CAPÍTULO VII LO QUE DEPENDE DE...

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157 Las ideas principales 1. Los conflictos vienen a todas las vidas, pero muchas veces nos toman por sorpresa. 2. Nunca debemos perder la esperanza, sino hacer nuestra parte para resolver un conflicto. Romanos 12:18 “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.” 3. El primer paso para resolver un conflicto es tratar las ofensas personales que estorban la relación. Debemos reconocer nuestra parte en un conflicto antes de confrontar a la otra persona. 4. Una solución debe tomar en cuenta las necesidades de todos. I Timoteo 1:7-8 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 5. Cuando pedimos perdón, aceptamos la responsabilidad por nuestras acciones sin poner excusas o culpar a la otra persona. 6. La meta de una confrontación no es de pelear o de castigar a la otra persona, sino de buscar la restauración y reconciliación. Efesios 4:25 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.” Lo que depende de mí José se despidió de su gran amigo y compañero de ministerio con tristeza. Él mismo lo había discipulado. Habían viajado juntos por todos lados predicando el evangelio. Gozaron juntos, sufrieron juntos. ¿Hubo una lágrima en su ojo y un peso en su corazón cuando se separaron por causa de una diferencia de opinión? José no era una persona cualquiera. Su fama era de ser un buen hombre, generoso y conciliador, con mucha fe. Un líder digno de confianza y valiente en su compromiso a Dios, José fue usado por Dios para traer reconciliación a la iglesia. Su mismo sobrenombre indicaba su carácter Bernabé “Hijo de consolación”. La Biblia no nos da muchos detalles del conflicto. Sabemos que tenía que ver con la participación del sobrino de Bernabé, Juan Marcos, en el segundo viaje misionero de Bernabé y Pablo. Bernabé quería llevarlo, pero Pablo no quiso. Aparentemente Bernabé vio el potencial del joven mientras Pablo sintió decepcionado por sus faltas en el primer viaje. Se separaron, Bernabé y Juan Marcos por un lado, Pablo y Silas cogiendo otro rumbo. CAPÍTULO VII LO QUE DEPENDE DE MÍ

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Las ideas principales

1. Los conflictos vienen a todas las vidas, pero muchas veces nos toman por sorpresa.

2. Nunca debemos perder la esperanza, sino hacer nuestra parte para resolver un

conflicto.

Romanos 12:18 “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros,

estad en paz con todos los hombres.”

3. El primer paso para resolver un conflicto es tratar las ofensas personales que estorban la relación.

Debemos reconocer nuestra parte en un conflicto antes de confrontar a la otra persona.

4. Una solución debe tomar en cuenta las necesidades de todos.

I Timoteo 1:7-8 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,

sino de poder, de amor y de dominio propio.”

5. Cuando pedimos perdón, aceptamos la responsabilidad por nuestras acciones sin poner excusas o

culpar a la otra persona.

6. La meta de una confrontación no es de pelear o de castigar a la otra persona, sino de buscar la

restauración y reconciliación.

Efesios 4:25 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo,

porque somos miembros los unos de los otros.”

Lo que depende de mí

José se despidió de su gran amigo y compañero de ministerio con tristeza. Él

mismo lo había discipulado. Habían viajado juntos por todos lados predicando el

evangelio. Gozaron juntos, sufrieron juntos. ¿Hubo una lágrima en su ojo y un peso

en su corazón cuando se separaron por causa de una diferencia de opinión?

José no era una persona cualquiera. Su fama era de ser un buen hombre,

generoso y conciliador, con mucha fe. Un líder digno de confianza y valiente en su

compromiso a Dios, José fue usado por Dios para traer reconciliación a la iglesia. Su

mismo sobrenombre indicaba su carácter — Bernabé — “Hijo de consolación”. La

Biblia no nos da muchos detalles del conflicto. Sabemos que tenía que ver con la participación del sobrino de

Bernabé, Juan Marcos, en el segundo viaje misionero de Bernabé y Pablo. Bernabé quería llevarlo, pero Pablo no

quiso. Aparentemente Bernabé vio el potencial del joven mientras Pablo sintió decepcionado por sus faltas en el

primer viaje. Se separaron, Bernabé y Juan Marcos por un lado, Pablo y Silas cogiendo otro rumbo.

CAPÍTULO VII LO QUE DEPENDE DE MÍ

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Hay muchas lecciones para nosotros en la historia de Bernabé, Pablo y Juan Marcos.

1. Primero, los conflictos vienen a todas las vidas. Vienen a la gente común y corriente, pero también a grandes

hombres como Bernabé y Pablo.

2. Segundo, los conflictos nos toman por sorpresa. -- ¿Cómo es posible que Bernabé pudo tener un conflicto con

su gran amigo y respectado apóstol Pablo? Los dos eran cristianos comprometidos y con madurez. ¿Quién lo

hubiera imaginado? Los conflictos no son cosas que planeamos o esperamos. No despertamos en la mañana

con la idea de buscar una pelea con un amigo. Los conflictos ocurren por muchas razones, pero generalmente,

no porque los deseamos.

3. Y tercero, nunca debemos perder la esperanza. Imagina el gran pesar de Bernabé y Pablo por su desacuerdo.

Piensa en la pena y vergüenza de Juan Marcos, sabiendo que “por su culpa” los dos grandes misioneros se

separaron. Pero, por la gracia de Dios, el conflicto no era el final de la historia. Aunque la Biblia no relata los

detalles, sabemos que hubo una reconciliación. Pablo, aunque era el mayor y con más autoridad, reconoció su

error y Juan Marcos no guardó rencor en contra de Pablo, más bien lo sirvió con gran amor. Juan Marcos llegó

a ser un hombre apreciado por Pablo. Pablo lo mencionó en Colosenses 4:10, Filemón 24 y 2 Timoteo 4:11

como un compañero útil y colaborador en el ministerio.

En 1 Pedro 5:13 sabemos que Juan Marcos también ayudaba a Pedro, quien lo consideró su hijo en la fe. En el

plan de Dios, Juan Marcos llegó a redactar la historia del Señor en el evangelio que lleva su nombre. No

escuchamos más de José (Bernabé), pero el “hijo de consolación” tenía que ser muy contento al final. La

reconciliación es posible.

Romanos 12 es un capítulo clave en cuanto a cómo vivir en paz. Habla tanto de cómo mantener la paz de Dios

(versículos 1-2), como de la manera de vivir en armonía en la iglesia (versículos 3-8) y como parte de la

sociedad en general (versículos 9-21). En el corazón del capítulo 12 se encuentra un versículo muy especial.

“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”

Romanos 12:18 nos guiará en el camino de paz. “Si es posible” nos hace

recordar que la paz es un camino de dos vías. No podemos vivir en paz con

alguien que no quiere tener paz con nosotros. No podemos ser responsables por

la parte que le corresponde a otro. Al mismo tiempo, “en cuanto dependa de

vosotros” nos reta a hacer nuestro parte, sea lo que sea la reacción de la otra

persona. Nuestra respuesta frente a un conflicto debe corresponder a nuestro

deseo de agradar a Dios. “Estad en paz con todos los hombres” explica la

extensión de la meta. Deseamos paz con “todos los hombres”, no simplemente

con los más agradables o con los que nos caen bien.

Hacemos lo que depende de nosotros cuando sea fácil y también cuando sea

complicado. Entendemos que en última instancia la reconciliación depende en la habilidad de ponernos de

acuerdo con la otra persona. Pero aún si el problema nunca se resuelve, podemos gozar de la paz de Dios

cuando hemos hecho “lo que depende de nosotros”.

Las respuestas al conflicto

Parece que a algunas personas les gusta los pleitos. Se entremeten en los asuntos de otros, causando

divisiones donde sea que vayan. El orgullo les convence que pueden decir lo que quieran “por el bien del otros”.

Parece que su meta es controlar a otros sin tomar responsabilidad por sus propias acciones. Los buscapleitos

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exigen sus “derechos” y son expertos en manipular a otras por su propio beneficio. Hay muchas advertencias a los

que causan conflictos. 2 Ts. 3:11, 1 Ti. 5:13 y 1 Pedro 4:15 amonestan a los que son “ entremetidos en lo ajeno”.

Al otro extremo son los que huyen constantemente de los conflictos y nunca quieren enfrentar los

problemas. Niegan que haya un conflicto, o ceden, rápidos “para evitar problemas”. El temor y la ansiedad los

controla. Esta actitud tampoco es buena. Efesios 4:25 explica que es importante hablar la verdad en el momento

propicio “porque somos miembros los unos de los otros”.

2 Timoteo 1:7-8 nos da el balance correcto: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de

poder, de amor y de dominio propio.” Necesitamos valor para decir la verdad en el poder del Señor con palabras

llenas de amor. El dominio propio debe controlar todo que hacemos.

La mayoría de nosotros hemos experimentado momentos vergonzosos, cuando nuestras palabras han

empeorado una situación y también la penosa realización de habernos quedado callado cuando era importante

hablar. Es tan difícil mantener el equilibrio. Pero, hay esperanza. La Biblia es una guía para nuestros pasos que

nos ayudará en el camino de paz.

Los conflictos vienen a todas las vidas. Cuando nos pasa a nosotros, hay una serie de preguntas que nos

ayudarán:

¿Qué he hecho yo para contribuir al problema? Tanto como el conflicto mismo, la resolución de un conflicto

empieza en el corazón. El primer paso es examinarnos a nosotros mismos. Mateo 7:5

nos exhorta a sacar primero la viga de nuestro propio ojo, antes de intentar sacar la

paja del ojo de nuestro hermano. Mateo 5:23-24 nos aconseja de no demorar cuando

reconocemos que hemos ofendido a otro. Hay que pedir perdón y corregir lo que he

contribuido a un conflicto.

¿Puedo pasar por alto la ofensa? A veces podemos simplemente perdonar una ofensa

sin decir nada. Si pasa por alto la ofensa, no la va usar en el futuro como una manera

de atacar a la otra persona. Recuerda que a los ojos de Dios, pasar por alto una

ofensa es un honor. (Prov. 19:11, 12:16, 17:14, Col 3:13, I P. 4:8)

¿Qué me motiva a confrontar a la otra persona? ¿Enfrentamos para castigar, vengarnos o humillar a la otra

persona? Nuestro deseo debe ser la reconciliación.

¿Cómo voy a confrontar? No tenemos el derecho de confrontar a alguien de cualquier manera. Las leyes del

reino del Príncipe de Paz nos corresponden. Hay que tratar la persona con respeto. Mis palabras deben

edificar. La Biblia dice que es un asunto que debo intentar resolver en privado si es posible. Mateo 18:15-16

“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu

hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno a dos, para que en boca de dos o tres testigos conste

toda palabra”.

Con la ayuda de Dios, una a vez que tratamos las ofensas personales y la relación ha sido restaurada, el

asunto del conflicto en sí se puede tratar con más calma. Podemos tratar el asunto con buena comunicación—

escuchando con atención y hablando para ser escuchados. Esto ayudará a encontrar una solución que tome en

cuenta las necesidades de todos.

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―Quita la viga‖

Es más fácil ver los errores de los demás que nuestros propios errores. Aun cuando reconocemos que

“quizás no éramos perfectos” sigue siendo fácil dar excusas. Minimizamos nuestra parte en un conflicto,

racionalizamos nuestras acciones, culpamos a otros. Creemos que nuestros pecados están cancelados por el

pecado más grande del otro. Pedimos perdón a medias. “Si le he ofendido en algo, que me perdones”. “Sí, hice

mal, pero me provocaste”. “Es que estuve bajo mucha presión”. “Es la culpa del diablo”.

Antes de confrontar a otro, hay que reconocer y confesar nuestra

contribución al problema. Mateo 7:5 nos habla fuertemente acerca de la

necesidad de examinar nuestras propias vida. “¡Hipócrita! Saca primero la viga

de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”.

Cuando pedimos perdón por nuestra parte en un conflicto, debemos hacerlo con

sinceridad y honestidad, sin poner excusas. Una confesión sincera suena algo

así:

“Nombre de la persona ofendida, yo sé que cuando yo hice ________________________________, te hizo sentir

____________________________________________________________________ (el resultado de su ofensa).

Yo reconozco que estaba equivocado y merezco ____________________________________ (la consecuencia)

Con la ayuda de Dios, no lo voy a hacer otra vez. ¿Me puedes perdonar?”

No son tan importantes las palabras exactas sino una actitud que reconoce nuestro error, que muestra

arrepentimiento genuino, que acepta las consecuencias de nuestras acciones y sinceramente pide la restauración

de la relación. Las frases “Yo admito que, Yo confieso que, Yo siento que” nos ayudan a mantener el enfoque

en nuestro pecado y no excusarnos. Si la otra persona no está dispuesta a perdonar, es una oportunidad de

reflexionar otra vez, examinarnos más y regresar a pedir perdón. Un arrepentimiento sincero resulta en un cambio

de comportamiento. No podemos forzar que la otra persona nos perdone, pero podemos hacer “lo que depende de

nosotros”.

Un arrepentimiento sincero resulta en un cambio de comportamiento. Hay que cambiar las actitudes y

patrones de comportamiento que nos llevaron al conflicto. Un arrepentimiento genuino puede incluir la restitución.

Restitución es el esfuerzo de poner bien lo que hemos hecho mal. Un esfuerzo de hacer restitución, aun simbólico,

muestra la sinceridad del arrepentimiento. Si robamos, devolvemos lo robado. Si dañamos la propiedad de otros,

hagamos un esfuerzo de reparar lo dañado. Con una ofensa grande, puede requerir mucho tiempo para ganar de

nuevo la confianza mutua.

Cuando la relación ha sido profundamente dañada, reconocemos que estamos formando una nueva

relación de confianza, no regresando a lo que tuvimos antes del conflicto. Por supuesto, hay daños que no

podemos reparar. Algunas cosas son irreparables o imposibles de reponer. Cuando hemos hecho daño a los

sentimientos o reputación de una persona, no siempre nos será posible quitar el daño de lo cual somos

responsables, pero a la medida que podemos hacer restitución, muestra la sinceridad de nuestro arrepentimiento.

Después de “sacar la viga” de nuestro ojo, es muy posible que vayamos a estar listos a pasar por alto las

ofensas de la otra persona. Pero, si nuestra relación con la otra persona todavía esté dañada, o si nos sentimos

que haya un peligro, debemos confrontar a la otra persona en amor.

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Cuando hablamos con alguien que nos haya ofendido o herido, es común exagerar la ofensa diciendo “Tú

siempre _______________.” o “Tú nunca _______________”. Es fácil atribuir motivos a las acciones de otros que

los pongan a la defensiva, pero no debe ser así. La meta de una confrontación no es castigar a la otra persona,

sino de buscar la restauración y la reconciliación. Nuestras palabras se deben enfocar en exactamente lo que pasó

y cómo nos ha afectado. Puede ser algo así: “Cuando (tal cosa) pasó, yo sentí (así). Apoyamos nuestro mensaje

con un tono de voz y lenguaje corporal que comunican respeto. Confrontar lleva la responsabilidad de perdonar

cuando la otra persona reconoce su parte en el conflicto. No es

necesario regresar al modo de relacionarse que resultó en ofensas,

sino trabajar juntos para formar una nueva relación sana.

Pedir y dar perdón son los primeros pasos hacia la

reconciliación. No puedes reconciliarte con otra persona solo, pero

puedes hacer “lo que depende de ti”.

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Las ideas principales

Los conflictos vienen a todas las vidas, y muchas veces nos toman por sorpresa.

No debemos perder la esperanza, sino hacer nuestra parte para resolver un conflicto.

Materiales necesarios:

De antemano, prepare oraciones de repaso tomadas de las lecciones ya estudiadas. Sería ideal escoger ideas

que son más aplicables a su grupo, pero hay una hoja de sugerencias al final de la lección si la quiere usar.

(página 167) Recorte las frases en dos partes y métalos en un sobre. (un sobre para cada grupo pequeño).

Una fotocopia para cada alumno del estudio “El conflicto toca a todos.” (página 165)

La lección: Introducción al tema:

Entregue un estudio bíblico a cada alumno

Lección 21 El conflicto le toca a todos

Versículo clave: Romanos 12:18 “Si es posible, en cuanto dependa de

vosotros, estad en paz con todos los hombres.”

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1. Haga la actividad de repaso. Divida los alumnos en grupos pequeños. Haga una fotocopia para cada grupo.

Cada grupo va unir las oraciones para repasar algunos de los conceptos más importantes que hemos

estudiado. Las repuestas:

La palabra hebrea para “paz” es “shalom”.

Para hablar y ser escuchado es necesario hablar la verdad con bondad y claridad.

Debemos hacer lo bueno a pesar de las acciones de otros.

El creyente cede los derechos personales voluntariamente para el bien de otros y la gloria de Dios.

Una alternativa de honor es pasar por alto las ofensas pequeñas.

La injusticia rompe “el shalom” del ofendido y del ofensor.

Una cultura de paz requiere la unidad, el respeto y la justicia.

Se muestra la unidad con la cooperación para llegar a una meta.

Un conflicto es una diferencia de opinión o un propósito frustrado.

El arrepentimiento sincero resulta en un cambio de comportamiento.

La unidad no es la uniformidad.

La paz de Dios sobrepasa todo entendimiento.

2. Romanos 12:18 Nuestro versículo de memoria también es un repaso. Es un versículo que nos guiará en el

camino de paz.

“Si es posible” -- la paz es un camino de dos vías. No podemos vivir en paz

con alguien que no quiere tener paz con nosotros. No podemos ser

responsables por lo que corresponde a otro.

“en cuanto dependa de vosotros”--nos reta a hacer nuestra parte, si la otra

persona responda bien o no.

“Estad en paz con todos los hombres” explica la extensión de la meta.

Deseamos paz con “todos los hombres”, no simplemente los más agradables

o con los que nos caen bien. Hacemos lo que dependa de nosotros cuando

sea fácil y cuando sea complicado.

El conflicto toca a todos. Dé a cada grupo pequeño una fotocopia del

estudio “El conflicto toca a todos.” Respuestas:

1. conocido como Bernabé -- hijo de consolación; levita, de Chipre, generoso

2. los discípulos tenían miedo de recibirlo Bernabé

3. a muerte de Esteban, persecución los griegos estaban creyendo el evangelio Bernabé bueno,

lleno del Espíritu Santo y de fe, Saulo

4. Bernabé y Saulo

5. ministrando El Espíritu Santo les habló Juan (Juan Marcos)

6. se apartó de Bernabé y Saulo y regresó a Jerusalén

7. a. el mago, falso profeta, Barjesús o Elimas, b. denuedo c. huir d. rasgaron

Estudio bíblico – guía del maestro

Lección 21: El conflicto le toca a todos

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8. volver a visitar a los hermanos llevar Juan Marcos con ellos no

9. a. recibidle (también explica que Juan Marcos era el sobrino de Bernabé)

b. colaborador c. me es útil para el ministerio d. hubo una reconciliación

10.según la opinión de cada grupo Después de escuchar las ideas de los alumnos. Menciona las

siguientes ideas si ellos no los mencionan:

Los conflictos vienen a todas las vidas.

Los conflictos nos toman por sorpresa.

No debemos perder la esperanza.

Aplicación: ¿Se encuentra en un conflicto no esperado? ¿Es con alguien con quien has tenido una buena relación? No te desesperes. Los conflictos nos vienen a todos.

Piensa en algo que pueda hacer esta semana que “dependa de ti ”.

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Romanos 12:18 “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”

Lee los versículos indicados y contesta las preguntas.

1. Hechos 4:36-37 ¿Qué dicen los versículos acerca de José? _________________________________________

_________________________________________________________________________________________

2. Hechos 9:26-27. Cuál problema tuvo Saulo (luego llamado Pablo cuando llegó a Jerusalén? _______________

_________________________________________________________________________________________

¿Quién ayudó a Saulo? ______________________________________________________________________

3. Hechos 11:19-26.¿Qué noticia llegó a la iglesia en Jerusalén que causó conflictos? ______________________

_________________________________________________________________________________________

¿A quién mandaron para averiguar la situación? __________________________________________________

¿Qué clase de persona era Bernabé? ___________________________________________________________

_________________________________________________________________________________________

¿A quién buscó Bernabé para ser su ayudante? __________________________________________________

4. Hechos 11:27-30. La iglesia en Antioquia mandó ayuda a la iglesia en Jerusalén. ¿En quiénes confiaron la

ofrenda? _________________________________________________________________________________

5. Hechos 13:1-5 ¿Qué estaban haciendo los líderes de la iglesia? _________________________ ellos al Señor y

_________________________________________________________________________________________

¿A quiénes apartaron para el ministerio? ________________________________________________________

¿A quién llevaron como ayudante? _____________________________________________________________

6. ¿Qué le pasó con Juan Marcos en Hechos 13:13? _________________________________________________

_________________________________________________________________________________________

7. Pablo y Bernabé recorrieron muchos lugares en su viaje misionero. Juntos predicaron el evangelio y pasaron

muchas pruebas.

a. Hechos 13:6-8 ¿A quién enfrentaron?________________________________________________________

b. Hechos 13:45-46 ¿Cómo hablaron Pablo y Bernabé a pesar de los celos

de la muchedumbre?_________________________________________

__________________________________________________________

b. Hechos 14:5-6 Tenían que _____________________________________

porque los querían apedrear.

d. Hechos 14:14-15 Cuando la gente quería llamarlos dioses, Bernabé y

Pablo ________________________ sus ropas. En tus propias palabras,

¿cómo era la relación entre Pablo y Bernabé? _____________________

__________________________________________________________

__________________________________________________________

Estudio bíblico – alumnos

El conflicto le toca a todos

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8. Hechos 15:36-41. Según el versículo 38, ¿qué deseaba hacer Pablo? _________________________________

_________________________________________________________________________________________

Según el versículo 37 ¿qué quería hacer Bernabé? ________________________________________________

¿ Pablo estaba de acuerdo? ___________

¡Bernabé y Pablo estaban en desacuerdo!

¿Cuál fue el resultado del conflicto? (ver. 39-40)___________________________________________________

9. ¿Qué dice Pablo acerca de Juan Marcos en estos versículos?

a. Colosenses 4:10 ________________________________________________________________________

b. Filemón 24 ____________________________________________________________________________

c. 2 Timoteo 4:11 _________________________________________________________________________

En tus propias palabras, ¿cómo fue la relación entre Pablo y Juan Marcos? _____________________________

_________________________________________________________________________________________

10. En el plan de Dios, Juan Marcos llegó a redactar la historia del Señor en el evangelio que lleva su nombre.

¿Qué podemos aprender del conflicto de Pablo, Bernabé y Juan Marcos? ______________________________

_________________________________________________________________________________________

_________________________________________________________________________________________

Tarde o temprano, todos enfrentamos conflictos. Es parte de la vida, pero nos toman por sorpresa, ¿verdad? Con

la ayuda de Dios, podemos hacer nuestra parte para vivir en paz con los demás. Aún en situaciones difíciles,

podemos honrar a Dios con nuestras acciones y actitudes y ver la mano de Dios trabajar para su gloria y para

nuestro bien.

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Cada cuadro contiene la mitad de una idea acerca del camino de la paz. Corta los cuadros por

las líneas. Da un juego de cuadros a cada grupo pequeño. El reto del grupo es unir los cuadros

en parejas para formar oraciones completas.

ACTIVIDAD DE REPASO

El conflicto le toca a todos

La palabra hebrea para “paz”

es “shalom”.

Hablar para ser escuchado es

hablar la verdad con bondad y claridad.

Debemos hacer lo bueno

a pesar de las acciones de la otra persona.

Un creyente cede los derechos personales

voluntariamente

para el bien de otros y la gloria de Dios.

Una alternativa de honor es

pasar por alto las ofensas pequeñas.

El arrepentimiento sincero resulta en

un cambio de comportamiento.

La injusticia rompe “el shalom”

del ofendido y del ofensor.

Una cultura de paz requiere

la unidad, el respeto y la justicia.

La paz de Dios

sobrepasa todo entendimiento.

La unidad no es

la uniformidad.

Se muestra la unidad con

cooperación para llegar a una meta.

El conflicto es una diferencia de opinión o

propósito

que frustra el deseo de alguien.

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Las ideas principales

• El primer paso para resolver un conflicto es tratar las ofensas personales que estorban la

relación.

• Debemos reconocer nuestra parte en un conflicto antes de confrontar a la otra persona.

• Cuando buscamos la solución a un conflicto, debemos tomar en cuenta las necesidades de

todos.

Materiales necesarios: • El triangulo del conflicto, (de página 171 o en una cartulina o en la pizarra)

Fotocopia de la hoja: “Cómo resolver un conflicto” para cada alumno (página 172)

La lección: Introducción al tema:

Lean juntos lo siguiente (o puede pedir a algunos alumnos que lo preparen de antemano como un pequeño drama)

“Patricia y su hermano Miguel viven en un departamento pequeño. Patricia es muy estudiosa pero no encuentra el

estudio muy fácil y además perdió algunos días de clases la semana pasada debido a la gripe. Tiene un examen

importante mañana en historia y necesita estudiar. Miguel es un niño inquieto. Es muy inteligente y generalmente

puede pasar sus exámenes sin estudiar mucho. Es muy fanático al fútbol. No es un buen jugador todavía pero

practica mucho para mejorar. Hoy su equipo favorito está jugando en la TV. El juego está por empezar. Patricia

está sentada a la mesa familiar estudiando cuando entra Miguel con su amigo Esteban. Están bromeando en voz

alta. Miguel enciende la tele, y los dos se sientan en el sofá. No tienes que ser un adivino para ver que aquí hay un

conflicto listo para estallar.

Patricia habla primero: “Miguel, ¿no puedes ver que estoy estudiando? ¡Vayan a otro lugar y déjenme en

paz!. ¡Siempre estás estorbando!”

▪ Esteban mira a Miguel. “Tu hermana siempre es de tan mal genio?” suspiró.

▪ Miguel reacciona enojado con su hermana: “¿Estorbando? Este es mi hogar también, ¿sabes? Es mi

equipo favorito y un juego importantísimo. Queremos ver el juego. ¡Tu eres tan orgullosa!“

▪ “Pero necesito estudiar”, dice Patricia, levantando la voz.

El conflicto de Patricia, Miguel y Esteban representa cualquier conflicto que enfrentamos en la vida

cotidiana. ¿Qué es la manera correcta de tratar un conflicto?

Entregue la hoja ―Cómo resolver un conflicto‖ a cada alumno.

(No hay nada que llenar en la hoja de trabajo, sino que sirve para que el alumno la use como referencia.)

Lección 22 Las respuestas al conflicto

Versículo clave: Timoteo 1:7-8 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de

cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”

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Los tres aspectos de un conflicto.

Hemos visto que hay tres aspectos de un conflicto.

Hay un asunto a tratar pero también hay relaciones interpersonales y muchas emociones entretejidas en el

conflicto. Muchas veces no podemos tratar bien el asunto, porque hay ofensas personales que estorban la relación.

Hay que tratar las emociones primero para luego poder resolver el asunto con calma. (Pida a los alumnos que

analicen el conflicto de Patricia y Miguel. ¿Qué son los asuntos, las relaciones y las emociones?)

¿Qué son los pasos que nos ayudarían a salir victoriosos cuando nos encontramos en un conflicto?

Esta hoja nos da algunas ideas que puedan ayudarnos

#1 LAS EMOCIONES MÍAS

Reconozco que mis emociones quieren controlar mi reacción. Para resolver el conflicto, primero tengo que

tener mis emociones bajo control. Antes de hablar a la otra persona, voy a pedir la ayuda de Dios. En un

conflicto menor, el proceso puede ser rápido, pero a veces las emociones que siento son fuertes y necesito

tomar tiempo para buscar el corazón de Dios en oración y en su Palabra.

#2 LA RELACIÓN

La relación que tengo con la persona con quien estoy en conflicto afecta en gran manera la facilidad con la cual

puedo resolver el asunto que nos divide. Cuando sea posible, debo resolver cualquier ofensa personal antes

de tratar el asunto. (Lección 11 tratará el tema de resolver ofensas con más detalles.) Hay una serie de

preguntas que me ayudarán

a. ¿Qué he hecho yo para contribuir al problema? Tanto como el conflicto mismo, la resolución de un

conflicto empieza en el corazón. El primer paso es examinarnos a nosotros mismos. Mateo 7:5 nos

exhorta a sacar primero la viga de nuestro propio ojo, antes de intentar sacar la paja del ojo de nuestro

hermano. Mateo 5:23-24 nos aconseja a no demorar cuando reconocemos que hemos ofendido a otro.

Hay que pedir perdón y corregir lo que he contribuido a un conflicto. ¿Cómo contribuyeron Patricia y

Miguel a su conflicto? (Espere las respuestas de los alumnos.)

b. ¿Puedo pasar la ofensa por alto? A veces podemos simplemente perdonar una ofensa sin decir nada. (Si

pasas por alto la ofensa, no la vas a usar en el futuro como una manera de atacar a la otra persona.)

Recuerda que a los ojos de Dios, pasar por alto una ofensa es un honor. (Prov. 19:11, 12:16, 17:14, Col.

3:13 I Pedro 4:8) ¿Patricia y Miguel pueden pasar por alto las ofensas? (Espere las respuestas de los

alumnos)

Estudio bíblico – guía del maestro

Lección 22: Las respuestas al conflicto

EL ASUNTO

LA RELACIÓN

LA EMOCIÓN

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c ¿Cuál es mi motivo al confrontar a la otra persona? Nuestro deseo debe ser la reconciliación. Si la ofensa

es tal que no la podemos ignorar, la Biblia dice que es un asunto que debo intentar resolver en privado.

¿Qué motivan a Patricia y a Miguel?

d. ¿Cómo voy a confrontar? No tenemos el derecho de confrontar a alguien de cualquier manera. Las leyes

del reino del Príncipe de Paz nos corresponden. Hay que tratar a la persona con respeto. Mis palabras

deben edificar. Mateo 18:15-16 “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él

solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que

en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.” Si la persona responde y pide perdón “ha ganado a su

hermano”.

Si Patricia y Miguel necesitan ayuda para resolver su conflicto, ¿Esteban sería una buena persona

de la cual pedir consejo? ¿Por qué sí o no?

#3 EL ASUNTO

Una a vez que la relación ha sido restaurada, la diferencia de opinión se puede tratar con más calma.

Tratamos el asunto con buena comunicación para encontrar una solución que toma en cuenta las necesidades

de todos.

Los puntos a tomar en cuenta son:

a. Identificar el problema. Entiendan bien de qué se trata su desacuerdo. ¿Es

un asunto concreto o abstracto? (vea la hoja para más detalles) Su enfoque

debe ser el problema, no el atacar a la otra persona.

b. Usar buena comunicación para buscar una solución que toma en cuenta las

necesidades de todos. La meta no es ganar, sino buscar una buena

respuesta al problema.

c. Cumplir con tu parte de la resolución. Cuando tomamos la responsabilidad

de cumplir lo que prometimos, construimos relaciones de confianza con otros.

Una buena resolución:

Es especifica (cada persona sabe lo que tiene que hacer).

Es balanceada (cada persona ha tomado responsabilidad por su parte en el conflicto, y su parte en

resolverlo).

Es realista (es posible hacer lo que se ha acordado).

Es satisfactorio a ambas personas.

Toma en cuenta los sentimientos de cada uno.

¿Cómo pueden Patricia y Miguel resolver su conflicto para que los dos se sientan satisfechos?

Aplicación: Hoy tenemos otra oportunidad de evaluar las relaciones que tenemos con otros. Pidamos al Señor que

reaccionemos en maneras que ayuden a resolver los conflictos. ¿Con quién estás en una relación tensa? Toma el

primer paso en resolver las ofensas que les separan. El siguiente formulario puede servir de ayuda para recordar

los pasos para tratar un desacuerdo.

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Cómo resolver un conflicto

I. Preparación personal

A. Oración—buscando la voluntad y la ayuda de Dios

B. La Biblia—buscando la sabiduría de Dios

C. Tiempo—tomando el tiempo necesario para controlar

las emociones.

II. Resolver los asuntos personales

A. ¿He ofendido? Mateo 7:5

B. ¿Estoy ofendido?

1. ¿Puedo pasarlo por alto? Proverbios 19:11

2. ¿Debo confrontar? Mateo 18:15-16

III. Tratar el asunto ( juntos)

A. Identificamos el problema

B. Usamos buena comunicación

1. Escuchar para entender - Santiago 1:19; Proverbios

18:13

2. Hablar para ser escuchado - Proverbios 12:18

C. Buscamos la resolución

1. Que tomen en cuenta las necesidades de todos

2. Seamos creativos - buscando el

bien y la gloria de Dios

3. Pidamos ayuda si fuera necesario

IV. Cada uno es responsable de cumplir con

su parte en el acuerdo.

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Las ideas principales

Cuando pedimos perdón, aceptamos la responsabilidad por nuestras acciones sin poner

excusas o culpar a la otra persona.

La meta de una confrontación no es de pelear o de castigar a la otra persona, sino de buscar

la restauración y la reconciliación.

Materiales necesarios: Fotocopias del diagrama en la página 177 para cada alumno.

La lección:

Entregue las fotocopias de la página 177.

(No hay nada que llenar en la hoja de trabajo, solo que la página sirve para que el alumno la use como referencia.)

Lección 23 Quita la viga y saca la paja

Versículo clave: Efesios 4:25 “Por lo cual, desechando la mentira,

hablad verdad cada uno con su prójimo; porque

somos miembros los unos de los otros.”

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¿Quién puede decirme los nombres de las primeras personas en la Biblia que se encontraron en un conflicto ?

Claro, que eran Adán y Eva, ¿verdad? ¿Cómo era el conflicto? Lean Génesis 3:8-13 ¿Cuál era la primera

reacción de Adán y Eva cuando oyeron la voz de Dios? (se escondieron) Y después, ¿cómo respondió Adán

cuando Dios lo confrontó? (culpó a Eva) ¿Y Eva? (culpó a la serpiente). Es mucho más fácil ver los errores de los

demás que nuestros propios errores. Aun cuando reconocemos que “quizás no éramos perfectos”, sigue siendo

fácil dar excusas. Minimizamos nuestra parte en un conflicto, racionalizamos nuestras acciones, culpamos a otros.

Creemos que nuestros pecados están cancelados por el pecado más grande del otro. ¿Qué son algunas maneras

que pedimos perdón a medias? (Espera las respuestas de los alumnos: Algunos ejemplos: Si le he ofendido en

algo, que me perdones”. “Sí hice mal, pero me provocaste”. “Es que estuve bajo mucha presión”. “Es la culpa del

diablo.”)

―Saca la viga de tu ojo‖

Antes de confrontar a otro, hay que reconocer y confesar nuestra contribución al problema. Mateo 7:5 nos habla

fuertemente acerca de la necesidad de examinar nuestras propias vidas. “¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu

propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.” Cuando pedimos perdón por nuestra

parte en un conflicto, debemos hacerlo con sinceridad y honestidad, sin poner excusas. Una confesión sincera

suena algo así:

“___________________________________________ (Nombre de la persona ofendida), yo sé que cuando yo hice

_________________________________________ te hizo sentir ____________________________ (el resultado

de tu ofensa). Yo reconozco que estaba equivocado y merezco ________________________________________

(la consecuencia) Con la ayuda de Dios, no voy a hacerlo otra vez. ¿Me puedes perdonar?”

No son tan importantes las palabras exactas, sino una actitud de que reconoces tu error, que muestras

arrepentimiento genuino, que aceptas las consecuencias de tus

acciones y sinceramente pides la restauración de la relación.

Las frases “Yo admito que, Yo confieso que, Yo siento que” ayudan

a mantener el enfoque en tu pecado y no excusarte. Si la otra persona

no está dispuesta a perdonar, es una oportunidad de reflexionar otra

vez, examinarte más y regresar a pedir perdón. No puedes forzar la

otra persona a perdonarte, pero puedes hacer “lo que depende de ti”.

Un arrepentimiento sincero resulta en un cambio de comportamiento.

Hay que cambiar las actitudes y hábitos que te llevaron al conflicto.

Un arrepentimiento genuino puede incluir la restitución. Restitución es el esfuerzo de poner bien lo que ha hecho

mal. Un esfuerzo de hacer restitución, aun simbólico, muestra la sinceridad del arrepentimiento. Si robaste,

devuelve lo robado. Si dañaste la propiedad de otro, haz un esfuerzo de reparar lo dañado. Después de una

ofensa grande, se puede requerir mucho tiempo para ganar de nuevo la confianza mutua.

Estudio bíblico – guía del maestro

Lección 23: Quita la viga y saca la paja

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Por supuesto, algunas pérdidas son irreparables. Cuando hemos hecho daño a la reputación de una persona, por

ejemplo, no siempre es posible quitar el daño de lo cual somos responsables, pero a la medida que podamos, hacer

restitución muestra la sinceridad de nuestro arrepentimiento. Cuando la relación ha sido profundamente dañada,

reconoce que está formando una nueva relación de confianza, no regresando a lo que tuvieron antes del conflicto.

Pedir y dar perdón son los primeros pasos hacia la reconciliación. Después, la reconciliación completa puede

requerir mucho trabajo.

―Quita la paja del ojo de tu hermano‖ Después de “sacar la viga” de tu ojo, es posible que vayas a estar listo a pasar por

alto las ofensas de la otra persona. Pero, si tu relación con la otra persona todavía

está dañada, debes confrontar a la otra persona en amor. Cuando hablas con

alguien que te haya ofendido o herido, es común exagerar la ofensa diciendo “Tu

siempre _________.” o “Tú nunca ___________”. Es fácil atribuir motivos a las

acciones de otros que los pongan a la defensiva, pero no debe ser así.

La meta de una confrontación no es castigar a la otra persona, sino buscar la

restauración y la reconciliación. Tus palabras deben enfocarse en exactamente lo

que pasó y cómo te ha afectado. Puedes decir algo así: “Cuando (tal cosa) pasó,

yo sentí (así)” Apoyas tu mensaje con el tono de voz y lenguaje corporal que

comunican respeto.

Confrontar lleva la responsabilidad de perdonar cuando la otra persona reconoce su parte en el conflicto. No es

necesario regresar a la misma relación que resultó en ofensas, sino trabajar juntos para formar una nueva relación

sana basada en el respeto.

Al confrontar a otra persona, hay varias reacciones posibles:

• 1. Podrías admitir el mal sin querer cambiar.

• 2. Podrías admitir el mal y arrepentirte.

• 3. Podrías negar el mal y dar una explicación satisfactoria.

• 4. Podrías mentir.

5. Podrías rehusar conversar sobre el asunto.

Debes estar preparado para una respuesta positiva o negativa a tu esfuerzo de confrontar. La meta es agradar a

Dios y el deseo es la reconciliación, pero no puedes controlar a la otra persona. Si la persona que te haya ofendido

responde mal a tu esfuerzo, sigue tratando a la persona con respeto. Puede ser que vayas a tener otra oportunidad

en el futuro. Tu actitud impacta, independientemente si la otra persona lo admite o no.

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A practicar: Divida la clase en grupos pequeños. Que cada grupo prepare un drama que presenta un conflicto y cómo tratarlo

correctamente. Posibles escenarios (usa situaciones comunes de las vidas de sus estudiantes)

Que alguien quite algo del escritorio de otro sin pedir permiso.

Que un grupo de amigos ignore a otro estudiante.

Que tuu maestro te acusa de algo que no hiciste.

Aplicación:

Si estás en un conflicto con alguien, piensa en cómo puedes tomar los primeros pasos para restaurar la relación. Si

es necesario, practica de antemano lo que vas a decir, y cómo lo vas a decir. Puedes guardar el formulario “Los

pasos para resolver un conflicto” para ayudarte en futuros conflictos.

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Cómo resolver un conflicto

La meta es la reconciliación y la restauración

no ganar ni humillar a la otra persona

¿He ofendido?

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¿Estoy ofendido?

1. ¿Puedo pasar por alto la ofensa? Prov. 19:11, 12:16

Perdonar sin confrontar a la otra persona.

No voy a usar la ofensa en contra de la otra persona.

Mi relación con la otra persona es sana.

2. ¿No puedo pasar por alto la ofensa?

• Si es abuso, busco ayuda. Abuso es hacer daño a otra persona a propósito, repetidamente, a lo largo

del tiempo. Generalmente existe un desnivel de poder. No debo dejar que el abuso continúe, pero es

difícil confrontarlo solo. Hay autoridades apropiadas que deben ayudarme. Aunque alguien me esté

haciéndo daño a propósito, no busco venganza.

• Si no es abuso, confronto en privado. Gálatas 6:1 Mateo 18:16

Si hay arrepentimiento, perdono. Lucas 17:3-4, Efesios 4:32, Mateo 6:14

Empezamos el proceso de la reconciliación.

Permito que la otra persona haga un esfuerzo de ganar mi confianza.

Formamos una nueva relación sana.

• Si no hay arrepentimiento, busco ayuda. Mateo 18:16

Otra persona puede ayudarme a evaluar el problema. ¿Debo pasarlo por alto? ¿Hay otra

manera de expresarme? ¿Qué dice Dios acerca de mi situación?

Un amigo puede ayudarme en oración, consejo, y ver lo que dice la Biblia. A veces solamente

necesito que alguien me escuche a pensar en voz alta.

La responsabilidad por mi parte de la relación con la otra persona sigue siendo mía (Romanos

12:18). No puedo controlar a la otra persona, pero sí puedo controlar a mí mismo.

• Cuando no hay resolución

• Aplico Romanos 12

▪ Sigo lo bueno (vs. 9)

▪ Descanso en la justicia de Dios (vs.19)

▪ No busco venganza (vvs.17-19)

▪ Oro (vs.12)

▪ Muestro amor (vvs. 10, 21)

• Busco protección si sea necesario. No tengo que quedarme en una situación peligrosa.

• Voy a estar listo para el perdón y la reconciliación. Lucas 17:3-4