C.-DERECHO CONSTITUCIONAL POLITICAS INDIGENISTAS … BLANCO POLITICAS... · de las colonias" (Díaz...
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C .-D ER EC H O CONSTITUCIONAL
POLITICAS INDIGENISTAS EN PANAMA (U
Dr. Fredy E. Blanco Muñoz Investigador
Introducción
Para hablar sobre las Políticas Indigenistas es prioritario concep- tualizar lo que entendemos por los términos indio, indígena, indigenismo, indegenistas, para luego efectuar un análisis sobre el tema.
Indio es la palabra usada por los colonizadores a su llegada al territorio de América en forma despectiva y discriminatoria; es el individuo en estado salvaje, no civilizado. Posteriormente los estudiosos y científicos sociales han determinado otras definiciones al respecto.
Según el Dr. Aguirre Beltrán "La definición del indio representa una necesidad que en un momento dado, debe ser expresada para que sirva de guía a la acción". (Beltrán A. 1972, p. 8), Alfonso Caso nos dice "el indio es aquel que siente pertenecer a una comunidad indígena aquella en la que predominan elementos somáticos no europeos, que habla preferentemente una lengua indígena, que posee en su cultura material y espiritual elementos indígenas en fuerte proporción y que, por último, tiene un sentimiento social de comunidad aislada dentro de otras comunidades que la rodean, que la hace distinguirse así mismo de los pueblos blancos y mestizos" (Alfonso Caso 1972, p. )
Es así como el indio fue conceptualizado, como una categoría étnica y esto fue válido para su tiempo, pero en la actualidad, las distinciones étnicas pasan a lugar secundario y lo indio se convierte en una categoría socio-económica. Nos dice Alejandro Marroquín "el indio es una categoría socio-económica históricamente condicionada a partir de la conquista hispánica recaída sobre los grupos y pueblos amerindios, que representan en la actualidad las siguiente notas diferenciales: trauma psíquico motivado por el impacto de la conquista y transmitido a sus descendientes, situación de opresión y de explotación por parte de los sectores sociales dominantes, son víctimas de intensa discriminación racial, forman parte de una comunidad o están estrechamente vinculados a ella, tienen a veces rasgos culturales típicos y tradicionales y sus
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agrupaciones presentan muy bajo desarrollo social y cultural". (Marro- quín A. 1972, p. 10).
El Congreso de Pátzcuaro de 1940 en la Resolución Lll define al indio como aquel "INDIVIDUO ECONOMICA Y SOCIALMENTE DEBIL".
En la conformación de las diferentes formaciones sociales latinoamericanas actuales, la población indígena ha tenido un peso fundamental, porque es a través de la explotación de los indígenas a partir del momento de la conquista que se establecen las bases para el desarrollo del sistema capitalista. Es por esto que, para entender la connotación del término indio, es necesario tener presente las relaciones sociales que establecen el indio con los demás sectores de clase y, el proceso histórico que lo ha formado.
En esta forma, los indios son núcleos de población que no están al margen del modo de producción capitalista, no se encuentran aislados de la sociedad global. Al contrario, existe una interrelación marcada, puesto que el sistema capitalista integra al indígena a las economías nacionales a través de diversas modalidades: la parcería, el peonaje, el trabajo asalariado y forzado. A través de estos procesos, se establecen ciertas relaciones de clase que ubican al indígena en el grupo de los explotados.
Consideramos entonces al indio como el individuo que vive con semejanzas a los antiguos pobladores de América, pero a nivel subdesarrollado en el avance económico y social de los demás pueblos y dentro de la estructura capitalista que lo determina como una clase explotada.
Indígena es otra terminología usada por los investigadores sociales para darle un carácter menos despectivo y menos descriminatorio al término indio.
El Congreso de Pátzcuaro en su Resolución X LIV en Acta final señala que indigenista es aquella persona que se dedica "profesionalmente al servicio de los asuntos indígenas". De esta concepción proviene el término "indigenismo" que se refiere a todos aquellos estudios, análisis e investigaciones que tienen que ver con los problemas de la población indígena. El Indigenismo es también las actividades que realizan los diferentes Gobiernos para plantear y buscar solución a las necesidades
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de éstos. Es definido "el indigenismo como la política que realizan los Estados americanos para atender y resolver los problemas que confrontan las poblaciones indígenas, con el objeto de integrarlas a la nacionalidad correspondiente" (Balance del Indigenismo, 1972, p. 13).
Debemos dejar claro que lo que entienden los indigenistas, por indigenismo no es ni puede ser una ciencia; es una política, es decir una parte de la actividad sistematizada que realizan las entidades públicas con fines de servicios general y para mantener, consolidar o desarrollar la correspondiente ecuación de poder. Como toda política auténtica el indigenismo tiene que apoyarse, y de hecho se apoya, en múltiples ciencias, particularmente en la Antropología, bajo cuya insistente presión se ha orientado el actual curso del indigenismo (Ibidem, p. 14).
1. ANTECEDENTES DE LAS POLITICAS INDIGENISTAS
En el proceso histórico de colonización, al ponerse en contacto los indígenas con los colonizadores, existe inmediatamente una confrontación en cuanto a la estructura ya establecida y la traída de Europa, mediante un modo de producción superior al existente en las regiones de América, transformando así la sociedad indígena.
Sin embargo este fenómeno de descomposición no destruyó en su totalidad las costumbres colectivas, la organización política y religiosa, lengua, indumentaria, relaciones igualitarias y ciertas formas de producción y trabajo basadas en la cooperación y ayuda mutua.
"El sentido de unidad y pertenencia que tenían los grupos sociales antes de la conquista, fue profundamente alterado por el proceso de dominiación colonial. Este régimen impuso violentamente una nueva dimensión y un nuevo sentido de unidad e integración social, económica y política en un espacio más amplio y heterogéneo que el prehispánico. Persistían localmente formas de la unidad prehispánica, con todo y haber sido profundamente afectada, por la necesidad de supervivencia del grupo y no menos por ser la vía más accesible para la Corona dominar la situación. En un proceso complejo se integraron al dominio hispano, de contenido feudal en transición, elementos indígenas culturales organizativos" (DE LA PEÑA SERGIO, p. 2).
Había la necesidad urgente de utilizar al indígena como agente productor al servicio del nuevo poder de la población colonialista.
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El desarrollo de una economía comercial primero y capitalista después, hace la necesidad de plantearse la mejor forma como se podía utilizar al indígena y la mejor manera para integrarlos a la nueva sociedad, transformándolos en condiciones que suplieran las necesidades de los grupos dominantes.
El contacto de ambos grupos, hace también necesario una explicación teórica e ideológica de esta nueva situación, así aparecen diferentes teorías evolucionistas, culturalistas, relativistas, indigenistas, materialistas, etc.
En el período del siglo XIX , aparece como primera tendencia teórica, la evolucionista que busca la forma de dar una explicación científica al fenómeno de entrecruzamiento de dos razas, ésta plantea la idea de progreso y civilización, "la historia de la humanidad es un paulatino y triunfante camino de ascenso desde las etapas primitivas hasta las más avanzadas" nos dice Héctor Díaz Polanco". La época de la conformación del evolucionismo es históricamente, la época de la irreversible consolidación de la revolución industrial en Europa, de las exploraciones Especialmente en Africa) y, muy particularmente del surgimiento del colonialismo moderno. Europa vivía en estado de euforia por los grandes descubrimientos científicos, por los avances tecnológicos y por un impulso productivo jamás visto antes... A partir de la noción central de progreso, los evolucionistas van a construir esquemas que intentan comprender la historia de la humanidad" (Días Polanco, 1979, p. 12-13).
Existen diferentes autores seguidores del principal autor de la teoría evolucionista L.H. Morgan, tales como, Bachofen, Maurie, Lubbock, Molennan, Phear, etc. Tratan de explicar la realidad social a paritr de los esquemas evolucionistas.
Morgan en su estudio propone tres estadios de desarrollo evolutivo que domina "salvajismo", "barbarie", y "civilización", en el primero y segundo distingue tres fases distintas ("inferior, media y superior"). Todos los grupos así deberían pasar por esta clasificación, y quedar integrados a dicha escala y por supuesto que la categoría de sociedad civilizada era únicamente la europea, que se encontraba en auge de desarrollo.
Presenta Morgan una categoría lineal ascendente del proceso de desarrollo de la historia que vade lo más bajo, a lomás alto, siendo entonces la
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sociedad burguesa la más altamente desarrollada y las primitivas las más bajas en su escala, así presenta el pensamiento evolucionista adónde deberán dirigirse las sociedades en grado de atraso o subdesarrolladas.
Comprendemos entonces por qué la expansión colonial encontraba una jusitificación o explicación en esta doctrina, pero debido a que ésta en sus conclusiones no presentaba un esquema práctico de como las so- ceidades no civilizadas deberían participar de las otras a través del pro- j ceso de integración y dejaba suelta la posibilidad de la permanencia de las sociedades primitivas en el momento histórico, aparecen nuevas corrientes doctrinarias como son las funcionalistas y culturalistas.
"La funcionalista se aparta de los grandes esquemas históricos evolutivos y se concentrará en el estudio sincrónico de las sociedades primitivas o precapitalistas concretas, a fin explícito de encontrar y proporcionar, a los administradores coloniales, elementos para el mejor gobierno de las colonias" (Díaz Polanco, 1979, p.14).
Se trata entonces de estudiar el funcionamiento de las sociedades a partir de hechos que se dan en un momento dado en la realidad, como lo hemos estado viendo, comprender las funciones que corresponden en cada sociedad a un todo global del sistema. Conociendo esta función se está en disposición de ver cómo se interponen otras funciones dentro de las condiciones de las sociedades menos avanzadas, evitando así una descomposición violenta de la sociedad antigua, que también podía degene- 1 rar en rebeliones y revoluciones violentas, como ciertamente pasó en algunos lugares.
Surgió la corriente culturalista que señala la existencia de culturas diferentes que debían estudiarse y por lo tanto preservarse, sin darle el significado de superiores o inferiores, esta corriente fue llamada posteriormente, el relativismo cultural.
Lógicamente que vista esta corriente así, protegiendo las culturas j anteriores, dejaba sin salida a los grupos en la condición, de poder expli- j car sus proyectos de desarrollo con la participación indígena, sin alterar su cultura.
"El Relativismo Cultural plantea la noción de aculturación. "Este
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proceso implica respetar las culturas autóctonas permitiéndoles un desarrollo propio; pero con la esperanza, de que tal respeto conduzca a los indígenas, en todo caso al abandono de su sistema para incorporarse finalmente en el sistema occidental lo que implicaba la aparición del egocentrismo, aunque esta vez más solapado". (Díaz Polanco 1979 p. 16).
A partir del siglo pasado como hemos visto y principalmente en Europa y Estados Unidos, el tratamiento dado a los indígenas es el de integrarlos o asimilarlos a la cultura nacional, con la formación de los Esta
dos nacionales y en desarrollo de las doctrinas liberalistas producto de la Revolución Francesa se dieron en nuestro medio otras tendencias para explicar el fenómeno de las realidades precapitalistas y su integración a la realidad nacional.
A juicio de Aguirre Beltrán tres han sido los tratamientos dados a las poblaciones indígenas así la "Política Indigenista de Segregación", que se aplica durante el Régimen Colonial en América. La Política Indigenista Incorporativa" que surge con la emergencia de los Estados Nacionales Independientes y la "Política Indigenista de Integración" introduciendo elementos de Justicia Social, en las políticas indigenistas (Beltrán Aguirre, 1972. p. 20).
En el desarrollo de las diversas políticas dadas al tratamiento de los asuntos de los nativos, podemos resumir que todas ellas conllevan a analizar los procesos hitóricos de los indígenas desde una visión interpretativa de la ayuda que pueden brindar al poder establecido, como fue primeramente con el poder feudal y posteriormente con el burgués o capitalista.
El Congreso de Pátzcuaro efectuado en México, se acoge a una política de Relativismo cultural, asimilando sus planteamientos siendo su contradicción fundamental la necesidad de transformar a los grupos indígenas, e integrarlos a la nación en contra del respeto a su cultura, esgrimiendo entonces el argumento de la utilización de la justicia social, "estableciendo para el indio una carta de derechos y obligaciones sin barreras discriminatorias derivadas de diferencias raciales, sociales o culturales (Díaz Polanco, 1979, p. 21).
Lo que ninguna de esas políticas presenta claramente es que todas
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ellas se enmarcan en un régimen económico-social que es el de las sociedades capitalistas y por lo tanto lo grupos indígenas deben estar integrados a ellos. Sin embargo, las políticas planteadas para el estudio de la cuestión indígena, están al margen de los planes y programas del desarrollo nacional y por lógica consecuencia los indígenas tendrán que pasar a formar parte de los cordones de miseria, proletarización y margina- ción a que estarán expuestos.
"Por lo demás han sido los antropólogos los que han mostrado en sus estudios que una tranformación en la estructura económica puede provocar fuertes modificaciones en el sistema de parentesco, o en el sistema de relaciones sociales; que cambios en el proceso productivo, originados por la expansión capitalista, causan modificaciones en la dieta, y también modifican el papel y el peso de la unidad familiar, lo que a su vez impacta y tranforma numerosas costumbres y comportamientos y también creencias, etc". (Díaz Polanco, 1979, p. 26).
Entonces podemos manifestar que todas estas toerías y políticas lo que persiguen es ocultar la verdadera realidad de solución a la problemática indígena y van a parar a lo mismo: la desaparición de las culturas indígenas, a su absorción, por el de la cultura nacional.
"La transformación parcial de las relaciones de propiedad y el avance de las relaciones de las formas capitalistas dieron un nuevo paso en la integración de la nación. Correlativamente se atacó económica, política y culturalmente las otras nacionalidades en un intento de desaparecerlas por considerarlas inferiores". (De la Peña, Sergio, p. 7).
Tenemos experiencias en diferentes países de política indigenista y de programas o proyectos que se han implementado en ellas, así tenemos en forma general en conclusiones aparecidas en el libro Balance del Indigenismo, de Alejandro Marroquín, con respecto a una evaluación que hace del indigenismo en los países de México, Guatemala, Ecuador, Perú, Brasil y Bolivia y respecto también al Instituto Indigenista Inter- americano, todas las tendencias ideológicas que ha llevado a buscar una mejoría a la situación del Indígena de América.
Definiendo "el objetivo del indigenismo como la integración de la población indígena de la nacionalidad, entendiendo por nacionalidad,
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el sistema socio-económico predominante en un país con su propio foco de irradiación cultural de tendencia expansiva que tiende a unificar ideológicamente a toda la sociedad global. La integración debe realizarse en el sentido de hacer que los grupos indígenas, participen no sólo receptiva, sino también activamente en el proceso de la vida del sistema socio-económico dominante, sin que sea preciso para ello que renuncie a su propia personalidad y cultura" (Marroquín A., p. X IX , 1972).
Vemos aquí expresado la intención del Instituto Indigenista respecto al comportamiento que deben tener los indígenas con relación a la cultura nacional, sin embargo de toda la evaluación obtenida por el autor antes mencionado nos dice de los grupos indígenas tenemos lo siguiente, se ha creado a través de todas estas instituciones que gestionan el tratamiento de los indígenas una gran burocracia desconociendo hasta cual ha sido la finalidad u objetivo de sus oficinas, continuidad en la marginación del indio, bajo nivel cultural, poca ayuda económica brindada por las partidas que asignan los gobiernos nacionales y organizaciones internacionales, que no llegan a resolver los cometidos presentados por estas poblaciones, grandes migraciones de los poblados indígenas a las urbes o ciudades, constituyéndose así los cinturones de miseria y mayor marginación a estos grupos, poca atención de los programas de Reforma Agraria a estas comunidades, hasta la existencia de maltrato a los indios y etnocidios.
El Indigenismo como dice Aguirre Beltrán "supone que el destino inevitable de los grupos indígenas es atravezar necesariamente por la puerta "occidental" de Ja cultura nacional" (entiéndase Sociedad Capitalista) (Beltrán Aguirre, 1972, p. 29).
Otras corrientes como la populista y la desarrollista tratan de explicar una nueva posición para la atención de los grupos indígenas.
Los populistas que reinvindican el derecho de los indígenas a buscarsus propias soluciones subrayando el carácter positivo de los sitemas socio-culturales a que pertenecen los indios una posición del anti-integracionismo, pero en realidad esta corriente se enfrenta al verdadero sistema económico que es el capitalista, fase superior del desarrollo precapitalista, quedando entonces estos indigenistas proponiendo soluciones románticas e idealistas, igual que el desarrollismo, fundamentado en el desarrollo de la comunidad, proponiendo el desarrollo de sus culturas y tratan
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do de no efectuar cambios en ésta, pero proponiendo el desarrollo de ciertas estructuras económicas teniendo por resultado el distanciamien- to de estas comunidades a la búsqueda de las soluciones mediante una explicación científica de sus problemas, quedando estas comunidades segregadas del conglomerado nacional.
Otra tendencia es la llamada "Industrial" y su crítica está basada en un tipo de sociedad, adversa al indio le atribuye los males del indio a la sociedad en desarrollo, procura la autogestión del indio a través de su propia liberación, esta tendencia ataca al industrialismo e idealiza la cultura indígena" (Díaz Polanco, p. 57, 1979).
La otra teoría es la que se apoya en el materialismo histórico y pretende estudiar la problemática indígena con un enfoque nuevo, efectuando un análisis histórico-social primero y posteriormente dentro del marco de la estructura económica, buscando así su explicación científica, los pensadores de ésta son Marx, Engels, Lenin, los Tercermundista y otros. Ellos también manifiestan, que los grupos indígenas se encuentran en un período precapitalista y que necesariamente tendrán que pasar al período capitalista, su fase de desarrollo tendrá por lo tanto a desaparecer éstas manifestaciones indígenas.
2. Políticas Indigenistas establecidas por El Estado Panameño
Las políticas indigenistas establecidas por el estado están enmarcadas fundamentalmente en las Constituciones Nacionales y en otras legislaciones. Estas pueden ser clasificadas de la siguiente manera:
B.1. Política incorporativa:
Esta se observa a partir de la Constitución de 1904. La misma surge por la necesidad de incorporar al conglomerado nacional, a las poblaciones indígenas, creando así la base de la nación. Las primeras disposiciones legales respectivas, confieren a la Iglesia el papel de evangelizar e incorporar a la vida civilizada a los aborígenes tal y como fuera establecido en la época colonial. Así tenemos que el artículo 26 de nuestra primera constitución dice que:
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“ Es libre la profesión de todas las religiones, así como el ejercicio de todos los cultos sin otra limitación que el respeto a la moral cristiana y al orden público. Se reconoce que la Religión Católica es la de la mayoría de los habitantes de la República,la ley dispondrá se le auxilie para fundar un Seminario Conciliar en la Capital, y para misiones a las tribus indígenas".
La Constitución de 1941 establece en su Artículo 56 primer acápite lo siguiente:
"El servicio de la educación nacional es deber esencial del Estado. Constituye obligación imperativa dictar las medidas que tiendan a educar al indígena para incorporarlo a la civilización".
La Ley 59 de 31 de diciembre de 1908 sobre civilización de indígenas señala que:
"La Asamblea Nacional de Panamá decreta: 1. El Poder Ejecutivo de acuerdo con el Jefe de la Iglesia Católica de la República, procurará por todos los medios pacíficos posibles la reducción a la vida civilizada de las tribus salvajes de indígenas que existen en el país".
Los próximos artículos tratan de la ejecución de un programa del Ejecutivo para emplear misiones católicas a sueldo con el objeto de crear escuelas en esas regiones, como también de la fundación de poblados que sirvan de centros de las misiones, y concesiones de tierras a colonos y familiares a fin de que trabajen y produzcan.
Con esta política se observa que además de la dominación política se presenta un interfes en la participación de los grupos indígenas en la producción.
Posteriormente, y debido a los enfrentamiento con algunos grupos indígenas, el Estado se ve en la obligación de garantizar sus territorios como se dio en la comunidad de San Blas en la Revolución de Tule de 1925.
B.2. Política Integracionista:
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La constitución de 1946 marca el establecimiento de una política integracionista, ya que en ella se establece el interés, por parte del estado, de integrar a los aborígenes a la vida nacional, mediante el apoyo del mantenimiento de sus costumbres, como de su lengua, creencias religiosas, formas de vida, etc.; es decir, integrarlos a la sociedad nacional respetando sus valores culturales. El capítulo 6 de esta constitución, denominado Colectividades Campesinas e Indígenas, expresa en su artículo 94 que:
"El Estado dará protección especial a las colectividades campesinas e indígenas con el fin de integrarlas de manera efectiva en la comunidad nacional, en cuanto a sus normas de vida, lo económico, lo político y lo intelectual. La acción relativa a los indígenas se efectuará conservando y desarrollando al mismo tiempo los valores de la cultura autóctona".
B.3. Política Indigenista:
Entendemos por política indigenista aquella aparecida en los años 40 en México, cuando se realiza el Congreso de Pátzcuaro, la cual señala como finalidad por parte del estado, buscar solución a los problemas de los grupos aborígenes por medio de ellos mismos, a través del desarrollo integral de los planes de la nación. Esta nueva perspectiva de la cuestión indígena, cuna del indigenismo oficial de la época, es perfectamente descrita en la siguiente cita de Guerrero (1977:56)
"El indigenismo oficial siempre han planteado la incorporación del indígena en el desarrollo nacional, que se expresa en la modernización y se concibe como deseable. Este indigenismo en las primeras fases de la Revolución Mexicana, digamos 1920-40, intenta aprehender la problemática indígena desde su inserción estructural en un conjunto de relaciones que son la expresión de un atraso económico, sociaj y cultural, es decir, de su ubicación en sistemas de relaciones precapitalistas... El indigenismo (de carácter más institucionalizado) que se desarrolla a partir de 1940, es esencialmente culturalistas y pretende que el problema indígena se defina, empezando por tomar en consideración una serie de diferencias culturales que tienen los indígenas y que los distinguen del resto de la población, tales diferencias conforman un problema en tanto que representan obstáculos para la integración de los indígenas en la cultura nacional" (Guerrero, 1977;56).
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Esta nueva política trae aparejada una nueva modalidad para desvirtuar la verdadera solución al problema indígena, al no reconocer cuál es ese verdadero problema: la expansión del sistema capitalista y su tendencia intrínseca a desaparecer a las formas precapitalistas que aún existan.
Toda la legislación posterior a la década del 40, se apoya en esta concepción, tratando de hacer creer que mediante programas especiales destinados al mejoramiento de las condiciones de vida del indígena panameño, se va a lograr la solución de la "cuestión indígena", como si ésta escapara al proceso de desarrollo histórico.
Antes de seguir adelante, es necesario aclarar que por las condiciones específicas de nuestro país, enmarcadas en las grandes diferencias entre la zona de tránsito y la zona rural —como producto de nuestra participación en el sistema capitalista mundial en base a nuestra función ístmica— en este trabajo consideramos al indígena como un campesino con especificidades culturales. Entendiendo por campesino al:
"...pequeño productor, de marcada orientación al auto-consumo,que con la ayuda familiar (o escasa colaboración de asalariados) obtiene e intercambia un pequeño excedente" (De la Peña, 1979:52).
Deste este punto de vista, la cuestión indígena tiene su referencia en la cuestión del campesinado en general y del desarrollo del capitalismo en el área rural. Luego entonces la solución de tal cuestión, no puede darse, ni a través de leyes que no correspondan a la base económica, ni al margen de la solución del problema del campesinado. Todo lo más que se puede lograr con el tratamiento especial al indígena, es en el mejor de los casos, una programación para que pueda efectuar el pasaje de la forma precapitalista al modo capitalista de producción, en las mejores condiciones posibles para el grupo, tanto en lo referente a las condiciones económicas como en lo relativo a su vida cultural.
De allí que consideramos que la nueva política impulsada por el Instituto Indigenista Interamericano —presentada en el VIH Congreso Indigenista realizado en México, Yucatán del 17 al 21 de noviembre de 1980— y que se resume de la siguiente manera:
"En base a las investigaciones que el Instituto Indigenista Interame- ncano llevó a cabo, proponemos algunos criterios clasificadores que puedan ser útiles en la aplicación de diferentes estrategias de acción.
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Esta clasificación es compartióle con las que en cada país se hagan, basándose en criterios regionales, lingüísticos, o culturales. Esta clasificación también admite subdivisiones con criterio pragmático. Por ejemplo, la clasificación que proponemos se basa primordialmente en la situación social de los grupos indígenas, la cual ha sido resumida en tres grandes grupos: población autosuficiente y desorganización tribal, población articulada a la sociedad nacional y organización campesina y los indígenas en la urbes... La problemática indigenista es un fenómeno integral y por ello la acción tiene que cubrir varios aspectos que atañen a su condición de grupos humanos... La ejecutoria del Plan Quinquenal de Acción Indigenista In- teramericana implica también la existencia a nivel de cada país de un organismo centralizado capaz de movilizar recursos y acciones en los diversos sectores de los gobiernos nacionales Anuario Indigenista, 1980:85-91).
no se aparta en lo absoluto de las anteriores políticas que intentan reducir el problema indígena de tal manera, que la solución del mismo puede basarse en acciones paliativas y en planes y programas de desarrollo a nivel estatal, dirigidos por una "oficina capaz".
3. LA COMARCA COMO POLITICA ijnuioENISTA DEL ESTADO PANAMEÑO
Aprovechamos aquí la oportunidad que nos brinda para presentar una política indigenista, que se ha dado como producto de la lucha del pueblo y de su reconocimiento por el Estado panameño, la de la Comarca Indígena Kunayala o Tule, como le llaman ellos mismos.
El origen de la institución Comarca data de 1925 cuando los indígenas kunas realizan un levantamiento armado y se proclaman República independiente, lo que ha sido denominado la Revolución de Tule. Esta acción fue producto de varios hechos. Por un lado a partir de nuestra separación de Colombia, la mitad de la población kuna quería seguir per perteneciendo a Colombia— la liderizada por el sobrino de Inanakiña, Inapakiña y el Sahila colman a Panamá.
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Esta situación hizo que el nuevo gobierno panameño prontamente prestara atención jurídica primero y a los hechos después de los indígenas kunas, pues su ubicación en la frontera con Colombia ponía en peligro a la nueva nación. De allí que se inicie el nombramiento de una serie de autoridades, intendentes, policías, jueces, etc. Ocasionaron fricciones con las autoridades tradicionales de los Tules. Los que más agravaron el conflicto fueron la gran cantidad de religiosos que el gobierno había enviado a las islas y un norteamericano, Richard O. Marsh, quien redactó el acta de independencia de los kunas. Como producto de esta situación se expide la Ley 59 de 12 de diciembre de 1930 que define el globo de tierras de posesión del pueblo kuna. Fue así como por necesidad de un apoyo a la nueva Nación, el gobierno panameño decidió la demarcación del territorio indígena Kuna y su garantía.
Fue la lucha del pueblo Tule en mantenerse unida y también la de esforzarse por mantener su cultura la que dio posteriormente por resultado la creación de la Comarca Indígena.
Ha sido la población kuna la que mayormente ha mantenido sus costumbres y su forma de producción precapitalista, dando por resultado que el paso de la sociedad Tule a la sociedad capitalista se da en forma paulatina sin que se corten de manera violenta los valores de esta sociedad.
De allí que consideramos que la institución Comarca, como política indigenista del estado panameño, tiene sus ventajas, en el sentido de que puede ser utilizada para que la transición de las formas no capitalistas al capitalismo, se realice a una velocidad que permita el ajuste del grupo a las nuevas condiciones que se le presentan. Para ¡lustrar esto, veamos cómo opera hace casi medio siglo la Comarca Kuna, en el territorio panameño.
4. Operación de la Comarca Kuna
El 16 de septiembre de 1938 se señala mediante Ley la creación de la Comarca de San Blas y posteriormente, la Ley 19 de febrero de 1953 señala su gobierno administrativo, dándose así origen, en forma oficial a la constitución de la Comarca Kuna. La misma Ley aprueba la "Carta Orgánica Kuna", documento en el que la población tule o kuna establece todas sus normas económicas, sociales, morales, políticas, etc., es de-
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cir, determinan el funcionamiento interno de su cultura.
“ Esta ley señala los límites de aquella /de la Comarca/ y mencionan las islas que quedan incluidas dentro de la Comarca, así como excluye el área de Puerto Obaldía /habitada por población negra en la frontera con Colombia/. Todas las tierras baldías de la porción continental de la Comarca de San Blas se reservan para dedicarlas al ^patrimonio familiar*. Establece esta misma ley el régimen de gobiernos y administración comarcal, a cuyo frente figuran un Intendente con categoría de Gobernador de Provincia y residencia oficial en la isla del Porvenir" Rubio, 1956:206).
La importancia de esta legislación es que además de establecer sus límites territoriales, da fuerza legal y respeto a las normas culturales del grupo, a través de la aprobación de la Carta Orgánica.
El por qué esta legislación no se convirtió en letra muerta, obedece fundamentalmente a dos hechos. Por una parte la unidad monolítica que demuestra el pueblo tule: presentan una organización socio-política muy particular. Veamos ésta.
Como principal autoridad se encuentra el Congreso General Kuna —integrado por los tres Caciques o Sáhilas Generales, quienes ejercen su autoridad sobre sendas porciones en que se han dividido tradicionalmente las 365 islas que componen el territorio; también forma parte de este Congreso, el Intendente, quien es escogido por el pueblo tule y nombrado por el Gobierno Nacional; igualmente participan todos los kunas que deseen asistir al evento—. Esta participación indiscriminada del pueblo, es la que garantiza que los acuerdos a que se lleguen en el Congreso, sea realmente lo que la comunidad aprueba. Es decir, que efectivamente el mayor poder potítico de la Comarca, descansa en la decisión del pueblo kuna.
(*) “ El patrimonio familiar consistirá en la adjudicación de parcelas de tierras a los agricultores kunas para su subsistencia” .
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El próximo organismo jerárquico kuna, es el Congreso Local. Este se realiza en cada pueblo —que generalmente se corresponde con las islas habitadas del territorio, y se efectúa cuando menos dos veces por semana, aún cuando en algunos pueblos se realiza diariamente. En esta reunión están obligados a asistir todos los adultos —hombres y mujeres— en la misma se discute todo lo relativo a la vida de la comunidad: desde los planes que involucran a toda la población, hasta los problemas internos de las familias de la isla, imponiéndose sanciones, tanto a los que no participen de las actividades programadas a nivel comunal, hasta a aquellos que violen las normas morales establecidas en la Carta Orgánica y las tradiciones tules.
Sigue en el orden jerárquico, los Sáhilas Generales y después los Sá- hilas Locales. Los primeros mandan sobre una porción específica de la Comarca —y sobre toda la Comarca, en su calidad de Primero, Segundo y Tercer Sahilas Generales—. Los segundos mandan en cada uno de sus respectivos pueblos. Si bien estos caciques —tanto generales como locales— representan al pueblo y ejercen autoridad sobre el mismo, pueden ser depuestos en el momento en que la comunidad o el Congreso General así lo decida.
Como vemos pues, la superstructura política del grupo tiene sus bases fundamentales en el pueblo mismo. De allí que hasta la construcción de una escuela por parte del Gobierno Nacional, tiene que ser aprobada por la comunidad en la que ésta se pretenda; o sea, que el pueblo ejerce un verdadero dominio sobre su territorio.
Lógicamente esta superestructura tradicional tule tiene sus bases económicas. Las que se pueden resumir de la siguiente manera.
La economía es agrícola. La posesión de la tierra presenta diversas modalidades que van desde las parcelas comunales, las particulares y en algunos casos —por efecto de las relaciones capitalistas en las que participa el tule— se puede hablar incluso de la propiedad privada. Las parcelas se ubican en la porción continental de la Comarca y su usufructo está dado por los derechos tradicionales: cuando se legalizó la constitución de la Comarca, se respetaron los territorios que este grupo había estado utilizando desde el siglo XVI.
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El poder efectivo que ejerce el pueblo tule sobre sus dominios territoriales, llega incluso, a garantizar que ningún no-tule pueda tener acceso a tierras de la Comarca. Lógicamente, el crecimiento de la población ejerce de alguna manera una presión sobre la tierra, lo que ha incidido en la creciente venta de fuerza de trabajo de los kunas en áreas fuera de la Comarca. Cuando esto ocurre, el tule asalariado está en la obligación de enviar a su pueblo una cantidad de dinero en concepto de “ impuesto" por no poder participar de las actividades generales de la comunidad. De esta manera se produce una transferencia de fondos hacia las comunidades.
Las mismas relaciones capitalistas en las *que participa el tule al exterior de la Comarca —venta de la fuerza de trabajo, venta de producto (sobre todo del coco a los naturales colombianos), asistencia a escuelas eri las ciudades de Panamá y Colón, etc., se reflejan al interno de las comunidades, en donde ya se percibe tanto la contratación de trabajo asalariado, como el pago en dinero— en calidad de multa a aquellos que no puedan o no quieran asistir al trabajo comunitario; igualmente el pago en dinero a los “especialistas", etc.
Es decir, que la fomra precapitalista que se conversa el interior de la Comarca, tiene su soporte en las relaciones capitalistas en las que participa una porción de la población kuna.
El otro hecho relevante para la justificación de la aplicación de la ley en el caso de los kunas, es la ubicación geográfico-económica de la Comarca de San Blas. Como hemos señalado antes, ésta se encuentra en la frontera con Colombia y se distribuye en unas 365 islas y una delgada franja continental. Esta situación ha permitido que desde tiempos inmemoriales, la economía kuna —basada en la producción de cocos- realice la mayor parte de sus intercambios en el mercado de productos, con los nacionales colombianos, que generalmente son contrabandistas y que acuden a las islas con sus barcos para realizar las actividades señaladas. Es decir, que la parte más considerable de las actividades comerciales se realizan con Colombia y no con Panamá. Esto en función de la
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falta de vías terrestres de acceso a la Comarca y las dificultades de que los tules trasladen su mercancía para ser vendida en las ciudades panameñas. Luego entonces, la economía tule se mantiene, prácticamente, al margen de la economía nacional. En esa forma, su aislamiento geográfico no le siginifica un aislamiento económico, lo que le garantiza cierta independencia en este sentido.
Además, las tierras fronterizas con Colombia —como son las tierras de la Comarca— están vedadas a la ganadería como medida protectora contra la fiebre aftosa. Esto representa otra ventaja para los tule, ya que la geofagia ganadera, no tiene acceso a tales tierras.
Estas son pues las causas por las que, la base económica tule y su escasa relación con la estructura económica nacional, haya sido la garantía para que el estado haya permitido la autonomía de este grupo indígena.
No está de más en insistir, en que las luchas de los tule por conservar esa autonomía, son el garante fundamental de su situación privilegiada.
Podemos concluir entonces en que la Comarca de San Blas, es un mecanismo operativo para realizar la transición de este grupo indígena al sistema capitalista, en función de que la misma fue creada respetando las tradiciones fundamentales del grupo, y en que la paulatina participación del mismo en las relaciones capitalistas de producción lo han ¡do capacitando para que eLpasaje de la "forma tule" a la sociedad nacional —y la consiguiente ruptura de estructura anteriores— se efectúe de la manera menos perjudicial para ellos.
CONCLUSIONES
Del presente trabajo podemos concluir que todas las teorías y políticas llevadas a cabo hasta la fecha, que buscan el mejoramiento y la solución de los problemas de las poblaciones indígenas lo han hecho en interés de los gobiernos y de los grupos en el poder.
La única manera de que los grupos indígenas puedan ejercer una presión para conseguir la solución a sus necesidades es mediante sus luchas: ejemplo de esta situación la vemos en la creación de la Comarca de San Blas.
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Otros grupos indígenas de Panamá han sido beneficiado en cierta forma por esta conquista tule; sin embargo cuando existe la confrontación de un poder superior al otro que negocia, nunca se negocia para beneficio de ambas partes sino con mayor interés de una sobre otra, caso de estos ejemplos son claros y prestantes en las negociaciones que han efectuado nuestros gobiernos con los gobiernos de Estados Unidos en donde ellos siempre en forma unilateral han decidido sobre el contenido y ejecución, de las normas establecidas en los tratados.
Podemos también concluir que el proceso histórico de los pueblos presenta de una manera clara que el modo de producción capitalista en su fase superior tiende a destruir los anteriores modos que aún subsisten en éste, sin embargo en algunos períodos no son destruidos los modos precapitalistas de forma inmediata, debido al poco desarrollo del sistema capitalista.
El indigenismo según la misma evaluación efectuada por uno de sus más conspicuos teóricos, el Dr. Alejandro Marroquín, señala que éste no ha podido lograr sus objetivos, ni el mejoramiento de los grupos indígenas y su cultura, muy por el contrario, se han convertido dichas poblaciones en comunidades marginadas de los procesos de desarrollo nacional y viven en condiciones infrahumanas por la misma explotación que ejercen sobre ellas los miembros en el poder de la clase dominante.
En Panamá los tratamientos dados por el Estado a las poblaciones indígenas a través de sus políticas han estado condicionados a la situación del mejoramiento nacional y del desarrollo del capitalismo.
Así encontramos al Estado al inicio de nuestra República en 1903 —cuando nos separamos de Colombia, ofreciendo concesiones territoriales a los indígenas a cambio del apoyo a la nación panameña. Otros ejemplos lo tenemos en la ley 18 de 1931, dispone en su artículo 1o.:
"Decláranse reservas indígenas las tierras baldías en los siguientes lugares en la Provincia de Bocas del Toro y Panamá: Reserva Indígena de Cricamola, Reserva Indígena de Cusapín y Blue Field, Reserva Indígena del Bayano (siendo todas estas reservas, tierras inad- judicables) (Blanco Fredy, 1975, p. 92) Mediante el Decreto No. 44 de 1914 se establecen los límites naturales de la Reserva Indígena del Toabré (Cocié).
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La Ley 59 de 1930 (12 de diciembre) declara Reserva Indígena a la Comarca de San Blas, la ley 2 de 1938 (de 16 de septiembre) crea las Comarcas de San Blas y Barú.
Igual en la Ley 18 de 1934 sobre Reservas Indíeenas. Posteriormente, al tratarlos de incorporar a la sociedad nacional con
el objeto de utilizar su fuerza de trabajo en los ingenios azucareros, las bananeras, las granjas cafetaleras y ganaderos particulares, se elaboran otras leyes tales como las aparecidas en el Código Administrativo y que a la letra dice su artículo 1746.
"El Poder Ejecutivo procurará por todos los medios pacíficos posibles la reducción a la vida civilizada de la tribus salvajes indígenas que existan en el país".
el artículo 1755 dice:
"La legislación general de la República regirá entre los indígenas de la Provincia de Cocié, a quienes se considera reducidos a la vida civilizada".
Ahora la situación histórica es diferente, lo que se necesita de los indígenas no es sólo su mano de obra es también su territorio, sobre la base de los proyectos industriales de las minas de cobre de Cerro Colorado y las hidroeléctricas, el oleoducto de petróleo, en las reservas de Bocas, Chiriquí y Veraguas, los ingenios azucareros, cafetales y fincas ganaderas en Chiriquí, Veraguas, Cocié, las bananeras en Bocas y Chiriquí, la hidroeléctrica del Bayano y las reservaciones madereras, como la carretera interamericana en Bayano y Darién, todas en zonas indígenas por último el desarrollo del polo turístico del Atlántico en las regiones de Bocas del Toro y la Comarca de San Blas.
Qué tenemos entonces como resultado? Han desaparecido las Reservaciones de Barú, Cocié y un porcentaje apreciable la del Bayano, están intervenidas las Reservas del Tabasará en Chiriquí y Veraguas, lo mismo la del Darién, Bocas del Toro y Teribe con los proyectos hidroeléctricos y posteriormente la de San Blas con el turismo.
Sin embargo la Constitución Nacional de 1972 en su artículo 116 dice que:
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"El Estado garantiza a las comunidades indígenas la reserva de las tierras necesarias y la propiedad colectiva de las mismas, para el logro de su bienestar económico. La Ley regulará los procedimientos que deban seguirse para lograr esta finalidad y las delimitaciones correspondientes dentro de las cuales se prohíbe la apropiación privada de las tierras".
Y nos dice la Constitución Política reformada lo siguiente en su artículo 120:
"El Estado dará atención especial a las comunidades campesinas e indígenas con el fin de promoveer su participación económica, social y política en la vida nacional".
6. NOTAS
(1) La aceptación de política que se sobreentiende en este trabajo es la que la define como "medios para alcanzar un fin". "En este sentido es necesario aclarar que existe una Política Indigenista que caracterizamos aquí, sin embargo es común entre los estudiosos el utilizar el término Política Indigenista para englobar a todas las corrientes que tratan el asunto indígena.
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BIBLIOGRAFIA
MARROQUIN, Alejandro D. "Balance del Indigenismo". México,1972.
DIAZ POLANCO, Héctor Et-AI. "La teoría indigenista de la integración". Artículo publicado en "Indigenismo, Modernización y Marginalidad una revisión crítica". Ed. Juan Pablos, México 1979.1977. "Teoría Marxista de la economía campesina. Juan Pablos.
DE LA PEÑA, Sergio
G UERRERO , Javier
RUBIO, Angel
BLANCO MUÑOZ, Freddy Enrique
BLANCO MUÑOZ, Freddy Enrique:
1979. "El modo de producción capitalista, teoría y método de investigación. Segunda Edición, Siglo XXI editores, México.1977. "La diferenciación interna del campesinado mexicano" en Polémicas sobre las Clases Sociales en el Instituto Indigenista Interamericano, Campo Mexicano, compilado por Luisa A. Paré, Edición Mocehual, México, D.F.1980. "Documentos, Perspectivas de la Política Indigenista. Anuario Indigenista, Vol. XL, México.
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