamos demonios,

    y en tu nombre hicimos muchos mila-gros? Yo entonces dir: Jams os co-noc; apartaos de M, agentes de iniqui-dad. (Mt 7, 19-23)

    CUMPLIMIENTO DE LAJUSTICIA DIVINA EN CADAUNO SEGN SU RESPUESTA

    PERSONAL, SUS OBRAS Y

    OMISIONES

    Y stos irn a un suplicio eterno y

    los buenos a la vida eternaJess, Jerusaln, 33 d.c.: Entonces elRey dir a los que estn a su derecha:Vengan, benditos de mi Padre, y to-men posesin del reino que ha sidopreparado para ustedes desde el princi-pio del mundo. Porque tuve hambre yustedes me dieron de comer; tuve sed yustedes me dieron de beber. Fui foraste-ro y ustedes me recibieron en su casa.Anduve sin ropas y me vistieron. Estu-ve enfermo y fueron a visitarme. Estuveen la crcel y me fueron a ver. Enton-ces los justos dirn: Seor, cundo tevimos hambriento y te dimos de comer,o sediento y te dimos de beber? Cun-do te vimos forastero y te recibimos, o

    sin ropa y te vestimos? Cundo tevimos enfermo o en la crcel, y te fui-mos a ver? El Rey responder: Enverdad les digo que, cuando lo hicieroncon alguno de los ms pequeos deestos mis hermanos, me lo hicieron am.

    Dir despus a los que estn a la iz-

    quierda: Malditos, aljense de m yvayan al fuego eterno, que ha sido pre-parado para el diablo y para sus nge-les! Porque tuve hambre y ustedes no

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    me dieron de comer; tuve sed y no medieron de beber; era forastero y no merecibieron en su casa; estaba sin ropa yno me vistieron; estuve enfermo y en-carcelado y no me visitaron. Estos

    preguntarn tambin: Seor, cundote vimos hambriento o sediento, desnu-do o forastero, enfermo o encarcelado,y no te ayudamos? El Rey les respon-der: En verdad les digo: siempre queno lo hicieron con alguno de estos mspequeos, ustedes dejaron de hacrmeloa m. Y stos irn a un suplicio eternoy los buenos a la vida eterna. (Mt 25,

    31-33)

    Entonces fueron juzgados losmuertos de acuerdo con lo que

    est escrito en esos libros, es decir,cada uno segn sus obras

    San Juan Isla de Patmos, 95 d.c.: Luegovi un trono grande y esplndido, y a

    uno que estaba sentado en l; el cielo y

    la tierra huyeron al verlo, sin que que-daran huellas de ellos. Y vi a los muer-tos, grandes y pequeos, de pie ante eltrono, mientras eran abiertos unos li-bros. Luego fue abierto otro, el libro de

    la vida. Entonces fueron juzgados losmuertos de acuerdo con lo que estescrito en esos libros, es decir, cada unosegn sus obras. El mar devolvi losmuertos que guardaba, y tambin laMuerte y el Lugar de los muertos de-volvieron los muertos que guardaban, ycada uno fue juzgado segn sus obras.

    Despus la Muerte y el Lugar de losmuertos fueron arrojados al lago defuego: este lago de fuego es la segundamuerte. Y todo el que no se hall inscri-to en el libro de la vida fue arrojado allago de fuego. (Ap 20, 11-13)

    ENCADENAMIENTO

    DEFINITIVO Y TOTAL DESATANS EN EL INFIERNO

    Entonces el diablo, el seductor, fuearrojado al lago de fuego y azufre,donde ya se encontraban la bestia

    y el falso profeta. All sernatormentados da y noche por los

    siglos de los siglos.(San Juan Isla dePatmos, 95 d.c.: Ap 20, 10)

    Fue arrojado el que acusaba anuestros hermanos, el que da ynoche los acusaba ante nuestro

    Dios

    San Juan, Isla de Patmos, 95 d.c.: Yalleg la liberacin por el poder de Dios.Reina nuestro Dios y su Cristo manda.

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    Fue arrojado el que acusaba a nuestroshermanos, el que da y noche los acu-ba ante nuestro Dios. (Ap 12, 10)

    FIN DE LA VIDA EN LATIERRA

    Dios ha de intervenir con el fuego delcielo (Ap 20, 9), y comenzar el JuicioFinal de vivos y muertos (Ap 20, 11-15), despus del cual la tierra ser

    lanzada al espacio muerta y sin vida

    A Pequea Alma, Espaa 2001 (J) Todoslos pueblos caminarn a la Nueva Jeru-saln que habr bajado del Cielo (Ap, 21), Dios ser reconocido, servido y adoradocomo debe ser por todas sus criaturas elprimer mundo de pecado habr pasado, yser sustituido por otro mundo nuevo du-rante mil aos ((Ap 20), hasta que Satanssea soltado de nuevo para extraviar a toda

    la tierra ((Ap 20, 7-8), y Dios haya deintervenir con el fuego del cielo (Ap 20, 9),y comenzar el Juicio Final de vivos y muer-tos (Ap 20, 11-15), despus del cual latierra ser lanzada al espacio muerta y sinvida. No es necesario que sepis ms , hijosmos, lo sabris todo cuando vayis conDios al Cielo para la eternidad

    B. REVELACIONES SOBRE LA VIDADESPUS DE LA VIDA1. JUICIO PARTICULAR

    IMPORTANCIA DE LACONCIENCIA ACERCA DEL

    TEMA DE LASPOSTRIMERAS

    Porque lo ms importante de vuestravida terrenal, y el negocio ms

    importante, es salvar vuestra alma dela condenacin eterna en el infierno y

    prepararla para ir al Cielo con laSantsima Trinidad por toda la

    eternidad, pues para ello habis sido

    creados y todas las dems cosas ynegocios, son secundarios y deberaisordenarlos hacia este fin (A Pequea

    Alma, Espaa 2001)

    Los ministros ya no hablan del alma,ni de las postrimeras del hombre:Muerte , Juicio, Infierno, Purgatorio,Limbo y Gloria. Pobres ciegos! Que

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    guan a otros ciegos Hacia dndecaminis?

    A Pequea Alma, Espaa 2001 (J) Misministros ya no hablan del alma, ni de las postrimeras del hombre: Muerte , Juicio, Infierno, Purgatorio, Limbo y Gloria lesda reparo predicar mi Palabra verdadera,, porque como ellos, la gran mayora, notodos, han perdido la fe piensan que sipredican esto, nadie les va a creer ya y son ellos los que no creen; piensa el

    ladrn que todos son de su condicin, diceel refrn

    Pobres ciegos! Que guan a otros ciegosHacia dnde caminis? En qu creis?Acaso pensis que Dios es como vosotros,injusto y parcial?... No!, os lo echar encara y cada uno recibir su premio o casti- go a Dios no podis engaarlo comohacis con los hombres

    No debis vivir ajenos a vuestro fin eterno yverdadero, en esta vida temporal y en este

    mundo terreno, que es el paso a la eterni-dad, la cual ser como os la hayis prepa-rado en esta vida terrenal.

    Es importante predicar sobre las

    cosas finales para los seres humanos:la muerte, el juicio final, el cielo y elinfierno

    Al Hermano David Lpez, San Antonio,Texas, 1987:Del mismo modo deben predi-car (los sacerdotes) sobre la preparacin para la muerte. Es importante predicarsobre las cosas finales para los sereshumanos: la muerte, el juicio final, el cielo

    y el infierno. Prediquen expresamente so-bre la necesidad de estar consciente delpecado, especialmente del pecado mortal ysus fatales consecuencias.

    LA MUERTE SEGN LOSDIFERENTES ESTADOS DEL

    ALMA

    Si un alma confa, tiene todava elcamino abierto, pero si el demonioconsigue cerrar el corazn con la

    desconfianza, cunto me toca lucharpara reconquistar aquella alma

    A Sor Benigna Consolata, Turn, 1900: (J)Escribe, Benigna apstol de me Misericor-dia, que lo principal que yo quiero que sesepa es que soy todo amor, y que la pena

    ms grande que se puede inferir a mi Co-razn es dudar de mi bondad. El dao msgrande que el demonio hace a las almas,despus de haberles hecho cometer el pe-cado, es la desconfianza. Si un alma confa,tiene todava el camino abierto, pero si eldemonio consigue cerrar el corazn con ladesconfianza, cunto me toca luchar parareconquistar aquella alma. Es cierto quecien pecados me ofenden ms que uno, perosi este es la desconfianza, me hiere el co-razn ms que los otros cien, porque la

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    desconfianza hiere mi corazn en lo msntimo. Amo tanto a los hombres!

    Al infierno solo van las personas que lopersisten en su alejamiento

    La puerta de mi Misericordia no estcerrada con llave sino solo

    entreabierta. A poco que la empujense abre. Incluso un nio la puedeabrir, incluso un viejo sin fuerzas

    Sor Benigna Consolata, Turn, 1900: (J)Mira, Benigna, aquel fuego! Sobre aquelabismo he extendido una especie de red

    protectora, con los hilos de mi misericor-dia, para que las almas no cayesen dentro.Pero aquellos que se quieren condenar vanall por forzar con sus propias manos aque-llos hilos y caen dentro. Y una vez que hancado ni siquiera mi bondad los puede sal-var. Estas almas han sido perseguidaspor mi misericordia como la polica persi-gue a un malhechor. Pero ellas han esca-pado al influjo de mi misericordia.

    La puerta de mi Misericordia no est ce-rrada con llave sino solo entreabierta. A poco que la empujen se abre. Incluso unnio la puede abrir, incluso un viejo sinfuerzas. En cambio, la puerta de mi justiciaest cerrada y solo la abro a quien me fuerza a abrirle. Espontneamente no laabrira jams.

    Que el pecador no tema acercarse aM. Aunque el alma fuera como uncadver en plena putrefaccin, si

    humanamente ya no hubieraremedio, no es as delante de Dios.Las llamas de la misericordia me

    consumen

    A Santa Faustina Kowalska, Polonia, 1937:

    (J) Que el pecador no tema acercarse a M.Aunque el alma fuera como un cadver enplena putrefaccin, si humanamente ya nohubiera remedio, no es as delante de Dios.

    Las llamas de la misericordia me consu-men; deseo derramarlas en las almas de loshombres... Para castigar tengo toda laeternidad; ahora, en cambio, prolongo eltiempo de la misericordia. Aunque sus pecados sean negros como la noche, diri-gindose a mi misericordia, el pecador meglorifica y honra mi pasin. En la hora desu muerte Yo le defender como mi mismagloria. Cuando un alma exalta mi bondad,

    Satans tiembla ante ella y huye hasta loms profundo del infierno.

    Los mayores pecadores alcanzaran unagran santidad si confiaran en mi misericor-dia. No hago uso de los castigos sino cuan-do los hombres mismos me obligan a hacer-lo. Antes del da de la justicia mando el dade la misericordia. A tales almas les conce-do gracias que superan sus deseos... No

    puedo castigar... a quien se refugia en mipiedad...

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    LA MUERTE SEGN LOSDIFERENTES ESTADOS DEL

    ALMA

    En los postreros momentos

    palpitantes de la voluntad, el hombrese ve como forzado a decidirse ypermanecer en el mismo estado en

    que estaba acostumbrado a vivir a lolargo de su existencia. Una buena o

    mala costumbre form en l unasegunda naturaleza que lo arrastra

    consigo a la eternidad

    Alma de Clara a su amiga Anita, Wald-friedhof, Alemania, 1937: Es cierto quehasta el instante mismo de la muerte puedeuno acercarse a Dios o darle las espaldas;pero tambin es cierto que, antes de expi-rar, en los postreros momentos palpitantesde la voluntad, el hombre se ve como forza-do a decidirse y permanecer en el mismoestado en que estaba acostumbrado a vivira lo largo de su existencia. Una buena o

    mala costumbre form en l una segundanaturaleza que lo arrastra consigo a laeternidad. As me sucedi a m; aos hacaque viva alejada de Dios. La causa de miruina no fue el haber pecado muchas veces,sino el no haber querido en vida levantar-me de mi postracin. Tu me aconsejastemuchas veces que oyese sermones y leyeralibros piadosos. Siempre contest lo mismo:No tengo tiempo.

    En cierta ocasin, habiendo visitado eltemplo del hospital, adonde tu me llamastehacia el medio da, sent una llamada de laGracia con tal fuerza, que solo falt unpaso para mi conversin; llor, pero luegoestuve fluctuando hasta que los goces delmundo vencieron el toque de la gracia; eltrigo qued ahogado entre las espinas. Conexcusa de que la religin era asunto de

    sentimentalismos segn afirmaban conti-nuamente en la oficina, rechac una vezms los movimientos de la Gracia, tal comohaba rechazado todos los dems.

    Salir de la tibieza no es fcil, sobretodo si la tibieza se ha hecho crnica

    y ha tomado asiento en el alma. Aveces es ms fcil que un pecador seconvierta que el que un tibio vuelva

    al camino de la perfeccin

    A Consuelo, Barcelona, Espaa, 1987: Elhombre tibio, mientras vive, juega con su felicidad eterna y se pone en peligro decondenacin. La pereza, la inconstancia, la

    cobarda y la infidelidad son las joyas fal-sas que engalanan al tibio. Salir de la tibie-za no es fcil, sobre todo si la tibieza se hahecho crnica y ha tomado asiento en elalma. A veces es ms fcil que un pecadorse convierta que el que un tibio vuelva alcamino de la perfeccin.

    El desorden interior y la pereza espiritualme ha hecho pensar en la parbola de las

    diez vrgenes, y quiero recordarla aqu porque esto es lo que puede acontecer amuchos de mis hijos que viven en tibieza, sino se despabilan y se tornan de necios enprudentes (Mt 25, 1-13).

    Muchas son las vrgenes necias que vivensin pensar que antes o despus vendr elesposo a pedirles cuenta. En esta ltimahora se miran las manos y se las ven vac-

    as (Deut 16, 16), y un sentimiento deculpabilidad se alza en su conciencia, y se preguntan: Y ahora que ser de m? Sin

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    embargo, la misericordia de Dios, una vezms, velar por ellas.

    La tibieza al purgatorio, labondad al Cielo y la maldad al

    infierno. En esto, hijo, est todoA 4 personas, Huatusco, Mxico, 1988:Vosotros estis en un grado medio, que esla lucha entre el bien y el mal. Pero depen-de de vosotros, hombres, si sois tibios,buenos o malos: la tibieza al purgatorio, labondad al Cielo y la maldad al infierno. Enesto, hijo, est todo. En estos tiempos hastalos ms fuertes caern; as que necesito que

    existan murallas de salvacin, construidaspor piedras de oracin y pegadas por la fey amor. Comprended queno seris libres, estarissujetos a M y a Mi Hijo Amadsimo. Pero hijo, sino os mandara Yo osmandara el mal.

    En el ltimo momento

    decisivo, el demoniodesencadena toda surabia contra el que se

    est muriendo

    Alma de Sor M.G. a laHermna. M de L.C. Pon-tigny, Francia 1873: Co-mo Ud. Lo sabe, yo no

    tuve agona. Pero le pue-do decir esto: en el ltimomomento decisivo, eldemonio desencadenatoda su rabia contra elque se est muriendo. Dios permite que lasalmas pasen por estasltimas pruebas paraacrecentar sus mritos.

    Las almas fuertes y gene-rosas, a fin de que obten-gan un sitio ms gloriosoen el Cielo, a menudo

    experimentaron, al terminar su vida, y en elmomento de la muerte, terribles combatescon el ngel de las tinieblas. Pero siempresalen victoriosas. Nunca Dios permite queun alma que le fue devota en la vida perez-ca en el ltimo momento. Las almas queamaron a la Santsima Virgen y la invoca-ron durante toda su vida reciben de ellamuchas gracias durante sus ltimas luchas. Lo mismo para los que fueron realmentedevotos de San Jos, de San Miguel, o dequien sea de los santos.

    Ya se lo dije: uno se alegra de tener unintercesor con Dios en esos terribles mo-mentos. Algunas almas se mueren con mu-cha tranquilidad, sin padecer estas prue-

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    bas. Dios tiene sus propios designios encada cosa. Hace o permite todo para elprovecho de cada alma en particular.

    El hombre justo muere acompaadode su ngel; ste lo presenta,

    juntamente con sus obras buenas,ante la presencia de Dios

    A Consuelo, Barcelona, Espaa, 1987: Lamuerte del hombre justo y temeroso de Diosno debera llamarse muerte, porque msque muerte es un sueo plcido del que

    despertar para entrar en la vida eterna. Elalma ha dejado reposar su cabeza en elcostado de Cristo, y as, dulcemente, em- prende su viaje a la casa del Padre. Elmoribundo est rodeado de sus familiares yamigos. l todo lo percibe, aunque a vecesno puede articular palabra, y en lo profun-do de su corazn se pre gunta: Por qulloran? Por qu estn tristes? Acaso nocomprenden que ha llegado mi hora y que

    debo volver a encontrarme con Aquel queme dio la vida? Por piedad, reprimid vues-tro llanto y no me detengis: Ya que elSeor ha dado xito a mi viaje, permitidme

    marchar para que vuelva con mi dueo(Gen 24, 56).

    El hombre justo muere acompaado de sungel; ste lo presenta, juntamente consus obras buenas, ante la presencia deDios (Tob 12, 12). El moribundo va per-diendo vista; un velo blanquecino empaasu mirada; pero, segn se cierran sus ojosexteriores, se abren los de su alma; conellos ve que una figura de forma humana sele acerca e intelectivamente se pregunta:Quin es aquel que viene a mi encuen-tro? Su ngel le contesta: es el Seor(Gen 24, 65). Al or estas hermosas pala-bras su cuerpo se estremece y deja escaparsu ltimo aliento. El alma, como rayo lumi-noso es atrada por la potente luz que laenvuelve; as abandona su morada.

    El pecador empedernido es herenciadel diablo, y este luchar por l

    como por cosa propia para que nadiepuede arrebatarle su herencia; sipudiera le arrancara el alma del

    cuerpo, an estando con vida, portemor a que en el ltimo instante el

    hombre se vuelva po y fiel, y seconvierta a Dios y le perdone

    A Consuelo, Barcelona, Espaa, 1987: Estamuerte, en s, es muy dolorosa, tanto parael Seor como para el moribundo. Los familiares y amigos muchas veces partici-

    pan de esta agona cruel, con un final es- pantoso. El alma transite a su cuerpo lalucha feroz que est viviendo en lo msntimos de su ser. Luchas que se sucedenininterrumpidas entre el ngel de su guarday los espritus del mal. Jess conoce estosaltercados (Jud 1, 9) entre el bien y elmal; pero an teniendo un poder inmenso yun amor sin lmites ni medida por el mori-bundo, no puede salvarlo si l no hace un

    mnimo acto de arrepentimiento y no vuelvesus ojos a Dios para pedirle perdn porhaberle ofendido.

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    Satans se disputa el alma, dice altanera-mente que es suya, grita y forcejea, mien-tras ensea un rollo donde ha ido anotandotodas las maldades y terribles pecados delmoribundo. Satans est all como acusa-dor (Zac 3, 1). Y para que no tenga posi-bilidad alguna de arrepentimiento, busca elmodo de acelerar la muerte de aquel desdi-chado que le pertenece. El pecador empe-dernido es herencia del diablo (Sab 2,24), y este luchar por l como por cosapropia para que nadie puede arrebatarle suherencia; si pudiera le arrancara el almadel cuerpo, an estando con vida, por te-mor a que en el ltimo instante el hombrese vuelva po y fiel, y se convierta a Dios yle perdone.

    El moribundo sufre, se debate entre la viday la muerte, negras pesadillas circundan sumuerte, y en lo ms profundo de su coraznse alzan como una acusacin constanteestas palabras: es muy tarde para ti, estscondenado para siempre y ya no puedesretroceder ni volver atrs de tantos peca-

    dos como has cometido. El hombre se sien-te preso dentro y fuera de s mismo; no haylugar para pensar en su vida pasada nihaya un instante para el arrepentimiento y,encenegado de malicia, se abandona a susuerte y viene a caer en manos de su msterrible enemigo. Tal es el fin de los que aDios olvidan (Job 8,13)

    NO EXISTE LA

    REENCARNACIN

    Est decretado que los hombresmueran una sola vez, despus de

    lo cual vendr el Juicio

    San Pablo, Roma, 66 d.c.:Y as comoest decretado que los hombres mueranuna sola vez, despus de lo cual vendrel Juicio, as tambin Cristo se ofreciuna sola vez para tomar sobre s lospecados de la multitud, y por segunda

    vez aparecer, ya sin relacin con elpecado, para dar la salvacin a los quelo esperan. (Hb 9, 26-28)

    Es falso ensear a la gente que turenaces muchas veces y pasas por

    diferentes cuerpos. Uno nace solo unasola vez. Nunca ms vuelves a la vida.

    El hombre recibe cuerpotransfigurado.

    A Varios, Medugorje, Yugoslavia, 1981:Tu

    vas al cielo con conciencia plena, como laque tienes ahora. Al momento de la muertetu ests consciente de la separacin delcuerpo y del alma. Es falso ensear a lagente que tu renaces muchas veces y pasaspor diferentes cuerpos. Uno nace solo unasola vez. Nunca ms vuelves a la vida. Elhombre recibe cuerpo transfigurado.

    El alma es inmortal y no puede morirnunca, y cuando abandona el cuerpo

    tiene tres vas: la va de la

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    purificacin, la va de la gloria o lava de la condenacin eterna, el

    infierno. En estos tres lugares el almavive fuera de su habitacin terrena,porque su cuerpo ha quedado en la

    tierra esperando la resurreccin delltimo da

    A Consuelo, Barcelona, Espaa, 1987: Elalma es inmortal y no puede morir nunca, ycuando abandona el cuerpo tiene tres vas:la va de la purificacin, la va de la gloriao la va de la condenacin eterna, el infier-no. En estos tres lugares el alma vive fuerade su habitacin terrena, porque su cuerpo

    ha quedado en la tierra esperando la resu-rreccin del ltimo da.

    Si su alma est lavando sus vestiduras en el purgatorio, su prximo destino ser elcielo. Pero si el hombre muri impenitentey se conden, su alma estar en las caver-nas infernales padeciendo las penas dedao y de sentido, un sufrimiento que jamstendr fin. En el ltimo da su cuerpo resu-citar; pero como carecer de gloria, notendr las cualidades del cuerpo glorioso;no ser un cuerpo con claridad, pues no loalumbra la gloria de Dios; no ser impasi-ble al dolor, ya que ste ser su alimento yel amigo fiel que lo acompaar siempre.Los condenados perdern, incluso la agili-dad que ahora poseen para moverse comoespritus de demonios haciendo el mal; porque, cuando llegue el ltimo da, lamuerte y el Hades sern arrojados al lagode fuego y el que no est inscrito en el librode la vida ser arrojado con su cuerpo allago de fuego (Ap 20, 14-15). Y la Muerte y el Hades sern vencidos, porque habrllegado la salvacin, el poder y el reinadode nuestro Dios y la potestad de su Cristo

    Segua la opinin de todos los de la

    oficina: el alma resucitar en otroser, y as seguir peregrinandoindefinidamente. Con esto quedabasolucionada la famosa cuestin del

    otro mundo, y al mismo tiempo sevolvi inocua para m. Por qu no

    me recordaste la parbola de Epuln

    y el pobre Lzaro?

    Alma de Clara a su amiga Anita, Wald-friedhof, Alemania, 1937: Entre tanto, yomisma me haba forjado una religin. Segu-a la opinin de todos los de la oficina: elalma resucitar en otro ser, y as seguir peregrinando indefinidamente. Con estoquedaba solucionada la famosa cuestindel otro mundo, y al mismo tiempo se volviinocua para m. Por qu no me recordastela parbola de Epuln y el pobre Lzaro?...El narrador, Cristo, al uno le hace descen-der al infierno inmediatamente despus dela muerte; y al otro le hace subir al Cielo...Pero despus de todo,... qu hubierasganado con decrmelo?... Lo mismo queconseguiste con tus conversaciones frailu-nas.

    Poco a poco me arregl un Dios a mi gus-to; suficientemente perfecto para podersellamar Dios, y mantenindolo, al mismo

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    tiempo, bastante alejado de m para notener relaciones con l; bastante confusopara dejarse diluir, segn la conveniencia ysin cambiar la religin, en el pantesmouniversal; o bien de