CAPÍTULO PRIMERO LA CAÍDA DE ROMA Y DE … · cristiana---- del Imperio romano de Occidente, la...

50
CAPÍTULO PRIMERO LA CAÍDA DE ROMA Y DE CONSTANTINOPLA . . . . . . . . 3 I. Los principios históricos . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 II. Las crisis internas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 III. Las consecuencias primarias de la division del Imperio . . 8 IV. Las luchas por el poder político y militar . . . . . . . . 9 V. La presencia de los pueblos germánicos . . . . . . . . . 10 VI. La posesión del Mediterráneo . . . . . . . . . . . . . . 15 VII. Apertura hacia la Edad Media . . . . . . . . . . . . . . 16 VIII. El desarrollo del Imperio en Oriente . . . . . . . . . . . 19 IX. Los periodos dinásticos de los emperadores bizantinos . . 21 X. El surgimiento del Islam . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 XI. La caída final de Constantinopla . . . . . . . . . . . . . 45 Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

Transcript of CAPÍTULO PRIMERO LA CAÍDA DE ROMA Y DE … · cristiana---- del Imperio romano de Occidente, la...

CAPÍTULO PRIMERO

LA CAÍDA DE ROMA Y DE CONSTANTINOPLA . . . . . . . . 3

I. Los principios históricos . . . . . . . . . . . . . . . . . 3II. Las crisis internas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

III. Las consecuencias primarias de la division del Imperio . . 8IV. Las luchas por el poder político y militar . . . . . . . . 9V. La presencia de los pueblos germánicos . . . . . . . . . 10

VI. La posesión del Mediterráneo . . . . . . . . . . . . . . 15VII. Apertura hacia la Edad Media . . . . . . . . . . . . . . 16

VIII. El desarrollo del Imperio en Oriente . . . . . . . . . . . 19IX. Los periodos dinásticos de los emperadores bizantinos . . 21X. El surgimiento del Islam . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

XI. La caída final de Constantinopla . . . . . . . . . . . . . 45

VII

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

Jurisconsulti... quod positum in una cognitio-ne est, id in infinita dispertiuntur.

Cic., de leg. II, 19

Los jurisconsultos... dividen en infinidad defragmentos lo que se funda en una sola idea.1

1 Ihering, Rudolf von, en su obra El espíritu del derecho romano (Abreviatura de, Revista deOccidente, Madrid, 1962, trad. de Fernando Vela, p. 346) cita el pasaje del epígrafe como un indicioprecioso de Cicerón, en el que censura a la jurisprudencia; apreciando que en él, denota la ausenciadel sentido jurídico de su autor. En diversa traducción de Francisco Navarro y Calvo, el mismo textotranscrito señala, con la amplitud que corresponde a la supresión de los puntos suspensivos: ‘‘Pero losjurisconsultos, sea para cegarnos y rodear a su ciencia de mayor pompa y aparato; sea, y esto esmás probable, por ignorancia de la enseñanza (porque existe una ciencia de enseñar como un arte desaber), dividen con frecuencia hasta lo infinito lo que podrían explicar sencillamente’’. Obras com-pletas de Marco Tulio Cicerón. Vida y discursos, Buenos Aires, Ediciones Anaconda, 1946, t. II,p. 702.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

CAPÍTULO PRIMERO

LA CAÍDA DE ROMA Y DE CONSTANTINOPLA

I. LOS PRINCIPIOS HISTÓRICOS

La culminación de los cuatro periodos del desarrollo de la jurisprudenciaromana, que comprendieron el primitivo con la jurisprudencia pontificia;el helenístico, el clásico y el burocrático, que expusimos en la obra queantecede2 a la presente, concluyen con la trascendental síntesis legislativaordenada por Justiniano, que congrega la obra de los grandes y sabios ju-risconsultos; dejando establecido para siempre, el legado de aquel dere-cho al mundo que le sobrevino, con el calificativo de medieval que algu-nos historiadores como Francesco Calasso le atribuyen, vinculándolocomo una época que se inicia a partir de la caída ----en el año 476 de la eracristiana---- del Imperio romano de Occidente, la cual se prolonga durantemil años hasta el 29 de mayo de 1453 en el que se inicia el saqueo de laantigua Bizancio. Hay otros especialistas que postergan dicho espaciohistórico durante cincuenta años más, hasta que ocurre el descubrimientode América en 1492 y que algunos más señalan a partir de la invenciónde la imprenta, o con la aparición del protestantismo. En esos aconteci-mientos está latente un sentido del ritmo de los acontecimientos, que a lavez entraña un fenómeno de separación de la historia, lo cual ha permiti-do dividirla arbitrariamente por edades que van señalando en su lento ycontinuo transcurso, determinados rumbos a la vida de los hombres.

De todas maneras, podemos señalar que en el esquema de esas medi-das cronológicas, aparecen cuatro épocas: Antigua, Media, Moderna yContemporánea, cuya manera de interpretarlas permite constatar que lasúltimas se han hecho breves, reduciéndose el tiempo de su duración, yaque omite la consideración del Renacimiento, como pórtico indispensablepara el acceso al modernismo y que, de todas maneras, permite apreciar

3

2 Magallón Ibarra, Jorge Mario, La senda de la jurisprudencia romana, México, UNAM, Insti-tuto de Investigaciones Jurídicas, 1999.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

lo artificioso de sus linderos, puesto que puede deformar la perspectivaque corresponde a la dinámica del ritmo de la existencia humana.

Señalado lo anterior, podemos decir que el advenimiento de la llamadaEdad Media es solamente un símbolo, más que un límite divisional deldesarrollo de la humanidad; parece desenvolverse sobre la cuenca del Medi-terráneo, en la que perdura fundamentalmente el registro de los doce si-glos de tradición romana.3

Sin embargo, el calificativo que históricamente se emplea, constituyeun medio de discusión, con la limitante de una zona cronológica interme-dia entre los dos periodos calificados como la Edad Antigua y la EdadModerna. Esto hace más notorio el contraste que caracterizó a los diezsiglos, que a partir del quinto de nuestra era, sobrevinieron a la caída delmundo de la antigua Grecia y Roma, aun cuando no se ha podido estable-cer con certeza una cronología que pudiera señalar con certeza, los linde-ros de su principio y fin; más bien, parece que el calificativo fue productode la imaginación de los humanistas del siglo XV, para quienes solamen-te tenían valor dos épocas: la antigua y aquella en la que ellos vivían.Concurría un intermedio que calificaban como sombrío y bárbaro, lo quehace que siempre resulte complicado reconocer el deslinde cronológicotanto de su advenimiento como de su extinción.

Dentro de las anteriores consideraciones, podemos anticipar que losacontecimientos que se reconocen como clara manifestación del inicio dela Edad Media, lo son las invasiones de los pueblos llamados bárbaros,que culminan con la caída de la vida política y cultural del Imperio roma-no de Occidente, aun cuando existe otro criterio en el sentido de que nocorrespondió a los germanos el papel de destructores, en razón de que ladescomposición interior que padecía ese Imperio, permitió a aquellos darel impulso para su disolución final. Parecía menos difícil atribuir su con-clusión al aparecer el fenómeno histórico del llamado Renacimiento, vin-culado a la Reforma, tenida cuenta de que ésta quebrantó la antigua sobe-ranía de la Iglesia universal.4

4 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

3 Romero, José Luis, Historia medieval, Enciclopedia Práctica Jackson, t. VII, W. M. JacksonInc. Editores, Buenos Aires, New York, México, Habana, Caracas, Bogotá, Lima, Santiago de Chile,Montevideo, 1953, p. 197.

4 Kirn, Pablo, El Occidente desde el final de la Antigüedad hasta la desmembración del Impe-rio carolingio, que es parte de la Historia Universal dirigida por Walter Goetz et al., cuyo Tomo IIIexpone la temática de la Edad Media hasta el final de los Staufen (400-1250). Versión española deManuel García Morente, Madrid, Espasa-Calpe, S.A., 1955, pp. 17-22.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

Una vez que habíamos concentrado la atención en el desarrollo de lajurisprudencia burocrática y su manifestación culminante en la compila-ción bizantina de Justiniano, resulta indispensable volver nuestros ojoshacia Occidente ----con el índice de su cronología----, para constatar quehistoriadores como Walter Goetz, reconocen que el final del Imperioasentado en Roma ocurre a partir del año 476; así se marca el tránsitosocial de la Antigüedad a la llamada Edad Media, que constituye un nue-vo periodo histórico con significación universal, habiendo culminado susmás altas y grandes expresiones en Grecia y en Roma.

Sin embargo, ya hemos considerado que la coexistencia y extensióndel Imperio había impuesto la necesidad de su división; que a partir de lasadministraciones de Diocleciano y Constantino ----definidas como sus dosgrandes regiones Oriente y Occidente----, se reconoció la necesidad de es-tablecer un régimen que garantizara la seguridad de tan extensas fronterasy que le permitieran armonizar un difícil equilibrio económico entre lasregiones agrarias de Occidente, con las de Oriente, mediante una expre-sión preferentemente comercial y, sobre todo ello, velando por la estabili-dad de su poder.

En otro aspecto, no dejaba de manifestarse un notorio cambio en laorientación de los problemas sociales internos, que se hacía muy evidentehacia la nueva presencia y concentración del concepto del individualis-mo, al irse logrando la disensión de los principios de la solidaridad en lavinculación familiar; se empieza así, a disgregar la rígida energía que ca-racterizaba la función de la potestad paterna ----con la que su titular ejer-cía plenamente su poder----, sobre la amplia composición que integrabanlos miembros del grupo familiar que le estaba sometido. Quedaba mani-festada una nueva expresión de las formas consensuales que requieren lavoluntad de los contrayentes, para la celebración de las justas nupcias yaportando una notoria y distinta significación a la unión matrimonial; asi-mismo, la siempre desarrollada titularidad patrimonial de los hijos sobresu peculio que, a la vez, disminuían la capacidad económica del padre;con la emancipación de la mujer, que se liberaba de la potestad marital,conjugaban notoriamente el advenimiento de esos nuevos pasos indicati-vos de la autonomía del individuo, pero que paradójicamente lo van so-metiendo ----quizás de manera insensible----, como un sujeto dependientede la creciente y rígida tutela del Estado.

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 5

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

II. LAS CRISIS INTERNAS

Un claro testimonio con la semblanza válida que aporta el conocimien-to de los orígenes de la grandeza de los romanos y de su decadencia, nosha sido concedido por la maestra de la vida, como un relato que ahora seaproxima a los trescientos años y que constituye una viva y razonable re-copilación de acontecimientos que fueron justamente analizados, ponde-rados y calificados por quien fue conocido como Barón de la Bréde y deMontesquieu, Carlos Luis de Secondat, quien tuvo el difícil privilegiode penetrar ----de manera mejor que nadie---- en el ideal del genio romano.De tal manera, su perspicacia le permitió considerar que podía ser que elazar fuera lo que gobernara al mundo, ya que éste es desarrollado tantopor valores morales como por acontecimientos físicos que en su mo-mento, permiten la elevación y consolidación de los pueblos, hasta supermanencia o el naufragio. De ahí que si el resultado de una batalla hatenido como consecuencia la pérdida de un Estado, como convicción ex-puesta por la filosofía de la historia, ella se debía a la existencia de unacausa general que encadenaba y asimilaba los acontecimientos particu-lares.5

Dentro de las causas genéricas que Montesquieu advertía, reconocíaque Roma practicaba permanentemente la guerra, pues sólo concertaba lapaz como vencedora, lo que tarde o temprano la llevaría a perecer; sinembargo, dentro del arte que esa condición requería, observaba atentamenteaquellos factores en los que el enemigo podía superarle, para ponerlos enorden. Por lo tanto, se preparaba con notoria prudencia y llevando a cabosus acciones bélicas con inmensa audacia, de manera que ello le permitíaponerlas en practica cuando y en el lugar que mejor le conviniera.

Como causas que inician la descomposición que llegó a convertirse enpérdida de Roma, Montesquieu observaba que cuando la dominación selimitaba a la conquista de todas las regiones de la Italia, entonces la Re-pública podía subsistir; pero cuando la geografía se desbordaba y susejércitos pasaban los Alpes y el mar, sus legiones tenían que permanecerlejos de su hogar, empezando a disminuir los estímulos de los vínculosciudadanos que les correspondían y sus jefes militares se constriñeron a

6 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

5 Véase Montesquieu, El espiritu de las leyes y su apunte biográfico por Sainte-Beuve, versióncastellana de Nicolás Estévanez, Buenos Aires, Ediciones Libertad, Biblioteca Clásica de ObrasMaestras, vol. 1, pp. 18-21.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

confiar en su propia fuerza, al disminuir el sentido de la obediencia que leimponía la disciplina castrense.

El señalamiento de circunstancias como la anteriormente observada,permitía que los ejércitos hubieran perdido su vinculación con la Repúbli-ca, y se confinaran a ser los incondicionales de su jefe, fuere Pompeyo oCésar. En ello se tuvo que reflexionar para reconocer si quien estaba alfrente de sus legiones era su general o su enemigo, perdiéndose con elloel amor a la patria.

De lo anterior resultó que a partir del año 211 hasta el 285 ----interca-lándose en tal cronología varios usurpadores y rebeldes fallidos----, se ma-nifestaron aproximadamente como veintiséis emperadores en Roma, delos cuales veintitrés fallecieron asesinados; concluyó dicha etapa en el úl-timo año antes señalado, cuando el general Diocles dio muerte al últimode los predecesores para hacerse cargo del Imperio con el nombre de Dio-cleciano, en cuya función su primera decisión fue la de seguir vivo, yaque la mayoría de sus antecesores habían sido asesinados sin llegar acumplir siquiera dos años de mandato.6

Señalado lo anterior y tenida consideración de la dimensión del Impe-rio, resultaba indispensable para los gobernantes prevenir las continuassublevaciones o traiciones, lo que en su momento convenció a Dioclecia-no sobre la necesidad de diseñar un gobierno en el que habría dos empe-radores y dos césares; manteniendo así cuatro poderes distintos, con suspropios ejércitos, que se verían intimidados entre sí mismos y que, care-ciendo uno de ellos de superior y suficiente fortaleza, se verían impedidospara proclamar como emperador a su jefe.

La observación de hechos como los que señalamos en los dos párrafosprecedentes, permitieron a Montesquieu aseverar, sintéticamente, que losromanos impusieron sus máximas a todos los pueblos; pero al no podersubsistir su República, les fue imperativo cambiar de gobierno en el queemplearon reglas contrarias a las iniciales, con lo que abandonaron sugrandeza y los caracterizó su decadencia.7

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 7

6 Treadgold, Warren, Breve historia de Bizancio. Título original: A concise history of Zian-tium, originalmente publicado en inglés, en 2001, por Palgrave, Nueva York. Trad. de MagdalenaPalmer, Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., 2001, p. 20.

7 Montesquieu, Consideraciones sobre las causas de la grandeza de los romanos y de su deca-dencia, París, Imprenta de J. Smith, 1825, pp. 7-8, 12, 18, 20, 54, 82-85, 97, 141, 163-165, 178-181.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

III. LAS CONSECUENCIAS PRIMARIAS DE LA DIVISIÓNDEL IMPERIO

Podemos señalar que la mensajera de la Antigüedad, registra como undifícil periodo del desarrollo político de la vida romana, aquella época ca-lificada como la correspondiente a la del Bajo Imperio, que sobrevienedespués de la larga y arraigada crisis que durante el siglo III aflige la vidade la gran urbe.

En ese momento, se producen severas modificaciones en la composi-ción básica de sus convulsionadas estructuras sociales, reconociéndoseque a partir del gobierno de Cómodo (180-192 d.C.), se precipitan lasfuerzas que estaban erosionando el sólido sedimento de su vida institucio-nal y se hace patente el desencadenamiento del poder de los diversos ejér-citos destacados en las provincias ----que eran constantes retos a la autori-dad central----, al grado que se desató la llamada anarquía militar,permitiendo que accedieran al poder varios jefes militares, que reclama-ban para sí la investidura imperial.

Por otra parte, Caracalla ----al expedir una Constitución en el año212---- concedió a todos los hombres libres del Imperio, la ciudadanía,contribuyendo con ello a relajar el orgullo de la significación política ysocial de las tradiciones sobre los orígenes romanos. Así, se propició quecada uno de los ejércitos regionales anticipara en su propio jefe militar lapresencia del futuro emperador, permitiendo las luchas intestinas, auncuando algunos como Póstumo en Galia y Ordenato en Palmira, se con-cretaran a independizar las áreas que se encontraban bajo su autoridad.

Los factores que señalamos se conjugaron con la desbordante apari-ción en las fronteras del Imperio, de las diversas oleadas de invasores ger-mánicos, que al apoderarse de las provincias que llegaron a dominar, pro-dujeron un periodo de sintomática disgregación.

Debe observarse que las invasiones realizadas por esos pueblos tuvie-ron trascendental significado, en cuanto a que la reacción primaria deRoma logra contener militarmente las primeras oleadas de los invasoresgermánicos; se ocupan de restablecer el orden Claudio II y Aureliano, al re-cuperar los territorios que habían sido despojados, pero dando lugar al ad-venimiento de un nuevo y diverso orden político que fue el del dominatuso dominus, como título que substituyó al de princeps, que a partir del año284, sería encarnado por Diocleciano, al convertirse en un nuevo amo y

8 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

señor, al grado que impuso a sus súbditos la condición de servidumbre yque a manera de saludo, les exigió la sumisa genuflexión.

Como expresión de su mentalidad autocrática, el mencionado Diocle-ciano inició un periodo de centralización política mediante el intervencio-nismo económico en la vida del Imperio, con el propósito de mantener unrígido control entre las formas de la producción y el congelamiento delvalor de los precios. De esas medidas surgieron clases profesionales, asícomo consecuencias financieras que hicieron más ricos a los ricos y máspobres a los que carecían de bienes. A la vez, persiguió ferozmente a loscristianos, que resistieron vigorosamente. En su momento, Constantinofue partidario de la tolerancia y Teodosio ----como titular del poder impe-rial en los años de 379 a 395---- estableció el cristianismo como religiónúnica.

Cabe agregar que a finales del siglo IV ----al sobrevenir en 395 lamuerte de Teodosio----, se consumó la ya necesaria e inminente divisiónterritorial del Imperio, segregando de su parte occidental la amplia zonaoriental y dándole con ello paso a una distinta composición étnica y so-cial, al filtrarse dentro de sus fronteras los pueblos germánicos, que em-pezaron a incorporarse a la vida de sus comunidades, de manera que susmiembros participaban en las actividades económicas, políticas y socialesque en ellas se desarrollaban, al grado que llegaron a absorber las laboresde dirección y gobierno; ello propició que, aun cuando el Imperio subsis-tía, lo hacía como un viejo odre en el que el vino se renovaba lentamente.A partir de esos acontecimientos, se atribuye al siglo V el principio de lallamada Edad Media.8

IV. LAS LUCHAS POR EL PODER POLÍTICO Y MILITAR

En un ambiente de notorios y penetrantes cambios sociales, al sobreve-nir la muerte de Teodosio, tal acontecimiento provoca una profunda grie-ta política, pues obliga a que el Imperio fuere gobernado por sus dos hi-jos: Honorio y Arcadio. Honorio, que era menor de edad, se hará cargo dereinar en Occidente (395-423), sujeto a la tutela de Estilicón a quien seotorga el mando de los ejércitos de aquella región; y Arcadio, en Oriente(395-408). Estos hermanos, en lugar de aparentar un principio de la uni-

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 9

8 Romero, José Luis, Historia de la Edad Media, Primera Parte, México, 1a. edición 1949,Octava reimpresión 1974, Breviarios del Fondo de Cultura Económica, 12, pp. 9-17.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

dad que habían heredado, generaron entre ellos una notoria grieta al mos-trarse abiertamente como soberanos enemigos; influyó como factor políti-co que entonces se hizo presente, el que las minas de plata de Macedonia----en la región de la Iliria---- quedaran bajo la hegemonía del Oriente, loque provocó que el presupuesto del Imperio occidental se redujera y com-parativamente apenas alcanzara a un tercio de aquel que correspondía aloriental.

No puede dejar de observarse que Estilicón ejercía su influencia militar ypolítica sobre ambos emperadores; pero ello no constituía un impedimen-to para que cada una de las dos partes ----de manera autónoma----, llevaraadelante su propia política. Así pues, el galo Rufino, que desempeñaba lafunción de prefecto del pretorio en Oriente, se oponía tenazmente a laspretensiones de Estilicón, que llevaba adelante tentativas directas para te-ner el control de las riquezas mineras antes mencionadas.

Finalmente, Rufino pereció asesinado por orden del propio Arcadio.Ese acontecimiento determinó que sus propios ministros escogieran a unhombre que el destino había anticipado para mandar sobre Roma: Alari-co, a quien se seleccionó como comandante en jefe de los ejércitos deIliria ----en la zona de las márgenes del Mar Adriático, que es la actualBosnia y Herzegovina, que formaban parte de Yugoslavia----, para enfren-tar las ambiciones de Estilicón y ser un freno para las ambiciones de Oc-cidente.9 Tiene singular importancia señalar que la estirpe de príncipegermano distinguía a Alarico como miembro de la familia de los Baltos, aquien se le había permitido hacer una carrera ascendente como oficial enel ejército romano, hasta llegar a ser un jefe militar con el grado de gene-ral. Adicionalmente, se había convertido en caudillo de los visigodos,para quienes buscaba un asentamiento en un territorio seguro dentro delImperio.

V. LA PRESENCIA DE LOS PUEBLOS GERMÁNICOS

Los registros cronológicos no son ajenos a la participación de los lla-mados bárbaros10 en la descomposición del Imperio romano occidental,

10 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

9 Pirenne, Jacques, Historia universal. Las grandes corrientes de la historia, vol. 1o. Desdelos orígenes al Islam (siglos XXX a.J. al VI d.J.) Grolier International, Inc. W.M. Jackson, Inc. Ver-sión española de la 4a. ed. francesa de Julio López Oliván, José Plá y Manuel Tamayo, Barcelona,Editorial Éxitos, 1972, pp. 406-423.

10 Este vocablo tiene la misma expresión en griego y en latín y era el calificativo que en Greciase atribuía a todos los extranjeros y enemigos, incluyendo a los romanos; y su expresión se vinculaba

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

pues no obstante que el desarrollo de la vida del pueblo romano se habíaconcentrado en la zona del mar Mediterráneo, no podemos soslayar queexistían otros grupos étnicos en la Europa centro-septentrional, que man-tenían una existencia nómada o semi-nómada; pero que a partir del sigloII se manifestaron, genéricamente, como migraciones y desplazamientosde pueblos germánicos, descendientes en su mayor parte de Escandinavia,que se dirigían hacia el Occidente y el Sur, en busca de climas benignos ytierras fértiles en la zona que se calificaba como mar nuestro.

La tradición histórica reconoce a los hunos como un poderoso y beli-coso pueblo asiático, que dirigiéndose hacia occidente (372), arrollaba aquienes encontraba, por lo que preferían huir a ofrecer resistencia a esosjinetes mongoles, cuya presencia estremecía y espantaba a quienes losveían, a la manera como lo hicieron los godos cuando se encontraban enlas dos orillas del Dniester.

Por su parte, los ostrogodos ----que se localizaban al oriente del mismorío---- retrocedieron desordenadamente y respecto a los visigodos ----quese localizaban al poniente----, continuaron el impulso de sus vecinos, yaque de resistir quedaban en la alternativa de perecer o quedar prisioneros.En razón de su marcha, llegaron a la frontera del Danubio y como estabanaterrados, pidieron paso y al serles concedido, rebasaron las fronteras delImperio romano, que así se percató de la presencia física de todo un pue-blo, con propia soberanía y rey: el ya mencionado Alarico, quien era jefe

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 11

a un sentido maligno, que conjugaba vicios y salvajismo. Los romanos profirieron la misma denomi-nación a todos aquellos pueblos que no se encontraran bajo el influjo y dominación greco-romana.Por otra parte, dícese bárbaros a los componentes de las hordas o pueblos que en el siglo V, abatieronal Imperio romano y se difundieron por la mayor parte de Europa; considerándoseles como fieros,crueles, arrojados, temerarios, incultos, groseros y toscos. Denis Hays explica que los términos ‘‘civi-lización’’ y ‘‘barbarie’’ no existían ---- en el sentido actual---- en la ‘‘Antigüedad’’ ni en la ‘‘Edad Me-dia’’; pero en la primera de esas Edades, los griegos y romanos tenían plena conciencia de la oposi-ción entre su estilo de vida ‘‘civil’’ y lo que era bárbaro, ya que se le atribuía dicha calificación a latierra extranjera, al margen de Grecia y Roma; considerando que los habitantes de esas regiones eranrudos, salvajes, crueles e ignorantes. Véase El concepto de cristiandad que expone dicho autor, den-tro de la colección Historia de las civilizaciones, 5, La Alta Edad Media. Hacia la formación deEuropa, sección: Humanidades, bajo la dirección de David Talbot Rice. El Libro de Bolsillo AlianzaEditorial Madrid/México, Editorial Labor, S.A. Título original: Dark ages, publicada en inglés porThames & Hudson, Ltd. de Londres. 1a. ed. en ‘‘El Libro de Bolsillo: 1988 (Madrid); 1a. reimpresiónen ’’El Libro de Bolsillo", México, 1989. Alianza Editorial Mexicana, 1989. PP. 489-490. Confír-mense estas referencias en Encyclopaedia britannica, vol. 3o. Encyclopaedia Britannica Inc. Chica-go-London-Toronto-Geneve-Sydney-Tokio-Manila-Johanenesburg, 1973, p. 147 y en Diccionarioenciclopédico abreviado. 2a. ed. t. 1, Espasa-Calpe Argentina, S.A. Buenos Aires-México, 1945,p.769.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

nacional de su pueblo, que abandonaba sus antiguos lares para encontrary ocupar nuevos asentamientos.

Ese advenimiento entrañaba una situación paradójica, que trató de serresuelta cuando se incorpora al propio Alarico al ejército romano en sucalidad de general, que así entraba a formar parte de la administraciónromana, con la que entonces lograron federarse transitoriamente, de ma-nera que con ello esquivaron la dominación que hubieran podido impo-nerles los hunos. No obstante, los visigodos tuvieron numerosas y cons-tantes fricciones con los romanos, resultantes de las exigencias de tierrasy de la pretensión de obtener una residencia definitiva, hasta desembocaren la guerra, en la que el 9 de agosto del 379 ocurre la batalla de Andrinó-polis, en la que muere el propio emperador Valente.11

Teodosio ----como sucesor de Valente---- reorganiza el Imperio y esta-blece la paz con sus adversarios, incorporando al ejército a un gran núme-ro de sus antiguos enemigos, que así quedaron en condiciones de accedera los más importantes puestos de la jerarquía civil y militar. El más notablede ellos fue el mencionado Alarico, quien se distinguió por su decisión enel campo de batalla, al servicio de las armas romanas; pero que a la vez seapoderó de una buena parte del territorio de Italia, habiendo sido derrota-do en dos fragorosas batallas por Estilicón,12 a quien se había sometido ypuesto a su servicio a cambio de la entrega de 4,000 libras de oro.

Poco tiempo después de los sucesos antes considerados, Estilicón fueasesinado por sus propios soldados, permitiendo ese acontecimiento latransformación del propio Alarico, quien ----a partir de ese momento----abandonó su investidura como jefe militar romano, para ostentarse yacomo jefe godo. Esa condición le permitió reclamar a Honorio el asenta-miento de su pueblo en la región de la Panonia ----que había sido una pro-vincia en la zona del Danubio, sometida al Imperio romano desde el año9, y que hoy es el territorio de Hungría.13

12 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

11 Pirenne, Henri, Historia de Europa. Desde las invasiones hasta el siglo XVI, versión españo-la de Juan José Domenchina, México, Fondo de Cultura Económica, 1a. ed. en español, 1942, 7a.reimpresión, 1995, p. 20.

12 El mundo de la historia, textos de Franco Agostini, Silvana Ozoese Collodo, Federico Sene-ca y Letterio Briguglio, Ediciones Océano, S.A. Las invasiones germánicas, título original Il mondodella storia, de la colección ‘‘Colorama’’, Milán, 2a. ed. de Armando Mondadori Editore, 1976, trad.Ventura Seguí, 1a. ed. Impreso en España, p. 144.

13 Véase que este territorio era una provincia danubiana sometida al Imperio romano desde elaño 9, que en 453 cayó en poder de los ostrogodos y en 527 de los longobardos, quienes la abandona-ron a los ávaros en 568. Diccionario enciclopédico abreviado, 2a. ed. t. V, Espasa-Calpe Argentina,S.A., Buenos Aires-México, 1945.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

Como el emperador se negó a aceptar las pretensiones que le plantea-ban, surgió el conflicto, propiciando la furia de Alarico que sin obstáculo,lo llevó a ocupar y saquear a Roma durante los días 24 a 26 de agosto delaño 410. Una vez que tuvo el dominio total de la península, se dirigió alextremo sur de ella con el propósito de dirigirse a África; pero la fortunale fue adversa, ya que víctima de una enfermedad, falleció poco tiempodespués. Los registros históricos indican que su pueblo decidió desandarel camino y ascendiendo hacia el norte llegó hasta la parte meridional delas Galias, en las que se asentó, así como en una buena parte de España.En esas condiciones, resulta explicable que Roma se conformó con la si-tuación de hecho que prevalecía y la regularizó mediante los nuevos pac-tos que concertó.14

Con bandas de suevos, los vándalos cruzan el Rin y se dedican al cruelsaqueo. Continúan descendiendo por la Galia y desbordando los Pirineos,llegan y entran a saco a Roma,15 en el año 455; se prolongó su interna-miento hasta las costas del mar Mediterráneo, hasta lograr instalarse en elsur de España y en las costas de África. A la vez, los burgundos siguen lacorriente del Ródano y se dispersan en el golfo de León. Los alemanes sededican a colonizar el territorio de Alsacia. Por su parte, los francos ri-puarios se establecen en la zona de Colonia hasta el Mosa. Los francossalios se concentran en las llanuras del Escalda y del Lys.16

Un diverso ataque, con su consecuente invasión, lo sufre la penínsulaitálica. Grupos germanos comandados por Radagaiso, desbordan la re-gión de los Alpes y demandando tierras, avanzan hacia Roma por la Galiacisalpina. En esa ocasión, Estilicón había rechazado el ataque en 405;pero finalmente Alarico ----como comandante de los visigodos----, vuelve atomar el camino hacia la Ciudad Eterna, que sin resistencia contempla elsaqueo.

Es oportuno agregar que los ostrogodos ----que habían resultado venci-dos en el siglo VI----, se incorporaron al peligro amarillo que eran los hu-nos en el avance que dirigía Atila ----apodado Azote de Dios---- hacia Oc-cidente, quien instalado en Panonia, desde el año 445 se había convertidoen único rey de los hunos y había integrado su corte rodeándose de ilus-tres romanos que tenía a su servicio. Dentro de sus ambiciones pretendiócasarse con una princesa imperial, para cuya dote pidió se le entregara el

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 13

14 Pirenne, Henri, op. cit., nota 11.15 Ibidem, p. 23.16 Ibidem, p. 21.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

dominio de la Galia. Como fue rechazado, decidió invadirla, encargándo-se a Enio la defensa de los territorios romanos, que para enfrentarse con-tra las hordas de Atila concertó alianza con visigodos, burgundios y fran-cos, quienes conjuntamente ----en 451---- vencieron a Atila en los CamposCataláunicos, cerca de Troyes; lo obligaron a replegarse hacia Italia, acuyo encuentro salió el Papa León El Grande. Ello determinó la retiradade Atila, quien murió dos años después.

Al considerar las circunstancias que se señalan, podemos agregar que ala muerte de Atila, Genserico se apoderara y a la vez, saqueara Roma.Todo ello propiciaba la desintegración del Imperio romano de Occidente,teniendo especial significación que la Isla de Bretaña fuera evacuada porlas tropas romanas desde el año 442; desde entonces quedó bajo la suje-ción de los anglosajones. Era evidente, pues, el hundimiento del Imperiooccidental, determinado por la derrota naval que le había infligido el pro-pio Genserico y la guerra contra los hunos, que ahuyentaron a Constanti-nopla de toda intervención en Occidente desde el 441, que para entoncesya estaba perdido. Así puede confirmarse ----con Henri Pirenne----, que yano había emperador y que el Imperio ha desaparecido con él. En ese ins-tante opera aquel aforismo romano que afirmaba ‘‘En materia de pose-sión, la ocupación equivale a propiedad.’’17

Para concluir con la consideración de los episodios antes mencionados,debe recordarse que el fin sobrevino en 476, cuando el ejército bárbaroacantonado en Italia, al carecer de provisiones y cortadas sus comunica-ciones marítimas, se sublevó y designó para el trono a su jefe Odoacro,que era un comandante germano de la tribu escita que se había estableci-do en la llanura húngara, quien como tal, era en realidad un bárbaro ape-nas romanizado.

No obstante ello ----aun cuando quizás por eso----, en consulta con elSenado romano, proclamó que un solo emperador romano era indispensa-ble para gobernar y reconoció la primacía de Constantinopla; habiendoaceptado permanecer como rey, que era el título que sus soldados le ha-bían conferido para administrar Italia, pretendió salvarla y aparentar unficticio restablecimiento de la unidad de un Imperio que había sido noto-riamente cercenado.

De lo anterior, podemos verificar que los últimos acontecimientos de-terminaron que Italia fuera gobernada por Odoacro, utilizando el título de

14 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

17 Ibidem, p. 23.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

patricio designado por el monarca de Oriente, lo que le permitió durantetrece años mantener la autoridad imperial, hasta que fue vencido por elostrogodo Teodorico, que habiendo sido designado por Zenón, que enton-ces era emperador de Oriente, marchó contra Roma; combinando en supersona una triple condición: proclamado rey godo en el año 491; generalromano; y representante del emperador bizantino Anastasio, conjugó esastres circunstancias que en su momento le permitieron consolidar bajo suautoridad una amplia parte del Imperio occidental, consistente entoncesen la Italia y Sicilia, España, la Francia meridional, Retia, Nórico, unaparte de Panonia y Dalmacia. Su muerte llegó en 526, de manera que Jus-tiniano, asentado en el Oriente, constató la posibilidad de restablecer laantigua unidad del Imperio.18

La síntesis de las invasiones de los pueblos germánicos puede recono-cer que los reinos bárbaros que resultan del reparto del Imperio de Occi-dente presentan un perfil común: no constituyen un grupo de Estados bár-baros, sino reinos romanos barbarizados. Lo son, porque anhelan serromanos y corresponde a las tradicionales estirpes de juristas, la codifica-ción de las leyes germánico-romanas. En esas condiciones, el espectáculoque ofrece aquel mundo es el de la caducidad de la civilización, que Gre-gorio de Tours resume con desaliento: Mundus senescit (el mundo enve-jece).19

VI. LA POSESIÓN DEL MEDITERRÁNEO

Poseé una gran significación histórica el que mientras no constituyeranuna amenaza a la seguridad de la navegación marítima, que tenía enormeimportancia para Oriente, el mismo Teodosio II no intervenía en los con-flictos bélicos que afrontaba la región occidental. Sin embargo, no semantuvo dicha situación en forma permanente, puesto que en el año 427----comandados por Genserico---- los vándalos cruzaron la Galia y llegarona España, en la que ocuparon el importante puerto de Cartagena, para cru-zar al continente africano. Instalarse en ese lugar les permitió, en 445,apoderarse de Cartago y convertirse así en dueños del Mediterráneo cen-tral, incluyendo las islas de Cerdeña, Córcega y Baleares.

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 15

18 Goetz, Walter, op. cit., nota 4. Desarrollo de la humanidad en la sociedad y el Estado, en laeconomía y en la vida espiritual. Hélade y Roma (Desde fines del Imperio de Occidente hasta eluniversalismo de Justiniano, por Ernst Hohl, s. e. tomo II, pp. 529-533 y pp. 40-48.

19 Pirenne, Henri, ibidem. p. 29.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

En el año 367, los celtas de Irlanda y Escocia se habían ya sacudido eldominio romano, aun cuando poco tiempo después, los sajones habíansubyugado a los primeros y ocupaban la zona oriental. En fin, la catástro-fe que significó la caída del Imperio romano de Occidente quedó definidaen el siglo V y los pueblos germanos que lo habían derrotado, iban a tenerque asentarse definitivamente y presenciar cómo los francos se habíanapoderado de toda la Galia, sometiendo a los burgundios, alanos y visigo-dos. Por su parte, Italia había soportado a Atila, Alarico, Genserico, Teo-dorico y Odoacro.20

Quizás los acontecimientos de los que hemos tenido consideración,permitan reflexionar sobre el lacerante espectáculo de un largo procesode desintegración que vino padeciendo una Antigüedad decadente, paraque en su caso, pudiera concebirse como una época indispensable y nece-saria de transición y de preparación para una nueva y mejor vida, permi-tiendo con ello el dar lugar a las acertadas palabras de Séneca:

Desinunt ista, non pereunt (abandonada quedó; pero no muerta).21

VII. APERTURA HACIA LA EDAD MEDIA

Con los hechos de los que hemos dado cuenta, hemos podido constatarla terminación de un largo proceso cronológico, que a la vez se convierteen la apertura de un nuevo periodo en el que surgen pueblos nuevos, prin-cipalmente celtas, germanos y eslavos, que restituyen al Occidente la ini-ciativa de los acontecimientos que proveen a los registros sociales unanueva proyección y una nueva dimensión.

En efecto, los celtas constituían una nación que se estableció en partede la antigua Galia, de manera que geográficamente comprendía dos re-giones: la cisalpina que mantenía los territorios de la Italia septentrional,y la transalpina, ubicada entre los Alpes, los Pirineos, el océano y el Rin,que fue sometida al dominio romano por César de 58 a 50 a. C. y queAugusto, posteriormente, dividió en cuatro provincias: Narbonesa, Aqui-tania, Lionesa y Bélgica, en las que se fundaron importantes ciudadescomo Lyón, Arles, Toulouse, Burdeos, Lutecia y Orleáns.22 Los mismosceltas ampliaron sus dominios a las islas británicas y España, a partir del

16 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

20 Idem.21 Hohl, Ernst et al., op. cit., nota 4 y Pirenne, Jacques, op. cit., nota 9, p. 540.22 Pirenne, Jacques, op. cit., nota 9, t. III, p. 506.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

año 550 a. C., en las regiones en las que actualmente se localizan las pro-vincias de Zaragoza, Teruel, Cuenca, Guadalajara y Soria, mezclándosecon los iberos, para formar el pueblo de los celtíberos. A partir de la con-quista de César, se romanizaron.23

Los acontecimientos que acaecieron confirman que los germanos em-plearon una extraordinaria fuerza expansiva, que permitió se transformaraa los celtas y a los romanos que ocupaban la Galia, en el pueblo francés.A la vez, es ostensible que obtuvieron la propia conversión de los roma-nos que residían en los territorios de Italia, para convertirse en italianos yque de igual manera, lograron que los celtas y britanos de Inglaterra,transmutaran sus orígenes para dar cauce al pueblo inglés.

A lo anterior debemos, necesariamente, agregar que encontraron en elsuelo alemán grupos celtas, alpinos y romanos, así como en el Oriente alos eslavos, que se mantuvieron en Polonia, de manera que crearon unpueblo ruso con la conjugación de los distintos grupos étnicos que ocupa-ban la enorme extensión rusa, a quienes se denominaban checos, eslova-cos y eslovenos, que llegaron a penetrar en Rumania, Bulgaria y Grecia;constituyeron estas mezclas raciales un importante significado distintivode la Edad Media, que permite destacar la notable contribución de lospueblos germánicos y de los germano-románicos ----a partir de la caídadel Imperio romano de Occidente---- para el desarrollo del periodo medie-val, hasta el acrecentamiento de los Estados nacionales europeos.24

En valiosa síntesis de los acontecimientos que relatamos, Walter Goetzseñala como sedimento básico de la proyección a la que llegaron los queen un principio fueron llamados bárbaros, el enlace indisoluble de la uni-dad cultural constituida entre todos esos pueblos de Occidente; no obstan-te las múltiples guerras que se desencadenaron entre ellos, parece indiscu-tible que es la fórmula que constituye el hecho magno del periodomedieval.

En razón de ello, dicho autor aprecia que la denominación Edad Me-dia, en sí, como vocablo, carece de valor; pero preferentemente indica lapresencia de una solidaridad íntima entre todos esos pueblos. Por ello, re-chaza ----a la vez---- que pretenda identificársele como una época de obs-curidad y letargo, ya que la reconoce como un grado necesario de la evo-

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 17

23 Ibidem, t. II, p. 215.24 Goetz, Walter et al., op. cit., notas 4 y 18, t. III, La Edad Media hasta el fin de los Staufen

(400-1250), versión española de Manuel García Morente, pp. 3 y 4.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

lución cultural de Occidente; agrega que constituye una ley histórica elque los círculos culturales que se integran, lleguen a tener una cohesiónque los impulsa hasta lograr ascender incesantemente, apoyados siempreen los valores morales que les permitieron educar a pueblos antiguos parainfundirles una cultura superior; así, se observa que el planteamiento co-rrespondiente a todo desenvolvimiento social, requiere que los conoci-mientos primitivos se transformen en superiores.

De ahí que se deba reconocer que la Edad Media es, en sí misma, unafuerza ascendente que se logra desde la creación de nuevas naciones quetenían una distinta concepción del Estado, de la economía, de la religión,de las ciencias y de las artes; que poseen en común un vértice esencial delcrecimiento biológico, que se encuentra unido al llamado advenimientoorgánico.25

En ese aspecto, el mismo Goetz agrega que los primeros siglos de laEdad Media fueron meramente receptivos, ya que inicialmente, los cono-cimientos aportados por la Antigüedad y la renovación espiritual que im-ponía el cristianismo ----que proponía la unión religiosa de toda la huma-nidad---- no podían ser entendidos por aquellos pueblos, sino en susformas más elementales; pero que debe reconocerse que la Edad Mediaabrió las puertas del acontecer histórico a los pueblos germano-románicosde Occidente, de manera que ello les permitió convertirse en los herede-ros del viejo mundo mediterráneo oriental, para conservar sus tradicionesespirituales y artísticas.

Aun concediéndoles las oportunidades para formar sus propias culturasnacionales y la cohesión de poderosas fuerzas que lograron dominar almundo entero,26 el mismo autor rechaza que pueda considerarse que laEdad Media haya sido una Edad de Oro.27 Sin embargo, no puede sosla-yarse que el propio mundo medieval elaboró el criterio de que en su re-gión occidental se encontraba el centro de la historia humana, ya que laaportación del cristianismo consideraba que la vida de los pueblos quereconocían su fe, eran orgullosamente los elegidos para llevar hasta sudebido fin la historia de la propia humanidad.28

18 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

25 Ibidem, pp. 4-6.26 Ibidem, p. 10.27 Ibidem, pp. 6-9.28 Ibidem, p. 10.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

VIII. EL DESARROLLO DEL IMPERIO EN ORIENTE

Hemos señalado, anteriormente, que a partir del gobierno de Diocle-ciano se inició la división política del Imperio mediante la centralizaciónabsolutista que llevó a cabo, con el reconocimiento de que la reforma ad-ministrativa que había emprendido requería, además, un cambio en la es-tructura de los ejércitos, de manera que se eligiera como comandantes deellos, a generales con amplia experiencia; formados en las rigideces de ladisciplina y obediencia militar, se preveía con ello evitar, que en un mo-mento dado, un jefe victorioso pretendiera usurpar el trono. Lo anteriorexplica que aumentara el número de las provincias y se redujese propor-cionalmente el de las legiones que se encontraban bajo el mando de unsolo jefe, de manera que le resultara fácil restablecer la autoridad del em-perador; lograba con ello incorporar a su sistema de gobierno, el sentidode una soberanía absoluta ----a la manera que los persas cultivaban en sucorte---- rodeando al gobernante con un aislamiento y esplendor orienta-les, de manera que se produjera la transformación del príncipe original, almonarca divino que había recibido su autoridad del cielo y que por ellosus vasallos le reverenciaban y ante el cual se prosternaban.29

Con la práctica de las fórmulas de que damos cuenta, Diocleciano ini-ció esa dualidad de gobiernos que en realidad y en su intención, era unesfuerzo político que intentaba mantener el Imperio único, aun cuando elresultado objetivo fue desplazar los centros militares, religiosos y econó-micos hacia el Oriente, con la exigencia de que quien gobernara en eseextremo, requeriría la existencia de una capital oriental.30

Así se confirmó que en los doce siglos de su existencia, a partir de sufundación como lo sostenía la leyenda de Rómulo, llegaba Occidente asu fin; contribuyendo básicamente a ello, las manipulaciones políticas ymilitares ejecutadas por los jefes y generales de sangre germánica, para eldestronamiento de su último emperador ----que en realidad era un usurpa-dor---- y coincidentemente llevaba como nombre Rómulo Augústulo, yaque el título le correspondía legítimamente a Julio Nepote, quien era elque tenía el reconocimiento de Constantinopla y que permaneció en Dal-macia hasta el año 480.

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 19

29 Baynes, Norman H., El Imperio bizantino, trad. de María Luisa Díez-Canedo y FranciscoGiner de los Ríos, México, Breviarios del Fondo de Cultura Económica núm. 5, 1a. ed. en español1949, 7a. reimpresión, 1996, pp. 11 y 12.

30 Ibidem, pp. 12 y 13.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

Las bases geográficas de la región que sobrevivió, estaban constituidaspor las provincias de la península balcánica comunicadas con todas lasislas griegas, además de la región anatólica, con Siria, Egipto y África.De ahí que desvanecida la influencia latina, sobrevino la transformaciónde aquello que había sido el Imperio romano, para constituirse el bizanti-no, que se encontraba gobernado por el basileus ton pomaion, que apartir del siglo IX era el título oficial que correspondía al emperador deBizancio.31

La concurrencia de los factores sociales que mencionamos en las lí-neas precedentes, exigieron la definitiva disgregación del Imperio, auncuando en la mentalidad de sus miembros subsistía la idea antigua de launidad romana, que en su momento la Iglesia cristiana cuidó de consoli-dar, fortalecer y conservar; propiciábase la distinta imagen de un mundoque se expresaría en la temprana Edad Media, a la que se atribuía la legí-tima y directa herencia del Bajo Imperio.32

Es evidente que una vez producida la caída de Occidente, la atenciónde nuestra labor vuelve a recaer en el Imperio bizantino, que en realidadestaba constituido por una extensa variedad de pueblos con distintos orí-genes étnicos, culturales y lingüísticos; pero ante todo ello, Constantino-pla ----durante el siglo VIII---- continuaba manteniéndose fiel a sus tradi-ciones como una polis antigua, conservando su organización cívica yconcentrando las actividades industriales y del gran comercio marítimo.Además, se había integrado como sede de una gran burocracia y de supropia universidad; destaca el hecho de que el verdadero valor históricoque ella merece ----a pesar de los asedios que constantemente llamaban asus puertas----, fue el mantenerse en un mundo de barbarie como cabezade la civilización europea.33

Sobre la misma materia considerada en el párrafo precedente, cabeagregar que en el estudio formulado por J.M. Hussey sobre el mundo bi-zantino de los siglos IX y X, el autor aprecia que durante los años com-prendidos del 820 al 1025, los estadistas y jefes militares que tuvieron lasresponsabilidades inherentes a sus funciones, fueron personas altamentecapacitadas que le permitieron mantenerse ----mediante una hábil diplo-macia vigilante dirigida hacia sus vecinos hostiles---- con el estableci-

20 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

31 Pirenne Henri, op. cit., notas 14, 15 y 16, p. 31.32 Romero, José Luis, op.cit., nota 3, p. 18.33 Historia de las civilizaciones, vol. 5, op. cit., nota 35, pp. 169-175.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

miento de principados eslavos en las antiguas provincias romanas de losBalcanes, de manera que le fortalecieran ante los asedios del Islam.34

IX. LOS PERIODOS DINÁSTICOSDE LOS EMPERADORES BIZANTINOS

Cuando hacemos mención a periodos cronológicos, indudablementeque comprendemos en ello a ciertos espacios de tiempo, a los que ArnoldToynbee, con la percepción que le daba el sentido de la inmensa continui-dad de la historia ----en su condición de Director de Estudios del InstitutoReal de Asuntos Internacionales---- calificaba a los periodos como cortesarbitrarios, si bien inevitables, practicados a lo largo del continuo fluirde la historia. Esta disección artificial, de lo que en realidad es una uni-dad, constituye una operación intelectual ineludible, por la sencilla razónde que la mente humana es un instrumento imperfecto, y para manipularsus objetos necesita fragmentarlos en unidades que sean manejables aexpensas de resultar artificiales.35

1. Primer periodo (337-518)

A. La dinastía constantiniana

La ciudad que llevó el nombre de Constantino se convirtió en el sím-bolo de la conjugación de las tradiciones romanas y cristianas.36 Sin em-bargo, Bizancio no perdió su significación, puesto que en la gran variedadde manifestaciones políticas, económicas y espirituales siempre mantuvosu soberanía como sede del Imperio y aun cuando el helenismo era el queintegraba su espíritu, ese acontecimiento ocurrió en forma paralela a laadopción de la fe cristiana como religión de Estado; se dio la significa-ción de que aun cuando el latín era el idioma oficial, todas las demás acti-vidades, como el comercio, la ciencia y el arte, se manifestaban en griego.

No debemos soslayar que todavía durante el siglo IV, la urbe no podíacompetir en importancia con los tres grandes centros culturales del hele-

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 21

34 Ibidem, pp. 176-186.35 Toynbee, Arnold et al., Historia de las civilizaciones, núm. 4, El crisol del cristianismo. Ad-

venimiento de una nueva Era, bajo la dirección del propio autor, trads. Alcorta Echenique, Javier,Alvarado Daza, Julio, Riambau Sauri, Esteban, 1a. ed. en ‘‘El Libro de Bolsillo’’: 1988 (Madrid), 1a.reimpresión en ‘‘El Libro de Bolsillo’’, México, 1989, Alianza Editorial Mexicana, 1989, pp. 9 y 10.

36 Goetz, Walter. op. cit., notas 4 y 18. p. 18.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

nismo, radicados en Atenas, Alejandría y en Antioquía, como tampocopodía compararse con la grandeza de la eterna Roma. Sin embargo, tressiglos después, la sede oriental se afianza como la capital del mundo cris-tiano, mientras que las otras sedes ya sólo conservan el esplendor de sunombre y tradiciones.37

Al fallecer Constantino en 337, el historiador Norman H. Baynes ex-plica que el ejército exige que solamente sus hijos sean sus sucesores; seprocede a asesinar a todos sus restantes parientes, aun cuando por su ju-ventud, Juliano escapa de ser privado de la vida. En esas circunstancias,el Imperio se divide entre Constancio II (337-361), y sus hermanos Cons-tantino (337-340) y Constante 1o. (337-350); se dice que éste último llegaa ser el único gobernante en 350, pero sólo logra vencer al usurpador Ma-gencio un año después en la batalla de Mursa, en la que se afirma murie-ron cincuenta y cuatro mil romanos.

El anteriormente mencionado Juliano, que ya era entonces jefe militaren las Galias, resulta proclamado emperador en 361 y asciende al tronocuando muere Constancio en ese mismo año; pero sólo gobierna de 361 a363, por resultar muerto en la retirada de Persia. Bajo esas circunstanciasel ejército designa a Joviano (363-364) en cuyo reemplazo eligen comoemperador a Valentiniano 1o. (febrero 364-375), que en marzo comparteel gobierno con su hermano Valente (364-378), a quien le deja gobernarOriente. Éste cae muerto ante los godos en la batalla de Adrianópolis, queocurrió el 9 de agosto del 378, suceso que hizo parecer que la capital delBósforo estaba condenada a sucumbir; sin embargo, los germanos fueronrechazados hacia Occidente.38 Graciano ----que fuera hijo de Valentinia-no---- se hace cargo del gobierno de Occidente y lo cede a Teodosio, queera un destacado jefe militar español, para gobernar Oriente.39

B. La dinastía teodosiana

Con Teodosio 1o. llamado El Grande se inicia la dinastía teodosiana(379-457), considerándose que durante su largo gobierno (379-395) tomó

22 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

37 Ibidem, véase el t. III, pp. 185 y 186.38 Mango, Cyril, V. El legado de Roma. Bizancio desde Justiniano hasta Teófilo, Historia de

las civilizaciones, dirigida por David Talbot Rice et al., Alianza Editorial/Labor, Alianza EditorialMexicana, título original Dark ages, publicada en inglés por Thames & Hudson; Ltd. de Londres.Trad. Mirela Bofill. 1a. ed. en ‘‘El Libro de Bolsillo, 1988, (Madrid), 1a. reimpresión en ’’El Libro deBolsillo", México, 1989, Alianza Editorial Mexicana, 1989, p. 139.

39 Baynes, Norman H. op. cit., notas 23, 24, 26 y 28.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

medidas imprudentes, que a la larga resultaron desacertadas, en razón deque pretendió neutralizar a los invasores bárbaros. Con ello, admitiendograndes masas de godos en el Imperio, e incorporando a sus jefes a losmás altos cargos militares. Tal cosa permitió que el poder político ----con-jugado con el militar---- estuviera en manos de los germanos, apenas ro-manizados, lo que en diversas ocasiones puso a la misma capital, Cons-tantinopla, al alcance de las intenciones de esos jefes. Así sucedió en elaño 400, cuando resultó ocupada temporalmente por el godo Gainas ocomo ocurrió, posteriormente, entre los años 457 y 466 bajo el gobiernode León 1o.; aun cuando en realidad, quien en verdad mandaba, era elalano Aspar.40

Arcadio (395-408) se convirtió en el sucesor de este último, siendo elprimer gobernante oriental cuya administración comprendía las provin-cias de Macedonia, Dacia, Tracia, Ponto, Asia Menor, Siria y Egipto; yno obstante que Alarico saqueó la Grecia en ese mismo año, con inteli-gente diplomacia concertaron la paz. El sucesor fue Teodosio II que go-bernó durante cuarenta y dos años (408-450). Los registros cronológicosconfirman que con su advenimiento, Constantinopla adquiere la jerarquíade centro vital del antiguo Imperio universal y del mundo mediterráneo,reemplazando la función que Roma había desempeñado anteriormente;así, surge la orden de que en la Universidad instituida por Constantino, seimpartiera la enseñanza tanto en latín como en griego, lo que permitióque tuviera acceso a ella el helenismo alejandrino.

Por otra parte, aun cuando se contemplaba que el Imperio de Occiden-te se desmoronaba ante los asedios de los vándalos, en el año 438 dichomonarca ordena la publicación en Constantinopla del primer código ofi-cial de derecho romano, como una prueba de la confianza en sus institu-ciones. Sin embargo, no deja de ser notable que desde entonces, Atila----como comandante en jefe de las hordas de los hunos---- desde el año434 se hacía presente en las fronteras del Imperio, que extendía su sobe-ranía desde el mar Negro hasta el sur de Alemania. Como obra materialnotable de su tiempo, destaca que Teodosio II construyó una gran fortifi-cación, consistente en una segunda muralla en la que se aplicaban innu-merables torres, con la que tendió un cerco que rodeaba a la ciudad por elCuerno de Oro y el Mar de Mármara.41

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 23

40 Mango, Cyril, op. cit., nota 38.41 Goetz, Walter, op. cit., notas 4 y 18. pp. 186-188.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

Marciano fue el primer gobernante (450-457) que se hizo coronar porel patriarca, continuando tal ejemplo su sucesor León 1o. (457-474). AZenón (474-491) le correspondió la labor de continuar el gobierno, coin-cidiendo su labor con la caída de Roma. A la vez, se vió necesitado deenfrentar a Teodorico El Grande, que había saqueado Macedonia y queen el año 487 marchaba contra Constantinopla. Sin embargo, Zenón losedujo con honores, ya que lo nombró general y gobernador de Italia,alentándolo a marchar a la península en la que venció a Odoacro.42 ComoMarciano no había designado sucesor, a su muerte, el jefe del ejército lla-mado Aspar, que era arriano y que por tal razón estaba impedido paraocupar el trono, elige como emperador a un tribuno militar de Dacia quese llamaba León 1o. (457-474), quien inicia la llamada:

C. Dinastía leoniana

León 1o., para librarse de Aspar y de sus tropas godas, se vuelve hacialos isáuricos, casando a su hija Ariadna con Tarasicodessa, que asume elnombre de Zenón en 468. El siguiente soberano es su hijo, León II, queencuentra la muerte al lado de su padre. El sucesor, entonces, es el yamencionado Zenón, que permanece sin continuador y a su muerte, si-guiendo el precedente de Ariadna, designa emperador a Anastasio de Di-rraquium, que era guarda del palacio y que había sido elegido como can-didato para la sede de Antioquía. A este le corresponde gobernar de 491 a518 y muere sin hijos.43

Al realizar el análisis de la cronología de los monarcas bizantinos, elhistoriador Norman H. Baynes señala el primer periodo que hemos rela-tado, el cual se inicia en 337 y concluye en 518; se considera que el puntocentral de esa época está señalado por el gobierno de Teodosio 1o., queentre otras labores pudo concluir una guerra con los persas que había sidosostenida por más de un siglo. Debe destacarse que en ese siglo IV, era yanotoria la pobreza de las defensas existentes en la barrera natural del ríoRin, para contener la pujanza de las hordas bárbaras. A la vez, el mismoautor califica que en esos momentos se contemplaba la romanización delas tribus invasoras, así como el inicio de la influencia bárbara en la cul-tura romana.

24 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

42 Ibidem, pp. 187-189.43 Baynes, Norman H., op. cit., nota 29.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

Cabe agregar que como tarea más importante de su gobierno, al empe-rador Anastasio le correspondió proteger los territorios amenazados ensus fronteras; resultando obligado a trasladarse fuera de la capital, en ra-zón de la sublevación de los guardias isaurios que se mantuvo durantedos años, en los que se vieron atacadas las provincias meridionales delAsia Menor; también sufrió el constante asedio de las tribus eslavas y losbúlgaros turcos, que incursionaban con saqueos en Tracia, Macedonia yTesalia. Ante tantas amenazas a la capital, el emperador ordenó la cons-trucción de una muralla que trazó diagonalmente a través de la penínsulaTracia, ya que se veía asediado por los persas y ----a la vez---- por distur-bios eclesiásticos. Aun cuando no había dispuesto la sucesión de su trono,la lucha por el poder encumbró al comandante de su guardia imperial:Justino I (518-527), cuya presencia inaugura el llamado:

2. Segundo periodo (518-610)

Justino era originario de Macedonia, ausente de educación, jefe deguardia en Palacio. Conquistó el apoyo de las tropas y fue aclamadocomo emperador.

A. Dinastía justinianea

Justino convirtió en alma de su gobierno a su sobrino Justiniano. Almorir éste en 561, le sucede su sobrino Justino II (565-578), quien pocotiempo después de encargarse del gobierno enloqueció. El relato históricoconserva la memoria de que en el 574, durante un periodo de lucidez, as-cendió al trono de César a Tiberio, que era uno de los jefes de la guardiapalatina, a quien coronó como emperador antes de su muerte. De ahí, esemilitar gobernó como Tiberio II (578-582) y quien, poco antes de sumuerte, casó a su hija con Mauricio, a quien coronó emperador un díaantes de su fallecimiento. Por su parte, Mauricio gobernó de 582 a 602,habiendo sido arrojado del trono y asesinado por el bárbaro cabecilla dela sublevación de los ejércitos del Danubio, llamado Focas, con quien(602-610) concluyó esa dinastía, al ser derrocado por un cuerpo expedi-cionario venido de África.44

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 25

44 Goetz, Walter, op. cit., notas 4 y 18, pp. 189-191 y véase Baynes, Norman H., ibidem, pp.36-38.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

B. Justiniano

En 527 fue corregente con su tío y después soberano, prolongándose sugobierno durante treinta y cinco años ----a partir del 527 hasta el 565----,largo periodo en el que su máximo anhelo era la restauración de la gran-deza del Imperio romano; resulta evidente que examinó las circunstanciascon gran perspicacia, ya que le permitieron reconocer que el dominio quelos pueblos germanos ejercían sobre lo que había sido el Imperio de Occi-dente, estaba verdaderamente asentado sobre las ruinas de lo que habíasido la civilización romana.

La restauración intentada por Justiniano obtuvo logros parciales, yaque recuperó África de los vándalos en 533, al enviar quinientos navíoscon quince mil hombres bajo el mando de Belisario. La región marítimafue recuperada y sometida, sorprendiendo al historiador Cyril Mango queal iniciar la reconquista de Occidente, ante la incompetencia del rey Geli-mer ----apenas con cinco mil jinetes---- pudiera obtener la victoria y que laocupación de Sicilia requiriera solamente de ocho mil hombres. Igual-mente, Italia fue recuperada de los ostrogodos, a quienes después de die-ciocho años de acciones bélicas, derrotó en las faldas del Vesubio en 553;así se logra restablecer la administración provincial romana en sus te-rritorios.

De igual manera, Justiniano se impuso a los francos que habían domi-nado la Galia, tomando ventaja de la diversidad de ambiciones que coad-yuvaron para definir la sucesión en el reino de los visigodos; así pudieronreivindicar su soberanía sobre la península ibérica y fortalecer el litoral alinstalar guarniciones griegas, que permitieron a la armada imperial resta-blecer su dominio en todo el Mediterráneo, que se había recuperado paravolver a ser un lago romano ----o tal como lo advierte Henri Pirenne---- sise quiere, bizantino.

Justiniano creyó que Roma había vuelto a formar parte del Imperio, yaque se prolongaba hasta las columnas de Hércules. De ahí que este tiem-po se manifestó como el más brillante del largo periodo bizantino. Sinembargo, el gobernante no atendió con el mismo esmero las defensas ne-cesarias en la frontera del Danubio, en la que no tenía guarniciones per-manentes, lo que permitía a los invasores hunos y búlgaros penetrar cons-tantemente y llegar hasta los mismos suburbios de Constantinopla. A esascohortes germanas (gépidos y hérulos), con la concurrencia de los hunos

26 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

que residían en aquellas regiones, se añadieron los eslavos y ávaros; estosgrupos debilitaron señaladamente las defensas de ese sector, al grado quese derrumbaron totalmente veinte años después de la muerte de Justinianoen 565.45

Como en distinto lugar hemos hecho un amplio análisis y referencia ala obra legislativa que corresponde a Justiniano, respetuosamente remiti-mos al amable lector a dichas páginas.46 Sin embargo, debemos comentarque Jacques Pirenne agrega que, como consecuencia de la gran labor le-gislativa emprendida por el emperador de Oriente, se reconoce que ellaconstituye la obra jurídica de mayor importancia jamás realizada, con laque su autor no tuvo el propósito de promulgar una simple codificación,sino de realizar la vivificación del derecho romano. Lo integró como uncuerpo racional de temas jurídicos, que habían recogido la visible huellaque iba imprimiendo la transformación de las ideas sociales.47 A la vez,del monumental esfuerzo realizado, podemos deducir que la conviccióncentral que debía mantener un emperador romano, era que a él le corres-pondía la doble función de conquistar y de legislar. Con ello, Roma seglorificaba del esplendor de sus victorias militares y al mismo tiempo dela justicia de sus leyes.

En el análisis que Norman H. Baynes realiza sobre el llamado Segundoperiodo de los emperadores bizantinos, recapitula que la pretensión pri-maria ejercida por Justiniano al frente del Imperio oriental, fue recuperartodos los territorios de Occidente que se habían perdido como consecuen-cia del dominio que habían impuesto los pueblos germánicos, de maneraque se restaurara en toda su extensión la fuerza y voluntad soberana de laidea del Imperio y de su jefe, como única ley dentro de la reivindicación

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 27

45 Baynes, Norman H., ibidem. pp. 191-194 y Pirenne, Henri. op. cit., nota 30, pp. 32 y 33; asícomo Mango, Cyril, op. cit., nota 38, pp. 137-142.

46 Magallón Ibarra, Jorge Mario, La senda de la jurisprudencia romana, México, UNAM, Insti-tuto de Investigaciones Jurídicas, 2000, Serie Doctrina Jurídica, núm. 32, pp. 246-284, en la que ex-ponemos con amplitud la figura de Justiniano, así como la magna labor legislativa por él ordenada,conocida como el Corpus jure civile, a quien con justicia se le ha calificado como el más grandelegislador de la historia. En las páginas que se señalan, se incluyen las aportaciones del Digesto y laespecificación de las siete partes fundamentales que lo componen; así como las cuatro Constitu-ciones que el mismo Justiniano invoca, sucesivamente, sobre la concepción y confirmación del Di-gesto; reconociendo, además, el nombre de los cuarentaiún jurisconsultos de los que emana, cuyasrespuestas y opiniones están recopiladas en la obra que se indica. Culmina nuestra referencia con losque estimamos más sobresalientes pasajes del Digesto sobre temas fundamentales de la ciencia delderecho.

47 Pirenne, Jacques, op. cit., nota 9, p. 449.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

intentada. Sin embargo, no era posible mantener una guerra en dos fren-tes, uno en Occidente contra los eslavos y ávaros en la zona europea, yotro en Oriente contra la monarquía persa.

Ante esa disyuntiva, y tenida cuenta de que el corazón del Imperio seencontraba por encima de todas las cosas en Asia, había que salvarlo.Ello precipitó que Italia sucumbiera ante el empuje de los lombardos yque la zona del Danubio fuera nuevamente ocupada por los bárbaros. Así,Justiniano constataba que los vastos recursos que requería el manteni-miento de su Imperio, se desmoronaban.

C. Los sucesores de Justiniano

Jacques Pirenne da cuenta de la crisis que sobreviene a la muerte deJustiniano ----ocurrida en 565----, ya que la guerra se hace presente simul-táneamente en todas las fronteras del Imperio. Así, los persas con su per-manente voluntad de apoderarse de las costas de Siria, obligan a JustinoII (565-578), a quien poco tiempo después le tocó perder la razón, a pac-tar con los turcos, provocando con ello el levantamiento militar en Arme-nia. Se dice que durante un momento de lucidez experimentado en 574, elmonarca hizo césar a Tiberio II (578-582), a quien coronó emperador an-tes de su muerte. Tiberio, tal como lo hemos manifestado anteriormente,era miembro de la guardia de palacio que casó a su hija con el generalllamado Mauricio (582-602), a quien coronó emperador un día antes desu muerte. Éste terminó sus días expulsado del trono y asesinado por elbárbaro Focas (602-610), que fue cabeza de una sublevación en los ejér-citos del Danubio.

Por su parte, en la zona nórdica, los eslavos y ávaros invaden la Pano-nia, desde donde los lombardos se lanzan para hacer presa a la penínsulaitálica; así como los francos y los visigodos se emancipan tanto en Fran-cia como en España de la autoridad romana.48 Ante un panorama como elque relatamos, Focas es el último monarca de la dinastía justinianea, yaque una expedición surgida de África, comandada por Heraclio, quien sepresenta frente a Constantinopla, como comandante de una importanteflota naval y, con él, se inicia el Tercer periodo (610-717).

28 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

48 Ibidem, p. 452.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

3. Tercer periodo (610-717)

La dinastía heracliana

Que se mantiene en el poder desde 610 hasta el 717.49 En efecto, Hera-clio se hace investir con la púrpura imperial y permanece en el tronooriental desde 610 a 641; sin embargo, en ese momento los persas reanu-dan sus ofensivas, derrotando a las fuerzas imperiales al grado que seapoderan de Antioquía, Damasco y Jerusalén, e incendian el Santo Sepul-cro. A la vez, otro ejército persa ocupa Egipto. No obstante ello, Heraclioen vigoroso ataque, recupera Siria y Egipto, venciendo a Persia.50

A la muerte de Heraclio en 641, le suceden como emperadores cole-gas, su hijo de primer matrimonio Constantino III y Heracleonas, de susegunda unión; pero ante el rechazo del ejército, en septiembre de 641 seconvirtió en emperador Constante ----nieto de Heraclio----, aun cuando lue-go fue derrocado; ascendió al trono Constante II (641-668) que resultóasesinado en Sicilia, dando lugar a que le sucediera su hijo, ConstantinoIV (668-685), que era menor de edad al contar apenas dieciséis años. Elsucesor fue Justiniano II (685-695), quien desempeñó un gobierno despó-tico, tiránico y arbitrario; por tales razones, fue destronado y desterradopor Leoncio, que era uno de sus jefes militares que lo mantuvo en el exi-lio. Leoncio gobernó durante tres años (695-698), pues fue derrocado alamotinarse la flota en Creta, convirtiendo en emperador a Apsimar, quienascendió al trono con el nombre de Tiberio III (698-705).

Este emperador gobernó hasta que Justiniano II regresó del exilio y fuerestaurado su Imperio permaneciendo en el poder por segunda ocasión de705 a 711, al punto que una nueva rebelión a cuyo frente se encontrabaFilipico Bardanes, lo destituyó y asesinó. Ello permitió a éste apoderarsedel trono, en el que se mantuvo de 711 a 713, cuando fue substituido porsu ministro Anastasio II (713-716), quien al tratar de restablecer la disci-plina militar, propició nueva rebelión en su contra, lo que elevó al gobier-no a Teodosio III, el que desempeña su función de 716 a 717; concluyecon él, la llamada dinastía heracliana.51

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 29

49 Baynes, Norman H., op. cit., nota 29, p. 453.50 Pirenne, Jacques, op. cit., nota 49.51 Baynes, Norman H., ibid., pp. 38 y 39.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

En la síntesis del Tercer periodo de los emperadores bizantinos, reali-zada ----como las anteriores---- por Norman H. Baynes, su autor señala quefue de África de donde zarpó Heraclio para el rescate del antiguo Imperioromano; constituyendo una notable paradoja la victoria lograda tras seisaños de lucha bélica, con la derrota de su salud. En esas circunstancias,los mahometanos se unen por primera ocasión para amputarle al Imperiolos territorios de Siria, Palestina y posteriormente el de Egipto. A la vez,los eslavos invaden las provincias del Danubio y penetran en Grecia, pro-fundizando su acción hasta el Mar Egeo. Italia se encuentra en manos delos lombardos. La enemistad con Persia cede su sitio a la hostilidad con elIslam, que está ya latente. El orgullo de la dinastía heracliana fue haberresistido los primeros choques de las invasiones árabes.52 A Teodosio IIIlo destituye un general anatólico llamado León El Siriaco, a quien se leconoció vulgarmente como León El Isáurico quien fue el fundador delCuarto Periodo (717-867).

4. Cuarto periodo (717-867)

A. La dinastía isáurica

Que se mantiene desde el 717 a 802, es iniciada por el emperador LeónIII (717-741), y se le identifica por ser iconoclasta. A éste le sucede suhijo Constantino V (741-775), al que a su vez reemplaza en el gobiernosu vástago León IV (775-780, quien al morir, su viuda Irene se encargadel poder en representación de su hijo menor Constantino VI (780-797).

La regente resultó obligada por las tropas a retirarse en 790, pero unaño más tarde obtuvo su restauración por su hijo, a quien destituyó seisaños después, para quedarse sola en el trono, en el que permaneció hasta802. Este año le tocó ser destronada por una conspiración de altos funcio-narios, que puso punto final a la dinastía isáurica, dejando su lugar altesorero imperial Nicéforo. Éste gobernó (802-811) y cayó en combatecontra los búlgaros.

Sin embargo, su hijo Estauracio ----aun cuando se encontraba malheri-do---- sobrevivió en 811, poniendo en el trono a su suegro Miguel 1o.(811-813), quien a su vez fue derrotado por los búlgaros, posiblementecomo resultado de la traición del general armenio que lo derrocó, para

30 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

52 Ibidem, pp. 39-41

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

ascender al trono con el nombre de León V (813-820), quien fue asesina-do ante un altar en 820 para dar inicio a la dinastía frigia (820-867).

B. Dinastía frigia (820-867)

A León V lo reemplaza un provinciano originario de Amorión ----en laAlta Frigia----, que era jefe de la guardia y a quien se le llamó Miguel II(820-829). A éste le sucedió un ilustrado hijo llamado Teófilo (829-842),quien al fallecer, dejó a su viuda Teodora como regente de su hijo menorMiguel III (842-867), al registrarse en la historia que su favorito, BasilioEl Macedonio, obedeciendo las instrucciones del propio emperador, en866, derrocó al omnipotente César Bardas ----hermano de su madre Teo-dora---- fue quien al año siguiente, después de ser proclamado césar, pusopunto final a la dinastía frigia al hacer asesinar al emperador.

En el balance que formula Norman H. Baynes, sobre el Cuarto periodode los emperadores bizantinos, advierte que a partir del gobierno de LeónIII, los árabes iniciaron el asedio supremo en contra de Constantinopla;acampado el ejército terrestre de Muslama en agosto de 717 frente a di-cha urbe, se hizo presente en septiembre del mismo año, la flota al mandode Solimán, que así consolidó el bloqueo al que sujetaron a la gran capi-tal, el cual pudo ser vencido al quedar desbaratados los sitiadores en elmes de agosto siguiente. Ese triunfo rodeó de prestigio a León III comoel salvador.

Sin embargo, la Iglesia tendrá presente que dicho gobernante fue elprimero de los iconoclastas;53 mantuvo la disputa doctrinal durante largosaños, pero sirviendo efectivamente al Imperio, ya que Constantino V con-quistó a los búlgaros; Nicéforo reformó la hacienda; Teófilo hizo accesi-ble a todos la administración de justicia, contribuyendo todos ellos a daral Imperio una nueva organización civil y militar y, particularmente, tra-tando de ajustar el derecho romano a las necesidades que en su tiempohabían surgido, así como al reconocimiento de las nuevas costumbres yhábitos populares que entonces se manifestaban.54

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 31

53 Atribúyese tal calificativo a la tendencia a rechazar y destruir las normas éticas y estéticasdel pasado; se incluye la protesta contra la práctica de venerar imágenes, por atribuírseles una fórmu-la idolátrica. Cfr. Diccionario Enciclopédico Abreviado. 2a. ed. Buenos Aires-México, Espasa-CalpeArgentina, S.A. 1945, Tomo IV, p. 16.

54 Baynes, Norman H., op. cit., nota 29, pp. 42 y 43.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

5. Quinto periodo (867-1057)

Dinastía macedónica

Basilio El Macedónico, conocido como Basilio 1o. es el fundador de ladinastía macedónica que él inicia en 867 y que una vez que fallece en886, sus hijos León VI (886-912), cuya paternidad y consecuentementesu filiación es dudosa; y Alejandro (886-913), quien en realidad no go-bernó, ya que se dedicó a la plena holganza, manteniéndose como guar-dián de Constantino VII (porfirogeneto) ----hijo de León VI---- (912-959),quien en 919 hizo colega a su padrastro Romano 1o. (Lecapeno), el cualgobernó (919-944) y fue derrocado por sus propios hijos.

A Constantino VII le sucedió su hijo Romano II (959-963), a cuyamuerte Teófano que resultó su viuda, siguió al frente del gobierno ennombre de sus hijos menores, Basilio y Constantino. De estos dos fueConstantino VIII (963-1025) quien actuó como gobernante único (1025-1028). Sin embargo, la madre Teófano casó con Nicéforo Focas en 963 ya partir de esa fecha, éste gobernó como Nicéforo II, hasta que fue derro-cado por una conspiración de oficiales; sucediéndole Juan 1o. Tzimiscés(969-976), que encerró a Teófano en un monasterio.

Por su parte, el hijo de Teófano ----Constantino VIII----, al morir nodejó hijos varones, aunque si tres hijas: Eudoxia, que fue monja, Teodoraque no deseó contraer matrimonio y Zoe. Al observarse el testamento quehabía dispuesto el padre, el senador llamado Romano se divorció de suesposa y casó con esta última, convirtiéndose en emperador como Roma-no III, quien gobernó de 1028 a 1034. Al morir, sobrevino que Zoe con-trajo nuevo matrimonio, ahora con su amante Paflagonio Miguel, quiensubió al trono como Miguel IV (1034-1041). El sobrino de éste, tambiénllamado así, se convirtió en césar y cuando falleció el tío, llegó a ser em-perador con el nombre de Miguel V (1041-1042); pero cuando encerró asus benefactoras, el pueblo de Constantinopla se levantó en armas y susdos hijas Zoe y Teodora, fueron proclamadas como gobernantes de unajunta soberana; pero antes de que hubieran pasado dos meses, la primerade ellas, que entonces tenía sesenta y dos años de edad, se había casadonuevamente, de manera que su propia mano confirió la diadema imperiala su esposo Constantino IX Monómaco (1042-1054); ella murió en 1050.Resultó singular que a la muerte de Constantino IX, la última de las her-manas princesas ----nacidas de la púrpura---- quedó como única gobernan-

32 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

te. Así, Teodora permaneció como titular del Imperio (1054-1056), perose encargó de designar como su sucesor al frente del gobierno a MiguelEl Estratónico (1056-1057), quien culminó la dinastía macedónica en el año1057.55

Al considerar el Quinto periodo de los emperadores bizantinos queacabamos de referir, Norman H. Baynes comenta que en el 800, dos añosantes de que Nicéforo pusiera fin a la dinastía isáurica y se sentara en eltrono imperial de Oriente, Carlomagno o Carlos El Grande, que lo era entodos sus aspectos: en lo físico, en valentía, en propósitos, en inteligenciay en su capacidad de trabajo ----que fuera hijo de Pepino El Breve y deBertha----, se había convertido en la fuerza dominante de Europa, pues seinstalaba en el trono, al haber asistido a la misa de Navidad del año 800,oficiada en San Pedro por el Papa León III, quien puso la corona en sucabeza. Respondieron los romanos ahí presentes, como coro obviamentebien entrenado: Larga vida y victoria a Carlos Augusto, coronado porDios como el gran y pacífico emperador de los romanos. A continuación,León III se postró a los pies del ungido y besó el filo de su túnica, adorán-dolo de acuerdo con la costumbre bizantina. Con este rito se significó queen el Occidente participaban dos cabezas centrales: la civil y la eclesiásti-ca, lo que implicaba la evidente alianza de la fuerza política y militarfrente al Oriente, que ahora tenía conciencia de la separación de sus inte-reses; así se manifestaba, abiertamente, la fisura que dividía a los dosmundos, ya que habían quedado rotos los lazos de la vida comunitaria.

No obstante lo anterior, la realidad evidenció que Carlomagno no tomómuy en serio su coronación como emperador romano de Occidente, pues-to que jamás regresó a Roma ni vistió la correspondiente túnica, ya queprefirió continuar manifestándose como rey de los francos y lombardos,aun cuando la impresión que dicha ceremonia de coronación otorgó a lahistoria, contribuyó a un nuevo cambio del poder, ahora del Este haciaOccidente, así como el señalamiento de que una nueva Europa estaba yaen formación. Por su parte, el nuevo monarca engrandeció sus dominiosfrancos; conquistó a los lombardos en el norte de Italia, así como a losbávaros y sajones; llegando a invadir la España musulmana.56

Si volvemos los ojos al Oriente, podemos verificar que en la segundamitad del siglo IX, toca a la dinastía macedónica ----por conducto de

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 33

55 Ibidem, pp. 43 y 44.56 Bishop, Morris, The middle ages, Boston, The American Heritage Library, Houghton Mifflin

Company, 1987, reimpresión de la 1a. ed., 1968, pp. 23-25.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

Constantino VII---- recopilar y codificar los principios que habían hechogrande a Roma. Se gana a los mahometanos Siria y Mesopotamia, logran-do recuperar aún a Antioquía.57 Sin embargo, no podemos dejar de consi-derar que en aquellos tiempos, en el Occidente ocurre el ascenso del pue-blo franco que se había iniciado en el año 751, cuando Carlos Martel, hijode Pepino El Breve, envía emisarios al Papa, consultándole si era correc-to que monarcas débiles e incompetentes como los merovingios se mani-festaran como reyes.

Desde luego, la respuesta que recibió rechazaba tal aceptación. Elloprecipitó que Pepino convocara a una elección de la que resultó su pro-clamación como rey y, entre los años 753 o 754, fue uncido por el PapaEsteban, quien viajó a las Galias para ello. En correspondencia, ese mo-narca hizo una visita a Italia en la que derrotó a los lombardos, que eranenemigos de la Iglesia; se obsequia al Pontífice con una faja territorial enel centro de la península, que durante mil años fue dominio pontifical.

Para tener una visión más amplia de los acontecimientos que relatamosen el párrafo precedente, es indispensable verificar que en aquella época,de los reinos formados por los bárbaros dentro de los linderos del antiguoImperio romano de Occidente, el de los francos era el único que en reali-dad encerraba dentro de sus linderos al conjunto más compacto de la po-blación germana. Dentro de esa circunstancia, constatamos que Clodoveofue el rey que amplió sus fronteras por toda la región que rodea al Rin,desde Colonia hasta el mar.

En el año 507, dicho soberano se dirigió hacia la región occidental,ampliando su frontera hasta los Pirineos. Sus hijos culminaron tal labor alapoderarse en 532 del reino burgundio, como consecuencia de haber en-trado en posesión de la provenza, incluyendo al Golfo de León hasta elRódano, de manera que toda la región quedó bajo el control de la dinastíamerovingia, a cuyos últimos de sus reyes denominaron como los hol-gazanes; se dividió la monarquía en tres regiones: Neustria, Austrasia yBorgoña.

Pipino ----miembro de la familia carolingia---- se convirtió en intenden-te del palacio de la segunda de ellas y, como tal, en el ministro del reyque de hecho era quien gobernaba. De la hija de éste nace Pipino de Hers-tal, que fue el padre de Carlos Martel a quien procreó como hijo bastardo;éste logró gran fama al rechazar a los árabes de Abderramán ----que tras-

34 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

57 Baynes, Norman H., op. cit., nota 29, pp. 44-46.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

pasaban los Pirineos y penetraban la Aquitania----, sometiéndolos con unagrave derrota en las llanuras de Poitiers, al grado que tal victoria lo con-virtió en amo del reino. Obligó al enemigo a detenerse y retroceder, pro-piciando que Pipino El Breve, hijo de Carlos y su sucesor tanto en la in-tendencia del palacio como en el gobierno del reino (741), expulsara a suscontrarios de Narbona en 759.

Al tomar el modelo de la labor castrense de la caballería árabe, Carlosorganizó la estructura militar más grande que entonces se conoció en Eu-ropa, con la organización de escuadrones de caballería y, en su momento,coronado rey, proclamó que lo era por la gracia de Dios; manifestabacon ello su alianza con la Iglesia, que fue el legado que trasmitió a Carlo-magno.58

Henri Pirenne relata que Carlomagno se autodesignó con el calificativode grande: Carolus magnus (768-814) y que su labor fue en realidad lacontinuación del gobierno que ejerció su padre Pipino El Breve, ya quepor su parte continuó la alianza que éste había concertado con la Iglesiaen su lucha contra los paganos, lombardos y musulmanes. Se preocupópor accionar la evolución de las necesidades sociales y políticas, inician-do campañas bélicas contra los sajones entre los años de 780 a 804, quepudieron considerarse como las primeras guerras religiosas en Europa,así como el avance de una religión de Estado. De ese modo obtuvo laanexión y conversión de la Sajonia, para la entrada de toda la antiguaGermania a la comunidad europea. Por eso, la frontera oriental del Impe-rio carolingio se prolongaba hasta el Elba y al Saal y, de ahí, hasta el fon-do del Adriático, combatiendo, destrozando y exterminando al pueblo ávaro----de origen finés----, para establecer la frontera militar a través del valledel Danubio.59

Fuera de las fronteras del Imperio de Carlomagno y de su Iglesia, seencuentra el mundo bárbaro pagano o el mundo enemigo: el islam. Enesas circunstancias, como lo había manifestado el historiador Norman H.Baynes ----al examinar críticamente el Quinto periodo de los emperadoresbizantinos---- para hacer evidente que el poder de Carlos era reconocidopor el jefe de la Iglesia, ya que así lograba que coadyuvara con ella en sumisión de salvación eterna, pudo permitir que la visión de San Agustínencontrara su verdadero camino, puesto que la ciudad terrestre señalaríael camino para encontrar el de la ciudad celestial.

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 35

58 Pirenne, Henri, op. cit., nota 11, pp. 54-58.59 Ibidem, pp. 60-65.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

En confirmación de esos criterios, ----como lo hemos manifestado ante-riormente---- en el año 800, en la basílica de Letrán, al concluir el oficiode la misa de Navidad, el Papa León III colocó la corona imperial sobrela cabeza del monarca, ante quien se prosternó y adoró, de acuerdo con elceremonial bizantino. En ese momento y por la formalidad de tal aconte-cimiento, se consideró que se había restablecido el Imperio romano, auncuando fue evidente que esa acción eclesiástica, humilló en alguna formaal monarca, ya que por su parte consideraba al Papa como su protegido.De ahí que, en el año 813 y como un anticipo a la sucesión monárquicaque le correspondería a su hijo Luis, Carlomagno modificó la solemnidaddel rito ceremonial, de manera que la corona fuera depositada sobre elaltar, para que el mismo Luis la ciñera sobre su cabeza, sin la participa-ción del mandatario de la Iglesia.60

Al volver los ojos a los emperadores bizantinos, constatamos que ladinastía macedónica culmina con la muerte de Teodora, ya que el sucesorque ella había escogido, como lo advertimos anteriormente, era llamadoMiguel El Estratónico (1056-1057) y fue derrocado por la nobleza militarque eligió a Issac 1o., Comneno (1057-1059), quien al no resistir las du-ras responsabilidades que imponía la tarea del Imperio, abdica y escogecomo sucesor a su ministro de Hacienda, que se convirtió en ConstantinoX, Ducas (1059-1067). Al fallecer éste, su viuda Eudoxia contrae nupciascon el general Romano IV, llamado Diógenes (1067-1071), que es derro-tado por los turcos en la batalla de Manzikert y destronado por el hijastrode su esposa, a quien se conoce como Miguel VII, Ducas (1071-1078),quien en su momento es destronado por una revuelta popular y es reem-plazado por Nicéforo III, Botaniates (1078-1081), que a su vez fue vícti-ma de una rebelión militar que colocó en el trono a Alejo 1o. Comneno----sobrino de Isaac---- (1081-1118), que inicia :

6. El sexto periodo (1057-1204)

A. La dinastía de los Comnenos

La cual concentra sus actividades en labores de restauración y reforma.Alejo 1o. es sucedido por su hijo Juan II (1118-1143), y a la muerte deéste, le sucede su hijo Manuel (1143-1180). En su momento le sigue su

36 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

60 Ibidem, pp. 65 y 66.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

heredero Alejo II (1180-1183) que, por haber ascendido al trono como me-nor, fungen como regentes la emperatríz María y Alejo, que era primo delemperador. Este monarca llega al fin de su gobierno cuando AndrónicoComneno (1183-1185) ----que era sobrino de Juan II---- es hecho colega deAlejo II, a quien estrangula al año siguiente. Andrónico, a su vez, fue des-tronado por Isaac II (1185-1195), que era el mayor de la noble familiaAngeli; posteriormente fue destronado por su propio hermano Alejo III(1195-1203), aun cuando los Cruzados restauraron a Isaac II y Alejo IV(1203-1204), hasta que los dos fueron destituídos al capturarse Constanti-nopla en 1204.61 Sin embargo, en los registros históricos que correspon-den a esa misma fecha, aparecen como emperadores bizantinos Alejo V yTeodoro 1o. Lascarias, como emperador de Nicea (1204-1222).62

Al examinar el Sexto periodo de los emperadores bizantinos, NormanH. Baynes considera que realizar su resumen en un solo párrafo, excede asus fuerzas. Sin embargo, señala como problemas que entonces se dieron,el de la aparición de los bárbaros turcos seléucidas en la frontera oriental,que fueron quienes infligieron a Roma la brutal derrota de Manzikert(1071) de la cual nunca se recuperaron. A la vez, agrega que el Imperio sevio obligado a establecer una defensa en el mar, utilizando a la flota deVenecia, a cambio de concesiones comerciales calificadas como ruinosas;surgió así una división más ostensible, en razón de acudir a la protecciónde las fuerzas que el pueblo detestaba, generando con ello odio y envidia, delo cual brotó la tragedia de la caída del Imperio.63

La historia del Estado bizantino registra que la trágica caída de Andró-nico en 1185, puso punto final a sus intentos para recuperar la situacióndel Imperio, ya que su hijo Isaac II ----que era cabeza de la noble familia delos Angeli---- apoyó a la aristocracia feudal. Éste, al marchar al frente de sustropas en suelo rebelde de Bulgaria, fue muerto en la batalla sostenidaante Constantinopla.64

Del tratado de paz que sobrevino a raíz de los acontecimientos antesreferidos, resultó una nueva y diversa situación, pues Bizancio había libe-

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 37

61 Baynes, Norman H., op. cit., nota 29, pp. 46 y 47.62 Holmes, George et al. (Coord. & Editor), The Oxford history of Medieval Europe, Oxford

New York, Oxford University Press, 1a. de. 1992, Northern Europe invades the mediterranean, Ro-semary Morris, p. 171.

63 Baynes, Norman H., op. cit., nota 9, pp. 47 y 48.64 Ostrogorsky, George, History of the byzantine state, translated from the German by Joan

Hussey, revised edition 1969, Rutgers University Press. New Brunswick, New Jersey, sixth paper-back printing, 1999, pp. 401-405.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

rado la tenencia de los territorios comprendidos entre las montañas de losBalcanes y el Danubio, dando paso con ello al resurgimiento de un Impe-rio búlgaro independiente; concluye así para siempre, la época en la quese había tenido el dominio de los Balcanes, ya que los búlgaros y los ser-vios finalmente se habían emancipado.

Los peligros inherentes a la nueva situación resultante, se hicieron muyclaros cuando el Imperio oriental se encontró envuelto en una nueva cru-zada, puesto que el Santo Sepulcro había caído nuevamente en manos delos infieles y Saladino había logrado extender sus dominios desde Egiptoa Siria, ya que en 1187 estaba avanzando contra Palestina. El 4 de julioderrotó severamente a las fuerzas latinas en Hattin, tomando prisionero alrey Guy de Lusignan y entró a Jerusalén el 2l de octubre. En esas condi-ciones, el Papa Inocencio III convocó a los pueblos cristianos para iniciaruna nueva cruzada.65 La respuesta correspondió a Federico Barbarroja,Felipe Augusto II y Ricardo Corazón de León, que eran los gobernantesque tomaron el camino de la cruz, más destacados del Oeste.

Por su parte, el gobierno de Bizancio se puso en manos de Saladino,que era el mayor enemigo de los cruzados. Como respuesta, Federicoocupó Filipópolis, como si fuera una ciudad en territorio enemigo, propi-ciando un intercambio de correspondencia saturada de insultos y amargosreproches, al grado de que el propio monarca germano estaba decidido aapoderarse de Constantinopla. Después de asentarse por la fuerza enAdrianópolis, recibió en ella a los emisarios servios y búlgaros y deci-dió continuar su avance hacia la gran metrópoli, mientras que su hijo En-rique recibió órdenes de zarpar con una flota hasta las murallas de laciudad.

Ante esa situación Isaac II, llamado Angelus, se rindió y en febrero de1190 se concluyó el tratado por el cual el emperador germano debía reci-bir embarcaciones para transporte; recuperar personajes de alto rango,que fueron mantenidos como rehenes y la garantía de provisiones a bajoprecio. Así, todas las demandas de Federico Barbarroja fueron satisfechasy Bizancio tuvo que reverenciar la superioridad del emperador germano.En la primavera, éste reanudó la marcha con su ejército sobre Asia Me-nor; dirigiéndose a Tierra Santa a la que nunca habría de llegar, puestoque en 10 de junio del mismo año, al cruzar el río Salf (Cidno) en Cilicia,

38 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

65 Goetz, Walter et al., Historia universal, Heisenberg, Augusto, El Imperio bizantino, op. cit.,notas 4 y 18, p. 236.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

una vulgar caída de caballo le hacía encontrar la muerte en las aguas delrío en el que se ahogó.66

Por cuanto a la expedición de los reyes de Inglaterra y Francia, elloshabían tomado la ruta marítima que difícilmente afectó a Bizancio, yaque su esfera de influencia no se extendía hasta Palestina. Sin embargo,sus esfuerzos carecieron de éxito, pues en razón del tratado de paz de1192, Saladino mantuvo Jerusalén, de manera que los latinos solo tuvie-ron acceso a una angosta faja de tierra entre Jaifa y Tiro; puede agregarseque Bizancio sí fue molestada con un suceso marginal, consistente en latoma de Chipre por parte de Ricardo Corazón de León y el apresamientode su gobernante Isaac Comneno, entregando la isla a los Templarios yluego ----en 1192---- a Guy de Lusignan, que había sido rey en Jerusalén.De ahí en adelante, Chipre permaneció en manos occidentales.67

B. La caída de Constantinopla en 1204

La partida y muerte de Federico Barbarroja permitió a Bizancio recu-perar su libertad de acción en los Balcanes; pero George Ostrogorsky re-lata que el 24 de junio del año 1203, la flota de los cruzados se encontra-ba en las afueras de la capital bizantina, considerada como la reina detodas las ciudades. Después de la captura de Galata, la explosión queobstruía la entrada al Cuerno de Oro fue rota y los barcos de los cruzadosse apresuraron a penetrar en la bahía y, al mismo tiempo, las murallas dela ciudad fueron atacadas desde tierra firme; encontrando desesperadaaun cuando inútil resistencia de las tropas destacadas en la fortaleza, nopudieron impedir que ella fuera derribada el 17 de julio de 1203, al gradode que el emperador Alejo III huyera con el tesoro imperial y las joyas dela corona. De ahí que se restauró en el trono a Isaac II, coronándose comoco-emperador a su hijo Alejo IV. Así se mantenía un gobierno bizantino,cuando los cruzados acampaban afuera de las murallas de Constantinopla.

Finalmente, en enero de 1204 tuvo lugar la revuelta de esta ciudad, queno sólo costó el trono, sino también la vida a Alejo IV, muriendo pocodespués su padre en prisión. Como consecuencia de estos acontecimien-

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 39

66 Ostrogorsky, George, op. cit., nota 64, en cuya traducción del alemán al inglés aparece elnombre del río en los términos en que lo señalamos pp. 405-407; sin embargo, Henri Pirenne, op. cit.,nota 11 de la versión española que mencionamos, señala el nombre del río, tal como lo incluimosdentro del paréntesis. p. 208.

67 Idem.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

tos, el trono imperial se entregó a Alejo V Ducas Murtzuphlus, yerno deAlejo III y marido de Eudocia, que había sido la esposa del gobernanteServio.68

George Ostrogorsky concluye el relato del periodo en el que estamosempeñados, señalando que en la caída de Bizancio, el elemento anti-lati-no había sido el que había logrado obtener el triunfo; pero que éste sólohabía apresurado el acto final de esa tragedia, dado que los cruzados pre-paraban una nueva batalla en contra de la capital bizantina, con la inten-ción no sólo de tomarla, sino para establecer en ella su propio gobiernosobre las ruinas del Imperio bizantino.

Para llevar adelante los planes antes consignados, en marzo de 1204,tras las murallas de la capital y con la participación de Venecia como po-tencia decisiva, entonces gobernada por el duque Dándolo, a quien solo leinteresaba el aniquilamiento total del Imperio griego,69 los cruzados ela-boraron un tratado con detalladas cláusulas para el desmembramiento delImperio vencido y la fundación de otro latino en Constantinopla. Por ello,la tormenta se desató con las inevitables consecuencias, ya que el 13 deabril de 1204, la capital bizantina cayó ante la superioridad de las fuerzasde sus enemigos. Los conquistadores entraron en la ciudad, que habíapermanecido inviolada desde los días de Constantino El Grande, no obs-tante que anteriormente había resistido los poderosos asedios de los per-sas y árabes, como también de los ávaros y búlgaros, ahora sucumbía víc-tima de los cruzados y venecianos.

Durante tres días el pillaje y las masacres se prolongaron en la metró-poli. Los invaluables tesoros de lo que era entonces el gran centro de lacivilización mundial, fueron derrochados entre los conquistadores y mu-chos fueron destruídos en actos de gran barbarie. En confirmación de esareferencia, Ostrogorsky, en nota de pie de página, anota que Joffrois Vi-llehardouin, que fue el historiador de la Cuarta Cruzada, escribía en suobra, La conquista de Constantinopla, que a partir de la creación delmundo jamás se había tomado un botín tan grande de una ciudad.

A la afirmación anterior, el mismo historiador antes señalado agregabaque aún los sarracenos eran misericordiosos y bondadosos, en compara-ción con estas criaturas, que portaban la cruz de Cristo sobre sus hom-bros. Obviamente, a la división del botín le siguió la división del Imperio

40 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

68 Ibidem, p. 416.69 Goetz, Walter et al., op. cit., nota 65, pp. 236 y 237.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

bizantino, que estampó su sello en el colapso, y que por más de mediosiglo tuvo que hacerse cargo de la labor de reconstrucción en las provin-cias exteriores del mismo.70

C. El Imperio latino

En los términos pactados en el tratado de paz que se concertó al caerderrotado el Imperio bizantino, correspondió al duque de Venecia EnricoDandolo, implementar los acuerdos; el primero de ellos exigía la elecciónde un emperador por un colegio electoral, compuesto por seis francos yseis venecianos. Al reunirse tales representantes, parecía que su decisiónfavorecería al gobernador provincial Bonifacio de Montserrat, quien fue-ra inicialmente el jefe de los ejércitos de los cruzados. Sin embargo, elpropio duque, que representaba a un grupo compacto, prefirió elegir a unpersonaje que fuera menos prominente como el conde Balduino de Flan-des, a quien ----en 16 de mayo---- se coronó en Santa Sofía como gober-nante del Imperio latino de Constantinopla (1204-1205); iníciase con él ladinastía que tuvo a su cargo la atención de los asuntos públicos del go-bierno.

Por su parte, Bonifacio de Montserrat tomó posesión de Tesalónica einstaló ahí un reino, que incluía los territorios vecinos de Macedonia yTesalia. El historiador Ostrogorsky relata que los sucesores de Balduinofueron Enrique de Flandes (1206-1216), Pedro de Courtenay (1217), Yo-landa (1217-1219), Roberto de Courtenay (1221-1228), Balduino II(1228-1231) y Juan de Brienne (1231-1237).71

D. El Imperio de Nicea

Como consecuencia de la derrota padecida por el Imperio bizantino,dentro de lo que fue su orgulloso territorio, se manifestaron diversas so-beranías feudales, grandes y pequeñas, que seguían el modelo occidental,aun cuando quedaron bajo el control griego algunos sectores territorialescomo el de Epiro que se dejó bajo el déspota Miguel Angeli; y en el MarNegro se constituyó el reino de los Comnenos mayores, a cargo de los

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 41

70 Ostrogorsky, George, Ibidem, p. 417. En la misma página aparece transcrita la frase de Ville-hardouin de la que damos cuenta.

71 Ibidem, pp. 422-423 y 581.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

hermanos David y Alejo, asentados en Sinone y Trebisonda. Por su parte,el Papa Inocencio III levantó la excomunión con la que había sancionadoa los cruzados en su campaña contra cristianos.72

De una manera semejante, Teodoro Lascaris concertó una alianza conlos búlgaros y constituyó un nuevo Imperio griego, para cuya capital es-cogió Nicea, que en aquel momento constituyó un lógico refugio paraaquellos griegos que se habían quedado sin patria. De ahí que Teodoro1o. se convirtió en el jefe de su gobierno (1204-1222). El sucesor fueJuan Ducas Batzases (1222-1254), quien fue un excelente diplomático yjefe militar, que logró reconquistar la zona norte de la provincia balcáni-ca. A éste le sucedió Teodoro II Lascaris (1254-1258) y a su vez, Juan IVLascaris se hizo cargo del Imperio (1258-1261), a quien reemplazó Mi-guel VIII Paleólogo (1259-1282), al que un golpe de Estado había puestode corregente con Juan, ----hijo menor de edad del emperador----, que evi-dentemente tiempo después se hizo soberano único y es el fundador de:

E. La dinastía de los Paleólogos

Que en 15 de agosto de 1261 recuperó Constantinopla, a la que el pro-pio Miguel VIII entró por la antigua vía de los triunfadores. La referenciahistórica recopila que la dinastía fue continuada por Andrónico II, (1282-1328) y, posteriormente, por Andrónico III (1328-1341), por Juan V(1341-1391); por Juan VI Cantacuzeno, que es el único que no lleva elnombre de la dinastía (1347-1354); por Andrónico IV (1376-1379); porJuan VII (1390); por Manuel II (1391-1425); por Juan VIII (1425-1448);y culminándola Constantino XI (1449-1453),73 a quien correspondió serel último soberano de Bizancio.

X. EL SURGIMIENTO DEL ISLAM

En las páginas anteriores hemos considerado que el Imperio latinotuvo corta vida, ya que de acuerdo con el tratado de paz concertado, loscruzados obtuvieron extensos territorios en la zona sur-oriental de Euro-pa; correspondiéronle a Venecia las tres octavas partes de esas extensio-

42 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

72 Goetz, Walter et al., op. cit., nota 65, p. 237.73 Ostrogorsky, George, op. cit., nota 64, pp. 578-581 y Goetz, Walter et al., ibid., nota 65, pp.

240 y 241.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

nes y el resto fue repartido entre el nuevo rey Balduino y los barones fran-cos. Sin embargo, si bien es cierto que los bizantinos habían sido expulsa-dos de Constantinopla, también lo es que lograron reagruparse en dosáreas principales: la de Epiro ----en la costa occidental de Grecia---- y la deNicea ----en el Asia Menor----, mientras que los monarcas europeos se sen-tían cada día más distanciados de las tierras conquistadas, a las que seabstenían de enviar refuerzos militares. Ello propició que a fin de cuentas,los bizantinos pudieran recuperar Constantinopla en el año 1261.74

Al prestar atención a la expansión del Islam ----no sin sorpresa----, Hen-ri Pirenne destaca que no existe en los registros históricos un hecho que leresulte comparable, tanto en la universalidad como en la celeridad de susconsecuencias, al de la notable rapidez de su crecimiento y propagación,así como a la gran extensión de sus conquistas, pues se conoce ciertamen-te que Mahoma nace en la Meca apenas cuatro años después de la muertede Justiniano. A los cuarenta años se atribuye la condición de profeta yproclama la religión del Corán, decidiéndose ----entonces---- a unificarbajo un Dios y un solo rey, al invencible espíritu y virtudes primitivas delos árabes.75

Apenas a partir de la muerte de Mahoma (632), necesitó apenas deltranscurso de sesenta años, para extender el poder de su pueblo desde elMar de China hasta el Océano Atlántico; advirtiendo el relator que todoello ocurrió, en razón de que nada se le resistió. En efecto, de golpe derri-bó al Imperio persa (637-644); después arrebata al Imperio bizantino to-das aquellas provincias a las que pone sitio, como ocurrió con Siria (634-636), Egipto (640-642), África (698) y España (711), que quedansometidas a la obediencia política y religiosa del poderoso califa de Bag-dad, que posee la inspiración que le da la doctrina de un profeta que nació deentre ellos: obedecer a Alá y someter a su obediencia a los infieles. Suscreyentes viven estimulados por su convicción o fanatismo religioso. Sureligión fue la base que apoyó la estructura política de su unidad.

La pausa sobrevendría ----como anteriormente se señaló---- hacia los co-mienzos del siglo VIII, en 732 por las llanuras de Poitiers ante el ejército

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 43

74 Holmes, George et al., The Oxford History of Medieval Europe. Denley, Peter, The Medite-rranean in the age of Renaissance, 1200-1500, Rome, Byzantium and the muslim world, op. cit., nota62, pp. 237-240.

75 Gibbon, Edward, The decline and fall of the roman empire, an abridged version, edited andwith an introduction by Dero A. Saunders, Penguin Books, First published in the United States ofAmerica under the title The portable gibbon by the Viking Press 1952, published in Penguin EnglishLibrary 1981, reprinted in Penguin Classic 1985, pp. 652 y 653.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

de Carlos Martel. Sin embargo, desde el siglo anterior hasta el XI, el pue-blo árabe se ha convertido en el amo del Mediterráneo y los puertos queconstruye: El Cairo, para reemplazar a Alejandría, Túnez y Keruán sonlos grandes centros comerciales que se encuentran bajo su control. Anteesa situación, la navegación cristiana se limita a un discreto cabotaje con-centrado en las costas del Adriático, de la Italia del sur y entre las islasdel Archipiélago, pues todas las grandes vías marítimas pertenecen a losmusulmanes. Ello impuso que se resquebrajara la unidad europea que ha-bía existido sobre el mare nostrum.76

En la adecuada consideración de los hechos referidos en los dos párra-fos precedentes, es indispensable tomar en cuenta ----a la vez---- que mien-tras el poder de los cruzados en Tierra Santa se debilitaba, por su parte,fuerzas de los musulmanes empezaban a cernerse hacia los territoriosocupados por los cristianos; pudo advertirse que hacia la primera mitaddel siglo XIII, se habían encontrado con los movimientos confusos y desor-denados del mundo musulmán, pues en efecto, la dinastía Ayyubid, esta-blecida en El Cairo por Saladino, nunca fue un estado fuerte y centraliza-do, sino más bien una federación que se encontraba negociando y llegabaa concertar acuerdos con los cruzados, quienes se aprovechaban de laventaja que les daba la falta de unión de sus adversarios. A la vez, el cali-fato de Abbasid establecido en Bagdad, era más débil; pero la mayor sig-nificación que afligía al mundo musulmán, eran los impactos que le cau-saban las invasiones mongólicas, las cuales en 1220 habían destruído elestado de Khwarazm ----tomando Bukhara y Samarcanda---- y que en 1241habían destrozado a Hungría, hasta llegar a la costa Dálmata. Dos añosdespués, atacaron también Asia Menor y así como sorpresivamente apa-recían, también desaparecían.77

En 1250, una vez que se había desarticulado en el delta del Nilo la cru-zada del rey Luis IX, se amotinó el ejército egipcio y resultó asesinado elsultán. Así concluyó la dinastía de los Ayyubid, que fue reemplazada porla de los Mamluks; pero cinco años después reaparecieron los mongoles,que llegaron a apoderarse de Bagdad en 1258, logrando ocupar Damascocon el auxilio de los cristianos. Sin embargo, en septiembre de ese mismoaño fueron derrotados en la batalla de Ain Jalut ----en la misma Palesti-na---- por los Mamluks, que les permitió establecer el control en Siria, así

44 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

76 Pirenne, Henri, op. cit., nota 11, pp. 35-39.77 Holmes, George et al., ibid., p. 244.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

como con tal golpe, dejar definida la condición del mundo musulmán. Deahí en adelante, los Estados cristianos quedaron condenados, ya que elnuevo sultán Baybars, que era un fanático militar, se lanzó en contra delas poblaciones y fortalezas controladas por los cruzados, apoderándosede cada una de ellas. Así, en 1265 tomó Cesarea, Haifa y Arsuf; al añosiguiente Safad ----y con ella Galilea---- y, en 1268 Jaifa y Beirut; llegó aampliar su acción brutalmente hacia el norte, donde saqueó Antioquía,continuando en 1271 contra los castillos y refugios de Krak des Cheva-liers y Akkar. Luego, ofreció una tregua estratégica de diez años, que re-sultó aceptada y renovada en 1281 por su sucesor, Kalavun; pero cuandoéste fortaleció sus ejércitos, marchó contra Trípoli, a la que capturó en1289. Dos años después, con la caída de Acre y la evacuación de las guar-niciones que se mantenían y de todas las poblaciones, las ocupacionescristianas ultramarinas tocaron a su fin, ya que se habían rendido antefuerzas superiores.78

XI. LA CAÍDA FINAL DE CONSTANTINOPLA

Por su parte, Mahoma II ----a quien la historia califica como El Con-quistador---- se había convertido en sultán de su pueblo y su primer granobjetivo era apoderarse de Constantinopla, ya que ésta se encontraba enel corazón del territorio otomano, de manera que dividía las posesionesturcas de Europa con las de Asia. Por tanto, su voluntad era constituir a lagran ciudad en el centro de su poderoso Imperio.79 De ahí que estratégica-mente, levantó un castillo llamado Rumili Hissar, que se localizaba en laentrada norte del estrecho del Bósforo, que por su ubicación geográficapodía cerrar y bloquear el acceso a todos los navíos.

Ante esa situación, el monarca bizantino, Constantino XI Paleólogo,pudo percatarse del riesgo inminente que resultaba, preparándose militar-mente con escasos millares de hombres, para afrontar todas las contingen-cias. En esas circunstancias, a principios de abril de 1453, reunido el po-deroso ejército de doscientos cincuenta mil musulmanes, comandados porel sultán se presentó con cerca de trescientos navíos ----muchos de ellosimprovisados---- frente a las murallas de Constantinopla.80

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 45

78 Ibidem, pp. 244 y 245.79 Ostrogorsky, George, op. cit., nota 64, p. 567.80 Goetz, Walter et al., Historia universal. La Edad Media hasta el final de los Staufen (400-

1250), op. cit., nota 4, p. 248.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

Por el otro lado, de acuerdo con el relato de George Ostrogorsky, ape-nas se encontraban quinientos griegos y aproximadamente dos mil solda-dos extranjeros, de los cuales el principal contingente de occidentalesconsistía de setecientos genoveses, que acababan de llegar a la ciudad endos galeones, por lo que dicho historiador calcula que la superioridad nu-mérica de la fuerza atacante, ante aquella de los defensores, era superioral cálculo de diez a uno; lo que determinaba que la capacidad defensivano radicara en el valor de sus hombres, sino en la posición estratégica dela propia ciudad y en la dimensión de sus murallas, que tanto Juan VIIIcomo Constantino XI, se habían ocupado de mantener en buenas condi-ciones. Por su parte, los atacantes habían adquirido nuevas armas, jamássoñadas, particularmente en el renglón de la artillería.81

Sin embargo, en el triángulo que figuraba la gran urbe, los dos ladosque se prolongaban por el mar resultaban inaccesibles a cualquier enemi-go y, entre los dos costados marítimos, la base terrestre del triángulo seencontraba fortificada por una doble muralla y un foso con una profundi-dad de aproximadamente treinta metros; eran instalaciones que se prolon-gaban cerca de diez kilómetros y contra ellas los otomanos dirigieron suataque principal. En cuanto al emperador, tenía en la plaza una guarniciónde siete a ocho mil soldados, para defender las murallas de la capital yapenas pudo reclutar cerca de cinco mil voluntarios más que se aprestarana colaborar en la defensa, para la cual ordenó se apostaran en las posicio-nes principales; y personalmente, el mismo emperador, se encargó de ladefensa de la muralla externa.

Una vez que se iniciaron los ataques tanto por tierra como por mar, losinvasores encontraron tenaz resistencia durante varias semanas por partede los defensores; pero después de un sitio de cuarenta días en los que losdestacamentos de los defensores estaban exhaustos, así como las fortifica-ciones se hallaban desmanteladas y presentaban numerosas brechas ----lo quehacía razonables las negociaciones para concertar un tratado de paz---- éstefinalmente fue rechazado, ya que el sultán declaró su decisión final: en-contrar un trono o una tumba bajo las murallas de Constantinopla. Por laotra parte, el sentimiento del honor y el temor de un reproche mundial,impedía al monarca Paleólogo el entregar la ciudad en manos de los ad-versarios y ello le hizo confrontar los últimos extremos de la batalla.82

46 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

81 Ostrogorsky, George, op. cit., nota 66, pp. 569 y 570.82 Gibbon, Edward, op. cit., nota 75, pp. 671 y 672.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

Para aproximarse al momento culminante de aquellos acontecimientosbélicos, el historiador Edward Gibbon agrega que después de varios días,empleados por el sultán para preparar el último asalto, encontró una res-puesta favorable en los astros, que le señalaron el veintinueve de mayocomo la hora afortunada y fatal. Para dirigirse a ella, al anochecer del díaveintisiete expidió sus ordenes finales, y al alba de la fecha esperada, losturcos asaltaron la ciudad por tierra y mar; debe considerarse que en la esce-na de horror que genera un ataque general, todo es sangre y confusión.

En esas circunstancias, se calcula que el número de los otomanos eracincuenta o quizás cien veces superior de aquel de los cristianos y la do-ble muralla fue reducida por los impactos del cañón a un montón de rui-nas; desde luego, en un circuito de varios kilómetros, era evidente quealgunos de sus lugares fuera encontrado como más fácil de penetrar o conmenor resguardo. Finalmente, vencida la tenaz resistencia, sucumbieron,como también le ocurrió a la vida del propio monarca defensor, ante lasacometidas de las huestes del sultán. A partir de ese momento, se desen-frenó la voraz rapiña y el desorden que prevalecieron desde la primerahasta la hora octava, cuando el sultán rebasó en triunfo la puerta principalde la ciudad y al llegar al templo de la Santa Sofía, desmontó de su cabal-gadura y entró solemnemente en ella.83

En las observaciones de Gibbon, podemos tener en cuenta el relato lu-minoso de la miniatura histórica que la gran literatura del siglo XX debea Stefan Zweig, con su magnífica referencia a lo que él denomina mo-mentos estelares de la humanidad, en cuya presentación explica la analo-gía que existe entre el artista y el historiador; por corresponder al prime-ro, en la continuidad de su existencia, la aparición de ciertos raros peroextraordinarios momentos, en los que percibe en lo más profundo del in-terior de su ser, el numen sutil y secreto que le trasmite el soplo magnífi-co de la inspiración; y propiamente a la historia, como cronista de todoslos tiempos, el lograr enlazar las centurias en las que se manifiesta la exis-tencia humana, con la permanencia de su continuidad creadora, en la quedía tras día, se dan sucesos que ----aparentemente sin importancia o signi-ficación---- se convierten en instantes impregnados de una trascendenciasublime, imposible de anticipar.

Así ocurre con los que el mencionado escritor y artista, denomina mo-mentos estelares de la humanidad, que en realidad entraña la conjugación

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 47

83 Ibidem, pp. 672, 675, 677-685.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

de los tiempos ----segundos, minutos, horas, días y años---- que sólo al cul-minar revelan el verdadero sentido de su acaecer, ya que ese instante queen su primera apariencia se muestra como insignificante, va a produciruna trascendencia histórica, que logrará tener repercusiones en la sendade los siglos y en el rumbo que a ella le corresponderá. De ahí que en laselección de las miniaturas históricas que Zweig presenta, incluye entreesos momentos estelares la conquista de Bizancio, con el dramático acon-tecer que le caracteriza.

En la consideración de los hechos de los que hemos dado cuenta enpárrafos anteriores, el cronista tiene presente que ante el huracán que sig-nifica la presencia del ejército otomano en la llanura de Bizancio, a lacapital del Imperio sólo le queda el poder de la resistencia de sus mura-llas, que era ----como lo hemos advertido---- una fortificación triangularconsiderada como inexpugnable; tal idea sugerían los flancos existentesfrente al Mar de Mármara y la bahía del Cuerno de Oro.

Así, después de las seis semanas del constante asedio, llega el momen-to final, ya que ambos jefes de los adversarios ----emperador y sultán----saben que la llegada de ese día ----29 de mayo---- sería decisivo para lahistoria de los siglos futuros. En tal empeño, apenas a la una de la madru-gada, el sultán da la señal para iniciar el ataque. En el transcurso de lastrágicas horas del combate acaecen las más diversas alternativas, pues enla sucesión de las horas, los acontecimientos cambian constantemente deperfil; tal parece que finalmente los defensores van a resistir y lograr ha-cer retroceder a los agresores.

La decisión se enfrenta a la desesperación, y durante un instante aún pare-ce que Bizancio se va a salvar; la más extrema desesperación ha consegui-do repeler el más feroz de los ataques. Pero entonces acontece una trágicacasualidad, uno de esos enigmáticos incidentes que a veces provoca laHistoria en sus inescrutables resoluciones. Ocurre algo incomprensible.Por una de las múltiples brechas de las murallas exteriores han entradounos cuantos turcos, no lejos del lugar donde se desarrolla lo más fuertede la lucha, y no se atreven a atacar la muralla interior. Mientras, curio-sos y sin ningún plan determinado, vagan por el espacio que media entrela primera y segunda muralla de la ciudad, descubren que una de las puer-tas menores del muro interno, la llamada Kerkaporta, ha quedado abiertapor un incomprensible descuido. Se trata de una pequeña puerta por lacual entran los peatones en tiempos de paz durante las horas que perma-necen cerradas las mayores, y precisamente porque carece de la menor

48 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

importancia militar, se olvidó su existencia durante la excitación generalde la última hora. De momento sospechan los jenízaros que se trata de unardid de guerra, ya que no conciben por absurdo que mientras ante cadabrecha y cada puerta de la fortificación yacen amontonados millares decadáveres, corre el aceite hirviendo y vuelan las jabalinas, se les ofrezcaallí libre acceso, en dominical sosiego, por esta puerta, la Kerkaporta, queconduce al corazón de la ciudad. Por lo que pudiera ocurrir, piden refuer-zos y, sin hallar ninguna resistencia, la tropa penetra en el interior de Bi-zancio, atacando por detrás a sus defensores, que jamás hubieran sospe-chado tamaño desastre. Unos cuantos guerreros descubren a los turcosdetrás de las propias filas y de un modo aterrador surge el grito que encualquier batalla resulta más mortífero que todos los cañones, sea o no ladivulgación de un falso rumor: <¡La ciudad ha sido tomada!> Los turcosrepiten aquellas terribles palabras con estentóreas voces de triunfo traslas líneas de los sitiados: <¡La ciudad está tomada!> y este grito acabacon toda la resistencia. Las tropas, que se creen traicionadas, abandonansus puestos, para salvarse a tiempo acogiéndose a los barcos. Resulta inú-til que Constantino, con algunos incondicionales, haga frente a los atacan-tes. Como otro combatiente cualquiera, cae en el fragor de la batalla, y hade llegar el día siguiente para que, por su purpúreo calzado, que ostentaun águila de oro, se pueda reconocer entre los apilados cadáveres de losheroicos defensores de Bizancio al último emperador, que honrosamentedio su vida, perdiendo al mismo tiempo con ella el Imperio romano deOriente. Un hecho insignificante, el que la Kerkaporta, la puerta olvidada,estuviese abierta, decidió el rumbo de la Historia... Espantoso eco encuen-tra la noticia en Roma, en Génova, en Venecia. Como el retumbar del true-no se extiende a Francia, a Alemania, y Europa ve, conturbada, que porculpa de su ciega indiferencia ha penetrado por la Kerkaporta, la malha-dada y olvidada puerta, una nefasta y devastadora potencia que debilitarásus fuerzas por espacio de siglos. Pero en la Historia ----como en la vidahumana---- el deplorar lo sucedido no hace retroceder el tiempo, y no bas-tan mil años para recuperar lo que se perdió en una sola hora.84

La caída de la gran urbe estaba consumada y ella fue el final del Impe-rio bizantino, que así dejó de existir. El símbolo del cristianismo ortodo-xo con la iglesia de Santa Sofía convertida en mezquita turca y Constanti-nopla se transforma para convertirse en la capital del Imperio delconquistador. El historiador Ostrogorsky culmina su exposición manifes-

EL RENACIMIENTO MEDIEVAL DE LA JURISPRUDENCIA ROMANA 49

84 Zweig, Stefan, Momentos estelares de la humanidad (Doce miniaturas históricas), Barcelo-na, Editorial Juventud, S.A., 1a. ed. en lujo, marzo de 1958, pp. 50-56.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG

tando que la influencia de la cultura bizantina tuvo marcadas consecuen-cias tanto en Oriente como en Occidente; considera que a través de ella,la antigüedad greco-romana sobrevivió a las edades, en razón de que Bi-zancio fue el donante y el Occidente su recipiendiario. El aserto anteriorse confirmó durante el Renacimiento, cuando se manifestó un gran interésen el conocimiento de la civilización clásica y nuestro hemisferio encon-tró que ello podía satisfacerse examinando los tesoros de los tiempos pre-cedentes en las fuentes bizantinas, ya que en ellas se había preservado esaherencia y, al hacerlo, se había satisfecho su misión en el mundo de lahistoria, pues había salvado de la destrucción, el derecho romano, la lite-ratura griega, su filosofía y aprendizaje, de manera que esta herencia in-valuable pudiera trasmitirse a la gente de la Europa occidental que ya es-taba lista para su recepción.85

50 JORGE MARIO MAGALLÓN IBARRA

85 Ostrogorsky, George, op. cit., nota 64, p. 572.

Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv

DR © 2002. Instituto de Investigaciones Jurídicas - Universidad Nacional Autónoma de México

Libro completo en: https://goo.gl/ecSqfG