Campione Comunismno
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7/22/2019 Campione Comunismno
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COLOQUIO INTERNACIONAL
El comunismo: otras miradas desde Amrica Latina
Mxico D..
El Partido Comunista de la Argentina
Apuntes sobre su trayectoriaDaniel Campione
En Argentina todava no existe un abordaje completo de la historia del comunismo en el pas, que cumpla de
modo adecuado con los requisitos bsicos de una labor historiogrfica rigurosa y sistemtica. Las escasas
obras que abarcan el total de la trayectoria histrica del !.". son #historias oficiales# o #anti$historias# lo que
equivale en general a la produccin de apologas sin matices o diatribas indiscriminadas. %n trabajo ms
riguroso slo comen& en la d'cada de los (), pero sobre todo orientado al tratamiento de los tramos
iniciales de la vida partidaria, buscando reconstruir un proceso en buena medida tergiversado por mitologas
de signo opuesto. *i hoy tenemos algunas obras sobre el perodo que va de ++( a +-(, la produccin
escasea todava para etapas posteriores. no se ha intentado a/n una sntesis histrica que llegue hasta elpresente o al menos a etapas ms cercanas.
!or tanto la historia de los comunistas argentinos no ha sido desarrollada integralmente, ms all de +-(,
salvo en el Esbo&o oficial de +01 , y los apasionadamente adversos escritos de 2. Abelardo 3amos, y
extensos pasajes de dos vol/menes de los que componen la 4istoria crtica de los partidos polticos... de
3odolfo !uiggrs. 5ientras que el primero es una historia oficial, totalmente apolog'tica, las otras dos son
anti$historias, apasionadamente contrarias al partido, centradas en sus errores y fracasos, a veces con
tendencia a tra&ar una caricatura.
Los /ltimos cinco o seis a6os han marcado un avance del trabajo historiogrfico sobre los comunistas
argentinos entre los historiadores profesionales, lnea de investigacin antes escasa y espordica. *e han
hecho incluso algunos esfuer&os para tra&ar un cuadro de situacin sobre la escritura e investigacin sobrelos comunistas en Argentina, abarcando no slo el campo acad'mico sino el periodstico y testimonial y
recientes encuentros en torno a la historia de la i&quierda argentina contaron con importante presencia de
ponencias sobre el comunismo.
7'stor 8ohan ha publicado parte de su labor sobre Ernesto 9iudici, importante dirigente y terico del !".
Existe alguna investigacin a/n no editada sobre la trayectoria intelectual y poltica de 4'ctor !. Agosti , y
un breve pero rico trabajo rescata los debates partidarios ante el surgimiento del peronismo. :mar Acha se
ha acercado al tema a trav's del anlisis de los historiadores de i&quierda. %n trabajo puntual de "ristina
5ateu se ocup de la labor cultural de los comunistas, con mucho detalle sobre sus diversas iniciativas en
ese terreno. *amuel Amaral ha trabajado sobre un grupo disidente de las d'cadas del 0) y ;), que
encabe&aba 3odolfo !uiggrs y 5irta Lobato trabaj sobre las relaciones entre los comunistas y el mundo
del trabajo. %n trabajo de largo aliento en torno al mismo tema es el de 4ernn "amarero, autor de una tesisacerca de la presencia comunista entre los trabajadores entre +-; y +
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:tro trabajo en curso, proveniente del esfuer&o militante y no de la historiografa acad'mica, es el de :tto
=argas, dirigente del !artido "omunista 3evolucionario, quien ha publicado las primeras entregas de una
historia general del comunismo en Argentina, llegando hasta ahora a los primeros a6os de la d'cada de + carencia que se agrava en la medida que nos acercamos al presente.
Desde los inicios hasta la crisis de los sesenta
El !artido "omunista de la Argentina, a diferencia de otros del espacio latinoamericano, se fund en
circunstancias de tiempo y lugar similares a las de las fuer&as europeas del mismo signo. ?ajo el nombre
inicial de !artido *ocialista @nternacional, se conform inmediatamente despu's de la revolucin rusa, en
medio de un debate en torno a la posicin de neutralidad o alineamiento frente a la guerra europea que
culmina en una divisin del !artido *ocialista de la Argentina, creado poco ms de veinte a6os antes. A
partir de un cambio de la legislacin electoral que se hace efectivo en ++-, el !* haba logrado ser una
fuer&a minoritaria pero de consideracin en el escenario poltico nacional. 9an ms de una ve& las
elecciones parlamentarias de la ciudad de ?uenos Aires, y de resultas de esos 'xitos tena una decena dediputados y un senador.
Los fundadores del !artido *ocialista @nternacional, despu's !", sostenan frente a la guerra un
internacionalismo inspirado en la i&quierda de immerBald, una poltica de mayor implicacin partidaria en
el movimiento sindical, y una crtica a la dedicacin central a las reformas parlamentarias, a favor de un
acompa6amiento ms estrecho de las luchas sociales y un ataque ms radical al orden social burgu's. Los
impulsores de la nueva agrupacin diferan de los dirigentes mayoritarios del !* por tener una posicin
social menos prestigiosa, un menor nivel de educacin formal, y por no contar entre sus filas ning/n
parlamentario, los que respondan en bloque, con discrepancias secundarias, a la conduccin partidaria. Estas
desventajas no inhibieron a los disidentes de presentar una discusin que por momentos puso en riesgo el
consenso mayoritario del que go&aba la dirigencia tradicional del socialismo.
Los primeros a6os fueron de inestabilidad en la vida partidaria, menudearon tanto las incorporaciones de
grupos provenientes del viejo !artido *ocialista o de otros n/cleos de la i&quierda preexistente, como los
debates internos que terminaron dando lugar a escisiones y en algunos casos a la formacin de nuevas
organi&aciones partidarias. En el plano internacional, el partido pas a llamarse "omunista en diciembre de
+-), y comen& a regulari&ar su encuadramiento efectivo en la 8omintern a partir de +-+, a6o en el que
viaj a la %3** el dirigente 3odolfo 9hioldi, y estando documentada la participacin de delegaciones en sus
congresos desde el @=C, en +-- Algunas de las sucesivas disidencias y crisis en el seno del partido, se
resolvern en su momento mediante cartas e intervenciones de la @", que darn la ra&n a las opiniones de
las mayoras en los rganos de direccin, aunque esta condicin mayoritaria no se proyectara con claridad en
el conjunto de afiliados partidarios. Las expulsiones de +-;, de los despu's llamados DchispistasD se harn
con el auspicio de la @nternacional y bajo la consigna de la #bolchevi&acin# del partido, consagrada por el
= "ongreso de la @" con base en la reorgani&acin sobre base celular de las #secciones# nacionales.
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Fambi'n ser decisiva una "arta de la @" en la resolucin a favor de una parte de la conduccin, frente a otra
disidencia, esta ve& considerada de #derecha#, producida a fines de +-1.
El perfil social y cultural del !" de aquellos a6os iniciales estuvo signado por una influencia limitada pero
no desde6able en el movimiento obrero, destinada a ampliarse en la d'cada de los
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d'cadas despu's, junto con el hermano del /ltimo, :restes.
La instauracin mundial de la poltica de #Grentes !opulares# bajo el signo del antifascismo, a mediados de
la d'cada de los
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y las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera organi&ada sindicalmente, no fue considerado un factor
relevante, mas all de su montona condena como #demagogia#, que ocultaba bajo el ala de la justicia social
el pu6al del totalitarismo na&i.
a con el coronel como candidato a presidente, la reaccin del !" sera alinearse en una coalicin, la %nin
Iemocrtica, que si bien bajo la advocacin de la unidad de todos los demcratas contra el fascismo, y con
un programa con avan&ados ribetes sociales, terminaba fungiendo como una alian&a de los partidos polticos
tradicionales> las grandes centrales empresarias > el embajador de EE.%% y buena parte de las fuer&associales y polticas ms conservadoras. #?atir al na&iperonismo...# se llamara el escrito con el que el !"
llamaba a derrotar a lo que describa como la aberrante pretensin de entroni&ar en la jefatura de Estado a
una corriente pro$na&i, justamente en momentos en que el fascismo haba sido derrotado de modo
catastrfico en la guerra y borrado de la escena poltica mundial.
En aras de la alian&a b'lica y la armona sovi'tico$norteamericana de la coyuntura signada por los acuerdos
de alta y !ostdam, todo perfil de denuncia del imperialismo estadounidense haba sido silenciado en la
propaganda de la %nin Iemocrtica, la coalicin de la que el !" formaba parte, intentando que se
integraran a ella hasta los ms rancios conservadores, y aceptando un protagonismo desorbitado del
embajador norteamericano, *pruille ?raden, en la lucha contra !ern. Ese cuadro ofreca un blanco fcil en
una sociedad como la Argentina, en que la oposicin a la penetracin del capital imperialista tena amplia
audiencia, paradjicamente debida, en buena parte, a los esfuer&os antiimperialistas de los comunistas en
a6os anteriores. "uando el candidato militar, ante renovados ataques del ex embajador, ahora subsecretario
de Estado de su pas, lan& la consigna #?raden o !ern#, agreg un punto importante a la construccin de su
triunfo electoral.
Iesde sus comien&os, el peronismo concentr la adhesin ampliamente mayoritaria de los trabajadores,
teniendo como mediadora a una parte importante de la dirigencia sindical, que se sum al movimiento, y
despla&ando, con m'todos a menudo coercitivos, a buena parte de las direcciones gremiales que se le
opusieron, entre las que se contaron las orientadas por los comunistas. "on vistas a los comicios, organi& el
!artido Laborista, de base sindical, presidido por un importante dirigente de origen sindicalista
revolucionario y del cual !ern tena el carnet de afiliacin n/mero uno. *in aliados de primera lnea en los
partidos tradicionales, y apoyos dispersos en el empresariado, el peronismo naciente adquira una fisonomapredominantemente obrera, que pona seriamente en entredicho la ubicacin social y el rol prctico de los
partidos de i&quierda, los comunistas en primer lugar.
"ontra cierta leyenda acerca de una orientacin de invariable antiperonismo del comunismo argentino , los
die& a6os de !ern como presidente son escenario de sucesivos reacomodamientos del !.". en ese campo,
que arrancan apenas consumada la derrota electoral, cuando los comunistas vernculos toman nota de la
firma por Argentina del Acta de "hapultepec y el restablecimiento de las relaciones con la %3**, as como
admiten crticamente cierto olvido de la suerte concreta de los trabajadores y una confian&a desmesurada en
las fuer&as #democrticas# durante la campa6a electoral. *u poltica frente al gobierno se vuelve mucho ms
mati&ada, tal como se expresa en las Fesis del K@C "ongreso partidario, celebrado en agosto de +0H, en las
que se admite la perspectiva de que el gobierno tome medidas de carcter popular
M...N la poltica de nuestro partido debe tender a movili&ar y a organi&ar la clase obrera, las masas
campesinas y la poblacin laboriosa en general para presionar sobre el 9obierno a fin de que se
desprenda de las fuer&as reaccionarias y pro$fascistas y apoyarlo en la reali&acin de todas aquellas
medidas econmicas y polticas beneficiosas a los intereses del pueblo y de la 7acin M...N
En lnea con esa orientacin, los comunistas deciden disolver los sindicatos que todava dirigan, algunos de
los cuales mantenan miles de afiliados, como la Gederacin :brera de la "onstruccin, para que sus
miembros se integraran a las dirigidas por el peronismo en el seno de la "9F.
5s adelante el !" conden intentos golpistas para derrocar al peronismo, como el acaecido en +;+, y ello
da lugar a una fase, en torno al a6o +;-, que registr un vuelco al apoyo a la gestin de !ern, que
resultaba contemporneo de las tentativas del presidente de captar a sectores hasta ese momento opositores
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para un sustento a su gestin. La experiencia termin sofocada como #desviacin#, expulsin mediante de
algunos dirigentes de elevado rango y fue el paso a un regreso a la calificacin del gobierno peronista como
#fascista# sin matices ni atenuantes.
"on todo, frente a la actitud de abierta conspiracin en pro de un golpe de estado tomada por amplias franjas
de la oposicin, los comunistas intentaron mantener un difcil equilibrio, procurando armoni&ar la despiadada
crtica al #r'gimen fascista# y la solidaridad con las #masas catlicas# cuando se desat el conflicto con la
@glesia, con la no adhesin a la salida de un golpe de estado, que los comunistas visuali&aban como el seguroprembulo de una #guerra civil#. En una declaracin emitida poco despu's de estallado el golpe, y cuando la
suerte se hallaba todava indecisa, se hablaba en tono admonitorio tanto al gobierno como
#...a los sectores democrticos opositores seducidos por el falso miraje de un golpe de estado, que ese
no era el camino, que la violencia y la guerra civil slo podran desembocar en la anarqua y la
dictadura, y que en ve& de ello deba orientarse hacia el r'gimen de convivencia democrtica.#
Iespu's de +;; el !" es excluido de la comunidad de los partidos polticos antiperonistas Orepresentada en
la 2unta "onsultiva 7acionalP, pero a diferencia del peronismo, no se lo priva de la legalidad. 5ientras
intenta recomponer su fuer&a en el movimiento obrero y avan&ar en los mbitos culturales y educativos que
tomaban nuevos bros luego de sufrir condiciones difciles en el decenio anterior, los comunistas se orientan
a sacar partido de los espacios de legalidad que se le abren. !articiparn en las elecciones a Asamblea
"onstituyente, pese a la dudosa legitimidad de esa convocatoria , y con tres representantes tomarn parte en
la convencin reformadora hasta su interrupcin, a diferencia de otras fuer&as que se retiran en
disconformidad.
En los a6os inmediatamente posteriores a +;; los comunistas reconquistan algunas posiciones en el
movimiento obrero Osindicato de la construccin, gastronmicos, parte de la conduccin ferroviaria y de los
bancarios, etcP que no logran consolidar en el mediano pla&o, y buscan aliarse con el sindicalismo peronista,
con el que forman parte de ms de un intento de unidad. La actitud general frente al peronismo transit de la
ilusin inicial en que su desaparicin sera la consecuencia ms o menos inmediata de su despla&amiento del
aparato estatal, a la b/squeda de #polticas de unidad# tanto en lo electoral como en lo gremial, que incluira,
ya en +H-, el apoyo a candidatos peronistas en algunos comicios parlamentarios y provinciales, y luego lacoincidencia en el voto en blanco en los comicios presidenciales de +H
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claridad creciente en el hori&onte.
!ara la segunda mitad de los a6os H) ya era claro que el !" haba perdido su virtual monopolio de la
i&quierda marxista y revolucionaria. 7uevas corrientes inspiradas en el maosmo, en la revolucin cubana, en
versiones renovadas del trotsQismo, o en una convergencia de la tradicin marxista con el peronismo a fuer&a
de privilegiar el costado obrero y nacionalista de 'ste, disputaban con 'xito el escenario a los comunistas.
"onducidos todava por "odovilla y los hermanos 9hioldi, hombres ya ancianos, y anclados en la versin
ms estrecha del marxismo sovi'tico, el comunismo local se apresur a recha&ar y #depurar# cualquierintento de apertura hacia nuevas corrientes de pensamiento y formas de accin distintas de las tradicionales.
La temprana recepcin de 9ramsci, por ejemplo, culmin en la expulsin de un grupo de jvenes militantes
inspirados en su pensamiento, a comien&os de los a6os H). !ese a, y en parte justamente a causa de, esta
cerra&n poltica y cultural del !", los a6os H) marcaron el progresivo paso de la p'rdida del monopolio del
marxismo revolucionario por el !", a un nivel de cuestionamiento que tenda a excluirlo de toda
consideracin dentro de ese campo. Foda esa d'cada fue de sucesivos desgajamientos de grupos de
intelectuales, artistas y militantes universitarios, comen&ando por la ruptura con los jvenes gramscianos del
grupo !asado y !resente ya mencionada, para culminar en una disidencia de mayor envergadura cuantitativa,
que se llev consigo a parte sustancial de la juventud comunista, y dio lugar a la formacin del !artido
"omunista 3evolucionario, de orientacin maosta. "on todo, pese a la p'rdida de sus mejores cuadros en la
intelectualidad joven, el alejamiento de cualquier reflexin renovadora, fuera marxista o no, y el espritu
contrario a la onda de radicali&acin que recorra el pas y el continente, el !" conserv una numerosa
militancia y la influencia sobre variadas instituciones relativamente autnomas del partido. Empero, la
disciplina y el elevado espritu de lucha de sus militantes no apareca ya como portador de las posiciones ms
radicalmente enfrentadas al sistema social. Los comunistas argentinos no slo tenan cada ve& ms
#competidores# a su i&quierda, sino que tendan a ser percibidos como una expresin ms bien #reformista#
en lo poltico, cerrada sobre la ms estricta ortodoxia sovi'tica en lo ideolgico, convertidaa en la prctica en
una suerte de #socio menor# de los partidos polticos tradicionales.
!odra afirmarse que este proceso constituy una segunda gran crisis para el comunismo argentino. La
primera, en torno a +0;, haba estado signada por la dramtica disminucin de influencia en la clase obrera,
con un partido superado por un proceso social que desbordaba los lmites en que la vida poltica argentina se
haba movido hasta ese momento. Esta nueva coyuntura crtica de los H)D era ms integral y ms profunda,porque afectaba la #visin del mundo# de los comunistas en su conjunto, desde su enfoque de la teora
marxista hasta su anlisis de la sociedad argentina y de las vas de accin social y poltica que 'sta permita,
pasando por la preeminencia absoluta que asignaba a la %3**, #patria del socialismo#, en el campo
internacional. A lo largo de d'cadas, el !" haba ido cristali&ando una serie de posiciones que se haban
convertido en inamovibles, mas all de cambios en la estructura social, en la perspectiva cultural y en el
debate de ideas, a nivel tanto local como mundial. Lo mismo ocurra con sus prcticas cotidianas, sus
estructuras organi&ativas. Fodo tenda a anquilosarse. Jui&s convenga hacer un alto para examinar sus
caracteres principales.
La visin de la sociedad y la organizacin partidaria
El !artido se mantuvo siempre firme en una lnea de anlisis de la realidad nacional que qued fijada en suscontornos fundamentales ya en +
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la #burguesa nacional#, que tena contradicciones objetivas con el imperialismo pero era incapa& de
desarrollar un #proyecto nacional# propio. En ese cuadro, la contradiccin burguesa$proletariado pasaba a
un segundo plano, mientras el l imperialismo era considerado como #enemigo principal# Oaliado a los
Dlatifundistas de tipo feudalD y a la difusa categora de #gran capital intermediario#P. El problema de
Argentina no era entonces el capitalismo, sino la falta de desarrollo capitalista, se deca. Del problema de
los problemasD, entonces, era el agrario, encarnado por el latifundio, tal la tesis de 3odolfo 9hioldi, repetida
durante d'cadas. *e enfrentaban entonces no clases, sino #polos#
#...el polo constituido por el imperialismo, particularmente el yanqui, la oligarqua terrateniente y
la gran burguesa entrela&ada con esos intereses, y el polo representado por la clase obrera, los
campesinos, las capas medias, la peque6a y mediana burguesa y otros sectores de la burguesa
nacional no comprometida con el imperialismo.#
En lugar de ser ubicada como un componente efectivo del #bloque en el poder#, buena parte de la burguesa,
caracteri&ada como #nacional# era considerada como un aliado potencial en la tarea de resolver la #falta de
desarrollo capitalista# de Argentina. Ie all, se pasaba a la caracteri&acin de la revolucin necesaria en la
Argentina como #democrtico$burguesa# orientada no contra la organi&acin social capitalista sino a favor
de ella, para desmontar los DobstculosD que se le oponan. 3evolucin #democrtica, agraria y
antiimperialista# ... que tena en vista al socialismo, pero en una etapa posterior. Juien planteara el carcter
directamente socialista de la revolucin, pasaba automticamente a la ominosa categora de
Dultrai&quierdistaD.
bP "ampeaba en los anlisis del !" cierto racionalismo de ra& ilustrada y ms cercanamente, positivista Ova
2os' @ngenieros, Anbal !once, los fundadores del !*P.
"mo los socialistas Ode cuyo tronco provenanP, como los liberales de diversas corrientes, los comunistas
argentinos a6oraron Europa y los EE%%, mientras sufran su destino perif'rico, el DaccidenteD de haber nacido
en la alejada Am'rica del *ur. "omo ellos, hablaron en ocasiones de la #desgracia# de ser coloni&ados por
Espa6a, o de haber recha&ado las invasiones inglesas. *e hallaban incmodos con las peculiaridades de la
#poltica criolla# Oaunque ya no la llamaran asP y se desenvolvan con mayor soltura en aquellos mbitosque se aproximaban, en la ideologa y las prcticas polticas, a un campo poltico #civili&ado# *u romance
con el radicalismo alvearista en los a6os treinta Oexpresado en la consigna DAlvear a la presidenciaDP, el
acercamiento al presidente :rti&, su estrecha alian&a con la democracia progresista durante un perodo, en los
a6os cuarenta, y por supuesto, la aut'ntica #borrachera# liberal de la %nin Iemocrtica fueron evidencias
de 'sta forma de ver las cosas La poltica que se quera vivir era la del campo demo$liberal, a la DeuropeaD.
Esa era la lnea #correcta# de evolucin histrica, la /nica DlegitimaD, la exclusivamente digna de atraer los
empe6os de un partido DcientficoD, identificado con Dlo ms avan&ado de la humanidadD... Lo que no encajaba
en esa matri& tenda a ser recha&ado o ignorado.
cP El tipo de empla&amiento social que tuvo el partido constituy otro de los factores que confluyeron para
delinear la poltica partidaria.
La alteracin de la composicin social del partido a partir de la d'cada del cuarenta, con la gradual p'rdida
del peso minoritario pero significativo alcan&ado en mbitos obreros, y la progresiva ampliacin de su
espacio en las #capas medias# redunda en la estabili&acin de un modelo, no confesado pero efica&, de accin
poltica, que en la prctica funcion como alternativa a una presencia ms importante en el movimiento
obrero y a la dificultad de operar en otros mbitos populares La insercin en organismos de capas medias,
tanto profesionales como empresarios, y en mbitos estatales Oempresas p/blicas, poder judicial,
organi&aciones empresarias, GGAAP, muchas veces en modalidades de actuacin no p/blica, pero logrando a
la postre una ubicacin ms fuerte y persistente que en mbitos obreros y populares. *e desenvuelve as una
suerte de #entrismo# en las instituciones burguesas, en la creencia de que los comunistas eran, en esos
medios, #portadores de la ideologa proletaria#. En los hechos, la influencia era bidireccional, y el !" recaa
cada ve& ms en una disputa Oen condiciones de marginalidadP del poder en el DarribaD de la sociedad, con
concepciones cada ve& ms influidas por el pensamiento ms o menos oficial, mientras las races en los
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mbitos populares se estancaban o agostaban progresivamente. La direccin comunista se imaginaba la
accin de sus militantes como un ingreso de las concepciones de un maci&o #marxismo$leninismo# en el
#campo burgu's#, pero sola ocurrir lo contrario La influencia del pensamiento oficial impulsaba
gradualmente hacia la derecha a esos militantes que slo tenan para defenderse de ella, los empobrecidos
esquemas difundidos por el !artido. 7o se trata de que el !" no tuviera en su base muchos Oqui&s mayoraP
de militantes de origen popular> obreros, empleados de baja jerarqua, trabajadores #por cuenta propia#, etc.
!ero fronteras afuera de la organi&acin, la influencia en las clases subalternas era ms bien escasa, mientras
que en las organi&aciones de peque6as y medianas empresas, el cooperativismo de cr'dito y ciertos mbitosprofesionales e intelectuales, los comunistas posean mucha mayor capacidad de accin. 5s all del dato
estadstico sobre la extraccin de clase de sus afiliados, los de capas medias e incluso #altas# eran el sector
ms influyente y #visible# del partido, al menos desde los a6os sesenta.
dP El prosovietismo ac'rrimo era otra caracterstica principal de los comunistas argentinos. Es qui&s el
elemento ms conocido, ms obvio, ms repudiado e incluso ridiculi&ado del partido , pero ello no implica
que se lo haya anali&ado en todas sus implicancias.
La versin ms codificada e inmutable del #marxismo sovi'tico# fue erigida en el alimento #terico# de sus
cuadros y militantes. Los intereses de la %3** eran identificados sin reservas con los del socialismo a nivel
mundial. La actuacin de los !" nacionales Oel argentino en primer lugarP tomada como una contribucin al
triunfo sovi'tico en la Dguerra fraD contra EE%% y el mundo capitalista.
*e puede sostener con bastante ra&n que estos rasgos son comunes a cualquier !" prosovi'tico. !ero en el
caso argentino, frente a su debilidad poltica y terica y la pobre insercin social e institucional, el
prosovietismo se convirti en una segunda identidad, cuando no en la primera, para la direccin comunista.
*eg/n 5anuel "aballero, que intenta bucear los orgenes de esa orientacin, el !artido "omunista de
Argentina fue, durante un cuarto de siglo, el ms confiable para la direccin internacional y de una forma u
otra, el lder de las secciones latinoamericanas. Lder incluso de aquellas que probaron ser ms importantes
tanto por el n/mero de sus miembros como por su propia significacin en la vida poltica de sus respectivos
pases, como la chilena o la uruguaya.
La posicin frente a la %3** fue vara fundamental para medir el grado de #progresismo# de los personajesde la burguesa, y ms todava, la autenticidad o no de la condicin #revolucionaria# de la gente de i&quierda
*i esta era la Dpiedra de toqueD de un revolucionario, como le gustaba afirmar a 3odolfo 9hioldi , quienes
eran crticos ms o menos severos de la sociedad y la poltica sovi'ticas, no eran reputados tales, por ms que
lucharan de modo denodado por la transformacin anticapitalista de las sociedades en que vivan.
Este criterio, llev a resultados catastrficos cuando, desde los /ltimos a6os cincuenta, la crtica de i&quierda
al stalinismo y a la burocracia sovi'tica se hi&o cada ve& ms generali&ada, y fundamentada desde las
categoras marxistas, hasta el punto de ser compartida por el grueso de las corrientes de la #nueva i&quierda#
que crecan en nuestro pas y en el mundo, las que quedaban automticamente descalificadas por los
comunistas a causa de sus visiones crticas sobre la sociedad sovi'tica y su dirigencia.
La organizacin partidaria
El !artido "omunista, durante ms de medio siglo, se desenvolvi bajo la gua de una dirigencia #eterna#,
que se ampliaba muy gradualmente por cooptacin, pero no se renovaba. Fres dirigentes> =ictorio "odovilla
y los hermanos 3odolfo y :restes 9hioldi pertenecan al partido casi desde su fundacin , y se mantuvieron
en la direccin partidaria desde +-( en adelante, con interrupciones pasajeras. 9ernimo Arnedo Alvare&
fue secretario general del !artido desde +
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ampliaba la brecha en cuanto a la posibilidad de un entendimiento> y una nula predisposicin a transitar con
actitud innovadora esos tiempos de cambios vertiginosos y cuestionamientos generali&ados, y de
participacin ms que activa de la juventud en la accin y el pensamiento. Los cuestionamientos
provenientes de dirigentes y cuadros ms jvenes, menos comprometidos con la trayectoria partidaria y los
clich's de la lnea poltica, terminaba en expulsin o silenciamiento una ve& tras otra, y si bien el n/mero de
militantes se recuper una y otra ve&, los cuadros perdidos no se reponen, y la incidencia y el prestigio
comunista en diversos campos y en especial en los ligados al trabajo intelectual, desciende rpidamente. %no
de los mecanismos para DsuplirD el deterioro, era, al rev's de lo indicado por la tan mentada dial'ctica , saltarde la DcalidadD a la cantidad, y poner en primer lugar los logros cuantitativos El partido se enorgulleca de las
nuevas afiliaciones logradas , de las cuantiosas recaudaciones de las campa6as financieras, del alto n/mero
de perdicos partidarios vendidos... sin detenerse a balancear el contenido real de esos DlogrosD, medidos con
criterios ms contables que polticos.
El !" converta en #funcionarios# Opersonas rentadas, dedicadas a tiempo completo al trabajo partidarioP a
centenares de cuadros del partido y la juventud, repartidos desde la conduccin nacional a comit's locales o
barriales. Esta Dprofesionali&acinD en un partido minoritario, proscripto de la actividad legal durante largos
perodos y con una deficiente insercin en los medios obreros y populares, daba lugar a que buena parte de
estos #funcionarios# fueran verdaderos exponentes de #aparato#, dedicados a tareas organi&ativas internas o
propagandsticas, en un trabajo que en gran parte se desenvolva puertas adentro de los locales partidarios,
con un funcionamiento de #oficina# en el que recibir informes desde #arriba# y retransmitirlos hacia #abajo#
era la tarea poltica ms habitual.
Los dirigentes mximos haban pasado, a esa altura, varias d'cadas de su vida como #funcionarios#
partidarios, a menudo sin ninguna otra participacin en mbitos poltico$institucionales, laborales o
acad'micos. !or a6adidura, la mayora de estos dirigentes no tena una formacin terica sistemtica mas
all de las #escuelas de partido# locales o internacionales, y por lo tanto sus instrumentos para anali&ar la
realidad econmica, social, poltica y cultural eran rudimentarios, sin que la experiencia directa en el
movimiento de masas pudiera remediar siquiera en parte esa precariedad.
Esta dirigencia era, sin embargo, objeto de una fuerte deferencia por parte de la institucin partidaria , y
asumida como incuestionable en cualquier campo de la actividad y el saber en el que incursionaran, lo queproduca un DachatamientoD de todo debate serio, bajo la f'rula de un Dcentralismo democrticoD atento siempre
al primer t'rmino de la frmula y ampliamente despreocupado del supuesto componente de democracia, que
haca descender toda la discusin al mnimo com/n denominador marcado por lo ms mediocre de la
dirigencia.
Los aparatos propagandsticos, organi&ativos y financieros del partido configuraban una maquinaria aceitada
y efica&... para todo lo que fuera previsible y calculable num'ricamente, sobre todo si se poda resolver por
medidas ms bien administrativas, sin aventurarse demasiado al #exterior# del partido. En cambio se tenda a
detestar lo espontneo, lo no establecido, lo que no era conocido previamente. Las frecuentes condiciones de
clandestinidad o semi$clandestinidad y la consiguiente brevedad e inestabilidad de los intervalos de libertad
de actuacin, contribuan a darle una ra&n de ser a esta maquinaria, sobre todo vista a la lu& de la
supervivencia y reproduccin del propio partido.
El DaparatoD eriga a la preservacin y crecimiento de la estructura partidaria en un objetivo vlido por s
mismo, en el punto donde convergan todos los afanes, e incluso entraba en contradiccin directa con las
aspiraciones de desarrollar el partido en los movimientos de masas, al absorber gran cantidad de militantes
para las tareas internas. Las an'cdotas circulantes sobre cuadros obreros destinados a organi&ar la entrega de
carnets a nuevos afiliados, o de activos militantes de barrios populares derivados a tareas de administracin
de los locales partidarios, se6alaban casos extremos, pero reales, de toda una concepcin administrativa y
#endgmica# de la poltica.
Ello conclua por relegar la realidad social a un segundo plano. "uando el partido fue perdiendo relevancia
en los sindicatos y otras organi&aciones autnomas, a partir de la aparicin del peronismo y ms
acentuadamente desde los primeros H), la dirigencia orient la organi&acin a una vida progresivamente ms
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#endogmica#. *ectores enteros de la militancia se suman en una actividad que reconoca un tempo poltico
ms orientado hacia la vida interna del partido Oun calendario donde, a intervalos ms o menos regulares, se
escalonaban la fiesta de la prensa, la campa6a financiera, la colecta de recursos de fin de a6oP que hacia los
acontecimientos de la sociedad.
"ualquiera que haya conocido la vida partidaria desde adentro, puede testimoniar los importantes esfuer&os
que deban hacer los dirigentes de los Dfrentes de masasD Osindical, estudiantil, etc.P, para llevar atencin
hacia conflictos o acontecimientos en sus mbitos, cuando estos coincidan, por ejemplo, con la #campa6afinanciera#. "entenares de militantes sindicales, estudiantiles, barriales, de las organi&aciones culturales,
deseosos de oponerse al capitalismo y de luchar por una mejor suerte para las clases trabajadoras, se vean
con frecuencia Dtirados para atrsD por un DaparatoD que tena prioridades y tiempos diferentes a los de la
fbrica o las calles. El desarrollo externo a la estructura partidaria apuntaba ms bien a un #afuera#
relativamente cercano y manejable, fortaleciendo organi&aciones de alcance limitado pero que poda
controlar de modo f'rreo, como la organi&acin de mujeres %5A, el "onsejo Argentino por la !a&, la Liga
por los Ierechos del 4ombre, una gran cantidad de cooperativas urbanas y rurales, organi&aciones de
solidaridad con la %3** y otros pases del bloque socialista, y un largo etc'tera.
Los tiempos recientes: Progresiva agudizacin de la crisis
En su K@@C "ongreso, celebrado en +H o por va no pacfica, si los crculos dirigentes
del pas cierran todas las posibilidades democrticas para la conquista del poder.#
La va armada apareca como una /ltima ratio determinada por la actitud de las fuer&as enemigas, y no una
tctica a adoptar en lo inmediato, contra la opinin de sectores de la i&quierda, a los que incluso se reconoca
repercusin en las filas partidarias, que postulaban el de las armas como el /nico camino abierto a latransformacin revolucionaria O...P en los /ltimos tiempos O...P se expresa en algunos sectores cercanos al
!artido, y, a veces, repercute en su seno, la idea de que en nuestro pas se ha cerrado definitivamente la
posibilidad del triunfo por la va pacfica y que no queda otro camino que el de un levantamiento armado.#
Esa posicin no cambiara cuando, hacia fines de los a6os H), las experiencias guerrilleras viraron del
asentamiento rural a la actuacin urbana, y pasaron progresivamentede ser experiencias aisladas y poco
duraderas a desarrollar organi&aciones numerosas, con amplio desarrollo de actividades sociales y polticas
por fuera de la lucha armada, no exentas de simpata popular y de insercin en el campo obrero, como fue el
caso de 5ontoneros y del Ej'rcito 3evolucionario del !ueblo. El !" prosigui apostando en primer lugar a
la ampliacin de los espacios institucionales y a la reali&acin de acciones de masas, si bien no desde6aba
preparar a sus militantes para eventuales enfrentamientos violentos.
Ante el golpe militar de +HH, los comunistas no vacilaron en pronunciarse en un tono condenatorio sin
atenuantes acerca de la #3evolucin Argentina#, sin los arrestos de expectativa o tolerancia exhibidos por
otras fuer&as polticas
#a se han ido acumulando suficientes elementos como para que nadie se llame a enga6o sobre que
representa el Dnuevo orden comunitarioD prometido. 7o se trata de un gobierno dictatorial corriente,
de los varios que han venido a cercenar tal o cual libertad. *e trata de un nuevo tipo de gobierno,
basado en un Estado corporativo$fascista que arrasa con todas las libertades y conquistas obreras,
populares y democrticas logradas luego de muchos a6os de lucha.#
Ante la proscripcin de los partidos polticos y la promulgacin de legislacin especial anticomunista, el !",
ms all de la inadecuada caracteri&acin como fascista de lo que era una dictadura militar reaccionaria pero
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sin los rasgos de movili&acin social ni el nacionalismo belicista caractersticos del fascismo, se convirti en
una de las fuer&as abanderadas de la resistencia contra ella.
El alto nivel que la radicali&acin ideolgica y la movili&acin de masas alcan& a partir del a6o +H en
Argentina, con hitos como el #3osaria&o# y el #"ordoba&o# , conmovi a los comunistas, que participaron
activamente en las rebeliones y #puebladas# que se desencadenaron en variados puntos del pas. Los
comunistas valori&aban en t'rminos muy elevados #las grandes luchas obreras y populares de los /ltimos
tiempos, sus exigencias de carcter antiimperialista y antioligrquico ... El giro a la i&quierda se hagenerali&ado y alcan& un nuevo nivel en su desarrollo.# !ero en el mismo momento, reiteraban recetas
tradicionales #Es en esta perspectiva que debemos ubicar nuestras tareas en el futuro inmediato, para
impulsar la unidad de accin y la formacin del gran frente democrtico nacional de todas las fuer&as
patriticas, antioligrquicas y antiimperialistas.#
Algunos acciones contestatarias de la 'poca contaron con presencia protagnica de cuadros comunistas,
como la huelga de los trabajadores de la construccin de la represa El "hocn, liderada por el dirigente
Antonio Alac, o el propio "ordoba&o, en el que militantes comunistas rodeaban a Agustn Fosco. La
conduccin comunista saludaba alboro&ada el avance de la movili&acin y los #combates masivos# y los
interpretaba como la apertura de #un nuevo proceso poltico en el pas, favorable a las fuer&as del progreso,
de la libertad, de la independencia nacional.# !ero estas evaluaciones no llevaron a modificar las
orientaciones polticas fundamentales del partido, sus prcticas cotidianas, ni su visin estrecha y
autocomplaciente del mundo poltico en general y de la i&quierda en particular.
*iguieron procurando alian&as en los partidos tradicionales sin darle la dimensin suficiente a las nuevas
corrientes, y ante la evidencia de que el peronismo resurga con una fuer&a incontenible e incluso estaba en
condiciones de capitali&ar el auge de las luchas populares mientras amplios sectores en su interior se
radicali&aban, buscaron un acercamiento que terminaba por privilegiar al propio !ern y a su dirigencia ms
institucionali&ada, en lugar de las corrientes volcadas hacia la i&quierda, a las que en parte se cuestionaba
como #ultrai&quierdistas#. Ie ese modo, la posicin frente al gobierno electo por voto popular que asumi la
presidencia en +1
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#El !artido "omunista est convencido de que no ha sido el golpe del -0 el m'todo ms idneo para
resolver la profunda crisis poltica y econmica, cultural y moral. !ero estamos ante una nueva
realidad. Estamos ante el caso de ju&gar los hechos como ellos son. 7os atendremos a los hechos y a
nuestra forma de ju&garlos su confrontacin con las palabras y promesas.#
"omo se ve, el golpe no era considerado el Dm'todo ms idneoD, pero se le reconoca el propsito de aportar
soluciones, es decir que su finalidad /ltima se consideraba vlida, reduciendo la discrepancia a los medios
aptos para obtenerla. Foda la declaracin est impregnada de la aceptacin de las condiciones impuestas porlas Guer&as Armadas, y por el reconocimiento de las justificaciones iniciales del pronunciamiento militar y
los objetivos que la flamante dictadura se adjudicaba. 5s adelante, sigue mostrndose de acuerdo con los
postulados del naciente #!roceso de 3eorgani&acin 7acional#
#Gidelidad a la democracia representativa con justicia social, revitali&acin de las instituciones
constitucionales, reafirmacin del papel de control del Estado sobre aquellas ramas de la economa
que hacen al desarrollo y a la defensa nacional. El !artido "omunista, aunque no comparte todos los
puntos de vista Osubrayado nuestroP expresados en los documentos oficiales, no podra estar en
desacuerdo con tales enunciados, pues coinciden con puntos de su !rograma, que se propone el
desarrollo con independencia econmica, la seguridad con capacidad nacional de decisin, soberana
y justicia social.#
5enos de dos meses despu's del golpe, se publica un trabajo ms extenso, de autora de :restes 9hioldi, uno
de los miembros ms destacados de la direccin, que insiste y profundi&a en este tipo de concepciones,
llegando a considerar que los partidarios de las soluciones ms violentas haban acelerado el golpe de estado
pero no haban prevalecido en el gobierno resultante
#... es justo comprobar que el movimiento del -0 de mar&o tiene algunos rasgos que lo diferencian de
los anteriores. Las fuer&as armadas, llegadas al poder de facto, en ve& de disolver los partidos
polticos suspenden sus actividades provisionalmente. Aunque no se puede ocultar que quienes
consideran Ra pesar de la trgica experiencia chilena$ que la solucin debe levantarse sobre una
monta6a de cadveres, presionaron para precipitar el golpe, aunque no prevalecieron en 'l> y ahora
presionan y act/an para provocar un viraje a la derecha.#
Fodo el planteo de la convergencia cvico$militar no nace de la nada en mar&o del 1H, ni en el descalabro
DisabelinoD que precede al golpe. Frabajar sobre las contradicciones al interior de las Guer&as Armadas para
definirlas en un sentido progresista, es una idea que puede rastrearse en los documentos partidarios al menos
desde comien&os de la d'cada del H)S, alimentada sin duda por los procesos militares de tinte real o
supuestamente progresista que se abren en pases del Fercer 5undo. Iesde +;;, se repetira la tendencia a
reproducir en el campo militar lo que se haca en los ms variados terrenos Ielimitar la principal disputa
Dpor arribaD y tratar de influir a favor de uno de los bandos en lucha, con la mayor cantidad de herramientas
que se tuviera al alcance, sin proponerse una lnea poltica propia, autnoma. En la cosmovisin del !", que
identificaba en la prctica el avance de la burguesa liberal con proyeccin hacia la #revolucin
democrtica#, los militares de discurso cercano al liberalismo poltico, aparecan como una promesa de
evolucin positiva de la situacin, por ms que la reforma agraria o la nacionali&acin de las empresasmonoplicas que supuestamente caracteri&aban la Dprimera etapaD de la revolucin fueran no slo ajenas sino
contrarias a sus objetivos
A base de las resonancias #liberales# y #constitucionalistas# que acompa6aban al discurso del dictador
=idela, el partido opt por reproducir una ve& ms la poltica de #apoyo crtico# al supuestamente menos
da6ino de los campos burgueses en pugna, al que se imaginaba como #democrtico# en oposicin al
#pinochetismo#, identificado este /ltimo en exclusividad con la ideologa abiertamente reaccionaria y las
prcticas represivas ms criminales. A base de reyertas secundarias entre verdugos, a falta de mejor material,
el !" #dibuj# la en'sima versin del enfrentamiento #democracia vs. Gascismo#, que crea estar librando
desde la d'cada de +
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represin que se descargaba con mxima intensidad sobre las organi&aciones que s haban sido declaradas
ilegales, que eran casi todas las situadas a la i&quierda del !", estuvieran o no involucradas en la lucha
armada. Esa actitud de #prudencia# coexisti contradictoriamente con el hecho de que centenares de
comunistas fueron detenidos o desaparecidos por el r'gimen , y con los esfuer&os, a menudo heroicos, de los
militantes comunistas por liberar a presos y desaparecidos, y por tratar de impulsar acciones de resistencia
antidictatorial en variados campos. !ese a ello, los documentos partidarios no alteraron esa postura,
mantenida hasta bien avan&ado el a6o +(-, sobre el final de la dictadura militar.
A la lu& del derrumbe del r'gimen dictatorial y del conocimiento ms profundo y generali&ado de sus
crmenes, la poltica de la direccin partidaria pas a ser un lastre frente al resto de la i&quierda y a la
sociedad en general, y una fuente de creciente descontento desde la militancia de base hacia la dirigencia que
haba tenido responsabilidades decisorias en aquella orientacin, 'ticamente cuestionable y polticamente
fallida. a en los albores de la restauracin institucional, el tortuoso apoyo electoral al peronismo en las
elecciones de octubre de +(< y el for&ado #blanqueo# de la escasa influencia electoral del partido y la
persistente sobrevaluacin de su masa de afiliados , sumaron factores de crisis.
%n recambio generacional , unido a una revaloracin del proceso poltico latinoamericano de los a6os
recientes, y las luchas, incluso armadas, desenvueltas en Argentina, fueron apuntando hacia un cambio que
intentara en alguna medida rendir cuentas de las polticas de los a6os anteriores.
+(H fue el a6o del llamado #viraje#, materiali&ado en el K=@ "ongreso partidario celebrado ese a6o. Gue un
proceso autocrtico basado en caracteri&ar como desviacin #reformista# las posiciones frente a la dictadura
y ms en general la poltica de alian&as persistentemente orientada a la #burguesa nacional# y a los partidos
polticos supuestamente ligados a la misma, pasndose a mencionar a #la i&quierda# como eje de los
entendimientos. La misma caracteri&acin estructural del pas como #atrasada y dependiente# con resabios
semifeudales, era dejada de lado, para reconocer la preeminencia de relaciones capitalistas en Argentina.
por tanto se cuestionaba la concepcin de #revolucin por etapas#, visuali&ndose mayor cercana entre las
transformaciones democrticas y las socialistas
#Afirmamos de este modo nuestro objetivo socialista, como la culminacin de un proceso
revolucionario /nico, que transita por el camino de lucha de las transformaciones antiimperialistas yantioligrquicas, que saquen a la patria de la dependencia y el atraso...#
y se otorgaba centralidad al tema del poder, en implcita crtica al anterior relegamiento de la cuestin
#El problema fundamental no resuelto y que es el eje de todas las tareas que se plantean a las fuer&as
revolucionarias es la cuestin del cambio del poder poltico. O...P Ie establecer, desde el punto de
vista de clase, qui'n dominar los resortes claves de la economa y las finan&as, qui'n habr de
dirigir los destinos de la 7acin.#
Ie all se parta a un cuestionamiento que tenda a proyectarse incluso sobre el pasado no tan reciente, en
especial en lo que respecta al alineamiento frente al primer peronismo. Fambi'n se modificaba la visin
hacia los movimientos de liberacin nacional, la revolucin cubana, y las experiencias guerrilleras de los 1),procurando identificar al partido con esas luchas y con sus figuras emblemticas, comen&ando por Ernesto
#"he# 9uevara, antes contemplado con cierta #distancia crtica# por el partido. La vieja visin del !" sobre
las expresiones de la i&quierda por fuera de 'l, que condenaba irremisiblemente a todas las expresiones
polticas situadas a su i&quierda bajo el rtulo de #ultrai&quierda#, pasaba a ser revisada al mismo tiempo que
el #seguidismo# del partido hacia las expresiones ms o menos progresistas dentro de la poltica #burguesa#.
Las polticas en el movimiento sindical y estudiantil se radicali&aron y llevaron a la formacin de nuevas
alian&as hacia la i&quierda, al mismo tiempo que se adopt una visin ms crtica de la #transicin
democrtica# en curso desde diciembre de +(
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cuestionamiento frontal a las polticas estadounidenses por parte del partido sovi'tico. %na tendencia,
implcita pero clara, a referenciarse mayormente en "uba se haca evidente.
A partir de su alian&a con el 5ovimiento al *ocialismo en +(; , el atractivo ejercido por los lineamientos
del K=@C "ongreso, y en parte favorecido por el cuadro bastante disminuido en n/mero y gravitacin que
ofrecan otras corrientes de la i&quierda marxista, el !" comen& a recibir una atencin mayor de ciertos
n/cleos de la intelectualidad y la militancia de i&quierda, incluyendo algunos provenientes de la lucha
armada de la etapa anterior , como resultado de una apertura poltico$cultural cuyas limitaciones eranmuchas, pero contrastaba con la rigide& de toda la etapa anterior, e incluso con la actitud de otras fuer&as de
i&quierda, negadas casi por completo a admitir errores o revisar concepciones sustentadas con anterioridad.
Ie todas maneras el proceso result costoso y plagado de contradicciones. !rimero sufri el desgajamiento
de dirigentes y militantes que defendan con mayor o menor decisin la lnea poltica previa a +(H,
incluyendo a algunos de los principales animadores de la conduccin anterior. Luego sobrevinieron algunas
rupturas de signo diferente, que abarcaban sobre todo a militantes de base y cuadros intermedios, que ms
bien tendan a reprochar falta de profundidad o claridad terica y poltica en la radicali&acin hacia la
i&quierda en curso, cuando no acusaban la reproduccin de las prcticas burocrticas y autoritarias
tradicionales en el partido, el que por cierto, no se haba planteado la democrati&acin interna como un
objetivo central a alcan&ar, manteniendo la f'rrea adhesin al #centralismo democrtico#, sin demasiadas
innovaciones respecto a cmo se lo entenda en la verticali&ada tradicin partidaria .
El panorama se complic a/n ms en +($), cuando en el marco de los debates producidos por el
derrumbe en marcha del #bloque socialista#, las divergencias se instalaron en el mismo sector de la
dirigencia que haba impulsado el #viraje# hacia la i&quierda, quedando claramente delineadas tres corrientes,
dentro de las cuales la encabe&ada por quien emergi despu's de +(H como mximo lder partidario,
!atricio Echegaray, ostentaba una mayora no demasiado holgada ni estable. Las otras dos lneas se
recostaban, una de ellas sobre una revalori&acin de lo institucional y de la integracin en sus mecanismos,
en el estilo del Grente Amplio uruguayo, mientras otra radicali&aba una crtica de sabor casi #postmoderno#
hacia el conjunto de la i&quierda revolucionaria y propona directamente la disolucin del partido. Las tres
corrientes estaban encabe&adas por dirigentes partidarios nuevos, que haban emergido desde la juventud del
partido para encabe&ar el #viraje#. A trav's del congreso partidario celebrado en +), el K=@@@C la situacinlogr estabili&arse muy precariamente, en base a alian&as de diversos grupos internos que convergieron en
respaldar al secretario general, en una situacin exterior e interior muy compleja.
La estabili&acin fue ms que relativa, ya que la sigui un perodo de nuevas disidencias, una en direccin a
posiciones de apariencia ms prxima a la #ortodoxia# pre K=@C "ongreso, y otra que termin de desarticular
al grupo promotor del #viraje#, encolumnada con la idea de disolver las organi&aciones polticas
preexistentes para fusionarse en el entonces llamado Grente 9rande, luego Grepaso. En esas circunstancias,
el !." qued reducido a su mnima expresin, con unos pocos centenares de militantes y casi nula influencia
en el movimiento social, si se excluyen algunos bastiones de capas medias, en general ligados al peque6o y
mediano empresariado y al cooperativismo.
En t'rminos de poltica electoral, se refor& nuevamente en el partido una orientacin hacia la i&quierda, quellev en las elecciones de +1 a la alian&a con el 5ovimiento *ocialista de los Frabajadores, escisin del
antiguo 5ovimiento al *ocialismo, agrupacin trotsQista con la que se mantuvo una coincidencia electoral
hasta -));. en el plano de las luchas sociales coexisti el empe6o por insertarse en las nuevas expresiones
ligadas a la crisis cada ve& ms profunda e integral en que se sumergi la Argentina a fines de los a6os ),
incluyendo la aparicin del movimiento #piquetero#, con presiones en otra direccin, tendientes a ampliar la
poltica de alian&as hacia el #centro# y morigerar en parte las posiciones ms radicali&adas.
A modo de conclusin
Recuento y pespectivas
%na visin de superficie podra poner en tela de juicio el inter's histrico que puede despertar un partido
siempre en minora, de presencia ms que escasa en las instituciones de gobierno, y cuya influencia en su
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mbito esencial en tanto fuer&a de i&quierda marxista, el movimiento obrero, slo tuvo unos a6os de auge
tras los cules qued remitido a una posicin minoritaria, cuando no marginal. *in embargo, los comunistas
han mantenido presencia durante largas d'cadas en el escenario social, cultural y poltico de Argentina, y la
historia del cooperativismo, las expresiones culturales contestatarias, el movimiento de los derechos
humanos, las organi&aciones vecinales e incluso el movimiento obrero, no podran escribirse sin tomar en
cuenta su presencia y accin. *e proyectaron asimismo sobre campos poco previsibles para la accin de un
partido comunista, como las organi&aciones gremiales empresarias. Iurante d'cadas mantuvieron una
militancia activa y disciplinada distribuida por prcticamente todo el territorio nacional y en las ms variadasreas de actuacin.
*e presenta para la mirada historiogrfica el desafo de dar cuenta de esos variados campos de influencia, y
la de explicar a una organi&acin compleja, que no puede ser comprendida a partir de un solo factor, como se
ha intentado hacer, por ejemplo, reduci'ndola a una completa alienacin a las orientaciones emanadas de la
%nin *ovi'tica.
La visin general acerca del comunismo argentino qued sin embargo impregnada ms por algunos de sus
grandes fallos que por sus reali&aciones, y a menudo tomada por una mirada teleolgica y con
acento#decadentista#, en la que al perodo de auge en el movimiento obrero de los treinta y primeros
cuarenta seguira un declive tan prolongado como inexorable.
La integracin a la %nin Iemocrtica en +0H y la actitud #contemplativa# lindante con la complicidad
durante un buen tramo de la /ltima dictadura militar, son qui&s los grandes hitos de esa cuenta negativa,
pero no result menos gravitante, mirada en perspectiva, la cerrada persistencia en la matri& terica y poltica
del #marxismo sovi'tico# que los comunistas mantuvieron contra viento y marea cuando esa visin del
mundo ya se hallaba en su declive final. Lo mismo puede decirse de la consecuente negativa a dimensionar
los enormes cambios que modificaban profundamente la fisonoma de la sociedad argentina en general y de
las fuer&as de i&quierda en particular. "on todo, no habra que caer en el esquematismo de suponer que una
actitud distinta en todos o alguno de esos momentos hubiera significado por s sola una evolucin
completamente diferente para el partido.
A partir de +(H, en un proceso de renovacin de rasgos /nicos en la i&quierda argentina, pareci presentarsela oportunidad de que los comunistas levantaran las #hipotecas# de su propia historia. La actitud frente al
llamado #!roceso de 3eorgani&acin 7acional# de +1H fue la primera en ser objeto de crtica, la que luego
se extendi hacia atrs, en direccin a los sesenta y los primeros setenta y al alineamiento de +0H. Gue un
#viraje# reali&ado a contracorriente, un pronunciado giro a la i&quierda en momentos en que se desenvolva
una ofensiva mundial del gran capital y se desplegaba el predominio de lo que por comodidad solemos
llamar neoliberalismo, casi al mismo tiempo que comen&aba a derrumbarse el bloque sovi'tico. En el
proceso se combinaron contradictoriamente, de forma difcil de resolver, el impulso renovador con el anclaje
en prcticas polticas no aptas para colocarse a la altura de los tiempos, y una forma de ver el mundo
impregnada de esquematismo. el impacto sobre los sectores ms tradicionales o menos propensos a un
#giro# i&quierdista de la militancia partidaria, no pudo ser absorbido y deriv en rupturas y deserciones.
4oy, en una sociedad en la que todas las fuer&as polticas se hallan en entredicho, los partidos presentansntomas de agotamiento, lo que incluye a las fuer&as de i&quierda, y al !artido "omunista en particular, y
difcilmente pueda esperarse el surgimiento de una perspectiva innovadora #desde adentro#. El conocimiento
y comprensin analtica de la historia de los comunistas argentinos podra ser un insumo a la hora de pensar
Oy actuarP en la re$construccin de una i&quierda capa& de romper en sentido progresivo y con capacidad de
generar nuevas alternativas, con los paradigmas del pasado.
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