Cambiar el alma ¿las humanidades al exilio

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reforma universitaria, educación superior, humanidades

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    CAMBIAR EL ALMA1 EXILIAR A LAS HUMANIDADES?

    Palabras claves:

    Reconversin educativa, fetichismo tecnolgico, humanidades y ciencias sociales, interculturalidad.

    Un mundo como el de hoy, en el que la tcnica ocupa una posicin clave,

    produce hombres tecnolgicos, acordes con ella. (), en la relacin actual con la tcnica

    hay algo excesivo, irracional, patgeno. (). Los hombres tienden a tomar la tcnica por la cosa misma,

    a considerarla un fin autnomo,(),y por eso, a olvidar que ella es la prolongacin del brazo humano.

    Los medios () son fetichizados porque los fines - una vida humana digna han sido velados y expulsados de la conciencia de los hombres. ()

    Theodor W. Adorno, La educacin despus de Auschwitz

    El tsunami que estremece a la educacin superior ecuatoriana podra arrastrar en su vorgine a las propias universidades, si el promotor de esa transformacin, el gobierno nacional, no delimita con claridad qu aspectos de la vida universitaria pueden ser pasados por la criba de la medicin de la productividad y cules no pueden ni deben ser valorados a desde la perspectiva eficientista. El desempeo estudiantil as como el trabajo docente, principalmente, deben ser evaluados exclusivamente por la formacin lograda por los estudiantes; y en ciertas reas, inclusive, slo de manera cualitativa. En mi dilatada experiencia de docente universitaria, he podido constatar que es imposible asignar una cantidad como criterio de evaluacin de un trabajo, por ejemplo, en el campo de la historia. Tampoco la respuesta puede ser unvoca, viniendo de alguien comprometido con su propio proceso de maduracin. Pues el resultado debe traducir los dilemas profundos sobre la

    1 Frase de la fallecida ex Primera Ministra de la Gran Bretaa, Margaret Tatcher. En su momento, la dama de hierro comprendi que orientar a la sociedad inglesa por la senda del neoliberalismo, desmantelando el Estado de Bienestar que haba emergido despus de 1945, requera de la acentuacin del individualismo y la eliminacin del sentido de solidaridad social. En una clebre declaracin, Tatcher afirm que no existe aquello que se llama sociedad, sino nicamente hombres y mujeres individuales .. y sus familias, La interpelacin responde a la modelacin de una fuerza espiritual acorde al orden econmico dominado por el mercado: la economa es el mtodo, dijo, pero el objetivo es cambiar el alma (Citado en Harvey, 2007: 28).

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    accin humana, en el seno de las relaciones sociales, y tambin el posicionamiento personal del o de la estudiante2. Desde luego, no me refiero a la desaparicin fsica de las instituciones de educacin superior pre-existentes al cambio actual. Me refiero, en concreto, al desvanecimiento de su carcter como institucin democrtica, generadora no solamente de saberes tecno-cientficos, sino tambin de un pensamiento social plural, es decir democrtico por excelencia. Rasgo crucial, sobre todo de la universidad pblica, que resultara anulado en el proceso de su reconversin a la satisfaccin de las demandas del mercado (Gentili, 2005), lo que apunta exclusivamente a la produccin de plusvalor, lo cual evidentemente no se puede esperar del conocimiento social y humanstico, pues su tarea es la formacin de la conciencia social (Ortega Esquivel, 2004); dotar de significado a la existencia en sociedad. Los actuales cambios de nuestra educacin superior, caracterizados por la extrema celeridad de ritmos, estn marcado una desconcertante tendencia hacia un mayor debilitamiento e incluso hacia la potencial desaparicin de las humanidades y las ciencias sociales en las universidades pblicas. As, vale la pena interrogar Cmo es la universidad pblica que desea construir el gobierno de la Revolucin Ciudadana? Y a rengln seguido, habra tambin que averiguar por la nocin de calidad de la enseanza universitaria que sustenta el cambio actual. Paradjicamente, los evaluadores del Consejo de Evaluacin, Acreditacin y Aseguramiento de la Calidad de la Educacin Superior, CEAACES, no se han interesado por el examen de la calidad sustantiva de las carreras de ciencias sociales y humanidades: la profundidad del trabajo docente, la formacin intelectual y pedaggica de los estudiantes. Esperbamos, por ejemplo, que los docentes filsofos, socilogos e historiadores fusemos evaluados por el tipo de literatura especializada en uso, por el lugar asignado a los clsicos del pensamiento, por el esfuerzo de entusiasmar a los estudiantes por la investigacin, as como los contenidos antirracistas, antisexistas, es decir por los mensajes y significados democrticos y neohumanistas que hoy en da son parte fundamental del conocimiento humano. Los desvelos de los evaluadores, no obstante, iban por otro lado, pues sus preocupaciones enveredaron hacia lo formal-instrumental, como por ejemplo, los niveles de tecnificacin de los slabos (como ilustraremos ms adelante) o la insistencia en algo bastante relativo en los dominios social-humansticos, como es la datacin de una obra en los ltimos cinco aos. Cmo si por haber sido escritas hace tres, cuatro, veinte centurias La Poltica de Aristteles, la Nueva Cornica y Buen Gobierno de Guamn Poma de Ayala o Don Quijote, perdiesen algo de su valor como pensamiento y como memoria de los pueblos! 2 Mi experiencia en el programa doctoral en Ciencias Sociales en la Universidad de Brasilia me permiti evidenciar que es posible trabajar exitosamente con valoraciones cualitativas, tales como, aprobado o desaprobado, satisfactorio o sobresaliente, etc.

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    A continuacin argumentar: a. que el proceso de cambio universitario o reconversin de las IES3, pone en riesgo a la existencia misma de las humanidades y de las ciencias sociales, en tanto formas legtimas de conocimiento humano, es decir, como dominios con sus propios objeto, complejidad y rgimen de generacin de saber, transformando lo que de ellas sobreviva en saberes degradados por el forzamiento de la aplicabilidad econmica y tcnica; tornando, adems inviable, la construccin intercultural; b. reflexiono, adems, sobre algunas derivaciones del desarrollo de la investigacin, en el contexto internacional contemporneo, signado, como plantea David Harvey, por procesos de acumulacin por desposesin (Harvey, 2007). Debo esclarecer algunos supuestos de partida. A mi pesar, he constatado la similitud de los planteamientos del gobierno ecuatoriano sobre educacin superior e investigacin con las perspectivas del Banco Mundial, expresada en la obra colectiva Cerrar la brecha en educacin y tecnologa (Banco Mundial, 2005). En particular, a la tecnologa se le atribuye el papel de la piedra filosofal, capaz no solamente de detonar el desarrollo sino tambin de efectuar per se el buen vivir. El papel contemporneo de la tecnologa es incuestionable, pero no es origen del desarrollo y de la calidad de la educacin. Jams, como dice Theodor W. Adorno (Adorno, 1998), la tecnologa puede ser un fin autnomo, pues las redes, Internet, la comunicacin, al ser proezas tcnicas, pueden tambin servir de base a la mejor o la peor de las sociedades (Husson, 2003, pg. 4). He aqu las coincidencias identificadas: a. en el diagnstico del retraso latinoamericano: desde los aos sesentas del siglo XX, la regin se habra estancado en la productividad y el crecimiento econmico, mientras los pases de Asia Oriental, hoy denominados los tigres asiticos, despegaban hacia el crecimiento econmico y la prosperidad y b. la explicacin hay que buscarla, segn el Banco Mundial, en dos debilidades entrelazadas: una brecha en las destrezas y otra en la tecnologa; la clave para el desarrollo seran la creacin de sistemas nacionales de innovacin, la importacin de tecnologa y la educacin de los trabajadores en destrezas (nfasis mio), en un contexto de colaboracin del Estado (el gobierno) con la empresa privada, incluyendo los subsidios estatales a la produccin (Banco Mundial, 2005, pg. 6). El gobierno ecuatoriano, por su parte, propugna que las claves del desarrollo, del buen vivir, son ms que la cantidad de trabajo humano, el talento humano, la calidad de ese trabajo y la ciencia y la tecnologa (Correa Delgado R. , 2011,

    3 El espaol Carlos Fernndez Liria explica el proceso de reconversin de la educacin superior pblica en Europa. El mecanismo consiste en condicionar la dotacin de fondos pblicos a la obtencin previa de financiamiento privado; poltica que permitira una mayor rentabilidad. El resultado es que mientras el Estado brinda apoyo a las actividades privadas, los fondos pblicos son retirados del financiamiento a las actividades ciudadanas no rentables. Finalmente, las empresas se beneficiaran de un ejrcito de becarios pagados con los impuestos. Fernndez Liria citado por Daro Balvidares (Balvidares, 2008).

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    pg. 6), objetivo alcanzable brindando apoyo estatal al sector privado. Las destrezas, por su parte, son la columna vertebral del modelo pedaggico propuesto por el gobierno nacional, como veremos. Estas puntualizaciones no significan la impugnacin de la profesionalizacin en segmentos especficos de la educacin superior, ni la censura del respaldo de esta y de la investigacin a la produccin y al desarrollo de los sectores pblico y privado nacional. Tampoco se encontrar aqu la defensa de formas perversas de organizacin, como las que se han perpetuado a travs de clientelas polticas o dinastas familiares, de apellidos y hasta de jorgas de amigos; formas histricamente no cronolgicamente anteriores al ciclo de la Reforma de Crdoba que continan gozando de buena salud, en muchas IES. Lo que objeto es a. que el utilitarismo haya sido convertido en la filosofa rectora de las decisiones para el sector universitario, forzando la rentabilidad de ramas del saber humano no comercializables y b. la eventual utilizacin de fondos pblicos, sin la voluntad gubernamental o con ella, para la acumulacin del capital transnacional. La nueva educacin superior La revolucin educativa es el pilar fundamental del avance hacia la sociedad del buen vivir, han dicho los actuales mandatarios. Exploremos, en trminos muy generales, las orientaciones conceptuales del Nuevo Bachillerato Ecuatoriano (NBE) (Ministerio de Educacin, 2013), en el segmento de su malla curricular. El currculo del NBE trae novedades, y la sociedad en su conjunto debera volcarse a una discusin informada sobre las declaraciones que este contiene. La primera declaracin se refiere al aprendizaje desde las destrezas con criterios de desempeo, ya no desde los contenidos. Lo mismo vale para la educacin superior. Una experiencia vivida recientemente en la Facultad de Filosofa, Letras y Ciencias de la Educacin de la Universidad de Cuenca, donde me desenvuelvo como docente, puede ser un muy buen ejemplo. La IES se ha empeado en la capacitacin docente para la evaluacin desde los resultados del aprendizaje; en el evento mentado, una de las ideas centrales, segn la capacitadora, se refiere al nuevo papel del docente: extraamente, se nos asigna el papel de mediador o entrenador (sic). No de guas, no de interlocutores, sino de entrenadores. Las protestas por lo desafinado de la metfora fueron pocas, pero en el ambiente qued flotando la desazn. Ms adelante surgieron preguntas desde cundo es lcito, en las reas sociales y humanas, desentenderse de los contenidos, dejando la puerta abierta, por ejemplo, al racismo o al sexismo?desde cundo es legtimo, en historia, aceptar el vale todo, digamos, a la afirmacin de que Amrica fue descubierta, dado que aceptarlo equivale, por una parte, a asentir al absurdo de que en Amrica estaba despoblada, antes del desembarco de los europeos en las Antillas, y, por otra parte, a justificar el despojo de las tierras de los pueblos ancestrales? La instructora se turba y al fin

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    admite que los contenidos son tambin importantes. Ahora bien, en el deporte el entrenamiento implica autodesarrollo del y la deportista bajo orientacin tcnica, suponiendo el aprendizaje de destrezas, es decir de habilidades fsicas, de una memoria corporal si se quiere, donde efectivamente no cabe el intelecto, sino la posibilidad de que el entrenado consiga resultados, de preferencia ptimos: menor tiempo, mayor altura o longitud, etc. Entiendo pues que no se trata, de manera central, de la promocin de un intelecto complejo y, si se quiere, dotado de sensibilidad, sino de la capacitacin para realizar procedimientos que garanticen la productividad. Y si algo hay muy prximo al mercado, eso es la competencia deportiva. Ahora bien, la prelacin del resultado conseguido mediante destrezas, implica un bloqueo al trabajo con lo humano-social que se basa en el conocimiento de diversas vertientes tericas y filosficas, de trabajos disciplinares y estados del arte que es lo que permite argumentar y discutir. Operaciones intelectuales que, por ser tales, estn desprovistas de una materialidad bruta El entrenamiento en aras de la productividad es pues irrealizable. Y, cuando contra todo pronstico, se lo realiza y se lo somete a la criba de la productividad el sentido se desfigura: el aprendizaje se reduce, as, a la retencin memorstica de datos, fechas, ancdotas, etc. Y resucitan formas de conocimiento de lo social-humano heredadas de la era pre-taylorista, para usar la cara terminologa productivista. Dnde queda, entonces, la pregonada calidad? Conclusin: ni esas ni otras recetas o prescripciones pueden ser aplicadas de manera inconsulta e irreflexiva y peor impuestas, en ningn espacio educativo. Si hay algo que realmente debe ser observado en su cruda aplicacin, son los resultados de perseguir el resultado, obviando las dimensiones de lo sensible y de lo humano. En forma absurda, en una Facultad de Artes, los tcnicos contratados por el CEAACES otorgaron la calificacin de cero a la sala de danza, equipada, como es debido, de espejos, barra, alfombra. El motivo? No haba acceso a internet. Gajes del fetichismo tecnolgico! El otro puntal del NBE, de orden epistemolgico, nos aboca a la nueva categorizacin, de las reas del conocimiento aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a emprender y aprender a ser. La primera categora, aprender a conocer, se refiere al dominio de las ciencias, en general: la fsica, la qumica, la biologa y las ciencias sociales. La segunda, aprender a hacer, engloba a lengua y literatura, lengua extranjera y matemticas; la tercera categora, aprender a emprender, incluye a emprendimiento y gestin y la cuarta comprende desarrollo del pensamiento filosfico, educacin para la ciudadana, educacin fsica y educacin esttica. Las inquietudes, aqu, son verdaderamente apremiantes dnde queda el aprender a pensar, esto es a analizar, a discernir, a abstraer, a resolver problemas complejos, incluidos los que ataen a la moralidad pblica y social? Problemas etreos, en verdad, pero no superfluos. Adems, podramos garantizar que el aprender a conocer presuponga, como sugiere el poeta espaol Jenaro Talens, el desarrollo de la creatividad,

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    antes que de la adaptabilidad a lo preestablecido? Los promotores del proyecto de reconversin educativa y sus adherentes podran objetar a contrapelo de mis proposiciones, que las cargas horarias de las asignaturas sociales y humanas y las de las tcnicas y biolgicas estn equilibradas. Lo que es verdad. Pero como dice agudamente Jenaro Talens el debate de las Humanidades no se centra, en ltima instancia, en cunta informacin es necesario incluir en el currculum sino en qu visin del mundo ofrecer como natural, o lo que es lo mismo, qu tipo de ciudadanos es necesario formar y para qu tipo de sociedad (Talens, 2009, pg. 118). Veamos ahora un ejemplo de la vida real, del paradigma de aprendizaje centrado en el estudiante en todo su aplicativo esplendor: un slabo de la asignatura Estudios sociales y culturales que fuera enviado a las universidades por la SENESCYT, para ser utilizado en los cursos de nivelacin. La planificacin contiene referencias a la historia de las ms diversas sociedades y pocas, a la cultura, a la economa mundial y algo sobre arte. Algunas de las caractersticas formales del documento oficial son: la extensin es de 42 pginas y contiene apartados, tales como organizacin curricular con unidades de anlisis, referidas a los contenidos, y la carga horaria de aprendizaje con asistencia docente y de aprendizaje sin asistencia docente. A continuacin, encontramos la seccin dimensiones y componentes (). A lo largo de las 42 pginas, he logrado identificar ms de 30 (!) tems correspondientes a secciones con su respectivo desglose (subtems); existen asimismo varios compendios de procedimientos destinados al docente, dos secciones bibliografa. Los contenidos son presentados de manera inconsistente (eventualmente aparecen nuevos ttulos y subttulos) y se repiten varias veces, en diferentes secciones, bajo diversa nomenclatura tcnica. Una extensin desalentadora, un verdadero castigo de Ssifo: una y otra vez elevar la piedra del tecnicismo pedaggico a la cima del aprendizaje, soltndolo para que ruede cuesta abajo, cuando se muestren infructuosos los esfuerzos por que lo aprendido de memoria? infundan amor a lo nuestro, como reza el slabo. Vamos a la parte sustancial. All encontramos varios errores, inclusive de redaccin. Por ejemplo, se dice en la pgina 2, en la seccin, ubicacin de la unidad de anlisis:

    Como parte de la formacin integral del bachiller ecuatoriano que aspira formar parte de la educacin superior universitaria no puede faltar la asignatura de Estudios Sociales y Culturales que desde su enfoque plenamente social contribuye al enriquecimiento de la cultura general de los estudiantes, aportndoles no solamente contenidos cognoscitivos bsicos para comprender la dinmica del hombre en sociedad a travs del tiempo y espacio, sino que tambin a travs de ella comparar, relacionar, analizar y evaluar la evolucin filosfica, poltica, histrica, cultural y literaria de las sociedades universales y su impacto en nuestro pas (sic) (Secretara Nacional de Ciencia, Tecnologa e Innovacin, 2012).

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    Detengmonos en dos de los conceptos que sustentan el enfoque histrico: el de evolucin y el de sociedades universales: En el caso del primero, resulta evidente que la tcnica-pedagoga desconoce las implicancias de hablar de evolucin al referirse a la historia y a la cultura; ella no percibe dicho concepto la podra llevar a identificar culturas en diferente momento evolutivo o culturas inferiores y culturas superiores. En el caso del segundo concepto, la referencia a las sociedades universales concomitante a la mencin a los grandes descubrimientos comporta una carga eurocntica muy clara. Dnde est entonces la novedad del enfoque y la excelencia educativa prometida, si al desentenderse de los contenidos no se hace ms que replicar las perspectivas de los antiguos textos escolares, provenientes de la mirada colonialista tradicional? Lo paradjico en todo esto es que despus de tales reveses conceptuales, en el slabo se alude a la interculturalidad, como si ella fuera posible indistintamente de la vertiente conceptual del paradigma educativo a seguir. Por lo tanto, la tcnica-pedagoga o quienes dan las rdenes tampoco sospechan que la interculturalidad, que nada tiene que ver con el folclorismo, es una estrategia para exorcizar todo tipo de racismo: el originado en el biologismo, el que proviene de la discriminacin socio-tnica, es decir el neorracismo cultural, y tambin aquel que fuera denominado por Pierre Bourdieu el racismo de la inteligencia que apuesta a una suerte de seleccin darwiniana de las inteligencias, con miras a la distincin y la legitimacin de las nuevas o antiguas lites sociales. Si en el plano social la interculturalidad est enfilada contra todo tipo de racismo, en el plano cognitivo, ella apunta a corregir los errores de nuestra percepcin sobre las alteridades, partiendo precisamente de la demolicin de conceptos tales como sociedades universales y culturas universales, de los cuales se ha derivado el racismo universalista que preconiza la existencia de culturas o pueblos especialmente pre-dispuestos a la creacin de ciencia y conocimiento. Al crear las alternativas educativas, la praxis intercultural justamente se afianza en que todas las culturas son incompletas y necesitan de las otras para lograr un conocimiento cabal del mundo, implicando la moralidad en las relaciones inter-humanas y con la naturaleza, pero sobre todo el posicionamiento epistemolgico con un pie en una de las culturas y el otro pie en las otras (Santos de Sousa, 1996). El cientificismo que exalta al pensamiento occidental, en tanto pensamiento nico, est latente en los enfoques de la poltica nacional para la educacin superior, junto con el pragmatismo; el sentido de la unicidad del conocimiento que se quiere lograr, desde las polticas oficiales para la educacin, est plenamente demostrada por la estandarizacin de todas las herramientas pedaggicas producidas en el seno de los organismos gubernamentales. De ah que debamos serenamente discernir si, de cara al imperativo constitucional de la educacin intercultural, podemos seguir manteniendo, mediante la estandarizacin, un esquema excluyente de otras miradas epistmicas.

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    Sin abundar ms, revisemos algunos de los corolarios de tales decisiones: Primer corolario, lo que interesar a las autoridades de educacin es el resultado o beneficio expresado materialmente en destrezas y no en razonamientos e ideas. As, si los contenidos tienen menor importancia en la propuesta educativa gubernamental, probablemente lo mismo ocurra con el proceso de pensamiento, mediante el cual se obtuvieron los resultados, a pesar de que la pedagogizacin neopositivista de la propuesta gubernamental conlleve un mtodo de aprendizaje. En el esquema del BM las destrezas se orientan a formar trabajadores. En el proyecto del gobierno nacional, en cambio, ellas son la piedra angular de la educacin universitaria y del bachillerato. Es lcito, en tal contexto interrogarse si el nuevo papel de las universidades pblicas es el de formar trabajadores de cuello blanco, antes que dirigentes y tomadores de decisiones, intelectuales y tcnicos de alto nivel, dada la imposibilidad de la solucin en tiempo rcord de las grandes dificultades de esas IES, en materia de formacin de alto nivel de los docentes, de despliegue de la investigacin, etc. Estn para ello pre-destinadas, ms bien, las llamadas universidades de categora A, tales como la ultra elitista Universidad San Francisco de Quito, con las dos Escuelas Politcnicas, Nacional y del Litoral, junto con las cuatro IES que estn en proceso de creacin por parte del gobierno nacional? Est en ciernes una suerte de estratificacin universitaria de fronteras impermeables (o techo de cristal como diramos las feministas) que bloquea la movilidad social ascendente de ciertas categoras de estudiantes? Una especie de neo-feudalismo universitario? La universidad pblica, inscrita en ese modelo de sistema universitario, de resultar cierta mi desalentadora hiptesis, no tendra una denominacin ms apropiada que la de universidad transgnica, como la ha bautizado Daro Balvidares en un incisivo anlisis de la reconversin educativa en la Argentina (Balvidares, 2008) Segundo corolario, ya hemos sealado que en las reas sociales y de las humanidades no es indiferente lo que se diga. De ah que, si es ms importante el resultado que el flujo del pensamiento y su moralidad, la consecuencia sera la expulsin de los significados de los conocimientos estudiantiles, es decir, de los saberes que alimentan reflevidad, en tanto proceso de maduracin intelectual, poltica y moral. Por lo dems, todo resultado para ser vlido y evaluable debe ser verificable y medible. Aceptando tal aserto y, a sabiendas de que los significados no pueden ser medidos, sino comprendidos e interpretados, lo que nos queda es la resignacin por el sensible deceso del significado y, con l, probablemente de los valores democrticos. Nos estamos acercando, entonces, a los lmites de lo humano-sensible para convertirnos en cumplidores de rdenes que han expulsado todo juicio de valor?

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    Tercer corolario, lo que se busca es la productividad de el/la estudiante. Productividad que, segn el Banco Mundial y el Presidente Correa? significa producir ms con menos () con menos tiempo y esfuerzo (Banco Mundial, 2005, pg. 5). Tal conceptualizacin se habra traducido en los modos de resolucin del Examen Nacional para la Educacin Superior, ENES, el famoso examen de aptitud que dej fuera de las universidades a una enorme cantidad de bachilleres; tienes x horas para hacerlo, son n preguntas, no ms de dos minutos por cada una, procura dar la mayor cantidad de respuestas, porque el puntaje est en funcin de la cantidad de aciertos. Conozco por el testimonio de varios jvenes que no se trata enfocar a las preguntas como problemas a resolver, sino de identificar la respuesta ms verosmil. Del mismo modo, han aprobado el ENES, en muchos casos, alumnos que no se han caracterizado por su gran desempeo en el bachillerato. La va al xito puede, entonces, ser el razonamiento, la intuicin y hasta la adivinacin cul es el problema si lo que importa es el resultado y la productividad? Por lo dems, toda la economa de la modernidad-capitalismo ha sido signada por la omnipresencia de la productividad. Cerrar esta seccin sobre la tecno-pedagoga con las imgenes que presenta nuestro ya conocido autor Jenaro Talens sobre la presencia cotidiana e irreversible de la tecnologa. Qu peligro entraan, tanto el fetichismo tecnolgico como una educacin programadora de respuestas nicas, de aceptacin de decisiones nicas, en detrimento de la riqueza de opciones que brinda la pluralidad? Recuerda Talens el impactante film Blade Runner, de Ridley Scott, y a sus personajes, el replicante Roy, humanizado por su amor a la vida. Esta circunstancia, dice Talens, sita a Roy en las antpodas de Terminator, tambin mquina, representada por Arnold Schwarzenegger en el film de James Cameron:

    Mientras el replicante sirve para mostrar una posible va de recuperacin de la tecnologa por una cotidianeidad que la normaliza desde la sentimentalidad () (nfasis nuestro), el terminator es una mquina slo integrable en un mundo humano en tanto en cuanto acta () siguiendo las pautas de comportamiento que tiene programadas como variables en el ordenador que regula su funcionamiento. () Uno y otro podran servirnos, pues, como metfora de las dos vas de acercamiento al terremoto que ha supuesto en el mundo contemporneo la integracin de las nuevas tecnologas. Son algo que podemos utilizar o algo que busca utilizarnos? o lo que es lo mismo, se trata de robotizar nuestros conocimientos o de convertirnos en robots ilustrados? (Talens, 2009, pg. 1)

    Parecera que el meollo del asunto es, simplemente, negarnos a ser robots ilustrados.

    Hacia dnde caminan las polticas gubernamentales para la investigacin?

    Muchos acadmicos, incluida esta servidora, tuvimos grandes expectativas frente al anuncio del gobierno de la Revolucin Ciudadana, a finales de la dcada pasada, de dar un

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    impulso definitivo a la calidad de la educacin superior y de su vinculacin indisociable a la investigacin. Lo que, prcticamente, significaba la fundacin de una poltica nacional para la generacin de conocimiento y, desde luego, un aliento importante para los investigadores. Sin embargo, cuando la poltica gubernamental comenz a ser ejecutada, nos sentimos defraudados, pues los financiamientos se daran, exclusivamente para las reas tcnicas y las ciencias de la vida, mientras que los recursos para las ciencias sociales y las humanidades seran otorgados solamente para la indagacin en torno a la historia, sociologa o filosofa de la ciencia. As las polticas para la investigacin estaran dejando en la orfandad la imperiosa demanda del conocimiento social integral, del conocimiento que versa sobre los protagonistas de carne y hueso del desarrollo, del incremento de la produccin, de la educacin.

    Dos o tres aos despus, el discurso presidencial sobre la educacin superior corrobora el punto de vista de antao y redobla el nfasis productivista-cientfico-tecnolgico, como profusamente lo evidencian los discursos presidenciales del ao 2011, disponibles en la pgina electrnica de la Presidencia de la Repblica. Eso es lo que muestra, por ejemplo, su discurso en el lanzamiento del programa Prometeo, en el que el Presidente Rafael Correa explic los ejes de las polticas de investigacin. Una idea fundamental expresada en la disertacin es el fortalecimiento de los institutos estatales de investigacin (no necesariamente adscritos a las universidades), para lo cual se respaldaran las propuestas que girase en torno a las demandas del pas, por ejemplo, sobre biocombustibles (ya no es en funcin de lo que queran las ONGs, universidades, etctera. Otra meta crucial, dice, es la rpida preparacin de recursos humanos (aumentar considerablemente nuestro talento humano) y, al fin,

    el apoyo al sector privado, porque (), el conocimiento es un bien pblico, se beneficia toda la sociedad de un nuevo descubrimiento; () para eso, en todas partes del mundo se subsidia, se incentiva desde el Estado el desarrollo de ciencia y tecnologa en el sector privado (Correa Delgado R. , 2011, pg. 16)

    Las polticas oficiales, por su parte, corroboran lo dicho y orientan sus objetivos hacia la promocin de una oferta acadmica que responda a las necesidades de la produccin y de la garanta de derechos (el objetivo de pertinencia) y hacia la investigacin cientfica e innovacin para el incremento de la productividad, el cambio de la matriz productiva y la satisfaccin de las necesidades de la poblacin (generacin de conocimiento e innovacin) (Secretara Nacional de Educacin Superior, 2013). Surgen entonces preguntas sobre la inflexin indita de los destinos de nuestras universidades, pero tambin resulta extrao el proceso de transformacin que prescinde de la reflexin sobre el momento histrico y los seres humanos que lo producen qu clase de revolucin es esa que deshecha las dimensiones de lo humano como parte legtima del

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    conocimiento socialmente generado? Cul podra ser la racionalidad que gobierne tal proceso? Una conclusin posible, a juzgar por los rasgos que va asumiendo el proceso, es que la pertinencia de la investigacin ser definida por la sociedad-mercado, antes que por las demandas de nuestro desarrollo como tal4. Y ser el mercado, sin duda alguna, la entidad que dictamine la exclusin de las reas de conocimiento no rentables, en primer trmino, los sociales y humanos, los improductivos. Otra vez, nos topamos de manos a boca con el absurdo Qu validez tendra averiguar si el Poema Veinte de Pablo Neruda o Boletn y Elega de las Mitas de Csar Dvila fueron hechos en el menor tiempo y con el menor esfuerzo o si la sumersin de sus autores en lo profundo del dolor y del regocijo humano duraron dcadas? Todo indica que, a pesar de las declaraciones gubernamentales de autonoma y soberana, la lgica de las polticas de Estado para la generacin de conocimiento nos conduce hacia una inevitable mercantilizacin, inclusive, de nuestros bienes espirituales. En su Breve historia del neoliberalismo, David Harvey demuestra cmo la nueva lgica de acumulacin se convierte en acumulacin [de capital] por desposesin (Harvey, 2007), es decir, mediante mecanismos similares a los de la acumulacin originaria de capital que oper a travs del despojo o la desposesin de la tierra, las aguas y otras riquezas materiales. Solo que hay que considerar que las lgicas actuales de la desposesin involucran, tambin, a la riqueza inmaterial, de hecho, como argumenta de Harvey, La mercantilizacin (a travs del turismo) de las formas culturales, de la historia y de la creatividad intelectual conlleva desposesiones ntegras (la industria de la msica descuella como ejemplo de la apropiacin y explotacin de la cultura y de la creatividad popular) (Harvey, 2007, pg. 168).

    El razonamiento de Harvey nos permite ver que, en efecto, el desarrollo del conocimiento de las ciencias sociales y las humanidades se fragmentar en funcin de las demandas del mercado. La cita nos ayuda tambin a comprender por qu un gobierno reacio al impulso de lo espiritual alienta la creacin de la Universidad de las Artes a favor de las industrias culturales en desmedro del arte acadmico, en gran parte no comercializable? Ahora bien cul podra ser el augurio si nos vinculsemos al mercado global en calidad de productores de conocimiento? Segn Edgardo Lander, desde que en 1980 la Corte Suprema de los Estados Unidos permiti patentar una bacteria genticamente modificada, se cimentaron las bases del nuevo rgimen de propiedad intelectual, global, que borra las antiguas distinciones entre descubrimiento e invencin (Lander, 2006, pg. 50). El acontecimiento fue el momento de inflexin y de legitimacin de la apropiacin privada de la vida dejaran los capitalistas globales de aprovecharla como recurso fundamental en el ilimitado proceso de acumulacin por desposesin? Harvey, con razn indica que de lo

    4 Vase al respecto el reportaje Samsung: el imperio del miedo publicado en la edicin nmero 169 de Le Monde Diplomatique (Bulard, 2013).

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    que se trata es de la mercantilizacin en masa de la naturaleza en todas sus formas (Harvey, 2007, pg. 168), dado que el propio convenio constitutivo de la OMC que incluye el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) definen al material gentico como propiedad privada (Harvey, 2007). Por lo dems, de la expansin acelerada de la biopiratera y del saqueo de las reservas de recursos genticos van en beneficio de un reducido nmero de grandes compaas farmacuticas (Harvey, 2007, pg. 167). Veamos, lneas arriba, en un discurso presidencial que el apoyo al sector privado con recursos pblicos es uno de los ejes de la poltica de investigacin del gobierno ecuatoriano actual. Pero es en nombre de este amorfo sector privado, que puede ser una pequea empresa nacional o el gigante Monsanto, que sacrificaremos los recursos de todos, los recursos que espuriamente desean las universidades ecuatorianas! Naturalmente son las universidades pblicas las que aspiran a dichos fondos. Y cmo sustenta el Mandatario ecuatoriano la asignacin de recursos pblicos a fines privados?

    el conocimiento es un bien pblico, es decir, tcnicamente sin capacidad de exclusin () una tcnica no impide que el otro no la conozca; que yo aplique una tcnica, no impide que el otro la aplique; eso significa que no hay rivalidad en el consumo (con negrita en el original) (Correa Delgado R. , 2011, pg. 19).

    Se explica ms adelante lo perjudicial que resulta para la sociedad privatizar un bien pblico por medio de medidas institucionales como patentes, pues, mientras ms personas disfruten de este bien ya creado, mayor ser el bienestar social (Correa Delgado R. , 2011, pg. 19). Lo que escapa a la explicacin presidencial es que a despecho del altruismo y desprendimiento social del Mandatario los descubrimientos que se realicen en Yachay e Ikiam difcilmente escaparn de la privatizacin y mercantilizacin globales, que han captado inclusive el sistema de provisin social que mantienen muchos Estados de Bienestar, las competencias relativas a la guerra, las prisiones y las universidades (Harvey, 2007). Conclusin: el conocimiento puede no tener tcnicamente la capacidad de exclusin, y el argumento esgrimido suprime la referencia a los contextos sociales y a las tramas del poder global. Pero ser, justamente, la articulacin generada desde el gobierno global a favor de las empresas gigantes el factor que determine que el futuro conocimiento subsidiado adquiera esa capacidad de exclusin. Exclusin que no se dar en el espacio sideral, sino en el seno de la sociedad ecuatoriana, con las consabidas repercusiones sociales. Ahora bien, en el seno del gobierno existe conciencia de las potenciales repercusiones de la apropiacin privada de la innovacin. Y Ren Ramrez, Secretario Nacional de Ciencia, Tecnologa e Innovacin, reconoce la potencialidad amenazante de la apropiacin privada del conocimiento, pero advierte que el modo en que opera la innovacin en una sociedad

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    depende, como siempre, de elecciones polticas fundamentales. En los pases de capitalismo avanzado, la innovacin va de la mano de las necesidades de acumulacin de las grandes empresas y trasnacionales (Ramrez, Del capitalismo cognitivo a la economa social del conocimiento, 2013). Ramrez identifica los posibles antdotos a este mal

    es necesario desarrollar, como parte del sistema de innovacin social, los subsistemas de: talento humano; investigacin; financiamiento e infraestructura cientfica y de innovacin; y, de gestin de los derechos de propiedad. Justamente estos cuatro subsistemas plantean una mirada y tratamiento integral del recorrido que sigue la generacin de saberes y conocimientos hasta su acceso libre y utilizacin social (no slo proponemos construir un sistema abierto, libre y pblico del conocimiento porque creemos (por convencimiento) sino porque lo necesitamos en este momento histrico que vive el pas. () (Ramrez, Del capitalismo cognitivo a la economa social del conocimiento, 2013).

    Resulta difcil entender cmo el Ecuador podr vedar del acceso del capital transnacional a los descubrimientos a realizarse en Yachay o Ikiam a travs de los subsistemas que el Secretario de Estado nombra, cuando sabemos que no solo las instituciones, sino tambin la filosofa de las leyes vigentes en el pas son orientadas por los organismos mundiales de regulacin: no se ha dicho acaso que la acelerada aprobacin, en la Asamblea Nacional, del Cdigo Integral Penal, que deba incluir la tipificacin del terrorismo como delito, obedeci a las presiones internacionales? De manera que el desconocimiento u olvido de las mediaciones sociales, locales y globales, continan jugndonos malas pasadas. Palabras finales Siendo este texto nada ms que un ensayo, dejar la puerta abierta a la objecin, al acuerdo, a la correccin o a lo que la posteridad depare como deriva de las polticas actuales para la educacin y la investigacin. He compartido, en primer lugar, la experiencia avasallante del cambio en los estilos administrativos que ha generado precisamente la puesta en prctica del fetichismo tecnolgico y de las polticas productivistas. Y lo que se ha incrementado es, con toda seguridad, el estrs de quienes laboramos en las universidades, al sabernos parte de la sociedad mundial de control (Hardt, 2005) Se ha generado una sensacin cotidiana de vaciamiento de lo humano, desde el momento que se deja que las mquinas lo resuelvan todo: mquinas que controlan la entrada y la salida, mquinas sacrosantas que gozan de mayor credibilidad que las personas. Y dado que existe, en nuestras autoridades institucionales, una dependencia administrativa de la mquina y del ojo-mquina, de que la intervencin humana retrocede, no es extrao que las ciencias sociales y las humanidades resulten superfluas.

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    Una de mis hiptesis se ha referido a cierta proximidad de las concepciones sobre la educacin y el desarrollo entre el Banco Mundial y el gobierno ecuatoriano. Rescato, no obstante, que a diferencia del organismo supranacional, cuya meta es formar trabajadores mediante la educacin en destrezas, nuestros mandatarios desean formar cientficos. Pero el desenlace no est claro, pues, al hablar de la educacin superior pblica, asalta la duda si el camino o mtodo de las IES es, igualmente, la educacin en destrezas, es posible arribar a un destino diferente al que plantea el Banco Mundial? Es decir lograrn las universidades pblicas, efectivamente formar cientficos mediante la educacin en destrezas? O cientficos sern slo quienes logren estudiar en las universidades de excelencia, en el pas y en el extranjero? Los pronsticos relacionados con el futuro de la investigacin, por su parte, se presentan sombros, debido sobre todo al poder omnmodo de las transnacionales, ahora sobre toda forma de vida, como han mostrado Edgardo Lander y David Harvey. Pero no recomendar desistir de la investigacin en las reas tecno-cientficas y biolgicas, a pesar de que, como deca una alumna ma, esto parece apocalptico. Y no hay que desistir, simplemente porque no es posible sustraerse a la contemporaneidad. Solamente hay que trabajar para crear contrapesos a todas las consecuencias apocalpticas. De qu manera? En este punto, discrepar con las soluciones propuestas por el gobierno, pues no estoy convencida de la eficacia de los subsistemas propuestos (de talento humano; investigacin; financiamiento e infraestructura cientfica y de innovacin; y, de gestin de los derechos de propiedad) como antdoto de los males apocalpticos, sin que medie el factor humano-social, es decir al margen de un conjunto de actores sociales de carne y hueso capaces de discernir, argumentar y juzgar, como deca sabiamente Hannah Arendt, sobre las consecuencias de sus acciones. Al final, propongo que nos tomemos en serio las sugerencias y voces de alerta que da el telogo y economista Franz Hinkelammert sobre la exigencia de contrarrestar la estrategia mundial, liderada por el BM para reducir la educacin y especialmente la universitaria, a un lugar de produccin de capital humano, como mecanismo para la rentabilidad. Desaparece, dice Hinkelammert, toda cultura que no sea la que aporte a la produccin o implementacin del propio capital humano; a ese paso, advierte, desaparece la civilizacin occidental, se disuelve en el negocio, y el ser humano se disuelve en el engranaje gigantesco del movimiento sin fin, del crecimiento econmico sin destino. Se disuelve as el sentido de la vida (Hinkelammert, 2005). La conclusin es simple: la universidad, en particular la universidad pblica, debe ser un espacio de re-humanizacin de la educacin y convertirse en ese espacio de creacin de cultura de la responsabilidad y solidaridad con todos los seres vivos. Todo lo dems vendr por aadidura.

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    Trabajos citados

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