Card Slash 02 - Rival

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Capítulo 2

Rival

Ciudad Kusanagi. Centro Online – Sala de Cápsulas.

—Bueno, ya era hora, ¿no? — reprimió Hibiki la tardanza de sus amigos —. Me refiero, hemos

quedado como hace...

—Exactamente, menos cinco minutos. Vamos, que hemos llegado antes de la hora.

—No os entiendo. ¡Deberíais estar emocionados de poder jugar! ¡Dando botes de alegría por

todos lados!

—Vaya...— susurró la chica del grupo mientras palpaba sus bolsillos en busca de su ID —. Eres

incorregible. ¡Debería ser yo la que estuviera emocionada! ¡Van a abrir un gremio de caza-recompensas!

¡Podré tener más tesoros que todos vosotros!

—Te veo emocionada, ¿eh? — el joven de la gorra se lanzó a abrazar a su chica —. ¡Y tú que

decías que no te iba a gustar! ¿Eh? ¿Eh?

—Bueno, parejita. ¿Os importa que entremos ya? — Kamon lanzó una mirada asesina indicando

que ya era hora de iniciar sesión en el juego —. Las partidas de cartas no se ganan solas. ¡Tiene que

haber un líder!

Los tres amigos insertaron sus IDs en las primeras cápsulas que encontraron libres. La cegadora

luz de siempre dio paso a los estilizados edificios de la capital del juego.

Sector Central. Ciudad Cobalto – Plaza central.

El ambiente estaba más animado que de costumbre. Más de medio centenar de jugadores

aguardaba paciente su turno frente a una puerta metálica que se hallaba cerrada a cal y canto. Algo más

Card Slash © Javier Escámez "Habimaru" 2010.

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arriba se encontraba un cartel que rezaba “Gremio de Caza-recompensas. Gran apertura”, acompañado

de unos relieves cobrizos que mostraban distintos tipos de tesoros.

—¿Qué? — la chica del pelo rosa estiró sus brazos hacia abajo indignada por la larga cola que

rodeaba la plaza —. ¡Os lo dije! ¡Deberíamos haber venido antes!

—De hecho, fui yo quien lo dijo — Hibiki se limitó a ajustarse la gorra — Pero bueno, ¡hoy me

toca a mí esperar por ti!

—Porque yo no pienso hacerlo — su compañero se giró tan rápidamente que hizo ondear su capa

—. Nos veremos luego, supongo.

El chico pelirrojo continuó andando sin decir una palabra, a contracorriente de los nuevos

jugadores que se acercaban a averiguar algo más de la última actualización del Staff.

Sector Central. Ciudad Cobalto – Club de Jugadores

—¡Buenos días! — Kamon saludó a un local vacío, en el que sólo un tendero atendía una barra

desierta.

—Oh... Un cliente... — la persona al otro lado de la barra parecía desganada —. ¿Qué va a ser?

—Veo que una partida no, así que tomaré un refresco de piña — respondió cabizbajo.

—Siempre es así — el camarero puso un vaso frente a Kamon —. El Staff crea un nuevo juguetito

y se olvidan del Club de Jugadores.

—Es muy triste — el pelirrojo dio un buen trago — ¿Y ahora quién jugará conmigo?

Se hizo, por un momento, el silencio. Kamon se limitó a terminar de beber, mientras que el

tendero sólo observaba la inmensa cola por la ventana.

—Yo — una voz femenina hizo al chico mirar hacia la puerta —. Seré tu rival.

Kamon reparó poco a poco en su aspecto. Su pelo, de color celeste intenso, se hallaba recogido en

una larguísima coleta que caía desde muy alto. Su expresión mostraba el equilibrio perfecto entre


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simpatía y dureza, ocultando de una forma bastante efectiva sus pensamientos.

Su forma de vestir estaba a medio camino entre lo provocativo y lo clásico. Mientras que llevaba

cubierto su torso con una camiseta sin mangas, la mitad inferior de su cuerpo sólo se protegía del frío

gracias a unos ceñidos pantalones cortos y unas sugerentes medias. Pero lo que más llamó la atención del

pelirrojo fue su capa.

—Parece que tenemos aquí a una jugadora — saludó Kamon —. Y, si me permites el cumplido,

bastante atractiva.

—¿No te enseñó tu madre a presentarte antes de hablar? — le recriminó.

—Vaya, parece que alguien viene de bastante mal humor por aquí, ¿no?

—Todos van como ovejas a las novedades — se quejó, mientras se sentaba a pedir algo de beber

—. ¿Y quién se acuerda de los jugadores?

—Transistor MOSFET.

—¿Qué? — la chica dejó de beber de inmediato.

—Querías saber mi nombre, ¿no? —Kamon hizo girar su vaso sobre la barra — Ése es.

—Así que has sido tú — golpeó la mesa con el puño — Me has robado el nombre.

—¿Qué?

—No me hagas repetirme. Me has robado el nombre. Nunca pensé que pudiera encontrar aquí a la

persona que lo hizo.

—¡Es casi imposible que alguien más quisiera llamarse así!

—¡Pues yo quería hacerlo! ¡Quería el nombre más original! — se quejó.

—Entonces... ¿Qué apodo usas?

—Diodo Zéner — la joven de pelo azulado sonrió de una forma desafiante — ¡Cambiemos

información!

Kamon acercó su Lector al de Zéner, lo que formó una chispa como la que ya había visto en un


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par de ocasiones anteriormente. “Amigo Registrado”, leía la pantalla.

—Me pregunto si seremos tan amigos como dice este monitor —se preguntó el chico para sus

adentros.

—No te lo perdonaré, pelirrojo. Me lo has robado.

—Pues lucha por él, ricura — le desafió, materializando su mazo de cartas en la mano.

Sector Central. Ciudad Cobalto – Plaza central.

Hibiki y Noriko seguían esperando impacientemente su turno en la abarrotada cola, a la que se

unían personas a un ritmo alarmante, que se había formado en la Plaza central.

—¡Cómo tardan! — resopló Hibiki — ¡Y no hace más que llegar más gente! ¡Y más gente! ¡Y

más gente!

Noriko no contestó. A cambio, se limitó a mirar con dulzura a Hibiki, que no hacía más que

quejarse. Quizá a veces fuese impulsivo e infantil, pero no le importaba. En el fondo, se trataba de un

chico dulce y atento, cuya sonrisa muchas veces tenía la respuesta a todos sus problemas. Alguien que ha

estado ahí en todos los malos momentos, dedicándole la mejor de sus sonrisas. Cuidando de ella.

—¿En qué piensas, Noriko? — el chico se inclinó ante ella para ver su rostro con más claridad.

—En ti. Gracias por quedarte conmigo — Noriko se lanzó a darle un fugaz beso.

—Es lo mínimo que te debía — esbozó una pequeña sonrisa — Ayer estaba demasiado

emocionado para recordar que existíais. Ahora me toca a mí decirlo: sabes que estaré ahí.

Poco a poco, la cola iba avanzando, en silencio. Para ellos, era uno de esos momentos que no

necesitaban palabras. Siquiera gestos. Sólo sus cálidas manos, unidas entre sí.

—¡Siguiente! — advirtió la voz de una NPC de cabello plateado y cara de estar harta de su

trabajo.

—Hola, veníamos a informarnos sobre...


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—Ya lo sé, los caza-recompensas — interrumpió de una forma algo apática — Ya, sí, es lo único

que hacemos aquí. ¿Queréis apuntaros los dos?

—¿Es gratis? — inquirió Hibiki.

—Mil chips — respondió sin inmutarse, mientras se miraba el intenso color de sus uñas.

—¿Chips? ¿De qué me hablas?

—Otro que no se ha leído la actualización de hoy... — resopló —. Desde hoy, las monedas se

llaman chips. A algún genio no le gustaba que se llamasen monedas y encontró este nombre. Ya sabes,

como las fichas que se usan para jugar al póker. Cartas, póker... Chips... Ja, ja.

—Igualmente, paso — se limitó a recolocarse la gorra —. Tenemos suficiente con una cazadora

en el grupo.

—Que así sea —sentenció la chica mientras hacía aparecer unas rediseñadas monedas en su mano

izquierda—. Mil chips.

—Bienvenida al gremio de caza-recompensas y bla, bla, bla — comentaba con desgana — Aquí

podrás conseguir jugosos tesoros si cumples con los requisitos de las misiones que puedes encontrar en el

tablón de la calle. Sólo tienes que usar tu ID para informarte sobre la que más te interese y... — suspiró

— A la aventura. En fin, que te diviertas.

Ambos salieron de la habitación inmediatamente. Aunque Noriko parecía emocionada por su

inscripción, el chico parecía algo molesto por la actitud de la NPC. Al fin y al cabo, no era más que una

inteligencia artificial programada en el juego. Y eso le molestaba aún más.

—No lo entiendo... ¿Qué clase de apático programaría un personaje así? No tiene sentido.

—Pues a mí me ha hecho gracia — contestó Noriko — Se sale de los estereotipos de

recepcionista amable.

La chica interrumpió la conversación para mirar la lista de misiones disponibles. Entre más de

medio centenar de tareas, entre las que podía encontrar cosas como escoltar a un personaje hasta el

Sector Sur, vencer a monstruos de alto nivel que sólo aparecen tras cumplir una serie de objetivos y


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capturar uno de los lobos del bosque, eligió una indicada para “Nivel 5 y superiores”, La Torre del Reloj.

Donde giran las manecillas.

Donde las campanas truenan.

Es ése el lugar.

El lugar donde un tesoro encuevan.

Quizá varias plantas hayas de subir.

Otras cuantas habrás de bajar.

Sólo los que tengan la clave.

Sólo los que encuentren la llave

La encomendada misión podrán completar.

Sector Central. Ciudad Cobalto – Club de Jugadores.

—Considera nuestra contienda comenzada.

Kamon lanzó una moneda al aire, que cayó en su contra. Aún así, miró con aires de superioridad

sus primeras cinco cartas y esperó a que la chica colocara sobre la mesa sus primeras dos criaturas de

Nivel 1, que no sumaban más de ocho puntos de Energía, insuficiente para invocar siquiera un monstruo

de Nivel 2.

—Carta de Habilidad: Invocación Nivel 0 —continuó con total tranquilidad — Invoco a un Lobo,

y como puedes ver en la carta, forma una criatura de Nivel 3 junto al Escarabajo Azul y el Robot Base.

¡Fusión: Shoutbot!

Shoutbot, criatura Robot. Carta incolora de 250 Puntos de Ataque y 150 Puntos de Vida. Según la

descripción, su Habilidad Especial era un aumento de 25 Puntos de Vida por cada robot en juego. Por

suerte, en el mazo de Kamon no había ninguno.


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—Me toca. Por lo pronto, aquí van dos criaturas de Nivel 1 y, gracias a la Carta de Habilidad:

Beso de Hada, sus Puntos de Ataque son triplicados.

—¿Sólo eso? ¿Unos tristes ciento ochenta AP y sesenta HP? — se burló la chica —. Parecías un

rival mucho más digno, MOSFET.

—No — giró una de las dos cartas restantes —. Bloqueo F. Durante las próximas dos Fases de

Ataque no podrás usar criaturas generadas por fusión.

—¡Já! ¡Bloqueos a mí! ¡Desbloqueo!

—Desbloqueo. Deshace el efecto de cualquier tipo de Bloqueo sobre el terreno de juego. Buen

movimiento... Pero mala suerte.

Kamon puso la última carta de su mano sobre la mesa, una Carta de Habilidad con la imagen de

un lobo como los que se podían encontrar en los Bosques de Cobalto. Su título leía “Lobo ALT –

Cancelación H”.

—Gracias, Hibiki — murmuró entre dientes — Vaya, parece que no podrás hacer esa tontería.

Cancelación H anula el efecto de la Carta de Habilidad contra la que se emplea. Y como bien sabrás, las

cartas ALT doblan su función como monstruo, en este caso de nivel cero. Y con la habilidad de Beso de

Hada aún activa, mis fuerzas alcanzan 210AP y 100HP. Nada desdeñable contra tu robotito bloqueado,

¿no?

—Te odio, maldita estructura de silicio — se quejó la chica, algo molesta por el resultado de la

ronda.

Durante la Fase de Ataque, Kamon concentró todos sus ataques contra el Shoutbot se su rival,

destruyéndolo por completo y restando sesenta puntos a la vida total del adversario. Por su parte, Zéner

se tuvo que limitar a recibir el golpe con entereza.

Ambos contrincante tomaron dos cartas para empezar el nuevo turno.

—Llegó la hora... ¡De mi contraataque! Carta de Habilidad: Reestablecer.


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Sector Central. Torre del Reloj – Entrada.

Por su parte, Hibiki y Noriko seguían ajenos a la contienda que se llevaba en el desolado Club de

Jugadores, mientras tomaban la salida norte de Ciudad Cobalto para alcanzar la mentada Torre del Reloj.

La entrada a la torre estaba desierta. Sólo dos personas esperaban en la puerta: un chico con unas

gafas de aviador en el pelo y ropa decorada con motivos ígneos y una chica de piel morena que, por su

color de pelo, podría decirse que hiciera fotosíntesis.

—¡Hola! — gritó la vivaracha chica al ver a Hibiki acercarse — ¿Vienes aquí por la misión?

¿También vais a subir a la Torre del Reloj?

Noriko la inspeccionó de arriba abajo. En contraste a sus múltiples pinzas y decoraciones en el

pelo, la desconocida lo llevaba sin más decoración que un lazo en la parte trasera. Su forma de vestir

también era bastante simple: un corsé para la parte de arriba y una falda en la inferior, ambas prendas de

un color ligeramente más oscuro que el de su cabello.

—¡Hey! ¿Queréis que vayamos juntos? ¡Podemos hacerlo mejor entre los cuatro!

—No ayudes al enemigo —intervino el otro chico, de voz algo más tosca —Si vamos cuatro,

habrá menos tesoro para nosotros.

—Pero... ¡El juego es para divertirse! ¡Con cuatro personas seguro que es el doble de divertido!

—Dije que te ayudaría. A ti. No a ti, a la chica gato y al gorritas — el chico miró en la dirección

opuesta.

—Retira lo que has dicho — Hibiki invocó su pistola y apuntó al chico de pelo puntiagudo con

ella —. ¡Nadie se pone borde con mi chica!

—¿Tu chica? ¡Já! — el desconocido sacó otro arma totalmente igual al de Hibiki y se limitó a reír

— ¿Un pringado como tú?

Bang. Hibiki apretó el gatillo contra su rival.

—Ahora prueba a hacerlo cuando estemos en PvP, idiota — vaciló, arrastrando de la chica


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mientras caminaba —. Vámonos, Emerald.

—Lo siento, chicos — se excusaba Emerald mientras era arrastrada al interior de la torre — Nos

volveremos a ver, ¿vale? — su tono sonaba igual de dulce que antes.

—Eh, imbécil — Hibiki guardó su arma para dirigirse al chico de la ropa llameante —. Hiro. No

olvides mi nombre.

—Touchdown. Pero no hace falta que lo recuerdes, pronto estará en todas partes.


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