Carlo Guinzburg, El Queso y Los Gusanos

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    Resea bibliogrfica

    Ficha bibliogrfica: Carlo Guinzburg, El Queso y los gusanos: el cosmos, segn un molinerodel siglo XVI, Barcelona, Muchnik Editores, 1976, 252 pginas.

    Presentacin del autor, investigaciones y tendencias historiogrficas

    Carlo Guinzburg es uno de los iniciadores de la corriente historiogrfica que se ha llamado"microhistoria" o "microanlisis", podramos encuadrar a este autor - a efectos de

    sistematizar la ponencia- en una vertiente cultural, y destacar a otro iniciador de estacorriente, Giovanni Levi en cuanto a la dimensin social.

    Primeramente, la obra de Guinzburg parece marcar un retorno a la historia narrativa, unahistoria narrativa que esta matizada por diversos aspectos a considerar. Dicho de otro modo,la pretensin ilustrada de una historia regida por velos estructuralistas de corte sociolgicoy marxista que postularon un proceso evolutivo dotado de sentido y de telos, dej paso auna historia entendida como mezcla singular, irrepetible, de elementos azarosos. A esa

    crisis de sentido objetivo, acompaada del giro lingstico, que signific el inicio de lacorriente microhistrica, quiso decir que la sociedad no existe como totalidad estructurada,los anclajes de los hombres en la sociedad son mltiples y descentrados, el proceso histricono est regido por una ley, la historia no tiene un fin y, por tanto, ms que un cientfico que

    explica el historiador es un intrprete que narra.Esta giro metodolgico y conceptual, concluye en una serie de incorporaciones

    metodolgicas y el refinamiento de la investigacin, en dicho sentido. Por una parte, sedespert la atencin a lo pequeo, lo particular, los sujetos individuales, como la obra de

    Guinzburg, escrita en 1976,El queso y los gusanos. No se trataba simplemente de unrenacido gusto por lo biogrfico y lo narrativo, sino de penetrar a travs de la vida y lascreencias de un molinero que tuvo que lidiar con la Inquisicin en el mundo mental, los

    valores, el poder, el lenguaje, de una poca. Por otra parte, liberados del cors de losgrandes paradigmas estructuralistas y de la determinacin por la economa o la geografa,los historiadores comenzaron a aventurarse por terrenos antes poco transitados: la edad y el

    gnero, el trabajo y los rituales, el vestido y la comida, la comunidad y la fbrica, laspasiones y los gustos. Lo paradjico es que este renovado inters por microunidades, porcomunidades locales o acontecimientos singulares, esta vuelta al sujeto, vino acompaado,

    tambin desde el segundo lustro de los aos setenta, por el avance de los que usan eltelescopio para dar cuenta de grandes procesos. Lejos de tirar a la basura los frutos del

    fecundo encuentro entre historia y ciencias sociales, no han dejado de aparecer obras quehan estudiado fenmenos como la formacin del Estado moderno, las revoluciones, los

    procesos de nacionalizacin, la aparicin y consolidacin de una economa-mundo. PerryAnderson y suLinajes del Estado absolutista es de 1979, mismo ao en que apareci

    Estados y revoluciones sociales, de Theda Skocpol, seguidos de cerca por las fundamentalesobra de Inmmanuel Wallerstein.

    Sin embargo, podramos decir que la microhistoria no tiene nada que ver con la historialocal. Dicho de otro modo: el anlisis micro no significa de ninguna manera el abandono atoda pretensin para acercarse a la globalidad. En este sentido, la perspectiva de anlisis

    llevada a nivel micro se desarrolla segn un movimiento, una dialctica, que hacedesplazarse la observacin desde la estructura a la coyuntura para, en una ltima instancia,

    regresar a la globalidad. Asimismo, hay que tener en cuenta que ambos planteos

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    epistemolgicos ( el estructuralista o "annalista" frente al microhistrico) se diferencianmediante su concepcin de la sociedad y del funcionamiento de los grupos sociales. Los

    trabajos fundamentados en una reconstruccin de los grupos sociales segun otros enfoquestradicionales admiten, implcitamente en la mayora de los casos, que la definicin

    socioeconmica del grupo, el ambiente, o dicho de otro modo "la estructura", prevalecesobre cualquier otro criterio de identidad. A la inversa, lo que interesa al anlisis llevado

    acabo desde una perspectiva micro no son tanto las estructuras en s sino mas bin lasdinmicas sociales que las afectan.

    En este sentido, se puede decir que la finalidad de uno y otro anlisis del historiogrfico esradicalmente distinta : uno centrado en la identificacin de los lmites que permiten

    distinguir a los grupos sociales entre s , en cambio la perspectiva micro pretende identificarlas conexiones que los distintos actores sociales son capaces de establecer para conseguir y

    alcanzar sus objetivos de ascensin o de estabilizacin social, o sus manifestacionesparticulares en determinado contexto, con su particular discurso e inmersos en un discurso

    hegemnico.

    Resumen temtico global

    La historia relatada por Carlo Guinzburg sobre Menocchio, un molinero italiano del sigloXVI, muerto en la hoguera por orden del Santo Oficio, muestra claramente de qu manerase discursivizan en una poca ciertas representaciones de mundo, un imaginario que no selimita a lo que existe sino que comprende todo el sistema de creencias que fundamentan unconocimiento compartido, donde el molinero se haca eco inconscientemente de mitosantiqusimos y remotos, como mitos indios y chamnicos. Porqu el queso y los gusanos?Menocchio en su danza de trminos teolgicos mantena una lnea constante: el rechazo aatribuir a la creacin del mundo a la divinidad, junto con la presencia de la proposicin, elqueso, los gusanos ngeles nacidos del queso. Por otra parte, como Galileo en la misma

    poca, Menocchio comenz discutiendo el uso del latn:"La opresin que ejercan los ricos sobre los pobres mediante el uso, en los tribunales, deuna lengua incomprensible como el latn: ( "Yo soy de la opinin que hablar latn es undesacato a los pobres, ya que en los litigios los hombres pobres no entienden lo que se dicey se hallan aplastados, y si quieren decir dos palabras tienen que tener un abogado")".(Guinzburg; 1976: 42).A lo que contina con una crtica a los sacramentos, a las Sagradas Escrituras y a laposicin de la Iglesia en su contexto, la mayora de sus afirmaciones las hizo Menocchio enun nico y largo interrogatorio con una seguridad y agresividad inucitadas para losparmetros de la poca, teniendo en cuenta su posicin aislado y marginal en el contextosocio-poltico. Episteme y doxa -conocimiento cientfico y saber popular- no estabanprofundamente divorciados y sin embargo comenzaban a mostrar en cada uno de suscuerpos (marca, seal, huella, lesin, orificio, trastorno), una fractura por donde habra deentrar el pensamiento disidente.Es en este punto donde el autor a lo largo de toda su obra, tratar de girar alrededor de unacuestin de pleno alcance actual: la relacin entre cultura subalterna y cultura dominante.En palabras del propio autor: "... las tendencias de fondo de la cultura campesina y la de lossectores ms avanzados de la alta cultura del siglo XVI. Explicar estas analogas mediantela simple difusin de arriba abajo, significa aceptar sin ms la tesis insostenible, segn lacual las ideas nacen exclusivamente en el seno de las clases dominantes. El rechazo de esta

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    explicacin simplista indica, por una parte, una hiptesis mucho ms compleja sobre lasrelaciones... entre cultura de las clases dominantes y cultura de las clases subalternas"(pg.184) . Es en este sentido, donde el autor marca la tarea de R. Mandrou. donde sepropuso estudiar la cultura popular a partir de la cultura impuesta a los sectores subalternos,operacin que no deja de ser errnea ya que obviar la dificultad que implica un anlisis deeste tipo, significa volver al punto de partida. Por lo tanto, Guinzburg plantea una dicotomacultural, pero tambin circularidad, influencia recproca -especialemente intensa durante laprimera mitad del siglo XVI- entre cultura subalterna y cultura hegemnica.Por otra parte, el autor plantea una serie de cuestiones a lo largo de la obra que refiere a lostrminos indicados anteriormente: la dinmica de las fuerzas sociales en torno al complejoestructural. Una relacin compleja e indemostrable, por un lado por la naturalidad de ladocumentacin (el hecho que el interrogatorio al acusado sea bajo amenaza de muerte,plantea dificultades metodolgicas, por una lado la parcialidad de las fuentes obtenidas ypor otro que la cultura de las clases subalternas en el perodo analizado nos llega a travs deuna cultura oral, innacesible para el historiador) la posibilidad de concluirsatisfactoriamente en el anlisis de la dinmica social y cultural del perodo parece ser msque un problema metodolgico o conceptual, un problema histrico. As lo plantea el autor:

    "Una cultura casi exclusivamente oral como es la de las clases subalternas de la Europapreindustrial, tiende a no dejar huellas...de ah el valor sintomtico de un caso lmite comoel de Menocchio, que plantea con fuerza un problema que comienza con envergadura: el delas races populares de gran parte de la alta cultura europea, medieval y postmedieval...Por el contrario el siguiente perodo est marcado por una distincin cada vez msdelimitada entre alta cultura y cultura popular, as como el adoctrinamiento en sentidonico de las clases populares"(pg. 184-185). En suma, el estado de la documentacin mslas lneas argumentativas aportadas por el autor nos ofrecen el estado de fuerza de lasrelaciones entre clases, grupos o culturas.Asimismo, la obra contina con el anlisis de los dilogos entre Menocchio y el grupo deinquisidores, donde se destacan los conceptos y discursos elaborados por este campesino,

    que configuran una importante lnea de interpretacin para el autor, ya que muestra unainnegable influencia semitica en su anlisis. En especial, con la teora de los campossemnticos del linguista Benveniste, el cual busca una serie de trminos emparentados porun tronco comn (linguistico, cultural, social) diferenciandolos de trminos provenientes deotro medio, constituyendo entre ambos una relacin dialctica. Por otra parte, retomandolos trminos de la cultura escrita vs. la oral, es en torno a esta problemtica donde formulaque: "As pues, vemos aflorar en los discursos de Menocchio, como de una grieta en elterreno, un estrato cultural profundo tan inslito que resulta casi incomprensible. Adiferencia de los casos examinados hasta ahora, aqu no se trata nicamente de unareaccin filtrada a travs de la pgina escrita, sino de un remanente irreductible de culturaoral, Para que esta cultura distinta pudiese salir a luz, tuvieron que producirse la Reformay la difusin de la imprenta."(pg. 102-103). En este punto, el autor concluye que laimprenta abre una serie de posibilidades para el quiebre del monopolio de la escritura porparte de los grupos asociados a los estamentos de poder, el concepto de cultura comoprivilegio haba sufrido un grave embate.Finalmente, la obra concluye con el anlisis ms "microscpico" de las fuentes disponibles,donde el autor describe el proceso que llevar finalmente a la condena a muerte deMenocchio, pero que no dejar de concluir con argumentaciones precisas: la idea de latransmisin cultural y la persistencia de viejas estructuras arcaicas en el campo, as comotambin demuestra los intentos de transformar el orden social imperante mediante el intento

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    consciente ( o inconsciente) de volver a un mtico pasado.

    Examen crtico

    Ahora bien, en este punto es esencial referirse a los problemas asociados a la "apropiacin"del pasado. La idea antes expresada de la intencin de transformacin del orden socialvigente mediante estas operaciones, toma figura si consideramos que en las sociedadesfeudales fundadas en la tradicin la memoria de la comunidad tiene involuntariamente aenmascarar los cambios e integrarlos. Como expresa Menocchio: "y deseaba que hubieseun mundo nuevo y otro modo de vivir, pues la Iglesia no andaba bien, y que se hicera algopara que no hubiese tanta pompa"(pg. 126).En este tipo de comunidades la imagen del pasado es inmvil, solamente en perodo degrandes transformaciones sociales surge una imagen generalmente mtica, asociada a unpasado que constituye una alternativa frente a los avatares del presente degenerado ydecadente. Es en este punto donde el anlisis micro-histrico debe dejarse de lado comoanlisis de "comunidades locales", sino que sus conclusiones apuntan a la globalidadretratrando como bien concluye G. Duby, que toda formacin cultural est atravesada por

    idas, corrimientos, desfasajes y rupturas.Asimismo, E. Le Roy Ladurie en Montaillou, aldea occitana de 1294 a 1324, puedeconsiderarse como un precursor en la corriente microhistrico, pero a pesar de la novedosoy original de su anlisis no deja de mostrar lagunas a la luz del trabajo de Guinzburg, por unlado en Le Roy Ladurie la dinmica social queda relegada a una distincin de clases encuanto a su patrimonio cultural, ms o menos arbitraria, y tambin las particularidadesanalizadas por el autor en la aldea quedan relegadas a una gran unidad operativa donde sedestaca de a retazos una "filosofa general" o una "mentalidad" de determinada comunidad.La problemtica planteada entre cultura subalterna y cultura hegemnica, es una idea queronda alrededor de toda la obra. E. Thompson, en Tradicin, revuelta y consciencia declase, plantea que la contienda simblica solo puede ser planteada dentro de un

    determinado equilibrio de relaciones sociales, por el cual la cultura plebeya no puede seranalizada aisladamente de este equilibrio. En torno a esto, el encuentro con la fuente es vitalpara ilustrar este punto, Guinzburg plantea que la fuente es parcial, deformada y matizadapor las clases dominantes. Sin embargo, a pesar que a simple vista puede parecer haber unpunto de coincidencia entre ambas posturas, la idea transmitida en el planteo de Guinzburginduce a estudiar los parmetros bajo los que se constituy determinada formacin cultural,sin hacer tanto hincapi en el aspecto de violencia ideolgica que destaca Thompson: "ydentro de ciertos lmites asignados por este sistema, lmites que son simultneamente loslmites de lo que es polticamente posible y, hasta un grado extraordinario, tambin loslmites de lo que es intelectualmente y culturalmente posible"(E. Thompson, pg 56). Enotros trminos, Guinzburg -influenciado por la obra de M. FoucaultHistoria de la Locura-plantea una mirada sobre las barreras y parmetros a travs de las que se constituydeterminada cultura. Es aqu donde encontramos en el discurso de Menocchio una serie demarcas y huellas, que vuelven a plantear el problema de la circulacin del saber cultural, surecepcin en la sociedad y en los crculos de poder.Asimismo, como elabora este molinero sus conceptos plantea una variedad de elementosdiversos, antiguos y menos antiguos, donde se incluye tambin el neo platonismo.Menocchio cuando es interpelado bajo la lectura del Florilegio - compendio de los temasmas debatidos por la esfera eclesistica en ese momento, con innegable retrica escolstica-y es inducido a someterse a la interpretacin de la autoridad ante el ejemplo de "muchos

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    filsofos", es empujado a continuar con su argumentacin y a seguir su propio hilo depensamiento. Sin embargo, con una terminologa imbuda en el crisitanismo, elneoplatonismo, la filosofa escolstica, Menocchio intentaba expresar el materialismomaterial instintivo, de generaciones y generaciones de campesinos. Todo esto estrelacionado, como hemos visto, con el problema de la circulacin cultural, Menocchiointenta apropiarse de instrumentos lingusticos y conceptuales que no eran suyos yadaptarlos bajo su propia significacin.En este sentido, se aproxima nuevamente la idea de difusin cultural de arriba hacia abajo,imagen palpablemente errnea ya que tenemos documentada la percepcin y la lectura queun molinero del siglo XVI hace de ese bagaje de conceptos. No se trata como expresaba LeRoy Ladourie de "utillaje mental", ni tampoco de un conjunto de saberes, costumbres yconceptos transmitidos de generacin en generacin, sino que se plantea el anlisis histricoen constante movimiento y cambio de perspectivas, no en torno a la creacin de unaautntica cultura popular separada de la hegemnica -ya vimos que el desarrollo histricopermitir el avance de los centros de poder sobre diversas manifestaciones folkloricas yarcaicas de las comunidades de campesinos- sino un planteo que abandone toda rigurosidaddeterminista y espacial que no coloque al historiador en trminos de "armador de

    estructuras" o procesos histricos que no fueron resueltos bajo las condiciones socio-polticas en determinado contexto.

    Conclusiones

    El trabajo de Guinzburg est repleto de sugerencias interpretativas y metodlogicas, queinspiran un retorno a la historia narrativa en los trminos que explicit anteriormente.Adems, induce a un retorno al trabajo documental por parte del historiador, alejadoparcialmente (no totalmente) de sus pruitos y tericos y conceptuales, que pueden constituirimpedimentos para el tratamiento de determinada problemtica.

    Como seal anteriormente, las dificultades conceptuales parecieran plantearse desde elncleo de la comunidad de historiadores, pero el trabajo de Guinzburg nos plantea que lasmismas pueden estribar de las propias falencias y cuestiones irresolutas dentro del procesohistrico a estudiar. Por ende, el trabajo induce a una gran motivacin para el rastreo defuentes y documentos que alumbren nuestro conocimiento del pasado.Por otra parte, el libro plantea una cuestin de actualidad: el problema de la difusincultural y su relacin con la dinmica social. Especial contribucin puede ser el trabajo deGuinzburg a los efectos del abordamiento de la historiografa argentina, donde laapropiacin del pasado jug - y tal vez juegue- especial papel en la transformacin y en lapuja por espacios de poder.Asimismo, sera inadecuado hablar en un sentido decimonnico que a determinada imagendel pasado corresponde determinada realidad poltica, econmico o social ya que lostrminos parecieran invertirse pero no de la manera esquemtica que puede apreciarse hastaahora. Ya que en los perodos de transformacin social profunda, la imagen del pasadorecobra diferentes significaciones en el que aparece como un perodo de oro o de esplendorque se contrapone con la plida realidad presente. De all que como concluye Guinzburg (ytambin Thompson en sus lineamientos bsicos) que toda lucha por transformar el ordensocial vigente sea un intento por volver a un pasado mtico, es decir, que toda operacin deeste tipo esta mediatizada por el refugio en la tradicin.

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    BIBLIOGRAFIA

    GINZBURG, C., El queso y los gusanos. El cosmos segn un molinero del siglo XVI,Madrid, Muchnick Editores, 1981

    LE ROY LADURIE, E., Montaillou, aldea occitana de 1294 a 1324, Madrid, Taurus, 1981.

    LEVI, G., "Sobre microhistoria", en BURKE, P., Formas de hacer historia, Madrid, Alianza,1993

    THOMPSON, E., Tradicin, revuelta y conciencia de clase, Barcelona, Fondo de CulturaEconmica.