Capitulo Vi Manual Nacional Mjvc

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CAPITULO VI: RECURSOS ADICIONALES DE LA JORNADA.

Indicamos ahora algunos recursos y elementos que ayudarán a entender mejor el desarrollo de una Jornada y darán armas al Equipo responsable para realizarla mejor. Muchos de ellos ya han sido contemplados con anterioridad.

1.- EQUIPO RESPONSABLE.

De gran importancia resulta el Equipo que será el responsable de que un grupo de jóvenes puedan vivir una Jornada. Formarlo adecuadamente ayudará mucho al éxito que se quiere alcanzar.

1. El equipo consta de entre 6 y 12 personas de la Escuela de Auxiliares y, para escogerlos, es bueno tener en cuenta su asistencia, participación y constancia en el grupo.

2. De entre ellos se elige un coordinador y/o una coordinadora.

3. Se pone fecha para la primera reunión.

4. En la primera junta se reparten las pláticas, las meditaciones y las dinámicas. El coordinador es el responsable de que el Equipo determine y distribuya los diversos cargos.

5. Cada cargo tiene uno o dos responsables. A partir de ese momento y hasta la Jornada misma, los dos juntos deben realizar todo el trabajo previo que les corresponde.

6. El coordinador determina con el Equipo los días de junta. Señalan asimismo el calendario para revisar pláticas. meditaciones y dinámicas.

7. Se reparten además todas las diferentes actividades que se van a realizar de acuerdo a los elementos que se van a trabajar en esa Jornada.

8. El Equipo debe estar muy consciente de su servicio y tener presente su responsabilidad en cumplir bien con las pláticas, meditaciones y dinámicas, y demás tareas asignadas a su cargo.

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9. El Equipo fija un día de retiro para sus miembros. Este servirá como preparación espiritual e integración entre ellos. Son responsables de su preparación tanto el coordinador y/o la coordinadora.

10. Es indispensable que el Equipo apoye siempre y en todo a la coordinación. Para lograrlo, todos deben cumplir con puntualidad con las juntas, y sobre todo, en la preparación de las pláticas y demás compromisos. Se ayudarán así a evitar juntas extras, pérdidas de tiempo y una posible división dentro del mismo Equipo.

Este Equipo de jóvenes debe estar acompañado por el Asesor, quien debe comprometerse en todo con ellos y animarlos en su servicio a la Jornada (cf LB 127- 137).

2. Pláticas (Temas).

Las pláticas constituyen un elemento importante en el desarrollo de la Jornada. Por medio ellas llegamos a la inteligencia del joven y presentar al mismo una visión coherente y clara del cristianismo.

Las pláticas no deben llenar al joven de conceptos, sino mostrarle, por su orden y lógica, un contenido doctrinal sólido que lo llevará a conocer y a comprometerse con Cristo.

El contenido de una plática debe prepararse con esmero ya que nadie tiene derecho a distorsionar el Evangelio de Jesús. Pongamos siempre cuidado en presentar "la Verdad sobre el Hombre, la Verdad sobre Jesucristo y la Verdad sobre la Iglesia, tal como lo explicita el Documento de Puebla.

El auxiliar que prepara su plática debe tener en cuenta lo que todo "buen comunicador" ya sabe, es decir, ¿qué quiero comunicar? ¿a quién lo voy a comunicar? ¿ cómo conviene que lo comunique; sí, ¿cuál es el mejor camino para ello?

Entendemos ahora por qué el auxiliar nunca debe perder de vista el objetivo concreto de la plática, así como el lugar que ocupa en su inserción en la Etapa. También tenga presente el lazo de unión de esa plática con las demás, así como con las dinámicas; forma parte de una unidad.

Para que una plática alcance su objetivo debe cubrir adecuadamente todo lo que en verdad sea necesario. No se nos olvide que "a mayor extensión, menor comprensión". Esto significa que cuántas más ideas principales estemos dando al que escucha, menos estaremos

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consiguiendo que las fije. Es bueno dar importancia y hacer sobresalir tan sólo una o dos ideas claras. Todo el resto debe girar en torno a ellas para ayudar a que queden precisas y sin confusiones.

Ahora bien, no debemos considerar la plática como una pura comunicación de ideas. Es algo más. Pretende y debe llegar a comunicar la misma existencia. Se trata de compartir verdades que ya han sido hechas vida por quien las está expresando. Recordemos siempre que ante todo estamos comunicando VIDA, dando testimonio.

Estemos seguros que si las palabras se quedan únicamente a nivel intelectual, es decir, en el nivel de puros conceptos, esa plática nunca llegará a convencer al otro. El joven está pidiendo que se satisfaga tanto su entendimiento como su voluntad. Solamente así será arrastrado a actuar.

¿Qué podríamos decir del Auxiliar que da una plática? Antes que nada, digámoslo con toda claridad: es un testigo. No es ni un orador ni un conferencista, por bien que lo haga. El Auxiliar debe dar testimonio sólido y entusiasta de que lo que comunica lo ha vivido. Si el Auxiliar logra alcanzar el nivel de lo existencial, lo vivencial, lo auténticamente vital, estará llegando a los sentimientos de la persona, más aún, a la misma voluntad del que lo escucha.

Por lo tanto no dudemos que el papel primordial del Auxiliar que da una plática consiste en ofrecer el testimonio de una comunicación personal. Esto exige que esté plenamente convencido de lo que dice, y haya asimilado y vivido en profundidad estas verdades. Es preciso que las haya hecho suyas; que las viva en "carne propia".

Para interiorizar y asimilar mejor su plática, el Auxiliar ha de meditar, hacer materia de su oración, su estudio y su reflexión, el contenido mismo.

Tengamos presente que para lograr el convencimiento intelectual a través de una plática debemos trabajar en su preparación y seguir un orden lógico al expresar las ideas. Además , es bueno utilizar los recursos psicológicos que faciliten la penetración de las ideas en las personas, por ejemplo, tener un Crucifijo, un libro, un recorte adecuado, etc.

Cuando un Auxiliar está comunicando una auténtica vivencia, su tono de voz y sus gestos lo están revelando. Leer, esclavizarse al "acordeón" o al esquema de la plática son verdaderos obstáculos que dificultan que el oyente capte algo vital que lo convenza. Es bueno tener un esquema sí, pero únicamente como guía y de ninguna manera hacer de él un libro de lectura.

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3. MEDITACIONES.

Una meditación es una pequeña reflexión cuyo objetivo es profundizar en forma vivencial el tema de la Etapa o de la Jornada.

Generalmente se utilizan al inicio y al final del día, de 10 a 15 minutos, y son importantes no tan sólo por su contenido sino, sobre todo, por su testimonio de fe y de vida. Se pueden utilizar vivencias, parábolas y otros recursos que permitan descubrir analogías en la vida de los jóvenes asistentes.

Son generalmente exhortativas, es decir se dirigen al corazón y no a la inteligencia de la persona. Siempre deberán ser muy positivas y animar y entusiasmar al joven. Lo negativo conviene presentarlo únicamente en contraposición de lo bueno para ayudar a rechazar el mal y acercarse mejor al bien.

4. PEQUEÑOS GRUPOS O CORRILLOS.

Son grupos de cierto número de participantes que se reúnen después de cada plática para que puedan manifestar sus ideas y/o dudas sobre el tema que se acaba de ver. Estos grupos están coordinados por uno a varios miembros del Equipo. No se trata de una clase académica. Por tanto, el Auxiliar no se convierta ni en director ni en maestro. El es tan sólo el animador del corrillo. Es importante que logre, desde el primer instante, un acercamiento bueno entre los que participan en la Jornada y los Auxiliares. Evite toda actitud suya que favorezca un distanciamiento; esto sería fatal para la Jornada. Ayude claramente a que las preguntas, respuestas y opiniones estén dirigidas a todos los del grupo y de ninguna manera a él. Evite caiga el grupo en discusiones y círculos viciosos que agoten el tiempo de corrillo. Debe ir a lo esencial, pedir vivencias, animar el trabajo.

Procure que cuando los participantes den su opinión no vengan a repetir la plática ni mucho menos caigan en dar su opinión sobre el modo de cómo se dio ésta. Debe guiarlos para que opinen centrados únicamente en el contenido.

Si quedan puntos imprecisos y secundarios conviene se aclaren fuera del grupo ya sea con el auxiliar en particular o bien invitando al joven a que se dirija con el Asesor, sea Sacerdote o Laico.

Tenga cuidado el Auxiliar en que se traten todos los puntos principales para llegar de esta forma cada uno a una conclusión personal que tenga repercusión para toda la vida. Debe motivar este paso con verdadero tacto y mucho modo. Quede claro que, cuando la plática está bien dada y logra su fin, la labor del corrillo será más fácil y de gran fruto. Una plática mal dada hace que el trabajo del grupo sea muy pesado. No descuidemos nuestro servicio.

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5. DINÁMICA DE PRESENTACIÓN.

Es necesario comenzar la Jornada con una Dinámica de presentación del Retiro y de conocimiento entre los asistentes. Se rompe así el hielo entre ellos y el Equipo, creando un ambiente cordial y de búsqueda común.

Este momento es el primer contacto formal que los participantes tienen con los muchachos del Equipo, y entre ellos mismos. Es necesario crear un ambiente de confianza, de respeto y de apertura.

Tenemos la oportunidad de dar una idea somera de lo que es la Jornada y de invitar a que todos y cada uno participen dando lo mejor de si mismos a lo largo de toda ella. Se presenta cada uno de los que están y se dan los avisos necesarios para el buen funcionamiento de esos días.

Tengamos presente que el mismo saludo:

1. Debe estar lleno, todo él, de optimismo, cordialidad y mucha seguridad en quien lo da.

2. Debe manifestarse muy claramente que la persona que lo está dando tiene una gran confianza en Dios y un auténtico deseo de servir a todos.

3. Necesita dejar claro que toda una serie de actitudes son necesarias en todos para el buen funcionamiento de la Jornada. Entre otras cosas: sinceridad, responsabilidad, confianza, respeto, apertura y caridad.

La presentación de cada uno debe ser dinámica, alegre, llena de respeto. Pueden hablar de sus ocupaciones, gustos, pasatiempos, etc. Sugerimos que sobre todo expresen lo que esperan de la Jornada. No olvidemos que es importante personalizar el trato con cada uno desde el principio. A ello ayuda el valerse de los gafetes.

6. MESA REDONDA.

La Mesa Redonda es un intercambio de ideas e impresiones acerca de una Etapa de la Jornada que se acaba de vivir. En ella se resumen pláticas, dinámicas, convivencia, etc. en una conclusión que cada asistente y Auxiliar dan, cada quien según su punto de vista.

Al expresar alguien verbalmente las ideas se les da a éstas una firmeza mayor y se las introduce en el campo del compromiso. No es lo mismo pensar un algo que dar testimonio de ello ante los demás. La persona que firma y testifica pensar de una manera se está

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comprometiéndose ante quienes conocen ahora su forma de pensar.La Mesa Redonda se desarrolla como sigue:

1. - Se forma una gran mesa redonda con todos los participantes en la Jornada incluyendo al Equipo de Auxiliares, y se les explica que en ese momento están en la última actividad de la Etapa.

2. - El coordinador de la Jornada resume brevemente las actividades de esa Etapa con el fin de situar al joven ante lo que acaba de vivir.

3. - Se invita a cada participante a que exprese su sentir acerca de la Etapa, respondiendo en voz alta a la pregunta :"¿a qué te invita esta Etapa de la Jornada?" o bien otra semejante que ayude a manifestar lo que se ha vivido.

4. - Todos, Equipo de Auxiliares y participantes, responden en forma sincera y breve. Esto permitirá que cada participante se comprometa más fuertemente con la Jornada misma. También permite al Asesor y al Equipo ver cómo va caminando cada muchacho y ayudarlo hacia adelante.

5. - El Asesor habla al último. Ayuda a centrar bien el objetivo de la Jornada en esa Etapa.

6. - Finalmente, el Coordinador da el nombre a la Etapa.

Ahora vemos más claramente la importancia que tiene la dinámica "plática-corrillo-mesa redonda". A su vez, queda de manifiesto el por qué de la insistencia en que sean vivencias y no ideas las que den fuerza a lo tratado.

El problema de la conversión, o sea, ese "volverse hacia" algo conocido pero no vivido, y que no está realizado aún, tiene que ver no tanto con la inteligencia como con la voluntad. Es cierto que ayudan en gran manera los sentimientos de la persona, pero cuidando, claro, de no caer en el sentimentalismo. Trabajemos con delicadeza. Es mucho más difícil convencer a alguien por las puras ideas que ofreciéndole el testimonio veraz de ellas.

Finalmente es bueno señalar que las conclusiones y decisiones de un grupo, que tienen que ver con muchos, arrastran más que una mera decisión individual, y facilitan la conversión. Sucede a veces que el grupo se encontraba exactamente en las mismas circunstancias expresadas, y entonces todo adquiere mayor fuerza.

Esta dinámica la dirige el coordinador de la Jornada y debe tener cuidado de animar a los más tímidos para hablar. Evitará que se extiendan mucho en sus opiniones los que hablan demasiado y estará al pendiente de que no se salgan del tema.

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El Asesor Sacerdote, Laico o Religioso deberá intervenir oportunamente cuando surjan dudas o se den discusiones y sabrá guiar al grupo para que consiga el objetivo propuesto.

7. PHILLIPS 6-6

El objetivo de esta dinámica es lograr la participación sistematizada de todos los que están en la reunión, pero sin llegar a discusiones. Se trata de opinar de manera que solamente se sacan las opiniones, y se sintetizan inmediatamente.Se programa para 30 minutos, repartidos como sigue: Preparación, 5 minutos; desarrollo, 8 minutos; plenario, 8 minutos; complementación, 6 minutos; posibles pérdidas de tiempo, 3 minutos.

Lleva este nombre por haber sido divulgada por Donald Phillips y por ser empleada en grupos de 6 personas que hablan sobre un tema o pregunta durante exactamente 6 minutos. Se da un minuto para cada persona y se sigue inmediatamente un plenario. En él, cada grupo tiene un minuto para presentar la síntesis de sus aportaciones.

Tenemos así un método muy flexible que puede ser aplicado en diversas formas y para muchos fines distintos. Se adapta también a grupos de más de 6 personas. Ojo, el desarrollo de los trabajos será de tantos minutos cuantos participantes sean en el grupo. Es necesario dar siempre un minuto por cada participante.

Es importante tener en cuenta que el problema presentado para estudio no sea demasiado complejo para el grupo, sobre todo cuando se está usando esta técnica por primera vez.

El coordinador hace la preparación inmediata. Esta consiste en la explicación del mecanismo de la técnica. Expresa con claridad el enunciado del problema que será discutido. Indica a la asamblea como puede dividirse en grupos de 6. Una vez divididos en grupos de 6 personas, se les recuerda que, por ningún motivo las personas deberán hablar más de un minuto. Se sugiere luego que cada grupo nombre un coordinador, un cronometrista y un secretario. Al final, el coordinador hace una síntesis de las aportaciones de su grupo. El secretario irá anotando cada una de las aportaciones mientras que el cronometrista debe tomar e indicar el tiempo de cada uno. Insistimos, está técnica no es para discutir, sino para profundizar y lograr la participación de todos.