Calmeyer arte aqueménida

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HISTORIA DEL ARTE EN IRÁN Peter Calmeyer Arte y Arquitectura Aqueménida El tiempo de Ciro el Grande La genealogía de la familia aqueménida la cual ha sido reconocida por la mayoría de los eruditos siguiendo las inscripciones cilíndricas de Ciro en Babilonia, combinado con la inscripción en roca de Darío proveniente de Bīsotūn; un “Kuraš, rey de Parsumaš, mencionado por Assurbanipal, fue añadida a esta imagen por E. F. Weidner (Archiv für Orientforschung 7, 1931 32, pp. 2, pp. 1ff; ver también ACHAEMENID DYNASTY). Ciro el Grande, el fundador del imperio persa, podría ser en esta reconstrucción el tataranieto de los Aqueménidas, el segundo de su nombre. Hay, sin embargo, al menos, dos posibles reconstrucciones más: H. Winckler en 1889 ( Untersuchungen zur altorientalischen Geschichte, Leipzig, 1928) ha señalado que el mismo Ciro no hace mención a los aquemenidas. El ha sido estudiado por G. Cameron, P. de Miroschedji (próximo) y, el mas detallado, J. Wiesehöfer, quien concluye que Ciro no fue aqueménida en absoluto; Darío solo pretendía ser su pariente y por consiguiente debe haber falsificado todas las inscripciones en Pasargadas, donde Ciro es proclamado “descendiente de los Aqueménidas” (Kent, Old Persian, p. 116). La tercera posibilidad es ofrecida por la larga genealogía dada por Herodoto (7.11.2); aquí, Ciro aparece nuevamente como Aqueménida, el tercero en su nombre; así, todas las inscripciones contienen correcciones, aunque abreviadas genealogías (H. H. Schaeder, OLZ 41, 1938, pp. 105 ff., seguido por W. Eilers, P. Calmeyer, W. Nagel). Afortunadamente, la fecha de tan solo unos pocos edificios y relieves del periodo es difusa en esta discusión. Ningún trabajo de arquitectura o arte puede ser atribuido con certeza a un aqueménida anterior a Ciro el Grande. Solo un sello cilíndrico, ahora perdido, pero varias veces usados “bullae” en Persepolis, pueden pertenecer posiblemente a un antiguo miembro de la familia: este lleva la inscripción “Kuruš, el Anzanite hijo de Teïspes”, y una escena de combate de los sellos del ultimo estilo Elamita o proto Aqueménida (ver mas arriba); el dueño pudo haber sido el abuelo de Ciro, como príncipe de la corona, o un desconocido príncipe de la misma familia, ya que antiguos sellos de la civilización mesopotámica fueron a menudo reutilizados mucho después de que su propietario muriese (inclusive los de la realeza. e. g., aquellos de Ibi Sin de Ur en una vieja colonia asiria). Con los monumentos de Pasargadas estamos por primera vez dentro del mundo de la historia. Sobre las bases de fuentes escritas E. Herzfeld fue capaz de identificar el sitio de Mašhad e Mor āb con Parsagadas (Pasargadae, Inaugural Dissertation, Berlin, 1907, pp. 7ff.); a partir de otras fuentes griegas sabemos que fue fundada por Ciro el Grande para conmemorar su victoria frente a Astyages en ese mismo lugar, e inscripciones bilingües y trilingües, señalan a Ciro como el dueño y constructor de los tres palacios (figura 34). El significado de las inscripciones podría ser el mismo, aun cuando hayan sido, en realidad, escritas en tiempos de Darío I. Además, la técnica constructiva de los principales edificios en Parsagadas es definitivamente pre persepolitan, como ha demostrado C. Nylander y D. Stronach; la fuerte influencia Jonia hace plausible una fecha después de la conquista del reino de Lydia. Este es también el caso de las edificaciones sin inscripciones: la fortaleza “ Tat e Mādar e Solaymān” la cual aparentemente fue dejada incompleta por mucho tiempo, después de Ciro; los dos pedestales en el “Recinto Sagrado” al oeste de los palacios, (pero en el centro del área de la ciudad fortificada)(Stronach, Pasargadae, pp. 138 ff.; cf. fig. 3) probablemente alguna vez coronadas por “altares” de fuego (mas correctamente: chimeneas, i.e., del griego eskhára), y la tumba, la cual hasta hace unos años atrás era venerada como la tumba de la madre de Salomón y en otros tiempos usada como una mezquita (W. Kleiss, AMI 12, 1979, pp. 281ff., pl. 44); la identificación de G. F. Grotefend con las descripciones griegas de la tumba de Ciro ha sido por un tiempo cuestionada (A. Demandt, Archäologischer Anzeiger, 1968, pp. 520f.), pero ha sido ahora defendida convincentemente por D. Stronach (op. cit., pp. 24ff.) quien fue el primero en notar un disco elevado en el centro del gablete con la forma de dos rosetones concéntricos. Este símbolo fue visto por primera vez en el siglo XVII por J. A. Mandelslo (A. Sh. Shahbazi apud P. Calmeyer, ZA 70, 1980, pp. 299 n. 12) y ha sido interpretado como el disco solar, en varias oportunidades en conexión con el nombre de Ciro, y como un elemento Jonio posterior (H. von Gall, AMI 12, 1979, pp. 271ff., pls. 39ff.). La “Zendān e Solaymān,”enigmática estructura, con forma de torre, constituye el equivalente exacto del “ Kaʿba ye Zardošt” (q.v.) en Naqš e Rostam, ambos con elementos heredados del arte de Urartian (D. Stronach, JNES 26, 1967, pp. 278ff.) y Jonio (A. Demandt, op. cit.; C. Nylander, Ionians in Pasargadae, Uppsala, 1970, pp. 139ff.). Un pequeño fragmento de una inscripción encontrada allí, hasta ahora ha sido de poco empleo; puede llegar a incluir la palabra Ku u ša, en tal caso debe ser más tardío que la conquista de Etiopía en manos de Darío. En el área de los palacios (figura 34) D. Stronach excavó varios “cursos de agua”, un puente, y dos pabellones: los tres principales puentes, bautizados P (“Pfeiler”), S (“Saule”) y R (“Relief”) por E. Herzfeld, son mucho mejor comprendidos ahora: el hallazgo mas importante fue el de una subestructura de piedra de un trono en la parte sur del pórtico de P, el cual podemos llamar ahora con seguridad el palacio residencial; además, el trono da razón de ser a la planificación del terreno, el enorme pórtico, y las puertas asimétricas (P. Calmeyer, ZA 70, 1980, pp. 300ff.). Los relieves, un rey y un sirviente parados en ambos lados de cada puerta, son homologables iconográfica e estilísticamente a aquellos de la Persépolis tačara. Según muchos estudiosos las inscripciones “por Ciro” en esos relieves son en realidad posteriores a Ciro, por lo que los relieves deberían ser fechados sobre las bases de sus propias características (Farkas, Achaemenid Sculpture; Stronach, Pasargadae, pp. 93ff.; E. Porada in Highlights of Persian Art, ed. R. Ettinghausen and E. Yarshater, Boulder, 1979, pp. 69ff.; y otros). Solo W. Nagel (MDOG 111, 1979, pp. 82ff.) analiza el estilo suponiendo dos escuelas escultóricas, una en Bīsotūn y otra, trabajando primero en Parsagadas, mucho mas adelante en su tiempo, y luego en Persépolis. Está fuera de dudas, no obstante, que las inscripciones correctamente identifican al dueño de este palacio como Ciro, para ser venerado en ocasión de la investidura real (Plutarch, Artoxerxes 3.1), por todos sus sucesores. El “palacio” R mas meridional, con el famoso genio alado (figura 35), puede ser comparado con las monumentales puertas de Persépolis y Susa (Stronach, op. cit., pp. 44ff.). Este es también el caso de los relieves en la entrada principal: toros alados al sudeste – orientados hacia el mundo exterior – y probablemente toros con rostros humanos orientados hacia los palacios (Herzfeld’s drawings: P. Calmeyer, AMI 14, 1981, pp. 27ff.). El único relieve existente, los cuatro genios alados, combina prendas Elamitas y coronas Sirio/Egipcias (R. D. Barnett, Mélanges de l'Université Saint Joseph 45, Beirut, 1969, pp. 416ff.); está orientado hacia el interior (Stronach, op. cit., p. 48 n. 34), y debe, junto con su equivalente en las otras puertas laterales, haber protegido al rey o a su estatua dentro del edificio. El palacio S es la edificación más difícil de comprender. No hay ninguna evidencia de algún estrado o trono, y es difícil de imaginar uno en el medio de una sala abierta en todos sus lados. Por otra parte, las esculturas sugieren una función sumamente representativa: la puerta principal, destacándose en la principal fachada noreste, otra vez con la forma de un amplio pórtico, estaba protegida por figuras humanas y las puertas laterales por criaturas míticas, orientadas hacia fuera como siempre; la puerta trasera muestra patas de toros y pies de hombres, como si estuvieran dirigiéndose hacia la sala principal en el pórtico (mas pequeño) del sudoeste. Las columnas eran coronadas por protomai de leones, 1

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HISTORIA DEL ARTE EN IRÁN Peter Calmeyer

Arte y Arquitectura Aqueménida

El tiempo de Ciro el Grande

La genealogía de la familia aqueménida la cual ha sido reconocida por la mayoría de los eruditos siguiendo las inscripciones cilíndricas de Ciro en Babilonia, combinado con la inscripción en roca de Darío proveniente de Bīsotūn; un “Kuraš, rey de Parsumaš, mencionado por Assurbanipal, fue añadida a esta imagen por E. F. Weidner (Archiv für Orientforschung 7, 1931 32, pp. 2, pp. 1ff; ver también ACHAEMENID DYNASTY). Ciro el Grande, el fundador del imperio persa, podría ser en esta reconstrucción el tataranieto de los Aqueménidas, el segundo de su nombre. Hay, sin embargo, al menos, dos posibles reconstrucciones más: H. Winckler en 1889 (Untersuchungen zur altorientalischen Geschichte, Leipzig, 1928) ha señalado que el mismo Ciro no hace mención a los aquemenidas. El ha sido estudiado por G. Cameron, P. de Miroschedji (próximo) y, el mas detallado, J. Wiesehöfer, quien concluye que Ciro no fue aqueménida en absoluto; Darío solo pretendía ser su pariente y por consiguiente debe haber falsificado todas las inscripciones en Pasargadas, donde Ciro es proclamado “descendiente de los Aqueménidas” (Kent, Old Persian, p. 116). La tercera posibilidad es ofrecida por la larga genealogía dada por Herodoto (7.11.2); aquí, Ciro aparece nuevamente como Aqueménida, el tercero en su nombre; así, todas las inscripciones contienen correcciones, aunque abreviadas genealogías (H. H. Schaeder, OLZ 41, 1938, pp. 105 ff., seguido por W. Eilers, P. Calmeyer, W. Nagel). Afortunadamente, la fecha de tan solo unos pocos edificios y relieves del periodo es difusa en esta discusión.

Ningún trabajo de arquitectura o arte puede ser atribuido con certeza a un aqueménida anterior a Ciro el Grande. Solo un sello cilíndrico, ahora perdido, pero varias veces usados “bullae” en Persepolis, pueden pertenecer posiblemente a un antiguo miembro de la familia: este lleva la inscripción “Kuruš, el Anzanite hijo de Teïspes”, y una escena de combate de los sellos del ultimo estilo Elamita o proto Aqueménida (ver mas arriba); el dueño pudo haber sido el abuelo de Ciro, como príncipe de la corona, o un desconocido príncipe de la misma familia, ya que antiguos sellos de la civilización mesopotámica fueron a menudo reutilizados mucho después de que su propietario muriese (inclusive los de la realeza. e. g., aquellos de Ibi Sin de Ur en una vieja colonia asiria).

Con los monumentos de Pasargadas estamos por primera vez dentro del mundo de la historia. Sobre las bases de fuentes escritas E. Herzfeld fue capaz de identificar el sitio de Mašhad e Morḡāb con Parsagadas (Pasargadae, Inaugural Dissertation, Berlin, 1907, pp. 7ff.); a partir de otras fuentes griegas sabemos que fue fundada por Ciro el Grande para conmemorar su victoria frente a Astyages en ese mismo lugar, e inscripciones bilingües y trilingües, señalan a Ciro como el dueño y constructor de los tres palacios (figura 34). El significado de las inscripciones podría ser el mismo, aun cuando hayan sido, en realidad, escritas en tiempos de Darío I. Además, la técnica constructiva de los principales edificios en Parsagadas es definitivamente pre persepolitan, como ha demostrado C. Nylander y D. Stronach; la fuerte influencia Jonia hace plausible una fecha después de la conquista del reino de Lydia. Este es también el caso de las edificaciones sin inscripciones: la fortaleza “Taḵt e Mādar e Solaymān” la cual aparentemente fue dejada incompleta por mucho tiempo, después de Ciro; los dos pedestales en el “Recinto Sagrado” al oeste de los palacios, (pero en el centro del área de la ciudad fortificada)(Stronach, Pasargadae, pp. 138 ff.; cf. fig. 3) probablemente alguna vez coronadas por “altares” de fuego (mas correctamente: chimeneas, i.e., del griego eskhára), y la tumba, la cual hasta hace unos años atrás era venerada como la tumba de la madre de Salomón y en otros tiempos usada como una mezquita (W. Kleiss, AMI 12, 1979, pp. 281ff., pl. 44); la identificación de G. F. Grotefend con las descripciones griegas de la tumba de Ciro ha sido por un tiempo cuestionada (A. Demandt, Archäologischer Anzeiger, 1968, pp. 520f.), pero ha sido ahora defendida convincentemente por D. Stronach (op. cit., pp. 24ff.) quien fue el primero en notar un disco elevado en el centro del gablete con la forma de dos rosetones concéntricos. Este símbolo fue visto por primera vez en el siglo XVII por J. A. Mandelslo (A. Sh. Shahbazi apud P. Calmeyer, ZA 70, 1980, pp. 299 n. 12) y ha sido interpretado como el disco solar, en varias oportunidades en conexión con el nombre de Ciro, y como un elemento Jonio posterior (H. von Gall, AMI 12, 1979, pp. 271ff., pls. 39ff.).

La “Zendān e Solaymān,”enigmática estructura, con forma de torre, constituye el equivalente exacto del “Kaʿba ye Zardošt” (q.v.) en Naqš e Rostam, ambos con elementos heredados del arte de Urartian (D. Stronach, JNES 26, 1967, pp. 278ff.) y Jonio (A. Demandt, op. cit.; C. Nylander, Ionians in Pasargadae, Uppsala, 1970, pp. 139ff.). Un pequeño fragmento de una inscripción encontrada allí, hasta ahora ha sido de poco empleo; puede llegar a incluir la palabra Ku u ša, en tal caso debe ser más tardío que la conquista de Etiopía en manos de Darío.

En el área de los palacios (figura 34) D. Stronach excavó varios “cursos de agua”, un puente, y dos pabellones: los tres principales puentes, bautizados P (“Pfeiler”), S (“Saule”) y R (“Relief”) por E. Herzfeld, son mucho mejor comprendidos ahora: el hallazgo mas importante fue el de una subestructura de piedra de un trono en la parte sur del pórtico de P, el cual podemos llamar ahora con seguridad el palacio residencial; además, el trono da razón de ser a la planificación del terreno, el enorme pórtico, y las puertas asimétricas (P. Calmeyer, ZA 70, 1980, pp. 300ff.). Los relieves, un rey y un sirviente parados en ambos lados de cada puerta, son homologables iconográfica e estilísticamente a aquellos de la Persépolis tačara. Según muchos estudiosos las inscripciones “por Ciro” en esos relieves son en realidad posteriores a Ciro, por lo que los relieves deberían ser fechados sobre las bases de sus propias características (Farkas, Achaemenid Sculpture; Stronach, Pasargadae, pp. 93ff.; E. Porada in Highlights of Persian Art, ed. R. Ettinghausen and E. Yarshater, Boulder, 1979, pp. 69ff.; y otros). Solo W. Nagel (MDOG 111, 1979, pp. 82ff.) analiza el estilo suponiendo dos escuelas escultóricas, una en Bīsotūn y otra, trabajando primero en Parsagadas, mucho mas adelante en su tiempo, y luego en Persépolis. Está fuera de dudas, no obstante, que las inscripciones correctamente identifican al dueño de este palacio como Ciro, para ser venerado en ocasión de la investidura real (Plutarch, Artoxerxes 3.1), por todos sus sucesores.

El “palacio” R mas meridional, con el famoso genio alado (figura 35), puede ser comparado con las monumentales puertas de Persépolis y Susa (Stronach, op. cit., pp. 44ff.). Este es también el caso de los relieves en la entrada principal: toros alados al sudeste – orientados hacia el mundo exterior – y probablemente toros con rostros humanos orientados hacia los palacios (Herzfeld’s drawings: P. Calmeyer, AMI 14, 1981, pp. 27ff.). El único relieve existente, los cuatro genios alados, combina prendas Elamitas y coronas Sirio/Egipcias (R. D. Barnett, Mélanges de l'Université Saint Joseph 45, Beirut, 1969, pp. 416ff.); está orientado hacia el interior (Stronach, op. cit., p. 48 n. 34), y debe, junto con su equivalente en las otras puertas laterales, haber protegido al rey o a su estatua dentro del edificio.

El palacio S es la edificación más difícil de comprender. No hay ninguna evidencia de algún estrado o trono, y es difícil de imaginar uno en el medio de una sala abierta en todos sus lados. Por otra parte, las esculturas sugieren una función sumamente representativa: la puerta principal, destacándose en la principal fachada noreste, otra vez con la forma de un amplio pórtico, estaba protegida por figuras humanas y las puertas laterales por criaturas míticas, orientadas hacia fuera como siempre; la puerta trasera muestra patas de toros y pies de hombres, como si estuvieran dirigiéndose hacia la sala principal en el pórtico (mas pequeño) del sudoeste. Las columnas eran coronadas por protomai de leones,

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dragones y quizás caballos (P. Calmeyer, AMI 14, 1981, pp. 31ff). Se creía que los originales estaban perdidos, pero hoy han sido encontrados algunos en el Museo de Israel, Jerusalén, y serán publicados por R. Merhav. Todas estas esculturas son definitivamente pre persepolitan en cuanto al estilo y babilónico/asirias en cuanto a lo icnográfico (Farkas, op. cit., pp. 10ff.) En estas construcciones, en el camino entre la puerta y el pórtico del trono, deben haber sido depositados los obsequios para el rey.

La arquitectura y escultura de este periodo ha sido mostrada como sumamente ecléctica: el uso de diferentes tipos de piedras, las falsas ventanas, y la torre cuadrangular vienen de Urartu; los pasillos con múltiples columnas de Urartu vía Media; los pórticos conectados a estos pasillos con muchas variaciones (tal vez mejor llamados “stoai”) las bases y los fustes de las columnas Griegas; y la forma de los “altares” de Media. Los tipos orientales son quizás vistos en las puertas monumentales (sin stoai) y en las tiendas. En la iconografía han sido citados prototipos Elamitas, Sirios, y Babilónico/Asirios; la manufactura y el estilo de los relieves son (con la excepción de aquellos del palacio P) más neo babilónicos que cualquier otro.

Aparte de Parsagadas es solo en Borazjān, a 50 kilómetros de Bandar e Būšehr (Bushire), que los vestigios de un palacio o pabellón en el estilo de Ciro han sido encontrados. De la “inscripción del cilindro” (11.33.34) sabemos que Ciro “devolvió a los dioses…a sus lugares y los hizo entrar a sus moradas eternas”; i.e; entre otros lugares, a Susa y a la tierra Gutium. De la actividad de este edificio nada ha sido encontrado todavía. Bibliografía: pendiente. Ver en la edición impresa EIr. II/6, London and New York, 1986, p. 572.

Bibliografía: La genealogía generalmente aceptada fue delineada primero por P. Caue, “Aqueménidas”, en Pauly-Wissowa, I/I, 1883, cols. 200 ff.; las diferentes interpretaciones son tratadas mas completamente por J. Wiesehofer, Der Aufstand Gaumātas und die Anfänge Dareios’ I, Habelts Dissertationsdruck 13, Bonn, 1978, pp. 179 ff., con buena bibliografía; cf. W. Eilers, Kyros, Beiträge zur Namensforschung 15, 1964, pp. 180 ff.; idem, Indogermanische Forschungen 79, 1974, pp. 54 ff.; P. Calmeyer, AMI, N.F. 7. 1974, p. 49 n. 3; 9, 1976, pp. 89 f.; W. Nagel, “Herrscher,” in RIA IV, 1972-75, pp. 354 ff. El sello de Ciro será publicado con otras impresiones, unas pocas en proto – aqueménida, la mayoría en estilo aqueménida temprano, por M. Cool Root. R. T. Hallock in Seals and Sealings in the Ancient Near East, ed. McG. Gibson and R. D. Biggs, Malibu, 1977, p. 127, no. 93; los dibujos en W. Hinz, Darius und die Perser [I], Baden-Baden, 1976, pp. 52 ff., fig. 17 probablemente no sean completamente correctos, la fotografía de la figura 16 es excelente. Menos optimista acerca de nuestro conocimiento de los persas tempranos y sus inmigraciones que Hinz y R. Ghirshman (Village perse-achémenide, MDAFI 26, Paris, 1954; idem, Terrasses sacrees de Bard-è Néchandeh et de Masjid-i Solaiman, MDAFI 45, Paris, 1976), son algunos artículos recientes: L. D. Levine, Iran 12, 1974, pp. 106 ff.; D. Stronach, Iraq 36, 1974, pp.239ff; P. de Miroschedji, CDAFI 12, 1981, pp. 35 ff., 149 ff.; idem, RA 76, 1982, pp. 51 ff. (en glyptics); idem, ZA (próximamente; fecha bastante tardía establecida en Fars); P. R. S. Moorey, Iran 20, 1982, pp. 81 ff. (en trabajo de metales); P. Briant, Iranica Antiqua 19, 1984, pp.7I ff., esp. 78 ff. Stronach, Pasargadae. A Report on the Excavations Conducted by the British Institute of Persian Studies from 1961 to 1963, Oxford, 1978, es una última publicación con todos los monumentos del sitio. Las antiguas excavaciones de E. Herzfeld y ʿAlīl Sāmī, han sido publicadas solo insuficientemente o no ha sido publicado nada E. Herzfeld, AMI 1, 1929, pp. 1 ff.; cf. F. Krefter, AMI 12, 1979, pp. 15 f.; Ali-Sami, Pasargadae. The Oldest Imperial Capital of Iran, tr. R. N. Sharp, Shiraz, 1956; idem, Gozarešhā-ye bāstān-šenāsī 4, 1960, pp. 1 ff.

La complicada discusión en torno a la fecha de las inscripciones de Parsagadas, la invención de la escritura persa y el significado del § 70 de la inscripción de Bīsotun (DB 4.88.92), no pueden ser presentadas aquí. Mas importante para la cronología de los edificios y de los relieves es la refutación de C. Nylander de una presunta fase temprana de los edificios R y S debida a los títulos reales (“Who wrote the Inscriptions at Pasargadae,” Orientalia Suecana 16, 1967, esp. pp. 162 f). El argumento de W. Hinz, ZDMG 93. 1939, p. 380, acerca de la forma tardía de los antiguos signos persas que divide las palabras es todavía de valiosa consideración; pero su reconstrucción del nombre de Darío en una inscripción (ZDMG 109, 1959, pp. 117f., junto con R. Borger) ha sido refutada: G. Cameron, Iran 5, 1967, p. 9; I. Gershevitch in A. Farkas, Achaemenid Sculpture, Leiden, 1974, p. 17 n. 52; cf. Stronach, Pasargadae, pp. 99 f. Otro fragmento probablemente pertenezca a la estatua de Darío. (ibid., p. 101, pl. 83b).

El asunto relacionado a la fecha de los relieves en el palacio P y su relación con el arte griego es crucial para nuestro entendimiento del desarrollo del estilo aqueménida y ha sido debatido con vehemencia por mucho tiempo: fue por primera vez planteado por A. Moortgat, Mitteilungen der altorientalischen Gesellschaft 2, 1, Berlin, 1926, pp. 1 ff. El primero en sostener una fecha tardía fue H. Frankfort, The Art and Architecture of the Ancient Orient, Harmondsworth, 1954, pp. 217, 226 f., recientemente seguido por A. Farkas, op. cit., pp. 14 ff. (con una critica revisión del debate) y D. Stronach, op. cit., pp. 93 ff.; idem in Camb. Hist. Iran II, 1985. pp. 845 f. Ellos han sido contradichos por C. Nylander, Ionians in Pasargadae, Uppsala. 1970, pp. 122 ff., y M. C. Root, The King and Kingship, pp. 51 ff., 285 ff. La observación mas importante en la reciente discusión es probablemente aquella sobre las marcas de cincel dentadas en el pórtico del palacio P (Stronach, op. cit., pp. 90 f., 99 f., pl.87c, d).

Nylander (op. cit.) fue el primero en usar evidencia basada en el rol social de artistas griegos y el progreso técnico en el trabajo en piedra aqueménida así como tipología arquitectónica (cf. M. Roaf, “Texts about the Sculptures and Sculptors at Persepolis,” Iran 18, 1980, pp. 65 ff.; T. C. Young, “Thoughts on the Architecture of Hasanlu IV,” Iranica Antiqua 6, 1966, pp. 48 ff; H. v. Gall, Gnomon 44, 1972, p. 705; idem. “Das persische Konigszelt und die Hallenarchitektur in Iran und Griechenland,” In Festschrift für Frank Brommer , Mainz, 1977, pp. 119 ff).

El tiempo de Cambyses y Bardiya

En el plano entre Persépolis y Naqš e Rostam hay una estructura sin acabar reconocida como “Taḵt e Rostam” o “Taḵt e Gohar” (Stronach, op. cit., pp. 302ff.). E. Herzfeld interpretó esto como la tumba de Cambyses II/III, casi una copia exacta de la de Cyro. Dentro, dos pequeños enterratorios de menor importancia fueron escabados (F. Krefter, AMI 12, 1979, p. 24). Estos fueron restaurados recientemente por G. Tilia, y cerca de ellos los restos de un palacio inacabado de tipo de Pasargadae fueron encontrados. Las dos estructuras tienen exactamente la misma orientación (A. B. Tilia, Studies and Restorations at Persepolis and Other Sites of Fārs II, Rome, 1978, pp. 73ff.). Cambyses, sin embargo, parece haber sido enterrado correctamente después de que su cadáver habría sido "traído a Persia " (Ctesias apud Photius 37b.15f.): presumiblemente a Pasargadae donde una tumba para él debe haber estado preparada. ¿Son los restos en " Dast la e Gohar " aquellos de la capital de Bardiya?

Dario I: fase A (Bīsotūn)

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El relieve de la roca en Bīsotūn [q.v.] (Diodorus: Bagistana) es el mas minuciosamente datado y el mas a fondo monumento Aquemenida interpretado. Once de sus catorce figuras son identificadas por títulos: el mismo Dario, Gaumāta, ocho delicados reyes que se revelaron durante el primer año de Dario y un gobernante de la “Scythians con sombreros puntiagudos” quien Dario capturo en su tercer año; este ultimo acontecimiento es registrado en un parrafo adicional de la inscripcion, entonces otros acontecimientos deben haber ocurrido antes. El orden en que fueron talladas las figuras, los titulos, y las cuatro versiones de la incripcion Bīsotūn han sido aclaradas por Luschey y Trümpelmann. W. Nagel ha argumentado que la segunda figura anterior, llamada Frāda por el titulo, porque su prenda de vestir Elaminta, originalmente debe haber sido intencionada para representar Attamaïta y ha sido añadida a los ocho reyes originales despues del segundo año. Sin embargo, en DB 4.2 31 (par. 52), Frāda es uno de los Nueve Pretendientes (el número nueve puede tener un significado mágico: C. Nylander apud Raíz, op. cit., p. 201 n. 55; cf. también los nueve reyes sobre la vaina Oxus: (Figura 46) y allí no hubo ninguna roca abandonada para tallar la cuerda que conecta Araka con Frada. Las dos figuras detrás de Darío, sin títulos, han sido interpretadas como Hystaspes y Arsames, llevando diademas reales (la W. Nagel en RIA IV, pp. 358, 365). Coronas adornadas de manera similar (mitrai), sin embargo, son llevados por asistentes y guardias en el tačara (A. B. Tilia, op. cit., pp. 63ff. figs. 10 12). La naturaleza eclectica del relieve ha sido acentuada por Root (op. cit., pp. 196ff.); estos contienen elementos conocidos desde Sar e Pol y relieves Asirios así como de tardíos portadores de Armas Elamitas y la figura del Urartian divino en el dico lateral (P. Calmeyer, Jahrbuch des Deutschen Archäologischen Instituts 94, 1979, pp. 362ff., fig. 12). Cerca del palacio en Babilonia hay puesta una copia del relieve (o parte de éste) en pequeño tamaño con el texto largo (o parte de éste) en su parte tracera (Figura 36). Bibliografía: La publicación básica de los relieves de roca es: H. Luschey, “Studien zu dem Darius-Relief von Bisotun,” AMI, N.F. 1, 1968, pp. 63 ff. Para la cronología de los relieves y las inscripciones: L. Trumpelmann, Archäologischer Anzeiger, 1967, pp. 281 ff.; W. Hinz, AMI, N.F. 1, 1968, pp. 95 ff.; H. Luschey in Fifth Congress of Iranian Art and Archaeology, Tehran, 1972, pp. 295 ff.; W. Nagel in Kunst, Kultur und Geschichte der Achdmenidenzeit und ihr Fortleben, AMI Erganzungsband 10, Berlin, 1983, pp. 182 ff. Style: Luschey, op. cit.; A. Farkas, Achaemenid Sculpture, Leiden, 1974, pp. 30 ff.; eadem in Camb. Hist. Iran II, 1985, pp. 828 ff. Prototypes: P. Calmeyer in La civilisation de Mari, XVe rencontre assyriologique Internationale, ed. J. Kupper, Paris, 1967, pp. 168 ff.; M. C. Root, The King and Kingship in Achaemenid Art, Acta Iranica 19, Leiden, 1967, pp. 58 ff., 182 ff. Copy in Babylon: U. Seidl, AMI, N.F. 9, 1976, pp. 125 ff.

Dario I: fase B

Probablemnte el trabajo en la terraza en Persépolis ya habia comenzado en los primeros años de Dario (E. F. Schmidt, Persepolis I, p. 39); el monumento datable mas temprano, sin embargo, es la inscripción sobre la pared terraza sur (Figura 37): en la version Elamita de éste (DPg) Dario dice que él construyó “esta fortaleza donde nada había sido construido antes”, en la vieja version Persa (DPe) él lo llama una “casa” (viθam); la enumeración de personas es similar a la de Bīsotūn (P. Calmeyer, AMI 15, 1982, pp. 122, 124ff.) y definitivamente pecede la campaña Saka. La entrada mas temprana era probablemente cerca de las inscripciones, otra adicional para el este (no. 5 on Figura 37); estas fueron cerradas más tarde (A. B. Tilia, “The Terrace Wall of Persepolis,” in Studies and Restorations at Persepolis and Other Sites of Fārs II, Rome, 1978, pp. 3ff.). En el camino para los palacios hay una segunda pared terraza con relieves de hombres guardianes, sin acabar y en parte destruidos por el edificio de Jerjes “Harem” (Schmidt, op. cit., p. 61, fig. 23, pp. 260f. figs. 111f.; P. Calmeyer, Iran 18, 1980, p. 59, pl. IIIa), al parecer los relieves mas viejos de persépolis. En el area de palacios, el tačara (Figura 37: “Palacio de Dario”) debe haber sido el primer edificio en ser construido. Tres relieves del “heroe real” de los espacios privadas son mas arcaicos que los demás (Schmidt, op. cit., p. 226 n. 37, pls. 144 146) y relacionados al estilo Bīsotūn (H. Luschey, AMI, N.F. 1, 1968, pp. 89f.).

Los datos de los comienzos del trabajo en Susa no son conocidos; la inscripción mas vieja es probablemente DSm, escrita sobre ladrillos, i.e., en paredes, tiempo despues de la fundación de las terraza (para el dato ver P. Calmeyer, AMI 15, 1982, pp. 124ff.). La misma técnica, empleando ladrillos vidriados, fue usada para los relieves que adornan la pared de la residencia y la apadāna (q.v.; Figura 38, Figura 39), decorada con ormamentos, plantas, leones, grifos y humanos con cabeza de leon (R. de Mecquenem, MDAFI 30, Paris, 1947, pp. 47ff.; A. Farkas, Achaemenid Sculpture, Leiden, 1974, pp. 38ff.); entre estos relieves, solo el famoso hombre guardian(Figure 38) puede ser mostrado perteneciendo a la etapa temprana: los pliegues verticales de la vestimenta no cuelgan abajo del eje central de la figura, si mas cerca a la pierna izquierda, la cual esta puesta hacia adelante; este rasgo se hace un tanto acentuado si la figura es vista desde su lado izquierda o derecho (Figure 38: cuente los cuadrados a la izquierda o la figura del medio). Esto nunca es un rasgo permanente en relieves Persas posteriores, y es encontrado solo una vez mas, a saber en el relieve del Palacio P en Pasargadae (ver mas arriva), que por el criterio pertenecen a la misma fase (P. Calmeyer, AMI 14, 1981, pp. 40f., pls. 4f.). En Susa, el patio menor oeste del palacio de tipo Elamita debe haber sido completado en este tiempo (Figure 37; J. Perrot in 150 Jahre Deutsches Archäologisches Institut, Mainz, 1981, pp. 79ff., pl. 37).

Dario I: Fase C

La fundación de tabletas bajo el apadāna (q.v.) de Persépolis (Figura 37) y de Hamadān (DPh and DH) mencionan tanto la “Sakas mas allá de Sogdia” y Lydia como el límite del imperio, el cual sugiere una fecha posterior a la campaña de Saka (ca. 513 B.C.) y quizás en el comienzo de la rebelión Jonica (AMI 15, 1982, pp. 123ff.). En la fundación del depósito de apadāna, solo fueron encontradas monedas del tipo Lidio (“Croeseïds”): El tema darics fue posterior. La construcción en si solo fue terminada en tiempos de Jerjes (XPg: en las paredes de las torres de apadāna). La estatua de Susa con la representación de personas en estilo Egipcio (D. Stronach et al., CDAFI 4, 1974, pp. 61ff., 73ff., 161ff., 181ff.) ha sido fechada también en el comienzo de la revolución Jonica (W. Hinz, AMI, N.F. 8, 1975, pp. 118ff.; Figura 40).

La tumba de Dario en la roca de Naqš e Rostam (DNa: entre el campamento de Saka y la revolución de los Jonios no es mucho más antigua). Según Ctesias (apud Photius 38a, 38 44) los padres del rey fueron asesinados visitando la tumba, entonces probablemente el trabajo comenzó mas teprenamente en su reinado; sin embargo, el elegante estilo de las figuras esbeltas en el relieve es diferente del rígido, movimiento medio arcaico en fase B.

Los otros únicos monumentos completados por Dario a sí mismo fueron el Tesoro y la tačara, su palacio privado (Figura 37) es mostrado por numerosas pequeñas inscrpciones. Dos de los monumentos, en la puerta principal, describe a Jerjes con corona de príncipe: su traje es exactamente como el de su padre (XPk; Schmidt, op. cit., p. 223, pls. 126, 138f.; E. Benveniste, JA 239, 1951, pp. 261ff.; P. Calmeyer, AMI, N.F. 9, 1976, pp. 80f.). Este relieve con buena razón puede ser clasificado como un arte “Arquemenido Clasico” (E. Porada in Camb. Hist. Iran II, pp. 793ff.): Estos sirvieron, estilísticamente e iconográficamente, como prototipos para el arte de la corte de los sucesores de Dario.

Jerjes I

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El hijo y antiguo co regente de Dario cuidadosamente explica en sus inscripciones que él completó el trabajo de su padre en Van (XV), sumandole la escalera sureña al tačara (XPc), las torres al apadāna (XPg) y la puerta monumental (XPa; en las dos últimas despues sus planes han sido cambiados: Figura 37); en la hadiš, su palacio privado, él dedicó uno de los relieves y una inscripción (DPbH de acuerdo a A. Sh. Shahbazi, Corp. Inscr. Iran. , pp. 12ff.) a su padre. En la etapa mas tardía, aparentemenete no se sintió obligado a mencionar a su padre en ninguna otra construcción: en las tabletas de la fundación del Harem y en las escaleras de la apadāna. Surge un modelo en el cual la escalera con sus relieves e inscripciones es siempre la ultima parte para ser completar; esto es verdadero también para la escalera de la entrada principal donde usaron abrazaderas, según las conclusiones de C. Nylander (Ionians in Pasargadae, p. 9), son definitivamente de una tipo tardío.

El estilo de los relieves continuará el de la fase ultima de Dario, “clasico”; especialmente en el trabajo posterior en Jerje, hay una tendencia hacia agrandar y acentuar mas las proporciones y los volúmenes de las figuras. Iconográficamente, hay también algunos cambios: Jerjes ha dejado a los guardias en la entradas y ha introducido el tema de sirvientes Persas y Medos con regalos o comida que sube las escaleras (Figura 41). La composicion mas importante, el de la fachada de apadāna, es tambien completamente nueva: solo el tema de una delegación extranjera que trae regalos al rey fue adoptado de los Asirios; los relieves, representando los gobernantes, la corte, y la clase dirigente, son usados en Persepolis para presentar una pintura elaborada del imperio.

En sellos cilíndricos, el motivo Bīsotūn, el rey triunfante, fue mostrado en formas mas especificas: el rey (en un caso un noble) victorioso sobre mas de una nación. En Grecia los hoplitas son las víctimas en un sello usado probablemente durante los tiempos de Jerje tanto en el tesoro como por los propieterios de casas fuera de la terraza (Figura 42); el tipo es todavia corriente en el tiempo de Artajerjes (III?) (E. F. Schmidt, Persepolis II, p. 29, pl. 9, no. 28, con otros ejemplos; M. C. Root, The King and Kingship, pp. 182ff.).

Según Herodoto, Dario “retiró las monedas de oro refinado para una extrema pureza” (4.166), pero nosotros no sabemos si él había abandonado el tipo “Croeseïd” de leon y toro el cual él empleó en la fundación de los depositos de apadāna. Si él lo hizo, debe haber introducido el tipo mostrando al rey la mitad de longitud que conocemos tan bien desde los sellos cilindricos tempranos. Las figuras caracteristicas en monedas Aquemenidas, los corrientes “arqueros” (en tres diferentes diseños), fueron introducidos por Dario años anteriores o, mas probablemente, por Jerjes (S. P. Noe, Numismatic Notes and Monographs 139, 1956, pp. 25ff.; E. S. G. Robinson, NC 18, 1958, pp. 187ff.; P. Calmeyer, AMI 12, 1979. pp. 303ff.; M. C. Root, op. cit., pp. 116ff.).

De Artajerjes I a Artajerjes III

Después del reinado de Jerjes I, no fueron introducidas nuevas formas o ideas de ninguna clase dentro de la arquitectura y el arte del país Aqueménido. Mientras que en Grecia y especialmente en el espacio artístico de la Anatolia Aquemenida, sintáxis de formas, promovio rápidamente el realismo, en Susa, Babilonia, Ecbatana, y Persépolis los albañiles y escultores repitieron los temas y las formas de la fases clásicas: Dario C y Xerxes. Desde ese momento en adelante, el arte imperial tiene un mensaje: la autoridad de los Aqueménidas debia ser la misma siempre.

Por lo tanto es dificil, a menudo imposible, distinguir los estilos dentro del arte de las seis generaciones tardías de Aqueménidas. Aún cuando hay una secuencia de monumentos bien preservados, como en el caso de las tumbas reales, estos tienden a ser una serie de réplicas: Solo los ataudes de roca parecen haber sido adaptados al numero de miembros de la familia real; todos los relieves del imperio muestran el mismo orden y extension, independientemente del verdadero desarrollo real (en vivido contraste a los constantes cambios durante las tres primeras generaciones: P. Calmeyer, AMI 15, 1982, pp. 105ff., 170ff.). por lo tanto las tumbas son menos bien datadas que como es comunmente supuesto (idem and W. Kleiss, AMI, N.F. 8, 1975, pp. 81ff., 88ff., 94ff., 110ff.; Figura 43).

Un pequeño, elegante palacio del tipo de apadāna fue construido por uno de los tres reyes llamados Artajerjes en Susa fuera de la terraza real (“basileia”), donde han sido encontrados fragmentos de finas pinturas y relieves (A. Labrousse and R. Boucharlat, CDAFI 2, 1974, pp. 61ff.). Un desconocido rey construyo un excelente gran palacio, en Jīn Jān (Čīn ū Čīn), en frente de Kūrāngūn (K. Atarashi and K. Horiuchi, Fahlian I. The Excavations at Tape Suruvan, Tokyo, 1963). Artaxerxes II reparo la principal apadāna en Susa y construyo otros tres palacios (inscripciones A2Sd; A2Sc). Artaxerxes III añadio escaleras a un palacio desconocido en Susa y al tačara (Figura 44). En Babilonia una contruccion bastante irregular ha sido excavada, conteniendo fragmentos de excelentes ladrillos decorativos pintados (Farkas, op. cit., pp. 37ff.).

Hay, quiza, dos excepciones a esta uniformidad: entre los trabajos datados de Artajerjes I (Sala de cien columnas, Tripylon, Palacio H: todo en Persepolis) nosotros encontramos un grupo de relieves de la mas alta calidad, quizá producto del mismo taller, en un estilo suave y rico en detalles, a pesar del pequeño tamaño de las figuras (para la fachada H: A. B. Tilia, Studies and Restorations, pp. 265ff.; idem apud Farkas, op. cit., pp. 132ff.; para los datos del Tripylon: P. Calmeyer, AMI, N.F. 9, 1976, pp. 71ff., pls. 18f.; idem, ibid., 15, 1982, pp. 139ff., pls. 20 24; M. Roaf, Iran 21, 1983). En la tumba VI como en la escalera de Artaxerxes III’s al tačara encontramos un estilo crudo con dimensiones torpes, lineas agudas, y detalles arcaicos. Quiza podemos reconocer aqui los productos de dos talleres, del quinto y mitad del cuarto siglo A. C. Un cambio considerable tiene que haber ocurrido en la terraza del palacio de Persepolis: los trabajos antedichos de Artaxerxes I fueron inacabados a un grado mayor que de costumbre (A. B. Tilia, East and West 19, 1969, pp. 9ff.); aparentemente el palacio permanecio en este estado hasta Artaxerxes III o su predecesor, cuando esto fue usado principalmente para entierros reales (tumba inacabada VIII; W. Kleiss and P. Calmeyer, AMI, N.F. 8, 1975, pp. 81ff.; luego tumbas V y VI), probablemente siguiendo una costumbre antigua Babilónica (ver en el “Old Palace” P. Calmeyer, ibid., pp. 107ff.).

Bibliografía: La mayor parte de la literatura no se dedicada a períodos distintos, pero a sitios. El primer volumen de E. F. Schmidt, Persepolis I-III, Oriental Institute Publications 68-70, Chicago, 1953, 1957, 1970, contiene la mejor cuenta de la actividad del edificio Achaemenida, el segundo volumen la información más confiable sobre sellos (cf. E. Porada, JNES 20, 1961, pp. 66 y sig) y pequeños hallazgos; el tercio es dedicado a las tumbas reales, también aquellos en la Naqs-e Rostam, y su iconografía. Excavaciones posteriores: Akbar Tajwīdī, Dāmestanīha-ye novīn dar bāra-ye honar wa bāstān-šenāsī-e ʿaṣr-e Haḵāmanešī, bar bonyād-e kavošhā-ye panj-sāla-ye Taḵt-e Jamšīd. Salha-ye 2527-2532 Š. [šāhānšāhī], Tehran, 2535 [= 1355 Š./I975]. Architecture: F. Krefter, Persepolis. Rekonstruktionen, Teheraner Forschungen 3, Berlin. 1971; idem, AMI, N.F. I, 1968, pp. 99 ff.; D. Stronach, “The Evolution of the Early Iranian Fire Temple,” Acta Iranica 25, Leiden, 1985, pp. 605 ff. Las observaciones mas importantes despues de Herzfeld y Schmidt han sido hechas por G. and A. B. Tilia, (Studies and Restorations at Persepolis and Other Sites of Pars I, Rome, 1972), sobre todo sobre técnica y sobre " los relieves del Tesoro " al principio habiendo sido parte de las fachadas apadana; su fecha: E. Porada in Studies in Classical Art and Archaeology. A Tribute to P. H. von Blanckenhagen, Locust Valley, 1979, pp. 37 ff., pis. VII-IX. Los posibilidades de hallazgos en Ecbatana de varias bases son sobre todo inéditos, p.ej., una capital de griffin excelente; un museo local está en la preparación. Para la cabeza de un toro mirar: L. Vanden Berghe, Archéologie de I'lran Ancien, Leiden, 1959, pp. 110, 190, pl. 137d; cf. P. Calmeyer

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in RIA IV, pp. 64 ff. s.v. Hamadan. Las nuevas excavaciones en Susa, dirigido por J. Perrot, aun no son publicadas en su totalidad: Syria 48, 1971, pp. 36 ff.; JA 260, 1972, pp. 235 ff., 241 ff., 247 ff., 253 ff. (the statue). CDAFI 2, 1972, pp. 13 ff.; 4, 1974, pp. 15 ff.; 10, 1979, pp. 19 ff. For the iconography: M. C. Root, The King and Kingship in Achaemenid Art, Acta Iranica 19, Leiden, 1979; P. Calmeyer, OLZ 79, 1984, pp. 66 ff.; idem, Iran 18, 1980, pp. 55 ff.; idem, AMI 15, 1982, pp. 105 ff. Style: H. Frankfort, AJA 50, 1946, pp. 6 ff.; A. Farkas, Achaemenid Sculpture, Leiden, 1974; H. Luschey, Iranica Antiqua 2, 1975, pp. 113 ff.; M.Roaf, Iran 21, 1983. Inscripciones: Corp. Inscr. Iran. I/I, Portfolio 1, Old Persian Inscriptions of the Persepolis Platform, ed. A. Sh. Shahbazi, London, 1985. De importancia considerable para las preguntas de cronología es la pintura del tocado, especialmente el kidaris real: H. von Gall, AMI, N. F. 7, 1974, pp. 145 ff.

El alcance geográfico del estilo Aquemenida; Aplicado al Arte.

Fuera de la capital de Susa, Babilonia, Ecbatana, y Persépolis, el estilo de la corte fue propagado principalmente por el trabajo en metales ( como forma de regalos mutuos), y por monedas de oro y de plata. Mas tarde, el famoso darics and sigloi, habí sido introducido bastante tarde (ver sobre: Jerjes), despues el acuñamiento había sido inventado en Lydia: el reservas de sigloi de Anatolia del este, Egipto, and Palestina mostrando el rango de su valor como modo de intercambio; dos tesoros de Mesopotamia central (E. S. G. Robinson, Iraq 12, 1950, pp. 44ff.; G. K. Jenkins, British Museum Quarterly 28, 1964, pp. 88ff. Sobre sigloi mezcla con la plata de corte ("Hacksilber") y piezas similares en el Museo de Kabul muestran que la mitad este del imperio continuó con estas formas de pago Medo/Asyrias (Nūš e Jān: A. D. H. Bivar, Iran 9, 1971, pp. 97ff.). Si recipientes y joyas de plata podían ser cortados en trozos para proporcionar la moneda suelta (Robinson, op. cit.), el juego de platos tambien debe haber servido como “regalos”, en un nivel mas suntuoso, como en las representaciones en las fachadas de apadāna (G. Walser, Die Völkerschaften auf den Reliefs von Persepolis, Teheraner Forschungen 2, Berlin, 1966). En estas formas el estilo cortezano alcanzo las provincias más distantes. El tesoror del este de Oxus, Tell al Masḵuta en Egipto, y hallasgos de recipientes de plata en las cercanías de Uşak (Museo de Ankara, inédito; quizas el material en el Museo Metropolitano, New York, pertenece al mismo tesoro: D. von Bothmer, Académie des inscriptions et belles lettres. Comptes rendus, 1981, pp. 194ff.) fuerte testigos tan bien como los encontrados en las tumbas de Thracian; las joyas del tesoro han sido encontradas en Vouni (Cyprus), Sardis, y Akhalgari (Caucasus). Los griegos sentían gran estima por poseer tales vajillas (Herodotus 7.190, 9.80) y de ornamentos personales (idem, 8.83, 9.80) como caracteristicos de la clase alta del imperio (Schmidt, Persepolis II, p. 165). Muchos de estos buenos lujos fueron producidos localemnte: placas votivas en Oxus (Figura 45) y una botella con decoración estilo Jonico en Anatolia occidental no puede haber viajado lejos; un taller local es retratado en la tumba Petosiris en Egypt. El marfil tallado representa una tercera clase de objetos con representaciones en un estilo cortezano puro que ha sido encontrado en Egipto (R. A. Stucky, Antike Kunst 28, 1985, pp. 7ff.).

Relieves de piedra de muchos centros occidentales, más notablemente Daskyleion, Lycia, y Sidon, son más o menos de habilidad griega, pero los motivos son a veces bajo la inflluencia del arte clásico Aquemenida (H. Borchhardt, Istanbuler Mitteilungen 18, 1968, pp. 1ff.; F. J. Tritsch, Journal of Hellenic Studies 62, 1942, pp. 39ff.; A. Sh. Shahbazi, The Irano Lycian Monuments, Tehran, 1973; I. Kleemann, Der Sairapensarkophag von Sidon, Istanbuler Forschungen 20, Berlin, 1958; V. v. Graeve, Der Alexandersarkophag und seine Werkstatt, ibid., 28, Berlin, 1970). El único relieve monumental del verdadero estilo de la corte Aquemenida en Anatolia fue encontrado cerca de Mersin (E. Laroche and M. A. Davesne, Académie des inscriptions et belles lettres. Comptes rendus, 1981, pp. 356ff., fig. 2): una procesión de portadores de copas.

Asimismo las monedas de ciudades, los sátrapas, y reglas locales son más griegas que algo mas. Debido a su estilo, muchos sellos de cilindro y la mayor parte de las estampillas de los sellos y anillos son, con buena razón, llamados "Greco Persas". Artajerjes III y sus sátrapas imitaron monedas Atenienses (O. Mørkholm and A. F. Shore, NC 7, 14, 1974, pp. 1ff.). Hacia el final del imperio, el tesoro en Persepolis contenía monedas solo en las ciudades Griegas, principalmente en Atenas; una vaina de oro del santuario de Oxus obviamente tardía (la Figura 46) muestra una mezcla de estilo del cuarto siglo griego y arcaizante, detalles pseudo asirios.

Bibliografía: Aparte de los artículos antedichos ("Jerjes") sólo las monedas griegas y Fenicias han sido estudiadas detalladamente: D. Schlumberger, L'argent grec dans l'empire achemenide en MDAFA 14, París, 1953; remota literatura, una revisión general, y sobre todo los problemas de la moneda no acuñada: A. D. H. Bivar in Camb. Hist. Iran II, Cambridge, 1985, pp.610 ff., 914 f. Metalwork: C. D Curtis, Jewelry and Goldwork, Sardis 13, Rome, 1925; J. I. Smirnov, Der Schat: van Achalgori, Tiflis, 1934; O. M. Dalton, The Treasure of the Oxus, London, 1926; 3rd ed., London, 1964; H. Luschey, Die Phiale, Bleicherode, 1939; idem, Archäologischer Anzeiger, 1938, pp. 760 ff.; H. Frankfort, JNES 9, 1950, pp. 111 f.; G. Bussagli, East and West 7, 1956, pp. 41 ff.; P. Amandry, Antike Kuns t 1, 1958, pp. 1 ff.; 2, 1959, pp. 38 ff.; O. W. Muscarella, “Excavated and Unexcavated Achaemenian Art,” in Ancient Persia: The Art of an Empire, ed. D. Schmandt-Besserat, Malibu, 1980, pp. 23 ff.; P. R. S. Moorey in Camb. Hist. Iran II, Cambridge, 1985, pp. 856 ff., 927 ff. Influence on Thrace: Fr. Fischer and H. Luschey in Beiträge zur Altertumskunde Kleinasiens. Festschrift für K. Bittel, Mainz, 1983, pp. 191 ff., 313 ff.

En conclusión. El arte Aquemenida fue desarrollado en un tiempo relativamente; entonces fue mantenido, sin cualquier cambio intencional, como una expresión simbólica de la norma Aquemenida. Con excepción del trabajo en metales, esto no alcanzó mucho más allá que el Irán moderno. A veces el estilo, más a menudo los motivos, ha sido reanimado, sobre todo en la arquitectura Sasanida y en Qajar tardío y la decoración moderna (Pahlavi).

Bibliografía: La mayor parte de los contornos generales de arte y arquitectura Aquemenida son a fondo anticuados por los estudios especiales citados arriba, a excepción del destacado trabajo por. Herzfeld, Iran in the Ancient East London, 1941; las cuentas más recientes deberían ser usadas: H. Luschey in Die Griechen und ihre Nachbarn, ed. K. Schefold (Propylaen Kunstgeschichte I). Berlin, 1967, pp. 291 ff.; P. Amiet in Acta Iranica1, Leiden, 1974, pp. 163 ff.; P. Amandry in Mélanges offerts à K. Michalowski, Warsaw, 1966, pp. 233 ff.; E. Porada in Camb. Hist. Iran II. Cambridge, 1985. pp. 793 ff. A. Farkas, “Is there Anything Persian in Persian Art?” in Ancient Persia: The Art of an Empire, ed. D. Schmandt-Besserat, Malibu, 1980, pp. 15 ff., and P. R. S. Moorey, “The Iranian Contribution to Achaemenid Culture,” Iran 23, 1985, pp. 21 ff. hable de la contribución expresamente iraní al arte y cultura Aquemenida, mirar también: E. Porada, The Journal of the Ancient Near Eastern Society of Columbia University 8, 1976, pp. 67 ff. esp. 77 ff.; L. Vanden Berghe, B. de Wulf, and E. Haerinck, Bibliographie analytique de I'archéologie de I'lrān ancien, Leiden, 1979; P. Calmeyer, AMI (annually from N.F. 7, 1974); Studia Iranica. Supplement (annually, Leiden, 1978-); I. Luschey-Schmeisser and D. Metzler in Kunst, Kultur und Geschichte der Achämenidenzeit und ihr Fortleben, ed. H. Koch and D. N. Mackenzie (AMI Ergänzungsband X), Berlin, 1983, pp. 267 ff., 289 ff.

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